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E l ojo humano es un órgano de forma esférica, de unos
2,54 cm de diámetro anteroposterior. Se considera un ór-
gano complejo, ya que en el interior de su cubierta protectora
se encuentra un sistema de lentes capaces de hacer que la
luz que entra a través de él se dirija y enfoque en una estruc-
tura sensible: la retina. Esta contiene una capa de células re-
ceptoras especializadas, a su vez conectadas a una red ner-
viosa, capaz de conducir estos estímulos hasta el cerebro.
Esto es lo que hace posible el complejo proceso de la visión.
Su forma característica le da el nombre de globo ocular, siendo
un órgano par situado a ambos lados del plano sagital, protegido
por grasa y tejidos blandos y por la cavidad ósea que lo recoge,
la órbita. Además del globo ocular, la órbita contiene el nervio
óptico, los músculos oculares, la glándula lagrimal, vasos y ner-
vios. En la parte más exterior se encuentran párpados y pesta-
ñas con función básicamente protectora. Figura 1.
El estudio del globo ocular se realiza dividiendo el órgano en
dos segmentos en sus capas concéntricas o túnicas, que de
fuera a dentro son:
• Segmento anterior o parte delantera del ojo, formada por
la esclerótica y la córnea en su porción anterior. En la otra
parte anterior de la esclera y en la cara interna de los párpa-
dos está la membrana mucosa llamada conjuntiva, encargada
de recubrirlos. Sobre córnea y conjuntiva se extiende la pelí-
cula lagrimal, responsable de la calidad de la visión, nutrición y
protección de las capas superficiales de la cornea.
• La túnica media o túnica vascular, llamada también úvea,
es la capa intermedia, compuesta por el iris hacia adelante y
la coroides hacia atrás. La unión de ambos es una zona
más gruesa llamada cuerpo ciliar.
• La túnica interna o túnica nerviosa es la retina, que se
une en su porción anterior con la capa profunda del cuerpo
ciliar y del iris.
Vamos a recordar a continuación cada una de las partes que
constituyen el ojo, así como la función de cada una de ellas.
Las lentes del ojo y su capacidad
de enfoque
La córnea es la parte frontal del globo ocular, una estructura
transparente y responsable de 2/3 del poder refractivo total del
ojo: entre 43 y 45 dioptrías. Sin embargo, el enfoque que pro-
porciona es fijo. Es una estructura ricamente inervada, hasta el
punto de ser la parte más sensible del cuerpo. Su función prin-
cipal es refractiva. Figura 2.
El cristalino es una lente biconvexa transparente que se en-
cuentra por detrás del iris, sujeta por unos filamentos a los pro-
cesos ciliares. La función del cristalino, junto con la córnea,
consiste en enfocar los rayos de manera que formen la imagen
sobre la zona central de la retina: la mácula. El cristalino es una
estructura capaz de modificar el enfoque al cambiar de curvatu-
ra por su flexibilidad. Su poder de refracción es variable según
a qué distancia esté el objeto que queremos ver. Se encarga
del enfoque fino para ver bien de cerca.
TEMA 1
Anatomía y fisiología del ojo
Figura 1. El ojo humano.
Varía su potencia cambiando la forma por acción del músculo
ciliar, proceso llamado acomodación. Esta capacidad va va-
riando a lo largo de la vida, siendo máxima en la infancia y per-
diéndose progresivamente a lo largo de la vida. Alrededor de
los 40 años, la pérdida suele ser tal que cada vez se hace más
difícil el enfoque de cerca. Es lo que se conoce como presbicia
o vista cansada, proceso natural debido al envejecimiento del
cristalino con la edad. También, con la edad va perdiendo
transparencia, proceso conocido como catarata. Figura 3.
El diafragma del ojo
El iris está situado por detrás de la córnea e inmediatamente de-
lante del cristalino, separando cámara anterior y posterior del ojo.
Es la parte del ojo que más llama la atención, ya que el pig-
mento que tiene (o la ausencia de este) es lo que da el color
que caracteriza nuestros ojos (marrón, castaño, azul, verde,
etc.). Además de este color variable, determinado genéticamen-
te, tiene forma circular y tiene una abertura en el centro, la pu-
pila, cuyo tamaño varía en función de la luz que le llega, con-
trolando así de forma refleja la cantidad de luz que entra en el
ojo. Es el reflejo pupilar. Figura 4.
