el gozo de escribir
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7/25/2019 El Gozo de Escribir
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EL GOZO DE ESCRIBIR.
El arte de la escritura creativa.
Natalie Goldberg.
Prefacio. El punto de partida y el de llegada es el mismo en
este libro. Tanto para el que es principiante como para el
que ya domina la escritura, lo importante es El Gozo de
Escribir. Pocas veces un ttulo ha recogido de forma tan
certera el contenido de un libro. No es un estudio clsico, ni
acad!mico, ni una po!tica de las formas y los contenidos.
Nada ms le"os# $ la autora le interesa mostrarnos c%mo la
escritura puede convertirse en nuestro ms ntimo amigo.
&ado que escribir es un acto de soledad, nos propone hacer
de !l un lugar de encuentro con nuestro yo profundo, como
d ira 'ergson. (on setenta apuntes o secuencias brevessobre aspectos que concierne n a la escritura. Empieza la
autora en su primer apunte, por lo bsico) la ho"a y el
bolgrafo utilizado* algo tan sencillo que ya sit+a al lector en
un mbito realizable, el primer paso para escribir no parece
muy difcil. Poco a poco nos va mostrando las caras feas de
tal tarea y c%mo combatirlas. a di-cultad de encontrar untema, la resistencia a escribir "usti-cndonos en nuestro
cansancio... se logran superar con disciplina, la cual se
concreta seg+n la autora en opciones claras) hay que tener
un horario estricto de escritura, por e"emplo. uando uno ya
escribe, sigue la autora adentrndonos en las
profundidades. $hora ya no basta escribir, ahora hay que
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hacerlo concentrados, poniendo nuestro cuerpo entero en
ello. (abiendo que buscamos en la escritura. Es necesario,
como una cuesti%n bsica y a priori, aceptarnos en nuestro
ms profundo yo, porque s%lo as podremos v alorar los
detalles de nuestra e/istencia que sern los que luego
llenarn las lneas de nuestros cuadernos, uno al mes, como
impone la autoridad de Natalia. a comple"idad de la propia
autora, una "uda viviendo en Norteam!rica y con una
e/periencia valiosa en religiones orientales como el 0en y el
budismo, hace que en su libro haya una ausencia absolutade rigidez. Nada debe conseguirse racionalmente, la raz%n
tan debatida por nuestros -l%sofos irracionalistas de
principios de siglo, s%lo puede producir rigidez. 1ay que
de"ar suelta nuestra vivencia ntima. Per o no todo es un
movimiento de dentro afuera, de nosotros al papel. Es
necesario el movimiento inverso) abrir el coraz%n al mundo,escuchar, leer. 2 tampoco todo es contenido) qu! digo, qu!
pienso etc... (ino que en muchos de estos apuntes se
detiene a hablarnos de c%mo hacerlo. &ebemos cuidar los
detalles, hay que mostrar sin mencionar, ser precisos, sin
divagar, sin frases vacuas. &ebemos utilizar metforas,
pero sin buscarlas, ellas solas surgirn del te/to cuandonuestra escritura sea 3e/ible. Esta es la forma de orientar la
escritura de Natalie Goldberg, todo es aceptable menos
de"ar de escribir o dominar la escritura desde nuestro
corrector, la raz%n y otros enemigos. (ofa 4otger (alas.
atedrtica de engua Espa5ola.
6($T7 &E 891E47: P4;7G7.
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1ace algunos a5os, mientras ordenaba el desvn de mi
abuela, cay% entre mis manos, enmarcado en un vie"o
marco de encina, un cuadrito con la leyenda) 1az lo que
debas lo me"or que puedas, y s! amable. 4ecuerdo
haberme echado a rer ante lo que me par eci% una
yu/taposici%n bastante e/travagante de mensa"es. $hora,
aquella leyenda se me anto"a tan perfectamente sensata
que me pregunto c%mo pude no darme cuenta. &e" emos
que todo 3orezca) la poesa y quien la escribe. 2
acord!monos, en esta tierra, de ser amables, escribeNatalie Goldberg en el captulo
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llevaba a &etroit, para un funeral familiar. El tercero en un
a5o. im haba muerto en "unio, mi abuela en
noviembre* -nalmente mi primo 'ud, un sbado de marzo,
el da d e mi quincuag!simo cumplea5os. 1aca ms de un
a5o que traba"aba en una novela vagamente i nspirada en
la historia de mi familia, pero en los +ltimos tiempos haba
sido presa del desnimo* me pareca que no consegua
encontrar lo que estaba intentando decir. (a ba que no
poda tratarse de una simple colecci%n de hechos y
an!cdotas* de alguna forma , quera llegar a la verdad deesta bendita familia ma. Pero, qui!n la conoca? Por lo que
pareca, yo, desde luego, no, y de esta forma, no
consiguiendo controlar el ma terial que tena a mi
disposici%n, estaba enredada en aquel cuento aburrido y
pesado sin ninguna direcci%n hacia la que tirar. En todo esto
pensaba, cuando empec! a lee r. $ntes de haber ledo diezpginas, saba que estaba capacitada para escribir un pr%lo
go, y al llegar a la pgina @A, ya lo estaba escribiendo. $l
llegar a la pgina BC, haba llenado dos ho"as Dlas +nicas de
las que dispona en el avi%n, y haba empezado a g
arabatear una serie de apuntes en la parte posterior de la
carta de Natalie. 1e aqu, pues, el me"or logro de este libro,y lo que representa su signi-cado pr ofundo) nos da
permiso para pensar las cosas tal como vienen, escribir lo
que se ha pensado, y encontrar el signi-cado que hay en
ello. No s! la causa de que est e acercamiento a la escritura
sea, al -n y al cabo, tan revolucionario* s! solame nte que
lo es. =u! alivio hubiese sido tener esta gua tras la
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publicaci%n de mi novela Gente orrien te. $5os despu!s,
a+n segua repiti!ndome que, en realidad, no era en
absoluto una escrito ra, sino una estafadora, una estafadora
a la que le haba tocado una grandsima suer te. 1aba
escrito mi primera novela, y aquella novela haba tenido un
!/ito fenomenal. &e pura casualidad, haba tropezado con
la va secreta, haba descubierto las reglas, y haba sido
recompensada con alabanzas desmesuradas.
amentablemente, todo esto se estaba demostrando como
una pobre ayuda para escribir una segunda novela. Est abapasando momentos horribles. %mo haba podido olvidarme
de todo tan rpidamente? & urante seis a5os haba luchado
traba"osamente, hasta que me haba dado cuenta de que l
as reglas que haba aplicado en Gente orriente
simplemente ya no servan en la nuev a situaci%n. =ue
encontrara di-cultades era natural y comprensible. Estabaescrib iendo una novela distinta* estaba e/plorando un
nuevo camino. Es fcil perder de vista el hecho de que el
escritor no escribe para transmitir un os conocimientos a
los dems* sino que escribe, para informarse a s mismo. 2
precis amente el a-rmar esto F que escribir es un traba"o
duro* que es un equilibrio p recario de la concentraci%n,conseguido no de"ando fuera al mundo, sino permiti!ndol e
e/istir en su totalidadF es lo que se a-rma continuamente a
lo largo de este libro. $ cada nuevo captulo, la lista de las
personas a las cuales pienso regalar lo, se alarga cada vez
ms. $ntes que nada, a mi hi"o >ohn, que llena sus ca"ones
de ho"as desde que haca cuarto de bsica* luego, a una
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amiga ma, pediatra "ubilada, que a los ochenta y dos a5os
escribe sobre lo que signi-caba para una mu"er frecu entar
la facultad de medicina a comienzos de mil novecientos* a
otra amiga, que se ganaba la vida escribiendo artculos
t!cnicos para distintas empresas y ahora sue5a con escribir
novelas* a otra ms, cuyas cartas se deslizan ntidas y
lineales como la me"or prosa que nunca haya ledo.
ualquiera podra utilizarlo, segua pensando. 2 todos lo
necesitan#. 1a sido al escribir este pr%logo cuando he
encontrado la clave para mis di-cultad es actuales. En elcaptulo titulado a fuerza del detalle, he ledo que hay que
dec ir un sacrosanto s a las cosas verdaderas de nuestra
vida tal como son.
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hubiera e/presado as. 2 era e/actamente as como me
senta. (era algo estupendo para nosotros los escritores el
aprendernos las lecciones una sola vez. $ falta de esto, una
copia del El Gozo de Escribir a mano puede evita r un
mont%n de desdichas. Podra incluso salvaros la vida.
Natalie Goldberg, escrito ra y poetisa de gran talento, ha
descubierto una nueva voz. Para abreviar, este libro es la
mayor ayuda y el me"or estmulo del que podemos
disponer. >udith Guest
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probable que, inconscientemente, me cr eyera el supuesto
de que escribir era algo por encima de mis posibilidades.
Nunc a se me ocurri% que poda escribir, aunque uno de mis
deseos secretos fuera el de ca sarme con un poeta. Tras
haber acabado el college y haber descubierto que nadie me
dara empleo por leer novelas y e/tasiarme con la poesa,
mont! un peque5o restaurant e, en cooperativa, "unto con
tres amigos, situado en el semis%tano del NeMman ent er
de $nn $rbor, en
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mesa de traba"o, haba monta5as de cebollas, beren"enas,
cal abacines, tomates y a"os.
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que sea nuestro sueldo? &urante los +ltimos once a5os, he
dirigido talleres de escritura en la niversidad d e NeM
en NeM
Por qu! no utilizas la escri tura como prctica? (i te
comprometes lo su-ciente con la escritura, !sta te llevar a
donde quieras ir. Este libro habla de la escritura. Tambi!n
habla de la forma en que podemos utiliza r la escritura
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como adiestramiento para penetrar en nuestra e/istencia y
alcanza r el equilibrio interior. o que aqu se dice acerca de
la escritura, puede ser ap licado al correr, a la pintura, a
cualquier cosa que a uno le guste hacer y a la cual
hayamos decidido dedicar parte de nuestra e/istencia. En
una ocasi%n le algun os captulos de este libro a mi amigo
>ohn 4ollMagen, presidente de la ray 4esear ch, y !l
coment%) 'ueno, Natalie, es como si me hablaras del
mundo de los negocios. En los negocios es e/actamente
as. No hay ninguna diferencia. $prender a escribir no es unproceso lineal. No e/iste ning+n sistema l%gicamente or
denado del tipo $F'F para convertirse en un buen escritor.
na sola verdad, por iluminadora que sea, no puede
resolver todos los problemas. En este caso, las v erdades
son muchas. &edicarse a la prctica de la escritura
signi-ca, en +ltima ins tancia, dedicarse a la propiae/istencia en su integridad. (i alguien nos e/plic a c%mo se
puede reducir una fractura en una pierna, no podemos
utilizar estas mism as e/plicaciones para tapar una muela
con caries. Por lo que puede ser que, en a lg+n punto de
este libro, se os diga que hay que ser e/tremadamente
precisos y det allados. a raz%n es intentar curar el vicio delas divagaciones abstractas y gene ralizadas. (in embargo
luego, en otro captulo, se os dice que hay que abandonar e
l control, escribir de"ndoos llevar por la ola de la emoci%n.
