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El camino dE la coopErativa: origEn y principios

“La distribución debe deshacer el exceso, y que cada uno tenga lo suficiente”.

El rey Lear, William Shakespeare

Son muy variadas las circunstancias que ex-plican el origen del cooperativismo en México y en el mundo. Numerosos filósofos, historia-dores, escritores han sido partícipes de las ideas que abrieron camino al movimiento cooperativo. Después de analizar la presen-cia de las cooperativas y su importancia para la economía mundial, necesitamos entender el contexto político, social y económico para comprender su desarrollo. Nos interesa des-tacar las motivaciones del cooperativismo, los cambios que se han dado a lo largo del tiempo, así como presentar los ideales de los pioneros que crearon las cooperativas y los sucesivos liderazgos.

El mundo enfrenta una crisis. Las personas se preguntan cómo relacionarse y solucionar problemas laborales y la escasez de empleos en los próximos años. La celebración del Año Internacional de las Cooperativas de 2012 es un buen momento para hablar de los valores y principios de la cooperativa, analizar dónde y cómo surgieron y en qué países sus organiza-ciones cooperativas los han adoptado; cómo han permanecido o se han transformado. No lo estudiaremos como si se tratara de un fe-nómeno académico, sino que destacaremos la importancia del movimiento del cooperati-vismo a lo largo del tiempo y en las actuales

circunstancias de calamidades económicas y sociales. Así, explicaremos la naturaleza de esta asociación.

Los objetivos del Año Internacional de las Cooperativas tratan de promover la concien-cia acerca de las cooperativas para beneficiar a sus miembros y, al mismo tiempo, contri-buir al desarrollo socioeconómico y, al logro de los objetivos de desarrollo de este mile-nio. Alientan a la población para organizarse en cooperativas, autoayudarse y solucionar sus necesidades económicas. Pero también sugieren a los gobiernos establecer políticas y legislar la creación y el desarrollo de estas organizaciones. Finalmente, buscan concienti-zar a la población acerca de la red mundial de cooperativas y su lucha por crear un sentido comunitario, de democracia y paz.

Valores

Muchas veces se habla de valores como si se tratara de una moda o de algo pasajero. Se ha hecho referencia a la justicia, la equidad y la honestidad. En ocasiones, se habla de valores y principios como si fueran sinónimos. Sin em-bargo, los valores son la orientación personal y social que guía y regula las relaciones y la

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La Alianza Cooperativa Internacional se formó en 1895, es una organización no gubernamental independiente que reúne y representa a organizaciones cooperativas en todo el mundo. Este timbre data de 1895. Colección particular.

Enfrente: Robert Owen fue un socialista utópico; se considera el padre del cooperativismo. Retrato realizado por William Henry Brooke, en 1834. © npg.

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EL CAMINO DE LA COOPERAtIvA: ORIgEN y PRINCIPIOSUNA MIRADA AL COOPERAtIvISMO y SU PARtICIPACIóN EN REDES PARA EL DESARROLLO

conducta, mientras que los principios son di-rectrices de enfoque y estructuración de las organizaciones que ponen en práctica esos valores. Con esta idea se configuró la defini-ción de la cooperativa. El término valor posee diversas connotaciones. Sandra Rodríguez Planell, de la Liga de Cooperativas de Puerto Rico, los define como:

Conceptos amplios sobre aspectos impor-tantes de la vida, de los seres humanos y sus relaciones. Estos conceptos amplios funcio-nan como guías de la conducta personal. Son guías normativas, aprendidas y se expresan en actitudes, predisposiciones y patrones de con-ducta.1

“Los miembros, emulando la tradición de los fundadores, creen y practican los valores éti-cos de honestidad, transparencia, responsa-bilidad social y preocupación por los demás”,2 señala la Declaración de Identidad Cooperati-vas de 1995 de la Alianza Cooperativa Inter-nacional y se refiere a:

• Honestidad: como sinónimo de honra-dez, probidad como oposición y control de la falsedad, la corrupción, el hurto.

• transparencia: decir siempre la verdad en forma completa y oportuna, está vin-culado con la honestidad.

• Responsabilidad social: compromiso con la sociedad en que viven y se desarrollan.

• Preocupación por los demás: es una ex-pansión del anterior valor como actitud, no solamente como compromiso.

Para Ian MacPherson, encargado de la in-vestigación previa, consulta y redacción de la Declaración de Identidad Cooperativa, los principios organizativos y operativos del movimiento cooperativo se fundamentan en valores universales de cooperación y respon-sabilidad.

1 Sandra Rodríguez Planell, “Identificación de valores cooperativos e indicadores de su práctica en un gru-po de cooperativas de la Región Central de Puerto Rico”, San Juan, Puerto Rico, tesis M.A. Universidad de Puerto Rico.

2 Ian MacPherson, y Florencio Eguía villaseñor, Identi-dad Cooperativa, Confederación Mexicana de Cajas Populares A.C., San Luis Potosí, México, 1997.

Las cooperativas se fundamentan en diversos valores. Para la Agenda Internacional de Cooperativas éstos son:

Ayuda mutua Actuación de un grupo para la solución de problemas comunes.

Esfuerzo propio Es la motivación, la fuerza de voluntad de los miembros con el fin de alcanzar metas previstas.

Responsabilidad Se refiere al nivel de desempeño en el cumplimiento de las actividades para el logro de metas, sintiendo un compromiso moral con los asociados.

Democracia Es la toma de decisiones colectivas por los asociados (mediante la participación y el protagonismo) en la gestión de la cooperativa.

Igualdad todos los asociados tienen los mismos derechos y obligaciones.

Equidad Justa distribución de los excedentes entre los miembros de la cooperativa.

Solidaridad Adhesión circunstancial a la causa de los otros. Florencio Eguía villaseñor, expli-ca que la solidaridad comienza en la cooperativa y se proyecta hacia su propia comunidad.

Pareciera que los valores, según los filóso-fos (axiólogos), son cuestiones del individuo, sin embargo, los del tipo cooperativo son para los individuos, aunque generados y engrande-cidos en la sociedad en donde viven y que se fortalecen en el grupo cercano que los procla-ma y aplica. Estos valores dan sentido a los principios.

Principios

Si comparamos los principios modernos del cooperativismo con los que sustentaba la pri-mera cooperativa conocida (la de los Pione-ros de Rochdale) notaremos que éstos no han cambiado mucho, sino que se han mejorado para adecuarse a las actuales circunstancias económicas, políticas, de derechos humanos y a la globalización. Ian MacPherson señala, a propósito de los fundamentos de los cambios:

La revisión periódica de los principios consti-tuye una fuente de poder para el movimiento cooperativo. Demuestra cómo el pensamien-to cooperativo puede ser aplicado en un mundo cambiante; sugiere cómo pueden organizarse las mismas cooperativas para enfrentar retos nuevos y obliga a los cooperadores alrededor del mundo a un reexamen de los propósitos básicos de su movimiento.3

Los principios de la Alianza Cooperativa Inter-nacional, de acuerdo con la versión del Con-greso de Manchester de 1995, establecidos en la Declaración de Identidad Cooperativa, son:

1. Libre adhesión: significa que la coope-rativa debe tener las puertas abiertas para admitir socios y el interesado es libre para solicitar su admisión siempre y cuando cumpla con las condiciones pre-vistas en la legislación.

2. Control democrático: la administración de la cooperativa corresponde a los so-cios, los cuales, reunidos democrática-mente en asamblea general, eligen por votación a quienes van a formar la junta directiva.

3 Ibid.

3. gestión de los administradores: debe sujetarse a lo establecido por los esta-tutos. Los asociados pueden supervisar la actuación de los directivos a través de delegados que integran los distintos órganos de administración. Esto puede incluir un interés limitado al capital. Para el funcionamiento de una cooperativa se necesita de capital; si bien es una em-presa sin fines de lucro, las aportaciones económicas son necesarias. Se entien-de por interés limitado al capital un in-terés fijo que no depende de la cantidad mayor o menor de las utilidades.

4. Educación cooperativa: las personas asociadas tienen el deber de prepararse social y profesionalmente para cumplir eficazmente con los compromisos asu-midos.

5. Reparto de excedentes: los excedentes o sobrantes de las operaciones realiza-das por la asociación deben distribuirse equitativamente.

6. Integración cooperativa: los participan-tes deben estar integrados, es decir, de-ben componer un todo.

7. Preocupación por la comunidad: una cooperativa es una organización social vinculada directamente con la comuni-dad que la rodea y participa activamente.

Los principios del cooperativismo se fundamentan en los valores universales de cooperación y responsabilidad. © cpc.

El pensamiento cooperativo no ha cambiado a lo largo del tiempo, se aplica y ajusta al mundo globalizado de hoy. Publicidad de 2012 Año Internacional de las Cooperativas. © aci.

Arriba: miembros de la cooperativa Cosechando Juntos lo Sembrado asisten a la asamblea democrática de elección establecida de acuerdo con los principios y valores de la cooperativa. © cjs.

