TrompetaEvangelizadora
Septiembre 2013
Humildad y Servir
Contenido
2 Trompeta Evangelizadora │ 09/2013
Lo que mueve al corazón
10 Esponjas y regaderas
Enseñanzas bíblicas - fácil de comprender
14 El camino a la salvación
¿Cómo puede ser salvo un hombre?
15 Verdadera sanidad divina
Biografía
22 Hudson Taylor (Parte 11)
24 Jesús, el modelo ideal
para la vida de su pueblo
4 El general
5 El vagón desenganchado
6 La bendición de la humildad
Vale la pena ser humilde de corazón.
8 Permaneced en humildad
11 La fe sin obras está muerta
Programa radial
12 La oculta bendición de la humildad
18 Luz desde lo alto
El instrumento más difícil
Tiempo de preparación
Mi foto no
Editorial
3 │ Trompeta Evangelizadora 09/2013
Estimado lector,
Quien se muda a un país desconocido y no conoce
el idioma, tiene que conformarse con un salario
mínimo en la búsqueda de trabajo.
Esto escuché hace años de una madre, que tuvo que
tomar un puesto de limpieza, al decir: “¡Mi hija no
debería jamás estar de rodillas trabajando como
mucama!”
No está mal que los padres se preocupen por sus
hijos para que les vaya mejor. ¿Pero deben ser
nuestros hijos señores y señoras, que en algunos
casos miran con menosprecio a otras personas que
no les va tan bien, o incluso miran con desprecio a
los propios padres por su gran orgullo?
Estimado lector, nuestra trompeta evangelizadora
tiene como tema principal en esta edición:
¡Humildad y servicio!
En el mundo, para mucha gente esto está por debajo
de su dignidad. Pero ante Dios, esto es un
espléndido y estimulante pensamiento. El Hijo
de Dios ha dejado los bienes celestiales y la divina
majestuosidad y gloria para hacerse hombre, se hizo
siervo y vivió con sus padres en el pequeño lugar de
Nazaret, en las condiciones más pobres.
Antes de morir en Gólgota dijo el salvador a sus
discípulos: “Mas yo estoy entre vosotros como el
que sirve” (Lucas 22,27); y otra instrucción para
nosotros es: “El que es el mayor de vosotros, sea
vuestro siervo” (Mateo 23,11).
Si, Jesucristo no ha venido del cielo, “para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos” (Mateo 20,28).
Oh querido lector, ¡Amar y servir a Dios y amar al
prójimo como a sí mismo, esto es lo más grandioso
en la tierra! Por lo tanto: “Oh hombre, él te ha
declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia, y amar misericordia, y
humillarte ante tu Dios" (Miqueas 6,8).
H.D. Nimz
Página juvenil
16 La mirada al enemigo
Pregunta juvenil
17 ¿Pueden pecar los niños?
Los caminos de Dios
Página infantil
19 ¿Qué es peor?
Página familiar
20 Buscando el interés de los demás
21 Cristo en el hogar
26 Experiencias con Dios
27 Anuncios
Pie de imprenta
28 Para la vejez, para la juventud
4 Trompeta Evangelizadora │ 09/2013
HUMI LDAD Y SERVIR
El general
La guerra civil había culminado y los preparativos
para un gran desfile de la victoria en Washington
estaban en plena marcha. El general William
Tecumseh Sherman estaba a cargo de los planes.
La ruta del desfile debía ir por la avenida
Pensilvania y pasar por la casa blanca. El protocolo
requería, que un general cabalgara delante de la
división que estaba bajo sus órdenes.
En la mañana del desfile surgió un problema. El
general Sherman parecía preocupado, cuando fue
hacia el general Oliver O. Howard. La compañía
de este general había contribuido a las victorias en
las batallas de Tennessee y Atlanta. Enviado como
líder del ejército de Tennessee, él había participado
en la famosa “marcha hacia el mar” de Sherman.
“General Howard, usted sabe que debe cabalgar al
frente de su división.” “Ciertamente, señor.” “Bien,
quisiera pedirle un favor.” “A sus órdenes, señor.”
“El general X, quien era el líder antes que usted,
quisiera cabalgar al frente de su antigua compañía.
Yo sé que usted fue comandante en las últimas
batallas. Pero Howard, yo sé que usted es un
cristiano, y por eso usted podrá resistir esta
decepción. ¿Renunciaría usted y dejaría al general
X la honra de encabezar las tropas en el desfile?" El
general Howard estaba en este momento como
imnoptizado. Él anhelaba cabalgar con las tropas
que le habían servido tan fielmente y estuvieron
dispuestos a dar su vida. Se desarrolló un fuerte
espíritu de equipo viviendo y luchando juntos.
Estos hombres habrían ido a la muerte por él y por
sus camaradas. Él mismo había perdido un brazo
en la batalla. Ahora se le pedía renunciar a su lugar
de honra para otro oficial, quien hacía una petición
insólita e injustificada. Pero el general Howard
recuperó nuevamente su postura. Según la
expresión militar “Sus deseos son órdenes para mí”
estuvo parado firmemente ante su superior y dijo:
“Sí señor. Porque usted lo desea y porque soy
cristiano, renuncio con alegría. El general X puede
encabezar la división.”
Sherman lo miró aliviado y admirado, diciendo:
“Howard, yo esperaba que usted aceptara. Ahora
quisiera que usted cabalgue conmigo al frente de
todo el ejército.”
Contrariamente al comportamiento normal de las
personas, Howard actuó como cristiano. El
aprendió esta humildad poco abundante, que viene
de que se acepte el sentir de Cristo. Tomar el lugar
inferior va contra la naturaleza. Pero Sherman lo
honró de una manera tal, que de otro modo él
nunca habría obtenido.
5 │ Trompeta Evangelizadora 09/2013
HUMILDAD Y SERVIR
El vagón
desenganchado
Un hombre mayor dio a su hijo la administración de su gran
negocio. Al principio, el hijo buscaba de su padre consejo
para cada decisión. Una mañana, él se fue más temprano
que de costumbre al negocio sin el consejo del padre, el
anciano se sintió herido.
Se fue a la huerta, donde sus nietos jugaban felizmente a
los trenes. Uno de ellos tomó al otro de la solapa de la
chaqueta y se empujaban por el jardín. Solamente un niño
se mantenía apartado. El abuelo le preguntó. “Y, ¿tú no
juegas con ellos?” “Oh si, abuelo”, respondió el niño con
ojos relucientes, “soy el vagón carbonero, pero ahora estoy
desenganchado”.
“¡Desenganchado ”, pensó el anciano, “¡eso es!”.
¿Probablemente se aprende con facilidad? Desde luego,
estar desenganchado es muy solitario. Ya no se pertenece al
otro. Sin embargo, así una vida puede ser rica y bendecida.
Frecuentemente, esas personas “desenganchadas”, llegan a
ser poceros, porque ellas mismas han extraído de la
profundidad de la palabra de Dios, y le es concedido el
consuelo, que solo fluye de la fuente santa, de donde han
aprendido la humildad.
Servir
Sirve sencillamente fiel y bien,
Él es Señor y tú, siervo eres;
no preguntes: “¿Porqué?” y “¿Cómo?”,
¡en silencio observa al Salvador!
Servir es un estado de felicidad,
relacionado con lo celestial;
ayudar, consolar, tierno mitigar,
amor, que se da a manifestar.
Corazón que habla a corazones,
en la entretejida espinas de rosas,
espera, paciente, en silencio,
si la fruta madurará.
Entrégate como ofrenda,
se ejemplo claro y real,
camina tu senda en plena paz,
¡se a Dios un cántico de alabanza!
Sigue adelante sin desmayar,
solo servir y nada más;
todo lo otro Dios lo hará,
te bendecirá más de lo que imaginás.
!
HUMILDAD Y SERVIR
La bendición de la humildad Muy pocas personas conocen, por propia experiencia, la maravillosa bendición de una
vida humilde. ¿Te gozas de este tesoro y de sus preciosos frutos?
Dios se conduce con los humildes
¿Qué corazón podría desear una bendición más
rica? “Mi presencia irá contigo, y te daré
descanso.” Caminar con Dios así en humildad
significa disfrutar de plena tranquilidad. Si quieres
ser feliz y estar lleno de calma, debes ser humilde.
Oye estas palabras del Salvador, y espero que
posen con toda su fuerza y belleza en tu corazón:
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas” (Mateo 11,29).
Reposo es el fruto de la humildad. ¡Pero, qué
pocos han encontrado este valioso secreto! Cuanto
más humilde es una persona, más dulce, grande,
profunda y bendita es su quietud; y cuanto más
orgullosa es, más miserable es su situación. La
dulce, silenciosa tranquilidad, llena el corazón y la
vida de la persona verdaderamente humilde. El
mundo podrá burlarse de ti, pero la tranquilidad de
tu alma queda inalterada. Todo tu entorno podrá
ser elogiado y honrado y tú no, aún así tu alma
permanece en la tranquilidad. ¡Cuan bendecida
experiencia!
Dios da gracia al humilde
Si ansías más gracia y gloria, entonces debes
humillarte, pues sólo al humilde Dios le da gracia.
“Bienaventurados los mansos, porque ellos
recibirán la tierra por heredad” (Mateo 5,5). La
tierra y su plenitud son del Señor. Los mansos y
humildes tienen a Dios por Padre, en consecuencia
son herederos de este mundo. Mediante la
providencia de Dios reciben todo lo que es
necesario para la vida cotidiana. Esta es una de las
bendiciones que le pertenece a los humildes. Ellos
poseen la tierra. Con esto quiere decir que Dios, el
Señor de la tierra, pondrá a disposición
abundantemente a los humildes todo lo que ellos
necesitan en bendiciones temporales. Todos los
que se vuelven temerosos y angustiados cuando las
bendiciones temporales no están siempre enseguida
a la vista, no son tan humildes como deberían ser.
Por lo tanto, es estorbada la fe en Dios.
Quisiera hacer entendible cada punto, y la mejor
manera para ello es la ilustración. Suponiendo, yo
debería llevar a cabo reuniones en un lugar. Si yo
ahora me volviera preocupado e intranquilo porque
la iglesia en aquel lugar no me cubriera las
necesidades cotidianas, esto sucedería porque no
soy así de humilde ante Dios como debería ser.
Humillarse bajo la poderosa mano de Dios no
significa solamente poseer una conciencia de la
dependencia de Dios, sino que significa también,
perservar en la fe y descansar y confiar en Él. El
hijo humilde de Dios nunca deberá sufrir carencias.
“Comerán los humildes y serán saciados.” Cuando
la gracia de la humildad adorna el corazón,
entonces Dios tiene complacencia en él y mantiene
tal corazón en absoluta tranquilidad.
