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COLECCIÓN CRÍTICA El gigante fragmentado Sindicatos, trabajadores y política durante el kirchnerismo / Mariela Cambiasso / Rodolfo Elbert / Julieta Longo / Clara Marticorena / Juliana Tonani / Paula Varela / Débora Vassallo Paula Varela (coordinadora)

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CO L E CC I ÓN C R Í T I C A

El gigante fragmentadoSindicatos, trabajadores y políticadurante el kirchnerismo

/ Mariela Cambiasso/ Rodolfo Elbert/ Julieta Longo/ Clara Marticorena/ Juliana Tonani/ Paula Varela/ Débora Vassallo

Paula Varela (coordinadora)

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Índice

Presentación ............................................................................. 5

I¿Revitalización sindical sin debate de estrategias? ..................... 13Paula Varela

IIEl disciplinamiento en la producción: la estrategia delSMATA en los lugares de trabajo ............................................. 51Paula Varela y Débora Vasallo

IIIEl sindicato de la alimentación y la disputacon la oposición de izquierda .................................................. 95Mariela Cambiasso

IV¿Sindicalismo de base en el sector químico?La experiencia del Sindicato Químico de Pilar ...................... 135Clara Marticorena y Débora Vassallo

V¿Peronistas? ¿de izquierda? Tensiones entre las tradicionespolíticas en el sindicalismo de base en la actualidad ............... 181Mariela Cambiasso, Julieta Longo y Juliana Tonani

VILos límites de la explotación: cuando las condicionesde trabajo son injustas en las fábricas ..................................... 243Julieta Longo

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VIIUniendo lo que el capital divide:Fragmentación y solidaridad entre la fábrica y el barrio .......... 287Rodolfo Elbert

Anexo ................................................................................... 317

Siglas y abreviaturas .............................................................. 320

Fuentes ................................................................................ 323

Bibliografía unificada ........................................................... 327

Sobre los autores ................................................................... 347

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V

¿Peronistas? ¿de izquierda?Tensiones entre las tradiciones políticas en el sindicalismode base en la actualidadMariela Cambiasso, Julieta Longo y Juliana Tonani

El proceso de surgimiento y recuperación de organizaciones debase que comenzó a extenderse en el país desde el año 2004 presen-tó características heterogéneas. Si bien existe consenso académicoacerca de la existencia de un proceso de resurgimiento del actor sin-dical y de presencia de ciertos elementos de revitalización en lasbases1, la pregunta por las orientaciones (políticas) que ha asumidoeste proceso se encuentra en buena medida abierta. En este marcogeneral, nos preguntamos ¿qué rasgos de las tradiciones clásicas delmovimiento obrero pueden observarse actualmente?, ¿cuáles son lastensiones entre aquellas tradiciones y las nuevas experiencias de orga-nización de los trabajadores? Estos son los interrogantes que orientanel capítulo y con los que analizamos las experiencias de organizaciónde base en distintos establecimientos industriales ubicados en la zonanorte del Gran Buenos Aires2.

1 Estos rasgos han sido destacados por distintos estudios de caso sobre la organi-zación sindical en los lugares de trabajo. Las tesis de doctorado que abordan esta pro-blemática en los últimos años nos permiten comprender la magnitud de ese procesoy el interés que revistió para los estudios académicos (Lenguita, 2006; Montes Cató,2006; Duhalde, 2012; Ventrici, 2012; Longo, 2014; Cambiasso, 2015; Varela,2015).

2 Estas reflexiones se basan en un estudio cualitativo, con entrevistas en profun-didad a delegados, activistas y/o trabajadoras/es de 19 fábricas de la zona norte delConurbano bonaerense, que pertenecen a diferentes ramas del sector industrial(automotrices, metalúrgicos, químicos, de la electricidad, alimentación y trabajado-res de la carne).

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182 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

Históricamente la discusión sobre la política en las fábricas fue ejede numerosos debates acerca de los límites y potencialidades de laactividad sindical. Sin embargo, esta temática ha estado casi ausenteen los estudios actuales sobre la revitalización sindical en Argentina.Sólo recientemente se comenzó a discutir sobre las estrategias y lasorientaciones políticas, sobre todo en estudios que centran la miradaen las organizaciones de base (Varela, 2015; Cambiasso, 2015;D’Urso y Longo, 2015). Avanzar en este sentido resulta de fundamental importancia para

debatir acerca de los alcances, límites y dirección del sindicalismo quese construye en los lugares de trabajo. Con este objetivo, y sabiendolas dificultades que esta tarea involucra, nos proponemos analizar losrasgos de las tradiciones políticas que están presentes en la actualidaden las organizaciones sindicales de base en los lugares de trabajo. Sinlugar a dudas, este planteo en Argentina después de la década de19403 nos conduce a la discusión sobre el peronismo y la izquierda,que ha sido analizada en innumerables artículos e investigaciones enel campo de la sociología y de la historia. Esta distinción surgió tam-bién en el trabajo de campo. En la mayoría de los casos los dirigentessindicales y los delegados entrevistados se autodefinían (a sí mismos oa sus sindicatos) en algunos casos como peronistas y en otros como deizquierda. Es decir, esta distinción forma parte del lenguaje nativo einterviene en las disputas cotidianas de los actores sindicales.Pero si estas definiciones se establecían de modo claro en los dis-

cursos de los entrevistados, cuando analizábamos las experienciasconcretas (sus rasgos y características) la heterogeneidad era muchomayor, y veíamos que de poco servían estas categorías puras y prees-tablecidas. Por ello, en este capítulo recuperamos la tesis que plante-an Pozzi y Schneider (2001). Los autores sostienen, por un lado, queno existe una sino distintas izquierdas y, por otro lado, que los rasgos

3 Para un análisis historiográfico sobre las organizaciones sindicales en los luga-res de trabajo durante los años previos al triunfo del peronismo pueden consultarselos trabajos de Hernán Camarero (2007) y Diego Ceruso (2015).

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que asume el peronismo no pueden comprenderse sino es en tensióncon las tradiciones de izquierda presentes en el movimiento obrero.Esta tesis, lejos de cualquier mirada cosificada e unívoca sobre las tra-diciones, nos permite pensar al peronismo y a la izquierda como tra-diciones heterogéneas y en tensión. Y, recuperando los aportes querealizó la escuela marxista inglesa a esta discusión, entendemos queestas tensiones no son sino el resultado de las disputas por imponeruna visión hegemónica de los sentidos acerca del mundo, visionesque legitiman asimismo prácticas y discursos. Así, centrarnos en las tensiones que operan dentro de cada tradi-

ción y entre ellas habilita analizarlas como procesos activos y dinámi-cos. No se trata, entonces, de hacer un análisis histórico de las tradi-ciones presentes en el movimiento obrero4, sino de aportar al estudiode las tradiciones políticas basándonos en el análisis empírico de lastensiones, transacciones y/o combinaciones de rasgos que operanentre (y hacia el interior de) el peronismo y la izquierda en las expe-riencias de organización de base bajo estudio. Para abordar empírica-mente el complejo concepto de tradiciones políticas proponemoscentrarnos en tres dimensiones analíticas: la visión del otro, la cons-trucción del nosotros, y los objetivos que persigue la organización. El capítulo se organiza en tres apartados. En el primero, discuti-

mos conceptualmente sobre la noción de tradición y reflexionamossobre la disputa entre peronismo e izquierda. En el segundo, presen-tamos las experiencias bajo estudio. En el tercer y último apartado,identificamos los rasgos de las tradiciones políticas que están presen-tes en las experiencias de organización analizadas, considerando lastensiones, combinaciones y/o transacciones de rasgos que operanentre ellas.

4 Definir estas tradiciones políticas atribuyéndoles sentidos específicos y/o ana-lizando sus orígenes, ha sido objeto de innumerables debates. No es el objetivo deeste capítulo avanzar sobre ello. Para un análisis sobre el tema pueden consultarse,entre otros, los trabajos de Juan Carlos Torre (2014), Daniel James (2006), y Ale-jandro Schneider (2005).

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184 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

1. Las tradiciones políticas como problema de investigaciónExisten pocos abordajes del concepto de tradición desde el mar-

xismo. Tal como señala Williams, “el concepto de tradición ha sidoradicalmente rechazado dentro del pensamiento cultural marxista” yaque ha sido considerado meramente como una “supervivencia delpasado” (2000: 137). En oposición a ello, la escuela marxista inglesarecuperó la noción de tradición junto con otros conceptos (comocostumbre y experiencia) para problematizar la formación y organi-zación de los trabajadores como clase. En estos estudios la tradicióndeja de ser entendida como un elemento conservador, es decir unaherramienta de dominación que reproduce las relaciones de poderexistentes, para dar lugar a una definición dialéctica. Es resultado (yexpresión) de relaciones de fuerza, y en ella se cristalizan las experienciasde lucha acumuladas del movimiento obrero, que se resignifican en lasactuales disputas de poder. Así entendido, este concepto nos permitediscutir las determinaciones5 políticas e históricas del proceso de sin-dicalismo de base que observamos en la actualidad.

1.1. La noción de tradición desde la escuela marxista inglesaEdward P. Thompson aborda el concepto de tradición examinan-

do la tensión entre las viejas tradiciones y las nuevas experiencias delos trabajadores. La diferencia entre ambas nociones no suele serclara, y muchas veces el concepto de tradición se presenta en ciertaforma subsumido al de experiencia, ya que es utilizado para darcuenta de las experiencias acumuladas (Thompson, 1989). Por otrolado, en sus escritos se observan distintas utilizaciones de la nociónde tradición6, y este concepto no ha sido abordado teóricamente

5 Utilizamos el concepto de “determinaciones” en el sentido en que lo expresaDaniel Bensaïd (2013), quien sostiene que a diferencia de las definiciones y clasifi-caciones que funcionan a partir de la enumeración de criterios, las determinacionesde conceptos siempre implican relaciones, y tienden a lo concreto al articularse enel seno de la totalidad.

6 Por ejemplo, en los diversos ensayos que componen el libro Tradición, revuel-

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como sí ocurrió con el de experiencia. Estos elementos generan difi-cultades para definir esta noción en la obra de Thompson. No obs-tante estas imprecisiones, es la tensión entre los elementos tradicionalesy las nuevas experiencias lo que le permite a Thompson7dar cuenta dela formación de la clase obrera en Inglaterra. Incluso, el objetivo dela obra que lleva ese título puede definirse como un intento de “ras-trear la intrincada interacción entre la continuidad y el cambio”(Meiksins Wood, 2000: 79) y, en ese mismo orden, de diferenciar loselementos culturales y políticos que se acumulan en las tradicionespopulares y las nuevas formas de vida de los trabajadores. En la obra de Eric Hobsbawm también encontramos diversos

usos del concepto. En su ensayo “Tradiciones obreras” (2013) el his-toriador señala que:

El proceso de construcción de nuevas instituciones, nuevas ideas,nuevas teorías y nuevas tácticas, pocas veces empieza siendo unatarea deliberada de ingeniería social. Los hombres viven rodeadospor una amplia acumulación de mecanismos institucionales delpasado, y es natural que escojan los más convenientes y los adaptena sus propios (y nuevos) fines (p. 57).

En este caso, la definición de tradición se acerca más a la miradade Thompson, ya que refiere a la acumulación de ideas, teorías y tác-ticas. En otras oportunidades, Hobsbawm se aproxima a un análisisde las formas en que las tradiciones son transformadas, utilizadas e

ta y conciencia de clase (1984), Thompson utiliza indistintamente el concepto de tra-dición como (a) sinónimo de las costumbres –es decir las “tradiciones establecidas”como modos de hacer legitimados– (Thompson, 1984: 147), (b) en relación a lasprácticas acumuladas que dan cuenta de modos de lucha y enfrentamiento –porejemplo cuando hace referencia a los “modelos tradicionales de respuesta a la esca-sez”– (Thompson, 1984: 85), o (c) como adjetivo en referencia a las formas “tradi-cionales” de vida, de sociedad, etc.

7 Esta tensión la analizamos en profundidad en otro artículo. Ver Cambiasso yLongo (2013).

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incluso inventadas a partir de las necesidades del presente. Entonces,si bien la tradición tiene continuidad con el pasado, sus vínculos noson lineales, debido a que entre las costumbres y las tradicionesmedia un proceso de significación. Esta lectura implica un distancia-miento respecto de la concepción de la tradición como acumulaciónde experiencias, y este es precisamente el tema de estudio de la com-pilación La invención de la tradición (2002) donde sostiene que:

La “tradición inventada” implica un grupo de prácticas, normalmen-te gobernadas por reglas aceptadas abierta o tácitamente y de natu-raleza simbólica o ritual, que buscan inculcar determinados valoreso normas de comportamiento por medio de su repetición, lo cualimplica automáticamente continuidad con el pasado (p.8).

La invención de las tradiciones supone un proceso activo de selec-ción, en el cual se reapropian y transforman los significados del pasa-do. En ese marco, Hobsbawm argumenta su distinción respecto delas costumbres (derechos adquiridos en la práctica, que señalanmodos de hacer las cosas) y de las rutinas (prácticas que se llevan acabo repetidamente, carentes de significado ritual y/o función sim-bólica). Las tradiciones quedan definidas como los modos en que se legi-timan y explican las acciones, modos a partir de los cuales se construyenlazos sociales y pertenencias a grupos, que inculcan creencias y sistemasde valores y legitiman instituciones o relaciones de autoridad.En Marxismo y literatura (2000), Raymond Williams discute

extendidamente sobre el concepto de tradición, y distingue distintossentidos (dominantes, residuales y emergentes) que intervienen en elproceso activo de la formación social y cultural, en un análisis parti-cularmente atento a las disputas de poder. Según su definición, la tra-dición es un aspecto presente en todo proceso cultural. Actúa comoun mecanismo de incorporación (selectiva) en el marco de la hege-monía, operando como un elemento formador del presente al des-arrollar una versión del pasado, creada para establecer relaciones yratificar los valores dominantes. Tradición y hegemonía conformanuna unidad, que se articula a partir del “proceso de incorporación”

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de valores y prácticas al orden social. El eje de discusión se ubica enla distribución de poder e influencia, que en el caso de las sociedadesde clases se basa justamente en desigualdades entre las clases:

En la práctica la tradición es la expresión más evidente de las presio-nes y límites dominantes y hegemónicos. Siempre es algo más queun segmento histórico inerte; es en realidad el medio de incorpora-ción práctico más poderoso. Lo que debemos comprender no es pre-cisamente “una tradición”, sino una tradición selectiva: una versiónintencionalmente selectiva de un pasado configurativo y de un pre-sente prefigurado (p. 137).

Esta conceptualización, señala, presenta dos ventajas fundamen-tales. Por un lado, permite dar cuenta de las experiencias de domina-ción y de la internalización de los límites y presiones de las formas dedominación, así como también de las prácticas de oposición (o hege-monía alternativa) por medio de la conexión de diferentes formas delucha que disputan los sentidos dominantes de la tradición. Por otrolado, permite introducir un modo de comprender la tradición, ya nocomo meras expresiones superestructurales, sino como procesos acti-vos de la propia formación social y cultural.

De modo que, así como en Hobsbawm, en la conceptualización deWilliams el eje está puesto en el proceso activo de incorporación de prác-ticas y valores al orden social, aunque este último discute más abierta-mente el problema de las tradiciones en términos de disputas de sentidosentre las clases sociales. Considerando lo expuesto, esta noción posibilita trascender las

generalizaciones fijas y las formaciones unívocas en la medida en quehabilita la pregunta por los distintos sentidos de las tradiciones y lasdiputas en torno a ellas.

