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ContenidoPrólogoCréditosCapítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14Capítulo15Capítulo16Capítulo17Capítulo18Capítulo19Capítulo20Capítulo21Capítulo22Capítulo23Capítulo24Capítulo25Capítulo26Capítulo27
Querid@lector@WorthingtonHall
PrólogoHaceya añosqueFeliciaBellgard, hijadeunpequeño terratenientedeHouston,
Texas, encandiló con sus dulces ojos azules a Sam, uno de los hermanos Harbord,dueñosdel ranchoLittleBit, consiguiendounode losmatrimoniosmásprósperosdetodoelestado.
SameraelmayorycompartíalapropiedadconWalter,suhermanopequeño,perola tierra nunca sería un problema entre estos hermanos porque 507105 acres erasuficiente terreno para los dos. La vida de Felicia se vio, a partir de esemomento,adornadacontodaclasedelujosycomodidades,sitenemosencuentaquevivíaenunrancho.
Feliciateníaunahermana,Jillian,quedeberíahaberseguidosuspasossihubiesesidointeligente.TodospensabanqueJillianeramuchomásguapaqueFeliciayestabanseguros de que conquistaría aWalter sin apenas esfuerzo, demanera que los cuatrohermanosviviríanjuntosyfelicesparasiempre,enlosdosmilkilómetroscuadradosdeterrenoqueposeían.
Pero cuentan queWalter se enamoró de Irene Abey, la mejor amiga de las doshermanas,ysehizoconstruirotracasaaunoscuantoskilómetrosdeledificioprincipal,dentrodelrancho,dejandoatodosconcaradeimbéciles.
Jillian tuvo entoncesquebuscar el amor enotros lares y con el buenojoque lacaracterizabafueafijarseenRobertoGuzmán,unmexicanoquetrabajabaenelranchoycuyasmayorescualidadeseransusdesarrolladosmúsculosyunapoderosalabia.
LafamiliaBellgard,enconcretoelpadredeFeliciayJillian,unhombrechapadoala antigua y con poco aprecio por los extranjeros, ordenó a su hija que sedesenamorase inmediatamente, a lo que Jillian reaccionó escapándose con Robertoparacasarse.
ThomasBellgardborróasuhijade laviejaBibliaen laque lahabía inscritoalnaceryprohibióatodoslosmiembrosdelafamiliaquetuviesencontactoconella,deningunaclase.
Repudiada por todos, Jillian se marchó con su esposo a Saltillo, México, y novolvióatenernoticiasdesufamiliatejana.Elamorquesentíanelunoporelotrosefue agriando a fuerza de penurias, ymientras Jillian tenía que cuidar de sus cuatrohijos,Robertoencontróenelvinoaunfielamigo.
HabíanpasadodiezañossinquetuviesennoticiasdeladescarriadaJillian,cuandoFeliciarecibióunacartadesuhermana.Elorgullohabíamuertodehambreylepedíaayuda.
Felicia entonces tampoco era demasiado feliz, tenía todo lo que podía desear,
excepto lo que más deseaba. Dios no había querido bendecirla con el don de lamaternidad,yvercómoIrenetraíaalmundoaNathanySamanthanolaayudómucho.
LacontricióndesuhermanaysussúplicasparaquelaperdonasetuvieronefectoenFelicia,queleyóasuesposolacartaenlaquelasusodichalepedíaayudadiciéndolequevolvíaaestarembarazadayquenoseveíaconfuerzasdecuidaraotroniñomás.
SamHarbordsabíadesobralonecesitadaqueestabasuesposadeunhijoyseleocurrió una idea, podían quedarse con el niño que llevaba Jillian en el vientre,adoptarlocomosuyoyproporcionarleunavidacontodoloquepudiesenecesitar.Paraelloimponíaunaúnicacondición:quefuesevarón.
Feliciapasótodalanochesindormirpensandoenello.Aunquelehacíaunagranilusiónsermadre,nuncasehabíatenidoquepreocuparporotroserhumano.Entoncesse leocurrióuna idea.En lugardequedarseconunode loshijosde suhermana, sequedarían con dos, el que aún no había nacido y que adoptarían como propio, y lamayordelasniñas,alaqueacogeríancomoprotegidayqueseríaenrealidadquiénseencargasedeatenderalbebé.Suesposoestuvototalmentedeacuerdoconella.
Jillian,queamabaprofundamenteasushijos,sintióqueselepartíaelcorazónaltener que separarse de dos de ellos. En especial de Tracy, que era plenamenteconscientedeloqueocurría.AunasífuecapazdeconvenceraRobertodequeaquelloeralomejorparatodos.Graciasaldineroquelesdaríanpodríancomprarseunacasitay montar el taller mecánico que él siempre había querido. Además, Sam y Feliciacostearíanlaeducacióndetodossushijos.InclusodeTracy.
Robertofirmólospapelesdeadopciónyentregóasuhijoreciénnacido,mientrasJillian abrazaba a su pequeña sin soltar una lágrima y repitiendo en su cabeza queTracyyHarrytendríanunamaravillosavidalejosdeellos.
Laniñalloraríasuficienteslágrimasportodos.
©JanaWestwoodPortada:JanaWestwoodFotoportada:123rf1ªEdición:febrerode2017
Todos los derechos reservados.Queda prohibida, bajo la sanción establecida por las leyes, la reproducción total oparcialdelaobrasinlaautorizaciónescritadelostitularesdelcopyright.
Capítulo1Tracyerapequeñayestabademasiadodelgadaparasuedad.AFelicialepareció
queademástampocoparecíamuysimpática,peroquizásedebieraaloexageradamentetímidaqueera.
—No se parece ami hermana, ¿verdad?—dijomirando a sumarido que estabasentadojuntoaellaenelavión.
—Esunacría,¿quéesperabas?—dijoélsinprestardemasiadaatenciónanadaquenofueseelbebéqueteníaenlosbrazos.
Resultó que Sam se encontraba cómodo con el niño y el instinto paternal habíaeclosionadoenélcomoporartedemagia.Feliciasiguiómirandoalapequeñaqueibasolaenlosasientosdeladerecha.Almenoshabíadejadodellorar.
CuandollegaronalrancholesesperabanconglobosycartelesdebienvenidaconelnombredeHarrypor todaspartes.TodosseportaronmuybienconTracy.InclusosuprimoNathanquecondoceañosteníapocointerésenlallegadadeunbebéyunaniñaalafamilia.Samantha,alaquetodosllamabanSamy,semostróunpoconerviosa,paraella la idea de tener una prima de su misma edad con la que jugar era todo unacontecimiento,peroTracynoparecíamuyentusiasmadaporconocerla.
A Tracy le pareció que todos eran increíblemente grandes y que su prima erarealmentehermosaconaquellaropatanbonitayelpelolargosujetoenunacoletaalta.Se sentía fea, pequeñay tremendamente triste.No levantaba la cabezay apenasdijonada temiendo que se pondría a llorar. Cuando cortaron la tarta y pretendieron quecomieraunaporciónapuntoestuvodeatragantarseal intentarcontener las lágrimas.IreneAbeycomprendióquelaniñanecesitabadesahogarsupenaasolasyseofrecióamostrarle su habitación dejando a los demás con el pequeño Harry. A Irene no legustabanadacómohabíadecoradolahabitaciónsucuñada.TampocoleparecíabienquehubiesecolocadoalaniñaenaquelcuartotanpequeñoconlaexcusadequeeraelúnicoqueestabaalladodeldeHarry.
—¿Tegusta?—preguntóconternura.Tracyasintióconsinceridadmirandoasualrededor.Habíanpintadolasparedesen
color azul cielo,queera sucolorpreferido.Seacercóal armarioy lo abrió, estaballenoderopa.SevolvióaIrene.
—Feliciatehacompradoropa—dijosutíaacercándose—,pensóquenotendríasmucha.
Tracymiró su pequeñamaleta que alguien había dejado sobre una silla y luegovolvió amirar la ropa que estaba colgada en el armario. Entre todos sus hermanos
juntosnoteníantantaropacomohabíaallí.—Samy hizo demodelo para escoger la talla—dijo Irene—, es posible que te
esténunpocograndes,mihijaestámásrellenitaquetú.Alverquelaniñaestabaincómodaconsupresenciadecidiódejarlasola.—Te dejaré para que te instales—dijo Irene—. Supongo que querrás sacar tus
cosasdelamaleta.Ypuedesdescansarobajarcuandoteapetezca.TracyasintióyviocomoIrenesalíadelcuartodejandolapuertaabierta.Después
de unos segundos fue hasta su maleta y la abrió. Sus pantalones raídos la miraronavergonzados y sus zapatillas gastadas parecieron esconderse tras el papel con losdibujos deClara.Cerró lamaleta, se sentó en el suelo y se abrazó las rodillas confuerza tratando de contener los sollozos que se le escapaban sin que pudieseimpedirlo.
Su primo Nathan entró en el cuarto y la observó unos segundos hasta que ellalevantólavistaylomiróconlacaramojadaporlaslágrimas.
—Asíqueyaconoceslatradición—dijoelmuchacho.Tracyfruncióelceño.—Ladequellorarcuandoestrenasunacasatraebuenasuerte—dijoelmuchacho
sentándosefrenteaellaenelsuelo—.Supongoquetelohacontadomimadre,peronohacefaltaqueteesfuercestanto.Venga,queteayudo.
ElniñoempezóagemiryahacercomoquellorabayTracyseechóareíralversusmuecas.
—¿Sabesmontar?—preguntócuandolaniñaselimpiólaslágrimas.Tracynegóconlacabeza.—Puesaprenderás—respondióNathan—.Yomontomuybien,ycaballosgrandes,
nocomolosquemontaSamy.Peroesqueellaesunacría.Comotú.—¿Cuántosañostienes?—preguntóTracy.—Trece—respondióorgulloso—.Túnodebestenermásdeocho.—Tengodiez—dijoellamolesta.Elniñolamiródearribaaabajo.—Pues eres muy pequeñaja para diez años —dijo—. Mi hermana te saca una
cabeza,porlomenosytienenueve.¿Todostushermanossontanpequeñajoscomotú?Tracyasintióylatristezavolvióainvadirlaalpensarensufamilia,sobretodoen
suhermanaClara.—Estástriste—dijoNathan.Tracyasintió.—Echodemenosamifamilia—dijo.Suprimolamiróconternura.—¿Quiereshablarmedeellos?—preguntó.Alaniñaseleiluminaronlosojosyasintiórepetidamente.—Ven—dijoNathanponiéndosedepie—,teenseñaréelranchoymientraspodrás
contarmecosasdetushermanos.¡Vamos!Losniñossalieroncorriendodelacasaantelamiradaenfurruñadadelapequeña
Samyporverseexcluidadesusjuegos.Nathanla llevóhastalosestablosparaqueviesea loscaballosyTracysesintió
aterradaantelavisióndesemejantesanimales.—¡Sonenormes!—exclamó.—Esedeahíeselmío,sellamaLucero—dijoNathanconorgullo.Tracyseacercóamiraratravésdelosmaderos.—Buscaremos uno pequeño para ti y aprenderás a montar. ¿Pero no querías
hablarmedetushermanos?¿Aquéesperas?Laniñaempezóahablarledesufamiliaypocoapocolaopresiónquesentíaenel
pechosesuavizó.Aunasí,cuandollególanocheyseencontrósolaentrelassábanasnopudoevitarquelaslágrimasvolvierandenuevo.
Durante laprimerasemana llorócadanocheal irseadormiryduranteelprimermesrogócadamañanaporqueviniesenabuscarlaparavolveracasa.PerolaamistaddesuprimoNathanyocuparsedelpequeñoHarryfueron llenandosudíaadíay laslágrimassesecaron.
Nathanvioenellaalgoespecial,unabondadnaturalquelahacíapreocuparseporlosdemássinesperarnadaacambio.Ydecidióqueseríasuprotectoryconseguiríaqueseencontraseenelranchocomoensupropiacasa.
Samynoentendíaporquénopodía tenerlapara jugarsiemprequequeríaysolíaenfadarseconellacuandolemandabanalgúnquehacer,relacionadocasisiempreconHarry,ydejabaeljuegosinterminar.Aunasílaniñahabíaconseguidolomásparecidoaunaamigaysesentíacontentaporello.
Lecostóunpocoadaptarseasunuevocolegioyelprimerañotuvieronqueponerlauncursopordebajode loque lehabríacorrespondido,peroTracypronto demostróqueeramuyinteligenteyconsiguiórecuperareltiempoperdido.
La tíaFelicia se sentía completamente satisfecha con sunuevoestatusdemadre.Disfrutabadelaspocastareasquesereservabaparaesecometido,pueslamayoríadeltrabajo recaía sobre los hombros de Tracy, que fue para su hermano la perfectahermanamayor.
—Tía,¿porquéTracyestanhurañaconmigo—lepreguntóSamyaFeliciacuandosusprimosllevabandosmesesenelrancho.
—Samy, tienesquesercomprensivaconella.Debesentenderquenoescomotú,quehasvividoenunlugarcomoLittleBityquetienesunafamiliaconrecursos.Ellavienedeunlugarenelqueapenasteníanparacomer.Ademásnotodaslasniñassontanguapaseinteligentescomotú—dijosutíasonriendoaltiempoqueleapartabalosrubiosrizosdelacara—.Tendrásqueserbuenaconellacuandoseáisunasjovencitasynolesalgantantospretendientescomoati.Lagrandezasedemuestraenlosdetalles,yalosabes.Yotuvequesermuycomprensivaconmihermana,siempremetuvocelos
porqueyoeralamayor,¿sabes?,ysinembargonuncahicecasodeesoylaquisecomosifuesebuena.AlfinalnosirviódenadaporqueJilliansecomportócomounacabezaloca y trajo la deshonra a la familia al casarse con alguien comoRobertoGuzmán.Estoyseguradequelaenfermedaddenuestropadretuvosuorigenenaquelsucesotandesagradable.
Samyasintió conorgullo, se sentía importante al verque su tía le contaba todosaquellos terribles secretos. En aquel momento tuvo la certeza de ser la niña másafortunadayguapadetodoTexas.Ningunadelasdossepercatódelaespíasilenciosaqueescuchabaconlaespaldapegadaalaparedyunenormepesoensucorazón.
–Jilliansiemprefuehurañayunpocomezquina,esloquetienesentirseinferioraalguien—siguiódiciendolatíaFelicia—,poresodebessercomprensivaconTracyytratarlabien,despuésdetodotienesusmismosgenes.
—EllanoescomoHarry,¿verdad?—preguntó laniñaquequería tener las ideasbienclaras—.Nuncaserátuhija,¿no?
—No,claroqueno.Ellaestáaquícomomiprotegida—explicósutía.—¿Comoesosniñosalosqueapadrinamimadreylesenvíadinerocadames?—
preguntólaniña.—¡Sí,eso!—exclamóFeliciaconunaenormesonrisa—.Tumadrehaceobrasde
caridadadistanciayyomehetraídomibuenaobraacasa.LasdosseecharonareíracarcajadasmientrasqueTracysentíaardienteslágrimas
resbalandoporsusmejillas.
Capítulo2Tracy tiró la mochila en medio de su habitación y se dejó caer sobre la cama,
exhaustaporlacarrera.Nathanentróenelcuartoresoplandoysetumbójuntoaella.—¡Hashechotrampas!—exclamó.—Deesonada,teheganadolimpiamente—dijoellaincorporándoseparamirarlo
—.Sabesquecorromásquetú.—Porquetienesesaspiernasdepalilloquenoofrecenapenasresistenciaalaire—
dijoélburlándose.Tracyleempujóarrugandoelmorro,sabíaqueodiabaquesuspiernasfuesentan
delgadas.—¡Por finvacaciones!—exclamóél cuando suprimavolvió a tumbarse—.Creí
quenollegaríannunca.—Podremossaliramontartodaslasmañanas—dijoTracyconplacerllevandolos
brazosporencimadesucabezayestirándosecuallargaera.—AúnmeacuerdodelterrordetucaralaprimeravezquemontasteaCascabel—
dijoNathan.Tracysonrió,ellatambiénlorecordaba.—Eramuypequeña—dijo.—Sí,loeras.Ynoeraesoloúnicoquetedabamiedo—dijoNathanriendo.Tracysabíaaloqueserefería.Laprimeravezquevioaloshombresguiaralas
reses,elestruendoqueformaronlosanimalescasihizoquesemeaseencima.—Eramuypequeña—insistiómirándoleconfingidoenfado.NathanleguiñóunojoydespuéssesentóenlacamaalescucharquesutíaFelicia
lallamaba.Laniñaseincorporótambién.—Bueno,empiezan lasvacaciones,perome temoque tíaFelicianovaadejarte
muchotiempolibre—dijosuprimo.Tracyseencogiódehombrosysepusodepie,peroNathanlaagarródelamanoy
ladetuvoantesdequesalieracorriendo.—Tracy,¿eresfeliz?—preguntómuyserio.Lajovenasintiórepetidamenteylesonrióconcariño.—¿Deverdad?—insistióél—.¿Yanollorascuandopiensasentushermanos?—Siestástú,no—dijolaniña.ElmuchacholaabrazóconsinceroafectoyvolvieronaescucharlavozdeFelicia
llamándola.—Serámejorquevaya—dijoTracyseparándosedeél—,noquieroempezar las
vacacionescastigada.Nathanlaviosalirdelcuartoysintióelcalorenelpechoquesentíasiempreque
estabaconella.Laqueríaprofundamente, era sumejoramigay la sentíamuchomáscercanaqueasupropiahermana.Samyyélnoteníannadaencomún,peroconTracytodoerasiemprefácilynatural.
Cogió su mochila del suelo y salió del cuarto de su prima. Estaba deseandoempezarlasvacaciones.
—¿Noteparecequeelsolseescondedemasiadopronto?—preguntóTracyasuprimo—. Yo creo que la puesta debería durar una hora. Me quedaría aquí sentadacontemplándolaypodríadisfrutarlamuchomás.
Nathanlamiróyseechóareíracarcajadas.—¿Enesoestabaspensando?—preguntó—.Veíaqueteníasesacaradepensar.—¿Quécara?—preguntóellaconcuriosidad.—Esta—imitólaexpresióndeTracyyestaseechóareír.—¿Pongocaradeestreñida?—preguntósindejardereír.Nathanseencogiódehombros.—¿PorquénadiemásvienealCerroViejoaverla?—preguntóTracy.—¿Yquiénquieresquevenga?—preguntóél.—¿Samy?Ellanuncadicedevenir—dijoTracy.—A mi hermana el sol la trae sin cuidado, se pasa el día haciéndoles esos
horriblesvestidosasusmuñecas—dijoponiendocaradeasco.Tracyasintió,eraciertoquesuprimasiempreestabadibujandoyrecortandotelas,
algoqueaellaleresultabamuyaburrido.—He hablado con tía Felicia —dijo Nathan mirándola muy misterioso—, he
conseguidoqueesteañotedejeiralafiestadelacosecha.Tracylomiróconlosojoscomoplatos.—¿Deverdad?—preguntó—.¿YHarry?—Yatienecuatroaños,puedellevarloconellaypodemosocuparnosdeélaratos.Tracysepusodepiedeunsalto.—¿Ytendréqueponermeunvestido?—dijoaterrada—.Noquierollevarvestido,
esunrollo.Nathansepusodepietambiényseriodesuprimadivertido.—En eso no voy a poder ayudarte, me parece que a tía Felicia le encantan los
vestidos.
—¿Estás segura de lo que vas a hacer?—Tracy hablaba con su prima,mientrasestapreparabasumaletaparairsealauniversidad.
—Esloquesiempremehagustado,Tracy, tú losabes.Lamodaesmipasión—respondiólajoven.
—Peroesotealejarádelrancho—dijosuprimasorprendida.—¿Yquétepensabasquemequedaríaparasiempre,comoNathan?—Colocósus
utensilios para arreglarse el pelo en un rincón de la maleta ymiró a su prima concuriosidad.Después de unos segundos dejó lo que estaba haciendo y fue a sentarsejunto a ella en la cama—. Tracy tienes que pensar en ti y en tu futuro. No puedesquedarteaquíparasiempre,túnopertenecesaestelugar.
—NopuedoabandonaratíaFelicia.DesdequemurióeltíoSamestámuysola.—TieneaHarry—dijoSamytajante.—Precisamente—dijoTracy—,tíaFelicianopuedesolaconél.—Estánmispadres—dijoSamyinsistiendo—.DesdequeNathansemarchóala
universidadhasestadomuysola.Tracysonrió.—Estabastú—dijo.—¿Yo?—Suprimaselevantóparaseguirhaciendosuequipaje—.Nuncategustó
salirconmisamigos,siempremedecíasquenocuandoteinvitaba.Lasdossabemosquenohemossidograndesamigas.
Tracysonrióconcariño.—Yotequieromucho,Samy—dijo.—Y yo a ti, tonta —dijo la otra mirándola—, pero tenemos caracteres muy
diferentesynuestrosgustossondeplanetasdistintos.Tracyseencogiódehombros.TíaIreneabriólapuertadelahabitaciónyasomóla
cabeza.—Tía Felicia ha llamado, quiere que vayas a buscar a Harry al rancho de los
O'Connor—dijomirandoaTracyydespuéshizounamuecadedisculpa—.Losiento,le he dicho que podía ir yo, pero dice que quedaste con ella en que irías tú y hahabladodequesedebencumplirnoséquénormas…
Tracyasintióysepusodepie.Samyfuehastaellayseabrazaronconcariño.—Disfrutamuchoenlauniversidad,perotencuidado—dijolajoven.—Parecesunaanciana—respondióSamanthaantesdedarleunbesoenlamejilla.
—¿Solo tequedarásunasemana?—Jilliancogió lasmanosfríasdesuhijay lasapretóconternura.
—NopuedodejarmástiemposolaalatíaFelicia.Enrealidadmehadejadoveniruna semana porque Harry está de campamento —dijo mirando a su madre conpreocupación—.Estásmuydelgada,mamá.
—Notepreocupespormí,hija—dijoellasonriendo—.¿Quierescomeralgo?¿Tepreparouncafé?
—No,nomepreparesnada.¿Dóndeestápapá?—preguntó.Jilliansonrióconresignación.—Trabajando,comosiempre.Suertequeleencantanloscoches,quesino…—¿Ymishermanoscómoestán?—siguiópreguntando—Berto y Clara están acabando la universidad —dijo orgullosa—, Berto ha
tardadomásdeloquedeberíaporquealprincipionolefuemuybien.GraciasaquetuprimoNathanhablóconéldejódehacereltontoysecentró.LodeClaraesvocación,yasabesquedesdemuychiquita supoquequería sermédico.Es la inteligentede lafamilia…sincontarteati,claro.
Sumadreleacaricióelrostroconcariño.—Mario está trabajando en el taller con tu padre—siguió hablando—, a él le
gustanloscoches,yalosabes.—Sí,solohabladeeso—dijoTracysonriendoalpensarensuhermano.—¿Ytú,cariño?¿Estásbien?¿Notearrepientesdenohaberidoalauniversidad?—No,mamá.Estoycontentadehaberestudiadocontabilidad,megustatrabajaren
elrancho,tengobuenamanoparalascuentasysemedabienhacerinventario.EltíoWalterconfíamuchoenmí—dijomirándoselasmanos.
Lamadresiguiósumiradayacariciólasmanosdesuhija.—Amímehabría gustadoquehubieses ido a la universidad—dijo—.Yque te
marchasesdeallí.—Mamá,noempieces…—Tracyapartólasmanos.—Eslaverdad,hija.LodeHarryesdistinto,perotú…—Ya, ya lo sé,mamá.—Tracymiró hacia otro lado para evitar que sus ojos la
traicionaran.—Ahoraeresmayor,hija,ahorapuedescontarme laverdad,¿tehan tratadomal?
—preguntócogiendoasuhijadelabarbillaparaobligarlaamirarla.—No,mamá—dijo—.SiempremetrataronbienytíaFeliciamequierecercade
ella.—Paraquelehagaseltrabajo—dijoJillianmolesta—.¿Tecreesquenoconozco
amihermana?—La cuestión es que no me han tratado mal, para tía Felicia siempre fui su
protegida.—Lasobrinapobre,yameloséyobien—siguióJillian.—¡Yabastamamá!—exclamóTracymortificada—.¡Despuésdetodotúaceptaste!Jilliansellevólamanoalabocaparaahogarunaexclamación.—Losiento,losiento,mamá,nomehagascaso,noqueríadecir…—Hijamía—susurrósumadrealtiempoquetirabadeellaparaabrazarla—.Soy
unaestúpida.Perdónameporhablardeesto.Estúpida,soyestúpida…—No,mamá,notepreocupes—dijoTracyalverquesumadreempezabaallorar
—. Venga, dejemos de hablar de esto y salgamos a dar un paseo, he visto que has
plantadoaloevera.—Quierohacerelgeldelaabuela—dijo—,hepensadoquesoylaúnicaqueaún
conocelareceta.—¿Quégelesese?—preguntóTracyponiéndosedepieparasalirdelacasa.—¿NotehahabladotutíaFeliciadelaabuelaBetsy?Eralamadredemipadre,
unamujermuy inteligentequepreparabaungelmaravilloso conaloevera.Calmabacualquiermolestiaenlapielyeramuyhidratante.
—Vaya,vaya,nadiemehahabladode laabuelaBetsy.Porcierto,mamá,¿sabesquecadaveztienesmásacentomexicano?
—¿Acento,yo?¡Peroquédices!Yohablocomouna tejana, los tejanoshablamosasí.Esoesquenotehasfijadoencómohablatutía.Acentomexicano,quésabrástú…
Madreehijasalieronaljardíncogidasdelbrazo.Siempreleresultabaduromarcharsedelacasadesuspadres.Eraagradableestar
enunlugarenelquenoeraunamantenidaynadiesesentíasuperioraella.PeroparaTracy aquella tampoco era su casa. En pocos días echaba de menos su vida en elrancho.Sobretodoloscaballos,legustabacabalgaralatardeceryrecorrerkilómetrosde campos de cultivo respirando aquel aire que ya formaba parte de ella. Le costómuchoaceptarqueeraunaparia,quenopertenecíaaningunaparteynohabíaningúnlugaralquepudiesellamarsuhogar.
—Telefonea en cuanto llegues si no tu madre se preocupa —dijo su padre aldespedirla.
—Nomegustanlosaviones—dijosumadreabrazándola—.Cuídatemucho,hija.Tracysonrióasuspadres,despuésabrazóaMario,cogiólamaletadesumanoyse
marchó.
Yasí llegamosalmomentoactualdeestahistoria.SamyviveyestudiaenNuevaYork.NathanregresaaLittleBitconsuflamantetítulodeingenieroagrónomo.Harryyahacumplido losdiezañosycontra todopronosticoa juzgarporel tratode favorrecibido durante toda su vida, es un buen muchacho que adora con fervor a suhermana.
Tracysiguesiendo,parasutíaFelicia,lamismahurañayextrañacriaturaquellegóalranchodiezañosatrás.Seencargadelabastecimiento,elinventarioylacontabilidaddel rancho, conelbeneplácitodeWalterHarbordparaelqueesunaempleadamás.TodoellosindesatendercualquiernecesidaddeFelicia,noolvidemosqueellaessualtruistaprotectora.
Capítulo3—¿Estásseguradequequieresvenderlo?—Waltermirabaasucuñadaporencima
delatazadecafé,apoyadoenlaisladelacocina.—Estoy perdiendo dinero manteniendo un rancho en esas condiciones —dijo
Felicia.—DijistequequeríasregalárseloaHarrycuandofuesemayordeedad.—Sí, sé lo que dije, pero mi hijo tendrá este rancho cuando crezca. ¿Para que
quiereBellgard?Deestemodotambiéncontaráconunabuenacantidaddedineroenelbanco.
—Atupadrenolehabríagustado—dijoWalter.—Amipadrelehubiesegustadotenerunhijo,perotuvodoshijas.—Haz lo que quieras—dijo encogiéndose de hombros—. Después de todo, tu
padretelodejóaticuandodesheredóatuhermana,asíquesolotúpuedesdecidirquéhacer con él. Si quieres que se ponga a la venta hablaré con Rosalind y ella seencargarádetodo.
Feliciaasintió.—Esas tierras son colindantes con las nuestras—dijoWalter—.No quiero que
cualquierasequedeconellasynostraigaproblemas.—Lodejoentusmanos—dijosucuñada,dandoporterminadalaconversación.—Walter, no sabía que estabas en casa—dijo Tracy al entrar a la cocina para
cogerunatazadecafé.—¿Hasterminadoesascuentasquetepedí?—preguntóelsusodichoalcanzándole
latazadeloaltodelarmario.—Estoyenello,poresonecesitoelcafé—dijosonriendo.—EstábamoshablandodelranchoBellgard—dijosutía—.Voyavenderlo.Tracysoltólacafeteraunpocobrusca,sindarsecuenta.—¿Noteparecebuenaidea?—Noeseso,esqueeraelranchodel…señorBellgard—dijo.—¿ElseñorBellgard?¡PorDios,criatura,eratuabuelo!—exclamóFelicia.Tracysemordióellabio.—Élnuncapermitióquelellamaseasí—dijomuyseria.—Perohaceañosquemurió,yanoestáaquípararegañarte.—Esodaigual—dijoTracytratandodequesuvozsonasenormal—.Peroenese
ranchonaciómimadre…—¡Yyotambiénnacíallí!¿Quétecrees?¿Queamínomeimporta?Sihayalguien
quetengaverdaderoafectoaaquelviejoranchosoyyo,perodenadasirveaferrarsea
las cosas cuando ya no sirven. Podemos convertir unas tierras inútiles en dineroefectivo.Haymuchagenteinteresadaencomprartierrasporaquí.
—Pero las tierras son colindantes —dijo Tracy mirando a Walter—, ¿no seríamejorañadirlasaLittleBit?
—FeliciaquiereconseguirefectivoparaHarry—aclaróWalter.Tracysupoquenodebíadecirnadamás.—¿Quéhacéistodosaquí?—dijoNathanentrandoenlacocinaenesemomento.—¿Tú qué opinas? —preguntó Walter—. ¿Crees que es buena idea vender el
ranchodelabuelo?—¿Venderlo? —Nathan cogió una manzana del frutero y le dio un mordisco
mientrasobservabaasutíaconatención—.¿Porquéquieresvenderlo?—¿Para qué va a quererHarry ese rancho cuando tenga tu edad?—le preguntó
Feliciadandootracaladaasucigarrillo—.Ahoraesunbuenmomentoparavender.—Latierraserevaloriza—dijoNathan—,podríamostrabajarloymásadelante…—¡Ah,no!—exclamóFelicia—.Yaséyocómoacabanestascosas.Esofueloque
pasóconlosRussonyyavistecomoacabaron,nosehablan.Novoyadejarqueunoscuantosacresestropeenestafamilia.
—Es tu ranchoy túdecides—sentencióWalterdandounapalmada—.LlamaréaRosalindparaquesepongaconellocuantoantes.ElranchoBellgardsevendeypunto.Nathan,¿vamosaveresosbrotes?
SuhijoasintióylelanzóelcorazóndelamanzanaaTracyparaquelatirasealabasura,queestabadetrásdeella.
—Alassiete—dijosaliendodelacocina—.Nolleguestarde.Las dos mujeres se quedaron solas y Tracy observaba hipnotizada cómo se
encendíalapuntadelcigarrillodesutíacadavezqueéstadabaunacalada.—Séquenoteparecebien,nohacefaltaquedisimules—dijoFelicia.—Noséporquédiceeso,tía.—Síque losabes—sonrió lamujercon lamiradaseria—.Estáspensandoen tu
madre,creesqueeseranchotambiéndeberíasersuyo.Tracysemordióel labiofuriosaporser tantransparente.Ledabapenatenerque
darlelanoticiaasumadredequelohabíanvendido.—Lo siento, pequeña, pero tumadre no tiene nada que decir a todo esto—dijo
Feliciaponiéndosedepie—.Sinosehubiesefugadoconeldonnadiedetupadreeseranchoseríavuestrohogar.Bueno,eltuyono,porquenuncahabríasnacido.
SaliódelacocinaydejóaTracyconelcorazóntemblando.
ApretólaspiernasypusosucaballoalgalopedejandoaNathandetrás.Élsiemprehabíasidomásrápidoqueella,peroaqueldíanopensabadejarquesesalieseconlasuya.Notuvonadaquehacer,laadelantócuandoapenasfaltabaunkilómetroparael
CerroViejo,consiguiendosalirtriunfadordelacarrera,comosiempre.—¡Gané!—exclamó levantando los brazos cuando detuvo el caballo y después
saltódesumonturacomosolíahacerdesdequeerauncrío.—Undíatevasaromperlacrisma—dijoellabajandodesucaballoysinpoder
disimularlarabiaquesentía.Dejaronalosanimalesatadosenunárbolcercadelpastofrescoyfueronasentarse
enloaltodelcerroparaverlapuestadesol.—¿EstásdisgustadaporlodelranchoBellgard?—preguntóNathan.Tracyseencogiódehombros.—Noesalgoquemeincumba—dijo.—Tracy…—Nathanrevolviósucabelloyellaseagarróasubrazoapoyandola
cabezaensuhombro.Durante un rato no dijeron nada ninguno de los dos, se limitaron a disfrutar de
aquelpreciosomomentodeseandoquelascosassiguieransiempreigualparalosdos.—Deberías irte a launiversidad—dijoNathancuandoel bordedel astro rey se
ocultótraselhorizonte.Tracynocontestó.Conélnopodíafingir,comohacíacontodos.Peronoteníacaso
hablar de ello, decir en voz alta las veces que se había imaginado a sí misma enaquellasaulas.SoltóaNathanysesentóconlaespaldaerguida.
—Si me dejaras les pediría a mis padres que te ayudasen—siguió insistiendoNathan.
—Noséquéhacemoshablandodeestootravez—dijoellanegandoconlacabezaysinmirarlo.
Nathansepusodepiedándolelaespalda.Tracyloimitóysecolocódelantedeélparaquelamirase.
—¿Quépasa,Nathan?Élresoplóporlanariz.—Nomegusta quehagas eso,Tracy, que te infravalores de esemodo.Deberías
lucharportufuturo,podríasserloquequisieras—dijomolesto.—Yasoyloquequieroser—dijoellaempezandoaenfadarse—.¿Noserástúel
quemeinfravalora?—Sabesseloquehablo.—¡No!—exclamódándoseunacachetadaconlasmanosabiertasensusmuslos—,
notengoniideadeloquehablas.—EresunaBellgardlepeseaquiénlepese—dijoNathanentredientes—.Perotú
dejasquetetratencomo…—¿Cómo qué? —dijo ella encarándose a él—. ¿Cómo una Guzmán? ¡Eres tan
clasistacomoella!Sediolavueltaparabajardelcerro,perosuprimolasujetoylaobligóamirarlo.—Esonoespropiodeti—dijodolido—,sabesquenoescierto.
—Yo ya no sé qué pensar de nada—dijo sintiéndose impotente—.Últimamentetodomepareceestarcambiando,yoestoycambiando…
—Pero eso es normal, tienes veinte años, ya no eres la cría asustada que seacurrucaba entre las sábanas para llorar. Aunque a veces creo que aún siguesescondidaallídentro.
Ahorafueellaquiénlomiródolida.—Estoy aquí como una huésped —dijo—, tu tía podría echarme en cualquier
momento.—¿Por eso vives conmiedo? ¿Por que crees que te echarán si te defiendes?—
Nathan movió la cabeza y apretó los labios tratando de contener las palabras quepugnabanporsalir.
—¿Porquéestástanenfadado?—preguntóellasincomprender.—¿Esqueno tedascuenta?—dijocogiéndolade loshombros—.Erescomoun
conejillo asustado que agacha las orejas cada vez que alguien levanta la mano. Escomosicreyerasquetienenderechoatratartecomolohacen.
—¿Dequéestáshablando?—dijoellaconelcorazóntemblándoleenelpecho.—Mipadretetratacomoaunaempleada,notieneencuentalahoraqueesnilo
cansadaqueestésparapedirtecualquiercosaquenecesiteyjamásleheoídodartelasgracias por nada —dijo Nathan—. ¿Y tía Felicia? ¡Solo falta que te pida que laabaniquesmientrasduermelasiesta!¡PorDios,Tracy!
Lasoltóyseapartóunpasodeelladándolelaespaldaparaquenovieselafuriaquehabíaensusojos.Tracysesintióencoger,eracomosiuncordóninvisibletirasedeelladesdeelcentrode la tierrayen lugardeenterrarlaenunaprofundasima, lafueseencogiendopormomentos.Nathansoltóconfuerzaelairequehabíaacumuladoensuspulmonesysevolviódenuevohaciaella.
—¿Porquélesdejasquetehumillen?—preguntó.Tracyapretóloslabiosynegóconlacabeza,peronodijonada.—Yanoeresunaniña,Tracy—dijoélyhabíadecepciónensuvoz.Tracy seguía sin decir nada y Nathan hubiese querido sacudirla hasta hacerla
hablar,peroestabaparadadelantedeélmirandoporencimadesuhombrocomosiélnoestuvieseallí.
—Hevistocómoduranteañostehanhechopagarlospecadosdetuspadres…—¿Pecados?—Ahíestaba la reacciónquebuscaba—.¿Desdecuándoespecado
amarse?Nocreoquehicieranmalporquererse,¿túsí?Comosenotaquenuncahasqueridoanadiedeverdad.
—Noestoyhablandodeesoylosabes—dijoNathanmolesto.—¿Ah, no? ¿Y de qué hablas entonces? ¿Qué harías si te prohibiesen volver a
verme?¿Medejaríastiradayseguiríascontuvida?Nathanlamiróconfuso.—Yo no permitiría que nadie hiciese eso—dijo ella—. Y respeto mucho a mi
madreporloquehizocuandonoledieronotraopción.—Deberían haber esperado, el abuelo habría entrado en razón…—dijo él muy
serio.—¿De verdad crees eso? Ese viejo no se hubieramovido de su posición ni un
milímetro—dijofuriosa.—¿Yviendotodoloquepasócreesquemereciólapena?—preguntóNathancon
unavozextraña.Tracylomirósinentenderlo,derepentesintióquealgoserompíaensuinterior.—Hascambiado—dijo.—Todos cambiamos menos tú —respondió él—. Pero no has contestado a mi
pregunta.¿Valiólapena?Tumadrerenuncióatodoporél.¿Hacorrespondidotupadreaesesacrificio?
Tracysesintiótraicionadaenlomásprofundoporqueélhablabaporlascosasqueellalehabíacontado,cosasquejamásdeberíahaberutilizadodeesemodo.Sediolavueltaparaquenovieselaslágrimasensusojosycorrióhastasucaballo.
Nathanladejóirytuvoqueimaginarqueteníalospiesclavadosalsueloparanocorrertrasella.
—Quienbientequiereteharállorar.Quienbientequiereteharállorar—repetíaentredientesunayotravezmientraslaveíaalejarsealgalope.
Capítulo4—¿Yporqué tengoque iryo?—Tracyestabadepieagarradaal respaldode la
silladelcomedor.—VamosalbardeLuke,Tracy,noquerrásquevayayo solocon losdos—dijo
Nathanmirandoasuprimaconlasúplicaenlosojos.—Túlesinvitaste,¿no?—dijoellamolesta.—Sehanmudadohacepocoynoconocenanadie—explicóélconpaciencia—.
Sonnuestrosvecinos…Tracyapretóloslabios.—Estoycansada,nomeapetecesalir—dijo.—Tracy, deja de ser tan desagradable —intervino Felicia encendiendo un
cigarrillo—,meestásdandodolordecabeza.EsosjóveneshancomprandoelranchoBellgard…¡Yquénarices!Tuprimoteestápidiendounfavor,yacuentadetodoslosqueéltehahechonodeberíasniplanteartenegarlenada.¿Oquieresquetehagaunalista con todas las veces que te ha defendido y que se ha puesto de tu parte en lasdiscusionesfamiliares?
TracyempalidecióyNathandioungolpealasillamolestoporquesutíalohubieseplanteadodeesemodo.
—Voyapormibolso—dijolajovensaliendodelcomedor.Nathanlasiguióalcanzándolaantesdesubirlasescaleras.—Notienesquevenirsinoquieres—dijosujetándoladelbrazo.—No—respondióTracy con la voz extraña—, tía Felicia tiene razón, no puedo
negarmesitúmelopides.Subiólasescalerascorriendoyenmenosdeunminutoestabaenlapuerta.—Sonbuenagente,Tracy—dijoconexpresióndesúplica.Lajovencomprendióquesuprimoteníarazónyaflojóunpoco.—Lo siento, estoy muy irascible últimamente, perdóname—dijo saliendo de la
casa—.¿Medejasconducir?Nathan le tiró las llaves de la camioneta y ella las cazó al vuelo. Subieron al
vehículoyNathanbuscóunaemisoraderadiocuandosepusieronenmarcha.—¿No te parece raro que vivan juntos? —preguntó Tracy cuando tomaron la
carretera—.Nosé,doshermanosdeFlorida,quecompranun ranchoenTexas…Estodomuyraro.
—Estaríanhartosdeplaya—dijoNathanencogiéndosedehombros.—Ellaesmuyguapa—dijoTracyguiñándoleunojo.—Mucho—respondióél—.¿Yquémedicesdeél?
Tracyarrugólabocacomosinotuvieseunaopinióndefinida.—Hayalgoenélquenomegusta.Es…demasiadoexitoso.—¿Exitoso?¿Quéclasedeadjetivoesese?¿Exitoso?¿Hasvistoloexitosoquese
havueltoelmundo?—seburló—.Tendremosunacosechadelomásexitosa.—Calla,imbécil—dijoellariéndose.—TengoquereconocerquetíaFeliciaestodaunaexitosa.¿Notehanhabladodel
exitososementalquehacompradopapá?—¡Para!—Lediounpuñetazoenlapiernasindejardereír.
