Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
227
TEJIDO ASOCIATIVO, CONVIVENCIA INTERCULTURAL Y DESARROLLO
COMUNITARIO
Carlos Vecina Merchante∗
Para citar este artículo: Vecina, C. (2010). Tejido asociativo, convivencia intercultural y desarrollo
comunitario. Migraciones, 28, 227-243.
Resumen: El proceso de asentamiento de la población inmigrante ha transcurrido de forma
paralela a la creación de sus propias asociaciones. Este hecho puede ser considerado en un
principio un paso más en la configuración de un modelo multicultural, pero también
presenta un componente intercultural en potencia, a través de espacios de interacción este
puede convertirse en una realidad. El presente estudio muestra espacios interculturales en
barrios que han sido protagonistas del cambio social y demográfico, que han implicado la
entrada de un número importante de población extranjera. Se trata de espacios socialmente
vulnerables, en los que la falta de contacto entre los diferentes grupos dificulta la solución
de problemas de convivencia y favorece un clima que dificulta la intervención social.
Palabras clave: interculturalidad, multiculturalidad, inmigración, asociacionismo,
interacción social
Abstract: The process of accession of the immigrant population has passed of form
parallel to the creation of his own associations. This fact can be considered in a beginning
one more step in the configuration of a multicultural model, but also he presents an
intercultural component in power, across spaces of interaction this one can turn into a
reality. The present study shows intercultural spaces in neighborhoods that have been
protagonists of the social and demographic change, who have implied the entry of an
important number of foreign population. It is a question of socially vulnerable spaces, in
∗ Universidad de las Islas Baleares y sociólogo del Proyecto de Desarrollo Comunitario del Ayuntamiento de Palma (Islas
Baleares)
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
228
which the lack of contact between the different groups impedes the solution of problems of
conviviality and favors a climate that impedes the social intervention.
Keywords: interculturality, multiculturality, immigration, associacity, social interaction
INTRODUCCIÓN
La llegada de población, procedente de otros países, durante los últimos años ha
contribuido a la aceleración de un proceso de cambio social, en algunas ciudades o
comunidades autónomas, principalmente sobre aquellas que han precisado de más mano de
obra, con la que satisfacer la demanda generada por el crecimiento económico, como es el
caso de las Islas Baleares, contexto en el que se centra este estudio. La nueva fisonomía
social de los núcleos urbanos se muestra extraña ante sus antiguos residentes, elaborando
un marco que potencialmente puede conducir hacia el gueto y el conflicto, o por el
contrario generar nuevos espacios de interacción y riqueza sociocultural, que favorezcan el
surgimiento de dinámicas de desarrollo comunitario bajo principios de ciudadanía,
participación y reivindicación de los derechos sociales.
A medida que avanza el proceso de asentamiento de la población inmigrante, va
madurando la consolidación de algunas asociaciones, cuyo origen se correspondería con la
necesidad de dar respuesta a una situación inicial caracterizada por la incertidumbre propia
de población recién llegada, carente de unas redes potentes en el país de destino. En la
actualidad surgen diversas experiencias que tienen como punto de partida la convivencia
intercultural y la búsqueda de mejoras en el bienestar comunitario, siendo el tejido
asociativo y la interacción entre líderes locales los verdaderos protagonistas del cambio
social y el desarrollo de la comunidad. Este artículo se centra en dos casos concretos como
son los barrios de Pere Garau y Son Gotleu, ambos protagonistas de un notable cambio
social, consecuencia de la entrada de un importante número de población inmigrante
extracomunitaria.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
229
MULTICULTURALIDAD VS INTERCULTURALIDAD
Multiculturalidad e interculturalidad son dos conceptos que abarcan modelos distintos en
los que puede organizarse una “sociedad” y los diferentes colectivos que la componen. Se
trata de partir de la existencia de grupos con características propias, formando un conjunto
que abarca mayorías y minorías que de una u otra forma deben manifestarse y en esa
dinámica aparece la forma de relación con el todo. Ambas buscan fórmulas de integración,
pero cada una parte de principios distintos que acaban marcando formas distintas de
interacción entre la población y la concepción de aspectos diferenciadores como valor, o
por el contrario el énfasis en la semejanza y la diversidad como una riqueza y potencial
social.
El modelo multiculturalista tiene su origen en los movimientos reivindicativos de los años
sesenta en Estados Unidos, promovidos entre otros por Martín Luther King, hacia la
reivindicación de los derechos de la población de color, estas presiones no sólo se
centraron en luchar contra las acciones discriminatorias, también constituyeron demandas
culturales y educativas a favor de las identidades étnicas, surge así el multiculturalismo
como lucha frente a ideologías monoculturales y asimilacionistas (Jordán 1998). En la
actualidad esta perspectiva no enfatiza la interacción entre grupos, sino más bien traza
entre éstos una línea divisoria que propicia su aislamiento, la ideología presente es la de la
diferencia entre unos y otros, hasta el punto de buscar la identidad positiva del endogrupo,
utilizando para ello identificaciones negativas del exogrupo, se plantea la incompatibilidad
cultural entre los diferentes grupos.
El riesgo de la multiculturalidad yace en la posibilidad de que se pierda la interacción entre
individuos, separados y diferenciados por grupos de pertenencia étnica o cultural. La
creación del gueto es la manifestación de esta concepción en el territorio, implica la
adscripción de los diversos colectivos a un espacio sociourbanístico que acaba mostrando
las proyecciones de sus particularidades culturales, como una muestra más de la distinción
de la riqueza cultural. Hannoun (1992, 83-97) relaciona multiculturalismo con gueto y
cierre de un grupo hacia el resto, proceso que puede culminar con la autoexclusión e
incluso la extinción cultural por la falta de ítems que la alimenten.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
230
Si partimos de la idea de cultura como aquel conjunto de prácticas que forman parte de la
historia de un grupo, en su proceso de adaptación al medio, el hecho de que éste cambie, en
estos momentos esto es evidente debido el cambio sociodemográfico experimentado, con
el movimiento actual de población en el plano internacional, precisa también la aceptación
de nuevos ítems que permitan mantener esa interrelación ecosistémica. Sin embargo, hay
factores que inciden en esta sinergia natural e inherente a los grupos, desvirtuándose en las
sociedades urbanas, aumentado la distancia entre población y medio físico. (Morán, 1997,
22) Aunque no por eso se pierde la esencia de la manifestación cultural o en ocasiones
citada como subcultura, ocurre al referirse a manifestaciones de ciertos grupos de jóvenes
(véase: Caffarelli, 2008). El caso es que las prácticas que enfatizan la multiculturalidad,
impiden la interacción con otros que comparten un mismo espacio y, por consiguiente,
dificultan la riqueza que puede significar la diversidad e intercambio cultural. Éste es el
riesgo del que habla Hannoun al referirse a la extinción cultural por la falta de
retroalimentación con el resto.
