el desafío-quien viene a cenar t1

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Este es un divertido juego de blogueros encadenados ideado por www.dimequeesviernes.com para que explotemos nuestra creatividad. Un día, sin esperarlo, puedes recibir un desafío donde te vas a ver en un aprieto porque va a venir a cenar a tu casa un personaje sorpresa. ¿Qué harías para agasajarle? ¿Cómo prepararías ese día tu cena?... pues en eso consiste, un juego de misterio y sorpresa hasta el final. ¿Cómo funciona? Una vez al mes el bloguero retado publica SU RECETA y en ese post lanza el reto al bloguero que quiera, por tanto, en principio solo se juega una vez, y la cadena va siguiendo su camino. ¿Quién participa? El bloguero que reta elegirá al siguiente participante, (deberá consensuarlo previamente con él) y lanzarle la “sorpresa” de quién será su invitado en el post de su receta, NO ANTES. El factor sorpresa es importante. A la hora de marcar quién será el invitado del siguiente blog las reglas son que debe ser un personaje muy conocido, histórico, real o de ficción (fallecido o vivito y coleando, allá los riesgos de cada uno). Tiene que ser suficientemente reconocido por todos. Las posibilidades son infinitas desde el principio de los tiempos, todo el cine y la literatura existente y todo personaje actual que campa por el mundo. Publicación del desafío El post debe contener 3 elementos principales: Titulo: “Nombre de la receta", para "personaje", #eldesafio

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1. El invitado: Hay que hacer una pequeña introducción, es decir, se tiene que presentar al personaje de alguna manera, hablando sobre él, quién es, qué ha hecho en la historia, cualquier cosa representativa. Es necesario investigarlo un poco porque esa información hace falta para crear una comida que realmente le gustaría. (Siempre dentro de las posibilidades claro), echarle un poco de imaginación. 2. La receta: Presentar la receta que realmente hubierais podido servir al invitado, porque le gusta, porque habéis investigado o por imaginación, e intentar que todo vaya acorde con él para hacerlo más divertido. 3. Lanzar el nuevo DESAFÍO: Se agradecerá mencionar la lista de desafíos anteriores o linkarlos para que no se pierda el hilo de las historias tan interesantes que cada compañero está publicando, con unas ideas y recetas originales. Al acabar de publicar se elige al siguiente Blog a retar, siempre consensuándolo con él previamente y se anuncia el personaje “sorpresa” en el desafío que lanza. Hay que especificar el siguiente texto:

Comienza el desafío:

NOMBRE DEL BLOG RETADO

¿Y si viene a cenar? ... NOMBRE del PERSONAJE SORPRESA

Desafío en marcha... tienes 20 días, tic, tac.

Nos vemos el mes que viene.

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07 de junio de 2013 Comenzamos este curioso reto con un cuento tradicional y entrañable, para invitar a mi casa nada menos que a la dulce Caperucita Roja. Y ¿qué le pondríais a la mesa? Pues entre otras cosas no puede faltar un tierno, jugoso y apetitoso pastel de mamá. Lo que yo me imagino siempre que debe ir dentro de esa cestita que lleva al bosque a ver a la abuelita. Cuando leo este cuento me viene a la mente una receta similar a la que hoy propongo para este desafío, algo que nos transporte directos a casa de la abuelita, una mesa rústica en el campo, rodeados de flores y escuchando el canto de los pajaritos. Seguro que todos habéis leído el cuento muchísimas veces, y que lo recordáis de vuestra infancia, pero ¿alguna vez habéis investigado acerca de él? Curiosamente existen montones de versiones desde su creación. En realidad parte de una antigua leyenda, pero luego se hizo muy popular a través del cuento creado primero por Charles Perrault y después por los famosos Hermanos Grimm. Perrault recogió la historia de Caperucita Roja a finales del siglo XVII con forma de leyenda un poco cruenta porque trataba de dar una lección a las niñas acerca de los encuentros con desconocidos y el aventurarse solas. En el siglo XIX, los Hermanos Grimm hicieron la versión universal, convirtiéndola en un agradable cuento infantil y suavizando la historia con muchos detalles. Apareció el leñador como salvador de la abuelita y la niña y con un final feliz, que incluso a su vez tiene más versiones.

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Gracias a ellos Caperucita Roja se convierte en uno de los cuentos más conocidos de la historia. Al final del post os he reproducido una de las versiones del cuento, si os apetece leerlo. Pues bien, este es mi homenaje a la invitada de hoy: Caperucita Roja, bienvenida a mi casa

Para el crujiente o desmigado:

• 100 g de harina • 35 g de azúcar moreno • 50 g de mantequilla

Para el bizcocho de manzana: Se ha tomado como medida un vaso de agua

• Un vaso de leche entera (unos 250 ml) • 2 vasos de harina de repostería • 1 vaso de azúcar • 4 huevos grandes • 3 manzanas grandes tipo reineta • 1 sobre de levadura química

Para el coulis:

• Un bote de mermelada de frutos del bosque • unas cucharadas de agua

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Crumble: En un bol poner la mantequilla derretida con la harina tamizada, mezclarlo. Añadir a continuación el azúcar y con las manos ligar toda la masa e irla desgranando poco a poco para que quede una textura como de migas. Reservarlo. Bizcocho de manzana:

1. Preparamos un molde de horno redondo y desmoldable, forrándolo muy bien con papel tanto la base como los laterales. Ya he dicho aquí muchas veces que es muy importante forrar bien el molde para que crezca igual por todos lados.

1. Precalentar el horno a 180º. 2. Pelamos y troceamos en láminas no muy finas las manzanas 3. Mezclamos el azúcar con los huevos batiendo hasta obtener una crema

blanqueada. 4. Añadimos la harina junto con la levadura y continuamos mezclando bien para que

no se nos queden grumos. 5. Por último incorporamos las manzanas en láminas gruesas y removemos para que

distribuirlas en la masa. 6. Vertemos todo en el molde que teníamos preparado y lo introducimos al horno

precalentado durante 50 minutos. 7. Cuando pasa ese tiempo, sacamos el bizcocho y le colocamos por encima el

crumble que teníamos reservado. Lo colocamos bien en la superficie y volvemos a introducir todo al horno durante otros 20 minutos. Hay que pinchar con un palillo en el centro para asegurarnos que está bien hecha.

8. Sacamos y dejamos templar. Coulis de frutos del bosque Mientras tanto, preparamos una salsa ligera con la mermelada: la calentamos al microondas añadiendo unas cucharadas de agua para rebajar su espesor y la colamos en una jarrita para dejarla lista para servir. Cuando vayamos a poner el pastel en la mesa echamos por encima el coulis, al gusto. Es o no es un gran pastel digno de Caperucita y su abuelita.

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27 de junio de 2013 Tras despedir a Caperucita roja de su casa, Patrix me lanzó el guante del siguiente desafío proponiendo como invitada a mi humilde casa a, nada más ni nada menos, que Madame Coco Chanel. Un lujo de invitada, pura sofisticación. Poco o nada conocía de su vida hasta entonces por lo que #eldesafío se me ha presentado como una oportunidad de aprender más sobre esta admirable mujer. De sangre rebelde, transgresora y luchadora incansable, triunfó en un mundo de hombres, rompió moldes y construyó un imperio de la nada más absoluta. La pasión de Coco Chanel por vestir a la mujer de blanco y negro, conocida por todos, algo muy actual en nuestros días no era tan común en su época. Un estilo sencillo, chic y elegante que nació de la influencia de haber vivido su infancia en un orfanato que dejó impresos en sus recuerdos esos dos colores. Despojó las vestimentas femeninas de corsés y ballenas, adornos, cuellos, pasamanería, etc. reduciendo sus creaciones a la comodidad, simplicidad y pureza más absolutas. Creadora del "petit robe noire" (vestido negro) convirtió este diseño en un signo de distinción y en un fondo de armario de toda mujer. Introdujo el punto como género para sus creaciones y puso de moda las largas sartas de perlas falsas y auténticas como complemento, haciéndolas asequibles a todos los bolsillos. Sin duda la gran dama de la alta costura quien, como dijo su compañero de profesión Christian Dior, "con un jersey negro y diez hileras de perlas, revolucionó la moda". Mi elección de receta para Coco Chanel es un guiño a su amor por la sencillez de sus diseños y su huida de las complicaciones en busca de lo básico sin sacrificar la elegancia.

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Al pensar en Coco Chanel y qué preparar para ella en esta cita virtual me vino a la mente esta pavlova de coco en blanco y negro. Un dulce suave, etéreo, delicado, elegante, sencillo y deleitoso, que se presenta coronado por unas bolitas de coco a semejanza de las perlas tan características de sus diseños.

Querida Coco, encantada de tenerte en mi casa. Permite que te sirva una taza de té, disfrutemos de un buen rato de conversación y permíteme que te cuente cómo he hecho estas pavlovas...

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Necesitamos (para 2 pavlovas medianas) • 2 claras de huevo a temperatura ambiente • 110 grs. de azúcar blanquilla • 1 cucharadita de maicena • 1/2 cucharadita de vinagre de vino blanco Para el relleno • 200 ml de nata para montar muy fría (mínimo 35% de MG.) • 50 grs. de azúcar glass • 60 grs. de coco rallado Para las bolitas decorativas • 150 grs de coco rallado • 100 grs de leche condensada Además • Papel vegetal para horno • Colorante negro en gel

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Dibujamos, en el papel vegetal, dos círculos de 16-18 cms y lo colocamos (dibujo hacia abajo) sobre una bandeja de horno. Este dibujo servirá de guía para nuestras pavlovas. Precalentamos el horno a 220 ºC, calor arriba y abajo. En un cuenco limpio y seco montamos las claras con ayuda de unas varillas eléctricas. Si quieres leer mis consejos sobre cómo hacer un merengue en condiciones, pincha aquí. Cuando las claras estén opacas y empiecen a formar picos muy suaves, incorporamos el azúcar poco a poco sin parar el motor de las varillas. Continuamos batiendo hasta que, al frotar entre dos dedos un poco de merengue, no sintamos los granitos de azúcar. Esto es importante para que, al hornear el merengue, este no lagrimee como consecuencia del azúcar no disuelto. Añadimos la maicena tamizada y el vinagre y los incorporamos a mano con una espátula haciendo movimientos envolventes. La maicena y el vinagre aportarán el toque crujiente al exterior de la pavlova, tan característico de este dulce. Dividimos el merengue en dos y a una de las mitades le añadimos colorante negro, mezclando con movimientos envolventes y con mucho cuidado para que no se nos bajen las claras. Repartimos el merengue en el interior de los círculos que hemos dibujado en el papel vegetal, lo arrastramos hacia arriba con una espátula dejando un agujero en el centro (como si de un volcán se tratara). Introducimos la bandeja en el horno (a media altura) al tiempo que bajamos la temperatura a 100 ºC. Horneamos durante 1 hora - 1 1/4 horas aproximadamente. Transcurrido ese tiempo apagamos el horno y dejamos los merengues en su interior hasta que se enfríen. Mientras los merengues se enfrían podemos preparar las bolitas de coco. Para ello mezclamos la leche condensada y el coco, removiendo bien hasta obtener una mezcla homogénea y consistente. Dividimos la mezcla en dos y a una de ellas me añadimos colorante negro. Tomamos pequeñas cantidades de la mezcla y hacemos bolitas en los dos colores: blanco y negro. Reservamos en la nevera.

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Cuando el merengue este completamente frío, podemos proceder a preparar el relleno y montar las pavlovas. Montamos la nata (que habrá de estar bien fría) con ayuda de unas varillas eléctricas. Cuando comience a adquirir consistencia, agregamos el azúcar y terminamos de montar. Es importante no pasarnos con el batido o la nata se nos convertirá en mantequilla. Agregamos el coco y removemos a mano. Dividimos la mezcla en dos y a una de las mitades le añadimos colorante negro. Despegamos los merengues del papel de horno, con mucho cuidado ya que tienden a quebrarse, y los colocamos en la fuente en que vayamos a servir la pavlova. Cubrimos el merengue de color negro con la nata de coco de color blanco y decoramos con bolitas de coco. Hacemos lo mismo con el merengue de color blanco, que cubrimos con la nata de color negro. Servimos de inmediato, de lo contrario la nata reblandecerá el merengue, y a disfrutar. Y después de disfrutar de Coco Chanel, llega el momento de lanzar el desafío a una nueva bloguera con una nueva invitada. Adelante Yolanda, tienes 20 días para sorprender a tu invitada con alguna de esas delicias a las que nos tienes acostumbrados a todos por estos lugares. A ver si consigues camelarla un poco y suaviza su política para con nuestro país que falta nos hace :)

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17 de julio de 2013 Hace 20 días, Carmen me lanzó #eldesafío, un divertido juego en cadena ideado por Patricia, del blog Dime que es viernes, en el que me anunciaba que iba a tener como invitada en mi casa a Ángela Merkel. De repente, todo me empezó a temblar, el corazón a palpitar a un ritmo de montaña rusa, la frente a sudar a goterones fríos. Pero al poco, todo se puso en orden. "¡Bah!", pensé, "esto va de coña". Y seguí con lo mío. Días después recibí una misiva entre papeles y folletos de publicidad que tendrían su fin en el contenedor de papel. Todos, menos uno. Un sobre con un escudo y unas palabras escritas en alemán no es precisamente el tipo de correo que acostumbro a recibir en mi buzón. Y entonces volvió a mi mente aquella fotografía en la que aparecía mi invitada. Mis 1,61 metros de altura se petrificaron cual aquella estatua de sal en la que se convirtió la mujer de Lot. ¡Iba a ser verdad! ¡Ella iba a venir a mi casa! El guante que me había lanzado Carmen escondía un mensaje: "Guapita, a ver cómo camelas a la Merkel. Ya que parece que otros no consiguen llevársela al huerto, a ver si tú te la ganas por el estómago". A estas alturas de la historia, después de llevar seis años inmersos en una profunda crisis económica, sobra hablar sobre el peso que la canciller alemana Ángela Merkel ha tenido, tiene y tendrá en su política para sacar del atolladero en el que se encuentra la Unión Europea, y más en concreto algunos países, entre ellos España. Esta señora, de 59 años de edad, ha sido elevada a las nubes por los votantes alemanes desde que fue elegida canciller de Alemania en el año 2005, y sin embargo, fuera de su país es vista como una mujer hacia la que se siente cierto temor e irritación. No en vano, en ocasiones se la ha llamado la "Canciller de hierro", siguiendo la estela de Margaret Thatcher.

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Con todo este trasfondo social, económico y político, la imagen que Ángela Merkel desprende no es para nada de lo más amigable, y yo no paraba de preguntarme por qué demonios querría una mujer como ella venir a mi casa a comer. ¿Y de qué íbamos a hablar? Yo, una mujer normal y corriente, profesora, madre, esposa,... ¡con un alto representante del gobierno! Si a mi la política... ni fu, ni fa. ¿Y qué le preparo de comida? ¿Algo contundente como una fabada? ¿Una buena bandeja de pinchos? ¿Una paella? ¿Algún brebaje hecho a base de laxante, de algún tipo elemento químico que le produjera efectos secundarios...? ¡Pero cómo iba a hacer YO eso! ¡Ya está! ¡Algo típicamente español! ¡Y de colores de España! Y entonces me vinieron a la cabeza el salmorejo cordobés, al que pensé en dar un toque chic adaptándolo a una textura mousse, y acompañado por un tinto de verano fresquito, un poco de aire de fiesta, ¡y olé! ¿Quién me iba a decir a mí que el salmorejo y el tinto de verano se convertirían en las pócimas que sacarían de Ángela Merkel su lado más humano? Ella me contó que todos los días prepara el desayuno a su marido, Joachim Sauer, Catedrático en química cuántica, y que engulle su café calibrando el comportamiento del euro. Quizás se os haga raro imaginaros a la Merkel con el delantal puesto, pero aunque no os lo creáis, disfruta cocinando, y me contó que le encanta hacer sopa de patata y ganso con ciruelas, recetas que me escribió en inglés de su puño y letra, a cambio de que compartiera con ella la receta del salmorejo, que muy gustosamente hice, por no deciros que también me pidió un Tupper :)) Ahí donde la veis, en sus tiempos mozos trabajó como camarera en una discoteca; le gustaba divertirse y bailar. Le encantaba salir luciendo sus Levi's bien apretaícos. Me contó que Joachim era su segundo marido, y que el primero que tuvo fue simplemente porque como todo el mundo se casaba, ella siguió la misma corriente, y claro, así terminó aquello. No es una mujer que siga las tendencias de moda actuales, y por ese lado resulta bastante clásica y tradicional, aunque a pesar de eso me comentó que no entendía por qué hubo quién se alarmó tanto cuando apareció con un escote tan pronunciado en la inauguración de la nueva ópera de Oslo, pues no fue más que un intento de salir de la rigidez del vestuario de un representante del gobierno. Y me confesó que no era su intención provocar la lujuria, pues su padre, luterano, había dejado una huella muy estricta en ella contra las flaquezas de la carne. Tiene un estilo muy sobrio, pero muy práctico, según ella, porque los compromisos de su día a día le impiden empolvarse la nariz o pasarse el peine con la frecuencia que se debe. Al final, esta mujer concienzuda, meticulosa, obsesionada por el detalle, organizada, trabajadora y que puede hacer bostezar a cualquier miembro presente en una cumbre internacional, en mi casa se convirtió en una mujer dicharachera, amable, amistosa y capaz de reírse de forma desternillante. Y para muestra un botón...

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(Para 2 personas) • 250 gramos de tomates muy maduros • 2 pimientos del piquillo • 1 diente de ajo • 50 gramos de pan del día anterior • 1/2 cdta de sal • 7 ml de vinagre de Jerez • 35 ml de aceite de oliva • 1 clara de huevo • 2 hojas de gelatina • Un vaso de agua • 1 o 2 lonchas de jamón serrano

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Con thermomix 31 1. Lavamos los tomates y los cortamos en cuartos. Los ponemos en el vaso junto los pimientos del piquillo, el diente de ajo y la sal y trituramos 30 segundos en velocidad 5. 2. Añadimos el pan y el vinagre y trituramos 30 segundos en velocidad 5, y 2 minutos más en velocidad progresiva 5-10. 3. Programamos en velocidad 5 y vertemos el aceite sobre la tapa del vaso para que vaya cayendo poco a poco por el bocal sin quitar el cubilete. 4. Calentamos agua, sin llegar a hervir y ponemos a remojo las hojas de gelatina, vigilando para que no se deshagan. Las colamos y las echamos al vaso. Trituramos durante 1 minutos en velocidad 6. Dejamos que se enfríe el salmorejo, pues de la fricción con las cuchillas se templa y no conviene mezclarlo con la clara montada, ya que de lo contrario esta bajará. 5. Aparte montamos la clara con una pizca de sal con unas varillas eléctricas hasta que forme picos y se vea firme, es decir, que al volcar el recipiente las claras no se caigan de él. 6. Volcamos el salmorejo en un recipiente y le incorporamos la clara poco a poco, con movimientos envolventes. 7. Repartimos el salmorejo en vasos y refrigeramos como mínimo doce horas. Modo tradicional 1. En el vaso de un robot triturador ponemos los tomates lavados y troceados, los pimientos del piquillo, el pan, el vinagre, la sal y el diente de ajo y lo trituramos todo hasta que quede fino. Lo pasamos por un chino, o por un colador y añadimos el aceite. Removemos bien. 2. Calentamos agua, sin llegar a hervir y ponemos a remojo las hojas de gelatina, vigilando para que no se deshagan. Las colamos y las echamos al salmorejo. Trituramos para ayudar a incorporarlas bien. 3. Aparte montamos la clara con una pizca de sal con unas varillas eléctricas hasta que forme picos y se vea firme, es decir, que al volcar el recipiente las claras no se caigan de él. 4. Incorporamos la clara poco a poco al salmorejo con movimientos envolventes. 5. Repartimos el salmorejo en vasos y refrigeramos como mínimo doce horas. Montaje 1. Para hacer la peineta de jamón serrano ponemos las lonchas de jamón entre papel vegetal y las metemos en el microondas durante un minuto y vigilando. Las lonchas han

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de encogerse y notar como su grasa se ha deshecho. Si necesitamos más tiempo, programamos unos segundos más. 2. Cortamos las lonchas por la mitad y utilizamos cada mitad como peineta. 3. Picamos unas ramitas de cebollino muy finamente, las distribuimos sobre el vasito con el salmorejo, pinchamos una de las mitades del jamón crujiente y a disfrutar tanto como hicimos la señora Merkel y yo. TINTO DE VERANO Para hacer el tinto de verano necesitamos vino tinto, gaseosa, unos cubitos de hielo y unas rodajas de limón, todo en cantidades al gusto del comensal.

