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El crecimiento del voto de la derecha en Michoacán
Sigfrido Macías Alemán∗
Los partidos no se presentan simplemente de novo al ciudadano en cada elección.
Cada uno de ellos tiene una historia, y también la tiene el conjunto de alternativas que
ofrece al electorado.
Seymour Martin Lipset
A manera de justificación
Al hablar de Michoacán se vienen a la memoria muchos sucesos actuales y
pasados, que sin duda están presentes en el imaginario nacional. Los actuales
tienen que ver con la ola de violencia, de la que ningún estado de la República
se escapa, pero que en Michoacán se vuelve trascendental porque fue ahí
donde se iniciaron los operativos en diciembre de 2006, con los cuales se dio
inicio a la llamada “guerra contra el narco” de este sexenio. Algunos sucesos
del pasado reciente también tienen que ver con la producción y tráfico de
drogas. Pero si pensamos en términos políticos y nos vamos más atrás,
Michoacán ha sido escenario de diversos movimientos desde los agraristas,
pasando por los estudiantiles, incluyendo el haber sido escenario en una de sus
regiones de la cristiada. Michoacán es una tierra de matices, no sólo políticos,
sino culturales. En términos étnicos, en la región oriente se encuentran etnias
Otomíes y Mazahuas, en la costa comunidades Náhuatles, mientras que en la
meseta se encuentran comunidades Phurépechas. Lo geográfico, no se queda
atrás en términos de diversidad. Así se podría continuar para describir lo que
podía ser una diversidad en varios sentidos. Pero el interés del presente
trabajo está centrado en los políticos y sociales.
∗
Estudiante de la maestría en estudios políticos y sociales de la FCPyS de la UNAM.
Por los caminos y comunidades michoacanas del siglo XX se libraron batallas
no sólo en los años de la Revolución, sino unos años después cuando Plutarco
Elías Calles entra en conflicto con la iglesia. En 1926 se desató lo que Jean
Meyer llamó como “la cristiada”. Los estados del centro del país fueron el
escenario de esta lucha entre los “ejércitos de Cristo” y el Ejército federal;
Michoacán entre ellos, donde ésta tuvo su desarrollo en la región del bajío y la
ciénega, zona colindante con los estados de Jalisco y Guanajuato.
Por otro lado, se dieron luchas agrarias que llevaron a que en el sexenio de
Lázaro Cárdenas del Río se repartiera el mayor número de tierras, lo que trajo
como consecuencia la empatía de alguna parte de la población hacia la figura
paternalista de Cárdenas. No sólo eso, también influyó su tozudez de impulsar
el proyecto de la cuenca del Tepalcatepec, el proyecto de desarrollo rural más
ambicioso en el estado. Zepeda Patterson (1988) afirma que en “mayor o
menor medida la mayoría de los michoacanos son cardenistas. Es en esa
medida que en Michoacán el cardenismo es una cultura política”. Si esto fuese
así, se pensaría que en Michoacán el cardenismo es la cultura imperante en
términos ideológicos, la cual en años recientes ha sido institucionalizada por el
Partido de la Revolución Democrática. Si sólo se hiciera esta recapitulación se
pensaría que no hay otra ideología en términos políticos, pero cabe recordar
que el movimiento sinarquista, surgido como oposición a las políticas
implementadas por Cárdenas, específicamente por el contenido de los artículos
constitucionales 3° y 27°, también tuvo eco en su estado natal. No solamente
eso, sino que el Partido Acción Nacional consiguió sus primeras victorias
electorales en el mismo estado, lo cual para iniciar refleja una diferenciación
ideológica de la población.
La derecha política en el estado de Michoacán tiene su contexto particular, sus
simpatías y sus matices, ya que no es lo mismo en términos políticos el
movimiento sinarquista, que después daría vida al Partido Demócrata
Mexicano, que el Partido Acción Nacional. Aunque en Michoacán confluyeron
electoralmente en más de una ocasión. Una distinción importante para su
estudio la hace Muñoz Patraca (2011), que distingue a la derecha política para
el caso del México posrevolucionario en tres categorías; siendo la primera de
ellas denominada como derecha tradicionalista, representada por la Unión
Nacional Sinarquista (UNS) que estaba ligada al clero católico; una segunda
clasificación es llamada derecha conservadora, que se encuentra
principalmente en el Partido Acción Nacional; y una tercera, llamada la
extrema derecha que recae en la persona de Salvador Borrego, periodista y
escritor nacido en 1915, identificado con los movimientos pronazis en el país.
Siguiendo esta clasificación, se revisará el paso en Michoacán de las dos
primeras (la tradicionalista y la conservadora). Cómo conservaron lo rasgos
que a nivel nacional se implementaban, así como su posición respecto a la fe
católica y su participación en las elecciones.
De esta forma, el presente trabajo revisa los orígenes de la UNS y el PAN en el
estado de Michoacán, sus cambios, zonas de influencia, y, lo central, su
participación en las elecciones hasta llegar a la elección local de 2007, donde el
PAN quedó en el segundo lugar en la votación para elegir Gobernador. Se
describen los acontecimientos que pudieron dar paso a que la derecha
incrementara la cantidad de sufragios a su favor en el estado.
El sinarquismo michoacano, de la UNS a la UNO
En Michoacán, la Unión Nacional Sinarquista (UNS) agrupó en sus primeros
años a campesinos sin tierra, jornaleros y ejidatarios, también a grupos de
obreros entre los que destacan los mineros que laboraban en Angangueo y
Tlalpujahua (Escamilla, 1987).
El 12 de agosto de 1939 se creó en el municipio de Pátzcuaro el primer comité
municipal en Michoacán de la UNS, dos años después de su nacimiento a nivel
nacional. Unas de las principales actividades fueron adherir nuevos miembros y
crear subcomités en las rancherías del municipio. Sus arengas y propaganda
política locales no eran diferentes de las que a nivel nacional se exponían, tales
como su oposición férrea a los artículos 3° y 27° de la Constitución federal. En
Michoacán, su suelo fértil lo encontró en aquellos ejidos donde permeaba la
desorganización, así como en aquellos que eran excluidos de los créditos
provistos por el Estado. Los campesinos que no encontraron cabida en las
organizaciones oficiales, se adhirieron a las filas de la UNS; lo que les ocasionó
problemas con la tenencia de la tierra. Tal es el caso de los campesinos de
algunas comunidades del municipio de Zinapécuaro, dónde fueron despojados
de sus tierras los campesinos por simpatizar con la ideología sinarquista, que
estaba en contra del ejido y pugnaba por un parcelación individual.