—Menos mal que has venido. —Kate Wilcox dedicó a Tracy una agradecidasonrisa—.No es quenomeguste salir conmi hermano, pero se agradece tener unachicaconlaquehablar.Esdifícilhacernuevosamigos.
NathanyRichardWilcoxhabíanidoabuscarcervezasparaloscuatroylaschicasescogieronunamesalomásalejadade labandaquetocabaesanoche,paranotenerquehablaragritostodoelrato.
—Ademáslavidaenunranchoesdura—dijoTracy—,cuestaacostumbrarse.—Teconfiesoqueyonoteníanadaclarolodecomprarelrancho.Mihermanoestá
convencido de que seremosmuy felices viviendo así, pero yo no estoy tan segura.¿Quécreestú?¿Megustará?
—No soymuyobjetiva, llevo diez años viviendo aquí—dijoTracy sonriendoymoviendo los pies con lamúsica. La chica de la banda emulabamuy bien aCarrieUnderwoodyleencantabaaquellacanción.
NathanyRichardllegaronasumesaconlasbebidasyNathanlacogiódelamanoylasacóalapistasindecirnada.Tracysedejóllevar,aquellanocheparecíaquetodovolvíaasercomosiempreentreellos.
—Bueno, bueno, no fue exactamente así—la interrumpióNathan—, el ternerillopesabadoscientoskilosyseempleóafondo.
Tracynodejabadereírllegandoinclusoalaslágrimasalrecordaraquelepisodioen el que un ternero tiró a Nathan en el barro cuando estaba insistiéndole en queaquellosanimalesnohacíannada.
—Puesmetemoqueesanofueunademostraciónmuyefectiva—dijoKateconunagransonrisaydespuésapoyósumanoenelbrazodeNathany lomiróa losojos—.Tranquilo,Nathan,estoyseguradequeeresunaguerridocowboy.
Tracysoltóunasonoracarcajadaysiguióriendoduranteunbuenrato.—Nathan —dijo Richard cuando se acabaron definitivamente las risas—,
queríamospedirteconsejosobrequédebemosplantarennuestrastierras.—¿Yaoshabéisdecididoporcultivarla?—preguntóNathan.—Bueno, hemos sopesado todas nuestras posibilidades y creemos que esa es la
másadecuadaparanosotros.LodelganadonoesparaKateyparamí.—Tambiénqueremostenercaballosdemonta—dijoKate.NathanyTracysemiraronconcomplicidad.—Todo esto de los cowboys está muy de moda —apuntó Richard—. Estamos
seguros de que nuestros amigos de Florida se apuntarán a pasar más de un fin desemanavaquerosindudarlo.
—Mihermanoquierequeseaunranchomínimamentefuncional—dijoKate—,poresodebemoscultivarlatierraytenercaballos.Yoledigoquepodemosviviraquíuntiempoyverquépasa…Nuestroabueloesmuymayorycualquierdía…Bueno,noesquequieraquesemuera,peroesalgoquedeberásucederalgúndía…
—Nada, nada —la cortó su hermano—, estoy decidido a que esto funcione.Contrataremosalgunostrabajadores,porsupuesto.
—Lo que pasa es que quiere callarles la boca a nuestros amigos, que estánconvencidosdequenosabemoshacernada—dijoKate.
—Llevarunranchonoesfácil—dijoTracydespuésdebeberdesubotella.—Poresonecesitamosvuestraayuda—dijoRichard—.Ysenoshaocurridoque
podríamosquedarnosenLittleBitunpardesemanasyvercómoesrealmentelavidaenunauténticorancho.
—Pagaremosporlaestancia,porsupuesto—dijoKate.NathanmiróaTracy.—¿Quéopinas?—preguntó.Suprimaseencogiódehombros.—No sé qué decir, habría que preguntarles a la tía Felicia y a tu padre —
respondió.NathanmiróalosdoshermanosyRichardasintió.—Bien,puespreguntadlesydecidnosalgo.—Chocósubotelladecervezaconla
deNathanylosdosjóvenesbebieronparasellarsupacto.—Yahoratienesqueenseñarmeabailar—dijoKateponiéndosedepieymirando
aNathan.Eljovensonrióylaacompañóalapista.—¿Quieresquebailemos?—preguntóRichardaTracy.Lajovennegóconlacabezaybebióuntragodecerveza.—Teloagradezco,aúnnoestoypreparadoparahacerelridículoentreestagente.
Nomemalinterpretes—dijomuyserio—,notengonadaencontradehacerelridículo,perocreoqueesprontoparamostrarmeentodomiesplendor.Hayquedejarespacioalmisterio.
Tracy lo miró muy desconcertada porque le parecía que hablaba en serio, peroentoncesunaenormesonrisasedibujóenelrostromasculinoylajovenrompióareír.
—AsíquedeMéxico—dijoRichard.Tracyasintió.
—DeSaltillo,perosolovivíallíhastalosdiezaños—dijo—,quefuecuandomítíanostrajoamihermanoHarryyamíavivirconella.
—¿Tienesmáshermanos?—Sí—dijo asintiendo—, tres más. Es una historia complicada y muy larga de
explicar.Sellevólabotellaaloslabiosybebióunlargotrago.—Mihermanayyosomoshuérfanos—dijoRichard—.Mispadresmurieronenun
accidente.DespuésdeaquellonosfuimosaviviraFloridaconnuestroúnicoabuelo,un viejo cascarrabias que lo único que había hecho toda su vida era ganar dinero.Tuvimosqueacostumbrarnosavivirconél,enunnuevoestadoyconnuevosamigos.Tampocofuefácil,nocreas.
Richardlevantólabotella,Tracychocólasuyaydespuésbebieron.—Lafamiliaescomplicada—dijoTracy.—Loes.—PorsuerteKateytúoslleváisbien.—Quieromuchoamihermana—dijoRichardmirandohacia lapistadebaile—,
esperoqueencuentreaalguienquemerezcalapenayquelahagafeliz.Tracysiguiósumiradayobservóalaparejaenlapistadebaile.Lalargamelena
de Kate se movía hipnotizadora, mientras su cuerpo perfecto seguía a Nathan consoltura.Losdoseranguaposyteníanunfuertemagnetismo.
—Nathanesunabuenapersona—añadióRichard.Tracylomirósorprendida,peroélseguíaconlavistaenlapista.Acabóloquele
quedabaenlabotellayselevantó.—Voyapormásbebida—dijoysealejó.
—¿Vescomonohasidotanterrible?—dijoNathanmirándoladesdesuasiento.Tracycerrólapuertadelacamionetaconcuidadoparanodespertaranadieenla
casayseapoyóenlaventanilla.—¿TegustaKate?—preguntóabocajarro.Nathanlopensóantesderesponder.—Nomedesagrada—dijo.Tracyfruncióelceño.—¿Quéclasederespuestaesesa?—preguntóhaciendoungestodeincredulidad.—Laúnicaquesemeocurre—dijoNathan—.Apenaslaconozco.—Vale.—Tracydiounapequeñapalmadaenlacamionetaysediolavueltapara
marcharse.—¿YatitegustaRichard?—preguntóNathanhaciendoquesedetuviese.Tracysediolavueltayvolvióalaventanilla.—No,amínomegustaRichard—dijotajante.—Puesaéltúsílegustas—dijoNathansonriendo.
—Esoesporquenomeconoce—respondióella.Nathannegóconlacabezaylavioalejándose.—Imbécil —dijo, lo suficientemente alto para que ella lo oyera, pero no lo
bastanteparadespertaranadie.
Capítulo5—Si pagan, me parece bien —dijo la tía Felicia, cuando Nathan comentó la
propuestadeloshermanosWilcoxaldíasiguienteaprovechandoquecenabantodosensucasa.
—¿Yenquécasasequedarán?—preguntóIrene.—Felicia tiene más sitio —se apresuró a decir Walter—, lo lógico es que se
quedenallí.—¿Enmi casa?—dijoFelicia negando con la cabeza—.Yo creo que seríamás
lógico que se quedaran aquí precisamente porque yo estoy sola. ¿Cómo vais acargarmeamícontodoeltrabajodeatenderlos?
—¿Qué trabajo? Son mayorcitos, Felicia —dijo Walter—. Además, tú tienes aTracy,noestássola.
—Tracysiempreestátrabajandoparati—dijosucuñadamalhumorada—,apenaslequedatiempoparaayudarme.
—¡Pero si siempreque lanecesito tengoque ir a tu casa abuscarlaporque estáhaciendoalgoquelehasmandado!—exclamóWalter.
Tracydejóeltenedorenlamesaylosmiróaambosalternativamente.—Queyosepasiemprecumplocontodoloquemepedís—dijoconvozserena—,
losdos.Amboslamiraroncomosiellafueselaculpabledeladiscusión.—¿Ah, sí? ¿Y qué me dices de las reses de Williams? —dijo Walter con
agresividad.—Hice el inventario en cuanto me hablaste de la transacción —respondió
tranquila.—¡Contasteveintecabezasmenos!—Porquemedistelosnúmerosmal,Walter—dijoella.—No seas respondona, niña —dijo Felicia tratándola como cuando era niña
delantedetodos—.Nolehablesasíatutíoomeobligarásahablaramí.Tracymiróasutía,dolida.—Sí,sí,nomemiresasí—dijo—,¿oesqueyanoteacuerdasdelareuniónenel
colegiodeHarry?—Tía,tedijequeteníasqueiraesareuniónvariasveces.—Yyotedijequefuesestú—respondiósutíaponiéndoseroja.—Pero yo te expliqué que no podía porque tenía una cita enHacienda, una cita
ineludible.—¿Loves?—dijovolviéndoseentoncesaWalter—.¿Vescomonopuedocontar
conella?Tracy sintió que el pecho le iba a explotar. Su sangre amenazaba con volverse
sólidadetantaresistenciaqueejercíasobresusemociones.Dejólaservilletasobrelamesa.
—Disculpadme, no me encuentro bien —dijo poniéndose de pie y, sin esperarrespuesta,saliódelcomedor.
—Oshabéispasadoconella—dijoIrenemoviendolacabeza.—Menudanovedad—dijoNathanapartandoelplatoconviolencia.—¡Nathan!—legritósupadre.—Deberíais veros —dijo mirando a su padre y luego a su tía—, ni siquiera
vosotrospodríaissoportaros.—¡Peroquédices!—dijoFelicia—.Ya sabíayoqueal final estopasaría, es la
influenciadeesamuchachalaquetehavueltotandescaradoycruel.—¿Yocruel?—dijoNathanponiéndosedepie—.Mejormevoy,antesdequediga
algodeloquetengaquearrepentirme.—Nathan,porfavor—dijosumadremirandoangustiadaapadreehijotemiendo
unenfrentamiento.Élnodijonadamásysaliódelacasa.—Bueno,estáclaroquesequedaránentucasa—dijoWaltermirandoasucuñada
conlaadvertenciaenlosojosdequenoosasecontradecirlo.Feliciaagachólacabezaconteniendolarabiahaciaaquellaingrata.
NathanfuehastalacasadeFeliciayentróeneldespachoenelquesabíaqueTracysehabríaescondidopara trabajaryquitarseelmalhumor.Lacogióde lamanoy lasacóarastrasdelacasa.
—¿Quéhaces?—preguntóellatratandoderesistirse—.¿Adóndevamos?—Vamosalpueblo,tengoganasdebailar,deemborracharmeydedespotricardela
familia.Tracy subió a la camioneta y durante todo el trayecto hasta Harbordville se
mantuvo mirando por la ventana en silencio. Nathan la dejó tranquila, sabía quenecesitabauntiempoparaquebajaselatensiónquelaatenazaba.
Entraron en el local deDawnYeadon y saludaron aDawnque los vio desde labarra,peroNathannodejóqueTracyseacercase, la llevódirectamentea lapistaybailóconelladuranteunbuenrato,hastaqueambossequitaronelmalrolloquetraían.Entoncesfueronalabarraypidierondostequilas,selobebierondegolpeypidieronotro.
—Unanochedura—dijoDawnsonriendoaltempoquellenabalosvasos.Tracylevantóelsuyoamododesaludoyloapuróhastaelfondo.Lodejósobrela
mesaconciertoímpetuypidióotro,seguidadecercaporNathan.
—Vaisatenerquebailarmuchopararebajartodoesealcohol—dijoladueñadellocal.
—¿Tú tienes familia, Dawn? —preguntó Tracy sentándose en un taburete yapartándoselalargamelenadelacara.
—No sé qué opinión tienes de mí, pero no salí de una vaina de judías—dijoDawn.
—Me refiero a si tienes relación con tu familia, si los ves—dijoTracy que yanotabalosefectosdelabebida.
Dawnllenódenuevolosvasitosydejólabotellaenlapartebajadelabarra.—Noveoamimadredesdequecumplílosveintinueve—dijo—.Haceunasemana
quecumplícuarentaycuatro.—¿Enserio?—preguntóTracyconincredulidad—.Yonoteechabamásdetreinta
ycinco.—Aestacopateinvitoyo—dijoDawnsonriendo.—Lafamiliaapesta—dijoTracyantesdeapurarellíquidodesuvaso.—Bueno,tienesaNathanaquíallado—dijoDawnsindejardesonreír.—Élnocuenta—respondióTracy.—¿Ah,no?—preguntóella—.Creíaqueeraisprimos.—Políticos—dijoNathan—,primospolíticos.—¿Yesoquées?—preguntóDawnfrunciendoelceño.—Puesquenocompartimosniunagotadesangre—dijoél—.LamadredeTracy
eshermanademitíaFelicia,quesecasóconelhermanodemipadre…—Uy,uy,uycuéntaseloaquiénleimporte,muchacho—dijoDawnalejándosepara
serviraotrosclientes.—¿Jugamosunbillar?—preguntóNathan.Tracyasintióyseapoyósobrelabarraparaalcanzarlabotelladetequilaycogió
losdosvasos.—Págala—dijoalejándosehaciaelbillar.
—¿CreesqueFeliciasiemprefueunaamargada?—preguntóTracysentándoseenlamesadebillarysosteniendoelpalopordetrásdelaespalda.
—Sicuelaslabolahagounavoltereta—dijoNathanriéndose.Tracyseconcentróytirócontanmalapataquecasirasgaeltapiz.—Anda,bajadeahí—dijoNathancogiéndoladelacinturaybajándolaél—.Me
toca.Tracyseapoyósobreélcuandoseinclinósobrelamesaparatiraryjustocuando
lanzabaeltacolomovióparaquefallara.—Oye,oye,primita,esoeshacertrampas—dijodándoselavuelta,yrodeándola
consusbrazoslaatrajohaciaél.Tracy apoyó la cabeza en su pecho un instante, se sentía mareada y un poco
deprimida.—Me iré de aquí—susurró—,me iré tan lejos quenovolverán a verme jamás.
Algúndíanirecordaréquetuvenadaqueverconestafamilia.—Sihacesesotemato—dijoélensuoído.Makingmemoriesofus,deKeithUrbansonabaenesemomentoydejaronelbillar
parabailarenunapretadoabrazo.Tracypusosusmanosalrededordesucuelloyseesforzópormantenerelritmoapesardelanieblaqueteníaenlacabeza.
—Nunca seré una amargada —dijo mirándolo—. Esto es una promesa, NathanHarbord;yo,TracyGuzmán,nuncaseréunaamargada.
—CreoquetíaFeliciahacemuchotiempoqueno…—Nathannoterminólafrase.—¡Idiota!—Tracylegolpeóenelpecho—.¿Eresdelosquecreequelasmujeres
soloseamargansinofollan?—Bueno,enestecasocreoqueesigualparaloshombres—dijoriéndose.—¡Serásimbécil!—dijoellaapoyandolacabezaensuhombro.CuandoterminólacanciónTracyseapartódeNathanylomirómuyseria.—¿Quéhagoyoaquí,Nathan?—preguntó.—Estamospasándolobien,¿no?—dijoél.—Notengonadaaquí,perotampocolotengoenningúnotrolado—siguiódiciendo
Tracy—.Nodejaréquemevuelvanunaamargada,nolopermitiré.Tengosolounavidaparavivir,noquieroquelosdemásdecidancómovaaser…
Nathannegóconlacabeza.—Serámejorquedemosunpaseoparaquemebajeloquehebebidoonopodré
conducir—dijodespuésdeunossegundos.Pasearon por el pueblo durante una hora hasta que empezaron a despejarse.
Despuéssesentaronenunbancodelaplazafrentealabiblioteca.—Algúndía tendrás tupropio rancho,Tracy—dijoNathan—.Ereseficazymuy
eficiente, podrías llevar tú sola elLittleBit.Estoy seguro de quemi padre lo sabe,aunquenote lohayadichonunca.Leheoídohablarconmimadrecuandocreenqueestánsolosyséqueteadmiradeverdad.
Tracynodijonada,miróhaciaeledificioiluminadoysolitarioqueteníanfrenteaellosypensóenlomuchoquelegustaríaescucharalgoasídesutíoWalter.
—Creoqueestafamiliaguardamuchoscadáveresensusbaúles—dijoNathan—.Nodebesdejarqueteconviertanenunodeellos.
Tracyinclinólacabezaylaapoyóensuhombro.Nathansecolocódemodoqueleresultasemáscómodoyserelajóalfin.
Capítulo6—¿Habéis reparado la valla de la caleta?—Tracy comprobaba con el capataz
algunasdelasreparacionesquehabíaencargado.—Sí,Tracy,yrevisamoselrestodelavalla,estátodocorrecto—dijoTobías.—Muybien, pues ahora lleva a los chicos a que revisen todos los cercados, no
podemospermitirnosunsustocomoeldeanteayer—dijoconfirmeza.—Comodispongas—respondióTobías.—¿Cómo sigue la abuela?—preguntó Tracy antes de irse, la madre de Tobías
estabaencamadesdehacíaunasemanaytodosqueríanmuchoamamitaSofía.—Ahísigue—respondióTobíascaminandohaciasusmuchachos.Tracyfuehastasucaballoysesubióconmaestría.Antesdedirigirlomiróensu
cuaderno,paraverquéeralosiguiente,primerosepasaríaporlosterrenoslistosparaplantarelalgodónydespuéscontinuaríahastalosdecésped.
—¡Tracy!Levantólavistadesublocysegiróparaverquiénlallamaba.Aunquelavozle
resultabafamiliarnolareconocióenseguida.—¿Richard?—Sepusolamanocomoviseraparapoderverlobien.—Me dijeron que estarías aquí —dijo sonriendo—. Bueno, en realidad me
dibujaronestoparaquesiguieraelcaminosinperderme.RichardWilcox lemostróunplanoconvarias crucecitasyTracynopudoevitar
unasonrisa.—Puesnosécómohashechoparanoperderte—dijodivertida.—¿Teimportasiteacompaño?—preguntóél.Tracynegóconlacabezaysepusieronenmarchaauntroteligero.—Veoquesabesmontar—dijotrasobservarlounmomento.—Sí,desdehaceaños—respondió—.Ymihermanatambién.Yaveoportucara
queestabasconvencidadequenotenemosniideadenadadeesto.—Nomehasdichocuálestuprofesión—dijoella.—EstudiéEmpresariales—dijo.—Oh, muy propio —dijo ella sin aspavientos—. ¿Y qué estudió tu hermana?
¿Literatura?Richardsonrióaltiempoquemovíalacabezapensando.—Notienesmuybuenaopinióndenosotros,¿verdad?—¿Por qué dices eso? —preguntó ella rápidamente—. No, de verdad, te
equivocas.Enrealidadesquesoyasí.Mitíamedefinecomohurañayantipáticaigualquemimadre.
—Mihermanaestudióperiodismo—dijoél—,llegóa trabajardosmesesenunadelascadenasporcable.
—Vaya, pues tú te puedes encargar de hacer del rancho una empresa solventemientrastuhermanadirigeuntelenoticiasvaquero—dijoriéndose.
—Eresmala,TracyBellgard—dijoélseñalándolaconeldedo.—Ahoraenserio—dijoella—,¿cómoseosocurriólaideadecomprarunrancho?—No puedo contártelo—dijo Richard—, si lo hiciese perdería la credibilidad
parasiempre.Jamás.Paralosrestos,vaya.—Ahora vas a contármelo—dijo Tracy parando a su caballo—. ¡Oh, sí, ahora
mismoonorespondo!Richard negaba con la cabeza, pero Tracy no estaba dispuesta a rendirse y se
acercóasumonturatratandodecogerlasriendas.Wilcox,queeramuchomásdiestroacaballodeloqueellahubieseimaginado,sezafódeellasinproblema.
—Una carrera —dijo él—. Si ganas te lo cuento y si yo gano cenas conmigomañanaporlanoche.HevistounitalianoenHarbordville…
—Nohacefaltaqueespecifiqueselsitio,niensueñosvasaganarme.
Irenelediolatazadecaféasuamigaycuñadaysesentófrenteaellaenlacocina.—Felicia, no te enfades, pero creo que deberías ser un pocomenos severa con
Tracy.—¡Oh, no, ahora tú también!—dijoFelicia dando un golpe con la taza sobre la
mesayvertiendoelcafé.—Escúchame —Irene trató de mostrarse calmada—, esa muchacha ha sufrido
mucho.—¿Quéhasufridomucho?¡Perosiesgraciasamíquetieneunamaravillosavida!
Tendríasquevercómovivíamihermana.¡Selacomíanlasratas!—Losé,séqueestoquehashechohasidoungranbienparalafamiliadeJillian,
pero…—Peronada—lacortóFelicia—.Túnotemetas.ATracylatrajeyoysoylaúnica
quepuedeopinar.¿Quéhabéishechovosotrosporella?¡Nada!¡Pueseso!—Yosolotratodequetodosestemosbien,Nathan…—Tuhijoesungrosero,yaeslasegundavezquemefaltaalrespetoyteadvierto
que no toleraré una tercera. Lo que debería hacer es enviarla de vuelta a México.Entoncesibaisasaber todosloqueesbueno,ella laprimera.Allí,consumiserablefamiliamexicanaibaaaprenderqueloqueyohehechoporellanosepagacondinero.—Eldespreciolesalíaportodoslosporos—.Pormuchoquetrabajaseparamí,pormuchoquededicasesuvidaaservirmenopodríapagartodoloquehehechoporellayporsushermanos.Todoshanestudiadograciasamí.Mihermanatieneunacasaconunhuerto,graciasamí…Eldíaquemeharte,esedía…
Irenenegóconlacabezaybebiódesutazadándoseporvencida.EstabaclaroqueFelicia no permitiría que se inmiscuyese, y si en algo apreciaba a Tracy eramejordejarlascosascomoestaban.
—¡Iluso!—gritó Tracy riendo cuandoRichard detuvo su caballo junto a ella—.¡SoloNathanescapazdeganarme!
—Ya veo, ya —Wilcox respiraba agitado por el esfuerzo explosivo que habíahecho,sinéxito.
—Aunasí,cenarécontigo—dijoTracysindejardereír—,telohasganado.Richardsonriósatisfecho.—Enrealidadtehedejadoganar—dijo.—Noloestropees—contestóella—.Yahoraserámejorquemedejesseguircon
mitrabajo.—¿Quétienesquehacer?—Voyaasegurarmedequetienentodoloquenecesitanparaplantar.Empiezanla
semanaqueviene.—MedijoNathanquesoisproductoresdecésped—dijoRichardavanzandocon
ellaporelsendero.—Ydealgodón.Esteranchoesmuyrentable,tambiéntenemoscabezasdeganadoy
criamoscaballossementalesydemonta.Richardasintió.—Tegustaesto—dijosonriendo—,setenota.Tracyasintióymirólastierrasqueseextendíanfrenteaellos.—Tengolosojosllenosdeestoscampos.Cadanochemeduermoconlaimagenen
micabezadelsolescondiéndoseenelhorizonte.Nopodríavivirlejosdeaquí.Richardsiguiómirandosuperfilqueleparecióperfecto.—Creoqueamítambiénmevaagustaresto—dijoconvozprofunda.Tracysevolvióamirarloyvioensusojosalgoparecidoalaadmiración.—Estoy seguradeque si osquedáis lo suficiente, así será—dijo—.¿Oshabéis
instaladoenlacasadetíaIrene?Richardasintió.—Esunamujerencantadora—dijo.Tracyasintiócorroborándolo.—¿YdóndehasdejadoaKate?—PuesmetemoqueteníaclaroquepreferíalacompañíadeNathanalanuestra—
dijosonriendo.
—¿QuétaltudíaconTracy?—Kateencontróasuhermanoapoyadoenunadelas
vallasdisfrutandodeunanochefrescaydespejada.—Muy bien, me gusta esa chica —dijo su hermano sonriendo—. Es una gata
salvajecuyadomapuedeserunejerciciodelomásgratificante.—Siempre igual —dijo Kate—. Las mujeres no somos trofeos que hay que
conseguir.—Escierto—dijoél—,peromegustalacaza,yalosabes.¿Yaticómotevacon
Nathan?Nocreasquenomehedadocuentadequelehasechadoelojo.—Esunchicointeresante—dijoKate—.Tienemuchascualidades.—Yaimagino—dijoRichardsonriendoconironía.—Nomerefieroaeso,imbécil.—Tracyyélestánmuyunidos—dijoRichard.—Tracymegustaparati—dijoKatemirándoloconcariño—.Essimple,selave
venir.—Quieresdecirquenoescomoesasarpíasamigas tuyas—dijoélcongestode
desprecio.—Exactamente.—Katesesubióenelprimertravesañodemaderaysebalanceó—.
Comoamigasestánbien,peroparafamilianolasquerríaniregaladas.Richardsequedóunossegundospensativo.—Megustaesachica,Kate.—Ya—respondiósuhermana—,comolasotrasdoscientasantesqueella.—No,enserio,megustadeverdad.—¿Noestaráspensandoencasarte?—dijoellaconsorna.—Queridahermananoheconocidoaningúnmatrimonioenelquesusmiembrosno
acaben engañados o engañando. En cambio conozco unos cuantos que se casaronesperandoconseguirventajaynohanhalladomásquedesengaño.No,elmatrimonionoesparamí.
—No,desdeluego,eseseelúnicocontratoenelquecadaunoesperaelmáximodelotroofreciendolomínimo.
—Hermanita,metemoquesomosunoscínicos.Kateasintió.—Lavidanonoshatratadobienaningunodelosdoseneseaspecto—dijo.—Jonastedejóplantada,graciasaesonollegóaengañarte—dijoRichard.—¿Teparecepocoengañodejarteenelaltardelantedetusinvitadosylossuyos?
¿Teparecepocoengañoquealguientedigaqueereselamordesuvida,quemoriríasin ti y un día después de abandonarte semarche a las Bahamas a encontrarse a símismo?
—Supéralo,hermanita.—Esohago—dijosaltandoalsueloydespuésseestiró lospantalonesquese le
habíansubido—.¿Ytú?¿YatehasolvidadodeOlivia?Richardsediolavueltaparamirarlayapoyólaespaldaenlavalla.
—CreoqueTracypuedehacerquelaolvideporcompleto—dijo.—Quizáhubierasidomásinteligenteportupartenofijarteenunamujercasada—
dijosuhermana.—Yonotengolaculpadequeseprecipitaráensuelección.—Richardsonrió—.
SimehubieseconocidoantesnosehabríacasadoconDuncan.—Noestoytanseguradeeso—dijoKate—,Duncantienemuchomásdinerodel
quetendrástúcuandomueraelabuelo.—Hermanita,haycosasmásimportantesqueeldinero—dijoél.—Pero todassonmuycaras—respondióKatehaciendoademandemarcharse—.
Nathanesunbuenchicoymegusta.—Quizáélsealasoluciónatucinismo—dijoRichardcuandosealejaba.
Capítulo7KateyRichardsesentíanagustoenLittleBit.AIreneleencantóquesequedaran
ensucasayWaltersemostrósatisfechoconello. IreneechabademenosasuhijayKate, que era inteligente y habladora, resultaba una compañía agradable y novedosaparaella.
Para Felicia era distinto. Dado su carácter, era difícil que pudiese sentiradmiraciónoaprecioporotroserhumano.Apesardeesoeraconscientedeque losdoshermanoseranatractivosyagradables.EspecialmenteRichard.EstabaseguradequesumaneradecomportarseseríaunabuenainfluenciaparaHarryy,aunquejamásloconfesaría en voz alta, sentía cierto arrepentimiento por no haber permitido que seinstalasenensucasa.Richardposeíaesaclasedesimpatíaqueconquistafácilmentealasmadres,unamaneranaturaldeconseguirloquedeseabasinnecesidaddepedirlo.
Cuandollevabanenelranchounasemana,FeliciayaveíaaljovenWilcoxcomounbuencandidatoparaTracy.Ahoraqueeraelpropietariodelantiguoranchofamiliaryconscientedequedisponíadeunpatrimonioeconómicorespetable,pensóqueseríaunmododequetodorepercutieseenlafamilia.NocreíaqueTracypudieseaspiraranadamejor, pero al menos superaría en mucho a lo conseguido por su madre. No se leescapaba que el joven se sentía atraído porTracy.Desde el primer día no se habíaseparado de ella y a Tracy no parecía disgustarle. Decididamente era una buenaopción.
ParaTracyeraextraño tenercercaaalguiencomoRichardque laacompañabaatodaspartesytratabadeagradarlatodoel tiempo.Eradetallistayconsiderado,perono comoNathan, lo deNathan era diferente. Richard la hacía sentir incómoda y nosabía por qué. A Kate la consideraba una belleza y aunque su trato le resultasedemasiado cercano, trató por todosmedios de que no se le notase. Era evidente locómodoquesesentíaNathanconellayestabaclaroqueaquellarelaciónfructificaríamás pronto que tarde, por lo que Tracy quería quererla, debía quererla como a unahermana.
—CreoqueaTracynolegusto—dijoKatemientrasibanacaballohaciaelCerroViejoparaverlapuestadesol.
—¿Porquédiceseso?—preguntóeljovensorprendido—.Yocreoquelecaesmuybien.
Katenegóconlacabezaaltiempoquemirabahaciaelcamino.—No,tengounsextosentidoparaesascosas.Heintentadoacercarmeaellayque
noshagamosamigas,peronoconsigoromperelcaparazónquelaenvuelve.—Creo que sé lo que quieres decir, pero tienes que entender a Tracy, no lo ha
tenidofácilaquíyavecespuedeseralgo…—¿Huraña?—terminólafrase.—Ibaadecirsensible.ANathanpareciónogustarlequeusaraaqueladjetivoparadefinirasuprima.—De verdad que querría ser su amiga—dijo suavizando su tono para tratar de
recuperar su favor—, pero no consigo llegar a ella. He intentado que hablemos deropa,perosiemprellevatejanosycamisa,nopuedosacarmuchodeahí.Tampocoheconseguidoquemehabledeloschicosconlosquehaestado,apesardequeyolehecontadotododelasrelacionesquehetenido.
Nathanentrecerrólosojosycentrósumiradaenelcamino,perosuexpresiónnopasódesapercibidaparaKate,que tuvoquedisimularunasonrisaaldarsecuentadequeaqueltemadespertabasuinterés.
—Megustaríaquefuésemosamigasytúdeberíasintercederpormí—dijoconvozmelosa.
—HayunmétodoinfalibleconrespectoaTracy,algoqueteconvertiráensuamigademanerainmediata—dijoNathanmirándolaconunasonrisa.
—¿Ycuáles?¡NathanHarborddímeloinmediatamente!—exclamóella.Nathanseaguantabalasganasdereír.—Lasinceridad.Dilequequieressersuamiga,simplemente.—¿Teburlas?—dijoellahaciendounmohínconloslabios—.Nodeberíasreírte
demí.—No sé por qué dices eso—dijo él mirándola con gesto sorprendido—. Pero
estoydispuestoareírmesimedasunmotivo.—¡Notienesremedio!—dijohaciéndoselaenfadada.Estabantanensimismadosensucharlaquenosedieroncuentadequehabíaalguien
observándolosenelrecovecodeRiverDragon.Tracyesperóaquepasaranydespuésguióasucaballohastaelcaminodevueltaalacasa.HacíadíasquenoibanjuntosalCerroViejoypensódarleaNathanunasorpresa.Perolasorpresaselahabíallevadoella.Mientras cabalgaba sobreCascabel trató de contentarse diciéndose queKate yRichard solo estarían allí unos pocos días más, pero su ánimo no mejoró con eso.EstabaclaroqueKatenohabía llegadoa lavidadeNathanparamarcharseydebíaasumir que la vida que habían compartido durante años llegaba a su fin.No es queaquellafueselaprimerarelaciónrománticadeNathan,peroentonceserandemasiadojóvenes…
DetuvoaCascabelenunacurvadelcaminoyobservólastierrasqueseextendíanfrenteaella.Amabaprofundamenteaquellugaryesperabaqueladejasenquedarseallípara siempre. Su sueño era que el día que Nathan, Samy y Harry fuesen lospropietarios de Little Bit le permitieran levantar una pequeña casita en la pradera
Sonora, cerca del cementerio de caballos. Se veía a sí misma como una viejecita,sentadaensumecedoraenelporchedeaquellacasa,conelcementeriodecaballosaladerechayelcampodecéspedenfrente.
DesmontódeCascabelysequedójuntoaélmientraselsolcomenzabasudescensofinal.
—Esto es maravilloso—dijo Kate, sentada junto a Nathan en lo alto del cerroviejo.
Eljovenlamiróyasintió.Elsolllegabaalocasoylaluzrojizacaíasobreelpelodelajovengenerandobrillosmágicos.KateseinclinóacercandosuslabiosyNathanla rodeócon susbrazosatrayéndolahaciaél.Elbeso se fuehaciendomás intensoyKatecambiódeposiciónparacolocarseahorcajadassobrelaspiernasdeNathan.Élcogiósucaraentrelasmanos,pordebajodesucabelloyvolvióabesarlaapasionado.Sus lenguas iniciaronun suavebailemientras el sol desaparecíapor completo en elhorizonte.Kate loempujósuavementehastaqueestuvotumbadoydespuésse inclinósobreél.
—Espero que no traigas aquí a todas tus conquistas—dijo ella acariciándole elrostroconundedo—.Parecequenopuedeustedcontenerse,señorHarbord,ajuzgarporlaerecciónquenotoentremispiernas.
—Si no pudiera contenerme estaría usted notándolamuchomás adentro, señoritaWilcox—dijoNathanconlavozronca.
Esoexcitómuchísimoalajovenquebajóunadesusmanosylametiódentrodelpantalónmasculino.Nathangimióalsentirlarodeandosupene.
—Puedoaliviarte—dijolajoven—,nosemedamal.—Preferiríaotromodo—dijoél.—Todavía no hemos llegado a eso —dijo ella y después sacó la mano de su
pantalón.Nathan respiraba con fuerza y se quedó unos segundos tumbado cuando ella se
levantó.Cuandoconsiguiócalmarse,seacercóysecolocójuntoaella.—Bonitapuestadesol,síseñor—dijoKate.Nathanlamiróysonrió.—Esperoqueapartirdehoysoloquieravenirconmigo—dijoydespuésbajóel
cerroparallegarhastasucaballo.Nathansequedóunmomentoallíarribamirandohaciaelhorizonte,allugarporel
quesehabíaocultadoelsol.DerepentesediocuentadequeeralaprimeravezqueibaallíconotrapersonaquenofueseTracy.
—¡Oh,Tracy!¡Estásguapísima!
Kate se había levantado corriendo al verla aparecer y estaba delante de ellaobservándoladearribaabajo loquelamortificabaaúnmássicabe.SehabíapuestoaquelvestidoporcontentaraFeliciayzapatosdetacónparaagradaratíaIrene.Lasdosmujeres habían estadomartirizándola durante todo el día con lo que debía y nodebíaponerse.Yahoraestabaallí,enmediodelsalón,antelaatentamiradadeKatequenoparabadehacerlasentirincómodaconsusalabanzas.
—¡Mírate!¡Perositienesuncuerpazo!—exclamósorprendida.Alquitarsededelante,TracypudoveraNathanquesehabíalevantadotambiény
lamirabaconaquellamiradasuyaquepodíareconfortarlaencualquiersituación.Seacercóyledemostróunavezmásquesusonrisaeraloúnicocapazderelajarla.
—Estástanguapacomosiempre—dijo.—¿Comosiempre?—dijoKateponiéndosejuntoaél—.¡Cómosenotaquenote
fijasenella!Esloquetienenloshermanos,yopodríasalirconunsacoyRichardnosedaríanicuenta.
Tracy no apartaba sus ojos de los de Nathan y le hizo un ligero gesto deagradecimientoconlacabeza.
—Mihermanoteesperaenelcoche—dijoKateagarrandoaNathandelacintura.—Pásalobien—dijoNathanguiñándoleunojo.TracyasintióysemarchóantesdequeapareciesetíaFelicia,Harryocualquiera
susceptiblededecirlealgoquelahiciesemorirsedelavergüenzadenuevo,yahabíatenidobastanteconKate.
—Teagradezcoquehayasaceptadomiinvitación,Tracy—dijoRichardcuandosehubieronsentadoalamesadelrestaurante—.Esperoquetegustelacomidaitaliana.
—Megustamucho—dijoellayamásrelajada.SesentíacómodaconRichard,conélnosentíaquetuviesequefingirydespuésdel
primerplatoyahablabanysereíancomosiempre.—No,nohayningúncaballo enterrado allí—contabaTracy—, todovienedeun
cuento que les contaba el abuelo deWalter y Sam cuando eran niños.Durante añoscreyeronquecuandouncaballoibaamorirseibahastaallíysetumbabaaesperarlamuerte.Esohizoquenoseacercaransiquieraaesazonacuandoibanconsusmonturasporqueambosadorabanasuscaballosycreíanquelamuerteestabaallíesperándolos.
—Esunlugarprecioso,contodaaquellapraderadecéspeddelante…Tracyasintió.—Te agradezco que me lo enseñaras —dijo Richard estirando la mano para
colocarlasobreladeella.—¿Habéis aprendido todo lo que necesitabais? —preguntó Tracy apartando la
manocondisimulo.—Laverdadesquesí.Hemosaprovechadomuybien losdías—dijoRichard—.
Mañanaaprimerahoraempezaremosatrabajarenelrancho.Kateyyohemosestadohablandodequénombreponerle.
—Claro, ranchoBellgard no tienemucho sentido para vosotros, supongo—dijoTracy.
—Bueno…—Richardparecíaincómodo—,nonosparecemuy…nuestro.—Claro,claro—dijoTracycomprensiva—.Ahoraesvuestro.—¿Sientesalgúnvínculoconeserancho,Tracy?Lajovenlevantólamiradadelplato,sorprendida.—¿Quévínculopodríasentir?AmiabuelotuvequellamarloseñorBellgardhasta
quemurió.Jamástuvoelmásmínimogestodecariñohaciamí.Yoimaginabaqueeldíadesumuertemellamaríaasuladoymediríaquesiempremehabíaquerido.—Tracysonriósinrencor—.Peroloqueocurrióesquenisiquieramedejaronentrarenla habitación porque él no quería verme. Yo le recordaba al hombre que le habíarobadoasuhijapequeña.No,Richard,nosientoningúnvínculoconeserancho.
Después de cenar dieron un paseo por el pueblo y acabaron en un bar country.Tracylopasóengrandetratandodeenseñarlelospasosdebaile.Richardseesforzabaponiendo gran interés, pero Dios no le había concedido el másmínimo sentido delritmoyparecíatenerdospiesizquierdos.
Cuando caminaban hacia el coche Richard no pudo esperar más, la detuvo enmedio de la calle y la besó. Tracy sintió los labios masculinos contra los suyos ycorrespondiósinresistencia.Dejóquesusmanoslarodeasenyquesuintrépidalenguainvestigase.Sedejó llevarporelmomentoysuscuerposseentrelazaronconnaturalsoltura. Ahí sí que Richard era dominante, su maestría no requería de ningunaenseñanza.
—Megustasmuchísimo,Tracy—dijocuandosusbocassesepararon.Estaban tan cerca que el aliento deRichard le hizo cosquillas en la punta de la
nariz.Lajovensonriósindecirnadayélentrelazósusdedosconlosdeellacuandocaminaronhaciaelcoche.
Capítulo8Durante el mes siguiente Tracy salió casi todas las noches con Richard, para
alegría de su tíaFelicia.Mientras queNathanyKate estaban cadavezmásunidos.NathanpasabaalgunasnochesconellaenelranchoFlorida,queeraelnombrequelehabíanpuestoalaantiguahaciendadelviejoBellgard.ATracyleresultabaincómodoverlosalirdelcuartodeKate.Aquelloledabaentidadmasculinayhacíaquelomirasedeotromodo,unmodoenelque su torsodesnudoymusculado resultabade lomásatractivo.
Katesaliódelcuartoligeraderopa,comosolíasersucostumbre.Tracyhabíavistoyaesasbraguitasunascuantasvecesyconocíalalenceríadelajovencasimejorquelasuyapropia.
—¡Hola Tracy! —dijo cogiendo una manzana del frutero—. ¿Richard te estáhaciendoesperarotravez?
—Haidoacambiarsedebotas,quiereenseñarme lasmejorasen losestablos—dijoTracy.
Nathan estaba preparando unos huevos revueltos y su espalda desnudamiraba aTracyconinsolencia.Sevolvióamirarasuamigaylesorprendiósuextrañamirada.