Esto es para empu"aro s a ir en profundidad, de forma que
podis decir lo que ten!is que decir. 7 bien, en un captulo
se dice que es conveniente montarse un estudio, que hay
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que tener un lugar e/clusivamente nuestro en donde poder
escribir* el captulo siguiente dice) (alid de casa, cerrad la
puerta, de"ad los platos sin lavar. 9d a escribir a la mesa de
un bar. $lgunas t!cnicas son adecuadas para ciertos
momentos, otras lo son para otros. ada instante es
distinto. osas diferentes funcionan de igual modo . Eso no
quiere decir en absoluto que una sea correcta y la otra
err%nea.
uando diri"o cursos de escritura, quiero que mis
estudiantes escriban hasta la m!dula, que hablen con el
lengua"e esencial de la propia mente. Pero, al mismo tie
mpo, s! que no es su-ciente con decir) 'ien, ahora escribid
con claridad y con la
m/ima honestidad. En clase intentamos distintos
m!todos, distintas t!cnicas. 8inalme nte, el estudiantedesarrollar su puntera, llega a comprender lo que quiere
decir y c%mo tiene que decirlo. (in embargo, es difcil poder
decir) (i, cuando lleguemos al tercer curso, tras haber
hecho esto y lo otro, llegaremos a escribir bien. o mismo
reza para la lectura de este libro. (e puede leer empezando
por el prin cipio para llegar al -nal, y esto puede estar muybien en el caso de una primer a lectura. Pero, tambi!n, se
puede escoger un captulo cualquiera y leerlo. ada capt
ulo ha sido ideado como un todo en s mismo.
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menudo pierden tinta, pero so n rpidas. Tambi!n algunos
nuevos bolgrafos que venden ahora son rpidos, pero
tienen c ierta tendencia a escapar al control. 1ay que poder
sentir siempre el contacto d e la pluma con la super-cie del
papel. Pensemos tambi!n en la libreta. Es importante. Sstas
son nuestras herramientas de tr aba"o, como el martillo y
los clavos para el carpintero. D(intmonos afortunados) a
nosotros, para estar en el negocio, nos bastan pocas
pesetas# 1ay quien compr a diarios encuadernados. Pesan
mucho, estorban y, con lo que cuestan, uno se sie nteobligado a tener que escribir vete a saber qu!. $l contrario,
debemos tener la sensaci%n de que se nos permite escribir
las peores porqueras, y que ello sea lcito . Para e/plorar
las posibilidades del escribir, necesitamos espacio. n
cuaderno de espiral cuesta poco, y nos da la sensaci%n de
poderlo llenar rpidamente y luego comprar otro. $dems,no hay problemas para llevrselo por ah. Personalmente, a
menu do compro bolsos a medida para el cuaderno.
Gar-eld, los
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ntrar!is lo que os conviene. as dimensiones de la libreta
tambi!n tienen su importancia. (i es peque5a, podemos
guardarla en el bolsillo, pero, entonces, tambi!n vuestros
pensamientos sern peque5os .
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ocupadas cosiendo) entonces podemos hablarle a una
grabadora. No he tenido muchas oportunidades de traba"ar
con un ordenador, pero puedo imagi nar lo que sera utilizar
un
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+ltimo momento, seguir las siguientes reglas) I.
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nterno, normalmente, se apresura a reprimirlos, y es as
como vivimos en el mundo de los segundos y terceros
pensamientos, pensamientos acerca de pensamientos, a
dos o tres niveles de distancia de la cone/i%n inmediata
establecida por el primer relmpago. Pongamos, por
e"emplo, que se me ocurri% la frase) %rtela margarita de
mi garganta. $cto seguido, mi segundo pensamiento,
gracias a un constante adiestra miento en la l%gica de
IIU@, por educaci%n, miedo o embarazo frente a la
espontaneidad, sera) Es ridculo. (uena como un suicidio,como alguien que se corta la garganta. No puede ser. Te
tomaran por loca. 2 entonces, si le de"amos la iniciativa al
censor, escribiremos )
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piernas cru zadas, la espalda recta, sobre las rodillas o
frente a nosotros en un mudra.
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signi-ca respirar dentro de nosotros mismos. 4espira r en
&ios. Nos volvemos ms grandes de lo que somos, y los
primeros pensamientos s on el presente. No son una forma
de esconder lo que sucede o se e/perimenta real mente. El
presente est impregnado de una energa increble. Es lo
que es. os colores , despu!s, eran mucho ms vibrantes,
coment% una amiga budista al -nal de un perodo de
meditaci%n. (u maestro de meditaci%n le contest%) uando
estamos presentes, el mundo
est verdaderamente vivo.
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que nos haba frenado tanto tiempo a sentarnos, de una
vez, a la mesa de es cribir. on el e"ercicio se logra,
efectivamente, me"orar. $prendemos a darle ma yor
con-anza a nuestra propia interioridad, y a no hacerle caso
a la voz que qu isiera no escribir. o e/tra5o es que nadie
pondra en duda lo oportuno de que un eq uipo de balonpi!
se entrene horas y horas cada da para el partido del
domingo, en c ambio al escribir, es difcil que nos
concedamos espacio para entrenar. uando escribimos, no
hemos de decirnos) $hora escribir! una poesa. Estapostura co nseguir el efecto inmediato de paralizarnos
completamente. 1ay que sentarse a la mesa limitando al
m/imo las e/pectativas respecto a uno mismo)
(oy libre para escribir las peores porqueras del mundo. 1ay
que otorgarse espacio para escribir mucho, pero sin una
direcci%n determinada. 1e tenido estudiantes qu e decan
haber tomado la decisi%n de escribir la novela ms grande
de todos los tiempo s y, desde aquel da, ya no haban
escrito una lnea. (i cada vez que tomamos la pluma en la
mano esperamos maravillas, lo que se llegue a escribir
siempre resultar un a gran desilusi%n. $dems, tama5a
e/pectativa resulta, por s misma, un formidable imped
imento para escribir.
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nsiedad. Nadie vive a la altura de sus propios ideales. En
mis libretas, no me preocupo de quedarme dentro de los
mrgenes o encima de la raya. leno la ho"a de arriba
aba"o. 2a no tengo que escribir para un profesor o para la
escuela. Escribo, sobre todo, para m misma y no estoy
obligada a quedarm e dentro de los lmites, los mos o los
de la pgina. Esto me permite gozar de una gra n libertad
psicol%gica. 2 cuando estoy ah escribiendo y noto que algo
bulle en la o lla, normalmente de"o correr totalmente la
ortografa, la puntuaci%n, etc.
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grandes libros para luego enloquecer, alcoholiz arse o
suicidarse. En este proceso, en cambio, se pretende
ense5ar y permitir el equilibrio interior. 2 nosotros
intentamos alcanzar este equilibrio "unto con nuestras
poesas y nuestros cuentos. hogyam Trungpa, 4inpoche,
un maestro budista tibetano, di"o) Tenemos que seguir
abri!ndonos, incluso en la ms terrible oposici%n. Nadie nos
alentar nunca a abrirnos, sin embargo debemos seguir
mondando las capas que recubren nuestro coraz%n. o mi
smo vale para este modo de prctica de la escritura.Tenemos que seguir abri!ndonos y dando con-anza a
nuestra voz y a nuestra evoluci%n personal. Por +ltimo, si
esta evoluci%n se desarrolla bien, los resultados tambi!n
sern buenos. 7 sea, conseguiremo s escribir bien. na
amiga me di"o una vez que cuando tiene un buen dibu"o en
blanco y negro para colorear, antes de hacerlo, para noliarse, se entrena siempre con alg+n otro dib u"o que no le
9mporta. Tambi!n este tipo de prctica de la escritura es
una base de calentamiento para cualquier otra cosa que se
tenga la intenci%n de escribir. Es l a base, el modo ms
esencial y positivo de escribir. (i aprendemos a tener
con-an za en la limpia voz, esta con-anza puede luegoaplicarse a una carta comercial, a una novela, a una tesis
de licenciatura, a una comedia o a una autobiografa. P ero
es algo a lo que siempre se puede retornar, para luego
volver a salir. No po demos pensar) 2a est# $hora s!
escribir. Tengo con-anza en mi propia voz. Escribir! la
novela ms grande de todos los tiempos. (i uno quiere
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empezar a escribir una no vela, muy bien#, pero !sta no es
raz%n para de"ar de practicar. a prctica es la que nos
mantiene en sintona con la escritura, como en el caso de la
bailarina que se calienta antes de salir al escenario, o el
corredor de fondo que se estira antes de la carrera. El
corredor de fondo no se dice a s mismo) omo ayer corr,
ahora y a estoy suelto. ada da hace sus buenos e"ercicios
de calentamiento y de estirami ento de la musculatura. a
prctica de la escritura abarca toda nuestra e/istencia y no
requiere de alguna estructura l%gica) no hay un captulo IJen el cual se tenga que retomar la acci%n in terrumpida en
el captulo IK. Es un lugar en el cual podemos
abandonarnos a las ev oluciones ms desenfrenadas,
mezclando la sopa de la abuela con el espectculo sorpr
endente de las nubes que vemos a trav!s de la ventana. No
tiene ninguna direcci%n, y concierne a todo nuestro ser enel momento que estamos viviendo. Pensad en la p rctica
de la escritura como en un abrazo afectuoso al cual
podemos abandonarnos d e la forma ms il%gica e
incoherente. Es nuestro bosque salva"e donde vamos a
recoge r energas antes de podar el "ardn* antes de escribir
nuestros libros y nuestras gr andes novelas. Es unadiestramiento continuo. $hora ir a sentaos a la mesa de
escribir. 4egaladme este momento. Escribid cualq uier cosa
que os atraviese el cuerpo y la mente en este preciso
instante. Podrais empezar con en este momento, y de
repente encontraos escribiendo acerca de la g ardenia que
llevabais en el pelo el da de vuestro matrimonio, hace siete
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a5os. Est b ien as. No intent!is controlar lo que escribs.
(intonizaos con todo lo que sale y ma ntened la mano en
movimiento.
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e/periencia y, de la descomposici%n de las cscaras de
huevo, ho"as de espinacas, posos de caf! y huesos de
bistec mentales, nacen nitr%geno, calor y tierra fertilsima.
