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El Cristo75 años en Monóvar
Monóvar, 2016
Hermandad del Cristo
El Cristo75 años en Monóvar
(1940-2015)
Hermandad penitencial ycofradía de nazarenos delSantísimo Cristo Crucificado yMaría Santísima de la Esperanza
Hermano MayorEnrique Marhuenda Bellot
Junta de GobiernoJosé Manuel Cerdá ZafrillaMaría Díez JuanJosé Durá LópezJosé Esteve LuzEnrique Navarro LlorensCarlos Enrique Navarro RicoReme Rico SerranoJosé Ríos ArmeroRamón Sanchiz NavarroJosé Santa Albert
Comisión del 75 aniversarioJosé Manuel Cerdá ZafrillaLucía Gimeno HurtadoPablo Jaén MiraEnrique Marhuenda BellotCarlos Enrique Navarro RicoAlberto Pina VidalMª Carmen Ponsoda López de Atalaya
La Hermandad del Cristo y la comisión organizadora del 75 aniversario desean transmitir su más sincero agradecimiento a todos aquellos que de un modo u otro han colaborado con los actos desarrollados con motivo de su 75 aniversario fundacional.
El Cristo: 75 años en Monóvar.
EditaHermandad penitencial y cofradía de nazarenos delSantísimo Cristo Crucificado y María Santísima de la Esperanza
Edición, diseño y maquetación a cargo deCarlos Enrique Navarro Rico
Dibujo de portadaAndrés Carrasco Pérez
ImprimeJesús Poveda S.L.
© Carlos Enrique Navarro Rico (ed.)© de los textos, sus autores© de las fotografías, sus autores© de esta edición, Hermandad penitencial y cofradía de nazarenos del Santísimo Cristo Crucificado y María Santísima de la Esperanza C/ Segura, 48. 03640. Monóvar (Alicante)
ISBN978-84-608-5468-5
Depósito legalA 71-2016
Con la colaboración deExcelentísima Diputación Provincial de AlicanteBambú Europa S.L.
www.hermandaddelcristo.com
/c r i s tomonova r
El Cristo: 75 años en Monóvar se ha editado con motivo del 75 aniversario fundacional de la Hermandad del Cristo, celebrado en el año 2015.
Separata
BELMONTE BAS, Jorge. “La imagen titular de la iglesia de san Juan Bautista de Monóvar, obra del escultor José Lozano Roca”. En:
NAVARRO RICO, Carlos Enrique (ed.), El Cristo: 75 años en Monóvar. Monóvar: Hermandad del Cristo, 2016, pp. 60-63.
SumarioHistoria y patrimonioCofradías y Semana Santa en Monóvar, una historia difícil de conocer. Alicia A. Cerdá Romero.
“El Cristo”: apuntes históricos. Santiago Ponsoda López de Atalaya.
Els armats a través de la mirada de Cañís. Paqui Limorti Aracil.
“El Cristo pujant al carrer Fonament”: cinc cartes a un confrare del Cristo. Paül Limorti.
De lienzos y muebles del convento de capuchinos de Monóvar. Alejandro Cañestro Donoso.
La imagen titular de la iglesia de san Juan Bautista de Monóvar, obra del escultor José Lozano Roca. Jorge Belmonte Bas.
El escultor José María Alarcón Pina: vida y obra. Marcial Poveda Peñataro y Carlos Enrique Navarro Rico.
Conservación y restauración de la escultura procesional del Santísimo Cristo Crucificado. Mónica Navarro Gonzalves.
DevociónEl Cristo. Sacrificio, salvación; serenidad, belleza. Demetrio Mallebrera Verdú.
La fe, el sentido de la vida. Liberto Esteve Requena.
Esperanza. Marco Antonio Coronel Ramos.
La caridad en el siglo XXI. Francesc M. Valero Falcó.
El Cristo, nosotros y yo. Francisco Bernabé Alfonso.
HermandadNuestros hombres ilustres. Enrique Marhuenda Bellot.
Redoble en el Silencio. Carlos Enrique Navarro Rico.