El humor acuoso y la lagrima
La parte interior de la córnea y el iris por delante y por detrás
se encuentran bañados por un líquido. Es el humor acuoso,
un líquido transparente cuya composición se asemeja a la del
plasma (con excepción de casi todas las proteínas) que llena la
cámara anterior y posterior del ojo. Figura 5.
Tiene diferentes funciones, como aportar parte de los nutrientes
y el oxígeno para el metabolismo de la córnea y del cristalino
(que carecen de vasos sanguíneos). También es el responsable
en gran medida del mantenimiento de un adecuado tono o ten-
sión ocular.
El humor acuoso se produce en los procesos ciliares, llena la
cámara posterior y pasa a través de la pupila llenando la cáma-
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Figura 2. Estructura de la córnea.
Figura 4. El Iris. Figura 3. La acomodación.
ra anterior. Sale del ojo por la red trabecular, en la zona donde
córnea y esclera se unen en su cara interna, el ángulo irido-cor-
neal, pasando a través del canal de Schlemm hacia la zona por
donde se vierte al sistema venoso.
En el exterior del ojo se encuentra la lágrima. Se encarga de
proteger, nutrir y mejorar la calidad refractiva de la superficie ocu-
lar. Una vez que cumple su función, la lágrima debe dejar el ojo y
para ello es drenada hacia el sistema lagrimal aunque hasta un 25
por ciento de ella se evapora con el aire. Los diferentes compo-
nentes de la lágrima son producidos por la glándula lagrimal prin-
cipal y las glándulas accesorias (porción acuosa), las glándulas
caliciformes de la conjuntiva (porción mucosa) y las glándulas de
Meibomio del borde de los párpados (porción lipídica). Figura 6.
El esqueleto del ojo
La esclerótica o esclera es la túnica que, junto con la cór-
nea, forma la capa fibrosa externa del globo ocular. Constitu-
ye el esqueleto del globo ocular. Es una membrana de color
blanco, gruesa y resistente, compuesta de haces de tejido
conjuntivo y fibras elásticas de colágeno, que le dan una con-
sistencia fuerte, permitiéndole mantener la forma del ojo y
protegiéndolo de elementos internos. En su parte delantera
está recubierta por la conjuntiva, membrana mucosa y pre-
senta las inserciones de los músculos extrínsecos del ojo. En
el polo posterior se interrumpe en la salida del nervio óptico,
la salida de la vena central de la retina y la entrada al ojo de
la arteria central de la retina. Figura 7.
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Figura 5. Recorrido del humor acuoso.
Figura 6. Estructura de la película lagrimal. Figura 7. Esclera, músculos extraoculares y salida del nervio óptico.
eScleróTica
Redtrabecular
Córnea Córnea
Iris
Iris
Cristalino
Cristalino
Ángulocerrado
Redtrabecular
Procesosciliares
Procesosciliares
Ángulo abierto
Película lagrimal
CórneaCapa mucina
Capa acuosa Capa lipídica
El relleno de la parte posterior del ojo
El humor vitreo constituye el volumen más amplio del ojo
(cuatro quintas partes), ocupando todo el espacio entre el cris-
talino y la retina. Es una masa transparente, incolora, de consis-
tencia blanda y gelatinosa, que ocupa la cavidad posterior del
globo ocular y es el principal encargado de mantener la forma
del globo ocular y una superficie uniforme de la retina. Carente
de vasos, se nutre de los tejidos próximos: coroides, cuerpo ci-
liar y retina. Se forma en la vida embrionaria y no se renueva,
por lo que a veces la acumulación de desechos pueden causar
un efecto de sombra en la retina, lo cual es muy frecuente y se
conoce con el nombre de moscas volantes o miodesopsias.
Coroides: Capa vascular intermedia
La coroides constituye la mayor parte de la úvea, situada entre
esclera y retina, y se compone sobre todo de vasos sanguíneos,
por lo que su función principal es de nutrición, aporte de oxíge-
no y glucosa, a las capas más externas de la retina, también al
vítreo y al cristalino. Pero tiene otras funciones también, como
ayudar a mantener y regular la presión ocular y actuando como
termorregulador de la propia retina. Como está formada, sobre
todo, por vasos sanguíneos tiene un color rojo-pardo oscuro.
Retina: Capa mas interna y parte del sistema
nervioso central
Es la retina la capa más interna del ojo, situada entre la coroi-
des y el cuerpo vítreo. En realidad, podemos decir que esta
parte del ojo sensible a la luz es una parte del cerebro que está
fuera del propio cerebro, ya que sus células tienen la misma pro-
cedencia, que crece y se diferencia formando la retina. Figura 8.
