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EDAD MEDIA
Crónica de diez siglos
Dossier I: La Alta Edad Media
En el año 476, los restos del Imperio romano se vinieron abajo (Odoacro,
caudillo de los Hérulos, depuso y exilió a Rómulo Augustulo, último emperador
romano) y los pueblos germánicos, que habían ido introduciéndose en la tierra de
los cesares desde el siglo I, se apoderaron de ella definitivamente; muchas de las
instituciones romanas pervivieron, adaptadas por las monarquías bárbaras; desapareció
la idea de un estado centralizado; el latín, reservado para el uso en la corte, fue ganando
elementos y perdiendo otros, hecho que dio origen a las lenguas romance.
Romulo Augustulo, último emperador romano
Europa occidental había quedado atomizada por una multitud de reinos
romano-germánicos muy distintos entre sí. Francos y Visigodos se enfrentaban para
controlar la Galia. Los Vándalos, se establecieron en el norte de África,
reprimiendo a sus opositores. En la península Itálica, Teodorico, jefe de los
Ostrogodos, tras matar a Odoacro, se hizo con el control del poder visigodo; el
caudillo pretendió reunir bajo su mando a francos, vándalos y godos, que no
consiguió pese a sus esfuerzos; la inestabilidad se extendió por todo el continente.
Justiniano I, emperador romano de Oriente, se lanzó a la difícil empresa de
la reunificación imperial; cuando ascendió al trono en el 527 ya tenía en la mente la
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reunificación bajo una única autoridad política, planeó la destrucción de los reinos
bárbaros y la recuperación de Occidente. Entre 533 y 534, mientras Santa Sofía se
erigía en Constantinopla, acabó con los Vándalos e incorporó al Imperio Cartago y
las islas Baleares, también tomó Córcega, Cerdeña y Sicilia y lanzó su ataque sobre
la península Itálica, que culminó con la conquista de Ravena en 540; a mediados
del Siglo VI , Justiniano añadió a sus dominios la costa de la península Ibérica y
resucitó el sueño de un imperio unido por el Mare Nostrum, que se esfumó tras su
muerte en el año 565; los bizantinos perdieron los territorios conquistados, y persas,
avaros y eslavos hicieron peligrar la existencia del imperio.
Pero un nuevo poder surge en el Este, el Islam; pocos años después de la
muerte de Mahoma (en el 632), el Islam se había convertido en una gran fuerza
social, política y militar; y extendió su poder por el norte de África, Asia, Hispania
y Galia desde el S. VII hasta mediados del S. XIII, bajo los imperios Omeya y
Abasida. Constantinopla, impidió que el Islam penetrase por Europa del Este. Al
norte de Hispania, Pelayo, un noble godo, se reveló contra los invasores musulmanes,
que habían acabado poco antes con la frágil monarquía visigoda. El auge del Islam
marcó un antes y después en el devenir de Europa; los musulmanes hicieron
tambalearse el sistema comercial, político y social de Europa.
El Corán
A falta de una figura unitaria surgida tras la a cometida islámica; la defensa de
la religión cristiana se convirtió en uno de los pocos factores de cohesión
continental; la Iglesia, que atesoraba el legado grecorromano, fue adquiriendo un
indudable poder cultural e ideológico. La Regula Monasteriorum escrita por S.
Benito*1
de Nursia en el 540 puso las bases de un nuevo sistema monacal
caracterizado por la regla “Ora et Labora”; los monasterios benedictinos eran
enclaves autosuficientes, en los que además de una intensa actividad agrícola se
buscaba la comprensión del ideal clásicos; se crearon bibliotecas, se favoreció la
copia de manuscritos, y se estudió a los grandes autores clásicos: Platón y
Aristóteles, junto a los Padres de la Iglesia. La autoridad del Papa, el primado de
Roma, daba un sentido unitario a la religión cristiana católica, de la que carecía
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Europa, que con el tiempo logró imponer su criterio en los reinos controlados por los
bárbaros. Ese poder centralizador se acrecentó más a partir del S. VIII, cuando
recibió el apoyo armado de Carlos, rey de los francos; que pasaría a la historia con
el sobrenombre de Carlomagno, que fue nombrado “Protector de Roma” por el
Papa Adriano I, durante las siguientes décadas destruyó el reino de los ávaros,
cristianizo a sajones y frisones y se enfrentó a los musulmanes en la península
Ibérica; su campaña de 778, que tenía por objetivos Zaragoza y el valle del Ebro,
fracasó; pero puso los primeros pasos para la fundación, pocos años después, de la
Marca hispánica, la frontera suroccidental de sus extensos dominios.