En esta tierra f!rtil f lorecen, entonces, poesas y cuentos.
Pero esto no sucede todo a la vez. (e necesi ta tiempo. 1ay
que dar la vuelta continuamente a los detalles orgnicos de
la vida , hasta que algunos de ellos atraviesan la capa de la
basura del pensamiento dis cursivo para caer encima del
s%lido substrato de la tierra negra. uando tengo un
discpulo que ha escrito muchas pginas y las lee en clase,y no tod o lo que ha escrito es necesariamente bueno pero
veo que est e/plorando su propia mente a la b+squeda de
material, me siento feliz. (!, en efecto, que esta persona s
eguir adelante, pues no est obsesionada con la idea de
escribir algo fuerte, sino que est siguiendo el proceso de la
prctica. Est rastrillando su propia mente, est re cogiendosus propios pensamientos, aunque todava sean poco
profundos, y les est da ndo la vuelta. (i seguimos
traba"ando con este material bruto, cada vez nos llev ar
ms a fondo dentro de nosotros mismos, pero no de una
forma neur%tica. Empezaremos , en efecto, a vislumbrar el
lozano "ardn que est en nosotros y empezaremos a utilizarlo para escribir. $ menudo tengo que hacer varias
tentativas antes de centrar lo que me gustara dec ir. Por
e"emplo, ho"eando mis libretas desde agosto de IJKB hasta
diciembre del mismo a5o, se puede advertir que intento
muchas veces escribir sobre la muerte de mi padre. En
otras palabras, estoy e/plorando y haciendo compost con el
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material . uego, de improviso, y no me pregunt!is c%mo,
en diciembre me encontraba en el ro issant E/press de
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llegado su momento. E l nuestro llegar en el curso de esta
vida, o de la pr%/ima. No importa. ontinuad p racticando.
6($T7 &E 891E47: $ E(T$'99&$& $4TW(T9$. Tengo
una pila de apro/imadamente metro y medio de libretas de
espiral que, ms o menos, empiezan en IJ. Entonces ya
viva en Taos y eran los primeros a5os en que e mpec! a
escribir. Tengo unas ganas enormes de tirarlas. =ui!n se
arriesga a volver a leer las porqueras que pueden salir de
la cabeza de una cuando hace e"ercicios d e escritura?
Tengo un amigo, en NeM
solares hechas de latas de cerveza y vie"as llantas de
coche. reo que, antes o despu!s, yo construi r! una hecha
con vie"as libretas de espiral. na amiga que vive en el piso
de arri
ba me dice) No las tires. e contesto que, si quiere, se laspuede quedar todas. as amontono encima de los pelda5os
que llevan a su apartamento y salgo para Norfo lH,
NebrasHa, donde me quedar! cuatro das para dirigir un
taller de escritura. $ mi vuelta, ella me mira de forma
e/tra5a y se de"a caer pesadamente encima del vie"o sill%n
rosa de mi dormitorio. 1e pasado todo el -n de semanaleyendo tus libreta s. (on tan ntimas* a lo largo de pginas
y pginas no hay otra cosa que miedo e inseg uridad y
luego, de repente, ya no eres tu) s%lo energa bruta, una
mente desencadena da. 2 ahora ests aqu, t+, Natalie, en
carne y hueso, una persona como yo. Es una sen saci%n tan
c%mica. $ m me gusta, pues no me importa que ella me
vea como realmente so y. Estoy contenta. Necesito que
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alguien ms me conozca. Nos movemos en medio de ta
ntos mitos, acerca de nosotros y de los dems, que no
podemos de"ar de sentirnos a liviados cuando alguien nos
ve y nos acepta tal como somos. cine d e Taos no hubo otra cosa que ver Tibur%n durante
seis meses seguidos. Tena fe en la e/istencia de algo real
ba"o la super-cie de la vida, o en el seno mismo de la vida
pero, a menudo, mi propia mente me dorma o me distraa*
sin embargo, la mente y la vida eran todo lo que posea. $s
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que me puse a escribir empezando desde ah. (i guiendo la
lectura de los cuadernos, me he dado cuenta de que este
modo de escri bir te permite convertirte en lo que ahora
eres. Es una veri-caci%n de nuestra es encia humana.
uando se empieza a escribir de esta manera, o sea
empezando por nosotros mismos , puede que sea necesario
que aceptemos escribir porqueras durante cinco a5os, pues
to que dentro de nosotros hemos acumulado muchas,
muchas ms, y nos complace -ngi r que no estaban all.
Estamos obligados a enfrentarnos con nuestra pasividad,nue stras inseguridades, nuestro odio hacia nosotros
mismos y, por +ltimo, con el mied o de que en realidad no
tengamos nada que decir. Es verdad que, cuando
empezamos algo nuevo, tenemos que enfrentarnos con
violentas resistencias. $hora tenemos la oportunidad de no
huir y de no de"arnos arrastrar, sino de mirarlas, negro sobre blanco en el papel, y enterarnos de lo que tienen que
decir sus est+pidas voce s. uando lo que ponemos en el
papel brota desde el fondo de este mont%n de basura y de
compost, lo escrito posee una estabilidad muy particular.
No huimos de nad a. Podemos permitirnos un sentimiento
de seguridad artstica. (i no tenemos miedo de nuestrasvoces interiores, tampoco tendremos miedo de las crticas
e/teriores. $dems, estas voces son simplemente
demonios, guardianes que protegen el verdadero tesoro) los
primeros pensamientos de la mente. En efecto, cuando abro
mis vie"os cuadernos, pienso haber sido un poco demasiado
indulgente conmigo misma, haberme concedido demasiado
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tiempo para merodear entr e los meandros del pensamiento
discursivo. 1ubiese podido cortar mucho antes. (i n
embargo, es bueno conocer tambi!n los aspectos ms
detestables de nosotros mismos, sin e/altarlos ni criticarlos,
simplemente tomando nota. &espu!s, reforzados con esta
nueva toma de consciencia, estamos me"or equipados para
tomar partido por l a belleza, la dulzura y la pura verdad.
1ay que hacer esta elecci%n con los pies f uertemente
enraizados en tierra. No podemos perseguir afanosamente
la belleza co n el miedo pisndonos los talones.
6($T7 &E 891E47: TE
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era de estos temas. Es muy +til hacer una lista. $s
empezamos a descubrir material para escribir en la vida
cotidiana* entonces lo que escribimos brota de la relaci%n
con la vida y su t rama. &e esta forma comienza el proceso
de maduraci%n del compost. El cuerpo empie za a digerir y
a dar vueltas a este material y as, aunque no nos
encontremos fsica mente sentados ante la mesa de
escribir, hay partes de nosotros que rastrillan, abonan,
absorben el calor del sol y se preparan para hacer crecer en
profundidad la lozana planta de la escritura. (i cuandoempezamos a escribir concedemos demasiado tiempo a la
mente para medit ar sobre un posible comienzo, puede ser
que ese mono travieso de la mente se pon ga a "uguetear
con una larga serie de argumentos sin acabar de decidirse a
sacar algo. a lista ayuda entonces a activar el proceso de
escribir, haci!ndonos salta r con los pies "untos ocasionalesresistencias. Naturalmente, una vez que hemos empezado
a escribir sobre cierto argumento, podemos sorprendernos
por la direcci%n que la mente decide tomar. Est bien. No
estamos intentando controlarlo que escri bimos. Nos hemos
quitado de en medio. 2, entonces, basta con mantener la
mano en movimiento. Pero, en espera de que vuestra listaest! preparada, he aqu algunas ideas para escr ibir) I.
&escribid la luz que entra por la ventana. (altad dentro de
ella y escribid. No os preocup!is de si es de noche y las
cortinas estn corridas, o si preferirais es cribir acerca de la
luz le"ana que se divisa en el horizonte. Escribid y punto.
(eguid durante diez minutos, un cuarto de hora, media
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hora. @. Empezad con 4ecuerdo que.... Escribid una serie de
breves recuerdos. (i se os ocurre un recuerdo ms largo,
escribid sobre este +ltimo. Es su-ciente con no para r. No
hay ninguna diferencia entre que el recuerdo se re-era a
algo sucedido ha ce cinco segundos, que hace cinco a5os.
Todo lo que no est incluido en el momento p resente es
recuerdo, que vuelve a revivir mientras escribimos sobre !l.
(i os enco ntris bloqueados, es su-ciente con repetir la
frase 4ecuerdo que..., y seguir ad elante. B. Escoged algo
que os despierte fuertes emociones, positivas o negativas,y esc ribid sobre ello como si os entusiasmara. legad hasta
donde seis capaces, escrib iendo como si os gustara un
mont%n* luego, cambiad el registro y escribid sobre el lo
como si aquella misma cosa os diera asco. Por -n, escribid
sobre ello en ton o perfectamente neutral. Q. Escoged un
color, por e"emplo el rosa, e id a dar un paseo de un cuartode hora. &urante el paseo, tomad nota mentalmente de
todo lo que sea rosa. uego volved a la libreta y escribid
durante un cuarto de hora. X. Escribid en lugares distintos.
Por e"emplo, en una lavandera, siguiendo el rit mo de las
lavadoras. Escribid en la parada del autob+s, en el bar.
&escribid lo qu e est ocurriendo a vuestro alrededor. A.4e3e"ad vuestras ma5anas. &espertarse, desayunar, ir a la
parada del autob+s. 9n tentad ser lo ms precisos posible.
Poned un freno a la memoria y volved a recorre r cada
detalle de la ma5ana. . Oisualizad un lugar que os guste
muchsimo, entrad en !l, observad todos sus deta lles.
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$hora escribid sobre ello. Podra ser un rinconcito de
vuestro dormitorio, e
l vie"o rbol ba"o el cual os hab!is sentado durante todo un
verano, una mesa de la hamburguesera del barrio, la orilla
de un ro. =u! colores, ruidos, olores hay? (i al guna otra
persona leyera vuestra descripci%n, tendra que poder
entender lo que se s iente estando en este sitio, y sentir lo
mucho que os gusta, no porque digis que os gusta, sino
por el modo en que tratis los detalles. K. Escribid sobre el
tema del de"ar. Enfrentaos a !l en la forma que pre-ris.
Podra ser vuestro divorcio, salir de casa por la ma5ana, la
muerte de un amigo. J. ul es vuestro primer recuerdo?