Se encarga de recibir las imágenes y transformarlas adecuada-
mente para que el nervio óptico las pueda conducir hasta el ce-
rebro mediante un complejo proceso llamado fototransducción.
Esto se produce gracias a unas células sensibles a la luz
(conos y bastones) que convierten la energía luminosa en una
señal eléctrica, capaz de ser transportada por las neuronas
hasta el cerebro.
Es una estructura compleja, con numerosos tipos de células y
una disposición anatómica en diez capas. En las más internas
están los elementos celulares encargados de la transformación
de la energía luminosa en energía bioeléctrica (fotorreceptores),
mientras que las más externas están encargadas de la transmi-
sión de dicha energía, conduciendo el estímulo visual hacia el
cerebro y representando el primer escalón de la vía óptica.
La zona anatómica más importante de la retina es la mácula
lútea, zona central especializada en la visión fina del detalle. Al
estar en el centro de la retina recoge las imágenes del centro
de nuestro campo de visión, por lo que nos permite ver los ros-
tros de las personas y leer.
En esta zona de la retina central hay únicamente un tipo de
fotorreceptores que se denominan conos. En el centro de la
mácula hay una pequeña depresión, la fóvea central. Allí es
donde es mayor la densidad de conos, casi no hay bastones
y constituye la zona de la visión nítida. Los conos son sensi-
bles a la luz intensa y su riqueza en pigmentos fotosensibles
les confiere la capacidad de discriminar los colores. Son los
responsables de la agudeza visual y de la visión cromática. Fi-
gura 9.
En la retina periférica los fotorreceptores predominantes son
denominados bastones; estos aumentan en número o densi-
dad a medida que nos alejamos de la zona macular al tiempo
que disminuyen los conos. Los bastones son muy sensibles
en situaciones de baja iluminación, su pigmento les permite
generar sensación visual en estas condiciones y en la oscuri-
dad. Aunque no perciben colores son capaces de percibir
movimiento. Son mucho más sensibles y eficientes que los
conos, y los mejores sensores para el movimiento y responsa-
bles de la visión periférica.
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Figura 8. Estructura de la retina.
estructura de la retina
Estrato ganglionardel nervio óptico
Estrato ganglionarde la retina
BastoncilloCono
Estratoneuroepitelial
de la retina
A unos 3 mm hacia el lado interno de la mácula, también en el
polo posterior del ojo, se encuentra la salida del nervio óptico,
la papila. Es una zona constituida por fibras nerviosas sin
poder visual, motivo por el cual se llama también punto ciego.
Los anexos del ojo
Se llaman así a las estructuras complementarias a este órgano
cuya función es de protección. Son las pestañas, cejas, los pár-
pados, la conjuntiva y el aparato lagrimal.
La conjuntiva es una membrana serosa transparente que recubre
la superficie ocular desde el limbo (porción bulbar), cara interna de
los párpados (porción tarsal), hasta el borde de estos. Figura 10.
Es laxa, lo cual permite los movimientos del globo ocular inde-
pendientes. El epitelio estratificado de la conjuntiva posee, dis-
persas por toda su superficie, glándulas unicelulares calicifor-
mes, productoras de mucina y glándulas de secreción acuosa,
para mantener la humedad.
Es un tejido muy activo frente a agresiones, en cuyo caso se
desencadena una respuesta inflamatoria de diferente intensidad
(hiperaguda, aguda, subaguda o crónica) en la que se produce:
vasodilatación, edema y/o secreción y entrada de células infla-
matorias.
Patologías más prevalentes
OJO SECO
Para una correcta salud ocular es necesario tener una película
lagrimal capaz de nutrir, lubricar y proteger la superficie ocular.
Se define el ojo seco como “una enfermedad multifactorial de
la película lagrimal y la superficie ocular que causa síntomas
de malestar, trastornos visuales e inestabilidad de la película
lagrimal con daño potencial en la superficie ocular. Cualquier
disfunción de las glándulas lagrimales principal o accesorias,
las glándulas de Meibomio, los párpados, la córnea, la con-
juntiva o los arcos reflejos de conexiones neurales (los com-
ponentes que forman conjuntamente la unidad funcional lagri-
mal), produce inestabilidad de la película lagrimal, síntomas
de arenilla e irritación, inflamación de la superficie ocular y, fi-
nalmente, signos de daño en la superficie ocular y deterioro
visual.
