el libro de la sabiduria

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[email protected] Página 1 EL LIBRO DE LA SABIDURIA El Libro de la Sabiduría, o Sabiduría de Salomón, es un libro bíblico del Antiguo Testamento. Está incluido en el Tanaj judío hebreo-arameo, las distintas facciones y expresiones del Cristianismo Histórico lo incluyen en sus Biblias entre los llamados deuterocanónicos, en tanto que los grupos protestantes, y otros grupos cristianos con ideas diferentes de los antes citados,lo excluyen de sus Biblias, así como a los otros deuterocanónicos, a los cuáles dieron en dar por "apócrifos". En las Biblias Católicas aparece después del Cantar de los Cantares, y antes del Eclesiástico, dentro de la sección de los llamados "Libros Sapienciales". 2011 V.Y.R. Versión Yahwhuista Restituida Giménez Gastón

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    EL LIBRO DE LA SABIDURIA El Libro de la Sabidura, o Sabidura de Salomn, es un libro bblico del Antiguo Testamento. Est

    incluido en el Tanaj judo hebreo-arameo, las distintas facciones y expresiones del Cristianismo

    Histrico lo incluyen en sus Biblias entre los llamados deuterocannicos, en tanto que los grupos

    protestantes, y otros grupos cristianos con ideas diferentes de los antes citados,lo excluyen de sus

    Biblias, as como a los otros deuterocannicos, a los cules dieron en dar por "apcrifos". En las

    Biblias Catlicas aparece despus del Cantar de los Cantares, y antes del Eclesistico, dentro de la

    seccin de los llamados "Libros Sapienciales".

    2011

    V.Y.R. Versin Yahwhuista Restituida Gimnez Gastn

  • V.Y.R

    El Libro de La Sabidura Capitulo 1

    Sab 1:1 Sucedi que despus que Alejandro, hijo de Filipo, rey de Macedonia, y el primero que rein en Grecia, sali del pas de Cetim o Macedonia, y venci a Daro, rey de los persas y los medos,

    Sab 1:2 gan muchas batallas, y se apoder en todas partes de las ciudades fuertes, y mat a los reyes de la tierra,

    Sab 1:3 y penetr hasta los ltimos trminos del mundo, y se enriqueci con los despojos de muchas naciones; y enmudeci la tierra delante de l.

    Sab 1:4 Y junt un ejrcito poderoso y de extraordinario valor; y se engri e hinch de soberbia su corazn,

    Sab 1:5 y se apoder de las provincias, de las naciones y de sus reyes; los cuales se le hicieron tributarios.

    Sab 1:6 Despus de todo esto cay enfermo y supo que iba a morir. Sab 1:7 Y llam a los nobles o principales de su corte que se haban criado con l desde

    la tierna edad; y antes de morir dividi entre ellos su reino. Sab 1:8 Rein Alejandro doce aos y muri. Sab 1:9 En seguida aquellos se hicieron reyes, cada uno en sus respectivas provincias. Sab 1:10 Y as que l muri, se coronaron todos, y despus de ellos sus hijos por espacio

    de muchos aos; y se multiplicaron los males sobre la tierra. Sab 1:11 Y de entre ellos sali aquella raz perversa, Antoco Epfanes, hijo del rey

    Antoco, que despus de haber estado en rehenes en Roma, empez a reinar el ao ciento treinta y siete del imperio de los griegos.

    Sab 1:12 En aquel tiempo se dejaron ver unos inicuos israelitas, que persuadieron a otros muchos dicindoles: Vamos, y hagamos alianza con las naciones circunvecinas, porque despus que nos separamos de ellas, no hemos experimentado sino desastres.

    Sab 1:13 Les pareci bien este consejo. Sab 1:14 Y algunos del pueblo se decidieron, y fueron a estar con el rey, el cual les dio

    facultad de vivir segn las costumbres de los gentiles. Sab 1:15 En seguida construyeron en Jerusaln un gimnasio segn el estilo de las

    naciones. Sab 1:16 Y abolieron el uso o seal de la circuncisin, y abandonaron el Testamento, o

    Alianza santa, y se coligaron con las naciones, y se vendieron como esclavos a la maldad.

    Sab 1:17 Y establecido Antoco en su reino de Siria, concibi el designio de hacerse tambin rey de Egipto, a fin de dominar en ambos reinos.

