el gobierno mundial, el nuevo orden y el opus dei
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EL GOBIERNO MUNDIAL, EL NUEVO
ORDEN Y EL OPUS DEI
Un periodista del cotidiano francés Le Monde se preguntaba ya en
1972 si se podía hablar de una "conspiración del Opus Dei" pues las
maniobras teológicas pueden enmascarar el lado oculto, la umbría del
aparato ultrasecreto del proyecto judaico de conquista mundial,
siendo, en este caso, el Opus Dei un arma estratégica de esa Gran
Conspiración. Una cosa es cierta y es que "todos los miembros del
Opus Dei están convencidos de pertenecer a la Orden que va a
conquistar el siglo con la ayuda de armas modernas, "materia gris" y
dinero que garantice el control de la opinión". La noticia se anticipaba
en la publicación francesa Le espectacle du monde. El mito, la leyenda
y la constatación de la existencia de gobiernos ocultos, super poderes
y grandes potencias que actúan en silencio y a cubierto, no es nueva,
estando generalmente asociadas estas tramas al poder mundial, sobre
todo en lo económico y sus derivados: los judíos, como invisibles
regidores de la Historia. Para Serge Hutin el destino de las naciones
depende a menudo de hombres que no poseen cargos oficiales.
Se trata de sociedades secretas, auténticos gobiernos ocultos que
deciden nuestro destino sin nuestro conocimiento. Se entiende
vulgarmente por "sociedad secreta" un grupo más o menos numeroso
de personas, el cual se caracteriza por mantener reuniones
estrictamente limitadas a sus adeptos y también por mantener el más
absoluto silencio respecto a las ceremonias y rituales en los que se
manifiestan los símbolos y se imparten las instrucciones que esta
sociedad se atribuye. Los fines de estas sociedades secretas pueden
ser de lo más variado: políticos, RELIGIOSOS, ESPIRITUALES,
filosóficos o, incluso, criminales. El Opus Dei estaría relacionado con
este tipo de sociedades. No hay duda alguna acerca del importante
papel político, económico, religioso, de tráfico de influencia y de
control de medios de comunicación en varios países e instituciones,
por lo que no se pueden excluir las posibilidades de esos contactos
secretos entre esta organización y sociedades que pugnan por el
imperio mundial.
El escritor Vázquez Montalván aseguraba que "Escrivá de Balaguer,
López Bravo, Calvo Serer, López Rodó... eran la punta del iceberg,
pero la fortaleza terrenal del Opus se debía sobre todo a la parte
oculta del iceberg 'matizando que' la ley de verdad se establece en el
subsuelo de las ciudades, la Historia de verdad la escriben los
servicios de información secretísimos y el poder espiritual lo tienen las
sectas más secretas... La desaparición de constructores de pirámides
no implica la desaparición de constructores de galerías secretas. El
mundo entero es hoy un gruyere excavado por los secretos de atletas
plutónicos del Opus Dei y uno de los más anchos y mejor construidos
de los túneles conduce al corazón mismo del Vaticano. El Opus Dei ha
recuperado el sentido del ocultismo y nadie está hoy en condiciones
de responder a la pregunta: ¿Quiénes son? ¿Dónde están?". Por eso
el medio más leal y eficaz de combatir a los enemigos es vulgarizando
sus doctrinas, desvelando la verdad que, por más que intenten
oprimirla, al final sale siempre a la luz. Como dice San Juan "sólo la
verdad nos hará libres”. Para dominar la tierra, es necesaria la
coordinación y compaginación de un gobierno mundial. El filósofo
Joseph de Maistre ya anunciaba el peligro que se cernía sobre Roma
por la acción de sectas conjuradas para tal fin. Para llevar a cabo
misiones de esta envergadura, los "verdaderos detentadores del
poder, los que mueven los hilos, viven en la sombra, detrás del Telón”.
El Papa S. Pío X declaraba que "el peligro está hoy casi en las
entrañas y en las venas de la Iglesia; sus golpes son por tanto más
seguros puesto que saben dónde golpear mejor". No en vano, uno de
los jef9s del judaísmo, Alfred Nossig, escribió en Integrales Judentum,
que "la comunidad judía es más que un pueblo en el sentido político
moderno de la palabra. Es depositaria de una misión histórica mundial,
yo diría incluso cósmica, que le han confiado sus fundadores, Noe y
Abraham, Jacob y Moisés... La concepción primordial de nuestros
an*tepasados ha sido fundar no una tribu, sino un Orden Mundial
destinado a guiar a la humanidad en su desarrollo. He ahí el verdadero
y único sentido de escoger a los hebreos como pueblo elegido. Gesta
naturw per judeos, he ahí la fórmula de nuestra Historia. Orden
espiritual destinado a guiar el desarrollo de la Humanidad".
Partimos de la base que el Opus no puede confesar sus verdaderos
fines ni siquiera a la mayor parte de sus adeptos que desconocen el
trabajo judaico que opera a través y en consonancia de su prensa, por
medio de su influencia en la Iglesia, con su peso específico en los
círculos económicos nacionales e inter*nacionales, en los circuitos de
información de los servicios secretos con los que colabora, en especial
con el Mossad, con el control ejercido sobre sus devotos y a veces
incautos contribuyentes. La emboscada, sin embargo, tiene una
explicación más recóndita y es que el Opus es un cooperador
necesario para la última fase del judaísmo en su cierre serpentino.