Ya para 1940 Salvador Abascal, Moreliano de nacimiento, era el líder nacional
de la UNS y se dio a la tarea de recorrer algunos municipios de la tierra
caliente en michoacana, principalmente el territorio que colinda con el estado
de Guerrero; con el fin de llegar a tener más adherentes a su ideología. Los
recorridos de Abascal tuvieron como consecuencia la agudización de los
enfrentamientos entre los campesinos sinarquistas y los Agraristas (Escamilla,
1987). Esto no sucedió así en el periodo en el que Manuel Zermeño fue el líder
nacional de la UNS, seguro porque sus visitas a Michoacán fueron más
esporádicas y privadas que las de Abascal. Salvo el caso donde Zermeño
encabezó una marcha en la ciudad de Morelia, organizada por Abascal Infante
en el mes de agosto de 1940 y que, según sea la fuente consultada, osciló
entre los quince mil o veinte mil hombres y mujeres. En ese mismo año, los
sinarquistas denunciaron a través de su periódico El Sinarquista la muerte de
más de 10 campesinos aderidos a la UNS en los municipios de Zinapécuaro,
Puruándiro y Zitácuaro. Algunos campesinos, debido a los conflictos
ocasionados, fueron obligados a dejar sus lugares de origen, mudándose a
municipios en los que se encontraba un mayor arraigo de la ideología
sinarquista, como el municipio de Queréndaro.
La ideología sinarquista se expandió en varios municipios de Michoacán,
teniendo para 1941 conformados comités en los municipios de: Pátzcuaro,
Santa Ana Maya, Ario de Rosales, La Huacana, Ziracuaretiro, Ciudad Hidalgo,
Salvador Escalante, Lagunillas, Tacámbaro, Taretan, San Juan Parangaricutiro,
Coeneo, Jacona, Indaparapeo, Santiago Tangamandapio, Angangueo,
Zitácuaro, Senguio, Tlalpujahua, Huetamo, Carácuaro, Nocupétaro,
Churumuco, Arteaga, Nueva Italia (Múgica), Uruapan, Tumbiscatío, Acuitzio
Morelia y Zamora. En estos 30 municipios existían varios sub-comités,
principalmente en las comunidades que dedicaban sus actividades económicas
a la producción agrícola.1
El sinarquismo michoacano en sus inicios tuvo su mayor zona de influencia en
los municipios rurales, a excepción de Morelia y Uruapan que para ese
entonces tenían una concentración poblacional en las cabeceras municipales.
Zamora constituyó un caso diferente, ahí se conformó uno de los comités
municipales más sólidos del PAN, con quienes disputaron ideológicamente todo
el territorio, lo que ocasionó que la ideología sinarquista tuviera muy poco eco.
Como sus principales comités estaban en las zonas rurales, los conflictos en los
que se veían envueltos los campesinos sinarquistas tenían su origen en la
disputa por la tierra con los Agraristas que estaban adheridos al partido oficial.
Estas disputas fueron tan recurrentes que incluso se convoco, a través de la
Confederación Nacional Campesina (CNC), a un Congreso de Líderes Agrarios
donde la discusión principal versó sobre las medidas que se deberían tomar
para controlar a los campesinos sinarquistas (Escamilla, 1987).
Los sinarquistas mantenían una postura antielectoral, al menos la coyuntura de
las elecciones presidenciales de 1940 permitió a la UNS mostrar la congruencia
con esta postura (Muñoz Patraca, 2011). Esto se mantuvo así hasta que las
presiones sobre la corriente que encabezaba Abascal al interior de la UNS lo
obligaron a dejar la presidencia de ésta, cediendo la dirigencia a manos de las
corrientes que mantenían una postura más laxa sobre las elecciones, lo que
llevó a que en 1946 se conformara el Partido Fuerza Popular que desapareció
en 1949. El PFP realizo una alianza electoral en Michoacán con el PAN, lo cual
no significó que compartieran los mismos postulados ideológicos. Es así que,
bajo la línea electoral, el Partido Demócrata Mexicano (PDM) fue el quinto
intento de partido sinarquista, el cual cristalizó gracias a la reforma política de
1 Datos recabados a partir de la revisión de la tesis “El sinarquismo en Michoacán 1939-1941”, presentada
por Javier Escamilla Torres en 1987 en la Facultad de Historia de la UMSNH.
1977 que le permitió obtener su registro oficial en marzo de 1978 (Muñoz
Patraca, 2011).
Nava (1987) explica que para finales de los setentas y principios de los
ochentas, a pesar de que la ideología conservadora católica se encuentra en
retirada, mantiene entre los campesinos michoacanos un fuerte arraigo, difícil
de medir, pero también de negar. Si la presencia del partido sinarquista puede
servir para apreciarlo, puede decirse que se trata de una tendencia bastante
difundida. El PDM es la más extendida de las fuerzas de oposición en
Michoacán, especialmente en los municipios rurales, y aunque casi nunca se le
han reconocido triunfos electorales, ello se puede deber a que
presumiblemente es una de las fuerzas políticas que más ha resentido el
fraude electoral, por lo que ni siquiera el número de sufragios que se le
reconocen sería un indicador suficiente de su verdadera incidencia.
En su estreno electoral como PDM en la elecciones federales de 1979, obtuvo
en Michoacán 16,756 votos, quedando en tercer lugar en los resultados
electorales, por debajo del Partido Acción Nacional con una diferencia de sólo
siete mil votos. En esta elección obtuvo el segundo lugar de la votación en el
distrito IX con cabecera en Apatzingán (distrito con una alta concentración
rural en ese entonces) con el 18% de los sufragios, pero no logró obtener
ninguna diputación de los 13 distritos en competencia. Para la elección local de
1980, donde tenía mayores posibilidades de competir por algún ayuntamiento,
logró obtener más de diez mil votos en cada uno de los tres cargos que se
elegían (Gobernador, Diputados locales y Ayuntamientos) llegando a ganar en
el municipio de Quiroga, que sería gobernado por Encarnación Medina durante
el trienio de 1981 a 1983. En esta misma elección logró posicionarse como
segunda fuerza electoral en 18 municipios, obteniendo en algunos hasta el
40% de la votación, como el caso de Tingambato. En cuanto a las diputaciones
locales por la vía uninominal no obtuvo ningún escaño.
Con la postulación de Ignacio González Golláz a la presidencia de la República
en 1982 el PDM obtuvo en Michoacán 35 mil votos, quedando, una vez más, en
tercer lugar en la votación. Manteniéndose como segunda fuerza sólo en el
distrito II con cabecera en Hidalgo. En la siguiente elección local, en 1983,
pierde el municipio de Quiroga por una diferencia de poco más de 200 votos,
regresando la administración del ayuntamiento a manos del PRI. Pero ganó en
el municipio de san Juan Nuevo Parangaricutiro, con una diferencia en la
votación del 20%. Al igual que en la elección anterior no logró tener ninguna
diputación por mayoría relativa, pero sí dos por la vía de representación
proporcional. Conservó la fuerza electoral en distritos rurales como Hidalgo. A
nivel municipal incrementó su fuerza electoral, llegando en más de veinte
municipios a tener la segunda posición, principalmente en aquellos que recorrió
Salvador Abascal en 1940, como fueron Ario de Rosales, la Huacana,
Tacámbaro, entre otros.