—¿Tepasaalgo,Tracy?—preguntó.—Nnnno,¿quémevaapasar?—dijoellaconfundida.Nathanfruncióelceñoylaescudriñóconsumirada.—Setequemanloshuevos—dijoKateyactoseguidoseechóareír—.¡Cómoha
sonadoeso!Ja,ja,ja,ja,ja…KateloabrazópegándoseasuespaldayTracyapartólamirada.Cuandoapareció
Richardsesintióaliviada.—Síquehastardado—dijodándoselavueltaparairhacialapuerta.—Chicos—dijoKateacercándoseaellos—.¿Pensáis ir esta tardeporelCerro
Viejo?RichardmiróaTracycomosinosupiesedequélehablaba.—¿QuéeselCerroViejo?—preguntó.Nathanapagóelfuegoyapartóaunladolasartén,peronosevolvió.—¿Tracynotehallevado?—preguntóKatesorprendida.RichardmiróaTracy.—Notienenadaespecial—mintiólajoven.Kateseencogiódehombros.—ANathanseloparece—dijo—,creíaqueatitambiéntegustaba.Tracyseencogiódehombrosmirandoasuprimoporelrabillodelojo.
—Esuncerro,tenemosmás—dijodándoselavuelta.—Hastaluego,chicos—dijoRichardsaliendotrasella.Katesequedómirandolapuertaconruidoenlacabeza.Cuandosevolvió,Nathan
teníalosojosclavadosenlapuertaysuexpresióneraconfusa.
Tracyseapoyóenlavallayobservóasutíotrabajarconunodeloscaballosalosque estaba domando. Era el mejor del estado y a ella le producía una enormerelajaciónobservarlo.
—Estásaquí.—Nathansecolocójuntoaellamirandoasupadre.—Esunejemplarmagnífico—dijoTracyadmirada.—Yapuedeserlo,conloquehacostado…—dijoNathansonriendo—.Teestaba
buscando,necesitoquemeacompañesaveraToby,dicequehavistoaEthanJonesenHarbordvilleyquelehaparecidoqueseestápensandolaposibilidaddecomprarlesucosechaaEllis.
Tracysevolvióhaciaélsorprendida.—¿Quédices?Nathanasintió.—Debesdecírseloatupadreinmediatamente—dijoella.—Antesquieroquehables túconEthan,ya sabesque legustamuchoempinarel
codo.Tútienesunsextosentidoparaestascosas.AntesdeponeramipadredetrásdeEllisesmejorasegurarnos.
—Estábien,vamos.Subieronasuscaballosycabalgaronhastadondeestaba trabajandoEthanque le
contólamismahistoriaaTracy.Despuésdeinsistirmuchoypreguntarletodotipodedetalles,llegóalaconclusióndequenoeraunafalsaalarma.
—TienesquedecírseloaWalter—dijoTracycuandosealejarondeallí—.SisereúneconEllisyaveriguaporquéestápensandoencambiardeproveedor,podemoscontraatacar.
Duranteunosminutoscabalgaronensilencio.—Estáapuntodeponerseelsol—dijoNathan—.Vamosalcerro.Tracylomirócomosilehubiesedadounabofetada.—Vetú—dijo.—¿Quépasa?¿Yanotegustaverlapuestadesol?—dijoelsonriendo—.¿Oes
quesoloquieresverlaconRichard?LamiradadeTracynopudoocultarsuenfado.—¿Quépasa,Tracy?—preguntóél,sorprendido.—Vetealamierda—dijoellayapretólaspiernasponiendoaCascabelalgalope.CuandosediocuentadequeNathanlaseguíadetuvoasumonturayseencarócon
él.
—¿Quieresdejardeseguirme?—¿Peroquétepasa?—dijotratandodemantenerquietoasucaballo.—Amínomepasanada—dijoellabajandodelcaballo.Cualquiernovatosabe
quenosediscutesobreuncaballoporqueesoloalterademasiado.Nathanbajótambién,atóelequinoyseapartódelosanimalescomoTracy.—¿Quéhedichoquetehamolestadotanto?Tracymoviólacabezacomosinopudieracreerlo.—¿Teníasquellevarlaallí?Nathanfruncióelceño.—Nunca habíamos llevado a nadie allí—dijo Tracymostrando en su expresión
quesesentíadecepcionada.—¿TemolestaquehayaidoconKatealCerroViejo?—preguntóNathan.—Déjalo—dijoellaapartándosedeélycaminandohacialoscaballos.Noibaa
permitirquelahiciesesentirestúpida.Nathanlaalcanzóylaobligóadetenerse.—Nopenséqueteimportasetanto…—dijosinsoltarla.Ellabajólamiradaparaquenovieseensusojoscuántoleimportaba.—Pasábamosporallí,elladijoquequeríaverlapuestadesol…Mepareciótan
normal—dijoél.—Nopasanada—mintióella—.Estábien.Dejemoseltema.—No,nodejamoseltema—dijoélconpaciencia—.Esciertoquenuncahabíamos
llevadoanadie.Eraunlugarsolonuestro…Tracysemordióellabio.—Nohasvueltoairporallí—dijoél.Tracynegóconlacabeza.—Losiento,Tracy—dijoélconsinceridad—.Soyimbécil—No seas ridículo—dijomirándolo a los ojos—, la imbécil soy yo por darle
importancia a algo tan estúpido comoeso.Como si nohubieseunmillónde lugaresdesdelosquesepuedeverlapuestadesol.
Consiguióque lasoltaraysindecirnadamássesubióasucaballoysealejóalgalopeantelaatentamiradadeNathan.
Tracysaltódelcaballoycorrióhastaunárbolparavomitar.Sacóunpañuelodel
bolsilloyselimpiólabocamientrasconlaotramanotratabadecalmarasuestómagoconsuavesmovimientos.Sentíaqueleardíanlasentrañas.
Nopodíadejardepensarenaquello.Ese lugarnoestabaenelmapaparanadie,exceptoparaellos.Desdeniñoshabíanidojuntostodoslosdías.Nathanhabíatenidomuchasnovias desdeMarySue cuando él tenía 15 años, hastaSondra, un año atrás,peronuncallevóanadiealCerroViejo.
Unnudoseestabaatandoensucabezaysentíaquenodebíadejarqueesascuerdasseenlazaran,peropormásqueseesforzabaentratardedesligarlas,noconseguíamásqueapretarlasmásymásfuerte.Nathanerasuprimo,casicomounhermano…
Seinclinó,apoyandolasmanosensusrodillas,ymiróalsuelo.Lecostabarespirarysuestómagoamenazabaconhacerlavomitardenuevo.Seirguióypaseódeunladoaotro como un león enjaulado. Miró hacia el camino, Nathan podía aparecer encualquier momento. ¿Y qué pasaría si la encontraba allí en ese estado? ¿Cómosoportaría sus preguntas? ¿Cómo evitaría que leyese en sus ojos lo que no podía nisiquieradecirseasímisma?
Subió a su caballo y se alejó de allí todo lo rápido queCascabel fue capaz decorrer.
—Hola,mamá,¿cómoestáis?—Tracyestabasentadaen lacama,abrazadaasusrodillasyconelteléfonopegadoalaoreja.
—Hija,¿pasaalgo?—preguntóJillianconpreocupaciónalnotareltemblorensuvoz.
—No,mamá,nopasanada—mintióTracylimpiándoselaslágrimasconlasábana.—¿Estás llorando,hija?—Jillianmiróasumaridoqueroncaba juntoaellayse
levantódelacamaparasalirdelahabitación.—Mamá,¿cómolosupiste?—preguntóTracy—.¿Cómotedistecuentadequeera
papá?Jillian cerró los ojos un instante al darse cuenta de lo que pasaba. Entró en la
cocinayabrióelarmarioparasacarunataza.—Voyaponeraguaahervirparahacermeunté—dijo.—Noqueríadespertarte—dijoTracyydespuésescondiólacaraentrelassábanas
paraahogarunsollozo.—Nomehasdespertado,cariño,nopodíadormirmeconlosronquidosdetupadre
—respondióJilliancolocandolabolsitadetéenlataza—,cadadíaroncamásfuerte.Espantaalospájarosqueseacercananuestraventana.
Tracynopudoevitarsonreírapesardelaslágrimas.—¿Cuándotehasdadocuenta?—preguntóJillian.Tracyfruncióelceño.—Hoy—respondió.Jillianasintió.—¿Yhasidomuyduro?—volvióapreguntar.—Mamá…—Síhija—respondió—,hacetiempoquemedicuenta.Tracynegabaconlacabeza,eraimposiblequesumadrelosupiese.—Creoquelosupelaprimeravezquevinisteavernos.Noparabasdehablardeél
todoeltiempo—dijosumadre.
Tracy sintió que las lágrimas volvían a arrollarla y los sollozos fueron yaincontrolables. Su madre la escuchaba a través del teléfono y tuvo que tragar ymorderseloslabiosparanollorarellatambién.
—Esunalocura—dijoTracy.—¿Loes?—preguntósumadre—.Enrealidadnolleváissiquieralamismasangre,
soisprimospolíticos.¿Creesqueélsientelomismoporti?—Mequieremucho—dijoTracyesperanzada—,peronosésiselohaplanteado
algunavez.—¿Estás segura de lo que sientes, Tracy? —su madre no podía evitar la
preocupación—.Siloestás,debesdecírselo.—Nopuedo,mamá.Memuerosolodepensarlo—dijoabrazándosemásfuertelas
piernas.—Debes hacerlo—insistió sumadre recordando unmomento de su pasado que
habríaqueridoolvidar—.Sinolohacessequedaráparasiempreentucabezaynuncaserás feliz.No importa si encuentras a otra persona, él estará allí para siempre. Elúnicomododeseguiradelanteesdarelpaso.Debeshablarconél,explicarleloquesientesydarlelaoportunidaddedecidir.
—¿Ysimerechaza?—preguntóTracyaterrada.—Puestendrásquevivirconello—dijosumadrevertiendoelaguaenlataza—.
Estoeslavida,hija,unaseriedepreguntasconrespuestasinciertas.Perolaspreguntasno desaparecen de tu cabeza si no las formulas y se quedan ahí para siempretorturándotecomopequeñosmonstruosquenoduermennunca.
Tracyfruncióelceño.—Mamá, no has contestado a la pregunta que te hice al principio—dijo ya sin
lágrimas—.¿Cómolosupiste?—Algúndíahablaremosdemí,cariño,peronohoy—dijoysellevólatazaalos
labios.
Capítulo9Tracybajólasescalerasconpasocansado,nohabíapegadoojoentodalanochey
el amanecer la encontró vestida y sentada en la cama esperando a que los demásiniciasensudía.CuandoentróenlacocinaLucypreparabaeldesayunodeHarryytíaFeliciasetomabasucaféligerocomotodaslasmañanas.
—Hepreparadotortitas—dijoLucycuandolavioentrar—.¿Café?Tracy adoraba a Lucy, no solo porque preparaba el mejor café del mundo sino
porque llegó para aliviar una de las muchas cargas que habían caído durante añossobresushombros.Erareconfortantelevantarseyencontraseeldesayunohecho.
—¿Tracy,mellevasadondeLory?—preguntóHarry.—Hablabien,mochuelo:¿Tracy,mellevasacasadeLory?—Rectificósuhermana
—.Sí,tellevo,tranquilo.—Esta noche vamos a acampar en el llano del ahorcado —dijo el crío
entusiasmado con los cuentos de miedo que se contaban de aquel lugar—. Hemoscompradounmontóndenubesparaasarlasalfuego.
Tracysonrióalpequeñoysesentóasulado.—Noteolvidesdetuscalcetinesdeexcursionista—dijorevolviéndoleelpelo.Lehabíacompradounoscalcetinesdosdíasantes,despuésdeque lecontarasus
planes.—¿Seguroquelasbotasnomeharánrozaduras?—preguntóelpequeño—.Vamosa
caminarmucho…—Megarantizaronqueno—dijoellaencogiéndosedehombros—,peroyonolos
heusado,nuncaheidodeexcursión.Harryfruncióelceño.—¿Quieres venir con nosotros? Estoy seguro de que a Lory le encantaría que
vinieras,siempredicequeeresmuydivertida.Ademástambiénvienensuspadresquesoncomotú.
Tracy sonrió con ternura.No le tendría en cuenta que la hubiese comparado conDeithyBessie,queerancomoquinceañosmayoresqueella.
—AmítambiénmecaebienLory,cuandoseáismayorespodéissernovios,yoloapruebo—dijofingiendoponerseseria.
—¡Puag!—Harrypusocaradeasco—.¡Loryescomomihermana!Tracyempalidecióycogiósu tazadecaféal tiempoquemirabaasu tía.Felicia
leíaunarevistasinprestarlesatención.CuandoacabarondedesayunarllevóaHarryytodas sus cosas a casa deLory, y después de dejar al niño condujo hasta el ranchoFloridaparaveraRichard.
Se quedó en el coche unosminutos, necesitaba relajarse.Había pensado toda lanocheenloqueleibaadeciryteníaclaraslasideasgenerales,peroahoraqueestabafrentealacasa,nopudoevitarqueelpánicoleagarrotaselosmúsculos.
Bajódelcocheycaminóhacialacasa.Kateleabriólapuertaconunconjuntodelenceríavioleta,conpuntilladepequeñasflorecitasrosas.
—¡Hola,Tracy!Quétempranovieneshoy—dijocaminandohacialacocina—.Noentiendoporquénotequedasadormiraquí.PobreRichard,paraélseríamuchomásagradable.
—¿Dónde está?—preguntómirando a su alrededor y rezando porqueNathan noapareciese.
—Creoque ha dichoque iba a los establos—dijoKate poniéndose una taza decafé—.¿Quieres?
—No,gracias,yahetomado—dijoTracy—.Voyabuscarle.Sedirigióhacialapuertadelacocina.—¿Porquénotequedasunpoco?—dijoKate—.Nuncatenemoscharladechicas.Fuehastalamesaysesentóenunadelassillasdoblandounapierna.—Tendríamosqueestipularunanocheparanosotras.Salirporahísinmoscones—
dijosonriendo.Tracyestabadepie,noleapetecíasentarseahablar,perotampocopodíairsesin
más.—¡Siéntate!—exclamóriendo—.Chica,nopasanadaporquenoestéistodoeldía
juntos.Nathannosequedóanoche.Noséquémedijodeunsemental.¿Ofuedeunares?Ahoranomeacuerdo.
Tracysesentósinganas.—TehablaríadeDinamite—dijoponiéndoseseria—,esunodenuestrosmejores
sementalesyhacedíasquenoestábien.—Sí,eso—dijoKatesinmuchointerés.Tracylaobservóconatenciónunossegundosantesdedecidirseapreguntarle.—¿Kate,tegustaviviraquíenelrancho?—dijoseñalandoasualrededor.—Claro—respondiósindemasiadoentusiasmo.—¿Noechasdemenostuotravida?—AquíestáNathan—dijosonriendo.Puso una mano sobre la de Tracy y la miró como si pensara hacerle una
confidencia.—Notemas,Tracy,novoyadejarle—dijo—.Séqueloquieresmuchoyqueteda
miedoquepuedahacerledaño,perocreoquemeestoyenamorandodeél.Tracymantuvoelcuellorígidoylaespaldatensionada,peropordentroseestaba
fundiendocomolamantequilla.Sepusodepieyforzóunasonrisa.—CreoquevoyairabuscaraRichard—dijo.Katesonrió.
—Ya sé que tú también te estás colgando de mi hermano —dijo—. ¿No esfantástico?
Cuandosaliódelacasa,corrióhastalascaballerizas,ansiosaporhacerloquesehabíapropuesto.Richardestabalimpiandounodelosboxescuandolaviollegar.
—Tracy—dijoconunasonrisa.Dejó el rastrillo y se quitó los guantes para recibirla, pero ella no se acercó a
besarlo.—¿Ocurrealgo?—preguntóélentrecerrandolosojos.—Tenemosquehablar—dijoella.Richard tenía mucha experiencia en esos temas. Había dicho esa frase muchas
vecesysiempreeraelpreludioaunaperoratavacía,defalsasintenciones.—Vasacortarconmigo—dijodirecto.Tracyasintiósinambages.—¿Porqué?—preguntóélsincomprender.Ellamoviólacabezanegativamentesinencontrarlaspalabras.—¿Hehechoalgo?—siguiópreguntandoRichard.—No,nohashechonada.Noes…—Tracysentíaunnudoenlagargantaquenola
dejabahablar—.Noeselmomentoparamí.Richardfruncióelceño.—¿Quémierdasignificaeso?Tracyrespiróhondo.—Noestoypreparadaparauna relaciónseria—dijo—.Mehedadocuentadea
dóndemellevaestoy…—¿Seria?¡Perosisolollevamosunmesjuntos!—exclamóél.—Necesitoestaruntiemposola—dijoella.—Puedodejarteespacio,siesloquequieres—respondióRichard.Tracymoviólacabezasinsaberquépalabrasutilizar.Richardseacercóaellayla
cogióporloshombrosparaquelomirasealosojo.—Tracy,Tracy—susurró—.¿Quéhapasado?¿Porquéestoahora?Lajovenlomiróysesintiómortificada.Loquelepasabaeraunalocura,Richard
erarealyestabaallífrenteaella.ÉllaatrajohaciasíyTracyapoyólacabezaensuhombro.
—Noséquépelículateestásmontandoenestacabecita,peronotienesnadaquetemer —dijo—. Estamos bien juntos, funcionamos en la cama, pero todavía no hecompradoningúnanillo,tranquila.
Tracylevantólacabezaydejóquelabesara.Eraél,teníaqueserél.Richardlallevóhastalaparedysiguióbesándolabajandoporlabarbillahastael
cuelloy allí utilizó su lenguapara ayudarse.Tracy inclinó la cabezadejandoque élllegase hasta la base de su cuello, la excitaba enormemente cuando la mordía allí.Richardmetióunamanodentrodesupantalónyllegóhastadondequeríaconsoltura.
Tracy se estremeció y dejó que desabrochara el botón y bajase la cremallera.Miróhacialaentradadelestabloyélsonrió.
—Tranquila,Kate no aparecerá—dijomientras le succionaba el labio y jugabadespuésconsulengua.
Richardlevantóunadesuspiernasyempezóadesabrocharselospantalonesparaliberarse.Tracypusounamanoensupechoynegóconlacabeza.
—No,Richard,aquíno—dijo.Élnosedetuvo,estabademasiadoexcitadoylamanofemeninanopresionabalo
suficiente.Cuandosupeneestuvolibretirócondecisióndesupiernapegándoseaelladispuestoapenetrarlaconurgencia.Tracyleempujóconmásdecisiónybajólapiernapara subirse los pantalones. Richard la miraba desconcertado y sin poder meterseaquelloenloscalzoncillos.
—¿Esquenohasoídoquehedichoqueno?—dijoellafuriosa.—Penséqueerapartedeljuego…—¿Juego,quéjuego?¿TecreesqueeresGrey?Menudoimbécil.—¿Mehasllamadoimbécil?—preguntóRichardincrédulo.—Atino,aél—dijoTracy—.¿Quéclasedetíosepiensaqueaunatíalegusta
quelepeguen?¿Ylodelcubitodehielo?¡Cualquierdíadescubriránlasopadeajo!Richardlamirabasinentendernada.—Cuandounamujerdiceno,quieredecirno…—Notodas—lacortóél.Tracylomirócomosiloacabasedeconocer.—¿Quenotodas?—No,notodasynosiempre—dijoélrecuperandolacompostura.—Gilipolleces—dijoella.—¿Concuántasmujereshasestadotú?¿Loqueatinotegustaesmalo?¿Eseso?
—preguntóacercándoseaella—.¿SoloesbuenoloqueaTracyleparecebueno?—Noeseso.—Haymujeresalasquelesgustaquelasazoten,sí,aunquenoestédentrodetus
cánones—dijoél—.Siesun juego,¿porquéhadeestarmal?Yohedadoplaceramuchasmujeresdemuchasformas.Silesdaplacernotieneporquésermalo.
—Hablóelexperto—dijoellaconsarcasmoysedispusoasalirdelascuadras.Richardlacogiódelbrazoyladetuvo.—¿De qué va todo esto, Tracy? —preguntó obligándola a volver—. No es la
primeravezquelohacíamosasí,¿porquétecomportascomosinotegustase?—Porquenoquería—dijoellasinmirarlo—,noahora.Éllaatrajohaciasíylecogiólacaraconlasmanosmirándolaconternura.—Nunca haré nada que no quieras—dijo—. Pero cuando sí quieras… te haré
cualquiercosaquemepidas.Ellalomiróalosojosyseperdióenelocéanodesuspupilas.Lerodeóelcuello
consusbrazosylobesó,intensayapasionadamente.Casicondesesperación.
Capítulo10—Hallamadotumadre—dijoFeliciacuandolavioentrar—.Dosveces.—Deacuerdo,tía—dijoasintiendoconlacabezaysincruzarsumiradaconella.Semetió en el despachoy cerró la puerta.Fuehasta sumesay se sentó con las
manos juntas y lamirada puesta en la ventana.Hacía un sol radiante. Se alegró porHarry,esperabaquelopasarabienensuexcursión.Despuésdeunosminutoscogióelteléfonoymarcóelnúmerodesumadre.Teníaqueconseguirqueolvidasetodoloquelehabíadicholanocheanterior.
Nosaliódesudespachohastalahoradecomer.—Lucy,mellevaréunabandejaaldespacho—dijoentrandoenlacocina.—¿Me vas a dejar comiendo sola con tu tía?—dijo la joven con expresión de
súplica.—Losiento,tengomuchotrabajoyhoynoestoyparareunionesfamiliares—dijo
consinceridad.Lucylamiróconatención.—¿Yatiquétepasa?—preguntó.—Nada—respondiósinganas—.Mellevaréunpocodepolloyunacerveza.—¿Ylasverduras?—preguntólacocinera—.¿Porquénadievaloralasverduras?
Danmuchotrabajo,hayquelavarlas,pelarlas,cocinarlas…—Estábien,mellevarétambiénverduras—dijoponiendomaízypimientosensu
plato.—¿Ylaspatatas…?—empezóaprotestarLucy,peroTracynocaeríaotravezensu
trampa.Laviosalirdelacocinaysedioporvencida.Alcruzarelsalónseencontróconsutía.—¿Hashabladocontumadre?—preguntóaloqueTracyasintióconlacabeza—.
¿Quétripaseleharoto?—Noeranadaimportante—respondiólajoven.—NathanmedijoestamañanaquetepasarasaveraDinamite.Élllevaallítodoel
día—dijoFelicia.—Notengotiempo—respondiómalhumorada—,tengomuchotrabajo.LatíaFeliciaabriólosojoscomoplatos.Eralaprimeravezqueescuchabaalgo
asíenbocadeTracy,jamáshabíadesatendidounallamadadesuprimo.—¿Oshabéispeleado?—preguntó.Tracynegóconlacabezasinmirarlaalosojos.—Siemprepasa,encuantosemetenotraspersonasenmedio…—Nadie se hametido enmedio de nada—se apresuró a decir Tracy—, no hay
ningúnenmedio.Vuelvoaldespachoquetengotrabajo.—¿MevasadejarcomiendosolaconLucy?—gritósutíacuandoellasealejaba.
—¿DóndeestáTracy?—Nathanentróenelsalónenelquesutíaveíalatele.—Eneldespacho—dijoFelicia—.Llevaallímetidatodoeldía.Nathansaliócomounaexhalaciónyentróeneldespachodesuprima.—¿Porquénohasvenido?—dijosinsaludar.—Holaatitambién—dijoellasoltandoelboli—.¿CómoestáDinamite?—Mejor—dijoélsentándosefrenteaella.Teníalacarapálidayunasmarcadasojeras.—¿Cuántollevassindormir?—preguntó.—Nosé,cincuentahoras,creo.—Cerrólosojosunmomentoysepasólasmanos
porlacara—.¡Dios!Creíquesemoría,Tracy.—¿Hascomidoalgo?—preguntóponiéndosedepieycaminandohacialapuerta.
Nathanlainterceptó,laagarródelbrazoytiródeellaparasentarlasobresusrodillas.—Teechodemenos—dijoapoyandosucabezaenelbrazodeTracy.Ellasepusodepieysealejódeél,incómoda.Nathanfruncióelceñosorprendido.—Voy a traerte algo de comer y café —dijo ella mirando hacia la ventana—.
Aunqueloquedeverdadnecesitasesirteadormir.—TengoqueiraveraKate—dijoélponiéndosedepie—.¿Quémierdatepasa
Tracy?Mevaaexplotarlacabezadetantodevanarmelossesos.Lamiróinquisitivoyalverquerehuíasumiradasepreocupó.—Nopasanada,Nathan.Mehasinterrumpidoytengomuchotrabajo,soloeso.—¿Mipadretepresiona?Nolehagasnicaso,esungruñóninsoportable…Tracysuspiróimpaciente.—Sinoquieresquetetraiganadadelacocina…—dijoinvitándoloamarcharse.—No, comeré algo en el ranchoFlorida—dijoyvio lamuecadedesagradode
Tracy—.¿Qué?—Esenombreeshorribleparaunrancho—dijosinpensar.—Tienestodalarazón—dijoélsonriendoabiertamente.Tracy lomiróentoncesysintióunenormepeso.Élerasumejoramigo,no ibaa
poderarrancárselodelcorazóncomosifueseunamalahierba.—¿Quétepasa,Tracy?—dijoélconsuvozmásdulce.Temióqueacabaríallorandosinosemarchaba.—Nomepasa nada—dijo ella negando con la cabeza y tratando de sonreír sin
demasiado éxito—. Tengo un día tonto. He hablado con mi madre y me he puestoestúpidamentemelancólica,porquenoséquéesloqueechodemenos.Comonoseanlascucarachas,quesonloquemásrecuerdodecuandoeraniña.
—¿Estántodosbien?—preguntóél,mordiendoelanzuelo.
—Sí,sítodosestamosperfectamente,deverdad,peroahoranecesitoquemedejesparaquepuedaacabareltrabajo,porfavor.
—Estábien—dijoél,dándoseporvencido—,meirésiesloquequieres.—Sí,esloquequiero.—Loviollegarhastalapuertaydudarantesdeirse—.Me
alegroporDinamite.Nathangirólacabezaylamiróunmomentoantesdesalir.Tracydiolavueltaala
mesaysedejócaerensusilla.
—Tedijequeyonoloshabíaprobado—dijoTracymirandolasampollasenlostalonesdeHarry.
—Nopasanada,heaguantadocomosinada—dijoorgulloso.—¿Sabesquetehaspuestomoreno?—dijosuhermanaagitándoleelpelo.—ElpadredeLorydicequesoyuntipomuyvaliente—dijoelniño.—¿Ah,sí?—dijoTracyriéndose—.¿Yporquélodice?—Bueno,Loryseasustóunpocoporlanocheytuvequeconvencerlaparaqueno
semetieraenlatiendadesuspadres.—¿Dormisteisalrasocomoeraelplan?—preguntóTracyponiendocaradeestar
muyinteresada.Harryasintiórepetidamente.—Entoncesescierto,eresmuyvaliente—dijo.—Venga,Tracy,arréglateparalacena—dijotíaFeliciaentrandoenlahabitación
deHarry—.Ytú,tesoro,adormir,quedebesestarcansadísimo.—DejaqueTracysequedeunpocomás,mami—pidióelniño.—No,Harry,TracyymamátienenquesaliracenaracasadelatíaIrenequehoy
essucumpleynopodemosdejarlasola—dijoarropándoloconlassábanas.—¿Yyoporquénovoy?—dijoarrugandolanariz.—Puesnovasporqueeresunniñoyademáshasestadodeexcursióndurmiendoa
la intemperie. Necesitas descansar. Lucy se quedará en casa hasta que regresemos.Buenas noches, cariño. —Felicia le dio un beso a su hijo y sacó a Tracy de lahabitacióncerrandolapuertatrasella.
—No me apetece mucho ir a cenar —le dijo Tracy cuando estuvo frente a suhabitación.
—YasabescomoesIrene.Vendráabuscartesinovas.—Nomeencuentrobien—dijo.—Pertenecer a una familia como la nuestra conlleva una serie de obligaciones,
Tracy—dijoFelicia—.Perohazloquequieras,pormípuedesquedarte,aunqueluegotengaquevenirmesola…
—TíoWalterteacompañará.Estoytancansada…—dijoTracy.
—Meresulta increíble lo ingrataqueeres,hija,con lo jovenqueeresysiempreestáscansada.Yoatuedaderaunterremotoynuncamequejabadenada.
Tracycerróunmomentolosojos,cadavezleafectabanmáslasconstantespullasyelpocoafectoqueledemostrabasutía.
—Ya lesdiréqueno teapetecíaverlos—dijocaminandohacia suhabitación—.Quesepanlaclasedesobrinaqueeres.
Tracyestuvoapuntodegritarlequeesonoeracierto,perosabíaqueesosoloharíadaño a su hermano que seguro que estaba escuchando toda la conversación, así queaceptóquenoteníaescapatoria.
Irenesalióarecibirlasconunaenormesonrisa.—Miradquésorpresahemostenido—dijohaciéndoseaunlado.—¡Samy!—exclamótíaFeliciaabrazandoasusobrina—.¡Quéalegría!¡Peroqué
guapísimaestás.—Hola,tíaFelicia,mealegrodeverte.—DespuésdesaludarlafuehastaTracyy
laabrazótambiénconuncariñoquesorprendióasuprima—.Teníamuchasganasdeverte,primita.
Tracy le devolvió el abrazo con sincero afecto, aunque no pudo disimular sudesconcierto.
—Tengomuchascosasquecontarte,peroahoraven,quieropresentarteaalguien.Yatitambiéntía—dijo,llevándolasalasdosdelamanodelamano—.EsteesDidier,miprometido.
Enmediodelsalónhabíaunjovenaltoycongafasdepasta.—Encantado de conocerla—dijo Didier saludando a la tía Felicia. Después se
acercóaTracyylediodosbesos—.Mehanhabladomuchodeti,Tracy.Eljoventeníaunmarcadoacentofrancésyerarealmentealto,pensóTracyqueaún
nosalíadesuasombro.—Didier es diseñador—contóSamy—.Yo estaba completamente enamorada de
sus diseños y cuando supe que iba a haber un desfile enNuevaYork no paré hastaconseguirunainvitación.Asínosconocimos.
Didiersonriómirándolaconverdaderoamor.Tracyobservabaasuprimamientrasexplicabacontododetalleelmomentoenelquelospresentaronytodoloquesintió,dijo e hizo. Su expresión y sus gestos eran desconocidos para ella, parecía otrapersona,muchomásseguradesímismayespontánea.
—Creoquemeenamorédeéldosminutosdespuésdeeso—decíaSamy.—Esunaexagerada—dijoDidier—.Laprimeravezquelepedíquesaliéramosa
cenarmerechazó.—¡Meentróelpánico!—exclamóellariendo—.Túmeentiendes,¿verdadTracy?—Claroqueteentiende—dijosumadre—.Tracytambiéntienenovio.—¿EselhermanodeKate,verdad?—preguntóSamy—.Mamáyamehapuestoal
corrientedetodo.Pero,¿cómoesquenomehashabladodeél,Tracy?¿Y cuándo iba a contártelo si nunca hablamos?, pensó Tracy, pero sonrió
ahorrándoseelcomentario.
Capítulo11CuandoempezaronabombardearaDidierapreguntasSamyseacercóasuprimay
lacogiódelbrazosaliendoconelladelsalón.LamiradadeTracysecruzóuninstanteconNathanantesdesalirdeallíylatemperaturadesucuerposubiódosgrados.
—Mearrepientomuchodenohaber tenidomáscontactocontigo—dijoSamy—.Sentémonosenelsofáycuéntamequéhashechotodoestetiempodesdequemefui.
—No tengomuchoquecontar,Samy—dijoconunapequeña sonrisa—.Todohasidocomosiempre.
—No,nadaestácomoantes—dijosuprima—.Mihermanoestámuyraroypapáparecedepeorhumorquenunca.Laúnicaqueestáigualesmamá.Tútambiénestás…distinta.
Tracyseencogiódehombros.—HáblamedeDidier—dijo—.Seosvemuybien.—¡Oh, Tracy! Estoy completamente loca por él —dijo Samy—. Jamás habrías
dichoquepudiesegustarmealguiencomoél,¿verdad?Sésincera,¿aquehaspensadoesocuandolohasvisto?
Tracyasintió.—Nomeextraña,nosécómomesoportastetodosesosaños,eraunaestúpida—
dijobajandolamiradacomosiseavergonzaseporello—.IrmeaNuevaYorkfuelomejorquepodíahacer.Lopasémuymal,aprendíalobestia…
—Sientooíreso—dijoTracyfrunciendoelceño,preocupada.Suprimalacogiódelasmanosymostróunaenormesonrisa.—Nolosientas,todostenemosquemadurar.Lleguéallísiendounaniñaresabida,
que se creía el ombligo del mundo y tan solo era una ranchera de Texas condemasiadas ínfulas. Te aseguro que los neoyorquinos me dieron un buen baño dehumildad—dijosinborrarsusonrisa,peroconciertoairedetristeza—.Fuemuyduroyestuveapuntodevolvermuchasveces,perocreoqueenel fondosabíaqueellosteníanrazón.Nomegustabalapersonaenlaquemeestabaconvirtiendo,supongoqueporesomemarché.
—Estásmuycambiada—dijoTracyconsinceridad.Samyasintió.—Alprincipio estuvemuy sola,me costómuchohacermeun sitio, perovalió la
pena—dijomuyseria—.Empecéaconocerme,descubríquiénerayodeverdadynoteníanadaqueverconlacríaquesemarchódeaquí.
Tracylesonrióconcariño.—DespuésconocíaJoanna,unaitalianaqueseconvirtióenmimejoramiga.Ya
Didier.—Pareceunbuentipo—dijoTracy.—Eselhombremás increíbledelmundo.Nuncameaburro a su lado.Tieneesa
apariencia tranquila de alguien que sabe todo lo que necesita saber. Es irónico,bromista y nunca deja que te desmorones. Si empiezas a flagelarte te sacude con sulabiaytehaceverloafortunadaqueeres.
—Puessíqueeresafortunadaporhaberencontradoaalguienasí—dijoTracyconunagransonrisa.
Samyasintió y después se quedóun rato callada.Miró lasmanosde su primayacariciósusdedos,pensativa.
—Esperoquenomeguardesrencor—dijomirándolacon tristeza—,megustaríaquefuésemosamigas,Tracy.
Tracy asintió.No podía decirle lomucho que le hubiese gustado que ese deseollegaseunoscuantosañosantes.
—Yaséque tepareceráabsurdoestoahora,peronecesitabaquesupierasquehecambiado.
Tracyvolvióaasentir,sinsaberquédecir.—HáblamedeRichard—dijoSamy.Tracynopudoevitarquesuexpresiónmostrasemásdeloquehubieradeseado,no
estaba preparada para confidencias. Samy habría cambiado, pero para ella seguíasiendocasiunadesconocida.
—Vale,creoquenovaahacerfaltaquemehablesdeél—dijoSamy.—Es un buen chico—dijo Tracy tratando de subsanar aquella impresión—. Es
guapo…—Ya.—¿Qué?NotodospuedenserDidier—dijoTracyintentandosonreír.—¿YquépasaconNathan?—preguntóSamydeimproviso.—Nosabíaquelepasaranada—dijofrunciendoelceño.—¿QuétalesesaKate?¿Tegustaparaél?Tracyasintió,seencogiódehombrosyvolvióasentir.Samyfrunciómáselceño.—Notegusta.—Síquemegusta.Selosvemuybienjuntos.—¿Ypapáporquéestáde tanmalhumor?—preguntóviendoque tampocoibaa
sacarlenadadeesetema.—Tedigolomismo,nosabíaquelepasaranada,conmigoestáigualquesiempre
—dijoTracy.Samy frunció el ceño. La conversación no había resultado como ella la había
imaginado en su cabeza. En sus pensamientos Tracy se sentía tremendamenteagradecidaporsucambiodeactitudyseconvertíanenlasmejoresamigas.
—Intentaré estar más cerca de la familia a partir de ahora—dijo con absoluta
certeza.—Estarámuybien—dijoTracyconabsolutodescreimiento.
—Paríseslaciudaddeminiñez—decíaDidier—,peroNuevaYorkeslaciudaddemicorazón.
EstabanenmitaddelacenayTracysealegrabamuchodehaberido.—¿Ynoechasdemenosatufamilia?—preguntóIrene.—Alprincipiomuchísimo—dijomirándolaconcomplicidad—.Mimadreesuna
matrona,es…¿cómolodiría?Cogió elmóvil que había dejado en unamesilla detrás de él y se lo puso en la
oreja.—¿Hijo,hascomidobien?—dijoimitandolavozdesumadre—.¿Yaduermeslo
suficiente?Nosalgasalacallesinbufanda.Elotrodíaleíunartículoquedecíaquesitomasmediolimónconmieltodaslasmañanasnoteresfríasentodoelaño.
Irenesereíaacarcajadasviéndoseidentificadaenaquellaimitación.—Unavezmellamóalastresdelamadrugadaporqueacababadeverenlatele
quehabíahabidounafuertenevadaysehabíacaídolamarquesinadeunedificioqueseparecíaalmío—dijoDidierriendo—.Esunamujerincreíble.
—Laquiereconlocura—dijoSamy—.Yoyalaquieroyaúnnolaconozco.—Eso se va a solucionar en unas horas —dijo Didier mirándola—, y espero
sobrevivirasemejanteencuentro.Tracymiróalaparejaysintióunareconfortantesensación.—Porpococonoceellaantesamihijaquenosotrosati—dijoWaltermuyserio.—Tienes razón,papá, deberíamoshabervenidoantes, pero esova a cambiar—
dijoSamymirandoasupadreconcariño—,apartirdeahoravendremosamenudo.—Seguroquesí—dijoélsincreérselo.—Séquenomecrees,peroprontoloverás.—¿Yanoteavergüenzasdetusraíces?—preguntómalhumorado.—Papá…—intervinoNathan.—Nopasanada—dijoSamymirandoa suhermano—.Esnormalquediga esas
cosas,yonomeheportadobien.Perohecambiado…—Seguro—repitióWalter.—SeñorHarbord—dijoDidier y esperó hasta que lomiró—, su hija ha tenido
muchas experiencias en Nueva York y no todas fueron buenas. Pero era lo quenecesitabaparavalorarquiénera.Yenelloseincluyesufamiliaysuformadevida.
—¿Quéteníademalosufamilia?—preguntóWalterbuscandobronca.—Noteníanadademalo—dijoDidier—,peroavecestenemosquealejarnospara
verconclaridad.Enrealidadesoesmadurar,¿nocree?Walterteníaelceñofruncido.
—¿Ustedcreeque laSamyquevivíaaquísehabría fijadoenungafapastacomoyo? —preguntó Didier levantando una ceja—. Tendría que verme bailar, entoncescomprenderíalomuchoquehacambiado.
DidiersepusodepieyfuehastadondeestabasentadoWalter.—Venga, baile conmigo y se lo demostraré —extendió los brazos y Walter lo
observóduranteunsegundototalmentedesconcertado—.¿Noquiere?Bueno,tratarédemostrárselo.
Todos dejaron de comer sin poder dar crédito a lo que veían.Didier se puso acantar I love to love deTinaCharlesmientras bailaba enmediodel comedor.SamymiróasufamiliaunoaunoyempezóareíracarcajadascontagiandoasuhermanoyaTracy.Despuésdelestribillotodosreíanacarcajadas.
—ImagineelméritodeSamyqueestádispuestainclusoacasarseconmigo—dijoDidiervolviendoasusitioenlamesa.
WalternopodíadejardereírcomotodoslosdemásyDidierlosmirabamuyseriocomosinoentendieraquéeraloquelesparecíatangracioso.
—NodeberíashaberledichoaDidierquesequedara—dijoNathanmirandoasuhermana.
Samy había propuesto a Nathan y a Tracy, salir a dar un paseo juntos. Al díasiguientesemarchabantempranoyqueríapasarunratoconsuhermanoysuprima.
—Papáy él necesitan conocersemejor—dijoSamyydespués respiró hondo—.Nomehabíadadocuentalomuchoqueechabademenosesteaire.
—Eseoloramierdadecaballo…—dijoNathanimitándola—.¡Mmmm!—Idiota—dijo ella agarrándose de su brazo—, tienes que venir aNuevaYork,
hermanito.—Hecho—dijoél.SamyagarróaTracyconelotrobrazoylaatrajohaciaellademodoquelostres
estuviesenmuyjuntos.—¿Avosotrosdosquéospasa?Nohabéiscruzadounapalabraentodalacena—
dijoSamysacudiéndolos—.Sealoqueseanopuedesertanimportante.—PregúntaleaTracy—dijoNathanmirándola.—¿Amí?Amínomepasanada—dijoTracy.—¡Perosiprácticamentenimemiras!—dijoNathanincrédulo.—Vamosahacerunacosa—dijoSamydeteniéndose—.Voyavolveracasacon
losdemásyvosotrososquedaréisaquíhablandohastaquesolucionéisloqueseaqueospasa.
Tracylamirósuplicante,peroSamyignoróaquellallamadadeauxilioysediolavueltaparavolverpordondehabíanvenido.
—¡Hablad! ¡Vamos, hablad!—dijo alejándose—.Yni seosocurravolver hasta
quelohayáissolucionado.
Capítulo12Nathan se metió las manos en los bolsillos sin dejar de mirarla, pero Tracy lo
rehuía.—¿Novasamirarmesiquiera?—dijoél.Tracylevantólavista,perolaapartórápidamente.—Vamos—dijoNathanempezandoacaminar—,demosunpaseo,Tracy.Al escucharlo decir su nombre sintió que su frialdad se derretía por completo.