Leemos en Salmos 147,4-6: “El cuenta el número
de las estrellas; a todas ellas llama por sus
nombres. Grande es el Señor nuestro, y de mucho
poder; y su entendimiento es infinito. Jehová exalta
a los humildes” ¡Eso es maravilloso! El mismo
pensamiento es pronunciado en Isaías 40,26-29. La
misma grandeza y el poder de Dios, que creó y
6 Trompeta Evangelizadora │ 09/2013
sostiene a todo el mundo, exalta y sustenta también
a los humildes y necesitados. Los cielos podrán
deshacerse y derretirse el universo, pero el Señor
no permitirá que el humilde hijo de Dios tropiece y
caiga. Esto es benéfico para los humildes. Mi
corazón busca diariamente por esta gracia
refrescante y satisfactoria. Mi alma probó de ello y
pide y desea más. Como el ciervo brama por agua
fresca, así clama mi alma por más humildad. No es
un anhelar inquieto, miedoso, inconforme, sino un
añorar dulce, complacido. Los mansos son
exhortados a buscar la mansedumbre (vea Sofonías
2,3). Incluso el más manso puede aspirar a una
mansedumbre mayor, y en consecuencia puede
aumentar constantemente nuestra alegría y nuestra
bendición.
Queremos mencionar aquí algunas citas de las
Sagradas Escrituras. Por favor, considere las
correctamente y reflexione sobre ellas, hasta que
su alma saboree la dulzura que ellas contienen.
“Comerán los humildes, y serán saciados” (Salmos
22,26). ¿No es una bendición estar completamente
satisfecho y no tener necesidad alguna, poseer
absoluta y completa calma del alma? Esta es la
verdadera, dichosa situación del realmente
humilde. Ellos no deben tener solamente sustento
para el cuerpo y estar conformes con ello, no, ellos
deben tener sustento para el alma, hasta que tengan
su deleite en lo abundante.
“Encaminará a los humildes por el juicio,y
enseñará a los mansos su carrera” (Salmos 25,9). Si
esta declaración no despierta un gran anhelo en su
alma de ser más mansos, entonces su alma deben
estar en un sueño de muerte. Los caminos de Dios
son caminos pacíficos, agradables y de felicidad.
Allí no hay sufrimiento por el pecado, no hay
tinieblas. Todo está lleno de esperanza y es
transparente. Los humildes deben caminar allí y
escuchar la voz de su Dios. Sus caminos son más
altos, mucho más altos que los caminos de las
personas. Pero aquellos que se quieren humillar, Él
quiere levantarlos, para que anden en sus caminos.
¡Pero, cuán pocos conocen los caminos correctos
del Señor en estos días de maldad y fría
formalidad! ¡Pero gracias al Señor! ¡Existen
algunos que los conocen, y bendito es este pueblo!
“Pero los mansos heredarán la tierra, y se
recrearán con abundancia de paz” (Salmos 37,11).
Si han meditado sobre este texto alrededor de una
hora, entonces recién empezarán a entender un
poco de su profundo significado. ¿Tienen ustedes
abundancia de bienestar y paz? Muchos de los que
se imaginaban algo así, descubrieron para su
asombro en pruebas y tentaciones, que estaban
muy mal parados con esto. Alguien que testificó
estar plenamente lleno de estas cosas, perdió toda
su paz cuando vino la prueba. Cuando vienen días
en los que parece que todo va mal – y días vendrán
– ¿te alegras entonces también de la abundancia de
paz y bienestar? Si no, entonces te falta más
mansedumbre; la promesa dice que los mansos
deberán recrearse en la abundancia del bienestar.
“Los humildes crecerán en alegría en Jehová, y
aun los más pobres de los hombres se gozarán en el
Santo de Israel” (Isaías 29,19). Nada malo le puede
suceder a los humildes, pues Dios los alza sobre
todo lo malo. Nosotros navegamos en el mar de la
vida con la más grande confianza de que no nos
hundiremos. No sabemos, qué tormentas nos
esperan, ni cuán altas se alzarán las olas, o que otra
cosa podrá ocurrir; pero esto sabemos, si
permanecemos humildes, entonces Dios nos alzará
sobre todo y nuestra alegría se debe multiplicar.
Porque en el ser humilde hay tal bendición,
nuestros corazones anhelan más humildad.
C. E. Orr (1861-1933)
Extraido de: La vida escondida
7 │ Trompeta Evangelizadora 09/2013
HUMILDAD Y SERVIR
Permaneced en humildad
Esta característica del cristiano, no es solo aceptable a nuestros semejantes. El mayor
aprovechamiento lo tiene cada uno personalmente. Este tesoro debemos cuidar.
Humildad es algo muy valioso, de hecho es la virtud
más alta que una persona puede poseer. Humildad es
más que toda fe, aunque pudiera mover montañas. Es
más que sabiduría y conocimiento de todos los
hombres. Si, humildad es más que todos los dones
que una persona puede poseer.
Nadie puede agradar a Dios si no tiene un corazón
humilde. El da gracia solamente a los humildes y
resiste a los soberbios. La humildad no está en un
rostro piadoso, no en una postura superficial o en
palabras humildes. Todo esto puede tener y mostrar
las personas, y sin embargo ser orgullosos y
justamente estar orgullosos de su apariencia humilde.
Si bien la humildad se ve exteriormente, sin
embargo, debe tener sus raíces en el corazón. Es la
posición de nuestro corazón ante Dios y los
hombres. Que un corazón humilde rechace toda
actitud altiva y todo orgullo, es un efecto natural.
Muchas personas están probablemente dispuestas a
ser sumisos a un gobernante, a un hombre rico, a
aquellos que están en una posición muy superior a la
suya, pero ¿Cómo se está ante los semejantes o
incluso ante aquellos que son inferiores a nosotros?
¿Podemos tomar un verdadero estado de humildad
ante estas personas? La Palabra de Dios no hace
distinción entre alto y bajo. Se requiere de todos la
misma posición del corazón: ¡Humildad!
Nadie debe creer que un alto cargo profesional,
prestigioso, responsable, nos hace exento a este
mandamiento. David, en su tiempo era un poderoso y
gran rey, y sin embargo era un hombre humilde. En
todos los honores y cargos el corazón puede seguir
siendo humilde y llamar hermanos a lo más inferiores
y servirlos. No existe ante Dios alguna excusa para
cualquiera que quiera sentirse orgulloso o arrogante.
¿Por qué no? Porque Jesús fue exaltado sobre todo, y
sin embargo poseía un corazón humilde y demostró,
que no se puede superar. Si para él era posible,
siendo el Hijo de Dios, ser hermano del más pobre y
servirle, entonces debe callar toda orgullosa excusa
ante este modelo de noble conducta. Dios puede
darnos y conservarnos un corazón humilde.
Un hermano me preguntó una vez: “¿Cómo
entendemos la escritura: ‘estimando cada uno a los
demás como superiores a sí mismo’-, sabiendo que el
otro no es más superior y que está equivocado?
¿Podemos considerar a esas personas superiores que
nosotros mismos?" ¡Por supuesto! No necesitamos
poner lo incorrecto como correcto, tampoco pasar por
alto. Sin embargo por amor a Cristo podemos
servirle, si es para la gloria de Dios. Servir es la
función del más inferior, así demostramos que
estimamos al prójimo superior. Jesús también nos ha
servido, en cuanto tomó sobre sí nuestros pecados.
Humildad es un gran beneficio. Dios da gracia a los
humildes. Lo que significa esta gracia para nuestra
vida, lo sabremos concretamente en la eternidad. La
humildad nos abre el canal de la gracia de Dios. Ella
es como una compuerta. Cuanto más nos inclinamos,
humildemente de corazón, tanto más fluirá la gracia
divina en el corazón.
Humildad es la llave hacia el aposento de gracia.
Sé humilde y encontrarás gracia para la vida
celestial; gracia para brillar, en los lugares donde
ninguna luz podría estar encendida y todas las
adversidades lo apagaría. Humildad da gracia para
permanecer en silencio, incluso si estamos en lo
cierto y todos los otros quieren hacer valer sus
derechos. Solamente en este estado de gracia somos
capaces de ganar almas. Ganar almas no es el
resultado de un estado altivo y arrogante, sino más
bien la consecuencia de un corazón humilde y de
habilidades de servicio. ¿Cómo logramos verdadera
humildad de corazón? Jesús dice: “¡Aprended de
mi!” Él era el más grande de la historia de la tierra, y
el más humilde. Él nació en forma discreta y puesto
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9 │ Trompeta Evangelizadora 09/2013
bajo la autoridad educativa de los padres. Él estaba
sujeto a sus padres. Sujeto a las leyes del estado de
aquél tiempo, si bien era el único dador de leyes.,
“¡Aprended de mi!”
Cuando comenzó su ministerio era modesto, para
que los que le conocían, se molestaban porque no le
podían ver como el Mesías. Después de tres años y
medio de su actividad era tan desconocido que se
necesitaba un traidor para arrestarlo. Él era realmente
un ejemplo, del que todavía nos queda mucho por
aprender. Pedro escribe: “¡Revestíos de humildad!”
Justamente en esa área de la humildad Satanás nos
tienta para hacernos caer. Entonces tenemos que
mantenernos con fuerza a la humildad y pedirle a
Dios fortaleza para no rendirnos. Debemos probarnos
en todas nuestras acciones, en dar, orar, predicar,
visitar enfermos, en escribir artículos: ¿Hacemos
todo eso con un corazón humilde? ¿O está latente
profundamente el deseo de nuestro corazón de que
personas nos exalten? ¿Estamos también agradecidos
si quedamos anónimos y desconocidos a nuestro
sacrificio y no recibimos de las personas la debida
recompensa?
Jesús nos dice: “El que se humilla, será
enaltecido.” Humillarse a sí mismo, y no esperar a
que circunstancias desagradables nos obliguen a
humillarnos. Es mejor si lo hacemos nosotros
mismos, eso trae mayor bendición. Nadie
permanecerá en humildad sin la gracia. También
debemos tener en cuenta que Dios nos dará
oportunidades donde podemos aprender y demostrar
humildad. Esto no sucede en caminos de color de
rosas, no, esto entra en el valle de la humildad, que
naturalmente al hombre no le agrada. La verdadera
humildad sólo es posible a través del poder del
Espíritu Santo. Él quiere ayudarnos en las situaciones
más difíciles, que podamos mantener victoria de
nuestros propios sentimientos. Humildad es la
evidencia que Dios habita en nuestro corazón. Donde
Dios, el Padre y el Hijo viven, allí también hay
humildad. Donde no está ella, tampoco es la morada
de Dios. Humildad es la evidencia que amamos a
Dios y a las personas. Porque el amor se hace por sí
solo servidor. “Humillaos, pues, bajo la poderosa
mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo” (1. Pedro 5,6).