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das por gente que piensa, se puede presumir que es algo relevante para las necesidades humanas este tipo de proyectos. Las ideas cooperativas han sido de este tipo.6

Por su parte, Ian MacPherson, en Funda-mentos de la Declaración de Identidad Coo-perativa, se refiere a los antecedentes de los principios y valores cooperativos:

El movimiento cooperativo cuenta con una honda y distinguida historia intelectual. Duran-te las últimas diez generaciones humanas mu-chos pensadores dispersos por el mundo han contribuido significativamente al pensamiento cooperativo y mucho de ese pensamiento se ha interesado por los valores cooperativos. Más aún, las cooperativas han configurado un rico ramillete de creencias que incluyen las re-ligiones e ideologías más grandes del planeta.7

Así como Ian MacPherson destaca la profun-didad histórica y la amplitud ideológica del pensamiento cooperativo, Florencio Eguía villaseñor nos informa que Ian MacPherson, para redactar la declaración, también consultó y se apoyó en la diversidad de experiencias del pensamiento de la época:

La Alianza designó como responsable al ca-nadiense Ian MacPherson quien primeramente hizo circular una encuesta mundial para cono-cer el grado de aplicación de los principios del 66 y las inquietudes para modificarlos, y des-pués, durante un par de años se consagró al estudio de las propuestas.8

6 Ibid.7 Ian MacPherson, Fundamentos de la Declaración de

Identidad Cooperativa, citado por Florencio Eguía vi-llaseñor, en Identidad Cooperativa. San Luis Potosí, Confederación Mexicana de Cajas Populares, 1997, pp. 21-61.

8 Eguía villaseñor, op. cit.

La solidaridad y el beneficio mutuo no radica, solamente, en las mejoras sus-tanciales para los asociados de la coo-perativa, sino también, en aumentar la calidad de vida de los habitantes.4

En este sentido, los principios y valores actua-les y establecidos por la Agencia Cooperativa Internacional (aci) se asemejan a los Principios Cooperativos de La Sociedad de los Equitati-vos Pioneros de Rochdale de 1844 (Rochdale Society of Equitables Pioneers), que son:

• Libre adhesión y libre retiro• Control democrático• Neutralidad política, racial y religiosa• ventas al contado• Devolución de excedentes• Interés limitado sobre el capital• Educación continua

La razón de que estos valores persistan es que se originaron debido a circunstancias que iban más allá de su aparición. Para entender-lo, anotamos algunas de las condiciones po-líticas, económicas y sociales que se dieron a mediados del siglo xix en Inglaterra y que constituyen los antecedentes éticos y sociales. Asimismo, analizaremos los hechos previos y el contexto de la cooperativa Rochdale para visualizar el origen del cooperativismo europeo del siglo xix, que es la matriz ideológica y el ejemplo del cooperativismo en todo el mundo:

Cuando la cooperación surgió casi todo el mundo dijo que era contrario a la naturaleza humana. Lo que era nuevo para ellos llegaron a la conclusión era nueva para la humanidad.5

george Holyoake explica en su libro La histo-ria del cooperativismo:

Es una cuestión de historia que si ciertas ideas son recurrentes y agitan ampliamente a mu-chos pueblos disímiles, que se han originado principalmente por los filósofos y son promovi-

4 Ian MacPherson, Declaración sobre la identidad y principios cooperativos aci y Confederación Latinoa-mericana de Cooperativas de Ahorro y Crédito, San José, Costa Rica, s/f.

5 george Jacob Holyoake, the History of Co-operation. Londres, t. Fisher Unwin, 1908.

Louis Jean Joseph Charles Blanc Louis contribuyó a popularizar las cooperativas obreras de producción o las cooperativas de trabajo en Francia. © Hulton Archive/getty images.

El escritor y trabajador george Jacob Holyoake fue el autor de la famosa Historia de los Pioneros de Rochdale. © Hulton Archive/getty images.

Las cooperativas se basan en los valores de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad. © onu.

Cuando la cooperación surgió casi todo el mundo dijo que era contrario a la naturaleza humana. Lo que era nuevo para ellos llegaron a la conclusión era nueva para la humanidadG.J. Holyoake

La caja yanga fundada en 1964 proporciona servicios financieros confiables y de calidad y se rige por los principios y valores cooperativos. © cy.

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do tanto a las condiciones de miseria de sus forjadores, como a la crisis económica y a los prejuicios contra toda iniciativa que proviniera de los obreros, particularmente, si presentaba ideas radicales, cuestionaba o trataba de cam-biar al sistema. Como parte de sus luchas y experiencias, debe considerarse que su forma-ción basada en el mutualismo y el sindicalismo surgieron en el contexto de las crisis sociales y el ascenso de la Revolución Industrial.

la reVolución industrial

La introducción de la máquina cambió al mundo y dio origen en 1775 a la Revolución Industrial 14 años antes de la Revolución Francesa, la cual reivindicaría los derechos del hombre con los principios de igualdad, fraternidad y libertad.

el contexto de los pioneros de rochdale

george Holyoke, admirador de la cooperativa Rochdale y quien convivió con algunos de los pioneros y fue su principal historiador, explicó que en esos años se pensaba que el trabaja-dor debería vivir en la miseria y ayudar a que su patrón se enriqueciera. y, con cierta ironía, dijo que la naturaleza humana parecía distinta en Rochdale a como era en otros lugares. De-cía que debía existir un tipo de personas espe-cial en el distrito de Lancashire, ya que no era posible entender que ellos hubieran dominado el arte de trabajar y celebrar juntos como no lo había hecho ningún otro conjunto de obreros en gran Bretaña. Actuaron gracias a la me-morable asesoría de sir Robert Peel, “tomaron sus asuntos en sus propias manos” y, lo que es más importante, se mantuvieron así.

La Cooperativa de los Pioneros de Roch-dale pasó por duras y diversas pruebas debi-

Desde sus primeros años, el sindicalismo consolidó sus principios: libre, independiente, democrático, participativo, unitario. responsable, realista, solidario

Los industriales obtenían grandes ganan-cias a costa del sufrimiento de los obreros, quienes trabajaban extensas jornadas en las fábricas y bajo mucha presión, pues padecían fatiga excesiva, mala alimentación y una seve-ra y excesiva disciplina.

La división del trabajo se alteró profunda-mente con el surgimiento de nuevas unidades económicas: las fábricas desplazaron a las formas económicas domésticas que habían funcionado desde las primeras civilizaciones. La figura de una nueva autoridad a la que se debía obediencia, así como el nacimiento de nuevas relaciones laborales, impuestas por una novedosa forma de organización, choca-ron frontalmente con los usos y costumbres instalados milenariamente. Se acabaron las cofradías de artesanos, lo cual marcó el final de una forma de producción. Con los nuevos instrumentos productivos, el sistema del taller gremial se volvió inoperante.

El industrialismo y las invenciones de la época también impulsaron el colonialismo y el ingreso de materias primas baratas que lle-gaban desde todo el mundo transportadas en barcos de vapor. Al mismo tiempo, la nueva burguesía, la clase media y los comerciantes prosperaron y cosecharon derechos de parti-cipación y libertad de prensa. Lo que no ocu-rrió en las nuevas colonias, donde campeaba el racismo y se permitía el comercio de es-clavos.

el sindicalismo

Debido a las malas condiciones de los traba-jadores durante la Revolución Industrial y a la imposibilidad legal de que se agruparan en defensa de sus intereses, los obreros actua-ron clandestinamente y retomaron el sentido societario de los gremios. Así, en el siglo xix, comenzaron a realizar huelgas que devenían en motines. Después se formaron coaliciones de obreros de una misma fábrica o diferentes y se formaron sociedades de resistencia para imponerse moral o físicamente con el resto de los trabajadores y organizar paros colectivos. todo ello culminó con la formación de los sin-dicatos.

El sindicalismo fue una estructura más evo-lucionada: tenía una rigurosa diversificación

Esta caricatura referente al movimiento ludista muestra su actitud, que protestaba por la situación de los obreros que eran despedidos por las industrias y los bajos salarios como consecuencia de la introducción de las máquinas. Colección particular.

Enfrente arriba: Los principios de Rochdale son las normas que establecen los principios de las cooperativas y se conocen universalmente. Se concibieron en la población de Rochdale (ubicado en las inmediaciones del centro industrial de Mánchester, gran Bretaña). tienda cooperativa de los pioneros de Rochdale. Colección particular.

Enfrente abajo: La Revolución Industrial desplazó a los trabajadores y se establecieron nuevas formas laborales. Explotación de una mina de carbón con una máquina de Newcomen, óleo sobre tela, Liverpool, Inglaterra. © galería de Arte Walker/Photaisa.

Páginas siguientes: Los pioneros de Rochdale fueron los fundadores del primer movimiento cooperativista; un grupo de 28 trabajadores de la industria textil que formó la primera cooperativa en el mundo. 1 de enero de 1860. © Hulton Archive/getty images.

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La Sociedad de Socorros para Casos de En-fermedades y de Sepelios.

El mutualismo es el movimiento social más cercano al cooperativismo y, a su vez, el de mayor longevidad y experiencia. Aún hoy, son entidades sin fines de lucro constituidas libremente por personas inspiradas en la so-lidaridad para brindarse ayuda recíproca ante riesgos eventuales o concurrir a su bienestar material y espiritual. Se financian mediante la aportación de una contribución periódica que, generalmente, llaman cuota y con esta apor-tación la mutual da los servicios esenciales a quienes lo necesiten. De manera tal que, cada asociado piense que su contribución es ab-solutamente solidaria. Así, el cooperativismo tomó del mutualismo la idea de la ayuda mutua.