Definimos entonces a las tradiciones8 como procesos activos (en opo-

8 Si bien hasta aquí los autores a los que nos referimos usaron el concepto de tra-dición en singular, preguntándose por la tradición hegemónica a lo largo de la his-

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sición a cualquier intento de presentarlas como estructuras consolidadaso uniformes) que implican prácticas y concepciones acumuladas, permi-tiendo establecer líneas de continuidad pero también de ruptura con elpasado (en tanto conllevan una reapropiación del pasado a partir de losintereses y las luchas del presente); que operan a nivel ideológico-culturaly se asientan institucionalmente (en partidos y corrientes políticas, sin-dicatos, movimientos, etc.); y que son fundamentales tanto para la con-formación de lazos sociales y grupos, como para legitimar sus prácticas.En el proceso activo de incorporación de prácticas y valores al ordensocial intervienen disputas de poder (entre clases y fracciones declase), que es importante tener en cuenta para identificar las tensio-nes e intereses en torno a ellas. Todo esto permite pensar la relacióndialéctica entre las tradiciones y las nuevas experiencias, o dicho deotro modo, entre lo acumulado y la necesidad de inventar para re-apropiarse del pasado, disputar los sentidos de la historia y legitimarlas prácticas y estrategias del presente.

1.2. Las tradiciones políticas en el movimiento obrero: ten-sión entre peronismo e izquierdaHabiendo avanzado sobre el concepto de tradición, antes de pasar

al análisis empírico nos resta identificar cuáles son las tradicionespolíticas que pueden observarse en el movimiento obrero argentino.Si partimos de las investigaciones clásicas sobre la temática9 y toma-mos como referencia la década de 1940, podemos reconocer dos tra-diciones en el movimiento obrero argentino: el peronismo y la

toria del movimiento obrero, y sus tensiones con quien viene a disputarla, decidi-mos utilizar el concepto en plural. Esto se debe a dos cuestiones: en primera instan-cia, a la particularidad de nuestro objeto de estudio, a saber, la organización sindi-cal en los espacios de trabajo. En segundo lugar, y directamente ligado con lo ante-rior, adquiere relevancia la utilización en plural en la medida en que nos pregunta-mos por cómo se expresan las tensiones entre tradiciones en las organizaciones debase, lo que habilita a indagar cada una de ellas, y las disputas presentes.

9 Nos referimos por ejemplo a los trabajos de Doyon (1984), Gilly (2003), James(2006), Torre (2014).

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izquierda. Reconociendo su importancia para entender al movimien-to obrero en Argentina, tal como señalamos en la introducción,entendemos que no es posible definir de forma ahistórica ambas tra-diciones, enumerar sus rasgos y luego proceder al análisis empírico.Por el contrario, en nuestro análisis retomamos esta distinción dico-tómica, tal y como aparece en la voz de los entrevistados, para dete-nernos en su heterogeneidad, evitando caer en miradas unívocas deellas, y contribuyendo así a entender las múltiples y complejas expe-riencias actuales, lo que requiere poner especial atención a las trans-acciones que operan entre ellas. Para realizar esta tarea, nos pareceindispensable retomar la hipótesis planteada por Pozzi y Schneider(2000) cuando sostienen una suerte de tensión histórica entre elperonismo y la izquierda en la “cultura obrera” argentina10, discutien-do con aquellos estudios que le atribuyen una naturaleza intrínseca-mente “populista” o “peronista” a la clase trabajadora:

…la experiencia y la conciencia se traducen en lo que se puede lla-mar una fuerte cultura obrera en la Argentina. Inclusive, esta cultu-ra es lo que permite la reconstrucción de la izquierda a pesar de suce-sivas y cruentas oleadas represivas. Más aún, es esta fortaleza la queplantea un desafío constante al peronismo, que post 1955 se ve obli-gado a incorporar léxico e ideas provenientes del marxismo, enfati-zando más el aspecto socialista que el nacional, en su ideología y ensus discursos hacia la clase (Pozzi y Schneider, 2000: 21, el resaltadoes nuestro).

Desde este punto de vista, los rasgos particulares de las experien-cias acumuladas en el movimiento obrero en Argentina se compren-den por la existencia de una tradición de izquierda (que puede serrastreada desde los orígenes del movimiento obrero en las corrientessocialista, sindicalista, anarquista y comunista) que presiona sobre laidea de conciliación de clases del peronismo, e inclusive le imprime

10 Los autores entienden a la “cultura obrera” en términos thompsonianos, comoel resultado de la experiencia acumulada.

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en algunos momentos históricos rasgos más clasistas o socialistas.Esta tensión puede rastrearse en los espacios de trabajo, a nivel de lascúpulas sindicales y también en la relación entre los trabajadores, lossindicatos y el Estado. Adolfo Gilly (1990), por ejemplo, utiliza estatensión para dar cuenta de la singularidad de los dirigentes sindica-les peronistas. En su formación, señala, fue fundamental la influen-cia de los viejos dirigentes sindicales socialistas, anarcosindicalistas ysindicalistas revolucionarios (la “vieja guardia” en palabras de JuanCarlos Torre). Esta formación combativa de la clase obrera argenti-na, siempre propensa a intervenir mediante la acción directa, es laque genera presiones sobre la identidad peronista. Asimismo, señalaGilly, los grandes sindicatos de masas se fueron constituyendo a tra-vés de esta combinación: del impulso de abajo y la legislación pro-movida desde el Estado. Estas tensiones se hacen más fuertes en loslugares de trabajo, donde los trabajadores se organizan retomando lasviejas tradiciones de autoorganización, y que por su origen, repro-ducción y funcionamiento no pueden ser incorporadas sin más a lapolítica institucionalizada del Estado: “Por eso [la politicidad en losespacios de trabajo] es incluso refractaria (no impenetrable) a latransposición directa de sus lealtades partidarias: un obrero socialis-ta, radical, comunista o trotskista puede y suele ser elegido delegadode la fábrica por una base obrera mayoritariamente peronista” (Ibid:201). El autor da cuenta así de la compleja relación entre la tradiciónperonista y la identificación de los trabajadores con ella, y la tradi-ción de izquierda presente en los orígenes del movimiento obrero.Pozzi y Schneider avanzan en esta caracterización y recuperan el

planteo de James Petras, quien identifica cuatro rasgos presentes en la“cultura obrera” de nuestro país, que hacen que los trabajadores reivin-diquen una serie de valores a menudo identificados con la izquierda:

1) Un alto grado de solidaridad y organización de clase; 2) Un recha-zo generalizado a los valores y la dominación del Estado y de la bur-guesía; 3) Una clara noción de intereses de clase con un bajo nivelde mistificación, que se evidencia en el rechazo a sacrificar su stan-dard de vida a cambio de un ilusorio “desarrollo nacional”; y 4)

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Poderosos lazos informales, expresados a través de la familia, elvecindario y el lugar de trabajo, que refuerzan la unidad de la claseen contra de la clase dominante (James Petras citado en Pozzi ySchneider, 2001: 23)

Estas lecturas permiten delinear algunos de los rasgos que carac-terizan las tensiones entre las dos principales tradiciones políticas delmovimiento obrero en Argentina, y así contribuyen a interpretar lascombinaciones, articulaciones y antagonismos que encontramos enlas experiencias de organización que analizamos a continuación.

2. Las experienciasLas 19 experiencias de organización de base que consideramos en

nuestro análisis comparten tres rasgos generales. En todas ellas seimpulsaron procesos de renovación de delegados en los últimos años. Eneste sentido, más allá de sus diferencias políticas y de las continuida-des y rupturas que pueden registrase en cada caso, la presión de lasbases aparece como un rasgo particular que unifica a las experienciasde organización analizadas. De todas maneras, es preciso señalar que encontramos en ellas

dos temporalidades distintas. Algunas de las experiencias estudiadastuvieron como impulso demandas salariales, y surgieron durante losprimeros años de la revitalización sindical. Otras lo hicieron durantelos últimos años del gobierno kirchnerista, más directamente ligadasa los conflictos “por crisis” (como despidos, suspensiones, cierres) ypor condiciones de trabajo.Directamente vinculado con el punto anterior, un segundo rasgo

que comparten estas experiencias es que en todas las CI los delegadossindicales señalan la existencia de un recambio generacional, y se oponeno diferencian de las conducciones sindicales de los años noventa.Finalmente, un tercer rasgo es que los procesos de conformación

o renovación están relacionados con reclamos que surgen desde lasbases, con relación a las condiciones de trabajo y los métodos antide-mocráticos de las viejas dirigencias sindicales. De esta manera, aunproponiendo soluciones distintas (y en algunos casos opuestas) en

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todas las entrevistas surge la problemática de las condiciones de trabajoy la democracia como valor fundamental en el gremio. Si hasta aquí describimos los rasgos que comparten estas expe-

riencias, ahora comenzaremos a señalar sus diferencias. Con esteobjetivo, agrupamos los 19 casos analizados en cuatro grupos a par-tir de su relación con la dirección del sindicato (es decir, si son CIoficialistas u opositoras) y de la existencia de disputas internas. Cabe señalar que esta clasificación respondió a los resultados del

trabajo empírico, y que busca no caer en dualidades o análisis dico-tómicos en el estudio de las tradiciones políticas, sino en poder darcuenta de las tensiones entre ellas. Dicho esto, creemos importantedetenernos en algunas aclaraciones. Consideramos oficialistas (grupo1) a las CI donde todos los delegados son afines a la dirección del sin-dicato. Y oficialistas con disputas internas (grupo 2) a las CI dondeexisten enfrentamientos entre delegados pertenecientes a distintasorganizaciones que se disputan la representación sindical de los tra-bajadores, no a nivel del lugar de trabajo sino a nivel general de larama. Es decir, son casos de disputas intersindicales (entre dos fede-raciones) que se trasladan al lugar de trabajo, condicionando e influ-yendo las experiencias de base. Por otro lado, consideramos oposito-ras (grupo 3) a las experiencias donde todos los delegados planteanuna política de oposición a la cúpula sindical y no existen diferenciassustanciales en el nivel del espacio de trabajo en relación a este punto.En el caso de las CI donde existen delegados opositores o una oposi-ción que disputa la dirección de la CI, las consideramos experienciascon procesos de oposición en el lugar de trabajo (grupo 4). Para llevar adelante una primera caracterización de cada grupo,

tomamos 4 dimensiones analíticas. Nos referimos a: (a) el momentode conformación de la CI y la existencia de procesos de renovacióny recambio generacional, (b) su relación con la dirección sindical, (c)su posición frente a los conflictos, y (d) su posición frente a la polí-tica y la militancia.

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2.1. Grupo 1: oficialistasEn este grupo ubicamos a las CI de dos grandes terminales auto-

motrices, que cuentan con más de 2000 empleados y pertenecen alSindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA).Se trata de experiencias altamente institucionalizadas, donde no exis-ten disputas internas entre los delegados y los dirigentes sindicales, nitampoco entre listas que disputan la dirección del sindicato. Las CIaquí descriptas, en sintonía con las cúpulas del sindicato, se autodefinencomo peronistas.Los paros y movilizaciones surgen en los discursos de los delega-

dos sindicales como una manera excepcional de resolver los conflic-tos laborales, limitando su utilización sólo a momentos donde todoslos demás mecanismos fueron utilizados sin éxito. Los conflictos,cuando ocurren, son recordados y narrados en términos épicos, y rei-vindicados por permitirles reposicionarse frente a la empresa, y asínegociar. La excepcionalidad se fundamenta en saber elegir elmomento del conflicto. Así, en el discurso sindical, usar el conflictoabierto estratégicamente, es apelar a él en el momento indicado:

… Hemos tenido conflictos… muy duros. Nosotros creo que fuimoslos pioneros en el tema del corte de Panamericana (…) cuando arran-can las paritarias en el 2004, fuimos los pioneros. Nosotros cobrába-mos en ese momento $1265 (…) Teníamos que pasar a cobrar $2000.Era una diferencia bastante importante ¿no? Pero ¿qué pasa? José[Rodríguez], que era un visionario ya sabía lo que se venía para adelan-te, porque ahí era el despegue de la industria automotriz. Entonces era elmomento estratégico de tener que recomponer el salario. Porque no fue unaumento salarial sino que fue una recomposición salarial.

Delegado 1 Ford, sector automotriz, grupo 1

En las experiencias reunidas en este grupo se señala, la existenciade una suerte de renovación en el sindicato, que se produjo median-te la elección de nuevos delegados jóvenes. Esta renovación, plante-an en las entrevistas, era necesaria ya que en los ‘90 el sindicato “nohacía las cosas bien”:

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…En el 2004, ya te digo, veía mucha injusticia, o sea, que no hací-amos las cosas bien. Por ahí hasta como gremio no las hacíamos bien,¿me entendés? A veces yo veía que se castigaban compañeros pordecir que la cosa estaba funcionando mal. O sea, por ejemplo vos acádecías que la obra social andaba mal, y que es verdad la obra socialla teníamos fundida, y a ese compañero le hacían una cruz que unpoco más era Bin Laden. Entonces todas esas cosas… ¿Por qué nodecir la verdad?... que anda mal… ¿Por qué no dar la cara y decir losproblemas que tenemos loco? si es la realidad, ¡qué te vamos a men-tir!… sumado a que estuvieron acá en Ford ocho años sin eleccio-nes, cosa que no lo comparto.

Delegado 1 Ford, sector automotriz, grupo 1

Que el sindicato no “hiciera las cosas bien” significaba que no serespetaban las elecciones y que no era eficiente (los servicios quedebía ofrecer, tales como la obra social, no funcionaban). Sobre estosdos pilares es que se legitiman los nuevos delegados: son eficientes,transparentes, y democráticos (en el apartado 3 veremos qué sentidode la democracia defienden). Si bien hubo un recambio de dirigen-tes a nivel del SMATA (José Rodríguez luego de su muerte en el año2009, es sucedido por Mario Manrique, y en el 2012 asume RicardoPignanelli), todos pertenecen a la Lista Verde de orientación peronis-ta y, por lo tanto, si bien existen críticas con relación a los modos dedirigir el sindicato, estas prácticas son justificadas por el contexto eco-nómico, social y político de los años noventa: un momento donde nopodía hacerse nada:

...Yo creo que no se puede tampoco comparar mucho la conduccióncuando vos tenés diferentes panoramas. José Rodríguez tuvo su mejorépoca en SMATA en la década del ‘70, después cuando pasó lo quepasó en el 2000... ¿Qué pasó? Para cualquier conductor era imposiblesalvar puestos de trabajo en ese momento.

Delegado 1 Volkswagen, sector automotriz, grupo 1

Entonces, más que con una renovación de estrategias, nos encon-tramos ante un cambio de las prácticas y el discurso sindical como

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adaptación al nuevo contexto de la posconvertibilidad. La crítica seopone solo de forma relativa al accionar de la CI durante los añosnoventa: los anteriores delegados son también “compañeros” y cuan-do los nuevos delegados cuestionan los errores del sindicato, se inclu-yen personalmente en los mismos (por eso dicen “no hacíamos lascosas bien”). Incluso es necesario remarcar, porque será una diferenciacon las restantes experiencias, que la idea de incluir a los jóvenes va dela mano de conservar y transmitir las tradiciones del SMATA:

… [Ser delegado de CI es] muy desgastante para tu vida personal ytambién dentro de la fábrica, entonces muchos decidieron no conti-nuar (…) para nosotros si pudiéramos mantener siempre el mismo cuer-po gremial, sería algo fabuloso. Siempre tenemos que ir formando nue-vos cuadros. Nosotros tenemos delegados de 22, 23, 24 años y delegadosde 60, 61, 62 años. Nosotros nos fijamos en eso: cuando es un chiconuevo lo tratamos de mechar para que vaya formándose, es lógico.

