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    EL INSIUCIONALISMO HISRICO EN LA CIENCIAPOLICA CONEMPORNEA*

    Historical Institutionalism in Contemporary Political Science

    Paul Pierson y Teda Skocpol**

    Al igual que el personaje en la obra de Moliere que habl en prosa durantetoda su vida sin saberlo, los cientistas polticos contemporneos estn amiliariza-dos con los ejemplos clsicos de la investigacin del institucionalismo histrico sinpor ello ser conscientes de que ejemplican un gnero coherente, que cuenta con

    elementos que uncionan en orma similar al de los otros dos grandes enoques deinvestigacin de la ciencia poltica contempornea, el conductismo basado en en-cuestas y los modelos de la eleccin racional.

    Los institucionalistas histricos analizan las conguraciones organizaciona-les mientras otros observan escenarios particulares aislados; ponen atencin en co-yunturas crticas y procesos de largo plazo, mientras que otros solamente consideranporciones de tiempo o maniobras de corto plazo. De este modo, al aproximarse acuestiones importantes, los institucionalistas histricos hacen visibles y comprensi-bles contextos ms amplios y procesos que interactan, dan orma y reorman los

    estados, la poltica y el diseo de la poltica pblica.El trabajo de Stephen Skowronek, Te Politics Presidents Make(1997), porejemplo, revela ciclos recurrentes en la naturaleza y xito del liderazgo presidenciala travs de la historia de los Estados Unidos. Otro estudio de largo plazo en la pol-tica americana, Gaining Access: Congress and the Farm Lobby, 1919-1981 (1991), deJohn Mark Hansen, desarrolla un modelo de interaccin entre grupos de inters yel gobierno con el objetivo de explicar la emergencia, persistencia y eclipse nal dela inuencia nacional de las asociaciones rurales nacionales. Atravesando naciones yperodos de tiempo, Peter A. Hall, en su libro de 1986, Governing the Economy: Te

    Politics o State Intervention in Britain and France,explica como las instituciones y

    organizaciones se intersectan para dar orma no slo a las polticas gubernamentalessino tambin a las estrategias y alianzas de los grupos de inters e intelectuales.

    Yendo aun ms lejos, Shaping the Political Arena: Critical Junctures, the LaborMovement, and Regime Dynamics in Latin America, escrito por Ruth Berins Colliery David Collier (1991) yBirth o the Leviathan: Building States and Regimes in EarlyModern Europe, por Tomas Ertman (1997), explican las dinmicas de los regmenesy la variedad de ormaciones de los estados nacionales modernos.

    *

    Incluido en el libro Political Science: State o the Discipline, editado por Ira Katznelson y Helen V. Milner (NewYork: W.W. Norton. pginas 693-721). El artculo se publica con el permiso de los autores y la editorial. La traduc-cin ue realizada por Luca iscornia y supervisada por los Proesores Juan Andrs Moraes y Daniel Chasquetti.** Paul Pierson es Proesor de Ciencia Poltica y Polticas Pblicas en la Universidad de Caliornia, Berkeley.Teda Skocpol es Proesora de Gobierno y Sociologa en la Universidad de Harvard.

    Revista Uruguaya de Ciencia Poltica - Vol. 17 N1 - ICP - Montevideo

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    Las anteriores no son sino algunas citas posibles, puesto que estudios recien-tes del institucionalismo histrico han acumulado un conocimiento bastante amplioy causalmente preciso respecto a cuestiones tan importantes como las transiciones

    a la democracia1, el surgimiento y cada de regmenes autoritarios2, la interseccinentre la poltica domstica y la internacional3, los orgenes y desarrollo de los esta-dos de bienestar4, las identidades sociales en poltica5, las races y desarrollo de losregmenes econmicos6, y las causas y consecuencias de los movimientos sociales yrevoluciones7.

    Obviamente, los estudios que utilizan las estrategias de anlisis de los ins-titucionalistas histricos varan de orma muy importante. Algunas son explcita-mente comparativas, mientras que otras analizan tendencias dentro de un contex-to macro. Algunas orecen interpretaciones sugerentes (por ejemplo, Hart, 1994)

    mientras otras orecen modelos explcitos enmarcados en trminos generales (porejemplo, Hansen, 1995). Algunos estudios institucionalistas histricos se apoyan enuentes primarias (Gamm, 1999), mientras otras sintetizan inormacin secundariade publicaciones (por ejemplo, Skocpol 1979, Downing 1992). Algunos desarro-llan argumentos sobre elecciones estratgicas y el impacto de las reglas del juego(Immergut 1992, Pierson 1994), mientras que otros adoptan modelos culturalistas(Hattam 1993). Cualquier tradicin vibrante de investigacin contiene variedad yorece a travs de debates internos, y el institucionalismo histrico no es una excep-cin. En otro contexto, podramos dedicar un artculo entero (o varios artculos) a

    explorar los debates y las dierencias entre trabajos con caractersticas institucionalis-tas histricas- deendiendo nuestras propias elecciones dentro de estos debates. Peronuestro objetivo es dierente en este trabajo. A pesar de la variedad en dierentes di-mensiones cruciales, los institucionalistas histricos comparten estrategias distintivasy complementarias para enmarcar la investigacin y desarrollar explicaciones. Lo quelos institucionalistas histricos comparten ampliamente se vuelve evidente cuandoyuxtaponemos sus modos de plantearse preguntas y de buscar respuestas -su estrate-

    1 Ver por ejemplo, Baloyra (1987), Bratton and Van de Walle (1997), Diamond (1999), Downing (1992);Gould (1999), Haggard and Kauman (1995), Rueschemeyer, Stephens, and Stephens (1992), y Yashar

    (1997). Un repaso amplio del testeo de hiptesis y el desarrollo acumulativo terico en este campo puedeapreciarse en Mahoney (2000c).2 Los ejemplos incluyen a Doyle (1986), Ekiert (1996), Im (1987), Mahoney (2001), y Snyder (1998).Para un repaso de esta literatura, consultar Mahoney (2000c).3 Ver Friedberg (2000), Gourevitch (1986), Ikenberry (2001), Katzenstein (1978), Krasner (1978) ySimmons (1993).4 Ver Esping-Andersen (1990), Flora y Heidenheimer (1981), Hacker (1998), Huber y Stephens (2001), Im-mergut (1992), Maioni (1999), Pierson (1994), Skocpol (1992), y Steinmo (1996). Amenta (2000) y tambinPierson (2000b) presentan un buen panorama sobre la acumulacin de conocimiento en este campo.5 Los ejemplos incluyen a Hattam (1993), Katznelson y Zolberg (1986), Kryder (2000), Lustick (1993);y Marx (1998).6 Ejemplos de la amplia variacin de esta literatura puede verse en Karl (1997), Richards y Waterbury(1990), Streeck (1992), Telen (1993, 1994), y Zysman (1994).7 Ver Goldstone (1991), Goodwin (2001), McAdam (1982), McAdam, arrow, y illy (2001), Skocpol(1979), arrow (1998), y Wickham-Crowley (1992).

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    gia de investigacin- a las estrategias normalmente utilizadas por los conductistas oquienes utilizan modelos de la eleccin racional. Sin negar la variedad dentro de losenoques ms relevantes, este trabajo busca hacer visibles a las estrategias distintivas,

    de modo que se puedan apreciar las ventajas y los lmites del institucionalismo hist-rico, comparado con las de otros enoques de investigacin utilizados ampliamenteen la ciencia poltica emprica.

    Caracterizamos al institucionalismo histrico y otros enoques populares enla ciencia poltica emprica sobre la base de anidades de eleccin, compartidas enla prctica por muchos acadmicos que utilizan cada uno de los estilos de trabajo.No queremos decir que todos dentro de un mismo campo bailen al son de la mismamsica. Reconocemos que muchos intelectuales utilizan una mezcla de estilos de in-vestigacin de modo muy creativo (como sugeriremos en las conclusiones, aquellos

    que cruzan las ronteras estn generalmente entre los acadmicos ms creativosde nuestra disciplina). Quienes utilizan los enoques ms divulgados, no obstante,comparten ormas de proponer preguntas y desarrollar explicaciones, otorgando alinstitucionalismo histrico, el conductismo y los modelos de la eleccin racional, unconjunto de rasgos caractersticos, provistos de ortalezas y debilidades. Actuandocomo si uramos antroplogos -documentando las tradiciones de tribus vecinas quese entremezclan- exploramos aqu cmo los institucionalistas histricos suelen de-nir sus agendas de investigacin y desarrollar explicaciones, en comparacin con susprimos aliados a las otras corrientes disciplinarias.

    res rasgos importantes caracterizan a la comunidad institucionalista hist-rica en la ciencia poltica contempornea8. Los institucionalistas histricos abordancuestiones amplias, sustantivas, que son inherentemente de inters para pblicos di-versos, as como para otros intelectuales. Para desarrollar argumentos explicativossobre resultados importantes o enigmas, los institucionalistas histricos toman enserio al tiempo, especicando secuenciasy rastreando transormaciones y procesos deescala y temporalidad variables. Los institucionalistas histricos, asimismo, analizancontextos macro y ormulan hiptesis sobre los eectos combinadosde instituciones yprocesos, en vez de examinar una sola institucin o proceso por vez. Si se consideraa estos tres rasgos en su conjunto (agendas sustantivas, argumentos temporales yatencin a contextos y conguraciones), se podr observar que dan cuenta de unenoque institucionalista histrico reconocible que realiza contribuciones poderosasa la comprensin del gobierno, la poltica y las polticas pblicas por parte de nuestradisciplina.

