el acceso a la salud de los inmigrantes indocumentados de centroamérica en estados unidos. un...
DESCRIPTION
El Acceso a La Salud de Los Inmigrantes Indocumentados de Centroamérica en Estados Unidos. Un Estudio de La Ley Estadounidense OBAMACARE_Elinor AckermanTRANSCRIPT
ELINOR ACKERMAN
FFyL - UBA - junio 2015
Seminario de Investigación: “Migraciones Transnacionales Contemporáneas. 1945-2015.
Del Estado de Bienestar a la Globalización Neoliberal
Profesora: Dra. María Luján Leiva
Trabajo final:
“El acceso a la salud de los inmigrantes indocumentados de Centroamérica en Estados
Unidos. Un estudio de la ley estadounidense OBAMACARE.”
PARTE I: Inmigración
Introducción:
Las migraciones internacionales han crecido indiscutiblemente desde el final de la
Segunda Guerra Mundial. Estas migraciones no sólo han crecido en número, sino que
también han cambiado en forma. En el principio, los años justo después de la guerra, la
inmigración internacional fue aparentemente unidimensional en carácter.Estos primeros
aumentos fueron provocados por la demanda de potencia de producción en Europa
occidental, Norteamérica, y Australia (Castles, 2004). En nuestra época del siglo
veintiuno, las migraciones internacionales sólo han aumentado más. Sin embargo, el
carácter de las migraciones de hoy ya no está impulsado sólo por las necesidades de
producción, y más se basa en la complejidad del movimiento y circulación de gente,
fenómenos que existen como un resultado inevitable del efecto de globalización, que se
define como “...cross-border exchanges, such as financialtransactions, theexchange of
goods and services...” (Audebert, 2010). La globalización empuja y perpetúa la migración
de gente no sólo de los que voluntariamente buscan una mejor situación económica sino
también de aquellas personas que se ven forzadas a “huir de la persecución, la violencia
política, y los conflictos armados” (Organización Mundial de la Salud, 10, 2003). La
Organización Mundial de la Salud se nota que:
“...las víctimas civiles en tiempos de guerra aumentaron del 5% a principios del
siglo XX al 15% durante la Primera Guerra Mundial, al 65% a finales de la
Segunda Guerra Mundial, y a más del 90% en las guerras del decenio de
1990...El número de desplazados internos en países asolados por la guerra se
estima en 30 millones” (OMS, 10, 2003).
Sin duda, este desplazamiento es un factor determinante para la migración forzada en la
actualidad.
Es crucial destacar la diferencia fundamental entre migración forzada y migración
voluntaria, porque estas clasificaciones frecuentemente dictarán la realidad a un
inmigrante en su nuevo país de acogida, incluso las oportunidades de trabajo y recursos
económicos y sociales a que pueden acceder. Mucha gente argumenta que la definición
de migración forzada debe extenderse no sólo a los que huyen de la guerra o persecución,
2
sino también a la “...migración impulsada por el desarrollo desigual y el
neoliberalismo...cuya característica más notable no sólo es la consideración de los
mecanismos de su causación estructural, sino también la forma en que apoyan el proceso
de crecimiento y ‘competitividad’ del capitalismo europeo y de América del Norte...”
(Leiva, 2, 2014).Hoy en día, una razón principal para migrar incluye, pero no se limita a
la pobreza extrema, que está creciendo en el mundo entero, específicamente en el Sur,
mientras que al mismo tiempo hay una imperiosa necesidad de mano de obra barata en el
Norte. Con la globalización de información, hay circulación de “las imágenes de una vida
mejor en otras partes del mundo” (OMS, 10, 2003). El mundo se divide entre los países
del norte, donde prospera el “capitalismo central,” y los países del sur, donde existe el
“capitalismo periférico” (Leiva, 1, 2014). En esta división “...se tensan múltiples
relaciones asimétricas, que además de ampliar la brecha entre desarrollo y subdesarrollo,
contribuyen a que las economías del sur se especialicen como proveedoras de fuerza de
trabajo barata...” (Leiva, 2, 2014).Conjuntamente, esta realidad de aumentos de
disparidades entre el Norte y el Sur implica que la migración continuará. El mundo se
enfrenta a un dilema único porque la desigualdad creciente difumina la línea clara entre
las migraciones voluntarias y forzadas. Una complicación de esto es la realidad innegable
de las condiciones de vida tan diferentes entre los países del Norte y los del Sur: Si una
persona vive bajo la línea de pobreza en condiciones muy duras e inhabitables (en el Sur,
por ejemplo) y puede ver oportunidades mejores y la demanda de mano de obra en otros
lugares del mundo, se lo puede considerar una migración totalmente voluntaria? Esta es
una cuestión muy debatida y que ha quedado sin respuesta definitiva.