H. W.
C. W. NAYLOR - LO QUE MUEVE AL CORAZÓN
Esponjas y regaderas
Era costumbre de Jesús tomar de las cosas
cotidianas que le rodeaban, para una enseñanza
espiritual. De esta manera introducía y convencía a
sus oyentes de una verdad útil. También nosotros
obtenemos muchas ideas valiosas de las cosas
simples de la vida cotidiana. La contrariedad de los
artículos mencionados en el encabezamiento nos
trae a la mente imágenes de dos clases de personas.
Lo más notable de una esponja es su capacidad
de absorber y retener líquido en sí misma. Cuando
entra en contacto con el líquido o se sumerge en él,
puede absorber una cantidad mayor que su propio
peso.
Algunas personas son como una esponja. Van a
los cultos y beben la verdad, una y otra vez. Ellos la
disfrutan, sus corazones se deleitan. Les encanta el
canto, la predicación, los testimonios y la oración.
Ellos absorben y absorben. Pero, igual que la
esponja, no dan nada. Solamente lo que la esponja
absorbió, lo da cuando se la somete bajo presión.
Lo mismo sucede con las esponjas
humanas. Gustosamente escuchan, pero hay que
insistirlos, para que hagan algo. Ellos testifican sólo
cuando se sienten obligados a hacerlo, o cuando son
empujados por otras personas. Rara vez oran en las
reuniones. En estos casos son los últimos. Si uno
llega a una congregación donde la mayoría son
esponjas, allí habrá algunas personas que realizan el
trabajo principal y el servicio será soso y aburrido.
Esponjas húmedas no se queman. Tampoco el
fuego de Dios puede quemar en una congregación
de esponjas. El predicador puede arder para el
Señor, pero no es capaz de encender una esponja.
¿Hay que insistirte para que digas un testimonio?
¿Estas siempre preparado para orar, o hacer lo que
puedas en la reunión? ¿Te gusta hablar con las
personas acerca de la salvación? ¿O es que hablas
de ello sólo cuando alguien otro comienza la
conversación? ¿Tienes que ser instado
constantemente para cumplir con tu deber? ¿Eres
una esponja?
Una regadera es muy diferente. Se llena hasta su
máxima capacidad. Pero tan pronto como se la pone
en su posición correcta. Devuelve todo su
contenido. Una corriente de agua fresca,
refrigerante fluye sobre las plantas sedientas. Las
flores caídas levantan nuevamente la cabeza para
llenar el aire con su maravillosa y suave fragancia.
Un delicioso y fresco aroma rodea el lugar, y nos
deleita estar allí. La esponja representa la clase
egoísta, en cambio, la regadera representa el
corazón abierto, el dador alegre – el que siempre
está dispuesto, transmitir lo bueno. Es el que siega
la promesa: “El que saciare, el también será
saciado” (Proverbios 11,25).
Si la regadera se vacía, ¿no la llenará de nuevo
el jardinero - y con agua fresca? Por lo tanto, si
estamos vertiendo por los demás, vamos a ser
llenados de nuevo. Se dice de Jesús que “se
despojó de sí mismo” (Filipenses 2.7). Él se hizo
pobre para que por su pobreza viniésemos a ser
rico.
Oh, mis estimados, Dios quiere que estemos
“listos para toda buena obra”. No seas una esponja.
10 Trompeta Evangelizadora │ 09/2013
No te dejes rogar y empujar para trabajar en la obra
de Dios. No vivas en ti y para ti. No te conformes
solamente de seguir absorbiendo, sino comienza a
regar. Disponte hacer tu parte en el culto, si, en
todas partes. Estate preparado para regar a otras
personas. De hecho, el mundo es “un suelo
sediento”.
Una esponja, sin usar, su humedad se evapora
hasta que se vuelve dura y seca, en este estado es
inútil. Muchas personas han bebido la verdad y se
deleitaron en ella, pero donde no se ha regado a
otros, y llenados nuevamente, pasa a ser un
cuerpo seco, sin vida por la evaporización. Este es
el resultado habitual de esponjas espirituales.
¿Quiénes son los que, “Estarán vigorosos y
verdes”? (Salmo 92,15), ¿los que experimentaron
torrentes de bendición? ¿Son las esponjas? No, en
realidad no. “Dad, y se os dará” (Lucas 6,38). “Es
más bienaventurado dar [ser una regadera] que
recibir [y ser una esponja].” (Hechos 20,35).
Y ahora hazte la pregunta: ¿a cuál de estas dos te
comparas? Analiza el último año. ¿Estabas
dispuesto para cualquier servicio? ¿Es tu testimonio
siempre “maduro” - listo para cualquier
oportunidad? ¿Estás listo para el servicio de
cualquier tipo? Si eres una esponja, deja de serlo.
Pide al Señor, que haga algo mejor de ti. Si hoy no
somos esponjas, pronto lo podremos ser, si
descuidamos nuestro deber. La única manera segura
es, siempre seguir regando.
¿Te gusta hablar con las personas acerca de
la salvación? ¿O es que hablas de ello sólo
cuando alguien otro comienza la conversación?
│ Trompeta Evangelizadora 09/2013 11
La fe sin obras
está muerta
Hace muchos años se leyó en una revista
misionera, que cristianos europeos, en una calle
principal, en una reunión con hombres hindúes
habían contado e ilustrado a Jesús y su grande y
puro amor, como todo su pensamiento, su hablar,
su actuar, su sufrimiento e incluso su muerte no fue
centrado en otra cosa sino en sacarnos a nosotros
de la miseria temporal y eternal. Las personas
escuchaban con atención los felices comunicados
de los extranjeros y no podían saciarse de
escuchar. De repente uno de ellos, que había sido
particularmente muy atento, dijo enérgicamente:
“No, ¡no es cierto! ¡No es cierto! ¡No es cierto! ¡Es
imposible que sea cierto!” “¿Por qué no habría de
ser verdad?”, respondió uno de los europeos. “Si
fuera así”, respondió el hindú, “se debería ver
completamente diferente en sus vidas, su hablar y
su accionar”, e insistió en que: “¡No es cierto!”
¡Cuánto nos hace pensar esta pequeña historia!
Esforcémonos, para que nadie apuntando a nuestra
vida pueda decir de nuestra predicación “¡No es
cierto!”
12 Trompeta Evangelizadora │ 09/2013
Mensaje Radial Mensaje de Salvación Friedrich Krebs, Kitchener (CA)
La oculta bendición
de la humildad
Me diste asimismo el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó, y cuando me humillas,
entonces me engrandeces.” (Salmo 18,35 versión alemana)
“Todos sumisos unos a otros, revestíos de humildad.” (1 Pedro 5,5)
La Biblia habla a menudo de cosas extrañas; por
ejemplo: de un “tesoro en vasos de barro”; de una
“senda en las muchas aguas”. Ella habla de un
“fuego en la zarza que no se consumía” y de una
“paz como un río”. Ella habla de “corazones
ardientes” y de “cauterizada la conciencia”. Y en
Ezequiel 37 habla de “vientos que sopla sobre
muertos, y vivirán”. - ¿Comprendemos este
lenguaje?
Escrituras de este tipo necesitan un
esclarecimiento, porque evidentemente tienen un
profundo significado y bendición. También en el
texto bíblico mencionado arriba hay un misterio.
David dice: “¡Cuando me humillas, entonces me
engrandeces!” Al principio suena paradójico,
humillarse nos hace frívolos e insignificantes. Puede
decepcionarnos atormentar al corazón. ¡Sin
embargo, hay una oculta bendición en ella! Y esta
bendición o beneficio no lo revela tan claramente
ningún otro libro, como la Biblia.
En nosotros los seres humanos, tendemos en
general ser grandes y crecer cada vez más.
Queremos tener buena reputación y ser honrados por
las personas. Queremos ser amados y estimados. Por
lo tanto, muchos buscan ser complacientes a las
personas de cualquier manera, sea por motivos puros
o impuros. Pero, este afán conduce a menudo a la
envidia y peleas, a la calumnia, aprovechamiento
indebido, y todo esto porque se arremete a
“beneficios”, que en realidad no . Así
acontece entre las personas que no conocen la oculta
bendición de la humildad, y no quieren tomar el
camino de inferioridad. Ellos nunca han probado la
“miel de la peña” y no conocen el “tesoro en vasos
de barro”. Dios quiere mostrarnos estos valores
reales y por este motivo introducirnos en la oculta
bendición de la humildad. Él ve y sabe cuando
necesitamos esta humillación.
Un rey con una intención secreta, ha puesto una
pesada piedra en un concurrido camino del campo y
esperó a ver qué pasaría. Al principio, los
agricultores se sorprendieron. Pero ellos desviaban
con sus carros la piedra en cualquier dirección que
venían. Pero uno entre ellos pensó, por qué habría de
estar de repente esta piedra en el camino. Y un día
detuvo su carro, se bajó y se dispuso a quitar la
piedra del camino. Le costó trabajo y sudor. Pero
cuando hubo quitado la piedra del lugar, encontró un
precioso tesoro allí debajo, que le ha enriquecido por
su valor y esfuerzo. Esta pequeña historia nos enseña
“
existen
que debemos “descender”; bajar para poder encontrar la
bendición oculta. Para este propósito nos pide nuestro sabio y
gran Rey humillarnos en el camino. Él quiere guiarnos a su
tesoro, que en general pasamos de largo. Él quiere darnos gratos
beneficios y enriquecer nuestras vidas.
Si Pedro exhorta a los lectores: “revestíos de humildad”, debe
encerrar un profundo valor en ello. El autor del Salmo 118
escribió: “¡te alabaré porque me has humillado!”, seguramente
habrá encontrado un beneficio allí. En Salmo 119, 67 leemos:
“Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; más ahora
guardo tu palabra.” Y más adelante dice: “Bueno me es haber
sido humillado, para que aprenda tus estatutos.” Arrogancia y
orgullo nos engañan y nos llevan por mal camino, pero a través
de la humillación encontramos una mejor y superior vida. Así
nos revelan los testimonios bíblicos de la oculta bendición de la
humildad. Esta es la “miel de la peña” - beneficio de lo
profundo- de la misma manera hoy se experimenta esta
bendición.
Entre los aprendices en un taller de mantenimiento había uno
que era particularmente talentoso. Debido a su talento,
sobrepasaba a todos los demás, y eso le convirtió en arrogante y
orgulloso. El sabio maestro vio esto y convirtió otros métodos
de capacitación para que el sensato aprendiz sea humillado.