En las elecciones locales de 1986 el PDM gana en el municipio de Indaparapeo,
municipio en el cual se conformó la dirigencia local de la UNS el 27 de agosto
de 1940 y que Salvador Abascal visitó el 14 de septiembre del mismo año. Al
igual que en la elección anterior, pierde el municipio que había gobernado
durante tres años. En esta elección su suerte cambió, pasando de un cinco a
un 3.5% en la votación, pero manteniendo su fuerza electoral en los
municipios rurales de la tierra caliente michoacana y algunos en el oriente del
estado. Seguía conservando sus diferencias electorales con el panismo, ya que
su participación en la zona del bajío michoacano era casi nula, región en la que
el PAN tenía sus principales bastiones electorales. Pero un caso contrastante
era Uruapan, donde en algunas elecciones tendían a complementarse y no a
competir. Para este año (1986) el PDM contaba con comités municipales en la
mitad de los municipios del estado (Zepeda, 1988), lo cual era de admirarse en
un partido de oposición en aquellas décadas. Aún con esto, en 1986 fue la
última elección local en la que se presentó como opción política electoral, lo
cual se puede deber a que la Ley Electoral del Estado de Michoacán
(promulgada en enero de 1984 y reformada en marzo de 1984) estaba
diseñada, al igual que su modelo, para un régimen de partido de gobierno que
compartía algunas posiciones con la oposición, pero no para una situación de
verdadera competencia electoral (Nava, 2004). Aunque la explicación más
sencilla es que, en la elección de 1985, no había alcanzado los votos que
demandaba la ley electoral federal para mantener el registro a un partido
político.
En las siguientes elecciones federales no obtuvo ninguna diputación de mayoría
relativa, cayeron sus preferencias electorales y se fue en picada. Pasó de los
casi 30 mil sufragios para “el partido del gallito”, en la elección intermedia de
1985, a sólo 7 mil en la elección presidencial de 1994 en la que había
incursionado con su nuevo nombre “Unión Nacional Opositora (UNO)”; la caída
en la votación lo llevó a perder su registro en 1994, aunque logró recuperarlo
en 1996. La última vez que se presentó en una elección federal (1997), en
Michoacán obtuvo apenas el 0.97% de la votación total.
El movimiento sinarquista en Michoacán, donde aún conservan unas oficinas en
el centro histórico de la ciudad de Morelia, tuvo sus orígenes y principales
clientelas electorales en los municipios con una mayor composición de
población rural. La principal bandera ideológica en Michoacán que se mantuvo
durante todos los años de su existencia fue la lucha contra los “comunistas”,
que ellos mismos identificaban con los Agraristas a favor del ejido, ya que los
artículos constitucionales contra los que se oponía en un inicio fueron
modificados. La fundación del Partido Demócrata Mexicano se dio
principalmente en los municipios donde la UNS tuvo sus primeros comités. En
algunos de estos, como Indaparapeo, logró gobernar un trienio completo.
Los años de los amigos: las primeras victorias del PAN en Michoacán
Al mismo tiempo que los simpatizantes del sinarquismo fundaron los primeros
comités municipales en Michoacán, hicieron lo propio los militantes del nuevo
partido de oposición liderado a nivel nacional por Manuel Gómez Morín. El
Partido Acción Nacional (PAN) fundado en septiembre de 1939 en la ciudad de
México, logró tener en la ciudad de Morelia uno de sus primero comités
municipales.
Entre junio y agosto de 1939 se enviaron a Michoacán 15 cartas, la cuales
tenía como contenido una invitación para que los destinatarios formaran parte
del nuevo partido; se explicaban los puntos centrales de la ideología que éste
tendría y los convidaba a asistir a las reuniones preparatorias para conformar
los respectivos comités. Los municipios donde se encontraban los destinatarios
de dichas invitaciones eran: Morelia, Zinapécuaro, Ciudad Hidalgo, Zitácuaro,
Tlalpujahua, Santa Ana Maya, Puruándiro, Zacapu, Maravatío, Tacámbaro,
Uruapan, Zamora y Angangueo, teniendo estos dos últimos dos destinatarios
en el mismo municipio. Para el caso de Morelia el comité provisional se
conformó el 20 de agosto de 1939 (Ceballos, 1999), ocho días después de que
a 50 km se conformara el primer comité de la UNS en Michoacán.
Así comenzó la historia del PAN en Michoacán, donde las tareas de
organización fueron encomendadas al Lic. Miguel Estrada Iturbide, quién sería
el encargado de difundir los postulados del nuevo partido en su tierra natal.
Como su primera actividad se encaminó a la ciudad de Zamora con el objetivo
de fundar allí un comité municipal, en su compañía iban Manuel Torres
Serranía y Luis Calderón Vega, quienes posteriormente serían dos panistas
muy respetados en el instituto político. El comité de esta ciudad fue
conformado por una veintena de amigos, que tenía como origen común haber
participado en asociaciones católicas como la Confederación Nacional de
Estudiantes Católicos (Almada, 2001).
Lo primero que hicieron los encargados de los comités del PAN, fue recordarle
a los miembros del nuevo partido político que debían apoyar a Juan Andrew
Almazán en su candidatura presidencial, y así lo refiere Don Feliciano, un viejo
militante panista citado por Rossana Almada (2001), “el licenciado Iturbide nos
dijo claramente: si de verdad quieren que cambie México y que se forme el
partido que les propongo, lo primero que hay que hacer, es apoyar a Almazán,
después les daremos a conocer la siguientes tareas”.
Los primero comités se conformaron con amigos, donde cada uno aportaba lo
que tenía, para el caso de Zamora, según refiere Ceballos (1999) los que
podían aportar en dinero o en especie lo hacía, el resto aportaba su tiempo a
favor del partido, distribuyéndose las tareas de difusión y propaganda, por
ejemplo. Esto sucedía en la mayoría de las ciudades de Michoacán donde se
conformaron los primeros comités del PAN. Para el caso de Uruapan el comité
se inició con diez personas, pero a finales de 1939 ya se contaba con 282
miembros, aunque en 1940 pasó a tener sólo 69 (Ceballos, 1999).2
Características similares a las anteriores tuvieron los primeros comités
municipales en el resto del estado. Una en particular fue que la mayoría de los
miembros eran amigos o familiares provenientes de asociaciones católicas,
también estaban los que sin tener vínculos amistosos o familiares profesaban
la religión católica como verdaderos devotos. De esta forma se logró
aleccionarlos desde la fe católica en la acción política. Un militante encargado
de esto con sus escritos fue Luis Calderón Vega (1964), quien describía que,
son tres las formas muy generalizadas y nocivas para la conciencia moral y la
vida temporal, de escapar al imperativo ético de participar correctamente en la
gestión del Bien Común: el regalismo, el abstencionismo y el colaboracionismo.