Coronación Carlo Magno
El día de Navidad del año 800, Carlomagno fue proclamado emperador por
el Papa León III, algo que suscitó el rechazo del Imperio Bizantino, pero que confirió a
los carolingios el papel de sucesores del Imperio Romano de Occidente; la estrecha
vinculación del papado con el imperio conllevo el alejamiento con la Iglesia de
Bizancio; en 858, Focio, patriarca de Constantinopla, abandonó la obediencia a
Roma; este hecho abonó el terreno para la consumación del Gran Cisma entre la
Iglesia de Oriente y Occidente en el 1054; cuando el patriarca Miguel Cerulario
mandó cerrar los monasterios latinos que había en Oriente; y el papa León IX y el
patriarca de Constantinopla se excomulgaron mutuamente.
Cisma de Oriente
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Desde la corte imperial de Aquisgrán surgió un movimiento intelectual que
se traduciría en la creación de la Escuela Palatina, en la que se dieron cita algunos
de los eruditos más importantes de la época; esta revolución cultural fue conocida
como el Renacimiento Carolingio, y supuso la construcción de grandes conjuntos
monásticos, que sirvieron al emperador para organizar la administración religiosa.
La muerte de Carlomagno en el 814 supuso luchas internas por la sucesión
entre Ludovico Pío y los hijos de éste, que sumieron al Imperio en una gran crisis,
agravada por las constantes incursiones de vikingos y magiares. La inestabilidad que
trajeron los nuevos invasores modificó la forma de gobierno en buena parte del
continente; el clima generalizado de inseguridad consolidó el poder de los señores
locales, que debían organizarse para proteger sus tierras y las de los colonos más
débiles; así se sentaron las bases del feudalismo, un sistema de gobierno basado en
una relación contractual que se basaba en dos conceptos: el feudo y el vasallaje; y
que experimentaría su máximo apogeo durante los siglos XI y XIII, y que acabo
extendiéndose por toda la sociedad europea.
Este nuevo sistema social no afectó a la civilización islámica, que durante los
siglos IX, X y XI experimentó un incomparable desarrollo; durante estos siglos
ciudades como Bagdad, Basora, El Cairo y Córdoba se constituyeron en
importantes centros culturales, donde se tradujeron innumerables obras
filosóficas y científicas, principalmente griegas.
La revitalización de Occidente comenzaría a mediados del S. X y cristalizaría
en el S. XI en torno a tres puntos focales: la abadía de Cluny, fundada en el 910 en
Francia; la corte de Otón I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico entre
962 y 973; y la península Ibérica, en la que los reinos cristianos combatían la
pujanza del califato que Abderramán había proclamado en Córdoba en 929.
La reforma de la orden benedictina impulsada desde Cluny puso fin al
proceso de secularización y relajación que venía afectando a la vida religiosa desde
el fin del Imperio Carolingio; bajo la protección del Papa, los cluniacenses
devolvieron a los monasterios la disciplina, centralizaron la administración y
reorganizaron la economía de la orden, que ejercería un papel fundamental en la
propagación por Europa del arte Románico. Mientras tanto, había emergido un
nuevo centro de influencia política, que vendría a demostrar que el sistema feudal no
era incompatible con un ideal universalista: el Sacro Imperio Romano; su primer
soberano, Otón I, que había detenido decisivamente las incursiones de los magiares y
eslavos, y que le había permitido expandir sus dominios hacia el Este y otorgarse la
legitimidad necesaria para intentar restaurar el Imperio Carolingio; apoyado por la
jerarquía eclesiástica y la nobleza, consolido su posición y la de su imperio, que
perviviría hasta 1806.
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Abadía de Cluny
En la península Ibérica, los reyes asturleoneses, herederos de la insurrección del
noble Pelayo, habían hecho suyo el propósito de restaurar el reino de Toledo; en 939, el
monarca leones Ramiro II, al frente de una coalición cristiana, destruyó al ejercito
califal en Simancas y avanzó sobre el valle del Duero y el Tormes. Unas décadas
después el caudillo andalusí Almanzor, asedió y destruyo muchas plazas cristianas
entre 978 y 1002. Sin embargo el proceso difuso pero constante de la Reconquista
ganó un nuevo impulso animado especialmente por las peregrinaciones a Santiago
de Compostela; a mediados del S. XI los soberanos cristianos aprovecharon la
debilidad de los pequeños reinos en los que se había escindido el califato para
someterlos; el rey Alfonso VI lanzó una gran ofensiva sobre Zaragoza, Sevilla y
Valencia y cercó Toledo, que se rindió en 1085; el rey concedió fueros a mozárabes,
judíos y musulmanes y favoreció el desarrollo cultural de la urbe que florecería
con la Escuela de Traductores durante los siglos XII y XIII. Esta institución se
convertiría en la muestra del renacimiento filosófico y científico de Occidente, que
con el fin de las invasiones, la renovación de las estructuras eclesiásticas y la
consolidación del sistema feudal, experimentó a lo largo del S. XI una rápida
expansión económica y social. Esto se tradujo en la revitalización de las ciudades y
del comercio, y también en una mayor fortaleza militar que llevo a volver la
mirada a los Santos Lugares, que permanecían en poder musulmán desde hacía
más de cuatrocientos años.