IC. ules son las personas que hab!is querido? II. 1ablad
de las calles de vuestra ciudad. I@. &escribid a uno de
vuestros abuelos. IB. Escribid acerca de uno de estos
argumentos) nadar, las estrellas, la vez que hab!is tenido
ms miedo, un lugar rico en vegetaci%n, c%mo hab!is
aprendido sobre el se/o, vuestra primera e/periencia
se/ual, la vez que os hab!is sentido ms cerca de &ios o de
la naturaleza, lecturas y libros que han cambiado vuestra
vida, las resistencias fsicas, uno de vuestros profesores, No
seis abstractos. Escribid cosas concretas. (ed sinceros y
precisos. IQ. Tomad un libro de poesa. $bridlo en un punto
cualquiera, tomad un verso, escr ibidlo y empezad por ah.
na amiga ma lo llama escribir desde la pgina. (i se
empie za por un bonito verso, esto puede ayudarnos
mucho, puesto que empezamos desde grandes alturas.
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verso del poeta esar Oalle"o.
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levantarse en silencio, coger el cuadern o y empezar a
escribir, arrancando desde un nivel ms profundo y
tranquilo. &esgra ciadamente, lo que sucede a menudo es
que los dos contrincantes, puesto que se e ncuentran
dentro de nuestra cabeza, nos sigan incluso hasta el
cuaderno. No siem pre es posible de"arlos en el "ardn, o en
el s%tano, o en la guardera. Entonces, pue
de ser me"or de"arles la palabra para que !sta se plasme
durante cinco o diez minu tos en nuestro cuaderno.
&e"!moslos seguir por escrito. o sorprendente es que si
de"amos, en lo que escribimos, espacio a estas voces, en
seguida sus que"as nos aburren de muerte. No se trata ms
que de una forma de resistencia. on tal de resistir, el yo
logra ser e/tremadamente creativo e inventa tcticas
sutilsimas. na amiga ma, que estaba empezando su
primera novela, me e/plic% que se sentaba frente a la
mquina de escrib ir y, durante los primeros diez minutos,
se limitaba a escribir que como narrado ra daba realmente
asco y que era una idiota por pensar que podra escribir una
nov ela. uego quitaba la ho"a de la mquina, la rompa y se
enfrentaba con la tarea del momento, o sea, el siguiente
captulo de su novela. Es importante encontrar un sistema
para empezar a escribir, de otra forma inclus o lavar los
platos se convierte en la cosa ms importante del mundo)
cualquier cos a con tal de evitar que nos pongamos a
escribir. $l -nal, sin embargo, uno tien e que acabar con
ello, sentarse y ponerse a escribir. 2 es doloroso. Escribir es
una actividad tan simple, fundamental y austera. No hay
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accesorios que puedan h acerla ms agradable. El mono
travieso de la mente preferira, con mucho, discutir n
uestras resistencias con una amiga en un bonito y peque5o
restaurante, o ir al psi coanalista para analizar los bloqueos
mentales. Nos gusta complicar las cosas se ncillas. na
m/ima zen dice) uando hables, habla, cuando camines,
camina, y cuan do mueras, muere. uando escribas,
escribe. &e"a de enredarte con los sentimient os de culpa,
las acusaciones y las amenazas. &icho esto, querra
proponeros algunos trucos a los que recurr en el pasadopara an imarme a seguir adelante) I. 1ace tiempo que no
escribo nada. lamo a una amiga por tel!fono, tambi!n
escritor a, y me cito con ella a la semana siguiente para
revisar "untas lo que hemos esc rito. Entonces, estoy
obligada a escribir algo para ense5rselo. @. &iri"o talleres
de escritura y tambi!n tengo que hacer las tareas que doyen cl ase. $ la hora de empezar a ense5ar a escribir, no
esper! a haber escrito durante a5os . Oiva en Taos, y hace
diez a5os all no escriba mucha gente. Necesitaba
confrontarme con otros escritores y, con este -n, organic!
un grupo de escritura para mu"eres. Ense5ndoles a ellas,
yo tambi!n aprend a escribir. (i quieres aprender, ense5a,dice 'aba 1ari &ass, un yogi indio. B.
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siento inmediatamente frente a la mesa y me pongo a
escribir. X. &esde hace dos meses ense5o a tiempo
completo, cinco das a la semana. Ouelvo a c asa
cansadsima y llena de resistencias a escribir. $ tres
manzanas de mi casa hay una pastelera especializada en
croissants donde tambi!n hacen deliciosos pastelito s de
chocolate muy baratos. Puede uno sentarse y escribir todo
el tiempo que qui era. na hora despu!s de haber vuelto a
casa, me digo a m misma) 'ien, Natalie, si vas al roissant
E/press y escribes durante una hora, tal vez puedasdisfrutar d e dos pastelitos de chocolate. Normalmente, al
cabo de un cuarto de hora estoy e n la calle, pues el
chocolate es uno de los alicientes de mi e/istencia. n solo
problema) el viernes pasado tuve la cara dura de tomarme
cuatro pastelitos, en lugar de los dos de siempre) todo, con
tal de obligarme a escribir. Generalmente, cuandorealmente he entrado en lo que escribo, no necesito otras c
ompensaciones. A. 9ntento llenar un cuaderno al mes. No
me impongo ob"etivos de calidad, sino s%l o de cantidad) un
cuaderno lleno, no importa la porquera que escriba en ella.
(i estamos a da @X y he llenado s%lo cinco pginas y tengo
otras setenta por llenar ante s de -n de mes, en los cincodas que quedan me espera un buen mont%n de traba"o. (e
pueden inventar toda suerte de estratagemas. o
importante es no de"arse atra par por el crculo vicioso del
sentimiento de culpa, de las escapatorias y de las presiones
sobre uno mismo. u ando es vuestro momento de escribir,
escribid y punto.
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ELT7N,
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y cono cer las calles de NeM 2orH. Podemos hacer vivir en
nosotros partes de otros) (oy el ala del cuervo que se ha
ido para no volver nunca ms. Ssta, por lo tanto, es una de
las me"ores maneras de generar escritura. $ntes de e ntrar
en clase, no me haba hecho ning+n programa. 1aba
intentado estar presente, tra nquila, abierta, y la situaci%n
me ha ofrecido el argumento. 2, dondequiera que va ya,
estoy segura de que me suceder lo mismo. El truco
consiste en abrir nuestro c oraz%n. (i tuviera que
presentarme en una clase de una escuela de ciudad,pongamos en un barrio popular de NeM 2orH, a lo me"or me
acorazara con un surtido de e"er cicios de escritura listos
para el uso, pues tendra miedo. 1e crecido en NeM 2orH y
he odo hablar de toda clase de cosas. 2 sera una lstima
para todos, sobre todo p ara m. (i tengo miedo, tambi!n lo
que escribo estar distorsionado, y ya no correspon der ala realidad. Pero en ese caso tendras raz%n en tener
miedo#. No, signi-cara si mplemente actuar en base a un
pre"uicio. &espu!s de terminar el college, en IJC, traba"!
como suplente en las escuelas p+blica
s de &etroit. $cababan de producirse una serie de tumultos
en los barrios negros y, entre los estudiantes, circulaban
fuertes sentimientos de orgullo racial. 2o era una novata,
reci!n llegada a &etroit. Todo era nuevo, y yo estaba
abierta. 4e cuerdo que me llamaron para una suplencia de
ingl!s en una escuela superior en la que todos los
estudiantes eran negros.
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antologa de literatura inglesa, sal con el co che y me fui a
la escuela. uando toc% el timbre, los chicos entraron en la
clase. Era un tercero de '..P. 1ey, ni5a, que haces aqu?.
Era evidente que no se quedaran quietecitos en sus
pupitres, pero no me importaba. Era la hora de ingl!s y yo
est aba enamorada de la literatura. $hora, escuchadme un
momento. =uiero que conozcis estas poesas. $ m me
gustan muchsimo. 2 les le mi preferida, Gods Grandeur de
Gerar d
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porque qui ero andar entre estos campos durante toda la
eternidad. No os preocup!is de si sie mpre signi-ca la
semana transcurrida en dar un curso de poesa, o en vender
tract ores, o que os hayis encontrado por ah de
casualidad durante un via"e al oeste. Es cribiendo pod!is
hacer vuestro todo lo que queris, y luego pasar a otra
cosa.
6($T7 &E 891E47: 4E7GE4 $G$ &E ('(E7.
No os preocup!is por vuestros talentos y por vuestrascapacidades) se desarrollarn mediante el e"ercicio. Latagiri
4oshi deca) as capacidades son como una capa de agua
ba"o la super-cie de la tierra. a capa de agua no pertenece
a nadie, pero todos pueden sacar agua de ella. Podemos
alcanzarla mediante nuestros esfuerzos , y ella nos
atravesar. 'asta con e"ercitarse escribiendo* cuandoaprendemos a da rle con-anza a nuestra propia voz,
entonces podemos dirigirla. (i quer!is escribi r una novela,
escribidla. (i os apetece escribir ensayos o cuentos,
escribidlos. Escribi!ndolos, aprender!is c%mo se hace.
Pod!is estar seguros de que, poco a poco, adq uirir!is las
t!cnicas y el o-cio que os hacen falta. En cambio, amenudo empezamos a escribir arrancando desde un
patrimonio de pobre za. no piensa que est vaco, y busca
afanosamente profesores y cursos que puedan ense5arle a
escribir. $ escribir se aprende escribiendo. Parec e sencillo,
y lo es. No se aprende sali!ndonos de nosotros mismos
para dirigirnos a autoridades e/ternas que, creemos, saben
c%mo se hace. n amigo mo, gordo y muy s imptico,
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decidi% cierto da que quera empezar a hacer gimnasia. (e
fue a la librera y s e compr% un libro para saber c%mo se
haca. Pero para perder peso no es su-ciente con leer un
libro. 1ay que hacer gimnasia. El aspecto ms trgico de
nuestro sistema escolar es que coge a los ni5os, poetas y
na rradores naturales, y los obliga a leer poesas y cuentos
para distanciarse luego de lo que han ledo y hablar sobre
ello.
$ $44ET9$ 47>$ de illiam arlos illiams
tanto depende de una carretilla ro"a glaseada de agua
pluviosa a blancas gallina s arrimada. =u! quiere decir el
poeta cuando habla de una carretilla ro"a? Pretenda indicar
una puesta de sol? n carro? 2 por qu! estaba glaseada de
agua pluviosa?. uantas pre guntas. No quera dar a
entender nada ms que una carretilla, y era ro"a porque eraro"a y acababa de llover. 2 tanto depende de aquella
carretilla porque una poesa es un breve momento de
iluminaci%n) en aquel preciso instante aquella carretilla, tal
como era, despert% a illiams, se convirti% en todo. En la
escuela, se presenta la poesa como si el poeta hubiese
ocultado en sus prop ias palabras una clave secreta, y fueseun deber del lector encontrarla. (in emb argo, la poesa no
es una novela de intriga. Tenemos, en cambio, que
acercarnos a la obra po!tica tal como es. $prended a
evocar en la memoria las imgenes y los vers os
e/actamente como el poeta los ha creado. No os ale"!is de
aquel calor, de aquel fuego, para hablar sobre ello. =uedaos
cerca. Es as como aprender!is a escribir. = uedaos cerca
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de la obra original. =uedaos cerca de vuestra mente
original, y esc ribid arrancando desde all.