    Para explicar cmo unciona este enoque, discutimos cada uno de los tresaspectos principales de institucionalismo histrico, detenindonos en los puntos ms

    8 Aunque se discuta si el institucionalismo histrico es una de las principales tendencias de la cienciapoltica contempornea, debe reconocerse que las literaturas relevantes de todos los enoques, tambin

    incluyen contribuciones de socilogos polticos que cultivan el compartivismo histrico. Esto no debe-ra asombrarnos, porque los enoques principales de ciencias sociales han convocado invariablemente aeruditos de dierentes proveniencias, sin importar los lmites de cada disciplina. Adems, politlogos detodos los enoques han compartido durante largo tiempo las principales teoras y mtodos con sus primoshermanos de la sociologa y la economa.

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    apropiados para explorar las ventajas o limitaciones comparadas respecto a las otrasamilias de cientistas polticos. Nos centramos en lo que las comunidades de inte-lectuales creativos eectivamente hacen, centrando menos la atencin en lo que ellos

    u otros dicen que hacen (o reclaman que deberan hacer). Al nal del captulo, nosdetenemos para considerar algunas de las cuestiones ms generalizadas respecto almtodo de investigacin emprica y las estrategias de acumulacin de conocimiento:pueden los institucionalistas histricos realmente desarrollar argumentos vlidos apartir de estudios de caso y comparaciones de un N pequeo? Qu tan ructerascientcamente son las agendas llevadas adelante por preguntas sustantivas en lugarde elaborar una teora? Y cules son las perspectivas para la combinacin de las or-talezas del anlisis histrico institucional con los avances en los modelos estratgicoso la sosticacin estadstica de la investigacin por encuestas? El institucionalismo

    histrico est experimentando una nueva ase de desarrollo metodolgico, si bien suoco en la substancia y su eclecticismo terico abren simultneamente un camino ha-cia la complementacin con lo mejor de las tradiciones de investigacin hermanas.

    1. Grandes preguntas y enigmas del mundo real

    Como lo ilustran los ejemplos citados arriba, los institucionalistas histricosinvestigan muchos enmenos dierentes. Del mismo modo, los acadmicos en esta

    comunidad ormulan sus programas de investigacin, individual y colectivamente,de ormas reconocibles y distintivas. Un acadmico institucionalista histrico gene-ralmente comienza por preguntarse sobre diversos resultados, histricamente situa-dos, de amplio inters, quizs planteando un enigma acerca de por qu un hechoimportante tuvo o no lugar, o preguntndose por qu ciertas estructuras o patronestoman orma en ciertos momentos y lugares y en otros no. Por qu las revolucioneshan ocurrido en ciertos momentos y lugares, y por qu en otros casos no? Cmodesarroll el Estado americano su patrn especco de caractersticas institucionales?Por qu los estados de bienestar emergieron y se desarrollaron en dierentes ormas?Por qu algunos pases desarrollaron democracias estables, mientras que otros nolo lograron? Bajo qu circunstancias las identidades tnicas se vuelven prominentesen la poltica nacional o internacional? El oco est en explicar las variaciones enpatrones, eventos o arreglos importantes o sorprendentes, ms que en dar cuenta delcomportamiento humano sin reerencia al contexto o que modelar procesos muygenerales presumiblemente aplicables a todos los momentos y lugares.

    En la prctica, adems, los institucionalistas histricos proceden a travs deun movimiento constante hacia atrs y adelante entre los casos, preguntas e hiptesis.A menudo, los acadmicos se sumergen en casos para encontrar nuevas preguntas,no slo para testear hiptesis previamente ormuladas. De hecho, los problemas que

    interesan a los institucionalistas histricos recuentemente provienen de identicarvariaciones del mundo real previamente no explicadas, o de notar que los patronesempricos van contra la sabidura popular o acadmica.

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    Desde el punto de vista del marketing acadmico y el reconocimiento disci-plinario, puede haber desventajas en la naturaleza sustancialmente enocada y orien-tada a los enigmas de la investigacin del institucionalismo histrico. Las contri-

    buciones suelen estar agrupadas en literaturas separadas en tpicos dierentes ydiseminadas en distintas subdisciplinas que trabajan con distintas reas o regionesdel mundo. Aunque comparten ciertas tendencias tericas y metodolgicas, los ins-titucionalistas histricos en dierentes subdisciplinas, no necesariamente interactanregularmente, situacin que puede limitar la claridad terica y rustrar el desarrollometodolgico continuo. Es ms, si los institucionalistas histricos no son sucien-temente claros sobre sus estrategias compartidas, los acadmicos que utilizan otrosenoques pueden no notar los aspectos comunes, tericamente relevantes entre lascontribuciones del institucionalismo histrico, que abordan temas y cuestiones muy

    diversos. Formas importantes de anlisis, como las ormas de conceptualizar y medirprocesos causales que tienen lugar en un perodo prolongado de tiempo, puedenvolverse menos visibles dentro de la disciplina.

    Pero la investigacin centrada en grandes problemas tambin tiene ventajasobvias. El test supremo de la ciencia social, Lewis Coser (1975:698) una vez ob-servado, puede ser resumido en una pregunta desaante: orece un aporte sustanti-vo acerca de las estructuras sociales en las que estamos inmersos y que condicionande modo proundo el curso de nuestras vidas? Los institucionalistas histricos sonconscientes de este test. Por estar tan aerrados a temas como los movimientos so-

    ciales, el desarrollo del estado moderno, el crecimiento y cada del involucramientociudadano en las democracias, los orgenes y dinmicas de las economas polticas,las transormaciones de los regmenes, y los patrones de las polticas pblicas, los ins-titucionalistas histricos evitan mirarse el ombligo. Abordan cuestiones del mundoreal, de inters para pblicos instruidos y estudiantes universitarios, sin mencionartemas que atraigan a editores de libros.

    El trabajo de los institucionalistas histricos tambin acerca separaciones den-tro de la ciencia poltica, incluyendo el golo que a veces separa a los tericos normativosde los investigadores empricos. Los dilemas normativos son recuentemente evidentesen los enmenos explorados por los institucionalistas histricos, cuyos estudios pro-veen de sustancia a los variados debates entre los tericos polticos. Del mismo modo,la agenda de investigacin institucionalista histrica involucra a tericos ormales yconductistas. La literatura sobre el desarrollo de los estados de bienestar moderno, porejemplo, ha lidiado con preocupaciones normativas clave sobre la igualdad, la demo-cracia, y la libertad, y las investigaciones empricas han permitido a los instituciona-listas histricos dialogar regularmente con tericos e investigadores. Precisamente por-que estas combinaciones han sido altamente ructeras (sobre este punto ver, Amenta,2000; Pierson, 2000b). Acadmicos de variadas vertientes tericas y metodolgicashan logrado evitar disputas estriles entre paradigmas. Bajo el liderazgo de los institu-

    cionalistas histricos, la comunidad de investigacin en su conjunto ha desarrollado deun modo continuo, explicaciones ms precisas y amplias, sobre los orgenes, variedad ydinmica de los sistemas nacionales de regulacin econmica y provisin social.

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    2. Rastreando procesos histricos

    Los institucionalistas histricos pueden plantear grandes preguntas y cerrar

    divisiones dentro y ms all de la academia, pero, cmo desarrollan sus explicacio-nes? Ya nos hemos reerido a lo que quizs sea la caracterstica ms distintiva de esteenoque: si los trabajos puntuales utilizan comparaciones o analizan diversos aspec-tos de un caso tericamente justicado, los institucionalistas histricos se toman lahistoria muy seriamente, como algo que es mucho ms que eventos situados en elpasado. Comprender un resultado interesante o un set de arreglos en general signi-ca analizar procesos a travs de un perodo sustantivo de tiempo, quizs inclusovarias dcadas o siglos. Los acadmicos que trabajan en esta tradicin han desarro-llado uertes justicaciones tericas y metodolgicas para investigaciones basadas en

    la historia, que implican no simplemente mirar el pasado, sino analizar un procesoa travs del tiempo.

    Algunas de las razones para tomarse seriamente a la historia son directas yreconocidas por los cientistas polticos de diversas vertientes metodolgicas. Extenderel marco temporal de la investigacin social obviamente ampla el rango de la expe-riencia disponible para ser sometida a examen. Esto permite, simultneamente, tenerms datos y generar mayores variaciones en los resultados. al ampliacin del terrenoemprico es especialmente importante para los cientistas polticos puesto que muchosenmenos de gran inters (especialmente los macro como las revoluciones, construc-

    cin de estados, democratizacin, construccin de estados de bienestar), ocurren conrelativamente poca recuencia, o slo parcialmente en una porcin particular del tiem-po. La investigacin histricamente inormada tambin sensibiliza a los investigadoreshacia las condiciones de los lmites temporales, o eectos de los perodos, respecto acuestiones relativas a relaciones causales. ras examinar una gama mayor de escenariosinstitucionales, un analista puede considerar la posibilidad de que eectos supuesta-mente universales se den, de hecho, solamente en circunstancias particulares.