En este sentido, don Florencio Eguía villa-señor, dice:

Para mí los valores realmente importantes del cooperativismo, en esencia, son dos: la ayuda mutua y la solidaridad. La ayuda mutua, porque si yo no voy a una cooperativa a ayudarme mu-tualmente, grupalmente, socialmente, comu-nalmente, entonces no estoy en cooperativa. y la solidaridad me hace ver a los demás como si fuera yo mismo, y me hace ver a los demás sin conveniencia propia, hacerme sólido con ellos; hacerme solidario con ellos; hacerme fuerte con ellos de tal manera que lo que le pasa a él, me pasa a mí; lo que me pasa a mí, le pasa al otro. Esa es la solidaridad, por eso es un prin-cipio de los más importantes, tanto que se con-funde con el propio término de cooperativismo. Cooperativismo, que esencialmente no es más que trabajar en conjunto. Cooperativismo, coo-perar, colaborar: es igual.10

Por su parte, Eleazar Cano Mireles, miembro de la cooperativa de Ahorro, Crédito e Inver-sión Mexicana (Acreimex), explica:

Hay una serie de principios y valores, pero algo que nos ha funcionado, que nos ha dado la fortaleza, es la ayuda mutua. A pesar de que somos una empresa que estamos de acuerdo con que el crédito no es nada más darlo por darlo, pero hemos tenido esa sensibilidad de ponerme en el lugar de la gente o ponernos

10 Entrevista con gM Editores, 26 de junio de 2012 en su domicilio de San Luis Potosí.

de oficios e industrias, y buscaba estable-cerse legalmente en el sistema económico-social. En esa época, existió como una figura de hecho, pero no de derecho. El primer país que suprimió el delito de coalición fue gran Bretaña, al abrogar en 1824, la Combination Acts de 1799 y 1800. Sin embargo, los sin-dicatos no fueron plenamente legales sino hasta después de la aprobación de la Ley de Sindicatos Profesionales (trade Union Act) en 1871. En Francia, el delito de coalición y huel-ga fue suprimido por la Ley del 25 de mayo de 1864. Los antiguos artículos 414 y 415 del Código Penal fueron abrogados y sustituidos por un nuevo texto que tipificaba los delitos que atentaban contra la libertad de trabajo. En 1866, Bélgica hizo lo mismo y, en 1869, Alemania. Austria los hizo en 1870, los Países Bajos en 1872 e Italia en 1890. A principios del siglo xx, los delitos de coalición y huelga fueron desterrados de la legislación penal en la mayoría de los países. En el caso de México,

fue en el Código Penal de Martínez de Castro de 1871, donde se penalizaba la coalición y la huelga.9

Puede decirse que, en ese clima represi-vo, legislativo e informal de la época, el sin-dicalismo aportó al cooperativismo fortaleza y coordinación. Además, ambos movimientos se complementaron al proveerse de medios de lucha y previsión económica. El sindicalismo también fue fuente de prejuicios y represión, porque rápidamente adquirió perfiles radicales de índole político y cambio social.

el mutualismo

Los pioneros de Rochdale adoptaron los prin-cipios de la sociedad mutual de Manchester:

9 José Manuel Lastra, “La libertad sindical”, en Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 98.

El mutualismo es el movimiento social más cercano al cooperativismo y, a su vez, el de mayor longevidad y experiencia

en el lugar de la gente y entender la situación y ser sinceros […] Es un principio que nos ha ayudado mucho, porque también hemos actua-do de una manera altruista, ayudando a sec-tores, como discapacitados, como el asilo de ancianos que ayudamos, escuelas.11

y, Alfonso Sánchez Mejorada, de la cooperati-va Cosechando Juntos lo Sembrado, dice:

Concebir que la vida humana tiene como condición ayudarnos unos a otros y que esta ayuda mutua, que también se expresa como solidaridad […] tenemos que crear redes de colaboración y ayuda mutua.12

Isabel Cruz, de la Federación de Instituciones y Organismos Financieros Rurales, destaca que:

La ayuda mutua sí se cumple. El concepto cen-tral de la cooperativa sigue siendo la ayuda mu-tua, aunque a veces no entendamos el término.13

Algunos ejemplos de formas de mutualismo se observan en varios hechos históricos.

11 Entrevista con gM Editores, 23 de junio de 2012 en Oaxaca.

12 Entrevista con gM Editores, 27 de junio de 2012 en tequisquiapan, Querétaro.

13 Entrevista con gM Editores, 19 de junio de 2012 en el Distrito Federal.

La Revolución Francesa reivindicó los derechos del hombre con los principios de igualdad, fraternidad y libertad. Insurrección de París, grabado, 1871, Francia. © Photoaisa.

Los primeros accionistas de la Caja de Pensiones para la vejez y de Ahorros, 1902, España. La crearon con la finalidad de estimular el ahorro y la previsión; era un instrumento para ayudar a que las clases más desfavorecidas obtuvieran cierta autonomía y seguridad en su vida familiar. © Photoaisa.

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trolar la administración y las prestacio-nes que efectuaban.

• Las hetairas griegas, asociaciones que ayudaban a sus integrantes en caso de enfermedad o indigencia. El filósofo grie-go teofrasto de Lesbos, quien era asiduo de las escuelas de Platón y Aristóteles, mencionó que esas agrupaciones eran conocidas antes de la era cristiana.

• Las guildas, asociaciones de tipo mu-tual, eran famosas en el norte de Italia y en la antigua germania, la actual Ale-mania, durante la Edad Media. En Espa-ña existían los montepíos, agrupaciones que prestaban ayuda a viudas y huérfa-nos. Las sociedades de socorro mutuo constituidas por trabajadores del mismo gremio también fueron muy importantes en Italia.14

los utopistas

Acerca de la utopía se ha dicho mucho y se señala que es imposible, y que es un ideal in-alcanzable. El concepto fue desarrollado por tomás Moro, pensador, teólogo, político, hu-manista y escritor inglés, quien nació en 1480 y murió en 1535. En el libro Del estado ideal de una República en la nueva isla de Utopía, describe una comunidad pacífica donde se establece que la propiedad es un bien común. Situación que contrasta con los sistemas de propiedad privada y la relación conflictiva en-tre las sociedades europeas de esa época.

En este lugar, a diferencia de lo que ocurría en las sociedades medievales europeas, las autoridades se eligen mediante el voto popu-lar, aunque con importantes diferencias res-pecto de las democracias del siglo xx.

Además de la obra de tomás Moro, hubo varias publicaciones utopistas que fueron fun-damentales para entender el desarrollo del cooperativismo, como son: La República de Platón, escrita alrededor del siglo V a.C.; La Nueva Atlántida, del inglés Francis Bacon, de 1626, y El viaje a Icaria, del francés Etienne Cabet, escrita en 1842.

14 http://www.sitiosocial.com/contenidos.php?p= secciones&idx=3&homeId=3

Las colonias utópicas más conocidas son:

Argelia Unión agrícola de Saint Denis du Sig. Fue fundada en 1846 por el abogado fourie-rista Jules Duval.

Brasil Falansterio de Oliveira. Fundado en 1841 por el médico francés Benoît Jules Mure.Colonia Cecilia (1890-1894). Creada por anarquistas italianos.

gran Bretaña New Lanark (1813-1828). Fábrica modelo establecida por Robert Owen.

Francia Condé-sur-vesgre (Rambouillet) (1832-1835).Falansterio de Boussac. Creada en 1843, por el socialista exsansimoniano Pierre Leroux, la escritora george Sand y la feminista Pauline Roland.Familisterio de guise (1849-1968). Creado por el industrial Jean-Baptiste godin, fourierista. Un caso de éxito debido a su excepcional longevidad. A finales del siglo xix contaba con dos mil integrantes.

Estados Unidos New Harmony (Indiana) (1824-1829). Comunidad fundada por Robert Owen.Nauvoo (Illinois) (1849-1855). Fundada por Etienne Cabet, llegó a tener 526 inte-grantes y, al disolverse, contaba con un centenar de niños.La Reunión (texas) (1853-1875). Fundada por el discípulo de Fourier, victor Consi-derant. granja de cinco mil hectáreas que al disolverse fue absorbida por la ciudad de Dallas.

Las ideas de estas obras giran alrededor de cómo organizar a la sociedad de manera más justa y fraternal. Para la existencia de este tipo de sociedad se requiere eliminar las diferen-cias de orden económico y proponen como solución la propiedad comunitaria y el trabajo colectivo.

Robert Owen, Charles Fourier y varios pen-sadores del siglo xix promovieron el valor de la utopía como un mundo feliz donde el Estado fuera el regulador e impulsor de reformas, el comunismo agrario y el socialismo mutualista y cooperativo. Owen era un empresario y pensa-dor quien combinó la filantropía y el mesianismo social. Fundó la Bolsa equitativa para obreros, donde se intercambiaban bonos de trabajo.

Desde su perspectiva, los obreros debían unirse en cooperativas que fueran más renta-bles que las industrias, esto es, crear coope-rativas de producción y de distribución y así transformar la realidad europea. Estas ideas fueron las semillas del cooperativismo, pues para 1832 se habían formado 500 coopera-tivas con 20 mil trabajadores.

El concepto utopía fue desarrollado por tomás Moro –gran pensador, teólogo, político, humanista y escritor inglés– y fue el origen de la corriente de los utopistas, quienes buscaban organizar a la sociedad de manera más justa y fraternal. Portada del libro Utopía, de tomás Moro. © Colección particular.

Páginas siguientes: New Harmony, la aldea propuesta por Robert Owen, consistía en que los miembros de la comunidad debían considerarse pertenecientes a una misma familia, recibir alimentos, vestidos y educación y vivir en casas similares. El proyecto duró de 1824 a 1928, grabado F. Bate. © Photoaisa.