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06 de agosto de 2013

No les puedo describir lo que sentí cuando Yolanda me propuso para seguir con #eldesafío, pero empecemos por el principio. Un día Patricia nos anuncia un nuevo juego, ¿Quién viene a cenar?, y de pronto se sentó en su mesa la mismísima Caperucita Roja, {roja estaba yo de envidia}, pasó el testigo a Carmen, y ella cenó con la elegante Cocó Chanel, {con Nº5?}, y al fin Yolanda, que nos descubrió una Sra. Merkel diferente hasta ese momento {yo me quedé con la boca abierta}, y en esas fue cuando ella me notificó quién vendría a cenar a casa. Verdaderamente desafiante y difícil reto el que me propuso hace hoy 20 días. Al principio me llevé las manos a la cabeza {qué sea lo que Dios quiera!} pero después pensé; quién dijo miedo? será un honor para mi cocinar para uno de los mejores cocineros españoles. Modestamente, claro no voy a convertirlo en una pesadilla y al final tenga que cerrar el "chiringuito", así que me puse a buscar un poco de información sobre mi invitado, que a estas alturas seguro ya sabéis que es Alberto Chicote. Y digo me puse a buscar un poco de información sobre mi invitado porqué todos conocemos la parte más mediática de él, y a mi me gusta saber que preferencias tiene quien viene a comer a casa, si tienen intolerancias {yo las tengo}, o son vegetarianos, si prefieren carne o pescado...y él no iba a ser una excepción. De entrada descubrí que no come huevos {los aborrece}, come más pescado {es más pescadero, dice él} y le encanta el jamón; del bueno, eso sí, yyy? que le gusta la gastronomía mallorquina, {uff!, menos mal, no sé si me atrevería cocinarle unos callos con garbanzos}. Alberto Chicote dejó el rugby por la cocina, cuando lo explicó la primera vez me quedé asombrada, después pensé que mirándolo bien me recordaba a un amigo escocés, pelirrojo que también jugaba al rugby, pero bueno igual estaba yo divagando. También es arquero, no de fútbol ni de balonmano, es de los que tiran con arco, vamos!, ya veis que

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tiene ese punto diferente que gusta mucho, eh?, además de ser un gran cocinero con muchos años de experiencia y mucho trabajo bien hecho {eso lo sabemos todos y no es peloteo}, pero sobre todo se califica de gustos sencillos, habla bien de sus compañeros de oficio, visita a menudo a sus amigos mallorquines y es así de natural y abierto cuando cualquiera se le acerca y le pide una foto, espero que si algún día llega a esta entrada se sienta alagado pues yo estoy muy contenta de tenerlo como invitado. "Las cosas sencillas funcionan mejor que las cosas complejas”.- Alberto Chicote. No sé si es una máxima en todo lo que hace pero verlo cocinar hace que te entren ganas de dejarlo todo lo que estés haciendo y ponerte entre fogones. Ahora os estaréis preguntando ¿qué le he cocinado yo a Alberto Chicote? pues reuniendo un poco de aquí y un poco de allí, me he decantado por un plato tradicional mallorquín, algo que él ha comido ya en Mallorca, y que sé que le gusta. Lo quiero presentar bien, con todas las palabras y sentimientos que me han movido cocinar este plato. Decir que es una receta familiar, que en otras ocasiones he cocinado con mi madre, como él hace con su familia a veces, sobre todo en Nochebuena, y que los ingredientes son buenos-buenos, no haré lo mismo que hizo Miguel Ángel Revilla en un reto con mi invitado {que me encantó}, pero podría ;) Las Sopes Mallorquines son un plato tradicional mallorquín, hecho con caldo de verduras y rebanadas finas de pan moreno o pan payés mallorquín. Se hace con verduras de temporada y se le añaden trozos de carne magra de cerdo, aunque este paso es opcional, además del "botifarró", que es un embutido mallorquín, y la sobrasada, por todos conocida. Se cocina en una "greixonera" {cacerola de barro} y suele comerse acompañado de "olives trencades mallorquines" o aceitunas partidas mallorquinas, aunque esto puede ser un poco particular en cada casa mallorquina. La foto de abajo es de las sopes {pan} que se usa para este plato. Decir también que en Mallorca hay diferentes tipos de sopes, las sopes mallorquines de invierno, de verano, de carboner, de matanzas...

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Sopes mallorquines para 4 personas

• 3 cebolletas • 1 tomate grande {el de la foto es del huerto de un amigo} o 2 tomates de ramallet • 1/2 col • 1 manojo de acelgas • 1/2 coliflor • 1 manojito de perejil • 3 ajos • 1 pimiento rojo • 2 botifarrons mallorquins Embutidos Matas • 1 poco de sobrasada mallorquina Embutidos Matas • 200 gr. carne magra (en este caso, escalope de jamón) • 250 gr. pan de sopes mallorquines • 750 ml. agua • 100 gr. AOVE intense Señoríos de Relleu • Sal • Pimienta negra • Olives trencades {hechas por mi mamá}

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Mise en place: cortamos la cebolleta en brunoise. Pelamos y troceamos el tomate. Picamos los ajos y el perejil, por separado. Cortamos el botifarrons en rodajas, y troceamos la sobrasada y la carne magra. Troceamos el resto de verduras. A la col le quitamos el tronco. Cocción: Ponemos el agua a hervir. Sofreímos en una cacerola de barro con el AOVE, la carne magra, hasta que se dore un poco, le añadimos el ajo y la cebolleta, pasados unos minutos echamos el tomate y el perejil. Removemos. Y le vamos añadiendo el resto de verdura troceada poco a poco. Cuando todo el sofrito esté un poco hecho le añadimos el agua hirviendo. Removemos. Cuando empiece a hervir otra vez, le añadimos la sobrasada y los botifarrons. Probamos una vez integrados, probablemente la sobrasada se deshará en la cocción pero nos dejará ese color característico del pimentón, además del sabor. Probamos antes de salpimentar. Salpimentamos al gusto. Y dejamos que termine la cocción hasta que la verdura esté blanda y la carne hecha. Finalizada la cocción se retira todo el caldo y la verdura de la cacerola. En la cacerola pondremos una capa de rebanadas de pan de sopes, sobre ellas le vertemos un cucharón de caldo, encima otra capa de rebanadas de pan y otra de verduras, pero sin caldo. Iremos formando capas hasta terminar toda la verdura. Serviremos enseguida y acompañaremos de olives trencades (aceitunas partidas).

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26 de agosto de 2013

Recién llegada de la capital del imperio Británico y con la cabeza aún en otro lugar, recibir la visita de un ilustre francés me asusta un poco!!!.... uf!!! ;) A estas alturas, ya muchos sabréis del divertido juego/reto que ideó nuestra querida Patricia de "Dime que es viernes", Patrix para los amigos :), verdad?..... ¿Quien viene a cenar? Nos acerca a distintos personajes, reales o ficticios y nos ayuda a conocer pequeños detalles (o muchos!) de ellos. Ya han sido varias y maravillosas amigas las que recibieron a ilustres invitados a cenar.... Patricia horneó un delicioso crumble de manzanas con coulis de frutos del bosque para Caperucita roja, Carmen obsequio con una divina Pavlova en blanco y negro a la mismísima Coco Chanel, Yolanda recibió a "frau Merkel" con una mousse de salmorejo con piquillos y peineta (todavía no me quedó claro si eso era una indirecta!) de jamón increíble y por fin, mi querida amiga Caty cocinó un delicioso y típico plato Balear para Alberto Chicote, unas sopas Mallorquinas .... Con tan brillantes antecesoras no podía recibir a mi invitado con cualquier cosa, verdad?... es más, mi invitado merece algo delicioso y dulce... algo sencillo por fuera pero con un interior hermoso y tierno... tal y como es él! ¿Pero quien es él?, ¿quien es ese invitado que viene de Francia y que tiene un dulce corazón? :)... de niño fue abandonado cerca de la catedral de Notre dame de París. De origen gitano y con importantes deformidades físicas, nuestro pobre invitado vivió prácticamente solo, con la única compañía de las campanas de la catedral y de su padre adoptivo y malo malísimo de la historia ;), el archidiácono de la catedral, Claude Frollo, que atraído por la bella gitana Esmeralda, obligó a nuestro desdichado invitado a raptarla..... ¿Ya sabéis quien es él? :)...siiii!!!, es Quasimodo!!!

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Quasimodo fue odiado y despreciado por su fealdad física... la única persona que sintió compasión y respeto hacia él fue la bella gitana y como es lógico, de ella se enamoró... como en casi todas las historias de amor y desamor, el final es trágico, pero hoy solo quiero que mi invitado sea feliz y reciba tanta dulzura como la que él lleva en su corazón... no quiero pensar en muerte y finales tristes, hoy Quasimodo tendrá un final feliz!!!!.... Y si deseáis conocer la historia completa tendréis que leer "Nuestra señora de Paris" del gran Víctor Hugo ;)... como aún estoy haciendo yo. Estos deliciosos pastelillos se suelen hacer con harina de almendra, son una especie de "Madeleine" terriblemente esponjosa con forma ovalada (en mi caso redonda por falta de molde original). Hoy Quasimodo los tomará acompañados de deliciosa miel para endulzar su dulce corazón... ¿queréis saber cómo se hacen?

Ingredientes para unos 14 "friands au miel"

• 175 gr de mantequilla fundida. • 175 gr de azúcar glas. • 50 gr de harina normal (yo integral). • 100 gr de harina de almendras. • 5 claras de huevo, unos 175gr. • Miel y semillas de calabaza.

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Precalentar el horno a 175º. Engrasar los agujeros de una bandeja para muffins con bastante mantequilla. Tamizar el azúcar y la harina en un gran bol. Incorporar la harina de almendras. Montar las claras a punto de nieve firme e incorporar en varias tandas a la mezcla de harinas y azúcar con suaves movimientos envolventes, hasta que estos estén bien integrados, pero con cuidado de no bajar las claras en exceso. Añadir la mantequilla fundida y dos cucharadas colmadas de miel. Mezclar el conjunto con delicadeza. Repartir la masa en los agujeros del molde de muffins, procurando no llenarlos más que hasta la mitad. Hornear entre diez y doce minutos, o hasta que el centro de los "friands" esté firme al tacto. Para servir, repartir las semillas de calabaza sobre estos y poner una buena cucharada de miel encima... deliciosos y dulces. Solo me queda dar las gracias a Patricia por haber ideado tan lindo juego/reto y a todas mis antecesoras... porque botando y rebotando, llegó el reto a Babel.... ¡gracias chicas! ¿Y a quien reto yo?... TACHANNNNN!!!! Mi retada vive en México y fue la ganadora de mi concurso de #cocinacallejera... nuestra linda Mayte "Rústica". Ella tendrá el honor de recibir en su casita a otra gran mujer, cuanto menos, muy lista y seductora ;).

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15 de septiembre de 2013 Cuéntame al oído las historias de la arena que en el desvarío los amantes han olvidado, de como el cielo se tiñe de rojo al caer el sol bajo el embrujo de la luna, de tesoros, y marinos salvajes que navegan a capricho de la marea, de amores prohibidos entre princesas, llévame flotando entre colores de la imaginación en alfombras que imitan las curvas de las bailarinas que entre velos de colores, seducen a algún solitario sultán. Sherezade, hermosa mujer, llena de dulzura y deseo, cuéntame de la magia de las palabras que hechizaron sin razón, al herido corazón de un hombre que entre tus brazos se convirtió en miel que liban los colibríes enamorados, ven y escribe junto a mi una historia infinita de amor y pasión...

"Cuéntame, hermana, dado que la noche es larga y el sueño no nos cierra los ojos, alguna historia

que nos ayude a pasar las horas hasta ese amanecer tan triste". {Las mil y una noches}

Sonando bajito... "El joven y la joven princesa" {del gran Kórsakov}.

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Hoy comienzo la semana anticipadamente, y hago un receso -pequeñito- en el mes de cocina mexicana para viajar al otro lado del mundo, en una alfombra mágica, llena de sensualidad y belleza, con una invitada no solo hermosa, sino tierna e inteligente, llena de imaginación, cuyas palabras lograron domar al cruel y lastimado corazón de un sultán llamado Sahriyar, quien engañado por su esposa, decide vengarse, desposando a jóvenes casaderas y dándoles muertes al día siguiente. Sin más jóvenes en la ciudad que tres hermanas aún solteras, la mayor decide terminar con la crueldad impuesta por el sultán, y planea junto a su hermana menor, que la acompañe, para que antes de terminar la noche, ella le pida que le cuente una historia para sobrellevar la cruel noche que les espera, así logra librar a la muerte y cada noche el sultán le perdona la vida, hasta que cae rendido de amor por su vivida imaginación e inteligencia. Esta mujer tan intrépida y temerosa, que hoy inspira mi cocina, no es otra, que uno de mis personajes favoritos ("La mil y una noches") de la literatura árabe-hindú-persa: Sherezade. Gracias a Juana quien tuvo la fortuna de tener a mi adorado Quasimodo y al reto "Dime quién viene a cenar" , he tenido la suerte de invitarla a mi mesa, para disfrutar de nuevo, de un par de libros viejos que mi Padre, me leía cuando la oscuridad me daba miedo, y las historias, de princesas, de ladrones, de mercaderes y la de Kamaralzaman y la Princesa Budur (una de mis favoritas), me rendían y me hacían soñar con viejas historias de amor y valentía. Más no ha sido Sherezade la primera, Caperucita roja de la mano de Patricia llego al primer desafío, la maravillosa y elegante Coco Chanel en la mesa de Carmen, lució sus mejores perlas, Ángela Merkel, desafiante y única, estuvo con mi admirada Yolanda, luego vino el carismático cocinero Alberto Chicote, a quién Caty, deslumbro totalmente con su maravillosa cocina, así le llego el turno a Juana, quien me sorprendió antes de irme de vacaciones con el desafío y una invitada que no podría haberme fascinado más. Y nada mejor para que Sherezade me contará a mi, esas historias maravillosas, que hicieron rendir de admiración y amor al sultán, que estas pequeñas tartaletas, tan sensuales y apasionadas, como ella misma, tan dulces y sedosas como los manjares persas más antiguos, arropados por una base crujiente por fuera y esponjosa dentro, sobre la cual, rebosa una capa espesa de yogur cremoso y aromático, que recibe como lecho de amor, a los jugosos higos maduros fundidos en la embriagante melosidad del aroma a rosas, que las cubre como besos cómplices, que seguramente fueron testigos durante más de una mil y una noches entre Sherezade y Sahriyar.

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Tartaletas

• 400 grs. de higos. • 8 bases de tartaletas pequeñas. • 200 grs. de yogur griego + 1 cda. de cardamomo recién molido. • Miel a la rosas. • Pistaches por mitad para decorar.

Masa para tartaletas

• 250 grs. de harina todo uso. • 1/3 de taza de aceite. • 1 yema de huevo. • Agua la necesaria. • 10 grs. de pistache molido. • 1 pizca de azúcar + 1 pizca de sal.

Miel a las Rosas

• 50 ml. de miel de agave. • 1/2 taza de agua muy caliente. • 15 grs. de rosas de castilla deshidratadas.

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Para las Tartaletas:

1. Mezclar la harina con el pistache molido, sal y azúcar, mezclar con la yema de huevo, y aceite.

2. Ir añadiendo de a poco el agua hasta incorporar todo perfectamente. 3. Amasar unos minutos hasta tener una masa elástica. 4. Dejar reposar 5 minutos. 5. Pasado el tiempo de reposo, estirar la masa hasta el grosor deseado, cortar

círculos de 8-10 centímetros. 6. Colocar en moldes redondos o para muffins, pinchando la superficie, hornear

por 10-12 minutos a 180ªC. 7. Dejar enfriar y reservar.

Miel a las Rosas Infusionar en agua caliente los 15 grs. de rosas de castilla durante 10 minutos, cubierta la taza. Colar la infusión. Mezclar la infusión de rosas, con la miel de agave, hasta tener una mezcla semi-líquida. Montado de las tartaletas Colocar en un platón las tartaletas, rellenar con una cucharada generosa de yogur con cardamomo, colocar por encima dos o tres mitades de higos frescos, bañar con la miel a las rosas y decorar con algunos pistaches por encima. Pero esto no termina, es tan infinito como las historias de mi invitada, y para continuar con las leyendas de sabores y aromas, reto a Abril {April´s Kitch} , para que seduzca con su arte en la cocina y la belleza de sus palabras a uno de los hombres que más admiro ideológica y humanamente: Mahatma (Alma Grande)Gandhi. Tienes veinte días, para recibirlo en tu mesa Abril, y sé que lo mimaras como nadie.

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2 de octubre de 2013 "Era curioso ese muchacho indio con el que coincidía en clase de derecho civil. Tanto le había llamado la atención en las pocas conversaciones que habían mantenido entre clases que decidió invitarle (y pedirle asesoramiento) en la cena que iba a preparar el viernes con motivo de la despedida de soltera de su amiga india Kavita. Sorprendentemente, él la miró desde detrás de sus lentes, con esos ojos oscuros que siempre parecían escrutar y no doblegarse ante nada, y le dijo que iría… siempre y cuando no hubiera carne en el menú. “no pensaba incluirla” contestó con fingida naturalidad. Iba a ser una cena de 9 personas; sus padres, los novios (Kavita y Ranjit), Mohandas, George su prometido, Mayte y Chucho, que estaban de visita en Londres procedentes de México y Nani su madrina. Y aunque el servicio iba a ocuparse de todo, ella quería dirigir personalmente todo lo referente a lo que iba a consumirse. Así que, le preguntó a Mohandas si podían tomar un té aquella tarde para “documentarse”. De nuevo, él, serio, con un ligero inclinar de su cabeza, le volvió a decir que sí. Habían quedado en la cafetería de la Universidad y cuando llegó él se estaba sirviendo unos sándwiches de pepino del buffet y un té helado. Sonrió y se dirigió a una mesa cercana a la vidriera que daba al precioso jardín del claustro mientras la esperaba. Mientras pedía se preguntaba como iniciar la conversación, pero la verdad es que, en cuanto se sentó Mohandas dirigió la conversación y fue él, quién con habilidad judicial, se adelantaba a sus pensamientos. Le habló de cómo su religión le impedía comer carne y el respeto que estos animales le merecían; era una cuestión de dignidad humana respetar a otros seres vivos. Le habló de las especias y de dónde encontrarlas, de los recipientes y de la forma y orden en que deberían servirse. Durante la conversación supo que a sus 19 años era padre ya de un niño y que su mujer, que vivía en la India le fue prometida a los 6 años. Hablaba rápido y seguro de si mismo, y en pocas ocasiones mostró interés en sus propias inquietudes…pero a ella no le molestó, todo lo contrario, se sintió sorprendentemente en paz.

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Cuando llegó a casa bajó a la cocina y habló con Ms. Bridges y le dijo qué y cómo conseguir los ingredientes de la cena. Ella remugó, fingió que no sabría cómo prepararlo, pero ella le dijo que Daisy (la cocinera de los padres de Kavita) iría el jueves para darle indicaciones de cómo prepararlo, así que, la pobre Ms. Bridges, acostumbrada a preparar su delicioso y famoso roastbeef con salsa de arándanos, se vio sorprendida con platos exóticos que no le hacían ninguna gracia. Kavita era una de las pocas compañeras que tenía en la Universidad. Hacía poco que las mujeres tenían acceso a la misma y eran pocas las afortunadas. Ambas, eran hijas de abogados famosos que bregaron lo suyo para conseguir sus ansiadas plazas. En este primer año, tuvieron que luchar con miradas inquisidoras, tensas, desagradables. Tan sólo sus prometidos y Mahonda, habían mantenido con ellas actitudes totalmente estudiantiles. Quizás por eso se hicieron tan amigas y compartían todos los momentos en que podían estar juntas. A pesar de sus estudios y avances en la sociedad inglesa, Kavita se casaba con un joven al que había sido prometida desde pequeña. Le quería, aunque no estaba enamorada. Pero el respeto a sus familias pesaba más que todo. Así que, en unas semanas, se casaría, haría un largo viaje por Europa, visitarían India y finalmente volverían para los exámenes trimestrales de Mayo. La separación sería larga así que la cena, era una despedida por varios motivos. Y llegó el viernes. Durante la cena, Mahonda, una vez más, fue el protagonista. Como en la cafetería, dirigió con presteza e inteligencia las conversaciones que se iniciaron durante la velada. Mayte, que no había conocido un indio en su vida, abría sus hermosos ojos en multitud de ocasiones ante el discurso de Mahonda. Ni su alegría natural, su espontaneidad o su belleza exótica, consiguieron distraer lo más mínimo al joven Mahonda. Les habló de cómo le había sorprendido re-conocer su cultura a través de los ojos de Occidente, de Tolstoi, escritor ruso al que traduciría al indio y que se convertiría en su amigo en años posteriores y de la religión y las religiones, con curiosidad, y con un cierto deseo de unir buscando los puntos en común entre todas ellas. En resumidas cuentas una apasionante velada, en la que el menú de Ms. Bridges armonizó con inusitada sabiduría. Sin excesos pero con aromas intensos que parecían el perfume de aquella presencia imantada que se sentaba en su mesa. Ninguno era consciente que allí, departiendo con ellos se mostraba el joven que habría de convertirse en uno de los símbolos del S.XX, cinco veces nominado al Nobel de la Paz, hinduista, Vegano, Pacifista y uno de los principales adalides de la lucha para convertir India en un país independiente. Pero no importaba… sólo sabían que hacía tiempo que no se sentían así… tan en paz. "

Cuaderno de bitácora, Abril Expósito Mayte… querida… que hermoso y “difícil” trabajo me encomendaste… Primero me asusté…pensé: “pero si este hombre ni comía ni bebía, que estaba siempre en huelga de hambre….que hago… “un té?????” Pero después, fui encontrando el camino…consulté con Patricia acerca de las normas y pensé que ya que no era un personaje actual, no tenía porque invitarle a cenar al final de su vida….sino…en algún otro momento de ella en que… comiera un poco más.