Martínez (2006, 286) presenta una reflexión sobre la necesidad de mantener las
diferencias, aunque creando mecanismos que incidan sobre la desigualdad, ya que la
existencia de grupos que ocupan posiciones de privilegio y poder, facilita que la igualdad
no sea un hecho. “Los grupos culturales tienen que ser reconocidos en su distinción (...)
tratar a todos bajo los mismos principios y reglas (...) implica no tener en cuenta que las
diferencias entre grupos produce desventajas, en los que no están situados en un espacio
privilegiado”. (2006,286) Estaríamos hablando de la necesidad de aplicar políticas
dirigidas a la discriminación positiva, que favorecieran a las minorías, consideradas como
grupos más vulnerables, equilibrando así posibles desigualdades en el acceso a aquellos
recursos que significaran una diferencia.
Por otra parte, la interculturalidad vendría a representar aquellas prácticas que permitan o
vayan encaminadas hacia el acercamiento entre grupos de culturas distintas, el primer paso,
pues, es la interacción entre éstos, su relación para la posterior aceptación de la diversidad
cultural y de la igualdad entre las culturas, no la supremacía de unas sobre otras (véase
Hannoun, 1992; Jordán, 1998). Se trata de prácticas que propicien la apertura de los grupos
y la disposición de ofrecer e incorporar algunos elementos culturales de los otros, sin por
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
231
eso perder la propia identidad, sino con el fin de ganar en riqueza y capacidad de
adaptación al medio cambiante. Un origen importante de esta corriente aparece con fuerza
en el ámbito educativo. La educación intercultural es la propuesta que, desde diferentes
ámbitos, se propone en la actualidad como vía de solución para propiciar, no sólo la
inclusión, sino también el respeto mutuo entre todos, con el fin de un futuro social lo más
armónico y estable posible; el concepto lleva arraigado una visión ambigua, aún por aclarar
dentro de las propias instituciones dedicadas a la enseñanza y a la difusión de valores1. La
importancia radica en tratarse de planteamientos pedagógicos encaminados hacia un
proceso de socialización, la interiorización de valores de tolerancia, igualdad y de una
visión más integradora, sin concebir diferencias, construyendo futuros en los que todos
cuentan y suman en pro de objetivos comunes.
El planteamiento educativo tiene un marco concreto en el que actuar y ciertas ideas
mínimamente establecidas; a pesar de sus ambigüedades y dificultades no sólo a la hora de
ser aplicado, si no incluso de ser entendido por los profesionales y comunidad educativa en
general (véase: Jordán, 1998; Díaz-Aguado, 2006). La cuestión que se plantea se enmarca
en un espacio más difuso, en el que las personas inmigradas explicitan su participación
social en espacios formales, como son las asociaciones, el dilema es si estas prácticas
pueden conducir hacia un modelo multicultural o intercultural.
ASOCIACIONISMO COMO INICIO DEL PROCESO
Junto al proceso de asentamiento de los diferentes colectivos, se van creando asociaciones
de inmigrantes de tipo cultural, que además prestan apoyo social y jurídico a los recién
llegados. El número de asociaciones registradas en Baleares bajo el criterio – finalidad de
“movimiento migratorio” cuya fecha de constitución y registro se corresponde con las dos
últimas décadas, gira en torno a las 250 (Dirección General de Relaciones Institucionales,
2010). Si bien no todas están aún en activo, esta cifra da cuenta de la importancia del
fenómeno y del importante incremento de asociaciones. Vidal y otros (2006) se refieren a
1 Para profundizar en el tema se puede consultar la página web del grupo INTER, en la que aparecen diversos materiales
interculturales: http://www.uned.es/grupointer/
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
232
este crecimiento relacionándolo con el demográfico y el propio asentamiento de la
población inmigrante en esta comunidad. Un caso similar ocurre en la Comunidad
Valenciana, Masanet y Santacreu (2010,61) encuentran una relación directa con el
momento de máxima entrada de población inmigrante.
En los gráficos 1 y 2 puede apreciarse el proceso demográfico de los últimos años. La
entrada de población ha procedido de tres esferas: Otras comunidades autónomas, países
de la Unión Europea y no comunitarios. Si bien la llegada de población procedente del
resto de España ha mantenido una cuota elevada de población de este origen (superando las
240.000 personas) más o menos constante, durante la última década, la que procede del
extranjero ha experimentado un continuo incremento, que ha permitido aumentar cada año
el número de personas residentes en Baleares; se trata de valores que han experimentado
un crecimiento constante desde mediados de los noventa, superando la última década la
procedencia de países no comunitarios a la entrada (también muy elevada) de los países
UE.
Gráfico 1: Evolución de la población 1996-2009 Illes Balears
0
200.000
400.000
600.000
800.000
1.000.000
1.200.000
1996 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Total población
Baleares
Otras CCAA
Extranjero
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del IBESTAT (2010)
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
233
Gráfico 2: Evolución de la inmigración por lugar de nacimiento
139.266
68.466
29.990
99.111
114.903 121.775112.097
18.066
85.874
130.539
1996 2003 2007 2008 2009
UE-25/27
Resto paises
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del IBESTAT (2010)
La creación de asociaciones de personas inmigrantes2 ha experimentado un aumento
constante, directamente relacionado con el mayor flujo migratorio. En el 2003 estaban
registradas 72 asociaciones de extranjeros, según las áreas de representación destacamos
las siguientes:
• África Subsahariana, 9 asociaciones.