Esto llevó al joven a darse cuenta de que todavía tenía mucho que
aprender. En este camino inferior llego a ser más popular y tuvo
una experiencia más enriquecedora para desenvolverse entre sus
camaradas y maestros.
Del mismo modo el Señor usa la humillación como medios y
propósitos. Por ello puede hacernos más útiles y sabios. Esas
son buenas intenciones con mejores propósitos. Cuando David
comprendió esto pudo decir: “¡Cuando me humillas me
engrandeces!” ¡Si hemos aprendido a ser pequeños, Dios nos
puede hacer grande! El apóstol Pedro escribe: “Dios resiste a
los soberbios, y da gracia a los humildes.” La humildad nos
abre caminos a la saludable gracia que todos necesitamos.
Muchas personas no pueden encontrar a Dios, a causa de la
arrogancia y orgullo que está en su vida y corazón. Otros no
pueden ser una bendición, porque no conocen la oculta
bendición y su propia insensibilidad lo impide.
Los antiguos padres de la Iglesia enseñaron que todas las
virtudes sin humildad son de poca utilidad. ¡Nuestra propia
humildad nos acerca más al cielo! Alguien dijo: “¡La humildad
es saludable que no cuesta nada y obtiene todo!” - Todo lo que
somos o queremos ser ante los ojos de Dios, acontece por
gracia; y Dios le concede a los humildes.
Nuestro Señor Jesús dijo: “Aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”
Como se nos demuestra aquí claramente la oculta bendición de
humildad. ¡Queramos encontrar nosotros y muchos más esta
oculta bendición y aportar todo para no perderla!
│ Trompeta Evangelizadora 09/2013 13
Trompeta Evangelizadora │ 09/2013 14
EN SEÑ AN ZAS BÍBLICAS – FÁCIL DE COMPREN DER │ LECCIÓN 28
El camino a la salvación
¿Cómo puede ser salvo un hombre?
En la salvación del hombre, Dios es el que hace el
primer paso en la persona. Esto se aplica a toda la
humanidad, Él ha dado el primer paso cuando dio a
su Hijo por nosotros. Y esto es válido en la vida
personal de cada individuo. En la escritura nos
muestra al pecador como muerto espiritualmente
(Efesios 2,5; 1. Timoteo 5,6). En este estado no
puede realizar el primer paso hacia Dios. Por lo tanto,
el primer paso al camino de la salvación es el
avivamiento.
El avivamiento acontece a través de la predicación
del Evangelio y el obrar del Espíritu Santo en los
corazones de las personas. El Espíritu Santo despierta
al pecador y le muestra su estado pecaminoso.
Entonces el hombre se ve por primera vez como Dios
lo ve. Él ve que ha hecho mal a Dios y reconoce su
condición de perdición. Y ve que no puede subsistir
delante de Dios. Pedro, cuando se encontró en esa
situación, dijo: “apártate de mí, Señor, ¡porque soy
hombre pecador!” (Lucas 5,8), Isaías exclamó: “¡Ay
de mí, que soy muerto! Porque siendo hombre
inmundo, y habitando en medio de pueblo que tiene
labios inmundos” (Isaías 6,5). Este reconocimiento
pone al pecador ante la decisión.
Ahora le corresponde a la persona encaminarse
hacia Dios. Puede elegir entre la vida y la muerte, y
esta decisión determina su destino eterno. En la
parábola del hijo pródigo vemos esta decisión en las
palabras: “Me levantaré e iré a mi padre” (Lucas
15,18). Si el pecador se humilla ante Dios y se dirige
a Él, entonces el Espíritu Santo obra en él el
arrepentimiento.
Arrepentimiento es el sentimiento de culpa, el
sentimiento de aborrecimiento por vivir en el pecado.
El alma del hombre está llena de tristeza por eso y su
corazón se quebranta. Leemos en 2. Corintios 7,10
“Porque la tristeza según Dios produce
arrepentimiento para salvación, de que no hay que
arrepentirse”. Aquí la bondad de Dios guía al
hombre al arrepentimiento (Romanos 2,4).
Arrepentimiento significa un cambio radical. Es
más que un simple cambio de pensamientos. Aquí el
hombre se aparta por completo de todo mal, contra lo
divino. Rompe con el pecado y sus hábitos
pecaminosos y se vuelve completamente a Dios.
Primeramente le confiesa sus pecados. La confesión
es un paso importante en el camino hacia la
salvación. Leemos en Proverbios 28,13: “El que
encubre sus pecados no prosperará; mas el que los
confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” Por
favor lea también 1. Juan 1,9. Dios quiere que
nosotros le digamos nuestra mala conducta. Quiere
que reconozcamos delante de Él, lo que no era
correcto. También puede ser, que Dios le muestre
pecados que él ha cometido a su prójimo. Entonces
también el pecador debe confesar sus pecados a estas
personas y pedir perdón. Y si la deuda con el
prójimo se puede remediar, desde luego, debe
ponerlo en orden. Zaqueo dijo: “He aquí, Señor, la
mitad de mis bienes doy a los pobres; y sí en algo he
defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”
(Lucas 19,8). Qué bueno, si esta reparación puede
hacerse inmediatamente. Al menos, esta firme
determinación es necesaria.
Pues bien, ahora el camino para el buscador es libre
y puede acercarse a Dios en oración. Él puede pedir
el perdón de los pecados, lo cual su alma anhela
tanto. Nuestro Señor Jesús mismo da la directiva:
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se
os abrirá” (Mateo 7,7). Esta petición por la salvación
del alma debe ir acompañada de una firme fe.
Pablo y Silas le dijeron al carcelero de Filipos:
“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu
casa” (Hechos 16,31). En Efesios 2,8 leemos:
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe.” El
hombre debe creer la Buena Nueva, el Evangelio.
Debe comprender la fe, que el Hijo de Dios,
Jesucristo, murió por él en la cruz del Calvario, Él,
que no conoció pecado, llevó sobre la cruz sus
pecados personales. Esta fe en el Señor Jesús trae al
anhelante alma la salvación. Por la fe, serán hechos
justos. Pablo escribe a los Romanos: “[...] a fin de
que Él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe
de Jesús” (Romanos 3,26). Entonces el hombre
experimenta la profunda alegría del renacimiento, la
redención del pecado y de tener la certeza, de ser
ahora un hijo del Altísimo.
Robert Witt (DE)
│ Trompeta Evangelizadora 09/2013 15
Verdadera sanidad divina
Los tentadores métodos de sanación que se pueden
encontrar en todas partes hoy en día elevan a la
pregunta: “¿Cuál es la esencia de la verdadera
sanidad divina?” Para responder a esta pregunta
correctamente, tenemos que ir al libro divino, la
Biblia. No puede haber otro método de sanación
divina, que sólo aquel que está determinado y
aprobado por la Palabra de Dios. Al ir a las
escrituras, nos damos cuenta, que el gran poder por
el cual Jesús, durante su ministerio terrenal, estaba
haciendo todas sus obras, es decir, como sanar a los
enfermos, echar fuera demonios, etc., sucedió con la
fuerza inherente del Espíritu Santo. Sin este poder,
no podía actuar en su gran obra de la redención. La
palabra de Dios nos da mucha luz y conocimiento
sobre este tema. Nos enseña que dependemos
totalmente de Dios, y que debemos obtener toda la
fuerza de Él para hacer su voluntad y sus sagradas
obras. “[...] como Dios ungió con el Espíritu Santo y
con poder a Jesús de Nazaret, y como éste anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por
el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10,36-
38). Está tan claramente enseñado e informado de
que el Espíritu Santo, la vida divina que estaba en
Jesús, le dio este poder. Esta es la razón por la cual
su obra sanadora se llama “sanidad divina”.
La sanidad divina es sin duda una obra espiritual y
es diferente de cualquier otra afirmación y métodos
de sanación, que son causados por recursos
materiales, así como el día y la noche, o como los
cielos son más altos que la tierra. Es un gran error de
poner la sanidad divina en el mismo nivel físico con
lo material y las manifestaciones que surgen de las
fuerzas materiales y medicinales.
Pero si bien la sanidad divina es una demostración
sobrenatural, de igual manera no todas las
demostraciones sobrenaturales son de forma divina.
Satanás tiene el poder de sujetar a las personas al
sufrimiento; ¿No es también de manera racional
creer que este sufrimiento pueda retener o el mismo
ordenar detenerse? Él puede disfrazarse como ángel
de luz (2. Corintios 11,14), y de esta manera puede
evocar sorprendentemente, tentadoras imitaciones.
Este hecho no deja de tener la confirmación.
No es algo inusual leer de las demostraciones de la
sanación, que han tenido lugar tanto, por los
santuarios sagrados de la iglesia católica romana o
por la fortaleza de sus huesos y reliquias. La ciencia
cristiana con sus similares doctrinas es otro ejemplo.
Esta doctrina es contraria a Cristo, y la misma no
puede ser aceptada, sin causar un mal efecto
espiritual en la persona de que se trate, un efecto,
que le aleja de Cristo y de la verdad. En verdad, es
una imitación satánica de la sanidad divina, que, de
ser aceptada y creída, mientras que el hombre tiene
la opinión, de que es una luz divina, el alma se
sumerge en la perdición y en la oscuridad eterna.
La sanidad divina es la obra del Espíritu Santo. Por
lo tanto, las condiciones que son necesarias para
lograr la sanación divina deben estar en
concordancia con la voluntad y la palabra de Dios.
Puede acontecer, que personas que no se
encuentran en el correcto estado del alma con Dios,
a veces son sanados por Dios como una
manifestación de la misericordia y del amor divino.
Pero la manifestación de la verdadera sanación
divina se encuentra sólo entre las personas que
llevan una vida pura y piadosa, adoran y sirven a
Dios en espíritu y en verdad, y que creen en la
sanidad divina sobre la base de la sangre expiatoria
de Jesucristo. “Él mismo tomó nuestras
enfermedades, y llevó nuestras dolencias” (Mateo
8,17). Así, de esta manera podemos discernir entre lo
falso y lo verdadero, entre la imitación y la
verdadera sanidad divina.
EP
PÁGINA JUVENIL
Trompeta Evangelizadora │ 09/2013 16
LA MIRADA AL ENEMIGO
Un error que algunos hijos de Dios cometen, es éste:
Miran siempre al enemigo, al diablo. Y luego se
quejan y se desaniman, porque él tiene un poder tan
grande. Sin duda, lo tiene. Lutero estaba en lo cierto
cuando dijo: “Un gran poder y mucho engaño es su
cruel armadura.”
