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TRABAJO FIN DE GRADO
GRADO EN FUNDAMENTOS DE LA ARQUITECTURA
EL FACTOR DE FORMA EN LA LIMITACIÓN DE LA DEMANDA ENERGÉTICA
ANÁLISIS CRÍTICO DEL DB HE 1
Autor
Alejandro López Ortiz
Director / tutor
Manuel Rodríguez Pérez
ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR
DE ARQUITECTURA DE MADRID
Madrid, enero de 2018
«El peligro radica en que nuestro poder para dañar o destruir el medio ambiente o a
nuestros pares, aumenta a mucha mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso
de ese poder».
‐ Stephen Hawking ‐
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN: motivación y objetivos. Pág. 9
2. ESTADO DE LA CUESTIÓN: contexto normativo. Pág. 13
3. METODOLOGÍA DE TRABAJO: herramienta unificada LIDER‐CALENER. Pág. 23
4. CUERPO DE TRABAJO: simulaciones. Pág. 29
5. CONCLUSIONES. Pág. 37
BIBLIOGRAFÍA. Pág. 39
1INTRODUCCIÓN: motivación y objetivos
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
Análisis crítico del DB HE 1 DCTA. ETSAM. UPM
9
La gestión sostenible de los recursos energéticos supone uno de los mayores desafíos a
los que se ha enfrentado la humanidad.
El petróleo, el gas y el carbón no son
ilimitados y su sobreexplotación está
generando graves problemas me‐
dioambientales. Dichas fuentes de
energía primaria son las más utiliza‐
das hoy en día y suponen un 86% del
consumo total de energía primaria
mundial. Del restante, un 4,4% es nu‐
clear, un 6,8% hidroeléctrica y solo
un 2,8% proviene de fuentes de ener‐
gía renovables como la solar fotovol‐
taica o la eólica.
A esto hay que sumarle el hecho de
que la población mundial no para de
crecer. De unos ocho mil millones de
personas en todo el mundo que hay
en la actualidad, hasta los más de
diez mil millones que se esperan para
2100.
El problema por lo tanto es doble. No
solo carecemos de los recursos ener‐
géticos necesarios para abastecer las
necesidades de nuestros descendien‐
tes, si no que cada vez consumiremos
más porque la población no parará de
crecer, lo que llevará a una situación insostenible.
Ante estas previsiones de futuro y
con el fin de minimizar o revertir dichas suposiciones, es primordial que todas las áreas de
conocimiento trabajen en esta dirección aportando medidas concretas y efectivas.
Siendo conscientes del gran impacto energético que tienen los edificios, los arquitectos
tenemos una importante responsabilidad a la hora de minimizar el consumo de las edifi‐
caciones, ya sea por medios pasivos o de diseño o mediante la mejora de la eficiencia de
las instalaciones.
En todo caso, para obligar a los técnicos a cumplir con los objetivos mínimos acordados
en los tratados de clima internacionales, los Estados se han visto obligados a legislar para
controlar la demanda y el consumo de los edificios.
32,9
23,8
29,2
4,46,8 2,8 Petróleo
Gas
Carbón
Nuclear
Hidroeléctrica
Renovables
Ilustración 1. Consumo de energía primaria mundial 2015. Fuente BP
Ilustración 2. Población mundial proyectada hasta 2100. Fuente Naciones Unidas
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
Análisis crítico del DB HE 1 DCTA. ETSAM. UPM
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España no es una excepción, y existen leyes que lo regulan en base a normas europeas.
Pero los criterios son discutibles y existe cierto debate en cuanto al procedimiento adop‐
tado. Es por este motivo por el que me resulta interesante enfocar el trabajo en esa direc‐
ción: el análisis crítico de la norma que en España regula el límite de demanda en edifica‐
ción (DB HE 1), con el objetivo de saber si es o no necesaria una rectificación para que sea
más eficaz y ayude a generar modelos de crecimiento urbano más sostenibles.