    Sab 1:18 As, pues, entr en Egipto con un poderoso ejrcito, con carros de guerra, y elefantes, y caballera, y un gran nmero de naves.

    Sab 1:19 Y haciendo la guerra a Tolomeo, rey de Egipto, temi ste su encuentro, y ech a huir, y fueron muchos los muertos y heridos.

    Sab 1:20 Entonces se apoder Antoco de las ciudades fuertes de Egipto, y saque todo el pas.

    Sab 1:21 Y despus de haber asolado Egipto, volvi Antoco el ao ciento cuarenta y tres, y se dirigi contra Israel.

    Sab 1:22 Y habiendo llegado a Jerusaln con un poderoso ejrcito,

  • Sab 1:23 entr lleno de soberbia en el santuario, y tom el altar de oro, y el candelero con todas sus lmparas, y todos sus vasos, y la mesa de los panes de proposicin, y las palanganas, y las copas, y los incensarios de oro, y el velo, y las coronas, y los adornos de oro que haba en la fachada del templo, y todo lo hizo pedazos.

    Sab 1:24 Tom asimismo la plata y el oro, y los vasos preciosos, y los tesoros que encontr escondidos; y despus de haberlo saqueado todo, volvi a su tierra,

    Sab 1:25 habiendo hecho gran mortandad en las personas, y mostrado en sus palabras mucha soberbia.

    Sab 1:26 Fue grande el llanto que hubo en Israel y en todo el pas. Sab 1:27 Geman los prncipes y los ancianos, quedaban sin aliento las doncellas y los

    jvenes, y desapareci la hermosura en las mujeres. Sab 1:28 Se entregaron al llanto todos los esposos, y sentadas sobre el tlamo nupcial se

    deshacan en lgrimas las esposas. Sab 1:29 Y se estremeci la tierra como compadecida de sus habitantes; y toda la casa

    de Jacob qued cubierta de oprobio. Sab 1:30 Cumplidos que fueron dos aos, envi el rey por las ciudades de Jud al

    superintendente de tributos, el cual lleg a Jerusaln con gran acompaamiento. Sab 1:31 Y habl a la gente con una fingida dulzura, y le creyeron. Sab 1:32 Pero de repente se arroj sobre los ciudadanos, e hizo en ellos una gran

    carnicera, quitando la vida a muchsima gente del pueblo de Israel. Sab 1:33 Y saque la ciudad, y la entreg a las llamas, y derrib sus casas y los muros

    que la cercaban. Sab 1:34 Y se llevaron los enemigos cautivas las mujeres, se apoderaron de sus hijos y

    de sus ganados. Sab 1:35 Y fortificaron la parte de Jerusaln llamada ciudad de David, con una gran y

    firme muralla, y con fuertes torres, e hicieron de ella una fortaleza; Sab 1:36 y la guarnecieron de gente malvada, de hombres perversos, los cuales se

    hicieron all fuertes, y metieron en ella armas y vituallas, y tambin los despojos de Jerusaln ,

    Sab 1:37 tenindolos all como en custodia, y de esta suerte vinieron ellos a ser como un funesto lazo,

    Sab 1:38 estando como en emboscada contra los que iban al lugar santo, y siendo como unos enemigos mortales de Israel,

    Sab 1:39 pues derramaron la sangre inocente alrededor del santuario, y profanaron el lugar santo.

    Sab 1:40 Por causa de ellos huyeron los habitantes de Jerusaln , viniendo sta a quedar morada de extranjeros, y como extraa para sus naturales; los cuales la abandonaron.

    Sab 1:41 Su santuario qued desolado como un desierto, convertidos en da de llanto sus das festivos, en oprobio sus sbados, y reducidos a nada sus honores.

    Sab 1:42 En fin, la grandeza de su ignominia igual a la de su pasada gloria, y su alta elevacin se convirti o deshizo en llantos.

    Sab 1:43 En esto el rey Antoco expidi cartas con rdenes por todo su reino, para que todos sus pueblos formasen uno solo, renunciando cada uno a su ley particular.