Sería muy necio, si quisiéramos subestimar al
enemigo. Él es un príncipe y un poderoso. Esto lo
manifiesta él en la satisfacción del presente. Tener al
diablo por tonto, como ha sucedido en tantas
historias antiguas, es un peligroso engaño. Él es
astuto y un cruel enemigo. No lo queremos
subestimar. En ninguna manera. Pero tampoco lo
queremos sobreestimar. Él es un enemigo derrotado.
En Gólgota Jesús le ha quitado su poder. Allí, la
simiente de la mujer ha pisoteado la cabeza de la
antigua serpiente. Ahora bien, es verdad lo que
Lutero canta de él:
El príncipe de este mundo, lo cruel que resulte, nada nos puede hacer. Esto es, que condenado está; una palabrita lo puede talar.
¿Qué podría ser esa palabrita, en el pensamiento de
Lutero? ¿Estaba pensando en la palabra “Jesús” o la
en palabra “cruz”? Pienso que con ello ha estado
pensando en la palabra “consumado”. Esta es la
palabra que Jesús ha dicho en la cruz, la palabra, en
la que fue expresada la victoria de Jesús sobre el
diablo. Si mantenemos esta palabra frente al
enemigo, entonces él debe retroceder. No le gusta ser
recordado en su derrota en el Calvario. ¡Gracias a
Dios, que Jesús ha quitado el poder al enemigo, que
uno más poderoso vino sobre el fuerte! ¿De qué otra
manera podríamos hacer frente a él? Si con nuestras
propias fuerzas quisiéramos acabar con el enemigo,
deberíamos dejar las armas y abandonar la lucha.
Nos resultaría doloroso. “Con nuestra propia fuerza
no hacemos nada; pronto estaríamos acabados.” Pero
no necesitamos ir contra el enemigo con nuestra
propia fuerza al campo de batalla, podemos pararnos
sobre el suelo victorioso de Gólgota y contar con
ello: ¡El enemigo esta derrotado! ¡Jesús es vencedor!
Si tú eres un hijo de Dios, ¿qué te comprometes y
que tienes con el diablo? ¡No debemos tratar con el
enemigo, debemos tratar con el Señor Jesús! Esto no
debes olvidar. El enemigo no tiene poder sobre
nosotros, ese poder pertenece únicamente al Señor.
El diablo sólo tiene tanto poder sobre nosotros, lo
que nosotros mismos le permitimos. En el conocido
libro “El peregrino” llega cristiano a un hermoso
castillo. Pero, ¡ay! Frente a él hay unos poderosos
leones, que rasgan la garganta y llenan el aire con su
rugido. El peregrino se encuentra asustado. No se
atreve a hacer ningún paso más por miedo a los
leones. Entonces se le dice, que debe mirar
perfectamente, y verá que los leones están
encadenados. Y así fue. Los leones tenían una
cadena alrededor de su cuello y no podían avanzar
más, que solo hasta donde le permitía la cadena. Así
que había entre ellos un camino libre en la que
cristiano podía pasar sin dificultad alguna entre los
leones. ¡Qué verdadero es este ejemplo! El diablo es
un tal león rugiente. Pero si se observa de cerca,
entonces se verá la cadena que lo sujeta.
En el libro de Job leemos, que Satanás se presenta
ante Dios y habla burlonamente de Job y su piedad.
Dios le permitió poner a prueba la devoción de Job.
El puede arruinar su fortuna, poner las manos sobre
sus hijos, solamente a él mismo, el enemigo no se
debe acercar. Esa es la cadena. - Satanás hizo un
trabajo minucioso dentro de los límites que le fue
señalado, pero Job pasó la prueba. El dijo en la ruina
de su felicidad terrenal: “¡Jehová dio, y Jehová quitó;
sea el nombre de Jehová bendito!”
Y Satanás dijo: “todo lo que el hombre tiene dará
por su vida. Pero extiende ahora tu mano, y toca su
hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en
tu misma presencia.” Y Dios permitió que Satanás
pusiera las manos sobre él y le golpeara con
enfermedad. Sólo a la vida, no se le permitió llegar.
Allí estaba otra vez estaba la cadena. Y Job también
subsistió esta prueba. Situado en la desgracia de estar
enfermo y abandonado por sus amigos, dijo él: “Yo
sé que mi Redentor vive.” He aquí, el diablo nunca
puede ir más allá de lo que Dios permite. En
realidad, no tenemos nada que tratar con el diablo,
sino con Dios.
Por lo tanto, oh hijo de Dios, ¿Que te dejas
influenciar con el diablo? Te volverás
temperamental, si haces eso. Cavilas y cavilas, hasta
que te conviertes en un melancólico.
¡Lejos del enemigo! ¡Hacia Jesús, esa es la visión
correcta! La mirada al enemigo, abate y desalienta,
pero la vista en Jesús hace fuerte y valiente.
EP
│ Trompeta Evangelizadora 09/2013 17
PREGUNTA
David dice: “He aquí, en maldad he sido formado, y en
pecado me concibió mi madre” (Salmo 51,5)
También dice en Romanos 5,18: “Como por
transgresión de uno vino la condenación a todos los
hombres, de la misma manera por la justicia de uno
vino a todos los hombres la justificación de vida.”
Todos los seres humanos nacen pecadores. Pero
también dice que los pecadores no entrarán en el cielo:
“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace
abominación o mentira, sino solamente los que están
inscritos en el libro de la vida del Cordero”
(Apocalipsis 21,27).
Y después la Biblia informa que Jesús toma a los
niños, los abraza y dice que el reino de los cielos les
pertenece (Marcos 10,14-16).
¿Cómo debemos entender esto ahora, van los niños al
cielo o no? ¿Y qué sucede con las personas con
discapacidad (mental)?
RESPUESTA
Para responder a esta pregunta, es necesario identificar
los diferentes tipos de pecado. Existe en primer lugar
el pecado consumado, y por el otro lado el
denominado pecado original. Para el primero, somos
plenamente responsables ya que se realiza por la
acción consciente. Toma como ejemplo un examen
con recursos que no están permitidos. Si ahora un
aspirante se sirve de este tipo de medios ilegales, él es
consciente sobre la prohibición del momento y comete
un pecado (acción). Siempre precedemos a una
tentación de pecar. Como otro ejemplo, sirve aquí la
caída de Adán y Eva (Génesis 2-3). Nacemos con una
inclinación al mal. De este denominado pecado
original no podemos escapar. Adán y Eva fueron
creados con una inclinación para el bien. Jesús nació
sin ningún tipo de pecado. Pero cada persona en esta
tierra tiene pecado, en esta forma que lleva en sí
mismo con el nacimiento. Como tal, no podemos
evitarlo y por lo tanto Dios no nos hace tampoco por
esto responsables. Debido a la inclinación al mal, se
puede evidenciar en los niños, hasta una cierta edad,
más o menos una marcada desobediencia por la que
ellos no son responsables ante Dios. Sin embargo,
cuando el niño es consiente entre el bien y el mal, y
conscientemente desobedece, finalmente el pecado
original da como resultado al pecado consumado.
Siempre y cuando el niño “peca” así sin saberlo, no es
hecho responsable delante de Dios. Muere un niño en
esta edad y condición, va al cielo. Para las personas
con discapacidad intelectual es válida esta misma
escala. Si transgreden conscientemente los
mandamientos de Dios, son por ello ante Dios,
responsables. Pero si son detenidos en su desarrollo
espiritual al nivel de un niño menor de edad, también
Dios concede aquí su misericordia.
Franz Friesen (CA)
LOS CAMINOS DE DIOS
Ya en los días de su juventud, Hudson Tayor se
incorporó en la obra misionera, siendo una herramienta
útil en la mano de Dios. Un capítulo especial de su vida
se escribió cuando tenía 23 años de edad, comenzó a
tener profundos sentimientos por María, su futura
esposa. Procuró oprimir estos sentimientos, luchó
con Dios, porque para él era impensable, en la situación
en que se encontraba, tener la seguridad de poder
comenzar un matrimonio. Y junto con esto surgieron
otros problemas – pero en especial bendiciones. Pero
Dios lo condujo en su situación, humanamente
impensable – que le permitió triunfar en conversiones –
casarse con María. Una importante historia de amor.
Este capítulo detallado de su vida, se puede encontrar
en nuestra dirección de internet evangeliumsposaune.org
en la opción de menú “verschiedenes”.
Trompeta Evangelizadora │ 09/2013 18
HUMILDAD Y SERVIR
Luz desde lo alto En una oportunidad se le preguntó al inventor,
profesor Morse: “¿Aconteció alguna vez que en
sus experimentos, llegó a un punto de que no podía
avanzar?”, “Oh si, más de una vez”, respondió el
inventor. “¿Y qué hace usted entonces?”, se le
siguió preguntando. “Le diré con confianza, pero
es algo que el público no lo sabe. Cuando ya no
veía más el camino, entonces oraba pidiendo más
luz.” “¿Y entonces llegaba la luz?” “Si, y también
le puedo decir, que si en Estados Unidos o Europa
se mencionan grandes honras debido al invento
que lleva mi nombre, nunca he tenido la impresión,
que yo lo había ganado. Yo he hecho una valiosa
aplicación a la electricidad, no porque he superado
a otros hombres, pero solo porque Dios ha
destinado los inventos a la humanidad, que un
hombre lo descubriera, y le agradó revelarlo por
mí.”
El instrumento
más difícil
El compositor y dirigente Leonard Berstein fue preguntado en
una oportunidad por un admirador: “Señor Bernstein, ¿Cuál es
el instrumento más difícil?" Con ánimo le respondió: “el
segundo violín. Yo puedo conseguir muchos violinistas para el
primero, pero encontrar a uno, que con el mismo ánimo ejecute
el segundo violín, la segunda tromba francesa o la segunda
flauta, es un verdadero problema. Y aún más, que cuando nadie
ejecuta el segundo violín, no tenemos armonía.” Esta es una de
las causas, porqué Jesús era diferente. No sólo demandó
esta actitud, sino que Él lo vivió constantemente.
M i foto
Cuando un amigo del
sacerdote Paulinius de Nola
(Sur de Italia), fallecido en el
431, le pidió una foto suya, le
dijo: “La vieja es muy horrible
y la nueva todavía no está
lista.”
Tiempo de preparación
Jack Harrison, el misionero de Congo, llega a África
con veitiún años. Aquí debió experimentar, que
otros eran enviados a estaciones misioneras, mientras
él esperaba vanamente una orden especial.
Entonces le preguntó al director de operaciones
Charles Studd, si él podría tomar un viaje de misión.