    As, los institucionalistas histricos van ms all de estas consideracionesgenerales para teorizar acerca de las dimensiones histricas de la causalidad (Rues-chemeyer y Stephens, 1997; Mahoney, 2000b). En el mejor de los casos, las arma-ciones sobre la existencia de relaciones causales deberan ser apoyadas no solo poruna correlacin entre dos variables, sino por una teora que mostrara por qu estaconexin debera existir, as como por evidencia que permitiera apoyar esa conexinterica. De esta orma, los esuerzos por rastrear procesos sociales de un modo siste-mtico pueden hacer una contribucin esencial para apoyar o desaar armaciones acerca de la causalidad social (Bennett y George, 1997; Hall, 2001). El relativamentepequeo nmero de casos en muchos estudios histrico institucionales permite eltipo de examen detallado de procesos que puede acilitar la evaluacin de asevera-ciones sobre mecanismos causales. Adems, las aserciones con undamentos tericos

    sobre relaciones causales generalmente implican relaciones temporales particularesentre variables, donde una precede a la otra, o las dos tienen lugar esencialmenteal mismo tiempo. Los rastreos de procesos sosticados a menudo involucran uncomponente histrico sustantivo. Sin el tipo de atencin al proceso temporalmente

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    especicado -caracterstica distintiva de la academia institucionalista histrica-, losresultados importantes pasaran desapercibidos, las relaciones causales seran malen-tendidas e hiptesis valiosas probablemente no seran consideradas.

    Path Dependence, Secuencias y Coyunturas

    Un ejemplo central de por qu la historia puede ser crtica desde el puntode vista de la causalidad involucra aseveraciones sobre la path dependenceque sonrecuentes en la academia histrico institucional (ver, por ejemplo Collier y Collier,1991; Ertman, 1996; Hacker, 1998; Sheter, 1977; Huber y Stephens, 2001). Pathdependencepuede ser un trmino maoso, sin un signicado preciso, pero los me-jores acadmicos institucionalistas histricos reeren a la dinmica de los procesos

    de retroalimentacin positiva en un sistema poltico lo que los economistas llamanprocesos de rendimientos crecientes (Pierson, 2000a; Mahoney, 2000b). Los pro-cesos dependientes de la trayectoria estrictamente denidos involucran una lgicaclara: los resultados en una coyuntura crtica desatan mecanismos de retroalimen-tacin que reuerzan la recurrencia de un patrn particular en el uturo. Los procesosdependientes de la trayectoria tienen caractersticas muy interesantes. Pueden seraltamente inuidos por perturbaciones relativamente pequeas en etapas iniciales.Una vez que los actores se han aventurado en un camino particular, sin embargo, esprobable que les sea dicil revertir ese curso. Las alternativas polticas que una vez

    ueron plausibles pueden ser irrecuperables. De este modo, los eventos o procesosque tienen lugar y las coyunturas crticas que los suceden emergen como cruciales.Existen uertes bases tericas para creer que procesos que se retroalimentan

    son prevalentes en la vida poltica. Una vez que se establecen, los patrones de movi-lizacin poltica, las reglas del juego institucionales, e incluso las ormas ciudada-nas bsicas de pensar acerca del mundo poltico a menudo generarn dinmicas deretroalimentacin. Adems de traer nuestra atencin hacia las coyunturas crticaso momentos ormativos, los argumentos sobre elpath dependencepueden ayudarnosa comprender la poderosa inercia que caracteriza a muchos aspectos del desarrollopoltico. Estos argumentos tambin pueden revigorizar el anlisis del poder en lasrelaciones sociales, al mostrarnos cmo las desigualdades de poder, quizs modestasinicialmente, son reorzadas y pueden enraizarse uertemente en las organizaciones,instituciones y modelos dominantes de comprensin poltica. Los argumentos sobreel path dependencetambin proporcionan un corrector til y poderoso contra lastendencias a asumir explicaciones uncionalistas para resultados sociales y polticosimportantes. Quizs ms relevante, una apreciacin de la prevalencia del path de-pendencenos obliga a prestar atencin a las dimensiones temporales de los procesospolticos. Destaca el rol de lo que Arthur Stinchcombe ha denominado causalidadhistrica en la que las dinmicas desatadas por un evento o proceso en un punto en

    el tiempo se reproducen, incluso en ausencia de la recurrencia del evento o procesooriginal (Stinchcombe ,1968).

    La apreciacin de la dinmica de rendimientos crecientes es una justicacinimportante para enocarse en cuestiones de tiempo y secuencia, lo que constituye

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    una segunda importante justicacin terica para enocarse en procesos histricos.En procesos dependientes de la trayectoria, el orden de los eventos puede haceruna dierencia undamental. Los institucionalistas histricos que rastrean amplios

    patrones de desarrollo poltico a travs de varios pases a menudo argumentan queel tiempo y la secuencia de eventos o procesos particulares pueden importar mucho(Gerschenkron, 1962; Kurth, 1979; Sheter, 1977; Ertman, 1997). En el anlisisde Ertman sobre la ormacin del rgimen europeo, por ejemplo, se hace reerenciaal tiempo relativo de la expansin de la alabetizacin y el albor de la competenciamilitar, como elementos cruciales para trayectorias de construccin del estado. Enaquellos lugares donde los pases enrentaron desaos militares intensos anterioresa la era donde la alabetizacin se expandi, el carcter del aparato scal del estadotenda a ser muy dierente que cuando el orden de estos dos procesos era el inverso.

    El estudio de Jacob Hacker sobre el desarrollo de la poltica social norte-americana, presenta un segundo ejemplo uerte de este tipo de argumento (Hacker,2002). Hacker explora las distintas trayectorias de desarrollo pblico contra las tra-yectorias de carcter privado, tomando como control a los sistemas de salud basadosen el empleador y la provisin de jubilaciones, en los Estados Unidos durante elltimo siglo. Aunque ambos sectores de poltica tienen mezclas similares de gastopblico y privado, se han desarrollado en lneas muy dierentes. En el sistema desalud en EEUU, las intervenciones pblicas han servido como suplementos o com-pensaciones agregadas a un grupo de instituciones anteriores caracterizadas por la

    provisin privada. En contraste, en el sistema jubilatorio, un sistema central pblicose desarroll primero, mientras que los arreglos privados tuvieron un rol suplemen-tario o complementario. A travs de procesos de retroalimentacin de polticas, estassecuencias distintas de intervencin pblica y privada generaron comunidades degrupos de inters muy dierentes, cambiando tanto las preerencias como los recursospolticos de actores cruciales como los empleadores. Dado el juego interrelacionadode preerencias y grupos de inters en la poltica, los dierentes patrones de desarrolloprodujeron resultados distributivos muy distintos, dando orma a las luchas polti-cas contemporneas por la provisin social. Cualquier intelectual que simplementediscuta estas luchas contemporneas sin conocimiento de la historia que dio ormaal terreno de las preerencias y los actores, estar dejando uera gran parte de la rele-vancia causal para explicar la poltica y la hechura de las polticas contemporneas.

    Como estos argumentos desarrollados por Ertman y Hacker, muchas propo-siciones orecidas por los institucionalistas histricos sobre el impacto causal de lassecuencias estn basadas en armaciones sobre procesos de retroalimentacin o derendimientos crecientes (Pierson 2000c). La temporizacin relativa o la secuencia esimportante porque los procesos de retroalimentacin subsecuentes, que tienen lugaren el tiempo, durante la vida poltica y social, transorman las consecuencias de desa-rrollos ulteriores. Los argumentos sobre dependencia de la trayectoria y retroalimen-

    tacin explican porqu y cundo la secuencia puede ser importante. Los procesosde rendimientos crecientes durante perodos particulares generan irreversibilidades,esencialmente removiendo ciertas opciones del men subsecuente de posibilidadespolticas.

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    Al mismo tiempo, el oco especco en la secuencia arroja luz sobre cmolos argumentos sobre los procesos dependientes de la trayectoria pueden ser incorpo-rados en armaciones sobre el cambio poltico y la inercia poltica. Por ejemplo, los

    procesos dependientes de la trayectoria pueden operar para institucionalizar arreglospolticos especcos que en ltima instancia son vulnerables ante un evento o proce-so emergente en una etapa posterior del desarrollo poltico (Collier y Collier, 1991;Luebbert, 1991).

    Resulta altamente instructivo contrastar estos argumentos sobre secuenciasdependientes de la trayectoria con argumentos elaborados por tericos de la eleccinracional a cerca de las secuencias dentro de escenarios altamente institucionalizados(Shepsle, 1986). rabajando desde el teorema de la imposibilidad de Arrow, quesugiere la posibilidad de ciclos interminables en muchas situaciones de decisin co-

    lectiva, los tericos de la eleccin racional han argumentado de modo persuasivo quelos arreglos institucionales que controlan la agenda y los procedimientos de tomade decisiones pueden producir resultados estables. Estos argumentos, que tambindemuestran que las secuencias (entre otras alternativas) son cruciales, se apoyan en elequivalente de un mecanismo dependiente de la trayectoria: los pasos en una secuen-cia son irreversibles, en el sentido de que las alternativas perdedoras son eliminadasdel rango de opciones posibles. Al mostrar cmo tales irreversibilidades pueden sergeneradas en una amplia gama de contextos sociales, sin embargo, es posible ex-pandir este descubrimiento crucial a un rango mucho ms amplio de enmenos

    sociales que aquellos cubiertos por la literatura de la eleccin racional. La secuen-ciacin importa no slo par las decisiones colectivas dentro de las legislaturas, sinopotencialmente para cualquier proceso social donde la retroalimentacin signiquealternativas que se haban dejado de lado y se vuelven crecientemente inalcanzablescon el transcurso del tiempo. En los anlisis histrico comparados, estos argumentosson recuentemente aplicados a cambios sociales de gran escala como la democrati-zacin (Collier y Collier, 1991; Collier, 1999), la industrializacin (Gerschenkron,1962, Kurth, 1979), la construccin del Estado (Ertman, 1997, Sheter, 1977), o eldesarrollo de los estados de bienestar (Huber y Stephens, 2001).