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Dossier II: El año mil
Ilustración del Apocalipsis
A mediados del siglo XI el monje borgoñon Raúl Glaber describió como el
año mil se vio precedido por hambrunas, epidemias, herejías y fenómenos celestes
insólitos que causaron hondo dolor y aflicción entre entre clérigos y laicos. Desde
entonces muchos historiadores han supuesto que la narración de este cronista da cuenta
de una serie de fenómenos que pudieron conmocionar a la sociedad altomedieval,
aterrada por la posibilidad de que con el cambio de milenio se produjera el fin de los
tiempos. El origen de esta interpretación se encuentra en el último libro bíblico, el
Apocalipsis.
La idea se popularizo y, de hecho, ha pervivido hasta nuestros días, y eso que
sus difusores no tuvieron en cuenta, por ejemplo, que los pueblos europeos no
partían de la misma fecha para contar el tiempo, y que otras culturas, como la
judía, usaban sus propios calendarios. Otra cosa muy distinta es el impacto
psicológico que causaron algunas noticias, como la extensión de una epidemia por el
norte de Italia en 997, la destrucción de la Iglesia del Santo Sepulcro en 1009, las
periódicas incursiones de los pueblos nórdicos o las acometidas del Almanzor sobre los
reinos cristianos de la península Ibérica, que marcaron el fin del milenio.
El oscurantismo con el que se ha querido relacionar el año 1000 contrasta
con la revolución social y económica que se produjo en Europa en aquella época;
los cambios en el sistema de producción agrícola, propiciaron un importante
crecimiento demográfico que se tradujo en la colonización de nuevas tierras y la
apertura de rutas comerciales; la expansión del arte Románico y el impulso de los
peregrinajes a Tierra Santa son muestra de esa revitalización, que se consolidaría
a lo largo del siglo XI y que animaría a los grandes señores a lanzarse a recuperar para
la cristiandad los Santos Lugares y, de paso, controlar el comercio con Asía.
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Dossier III: La Baja Edad Media
Las ocho cruzadas realizadas por los cristianos de Occidente para
recuperar los lugares de Palestina bajo el control del Islam dominaron la primera
mitad de la Baja Edad Media; se prolongaron desde 1095, cuando el papa Urbano
II convocó la primera, hasta 1291, momento en que Acre, la última plaza en manos
de los cruzados, cayo en poder de los musulmanes.
Esta forma de guerra santa surgió como reacción a la expansión de los turcos y
al acoso al que sometieron al Imperio Bizantino, pero también fue resultado de la
ambición de unos papas por ampliar su poder político y de unos nobles y caballeros
feudales ávidos de tierras, riquezas y honores. Militarmente, las Cruzadas fueron un
fracaso para Occidente; el resultado final fue que los turcos terminaron dominando el
Mediterráneo oriental. Sin embargo tuvieron efectos importantes para la sociedad
occidental en otros aspectos, pues despertaron el interés por Oriente y abrieron allí
nuevos mercados y rutas marinas y terrestres; además, los métodos inventados por
papas y reyes para obtener recursos monetarios para financiarlas condujeron al
desarrollo de sistemas de impuestos que cambiaron la estructura fiscal de los
estados europeos.
Mapa de las Cruzadas
Entre los años 1000 y 1340, la población del continente se duplicó; muchos
habitantes del campo emigraron a los burgos para librarse de la servidumbre
feudal. El auge de la vida urbana fue el fenómeno más significativo de la época; no
en vano la construcción fue una de las principales actividades medievales. El impulso
urbano vino acompañado del auge de los nuevos oficios y el comercio, y artesanos y
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mercaderes se abrieron paso como una nueva clase social pujante entre clérigos,
nobles y campesinos; las disposiciones de Carlomagno contra la usura se arrinconaron
para dar paso a los préstamos para la producción o “commenda”, que activaron la
productividad y el mercadeo. Hasta el siglo XII, la profesión mercantil había sido
condenada por la Iglesia – y asumida en exclusiva por los judíos – pero desde entonces
el incremento general de la riqueza, la apertura de mercados y la propia
implicación eclesiástica en los negocios facilitaron el intercambio y la proliferación
de ferias.
También creció la agricultura; la introducción de energía hidráulica y de
mayor número de animales de tiro trajo consigo un aumento de la producción y de las
áreas de cultivo, y así el campo dispuso de excedentes para vender que crearon una
relación mercantil entre los burgos y las áreas campesinas circundantes. Poco a
poco el feudalismo fue perdiendo peso; en la ciudad, el uso del oro y de la plata en
las monedas transformó la economía de trueque en economía monetaria. Las
ciudades gozaron de bastante autonomía en los territorios de reyes, duques y alto
clero; la concesión de cartas reales fue el reconocimiento de su carácter especial y
de su crecimiento económico; los ciudadanos podían gobernar libremente el
espacio intramuros y formar gremios sin que pudiera entrometerse ningún señor.