Conflictos nacionales e internacionales, que a menudo impulsan las migraciones
forzadas en esta época, han causado la diversificación geográfica de los flujos
migratorios en los años recientes. Los países emisores se han convertido en países de
acogida y también se da el caso inverso (Audebert, 2010). Además, la clasificación de
países como países emisores y países de acogida se ha convertido casi en obsoleta. El
fenómeno de la “circulación” ha entrado en el debate de la migración, que se define como
“...a paradigmthat leads toblurringthedistinctionbetweensending and receivingspaces and
thenotions of settlement and return...countrieshavesimultaneouslybecomedeparture,
transit and host countries in one” (Audebert, 2010). La circulación significa que la
3
migración ya no es una condición tan permanente como lo era antes. Ahora puede ser
más de un flujo continuo en vez de una salida y llegada distinta. Todo esto significa que
hoy en día, los inmigrantes están entrando en los países que en el pasado no habían
incorporado inmigrantes, un hecho que tiene consecuencias sociales y económicas para
estas sociedades que son nuevamente consideradas sociedades de acogida. Muchas veces,
estos países no tienen la infraestructura para incorporar o apoyar a los inmigrantes. Esto
nos lleva a la discusión de los modos diferentes de incorporación, como modelos de
asimilación o modelos de multiculturalismo. Además, ahora, las sociedades de acogida
tienen que pensar en los inmigrantes no sólo como trabajadores huéspedes sino como
futuros ciudadanos de sus sociedades. Esto es un cambio masivo, porque inmigrantes
como trabajadores huéspedes no introducen la cuestión de la integración o el
asentamiento permanente, lo que significa que las sociedades de acogida no tenían antes
que implementar programas de infraestructura para los inmigrantes, tales como el acceso
a la salud.
Otro cambio notable en la discusión global de la migración es que hoy existe una
multitud de categorías para los inmigrantes. Esto se convierte en un factor clave en
relación al acceso a la salud, porque muchas veces el nivel de acceso depende
fuertemente de la categorización asignada al inmigrante según el país de acogida. Aunque
las categorías estén en disputa, existe una agrupación generalmente aceptada de
refugiados, asilados, inmigrantes regulares, e inmigrantes irregulares. El término
“inmigrante regular” representa una persona que tiene documentación o permiso
apropiado para entrar en el país de acogida, y “los migrantes irregulares o
indocumentados (en ocasiones se les denominada de forma inadecuada
migrantes/inmigrantes ‘ilegales’) son aquellos que han entrado en un país de acogida sin
autorización legal y/o autorización de entrada para estancia prolongada...” (OMS, 9,
2003). Las políticas migratorias restrictivas, que han crecido en popularidad y aplicación,
especialmente en los países de tránsito populares, “... lead tothedevelopment of a
category of illegal/undocumentedmigrants. Thiscategory of migrants in a precarious and
marginalised position ischallengingmost of themigrationtheoriesonintegration,
assimilation and social cohesion” (Audebert, 2010) y presenta desafíos para los gobiernos
4
que se enfrentan a las cuestiones de la inclusión y el cuidado de esta categoría de
inmigrantes.
La inmigración indocumentada a los Estados Unidos:
En 2013, aproximadamente 41.3 millones de inmigrantes vivían en los Estados
Unidos, un país con un pasado lleno de historias de migraciones. De hecho, 80 millones
de personas, o aproximadamente un cuarto de la población total del país, incluye
inmigrantes de primera o segunda generación (Zong, 2015). La realidad es que es muy
difícildeterminar cuántos inmigrantes indocumentados viven en el país, pero parecería
que la cifra oscila entre 11-12 millón, a partir de 2011 (Zong, 2015). El número exacto de
inmigrantes indocumentados se disputa, pero la estimación más reciente “...putthenumber
of unauthorizedimmigrants at about 11.3 million (Moffett). También, es importante tener
en cuenta la composición demográfica de esta población indocumentada: “Accordingto
MPI estimates, about 8.1 million (71 percent of the total unauthorizedpopulation)
unauthorizedimmigrants in the 2008-12 periodwereborn in Mexico and other Central
American countries...” (Zong, 2015).A causa de esta realidad, la población más afectada
por la falta de acceso a la salud para los inmigrantes indocumentados es la de países de
Centroamérica. Existe un intercambio fluido de gente, capital, bienes y servicios entre los
Estados Unidos y los países de Centroamérica, específicamente México. El sistema
migratorio entre los Estados Unidos y México es distinto debido a “...la vecindad (la
frontera común es la más transitada del planeta con una extensión de más de 3,000
kilómetros), la unidireccionalidad (98% de la emigración mexicana se dirige a Estados
Unidos) y la masividad de los flujos (el éxodo anual de mexicanos es el mayor del
mundo)...” (Delgado-Wise, 76, 2006). Estos factores fomentan el intercambio inevitable
que ha continuado durante muchos años. En gran medida, la fuerza de trabajo barata de
México impulsa este intercambio porque es el eje fundamental para la “producción de las
grandes corporaciones estadounidenses...” (Delgado-Wise, 76, 2006). A lo largo de la
historia complicada entre los Estados Unidos y México, “las relaciones económicas,
políticas, sociales y culturales...han sido asimétricas y subordinadas” (Delgado-Wise, 77,
2006), tal vez una manifestación que es representativa de las relaciones asimétricas más
grandes del Norte capitalista con el Sur. A causa de esta asimetría, los paíseshan dirigido
5
sus miradas entre sí buscando lo que necesitaban. Un ejemplo de esto es el “Programa
Bracero,” entre los años 1942-1964, cuando“en función del déficit de mano de obra
acaecido en Estados Unidos como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, se crean
nuevas condiciones para reclutar fuerza de trabajo mexicana” (Delgado-Wise, 78, 2006).
