el drenaje y su importancia para una ciudad …
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EL DRENAJE Y SU IMPORTANCIA PARA UNA CIUDAD SUSTENTABLE
Trabajo presentado ante la Ilustre Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat por el Ing. José Ochoa Iturbe como requisito parcial para optar a su incorporación como individuo de número , sillón XXVII
01/06/2017
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INDICE
PAGINA
INDICE……………………………………………………………………..1
RESUMEN…………………………………… ……………………………3
1. INTRODUCCIÓN…….……………………………….……….…. 5
2. OBJETIVOS…...……...…………………………………..….……. 7
3. MARCO METODOLOGICO………………….………………… 8
4. LA CIUDAD SUSTENTABLE……………...…...……………… 9
5. LA GESTION DEL AGUA URBANA..........................................13
6. SISTEMAS DE DRENAJE URBANO…….....….....…….………19
6.1 - Componentes………………….……....……………………...19
6.2 - Paradigma tradicional de diseño.......…..….........….……......19
6.3 - Cambios en el paradigma tradicional de diseño.....………......19
6.4 - Obsolescencia de los sistemas actuales de drenaje pluvial..….20
6.5 - Nuevos sistemas de drenaje, funcionales y ambientalmente
adecuados.………….………… …..………………………...20
6.6 - Criterios y guías de diseño de nuevos sistemas de drenaje
urbano..…..……………………………………………… …20
6.7 - Drenajes urbanos y manejo de cuencas hidrográficas...…….. 20
7- LA VULNERABILIDAD ANTE EL CAMBIO CLIMATICO…..21
7.1 – Vulnerabilidad física de los sistemas de drenaje….......….…..24
8- SISTEMAS URBANOS DE DRENAJE SUSTENTABLE….……26
9- EL DRENAJE SUSTENTABLE Y LA SEGURIDAD HIDRICA..33
9.1 – Disponibilidad, captación y uso del recurso....……………….33
9.2 – Disminución de vulnerabilidad ante sequias………….…...…33
9.3 – Protección contra inundaciones………………………………34
9.4 - Usos municipales del agua de lluvia en las ciudades… …......34
9.5 - Perspectivas del uso de agua de lluvia en Caracas…………...34
Flujos Superficiales……………………………………..35
Flujos Subterráneos……………………………………..36
10 - PRACTICAS Y TECNICAS USADAS EN LOS SISTEMAS
URBANOS DE DRENAJE SUSTENTABLE…………..………..37
10.1 – LAGUNAS DE RETENCION Y DE DETENCION….….38
10.1.1 – LAGUNAS DE RETENCION…….….…………….…..38
10.1.2 – LAGUNAS DE DETENCION……..………….………..40
2
10.2 – FOZAS O ZANJAS DE INFILTRACIÓN…………………44
10.3 – POZOS DE INFILTRACIÓN……………….…...…………46
10.4 – PAVIMENTOS PERMEABLES……………...……………47
10.5- TECHOS VERDES………………...………………………...49
11- INCONVENIENTES PARA LA IMPLANTACIÓN DE LOS SISTEMAS
URBANOS DE DRENAJE SUSTENTABLE (SUDS)……......………...54
11.1 - LEGISLACION……….………………………………........54
11.2 -CALIDAD DE LAS AGUAS …………..……………...…...56
11.3 - COSTOS Y BENEFICIOS………...………………….……58
11.4 - EDUCACION CIUDADANA……....……………….……..59
12-CONCLUSION…………………………………………………….…...61
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS…….……………………………….64
3
RESUMEN
La concentración en ciudades, una tendencia cada vez más acentuada de la población mundial,
ha aumentado las demandas de productos y servicios, los cuales son cada vez más difíciles de
suministrar. El agua, en cantidad y calidad, es una de esas demandas.
El presente trabajo persigue llamar la atención sobre la posibilidad de uso de las aguas
pluviales que periódicamente caen sobre las ciudades, y que permitirían aliviar las demandas
del líquido, aumentar la resiliencia de la ciudad a inundaciones, crear reservas de agua
subterránea o superficial para riego o abastecimiento en caso de sequias, y mejorar en algunos
casos el paisaje para disfrute visual de los ciudadanos.
En el texto inicialmente se presenta una visión de lo que debe ser una ciudad sustentable, de
acuerdo con la visión de varios autores, para luego entrar en un nuevo concepto, el de la
gestión integrada de las aguas urbanas, haciendo énfasis en los sistemas urbanos de drenaje
sustentable (SUDS). Estos deben verse como un factor de importancia dentro de lo que debe
ser la sustentabilidad de la vida en las ciudades, al permitir el uso y almacenamiento de unas
aguas pluviales que actualmente se captan solo para evitar daños a personas y bienes dentro
de las áreas urbanas, y que luego se desechan aguas abajo de las mismas.
Estos sistemas de drenaje sustentable ya se practican en varios países, especialmente los
desarrollados, donde ya existen normas y manuales de uso al respecto. En Venezuela apenas
se comienza a estudiar y experimentar, con cierto detalle, el uso de estas alternativas.
Palabras claves: sistemas de drenajes, ciudad sustentable, aguas urbanas, cambio
climático, gestión.
ABSTRACT
Concentration in cities, a more accentuated tendency of world population, has augmented the
demand for products and services, which are more and more difficult to supply. Water, in
quantity and quality is one of those demands.
This paper intends to call attention on the possibility of using rain water, which seasonally
falls on cities, to alleviate demand for the liquid, increase the resilience of the city to flooding,
create underground or superficial water reserves for irrigation or supply, in case of droughts,
and to better the landscape, in some cases, for the enjoyment of citizens.
The text initially presents a vision of what a sustainable city should be, in accordance with the
vision of several authors, to follow through on a new concept, integrated urban water
management, with emphasis on sustainable urban drainage system (SUDS). These should be
4
looked upon as an important factor in sustainability of life in cities, by permitting the use and
storage of rainfall waters that are now collected just to avoid damages to people and things
within the urban areas, only to be discharged downstream from them.
These sustainable drainage systems are already in practice in several countries, mainly the
more developed ones, where there are norms and standards already applicable to their use. In
Venezuela studies of these alternatives are just beginning to be done and experimented with
certain detail.
Keywords: Drainage systems, sustainable cities, urban waters, climate change,
management.
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1- INTRODUCCION
El desarrollo de la civilización que se ha alcanzado en poco más de un siglo es el producto,
además de muchos factores como la revolución industrial, del control, prevención y
erradicación de varias enfermedades, y de las mejoras en los sistemas de saneamiento de
aguas, lo cual ha permitido un crecimiento exponencial de la población. El patrón de
consumo actual de bienes y servicios por esa población mundial ,de unos 7 billones de
habitantes1, pone en peligro la supervivencia de la vida en el planeta, al ir agotando sus
recursos naturales no renovables, y modificando los que en principio son renovables de una
forma tal que se hacen inaprovechables. Ese desarrollo va alterando los ciclos naturales cada
vez más, rompiendo los equilibrios existentes en la naturaleza y haciendo efectivamente no
sustentable el futuro de la vida misma en la tierra. Este proceso de consumo es exponencial
aún más en las ciudades, donde la demanda de todo tipo de recursos y de servicios concentra
de tal manera estas demandas que su efecto es aún más dañino para el ambiente.
Sin embargo la migración a las ciudades continua, creándose cada vez más mega ciudades
(ciudades con más de 10 millones de habitantes, de las cuales en América Latina hasta ahora
solo son Ciudad de México, Buenos Aires, Rio de Janeiro y Sao Paulo), con todos sus
problemas de servicios públicos, ocupación de espacios, suministro de alimentos, conflictos
sociales, dotación de agua potable, etc. Ya, de por sí, en el caso específico del agua potable “el
25 % de las grandes ciudades tienen stress hídrico; si se obvia la infraestructura y si se
considera que los habitantes de las ciudades obtienen el agua solo de la cuenca donde viven,
el valor del stress hídrico incrementa a 39 % de la población urbana” (Ramos, 2014). En un
reciente estudio realizado por la Corporación Andina de Fomento en 26 ciudades
latinoamericanas se encontró que solo “el 46 % tiene la infraestructura necesaria para
cubrir la demanda de agua generada por los habitantes urbanos” (CAF, 2016).
Dentro de un marco global de esta problemática se han planteado los retos del milenio por las
Naciones Unidas, como ruta a seguir para un desarrollo, si no del todo cien por ciento
sustentable, al menos que comience a mitigar los efectos dañinos del patrón de consumo
actual. En particular, y a objeto del presente trabajo, cobra importancia el reto número 6, que
se refiere a garantizar la sostenibilidad del medio ambiente en cuanto a sus puntos referentes a
la proporción de recursos hídricos utilizables y a la mejora de servicios de agua potable a
poblaciones, así como a servicios de saneamiento de aguas servidas y de drenajes. (Naciones
Unidas-Objetivos del Milenio, 2015).
Esto último obliga a repensar la manera de gestionar los recursos hídricos, especialmente en
cuanto a su explotación y distribución. Pero además obliga a buscarle un uso a las aguas que
1 - Recuperado de www.worldometers.info/es
6
de alguna forma ya están en la ciudad (aguas servidas, aguas subterráneas y las periódicas
aguas pluviales).
Entre las varias acciones que se están tomando en este sentido, existe ya en muchos países el
tratamiento terciario de aguas servidas, la desalinización de agua de mar y el aumento de
extracción de aguas subterráneas, e inclusive captación de la humedad presente en el aire.
Sin embargo, solo se está comenzando a buscar un posible uso de las aguas pluviales que
escurren por la superficie de las calles y patios de las ciudades y que, dependiendo de la zona
y su pluviosidad, constituyen un caudal de agua no aprovechado hasta el momento, y que de
poder almacenarlas, pueden ayudar al balance hídrico de la demanda total de la ciudad. Países
como Estados Unidos, Inglaterra, España y Alemania, por mencionar los más destacados, ya
realizan captaciones de ciertas magnitudes de sus aguas pluviales urbanas. Igualmente se
vienen realizando algunos esfuerzos en varias ciudades de América Latina, dada la escasez del
vital líquido en algunas de ellas.
El presente trabajo pretende contribuir a crear conciencia en nuestro país de que llega el
momento de analizar el potencial de estas aguas pluviales para distintos usos, desde riego a
zonas verdes (parques, jardines) o almacenaje para protegerse contra eventos extraordinarios
como incendios, sequias, etc. En la medida en que se puedan construir sistemas que permitan
un re uso de las aguas que ya están en la ciudad, se logrará bajar el consumo de aguas
provenientes de fuentes cada vez más alejadas, que conllevan costos de operación y
mantenimiento excesivos, y se estaría acercando al comportamiento natural del sitio antes de
las actividades de la ocupación humana. Adicionalmente se estaría evitando posibles
conflictos futuros con aquellas cuencas productoras que igualmente tienen poblaciones en
crecimiento, con su consecuente demanda de agua, bajando de por si la disponibilidad real del
líquido para el trasvase hacia las grandes urbes2.
La captación de esas aguas pluviales por diversos métodos permitirá, además, mitigar los
caudales picos en los sistemas de drenaje existentes, permitiendo que estos funcionen
eficientemente bajo unas nuevas condiciones de impermeabilidad de los suelos creadas por el
continuo aumento de ocupación de espacios por el desarrollo urbanístico.
Por último, los conceptos de drenaje sustentable conllevan a mejorar el paisajismo de ríos y
quebradas creando una ciudad con un entorno más amigable para el habitante.
2 - “La transferencia de agua de un ecosistema o eco región a otra puede afianzar el desarrollo económico, pero también corre el riesgo de contribuir o de acelerar la perdida de integridad del ecosistema o causar efectos adversos en el área de origen” (Gleick et al, 2002) (En inglés en el original).
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2- OBJETIVOS
El presente trabajo tiene como objetivo el crear conciencia en nuestro país sobre una manera
distinta de gerenciar las aguas urbanas y, muy en particular, las aguas pluviales, que
actualmente escurren por las superficies de las ciudades libremente hasta su disposición en
algún cuerpo de agua importante, ya sea quebrada, rio, lago o el mar, a través de costosas
obras civiles, sin que esas aguas sean aprovechadas de alguna forma. El drenaje sustentable
permite el aprovechamiento, al menos parcial de dichas aguas pluviales, para diversos usos en
la urbe.
Como un objetivo adicional se pretende comentar sobre algunas metodologías o sistemas de
aprovechamiento de esas aguas de drenaje urbano, que actualmente se llevan a cabo en otros
países y que pueden servir como referencia o estímulo para iniciar otras formas de manejar
nuestras aguas urbanas en Venezuela, donde poca atención se le pone a los sistemas de drenaje
urbano en cuanto a su eficiencia y mantenimiento. En este sentido se presentan alguna
información de las experiencias ya realizadas en otras regiones, así como algunos
experimentos recientes realizados en nuestro país, producto de líneas de investigación que se
llevan a cabo en algunas de las universidades venezolanas, muy en particular las universidades
Católica Andrés Bello y Metropolitana. Finalmente se realiza un análisis de la situación legal
de las aguas en Venezuela en referencia a los drenajes sustentables y su posible aplicación.
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3- MARCO METODOLOGICO
El presente trabajo se ubica dentro de una investigación documental que permita elaborar un
grupo de conceptos o ideas sobre el objeto del estudio. Se desarrolla con la finalidad de
aumentar la certeza en los conocimientos que se señalan y que permite recopilar, a través de la
bibliografía, material de consulta para los lectores como fuentes de información. Las fuentes
de información son dividas en tres categorías: primarias, secundarias y otras fuentes. Como
fuentes de información primarias se señalan a libros, monografías, estudios o informes
técnicos, revistas y en particular líneas de investigación en esta área, que se han abierto como
tesis de grado en pre y postgrado en las universidades Católica Andrés Bello y Metropolitana
promovidas por el autor, quien ha trabajado en el área de drenajes por más de 40 años. Como
fuentes secundarias se consideran aquellas informaciones que se señalan en un documento
pero que han sido tomadas de fuentes primarias (caso enciclopedias, manuales y hemerotecas,
por ejemplo). Como otras fuentes se consideran las conseguidas de manera virtual a través
del internet (en el presente caso, a pesar de haber revisado muchas, solo se han incorporado las
que se han considerado estrictamente necesarias para claridad de contenidos)3. La Internet ha
resultado una poderosa herramienta para conseguir información en un país en que poca
literatura editada le llega a los investigadores.
“Todo estudio debe tomar elementos del pasado y reconocer lo que otras personas o
investigadores han hecho. No realizar una exhaustiva revisión documental conduce a errores
graves y a desaprovechar la oportunidad de hacer un trabajo más original y
metodológicamente más objetivo” (GALAN, Manuel.2011). El presente trabajo pretende
seguir estos lineamientos.
3 -Los derechos de autor de muchas de las páginas consultadas limitan la reproducción de gráficos y tablas, por lo que se sugiere al lector dirigirse a las referencias directamente.
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4- LA CIUDAD SUSTENTABLE
El avance en la ocupación de territorios por el continuo crecimiento de las zonas urbanas ,
cada vez de mayor tamaño y con inmensas demandas de servicios de todo tipo, y la
evolución de los conceptos de desarrollo sustentable desde que se formularan por primera vez
en el documento “ Nuestro Futuro Común” (Naciones Unidas, 1987), así como la ya
reconocida acción del cambio climático sobre el planeta con sus graves consecuencias sobre
la actividad humana, al punto tal de poner en peligro la vida misma en el planeta, ha llevado
a los gobiernos y a los distintos organismos multilaterales, y muy en especial al organismo de
las Naciones Unidas, a enfocar sus esfuerzos sobre estos temas, siendo de especial relevancia
en los últimos años la búsqueda de lograr una ciudad que permita a sus habitantes vivir con
todas las comodidades que brindan hoy en día las tecnologías , pero logrando que perduren en
el tiempo para las generaciones futuras.
Es tal la atención que se viene llevando sobre estos temas a nivel mundial que inclusive,
recientemente, una autoridad mundial como el Papa Francisco ha sentido la necesidad de
advertir en su encíclica “Laudato Si” (2015) la grave situación que ya comienza a sentirse en
el clima y en los recursos naturales, y mencionando varios de los problemas que enfrenta el
planeta para la supervivencia humana. Entre ellos destaca su preocupación por el agua
(Capítulo primero. Acápite II- la cuestión del agua en sus puntos 27, 28, 29, 30 y 31).
Señala el Papa el grave problema de la ya pronunciada escasez de agua en algunos países, pero
no solo se ocupa de la cantidad, sino también de la calidad de las aguas, señalando que cada
día se ve más comprometida y “en muchos lugares la demanda supera a la oferta sostenible”
(ibíd. punto 28). Es por ello que el desarrollo de métodos que permitan una mayor eficiencia
en el uso del agua se hace cada día más indispensable. El uso de las aguas pluviales que caen
sobre las ciudades es uno de esos métodos.
La ciudad, por excelencia, reúne todas las comodidades que otorga el avance de la ciencia,
desde agua potable hasta energía requerida para todos los artefactos que proporcionan dichas
comodidades. De ahí su atractivo para la humanidad. Sin embargo, las ciudades son, por su
naturaleza, grandes consumidores de servicios y a la vez descartan y desechan muchos
insumos todavía aprovechables. Según Flores de Gabaldón (2006) “las ciudades, aun cuando
solo ocupan el 2% del suelo planetario, consumen el 75 % de sus recursos naturales y
generan el 75% de los residuos y desechos, muchos de ellos altamente contaminantes y no
degradables”. Asimismo, las ciudades producen el 70 % del CO2 que escapa a la atmosfera
(UN HABITAT, 2011).
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Como cada día aumenta la población urbana y, de hecho, desde el 2007 más del 50 % de la
población mundial vive en ciudades (D+C, 2012) los problemas de suministro de servicios y
bienes han aumentado considerablemente, dada la naturaleza ya señalada previamente. Para
2015 la población urbana mundial es de 3.94 millardos4 (www.wdi.worldbank.com ) y se
estima que para 2030 será de 5.06 billones, es decir, que el 60 % de la población mundial (UN
HABITAT 2015) vivirá en ciudades, por lo que el suministro de insumos será cada vez más
difícil de satisfacer, y en consecuencia deben buscarse alternativas de mejor uso de los
recursos para evitar el desperdicio de los mismos, como ocurre en la actualidad, y que a su
vez estos alcancen para todos los ciudadanos.