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Y así, fue naciendo esta pequeña novela de cómo nos fue la cena. GRACIAS... estaba deseando participar en este fantástico reto que Patricia puso en marcha y tú me diste la oportunidad. El camino anterior estaba labrado de “excepcionales” colaboraciones, así que me atenazaba la idea de no estar a la altura. Pero creo, que lo hemos conseguido. Hoy que se conmemora en India el nacimiento de Gandhi, adelanto pues dos días su publicación, llega mi Desafío. Y sin más dilación pasemos al menú que Mr. Bridges preparó para la cena del Desafío. Como aperitivo una famosa limonada india, la Jaljeera Como entrante una fragante sopa, Sambar de Tamarindo Como plato principal un Curry de Verduras Finalmente Mr. Bridges sirvió su famoso y típico Pudding inglés

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No me fue difícil (aunque disfruto mucho con esta parte) encontrar todos los ingredientes que estas recetas pedían…en la Calle Hospital de Barcelona, varios comercios indios los tienen todos. Lo único que no encontré son las hojas de curry, pero usé uno en polvo de calidad que compro en las tiendas de delicatesen y Corte Inglés (mild curry powder, de la casa Sharwood's) Limonada india, la Jaljeera

• Hojas de menta fresca (una buena cantidad) • Hojas de cilantro (la misma cantidad) • 1 cucharada de jengibre molido • 1 cucharada de semillas de comino tostado o seco en polvo • 1 pizca de asfétida (esto no lo encontré…una hierba difícil) • 1 cucharadita de sal • 1 cucharadita de sal negra (tiendas indias) • 3 cucharadas de zumo de limón • 1 cucharada de tamarindo sin semillas (usé fruta de tamarindo en paquete que

compré en los indios) • 2 cucharadas de azúcar al gusto (yo puse más) • 2 litros de agua • Hielo picado

Curry de Verduras Kerala Curry (para 4 personas)

• 1 coliflor • 1 cucharadita de semillas de mostaza • 1 cucharadita de fenogreco • 1 cucharadita tumeric o cúrcuma • Hojas de curry o curry en polvo • Jengibre fresco (1 dedo pulgar) • 2 dientes de ajos • 3 cebolletas (él habla de 6 spring onions, que son mucho más delgaditas que las

nuestras) • 1 chile rojo fresco • 1 manojo de cilantro fresco • 2 tomates maduros

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• 1 lata de leche de coco • 1 pote de garbanzos cocidos • 1 lata de piña en almíbar • 1 limón • Aceite de Oliva virgen extra

Arroz hervido con Salsa de yogurt a la menta

• 300g arroz basmati • 10 clavos (tampoco puse tantos, me pareció que sería muy fuerte) • ½ limón • 1 manojo de menta fresca • ½ yogurt • ½ limón • Sal

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Limonada india JALJEERA

La Jaljeera es una típica limonada india, muy popular y que es considerada como una medicina natural para prevenir resfriados, gripes, dolores de cabeza, migrañas… Poner todos los ingredientes en el vaso batidor o batir con un robot. El punto de azúcar es importante…al llevar sal, el gusto es un poco impactante al principio, aunque según los invitados, resultó una limonada muy refrescante y buena. Servir con abundante hielo. SOPA SAMBAR DE TAMARINDO (Spicy tamarind sambar dal soup)

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(La receta de esta deliciosa sopa la obtuve del blog The Colors of Indian Cooking, y me pareció lo mejor de todo el menú…tanto por su preparación como por sus sabores. Al igual que el día que hice el mole de Mayte, disfruté muchísimo haciendo la mezcla de especies previas que lleva la sopa; Sambar powder. Una vez obtenida la sopa es muy fácil de hacer. Las Dal, son legumbres sin piel, que se usan en esta receta las venden en los comercios hindús en bolsas donde están secas. Perfectas para su uso. Los tamarindos los encontré fácilmente en la Boquería. Esta es una sopa típica del Sur de la India. Si consultáis la receta original podréis ver fotos del paso a paso) Sambar Powder – Mezcla de especias Ingredientes: (Sale una buena cantidad, pero es perfecto. Esta sopa vais a querer repetirla)

• 6 chiles rojos secos • 50g de semillas de coriandro • 11g de comino en grano • 8g de fenogreco • 5g de pimienta negra en grano • 6g de mostaza en grano • 6g de Chana dal • 6g de Toor dal

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• 3g de semillas de amapola • 1 barrita de canela • 3 ó 4 hojas de curry (esto no lo encontré y usé curry en polvo) • 2g de tumeric (azafrán de la India ó Cúrcuma)

Hay que ir tostando todas los ingredientes – a excepción del tumeric - y colocándolos juntos en un vaso para molerlo todo junto. OJO con el punto de tostado... ser muy rápidos, pues algunas de estas especias como el fenogreco amargan un poco con el exceso de calor. Es precioso ver los cambios de color y aroma de las especias al tostarlas. Vuestra casa tendrá un aroma fantástico. En una sartén sin aceite, y con el fuego medio, vamos vertiendo las especias una a una y rápidamente con una cuchara de madera lo removemos hasta notar su fragancia o cambios de color. (Los granos de mostaza saltan…). Al manipular los chiles (quitando las semillas y el rabito) tened cuidado con lavar bien las manos…el picor queda en los dedos y no os podéis tocar los ojos o la nariz. Yo uso guantes. Al tostar los chiles pierden su fiereza, así que usarlos con tranquilidad. Ponemos todo en el vaso batidor y le añadimos la cúrcuma o tumerico. Batimos y ya podemos colocar en un pote de cristal para seguir usándolo. Sopa de Tamarindo Ingredientes: (para 4 personas)

• 4 tamarindos o un paquete pequeño de fruta de tamarindo • 2l de agua • 4 chiles rojos secos • 1 cucharadita de café de fenogreco • 1 cucharadita de granos de mostaza • 2 cucharadas de toor dal • 1 cucharadas de chana dal • 2 cucharadas de urad dal • Hojas de curry (usé curry en polvo) • 6 cebolletas laminadas y troceadas (en el original dice 12, pero yo lo reduje) • 4 cucharadas de harina de garbanzos • 6 cucharaditas de Sambar powder (la mezcla anterior) • 4 cucharadas de Jaggery (azúcar como la panela mexicana, yo lo encontré bien,

pero se puede usar azúcar moreno) • Aceite de sésamo

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En primer lugar prepararemos el agua de tamarindo. Colocar en un bol 2l de agua caliente los tamarindos y dejar por espacio de 15min. A continuación podemos pelar los tamarindos y los dejamos en el agua. Si utilizamos un bloque de fruta de tamarindo, cortamos como un cuarto o la mitad y lo dejamos en agua igual. Tostar en aceite de sésamo con mucho cuidado (cuidado con el amargor) las especias: los chiles, el fenogreco, la mostaza, el toor, la chana, el urad y el curry. Ir colocándolas en un bol. Pelar las cebollas y laminarlas y cortarlas por la mitad (para que luego sean cómodas de comer) y sofreírlas en una olla o cazo dónde haréis la sopa. Cuando estén un poco tiernas añadir las especias tostadas, 6 cucharadas del sambar powder, el jugo de los tamarindos colado y el azúcar. Salar. Dejar por espacio de 10-20min. A parte mezclamos la harina de garbanzos con 250g de agua. Incorporamos a la sopa y lo dejamos unos minutos más. Al servir espolvorear con cilantro picado. ¡DELICIOSA! KERALA CURRY VEGETARIANO, CON ARROZ Y YOGOURTH DE MENTA (Encontré relevante, tal y como me indicó mi amigo Mischa, preparar un típico curry indio con una receta de un polémico y encantador cocinero inglés, Jamie Oliver, como un curioso giro del destino)

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Kerala Curry Ingredientes (para 4 personas)

• 1 coliflor • 1 cucharadita de semillas de mostaza • 1 cucharadita de fenogreco • 1 cucharadita tumeric o cúrcuma • Hojas de curry o curry en polvo • Jengibre fresco (1 dedo pulgar) • 2 dientes de ajos • 3 cebolletas (él habla de 6 spring onions, que son mucho más delgaditas que las

nuestras) • 1 chile rojo fresco • 1 manojo de cilantro fresco • 2 tomates maduros • 1 lata de leche de coco • 1 pote de garbanzos cocidos • 1 lata de piña en almíbar • 1 limón

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• Aceite de Oliva virgen extra Trocear la coliflor y pasarla ligeramente por una plancha. Poner un poco de aceite en un wok y sofreír en el las cebollas y los ajos cortadas en brunoise. Cuando esté pochada añadir rápidamente las especias. El jengibre, los chiles y el cilantro pasarlos por batidora, y añadirlos posteriormente (según receta original, hacerlo también con la cebolla y el ajo, pero para mi gusto, éstos no quedan bien sofritos y el gusto varía. Prefiero sofreírlos previamente). También según JO las especies deben tostarse en el aceite antes, pero yo tuve que repetir la salsa 2 veces pues algo me amargó (sospecho del fenogreco que ya lo dice en Internet). Finalmente, coloqué las especias sin pasarlas por el aceite y funcionó. Añadir los tomates toscamente troceados. Añadir la leche de coco, los garbanzos (sin el agua), la piña troceada y su zumo, la coliflor y dejarlo hervir. Añadir un puntito de zumo de limón, probar el punto de sal y dejar hasta servir. (BUENISIMO) Arroz hervido con Salsa de yogurt a la menta (Aquí me permití una licencia y usé un arroz fantástico que mi amiga Nani me regaló. Era – Arroz Carnaroli Illa de riu, elaborado en Tarragona-. También en vez de yogurt usé Kefir ya que tengo en casa de “cosecha propia”. ) Ingredientes:

• 300g arroz basmati • 10 clavos (tampoco puse tantos, me pareció que sería muy fuerte) • ½ limón • 1 manojo de menta fresca • ½ yogurt • ½ limón • Sal

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Poner en un cazo el arroz y el doble de agua hirviendo. Añadir la sal y los clavos (yo no puse tantos, me pareció que quedaría muy fuerte) y el zumo de medio limón. Dejar a fuego suave medio tapado. Cuando se consuma el agua estará el arroz. Poner en el vaso de la batidora el yogurt, el zumo de limón y la menta. Pasar por batidora y poner en un bol. Finalmente, si queréis podéis acompañar el plato con POPPADOMS, que son las pitas o pan típico de la India. En los comercios indios podéis encontrarlos fácilmente y los hay standards, con cilantro u otras especias.

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Hay que pasarlos unos minutos en el microondas (1 minuto) o tostarlos en una sartén (yo usé un pelín de aceite) o plancha. Le saldrá como un sarpullido y entonces le dais la vuelta. ¡Son viciosos! Y ya está. Espero que disfrutéis de este Desafío como yo lo he hecho. Agradecer la ayuda de mi amigo Mischa, ya Director de Atrezzo de April’s Kitch, y a Mar, por dejarme su precioso Sari.

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22 octubre de 2013 17 h. en punto. Como si se tratara de tomar el té en Londres, suena el teléfono. Al otro lado una voz agradable me dice: - Sorry! No podré cenar mañana con usted Mrs. Nani. A las 22 h. Deberé salir con mi avión hacia los Emiratos Árabes a ver cómo siguen las obras del proyecto que tengo ahora. Siento mucho no poder asistir, pero sí estaré enormemente satisfecho de compartir hoy un buen vino de su tierra, me gustan mucho todos los que conozco, acompañado de cualquier cosa ligera preparada en su cocina. Quien me llamaba era Sir Norman Foster, que tenía que venir a cenar mañana en casa. Cuando cuelgo, me viene a la memoria el Borough Market de Londres. Si lo conoce, sabrá que es un mercado londinense y que me fascinó por su variedad de productos de todo el mundo, por las personas de diferentes países que venden, por los colores de las paradas y estaría enumerando muchas más cualidades durante rato. Recuerdo que allí me comí uno de los mejores “pies” que he probado nunca: de pollo y jamón cocido. Este hecho me marca y pienso que hacer uno para acompañar un buen vino sería una excelente idea, ya que me ha avisado con poco tiempo y no necesito mucho para prepararlo y compartirlo en su estudio. Soñar no cuesta dinero...

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Para un molde de 18 cm, • 1 paquete de masa brisa (congelada o fresca) • 100 g de puerro cortado finamente • 40 g de mantequilla • 1 cucharada sopera de mostaza antigua • 2 tazas (café) de harina • 2 tazas (café) de leche • 1 pechuga de pollo asado troceado • 130 g de jamón cocido cortado en daditos • sal y pimienta • nuez moscada • perejil desmenuzado • 1 yema de huevo batido con un poco de agua y sal

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En una sartén donde habremos puesto la mantequilla se cocer a fuego medio el puerro. Cuando esté blando incorporamos la mostaza, el pollo y el jamón, dejando que cojan gusto un par de minutos. Añadimos la harina y la leche, hasta que se haga como una bechamel. Salpimentar y rallies por encima un poco de nuez moscada. Ponemos perejil al gusto de cada uno y reservamos. Con la masa brisa cubriremos los fondos del molde haciendo un círculo del tamaño. Una tira en forma de rectángulo cubrirá alrededor y otra redonda cubrirá la parte de arriba, una vez que hayamos puesto el relleno. Con un trozo pequeño haremos una humareda que salga el vapor de dentro y no suba el “pie”. Pintamos con la yema de huevo que habremos desleído con un poco de agua y sal. Calentamos el horno a 180 º y dejamos durante unos 20 ', o hasta que esté dorado. Os garantizo que queda muy bueno. ¿Qué sentiremos mientras lo cocinamos? A mí me gusta el grupo británico Lighthouse Family, High, como altos son los edificios que hace Norman Foster. La Mon de April's Kitch me conoce bien. Sabe que me gusta el diseño y la arquitectura e hizo una buena elección para mi personaje. Ella sabía que hace unos años hice una escapada a Berlín para ver todo edificios de mis dos arquitectos favoritos: Oscar Niemeyer (de quien ya hablé aquí) y Norman Foster. De este arquitecto me gusta y lo que he visto, entre otras, la imponente Torre de Collserola de Barcelona, el impresionante Puente de Millau en Francia, el moderno metro de Bilbao y la magnífica cúpula del Reichstag de Berlín , de la que os enseño el interior y un collage fantasioso con varias fotografías. Me gustaría hablar un poco más sobre esta obra, pero los que me seguís sabéis que no me gusta alargarme demasiado. Sólo deciros que este edificio merece una visita. Por cierto, habéis visto el reportaje Cuánto pesa su edificio, Mr... Foster? Norman Foster explica que la arquitectura es para él, algo que realmente afecta a todos los sentidos. Dice que en este sentido que es algo que puedes medir, puedes cuantificar y si quieres, tiene una dimensión espiritual que está vinculada con todos los sentidos. Y esto es algo que no puedes medir, pero sabes que está y conmueve, mueve el propio espíritu.

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En este film / reportaje, Deyan Sudjic, director del Design Museum de Londres, nos dice que la esencia de la arquitectura de Norman Foster es que el diseño puede hacer que las cosas funcionen mejor y que hemos olvidado que las cosas útiles también pueden ser muy bellas. Os lo recomiendo.

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11 de noviembre de 2013

Hoy os traigo un gran reto, un reto que nace el pasado verano desde el blog Dime que es viernes, donde el pretexto es hacer una receta e invitar a cenar a un personaje famoso escogido por el blog que te pasa el testimonio, y así sucesivamente, formando una cadena. Pues quien me ha pasado a mí el testimonio de este reto, Nani del blog La cuina violeta, hace veinte días que me lanzó a esta aventura, cocinar para el fotógrafo Henri Cartier-Bresson, veinte días ideando y viviendo esta historia que empieza cuando las vidas de Simone de Beauvoir, escritora, profesora, feminista y filósofa francesa, y de Henri Cartier-Bresson, fotógrafo, considerado el padre del foto reportaje, se cruzan en el París de 1946. Simone tenía por costumbre salir a pasear cada día después de desayunar. Simone y su perro, un beagel que siempre le acompañaba a todas partes, vivían desde hacía poco más de un mes en aquel tranquilo barrio de París, en un pequeño edificio de apartamentos, como Joseph, un funcionario jubilado que vivía solo, Emilie, una bailarina con compañeros de piso a tiempo parcial y Rose, viuda y con dos hijo ya emancipados. Lo primero que hacía en sus salidas matinales era ir hasta el quiosco a comprar un par de periódicos, hacía falta llenar el resto del día con alguna distracción más. Simone era profesora, pero hacía tres años que había dejado la docencia para dedicarse completamente a escribir. Después de su huida precipitada de Marsella no lo había vuelto a hacer. Con los periódicos en la bolsa también se llevaba a casa alguna noticia extra sobre el barrio que le explicaba Pierre, el quiosquero que llevaba más de treinta años allí vendiendo periódicos y revistas y que casi sabía tanto de la vida de los otros como ellos mismos. Quién también formaba parte del día a día de aquel barrio era Julie, la dependienta de la floristería que cada día le dedicaba una sonrisa y le deseaba un feliz

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día cuando pasaba por delante de su establecimiento. Siempre se decía que algún día le compraría un ramo de flores. Cuando se terminaba la jornada toda aquella gente del barrio se cerraba en sus hogares, solos, ellos y sus circunstancias, igual que ella desde el día que llegó ahí, después de su ruptura con Jean-Paul. Fue entonces cuando decidió volver a París, la habían abandonado después de su liberación de las tropas alemanas y no habían vuelto el pie en ella. Se acercaba el buen tiempo y pensó que sería un buen momento para organizar una cena en la terraza de su apartamento, presentarse como nueva en el vecindario y conocerles un poco mejor a todos. Se lo diría a Rose, a ver si le podía dar una mano con los preparativos. Aquella misma mañana, antes de salir a la calle con su perro, decidió pasar por casa de Rose para que le diera un vistazo a la lista de gente que había pensado invitar a la cena. La encontró atareada, arriba y abajo acabando de preparar la habitación del nuevo huésped que llegaba aquella misma mañana. –Deja la lista sobre la cómoda y ayúdame a hacer esta cama, es tarde, le dijo lanzándole un sábana desde la otra punta de la cama. En el preciso momento que le decía esto sonó el timbre. Rose salió disparada de la habitación para abrir la puerta y, instintivamente, Simone la siguió hasta medio pasillo. Detrás de la puerta apareció un hombre, no le ponía más años que ella, arrastrando una maleta y con una cámara colgada del cuello. Rose durante la guerra hospedó en su apartamento todo tipo de ‘personalidades’, algunas veces con finalidades más lucrativas y otras no tanto, y al finalizar esta continuó con esta práctica clandestina que la ayudaba a su propio sustento. Mientras Rose le daba la bienvenida y lo acompañaba hasta la que sería su habitación, Simone veía toda la escena plantada en medio del pasillo, cruzándose la mirada con aquel hombre en el preciso momento que pasaban por su lado, penetrante, aferrada a la pared, para no caer en el abismo que notaba bajo sus pies. ¿Quién era ese hombre? Con el paso de los días Rose le explicó que se llamaba Henri, un fotógrafo que se alojaría durante un tiempo allí, no tenía más información. -Si queremos saber más lo tendrás que invitar a cenar, le dijo Rose con una sonrisa llena de ironía, pues se había dado cuenta de la atracción mutua que habían sentido en ese primer encuentro. La semana transcurría con normalidad, pero ya habían empezado con los preparativos de la cena del sábado en el apartamento de Simone. Rose se encargaría de los entrantes y los postres y Simone haría Bouef Bourguignon. La carne ya marinaba en el vino con las verduras y el Bouquet Garni, faltaban tan solo dos días, y después de aquel primer encuentro no había coincidido más con Henri, pero Rose se había emperrado también en invitarlo. Esto la tenía más nerviosa de lo que es normal en ella cuando tenía invitados, pues con Jean-Paul las fiestas y actos sociales se producían con bastante asiduidad en su casa, y se había pasado toda la mañana buscando entre las cajas aún amontonadas de la mudanza el vestido de su madre. Pensaba que nunca se lo llegaría a poner aquel vestido, pero en aquella ocasión algo la llevaba a hacerlo.

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Todo estaba a punto, Rose hacía un rato que se había ido a su casa a cambiarse de ropa, y ella, de pie delante el espejo, con el vestido de su madre y los zapatos de tacón, veía delante suyo otra mujer, nuevamente ilusionada, segura de sí misma, por una noche quería olvidarse de quien era, el futuro ya lo afrontaría mañana. El timbre la despertó de aquellos pensamientos, los primeros invitados empezaban a llegar, y en medio de todos ellos Rose con las última bandejas de los aperitivos pidiendo paso. Henri también ya estaba, mucho más atractivo que en aquella primera ocasión en el piso de Rose. Se saludaron. El resto de la noche hablaron poco, había muchos invitados a quién atender, pero Henri observaba todos sus movimientos, elegantes, seductores, y ella era temerosamente consciente de ello. Pero para Simone la noche también transcurrió entre conversaciones y risas, la comida y la bebida iba desapareciendo de bandejas y copas y el Boeuf Bourguignon había salido delicioso. Se sentía feliz, relajada, y poco a poco la noche también se fue consumiendo, y los vecinos, también felices, fueron regresando a sus hogares, hasta que cerró la puerta detrás del último invitado. Pero, ya sola, cuando se disponía a sacarse los zapatos, no estaba acostumbrada a andar con tacones, de golpe lo vio allí, de pie, al lado del gran ventanal que llevaba a la terraza. – ¿Un poco de vino? le dijo alargando el brazo para acercarle una copa de Borgoña. Y como anfitriona de esta cena os invito a que os animéis a preparar este plato, una delicia de la cocina francesa que hasta a mí me ha sorprendido, poco fan que soy de los estofados y menos de la ternera. De hecho a mis cuarenta y uno es el primer estofado de ternera que hago, o sea que ya era hora, ¿no?

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• 5 dientes de ajo • 50 grs. de mantequilla • 1 Bouquet garni • 1 l de vino negro de Borgoña • 200 grs. de zanahorias • 10 Cl. de aceite • 2 cebollas • 1’8 kilos de carne de ternera o buey • sal • pimienta • harina • aceite de oliva • Para la guarnición: • 200 grs de champiñones • 200 grs de beicon • cebollas de platillo

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Limpiamos y troceamos todas las verduras y las ponemos en un recipiente de barro o cristal (el vino reacciona en contacto con el metal) junto con el Bouquet garni, un poco de sal y pimienta. Esta maceración tiene que durar un par de días, conservada a temperatura ambiente y cubierta con un trapo de cocina para que no caiga ni polvo ni entren moscas (son tremendamente borrachas). Yo lo conservé dentro de la nevera tapado con papel film. Con las temperaturas de estos días no lo tenía claro que se conservara en óptimas condiciones fuera de esta. En el momento de la cocción filtramos el vino y lo reservamos a parte en un cazo. Acto seguido sacamos el resto de ingredientes separando la carne y las hortalizas y descartamos el Bouquet garni. El cazo con el vino lo ponemos al fuego y lo reducimos a la mitad, para sacar el exceso de alcohol, hasta la mitad de su volumen. Mientras tanto secamos la carne con un trapo de cocina y espolvoreamos un poco de harina por sobre de esta (opcionalmente, cuidado con los celiacos), y la salteamos junto con las verduras en una sartén con un poco de aceite de oliva, hasta que esté todo dorado, para sellar los poros. Una vez el vino se haya reducido, juntamos todos los ingredientes en una misma cacerola, lo regamos con un poco de agua, para que quede todo bien cubierto, y lo ponemos a cocer lentamente y tapado. Ha de cocer unas tres horas, mezclando de vez en cuando. Si hace falta se puede añadir agua. Una vez finalizada la cocción pasamos la salsa por el colador chino o por el pasapurés y la volvemos a juntar con la carne. Si vemos que queda un poco líquida se puede reducir, con cuidado que no se corte. Para que la salsa quede más oscura hace falta dejar reposar el guisado unas cuantas horas. Para la guarnición cortaremos el beicon a trozos y lo saltearemos un poco. Cuando empiece a tomar color añadimos los champiñones limpios y cortados a cuartos. Se saltea todo junto y se reserva. En otra sartén glaseamos las cebollas con una nuez de mantequilla, un poquito de sal y una cucharada de azúcar de caña. Se tapa la sartén y se deja cocer lentamente 15 minutos, removiendo de vez en cuando. Se puede servir la guarnición por separado o tirar directamente a la olla los champiñones, el beicon y las cebollas, dar un hervor y servir. Fuente: Enciclopedia de gastronomía

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3 de diciembre de 2013 HISTORIA DE UN MOMENTO MÁGICO El maestro se movía de forma brusca por la plataforma del elevado andamio. Parecía nervioso y ofuscado. El semblante serio, las comisuras de los labios torcidas debajo de una nariz rota y hundida, la barba descuidada, el entrecejo fuertemente fruncido y los pequeños ojos habitados por una mirada inhóspita. Miguel Ángel Buonarroti soltó un bramido en cuanto divisó a su sirviente alcanzando el último tablón de la complicada estructura de madera que lo sostenía. - Cósimo, ¿por qué has tardado tanto? Estoy cansado de esperarte. Solamente tenías que traerme el "Bianco di San Giovanni" y el verde que dejé encima del arcón. - Maestro, fui a casa por vuestros pigmentos y aquí están. Deberíais descansar un poco. Lleváis horas encaramado a ese voladizo y es imposible que podáis continuar si seguís empeñado en no probar bocado. Si me dejáis, podría ir dando las veladuras que vos me indiquéis. - ¡Te he dicho mil veces que no vas a poner nunca tus manazas sobre mi obra! ¡Ni lo sueñes! La voz violenta de Miguel Ángel retumbaba en lo más alto de la bóveda de la capilla. - Maestro, solo quiero ayudaros. El Papa vendrá a ver vuestro trabajo y vais muy retrasado. Yo podría ir haciendo las grandes manchas de color sobre cada jornada. Así podríais concentraros en esa escena que os tiene obsesionado. - No menciones a ese demonio. ¡Es un manipulador! Pasé 8 meses encerrado en las canteras de Carrara eligiendo las mejores piedras para llevar a cabo el proyecto de su mausoleo y, después de posponer el

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encargo, me pide que recubra de frescos estos techos. Mientras tanto, mis piedras suspiran por tener vida propia y mis manos ansían volver a coger el cincel. - Sois muy testarudo, maestro. ¿Acaso vos no comenzasteis también en el taller del maestro Ghirlandaio? Os lo ruego, dejadme ayudaros una sola vez. Os demostraré cuanto he aprendido de vos. - Cósimo, no te lo vuelvo a repetir. Tus manos no están hechas para manejar los pinceles. Deja de holgazanear si no quieres ver aparecer esa tan comentada ira que me acompaña siempre. Y prepáreme de una vez las aguadas con los colores que te he pedido. - Enseguida maestro, pero tal vez queráis descansar un poco y probar lo que os he traído. Me entretuve en casa un momento para terminar este POTAJE CON CASTAÑAS Y TOMILLO. No encontré ningún hueso rancio que echar al guiso pero os sentará bien. Todavía está caliente. - Trae aquí. Déjame que lo pruebe. ¡Hoy estás muy pesado! ¿Acaso me has perdido el miedo que todos dicen que inspiro? - No maestro. No es miedo lo que me inspiráis, sino admiración. Miguel Ángel comenzó a tomar aquel humeante y reconfortante potaje sin notar que poco a poco el cansancio acumulado ganaba terreno. Cuando terminó la última cucharada, se recostó sobre una de las estacas verticales de madera y se dejó vencer por el sueño mientras Cósimo limpiaba suavemente una mancha de pintura que tenía sobre la frente. De repente desperté sobresaltada y con un ligero dolor en mi mano derecha. Encendiendo la luz pude observar que en ella sostenía un fino pañuelo de lino blanco. Aturdida todavía por las imágenes tan reales que creía haber vivido, esbocé una pequeña sonrisa al comprobar que había compartido un "momento mágico" con una persona muy especial. EL RETO Tengo que dar un millón de gracias a Gemma Vilabrú, de Fogons, por haberme pasado el testigo de este estupendo desafío: ¿Quién viene a cenar? Hace 20 días ella nos sorprendía con un genial post y la preparación de una receta de Boeuf Bourguignon para recibir al fotógrafo Henri Cartier-Bresson. El personaje con el que me ha retado no es otro que Miguel Ángel Buonarroti, quien para mí significa tanto como para un pirómano una cerilla. ¡Es una persona muy especial!