    Los institucionalistas histricos tambin emplean argumentos sobre la tem-porizacin y secuenciacin para centrarse en coyunturas, entendidas como eectos deinteraccin entre distintas secuencias causales que se unen en determinados puntosdel tiempo (Aminzade, 1994; Orren y Skowronek, 1994). La habilidad para iden-ticar y explorar dichas coyunturas es una ventaja considerable de las inclinacionesmacroscpicas del institucionalismo histrico. La descripcin del liderazgo presi-dencial de Skowronek (1997) enatiza la interaccin entre capacidades sociales dedesarrollo lento con la posicin particular de un presidente individual dentro del cre-cimiento y cada de una coalicin poltica dominante. Muchas de las descripcionesdependientes de la trayectoria discutidas arriba se centran en los distintos eectos de

    interaccin producidos cuando mltiples procesos sociales se conjugan de dierentesmaneras. As, Ertman (1997) enatiza las conexiones entre la competencia military el desarrollo de las capacidades sociales para la gobernanza burocrtica, mientrasSheter (1977) analiza la interaccin con la construccin del Estado en el proceso de

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    ormacin de un partido. Estos analistas se enocan en procesos sociales distintivosque se conectan de ormas dierentes y causalmente cruciales, dependiendo de latemporizacin relativa. Estas coyunturas no se habran detectado en anlisis de micro

    nivel enocados en procesos aislados.

    Procesos causales de lento devenir

    Otra justicacin terica para enocarse en el proceso histrico consiste enllamar la atencin sobre los procesos sociales prolongados, de gran escala, pero gene-ralmente de lento devenir (Pierson, 2001). Los institucionalistas histricos buscanatender al desarrollo tanto de procesos causales como de resultados polticos impor-tantes en perodos de tiempo prolongados. La mayora de los cientistas polticos estn

    uertemente predispuestos a enocarse en aspectos de procesos causales y resultadosque ocurren muy rpidamente. Aun as, muchas cosas en el mundo social tardan untiempo considerable en producirse. Algunos procesos causales y resultados tienen lu-gar lentamente porque son incrementales; simplemente les toma tiempo producirse.Los cambios en los sistemas jubilatorios, por ejemplo, no se traducen por completoa los niveles de gasto pblico por medio siglo o ms. Una segunda posibilidad es lapresencia de eectos umbral, en el entendido que muchos procesos sociales puedentener un signicado menor hasta que logran alcanzar una masa crtica, que puedeluego desatar un cambio mayor (McAdam ,1982; Goldstone, 1991; Baumgartner y

    Jones, 1993). De modo alternativo, los procesos de lento devenir pueden involucrartransormaciones que son probables durante cualquier perodo particular y por lotanto pueden ser necesarios varios perodos antes de que la transormacin tenga lu-gar. En tales circunstancias, el resultado social de inters puede no tener lugar hastatiempo despus de la aparicin de actores causales clave. Particularmente cuando seenoca en procesos macroscpicos, la investigacin institucionalista histrica est amenudo interesada primariamente en las precondiciones estructurales para resulta-dos particulares, ms que en la temporizacin especca de esos resultados (Collier,1999; Moore, 1966; Rueschemeyer, Stephens, y Stephens, 1992). Cuando trabajanya sea causas estructurales o eectos umbral, los analistas que adoptan un perodo detiempo breve probablemente se enoquen errneamente en los actores idiosincrti-cos o desencadenantes que producen resultados. Dado que algunas condiciones cru-ciales pueden cambiar solo lentamente, los analistas que estudian perodos de tiempoacotados se vern uertemente inclinados a tomarlas como jas y, por lo tanto, irrele-vantes para su descripcin causal (Rueschemeyer, Stephens y Stephens, 1992).

    Otra posibilidad es que los procesos causales involucren cadenas con variasconexiones, que requieren algn tiempo para resolverse. Mientras que cadenas cau-sales de este tipo estn en uncionamiento, los anlisis deben enmarcar sus estudiosen una escala de tiempo amplia. El trabajo inuyente de Collier y Collier sobre la

    incorporacin de los trabajadores en Amrica Latina presenta argumentos de estetipo, donde los resultados ltimos de inters reejan una secuencia de desarrollosclave por perodos extendidos de tiempo (Collier y Collier, 1991). De hecho, estetipo de armaciones sobre procesos causales de largo plazo, multi-etpicos a menu-

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    do se evocan en trabajos sobre la construccin del estado (Flora 1999a, 1999b) o lademocratizacin (Luebbert, 1991; Collier, 1999).

    Swank (2001) orece un reciente ejemplo instructivo al respecto. Al valorar

    el impacto de las instituciones polticas en el retraimiento del estado de bienestar,critica el enoque de sostiene que las instituciones ragmentadas limitan los recortesa travs del aumento del nmero de puntos de veto disponibles para los deensoresdel status quo. Swank argumenta que esto es as, pero nota que los eectos indirectos,de largo plazo, de la ragmentacin institucional, se maniestan sobre todo en laotra direccin. No solo la ragmentacin institucional limita la expansin inicial delestado de bienestar, sino que reuerza la heterogeneidad social, inhibe el acompasa-miento de grupos de inters y debilita los compromisos culturales con las polticassociales universalistas. odos estos eectos de largo plazo ortalecen a los oponentes

    del estado de bienestar y debilitan a sus deensores. De esta manera, muchos de loseectos ms importantes de la ragmentacin institucional se producen solo indi-rectamente y por perodos de tiempo prolongados. Los anlisis ahistricos buscanconsiderar los eectos de las instituciones mientras mantenan constantes otras va-riables, aunque pero estas variables ueran en parte las consecuencias de largo plazode las estructuras institucionales. Estas investigaciones tienden, por lo tanto, a haceruna lectura errnea del impacto de las estructuras institucionales en la poltica delestado de bienestar.

    Los analistas que no ponen atencin en estas dimensiones de lento movi-

    miento de la vida social suelen ignorar hiptesis potencialmente uertes. ienden ano valorar el rol de muchas variables sociolgicas como la demograa (Goldstone,1991), la alabetizacin (Ertman, 1997), o la tecnologa (Kurth 1979), as como elimpacto de otras presiones de construccin lenta como la competencia militar y lasobrecarga scal (Skocpol, 1979). Sus explicaciones pueden enocarse en actoresdesencadenantes ms que en causas ms proundas (Kitschelt, 1999). Quizs msundamentalmente, pueden allar incluso en la identicacin de algunas preguntasimportantes sobre la poltica porque los resultados relevantes se producen en ormademasiado lenta y quedan, por lo tanto, uera de su espectro de bsqueda.

    La historia como proceso, no solo ilustracin

    En las ormas que hemos revisado, la atencin terica a los procesos hist-ricos representa una ventaja comparativa ormidable del institucionalismo histri-co, especialmente, porque esta perspectiva se vincula con el anlisis macroscpicoenocado en instituciones y organizaciones, adems de conglomerados humanos.Mucha de la investigacin en la tradicin conductista utiliza encuestas que orecenuna otograa en el tiempo. Incluso cuando las encuestas se repiten para oreceruna serie longitudinal, es raro, de hecho, que los analistas conductistas consideren

    contextos institucionales cambiantes, coyunturas crticas o procesos dependientes dela trayectoria de gran escala, como actores relevantes de una perspectiva causal delos modos cambiantes del comportamiento individual. Existen excepciones, cierta-mente, como la diseccin que realizan Carmines y Stimson (1989) del proceso por

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    el cual la raza se transorm en un tema transormador de la poltica partidaria deEEUU, o la consideracin ocasional del impacto de la Segunda Guerra Mundial enel desarrollo del curso de la vida de los adultos norteamericanos de nales del siglo

    XX (Putnam, 2000). Sin embargo, en gran medida, el anlisis de encuestas se basa endatos extrados en un momento particular sobre actitudes y comportamientos auto-reportados para explorar hiptesis de nivel individual sobre patrones individuales demasas. El cambio en el tiempo solamente entra en la discusin de un modo especu-lativo, como cuando un investigador reporta dierencias entre mujeres trabajadorasy amas de casa en un momento en el tiempo, y luego proceden a especular con quelas proporciones cambiantes de tales personas en la poblacin pueden signicar uncambio social continuo.

    Para asegurarse, algunos acadmicos de la eleccin racional se han avoca-

    do en los ltimos aos a desarrollar estudios histricos de caso. Pero muchas delas ventajas analticas que hemos destacado, suelen estar ausentes en esos trabajos,puesto que el pasado es incluido solo en un sentido muy restringido (lo que podra-mos denominar historia ilustrativa). Modelos previamente establecidos pueden seraplicados de modos interesantes para ejemplos del pasado (Bates et.al., 1998), perolas herramientas de la teora de juegos terminan siendo poco apropiadas para anali-zar coyunturas o explorar procesos macro de lento desarrollo (Elster, 2000; Munck,2001). La teora de la eleccin racional enrenta entonces dicultades considerablesal moverse del nivel de anlisis micro al meso o macro, que son tpicamente aplicados

    en trabajos que analizan procesos durante largos perodos de tiempo. El hecho deque la teora de la eleccin racional se apoye en agendas originadas por la teora y enla identicacin de un terreno emprico avorable para sus mtodos, nos conduceinevitablemente nuevamente a un nasis en lo micro. Y los resultados de la teora dejuegos rpidamente se vuelven indenterminados o muy complejos, a medida que seaumenta el nmero de actores involucrados (de hecho, en la teora de juegos el pro-blema de la indeterminacin es a menudo muy recuente, incluso a niveles micro).El hecho de que muchos procesos macro tomen un tiempo considerable en emergerpresenta una dicultad adicional, en tanto la teora de juegos generalmente requie-re que todos los actores, preerencias y pagos relevantes sean establecidos y jadossimultneamente al comienzo de un juego. En suma, existen obstculos reales en lateora de la eleccin racional para la consideracin seria de muchos aspectos clave delos procesos histricos9.