    Sab 1:44 Se conformaron todas las gentes con este decreto del rey Antoco; Sab 1:45 y muchos del pueblo de Israel se sometieron a esta servidumbre, y sacrificaron

    a los dolos, y violaron el sbado. Sab 1:46 En efecto, el rey envi sus comisionados a Jerusaln y por todas las ciudades

    de Jud, con cartas o edictos; para que todos abrazasen las leyes de las naciones gentiles,

    Sab 1:47 y se prohibiese ofrecer en el templo de YHWH holocaustos, sacrificios y

  • oblaciones por los pecados, Sab 1:48 y se impidiese la celebracin del sbado y de las solemnidades. Sab 1:49 Mand adems que se profanasen los santos lugares y el pueblo santo de

    Israel. Sab 1:50 Dispuso que se erigiesen altares y templos e dolos, y que se sacrificasen

    carnes de cerdo y otros animales inmundos; Sab 1:51 que dejasen sin circuncidar a sus hijos, y que manchasen sus almas con toda

    suerte de viandas impuras y de abominaciones, a fin de que olvidasen la ley de YHWH, y traspasasen todos sus mandamientos;

    Sab 1:52 y orden que todos los que no obedeciesen las rdenes del rey Antoco perdiesen la vida.

    Sab 1:53 A este tenor escribi Antoco a todo su reino; y nombr comisionados que obligasen al pueblo a hacer todo esto;

    Sab 1:54 los cuales mandaron a las ciudades de Jud que sacrificasen a los dolos. Sab 1:55 Y muchos del pueblo se unieron con aquellos que haban abandonado la ley del

    Elohim de Israel, e hicieron mucho mal en el pas; Sab 1:56 y obligaron al pueblo de Israel a huir a parajes extraviados, y a guarecerse en

    sitios muy ocultos. Sab 1:57 El da quince del mes de Casleu del ao ciento cuarenta y cinco, coloc el rey

    Antoco sobre el altar de YHWH el abominable dolo de la desolacin, y por todas partes se erigieron altares a los dolos en todas las ciudades de Jud;

    Sab 1:58 y quemaban inciensos y ofrecan sacrificios hasta delante de las puertas de las casas y en las plazas.

    Sab 1:59 Y despedazando los libros de la ley de YHWH, los arrojaban al fuego; Sab 1:60 y a todo hombre en cuyo poder hallaban los libros del Testamento de Elohim, y

    a todos cuantos observaban la ley del YHWH, los despedazaban luego, en cumplimiento del edicto del rey.

    Sab 1:61 Con esta violencia trataban cada mes al pueblo de Israel que habitaba en las ciudades.

    Sab 1:62 Porque a los veinticinco das del mes ofrecan ellos sacrificios sobre el altar, que estaba erigido enfrente del altar de YHWH.

    Sab 1:63 Y las mujeres que circuncidaban a sus hijos eran despedazadas, conforme a lo mandado por el rey Antoco,

    Sab 1:64 y a los nios los ahorcaban y dejaban colgados por el cuello en todas las casas donde los hallaban, y despedazaban a los que los haban circuncidado.

    65. En medio de esto muchos del pueblo de Israel resolvieron en su corazn no comer

    viandas impuras; y eligieron antes morir que contaminarse con manjares inmundos; 66. y no queriendo quebrantar la ley santa de YHWH, fueron despedazados. 67. Terrible fue sobremanera la ira de Elohim que descarg sobre el pueblo de Israel.

    Capitulo 2 Sab 2:1 En aquellos das se levant Matatas, hijo de Juan, hijo de Simen, sacerdote de

    la familia de Joarib, y huyendo de Jerusaln se retir al monte de Modn. Sab 2:2 Tena Matatas cinco hijos: Juan, llamado por sobrenombre Gaddis; Sab 2:3 y Simn, por sobrenombre Tasi; Sab 2:4 y Judas, que era apellidado Macabeo;

  • Sab 2:5 y Elezaro, denominado Abarn; y Jonats, conocido con el sobrenombre de Apfus.

    Sab 2:6 Y al ver stos los estragos que se hacan en el pueblo de Jud y en Jerusaln , Sab 2:7 exclam Matatas: Infeliz de m! Por qu he venido yo al mundo para ver la

    ruina de mi patria y la destruccin de la ciudad santa, y para estarme sin hacer nada por ella al tiempo que es entregada en poder de sus enemigos?