Es por ello que las Naciones Unidas desde 1976 ha venido desarrollando estudios y
programas para los asentamientos humanos creando un agencia especializada ya mejor
conocida como ONU- HABITAT (la cual fue creada oficialmente en 20025, pero que venía
transformándose desde el año de 1976 para convertirse primero en una Conferencia de
Naciones Unidas conocida como Hábitat I, hasta llegar a su actual denominación de Programa
de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos). Desde esta agencia se proponen y
financian proyectos en distintos países buscando lograr esa sustentabilidad urbana para ayudar
a preservar el planeta. El agua, y su adecuado uso racional, es quizás el principal objetivo a
lograr.
El tema de la ciudad sustentable cobra, por tanto, más y más importancia cada día. Quizás
otro término más en boga es el de ciudades inteligentes, que si bien apunta a un uso de mayor
tecnología, para ahorro de energía, etc. no deja de tener como fin último la sustentabilidad,
como consecuencia natural. En el presente trabajo todas las citas se referirán al primer término
de sustentable.
La ciudad sustentable, para que realmente corresponda a su nombre es, en sí, un conjunto de
políticas públicas, de concientización ciudadana y de ocupación de espacios que hacen a la
urbe más vivible para sus ocupantes. Es decir, no basta con recoger la basura, suministrar agua
en cantidad y calidad suficiente (con una operación eficiente del sistema) y de suministro
adecuado de energía, sino en lograr una ciudad cuya sustentabilidad tome en cuenta al ser
humano en cuanto a su vivir en el entorno adecuado. Abel Wolman señala: “la ciudad, al
crecer provoca problemas medioambientales de extrema gravedad, de cuya solución estamos
todavía muy lejos.” (Citado por Bettini ,1998). Dentro de esos problemas puede estar el
suministro de agua desde cuencas lejanas, causando disminución en los ríos represados y
variando el ambiente de esas cuencas; la recolección y disposición de desechos que aumentan
a medida que aumenta la población; la combustión de motores creando contaminación
atmosférica e islas de calor6, etc. Pero, además de lo mencionado, lo sustentable no solo se
4 - Recuperado de www.wdi.worldbank.com 5 - El 1 de enero de 2002, mediante la resolución A/56/206 de la Asamblea General, se fortaleció el mandato de Hábitat y elevó su condición a programa dentro del sistema de la ONU, lo que dio origen a ONU-Habitat, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos.(https://es.unhabitat.org/) 6 - Islas de calor – zonas con temperaturas superiores al medio natural debido a los materiales de construcción ( pavimentos , cemento, etc. ( Blender,2015)
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refiere a lo meramente material (agua, energía, residuos, etc.) sino a una calidad de vida del
ser humano que lo lleve a sentir esa sustentabilidad con satisfacción. Es decir, que no sienta la
persona que la sustentabilidad es un sacrificio que debe sufrir para poder “sobrevivir”.
Bettini en su obra “Elementos de ecología urbana” (1998) presenta en una extensa
introducción como fue evolucionando la ciudad desde los tiempos de la era griega (Platón y
Aristóteles), pasando por los romanos, en una buena manera de enseñar cómo fueron
desarrollándose los servicios en base a las necesidades de la población. Citando a Lewis
Mulford, sociólogo y escritor americano señala:” Mientras los griegos, al construir una
ciudad, se preocupaban sobretodo de la belleza y de las fortificaciones, del acceso al mar y de
la fertilidad del terreno circundante, los romanos deseaban sobretodo pavimentar los
caminos, abastecerse de agua y construir cloacas” (Mulford, The Natural History of
Urbanization, 1956). Bettini concluye su acápite 1 de la introducción con un comentario
sobre la ciudad medieval, lo que en su concepto debería ser el modelo a seguir para una ciudad
sustentable. Señala: “La Edad Media, fértil de tecnologías y de invenciones, ofrece una
imagen de la ciudad que reflejaba la imagen del hombre, una ciudad inconscientemente
ecológica que nuestra sociedad, nuestro mundo, excesivamente científico e informado,
debería saber reproducir”. (ibíd., 20). Esa ciudad se autoabastecía y lograba un equilibrio
entre lo que producía en si misma o su inmediato alrededor, y lo que consumía para vivir.
Cierto es también que tenía, en general, un numero bajo de pobladores.
Este último comentario de Bettini sirve de base a la interrogante principal sobre la ciudad
sustentable: ¿Que es realmente una ciudad sustentable? ¿Qué hay que hacer y cómo debe
hacerse para que una ciudad sea lo más sustentable posible? Quizás conviene tomar una
definición que abarque lo previamente señalado. De la bibliografía revisada se considera la
señalada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID): “Es aquella que ofrece una buena
calidad de vida a sus ciudadanos y minimiza sus impactos al medio rural, preserva sus activos
ambientales y físicos para generaciones futuras, y a través de ello promueve su
competitividad. De la misma manera, cuenta con un gobierno local con capacidad fiscal y
administrativa para llevar a cabo sus funciones urbanas con la participación activa de la
ciudadanía.”(Citado por Ramos, 2014).
Ramos (ibíd.) analiza a la ciudad como un sistema “que se alimenta de los recursos del medio,
genera un orden interno que permite satisfacer y mantener las vidas humanas y su calidad; y
disipa materia, energía e información al final del proceso” (Ramos, ibíd.). Va aún más allá,
analizando la ciudad desde un punto de vista energético: “….este modelo energético implica
intercambio de materia, energía e información entre el asentamiento humano y su entorno de
soporte (lejano o próximo). Lo antedicho es propio del proceso metabólico, en este caso,
aplicado al sistema urbano. De allí su denominación: Metabolismo urbano” (Ramos, Ibíd.,
12 ,13-negrillas en el original).
12
Puede observarse que la ciudad sustentable es, pues una compleja interacción del hombre con
su entorno, basado en sus necesidades (muchas creadas por la modernidad) y en la manera de
administrar eficientemente los recursos físicos necesarios para satisfacer esas necesidades;
pero a la vez administrar la justa proporción entre los ciudadanos para que todos disfruten por
igual de los beneficios ( es aquí donde entran los gobiernos locales y la participación
ciudadana, especialmente para la atención de los sectores más necesitados). Es por ello que “si
bien resulta altamente improbable la consecución de ciudades sostenibles, es factible avanzar
en esa dirección con el propósito de lograr impactos positivos en la calidad de vida de los
habitantes de ellas” (Torres Jofre, Mario.2009)
La Naciones Unidas recientemente publicó unas “ Directrices Internacionales sobre la
planificación urbana y territorial” ( Naciones Unidas.2015), cuyo objetivo principal es , como
su nombre bien lo indica, presentar unas guías a nivel de gobiernos estatales , municipales y
citadinos, así como a organizaciones no gubernamentales , sociedades profesionales , etc. que
pretenden llevar a una optimización de la ciudad y sus recursos. En ellas se especifica como
un principio básico que “la planificación urbana y territorial contribuye a la seguridad
urbana al fortalecer la resiliencia ambiental y socioeconómica, intensificando la mitigación
de y adaptación al cambio climático y mejorando el manejo de los eventos y riesgos
naturales y ambientales” (negrillas en el original. Ibíd., B3). Muy recientemente, en
Venezuela, el grupo ORINOCO, en conjunto con la Academia Nacional de Ingeniería y
Hábitat, La Fundación Konrad Adenauer, el grupo de Investigación Vida Urbana y Ambiente
de la Universidad Simón Bolívar publicó una “Guía de Gestión Ambiental” como un primer
esfuerzo nacional en ese sentido para todo el país (2016). Allí se señalan lineamientos,
fundamentos éticos y propuestas de estructuras institucionales para lograr los objetivos de la
ciudad sustentable, considerando como indispensable el acuerdo o compromiso político como
un primer paso para iniciar cualquier gestión ambiental. El documento está dirigido
básicamente a alcaldías y municipios como gestores lógicos y legales de todo lo urbano.
El manejo adecuado del suministro de agua y energía, de comida, de los desechos sólidos, de
las aguas servidas, del tráfico vehicular, del diseño urbanístico, etc. es, sin duda alguna, el
reto de la ciudad sustentable, como se ha tratado de presentar en las líneas anteriores y como
bien señalan muchos autores. Para que pueda avanzarse en ese objetivo es indispensable un
cambio en la actitud del ciudadano, de sus paradigmas de consumo y de una concientización
de que es un actor importante para ese logro.
Amén de las muchas variables ya parcialmente mencionadas, y que hacen de la ciudad
sustentable un reto para la civilización actual, el presente trabajo se enfoca en el sector de
aguas urbanas, su gestión eficiente, y muy en particular el de las aguas pluviales que escurren
libremente por la superficie de la ciudad, es decir las aguas de drenaje y su posible
aprovechamiento por los habitantes de las urbes.
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5- LA GESTION DEL AGUA URBANA
Las necesidades cada vez más apremiantes del suministro de agua a las ciudades (en continuo
crecimiento, tal como se señala en la introducción) presentan un reto para la práctica de la
ingeniería, al tener que cumplir con una demanda de cantidad y calidad del líquido que cada
vez se hace más difícil de satisfacer. Por un lado está el problema de las fuentes, en general
cada vez más alejadas de los centros urbanos, y en la calidad de muchas de esas aguas que han
perdido su condición inicial en virtud de la intervención antrópica en las cuencas productoras.
Es por ello que se plantea una gestión de las aguas urbanas basada en el manejo conjunto de
agua, tierra y energía, tal como lo plantea Jiménez (2015), quien señala: “Se requieren nuevos
enfoques para optimizar la gestión conjunta de los recursos hídricos, uso de la tierra y
energía, así como para disminuir la huella hídrica7 de las ciudades y para controlar el
transporte de contaminantes en aguas, y la transferencia de contaminantes en el agua, el
suelo y en el aires de las ciudades.” Ello significa una evaluación de la totalidad de agua
disponible, esto es conocer la suma de las aguas que de una u otra forma tienen relación con la
ciudad, y de la manera de aprovecharlas al máximo para cumplir con los cometidos ya
señalados de sustentabilidad.
Para ello es necesario desarrollar una gerencia integrada de las aguas urbanas que Tucci
(2010) la concibe como la interacción sinérgica de “los servicios de infraestructura del agua
urbana que incluyen suministro de agua, aguas servidas, aguas pluviales y estructuras de
drenaje. La gerencia de los desechos sólidos esta igualmente muy relacionada con la gerencia
de aguas servidas, particularmente debido a que los sólidos tienen una alta carga de
poluentes asociados a ellos, taponando drenes y cloacas e incrementando las inundaciones“.8
Si bien la suma de las aguas disponibles es esencial en el establecimiento de una gerencia
integrada de las aguas urbanas, también es sustantivo el manejo de sedimentos y residuos
sólidos. Se ha podido constatar que “Uno de los problemas frecuentes, que pueden llegar a
producir un comportamiento inadecuado de los sistemas de drenaje urbano, es la presencia
de materiales sólidos dentro de los mismos. Usualmente estos sistemas son diseñados bajo
métodos tradicionales de cálculo que no toman en cuenta la cantidad de sólidos que pueden
7 Huella hídrica: Volumen de agua empleado en un país para producir bienes y productos, tanto para consumo interno como para exportación(Vazquez del Mercado & Buenfil (2012) 8 - En inglés en el original. Traducción propia.
14
ser acarreados por el agua durante la ocurrencia de grandes gastos o crecidas.” (Ochoa
Iturbe, 2011).
De hecho, ” los múltiples problemas que surgen, especialmente en los países en desarrollo,
por el hecho de no considerar en la etapa de diseño los efectos potencialmente dañinos que
los sólidos (material erosionado, basuras) pueden producir en el comportamiento hidráulico
de los sistemas al taponarlos o mediante el depósito de sedimentos en sumideros, tuberías,
canales, etc.”(ibíd., 2011) suelen ser la causa de inundaciones de diferentes magnitudes. En
particular, el rápido crecimiento urbano, especialmente en esos países en desarrollo, con sus
movimientos de tierra de los nuevos urbanismos, crea una fuente puntual excesiva de solidos
que van a parar a los sistemas existentes de drenaje, no calculados para ese fin, por lo que
terminan taponándolos y creando inundaciones locales generalmente en los sitios de captación
(sumideros, canaletas, etc.), o siendo depositados en quebradas con bajas pendientes y poca
velocidad de arrastre. En Caracas, un ejemplo de este tipo de problema se presentó en la
quebrada La Guairita, donde los sedimentos producidos por movimientos de tierra de
urbanismos en la cuenca alta, se depositaron en la parte media de la cuenca, disminuyendo la
capacidad del cauce e inundando la parte baja de la urb. La Trinidad en Octubre de 1976.9
(http://www.estudiosydesastres.info.ve/det_evento.php?id=4800).
En resumen, el proceso de una gerencia integral de las aguas comprende entonces:
Cuantificación de las fuentes que actualmente surten de agua potable a la ciudad.
Información sobre las condiciones pluviométricas de la zona, los sistemas de drenaje
existentes, incluidos las quebradas o ríos que atraviesan la ciudad (muy especialmente
cuando la ciudad está dentro de una gran cuenca y el rio solo la atraviesa, lo cual es el
caso en muchas ciudades en el mundo y en Venezuela).
Evaluación de los acuíferos existentes y de posible explotación.
Determinación de la cantidad y calidad de las aguas servidas y su potencial reúso
mediante tratamientos terciarios.
Ejecución de un verdadero balance hídrico del área que comprende la ciudad, en
cuanto a cantidad y calidad del agua que le llega o ya se encuentra allí en distintas
formas, sin importar, al menos al principio, su factibilidad de explotación y uso para
diferentes fines en la ciudad según sea su caracterización y el tipo de necesidad o
demanda.
Un esfuerzo conjunto entre universidad y municipio se realizó por parte de la Universidad
Católica Andrés Bello que estimuló la realización del trabajo de ascenso de uno de sus
9 - La quebrada La Guairita se desbordó ocasionando la inundación a la población, al represarse debido a obstrucciones derivadas de la construcción del conjunto residencial La Tahona. En tal sentido, se inundaron numerosas viviendas, se formaron lagos que incomunicaron a los residentes y atascaron varios vehículos. A consecuencia de este evento, quedaron capas de lodo y material contaminante expulsado por la quebrada. (http://www.estudiosydesastes.info.ve/det_evento.php?id=4800)
15
profesores de la Facultad de Ingeniería, en el marco del esquema de gestión de las aguas
urbanas delineado previamente. En efecto, en el municipio Chacao de la ciudad de Caracas, se
realizó un estudio sobre la quebrada Sebucán en la búsqueda de un “manejo de las aguas del
municipio que permitieran desarrollar un programa de saneamiento de las quebradas del
municipio” (Barrera, 2012). Lamentablemente la evaluación no se continuó en las otras
quebradas por un cambio de administración en el municipio. El ejemplo es testimonio de un
proceso de desarrollo de una línea de investigación en la UCAB, conforme los elementos
descritos y la satisfacción de una demanda de conocimiento y concreción de acciones de
manejo de aguas en el referido municipio, en una pertinente interacción de ganar –ganar.
Incluye esa gestión y evaluación de las aguas urbanas, y dentro del balance hídrico, la
vulnerabilidad de la ciudad ante inundaciones y, por supuesto, su resiliencia ante los efectos
del cambio climático, factor que cada día cobra mayor importancia a juzgar por el
comportamiento de los últimos años.
En el caso específico de Venezuela y su dependencia de los efectos del fenómeno de El Niño,
que ocasiona periodos de sequía en casi todo el territorio nacional, el evaluar su acción
debería ser parte de ese análisis integral de las aguas en nuestro país, en cuanto a la
preparación y previsión de las ciudades para enfrentar el fenómeno y no ser víctimas, por
desidia y mala gerencia, cada vez que se presenta el fenómeno extraordinario natural. En el
año 2000 se hizo un esfuerzo en toda la región andina por parte de la Corporación Andina de
Fomento (CAF) motivado por un evento del año 97-98 de gran intensidad. Allí señalan
respecto a Venezuela que “Debido al poco desarrollo que ha tenido en Venezuela el
conocimiento de la relación entre los eventos Niño y la variabilidad climática, lo que es
explicable por la moderada influencia que estos eventos tienen en el territorio nacional
comparado con otros países de la región”10 pueda ser una de las causas por lo que no se ha
prestado más atención a esos efectos en el país. Aquí se incluiría en esa evaluación el efecto
contrario, es decir las inundaciones, causadas por el efecto de LA NIÑA que produce
precipitaciones extraordinarias, aguas que pudiesen ser aprovechadas si se almacenasen. En
nuestro país poco esfuerzo se hace en la previsión y planificación de respuestas ante estos
eventos naturales, potencialmente dañinos a nuestras ciudades, a pesar de contar con una ley al
respecto (República Bolivariana de Venezuela, 2009) intitulada “Ley de gestión integral de
riesgos socio naturales y tecnológicos”. La ley es muy completa en sus términos en cuanto a
elaboración de planes de prevención y reconstrucción y en la creación de organismos a
distintos niveles de gobierno ( incluido el municipal) para la gestión adecuada ante diferentes
fenómenos , sin embargo solo se conoce de algunos entes de gobierno que la llevan a cabo, y
posiblemente no de manera total.
10 - Corporación Andina de Fomento (CAF) (2000) – Las lecciones de El Niño. Memorias del Fenómeno El Niño. Retos y propuestas para la región Andina. Volumen VI: Venezuela
16
En cuanto a las inundaciones urbanas, tema relacionado con el presente trabajo, se ve con
preocupación, a nivel mundial, cómo cada día son más frecuentes, en parte por el aumento de
la ocupación de áreas o planicies inundables por parte de nuevos urbanismos planificados o no
(especialmente por la población de bajos recursos que ve una oportunidad en terrenos baldíos),
pero también lo son por la magnitud de las precipitaciones en cuanto a su intensidad y
frecuencia que ocasionan caudales extraordinarios en quebradas, ríos y que afectan, entre
otros, a los sistemas de captación existentes en la vialidad, diseñada para eventos de
frecuencia e intensidad menor a las que se están presentando en la actualidad. La CEPAL
(2005) señala que un 34 % de los desastres en América Latina son causados por inundaciones.
Tucci (ibíd., 2010) al efecto señala un paralelismo entre el crecimiento urbano de la población
de Belo Horizonte en Brasil y el número de eventos de inundaciones. En dicha ciudad, de un
numero bajo de eventos (entre 5 y 10) que ocurrían para 1940, pasaron a unos 20 eventos para
el año de 2010, lo que viene confirmando el hecho de que a medida que la ciudad se expande
comienza a ocupar espacios menos aptos para ser desarrollados, por lo que son sujetos a
fenómenos eventuales de alta intensidad pluviométrica y que requieren de obras de ingeniería
muchas veces costosas para garantizar durabilidad. Gutiérrez y Ayala (sin fecha) en un estudio
realizado en la ciudad de Posadas, Argentina señalan, asimismo, que el aumento poblacional
en sus inicios aumenta rápidamente la impermeabilidad de las zonas, pero a medida que se
densifican, la impermeabilidad no aumenta significativamente. Esto se explica por un
crecimiento vertical de la ocupación (edificios), una vez satisfecha parcialmente la expansión
horizontal. Este análisis destaca que en cuanto comienza la intervención antrópica comienzan
a su vez episodios de inundaciones por el rápido cambio en la permeabilidad de los suelos.
