Download - Van de Venne - La pesca de almas
La pesca de almas del Rijksmuseum
De zielenvisserij (1614) - Óleo de Adriaen Pieterszoon van de Venne - 98 x 189 cm - Rijksmuseum, Amsterdam (Países Bajos)
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Este piadoso cuadro flamenco, de casi dos metros de anchura, obra de Adrián van de Venne, muestra a los pescadores de almas afanados en llenar con ellas el Paraíso
Un gran cartel de propaganda
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En realidad, esta pintura fue el ejercicio para ganar una oposición, que tuvo
muy en cuenta la fe religiosa de quienes formaban el tribunal
(O sea: que la pintura de propaganda política no
empezó precisamente con el Guernica…)
La virtud y el vicio - I
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La barca protestante pesca con biblias y en calma
La barca católica pesca riquezas ávidamente
Mantiene el equilibrio
Se escora, casi zozobra
Los pescadores conservan el decoro
Los pescadores son gruesos y grotescos
La virtud y el vicio - II
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La red protestante tiene como cebos la Fe, la Esperanza, la Caridad y los Mandamientos
La red católica no busca pescar almas, sino honores y vanidades: un Cristo de oro, una rica capa, una mitra bordada…
La virtud y el vicio - III
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Los protestantes dedican todo su esfuerzo a salvar almas
Los católicos revisten la religión con músicas y usos profanos, pero no tienen éxito
La virtud y el vicio - V
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Los clérigos protestantes son personas sencillas, no se distinguen del común y conviven con las gentes laboriosas que muestran sus carretas y útiles de trabajo
Los curas católicos no se mezclan con la gente, aman el boato y se encumbran entre sí, presididos por el Papa, a quien llevan en la ostentosa silla gestatoria
La Iglesia Católica no es la de Jesús
La pintura deja, pues, claramente establecido quiénes son los verdaderos herederos del
Evangelio, ya que, como dijo Jesús (Mateo 4 20), “haré de
vosotros pescadores de almas”...
(Solo que, como a menudo sucede en el Barroco, este mensaje es la
apariencia de una apariencia).
…y los católicos se dedican a otras cosas.
Los dignatarios católicos
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Son, más bien, un remedo de la Corte española: enanos, perrillos y lujo, junto a un pobre y burlón niño campesino
Al fondo, una hilera interminable de opulentos dignatarios de la Iglesia
El archiduque Alberto y la infanta Isabel de España
Ocupan la izquierda del escenario (derecha del espectador), el lado de los Réprobos
Los dignatarios protestantes
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Son personas morigeradas, casi adustas, sin excesos en el gesto ni en el vestido, niños incluidos
Los clérigos no destacan entre los demás personajes
Los dignos príncipes protestantes son el joven Luis XIII de Francia, Mauricio de Nassau, Jacobo I de Inglaterra y Cristian IV de Dinamarca
Ocupan el lado derecho del escenario (izquierdo del espectador), el de los Justos
Príncipes ¿protestantes?
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Pero Luis de Francia (13 años) y su madre, María de Médicis, son católicos rigurosos y en la fecha del cuadro combaten a los protestantes franceses.
Van de Venne, en realidad, sublima a los enemigos de Felipe III de España y los asimila a la virtud religiosa. Omite el hecho de que los Borbones franceses son tan católicos como los Austrias españoles.
El cuadro identifica así causa ‘nacional’ y ‘religión verdadera’: o sea, que hace lo mismo que el odiado bando católico.
Los árboles
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El árbol protestante es frondoso y pujante
El árbol católico está reseco y se agosta
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae.y Y todo cuanto hace prosperará (Salmo 1, 3)
La tregua
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El arco iris que une las dos riberas alude a la vigente Tregua de Amberes (1609), que implicaba, de hecho, el reconocimiento de la independencia de los Países Bajos
Los nubarrones que oscurecen el lado derecho de la pintura auguran la cada vez más previsible derrota de España y del catolicismo en las Provincias Unidas
Visto así, ya es otra cosa…
¿Y eso?Es la típica mosca en trampantojo, para engañar al observador incauto (siempre hay uno)
Adriaen Pieterszoon van de Venne (1589-1662)
Este óleo de gran tamaño, obra de juventud del pintor, nacido en Delft, pasa por ser su ejercicio para obtener el grado de maestro pintor en la ciudad en que vivía (Middelburg, la capital de Zelanda), en la
cual gobernaban los protestantes.
Van de Venne se trasladó luego a La Haya, se integró en la guilda o gremio de pintores de san Lucas y llegó a ser
su decano en 1637.
(Los grandes pintores flamencos de ese tiempo, como Rubens o Van Dyck, se dedicaron a la pintura de verdad.
Que en sí misma es una insuperable propaganda para quien tiene el talento de encargarla).