-el enamorado del tiempo-la cuenta regresiva-la soledad-el egoismo-hace falta ser-mientras esté vivo-las mujeres son felices-el hombre sufre-el trabajo-el arte y la perfección-los que y todo lo pueden

El enamorado del tiempo

La edad. Qué tema!. Nuestra presencia en el mundo. Con quién. Hacia dónde. Cómo. Las parejas iban de par en par rumbo a una tumba. El destino de jurarse permanencia. Más que tumba es inmortalidad. El tipo estaba enamorado de su historia. La historia. La propia. Con nombres. Con amores y momentos vividos. Como si así vivir más pero con otros. Con los que se escribieron el cuerpo con las mismas bellezas y arrugas. Él no podía pensar si no era recreando su vida. Ella era el espejo. Ella. La vida. Ella. Mujer. Alguna o alguna más. Para qué fingir que una belleza prematura puede cambiar una historia tan larga y llena de todo. Que volver a ser joven no es querer verse con una joven sino tener en el tiempo lo que es inmutable de cuando en verdad se lo fue. Con aquella juventud maltrecha y llena de golpes. Y no con el camino estudiado para ser feliz y explicarle a una ninfa cómo vivir. Como demostrando sabiduría del que dice yo ya estuve ahí. No te tropieces con lo que no te dejaré ver del mal de todo aprendizaje. Y la alumna, ciega, no ve que también le tocase ser víctima de la edad. Que debe enamorarse de su época y no de las heridas retenidas en la protección de un ser mas viejo. Y ella otra, longeva como él, se adentra en el pasado que es presente y no historias, y distancia la distancia pero cree en un destino juntos para conocer lo que sucede al ir en busca de algo. Sin presencia del mañana si junto a una mujer ausente en la que no hubo ayer el mañana no pudiese ser.

La cuenta regresiva

A veces se cree que aquello que tanto costó conseguir es la nueva presa como si no hubiera aun ocurrido. Se confunde el ganar lo mismo o llegar al mismo estado con ganar en un sentido absoluto. En cambio conseguir otras cosas no es perder. Si se tuvo la lucidez de una etapa no se puede pretender tener la ¨ misma ¨ lucidez en otra y sí en cambio tener inteligencias para otras cosas. El creer que la vejez es no poder tener necesidades de cuando se era más joven es una increíble manera de boicotearse. Es como decir me mato porque tengo 40 y no 20 o me frustro porque no apruebo un examen de facultad que en realidad tuve que rendir con algún éxito hace dos décadas o más. Es decir que la cuenta regresiva es el suponer que lo que no se tuvo en su momento no se tendrá jamás. Esto es falso. Es posible conseguir lo que antes era imposible. Pero no repetir la misma conquista por la misma razón cuarenta veces con el pretexto que una única vez no se la obtuvo a su debido tiempo.

La soledad

A veces se confunde soledad con responsabilidad. El haber sido rodeado de amigos y gente que alentaba lo que era hermoso no coincide con tener que cuidar y proteger bajo la experiencia ganada a personas que están creciendo y viviendo lo que alguna vez nos tocó vivir y aprender. Ser maestro o guía no es ser solitario. En cambio si se reniega de tener que ayudar a otros porque se preferiría seguir toda la vida siendo motivo de atención se está retrógradamente equivocado. El que se ocupa de otros piensa más en ellos pero eso no es estar solo sino cumplir con la reflexión que se necesita en la manera tranquila que no es silenciosa sino que sigue siendo. Sino es como que uno quiera que su hijo le será de maestro o que los que están por conocer el amor y el deseo nos acompañen luego en nuestra trayectoria en ello. O que quien quiere sentir que es capaz en algo nos vea como compinches si ya fuimos capaces en su momento de ser capaces y conseguirlo. La soledad es el cansancio sano pero el alivio de no tener que hacer esfuerzos que ya hicimos incluyendo los de aspecto corporal. Si la edad es pensar que tenemos pocas posibilidades de que nos noten hay algo infantil en querer llamar la atención cuando hay quienes nunca hasta hoy aun lo consiguieron en general por su escasa edad o juventud y lo necesitan como a la expectativa de poder seguir adelante. Entonces es preciso entender que la juventud no es solo un tesoro sino un hecho trascendente de querer alguna vez ser como los que ya adultos nos vimos alguna vez en esa catarsis de tanta exigente relatividad con los resultados. Y que si los jóvenes nos hacen querer volver a serlo es solo sin saber que intentarlo es falso porque ellos van en procura de ese sitio que ya ocupamos. Como el que se le ofrece a la madurez tan buscada que es detonante y razón de ser del crecimiento como motor de la vida.