La poca supervisión oficial sobre urbanismos permite ciertos vicios que solo afloran cuando
las áreas urbanizadas sufren esos eventos extremos. Eso mismo ocurre cuando la población de
bajos recursos, buscando solucionar su crisis de vivienda ocupa estos espacios (laderas
inestables, quebradas, etc.) con mínima tecnología y precarios materiales y sin ninguna
supervisión o asesoramiento oficial. Peor aún, cuando son afectados por algún evento
generalmente reciben alguna ayuda de gobiernos locales para que puedan mudarse a otro sitio.
Sin embargo, vienen los mismos, u otros, y ocupan nuevamente los sitios ya desalojados con
anterioridad, creando una especie de ciclo perenne de damnificados y contribuyendo a la
estadística de desastres y gastos de reconstrucción (The Institution of Civil Engineers, 1995).
Altez (2010) lo señala con claridad al referirse a los eventos en el estado Vargas en 1999: “Son
estas comunidades cuyas representaciones sociales dan la espalda a la montaña y al mar, las
que se despliegan en el tiempo, olvidando su pasado e ignorando su propio medio ambiente,
enseñando con ello un vulnerabilidad estructural”.
Como puede apreciarse de los párrafos anteriores, la gestión integrada de los recursos hídricos
urbanos es un proceso complejo que debe ser atacado desde diversos puntos de vista,
incluyendo nuevas legislaciones y normas.
17
En general, lo tradicional hasta ahora en la gestión de las aguas urbanas ha sido el ocuparse
del abastecimiento de agua potable y de la evacuación de aguas servidas domiciliarias o
industriales. Asimismo se ocupa dicha gestión del drenaje vial urbano, pero solo para la
rápida evacuación de las aguas pluviales de calles y avenidas. Usualmente, son tópicos que se
tratan por separado, por lo que no hay una gestión integrada, y solo en el caso de agua potable
y aguas servidas existe una relación de causa-efecto, que se reconoce, pero que se gestiona de
forma integrada muy débilmente.
Dentro de ese nuevo concepto de gestión de las aguas urbanas, que analiza el conjunto de
todas las aguas, cabe mencionar que ya algunos países más desarrollados han tomado en serio
el tratamiento de aguas servidas para su reúso como agua potable o riego. Por ejemplo, el
condado Orange en el estado de California de los Estados Unidos de Norteamérica, utiliza un
30 % aproximadamente de aguas servidas, que son tratadas e inyectadas en el subsuelo para
recargar el acuífero, para la consecuente ulterior potabilización y servicio de agua potable, o
para su disposición en cursos de agua sin llegar a contaminarlos. De hecho el sistema,
reconocido como el sistema más avanzado de purificación de aguas servidas, tiene previsto
manejar hasta 492.000 metros cúbicos por día de aguas servidas en un futuro( 5,62 litros por
segundo), y es conocido como el sistema de recarga de aguas subterráneas, GWRS
( GroundWater Recharge System) , por sus siglas en inglés11.
Las aguas pluviales de drenaje comienzan, también, a verse como una alternativa válida de
recurso adicional de suministro de agua para las ciudades, bien sea para tratarlas e
incorporarlas al sistema de acueductos, o como posible fuente de recarga de acuíferos, riego
de parques y jardines, almacenaje para incendios, y en algunos casos como elementos
paisajísticos que hacen la ciudad más vivible (recuperación de quebradas embauladas,
saneamiento de márgenes de los ríos urbanos y otros). Realmente cuando ocurren lluvias
intensas puede apreciarse los grandes caudales que corren por las diferentes vías de la ciudad,
excedentes de los que el sistema de drenajes existente no puede captar o conducir por baja
capacidad de diseño, por cambios en el patrón de intensidades de las lluvias o por encontrarse
en mal estado, ya sea por obstrucciones de basura o sedimentos acumulados en el tiempo,
causado por poco o ningún mantenimiento desde su construcción (ver figura 1). En muchas
oportunidades, la repavimentación necesaria de la vía disminuye la abertura de entrada en los
sumideros de ventana, causando igualmente poca captación de las aguas que circulan por la
superficie de la vía.
11 - Recuperado de www.ocwd.com
18
Figura 1 – sumidero que combina el caso de pavimentación tapando la captación y, a su vez,
la falta de mantenimiento evidenciado en el crecimiento de plantas. Ello obligó a colocar un
sumidero de reja adicional. (Foto propia)
Son todas estas aguas pluviales excedentes las que de alguna forma pueden contribuir al
balance hídrico sustentable de la ciudad.
Como se mencionara previamente el “sistema de drenaje urbano es parte de un sistema
ambiental mayor” (Sheaffer, Wright, Taggart& Wright, 1982), concepto que ha venido
desarrollándose a lo largo de los años. Es así como “en sociedades modernas, el status del
drenaje urbano como parte integrado de infraestructura varia de un país a otro, dependiendo
primariamente en el nivel de desarrollo y de conciencia de la importancia del problema. En
general, la importancia del sistema se incrementa con el nivel de desarrollo, aunque también
hay excepciones” (Maksimovic, 2000). El concepto se desarrolla a partir de la concientización
del alto costo que representan las obras de drenaje y el “desperdicio” de esas aguas que no son
aprovechadas a pesar de la alta inversión económica para captarlas y conducirlas. Más aún,
hoy en día se considera con mayor énfasis la acción que la concentración de dichas aguas
pudiese causar aguas abajo al descargarlas, no solo en el aspecto de cantidad sino también en
la calidad. Por ello hoy en día se toman las aguas del drenaje urbano como una fuente
adicional valiosa para la ciudad, ya sea como recarga de acuíferos, riego o el retorno de fauna
salvaje a zonas designadas de las áreas urbanas (Maksimovic 2000). Igualmente, y dentro de
una conciencia ambiental solidaria regional, se considera la calidad de agua que se entrega a
las poblaciones ubicadas aguas abajo.
El cómo aprovechar esas aguas pluviales y convertirlas en factor de consideración para la
ciudad sustentable es el objeto básico de este trabajo.
19
6- SISTEMAS DE DRENAJE URBANO
Definición: “Se entenderá por sistema de drenaje urbano un conjunto de acciones, materiales
o no, destinadas a evitar, en la medida de lo posible, que las aguas pluviales causen daños a
las personas o a las propiedades en las ciudades u obstaculicen el normal desenvolvimiento
de la vida urbana…. Dentro del término aguas pluviales quedan comprendidas no solamente
las originadas de las precipitaciones que caen directamente sobre las áreas urbanizadas que
conforman la población, sino también aquellas que se precipiten sobre otras áreas, pero que
discurran a través de la ciudad, bien sea por cauces naturales, conductos artificiales o
simplemente a lo largo de su superficie” ( Bolinaga , 1979).
6.1 Componentes. En definitiva toda agua producto de la pluviosidad que de alguna u otra
forma pase por la ciudad es considerada dentro del sistema urbano. Nótese que no se toma en
cuenta para este concepto las aguas servidas, ya que son sistemas generalmente separados,
aun cuando en algunas ciudades todavía existen sistemas mixtos.
Uzcategui (2016) separa el drenaje urbano en tres etapas: drenaje superficial o terciario,
constituido por techos, terrazas, jardines, etc. Es decir desde donde cae la lluvia hasta la red de
drenaje secundario. Este es definido a su vez, como las obras de conducción o
almacenamiento, tales como sumideros, colectores, estaciones de bombeo, etc. que llevan las
aguas hasta el drenaje primario, siendo este último los cursos naturales de agua.
6.2 Paradigma tradicional de diseño. La práctica usual en los sistemas de drenaje consistía, y
aun consiste, en evacuar las aguas lo antes posible a objeto de evitar daños, como bien
menciona Bolinaga. Adicionalmente, y especialmente en países tropicales, la rápida
evacuación de las aguas cumple un objetivo sanitario importante, el cual es evitar que la
acumulación de las mismas permita la proliferación de mosquitos y la consecuente
transmisión de enfermedades como dengue, malaria, etc.
6.3 Cambios en el paradigma tradicional de diseño. Sin embargo la acción del cambio
climático y su variabilidad pluviométrica presenta un reto importante para los ingenieros que
diseñan los sistemas, ya que las series históricas , patrón de diseño utilizado hasta ahora, puede
que no permitan una información adecuada para unos sistemas sometidos a nuevas
condiciones climáticas no conocidas. Un estudio realizado por investigadores de varios
países muestran que:” Las observaciones señalan que en cada país en consideración (excepto
China) la precipitación media de verano ha incrementado por al menos un 5 % en el siglo
pasado” (Groisman et al, 1999). Esto pudiese significar que las obras de drenaje existentes
no serían capaces de trabajar eficientemente bajo estos nuevos parámetros, con el consecuente
aumento de inundaciones en algunas áreas de las ciudades, y de daños a propiedades.
20
6.4 Obsolescencia de los sistemas actuales de drenaje pluvial. Si a un posible aumento en la
cantidad e intensidad de la precipitación, según señala Groisman, se le añade una mayor
ocupación de áreas por una creciente población urbana, con la consecuente
impermeabilización de dichas áreas, podemos concluir que los sistemas de drenaje urbano ya
construidos serán deficientes y esto tendrá una importancia significativa para el normal
desenvolvimiento de la actividad en la ciudad. De especial consideración son aquellos viejos
sistemas de drenaje construidos hace décadas bajo condiciones de diseño muy distintas a las
actuales, y por tanto ya sujetas a una operación deficiente de sus funciones. Sin embargo,
poca o ninguna atención se ha tomado por parte de las autoridades correspondientes para
analizar y evaluar estos comportamientos y el posible riesgo que puede existir para la
población cercana a dichos sistemas. Esto sería una parte importante de la evaluación de
aguas en esa nueva gestión de aguas urbanas que se mencionase previamente.
6.5 Nuevos sistemas de drenaje, funcionales y ambientalmente adecuados. En la actualidad en
muchas ciudades del mundo se busca no solo optimizar los sistemas ya existentes, sino
hacerlos más amigables al ambiente. Es por ello que se ensayan diversas formas de manejar el
agua pluvial de manera de que no solo se evacuen las aguas con eficiencia, sino que a la vez, y
donde sea posible, contribuya en satisfacer la demanda de agua potable, y ayude en el
paisaje urbanístico para disfrute del ciudadano.
Estas formas varían dependiendo de muchos factores, siendo quizás los principales la
topografía del sitio, el tipo de suelo, la pluviosidad en la zona, el tipo de vivienda o de uso de
la tierra e, inclusive, el tipo de habitante que vive en la zona. Factor adicional a considerar es
la gestión del recurso en cuanto a la legislación que la conforma, ya que puede variar por
estados o municipios. En Venezuela, a pesar de varios instrumentos legales como la ley de
Aguas, la aplicación de normas o reglamentos no existen y aún están por desarrollarse.
6.6 Criterios y guías de diseño de nuevos sistemas de drenaje urbano. En líneas posteriores se
indicaran algunos de los varios métodos usados en distintas partes del mundo, que han venido
demostrando lo que significa un drenaje sustentable y como realizarlo.
Bengstsson y Semadeni-Davies (2000) resumen todas las ideas anteriores de la siguiente
forma: “Tradicionalmente, los sistemas de drenaje urbano han sido diseñados para eficiencia
hidráulica, para transportar las aguas pluviales de ambientes construidos tan rápido como
sea posible. El caer en cuenta que el agua pluvial es un recurso ha llevado a un cambio
reciente hacia mejores prácticas gerenciales (BMP12) para minimizar costos e impactos
ambientales y, más estéticamente, para crear una atmosfera, especial, positiva dentro de la
ciudad.”.(En inglés en el original. Traducción propia).
6.7 Drenajes urbanos y manejo de cuencas hidrográficas. Maksimovic (2000) señala que la
cuenca cobra una mayor importancia para la ciudad cuando su área es pequeña y disminuye
12 - BMP ( Best Management Practice)
21
su importancia a medida que el área de la cuenca aumenta. Es decir, cobra mayor importancia
una quebrada que nace en el área urbana y la atraviesa, que un rio que nace distante y solo
transcurre por la ciudad. Básicamente por que la cantidad y calidad de las aguas varía con el
área de la cuenca y con la distancia a la descarga de las aguas. Por ejemplo, en el caso de la
Ciudad de Caracas toma mayor importancia para el drenaje de la ciudad una quebrada como la
quebrada Chacaíto o el mismo rio Guaire, que el rio Tuy, en cuya cuenca se ubica la ciudad
de Caracas. Siguiendo el mismo razonamiento las quebradas del Ávila son más importantes
para los habitantes que habitan la zona norte de la ciudad que el mismo rio Guaire, por la
vulnerabilidad que tienen esos habitantes a desbordamientos de las quebradas13.
La nueva concepción holística de una gestión integral de las aguas hace que al final todas las
aguas que de una u otra forma están en contacto con el área urbana deben ser tomadas en
cuenta para un mejor aprovechamiento de ellas y para el beneficio de los ciudadanos. Aun
cuando se reconoce la variabilidad y estacionalidad de las aguas pluviales no dejan de ser
importantes, dada la magnitud de las mismas y lo poco que se aprovechan actualmente.
“Las tecnologías para el aprovechamiento del agua lluvia encajan muy bien dentro de
los lineamientos del desarrollo sostenible, ya que contribuyen al uso racional del agua y
los recursos. Las nuevas tecnologías y los materiales modernos permiten que los
sistemas para el aprovechamiento de agua lluvia sean factibles y estén al alcance de
las comunidades donde se carece de un suministro adecuado de agua” (Ballén, Galarza &
Ortiz, 2006)
7- LA VULNERABILIDAD ANTE EL CAMBIO CLIMATICO
Venezuela no escapa a los efectos del cambio climático. Según Martelo (2016) “los totales de
lluvia anual y de la época lluviosa durante el siglo XX disminuyeron en casi todo el país, entre
3 y 20 %, siendo estadísticamente significativo en las regiones central y occidental. El total de
lluvia en la época seca disminuyó en algunas zonas y, por el contrario, aumento en
noroccidente y partes de la cordillera de la costa”. Viana (2007) en un análisis sobre los
posibles cambios de tendencias en el patrón de lluvias en la zona norte-costera de Venezuela
encontró que “en la década de los setenta ocurrió un cambio profundo con relación a las
medias” dentro de un número de 36 estaciones analizadas (28 del Ministerio del Ambiente y 6
13 -En una oportunidad en la cuenca baja de la quebrada Quintero en la urb. Altamira de Caracas se inundaron
las casas con pérdidas materiales importantes, producto de una canalización sub- diseñada (IMF-UCV, 2006).
Igualmente ocurrió en varias oportunidades con la quebrada Agua de Maíz, que fue reseñada en la prensa
nacional.
22
de la Fuerza Armada Nacional). Asimismo indica la necesidad de ampliar la investigación a
otras regiones del país, lo cual está pendiente.
En un estudio sobre el impacto del cambio climático en la infraestructura urbana de la ciudad
de México, Ibarrarán (2011) señala un aumento en la precipitación anual de 600 mm/ año a
900 mm/año en un periodo de 100 años (1877-1997), con la consecuente frecuencia de
eventos extremos, los cuales pasaron de uno a dos por año a seis o siete por año al final del
siglo pasado, incrementando el número de inundaciones súbitas (denominadas flash floods en
inglés).
Se deduce de lo anterior que el cambio climático puede afectar, y de hecho lo hace, el
comportamiento de los sistemas de drenaje. Sin embargo, poca o ninguna atención se presta a
la vulnerabilidad de la población ante eventos extremos que puedan hacer insuficientes los
sistemas y causen daños a personas o cosas. Irónicamente volviendo poco eficientes sistemas
que se diseñaron precisamente para protección.
Groismann et al (1999) señalan como conclusión de su trabajo que la probabilidad de que
exista un aumento en la magnitud de fuertes precipitaciones en verano es cuatro veces mayor
que la precipitación media esperada. Si consideramos que la mayoría de los sistemas de
drenaje urbano se calculan para periodos de retorno de 10 años como máximo14, y que dichos
valores son tomados de valores de precipitaciones históricas, aunque extremas, no sería de
extrañar que ante estas nuevas condiciones climáticas, como son las planteadas en dicho
estudio, los sistemas no cumplan ni siquiera para esos años previstos en el diseño, causando
como mínimo inundaciones en calles y avenidas.
No hay duda, entonces, que “La alteración de la naturaleza de los recursos hídricos
ocasionada por el cambio climático tendrá efecto sobre el desarrollo humano. Aunque no se
sabe con exactitud los efectos que se verán a nivel local, se espera que haya cambios en la
disponibilidad y calidad del agua debido a la modificación del régimen de precipitación y
aumento de la evaporación”. (Castellanos & Guerra ,2009). En un discurso de la canciller
alemana Ángela Merkel en las Naciones Unidas señalaba, aun mas enfáticamente que “ los
estudios realizados revelan que de no frenarse el cambio climático, nuestro bienestar puede
retroceder entre un 5 % y un 20 %”( Konrad Adenauer Stiftung, 2009). Señalaba igualmente
que solo se requería sacrificar un 1 % del bienestar para lograr ese freno, indicando que esa
acción era también un “imperativo de racionalidad económica” (ibid).
El Gobierno de la República de Panamá en su Plan Nacional de Seguridad Hídrica (2016)
especifica los principales impactos que el cambio climático tendrá sobre dicho país, que por
ser un país tropical refleja en parte lo que pudiese ocurrir también en Venezuela:”
14 Tucci & Bertoni– Inundacoes urbanas na America do Sul ( 2003); Franceschi – Drenaje Vial ( 1984)
23
La ocurrencia de eventos extremos de precipitación y las consiguientes inundaciones y
deslizamientos sobre pendientes inestables;
Los eventos de escasez de agua productos de fenómeno como El Niño;
El aumento de la incidencia de las enfermedades relacionadas con el agua y
trasmitida por vectores como el dengue, zika, chikungunya, malaria, hantavirus15,
entre otras.”
Sin embargo en el país todavía no se toma muy en serio la problemática del cambio climático,
aun cuando siempre se menciona que el efecto de El Niño crea inconvenientes en el
suministro de agua para energía y abastecimiento a las poblaciones, más como una excusa ante
esa carencia que como un problema al que hay que enfrentar y solucionar.