• Los agrupamientos en los márgenes del río Nilo establecieron sistemas de pro-tección mutua en caso de inundaciones en 3000 a.C.

• La organización interna y libre de los co-legios romanos, sin más límites respecto del derecho público. Ni los emperadores podían inmiscuirse en su administración o vida interna. tenían órganos de gobier-no, comisión directora y su misión era defender los intereses societarios, con-

Arriba: Poco después de haberse disuelto la comunidad utópica fundada por Robert Owen, se realizó el proyecto en 1832 en New Harmony, Indiana. © mpi/getty Images.

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toriadores del cooperativismo señalan como antecedentes de este sistema, las siguientes formas de asociación:

• Las organizaciones babilonias que traba-jaban la tierra en común.

• La colonia comunal de los esenios en Ein guedi, a las orillas del mar Muerto.

• Los ágapes de los primeros cristianos.• La vida agraria de los germanos.• Organizaciones agrarias y de trabajo

de los pueblos eslavos: el mir y el artel entre los rusos, la zadruga de los serbios.

• Las agrupaciones de campesinos para el procesamiento de la leche, como las queserías de los armenios, los campesi-nos europeos de los Alpes, del Jura y de Saboya.

• Las organizaciones para el cultivo de la tierra y el trabajo de los pueblos preco-lombinos de América.

• Las misiones de los jesuitas en el Pa-raguay.

• Las colonias religiosas de inmigrantes en Norteamérica.

sión de las agrupaciones de Acción Católica, el cooperativismo generó un dinamismo enor-me en Europa y América que competía con el cooperativismo socialista o laborista.

Las primeras comunidades: los antecedentes de la cooperativa

Son numerosas las historias que narran el origen del cooperativismo. Se remontan a las estructuras socioeconómicas de las comuni-dades primitivas o a los gremios comerciales o artesanales existentes durante el esclavismo egipcio, la época grecorromana y el feudalis-mo. En realidad, estos ejemplos muestran el arraigo de formas colectivas de propiedad o producción que no siempre incluyen el reparto equitativo de sus productos ni practican for-mas democráticas de participación. Además, y lo que es una diferencia fundamental, la ma-yoría de estas organizaciones no permitían el libre ingreso, así como la separación de sus miembros.

Sin embargo, las formas primitivas de agru-pación, como el llamado comunismo primitivo, su forma de propiedad y producción, se re-monta a la aparición del Homo sapiens, hace cientos de miles de años, pues éste evolucio-nó sobre los primates y demás especies gra-cias a una flexible organización realizada en cooperación.

también recurrió a modelos y tecnologías de producción y defensa de acuerdo con las circunstancias, el clima y tamaño de la pobla-ción. Lo que le permitió ocupar casi todo el planeta hace cien mil años y, posteriormente, América, hace 20 mil años, siguiendo los mis-mos principios productivos y reproductivos de su sociedad tribal y comunal, que comenzó a cambiar, sin abandonar del todo, hace nueve mil años con la aparición de la agricultura, la estratificación, el derecho de propiedad y el Estado.15

La idea y práctica de la cooperación para solucionar problemas económicos se empleó desde las primeras etapas de las sociedades humanas y sus civilizaciones. Numerosos his-

15 v. gordon Childe, the Dawn of European Civilisation, New york, Knof, 1925. también véase de Childe, Los orígenes de la civilización, México, Fondo de Cultura Económica, 1954.

En Francia, Charles Fourier concibió los fa-lansterios o falanges, sociedades cerradas de alrededor de mil 600 personas, quienes debían asumir todas las funciones sociales desde el cultivo de las flores, al esquilado de las ove-jas. A mediados del siglo xix, tanto las coo-perativas de Owen, como los falansterios de Fourier y otras formaciones utópicas habían fracasado.

El cartismo fue un movimiento de carácter político. Se le llamó así debido a la Carta del Pueblo; programa de reformas de la Asocia-ción de trabajadores de Londres, dirigida por William Lovett y Francis Place, quienes la en-viaron al Parlamento en 1837.

El socialcristianismo

La filosofía del cristianismo primitivo basado en el nuevo evangelio y las enseñanzas de los eclesiásticos y doctores y su impacto en la socie-dad y la ética fueron el antecedente del cris-tianismo católico y de las variantes reformistas anglosajonas. En este sentido, Santo tomás de Aquino, quien nació en 1225 y murió en 1274, intentó conciliar la teología de San Agustín de Hipona, uno de los padres de la Iglesia latina, con la filosofía de Aristóteles.

El protestantismo mantuvo los mismos prin-cipios, pero fue más flexible con respecto al concepto del lucro que privaba durante la Re-volución Industrial. Por su parte, el catolicismo

mantuvo su conservadurismo aliado, general-mente, con las monarquías establecidas por el poder de Dios que llenaba de privilegios a la nobleza. Sin embargo, a su vez, estaba a favor del clero mendicante, misionero o monástico proclive al desprendimiento propio, como el ejemplo de San Francisco de Asís. En parte, ésta es la base de los principios, valores y pro-yectos de los utopistas.

La doctrina socialcristiana permaneció vi-gente hasta el presente influyendo, como neo-tomismo, en la enseñanza de las universidades católicas europeas del siglo xix y la primera mitad del siglo xx.

Jacques Maritain, filósofo francés, nació en 1883, uno de los representantes más im-portantes del tomismo abierto, influyó en el pensamiento de Francia, Inglaterra, América Latina y, especialmente, en la doctrina social cristiana, como lo demuestran las encíclicas papales referentes a la situación política y social: la Rerum Novarum, promulgada por el papa León XIII el 15 de mayo de 1891, y la Quadragesimo Anno, promulgada por el papa Pío XI, el 15 de mayo de 1931.

Las dos encíclicas se refieren a las condi-ciones de las clases trabajadoras y señalaban que era necesario organizar las asociaciones obreras cuyo fin: “debe ser conseguir el mayor beneficio posible, tanto físico como económi-co y social para cada uno de los asociados”. Con fundamento en estas encíclicas y la difu-

Los trabajadores Willliam Lovett y Francis Place enviaron la Carta del Pueblo al Parlamento en 1937 y fue el origen del cartismo, el movimiento popular que se desarrolló en gran Bretaña desde 1838 hasta 1848. William Lovett, entre 1850 y 1860. © npg y Retrato de Francis Places, Samuel Drummond, óleo sobre tela, 1833. © npg.

Charles Fourier fue un filántropo y economista francés, 1772-1837. Concibió los falansterios o falanges, que eran sociedades cerradas de aproximadamente mil 600 personas y donde se realizaban todas las áreas de consumo como: trasquilar ovejas, cultivar flores. Retrato de Charles Fourier, Jean gigoux, siglo xix. © Museo de Historia del Palacio de granvelle, Besancon, Francia.

La Casa del Padre Nando se fundó en 1885 en varese, Italia, siguiendo lo que establecía el principio de la encíclica Rerum Novarum, que consistía en “ayudar a asociar con aquellos que tienen las mismas necesidades”. © La Casa di Nando.

Enfrente abajo: El papa vincenzo giocchino Pecci, León XIII (1810-1903), conocido como el papa de los obreros, debido al contenido de la encíclica Rerum Novarum, que publicó el 15 de mayo de 1891, centrada en la cuestión social. Retrato anónimo, óleo sobre tela, venecia, Italia. © galería Internacional de Arte Moderna Ca’Pesaro.

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La primera cooperativa de consumidores documentada nació en 1769, en una casa apenas amueblada del pueblo de Fenwick, en la región de East Ayrshire, Escocia. Ahí los tejedores locales fundaron la Fenwick Weavers’ Society, con la intención de com-prar artículos de primera necesidad a precios bajos. Se cuenta que los trabajadores com-praron un saco de harina de avena en la habita-ción de John Walker y, después, la vendieron con descuento.

En las décadas siguientes se formaron di-versas sociedades cooperativas, incluyendo la Lennoxtown Friendly victualling Society, fun-dada en 1812. Para 1830 había cientos de cooperativas. Algunas tuvieron éxito, pero la mayoría fracasó. Sin embargo, la Lockhurst Lane Industrial Cooperative Society (1832) y la hoy Heart of England Co-operative Society, que se fusionó en 1839 con el Co-operative group, todavía subsiste en el comercio inglés.

La historia de los pioneros de Rochdale: un coctel de ideas

Las ideas, revueltas y transformaciones de la época de los grandes ideólogos ingleses y franceses de los siglos xViii y xix se encuen-

intercambiar y comercializar productos agrícolas, así como las sociedades de créditos, encargadas de defender a los pobres contra las injusticias de los prés-tamos de los poderosos.

• Los collegia romanos formados por arte-sanos protegidos por asociaciones reli-giosas y que fueron eliminados por Julio César.

Las primeras cooperativas

Las primeras sociedades llamadas coopera-tivas, que han perdurado hasta hoy y se re-conocen plenamente, nacieron en Europa en el siglo xix, principalmente en gran Bretaña y Francia. La Shore Porters Society (Socie-dad de Porteadores de la Costa), que inició como una mutualidad, pretende ser la prime-ra cooperativa del mundo. Se estableció en Aberdeen, Inglaterra, en 1498. A raíz del gran incendio de Londres de 1666, se formó the Superannuated Members Fund, una sociedad comercial para proveer de servicios a socios jubilados y enfermos. Durante casi dos siglos fue un organismo semipúblico bajo el control del Ayuntamiento de Aberdeen, pero en 1850 se independizó.

intentos y logros asociatiVos

Se considera que las estructuras técnicas para la producción y el comercio en las sociedades esclavistas o feudales de tipo cooperativista fueron:

• El comercio de los faraones egipcios du-rante el siglo xxV a.C. y la formación de asociaciones para regular actividades de interés común para la comunidad.

