el cuento de bandello

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  • EL CUENTO DE BANDELLO

    Ofrecemos a continuacin el texto en castellano del cuento de Bandello,en el que se inspir Lope para crear El castigo sin venganza.

    MATTEO BANDELLO

    AL MUY MAGNIFICO Y VIRTUOSO SEfil'OR

    EL SEfil'OR CONDE

    BALDASSARE CASTIGLIONE

    V ino, no hace mucho, a Miln la muy gentil dama Bianca d'Este, con-sorte del seor Amerigo Sanseverino, y all demor muchos das pararesolver ciertos asuntos. Muy honorablemente fue ella festejada y agasa-jada por varios caballeros milaneses con banquetes suntuosos, msicas y otroshonestos entretenimientos. Y entre aquellos que de modo tan esplndido lerecibieron, haba un amable abogado, que llevaba personalmente los asuntosde la dama, maese Benedetto Tonso. Estaba tambin el seor Scipione Atte-llano, persona, como sabis, muy corts y virtuosa, que de forma muy liberalla obsequi, con un almuerzo y una cena digna de Lculo, tras haber invi-tado a algunas damas de alta nobleza y caballeros de gran honra. Era el mesde julio, cuando los calores de la cancula suelen ser muy fastidiosos. Serepresent una farsa, de breve duracin, pero de gran agrado, que deleita la jocosa compaa. Bailaron y se divirtieron con juegos, y, al ser ya casimedioda, el aire era ardiente. Y aunque se encontraban en una sala de laplanta baja, cuyas ventanas daban al levante, y que 'era muy fresca, sinembargo, dejaron de bailar, y la alegre compaa comenz a entretenerseen discursos varios. La seora CamiJa Scarampa, quien puede realmentellamarse una Safo de nuestros tiempos, dijo a todos que convendra ocuparhora tan clida y molesta en agradables conversaciones. Y siendo la pro-puesta del agrado de todos, comenz la seora Camila relatando un cuentomuy divertido, tras el cual se nararron otros. Por ltimo, la seora Biancacont uno, que me pareci muy notable por sus accidentes. As que yo, queestaba presente, tras haberlo cuidadosamente anotado, lo escrib y coloqujunto con otros mos. Ahora, parecindome digno, por su tema, de llegara vuestras manos, os lo envo; y lo tendris como testimonio de mi amory reverencia hacia vos, no sabiendo ni pudiendo manifestar os de otro modo,y dejar testimonio al mundo, cun vuestro soy. Me parece, asimismo, alhaberme vos enviado esa hermossima elega, que yo deba mandaros algunacosilla de las mas, no como intercambio, que mis chcharas no pueden com-pararse con vuestras cultsimas Musas, sino porque todos sepan que osrecuerdo y os recordar siempre. Guardad buena salud.