Según estudios realizados, la prevalencia del ojo seco está
sobre el 9 por ciento de los pacientes de más de 40 años, au-
mentando hasta un 15 por ciento en edades por encima de los
65 años. Los cambios hormonales asociados con la menopau-
sia son la principal causa por las que las mujeres son las más
afectadas por esta condición.
En términos generales puede clasificarse en dos grupos princi-
pales según la etiología: ojo seco acuodeficiente y ojo seco
evaporativo.
• El ojo seco acuodeficiente está asociado tanto al síndro-
me de Sjögren como a trastornos de la glándula lagrimal
no asociados al síndrome de Sjögren.
• El ojo seco evaporativo, que a su vez se divide según
sus causas en intrínsecas y extrínsecas, siendo las casu-
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Figura 9. Vista de la retina.
Figura 10. Partes de la conjuntiva.
sas intrínsecas aquellas que incluyen disfunción de las
glándulas de Meibomio (DGM) y alteraciones del párpa-
do; y las extrínsecas, las que se refieren a alergias, afec-
ciones de la superficie ocular y el uso de lentes de con-
tacto.
La sintomatología que con mayor frecuencia refieren estos pa-
cientes es sequedad, arenilla, irritación y escozor, y las causas
pueden ser muy diversas. Se puede dar el caso de que coexis-
tan las dos condiciones, acuodeficiente y evaporativo, en un
mismo paciente de ojo seco. Esta sintomatología se puede divi-
dir, según los síntomas descritos por el paciente y los signos
observados por el profesional, en diferentes niveles de grave-
dad, que a su vez darán lugar a diferentes recomendaciones de
tratamiento. Tabla 1.
En el caso de los usuarios de lentes de contacto, el ojo seco, o
al menos, la sensación de sequedad durante el uso de las len-
tes, es la principal razón de que se tengan que hacer horarios
de uso reducidos de las lentes e incluso que fracase el uso de
estas. La razón se debe a la alteración que produce la lente en
la estructura de la lágrima, sobre todo, de la capa lipídica que
es la que le da estabilidad, por ello la lente se deshidrata, esto
da lugar a peor visión, alteraciones del parpadeo, y todo el
resto de sensaciones de irritación, escozor o arenilla caracterís-
ticos del ojo seco.
Consejos sobre cambios en algunas costumbres son a veces
muy útiles para ayudar a estos pacientes: comprobar que no
haya ninguna medicación que pueda agravar la enfermedad
(antihistamínicos, antidepresivos), cambiar hábitos alimenticios
(aumentar el consumo de ácidos grasos Omega 3 y disminuir
los Omega 6), mejorar las condiciones de trabajo (uso de pan-
tallas, ambientes secos por climatización), hasta incluso obser-
var el modo de parpadeo de la persona (fomentar su frecuencia
y que sea completo).
La amplia gama de productos humectantes y lubricantes,
aunque constituyen un método paliativo y no una solución al
problema, son el principal tratamiento del que se dispone. La
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Tabla 1 Manejo del ojo seco
Gravedad
nivel 1
nivel 2
nivel 3
nivel 4
Molestias leves o esporádicas, a menudo en respuesta a estímulosambientales, con o sin síntomas visuales. Signos leves (si los hubiera)de hiperemia conjuntival, tinción de la superficie ocular, enfermedadpalpebral. La estabilidad y producción de la película lagrimal quedanafectadas de forma variable.
Molestias leves y síntomas visuales intermitentes con o sin exposicióna estímulos que los provoquen; más frecuentemente muestran tincióncorneal o conjuntival. Puede aparecer enfermedad palpebral y laestabilidad y producción de la película lagrimal suele quedar afectada.
Síntomas frecuentes o constantes sin provocación y síntomas visualesque pueden limitar las actividades. Tinción moderada a marcada de lasuperficie ocular, posiblemente con queratitis filamentosa, suciedad dela película lagrimal y acumulación de moco. La enfermedad palpebrales común y la estabilidad y producción de la película lagrimal suelenestar considerablemente reducidas.
Signos y síntomas mostrados. Síntomas a veces graves, constantes eincapacitantes. Marcada hiperemia conjuntival y tinción de la superficieocular con queratitis filamentosa, acumulación de moco, considerablesuciedad de la película lagrimal y posiblemente ulceraciones. Marcadaenfermedad palpebral a menudo presente, asociada con triquiasis,simbléfaron y queratinización. La rotura de la película lagrimal esinmediata y las tasas de producción son mínimas.