Materan (2016) señala que desde 1888 hasta 1997 han ocurrido 25 eventos de El Niño. En ese
estudio se observa que en los años 60 hubo cuatro eventos, pero separados por 3 o 4 años
entre sí, mientras que en los 90, en donde también hubo 4 eventos (91, 93, 94 y 97), solo se
ven diferencias de intervalo de 1, 2 y 3 años entre ellos. La CAF señala que solo en el siglo
XX “se han presentado veintidós episodios El Niño, siendo los mismos cada vez más recurrentes e
intensos.”(CAF, 2000)
En el siglo XXI se registran los siguientes (www.ggweather.com):
2002 – 2003
2004 – 2005
2006 – 2007
2009 – 2010
2015 – 2016
Como puede apreciarse hubo 5 eventos en apenas 14 años y tres fenómenos seguidos con
intervalos mínimos de dos años, a excepción de los dos últimos del 2009 y 2015. Aunque
podría no considerarse concluyente, si llama la atención en esos primeros años del presente
siglo, y los de los años de los finales del siglo anterior, muy en especial los de la década de los
noventa, su recurrencia y sus efectos dañinos. En Venezuela, no es este último fenómeno el
que causa alta pluviosidad, sino su efecto contrario, La Niña. Siguiendo el mismo patrón
anterior tenemos que La Niña solo se produjo en los siguientes años para el presente siglo
( www.ggweather.com ):
2000-2001
2007-2008
2010-2011
2011-2012
15 - En realidad el hantavirus proviene de excrementos de ratas y solo es trasmitido por el agua si los contiene
24
No es el objeto del presente trabajo el análisis riguroso de estos fenómenos climáticos, pero si
el llamado de atención a los efectos que puede causar en el drenaje los períodos de lluvias
intensas que se produzcan por los efectos de La Niña, más aún si aumenta la frecuencia de su
ocurrencia como pareciera.
7.1 Vulnerabilidad física de los sistemas de drenaje. Lamentablemente poca atención se ha
tomado en el país a los posibles efectos de la acción de esas aguas pluviales extraordinarias en
las ciudades, a pesar de haber sufrido recientemente los eventos de 1999 en las costas
venezolanas y muy intensamente en el estado Vargas16, hecho que debería haber creado cierta
conciencia en las autoridades de que bien puede repetirse allí y en otras zonas del país, y que
se debe estar preparado para evitar la magnitud de daños como los que allí ocurrieron.
Córdova y González (2010) señalan sobre ese evento: “Se puede decir, de esta comparación,
que si los 160 y 250 milímetros que cayeron en Maiquetía en 1951 (en 1 y 3 días) tienen
periodo de retorno de 10 años; para esta vez, en 1999, la lluvia en Maiquetía (410 y 910
milímetros) tiene un periodo de retorno de casi 1000 años”. Si bien es cierto que es
económicamente inviable diseñar sistemas de drenaje para un periodo de retorno tan alto, no
es menos cierto que los cálculos se basan en series históricas elaboradas bajo un patrón de
comportamiento climático que definitivamente está cambiando, tal como lo señala Viana
(2007) en la zona norte costeña. Surge la interrogante de ante este cambio cuál será realmente
el periodo de retorno de un evento de esa magnitud y cuál para eventos menores pero de
magnitudes superiores a las estimadas bajo la información disponible actualmente. Parte de un
sistema de drenaje sustentable está en analizar las áreas donde esos caudales puedan escurrir
sin causar daños o, al menos, minimizarlos. Aunque esto se ha hecho en casos de algunos ríos,
respetando en lo posible sus planicies inundables, es también muy cierto que poco se hace a
nivel urbano en los ríos o quebradas que atraviesan nuestras ciudades (como sucedió en el
estado Vargas). Menos aún, en aquellos casos donde ya existen obras construidas hace años,
no se ha evaluado que podría pasar bajo unas condiciones distintas a las de diseño, su
potencial acción dañina sobre la ciudad y la vulnerabilidad de los ciudadanos ante esos
efectos.
En la ciudad de Caracas, la periódica inundación de calles y avenidas y de algunas zonas
pobladas (como, por ejemplo, en el puente Baloa sobre el rio Guaire en Petare) corroboran el
poco esfuerzo que se hace en solventar esta recurrente situación. En un análisis realizado por
el Instituto de Mecánica de Fluidos de la Universidad Central de Venezuela en 2008 (basado,
por supuesto en series históricas), ya se comprobó que el canal actual del Guaire no soporta
crecientes mayores a periodos de retorno de 50 años sin desbordarse en algunos sitios (citado
en Ochoa Iturbe, 2011). Si llegase a producirse un incremento de un 5 % en la magnitud de las
lluvias intensas (como sugiere el estudio de Groissman ya mencionado), se tendría una
disminución en el período de retorno, con un consecuente desbordamiento del rio mucho más
16 - Poco se menciona que “ durante el desastre de 1999, el área urbana de Caracas fue afectada por flujos de escombros en las quebradas Catuche y Anauco” ( Schmitz & Hernandez,2010)
25
frecuente. Sin embargo solo se ven algunas acciones por parte de los organismos competentes
para prever estos escenarios y posibles soluciones, ni siquiera de alerta temprana a la
población. (Debe mencionarse, a manera de excepción que en el año 1987 se instaló con
ayuda japonesa un sistema de alarma en el rio Limón en el estado Aragua, luego de una
tragedia que ocurrió allí, y se habló de instalar uno en el rio Guaire, pero nunca se hizo17. (No
se tiene conocimiento de si el del rio Limón está operativo).
Sin embargo a nivel mundial (contrario a lo que ocurre en el país) cobra cada día más
importancia el estudio del efecto que causan las inundaciones sobre la población urbana.
“Una tercera parte de los desastres naturales anuales y de pérdidas económicas y más de la
mitad de todas las victimas están relacionadas con inundaciones “(Escuder-Bueno et al,
2012). Esto es indudablemente causado, en primer lugar, por ocupación de espacios no aptos,
usualmente por poblaciones de bajos recursos; pero también por el aumento significativo de la
periodicidad de eventos de alta intensidad pluviométrica (Ochoa-Iturbe & Parkinson, 2010).
Sobre si estos eventos son producto de los efectos del cambio climático o de una variabilidad
climática, existen opiniones de expertos que dudan del cambio climático y señalan que un
cambio es algo definitivo en el comportamiento o patrón del clima con lo cual no habría
retorno a las condiciones antecedentes. Mencionan que es muy temprano para afirmar esto,
mientras que lo que ocurre, en su opinión, es solo una variabilidad por un tiempo determinado
para volver al patrón anterior. Este argumento podría causar que no se modificaran las obras
de drenaje previendo un retorno a condiciones iniciales de diseño. De hecho existe, dentro de
esa discusión, que la medición de la temperatura en la superficie del océano como uno de los
factores para medir el cambio climático no es lo más adecuado, sugiriendo el aumento del
nivel del mar como más acertado. (NAP, 2015)18
La vulnerabilidad de la población que vive en las ciudades a esos eventos pluviales
extraordinarios (producidos o no por los cambios climáticos) es cada vez mayor, ya que dicha
población urbana continúa su crecimiento, ocupando, cada vez más, esas áreas sujetas a
riesgo.
Poe ejemplo,“ Durante el período de 1995-2004 , en América Latina y El Caribe, se
reportaron 840 desastres naturales ocasionados por el agua, dejando como saldo más de
70.525 personas muertas y pérdidas económicas estimadas en miles de millones de dólares”
( Cautilli & Sigala, 2007).
La eliminación o mitigación de daños es parte de la sustentabilidad urbana. La resiliencia ante
daños que no pueden evitarse, dada la magnitud de los eventos, es también parte de esa
sustentabilidad de la ciudad a la que se pretende llegar.
17 JICA( agencia de cooperación japonesa)(2005)- El plan básico de prevención de desastres en el Distrito Metropolitano de Caracas 18 - Hay etapas donde la temperatura de la superficie del océano varia, mientras que el aumento de nivel de aguas aparentemente sería constante.
26
“La adaptación al cambio climático no puede eliminar muchos de los riesgos de eventos de
clima extremos, así que necesita limitar sus impactos a través de una buena prevención y una
buena respuesta post-evento” (Hardoy & Pandiella, 2009). Parte de estos esfuerzos viene
reflejada en una nueva concepción del uso de las quebradas y ríos y la ocupación o no de sus
planicies inundables, permitiendo la evacuación de las aguas pluviales por zonas no
urbanizadas. Pero viene también acompañada de necesarios avances en las políticas públicas y
en la manera de relacionarse las autoridades estatales con las regionales, municipales y las
comunidades susceptibles de daños. “estas relaciones entre las comunidades locales, los
gobiernos y el sector privado aún tienen que madurar” (Hardoy & Pandiella, ibid.). En un
estudio sobre riesgos y políticas de seguridad en toda América Latina, Hubner (2016) señala
que es necesario el desarrollo de estructuras de gobierno locales, con políticas sensibles al
ambiente y eficientes sistemas de aplicación de las leyes. En el país, como se mencionara, se
vienen haciendo esfuerzos en este sentido, de allí la “Guía de Gestión Ambiental Urbana”
previamente mencionada.
Cabe destacar que en Venezuela existe la ley sobre Gestión Integral de Riesgos
Socioambientales y Tecnológicos (2009) que, además de que obliga a la creación de distintas
instancias a nivel nacional, estatal y municipal de gestión de riesgos y de diversos planes para
la protección, prevención y respuesta, contempla en su título VII -disposiciones finales, la
elaboración de un “Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. El Consejo Nacional de
Gestión Integral de Riesgos Socionaturales y Tecnológicos dictará, en el plazo de un año, las
directrices para la formulación del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que
incluye las actividades de evaluación de impactos, amenazas, vulnerabilidades y la estrategia
nacional de adaptación al cambio climático. La coordinación de su formulación será
responsabilidad del despacho ministerial al que corresponda el área de ambiente”.
8- SISTEMAS URBANOS DE DRENAJE SUSTENTABLE
Según la Scotish Environmental Protection Agency, un sistema urbano de drenaje sustentable
se define como “una secuencia de prácticas y obras diseñadas para drenar el agua superficial
en una forma que provea una aproximación más sustentable que lo que ha sido la práctica
convencional de transitar las aguas en una tubería hasta un curso de agua”
(www.SEPA.org.uk).
Como ya se mencionaba en el libro “Drenaje Urbano” de Bolinaga (1979), la práctica usual
en un sistema de drenaje era sacar las aguas lo antes posible del sitio donde existiese un
potencial de daños a personas y cosas, lo cual, de cumplir con los parámetros adecuados de
diseño, funcionaba satisfactoriamente. Sin embargo, muchos sistemas fueron construidos hace
décadas bajo condiciones diferentes del uso de la tierra, e inclusive con cambios de la
27
topografía original, sobretodo en algunas zonas de ciudades en desarrollo continuo,
aumentando así la impermeabilidad del área a drenar. Estas nuevas áreas generalmente
descargan sus aguas a colectores ya existentes haciéndoles ineficientes.
La impermeabilización de áreas es una actividad de urbanismo que ha tenido desde siempre
un alto impacto en el escurrimiento superficial, incrementando el pico de la creciente y
aumentando el volumen del escurrimiento, ha reducido la infiltración y ha degradado la
calidad del agua (Pazwash, 2011). Esto, por supuesto, no es un concepto nuevo, y
generalmente se considera en la práctica usual de diseño para un nuevo urbanismo, en cuanto a
la consideración de las variables de cálculo y el desarrollo total y potencial futuro de una zona.
Lamentablemente, en muchas oportunidades, el diseño se limita a un sector determinado a
desarrollar por un promotor urbanístico, dueño de los terrenos, y no se toma en cuenta los
efectos sobre zonas circundantes, especialmente si están aguas abajo del urbanismo19. Es
bueno mencionar que en Venezuela se hizo un esfuerzo serio en los años 70 y 80 por parte
del Ministerio de Obras Públicas y luego por el Ministerio de Desarrollo Urbano para elaborar
planes maestros de ciudades, y con ellos (sobre todo en la Dirección de Obras Hidráulicas del
MOP) se procuró realizar planes rectores de drenaje urbano intentando poner un orden lógico
al crecimiento urbano de las mismas y planificando para umbrales de hasta 25 años. La
mayoría de esos planes no se han seguido, y posiblemente ni siquiera se han consultado.
Por ser los sistemas de drenaje muy costosos se estilaba diseñarlos, en los planes maestros,
para la condición más desfavorable, es decir, la ciudad ya desarrollada, a fin de que el costo
fuera uno solo e inicial y ya estuviera cubierta la ciudad para eventos de cierta magnitud.
Asimismo se planificaba para sucesivas etapas de desarrollo progresivo. En la práctica, cada
urbanizador coloca obras de drenaje que garanticen solo la evacuación de aguas de sus
propiedades (dado el alto costo que usualmente tienen estos sistemas).
A medida que la ciudad se expande se van conectando tuberías de distintos diámetros, e
inclusive se dan casos de tuberías de mayor diámetro descargando a unas de menor diámetro,
causando remansos y hasta resaltos hidráulicos en donde existen cambios fuertes de
pendientes.
Un sistema de drenaje sustentable pretende, entre muchos de sus objetivos, corregir estos
vicios, ya que al aplicar algunos de los métodos que se señalan más adelante, permitirá un
comportamiento más apropiado de los colectores existentes, al disminuir los caudales que
circulan por las tuberías. Aún más, el verdadero drenaje sustentable es aquel que pretende
comportarse como lo haría el terreno en su estado natural, el cual escurría caudales históricos
por la superficie y permitía la infiltración que le era correspondiente al tipo de suelo original.
19 - Esto suele ocurrir porque el Plan de Ordenación Urbanística y el Plan de Desarrollo Urbano Local no están vinculados a un Plan Rector de Drenaje Urbano. (Comunicación personal del ing. Eduardo Buroz).
28
En la medida en que esto se logra, simulando lo que ya la naturaleza hacía, se estaría
llegando al estado ideal de sustentabilidad en donde se re-establecería el ciclo hidrológico
previo a la intervención antrópica. Siguiendo la clasificación realizada por Uzcátegui (2016)
en cuanto a los tipos de drenaje, el drenaje sustentable es el que se realiza básicamente en el
drenaje terciario (techos, patios, calles, etc.), es decir aquel que puede ser susceptible a
modificaciones. El drenaje secundario o el primario, por su carácter de indispensable es difícil
o muy costoso de modificar. Las técnicas que componen un sistema de drenaje sustentable se
pueden dividir entre estructurales y no estructurales (Morassutti, sin fecha). Las estructurales
son aquel tipo de obras que modifican el drenaje existente o la incorporación de sistemas a
zonas que carecen de dichos sistemas y que, por lo tanto, requieren de ciertas inversiones,
como zanjas de infiltración, cunetas verdes, depósitos de lluvia, humedales artificiales, etc.
Algunas veces esas inversiones pueden ser cuantiosas como los pavimentos permeables (ver
acápite 10.4), mientras que las no estructurales se refieren a “aquellas que no precisan ni
actuación directa sobre la red, ni la construcción de infraestructura alguna. Como por
ejemplo:
1. Educación y programas de participación ciudadana para concienciar sobre el problema
de la gestión del agua y hacer partícipe del proceso de gestión hidrológica a la población,
integrando sus requerimientos en la implementación de los programas.
2. Limpieza y mantenimiento frecuentes del sistema de colectores subterráneos, de canales
superficiales y de las carreteras y calles para reducir la acumulación de contaminantes que
posteriormente serán arrastrados por el agua de escorrentía.
3. Evitar que la escorrentía entre en contacto con contaminantes, controlando la aplicación
de herbicidas y fungicidas en parques y jardines, vigilando las zonas en obras para evitar el
arrastre de sedimentos e interviniendo en las conexiones ilegales al sistema de drenaje.
4. Uso de procedimientos de actuación y equipamiento adecuado para tratar episodios de
vertidos accidentales rápidamente con técnicas en seco en lugar de la habitual limpieza con
agua.
5. Recogida y reutilización de aguas pluviales por parte del ciudadano.” (Recuperado de
www.sudsotenible.com)(Negrillas en el original).
Obviamente que las no estructurales requieren de mayor conciencia ciudadana y de
compromiso de las autoridades competentes. Por otro lado, “Algunas de las técnicas
estructurales, aunque pueda que requieran una inversión económica inicial, ayudan a
revalorizar la zona donde se implantan por la mejora paisajística que conllevan.”
(Morasssutti, sin fecha)
Para lograr ese objetivo de sustentabilidad no solo deben realizarse obras adecuadas, sino que
debe implementarse un conjunto de medidas de tipo legal y de solidaridad ciudadana para con
su entorno.” Se trata de reemplazar la concepción “trafiquista”-como la llama el notable
29
arquitecto-urbanista Victor Gruen20- por una concepción más humana, en la que se “piense”
en la ciudad como escenario para el desenvolvimiento de la vida de las personas y no como
ámbito para los desplazamientos automotores” ( Marrero,1994). Esto dicho de una manera tan
sencilla implica todo un cambio de paradigmas en la concepción del desarrollo urbanístico e
inclusive, como ya ocurre en varias ciudades del mundo, modificaciones sustanciales de
algunas zonas existentes. Tal es el caso de ciudades como Curitiba, donde existe un inmenso
sistema de parques que sirven como drenajes del territorio, lo cual ha llevado a que en unos
20 años el área verde de habitante por hectárea ha pasado de 0,5 m2 a 50 m2, convirtiendo la
ciudad en un sitio más agradable para vivir. (www.arquifuturo.jimbo.com.)21
En Singapur, donde a pesar de que el 50 % del área de la isla es destinada a captar aguas,
existe un gran déficit de agua. Por ello han desarrollado métodos de captación de aguas
pluviales de varios tipos, dependiendo del lugar donde se produzca la captación. En el
aeropuerto de Changi, por ejemplo, obtienen el agua de los techos y de las pistas, lo que
representa hasta un 33% del agua requerida por todo el aeropuerto. Ello les representa a su
vez un ahorro de S$22 390.000 por año. Igualmente en muchos de los edificios altos, donde
vive el 86% de la población (www.downtoearth.org.in) han desarrollado sistemas de captación
que aunque representan un ahorro de solo 13.7 % del agua requerida, si tiene significado en
términos monetarios ya que el costo de dicha agua es de S$ 0.395 por metro cubico contra
S$ 0.535 del costo del metro cubico de agua potable. (www.rainwaterharvesting.com).
El aeropuerto de Oslo, otro caso interesante, drena 140.000 m2 de área de techos para reúso
del agua (www.uv-system.com) .En la ciudad de Melbourne, Australia se recogen 130.000
galones (492.000 litros) de agua proveniente de áreas circundantes a un parque y se almacenan
en un gran tanque subterráneo para luego utilizarlas en el riego del mismo parque( NAP,2016).