    Sab 2:8 Se hallan las cosas santas en manos de los extranjeros; y su templo es como un hombre que est difamado.

    Sab 2:9 Sus vasos preciosos han sido saqueados y llevados fuera; despedazados por las plazas sus ancianos, y muertos al filo de la espada enemiga sus jvenes.

    Sab 2:10 Qu nacin hay que no haya participado algo de este infeliz reino, o tenido parte en sus despojos?

    Sab 2:11 Arrebatado le ha sido todo su esplendor; y la que antes era libre, es en el da esclava.

    Sab 2:12 En fin, todo cuanto tenamos de santo, de ilustre y de glorioso, otro tanto ha sido asolado y profanado por las naciones.

    Sab 2:13 Para qu, pues, queremos ya la vida? Sab 2:14 Y rasgaron sus vestidos Matatas y sus hijos y se cubrieron de cilicios; y lloraban

    amargamente. Sab 2:15 A este tiempo llegaron all los comisionados, que el rey Antoco enviaba, para

    obligar a los que se haban refugiado en la ciudad de Modn a que ofreciesen sacrificios y quemasen inciensos a los dolos, y abandonasen la ley de YHWH.

    Sab 2:16 En efecto, muchos del pueblo de Israel consintieron en ello, y se les unieron. Pero Matatas y sus hijos permanecieron firmes.

    Sab 2:17 Y tomando la palabra los comisionados de Antoco, dijeron a Matatas: T eres el principal, el ms grande y el ms esclarecido de esta ciudad, y glorioso con esa corona de hijos y de hermanos.

    Sab 2:18 Ven, pues, t el primero, y haz lo que el rey manda, como lo han hecho ya todas las gentes, y los varones de Jud, y los que han quedado en Jerusaln ; y con esto t y tus hijos seris del nmero de los amigos del rey, el cual os llenar de oro y plata, y de grandes dones.

    Sab 2:19 Respondi Matatas, y dijo en voz muy alta: Aunque todas las gentes obedezcan al rey Antoco, y todos abandonen la observancia de la ley de sus padres, y se sometan a los mandatos del rey,

    Sab 2:20 yo, y mis hijos, y mis hermanos obedeceremos siempre la ley santa de nuestros padres.

    Sab 2:21 Quiera YHWH concedernos esta gracia. No nos es provechoso abandonar la ley y los preceptos de YHWH.

    Sab 2:22 No, nunca daremos odos a las palabras del rey Antoco, ni ofreceremos sacrificios a los dolos, violando los mandamientos de nuestra ley por seguir otros caminos o religin.

    Sab 2:23 Apenas haba acabado de pronunciar estas palabras, cuando a vista de todos se present un cierto judo para ofrecer sacrificio a los dolos sobre el altar que se haba erigido en la ciudad de Modn, conforme a la orden del rey.

    Sab 2:24 Lo vio Matatas, y se llen de dolor; se le conmovieron las entraas; e inflamndose su furor o celo, conforme al espritu de la ley, se arroj sobre l, y lo despedaz sobre el mismo altar.

    Sab 2:25 No contento con esto, mat al mismo tiempo al comisionado del rey Antoco, que forzaba a la gente a sacrificar, y derrib el altar;

    Sab 2:26 mostrando as su celo por la ley, e imitando lo que hizo Finees con Zamri, hijo de Salom.

  • Sab 2:27 Y, hecho esto, fue gritando Matatas a grandes voces por la ciudad, diciendo: Todo el que tenga celo por la ley, y quiera permanecer firme en la alianza del Elohim de Israel, sgame.

    Sab 2:28 E inmediatamente huy con sus hijos a los montes, y abandonaron todo cuanto tenan en la ciudad.

    Sab 2:29 Entonces muchos que amaban la ley y la justicia, se fueron al desierto; Sab 2:30 y permanecieron all con sus hijos, con sus mujeres y sus ganados, porque se

    vean inundados de males. Sab 2:31 Se dio aviso a los oficiales del rey y a las tropas que haba en Jerusaln , ciudad

    de David, de cmo ciertas gentes que haban hollado el mandato del rey, se haban retirado a los lugares ocultos del desierto, y que les haban seguido otros muchos.