La respuesta fue “no, pero; ¿sabes afilar tijeras?”
Harrison hizo su trabajo tan exelente, que pronto le fue
traido para afilar y pulir todas las herramientas de la
estación. En lugar de ser un ardiente evangelista,
fue un peón, que ayudaba a cualquiera que lo
requería. Su corazón estaba “lleno de pensamientos
dolorosos y rebeldes”. Pero se quedó y soportó. Pasó
muchas noches en su choza de paja a solas con su Dios
en oración. Pero él tambien estaba allí, cuando Studd
conversaba con los nativos. Con casi diez años de
servicio y de vivir con Studd, estaba preparado y pudo
ser su sucesor y dirigente de toda la misión de Congo.
no
│ Trompeta Evangelizadora 09/2013 19
PÁGINA INFANTIL
¿Qué es peor?
La pequeña Louisa estaba sentada cerca de su
madre quieta y pensativa. Las expresiones de su
rostro delataban, que en lo que estuviera
pensando era importante para ella.
Repentinamente corrió su sillita más cerca de su
madre y le preguntó: “¿Mamá, que es peor: robar
o mentir?” La madre no esperaba esa pregunta,
pero le dio la sabia respuesta: “¡Realmente no lo
sé; ambas son muy malas!” Después de un
momento Louisa dijo: “Desde que escuché que el
pecado entristece al amado Salvador, he pensado
muchas veces sobre ello. Me parece que una
mentira es peor que robar. Si hemos robado algo
podemos devolverlo, siempre que haya sido algo
que no hemos comido. Pero aún así podemos
pagar por el valor de lo que comimos. ¿Pero una
mentira? ¡Es terrible! Si alguien la dice, no la
puede recuperar jamás” ¿No tenía razón la
pequeña Louisa?- la mentira es algo terrible.
Quien miente no va al cielo, porque la Biblia
dice: “la parte de todo mentiroso será en el lago
que arde con fuego y azufre.” – esto es el
infierno. ¡Guárdense de la mentira! Ella los
llevará al infierno.
PÁGIN A FAMILIAR
Buscando el interés
de los demás
No hagan nada por contienda o por vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y
considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo. No busquen cada uno su
propio interés, sino cada cual también el de los demás.
(Filipenses 2,3-4 RVC)
Nuestra sociedad subsiste en la base de los unos con
los otros. Ya sea entre países o dentro de un país,
entre grupos del pueblo o nuestros vecinos, entre los
transeúntes o en el trabajo, en todas partes, si nuestra
acción es uno para el otro, la vida es más agradable
y valiosa. Paz, buena voluntad, comprensión,
amabilidad, compasión, bondad, hacen bien a cada
corazón de las personas. Por ejemplo, si llegamos
del trabajo a casa, y el vecino limpió la nieve de
nuestra entrada, entonces estamos gratamente
conmovidos y nos proponemos, devolver su bondad
en la próxima oportunidad.
Dios ha dado la familia como un principio, donde
en un pequeño círculo nos preparamos para la vida.
Aquí es donde debemos aprender y practicar el
bienestar del uno para con el otro. Que privilegio es,
para padres e hijos, cuando se tiene un hogar, donde
el uno está dispuesto para el otro. Nuestro texto
bíblico arriba mencionado, está dirigida a una
iglesia, pero se puede aplicar perfectamente a la vida
familiar. Que agradable se sienten todos si tienen el
bienestar del otro en la mente. Si no se preocupa
solo para sí y su propio beneficio, sino todos en
conjunto se esmeran para alivianar la carga del otro
y hacerle feliz.
Esto significa, ponerse en segundo lugar, y
“estimar al otro superior que a sí mismo.” David ya
ha observado que hermoso es una vida así. “¡Qué
bueno es, y qué agradable, que los hermanos
convivan en armonía!” (Salmo 133,1). Si, el secreto
es, no querer ser feliz, sino hacer feliz. Y realmente,
cuan bueno y delicioso es, cuando matrimonios han
experimentado esto. Si buscan primero el
bienestar del cónyuge y se ponen en segundo plano.
El amor produce amor recíproco, y ambos lo
disfrutan.
La felicidad en el hogar se mantiene y prospera, en
cuanto también los hijos aprenden ese misterio: ¡el
otro primero! Esta mentalidad es contra la naturaleza
egoísta. Esta naturaleza se busca a sí mismo y a su
derecho. Pero que infeliz hace el egoísmo y la
lucha por sus propias ventajas. Por lo tanto, la
palabra de Dios en el hogar es de gran importancia.
La Biblia nos da el consejo e inspiración para una
vida de bendición y servicio. Personas como
Abraham, Isaac y José hicieron con su humilde
quietud y actitud una profunda impresión en los
corazones de los hijos. En unanimidad, toda la
familia puede pedir en oración por la fuerza de Dios,
encender esta naturaleza de servir en el hogar, en
todas las pequeñas actitudes de la vida cotidiana. Por
ejemplo, hay que buscar un frasco de mermelada o
lavar los platos, entonces el ambiente del hogar es
más agradable si hay corazones voluntarios para
hacerlo. ¡Se tiene en vista el bienestar del otro!
Pero también es imprescindible que se amplíe el
entorno de servicio para la familia. La disposición de
buscar el bien de los demás, necesita
específicamente ejercitarse en las personas que nos
rodean. Esto es el campo más amplio de trabajo.
Trompeta Evangelizadora │ 09/2013 20
│ Trompeta Evangelizadora 09/2013 21
Dado que en esto se necesita más gracia, porque a
menudo se ayuda a personas que no pueden devolver
la ayuda, o tal vez, que no siempre se ve el
resultado. También en esto los hijos pueden recibir
una valiosa preparación para su vida, si como
familia, se busca oportunidades para servir a
personas de nuestro alrededor. En cuanto todos
visitan a una persona solitaria, o cantar para un
enfermo, o los niños se preocupan por otros chicos
tímidos, por los cuales nadie se preocupa, en todo esto
se experimenta: no se trata de mí, sino tenemos en
vista el bienestar del otro.
Estar para los demás, y ponerse a si mismo en el
lugar inferior sirve aún a un propósito mayor. Desde
pequeños debemos aprender, que no se trata de
nosotros, así estamos mejor preparados, para tener
en vista el bienestar de la obra de Dios en primer
lugar. Que Dios nos dé la gracia a todos, para que en
nuestras familias, todo esto sea normal y que
nuestros hijos lo sepan, por costumbre, sin dudar: ¡el
servicio en la iglesia, la predisposición en la obra de
Dios en primer lugar! Los asuntos personales y
beneficios terrenales deben estar en los siguientes
lugares, ¡nuestro hogar, nuestra familia está al
servicio de Dios y su reino! Todo lo que está
relacionado con el trabajo de la iglesia, lleva
prioridad sobre todos nuestros propios intereses.
Y gracias a Dios, no necesitamos buscar mucho en
la palabra de Dios, para darnos cuenta que éste es el
camino de bendición. Abraham nos es conocido
como el bendito de Dios. En Génesis 18,19 Dios
mismo le da testimonio, que en la casa de él, tiene
prioridad el reino de Dios. Que nuestros hogares
sean lugares de armonía, donde buscamos el
bienestar del otro. Que Cristo y su Reino sea el
anhelo de cada uno y que las bendiciones de Dios
fluyan por medio de las familias, que vivan para Él.
Sieghard Schulz (CA)
Cristo
en el Hogar
¡Primero y último, en todo momento y sobre
todo, ten a Cristo en tu hogar! Julio César
calmó el temor de los barqueros, los cuales le
llevaban remando sobre el rio, en cuanto les dijo:
mientras César está en el mismo bote con
ustedes, no les puede tocar un mal. Cual sea la
tormenta, miseria y pobreza que tocara tu casa, estará
todo bien, mientras Cristo, el Rey, está en tu
hogar y tiene el timón en la mano. Haced que la
influencia de vuestro hogar tenga alcance, que
sus hijos puedan sentir esa influencia hasta el
último momento de su vida.
En el año 76 de su vida, estaba el gran orador
del senado estadounidense Henry Clay, de
Kentucky, en su lecho de muerte en Washington.
Un predicador estaba a su lado. El anciano, en el
final de su vida, en su subconsciente fue llevado
retroactivamente a su infancia: ¡Madre mía!
¡Madre! ¡Madre! Repitió él. Que la influencia de
los padres, cual sale de nosotros, no sea solo
eficaz, sino también santo, que el hogar en la
tierra sea el atrio de nuestro hogar en el cielo,
donde todos nos encontraremos: padre, madre,
hijo, hija, hermanos, hermanas, abuelos, abuelas,
nietos y toda la multitud de los seres queridos; en
el hogar en el que estamos unidos por toda la
eternidad. En aquel lugar donde no hay más
separación, donde vamos a dar gracias a Dios por
el inmenso amor y misericordia mediante Jesucristo
John Wesley dijo: “¡Como una familia
moramos en él! - una iglesia en el cielo y en la
tierra, a pesar que todavía estamos separados por
el río, por el estrecho rio de la muerte. Somos un
ejército del Dios viviente y nos inclinamos ante
sus ordenanzas. Una parte de este grupo ya ha
pasado esta corriente, y la otra parte, la atravesará
ahora.” Gertrud Tarutis
Trompeta Evangelizadora │ 09/2013 22
Hudson TaylorParte 11
EL M ISIONERO EN CHINA
En el año 1857/1858 el joven misionero de 25 años, vivió un tiempo muy especial de desarrollo interior y de experiencias externas. Desde hacía tres años trabajaba en China. Durante ese tiempo, Dios tenía con él un camino especial. Aprendió mucho, había adquirido un sentimiento claro por el camino de Dios y la necesidad de las personas que estaban en la perdición. Pero nuevamente estaba él, ante una nueva e importante lección.
La noticia de que Inglaterra estaba nuevamente en
guerra con China, impactó como un rayo en la
sociedad misionera de Ningpo. Hacia catorce años
que Inglaterra intentaba ganarse el derecho de
importar opio hacia China. A pesar de la negativa del
emperador Tao-Kwang, que por ningún motivo quería
que fuera introducido ese “veneno líquido”, el
negocio de los contrabandistas seguía floreciendo
independientemente del tratado. A mediados de
noviembre de 1856, los puertos del norte recibieron
informes, a lo que la irritación entre los chinos de
Ningpo que en su mayoría eran residentes cantones,
había alcanzado un punto culminante. A principios de
enero, se había descubierto a tiempo un plan para
eliminar a todos los extranjeros de la ciudad y sus
alrededores.