Este tema es común en la historia de los países: Los Estados Unidos necesitan fuerza de
trabajo barata, y México la tiene. El sistema del Programa Bracero funcionaba, pero
cuando terminó la demanda alta de fuerza de trabajo, el gobierno decidió limitar el
número de visas para braceros. Sin embargo, aunque el gobierno había decidido que los
trabajadores mexicanos ya no eran necesarios, los empleadores todavía buscaron e
incentivaron la mano de obra barata que los trabajadores mexicanos proporcionaban.
Esta combinación alentó a un aumento de la migración “indocumentada” (Delgado-Wise,
2006). Durante los años siguientes, la migración indocumentada aumentó aún más,
debido a las disparidades crecientes entre los dos países. Estas tendencias económicas
han seguido hasta hoy en día, especialmente “a partir de 1994 con el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN)que se constituyóen un poderoso motor de la
migración mexicana.” (Delgado-Wise, 78, 2006).El pasado colonial de México lo
colocaba en una posición subordinada desde el principio, mientras que el desarrolla de
TLCAN fomentaba una “paradoja” donde “...en lugar de promover una convergencia en
términos del desarrollo entre México y Estados Unidos, [TLCAN] contribuye a
profundizar las asimetrías entre ambos países” (Delgado-Wise, 86, 2006).Después del
ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, se han endurecido las restricciones
fronterizas, lo que incentiva a los inmigrantes indocumentados a permanecer en los
Estados Unidos y a tratar de llevar su familia allá, porque saben que si salen del país, será
difícil a volver. Además, la política del gobierno de los Estados Unidos y la actitud
general de la sociedad categorizan los inmigrantes que entran en el país de forma
irregular como “indocumentados” o en términos despectivos, “ilegales.” Como se
explicó anteriormente, la categorización de un inmigrante juega un papel clave, porque
determina tanto los recursos a los que puede acceder así como la forma en que pueden
adaptarse al nuevo ambiente de su país de acogida.
PARTE II: La salud
6
Introducción a la conexión entre inmigración de indocumentados y la salud
La inmigración y la salud están conectadas indiscutiblemente. En el núcleo de la
discusión de los desafíos para los inmigrantes está el asunto de los derechos humanos. El
desplazamiento de las personas a causa de “motivos políticos, humanitarios, económicos
y medioambientales” (OMS, 4, 2003) contribuye a un mayor vulnerabilidad de derechos
para los migrantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS), líder mundial en salud,
es responsable de velar por la protección del derecho humano de la salud de todos los
habitantes del mundo. La OMS afirma que “en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales se reconoce el derecho de toda persona al disfrute del
más alto nivel posible de salud física y mental” (OMS, 4, 2003).
Cuando llegan a un país de acogida, los inmigrantes ya están en un estado
precario de salud, a causa del movimiento a través de las fronteras y el desplazamiento,
dos factores que son muy perturbadores para la salud. Por ejemplo, los inmigrantes que
“llegan a los países de asilo con frecuencia han experimentado graves choques y traumas.