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Antes de estudiar restauración ya me había leído dos biografías suyas y una novela en la cual era aludido constantemente. El renacimiento siempre me ha parecido una época de la historia muy mágica, aunque ahora ya tengo otras preferencias y la Edad Media me deja también muy tocada. Desde el principio tenía muy claro que mi especialidad en la carrera iba a ser pintura, pero lo más asombroso de todo es que yo iba de cabeza a por la pintura mural. Nada de batita impoluta y caballete con un lienzo manejable. No, yo soñaba con andamios, con figuras de tamaño descomunal, con cal y yeso. Estaba y estoy enganchada con todo tipo de estucos. En fin, nada muy femenino. Durante años, muchos de mis compañeros me aguantaron escuchando constantemente un sueño repetitivo: trabajar en la restauración de la Capilla Sixtina, aunque solo fuera para recoger del suelo los algodones utilizados por los restauradores. Cualquier cosa con tal de estar a 10 cms. de las pinturas. Y llegó el día en que por fin me tocó restaurar una bóveda. No era la Sixtina, pero lo disfruté igualmente. Para poder acceder a la misma, teníamos que subir unos siete tramos de andamio hasta llegar a una plataforma central, y encima de ésta encontraba colocado otro tramo para poder trabajar sobre el propio techo. La altura: tremenda. Os aseguro que antes de iniciar la escalada revisábamos todo lo que fuéramos a necesitar.

Hace unos cuantos años asistí a un curso en la Universidad de La Laguna impartido por Gian Luigi Colalucci, Director del proyecto de restauración de la Capilla Sixtina y Asesor de los Museos Vaticanos. Era un tema técnico sobre la limpieza de las pinturas de Miguel Ángel. En cuanto pude, le hablé de mi fijación con Miguel Ángel y de lo que me hubiera gustado subir con él para ver las pinturas de cerca. Lógicamente yo me fui cargada con uno de mis libros favoritos, y le pedí que me lo dedicara. "A Elena con stima e molta simpatía". Bueno, finalmente no pude llegar a los diez centímetros de distancia de las pinturas, pero pasé unas horas maravillosas escuchando todos los detalles de la restauración de la persona que había liderado dichos trabajos. Y sin enrollarme más, os dejo con mi receta del POTAJE CON CASTAÑAS Y TOMILLO.

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• 250 gr. de garbanzos • 250 gr. de judías blancas • 12 castañas pilongas • Aceite de oliva virgen • 2 dientes de ajo • Tomillo fresco • Comino • Perejil picado • Harina • Pimienta • Sal • 1 punta de jamón (no utilizada en esta receta)

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Poner a remojo las judías blancas y los garbanzos la noche anterior. Escurrir antes de utilizarlas. Dejar las judías en una cazuela con dos litros de agua fría. Calentar y, cuando el agua esté templada, añadir los garbanzos. Cocer a fuego lento entre 1 hora y hora y media. Añadir las castañas a media cocción y ponerle sal. Cuando las legumbres estén cocidas, en una sartén aparte freír con aceite los dientes de ajo picaditos en trocitos pequeños. Poner una cucharada de harina y rehogar bien evitando que todo se tueste en exceso. Añadir una cucharada del caldo de cocer las legumbres, un poquito de comino y el tomillo fresco bien desgranado. Mezclar e incorporar esta picada a la cazuela. Rectificar de sal, añadir la pimienta molida y dejar cocer unos 15 min. Para terminar, espolvorear con perejil picado y servir muy caliente. Si no se tienen castañas pilongas también se pueden utilizar las del tiempo. Solo habrá que pelarlas y poner a cocer unos 30 min. La receta es de una revista muy antigua y en casa la hemos tomado ya algunas veces. Esta sería la versión para mi querido Miguel Ángel. Simple, sencilla, barata y realizada por un chiquillo que ansiaba poder coger un pincel en lugar de preparar guisos. Si queréis probarla en casa os aconsejo que añadáis una punta de jamón para darle más contenido al potaje. Espero que os haya gustado. Y para que entendáis mi "momento mágico", os pongo un poco en situación. EL INVITADO El Papa Julio II encargó a Miguel Ángel la pintura de la bóveda de la Capilla Sixtina cuando éste estaba en la treintena y ya se había ganado una reputación como escultor. Tardó 4 años en terminar el proyecto y no permitió la ayuda de casi ningún colaborador. Comenzó el trabajo sin ganas, puesto que su cabeza seguía centrada en los bocetos del mausoleo del Papa. Hombre en continua superación fue subiendo su implicación a medida que se desarrollaban los esbozos de las escenas. En total, hay algunos cálculos que hablan de unos 540 m2 de pintura realizados por una de las grandes glorias del arte. Pintar un techo no es fácil, pero si encima éste es abovedado la cosa se complica. En algunas zonas tuvo que pintar tumbado sobre las tablas de madera. Fue un auténtico reto para una persona con un enorme sentido trágico y en constante búsqueda de la belleza moral.

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Miguel Ángel realizó un auténtico estudio anatómico de sus personajes y a través de la musculatura nos mostró su visión de un mundo lleno de energía, de fuerza interior y pasión. También de aislamiento y de constante superación. Soy consciente de que no es el personaje amable y divertido que a mucha gente le hubiera gustado tener sentado a su mesa. Por el contrario, mi invitado fue un ser irascible, violento, huidizo, complicado, orgulloso y terco. Por eso mismo, consciente de que nunca abandonaría su andamio para venir a visitarme, he preferido acercarme a Roma y llevarle personalmente un plato caliente. Yo tampoco comparto esos rasgos de su personalidad, pero artísticamente me parece todo un genio. LA RECETA Dentro de la cocina italiana hay muchas referencias a las lentejas con castañas. En mi caso, he preferido cambiar los ingredientes principales pero manteniendo ese base sencilla, parca y austera de un plato caliente realizado por un joven sirviente. Os aconsejo que le agreguéis una punta de jamón. El potaje no puede ser más rico. La mezcla del tomillo fresco y el orégano le da un sabor buenísimo. Y la mezcla de castañas con las alubias y garbanzos es fantástica.

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23 de diciembre de 2013

Se llama Ramón, tiene veinticinco años y tableta currada a base de bien. Claro que cuando le descubrí en la calle todo esto no lo sabía. Había cola para besarle, pero no era un cantante de pop, sino un flamante Papá Noel. Creo que era la única mamá sin niño en esa cola, pero mi propósito no era pedirle regalos sino invitarle a cenar. Me chupé pues, una espera de casi una hora; hay que ver lo que piden los niños y lo pesaditos que se ponen los padres con la cosa de las fotos. Mi Papá Noel auténtico a más no poder, iba haciendo mala leche.... uno pone todo de su parte pero hay que reconocer que la cosa puede llegar a ser un auténtico peñazo. Así que cuando me enfrenté a él no soplaba el viento a mi favor, precisamente. -"¿Tú eres la del blog no?"- - Salvada. Esta ciudad es como un pañuelo y mira por donde que el joven Ramón había dado conmigo en Google hacía unos días tecleando "como freír croquetas". Así que cuando le dije que se me había encomendado cocinar esa noche para él, se encogió de hombros, miró a su alrededor buscando una cámara oculta, y no encontrando nada finalmente dijo -"vale". -"Cuando lo cuente en casa no se lo van a creer"- Añadió. Y eso mismo pensé yo.... Como me vea un vecino entrando con un Papá Noel en la urbanización dentro de mi Polo gris, va a pensar que se me ha ido la olla definitivamente.

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Pero soy muy cumplidora y cuando Cósima Piovasco, anteriormente retada a cocinar para el genio renacentista Miguel Ángel por otra bloguera, me lanzó el desafío de hacerlo para Santa Claus, desde el principio pensé en un Santa Claus de verdad. Esa noche mi marido tenía cena de empresa así que me iba a evitar el trance de dar explicaciones surrealistas. Mis hijos, enganchados a la tablet, no levantarían ni la vista. Esperé a que Ramón hiciera una llamada telefónica y recogiera sus bártulos. Le hice cuatro preguntas sobre lo que le gustaría cenar y quedamos en la salida del hipermercado. La cosa fue francamente sencilla. Recién licenciado en derecho, acababa de hacer el Erasmus en Catania (Sicilia). Aun sentía añoranza por Italia, su gastronomía, y cierta compañía.... con la que ahora se carteaba; así que pensé que mi pizza Siciliana le encajaba de maravilla. - "Vas a probar la mejor pizza que hayas comido en tu vida". Para acompañarla, una rica Coca cola pero de botella que son las que a mí me gustan. No sé si sabéis que la figura de Papá Noel, tal y como hoy la conocemos es una creación publicitaria de esta marca, que decidió que vestirla de rojo y blanco como su imagen corporativa. Hay muchas representaciones anteriores a esta decisión comercial donde aparece de color verde, pero yo soy incapaz de imaginarlo de otra manera diferente a la actual. Para más info. sobre la leyenda de Papá Noel, sus orígenes y su historia qué mejor que la famosa Wikipedia. Sobre el Papá Noel que vino a cenar a casa mi pizza siciliana, podría contaros cosas mucho más interesantes, pero sobre algunas he de guardar absoluto silencio porque resulta que su madre también me sigue en el blog. ¡Hola! Cuando se quitó la pesada chaqueta de terciopelo para sentarse a la mesa, el barrigón de tela, y demás parafernalia, se me apareció con una camiseta negra de Bruce Springsteen, y unos Levis Slim fit. ¡Menuda diferencia! Así que visto lo visto, decidí poner como música ambiente, mi canción preferida de Navidad que no es nada convencional y que sabía le iba a gustar. Ramón se levanta 100 euros por hora con el trabajo de Papá Noel, lo cual le viene de cine como complemento a su sueldo mileurista. Para este papel se piden ciertos requisitos como tener más de 50 años y cierta habilidad con los niños. A veces la selección se hace mediante juegos de rol, por lo que hay que tener ciertas aptitudes lúdicas. También tienen preferencia las personas con nociones de interpretación o actores.... qué cosas... El primer requisito Ramón lo incumplía absolutamente, pero es una máquina jugando al Call of duty con la Play Station, así que sabe ponerse en el papel de otros a la perfección. Y por otra parte, trabaja como monitor de natación dando clase a niños pequeños, y

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como socorrista en verano; de ahí su tableta, sus deltoides y sus etcéteras... No sé si lo anterior o esta última enumeración fue lo que convenció al entrevistador o..... Entrevistadora. El caso es como resultado de todo ello yo lo tenía sentado a la mesa esperando a comer una pizza siciliana....

• 200 g de agua. • 50 de aove. • 25 g de levadura de panadería. • 400 g de harina (yo Santa Rita). • Una pizca de sal. • Pimiento rojo. • Anchoas en salazón. • Queso havarti. • Queso de cabra. • Aceitunas negras. • 1/4 de cebolla. • Tomate frito. • Orégano. • Rúcula o canónigos.

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Templamos el agua y el aceite y diluimos en él la levadura. Añadimos la sal y empezamos a incorporar harina poco a poco hasta obtener una masa que no se pegue a las manos. Dejamos reposar media hora en una zona sin corrientes y tapada con un paño. Nos saldrán tres pizzas medianas. Extendemos la masa con un rodillo sobre papel sulfurizado, pero no la dejaremos demasiado fina; la pizza siciliana se caracteriza por ser más gruesa de lo normal. Y aunque es de forma cuadrada yo la hago redonda porque me gusta más. Aplicamos el tomate con una cuchara, y luego el orégano. Cubrimos con queso Havarti. Añadimos la cebolla picada pequeña. Cortamos en tiras el pimiento y las anchoas y los colocamos sobre la pizza. La pizza siciliana lleva siempre anchoa. Añadimos los trocitos de aceituna negra y algunos pedacitos de queso de cabra. Horneamos en la parte baja del horno a 200 º durante 20/30 minutos. Al sacar esperamos un par de minutos a que deje de humear y añadimos las hojas de rúcula o canónigos. A Ramón se le caían las lágrimas, no se si porque se acordaba de su ragazza, Fabiana, o por que la pizza le entusiasmaba.... A falta de postre se sacó del bolsillo unos caramelos de una conocida Caja de Ahorros y los puso sobre la mesa. No les hice mucho aprecio, pero fue un detalle. Un encanto este Papá Noel.

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13 de enero de 2014

En estos momentos se que puedo ser la envidia del país para algunas y para otras como si el Sr Grey está metidito en una caja camino a Groenlandia sin billete de vuelta. Cincuenta sombras de Grey, una de las novelas eróticas más vendidas el año pasado, que describe a su principal personaje un joven magnate de negocios llamado Christian Grey. El señor Grey destaca en todos los libros por sus escenas explícitamente eróticas, y con elementos sexuales que involucran disciplina, dominación, sadismo etc. Os voy a ser sincera; yo también conocí al Sr. Grey.... Todo pasó el verano pasado sentada en un avión con destino a Ibiza, a mi izquierda mi marido, a mi derecha una chica joven leyendo un libro, en la portada una corbata gris.....la vi y pensé: bonita corbata, desconocía por completo el libro. Unas horas más tarde, ya en la playa, observaba el ambiente, la playa, la gente....hacía mucho calor y decidí irme a por una botella de agua, camino al bar observo que la mayoría de las mujeres que están leyendo tienen en sus manos el mismo libro -¡vaya! ¡Todas leen el libro de la bonita corbata! Cuando regreso a mi tumbona, le comento a mi marido que hay bastantes mujeres en la playa leyendo el mismo libro... ¿será bueno? ¿Tendrá intriga?, la verdad no le doy más importancia de la que tiene y me olvido por unos días de....la bonita corbata. Recién llegada de la isla, tengo a dos amigas a cenar en casa, las tres solas nos lo pasamos en grande toda la noche, en el momento del café, me dan un obsequio. ¡OH que ilusión! esas cosas que solemos hacer las mujeres, llevar un detallito a casa de la anfitriona y por

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su forma y peso doy en el clavo que es un libro, como me conocen muy bien, será un bonito libro de cocina. ¡Rompo el papel y anda! -si es la famosa y bonita corbata gris, sonrío y ellas me miran con cara maliciosa y endemoniada, -¿porque me miráis con esa carita? ¿Que tiene este libro que veo últimamente en manos femeninas? - Ah! ¿Es que no lo conoces? te presentamos al Sr. Grey. Sin querer abrir debate si los libros son buenos o son malos o malísimos, yo me los he leído y los tres en menos de dos meses. Fueron el verano pasado mi compañía diurna mientras descansaba y tomada el sol y mi compañía nocturna mientras yo leía y mi marido miraba la tv. Reconozco que no son literatura pura, pero estuve entretenida varios días y como soy de las que se mete dentro de los libros y ahora especifico que quiero decir, pues reconozco que fuera de momentos muy repetitivos y para mi algo surrealistas los libros me gustaron pero no he vuelto a leer nada parecido ni del mismo genero. ¿Porque me meto en los libros? Pues por qué soy de las que se imagina los paisajes, las descripciones que leo las visualizo y estos detalles hacen que me guste la lectura. Reconozco que el Sr- Grey en según que momentos ha hecho que mis calores propios del verano se descontrolasen un poco, llegaba el momento que no sabía si eran por las temperaturas del mes de agosto, si porque una está más pallá que paquí o porqué el Sr. Grey me causaba efecto-causa. Os estaréis preguntando si me he visualizado con el Sr.Grey en algún momento, la respuesta es no, así de sencillo. Puedo imaginarme al buenorro de Christian, porque así lo pintan o al menos te lo imaginas guapo, rico, con clase. Visualizarme en el cuarto rojo... como que no, una es de gustos un poco más clásicos y están fuera de peligro a tener contracturas cervicales y musculares, según que práctica creo que acabaría con antiinflamatorios y ya no digamos mi elasticidad, con los años va disminuyendo aunque tampoco penséis que me quedo corta eh!!!! En cambio Christian es de buen comer y de buen beber, y os aseguro que una buena mesa si que la compartía y con los ojos vendados..... Tener un buen apetito es importante porque Christian Grey no para de comer y beber vino y pretende que su pareja le siga el ritmo. El lo quema en el gimnasio entre otras maneras que tiene. Si no tienes buena genética, y no puedes comer de todo sin que te estropee la figura, tu opción es contratar un entrenador personal, la verdad lo del entrenador personal o mejor os digo lo del gym lo llevo más bien mal, voy dos días y dejo de ir cinco, vamos que este tipo de disciplina no va mucho conmigo.

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Christian come bien, hombre de mesa refinada y bien puesta y siempre acompaña sus comidas por simples que sean con un buen vino, su vinoteca está llena de buenos caldos destinados a cualquier plato que se le antoje. Sr. Grey acepto su propuesta a cenar en tu magnífico ático dúplex, es lo que manda #eldesafio, mi querida amiga Beatriz, la más To be gourmet del planeta así lo ha querido, pero esta vez te traigo yo el primer plato, voy a traer un foie micuit que te va hacer perder el sentido y si quieres la dignidad, lo podemos acompañar de manzana caramelizada, cebolla o sal maldon, ya sabes cuanto menos disfrazadas las cosas...las disfrutas mucho mejor, eso sí, juego con un poco de ventaja a diferencia de Anastasia, soy una mujer ya hecha y derecha, que perdió hace años las vergüenzas, que le encanta la buena mesa, el buen vino y sabe cocinar. El magnifico ático, está situado en el centro de Seattle, con unas vistas inmejorables donde a mis pies duerme una ciudad llena de luz, en el salón encuentras el famoso piano, el que Christian toca por las noches cuando no puede dormir, a mi izquierda la barra de la cocina en la que Anastasia desayuna por las mañanas. Voy vestida para la ocasión pero sencilla, un vestido negro corto y zapatos altos, bueno muy muy altos no, pelo a medio recoger y como joyas los pendientes y la alianza, de entrada la llevo puesta, según como se tercie la noche puede ser mi "salvoconducto" Mientras preparo el foie en los platos, busco donde encontrar las tostadas de pasas e higos, Christian me observa mientras abre una botella de Château d´Yquem no vale la pena pensar lo que debe valer esa botella, nadie habla, entre nosotros una magnifica melodía que quiero compartir con todos vosotros (poner altavoces), abro un armario y encuentro la bolsa de las tostadas, cerca un lata plateada donde pone Thé, la abro y en ella encuentro una llave con una cinta roja de terciopelo, buf! me temo que ya se que puerta abre esa llave....... Tanto si sois amantes del foie como si sois amantes de la música a piano, esta receta os puede interesar, sinceramente está muy bueno y aunque parezca lo que no es, es sencilla de hacer, como todo, hay que ponerle ganas, paciencia y cariño.

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• 1 hígado de pato de unos 500-600 g • 1/2 cucharadita de azúcar • 1 cucharadita de sal • 1/2 cucharadita de buena pimienta, • 2 cucharadas soperas de Oporto • dos más de brandy. • Papel film • papel de plata.

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Abrir el hígado y poner toda la noche en la nevera en remojo con agua fría o leche. Al día siguiente abrir un poco más los dos lóbulos y sacar las venas gruesas con la punta de un cuchillo, también se puede sacar una piel fina que a veces sale cuando se arrancan las venas. Si el hígado de desmonta no pasa nada. Extender una hoja de papel film y poner encima el hígado abierto, espolvorear con el azúcar, la sal, licores y pimienta, todo bien repartido por los dos lóbulos. Cerramos el papel film con cuidado dando forma de rollo, que quede todo bien apretado para que no pierda los jugos de la maceración, cerrar haciendo un nudo en los extremos y lo volvemos a envolver con papel de plata. Yo lo he envuelto en papel film y lo he envasado al vacío. Dejar macerar en la nevera toda la noche. Al día siguiente ya lo podemos cocer al vapor, yo lo he hecho en el horno a vapor, a 100ºC vapor unos 15 minutos, si lo hacéis en vaporera también unos 15 minutos, dar la vuelta y cocer unos 5 minutos más. Pasar con cuidado el rollo a un bol con agua y hielo para cortar la cocción, y guardar en la nevera un mínimo de 24h, para que repose bien. Cortar y servir muy frío, acompañar con cebolla, manzana caramelizada o simplemente con sal maldon como hicimos nosotros, ya que el punto dulce lo encontramos en........... Las tostadas.!!!!!! Si...las tostadas!!!!!!! Las horas pasan volando, como todo lo bueno, el como acabó mi cita, me lo quedo para mi, pero quien me conoce bien sabe como acabó la velada, quien crea conocerme puede equivocarse... o no. A veces el placer no hay que buscarlo en lo más evidente, y muchos teniéndolo en la narices no saben encontrarlo.