Delegado 2 Ford, sector automotriz, grupo 1

Finalmente, en relación con la militancia política existe una dua-lidad muy clara. Por parte de las direcciones sindicales, tal como seseñala en el capítulo 2 de este libro, surgen referencias a la identidadperonista del sindicato como la identidad natural del movimientoobrero. Sin embargo, a nivel de los lugares de trabajo, aparece escin-dida la militancia política de la militancia sindical, traducida aquí enuna diferencia entre la militancia dentro de la planta y fuera de ella:

...Nosotros, como te decía, tenemos las mesas del movimiento, despuéstenemos en paralelo la Juventud Sindical, los chicos de la JuventudSindical se dedican prácticamente a la parte política. Todos los queparticipan en eso es porque quieren participar en política. Y despuésnosotros tenemos las reuniones de mesa que son los militantes denosotros, militantes que nos acompañan a nosotros, y esos militan-tes son los que convocamos nosotros para ir, o sea cuando se movi-liza el gremio tienen que ir, ellos van.

Delegado 1 Ford, sector automotriz, grupo 1

195MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

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Si bien existen lazos entre algunos delegados y organizacionespolíticas, las tareas realizadas como parte de la militancia política seconsideran independientes de la militancia gremial.

2.2. Grupo 2: oficialistas con disputas internasEn este grupo ubicamos a las CI de empresas químicas, emplaza-

das en el Parque Industrial de Pilar (PIP).Como se analiza en el capítulo 4, se trata de CI muy nuevas, que

surgieron en la última década en el contexto de un proceso de reno-vación de la dirigencia gremial del Sindicato del Personal de Indus-trias Químicas y Petroquímicas de Pilar (SPIQYP). Los delegadosseñalan que este proceso significó una apertura por parte de los diri-gentes gremiales hacia sus reclamos y reivindican la formación ofre-cida desde entonces por el sindicato. En su mayoría son delegadosjóvenes que están haciendo sus primeras experiencias de militanciasindical, y a diferencia de los dirigentes gremiales que se reconocen pero-nistas, a nivel del lugar de trabajo no se nombran adscripciones políti-cas. Al igual que en el primer grupo, se platea una distancia entre lamilitancia sindical y la política.La principal diferencia con las CI del grupo 1 se relaciona con el

lugar del conflicto. En algunas de las entrevistas, los conflictos abier-tos (tales como paros y movilizaciones) son narrados como un meca-nismo excepcional de resolver los problemas, cuando fracasa el diá-logo y la negociación con la empresa:

Este sindicato muy raramente llega al conflicto (…) O sea, siemprelos problemas se arreglan en negociaciones, tratar de negociar algu-na otra forma como para ayudar a la empresa...

Delegada, planta de fabricación de productos de limpieza,sector químico, grupo 2

Sin embargo, en otras se reivindica la acción directa como unamanera de enfrentarse a la empresa y lograr su reconocimiento. Estasambivalencias se comprenden si tenemos en cuenta la débil institu-cionalización de estas CI. La acción directa en estas empresas apare-

196 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

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ce a veces como la manera de institucionalizar la organización sindi-cal en el espacio de trabajo y hacer que la empresa reconozca a losdelegados como interlocutores:

...Los 8 que son integrantes de la CI de [nombre de la empresa] fue-ron personas despedidas, que estaban en ese momento trabajandocomo eventuales y la mayoría tenía más de 2 años dentro de la empre-sa. Los despidieron, hicimos una medida de fuerza, reclamamos lareincorporación en calidad de personal efectivo y metimos una CI.

Delegado, planta de pegamentos, sector químico, grupo 2

…había una falta grave con el tema de cómo se tomaba personal ycómo se despedía. Y nosotros éramos trabajadores de agencia exce-didos de tiempo, porque la realidad es que la ley te permite hasta 6meses, más no. Nosotros teníamos un año y medio casi. Y bueno,fuimos despedidos, intervino el sindicato, y mediante un paro quehubo acá en la puerta se reincorporaron a los trabajadores, que erangente de agencia.

Delegado 1, Delegado 1, planta de producción de insecticidasy otros, sector químico, grupo 2

De todas maneras la acción directa es limitada en el tiempo, eneste caso es propia de un momento en la institucionalización de laorganización gremial y los delegados consideran que un “buen dele-gado” debe evitar llegar a la acción directa.

...El sindicato trata de dialogar, trata de evitar los paros, porque el parono es bueno, una cosa es entrar al paro pero lo difícil es salir, para queno deje secuelas de despidos, de días sin pagar, de un montón de cosas...

Delegado, planta de pegamentos, sector químico, grupo 2

Costó después de los paros llegar a una buena relación con la empre-sa, pero de a poco se van logrando mejoras, más que nada de sentar-se a hablar y llevarse bien. Yo creo que con el diálogo se pueden con-seguir cosas.

Delegado, planta de baterías, sector químico, grupo 2

197MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

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Estas características se explican también por la existencia de dis-putas internas. Pero en estos casos los conflictos no se dan entre lasbases y las cúpulas, como ocurre en los grupos 3 y 4, sino entre dosFederaciones que se disputan la representación y encuadramiento delos trabajadores químicos del PIP: la Federación Argentina de Traba-jadores de Industrias Químicas y Petroquímicas (FATIQyP) y laFederación de Sindicatos de Trabajadores de Industrias Químicas yPetroquímicas de la república Argentina (FESTIQyPRA). Esta dis-puta implicó conflictos abiertos entre delegados pertenecientes a lasdistintas federaciones, y generó incluso que en algunas de las empre-sas existan dos CI. El SPIQYP de Pilar, en el que se inscribe la orga-nización sindical “oficial” de las empresas consideradas en el análisis,forma parte de la FATIQyP. Un tercer elemento necesario para comprender estas experiencias

es la existencia de conflictos dirigidos por CI opositoras en el PIP. Laexistencia de conflictos de izquierda en fábricas cercanas explica que losdelegados reivindiquen la acción directa pero que al mismo tiempo sediferencien explícitamente de las experiencias más combativas:

[Pregunta: ¿Se enteraron del conflicto de Kromberg en el ParqueIndustrial?] Delegado: Tengo recuerdos de la Ford, cuando echaron a un mon-tón de gente...Pregunta: ¿Cuándo fue eso?Delegado: Eso fue en el ‘80 y pico. Y tengo el recuerdo de Terrabusi.Es más, tengo dos compañeros eran delegados, uno en Terrabusi yotro en la Ford, que fueron despedidos (…) Y yo hablo mucho conellos, me sirve la experiencia de ellos.

Delegado, planta de pegamentos, sector químico, grupo 2

...Lo que pasa es que también en este último tiempo, por lo menosen el Parque Industrial se ha vivido mucho la movida de los partidosde izquierda, y la verdad es que por ahí para ir y confrontar en esassituaciones e involucrarnos, no. Vemos de mejor manera adherirnos,pero de una forma pasiva. No, venimos a trabajar y listo. No parti-cipamos de las manifestaciones en las rutas ni nada.

198 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

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Delegada, planta de producción de artículos de librería,sector químico, grupo 2

Como profundizaremos en el apartado 3, en las empresas de estegrupo los rasgos conciliadores aparecen entremezclados con elemen-tos combativos. Pero si bien no rechazan el uso de la acción directa,tampoco dudan en diferenciarse de las experiencias más radicalizadasy relacionadas con la izquierda.

2.3. Grupo 3: opositoras sin disputas internasA diferencia de los grupos 1 y 2, en este grupo las experiencias

pertenecen a distintos sectores productivos. Se trata de las CI degrandes empresas de los sectores de alimentación, carne, electricidad,gráficos y autopartistas. En su gran mayoría, se trata de experiencias que surgieron en los

últimos años, o que atravesaron procesos de renovación de sus direc-ciones, motivadas por reclamos y demandas que surgieron desde lasbases. Y, en todos los casos, estos procesos implicaron duros enfren-tamientos con las direcciones sindicales oficialistas. La renovación generacional, que planteábamos como un rasgo

compartido por todas las experiencias, asume formas particulares enestos casos, donde la división entre distintas generaciones se traduceen diferentes maneras de pensar la organización sindical: mientras los“viejos” plantean posiciones conservadoras, más cercanas a los intereses dela patronal, los “jóvenes” se posicionan frente a la empresa y renuevan lasprácticas sindicales.

La Comisión Interna estaba compuesta por dos viejos y tres jóvenes.De hecho, había una lista opositora que perdió contra ellos, que losacusaba de que “hay que borrar a los viejos, los viejos no tienen queexistir más”. La gente odia mucho a los viejos en la fábrica, los vie-jos son gente que hacía como de jefes pero eran trabajadores.

Delegado Knorr, sector alimentación, grupo 3

Pregunta: ¿Qué ideología tenían esos compañeros más viejos?

199MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 199

Respuesta: Eran patronal (…) En la fábrica, ¿qué hacen? Vos sosmaquinista o tenés determinados años, te llevás bien con determina-dos compañeros y, entonces, “yo te pongo de supervisor” (…) Loscompañeros, como le tenían respeto por la antigüedad, cada veztenían más miedo.

Activista 1 MadyGraf, sector gráfico, grupo 3

Las posibilidades que encuentran los nuevos delegados de “ganar-se” a los trabajadores con mayor antigüedad en las distintas fábricasno son homogéneas. Así como también veremos en el grupo 4,depende de distintos factores: desde la posición del sindicato y laempresa, hasta la política de las propias CI hacia los trabajadores debase. Por otro lado, a diferencia de los grupos 1 y 2, los límites entre la

militancia sindical y política son en estos casos absolutamente perme-ables: se trata de experiencias donde al menos uno de los delegadostiene o tuvo vínculos con partidos o corrientes políticas de izquierda yentienden al espacio de trabajo como el lugar idóneo para desarrollarsu militancia política. Algunos fueron militantes en el pasado, otroscomenzaron a transitar su militancia política a partir del trabajo en lafábrica, o ingresaron a trabajar como parte de un proyecto militante deorganizar a los trabajadores en el espacio laboral:

Pregunta: ¿Tu militancia empezó fuera de la empresa?Respuesta: Si, yo empecé a militar en el movimiento piquetero. Pregunta: ¿En qué año?Respuesta: En el 2002. Yo entré ya como militante y para formaruna CI.

Delegado Knorr, sector alimentación, grupo 3

Acá adentro hay una organización obrera, somos trabajadores quetenemos diferentes pensamientos y en esa organización está el PTStambién. Como hay trabajadores independientes, compañeros quetienen una ideología más peronista, son diferentes pensamientos,por eso lo que hacemos es… nos manejamos con asamblea.

Activista 1 MadyGraf, sector gráfico, grupo 3

200 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

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201MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

Si bien en las entrevistas aparecen referencias explícitas a partidoso corrientes políticas de la izquierda con distintos niveles de protago-nismo11, tal como se desprende de las citas, las CI opositoras analiza-das no se definen a partir de adscripciones políticas particulares, sinoque resaltan su composición heterogénea como un valor que garan-tiza el debate y el intercambio de posiciones y estrategias. En estesentido, la relación entre el trabajo cotidiano de la izquierda en lasfábricas y la politización de los trabajadores se reitera en distintos testi-monios, y generalmente el acercamiento con la política se produce apartir de la propia práctica laboral y de compartir valores, tales comola honestidad, que los militantes políticos plasman en sus actividadessindicales.Por último, nos interesa destacar la predisposición de lucha que

predomina en las experiencias opositoras. Las experiencias más reso-nantes que incluimos en este grupo son las de Lear y MadyGraf. Los9 meses de lucha de los trabajadores de Lear en 2014, y la produc-ción bajo control obrero en MadyGraf, como alternativa al cierre dela firma norteamericana Donelley, se encuentran entre las accionesmás radicales. Aunque también aparecen en las entrevistas referenciassobre otra variedad de acciones, como cortes de calles, bloqueos deportones, paros de la producción, trabajo a reglamento, asambleas ytomas de fábrica.

2.4. Grupo 4: CI con procesos de oposiciónEn el grupo 4, donde agrupamos a las CI donde existen delega-

dos opositores o una oposición que disputa la dirección de la CI12,encontramos al igual que en el grupo 3 empresas que pertenecen a

11 Nos referimos puntualmente al Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS),el Partido Obrero (PO), el Partido Comunista Revolucionario (PCR), DemocraciaObrera y Convergencia Socialista.

12 Estos últimos casos cuentan con la particularidad de que la elección no es indi-vidual (nominal), sino que se organiza por listas de candidatos. Este mecanismolimita la expresión de la minoría, que aunque tenga peso real en la fábrica no tienerepresentación a nivel de la dirección de la CI.

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 201

distintos sectores productivos: autopartista, metalúrgico y de la ali-mentación.Una singularidad compartida por los casos de este grupo es que

todas las experiencias están atravesadas por importantes conflictosabiertos, que inician o agudizan la disputa por la dirección de las CI.En la mayoría de los casos, la oposición se organiza en el marco deconflictos abiertos desarrollados entre los años 2012 y 2014, inicia-dos a partir de demandas “por crisis” (tales como despidos, suspen-siones, cierres, etc.), y/o por reclamos en relación a las condicionesde trabajo. Pese a que cuando hay posibilidades de negociación lasacciones directas se vuelven menos recurrentes, en la mayoría de loscasos nos encontramos con un vínculo entre las reivindicaciones nosatisfechas por las direcciones oficialistas, la exigencia o realización deasambleas para tomar las decisiones y el recurso a distintas formas deacción directa. Entre éstas, se destacan quites de colaboración, parode la producción, cortes de avenidas y rutas, movilizaciones, bloqueode portones (incluido el del PIP), acampes, entre otras.Al igual que en el grupo 3, es importante tener en cuenta las dife-

rencias generacionales para comprender estos procesos de oposición.En todos los relatos de los entrevistados se asocia a la juventud con la opo-sición y a los “viejos trabajadores” con el apoyo a las listas oficialistas y elmiedo:

Y como les decía hoy, se expresó en las elecciones que lamentable-mente se votó separados. 400 y pico de personas votaron contra laVerde y 300 votaron a favor de la Verde. Pero son 300 que son…gente vieja, gente con miedo y mucha gente que lo hace porqueopina que está bien votar a estos peronistas que atacan a los trabaja-dores, que nos patotean a nosotros (…) O se comieron todo el dis-curso de los últimos momentos, de que donde estamos los compa-ñeros que somos combativos y somos clasistas se vienen los despidos.

Delegado congresal 1 Stani, sector alimentación, grupo 4

Al igual que en el grupo 3, estos procesos de oposición están vin-culados con la presencia de militantes de corrientes políticas de

202 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 202

203MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

izquierda. En este caso, la totalidad de las entrevistas analizadas corres-ponden a militantes de izquierda. Algunos de ellos ingresan a la fábri-ca siendo ya integrantes de algún partido u corriente política. Otros,se vuelven militantes durante el proceso de conflicto atravesado porla fábrica13. Este elemento supone una importante diferencia con lasCI del grupo 1 y 2, donde la independencia de los delegados se plan-teaba a partir del distanciamiento entre la militancia gremial y lamilitancia política. Aquellos activistas de izquierda que intervienen en los procesos de

conflicto, suelen incentivar la construcción de agrupaciones en susespacios de trabajo que los organicen y aglutinen de cara a la tarea dedisputar la CI y presentarse a elecciones. Estas organizaciones (inci-pientes o más asentadas, según el caso) dan debates ideológicos quelos diferencian de los grupos 1 y 2: la independencia no es de la polí-tica en sí misma, escindiendo la actividad sindical de esta, sino quees independencia en relación al Estado, el sindicato y la empresa.Aunque muchas veces no hay acuerdo dentro de las fábricas, estasdiscusiones politizan el espacio de trabajo. Si bien las tareas de los delegados como militantes de distintos

partidos políticos de izquierda se plantean vinculadas al espacio detrabajo, y estas experiencias no pueden ser explicadas sin la presencia demilitantes de izquierda, no obstante no son autodefinidas por los propiosdelegados como “de izquierda” sino más bien como “independientes”. Seconforma así una relación entre la organización de base y la militan-cia de izquierda difícil de entender si se analizan por separado:

Yo podría decir: “hay un sector que es de izquierda”. Es mentira.Hay un delegado, que en este caso soy yo, que casualmente es deizquierda...