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  • CUENTO XLIV

    EL MARQUS NICCOL lIT DE ESTE, HABIENDO HALLADOA SU !:lIJO CON LA MADRASTRA,

    EN ADULTERIO, A AMBOS EN UNA MISMA JORNADAHACE CORTAR LA CABEZA EN FERRARA

    eomo es fama clarsima en toda Europa, fue el marqus Niccol lIT deEste, mi abuelo paterno, seor muy singular y magnfico, y repetidas vecesfue rbitro entre prncipes de Italia, siempre que exista entre ellos disen-sin o guerra. Y no siendo legtimo, fue gravemente ofendido por Azzo IVde Este, primo carnal suyo: Pero con su buena fortuna y el favor de vene-cianos, florentinos y boloeses, habiendo exiliado a Azzo a Creta, que hoyse llama Candia, obtuvo largo tiempo y de forma pacfica el seoro deFerrara. Tom por esposa a la seora Gigliuola, hija del seor FrancescoGiovine, de Carrara, que en aquellos tiempos seoreaba en Padua, De ellatuvo un hermossimo nico hijo, que fue llamado Ugo, conde de Rovigo.Su madre no sigui con vida tras el parto, ya que, oprimida por gravsimaenfermedad, pas a mejor vida con gran sentimiento del marqus, que laamaba profundamente. El conde Ugo fue crecido, como se convena a hijode tal prncipe, y en todo lo que haca, segn su edad, era admirable. Elmarqus se dio despus a amar mujeres, y al ser joven y pacfico en suestado, slo atenda a su propio placer. Por 10 que le naci tal tropel dehijos bastardos, que con ellos se hubiera podido formar un ejrcito. Y poresto en el Ferrarese an suele decirse: "tras el 'ro Po, trescientos hijosdel marqus' Niccol han subido al mirador de los barcos." El primero delos hijos bastardos fue Leonello, nacido de una hermossima joven llamadaStella. y sucedi al padre en el seoro de la ciudad de Ferrara. El segundofue el famoso Borso, engendrado en una dama senesa de la noble y antiguacasa de los Tolomei; el cual, de marqus, fue nombrado duque de Ferrarapor Paulo II, Sumo Pontfice, y por Federico de Austria, emperador, hechoduque de Modena y de Reggio. Pero voy acaso a enumerar uno por unoa los hijos que de sus enamoradas tuvo el marqus Niccol, habiendo sidotantos que una buena pieza literaria se necesitara para contarlos, no, digoya todos, que no se conocen, sino hablo de aquellos que fueron consideradoshijos suyos, de los cuales yo he visto por 10 menos una docena cuarido eranio? Dejando a un lado, por tanto, a aqullos, os digo que el jmarqusNiccol deliber contraer de nuevo nupcias. Y teniendo en Italia y fuerade ella algunas entre manos, resolvi tomar como esposa a una hija delseor Carlo Malatesta, entonces poderossimo seor de muc\)as ciudadesen la Marca y en la Romagna, y entre los italianos estimado como gran

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    II

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    EL CASTIGO SIN VENGANZA

    capitn del arte militar. Era la esposa doncellita, ya que no pasaba an delos quince aos, linda y gentil. Lleg a Ferrara acompaada por Marquisa-nos y Romaolos, y fue recibida por el marqus Niccol con gran pompa.Ella advirti de inmediato que el marqus era el gallo de Ferrara, y queiba a salir perdiendo. Y, en efecto, era el marqus el hombre ms amantede las mujeres que en aquellos. tiempos se pudiera encontrar; y a cuantasmujeres vea, a tantas quera. Pero jams se supo que empleara la violenciacontra una mujer. Ahora bien, viendo la joven que su esposo tena seme-jante naturaleza, que para desgastar lo ajeno ahorraba en 10 suyo, delibera su vez no quedarse de manos cruzadas, consumiendo en vano su juventud.De tal modo que, tras haber considerado los modales y costumbres de loshombres de la Corte, por desgracia se posaron sus ojos en su hijastro elconde Ugo, que era bellsimo y muy bien ataviado. Como le gust mucho,se prend tanto de l, que nunca hallaba reposo ni alegra ms 'que cuando!o ve~ y ha~laba con ~l. El conde Ugo, que jams hubiera pensado unainfamia semejante, renda a su madrastra el honor y la reverencia que todohijo bueno y obediente debe rendir a su madre. Pero ella, que deseaba otrasreverencias, y qu~ estaba muy enamorada de l, trataba con actos y gestosde encender en el el fuego amoroso, en que ella miserablemente arda.Muchas veces, viendo que el conde Ugo, que era un jovencito de diecisis~ die~i:iete aos, no reparaba en sus actos lascivos, como aquel que puedeimaginrselo todo menos estas cosas, ella se senta de mal nimo, pero noosaba descubrir con palabras apetitos tan deshonestos e infames; y siempreque se esforzaba por hablarle de ello, la vergenza le anudaba de tal modola lengua que nunca poda mencionarle sus cuitas. Viva, por tanto en ungran descontento, y no saba qu hacer, no encontrando en nada consueloa sus jvenes pasiones, que aumentaban de hora en hora. Y al pasar nume-r~sos das en esta vida dursima, y sabiendo claramente que la nica ver-guenza era la que le cerraba el camino a descubrirse y hacer al conde Ugoconocedor de su amor, deliber, teniendo el pecho abierto a llamas tandeshonrosas, abrir tambin la boca para decirlas, y, alejada toda vergenza,hallar ~livio para sus males, y sin fiarse de nadie, ser ella misma quien se10 ~am~esta~e todo al conde Ugo. Tomada tal decisin, ocurri que el mar-ques Niccol, llamado por el duque Filippo Vesconte, fue a Miln dondepermaneci~ algunos das. Estando entonces la joven un da en sus aposentos,p:.nsando Impetuosamente ~n sus deseos, sin poder ya contenerse, y pare-cindole el momento convemente para 10 que pensaba hacer, como si quisierah~blar al conde ~g~ de cosas importantes, mand llamarle. l, cuyo pensa-miento era muy distinto al de la marquesa, Se present ante ella sin demora;y, tras hacerle la debida reverencia, se coloc, como ella quiso, sentado a sulado, aguardando lo que ella quisiera decirle. Cuando ella ya no pudo con-tenerse ms tiempo, combatida entre vergenza y amor, impulsada al finpor ~m?r, que ha~a puesto en fuga toda vergenza y respeto, con el rostro.e~roJecldo, Y suspirando ~ ~enudo, con voz temblorosa y palabras interrum-pidas por las fluyentes lagnmas y los sollozos, del mejor modo que pudocomenz~ a hablar:." N o s, dulce. seor mo, si habis pensado alguna vezen la VIda poco digna de encomio que lleva el marqus Niccol, vuestro