6($T7 &E 891E47: N7(7T47( N7 (7
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cuanto fui capaz de describir la desolaci%n y el vaco, me
volv a sentir de n uevo viva y valiente. uando la leo, sin
embargo, casi siempre los que escuchan comentan) =u!
triste es. 9ntento e/plicarlo, pero nadie me hace caso.
Es importante recordar que nosotros no somos el poema.
os dems pueden reaccionar como me"or les plazca* y, si
escribimos poesas, es me"or acostumbrarse a las oca
siones en las que no suscitaremos la menor reacci%n. Pero
esto est bien. a fuerza siempre reside en la acci%n de
escribir. (iempre tenemos que volver a esto. No nos
de"emos atrapar por la admiraci%n que nuestras poesas
puedan despertar. Es diverti do, claro. Pero el p+blico, luego
nos obliga a leer las que !l pre-ere, hasta que n os
aburrimos de ellas. Escribamos bonitas poesas, pero luego
de"!moslas tras nosotr os. Publiqu!moslas, lemoslas,
sigamos escribiendo. 4ecuerdo a GalMay Linnel, en la !poca
en que se public% su maravilloso 'ooH of Night mares. Era
un "ueves por la tarde, en $nn $rbor. Nunca haba odo
hablar de !l y ni s iquiera saba c%mo se pronunciaba su
nombre. e o recitar aquellas poesas* para !l eran nuevas,
estaban llenas de emoci%n y representaban una meta
importantsima. e o leerl as otra vez seis a5os despu!s en
(anta 8e, en NeM
ledo aquel libro tantas veces, que ya no poda ms. ey%
sus poesas una tras otra, lueg o apart% el libro y pregunt%)
&%nde est el refresco?. Para !l, en aquellas poesas ya no
ha ba nada inquietante. a electricidad que haba percibido
en el aire seis a5os antes,
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ahora ya no estaba. Es doloroso quedarnos enredados en
nuestras propias poesas, recibir demasiados re
conocimientos por una colecci%n de poesas. a verdadera
vida est en escribir, no en leer in-nitas veces las mismas
poesas durante a5os y a5os. Necesitamos continuamente
nuevas intuiciones, nuevas visiones. Nosotros no somos
algo s%lido y permanente. No e/iste una verdad de-nitiva,
tal que nos garantice una satisfacci%n eterna, qu e se
pueda capturar en una poesa. No tenemos que
identi-carnos demasiado con lo que escribimos. &etrs deaquellas palabras, el negro sobre el blanco, debemos con
servar nuestra 3uidez. Nosotros y nuestras palabras no
somos la misma cosa. $quellas palabras representan un
momento importante que nos atraves%. Estbamos
despiertos y, escribiendo sobre ello, conseguimos
capturarlo.
6($T7 &E 891E47: 17
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$l -nal parecan confu ndidos.
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hormiga. Por consiguiente, la metfora debe nacer en una
regi%n muy distinta a la de la l%gica y la racionalidad. Nace
de una postura de gran valor, de una gran disponibilidad
para salir de nuestro modo preconcebi do de ver las cosas y
abrirnos hasta el e/tremo de que logremos ver la identidad
entre la hormiga y el elefante. (in embargo, no tenemos
que preocuparnos por las metforas, no hay que pensar)
Ten go que escribir unas metforas pues, de otro modo, no
sera literatura. $nte todo, n o hay que hacer literatura. as
metforas no pueden ser forzadas. (i en el momento enque escribimos no estamos absolutamente convencidos de
que el elefante y la hormiga son la misma cosa, la metfora
sonar falsa. (i, en cambio, estamos plenamen te
convencidos, seguramente habr alguien que nos tachar
de locos* pero, me"or loco s que falsos. %mo podremos, sin
embargo, convencernos realmente, hasta el e/tremo depoder escribir en clave de metfora? No hay que
convencerse en absoluto. (implemente hemos de quitarnos
de en medio y
registrar nuestros propios pensamientos tal como llegan.
a prctica de la escrit ura ablanda el coraz%n y la mente y
ayuda a mantenernos 3e/ibles, hasta el e/trem o que hace
desaparecer las rgidas distinciones entre las manzanas y la
leche, los tigres y el apio. (e puede saltar directamente de
la luna al oso. (i seguimos n uestros propios pensamientos,
el paso ser espontneo, puesto que est en la naturalez a
de la mente avanzar a grandes saltos. 2 vosotros lo sab!is.
1ab!is intentado algun a vez retener durante largo tiempo
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un +nico pensamiento? 9ndefectiblemente, llega otro. (i la
mente avanza a saltos, tambi!n lo que escribimos avanzar
a saltos, pero no se r algo arti-cial. 4e3e"ar la naturaleza
de los primeros pensamientos, el modo en que vemos el
mundo cuando estamos libres de pre"uicios y logramos
vislumbrar lo s principios fundamentales. Estamos todos
intercomunicados. a metfora lo sabe, p or lo tanto es un
acto religioso. No hay separaci%n entre la hormiga y el
elefante . Todas las fronteras desaparecen, como cuando
miramos a trav!s de la lluvia, ento rnamos los o"os, o nosdeslumbran las luces de la ciudad.
6($T7 &E 891E47: $ E(49T4$ N7 E( N$
1$
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que de"ar que el modo en que lo e/presamos sur"a
espontneamente tanto en nosotros como en el papel. No
hay que retenerse, h ay que de"ar que salga por s mismo,
sin intentar controlar lo que pasa. (, aquella s e/periencias,
aquellos recuerdos, aquellas sensaciones estn en nosotros,
pero n o podemos trasladarlas al papel en la misma forma
en que el cocinero saca una pi zza del horno. uando
escribs, de"aros ir completamente y, para e/presar lo que
ten!is dentro, rec urrid a un comienzo simple, con palabras
sencillas. No hay seguridad de que al p rincipio salga todobien. Permitos cierta torpeza. 7s estis desnudando. Estis
ponie ndo al desnudo vuestra e/istencia, no el modo en que
el ego quisiera veros repre sentados, sino como sois en
vuestra esencia humana. Es por ello que, en el acto de
escribir, veo un acto religioso. Escribir nos abre, y ablanda
nuestro coraz%n c on relaci%n al mundo, incluyendo todassus miserias. uando estoy nerviosa, irritable, insatisfecha,
pesimista, negativa, en -n, dep rimida, me doy cuenta de
que se trata de una sensaci%n. (! que esta sensaci%n
puede ca mbiar. (! que es una manifestaci%n de aquella
energa interior que intenta encontrar s u lugar en el
mundo, y que necesita amigos. Por supuesto que puedehaber argumentos sobre los que nos apetezca escribir. =ui
siera escribir sobre mi hermano, muerto en (an 8rancisco.
(in embargo, no debemo s acercarnos a ellos con la mente
y las ideas, sino con todo el cuerpo, con el c oraz%n, el
est%mago, los brazos. Empecemos a escribir con la misma
torpeza y la mism a tosquedad con la que un animal lanza
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su grito de dolor, y all descubriremos nue stra inteligencia,
nuestras palabras, nuestra aut!ntica voz. $ menudo me
dicen) Estaba andando por la calle Do conduciendo,
comprando, corrie ndo y se me ha ocurrido una poesa*
luego, cuando he intentado escribirla, ya no he conseguido
hacerla salir. $ m tambi!n me pasa. $ndar o correr son una
cosa, pone rse a escribir, otra. &e"ad correr lo que estabais
haciendo antes y la poesa que surgi% en vuestra mente.
Sste es otro momento. Escribid otra poesa. $ lo me"or, con l
a secreta esperanza de que pueda salir algo de lo que
tenais anteriormente en la mente, pero de"ad que salga
como quiera. No lo forc!is. El estudiante del que hablaba al
principio, vino tan e/citado que intent% inmediat amente
dar forma a un libro. 2o le di"e) T%matelo con calma. Por
ahora, d!"ate espac io para escribir tal como salga y para
entender c%mo funciona. Escribir es algo qu e requiere de
una vida entera y mucho e"ercicio. Entenda muy bien sus
prisas. Nec esitamos pensar que estamos haciendo algo
+til, que estamos yendo hacia alg+n sitio, que estamos
produciendo algo. Estoy escribiendo un libro.
oncedmonos un poco de espacio, antes de embarcarnos
en nuestro opus magnum. $pre ndamos a darle con-anza a
la fuerza de nuestra voz. Ssta se desarrollar naturalmen te
en una cierta direcci%n y seg+n su necesidad, pero esto
suceder en un conte/to dis tinto del de la necesidad de
obtener resultados tangibles. Escribir no es una ha
mburguesa. a cocci%n requiere mucho ms tiempo, y no se
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puede saber desde el princi pio si resultar un asado, un
estofado o una chuleta de cordero.
6($T7 &E 891E47: 7'(E(97NE(.
&e vez en cuando hago una lista de mis obsesiones. ada
vez aparecen nuevas* alg unas cambian, otras, gracias a
&ios, pertenecen al pasado. Todos los escritores, antes o
despu!s, hablan de sus propias obsesiones. osas que les
persiguen* cosas que no consiguen olvidar* historias que
arrastran y que es peran sacar a la luz. $ los que participanen mis grupos de escritura, les hago recopilar una lista de
sus obsesiones, de modo que puedan darse cuenta de
c%mo transcurren Dconsciente o inconscientemente sus
horas de vigilia. Tras haberlas escrito, las podemos uti lizar.
Tenemos una lista de argumentos sobre los que escribir.