    9 Aun donde la teora de la eleccin racional est mejor equipada, ha realizado movimientos limitados

    en esa direccin. Por ejemplo, el importante trabajo de Douglass North, que incluye alpath dependenceyenoca procesos histricos de larga duracin, ha sido ampliamente ignorados por los tericos de la rationalchoice(Harvey, 1998). ampoco, a pesar de las ocasionales insinuaciones (Aldrich 1994), la teora de laeleccin racional ha tenido el potencial de generar aproximaciones ms ricas y amplias sobre la secuenciadel teorema de Arrow.

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    3. Anlisis de las instituciones en contexto

    El institucionalismo histrico se caracteriza tanto por la segunda parte de

    su etiqueta como por la primera. Pero, qu signica institucionalismo para estaamilia de intelectuales? Podemos decir de gran parte de la ciencia poltica contem-pornea lo que Richard Nixon dijo una vez sobre el keynesianismo: ahora todos somosinstitucionalistas. Aunque esto sea un poco exagerado, en la ciencia poltica actualmuchos intelectuales analizan cmo las instituciones inuyen sobre el comporta-miento poltico y dan orma a procesos que van desde la toma de decisin a nivelparlamentario a lo propio en los movimientos sociales (Hall y aylor, 1996). ComoTelen (1999) ha sealado, tanto los institucionalistas de la teora de la eleccinracional como los histricos presumen que las rutinas organizacionales imbricadas

    tienen un rol crucial en la asignacin de recursos y estructuracin de iniciativas,opciones y limitaciones enrentadas por los participantes polticos. En este sentido,el institucionalismo es, de hecho, un enoque compartido ampliamente en la cienciapoltica contempornea.

    Pero aunque institucionalistas de dierentes tipos han convergido en pregun-tas y respuestas complementarias (Telen 1999: 372-81), aun existen dierencias im-portantes. Los acadmicos de la eleccin racional suelen enocarse en las reglas deljuego que proveen soluciones de equilibrio a dilemas de accin colectiva. Mien-tras tanto, los institucionalistas histricos descubren balances de poder y recursos

    complejos, y ven a las instituciones como productos desarrollados a partir de luchasentre actores desiguales. Los acadmicos de la eleccin racional a menudo se enocanen un set de reglas a la vez. Los institucionalistas histricos, en contraste, realizananlisis de nivel meso o macro que consideran mltiples instituciones en interaccin,operando en contextos ms amplios. Los institucionalistas histricos no presumenque varias piezas institucionales que se intersectan puedan encajar en un todo co-herente, y por esa razn prestan mucha atencin a las ormas, como mltiples reasinstitucionales y procesos que se intersectan, a menudo creando intencionalmenteaperturas para actores que desatan cambios. Los institucionalistas histricos analizanlos orgenes, impacto y estabilidad o inestabilidad de conguraciones institucionalesenteras, algunas veces para explicar los arreglos institucionales en s mismos y otraspara utilizar variables que reeren a conguraciones institucionales para explicar re-sultados de inters.

    Eectos institucionales

    Gran parte de la investigacin en el institucionalismo histrico adopta unenoque de nivel meso, concentrndose, por ejemplo, en los desarrollos de polti-cas en un rea particular (Hacker, 1998; Immergut, 1992; Weir, 1992) o cambios

    en reas organizacionales (Skocpol, Ganz, y Munson, 2000). Los institucionalis-tas histricos tambin pueden abordar los desarrollos de niveles macro, como lastransormaciones intelectuales modernizadoras (Wuthnow, 1989) o la ormacin delEstado (Anderson, 1986, Doyle, 1986; illy, 1978; Downing, 1992; Ertman, 1997;

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    Skowronek, 1982). En cualquier caso, los anlisis tienden a destacar y explorar lascausas que operan en los niveles interorganizacionales o interinstitucionales. Cierta-mente, los institucionalistas histricos aceptan el principio de que las causas deberan

    ser, en ltima instancia, consistentes con descripciones plausibles de la motivacin yel comportamiento individual (Little, 1991). Pero tambin creen que los patrones derecursos y relacionamiento en los que se encuentran los individuos tienen poderososeectos canalizadores y delimitadores. Por lo tanto, los institucionalistas histricosbuscan hacer visibles esos patrones y rastrear sus impactos causales.

    Los institucionalistas histricos raramente se enocan en un solo lugar ins-titucional u organizacional, como suelen hacer los acadmicos aliados a la eleccinracional. En cambio, analizan como los grupos de organizaciones e instituciones serelacionan unos con otros y dan orma a los procesos o resultados de inters. Existe

    una uerte tendencia a dudar del poder de muchas armaciones sobre los eectos ins-titucionales que descansan exclusivamente en un anlisis de una institucin aislada.En cambio, los institucionalistas histricos generalmente esperan ver eectos pode-rosos que surgen de la interaccin entre instituciones, o entre instituciones y orga-nizaciones. La investigacin sobre el desarrollo de polticas en Estados Unidos, porejemplo, se enoca en el juego interrelacionado entre mltiples actores en escenariosinstitucionales diversos (Skocpol 1992; Weir 1992). El anlisis de Melnick (1994)sobre la revolucin de los derechos que ha alimentado la expansin regulatoria enEEUU es un buen ejemplo. Rastrea esa revolucin a travs de mltiples lugares y

    durante un perodo amplio de tiempo, y demuestra que la misma debe ser entendidacomo el resultado de una interaccin entre las Cortes y el Congreso, con organiza-ciones de ciudadanos emergentes que juegan un rol crucial en distintos escenariosinstitucionales. Los deensores del activismo poltico en las Cortes Federales y en loscomits del Congreso han sido capaces, a travs del juego interrelacionado de lascmaras, de impulsar sus agendas ms all de lo que la mayora del Congreso habraproducido por s misma.

    De un modo similar, el trabajo reciente tanto en la economa polticacomparada (Kitschelt, Lange, Marks y Stephens, 1999) como en la poltica social(Esping-Andersen, 1990; Huber y Stephens, 2001) ha buscado explicar cmo con-guraciones de polticas, instituciones ormales y estructuras organizacionales, ge-neran regmenes de Estado de bienestar distintos o variedades de capitalismoque operan de ormas undamentalmente dierentes. Los resultados son generadosno por algn principio universal operante, caracterstico de un tipo dado de actor orea de actividad, sino por intersecciones de prcticas organizadas (como los merca-dos de trabajo, estructuras jas o argumentos de poltica cruciales) Estas prcticas amenudo se habran originado en dierentes momentos y por tanto, se habran desa-rrollado conguraciones que dan ventaja a ciertos actores clave (como asociacionesde empleadores y sindicatos de trabajadores). Dichos actores trabajan para mantener

    la conguracin mientras las circunstancias econmicas, culturales y geopolticascambian.

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    Desarrollo Institucional

    Las cuestiones relativas al desarrollo institucional de largo plazo tambin son

    centrales para las agendas de investigacin de los institucionalistas histricos (Telen1999). Los institucionalistas histricos suelen sospechar de las explicaciones uncio-nales, en las que los resultados institucionales se explican por sus consecuencias. Endichas ormulaciones uncionales, las instituciones se desarrollan por su capacidadpara resolver ciertos problemas colectivos. El argumento explcito o implcito es quelos actores racionales prodjeron dichos resultados para resolver esos problemas.

    Como se sugiere arriba, la preocupacin por cuestiones relativas al desa-rrollo institucional dentro del institucionalismo histrico se vincula uertemente alas teorizaciones acerca de la relevancia causal o los orgenes, secuencias y procesos

    temporales. Las descripciones uncionalistas de las instituciones parecen ms plausi-bles cuando las investigaciones toman una otograa, puesto que los eectos de largoplazo y las capas inconsistentes del desarrollo institucional (ver Schickler 2001)no suelen notarse de inmediato. En la mayora de los casos, los analistas sincrnicossimplemente describen una institucin para descubrir benecios para actores parti-culares. Los analistas luego ineren que estos benecios explican la institucin, im-plicando que los actores que tienen una ventaja presente (o sus antecesores) crearonla institucin para producir los benecios. Esta es una hiptesis plausible, pero essolo una hiptesis. Una investigacin prolongada de los orgenes y dinmicas insti-

    tucionales a menudo no apoya estas lneas de pensamiento.A travs del examen de cuestiones relativas a los orgenes institucionales yel cambio a lo largo de un perodo prolongado de tiempo, los institucionalistas his-tricos han podido subrayar un nmero de problemas potenciales de las descrip-ciones uncionalistas (Telen, 1993, 1994, 1999; Pierson, 2000). Las mismas sona menudo dudosas debido a la gran brecha temporal que existe entre las accionesde los actores y las consecuencias de largo plazo de sus decisiones. Los actores po-lticos, enrentados a las presiones de lo inmediato o escpticos sobre su capacidadpara producir eectos de largo plazo, eventualmente pueden prestar poca atencinal porvenir. Por lo tanto, los eectos de largo plazo de las decisiones institucionales,que son recuentemente los ms proundos e interesantes, deberan ser vistos comoproductos de procesos sociales (preerencias congeladas en palabras de Riker) msque como el resultado de las metas concretadas por ciertos actores.