Deseóabrazarlo,decirlequequería ser lade siempre,queél fueseelde siempre…Peroesoeraimposible.
Caminarondurantevariosminutosuno junto al otro sindecirnada.Lanocheeramuyagradableyelcieloestabaplagadodeestrellas.
—Samyhacambiado—dijosuhermano.—Sí—dijoTracy.—YDidierpareceunbuentipo—volvióahablarNathan.—Megustalaparejaquehacen—dijoTracy.Volvieronacaminarensilencio.DeprontoNathansedetuvoyTracysevolviópara
averiguarporqué.—Dímelo,Tracy,sealoquesea,dímelo.Cualquiercosaserámejorqueesto.Nathanestabatanserioquehizoquesesintieseintimidada.Tracycerrólosojosun
instante y se mordió el labio con desesperación. Nathan dio los dos pasos que losseparabanylaagarródeloshombros.
—Dilodeunavez—lasacudióligeramenteparaquelomirase.—Estoyenamoradadeti.Losoltóasí,abocajarroysinningunaprevención.Nathan lasoltómuydespacio
sin dejar demirarla con una expresión quemostraba que trataba de averiguar si leestabatomandoelpelo.Tracyseencogiódehombrosaliviada.
—Yaestá, ya lohedicho.—Respiróhondoydejó ir el aire como si lahubieselimpiado por dentro—. Estoy enamorada de ti, Nathan, esome pasa. ¿Te parece unbuenmotivoparaestarcomoestoy?
—Estásconfundida—dijoél.Ellanegóconlacabezaysealejódospasosparaluegovolveraponersefrentea
él.—No, no estoy confundida —dijo sonriendo—, estoy muerta de la vergüenza,
aterrada,desolada,peronoestoyconfundida.Séloquesientoportiynoesalgoparaloqueestuviesepreparada,teloaseguro.
—¿Peroporqué?
Habían muchas preguntas que podría haber hecho, pero esa resultó ser la másabsurdayestúpidadetodoelrepertorio.
—¿Queporqué?—ellalomiróconincredulidad—.¿Porqué?—Quierodecirqueyonohehechonada…Tracy abrió la boca y volvió a cerrarla, su desconcierto estaba creciendo a tal
velocidad que pronto los sobrepasaría a ambos y se elevaría por encima de lasestrellassiélseguíahablando.
—¿Creesque lagente seenamoraporque losdemáshacenalgo?¿Creesquemissentimientossonfrutodeunacamisaquetepusisteotumanerademoverlasriendasdetucaballo?
—Lo que quiero decir es que… —Nathan se llevó las manos a la cabezaapartándoseelpelocomositratasedehacersalirlasideasafuerzadetirones—.¡Noséloquequierodecir!¡Somosprimos!¡Eresmimejoramiga!
—¡Losé!—exclamófuriosa—.Nohacefaltaquemelodigas,soyconscientedequeenestebarcovoysola.
Nathan junto lasmanos y las colocó delante de su boca, después las elevó, lasseparó,lascolocóencimadesucabeza,seagachó,soltóelairedegolpeyapoyólasmanosenelsuelo.Nopodíaestarsequieto,nosabíaquéhacerniquedecir.Noselehabía pasado aquella idea por la cabeza. ¡Tracy! La persona que más quería en elmundo.Porque,sí,éllaqueríamásqueanadie.¿Peroasí?No,ellano…
—Ahoraqueya losabespodemoshacercomosinohubiesepasadonada—dijoTracy con angustia y al borde de las lágrimas por verlo así—. No quería decirlo,queríadejarque sepudriesedentrodemí,peromehasobligado,nohabríasparadojamás…
—No—él sepusodepiey se acercóa ella agarrándolapor loshombros—,noquieroquesetepudradentro,noquieroqueteapartesdemí.
—Nopuedodejar de sentirlo, lohe intentado—dijo ella con losojos llenosdelágrimas—. No he roto con Richard porque creí que seguir con él me ayudaría asacartedeahídentro…
Nathan la atrajo hacia él y a pesar de su resistencia consiguió abrazarla ymantenerlaentresusbrazos.EstuvieronasídurantevariosminutoshastaqueTracydejóde llorar.Nathan la soltó entonces y ella se limpió la cara borrando todo rastro delágrimas.
—Mevoyacasa,necesitoestarsola—dijo—.Acompañaluegoa tíaFelicia,noquierotenerqueoírlamañana.
Nathanlavioalejarseconelcorazónencogido.
—Tracy—Richardmostrósusorpresaalverlaallítantemprano.—¿Tehedespertado?—preguntóella.
—Aúnnohaamanecido—dijoél,desconcertado.—Lo sé, perdona —dijo metiéndose las manos en los bolsillos traseros del
pantalónconevidentenerviosismo—.Luegotengomuchoquehacer…—Peropasa,notequedesahífuera—dijohaciéndoseaunlado.—Preferiríaquehablásemosfuera—dijoella—.NoquierodespertaraKate.Richardasintióysaliódelacasa.Seacercóaellaparabesarlaenloslabios,pero
Tracygirólacaraysubesofueapararalamejilla.—Tracy…—dijoélcomprendiendo.—Losiento,nopuedoseguirconesto.Richardsepusolasmanosenlacinturaylamiróconincredulidad.—Pensabaquelohabíamosarreglado—dijo.Ellanegóconlacabezayélresoplócomositrataradecontenerse.—Entiendoquenoteguste,pero…—¿Quenomeguste?¿Teparecequeestoesmedionormal?Tracysesorprendiódelafuriaquehabíaensusojos.—Estoescosadedosysenecesitaquelosdoscreanenelloparaquefuncione—
dijoconsuavidad—.Losiento,peroyonocreo.Richardmovíalacabezatratandodeencontrarlaspalabrasquequeríadecir.—¿Túquétecrees?¿Quevoyaestarsiempresuplicándote?—dijoalfin—.¿Eres
deesaclasedetía?—¿Dequéestáshablando?—dijoelladesconcertada.ÉlseacercóbajandolavozenuntonoqueaTracylesonóamenazador.—Esas tías a las que les gusta que su pareja esté constantemente seduciéndolas,
esas que disfrutan con el drama. No imaginaba que tú eras de esas —dijo condesprecio—.Siempretanmodesta,tanauténtica…
Tracyabriólaboca,peronofuecapazdearticularpalabra.—Katemeadvirtiósobreti,perosoytanestúpidoquenolehicecaso.—¿QueKateteadvirtiósobremí?¿Quénaricessabetuhermanasobremí?—dijo
sorprendida.—¿Teolvidasdeconquiénseacuesta?—dijoélsonriendoconexpresióncínicaTracysintióqueunintensofríolerecorríalaespalda.—Creoqueesmejorquemevayaahora,antesdequedigamoscosasde lasque
luegotengamosquearrepentirnos—dijoysediolavueltaparamarcharse.—Venga,sí,correacasadeesosquetedandecomer—dijo—,señoritaarrimada.Tracysevolviófuriosa.—Amínadiemedadecomer,trabajoparaganarmelavida—dijo.Richardseechóareír.—¿Enseriotecreeseso?—dijosindejardereír—.Puesdebesselaúnicaquelo
cree,porqueviendocómotetratatutíaestáclaroqueenesacasapiensanqueeresunamantenida.Lástimaqueelpocoorgulloquetieneshayasdecididoemplearloconmigo.
LosgestosylaspalabrasdeRicharddestilabanmucharabiayTracysesentíacomosihubiesenvolcadouncubobasurasobresucabeza.Nohabíanadamásquedecir,asíquesediolavueltaycaminóhastasucaballo,peroantesdequellegarahastaélsintiólamanodeRichardalrededordesubrazoobligándolaavolverse.
—¿Fingías?—preguntó—.Porquesiesasí,eresunagranactriz,TracyGuzmán.—No,Richard,nofingía—dijoellacansadadeaquello.—¿Entonces qué pasa? Ya te dije que no estoy buscando una esposa, tan solo
quieropasarlobienycreoquejuntoslopasábamosbien—dijotratandodecogerlaporlacintura.
—Losiento,yaséquesuenafalso,peroelproblemanoerestú.Quieroestarsola,estoypasandoporunmalmomentoynecesitodistanciarmede todoelmundo—dijoTracymostrandopartedesuscartas.
—¿Detodoelmundo?¿Tevasamarchar?—preguntósorprendido.Tracynegóconlacabeza.—Nosetratadeeso,esalgomáscomplicado…—EscúchameTracy—dijoélutilizandoaqueltonodevozconelqueyalahabía
hipnotizadoantes—.Nopiensonadadeloquetehedicho,estabaenfadado.Tracydejóquelaabrazaseyrespondiócuandosuslabiosvolvieronabesarla,pero
cuandoseapartóparamirarlavioensusojoslamismaresolución.—Lo siento—dijo Tracy y cuando bajó los brazos dejándola libre, subió a su
caballoysemarchódeallí.Richardlaobservóduranteunmomentoydespuéssevolvióhacialacasa,quede
repente le pareció horrible. Se preguntó en qué estaba pensando cuando decidiócomprarunranchoenTexas.
—¿Quehasrotoconél?—tíaFeliciadejólatazadecafécontalviolenciaqueellíquidosevertiósobrelamesa.Lucyseacercóconuntrapoparalimpiarlamirándolaconseveridad.
—Sinolequiere…—¿Ahoratútambiénopinas?—tíaFelicialamirócondesprecio—.¿Desdecuando
eresmiembrodeestafamilia?¿Tehemosrecogidotambién,porqueamímeparecequeatitepagamosunsueldo?
NopodríahaberdichonadaqueprodujeseunefectomásdañinosobreelánimodeTracy.PeroFelicianohabíaterminado.
—Eresundesastre,Tracy.Losupedesdeelprimerdía,desdequeteobservéenelasiento de aquel avión. Nada bueno ibas a hacer con tu vida, a pesar de que tediésemostodaslasfacilidades.Apesardequeteofreciésemoslaoportunidaddetenertodoaquelloquetumadretenegó…
—¡Basta!—gritóTracysorprendiendoalasdosmujeres—.Nodejaréquevuelvas
ahablarasídemimadrenuncamás.—¡Cómoteatreves!—TíaFeliciasepusodepieylediounafuertebofetada—.Ni
teatrevasavolveralevantarmealavoz.TracysellevólamanoalamejillamientrasLucysetapabalabocaparaahogaruna
exclamacióndesorpresa.—Eresunadesagradecida—dijosutíamordiendolaspalabras—.Sinofuesepor
mítehabríasquedadoenaquellahorriblecasaparaquesetecomieranlasratas.Yotetraje aquí, te di una habitacióny llené tu armario de ropa nueva.Te llevé almismocolegioalquefuerontusprimosymihijo.¿Algunaveztehafaltadoalgo?¡Di!¿Tehafaltadoalgo?
—Amor—dijoTracyconlosojossecos—,mehafaltadoelamordemimadre.Elamor demi padre y el demis hermanos.Me ha faltado una caricia antes de irme adormir,unafelicitaciónlaprimeravezquemesubíalcaballo.Medisteunahabitación,sí, la más pequeña y oscura de la casa. Me llenaste el armario de ropa, pero teocupastedequemequedaraclaroqueeraparaquenoteavergonzara.Yclaroquefuialmismocolegioquemihermano,porqueyoerasuprotectora,sucuidadora,suniñera,suamiga,suhermana…
—¡Diossanto!—exclamóFelicia—.¡Cuántoodiohasguardadotodosestosaños!—Te equivocas—dijo Tracy con serena frialdad—. Soy tan sumamente imbécil
quetequiero.Ese comentario dejó a su tía descolocada durante unos segundos, pero pronto
volvióasuestadonaturalymiróasusobrinademanerareprobadora.—Quizá deberías volver una temporada con esa familia a la que tanto pareces
haberechadodemenos—dijo.Hasta la última gota de sangre abandonó el rostro de Tracy y eso alimentó la
ponzoñadesutía.—Sí,esoesloquevamosahacer,vasavolverconellosyasípodrásrecapacitar
sobreloingrataylomalapersonaquehassidoconmigo.—SeñoraHarbord,porfavor…—dijoLucysinpensar.—Nopasanada,Lucy—dijoFeliciavolviéndosea lacriadaconunasonrisa—,
Tracyestádeseandoestarconellos,porqueellossíquelaquieren.LatíaFeliciafuedenuevoasentarseysacóelpaquetedetabacodelbolsillo.—Poresosumadreno tuvoningúnreparoen regalármelacomocriada,paraque
cuidaradelhijoquemehabíavendido—dijoantesdellevarseelcigarrilloalabocaparaencenderlo,sinapartarlavistadesusobrina.
Capítulo13—¿No se te ocurrió que debías consultar primero conmigo? —Walter miraba
furiosoasucuñada—.Tracynopuedeirsedeningunamanera.—No sabes las cosas que me dijo —dijo Felicia—, si la hubieses escuchado
entenderíasquemeviobligadaahacerlo.—¿PorquerompióconeseWilcox?¡Yatiquémierdateimportaeso!—¡Tienenelranchodemifamilia!—exclamóella.—¡Porquetúquisistevenderlo!—respondióél.—¿Peronoentiendesqueconesoganábamostodos?TuhijoconKateyTracycon
Richard,¿quémáspodíamospedir?¡Lastierrasseguiríansiendodelafamilia!—¿Dequéestáshablando?—intervinoIrene.—Piénsalo,Irene.Eseranchosolonosproporcionabagastos,perosilosWilcoxse
hacían cargo de los gastos y emparentaban con nosotros, el rancho habría acabadorepercutiendoennuestrobeneficio.Unajugadaperfecta—dijosonriendotraselhumodesucigarrillo.
—¿Yesoquétienequeverconnosotros?—dijoIrenesincomprendernada—.Eseranchoyanoseríatuyo.
—¡PerosiTracysecasabaconRichard…!—¿Casarse?—Irenenodabacrédito—.Perosiapenasseconocen.—Losjóvenessonmuyimpulsivos…Irenemoviólacabezaconincredulidad.—Feliciacreoque lo tuyoyasepasadecastañooscuro—dijodecepcionada—.
Nopuedesmanipularalagentedeesemodo.Y,sobretodo,¿cómopudistedecirleesascosasaTracy?
—¿Qué cosas le dije que no fuesen ciertas? —preguntó Felicia haciéndose laofendida.
—¿Quetuhermanatelaregalócomocriada?—Yo no dije semejante cosa —dijo estirando el cuello—, esa Lucy es una
embustera.—Hazloquetedélagana,perotendrásquebuscarmeaalguienparaquesustituya
aTracy—dijoWalter—.Mevoy,quetengomuchotrabajo.Irenemiróasumaridotambiéndecepcionadaporsucomportamiento.—Soisdosinsensibles—dijoentredientesysefuedelsalónparanodecirnadade
loquetuviesequearrepentirse.
—¿Deverdadtevasair?—Nathanlamirabaincrédulomientrasllenabasumaleta—.Peronotellevesmásdeunamaletaporquevasavolverpronto.
Tracynorespondióysiguiómetiendosuropa.—SabesquenadadeloquedijotíaFeliciaescierto,¿verdad?—dijoNathan.—¿Aquéterefieres?¿Aquesoyunacriadadesagradecidaoaquesoyunamala
persona?—dijomirándolomuyseria.—Tracy…—Lamirómortificado.—Notepreocupes,Nathan.Estoteníaquepasartardeotemprano—dijotratando
desonreír—.TienesqueprometermequecuidarásdeHarry.Apartólamiradaparaquenovieselaenormetristezaquesentía.—Tranquila,lovigilarédecerca—dijoél.Tracycerró lamaletay lapusoenelsuelo, juntoa lacamaydespuéssubióotra
paracontinuarguardandocosas.—Tehedichoquesolounamaleta—dijoélacercándoseycogiéndolelamano.Tracybajólamiradayunalágrimasequedósuspendidadesuspestañas.—Veoque sigues cuidandode la tradición—dijo él capturando la lágrimaen la
yemadesudedo.Tracy sonrió con tristeza al recordar la primera vez que estuvo en aquella
habitaciónycómoNathanlahabíaconsolado.Suprimolaatrajohaciaélylaabrazó.Tracy apoyó la cabeza en su pecho y cerró los ojos concentrada en su manoacariciándoleelpelo.
—Teecharémuchodemenos—susurró.Élnopudodecirnada.
Nathan bajó con las maletas para llevarlas al coche, él llevaría a Tracy alaeropuerto.AlsalirdelacasaseencontrócontíaFeliciaqueregresaba.
—¿Yasemarcha?—preguntósonriendo—.Menosmalquehellegadoatiempodedespedirme.
Nathanmiróasutíadeunmodoquelahizoestremecer.—Algúndíasentirásprofundamenteeldañoque lehashechodurante todosestos
años—dijomuyserio.Sutíasintióquesuslatidosseacelerabanysusmejillassetiñeronderojo.—Nathan,teestáspasandomuchísimoconmigoúltimamente.Su sobrino no dijo nadamás, llevó lasmaletas al coche y semetió dentro para
esperaraTracy.
—¿Ycuándovasavolver?—Harrymirabaasuhermanaconmiradainquieta.—Nolosé,Harry—dijoellaacariciándoleelpelo—.Siempresupimosquealgún
díatendríaqueirme.Elniñonegóconlacabeza.
—Notevasparasiempre,vasavisitarles—dijosinpoderdisimularsutemor.Tracynegóconlacabeza.—No,Harry,estaveznovoyavolver—dijoconresolución—.Apartirdeahora
tendrásqueveniravermetú.Todosquierenconocerte.Serádivertido,yaverás.—Noquieroquetevayas—dijoelpequeñoabrazándoseaella.Tracysintióqueselepartíaelcorazón.—Eresunchicovaliente,¿recuerdas?—dijotratandodesonreír—.Fuistecapazde
dormir a la intemperie y convenciste a Lory para que se quedara contigo. Un tipovalientecomotúpuedeenfrentarcualquiercosa.
Elniñoapretólasmanosalrededordelaespaldadesuhermana.—Noquieroquetevayas—repitió.Tracyloseparóyloobligóamirarlaalosojos.—Escúchame, Harry. He estado cuidando de ti desde que naciste —dijo
poniéndoseseria—.Dejémicasayamispadresporti.—Yotambién—dijoél.—No,túno.TúereshijodetíaFelicia.Yoeraunpocomáspequeñaquetúahora
cuandotuvequedejarmicasayamimadreparaveniraquícontigo—dijoyesperóaqueelniñoasimilaraloqueledecía.
—¿Porquénoteadoptaronatitambién?—preguntó.—Porque no querían una niña grande, te querían a ti—dijo con una sonrisa—.
Ahorametocavolveracasayatitetocaserfuertecomoyolofuiporti.Harryapretóloslabios.—Pues entonces yo tampoco quiero quedarme—dijo—.Soy tu hermano,me iré
contigoyviviréconlosGuzmánenMéxico.Tracynegóconlacabezaponiéndoseseria.—Esoesmuycruel,Harry—dijo—.Feliciaestumadre,ellatequieremuchísimo
ysiteoyeraseleromperíaelcorazón.—Ellahasidomalacontigo—dijoélmostrandosuenfado.—Volveremos a vernos pronto —dijo, conciliadora—. Vendrás a visitarnos, te
enseñaré Saltillo y podrás practicar tu español. Seguro que cuando vuelvas podrássorprenderalaseñoritaGarcíaconloquehabrásaprendido.
—¿Porquénoheidonuncacontigo?—preguntó.—Teníasqueiraclase—mintió—,ademástumadrenuncahasoportadolaideade
separarsedeti.Lediounlargobesoenlamejillayluegoloabrazóconfuerza.—Tumadre te quieremuchísimo, no lo olvides, Harry. Sé bueno. Haz que esté
orgullosadesertuhermana.ElniñoesperóhastaqueTracysaliódesuhabitaciónparatumbarseconlacabeza
hundidaenlaalmohadaylloraragusto.Esodeservaliente,eraunrollo.
—Déjame que te acompañe —pidió Nathan cuando paró el coche frente a laterminaldelaeropuerto.
—Meloprometiste—dijoellanegandoconlacabeza.—Tuvequehacerloparaquemedejasesvenir—dijoélsonriendo.Ellavolvióanegarconlacabeza.—SerácomocuandomefuialaUniversidad—dijoél—.Túvinisteadespedirme
yyotedejéacompañarmehastaqueelguardiadeseguridadteimpidióelpaso.Tracynorespondió.—Encuanto la tíaFeliciaestédosdías sin ti sedarácuentade lomuchoque te
necesita—dijoNathanmuyserio.TracylomiróalosojosyNathanlosupoantesdequehablara.—Novoy avolver,Nathan—dijo con serenidad—.Ellanuncamequiso,meha
soportadotodosestosañosporquenecesitabaunacriadaquequisieraaHarry.—Diosmío,Tracy—dijoélgolpeandoelvolantedelcoche—.Nopuedessalirasí
demivida…Ellaapartólamiradaunmomento,noqueríaponerseallorar,hastaesemomentolo
estabahaciendobien.Volvióamirarlo.—Esto será bueno para mí —dijo con el corazón en su mirada—. Tengo que
alejarmedeti…—¿Meestáscastigando?—dijoélconlosojosllenosdelágrimas—.¿Eseso?Tracynegóconlacabezaaltiempoquesemordíaellabio.—¿Quieresvercómomehagopedazos?—susurróallímitedesuresistencia.Éllaatrajohaciasíparaabrazarlaybesósupeloaspirandoelaromaquetanbien
conocía.Despuésseseparóparadejarlamarchar.Tracybajódelcocheysequedóenlaacerahastaque lovioalejarse,conelcorazón tiritandode fríosedio lavueltayatravesólaspuertasdelaterminal.
Nathanencendiólaradioysubióelvolumentratandodesilenciarlosgritosdesucabeza. Ante sus ojos pasaronmiles de imágenes y en todas ellas aparecía aquellahuesudaniñacontrenzas,queseconvirtióensumejoramigaveinteminutosdespuésdellegarasuvida.
Nuncahabíaodiadoanadie,peroahorasentíaquepodría llegaraodiarasu tía.Siempre había sido cruel con Tracy y todos lo habían permitido convirtiéndose encómplicessilenciososdesuinjusticia.Pensóensupadre,élsiemprelatratócomosifueseunaempleada,sinningúntactonicariño.Jamáslahabíafelicitadopornada,nilehabíadadolasgraciasportodoloquehabíahechoporelrancho.¿Yquéhabíahechoél todo ese tiempo?Golpeó el volante varias veces tratando de calmar la furia quesentía.
Llegóalrancho,aparcófrentealacasadeFeliciayentrócorriendo.Encontróasutíaensurincóndelectura.
—¿Cómopuedesestarahítantranquila?¿Cómonoseteretuercenlasentrañas?—dijosinpodercontenerlarabiaquesentía.
Feliciacerróellibroysequitólasgafas.—¿Quéesesotanterriblequecreesquehehecho?—preguntó—.Estoleenseñará
quetienequeseagradecida.Cuandoregrese…—¡Novaavolver!—exclamóNathanfurioso.—¡Claroquevaavolver!—exclamóFeliciaconaparenteseguridad,aunqueuna
sombradetemorcruzósumirada.—No va a volver—dijo Nathan que acababa de darse cuenta de que su tía no
comprendíaloquehabíahecho—.Seacabó.—¿Tecreesquevaasoportarvivirlejosdeaquí?—dijoFelicianegandoconla
cabeza—.Cuandoestélejossedarácuentadequeloúnicoquehehechotodasuvidafueocuparmedeella…
—¿Ocupartedeella?—Nathansoltóunacínicacarcajada—.¿Esoquehashechotodosestosañoshasidoocuparte?Desdeelprimerdíateencargastedequesesintieracomounahuérfana.DequetuvieseclaroqueellanoeracomoHarry,quenoformabapartedeestafamilia.Hasabusadodeella,lahastratadocomoaunacriada.¡Quédigocómoaunacriada!¡UnacriadatendríamásderechosqueTracy!
—Estássiendomuyinjusto—dijoFelicia.—¿Injusto yo?—Nathan sentía las lágrimas ardiendo en sus ojos, pero no iba a
dejarquesutíaloviesellorarcomounniño—.Viniendodetiesunchistesingracia.—Eresigualquetupadre—dijoFelicia.—¿Quétienequevermipadreentodoesto?Feliciasepusodepieyfueenbuscadelpaquetedecigarrillosquehabíadejado
sobrelachimenea.Sacóunoyloencendióconmanostemblorosas.—TupadrecayóbajoelinflujodeJilliancuandoerauncrío.Hacíaconélloque
ledabalagana,peropormásquetodosselodijesennoentrabaenrazón.—Sevolvióamirarloyhabíarabiaensusojos—.ComotúconTracy.
Nathanfruncióelceño.—¿Dequéestáshablando?—preguntódesconcertado.—Estásenamoradodeella—preguntóFeliciaacercándoseaél—.¿Creesqueella
tevaaquerer?¡No!Encontraráotrotaninapropiadocomosupadreytedejaraconelcorazónhechopedazos.
—Hasperdidolarazón—dijoNathan,desconcertado.Feliciasonriócondesprecio.—Ya—dijoydespuésdiounaprofundacalada,aquelloeraloúnicoqueconseguía
calmarsusnervios.—Tracy podría haber sido una hija para ti —dijo su sobrino—, nadie se ha
preocupadoportubienestartantocomoella.Peroahoraveoqueentucomportamientollevaslapenitencia.Lahasapartadodetuvidaparasiempre.
Feliciasevolvióhaciaél.—Esigualquesumadre—dijo—,haceloquelevieneenganasinimportarleque
losdemássufran.Perovolverá,teaseguroquevolverá.Nathanlamirabasindarcréditoaloqueoía.Moviólacabezanegando.—Medaspena.NotienesniideadecómoesTracy.Oyeronlapuertadelacasacerrarsedeunportazo.Feliciafuehastalaventanay
vioqueHarrysealejabacorriendo.
Capítulo14—Tracy,dejaeso—dijosumadreviéndolaremoverlatierraconlasmanoscomo
sisuvidadependieradelofinaqueestuviese.Suhijagirólacabezaparamirarla.—¿Noquieresquetoquetusplantas?—preguntóponiendolasmanossuciassobre
lospantalones.—Noeseso,esquenoestáspreparandolamasaparahacertortitas,hija.Leestás
dandoconunasganas…—dijosumadresonriendo—.Vena tomaruncaféconmigo.Ándale.
Tracy sonrió y asintió poniéndose de pie.Madre e hija entraron en la cocina yTracy fue al fregadero a lavarse las manos mientras Jillian sacaba dos tazas delarmarioyservíaelcaféenellas.Sesentaronenlabarra,unajuntoalaotra.
—Tengoquebuscaruntrabajo—dijoTracycogiendosutaza—.Necesitoocuparmitiempoenalgoproductivo.
—¿Entoncesestásdecidida?—preguntósumadre—.¿Novasavolver?Tracynegóconlacabeza.—No,mamá,novoyavolver.LaexpresiónserenadeJilliandesconcertóasuhija.—Novoyafingirquelosiento—dijolamadreencogiéndosedehombros.Tracysuspiródejandoqueelairesaliesesuavementedesuspulmones.—ProntotupadreyMarionecesitaránayudaeneltaller—dijoJillian—.Tienena
Rita,peroestáapuntodedaraluzytienepensadodejardetrabajarcuandoelbebénazca.
—¿Trabajarparamipadre?—dijoTracypensandoenello.—Solohastaqueencuentresalgomejor.Tracy tenía la vista clavada en la tazaque sujetaba entre lasmanos.Despuésde
unossegundosmiróasumadreyseencogiódehombros.—Estábien.Terminóelcaféysepusodepie.—Voyadarunpaseo—dijo.Jillianlaviosalirdelacasaconexpresiónpreocupada.Nolehabíacontadonada,
peroestabaconvencidadequeNathanlehabíarotoelcorazón.Ibaasercomplicadoconseguirquesacaratodasaquellasemocionesenquistadas.Cogiólastazasylasllevóalfregadero.
Kate arrastró a Nathan a la pista de baile y el joven se dejó llevar con pocoentusiasmo.
—Llevasdemasiadosdíasasí—dijoellarodeándoleelcuelloconlosbrazos.—¿Asícómo?—preguntóélmirándolaalosojos.—Comosisetehubiesemuertoelperro—dijoella.Élhizoungestoquemostrabalopocoquelegustabaeseejemplo.—¿Quieresquenosvayamosdeaquí?—dijoellapegandosucuerpoalsuyo—.Se
meocurrenunascuantascosasquepodríanlevantarte…elánimo.Nathansonriósinganas.—Anda,vámonos—dijoKatetirandodeélparasalirdellocal.SubieronalacamionetayNathanlamiróantesdeponerlaenmarcha.—¿Adóndequieresir?—preguntó.—Vamos al Cerro Viejo —dijo ella y después se pasó la lengua por el labio
superiorcongestosensual—.Siemprehequeridohacerloalairelibre.—No—dijoél.—¿Porqué?—dijoellacolocandosumanoensupaquete—.Anda,yaestuvimosa
puntodehacerloallíunavez.—Tehedichoqueno—dijomuyserio.—¡Joder,Nathan!DesdequesemarchóTracyestásinsoportable.¡Supéralo,tío!Ya
séqueeraismuyamigos,perotendráquehacersuvida,¿no?—dijoponiendocaradedecepción—.Nimihermanohaestadotantocado.
Nathanpusoelcocheenmarchaysalióalacarreterasinresponder.—Noséquésetraeentremanos—dijoKatepensativa,despuésdeaguantarunos
segundosensilencio—.TehablodeRichard,nohacemásqueiryvenirdeFlorida.CreoquedesdequeTracyrompióconélhaperdidoelinterésporelrancho.
Nathanlevantóunaceja,peroKatenoviolaironíadesusojos.—Puesnoesquelehayaduradomucho—dijo.—Siesquenoséporquéseempeñóenquelocomprásemos—dijoKateponiendo
lospiesenelsalpicadero—.Yonuncalotuveclaro.Miró a Nathan para comprobar si lamiraba, pero él no apartaba la vista de la
carretera.—¿Has vistomis botas?—dijo señalándolas—.Me han costadomil doscientos
dólares.HehechoquemelastrajerandeNuevaYork.Hablécontuhermanaymedioelteléfonodeunaamigasuya…
—¿HablasteconSamy?—preguntósorprendido.—Sí, la he llamado unas cuantas veces —dijo Kate—. Tu hermana conoce a
muchísima gente en Nueva York. Es verdad que la mayoría de sus amistadesimportanteslevienendesurelaciónconDidier,pero…
—¿Cómo conseguiste el teléfono? —dijo Nathan, mirándola varias veces sindisimularsudesconcierto.
—Undíaqueestabasenladuchallamóatuteléfono…—¿Ycogistelallamada?—Eldesconciertoibaenaumento.—Visufotoenlapantallaypenséqueeraunbuenmomentoparaquemeconociera
—dijoellagirandolacaraymirandoporlaventanilla.—¿Ytediosuteléfono?—siguiópreguntando.—Bueno,en realidad locogíde tumóvil—dijoexcusándose—,pero teaseguro
quenoleimportó.Siemprequelahellamadohasidodelomássimpática.Nathanmoviólacabezatratandodeanalizartodaaquellainformación.—Nodeberíashaberlohecho,Kate—dijoenuntonomuybajo.—¿Por qué?—Ella lo miró desolada—. ¿Qué tiene de malo que hable con la
hermanademinovio?Cuandoestuvieronaquíhaceunasemanatumadrenomeinvitóacenar. ¿Crees que eso estuvo bien? Entiendo que la primera vez nome invitase, nollevábamosmuchotiempo,hacíamuchoquenoosveíais,eraalgomás íntimo.¿Peroahora?Estuvisteissolos,nisiquieraestuvoFelicia,tumadrepodríahabermeinvitado.Eraelmomentoidealparaconocernos.Estoyseguradequeellapensólomismo.
Nathannodijonada,estabatratandodefiltrarloqueestabaoyendo.—A tu madre no le gusto—dijo ella con voz quejumbrosa—. Desde el primer
momentoselohenotado,eslatípicamadredominantequenoquiereaningunamujercercadesuhijo.
—Mimadrenoesdominante—dijoNathanmolesto.—Cariño,eressuhijo,estáscompletamentemanipuladoporella—dijosonriendo
con condescendencia—, no te darías cuenta ni aunque te lo escribiese en un cartelfluorescente.
—Kate,teestáspasando—dijoélysutonodevozsonabaaadvertencia.—Estábien,mecallo.—Perosusilencioapenasduróunossegundos—.¿Oyeno
creesquea tu tía lepasaalgo?Ayerestuve tomandouncaféen sucasay lavimuydemacrada.
Nathanlamiródenuevosorprendido.—¿Estuvisteencasademitía?—preguntó.Kateasintióconunasonrisa.—Meadora—dijo—.CreoquedespuésdeloquelehizoTracynecesitaalguien
comoyocerca.—¿Alguiencomotú?—Nathannoconseguíasuperarlafasedesorpresa.—Alguienagradableyagradecido,hijo.Porquehayquevercómoharesultadoser
Tracy.Nathangirólacarahacialaventanillaparaquenoviesesuexpresióndehartazgo.—Nomeimaginabaquetuprimafuesetandesagradecida—siguiódiciendoKate
mirandolaslucesdeloscochesqueteníandelante—.FeliciameexplicótodoloquehizoporlafamiliadeJillianymequedéacuadros.NoimaginabaquelospadresdeTracyfuesenesaclasedegente.
—¿Aqué clase de gente te refieres?—dijoNathan entrando en la carretera quellevabaalranchoFlorida.
—Bueno,Jillianpodríahabersecasadoconunbuenpartido¡yeligióaunmexicanomuertodehambre!—exclamócomosinodiesecrédito—.Yoentiendoque fueseunchasco que tu padre la rechazara, pero como pataleta fue excesiva. ¿Y así es comoTracyleagradeceatutíaquelarescataradelainmundicia?
Nathanparóelcochedelantedelacasa.—Quérápidohemosllegado—dijoKateabriendolapuertadelcocheparabajar.CuandoestuvofueradelcochemiróaNathansorprendidadequenosemoviesede
suasiento.—¿Quéhaces?—preguntó.—Mevoy a casa—dijo élmaniobrandopara dar la vuelta y tomar de nuevo la
carretera.Katelovioalejarsesincomprenderquéeraloquehabíapasado.
Tracyempezóatrabajareneltallerdesupadreydespuésderevisarafondolascuentassediocuentadequeestabanperdiendodineroporlamalaadministración.Lepresentóasupadreunproyectoqueincluíareajustesimportantes,tantoenmaterialescomo en precios. Tracy había detectado que había procesos a los que se dedicabanmuchashorasycuyoprecionoibaacordeconesetiempo.Mientrasqueotrosarreglosmuchomássencillosteníanunpreciodemasiadoelevado.RobertoGuzmánsepusoenmanosdesuhijaydejóqueellareajustaradenuevotodaslaspiezas.Tracyvisitóalosproveedores y llegó a nuevos acuerdos con ellos consiguiendo buenos precios acambio de hacer pedidos más grandes o de comprometerse a tenerlos como únicossuministradores. También ofreció espacios de publicidad en el local a cambio deprecios más competitivos. Creó un Twitter para el taller, en el que sus seguidorespodíanpreguntarcosasbásicasdesuscochesya lasqueMariocontestaba todas lasnochesdespuésdecenar.
Endosmesesel tallerhabíaconseguidoeldobledebeneficioconunveinteporcientomásdeclientes.Tuvieronquecontrataraotromecánicoydedicarmáshorasdetrabajo, pero Roberto y Mario estaban muy contentos con lo que Tracy habíaconseguido.
—Es una empresaria de tomo y lomo—decía su padre mientras cenaban en lacocina—.Ademáshoymehadichounaclientaqueeltalleryanopareceundesguace.
Jillianseechóareír.—Yaosdijemuchasvecesqueloteníashechoundesastre—dijo.—Tansolocontratéunbatallóndelimpiezaycambiélaubicacióndealgunascosas
—dijoTracysonriendo.Jillianpusolamanosobreladesumaridoymiróasuhija.
—Nuncahabíavistoatupadretancontento—dijo.Tracybajólosojoscontimidez.—Esgenialqueestésaquí,hermanita—dijoMarioguiñándoleunojo—.Asíyano
tengoqueaguantarsusarrumacosyosolo.Tracy se echó a reír a carcajadas. Era cierto que sus padres eran demasiado
efusivosycostabaacostumbrarseaverlostodoeltiempohaciéndosecariños.—Voyatenerquesubirteelsueldo—dijoRoberto—.Sino,corroelriesgodeque
temarchesaotrositio.Tracy sonrió con una expresiónmuy tranquila.No tenía intención de ir a ningún
lado,porprimeravezsesentíaagustoenunlugaralquepodíallamarhogar.
Capítulo15Jilliansalióalporchetraserocondostazasdechocolateyleofrecióunaasuhija
queestabasentadaenunadelasmecedoras.—Resulta agradable tener a alguien queme acompañe—dijo sentándose junto a
ella—.Tupadrey tuhermanoestán siempredemasiado cansadospara sentarse aquíconmigoantesdeiradormir.Prefierenverlatele.
Tracybebiódesutazaycerrólosojosdeplaceralsentireldulcesaborinundandosuspapilasgustativas.
—Estádelicioso—dijomirandoasumadreconsatisfacción.Jillianasintió.—A mi padre le encantaba cómo lo preparaba —dijo bebiendo un sorbo con
cuidadodenoquemarse.Tracylamiróahoraconcuriosidad.—¿Cómo te llevabas con él?—preguntó doblandouna pierna sobre el asiento y
girándoseparaestardefrenteaella.—Muy bien —dijo Jillian, pensativa—. Yo fui su niña mimada. Me llamaba
cascabel.Decíaqueeralaalegríadelacasa,quenadiepodíaestartristeoenfadadoamilado.
—Que casualidad,mi caballo en Little Bit se llama Cascabel—dijo Tracy conañoranza.
Jilliansonrióconternura.—Nopuedeserquetediesenamiviejayegua—dijo.—¿Yegua?—Tracy negó con la cabeza y después sonrió al comprender—. ¿La
madredeCascabeleratuyegua?—¿Lepusieronelmismonombreatucaballo?Tracyasintió.—Mecontaronquelayeguamuriópocodespuésdequeelpotrillonaciera—dijo
—.Walterlaqueríamuchoylepusoelmismonombreasuhijocomohomenaje.—¡MipobreCascabel!—exclamóJilliancontristeza.Tracy no se sorprendió de que nadie le contase que era hijo de la yegua de su
madre.NadiemencionabajamásaJillian,exceptoFeliciaparacriticarla.Esperóaquesumadredijesealgomás,perosehabíaperdidoensuspensamientos.Tracyvolvióasentarse mirando hacia los campos y siguieron tomándose el chocolate en silenciodurantelossiguientesminutos.
—¿Hashabladoconalguiendeallí?—preguntóJillian.Tracylamiróydespuésnegóconlacabeza.
—Irenellamóestamañanaparasabercómoestabas—dijoJillian.—¿Lohabíahechoantes?—preguntóTracy,incómoda.Jillianasintió.—Lespedíquenomellamaran—dijoTracy—,paranohacérmelomásdifícil.—Losé—dijosumadre—.Melodijolaprimeravezquellamó,poresonotelo
habíadicho.Peroyahanpasadovariosmeses…—Sí,yaestoybien—dijoellaforzandounasonrisa.—No,noestásbien—dijosumadreestirando lamanoparaponerlaensubrazo
concariño—.Ynoloestarásmientrasnolecuentesaalguienquéesloquetepasa.Tracymiróeldulcecontenidodesutaza.—Soytumadre,Tracyytequieromuchísimo.—Suhijalamiróyenelfondode
aquellamiradatodavíapodíaverlaincredulidadrespectoasuafecto—.Séqueresultadifícildecreerviniendodealguienquedejóquesellevaranadosdesushijos…
—Noquierohablardeeso—dijoTracyponiéndosedepie.Diolospasosquelaseparabandelacolumnadepiedrayseapoyóenellamirandohacialaoscuridaddelanoche.
Jillianmovió la cabeza, consternada y se llevó la taza a los labios tratando deborrarlaamarguraquesentíaensugarganta.
Tracyapagóelordenador,cogiósubolsoysuchaquetaysaliódeldespachoqueocupabaalfondodeltaller.SupadretodavíatrasteabaenlasentrañasdeunChevroletCamaroyselimpiólasmanoscuandoescuchóelruidodesusbotas.
—Tumadremeregañarápordejarquelleguestantarde—dijosonriéndole.—¿Nosvamosjuntos?—preguntóTracy.Robertomiróelcocheydespuésasintió.—Queríaterminarlohoy,peroconunahoramásnoseríasuficienteyeselmáximo
permitido antes de tener que dormir en el sofá…—dijo guiñándole un ojo—. Loshuesosdemiespaldayanoaguantantantocomoantes.
—Asíqueporesotienelosmuellestanhundidos—dijoTracysonriendo.—Nosoloporeso—dijoRoberto.—¡Papá!—exclamóellatratandodeborrarlaimagenquesehabíaformadoensu
mente.Robertoseechóareíracarcajadas.—Vecerrandotodomientrasmelavounpocoymecambioelmono—dijoentre
risas—,noquieroensuciarelcoche.Tracy asintió y dejó sus cosas sobre una silla mientras bajaba las persianas y
conectabalaalarma.Cuandosupadreestuvolistoparasalirsedirigieronalcochequeestabaaparcadoenlapuerta.