Entrevista a los priostes, Ramón Sanchiz y José Santa.
Cuando la Santísima Virgen de los Dolores y San Juan de la Palma se hicieron un Jueves Santo monoveros. Alfredo Llopis Verdú.
Orgullo y honor de ser costalero del Cristo. Carlos Enrique Navarro Rico.
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Luces en la oscuridad. Selección fotográfica.
El significado de la Esperanza. Carlos Enrique Navarro Rico.
“El Cristo es de mi familia”. Mario Vidal Silvestre.
Entrevista al hermano mayor, Enrique Marhuenda.
Entrevista a la vestidora de la Esperanza, Mª Carmen Ponsoda.
Arte y creaciónLA PALABRA: Al Santísimo Cristo Crucificado. Matías Deltell Maqueda.
LA PINTURA: Pintar a Cristo. Andrés Carrasco Pérez.
LA ESCULTURA: Mi Virgen de la Esperanza. Fernando J. Aguado Hernández.
EL BORDADO: La Esperanza de la calle san Luis. David Calleja Ruiz.
LA MÚSICA: Esperanza del amor. Rubén Jordán Flores.
LA FOTOGRAFÍA: Ante el Cristo de Monóvar. Ernesto Ortiz Arteaga.
75 aniversarioActos y celebraciones con motivo de nuestro 75 aniversario fundacional.
Crónica del aniversario: Un año entre 75. Pablo Jaén Mira.
En torno al Congreso Nacional “Arte y Semana Santa”, celebrado en Monóvar. Inmaculada Vidal Bernabé.
La exposición “El Cristo: 75 años (1940-2015). Carlos Enrique Navarro Rico.
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Historia y patrimonio
60 El Cristo. 75 años en Monóvar.
La imagen titular de la iglesia desan Juan Bautista de Monóvar,obra del escultor José Lozano Roca.
Resumen: En el artículo se estudia la imagen de san Juan Bau-tista, titular de la iglesia de Monóvar y se dan a conocer los datos de su encargo al escultor murciano José Lozano Roca por parte del párroco D. Patrocinio Villalgordo.
Palabras clave: San Juan Bautista, Monóvar, José Lozano Roca, escultura, Patrocinio Villalgordo.
Jorge Belmonte Bas
La parroquia de san Juan Bautista de Monóvar, sede canóni-ca de la Hermandad del Cristo, atesora en su interior un rico patrimonio escultórico formado por cerca de una treintena de obras de diversas épocas, autores y estilos, que constituyen un conjunto artístico de notable interés. Como es lógico, el tem-plo está presidido por la imagen del titular: san Juan Bautista, talla que cuenta con más de medio siglo de historia y de la que damos a conocer algunos datos sobre su encargo y su autor.
La escultura ocupa la hornacina central del retablo del altar mayor, una severa obra neoclásica de principios del si-glo XIX realizada en estuco y madera policromados imitando mármol, que se enriquecía con una serie de esculturas de las que sólo sobrevivieron a la guerra civil los ángeles adoradores del ático. La imagen original de san Juan aparece descrita de la siguiente manera en un inventario, al parecer de 1924, conser-vado en el archivo parroquial:
“Este Altar tiene en su ornacina (sic) una imagen de San Juan Bautista de talla que mide dos metros con veinte centímetros de alta y se halla cubierta por un lienzo pinta-do al óleo de escaso valor artístico.”1
Efectivamente, en las fotografías del altar mayor ante-riores a la guerra civil que hemos tenido la oportunidad de conocer se observa que la talla queda oculta por el lienzo telón o bocaporte, lo que impide conocer su aspecto. Tras la des-trucción de esta obra, fue probablemente sustituida por la que hoy se encuentra en la capilla de la Virgen del Remedio, una imagen seriada de los talleres gerundenses de Olot, sin valor artístico.
1. Archivo Parroquia de San Juan Bautista, Monóvar. Inventario de la igle-sia parroquial de San Juan Bautista de Monóvar. Sig. 225-24.