Explica cómo cada una de éstas no está acorde con los principios de la fe
cristiana y se cae en pecado si se realiza el bien común a través de alguna de
ellas. De la misma forma en otro texto explica que “sobre los principios de
derecho natural puede fundarse un orden social que satisfaga a quienes
profesan la concepción cristina de la vida… la experiencia que el PAN puede
presentar en esta materia es particularmente valiosa” (Calderón, 1965).
Llegadas las elecciones de 1946 el PAN participó postulando candidatos sólo en
aquellos municipios donde tenía conformado su comité municipal. Es en esta
elección donde consigue su primera presidencia municipal y su primera
diputación federal por mayoría; la primera en el municipio de Quiroga, bajo la
figura de Manuel Torres Serranía, uno de los fundadores del PAN en Michoacán
y activo difusor de los principios de éste. Como diputado, el primero en ocupar
una curul fue el Lic. Miguel Ramírez Munguía, candidato panista por
Tacámbaro, Michoacán, en 1946 (Calderón, 1980).
2 En una acotación muy informal en el documento revisado se explica que muchos de los que abandonaron
el nuevo partido se insertaron en las filas del partido oficial.
En 1947 consigue su primera diputación en todo el país en un Congreso local,
la cual la obtiene por mayoría de votos en el distrito de Zamora siendo el
candidato el Dr. Alfonso Hernández Sánchez (Calderón, 1980). Después de
esto, tuvo que pasar casi medio siglo para que en Michoacán el PAN volviera a
obtener una curul por la vía de mayoría relativa, claro que lograron tener
representación en el Congreso en años anteriores, pero fue a través de la
representación proporcional.
Los triunfos electorales reconocidos al PAN, hasta antes de la Reforma Política
de 1977, fueron mínimos; agregando a los ya mencionados, tres diputaciones
federales por los distritos III y X, el primero en dos ocasiones (1949 y 1961) y
el segundo en 1952. Ganó, también, las presidencias municipales de Sahuayo
en 1952 y Uruapan en 1968. Por lo demás, el resto las elecciones estuvieron
marcadas por reclamos de fraudes, abstenciones de participar en éstas y
persecuciones políticas, aunque lo último no fue exclusivo de los panistas.
Los triunfos del PAN en Michoacán en términos electorales durante sus
primeros 30 años se contabilizan con los dedos de las manos. Lo que no es tan
exiguo es la conformación de los comités municipales, ya que en cada uno
tiene su esfuerzo e historia particular, aunque con las similitudes que ya se
mencionaron. Esto llevó a que posteriormente hubiera regiones donde, al igual
que el PDM, contara con importantes enclaves electorales e ideológicos, como
es el caso de Zamora.
Sin embargo, en los años setentas el PAN pierde importancia al interior del
estado como opción política. Sus promedios de votación caen por debajo de la
media nacional y sus escasos triunfos responden más a situaciones
circunstanciales que a una militancia regular. Los años ochentas observan un
resurgimiento de Acción Nacional (Zepeda, 1988).
El neopanismo de los ochenta, de la LOPPE al CEEM
La Reforma Política de 1977 se estrenó en Michoacán con las elecciones
federales de 1979. Fue en esta elección donde se aplicó la Ley Federal de
Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales (LOPPE), que pretendía
dar paso al pluripartidismo, por mencionar un aspecto, pero una vez más el
partido en el poder se llevó carro completo en todos los distritos electorales del
estado. Ya en las elecciones locales del año siguiente, el PAN logró obtener el
triunfo en el municipio de Zacapu. Para la elección local de 1983 obtuvo la
victoria en dos municipios Uruapan y Zamora, en este último repitió la hazaña
en la elección de 1986, incluso “contagió” a su vecino Jacona. La victoria de
1983 en Zamora fue sorprendente, ya que venció al PRI dos votos contra uno,
llegando a los casi 16 mil sufragios. El candidato propuesto en esa elección fue
Ignacio Peña, elegido en una asamblea a la que asistieron cien personas (todos
los militantes con que contaba el PAN). En realidad, el candidato panista no era
un militante, sino un mero simpatizante con capacidad de liderazgo entre los
bodegueros y barroteros del mercado. Había adquirido prestigio como
organizador del tianguis de verdura y fruta de los sábados, lo que benefició
tanto a comerciantes como a consumidores (Zepeda, 1988).
Pero las cosas no fueron tan fáciles, el Colegio Electoral del Estado no le
reconoció el triunfo al candidato azul. Las movilizaciones que se generaron
para que el triunfo del PAN fuese reconocido no duraron un día, al contrario, el
conflicto se prolongó ¡tres años!, ya que nunca se reconoció formalmente que
el PAN había obtenido ese nivel de votación a su favor. Cuauhtémoc Cárdenas,
entonces Gobernador del estado, cediendo a las presiones de los panistas y
tratando de contener las de sus partidarios, nombra como presidente municipal
provisional al candidato panista, argumentando que se celebrarían nuevos
comicios. El neopanismo zamorano se vio fortalecido con el conflicto
poselectoral y esos comicios nunca llegaron, aun con los artículos transitorios
que Cárdenas pidió exprofeso al Congreso local para celebrar elecciones
extraordinarias. En las federales de 1985 sucedió algo similar, el conflicto
poselectoral se hacía presente porque no se reconoció el triunfo de candidato
panista. Este caso tuvo trascendencia nacional, ya que el candidato por el PAN
el Dr. Manuel Bribiesca Godoy, entonces marido de la políticamente
desconocida Martha Sahagún, inició una marcha a pie desde la ciudad de
Zamora hasta la capital del País para que su triunfo fuese reconocido, lo cual
logró ese mismo año.
Una característica de los dos conflictos mencionados es que estuvieron
protagonizados por nuevos panistas. Este agregado de “sangre nueva” a las
filas del partido en el municipio de Zamora, fue una de las causas por las que
el PAN mantuvo la presidencia municipal por tres trienios consecutivos.