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1 de febrero de 2014

Pánico en el salón, ¡¡VIENE A CENAR RATATOUILLE!!! ¡¡¡¡Pero si no le conocemos!! ¿Y que le ponemos? Bien, tranquilidad, empecemos por el principio: Tendremos que formalizar una invitación:

Una vez que la enviamos comenzamos a darle la vuelta al menú, un cocinero, maravilloso como Remy, dominador del sabor 100%, ¿que le pones para cenar? Poco a poco nuestras dudas se fueron despejando.

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Al fin y al cabo a quien recibimos en casa es a un amigo ( es cierto, que lo conocíamos de pasada, pero desde que Silvia lanzó el guante, se ha convertido en uno más de la familia, en un amigo) y eso unido a su pasión por el queso, y a mi renovada pasión por Francia, su cultura y su idioma, me hicieron elegir este plato: no es francés de origen, lo tengo totalmente claro, pero es una preparación que se usa con frecuencia para compartir, para celebrar el día de los amigos, porque solo con ellos comemos del mismo plato. Y llegó la mágica noche, y Remy acudió a nuestra cita con sus mejores galas. En casa todo era impaciencia, cuan difícil es atender a un pequeño gran invitado. La cena fluyó con soltura, no faltaron alusiones a mi tan querido París, ni trucos de cocina, ni recetas, ni dulzura, sencillez, ni bondad. Nuestra cena acabó rememorando el maravilloso monólogo de Anton Ego, y haciendo hincapié en el lema del Chef Gusteau "Cualquiera puede cocinar”.... y para muestra un botón.

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• 200 gramos de queso gruyère, • 200 gramos de queso Brie ( a falta de vacherin), • 200 ml de vino blanco seco, • nuez moscada, • pimienta blanca, recién molida • 1 cucharadita de maicena • Un ajo

También necesitamos: una fondue (si tenéis, en caso de que no, un cazo de barro refractario, o un cazo de vuestra cocina con el fondo grueso) pan para mojar, una cuchara de madera para remover.

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Untar el caquelon con un ajo partido por la mitad, Cortar los quesos en trocitos pequeños, y echar en el caquelon, junto con la nuez moscada, la pimienta blanca, y parte del vino. Debemos reservar un poco de vino para desleír la maicena. Poner a fuego suave, sin dejar de remover con la cuchara de madera, para que no se pegue, y cuando los quesos estén completamente derretidos, añadir el resto del vino con la maicena, dar unas cuantas vueltas y llevar a la mesa. * La fondue Moitié-Moitié se hace tradicionalmente con un 50% de queso gruyère y un 50% de queso vacherin, pero ante la imposibilidad de encontrarlo por ser de producción muy limitada, lo he sustuido por un queso brie francés de similares características.

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24 de febrero de 2014

Fuera hace frío, todo el día ha estado lloviendo sin parar. Menos mal que en casa se está a gusto. La chimenea lleva todo el día encendida y Alejandro no ha parado en ningún momento de echarle leña, yo apenas he tenido que preocuparme de otra cosa que preparar la cena, una cena muy especial y no por lo que vamos a comer sino por con quien lo vamos a compartir, hoy por fin, vuelve a casa Harry. Repaso la mesa y compruebo que no falta nada, mantel de hilo, platos brillantes y copas relucientes, preparo las velas que me trajo de su último viaje, siempre tiene que haber velas sobre la mesa cuando estamos juntos, debe de ser porque a la luz de las velas hemos compartido muchas confidencias, secretos, llantos y risas. Ha pasado tanto tiempo, 30 años nos separan de aquellos años en Hogwarts. Aún recuerdo cuando de niña fuimos a casa de los Dursley a conocerle. Las visitas eran frecuentes ya que mi padre y el Sr. Dursley estudiaron y crecieron juntos, se convirtieron en íntimos amigos y a lo largo de sus vidas compartieron negocios y amistad. En cuanto Harry llegó a sus vidas, también lo hizo a las nuestras. Aquel niño flachucho, de pelo revuelto y gafas redonda se convirtió de repente en mi hermano mayor, del que yo no me quería separar a pesar de que él huía de la niña pequeña como alma que lleva el diablo. Luego nos trasladamos y las visitas se distanciaron, ya sólo nos veíamos algunos días en verano (luego se marchaba con Los Weasley), entonces si que no me separaba de él y le pedía que me contara tooooodo lo que había hecho desde nuestro último encuentro, todo con pelos y señales, y él con su sonrisilla y gesto amable comenzaba a hablar. Nunca supe si la historia que me contó sobre como evito que un tal Voldermol se llevará la piedra filosofal que descubrió Nicolas Flamel, fué real. Cierto es que el Sr. Flamel vino a casa en alguna ocasión

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O como cuando salvó Ginny Weasley, la hermana menor de Ron, que fué poseída por el horrocrux de Voldemort.... ¿que habrá sido de Ron?, tengo que preguntarle, hace tanto que no se nada de él O cuando participo en el Torneo de los tres magos. ¡La magia, siempre la magia! Sonrio mientras pienso cuántas de aquellas historias fueron reales, Si me oye seguro que se enfada. Cuando se lo digo me enseña su cicatriz y me dice: ¡mira, aqui tienes la prueba! Hoy no le acompañara Ginny y tampoco sus hijos, James Sirius Potter, Albus Severus Potter y Lily Luna Potter. Hoy viene solo, tengo que agradecer que haya sacado un hueco dentro de su ciclo de conferencias sobre "la Magia y la Historia: Mitos y Leyendas", mañana temprano volará hacía Salem, pero esta noche será nuestro. El asado de cordero casi listo, lleva horas en el horno, cocinándose en su jugo. La tarta de calabaza enfriándose en la mesa de la cocina. El jamón y el queso cortado. El vino preparado, ya no toma cerveza de mantequilla , desde que probó uno de nuestros vinos se ha vuelto un apasionado de los buenos caldos españoles, creo que los conoce todos. Y para terminar la velada la Queimada, disfruta tanto preparándola que creo que sería capaz de perdonar la cena e ir directamente al fuego y conjuro. Suena el timbre!, ya esta aquí!, … A la queimada se le atribuyen orígenes celtas, pero, según afirmó en 1972 el catedrático de prehistoria de la Universidad de Santiago de Compostela, Carlos Alonso del Real esto sería imposible, ya que la destilación del aguardiente en Galicia no puede ser anterior a la introducción del alambique (de origen árabe) a partir de los siglos XII o XIII, ya en la Edad Media. Asimismo, siempre según Alonso del Real, el azúcar de caña, uno de sus ingredientes fundamentales, también lo introdujeron los árabes en la península ibérica (la difusión de su equivalente de remolacha es muy posterior, correspondiendo a las Guerras Napoleónicas). Esto le llevó a atribuirle orígenes medievales a la bebida. Posteriormente, el antropólogo Xosé Manuel González Reboredo, afirma que el consumo de aguardiente —normalmente sin quemar— era habitual en la Galicia rural tradicional, donde tenía fama como medicina contra el catarro y que en un momento dado —que él sitúa en torno a los años cincuenta del siglo XX— gallegos residentes en el exterior empezaron a tomar esta bebida en las fiestas o después de las comidas.1 En reuniones de este tipo habría surgido la costumbre de acompañar el consumo de la queimada de conjuros compuestos exprofeso para el momento. Esta costumbre se difundió tan rápidamente que ya en el año 1955 el alfarero mindoniense Tito Freire, creó los recipientes de barro cocido, con forma de tartera y patas en los que se suele preparar habitualmente. Todo el ritual de preparación está dirigido a alejar a los malos espíritus y a las meigas que, según la tradición, acechan a los hombres y mujeres para intentar maldecirles ya sea por diversión, por venganza,

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por algo que han realizado anteriormente, o por cualquier otro motivo. Cualquier ocasión es buena para realizar una queimada: una fiesta, reuniones familiares o de amigos. Tras la cena, en la oscuridad de la noche (que es uno de los mejores momentos para realizarla), los comensales se reúnen alrededor de la queimada, para animar los corazones y estrechar los lazos de amistad. Uno de ellos se encargará de darle el toque final levantando con un cucharón el líquido en llamas y dejándolo caer poco a poco en el recipiente mientras pronuncia el conjuro, lo que crea un ambiente muy especial. (Wikipedia)

Por cada litro de aguardiente:

• 120 grs. de azúcar • la piel de un limón y una naranja • un puñadito de granos de café

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En un recipiente de barro cocido (el que veis en la foto es el original) se vierte el aguardiente y el azúcar en la proporción de unos 120 gramos de ésta por litro de aguardiente, la piel de limón, y naranja y se remueve. Yo también le añado unos granitos de café. En el cucharón (yo utilizo un de madera porque se rompió el de barro que traía el recipiente) cogemos un poco de azúcar mojada con el aguardiente y le prendemos fuego. Cuando esté ardiendo lo acercamos despacio al resto del aguardiente para que todo se prenda. Se mojan los bordes del cucharón con la bebida y se le prende fuego. A continuación se revuelve lentamente dejando que suban las llamas del alcohol y creando cascadas con ellas. Cuando empieza a apagarse, pero mientras el aguardiente aún arde, se recita el conjuro:

Búhos, lechuzas, sapos y brujas; Demonios, duendes y diablos;

Espíritus de las vegas llenas de niebla, cuervos, salamandras y hechiceras;

rabo erguido de gato negro y todos los hechizos de las curanderas...

Podridos leños agujereados, hogar de gusanos y alimañas, fuego de la Santa Compaña, mal de ojo, negros maleficios;

hedor de los muertos, truenos y rayos; hocico de sátiro y pata de conejo; ladrar de zorro, rabo de marta,

aullido de perro, pregonero de la muerte... Pecadora lengua de mala mujer casada con un hombre viejo; Averno de Satán y Belcebú, fuego de cadáveres ardientes,

fuegos fatuos de la noche de San Silvestre, cuerpos mutilados de los indecentes,

y pedos de los infernales culos... Rugir del mar embravecido,

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presagio de naufragios, vientre estéril de mujer soltera,

maullar de gatos en busca gatas en celo, melena sucia de cabra mal parida y cuernos retorcidos de castrón...

Con este cazo

elevaré las llamas de este fuego similar al del Infierno

y las brujas quedarán purificadas de todas sus maldades.

Algunas huirán a caballo de sus escobas

para irse a sumergir en el mar de Finisterre.

¡Escuchad! ¡Escuchad estos rugidos...! Son las brujas que se están purificando

en estas llamas espirituales... Y cuando este delicioso brebaje

baje por nuestras gargantas, también todos nosotros quedaremos libres

de los males de nuestra alma y de todo maleficio.

¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego! a vosotros hago esta llamada:

si es verdad que tenéis más poder que los humanos,

limpiad de maldades nuestra tierra y hacer que aquí y ahora

los espíritus de los amigos ausentes compartan con nosotros esta queimada.

Se sirve la queimada caliente, cuando se haya apagado casi por completo, incluyendo también los granos de café.. Quiero darle las gracias a mi hermano Juanjo que nos ha enseñado a adorar la queimada.

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16 de marzo de 2014

Hace veinte días recibí una misteriosa misiva, no un e-mail, ni un mensaje en Facebook, ni siquiera un WhatsApp, sino una carta amarillenta y escrita a mano en la que se me comunicaba que El Señor Marco Polo arribaría al puerto de Cartagena próximamente y que habiendo llegado a sus oídos noticias de lo mucho que me gusta preparar deliciosas viandas, solicitaba la merced de ser recibido en mi morada para disfrutar de alguno de mis platos. La verdad es que me quedé un poco desconcertada, pero como buena gastrobloguera no podía dejar pasar la oportunidad de tener un excusa para cocinar, así que le respondí que me sentiría muy honrada de recibir a tan grande señor e intentar agasajarle como la ocasión merecía. Entonces llegó el momento de pensar qué ofrecerle a alguien que ha llegado a ser el paradigma del viajero y de lo exótico…lo primero que pensé fue prepararle algunos platos chinos o de Asia Central, pero habiendo visto tantos capítulos de Españoles por el mundo me he dado cuenta de que quien vive fuera de su país, lo que más añora es la comida de su tierra, así que para que se sintiera como en casa, me decidí por una cena veneciana.

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Mi invitado llegó puntualmente, era un hombre de mediana edad, con barba poblada y ojos penetrantes, con una cortesía que hace tiempo desapareció de nuestro mundo, me agradeció que lo acogiera en mi casa y se disculpó por las molestias que me pudiera haber causado. Me ofreció una preciosa cajita llena de especias recién traídas de Oriente, y como el hambre ya apretaba, nos sentamos a la mesa deseando él probar mis viandas y yo escuchar sus historias. Se mostró gratamente sorprendido por la elección del menú, pues confesó que estaba un poco cansado de los nidos de golondrina y la sopa de aleta de tiburón, por no hablar de los rollitos de primavera y el pato laqueado que le hacían comer en cada sitio donde lo invitaban. Alabó generosamente todos y cada uno de mis platos, pero lo que más le emocionó fueron los frittelle (o fritoe como él los llamaba) un dulce típico del Carnaval veneciano que este año no había podido probar ya que se encontraba en plena navegación hacia España. En honor a la verdad he de decir que son una verdadera delicia y con ellos y una copa de grappa la conversación fluyó amena durante horas… Me contó cómo a los diecisiete años dejó su amada Venecia para viajar a Oriente con su padre y su tío, me habló de los grandes espacios de Asia Central, de las noches en lujosas tiendas bajo los cielos más estrellados que había visto nunca, de las grandes caravanas de

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camellos cargadas de toda clase de mercancías, de ríos tan anchos que parecían mares, de guerreros que nunca se bajaban de sus caballos, de mujeres misteriosas y esquivas de ojos rasgados, del aroma embriagador de las especias en mercados de ciudades aún más grandes que Venecia. Me contó cómo llegó a la corte del gran Kublai Khan, el hombre más poderoso de su época, cómo logró su confianza y cómo llegó a ser embajador del Khan y gobernador, me describió los palacios de oro, los trajes de las sedas más finas, las mil tribus, los cientos de animales nunca imaginados, las lenguas que tuvo que aprender, los inmensos desiertos, las más altas montañas… Me mostró un mapa con el recorrido de su interminable viaje y me confesó que a pesar de todas las aventuras, de todas las riquezas, de todas las maravillas que descubrió en tierras lejanas, durante cada noche de aquellos 24 años, añoraba su ciudad, sus canales, el olor a mar, sus vicoli y sus campi, el sonido de las olas contra las paredes de su casa, el carnaval y las noches de invierno cuando el frío y la humedad se metía en los huesos… Y por fin el regreso, tan distinto de aquel jovencito ansioso de aventura. Y después la guerra y la cárcel, y aquel Rustichello que escribió un libro relatando y exagerando todo lo que él le había contado. Y la vuelta definitiva, la tranquilidad, la familia…pero cada noche las ganas de escapar, de cabalgar por las estepas, de oler las especias, de escuchar los cantos de las mujeres de ojos rasgados, de no saber lo que traerá el mañana… Y cómo una de esas noches de insomnio una idea se abrió paso entre sus divagaciones…¿y si en lugar de viajar hacia Oriente, lo hiciera en sentido contrario? ¿Qué habría más allá de aquella península que parecía ser el final del mundo? ¿Qué nuevas maravillas encontraría? Y así , llevado por aquella idea inconcebible, había fletado un barco y dejado de nuevo su amada ciudad, así había llegado a mi pequeño puerto y a mi casa. Yo lo miré y no supe qué decirle, no pude hablarle de los grandes ríos, de las selvas, de los hombres que construían pirámides, de las grandes montañas y de las llanuras, del tabaco, y el cacao, del tomate y el maíz…no podía desvelar el secreto, todo aquello aún no existía. Lo dejé marchar con sus sueños, con sus ilusiones, con sus añoranzas…creo que nunca logró llegar a ese lugar soñado. Y por si queréis revivir esa fantástica noche, si queréis contar aventuras durante horas, si queréis desvelarle a alguien vuestros sueños, os dejo la receta de estas maravillosas Frittelle veneziane…

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• 250 g de harina • 1 vaso de leche • 1 huevo • 60 g de pasas • 25 g de piñones • 50 g de azúcar • 3,5 g de levadura de panadería seca • 1 copita de grappa o ron • Corteza de naranja rallada • Una pizca de sal.

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Poner a remojo las pasa con la grappa o el ron durante al menos media hora. Poner la harina con la ralladura de naranja en un bol, añadir la leche y el huevo y mezclar con un batidor. Añadir el azúcar, la sal y la levadura y mezclar bien hasta tener una masa espesa pero fluida. Si queda muy espesa, añadir un poco de más de leche. Por último añadir las pasas escurridas y los piñones, mezclar bien. Cubrir y dejar levar en un sitio cálido durante unas dos horas. Pasado este tiempo, poner al fuego un cazo con bastante aceite, poner una cáscara de limón y cuando empiece a chisporrotear, retirarla e ir cogiendo porciones de masa con una cuchara e irlas echando en el aceite. procurad no coger mucha cantidad cada vez, el tamaño ha de ser mas o menos de media cucharada. Cuando estén dorados por un lado darles la vuelta, sacarlos cuando estén bien dorados y escurrirlos sobre papel de cocina. Espolvorearlos abundantemente con azúcar glas y comerlos templados o apenas se hayan enfriado.

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5 de abril de 2014

He pasado estas ultimas semanas muy inquieta, realmente desde que mi amiga Lolah me anunció que ayer tenía como invitado a cenar a todo un Georges Brassens, bueno mas que a cenar a merendar, porque ya sabéis que los franceses son de cenas ligeras y un tanto tempranas para nuestros horarios. Para los que no conozcáis a Georges Brassens, contaros que ha sido un poeta y trovador, quizás el iniciador allá por los años 50, de lo que durante mucho tiempo después se ha venido considerando "canción protesta". Canciones sencillas con letras cargadas de ironía y con un marcado contenido político. Pero ha sido mucho mas que un cantautor o poeta, ha sido en definitiva un hombre comprometido con su tiempo a través de la palabra, una referencia de los intelectuales franceses a partir de los años 50. De familia humilde, ácido y sarcástico en el verbo, uno de sus pensamientos en forma de canción, afirma: "En el mundo pues no hay mayor pecado, que el de no seguir al abanderado..." Os extrañará que os cuente que yo solía escucharle en esas cintas de cassette gigantes que años atrás, muchos años atrás, ocupaban nuestros coches. La mayoría no sabréis ni de que os hablo, conocedores quizás tan solo del CD como lo mas arcaico de la tecnología, y el vinilo ya de la edad de bronce, pero esos casettes os juro que existieron..... Y si, yo era muy pequeña, tan solo una niña, pero crecí escuchando las letras y las músicas de Georges Brassens, Paco Ibáñez, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, junto a un joven Serrat y un Víctor Manuel que aun hoy me sigue gustando mucho mas que el actual. Y es que a mi padre le debo, no solo el gusto por el arte, la literatura, por la poesía, sino también esa vena inconformista y un tanto rebelde y revolucionaria, que de

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vez en cuando suele salir a la palestra, muy probablemente entre otras razones, gracias a todas esos viajes amenizados con el verbo ácido de estos cantautores. Así que con estos antecedentes, comprenderéis que tener tan ilustre invitado a cenar en casa, me ha generado una gran ilusión, a la par un cierto desasosiego.... ¿Qué le iba a ofrecer?... ¿Estaría a la altura en esta ocasión única? Sabía que era un hombre de gustos sencillos en la mesa, y no excesivamente refinados para ser Francés. Descubrí por suerte que se pirraba por el jamón ibérico, y sobre todo, que era un hombre goloso a mas no poder. Para mi sorpresa, la tarta Saint-Honoré con sus petit-choux rellenos de crema chiboust y el caramelo cubriéndolos le volvía loco, así que lo tuve fácil, un poco de jamón ibérico, pan tumaca y de postre Saint-Honoré. Y por fin ayer llegó el día. Sonó el timbre, no sabía si abrir o salir corriendo... Era él. De oscuro y con su pipa, se presentó con esa sonrisa entre socarrona y pícara, que tanto le caracteriza. Para mi sorpresa, tras los saludos protocolarios, lo primero que me ofreció fue un ramo de flores casi silvestres que traía de obsequio. Me hizo saber que a pesar de la imagen que se puede tener de él, es un hombre detallista, y por supuesto considera imperdonable presentarse en un casa a disfrutar de un ágape sin un detalle para la anfitriona. No me lo podía creer. Quien me lo iba a decir, George Brassans en mi casa y con un ramo de flores preciosas¡¡¡¡. Un autentico seductor, os lo aseguro. No os puedo contar demasiado, estaba tan atolondrada que no recuerdo muchos detalles, y en ocasiones al tratar de acercarlos, casi me parece que aquello, mas que una realidad, no fue sino un sueño. Eso si, recuerdo que la conversación resultó tan fácil que parecía como si nos conocieramos de mucho antes. En un perfecto español con marcado acento francés, charlamos de la vida, del feo rumbo que está tomado el mundo, de la falta de compromiso... Coincidimos en reconocer que nos encontramos en tiempo de cambios, de revolución, y que es precisamente en estas épocas cuando la sociedad engendra sus mas excelsos vástagos, espoleados por la necesidad global. Esperemos que así sea... También escuchamos música, comentamos algunos poemas e ... incluso se atrevió a cojer la guitarra, y regalarme alguna de sus canciones. Por lo demás, me consta que disfrutó de la cena y especialmente del Saint-Honoré, que yo con los nervios casi no pude ni probar... Se despidió con un "À bientôt" (hasta pronto) y al marchar dejó la casa impregnada de un dulce aroma a tabaco de pipa, que casi sin darme cuenta me trasladó a otros recuerdos de mi infancia que llevaban mucho tiempo dormidos, y que sin brusquedad, según iban aflorando, me hicieron despertar de mi sueño. Gracias Lolah por tan bonita velada.