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
Análisis crítico del DB HE 1 DCTA. ETSAM. UPM
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2 ESTADO DE LA CUESTIÓN: contexto normativo
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
Análisis crítico del DB HE 1 DCTA. ETSAM. UPM
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Las normas que recoge nuestro código técnico en materia de ahorro de energía son una
adaptación de las directrices europeas de eficiencia energética en edificación, por lo que
será necesario realizar un estudio previo de la evolución y la adaptación de dichas direc‐
trices.
El 11 de diciembre de 1997 los países industrializados se comprometieron en Kioto a poner
en marcha medidas efectivas que redujeran la emisión de gases de efecto invernadero. Este
pacto dio lugar en Europa a la pionera Directiva 2002/91/CE del parlamento europeo y del
consejo de 16 de diciembre de 2002 relativa a la eficiencia energética de los edificios (Energy
Performance of Buildings Directive), tal y como establece en su tercer apartado:
(3) “El fomento de la eficiencia energética constituye una
parte importante del conjunto de políticas y medidas necesa‐
rias para cumplir lo dispuesto en el Protocolo de Kioto, y debe
estar presente en todas las medidas que se adopten con el fin
de dar cumplimiento a nuevos compromisos”
De forma análoga, los apartados 9 y 10 establecen:
(9) “Las medidas para fomentar la mejora de la eficiencia
energética de los edificios deben tener en cuenta las condicio‐
nes climáticas y las particularidades locales, así como el en‐
torno ambiental interior y la relación coste‐eficacia. Dichas
medidas no deben contravenir otros requisitos esenciales
aplicables a los edificios, tales como la accesibilidad, la pru‐
dencia y la utilización a que se destine el edificio”
(10) “La eficiencia energética de los edificios debe ser calcu‐
lado con una metodología, que podrá ser diferente a escala
regional, que comprenda no sólo el aislamiento térmico sino
también otros factores que desempeñan un papel cada vez
más importante, tales como las instalaciones de calefacción
y aire acondicionado, la utilización de fuentes de energía re‐
novables y el diseño del edificio. […]”
Se instaura por tanto por primera vez la obligación de reducir el consumo en la edificación,
tanto desde el punto de vista pasivo (diseño del edificio) como activo (rendimiento de los
sistemas de climatización y fuentes de energía renovables).
En su artículo segundo desarrolla además el concepto de Certificado de eficiencia energé‐
tica de un edificio, como un documento reconocido por el Estado miembro o por una per‐
sona jurídica designada por él, que incluye la eficiencia energética de un edificio calculada
con arreglo a una metodología basada en el marco general correspondiente. Dicha meto‐
dología se establecerá a escala nacional o regional.
Añade además en su tercer artículo que la eficiencia energética de un edificio se expresará
de una forma clara y podrá incluir un indicador de emisiones de CO2.
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El artículo siete está dedicado enteramente al Certificado de eficiencia energética. El pri‐
mer apartado establece que los Estados miembros velarán para que, cuando los edificios
sean construidos, vendidos o alquilados, se ponga a disposición del propietario o, por parte
del propietario, a disposición del posible comprador o inquilino, según corresponda, un
certificado de eficiencia energética. La validez del certificado no puede exceder los 10 años.
El segundo apartado establece la necesidad de incluir referencias y recomendaciones:
Art. 7 (2) “El certificado de eficiencia energética de un edificio
deberá incluir valores de referencia tales como la normativa
vigente y valoraciones comparativas, con el fin de que los con‐
sumidores puedan comparar y evaluar la eficiencia energética
del edificio. El certificado deberá ir acompañado de recomen‐
daciones para la mejora de la relación coste‐eficacia de la efi‐
ciencia energética.