—¿Quieresconducir?—preguntólanzándolelasllavessinesperarrespuesta.
SupadreteníaunMustangShelbydel67ynoselodejabaconduciracualquiera.Marioloteníatotalmenteprohibido.
—Pararásunacalleantesdellegaracasa—dijoRobertosentándoseenelasientodelcopiloto—.SiMarioteveahísentadatendremosunabroncaqueduraráhastalasNavidades.
Tracy sonrió sabiendoquenoestabaexagerandonada.Desdequehabíavuelto acasahabía escuchadoa suhermanopedirleque ledejase el coche tantasveces, quehabíaperdidolacuenta.
—¿Porquénoselodejas?—preguntóTracyponiendolasllavesenelcontacto.—Porqueaélyalohevistoconducir—dijoguiñándoleunojo.—Deacuerdo—dijoellayrespiróhondoantesdegirarlallave—,entoncesesto
esunexamen.—Awiwi—confirmóRobertoconunaexpresióndelassuyas.El sonido del motor los hizo enmudecer y a partir de ese momento Tracy se
concentróenlaconducción.Unacalleantesde llegara lacasaparóelvehículo talycomoRoberto lehabía
dichoquehiciese.Tracysebajódelcocheycambiódesitioconsupadrequesesentóenel lugardelconductor.Sepusoelcinturónyesperóaquesepusieradenuevoenmarchapararecorrerlosmetrosquelesfaltabanparallegar.
—Yonoestuvedeacuerdo—dijoRobertodepronto.Tracylomirósincomprenderaquéserefería.—Siemprehequeridodecírtelo—dijosinapartarlamiradadelacalle—,metuve
quemorderlalenguamuchasvecesparanohacerlo.Tracy tardó un poco en comprender de qué le hablaba su padre. El corazón le
temblóenlepechoaldarsecuenta.CuandoRobertolamiróteníalosojoshúmedosyapretabaloslabiosconteniendoelríodepalabrasquepugnabanporsalirdesuboca.
—Tuvequebebermemuchasbotellaspara tragarmeelhechodequecomopadreeraunfracasado—dijo—,uninútilquenofuecapazdesacaradelanteasufamilia.
Sorbióporlanarizconteniendolasemocionesensupuñoapretado,mientrasTracynoeracapaznidemoverse.
—Puedesodiarmeporello,perojamás,jamás…—repitiómirándolaalosojos—,estuvedeacuerdoen…
—Losé—dijoellanegandoconlacabeza—.Nohacefaltaquelodigas,losé.Los ojos de Tracy también se llenaron de lágrimas, pero ella no tuvo éxito
conteniéndolas.—Tu madre ha sufrido mucho por mi causa—dijo Roberto—. Nunca se lo he
confesado a nadie, pero cuando su padre la echó de casa estuve a punto deabandonarla.
Tracylomiróespantada.—Hubiesesidohorribleparaella—dijo.
—¿Máshorriblequeloquevivióamilado?—preguntóélnegandoconlacabeza—. Aquello fue un acto egoísta, debí abandonarla. Ella hubiese tenido la vida quemerecíaynolaqueyoledi.
Suhijacogiósumanoenungestocompletamentenuevoparaambos.—Te ama profundamente —dijo con la voz entrecortada—, si la hubieses
abandonadolehubiesesdestrozadolavida.—¿Deverdadcreeseso?—dijoRobertoyasinpodercontenerlaslágrimas.Tracyasintióllorandotambién.—Loúnicoqueimportaesqueestéisjuntos—dijo.Padre e hija se abrazaron intercambiando consuelo. Después de un tiempo
indeterminadosesepararonyRobertoselimpiólaslágrimas.—Menudopardeidiotas—dijo.Tracyseechóareírysacóunpaquetedepañuelosdelbolso.
Capítulo16—No hay manera de que te quites el acento tejano —decía Clara riéndose a
carcajadas.—Da gracias que todavía sabe hablar español —dijo Mario uniéndose a su
hermana.—Noteenfades,hermanita—dijoBerto—,sondostarados.Estabantodossentadosalamesacomocadadomingo.Aquellacomidaerasagrada
para la familiaGuzmán-Bellgard. Desde que Tracy vivía con sus padres ni un solodomingo había faltado ninguno de sus hermanos, y tampoco su tío Pablo, el únicohermanodesupadre,siempredelamanodesumujer,Remedios.
—Estudiéespañolenlaescuelayenelinstituto—dijoTracy,alaquenosolonomolestabanlaspullasdesushermanos,sinoquelahacíansentirsemásunidaaellos—.Sinoshicieranunexamenveríamosquiénsacaríamejoresnotas.
—Pues yo sé de uno que debería perfeccionar su inglés—dijoClaramirando aBerto.
—Esverdad, ¿quéhayde aquello quenos contaste,Berto?—preguntó sumadreponiendolabandejadecorderoenmediodelamesa.
—¿Aún no se lo has contado amamá?—dijoClara dándole una palmada en elbrazo.
—No he tenido tiempo—dijo él riéndose—. En dos semanas me traslado a lasucursaldeSanFrancisco.
Sumadrelomiróconlabocaabierta.—Llevaréelproyectodelosnuevosmodelos—dijoydespuéschocólamanode
Mario.—Bienhecho,hermano—dijoelpequeño.—¡Oh,quéorgullosaestoy!—Jillianfuehastasuhijoyloabrazó—.Felicidades,
hijo,séqueeraloquequerías.—Felicidades—dijoTracyconunaenormesonrisa.—Trabajo con impresoras, no hago operaciones a corazón abierto—dijo Berto
sonriendo.—¿YtúTracy,quévasahacer?—preguntóeltíoPablo.Sehizoelsilencioenlamesa,todosdejarondecomerymiraronaPablocomosi
hubieseinvocadoaldemonio.—Aúnnolosé—dijoTracy.—Nosotrostenecesitamos—dijoMario—,eltallerhacambiadomuchodesdeque
estástú.
—Ytenemosmuchosmásclientes…—Nohacefaltaquememiméis—dijoTracysonriéndolesalosdos—,séqueno
vaisaecharmedemomento.Cortóunpedazodecorderoyselollevóalabocaantelaatentamiradadetodos.—Dejaddemirarmeasí—dijo,incómoda—.Novoyaromperme.—Hija—sumadrepusounamanoencimadelasuyaylamiróalosojos—,estaes
tucasaynoqueremosquetemarchesnuncamás.Tracydevolvióelgestodecariñoasumadre.—Losé,mamá.—¿Y tú Clara, qué tal por el hospital? —preguntó Pablo para aligerar la
emotividaddelambiente.TodalaatenciónrecayóahorasobrelaotrasobrinayTracypudorespirartranquila
denuevo.Observóasuhermanaysintióunaexplosióndeorgulloenelpecho.Todavíarecordabalounidasqueestabancuandoeranniñasycómomuchasnochessedormíanhablandohastamuytardedeloqueharíancuandofuesenmayores.Clarasiempresupoque seríamédico. ¿Y ella? ¿Qué quería ser ella? Pormás que pensó en ello no fuecapazderecordarlo.
—¿Estásmejor?—ClarayTracyhabíansalidoadarunavueltaporelpueblolasdossolascomosolíanhacertodoslosdomingodespuésdecomer.
Tracyasintióymiróasuhermanaconunasonrisaparaqueviesequenolementía.—¿Notehallamado?—preguntóClara.Tracynegóconlacabeza.—Lepedíquenolohiciese—dijo.—Quéobedientees—respondióClaramirandoparaotrolado.—Clara—la llamó su hermana para que lamirase—, no quiero que tengas una
opinión equivocada de Nathan. Es la mejor persona del mundo y siempre se portóconmigocomoun…amigo.
—Tienesquehaceralgo—dijoClaraparándoseenmediodelacalle.—Nohaynadaqueyopueda…—NohablodeNathan—dijoClara—.Hablode ti,de tuvida.Tienesquehacer
algocontuvida,notepuedesquedarencasaconmamáypapáparasiempre.—¿Tehandichoellosalgo?—preguntóTracy,preocupada.—¡No!¿Quévanadecir?—dijoClara—.¡Perosiestánencantadosconqueestés
aquí!Esquemientrasestábamoscomiendo,cuandomepreguntaronpormitrabajoenelhospital,meacordédenuestrascharlascuandoéramospequeñas.
Tracymostróunaexpresiónsorprendida.—Amímehapasadolomismo—dijo.—Claro,tútambiénestabasallí—dijosuhermanaguiñándoleunojo—.Entonces
hablábamosdeloqueharíamoscuandofuésemosmayoresyyoteníalafantasíadeque
sería unamédico capaz de curar cualquier enfermedad, pormuy rara que fuese, ¿teacuerdas?
Tracyasintió.—Decíasqueseríascapazdeinventarlasmedicinasnecesariasparaello,asíque
deberíasserquímicatambién—sonrió—.¿Túrecuerdasloquequeríaseryo?Pormásquehepensadoenellonoconsigorecordarlo.
Clarasonrió.—¿Cómovoyarecordarlo?Cadadíaqueríasseralgodistinto.Unasvecesdecías
que serías actriz, otras fotógrafa y aúnme acuerdo cuando decidiste que ibas a serescritorayempezasteallevarundiario.—Seechóareíralrecordarlo—.Decíasquecuandofuesesfamosatodoelmundoquerríasabercómohabíasidotuinfancia.
Tracy buscó en sus recuerdos aquella imagen y no tardó mucho en encontrarla.Todosaquellossueñosinfantilesaparecieroncomofotografíasencascada.
—¡Es cierto!—empezó a reír también—.Unavez le dije a papá que quería sermineroyqueencontraríapiedraspreciosasporlasquenosdaríanunafortuna.
Claraasintió.—YcuandosequemólacasadetuamigaLitaqueríasserbombero.—Claramovió
lacabezamirandoconternuraasuhermanaydespuéslacogiódelacintura—.Yanopuedesseguirsiendoaquellaniña,Tracy,tienesqueencontrarunlugarparati.
Tracy cruzó el brazo por encima del de su hermana y siguieron el paseo asíabrazadas.
—Duranteañoshassidolamarionetadeesafamilia—dijoClara—.Cuandomamámedijoquevolvíasllorédealegría.
Lasdoshermanassepararondenuevoenmediodelacalle.—No sabes lo muchísimo que te eché de menos —dijo Clara mirándola con
sinceroafecto—.Llorécadanochedespuésdequetefuiste.Lacasasevolvióoscuraylúgubreytúsabesqueyonuncaveíalamugrequenosrodeaba.
Tracyasintióysusojossellenarondelágrimas.—Yotambiénllorémucho,Clara.—Lo sé. Todas las noches, cuandome iba a la cama, te imaginaba en un lugar
desconocido, con aquellamujer horrible que vino a llevaros. Sabía que te sentiríassolaytristeyaunquemamánosrepetíaqueencasadeFelicianotefaltaríadenadayosabía que eso no era cierto, porque allí no tendrías una hermana que te quisieratantísimocomotequeríayo.
Tracyseabrazóaellayrompióallorar.Claralaconsolóconternuraaguantándosesuspropiaslágrimas.
—Alprincipionoentendíaporquéno llamabas,porquénopodíamoshablar—dijoClaraconlavozronca—.Tuvequehacermemayorparacomprenderloduroquefuetodoaquelloparati.
—Si hubiese hablado con vosotros me habría muerto —dijo Tracy con la voz
entrecortada—.YsiNathannomehubieseayudado…—Está bien, prometo no odiarlo también a él —dijo Clara—, pero solo hay
salvoconductoparauno.—Samytampocoesmalapersona—dijoTracylimpiándoselaslágrimas.—¿Estásdebroma?¿Laestiradarepipi?—Hacambiado,yanoesasí.—Aúnrecuerdolaprimeravezquemehablastedeella,eralaprimeravezquenos
veíamosdespuésdetumarcha—dijoClara—.Casininosmirábamos,¿teacuerdas?Tracyasintió.—Ya teníamos una casa bonita y todos estudiábamos como niños aplicados—
siguióClara.—Alprincipiomeparecióquememirabasconrencor—dijoTracy.Claraasintió.—Creíaqueyanonosquerías.Peroencuantoempezasteacontarcómoeratuvida,
comprendí la verdad de todo lo que había pasado. Estaba a punto de cumplir doceaños,yanoeraunacríaestúpidacomocuandotemarchaste.
—Meenseñastequeteníasunahabitaciónparatisola—dijoTracyrecordando—,conunabonitacamaconcajonesdebajoparaguardartuslibros.Cuandovolvíalañosiguiente,habíasquitadoloscajonesyhabíashechoquepusieranensulugarunacamaparamí.
Claraasintió,ahoraeraellalaquelloraba.—Aquel gesto —dijo Tracy moviendo la cabeza sin encontrar las palabras—,
nuncapodréexplicarteloquesignificóparamí.Cuandomesentíasola,cuandoteníalaimpresióndequenopertenecíaaningunaparte,pensabaenesacamadebajodelatuyaymedecía:síhayunlugarparamí.
Claraasintióyselimpiólaslágrimasaltiempoquesereía.—Menudoespectáculoestamosdandoalosvecinos—dijo—.Túnolosves,pero
estántodosmirandodetrásdelosvisillos.Tracymiróasualrededor,hacialascasasytuvolasensacióndequesuhermana
teníarazón.—Anda,vamosparacasa,porhoyyaestábiendellorar—dijoClaracogiéndola
delbrazo.—Porcierto,¿quéhasidodeLita?—preguntóTracy.
Capítulo17—¡Tracy!—La voz de Roberto atronó por encima de la música que escuchaba
Marioeneltaller.Tracysaliódeldespachoyrecorrióeltallerhastaverasupadrequeestabaenla
camilladebajodeunodeloscochesyhablabaconunclientequeestabadeespaldas.—¿Nathan?—dijoTracy.Nathansevolvióyunaenormesonrisasedibujóensurostroalverla.—¡Tracy!—Sinpensárselolaabrazólevantándoladelsueloydándoledosvueltas.—¿Quéhacestúaquí?—preguntóellariendocuandoconsiguióponerlospiesenel
suelo.—Hevenidoabuscarte—dijoponiéndoseserio.Tracyfruncióelceño,Robertosedeslizóconlacamillaparasalirdedebajodel
cocheysepusodepiecongranagilidad.—¿Abuscarlaparaqué?—preguntóelhombre.—SoyNathanHarbord—dijotendiéndolelamano,peroRobertolemostróquela
teníallenadegrasayeljovenasintiócomprensivo—.LatíaFeliciaestáenfermaymehapedidoquevinieseabuscaraTracy.
—¿Enferma?—preguntóellapreocupada.Nathanlamirómuyserioyasintió.—Haceunmesqueledetectaronuncáncerdemamamuyagresivo—dijo.Tracysellevólamanoalabocaparaahogarunaexclamación.—El tratamiento es muy fuerte y la deja muy débil. Te necesita, Tracy —dijo
Nathan.—¿Que la necesita? —Roberto se limpiaba las manos en un trapo y no pudo
quedarsecallado—.Túmbateelrollo…—Papá—lecortóTracyparaquenosiguieradespotricandoenespañol—.Déjame
hablarconNathanasolas,porfavor.Robertoapretóloslabiosaguantándoselasganas.—Ven,iremosaldespacho—dijoTracy.Nathan le hizo un gesto de disculpa a Roberto y la siguió. Cuando entró en el
despacho,Tracycerrólapuertatrasél.—¿Deverdadestangrave?—preguntósentándoseenelbordedelamesa.Nathanasintió.—Losmédicosdicenquenohaygarantíasdequelosupere.Lehanextirpadouna
partedelamama,todoloqueestabaafectado,peroeraterriblementeagresivoyrápido—explicó—.Tracy,despuésdeloquetehizoentenderíaquenoquierasvenir,perono
podíanegarme.Tracysemordióellabioaltiempoquenegabaconlacabeza.—No,no,hashechobien—dijo—.Tendréquesolucionaralgunascosasybuscara
alguienque…—¿Vendrás?—Nathannodisimulósualegría.Tracyasintióydespuésmirólospapelesqueteníasobrelamesa.—Un tiempo —dijo pensativa—. Buscaré a alguien, pero la mayor parte del
trabajopuedohacerlautilizandointernet.—Volvióamirarlo—.Iréaayudar,peronotrabajaréparatupadre.
Nathanasintióconlacabeza.—Porsupuesto—dijo.—Imaginoqueyatieneaalguien…Nathanasintió.—Peronolegusta—dijo.—Imagino que a ese alguien tampoco le gusta él—dijo ella sin preocuparse—.
Estábien,damedosdías.—Esperaré—dijoél—,hecogidohabitaciónenunhotel.Ellafruncióelceño.—Noesnecesarioquetequedes,yoiréencuanto…—Hevenidoconduciendo,pensabaquevolveríamosjuntos.—¿Encoche?¡Sonmásdeochocientoskilómetros!—exclamóella.—Asítendremostiempodehablar—dijoél.Tracypensóduranteunossegundos.—Entoncestequedarásencasa—dijo—.Ahorahayhabitacionesdesobra.Nathansonrióyseñalóhacialapuerta.—No creo que a tu padre le guste mucho la idea, parecía bastante enfadado
conmigo.—Mipadreesmexicano, siemprepareceestar enfadado,es suestadonatural—
dijoTracysonriendo.Nathanasintió.—Teveo…distinta—dijo—.¿Cómoestás?—Bien,estoybien—dijoella,sinapartarlamiradadesusojos.Lepareciósorprendentesentirseasíalvolveraverle,pensabaqueeldíaqueeso
sucedieseseencogeríacomounapasa.Sinembargo,allíestaba,firmeyresueltacomosi nada hubiese cambiado, pero sintiéndose completamente diferente. Incluso podíamirarloalosojosysonreír.
—Teheechadomuchodemenos,Tracy—dijoél.—Yotambiéna ti—respondióella—.Vamos, iremosa tuhotelparaquerecojas
tuscosas.Tequedarásencasa.CogiósubolsoysaliódeldespachoseguidaporundesconcertadoNathan.
—Encantadodeconocerla,señoraGuzmán—dijoNathandándolelamano.—Tracynoshahabladomuybiendeti,asíqueconsidérateentucasa—dijoJillian
con una sincera sonrisa—.Te instalarás en la habitación deBerto. Supongo que lasfloresenlapareddeladeClaranoseríandetuagrado.
—Noquisieraserunamolestiaparausted,señoraGuzmán—dijoél,agradecido.—LlámameJillian—dijolamadredeTracy—,somoscasifamilia.—Tíaysobrino—dijoél.—Tíaysobrinopolíticos—aclaróella—,peropodemosdejarloentíaysobrinosi
loprefieres.Nathanasintióconunaenormesonrisa.—Teparecesatupadre—dijoJillianponiéndosenostálgica.—Melohandichomuchasveces—dijoNathan.Jillianasintiópensativa.—Éramosbuenosamigos,Walteryyo—siguió.Nathanfruncióelceñoevidenciandoquenolosabía.—¿Nuncatehahabladodemí?—preguntósonriendo—.Puesyofuilaqueledio
suprimerbeso.Nathannoparecíasorprendido.—Teníamossieteaños—aclaróJillianriéndose.—Laverdadesquemipadrenohablademasiado—dijoNathanexcusándose.—Mamá,no le tomeselpelo,anda.—Tracy locogiódelbrazoy loarrastródel
salón—.Ven,tellevaréatuhabitaciónparaquedejestuscosas.LahabitacióndeBertoseguíateniendotodoloquesuhermanonosellevócuando
se fueaestudiar aHouston.Nathanmiró lasparedesconpostersdeACDCyBruceSpringteen.
—Es un loco de la música—dijo Tracy—. Esa acústica de ahí fue su primeraguitarra,perodespuésvinieroncuatromás.
NathanseacercóalaviejaFender,quedescansabasobreunapeanaenunrincón.—¿Puedo?—preguntóantesdecogerla.Tracyasintióysesentóenlacamaobservandotodossusmovimientos.Eljovense
sentóenunbancoquehabíabajolaventanayrasgóunpocosobrelascuerdas.—¿Novasacumplirconlatradición?—preguntóella.—¿Dequéhablas?—preguntóéllevantandolavistadelaguitarra.—EnelranchodelosHarbordhayquellorarcuandoteinstalasporprimeravezen
unadesushabitaciones—dijoTracysonriendo—.EnlacasadelosGuzmántenemosotramejor.
—¿Ah,sí?¿Ycuálesesatradición?—preguntódejandolaguitarraensusitio.—Pues hay que llevar a cenar al mejor restaurante de la zona a la hija que se
encuentre en la casa en esemomento—dijo ella haciendoun gesto divertido con lanariz—.Yparecequesoylaúnicahijadisponible.
Nathansonrió.—Puesvoya tenerquecumplir la tradición,noquisieraquesemeaparecieseel
fantasmadelosancestrosGuzmáncuandoestédurmiendo—dijoacercándoseaellaybajandolavoz—.Tengoentendidoquesonunosancestrosmuyquisquillosos.
—Nolosabestúbien—dijoTracyponiéndosedepieyaguantándoselarisa.—Siseparecenunpocoasusdescendientesfemeninas,mehagounaidea.
—Harry me dijo que habláis todos los días—dijo Nathan cuando el camareroacabódetomarlesnota—.Creíquelasnormaserannadadecontacto.
—Élnocuenta—dijoTracyencogiéndoseligeramentedehombros—.Esunniño,noentenderíaloquepasa.
—Entiendemásdeloquecrees—dijoNathan.Tracylomirósincomprender.—¿Notehadichoquesevinoamicasacuandotemarchaste?—preguntó.TracyabriómucholosojosacausadelasorpresayNathanasintió.—Metemoquefueculpamía—dijoNathan—.Cuandoregresédelaeropuertofui
averatíaFeliciayledijealgunascosas…—¿Algunascosas?¿Quéledijiste?—preguntóTracy.—Básicamente,queeraunapersonahorribleyquenomerecíatodoloquehabías
hechoporella—dijoél.Tracylomiróhorrorizada.—¿Porquéhicisteeso?—Estabafurioso—reconoció.—¿YHarryteescuchó?—preguntóellateniendounaclaravisióndelosucedido.—Sí.Sepresentóenmicasayledijoamimadrequenoqueríavolver.Cuandotía
Feliciafueabuscarleledijoqueellanoerasumadre,peroquetúsíerassuhermanayquenosemoveríadeallíhastaquevolviesesabuscarlo.
Tracysetapólabocaangustiada.Aquellaeraunadelascosasquehabíaqueridoevitar.
—¡Nomehadichonada!—exclamó—.Hemosestadohablandoadiarioynomehadichounapalabra.
—Estuvo quince días en nuestra casa, después mi madre lo convenció de quevolviese—siguió contandoNathan—. Tía Felicia ya no se encontraba bien, apenassalíaynohablabaconnadie.
—Nodebistedecirnada—dijoellamoviendolacabeza.—Cuandolediagnosticaronlaenfermedadmesentífatal.—Loimagino—dijoella.
Elcamarerollegabaconsusplatosydejaronuninstantelaconversación.Cuandocadaunotuvoloquehabíapedidodelantedeél,Nathansirvióelvinoenlascopasybebióuntrago,teníalagargantaseca.
—¿Deverdadestangrave?—preguntóTracypreocupada.—Sí,esuncáncermuyagresivo—dijoNathan.Tracybajólavistaasuplato,derepentenoteníanadadehambre.—Vamosahacerunacosa—dijoNathandespuésdeobservarlaunossegundos—.
Hace muchísimo que no nos vemos, ya tendremos tiempo de hablar de todas estascosas.Ahorafinjamosquetodovuelveasercomoantes.
Tracylomirócontristeza.—NuncahabíaestadoenSaltillo—dijoNathan—,tienesqueenseñármelotodo.—¿Todo?Nosésitendremostiempo—dijoTracyconunapequeñasonrisa.Nathanlamiróconunacálidasensaciónenelpecho.—Megustaesto.—¿Aquéterefieres?¿Alrestaurante?—dijoTracymirandoasualrededor.—Aestarjuntosotravez.Tracyapoyólabarbillaensupuñomirandohaciaellado,comosolíahacercuando
seponíanerviosa.—Estoyaquí—dijoélysonriócuandoellalomiró—.¿Cómoesesodetrabajaren
eltallerdetupadre?Tracyasintió.—TuvequerechazarunaofertaparadirigirMexichem—dijoirónica,refiriéndose
aunadelasempresasmexicanasmásimportantes—,perolafamiliaeslafamilia.—¿Noechasdemenosel rancho?¿ACascabel?—preguntóélydespuésatacóa
unaquesadillaqueloestaballamandoagritos.Tracyasintió.—Sí—dijo,sinmás—.¿Cómovatodoporallí?—Comosiempre—dijoélintentandoenfriarconlamanolacomidaquesehabía
metidoalaboca.—¿Y el Florida?—preguntó Tracy con disimulo para no mencionar a nadie en
concreto.Nathan negó con la cabeza, se limpió las manos y la boca con su servilleta y
despuésbebiódesucopa.—Sehanmarchado—dijo.—¿Qué?—Tracyfruncióelceñosinsaberdequélehablaba.—LosWilcoxsehanido—dijoNathan.—¿KateyRichard?¿AesosWilcoxterefieres?—preguntósindarcréditoaloque
oía.—Sí, a esos. Todos los demásWilcox que conozco siguen sin irse—dijo con
sorna.
—¿Peroquéhapasado?—preguntóellaignorandolapulla.Nathanseencogiódehombros.—No lo sé —dijo—. Hace un mes vinieron a Little Bit y nos dijeron que se
marchaban.—Vamosaver,¿cómoquefueronyosdijeron?¿Katenohablócontigoantes?—Kateyyolodejamoshacetiempo—explicóNathan—.Noeralapersonaqueyo
creíaymeparecequeyotampocoeraloqueellaesperaba.—¿Yquéesperaba?—preguntóTracy.—Noestoymuyseguro.—¿Ysehanidoasí,sinmás?—Bueno,sinmás,sinmás…no.QueríanquetíaFelicialesrecompraraelrancho
—explicóNathan,yseapartóparaqueelcamareropudiesellevarsesuplato.—Todoestoesmuyextraño…Nathan esperó a que el camarero dejase los segundos platos antes de seguir
hablando—ElabueloWilcoxmuriódejándolestodasufortuna.¿Paraquéqueríanunrancho
quesoloibaadarlestrabajo?IntentaronqueFelicialocompraradenuevo,peroenesemomentoellayaestabaenfrascadaenlaspruebasmédicasyloquemenosnecesitabaera preocuparse por los negocios. Kate y Richard hablaron con mis padres, perotampocoasí lograronnada.Al finalsemarcharonyesperanaqueRosalind, lade lainmobiliariadeHarbordville,encuentrealgúncompradorinteresado.
—¿Tupadretampocoloquiere?—seextrañóTracy.—Sí,síqueloquiere,perolosWilcoxesperanrecuperartodoloquehaninvertido
ymipadrenoestádispuestoapagarmásdeloqueellospagaron.—Entiendo.TracytratódeborrardesumentelaúltimavezquevioaRichardWilcox,sinéxito.—¿Quépasa?—preguntóNathandeteniendoelviajedeltenedorasuboca.—Nada—dijoella.—Esacaranoesdenada—insistióél.—PensabaenlodesagradablequefueromperconRichard.—Nuncaesagradable—dijoNathan—,Katemedijodetodo.Noimaginabaque
tuviesetantovocabulario.Tracyserioacarcajadas.—PuesRichardmedijoqueKateyalohabíaprevenidoenmicontrayalparecer
lainformaciónquenecesitabaselaproporcionastetú—dijoellasindejardesonreír.Nathanfruncióelceño.—¿Yo?NocreoquelecontaseaKatenadaquepudieseutilizarentucontra.—No,estoyseguradequeno—dijoella.
Capítulo18La cena terminó y salieron del restaurante. Dieron un paseo por el centro y
hablarondeHarryydelrancho.Tracynoparódepreguntarhastaquetodaslasdudas,que había ido acumulando desde que se fue, fueron despejadas. Ella le contó cómohabíarenovadoeltallerdesupadreylobienquelesibanlascosas.Hablósinparardesushermanos,delascomidasdelosdomingosenlasquetodalafamiliasereuníayNathanlaviobrillarcomounadelasestrellasqueplagabanelcielodeSaltillo.
—¿Te acuerdas demi primer día de colegio?—le dijoTracy girando la cabezaparamirarlo.
Estaban sentados en un banco de la plaza de armas, frente a la Catedral deSantiago.
—Claro que me acuerdo —dijo Nathan muy serio—, estabas tan nerviosa quederramastelalechesobretuvestido.
Tracyasintió.—YFeliciameobligóairconelvestidomanchado—dijoconunasonrisa—.Pero
cuandosalídelacasaestabasesperándomeparaacompañarmeymehicistevolveraentrarparacambiarme.
Nathanasintió.—Tehabríanmachacado—sejustificó.Tracyasintióysepusolasmanosdebajodelosmuslossentándosesobreellas.—Cuandovolví,yaconotraropa,medijisteunacosaquenoheolvidado—dijo
ellamirándolo conunprofundo sentimiento en los ojos—.A cualquiera se le puedecaer un vaso de leche, pero solo tú puedes decidir quedarte con la mancha en elvestido.
Nathansonrió.—¿Esodije?Verdaderamenteeraunniñomuyraro—dijo.Tracyseguíaconaquellaintensamirada.—Aquella frase me ha perseguido todos estos años—dijo y respirando hondo
volvió la vista hacia la catedral—.Durantemucho tiempome sentí como si llevasetatuadaaquellamancha.
—Mealegraverquehasdecididoborrarla—dijoélmirándolaconintensidad.Tracy asintió y volvió a mirar hacia la catedral en silencio. Nathan observó el
dibujoperfectodesuperfil.Lasuavecurvadelafrente,lapequeñanarizquesemovíacuandohablaba,losgenerososlabiosbiendibujadosylapequeñabarbillaacordeconelrestodelrostro.Recordóalaniñaquelomirabaconsusenormesojosmientrasélledecíaquevolvieseacambiarsedevestido.
Cuando volvieron a casa entraron con todo el sigilo que fueron capaces demantener,peroesciertoquecuandotodoestáensilencio,lossonidosseamplifican.
—Shsssss—dijoellaconundedocruzandosuslabiosyaguantándoselarisa.—A ver si te piensas que me he dado ese porrazo por gusto —susurró él
acariciándoselarodilla.Tracyse tapaba labocaparaquesu risanohiciese ruido.Loacompañóhasta la
habitacióndeBertoysequedóenlapuerta.—Queduermasbien—susurró—,mihabitaciónesladeallado.NathanasintióyTracycerrósupuerta.Cuandoestuvoensuhabitaciónsetumbóen
la cama vestida y colocó las manos bajo la cabeza. Sentía la mente efervescente,repletadeideas,imágenesyrecuerdos.
—¿Ycómovaafuncionareltallersinti?—Robertonopodíadisimularsuenfado.Estaban los cinco sentados frente a la mesa del desayuno y Tracy acababa de
explicarlesquepensabavolverconNathan.—Papá, seguiréhaciendomi trabajocomosiempre.Noesnecesarioque lohaga
desdeeltaller,puedohacerlodesdeelrancho—dijoTracy.—¿Desde el rancho? ¿EnTexas? ¿Yquéhago si necesito pedirte algo? ¿O si un
cliente quiere hablar contigo? ¿Le digo que se vaya a Texas? ¡Total, solo sonochocientoskilómetros!—Robertohizoademándelevantarsedelamesa,peroJillianlecogiólamano.
—Papá—intervinoMario—,nosevaporgusto.—Deja que tu hija se explique antes de soltar a los leones —dijo su mujer
mirándoloconserenidad.—Enviaré un correo a todos nuestros proveedores y clientes explicándoles la
nueva situación —dijo Tracy mirando a su padre con ansiedad. No queríadecepcionarlo—. Les daré mi teléfono particular para que me llamen cuando lonecesiten. Todos me conocen, no habrá ningún problema, ya verás. Es como sitrasladásemoslasoficinas,peroyoseguiréestandodisponibleparaloquehagafalta,sitengoquevenir,loharésiemprequeseanecesario.Papá,nopuedoignorarloquetíaFeliciahizopornuestrafamilia.
Roberto la miró y no pudo disimular el daño que aquella última frase le habíacausado,porquelequitabatodoelderechoaprotestar.
—Novoyaquedarmeallí—dijoTracymuyseria—,encuantotodosesolucione,volveré.Nopiensotrabajarparaelrancho,trabajaréparati.
Su padre asintió, pero Tracy se sentía fatal. Se levantó y rodeó la mesa paraabrazarlo.Robertocerrólosojosmientrasnegabaimperceptiblementeconlacabezaysuhijalobesóenlamejilla.
—Noquieroqueteenfades,niquepiensesquetevoyadejartirado—susurróen
suoído—.Tequiero,papá.
—Mesientofatalporloqueheprovocado—dijoNathancuandoestuvieronsolos.Habíansalidoaljardínalejándoselomásposibledelacasa.—Ahoratengoqueiral tallerydejarlotodoorganizado—dijoTracy—.Enviaré
esemailmasivoyacabaréderevisaralgunasfacturas.Tambiéntengoquepasarmeporel banco. ¿Tú qué vas a hacer? Siento tener que dejarte, pero si vienes al tallermipadreacabarápordarteconalgunadesusherramientasenlacabeza.
—Mejormequedocontumadre—dijoNathansonriendo.Tracyasintióylediounbesoenlamejilla.—Esunacostumbre—dijo—,losGuzmánnosemarchanjamássinunbeso.Nathanlaviovolveralacasaysequedóenmediodelasplantasdealoe,conlas
manosenlosbolsillos.
—CuéntamecosasdeTracy—dijoJillian.Nathanyellaestabansentadosensendasmecedorasdisfrutandodeunatazadeté.
Jillianhabíaterminadodehacerlastareasdelacasayteníatiempoantesdeponerseaprepararlacomida,asíquelepropusoaNathansaliralporchetraseroparacharlarunrato.
—CuandollegóaLittleBitparecíaungatoasustado—dijoNathanrecordando—.Recuerdoquepenséquesino fueseporque llevabaaquelniñoen losbrazos,habríahuidocorriendoyhabríavueltoaMéxico.
—Debíaestartanasustada…—dijoJillianconunnudoenlagarganta.Nathanasintió.—Sí,estabamuyasustada.Peroprontosupohacerseasunuevasituación—dijo.—Túlaayudastemucho—dijoJillian.—Eslapersonamásincreíblequehayaconocido—dijoélmirandohaciaeljardín,
pensativo—.Laprimeravezqueviouncaballocasi semueredel susto.Peroaldíasiguienteyaestabatratandodesubirseenuno.Nuncatienepereza,niseponeexcusas.Siempre fue la persona más generosa y paciente que yo haya conocido. Y la másdivertida…
EstáclaroqueNathansienteunprofundoaprecioporTracy,pensóJillian.—¿Porquécreesquenohaidoalauniversidad?—preguntó.Nathanlamiróysusojosnopudieronesconderlomuchoquelemolestabaaquella
pregunta.Eljovenmoviólacabezayapretóloslabios.—Esmuycabezota—dijoalfin.—Nomemalinterpretes—dijoJillian—.Nosoydeesaspersonasquepiensanque
paraseralguienenlavidanecesitasuntítulouniversitario.Peronuncahasidocapazde darme una razón válida.Mario no ha ido, pero él tenía claro que no era ese el
caminoquedeseabaseguir.Legustanloscoches,sonsupasiónyleencantaeltrabajoeneltaller,peroTracy.Tracynuncadicemásquevaguedadescuandolepregunto.
—Cuando hablábamos de ir a la universidad siempre dábamos por sentado queiríamoslosdos—dijoNathan—,perocuandollegóelmomento,simplementedejóquepasara.
—¿Fue por dinero? —preguntó Jillian—. Porque yo le dije muchas veces quepodíamoscostearlanosotros.
—Nocreoqueellaquisiese esedinero—dijoNathan sinpensar.Cuandovio laexpresióndeJilliansediocuentadeloquehabíadicho—.Nopretendíamolestarte…
—Notepreocupes—lecortóJillian—.Creoquetienesrazónynopiensesquenoloentiendo.Sifueseella,tampocoloquerría.
—TíaFelicianuncaseofrecióapagarla—siguiócontandoNathan—,estoysegurodequenoqueríaprescindirdeTracytantotiempo.
—No sé cuándo mi hermana se volvió tan cabrona —dijo Jillian sin podercontenerse.
Nathanseaguantólasganasdecontestaraeso.—Antesnoeraasí—dijoJilliandespuésdebebervariossorbosdesuardienteté
—.Cuandoéramosniñasestábamosmuyunidas,¿sabes?NathanlamiróconincredulidadyJillianasintiósonriendo.—Ycontumadretambién—dijo—.Feliciayellaeranlasmejoresamigas.—Ymipadreytú—dijoélrecordandoloquelehabíadichocuandollegó.Jillianasintió.—Sí,loscuatroformábamosunbuengrupo—dijopensativa.—PuesahoramipadreesungruñónhurañoytíaFeliciaes…Bueno,mejornodigo
loquees—dijoconungestodedesprecio.Jillian sonrió mientras observaba el rostro de su sobrino. Se parecía mucho al
Walterqueellarecordaba,alquetantoquiso.
—Amímadretelahasmetidoalbolsillo—dijoTracycerrandounmomentolosojos.
Aúneradenoche,teníanbastanteshorasdecaminohastaelranchoyqueríanllegaracomer.
—Esencantadora—dijoél,atentoa lacarretera—.Contupadrenohetenidolamismasuerte.
—Noerasavedebuenagüero—dijoTracy.—Cierto—reconocióél.—Esungran tipo—dijoTracygirandolacabezaparamirarlo—.Nomeextraña
quemimadreseenamorasedeél.—Estabaequivocado—dijoNathandespuésdeunratodesilencio.
Tracylomiródesconcertada.—¿Enqué,concretamente?—preguntó.—Estáclaroquevaliólapena—dijosinmirarla—.Tuspadressequierenapesar
delosañosquehanpasado,sequierendeverdad.Nuncahevistoesacomplicidadenlosmíosycreoqueyaséporqué.
Tracysiguiómirándolesinsaberadóndellevabaesediscurso.—Creoquemipadreestabaenamoradode tumadre—dijoal fin—,quesecasó
conmimadrequeriendoalatuya.Tracynegóconlacabeza.—Nopuedesdecireso.Esalgodemasiadopersonalcomoparapoderopinarsobre
ello.Nopuedessabercómoocuántoquierealguienaotrapersona.Ynoesjustoparaellos que hagas eso—dijo Tracy girando la cabeza hacia la ventanilla para que nopudieseverlelacara—,noesjustoparanadie.
Nathansintióqueleapretabaelcorazónycerrólaboca.
Capítulo19Cuando llevabandoshorasde caminopararonpara tomar el caféque Jillian les
había preparado. Se salieron de la carretera principal y aparcaron en un caminoparticularquellevabaaunahacienda,nocreíanqueaesashoraspudiesenmolestaranadie. Tracy bajó del coche y se estiró como si acabase de levantarse de la cama.Nathansacólasbolsasdelasientotraseroycogióeltermoconelcafé.
—Compartiremoslataza—dijollenándola.—Atitegustasinazúcar—dijoellaarrugandolanariz.—Hoyharéuna excepción—dijo él echándole unode los sobrecitos que Jillian
habíametidoenlabolsa.—Túpuedesbeberdirectamentedel termo—dijoTracyquitándole la tazadelas
manos—,amínomeimporta.Nathansonrió.—Chicalista—dijollevándoseeltermoaloslabios.Seapoyaronenelcocheydisfrutarondelamanecer.—HasidotodaunaexperienciaconoceralosGuzmán—dijoNathan.—Noloshasconocidoatodos.MehabríaencantadopresentarteaClarayaBerto,
también.—Lapróximavez—dijoél.No pudo contenerse, tenerlo tan cerca, estar los dos juntos compartiendo aquel
momento…Tracyinclinólacabezaparadescansarsobresuhombro.Élhizolomismoyapoyólasuyasobresupelo,comohabíahechotantasveces.
—Nopuedovivirsinti—dijoélenunsusurró.Tracyseapartódegolpe,comosialguienhubiese tiradodeellacon fuerza,yel
cafécalientecayóalsuelosalpicandosumanoysuspantalones.—¡Mierda!—exclamóalnotarelardientelíquido.Nathan cogió la taza de sumano y la dejó junto al termo en el techo del coche,
despuéssacóunpañuelodelbolsilloylimpiósupielconternura.—¿Porquéhasdichoeso?—dijoTracymolesta.—Eslaverdad—respondióél.Tracyestabaenfadada,peronosabíaporqué.Elcomportamientoquehabíatenido
conellaesosdíaslaestabaconfundiendo,laestabahaciendocreercosasquenoeranyquealfinalladejaríanhechapedazos.
—Déjameintentarlo—dijoNathandandounpasohaciaella.ElrostrodeTracysufrióunainexplicabletransformación.Derepenteyanohabía
furiaensumirada,nicrispación,tansolounafríayserenacalma.
—¿Quetedejeintentarlo?—preguntó.Nathanlamirabasuplicante.—Probemos unas semanas —siguió hablando—, no quiero perderte, eres
demasiadoimportanteparamí…—¿Unas semanas?—lecortó ella—.¿Quéquieresdecir coneso?¿Duranteunas
semanashacemoscomoquenosamamosysisalemalvolvemosaseramigos?¿Esesoloquemeestásdiciendo?
—¿Porquéno?—¡Dios! —exclamó ella—. Espera, no me queda claro del todo. ¿Nos
acostaremos?Quierodecir,¿cómovolveremos luegoaseramigossinosacostamos?¿Nocreesqueseráunpococomplicado?