Delegado, sector automotriz, grupo 4

13 La mayoría pertenecen al PTS, a excepción de uno de los entrevistados, queno forma parte de un partido, sino de una agrupación política que edita el periódi-co “El Roble”, y se reivindica marxista leninista.

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 203

Acá no era que eran todos zurdos, ¿entendés? O sea, eran pibes queveían las condiciones de trabajo, que hablaban al supervisor, que elsupervisor les decía: “agachá la cabeza y trabajá”, que le hablaban aldelegado y el delegado les decía: “hacé caso al supervisor que te diceque agaches la cabeza”, y los tipos se encontraban en una encerrona.Vos sabés que la juventud es muy explosiva, entonces en ese sentidomostraba toda su potencialidad ahí.

Activista despedido Gestamp, sector automotriz, grupo 4

La legitimidad que encuentran los delegados opositores entre lostrabajadores se define en gran medida por su predisposición a aten-der los reclamos de aquellos, sobre todo en el marco de conflictosabiertos, que en algunos casos el sindicato desconoce y otras veces noofrece respuestas. En algunos casos, fueron los trabajadores quienes comenzaron a

organizarse. En otros, se produce un cambio de posición de un sec-tor de la CI: un proceso de “independización” respecto de la direc-ción del sindicato, en palabras de los entrevistados. Esto ocurre sobretodo en el marco de conflictos abiertos. Se puede pensar que estosprocesos plagados de ambigüedades, ya que los delegados oscilanentre mantener la “fachada oficialista” por miedo, y pronunciarseabiertamente a favor de las demandas de la base, se explican por laparticularidad de las CI y los CD como forma de organización en ellugar de trabajo. Al operar en el lugar de producción –en palabras deGilly (2003) “el punto de contacto y fricción constante entre capitaly trabajo” (pág.198)–, las posturas de los delegados están permanen-temente influidas por las posiciones de los trabajadores, lo que nonecesariamente ocurre en otras instancias del sindicato. A veces cuan-do el posicionamiento de los delegados se inclina hacia las demandasde base, es cuando son definidos como opositores a la política quedefine la dirección del sindicato. Pero lo cierto es que los rasgos opo-sitores de los delegados de este grupo están constantemente tensio-nados por los distintos mecanismos a los que recurren tanto laempresa como el sindicato, que buscan “quebrar” a estos delegadosopositores:

204 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 204

Nosotros habíamos ido a la casa [de uno de los delegados que renun-ció], fuimos un grupo de despedidos a verlo a la casa, y vino a la últi-ma asamblea a plantearnos que se iba a bajar, que no daba más, quela empresa lo había quebrado psicológicamente. En realidad, laempresa a todos les decía: “vas a caer preso, fijate tu familia, arreglá,no vas a conseguir trabajo nunca más, el SMATA no te defiende, elSMATA es un aparato poderoso”, ¿entendés? “No somos nosotros,es el SMATA”, decían.

Activista despedido Gestamp, sector automotriz, grupo 4

En la tabla 1 resumimos las principales características de cada unode los grupos señalados:

Tabla 1. Características de los grupos de experiencias

205MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

Relación con la

dirección sindical

Alineadas con la

dirección oficial del

sindicato.

Alineadas con la

dirección oficial del

sindicato.

Proceso de disputa

intrasindical entre

dos federaciones.

Opositoras y críticas

a la dirección

sindical.

Existencia de

conflictos

Las acciones directas

se plantean como una

excepcionalidad.

Apelación a la acción

directa para lograr el

reconocimiento de la

empresa. Luego, acción

directa como último

recurso ante el fracaso

de la negociación.

Existencia de importan-

tes conflictos, predispo-

sición a la acción

directa.

Relación con la

militancia

Presencia de mili-

tantes peronistas.

Separación entre

sindicalismo y

política

Pocas/nulas refe-

rencias a la mili-

tancia política.

Separación entre

sindicalismo y

política.

Presencia de mili-

tantes de izquier-

da. Relación entre

sindicalismo y

política.

Momento de

conformación y/o

renovación

Larga tradición en

las fábricas.

Institucionalizadas.

Renovación a partir

de la elección de

delegados jóvenes.

De conformación

reciente y poco insti-

tucionalizadas.

Renovación de la

dirigencia gremial y

elección de nuevos

delegados jóvenes.

Conformación o

renovación de sus

direcciones en los

últimos años.

Diferenciación entre

las posiciones políti-

cas de “los jóvenes”

y “los viejos”.

GR

UP

O 2

GR

UP

O 3

GR

UP

O 1

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 205

Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas a delegados y activistas

3. Las tradicionesComo señalamos en el apartado 1, si las costumbres plantean cómo

hacer las cosas, son las tradiciones las que legitiman esas acciones yobjetivos, es decir, señalan las razones (históricas, ideológicas, simbó-licas, culturales) de por qué las cosas deben hacerse de esa manera.Estos modos de legitimar las acciones implican fundamentalmenteuna visión del mundo que da sentido a las prácticas de la organizaciónsindical. En este apartado, analizamos los discursos de los delegados y acti-

vistas a partir de una serie de dimensiones analíticas, que entende-mos nos permiten operacionalizar el concepto de tradición para elanálisis de las organizaciones sindicales. Concretamente, entendemosque los elementos que conforman una visión acerca de lo que debenser y hacer las organizaciones sindicales de base en los espacios de traba-jo incluyen: (1) una visión acerca de quiénes son los otros contra quie-nes es necesaria la organización sindical; (2) una visión acerca de losobjetivos que puede alcanzar la organización sindical (es decir, paraqué existimos); y finalmente (3) una visión acerca de quiénes confor-man el nosotros y cómo se autodefinen.

3.1. Una visión acerca de los otrosEn los discursos de los activistas y delegados, los otros se puede

encarnar en tres actores diferenciados: la empresa, el sindicato y elgobierno.

206 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

Con procesos de

oposición al interior

de la fábrica.

Existencia de impor-

tantes conflictos

abiertos, donde sur-

gen tensiones entre

delegados oficialistas

y opositores.

Presencia de militan-

tes de izquierda.

Intentos de articula-

ción entre sindicalis-

mo y política.

Procesos de oposi-

ción recientes (pos-

teriores al año

2012).

Diferenciación entre

las posiciones políti-

cas de “los jóvenes”

y “los viejos”

GR

UP

O 4

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 206

3.1.a. La empresaEn los discursos de delegados y activistas, la empresa siempre

constituye claramente un otro. La diferencia reside en qué se busca deese otro. Como argumentaremos en este apartado, encontramos almenos dos posiciones claramente contrapuestas. En un caso, se buscala incorporación y la constitución de un nosotros ampliado. En elotro, una oposición radical, inconciliable, que implica de formalatente la posible eliminación del otro.

La comisión directiva nos presentó como delegados de [nombre de laempresa], la empresa lo aceptó, pero bueno, también costó mucho queaceptara que nosotros somos parte de ellos, ahora. Costó muchísimo.

Delegada, planta de fabricación de productos de limpieza,sector químico, grupo 2

...Acá la patronal hacía torneos de futbol. Nos explotaban todo el añoy después teníamos que jugar un partido de futbol con ellos. Entonces la[comisión] interna, ¿qué empezó a hacer? A organizarse, a reunirseafuera “vamos a jugar a la pelota nosotros”, “vamos a hacer una fies-ta de fin de año nosotros” (...) En el primer año, éramos cincuentatipos en la fiesta de fin de año, en el segundo éramos 100, en el ter-cero 150. Y ya acá no se hacían más fiestas de fin de año. Después,ya en el ambiente se notaba que había una diferencia de clase.

Activista 1 MadyGraf, sector gráfico, grupo 3

En el primer caso, la posibilidad de plantear un nosotros amplia-do se sostiene sobre una idea fuertemente arraigada en el sentidocomún: que los trabajadores tendrán mejores condiciones de trabajoy salarios si la empresa crece.

Nosotros, ¿qué es lo que buscamos? A medida que la empresa crece,que le va bien, también nos tiene que ir bien a nosotros.

Delegado 1 Ford, sector automotriz, grupo 1

A veces, la ideología de crecimiento conjunto se sostiene sobre laposibilidad de que los delegados sean considerados por la empresa y

207MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 207

participen en las decisiones patronales. Esto sucede de un modo radi-cal en las terminales automotrices, donde los delegados sindicalesasumen funciones propias del capital y planifican la producción:

Cuando digo nosotros, digo el sindicato, la organización. Entonces,ellos [la empresa] se tienen que adaptar, como dijo recién [nombre deldelegado] a las pautas que tenemos nosotros. Y saben que si no seadaptan a eso tienen problemas después. Porque saben que la conduc-ción de la gente la tenemos nosotros. (...) Tampoco somos locos quevamos a hacer cosas para poner en riesgo a la empresa, porque laempresa es la que nos da de comer. Nosotros tenemos las cosas claras.

Delegado 1 Volkswagen, sector automotriz, grupo 1

La idea de crecimiento conjunto y de colaboración no está exen-ta de tensiones. En el fragmento que transcribimos recién, por ejem-plo, se plantea una suerte de tensión entre la empresa (que tiene elcapital: “la empresa es la que nos da de comer”) y el sindicato (que dis-pone de los trabajadores: “la gente la tenemos nosotros”). Pero en las fábricas donde los trabajadores tienen malas condicio-

nes de trabajo y escaso control sobre su trabajo, ¿cómo es posible sos-tener la ideología del crecimiento conjunto? Allí encontramos que lapatronal aparece como un otro perfectible. La empresa puede apren-der, y en un futuro es posible conformar un nosotros que incluya atrabajadores, empresarios y sindicalistas. Allí se combinan dos ideas.En primer lugar, los conflictos entre la empresa y los trabajadores sonel resultado de malos entendidos, o de una incomprensión por partede la primera (porque “no sabe”, “no se da cuenta”, etc.). En segun-do lugar, que la colaboración entre los empresarios y los trabajadoreses la forma más racional de trabajar, porque hace más productivo eltrabajo, y que en última instancia la existencia de delegados es “mejorpara la empresa”:

Porque le hicimos ver, ¿entendés?, como era. O sea, porque uno esdelegado y no es que rompe las bolas, sino que a futuro, es mejorpara la empresa. Porque si vos te cuidas los dedos, vos no tenés que

208 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 208

pagar dedos después, o una suma por una discapacidad y esas cosas.Mientras más cuides a tu empleado, más te a servir y menos gasto pasaa tener [la empresa].

Delegada, planta de fabricación de productos de limpieza,sector químico, grupo 2

La concepción de la empresa como un otro que puede potencial-mente transformarse en nosotros, se tensiona cuando los conflictos noencuentran vías de resolución mediante la negociación o el diálogo,momento en el que se plantean otros mecanismos como la accióndirecta y/o la intervención del Ministerio de Trabajo. Aunque, comovimos anteriormente, estos casos no son muy frecuentes entre las CIde los grupos 1 y 2. En otras de las experiencias analizadas, la empresa constituye cla-

ramente un otro opuesto a los trabajadores. En algunos casos (comoen MadyGraf ) incluso se llega a plantear que los empresarios, geren-tes y jefes conforman una clase distinta, que es prescindible para eldesarrollo de la producción. Estos elementos los encontramos en el discurso de los entrevista-

dos de los grupos 3 y 4: la empresa aparece como un otro opuesto, elantagonismo asume rasgos irreconciliables y en algunos casos se sos-tiene sobre la base de intereses de clase contrapuestos. Si bien losmomentos de enfrentamiento abierto vuelven más evidentes esasdiferencias para el colectivo de trabajadores, la construcción en abier-ta oposición a la patronal se plantea como un rasgo que unifica a lasdistintas experiencias opositoras influenciadas por la izquierda:

Yo una vuelta sacaba la cuenta… Un paquete de [marca de golosi-na] creo que está 6 pesos, un paquetito de [marca de golosina] , pon-gámosle que sale 2 pesos. Y sacábamos la cuenta con los compañe-ros de ahí, que no son compañeros que activan, que son activistas dela Bordo, pero los tipos me decían: “a mí me pagaron 400 pesos deproducción, me pagaron como si hubiera hecho 100 chicles, en elmes hubiera hecho 100 chicles”. Y por día salen 160 mil tabletas…80 mil tabletas por máquina, son 10 máquinas en [marca de golosi-

209MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

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na]… O sea que saquemos la conclusión del enorme… de la enormeexplotación que sufrimos y cuál es la migaja que nos dan. Y que nisiquiera nos quieren aumentar la migaja. Si no se da una pelea realahí, no se va aumentar la migaja. Y los miembros del sindicato, losdelegados que son afines al sindicato, no quieren dar esa pelea.

Delegado congresal 1 Stani, sector alimentación, grupo 4

Este enfrentamiento deriva, de un modo que no es directo niinmediato, en la configuración de una política antipatronal por partede las CI opositoras a partir de la diferenciación de clases: las con-quistas se “arrancan” al patrón por la fuerza y se plantea la necesidadde disputar con los empresarios el control en el lugar de trabajo. Enestos casos, los delegados se imponen frente a los directivos y geren-tes de la empresa, y este posicionamiento encuentra, a su vez, con-senso entre los trabajadores:

…Empezamos a darle forma a lo que es la comisión de seguridad ehigiene manejada por los trabajadores. Si bien la empresa tiene unergónomo, tiene la ART, todo, los compañeros se seguían lastiman-do igual, entonces ¿qué hicimos nosotros? Paralelo a la CI entre loscompañeros empezamos a querer formar una comisión de seguridade higiene donde nosotros nos preocupemos por la salud del compañero.Arrancamos haciendo encuestas, totalmente anónimas (…) Bueno,esto fue me parece un poco la gota que rebalsó el vaso para la empre-sa porque vos fijate que nosotros empezamos a atacar las enfermeda-des laborales, donde hay un montón de compañeros que están enfer-mos, sí o sí le tenés que plantear a la empresa, o que baje los ritmos deproducción para que los compañeros no se sigan lastimando, o quetomen más gente para que el trabajo sea más…

Delegado 1 Lear, sector automotriz, grupo 3

En estas experiencias, el discurso de los delegados evidencia laoposición irreconciliable de intereses entre capital y trabajo, y tam-bién alude a la dirección del sindicato. Aquí aparece otro rasgo cons-tante en las experiencias opositoras y con procesos de oposición,donde la mirada sobre la empresa se presenta casi indisociablemente

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unida a la lectura sobre la conducción del gremio, un punto sobre elque avanzamos en el apartado siguiente.

3.1.b. El sindicatoEn relación con las posiciones acerca de la dirección del sindica-

to también encontramos dos miradas dicotómicas: en algunas CI elsindicato se señala como un otro claramente opuesto a los interesesde los trabajadores: son burócratas, barrabravas, patotas que dificul-tan o impiden la organización de la CI.