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  • EL CUENTO DE BANDELI.Q

    padre, as como en sus costumbres y modales, que sern siempre para mcausa de perpetuo descontento. l, al quedar viudo, tras morir la felizmemoria de vuestra madre, se arroj de tal manera tras las fminas, queno existe rincn en toda Ferrara y en su condado donde no tenga algnhijo bastardo. Crean todos que, tras haberme desposado, iba a cambiar suscostumbres, pero, aunque yo me haya convertido en su esposa, no se haapartado l de su hbito perverso; ya que, al igual que antes, desea a todamujer que ve. Y creo que, a mi juicio, antes se dejara la vida que renunciara tomar placer con esta y aquella mujer, mientras encuentre; y, siendoseor, quin va a decirle que no? Pero 10 que peor me parece es que lestima ms a estas sus rarneras y tristes fminas, y a los hijos que de ellasha tenido, que a m o a vos, que de tan noble y virtuosa dama habisnacido. Y si hubieseis empleado la fantasa, habras podido advertirlo sinesfuerzo alguno. Estando yo an en casa de mi seor padre, o a nuestrocanciller, que disfrutaba mucho de leer crnicas, que entre nuestros antepa-sados, el seor Fresco, indignado contra Azzo n, su padre, 10 mat porqueAzzo le haba trado madrastra a casa, aunque era hija de Carlos n, reyde Npoles. Por esto no deseo que os manchis las manos en la sangre devuestro padre, convirtindoos en su homicida, pero tengo a bien decirosque debis abrir los ojos, y advertiros diligentemente que no os quedis unda escarnecido y burlado, y con las manos vacas. No habis acaso ododecir de cmo vuestro padre, no tocndole el marquesado de Ferrara, yaque no haba nacido de legtimo matrimonio, y por razn perteneca alseor Azzo IV, con el favor de sus amigos ech al seor Azzo fuera desu seoro, y por medio de los venecianos 10 hizo exiliar a la isla de Candia,donde de modo miserable muri el pobre seor? Guardaos de que seme-jante desgracia caiga sobre vos, y de que entre tantos bastardos, no hayauno que os ocasione mala fortuna. En cuanto a m, si algo le ocurriesea vuestro padre, dara por vos los haberes y la vida con todo riesgo, mien-tras que el Estado, como debe ser, permaneciese en vuestras manos. Y aunquese suele decir que las madrastras no aman a sus hijastros, podis estarseguro de que os amo ms que a m misma. iOjal hubiese querido Diosque hubiera ocurrido ya 10 que yo dese! Adems, cuando por vez primerami seor padre me habl de tomar marido en Ferrara, me dijo que yo,habra de contraer nupcias con vos, y no con vuestro padre; ni yo s cmo fueque el hecho se cambi, i que Dios perdone a quien fue causante de seme-jante trueque! Vos: _seocmo,,~ .yo.somcsde .