El egoísmo

Los estados de pánico y de impotencia con la decepción hacia la debida trascendencia nos atacan como una convulsión cuando la mirada la dirigimos ya en la madurez sobre nosotros y el destino al cual culpamos. La retórica de justificar que el ser se dirige hacia la nada cuando mucha gente nos rodea a la espera de un aliento o un consejo. El espejo de conocernos más como clave de una última etapa hacia el mas allá. El engaño de la relación cuando el yo que se esconde de tener que participar en el resto de los que se adhieren a la vida cotidiana. El injerto de un motivo nuevo para ser víctimas de la sociedad o de una inminente retirada de la suerte que ya no nos favorece elegida como si fuese propiedad nuestra. El egoísmo que se involucra con seres celestiales o fuerzas cosmogónicas solo se entiende en que a veces se va en procura de encontrar un equilibrio de incluirse entre los que son esquivos al dolor. Ese que tanto arrastra y que cuesta al ir en contra de todo como bólidos. Pero si resulta ser el boomerang del inconfundible afecto por uno mismo con la

falsificación de estigmas entre inversiones del tiempo y la longevidad es la indiferencia de no notar que ser es responder y no pretender iluminaciones cuando la concreta verdad ya ha sido aprendida.

Hace falta ser

Ser es lo que se es. Lo que se hace, lo que se tiene. Lo que nos sujeta a otros. La actividad. La ocupación. El preferir. El modo de hablar. Las ideas. El verse envuelto en problemas y preocupaciones. El defecto. El porvenir. La tendencia sujeta al ponerse en una vidriera. La venta de lo que se efectúa. El poder convencer pero antes convencerse. Aceptar lo que contiene el envase de lo que somos y provocamos. El largo camino de haber llegado a eso porque nos fuimos dirigiendo y conociendo e interpretamos y fuimos creídos o convertimos el tiempo en acciones. Todo eso es ser y hace falta ser. Ser es poner lo que se es. Es decir y pensar, comprender y discutir, personificarse en cada acto y consumir el modo en que se hace cada cosa cuando la hacemos conforme a lo hecho y estudiado, conocido o aprendido. A ser le hace falta el ver que en al saber hacer cosas nos interrogan e interrogamos y continuando lo de ayer sigue el próximo día. Ser. Ponerle acto de lo que es acto y no solo potencia. El incluirse entre los que hacen lo que hacen y eso afecta a otros y permanece e influye e interviene el ser conocido. Porque no se puede ser y hacer sin ser notado. Porque no se puede ser y hacer sin que eso tenga que ver con los demás.

Mientras esté vivo

Todos los días me levanto y me ocupo de lo que en mi vida tiene que ser hecho. Mientras esté vivo lo voy a seguir haciendo. Después no sé. Pero eso es cosa que no tiene que ver con lo que me ocurre. Si estoy acá es porque me corresponde estar y no puedo preguntarme nada raro. Ser parte de otros interrogantes me quita la paciencia y no estoy para eso. Tengo que ver como resuelvo lo de hoy. El horizonte y el porvenir o ya pasaron o quedan lejos. Es poco aconsejable escuchar el argumento de los que se la pasan quietos hablando de la vida que se va o que no va a estar. Si se está se está. Y no conozco otra situación que esta desde hace años y por eso me encargo de lo que continúa haciendo. Mientras esté vivo me preocupan cosas y eso es parte de mi vida. Atiendo lo que necesito y busco soluciones. No puedo darme el lujo de pensar en el miedo de la muerte. No sé lo que es ni me interesa. Con

la vergüenza de lo que no se explica no se arregla nada. Hay que usar el coraje para otras cosas. Hay asuntos que atender y todo va muy rápido para andar inventando historias o pensando en boludeces. El que se anima se puede quedar con lo que tiene y eso es lo que importa.

Las mujeres son felices

Es tan fácil notar como lo dicen con la naturalidad que les dio la naturaleza. Soy tan feliz! Como si el reino estuviera en una cosa que los hombres no notan. La ignorancia de estar rodeados de la belleza hace al hombre mientras piensa y se preocupa. Será porque nos ocupamos de ellas? Porque aunque ellas hagan cosas, se ocupen y trabajen hay un ser reflexivo que carece de la naturalidad para vivir. El hombre. Ellas se ven alegres o tristes pero felices de que su estado natural se sostenga y mantenga latente como el humor propio de la fecundidad. Como la interna medida de lo que hace que la alegría sea biológica. Un estado de ánimo es propio del varón. Pero la mujer esta bien cuando eso que siente como necesidad está satisfecho. Reposa y se posa en ello. En la maternal determinación de saciar y saciarse. En el vestigio del horizonte que no es un sueño sino la pragmática saciedad de algo que le molestaba. Es como si al pincharla le doliese pero al quitar el pinche estuviese agradecida de no tener que ser dolida de ese inconveniente sobre la piel. La mujer es sujeta de estímulos y sensaciones. Su felicidad está en torno a estos y se recupera según ellos. Las mujeres. ¿¨ son felices ¨?. En una cierta manera de componerse a sí mismas y convertirse en lo que hacen se identifican con su destino de ser lo que tienen. La posesión es diferente a la ambición. Se identifican con posarse sobre sus tenencias. Lo peor que se le puede hacer es lastimar los porqués de sus estados de conformidad. Mas bien es bueno dejar que fluyan y se conviertan en algo también nuestro.