...Nos rechazaron la primera lista, presentamos otra lista con loscompañeros que sí cumplían con los requisitos. Nos presentamos aelecciones, y el sindicato, dos semanas antes, hace entrar 100 traba-jadores eventuales, y empieza a militarizar la fábrica con la patota.Eran mínimo 150, así ¡pero monos! Tipo barrabravas, todos con elchaleco del sindicato, paseando las líneas: “Tenés que votar a la blan-ca” “¿Pero por qué?” “Porque sí, porque es la que te va a defender”“Y si nunca defendieron nada’”.

Activista Kromberg & Schubert, sector automotriz, grupo 4

En otras experiencias el sindicato se señala como una prolongacióndel nosotros: es la institución que hace posible y defiende la elecciónde los delegados en las fábricas.

Al principio no había delegados. Y bueno, empezamos averiguar ytambién la gente [del sindicato], ellos se empezaron a acercar a nos-otros, empezamos a conocernos de a poco, y nos fueron mostrandouna forma para trabajar, para ponerla dentro de la empresa. Porque elsindicato nos empezó a mostrar cómo era para perder el miedo tam-bién, porque te da miedo. Así que bueno, nos fueron ayudando unmontón (…) Nosotros empezamos, yo empecé a venir más seguidopara acá, que ya empezamos a armar un... tipo un compañerismo, acompartir cosas, a ver lo que era un paro, a ver lo que era un sindi-cato, cómo era todo y ellos mismos nos fueron mostrando.

Delegada, planta de fabricación de productos de limpieza,sector químico, grupo 2

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Estas diferencias se relacionan con los procesos de oposición queexisten al interior de la estructura sindical, y con la posición de las CIcon respecto a la dirigencia gremial. Pero en los casos donde el sindicato aparece actualmente como

una prolongación del nosotros surgen también críticas al sindicalismo“ineficiente”, que no cumple con las tareas propias de un sindicato(grupo 1) o al sindicalismo “vaciado y corrupto” (grupo 2). Enambos casos el sindicato que aparece como un otro es el “viejo sindi-calismo”, buscando diferenciarlo de la experiencia actual, es decir, ladistinción se establece con el pasado. Veíamos estas diferencias cuan-do los delegados del grupo 1 señalaban que “antes el sindicato nohacía las cosas bien”. Sin embargo, esta oposición suele ser parcial, talcomo por ejemplo observamos en el caso del SMATA, donde elaccionar de los viejos delegados es justificado por el contexto desfa-vorable en el que desarrollaron sus tareas sindicales:

...La realidad no es que nosotros pudimos pasar a todas estas empre-sas porque somos mejores que los compañeros que estuvieron anterior-mente… lo que pasa es que los compañeros que estuvieron anteriormen-te a nosotros estuvieron peleando en toda esa crisis del ‘98 hasta el2003: hubo suspensiones, despidos, entonces estaban apuntando aotra cosa. A nosotros nos tocó la posibilidad de que, a partir del2004 a la fecha, podamos empezar a pasar a la gente, los terceriza-dos, al convenio que tienen que estar ¿Por qué? porque la empresaestá en pleno crecimiento.

Delegado 1 Ford, sector automotriz, grupo 1

En las CI opositoras o con procesos de oposición, por el contra-rio, la crítica al sindicalismo “vaciado y corrupto” no se da en rela-ción con el pasado, sino con la experiencia actual, pues el sindicatoes tanto antes como ahora un otro. El surgimiento de nuevas organi-zaciones de base y la elección de delegados opositores se planteacomo la posibilidad de renovar el sindicato, hasta ese momento des-ligitimado por su distanciamiento de los trabajadores:

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...Puede ser un poco por la bronca que había con el sindicato que sehabía borrado, que últimamente no escuchaba a los trabajadores ybueno, la campaña que nosotros habíamos hecho de que se iba a res-petar los mandatos de asamblea, y darle un poco más de voz a loscompañeros que últimamente no la tenían.

Delegado 1 Lear, sector automotriz, grupo 3

En el 2008. Ahí ganamos por 60 votos nada más. Lo que pasa es quehabía todo un proceso de fondo que se termina de consumar cuan-do nos votan a nosotros como delegados. Encima la burocracia sequedó en el molde, lo tuvieron que aceptar porque había una granexpectativa de cambio.

Delegado Frigorífico Rioplatense, sector de la carne, grupo 3

En los discursos de los delegados y activistas opositores, los diri-gentes sindicales se convierten en “burócratas”, y definen sus prácti-cas cotidianas en oposición a lo que consideran como los rasgos fun-damentales de aquellos:

...Yo soy congresal y tengo fueros gremiales, tengo la posibilidad deburocratizarme y no trabajar. Ellos se burocratizaron [la CI oficialis-ta] y no trabajan. Yo trabajo en la línea de producción, los congresa-les trabajamos dentro de la línea de producción.

Delegado congresal 1 Stani, sector alimentación, grupo 4

En realidad, es tratar de no ver con ingenuidad a la burocracia sin-dical, y más en gremios como el SMATA. Porque no es que vas a lafábrica y las cosas son muy sencillas. Te pueden detectar.

Activista despedido Gestamp, sector automotriz, grupo 4

El primer rasgo a partir del cual un delegado se transforma enburócrata es el distanciamiento del lugar de trabajo y de las tareas delos trabajadores. Si avanzamos en las características, existen distintassignificaciones acerca de lo que es (y lo que hace) la “burocracia sin-dical”. Tal como decíamos anteriormente, en estos casos el sindicatogeneralmente aparece no sólo como un otro contrario a los intereses

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de los trabajadores, sino también como un amigo de la empresa. Estaidea se hace presente, en primer lugar en las elecciones internas,cuando la dirección del sindicato impide la presentación de listasopositoras o desconoce a los delegados votados por los trabajadores:

Hasta ahora nosotros pasamos tres elecciones, y hubo una elecciónen el medio, un plebiscito, que llamó el sindicato con la complicidadde la patronal para sacarnos a nosotros.

Delegado Frigorífico Rioplatense, sector de la carne, grupo 3

En segundo lugar, cuando legitima las suspensiones o despidos dela empresa:

Obvio, la empresa y SMATA lo hacen a propósito (…) Esto de echara “los Verdes”, a los identificados con la [lista] Verde no fue al azar,lo hicieron para que después, a la semana o a las dos semanas,“bueno, vengan” ¿Entendés?

Delegado 2 Lear, sector automotriz, grupo 3

En tercer lugar, cuando boicotea junto con la empresa las medi-das de acción directa que impulsan los trabajadores:

...las dos plantas empiezan a hacer quite de colaboración, pero dondeestaba más fuerte era en la planta [nueva]. Y la empresa lo que hace estraer cincuenta carneros de [nombre de la empresa], que es una fábri-ca que está dentro del SMATA. Ellos decían que eran de [nombre dela empresa] pero no tenían mucha pinta de ser de ahí (…) y vinierona trabajar los fines de semana para sacar la producción. O sea, eso fuehecho en conjunto con la empresa y con el gremio.

Activista despedido Gestamp, sector automotriz, grupo 4

Finalmente, cuando la confrontación llega a niveles de enfrenta-miento directo y recurre a la represión por medio de patotas:

...Nosotros planteamos eso en el sindicato, que queríamos que el sin-dicato tome una postura de adhesión a los paros que se estaban lla-

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mando, más allá de que sabemos lo que es Moyano, sabemos lo quees Barrionuevo, que son igual de burócratas (...) Y el sindicato noquería hacerlo y... por eso nos rompieron la cabeza con 70 barrabra-vas, terminamos internados, los cuatro compañeros en observación.

Delegado congresal 1 Stani, sector alimentación, grupo 4

La interrelación de estos mecanismos de intervención es comple-ja, y en general responde a distintos momentos y/o estrategias de lasdirecciones sindicales. En algunos casos, la coordinación de actividades entre el sindica-

to y la empresa es tan profunda y extendida que los delegados y acti-vistas llegan a definir al sindicato como una segunda “oficina derecursos humanos”. Es decir, constituyen un otro ampliado donde sefusionan la empresa y el sindicato como enemigos comunes:

...De alguna forma el sindicato es o se comporta como una especie deoficina de recursos humanos. El capitalista pone el capital y el sindica-to pone los trabajadores, de alguna forma funciona así.

Delegado, sector automotriz, grupo 4

… Yo te puedo asegurar que más del 90% de la gente que entró fuemetida por el sindicato o por… Mirá, yo te doy un ejemplo, hoy porhoy y hace muchos años, dentro de lo que es Recursos Humanos,tenemos un dirigente del SMATA, que incluso, a mí me ha pasadoque he ido a buscar el recibo de sueldo a Recursos Humanos y estáel chabón con la remera de SMATA atendiéndote…

Delegado 1 Lear, sector automotriz, grupo 3

3.1.c. El gobierno y el EstadoEn esta idea de un otro ampliado que predomina en el caso de las

experiencias opositoras, donde los delegados y activistas entrevista-dos reconocen a varios otros ligados entre sí, dando por resultado unbloque enemigo que funciona en conjunto, muchas veces incluyentambién al gobierno (y en estos casos surge la idea de “triple alian-za”). En las entrevistas, aparece ligado a su intervención (o no) en los

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conflictos abiertos y su máxima expresión se da cuando, “pone al ser-vicio del capital el aparato represivo del Estado en contra de los tra-bajadores”:

Cuando vos empezás a entender las relaciones que tiene todo eso, des-pués vos entendés, el rol que cumplen los burócratas, los dirigentes sindica-les con las patronales, el gobierno. Vos decís “no tiene nada que ver la fábri-ca con el gobierno” ¿Cómo que no? Interactúa más que nada el Ministeriode Trabajo ¿Por qué a nosotros no nos da la razón cuando denunciamos elfraude? Porque es todo un complot. El gobierno se pone a favor de las patro-nales para que sigan explotando, nunca se va a poner a favor de la clase traba-jadora.

Activista Kromberg & Schubert, sector automotriz, grupo 4

Delegado 1: Mirá, lo que pasa es que hoy por hoy el SMATA, al aliarseal gobierno y, creo que todos coincidimos que el SMATA y la parte automo-triz y autopartista fue la niña mimada del gobierno, por eso hoy por hoy tienela fuerza que tiene…

Delegado 2: Por eso a nosotros nos está costando tanto este conflicto(…) Esa alianza nos cuesta mucho quebrarla, porque si una de las patas noestaría tan aliada, yo creo que el conflicto ya lo hubiésemos ganado.

Delegados 1 y 2 Lear, sector automotriz, grupo 3

Por el contrario, en las entrevistas con los delegados del grupo 1se observa una visión opuesta acerca del gobierno. Si en estas CI elsindicato aparece como una continuación del nosotros y la empresacomo otro con quien es posible coordinar objetivos, el gobierno enestos casos surge como un aliado externo al lugar de trabajo, peroindispensable para pensar las demandas de los trabajadores:

Lo que pasa es que ahora, gracias a Dios, lo que tenemos, un poco laspolíticas de este gobierno, es el trabajo que tenemos. Acá tenemos quehablar de políticas de Estado no de otras políticas. Políticas deEstado… No es una política interna, acá hay una política de Estado.

Delegado 1 Ford, sector automotriz, grupo 1

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...Nosotros estuvimos 10 años sin discutir salarios (…) y a partir del2003, del gobierno de Néstor Kirchner, abrió las paritarias, y juntocon la CGT pudimos discutir todos los años salarios. El convenio nose discute porque el convenio que tenemos es el mejor convenio quehay. Si discutimos algún punto es para mejorar.

Delegado 1 Volkswagen, sector automotriz, grupo 1

En estos casos, el gobierno kirchnerista se convierte en un aliado,que a partir del sostenimiento de un “modelo” genera una oportuni-dad política en la cual los gremios pueden obtener conquistas paralos trabajadores. Esta imagen, sin embargo, no surge claramente en todas las CI

oficialistas. En el caso de las CI del grupo 2, por ejemplo, los delega-dos la mayoría de las veces no nombran al gobierno, y cuando lohacen no se posicionan abiertamente: “no soy ni kirchnerista, ni anti-kirchnerista, no tengo bandera política” (Delegado 1, planta de pro-ducción de insecticidas y otros, sector químico). Allí el Estado apa-rece vinculado principalmente con las instancias de regulación de lasrelaciones laborales:

...si yo considero que tengo la razón, cuando se me agotan las ins-tancias de diálogo dentro de la empresa, tengo instancias que lesiguen, que son ir a hacer un reclamo al plano administrativo queme corresponde, que en este caso es el Ministerio de Trabajo. Hace-mos las denuncias a veces por malos tratos, por lo que sea. Nosotroshemos recibido siempre buena respuesta por parte del Ministerio deTrabajo.

Delegado, planta de pegamentos, sector químico, grupo 2

Allí no aparece problematizado el rol del Estado y la posición conrespecto al gobierno, elementos que sí están presentes en el discursode los dirigentes sindicales14: el Estado aparece con sus instituciones

14 Estos elementos referidos a la dirigencia sindical se analizan en profundidaden el capítulo 4 de este libro.

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de regulación como un árbitro que media en la disputa entre laempresa y los trabajadores.

3.2. Nuestro objetivoEn este apartado nos detenemos en las ideas acerca de los fines de

la organización de los trabajadores en el lugar de trabajo. La pregun-ta que desarrollaremos es: ¿para qué es necesario que existan los sin-dicatos en el espacio de trabajo? Y en este sentido, nos encontramoscon dos objetivos y fines claramente distintos en los discursos de losactivistas y de los delegados. En un primer conjunto de experiencias, el sindicato aparece como

una institución cuyo objetivo es mejorar, dentro de las relaciones labora-les existentes, las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores. Endichas CI, la acción directa es el último recurso, que se utiliza sólo cuan-do no se resuelven los conflictos mediante la negociación. Allí un buendirigente es aquel que sabe negociar, que cuida a sus trabajadores yno llega al conflicto abierto.Ahora bien, esta primacía de la negociación por sobre la acción

directa se vincula con la razón de ser del sindicato, es decir con suobjetivo final. El sindicato aquí es el encargado de mejorar las con-diciones de trabajo y ayudar, siempre que sea posible, a los trabaja-dores con problemas laborales, e incluso extra laborales. Esta visiónaparece en los delegados del grupo 1:

...Todas diferentes formas, pero el objetivo común es el mismo. Esmejorar las condiciones de los compañeros (...) Entonces estamoshablando del desorden que hay a veces, que nosotros mismos nostenemos que involucrar. A veces nos dicen: “acá donde había cuatroahora trabajan dos”; vos le decís: “acá no pueden trabajar dos”, y alos 10 minutos te dicen: “bueno deja a los cuatro”. A ese nivel tetenés que involucrar en la organización del trabajo, que no es unaresponsabilidad nuestra, pero nosotros nos tenemos que meter enesas cosas porque están organizando las cosas mal.

Delegado 1 Volkswagen, sector automotriz, grupo 1

218 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

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Esta misma explicación del objetivo del sindicato surge entre losdelegados del grupo 2, pero con algunas particularidades. Allí, losdelegados repiten una y otra vez que la función del sindicato en laplanta es una “función social”. El sindicato en la empresa es unmediador que ayuda a los trabajadores, incluso en áreas que en prin-cipio no serían de su incumbencia. Que está atento a las necesidadesde los trabajadores, y resuelve a través de los servicios disponiblestodos los problemas personales. Este es un elemento que diferencia aestas CI de las del grupo 1, ya que además de las funciones propiasde las CI dentro de la planta, la dirección del sindicato (y suSecretario General) aparece como una organización que atiende losproblemas personales de sus trabajadores, considerando la particula-ridad de cada caso:

...[el Secretario General] es una de las personas que también a nos-otros nos influyen, nos enseña. ¡Nos enseñó muchísimo! Porque porahí uno no ve. Como te decía, por ahí antes uno pensaba por un tra-bajador. Hoy no pensás que es solamente un trabajador, pensás quees un compañero, una persona, un amigo ¿Me entendés? todas esascosas diferentes. Yo lo llamo a cualquier hora y le digo: “negro, nece-sito un turno urgente porque tengo la criatura de tal persona”; en todaslas cosas que él puede ayudar, se saca esos cinco minutos y me lo consigue.