    Sab 2:32 Por lo que marcharon al punto contra ellos, y se prepararon para atacarlos en da de sbado;

    Sab 2:33 pero antes les dijeron: Queris todava resistiros? Salid, y obedeced el mandato del rey Antoco, y quedaris salvos.

    Sab 2:34 De ningn modo saldremos, respondieron ellos, ni obedeceremos al rey ni violaremos el sbado.

    Sab 2:35 Entonces las tropas del rey se arrojaron sobre ellos; Sab 2:36 pero tan lejos estuvieron los judos de resistirles, que ni tan siquiera les tiraron

    una piedra, ni an cerraron las bocas de las cavernas; Sab 2:37 sino que dijeron: Muramos todos en nuestra sencillez o inocencia, y el cielo y la

    tierra nos sern testigos de que injustamente nos quitis la vida. Sab 2:38 En efecto, los enemigos los acometieron en da de sbado; y perecieron tanto

    ellos como sus mujeres, hijos y ganados, llegando a mil las personas que perdieron la vida.

    Sab 2:39 Sabido eso por Matatas y sus amigos, hicieron por ellos un gran duelo, Sab 2:40 y se dijeron unos a otros: Si todos nosotros hiciramos como han hecho

    nuestros hermanos, y no peleramos para defender nuestras vidas y nuestra ley contra las naciones, en breve tiempo acabarn con nosotros.

    Sab 2:41 As, pues, tomaron aquel da esta resolucin: Si alguno, dijeron, nos acomete en da de sbado, pelearemos contra l: y as no moriremos todos, como han muerto en las cavernas nuestros hermanos.

    Sab 2:42 Entonces vino a reunirse con ellos la congregacin de los asideos, que eran hombres de los ms valientes de Israel, y celosos todos de la ley;

    Sab 2:43 y tambin se les unieron todos los que huan acosados de las calamidades, y les sirvieron de refuerzo.

    Sab 2:44 Formaron de todos un ejrcito, y se arrojaron furiosamente sobre los prevaricadores de la ley y sobre los hombres malvados, sin tener de ellos piedad alguna; y los que quedaron con vida huyeron a ponerse a salvo entre las naciones.

    Sab 2:45 Matatas despus con sus amigos recorri todo el pas, y destruyeron los altares;

    Sab 2:46 y circuncidaron a cuantos nios hallaron incircuncisos, y obraron con gran celo. Sab 2:47 Persiguieron a sus orgullosos enemigos y salieron prsperamente en todas sus

    empresas. Sab 2:48 Y salvaron la ley contra el poder de los gentiles y el poder de los reyes; y no

    dejaron al malvado que abusase de su poder. Sab 2:49 Se acercaron entretanto los das de la muerte de Matatas, el cual juntando a

    sus hijos, les habl de esta manera: Ahora domina la soberbia, y es el tiempo del castigo y de la ruina, y del furor e indignacin.

    Sab 2:50 Por lo mismo ahora, oh hijos mos, sed celosos de la ley, y dad vuestras vidas en defensa del Testamento de vuestros padres.

  • Sab 2:51 Acordaos de las obras que hicieron en sus tiempos vuestros antepasados, y os adquiriris una gloria grande y un nombre eterno.

    Sab 2:52 Abrahn por ventura, no fue hallado fiel en la prueba que de l se hizo, y le fue imputado esto a justicia?

    Sab 2:53 Jos en el tiempo de su afliccin observ los mandamientos de YHWH, y vino a ser el seor de Egipto.

    Sab 2:54 Finees, nuestro padre, porque se abras en celo por la honra de YHWH, recibi la promesa de un sacerdocio eterno.

    Sab 2:55 Josu, por su obediencia, lleg a ser caudillo de Israel. Sab 2:56 Caleb, por el testimonio que dio en la congregacin del pueblo, recibi una rica

    herencia. Sab 2:57 David, por su misericordia, se adquiri para siempre el trono del reino de Israel. Sab 2:58 Elas, por su abrasado celo por la ley, fue recibido en el cielo. Sab 2:59 Ananas, Azaras y Misael fueron librados de las llamas por su viva fe. Sab 2:60 Daniel, por su sinceridad, fue librado de la boca de los leones. Sab 2:61 Y a este modo id discurriendo de generacin en generacin: Todos aquellos que

