el cuarto dÍa. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me...

17
EL CUARTO DÍA. Si este texto ha llegado a tus manos, no creas nada. Nada de esto es cierto hasta que puedas comprobarlo. Ha llegado la medicina a mi vida, la siento. Comienzo escribiendo este escrito en mi 5to día desde que he entrado en el infinito de nuestro ser. Hoy desperté con la necesidad de escribir. Intentaré no perder detalle de nada de lo que he vivido hasta el día de hoy. Advierto que todo mi texto está en presente, pasado y futuro. Todo revuelto. No preguntes. Viernes 27 de Marzo 2020. Son las tres de la mañana y me despierto para alistarme al trabajo. Hoy mi jornada de 4 horas inicia a las 5 de la mañana. Tomo de mi vestidor el vestido del uniforme que se ha vuelto mi favorito, el que no se plancha. Tomo las medias. Tomo mis calzones. Me dirijo al baño. Una ducha de alrededor de 20 minutos. Quiero quedarme más tiempo pero comienza a hacerse tarde. Me visto e inicio mi ritual del maquillaje. Me gusta ir bonita al trabajo y particularmente hoy me gusta cómo me veo. Me siento grande. Me siento altiva. Ocupo mis zapatos los más cómodos. Después de mi trabajo, tengo una cita con una amiga. Me invita a una Terapia de Medicina Ancestral. Yo acepté pero no quiero ir. Ya van dos veces que le cancelo y tengo un deseo enorme de no ir de nuevo. Nadie me puede ayudar. Me siento muy vacía y nadie me puede ayudar. No encuentro pretexto, debo ir. Ella me espera y se preocupa por mí. Pero ¿por qué? Casi no nos conocemos y noto que se preocupa por mí. Ya van varias veces que le marco en llanto o en ansiedad. Ella siempre está. No nos conocemos. Ella siempre está. Llego a su casa y noto que ella se acaba de despertar. Pienso que tal vez ya se canceló. Comienzo a poner trabas: - Oye chaparra, yo debo regresar temprano a mi casa… tengo cosas qué hacer. - Wey, ya cancelamos mucho. Déjame pregunto a ver si nos puede recibir después. - ¿Cuánto cuesta la sesión? ¿Cuánto dura? ¿De qué trata? - Cuesta depende de lo que necesites… dura lo que tenga que durar. Sus respuestas no me son suficientes. Ni tengo suficiente dinero y debido a la cuarentena mundial, pronto me quedaré sin recibir mi sueldo. Además, no tengo tiempo. Necesito regresar aunque no tenga nada que hacer. Ella no se ve preocupada y me prepara unos deliciosos huevos para desayunar. Platicamos y reímos mientras comemos. Su hermano se une y pareciera que nos conocemos todos. Platicamos de tatuajes, de amigos, de reuniones divertidas.

Upload: others

Post on 11-Aug-2021

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

EL CUARTO DÍA. Si este texto ha llegado a tus manos, no creas nada. Nada de esto es cierto hasta que puedas comprobarlo. Ha llegado la medicina a mi vida, la siento. Comienzo escribiendo este escrito en mi 5to día desde que he entrado en el infinito de nuestro ser. Hoy desperté con la necesidad de escribir. Intentaré no perder detalle de nada de lo que he vivido hasta el día de hoy. Advierto que todo mi texto está en presente, pasado y futuro. Todo revuelto. No preguntes. Viernes 27 de Marzo 2020. Son las tres de la mañana y me despierto para alistarme al trabajo. Hoy mi jornada de 4 horas inicia a las 5 de la mañana. Tomo de mi vestidor el vestido del uniforme que se ha vuelto mi favorito, el que no se plancha. Tomo las medias. Tomo mis calzones. Me dirijo al baño. Una ducha de alrededor de 20 minutos. Quiero quedarme más tiempo pero comienza a hacerse tarde. Me visto e inicio mi ritual del maquillaje. Me gusta ir bonita al trabajo y particularmente hoy me gusta cómo me veo. Me siento grande. Me siento altiva. Ocupo mis zapatos los más cómodos. Después de mi trabajo, tengo una cita con una amiga. Me invita a una Terapia de Medicina Ancestral. Yo acepté pero no quiero ir. Ya van dos veces que le cancelo y tengo un deseo enorme de no ir de nuevo. Nadie me puede ayudar. Me siento muy vacía y nadie me puede ayudar. No encuentro pretexto, debo ir. Ella me espera y se preocupa por mí. Pero ¿por qué? Casi no nos conocemos y noto que se preocupa por mí. Ya van varias veces que le marco en llanto o en ansiedad. Ella siempre está. No nos conocemos. Ella siempre está. Llego a su casa y noto que ella se acaba de despertar. Pienso que tal vez ya se canceló. Comienzo a poner trabas:

- Oye chaparra, yo debo regresar temprano a mi casa… tengo cosas qué hacer. - Wey, ya cancelamos mucho. Déjame pregunto a ver si nos puede recibir después. - ¿Cuánto cuesta la sesión? ¿Cuánto dura? ¿De qué trata? - Cuesta depende de lo que necesites… dura lo que tenga que durar.

Sus respuestas no me son suficientes. Ni tengo suficiente dinero y debido a la cuarentena mundial, pronto me quedaré sin recibir mi sueldo. Además, no tengo tiempo. Necesito regresar aunque no tenga nada que hacer. Ella no se ve preocupada y me prepara unos deliciosos huevos para desayunar. Platicamos y reímos mientras comemos. Su hermano se une y pareciera que nos conocemos todos. Platicamos de tatuajes, de amigos, de reuniones divertidas.