Muchos tienen probabilidades de padecer ansiedad, el trastorno de estréspostraumático
(PTSD) y la pérdida de familiares” (OMS, 16, 2003).También, existe la posibilidad de
que fueran víctimas de la trata de personas o torturados o abusados, posiblemente
sexualmente (OMS, 2003). Frecuentemente, los inmigrantes se enfrentan a:
“la exposición a los riesgos para la salud y las enfermedades infecciosas, en
particular respecto de quienes viven en condiciones de pobreza; la violencia
física o las condiciones de servidumbre laboral; las repercusiones sobre la salud
reproductiva y sexual, incluidas las infecciones de transmisión sexual, los
embarazos involuntarios, los abortos peligrosos, la infertilidad y el VIH/SIDA,
además de las repercusiones en la salud emocional y mental” (OMS, 17, 2003).
Aún más, muchos de los inmigrantes tienen que pasar tiempo en los centros de detención
durante su viaje a los Estados Unidos o en el país, que a menudo provoca complicaciones
de salud a partir de la falta de acceso a la salud en estos centros, que están sobrecargados
y financiados inapropiadamente.
La OMS afirma que los vulnerables y marginados deben ser la primera prioridad
en la atención y acceso a la salud, y en la cuestión de inmigración, estos grupos son los
inmigrantes indocumentados y forzados. (OMS, 2003). Sin embargo, estos grupos,
7
especialmente los indocumentados, son aquellos a los que a menudo se les niega el
acceso o no se les da los recursos necesarios. Aunque está claro que los inmigrantes ya se
encuentran en un estado precario, y que son la población que más necesita acceso a la
salud adecuada, ellos se enfrentan a nuevos desafíos, debido a la necesidad de adaptarse a
los ambientes del país de acogida. Los inmigrantes indocumentados sufren exclusión
social y una falta de los beneficios de salud, y se enfrentan a retos de salud que son
únicos en sus condiciones: “Con frecuencia, los migrantes se enfrentan a graves
obstáculos para gozar de buena salud debido a la discriminación, el idioma y las barreras
culturales, la condiciónjurídica y otras dificultades económicas y sociales” (OMS, 4,
2003). Los inmigrantes indocumentados están en mayor peligro porque muchas veces
están empleados en trabajos de alto riesgo que los trabajadores locales se niegan a hacer,
como la construcción o trabajo industrial. Frecuentemente, hay riesgos de la salud con
estos trabajos, pero muchas veces los inmigrantes indocumentados no se quejan porque
tienen miedo a la deportación. Su trabajo no sólo presenta riesgos más altos, sino que
también les causa vacilación a la hora de “pedir tratamiento médico debido a los costos
asociados, la imposibilidad de faltar al trabajo, la falta de medios para encontrar a quienes
cuiden de sus hijos y los problemas de transporte” (OMS, 23, 2003).Además, la barrera
del idioma aumenta los riesgos, y trae como consecuencia que los trabajadores no
conozcan sus derechos o información sobre los servicios disponibles.
“En una encuesta realizada en California entre migrantes agricultores...el 75%
carecía de seguro medico y sólo un 7% se beneficiaba de programas de seguros
financiados por los gobiernos para personas con bajos ingresos. Además,
mientras el 20% había sufrido accidentes laborales por los que debían haber
recibido indemnización, sólo el 30% de todos los trabajadores conocía siquiera
la existencia de esos programas” (OMS, 21, 2003).
Generalmente, los inmigrantes indocumentados también están en desventaja porque
pueden estar geográficamente aislados de los centros de atención o pueden ser incapaces
de acceder a ellos a causa de la distancia o el horario de apertura (OMS, 2003).
A nivel mundial, “...sólo hay dos tratados internacionales en los que se reconocen
expresamente los derechos de salud de los migrantes irregulares, a saber, el Convenio
sobre los trabajadores migratorios (1990) y el Convenio sobre las organizaciones de
8
trabajadores rurales (1975)...” (OMS, 20, 2003). Generalmente, las políticas de los
gobiernos:
“...transmiten la idea de que los migrantes irregulares son los principales
responsables de su precaria situación, de que a los contribuyentes les saldría muy
caro pagar por sus servicios de salud y de que excluirles de las prestaciones
sociales serviría para disuadir a futuros migrantes irregulares. Por tanto,
permitir a los migrantes irregulares el acceso a los servicios de salud suele
considerarse un acto de caridad o ‘generosidad’ por cuenta del Estado. Sin
embargo, de acuerdo con las leyes de derechos humanos, los gobiernos tienen
obligaciones jurídicas con respecto a la salud de toda persona que se encuentre
en el ámbito de su jurisdicción” (OMS, 19, 2003).
Debido a esta falta de reconocimiento de los derechos humanos de los inmigrantes
indocumentados, en muchos sistemas nacionales de salud se discrimina a los inmigrantes
indocumentados, y sólo se les proporciona atención de emergencia. Esto significa que los
inmigrantes indocumentados tienen que esperar hasta que su salud esté en grave peligro
para ir al médico. Con este sistema, los problemas insignificantes pueden transformarse
en situaciones que amenazan la vida, y las salas de emergencia se sobrecargan (OMS,
2003).