• La organización del trabajo y la produc-ción en el Manoir medieval.

• Las agrupaciones de campesinos para procesar los productos lácteos de las queserías de los armenios y de los cam-pesinos europeos de los Alpes, del Jura y de Saboya.

• El aseguramiento de mercancías por parte de los mercaderes y navegantes fenicios durante el siglo xV, que originó el seguro colectivo actual.

• Las asociaciones cooperativas de ahorro y crédito de China en el siglo xiii, durante la dinastía Chou, limitadas a un pequeño grupo de miembros de una comunidad.

• Los undestabing cooperativos de Ba-bilonia, por el 550 a.C., creadas para

Las primeras sociedades llamadas

cooperativas, que han perdurado hasta

hoy y se reconocen plenamente, nacieron en

Europa en el siglo xix, principalmente en Gran

Bretaña y Francia

Así fue como en el pueblo de Rochdale, condado de Lancashire, Inglaterra, un puñado de 28 trabajadores textiles decidieron su destino y formaron una cooperativa el 24 de octubre de 1844. Con el acta de sus leyes y objetivos establecieron el origen de los principios y valores del cooperativismo

tran en obras como: El buen salvaje, de Jean-Jacques Rousseau; Utopía, de tomás Moro y Liga de los iroqueses, de Lewis Morgan. Ade-más de este coctel de ideas, de los anteceden-tes expuestos y los conflictos del entorno, los socios que formaron La Sociedad de Rochda-le o the Rochdale Equitale Pioneers Society eran teetotalers (es decir, abstemios), cartis-tas, comunistas, owenistas, cristianos socialis-tas, sindicalistas. No obstante sus diferencias, pudieron sortear sus problemas y trabajar en paz, democracia y tolerancia. Se organizaron y constituyeron legalmente su sociedad.

Fue el 24 de octubre de 1844, en el pueblo de Rochdale, condado de Lancashire, Ingla-terra, cuando un puñado de 28 trabajadores textiles decidieron su destino y formaron una cooperativa. Con el acta constitutiva de sus le-yes y objetivos establecieron el origen de los principios y valores del cooperativismo.

La idea había surgido a finales de 1843. En un principio, la sociedad de ayuda de los obre-ros no contaba con recursos suficientes para comprar una bolsa de harina, por lo que algu-nos pioneros se desanimaron. Otros, realizaron reuniones, casi todas secretas, donde elabora-ron planes para abrir un almacén cooperativo de consumo. Los tejedores establecieron las

tienda cooperativa rusa de consumo que se estableció como parte de la Nueva Política Económica (New Economic Politic, nep), la cual abogaba por terminar la hambruna y proporcionar ayuda entre los socios, 1924. © Colección particular.

La Shore Porters Society se estableció en 1498. Al principio, era un grupo de porteadores o pynours que trabajaban en Aberdeen Harbour, quienes formaron una cooperativa para su mutua protección y ahora es una de las más antiguas de la historia. © spsa.

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A finales del siglo xix, en Dinamarca, Bélgi-ca y Francia también proliferaron cooperativas inspiradas por el pensamiento romántico- cristiano de acabar con las hambrunas y con-tener las revueltas. Surgieron también aso-ciaciones y luego cooperativas agrarias que comercializaron productos para proveerse de semillas y maquinaria.

El caso Raiffeisen: “Uno por todos-todos por uno”

En Alemania, Hermann Schulze y Friedich Rai-ffeisen extendieron los principios cooperativos al terreno del crédito. Comenzaron a trabajar con los valores de beneficencia de personas acomodadas. Sin embargo, no fue sino hasta la hambruna de 1846-1847, cuando Raiffei-sen, a la sazón alcalde de la parroquia rural de Weyerbusch, en la región de Westerwald, Alemania, convenció a los ciudadanos acau-dalados de formar un fondo para repartir pan a cambio de un pagaré que los beneficiarios entregaban. El éxito del modelo trascendió y se constituyó la Asociación del Pan, fundada como una organización de ayuda. Los prés-

tamos blandos fueron ideados por el “patrón bueno” –el benefactor–, con la premisa de crear valores en un Estado conservador, ro-mántico y de connotación cristiana.

A principios de 1860, Raiffeisen decidió reestructurar sus asociaciones fundamenta-das en valores y formas de ayuda mutua en la parroquia y limitó sus actividades a las tran-sacciones de crédito, ya que los ricos empe-zaban a abandonar las actividades caritativas. Así, retomó una de las unidades organizativas más antiguas, la parroquia, para aprovechar el conocimiento mutuo de sus integrantes y, de esta manera, intentar despertar y mantener vivo el espíritu comunitario, algo fundamental para las cajas de préstamo. La intención era conformar una gran familia con sus feligreses, ayudarse mutuamente y, a su vez, controlar su capacidad crediticia personal y moral a través de una forma de control social.

Raiffeisen insistió en la necesidad de la responsabilidad solidaria ilimitada de los so-cios ante las posibles deudas del organismo. Durante el tiempo que Raiffeisen vivió ninguna de sus asociaciones quebró. El principio de las cajas de préstamo se transformó en el lema del movimiento de Raiffeisen: “Uno por todos-todos por uno”. Estos principios coincidían con los valores de la solidaridad cristiana de “poner lo suyo en común”, tal como se lee en los He-chos de los apóstoles.

bases de dicho organismo. Uno de sus prime-ros postulados fue que todas las operaciones se realizarían de acuerdo con lo que denomi-naban el principio del dinero al contado. La fraternidad y eficacia de su organización per-mitió superar todos los inconvenientes y dio frutos a sus socios, al movimiento cooperativo inglés y al mundo.

El movimiento cooperativista muy pronto se extendió a Francia. Las cooperativas de trabajo o producción se formaron inspiradas por discursos utopistas como los de Fourier, godin, Blanc y Buchez, y con los principios de libre adhesión, doble cualidad (socios y usua-rios a la vez), poder democrático (una persona, un voto), repartición de los excedentes entre los miembros y tasa de interés limitada sobre el capital aportado.

Los estatutos de los diferentes tipos de cooperativas se elaboraron entre 1890 y 1920, en particular las leyes que las regían. En 1915 lo hicieron las cooperativas de pro-ducción; en 1917, el crédito para las coopera-tivas de consumo y, en 1920, las cooperativas agrícolas y el Crédit Mutuel Agrícola (Crédito mutual agrícola).

Tabla que muestra el progreso de la tienda desde 1844 a 1857 –un periodo de treinta años–

yearNo. of

membersAmount of

capital

Amount of cash sale in

stores. Annual

Receipts per week in december

quarter

Amount of profit annual

£. s. d. £. s. d. £. s. d. £. s. d.

1844 28 28-0-0.

1845 74 181-12-5. 710-6-5 30-0-0 32-17-6

1846 80 252-7-1½ 1,146-17-7 34-0-0 80-16-3½

1847 110 286-5-3½ 1,1924-13-10

36-0-0 72-2-10

1848 140 397-0-0 2,276-6-5½ 80-0-0 117-16-10½

1849 390 1,193-19-1 6,611-18-0 179-0-0 561-3-9

1850 600 2,299-10-5 13,179-17-0 338-0-0 889-12-5

1851 630 2,785-0-1½ 17,638-4-0 308-0-0 990-19-8½

1852 680 3,471-0-6. 16,352-5-0 371-0-0 1,206-15-2½

1853 720 5,848-3-11. 22,760-0-0 524-0-0 1,674-18-11½

1854 900 7,172-15-7. 33,364-0-0 661-0-0 1,763,-11-2½

1855 1400 11,032-12-10½ 44,902-12-0 1,204-0-0 3,106-8-4½

1856 1600 12,920-13-1½ 63,197-10-0 1,353-0-0 3,921-13-1½

1857 1850 15,142-1-2. 79,788-0-0 1,491-0-0 5,470-6-08½

Holyoake. the History of Co-operation.

Hermann Schulze y Friedich Raiffeisen

extendieron los principios cooperativos

al terreno del crédito, en Alemania

La motivación cristiana de Raiffeisen fue ob-jeto de controvertidos debates que presentaron debido al pensamiento liberal que poseían coo-perativistas como Hermann Schulze-Delitzsch. No fue sino hasta 1972, cuando los Bancos Raiffeisen, nacidos de las asociaciones de ca-jas de préstamo, y los Bancos Populares, crea-dos originalmente por Schulze-Delitzsch, se unieron en una confederación común.

El elemento religioso en el trabajo coope-rativo se convirtió en un tema constante de fricción en las discusiones entre Raiffeisen y su suplente Weidenhammer. Cuando Weiden-hammer ayudó a fundar las cooperativas rura-les señaló:

que se sepa que ya no tenemos relación con el señor Raiffeisen, después de que éste in-tentara de manera continua y acelerada dar un carácter religioso-político a sus cooperativas.16

El nuevo mundo: el cooperativismo llega a Canadá y Estados Unidos

En 1752, Benjamín Franklin, junto con algunos amigos de Filadelfia, creó la primera compañía

16 Michel Klein, La obra de cooperativas de Friedrich Wilhelm Raiffeisen y sus raíces cristianas [en línea]. Disponible en: http://www.deutsches-raiffeisenmu-seum.de/IRU0109_es.pdf

Friedich Raiffeisen, el alcalde de la parroquia de Weyerbusch, en la región de Westerwald, Alemania, ante la situación de hambruna que padecía la población, habló con los ricos propietarios para que repartieran pan a cambio de un pagaré. El modelo fue tan exitoso que se convirtió en lo que se conoce como la Asociación del Pan, fundada como una organización de ayuda y responsabilidad solidaria ilimitada de los socios. Retrato. © Colección particular.