    Una segunda cuestin tiene que ver con las consecuencias no buscadas. Auncuando los actores estn preocupados por el uturo en sus esuerzos por disear insti-tuciones, los mismos operan en escenarios de gran complejidad y alta incertidumbre;en consecuencia, con recuencia cometen errores. Por lo tanto, las instituciones pue-den no ser uncionales incluso en un contexto de actores con visin de largo plazo,porque no operan del modo esperado. Aunque son ampliamente reconocidas como

    signicativas en la poltica real, los cientistas polticos recuentemente tratan a lasconsecuencias no buscadas como un error o simplemente las ignoran. En estudioscross-sectionalde las instituciones, el tema de las consecuencias no buscadas desapa-rece, ya que las consecuencias de largo plazo de las decisiones institucionales o los

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    actores originales que generaron la eleccin institucional, estarn uera del espectrode anlisis. En contraste, los institucionalistas histricos que examinan el desarrolloinstitucional regularmente remarcan las sorprendentes consecuencias de largo pla-

    zo de elecciones polticas y conictos anteriores (Anderson, 1986; Luebbert, 1991;Skocpol, 1992; Telen, 1999, 2000).

    Finalmente, los institucionalistas histricos demuestran las ormas en quelas instituciones son reconstruidas en el tiempo (Telen 1999, 2000). A consecuen-cia de los uertes eectos del path dependence, las instituciones no son cilmentedesechadas cuando las condiciones cambian. En cambio, las instituciones tendrnuna cualidad de niveles (Schickler, 2001; Stark y Bruszt, 1998). Nuevas iniciativasson introducidas para abordar demandas contemporneas, pero agregan, en vez dereemplazar a ormas institucionales preexistentes. Alternativamente, las viejas insti-

    tuciones pueden persistir pero adquirir otros usos por nuevos grupos ascendentes.En cualquier caso, es plausible que las decisiones originales guren uertemente en eluncionamiento actual de la institucin. Por lo tanto, las instituciones rara vez sernsoluciones ptimas a dilemas de accin colectiva.

    En ltima instancia, concentrar la atencin en la historia y en el anlisis deniveles meso o macro de las conguraciones institucionales resultan estrategias de in-vestigacin altamente complementarias y promisorias. El rastreo de la poltica a tra-vs del tiempo resulta de gran ayuda para identicar los lmites de las aseveracionestericas particulares. Aun ms signicativo, el nasis que ponen los institucionalistas

    histricos en las coyunturas y la secuenciacin, conduce inevitablemente la atencinhacia las conexiones temporales entre procesos sociales, y resalta la importancia delanlisis meso y macro de las conguraciones institucionales. Es ms, mientras losprocesos delpath dependencey de rendimientos crecientes, pueden desarrollarse enniveles micro (por ejemplo, en el modo en como los individuos desarrollan y reuer-zan mapas mentales particulares del mundo social) con resultados ms signicativosque los de los niveles meso o macro. Frecuentemente, setsparticulares de institu-ciones y organizaciones se reuerzan mutuamente o son complementarios, pues lapresencia de uno reuerza las tendencias para el desarrollo del otro. De este modo,el proceso puede ser visto como un tipo de co-evolucin o seleccin que tiene lugarpor perodos de tiempo considerables. Un buen ejemplo es la reciente investigacinen economa poltica comparada enocada en las variedades de capitalismo (Hall ySoskice, 2001.; Estevez-Abe, Iversen y Soskice, 1999; Soskice, 1999), que enatiza encomo dierentes economas polticas se han desarrollado en lneas sustantivamentedierentes a las consecuencias de la co-evolucin de las estructuras organizacionalese institucionales. Argumentos similares se han vuelto comunes en la investigacincomparada sobre el desarrollo de los estados de bienestar (Shalev, 1998; Huber yStephens, 2001).

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    Confguraciones Causales y Eectos de Contexto

    El uerte nasis del institucionalismo histrico en los eectos de interaccin

    reeja algunos supuestos de trabajo centrales acerca de cmo operan la mayora delos procesos sociopolticos. Los analistas son uertemente aectados por sus presun-ciones bsicas sobre cmo uncionan los procesos sociales, y tienden a enmarcarsus problemas, generar hiptesis y emplear mtodos y diseos de investigacin queencajen con ellas (Abbott, 1988; Hall, 2000). Los conductistas, por ejemplo, estnsatisechos con el uso de tcnicas estadsticas para analizar datos de tantos casoscomo sea posible, porque estn preparados para asumir el hecho de que variablesmuy generales que operan independientemente unas de otras se renen para darcuenta de los patrones de comportamiento que tratan de explicar. Los instituciona-

    listas histricos, en contraste, asumen que las variables operativas pueden no ser in-dependientes unas de otras. Cuando se trata de analizar los orgenes e impacto de lasinstituciones, variables causalmente importantes estn recuentemente ligadas en elmundo real, y pueden existir recorridos causales alternativos para resultados similares(Ragin, 1987; Shalev, 1998). Los institucionalistas histricos tienden a sospechardesde el comienzo que variables causales de inters sern uertemente inuidas porcontextos mayores tanto culturales como institucionales (Abbott, 1994). eniendoen cuenta estas explicaciones, la investigacin en esta tradicin tiende a moverse deinstituciones aisladas a contextos ms amplios (los institucionalistas histricos miran

    tanto el bosque como los rboles). Y casi siempre buscan descubrir y explicar el impac-to de las conguraciones de organizaciones e instituciones en resultados de inters(Katznelson, 1997).

    Adems de presumir y concentrar la atencin en conguraciones causalesconceptualizadas en los niveles organizacional e institucional, existe otro modo enque los institucionalistas histricos destacan eectos de interaccin. En general lohacen apuntando a contextos ms generales (tipos de regmenes, eras, regiones, cul-turas) que jan lmites alrededor de la teorizacin que se realice en cualquier estudio.Los institucionalistas histricos rara vez buscan escribir sobre toda la humanidad atravs de toda la historia. Al rastrear los ttulos de los trabajos institucionalistas hist-ricos ms destacados, por ejemplo, se encontrar los nombres propios de regiones delmundo y/o echas de comienzos y n, destacando el perodo especco que cubre elargumento. Esto no se hace porque los institucionalistas histricos en ciencia polticatraten de ser historiadores; no aspiran a cubrir todo, o solo contar historias sobreun tiempo y un lugar. ampoco las echas se mencionan para describir coyunturascrticas cuando ocurre un cambio que el analista busca explicar (por ejemplo, Cle-mens, 1997; Skowronek, 1997). Ms all de un uso tan obvio de las echas y lugares,los institucionalistas histricos recuentemente jan lmites a la aplicabilidad de susargumentos causales, sosteniendo de orma tericamente explcita los motivos por

    los cuales las variables aparecen y se combinan de determinada manera, pero puedenno existir o combinarse de la misma orma en perodos ulteriores.

    Por ejemplo, en su libro sobre el crecimiento (o no) y xito (o racaso) de losmovimientos revolucionarios liderados por guerrillas, imothy Wickham-Crowley

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    (1992) desarrolla un anlisis causal riguroso y sugiere que su modelo se conectacon explicaciones tericas de las revoluciones en muchas regiones y pocas. PeroWickham-Crowley limita su argumento cuidadosamente, restringindolo a Amrica

    Latina a partir de 1956. En trminos analticos, explica que ciertos desarrollos yeventos singulares crearon condiciones para generar muchas guerrillas con objeti-vos y mtodos similares, dando lugar, as, a variables que explora para dar cuentadel xito o racaso de los movimientos. Finalmente, la cuidadosa delimitacin deWickham-Crowley del contexto global dentro del cual se desarrolla su anlisis, re-uerza su poder terico. Mientras nos movemos hacia otros continentes y perodos,podemos preguntarnos sobre los cambios que pueden inuir en las variables en juegoy las relaciones posibles entre ellas.

    Otro modo en que los institucionalistas histricos trabajan es yuxtaponien-

    do, deliberadamente, dos o ms contextos, para mostrar cmo conguraciones devariables analizadas anteriormente pueden desarrollarse en ormas dierentes cuandoel contexto de relevancia cambia. En la literatura sobre las revoluciones, Goodwin(2001) hace esto mismo. Primero, desarrollando explicaciones para xitos y racasosrevolucionarios en Amrica Central y Asia del Este, y luego, destacando los actoresdierentes y las condiciones que se ponen en juego dentro de cada regin. En suabordaje de un problema muy dierente, Pierson (1994) identica variables sobre lasinstituciones y caractersticas de poltica establecidas que pueden explicar por qu lospolticos conservadores britnicos y estadounidenses tuvieron xito o racasaron en

    sus recortes de polticas sociales. Sin embargo, tambin se detiene y destaca que lasrelaciones causales que gobiernan la determinacin de polticas son muy dierentesen el perodo reciente de austeridad, de lo que ueron durante perodos anteriores enque los estados de bienestar estaban ampliamente expandidos.

    Los acadmicos en otras grandes tradiciones de ciencia poltica recuente-mente ponen mucha menos atencin en los contextos que los institucionalistas his-tricos, en parte porque preeren centrarse en comportamientos de nivel individualo micro procesos, pero tambin porque se niegan a escribir como historiadores.Pero, irnicamente, el resultado puede ser menos poderoso tericamente. Los con-ductistas se apoyan en tipos de datos que estn solo disponibles en un lapso detiempo, o solo por perodos breves, pero no necesariamente reexionan sobre lo queeso signica. Como resultado, contextos relevantes pueden pasar desapercibidos, sinser debidamente conceptualizados. Por ejemplo, los conductistas a veces no tomanen cuenta que patrones de nivel individual muy similares -que renen a un mayor omenor nmero de organizaciones voluntarias, con dierentes tasas de votacin- pue-den tener signicados muy dierentes, dependiendo de los tipos de organizaciones oinstituciones que predominen en una nacin o era dada. Las teoras invocadas en losestudios conductistas pueden terminar siendo proundamente inespeccas.