Junto al florecimiento de la vida urbana, el signo cultural más distintivo de la
Baja Edad Media fue la aparición de las universidades; la primera fue la de
Bolonia, fundada en 1088, le siguieron Oxford, París – que a mitad del siglo XII se
convirtió en el centro de la Teología y la Filosofía-…En España, la pionera fue
Palencia (1208), seguida por Valladolid y Salamanca; la vida cultural salió de los
monasterios y se desplazó a los centros universitarios, y en el siglo XIII se generalizó el
uso del papel y del libro y aumentaron las obras originales firmadas por su autor. En las
facultades se difundían las ideas de Aristóteles, Tomás de Aquino, Ockham y
Bacon que analizaban la relación entre fe y razón, y se estudiaban disciplinas como
dialéctica, lógica, filosofía, medicina, derecho, teología, gramática, aritmética,
geometría, música o astronomía. Al tiempo surgió la literatura en lengua
vernácula.
Universidad de Bolonia
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Durante la Baja Edad Media, una nueva corriente artística cambió la
fachada de los burgos y pueblos de Europa: el Gótico; el término fue acuñado por
los tratadistas del Renacimiento para referirse a un estilo que consideraban inferior y
bárbaro – godo – comparado con el arte clásico. El Gótico se aplicó a la escultura, las
vidrieras, la pintura, los manuscritos y las artes decorativas; encontró su máxima
expresión en la arquitectura tanto civil como religiosa. Las catedrales son la joya
del estilo gótico, pocas creaciones reflejan tan bien la tensión entre la monumentalidad
constructiva y la sensibilidad detallista de escultores, orfebres, cristaleros y pintores. El
Gótico fue posible gracias a la aparición de la bóveda de crucería, que se usó por
primera vez en la catedral inglesa de Durham en 1093; esta nueva técnica permitió
abandonar la bóveda de cañón del románico y trazar arcos apuntados capaces de
soportar más peso y torres cada vez más altas. La primera iglesia plenamente
gótica fue la de Sant-Denis de París (siglo XII) y de ahí se extendió por todo el
continente. Grandes catedrales góticas fueron: Notre-Dame, Reims, Chartres,
Toledo, Burgos, León, Colonia, Praga, Canterbury y Westminster.
En el S. XIII, el desarrollo de las ciudades crea una nueva situación en la
Iglesia; los sacerdotes rurales son incapaces de atender a las masas de los pobres que
viven extramuros de los grandes burgos; surge así una nueva forma de vida religiosa:
Las ordenes mendicantes, frailes que viven pobremente en pequeñas
comunidades, y que se dedican a la predicación, al trabajo intelectual y a atender a
los pobres; no disponen de las riquezas de las grandes abadías y subsisten gracias a la
limosna. Grandes órdenes mendicantes fueron principalmente: Los Dominicos, orden
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fundada por el santo español Domingo de Guzman; y los Franciscanos, orden fundada
por San Francisco de Asís*2
Escudo franciscano Escudo dominico
La Inquisición nace cuando el poder civil y religioso colaboran en la
búsqueda (inquisitio) de los herejes; Gregorio IX establece en 1231 el Tribunal de
la Inquisición que depende directamente del Papa, y se lo confía a Franciscanos y
Dominicos. A los acusados se les interrogaba, muchas veces mediante tortura; las
condenas eran muy diversas: destierro, multas, cárcel o la muerte en la hoguera; el
poder civil apoyaba estas acciones. En España, la Inquisición fue organizada por
fray Tomás de Torquemada, que persiguió cruelmente a los falsos conversos
judíos, que seguían practicando su religión.
Tribunal de la Inquisición
Por un lado la Baja Edad Media fue una época de presecularización en la que se
empezó a gestar la mentalidad humanista que daría paso al Renacimiento; también fue
el momento de máximo poder de la Iglesia Católica, que heredó el papel
centralizador del Imperio Carolingio; el Papado vivió un momento de esplendor
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con Inocencio III (1198-1216), que estableció un Estado pontificio en Italia, se alió
con Francia y trato de reformar el clero; pero su muerte inició un declive que se
acentuó al reavivarse el conflicto con el Sacro Imperio Romano Germánico y que
desembocó en el Cisma de Occidente, periodo entre 1378 y 1417 durante el cual
hasta tres Papas se disputaron la autoridad pontificia: a la muerte de Gregorio XI se
elige un papa italiano: Urbano VI; pero los cardenales franceses rechazan esa elección y
nombran a Clemente VII que residía en Aviñon (Francia); y ambos papas se
excomulgan mutuamente; la Iglesia, queriendo solucionar el problema convoca el
Concilio de Pisa y nombra Papa a Alejandro V, pero los dos papas anteriores no
renuncian. En el Concilio de Constanza (1414-1417) se elige un nuevo Papa: Martín V;
de los tres papas que había hasta entonces renuncian dos pero no Benedicto XIII “El
Papa Luna” que huye de Aviñon y se refugia en el castillo de Peñiscola donde muere.