Nuestras obsesion es ms tercas tienen un gran poder) aellas volveremos repetidamente al escribir, construyendo a
su alrededor nuevos cuentos. $s que es me"or rendirnos a
ellas. o queramos o no es muy probable que, de todas
formas, gobiernen nuestra vida. Por lo tanto, es me"or
ponerlas a traba"ar para nosotros. na de mis obsesiones es
mi familia "uda. &e vez en cuando, decido que he escritobastante sobre ella. No me apetece nada parecer una ni5a
mimada por su mam. En el mundo hay otras cosas sobre
las que escribir. Es verdad que e/isten otros argume ntos, y
que !stos se me presentan espontneamente, pero, si tomo
conscientemente la decisi%n de no escribir sobre mi familia,
este acto de rebeli%n parece remover tambi!n todo lo
dems, sencillamente porque gasto un mont%n de energa
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para evitar algo. Es como cuando decido hacer r!gimen. En
cuanto tomo la decisi%n, la comida parece co nvertirse en la
+nica cosa importante de esta tierra y mientras conduzco el
coche, corro, escribo en mi diario, todas estas acciones se
vuelven estratagemas para evitar la +nica cosa que deseo
verdaderamente. En mi caso, es mucho me"or otorgar al
alimento y al hambre cierto espacio en mi e/istencia, pero
amigablemente, de forma que no me encuentre devorando
destructivamente doce pastelitos, todos de u na vez. o
mismo es vlido respecto a escribir sobre mi familia. Essu-ciente con otorgar le algunas ho"as, y pronto vuelve a
ocupar su lugar en la Galera de 7bsesiones, d e"ando
espacio para otros argumentos. (i intento ahogarla,
entonces vuelvo a enc ontrrmela delante aunque la poesa
que est! escribiendo se re-era a un remoto pueble cito de
campo, y hasta la campesina de loMa parece estar a puntode confeccionar unas tortillitas de queso. na vez, un
alcoh%lico que estaba desinto/icndose me e/plic% que, en
las -estas, el alcoh%lico siempre sabe d%nde se encuentran
lo vinos y los licores, qu! provisi%n hay, c unto ha bebido
hasta ahora y d%nde ir a agenciarse la pr%/ima copita. 2o
nunca he teni do una gran pasi%n por el alcohol, pero tengouna pasi%n desenfrenada por el chocola te. Tras enterarme
de esta faceta del comportamiento de los alcoh%licos,
empec! a vi gilarme. $l da siguiente estaba en casa de un
amigo. (u compa5ero de habitaci%n estab a poniendo al
horno unos pastelitos de chocolate, y nosotros tuvimos que
salir p
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ara ir al cine antes de que estuvieran listos.
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hacer todo lo que uno quisiese. (in embargo la libertad
consiste en entender qui!nes somos, entenderlo que
tendram os que hacer en esta tierra y, por -n, simplemente
hacerlo. No consiste en de"a rse desviar, en pensar que una
no tendra que escribir ms sobre su familia "uda, si su rol
en la vida es precisamente !ste) registrar su propia historia,
e/plicar qui!n es eran estos Goldberg, inmigrantes de la
primera generaci%n en 'rooHlyn, en ong 9sland y
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sensata. No se puede escribir sobre poltica pensando que
tenemos qu e hacerlo. (era una payasada. 1ay que
empezar a ocuparse de poltica, a leer, a hab lar sobre ello,
sin preocuparse del efecto que esto pueda tener sobre lo
que se escribe. uando se haya convertido en una
obsesi%n, escribir sobre ello ser algo es pontneo.
6($T7 &E 891E47: &ET$E( 749G9N$E(.
Este captulo, aunque breve, es importante) cuando
escribis, utilizad detalles orig inales. a vida es tan ricaque, si conseguimos escribir los detalles reales de la forma
en que las cosas eran y son, ya no hace falta mucho ms.
$unque traslad!is las ventanas de vidrio con el letrero de
cerveza 4heingold que rueda lentamente, el estante de las
bolsas de patatas fritas y los altos taburetes de la taberna
de NeM 2orH, a la que una vez fuisteis a beber, a un bar deun relato ambientado en otro estado, la historia poseer
autenticidad y solidez. 7h no, aquel bar esta ba en ong
9sland, no podemos ponerlo en NeM >ersey. En cambio, s
que se puede. E n la utilizaci%n de los detalles originales no
debemos ser rgidos. a imaginaci%n es
capaz de trasladar los detalles, pero utilizando detalles que
conocemos de prime ra mano, cosas que de verdad hemos
visto, daremos a lo que escribimos credibilid ad y verdad.
&e este modo se crean s%lidos cimientos sobre los que
construir.
7bviamente, si alguien acaba de estar en NeM 7rleans,
metido en aquel calor h+medo que se puede cortar con un
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cuchillo, y ha chupado patas de langosta en el
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por ouis (ullivan, el maestro de 8ranH loyd right. &entro
del banco hay un gran fresco que represent a una vaca, y
espl!ndidas ventanas de vidrio de colores. Nuestra vida es
ordinaria y al mismo tiempo mtica. Oivimos y morimos,
enve"ecemos maravillosamente o nos llenamos de arrugas.
Nos despertamos por la ma5ana, compra mos algo de
queso y esperamos tener en la cartera lo bastante para
pagarlo. 2 al mismo tiempo el coraz%n, mquina perfecta,
sigue latiendo a trav!s de todos los dolor es y todos los
inviernos que vivimos sobre esta tierra. Nosotros somosimportant es, y nuestras vidas son importantes, me"or
dicho, magn-cas, y vale la pena regi strar sus detalles. 1e
aqu c%mo tiene que pensar el que escribe, he aqu c%mo
hay que s entarse con la pluma entre los dedos. Estamos
aqu, somos seres humanos* as es como hemos vivido, que
todo el mundo lo sepa* el mundo ha pasado delante denosotros . Nuestros detalles son importantes. &e lo
contrario, si no lo fueran, podramos d e"ar caer una bomba
y no cambiara absolutamente nada. En >erusal!n hay un
comple"o edi-cado en memoria del 1olocausto, llamado 2ad
Oash em. E/iste una biblioteca que conserva los nombres
de los seis millones de mrtire s. 2 en aquella biblioteca noestn solamente los nombres, sino todos los datos qu e se
han podido encontrar acerca de ellos) d%nde vivieron,
d%nde nacieron, todo. $qu ella gente ha e/istido, y eso es lo
que importa. 2ad Oashem, en efecto, signi-c a monumento
al nombre. No fueron masas sin nombre las que fueron
asesinadas) cad a uno de ellos era un ser humano. Tambi!n
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en ashington hay un monumento a los cados de Oietnam.
1ay apuntados cincue nta mil nombres de soldados
americanos muertos en Oietnam. (eres humanos reales,
cada uno tena un nombre, fueron asesinados y ya no
caminan entre nosotros sobre esta tierra. Est tambi!n el
nombre de &onald
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Hetchup sobre el mostrador. No le corresponde al escritor
decir) =u! estupidez vivir en un puebl o en el campo, o ir a
comer a un caf! cuando se puede comer comida
macrobi%tica en n uestra propia casa. Nuestra tarea
consiste en decir un sacrosanto s a las cosas v erdaderas
de nuestra vida, tal como !stas e/isten* a la aut!ntica
verdad de lo que s omos) nosotros, con algunos Hilos de
ms, la calle gris y ventosa all fuera, las de coraciones
navide5as de los escaparates, la escritora "uda sentada en
el reservado color naran"a frente a su amiga rubia que tieneni5os negros. Tenemos que converti rnos en escritores que
aceptan las cosas como son, que consiguen apreciar el det
alle y avanzar con un s en los labios, de forma que
alrededor nuestro ya no hayan ms negaciones, negaciones
que le quitan valor a la vida y borran estos detalles de
nuestro mundo.
6($T7 &E 891E47: 1$E4 N$ T$4T$. uando
preparamos una tarta, hemos de proveernos de los
ingredientes) az+car, hari na, mantequilla, huevos, leche.
(e ponen en un cuenco y se ligan bien, pero no p roducen
una tarta, si no un engrudo informe. $hora hay que ponerla
en el horno y a5adir calor, o sea energa, para que pueda
transformarse en una tarta, y !sta no se parece en nada a
los ingredientes con los que hemos empezado.
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inmigrados) una e/tra5a o nuestra propi a casa. 1ay que
darle cierto sentido, escribir es lo mismo. Tenemos en la
mano todos los ingredientes, los detalles de nuestra
e/istencia, no es su-ciente con hacer un a lista de ellos. 1e
nacido en 'rooHlyn. Tengo un padre y una madre. (oy una
"uda . 1ay que a5adirle el calor y la energa de nuestro
coraz%n. $qu!l no es un padre cualqu iera* es mi padre)
aquel persona"e que fumaba un puro y pona demasiado
Hetchup en el bistec. $qu!l que am! y odi!. No es su-ciente
con "untar los ingredientes en un c uenco* los ingredientesno tienen vida. 1ay que volverse uno con los detalles, e n el
odio, en el amor* ellos tienen que convertirse en una
prolongaci%n de nuestro cuerpo. $cariciad los divinos
detalles, dice dioHov. No dice que los sacudamos o
golpeemos de aqu para all. $cariciadlos, rozadlos
tiernamente. Tomad en serio lo que se encuentra a vuestroalrededor. (i escribs sobre un ro zambullos completamen
te en sus aguas, de modo que si de-ns amarillo, est+pido o
lento, podis sentir con la totalidad de vuestro ser que es
precisamente as. uando estamos profundamente
involucrados, no tiene que e/istir un yo separado de aquello
sobre lo que se esc ribe. Latagiri 4oshi dice) uando hac!iszazen Dmeditaci%n sentada vosotros ya no t endrais que
e/istir. No son (teve o 'rbara los que hacen zazen. 1abra
que ser as tam bi!n cuando se escribe) la escritura hace
escritura. Nosotros desaparecemos, estam os simplemente
registrando los pensamientos que 3uyen a trav!s nuestro.
a tarta est en el horno. Es el calor el que logra que de los
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ingredientes salga la tarta. El calor no se distrae, no piensa)
7h, quera una tarta de chocolate, no una de frutas. &e la
misma manera, cuando se escribe, no se piensa) 7h, mi
vida no me gusta, hubiese tenido que nacer en 9llinois. No
se piensa. $ceptamos lo q ue es y ponemos su verdad en el
papel. a literatura puede e/plicaros lo que es la vida, dice
Latagiri 4oshi, pero nunca os e/plicar c%mo salir de ella.
os hornos, a veces, tienen berrinches, y entonces hay que
aprender la manera de
subir la temperatura. (i nos damos plazos precisos para
escribir, ello ayuda a subir la presi%n y la temperatura, lo
que nos permite abrir una brecha en las defe nsas
levantadas por el censor interno. a temperatura se eleva,
tambi!n, mantenien do la mano en movimiento, sin parar,
para que de la mezcla de los detalles de nu estra vida
cotidiana, pueda salir una tarta maravillosa. (i, al escribir,
os dai s cuenta de que la vista corre demasiado a menudo
hacia el relo", os dir!is que, a hora, seguir!is escribiendo
hasta haber llenado las dos caras de tres Do cuatro, o cinco
ho"as, o sea, hasta que la tarta est! lista, no importa el
tiempo que se n ecesite para ello. 2 una vez que el horno
est! encendido, nunca podremos estar seg uros de lo que
saldr, si un merengue o un mousse de chocolate. No hay
ninguna gar anta* no hay que preocuparse por ello. $mbos
estn buenos. 1ay gente que, para hacer una tarta, intenta
utilizar solamente el calor, sin in gredientes. El calor, por s
mismo, es agradable y confortable, pero, al -nal, no hay
mucho que comer para los dems. Es lo que sucede,
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normalmente, cuando escribi mos abstractamente*
tenemos la sensaci%n de un gran calor, pero no hay nada
que mo rder. (i utilizamos los detalles, adquirimos una
mayor capacidad para e/presar n uestras alegras y
nuestros dolores. Por lo tanto, mientras revoloteamos en el
cal or del horno, metamos dentro la pasta que habamos
vertido en la cazuela, para que sepamos e/actamente cul
es el sabor de nuestras sensaciones, para poder probarla s
y gustarlas) 7h, es un pan de los ngeles, una tarta de
chocolate, un suZ! al li m%n. 1e aqu el sabor de sussensaciones. No) =u! bueno, qu! bueno# (, era bueno,
pero c%mo de bueno? &anos el sabor. En otras palabras,
hacen falta detalles. Estos son la s componentes
fundamentales del arte de escribir. tilizando los detalles,
adems, no s%lo estamos preparando tartas y zumbando de
aqu para all por el horno. $l escri bir con detalle, nosvolvemos para enfrentarnos con el mundo. Es una acci%n
profun damente poltica, puesto que no nos limitamos a
deleitarnos al calor de nuestras e mociones. Estamos
ofreciendo un pan bueno y sustancioso a los que estn
hambriento s.