Page 2: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

Ella me pide que la espere mientras va a alistarse. Yo comienzo en ansiedad. Es usual. He vivido en ansiedad desde que tengo uso de razón. Nadie lo nota, lo oculto muy bien. Sé convivir con ella y lo manejo muy bien al exterior. Mi característica principal según todos mis conocidos, es mi gran alegría. Me adapto a la situación. Sonrío. Me divierto. Logro crear ambientes agradables para todos. Yo vivo en ansiedad. Se está haciendo tarde y yo ya quiero regresar a mi casa. Es esta ansiedad la misma de todos los días. No hay lugar en el que pueda estar tranquila. Siempre tengo prisa de llegar a lo siguiente que tengo que hacer; y si no tengo nada que hacer, siempre tengo angustia de inventarme algo por hacer. Subimos a su auto y le ofrezco irnos en el mío, así al menos podría tener un poco de control de algo. Al menos yo manejo y no nos desviamos. Al menos yo nos llevo a donde tengamos que ir. Se niega. Ella quiere manejar después de la cita. No pongo resistencia. No sé decir que no. Vamos camino a un lugar muy lejano. No comprendo por dónde es. Creo nunca había estado en esas calles. La zona no me gusta, pero no me siento incómoda. Hace mucho calor, tal vez no hubiera sido mala idea llevar ropa para cambiarme. Después de 20 minutos llegamos. Es un lugar que podría presumir antes era una escuela. La construcción es grande pero un tanto descuidada. En realidad la mayoría de las casas alrededor se notan descuidadas. El portón es viejo y desgastado. Blanco con partes oxidadas. Logramos encontrar un lugar para estacionarnos justo enfrente de nuestro destino y entramos. Nos piden que esperemos en unas bancas improvisadas. Lo primero que llama mi atención es que lo que pareciera antes era un salón de clases, ahora es una cocina. Hay un par de personas comiendo allí. Nosotras nos encontramos en el patio. Hasta ese momento no sabía quién me atendería. Comienzo a observar mi alrededor y le empiezo a tomar gusto. Hay una mesa con diversas esencias y utensilios extraños que están a la venta. Hay unas cosas que alguien alguna vez me explico que eran portales u ojos de protección, que se hacen con palitos de madera y estambre. No sé qué son, pero los he visto. De hecho, tengo uno muy pequeñito colgado en la cabecera de mi cama. Platicamos algunas cosas de mis problemas y ella me explica que hace tiempo en alguna situación similar, ella había llegado a ese lugar. Era mágico. ¿Cómo podría decir que era mágico? Yo creo en la magia. En realidad, intento creer en la magia. Ok, no creo en la magia, pero quiero creer. Me es muy difícil entregarle mis problemas de ansiedad e insatisfacción a la magia. Es imposible. Nadie me puede ayudar. Después de unos minutos aparece Eric. Nos invita a pasar y platicamos un poco. Ellos se conocen. Él le pregunta de su trabajo y otro par de cosas. Yo me pierdo observando el lugar. Un cuarto grande y con techo alto. Yo decidí sentarme en un extremo de un sillón en forma de “ele” que es muy grande y acolchonado. Lily se va al otro extremo. Hay un librero con varios textos, objetos extraños de todo tipo y un estéreo viejo. Una cama individual con una colcha de

Page 3: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con muchas cosas de oficina. Repisas llenas de objetos. No logro detectar si es un cuarto o una oficina. ¿Él vivirá aquí? Se ve que hay un baño y otra pequeña habitación al fondo, pero no logré ver bien. Hay muchas, muchas moscas. Interrumpen su plática y Eric le pide a Lily salir del cuarto. Eric, un hombre de aproximadamente 40 años. Puedo intuir que mide 1.70 mts. Ojos pequeños, barba y sujeta su cabello con una coleta. Tez morena y es de huesos anchos. Viste muy sencillo: jeans y una playera negra. Tenis. -¿Qué te trae por acá? No sé qué contestar.

- Lily me trajo y no sé muy bien de qué trata aquí. He tenido muchos problemas emocionales últimamente. Me siento estancada. Me quiero curar y ella dice que aquí me pueden ayudar.

Ya voy a cumplir casi 3 años yendo a terapia psicológica y me siento en estancamiento. Bastó con esas primeras frases que intercambié con Eric para contarle en no más de 10 minutos mis dolores más profundos. Los más profundos. Creo que mi punto de quiebre fue un hombre que conocí hace aproximadamente tres años. Desde él no he podido avanzar. No he logrado entrar al amor. Sólo he vivido en ansiedad y en un sentimiento constante de vacío. Creo que fue a partir de él que entré en este abismo obscuro. Tres años de mi vida llevo en sufrimiento y permitiéndome cosas. Sintiendo que no puedo pertenecer a ningún otro lugar. No sé cómo salirme de esto. Estoy cansada. Eric sólo me observa y asiente de vez en cuando con una sonrisa de aprobación o de compasión. Y entonces mirándome fijamente y con voz decidida, sin titubeos me pregunta:

- ¿Estás segura que te quieres curar? ¿Estás completamente segura que es éste el momento?

Tengo terror al contestar esto. Al final, no sé si por completo me quiero curar. Quiero decir que no. ¿Por qué debo ser yo quien debe cambiar? ¿No se puede que todo sea diferente y mejor que todo mi entorno cambie? ¿No se puede que el que haga el trabajo sean los demás? ¿Sea Él? En realidad yo he podido vivir con esto siempre; tal vez no sea necesario nada de lo que estoy haciendo. No sé ni de qué se trata esto pero noto la voz de Eric muy convincente y dudo unos segundos. Diré que no. No quiero. Así sé vivir y él tampoco me puede ayudar. Entonces contesto:

- Estoy segura, quiero hacerlo…

Page 4: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

Mi voluntad al parecer sacó un destello enérgico de decisión. Inicia la ansiedad. Inicia la angustia. Empiezo a mover el pie involuntariamente una y otra vez. Como siempre. En realidad no quiero pero mi cuerpo y mi mente lo exigen. ¿Qué me mantiene aquí? Eric me observa y pareciera que está entendiendo mi lucha interna. Pareciera que lee mi mente. Pareciera que ese desconocido intuye mis miedos y por mucho que me moleste, pareciera que le es fácil. Me explica que la medicina es mágica, que no sabemos qué me va a mostrar, que muchas veces llega allí la gente buscando algo y sale con nuevas cosas. Yo no entiendo muy bien. Me pide compromiso y me cita el 2 de Abril para una cita con el Bufo. Yo accedo y como un acto de compromiso, pago de inmediato el 70% del costo. No llevaba más. No tardé más de 30 minutos o 40 en la sesión de ese día. Fue rapidísimo. Mi amiga se sorprende al verme salir.