A finales de la década de 1950 debió sentirse la necesi-dad de dotar a la iglesia de una imagen definitiva del titular, en madera policromada y a la altura de la monumentalidad e importancia del templo. El encargo recayó en el escultor mur-ciano José Lozano Roca (1899-1972) que la concluyó en 1960, tal y como reza la firma que posee en su lateral izquierdo: “ME HIZO/LOZANO ROCA/MURCIA 1960”. Sin embargo, el en-cargo se hizo dos años antes según consta en un manuscrito inédito realizado por el propio escultor, conservado en un ar-chivo particular de Murcia, en el que fue anotando a modo de “liber veritatis” o “libro de la verdad” todos los encargos que fue recibiendo desde 1939 a 1968. La imagen de Monóvar queda recogida en el siguiente asiento:
“Hechura de una imagen de san Juan bautista. Esta imagen se hizo toda tallada en madera, siendo su altura de dos metros cuarenta centímetros con peana. Fue encar-gada por D. Patricio (sic) Villalgordo, señor cura párroco de Monóvar (Alicante) y fue ajustada la hechura de esta imagen en la cantidad de veinticinco mil pesetas (25000). Murcia y junio del 1958”2.
Como puede comprobarse el escultor indica los datos técnicos de la imagen (material y medidas) y a continuación apunta el nombre del cliente, el precio y la fecha. En cuanto al cliente, comete un error en el nombre del sacerdote, ya que no se llamaba Patricio sino Patrocinio. Por otro lado se puede comprobar que la fecha no se corresponde con la de la firma. Este desfase cronológico existente entre documento y firma es muy habitual en el campo de la imaginería. Sin duda la fecha del inventario responde a la del acuerdo de realización o del contrato y la fecha que aparece en la imagen es la de su con-clusión. Entre ambas circunstancias podía pasar una cantidad de tiempo que solía estar estipulada y que dependía normal-mente de la cantidad de trabajo pendiente o encomendado que tuviera el escultor o incluso a veces del tiempo que ne-cesitara el cliente para reunir el dinero necesario para costear
2. Hemos corregido el texto para adaptarlo a las reglas ortográficas actua-les.
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la obra. Por fortuna, Lozano Roca tuvo la buena costumbre de firmar y fechar prácticamente todas sus obras, de manera que puede calcularse a la perfección el tiempo transcurrido entre el encargo y la materialización real de la imagen. Tras haber observado la mayoría de sus esculturas, hemos podido comprobar que junto a las firmas o en las peanas, además de indicarse la ciudad de Murcia como lugar de ejecución de la obra, en algunas ocasiones añadió los nombres de los donan-tes o alguna otra circunstancia por voluntad de determinados clientes que deseaban que sus nombres o el motivo de su do-nación quedaran ligados de manera permanente a las obras que habían costeado. Es el caso del san Lázaro de Alhama de Murcia, el precioso san Isidro destinado a la ermita de santa Bárbara de Yecla (hoy en la parroquia de san Juan Bautista de esa misma localidad) o de las imágenes que hizo para la igle-sia de san Dionisio Areopagita de Fuente Álamo (Albacete). Más difíciles de localizar son las firmas en sus imágenes de vestir, que aparecen por lo general en su estructura interna (normalmente en un lateral de las caderas o en la espalda) y no en las peanas.