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Eso si, no penséis que me voy sin daros la receta de esta tarta emblemática para cualquier francés. El Saint-Honoré, es un clásico de la repostería francesa, que aúna sus mejores creaciones, el hojaldre, los petit choux, la crema chiboust que no es sino una crema pastelera aligerada con un merengue italiano, y todo ello recubierto de un crujiente caramelo. Una delicia de lo mas chic, que jamás hubiera pensado iba a ser el postre favorito de mi invitado. Es sencilla, y si os organizáis bien el tiempo no os resultará difícil. La receta también francesa del libro “Guía completa de técnicas culinarias: Postres” de Le Cordon Bleu. Eso si, lo siento tanto ajetreo me impidió sacaros esas fotos del paso a paso que se que tanto os gustan.

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Para 2 tartas de unos 15 cm cada una. Una lámina de Hojaldre casero de unos 300 gr. debidamente estirado de un grosor de unos 3 mm. En su defecto 1 lámina de hojaldre comprado. Pasta Choux:

• 125 ml de leche entera. • 125 ml de agua. • 1/2 cucharadita de sal (2,5 gr. aprox) • 7 gr. de azúcar. • 105 gr. de mantequilla. • 150 gr. de Harina tamizada. • 4 huevos (M-L) • Una boquilla redonda lisa de unos 0,8 mm

Glaseado:

• 1 yema de huevo, 1 cucharada de Leche y 1 Pizca de sal. Crema Chiboust: (Sobrará)

• 250 ml de Leche entera. • 4 Huevos (separadas claras y yemas). • 85 gr. de azúcar (En casa no somos muy golosos). • 20 gr. de Maicena. • 3 hojas de gelatina y 90 ml de agua. • 1 vaina de vainilla.

Caramelo:

• 50 gr. de agua y 200 gr. de azúcar. Nata montada:

• 250 ml de nata 38% m.g Kaiku sin lactosa. • 1 cucharada de azúcar. • 1 cucharada de estabilizante en polvo.

Materiales:

• Una boquilla redonda lisa de unos 0,8 mm. • Una boquilla de relleno. • Una boquilla para Saint Honoré o estrellada.

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Comenzamos preparando la Pasta Choux. Precalentamos el horno a 200ºC, calor arriba y abajo. Mezclamos en un cazo de fondo grueso, la leche, el agua, la sal y el azúcar y ponemos calentar a fuego no demasiado fuerte hasta que la mantequilla se haya derretido. Subimos entonces el fuego y llevamos a ebullición. Añadimos ahora la harina tamizada de golpe y comenzamos a mezclar enérgicamente con una cuchara de palo hasta conseguir una masa homogénea y sin grumos que se despegue de las paredes del cazo. En este punto dejamos de batir pues de lo contrario se nos convertiría en una masa aceitosa. Acercamos un minutito al fuego suave y movemos bien mientras dejamos secar un poco la masa. Retiramos, pasamos la masa a un cuenco y dejamos entibiar ligeramente unos 10-15 minutos, cubierta con un film. Templada un poco la masa, vamos añadiendo los huevos uno a uno, batiendo para integrarlos. La masa debe haber absorbido el huevo incorporado antes de añadir el siguiente. Veremos que la masa adquiere una consistencia mas suave, brillante y elástica. Nuestra masa está lista para usar. Pasamos la masa a una manga pastelera provista de una boquilla redonda y lisa de unos 0,8 mm. Sacamos el hojaldre de la nevera y preparamos las bases de hojaldre, que en mi caso fueron dos, una de unos 20 cm y otra de unos 15 cm. Sobre los círculos de masa de hojaldre, y con la manga pastelera rellena de pasta choux, vamos dibujando un cordón en forma de círculo, partiendo del centro y dejando 1 cm de masa sin cubrir entre vuelta y vuelta. Ojo debemos dejar también ese centímetro entre la ultima vuelta y el borde de la masa. Pinchamos el hojaldre con un tenedor para evitar que crezca en el horno y barnizamos la masa y el cordón con el glaseado. Llevamos al horno precalentado y cocemos durante unos 30 minutos. Veréis que en el horno crece mucho, tranquilos que luego al salir bajará. Dejamos enfriar sobre una rejilla. Listas nuestras bases, vamos ahora con nuestros Petit-Choux. En una bandeja de horno cubierta con silpat o papel de horno y con la manga pastelera rellena de pasta choux, vamos haciendo bolitas de aproximadamente 1,5-2 cm. Ojo que en el horno crecen

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bastante y todo dependerá del tamaño de nuestra tarta. Como las mías eran pequeñas, las bolitas no fueron excesivamente grandes. Barnizamos también con el glaseado y llevamos al horno a media altura. Horneamos unos 20 minutos, hasta que estén bien hinchadas, doradas y cocidas. Durante el horneado veremos que las bolitas crecen hasta cuartearse. Sacamos del horno, y dejamos enfriar sobre una rejilla, si bien a mi me gusta hacerles ya un agujerito con la punta de un cuchillo para dejar salir el vapor caliente y que no se nos reblandezcan. Mientras tenemos nuestros petit choux en el horno vamos preparando la Crema Chiboust. Esta crema es una crema pastelera a la que se le ha añadido gelatina para que tome consistencia y se le esponja con un merengue italiano para que tome textura tipo mousse. Así que tenemos que preparar primero la crema pastelera y seguido el merengue italiano. Comenzamos con la crema pastelera. Ponemos a calentar la leche con la vaina de vainilla abierta por la mitad y raspadas las semillas, a fuego bajo hasta que casi llegue a ebullición. Entonces cubrimos y dejamos infusionar unos 10 minutos. Entre tanto batimos las yemas con la mitad del azúcar hasta que la mezcla espese y quede blanquecina. Agregamos entonces la maicena y batimos bien hasta incorporar totalmente. Retiramos la vaina de vainilla y mientras seguimos batiendo los huevos, vamos incorporando poco a poco la leche. Mezclamos bien y llevamos de nuevo al cazo a fuego medio revolviendo constantemente hasta que la mezcla espese adquiriendo la consistencia de la crema pastelera. Ojo en este proceso no debemos superar los 80-85ºC pues se nos cortaría la mezcla. Por otro lado preparamos el merengue Italiano. Ponemos el agua y el azúcar a hervir. Cuando alcance los 110-112ºC, esto es cuando burbujee vivamente pero sin tomar color, comenzamos a montar las claras. Cuando estén empezando a montar, vamos incorporando nuestro almíbar en forma de hilo, batiendo a velocidad alta hasta que el merengue esté brillante y liso y bien firme. Entretanto hemos puesto a hidratar nuestras hojas de gelatina en agua fría. Una vez hidratadas las escurrimos para retirar cualquier resto de agua, e incorporamos a la crema pastelera aun caliente. Batimos bien para que se deshagan y no queden grumos. A continuación añadimos el merengue italiano en dos o tres veces y con movimientos envolventes para que no se nos baje. Lista nuestra crema cubrimos con film colocado directamente sobre la crema para que no aparezca la famosa pielecilla y reservamos en frío. Con una boquilla de relleno vamos rellenando los petit choux y reservamos.

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A parte preparamos el caramelo, con el azúcar y el agua, hasta que tome un bonito color dorado. En ese momento retiramos del fuego, pues aun fuera del fuego seguirá cociéndose pude llegar a quemarse y amargar. Ahora viene la parte mas delicada, pues debemos bañar los petit choux rellenos de crema chiboust en el caramelo y colocarlos a lo largo del contorno de nuestras bases de hojaldre. Debemos trabajar rápido para no dar tiempo a que el caramelo se endurezca, pero a la vez debemos ser cuidadosos porque el caramelo produce quemaduras importantes. Así que pinchamos con un tenedor cada buñuelo, lo cubrimos de caramelo y a la base con mucho cuidado. Casi tenemos nuestra tarta. Solo nos queda montar la nata bien fría con una cucharada de azúcar mezclada con el estabilizante, (o en su defecto con un par de cucharadas de queso crema como vimos en la receta del Roscón de Reyes), llevarla a un manga pastelera con boquilla estrellada por ejemplo, y rellenar el interior de nuestra tarta. Podéis hacerlo también con crema chiboust o merengue, pero a mi como mas me gusta es con nata fresca recién montada y poco azucarada. Llevamos un hora a la nevera para que los sabores se asienten, y al salir decoramos por ejemplo con un nido de hilos de caramelo. Lista para disfrutar.¡¡ Os puedo asegura que yo que no soy de petit choux, ni crema pastelera, me entusiasma. El mordisco del hojaldre con los petit choux rellenos de crema y el caramelo crujiente que lo envuelve todo, con la nata montada es un placer para el paladar, no solo en sabores, sino también en texturas. Lleva tiempo es cierto pero vale la pena prepararla. Os la recomiendo encarecidamente si queréis quedar como perfectas anfitrionas en una de esas comidas que soléis preparar en casa. Y lo dicho no es difícil, solo laborioso.

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Cuando murió papá, guardamos todas sus cosas en cajas y las dejamos en el trastero de Luis. No había ánimo ni fuerzas en esos momentos así que decidimos retrasar esas horas en las que decidir con qué nos quedábamos para recordarle y con qué no... son con éstas últimas, con las del con qué no, las que requieren de más esfuerzo, las que más vacío concentran. Trastos que uno no sabe si alguna vez tuvieron valor o siempre estuvieron ahí para revolverlo todo. Pero aquello que el ánimo no alcanza lo hace el sentido práctico de la vida. El trastero estaba a reventar y ya no cabía ni un alfiler. Había que hacer limpieza... Revolviendo entre montones de papeles, libros y agendas, encontramos una caja destartalada de puros habanos. Estaba atada con un trozo de cordel. Parecía que el cierre hacía mucho que ya no cumplía con su misión. Dentro, un sobre con negativos, unas cuantas fotos y una libreta. Fue mi hermano David el primero en soltar un "la leche" aunque ese día resonaron unos cuantos más. En seguida reconoció a Robert Capa. Yo no tenía ni idea de quién me hablaba. - ¿recuerdas la foto titulada muerte de un miliciano? - claro que sí, se ha especulado mucho sobre si fue o no un montaje. - pues era suya. Manda narices, una guerra que dejó tantos muertos, como tantas otras antes y tantas después, pero la gente se dedica a perder tiempo teorizando si el miliciano fingió su muerte horas antes de que le mataran. Manda huevos! A medida que veíamos más fotos, la cabeza comenzó a hervir. La leche! ésta es Gerda Taro! y Chim! la leche! la leche! Yo no era capaz de sumar dos más dos. Además, no tenía muy claro qué me estaban contando. Mis hermanos me hablaban a tres bandas. Gerda, la compañera de Robert. Chim, el tercer mosquetero. Los tres se conocieron en París, exiliados y comprometidos políticamente contra el fascismo. Ellos ya le habían visto las garras al monstruo y en aquellos años, nadie vivía ajeno a lo que estaba a punto de estallar en Europa. Sus nombres eran inventados. Tres emigrados judíos vendiendo fotos y reportajes en la capital artística y cultural más importante de la época no tenía ningún tirón. Fue idea de Gerda inventarse un seudónimo más glamuroso que calara mejor en las agencias y revistas: David Robert Szymin se convirtió en David Seymour aunque siempre siguió siendo Chim para sus amigos -un juego de palabras derivado de su apellido original-.

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Gerta Pohorylle, se convirtió en Gerda Taro haciendo un guiño a la Garbo y Endre Friedmann, André para sus amigos de juventud, pasó a llamarse Robert Capa -¿por Frank Capra? parece que sí. Buscaron que hablar de uno se asociara al otro y lo consiguieron-. De hecho, las fotos de Robert eran las mejor cotizadas así que los tres vendían sus fotos firmadas por él. Chim se hizo pronto con su propia reputación pero Gerda siguió cargando con la etiqueta típica de la época donde una mujer carecía de talentos propios y como tantas otras, se la relegó al papel de "compañera de" trabajando casi siempre a la sombra de Capa a pesar de que André siempre supo que sin ella no hubieran alcanzado jamás tanto éxito. Ni siquiera se la valoró debidamente a su muerte. Alma mater del periodismo en femenino, retrató más allá del campo de batalla y de los soldados. Ella posó su objetivo en las mujeres y los críos masacrados, en las morgues después de los bombardeos, enfermos en retirada, el hambre de los pobres que si ya era hambruna antes, en la guerra se convirtió en la muerte inexorable de muchos... y aún así, el mundo solo la retrató como el primer reportero de guerra caído en la guerra civil española... murió accidentalmente aplastada por un tanque... -¡la leche! ¡No entiendo nada! ¡Qué hacía papá con esto? -chicos... -¡vete a saber! lo mismo tuvo oportunidad de comprar material de coleccionismo y... -¡ni de coña! tiene hasta los negativos y en una caja de puros. Un coleccionista tendría este material en un vitrina o cedido a un museo. -chicos...¡chicos! -y papá no coleccionó en su vida ni un sello de correos... -¡chicos! dejar eso ahora -todos callamos al unísono. Mi hermano Jesús tenía la libreta abierta entre sus manos. Con la vista clavada en esas páginas y la voz solazada de quién ya está atrapado en la lectura, añadió- chicos, dejar eso ahora porque creo que la abuela Amparito nos lo va a contar de su puño y letra... Madrid, 5 de septiembre de 1937 Otro día de mucho calor. De nuevo me he quitado el luto para estar en casa. Bastante duelo concentra mis entrañas. Esta guerra se está llevando a mis hijos uno a uno. Es insoportable. No hay blusa negra que lo alivie. Por lo menos, la estampada me da menos calor. Hoy vino por fin André. Esta noche no pegué ojo entre los bombardeos de la Telefónica y los obuses en Atocha. La emoción por el reencuentro veló el descanso entre carga y carga. Pero este país ya está hecho a no pegar ojo... Dos golpes cortos y discretos en la puerta. Es él. Isabelita corrió a abrir pero la he atropellado en el pasillo, pobre mía. Abro la puerta y me lo echo a los brazos. Le aprieto con rabia y rompo a llorar. Dios mío, cómo puede parecerse tanto a Pepe! tan guapos y con esa sonrisa tan seductora, tan llena de vida. La de Pepín ya no. Jamás volverá a entrar en la casa y revolucionarlo todo con ese escándalo de risas y carcajadas. Jamás olvidaré la primera vez que Pepín trajo a André. Se habían conocido en París en los años que mi hijo paraba más por Montparnasse que por la Gran vía. André tenía que hacer unas fotos para una revista y mi hijo se negó en rotundo a que se instalara en una pensión. Recuerdo esos días con una felicidad infinita. ¿Apenas dos años de aquello? no, dos vidas. Dos infinitos. Pasamos a la salita y allí, a la luz, pude ver sus ojos recocidos en dolor y esa expresión tan simpática y amable de siempre se marcaba ahora en su piel quebrada por la rabia. Me contaron que en el entierro de Gerda su padre le abordó a golpes culpándolo por su muerte. Lloró sin consuelo y se lo tuvieron que

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llevar. No la tenía que haber dejado sola. Le dijo a Ted "la dejo en buenas manos" pero no la tenía que haber soltado de las suyas... eso es lo que rezaba su dolor. Tormento. André trajo a Gerda a casa justo al comenzar la guerra. Que parejita tan mona y tan enamorada. Se habían instalado en la Alianza, en la esquina con Rosales, pero como de momento no tenían allí nada montado, venían a usar el cuarto de Pepín que hace siglos dejó de ser un dormitorio para convertirse en un cuarto oscuro de relevado. Hace unos meses Gerda había comenzado a venir a casa sola. André cogía todo tipo de reportajes pero a ella solo le interesaban los de nuestra guerra. Les costó más de un disgusto esta cabezonería suya pero doy fé que hay que ser mujer para entender a qué sabe la libertad cuando se trastea en un mundo de hombres y por fin el periodístico la trataba de tú a tú. Había dejado de ser la chica de Robert y no iba a aflojar este mérito ahora. André se resistía a dejarla sola. Tenía pánico a perderla. Madrid estaba llena de Pacos -francotiradores- y ella tenía la mala costumbre de caminar a tiro, de cruzar las plazas diagonalmente sin bordearlas, sin buscar el amparo de los portales. Ya habían tenido algún que otro susto y no sería la primera vez que regresaban a la Alianza con el trípode acribillado. La muy brujita le chinchaba diciendo "tú no quieres dejarme sola por temor a los Franciscos, no a los Pacos" y bueno, algo habría porque cada vez que André regresaba a París, le salían pretendientes hasta de debajo de las piedras y otra cosa no, pero escombros en Madrid tenemos muchos... El cuarto de Pepín está tal cual ella lo dejó. Yo no quiero entrar. En el aparador de la entrada aún está la leica que dejó la última vez. Me llevo las cámaras nuevas, dijo. Pero a dónde vas niña! dicen que en Brunete ya está todo perdido. Aún no, los ingleses aún están allí... por cierto Amparito, no sé si me dará tiempo a pasar esta noche. Mañana marcho a París, creo que iré con André a China. A China! dije. Pero que se os ha perdido en China!. Amparito ¿pero no lees el periódico? los Japoneses están bombardeando Shanghái... y se fue... Como siempre, André ha venido con un paquete enorme de comida. Dice que son víveres confiscados al enemigo y no me cabe duda que esa es la interpretación correcta. Un turismo morboso y desalmado se ha puesto de moda en Madrid. A medida que los franceses, ingleses y americanos nos dan la espalda y anulan el envío de la ayuda prometida, son sus clases privilegiadas las que acuden a retratar la guerra regresando días después a sus tés de media tarde en París, Londres o Nueva York contando el glamour de la guerra... ¿los muertos en las cunetas? ¿el hambre de las madres? ¿los cuerpecitos infantiles enterrados en los escombros después de un bombardeo? gentuza! cómo pueden burlarse de nuestro dolor, de tanta desgracia que ya no nos cabe en el alma, cómo! Estos personajes, jamás son invitados en la Alianza o en el restaurante del sótano del hotel Gran vía pero en su ansia por conocer a los intelectuales y reporteros que allí se dan cita, los invitan a sus lujosas suites y así pueden dar razón a sus amistades de lo que les dijo o les dejó de decir Hemingway o Dos Passos. Robert Capa suena a famoso así que es invitado con bastante frecuencia y se cobra la visita bien cobrada, arramplando con todo lo que puede... a la cuenta de Mr. Tal o Mrs. Cual... pan, mantequilla, confituras, leche, café, cigarrillos. Lo que pille por delante o en las cocinas que este hombre no tiene límite. Esta vez, entre la mantequilla y las confituras se ha colado un paquete con chuletas... dios mío! chuletas! Este relato, es un homenaje a mi abuela Amparito, que como tantas madres se quedó casi sin hijos en la guerra. De 11 hijos, entre unas cosas y otras solo le sobrevivieron 4. De entre ellos, mi padre, el pequeñin, con la misma edad que tiene Lucas ahora y que pasó la contienda evacuado en un colegio de huérfanos dependiente del ministerio de hacienda porque mi abuelo, que había muerto al inicio del conflicto, poseía un cargo bastante respetado en esta institución lo que ayudó a evitar que mi padre fuera mandado a Francia con el resto de niños madrileños. El 5 de septiembre de 1937 una pequeña reseña

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en el interior del ABC en su edición de la mañana, relata que los niños evacuados habían llegado a Francia sin novedad y sin altercados durante el viaje.. Virgina de Sweet and Sour me desafió a recibir a Robert Capa en mi mesa pero he querido que fueran las manos de mi abuela las que cocinaran estas chuletas, la única receta de ella que mi padre sabía hacer. Adoraba esta salsa y sin poner freno, volvía a ser un niño agarrado a las faldas de su madre cada vez que lo saboreaba... En cuanto a mi relato, ya ves que está sin terminar. Me he extendido más de lo que las buenas formas reclaman en un blog culinario pero son muchos los enigmas que me quedan por desvelar: el por qué de estas fotos, cómo llegaron a esa caja de puros y qué hizo André con el resto de material que Gerda tenía en el cuarto de mi tito Pepe... no tengo más remedio que añadir: Continuará..

4 comensales

• 4 chuletas de cerdo y un poco de harina para rebozarlas ligeramente • sal y pimienta • un poco de aceite para freir • un puñado de ajos a gusto de cada casa (yo suelo usar 3 dientes) • el zumo de un limón • 2 rebanadas de una barra de pan viejo • perejil • opcional: aderezar la salsa con un chorro de vino blanco o un poco de caldo

concentrado

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Salpimentamos cada pieza de carne y la rebozamos ligeramente en harina. Frita así, evitamos que se seque la carne por dentro. Freímos en una sartén con lo justo de aceite para que cubra el fondo. Reservamos las chuletas fritas. Añadimos a ese aceite las rebanadas de pan y los ajos enteros con piel. Tradicionalmente esta mixtura se hacía con el mortero pero puedes usar si te es más practico la trituradora. Retiras la piel a los ajos y tritúralos junto con el pan y el zumo de limón. Si lo vas a hacer con trituradora, añade el perejil picado a la salsa después. Quedará muy espeso así que puedes o bien añadirle agua, vino o caldo concentrado hasta que tenga la consistencia de una salsa algo espesa... Salpimienta la salsa a tu gusto y junto con las chuletas pásalas de nuevo en la sartén y dejas que cueza no más de 5 minutos. Se trata de que coja cuerpo la salsa y se caliente la carne... poco más. La salsa va espesar por efecto del pan así que es posible que necesites regarla con un pequeño chorrito de agua o caldo. * * * * * * * * * * Nota sobre esta historia: los personajes y los hechos relatados son reales con la salvedad de que Robert Capa y Gerda Taro jamás estuvieron en casa de abuela ni conocieron a mi familia. Este encuentro es obra de mi retorcida imaginación. Nota sobre las fotos: he mezclado algunas fotos reales de la colección de Capa propiedad de la agencia Magnun con fotos ficticias recreando los tiempos en que los tres mosqueteros (Robert, Gerda y Chim) trabajaban fotografiando nuestra guerra. Estas fotos, son obra y milagro de mi hermano David y su -mi- querida Olga. Gracias por subiros a esta aventurilla:-)

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11 de mayo de 2014 Hoy me desperté un poco tarde, medio mareada y con una sensación rara, cuando de repente tocan el timbre de casa, corro a la puerta previa casi rodada por las escaleras, con un peinado de loca y a medio vestir atiendo y puaaaaaaaaaaaa a que no saben quien vino a visitarme? nada más ni nada menos que Cary Grant, si si, no estoy loca (solo mi peinado lo aparenta), era él en persona. Claro está que cuando me vio comenzó a reírse y me dijo: - Buenos días bella durmiente, recordás que tenemos una cita?! Queeeeeeeeee!!!! Hoyyyyyy???, Uyyuyuyui, bueno, bueno pero que apuesto hombre ven mis ojos y yo tan despatarrada, bueno eso no tiene remedio, no puedo cambiar en poco tiempo pero lo que si puedo es arreglar todo y sacar a mi compañía lo mas rápido posible de casa (que está tan desarreglada como yo) y ya que yo en vez de invitarlo a cenar como hace la gente civilizada lo invité a que pasáramos el día juntos (ninguna tonta no?, es que está tan guapooooo), en fin, le pedí que disfrutara de una taza de té mientras yo lo preparaba todo para salir a comenzar nuestra pequeña aventura. A que es encantador, no?( pobre no sabe en las que se metió al aceptar mi invitación), lo primero que hice fue pasarle unos pantalones mas cómodos (los de mi marido), ya que mi idea era sacarlo a dar un paseo en bicicletas por que pensé que sería bueno para él que una vez que pisara de nuevo la tierra tuviera la oportunidad de estirar los huesos ya que desde 1986 no lo puede hacer, en fin, un poco espantado con la idea aceptó los pantalones y la bicicleta (aunque sinceramente creo que hubiera preferido otra forma de transporte, con lo tanto que le gustan los animales!) Bueno, pasado el primer susto comenzamos a recorrer los caminos, fuimos a dar un gran paseo.