Delegado, planta de pegamentos, sector químico, grupo 2

En ambos grupos, la acción directa es percibida como un riesgopara los trabajadores. En este caso, el objetivo del sindicato es serreconocido tanto por los trabajadores como por la empresa como unengranaje necesario para el buen desenvolvimiento de las relacioneslaborales. El sindicato es un beneficio para todos, un árbitro, un inter-mediario, que permite la resolución de los problemas que surgen enel ámbito de trabajo y su objetivo es mejorar (siempre entendiendolas posibilidades del contexto) las condiciones laborales de los traba-jadores. Opuesta a esta visión de la razón de ser del sindicato, nos encon-

tramos con los discursos de los delegados de los grupos 3 y 4. Los

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más de 9 meses de conflicto de los trabajadores de la autopartistaLear en 2014, y la toma y puesta a producción de la fábrica bajocontrol obrero que llevaron adelante los trabajadores de MadyGrafse encuentran entre las acciones más radicales que observamos entrelos casos analizados. También encontramos referencias sobre otravariedad de acciones directas, cuyos objetivos evidencian que enestos casos los trabajadores se organizan frente al otro (sindicato/empresa/gobierno) para conseguir mejores condiciones de trabajo o res-ponder a algún ataque concreto –fraudes en las elecciones, despidos, sus-pensiones, etc.–. De este modo, la organización sindical en el lugar detrabajo es el medio para obtener mejoras, pelear por sus reivindicacio-nes, luchar contra los despidos, militar por sus derechos y organizar a lostrabajadores:

Nosotros en 2010 tomamos la planta una semana por aumento sala-rial. Sí, la última audiencia la tuvimos un viernes, del viernes al sába-do, de la una de la tarde a la una de la mañana.

Delegado Paty, sector de la carne, grupo 3

Eso fue después, después de todo, después de las suspensiones, des-pués vinieron los despidos, cortamos la Panamericana, cortamos variasveces Callao, empezamos a denunciar.

Activista despedido Gestamp, sector automotriz, grupo 4

La necesidad de tener éxito, de “arrancar” al patrón conquistassindicales, de obtener mejoras en el salario o en las condiciones detrabajo también se vuelve imprescindible en los sindicatos de luchapara tener legitimidad entre los trabajadores. Así los delegados de dis-tintas CI afirmaban:

A nosotros la gente nos elije porque conseguimos mejores salarios.Concreto. La gente accede a una comprensión después de ver elresultado. Si no, es muy difícil, te pueden decir: “Tenés razón, perola experiencia práctica... ¿Cuál es?”

Delegado Frigorífico Rioplatense, sector de la carne, grupo 3

220 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

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Eso es una re conquista [las asambleas] pero andá a decirle al tipo…El trabajador... Joya, somos dignos, me encanta el gobierno de lostrabajadores, pero yo quiero estar mejor que en el capitalismo, noquiero lo mismo o peor.

Delegado Knorr, sector alimentación, grupo 3

A su vez, en algunos casos los delegados señalan momentos en loscuales no es posible apelar a la acción directa, y es necesario combi-narla con otros métodos:

Pregunta: Y los trabajadores dentro de la fábrica ¿De qué maneraacompañan o no estas medidas que ustedes fueron tomando? Respuesta: Sí, acompañan. Hicimos colectas, juntamos plata tam-bién.Pregunta: ¿Esa es la forma que toman?Respuesta: Sí. Lo mejor hubiera sido que echan a uno, paramostodos, salimos todos, cortamos todo, se pudre y listo. La respuestaque hubiera que dar es esa, si me preguntan a mí. Ahora, si das esarespuesta siempre, la fábrica en un momento va a decir: “Bueno, mevoy”, como hizo Paty.

Delegado, sector automotriz, grupo 4

De este modo, aunque la predisposición a la acción directa apa-rece como una constante entre las CI con procesos de oposición, lasposibilidades efectivas de su realización están atravesadas por múlti-ples factores, donde, como vimos a partir de los fragmentos de lascitas, la correlación de fuerzas, la presión por obtener conquistas y laspresiones patronales y sindicales adquieren un peso destacado.Queremos señalar, por último, una singularidad que observamos

en el caso de MadyGraf, donde la organización da un salto cualitati-vo al transformarse en un medio para la organización de la clase obreraen sí. El control obrero de la producción lleva al extremo el enfrenta-miento abierto con la patronal y trasciende las fronteras de la fábrica:

Nosotros tenemos la garantía de que si la dirigimos nosotros, esto vaa funcionar. Eso el compañero lo ve y dice: “me garantiza el puesto

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de trabajo”. Pero después ve algo más, por lo menos, lo que noto yo esque siente un plus, siente un orgullo más personal desde el punto de vistade pensar que esto se puede poner al servicio de la comunidad. Y tam-poco es casual, porque como parte del proceso de organización, nos-otros también levantamos la política de tener una relación con lacomunidad, y por ejemplo, desde la organización de la fábrica estu-vimos ayudando a todos los vecinos inundados de Las Tunas, junta-mos alimentos, juntamos plata. Fuimos allá, los ayudamos. O sea,esa agrupación, que se organiza dentro de la fábrica, que quiere con-quistar el gremio, y organiza otras fábricas, que se une con otros sec-tores del movimiento obrero y pelea junto con Kraft, con Lear, tam-bién, iba al barrio y trataba de aportar algún tipo de solución a losproblemas que tiene la comunidad

Dirigente MadyGraf, sector gráfico, grupo 3

La posibilidad de trascender la frontera de la fábrica está dada porla decisión de reforzar los vínculos con otros sectores de la clase obre-ra, a partir de la decisión de “poner la fábrica al servicio de la comu-nidad”. Entendemos que esta determinación habilita la definición deun nosotros ampliado, distinto al que encontramos en el grupo 1 y el2, y también singular al interior del grupo 3. Sobre este elementovolveremos más adelante. De esta manera, la apelación a distintos métodos de lucha debe

ser considerada en relación con la definición de los objetivos de laorganización, con la visión de lo que debe ser el sindicato. En amboscasos, aparecen la negociación y la acción directa, pero cobran signi-ficados distintos ya que se utilizan con fines diversos.

3.3. Quiénes somos nosotrosEl último elemento que vamos a considerar en este primer análi-

sis acerca de los rasgos de tradiciones políticas actualmente presentesen el sindicalismo de base, es la manera en que los delegados confi-guran y definen quiénes son y forman parte del nosotros.En todos los casos que analizamos, los delegados hablan de sí mis-

mos como trabajadores, por la actividad que realizan dentro de la

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empresa, y como representantes de los trabajadores, por su actividadsindical. Lo interesante en este punto es que, si bien a veces la repre-sentación que ostentan deriva de un nosotros ampliado que incluye atrabajadores y delegados, como parte de un colectivo común, otrasveces, ser representantes aleja a los delegados de las bases, (pues losdelegados asumen funciones propias y se autonomizan, por un deter-minado tiempo, de sus tareas como trabajadores). En este últimocaso, si bien los trabajadores por momentos parecen quedar exclui-dos del nosotros, nunca llegan a convertirse por completo en otro, yaque los delegados de las CI basan en ellos su poder. Estas definiciones de alianzas y alteridades se vincula con las con-

cepciones de democracia (los lugares y las maneras en que se tomanlas decisiones, generalmente en vinculación con la existencia y elcarácter de las asambleas), con el nivel de autonomía que los delega-dos tienen con respecto a las bases (y los valores representados por losdelegados), y con las relaciones que establecen con otros sectores detrabajadores más allá de las fronteras de la fábrica (es decir, con lasolidaridad). En el análisis de estos tres elementos nos centramos enlas páginas siguientes.

3.3.a. Quiénes toman las decisiones: el lugar de la asambleaEn las entrevistas analizadas, la realización de asambleas surge

como elemento de legitimación de las decisiones que se toman en lasorganizaciones de base. La defensa de la democracia es algo que apa-rece como incuestionable, y en ese sentido la asamblea se convierteen uno de los principales mecanismos que dan cuenta (positiva onegativamente) del grado de democracia de una organización gre-mial. Sin embargo, para salir del lugar común, y señalar que un sin-dicato es más o menos democrático por la cantidad de asambleas querealiza, debemos avanzar en la caracterización de esta instancia dedecisión y preguntarnos ¿para qué sirve?, ¿cómo se desarrolla? y par-ticularmente ¿ las decisiones se toman allí? En las CI más institucionalizadas del grupo 1 se entiende a las

asambleas, principalmente, como instancias de información:

223MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

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224 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

...el delegado está permanentemente informando, si hace falta juntar ala gente y hacer una asamblea general, lo hacemos. Si hay necesidad dehacer una charla informativa, preguntamos si todos quieren, selevanta la mano y la hacemos.

Delegado 1 Volkswagen, sector automotriz, grupo 1

En estos casos se plantea una visión de la democracia con ciertosrasgos delegativos15. En el momento de las elecciones (generales einternas), el trabajador delega su poder a representantes que lo ejer-cen durante el período que dura su mandato. La asamblea, aquí,tiene una función limitada. El momento en que los trabajadorestoman decisiones es el momento de votación de los representantes, yno en la asamblea. Así comienza un proceso de autonomización entrelos trabajadores y los dirigentes: hay funciones singulares y poderesheterogéneos, y por lo tanto se empieza a distanciar nosotros, el sin-dicato y los delegados, de ellos, los trabajadores.

Pregunta: Recién hablaste del corte de Panamericana y dijiste: “Estu-vimos a punto de tomar la fábrica con SMATA”. ¿Cuál es la compo-

15 Guillermo O’Donnell (1991) propone la idea de democracia delegativa (dife-renciándola de la democracia representativa) para analizar los sistemas políticos enAmérica Latina. El autor sostiene que si bien ambas democracias contienen un ele-mento de delegación, donde mediante algún procedimiento un colectivo autoriza aunos pocos individuos a hablar por ellos, la diferencia radica en que mientras en lademocracia delegativa, luego de este procedimiento (elecciones), el líder tiene elderecho a gobernar como considere apropiado y las masas adquieren un rol pasivo,en la democracia representativa existen mecanismos institucionales de rendición decuentas verticales y horizontales, que actúan como control y permiten cuestionar ycastigar al funcionario en cuestión en caso de que no cumpla correctamente su rolde representante. Salvando las diferencias (pues aquí no se analizan sistemas políti-cos, sino organizaciones de base que por su propia condición permiten una cercaníaúnica entre representantes y representados), esta caracterización nos permite pensaralgunas de las cuestiones que encontramos en las experiencias, y así nos permitecategorizarlas para acceder a su comprensión y análisis de forma más ordenada. Portratarse de espacios de trabajo, creemos que aquí se habilita también la posibilidadde democracia directa, inaplicable a nivel del Estado.

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sición previa a tomar esta clase de decisiones? ¿Quiénes se juntan?¿Cómo se juntan?

Respuesta: El Consejo Directivo. Así, suponete, nosotros antes detomar una decisión, ahí viene de arriba para abajo, o sea se junta elConsejo Directivo o el secretariado allá en SMATA central y vantodos los secretarios y ahí dicen: “che, la cosa está de esta manera”,entonces ahí ¿qué es lo que hacen? Los secretarios… baja cada secre-tario… bueno, vamos a la Secretaría Gremial, nos convoca el Secre-tario Gremial a los delegados generales, los delegados dicen: “Vamosa tomar la Panamericana, vamos a hacer esto, esta es la estrategia”.Yo como delegado general bajo a los colaboradores míos, consejosdirectivos: “Bueno, mirá, tal día vamos a hacer esto…”

Delegado 1 Ford, sector automotriz, grupo 1

En las CI opositoras y con procesos de oposición, las asambleastienen características distintas, ya que se articulan en base a otravisión de la democracia: no como democracia delegativa sino comodemocracia directa. Frente al conflicto, y ante la ausencia de media-ciones institucionalizadas que den respuesta, la asamblea se convier-te en el espacio de organización y discusión que da lugar a las deci-siones tomadas por las bases. Así, la instancia asamblearia se vuelvecentral para la organización. En los casos donde no existían las asam-bleas, éstas comenzaron a transformarse en el espacio de expresión delas luchas de los trabajadores. En este sentido, se destaca una claraarticulación entre la presencia de sectores opositores a la direccióndel sindicato y el protagonismo de las asambleas, que asumen ahoraun nuevo sentido:

Antes no se hacían asambleas. Lo que se logró por el empuje del acti-vismo y porque los delegados empezaron a rozar con la lista oficial;se empezó a exigir asambleas. Asambleas para resolver todo. A fin delaño pasado, se habían hecho dos asambleas generales de las dos plan-tas que, por ejemplo, por turno fue una asamblea (...) como de 300compañeros.

Activista despedido Gestamp, sector automotriz, grupo 4

225MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 225

A partir de los procesos de surgimiento y renovación de las CI y/odelegados observamos que estas aumentan su periodicidad y se vuel-ven resolutivas.

En ese instante, se llama a todos los compañeros que estaban parti-cipando a una asamblea, en la cual decidimos entre todos a manoalzada qué medidas tomar.

Activista Kromberg & Schubert, sector automotriz, grupo 4

Siempre a través de la asamblea. Es más, hemos perdido asambleas ypor eso la gente tiene mucha confianza en nosotros, porque por unacuestión de principios, nosotros siempre acatamos lo que dice lamayoría.

Delegado Frigorífico Rioplatense, sector de la carne, grupo 3

Siempre le imponíamos que las cosas las decidíamos en asamblea,hasta las cosas que iban a poner (…) Y bueno, a los tipos [del sindi-cato] los teníamos disciplinados, los tipos nunca firmaron ningúnacuerdo sin consultar a la asamblea porque se les pudría.

Delegado Scrap, sector metalúrgico, grupo 4

El carácter resolutivo de las asambleas hace que los delegados seautonomicen menos de las bases, ya que no tienen el poder de deci-dir independientemente, sino que son los representantes de lo deci-dido en asamblea. Es decir, las elecciones no son una instancia dedelegación del poder como vimos que sucedía en las CI del grupo 1. El vínculo entre trabajadores y delegados se refuerza en instancias

de conflicto, donde las asambleas son más recurrentes debido a lasconstantes decisiones que hay que tomar. En las CI donde la totalidad de los delegados son opositores al sin-

dicato, la asamblea no se plantea solamente como un elemento de dife-renciación de las prácticas de la “burocracia sindical”, sino como unantídoto a la propia institucionalización y el riesgo a la burocratización:

...Nosotros decimos: “la confianza es buena, buenísimo que exista laconfianza entre nosotros por los años que tenemos juntos, pero lo

226 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 226

que te garantiza es el método”. El método es totalmente democráti-co porque de confianza no se garantiza nada. Entonces el métodotiene que ser la asamblea, tiene que ser transparente y tiene que serdemocrático hasta el final. Porque precisamente cuando empiezan atener confianza en vos, olvidás los elementos democráticos y empe-zás a burocratizarte.