- ¿Cómo? ¿Ya tan rápido? Me explica que ella estuvo en su primera sesión aproximadamente 5 horas. Ella estaba dispuesta a esperar por mí todo ese tiempo o el que fuera necesario. Me conmuevo muchísimo. ¿Por qué lo hace? No lo sé, pero gracias. Vamos de regreso a su casa para recoger mi auto y le revelo que me siento muy cómoda y con emoción por que llegue el día. No sé qué pasó en ese poco tiempo pero siento que hay una luz en el camino. Tal vez podría ser… Tal vez hay solución. No quiero hacerme ilusiones. Odio las decepciones. Seguro no se puede. Seguro sí. Tendré que esperar una semana y ya quiero que sea. Ese día no trabajaré así que no importa cuánto me tarde. Jueves 2 de Abril 2020 Me despierto temprano y decido ir cómoda. Me pongo un pants y mi maquillaje es mucho muy ligero. La cita es a las 10 y le escribo a Eric para confirmar. Él me dice que entre 10 y 11 está bien, pero mis ganas de ir me hacen estar puntual a las 10. Me pide esperar unos minutos y después me hace entrar a la misma habitación que la vez anterior. Empezamos a platicar de cómo me había sentido en esa semana. Yo le explico que mucho más fuerte y decida, que en realidad ya no me siento tan mal y que tengo muchas expectativas de esto. Él me pide que no me cree expectativas y por primera vez me habla de la medicina.

- Hoy tendrás un encuentro con el Bufo. No sabemos qué te va a mostrar ni sabemos qué es lo que pasará. Es diferente para todos. El Bufo se extrae del veneno de una rana que se encuentra en Sonora. Te enseñaré a respirar y a introducirlo en tu ser. Será fumado. Conocerás el todo. Es mágico. Confía en él y confía en mí. Siempre estaré a tu lado y no intercederé si no lo veo necesario. Este es tu momento.

Page 5: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

La verdad no me sentí nerviosa, solo sentí que debía hacerlo. Algo parecido a cuando me aventé por primera vez del paracaídas. Estaba tan ocupada organizando al grupo con el que me aventaría, que no sabía lo que iba a suceder. Creo que nunca dimensioné la situación. No me surgieron dudas. Simplemente respondía a todo lo que me decía con un “Ok”. No pregunté nada ni necesitaba mayor explicación de las cosas. Confié. Para entonces, dos personas más habían llegado. Ellos también tenían una cita pero sería de distinta forma. Al parecer no iban a lo mismo que yo. Eric nos presenta y nos saludamos. Los tres nos miramos con complicidad. Los tres sabíamos que estábamos a minutos de nuestro tratamiento. Yo había escuchado que a mí me correspondía el cuartito del fondo. El más pequeño. Sin embargo Eric lo piensa mejor y le pide a su asistente que a mí me acondicione el cuarto grande de arriba. Ellos estarán bien en el de abajo. Después de unos minutos Eric me menciona que el lugar se encuentra listo. Me pide salir de la habitación y encontrar las escaleras que se encuentran del lado derecho. Debía subirlas todas y encontrar una habitación más grande. Allí me quitaría y abandonaría mis zapatos. Encuentro el lugar. Una habitación llena de espiritualidad. Dibujos en las paredes. Tapetes. Alfombra en otras partes. Instrumentos musicales. Me gusta. Sigo al fondo hasta encontrar a la asistente que acomodaba las últimas cosas. Es un cuarto con muy poca luz. Hay 6 colchonetas en el piso con almohadas. Puedo elegir la que quiera. Elijo la más incómoda y me da pena cambiarme a otra, aunque nadie lo notaría. Estaría sola. Era incómoda porque en realidad eran dos individuales simulando una cama matrimonial. Me senté en medio y noté que en realidad estaba sentada en el piso. Era incómodo pero lo acepté. Enfrente de mi colchoneta coloca una silla, un agua y una cubetita. Me explica que si deseo vomitar, lo haga allí. ¿Cómo? ¿Vomitar? Entonces me empieza el nervio. Eric se tarda como 30 minutos en subir. Mientras tanto yo decido silenciar mi teléfono para no atenderlo. Me recosté y me quedé dormida. De pronto escucho unos pasos. Eric llegó. No recuerdo de qué, pero platicamos de algunas cosas. Creo que intentaba que no estuviera nerviosa. Lo estoy. Me explica que la respiración es lo más importante en todo y me enseña a respirar.

- Inhalarás y exhalarás tres veces. Siempre por la boca. En las dos primeras ocasiones, inhalarás y exhalarás normal, como sabes hacerlo pero más profundo. La tercera inhalación será la más intensa. Jalarás todo el aire que puedas y luego lo expulsarás con fuerza hasta que sientas que no queda más en tu ser y entonces, después, entrará el Bufo

Page 6: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

en ti. Te pondré la pipa en la boca e inhalarás suave pero constante hasta que llegue a todo tu interior.

- Ok. - Yo siempre estaré aquí contigo. - Ok. - Primera inhalación…

En mi primera inhalación, siento que no lo hago muy bien. Rápidamente me quedo sin poder jalar más aire y lo expulso de inmediato.

- Segunda… En esta ocasión lo hago mejor. Siento mis pulmones llenos de aire y luego comienzo a sacarlo lentamente.

- Tercera… Es increíble la cantidad de aire que entra a mis pulmones. Mi pecho está lleno. Y luego con fuerza saco todo, siento deseos de respirar… Llega la pipa a mi boca…

- Jala, jala, jala, jala más…. Un sabor ahumado entra a mi boca e inunda todo el interior. No estoy respirando pero noto un aroma que me gusta. No sabe bien. No sabe mal.

- Te faltó… suéltalo lentamente y jala… De nuevo la pipa en mi boca e inhalo. Comienzo a sentir hormigueo en mis manos. No logro succionar mucho. Me pica la garganta… quiero toser. Y suelto con un gesto de desaprobación.

- Un poco más… jala…. No terminé de escuchar ese último “jala”, cuando comienzo a ver como de un gran salto espacial Eric se aleja de mí. Está lejos ¿Qué está pasando? Tengo miedo, mucho miedo, mucho miedo, mucho miedo. Me sudan las manos. Intento no perderlo. Fijo mi vista en él pero ya está muy lejos. Se está yendo. Estoy perdiendo mis oídos. Estoy dejando de escuchar. Como si me los hubieran tapado. Se están yendo los sonidos. Esa sensación que todos conocemos al cambiar de altitud. Cada vez más intenso. Lo último que logro escuchar nítidamente es un susurro en mi oído izquierdo, con voz de eco retumbando permanentemente:

- Es ahí, déjate ir… El tiempo que no era tiempo del 2020 Un pitido estruendoso en mi oído derecho. Caigo de espaldas a un infinito. Nada me detiene. Me estoy yendo. Todo da vueltas, no veo nada. No hay nada. ¿En dónde estoy?