En la ciudad de Washington, DC se construyen unas cisternas debajo del Mall con capacidad
de 3.8 millones de litros para capturar las aguas de lluvia de calles, edificios y caminerias. El
agua es tratada mediante filtración y rayos UV antes de su uso. Estiman que esa cantidad de
agua captada equivale al 68 % del agua necesaria para riego del Mall (unos 44 millones de
litros). El proyecto tiene un costo de 1.75 millones de dólares solo para las cisternas (NAP,
2016).
Solo por comparación, la gran cisterna de Constantinopla tiene una capacidad de hasta unos 75
millones de litros ((www.mardelossargazos.worldpress.com )
20 - Victor Gruen- Arquitecto Austriaco que diseño más de 50 centros comerciales en los EEUU. Su intención era crear centros comunales para distintas actividades culturales, etc. y no para lo que son en la actualidad. (www.wikipedia.com) 21 - Según Urdaneta (2013) la ciudad de Caracas solo tiene 1,15 m2 /habitante. Muy por debajo de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 10 m2 / habitante. 22 S$-dólares de Singapur
30
Valls Benavides y Perales (2008) señalaban en el I Congreso Nacional de Urbanismo y
Ordenación del Territorio en España que había que “mejorar el paisaje urbano mediante una
nueva forma de concebir el ´planeamiento, diseño y gestión de las aguas pluviales en el seno
de la ciudad”. Esto es lo que se ha llamado Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS).
Ellos representan un sustancial cambio de paradigma en el que se trata de retener las aguas
pluviales en el sitio de contacto con la superficie (techos, vías, patios, etc.) logrando así
disminuir caudales y evitando posibles inundaciones, pero además retener las aguas para
permitir algún tipo de almacenaje, ya sea por infiltración en el caso de zonas verdes o artificial
mediante alguna obra como lagunas o depósitos subterráneos construidos para tal fin. En la
ciudad metropolitana de Saitama en Japón existe un sistema de túneles de unos 177 metros de
largo capaces de almacenar tormentas excesivas disminuyendo hasta en un 80 % el área de
inundación que se producía en la ciudad, en ocasiones previas, por efectos de tifones o
tsunamis (www.inhabitat.com ). Dichas aguas son posteriormente bombeadas a una rata
menor al sistema de drenaje existente sin causar daños. Esas aguas, captadas en distintas
formas y almacenadas, podrían ser utilizadas por la ciudad para distintos fines.
Hasta muy reciente, como ya se señalara, el objetivo de los sistemas de drenaje era únicamente
sacar las aguas pluviales lo antes posible de la ciudad para no causar daños o inconvenientes al
tráfico. Sin embargo, y debido a que cada vez es más difícil incorporar nuevas fuentes de agua
para abastecimiento de las ciudades, muy necesitadas dado su dinámico crecimiento
poblacional , se ha buscado otras formas no tradicionales de abastecer el líquido , siendo el
agua pluvial y su periodicidad una de ellas. Muy recientemente en un amplio artículo de Adam
Nagourney en el New York Times del 19 de febrero de 2016 (Nagourney, 2016) señalaba que
el agua de lluvia, considerada siempre una molestia, pudiese ser la solución para una
California reseca (están en un periodo largo de sequía). Señala el articulista que se podrían
captar 200 billones de galones de agua (758 millardos de litros de agua), suficiente para suplir
1.4 millones de casas por año. Sin embargo, actualmente esa agua es recogida y llevada por
colectores hasta su descarga final, sin ningún aprovechamiento. En las ciudades venezolanas
no se ha analizado la factibilidad del uso de las aguas de lluvia, a pesar de la magnitud de las
mismas, por ser un país con una alta pluviosidad (unos 1000 mm anuales en promedio, con
variaciones extremas entre el sur y el norte del país). De importancia especial sería el análisis
para aquellas ciudades en las zonas más áridas del país y en las distintas islas, principalmente
la isla de Margarita, que presenta serios déficits en la demanda, especialmente en la época de
afluencia de turismo interno y externo. Como un dato curioso, y que no deja de reflejar un
comportamiento de sustentabilidad local, es el aportado por los arqueólogos María y Andrzej
Antczak y es que en las islas del Caribe los indígenas recolectaban agua de lluvia con conchas
del molusco botuto (Strombus gigas). Se han descubierto áreas de 2 x 2,5 mts. con conchas
volteadas boca arriba para recibir el agua. En una prueba realizada por los investigadores
señalan que entre 4 o 5 conchas de botutos recolectan hasta un litro de agua en una lluvia
fuerte. (A, Antczak,A. ,sin fecha). Poco se hace en nuestra región insular en estos aspectos de
captación de agua pluvial, utilizando metodologías modernas.
31
Por otro lado, cuando las aguas exceden las capacidades de diseño causan inundaciones de
cierta magnitud, y subsecuentemente daños a personas y propiedades. Citando al Prof. Luthy
de la universidad de Stanford, Nagourney señala en su artículo que al capturar las aguas
pluviales y almacenarlas, ya sea en pequeños embalses o en el subsuelo, se aumenta no solo la
cantidad de agua disponible, sino que también aumentan la resiliencia de la ciudad ante
eventos extremos como la sequía que sufren en la actualidad, o de inundaciones en periodos de
alta pluviosidad.
Lo señalado es solo una parte de lo que se logra con los sistemas SUDS. Señalan Valls
Benavides y Perales (ibíd.) que: “El objetivo de los SUDS es restaurar en la urbe el ciclo
natural del agua y mantener la hidrología local, minimizando los impactos del desarrollo
urbanístico en cuanto a la cantidad y calidad de la escorrentía (durante su captación,
transporte y destino), además de maximizar la integración paisajística y el valor social y
ambiental de la actuación, naturalizando una buena parte de la infraestructura hídrica”
.Estos sistemas, se insiste, conllevan a un cambio de paradigma en lo que se refiere a la
gestión de los recursos hídricos en cuanto a disponibilidades de agua, almacenaje y
distribución; y no solo para las ciudades, sino para otros usuarios del agua como los sectores
de industrias y agricultura. De hecho, este último sector, por su naturaleza, es quizás el que
mejor se aproxima a un uso sustentable, ya que al regar permite indirectamente la infiltración,
y la consecuente extracción de agua subterránea para volver a regar.
Estos cambios de paradigma también implican un cambio sustancial en la legislación
ambiental, así como en ordenanzas municipales. Más aún, implica que políticamente se le dé
una mayor prioridad a la gestión integrada de los recursos hídricos urbanos. De hecho “ Las
dificultades para hacer frente a estos retos no son de carácter técnico, sino que residen sobre
todo en la deficiente gobernanza y falta de liderazgo institucional , así como en la baja
prioridad que a veces tiene la cobertura universal del agua y saneamiento en la agenda
política” (Fundación Botin,2014). Este es un tema que requiere de mayor profundidad y
análisis por parte de los encargados de las políticas públicas ( Asamblea Nacional,
Gobernaciones, alcaldías, etc. ), pero también una campaña de concientización de la población
para hacerla participe del problema y de la solución. Una población, sin conciencia, es parte
del problema en el despilfarro del agua.
Un ejemplo reciente e importante de concientización ciudadana se lleva a cabo en la ciudad
de Denver, estado de Colorado en los Estados Unidos de Norteamérica. Allí han venido
sufriendo sequias continuas, en parte no solo por la carencia de agua, sino por el uso
exagerado en riego de jardines, etc. Gracias a sus patrones de consumo la demanda total de la
ciudad era el equivalente a unos 800 litros por persona por día. Luego de años de campaña
educativa, de cambio de tipos de grama en jardines, etc. han logrado bajar ese consumo a 624
litros por persona día (una reducción del 22 %). (“La genial campaña de ahorro del agua de la
ciudad de Denver”. Recuperado de www.iagua.es )
32
El costo monetario de modificaciones físicas a los sistemas, los riesgos de tipo sanitario y los
cambios legales de normas, leyes, etc. son indudablemente un freno al desarrollo de los SUDS,
como se comentará más adelante.
“En las regiones metropolitanas, las distorsiones y los problemas de integración son
particularmente evidentes cuando se analizan en conjunto las políticas de recursos humanos,
saneamiento ambiental y desarrollo urbano, revelando que muchos de los instrumentos
(legales) aún no han sido regulados y, en gran medida deben ser mejor adaptados a los
objetivos de desarrollo local y regional “(Philippi et al, 2005). El desarrollo de los sistemas
urbanos de drenaje sustentable (SUDS) pasa necesariamente por estos procesos de
sincronización y conciliación entre los diferentes intereses de los actores principales de la
ciudad, labor nada fácil y aún muy pendiente en la mayoría de los países.
Se puede afirmar, en resumen, que un buen sistema sustentable de drenaje urbano permitirá
(Woods-Ballard, Kellagher, Martin, Jefferies, Bray, Shaffer, 2007):
a) Aproximar el comportamiento de las aguas pluviales sobre la superficie urbana al
comportamiento histórico previo a la urbanización.
b) Recargar los acuíferos bajo las ciudades, con la consecuente mejora para las plantas y
para la posible extracción de dicha agua para distintas demandas de la población.
c) Disminuir el riesgo de inundación y consecuentemente los daños a la actividad
normal de la ciudad, a personas y cosas.
d) Abaratar costos en las infraestructuras usuales de drenaje (colectores) al retardar la
llegada de aguas a estos (disminución del pico y tiempo de concentración de los
hidrogramas).
e) Disminuir la concentración de poluentes en las aguas superficiales.
f) Mejorar el paisaje urbano para disfrute visual de la población.
g) Ayudar a crear conciencia de la problemática ambiental y de que puede haber
soluciones en otros aspectos urbanos, como recolección separada de la basura y su
disposición adecuada (para evitar taponamiento de colectores), contaminación del aire,
etc.
h) Crear espacios para el disfrute de la ciudadanía (parques, caminerias, etc.).
i) En algunos casos, crear espacios para la fauna (especialmente santuarios para aves
migratorias o corredores vegetales).
33
9- EL DRENAJE SUSTENTABLE Y LA SEGURIDAD HIDRICA23
La seguridad hídrica viene definida como:” capacidad de una población para salvaguardar el
acceso sostenible a cantidades adecuadas de agua de calidad aceptable para sostener los
medios de vida, el bienestar humano y el desarrollo socio-económico, para garantizar la
protección contra la contaminación transmitida por el agua y los desastres relacionados con
el agua, y para la preservación de los ecosistemas en un clima de paz y estabilidad política”
(UN-Water, 2013. Citado por Ramos, 2014).
Como se ha venido presentando, puede verse como el uso del agua pluvial de manera
sustentable puede contribuir de manera significativa a una mayor disponibilidad de agua para
las ciudades, al poder almacenarlas, ya sea en pequeñas lagunas o infiltrando dichas aguas
mediante fosas de infiltración o pavimentos permeables como se mostrara más adelante en el
texto, contribuyendo así a la seguridad hídrica definida previamente.
9.1 Disponibilidad, captación y uso del recurso. La periódica precipitación que cae sobre las
ciudades y que escurre por la superficie en un alto porcentaje es, sin duda, un agua
potencialmente disponible. En un reciente estudio sobre el escurrimiento total de la ciudad de
Los Ángeles, California se señala que el escurrimiento total de la ciudad es de unos 2000 a
3000 m3/ha/año. Esa cantidad de agua (de poder almacenarse) equivale a 4 veces el volumen
total anual de agua necesario para bajar sanitarios en la ciudad (450 m3/ha/año), liberando así
una misma cantidad de agua potabilizada para otros fines. (NAP, 2016).
En un nivel menor, pero que vale la pena mencionar, es el estudio realizado por Montilla y
Roncayolo ( 2012) en la Colonia Tovar, Estado Aragua donde se demostró que colocando
sumideros en ciertas calles de la población , que captan toda el agua de dichas calles y de
cuencas que drenan naturalmente a ellas, y que luego son llevadas dichas aguas, ya
concentradas, a tres tanques convenientemente ubicados a cotas inferiores, lograban
almacenar 1.027 m3 de agua con tormentas de apenas un periodo de retorno de 2 años y
duración de 5 minutos.( como beneficio adicional señalaban la disminución de aguas en las
calles corriendo sin ningún control, en una población carente de un buen sistema de drenajes).
Igualmente dejan ver que su estudio no incluía un potencial análisis de la calidad de las aguas
y su posible tratamiento, de necesitarse24.
9.2 Disminución de vulnerabilidad ante sequias. Estas acciones indudablemente disminuirían
la vulnerabilidad de los habitantes de ciudades a sequias e inundaciones, eventos que han ido
aumentando en frecuencia y en magnitud. En la época de sequias existiría un volumen
apreciable de agua almacenada para mitigar sus efectos.
23 - “ En 2016 , el Foro Económico Mundial identificó la seguridad hídrica como el reto más importante a mediano plazo que enfrenta la humanidad en las próximas décadas” ( CAF,2016) 24 -Este es uno de los temas más controversiales en los SUDS, como se verá posteriormente.
34
9.3 Protección contra inundaciones. En la época de lluvias, el almacenaje permitiría bajar los
picos de crecientes disminuyendo así las inundaciones, como se menciona en el ejemplo
anterior de la ciudad metropolitana de Saitama en Japón.
Si consideramos que alrededor del 65 % de las personas afectadas por desastres naturales lo
han sido por inundaciones (Ochoa-Iturbe & Parkinson, 2010), el ahorro a nivel de la ciudad y
de los ciudadanos en si sería muy alto ya que bajarían los costos de remediación y de
recuperación de bienes, factor de mucha importancia ya que “los impactos económicos de
sequias, inundaciones y tormentas desde 1980 han representado en promedio el 0,5 % del PIB
de ALC25, aunque puntualmente se han alcanzado máximos de hasta 2 %” (Fundación Botín,
2014).
De lograr disminuir los picos de las crecientes, así como los volúmenes de agua superficial
mediante las técnicas de drenaje sustentable, se contribuiría a disminuir el riesgo para los
habitantes que ocupan zonas de cierta peligrosidad, especialmente los sectores de bajos
recursos que usualmente ocupan dichas zonas y que no poseen medios económicos para
recuperarse, creando de hecho un mayor problema social en la ciudad. Es decir, el drenaje
sustentable permite aumentar la resiliencia de la ciudad ante eventos catastróficos, muy
especialmente para los sectores de bajos recursos que no poseen medios económicos.
9.4 Usos municipales del agua de lluvia en las ciudades. El almacenar las aguas “in situ”
permite su utilización para riego de parques y zonas públicas durante sequias o para, inclusive,
suministro de agua potable (de recibir tratamiento adecuado con técnicas actualmente
disponibles, como se señalara previamente que ocurre en el Orange County en California). Es
decir se aumenta la confiabilidad de disponer del recurso para una población urbana que no
cesa de aumentar. En definitiva se aumenta la seguridad hídrica de la urbe y a la vez se
cumple con los objetivos 3 y 4 del marco de acción para la reducción de desastres de la III
Conferencia sobre Reducción de Desastres de Naciones Unidas celebrada en Sendai, Japón
en Marzo de 2015 (UN. A/ CONF.224/CRP.1). Dichos objetivos señalan la necesidad de
invertir en la reducción de riesgos ante desastres, para resiliencia de las ciudades, mediante la
adopción de medidas estructurales y no-estructurales y la necesidad de la preparación de
planes de respuestas rápidas ante desastres, y también de planes de recuperación que
contemplen respuestas efectivas e inmediatas, a todo nivel, ante un desastre. Una medida
importante estructural es contar con capacidad de almacenaje para caudales extraordinarios
como se mencionase previamente, que ya ocurre en varias ciudades.
9.5 Perspectivas de uso del agua de lluvia en Caracas. La ciudad de Caracas, por su topografía
y pluviometría pudiese conformar varios sistemas de drenaje sustentable, ya que por las calles
con pendientes pronunciadas que existen en toda la ciudad corre una buena cantidad de agua,
generalmente captada en su totalidad por los sistemas actuales de drenaje para tormentas de
25 -América Latina y el Caribe
35
baja intensidad. Esas aguas (sobre todo las del sector norte de la ciudad) pudiesen ser
conducidas a cisternas ubicadas en los distintos parques como el parque del Este, el
Universitario y algunos menores como el de la urb. La Floresta, almacenándolas para su uso
en la época de sequía, liberando así parte del agua potable para uso humano y aumentando la
seguridad hídrica de la ciudad. Sin embargo, la calidad de esas aguas puede presentar un
problema, uno de los factores que aún limitan la libre instalación y operación de los SUDS que
se comenta más adelante en el texto.
. Flujos Superficiales.
Dentro del concepto amplio de drenaje urbano ya definido no debe dejar de mencionarse el
poco aprovechamiento que hace la ciudad de Caracas de sus quebradas naturales,
especialmente las que bajan del cerro del Ávila, tal como se indica en algunos estudios y
propuestas que se han efectuado al respecto. Igualmente podría analizarse qué hacer con las
aguas pluviales que son recogidas en cunetas en la Avenida Boyacá (Cota Mil) que ya
concentradas son conducidas a las quebradas sin que se aproveche la circunstancia de estar ya
canalizadas (estas aguas depositadas por gravedad y almacenadas en cisternas ubicadas en
sitios estratégicos bien pudiesen aliviar carestías de riego en época de sequía).
Uso posible de la quebrada Sebucán). Barrera( 2015), en su análisis de la quebrada Sebucán
(área de la cuenca igual a 6,26 Km2 y caudal medio anual antes de entrar a la ciudad, a nivel
de la avenida Boyacá, de unos 14 litros por segundo) menciona el alto grado de
contaminación de la quebrada, producto de descargas puntuales y no puntuales de aguas
servidas. Si esas aguas servidas fuesen captadas y descargadas al colector marginal del Guaire,
un alto porcentaje del agua de la quebrada pudiese ser conducida por gravedad, dadas las cotas
existentes, y almacenada en el subsuelo del Parque del Este en cisternas, para uso posterior en
el riego.
Uso posible de la quebrada Chacaíto. Esta es quizás una de las quebradas menos
contaminadas de la ciudad, dado su paso por los campos de golf del Caracas Country Club lo
que hace que sea poco receptora de descargas de aguas servidas26. Giovannucci y Garcia
(2016) en un estudio, precisamente sobre aprovechamiento del agua de la quebrada Chacaíto
(área de la cuenca 6,5 Km2) concluyen que construyendo varios tanques de almacenaje a lo
largo del cauce aguas arriba de la Avenida Boyacá (cota mil) y captando agua en cantidad
proporcional al área contribuyente, y para una sola tormenta de Tr = 10 años, podría
aprovecharse alrededor de un millón y medio de litros por tormenta , que pudieran usarse
luego para riego o limpieza de calles en la época seca. Si se considera que la época de lluvias
26 - Gonzalez y Mirabetty (2015) señalan, sin embargo, que en las muestras tomadas en algunos puntos de la quebrada, la contaminación superaba los límites permitidos, aunque la DQO (demanda química de oxigeno) si cumplía con 294,4 mg/l (menor a los 350 mg/l de la norma). Igual señalan que la contaminación proviene de descargas puntuales identificadas.