Dirigente MadyGraf, sector gráfico, grupo 3

En este sentido, cuando la oposición “recupera” la dirección de laorganización de base, las asambleas también pueden funcionar comoinstancias de politización, donde no sólo se discute acerca de conflic-tos concretos o problemáticas sindicales cotidianas:

Una gran discusión dentro de la base es si vos discutís de los proble-mas internos y no hablas de política, o si discutís de todo. Veníamosy hacíamos un pantallazo nacional ¿No? Cómo estaba el gobierno,cómo estaba la economía, cómo estaban las distintas áreas y qué nosafectaba a nosotros como trabajadores de esa situación y cuál era lamejor ubicación que podíamos tener nosotros en nuestra lucha.Partiendo de ahí, muchos compañeros lo veían bien y muchos com-pañeros decían: “esto no”, “no se puede hablar en la asamblea depolítica”. Y bueno, era la discusión, era convencerlo de que era nece-sario eso. Bueno, hoy es totalmente natural, o sea se fue instalandocon lucha política.

Dirigente MadyGraf, sector gráfico, grupo 3

Finalmente, en las CI oficialistas con disputas internas (grupo 2)nos encontramos con algunas ambivalencias. Las asambleas seentienden al mismo tiempo como: (a) un espacio de transmisión delas demandas desde los trabajadores hacia los delegados, (b) un espa-cio de transmisión de las decisiones y los resultados de las reunionesde la comisión directiva del sindicato, ya que al igual que en las expe-riencias del grupo 1, por ejemplo, las decisiones de cómo participaren un paro no se resuelven en el lugar de trabajo, y a veces tambiénes (c) una instancia de discusión y compromiso con la acción colec-tiva:

227MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 227

Las asambleas son para comunicar lo que se habla en las reuniones [quese realizan de forma periódica con la empresa], lo que se logra, o tam-bién algún debate que hay adentro, porque las empresas son como fami-lias también, o sea es una casa grande, y somos todos hermanos ahíadentro, y estamos más ahí adentro que en nuestra casa, o sea, y haydebates... Pero... son para eso únicamente. Y la arman ellos [los tra-bajadores] también, por ahí si la necesitan, por ahí la piden, quenecesitan hablar o algo por el estilo, o pasa algo con un compañero,necesita algún compañero, una ayuda o algo por el estilo...

Delegada, planta de fabricación de productos de limpieza,sector químico, grupo 2

Y gracias a Dios, cuando hicimos el paro vino toda la gente afueracon nosotros [los trabajadores]. Que es lo bueno, que si vos hacés unparo, venga la gente y te acompañe, que la gente esté, porque si voste quedás con los delegados solos en un paro afuera, estás en el horno.

Delegado, planta de pegamentos, sector químico, grupo 2

Pero en algunos casos, esta misma función de las asambleas sereemplaza con el contacto informal y cotidiano entre trabajadores ydelegados, a través de “recorridas” por los sectores: “...asambleas sehacen cuando pasa algo malo, cuando quieren despedir a alguien. Perosi no, no. No estamos acostumbrados a hacer asambleas” (Delegado,planta de baterías, sector químico, grupo 2).

Así se impone la democracia representativa como modalidad pre-dominante, dado que los delegados funcionan como canales detransmisión de las demandas de los trabajadores ante la empresa y elsindicato. A diferencia del grupo 1, donde los trabajadores delegan larepresentación de sus intereses, aquí se observa una participaciónmás activa y frecuente. Sin embargo, la asamblea no llega a plantear-se como una instancia de debate y toma de decisiones, como en losgrupos 3 y 4, sino que es un espacio de comunicación de demandas,mientras que la decisión última generalmente corresponde a la direc-ción del sindicato.

228 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 228

3.3.b. Los valores de los delegadosEn algunos de los fragmentos que citamos en el apartado anterior,

se señala la figura del “delegado honesto” que “no se vende” y defien-de los intereses de los trabajadores, así como la obtención de con-quistas a partir de las luchas, como valores de los delegados que legi-timan su rol y la organización de base. Sobre este punto nos interesadetenernos para avanzar en la configuración del nosotros. En el caso de las CI opositoras y con procesos de oposición encon-

tramos una idea de nosotros, delegados de los trabajadores.

Yo creo que esta experiencia es una experiencia que nadie se la puedecontar, la vivieron ellos. Cuando nos queremos reunir, vienen loschicos jóvenes. Son compañeros muy de base. Lo que ellos vieron esque ellos cobraron todo, y los delegados no. En otros conflictos losprimeros en arreglar son los delegados, se van al diablo y después alos obreros les pagan dos mangos. Y acá nosotros dijimos que losdelegados son los últimos que se van.

Delegado Paty, sector de la carne, grupo 3

Nosotros vamos predicando con el ejemplo, por decirlo de algunamanera. Si ellos ven que nosotros, lo que estamos haciendo estábien, se van sumando, por eso de un delegado en el 2007, ganamosuna CI con el 70% de los votos en el 2013.

Delegado 1 Lear, sector automotriz, grupo 3

Los tipos ¿qué vieron de nosotros? Que no mentíamos (…) un mon-tón de oportunidades tuvimos para demostrar lo que éramos.

Delegado Frigorífico Rioplatense, sector de la carne, grupo 3

En este sentido, la asamblea no sólo se relaciona con una formade decisión, y una visión singular de qué significa la democracia, sinotambién con una visión de las características que deben tener losdelegados: para representar los derechos de los trabajadores deben serhonestos, tienen que “ser los últimos que se van”, tienen que “predi-car con el ejemplo”. Y esto en contraposición directa a la forma deactuar de la “burocracia”.

229MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 229

Yo hace tiempo no soy delegado, porque instalamos un sistema derotación en la CI, porque si no las cosas que criticábamos del sindi-cato y que tenés a esos dirigentes que están ya envejeciendo en lossillones; nosotros no podíamos hacer lo mismo (...) Hay que rotar por-que si no eso aumenta la burocratización.

Dirigente MadyGraf, sector gráfico, grupo 3

En algunos casos, como en MadyGraf, es posible percibir un dele-gado no sólo “representante de los trabajadores”, sino que se fundecon ellos dando lugar a pensar en el colectivo de los trabajadores ensí mismo y, desde allí a una perspectiva de nosotros, la clase. Veíamosesta misma posición cuando los trabajadores de esta planta señalabanlas diferencias con la empresa como “diferencias de clase”. Ahora bien, ¿cuáles son los valores que prevalecen en las CI ofi-

cialistas? Allí también aparece el rasgo de la honestidad, en contrapo-sición con la corrupción y con “hacer política” para beneficio indivi-dual:

...el gremio de camioneros, por ejemplo, es una mafia. Segundo,cómo podés entender vos que tu Secretario General sea multi-mega-millonario, si nunca trabajó, fue siempre Secretario General (…)cómo podés entender que tu Secretario General sea el dueño de lamayoría de las empresa en las que vos trabajás. Eso la gente lo ve, ylo asocia a todos los sindicatos. Y para mí no hay que meter todo enla misma bolsa (…) yo creo que hay muchos altos mandos de los sin-dicatos asociados al poder, al gobierno, a la política. Con muchosnegociados que hay. Por eso mismo, yo creo que el Ministerio deTrabajo, pienso ¿no?, tendría que intervenir y empezar a investigarpor qué un Secretario General de un sindicato tiene tanta guita.

Delegado 1, planta de producción de insecticidas y otros,sector químico, grupo 2

Estos rasgos son asociados a otros sindicatos y en algunos casos,como señalamos en el apartado 3.1.b, a momentos pasados de su gre-mio. Pero, además, surge un segundo rasgo que los diferencia del sin-dicalismo corrupto: la ayuda.

230 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 230

...[Yo trabajaba en un lugar] mucho más chico que este, nada quever: no había delegados, no había nada. Y al poquito tiempo queempecé a trabajar tuve un problema y bueno, me solucionaron elproblema y ¡qué se yo!... y para mí era algo novedoso que vengaalguien y que me diga: “Qué problema tenés, te lo arreglamos”... ¡quése yo!, para mí no existía eso. Inclusive uno, que viene de afuera,siempre hablás del delegado y “¡Uf!, el delegado... es un vago”.

Delegado 1 Volkswagen, sector automotriz, grupo 1

Para nosotros también fue una frustración (…) porque teníamos lasmanos atadas. Pero bueno, hoy por hoy, estamos re contentos de queles podemos dar [a los trabajadores]. Lo poco que les podemos dar, selo damos todo el tiempo.

Delegada, planta de fabricación de productos de limpieza,sector químico, grupo 2

La idea de la “ayuda” se postula en oposición al delegado “vago” y“corrupto” y se vincula con el objetivo del sindicato. Si su razón de seres mejorar las condiciones de trabajo y de vida de sus representados losvalores positivos asociados con los delegados se relacionan con gestio-nar bien los servicios, estar presentes y resolver problemas, este rasgo seenlaza aquí con la autonomía que adquieren los delegados respecto delas bases. Pues el delegado “le soluciona” el problema al trabajador, ubi-cándose en un lugar distinto a él y pudiendo, desde allí, por su víncu-lo con la dirigencia sindical y los beneficios (económicos y tambiénpolíticos) que ofrece el sindicato, acercarle soluciones al trabajador.

3.3.c. La solidaridad: alianzas por fuera de las fronteras de lafábrica Ya vimos como en las CI oficialistas se plantea una idea de un nos-

otros ampliado entre sindicato-CI, apareciendo esta última como unaextensión del primero, y con posibilidad, en algunos casos, de incluira la empresa en esta cadena de posibles aliados mediante la idea decrecimiento y planificación conjunta. Nos queda por ver cómo seamplía el nosotros en las CI con procesos de oposición.

231MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 231

En estos casos, la definición de un otro ampliado (gobierno,empresa, sindicato) se contrapone a la consideración de un nosotrostambién ampliado: la solidaridad con otros sectores de trabajadoresen lucha se presenta como un rasgo que caracteriza a las CI con pro-cesos de oposición:

En el PIP tenemos un montón de máquinas. En uno de los conflic-tos, por ejemplo, estuvimos ahí; o cuando eran cortes, en los blo-queos del Parque Industrial yo estaba más temprano, pero cuandollegaron mis compañeros a las 6:15 hs de la mañana y ya estaban laspuertas bloqueadas... “Vengan, vengan, vengan [Los arengaba]”. Sebajan todos, y nos quedábamos a dormir en los bloqueos.

Delegado Agrecco, sector electricidad, grupo 3

En San Juan participamos, fuimos a contar nuestra experiencia.Nuestra compañera fue, salió en fotos. ¡Oh, casualidad! en enero fuedespedida. ¿Por qué?, porque era una de las mayores activistas quehacía fondo de lucha, se solidarizaba; íbamos un grupo a la salida deltrabajo, sabíamos que había una fábrica o trabajadores que estabanen conflicto, íbamos nos solidarizábamos, acompañábamos a hacerfondo de lucha. ¿Por qué? Porque nosotros nos veíamos reflejados enellos también; que pasamos todos las mismas condiciones.

Activista Kromberg & Schubert, sector automotriz, grupo 4

En este sentido, implica la conformación de alianzas por fuera delas fronteras de las fábricas. Algunos casos son particularmente inte-resantes porque lograron conformar instancias de coordinación per-manentes. Entre ellas, se destaca el caso de una de las CI del PIP,cuyos delegados pusieron en pie la Interfabril del Parque IndustrialPilar, con el objetivo de intervenir conjuntamente en los conflictosque allí se desarrollan.De este modo, vemos que estas CI superan las fronteras de la

fábrica y reconocen como “luchas comunes” las de otros espacios detrabajo y sectores de trabajadores. Es que aquí se reconocen como deun mismo colectivo de trabajadores, enfrentados a un mismo otro –sin-dicato burocratizado/empresa/gobierno– que los homogeniza en este

232 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 232

233MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

enfrentamiento. En otras palabras, frente a un enemigo común lostrabajadores encuentran la posibilidad de unificarse como pertene-cientes a una misma clase.

Tabla 2. Rasgos de tradiciones políticas presentes en las experienciasde base analizadas

Grupo 2

Otro perfectible:

posibilidad de cre-

cimiento conjunto,

pero luego de un

“aprendizaje” por

parte de la empre-

sa.

La diferenciación

es con el sindicato

“vaciado y corrup-

to” del pasado.

Otro que interviene

como mediador.

“Ayuda” ante pro-

blemas laborales y

personales de los

trabajadores

Grupo 3

Otro opuesto

Posición anti-patronal

(En algunos casos):

medio de politización

del espacio de trabajo,

y de organización de

la clase obrera en sí.

Grupo 4

Otro opuesto

Posición anti-

patronal. En algu-

nos casos la

empresa se plan-

tea como un otro

prescindible.

Grupo 1

Otro aliado: creci-

miento y planifi-

cación conjunta

de la producción.

Diferenciación

con el sindicato

“ineficiente” del

pasado, aunque

justificado por el

contexto.

Otro aliado.

Define y planifica

(junto con la

empresa) niveles

de producción.

Otro opuesto

Nosotros ampliado (1) Otro opuesto a los intereses de los

trabajadores: “burocratizado”, “ausente”.

(2) Otro que impide la organización de los

trabajadores y boicotea sus medidas de

acción directa. (3) Otro ampliado (empre-

sa + sindicato)

Otro ampliado: sindicato + empresa +

gobierno.

Sindicatos de lucha (como medio).

Obtener mejoras salariales y en las condi-

ciones de trabajo, responder a los ata-

ques de la empresa y la dirección del sin-

dicato, representar las decisiones colecti-

vas, organizar a los trabajadores.

Sindicato (como fin). Gestionar servi-

cios hacia los afiliados, mejorar las

condiciones de trabajo, hacer cumplir

la ley y el convenio colectivo.

Informar a los trabajadores, identificar

sus demandas.Objetivos

Lo

s o

tro

s

Sin

dica

toE

mpr

esa

Gob

iern

o

Rasgos

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 233

234 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas a delegados y activistas

Tradiciones políticas en el sindicalismo de base actual: algunas reflexiones finales.

En este capítulo nos propusimos enfocar la atención en las expe-riencias de organización sindical en los espacios de los trabajo a par-tir de la pregunta por las tradiciones políticas. El análisis de lasdimensiones propuestas para el estudio de las tradiciones políticas (la

Democracia

representativa

Asamblea como

espacio de infor-

mación y transmi-

sión

Prolongación de

nosotros con sin-

dicato. Alianza

deseable con

empresa.

Asamblea como

espacio de debate de

posiciones y toma de

decisiones. Son ins-

tancias de politización

y antídoto contra la

propia institucionaliza-

ción

(En algunos casos)

representante del

colectivo de trabaja-

dores, la clase

Democracia dele-

gativa: el poder

se delega en el

momento de las

elecciones.

Asambleas princi-

palmente infor-

mativas.

Prolongación de

nosotros con sin-

dicato. Alianza

con empresa y

gobierno.

Democracia directa: asambleas

resolutivas

“Ayuda al trabajador”, “eficiencia”,

“honestidad”

“Delegado honesto”, “representante de

los intereses de los trabajadores”.

Solidaridad que trasciende las fronteras

de las fábricas, abarca a otros sectores

de trabajadores en lucha, implica la con-

formación de organizaciones de coordina-

ción permanente. A veces se plantea en

términos de clase.

No

sotr

os

Val

ores

Mod

os d

e de

cisi

ónN

osot

ros

ampl

iado

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 234

definición de los otros, la construcción del nosotros y de los objetivosde la organización) nos permitió observar transacciones de sentidosy prácticas de las dos principales tradiciones políticas con influenciaen el movimiento obrero argentino: el peronismo y la izquierda. Amodo de cierre, nos proponemos describir cuáles son estas tensionesen las organizaciones de base.