Porcentualmente, tanto los judíos como sus cooperantes del Opus Dei,
forman un porcentaje exiguo de la población del mundo entero, pero
sin embargo controlan y deciden sobre la mayor parte de las riquezas
existentes en el planeta. Unos pocos, por la vía de sus medios
privativos, mueven las palancas que afectan a todo el mundo.
Imbuídos de su predestinación de dominio, su mesianismo engendra
la idea del advenimiento de Israel como centro del mundo, en el
omphalos terra;, como el eje y el quicio de todo lo que se mueve. Su
plenitud y su gloria será cuando se concentre bajo su nuevo orden
todo el peso del poder, toda la carga de la riqueza. El nuevo orden
judío figura inscrito en todos los billetes de banco americanos, en
todos los puñados de dólares que circulan por el mundo, donde se
puede leer, en letras mayúsculas la frase "Nuevo Orden del Siglo" en
latín, es decir su palabra de Orden se basa en el dinero y esa lección
la tiene muy bien asumida el Opus Dei.
El Opus forma parte del Apocalipsis. Es un paso más y un paso al
frente para que la serpiente simbólica cierre y complete su círculo. Y
cuando la culebra se muerda la cola, abrace y estrangule a las
naciones, estén todas asidas en su interior, las cadenas que se
establezcan serán irredimibles y se habrá consumado el
estrangulamiento de la libertad. Comenzará la era de la sumisión al
nuevo orden mundial. Será el mundialismo al poder. Será el
pontificado del buey áureo. La victoria y el triunfo del Opus Dei. Pero
para llegar a esa situación irreversible todavía es necesaria "la
inteligencia oculta que dirige los destinos de los hombres, puesto que
los dirigentes políticos y económicos visibles son sólo, en realidad
títeres movidos por sabios". Por eso es necesario el empleo de los
métodos masónicos, incluso dentro de la propia Iglesia católica, como
son los que ejerce el Opus, para en su caso destruirla desde dentro y
de cerca. Es sintomático que gráficamente se represente a la Obra de
Escrivá como una "tela de araña" tupida, prensil, tentacular. Todo para
llegar al estado del spiritus mundi, del Nuevo Orden mundial, del alma
del mundo, grado en el que la piedra filosofal, que previamente se ha
transmutado en oro y se ha sublimizado, conduce a los hombres al
comercio y al mercadeo con lo espiritual y con lo más sagrado del
hombre que es la defraudación de su fe. El mundo está gobernado o
bien por las ideas del judío Marx o bien por los principios del
capitalismo salvaje y egoísta propul*sado por las mentes judías. El
judío sigue soñando con el reino terrestre, donde impondrá sus
postulados y sus valores, porque así lo previno Isaías y lo vislumbró
en su famosa profecía del imperio del mundo. El hombre dejará de ser
tal, para pasar a la condición de material humano, de elemento
productivo o de consumo según convenga.
Hay que pensar que el mesianismo judío, que se llama a sí mismo
universalista, mundialista, no es en realidad más que un imperialismo
disfrazado pero absoluto. Nuevo Orden es igual a pan-israelismo o si
se prefiere pan-judaísmo, donde se fragüe la unificación del mundo
por medio de la Ley judía, bajo la dirección y la dominación del pueblo
sacerdotal. Se avecina una devastadora fraternidad. La gran
fraternidad que se anuncia será la de los cofrades y consanguíneos,
los que se consideran a sí mismos hermanos; los demás, sólo tendrán
la consideración de esclavos. El Opus Dei se encargará, en el papel
que se le asigna en el Nuevo Orden Mundial, de las labores de
sabotaje de centros religiosos y espirituales, bastión inaccesible por
otros medios a los amos del mundo. El Nuevo Orden es el plan
maestro judío trazado de antaño y proseguido generación tras
generación con tenacidad perseverante. Es el mismo que los judíos de
Arlés anunciaron a los de Constantinopla en 1489, el mismo que
confirmara el rabino Reichhorn en 1869 sobre la tumba del gran rabino
Simeon Ben Ihuda, el mismo que se deja traslucir por Bernard Lazare
o el que consta en sus famosos Protocolos de 1897 consensuados en
Basilea. Para eso necesitan un Papa que se adecúe a sus
necesidades, que esté comprometido en el complot. Escrito está en
los Protocolos de los Sabios de Sión que está proyectado por los
judíos "penetrar hasta el mismo corazón de la corte pontificia, de
donde nada en el mundo podrá echarnos, hasta que hayamos
destruido el poder del papado".
Orden Nuevo Mundial significa religión nueva, dogma nuevo, ritual
nuevo, sacerdocio nuevo. El nuevo redentor religioso, político y social
"reinará sobre la humanidad por instituciones impersonales", abrigado
en la propaganda de esta nueva arma de nuestros días. La novedad
será que en la contienda por la dominación mundial, el mundo judío
apuesta a ganador.