José Lozano Roca fue uno de los imagineros más im-portantes de Murcia en la posguerra. Se formó en la Real So-ciedad Económica de Amigos del País, siendo sus maestros
los pintores Pedro Sánchez Picazo, José María Sobejano y Alejandro Séiquer. Posteriormente pasa al taller de Anastasio Martínez, donde aprende a tallar la madera y la piedra, tenien-do como compañeros a los escultores José Planes y Clemente Cantos3. Tras la guerra civil se establece por su cuenta gra-cias a la importante demanda de imágenes religiosas generada tras el conflicto para reponer el ingente patrimonio escultó-rico que había sido destruido. Tenemos constancia de al me-nos un centenar de obras salidas de sus manos, repartidas en numerosas poblaciones, sobre todo de la Región de Murcia, pero también de las provincias de Albacete, Alicante, Almería, Barcelona, Ciudad Real, Granada, Jaén y Valencia. Nos cons-ta un encargo para América, en concreto una Virgen de las Mercedes de vestir, que tuvo como destino Ecuador. Realizó numerosas obras destinadas a las procesiones de Semana San-ta, pero también imágenes para el culto público y privado. El material que empleó fue fundamentalmente la madera, que después policromaba y decoraba –si así lo requería la obra- con dorados o estofados. Trabajó la piedra artificial al menos en dos ocasiones: para el monumento a la Inmaculada Con-cepción de Cehegín y para la imagen de san Fulgencio de la
3. MELENDRERAS GIMENO, José Luis, 1999, p. 105.
Triduo a María Santísima de la Esperanza, 2012. Foto: José M. Cerdá.
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portada de la iglesia de Pozo Estrecho. En contadas ocasiones hizo esculturas en pasta madera, más asequibles para ciertos clientes y que venían justificadas por la paupérrima coyun-tura económica que se vivió en los años de posguerra. Buena muestra de esa situación es el encargo de un Sagrado Corazón de Jesús para la pequeña ermita de la entonces humilde peda-nía murciana de san Ginés, realizada en ese material, por la cual el escultor recibió en pago “tres sacos de patatas de a cien kilos cada uno y cincuenta pesetas”.
En cuanto a su estilo, Lozano Roca fue uno de los ima-gineros que contribuyeron a perpetuar en el siglo XX los postulados estéticos salzillescos, junto a otros colegas como Gregorio Molera o José Sánchez Lozano, el principal de todos ellos, con el que ha sido confundido en ocasiones debido a la coincidencia de apellidos. No obstante y siendo justos, es preciso advertir que en muchas ocasiones el uso de modelos salzillescos le vino impuesto por los clientes y los gustos mar-
cadamente tradicionales de la sociedad del momento. Además, conviene añadir que es un escultor que pre-senta peculiaridades que lo hacen perfectamente iden-tificable: sus tipos humanos femeninos y masculinos son muy característicos y personales, así como el modo de trabajar los cabellos o los paños. Estos últimos son tratados con frecuencia a base de grandes planos y vo-lúmenes, algo pesados y toscos, que podrían ser una herencia de su paso por el taller de Anastasio Martínez y que parecen más adecuados para las obras realizadas en piedra que para las ejecutadas en madera. A pesar de ello esa dureza queda compensada en muchas oca-siones por la delicadeza de sus policromías, en especial de las carnaciones, de herencia barroca, realizadas a pulimento.
En su obra de Monóvar representó a san Juan de pie, barbado y con larga melena de rizados mechones trabajados con insistencia. Los rasgos faciales del santo son muy habituales en la producción del artista: cejas pobladas, nariz ancha y boca con labios carnosos. Se apoya con la mano izquierda en una larga cruz que de-bería ser de caña, pero que aquí es de madera, mientras que con la derecha sostiene una concha con la que se dispone a bautizar. El escultor mostró pormenoriza-damente la anatomía del torso, los brazos y la pierna izquierda, ocultando el resto de su desnudez mediante una túnica roja –color de los mártires- llena de pliegues en diagonal que dotan de cierto dinamismo a la obra. La túnica se ajusta al hombro mediante una banda o cinta verde que se cruza por el pecho. De su brazo izquierdo
cuelga la característica piel de camello. A sus pies un cordero de aspecto poco convincente alude a las palabras formuladas por el Precursor en el pasaje del bautismo de Cristo en el río Jordán: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29).