    Los acadmicos de la eleccin racional, mientras tanto, escriben como si

    los modelos que presentan ueran innitamente generalizables, incluso mientras sesaltean toda clase de especicidades culturales, institucionales y de poca en sus ope-racionalizaciones empricas. Esta puede signicar una orma ptima de argumentarque supuestamente la ciencia poltica debe generalizar. Sin embargo, en la prctica,

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    este tipo de enoque supone dejar implcitas variables importantes por el camino yno lograr ver cmo condiciones cambiantes en el ambiente pueden conducir al de-sarrollo y modicacin de esas mismas variables. Una vez ms, la preerencia de los

    tericos de la eleccin racional por examinar micro escenarios reuerza uertementeesta tendencia.

    4. Estrategias de investigacin y la acumulacin de conocimiento

    El abordaje de las grandes preguntas del mundo real, el rastreo de los proce-sos a travs del tiempo, y el anlisis de conguraciones y contextos institucionales,son las caractersticas que denen al institucionalismo histrico como una de las

    grandes estrategias de investigacin en la ciencia poltica contempornea. Hemosenatizado las ventajas comparativas que estos enoques orecen para comprendermejor el gobierno y la poltica. Pero debemos reconocer tambin los argumentosde los crticos que descartan al institucionalismo histrico como un enoque vlidopara hacer ciencia social acumulativa. Los crticos del institucionalismo histrico conrecuencia proponen maniestos anunciando que los estudios de caso y las compa-raciones de un N pequeo no pueden generar conocimiento vlido, puesto que loscasos no son seleccionados al azar y puede no haber sucientes grados de libertadestadsticos para testear rigurosamente todas las hiptesis posibles (Geddes, 1990,

    Goldthorpe, 1991, Lieberson, 1991). Los metodlogos estadsticos (como King,Keohane, y Verba, 1994) tambin se preocupan de que la proclividad del institu-cionalismo histrico a abordar temas signicativos lo predisponga a la seleccin enbase a la variable dependiente, esto es, elegir casos donde un enmeno de intersha ocurrido, al tiempo que ignoran las instancias donde no ha ocurrido. Los librosy artculos institucionalistas histricos son en ocasiones criticados de sta y otrasormas.

    La verdadera cuestin es si los institucionalistas histricos en general se hanencaminado hacia un callejn sin salida porque sus estudios, considerados colectiva-mente, as como individualmente, no estn diseados correctamente. Este no es ellugar para una revisin exhaustiva de la prousin de reexiones metodolgicas eneste gnero, pero los mojones ms importantes en el camino pueden ser menciona-dos.

    Los desaos metodolgicos han sido desde nuestro punto de vista buenospara el institucionalismo histrico. No solo las crticas han sido el testimonio dela visibilidad e impacto intelectual de estos estudios. Los desaos han tenido ungran impacto, impulsando a los institucionalistas histricos a hacer explcitas suspresunciones metatericas y anar sus argumentaciones y herramientas para hacerestudios macroscpicos e histricos vlidos. Una serie de acadmicos, por ejemplo,

    ha preguntado cmo los estudios pueden estar mejor diseados para analizar causa-lidades conguracionales y procesos temporales seriamente. En otras palabras, si losinstitucionalistas histricos dudan que variables aisladas, altamente generales tenganeectos uniormes en distintos contextos, y sin importar las interacciones con otros

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    actores, cmo pueden los diseos de investigacin dar lugar a exploracin empri-ca adecuada de hiptesis sobre contextos y conguraciones. Si los institucionalistashistricos destacan mecanismos en vez de la simple asociacin en los argumentos

    causales, cmo puede hacerse el rastreo de procesos de un modo riguroso? Y qucriterios deben tomarse para demostrar argumentos vlidos sobre la dependencia dela trayectoria, coyunturas crticas, o eectos de secuencia? Si bien Pierson (2000c),Telen (2000), y otros se han enocado en primer lugar en las caractersticas tericasde los argumentos sobre la causalidad temporal, sus reexiones tambin jan estn-dares empricos a ser alcanzados en el anlisis de caso y los estudios comparativosque tienen por objetivo establecer la presencia de procesos o eventos causalmenterelevantes.

    Reexionando sobre las ortalezas y lmites de cientos de estudios en diver-

    sas literaturas importantes, los acadmicos orientados metodolgicamente tambinhan argumentado acerca del valor del estudio de caso en proundidad y de las com-paraciones de un N pequeo o mediano (Mahoney, 2000a; Munck, 1998; Ragin,1987; Rueschemeyer y Stephens, 1997). La seleccin de casos al azar por ejemplode regimenes particulares o naciones- a menudo no resulta apropiada y est lejosde ser la mejor orma de testear con rigor las hiptesis. Sean cuales sean los riesgoso retrocesos, las hiptesis pueden ser rigurosamente testeadas incluso cuando losacadmicos no pueden tomar grandes muestras de casos verdaderamente indepen-dientes (para una excelente revisin de estrategias de intererencia en investigaciones

    con N pequeo ver Mahoney 2000a). Estrategias alternativas de intererencia causalhan sido desarrolladas y aplicadas, porque existen importantes ventajas para enocarlas agendas de investigacin en un nmero de casos pequeo e indeterminado, in-cluyendo instancias de resultados sustantivamente uertes y resultados y arreglos quequeramos comprender (Collier y Mahoney, 1996; Dion, 1998; McKeown, 1999;Munck, 1998; Ragin, 1997; Rueschemeyer y Stephens, 1997).

    Por ejemplo, es poco probable que un intelectual que desea comprender lasrevoluciones desee comenzar con un grupo de momentos y lugares escogidos com-pletamente al azar. ratar de dejar claro que las revoluciones obvias estn incluidasen su investigacin. Pero en los mejores estudios anteriores sobre las revolucionescomo en muchas otras literaturas sobre el institucionalismo histrico ha sido unstandard para testear hiptesis con comparaciones entre casos positivos donde losenmenos de inters tienen lugar y se emparejan con casos negativos donde losenmenos no tienen lugar (Skocpol, 1979; Goodwin, 2001). En reerencias a losestudios comparativos en diversas literaturas temticas, los anlisis han yuxtapuestoperodos de tiempo, regiones y sectores de poltica, cambiando lo que pareca seruna o unas pocas instancias nacionales en escenarios para muchos casos comparadosmuy cuidadosamente. E incluso dentro de los estudios de caso, las observacionesempricas se han visto multiplicadas en la ormulacin y testeo de hiptesis sobre los

    mecanismos que conectan las causas a los eectos (Bennett and George, 1997). odasestas estrategias de anlisis han sido utilizadas con buenos resultados por estudios derenombre en el institucionalismo histrico y las literaturas metodolgicas recientesacilitarn a los uturos acadmicos el reconocimiento y aplicacin de los estndares

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    y justicaciones de mejores prcticas en estudios de caso y de N pequeo.Sin importar qu teoras o mtodos de investigacin se utilicen, los estudios

    individuales aislados no hacen ms que mover la empresa intelectual uno o dos pasos

    adelante. La academia es un emprendimiento inherentemente comunal y tambines apropiado reexionar sobre qu tan bien los clusters de acadmicos acumulandescubrimientos vlidos e importantes. Es aqu donde los institucionalistas histri-cos lo hacen bien, desde nuestra perspectiva, puesto que la investigacin orientada aproblemas acilita exactamente el tipo de acumulacin intelectual que permite queuna comunidad de investigadores progrese en el tiempo.

    Dado que los institucionalistas histricos tienden a abordar grandes cuestiones,humanamente importantes, los acadmicos de dierentes generaciones suelen retornara los mismos temas. En eecto, dentro de cada generacin surgen personas inteligentes,

    que desean discutir sobre cul es el mejor modo para enmarcar las preguntas y describirpatrones que vale la pena explicar. Las personas reexaminan los casos y las hiptesis, yextienden las mismas a nuevos grupos de casos. Un buen ejemplo es descrito en la re-visin de Jim Mahoney sobre varias dcadas de investigacin institucionalista histricaacerca de los orgenes y dinmicas de los regmenes democrticos y autoritarios. Enesta literatura, la investigacin parti de trabajos pioneros que jaron la agenda (porejemplo, Barrington Moore, 1966, ODonnell, 1973, Linz, 1978), con olas de subse-cuentes acadmicos ejecutando docenas de estudios histricos e histrico comparativosque sirvieron para reutar algunos argumentos, renar otros, descubrir nuevas lneas

    de argumentacin causal, y extender conclusiones a distintas pocas y continentes. Lainvestigacin acumulada ahora nos orece una imagen convincente de cundo, cmo ypor qu dierentes tipos de regmenes han surgido en diversos continentes durante granparte de la historia del mundo moderno.

    Desde luego, los acadmicos en otras tradiciones importantes tambin sepiensan como ejecutantes prcticos de la ciencia poltica acumulativa, y no sugeri-mos que el progreso constante pueda ocurrir solo en reas donde los institucionalistashistricos predominan. Pero vale la pena mencionar que grupos de intelectuales quedenen la acumulacin en trminos tericamente ortodoxos, o que se dejan capturarpor sus herramientas metodolgicas, pueden conducirnos a callejones sin salida.