    ponen en Elohim su esperanza, no desfallecen. Sab 2:62 Y no os amedrenten los fieros del hombre pecador; porque su Floria no es ms

    que basura y pasto de gusanos. Sab 2:63 Hoy es ensalzado, y maana desaparece; porque se convierte en el polvo de

    que fue formado, y se desvanecen como humo todos sus designios. Sab 2:64 Sed, pues, constantes vosotros, oh hijos mos!, y obrad vigorosamente en

    defensa de la ley; pues ella ser la que os llenar de gloria. Sab 2:65 Ah tenis a Simn, vuestro hermano; yo s que es hombre de consejo;

    escuchadle siempre, y l har para con vosotros las veces de padre. Sab 2:66 Judas Macabeo ha sido esforzado y valiente desde su juventud, sea, pues, l el

    general de vuestro ejrcito, y el que conduzca el pueblo a la guerra. Sab 2:67 Reunid a vosotros todos aquellos que observan la ley, y vengad a vuestro

    pueblo de sus enemigos. Sab 2:68 Dad a las gentes su merecido, y sed solcitos en guardar los preceptos de la ley. Sab 2:69 En seguida les ech su bendicin, y fue a reunirse con sus padres. Sab 2:70 Muri Matatas el ao ciento cuarenta y seis, y lo sepultaron sus hijos en Modn,

    en el sepulcro de sus padres, y todo Israel le llor amargamente.

    Capitulo 3 Sab 3:1 Y lo sucedi en el gobierno su hijo Judas, que tena el sobrenombre de Macabeo. Sab 3:2 Le ayudaban todos sus hermanos y todos cuantos se haban unido con su padre,

    y peleaban con alegra por la defensa de Israel. Sab 3:3 Y dio Judas nuevo lustre a la gloria de su pueblo; se revisti cual gigante o

    campen la coraza, se ci sus armas para combatir, y protega con su espada todo el campamento.

    Sab 3:4 Pareca un len en sus acciones, y se asemejaba a un cachorro cuando ruge sobre la presa.

    Sab 3:5 Persigui a los malvados, buscndolos por todas partes, y abras en las llamas a los que turbaban el reposo de su pueblo.

    Sab 3:6 El temor que infunda su nombre hizo desaparecer a sus enemigos; todos los malvados se llenaron de turbacin; y con su brazo obr la salud del pueblo.

    Sab 3:7 Daba mucho que entender a varios reyes; sus acciones eran la alegra de Jacob , y ser eternamente bendita su memoria.

  • Sab 3:8 Y recorri las ciudades de Jud, exterminando de ellas a los impos, y apart el azote de sobre Israel.

    Sab 3:9 Su nombrada lleg hasta el cabo del mundo, y reuni alrededor de s a los que estaban a punto de perecer.

    Sab 3:10 Apolonio, al saber eso, junt las naciones y sac de Samaria un gran y poderoso ejrcito para pelear contra Israel.

    Sab 3:11 Informado de ello Judas, le sali al encuentro, y lo derrot, y quit la vida; quedando en el campo de batalla un gran nmero de enemigos, y echando a huir los restantes.

    Sab 3:12 Se apoder en seguida de sus despojos, reservndose Judas para s la espada de Apolonio; de la cual se serva siempre en los combates.

    Sab 3:13 En esto lleg a noticia de Sern, general del ejrcito de la Siria, que Judas haba congregado una gran muchedumbre, y reunido consigo toda la gente fiel;

    Sab 3:14 y dijo: Yo voy a ganarme gran reputacin y gloria en todo el reino, derrotando a Judas y a los que le siguen; los cuales no hacen caso de las rdenes del rey.

    Sab 3:15 Con esto se prepar para acometer; y se le uni un considerable refuerzo de tropas de impos para vengarse de los hijos de Israel.

    Sab 3:16 Y avanzaron hasta Bet-Horn, y Judas les sali al encuentro con pocas tropas. Sab 3:17 As que stas vieron al ejrcito que vena contra ellas, dijeron a Judas: Cmo

    podremos nosotros pelear contra un ejrcito tan grande y valeroso, siendo como somos tan pocos y estando debilitados por el ayuno de hoy?