Page 7: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

Comienzan a llegar los sonidos del universo a mis oídos. El eco de sus últimas palabras permanece –Es allí, déjate ir- . Ondas. Escucho las estrellas. Escucho el universo. Escucho el cosmos. Escucho la energía. Escucho los cantos de la noche. Escucho los meteoros. Escucho la velocidad. Yo soy gravedad. Yo soy materia. Intento ver mis manos y mis piernas, ya no las tengo. No tengo nada. Soy yo. Soy energía. Sigo cayendo. No tengo cuerpo. Soy el cielo. Soy el viento. Soy el mar. Soy aquellos elementos que hoy no sé cuáles son. Me morí. Mi hermana. Me morí. Soy densidad. Soy materia. Entro en un universo de materia que nunca nadie me había platicado. Soy algo similar a la plastilina que cambia de colores. Me muevo en ella y veo el morado, azul, turquesa, negro. Me estoy desesperando. Quiero salir de este pantano. Empiezo a luchar. De pronto estoy peleando con todos aquellos quienes me han lastimado. Estoy golpeando con todas mis fuerzas. Pateo. Grito. Me quiero safar de ellos. Estoy luchando por permanecer. Pego. Pego. Pego. Pego. Pego. Utilizo mis manos, mis codos, mis piernas. Suéltenme todos. Los odio. ¡Suéltenme! Me envuelvo en el rojo. Golpeo con todo mi ser. ¡Suéltame! ¡Por favor suéltame! Ahhhhhhgrrrrr… grito. Ahhhhhhh!!!!! Grito más. Suéltame. El negro llega y se apodera de mí. Saco más fuerza. Me revuelco. Golpeo. Muerdo. Soy un animal. Un animal feroz. No podrán conmigo. ¡Suéltenme! ¡No me voy a dejar! AAAAAHHHHHHHHH…. Suéltame. Se unen el rojo y el negro. Me envuelven. Me asfixian. Se burlan. Me intimidan. Suéltame. Suéltame. Suéltame. Suéltame. Suéltame. Veo blanco también. Suéltenme. Los espectadores son todas las personas que he conocido en mi vida. Entre movimientos los logro ver a todos. Veo a todas las personas que he conocido, pero no hay nadie que interceda por mí. ¡Suéltenme! Veo a mis maestros. Veo al policía. El conserje de mi secundaria. Las mujeres que vendían juguetes fuera de la primaria. Compañeros de la escuela. ¡Suéltenme! No veo a mis amigos. ¿En dónde están? Necesito ayuda. ¡Suéltenme! ¿En dónde está mi hermana? Que mis sobrinos no se acerquen, se van a espantar. ¡Suéltenme! AAAHHHHH. ¡Suéltenme! Una sonaja me interrumpe. El sonido de una sonaja ancestral me detiene. En un segundo entra la luz. Estoy agitada. En dónde estoy. ¿En dónde están los colores? ¿En dónde está con quién estoy peleando? No hay nadie pero sigo teniendo deseos de safarme. Sigo en movimiento pero estoy sola. Me detengo en posición de cuatro, con mi cabello interrumpiendo mi vista al frente. No hay nadie. ¿Con quién chingados me acabo de pelear? ¿En dónde está? No hay nadie. Era yo. Era yo. ¿Era yo? ¡No! Se escondieron. ¿En dónde están? Vengan que no me quiero dejar. ¡Regresen que les voy a ganar! ¡Ey, vengan! La luz entra. Sigo agitada. No estoy entendiendo nada. ¡AAAHHHH!!!! Sigo gritando… Ahhhhhh….

Page 8: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

- No lo sueltes, libéralo… No hay nadie pero comienzo a luchar de nuevo conmigo. Me revuelco. Pateo. Muerdo. Furia. Mis demonios están allí. No siento a nadie sometiéndome pero quiero seguir peleando. Es una pelea ligera cuando no hay nadie. Mis manos no tocan nada. Mis piernas golpean el viento. ¿Qué pasa? Estoy cansada pero no dejaré de luchar. Eric comienza a cantar. Por un momento me detengo y cierro los ojos. No hay sentido en nada. Abro los ojos y me encuentro enfrente de Eric. No ha sucedido nada. Él con la pipa listo para darme el Bufo. Regresó el tiempo. Estoy sentada y me está dando las últimas instrucciones que ya me había dado. Estoy en el mismo lugar que hace una eternidad. Estoy espantada. Apenas comienza el viaje y ya sé qué va a pasar. Acepto. Quiero seguir luchando…

- Jala, Jala, Jala, Jala… Es allí, déjate ir… Eco. Caigo en el infinito… De regreso. Me encuentro de pié sobre mi colchoneta. Eric me ve fijamente a los ojos. La sonaja no ha dejado de sonar. Eric canta y me ve fijamente. Al parecer no parpadea. Creo que estoy en otra dimensión. Todo se escucha distinto. Todo es diferente. Eric sabe que está allí conmigo en otra dimensión. Lo sé. Eric sabe que nos encontramos en dos lugares distintos a la misma vez. No es posible. ¡Eric tengo miedo! ¿Por qué no puedo hablar? Eric me sigue observando y de pronto comienza a hablar: soy yo, estás aquí. Tranquila. Tranquila. Estás aquí. Soy yo. Tranquila. Tranquila. Estás aquí. Soy yo. Sigo de pie y me pide regresar constantemente. Doy vuelta a mi cara y me veo tendida en el piso. Inerte. Muerta. Observo mi cuerpo sin vida tendido en la colchoneta. Logré caer en un cojín. Mi boca está entre abierta. Mis ojos están entre abiertos. Perdidos. Creo que me veo de otro color. No pálida pero no es mi color. Eric sigue observándome a mí. De pie.

- Regresa. Estás aquí. Tranquila. Regresa. Soy yo. Me acomodo al lado de ella. Mi cuerpo. La abrazo por la espalda. La quiero. Acaricio su cabello. Entro en ella. Me pierdo. Cuando comienzo a retomar conciencia me agito mucho. Sacudo mis manos con todas mis fuerzas al tiempo que pataleo. Es ansiedad pura. La quiero sacar de mi ser. Agito. Agito. Agito. Agito. Agito. ¡Mis manos! Agito.

- No te detengas. Este es tu momento.