El sacerdote que encomendó esta obra fue D. Patrocinio Villalgordo Zapata, natural de La Aparecida, pedanía de Ori-huela. Nació el 4 de noviembre de 1909 y comenzó su carrera eclesiástica siendo vicario en Catral durante la República. Su primer destino como párroco fue en Formentera del Segura, donde le sorprendió la guerra civil, circunstancia que le obli-gó a ocultarse para evitar que lo mataran. A principios de los años cuarenta es destinado a Rafal y sucesivamente se ocupó las parroquias de Guardamar del Segura, Dolores, Monóvar (entre 1953 y 1960) y finalmente Torrevieja. Falleció en el sana-torio del Perpetuo Socorro de Alicante -del que era capellán- el 4 de octubre de 1978. Fue enterrado en el panteón familiar
Figura 1. San Juan Bautista, José Lozano Roca, 1960. Iglesia de san Juan Bautista, Monóvar (Alicante). Foto: Jorge Belmonte.
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de la localidad de Formentera del Segura4.Precisamente la trayectoria vital de este párroco po-
dría explicar el encargo de la imagen de san Juan a un escul-tor murciano. De hecho, llama la atención que esta talla sea la única que tenga esta procedencia en un templo en el que la mayor parte de la imaginería contemporánea procede de talleres valencianos o del escultor local José Mª Alarcón Pina.
Efectivamente, como se ha indicado anteriormente, D. Patrocinio fue párroco de Dolores antes de llegar a Mo-nóvar. En esa localidad, en la iglesia arciprestal, se conserva un Cristo yacente realizado por Lozano Roca, que hasta hace bien poco fue adjudicado por confusión de apellidos al escul-tor José Sánchez Lozano. Esta talla firmada y fechada en 1954, que se encuentra entre lo más afortunado de su producción, fue encargada en mayo del año 1953 por la Cofradía del San-to Sepulcro con un coste de 11500 pesetas. Es probable que D. Patrocinio no tuviera nada que ver con el encargo, pero la fecha coincide con el año en el que fue trasladado a Monó-var. Por tanto debió de estar al tanto de la toma de contacto de la cofradía con el escultor, del proceso de realización de la imagen y sin la menor duda del resultado final, que debió satisfacerle. Sólo así se entiende que confiara en el artista a la hora de embarcarse en el encargo del san Juan Bautista, obra que habría de ocupar el lugar más relevante del templo y que por las medidas de la hornacina y la distancia a la que iba a ser contemplado exigía unas dimensiones notables y un coste ele-vado (25000 pesetas del año 1958 es una suma de dinero nada despreciable). Desde luego, Lozano Roca venía avalado por una notable experiencia en este tipo de obras, que resolvió con bastante solvencia, como lo demuestran las enormes y apara-tosas tallas de san Lázaro de Alhama de Murcia, la Virgen de la Caridad de Escombreras (hoy en Alumbres), el Salvador de su parroquia de Caravaca de la Cruz o el san Nicolás que pre-side su iglesia homónima en la ciudad de Murcia, encargadas en los años 1944, 1950, 1951 y 1956 respectivamente, todas ellas titulares de sus respectivos templos.
4. Los datos biográficos han sido aportados por el sobrino del sacerdote, D. Fidel Gómez Villalgordo, a quien queremos dar nuestro más sincero agradecimiento por su colaboración.
Bibliografía
BARCELÓ LÓPEZ, Antonio. Semana Santa de la ciudad de Murcia II. Los artistas de la Pasión. Murcia: Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo, 2006.
MELENDRERAS GIMENO, José Luis. Escultores murcianos del si-glo XX. Murcia, 1999.
NAVARRO SORIANO, Isidora. Escultura de la Pasión Jumilla. Ju-milla: Junta Central de Hermandades de Semana Santa de Jumilla, 2005.
Jorge Belmonte Bas es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Murcia y Máster en Patrimonio Cultural por la Universidad de Valencia. Ha trabajado para la Generalitat Va-lenciana elaborando informes para la declaración de Bienes de Interés Cultural y colabora con la misma en la catalogación de bienes muebles. Especialista en gestión del patrimonio, ha cen-trado sus investigaciones en el estudio de la escultura religiosa del sureste español desde la época renacentista a la actualidad.
Figura 2. D. Patrocinio Villalgordo. Foto: Archivo Rafael Poveda.