    Sab 3:18 Y respondi Judas: Fcil cosa es que muchos sean presa de pocos; pues cuando el YHWH del cielo quiere dar la victoria, lo mismo tiene para l que haya poca o que haya mucha gente;

    Sab 3:19 porque el triunfo no depende en los combates de la multitud de las tropas, sino del cielo, que es de donde proviene toda fortaleza.

    Sab 3:20 Ellos vienen contra nosotros con una turba de gente insolente y orgullosa, con el fin de aniquilarnos a nosotros y a nuestras mujeres, y a nuestros hijos, y despojarnos de todo;

    Sab 3:21 mas nosotros vamos a combatir por nuestras vidas y por nuestra ley. Sab 3:22 YHWH mismo los har pedazos en nuestra presencia; y as no los temis. Sab 3:23 Luego que acab de pronunciar estas palabras se arroj de improviso sobre los

    enemigos, y derrot a Sern con todo su ejrcito. Sab 3:24 Y lo persigui desde la bajada de Bet-Horn hasta el llano, y habiendo quedado

    ochocientos hombres tendidos en el campo de batalla, huyeron los dems al pas de los filisteos.

    Sab 3:25 Con esto Judas y sus hermanos eran el terror de todas las naciones circunvecinas;

    Sab 3:26 y su fama lleg hasta los odos del rey, y en todas partes se hablaba de las batallas de Judas.

    Sab 3:27 Luego que el rey Antoco recibi estas noticias, se embraveci sobremanera, y mand que se reunieran las tropas de todo su reino, y se formase un poderossimo ejrcito.

    Sab 3:28 Y abri su erario, y habiendo dado a las tropas la paga de un ao, les mand que estuviesen preparadas para todo.

    Sab 3:29 Mas observ luego que se iba acabando el dinero de sus tesoros, y que sacaba pocos tributos de aquel pas de la Judea, por causa de las disensiones y de la miseria, que l mismo haba ocasionado, queriendo abolir los fueros que all regan desde tiempos antiguos;

    Sab 3:30 y temi que no podra ya gastar, ni dar como antes haca, con largueza y con una magnificencia superior a la de todos los reyes sus predecesores.

  • Sab 3:31 Hallndose, pues, en gran consternacin, resolvi pasar a Persia, con el fin de recoger los tributos de aquellos pases, y juntar gran cantidad de dinero.

    Sab 3:32 Y dej a Lisias, prncipe de la sangre real, por lugarteniente del reino desde el Eufrates hasta el ro de Egipto,

    Sab 3:33 y para que tuviese cuidado de la educacin de su hijo Antoco, hasta que l volviese.

    Sab 3:34 Le dej la mitad del ejrcito, y de los elefantes, y le comunic rdenes sobre todo aquello que l quera que se hiciese; y tambin por lo respectivo a los habitantes de la Judea y de Jerusaln ,

    Sab 3:35 mandndole que enviase contra ellos un ejrcito para destruir y exterminar el poder de Israel, y las reliquias que quedaban en Jerusaln , y borrar de aquel pas hasta la memoria de ellos;

    Sab 3:36 y que estableciese en aquella regin habitantes de otras naciones, distribuyndoles por suerte todas sus tierras.

    Sab 3:37 Tom, pues, el rey la otra mitad del ejrcito, y partiendo de Antioqua, capital de su reino, el ao ciento cuarenta y siete, y pasando el ro Eufrates, recorri las provincias superiores.

    Sab 3:38 En esto eligi Lisias a Tolomeo, hijo de Dorimino, a Nicanor y a Gorgias, que eran personas de gran valimiento entre los amigos del rey;

    Sab 3:39 y envi con ellos cuarenta mil hombres de a pie y siete mil de a caballo, para que pasasen a asolar la tierra de Jud, segn lo haba dejado dispuesto el rey.

    Sab 3:40 Avanzaron, pues, con todas sus tropas, y vinieron a acampar en la llanura de Emmas.

    Sab 3:41 Y oyendo la noticia de su llegada los mercaderes de aquellas naciones circunvecinas, tomaron consigo gran cantidad de oro y plata; y con muchos criados vinieron a los campamentos con el fin de comprar por esclavos a los hijos de Israel; y se unieron con ellos las tropas de la Siria y las de otras naciones.