Cisma de Occidente
Los conflictos entre los distintos estamentos fueron constantes; por un lado
los poderes universales – Pontificado y Sacro Imperio Romano Germánico –
revindicaban su primacía frente a las monarquías feudales; pero en la práctica
éstas funcionaban como estados independientes junto a entidades más pequeñas
como las ciudades-estado italianas y las ciudades libres del Imperio Germánico,
que eran verdaderamente influyentes en las relaciones internacionales. Poco a poco los
reyes se pusieron en cabeza de la jerarquía feudal y los reinos se fueron
consolidando; el derecho romano fue su arma legal para imponer el deber a los
feudatarios de prestar servicio en todo el territorio ya que la justicia emanaba de su
autoridad.
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En el Mediterráneo Oriental el Imperio Bizantino, a pesar de permanecer
asediado entre el Islam y los cruzados conservó el acervo cultural y científico
romano y lo irradio por los Balcanes y las estepas rusas. Inglaterra y Francia se
enzarzaron en la Guerra de los Cien Años, que duró 116 años – de 1337 a 1453 - .
Mas que una guerra fue una serie de conflictos bélicos entre los reyes de Francia y los
de Inglaterra por cuestiones feudales y sucesorias. En el fondo de la disputa residía la
rivalidad franco-inglesa por controlar el comercio de Flandes y sobre todo el hecho
de que los reyes de Inglaterra desde Guillermo I El Conquistador tenían enormes
posesiones en el oeste de Francia en calidad de Feudos; que molestaba a los
monarcas franceses, que en los siglos XII y XIII fueron imponiendo poco a poco su
autoridad sobre estos territorios. La contienda se prolongó debido a la peste, las
hambrunas y las luchas entre señores feudales, como los duques de Borgoña, que se
aliaron con los ingleses. El giro definitivo se produjo con la intervención de Juana
de Arco, que en 1429 dirigió las tropas que levantaron el asedio de Orleans y
consolidaron en el trono francés a Carlos VII Valois; este reunió un ejército
permanente y expulso a los ingleses de Normandía y Aquitania. La guerra se
saldó con miles de vidas humanas y la consolidación de la idea nacional francesa.
La España de los 5 Reinos
En España, en el 1157, la separación de Castilla de León y Castilla tras la
muerte de Alfonso VII creó la España de los Cinco Reinos: Castilla, León,
Navarra, Aragón y Portugal, enfrentada al Imperio Almohade, que abarcaba el
sur peninsular y Valencia; con Fernando III se reunificaron León y Castilla bajo la
corona castellana y se reconquistó Andalucía Occidental, tarea que remato su hijo
Alfonso X el Sabio, con lo que sólo el reino de Granada quedó en manos de Al-
Ándalus. En el seno de los reinos cristianos se libraba otra batalla: la pugna entre los
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monarcas y los nobles, que no querían perder sus privilegios feudales; mientras en
Castilla se impuso un modelo más autoritario, la monarquía aragonesa, a través de la
concesión de Fueros, organizó una confederación de territorios independientes, cada
uno con sus propias cortes y una política de pactos. El papel de las ciudades fue clave
para la Reconquista, pues su población era la base social del ejército, participaban
en las Cortes y aportaban personal cualificado, funcionarios y recursos económicos
a los monarcas a través de los impuestos. La ofensiva final la llevaron a cabo los
Reyes Católicos tras su matrimonio en 1469, que terminó con siglos de desencuentros
entre Aragón y Castilla. Aprovechando la crisis dinástica entre el Sultán de
Granada, su hermano el Zagal y su hijo Boabdil, Isabel y Fernando lanzaron sus
tropas a la guerra, que culminó con la conquista de la ciudad andaluza en 1492.
Tras la bonanza de los siglos XII y XIII, el continente pasó durante el siglo
XIV una crisis de la que tardó tiempo en recuperarse; en ese tiempo se produjeron todo
tipo de calamidades y conflictos bélicos constantes, pero el episodio más devastador
fue la epidemia de la Peste Negra que se desató en 1347 y que según la mayoría de
los historiadores acabó con la vida de un tercio de la población continental. La
enfermedad, transmitida a los humanos por ratas y pulgas, de origen asiático, se
propago a Francia, España, Inglaterra, Alemania, Escandinavia para alcanzar el
noroeste de Rusia en 1351. En la península Ibérica, la epidemia se cebó
especialmente en los territorios de Aragón. En retroceso experimentado por la
demografía a consecuencia de la peste, la caída de la producción en el medio rural, las
bruscas alteraciones de precios y salarios y la acentuación de las tensiones sociales
alcanzaron cotas desconocidas; sin embargo, aunque en los cien años siguientes a la
Peste Negra se vivió un periodo de recesión de la economía europea, el estancamiento
no fue total; los hallazgos tecnológicos y las mejoras continuaron realizándose: la
aparición de la pólvora y de complejos mecanismos para bombear agua, y la fundición
del hierro dan muestra de ello.