• América Latina, 17.
• Esfera árabe, 12.
El resto corresponden a extranjeros de la UE y otros menos representativos. Pallas (2004)
lleva a cabo un interesante estudio sobre el número de asociaciones y el índice de
asociacionismo de la población extranjera, en Baleares, teniendo en cuenta el origen
geográfico de estos individuos y su situación socio-económica, llega a la conclusión de que
existe una fuerte tendencia al asociacionismo, relacionada directamente con las dificultades
sociales y económicas de esta población, así, los provenientes de la UE presentan un bajo
2 Fuente: Listado de Asociaciones seleccionadas por finalidad “extranjeros” (16 de Enero de 2003). Direcció General de
Relacions Institucionals. Conselleria de la Presidència del Govern de les Illes Balears.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
234
índice en comparación con su número, a la inversa ocurre con aquellos cuyo origen es el de
África Subsahariana.
El asociacionismo implica una forma de participación cívica, una actividad desarrollada
para defender o agrupar individuos, con prácticas e intereses comunes. El grado de
asociacionismo de los inmigrantes puede ser visto como un signo de integración social,
desde el momento en que se hace uso de los mecanismos formales socialmente
consensuados, para relacionarse con las instituciones públicas.
Parece ser que en un primer momento, estas asociaciones surgen como respuesta a unas
primeras demandas-necesidades, entre las que se encuentran aspectos de asesoramiento
respecto a la relación con la Administración (trámites de permisos, etc.) y con la necesidad
de reforzar el sentimiento de grupo, recuperando el universo perdido del lugar de origen a
través del énfasis en aspectos que enfatizan la identidad cultural; sin que se detecten
grandes iniciativas que faciliten la interacción con otros colectivos.
Morell (2005) analiza la función que ejercen las asociaciones de inmigrantes en España, observa
como a medida que el asentamiento va haciéndose más estable, las asociaciones incorporan nuevas
funciones, a las que ya realizaban inicialmente, centradas más en el hecho de ser un lugar de
encuentro para personas de un mismo origen. Distingue dos tipos principales, en los que se podrían
agrupan unas u otras, dependiendo de las funciones desempeñadas; por una parte, se encuentran
aquellas dedicadas a actividades que se enmarcan dentro del ámbito cultural y social; por otra, las
que además incluyen actividades destinadas a la integración social, la acogida y acompañamiento
en el inicio del proceso de asentamiento, el asesoramiento legal y la gestión de documentos,
servicios de traducción, asesoramiento sobre servicios sociales, sanitarios, vivienda, formación
laboral, etc.
Las funciones de las asociaciones son diversas, pero sobre todo las de inmigrantes no comunitarios
se centran en la ayuda a sus compatriotas, Pallas (2004) cita una serie de entrevistas, llevadas a
cabo a representantes de estas asociaciones, de las que extraemos los siguientes datos: la
Asociación de Senegaleses en España (ASII), centra prácticamente todos los esfuerzos en la
orientación y tramitación de la documentación de trabajo y residencia; la Asociación de
Inmigrantes Marroquíes centra su dedicación a las tramitaciones y orientación del reagrupamiento
familiar; mientras que, por ejemplo, la Asociación de Filipinos tiene un carácter más cultural.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
235
El hecho de que haya un grado considerable de asociacionismo, dentro del colectivo de
inmigrantes, como capacidad de organización y defensa de sus propios intereses, además
de ser un indicio positivo de adaptación a las normas de la comunidad, apareciendo la
participación formal como una pauta democrática, que permite la presencia en el espacio
público. Además indica un proceso de configuración de redes de apoyo social importante,
destaca la mayor presencia en aquellos sectores con más dificultades socioeconómicas,
parece ser que se busca el asociacionismo como forma de protección y adaptación al
entorno. Aparicio y Tornos (2005, 64) se refieren a la composición de las redes sociales
que van configurando los inmigrantes, todo parece indicar que éstas funcionan marcando
una trayectoria para componentes de la familia del emigrado, así se configuran redes con
un fuerte carácter familiar, constituidas en muchas ocasiones por entramados de lazos
familiares entremezclados.
El aumento de estas asociaciones y sus miembros puede deberse a un doble proceso, por un
lado, el propio aumento de la población inmigrante y, por otro, el paulatino asentamiento
de ésta y la autoafirmación de su origen, ya que no sólo se ofrece en éstas apoyo legal,
sino que también se lleva a cabo un refuerzo y relación con los patrones culturales de
origen. El grado de interacción, que se establezca con otros colectivos y la sociedad en su
conjunto, determinará el cierre o la apertura e integración social de los diferentes grupos.
A pesar de la creación de asociaciones, hasta 2008 no se aprecia el inicio de una
interacción destacada entre las diferentes entidades. En el caso de los barrios de Pere Garau
y Son Gotleu, estudios iniciales ratifican la escasa interacción entre entidades, hasta el
punto del desconocimiento entre algunas de éstas, a pesar de estar ubicadas en el barrio o
tener una importante presencia de socios, o personas del mismo origen residiendo en éste
(Vecina, 2007a,b y 2008a,b). Esta situación inicial favorece el proceso de cierre, reforzado
con la segregación residencial. “Es en el contexto de este encuentro donde los individuos
inmigrantes concretos se solidarizan ante la pobreza, el paro y la discriminación
institucional, para formar comunidades imaginarias. Como una reacción frente a estos
riesgos, o simplemente como una reacción de supervivencia, se reproducen culturalmente y
producen prácticas de protección en formas religiosas y/o étnicas.” (Kentel, 2006: 141)
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
236
En referencia a las diversas manifestaciones de la población inmigrante, Kentel (2006,
130-133) identifica tres formas de negociación relacionadas con la integración: Un primer
tipo lo identifica con lo que define como “grupos asimilados” correspondiéndose
mayoritariamente con aquellos que pertenecerían a clases económicamente mejor situadas,
que además han tenido éxito social y se encuentran asimilados en la cultura de acogida. Un
segundo grupo estaría formado por “los comunitaristas”, suelen mantener un fuerte arraigo
con todo aquello que representa su cultura de origen; la manifestación cultural que les
identifica aparece más como una reacción de rechazo ante el temor a la pérdida de
identidad y la imposibilidad de acceder a una que no sea una amenaza para ellos. El tercer
grupo está formado por los “interculturales”, aquellos que establecen una síntesis entre su
cultura de origen y la de acogida, sin perder por eso un reconocimiento e identificación con
sus raíces.