El hombre sufre

Como si fuera una estado de inflexión sobre su propio ser enajenado de lo material a su alrededor el hombre sufre. Incluido pero excluido del percibir se asoma al tiempo y se refugia en él. La materialización le es insuficiente. Se avoca al término de un hecho y al comienzo de el siguiente de forma consecutiva. Da pasos que son escalones de una interminable cantidad de hechos que lo cansan hacia el sueño. Se infunde de perderse entre lo que no es estar solo y lo que es estar acompañado. No sabe estar ni solo ni acompañado.

En este segundo caso no sabe dónde estar qué hacer o cómo ocuparse estando ella presente. Se delimita a sí mismo en espacios físicos y en abordar cosas prácticas. Comprende lo que le hace entender y empieza a verse cuando ella se acuerda de que necesita la mirada de él sobre lo que hace. Hablar con ella es un estado indeciso y titubea antes en cuanto a cómo encarar el diálogo que le plantea desde ella interrogantes o cosas que le cuenta esperando su oído y su silencio. El registra pero no escucha sino más bien responde por reacción instintiva a palabras o cosas punzantes. Está en un perdido enfático huir en su presencia pero tratando de estar y negándose a permanecer mucho.

El trabajo

Sin el trabajo no se es nada. Es la clave de la existencia. La cruz o el sudor de la frente. El emblema del sacrificio. La antesala de cualquier premio. La ganancia y la pérdida. El benefactor y el malvado. La ocurrencia y el terror. El trabajo está lleno de pasiones. Se decanta entre pérdidas y ganancias. La vertiente de un mundo helado pero con el calor de la lucha. Una somnolienta decantación del tener que hacer algo. El trabajo es tiempo. Es invertir e invertirse. Es proclama de dioses y ataque a los principios. Un halago y la desdicha el bien y el mal. Lo extenuante y el placer. La mordida de cada manzana. Un estridente tridente de infiernos intocables. Perfección y sonambulismo. Pertenencia que se escurre entre los dedos como el dinero que fluye. La inagotable facilidad de estar donde hay que estar pero con el peso de tantas ausencias. La representación de la imagen y la comunicación de la fluidez de estar y percibir. El trabajo se habla a sí mismo. Se escupe y se practica. Es un deporte y un demoníaco tratar de usar lo que se vende. Es cansancio físico y tensión. Es el orgasmo de terminar de una vez. Es hurgar entre lo que hay lo que se perdió y lo que se fue. Es un asesinato o un suicidio. La inocultable manera de engañarse. El tránsito por una avenida de bifurcaciones emblemas monumentos y enigmas.

El arte y la perfección

Hay algo sublime en la expresión artística. Es una forma de concebir el pensamiento y la imaginación. Es la abstracción de la saciedad en el equilibrio y las sensaciones. La adoración que se despierta hacia la percepción. Percibir. Qué increíble. Captar. Casi como una revelación. Que llega a cada persona casi sin importar su formación. Casi. Como un regalo que el artista al mutarse en su obra ofrece. La perfección es lo que no necesita explicación. Se encuentra al captar cosas de lo que nos subyuga ante el encanto de la belleza y atracción. Es la creación es su más íntimo y plural respectarse al esencial modo de llegar a todos. El traslado del espacio y el tiempo en que conseguimos atraernos en el modo de ser relevante todo para todos. La perfección del arte que se deja animar en los que se abocan a ello. Como el traslado que adormece los sentidos hacia lo común y los enfrenta entre paradigmático énfasis deformaciones y denotación de lo que es elevado por sobre el entendimiento conciente. La más generosa y gratificante experiencia que se entiende merced a una elaboración del que artistas se encaminan en la simple verdad con una compleja tarea. Si pertenecer es la universalidad de gozar y asombrarse frente a lo mismo se puede creer en ello. El arte lo logra y es por ello una oportunidad de conformarse como inspirados hacia eso que nos da.

Los que todo lo pueden

Me asombra ver que lo que se llama anarquista es alguien que no busca ni acepta ninguna forma de poder. Me pregunto dónde está el de ellos que quieren ser poder al cuestionar el poder como función política. Es que se trata de que el poder en sí mismo no sea el que personas, instituciones u organizaciones de todo tipo pueden sentir o plasmar bajo las formas de que se puede solo si se hace bajo el dominio y en las condiciones de ellos. Estigmatizar es una grave acusación moral a cualquier pretensión que siga lineamientos hacia uno u otro lado sin prestar atención en el juicio sobre ello a que la persona que ejerce es lo más importante. En las circunstancias puede ser dispuesta de una manera mejor o peor según que no se busque en el poder algo más importante que la idea. Esto significa personas que no buscan imponerse sobre otras y sí en cambio elegir un estilo respetuosas de los que a su vez respeten lo que otros opinen, propongan o rechacen como método, expectativa o análisis. Tener pericias en la acción de ocuparse del fin y bien común sin métodos coercitivos de fuerza para hacer mella o humillar cualquier necesidad que se exponga, sin la soberbia y sí en la vocación. Tener el conocimiento pero humildad y no la manera de desafío que hace creer en gestos de revolución donde esta consista en hacer del otro una persona sin dignidad ni derechos incluyendo el de vivir. Porque ese otro es todos.