El acceso a la salud para inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos
Se queda claro que los inmigrantes, especialmente los indocumentados, se enfrentan
riesgos debido a su condición, y por tanto, absolutamente necesitan acceso a la salud
cuando llegan al país de acogida. Sin embargo, en los Estados Unidos, la tasa de
inmigrantes indocumentados sin seguro médico alcanza el 60% (Wheaton, 2014). Se ha
afirmado que el acceso a la salud es un derecho humano, entonces se introduce la
pregunta: ¿Por qué se ha excluido a los inmigrantes de las leyes que pueden proporcionar
el acceso? Parte de la respuesta se puede encontrar en los conceptos erróneos que llevan a
la discriminación:
“La migración tiene lugar en un contexto de creciente discriminación y hostilidad
xenófoba hacia los migrantes y en el marco de unas políticas nacionales que
dificultan la entrada, la integración social y el bienestar. Los ataques terroristas
9
del 11 de septiembre de 2001, seguidos del refuerzo de las respuestas en materia
de seguridad nacional, han servido para endurecer esas actitudes y avivar los
argumentos de los que proponen políticas restrictivas en materia de migración”
(OMS, 18, 2003).
Esto ha provocado un aumento de la hostilidad general hacia los inmigrantes, y el miedo
que fomenta la idea de que los inmigrantes están “robando recursos del país”. En los
Estados Unidos, existe esta idea prejuiciosa que los inmigrantes indocumentados vienen a
los Estados Unidos y sobrecargan los servicios sociales. Aunque existen dificultades en la
identificación y muestreo de la población indocumentada, un análisis del “Los
AngelesFamily and Neighborhoodstudy” descubrió que los latinos indocumentados
tenían 2.1 menos visitas al médico y menos utilización de los servicios de salud en
general que sus contrapartes estadounidenses (los que nacieron en el país) (Ortega, 2007).
Aunque menos visitas rutinarias al médico sugerirían un mayor uso de la sala de
emergencias, se encontró que no es así en esta situación y que los inmigrantes
indocumentados de Centroamérica no tienen un mayor uso del ED que sus contrapartes
estadounidenses (Ortega, 2007). En el análisis, los inmigrantes indocumentados de
Centroamérica reportaron menos problemas en acceder la salud, un hallazgo
contraintuitivo que se explica por la lógica de la tendencia a buscar menos la atención
médica(Ortega, 2007). Sobretodo, se puedeafirmarque:
“Low rates of use of health care services by Mexican immigrants and similar
trends among other Latinos do not support public concern about immigrants’
overuse of the health care system. Undocumented individuals demonstrate less
use of health care than US-born citizens, and they have more negative
experiences with the health care that they have received. The findings
demonstrate that immigrant authorization status is an important determinant of
health care access and patterns of use of services among Latinos” (Ortega,
2007).
El “PatientProtection and AffordableCatAct” (PPACA), conocido como
“ObamaCare” es una reforma de la salud de los Estados Unidos que se convirtió en ley
por el Presidente Barack Obama el 23 de marzo de 2010, y fue confirmada por el Corte
Suprema el 28 de junio de 2012. Existía la esperanza de que la ley permitiera el acceso a
10
la salud para inmigrantes indocumentados, pero no lo hizo. Los ciudadanos
estadounidenses, nacionales y residentes legales son los que califican para utilizar el
sistema (ObamaCarefacts).Los inmigrantes indocumentados están deliberadamente
excluidos del acceso y cobertura de ACA y Medicaid, aun si pudieran pagarlo por ellos
mismos (Wheaton, 2014). El lenguaje de la ley expresa directamente/especificamente
que:
“‘Access limitedtolawfulresidents. If an individual is not, or is not reasonably
expected to be for the entire period for which enrollment is sought, a citizen or
national of the United States or an alien lawfully present in the United States, the
individual shall not be treated as a qualified individual and may not be covered
under a qualified health plan in the individual market that is offered through an
Exchange’” (Moffett).
Aquellos que no son ciudadanos, nativos de los Estados Unidos o residentes legales están
exentos de la cuota de ObamaCare y no están cubiertos por el plan (ObamaCarefacts).