La caricatura hace mofa acerca de la especulación de los acaparadores de los mercados mundiales; en contraste con los beneficios que brinda la cooperativa que sigue los valores y principios de una sociedad más equitativa y solidaria. El autobús atropella a los especuladores. Clearing the right of way, 1921. © glenbow Archives.

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mientos para crear tiendas de cooperación siguiendo el modelo de los pioneros de Roch-dale. Durante las siguientes décadas nacieron miles de cooperativas agrícolas. Muchas so-brevivieron hasta nuestros días.

Los fundamentos de los pioneros de Roch-dale se aplicaron a la estructura de la Illinois Agriculture Asociation (iaa) y a su familia de compañías.17

Durante el siglo xix, las cooperativas se desarrollaron en el territorio francófono de Canadá. Algunos miembros del clero católico estaban asociados a proyectos de cooperati-vas, entre otros, el Banco Rústico de la Isla del Príncipe Eduardo. El abate Phillibert grondin, miembro destacado del clero, escribió una pe-

17 Beans, gas, y Ben Franklin: the IAA…A Cooperative Story [en línea]. Disponible en: http://www .rnd.ilfb.org/

queña guía del perfecto societario, El pequeño catequismo de las cajas populares, reeditado varias veces. Sin embargo, el proyecto crista-lizó gracias a las cajas populares impulsadas por Alphonse Desjardins, quien creó la primera de éstas en Quebec en 1900. Actualmente, en esa provincia canadiense hay más de mil coo-perativas de crédito confederadas. En 1909, Desjardins apoyó la fundación de la primera cooperativa de crédito en Estados Unidos.

Durante la década de 1920, los pescadores estaban a merced de algunos comerciantes que controlaban el precio de la compraventa de sus productos. Después de realizar algu-nas gestiones y de la intervención del abate tompkins, de Nueva Escocia, el gobierno fe-deral fundó una comisión investigadora sobre la industria pesquera, la cual estableció algu-nas recomendaciones inspiradas en las ideas de diversos profesores de la Universidad San Francisco Javier de Antigonish. Una de éstas fue la creación de cooperativas para comer-cializar los productos de la pesca. El gobierno apoyó la recomendación y el modelo se llamó Antigonish.

Los valores comerciales

Sin mostrar interés por los principios del mu-tualismo y la solidaridad de los consumidores, pero sin contraponerse a éstos, los produc-tores rurales del oeste de Canadá y Estados Unidos se organizaron tal y como hoy se hace en las integradoras comercializadoras. Es de-

de seguros mutuos de América. El propósito fue asegurar las propiedades de sus miem-bros contra los incendios. La Philadelphia Contributionship fue tan exitosa que aún fun-ciona. Franklin fue el pionero en la difusión de la filosofía cooperativista en Estados Unidos.

La cooperativa de productos lácteos de goshen, Connecticut y la cooperativa de pro-ductos lácteos y queso en el sur de trenton, Nueva Jersey, se fundaron a principios de 1800. En 1820, se fundó la Compañía Licking de exportación en granville, Ohio. El espíritu de la cooperación comenzaba a extenderse en el campo estadounidense, pero no fue sino hasta 1844 cuando estas organizaciones cambiaron a la agricultura.

En 1874, un representante de the grange (La granja) de los Patrons of Husbandry (Pa-trocinadores de la ganadería) viajó a Europa para aprender acerca de las cooperativas. Un año después, publicaron una serie de linea-

cir, el interés común es posicionar productos al mejor precio del mercado.

En el oeste de Canadá, los colonos con poca experiencia y sueños de una vida rural próspera se establecieron en regiones fron-terizas en desarrollo, con déficit de servicios, relegadas por gobiernos lejanos, sujetas a los caprichos de comerciantes monopólicos y de las compañías de transporte. Para resolver sus necesidades, los colonos de Saskatchewan formaron cooperativas agrícolas. también se establecieron cooperativas de granjeros en Australia, Kenia y Sudáfrica, adoptando prin-

Durante el siglo xix, las cooperativas se desarrollaron en el territorio francófono de Canadá. Actualmente, en esa provincia canadiense hay más de mil cooperativas de crédito confederadas. granja cooperativa de Joseph Desjardins en Crowfoot, Creek, Alberta, Canadá, 1905. © glenbow Archive.

Izquierda: Alphonse Desjardins creó la primer caja popular en Quebec en 1900. Retrato de Alphonse Desjardins. © Desjardins.

Derecha: En 1909, Desjardins apoyó la fundación de la primera cooperativa de crédito en Estados Unidos. Oficinas centrales de la Cooperativa Desjardins. ca. 1950. © Desjardins.

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cipios solidarios y democráticos llevados de Europa para ellos , aunque de la mano del ra-cismo y el colonialismo para los nativos.

Entre 1905 y 1945 el movimiento coope-rativo de Saskatchewan cambió radicalmente, aunque no ocurrió lo mismo en las praderas del oeste de Estados Unidos. Lo que comenzó como un movimiento de interés agrario de co-lonos propietarios culminó como un movimien-to comunitario más amplio e incluyente, quizá gracias a los gobiernos liberales y al ejemplo aportados por las experiencias de Inglaterra y Quebec.

Pensar que las cooperativas, o el populismo, o los movimientos de reforma social son cana-dienses es ingenuo. Ellos ilustran, de hecho, el grado en el cual las grandes Praderas forma-ban una unidad relativamente homogénea so-cial, económica y políticamente, trascendiendo la frontera estadounidense-canadiense, en el período previo a la gran Depresión de los años 1930 (MacPherson, 1979). Pero había

una especificidad canadiense, y ésta giraba en torno a un mayor grado de influencia británica en el movimiento campesino temprano. La cul-tura e ideas británicas disfrutaban de estatus y respetabilidad al norte de la frontera entre Canadá y Estados Unidos, y las cooperativas, particularmente las de consumidores, eran algo por lo cual los británicos eran famosos. La mundialmente renombrada cooperativa de Rochdale de 1844, la Sociedad Mayorista Cooperativa de 1863, y el fuerte movimiento de millones de consumidores en la gran Bretaña de finales del siglo xix y principios del xx, eran poderosos ejemplos. Es significativo que algu-nos de los primeros líderes clave del movimien-to cooperativo canadiense y de Saskatchewan eran inmigrantes británicos, que vinieron a Ca-nadá con la experiencia previa del movimiento cooperativo en la madre patria imperial.18

18 Brett Fairbairn, “La provincia cooperativa de Canadá: individualismo y mutualismo en una sociedad de co-lonos, 1905-2005”, Revista venezolana de Economía Social, año 4, núm. 8, diciembre de 2004.

A fines del siglo xix y principios del xx, el mo-vimiento cooperativo era una realidad llena de vitalidad. Como resultado, en 1895, se fundó la Alianza Cooperativa Internacional como or-ganismo representativo del cooperativismo de todo el mundo y legitimó la identidad coopera-tiva con los principios y valores de los pioneros de Rochdale.

A lo largo del siglo xx hubo un progresivo crecimiento del cooperativismo que alcanzó a todos los continentes. Se introdujo en Asia y Oceanía, especialmente en países como Ja-pón, Australia y Nueva Zelanda. Algunos paí-ses con regímenes coloniales, como la India e Indonesia, incorporan las ideas y prácticas de la cooperación mientras que a otros paí-ses llegó después de su independencia. Así sucedió en África, donde su expansión es cre-ciente. En América Latina el cooperativismo arribó a fines del siglo xix y las cooperativas agrarias de Sudamérica adquirieron una gran relevancia de mano de las grandes migracio-nes europeas.

A fines del siglo xix e inicios del xx, el movimiento cooperativo era una realidad llena de vitalidad. Como resultado, en 1895, se fundó la Alianza Cooperativa Internacional como organismo representativo del cooperativismo de todo el mundo y legitimó la identidad cooperativa con los principios y valores de los pioneros de Rochdale

Durante los años de 1905 y 1945 el movimiento cooperativo de Saskatchewan cambió radicalmente: de un movimiento de interés agrario de colonos propietarios se transformó en un movimiento comunitario más amplio. Cooperativistas granjeros y agrícolas de Carlton House, Saskatchewan, Canadá. © glenbow Archives.

El organismo representativo del cooperativismo se fundó en 1895. Segundo Congreso de la Alianza Cooperativa Internacional. © Musee Social, cedias, París, France/Archives Charmet/the Bridgeman Art Library.

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Continúa diciendo que para progresar y, mu-chas veces para sobrevivir, “las cooperativas tuvieron que examinar cómo debían reaccio-nar ante circunstancias tan cambiantes”.19

En este sentido, y ante los cambios inmi-nentes, analizaremos cómo se han dispuesto los valores cooperativos en la legislación y, por lo tanto, en los estatutos o actas constitutivas. Observaremos la manera en que las fuerzas o limitaciones internas y el entorno propician o condicionan cambios que, en situaciones crí-ticas, pueden llegar a tambalear los principios de las cooperativas y ponerlas ante la disyun-tiva de desaparecer o transformarse en una asociación de otro tipo.