LabocadeTracysonreía,perosusojosestabanseriosyfríoscomoelhielo.—O podemos no acostarnos —siguió hablando ella como si sopesara distintas
posibilidades—,podemoshacernosarrumacos,algúntoqueteo…sinllegaraculminar,yameentiendes.
—Tracy,para—dijoél—.Loheentendido,nohacefaltaquesigas.—¿Qué has entendido,Nathan?—dijo ella acercándose ymirándolo fijamente a
losojos—.Explícameloporqueempiezoapensarquenoteconozcocomocreía.Nathan la atrajo hacia él y la besó. Tracy no se lo esperaba y no fue capaz de
reaccionar antes de sentir los labios masculinos presionando los suyos. El corazóngolpeóconfuerzasupechoylasangrecomenzóunviajeaceleradoportodosucuerpo.Nathan teníaunamanoen sunucaycon laotraen suespaldahizoque sucuerpo searquearaparaacomodarseenelsuyo.Podíasentirelcalorqueelladesprendíaatravésdelaropaysucuerporespondiódeinmediatosinquepudieradisimularlaexcitaciónquesentía.
Tracyseestabaquedandosinaireysucerebroleenviabaseñalescontradictoriasdiciéndole a un tiempo que se dejase llevar y que tenía que separarse de él cuantoantes. La boca de Nathan parecía querer bebérsela entera y su lengua serpenteabaelectrizantejugandoconladeella.Cuandonotóquesumanosemetíapordentrodesuspantalonesybajabahastasutraseroparaempujarlacontrasusexo,todosucuerposeestremeció de placer y quiso que la tomara allí mismo, en medio de aquel caminoapartado.
Éldejóunmomentosubocaparabajaracariciandoconsulenguael largocuellofemenino. Tracy inclinó la cabeza y jadeó buscando aire que llevar a sus sufridospulmones.Unavozensucerebrorepetíaincansablequeaquellonoerareal,queélnolaamaba,quetansolotemíaperderla.Tratódeignoraresavoz,dejándosellevarporlo que sentía cuandoNathanmetió unamano dentro de sus bragas, pero no pudo yhaciendounesfuerzosobrehumanoloapartó.
—No—dijosimplemente.Conungruñidodeimpotenciaéldiounpasoatrásmuydespacioyrespiróhondo
tratandodeserenarse.Tracysediocuentaentoncesdeque lehabíadesabrochadoelpantalónysusexoexpuestoconsiguióalterarleaúnmáselpulso.Apartólamiradaysegiró buscando un paisaje menos excitante, mientras él recuperaba la compostura yreprimíasusansiasabrochándoselospantalones.
CuandolosdossehubieroncalmadoTracysevolvióhaciaél.—¿Puedes decirme que me amas? —preguntó directa—. ¿Puedes decirme sin
ningunasombradedudaquemeamas?UnaráfagadeterrorpasóantelosojosdeNathan.Soloduróuninstante,perofue
suficienteparaqueTracycomprendiese.—Eresimbécil—dijo—.Eresunmalditoimbécil.Semetióenelcochesinesperarrespuesta.Nathansepusolasmanosenlacintura
aborreciéndoseasímismopornohaberlegritadoquesí,quelaamaba.¿Peroysinoeraesoloquesentía?¿Ysitansoloteníamiedodeperderla?
Despuésdeunosminutosguardóeltermodecaféenelasientodeatrásysemetióenelcoche.
—Tracy…—dijo.—Noquierohablar—dijoella—.Haremoscomosiestonohubieseocurrido.Nathan puso el coche en marcha después de unos segundos y regresaron a la
carretera.
CuandoTracyentróen lacasadesu tíaFelicia, lasobrecogióel silencioqueserespiraba.Dejó lamaleta en el suelo y se dirigió a la habitación de la enferma. Elcuartoestabaenpenumbrayconunranciooloracerrado.
Nohabíanadieconellacuandoentróenelcuarto.Sabíaquehabíancontratadoauna enfermera, pero en esosmomentos no estaba allí. Tracy se acercó sigilosa y leresultósorprendenteeldeterioroquehabíasufridoentanpocosmeses.Estabahundidaentrelosalmohadonesyparecíahaberencogido.
«A esto se reduce todo—pensó—.Nada de lo que hagamos puede variar esto.Todaslascosasquenohashecho,todoloquenohasvivido…»
Fuehastalaventanaydescorriólascortinasconsuavidadydecisión.Laluzdelsolentróenlahabitación.
—Cierraesascortinas—dijoFeliciasinabrirlosojos.Tracyhizo casoomiso, fuehasta el armarioy escogióunasprendasde ropaque
luegodejósobrelacama.—Tienesquelevantarte—dijoacercándoseasutía.Feliciaabriólosojossorprendida.—¡Tracy, has venido! —exclamó y empezó a gimotear como una niña—. Has
venido…
—Vamos, tienes que levantarte y darte una ducha —dijo destapándola—. Aquíhuelefatal.
—Estoymuyenferma…—empezóaquejarse.—Elcáncernosedetendráporquetequedesenlacama—dijoTracyconfirmeza
—,debesplantarlecara.Yloprimeroquevasahaceresdejardecomportartecomounaniñaasustada.
AyudóaFeliciaalevantarsedelacamayaponerselabata.Fueconellahastaelbañoylaayudóameterseenladucha,apesardelasreticenciasdesutíaparaquelaviesedesnuda.Seavergonzabade lamutilacióna laque lahabían sometidoyde sufaltadecabello.Tracy ignorósusprotestasydespuésde losprimerosminutos todoslosreparosdesaparecieron.
Laduchalarevitalizóydespejósucabeza.Tracylaayudóavestirseyconsiguióquebajasealsalónysesentaseensubutacajuntoalaventana.Leacercólamesitaconlalámparayvioquehabíaunlibroempezado.
—¿EstabasleyendoaMurakami?—preguntósusobrina.Feliciamiróellibroalgoperpleja.—¿Todavíasigueahí?Habíaempezadoaleerlocuando…Nopudoterminarlafrase.Tracycolocóunasillafrenteaellaysesentóojeandoel
libroqueteníaenlasmanos.—MegustaMurakami—dijo—,tieneunamaneradeexpresarlossentimientosque
meconmueveprofundamente.Felicialamirabaconlosojosbrillantesysellevólamanoalgorroquetapabasu
cabeza,comosiquisieraasegurarsedequeseguíaallí.Tracysehabíadadocuentadeque repetía aquel gesto a cada rato, como si tuviese una vocecilla que la advertíaconstantementedequehabíaperdidoelcabelloydebíacubrir susvergüenzas.Teníaunasprofundasojerasvioláceasyloslabioscuarteadosysecos.
—Ahora sé que voy amorirme—dijo de pronto—. Si no fuese así, no habríasvuelto.
Tracylamiró,sorprendida.—Todos nos morimos un poco cada día —dijo Tracy con dureza—. Eso no
modificaloquehayamoshecho.—Hascambiado—dijoFeliciaconsorpresa.—Todoscambiamos—dijosusobrina.—¿Vasaquedarteosolohasvenidoavermeasí?—preguntóFelicia.—Voyaquedarme—dijo—,perosolohastaqueterecuperes.Despuésvolveréa
casa.Feliciaasintió.—Mimadreme pidió que te diera recuerdos y que te dijera que espera que te
pongasbiencuantoantes—dijoTracysosteniéndolelamirada.Feliciasehundiómásenelsillón.
—Tumadredebepensarquetengoloquememerezco—dijo.—Veoqueyahasolvidadocómoera tuhermana—respondióTracy—.Mamáes
incapazdedesearlemalanadie.Nisiquieraati.Feliciasintióqueselellenabanlosojosdelágrimas.—¿Porquéhasvuelto,Tracy?Nopuedo soportarque seas cruel conmigo, ahora
no…Lajoventratódesonreírsindemasiadoéxito.—¿Quierestomarunté?Sí,tesentarábien—dijoTracy,ysinesperarrespuestase
pusodepieycruzóelsalón.Teníaque salir de allí antesdeque revelase todo loque sentía.Sedetuvoenel
pasilloalresguardodelaparedysedoblóintentandocalmarelrevoltijoqueteníaenel estómago. Sabía que Felicia estaba muy grave, pero verla en aquel estado fuedemasiada impresión.Apesarde todo, laquería.Sepreguntó cómoeraposiblequesintiesetantoafectoporunamujerquelahabíatratadotanmalduranteaños.Empezabaapensarquealgonofuncionababienensucabeza.
Capítulo20Tracysededicóacuidardesutía.Laacompañabaalhospitalparasutratamiento,
la ayudaba a levantarse de la cama todos los días y amantenerse limpia y aseada.Paseabancuandoatardecía.FelicianosoportabaelsolyenseguidateníafríoasíqueTracy debía llevar ropa de abrigo extra para ponérsela cuando la temperatura ibabajando. Experimentaron con las comidas hasta encontrar aquellos platos que lesentaban bien y le preparaba infusiones que calmaban sus náuseas y la ayudaban arespirar.
LaaparienciadeFeliciamejoróytambiénsuánimoapesardequeeltratamientoseguíasiendomuyduro.Loquellevabapeor,apartedelmalestarensuestómago,erael fríoconstante.Tracyconsiguióunamantaeléctricade tamañograndeyconella latapabacuandoestaba sentadaen subutaca.Había terminadoel librodeMurakamiyahoradisfrutabadelaúltimanoveladeStephenKing.Veíanunaseriejuntastodaslastardesyhabíanaprendidoacharlardelavida,desdesusantagonistaspuntosdevista.
Harryhizolaspacesconsumadredespuésde lavueltadesuhermana,y lacasavolvió a parecer un hogar. Tracy disfrutó de nuevo de los paseos a caballo sobreCascabelyrecorrióloscamposdealgodónydecéspedllenándoselosojosdeaquelpaisajequetantohabíaañorado.ProcurabaevitaraNathansiemprequeleeraposibleysobretodonuncasequedabaconélasolas.
IrenesiemprehabíatratadobienaTracy,peronuncahabíaentabladounarelaciónconellahastaahora.Despuésdesuregreso,lamadredeNathandecidióqueaquellajovencita era demasiado valiosa como para perder la oportunidad de conocerla deverdad.TodaslasnochessepasabaaverasucuñadaydespuéscharlabaunratoconTracytomandounatazadeté.Alajovenlesorprendióquehastaaquellanochenuncahubiesenhabladodesumadre.
—Medijoqueeraisamigas—dijoTracy.—YoeralamejoramigadeFelicia—respondióIrenesonriendo—.Jillianeramás
pequeña que nosotras y, además, siempre estaba por ahí con Walter, pero tambiénéramosamigas.YopasabamuchashorasenelranchoBellgard.¿NotehahabladotutíaFeliciadeesaépoca?
Tracynegóconlacabeza.—¿Cómose llevabanmimadreyFelicia?—preguntóantesde llevarse la tazaa
loslabios.—Yo no tuve hermanas y las envidiaba porque estaban muy unidas. Se querían
mucho.Tracysediocuentadelcambiodeexpresiónensutíaylamiróinquisitivamente.
—Peroesocambió,¿verdad?¿Acausademipadre?—preguntó.—Sí,sífueporeso—dijoIrenesinsonardemasiadoconvincente.Tracyfruncióelceñoeibaainsistireneltema,peroNathanentróenlacocinay
tuvoquedejarloparaotromomento.
—¿Jilliantecontóeso?—Felicialamirabariendo.Tracyasintió.—Y que cuando saltaste por la ventana de la casa de Maisie Corner, el señor
Bellgardteesperabaescondidoenmediodeljardínconlosbrazoscruzadosfrentealpechoyconcaradesheriff—dijoriendoeimitandolaposedesuabuelo.
—Todavía lo llamas así—dijo Felicia dejando de reír—.A pesar de que haceañosquemuriósiguesllamándoloseñorBellgard.
—Escomoélqueríaquelollamase—dijoTracysinrencor.—En el fondo te quería —dijo Felicia con cierta ternura—. No fue capaz de
decírtelo,perotequería.Tracynodijonada,noteníanadaqueresponderaaquello.—Lerecordabasmuchoatumadre—siguióhablandosutía—,comoatodos.—Nomeparezcotanto…Feliciasonrió.—Túnolaconocistecuandoteníatuedad—dijo—.Eresigualitaaella,soloesa
miradainquisitivacuandoalgonotegusta,yalgúnqueotrogesto,muestralaherenciadetupadre.Entodolodemás…
Tracy respiró hondo, aquello la enorgullecía aunque no supiese exactamente porqué.Supusoqueelhechodeserconscientedeperteneceraalguien,deformarpartedealgo…
—La primera vez que te vi fue como un latigazo en mi memoria. Recordé miinfancia y todo lo que viví con tu madre—siguió hablando tía Felicia—. Éramosinseparables,comodossiamesas.
—En todos estos añosnuncamehashabladode aquella época—dijoTracyconinterés.
Feliciasonrióalrecordar.—Tansolonosllevábamosunañoynosgustabamuchoestarjuntas.Ellaeramás
pequeña ymás guapa—dijo Felicia que dejó en su tono de voz un ligero rastro deresquemor—.Cuandoéramosniñassiempredecíanqueyoeralafavoritademimadreyellalademipadre.Enestosmeseshetenidolaimagendemimadregrabadaafuego,¿sabes? Su cariño y dulzura, su olor…Murió cuando yo tenía ocho años y Jillianacababadecumplirlossiete.
—¿Dequémurió?—preguntóTracy,ysearrepintióencuantolapreguntasaliódesuboca.
—Decáncer—dijoFelicia—.DespuésdeaquelloJillianyyonosunimosmucho
más,aunqueIreneeramimejoramigayWalterelmejoramigodeJillian.Laverdadesqueloscuatroformábamosunbuengrupo.
—¿YeltíoSam?—preguntóTracy.—Éleramayorquenosotrosymuyresponsable.Desdepequeñosepreocupópor
lascosasdelrancho—Feliciaseencogiódehombros.—Y tú y tío Sam os enamorasteis..—dijo Tracy con curiosidad—. YWalter e
Irene.Feliciaasintióconlamiradaperdidayunadesconcertanteexpresiónenelrostro.—Bueno—dijosutíaderepente,dándoseunapalmadaenlaspiernas—,yabasta
de cháchara, quehaymuchoqueprepararpara la fiestade la cosecha.Leprometí aWalterqueharíamifamosatartadezanahoria.
—HevenidoaquedarmeconFelicia,paraquetúpuedasirconHarryalafiestadelacosecha,ynosehablemás.
IreneestabadepieenlacocinaymirabaaTracyconfirmeza.—Nopuedopermitirlo,tíaIrene,séqueteencantaesafiesta—dijoTracyunavez
más—.AdemásyaquedéconNathanqueélllevaríaaHarry.—He dicho que no se hable más, ¿no me has oído? —dijo Irene fingiendo
severidad—.Amímegustabalafiestadelacosechacuandonomedolíanlospiesporllevaresasbotasquetantomeaprietan.Elúltimoañonoslopasamossentadasenunrincón,¿teacuerdasFelicia?
Lamencionadaasintióymiróconsimpatíaasusobrina.—AndaTracy,ve—dijoconcariño—.Necesitasdivertirte.La jovenmiró a sus dos tías, estaban decididas y no iba a hacerlas cambiar de
opinión.—Estábien,iré—dijo—,perosoloporquenotengoganasdediscutirmás.LasdosmujeresdieronpalmasriendoyTracysaliódelacocinaparairavestirse.
CuandoNathan llegópara recoger aHarry no se sorprendió al ver aTracy listaparasalir.
—Estáspreciosa—dijodespuésdemirarladearribaabajo.—Gracias, vosotros dos tampoco estáismal—dijo ella con una tímida sonrisa,
mirandoasusdosacompañantes.AlafiestadelacosechaacudíalagentedeHarbordville,ademásdeloshabitantes
delosranchosdelosalrededores.LosHarbordllevabanorganizándoladesdelosañosdelabueloBobyeraunatradicióninamoviblequesuponíaunpuntodeinflexiónenlarutinadetrabajoparatodos.
Nathan aparcó la camioneta y Harry salió corriendo al ver a Lory que le hacía
señasdesdeunodelosporchesquehabíanmontado.—Mealegraverquemimadresigueteniendoelmismopoderdepersuasión—dijo
NathancaminandojuntoaTracy.Ellasonrió,peroenseguidasepusoseriaalversuexpresión.—¿Hastenidotúalgoqueverenesto?—preguntó.—¿Yo?Noséporquépiensaseso—dijoélmirandoparaotrolado.Tracymoviólacabezaconseveridad,ahorateníaclaroquetodohabíasidocosa
suya.—¿Cómofuelaúltimavisitaalmédico?—preguntóNathan,cambiandohábilmente
detema.—Lehanhechounabateríacompletadepruebasparaverlaevolución.Eldoctor
Harrisonsemostróoptimista—dijoTracy—.Esperoquetodosalgabienypodamosvolveralanormalidad.
—Estásdeseandomarcharte—dijoNathanmirándolamuyserio.Tracyasintiósinfingimientos.—Pero,tranquilo,novoyasalircorriendo—dijo—,comomedijomipadreque
hiciesecuandohabléconélestamañana.Nathanmiróhacialosfarolillosencendidos.—Nohaynadaquepuedadecirohacerparaquevuelvasaconfiarenmí,¿verdad?
—lodijocontalintensidadqueprovocóunvuelcoenelcorazóndeTracy.Ella lo miró, pero él siguió caminando con los ojos clavados en los farolillos
encendidosdelporchealqueseacercaban.—¡Tracy, has venido!—Rebecca Lars se acercó corriendo a buscarlos y Tracy
pensóqueestabaexactamenteigualquecuandoibanjuntasalinstituto—.Nathan,esteañooshabéislucido,labandadecountryesbuenísima.
—Gracias,Rebecca.—¿HasvistoaHarryporahí?—lepreguntóTracymirandoasualrededor.—Sí,estáallíconLory—dijoRebeccaseñalandootrodelosporchesdemadera.Tracy asintió con una sonrisa, le gustabamucho ver que su hermano se divertía.
CuandoregresóseencontróconunHarryapagadoytriste,peroahoravolvíaaserelmismoniñofelizdesiempre.
—Voyaporunacerveza—dijoTracy,pocodiplomática.SealejósinperderdetalledelmontajequehabíanhecholosHarbord.Recordóla
primeravezquefueaunafiestadelacosecha.Entonceseraunaniñatristeyasustadaqueseescondíadetodos.HastaqueNathansalióasurescate,comosiempre.CogióunbotellíndeunodeloscubosconhieloyaldarselavueltasetopóconsutíoWalter.
—Hola,Tracy—dijolevantandosubotellaamododesaludo.—Hola,Walter—respondióella.—Penséquetepasaríasalgúndíaporeldespacho.¿Notienescuriosidadporver
cómo van las cosas sin ti?—preguntó el padre deNathan, bebiendo después de su
botella.—Notengodemasiadotiempolibre—dijoconvaguedad.—¿Quétallafamilia?—preguntóél.—Feliciahamejoradobastante,eldoctorHarrison…—Mereferíaatufamilia—dijoél—,atumadre,atupadre…—¡Oh!Bien,ellosestánmuybien—dijoTracyalgodesconcertada.—¿Sabíasquetumadrefuemimejoramiga?—preguntóélysinesperarrespuesta
seterminólacervezaquelequedabaycogióotradelcubo.Tracy pensó que para hacer tan poco que había comenzado la fiesta,Walter ya
habíabebidodemasiado.—Cuandopiensoenellomepareceincreíblequeaquellopasaraenestavida…—
siguióhablandoWalterquesehabíasituadoalladodeTracyymiraba,comoella,alrestodeinvitados.
Nathanseacercóaellosymiróasupadreconpreocupación.—Meparecequealguienaquíhabebidodemasiado—dijo.Waltermiróasuhijoysonrió.—Noestoyborracho,Nathan—dijo—.Hebebidoseisosietecervezas, túsabes
queyoaguantomuchasmás.Diounpasoparamarcharse,peroentoncessevolvió.—Bonitovestido—dijoylevantandolabotellaamododesaludo,sealejó.Tracysemiróelvestido.Lohabíavistoenunarcónderopadesumadre.Jillianle
hizo algunos retoques y se lo regaló. Levantó la mirada para observar a Walteralejándose,preguntándosecuáleralahistoria.
Los dos jóvenes se quedaron mudos y sombríos bajo aquel porche lleno defarolillosquebrillabanentodosloscolores.
—¿Quéhasidoeso?—preguntóNathan.—Empiezo a creer que entre nuestros padres hubo algomás que amistad—dijo
ella,ysiguióbebiendoperdidaensuspensamientos.—Bailemos,Tracy—dijoNathandespuésdeunosminutos.Ellanegóconlacabeza,peroéllequitólabotelladelamanoyladejósobreuna
mesa.Despuéslacogiódelacinturaylallevóhastalapistadebaile.Tracy se concentró en lamúsica, bailando en silencio. Nathan la sostenía en un
apretadoabrazoquelearañabaunpocomáselcorazón.Seesforzabaennosentirsusbrazos rodeándola, su aliento rozándole la mejilla, sus fuertes manos apretando suespalda… Trató de no recordar el sabor de sus labios, su sexo apretado contra sucadera.SeapartódeélysealejórápidamentesinqueNathantratasedeimpedírselo.
Capítulo21Tracysaludóamuchagentealaquehacíamesesquenoveía.Todospreguntaron
porsu tíayalgunosmencionaronasuspadres.ApenasvioaHarryadistanciahastaqueseacercóaellacorriendoseguidodecercaporsuamigaLory.
—Tracy,Tracy—lallamó—,¿puedoquedarmeadormirencasadeLory?¡Porfa,porfa,porfa!
—¿Quédicentuspadres?—preguntómirandoalaniña.—Mehandichoquepreguntaríaseso—dijoLory—.Estánallí.Tracymiró hacia donde la niña señalaba y vio a Deith y Bessie, que le hacían
gestosafirmativos.—¡Hola, chicos! —gritó—. ¿Sabéis que Harry piensa que somos de la misma
edad?Bessieserioybailócomosilehubiesedichoalgomuydivertido.—Estábien,puedesquedarte conellos—dijoTracy riendoalver la alegríadel
niño—.Peromañanairéabuscarte,noquieroquelospadresdeLorysepiensenquenomeocupodeticomosiempre.
Tratódedarleconundedoen lanariz,peroHarryestabamás lejosde loque lehabíaparecidoysucariñoseperdióenelaire.
—Peronovengashastatarde,¿eh?—dijoHarry.—¿Aquéhora,Lory?—preguntóTracymirandoalaniña.—¿Puedes venir después de cenar? —preguntó Lory con una gran sonrisa,
percatándosedequelahermanadeHarryestababorracha.Tracy asintió y Harry la abrazó agradecido. Los dos niños corrieron hacia los
padresdeLoryyTracylosvioalejarseporelsenderoenbuscadesuvehículo.MiróasualrededorbuscandoaNathanysediocuentadequenoerabuenaideaquevolviesenjuntos.SeacercóaRebeccaylepreguntóporsuvida,aquésededicabaysindejarapenasquerespondieselepreguntósihabíallevadosucoche.
—¿Creesquepodríasllevarme?—preguntóacontinuación.—¡Claro!Ningúnproblema—dijoRebeccaconunasonrisa.—¿Y te importaría llevarmeya?—Tracymostróuna tímida expresión—.Nome
encuentromuybien.—¿Ahora?—dijosuamigasinmuchasganas—.Perosiestamosenlomejordela
fiesta,faltanlosjuegosytienequetocarelmejorgrupodelanoche.—¿Quieres irte ya? —Nathan apareció tras ella provocándole un respingo. El
jovenlamirabamuyserio.—He…bebidodemasiado…Nomeencuentromuybien—dijotitubeante.
—Voyabuscar aHarry—dijoNathan sinmudaraquellaoscuraexpresiónde surostro.
—No, Harry se ha ido con… Lory—dijo Tracy—. Pero no hace falta que nosvayamossinoquieres…Beccadicequeaúnfaltalomejordelanoche.Losjuegos,yasabes.Amísiempresemediobieneljuegodelamanzana,¿teacuerdas?
—¡Claroquemeacuerdo!—dijoRebecca—.Vosotrosdosganabaiscadaaño.Serádivertidoverosotravez.
—¿Has oído, Nathan? —dijo Tracy poniendo las manos en su pecho—. Serádivertidovernos.Lagentesedivierteviéndonos.Somosmuydivertidos.
—Vamos,Tracy—dijocogiéndoladelacintura,yhaciendoungestoaRebeccasealejócaminadohaciadondehabíadejadolacamioneta.
—Notienesqueirte—insistióelladejándosellevar—,seguroquepuedoencontraraalguienquemelleve.
—Seguro—dijoNathan—.Habíaidoallevaramipadreacasa,peroyahevistoquenopensabasesperarme.
CuandoibaasubiralacamionetaTracysediocuentadequeestabamásmareadade lo que pensaba y rogó porqueHarry y Lory no se hubiesen dado cuenta cuandohablaron con ella. Nathan la ayudó a sentarse y cerró la puerta antes de rodear lacamionetaparaocuparsusitio.
—Voyaponermúsica—dijoTracy,ydespuésdehacerlo apoyó la cabezaenelrespaldodelasientoycerrólosojos.
Cuando se escuchó la voz deChris Stapleton cantandoTennesseeWhisky Tracyempezóacantarsinabrirlosojos.
—I used to spendmy nights out in a bar room. Liquorwas the only love I'veknown. But you rescued me from reaching. For the bottle… ¿Te imaginas quefuésemoshermanos?—dijoabriendolosojosygirandoelcuerpoparamirarle.
Nathan apretó las manos alrededor del volante, pero no dijo nada y siguióconduciendoporelsolitariocaminohacialacasa.
—¡Dios! —exclamó Tracy dejándose caer contra el respaldo del asiento—.Superaríacualquierlímitedepatetismo,mellevaríaelprimerpremio,sinduda.Yaeraimbécilporenamorarmedemiprimo,perosiresultaqueeresmihermano,yaesparamorirsedelarisa.
Nathanparólacamionetaaunladodelcaminoyrespiróhondoantesdemirarla.—Nosomoshermanos,Tracy—dijo.Ella también lo miró. Tenía el pelo revuelto y la mirada vidriosa, parecía una
muñecadesvencijada.—Dejadehacertedaño—suplicóél.—QueridoNathan—susurróella—,queridísimoNathan…Selanzósobreélcomosinopudieseresistirsemás.Ahorafueellalaquelocogió
desprevenidoyantesdequepudierapensarNathansintiólalenguadeTracydentrode
su boca. Se sentó a horcajadas sobre él y notó como su pene crecía dentro de suspantalones loque llevósuparoxismoal límite.Sequitóelvestidoporencimade lacabeza y lo lanzó sobre el asiento. Actuaba con urgencia, como si la vida se leacabase.SequitóelsujetadoryllevólamanodeNathanaunodesuspechos.
—Tracy…—susurróNathanconlavozronca.—Noimporta,nadameimporta,quierosentirtedentrodemí—dijoellacasicon
desesperación.Seapartóparadesabrocharleelpantalón,peroélsujetósumanoconfirmeza.—¿Estássegura?—dijoentredientes—.Hasbebidomucho…—Quiero queme folles—dijo mirándolo fijamente a los ojos—. Tranquilo, no
hacefaltaquemeames.Nathanlaretóunossegundosconlamiradaydespuésestiróelbrazohastasunuca
ylaatrajohaciasuboca.Ellalemordiósuavementeellabioytiródeélantesdedejarquesulenguasemovieselibredentrodesuboca.Nathanseapartóyseinclinóparamorderle el pezónprovocandouna explosiónde sensaciones largamente esperadasyTracy se arqueó con un profundo gemido. Nathan apretó su miembro contra lasbraguitasqueaúnnosehabíaquitado.
—Tengoqueponermeuncondón—dijoélinclinándosehacialaguantera.—¿Tienes miedo de dejarme embarazada? —dijo ella sonriendo—. Tranquilo,
tomolapíldorayestoylimpia,novoyapegartenada.—¿Yyo?—dijoél,burlón.—¿Estáslimpio?—preguntóconscientedequeloúnicoquelaseparabadesupene
erauntrozodetela.ÉlasintióyTracydecidióquenopodíaesperarmás,apartólabragasinquitársela
ehizoquelapenetrase lentamente,perosinpausa.Colocóunamanoensuhombroyempezóacabalgarloconunritmosuaveyconstante.Nathanagarróunodesuspechosyse inclinó para chuparle el pezón. Jugando con aquel enhiesto botón manejaba losmovimientosdesuvaginahaciendoqueseaceleraseoralentizasesegúnsusdeseos.
CuandoTracynotólascontraccionesorgásmicasdelmiembromasculino,searqueóhaciendoqueentraseaúnmásyalejósuspechosdeélparapodercontrolarelmomentofinal.
—Nodigasnada—dijoellaponiéndoseelvestido.—Tracy…—Nathanparódeabrocharseelpantalónylamirópreocupadoporsu
reacción—,tenemosquehablardeesto.—No, no tenemos que hablar de nada—dijo ella cogiendo el sujetador que se
había caído al suelo y apretándolo en su mano—. Ahora ninguno de los dos tienepareja,hemosbebido,hemosfollado…
—Nohablesasí—dijoélterminandodevestirse—,notepega.—Llévameacasa—dijo,mirándolomuyseria—.Aunque,estoylobastantecerca
paravolvercaminando.Nathanlaagarródelbrazocuandovioqueibaabajarsedelvehículo.—No seas imbécil—dijo enfadado—.Está bien, si no quieres hablar ahora, no
hablaremos.Tellevaréacasa.Pusoelcocheenmarchaydejóqueellasubieselamúsicadenuevo.
IreneyFeliciadiscutían agritos cuandopararon la camioneta frente a la puerta.Tracybajóyechóacorrerhacialacasa,sinesperaraNathan.
—¿Quéesloquepasa?—dijoasustadacuandoentróenelsalón.—Mamá, cálmate—Nathan, que había entrado detrás de ella, cogió a sumadre
paraapartarladeFelicia.Irenenodejabadegritarlequeeraunamalapersona.—Queoslodigaella—dijocondesprecio—,queosdigaloquehizo…—¡Calla!¡Calla!—gritóFeliciacondesesperación.IreneblandíaunacartaymirabaaTracy.—He encontrado esto en su tocador —dijo—. Estábamos hablando de cuando
éramosniñasymehaenviadoabuscarunasfotos.¡Lamuyestúpidanoseacordabadequelateníaallí!
Tracyfruncióelceño,sinentendernada.—¡Nolaescuches,Tracy!Puedoexplicártelo.—¿Explicarlo? ¿Qué explicación puede tener lo que has hecho? —dijo Irene
mirándolaseveridad—.¡Estacartaeraparaellaytúselaescondiste!TracyseacercóaIreneycogióelsobrequeblandíaenalto.Miróeldestinatarioy
sesorprendióalversunombreescritoconunacaligrafíamuycuidada.Nohabíasidoenviada por correo, no iba franqueada ni tenía remitente. Sacó la carta y al leer lafechaenlacabeceravioquefueredactadaeldíadelamuertedesuabuelo.
«Queridanieta,Hallegadoelmomentodedespedirmedeti.Pensarásquenomeheportadobien
contigo,losientoperollevassusangreyesonopuedoperdonártelo.Esehombremequitó un pedazo demi corazón.Me arrebató ami cascabel y con ella se llevó laalegríadeestacasa.
Séquepiensasquesoymalvadoporqueteheignoradotodosestosaños,losientopor ti, pero cuando te miraba era como si me clavaran un hierro candente en elcentrodelpecho.
¡Tepareces tantoaJillian!Tienes sumismarisay se tehacenunosdivertidoshoyuelosenlasmejillascuandoaprietasloslabios.
Enestosmomentosenlosquedebodespedirmedeestemundoséquepiensasquedeberíadejarteentrarenestahabitaciónydecirtequetesentarasalospiesdemicama.Novoyahacerlo.Pensarásquesoyunestúpidoeinsensiblecabezón,peroasímeeducaronyyaesmuytardeparacambiar.
Felicia ha tenido un buen marido y por suerte para ella tiene el futuroasegurado.TantoellacomosuhijosonherederosdelagranfortunadelosHarbord.EncuantoaJillian,tomóunadecisiónydeberávivirconella.
Peroséquemiqueridaesposa,conlaquevoyareunirmeenbreve,nosesentirámuyorgullosademíporcómotehetratadoyhedecididotenerungestocontigo.HepedidoaFeliciaquehagaveniramiabogadoparaqueredacteunnuevotestamento.No sé si llegará a tiempo y por eso estoy escribiendo esta carta, en presencia deFeliciaydeSam,suesposo,quemeservirándetestigos.
Enplenas facultadesmentalesexpongo:quequiero legartea ti,TracyGuzmánBellgard,elranchoylatierrasdemifamilia.Séqueharásbuenusodeellasyquecontinuarásconla tradiciónfamiliar,manteniendobajotuprotecciónloquecuidéconesfuerzoycariñotodosestosaños.
ThomasBellgard»
Tracy tuvo que leer varias veces la carta antes de ser capaz de asimilar lo quehabíaescritoenella.Nathan,quehabíasoltadoasumadreysehabíacolocadodetrásdeTracyparapoderverloqueponía,miróaFeliciaconhorror.
—¿Cómohaspodidoocultarleesto?—preguntó—.¿Cómofuistecapazdevenderelranchosabiendoquenoeratuyo?
—Se estaba muriendo —dijo Felicia, nerviosa—, esa carta no tiene ningunavalidez…
Tracylevantólamiradadelpapelylaposóensutía.—Pero,aunasí,yoteníaunplanparati—dijoFelicia—.Escúchame,Tracy…—¿Qué clase de plan era ese, tía? —preguntó con aterradora serenidad. Los
efectosdelalcoholhabíandesaparecidoporcompleto.—Ibaaponer enmi testamentoquecuandoyomurieseeldinerode laventadel
rancho fuese para ti, con la condición de que te hicieses cargo deHarry si aún eramenor de edad —dijo mirándola con una desquiciada sonrisa—. ¿Verdad que loentiendes?Soloqueríaprotegeramihijo.
Tracymoviólacabezaconincredulidad.—Harrynonecesitabaprotección,ibaaheredartodoloquetienes.—Peroyoqueríaquecuidarasdeél…—No era necesario que pusieras eso en ninguna cláusula, sabes que adoro ami
hermano—dijo—,jamáslohabríaabandonado.—Pero la vida da muchas vueltas—insistió Felicia—, no sabía lo que podría
ocurrir en el futuro. ¿Y si te enamorabasdeundonnadie, como tumadre? ¡Por esoqueríaquetecomprometierasconRichard!
—¿Por eso o porque así tu conciencia no te recriminaría que no me enseñarasjamás esta carta?—dijo Tracy controlando su voz que amenazaba con romperse—.¡Vendiste el rancho! ¿Cómopretendes que te crea?Si todo eso que dices tuviese un
ápicedeverdad, lohabrías conservadocon la intencióndedevolvérmelo algúndía.Perolovendiste…
—Tejuroquenoqueríarobarte…Tracymovió la cabezay saliódel salón.Cuando estuvo fuerade la casa echó a
correr como si un demonio la persiguiese. Corrió con todas sus fuerzas sin saber adónde iba y sin darse cuenta de que Nathan corría tras ella. Se detuvo cuando lefaltaronlasfuerzasyseapoyóenlasrodillastratandoderecuperarelaliento.
—Vete—dijoaldarsecuentadequenoestabasola—,déjamesola,porfavor.ÉlnosemovióytampocodijonadahastaqueTracygimióentredientes,entonces
seacercóaellaytratódeabrazarla.—¡Nometoques!—gritóellaapartándoseytratandodecontrolarlaslágrimasque
leardíanenlosojos.—Tracy,hablaconmigo…—Noquierohablarconnadie—sollozó—,tansoloquieroquemedejéisenpaz.Cayó al suelo de rodillas llorando con amargura. Su cerebro estaba anegado de
emocionesperversasymalévolasqueseibanextendiendosinquepudiesedetenerlas.Rencor, autocompasión,mezquindad…Nopodía comprenderporqué su tía lahabíaodiadotantoylahabíaqueridotanpoco.
Nathansearrodillofrenteaella.—Ahora que lo sabemos —dijo—, todo se arreglará, Tracy. Recuperarás el
rancho…Ellalevantólacabezayhabíaunaintensafuriaensusojos.—No quiero esemaldito rancho—dijo entre dientes—.No quiero nada de esta
familia.¡Deningunodevosotros!¡Mehabéisdestrozadolavida!Nathansintióqueselehelabalasangreenlasvenas.—Tracy,loquehaocurridohaceunrato…—Niseteocurrahablardeesojamás—dijoellaconlavozentrecortada—.Noes
necesarioquemehumillesmásdeloqueyamehehumilladoyomisma.Élcerrólosojosconteniendolaspalabras.Esoeraexactamenteloquetemía.—No vas a hacerlo —dijo él mirándola muy serio—. No permitiré que me
coloqueseneselugar.Tracy semordía el labio con fuerza tratando de recuperar el control. Sabía por
experienciaqueeldolorfísicoeraunbuenrecursoparadevolverlaalarealidad.Lodescubrió la primera vez que se clavó una astilla de la cerca después de golpearlavarias veces porque estaba furiosa con tía Felicia. Se puso de pie y se limpió laslágrimasconteniendoaúnalgúnsollozorebelde.
—Tengoqueirmedeaquí—dijo—,tengoqueirmelejos…—Novasairte—dijoélcortándoleelpaso.—¿Ahoramedirásquemeamas?¿Justoahora?—dijoellaconfiereza—.Algode
respetotienesquetenerme.
—Novas a irte sin recuperar loque es tuyo—dijo él dolido, ignorando el otrotema.
—Aquínohaynadamío—dijoellaconfirmeza.
Capítulo22JillianterminódeleerlacartayTracysesorprendiódelafrialdaddesumirada.—Tuabueloerauncabrón—dijodevolviéndosela—.Debióhaberlopuestoensu
testamento.—Quisohacerlo,peronotuvotiempo…—dijoTracy.—¿Quenotuvotiempo?—Sumadrelamirabaincrédula—.Loquehedicho,era
uncabrón.¿Cómose leocurredejaralgoasíenmanosdeFelicia?¿Creesqueélnosabíacómoeramihermana?Amínomevengasconpamplinas,lohizoasíparaponerlaguindaasulegadodeestulticia.
Tracytirólacartaencimadelamesaysetumbóenelsofáantelaatentamiradadesumadre.
—¿Quévasahacer?—preguntóJillian.Tracylamirósincomprender.—Tienesquereclamarlo—dijosumadre.—¿Reclamar el qué? —preguntó Tracy mirando al techo—. Felicia vendió el
rancho.—Quevuelvaacomprarlo—dijoJilliancondeterminación—.Llámalaydíselo.—Noquierohablarconella.—Daigualquenoquieras,debeshacerlo.Eseranchoestuyoydebesrecuperarlo
—dijosumadre.—HablasigualqueNathan—dijoTracy.—Meparecequeeselúnicointeligentedeesafamilia.«Noestoytansegura»,pensóTracy,peronodijonada.—No vas a permitir que esa familia te haga lo queme hizo amí—insistió su
madre.Tracygirólacabezaylaobservóunossegundosconatenciónantesdesentarseen
elsofáparatenerladefrente.—¿Quépasó,mamá?—preguntó—.Merefieroalahistoriareal,noaesaquehan
estadocontandoduranteaños.Dímelo,creoquemeloheganado.Jillianmiróasualrededorsindarsecuenta.Estabansolas,peroparecíatemerosa
dequealguienpudieseescucharlashablardeaquello.—Nohablaréconpapádeesto,mamá,peronecesitosaberquépasó—dijoTracy.Jillianasintióyfueasentarsealladodesuhijaenelsofáparapodercogerlelas
manos.—Walter Harbord y yo éramos amigos, eso ya lo sabes—empezó a contar—.
Aprendimosamontarjuntos,estudiábamosjuntos…Eramimejoramigo.
Tracysintióqueselecongelabalarespiración.—YFeliciaestabacoladitaporél.—¿PorWalter?—preguntóTracy,sorprendida.Jillianasintiólentamente.—Aéllehacíagracia,eracomosumascota—dijocontristeza—,siemprelatrató
comoaunahermanapequeña.Tracy frunció el ceño mientras su mente trataba de componer aquel extraño y
sorprendentepuzle.—Todo eramuy normal entre nosotros, hasta el día en queWalterme plantó un
besoen laboca.Yonimehabíadadonicuentadequeseestabaenamorandodemí.Losdoshabíamostenidolíosamorosos,cadaunoporsulado.¡Dios,aúnmesorprendequefuesetanestúpida!
Tracysonrióaloírlahablarasí.Quémayoressonlospadresaveces.—Intentamos seguir adelante como si aquello no hubiese pasado, pero nuestra
relación cambiódemaneraperceptible.Walter se irritaba cuandomeveía conotroschicosydiscutíamosmucho.Siempredecíaquelohacíatodoparaprovocarle,porquesabíaloquesentíapormí.Estuvimosdosañosenuntirayaflojaconstante,hastaqueél se marchó a la universidad. Entonces todo cambió. Nunca habíamos estadoseparadosyyoleechabamuchísimodemenos.Nodejabadepensarenélatodashorasyempecéapreguntarmesieraporquesílequeríadeesemodo.