36
es de unos 8 meses al año, la cantidad de agua que, en principio pudiera ser almacenada, solo
desde ambas cuencas mencionadas, seria considerable.
Flujos subterráneos.
Existen en la actualidad numerosas captaciones de flujos subterráneos no aprovechadas, tal
como se menciona a continuación.
Captaciones de flujos subterráneos en el Metro de Caracas. Se conoce que el sistema
Metro de Caracas, capta agua subsuperficial para mantener el control del nivel freático que
puede afectar a sus instalaciones. La mayoría de ellas se desechan al sistema de drenaje
existente en las vías cercanas, sin ser aprovechadas.
Captaciones de flujos subterráneos en el Metro de Los Teques. Los túneles que componen
el sistema (que es básicamente superficial) drenan una buena cantidad de agua del subsuelo
montañoso, que luego se descarga en el rio San Pedro. Si se captaran esas aguas (ya
concentradas de por si en las cunetas del túnel) y se condujeran por gravedad en tuberías,
pudieran contribuir a las zonas de Las Adjuntas y Caricuao en sus demandas de agua (habría
que hacer un análisis de su calidad, a fin de determinar su uso eventual).
En otros sitios se puede observar como el ciudadano común aprovecha el agua sub superficial
que sale de barbacanas en pantallas atirantadas para abastecerse, sin contar con un análisis de
calidad de dichas aguas. Por ejemplo en la avenida Boyacá (cota mil) a la atura de la salida de
la Castellana se observa continuamente esta práctica.
37
10- PRACTICAS Y TECNICAS USADAS EN LOS SISTEMAS URBANOS DE
DRENAJE SUSTENTABLE
Se pretende a continuación mostrar algunos conceptos y ejemplos de las prácticas y obras más
usadas en la actualidad, para el logro de los objetivos señalados, sin pretender que sean las
únicas alternativas, ya que por ser una manera relativamente nueva de tratar las aguas
pluviales, pueden producirse nuevos ingenios que tengan propósito semejante o existir
algunos que no fueron identificados durante la investigación realizada a los efectos de este
trabajo.
Igualmente, no se presentan diseños en detalle ya que generalmente, y como se ha señalado,
depende cada obra del sitio especifico, sus condiciones de pluviosidad, tipo de suelo,
topografía, etc. Sin embargo, se mencionan algunas experiencias recientemente realizadas en
el país ,con algún nivel de detalle, con la intención de mostrar que los SUDS pueden ser
aplicados , aunque, tal como se viene demostrando en el texto, se requiere de modificaciones
legales a nivel nacional y municipal conducentes a la producción de normas o mejoras de las
existentes en lo referente a las técnicas de captación y / o separación de aguas pluviales y
servidas; y, adicionalmente, se requiere una mayor concientización de la población urbana,
para poder lograr ciudades sustentables en nuestro país, al menos en lo que al recurso agua se
refiere.
Torres Abello (2004) señala que, desde un punto de vista netamente hidrológico, estas
alternativas pretenden:
- Retardar la llegada del agua a la red almacenando las aguas y restituyéndolas
enseguida a débil caudal (cuenca de retención, calzada con estructura de reservorio,
etc.).
- Infiltrar las aguas de escorrentía o recolectadas en el suelo (pozos, cuencas de
infiltración, calzadas reservorios de infiltración, etc.).
- Mejorar la calidad de las aguas de escorrentía.
Como se ha indicado previamente, estas obras y prácticas permitirán también aumentar la
resiliencia de la ciudad ante eventos extremos de inundaciones o sequias, mejorar el paisaje
para disfrute de la población e inclusive proteger a la fauna existente o migratoria (aves en
general).
38
10.1- LAGUNAS DE RETENCION Y DE DETENCION
Tal como su nombre lo indica son lagunas, generalmente artificiales, aunque no se descarta el
uso de zonas de depresión natural para su adecuación a los fines de captación de volúmenes de
aguas superficiales.
Este tipo de lagunas (especialmente las de detención) son muy utilizadas actualmente para
fines distintos a los propuestos en el presente trabajo. Usualmente se diseñan para saneamiento
de aguas servidas (lagunas de oxidación) o también para almacenaje de aguas en zonas de
explotación agropecuaria, con fines de disponibilidad para riego o de disponibilidad de agua
para el ganado.
En el presente trabajo se presume su uso solo para fines de drenaje sustentable y aporte a la
estética de la ciudad sustentable.
10.1.1- LAGUNAS DE RETENCION
También llamadas en algunos sitios cuencas de retención. Son ideales en donde exista
superficie disponible. Las aguas pluviales son conducidas hacia una laguna artificial (o
natural, de existir) y desde allí se descarga por un conducto ubicado en el fondo (tubería o
cajón) que permite el paso del caudal que históricamente producía el área contribuyente
drenada. Esto inclusive puede permitir la mejora en la calidad del agua al promover por un
lado la sedimentación de sólidos y por otra, la introducción de plantas autóctonas que,
ayudando a mejorar el paisaje, tomen ciertos nutrientes del agua (químicos disueltos) que
hagan al agua aún más limpia. En el estado de Florida de los Estados Unidos, y más
específicamente en el área de las ciudades de Tampa y San Petersburgo existen varios de estos
tipos de lagunas. El propósito es atenuar crecientes para eventos de 24 horas y periodo de
retorno de 25 años y a la vez mejorar el hábitat para la fauna aviaria y acuática,
convirtiéndose de hecho en unos humedales artificiales Los diseños varían dependiendo de la
topografía, precipitación de la zona, uso y tipo de suelo. En dos casos revisados, en el área
mencionada de Tampa, las lagunas reciben aguas pluviales ya canalizadas y que son desviadas
a ellas. Allí, mediante pequeñas bermas semi- sumergidas se obliga al agua a circular a través
de canales, atenuando el pico de la creciente. Además poseen vegetación que absorbe ciertos
contaminantes, para posteriormente descargar las aguas al canal original aguas bajo, pero con
una calidad mejorada. Las plantas sembradas corresponden a flora autóctona, desplazando las
especies invasoras, y que constituyen, a la vez, refugio para la fauna local (MACRINA, sin
fecha). Esas lagunas reciben aguas de las zonas urbanizadas, calles, patios, etc. que les llegan a
través de tuberías y cunetas o canales superficiales. El fondo de las lagunas está diseñado de
39
una forma tal que permite el acceso a equipos para remover el sedimento acumulado.
Asimismo contemplan estructuras de desvío para cuando el caudal excede los parámetros de
diseño (ver figura 2). En los casos mencionados, además de su función de drenaje y limpieza
de contaminantes, constituyen un área educativa para la comunidad al convertirse en parques
de recreación y educación ambiental mediante vallas colocadas en varios sitios explicando su
funcionamiento y utilidad.
En la ciudad de Pickering, North Yorkshire en Inglaterra, en el 2014, se diseñó y construyó
una serie de pequeños embalses de poca altura y con material que permite percolación, a
manera de lagunas de retención. Su propósito es atenuar el flujo de la creciente y prevenir las
inundaciones que venía sufriendo la ciudad, ubicada aguas abajo, a lo largo de 10 años. Como
resultado se disminuyó el pico de la creciente entre 15 y 20 % (eso en conjunto con la siembra
de 40.000 árboles en la cuenca alta) y se evitó la continua inundación de la ciudad27.
Fig.2- Esquema de laguna de retención (según Morassutti, sin fecha)
Las lagunas de retención tienen, sin embargo, una condición adversa muy importante y que
debe ser tomada en cuenta a la hora del diseño y es que no deben quedar aguas estancadas
27 - recuperado de www.bbc.com/news/uk-england-york-north-yorkshire-36029197)
40
después de vaciada la laguna, ya que pueden convertirse en sitios propicios para la
proliferación de insectos.
10.1.2- LAGUNAS DE DETENCION
También llamadas cuencas de detención. Contrarias a las anteriores, su objeto es almacenar las
aguas, sin contar con una salida para caudales históricos, salvo cuando ocurren excesos a la
capacidad de almacenaje mediante un vertedero. Al igual que las anteriores son diseñadas bajo
parámetros similares, usualmente para el almacenaje de varias tormentas y no de una sola,
como ocurre en las lagunas de retención. En realidad son como pequeños embalses, muy
usados en riego de zonas áridas y semiáridas. Sin embargo su propósito final, en el caso del
drenaje sustentable, puede ser el ya mencionado de retención de aguas, estético- recreacional
(ver figura 3), como fuentes de infiltración mediante humedales artificiales (ver figura 4) o
como función conjunta de varios de estos fines.
Fig. 3 – Laguna de detención, con fines también paisajísticos en Seattle (recuperado de
www.sudsostenible.com)
Estas lagunas tienen que tener dimensiones muy específicas en cuanto a profundidad (entre 1 a
2 metros de profundidad) (www.sudsostenible.com) y área variable pero de cierta extensión,
ya que de lo contrario pueden convertirse en lagunas anaeróbicas con crecimiento de algas, y
proliferación de zancudos y otros insectos perniciosos. Por tratarse de áreas de mayor
extensión no suelen existir en zonas urbanas, a menos que existan terrenos baldíos
41
municipales que lo permitan, o zonificaciones especiales. En algunos casos, y para evitar los
inconvenientes señalados, poseen aireadores que propician la recirculación de las aguas y
también incluyen la siembra de peces que contribuyen a la eliminación de las larvas de
zancudos, etc. (En realidad estas lagunas guardan muchas semejanzas con las lagunas
utilizadas en el tratamiento de aguas servidas, en cuanto a su dimensionamiento).
En la ciudad de Valencia, España existe un ejemplo de dimensiones menores de unas lagunas
de detención. Estas fueron excavadas con una condición de suelo poco permeable. Avellan
(2013) señala con respecto al “Deposito de detención en el parque Apeadero de Paterna
(Valencia):
La construcción de este depósito de detención se llevó a cabo dentro de una zona verde
prevista en el planeamiento urbano de Paterna que, en el momento del inicio de las obras, era
un área de transición entre un polígono industrial y un casco urbano sin desarrollo con un
fuerte carácter marginal. Los objetivos de este depósito era compensar el incremento de
caudal punta que el alcantarillado convencional producía sobre el río Turia, y lograr una
buena integración paisajística con la compatibilidad de usos social y lúdico del espacio en
tiempo seco.
Para conseguir tales objetivos se trabajó sobre una amplia extensión de terreno improductivo,
puesto que al ser mayor el almacenamiento y la recarga, menor sería la escorrentía, el
número de inundaciones y la erosión en cauce. Como la permeabilidad del terreno no era muy
alta, se ejecutaron cuatro pozos de infiltración28 rectangulares distribuidos a lo largo del
Parque de dimensiones 4×4 metros en planta y de unos 4,50 metros de profundidad, para
favorecer de alguna manera la recarga”. A pesar de sus limitadas dimensiones y de un tipo
de suelo, que como bien señalan era poco permeable, se logró el objetivo planteado de
disminuir el pico de la creciente y de crear una laguna recreacional.
Andrade (2016) señala una metodología adoptada del Ministerio de Vivienda y Urbanismo del
Gobierno de Chile (MINVU) para el uso en lagunas de infiltración y el cálculo del volumen
de almacenamiento, el cual permite dimensionar las lagunas.
El método calcula de la siguiente manera:
𝑉𝑎𝑙𝑚 = 𝑉𝑎𝑓𝑙 − 𝑉𝑖𝑛𝑓
Dónde:
Valm - Volumen de almacenamiento (m3)
Vafl(t) – Volumen afluente acumulado de agua de lluvia para una duración t (m3)
Vinf – Volumen acumulado infiltrado (m3).
28 - ver acápite 10.3
42
Para el cálculo del volumen afluente utilizan:
𝑉𝑎𝑓𝑙 (𝑡) = 0,00125 ∗ 𝐶 ∗ 𝐼 ∗ 𝐴t ∗ 𝑡
Dónde:
C – coeficiente de escurrimiento superficial (adimensional)
I – Intensidad de la lluvia para una cierta duración y período de retorno seleccionado (en
mm/hora)
At – Área aportante, se estima como la suma de las superficies impermeables que drenan hacia
la fosa o laguna, más el área de la laguna en si (m2)
t – tiempo en horas
Para el cálculo del volumen infiltrado se utiliza:
𝑉𝑖𝑛𝑓 = 0,001 ∗ 𝑓 ∗ 𝐶𝑠 ∗ 𝐴𝑒 ∗ 𝑡
Dónde:
f – tasa de infiltración (mm/hora). (Variable con el tipo de suelo, condiciones antecedentes y el
tiempo o duración del evento, ya que a medida que se satura el suelo, éste pierde capacidad de
infiltración.)
Cs – Coeficiente de seguridad29
Ae – Área de la laguna o depresión
t- tiempo en horas
Por último la altura de la depresión será:
ℎ = 𝑉𝑎𝑙𝑚
𝐴𝑒
El método, aparentemente sencillo posee dos variables de extrema importancia, la intensidad
de la lluvia (I), sin la cual podría sub-diseñarse la laguna con las consecuencias lógicas de
desborde; y la rata de infiltración del suelo (f), que debe ser determinada en cada sitio.
29 -Este coeficiente depende de la calidad del afluente y si tiene tratamiento el agua y mantenimiento continuo
43
Dependiendo de tamaño de la laguna pudiese existir variación del tipo de suelo y por tanto de
su rata de infiltración.
Figura 4 - Laguna de infiltración tipo humedal (recuperado de www.geama.org/sanitaria)
Adicionalmente a este método de cálculo para lagunas de infiltración es conveniente señalar
algunos criterios básicos y comunes para el diseño hidráulico de las lagunas de retención y de
detención que parece conveniente enumerar a continuación, y que se ha tomado de las
normas del Departamento de Transporte del estado de Washington, EEUU del año 2014.
(www.dot.wa.gov ):
- Las lagunas de retención deben diseñarse específicamente para que evacuen la
totalidad de las aguas en 72 horas. Esto es así para garantizar que puedan estar vacías
para recibir las aguas de una próxima tormenta. Las lagunas de detención se diseñan
bajo el concepto de valores anuales de escorrentía en un diagrama de balance de
volúmenes producidos mes a mes.
- En general los dos tipos de lagunas deben diseñarse para que tengan al menos una
altura de borde libre de al menos unos 50 cms. Debe comprobarse que un evento con
período de retorno de 100 años no cauce su destrucción, ni la pueda producir en zonas
inmediatas aguas abajo de la laguna.
- El diseño del volumen viene dado calculando el volumen histórico producido por el
área drenada (a efectos del diseño de la descarga) y sumándolo al volumen producido
bajo las nuevas condiciones, dando así ese volumen histórico un margen de
protección al diseño.
- Las lagunas deben estar separadas de propiedades privadas y al menos a unos 35
metros de tanques sépticos o colectores de aguas servidas como medida de seguridad.
44
10.2- FOSAS O ZANJAS DE INFILTRACION
En realidad son iguales que las anteriores lagunas de detención solo que de dimensiones más
pequeñas y la composición del suelo del fondo es de material permeable, para permitir que el
agua almacenada se infiltre a una cierta rata de diseño , como ya se reseña en el ejemplo
anterior de Paterna. Esta es una de las prácticas de drenaje sustentable más beneficiosa ya que
permite que esa agua capturada y “ almacenada “ en el subsuelo pueda ser extraída por
bombeo en épocas de sequía o por alguna emergencia de falla de las fuentes superficiales
normales. A veces se construyen entre calzadas como ayuda a la separación de las mismas
con el propósito adicional de captar las aguas de escorrentía del pavimento, eliminando la
necesidad de construir colectores u obras especiales de captación o, en todo, caso disminuir
sus dimensiones (ver figura 5). Todo depende de la topografía existente, del tipo de suelo y
del espacio disponible. En Venezuela, y aunque no fue construida con ese propósito de
infiltrar las aguas, existe un buen ejemplo de lo que se pretende ilustrar. En algunos tramos de
la Autopista Regional del Centro, existe un canal deprimido central de grama o tierra, donde
descargan las aguas de drenaje superficial, y luego ese canal evacua las aguas a distintas
quebradas o canales que cruzan el alineamiento de la autopista y que finalmente llegan al lago
de Valencia. En nuestro caso específico de las fosas, se buscaría que las aguas penetraran el
subsuelo (nuevamente el condicionamiento viene dado por la rata de infiltración que posea el
suelo).
Figura 5 - Zanja de infiltración en estacionamiento en USA (fotos propias). Existe una
tanquilla (centro de la foto) que capta el agua cuando la zanja se colmata. De allí pasa a un
colector. Nótese que la rejilla está ligeramente por debajo de la cota de la vía. El agua llega
desde la vía a la zanja por una canaleta (foto de la derecha).
45
Figura 6 – Uso de zanja de infiltración con fines estéticos paisajísticos (recuperado de
www.sustainablestormwater.org )
En el Perú, estas técnicas se utilizan para recargar el subsuelo y para evitar erosión en zonas
agrícolas. De hecho se construyen en laderas y en sentido transversal a la pendiente del
terreno. Sus dimensiones usuales son de 40 a 70 cms. en su parte superior y de 30 a 50 cms.
en su parte inferior, y una profundidad efectiva de unos 30 cms. Su utilidad depende del tipo
de suelo y su velocidad de infiltración. (Vásquez, Absalón et al, 2014). Esta técnica se deriva
de las llamadas “Amunas” de civilizaciones pre-incaicas y que aún practican en esa antigua
usanza los pobladores de Tupicocha, cerca de Lima. (www.hidraulicainca.com ). Sin embargo,
aun cuando son pensadas en parte para mejorar el rendimiento de los cultivos en realidad
“esta práctica es más importante en el control de escurrimiento y en la reducción de la
erosión hídrica, que en brindar humedad a los cultivos” (Pizarro, Flores, Sangüesa y
Martínez, 2004).
En el caso de las ciudades podría aplicarse en zonas verdes, especialmente en parques y con
fines estéticos (ver figura 6). El drenaje superficial se conduciría a estas zonas mediante
cunetas y allí ser filtradas al subsuelo mediante las zanjas.