Es fundamental señalar que a través de la ley, hay posibilidades de cobertura para
los inmigrantes indocumentados. La mayoría de las familias de inmigrantes son “familias
de estado mixtos,” que significa que los miembros de una familia tienen estados de
ciudadanía o migraciones distintas. Algunos miembros de una familia pueden calificar
mientras que otros no pueden o los miembros pueden calificar para niveles diferentes de
cobertura. La ley estipula que familias de estado mixto pueden solicitar a un seguro
médico privado desgravaciones o cobertura de gastos extras menorespara los familiares
bajo su dependencia pasibles de ser cubiertos. También, pueden solicitar a Medicaid y
CHIP por sus familiares dependientes (ObamaCarefacts). Esto significa que un miembro
de una familia de estado mixto, con estatus indocumentado, que es un “dependiente,”
puede ganar cobertura a través del estado de calificación de otro miembro de la familia.
Sin embargo, debe mencionarse que en la comunidad de migrantes, especialmente
los que son indocumentados, existe aprensión de involucrarse con los programas
gubernamentales porque tienen miedo de que su status ilegal se revele.Un obstáculo del
acceso a la salud para los inmigrantes indocumentados es el “...temor de que las personas
que prestan los servicios médicos estén vinculadas a las autoridades de inmigración. En
tal caso, esto puede tener un efecto paralizador sobre los migrantes irregulares que
11
intentan acceder a los servicios de atenciónmédica...” (OMS, 22, 2003).Para
apaciguarestas aprensiones, la ley dice explícitamente que:
“Immigration status isonlyusedto determine eligibility. Family members won’t be
asked for immigration status...Federal and state Marketplaces and state Medicaid
and CHIP agencies can’t require applicants to provide information about the
citizenship or immigration status of any family or household members who aren’t
apply for coverage...Information provided by applicants or beneficiaries won’t be
used for immigration enforcement purposes” (ObamaCare facts).
También, en California, el estado ha creado anuncios para asegurar a losintegrantes de
familias de estado mixto que no serán deportados por culpa de la inscripción en
ObamaCare. Sin embargo, se ha encontrado que la comunidad migrante puede ser
escéptica hasta que vean la prueba de que no se los llevará a la deportación (Wheaton,
2014). También, otra manera de que la administración del Presidente Obama ayude
indirectamente al acceso de la salud para los inmigrantes indocumentados es a través de
la orden de inmigración. La orden de inmigración asegura que 5 millones de inmigrantes
indocumentados están protegidos contra las amenazas de deportación, lo que significa
que pueden aceptar empleos regulares con seguro médico para ellos y sus familias, en vez
de empleos peligrosos e ilegales (Wheaton, 2014). Algunas empresas privadas tienen
interés en el mercado de salud de los latinos, específicamente los que están
indocumentados. Una nueva empresa se llama “ConsejoSano,” y funciona como un
servicio basado en las llamadas telefónicas. Por $14.99 por mes, puede llamar a un
médico en México en caso de un problema de salud. El fundador, Abner Mason, dice que
puede resolver un tercio de los problemas a través del teléfono, y si no, ConsejoSano
puede recomendar una clínica en el área que aceptará dinero en efectivo (Wheaton,
2014).En la actualidad, la única cobertura que los inmigrantes indocumentados tienen es
la atención de la sala de emergencia, lo que el gobierno de los Estados Unidos provee con
el Emergency Medical Treatment and Labor Act (EMTALA) “...a federal
lawthatrequiresanyonecomingtoanemergencydepartmentto be stabilized and treated,
regardless of theirinsurance status orabilitytopay, butsinceitsenactment in 1986 has
remainedanunfunded mandate” (EMTALA, 2014).ObamaCare sostiene esta ley, pero
como se dijo anteriormente, la atención recibida es limitada, cara, y demasiado tardía
12
(Moffett). Algunos estados del país ofrecen más recursos y opciones. En Washington,
D.C. hay un programa para residentes que no pueden acceder ni pagar por atención
médica. En Massachusetts, Illinois, Nueva York, y el estado de Washington, los niños
son elegibles para Medicaid,independientementede su estatus migratorio. En California,
hay una programa de Medicaid del estado, Medi-Cal, que pueden acceder los DREAMers
(Wheaton, 2014).
Como se mencionó anteriormente, una miríada de factores impiden a los
inmigrantes especialmente los indocumentados, a acceder a la salud, incluso en los casos
en que sí califican para el acceso. Además, específicamente en los Estados Unidos, aún
cuando los inmigrantes pueden acceder a los servicios de salud, muchas veces se
enfrentan a la discriminación y a los prejuicios:
“All foreign-born Latino immigrants are more likely than US-born Latinos to
perceive that they would have received better care if they were of a different race
or ethnicity, and US-born Latinos are more likely to believe this than US-born
white subjects. A previous CHIS study found that foreign-born individuals were
more likely to report discrimination in health care than US-born individuals”
(Ortega, 2007).