Además del fortalecimiento en términos políticos generado por los conflictos
poselectorales. Esto había ido generando un vuelco a la forma en cómo se
manejaba el partido en Zamora, ya que “los nuevos panistas (Zamoranos) ya
no son un grupo de amigos, no se visitan entre sí por razones ajenas a la
actividad política, no pertenecen necesariamente a los mismo grupos católicos,
y aunque coincidan en algunos espacios comunes, como el Club Campestre o el
Club Hacienda, no llegan a dichos lugares en grupo ni arman tertulias donde
convivan con sus familias” (señora Rosa María). Su relación actual es
únicamente política. Donde sí confluyen la mayoría de ellos es en la Cámara de
comercio local (Almada, 2001). Esto difería de lo que aconteció en los primeros
años del panismo en Michoacán. El caso zamorano sólo es reflejo de lo que
venía sucediendo en aquellos años al interior del PAN a nivel nacional: la
llegada de empresarios, que veían en Acción Nacional un medio para llegar al
poder. Este fue, según anécdotas, el motivo por el que Luis Calderón Vega,
historiador, fundador y, en buena medida, ideólogo del PAN, renunció al
partido en 1981.
En los conflictos poselectorales de finales de los ochenta en Michoacán, el PAN
se mantuvo al margen. No participó más allá de lo que la dirigencia nacional
convocaba en el caso de 1988 y en 1989 no hubo ni las más mínima intención
de reconocer el fraude electoral local3. Los triunfos avasalladores del neonato
PRD mantuvieron a raya el crecimiento de las simpatías electorales por la
derecha política. El fuerte impulso que tuvieron las movilizaciones convocadas
por el fraude electoral de julio de 1989, llevaron a que en diciembre de ese año
dimitiera del cargo el entonces Gobernador, Luis Martínez Villicaña. Quedando
como Gobernador interino Genovevo Figueroa Zamudio, quien caracterizó su
periodo en el gobierno (1989-1992) por perseguir políticamente a los
perredistas, incluso se le culpó de la muerte de militantes del partido del sol
azteca. El PAN mantuvo, al igual que en los procesos anteriores, una postura
de indiferencia.
En estos años, el electorado que veía al PAN con buenos ojos se mantuvo sin
cambios, ya que logró ganar algunas presidencias municipales, sin incrementar
su votación. Pero, la elección de 1992 revivió la inestabilidad política que
caracterizó a este periodo en Michoacán, lo cual llevó a que el Gobernador
surgido del proceso electoral de ese año sólo estuviera 21 días al frente del
poder ejecutivo estatal, teniendo que pedir licencia temporal por un año para
ausentarse del cargo. Durante este período ocurrieron algunos hechos: se
aceptó una segunda licencia que presentó el Gobernador Eduardo Villaseñor
Peña, quien falleció el 20 de noviembre de 1993; se prorrogó el nombramiento
de Gobernado Interino al Lic. Ausencio Chávez Hernandez, quien después se
convirtió en Gobernador Sustituto y se promovió un Tercer Periodo Ordinario
de sesiones que permitió convocar a elecciones ordinarias de Gobernador por
un nuevo periodo de seis años (IEM, 1995).
La presión política ejercida para que las elecciones se realizaran en un marco
de legalidad y transparencia, que diera certidumbre al proceso mismo y
generara gobernabilidad en el estado, se vio materializada en octubre de 1994;
cuando las fracciones parlamentarias de la LXVI Legislatura suscribieron un
acuerdo, con el propósito de establecer entre las diversas fuerzas políticas de
3 Para un análisis detallado sobre esos dos conflictos poselectorales véase Nava, Eduardo. «Lucha
política y movilizaciones sociales en Michoacán, 1988-1989.» Iztapalapa (Universidad Autónoma
Metropolitana) Año 10, nº 21 (1990): 123-144.
la entidad el compromiso de modernizar y perfeccionar el sistema democrático,
a través de una legislación electoral que estableciera reglas más claras y
equitativas (IEM, 1995). Es así que en mayo de 1995 se promulgó del Código
Electoral del Estado de Michoacán (CEEM), con el cual se atribuyó a un
organismo público la organización de las elecciones en el Estado. Esta reforma
convocó a la renovación de los Ayuntamientos, Diputados locales y
Gobernador. El encargado de que este proceso se realizara con apego a la ley
sería el Instituto Electoral de Michoacán.
La elección local de 1995 fue diferente, ya que de inicio se contaba con un
órgano desconcentrado encargado de realizar las elecciones, que daría certeza
a los comicios, además de una dotación recurso más equitativa. Otros factores
en esta elección fueron que se contaba con la credencial de elector con
fotografía, emitida por el Instituto Federal Electoral, y un padrón electoral más
depurado y menos inflado, que no desaparecía, pero sí limitaría las alquimias
electorales4.
Las últimas elecciones: más votos para el PAN
El gran ganador de las elecciones locales de 1995 fue el PAN. Los resultados
electorales así lo demuestran. Estas fueron las primeras elecciones locales en
la que se adecuaban a la legislación de Michoacán las reformas federales de
1977 en su conjunto.
Si los resultados electorales de esta elección se ven en forma aislada y
desagregada, parecería el PAN siguió teniendo triunfos pírricos. Ya que, sólo
obtuvo 14 presidencias municipales y cuatro diputaciones de mayoría relativa,
pero aún así, habían sido, hasta ese entonces, los mayores logros en la entidad
para el partido fundado por Gómez Morín. Desde 1947 el PAN no había logrado
obtener una diputación local por la vía de mayoría y los municipios que había
gobernado en un mismo trienio ascendían a cinco. Cabe anotar que el número
4 Así lo describe la memoria del proceso electoral de 1995, editada por el IEM. Que fue la primera
memoria de un proceso electoral local que estaba firmada por consejeros ciudadanos.
de municipios que ganó en esa elección no lo ha vuelto a lograr hasta la fecha.
En esa elección logró conquistar al electorado de los municipios más
importantes del estado Morelia, Uruapan y Zamora. Los porcentajes obtenidos
en su conjunto para estos cargos ascendieron a 26% para la elección de
Presidentes municipales y 25% para la elección de los Congresistas. Los
resultados para gobernador difirieron por decimas, llegando a 24.7% para el
abanderado azul, quien, nacido en Michoacán, había hecho su carrera política
en la capital de la República. Con ese desconocimiento por parte de los
electores en el estado, logró quedar a menos de siete puntos porcentuales del
segundo lugar, ocupado por Cristóbal Arias, quién ya había competido en más
de una ocasión por cargos de elección popular y había ocupado cargos
importantes en la administración estatal.
Esta elección marcó un crecimiento electoral muy importante para el PAN.
