eclesiastés

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LIBRO SAGRADO ECLESIASTÉS

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Sagrada Escritura, Eclesiastés, Libro sapiencial, Qohelet, Antiguo Testamento

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Page 1: Eclesiastés

L I B R O S A G R A D O

ECLESIASTÉS

Page 2: Eclesiastés

NOMBRE

Eclesiastés, título tomado de la Vulgata, es la

forma latinizada del griego ekklesiastes, y

supone un intento de los LXX de traducir el

hebreo qohelet, nombre del autor según 1,1.

Ekklesiastes es “quien se sienta o habla en la

asamblea (ekklesía)”, término en

consonancia con el título hebreo y el verbo

qahal (“reunir en asamblea”, “convocar”).

Page 3: Eclesiastés

AUTOR

Tradicionalmente se ha pensado que el autor

del libro había sido Salomón. Tal opinión se

basa en parte en la tradición sobre la singular

sabiduría salomónica, pero se apoya sobre

todo en la propia afirmación del autor:

“Yo, Qohelet, fui rey de Israel en Jerusalén”

(1,12) y en el título del libro: “Palabras de

Qohelet, hijo de David, rey de Jerusalén”.

Ningún hijo de David, más que Salomón, fue

rey de Israel.

Page 4: Eclesiastés

No hay duda, sin embargo, de que

la autoría salomónica es una

ficción. El hecho de que Salomón

sea sólo aludido, nunca

mencionado (comparar con Prov

1,1 y Cant 1,1), sugiere que

Qohelet nunca pretendió que sus

lectores lo tomaran en serio.

Además, las referencias a los reyes

que aparecen en el libro fueron

escritas desde el punto de vista de

un súbdito.

Page 5: Eclesiastés

FECHA

La mayoría de los indicios (se trata

de un libro escrito en un hebreo

tardío próximo al hebreo de la

Misná, abundan en el

arameísmos, posible detectar en

él contactos con la cultura griega)

apuntan hacia el s. III a.C., más

cerca del final que del principio

Page 6: Eclesiastés

El ambiente en que se mueve Qohélet y sus

destinatarios corresponde con bastante

probabilidad a la Jerusalén del s. III a.C.

y, más en concreto, a sus cales media y

alta, acosadas por preocupaciones y

contradicciones económicas, sociales y

religiosas, que sin renegar de sus antiguas

tradiciones, han aceptado las nuevas

aportaciones del helenismo, contrastando su

propia sabiduría con el acervo sapiencial del

antiguo Oriente.

Page 7: Eclesiastés

LUGAR

No acaban de convencer los

intentos de demostrar que el

libro fue escrito en una comunidad

judía fuera de Palestina. Es muy

fuerte la evidencia de una sede palestina, en

particular Jerusalén.

Page 8: Eclesiastés

Las referencias a las condiciones climáticas

tales como el carácter impredecible del

tiempo, la dependencia de la lluvia y de la

dirección del viento (11,4) y la sucesión de las

tormentas (12,2) no se corresponden con las

condiciones climáticas de Egipto. Entre las

costumbres locales mencionadas, hay varias

características de Palestina (improbables en

Egipto) como la talla de madera (10,9) y el

uso de cisternas (12,6). Decisivas para una

localización palestina son las referencias al

templo (5,1-7).

Page 9: Eclesiastés

ESTRUCTURA

I. Sabiduría, trabajo y riqueza (1,12 –

2,26)

II. Tiempos y moderación con Dios de

fondo (3,1 – 5,19)

III. Sabiduría y justicia (6,1 – 8,17)

IV.Recompensas y límites de la

sabiduría (9,1 – 11,10)

Page 10: Eclesiastés

CLAVES TEOLÓGICAS

Qohélet parte de un interrogante casi

programático: ¿Qué provecho saca el hombre

de todos los afanes que persigue bajo el sol?

(Ecl 1,3), y a partir de ahí va trabajando sus

reflexiones sobre los valores y pretensiones del

hombre:

sabiduría, trabajo, riqueza, bienes, placeres, fa

ma, religiosidad, justicia, dominio de la obra de

Dios o descubrimiento de la ocasión

propicia, subrayando la cara negativa y los

límites de estas realidades tradicionalmente

valoradas como positivas.

Page 11: Eclesiastés

Su diagnóstico, en abierta oposición a la

sabiduría clásica, no puede ser más

desalentador: el hombre no logra en ello

ningún provecho o felicidad, porque todo es

vanidad, vacío, absurdo. La doctrina de la

retribución queda en entredicho, como

sucedía, desde perspectivas distintas, en el

libro de Job.

Page 12: Eclesiastés

Es verdad que Qohélet concede ciertas

ventajas a la sabiduría, al trabajo esforzado o

a la religiosidad moderada. Pero son sólo

débiles destellos en la noche de la

vanidad, pues no deja al individuo más salida

que aferrarse a su tabla de náufrago que no

es otra sino el repetido “único bien”.

Es verdad que Qohélet concede ciertas

ventajas a la sabiduría, al trabajo esforzado o

a la religiosidad moderada. Pero son sólo

débiles destellos en la noche de la

vanidad, pues no deja al individuo más salida

que aferrarse a su tabla de náufrago que no

es otra sino el repetido “único bien”.

Page 13: Eclesiastés

¿Y Dios? ¿Qué lugar ocupa en el

complejo y sombrío panorama de

sus reflexiones? Hay que decir, de

entrada, que Qohélet es creyente y

que hace continuas referencias a

Dios (32 veces). No es el Dios de las

grandes tradiciones históricas y

proféticas del AT, ni el de Job o el

resto de los libros sapienciales. El

Dios de Qohélet es, ante

todo, creador y juez.

Page 14: Eclesiastés

Desde esta clave, el autor nos habla de las

obras de Dios, inaccesibles a los hombres; de

su gobierno del tiempo y de la

eternidad, que el hombre no logra

comprender; y de los sencillos bienes que

otorga como recompensa, según su libre

voluntad. Por eso, la actitud adecuada del

hombre debe ser de sumisión y respeto.

Page 15: Eclesiastés

Nos encontramos, pues, ante un universo

filosófico y teológico un tanto

desconcertante. Pero hay que verlo como un

momento más en la historia de la

salvación, a cuyo progreso contribuirá en

alguna medida. La crítica de Qohélet al

sistema sapiencial exigirá correcciones y

posibilitará nuevas soluciones (Eclesiástico y

Sabiduría). Al final, sólo desde

Jesucristo, muerto y resucitado, podremos

situar adecuadamente a este honesto

inconformista que es una voz más en esa

genial polifonía de la revelación bíblica.