La convivencia además de estar relacionada con la interacción, en caso contrario no existe
contacto y por tanto, no podremos hablar de compartir una vida en un espacio común;
también se encuentra influida por aquellos factores que, de una u otra forma, inciden en
favorecer un clima favorable para que ésta tenga lugar. El cambio sociodemográfico que
implica una sustitución de las bases de la población autóctona, genera un espacio – tiempo
de adaptación de unos y otros (antiguos residentes y recién llegados) en el caso de la
inmigración, esta ruptura es más dramática, pues entran en juego aspectos como la
representación del “otro” de su cultura y toda una serie de circunstancias añadidas al
propio proceso de asentamiento. Tal y como hemos visto, la percepción que se tiene
respecto a la forma de ser recibido y representado favorece la reacción del cierre. Estudios
de minorías demuestran esta circunstancia, también tratado en el caso de la escuela (véase
Willis,1977; Apple,1987; o estudios más recientes como los de Lara y Padilla (2008),
indican lo que estaría ocurriendo en centros de enseñanza, en los que ciertos colectivos de
inmigrantes se sienten amenazados como tales, desde un punto de vista cultural,
reaccionando hacia un refuerzo de aquellos patrones culturales identificativos más
significativos, iniciando un proceso de guetización y perdida de contacto con el resto de
compañeros.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
237
El cierre del grupo como reacción a un medio hostil es una consecuencia muy negativa
para la intervención en pro de una mayor convivencia basada en la interacción y el respeto
mútuo. Alcázar (2009) pone de manifiesto el alcance discursivo que pueden tener ciertas
manifestaciones, clasificadas por la autora como racistas y xenóbogas, en un espacio
marcado por una fuerte presencia de población inmigrante extracomunitaria, en el que
además aparecen otros factores socialmente negativos que favorecen la presencia continua
de cierto conflicto social latente. Diversos trabajos en el barrio de Son Gotleu nos han
permitido ir recopilando un material ad hoc, que identifica como una de las causas
principales de este malestar y rechazo a las situaciones cuotidianas que se dan en las
propias comunidades de vecinos, tejiendo así la raíz del problema en la base de la posible
interacción más trivial.
Scharamkowski (2008,3) nos habla de un “racismo cotidiano” que sin ser identificado
conscientemente, dentro de aquellas prácticas más violentas, no deja por eso de tener
consecuencias negativas, para quienes lo padecen. La autora comprueba como esta forma
de rechazo y discriminación afecta negativamente sobre las personas inmigradas,
incidiendo sobre su autoconcepto y la dificultad de integrarse, al carecer de una imagen de
identidad común al lugar en el que se encuentra.
Se refiere a una serie de ámbitos, en los que este racismo se hace más evidente, tales como
el lugar de trabajo, las instituciones públicas, los centros de enseñanza, las propias
comunidades de vecinos, etc. sin olvidar los medios de comunicación: “Este fenómeno
también se percibe en muchos discursos emitidos por los medios de comunicación acerca
de los inmigrantes, que a menudo tienen un enfoque bastante negativo, acentuando la idea
de ‘avalancha’ o ‘invasión’, así como el binomio inmigración - pobreza o inmigración -
delincuencia.” (2008,3)
SITUACIÓN PREVIA DE LOS BARRIOS OBJETO DE INTERVENCIÓN
Siguiendo a Vecina (2007b) observamos la situación en la que se encuentra el barrio de
Son Gotleu, veamos algunas de las aportaciones significativas a modo de resumen:
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
238
El cambio sociodemográfico con la huida de población autóctona y la fuerte entrada de
inmigración extranjera ha tenido consecuencias muy notables. Este fenómeno se ha
sumado a un proceso de abandono del barrio, por parte de la población que ha podido
elevar su estatus económico, aumentando de esta forma la proporción de los colectivos más
desfavorecidos (gente mayor, personas solas, familias en situación precaria). La
consecuencia de todo esto es la aceleración de un proceso de degradación del barrio.
A pesar del aumento de las necesidades sociales, el factor de cambio más importante y
difícil de asumir tiene que ver con la convivencia de culturas y costumbres distintas. Así
como con las condiciones de vida de los inmigrantes que les incita a estar largar horas en la
calle, con la consiguiente molestia sobre el resto de vecinos, éste hecho, unido a la falta de
interacción entre los diferentes colectivos, es el punto percibido de forma negativa por
habitantes del barrio y el origen de la reacción de éstos y el conflicto social consecuente.
Parece ser que la ocupación y mayor uso del espacio público, por parte de la población
inmigrante, es una práctica bastante común, que además es utilizada por la población
autóctona como razón de un discurso de rechazo. Aramburu (2008) relaciona la
aglomeración en la calle con el hecho de no poder disfrutar de otros espacios, así las
reuniones en ésta suplirían la falta de contacto entre compatriotas y la consiguiente
dificultad para la sociabilidad; además de existir un condicionante, la vivienda: “A más
precariedad de la vivienda más necesidad hay de espacio público para reunirse con amigos
y conocidos. De manera inversa, cuanto más grande y confortable es la vivienda menos se
utiliza el espacio público. Hay una clara relación entre la calidad y el tamaño de la
vivienda y el uso del espacio público.” (2008, 146)
En una encuesta aplicada a la población autóctona del barrio, ésta consideraba como
primer problema la inmigración, representando un 27,6% de las respuestas, en segunda
posición, lejos de la primera, se encontraba la falta de limpieza en las calles y espacios
públicos, con un 13% (Vecina, 2007a: 21). Estos datos dan cuenta del grado de rechazo y
preocupación que representa la entrada de población inmigrante.
La falta de interacción social entre la población dificulta el conocimiento mutuo y aumenta
los recelos entre unos y otros. Se ha podido constatar como las comunidades de vecinos se
convierten en un foco de problemas, resuelto en ocasiones por mediadores profesionales,
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
239
identificando la causa en los problemas de comunicación verbal, cultural y gestual; así
como en la falta de formación cívica de algunos inmigrantes que dificulta el diálogo y la
tolerancia.