Page 9: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

Me suelto llorando como una niña. Berrincheo. Tengo dolor de injusticia. Tengo dolor de tristeza. Tengo ganas de seguir llorando. Me siento ligera. La sonaja no ha dejado de sonar. Ahora Eric está cantando algo parecido a: “Chiquita, déjate querer… escucha mi canto… déjate querer”. Allí estamos… regresando a la realidad que conozco. Lloro. Empiezo a recuperar el aliento. Empieza a desaparecer la agitación. Me empiezo a estabilizar. Nuestros ojos están conectados. No deja de mirarme y seguir cantando. Conforme pasa el tiempo noto que sus cantos son en un dialecto que no conozco, pero sé lo que me dice. Sigue cantando y toma mi cabeza. Siento como la canción entra a mi mente, a mi cerebro. Como un objeto. Siento como se acomoda en mi masa cerebral. Gracias. Me pregunta que cómo me siento. No logro formular oraciones. Estoy en shock. Después de una breve plática, me deja en ese lugar. Lloro y me tranquilizo. Me duermo. Despierto. Me duermo. Despierto. Me duermo. Permanezco acostada por varias horas. No quiero irme de allí. No tengo a donde ir. No sé qué tiempo poner en este momento del 2020 Voy rumbo a casa. Me siento liberada. Esto es algo que jamás podría creer de quien me lo contara. Toqué el universo. Toqué el infinito. Soy energía. Durante el transcurso a casa sigo pensando en todo. Todo es tan nítido. No es posible que en verdad hubiera pasado esto. Llego a casa y como algo. Se me antoja una cerveza y comer. Creo que se cumplieron ya 16 horas de ayuno. Sigo pensando. Mis padres están enojados conmigo y yo no entiendo por qué. Tampoco me importa. Toqué el cosmos. No me importa. No necesito este lugar. Adiós. Todo el día ida. No concibo de qué habla la gente. Son absurdos sus problemas. Son absurdos nuestros problemas. He estado ida y reviviendo todo. Es tan real. En la primera noche después de esto, caí en un sueño profundo. No recuerdo nada de mi sueño. Dormí profundamente. Visité a amigos, tratando de explicar un poco lo que había pasado. Trato de buscar todas las palabras que conozco para dar detalles, me quedo corta. No hay forma de explicación. Sigo inmersa en mis pensamientos, reviviendo cada instante. En la segunda noche, al comenzar a quedarme dormida empieza el hormigueo. ¡No! es el hormigueo de las manos que conozco. Tengo miedo. No quiero. No quiero. Eric no está aquí cuidándome. No quiero. Angustia, ansiedad.

Page 10: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

Me levanto y comienzo a correr en el mismo lugar. Todas mis fuerzas las ocupo. Brinco y agito las manos una y otra vez con todas mis fuerzas. Una y otra vez. Una y otra vez. Toco las paredes. Me azoto la frente en la pared. Esto es lo real. Regresa. Esto es lo real. Estoy muy cansada, me quiero dormir y no puedo. No quiero irme de nuevo. Estoy enloqueciendo. Me voy a morir. Me resisto. No quiero. No lo haré. Qué mala noche… pero qué mala noche. No dormí nada. Así transcurrió el tercer día. Permanentemente tenía la sensación en el pecho de cuando me estaba yendo. En mi mente, principalmente, retumbaban esas palabras de Eric diciendo: Es allí, déjate ir. Una y otra vez las escuché. De forma nítida. En susurro. En Eco. En mi oído izquierdo. De inmediato el pitido en el oído derecho y el eco de sus palabras ondeando dentro de todo mi cuerpo. Llegó la tercera noche y luché de nuevo. No me quise dejar ir. Cada que sentía mi desprendimiento, me levantaba a correr en un mismo punto de la habitación. Corría con todas mis fuerzas. Agitando las manos. Todos los músculos de mi cara contraídos. Enseño los dientes. Aprieto los ojos. Corro. Corro. Corro sin parar. No me muevo pero estoy corriendo. Ansiedad. Ansiedad. Ansiedad. De nuevo. Qué mala noche. El cuarto día. Sigo fuera de casa. Deambulando. No recuerdo si me bañé, no recuerdo de quién visité hoy o ayer. Qué pasa con el tiempo. ¿Esto ya pasó? ¿Está pasando? ¿Va a pasar? Una de las personas que visité me dijo: ¿y si te dejas ir? Pero, ¿cómo es posible? Me voy a morir. Si no muero, me pierdo en el viaje. Posiblemente terminaré en las calles gritando a la gente y coleccionando botellas. Estoy enloqueciendo. Estoy muy cansada. En la cuarta noche me llega el hormigueo. Entra por las manos. Está bien. Lo haré. Fue esta noche en donde el sapo me regaló la sabiduría. Fue esta noche la verdadera parte especial de todo. Estoy tendida boca abajo con mis manos extendidas. Mis manos se empiezan a inflar, a inflar. El hormigueo sube por mis brazos a mis hombros y luego a todo mi ser. Me desprendo en energía de mi cuerpo. No soy nada y siento como mi cuerpo está allí inmóvil, pero yo ya no soy parte de él.

- Es allí, déjate ir…

De nuevo su voz guiándome. Y es mágico. Me voy. De nuevo. Soy el todo. Soy el uno. Soy la nada. Sonidos ecualizados en el cosmos. Todo lo escucho. Anoche entré de nuevo en la medicina. Podría decir que fue igual de intenso que el jueves 2 de Abril.