El objetivo de los certificados se limitará al suministro de in‐
formación, y cualesquiera efectos de los mismos en acciones
judiciales o de otro tipo se decidirán de conformidad con las
normas nacionales”
Por último, el tercer apartado obliga a los espacios públicos a exhibir el certificado de efi‐
ciencia energética en un lugar visible:
Art. 7 (3) “Los Estados miembros tomarán medidas que ga‐
ranticen que en los edificios con una superficie útil total su‐
perior a 1000 m2 ocupados por autoridades públicas o insti‐
tuciones que presten servicios públicos a un número impor‐
tante de personas y que, por consiguiente, sean frecuentados
habitualmente por ellas, se exhiba, en lugar destacado y cla‐
ramente visible por el público, un certificado energético de an‐
tigüedad no superior a 10 años.
También podrán exhibirse claramente la gama de temperatu‐
ras interiores recomendadas y las registradas en cada mo‐
mento y, en su caso, otros factores climáticos pertinentes”
Además, esta directiva apela a la necesidad de inspeccionar periódicamente las calderas y
sistemas de aire acondicionado de edificios y, además, a evaluar el estado de la instalación
de calefacción con calderas de más de 15 años.
Años más tarde se impulsó la Directiva 2010/31/UE del parlamento europeo y del consejo de
19 de mayo de 2010 relativa a la eficiencia energética de los edificios que deroga en parte la
anterior Directiva.
Pretende establecer un método de cálculo dentro de unos límites para el cálculo de la efi‐
ciencia energética en los edificios de nueva construcción y aquellos con reformas profun‐
das de los estados miembros. Pone énfasis en la limitación del uso racional de la energía
en espacios públicos para que sean un ejemplo para los ciudadanos:
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
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Art. 3 “Los Estados miembros aplicarán una metodolo‐
gía de cálculo de la eficiencia energética de los edificios
con arreglo al marco general común que se expone en
el anexo I”
Tiene como objetivo fomentar la eficiencia energética de los edificios de la Unión Europea,
teniendo en cuenta las condiciones climáticas exteriores y las particularidades locales, así
como las exigencias ambientales interiores y la rentabilidad en términos de coste‐eficacia.
Art. 4 (1) “[…] Estos requisitos deberán tener en cuenta
las condiciones ambientales generales interiores, para
evitar posibles efectos negativos, como una ventilación
inadecuada, así como las particularidades locales, el
uso a que se destine el edificio y su antigüedad […]”
Entre otros aspectos, dicha Directiva establece en su artículo 12 que los Estados miembros
velarán por que se expida un certificado de eficiencia energética para los edificios o uni‐
dades de éstos que se construyan, vendan o alquilen a un nuevo arrendatario, y para los
edificios en los que una autoridad pública ocupe una superficie útil total superior a 500
m2 y que sean frecuentados habitualmente por el público. El 9 de julio de 2015, este umbral
de 500 m2 se redujo a 250 m2.
El Certificado de eficiencia energética en los edificios provee a los propietarios y posibles
inquilinos de una herramienta objetiva para evaluar el consumo energético del lugar
donde va a realizar una actividad económica o donde va a habitar. Cada Estado miembro
ha adaptado según las características de su legislación y sus particularidades climáticas
propias el desarrollo de la metodología del Certificado de eficiencia energética.
Además, la Directiva marca unos requisitos mínimos de eficiencia energética en las insta‐
laciones de iluminación, producción de agua caliente sanitaria (ACS), calefacción, refrige‐
ración y ventilación.
Esta Directiva incluye un apartado de especial importancia ya que establece que a partir
del 31 de diciembre de 2020 los edificios de nueva construcción deberán ser de consumo
de energía casi nulo, siendo obligatorio para edificios públicos a partir del 31 de diciembre
de 2018, tal como indica el artículo 9:
Art. 9 “Los Estados miembros elaborarán planes nacio‐
nales destinados a aumentar el número de edificios de
consumo de energía casi nulo. Estos planes nacionales
pueden incluir objetivos diferenciados de acuerdo con
la categoría del edificio”
Apenas dos años después se aprueba la Directiva 2012/27/UE del parlamento europeo y del
consejo de 25 de octubre de 2012 relativa a la eficiencia energética, por la que se modifican
las Directivas 2009/125/CE y 2010/30/UE, y por la que se derogan las Directivas 2004/8/CE
y 2006/32/CE.