  • EL CUENTO DE BANDELLO

    profundamente de tanto escarnio, y sufri grandemente, y el amor quesenta por su esposa y su hijo se convirti en cruel odio, por lo que delibervengarse de ambos. Era el mes de mayo, y cerca de la hora novena, cuandovio a los dos amantes deleitndose juntos. Y cuando fueron casi las veintehoras, mientras el infortunado conde Ugo jugaba a la pelota en la plaza elmarqus llam al capitn de la guardia con sus hombres, ordenando quese armasen todos. Estaban muchos principales de Ferrara en el palacio conel marqus cuando ste, llegado el capitn, con gran asombro de todos lospresentes, le orden que fuese de inmediato a buscar al conde Ugo y loencerrara con hierros y grilletes en la torre del castillo hacia la puerta dellen, donde ahora se encuentran prisioneros don Ferraro y don Giulio,hermanos del duque. Luego orden' al castellano que tomase a la marquesay la encerrase en la otra torre. Narr a continuacin a los presentes elmotivo de tales rdenes. El desdichado conde Ugo jugaba, como hemos dicho,a la pelota; y como era da de fiesta, y las gentes del pueblo estaban ociosas,toda Ferrara haba venido a verle jugar. Lleg con sus sargentos el capitnde plaza, y puso vergonzosamente la mano encima al conde Ugo; y con eldolor universal de toda persona presente a tan cruel espectculo, lo condujoat~do hasta la prisin. El castellano, asimismo, encarcel a la marquesa. Esarmsrna ta.rde el cruel padre envi a dos frailes de los Angeles al conde Ugo,para decirle que se preparara a morir. El, comprendida la razn de tanI~opinado anuncio y de su desdicha, llor amargamente su pecado, y sedispuso a sufrir su merecida muerte con gran contriccin, y pas toda lanoche ocupado en santos pensamientos y reproches por su pecado. Mandtambin pedir perdn a su padre por la ofensa que le haba hecho. La mar-quesa, al verse encarcelada, y sabiendo que el conde Ugo estaba tan mal,suplic repetidamente que.la dejaran hablar con su esposo, pero no pudoobtener la gracia. Mand entonces decirle que slo ella era culpable, y queella haba engaado al conde Ugo. Por tanto, era justo que tan slo ellarecibiese el castigo por la infamia cometida. Al saber despus que ibana cortarles la cabeza a ambos, fue dominada por una furia tan grande queya no fue posible tranquilizarla, demostrando claramente que nada o pocole importaba su propia muerte, pero no poda hallar consuelo por la delconde Ugo. Durante otro da y otra noche no ces nunca de llamar a suseor Ugo, de modo que en los tres das que permaneci en prisin siemprenombr al conde Ugo. El marqus haba enviado tambin dos frailes a con-solar a la marquesa y ayudarla a sufrir con paciencia el suplicio de lamuerte, pero se esforzaron en vano. Por su parte, el arrepentido joven per-sever tres das en compaa de los dos frailes, disponindose siempre mejora su prxima muerte y razonando de cosas santas. Pasado el tercer da,' porla maana pronto, uno de los. frailes le dijo misa; y al fin el joven, conterribles lgrimas, pidiendo a Dios y al mundo perdn por sus pecados,tom devotamente el sagrado cuerpo de nuestro Salvador. Por la tarde, casial anochecer, en esa misma torre, por mandato del padre, le cortaron lacabeza. A la misma hora en la otra torre cortaron la cabeza a. la mujer,aunque el~a no demostr arrepentimiento por la infamia cometida/por lo quenunca quiso confesarse, y, por el contrario, no haca ms qult..;.iogarque le

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    EL CASTIGO SIN VENGANZA

    dejasen ver una sola vez a su seor Ugo. y as la miserable y desdichadafue decapitada con el amado nombre de su conde Ugo en la boca. Al dasiguiente el marqus mand que colocaran en el patio del palacio los doscuerpos bien lavados y elegantemente vestidos, para que pudieran verlosquien lo desease, hasta que lleg la noche y los hizo colocar en una mismasepultura en San Francisco, acompaados de pompas fnebres. Ahora, vin-dose el marqus sin esposa ni hijo legtimo, contrajo sus terceras nupcias,y tom por esposa a la seora Ricciarda, hija del marqus de Soluzzo, dela que nacieron el duque Hrcules, padre del duque Alfonso, y el seorSegismundo de Este, mi padre. Yo s que algunos opinan que el desdichadoconde no era hijo de la primera mujer del marqus Niccol, sino que era elprimer hijo bastardo que tuvo; pero se engaan, porque fue legtimo, y eraconde de Rovigo, como ms veces he odo decir a la buena memoria de miseor padre.

    Traduccin de Corla Matteini

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