La Peste Negra en Europa
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El proceso que marcó el final de la Edad Media y condicionó el futuro de
Europa fue la persecución de los judíos, intensificada en España tras la guerra civil
castellana entre los partidarios de Pedro I y de su hermano Enrique de Trastámara. En
estas persecuciones se destruyeron las juderías de las ciudades; las familias que
sobrevivieron a las persecuciones se concentraron en las pequeñas villas del interior;
muchos se convirtieron, pero la vida para los conversos tampoco fue fácil y
siguieron marginados por las leyes, que fomentaban el concepto de pureza de
sangre y la sobrevaloración de los “cristianos viejos”; la persecución culminó con
la definitiva expulsión de los judíos de España en 1492.
Edicto de expulsión de los judíos, 1492
Este hecho coincidente en el tiempo con el descubrimiento de América; la
toma de Constantinopla por los turcos (1453), que acabó con el Imperio Bizantino;
la difusión de la imprenta; y el final de la Guerra de los Cien Años fueron los hitos
claves que para los historiadores pusieron término a la Edad Media.
Dossier IV (fotocopias artículo “La Orden del Cister” (págs. 78 (línea cronológica),
80-81 (La expansión del Cister), 82-83 (Poblet, modelo de monasterio cisterciense), 86-
87 (Un día en la vida cotidiana de los monjes cistercienses) Revista
“Historia”(National Geographic)
Dossier V (fotocopias guía de lectura “Las Cruzadas” (pags. 32-33) Revista “Historia
y Vida”)
*1 Fuentes y Vida San Benito
*2 Fuentes y Vida San Francisco de Asís
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CARACTERÍSTICAS EDAD MEDIA
Características políticas:
1. En el año 476, caída del Imperio romano, e invasión de reinos romano-
germánicos: Visigodos, Godos, Ostrogodos, Vándalos, Francos,…
2. Un nuevo poder: el Islam; extendió su poder por el norte de África, Asia,
Hispania y Galia desde el S. VII hasta mediados del S. XIII, bajo los imperios
Omeya y Abasida.
3. Imperio Carolingio: el rey de los francos; que pasaría a la historia con el
sobrenombre de Carlomagno fue proclamado emperador por el Papa León III,
el día de Navidad del año 800.
4. El Sacro Imperio Romano; su primer soberano, Otón I, apoyado por la
jerarquía eclesiástica y la nobleza, consolido su posición y la de su imperio, que
perviviría hasta 1806.
5. En la península Ibérica el caudillo andalusí Almanzor, asedió y destruyo
muchas plazas cristianas entre 978 y 1002.
6. La Reconquista ganó un nuevo impulso: a mediados del S. XI los soberanos
cristianos aprovecharon la debilidad de los pequeños reinos en los que se había
escindido el califato para someterlos.
7. Militarmente, las Cruzadas fueron un fracaso para Occidente; el resultado
final fue que los turcos terminaron dominando el Mediterráneo oriental.
8. El Papado vivió un momento de esplendor con Inocencio III (1198-1216), que
estableció un Estado pontificio en Italia, se alió con Francia y trato de reformar
el clero.
9. Los conflictos entre los distintos estamentos fueron constantes; los poderes
universales – Pontificado y Sacro Imperio Romano Germánico – revindicaban
su primacía frente a las monarquías feudales
10. Inglaterra y Francia se enzarzan en la Guerra de los Cien Años, que duró 116
años – de 1337 a 1453 - . Mas que una guerra fue una serie de conflictos bélicos
entre los reyes de Francia y los de Inglaterra por cuestiones feudales y
sucesorias.
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11. En España, en el 1157, la separación de Castilla de León y Castilla tras la muerte
de Alfonso VII creó la España de los Cinco Reinos: Castilla, León, Navarra,
Aragón y Portugal, enfrentada al Imperio Almohade.
12. La ofensiva final la llevaron a cabo los Reyes Católicos tras su matrimonio en
1469, Isabel y Fernando lanzaron sus tropas a la guerra, que culminó con la
conquista de Granada en 1492.
13. El proceso que marcó el final de la Edad Media y condicionó el futuro de Europa
fue la persecución de los judíos; que culminó con su definitiva expulsión de
España en 1492.
Características sociales:
1. Tras la muerte de Carlomagno en el 814; el feudalismo surgió como un nuevo
sistema político, económico y social basado en una relación contractual que se
basaba en dos conceptos: el feudo y el vasallaje; y que experimentaría su
máximo apogeo durante los siglos XI y XIII.
2. Entre los años 1000 y 1340, la población del continente se duplicó; el auge de
la vida urbana fue el fenómeno más significativo de la época.