Parece ser que la falta de contacto entre los grupos, no sólo es mínima entre autóctonos e
inmigrantes, sino que también entre los diferentes colectivos de estos últimos, no existe
interacción entre asociaciones que garantice la existencia de una red de relaciones que
pueda ser un potencial positivo de intervención y cambio constructivo.
Así pues, Son Gotleu no sólo se encuentra con un problema de deterioro importante, sino
que además existe un conflicto latente, que empieza a manifestarse entre diferentes
sectores o colectivos de población, que dificulta el entendimiento entre la población y la
capacidad, por tanto, de poder agruparse y movilizarse con fines comunes. Los problemas
derivados del cambio sociodemográfico se suman a otros relacionados con un espacio con
notables carencias de todo tipo de recursos y la incapacidad para vehicular estos factores
hacia espacios de diálogo, en los que se puedan buscar soluciones a intereses comunes.
En el barrio de Pere Garau se produce una situación similar, en lo que respecta a la falta de
interacción (Vecina, 2008a,b). La zona no se encuentra en un proceso de degradación
sociourbanística como en el caso anterior, pero si de notable cambio sociocultural y
demográfico acompañado de una decadencia acelerada por la falta de inversión pública.
Centros de servicios obsoletos y saturados, concentración de población, inicio de guetos en
algunas zonas concretas, situaciones de hacinamiento y sobreocupación de las viviendas,
son algunas de las características definitorias del contexto. Todo ello acompañado de un
cambio demográfico notablemente acelerado, en el que se puede apreciar la condición de
barrio receptor de inmigración. En el caso de Son Gotleu, la población inmigrante pasa de
representar el 1, 43% de su población en 1993, al 41,9% en 2009 y en Pere Garau, del
3,11% al 33,2% en el mismo período. (Padrón Municipal de Habitantes, 1993 y 2009)
Además de la falta de interacción, se producen algunos hechos que van generando un
estado de malestar entre los residentes más antiguos, indicios que provocan un rechazo
latente entre la población dirigido hacia el inmigrante. La falta de una intervención más
eficaz y acorde con el cambio social experimentado en la zona, favorece el surgimiento de
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
240
problemas que se alargan en el tiempo y van degradando las relaciones sociales. Se trata de
diversos casos concentrados en bares, comunidades de vecinos, actos no normativos y
otros incidentes que se convierten en un foco de molestias (Vecina, 2010). Rodríguez
(2008) identifica casos como éstos y su consecuente negatividad del discurso mantenido
por la población autóctona o residente desde hace años en el barrio; bajo estos indicios se
va consolidando la idea que relaciona inmigración con conflicto y delincuencia. Acabando
por estigmatizar a la población recién llegada e incluso a los barrios en los que ésta tiene
mayor presencia.
Esta situación va acelerando el proceso de degradación de ciertos lugares concretos, pero al
mismo tiempo arrastra el malestar y la percepción negativa del barrio a otros sectores
sociales y zonas de la ciudad. Junto a esta circunstancia se encuentra la suma de otra de
tipo demográfico, se trata de la huida de población que lleva años viviendo en el barrio y
se ven motivados a abandonarlo por la dificultad de absorción del cambio social y los
desordenes que produce. Jabbaz y Moncusi (2010, 178) comprueban como la huida de
población del barrio de Orriol se inicia antes de la entrada de población inmigrante, como
causa más significativa se encuentra el mal estado de las edificaciones, sus carencias y la
falta de infraestructuras y servicios en el barrio. Con la entrada de población extranjera se
produce una segunda huida motivada, junto con el resto de factores, con la falta de
convivencia con los nuevos vecinos.
PARTICIPACIÓN Y CONVIVENCIA. JUNTOS EN LA GESTIÓN DEL
DESARROLLO COMUNITARIO
En 2008 se inicia un proceso de cambio desde la Administración, se trata de una serie de
pequeños proyectos de intervención dirigida desde arriba, pero que pretende crear un
movimiento recíproco entre ciudadanía e instituciones. Si bien la intervención desde arriba
puede ser vista con cierto tono directivo (Colomer y Álvarez-Dardet, 2001: 40) pronto
acaba generando una sinergia recíproca estabilizando protagonismos y desembocando en
un contexto de intervención más equilibrado, reduciendo la acción desde arriba e
incrementando aquella que va generando la propia comunidad.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
241
La intervención pasa por una primera etapa de análisis e identificación del contexto,
abarcando todas aquellas esferas que forman parte de un estudio integral; hay que advertir
que ya se disponía en el caso de Son Gotleu de un estudio previo (véase: Vecina, 2007a) en
Pere Garau se van haciendo pequeños análisis y recogidas de datos sobre aspectos
concretos3. A partir de la recogida de información se irá planificando y retroalimentando
con nuevas aportaciones.
Tal y como se recoge en párrafos anteriores, uno de los mayores problemas para trabajar en
pro del desarrollo comunitario es la falta de interacción entre colectivos, e incluso la falta
de asociaciones que representen la heterogeneidad social del contexto y la relación entre
éstas. No en vano uno de los primeros objetivos deben ir encaminados a la creación de un
grupo motor que sea capaz de identificar objetivos comunes y trabajar para alcanzarlos.
Barbecho y Cortés (2006, 113 - 115) se refieren a la importancia de la configuración de
este grupo al plantearse una intervención de desarrollo comunitario, estableciendo una base
a partir de la que ir creando un movimiento a favor de la participación y protagonismo en
el cambio social, dirigido hacia el bienestar de la comunidad. “…debe iniciarse un
compromiso de la gente en la asunción de responsabilidades para el desarrollo exitoso de
los siguientes movimientos de ese grupo motor o promotor.” (2006, 115)
Como consecuencia de la situación de los barrios objeto de intervención, ésta se plantea
bajo varios frentes de acción, acompañada de otras intervenciones que de alguna forma
vayan encaminadas a reducir las presiones propias de un espacio en fuerte proceso de
degradación y cambio social continuo. Los trabajos previos acaban generando una sinergia
que da origen a un proyecto de desarrollo comunitario, la estrategia se plantea en tres
esferas de actuación: Observatorio de los barrios, actuación intra-administrativa y de
intervención directa o acción comunitaria a través de la interacción con entidades y otros
agentes locales. La intervención pasa por un largo proceso consistente en empoderar al
tejido asociativo y ayudar a crear nuevas asociaciones que equilibren la representatividad
de los diferentes colectivos que viven en los barrios.