A partir de la consolidación de exitosas cooperativas en el siglo xix y principios del xx, sus principios se legitimaron y, en varias ocasiones, se utilizaron como ejemplo de rei-vindicación política y cambio social. Si bien se plasmaron en los ideales de movimientos sociales y partidos, con menor o mayor resul-tados, es importante mencionar que los princi-pios del cooperativismo se utilizaron para crear legislación, figuras jurídicas y formas organiza-tivas de mayor nivel: federaciones, confedera-ciones, asociaciones, uniones de cooperativas.

En el caso de Europa y Estados Unidos, las cooperativas y empresas privadas pasaron por la crisis de los años 20 del siglo pasado, la llamada gran Depresión. Sin embargo, las cooperativas, al parecer, resultaron más per-judicadas por ser menos aptas, precisamen-te, debido a los elementos de solidaridad que mantiene con sus miembros. Algo que tam-bién se notó al intentar fusionarse con empre-sas privadas e incluso al cerrar y convertirse en otra empresa cooperativa.

Como otras empresas comerciales, las coope-rativas tienen limitaciones. Su éxito depende

19 MacPherson y Eguía villaseñor, Identidad cooperativa.

de una gestión idónea y de la capacidad para

adaptarse a las condiciones económicas pre-

dominantes. En algunos casos, las cooperati-

vas han sido consideradas como instrumentos

de los estados o como entidades paraestata-

les, menos preocupadas por las auténticas ne-

cesidades de sus miembros. Algunos también

consideran que los principios y las estructuras

de las cooperativas limitan su capacidad para

responder rápidamente a las modificaciones

de los mercados. Además, a menudo los do-

cumentos constitutivos de las cooperativas

incluyen restricciones a su capacidad para

recaudar capitales […] Un problema que pre-

senta la estructura de las cooperativas, debido

al conflicto de intereses entre los miembros

y su administración, es la vulnerabilidad ante

el oportunismo de los administradores. Esto

se plantea cuando la cantidad de miembros

de las cooperativas es muy grande, de mane-

ra que el interés de cada miembro individual

resulta difuso en relación con los intereses e

Ian MacPherson explica que, entre 1970 y 1995, la economía de mercado se expandió dramáticamente por el mundo.

Las tradicionales barreras comerciales se transformaron significativamente provocando cambios notables como la creación de zonas de libre comercio, la disminución de apo-yos gubernamentales para la agricultura y la desregulación del sector financiero que ame-nazaban el cuadro dentro del cual muchas cooperativas venían funcionando por décadas.

Mondragón es el primer grupo empresarial vasco y el séptimo en España

cambios y Valores en juego

“La cooperación es una experiencia social que no ha hecho correr una lágrima,

ni verter una gota de sangre”

Charles gide

incentivos de la administración […] Las coope-rativas también hacen frente a la amenaza de la desmutualización, que convierte a la orga-nización en una entidad que es propiedad de los inversores. La presión competitiva en favor de la ampliación, que exige recaudar grandes cantidades de capital más rápidamente en los mercados de capitales, así como los intereses de los gestores de obtener una mayor com-pensación, son algunos de los factores que impulsan la desmutualización.20

Teorías acerca de los cambios

De acuerdo con Oscar Johansen, académico de la Universidad de Chile, estas organizacio-nes, al analizar su situación como resultado

20 Asamblea general de las Naciones Unidas, Las Coo-perativas en el desarrollo Social. Informe del Secreta-rio general. 13 de julio de 2009. A/64/132.

La gran Depresión fue la crisis que surgió en 1929 y afectó de manera considerable a Estados Unidos. No obstante, las cooperativas han sido un modelo de intercambio de productos y servicios más equitativo y justo y pudieron solventar esa crisis. © Bettmann.

Mondragón es una de las cooperativas más importantes de España, cuenta con más de 30 mil trabajadores y tiene ventas anuales de aproximadamente cinco mil millones de dólares. © mcc.

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eventualmente, por la región cooperativa de ese espacio.

también se refiere a la transformación de coo-perativas en otro tipo de organización y cómo otros tipos de organizaciones pueden ser con-sideradas cooperativas o parte de cooperati-vas. Róger Churnside propone un sistema en forma de cuadro para clasificar las diferentes organizaciones donde muestra a las hacien-das e industrias privadas y a los espacios de autosuficiencia campesina, según los objeti-vos de gestión, y el destino de la producción y la forma de participación.

De tal manera que, con este sistema, una cooperativa puede ir de un espacio a otro has-ta derivar, si fuera el caso, en una organización diferente, ya sea que se dirija hacia el interés por el excedente y las relaciones salariales, a modo de una empresa privada o, en sentido contrario, hacia una organización de compro-miso personal como las familias tradicionales de subsistencia o de producción de mercan-cías como las famiempresas.21

mondragón: un modelo para analizar el cambio

El ejemplo de la empresa Mondragón es pa-radigmático y recurrente para analizar el fenó-meno del cambio. En abril de 1956, don José María Arizmendiarrieta colocaba la primera piedra de Ulgor, una cooperativa de cinco miembros. Hoy, se ha convertido en una de las cooperativas más importantes de España, cuenta con más de 30 mil trabajadores y tiene ventas anuales de aproximadamente cinco mil millones de dólares. tiene filiales en todo el mundo, como si fuera una sociedad anónima. En México podríamos ejemplificar este fenó-meno con la Cooperativa Cruz Azul; en el este de Canadá con Desjardins, y en el oeste, con Saskatchewan.

Mondragón, como otras cooperativas exito-sas, creció mucho. Debido a su éxito, se crearon y absorbieron sucesivamente otras empresas

21 Róger Churnside, “Experiencias cooperativas: catego-rías y ejemplos” uniRcoop, vol. 1, núm. 1, pp. 85-102, 2003.

La organización social es un sistema real y como tal, se encuentra sujeta a leyes naturales que la afectan y limitan su desarrollo y su comportamiento, de la misma forma como acontece con un edificio o un sistema biológico.

A partir de estas relaciones, es posible plantear algunas proposiciones, como las siguientes:

A mayor diferenciación, mayor complejidad.A mayor complejidad, mayor número de conflictos.A mayor complejidad, mayores reductores de variedad (jerarquía).A mayor número de conflictos, mayor esfuerzo para la administración (negociaciones para desmaximización).A mayor número de reductores de variedad, menores esfuerzos para la desmaximización.A mayor administración, mayor viabilidad.

La complejidad del sistema es controlada por la complejidad de su sistema de control. Para lograr esto el sistema debe construir reductores de variedad, los que funcionarán adecuadamente en la medida en que ellos se encuentren dotados de poder suficiente para reducir efectivamente las conductas de las partes, ajustándolas a aquellas demandadas por el patrón sinergético. Esto es posible por obra de la jerarquía de la autoridad.

Lo que nunca me deja de impresionar del cooperativismo son los logros que encierra la palabra

María O’Keefe W.*

La verdad del cooperativismo: “Yo coopero porque existo, y porque soy capaz de contribuir a mi entorno”. El socio ho-nesto apuesta por las personas, comprende que la verdadera riqueza de alguien radica en su integridad. De esta manera, el cooperativista se suma a los esfuerzos de su comunidad al moldear el comportamiento que se espera como respuesta.

“La contribución a mi entorno lo dota de mayores posibi-lidades de desarrollo, así mi cooperación no me resta recursos o energía sino los multiplica”. El México de hoy demanda respuestas a las inequidades en la distribución de recursos: talentos, dinero, oportunidades. La reducción de la desigual-dad requiere de la inclusión financiera, así como la extensión de oportunidades para el desarrollo del talento abundante y desaprovechado en diversas comunidades.

La inclusión financiera de poblaciones hasta poco exclui-das demuestra la capacidad y creatividad que el cooperati-vismo procura. Asimismo demuestra que: “Mi cooperación está con el otro, aprendo de él, comprendo mejor con él y contribuyo con él.”

La comprensión del otro y su consiguiente inclusión fi-nanciera en sistemas cooperativos, más allá de fomentar la consolidación de recursos locales para la inversión económica comunitaria, contribuye a la creación de la democracia en México. “Soy integrante de esta comunidad, aquí ahorro e invierto mis propios recursos, actúo consciente de las opor-tunidades y riesgos de mi entorno y busco las maneras de mejorarlo”. Como relata Pilar Campos en El ahorro Popular en México: Acumulando activos paras superar la pobreza,1 el ahorrador es quien tienen mayor propensión de participar en los procesos democratizadores.

Debatir las posibilidades del futuro, discrepar y ponerse de acuerdo, votar y después asumir las responsabilidades de la elección son características auténticas de cooperativismo. Al exigir que se construya su futuro sobre esos sólidos cimien-tos permitirá que sea verdadero, incluyente, en el cual “los participantes crean democracia –y a fin de cuentas– heredan desarrollo”.

1 Pilar Campos Bolaño, El Ahorro Popular en México: Acumulando activos para superar la pobreza, México, Editorial Miguel Ángel Porrúa, Centro de Investi-gación para el Desarrollo (cidac), 2005.

y cooperativas, a veces, como una crítica ex-plícita a las experiencias anteriores desde el terreno práctico y los valores y principios. En 1988, la cooperativa se encontraba en pugna con las multinacionales, por lo que se realizó una reunión ante la Comunidad Europea para examinar la forma de salir del problema.