Está desigualdad y la inconsistencia de la atención general está dividiendo a la población
de los Estados Unidos, aún más que antes.
Conclusiones
En el corazón de la discusión de la integración económica y social de los
inmigrantes, existe la afirmación de los derechos humanos, y que los gobiernos no
pueden y no deben separar aquéllos de la discusión por la aplicación de políticas para los
inmigrantes (OMS, 2003). Para entender las repercusiones de la falta de acceso a la salud,
es importante destacar que “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y
social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. (Constitución de la
Organización Mundial de la Salud (1946)” (OMS, 7, 2003). Ese estado debe ser
concebido como un derecho humano indiscutible, y debesepararse de las cuestiones de
lealtad de inmigrantes y cómo el estado de legalidad afecta al acceso a la salud. Una
aplicación adecuada de esta idea puede incluir la formación de un personal de salud ser
13
sensible a los problemas que pueden ser específicos de los inmigrantes irregulares, con un
énfasis en la manera de abordar apropiadamente estos problemas de salud específicos, sin
comprometer los derechos humanos del inmigrante. Además, debe implicarun esfuerzo
por centrarse en la atención preventiva y curativa de salud en vez de focalizar la atención
sólo en la sala de emergencia (OMS, 2003). Este enfoque curativo debe ser entendido
como un derecho humano para todos, y, además, como una forma de aliviar la presión
sobre sistemas de salud sobrecargados.
Hoy en día, se sigue un círculo vicioso donde los que más necesitan cuidado y
atención son los que no tienen absolutamente ninguna manera de acceder a ello o les es
muy dificultoso ese acceso. Continúa la discriminación explícita e implícita, la
estigmatización, y las actitudes prejuiciosas, hechos que fomentan una espiral
descendente de disminución de la salud para los inmigrantes indocumentados. Tiene que
darse un trabajo fuerte y unidoen pos de la eliminación de la discriminación, “En el
contexto de la salud...[la discriminación basada en]: “raza, color, sexo, idioma, religión,
opiniónpolítica o de otra índole, origen nacional o posición social, situacióneconómica,
lugar de nacimiento, impedimentos físicos o mentales, estado de salud (incluidos el
VIH/SIDA), orientación sexual y situaciónpolítica, social o de otra índole” (OMS, 23,
2003). La lucha contra los prejuicios que afectan a estos grupos marginados sería un paso
hacia el desmantelamiento de la discriminación sistemática contra quienes necesitan más
ayuda, los más excluidos por la sociedad.
Esta discriminación tiene verdaderas consecuencias para la sociedad,
especialmente para los Estados Unidos, que albergan una población de inmigrantes que
está creciendo. La falta de acceso y cobertura tiene un gran efecto sobre las empresas y
los proveedores de seguros de salud. Un proveedor, Michael Brooks, a cargo de una red
de centros de salud calificados a nivel federal en el área de Atlanta, explicó que la
mayoría de sus pacientes indocumentados no tiene seguro médico. Debido al hecho de
que ellos no pueden pagar la cuota completa, “‘we lose about $150 per visit,’ Brooksaid.
Multiply that by 3,000 or 4,000 and it adds up to 25% of the centers’ uncompensated care
costs. While the federal government pays the Family Health Centers of Georgia a grant to
treat the uninsured, they typically don’t keep pace with the clinics’ spending, Brooks
said” (Wheaton, 2014). Ésta pérdida de dinero sólo crecerá con consecuencias graves
14
para la industria de salud. En el futuro, la mala utilización de los recursos de atención de
salud para una creciente parte de la población podría tener implicaciones importantes
para la vida y la productividad de los inmigrantes en la sociedad, y en última instancia
para la economía de los Estados Unidos (Ortega, 2007).
Es importante que los votantes entiendan que se benefician económicamente de la
inmigración—un hecho que muchos no entienden. Sin embargo, por encima de esta auto-
motivación económica para apoyar la cobertura de salud para inmigrantes
indocumentados,
“…los argumentos económicos deben asociarse a los imperativos de los derechos
humanos. El derecho, los mecanismos y los criterios de los derechos humanos
requieren políticas de migración que salvaguarden la dignidad humana y
garanticen planteamientos humanos y justos. Por tanto, mientras los países
luchan por encontrar la forma de abordar las crecientes migraciones, es
importante considerar que el marco de los derechos humanos es un pilar
fundamental en la formulación de políticas. Si va unido a otro pilar importante—
la recopilación de estadísticas fiables—será posible desarrollar estrategias
satisfactorias” (OMS, 29, 2003).