6($T7 &E 891E47: O9O94 &7( OEE(. El escritor vive
dos veces. leva su propia vida cotidiana, y en ella corre
como todo el mundo yendo a comprar, atravesando la calle,
visti!ndose por la ma5ana para ir a traba"ar. Pero el escritor
ha entrenado, al mismo tiempo, otra parte de s m ismo. a
que vuelve a vivir todo esto por segunda vez. a que se
sienta y vuelve a recorrer mentalmente todo lo que ha
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sucedido, deteni!ndose a observar su consis tencia y sus
detalles. uando estalla un temporal, todos corren por las
calles de aqu para all con paragu as, impermeables,
diarios en la cabeza. El escritor vuelve a salir ba"o la lluvi a
con la libreta de apuntes en la mano y la pluma entre los
dedos. El escritor o bserva los charcos, los ve llenarse, ve
como las gotas de lluvia punt+an la superf icie. (e podra
decir que el escritor se e"ercita en ser est+pido. (olo un
est+pido se quedara ba"o la lluvia mirando un charco. (i
uno es listo, intenta no quedarse b a"o la lluvia para evitarlos resfriados, y, de todas formas, en caso de enferme dad
se ha asegurado de antemano. (i uno es tonto, se interesa
ms por los charcos que por su propia salud, las p%lizas de
seguro o la puntualidad en el traba"o. Por +ltimo, uno est
ms interesado en volver a vivir su propia e/istencia
escribiendo , que en hacer dinero. 'ueno, entendmonos)tambi!n a los escritores les gusta hacer dinero* tambi!n a
los artistas, contrariamente a lo que normalmente se
piensa, le s gusta comer. (%lo que, para ellos, el dinero no
es la motivaci%n principal. Person almente, si tengo tiempo
para escribir me siento muy rica, mientras que me sient o
muy pobre si tengo un sueldo regular pero no tengo tiempopara mi verdadero tr aba"o. Pensad en ello. El patrono nos
da un sueldo a cambio de nuestro tiempo. E l tiempo es la
mercanca de mayor valor que un ser humano tiene para
ofrecer. Troc amos el tiempo de nuestra vida por dinero. El
escritor se detiene en el primer p aso, el propio tiempo, y le
atribuye un valor a+n antes de recibir a cambio un din ero.
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El escritor tiene muchsimo aprecio a su propio tiempo, y no
tiene tanta pris
a por venderlo. Es como heredar un terreno de la familia.
Este terreno siempre h a pertenecido a la familia, desde
tiempo inmemorial. Oiene alguien y ofrece comp rarlo. El
escritor, si es listo, no vender demasiado. (abe bien que,
una vez vend ido el terreno, podr incluso comprarse un
segundo coche, pero ya no tendr un lugar donde
refugiarse, ya no tendr un lugar donde so5ar. Por eso, si
queremos escribir, no es malo que seamos un poco tontos.
&entro de n osotros e/iste una persona a la cual no se le
puede dar prisa, una persona que n ecesita tiempo y nos
impide entregarlo todo. Esta persona necesita un sitio a do
nde ir, y nos obliga a mirar -"amente los charcos ba"o la
lluvia, casi siempre sin sombrero, y a sentir las gotas que
caen sobre la cabeza.
6($T7 &E 891E47: E E(49T74 (E
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que registran los sentidos. No e/iste separaci%n entre la
mente y el cuerpo* de esto deducimos que se pueden
derribar l as barreras mentales, que nos impiden escribir,
mediante el acto fsico de la escr itura, igual que en el
Hrate conseguimos partir una mesa de madera
convenci!ndonos de que la mano no se detendr al
contacto con la madera. Tras un encuentro de uno de mis
grupos de escritura, un estudiante, e/tra5adsimo, d i"o) $h,
lo he entendido# Escribir es un arte visual#. (, y al mismo
tiempo es un arte cenest!sico, visceral. es he contado aunos chicos de cuarta de bsica que la mano con la que
escribo podra tirar sobre la lona a
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puede recorrer largas distancias, Hil%metros y Hil%metros de
papel. (a be moverse con gracia, dentro y fuera de muchos
mundos. o que el gran escritor nos transmite, en realidad,
no son tanto sus palabras, c omo su respiraci%n en el
momento de la inspiraci%n. (i leemos en voz alta una gran
p oesa, por e"emplo $ una alondra de Percy 'ysshe (helley,
y la leemos tal como el poeta la ha estructurado, siguiendo
su ritmo y su puntuaci%n, no hacemos otra cosa que
respirar el soplo de su inspiraci%n en el momento en que la
escribi%. $quel sop lo era tan poderoso, que conseguimosvolverlo a despertar en nosotros incluso de spu!s de un
siglo y medio. 1acerlo nuestro es una e/periencia
estremecedora. 1e aq u por qu! es bueno acordarse de
ello) si quer!is emborracharos, no bebis MhisHy* leed en
voz alta a (haHespeare, Tennyson, Leats, Neruda, 1opHins,
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amigos, "ugbamos a menudo a un "uego llamado $divina la
canci%n. 2o canturreaba algo con la boca cerrada, y mis
amigos se partan de risa , incapaces de creerse que
aquella cosa fuera de verdad 2ounger than (pringtime del
musical (outh Paci-c. laro, era una forma como otra de
llamar la atenci%n, p ero, para mis adentros, hubiese
deseado ardientemente ser Gypsy 4ose ee. &espu!s de
todo, conoca aquellas canciones palabra por palabra. Pero,
fundamentalmente, e l mundo de la m+sica me estaba
prohibido. &esa-naba) era un defecto fsico, como si mehubiese faltado un pie o un dedo. 1ace algunos a5os tom!
lecciones de canto con un maestro (uf, y !ste me e/plic%
que no e/ isten personas que desa-nan. antar signi-ca en
un noventa y nueve por ciento escuchar. Tienes que
aprender a escuchar. (i uno escucha con la totalidad de s
mi smo, el cuerpo se llena de m+sica, y cuando se abre laboca la m+sica sale espontneam ente. $lgunas semanas
despu!s, por primera vez cant! "unto a una amiga sin
desa-nar , y pens! en serio haber alcanzado la iluminaci%n.
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mismo tiempo el aire, la silla y la puerta. 2 ms all de la
puerta? $bsorbemos la voz de la estaci%n, la voz del color
que entra por la ventan a. Escuchamos el pasado, el
presente y el futuro, precisamente aqu y ahora. Escuc
hamos con todo el cuerpo, no s%lo con los odos, sino
tambi!n con las manos, el rostro y la nuca. Escuchar
signi-ca ser receptivos. acH Lerouac
en su lista de elementos esenc iales de la prosa. uego
a5ade) No es el momento de hacer poesa, sino de e/presar
e /actamente lo que es. (i conseguimos captar las cosas tal
como son, la poesa ya e star all al completo. En ocasi%n
de un encuentro en la ama 8oundation, el rabino 0alman(chachter e/pli c% una vez que cuando frecuentaba la
escuela rabnica, a los estudiantes no les esta ba permitido
tomar apuntes. Tenan que escuchar y basta, y al -nal de la
clase se supona que la haban aprendido. a idea era que
pudiera recordarse todo. Nosotros, en cambio, hacemos
elecciones, y hemos educado nuestra mente a reprimirciertas cosas y elegir s%lo algunas. &espu!s de haber ledo
algo en la clase, a menudo pido a los estudiantes que
hagan u n e"ercicio de llamada. 4epetid lo que os ha
producido un efecto particular, int entando estar lo ms
cerca posible de las palabras e/actas con que ha sido dicho
o escrito. No ten!is que tomar distancias y decir)
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gustado cuando hablaba de los campos. 4epetid los detalles
precisos) &e pie, en aquel campo, me encontraba ms sola
que un cuervo. Este e"ercicio, no s%lo ayuda a abrirse y a
recibir lo que ha sido dicho, sino que, al ser una escucha
profunda y no discriminativa, despie rta en nosotros
historias e imgenes. Escuchando de esta manera,
adquirimos transp arencia y nos transformamos en espe"os
capaces de re3e"ar la realidad, nuestra realidad y la
realidad que nos rodea. 8undamentalmente, si queremos
aprender a escribir bien, hay que hacer tres cosas . eerbastante, escuchar bien e intensamente, y escribir mucho.
2 no pensar dem asiado. Es su-ciente con entrar en el calor
de las palabras, de los sonidos y d e las sensaciones, de
todos sus colores, y seguir moviendo la pluma sobre la ho"
a. (i leemos buenos libros, escribiendo nos saldrn buenos
libros. =uizs luego no sea tan fcil, pero si queremosaprender algo tenemos que ir a la fuente. 'asho, el gr
an poeta "apon!s del siglo diecisiete, conocido por sus
magn-cos haiHu, escribi%) (i quer!is aprender lo que es un
rbol, id al rbol. (i quer!is aprender lo que es la poesa ,
leedla y escuchadla. &e"ad que aquellos modelos y formas
se impriman en vosotr os. No os ale"!is de la poesa para
analizarla racionalmente, l%gicamente. Entrad dent ro con
todo vuestro cuerpo. &ogen, un gran
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(ed pac ientes y tened calma. antad y escribid en
armona.