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En este caso se establece un marco común de medidas para el fomento de la eficiencia
energética dentro de la Unión Europea que asegure el objetivo principal de eficiencia ener‐
gética de un 20 % de ahorro para 2020. La Directiva establece unas medidas mínimas que
cada Estado miembro desarrollará según sus propias circunstancias y leyes. Es muy impor‐
tante la inclusión de los proveedores de servicios energéticos que prestarán servicios para
mejorar la eficiencia energética de una instalación o inmueble.
En España esta directiva se contiene en el Real Decreto 56/2016 de eficiencia energética y
entró en vigor el 14 de febrero de 2016, siendo la norma vigente en la actualidad:
Ilustración 3. Extracto del Real Decreto 56/2016. BOE
Si ponemos la vista en el futuro, dentro del intento de desarrollar la normativa para el
horizonte de 2020, nos encontramos con el proyecto Build Upon, en el que trece países de
la Unión colaboran en el mismo para implementar la normativa y discutir sobre que ac‐
ciones realizar para conseguir mejorar la eficiencia energética en Europa.
Además, los países de la Unión presentaron el año 2014 una Guía para la Eficiencia Ener‐
gética Nacional para estimar el consumo de energía, planear las acciones de eficiencia
energética y describir las mejoras a realizar durante el periodo 2014‐2020.
Como hemos explicado antes, cada Estado miembro ha adaptado según las características
de su legislación y sus particularidades climáticas propias el desarrollo de la metodología
del Certificado de eficiencia energética. Explicaré brevemente algunos casos antes de cen‐
trarnos en nuestro país:
Alemania dispone de un Certificado energético desde el año 2002 (Energy pass) a
través de la Ordenanza de Ahorro de energía EnEv 2002, que establece la metodo‐
logía de evaluación energética y los requisitos para obtener el Certificado de efi‐
ciencia energética.
La certificación comienza en la etapa de diseño, en donde el arquitecto, ingeniero
o asesor energético calcula la demanda (consumo teórico) de energía primaria.
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
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Existen asesores energéticos (aussteller) que son acreditados por la agencia Ale‐
mana de la energía, DENA.
Disponen además de dos tipos de certificados: el de Demanda, para edificaciones
nuevas; y el de Consumo, para edificaciones existentes.
Tienen dos métodos para determinar la demanda de energía primaria: el método
simplificado o método de balance periódico, si el porcentaje de ventanas respecto
a la envolvente es menor al 30%; y el método de balance mensual, si el porcentaje
de ventanas respecto a la envolvente es mayor al 30%, siendo el consumo máximo
permitido de 120KWh/m2.
La normativa de Francia data del año 2000 (Effinergie). Es de obligado cumpli‐
miento en edificios no industriales y de nueva construcción.
Existen dos métodos de cálculo: uno simplificado, válido para edificios de menos
de 220 m2 y para personas sin conocimientos específicos en temas energéticos; y
otro más complejo que realizan los profesionales del sector, siendo el consumo
máximo permitido de 50 KWh/m2.
Además establece que el consumo de energía para las instalaciones de calefacción,
producción de agua caliente sanitaria, ventilación, climatización y, en determina‐
dos casos, iluminación debe ser menor que un consumo establecido como de refe‐
rencia, según la zona del país donde se localice el edificio.
Reino Unido es uno de los pioneros ya que impulsó el proceso de certificación
energética en el año 1995 (Energy Rating). Su normativa es aplicable a viviendas
existentes y nuevas construcciones.
La clasificación en este país recibe el nombre de SAP (The Standard Assessment
Procedure), y va desde 1, que corresponde a la menor calidad energética, hasta 100.