Paralelamente se va fomentando la interacción entre líderes locales, esto permite la
visualización de aspectos comunes y la necesidad de buscar objetivos dirigidos hacia los 3 Un resumen puede consultarse en Vecina (2008ª,b)
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
242
mismos fines. El tejido asociativo y técnico se organiza partiendo de alguna estructura
previa existente y nuevas incorporaciones. Barbecho y Cortés (2006, 115-122) proponen
las organizaciones intergrupales como forma de conectar colectivos, asociaciones,
personas clave de la comunidad, etc. se trata de una estrategia centrada en la organización
de la población. “Las organizaciones intergrupales tratan de conectar los esfuerzos de
organizaciones relativamente homogéneas.” (2006,115)
En ambos barrios se interviene fomentando una red social como forma de afrontar los
problemas y la reconstrucción de un cambio social protagonizado desde la base, con el
apoyo de técnicos de la Administración. Proceso no exento de presiones en contra y
reacciones xenófobas en algunos casos. Veamos como se opera en cada una de las zonas:
Pere Garau
Se han organizado dos grupos principales, por un lado la Comisión por la convivencia en
Pere Garau y por otro, uno de reciente configuración que consiste en una comisión de
servicios, éste se encuentra en un proceso inicial cuyo principal objetivo es encontrar
aquellos puntos que son comunes a los diferentes servicios y por los que es conveniente ir
trabajando en red.
La comisión por la convivencia está constituida por entidades y servicios del barrio, a
pesar de su reciente creación, ya ha iniciado un proceso de consolidación y de encuentro
con intereses comunes, esto ha propiciado la planificación y puesta en marcha de diversas
actuaciones, entre las que se encuentran:
• Charlas de convivencia, cada una de las entidades y servicios convoca a los
asistentes a una reunión, en la que con la ayuda de una técnica se plantea la
convivencia y su presencia en las comunidades de vecinos; la idea principal es
crear un discurso en movimiento, que se extienda de forma sistémica y acabe
generando cierto compromiso entre los vecinos, motivados por la censura y
consenso del discurso dominante. El lugar elegido es el Centro de Salud,
convirtiéndose en espacio de encuentro más allá de lo puramente relacionado con
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
243
temas biomédicos, la promoción de la salud en términos psicosociales. “La
investigación y la práctica de la promoción de la salud son necesariamente
intersectoriales porque los determinantes de la salud son biológicos, psicológicos,
emocionales y sociales…” (Colomer y Álvarez-Dardet, 2001:31)
• Jornadas de puertas abiertas, se trata de una iniciativa que pretende fomentar el
conocimiento mutuo y la interacción; tienen multitud de aspectos que caractericen a
los diferentes servicios o entidades del barrio, por tanto las propuestas van desde
temas culturales hasta la presentación al resto de las funciones y recursos que
ofrece un servicio. Como ejemplo podemos destacar el caso de una asociación de
(Aecodem) relacionada con la mezquita del barrio. Su jornada de puertas abiertas,
además de explicar los objetivos y actividades que llevan a cabo, presentación que
amenizaron con una degustación de productos árabes, también contó con la visita a
la Mezquita y una explicación de los rituales, por parte del Imán.
Este caso concreto es interesante para el fomento de la convivencia en el barrio, por
varias razones: en primer lugar, dentro de este proceso de cambio
sociodemográfico, la población de origen magrebí es la primera en llegar e ir
asentándose, no sólo con la reagrupación familiar, si no también con la instalación
de un centro de culto y comercios propios (véase López, 2002:18). En segundo
lugar, el entorno en el que se ubica la mezquita ha estado relacionado con algunos
incidentes en los que ha intervenido la policía, circunstancia que ha favorecido
cierta inquietud entre el vecindario, a veces reforzada por el desconocimiento y la
falta de interacción.
El centro de culto se encuentra en una zona que ha sufrido cierta decadencia
sociourbanística, esto ha favorecido la existencia de algunos casos de consumo en
locales cercanos o venta de droga, como el ocurrido en 2002. Los vecinos
empezaron a relacionar la presencia de este problema con la existencia de la
mezquita, ante lo que la comunidad islámica reaccionó, denunció el hecho a la
policía solicitando además una contundente intervención. La acción no evitó que se
acabara mezclando una cosa con otra y el centro volvió a verse envuelto en el
problema. Tal y como pone de manifiesto este fragmento de un artículo de prensa:
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
244
“…Los hechos sucedieron sobre las 21.00 horas en la calle Joan Mestre a la salida
de las oraciones que se celebran durante el Ramadán. Los policías identificaron a
las personas que salían de la mezquita y también a las que estaban dentro del bar
que está a pocos metros4.”
• La celebración de la Fiesta de la Convivencia de Pere Garau, se trata de una
iniciativa que parte de anteriores acciones comunitarias relacionadas con la
creación de espacios de interacción e interculturalidad, dirigidas desde el
Ayuntamiento, en este caso la Administración colabora, pero las entidades
empiezan a gestionar la decisión de volver a celebrar la fiesta, en la que además
desaparece la concepción de interculturalidad, se trata de vecinos del barrio sin más
distinción que esa condición, de esta forma queda superada la percepción de la
diferencia como factor de incidencia en la actividad. En su organización participan
33 entidades y servicios.