    Los acadmicos de la teora de la eleccin racional recuentemente ocali-zan sus agendas de investigacin en dilemas generados internamente por su teoraprincipal. Ejemplos prominentes de problemas derivados de la teora incluyen laprevalencia del voto (ver Green y Shapiro 1996 para una crtica) y la relativa ausenciadel estilo Arrow de dinmicas cclicas en el Congreso. Cada uno de estos proble-mas ha generado una cantidad masiva de trabajos publicados, y no hay duda deque las respuestas producidas se han vuelto ms sosticadas con el tiempo. Lo queest menos claro es si estas agendas han generado conocimiento que dialogue conlos grandes problemas sociales, o que sea de inters signicativo para cualquier otro,

    adems de los entusiastas de la teora de la eleccin racional. Cmo se manejaran es-tos cuerpos de trabajo si nos hacemos la pregunta de James Rule (1997) para evaluarprogramas de investigacin:sera posible que alguien uera de tu campo diera cuentade la utilidad del conocimiento que produces?

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    Los mtodos de investigacin rgidamente atados a las presunciones tericastambin pueden impulsar las agendas de investigacin de la eleccin racional haciacanales constrictores. Con la teora de juegos como la herramienta analtica central,

    los estudios cilmente se connan a modelar la accin estratgica al nivel micro. Lospracticantes de la eleccin racional tpicamente se enocan en los contextos polticoscon actores estratgicos coherentes preerentemente individuos, como polticos ocandidatos- que operan en contextos particulares, bien delimitados como las legis-laturas donde las elecciones son claramente identicables y los pagos relativamentetransparentes. Los esuerzos por abordar agregados sociales mayores, ya sean organi-zaciones interconectadas o agrupaciones sociales ms diusas, son en general evita-dos. O a veces, tales desaos se manejan simplemente tratando a estos grupos comosi ueran actores estratgicos coherentes, decisin altamente cuestionable. Es ms, los

    estudios de la eleccin racional asumen con recuencia que todos los actores relevan-tes y sus preerencias estn presentes en el inicio del proceso analizado, cuando en elmundo real, nuevos actores y preerencias cambiantes suelen surgir en etapas poste-rior. La historia de la poltica termina coartada y congelada en momentos articiales,en un poderoso pero muy acotado microscopio.

    El uso de un gran marco terico para encuadrar los programas de investiga-cin a menudo se justica, al menos implcitamente, por lo que podra ser llamadola lego racionalidad. Esta justicacin sostiene que los cientistas sociales deberanenocarse en desarrollar bloques slidos de descubrimientos dentro de un todo su-

    puesto. Sin importar qu tan pequeos son, o qu tan lejos estn para presionar con-textos sociales, estos bloques pueden entonces ser colocados juntos para producir res-puestas robustas a cuestiones importantes. La trivialidad es aceptable si provee algoen que apoyarse. Pero existen uertes razones para dudar de la validez del enoquelego. Como deberan saber, sobre todo, los acadmicos de la eleccin racional, lasacciones parciales conducen invariablemente a resultados ptimos. Concretamente,dnde est la evidencia de que un cuarto de siglo de investigacin de tipo legoha generado descubrimientos ms amplios? En ciertas reas de la ciencia poltica,discutiblemente, en vez de problemas intelectuales enrentados por el crecimiento dela eleccin racional, el universo de la poltica considerado como apropiado para elescrutinio, es redenido incluso de ormas ms diminutivas. As, el estudio de la po-ltica latinoamericana se vuelve el estudio del Congreso (o, como mucho, el estudiodel Congreso y las agencias administrativas). Y el estudio de la poltica comparada sevuelve el estudio de los parlamentos y las coaliciones de gobierno. Grandes pregun-tas, amplios contextos y transormaciones de largo plazo estn aun ms lejos de lavista, y la ciencia poltica corre el riesgo de sustraerse de preocupaciones importantespara amplias audiencias.

    La obsesin con una teora nica para su propio benecio no es la nicaorma en que las agendas acumulativas de investigacin pueden colocarse en el lugar

    equivocado. Otro riesgo es la captura por una tcnica, o conar demasiado en unsolo tipo de dato. Como los institucionalistas histricos, los conductistas se centranen general en problemas. Pero corren el riesgo de enamorarse de las encuestas socialesy las manipulaciones estadsticas que pueden operar en las respuestas de muestras al

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    azar. Esto puede conducir a los conductistas a negar otros tipos de datos que podranresultar relevantes para la pregunta central. Las tendencias en esta direccin pululanen el trabajo actual sobre la participacin ciudadana. Por qu deberamos asumir

    que todo lo que necesitamos saber sobre la participacin puede ser descubierto enlas encuestas (usualmente reeridas a un momento en el tiempo) que preguntan agrandes agregados de personas sobre sus actitudes y comportamientos? La uerteconanza en las encuestas sociales ha canalizado mucho del debate actual sobre elinvolucramiento ciudadano en la democracia de EEUU, hacia la exploracin deactitudes de conanza social e indicadores sobre si los individuos eligen participarde distintas maneras. Pero los datos de este tipo estn disponibles solo para 1970en adelante, y los cambios claves en el comportamiento y en las instituciones ocu-rrieron mucho antes. Es ms, no podemos comprender el impacto del aumento o

    disminucin de la asociacin de individuos a dierentes agrupaciones voluntarias, amenos que sepamos qu tipos de grupos han aumentado o disminuido, y sobre todo,a menos que sepamos cmo los grupos interactan con centros institucionales de de-cisin. Las preguntas sobre un tema importante como la participacin ciudadana yla democracia rara vez pueden ser abordadas con un nico tipo de datos o una nicatcnica de anlisis emprico.

    En lo que respecta a evitar los peligros de ser capturado por la teora, la tc-nica o las uentes de datos, los institucionalistas histricos pueden tener una tareams cil que los intelectuales de otras grandes tradiciones. Precisamente porque los

    institucionalistas histricos estn tan atados a los grandes problemas del mundo real,casi nunca olvidan que mantener la mirada en el elemento sustantivo compren-der enmenos importantes del mundo real-, es la rmula para el logro acadmicoduradero. Dado que los temas centrales en juego son importantes en s mismos, losinstitucionalistas histricos suelen estar deseosos de combinar perspectivas tericas,utilizar varias uentes de inormacin y acortar los lmites de la creatividad metodo-lgica para apalancarse en esos temas (ver McAdam, 1982, Rueschemeyer, Stephens,y Stephens, 1992, y Schickler, 2001). Cada acadmico sabe que su respuesta tempo-raria puede ser puesta a prueba en un lapso breve por otros acadmicos (o miembrosde audiencias educadas) que se preocupan del mismo modo por explicar el resultadoo resolver el dilema. Y los desarrollos del mundo real pueden intervenir para cambiarla denicin de temas importantes, o hacer visibles nuevas dimensiones de estos. Laliteratura alimentada por muchos institucionalistas histricos permanece, en suma,avocada al pluralismo terico y metodolgico, y a conversaciones ms amplias. Estointroduce dinamismo y chequeos de la realidad. Si los legos no encajan unos conotros para lograr al menos las bases de una bella estructura, los institucionalistashistricos no seguirn jugando con ellos por siempre.

    5. Las ventajas del pluralismo y la sinergia

    Cada uno de los enoques lderes en la ciencia poltica emprica contempo-rnea (conductismo, eleccin racional, e institucionalismo histrico) ha probado su

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    valor. No solo la ciencia poltica de hecho la ciencia social como un todo se bene-cia de la coexistencia y competencia de diversos enoques tericos y de la investiga-cin; estudios relevantes muy recuentemente combinan lneas de anlisis inspiradas

    en enoques tericos diversos.El propsito del trabajo no ha sido enrentar a los enoques ms relevantes

    entre s en algn tipo de juego de suma cero. Los institucionalistas histricos son ungrupo tericamente plural, y han estado siempre abiertos al dilogo amistoso conacadmicos que propugnan otros enoques. Hemos buscado, simplemente, claricarlas contribuciones diversas de la academia institucionalista histrica. De hecho, unarazn para enatizar y claricar las distinciones y potenciales ventajas comparativas esla de acilitar intercambios que combinen las ortalezas de dierentes enoques.

    Los institucionalistas histricos no utilizan la narracin solo por el placer de

    contar la historia. ampoco siguen siendo lobos solitarios que realizan contribucio-nes idiosincrsicas ocasionales con el n de contribuir a la acumulacin de conoci-miento que otros llevan adelante. Por el contrario, el institucionalismo histrico esuna estrategia de investigacin coherente y ructera. Y el progreso constante hacia laexplicacin de enmenos importantes ha sido hecho por comunidades vibrantes deacadmicos que utilizan variantes de este enoque, incluyendo aquellos que combi-nan tcticas histricas institucionales con anlisis de encuestas o modelos ormales.

    El institucionalismo histrico se ha vuelto, ltimamente, ms autoconscien-te, tanto desde el punto de vista terico como metodolgico, de ormas que hemos

    sealado e ilustrado a lo largo de este ensayo. Nuestro objetivo ha sido presentaral institucionalismo histrico como uno de los tres pilares de la investigacin enciencia poltica, y nuestra tarea se ve acilitada por la inmensa cantidad de trabajossustantivos, tericos y metodolgicos, producidos en los aos recientes. Los lectoresque se preguntan cmo sera la ciencia poltica sin un institucionalismo histrico au-toconsciente, solo necesitan preguntarse qu habramos perdido si todos los trabajospresentes en nuestra bibliograa, y muchos otros como stos, no se hubieran publi-cado. Creemos que la respuesta es obvia: sin el institucionalismo histrico, nuestradisciplina carecera de gran parte de su habilidad para abordar grandes agendas. Ysin los institucionalistas histricos, la ciencia poltica tendra mucho menos paradecir sobre cuestiones de importancia central para las personas, tanto ms all comodentro de la torre de marl.

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