El amenazante peligro era tan grande, que los
misioneros, después de muchas oraciones, decidieron
enviar a las mujeres y los niños a Shangai. Hudson
Taylor que dominaba el dialecto schangai, debía
acompañarlos en el viaje. Por lo tanto trabajó, él
nuevamente más de cuatro meses en Schangai.
En una iglesia de la LMS se le encargó el servicio
de pastor. También les dedicó mucho tiempo a los
oyentes que cambiaban constantemente de diversos
templos de la ciudad. Dado que predicaba allí
regularmente junto con el Sr. Jones, eran esperados
por oyentes casi conocidos y se producían muchas
charlas personales. “Ya con la primera predicación
encontré lo que anhelaba”, dijo un joven vendedor de
sahumerios. Problemas y enfermedades lo habían
llevado casi al suicidio. Ahora como fanático
vegetariano, buscaba consuelo en la religión. Por eso
dirigía muchas oraciones a buda y quemaba muchos
sahumerios ante diversas imágenes de dioses. Y luego
dijo: “Nada de eso me ayudó, entonces los escuché a
ustedes predicando de Jesús en el jardín del templo.
El me entiende. Si ahora tengo que ser bautizado con
fuego en vez de agua, eso no me disuadiría.”
Mientras estaban en Schangai, los misioneros
repartieron cientos de evangelios y otras literaturas.
Estas fueron entregadas únicamente a personas que
realmente le darían utilidad. Esto le costó muchas
horas de conversaciones. Ellos se mantenían
principalmente en dos lugares para predicar y
encontraron allí un público sensato.
El trabajo era muy pesado, mayormente reinaba la
pobreza y el hambre. Los misioneros se veían
rodeados de mucho dolor y sufrimiento. Mientras
Jones y Taylor regresaban una noche de la ciudad,
para su horror encontraron un mendigo muerto frente
a su puerta. Hacía tanto frío, que aparentemente se
congelo o murió de hambre. Nadie se interesó por él.
Ese tipo de miradas se ofrecían a menudo. Eran
difíciles de sobrellevar. Los misioneros trataban, con
los escasos medios que tenían, de llevar ayuda donde
le era posible. Hudson Taylor escribió sobre eso: “no
es fácil proveer para el cuerpo y el alma al mismo
tiempo, pero hicimos lo que pudimos. Seguramente la
semilla no fue sembrada en vano.”
Pero en ese tiempo, no faltaron luchas interiores.
Una gran deuda le traía pesar sobre el hogar de la
sociedad misionera al que ellos pertenecían. Eso
abrumaba el corazón y la conciencia de Hudson
Taylor. Hacía ya algún tiempo que les había escrito a
los responsables de la sociedad, porque reconocía que
no podía seguir formando parte de la misma, si no se
producía algún cambio en la administración. Si bien
el período de tiempo por el que se comprometió, se
había cumplido, la sola idea de alejarse le resultaba
muy difícil. El oraba para que le enviaran al menos
dinero, para el caso de que algo así llegara suceder,
ya que prefería hablar de sus necesidades
directamente con Dios, que tener que vivir con dinero
prestado. Pero la comisión del hogar tenía otro punto
de vista. Por eso se preguntó si no debía desligarse de
esa asociación.
No porque quisiera deshacerse en aquel entonces o
mas delante de cualquier responsabilidad, sino que se
preguntaba a menudo en que sociedad el realmente
encajaría, ya que no era un pastor ordenado y ni había
culminado sus estudios de medicina. “Aparentemente
no sería bienvenido en ninguna asociación”, le
escribió a su madre en primavera, “pero yo se que el
Señor proveerá para mí.” Así que finalmente y con fe
resolvió separarse de la sociedad misionera.
La posición de Hudson Taylor como misionero
independiente, que se amparaba únicamente en su fe,
fue muy criticada en el círculo de misioneros. Se
hablaba de él como, “el que nunca fue designado”, “el
que no pertenece a nadie” y “el que no es reconocido
como predicador del evangelio por nadie.” ¡Pero todo
eso no era suficiente! Se hicieron otras alusiones.
“Que era un fanático, poco confiable, enfermo en
cuerpo y alma”, en otras palabras, “completamente
inútil”. Pero el Señor estaba con él. Dios preparó el
camino para la creación de una sociedad misionera,
por medio de la cual surgirían muchas bendiciones.
Encontró caminos y personas para amparar a su fiel
servidor.
Maria Dyer era de una naturaleza muy sensible.
Perdió a sus padres muy temprano, trabajaba con su
hermana en la escuela de la misión del Sr. Aldersey
en Ningpo. Ella escuchó en Inglaterra el llamado para
ir a China, y se embarcaron en ese largo viaje, ya que
sabían que sus padres se alegrarían por ello. Maria
nunca se olvidaría de ese viaje, ya que experimentó
en aquel entonces lo que se llama “entrar en la paz de
Dios.” Enfocó sus pensamientos solamente en Cristo
y en su obra de salvación. Allí encontró una paz
profunda y consoladora. Esa real conversión, con
todo lo que le fue obsequiado por medio de ella, lo
utilizó para el trabajo misionero.
Era inevitable que el joven ingles, en ocasiones se
reuniera en la casa de sus amigos y se encontrara con
Maria, agradándose de ella. Se sintió atraído por su
naturaleza sincera. No tardó mucho para que se
trataran como viejos conocidos. En muchos temas
importantes pensaban igual. Pronto ella ocupó todo
sus pensamientos. Pero como misionero
independiente, le parecía completamente imposible
pensar en matrimonio. Así lo veían también otras
personas, que se sentían responsables por Maria. Pero
Dios que puso de lado de Adán una Eva, planeó
maravillosos caminos, que los dos, el 28 de enero de
1858 pudieron celebrar extremadamente felices su
boda.
Hay un informe detallado de ese tiempo para leer en Internet, bajo el nombre de “verschiedenes.”
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Jesús, el modelo ideal para la vida de su pueblo
En su maravillosa oración de Juan 17, el Señor Jesús nos dio pautas en las que podemos
reconocer si estamos en el camino correcto o no. Debemos poner a prueba nuestra vida según
esas reglas.
Debemos reconocer a Dios y vivirlo personalmente
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo a quién has
enviado.” (Juan 17,3)
Jesús vino a esta tierra para, llevar a los hombres,
que por el pecado están alejados de Dios,
nuevamente a una correcta comunión con Dios. Los
principios para seguir a Cristo son vivir y conocer a
Dios personalmente. Recién cuando llegamos, por
medio de Jesucristo, a una viva y personal relación
con Dios, seremos seguidores del Señor Jesús.
Existen muchas maravillas y atractivos en la
naturaleza, muchos han tratado de describir esto a
otros. Pero los que ven con sus propios ojos, tienen
una mejor noción que el que leyó, o escuchó el
relato de un narrador. Tampoco era el propósito de
Jesús, tener seguidores que solo lean, hablen, o
argumenten sobre lo que Él enseñaba, sino que
hagan una experiencia personal y tengan a Dios en
sus vidas y corazones. Estos, entonces deben salir y
testificar con alegría: “Gustad, y ved que es bueno
Jehová”, así como lo testifica el salmista. Este es el
idioma de una experiencia personal. Solo aquel,
que realizó esa experiencia personal, puede ser un
vivo y verdadero testigo para Él. Solamente saber,
no es suficiente. Casi cada persona cree que existe
un Dios. Pero la esencia de la religión es lo que nos
llevo a tener una experiencia, una comunión y una
relación personal con Dios, de tal manera que se
renovó el corazón, y toda la vida se volvió distinta.
Esta experiencia personal, que cada persona debe
hacer para llegar a tener una correcta comunión con
Dios, es señalado como renacimiento, justificación,
nuevo nacimiento, redención y reconciliación.
1. Renacimiento. Por éste término se destaca
que se ha producido una nueva vida, divina o
espiritual. La persona que no renació, está
muerta en sus transgresiones y pecados. En el
renacimiento la persona recibe vida por medio
de Dios, es hecho espiritualmente vivo.
2. Justificación. La justificación es la
absolución de la culpa y el castigo de las
personas por el pecado.
3. Nuevo nacimiento. Éste término pone
énfasis en la nueva vida que nos es concedida.
La persona se transforma en una nueva
criatura en Jesucristo. Lo viejo ha pasado y,
todo se vuelve nuevo.
4. Redención. Con esto se entiende el perdón
del pecado por medio de Jesús, quién derramó
su sangre por nuestra salvación. Por su sangre
nos compró, nos redimió, y no solamente de la
culpa y el castigo del pecado, sino que también
del pecado mismo.
5. Reconciliación. Bajo este concepto se
entiende como una restauración de una amistad
que se había roto. Por medio de Jesucristo se
logra la reconciliación entre Dios y la
humanidad. (vea 2. Corintios 5,18-21).
Estas expresiones son conocidas por todos los
cristianos, pero hasta tanto esto no se haya
experimentado, la persona esta separada de Dios, y
realmente no lo conoce.
Debemos estar dispuestos a aprender “ orque las palabras que me diste, les he dado; y
ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente
que salí de ti, y han creído que tú me enviaste”
(Juan17,8). Jesús vino al mundo para revelarnos a
Dios, su esencia, su dictamen acerca de las
personas y el camino de salvación. Era el propósito
y el deseo de Jesús, que todos lo que oyeran su
P
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mensaje lo aceptaran con alegría, y lo guardaran en
el corazón de tal forma que toda su vida estuviera
influenciada, para que pueda ser encaminada en la
dirección correcta. Era la voluntad de Jesús, que
sus seguidores obedecieran con alegría en el
corazón todas las palabras que el Padre le había
encargado. El Señor Jesús se reservó el derecho de
dirigir y guiar a su pueblo. No era su voluntad que
siguieran sus propios planes, vagando sin rumbo
fijo, plagados de miedos y dudas. Quiere que todos,
en su experiencia con Dios estén firmemente
fundados, y seguros de su salvación. Dios ha
concertado acuerdos maravillosos, para que
podamos estar seguros con nuestra experiencia de
salvación, y que sepamos que estamos en el camino
correcto. Así leemos en Proverbios 3, 5-6: “Fíate de
Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu
propia prudencia. Reconócelo en todos tus
caminos, y él enderezará tus veredas.” La persona
que sigue esto, y se encomienda completamente al
Señor, se acuerda de Él en todos sus caminos,
involucrarlo en todo lo que haga, puede estar
seguro, que Dios lo guiará correctamente. Podemos
cerciorarnos personalmente en la palabra de Dios,
lo que Él espera de nosotros. Si cumplimos esta
palabra con voluntad de corazón, tendremos la
seguridad que su divina complacencia reposa sobre
nosotros, y Él mismo nos otorgará la fuerza y
gracia necesaria, de hacer su voluntad pajo
cualquier circunstancia. Complacencia en hacer la
voluntad de Dios, en ser llevados y guiados por Él,
es la condición más importante para una exitosa
vida cristiana. Si queremos seguir nuestro propio
camino y voluntad, entonces Dios no podrá
guiarnos y conducirnos como él realmente quiere.