3. Artesanos y mercaderes se abrieron paso como una nueva clase social pujante
entre clérigos, nobles y campesinos.
4. Las ciudades gozaron de bastante autonomía en los territorios de reyes, duques
y alto clero; la concesión de cartas reales fue el reconocimiento de su carácter
especial.
5. El episodio más devastador del S.XIV fue la epidemia de la Peste Negra que se
desató en 1347 y que según la mayoría de los historiadores acabó con la vida de
un tercio de la población continental
Características económicas:
1. Los métodos inventados por papas y reyes para obtener recursos monetarios
para financiar las Cruzadas condujeron al desarrollo de sistemas de impuestos
que cambiaron la estructura fiscal de los estados europeos.
2. El impulso urbano vino acompañado del auge de los nuevos oficios y el
comercio
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3. También creció la agricultura; el campo dispuso de excedentes para vender que
crearon una relación mercantil entre los burgos y las áreas campesinas
circundantes.
4. El uso del oro y de la plata en las monedas transformó la economía de trueque
en economía monetaria
Características culturales y artísticas:
1. En los monasterios benedictinos se buscaba la comprensión del ideal clásico;
se crearon bibliotecas, se favoreció la copia de manuscritos, y se estudió a los
grandes autores clásicos: Platón y Aristóteles, junto a los Padres de la Iglesia.
2. Desde la corte imperial de Aquisgrán surgió un movimiento intelectual que se
traduciría en la creación de la Escuela Palatina; esta revolución cultural fue
conocida como el Renacimiento Carolingio.
3. La Escuela de Traductores durante los siglos XII y XIII, se convertiría en la
muestra del renacimiento filosófico y científico de Occidente, que se traduciría
en la revitalización de las ciudades y del comercio.
4. La expansión del arte Románico y el impulso de los peregrinajes a Santiago
de Compostela y a Tierra Santa.
5. El signo cultural más distintivo de la Baja Edad Media fue la aparición de las
universidades; la primera fue la de Bolonia, fundada en 1088. En España, la
pionera fue Palencia (1208), seguida por Valladolid y Salamanca.
6. Durante la Baja Edad Media, una nueva corriente artística cambió la fachada de
los burgos y pueblos de Europa: el Gótico.
Características religiosas:
1. La Regula Monasteriorum escrita por S. Benito de Nursia en el 540 puso las
bases de un nuevo sistema monacal caracterizado por la regla “Ora et Labora”.
2. Consumación del Gran Cisma entre la Iglesia de Oriente y Occidente en el
1054. El patriarca Miguel Cerulario mandó cerrar los monasterios latinos que
había en Oriente; y el papa León IX y el patriarca de Constantinopla se
excomulgan mutuamente.
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3. La reforma de la orden benedictina impulsada desde Cluny puso fin al
proceso de secularización y relajación que venía afectando a la vida religiosa
desde el fin del Imperio Carolingio.
4. El fin del mundo: A mediados del siglo XI un monje describió como el año mil
se vio precedido por hambrunas, epidemias, herejías y fenómenos celestes
insólitos que causaron hondo dolor y aflicción entre clérigos y laicos.
5. Las ocho cruzadas realizadas por los cristianos de Occidente para recuperar los
lugares santos bajo el control del Islam dominaron la primera mitad de la Baja
Edad Media.
6. En el S. XIII, surge una nueva forma de vida religiosa: Las órdenes
mendicantes, frailes que viven pobremente en pequeñas comunidades, y que se
dedican a la predicación, al trabajo intelectual y a atender a los pobres. Grandes
órdenes mendicantes fueron principalmente: Los Dominicos y los Franciscanos.
7. La Inquisición nace cuando el poder civil y religioso colaboran en la búsqueda
(inquisitio) de los herejes; Gregorio IX establece en 1231 el Tribunal de la
Inquisición que depende directamente del Papa, y se lo confía a Franciscanos y
Dominicos.
8. Cisma de Occidente, periodo entre 1378 y 1417 durante el cual hasta tres Papas
se disputaron la autoridad pontificia: Urbano VI; Clemente VII que residía en
Aviñon y Alejandro V. En el Concilio de Constanza (1414-1417) se elige un
nuevo Papa: Martín V; de los tres papas renuncian dos pero Benedicto XIII “El
Papa Luna” huye de Aviñon y se refugia en el castillo de Peñascosa donde
muere.