Un caso (aunque no es estrictamente de drenaje) que pudiese ser objeto de una investigación
en Caracas sería el cerro del Ávila, donde, de permitirlo el tipo de suelo, podría fomentarse
una mayor infiltración mediante estas fosas o zanjas logrando que la vegetación se mantenga
en época de sequía en la zona de cortafuegos y se eviten los incendios que usualmente se
producen en esa época. Igualmente en parques como el Jardín Botánico de la Ciudad
Universitaria, que usualmente sufre con las sequias, pudiese implementarse este tipo de
sistema, dado el amplio sector verde que lo caracteriza.
Existe un caso frecuente, muy utilizado, en que la fosa se rellena con material granular o
piedra picada con una tubería ranurada en el fondo de la fosa y que permite el paso del agua al
46
interior de la tubería (conocido como dren francés). En dicho caso las aguas pueden ser
conducidas a través de la tubería a un reservorio (laguna de detención o de retención, por
ejemplo) o a su descarga final. En todo caso esa acción disminuye el pico del hidrograma de
descarga en el cuerpo receptor, y si el caso no es una fosa sino una laguna de retención,
ayuda simultáneamente a la descarga final de ésta.
10.3- POZOS DE INFILTRACION
Son pozos excavados, de dimensiones variables (ver figura 7), que luego son rellenados con
material granular (o rocas de pequeño tamaño) para permitir que las aguas que caen al pozo se
infiltren en el suelo circundante. Nuevamente dependen de que este material de suelo sea
permeable. Son ideales para parques, donde pueden excavarse muchos, sin afectar
movimientos peatonales o vehiculares y que permiten un “riego” de las raíces de los árboles y
plantas de los parques, mejorando su alimentación y economizando costosos equipos de
aspersores, bombas, mangueras, etc.
Su profundidad depende de la cantidad de agua que se desea captar, de la hidrología de la zona
y de la rata de infiltración del suelo existente. No se conoce de su existencia en Venezuela
con fines de riego en sitios puntuales, aunque si existen pozos de recarga de acuíferos (de
distinta estructura) con otros fines distintos al propuesto en este trabajo.
Un trabajo de investigación de mucho interés seria la aplicación de pozos de infiltración que al
igual que como se menciona en las zanjas de infiltración, podrían utilizarse en las zonas de
jardines en los parques recreacionales de las ciudades venezolanas, disminuyendo el riego
usual con aguas tratadas y bombeadas desde fuentes lejanas. Al saturar el subsuelo se tiene
más agua para las plantas, al menos al comienzo de la sequía, liberando igual cantidad de agua
potable para la ciudad.
47
Fig. 7 - Esquema de pozo de infiltración30
10.4- PAVIMENTOS PERMEABLES
Se llaman pavimentos permeables a los pavimentos, generalmente de concreto, que son
construidos en la misma forma que los usuales, pero que al no contener arena en su
componente permiten un volumen apreciable de vacíos (hasta un 35 %) por los cuales se
infiltra el agua hacia el subsuelo (ver un esquema tipo en la figura 8), disminuyendo el caudal
que escurriría por la superficie de ser un pavimento normal.
(www.concretenetwork.com/pervious/how_it_works.html)
En los últimos años se viene utilizando cada vez más estos pavimentos de concreto permeables
en algunos países desarrollados. La versatilidad de usos en carreteras, estacionamientos,
parques, etc. permiten disminuir el caudal superficial sobre las carreteras disminuyendo las
dimensiones en las obras de captación. Pueden usarse en pavimentos con poco tráfico, calles
residenciales, callejones y patios caseros. También en aceras, caminerías, estacionamientos,
cruces de aguas de pequeño caudal (bateas) y en hombrillos de vías rápidas (Tennis, Leming
& Akers, 2004). Se ha demostrado que no sirven en vías con vehículos de carga pesada
(hunden el pavimento), ni en aeropuertos (Korhonen & Bayer, 1989).
Por considerar, sin embargo que estos pavimentos puede ser de mucha utilidad en nuestro país,
sobretodo en el tipo de áreas ya mencionado, se aluden algunas de sus propiedades,
30 - recuperado de www.tramiento-de-aguas.blogspot.com
48
características específicas, etc. Para ello señalaremos a continuación material del trabajo de
Tennis et al. (ibíd.) por considerar que contiene los elementos básicos que permiten ampliar
las líneas de investigación sobre el uso de estos pavimentos:
a) Entre 15 y 25 % de vacíos se consigue en el concreto
b) El flujo de agua a través de este concreto es de unos 200 litros/m2/min.
c) Cuando son colocados de manera apropiada desarrollan resistencias de hasta unos
20.5 MPa (200 Kg/cm2).
d) El subsuelo de la sub-rasante debe tener una rata de infiltración de unos 12 mm/hora
e) Son mejores en superficies planas, aunque se han probado en pendientes de hasta 16%
f) No son recomendables para pavimentos que soportan de vehículos de carga pesada ya
que en general se deforman.
g) Debe garantizarse que no le lleguen aguas con cargas significativas de sedimentos
arrastrados, ya que tapan muy rápidamente los vacíos entre los agregados.
h) El tipo de suelo en la sub-rasante debe ser permeable. En general, un suelo con una rata
de infiltración de 12 mm/hora se considera suficiente como sub-base de un pavimento
permeable.
En un reciente experimento llevado a cabo en la Universidad Metropolitana de
Caracas, se construyó un modelo a fin de determinar la posibilidad de utilizar
pavimentos permeables en los estacionamientos de la Universidad. Para ello se
dimensionó un tanque de 1 m3 de volumen con un área de exposición de pavimento o
tapa expuesta a la lluvia de 1 m2.
La tapa simula el pavimento y se obtuvo una resistencia de 42,4 Kg/cm2. De acuerdo
con lo señalado previamente por Tennis et al (Ibíd.) cuando son bien colocadas pueden
llegar a unos 200 kg/cm2. El tanque se rellenó con material de la zona que, una vez
analizado, resulto ser arena limosa con grava. Para simular la lluvia promedio de la
ciudad de Caracas se realizó una equivalencia para un periodo de retorno de 2 años
(valor de diseño usual en estacionamientos) y tiempo de concentración de 5 minutos.
Dicha lluvia es de 400 lps/ha (Franceschi, 1984).Se le suministro agua en esas
proporciones (2.4 litros por metro cuadrado y por minuto), a fin de simular una
precipitación. De las mediciones efectuadas se obtuvo una porosidad efectiva del
pavimento de 30% (superando al 25 % máximo señalado por Tennis) y del material de
suelo de 40%, concluyendo que el sistema era apropiado para ser utilizado con material
de sub-base del tipo de suelo existente en el estacionamiento en donde se realizó la
prueba. Dicho estacionamiento posee una extensión de 2227 m2. De acuerdo con el
experimento se lograron recuperar 75 litros de 100 utilizados, es decir, tuvo una
eficiencia del 75 %. Por tanto podría afirmarse que en una sola tormenta, de
implementarse un sistema de pavimento permeable en el estacionamiento estudiado se
podría recoger unos 167.000 litros.
49
En el análisis de costo de material utilizado se obtuvo un resultado de costo total de
113.290,00 Bs/ m2, sin embargo por ser un modelo experimental este solo sería un
valor referencial (Pérez y Salas, 2016)31.
Fig 8– Esquema de un pavimento permeable
(Recuperado de www.concretopermeable.com )
9.5- TECHOS VERDES
Aunque se conoce desde hace mucho tiempo, sobre todo en zonas áridas, la recolección de
aguas desde los techos, solo recientemente se han destacado como una de las acciones que
ayudan a la sustentabilidad urbana. De hecho ya la civilización romana captaba agua desde los
techos: “Se trataba de un gran espacio vacío con una abertura en el techo (compluvium) que se
correspondía en el suelo con una pila rectangular (impluvium) destinada a recoger el agua de
lluvia, que después pasaba a una cisterna subterránea.”32
Hoy se ha ido perfeccionando la idea, incorporando la siembra de distintas especies de plantas
en el techo. Entre sus beneficios se cuentan (www.veoverde.com):
a) Disminución de la contaminación del aire.
b) Adición de valor estético.
c) Reducción del calor de las zonas urbanas, especialmente en los espacios debajo del
techo, ahorrando energía al no necesitar refrigeración, o disminuir el uso de equipos de
aire acondicionado.
31 - para la fecha 1$ equivalía a unos 4000 Bs. 32 recuperado de www.librosmaravillosos.com)(J. Espinos et al)) -
50
d) Absorción de partículas de polvo y gases contaminantes presentes en el aire.
e) Posibilidad de cultivar vegetales.
f) Mejoramiento de la calidad de vida.
En el caso del drenaje sustentable los techos verdes ayudan en “la captación y retención de
agua pluvial moderando eventuales avenidas y mejorando la calidad del agua de escorrentía”
(Vanwalleghem et al, 2015).
Dependiendo del tipo de material usado, del área de techo y del tipo de planta los techos
verdes pueden retener agua entre un 28,3 y un 45,2 % del total de lluvia caída.
(Vanwalleghem, ibíd.).
Sin embargo, desde el punto de vista estructural, obligan a estructuras más costosas, ya que el
peso del suelo y agua constituyen un factor de diseño importante (ver figura 9). Según
Andrade (2016) el peso adicional al que se somete una estructura es de 0,7 a 5 kN/m2 (71 a
510 Kg/m2). En un reciente estudio de Arriaga (2017) estima un peso de 653 Kg/m2 para un
techo específico de un edificio en la Universidad Metropolitana. En realidad, todo depende del
tipo de sustrato y vegetación. Para ello los techos verdes, según Arriaga (ibíd.) se clasifican
en dos tipos principales:
- Techos verdes extensivos- sustratos de menos de 15 cms. y plantas de crecimiento bajo
(pastos, flores, etc.) y por tanto una carga menor de peso.
- Techos verdes intensivos- sustratos de más de 15 cms. y plantas con alturas de más de
50 cm. (arbustos, arboles pequeños, setos, etc.). Señala Arriaga que dependiendo del
espesor de la capa de sustrato se puede estimar una carga estructural hasta de 1200
kg/m2.
Igualmente, debe tomarse en consideración la buena impermeabilización del techo (o piso del
estrato de suelo) para evitar filtraciones en los locales inmediatos inferiores. Obligan también
a la colocación de filtros en las tuberías bajantes para evitar el lavado del material que sirve
de sustrato a las plantas y, en muchos casos a la colocación de tanques de almacenaje a nivel
de calle, ya sea para descarga controlada a la calle o al sistema de drenaje vial, o para
almacenaje con fines de uso futuro dentro del concepto de sustentabilidad hídrica. El diseño
comprende, además, la selección de un tipo de planta acorde con la pluviometría de la zona y
la climatología. Debe preverse el caso para lluvias intensas que puedan saturar el sustrato y
sea necesario evacuar el excedente de agua.
Los sistemas de techo, sin plantas, tienen una ventaja importante sobre los métodos ya
mencionados y es que “el agua captada en los techos es apta para el consumo humano ya que
cuenta con un nivel de contaminación mínimo lo que implica que puede utilizarse para riego
sin mayor tratamiento adicional. Se respalda esta información con lo estipulado en el Decreto
883 donde se indica que el agua proveniente de los techos entra en la calidad Tipo 1,
51
Sub-Tipo 1A. El inconveniente que se presenta para este tipo de captación es la intervención
que debe hacerse a los bajantes, ya que implica la remodelación de algunas zonas de la
edificaciones” (Garrido & Vásquez, 2015) Esta aseveración de una investigación venezolana,
contrasta con algunas observaciones señaladas en el informe de la NAP (2016) para los
Estados Unidos, en el cual especifican que algunas de estas aguas pueden tener bacterias
producto de excrementos de pájaros o roedores e inclusive algún componente de metales
usados en canaletas y bajantes, por lo que tendría que estudiarse caso por caso en cuanto al
tipo de material y de ubicación de la vivienda..
Fig. 9 – Esquema de techo verde (recuperado de www.pinterest.com/agv93/bio-ideas/ )
Si la vivienda se encuentra rodeada de árboles, es muy posible que tenga contaminación, aún
de hojas en descomposición. Si la vivienda está en un espacio abierto, es muy posible que si
cumpla con las exigencias del decreto 883. Todo depende de las características de cada sitio,
la manera de recolectar el agua e inclusive el tipo de usuario y su conocimiento de los riesgos
que pudiese afrontar de consumir agua no tratada.
52
Figura 10 – Ejemplo de una captación básica de aguas de techo (recuperado de
www.imagui.com)
Hoy en día existe toda una normativa dentro de lo que se conoce como construcción LEED
(Leaders in Energy and Environmental Design)(US Green Building Council,2015) que apunta
a ese desarrollo sustentable. Dentro de esas normativas existe una dedicada al agua, que llega
a exigir que el 95 % del agua que trata el edificio simule el comportamiento natural de la zona
para obtener unos créditos que certifican al edificio como amigable al ambiente (SS Credit:
Rainwater Management33. En Venezuela poco se ha avanzado en este sentido. Sin embargo, se
han realizado varios intentos experimentales a fin de verificar su viabilidad en nuestro medio.
Uno de esos experimentos, el realizado por Garrido y Vásquez (ibid), concluyen con las
siguientes observaciones:
“Si se toma únicamente los techos como fuente de captación este porcentaje34 disminuye al
7,60% que es aproximadamente un mes al año, y si se decide emplear el agua para
abastecimiento humano el porcentaje estaría por debajo del 1% que es menos de cuatro días
de demanda.35
El agua captada en los techos y las cuencas requieren filtración para eliminar las partículas
suspendidas y evitar las obstrucciones en las tuberías y en caso de ser utilizada para consumo
humano en necesario aplicar cloración para potabilizar el recurso. En caso de emplear el agua
captada en las superficies viales para el riego, se requerirá de un filtro por el mismo motivo
explicado, amén de que dicha agua generalmente conduce aceites, basuras, etc. El agua
captada en las superficies viales no podrá ser empleada para el consumo humano sin extensos
y costosos tratamientos.
Los sistemas de recolección de agua pluvial conllevan al ahorro de recursos hídricos,
eléctricos y económicos, ya que en su mayoría se busca que el proceso sea lo más accesible y
fácil de implementar, ya que se evitan los mecanismos de bombeo. Otra ventaja de los
33 - recuperado de www.usgbs.org 34 - Se refiere al porcentaje total de aguas pluviales que pueden ser captadas de distintas fuentes, incluido techos. 35 - Se refiere a la demanda de agua de toda la Universidad Católica Andrés Bello, lugar donde se desarrolló el estudio.
53
sistemas de recolección de agua pluvial es que el recurso hídrico se consume en el mismo sitio
en el que se precipitó por lo que se aprovecha una fuente que antes de la implementación del
sistema de captación no iba a ser utilizada, por esta razón se considera que estos sistemas son
sustentables.
Por otro lado en el amplio informe de la NAP (2016) se señala que de implementarse
captación de aguas a nivel de casas, dependiendo de la zonas y su pluviometría (en dicho
estudio se analizaron 6 ciudades en los Estados Unidos de Norteamérica) se podría obtener
hasta un 8,6 % de ahorro en el suministro de agua potable por casa, si el agua captada se
deposita en 2 barriles de 35 galones cada uno (132,5 litros por barril).
En la ciudad de México, con graves deficiencias de agua, concretamente en un barrio llamado
Eco barrio Santa Rosa Xochiac (Eco por su dedicación a la conservación ambiental) se realizó
un estudio sobre captación de lluvias. Allí, para una lluvia promedio anual de 1000 mm se
determinó que un techo de 50 m2 podría captar potencialmente 50.000 litros durante la
temporada de lluvias (García, Jesús, 2012). La ciudad de Caracas posee una pluviosidad muy
cercana a esos 1000 mm anuales, por lo que si se contabilizarán los techos de la ciudad y se
multiplicaran por esos 50.000 litros estaríamos en presencia de una cantidad sustancial de agua
para uso doméstico, si se implementara este tipo de captación en un porcentaje alto de
viviendas.
54
11 - INCONVENIENTES PARA LA IMPLANTACION DE LOS SISTEMAS URBANOS
DE DRENAJE SUSTENTABLE (SUDS)
Como se ha tratado de ilustrar a lo largo del texto, las técnicas de los sistemas de drenaje
sustentable contribuyen a un mejor uso del recurso agua local, a un ahorro proporcional en el
agua potable y a la aproximación al estado de ciudad sustentable, en cuanto al recurso agua se
refiere.
Aun cuando su efectividad no es tan alta ( menor al 10 % , como se ha presentado en varios de
los casos citados anteriormente ), el solo hecho de realizarlos conlleva a un cambio de actitud
del ciudadano normal en cuanto al cuidado del ambiente, y por tanto su actitud extensible a
otras áreas de servicio en la ciudad como energía, recolección de desechos sólidos, etc. “ El
objetivo es inducir el gusto, el respeto y la utilidad por el ecosistema original con base en
prácticas sustentables en la vida cotidiana” (Suarez,2011- citado por Ulacia,2014).
Sin embargo los SUDS tienen todavía algunos inconvenientes para su aplicación. De Pinho y
González (2015) citan entre otros:
La falta de práctica por parte de los diseñadores limita su aplicación.
Puede generar desconfianza frente al drenaje convencional por ser algo relativamente
nuevo.
La inexperiencia en el sector de la construcción en su adecuada ejecución.
La necesidad de un mantenimiento específico diferente del usado en técnicas de
drenaje convencional.
La aparición de algunas malas experiencias debidas a la falta de conocimiento y de
experiencia.
La falta de manuales específicos para diferentes zonas climáticas con diferentes
patrones pluviométricos.
En general podrían agruparse los inconvenientes en cuatro áreas principales:
11.1- LEGISLACION
Existe poca legislación en cuanto a drenajes se refiere, inclusive tampoco existen muchas
normas en cuanto a sus diseños, como si existe en los sistemas de acueductos y cloacas. Por
55
tanto, se requiere de nuevas normas, reglamentos, planes de desarrollo que permitan actuar
sobre los sistemas de drenaje existentes y modificarlos para fines de lograr que sean los más
amigable posible al ambiente mediante el uso de las técnicas y métodos como los señalados
en el texto. Estas normas y reglamentos necesariamente variaran dependiendo de la zona
(municipios, alcaldías), de su pluviometría y del uso de la tierra.
De especial importancia es la adaptación de la legislación a las nuevas tecnologías en el
tratamiento, recolección y distribución de las aguas en general. (NAP, 2016). Esta es quizás
una de las razones por la que los legisladores desconfían de elaborar normas, dado el
desarrollo acelerado de esas tecnologías que podrían hacer variar rápidamente las condiciones
impuestas y hacer obsoletos los reglamentos de uso.