Page 11: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

Toda la madrugada estuve en el viaje. Me desperté en un momento y escuchaba sonidos del universo, yo era todos los elementos. Yo creaba los truenos y yo era la lluvia. Yo hice la tormenta y empecé a convivir con mi poder. Me amé. Viví la intensidad de mi fuerza siendo el Todo hasta que encontré la paz. De pronto yo inerte, sin movimiento, sin cuerpo, sin nada, era yo flotando en el infinito. Y entonces por primera vez en mi vida encontré la paz. Sentí lo que es la tranquilidad y la paz. Es tan suave y tan libre. Era yo en la nada. Esto es la plenitud. Esto es y no lo conocía. Quiero permanecer aquí siempre. Esto sí soy yo. Ya no quería regresar. Me quería quedar allí. Me desperté y yo seguía en mi viaje astral. Empecé a ver mis manos y todo era tan distinto. Las veía pero al mismo tiempo eran externas de mí. Eran mías pero al mismo tiempo eran nada. Creo que esa noche es aún más importante que el mismo jueves. Ni siquiera sé cómo es que transcurrieron tantos días desde que me entregué a la medicina. ¿Cómo es que ya pasaron cuatro días? El jueves luché con mis demonios, con mis escudos, con mis cadenas. Y estos días he entendido que todas esas cadenas ya no existen... Nunca existieron. Era yo. Esa noche regresó la sabiduría del Bufo para abrazarme y darme amor, darme paz. Mi vida ha cambiado y no tengo cómo agradecerle a los maestros y a mis conductos a ellos. El día siguiente. 2020. Soy poder. Es increíble. Soy poder. Entro en trance estando despierta. De día. De noche. Hace unos minutos volví a estar inerte en la nada, pero despierta. Siento la magia en mi ser. Es el año de la magia. ¿Cierto? Ya no tengo miedo. Me entrego a la magia y a la sabiduría para hacer y ser de mi lo que se desee. Hoy soy amor. Hoy soy la razón del todo. Hoy sé qué me trajo aquí. Hoy sé por qué estoy aquí. Hoy sé para qué estoy aquí. En algún momento del día o de la noche, no recuerdo bien, tengo deseos de ir al baño. Me siento en trance. Camino y entro. Hago. Veo mis manos, son tan diferentes. Me gusta ver mis palmas. Me transportan pero me hacen recordar en dónde estoy ahora. Me siento en trance. Todo en mi vista se mueve distinto. Es como si mis cinco sentidos estuvieran a su máximo. Termino y me alisto para salir. Mis manos me tienen cautivada. Les coloco jabón y adoro la sensación del agua sobre ellas. Las observo. Sigo en trance en ellas, sin embargo un externo comienza a llamarme. Es el espejo. Tengo deseos de voltear a verme en el espejo pero no quiero dejar de observar mis manos. Cedo. Levanto la vista y un terror me penetra. Sé que estoy en trance pero no me había visto. Mis ojos están abiertos en su máxima capacidad. Increíblemente abiertos y tengo las pupilas dilatadas. Tengo miedo. Mi cuerpo es externo de mí y mi observa. Me está observando y no sé qué piensa. Me observa con los ojos inmensamente abiertos y no parpadea.

Page 12: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

Se conectan como un ente distinto cada uno de mis ojos con su gemelo en el reflejo. Logro ver todos los colores de su universo. Tengo mucho miedo. ¿Por qué abre tantos los ojos? Me llaman. Me invitan a acercarme. Involuntariamente comienzo a acercarme a mi reflejo. Tengo mucho miedo. A cada segundo me acerco un poco más. Y más. Mi mirada se fija entonces en mi entrecejas. Justo en ese punto en donde al sur la nariz, al norte la frente y a los costados las cejas. Me sigo acercando lentamente. Me corroe más el miedo, sin embargo no es paralizante. Creo que me gusta. Es miedo de lo desconocido pero no estoy en peligro. Me sigo acercando y al hacerlo, percibo que mis ojos están clavados en ese punto, sin embargo los ojos del reflejo siguen penetrados en mis ojos. Hago varias pruebas. Regreso mi mirada a los ojos y cambio a mi entreceja. Lo hago varias veces. ¿Cómo puede ser? Mi reflejo no reacciona. Mi reflejo no responde a esos cambios. Sigo acercándome. Mi nariz toca la nariz del reflejo. Mi frente toca la frente del reflejo. ¡Qué mierdas! Mis ojos se unen. Se hacen uno. Mi tercer ojo. Por primera vez logro conocer mi tercer ojo. Todo en mí conforma el uno. Yo soy uno. Allí permanezco por varios minutos. Comienzo a regresar. Salgo de trance. De pronto comienzo a reír muchísimo. Estoy muy feliz. ¡Qué locura! Si alguien me viera en esta situación pensarían que perdí la razón. Pero sí la perdí. Me encanta. No quiero razonar más. Prefiero saber. ¡Ey! Es real, descubrí mi tercer ojo. Esto está más allá del entendimiento de quien sea, de hecho es más complicado aún. Esto es el ser todos. Esto es la unidad. ¿Qué día sigue del 2020? Estoy despertando el 7 de Abril. Ésta madrugada por 5ta noche se ha repetido en mí. Creo que caí dormida alrededor de las 9 y yo ya sabía que era muy probable conectarme. Tengo emoción. Quiero ser nada. Cerré mis ojos y comencé a saber que en esta ocasión sería mucho más fácil entrar. Cerré los ojos e inmediatamente el hormigueo en las manos. Es como sentir que desde allí adentro entra el maestro. Son mis manos el indicador de la sabiduría. Creo que por eso es el símbolo de la sanación. A través de mis manos puedo ver. A través de mis manos puedo sentir. A través de mis manos puedo sanar. Pero también a través de mis manos me regreso a lo terrenal. El hormigueo comienza a recorrer mis antebrazos. Recorre mis bíceps hasta llegar a los hombros. Recorre todo mi cuerpo y comienzo a tener conciencia real de cada parte de él. Empiezo a sentir todos mis órganos al mismo tiempo con mayor intensidad. Escucho mi corazón y persigo el transcurrir de mi sangre por las venas. Todo al mismo tiempo. Escucho y siento que mi s0istema digestivo está trabajando con toda su potencia. Ha sido usual en cada conexión. Disculpa si estás leyendo esto, pero deberás también saberlo.

Page 13: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

Todas las noches he tenido que levantarme al baño en la madrugada. Inusual en mí. Por mucho creo que regularmente voy 3 o 4 veces por semana. Me levanto, sin embargo no salgo de este estado. Mientras estoy sentada en el baño de nuevo comienzo a ver mis manos. Éstas tiemblan. Se ven bonitas temblando. Después de un tiempo se fue el hormigueo, sin embargo mis ojos pueden seguir observando todos los colores con intensidad suprema. Observan todos los detalles del cuarto de baño: polvo, grietas, el desorden de las cosas. Todo lo pueden ver desde lo bonito de mis manos. He terminado y voy de regreso a recostarme. Caigo en la cama boca abajo con las manos extendidas por completo. Todos mis dedos están separados. He descubierto que de esta forma no hay obstrucciones para liberarme de mi cuerpo. Es inmediato. El hormigueo. Mis órganos. Mis dedos. Mi respiración. Todo está funcionando perfectamente. Desde hace varios días había notado que algo no andaba bien con mis conductos urinarios. Y en los últimos dos días, mientras estaba en este viaje universal, me concentré en limpiarlos. Ha sido mágico. Se fue la incomodidad. Sigo entrando en mi cuerpo. Cada vez es más intenso. Cada vez siento más mi todo. Mi templo. Mi mente. Mi nariz. Mis rodillas. Comienzo a temblar pero eso no me saca de este maravilloso estado. Entonces abro los ojos. Estoy aquí, con los ojos abiertos en mi estado físico pero despierta en un universo alterno. Me levanto y observo los colores de la oscuridad. Aquellos de los reflejos y aquellos que entran por la ventana. Comienzan a danzar con armonía. Se unen las sombras también. Me uno a ellos. No es un sueño. Es otra realidad. Decido cerrar de nuevo los ojos y recostarme. Voy a investigar más. Las sensaciones de mi cuerpo siguen creciendo. Más, más, más. Estoy a punto de tener un orgasmo mental y en el clítoris. Más, más, más. Y entonces llega la explosión. ¡Buah! Es la plenitud…