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San Benito de Nursia
San Benito de Nursia
1. Fuentes:
a. Escritas: Su escrito más influyente para toda la historia de la Iglesia
fue la Regla que escribió para los monasterios benedictinos (la Regla
de San Benito”). Escritos, comentarios sobre la Regla y vida
benedictina: Códice de Esmaragdo (comentario sobre la regla de San
Benito)
b. Orales: “Regla de San Benito”
c. Visuales: Hay cantidad de imágenes y cuadros, … en todos los
monasterios benedictinos.
d. Arqueológicas: Cueva del monte Subiaco, Monasterio de
Montecasino, y esculturas
Regla San Benito
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2. Vida:
a. Nace en Nursia (Italia) en el 480. Tiene una hermana llamada
Escolástica
b. En Roma estudia Retórica y Derecho
c. A los 20 años abandona su vida acomodada y se retira al monte
Subiaco para buscar a Dios en soledad.
d. Encuentro con el monje Romano: relación de confianza y ayuda
mutua durante los tres años que pasa como ermitaño. Su fama de
santidad y sabiduría se extiende entre los habitantes del lugar.
e. Con varios discípulos funda algunos monasterios en las montañas de
Subiaco.
f. Montecasino: En el 529 se refugia en Montecasino, a causa de las
envidias de un sacerdote que intentó envenenarlo.
g. Poco a poco surge un gran monasterio desde se extiende la orden
benedictina.
h. En el año 540 escribe su famosa Regla cuyo lema sigue siendo: “Ora
et labora”. La Regla prescribe una vida de oración, trabajo y estudio.
i. Su fama se extendió por toda Europa. Murió en el año 547. En el año
1964, Pablo VI lo declaró patrono de Europa.
j. Alrededor de 700 monasterios masculinos y unos 900 monasterios y
casas femeninas en los 5 continentes viven según la Regla de S.
Benito.
Primer monasterio Benedictino en Monte Subiaco
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San Francisco de Asís
San Francisco de Asís
1. Fuentes:
a. Escritas: Su escrito más influyente para toda la historia de la Iglesia
fue la Regla que escribió para las comunidades franciscanas. Escritos
sobre S. Francisco (Biografía; autor: Tomás de Celano)
b. Orales: San Francisco compuso muchísimas oraciones, que antes de
ser escritas eran rezadas por él y los frailes franciscanos: oración ante
el crucifijo de S. Damián, Paráfrasis del Padre Nuestro, Bendición al
hermano León, Cántico de las criaturas,…
c. Visuales: Hay cantidad de imágenes y cuadros,… en todos los
monasterios franciscanos.
d. Arqueológicas: Asís, Iglesia de S. Damián, Iglesia de Santa María de
los Ángeles en la Porciúncula, Fonte Colombo, Grecco, monte
Alverna, y la tumba de S. Francisco
Oración ante el Crucifijo de San Damián
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2. Vida:
a. Giovanni de Bernardone nace en 1182 en Asís, un pequeño pueblo de
Italia. Su padre es un rico e importante comerciante de telas, que
trabaja habitualmente en Francia, de allí que a su hijo se le conociera
como “Francesco”
b. Francisco vive bien: posee dinero, fama, amigos,… Disfruta al
máximo de su vida.
”Asís”
c. Sueña con ser caballero e ir a las Cruzadas. En 1202, en la guerra
entre Perugia y Asís es hecho prisionero y está encarcelado más de un
año, y enferma gravemente.
d. En esos momentos de dolor y sufrimiento experimenta la llamada de
Dios a través del encuentro con otro prisionero que le pasa textos de
la Biblia en lengua vernácula.
e. Otro momento de conversión se da en el encuentro con un leproso,
que para Francisco supone un encuentro con Jesús.
f. Francisco se retira a vivir extramuros de Asís y visita frecuentemente
la iglesia de S. Damián. En 1208 San Francisco cree oír la llamada
que Dios le hace desde el Cristo de S. Damián “Reconstruye mi
Iglesia”. Pronto descubrirá que la Iglesia que ha de reconstruir no es
la de piedra, sino la de las personas.
g. Se dedica a cuidar a los leprosos y distribuir lo que tiene con los más
pobres.
h. Ante el Obispo de Asís rompe con su padre y renuncia a su herencia.
i. Su primer compañero es Bernardo de Quintavalle, rico comerciante
que vende todo lo que tiene. Alrededor de Francisco surge un grupo
de seguidores, que se dedican a la predicación y a la atención de los
más pobres. Desean vivir el Evangelio, renunciar a toda riqueza o
posesión, y vivir fraternalmente.
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j. El Papa Inocencio III aprueba en 1209 la Regla franciscana, surge así
la Orden de Hermanos Menores; 10 años después llegaran a ser cerca
de 3000 frailes
k. En 1212, Clara, amiga de Francisco desde la infancia funda Las
Clarisas con el mismo espíritu que la orden masculina.
Santa Clara de Asís
l. La dirección de la orden no tardó en pasar a otros miembros más
prácticos como el cardenal Ugolino (que luego fue Papa) y el
hermano Elías.
m. San Francisco se retira al monte Alvernia, donde recibe los estigmas
de Cristo.
n. Enfermo y prácticamente ciego compone el “Cántico de las
criaturas”. Muere el 3 de Octubre de 1226 a los 45 años. Dos años
después es canonizado por Gregorio IX.