Se considera que un edificio tiene una alta calidad energética a partir de una clasi‐
ficación de 80.
Los procesos de certificación energética son realizados por profesionales formados
en esta materia y que han tenido que superar un examen. Consiste en un balance
estático de la demanda de energía de una vivienda dando como resultado las emi‐
siones de CO2 al año. Estas emisiones se calculan en base al cálculo del TER (Target
Emissión Rate), que es el índice de emisiones de CO2 de la vivienda objeto respecto
a la vivienda de referencia, y se expresa en kg de CO2 por m2 de superficie por año.
En esta clasificación no se valora la localización del edificio y su climatología, ni
los consumos de iluminación y de los electrodomésticos. Si se tiene en cuenta a la
hora de evaluar la demanda las variables de calefacción, agua caliente y energía
utilizada en bombas y ventiladores, dándose una calificación respecto a su com‐
portamiento energético y su impacto en el medio ambiente.
Además, se entregan recomendaciones de bajo costo, menores a 500 libras y otras
de mayor costo, para mejorar los estándares de eficiencia.
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En España existen aplicaciones informáticas gratuitas dependientes del gobierno que per‐
miten calcular la demanda de un edificio y su consumo, asignándose una letra que va desde
la A (más eficiente) a la G (menos eficiente). Este procedimiento debe ser validado por la
administración, que es la que emite la etiqueta final que debe lucirse en el edificio.
La norma que en nuestro país establece el límite de la demanda energética en la edificación
viene recogida en uno de los documentos básicos de ahorro de energía del código técnico
(CTE), el DB HE 1.
El foco del análisis lo pondremos en el método de cálculo de la demanda en edificios de
uso residencial privado:
Ilustración 4. Extracto del DB HE 1
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Como podemos observar, la demanda energética de calefacción del edificio no debe su‐
perar un valor límite obtenido mediante una expresión en la que intervienen tres factores:
el valor base de la demanda energética de calefacción, el factor corrector por superficie y
la superficie útil de los espacios habitables del edificio en m2. Los dos primeros valores
dependen de la localización del edificio y son fijos para cada zona climática como puede
observarse en la tabla 2.1. La superficie será, por tanto, el único factor diferente entre dos
edificios situados en una misma zona climática y el determinante a la hora de obtener el
resultado final.
El problema de esta ecuación y lo que sorprende a primera vista es que la superficie esté
en el denominador. Eso significa que, en una misma zona climática, edificios con mayor
superficie útil tienen un límite de demanda menor. Esto no parece coherente, ya que la
superficie útil influye en la cantidad de piel en contacto con el exterior y en el volumen
total del edificio, es decir, en el factor de forma.
Por tanto, a menor superficie útil mayor factor de forma y mayor límite en la demanda. He
aquí el problema, ya que los edificios con factores de forma elevados son menos eficientes
energéticamente hablando, pero la norma, en lugar de penalizarlos, parece premiarlos per‐
mitiéndoles consumir más que a otros edificios más eficientes.
Esta es la hipótesis de partida que podemos formular razonando y aplicando la lógica a la
norma, pero dicha hipótesis tiene que ser validada o matizada con datos que permitan
demostrar sus consecuencias, el alcance de las mismas y si resulta o no necesario una ac‐
tualización de dicha norma.
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3 METODOLOGÍA DE TRABAJO:
herramienta unificada LIDER‐CALENER
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Una vez formulada la hipótesis de partida necesitamos recopilar datos que nos ayuden a
fijar unas conclusiones finales. Para ello utilizaré la herramienta informática que propor‐
ciona gratuitamente el Estado para hacer certificaciones energéticas: la herramienta uni‐
ficada LIDER‐CALENER.