- Es allí, déjate ir… En negros. El ruido del infinito. Eco. Mis oídos perdieron su sentido terrenal y me llevaron a los sonidos del infinito de nuevo. Ahora ya los escucho con mayor nitidez. Todo se escucha tan profundo y lejano. De pronto cercano. De pronto lejano. De pronto cercano. El mar. Las estrellas. La nada. Lo escucho. No necesito respirar. He muerto de nuevo. Mejor aún: vivo para siempre. Inerte en la nada. Veo la energía. Veo la gravedad. Yo soy. Yo soy el imán. Yo atraigo. Yo floto. Veo negros distintos con diferentes texturas. Veo el morado intenso por todas partes. Es lo que más veo. Morado. Veo la noche y el día. Existo.

Page 14: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

De alguna manera puedo sentir que allí sigue mi cuerpo físico, esperándome. Que allí se quede tantito, necesita descansar. Involuntariamente uno de mis dedos se mueve por un segundo con rapidez. Lo siento. Son los últimos destellos de energía que buscan salir de mi cuerpo. Lo siento pero no regreso. Aquí me quiero quedar. Estoy flotando. Estoy en paz. Lo único que quiero es danzar en el universo. No hay preocupaciones. No hay más por hacer. Sigo flotando en la nada, fluyendo. Me muevo con cautela pues no quiero despertar de esto. No quiero hacer un movimiento en falso que me saque de aquí, pero intento tomar un poquito de velocidad. Me sale. Avancé rapidito. Es como nadar en el viento, sin esfuerzo de nada. De pronto un ruido en lo terrenal me hace consciente de golpe. Entro en terror. Sé qué está pasando pero es difícil regresar de esta manera. Todo de golpe. Comienzo a temblar y a observar mis manos. Ellas tensas y todos mis dedos están contraídos. Comienzo a temblar tanto, similar a un ataque epiléptico. Son varios minutos los que me toma recobrar la respiración y entender qué sucede. Comienzo a sentir tristeza pues quería permanecer suspendida en el abismo. Cada vez regreso más a la realidad y decido cerrar los ojos para recuperar aunque sea poco de lo ya avanzado. Es inmediato. Entro de nuevo. Es el cosmos. Me fui. 8 de abril de 2020 Despierto y sé que conecté, sin embargo sé que en esta ocasión no hubo conciencia. Pronto comencé en un sueño profundo, de esos que tenemos regularmente. Es la primera noche en la que no logro permanecer consciente de la nada. Soñé. Por primera vez me siento triste de no recordar tanto. Estoy regresando a la realidad. Me siento triste pues no quiero que se vaya. De pronto comienzo a entender todo, pero posiblemente no sea para siempre. Aunque sé que no soy la misma. Decido compartir mi experiencia con alguien que considero muy lejano a mi entorno espiritual. Alguien que cree en la lógica, en la ciencia, en lo real. En lo que los ojos pueden ver. Sé que intentará entenderme y sé que me quiere, pero dudo que me entienda. Me llama y comenzamos a platicar. Me hace preguntas. Intenta entender. No logro explicar nada. Me comienzo a frustrar. Me comienzo a desesperar. ¿Por qué necesitas entender? Es sencillo. Solo no lo entiendas. Tan solo escucha. Tan solo escucha. No interrumpas. Tan solo escucha. Él lo intenta, sin embargo no puede. Se me empieza a agitar la respiración. Inmediatamente mis manos sudan. Sube el calor en todo mi cuerpo. De pronto me siento incómoda en la posición en la que me encuentro. No quiero seguir hablando. Él me sigue preguntando.

Page 15: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

En ese momento recuerdo que desde hace días no he sufrido de ansiedad. Ni siquiera lo había notado. He estado tan sumergida en estos pensamientos, que olvidé que vivía en ansiedad; sin embargo, en este momento estaba regresando a mí. De pronto mis ojos se abren a su máximo poder. Estoy entrando en trance. Se está activando sin llamarlo. Estoy entrando pero ahora tengo miedo. Es como la primera vez. Él me menciona que está intentando respirar pues nota mi agitación, se preocupa y calla. Lo tengo en alta voz. Mis manos están erráticas y tensas. Veo las palmas de mis manos con mis ojos grandes, de nuevo grandes. Están frente a mí, muy abiertas simulando sostener dos cosas redondas muy grandes. Algo así como sosteniendo dos melones con mucha fuerza. Como si quisiera romperlos con mis fuerzas. Veo mis venas en los antebrazos, veo los tendones firmes y tensos. Sigo respirando agitada y abro la boca. Le pido colgar. Estoy en trance. Me estoy yendo de nuevo pero me siento como en la primera parte de toda esta historia. Con miedo y pensando que no sé a dónde estoy cayendo. Bastaron unos minutos para recuperar mi aliento. Intento respirar con ritmo. Empiezo a sentir la temperatura ambiente más fresca. Comienzo a sentirme tranquila. Comienzo a recuperar mi paz. ¿Qué fue eso? El Bufo actuó. Hacía días que no sentía ansiedad. Hacía días que no apareció nada que me regresara a mi estado emocional anterior. Hacía días que no había necesitado de la ansiedad pues ya no era necesaria y ya no la quería. Sin embargo esa llamada por un momento me engañó e intentó regresarme a mi Yo anterior, pero el Bufo actuó. Tal parece que al momento en que comenzó a entrar el malestar en mi cuerpo, la magia se activó con toda su intensidad. En vez de entrar la ansiedad, el sapo me llevo a un trance inmediato. Actuó como un escudo protector. En 2 minutos regresé a mi estado de paz. Gracias. De regreso a la realidad 2020. No necesito aprobación, simplemente es. Hoy me encuentro en una realidad alterna a la que había vivido siempre. El ambiente se siente distinto. Los rayos del sol penetran en mi cuerpo y los siento cómodos. Me nutren. Escucho música distinta y mis pensamientos parecieran nuevos. Mis preocupaciones ya no lo son más, ahora mi mente está ocupada en nuevas cosas. Una de ellas es por qué el verde de mis plantas está cambiando, espero estén bien. Salgo a la calle y veo el interior de las personas. Quisiera explicarles que sólo tienen que brincar. Seguirán caminando por su mismo camino, pero en otra dimensión. Todo es igual, pero diferente. Todo se ve igual pero se siente distinto. Es cierto, conforme pasa el tiempo me es más difícil entrar al estado cero en el que me he encontrado. Es un poco triste pero lo acepto. Estoy, de hecho, mucho muy emocionada por ver