Unidad en el nombre del Padre “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en
tu nombre, para que sean uno así como nosotros”
(Juan 17,11). Ahora llegamos a una excesivamente
importante, pero aún así descuidada, imagen de
Jesús para la vida de sus hijos. Él quería, que todos
fueran uno y no separados por barreras humanas. Y
si se cumple la palabra de Dios, y se la toma como
principio de orientación – si no se toma un camino
propio, sino que se sigue el camino de la palabra de
Dios, - entonces la unidad será el resultado. Todos
los que han tenido una experiencia personal de
salvación, y han sido obedientes a la palabra de
Dios en todas las cosas, pueden lograr que otras
almas sinceras puedan reconocer la verdad acerca
de esta verdadera iglesia. El nuevo testamento nos
revela claramente la naturaleza de la iglesia.
Nuestros mensajes deben mostrar evidentemente
claro, como se puede alcanzar esta iglesia, es decir,
que solamente por medio del nuevo nacimiento se
puede pertenecer a la iglesia que creó el Señor
Jesucristo. Debemos recalcar que solamente la
experiencia personal de salvación y no otra cosa,
nos pone en la iglesia. Miembro de la iglesia,
entendido correctamente y visto a la luz de la santa
palabra, es una experiencia y no algo que separe y
divida a los hijos de Dios, como es el caso si se
sigue a la denominación de cualquier iglesia.
Un pueblo puro y activo “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”
(Juan 17,17). Había otra imagen ideal del Hijo de
Dios, que su pueblo sea santo y completamente
entregado a Él, un pueblo que esté dispuesto en
hacer su voluntad en todas las circunstancias. El
quiere un pueblo que se separe de todo lo malo e
impuro y que le sirva en santidad y justicia, que sea
agradable delante de Dios. Era el plan de Jesús, que
sus hijos, por medio de la santificación, sean llenos
del Espíritu Santo, dotados y revestidos de poder,
de tal manera que puedan glorificarlo en esta tierra.
El amor debe ser la fuerza motriz “Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a
conocer aún, para que el amor con que me has amado,
esté en ellos, y yo en ellos” (Juan 17,26). En otra
parte dice Jesús, justamente que sus hijos puedan
ser reconocidos como tales, por que tienen amor
unos para con otros. También el mundo puede
entender y distinguir este rasgo distintivo del
verdadero amor. Si el mundo ve y percibe ese amor
en los seguidores de Jesús, entonces lo va a influir
y convencer. Era la voluntad de Jesús que todas las
personas conocieran a Dios mediante una
experiencia personal, y que estén dispuestos a
aceptar su guía y dirección y a obedecer su palabra.
El quiere que los suyos sean uno, permaneciendo
sujetos en el nombre del Padre. Tienen que ser un
pueblo puro y santo, diligentes en toda buena obra,
que el amor de Dios, que mora en sus corazones,
sea el motivador de todas sus acciones y el móvil
de toda sus vidas.
H. L. Phillips
Experiencias con Dios
“Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo” (Salmo 50.14).
Cuántas veces, en nuestras oraciones o
pensamientos hemos llamado a Dios y dicho:
“¡Señor, si tú escuchas mis oraciones en estos
momentos, entonces quiero alabarte en público,
agradecerte o tal vez testificar!” ¿Cómo nos resultó
eso? ¿Lo cumplimos, o se interpuso algo, o nos
desanimamos? Muchas veces dije: “¡Señor, quiero
alabarte en la gran congregación, porque me has, o
nos has escuchado!” ¡Desde la profundidad de mi
alma, por medio del presente testimonio, quiero
alabar a mi Señor y Salvador, porque Él ha hecho
grandes cosas en mí!
Primero: ¡Él me rescató de la fosa del pecado! Él
me renovó y me guía maravillosamente. Mis
padres vivían en el mundo y no conocía el camino
al Salvador. Pero ellos eran temerosos y tenían
deseo de agradar a Dios. Ellos oraban y buscaban
en algo más y Jesús vio sus deseos. En aquel
entonces vivíamos en Alemania y Dios tenía a sus
hijos en Nürnberg, a quienes Él podía utilizar para
mostrarnos el camino. El hermano que vivía allí,
llegó a casa dos o tres veces y mis padres y sus
amigos se convirtieron a Dios. Así que, con dos
familias comenzó el culto en mi hogar. Estos
hermanos que nos mostraron el camino, eran de la
Iglesia de Dios.
Toda nuestra vida familiar tomó otro rumbo. El
hermano predicaba la palabra de Dios y
cantábamos himnos del himnario “Alabanzas de
Sion”. ¡En aquél entonces yo tenía 16 años; y esto
no me gustaba nada! Esto provocó gran dificultad
para mí y para mi familia. Yo estaba en el mundo y
me gustaba la vida mundana. Vivía así como
vivían los jóvenes de aquel entonces. ¡Ahora ya no
debía compartir más esto! ¿Cómo lo podría?
Estaba profundamente infeliz, y siempre tenía una
mala y acusadora conciencia. Las oraciones de mis
seres queridos y sus cambios me hicieron dar
cuenta de que eran más felices que yo. El Espíritu
de Dios obraba en mí y despertó en mí un deseo.
“Quiero convertirme, pero no ahora, sino cuando
sea mayor. Si me convierto ahora, ¿qué dirán mis
amigos? ¡Ellos se alejarán de mí, entonces estaré
sola!”
Pero, Dios guió maravillosamente. El dio gracia,
que nos dieron la autorización para emigrar a
Canadá. Me propuse enérgicamente que: en el
nuevo país ya no quiero tener amigos mundanos.
También quiero convertirme. En 1953 llegamos a
Wetaskiwin, Alberta. Luego de un corto período
nos mudamos a Edmonton. Aquí también estaba la
Iglesia de Dios y el hermano Sonnenberg estaban
como pastor. Llegué a la reunión. Los jóvenes eran
muy afectuosos y amables y enseguida reconocí:
ellos son muy diferentes que mis amigos en
Alemania. También vi entre los jóvenes la gran
diferencia entre el mundo y los hijos de Dios. El
Espíritu Santo obró en mí; no pasó mucho tiempo y
me convertí a Dios. Comenzó una nueva y
maravillosa vida. El Señor me regalaba siempre
más luz y conocimiento y me guiaba
profundamente en su verdad. También pude
realizar en los años de mi juventud una entrega
total a Dios. El Señor me bendijo y pude servirle
con un corazón gozoso.
Mirando retroactivamente mi vida debo decir: no
fue sin esfuerzo o sin preocupaciones, hubieron
altibajos. Pero su gracia y bondad me ayudaron
siempre para poder superarlos. ¡Oh, que Salvador!
¡Él nunca dejó que me caiga! ¡A Él sea honor y
Trompeta Evangelizadora │ 09/2013 26
ANUNCIOS
Congresos 2013
Canadá
Congreso en Edmonton: 12 al 14 de Octubre de 2013
Argentina
Congreso en Buenos Aires: 10 al 15 de Septiembre de 2013
Congreso en Oberá – Misiones: 17 al 22 de Septiembre de 2013
Año 119
La TROMPETA EVANGELIZADORA es una escritura cristiana que se presenta clara y decididamente para la plena salvación en Cristo, la unidad de los hijos de Dios, y revelar todas las verdades de la Santa Palabra. Publicado en intereses de la Iglesia de Dios. Editor responsable: Hans-Dietrich Nimz (CA) Colaboradores: Harry Semenjuk (CA), Sieghard Schulz (CA), Dieter Jeske (DE), Hermann Vogt (DE) Los editores se reservan el derecho de resumir o no publicar los artículos recibidos. Preguntas o sugerencias pueden ser enviadas a: [email protected]
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Traducido y editado al idioma castellano por miembros de la Misión de la Iglesia de Dios en Argentina. IGLESIA DE DIOS Bme. Mitre 466 3360 Oberá - Misiones - Argentina. E-mail: [email protected]
La Trompeta Evangelizadora es distribuida gratuitamente. Los costos se sustentan por donaciones.
www.trompetaev.com
PIE DE IMPRENTA
│ Trompeta Evangelizadora 08/2013 27
gloria! Hace medio año estaba en una difícil situación. Mi esposo se
enfermó gravemente y en momento de segundos él podría estar en la
eternidad. Mis seres queridos y yo clamábamos por misericordia a Dios el
Señor, que no lo lleve todavía a la eternidad. Nuevamente prometí y oré:
“¡Señor, por favor déjalo aún un poco más de tiempo, no lo lleves
todavía!” También los hermanos de la Iglesia aquí de Edmonton y
muchos otros hermanos oraban por nosotros. Después de dos semanas y
media salió del sanatorio. Durante ese tiempo oraba y prometí: “¡Quiero
testificar en la revista Trompeta Evangelizadora lo que tú, Señor, hiciste
con nosotros!” A medida que fue mejorando, quise esperar un poco más.
Hace unos días me vino en mente el versículo bíblico: “¡Sacrifica a Dios
alabanzas, Y paga tus votos al Altísimo!” - ¿Qué es lo que prometiste?
Por este medio quiero alabar y glorificar a nuestro Señor Jesucristo,
agradecerle, que nos oyera y ayudó hasta el presente. Mi esposo está
enfermo, pero diariamente damos a Dios las gracias, que Él ha ayudado
hasta aquí y queremos seguir confiando en Él. Mientras viva quiero
alabarle, “¡Cantar alabanzas a tu Santo Nombre, oh Altísimo!” ¡Quiera
Dios concederme esto!
Vuestra hermana en el Señor.
Lilly Hohenstein
Año 119
Para la vejez, para la juventud
¡Humildad es la más hermosa virtud!
Humildad nos enseño Jesús;
por eso en vejez y juventud,
practicarla es de gran valor.
¡Humildad es la más hermosa virtud!
“Aprended de mi”, dijo Jesús;
porque en vejez y juventud,
a menudo quiere carecer.
Humildad es la más hermosa virtud
para todos, sin distinción;
para el joven y el anciano
de gran importancia debe ser.
¡Humildad es la más hermosa virtud!
La cual Dios ofrece con gratitud,
que en vejez y juventud
practicarlo por todos es un deber.
Humildad es la más hermosa virtud
¡Altivez viene antes de caer!
Por eso anciano como joven
¡Adornad la humildad! – ¡no lo olviden!
LUDWIG BES LER