En Venezuela, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela constituye el
referente legal más importante en cuanto al ambiente en su Capítulo IX, De los Derechos
Ambientales. Específicamente el artículo 128 establece unas premisas de desarrollo
sustentable, lo que abre posibilidades a nuevas maneras de alcanzar ese desarrollo. Dice así:
“El Estado desarrollara una política de ordenación del territorio atendiendo a las realidades
ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas, políticas, de acuerdo
con las premisas del desarrollo sustentable,…..” (CRBV, 1999). Igualmente en su artículo
304(ibíd.), al mencionar que todas las aguas son del dominio público indica que la ley
garantizara la “protección, aprovechamiento y recuperación, respetando las fases del ciclo
hidrológico y los criterios de ordenación del territorio”. (ibíd.)
Dentro de esos parámetros la aplicación de los SUDS podría ser parte de esos procesos para
alcanzar el desarrollo sustentable, al comprender que estos sistemas buscan precisamente
representar el ciclo hidrológico antes de la urbanización (Woods-Ballard, Kellagher, Martin,
Jefferies, Bray, Shaffer, 2007).
Igualmente la Ley Orgánica para la Prestación de los Servicios de Agua Potable y
Saneamiento (2001) podría tener aplicación de usarse las aguas de drenaje para consumo
humano36, luego de tratamientos adecuados a los efectos de ser considerada como fuente y
con lo previsto en la norma sobre potabilización de las aguas.
Finalmente la Ley de Aguas (2006), contempla en varios de sus artículos principios que bien
pueden ser aplicados a los SUDS. En su artículo 3 señala: “La gestión integral de las aguas
comprende entre otras, el conjunto de actividades de índole técnica, científica, económica,
financiera, institucional, gerencial, jurídica y operativa, dirigidas a la conservación y
aprovechamiento del agua en beneficio colectivo, considerando las aguas en todas sus
formas…..”. Al mencionar todas sus formas incluye, de por sí, las aguas del drenaje.
El artículo 4, todavía más específico, señala que la gestión integral de las aguas tiene como
principales objetivos:
36 - La calidad de las aguas debe cumplir con el Decreto 883-Gaceta Oficial Extraordinaria 5.021, 1995
56
1. “Garantizar la conservación, con énfasis en la protección, aprovechamiento
sustentable y recuperación de la aguas tanto superficiales como subterráneas37 a fin
de satisfacer las necesidades humanas, ecológicas y la demanda generada por los
procesos productivos del país.” En este punto se destaca la recuperación de las aguas,
hecho que constituye parte importante de los planteamientos de los SUDS.
En el artículo 5, el punto 6 especifica: “El uso y aprovechamiento de las aguas debe ser
eficiente, equitativo, optimo y sostenible.”(ibid)
Siguiendo el análisis, en el artículo 10 vincula la ley con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, dando así un mayor carácter obligatorio al uso sustentable del agua.
Dice así; “La conservación y aprovechamiento sustentable de las aguas tiene por objeto,
garantizar su protección, uso y recuperación, respetando el ciclo hidrológico de conformidad
con lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela….”. En el
artículo 11 fija criterios para lograr lo señalado en el artículo 10.
Igualmente la Ley de Aguas, en su título III, establece medidas para la prevención y control
de los efectos negativos que pueden producir las aguas sobre la población. Allí se señalan los
planes que deben realizarse, las obras que deben ser construidas y el análisis de riesgo ante
inundaciones (artículos 14 y 15).
Como puede observarse, la ley contempla todos los lineamientos, planteados en el texto de
alguna u otra forma en lo que se refiere a la parte técnica de captación y almacenaje de aguas
pluviales, por lo que los sistemas de drenaje sustentable estarían enmarcados dentro de la ley y
respaldada su aplicación por ella..
Sin embargo, falta llevar estos conceptos a la práctica tanto a nivel local de autoridades
estatales, municipales, etc. como bien lo indica el capítulo V de la ley: De La Organización
Institucional para la gestión de las Aguas.
Muchos de los organismos allí señalados para las distintas instancias de gobierno no han sido
creados, ni mucho menos sus reglamentos de funcionamiento.
11.2 - CALIDAD DE LAS AGUAS
Uno de los temas más controversiales para los SUDS es la calidad del agua efluente de los
distintos sistemas y es que la lluvia varia en el tiempo y en el espacio. Inclusive las primeras
lluvias de temporada suelen estar más contaminadas que las posteriores, por el arrastre de
sedimentos, basuras etc. acumuladas durante la época seca, así como de partículas de polvo o
37 - sin negrillas en el original de la ley
57
gases de hidrocarburos de la atmosfera. El agua a recoger de calles y avenidas generalmente
requiere de tratamientos, ya que suele contener grasas, aceites, desechos de cauchos, plásticos
y basura en general, aparte de lo que ya se señalara para los techos, por lo que para poder
utilizar esas aguas requieren de tratamientos costosos, como filtración y rayos ultravioleta tal
como se señalara en el proyecto del Mall en Washington, D.C.
El agua a recoger de los techos, aun cuando es más pura, generalmente puede traer
excrementos de animales (pájaros o insectos), así como también sedimentos de hojas, polvo, y
otras partículas contaminantes en el aire, etc. Además al ser recolectadas por techos de
viviendas individuales se dificulta el reglamentar la calidad que deben tener las aguas para los
usos a cuyos fines se dediquen.
En la normativa venezolana en cuanto a la clasificación de los tipos de agua (Gaceta
extraordinaria 5021,1995), las aguas tipo 1A podrían ser utilizadas sin problemas con un
tratamiento de desinfectantes (cloración), y si son del tipo 2 B ya serian para riego de jardines
o descarga en sanitarios. Textualmente señala la Gaceta que las aguas tipo 1A son aquellas
que: “desde el punto de vista sanitario pueden ser acondicionadas con la sola adición de
desinfectantes”. Como se mencionó las aguas de techo serían las únicas que quizás pudiesen
cumplir con esta condición como señalan Garrido & Vásquez (2015) en su tesis.
Las aguas tipo 2B son aquellas que sirven para “el riego de cualquier otro tipo de cultivo38 y
para uso pecuario”.
En el análisis de la NAP (2016) indican que las aguas pluviales, por su variabilidad estacional,
sus diferentes intensidades y sus distintas procedencias hacen muy dificultoso el
caracterizarlas. Más aun, señalan que dentro de los estudios realizados para ese extenso
informe realizado por un grupo grande de investigadores a lo largo de los Estados Unidos de
Norteamérica( ibíd.), no fue posible concluir en unos parámetros que permitiesen la
elaboración de unas normas para todos los Estados Unidos que garanticen un bajo riesgo de
contaminación para la población, dadas las muy diferentes condiciones de las áreas aportantes
al drenaje, incluido el material de techos, calles y jardines, así como sus características
pluviales locales. Según reportan, las aguas de drenaje pueden contener patógenos (aún las
provenientes de los techos), por lo que cada lugar debe analizar sus propias aguas y legislar en
consecuencia. En Venezuela es una tarea que bien valdría la pena comenzar a realizar,
especialmente en aquellas zonas donde la carestía de agua se hace más evidente.
38 - Se diferencian de las 2A, las cuales son aguas para el riego de vegetales de consumo humano.
58
11.3 - COSTOS Y BENEFICIOS
Los sistemas de drenaje sustentable conllevan costos adicionales a un sistema normal.
Comenzando por la captación en techos, donde inciden los costos de la estructura, el material
de impermeabilización, el material para la siembra, las plantas, los filtros para evitar el
taponamiento de bajantes, los tanques de recepción de agua (cisternas), el posible sistema de
bombeo, etc. En los otros sistemas (lagunas, pozos, zanjas) influye el costo del área destinada
a lagunas, el movimiento de tierra, los equipos, tuberías, etc. En el país no existe realmente la
experiencia suficiente para llegar a unos costos aproximados de estos sistemas y es difícil
relacionar costos de otros países a la realidad venezolana. La NAP (2016) en su informe
presenta algunas ideas y conceptos que bien vale la pena destacar al respecto.
En general señalan que los costos más importantes son comúnmente los costos iniciales de
equipos, movimiento de tierras, etc. para luego seguir con algún costo operacional,
dependiendo del sistema y del uso posterior del agua captada.
Entre las razones que aducen para indicar que un ejercicio de costos y beneficios no es fácil de
llevar a cabo señalan:
1) Muchos tipos de beneficios y costos pueden ser de interés relevante, otros son muy
subjetivos (como mejoras en el paisaje).
2) Los tipos y magnitudes de los beneficios y costos son típicamente relativos al uso a
que se destinan las aguas y al sitio específico de aplicación del sistema.
3) Los beneficios y costos pueden ser soportados por un rango grande de diferentes
individuos y entidades.
Algunos de los beneficios que se consiguen con los SUDS pueden ser de carácter colectivo o
individual. Entre ellos, los de carácter público estarían en el ahorro en la búsqueda de fuentes
de agua, en la disminución de energía de bombeo de aguas lejanas, en la disposición de aguas
para riego, en la recarga de acuíferos, mayor control local por parte de las autoridades de las
aguas in situ, bajando su dependencia de autoridades nacionales, y en el aumento de zonas
recreacionales y estética de la ciudad, haciéndola más sustentable.
A nivel privado, el ciudadano puede disponer del agua de su techo para riego, uso en limpieza
de sanitarios, disminución de pagos por tarifas de agua, especialmente de multas por exceso,
entre otros beneficios. (NAP, 2016).
Desde un punto de vista ambiental, se reduce la contaminación de las aguas que llegan a los
ríos, se crea conciencia ciudadana para actuar sobre otras áreas que afectan a la ciudad
(contaminación atmosférica, recolección de desechos, etc.)
Adicional a lo ya señalado hay que considerar que en Venezuela el costo del agua potable y el
costo de energía (en el caso de bombeos) es muy barato, lo que constituye de hecho un freno
59
para la aplicación de los SUDS, por los costos adicionales en su aplicación como ya se ha
señalado. Cabría aquí mencionar que la concientización ciudadana, la obligatoriedad legal y la
voluntad política podrían vencer estas restricciones. La creación de un fondo de apoyo a nivel
nacional o local sería un camino para ello dentro de los compromisos nacionales para alcanzar
los retos del milenio.
11.4 - EDUCACION CIUDADANA
Educar a la población en la necesidad de ahorrar el agua y su uso adecuado, es parte de la
tarea que aún falta por hacer para llegar a un concepto de sustentabilidad. “La participación de
los usuarios, la sociedad organizada y los consumidores finales en la gestión del agua es
esencial para lograr un uso responsable. Mecanismos de concertación, negociación,
información, educación, capacitación, son aspectos necesarios para la concientización de los
usuarios sobre un bien público que es indispensable para todas las actividades humanas, el
desarrollo de un país y para conservar su riqueza natural.” como señala el Plan Nacional de
Seguridad Hídrica de la República de Panamá39.
Un rol importante en la educación de la población la ejercen los medios de comunicación
social, sin embargo en Venezuela suele tratarse el tema del cambio climático y áreas
relacionadas como algo poco relevante para el ciudadano común y, más aún, como un tema a
resolver por los organismos de gobierno local, nacional e inclusive, internacional, a menos de
que se traté de un evento extraordinario y de graves consecuencias.
Este hecho hace que el ciudadano no perciba que es parte importante de la solución a algunos
de los problemas que afectan a las ciudades, entre ellos el uso racional del agua. Es un tema en
que todos los medios de comunicación tienen mucho que aportar.
Las universidades están llamadas a ir incorporando materias relacionadas con el tema de las
ciudades sustentables y en particular con una nueva manera de gerenciar las aguas urbanas, en
especial los sistemas de drenaje sustentable como se ha presentado en el presente trabajo.
Tanto en sus programas de pregrado como en los postgrados de educación ambiental, de
ingeniería hidráulica, e inclusive en los postgrados de otras disciplinas que tengan relación
con la cosa pública como los de gerencia pública, de desarrollo urbano, etc. deben incluir
estos nuevos conceptos para ir logrando conciencia entre la población universitaria de la
necesidad de la transformación a una ciudad más ambientalmente amigable y así ir formando
a los actores capaces de realizarla. Cabe destacar los esfuerzos de las líneas de investigación
que se están realizando en las áreas de campus sustentable, que incluyen pavimentos
39 - Recuperado de www.miambiente.gob.pa/index.php/es2013-02-20-08-59-23/avisos y eventos/otros-avisos/1030
60
permeables, captación de lluvias de techos y lagunas ornamentales. Igualmente las iniciales
investigaciones que se llevan a cabo de aprovechamiento integral de las quebradas del Ávila
en Caracas, quedando pendiente las ideas planteadas en el texto del uso del agua captada en
las estaciones del Metro y su posible utilización.
Debe, sin embargo, reconocerse la labor y esfuerzos que ya realizan muchas de las
universidades nacionales en esta área, algunas en convenios con universidades extranjeras. En
particular, debe reconocerse el esfuerzo que hace la red de universidades jesuitas de América
Latina (AUSJAL) desde hace varios años a través de un programa de ambiente y desarrollo
sustentable que comenzó en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas en el año 2005.
61
CONCLUSION
En Venezuela, a pesar de existir toda una legislación referente al ambiente, y de variados
esfuerzos, aún no se consolida una actitud de toda la sociedad en este sentido. Producto del
presente trabajo se extraen las siguientes conclusiones:
Necesidad de fortalecer el régimen jurídico y técnico urbano para avanzar a la constitución de
ciudades sustentables.
Aun cuando el marco macro legislativo nacional prevé la adaptación a un desarrollo
sustentable, no existen los reglamentos previstos en la ley de aguas, ni en la ley de régimen
municipal que contemple esta problemática y su metodología para resolverla, como se ha
planteado anteriormente. Esta es una labor pendiente por realizar.
Mejoramiento ambiental urbano.
Los sistemas de drenaje sustentable urbano, constituyen un aporte significativo al objetivo de
lograr la ciudad sustentable, mejorando las condiciones de vida de sus habitantes, ayudando a
preservar el ambiente y a contribuir de una manera significativa a la preservación de la vida en
el planeta.
Categorías de ciudades a los efectos de aplicación de SUDS
Muchos países desarrollados ya están realizando esfuerzos en este sentido. En Venezuela
constituye un campo de investigación y desarrollo amplio, ya que lo que se ha hecho al
respecto ha sido de forma más bien aislada y no consensuada a nivel nacional. La geografía
del país tan cambiante, obliga a analizar estos sistemas por regiones (ciudades planas, en
pendientes pronunciadas, distintos tipos de suelo, etc.), sin menoscabo del análisis permanente
de la pluviosidad, tanto en intensidades como periodicidad, dado el cambio climático y sus
posibles consecuencias sobre las obras de drenajes ya construidas. En este sentido podría
tomarse como base para las líneas de investigación a desarrollar, las regiones pluviométricas
elaboradas para el libro “Drenaje Vial” del ing. Luis Franceschi(1984) donde se separa el país
en catorce ( 14) regiones, diferenciadas por las intensidades de precipitaciones y por alturas
sobre el nivel del mar, advirtiendo sin embargo que han transcurrido más de 30 años desde
dicho análisis, y que ya existe un estudio que señala cambios en los patrones de
comportamiento de las lluvias en la zona costera del país ( Viana, 2007). Un factor adicional a
considerar en el análisis sería el de incluir aquellas ciudades o regiones que ya sufren carestía
en el suministro de agua potable, lo que haría más justificado y viable el uso de los SUDS.
62
Ventajas de la aplicación de SUDS.
Específicamente las grandes ciudades venezolanas (Gran Caracas, Valencia- Maracay,
Barquisimeto y Maracaibo, así como Barcelona-Puerto La Cruz) presentan tendencias a llegar
a convertirse en mega ciudades. La aplicación de estos sistemas permitirán, como se ha
mostrado, el acercarse al objetivo de convertirse en ciudades sustentables, reto número 11 del
milenio aprobado por las Naciones Unidas.
Normativa técnica sobre los SUDS.
Es necesario desarrollar normas técnicas nacionales y municipales sobre drenaje urbano,
carentes en el país. De hecho en el cálculo usual de drenajes se toman algunas referencias de
las normas existentes de cloacas (INOS, 1986) o de instalaciones sanitarias en edificaciones
(Gaceta Oficial de la República de Venezuela, no.4044, 1988), para adaptarlas al buen criterio
del ingeniero. Estas nuevas normas técnicas deben contener especificaciones, metodologías y
ejemplos que permitan el uso de los SUDS.
Costo de los SUDS.
El costo asociado a los sistemas de drenaje sustentable ha sido poco estudiado en el país. En
los ejemplos señalados del texto, como en Singapur, Washington, etc. su utilidad está
determinada por comparación con los costos de agua potable en dichos países. En Venezuela,
dados los bajos costos actuales de agua potable, los SUDS lucen poco atractivos desde el
punto de vista meramente económico.
Corresponsabilidad ciudadana en la gestión ambiental
La conciencia ciudadana ambiental y la voluntad política de los dirigentes, así como los
acuerdos internacionales firmados por la Republica en materia ambiental permitirán aplicar
métodos de sistemas de drenaje sustentable en Venezuela.
Necesidad de consolidar, armonizar y estructurar las investigaciones
En el texto pueden observarse que las investigaciones que se han llevado a cabo sobre muchos
de estos temas han sido realizadas por las distintas universidades del país y, en general, la
información no transciende hacia las instancias que pudiesen aprovecharse de ese
conocimiento (alcaldías, gobernaciones, etc.). Inclusive, a pesar de las jornadas de
investigación que realizan las universidades periódicamente, muchas veces la información
tampoco es conocida ya que la falta de presupuesto en las universidades hace que la asistencia
de profesores de diversos centros educativos a esos eventos sea muy limitada o nula.
63
Rol de ANIH
La Academia Nacional del Ingeniería y el Hábitat puede ser un factor de contribución de
divulgación de las investigaciones realizadas en el país, a través de foros o conferencias,
como viene haciéndolo en otros variados temas de su competencia.
Rol de las facultades de las ingenierías
La nueva gestión de las aguas urbanas, y sus distintos aspectos es un tema de gran relevancia
futura para las ciudades venezolanas, aspecto que debería incluirse en los pensum de los
postgrados que tratan de esta área, como los de hidráulica, ambiente, gerencias públicas y
emprendimiento, entre otros.
Política ambiental urbana y los SUDS.
El país tiene todavía un largo camino que tomar en la preservación del medio ambiente, pero
aún más significativo en el área urbana, dado el crecimiento de nuestras ciudades, que ya
comprenden más del 80 % de la población total del país (IANAS,2015). El suministro de agua,
en cantidad y calidad suficiente, para la creciente población urbana es parte del reto. Los
sistemas de drenaje sustentable son un factor de importancia para lograrlo.
64
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