Algunos detractores del cooperativismo destacan que Mondragón se aleja de los prin-cipios democráticos de cooperación en nom-bre de la competitividad global.

tim Huet, abogado y director del Centro de las Soluciones Democráticas, organización sin fines de lucro, retomó algunos argumentos de las entrevistas documentadas en la revista Dollars & Sense.

tras comprometerse a competir con las mul-

tinacionales, la cooperativa adoptó caracterís-

ticas de sus rivales. Los reunidos decidieron

que necesitaban un sistema rápido y centra-

lizado de toma de decisiones para competir

en un mercado global rápidamente cambiante

y complejo. Así que al 1990 los líderes de la

cooperativa forman Mondragón Corporación

Cooperativa (mcc) […] Más controvertida es

la nueva oferta multinacional y red de distri-

bución de mcc. mcc se convirtió en un empre-

sario capitalista tradicional con la explotación

de sus propias plantas en países de bajos

salarios, como Egipto, Marruecos, México,

Argentina, tailandia y China. Sus empleados

en estos países no son miembros de la coo-

perativa. Pero incluso dentro de España, mcc

Desmaximización

Viabilidad

Complejidad

Jerarquía

Conflictos

de un fenómeno natural, muestran una pro-yección bastante determinista. Pareciera que no hay más remedio que la desaparición de las formas democráticas y participativas de las cooperativas y dejar lugar, por necesidad, a una estructura jerárquica.

Por su parte y desde un punto de vista teó-rico, Róger Churnside, de la Escuela de Ad-ministración Pública de Universidad de Costa Rica, explica:

Un tema muy importante es describir y explicar cuándo, cómo y porqué aparecen las coopera-tivas que se van analizando en el espacio or-ganizacional, es decir en el conjunto de modos y modelos de organización, desplazándose,

* Consultora experta en temas de microfinanzas.

64 65


asocia muchas empresas de carácter no coo-perativo como empresas conjuntas con socios capitalistas. Ahora alrededor de un tercio de los trabajadores de Mondragón son los no socios, superando con creces el compromiso original de Mondragón para no emplear a más de 10% de no miembros. El director de los servicios temporales de cooperativas de mcc me informó de que una cooperativa ahora se puede incorporar a la mcc con el permiso para emplear hasta un 40% de trabajadores que no son miembros. Los administradores justifican este cambio argumentando que el aumento de la volatilidad del mercado global requiere de un sector más prescindible de la fuerza laboral.22

Michael R. Krätke, profesor de política eco-nómica de la Universidad de Ámsterdam, Holanda, y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster, en el Reino Unido, nos desafía con esta pregunta:

¿Conocen ustedes la Ley de Oppenheimer?, afirma lo siguiente: a largo plazo, las cooperati-vas auto gestionadas quiebran o se transforman en empresas capitalistas normales y corrientes. La idea la formuló Franz Oppenheimer (1864-1943), a pesar de haber sido un luchador socia-

22 tim Huet, “¿Pueden las cooperativas ser globales? Mondragón está tratando”, en Dollars & Sense, no-viembre/diciembre de 1997.

lista promotor de los modelos de kibutzin, luego de la experiencia de la primera gran Depresión a fines de los años veinte, cuando las coopera-tivas se fueron a pique una tras otra.

y luego, refuta a los detractores actuales:

En Alemania, muchos expertos siguen afir-mando impertérritamente que la democracia no tiene cabida en la vida económica de las empresas, y que jamás podría funcionar; pero los cooperativistas españoles (Mondragón), han demostrado que esto es un sinsentido. A pesar de –o mejor dicho, gracias a– sus estructuras democráticas, las cooperativas de trabajadores despilfarran menos tiempo, menos dinero y menos energía en reuniones, viajes de negocios y remuneraciones de eje-cutivos, que las empresas privadas que les son comparables. Son más eficientes, más innova-doras, más ecológicas; pueden planificar a lar-go plazo, también en las actuales condiciones de concurrencia en el mercado mundial.23

Al respecto, la opinión de Mondragón, cuan-do se le pregunta acerca de la forma de en-frentarse al mundo globalizado y su forma de

23 Michael R. Krätke, La experiencia de Mondragón, la cooperativa de trabajadores más grande del mundo, sinpermiso, Freitag, 29 de mayo de 2009.

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6,500

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1,754

3,475

Mill

ones

de

euro

s

6,876

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3,9733,896

1,769

777310

Ventas

Ventasinternacionales

Recursos intermediarios por caja Área industria: ventas y ventas internacionales

organización en las fábricas en el extranjero, responde en la sección consultas frecuentes de su página web:24

Una de las principales virtudes del coopera-tivismo mondragonés es su capacidad para adaptarse a los cambios de cada momento histórico. Esto es, la cooperativa, a comienzos de los años noventa intensificó su presencia internacional e incrementó la exportación pero también la implementación productiva en el exterior. todas sus empresas en el extranjero están organizadas como sociedades anóni-mas. Algunas de las razones, es debido a que en la mayoría de los países no existe una legis-lación adecuada de carácter cooperativo como en España. En muchos casos han constituido empresas en joint-venture con otros socios, ya que necesitan tiempo para crear una cultura cooperativista donde no la hay. En el congreso del 2003, se decidió impulsar fórmulas que hi-cieran posible la participación en propiedad y gestión por parte de los trabajadores por cuen-ta ajena y que se desarrollen en las empresas no cooperativas.

Cuando se le pregunta cómo acceden las coo-perativas de Mondragón al mercado de capi-tales, responden que mediante aportaciones

24 Página electrónica <http://www.mondragon-corpo-ration.com/consultas más frecuentes>.

financieras subordinadas, figura establecida en la Ley de Cooperativas de Euskadi, lo que le da la posibilidad de acceder al mercado de capitales por medio del segundo mercado o mercado de renta fija aiaf.

Por su parte, la Ley general de Socieda-des Cooperativas (1994), vigente en México, establece en qué situaciones una cooperativa puede contratar a trabajadores no cooperati-vistas:

Artículo 65.- Las sociedades cooperativas de productores podrán contar con personal asala-riado, únicamente en los casos siguientes:

I. Cuando las circunstancias extraordina-rias o imprevistas de la producción o los servicios lo exijan;

II. Para la ejecución de obras determinadas;III. Para trabajos eventuales o por tiempo

determinado o indeterminado, distintos a los requeridos por el objeto social de la sociedad cooperativa;

Iv. Para la sustitución temporal de un socio hasta por seis meses en un año, y

v. Por la necesidad de incorporar personal especializado altamente calificado.

En diversas ocasiones se ha intentado explicar que el fracaso de las cooperativas se encuen-tra en el entorno económico, pues si cualquier tipo de empresa, grande o pequeña, nacional o trasnacional, privada o pública, fracasa debido

La empresa Mondragón es un ejemplo paradigmático y recurrente para analizar el fenómeno del cambio, se ha ajustado a los tiempos y tiene presencia en todo el mundo. Directivos de la Cooperativa Mondragón, España. © mcc.

El sacedorte José María Arizmendiarrieta (1915-1976), colocó la primera piedra de Ulgor, una cooperativa de cinco miembros, años más tarde se convirtió en lo que hoy es Mondragón. © mcc.

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al cierre de mercados, conflictos, guerras, po-líticas de restricción del crédito, monopoliza-ción, entre otros, es natural que esto también suceda con las cooperativas.

En sentido contrario, podría decirse que las cooperativas tienen mayor oportunidad, preci-samente, debido a su capacidad para autolimi-tar sus prerrogativas y porque los trabajadores se sacrifican por su organización, ya que ésta se originó debido al paro o cierre de una empresa privada en quiebra. también se puede alegar falta de cobertura legal o financiamiento apro-piado.

Esto es razonable, pero pierde sentido si no se revisa la organización y el funcionamiento de cada empresa; la actitud de directivos, so-cios, trabajadores y su respuesta hacia las con-diciones externas. Sin embargo, las grandes preguntas siempre serán las de cómo lograr que el control de la empresa esté en manos de

los socios y trabajadores; cómo asegurar una distribución más equitativa de la riqueza; cómo hacerlo, de tal manera que la productividad y eficiencia no disminuya y sí aumente; y cómo lograrlo sin que se pierda la orientación social que le dio origen.

Existen muchos ejemplos de empresas cooperativas y otras del sector social que, en situaciones críticas, han salido adelante. Es ne-cesario revisar los mecanismos organizaciona-les, funcionales y conceptuales para aprender.

Son numerosas las empresas cooperativas en el mundo y en México. Los principios y va-lores se pueden criticar, tambalear, moverse, pero ante la crisis no necesariamente se rom-pen o pierden. La referencia, trascendencia, el recuerdo y homenaje recurrente a la Sociedad de los Pioneros Equitativos de Rochdale está en la fortaleza de sus principios y en el éxito de su negocio.

Fagor ha sido la cooperativa más dinámica que ha fundado Mondragón, contribuyó decisivamente a la formación de otras. Fachada de la Cooperativa Fagor, perteneciente al grupo Mondragón. © Agencia efe.

Fagor ha estado siempre a la vanguardia de la técnica: en 1978 lanzó el primer horno con el sistema touchmatic. trabajadores de Fagor. © mcc.

La Cooperativa Ulma de Manutención es otro de los ejemplos exitosos de la cooperativa Mondragón. España. Hacia la luz, premio Osarten. © Francisco David Jato Pastor/mcc.

el camino de la cooperativa: origen y principios el camino de la cooperativa.… · el rey lear,...

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