Visto en su conjunto logró cautivar a uno de cada cuatro electores,
incrementando su votación cuatro veces, pasando de tener alrededor de 55 mil
votos en la elección de 1992 a conseguir 282 mil en la de 1995. Felipe
Calderón “antes de la elección de 1995 era un desconocido para la mayoría, ni
siquiera porque su padre (Luis Calderón Vega) fue uno de los fundadores del
partido”5, empero el PAN salió con una ganancia muy jugosa de las elecciones.
Sin duda, fue el PAN fue el más beneficiado con las reformas hechas a la
Constitución estatal en materia electoral.
En las subsiguientes elecciones para Diputados, ya fueran locales o federales,
el PAN ha mantenido una tendencia creciente, con pequeñas caídas, según el
contexto en el que se enmarquen las elecciones (intermedias, presidenciales,
locales o federales) (ver gráfica 1). La tendencia creciente en la votación a
favor del PAN no se ha visto reflejada en la obtención de más de 8 escaños
para el Congreso local por la vía de mayoría relativa y de 4 curules en el caso
del Congreso Federal de forma uninominal. La tendencia creciente en el
porcentaje de votación se mantiene hasta la elección de 2007, ya que en la
última elección (2009) los tres partidos más grandes tienen una caída en la
5 Palabras de Cristóbal Arias en una entrevista publicada en suplemento Masiosare núm. 411 de La Jornada .
votación. Esto puede ser explicado por el sorpresivo incremento de la votación
por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que llegó a obtener en
Michoacán el 9.5% de los sufragios. No se puede argumentar que este
incremento sea estable o sea parte de una coyuntura, pero se puede recordar
que su campaña se basó en tres propuestas legislativas, lo que pudo haber
recabado más votos a favor del partido del tucán.
Respecto a la lucha por los ayuntamientos el PAN sólo ha logrado gobernar,
durante distintos periodos, en 40 municipios michoacanos; cifra que representa
sólo el 35% de los ayuntamientos del estado. Sin embargo, se puede anotar
que ha gobernado los municipios más grandes en términos poblacionales, los
cuales, por simple lógica, aportan una mayor cantidad de votos a la hora de
agregar los resultados. Aunque, debido a la diversificación del voto por parte
4.8 3.3
12.2
7.3
15.1
9.3 10.16.9 8.3 7.6
14.7
25.017.5
20.125.8 22.6
19.321.7
30.4
27.6 24.4
85.992.9
76.583.0
70.1
82.0
24.6
42.6
51.249.5
43.4
36.7
34.8
40.5
31.337.2
28.6
35.9
23.3
29.4
24.0
63.0
37.9
29.534.4 34.5
31.7
39.2
33.0
38.0 37.435.2 34.7
38.4
32.227.7
1979 1980 1982 1983 1985 1986 1988 1989 1991 1992 1994 1995 1997 1998 2000 2001 2003 2004 2006 2007 2009
Gráfica 1
Michoacán. Porcentajes de los resultados estatales de elecciones
federales y locales de Diputados, 1979-2009
PAN PRI PRDFuentes: Elaboración propia a partir de los resultados electorales consultados en el "Atlas
electoral del Estado de Michoacán 1977-2006", Instituto Electoral de Michoacán e Instituto
Federal Electoral.
Nota: Los porcentajes no suman cien porque no se incluyó en la gráfica los votos nulos, no registrados, ni los de otros partidos con menor votación.
del elector, sólo ha logrado obtener el 26% de los votos totales (ver gráfica 2),
mientras que para Gobernador a llegado al 32.9% de los sufragios en una
elección. La principal fuerza electoral del PAN se encuentra en los municipios
del bajío michoacano (noroeste del estado), principalmente en Tingüindín,
Sahuayo y Pajacuarán, los cuales ha gobernado en tres ocasiones. Ahí mismo,
en el bajío, está Zamora que ha sido históricamente un bastión panista, en
términos ideológicos y electorales; desde que ha competido en las elecciones
ha logrado gobernarlo en siete trienios, además de que ha argumentado fraude
electoral en contra de sus candidatos en más de tres ocasiones, aun con esto,
es el municipio en todo el estado en el que más veces se le han reconocido
victorias electorales para ocupar el Ayuntamiento. Otro municipio con mucha
presencia en ideología panista es Uruapan, el segundo municipio en
importancia al interior del estado. Ahí, ha logrado gobernar en cinco ocasiones;
la primera de ellas en 1968, después gobernó por tres periodos consecutivos,
iniciando en 1996 con una panista de alcurnia que llevo a su partido a un
segundo periodo en el municipio, para después regresar por las llaves del
ayuntamiento por el periodo de 2002-2004. La última anotación en este
municipio fue en 2007, gobernando el municipio por el actual cuatrienio6.
Otro municipio representativo del panismo es Quiroga, donde obtuvieron su
primera victoria a nivel nacional como instituto político en 1946. Aunque ahí
también tenía un importante enclave la UNS, quien en 1980 como PDM ganó la
presidencia municipal. A la lista se pueden agregar los municipios de Peribán,
Charo e Hidalgo, que se encuentra en diferentes latitudes dentro del estado, en
los cuales se han obtenido más de tres victorias por parte del PAN. En general,
buena parte de las regiones del bajío y la ciénega (Lerma-Chapala), algunos
municipios del oriente, así como los municipios colindantes a la capital del
estado, son fuentes muy importantes de la votación a favor del PAN.
6 Debido a las reformas hechas a la legislación electoral en el Estado, con el fin de hacer concurrentes las
elecciones federales y locales, se establecieron dos periodos casi similares para los tres cargos (Gobernador,
Presidente municipal y Diputados locales). El primero de cuatro años y el segundo de tres años siete meses y
21 días.
Las elecciones para Gobernador de 2001 y 2007 tuvieron características
distintas. En 2001 el candidato del PRD, que compitió en coalición con otros
cinco partidos entre los que se encontraba el PAS –último resquicio del
sinarquismo-, fue Lázaro Cárdenas Batel, quien sería el cuarto gobernador de
apellido Cárdenas en el estado, antecedido por su abuelo, su tío abuelo y su
padre. El candidato del PRI, un empresario Sahuayense dedicado
principalmente al negocio de los agrofertilizantes, con una carrera política
reconocida al interior de su partido, el cual acababa de perder la Presidencia de
la República un año atrás. Mientras que el PAN presentaba a otro empresario,
este de mediana membresía, dueño de algunas cafeterías en la ciudad de
Morelia; su antecedente político inmediato era haber gobernado la capital
michoacana, cosa que el PAN no había logrado con ningún otro candidato hasta
esa fecha. El PRI llegaba a las elecciones en Michoacán después de haber
perdido el poder ejecutivo, aún así, recurrió a sus clientelas políticas y logró
1.1 12.2 8.0 9.6 9.2
26.020.5 22.9
21.024.3
93.8
74.8
77.6
39.1
48.8
35.641.1
38.4 35.8 34.4
39.433.2
32.1 32.0 36.035.7 31.3
1980 1983 1986 1989 1992 1995 1998 2001 2004 2007
Gráfica 2
Michoacán. Porcentajes de los resultados estatales de elecciones de
Ayuntamientos, 1980-2007
PAN PRI PRDFuentes: Elaboración propia a partir de los resultados electorales consultados en el "Atlas
electoral del Estado de Michoacán 1977-2006" e Instituto Electoral.de Michoacán.