Sin esta combinación de estadísticas fiables e importancia asignada a los derechos
humanos, es muy probable que los gobiernos diseñen políticas basadas en la información
poco confiable.
Es evidente que los inmigrantes contribuyen enormemente a la economía de los
Estados Unidos, y sin su fuerza de trabajo, el país no puede funcionar como lo hace
ahora. Sin embargo, para alcanzar el pleno potencial como trabajadores, “se requieren
esfuerzos para mantener la salud pública y la cohesión social en un mundo cada vez
másmóvil. En ausencia de esos esfuerzos, la capacidad de los migrantes para contribuir a
las sociedades de acogida estará limitada” (OMS, 7, 2003). Muchas empresas dentro del
país se han dado cuenta de esto, y
“…como respuesta a los resultados negativos para la salud que se derivan del
aislamiento de los trabajadores migratorios, y reconociendo el derecho a la vida
familiar, muchas empresas están modificando sus políticas con el fin de permitir
15
que las familias permanezcan juntas en un esfuerzo por aumentar la
productividad de los empleados” (OMS, 26, 2003).
Pero esto no es una reacción suficiente ni organizada ni extendida nacionalmente.
Además, no debe ser la responsabilidad solamente de las empresas sino de los Estados
Unidos que deberían organizar y desarrollar un sistema colectivoe inclusivode acceso a la
salud.
Para crear un sistema colectivo más inclusivo, se necesita el apoyo no sólo del
gobierno de los Estados Unidos, sino también de los líderes de salud públicos y privados:
“Para finalizar, es importante sensibilizar a las autoridades sanitarias públicas y conseguir
su cooperación con el fin de garantizar que los migrantes disfruten del derecho a obtener
información y educación sanitarias, tanto en el contexto de los servicios de
atenciónmédica como en el contexto más amplio de los esfuerzos de promoción de la
salud” (OMS, 28, 2003). Tiene que darse un análisis colectivo y una concientización
acerca de las necesidades que son específicas de la población de inmigrantes
indocumentados de Centroamérica, y para eliminar las disparidades de salud, estas
necesidades específicas deben satisfacerseen forma adecuada—cultural y
económicamente. En los años próximos, si los avances en el acceso a la salud se realizan
considerando únicamente a los ciudadanos estadounidenses y a los residentes “legales”
en los Estados Unidos, habrá un futuro grave no sólo para los inmigrantes
indocumentados, sino para todo el país y la sociedad en su conjunto.
Bibliografía
Audebert, Cédric y Mohamed Kamel Doray, Migration in A Globalised World: New
Research Issues and Prospects, Amsterdam, 2010, capítulo 12: “International migration
in the twenty-first century: towards new research perspectives”.
Castles, Stephen y Mark Miller, La era de la migración.México, UAZ, Porrúa, 2004,
capítulo 3: La Migración a los países altamente desarrolladas a partir de 1945.
Delgado-Wise, Raúl y Humberto Márquez Covarrubias, “La migración mexicana hacia
Estados Unidos a la luz de la integración económica regional: nuevo dinamismo y
paradojas,” en Revista THEOMAI: Estudios sobre Sociedad, Naturaleza, Y Desarrollo,
2006.
16
Emergency Medical Treatment and Labor Act (EMTALA, 2014):
http://www.acep.org/News-Media-top-banner/EMTALA/
Leiva, María Luján, “Migraciones Internacionales: Trabajo y Capital desde el Estados de
Bienestar al Estado de Malestar Global”, en Contextos críticos; migraciones
contemporáneas, Buenos Aires, 2014.
Moffett, Dan. ObamaCare FAQs from Immigrants: Affordable Care Act Answers for
Non-Citizens about Health Insurance.
ObamaCare facts: http://obamacarefacts.com/obamacare-immigrants/
Organización Mundial de la Salud (OMS), Migración Internacional, Salud, y Derechos
Humanos, Serie de publicaciones sobre salud y derechos humanos, No. 4. Ginebra ,
diciembre de 2003.
Ortega, Alexander N., HaiFang,Victor H. Perez, John A. Rizzo, Olivia Carter-Pokras,
Steven P. Wallace, LillianGelberg, “HealthCare Access, Use of Services, and
ExperiencesAmongUndocumentedMexicans and other Latinos”, en: JAMA Internal
Medicine, vol. 167 (núm 21), 26 de noviembre, 2007.
Wheaton, Sarah, PoliticoPro: Undocumented immigrants won’t get Obamacare--but
Latino coverage could rise, 20 de noviembre, 2014.
Zong, Jie y JeannaBatalova, “Frequently Requested Statistics on Immigrants and
Immigration in the United States”, en: Migration Policy Institute,26 de febrero, 2015.
17