Page 16: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

qué cambios vienen en mi experiencia humana. Nunca había vivido con emoción de mi muerte, pero sin querer que llegue pronto. Con mucho esfuerzo esta noche que acaba de pasar, me pude conectar. Comenzaba con todo mi ritual y lo logré, sin embargo caí en un sueño profundo. No recuerdo más. Hoy hice de nuevo yoga. Me cuesta mucho trabajo ocuparme de algunas características. Hoy la labor era fortalecer mi voluntad. Comencé haciendo movimientos que en días anteriores no me costaban trabajo, sin embargo al saber que la intención era la voluntad, me costaron mucho. Me encuentro en el piso y subo a la posición del guerrero. Y comienza el trance. Es similar a cuando te levantas de golpe y sientes que te estás desmayando. No escuches mi consejo, pero me encantaría que te dejaras ir. Caes en el infinito. Estaba de pié, con los ojos cerrados, cabeza al cielo y los brazos abiertos. En un microsegundo después estaba viajando a la velocidad de la luz hacia el universo. No había forma de observar nada más que a millones de medusas viajando a la misma velocidad alrededor de mí. Realmente era un espectáculo, sin embargo no me causó sorpresa. Es como si supiera lo que estaba pasando. Llegamos a un punto del infinito en donde me quedé suspendida sin movimiento. Con esa sensación de plenitud que ya no había logrado encontrar. Qué delicia. Allí permanecí por mucho tiempo. Años. Llegó el momento de regresar al tapete. En mi experiencia humana supongo que me caí. Empiezo a recobrar la cordura y me encuentro recostada sobre mis codos con la cabeza colgando hacia atrás. La boca completamente abierta. Mi cuerpo genera movimientos involuntarios parecidos a un ataque epiléptico. ¡Wow! Qué bueno que estaba sola. Realmente me encanta vivir esto sin distractores. Seguramente si alguien hubiera estado conmigo, hubieran interrumpido esta maravilla. De pronto yo misma me sorprendo actuando en mi cotidianeidad. Mi madre ha sufrido un accidente y vale mencionar que se encuentra recién operada de un dedo. Hoy por la mañana se cayó, tropezando con el pié en cuestión. Cayó de rodillas. Sufre. Se lamenta. Llora. Mi papá y yo corremos a auxiliarla. Yo la observo ajena. En realidad no siento pena ni preocupación. Ella estará bien. Mi padre con una expresión de terror la comienza a tranquilizar. Ella se sigue lamentando. Su pié recién operado puede estar en peligro. No va ni a la mitad de la recuperación y esta es su segunda caída y, suponiendo, su octavo golpe con objetos en el dedo. Todo está mal. Lamentos. Lloriqueo. Expresiones. Yo inerte en mis pensamientos. El Sapo llega a mí y toco su pecho:

Page 17: EL CUARTO DÍA. · 2020. 6. 7. · muchos colores, de esas que venden en los pueblos y que tanto me gustan. Un tapete en el centro de la habitación y un escritorio improvisado con

- Madre, escúchame. Siente mi mano en tu pecho y asume tu respiración. Escucha la voz de la sanación. Siente tu dolor y disfrútalo, si lo logras, sabrás que cualquier dolor es tan sólo una nueva oportunidad de sanación. La paz que te regala la sanación, vale cualquier dolencia. Pronto sanarás.

Mi madre abre los ojos y no entiende qué quiero decirle, pero se tranquiliza. Nos quedamos callados todos. Mi ansiedad ha sido el sentimiento más persistente en toda mi vida. No recuerdo el día en el que ésta inició. Podría asegurar que la siento desde bebé. Hoy soy libre de ella, creo. No la extraño, pero ya no temo a que regrese. Hoy le agradezco que haya sido tan perseverante y necia. Amo la idea que me haya traído aquí. Si hubiera convivido con ella, si no la hubiera rechazado tanto, hubiera entendido que algún día me sanaría. Si la hubiera hecho mi amiga, ella me hubiera aconsejado y liberado; pero como el hubiera no existe, mi sanación llegó con más potencia. Llegó pura. Llegó a exterminar con raíz. Ahora sé que no hay dolor que no muera, ahora sé que si llegamos al momento de nuestra muerte, lograremos liberarnos y recordaremos vivir en paz. Entonces una nueva oportunidad. Mejor encontrar la oportunidad en esta oportunidad de vida. De pronto encuentro mi mente activa a mil por hora. De pronto no me alcanza el tiempo de entender en mi mundo humano toda la información que tengo a mi alcance. Soy creadora. No sé cómo lo fui haciendo, pero desde mi escenario, logré detener el mundo para morir y renacer. Mi poder es infinito. 05 de Mayo 2020. Ha pasado un mes y tres días desde el evento. Todos los días lo he recordado sin embargo ya es muy difícil conectarme con la intensidad de los primeros días, sin embargo algo cambió en mí. En el momento en que voy a dormir, siento perfectamente cómo mi ser está conectado con una nueva dimensión. Es muy extraño y me encanta. Durante este tiempo me he dedicado a limpiar cualquier cosa pendiente que haya tenido. Creo que me he sobre pasado, me quedé prácticamente sin ropa. De pronto las cosas que guardaba desde años atrás, pensando que algún día las ocuparía, se volvieron estorbosas. De pronto nada es necesario… Tiré gran parte de mis cosas. Me siento muy liberada en muchos aspectos. Ésta pandemia vino a regalarme tiempo para reconectarme.