Nota: Los porcentajes no suman cien porque no se incluyó en la gráfica los votos nulos, no registrados, ni los de otros partidos con menor votación.
obtener casi el 37% de los sufragios. El PAN se mantuvo en el tercer lugar de
la votación, pero en este caso obtuvo casi 40 mil votos menos que en la
elección de 1995, seguro que un año de decepciones para los ciudadanos por
el desempeño del Gobierno Federal fue la principal causa de la baja en los
sufragios. Esta elección se marcó por la alternancia en el poder ejecutivo
estatal, que se había gestado a nivel municipal con un bipartidismo PRI-PRD.
En 2007 la derecha presentó al mismo candidato a Gobernador que en la
elección anterior. Esta vez, el partido había convocado a un proceso de
auscultación interna para elegir a su candidato, en el cual logró que su
competidor declinara. Una vez más, Salvador López Orduña, tenía en su
currícula política haber estado al frente de la administración municipal de
Morelia por un segundo periodo, siendo el único panista que ha logrado
gobernar el municipio de Morelia. Ya conocido por su campaña anterior como
candidato a gobernador y por haber gobernado en dos ocasiones el municipio
de Morelia, el Chavo López logró obtener el 32.9% de la votación, quedando a
sólo 4.8% del ganador de la elección(ver gráfica 3).
Esta elección tuvo la particularidad de llevarse a cabo en medio de la llamada
“guerra contra el narco” iniciada en el estado en diciembre de 2006, casi un
año antes de las elecciones. El conflicto poselectoral de la elección federal de
2006 había tenido consecuencias negativas en la imagen del PRD en el estado,
aún cuando Cárdenas Batel había tenido un desempeño como gobernante sin
tropiezos. Un punto que se cuestionó en esta elección al PRD, fue el uso
político que se realizó de los Consejos de Desarrollo Comunitario (CODECOS),
creados en el gobierno de Cárdenas Batel con el objeto de promover la
participación y organización de la sociedad en el desarrollo integral de sus
comunidades.
El candidato del PRD había renunciado a la Senaduría por Michoacán para
competir por la gubernatura, cuenta con una trayectoria política en cargos que
inician desde los años ochenta, cuando fue Secretario de Gobierno, por un
periodo breve, con Cuauhtémoc Cárdenas, además de haber sido diputado y
presidente nacional de su partido. Las habilidades políticas que demostró
desde el proceso interno de su partido y durante la campaña, fueron uno de los
puntos que influyeron en el resultado electoral. Además de que la gestión de
Cárdenas Batel después de seis años de gobierno era bien evaluada.
Por el lado del PAN, el candidato parecía tener muy poco oficio político, y si no
era así, se empeña en demostrar lo contrario. Pero a su favor estaban las
estructuras de los programas federales, que después de siete años en el
gobierno, los delegados estatales panistas habían aprendido a manejar con
destreza política. A esto, hay que agregarle que para esos meses las
2.89.0
6.7
24.718.6
32.9
93.3
84.1
50.2
37.9
36.9
24.9
34.331.5
41.937.7
1980 1986 1992 1995 2001 2007
Gráfica 3
Michoacán. Porcentajes de los resultados estatales de elecciones de
Gobernador, 1980-2007
PAN PRI PRDFuentes: Elaboración propia a partir de los resultados electorales consultados en el "Atlas
electoral del Estado de Michoacán 1977-2006" e Instituto Electoral de Michoacán.
Nota: Los porcentajes no suman cien porque no se incluyó en la gráfica los votos nulos, no registrados, ni los de otros partidos con menor votación.
evaluaciones estatales del desempeño de Felipe Calderón estaban en niveles
aceptables. Lo cual pudo mantener casi intactos el medio millón de votos
obtenidos por el PAN en Michoacán para la elección presidencial de 2006.
En esta elección logró posicionar en el Congreso del estado a ocho diputados
por la vía de mayoría relativa y a cuatro por representación proporcional.
Ocupando así el 30% de las curules locales, el mayor logro de la derecha en el
espacio legislativo en Michoacán.
La elección fue muy competida, aunque sólo entre el PRD y el PAN, el PRI sólo
logró convencer a uno de cada cuatro votantes. Las cualidades y respectiva
maquinaria de cada candidato fueron cruciales. Los candidatos a presidente
municipal poco pudieron aportar, salvo el caso de Morelia. Así pues, las
próximas elecciones tienen antecedentes muy variados que dibujan otro
panorama. Estos antecedentes pueden influir en la coyuntura electoral y no a
la inversa, ya que, algunas veces, las coyunturas suelen ser una cortina de
humo que no permite ver el paisaje tan accidentado y diverso que está detrás.
Algunas conjeturas finales
El Partido Acción Nacional (PAN) y la Unión Nacional Sinarquista (UNS) surgen
en Michoacán en el mismo año, conformando cada uno su primer comité con
ocho días de diferencia y 50km de distancia. Sus zonas de influencia en un
inicio fueron casi en los mismos municipios, pero cada uno se enfocó en
difundir sus principios en diferentes espacios. La UNS comenzó sus labores de
difusión entre los jornaleros, pequeños propietarios y algunos ejidatarios, pero
sobre todo en el ámbito rural, salvo algunas excepciones, como lo fueron
Morelia y Uruapan. Por su parte el PAN, comenzó a trabajar en convencer a sus
amigos, familiares y “conocidos” de ingresar a las filas del nuevo partido, lo
cual logró principalmente entre los pequeños comerciantes, profesionistas,
algunos pequeños empresarios, y según una anécdota, hasta un banquero. Se
enfocó, pues, en lograr cautivar a aquellos a los que el discurso y la práctica
postrevolucionarias no beneficiaban. Por su parte, los sinarquistas buscaban
influir ahí donde el discurso postrevolucionario tenía que llegar, pero no lo
hacía, el espacio rural. Así pues, el PAN se enfocó en las ciudades medias, en
términos de población e ingresos, mientras que la UNS lo hizo en los
municipios rurales, con un sinfín de sub-comités en las rancherías de estos
municipios.