Tracyapartólasmanosparaquesumadrenonotasequeletemblaban.—Cuandovolviódurantelasvacacionesmeportémuymalconél.Estabaenfadada
porquenomehabíallamadonihabíatenidonoticiassuyasyenlafiestadelacosechamedielloteconsumejoramigo.
—¡Mamá!—exclamóTracy.—Sí,hija,noséquémepasó,aúnhoyno loentiendo—reconoció—.Jacobyél
también eran amigos desdepequeñosy sé queparaWalter fue undurogolpeque loeligieseparahacerledaño.
—¿Perotúlequeríasono?—dijoTracydesconcertada.Jilliannegóconlacabeza.—Nodeesemodo,peromeconfundióloquesentícuandoleviconFelicia.—¿Qué?—Walter llevóamihermanacomoparejaa la fiestade lacosecha.Estabaclaro
quepretendíadarmecelos,peronomegustónadaqueutilizaseaFeliciaparaello.—¡Menudolíoformasteislostres!—exclamóTracy.—Por suerte todo se aclaró esa noche y las cosas volvieron a su cauce—dijo
Jillian—.AlmenoshastaqueRobertoGuzmánentróenmivida.Por aquel entoncesFeliciaySamempezaronasalir,otraenormesorpresaparamí,peromihermanayyonoshabíamosdistanciado,asíquetampocoesraroquenoloviesevenir.Mealegrémuchodeelloporqueesoaliviaríalatensión.Yosabíaquenuestropadresoñabacon
laideadequelosdosranchossefusionaran.LafortunaHarbordibaaserparalosdoshermanos y que uno de ellos emparentara con nuestra familia era un sueño para él.Penséqueesaalegríarebajaríalatensiónqueprovocaríalootro…
Jillianselevantó,llegadoesepuntonecesitabahaceralgoantesdeseguirhablando.—¿Teapeteceunté?—preguntó,nerviosa.Tracyasintióyselevantóparaseguirasumadrealacocina.
—Aquella fiesta de la cosecha fue memorable—dijo Jillian cuando ya estabansentadasfrentealamesadelacocina,conunatazadetéentrelasmanos.
—¿Llevabaspuestoelvestidoquemearreglaste?—preguntóTracy—.¿Elvestidoqueencontréenelarcón?
Jillianfruncióelceño,sorprendidaporsemejantepregunta,yasintió.—Ahora entiendo por qué tío Walter me miraba de aquel modo —dijo Tracy,
pensativa.—EsperoqueIreneyélhayansidofelices.—Ireneesunabuenapersona—dijoTracy.—Nodebióserfácilparaella—dijoJillian,pensativa.—¿Cómofuequeseenamoraran?Sumadreseencogiódehombros.—Demasiadorápido—dijo.—¿Porquéfuetanterribleparaelabueloqueteenamorarasdepapá?—preguntó.—Tu abuelo era un clasista—dijo Jillian sin un ápice de compasión—. Yo lo
queríamucho,notevayasacreer.Eramipadreycuandoeraniñaestabaconvencidade que era el hombremásmaravilloso de la Tierra. Pero era un cabrón racista quepensabaqueRamónGuzmáneramenospersonaporserpobreymexicano.
—Feliciasiempredicequetúerassufavorita—dijoTracy.Sumadrelevantóunacejacondesprecio.—¿Favorita? ¿Favorita para qué? ¿Para ser sumarioneta?—Jillian negó con la
cabeza—. Mi padre nunca me respetó, tan solo quería que hiciese lo que a él leconvenía.QueríaquelasdosnoscasáramosconunHarbordparaemparentarconellos.Nuncaentenderéelporquédeesafijación.
—¿Pordinero?—Tenía suficiente dinero —dijo su madre negando con la cabeza—, más que
suficiente.Tracyseencogiódehombros.—Perodejemosdehablardeesetroglodita—dijoJilliancogiendolasmanosdesu
hijaqueestabanapoyadasencimadelamesa—.Ahoraloúnicoqueimportaesloquevasahacerconrespectoalrancho.
—Novoyahacernada,mamá.
—No consentiré que desaproveches una oportunidad así —dijo Jillian con lamiradamásintensayfieraqueTracylehabíavistonunca—.Fuepormíporloquemipadreprivóamishijosdetener lavidaquemerecían.Sirecuperaselrancho,podréperdonarmeporello.
Tracymiróasumadreconmovida,laúltimavezqueleviounamiradaparecidafueeldíaquetuvoquemarcharseconFeliciaySam.
—Tupadreyyohemossufridomucho—dijo,sindejardemirarla—.Él,además,tuvoquesoportarmisentimientodeculpaporprivarosdetanto…
—Túnonosprivastedenada…—De algún modo lo hice. Sabía cómo pensaba mi padre, que era un hombre
trasplantadodesdeelsigloXVIIIhastaelXX—dijosinpoderocultarsudesprecio—.ParaélRobertoeraunesclavo,aunquelosHarbordlepagaranunsueldo.Peroyolosabía,debísermásinteligente,hacerlascosasconmásastucia.
—Eso demuestra que te movió el amor que sentías—dijo Tracy—. Y yo estoyorgullosadetiporello.
Jillian acarició el rostro de su hija.Había derramadomuchas lágrimas por ella,más que por cualquier otro de sus hijos. Tener que dejar que se marchara parabeneficiaralosdemásfuelomásduroquehizoensuvida.Más,incluso,quedejarqueadoptaranaHarry,porquesabíaqueaélloibanaquerercomoaunhijo.
—Eresunapersonadeluz—dijomirándolaalosojos—.Nocabeelrencornielodioenti.Siemprenosmirasteconamor,apesardequedejamosquetellevaranconellos.Perotienesqueentenderqueniunsolodíadenuestravidadejamosdepensarenti,enloqueharías,enloquesentirías…
Tracylaabrazóconfuerzaparaquedejasedehablarasí,sentíaquesuresistenciaalaslágrimasnoduraríamuchomás.
CuandoSamanthaentróenlacasadesutíanopudoevitarelgestodesorpresa,olíaacerradoyapolvoysepercibíaunadejadezabsoluta.Alllegaralsalónlacosanomejoró, las cortinas cerradas y aquel olor a rancio hicieron que se le removiese elestómago.
—TíaFelicia—lallamóalverlaadormiladaensusillón.Recorrió los pasos que le faltaban hasta la ventana, descorrió las cortinas y la
abrió de par en par. Felicia la miró adormilada y mostró su disgusto por tantaclaridad.
—Déjameenpaz—dijovolviendoacerrarlosojos.Samynohizocasoysiguiódescorriendocortinasyabriendoventanas.Colocólos
muebles que interceptaban el paso como si alguien los hubiese pateado y enderezóalgunafiguracaída.Despuésarrastróunsillónparacolocarlofrenteasutíaysesentódelantedeellaconelbolsoapoyadoensuspiernasymuyerguida.
—¿Asíescomopiensassolucionareldesastrequehascausado?—dijomirándolaconseveridad.
—Vetealamierda—dijoFeliciamirándolaconindiferencia.—¿Cuándo vas a dejar de comportarte como una resentida? ¿Es que no ves a
dóndetehallevadoeso?—¿Quésabrástúdemí?—dijocondesprecio—.¿Quésabenadiedemí?Samylamiróconatención.—Estoyaquíporquemeimportas—dijo—,yestoydispuestaaescucharte.Feliciamoviólacabezaincrédula.—Nadiequieresaber,todoshanjuzgadoycondenadoalahorribleFelicia—dijo
empezandoallorar—.Todostienenclaroquesoyundemonio.—Esoesloquehasdejadoquecrean—dijoSamysinmoverniunpelo—.Túte
hasesforzadoduranteañosenquecreaneso.Felicia apoyó la cabeza en el sillón y cerró los ojos dejando que las lágrimas
cayeranporsusmejillasaborbotones.—Es el papel queme dieron en esta historia—susurró—.Desde quemuriómi
madre…SoloJillianimportaba.¿Quémequedabaamí?¡Serlamala!¡Soloeso!—¿Eso es lo que te dices para poder dormir por las noches? —dijo Samy
moviendo la cabeza, decepcionada—. Suponiendo que duermas, claro. ¿No haspensadodejaratráselpasadoyserlapersonaquerealmentequierasser?
—Túnosabesnada.—Feliciainsistíaenregodearseensuautocompasión.—No,nosénadade loque tehizoserasí,pero sí sé loquehashecho tú.Y, lo
siento, tía, pero no tienes ninguna excusa para eso —dijo—. Tracy ha sido buenacontigo,apesardequenuncalemostrasteaprecio.Nomeimportaunamierdasifuistedesgraciada cuando eras una cría, eso no tiene nada que ver con Tracy. Deja deautocompadecerte, deja de lamerte esas heridas que ya están más que cicatrizadas.¡Levántateydevuélveleunamínimaporcióndetodoloqueellatehadado!—gritóconfiereza.
LaslágrimasdeFeliciasesecarondegolpe.—Cuando hayas hecho las cosas bien es posible que encuentres a alguien que
quieraescucharesosmotivosquedicesquetienes—dijoSamyponiéndosedepie—,perohastaentonces,levantaelculodeesesillónyarréglate.Mihermanoymimadreteesperanencasa.Nathantieneunplan.
Capítulo23Felicia nunca había estado en Florida y definitivamente no le gustaba Orlando.
AtravesólaverjadeentradaquedabaalacasadelosWilcoxyrecorrióelempedradohastalaplazacentralsobrelaquehabíancolocadounatípicafuentedepiedra.
—¡Quéoriginales!—exclamóentredientes.Sedetuvofrentealapuerta,peroantesdellamarunestiradomayordomoabrióyle
dijoquelaesperaban.Feliciasepreguntósitendríanaaquelpobrehombreasomadoaunaventanaesperandosullegada.
El hall era completamente de mármol, paredes y suelo, y dos escaleras curvassubíana laplantasuperior.AFelicia laacompañaronhastaunsaloncitoenelque laesperabanRichardyKate.
—¡Felicia,quéalegríanosdaverte!—dijoKateacercándoseabesarla.—Tuvimosnoticiasdetuenfermedad—dijoRichardacercándosetambién—,nos
alegramosdeverqueyaestásbien.—Bueno, todavía no estoy fuera de la lista fúnebre —dijo Felicia sentándose
dondeleindicaban—,perocadavezocupounlugarmásabajo.—Esta enfermedad no distingue a nadie, ataca por igual a todo elmundo—dijo
Katecomosinopudiesecreerlo.—¿Vosotrosestáisbien?—preguntóFeliciaporcortesía,aunquelaverdadesque
leimportabamásbienpoco.—Muybien,muybien—dijoKate.—¿Habéis encontrado ya algo en lo que emplear vuestros esfuerzos?—preguntó
conunasonrisamásfalsaqueundólardemadera.—Puessí—dijoKate—,camposdegolf.Feliciafruncióelceño,peronodijonada,noestabaallíparacharlarsobrecosas
quenoleinteresaban.—Os preguntaréis a qué he venido—dijo y esperó hasta que los dos hermanos
asintieron—.Podríahaberdejadoestoenmanosdemisabogados,perohepreferidoveniryopersonalmenteporquenomefíodenadie.Quierocompraroselrancho.
—¡Oh!¡Perfecto!—Katediopalmasysaltitosensuasientoalmismotiempo.Richard,encambio,entrecerrólosojosescudriñandocadagestodeFelicia.—¿Yquéhapasadoparaquehayascambiadodeopinión,Felicia?—preguntó.Llevaba la historiamuybien estudiaday también la expresiónde su rostro, solo
teníaqueceñirsealguión.—Mehanhechodarmecuentadequecometíunenormeerror.Elranchonotiene
valoreconómico,perosílotienesentimental.Allínaciómipadre,nacimosmihermana
yyo,allícrecimos…—Claro,claro—dijoKate—,loentendemosperfectamente.—Harry, algún día, querrá conocer la historia de su familia —siguió diciendo
Felicia—.¿Yquémejorquepoderdisponerdelacasaylastierrasquefuerondesuabuelo?Noséenquéestabapensandocuandooslavendí,perolaenfermedadmehahechorecapacitar.
Katesonrió,peroalmirarasuhermanosesorprendió,noparecíanadacontento.—Precisamente ayer estuvimoshablando,mihermanayyo—dijo él—, sobre el
dineroquehabíamosperdidoconesacompra.Feliciaviolaslucecitasdealarmaencendiéndoseunatrasotra,mientraslaarruga
enelceñodeKatesehacíamásprofunda.—Invertimosmuchodineroenarreglar loscercados,enhabilitar lascaballerizas
quetupadreyaprácticamentenoutilizaba.Inclusohicimosmejorasenlacasa…—Entiendo…—dijoFeliciapreparándose.—Tetenemosmuchoaprecio,Felicia,ynadanosgustaríamásqueregalartetodas
esascosas,peroestamosteniendomuchosgastosconelproyectodeloscamposdegolfynecesitamoseldinero.
—¿Ydecuántodineroestamoshablando?—preguntóFelicia.—Pues,calculándoloasíporencima,ayerllegamosalaconclusióndeque,aunque
un veinte por cientomás no compensa todos los gastos, dejaría las pérdidas en unacantidadaceptable.
—¡Unveinteporcientomás!—exclamóFeliciaexagerando todo loquepudo—.¡Yonopuedoasumiresegasto!
—¿De verdad no podemos hacer un esfuerzo, hermano?—preguntóKate viendopeligrarlatransacción.
—No,Kate,nopodemos—insistióRichard.Feliciasepusodepieysuspirócomosiestuvieseagotadaporelesfuerzo.—Nomeconvienetenerdisgustos—dijoponiendocaradecompungida—.Nome
esperaba esto, la verdad.Necesito descansar después del viaje, así quemequedaréestanocheenOrlando.HecogidounahabitaciónenelWaldorfAstoria,sicambiáisdeopinión,llamadmeantesdelasdiezdelamañana.
—Lo siento, Felicia —dijo Richard acompañándola hasta la puerta con Katesiguiéndolosdecerca—.Esperoquecuandoestéstranquilaenlahabitacióndetuhoteltedescuentadequeloqueteofrecemosescompletamentejusto.
Losdoshermanos lavieronatravesar lentamente laplazay seguirporel caminohacialaverja.
—¿Estás locooqué?—dijoKate cuandocerraron lapuerta—. ¡Podíamoshaberrecuperadonuestrodinero,imbécil!
Richardsonrióperverso.—¿Te crees que Felicia iba a venir hasta aquí, sola y enferma, si no estuviese
dispuestaapagarloquelepidamosporrecuperarsurancho?—dijo.Suhermanalomirósorprendido.—Teaseguro,hermanita,querecibiremosunallamadadesdeelWaldorfyFelicia
Harbordpagaráloquelehemospedido.—Nonosgastamostantodinero—dijoKatetorciendoelgesto.—No,peronuncavamalunextradeefectivo.
CuandoFeliciallegóasuhotel,lepidióalrecepcionistaquesubiesenunacajadebombones a su habitación. Con la medicación no podía beber alcohol, pero losmédicosnohabíandichonadadelosbombones.
Cerrólapuertadelahabitaciónconelpieylanzóloszapatossobrelaalfombra.Hacíamuchotiempoquenollevabatacones.Sequitólachaqueta,latirósobreelsofáquehabíafrentea laventanaysequedóobservandoelcielotraselcristalhastaquealguientocóasupuerta.Fueaporsusbombonesylediounapropinaalcamareroporsubirlos.Despuésfuehastaelsofá,sedejócaerycolocólospiessobrelamesitaquehabíadelante.Abrió lacajae ibaaelegirunbombóncuandoseabrió lapuertaquecomunicabasuhabitaciónconladeallado.
—Pareceque losWilcoxnoson tanamigosnuestroscomoyocreía. ¿Teapeteceuno?—dijomostrándolelacaja.
—EsNathanHarbord—dijoRichardasuhermanamirandolapantalladelmóvil.—Quéraro,¿no?—dijoKateestirandoelbrazoparaqueledieseelteléfono.—Losientohermanita,peromellamaamí—dijoRichard—.Seguroquetienealgo
queverconFelicia.Katemostróunaexpresiónmalhumoradaylehizoungestoparaquerespondiese.—Nathan,quésorpresa—dijoRichard.—HolaRichard,mealegrahaberpodidolocalizarte.—Nathanparecíanervioso.—¿Ocurrealgo?—preguntóutilizandountononeutro.—¿HasvistoamitíaFelicia?—preguntóNathan.—Sí,precisamentehaestadoaquíestamañana…—¡PorDios,dimequenolehasvendidoelrancho!—exclamóNathan.—Nnnno…, aunque he de decir que estabamuy interesada—dijomirando a su
hermanaconexpresióndesconcertada.—¿Interesada?¡Niseteocurrahacerlecaso!—gritóNathan—.Miraquemipadre
hablóconellaparaquitárselodelacabeza,perocomoestátanenfermaesmuydifíciltratarestascosas,noqueremosdisgustarla…
—Medijoquequiererecuperarloparaquesuhijo…—Ya,yameconozco lacanción—lecortóNathan—,peroesqueese ranchoes
una ruinayno loqueremosdeningunamanera.No te enfades,Richard, lo sientodeverdad,peronosotrosnolosabíamoscuandotelovendió.
Richardentrecerrólosojos.—¿Meestásdiciendoqueelranchonoeraunabuenacompra?—No quiero que pienses que os engañamos, no fue así, cuando lo vendimos no
sabíamosquelatierranoeracultivable—dijoNathan—.Tampocoesquevayaaserparasiempre.
—¿Parasiempre?—preguntóRichard.—Calculan que en unos cincuenta o sesenta años podrá volver a dar un buen
producto.Richardsesentóenunabutacallevándoselamanolibrealacabeza.—¿DequéestáshablandoNathan?—Pensabaqueoshabríanenviado la carta, igualqueanosotros.Elgobiernode
Texashahechounestudiodelsubsuelo,envióunavisoatodoslosranchosimplicados.—Nathanhizounapausadramática—.LasdelranchoBellgardsontotalmenteinútilesparacosecharlas.
—Pero…, bueno—Richard no sabía cómo procesar aquella información—. Sepodráutilizarparaotrascosas,paraganado,caballos…
—¡Uffff!—exclamóNathan al otro lado—. Poniendomucho cuidado en que lasresesy loscaballosnocomanpasto,por supuesto.Peroanosotrosnonos resultaríarentable un rancho en esas condiciones. Y, entre tú y yo, no creo que a muchosrancherosseloparezca.
—¿Quieres decir que tendremos problemas en venderlo? —preguntó Richardentrecerrandolosojos.
SehizounsilencioalotroladoyNathantardóunossegundosenresponder.—Richard,tuhermanayyohemostenidounarelación;osaprecioylosabes—dijo
soltandoun ligerosuspiro—.Nosotrosnoharemosnadaparaperjudicaros, tantomispadrescomoyomismohemoshabladodeestoynointerferiremossiintentáisvenderlo.Pero entiende que para nosotros sería una como arrastrar una bola de presidiariodurantemásdecincuentaaños.
—¿A vuestro rancho no le ha afectado?—dijo el otro incrédulo mirando a suhermanaqueesperabaansiosa.
—Pordesgracia, sí.La franja que linda con las tierras del abuelo también estáncontaminadas —dijo Nathan—. Ya hemos empezado a trabajar para cercarlas ymantenera losanimalesalejadosdeese terreno.Ademásmipadrepiensa invertir loquehaga falta en tratarde acelerar el procesopara recuperarlas.Ese esotrode losmotivos por los que no queremos cargar con el peso de esas tierras, bastante gastovamosatener…
—¿Yeseestudioespúblico?—preguntóRichardpreocupado.—Loseráenunasemana,es loquemehandichoen laoficinadeagricultura.Si
entrasenlawebdelgobiernodeTexasverásquehablandelinforme—dijoNathan—,peronotepreocupes,enunospocosdíaslotendrásentusmanos.
—¿Ytúcómolosabessinoespúblico?—preguntóreceloso.—Tengomis fuentes—dijoNathan—.Una compañera de universidad trabaja en
Agriculturayhaparticipadoeneseestudio.—No puedo creérmelo, Nathan, lo siento, pero no —dijo Richard volviendo
barajarlascartas.—Comoquieras—dijoNathan,tranquilo—.Noesmiproblemaquemecreasono,
miúnicoproblemaesmitíaysulocuradequerercomprarelranchoapesardetodo.—Poresonotepreocupes,novoyavendérselo—dijoelotro.—Lo sé. En serio, tío, no olvidaré este gesto por tu parte. Te aseguro que os
ayudaremosenloquepodamosconelrancho—dijoNathanvisiblementealiviado—.Tampocoesqueseaunatragediaparavosotros,despuésdeloquehabéisheredadodevuestroabuelopodéisusarelranchocomocasadevacacionesodejárseloavuestrosamigos.
Nathanseriorelajado.—Yque lo digas—dijoRichard riendo también—.Te aseguro que nome va a
quitarelsueño.—Debíimaginarmequeosdaríaiscuentadequemitíanoestababien,perotejuro
que cuando supimos que se había ido para allá, nos dio un pasmo a todos—dijoNathan—.Vale,puestedejo.Unabrazo,tío,ydalemuchosrecuerdosaKate.
—Selosdaré.Unabrazo—dijoRichard.CuandoRichardcolgó,Katelomirabaimpaciente.—¿Quétehadicho?RichardlehizoungestoparaqueesperaseyfueaporsuTablet.Entróenlapágina
delgobiernodeTexasybuscóalgunanoticiasobreelestudioalquesehabíareferidoNathan. Y allí estaba, en el apartado de Registros del Gobierno: Informe sobre lacalidaddelsubsuelo,yentreparéntesis:próximamente.EsonosignificabaquetodoloqueNathanlehabíadichofuesecierto,pero¿ysiloera?Podríaperdermuchodinero,nadie les compraríael ranchodespuésdeun informecomoese.YFelicia loquería.¿Estaba dispuesto a arriesgarse a perder todo el capital por no tener un veinte porcientomás?
—TengoquehablarconFelicia—dijoRichardcorriendohacialapuerta.—¡Llámalaporteléfono!—exclamóKatecorriendotrasél.—No,tengoqueir,lallevaréaveranuestrosabogadosinmediatamente.Tenemos
que hacer que firme la compra cuanto antes.—Se volvió antes de salir—. Llama aJohnson,dilequeestaremosensudespachodentrodeunahora.
Katecorrióenbuscadesuteléfono.
—Vienehaciaaquí—dijoNathan—.Esperoqueloconsigas.—Descuida—dijoFeliciadejandolosbombonessobreelsofá.Sehabíacomido
lamitaddelacaja.—Estoysegurodequesusabogadosyaleestánpreparandolospapelesdelaventa.
—Nathansesentóenelsillónquehabíafrenteaellaypusolospiessobrelamesilla.—Tútencuidadodenohacerruidocuandosuba,sitedescubrehabremosperdido
unaexcelenteoportunidad—dijoFelicia.Elteléfonodelahabitaciónsonó.—¿Sí?—dijoFeliciaaldescolgar—.¿ElseñorWilcox?Estoymuycansada,dígale
quesinoesalgoimportante,mejorquevengaestatarde.Hubounapausaenlaconversación.—Estábien,puesdéjelesubir—dijoFelicia,ycolgóconunasonrisa.Nathan se levantóy caminóhacia elbaño.«Bonitabañera»,pensóentornando la
puertaparapoderescucharlaconversación.
Capítulo24EltaxisedetuvoenlacalleAhuizotl,deSaltillo,frenteaunacasitadedosplantas.
Feliciabajódeltaxidespuésdepagaralconductorysequedóunmomentoallíparada,hastaqueelvehículodesaparecióporladesiertacalle.Nopudoevitareltemblordesusmanosalpensarqueprontoibaaestarfrenteaelladespuésdetantosaños.Miróhacialacarreterayvioqueunhombrelaobservaba.Nosabíasierasuaspectooelhecho de verla parada delante de la casa lo que había llamado su atención, pero ledieronganasdepreguntarlequémiraba.Atravesólapuertametálicayavanzóhastalaentradadelacasa.Eraexactamentecomolahabíaimaginado:luminosaydiáfana,conhierroforjadoenlasventanasyguardandotodalainformaciónparalosdedentro.
Tocóenlapuertaconlosnudillosyesperó.Estabaunpocomareadaycansadadelviaje, necesitaba sentarse y beber algo fresco. Nadie contestó y después de unossegundosvolvióatocarenlapuerta,ahoraconmásfuerza.Unospasosleanunciaronelinminenteencuentroysepreparó,sindarsecuenta,dandounpasoatrás.
Jilliannopareciósorprendersealverlaallí.—Felicia—dijoydespuésdeunossegundosseapartóparadejarlaentrar.Su cruzó el umbral con paso tranquilo. Sentía una enorme curiosidad por cómo
sería el hogar soñado de Jillian. La casa que había comprado con su dinero. Loprimeroquepercibiófueelolorfrescoaaloeveraysonrió,aquelolorlerecordabaasuniñez.Atravesólapequeñaentradayseencontróenunsalónamuebladocongusto,nadarecargado,conmueblesdemadera,sencillosperofuertes.Jillianleindicóquelasiguiera.
—Estoypreparandolacomida—dijoysiguiócaminandoseguidadeFelicia.La cocina era amplia y la luz de la mañana entraba a raudales a través de las
puertasdecristalquedabanaunbonitojardín.—Siéntateahí—dijoJillianseñalandounamesaconsillas—.No te importaque
sigapelandolaspatatas,¿verdad?Felicianegócon la cabezay se acercóa lapuerta abiertadel jardínparaver el
exterior.—Hasplantadounmontóndealoe—dijo.—Sí—dijoJilliancogiendoelpelapatatas—.PreparoelgeldelaabuelaBetsyy
lo vendo en unmercadillo naturista. Tuvieron que analizarlo en un laboratorio paraasegurarsedequenopodíaperjudicaranadie,antesdedarmeelpermiso.
Feliciasevolvióhaciaellasorprendidaydespuéssesentóenunadelassillas.—¿Teacuerdasdelareceta?—preguntó.Jillianasintió.
—Yolaayudabaaprepararlo,¿recuerdas?—dijosonriendo.Era cierto, Jillian estaba muy unida a la abuela Betsy. Y a su padre, también.
FeliciamiróhaciaeljardínpensandoquetodosqueríanaJillian.—¿Quierestomaruncafé?—preguntólaanfitriona.—Preferiríaalgofresco—dijo.—Cogeloquequierasdelanevera—dijoJillianmostrandolapatataqueteníaen
lamano.Feliciaselevantó.—Tracynoestá—dijosumadre.—¿A qué hora llega? —preguntó Felicia sacando un refresco de cola—. ¿El
abridor?Jillianleseñalóelcajónysiguiópelandopatatas.—Sobrelaunaestaránaquílostres—dijo—,havueltoaltallerconsupadreycon
Mario.Feliciaasintióymiróelreloj.Eranlasonceymedia,teníatiempo.—¿Cómoestás?—preguntóJilliansinapartarlavistadelaspatatas.—Tengocáncer—respondióFelicia.—Losé.—Puesyatehacesunaideadecómoestoy.Jillianasintió—Supongo que Tracy ya te habrá contado toda la historia—dijo sentándose de
nuevo,sujetandolabotellasobrelamesa.—Supongo—respondióJillian.—PapáqueríaqueelranchofueseparaTracy—dijoFeliciaybebióunlargotrago.—Perotúseloocultaste—dijoJillian.Fuehastaelfregaderoylalavólaspatataspeladaantesdeecharlasenlaollaenla
quehervíaelagua.Despuésseacercóalacafetera,sepreparóuncaféysesentófrenteasuhermana.
—¿Notepreguntasnuncacómohemosllegadoaesto?—preguntóJillian.Felicianegó.—Lasdossabemoslarespuesta—dijo.—¿Conlaedadquetienesyloquehasvividoaúnnohaspodidodejartodoaquello
atrás?—preguntóJillianconcuriosidad.—Supongoqueesmásdifícilparaquiénpierde—respondióFelicia.—No perdiste, hermana. No se puede perder lo que nunca ha sido tuyo—dijo
Jillian.—Touché—respondiólaotra.—Aunasí,séquetehicedaño—dijoJillian.Felicia bajó la mirada centrándose en el contenido de la botella. No estaba
preparadaparaescucharaquellodespuésdetantosaños,apesardelmillóndeveces
quehabíafantaseadosobreello.—¿LograstequereraSam?—preguntóJillian.Felicialevantólamiradaconaltivez.—¿Importaeso?—preguntó.—Amímeimporta.Feliciaasintiósindemasiadoentusiasmo.—Dealgúnmodo—dijo.Jillian comprendió que la respuesta era no y sintió más hondo el peso de su
corazón.—¿Porqué lohiciste?¿Porqué tecasasteconél?—preguntóal fin—.Nuncahe
conseguidoentenderlo.—Losé—dijoFeliciasonriendocontristeza—.Nuncaentendistenadadeloque
hacíanlosdemás.—Explícamelo—dijoJillian.Feliciaseencogiódehombros.—Después de que Walter me dejase tirada no me quedaba nada —dijo
encogiéndosedehombros.—Estabadespechado,yomehabíaenrolladoconsumejoramigo,nosabíaloque
hacía—dijoJillian.Feliciaasintiósonriendoconlamismamiradatriste.—Ni te imaginas lo que sentí cuando me cogió de la mano para que nos
marcháramos de la fiesta juntos—dijo con los ojos secos.Aquellas lágrimas ya sehabían evaporado—.Todavía a veces lomiro cuando nome ve y pienso en lo quehabríapasadodespués,sitúnotelohubiesesllevadodeallí.
Jilliannegóconlacabeza.—Séquesiempremehasodiadoporaquello,peroaunquenolocreaslohicepor
ti.Suhermanasonriócontristeza.—Túeraslaperfecta,lahermosaJillian,alaquetodosquerían.Eraslapreferida
depapá,lamásqueridadelaabuelaBetsy,deWalter…—dijoconserenidad—.Yyotequeríatantocomoellos.
Jillianextendiólamanoparaponerlasobreladesuhermana,peroellaseapartórápidamente.
—Aquelveranotepreguntési lequeríasymejurastequecomoaunhermano—dijo Felicia mirándola con fijeza a los ojos—. Pero la noche de la cosecha teenrollasteconJacobporqueWalternoseseparabademíyatinotehacíacaso.
—Nuncaquisehacertedaño,Felicia.Hasguardadounrencorinfundadotodosestosaños.TútambiénmehicistedañocuandolecontasteapapálomíoconRoberto.Nosobligasteahuir…
Felicialevantódenuevolabarbillaconaltivez.
—Ynosabes loquedisfrutéalversuexpresión.Aquellamirada incrédula…—Moviólacabezasonriendoconmalicia—.Fuecomocobrarmetodoslosañosquenomequiso,apesardelomuchoquemeesforcé.
—¿Y no has pensado que quizá fuese ese tu error?—dijo Jillian—. ¿Esforzartetantoparaquetequisieran?
Felicialamiróconironía.—Esolodicestúquenonecesitabashacernadaparaquetodoscayesenatuspies.—No estás siendo muy conciliadora que digamos —dijo Jillian sonriendo con
miradacínica.—Soyconscientedemimezquindad—dijoFeliciaconsinceridad—,peroesque
estar tan cercade lamuertemehadadounaperspectivaque antesno tenía.Fui unaestúpida inmadura y dejé quemi baja autoestima guiasemis pasos.Estaba ávida deamor,ansiabasertú.
Comenzó a dar vueltas a la botella, sobre lamesa,mientras observaba como elpocolíquidoquequedabasemovíadentrodeella.
—Ytambiénsoyconscientedequetúerasunaestúpidainmadura,quedejóquesuelevadaautoestimaguisasesuspasos—sentenció—.Ladiferenciaentretúyyo,ahoraséqueeramuchomáspequeñadeloquejamásimaginé.Noshicistedaño,aWalteryamí,porquetedejamoshacerlo.Siempreesasí—dijomirándolatambiénconunacínicasonrisa—,cuandounonosedefiendeestápermitiendoquelohieran.
Jillianserecostóenlasillaycruzólosbrazosfrenteasupecho.—Nosécómotomarmeeso—dijo.Feliciasonriómásabiertamente.—Tómatelo como quieras. Las cosas no son tan complicadas como a veces
queremos hacer creer. Tú eras feliz siendo el centro de todo. Te gustaba ser lapreferida, la deseada. CuandoWalter se enamoró de ti, no te interesó, era un éxitodemasiado fácil, era más de lo mismo. Pero cuando decidió buscar en otro lado yconseguíquesefijaseenmí,entoncesfuecomosiunrayotepartieseporlamitad.Nopudistepermitirlo.Aquellafueunaescenamuybienestudiada,élparecióresistirsealprincipioporqueenelfondocreoqueeratanconscientecomoyodetujuego.Perotequeríademasiado.
Jillianmoviólacabezasindejardemirarla.—Siguescreyendoquemelollevédeallíparahacertedaño—dijomuyserena—.
Noentiendo cómohaspodido alimentar esamentira tantos años.Fui a verte aquellamañana,¿nolorecuerdas?Intentéexplicarteporquélohabíahechoymeechastedetucuartoapatadas,literalmente…
Feliciaempalideciómientrassuhermananoapartabalamiradadesusojos.—Teacostasteconél—dijoJillian—,fuetuprimeravezynoestuvobienquese
aprovechara de tus sentimientos. Estaba confundido, pero sé que no quería hacertedaño,melodijo.Hablamos,hablamostodalanochecomolohacíamosantesdetoda
aquellamierdadelamor.Feliciaapartólamirada,peroJillianlacogiódelamanoparaobligarlaamirarla.—YoqueríamuchísimoaWalteryloperdíalenamorarsedemí,loúnicoqueme
hizodudardemissentimientosfueeldeseoderecuperaralamigoquehabíaperdido.NomeenrolléconJacobporquequisierahacerledaño,lohiceporquequeríaborrarlaconfusiónquesentíaenmicabeza.YosabíaquenoestabaenamoradadeWalter,perolacertezadequeyanuncaestaríaahíparamícomohabíaestadosiempre,mevolvíaloca.—Mirólasmanosdesuhermanaentrelassuyasmientrashablaba—.Cuandoviquehabíaisdesaparecidodelafiestaimaginéloqueestabaocurriendo.Nopodíadejarqueteutilizase,Felicia,erasmihermanaytequeríamuchísimo.
Felicia negó con la cabeza tratando de impedir que todo aquello entrase en sucabezaybarrieselosrecuerdosqueellahabíaidotejiendoduranteaños.
—Debesenfrentarte a laverdad,Felicia—dijo Jilliancomosipudiera leerle elpensamiento—.Hasestadoalimentandounamentiraduranteaños.Noesciertoqueyofuese la favoritade todos,papá tequeríamuchoy laabuela también.Y,desde luegoerasmifavorita.PeroWalternoteamaba,tansolobuscabaunasustitutayyonopodíapermitirquefuesestú.Habríassidomuydesgraciadaconél.
—Claro,porquedespuésdeaquellohesidounapersonamuyfeliz—dijo.—Loquehicisteapartirdeentoncesfuedecisióntuya—dijoJilliancondureza—.
Te equivocaste al juzgarme y veo que encadenaste unos cuantos errores a esaequivocación.
—Samme quería y yo fui una buena esposa para él…—Se defendió mientrastratabadeasimilarloquesuhermanaledecía.
—Mírame,Felicia—dijoJilliandándolesuavesgolpecitosen lamanoque teníacogida—.Sientomuchoquehayasvividotodosestosañoscreyendoquequisehacertedaño,porqueporeseestúpidopensamientonosperdimoslaunaalaotra.
—¿Teacostasteconélaquellanoche?—preguntóFeliciasinapartarlosojosdesuhermana.Simentía,losabría,nopodríaengañarla.
Jilliannegóconlacabeza.—No, nuncame acosté con él—dijo con una triste sonrisa—.Y aquella noche
llorócomounniñoporloquetehabíahecho.Tequería,peronoestabaenamoradodeti.
Felicia sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas y los cerró tratando decontenerlas.
—Nopasanadaporquellores—dijoJillianconlavozentrecortada—,laabuelaBetsydecíaquelloraresbuenoparalimpiarlosojos,¿recuerdas?
Feliciasonrióalrecordarymiróasuhermanadenuevo.—Nofueelprimero—dijoconaltivez.Jillianfruncióelceñosincomprender.—MeacostéconDevonThackeraytresmesesantes—dijoFelicialevantandouna
ceja.Jillianabriólabocasorprendidaydespuésdeunprimermomentodesorpresa,se
echóareíracarcajadas.
Capítulo25—Estásmuyapagada,hermanita.Berto y Tracy estaban sentados en el porche. Tracy era siempre la última en
acostarseyBerto,sequedóaacompañarla.Eraelprimerfindesemanaquepasabaencasa después de marcharse a San Francisco. Había escuchado toda la historia delranchoycomprendióquesuhermanateníamuchoquedecidir.
—¿Quépiensashacer?—preguntó.—¿Respectoalrancho?—preguntóTracy.—No—dijo Berto mirándola—, respecto a tu vida. No puedes quedarte aquí,
Tracy,estenoestusitio.Suhermanasonrió.—¿Meestásdiciendoquemevaya?—Sabesaloquemerefiero.Noteconozcomucho,peroaunqueseasmihermana
nohasvividoaquí,tupertenecesaaquellavida—dijoBertoydespuésfruncióelceño—.Enmicabezasonabamuchomejor.
—Séloquequieresdecir—dijoellariendo—,aunqueteexplicasfatal.—Ya sabes que lo mío no es hablar —dijo él, riendo también—. Ojalá Clara
estuvieseaquí,ellatelodiríamuchomejoryconmássensibilidad.Sequedaronunratoensilencio.—Nuestra familia tiene una curiosa historia, ¿verdad? —dijo Berto tras unos
minutos.Tracyasintió.—Laverdadesquenoséquéhacer—sesinceróalfin—.Lehedadotantasvueltas
quetemovolvermeloca.Bertolamiró.—Elproblemaesquenosabesloquequieres—dijo.Ellanegóconlacabeza.—Notengoniidea—dijo—.Tienesrazón,estenoesmisitio.Cuandovolvípara
cuidar aFelicia sentí una emoción tan grande al pisar aquella tierra…Me abracé aCascabelcuandosabíaqueestabasolayllorécomounacría.
—Esnormal,vivistemuchosañosallí—dijoél.—Peroenesacasanuncametrataroncomoalguiendelafamilia—dijoTracy—,
deberíaodiartodoaquello.—Seguroquenotodostetrataronasí—dijoBerto—.Harry,Nathan…Tracyasintióyapartólavistasindecirnada.—Todos necesitamos tener un proyecto, una meta —dijo Berto—. Es el único
mododeavanzar.Noimportacuálseaeseproyecto,Tracy,perodebesencontrarlo.Suhermanaasintiósinapartarlavistadelhorizonte.—¿Ycómoloencuentro?—Empiezaporpensarenlascosasquetellenan.Tracypensóenelloydespuésdeunosminutossevolvióhaciaél.—Quizásímegustaríatenerunrancho—dijo.Bertosonrióyserecostóapoyandolacabezaenlaparedyestirandolaspiernas.
—Conloquetepagotardarásunmillóndeañosenahorrarloquenecesitas—dijoRobertomirandoasuhija.
Estabatodalafamiliasentadaalamesacomocadadomingo,inclusoBerto.—Notengoprisa—respondióTracymirandoasupadreyluegoalosdemás.Sumadrelevantóunaceja,descreída.—¿Qué?—preguntóTracy.—Ahoranotienesprisa—dijosumadre—,peroencuantoconozcasaalguien…—Mamá, ya enfrentaré los problemas según vayan llegando —dijo ella—. De
momentoloúnicoquetengoeselahora,yahoranotengoprisa.—Estábien,perodebemospensarenunmododeconseguirmásbeneficios—dijo
supadre—.Siquierescomprarunranchonecesitamosganarmásdinero.—Yopuedocontribuir—dijoBertoatrayendolaatencióndesuhermana—.Tengo
undineroahorrado…—Yotambién—seunióClara—.Nomepaganmalynotengodemasiadosgastos.—¡Estáislocos!—exclamóTracyaturdida—.Jamáspermitiría…—Nosotrostambiénqueremosayudar—dijoeltíoPablointerrumpiéndola.Tracy enmudeció ymiró a todos los que estaban en lamesa sin poder articular
palabra.—Yo también participo —dijo Mario con una gran sonrisa—. No será mucho
porquemegastéunapastaenlamoto,peropuedescontarconloquetengo.Tracysentíaqueelcorazónleibaaexplotar.—Esta casa —dijo su madre cogiéndola de la mano—, los estudios de tus
hermanos,laropa,suslibros,loszapatos,losordenadores…todofuegraciasatiyaHarry.
—Y todos somos conscientes de que tú hiciste el mayor sacrificio—añadió supadre.
—Dejaddedecirtonterías—dijoTracycasisinvoz—,yaestábien,porfavor.—Estámuybienqueoshayáisofrecido,estoyorgullosadevosotros—dijoJillian
sonriendoasufamilia—.OshedejadohablarporquecreoqueTracymerecíaescucharalgo así. Pero no es necesario que nadie ponga un dólar para comprar el ranchoBellgard.
Jillian se levantóde lamesaquehabíanpreparadocomosiempreenel jardín,yentró en la casa. Tracy miró a los demás, pero vio que todos estaban igual deconfundidosqueella.JillianregresóconunsobreenlamanoqueleentregóaTracy.
—Estoestuyo—dijo.TracyabrióelsobreyvioqueeralaescrituradepropiedaddelranchoBellgard.