En un primer nivel de análisis, y teniendo en cuenta la autorepresen-tación de los delegados, encontramos que en las CI oficialistas (grupo 1y 2) los delegados –y/o sus direcciones– recuperan y se identifican con latradición peronista. Mientras que en las CI con procesos de oposición yopositoras (grupo 3 y 4) los delegados y/o activistas se identifican en dis-tintos grados, con organizaciones y partidos de izquierda, y buscan recu-perar en este sentido una tradición de izquierda en las fábricas, en algu-nos casos vinculada con el clasismo. En este punto es necesario realizaruna aclaración. En el presente capítulo nos enfocamos en analizar latensión entre dos grandes tradiciones en las CI, sin embargo, no hayque perder de vista que el peronismo se configuró como la tradiciónhegemónica del movimiento obrero argentino, mientras que laizquierda ha batallado históricamente la hegemonía al peronismo.Esta tensión opera de trasfondo, configurando a su vez, la manera enque aparecen las disputas en el lugar de trabajo. Sin embargo, luego de las primeras definiciones e identificaciones

de los delegados con estas tradiciones políticas, entre estos grupos yal interior de cada uno de ellos aparecen tensiones. En palabras mássimples, el escenario es más complejo, y la dicotomía peronismo-izquierda no alcanza para caracterizar a las tradiciones presentes enlas fábricas en la actualidad. Tanto el peronismo como la izquierdatienden a asumir ciertos rasgos particulares en función de los diver-sos espacios de trabajo, configurándose en gran medida a partir de lasrelaciones de fuerza allí existentes. La tesis que sostenemos es que estaheterogeneidad que encontramos al interior del peronismo y la izquier-da se comprende si tenemos en cuenta la existencia de disputas y trans-acciones entre las tradiciones. Así, la discusión sobre las tensiones ycombinaciones entre tradiciones es lo que enriquece el análisis y con-

235MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 235

tribuye a complejizar la dimensión política de las organizaciones debase que aquí se aborda. En este sentido, en sintonía con lo que venimos sosteniendo a lo

largo del capítulo, si bien la negociación ha sido asociada con el pero-nismo y la combatividad con la izquierda, eso no implica, de ningu-na manera, que estas características no aparezcan cruzadas. Las ten-siones y transacciones que encontramos en estas experiencias aportana mostrar las combinaciones y la heterogeneidad de sentidos. Noobstante, sostenemos que aunque en ocasiones “la izquierda nego-cie”, y “el peronismo combata”, en términos de las tradiciones polí-ticas son los objetivos de cada organización los que terminan signifi-cando sus prácticas.La renovación de los planteles de trabajadores en las fábricas,

resultado de la reactivación económica y de la recuperación de pues-tos de trabajo, abrió tensiones entre los “viejos” y los “nuevos” obre-ros: si los “viejos” apoyan en mayor medida al oficialismo en la direcciónde los sindicatos (que en todos los casos se autodefinen como peronistas),entre los jóvenes aparecen más críticas a las direcciones oficialistas y notienen apropiada una tradición sino que la misma aparece como unaconstrucción en disputa. Esto permite que las demandas que surgen en ellugar de trabajo (desde los reclamos por mejores salarios y condiciones detrabajo hasta la reivindicación de la asamblea y la democracia) sean dis-putadas por la tradición peronista –vía dirección del sindicato– y la tra-dición de izquierda –vía militantes–, configurándose según la correla-ción de fuerzas. La comparación de dos experiencias puede ser másclara para comprender estas tensiones. En las experiencias reunidasen el grupo 2, las demandas surgidas en la base dan lugar a la crea-ción de nuevas CI, con un fuerte acompañamiento e impulso desdelas direcciones sindicales, que buscan ser reconocidas por las empre-sas para resolver dichos reclamos en el marco del diálogo y la nego-ciación. Por el contrario, en el grupo 4, las demandas de las basesderivan en conflictos que enfrentan a los trabajadores con sus diri-gencias sindicales y con la empresa, dando lugar a acciones directasradicales. Así, mientras que en un caso se busca construir la idea de

236 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 236

237MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

un nosotros ampliado sostenido sobre la posibilidad futura de colabo-ración entre trabajadores y empresarios, en el otro se identifica unbloque enemigo común. La pregunta entonces es ¿por qué frente areclamos sindicales que surgen desde las bases hay respuestas tan disí-miles?

Las tensiones que encontramos entre las experiencias pueden ser expli-cadas, en parte, por la capacidad de respuesta de las direcciones sindica-les para absorber las demandas de los trabajadores, combinado con la pre-sencia (o no) de militantes de izquierda. En el caso de experiencias deorganización fuertemente institucionalizadas desde la dirección delsindicato, como las analizadas en el grupo 1, la CI tiene la capacidadde perpetuar una tradición con rasgos peronistas y, a su vez, reducir asu mínima expresión aquellos de izquierda16. La novedad con la que nosencontramos en estas experiencias surge en el seno de la tradición peronis-ta y se expresa en ambivalencias en su discurso que aparecen, por ejemplo,en su posición frente a la empresa. Si desde el peronismo es posible ydeseable negociar, la patronal nunca deja de ser considerada un otro aquien hay que presionar y, por ello, el poder del sindicato no se auto-nomiza nunca por completo de la capacidad de movilización de subase. La ambivalencia surge en estas experiencias cuando la negocia-ción entre empresa-sindicato es llevada al extremo de la planificaciónconjunta de la producción, tornándose bastante difusa la alteridadclásica entre capital y trabajo. Este accionar, a su vez, entra en contra-dicción con la ideología nacionalista del peronismo, dado el carácterextranjero del capital de las empresas del sector. En el caso de las fábricas del grupo 2 que pertenecen al sector quí-

mico, las tensiones que aparecen son otras: los rasgos peronistas quetransmiten las dirigencias, se combinan con otros de enfrentamientoabierto, surgidos desde las bases. Esta tensión puede entenderse apartir de tres elementos: por la existencia de una disputa intrasindi-cal entre dos federaciones en el sector; por la existencia de conflictos

16 Esto se logra mediante una combinación de discursos y prácticas que son ana-lizadas en el capítulo 2 de este libro.

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 237

238 ¿PERONISTAS? ¿DE IZQUIERDA?...

dirigidos por CI opositoras en el PIP que cuentan con una fuertepresencia de la izquierda (que opera a la hora de construir identida-des, ya sea “siguiendo el ejemplo” o diferenciándose); y por último,por su reciente consolidación, lo que explica que la tradición se defi-na como un escenario abierto de disputas17. Aquí el nosotros (distin-to al otro pasado, y no tan ampliado como se espera que esté a futu-ro) está en construcción. Estas CI, que surgieron a partir de reclamosde las bases, y cuya consolidación fue acompañada y a veces impul-sada desde el sindicato, absorbieron algunos rasgos que aparecen, enprincipio, como espontáneos, tal como la legitimidad de la accióndirecta y el reclamo de representantes sindicales honestos. No obstan-te, y justamente por esta particularidad, los rasgos de un sindicalismomás conciliador (tales como la preeminencia del diálogo con la empresa,la defensa del sindicato como ayuda, etc.) se ven imposibilitados de serllevados a su máxima expresión, y obligados a convivir con rasgos máscombativos. Esto se materializa en un sindicalismo donde, por ejem-plo, la demanda de representantes honestos se lleva adelante defen-diendo una idea de democracia representativa, que combina canalesde información de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, pero noasí de decisión, que siempre son de arriba hacia abajo. Así, a travésde un complejo entramado donde se funden distintos rasgos, tantode una tradición como de otra, los delegados resuelven las demandasde los trabajadores. En otros casos, donde el sindicato no opera institucionalizando

las demandas de los trabajadores y además se observa la presencia demilitantes de izquierda, se desarrollan procesos de oposición al sindi-cato que incluso, a veces, logran conquistar la dirección de la CI,como en el grupo 3. En estas experiencias, el sindicato aparece desdeun primer momento como el principal enemigo, y se desarrollan dis-tintos mecanismos a nivel del lugar de trabajo para diferenciarse deéste y asegurar la representación de los trabajadores, como por ejem-

17 Estos elementos son analizados en mayor profundidad en el capítulo 4 de estelibro.

paula-varela:Maquetación 1 31/08/16 16:10 Página 238

239MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

plo la reivindicación de la democracia directa, donde los trabajado-res se apropian de la asamblea como principal órgano de organiza-ción, debate y toma de decisiones. Los militantes, a su vez, abonanideas de “unidad de clase”, “independencia de la empresa y del sindi-cato”, “organización antiburocrática”, etc., que permiten asegurar,sino su implementación, al menos la presencia constante de ellas enlas discusiones. Sin embargo, las experiencias con procesos de oposición también

son heterogéneas entre sí. En el grupo 3, donde la oposición dirigelas CI, la implementación de mecanismos democráticos (sobre todolas asambleas como espacios de decisión colectiva) se constituyen enantídotos contra la burocratización de los espacios institucionalesganados. En su interior, sin embargo, la tensión aparece ligada a lafigura del delegado y su relación con las bases. Si bien la reivindica-ción de la figura del “delegado honesto” aparece como un rasgo cons-tante, en algunos casos se observa una mayor autonomía por parte delos delegados, y en otros, el binomio delegado-trabajador apareceunificado en la idea de colectivo de trabajadores, más próxima a lanoción de clase. Estas diferencias pueden comprenderse por el gradode consolidación de la oposición en la dirección de las CI. Peroentendemos que también podrían considerarse las estrategias de lasagrupaciones/corrientes políticas que intervienen en las distintas CIcomo variable explicativa de ello18. Ahora bien, es importante remarcar que la identificación de la

asamblea y la democracia directa no derivan directamente en unaperspectiva clasista. De hecho, MadyGraf es el único caso donde laasamblea se presenta como un espacio donde se discute abiertamen-te de política, configurándose no sólo como una instancia de debate

18 Si bien en este trabajo no nos detuvimos en las estrategias impulsadas por lospartidos de izquierda que intervienen en estas experiencias de organización de base,sí señalamos la presencia de distintas corrientes políticas. En este sentido, sostene-mos la hipótesis de que las estrategias de cada una de ellas (con sus prácticas y obje-tivos) inciden sobre la tradición política (o combinaciones de rasgos) que se desarro-lla en cada espacio de trabajo.

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y toma de decisiones, sino también como un espacio de politización.Asimismo, es imposible pasar por alto la constante alusión que apa-rece en las entrevistas a la experiencia de Zanón, a sus trabajadores ya sus principales referentes, que no puede comprenderse desligada dela experiencia de control obrero que ambas fábricas comparten.MadyGraf es el único caso donde se habla abiertamente de “clasismo”como autoidentificación. La propia experiencia de producción bajocontrol obrero es una variable de central importancia a la hora deexplicar la radicalidad de los posicionamientos. Ante la eliminacióndel otro opuesto (la empresa), se refuerza el nosotros ampliado comocolectivo de trabajadores que supera las puertas de la fábrica, confi-gurando así una tradición política con predominancia de rasgos de laizquierda clasista. En los casos restantes, estos rasgos no son tan claros. Esta tensión

se ve más notoriamente en las CI del grupo 4, donde los delegadosopositores no dirigen la CI, y conviven con delegados oficialistas.Estos últimos se ven interpelados por los mecanismos y reclamos quesurgen desde las bases que, influenciadas por los delegados y/o traba-jadores opositores, presionan para imponer formas de organización yacción “más democráticas”. Así, algunos de los delegados buscanrepresentar las demandas de los trabajadores sin romper abiertamen-te con el oficialismo, a través de prácticas que oscilan entre respon-der a las demandas de los trabajadores o al sindicato, según la situa-ción concreta. Esto genera que el sindicato no se construya como unotro en relación a la CI, sino sólo para algunos de sus delegados, y/osólo para momentos concretos. Aquí, la disputa entre tradiciones sehace más visible: desde arriba, sindicatos autoidentificados con el peronis-mo buscan mantener elementos conciliadores con la empresa, mientrasque, desde abajo, los militantes de izquierda buscan significar las prácti-cas y discursos en los espacios de trabajo desde el prisma de la izquierda. Si bien algunos rasgos como la solidaridad de clase, el rechazo a

la burguesía y al Estado, la defensa de una noción de clase –que sonasociados a la izquierda en nuestro país– sólo aparecen en las expe-riencias con procesos de oposición (grupo 3 y 4), otros rasgos, como

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la idea de “delegado honesto”, –también asociada a la izquierda(Pozzi y Schneider, 2001)–, aparecen indistintamente en todos losgrupos. Sin embargo, como vimos, esta idea se significa de distintasmaneras. En el grupo 2, los trabajadores que se vuelven delegados enel marco de procesos de demandas de las bases no resignan la hones-tidad cuando se incorporan al sindicato, ya que este elemento es elque les permite diferenciarse de la vieja dirigencia gremial y del sin-dicalismo “vaciado y corrupto”. Un delegado honesto, en estos casos,es aquel que cumple con eficiencia sus funciones: informa a los tra-bajadores, reconoce sus principales demandas, y gestiona la ayudaofrecida por el sindicato. En el grupo 1, la defensa de la honestidadde los delegados opera para diferenciarse del sindicato “que hizo lascosas mal durante los ‘90”. En oposición a lo que ocurre en el grupo2, esta diferenciación no implica una ruptura con la tradición delgremio. Más bien predomina un discurso justificatorio: más que unatransformación sustancial a nivel de las prácticas, se plantea que elcambio en el contexto económico y político permite en la actualidaddesarrollar mejor sus funciones. Lo que ocurre entonces es una rea-propiación “selectiva” del pasado, orientada a construir legitimidadentre los nuevos trabajadores, en un contexto de fuerte organizacióndesde las bases con procesos de oposición a las “viejas” direcciones.Los distintos modos en que aparece significada la figura del delegadohonesto pueden pensarse como una de las expresiones de las transaccio-nes/ combinaciones de rasgos entre el peronismo y la izquierda que obser-vamos en los casos analizados.

Recapitulando, al observar las tradiciones políticas vemos que enlos grupos 1 y 2 prevalece la tradición peronista como autoidentifi-cación de los delegados, mientras que en los grupos 3 y 4 se obser-van rasgos de la tradición de izquierda como predominantes. Si bienen todos los casos operan transacciones entre rasgos de las distintastradiciones, las tensiones se ubican mayormente en los grupos 2 y 4,que comparten como rasgo general su reciente surgimiento o reno-vación al calor de conflictos y reclamos impulsados por las bases. La

241MARIELA CAMBIASSO, JULIETA LONGO Y JULIANA TONANI

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presencia delegados y activistas de izquierda en el grupo 4 explica laexistencia de rasgos más combativos, en oposición al grupo 2, dondees la dirección del sindicato la que termina dirigiendo el proceso. Noobstante, es en el grupo 4 donde operan las mayores tensiones, sobretodo en momentos de conflicto abierto. La dirección de la CI conti-núa siendo un campo en disputa constante a través, por ejemplo, delintento de la oposición de presentarse a elecciones. Esto parte de labúsqueda por consolidarse como espacio alternativo y disputar lasinstancias formales de organización donde, mientras tanto, se erige elperonismo. A modo de cierre, dejamos planteados dos interrogantes que con-

tribuyen a complejizar la discusión sobre la temática. En primerlugar, si en este capítulo analizamos las tradiciones políticas en losdiscursos de delegados y activistas, quedan abiertos interrogantesacerca de cómo estas tradiciones son aceptadas, reapropiadas, cues-tionadas o reinventadas por los trabajadores de base. En segundolugar, si bien señalamos la importancia de la presencia de corrientesy organizaciones políticas en los espacios de trabajo, aún queda pen-diente el estudio de los modos en que las estrategias de las corrientespolíticas influyen y tensionan las tradiciones políticas presentes en elsindicalismo en nuestro país. De esta manera, el análisis aquí desarro-llado es tan sólo un primer paso en el estudio de las tradiciones polí-ticas, con el fin de volver a discutir (una vez más) la compleja rela-ción entre sindicalismo y política.

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