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Me contó que siempre tuvo una increíble debilidad por los animales y las aventuras. Que de niño sufrió mucho ya que siendo muy pequeño debió desprenderse de su madre quedando así muy confundido y desorientado lo cual lo llevó a hacer muchas tonterías tan grandes como que fue expulsado de la escuela (tarea para nada divertida). Fue entonces cuando decide entrar en una compañía de teatro y un par de años después, con tan solo 16 añitos se traslada a vivir en Estados Unidos. Me contó también que siempre fue un enamoradizo a tal grado que llegó a casarse cinco veces, y que con su penúltima mujer tuvo su única hija. Este apuesto caballero hizo una vida un tanto alocada, el alcohol fue algo que le complicó un tanto su existencia así que con sesiones psicodélicas y gracias al LSD logró superar su adicción, que loco, no? Jamás ganó un Oscar pero al contarme esto no hubo ni un gesto de desilusión, él supo que era uno de los actores mas queridos de la gran pantalla y creo que eso lo hizo sentirse muy feliz. Después de tanto pedalear y ya al borde de un ataque de hambre, acampamos y nuestro PICNIC comenzó, sí que yo invité a Cary Grant de picnic y me olvidé de contarles! Y por qué a un picnic?, porque este señor tan guapo era de nacionalidad inglesa y se me ocurrió que aunque uno tenga una vida muy dura siempre se tiene nostalgia de los pequeños momentos de felicidad, así que entre que le mandé su invitación y apareció él en la puerta yo estuve atareada preparando cada detalle, revolviendo placares para que cada pedazo de tela sea lo más inglés y romántico posible. En una de las canastas escondí mi celular en el que había bajado música de su época, el tan dulce Frank Sinatra tocaba a lo lejos mientras nosotros seguíamos con nuestras charlas y risas. Y entre swing y jazz nos comimos nuestra postre, una verdadera bomba de chocolate!

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• 120 gr de Almendras trituradas finito • 270 gr de Azúcar • 75 gr de Harina • 25 gr de Cacao amargo de muy buena calidad • 1/2 cdita de Polvo de hornear (levadura royal) • 5 Claras de huevo batidas a punto nieve recontra duro • 200 gr de Manteca (de vaca) derretida • 400 gr de Chocolate negro del mas rico que haya (yo usé de Lindt & Sprüngli) • 100 gr mas de Chocolate negro del bueno de 70% de cacao (también usé Lindt &

Sprüngli) • 500 ml de Crema de leche batida • 150 gr de Mermelada de frambuesas

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Precalentamos el horno a 160° Cernimos todos los ingredientes secos, incluido el azúcar. Batimos las claras a nieve y derretimos la manteca. Con movimientos envolventes incorporamos los secos y la manteca a las claras batidas, siempre intercalando secos con manteca, una vez bien integrado todo volcamos en un molde de unos 20 cm ø y horneamos unos 35 minutos. Una vez cocinado el bizcocho lo dejamos enfriar y después desmoldamos. Batimos 400 ml de crema hasta que se endurezca pero que no se corte y reservamos. Derretimos los 100 gr de chocolate 70 % y 300 gr del otro y una vez que esté templado mas bien frío pero antes de que endurezca lo incorporamos también a la crema con movimientos igual de envolventes, hasta que se nos haga la mousse. Calentamos 100 ml de crema hasta que casi hierva y retiramos del fuego, agregamos el chocolate restante y batimos hasta que se nos forme una leche chocolatada espesa, ese es nuestro ganache que nos va a servir para desparramar sobre la mousse y poder pegar nuestras frambuesas y flores si es que la llegaran a decorar de esa manera. Una vez que tenemos todo frío y listo, comenzamos con la unión de las capas: Bizcocho Mermelada Mousse Ganache Decoración

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Maite me desafió a invitar a cenar a Cary Grant, por desgracia nunca puedo seguir al pie de la letra los retos por eso nuestra tan divertida cena se transformó en un acogedor picnic. Gracias querida Mai por retarme de esta manera, la he pasado genial!!! Hoy tuvimos un día genial tan lindo fue que cuando me despedí de mi invitado me dijo: Vicky la próxima preparo yo la cena!, bueno, bueno, acepto ... pero que no sea muy pronto!

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31 de mayo de 2014

Hoy al despertarme me sentía más nerviosa que nunca... no podía imaginar que nada más y nada menos viniese a cenar a mi casa Cupido¡¡¡ No sabía si iba a estar a la altura y me puse manos a la obra para preparar un postre del que se enamorara locamente... un postre romántico y seductor como el que más... y con un toque pícaro como él con esa nota de fresas... Cuando ya tenía toda la cena preparada y la mesa puesta y adornada para la ocasión empecé a sentir un ligero mareo y quise acostarme sobre el sofá y cuando tuve de nuevo consciencia allí estaba él, nada más y nada menos que cupido...siiiii... con sus rizos rubios, su arco y sus flechas... Por un momento me temblaron las piernas, pensé que me habría lanzado la flecha equivocada y que podría perder el amor para siempre pero luego me di cuenta de que estaba totalmente equivocada.... Empezamos a hablar antes de cenar sobre muchas cosas y me contó algo sobre su historia que por cierto, me fascinó. A cupido se le conoce con su arco y sus flechas como el mayor símbolo del amor, provocando que las personas se enamoren ciegamente. Algunas veces le podemos ver con los ojos vendados para demostrarnos que el amor es ciego. Para los romanos cupido era el dios del amor, hijo de Venus y Marte. Era un poco pícaro y a la espalda llevaba siempre dos clases de flechas, unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo y otras de plomo con plumas de buho que provocaban la indiferencia.

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Tras muchas y duras pruebas Cupido se enamoró locamente de un princesa de la tierra llamada Psique (Alma). De esta unión nació una hija llamada Voluptas cuyo nombre significa Placer. He de decir que ha sido una de las cenas más románticas y maravillosas de mi vida pues se respiraba el amor en el ambiente y era una sensación mágica y embriagadora... Brindamos con una copa de vino y cuando llegamos al postre creí morirme pues no sabía si iba a estar a su altura y cuando tomó un pedazo se sonrió y me dijo que era la tarta más sensual y deliciosa que había probado nunca...era jugosa, su sabor a chocolate espectacular y su toque y aroma a fresa hacía casi morir de placer.... wauuuuuuu....había triunfadoooooo Y entonces pensé... me lanzará una flecha de amor instantáneo??? Se hizo el silencio y entonces me miró fijamente y me dijo... Hace mucho que te lancé una gran flecha del amor y tu lo sabes, por eso cada día cuando te despiertas sientes esa sensación tan maravillosa, sientes como el amor inunda tus venas, por eso amas cada segundo de la vida, por eso disfrutas cada momento.... ese es el verdadero amor... disfrútalo y sigue siendo así me dijo. No sé si fue el vino o los nervios que había tenido pero volví a sentir ese mareo y ese temblor de piernas y cuando quise darme cuenta volví a estar recostada en el sofá. Abrí mis ojos poco a poco y creo que nunca me había sentido tan bien... De repente noté un papel entre mis dedos...era una nota, una preciosa nota de amor que me había regalado él para que nunca olvide que el amor es lo más maravilloso que existe y por lo que respiramos cada momento de nuestras vidas. Ahora vamos con la receta que con tanto amor se me pasa jejeje...

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Para unas 12 raciones • 100 gr. de chocolate negro troceado. • 250 ml. de agua. • 125 gr. de mantequilla reblandecida. • 250 gr. de azúcar moreno. • 3 huevos. • 150 gr. de harina de repostería o harina leudante. • 25 gr. de cacao en polvo. • 750 gr. de fresas o fresones. • 250 ml de agua para el almíbar. • 200 gr. de azúcar para el almíbar. • 2 cucharaditas de café de pasta concentrada de fresas (opcional). • Para la cobertura de chocolate, • 200 gr. de chocolate negro troceado. • 160 m. de nata. • 1 cucharada de licor fray angélico (opcional).

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Echar el chocolate troceado y el agua en un cazo. Con unas varillas remover a fuego muy suave hasta que se funda el chocolate. Retirarlo del fuego. En el cuenco de nuestra amasadora o en un cuenco amplio normal batir la mantequilla y el azúcar con las varillas eléctricas hasta que se mezclen bien. Incorporar batiendo los huevos de uno en uno, justo hasta que estén bien mezclados. La mezcla puede cortarse en este punto, pero se arreglará más adelante. Incorporar la harina tamizada, el cacao y el chocolate caliente que tenemos reservado de antes. Mezclar bien y verter en el molde que tenemos previamente preparado y engrasado. Hornear el bizcocho durante una hora aproximadamente. Mi molde era amplio, de 23 cm, y lo tuve unos 45 minutos y me fue suficiente. Si vuestro molde es más pequeño y os queda más alta habrá que tenerlo en el horno un ratito más para que se cuaje bien. Dejar enfriar bien y con ayuda de un cuchillo de sierra dividir en dos discos el bizcocho. En un cazo echamos el agua y el azúcar para el almíbar y cuando se caliente echamos las fresas bien troceadas y el concentrado de fresas. Dejamos cocer hasta que las fresas estén bien blanditas como mermelada y el almíbar se haya quedado un poco espeso. Dejamos templar un poquito. Colamos el almíbar y ya tendremos nuestra confitura de fresas y nuestro almíbar por otro lado. Con una cuchara bañamos bien nuestros bizcochos con ese almíbar por la parte de dentro y la de arriba. Añadimos una capa de confitura de fresas casera en el centro de nuestro bizcocho. Lo tapamos con la parte de arriba y lo ponemos sobre una rejilla del horno. Ahora haremos la ganaché para bañar la tarta Sacher. Echar la nata y el chocolate en una cuenco al baño maría. Con una cuchara de madera o unas varillas ir dando vueltas hasta que se deshaga el chocolate completamente. Bañar nuestra tarta con la ganaché y dejar enfriar. Decorar al gusto. Mi preciosa amiga Viky me desafió a invitar a cenar a Cupido. Ha sido una experiencia inolvidable... Muchas gracias a Viky que es un encanto y tiene esa felicidad tan contagiosa que da gusto hablar con ella.

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5 de junio de 2014 Noviembre 1963 - ¡Pero que nervios!!!!!!! ¡He ganado un premio!!!!!! Nunca adivinarías quien viene a cenar esta noche a mi casa!!! - ¿Premio? ¿Una cena? ¿Quién???? ( Te vas a cortar?) - (No, me quiero hacer un moño).Te voy a dar pistas: Es mi ídolo en el cine. Hace dos años se estrenó mi película favorita donde ella era la protagonista. En esa misma película canta y toca a la guitarra una de las canciones más románticas que jamás he escuchado. - Pues no caigo. ¿Hombre o mujer? (Pasa a lavarte). Es mujer, mide 1´70, muy esbelta, la más elegante, una cara dulce, pelo oscuro, bellísima. Nació en Ixelles, un municipio de Bruselas en 1929. Aunque tiene nacionalidad británica. Pasó su infancia en Bélgica, Inglaterra y Paises Bajos coincidiendo con la Segunda Guerra mundial y la ocupación nazi. - ¿Dices que es actriz? Cuéntame algo sobre su carrera cinematográfica. (Te pongo mascarilla lo llevas un poco seco). Comenzó a estudiar ballet en Amsterdam y luego siguió en Londres Trabajó como corista en varias producciones teatrales del West End de Londres. Protagonizó su primera obra, Gigi, en 1951 en Brodaway. Apareció en numerosas películas británicas en 1951 y 1952. En 1953 recibió un Óscar a la mejor actriz por su interpretación de Princesa en la película Roman Holiday, junto a Gregory Peck.

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Después se sucedieron numerosas nominaciones a los premios Óscar por sus interpretaciones en películas de éxito como: Sabrina 1954, The Nun's Story- 1959, Breakfast at Tiffany's- 1961 y La Calumnia-1961 También ha trabajado en The Unforgiven - 1960. Green mansions -1959. Ariane- 1957. Funny Face 1957. War and Peace- 1956. Su último estreno ha sido Charade junto a Cary Grant. - ¡No me digas más!!!!! ¿Me estás contando que Audrey Hepburn va a cenar contigo????? - Conmigo y en mi casa, le tengo que preparar yo la cena. -Venga ya!!!!! ¿Te estás quedando conmigo?????? (¿Te lo hago liso)? -Ya te lo he dicho, he ganado un premio en la radio!!!!!!!!! (Sí, me quedará mejor el moño). - No no me has dicho nada de radio!!!! -Ah, es que con los nervios!!! Pues verás, resulta que el próximo 12 de Noviembre se estrena, por fin, Breakfast at Tiffany's en España. Yo tuve oportunidad de verla en mi viaje a Londres hace un año ¿Te acuerdas que te lo conté? Bueno, bueno que película!!!!! La película, llega esta semana a los cines de España, está dirigida por Black Edwars, la interpreta Audrey Hepburn junto con George Peppard y entre el reparto incluye a un español, Jose Luis de Vilallonga. Por lo visto, José Luis de Vilallonga y Mel Ferrer, el marido de Audrey, hicieron muchas migas durante el rodaje y Vilallonga ha invitado al matrimonio a pasar unos días en España coincidiendo con el estreno de la película en Madrid. Vilallonga no ha podido guardar el secreto y lo sabe toda la prensa, pero el matrimonio lejos de enfadarse ha accedido a posar ante los medios, a dar alguna entrevista radiofónica y lo mejor de todo: Audrey se comprometió a cenar en la casa de algún fan!!!!! Así lo habían anunciado en Radio Nacional. ¿Y a quién le ha tocado el premio? - ¿A ti? - ¡Exacto!!!!! Lo que menos me esperaba es que la cena fuera un premio por contestar a una pregunta en el programa de cocina al que estoy enganchadísima!!! Famosos en la cocina, ese programa en el que a la vez que hacen una receta entrevista a un famoso. -No lo he escuchado nunca. - A mi me encanta!!! Ayer, la entrevistada era Audrey, contó que aunque ahora no tiene mucho tiempo, adora la cocina y lo que más le gusta comer es pasta y ensalada. Que le gustan los platos muy sencillos pero con mucho color y que adora el chocolate.

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Me llamó mucho la atención una de las frases que dijo: "Seamos realistas, un agradable pastel cremoso de chocolate puede hacer mucho por un montón de gente, lo hace por mí." En ese momento me acordé de la Sacher que le hubiera hecho mi querida Anita, una amiga que también ganó uno de estos concursos e invitó a cupido a cenar: La receta también la dio Audrey, prepararon un plato de pasta italiana. Dijo que es una interpretación de la receta tradicional de los spaguettis al pomodoro, al modo Hepburn, mucho más ligera. Al acabar la receta, Audrey habló un poco de la película, que por fin, después de dos años de su estreno, llegaba a España, contó que en Desayuno con Diamantes, así se va a llamar aquí, comenzaba tomando unos bollos frente al escaparate de Tiffany´s después de una noche de fiesta. Fue entonces cuando dieron paso al concurso, la misma Audrey, chapurreando un poco de español, fue la que formuló la pregunta. Yo, que ya me había preparado con el teléfono en la mano, para que nadie se me adelantara, marqué todos los números excepto el último, sin ni siquiera entender bien lo que había dicho. Al acabar de lanzar la pregunta, rápidamente, marqué el último número y... -pipi-pipi-pipi-pipi...Ahhhhhh!... Comunicaba!!!! Algún espabilado se me había adelantado. La pregunta que había formulado Audrey era: "Dime tres títulos de mis películas en las que salgo cocinando o degustando algún plato, puedo estar en la mesa o puedo ir por la calle comiendo". - Hola!!!!¿Cómo te llamas? - Hola, soy Pedro. - ¿Pedro, que más? - Pedro Almodóvar. - ¿Pareces muy joven Pedro? ¿Qué edad tienes? - 14 - ¿De donde nos llamas, Pedro? - De Calzada de Calatrava. Ciudad Real. - ¿Y te gusta el cine? - Es mi pasión, cuando sea mayor quiero ser director. -( Risas en la emisora) ¡ Caramba Pedro!!!!! Entonces conocerás muy bien a nuestra invitada ¿Sabes que tienes la oportunidad de preparar una cena a Audrey Hepburn? ¿Te haría ilusión? - Me encantaría, he visto todas sus pelis, bueno las que han llegado a Ciudad Real. - Entonces sabrás la respuesta del concurso?!!! Y lo más importante: ¿Qué le prepararías de cena? - Creo que sé las películas pero es que yo no se cocinar. ¿Vale si mi madre prepara la cena?

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- Oh, lo sentimos muchísimo Pedro!!!!! No sería justo para nuestros oyentes. Dile a tu madre que nos llame ella para concursar. - Es que no está en casa. - Nos da mucha pena Pedro. Lo que vamos a hacer es que te vamos a dar un par de entradas para que invites a tu madre al estreno de Desayuno con Diamates el próximo 12 de Noviembre ¿que te parece? -Ah, que bien, muchas gracias!!!!!!! -No cuelgues que ahora te cogen los datos. Y damos paso a la próxima llamada. Tenía una segunda oportunidad, (Si este moño es bonito) corriendo, volví a marcar los números, esta vez de un tirón. -piiiiiiiiiii....piiiiiiiiii Había linea!!! Creí que se me iba a salir el corazón!!! -Hola!!! ¿Quién eres? Espero que tú sí sepas cocinar!!! -Hola!! Soy Lola!!!! (Apenas me salía la voz, muchas risas) -Lola!!!!! ¿De donde llamas? -De Valencia (risas) -Antes de nada, ¿Te gusta la cocina? -Me encanta! Escucho cada día vuestro programa donde aprendo muchísimo (risas) -Claro que sí!!!!! Porque en este programa todos aprendemos a cocinar y además podemos hablar con vuestros ídolos. Veo que estás muy contenta Lola, me gusta tu risa!!! -Ah, será de los nervios, yo siempre me río mucho, cuando estoy contenta, cuando estoy triste, cuando estoy nerviosa, más que risa es un tic! -Es normal que estés nerviosa, seguro que te encanta nuestra invitada, Audrey Hepburn y estás a punto de ser una de sus pocos fans, tal vez la única, que tiene la oportunidad de tener en su casa a Audrey y de cocinar para ella. - Cuanto me gustaría, Audrey es mi idolo!!!! -Bueno, pues vamos a ver si sabes la respuesta a la pregunta que nos ha lanzado la propia Audrey: Dime tres títulos de películas en las que Audrey salga cocinando o comiendo, puede estar comiendo algún plato en la mesa o ir por la calle saboreando algo. -Vale, vale! (...) - ¿Lola? - ¿Empiezo ya? -Esperamos tu respuesta! -Ah, perdón! jijiji .....Pues... En vacaciones en Roma sale tomando un helado italiano en los escalones de la Plaza de España. -Muy bien Lola, ya tenemos una. Vamos a por la segunda!

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-... En Sabrina, sale cocinando un soufflé. Lo malo es que se le olvida encender el horno y le sale crudo!!!! jijijijiji -jajaja Wonderful.(Se oye la voz de Audrey) -Estupendo Lola, vas muy bien. Dinos una película más y ya tienes tu premio!!!! -jijiji........ah, sí!!!!! En Ariane se come un muslito de pollo en un picnic junto al actor Gary Cooper. -Increíble!!!!! Vemos que conoces muy bien la filmografía de nuestra invitada!!! Enhorabuena Lola!!!!!!!!! ¡Has ganado una cena en tu propia casa con una estrella de Hollywood, un icono del cine y la moda, una leyenda!!!!! -Aaaaaaaa!!!!!! ¡Estoy contentísima!!!!!! -¿Quieres decirle algo a Audrey? ¿Sabes ya que le vas a preparar??? -Que es la mejor, y que le voy a preparar su comida favorita!!!!!!! -jajajaja Thank you, Lola! .............................................................. (-Me encanta el moño que me has hecho, gracias guapa) - Pero acaba de contarme..!!!! -No puedo, tengo que preparar la cena. -¿Pero es esta noche? -Claro!!!! Ya hablamos la próxima vez, tengo que venir a cortarme la semana que viene. -¡Ya me contarás!!!!!!)

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• Una cebolla pequeña • Dos dientes de ajo • Dos zanahorias • Dos troncos de apio • Dos latas grandes de tomate de rama pelados • Medio ramillete de hojas frescas de albahaca • Un chorro de aceite de oliva virgen extra • Parmesano fresco rallado

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Menos mal que me había grabado en mi magnetófono toda la entrevista de Audrey Hepburn en la cocina: "Pelaba y cortaba en dados una cebolla pequeña, dos dientes de ajo, dos zanahorias, dos troncos de apio. Lo colocaba todo en una olla. Añadía dos latas grandes de pelati italiano o tomates Roma pelados y medio ramillete de hojas frescas de albahaca. Añadía un buen chorrito de aceite de oliva y dejaba cocer a fuego lento durante 45 minutos. Pasado ese tiempo, apagaba el fuego y dejaba reposar durante 15 minutos. Lo servía sobre la pasta cocinada al denté con una cantidad generosa de parmesano fresco (Reggiano) y la otra mitad de la albahaca bien lavada y cortada con tijeras en una taza o vaso para evitar que se estropee o ennegrezca". La cena El jueves a las 7.25 de la tarde llegó Audrey a la puerta de mi casa. En ese momento había dejado de llover, pero momentos antes había caido un buen chaparrón. Yo la estaba esperando desde las 7:15, hora a la que habíamos quedado. La trajo un taxi. Los nervios que había estado sintiendo todo el día se me pasaron al instante cuando me di cuenta de que Audrey venía completamente mojada. Llevaba una gabardina impermeable pero el pelo se le había mojado, antes siquiera de saludarnos me contó que se le había escapado por la ventanilla del taxi, un gatito que había recogido de la calle al salir de casa y que se había bajado del taxi para buscarlo. Una vez lo había encontrado comprendió que el gato quería ser libre y lo había dejado marchar. Me pareció aún más guapa, más delgada y más increíble que en la pantalla. Allí estaba ella, en mi casa, con el pelo deshecho y la cara sucia por el maquillaje mojado. Pasamos al cuarto de baño directamente para que se secara un poco y se limpiara, se puso una toalla en la cabeza y salió a la cocina donde yo estaba calentando el agua para cocer la pasta. -¿Te puedo ayudar? Me dijo. -No te preocupes, siéntate que ya está todo hecho, solo me falta aliñar la ensalada y cocer la pasta. Toma, prueba este vino, a ver que te parece. La salsa la tengo a punto.