SumadreseñalósunombreenelpapelyTracylamirósincomprender.—Estuyo—dijoJillian—,elranchoyaestuyo.Todosmirabanlaescenaenunintensosilencio,sinatreversecasiniarespirar.—Felicia vino a traer los papeles hace dos días. He esperado hasta hoy para
dártelosporquequeríacompartirestemomentocontodalafamilia.Ymealegroporqueno me esperaba su reacción, aunque tampoco me ha sorprendido —dijo Jillianemocionada.
Tracyvolvióaleerlospapelesparaasegurarse.Levantólamiradayrecorrióunaaunalascarasdetodalafamilia.
—Esmío—dijocasisinvoz—,elranchoesmío.—Parecequeyatienestuproyecto,hermanita—dijoBertosonriendodesdeelotro
ladodelamesa.Claraasentía,perolaslágrimasnoladejabanhablar.Marioselevantóyfuehasta
Tracyparaabrazarla,cuandosuhermanaescondiólacabezaentrelasmanostratandodecontenerlossollozos.
—¡PorlosGuzman-Bellgard!—EltíoPablolevantósucopayesperóhastaquelosdemáscogieronlasuyaparabrindar—.¡PorTracy!
—¡PorTracy!—brindarontodosmientrasellasorteabalaslágrimasconrisas.
Jillian se detuvo frente a la puerta de la casa. Todo estaba igual que cuando semarchó, un poco descuidado, pero igual. Tracy se acercó y la agarró del brazomirándola con cariño.Madre e hija entraron en la casa y Jillian no pudo evitar laslágrimas. Los recuerdos la arrollaron pasando por encima de todos los años deausencia,dedolorydeabandono.Seviocorriendoporelsalóncuandoeraunacríayasuhermanabajandoporlabarandilladelaescaleraahorcajadas,mientrassupadrelasregañabaporserdosmarimachos.Caminóhastalabutacaenlaquesesentabasupadretodaslasnochesafumarsupipaycasiescuchóelfuegocrepitarenlachimeneaapagada.Sesentóenelescabelcolocadoalospiesdelsillónydejóquelosrecuerdoscamparanasusanchas.
—¿De verdad mamá era tan buena amazona? —Felicia estaba sentada en laalfombraymovíalostroncosdelachimeneaconelatizador.
—Lamejorque yohaya visto nunca—decía supadre sujetando la pipa enunladodelaboca.
—¿Quiéndenosotrasseparecemásaella,papá?—preguntóJillian.
Su padre la miró muy serio y pensativo antes de responder. Felicia se habíavueltohaciaél,interesadaenlarespuesta.
—Tú,Jillian,eresalegreybrillanteytúFelicia,eresdulceycariñosa.Vuestramadre era todas esas cosas juntas —dijo con tristeza—. Las repartió para quesiemprelatuviesepresentealmiraros.
—Pero no has dicho quién es la mejor jinete de las dos —dijo Jillian nodemasiadoconvencidaconaquellarespuesta.
—Túeresmásrápidayágil—dijosupadreconmediasonrisa—,peroFeliciaesmáseleganteycuidamejorasumontura.
Tracy dejó a su madre absorta en sus recuerdos y pasó revista a toda la casa.RichardyKate lahabíantratadobien.Cuandoregresóalsalón,Jillianseguíaconsupaseoporlamemoria.
—Tengoquesalir—dijoTracy.Jillianlamiróconaquellamelancólicaexpresiónyasintió.—¿Estarásbien?—preguntósuhija.Jillianvolvióaasentir.
Aparcóelcocheenlapuertayapagóelmotor,perosequedóunosminutosdentro.Queríaestarmuyserena.Bajódelvehículoysesubiólospantalones,ibasincinturóncomo siempre y debía haber perdido peso porque se le caíanmás de lo normal. Sepuso la mano a modo de visera para taparse el fuerte sol que la deslumbrabaimpidiéndolever.VioaLeoalolejos,juntoaunadelasvallasysepreguntóquétallehabrían ido a Tallulah los exámenes finales. Se mordió el labio preguntándose quépensaríatodoelmundocuandosupiesenqueelranchoBellgardteníaunanuevadueña.
Suspiródejandosalirelairequehabíaacumuladoensuspulmones,caminóhastalacasayentrósinllamar.
Felicialevantólamiradadesulecturaparaverquiénhabíaentradoenlacasa.—Holatía—dijoTracycuandoentróenelsalón.—Tracy…—susurróalverla.Susobrinaseacercócontimidezysecolocófrenteaella.—¿Cómoestás?—preguntó.—Bien—dijoFelicia.—¿Quédiceelmédico?—preguntódenuevo.—El tratamiento está funcionando —dijo su tía—. Aunque este camino está
plagadodepequeñasbatallasyhayqueganarlastodas.Tracyasintió.—Harrysepondrálocodecontentocuandosepaqueestásaquí—dijo—.Haidoa
montarconelhijodeMacRide,notardaráenvolver.—VoyainstalarmeenBellgard—dijoTracy—.Mimadrehavenidoconmigoyse
quedaráestanoche.—Bienhecho—dijoFeliciasonriendoconternura.—Medijoquehablasteis—dijoTracy.—Sí—dijoFeliciamuyseria.Habíaunagran tristeza en lamiradade su tíayTracyapenas la reconocía en el
rostrocansadoqueteníadelante.—He vivido un montón de mentiras durante años, Tracy—dijo sombría—. No
estoymuyacostumbradaapedirperdón,noesalgoquehayapracticadomucho,peropedírteloatinomecuestaningúntrabajo.Hassidounabendiciónparatodosnosotros,especialmenteparamíyesperoquealgúndíapuedasperdonarmeportodoloque…
—Noquierohablardeesto—lacortóTracy—.Necesitotiempo…—Locomprendo—respondióFelicia.—Voyatrabajarmuchoparavolveraponerenfuncionamientoelranchodelabuelo
—dijoTracyalgoincómoda.—¿YahasdejadodellamarloseñorBellgard?—preguntóFelicia.—Eramiabuelo,aunqueaéllepesara.—Ojalálascosashubiesensidodeotramanera—dijoFeliciacontristeza.Tracyseencogiódehombros.—Denadasirveintentarcambiarelpasado,yalohaceélsolo—dijoTracy—.Es
unafrasequesiempredicemipadre,aunquenosémuybienloquequieredecir.—Mealegromuchodequeestésaquí—musitóFelicia.Tracyasintiósinsaberquémásdecir.—Tengoquemarcharme—dijo.—Podríais venir a cenar aquí esta noche —dijo Felicia poniéndose de pie—.
Harrysepondríamuycontento.Tracynegóconlacabeza.—Loentiendo—dijoFelicia.Tracycaminóhacialapuerta.—Nosiemprefuiunapersonatanhorrible—dijoFelicia.Tracysedetuvouninstante,peronosevolvió.Sindecirnadasaliódelacasa.Ya
habríatiempodetodoeso.
Capítulo26Walterrodeólacasaycaminóporelsenderoquellevabaaloscamposdecultivo
ahora yermos. La había visto de lejos junto al roble que plantó su padre, cerca delriachuelo en el que tantas veces jugaron de niños. Y allí la encontró, sentada en lamismapiedra.
—Jillian—dijoalllegarjuntoaella.Fueunasorpresaparaambosverlomuchoquehabíancambiadoenaquellosañosy
sentir,sinembargo,quenocambiabaennadasupercepcióndelotro.—Walter…—Hapasadomuchotiempo—dijoél,einclinándoselediounbesoenlamejilla.—Unavidaentera—dijoJilliansonriendo.—Teveobien—dijoél.Jillianvolvióaasentir.—Loestoy.¿Ytú?Ahora fueélquienasintióyJilliansevolviódenuevoamirar las tierrasquese
extendíanhastaelhorizonte.—Esextrañoestaraquídenuevo,despuésdetantotiempoyverquetodoestáigual
quecuandomefui—dijo.—Bueno,igual,igualno—dijoél—.Algranerolefaltanunoscuantosmaderosya
lacercadeRiverdownotrostantos.Ademásyanohaycaballosyloscampos…—Vale,vale—dijoellariendo—.Peroestapiedrasigueancladaalsueloyenel
mismositio.JillianseñalabaellugardondehabíaestadosentadayWalterseriotambién.—Cierto,esapiedranosehamovido—dijo.—Demosunpaseo—dijoJilliancogiéndosedesubrazo.Caminaronensilencioduranteunrato,Jilliandisfrutandodeunasuavemelancolía
yWaltertratandodeasimilarelmomento.—Al principio eché mucho de menos todo esto—dijo ella—. Fue muy difícil
adaptarmisojos,acostumbradoscomoestabanamiraralolejos.Walternodijonada,habíapuestouncandadoasuspalabrasysujetabaconfuerza
lallaveensuapretadopuño.—Pensarás que soy horrible por no haber venido al funeral demi padre—dijo
ella.—Creíquevendrías—dijoélamododerespuesta.—Podíaperdonarleloquemehizoamí,perojamásleperdonaréporcómotratóa
Tracy—dijoJillianconseveridad.
—Loshijos…—dijoWalter—,haríamoscualquiercosaporellos.Jilliansonrióalmirarlo.—TuhijoNathanesungranchico—dijo.Walterasintióorgulloso.—Separecemuchoati—dijoella.—Esmuchomejorqueyo—dijoél.El sol estaba empezando su viaje de descenso hacia la otra parte del mundo y
Jillianseñalóunaspiedrasparasentarse.—Has tenido una vida dura —dijo Walter sentándose junto a ella—. ¿Te
arrepientesdealgo?Jilliansonriósinmirarlo.Esperabaalgunapreguntacomoaquella.Apoyólacabeza
ensubrazoalmirarloylopensóduranteunossegundosantesderesponder.—No, nome arrepiento de nada—dijo—. Lo que hiceme ha traído hasta este
presenteynocambiaríanadademividaahora.Walterasintió.—Entonceseresfeliz—dijo.Jillianasintió.—Sí,soyfeliz—dijo.Waltermiróalolejospensativo.—¿Ytú,Walter?¿Eresfeliz?—preguntóella.Elhombrelopensóduranteunossegundos.Noeraalgoquesehubieseplanteado.—Creoquesí—dijo—.Lamuertedemihermanofueungolpe insuperablepara
mí,creoquemeagrióelcarácter,peroporlodemás,nomequejo.—Sí,algomehandichodequetehabíasvueltoungruñón—dijoJilliansonriendo.—No he sido muy agradable con Tracy, supongo —dijo—. Me recordaba
demasiadoasumadre.Jillianlomirófrunciendoelceño.—¿Ytanmaloeraeso?—preguntóella.—Bueno,mehacíaestaralerta,sécómolasgastanlasBellgard.YTracy,encima,
estambiénunaGuzmán.Doblepeligro.—Veoqueesavenasiguelatiéndoteenlasien—dijoJilliansonriendo.—¿Roberto, Jillian?—Walter lo dijo al fin—.Erami hombre de confianza.Me
pusisteenunasituación…—Meenamoré—dijoellaencogiéndosedehombrosyalsonreíraquelloshoyuelos
borraronelceñofruncidodeWalter.—Notienesentidodiscutircontigo—dijoél—,veoquetúnohascambiadonada.—Teequivocas,síquehecambiado—dijoJillianponiéndosesería—.Tuveque
renunciaramihijo,dejéquemihijamayorsemarchasetambién,todoporelmiedoquetenía denopoder levantar cabezapor nuestros propiosmedios. ¿SabesqueRobertointentótrabajarenotrosranchos,peronadiequisocontratarlo?
—Noteníaniidea—dijoWalterconsincerasorpresa.Jillianasintió.—Mi padre se encargó de hacer correr la voz de que contratarlo enemistaría a
cualquieraconlosBellgardylosHarbord.Esincreíblelorápidoquecorrenlasmalasnuevas—dijo pensativa—.EnMéxico tuvo que conformarse conmalos trabajos depeónyesofueminandosuconfianza.Empezóabeberyaemborracharseyesohizoqueperdiera un trabajo tras otro.Cuando acudí ami hermana, estaba desesperada, teníacuatrohijosyotroencaminoymipanoramaeradesastroso.
Waltermirabaalsuelojugandoconunarama.—Puedesdecirloquepiensas,nomeromperéporquemecritiques—dijoJillian.Elhombrelevantólacabezaylamiróalosojos.—¿Porquétuvistetantoshijos,Jillian?—preguntó—.Siasíestabanlascosas,no
deberíashabertraídotantosniñosalmundo.—Roberto esmuy creyente—dijo ella—, para él los hijos eran una bendición.
Queríalacasallenadeniños.—Peronoeraunadecisiónqueleatañesesoloaél—insistióWalter.—Tienesrazón—dijoJillian—,tienestodalarazón,ycuandoentregamosaHarry
se acabó. Juré que no volvería a quedarme embarazada y así fue. Pero, ¿sabes unacosa?Ahoramealegrotantodetenerlosatodos…
—¿InclusoaHarry?—preguntóélsinánimodesercruel.—InclusoaHarry—dijoellacontristeza.—¿Poresohasvenido?Jillianasintió.—Puesvamos,sédóndeencontrarlo—dijoWalterponiéndosedepie.
Harry cepillaba su caballo subido enunabanqueta.El niño teníabríoyhacía eltrabajoconganasmientraslehablabaalanimalcomosifueseunamigo.
—Ianhaestadomejorqueyo,yalosé—decía—,peroesunañomayorqueyoyesosenota…
—¡Harry!—lollamósutío.Elniñosevolvióysonrió.—Hola,tíoWalter—dijo.—Ven,quieropresentarteaalguien.Elniñobajódelabanquetaydejóelcepillosobreellaparaacercarsedespuésa
ellos.—EstaesJillianGuzmán,lamadredeTracy—dijoWalter—,ytambiénlatuya.HarrylamiróentoncesdeotromodoyJilliandiounpasohaciaél.—Hola,Harry,¿cómoestás?—dijotendiéndolelamano.Elniñoestrechóaquellamanomostrándosealgoconfundido.
—Hola—dijo.—PuedesllamarmeJillian,siquieres—dijoellaconternuratratandodecontrolar
susemociones.SeparecíamuchoaBerto,eraigualitoqueélcuandoteníasuedad.—¿Cómoestáusted?—preguntóelniñosindejardemirarla.—Estoy bien, gracias —dijo ella—. ¿Te gustaría dar un paseo conmigo? Hay
muchascosasquequerríahablarcontigo,peronoquieroimportunarte.Harrymiróasu tíoyeste seencogiódehombros,esaeraunadecisiónquesolo
podíatomarél.—Deacuerdo—dijoHarry.—Puesvamos, yme enseñasunpoco el rancho, que seguroquehabrá cambiado
muchoenestosaños.LosdossealejarondelascaballerizasantelamiradaatentadeWalterquesintióun
pellizcoensucorazón.
—¿Lo has entendido, Harry? —preguntó Jillian mirándolo a los ojos conintensidad.
Elniñoasintiódespuésdeunossegundos.—Sí, no lo hiciste porquenomequisieras—dijo—,ya lo sabía.Me lo explicó
Tracyhacemuchotiempo.Jilliansonrióysusojossellenarondelágrimas.—Esahijamía—dijo.—Yo quería ir a vuestra casa, conoceros a todos—dijoHarry—, pero ellame
explicó que al ser tan pequeño eso podría confundirme ymeterme ideas raras en lacabeza,queyoerahijodemimadreyqueiríaaconoceroscuandofuese lobastantemayorparacomprendertodoloquehabíapasado.
—Y así es—dijo Jillian—. Verás, cuando vengas a casa te darás cuenta de lomuchísimoqueteparecesatushermanos.¡EresigualitoqueBerto!
Harrysonrió.—¿Bertoeselmayor,verdad?Jillianasintió.—AhoraviveenSanFrancisco,perovieneavernosmuyamenudo.Tenemosuna
tradiciónque es lade comer toda la familia junta losdomingos—explicó Jillian—.Preparounasuculentayvariadacomidaymontolamesaeneljardínparaqueestemosbienanchos.Esunmomentomuyespecial.Yaloveráscuandovengascontumadre.
Harrysesorprendiódequeincluyeraasumadre.—¿Ellaquerráir?—preguntó.Jillianasintió.—Esmihermana—dijo—.Miúnicahermana.El niñopensó entonces enTracy, quedurante toda su vida había sidopara él su
únicahermana.—¿EntoncesTracyvaaviviryasiempreaquí?—preguntóHarrysindisimularsu
alegría.—Sí,Harry.TracyesahoraladueñadelranchoBellgardyserátunuevavecina.Elniñoempezóahacergestosdetriunfoyasaltarsinparar.Jillianloobservaba
conelcorazónencogido.Hubieraqueridoabrazarlo,sentirlopegadocontrasupecho.Perotuvoquecontentarseconverlofelizalsaberquehabíarecuperadoasuhermanaparasiempre.
Capítulo27TracybajódeCascabelyloatóenellugardesiempre.Cuandoempezóasubirel
cerroescuchóqueseacercabaunjineteysucorazónseaceleró.ReconocióaNathandesdemuchoantesdepoderdistinguirlo, sumanerademontar era inconfundible.Separóamitaddecaminoyloesperóconlasmanosenlosbolsillos,sinsaberquéhacerconellas.
NathanbajódesucaballoyloatójuntoaldeTracy.—Imaginéqueestaríasaquí—dijoacercándose—.Aunquedudéporqueestesitio
notieneningunaimportanciaparati.Tracy sonrió al recordar quehabía dicho eso cuandoRichard le preguntópor el
CerroViejodelantedeKateyNathan.Subieronjuntosysesentarondondelohabíanhechotantasvecesdesdeniños.
—Hacíamuchotiempoquenoveníaporaquí—dijoTracy.—Losé—respondióél—,yonohedejadodevenirysiempreestuvesolo.—Siempreno—dijoella.Éllamiróconexpresiónsincera.—Deberíadisculparmeporeso—dijo.—No tienesquedisculpartedenada, esteno esun lugarprivado, podías traer a
quiéntedieselagana.—No,nopodía—dijoél.Tracyapartólamiradasintiéndoseincómoda.—Laprimeravezquetevi,cuandollegasteconelpequeñoHarryenlosbrazosy
aquellacaraasustadaytristedecidíqueseríatuprotector—dijoNathan,queparecíallevarundiscursopreparadoynoqueríaqueTracyseloestropease—.Eresmimejoramiga.Siempretuvelasensacióndequeeraslapersonaquemeconocemejor,laquesabeloquevoyadecirantesdequehayatenidotiempodepensarlosiquiera.
Tracy se sentía tan incómoda que hubiese salido corriendo si hubiera podidomoverse,pero la tensiónno ladejabacasini respirar.Aquellaeraunaconversaciónparalaquesehabíaestadopreparando.Siibanavivirtancercaelunodelotro,debíaenfrentarseaesemomentoypasarpáginaparasiempre.
—Cuandomedijistequetehabíasenamoradodemífuecomosimeexpulsarasdelmundo que habíamos compartido durante años. Supe que de mi respuesta dependíaconservarlomásvaliosoqueteníaenmivida—siguióNathanignorandolosgestosdenerviosismodeTracy—.Ysihabíaalgoque teníaclaroeraquenoperderíanuestraamistad por nada del mundo, eso estaba por encima, incluso, de tus inoportunos ydesacertadossentimientos.
Tracygirólacabezaparamirarhaciaellugarmásalejadodeaquelcerro,peronoleibaaservirdenada,Nathanestabadispuestoahablarleasunucasieranecesario.
—Peroencendisteesamalditaluzenmicerebro.Hicistequemepreguntarasiesosería posible, si podría mirarte de otro modo distinto. —Nathan movió la cabezarecordando el caosmental que le provocó—.Y aquel senderome llevaba hacia unlugaraterrador,Tracy…
Tracycerró losojosun instante.Yaestaba, lohabíadichoynohabíamuertodedolor. Seguía entera y su corazón seguía latiendo en su pecho. Respiró hondo y sevolvióamirarlo.Laexpresióndesusojoslaconmocionómásquesuspalabras.
—¿Y si te hacía daño? —preguntó con voz intensa—. ¿Y si no era cómo túesperabas?¿Quéocurriríasidespuésdeuntiempounodelosdosdecidíaromper?
Cogiósumanoyentrelazósusdedosconlosdeella.—Perocuando temarchaste…—susurróNathan—, tuausenciametió lamanoen
mi pechoymevolvió del revés el corazón. Soñaba contigo cada noche y empecé adesearelsabordetuslabios.
—Nathanno…—suplicóellaaterrada.—Cuando fui a buscarte a Saltillo mi cerebro era un masa viscosa y lenta de
reflejos.Temirabaymepreguntabatodoeltiempoquéeraloquequeríadeti.Ymedecíaqueestabaarriesgando lomásvaliosoque jamáshubiese tenido.Ya séque laamistad está infravalorada, todo elmundo se llama amigo sin conocerse siquiera—hablabacontantapasiónquesusojosparecíanlanzarllamaradas—.Peroyosabíadeverdadloqueera laamistad, teneraalguiena tu ladoqueconocetododeti,quenonecesitaquehablesparasabercómotesientes.Alguienaquienpuedesacudirsiempre,noimportaeltiempoqueestésalejadodeella,allíestáesperandoturegreso.
Tracyasintióysetragólaslágrimasquebajoningunacircunstanciapermitiríaquebrotasendesusojos.
—Perocuandoregresábamosalranchoenelcochenopuderesistirmás,memoríaporbesarte,porabrazarte…
—Nathan,no…—Sí,Tracy,sí—dijoélcogiendodenuevosumanoyponiéndoselaenelpecho—.
¿Sientescómolate?Semuereporti.Cadapedazodemicuerposemuereporti,cadaneuronademicerebroestálocaporti.
La atrajo hacia él y la besó con tanta dulzura que Tracy sintió aquellos labiosrozándoleelcorazón.
—Yanotengomiedo—dijoapartándoseunpocoparapodermirarlaalosojos—,séloquesientoynovoyaperderte.
Nathan la empujó con suavidad hasta tumbarla sobre la hierba.Metió unamanodebajodesucamisetasinapartarlosojosdeella.
—Sinoquisehacerloenelcochefuesoloporqueestabascomounacuba—susurró—,memoría por estar dentro de ti, perome dabamiedo lo que pasaría cuando se
pasaralaborrachera.Tracy sentía los dedos masculinos rozando su pecho y su sangre a punto de
ebullición.—¿Sinalcoholtambiénmedeseas?—preguntóél.Nopudoaguantarmásyloatrajohaciaellaparabesarlo.LabocadeNathancayó
sobrelasuyasinresistenciayrápidamentesulenguaseabriócaminoentrelaspalabrasdichas.Tracydejóquelossentidostomasenposesióndelmomentoycomenzóajugarconsuslabiosmordisqueandoyacariciándolosdespuésconlapuntadelalengua.Elansia reprimida durante tanto tiempo hizo sus movimientos desenfrenados, mientrasbuscabanacomodarseenelcuerpodelotro.Yaseconocíanbienysabíanelcamino,habíanrecorridoelespacioquelosseparabaparallegaralaintimidadplena,peroestavezeradistinto.
Tracyleacariciólaespaldabajandodespaciohastasutrasero.Metiólasmanosenlos pantalones y empujó sus nalgas hasta sentir la erección masculina presionandocontra su sexo. Nathan bajó una de sus manos y la acarició entre los muslosprovocando que se arqueara, presionándolo aún más y minando su ya escasaresistencia.
—Joder,Tracy—gruñóaltiempoquesemetía,lentamente,dentrodeella.Tracy seguía con lasmanos en sus nalgas y se agarraba con fuerzamientras que
elevaba las caderas de manera acompasada aceptando lo que él le ofrecía,contrayéndoseasualrededor.
—Notemuevas—susurróellacasisinvoz—,déjamesentirteahí.Nathanobedecióyseinclinóparabesarlaaltiempoquesusdedosjugabanconel
botóndesupezón,pellizcándoloy tirandodeélconsuavidadperocon intencióndellevarlahastaladesesperación.
—Ahora—dijoella—,muévete,muévete…Nathancontinuóaumentandosudeseoenaquelpuntosensiblesinmoverseentresus
piernas. Sentía cómo apretaba su pene dentro de la vagina, notaba cómo trataba deenardecerlo para que le diese lo que quería, pero en lugar de eso rodeóunode suspechosconlamanoybajósubocaparamorderleelpezón.Tracygimiódesesperadaysearqueóconansia.
—Nopuedosoportarlo—dijoellasintiendoquesusangreseconvertíaenmagmacandenteylaabrasabapordentro.
Nathancogiósusmanosylasaprisionócontralahierba,inmovilizándola.—Entoncesahoraeselmomento—dijoyempezóamoversedespacioyprofundo,
buscandosulímiteconungolpefinalcontrolado.Unayotravez,sinsoltarsusmanosysinapartarsusojosde losdeella.Quería
verlallegaralclímax,queríaserconscientedequeeracompletamentesuya,antesdedejarseir.
Tracyobservóasutíosindescabalgardesumontura.WalterHarborderaelmejordomador de todo el estado, sin lugar a dudas. Había enseñado a muchos otros quehabíanvisitadoelranchotansoloparaqueéllesdiesealgunasclases.Comosiaquellopudieseaprenderseenunpardeclases.LohabíavistocalmaraauténticasbestiasquehabríanasustadoalmismísimoHércules.Erauntrabajodedías,enalgunoscasos,desemanas. Primero con repetitivos ejercicios, visitándolos a diario para que sefamiliarizaranconsuoloryconsuvoz.Despuésmanteniendoelcontacto físico,unamanopuestapermanentementeensulomoysusurrándolesaloído.Jamáslohabíavistousar la violencia, conningunode sus animales.Respetabaprofundamente a aquellosanimalesyTracyestabaseguradequeelloslosabían.
EsperóhastaqueWaltersepercatódesupresenciaydejóaSalvatorealcuidadodeRamiro,susegundoenladomadecaballos.Tracybajódelcaballoyseacercó.
—Excelenteejemplar—dijoellaseñalandoalsemental.—Esperoqueasísea—dijoél.—Tenemosquehablar—dijolajoven.Walterasintió.—PeromegustaríaqueFeliciatambiénestuviesepresente—dijoTracy.—Vamoshaciaallí,entonces—dijosutío—,aquíyaheterminadoporhoy.Subieron cada uno a su montura e iniciaron un ligero trote que les permitiese
hablar.—Fuegenialveratumadre—dijoél.Tracyasintió.—Paraellatambién—respondióTracy.Éllamiróescrutadoryalverqueerasincera,asintió.—Supongoqueyaconocesnuestrahistoria—dijoresignado.Tracyseencogiódehombros.—Conozcosuversión—dijosonriendo.—Estoysegurodequeeslaauténtica—respondióél.—Loimportanteesqueelpasadosequedeenelpasado—dijoTracy.—Supongoquesí—dijoWalter—.EstoysegurodequeaNathanyatiosirábien
juntos.AhorafueTracyquienlomiróescrutadoraparacomprobarsierasincero.Walter
sonrió.—Nohesidounbuentíoparati—dijo—,peromeesforzaréenserunbuensuegro.Losdosmostraronunaampliaysincerasonrisa.—Podríasempezarenseñándomeadomarcaballos—dijoTracy.—Hecho—respondióél.
—Quieroproponerosqueunamos losdos ranchos—dijoTracy frenteaWalteryFelicia—. Yo estoy dispuesta a trabajar duro para conseguir poner el Bellgard enfuncionamiento. Conseguiré que vuelva a ser un rancho rentable. Voy a plantar aloevera,hehechounestudiodemercadoyyahecontactadoconvarioscompradoresmuyinteresados.AdemásvoyaayudaramamáacomercializarunalíneacosméticabasadaenelgeldelaabuelaBetsy.
WalteryFeliciasemiraronsorprendidos.—Nohasperdidoeltiempo—dijosutía.—Latierraesbuena,yotengomuchasideasyganasdetrabajar.Sicuentoconel
apoyodeungranranchocomoLittleBityvuestrosenormesconocimientossobretodoloque tienequeverconsufuncionamiento,estoyseguradequeseconvertiráenunainversióncongranfuturo.
Walternopudoevitarunasonrisa.—Hay que reconocer que eres vehemente, niña —dijo, y miró a su cuñada—.
Igualitaquesumadre,¿verdad,Felicia?—LamismapasiónyentusiasmoqueponíaJillianentodo—corroborósutía.—Eseerael sueñodelabuelo—dijoTracysonriendo—,peronodejaremosque
esolomalogre.
EltaxisedetuvofrentealapuertayTracypagóalconductordándolelasgracias.CogiólamanodeNathanyentrelazaronsusdedosmientrascaminabanhacialacasa.Jilliansalióarecibirlostraslaprimerallamada,losestabanesperando.Atravesaronlacasa y salieron al jardín trasero donde ya estaba preparada lamesa para la comidafamiliar. Berto, Clara y Mario se levantaron para saludarlos en cuanto los vieron.RobertoyPablo,quepreparabanlacarneylasverdurasenlabarbacoa,sevolvieronalescucharsusvoces.
Tracy soltó aNathany acercándose aFelicia conuna sonrisa cómplice, pasóunbrazoporloshombrosdeHarryylocolocófrenteasufamilia.
—EsteesHarry—dijoemocionada—,nuestrohermano.PablocogiólaspinzasdelamanodeRobertoyelhombreseacercómuydespacio
aaquelniñoqueteníasusojos.—Aygüey—susurró.Elniñolomirabaconsusenormesojosnegros.—HolaHarry—dijotendiéndolelamano—.YosoyRoberto.—Encantado—dijoelniño,connaturalinocencia,estrechandosufuertemano.Robertoasintióconlágrimasenlosojos.—Harry,hermano—dijoBertoacercándose—,yosoyBerto.
Uno tras otro se presentaron, y cuando consiguieron relajar la emoción de aquelprimermomento,empezaronaconocerse,queeraloúnicoquerealmenteimportaba.
NathanyTracysecasaron.ElranchoBellgardyLittleBitseunieron,comohabíadeseadoelabuelo.GraciasalaayudadeTracy,JillianpatentólafórmuladelgeldelaabuelaBetsyyconsiguióvariasofertasde laboratorioscosméticosparaproducirloagran escala. Felicia superó la enfermedad y recuperó la alegría que ella misma sehabíasustraídodurante todosaquellosaños.Harrycomprendióqueformabapartededos familias y creció asumiéndolo con normalidad. Roberto hizo las paces con supasado y pudo visitar a su hija en el rancho sin que el rencor emponzoñase todo lobuenoqueahoratenía.
Y Walter, que era el único y auténtico perdedor en esta historia, fue capaz deasimilarquelavidaestáplagadademomentosyquea laspersonasnoselasposee.Tansolosecomparteconellaspequeñasporcionesdeexistencia,nosiempredelmodoqueunodesearía.Peroquesiamas,debessercapazdeencontrarelmodo.
Querid@lector@,
Deseo que esta nueva historia te haya gustado tanto como te gustó la trilogía deWorthingtonHall.Sieresunanueva lectora,bienvenida.Esperoque tehayassentidocautivadapormispersonajes.Despuésdeestesaludo tedejocomoregaloelprimercapítulodeEnséñameaamarteparaqueconozcaslatrilogíaquehacautivadoamilesdelectoras.
Como siempre, querida lectora, te agradezco que me hayas elegido para tuslecturas.Estaréencantadaderecibirtusimpresionessobrelahistoriaquehecreadoysuspersonajes.Paraelloaquítienesmimail:[email protected]
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Medespidoconuncálidoabrazoesperandoseguircontandocontuconfianza.Noolvides dejar tu opinión en las redes, la mejor publicidad para una autora son suslectoras.
JanaWestwood
WorthingtonHallI.Enséñameaamarte
Capítulo1Henrietta Tomlin se miraba en el espejo con aquella expresión entre ácida y
deprimidaconqueseenfrentabasiempreaesemomentotandramático:elvistobuenodesumadre.
—Henrietta, ya te dije que el color verde no te favorece nada —dijo ladyMargaretmirandoasuhijaconreprobadoraexpresión—.Eldeencajeblancohubiesesidomuchomásadecuadopara…tufísico.
Henrietta sabía perfectamente lo que su madre estaba diciendo, en su cabezahabíaescuchado,unaauna,todaslaspalabrasqueladyMargaretnosehabíaatrevidoapronunciar.
«—Henriettaesevestidofuehechoparaunajovenhermosaynoparaalguienconunfísicotanvulgarycorrientecomoeltuyo.»
—Queridamía—dijo sumadre acercándose a ella y haciéndole ungesto, quequeríaserunacaricia,enunadesuspálidasmejillas—.Nodebesangustiarte,yasabesloquesiempredigo,lomásimportanteesreconocernuestrosdefectosycarencias.Noesaconsejableesperaraqueseanlosdemáslosquelosdescubranpornosotros
—Sí, mamá. Me lo has dicho muchas veces y gracias a ti tengo todas miscarenciasmuyasumidas.Minarizesdemasiadopequeña,misojosdemasiadograndes,mibocaexcesiva…—recitólajoven.
—¡Esoes!Eresigualitaquetupadre.—SonrióladyMargaretcaminandohacialapuerta—.Tienes tiempodecambiarte,peroapúrate, salimosencuanto tuhermanaestélista.¡Lidia!¿Adóndevas?
—Averamihermanita.¡Oh,Henrietta,estáspreciosa!Elcolorverdehacejuegocontusojos.
LidiaeralahijamenordelosTomlin.Eraunajoveneleganteymuyhermosaqueennada separecía a suhermanamayor.LadyMargaret siempredecíaqueera comoellacuandoerajoven.
—Estaba a punto de quitármelo—dijo la primogénita de la familia—.Mamápiensaquenomefavorecenada.
—¿Por qué dices eso, mamá? —dijo Lidia mirando a su madre—. Estáguapísima.
—Paraesotendríaqueserlo—murmuróladyMargaret.—¿Quéhasdichomamá?—preguntóLidiaahuecandolafaldadelvestidodesu
hermana—.Nohablestanflojitoquenoseteentiende.
—Debes terminar de arreglarte, Lidia, la fiesta es en tu honor y no puedesdescuidarningúndetalle.
Lidiamiróasuhermanaconcaradefastidioaprovechandoquesumadreestabaasusespaldasynopodíaverla.
—Ya estoy casi lista, mamá, solo tengo que ponerme las joyas y bajaré. Porcierto,papáteestababuscando—mintió.
—¡Estehombrenosabehacernadasinmí!¡Noséquévaaserdeéleldíaqueyonoesté!
LadyMargaretsaliódelahabitaciónylasdoshermanassequedaronsolas.LidiapusoaHenriettafrentealespejoyasomólacabezaporencimadesuhombro.
—Estásguapísima,nohagascasodeloquedigamamá,nuncaquisoalaabuelaNancyytúlerecuerdasaella.
—Querida Lidia, sabes que nunca me importó no ser guapa. —La joven seencogió de hombros—. Lo prefiero,me resultaría agotador ser como tú y tener quebailarcontodoslosjóvenesqueasistanalafiesta,yseragradableytenerquesonreírtodoeltiempo.
Lidiaseechóareír.—Aúnrecuerdo loque lehicistealpobreseñorBradleyenelúltimobailedel
añopasado.¡Ja,ja,ja,ja,ja!—Lidianopodíaparardereíralrecordar.—Estoy seguradeque escuchéa ladyNataliedecirque lehabía reservadoun
baile—dijoHenriettaponiendocaradeinocente.—¡Eres mala! ¡Ja,ja,ja,ja,ja,ja! —Lidia abrazó a su hermana y la besó en la
mejilla—.Teadoro,¿losabesverdad?—Nomásqueyoati—dijoHenriettadevolviéndoleloscariños.—Hoyvaaserunbailemaravilloso—dijoLidiaapartándoseydandovueltas
para lucir supreciosovestidoazul turquesa—.Noquieroqueolvidesnunca lo felizquemesiento,Henrietta.
—Noloolvidaré—dijo la jovensonriendo—,pero túsiempre tesientesfeliz,Lidia.
—No es cierto —dijo acercándose y cogiendo las manos de su hermana—.Recuerdaquehaceuntiempoestuvemuytriste,casidesesperada.
Henriettafruncióelceño.—FuecuandoRobertestuvofueratantotiempo.Esnormal,estuprometidoylo
echabasdemenos.Lidiamiróhacialapuertayluegosonrió.—Sí,sí,fueentonces.Henriettapercibióalgoextrañoensuhermana.—Lidia,¿túquieresalordWorthington,verdad?Lidiaestabadandovueltasysedetuvodándolelaespalda.—Claro,hermanita.
Henriettaseguíaconelceñofruncidocuandoseacercóasuhermanaysepusodelantedeella,obligándolaamirarla.
—Lidia,dimelaverdad.Hoyesvuestrafiestadecompromiso,papánecesitaeldineroquelehaprometidolordWorthington,peroloimportanteesquetúseasfeliz.Nodebessentirteobligadaasacrificarte,sinoamasa…
—Tranquila,Henrietta,tedoymipalabradequesolomecasaréporamor—dijoconintensidad.
Lidiarespiróhondoyluegolebrindólasonrisamásdulceasuhermanapequeña.—Tú no deberías preocuparte de esas cosas de hombres —dijo—. Lord
Worthington es inmensamente rico y procede de una de las familias con mayorabolengodetodaInglaterra.Además,esmuyatractivoyculto.Essoloquepreferiríaquefueseunpocomásdivertido,menosserio.
—Todavía recuerdo lascosasquedecíasdeélcuando leconocisteencasadelosHarrington.EstabasconvencidadequeibatrasTereseydecíasqueerademasiadobuenpartidoparaella.Siempreestabashablandodeél,quesieramuydistinguido,quesieramuyguapo…
Lidiaseapartódesuhermana,molestaporquelerecordaseaquellostiempos.—Yoerajoveneinexperta—dijo.—¿Joveneinexperta?¡Lidia!Nodeberíashablardeesemodo,cualquieraquete
oyesepensaríaquetehasvuelto…superficial.—Henrietta, no quiero que te enfades conmigo —dijo Lidia abrazando a su
hermana—.Nopodríasoportarlo.Henriettaabrazóasuhermanapequeñadándolegolpecitosenlaespalda.—Claroqueno,Lidia,nopodríaenfadarmecontigo jamás.Peronoquieroque
hagasalgoquenoquierashacersoloporquelafamiliacuenteconello.SinoquieresaRobertdebeshablarconpapáyexplicárselo.Encontraráotromododesanearnuestrascuentas.
Lidiaseapartóparamirarasuhermanaysusenormesojosámbar,losojosmásbellos queHenrietta hubiesevisto jamás, lamiraron con tal dulzuraque la joven seestremeció.
—Nomeextrañaquetodosteadoren—dijo.Lidiasonrió.—AtinotegustanadaRobert—dijo.—Miopiniónnoimporta—respondiólahermanamayoracariciandolosrizosde
lapequeña.—Amísímeimporta.Dimequépiensasdeél.Henriettameditóunossegundosantesdehablar.—Puescreoqueesunpresuntuoso—dijoalfin—,yhevistoensumiradaalgo
oscuro…—¡Ja,ja,ja,ja,ja!—RioLidia—.Tienesquedejardeleeresoslibrosquelees,
hermanita,teestánanegandoelentendimiento.NotodosloshombrespuedenserDarcy.Henriettasonrió.—Enesotienesrazón.Lidiaseacercóaltocadorycogióalgodedebajodelosguantesdesuhermana.—¿Otra vez leyendo estas cosas?—dijo aireando la publicación feminista—.
Henrietta, te vas ameter en problemas. Si nuestros vecinos descubren que eres unamujerconideas,losjóvenesseasustarándeti,noseatreveránacortejarte.
Henriettasonrióasuhermanacondulzura.—No debes preocuparte por mí, Lidia, no podría dejar de pensar aunque lo
intentase.Noseríabuenoquemiposibleesposocreyeraquesecasaconunamujerfeaydescubriesemástardeque,además,piensa.Esopodríasermuytraumáticoparaélynoseríajusto.
—¿Notedamiedoquedartesoltera?—preguntósuhermanaconcaradesusto.Henriettapensóantesderesponder.—Sé que la vida de una mujer es mucho más dura sin la protección de un
hombre,peropapásiempremedicequemientrasélestéenestemundonomefaltarádenada.Yyo esperoque tengauna largavida.—Sonrió—.Cuando llegue elmomentoactuarésegúnlascircunstancias.Denadasirvequemepreocupeporalgosobreloquenotengoningúncontrol.
Cogió la revista de manos de su hermana y la escondió en un cajón, no leimportabaqueLidiaconociesesussecretos,peronodeseabaquesumadreseenterasedenada.
—Silasmujerespudiesendecidirsobresusvidas…—MiróaLidiaylosojoslebrillabanal imaginarunmundodistinto,enelqueunamujernoestuvieseobligadaacasarseparapodersubsistir—.Algúndíalascosascambiarán,estoysegura.
Lidianegóconlacabeza,perosindejardesonreír.—Estás locasipiensaseso,Henrietta.Perodejemos lachácharay terminemos
dearreglarnos.Estoyconvencidadequeesta seráunanochemaravillosa,vaa estartodo el mundo, incluso los Roswell—dijo Lidia caminando hacia la puerta—. ¿TeacuerdasdeLawrenceRoswell,verdad?
HenriettasequedómirandolapuertacuandoLidiasalió.Sí,seacordabadeladyRoswell y su hijo Lawrence. Conocía demasiado bien a su hermana como para nodarsecuentadequehabíaunmensajeocultoenaquellapregunta.Lajovensevolvióamiraralespejo.¿EstaríaLawrenceinteresadoenella?Eraunjovenguapísimo,conunamiradaestremecedora.
Henrietta sonrió al espejo.Quizá el baile no fuese tan aburrido para ella estavez.