Los espacios que se habían visto beneficiados por las políticas del régimen
postrevolucionario no dieron cabida, en aquellos años, a las ideologías
profesadas por la UNS y el PAN. Basta con revisar los municipios en los que se
fundaron comités de estas dos expresiones. No hay ninguno en la región del
valle del Tepalcatepec. En esa región, Cárdenas enfocó muchas de sus
energías como gobernante, pero también de forma personal una vez que
terminó su periodo como Presidente de la República. El proyecto que ahí se
materializó ha sido el más importante en términos de desarrollo agrícola para
el estado de Michoacán.
El PAN surgió como una opción electoral y siempre se ha mantenido así,
mientras que la UNS siempre reiteraba que era un movimiento y no un partido,
ya que los partidos tenían como objetivo la división, según argumentaban.
Después cambió su postura, pero le fue muy difícil consolidar un partido. Logro
fundar un partido político menos efímero que los cuatro anteriores, al cual
llamó Partido Demócrata Mexicano, el cual surge bajo el manto de la Reforma
Política de 1977, hecho que ayudó a su consolidación electoral.
Cuando la UNS dejó de lado su postura antielectoral, y decidió convocar a la
creación de un partido político no compitió contra el PAN, ya que si bien
muchos de sus postulados ideológicos coincidían, esto no era suficiente para
tener las mismas clientelas políticas, un motivo pudo ser las propuestas
coyunturales que uno y otro arengaban. Cada uno llegaba a diferentes
ámbitos, de esta forma en algunos municipios como Uruapan llegaron a aliarse
para competir contra el partido oficial, sin lograr obtener la victoria.
Un corte importante se puede observar en los setentas, cuando la derecha
tiene un repliegue electoral y sus victorias son pírricas o nulas. Ya para finales
de los setentas se conforma el PDM, mientras que el PAN incorpora nuevos
cuadros empresariales. Esto lleva a que al interior del PAN se dé un viraje a la
forma de hacer política, quedando relegados algunos cuadros fundadores del
partido. A esto se le suma que en las mismas fechas se llevó a cabo la Reforma
Política de 1977, la cual tenía que incorporarse a las legislaciones electorales
de los estados –aunque en Michoacán se incorporaron todos los preceptos de
ésta hasta mediados de los noventas-. Estos factores pudieron influir para que
hubiera un segundo momento electoral de la derecha en Michoacán.
No se puede omitir el caso de Zamora para explicar ese segundo momento
electoral de la derecha en Michoacán. Una vez que el conflicto poselectoral
logró movilizar a laos ciudadanos para reclamar el triunfo, el PAN logró
conservar estas empatías, ya que en 1985 ocurrió algo similar y lograron que
su triunfo electoral fuese reconocido. Para 1986 vuelve a ganar la presidencia
municipal, una vez más rendía frutos el haber beneficiado a bodegueros y
comerciantes dentro de la primera gestión. Las clases medias de la localidad
lograron beneficiarse después de años de haber sido abandonadas a su suerte
por el régimen.
Tener la gestión de los recursos municipales ayudó a que el PAN fuera
diseminando su ideología y lograra tener más adeptos. Aunado a esto, logró
insertar cuadros propios en la administración de los ayuntamientos, lo que le
permitió tener una militancia que aportaba más ingresos a los comités
municipales, los cuales se vieron fortalecidos económicamente. La oportunidad
de laborar en una actividad que hasta ese entonces era trabajo exclusivo de
los priistas, seguro influyó en la mentalidad de los nuevos militantes. Saber
que podían tener un trabajo emanado de una actividad política, fue un buen
aliciente para que sus esfuerzos se enfocaran en ganar las elecciones. Así
pues, en la década de los ochenta, algunos comités municipales del PAN se
fortalecieron debido a la simple, pero necesitada, alternancia en el gobierno
municipal.
La elección de 1995 marca una nueva etapa para la derecha en Michoacán. Los
pedemistas habían dejado de competir en las elecciones locales desde 1986,
así que los panistas tenía la opción de ir allí donde estaba el elector
simpatizante de las ideas conservadoras y lograr su voto. Esta elección se
enmarcó en una modificación a las reglas del juego, que permitían una
competencia electoral más equitativa. El PAN llegó a incrementar su votación
en aquellos municipios donde había convivido con la UNS y posteriormente con
el PDM, como es el caso de Uruapan, donde logra ganar el ayuntamiento. Es
en este año cuando el PAN tiene el mayor incremento en votos a su favor, en
términos absolutos, a lo que se le puede ver como un “salto electoral”. Las
siguientes elecciones mantiene una votación más estable que en años
anteriores, de la que se desprende un incremento de los votos en el mediano
plazo. Esta etapa electoral de la derecha parece que aún no termina.
El PAN ha logrado triunfos importantes en las ciudades poblacionalmente más
grandes del Estado, lo cual le ha representado una mayor suma de votos.
Cuando los votos municipales se agregan y se elige Gobernador, estas
ciudades tienen una participación importante. Los municipios de Morelia,
Uruapan y Zamora, donde se encuentran esas ciudades, representan en su
conjunto el 27% de la lista nominal en el Estado. La derecha se enfocará en
mantener los niveles de votación en esos municipios, que en la última elección
local aportaron el 32.8% del total de los votos del PAN en la papeleta para
elegir Gobernador. Uno de cada tres votos que obtuvo el PAN vienen de esos
municipios, pero sin duda hay topes, no se puede crecer al infinito; mantener
dicho nivel de votación en esos tres municipios puede ser cosa fácil. El reto de
la derecha es conquistar al electorado en aquellos municipios en los que aún
puede permear en términos ideológicos.
El análisis que se tenga sobre la derecha en Michoacán no se puede reducir a
una coyuntura simplista, que puede ser en realidad muy compleja. Los
municipios tienen su propia historia electoral; los triunfos, conflictos y
electores que la derecha ha tenido en cada uno de estos, repercuten en las
votaciones actuales. Se puede notar, con la revisión de los resultados
electorales, que el incremento de los sufragios a favor de la derecha se dio en
aquellos municipios donde se conformaron los primeros comités tanto del PAN
como de la UNS. En algunos de estos lograron prosperar victorias cuando la
legislación electoral se prestaba para las más diestras alquimias electorales.
Esa historia electoral ha logrado conformar una cultura política propia de esos
municipios, que no se daba en el resto del estado, donde el partido o las
ideologías imperantes la difuminaban. Eso queda en el imaginario social local,
no se olvida tan fácil, se transmite de una u otra forma. No se pierde del todo
con las nuevas generaciones.
Esos votos que la derecha ha obtenido después de más de setenta años de
participar en las elecciones, no los dejará ir tan fácilmente; lo que puede llevar
a que Michoacán esté próximo a experimentar el tripartidismo en el poder
ejecutivo.
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