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¿La quieres probar? -¡Buenísima!!!!! mmm Me gusta mucho el vino de España!!!! Déjame que haga yo el aliño para la ensalada, tengo una receta riquísima ¿Tienes vinagre de arroz y salsa de soja? -Ah, estupendo!!! Ahí tienes todas las salsas, en ese estante ¿Qué más necesitas? jijijiji Nadie se lo va a creer, Audrey Hepburn cocinando en mi casa!!!!! -Bueno, ahora no soy la actriz, mira que pinta llevo!!!! 90% de vinagre de vino de arroz sazonado, 10% de aceite de oliva, un largo chorro de salsa de soja baja en sodio y pimienta triturada. Mi aliño favorito para las ensaladas!!!! -Caramba, eso hay que probarlo, en España ponemos mucho más aceite que vinagre. -El vinagre de arroz es suave y dulce y así es más ligera. -Pero tú no tienes ningún problema de grasas. -No, pero no estoy acostumbrada. Lo que me encanta es el helado. -Lo sé, de postre te he preparado tu favorito, una bola de vainilla con un chorrito de sirope de arce. ¿He acertado? -Mmmm, me encanta!!!! Veo que lo sabes todo de mí!!!! Ahora me tendrás que contar cosas sobre ti!!! He traído chocolate belga para después. Ya sabes que ahuyenta las depresiones. Aunque veo que a ti no te hace falta. Me encanta lo mucho que ríes!!!!! -Pues has acertado, siempre acabo el día con dos onzas de chocolate!!!!! -"Lo único que deseo es un cuarto en alguna parte, lejos del aire frío de la noche. Con una silla enorme, chocolate y una estufa a leña..."

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---------------------------------------------------------------------------------------------------- -¿Te vas a cortar? -Si, hoy si. Pero solo un poco. -¿Que tal la cena con tu actriz? Cuenta, cuenta… -Uf, aún estoy en una nube, he cumplido un sueño!!!! Que bien lo pasamos. Mira una de las fotos que nos hicimos durante la cena! ---------------------------------------------------------------------------------------------------- Bibliografía: Genuí. El blog de Paco Aviñó. Audrey Hepburn en la cocina. Belelu. 21 frases de la encantadora Audrey Hepburn.

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20 de junio de 2014 (WIKIPEDIA a 15 de junio de 2014) Felipe de Borbón y Grecia (Madrid, 30 de enero de 1968) es el actual Príncipe de Asturias y el heredero directo de la Corona de España, como primer y único descendiente varón de primer grado del último monarca reinante, Juan Carlos I. Está casado con Letizia Ortiz, Princesa de Asturias, con la que tiene dos hijas, Leonor y Sofía.[3] En el momento de su ascensión al trono, el nombre que elegiría para reinar sería, probablemente, Felipe VI de España.[4] [5] [6] Al príncipe Felipe le corresponden también los títulos de Príncipe de Gerona,Príncipe de Viana, Duque de Montblanc, Conde de Cervera y Señor de Balaguer.[7]

Nacido Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, Felipe de Borbón nació el 30 de enero de 1968, en la clínica de Nuestra Señora de Loreto, de Madrid.[7]

El 8 de febrero de 1968 fue bautizado en el Palacio de la Zarzuela por Monseñor Casimiro Morcillo, Arzobispo de Madrid recibiendo los nombres de Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia; Felipe, por Felipe V, el primer Borbón que ocupó el trono de España; Juan, por su abuelo paterno, don Juan de Borbón, conde de Barcelona, Pablo por su abuelo materno, el rey Pablo de Grecia, Alfonso por su bisabuelo, el rey Alfonso XIII, en ese momento, el último rey que había reinado en España, y de Todos los Santos, por tradición de la Casa Real Española. Como sabemos todos, el Rey D. Juan Carlos I abdicó el 18 junio del 2014.

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Y el 19 de Junio de 2014 se ha proclamado al futuro Rey de todos los españoles, Felipe VI. Una corona de plata sobredorada de aproximadamente un kilogramo y un bastón de mando convertido en cetro y recubierto de una rica filigrana y esmaltes verde azulados son las insignias reales que han acompañado al Rey Felipe VI, al igual que hicieron con su padre el rey Juan Carlos I. Son los símbolos de la Monarquía por excelencia y hoy 19 de junio estos atributos reales se convierten en centro de atención de muchas cámaras que enfocan al cojín granate bordado en oro que sostiene ambas piezas durante la solemne ceremonia en el Congreso. Hay muy pocas oportunidades de poder contemplar con detalle la corona y el cetro de la Corona, que normalmente permanecen en la cámara acorazada del Palacio Real de Madrid, junto con manuscritos, relicarios y joyas especialmente valiosas, como las de la virgen de Atocha. Aparte de por su gran valor histórico, porque además necesitan unas condiciones estancas de humedad y temperatura para poder conservarse sin apenas desperfectos. Cuando Lola del blog, http://lolacoci.blogspot.com.es/, me desafió a que sentara en mi mesa al entonces Príncipe de Asturias, y hoy, Rey Felipe VI, Lola no sabía una cosa, que la cena ya estaba en marcha. Os cuento, no os asustéis, todo tiene una explicación, veréis... Todo empezó el día 3 de junio del 2014, el día de San Hermenegildo. Venía el todavía Príncipe Felipe y su Majestad el Rey Don Juan Carlos I a presidir un acto que se hace en San Lorenzo de El Escorial cada dos años. Es la celebración de San Hermenegildo. Este año había muchísima más expectación que otros años, por lo que todos sabemos ya. El Rey Don Juan Carlos I abdicaba y le cedía el trono a su hijo Felipe, que pasaría a llamarse Rey Felipe VI. Hasta ahí todo normal. Yo abrí mi tienda , como todos los días, claro que al tener el sitio que tiene la tienda, que es, en frente del monasterio , tenía unas vistas privilegiadas, así que estuve allí, en primera fila, y como me dijo mi amiga Lola, viviendo la historia de primera mano. Lo que no sabía Lola, ni yo, en ese momento, es, que el Príncipe Felipe, se había fijado en mi tienda cuando pasó por delante y le dijo a sus escoltas, que cuando acabara el acto se quería pasar para llevarle un detalle a su esposa. Imaginaros!!!! Como veréis en las fotos anteriores, vino la guardia real primero a avisarme. Y efectivamente, cuando acabó el acto se pasó por la tienda.

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Cuando entró llenó toda la tienda con su presencia, tiene una planta increíble!!!!. Le gustó una vajilla y una cristalería que tengo y le llamó la atención que tuviera tantas cosas de cocina. Le dije que tenía un blog de cocina, que la cocina era mi pasión y que el blog me servía para desconectar y me divertía mucho. Había conocido a mucha gente estupenda, entre ellas Lola, una chica simpática, divertida, siempre sonríe y con un blog lleno de comidas ricas y lleno de optimismo y le recomendé que lo visitara que le iba a encantar. Entonces, el me dijo que su comida favorita era el arroz con bogavante y que iban precisamente a comerlo en un Restaurante que hay en San Lorenzo de el Escorial que se llama "El Horizontal" ( esto si que ocurrió de verdad, lo se de primera mano, ese día, el entonces príncipe Felipe, comió en ese restaurante un arroz con bogavante) así que le dije que yo hacía el mejor arroz con bogavante del mundo y que le invitaba a cenar el 19 de junio con mi familia. Pensaba que se iba a reír de mí, pero no, cual fue mi sorpresa que aceptó. Me dijo: " ese arroz hay que probarlo!!!! allí estaré a las 20.30 h, te parece??? Me parece perfecto!!!!! Dije yo. Fue invitado a mi casa el príncipe de España y pisaba mi casa el Rey de España, el mismo día de su investidura!!!. 19- Junio- 2014 LA CENA Ya estaba la mesa lista, creo que para el personaje que venía, la mesa tenía que ser elegante, sobria y sencilla, espero que le guste!! La cena fue muy cordial, hablamos un poco de todo, es una persona tremendamente preparada y que te cuenta infinidad de anécdotas que le han ocurrido a lo largo de su vida. Me contó la emoción que había sentido a lo largo de estos dos días, habían sido muy intensos y esta cena le servía de relax. Se sentía con una gran responsabilidad, y con mucha ilusión por el camino que emprendía hoy. Y por supuesto yo no podía dejar escapar al Rey de España sin decirle lo que pienso. Creo que cualquiera en mi lugar, hubiera aprovechado la ocasión. Así que le dije; Majestad, ya que no podemos elegir, si le queremos como rey, le pido que haga todo lo que esté en su mano para ayudar a los españoles a levantar cabeza. Lo primero que tiene que hacer es limpiar España de corruptos. Necesitamos un reinado activo y que emplee su poder y sus relaciones internacionales para que España salga de la crisis en que está metida. Necesitamos que haga algo por la juventud, que se tiene que ir fuera de España a trabajar. Quiero que fomente la cultura y que sea asequible a todos. Tengo dos hijos, de 15 y 10 años y me preocupa mucho el futuro que pueden llegar a tener aquí. Espero Majestad, que mis hijos un día puedan disfrutar de las cosas buenas que hizo por este País tan maravilloso que tenemos y que nos merecemos algo mejor.

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Confío que su puesto y su reinado sirva para algo, necesitamos gente íntegra que haga lo que tiene que hacer y no personas que estén de figurín. Espero que me entienda, pero...no podía dejarle ir sin decirle lo que pienso. El Rey Felipe VI, me escuchó muy atentamente y me dijo que haría todo lo que estuviera en su mano. Ya teníamos que despedirnos, estaba muy cansado!!!!. Os puedo decir que le encantó mi arroz con bogavante, disfrutó mucho de la cena y nosotros con él, será un recuerdo para toda mi familia para siempre, ¡¡¡El Rey había cenado en mi casa!!!

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Para el Arroz: • Arroz bomba (60 grs por comensal) • 2 bogavantes • Una sepia • 200 grs de gambón • Un pimiento verde • Un pimiento rojo • Un tomate • Media cebolla • 2 dientes de ajo • Azafrán • Ñora • Sal • AOVE Para el fumé de pescado: • 400 grs. de gambón • 3 ajos • Agua • Un poco de sal

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FUMÉ DE PESCADO Se sofríen los ajos con los gambones y luego se le añade 2 litros de agua, un poco de sal. Se hierve un rato, lo batimos muy bien y lo colamos y ya tenemos el fumé de pescado. Es un caldo sencillo porque el bogavante le va a dar sabor suficiente al arroz. Y reservamos. ARROZ CALDOSO CON BOGAVANTE Primero picamos muy finamente, el pimiento rojo, verde, media cebolla y la sepia y los gambones. Empezamos rehogando la verdura y cuando esté bien pochada la verdura, la sacamos y rehogamos la sepia y los gambones Cuando esté bien rehogado el marisco, lo sacamos y sofreímos un tomate a trocitos, éste debe estar bien sofrito, esto nos dará mejor sabor al arroz. Volvemos a añadir a la sartén, todo lo pochado anteriormente Removemos bien, añadimos el arroz, el majado de ñora y al azafrán y rehogamos un poco. MAJADO DE ÑORA En una sartén pequeña, con un poco de aceite, sofreír tres dientes de ajo y una ñora a trocitos. Cuando estén los ajos doraditos lo pasamos todo a un mortero y lo majamos. Ahora ya está listo para añadir el caldo de pescado, que habíamos hecho anteriormente. Dejamos que empiece a hervir y añadimos los bogavantes que están cortados a la mitad. Los mató el pescadero, yo sería incapaz. Los pusieron en un bol para que no se perdieran los jugos que suelta el bogavante y luego se lo añadí al arroz. Cuando añadimos los bogavantes, lo dejamos 7 minutos a fuego fuerte y luego bajamos el fuego y lo dejamos otros 7 u 8 minutos a fuego lento y ... como digo siempre ... ¡¡¡¡A CENAR!!!!!! Nos queda emplatar!!! Por supuesto ... primero al Rey de España!!! Acompañamos el arroz con un vino blanco, semi dulce, que a mi me encanta!!! Se llama BACH extrísimo semi dulce.

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El arroz salió para chuparse los dedos, estaba riquísimo y me consta que el Rey disfrutó mucho de la cena, era su comida favorita!!! Me desafió Lola, una valenciana simpática como pocas. Tiene una sonrisa que traspasa la pantalla y un blog estupendo. Hace unas paellas de muerte como podéis ver en http://lolacoci.blogspot.com.es/2013/03/paella-valenciana.html. Además de otras muchas cosas ricas. Enseguida congeniamos y tenemos una relación muy bonita. Compartimos, además de la afición por la cocina, el gusto por un cantante, Michael Buble, a que sí, Lola??? Jajjaja Cuando Lola me retó con el Rey Felipe V!, me quedé muda!!! , no sabía como afrontar este personaje tan polémico y tan de actualidad!!! Espero Lola que te haya gustado y a todos los que estáis acompañándome.

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30 de junio de 2014

Un día, en la vega de Granada, nació un niño, a cuyo alumbramiento asistieron todas las hadas. Una le dió el don de la simpatía, otra le dió ángel, otra le dió poesía. Cuando parecía que todas le habían alumbrado ya con tan graciosos presentes se vió que, oculta por las demás, aún quedaba un hada, menuda y apacible, al lado de las otras, evaporadas de orgullo. Se acercó ésta última y otorgó al recién nacido el don de saber vivir.

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La noche no quiere venir Para que tú no vengas Ni yo pueda ir. Pero yo iré, Aunque el sol de alacranes me coma la sien. Pero tú no vendrás Con la lengua quemada por la lluvia de sal. El día no quiere venir Para que tú no vengas, Ni yo pueda ir. Pero yo iré Entregando a los sapos mi mordido clavel. Pero tú vendrás Por las turbias cloacas de la oscuridad.

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Ni la noche ni el día quieren venir Para que por ti muera Y tú mueras por mí. Gacela del amor desesperado (Federico García Lorca) Pero la noche llegó, la del 17 de agosto de 1936. Yo llevaba una cesta de comida y un termo con café. -¿Qué quiere usted, a quien busca?, me preguntaron. -Vengo a ver al Sr. García Lorca. -¿Pa qué?. -Le traigo algo pa cenar. -No puede ser. -¿Por qué no puede ser?, dice otro. Es amigo suyo, le dice. Suba usted. -Pero tendrán que acompañarme, no sé donde está. Yo iba muerto de miedo, temiendo que me juzgaran a mí también. Me llevaron ante él, Federico estaba en una celda. Ya no escribía, pero tenía sus utensilios con él. Lo que no había era cama ni nada, sólo sus cosas. -¿Por qué has venido? -me preguntó. No quiero perjudicarte, me dijo. - Te traigo comida, vengo a cenar contigo. Él no quiso comer nada, no comió nada, sólo me contó su vida mientras en la puerta de la celda estaban los otros con los fusiles. Cuando volví al día siguiente me dejaron subir pero ya no estaba, en la celda sólo quedaba el cesto y una servilleta. -¿Donde está? -pregunté, ¿donde está García Lorca? -Váyase y no vuelva por aquí, ese señor nunca estuvo aquí. No lo volví a ver, ya lo habían fusilado, allí mismo, en Viznar. El contenido de la cesta era simple, estaba cargada de MARITOÑIS, un dulce granadino, como el mismo Lorca, que alimentó a varias generaciones tras la postguerra y que tiene muchas historias, casi tantas como la OBRA de Federico, empezando por su propio nombre, que fué concebido por Raimundo Pérez, su fundador, que decidió darle al producto el nombre de su hija Maria Antonia, a las que todos llamaban Maritoñi.

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Maritoñi es un producto de Graná y para Graná y que forma parte de la cultura de esa tierra tan excepcional y querida, pero como buena Granaína, Maritoñi no podía ser todo dulce y ternura sino que también tiene su pizca de MALAFOLLÁ, ese es sin duda el ingrediente secreto al que intentaré aproximarme lo máximo posible en su elaboración.

Se trata de un pastelito compuesto por una base de bizcocho tipo soletilla, un relleno consistente en una crema que cuenta entre sus ingredientes cabello de ángel, azúcar y canela y coronada por una galleta mantecada. Su elaboración es más entretenida que complicada pero os puedo asegurar que el resultado, si conocéis las verdaderas Maritoñis, es espectacular, y os lo digo yo que el cabello de ángel no es de mis ingredientes favoritos, ni siquiera me gusta, sin embargo, es de mis dulces preferidos.

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PARA LA GALLETA:

• 2 yemas de huevos tamaño "L" o 3 yemas si los huevos son "M". • 1 huevo entero tamaño "L". • 450 grs. de harina. • 150 grs. de manteca de cerdo. • 150 grs. de azúcar glass. • 4 grs. de levadura química. • 1 cucharadita de azúcar vainillado.

PARA EL BIZCOCHO:

• 4 huevos tamaño "L" • 125 grs. de azúcar. • 125 grs. de harina.

PARA EL RELLENO DE CREMA:

• 100 grs. de azúcar. • 50 grs. de harina. • 1 rama de canela. • 1/2 litro de agua. • 1/2 bote de cabello de ángel.

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GALLETA: Disponemos en un bol la manteca de cerdo, el azúcar glass, el azúcar vainillado, las yemas y el huevo y le añadimos la harina con la levadura, amasando hasta obtener una masa homogénea, pero sin trabajarla demasiado. Tapamos con un film y dejamos reposar en el frigorífico. Espolvoreamos la mesa de trabajo con harina y estiramos la masa con un rodillo, dejándola con medio centímetro de espesor, y cortamos las galletas con un cortapastas. Las disponemos en una bandeja forrada con papel de horno y horneamos a 180º durante unos 15 minutos aproximadamente, hasta que veamos que los bordes estén doraditos. Sacamos y dejamos enfriar. Reservamos. BIZCOCHO: Separamos las claras de las yemas y batimos las claras con unas varillas eléctricas y cuando estén semimontadas, se les añade la mitad del azúcar y seguimos montando hasta que estén a punto de nieve. Batimos las yemas con la otra mitad del azúcar y una vez batidas las mezclamos con las claras. Vamos añadiendo la harina tamizada en forma de lluvia y mezclando con una lengua de silicona con movimientos envolventes para evitar que baje la mezcla. En una bandeja de horno forrada con papel vegetal, hacemos dibujamos unos círculos del diámetro del cortapastas usado para las galletas, y con una manga pastelera, vamos rellenando el interior del circulo con la masa. Introducimos al horno precalentado a 180º durante unos 10 min. aproximadamente, hasta que el bizcocho esté hecho. Sacamos, dejamos enfriar y reservamos. CREMA: En un cazo calentamos el agua con el azúcar y la canela y dejamos infusionar unos minutos. Volvemos a poner el cazo en el fuego y vamos añadiendo la harina tamizada en forma de lluvia sin dejar de remover para que no queden grumos y dejando que se cocine durante unos 5 minutos. Apartamos del fuego y añadimos el cabello de ángel. En teoría la crema estaría lista, pero como a mí particularmente no me gusta la textura del cabello de ángel, batí la crema para que quedara una textura fina pero eso es a gusto del consumidor. Dejamos enfriar en el frigorífico.

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MONTAJE DE LA MARITOÑI: Vamos disponiendo un poco de crema sobre los círculos de bizcochitos por la parte porosa y más fea de los mismos. Ponemos encima la galleta y apretamos hasta que la misma aparezca por los bordes. En teoría, ahora daríamos la vuelta, quedando la galleta debajo y el bizcocho arriba y espolvoreamos la superficie del bizcocho con azúcar glass. Yo lo hice al revés porque la galleta me pareció más bonita dejarla en la parte superior. Eso también al gusto. Fuentes: -"La muerte de Lorca". Armando Pereira. -"Semblanza de Federico García Lorca". José Carmona Blanco. -"Pasión y muerte de Federico García Lorca". Ian Gibson. -Maritoni.es -Cordonbleu.

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Aisha Kandisha 152

Al Calor del Horno 86

April's Kitch 40

Carol y su Espejo 144

Chez Silvia 79

Circus Day 23

Cocido de Sopa 17

Cogollos de Agua 91

Dime que es Viernes 6

Fogons de la cuina a taula 58

Hierbas y Especias 114

La Cocina de Ani 128

La Cocina de Babel 29

La Cocina de Lola 134

La Cuina Violeta 53

Las Cosas de Cósima 66

Lola en la cocina 99

Mordiendo la Galleta 122

Recetas de Tia Alia 11

Rústtica 34

Sweet & Sour 105

To be Gourmet 73

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Arroz caldoso de bogavante 144

Arroz hervido con Salsa de yogurt a la menta 40

Bizchoco de manzana con fresas 6

Boeuf Bourgignon 58

Chicken and Ham pie 53

Chuletas en salsa de ajo y limón 114

Curry de Verduras (Kerala Curry) 40

Espaguettis al pommodoro 134

Foie micuit 79

Fondue moitié-moitié 86

Friands au miel 29

Fritelle veneziana 99

Limonada india JALJEERA 40

Maritoñis 152

Mousse de salmorejo con piquillos y peineta de jamón 17

Orgía de chocolate 122

Pavlova de coco en blanco y negro 11

Pizza siciliana 73

Potaje con castañas y tomillo 66

Queimada 91

Saint Honoré 105

Sopa Sambar de tamarindo 40

Sopes Mallorquines 23

Tarta Sacher 128

Tartaletas de higos con miel a las rosas 34

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Alberto Chicote 23

Ángela Merkel 17

Audrey Hepburn 134

Caperucita Roja 6

Cary Grant 122

Christian Grey 79

Cocó Channel 11

Cupido 128

El Jorobado de Notre Dame 29

Federico García Lorca 152

Felipe VI 144

George Brassens 105

Harry Potter 91

Henri Cartier-Bresson 58

Mahatma Gandhi 40

Marco Polo 99

Miguel Ángel Buonarotti 66

Norman Foster 53

Papá Noel 73

Remy (Ratatouille) 86

Robert Capa 114

Scherezade 34

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Aviso: Todo el contenido de este recopilatorio es propiedad de sus autores y corresponde a sus blogs. Para reproducir cualquier parte contactar directamente con el autor. www.dimequeesviernes.com Primera temporada de el RETO #eldesafío de ¿Quién viene a cenar?. Agosto 2014.

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