Enseñar modificaciones ambientales ydietéticas. Modificar medicaciones sistémicasnocivas. Utilizar suplementos de lágrimaartificial, geles y/o pomadas. Terapiapalpebral.
Si los tratamientos del nivel 1 son insuficientes,añadir: tratamiento antiinflamatorio tópico,tetraciclinas (enfermedad palpebral y rosácea)Tapones lagrimales, secretagogos (si loshubiera), gafas de protección/con cámara dehumedad.
Si los tratamientos del nivel 2 son insuficientes,añadir: suero autólogo, lentes de contactoterapéuticas, oclusión permanente de lospuntos lagrimales (p. ej. cauterización).
Si los tratamientos del nivel 3 son insuficientes,añadir: antiinflamatorios/inmunosupresores;cirugía: cirugía del párpado/tarsorrafiatrasplante de membrana mucosa, membranaamniótica o glándula salivar.
Características Recomendaciones de tratamiento
Tomado de Management and Therapy. Ocular Surface 2007; 5(2): 163-17 8.1
elección del tipo de producto dependerá de la parte de la lá-
grima que sea necesario suplementar. Los hay que incorpo-
ran aceites para ayudar a la parte lipídica de la lágrima.
Otros por su viscosidad aumentan el tiempo de permanencia
sobre el ojo, aunque incluso pueden empeorar la visión si
son demasiado espesos. La presentación en monodosis,
multidosis, geles o cremas deberá también ajustarse al mo-
mento en que se va a usar y las necesidades de cada pa-
ciente.
BLEFARITIS
Se conoce con este nombre a la condición que causa una infla-
mación del borde de los párpados, en la zona de la base de las
pestañas, causando irritación, picor, enrojecimiento, escozor e
hinchazón. La imagen más habitual es la de pequeñas escamas
cubriendo la base de las pestañas. Si bien, las causas de esta
molesta condición no se conocen con exactitud, puede estar
asociada a una proliferación excesiva de las bacterias que se
encuentran normalmente en la piel, a síntomas de ojo seco o a
algunos tipos de enfermedades de la piel como la rosácea. Las
glándulas del borde del párpado se obstruyen y la grasa que
debe drenar normalmente se queda retenida, creando un am-
biente propicio para el desarrollo de bacterias, cuyas toxinas
irritan la piel. Figura 11.
Se distingue entre la blefaritis anterior, si se encuentran afecta-
dos el párpado en su parte externa y las pestañas; o posterior,
si la causa de esta condición es una disfunción de las glándulas
de Meibomio, de secreción lipídica y situadas a lo largo de la
estructura del párpado. Una persona puede desarrollar al mismo
tiempo blefaritis anterior y posterior en diferentes grados.
Síntomas
• Irritación de los ojos y párpados
• Formación de costras o escamas en los párpados y pes-
tañas
• Picor y ardor de ojos y lagrimeo
• Enrojecimiento e hinchazón del borde del párpado y de
los ojos
• Sensación de arenilla o presencia de cuerpo extraño en el ojo
Causas
• Disfunción de las glándulas de Meibomio del párpado
• Dermatitis seborreica
• Rosácea
• Ácaros en las pestañas (Demodex)
• Reacciones alérgicas a cosméticos o medicamentos.
Tratamiento
En casos leves, se puede controlar y mejorar con medidas
de higiene ocular, tales como tratar esa zona del párpado
con productos específicos que limpien sin irritar aún más
la piel. Aplicar compresas de agua tibia también ayuda a
forzar la expresión de las glándulas de Meibomio y ade-
más ayudará a evitar que se produzcan otras complicacio-
nes derivadas como el orzuelo o el chalazión, que vere-
mos más adelante. En otros casos, el oftalmólogo reco-
mendará el uso de una pomada antibiótica de uso tópico
y en casos más serios antibióticos por vía oral.
CHALAZIÓN
Es una inflamación, que suele ser crónica, de una glándula de
Meibomio, glándulas productoras de grasa situadas en el borde
de los párpados, por obstrucción de su conducto.
Externamente se aprecia un bulto, que es un quiste de grasa.
Su forma suele ser redondeada y bien definida. Es indoloro y
no tiene carácter infeccioso. Se puede localizar más o menos
alejado del borde palpebral. Figura 12.
Si son pequeños se suelen resolver espontáneamente. Si son
grandes, la presión sobre la córnea puede producir visión bo-
rrosa.
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Figura 11. Blefaritis escamosa.