Esta herramienta surge de la unificación en una sola plataforma de los anteriores progra‐
mas generales oficiales empleados para la evaluación de la demanda energética y del con‐
sumo energético y de los procedimientos generales para la certificación energética de edi‐
ficios (LIDER‐CALENER). Además incluye los cambios necesarios para la convergencia de
la certificación energética con el Documento Básico de Ahorro de Energía (DB‐HE) del
Código Técnico de la Edificación (CTE) y el Reglamento de Instalaciones Térmicas de los
Edificios (RITE).
Lo que permite hacer esta herramienta es verificar las exigencias 2.2.1 de la sección HE0,
además del apartado 2.2.1.1 y punto 2 del 2.2.2.1 de la sección HE1 del Documento Básico
de Ahorro de Energía DB‐HE. También permite la verificación del apartado 2.2.2 de la
sección HE0 que debe verificarse, tal como establece el DB‐HE, según el procedimiento
básico para la certificación energética de edificios.
Ilustración 5. Logotipo del programa informático de libre acceso
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Para el análisis crítico a realizar lo que nos interesa es la verificación del apartado 2.2.1.1
del HE1, referente a la limitación de la demanda energética del edificio.
Los modelos que se usarán para la obtención de los datos que necesitaremos para estable‐
cer las comparaciones y llegar a conclusiones razonadas estarán relacionados con la hipó‐
tesis de partida. Serán volúmenes con distintos factores de forma y misma composición de
sus paramentos para poder establecer la comparación, atendiendo por tanto a distintas
tipologías edificatorias.
Dichos modelos serán reproducidos en la herramienta unificada tridimensionalmente. El
programa calculará la demanda y las emisiones y lo comparará con el límite de demanda
que impone la norma que variará según el tipo.
Dividiremos los modelos que utilizaremos en teóricos y reales.
Los teóricos serán prismas de igual superficie en planta pero distinta altura. Permitirá es‐
tablecer una relación entre el aumento del factor de forma y la demanda límite que esta‐
blece la norma para cada caso.
Ilustración 6. Modelos teóricos para el análisis. Producción propia.
Los modelos reales serán dos edificios residenciales construidos en la misma zona climá‐
tica (Madrid). Serán igualmente introducidos en el programa.
La elección de los edificios responde a criterios de forma y dimensión que son los que nos
resultarán útiles para establecer las comparaciones y razonar las conclusiones.
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
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El primero de ellos es un edificio de viviendas unifamiliar situado en la localidad madrileña
de las Rozas. El proyecto pertenece al estudio Bojaus Arquitectura, siendo los arquitectos
a cargo Ignacio Senra y Elisa Sequeros. El proyecto data de 2013 y tiene un área de 556 m2.
Ilustración 7. Modelo de vivienda unifamiliar. Fotografía de Joaquín Mosquera.
El segundo es un edificio de viviendas multifamiliar ubicado en el ensanche de Vallecas de
Madrid. El proyecto pertenece al estudio Entresitio, y los arquitectos a cargo son María
Hurtado, César Jiménez y José María Hurtado. Cuenta además con un amplio equipo de
diseño entre los que se encuentran Carolina Leveroni, Stefan Vogt, Jorge Martínez, Laura
Frutos, Pablo Sacristán, Filipe Minderico, Anne‐Dorothée Herbort, Irene de la Cruz, Mi‐
guel Crespo y Alvar Ruiz. El proyecto data de 2009 y tiene un área de 15.450 m2. Para nues‐
tro análisis estudiaremos la torre más alta.
Ilustración 8. Modelo de vivienda multifamiliar. Fotografía de Roland Halbe y Montserrat Zamorano.
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4 CUERPO DE TRABAJO: simulaciones
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a) Modelos teóricos.
Primero analizaremos los modelos teóricos explicados en el capítulo anterior. Se ha con‐
siderado unos muros hipotéticos de hormigón armado de 20cm de espesor y 3 metros de
altura por planta. Esto es así porque no nos importa el valor concreto de la demanda, si no
su evolución a lo largo de los modelos. Evidentemente en ningún caso cumplirá la norma‐
tiva ni el límite marcado.