Son Gotleu
En Son Gotleu ya existía un grupo de trabajo en red, previo a la intervención, se trata de la
Plataforma Son Gotleu, formada principalmente por servicios, su creación se remonta a
2004, ha sufrido todo un proceso de organización y consolidación, actualmente desde este
espacio se organizan o da apoyo a diversas actividades socioeducativas. Se trata de un
grupo que parte del principio de la coordinación y trabajo en red, se pretende así compartir
información, formar equipos de trabajo si las necesidades lo requieren y potenciar la
educación de la comunidad, como una condición sine qua non del desarrollo y cambio
social positivo. Partiendo de la identificación de algunas necesidades se ponen en marcha
iniciativas diversas, como el caso de los cursos de lengua castellana para inmigrantes, la
comisión de pediatría, la comisión de actividades para infancia y juventud, la escuela de
verano u otras que pretenden actuar teniendo como población diana a familias y población
en edad escolar.
4 Diario Última Hora, día 14 de Mayo de 2003, pág. 14; sección de sucesos.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
245
Es interesante la realización de actividades como el Mercadillo solidario de libros,
impulsado con el objetivo de reforzar económicamente la escuela de verano, un recurso de
suma importancia para los más jóvenes en un barrio carente de este tipo de actividades; u
otras como una actividad de fotografía, “Fotografiando Son Gotleu, el barrio que nos
gusta” en la que participan más de 250 personas, de orígenes muy diversos y la mayoría de
servicios. Es una actividad socioeducativa que pretende potenciar la cohesión social, tanto
de servicios, grupos constituidos y población en general, así como ofrecer al resto de la
ciudad una imagen del barrio que rompe con la representación predominante, aspecto que
permite al mismo tiempo reforzar un autoconcepto positivo de sus propios habitantes.
Una vez consolidada la creación y potenciación de asociaciones, se crea un segundo grupo,
se trata de la Comisión por la convivencia en Son Gotleu, formado por entidades del
barrio; además de compartir información y potenciar el conocimiento mutuo, ponen en
marcha actividades de concienciación y sensibilización, con el objetivo de potenciar la
interculturalidad e interacción entre los diferentes colectivos, en pro de una convivencia en
ocasiones truncada por la cantidad de factores en contra, en un espacio en el que las
necesidades básicas no siempre están cubiertas. Se trata de una metodología de trabajo en
red que parte del análisis y exposición de diversos temas concretos sobre los que trabajar, a
partir de ese momento se planifica conjuntamente y se diseña la estrategia y acciones a
desarrollar. Actualmente un grupo de éstas lleva a cabo un proyecto de rehabilitación de
jardines y espacios comunes, implicando a los vecinos, con el fin de mejorar entre todos
los recursos medioambientales, propiciando al mismo tiempo una imagen positiva de la
inmigración como potencial constructivo de la vida social del barrio.
Otra iniciativa interesante que aparece promovida por la sinergia de la actual intervención
social, y tiene su origen en la participación de voluntarios en diversas actividades que se
ponen en marcha en el barrio, es la creación de un Club d’esplai, se trata de una asociación
juvenil dedicada a los más pequeños, que pone en marcha una actividad socioeducativa,
partiendo de la idea de la gestión del tiempo libre como espacio para la interacción y la
socialización. Esto permite ofrecer un recurso social a los más jóvenes del barrio,
población entre 6 y 12 años, implicando además a las familias en el proceso de
regeneración social.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
246
Las diferentes iniciativas en el barrio han generado ciertas respuestas contrarias,
justificando un discurso negativo y en ocasiones xenófobo, en el que se alude a la difícil
situación de las personas residentes en el barrio desde hace años, incapaces de poder
superar una situación de degradación, cuya responsabilidad achacan a la población
inmigrante, cuando en realidad tiene una base distinta, más centrada en la falta de
intervención en la zona, como un mal endémico de muchos años atrás. Esta actitud liderada
por una de las dos asociaciones de vecinos dificulta la creación de estrategias de cohesión e
intervención social con el apoyo de todos los colectivos implicados. A este respecto
Alcázar (2009) pone de manifiesto las dificultades de interacción con una asociación
encabezada por su presidente y las actitudes de rechazo y negación de cualquier intento por
mediar en el problema. Situaciones similares aparecen en este tipo de contextos e
intervenciones, de ello dan cuenta Rubio y San Andrés (2007, 263 y 264) al referirse a
determinadas reacciones de una parte de los vecinos que no entiende el planteamiento de
una intervención comunitaria que pretende considerar a todos como un único grupo, el de
residentes en un barrio con problemas similares y objetivos de mejora comunes.
En 2010 aparece una segunda asociación de vecinos, partiendo de objetivos en los que la
interacción es una premisa irrenunciable, la pretensión es liderar un movimiento de
tolerancia y construcción de un barrio mejor, en el que todos los que compartan el
sentimiento de convivencia pueden tomar parte. Partiendo de la percepción de la población
joven del barrio y su situación de vulnerabilidad, inician varios proyectos encaminados a
acercarlos a la práctica deportiva, en concreto un taller de tenis por considerarse un deporte
con el que difícilmente tendrán contacto en el barrio, y otras de tipo formativo en
prevención de drogadicción, temas de salud y educación sexual.
CONCLUSIÓN
La vehiculación del cambio social consecuencia de la entrada de un elevado número de
población inmigrante, en determinados barrios, en los que ya se estaba iniciado un proceso
de decadencia y degradación, hace necesario un rumbo orientado hacia la convivencia
entre vecinos, nuevos y viejos residentes, que permita superar barreras de comunicación y
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
247
prejuicios; favoreciendo la búsqueda de intereses comunes que ayuden a mejorar las
condiciones de vida y los diferentes recursos que pudieran estar a su alcance.
Únicamente des de la consideración de un modelo intercultural puede favorecerse una
igualdad al alcance de todos, siendo la diversidad un recurso interesante y enriquecedor,
cuya aceptación positiva es clave para los cimientos de una convivencia en la que todos
construyen y son a la vez protagonistas. La creación de asociaciones puede ser un camino
que favorezca la participación en la vida pública, abriendo así el sistema democrático a los
recién llegados, pero al mismo tiempo se puede estar generando un riesgo, se trata del de la
multiculturalidad dirigida hacia el gueto y la falta de contacto entre colectivos. El trabajo
de profesionales comunitarios debe ir enfocado a la ubicación de estas asociaciones en un
entramado de tejido asociativo, junto con otros agentes que garanticen la pluralidad y al
mismo tiempo la interacción social. De lo contrario, barrios grandes receptores de
población inmigrante pueden convertirse en espacios cerrados, en los que la integración
deja de tener un sitio entre las prácticas habituales. Dejando sitio a la aparición del gueto y
la autoexclusión.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ALCÁZAR, M. (2009). La rehabilitació física i social del barri no es pot fer sense la
participació de la població inmigrada que hi habita. Son Gotleu 2009. Ajuntament de
Palma.