El tratamiento inicial es la aplicación de compresas calientes
durante 15 minutos, 3 o 4 veces al día. En casos de lesiones
grandes, que no respondan al tratamiento anterior, en las cua-
les el quiste no desaparece en semanas o meses, puede ser
necesaria la cirugía. Es una intervención simple y efectiva.
Aproximadamente en el 90 por ciento de los casos, el chala-
zión desaparece.
ORZUELO
Es una infección del folículo piloso de una pestaña y su glándu-
la asociada. Se trata de la glándula de Zeiss, que es una glán-
dula de secreción sebácea, o la glándula de Moll, que es sudo-
rípara. La infección está ocasionada por bacterias del género
Staphylococcus.
El orzuelo es una pequeña masa nodular o un absceso que
duele si se ejerce presión sobre él. Su aparición puede de-
berse a diferentes causas, como blefaritis, mala higiene,
cambios hormonales e incluso estrés o problemas de visión.
Figura 13.
Al tratarse de un proceso infeccioso, el uso de antibióticos será
la primera opción. Además de esto, se pueden recomendar
otras medidas, como la aplicación de calor local.
La prevención pasa por una correcta higiene ocular y evitar
tocar los ojos o frotarlos.
Diagnóstico diferencial del chalazión y el orzuelo
El orzuelo y el chalazión son dos afecciones oculares muy
distintas que aparecen en el mismo lugar y pueden confun-
dirse. El chalazión se presenta a cierta distancia del borde y
generalmente se desarrolla hacia el interior del párpado y no
duele ni tiene carácter infeccioso. El orzuelo es una infec-
ción que forma un pequeño bulto rojo, doloroso e irritado en
el borde del párpado. No es raro que aparezca más de uno
a la vez. Es más frecuente que aparezcan en el párpado in-
ferior.
CONJUNTIVITIS
Es la patología más frecuente que afecta a esta parte del ojo y
tiene unos signos y síntomas que son comunes a todas sus va-
riantes, como son: el ojo rojo y el aumento de secreciones,
aunque estas son distintas para cada tipo de conjuntivitis. Tam-
bién pueden aparecer picor, dolor o lagrimeo. Figura 14.
Conjuntivitis bacteriana
La causa es la infección por bacterias, procedentes frecuente-
mente del entorno: tocarse los ojos con las manos sucias o
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Figura 12. Chalazión. Figura 13. Orzuelo.
Figura 14. Conjuntivitis.
contaminadas, o procedentes del borde del párpado. Suele ser
de inicio bilateral y luego contagiarse al otro ojo. La secreción
es mucopurulenta que suele secarse al despertar. El tratamiento
suele ser efectivo con antibióticos en colirio y pomadas que
controlan el cuadro en 5-7 días. En las conjuntivitis de difícil re-
solución o recurrentes, hay que pensar en que la causa sea un
trastorno de la vía lagrimal o patología infecciosa de los parpa-
dos (blefaroconjuntivitis).
Conjuntivitis vírica
La causa son virus que producen infecciones de las vías res-
piratorias altas o por contagio de personas del ámbito fami-
liar. Los signos y síntomas son de rápida evolución y muy
aparatosos con inicio unilateral, haciéndose frecuentemente
bilateral de los 3 a 7 días. Se acompaña de edema importan-
te del párpado y característicamente de inflamación de un
ganglio de cuello. La secreción en este caso es acuosa (lágri-
ma). El tratamiento es para paliar los síntomas porque no
puede evitarse su evolución, que puede durar de una semana
a un mes, según la agresividad del virus.
Conjuntivitis alérgica
En este tipo lo más importante es identificar el alérgeno, ya
que se producen en personas con diferentes tipos de alergias
y se asocian a alérgenos volátiles (polen, ácaros del polvo,
etc.). Su inicio suele ser abrupto y bilateral con un síntoma
principal que es el picor intenso, especialmente en el extremo
interno (hacia la nariz) de la conjuntiva, picor, que aumenta al
frotarse. La secreción es acuosa o mucosa dependiendo de
la intensidad. El tratamiento consiste en la administración de
colirios de antihistamínicos y/o corticoides.
Conjuntivitis tóxica
La conjuntiva es sensible a multitud de agentes externos y
puede inflamarse por exposición a ellos. Son muy típicas las
inflamaciones de la conjuntiva relacionadas con la exposición,
por ejemplo: al cloro de las piscinas, al aire acondicionado, al
trabajo con ordenador, a colirios con conservantes, acompa-
ñando al ojo seco, etc. El tratamiento en estos casos pasa
por identificar y evitar el agente tóxico que la produce.
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