Además, se establece el límite de demanda por cada modelo que el programa calcula según
la fórmula que vimos en el capítulo 2 y el factor de forma, cuya evolución y relación con la
demanda son claves para establecer las conclusiones.
A continuación, se organizan en fichas los datos de cada uno de los modelos. Es importante
remarcar que solo se considerará la demanda y demanda límite de calefacción, ya que es
la conflictiva y la que recoge el apartado de la norma cuya fórmula estamos analizando.
El CTE establece para la demanda límite de refrigeración un valor fijo de 15 kWh/m2∙año,
por lo que no hay conflicto al ser igual para todos y no depender del tipo edificatorio.
Ilustración 9. Datos del modelo teórico 1. Producción propia.
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Ilustración 10. Datos del modelo teórico 2. Producción propia.
Ilustración 11. Datos del modelo teórico 3. Producción propia.
Ilustración 12. Datos del modelo teórico 4. Producción propia.
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Ilustración 13. Datos del modelo teórico 5. Producción propia.
Ilustración 14. Datos del modelo teórico 6. Producción propia.
En el siguiente gráfico aparece superpuesta toda la información de las fichas para que po‐
damos establecer una relación entre los distintos datos:
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Ilustración 15. Relación límite ‐ demanda ‐ factor de forma. Producción propia.
Podemos observar que, efectivamente, al aumentar los metros cuadrados construidos, el
factor de forma disminuye; la relación entre el volumen y la piel que lo encierra es más
pequeña. Esto significa que piel y volumen no varían en la misma proporción, y que cada
vez es necesario menos piel para envolver un determinado volumen.
Esto se relaciona directamente con la evolución de la demanda. Si cada vez la proporción
de piel es menor, las pérdidas por superficie serán también menores, como podemos com‐
probar si seguimos la evolución de las barras naranjas de la Ilustración 15.
Además, como pudimos deducir del análisis de la fórmula que establece el límite de la
demanda en edificación en el punto 2.2.1.1 del DB HE1 del CTE, según aumentan los metros
cuadrados construidos de los modelos disminuye el límite de demanda de calefacción de
los mismos.
Por otro lado, es importante remarcar que todos estos datos no evolucionan de manera
proporcional. Entre el modelo 2 y 1 hay una diferencia entre los factores de forma de 0,16
y entre el modelo 5 y 6 de 0,01 y eso teniendo en cuenta que en ambos casos un modelo
tiene el doble de metros cuadrados construidos que el otro. Y si esto es así con el factor de
forma, ocurre de igual manera con la demanda porque, como vimos antes, están directa‐
mente relacionados. De aquí podemos deducir que estas diferencias de factor de forma y
demandas son más pronunciadas entre edificios de pequeñas dimensiones, es decir, los
más habituales.
0
0,1
0,2
0,3
0,4
0,5
0,6
0,7
0,8
0
50
100
150
200
250
300
Modelo 1(100 m2)
Modelo 2(200 m2)
Modelo 3(400 m2)
Modelo 4(800 m2)
Modelo 5(1600 m2)
Modelo 6(3200 m2)
Factor de form
a
Dem
anda (kWh/m
2∙año)
Límite demanda calefacción Demanda calefacción del modelo Factor de forma
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
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a) Modelos reales.
Los modelos reales tienen las mismas condiciones de revestimiento que los modelos teó‐
ricos: muros de 20cm de espesor de hormigón armado.
En este caso se hace una recreación espacial exacta de los dos tipos edificatorios a analizar:
la vivienda unifamiliar y la torre multifamiliar, en base al proyecto que se detalló en el
apartado anterior. Los huecos considerados tienen el mismo tipo de carpintería en ambos
modelos.