6($T7 &E 891E47: N7 N7( $(E
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escritor divaga, tambi!n el lector tender a divagar. a
mosca encima de l a mesa puede ser una parte de la
descripci%n del restaurante. Tal vez, en un momen to dado,
est! bien e/plicar e/actamente sobre qu! roda"a de pan ha
ido a posarse) pe ro e/iste una lnea sutil entre la precisi%n
y la autocomplacencia. =uedaos en el lado de la precisi%n*
tened bien claro vuestro ob"eto, y perseguidlo con
coherencia. (i la cabeza y la escritura tienden a divagar,
volvedlas a cond ucir gentilmente al camino recto. uando
escribimos, dentro de nosotros se abren muchos caminos.No os de"!is arrastrar demasiado le"os. =uedaos cerca de
los deta lles y mantened la direcci%n. No caigis en la
autocomplacencia, que lleva, inevitab lemente, a escribir de
forma vaga y confusa. Nosotros, los lectores, al -nal po
dramos llegar a conocer perfectamente a la mosca,
olvidndonos, sin embargo de d%nde nos encontramos) elrestaurante, la lluvia del e/terior, la amiga sentada frente a
nosotros. a mosca es importante, pero tiene que quedarse
en su lugar. En su introducci%n a la colecci%n >eMish
$merican (tories, 9rving 1oMe escribe que el verd adero
arte llega a rozar el sentimentalismo, sin volverse, sin
embargo, sentimen tal. 4econozcamos la e/istencia de lamosca, tambi!n la podemos amar si nos apetec e, pero no
nos casemos con ella.
6($T7 &E 891E47: N7 T99E( $ E(49T4$ P$4$
1$E4TE =E4E4. 1ace cinco a5os, en el oMer East (ide
de
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inmediatamente, se haba pue sto a chillar) No me mat!is,
soy una escritora#. =u! e/tra5o, pens! entonces. %mo
pensara que esto la podra salvar? Nosotros, los escritores,
tenemos tendencia a caer en un equvoco. 9maginamos que
escribir nos proporciona una e/cusa para estar vivos.
7lvidamos, sin embargo, qu e la vida no tolera condiciones,
y que vivir y escribir son dos cosas distintas. $ menudo
utilizamos el escribir como un e/pediente para hacernos
notar, para ll amar la atenci%n, para que nos quieran.
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necesitaba de alguien que me di"era que haba estado
estupenda. omo escritores, estamos continuamente
buscando apoyo. Pero, antes que nada, ten dramos que
darnos cuenta de que el apoyo ya lo tenemos, desde
siempre. Tenemos la tierra ba"o los pies, y el aire que entra
y sale de nuestros pulmones. uando s entimos que
tenemos necesidad de apoyo, es a partir de aqu que
tenemos que arranc ar. Est la luz del sol que entra por la
ventana, y est el silencio de la madrugada . $rranquemos
desde aqu. uego diri"monos hacia una persona amiga, yabandon!monos a l placer suscitado en nosotros por sus
palabras cuando nos dice) o que escribes me gusta
muchsimo. &ebemos creer en ella, as como creemos que
el suelo nos sosten dr y que la silla nos permitir seguir
sentados. Tena una alumna que me envi% dos cuentos para
leer. $ la semana siguiente nos encon tramos y hablamosdurante una hora. 1aca a5o y medio que no traba"aba con
ella, y m e haban chocado sus progresos. (e lo di"e) os
cuentos son completos, impactantes , bellsimos. Tras
veinte minutos ms o menos de estar hablando, me di
cuenta de que se estaba enfadando. Pienso que me ests
sobrevalorando, di"o. En realidad, quera decirme que nohaba hecho mi papel, puesto que ni siquiera me haba
tomado el traba "o de destriparlos. No haba venido a m en
busca de cumplidos, no era posible que a quellos cuentos
fueran en realidad tan bellos como yo deca. Estaba
e/agerando. Es cucha, tienes que creerme. &e verdad son
espl!ndidos. Tienes que hacer que te los publiquen. e
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aconse"! que los enviara a alguien. En el espacio de un
mes, uno de los cuentos haba sido aceptado por una
revista muy cuali-cada. No s%lo le pagaron) hasta le di"eron
que recientemente haban decidido no publicar ms
cuentos, pero qu e el suyo era tan bello que haban tenido
que hacer una e/cepci%n. Necesitamos de apoyo y de un
sincero estmulo. uando lo encontramos, no podemos c
reerlo* por otro lado, estamos ms que dispuestos a recibir
toda crtica que pueda s ecundar nuestra profunda
convicci%n de ser, en realidad, unos incapaces, de no serverdaderos escritores.
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practican la escritura desde hace ya tres a5os) $ d%nde
quer!is ir con la escritura? Ten!is esta poderosa voz
creativa* hab!is conseguido separar al creador del revisor .
=u! quer!is hacer con ello?. lega un momento en el cual
es necesario dar forma y direcci%n a la fuerza que hemos
aprendido a utilizar. Por eso pregunt! tambi!n) ules s on
vuestros sue5os secretos? Escribid durante cinco minutos.
erusal!n preguntnd
ome a qu! otro g!nero de escritura me hubiese gustado
enfrentarme. Estaba terminando mi segundo libro depoesas, Top ofudith vi ve en Edina,
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a la luz tambi!n otro s sue5os secretos) hacer un via"e al
Tibet, ser la primera mu"er en convertirse en presidente de
los Estados nidos, construir una casa solar en NeM
2 estos sue5os sern en blanco y negro. (er mucho ms
difcil evitarlos.
6($T7 &E 891E47: $ (9NT$]9(. 9ntentad hacer esto.
oged uno de los fragmentos ms aburrido que hayis
escrito, es coged tres o cuatro lneas o frases consecutivas,
y escribid en la cabecera de una ho"a vaca. No consigo
escribir porque soy un cubito de hielo y la boca se me seca
y no hay nada que decir y preferira tomarme un buen
helado. 'ien. $hora intentad ver cada una de estas palabras
como un cubito de madera, ig ual, en color y tama5o, a
todos los dems. os nombres y los verbos ya no tienen
ms v alor que los artculos o las con"unciones. os unos
valen lo mismo que los otros. $hora, a lo largo de
apro/imadamente un tercio de la ho"a, mezclad estas
palabra s precisamente como harais con unos cubitos de
madera. No intent!is darle alg+n senti do a lo que estis
escribiendo. Ouestra parte racional intentar a toda costa
constr
uir algo. Oigiladla, rela"aos y escribid sin pensar, una
palabra tras otra. Para rellenar un tercio de la ho"a,
tendremos naturalmente que repetir algunas palab ras.
Escribir soy una boca preferira helado decir buen y nada un
escribir preferira dec ir y mi helado porque un hay
preferira seca si y boca helado preferira seca cubito soy un
escribir y nada decir un no consigo porque nada preferira
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seca y decir he lado hielo mi cubito nada hay decir. $hora,
si quer!is, poned unos cuantos puntos, una interrogativa, a
lo me"or una e/ clamativa, dos puntos y punto y coma.
1acedlo sin pensar, sin intentar escribir nada sensato. (olo
para divertiros. Escribir soy una boca. Preferira helado decir
buen y nada seca# n escribir prefe rira decir y* mi helado
porque un hay. Preferira seca si y boca helado. Preferira s
eca cubito soy un escribir y nada) decir un no consigo
porque nada preferira seca y decir helado. 1ielo mi cubito
nada hay decir? $hora leed en voz alta lo que hab!is escritocomo si realmente tuviera un sentido. Ten!is que hacerlo
con la m/ima e/presividad. Podrais intentar leer en tono
de rabi a, de e/uberancia o de tristeza* de forma lastimosa,
con petulancia o en tono im perioso. Todo vale, con tal de
entrar. =u! hemos hecho? Nuestro lengua"e est
generalmente bloqueado por una sinta/is rgidasu"eto^verbo^complemento directo. 1ay un su"eto que act+a
y un ob"eto que soporta. 2o veo al perro) esta estructura de
frase implica que yo soy el centro del univ erso. $ causa de
la estructura sintctica del idioma, olvidamos que mientras
yo mi ro al perro, tambi!n el perro, al mismo tiempo, me
mira a m. Es interesante observa r que, en "apon!s, la frasesonara 2o perro mirando. No hay tanto un su"eto que act+a
sobre un ob"eto, como un intercambio, una interacci%n.
Nosotros pensamos en frases y, tal como pensamos, as
vemos. (i pensamos seg+n la es tructura
su"eto^verbo^complemento directo, es as como formamos
nuestro mundo. 1ac iendo a5icos esta sinta/is, liberamos
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energa y conseguimos ver el mundo en una pers pectiva
completamente nueva. 2a no somos el centro del universo.
(obre la tierra e/isten otros seres, adems del 1omo
(apiens, que tienen su propia importancia) l as hormigas
construyen ciudades* los perros tienen su propia vida* los
gatos estn continuamente atareados en llevar a cabo una
siestecita perfecta* las plantas r espiran* los rboles viven
durante mucho ms tiempo que nosotros. Es verdad que
pode mos tener frases en las que el perro, el gato o la
mosca hacen de su"eto, El per ro ve al gato, pero volvemosa encontrar el mismo modelo egoc!ntrico, propio de la
estructura misma del lengua"e. Estar condenados al
predominio es un terrible pe so. Pero no somos nosotros los
que dominamos el mundo. (e trata de una ilusi%n, qu e se
perpet+a por la ilusi%n de la estructura sintctica. Latagiri
4oshi siempre deca) 1ay que estar disponibles y serafables con todos lo s seres sensibles. na vez le pregunt!)
Pero, qu! signi-ca seres sensibles? quizs lo s que son
capaces de sentir sensaciones? Sl me e/plic% que hay que
ser amable tambi!n con la silla, el aire, el papel y la calle.
1e aqu a qu! inmensa disponibilidad hay que llegar.
uando 'uda alcanz% la iluminaci%n ba"o el rbol de bodhi,di"o) $hora es toy iluminado con todos los seres. No di"o)
Estoy iluminado, y vosotros no#, o) Oeo la iluminaci%n, como
si estuviera, de alguna forma, separado. Esto no signi-ca
que, de ahora en adelante, tengamos que quedarnos
paralizados por miedo a ofender a la alfombra que hay ba"o
nuestros pies, o por volcar un va so por equivocaci%n. No
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signi-ca que no tengamos que utilizar nuestra estructura
sintctica porque est! equivocada. na vez desarrollado
este e"ercicio, sin embargo F aunque probablemente luego
volver!is a e/presaros en frasesF se habr abierto una
-sura, un espacio a trav!s del cual podr sop