APARICIO, R. y TORNOS, A. (2005). Las redes sociales de los inmigrantes extranjeros
en España. Observatorio Permanente de la Inmigración, Secretaria de Estado de
Inmigración y Emigración. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Gobierno de España.
APPLE, M. (1987). “Resistencia y contradicciones en las clases, la cultura y el Estado. La
cultura vivida II”, en Apple, M. (dir.), Educación y poder (pp. 105-132). Madrid: Paidós.
ARAMBURU, M. (2008). “Usos y significados del espacio público”. En Arquitectura,
ciudad y entorno (ACE). 3, 143-150.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
248
BARBECHO, J. M. y CORTÉS, F. (2006). Trabajo comunitario, organización y
desarrollo social. Madrid: Alianza Editorial.
CAFFARELLI, C. (2008). Tribus urbanas: Cazadores de identidad. Buenos Aires:
Lumen.
COLOMER, C. y ÁVAREZ-DARDET, C. (2001). “Promoción de la salud: concepto,
estrategias y métodos”. En ídem (ed.). Promoción de la salud y cambio social. Barcelona:
Masson.
DÍAZ-AGUADO, Mª J. (2006). Educación, interculturalidad y aprendizaje cooperativo.
Madrid: Pirámide.
DIRECCIÓ GENERAL DE RELACIONS INSTITUCIONALS (2010). Conselleria de la
Presidència del Govern de les Illes Balears.
HANNOUN, H. (1992). Els guettos de l’escola. Osona: Eumo.
JORDÁN, J. A. (1998). Realitat multicultural i educació intercultural. En Jordán, J. A. y
Castellà, E. Multiculturalisme i educació (pp.9-59). Barcelona: Proa.
KENTEL, F. (2006). “Del “gueto” a lo “intercultural”: experiencias euro-turcas en
Alemania y en Francia”. En Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 73-74, 123-153.
IBESTAT (2008). Evolució de la població a les Illes Balears, segons els padrons
municipals, per illes. Institut d’Estadística de les Illes Balears, Direcció General
d’Economia, Hisenda i Innovació. Govern de les Illes Balears.
http://www.caib.es/ibae/dades/catala/poblacio.htm (24-04-08).
JABBAZ, M. y MONCUSI, A. (2010) “Mediación intercultural natural: Reflexiones a
partir de una experiencia en Orriols”.En Migraciones, 27, 171-198.
LARA, L. y PADILLA, Mª L. (2008). “Identidad cultural y aculturación en jóvenes
inmigrantes”. Comunicación presentada en las I Jornadas Internacionales. VI Jornadas
sobre Diagnóstico y Orientación, Jaén, España.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
249
LÓPEZ, M. (2002). “Inmigrantes y vecinos reclaman más acciones para facilitar la
integración”. En Diario de Mallorca, 15-12-02 pág. 18.
MARTÍNEZ, U. (2006). “La integración cultural de los inmigrantes en España. El
multiculturalismo como justicia social”. En Sistema: Revista de Ciencias Sociales, 190-
191, 281-290.
MASANET, E. y SANTACREU, O. (2010). “El movimiento asociativo inmigrante en la
Comunidad Valenciana y sus repercusiones en la producción de capital social”. En
Migraciones, 27, 49-81.
MORÁN, E. (1997). La ecología humana de los pueblos de la Amazonia. Madrid: Fondo
de Cultura Económica.
MORELL, A. (2005). “El papel de las asociaciones de inmigrantes en la sociedad de
acogida”. En Migraciones 17, 111-142.
PADRÓN MUNICIPAL DE HABITANTES (1993 y 2009). Departamento de Población,
Ayuntamiento de Palma.
PALLAS, A. (2004). “Índex associatiu de persones estrangeres a les Illes Balears” en
VVAA. La immigració, països emissors i les Illes Balears (pp.185-201). Palma: Ediciones
Cort.
RODRÍGUEZ, G. (2008). “El miedo al otro y el uso del espacio: el discurso sobre el delito
y el conflicto en la ciudad de Lérida”. En Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y
Ciencias Sociales, 270 (16). http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-270/sn-270-16.htm (20-06-10)
RUBIO, M. y San Andrés, S. (2007). “BSJ Tiene futuro: Construyendo convivencia. Una
experiencia de dinamización comunitaria intercultural con infancia y adolescencia”. En
Migraciones, 22, 259-275.
SCHARAMKOWSKI, B. (2008). “Una actitud crítica frente al racismo como fundamento
de las competencias interculturales”. Comunicación presentada en las I Jornadas
Internacionales. VI Jornadas sobre Diagnóstico y Orientación, Jaén, España.
Carlos Vecina
Migraciones, ISSN 1138-5774, Nº 28, 2010 , págs. 227-243
250
VECINA, C. (2007a). Estudi integral de les necessitats del barri de Son Gotleu. Consorci
per a la Rehabilitació Integral de Barris. Ajuntament de Palma.
--- (2007b). “La utopía de la interculturalidad. El caso de Son Gotleu”. En Revista de
Ciencias Sociales Aposta, 33.
http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/vecina4.pdf
--- (2008a). Informe Projecte Pere Garau. Documentación interna no publicada.
Ajuntament de Palma.
--- (2008b). Breu informe descriptiu del barri de Pere Garau. Ajuntament de Palma.
http://projectedesenvolupamentcomunitari.wordpress.com/observatori/informes/ (25-06-
10)
--- (2010). Memoria del Projecte de Desenvolupament Comunitari Pere Garau – Son
Gotleu. Ajuntament de Palma.
VIDAL, P. y otros (2006). Directori d’entitats de persones immigrades a Espanya.
Barcelona: Fundació la Caixa.
WILLIS, P. (1977). Learning to labour. Westmead, England: Saxon House.