Se tienen en cuenta las mismas consideraciones que establecimos para los modelos teóri‐
cos y se resume la información de cada caso en las siguientes fichas:
Ilustración 16. Datos del tipo unifamiliar. Producción propia.
Ilustración 17. Datos del tipo multifamiliar. Producción propia.
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En el siguiente gráfico aparece superpuesta toda la información de las fichas para que po‐
damos establecer una relación entre los distintos datos:
Ilustración 18. Relación límite ‐ demanda ‐ factor de forma. Producción propia.
Con el gráfico anterior podemos corroborar y comprobar que ocurre exactamente lo
mismo que ocurría con los modelos teóricos.
El tipo unifamiliar tiene un factor de forma muy elevado, y por consiguiente, una demanda
en relación a sus metros cuadrados construidos también muy superior, cosa que no parece
tener en cuenta la norma al permitirle tener un límite de demanda más elevado que el del
tipo multifamiliar, el cual posee unas condiciones energéticas más favorables y sostenibles
por unidad de superficie.
0
0,1
0,2
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200
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300
350
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Tipo unifamilar Tipo multifamiliar / torre
Factor de form
a
Dem
anda (kWh/m
2∙año)
Límite demanda calefacción Demanda calefacción del modelo Factor de forma
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5 CONCLUSIONES
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Las leyes y las normas que regulan las actividades profesionales deben ir siempre en una
misma dirección: la creación de modelos de desarrollo sostenibles que garanticen un fu‐
turo digno a nuestros descendientes.
En el caso que nos ocupa, en relación con la norma que regula el límite de demanda de
calefacción en edificación en España, ha quedado claramente demostrada la hipótesis de
partida. A los edificios con una mayor demanda por superficie se les permite consumir
más que a los edificios que energéticamente funcionan mejor. Y esto es un contrasentido
ya que, precisamente, deberían ser los edificios menos eficientes los que tuvieran un límite
de gasto menor para obligar a mejorar los cerramientos o simplemente para disuadir a
promotores de apoyar este tipo de modelos de crecimiento poco sostenibles.
Hay que recordar que el modelo unifamiliar o de vivienda aislada tan frecuente en los
extrarradios de las ciudades de países como Estados Unidos o reino Unido resulta ser el
modelo de crecimiento urbano menos sostenible. No solo desde el punto de vista energé‐
tico, como hemos visto. Este modelo de crecimiento horizontal consume más suelo y dis‐
persa a la población y a los servicios obligando a la población a usar con más frecuencia el
vehículo privado, sin contar con el sobredimensionamiento y pérdidas de las redes urba‐
nas. Por este motivo las leyes y normas deberían de limitar y obstaculizar este tipo de
desarrollos poco sostenibles en lugar de incentivarlos.
Este problema también afecta a los núcleos ya consolidados. En rehabilitación o en el caso
de que se quiera vender una propiedad y sea necesario una reforma para cumplir con los
requisitos energéticos que establece la norma, serán los propietarios de grandes edificios
los que tendrán que hacer un desembolso mayor por unidad de superficie.
El objetivo de este trabajo, pues, no es otro que el de poner de manifiesto y hacer visible
este problema para que en un futuro próximo dicha norma se corrija y, en este caso, sean
los edificios con un elevado factor de forma los que tengan que ajustar más su demanda.
El factor de forma en la limitación de la demanda energética. Alejandro López Ortiz
Análisis crítico del DB HE 1 DCTA. ETSAM. UPM
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BIBLIOGRAFÍA
LIBROS
Neila González, Francisco Javier: Arquitectura bioclimática en un entorno sostenible. Ma‐
drid, Munilla‐Lería, 2004.
WEB
www.boe.es
www.codigotecnico.org
www.bojaus.com
www.entresitio.com
www.plataformaarquitectura.cl
www.arquitecturaviva.com
www.efenergia.com
www.un.org/es
www.bp.com
IMÁGENES O ILUSTRACIONES
Todas ellas están debidamente referenciadas al pie.