    Sab 3:42 Judas y sus hermanos, viendo que se aumentaban las calamidades, y que los ejrcitos se iban acercando a sus confines, y habiendo sabido la orden que haba dado el rey de exterminar y acabar con el pueblo de Israel,

    Sab 3:43 se dijeron unos a otros: Reanimemos nuestro abatido pueblo, y peleemos en defensa de nuestra patria y de nuestra santa religin.

    Sab 3:44 Se reunieron, pues, en un cuerpo para estar prontos a la batalla, y para hacer oracin e implorar del Elohim de Israel su misericordia y gracia.

    Sab 3:45 Se hallaba a esta sazn Jerusaln sin habitantes, de modo que pareca un desierto; no se vean ya entrar ni salir los naturales de ella, era hollado el santuario, los extranjeros eran dueos del alczar, el cual serva de habitacin a los gentiles: Desterrada estaba de la casa de Jacob toda alegra, no se oa ya en ella flauta ni ctara.

    Sab 3:46 Habindose, pues, reunido, se fueron a Masfa, que est enfrente de Jerusaln ; por haber sido Masfa en otro tiempo el lugar de la oracin para Israel.

    Sab 3:47 Ayunaron aquel da, y se vistieron de cilicio, y se echaron ceniza sobre la cabeza, y rasgaron sus vestidos;

    Sab 3:48 abrieron los libros de la ley, en donde los gentiles buscaban semejanzas para sus vanos simulacros;

    Sab 3:49 y trajeron los ornamentos sacerdotales, y las primicias y diezmos; e hicieron venir a los nazareos que haban cumplido ya los das de su voto;

    Sab 3:50 y levantando su clamor hasta el cielo, dijeron: YHWH!, qu haremos de stos, y a dnde los conduciremos?

    Sab 3:51 Tu santuario est hollado y profanado, y cubiertos de lgrimas y de abatimiento tus sacerdotes;

  • Sab 3:52 y he aqu que las naciones se han unido contra nosotros para destruirnos: T sabes bien sus designios contra nosotros.

    Sab 3:53 Cmo, pues, podremos sostenernos delante de ellos, si t, oh YHWH, no nos ayudas?

    Sab 3:54 En seguida hicieron resonar las trompetas con gran estruendo. Sab 3:55 Nombr despus Judas los caudillos del ejrcito, los tribunos, los centuriones y

    los cabos de cincuenta hombres y los de diez. Sab 3:56 Y a aquellos que estaban construyendo casa, o acababan de casarse, o de

    plantar vias, como tambin a los que tenan poco valor, les dijo que se volviesen cada uno a su casa, conforme a lo prevenido por la ley.

    Sab 3:57 Levantaron luego los campamentos, y fueron a acamparse al medioda de Emmas.

    Sab 3:58 Y Judas les habl de esta manera: Tomad las armas, y tened buen nimo; y estad prevenidos para la maana, a fin de pelear contra estas naciones, que se han unido contra nosotros para aniquilarnos y echar por tierra nuestra santa religin;

    Sab 3:59 porque ms nos vale morir en el combate que ver el exterminio de nuestra nacin y del santuario.

    Sab 3:60 Y venga lo que el cielo quiera.

    Capitulo 4 Sab 4:1 Y tom Gorgias consigo cinco mil hombres de a pie, y mil caballos escogidos; y

    de noche partieron Sab 4:2 para dar sobre el campamento de los judos, y atacarlos de improviso,

    sirvindoles de guas los del pas que estaban en el alczar de Jerusaln . Sab 4:3 Tuvo Judas aviso de este movimiento, y march con los ms valientes de los

    suyos para acometer al grueso del ejrcito del rey, que estaba en Emmas, Sab 4:4 y se hallaba entonces disperso fuera de los atrincheramientos. Sab 4:5 Y Gorgias, habiendo llegado aquella noche al campamento de Judas, no hall en

    l alma viviente; y se fue a buscarlos por los montes, diciendo: Estas gentes van huyendo de nosotros.

    Sab 4:6 Mas as que se hizo de da, se dej ver Judas en el llano, acompaado tan solamente de tres mil hombres, que se hallaban faltos an de espadas y escudos;

    Sab 4:7 y reconocieron que el ejrcito de los gentiles era muy fuerte, y que estaba rodeado de coraceros y de caballeras, toda gente aguerrida y diestra en el combate.

    Sab 4:8 Entonces Judas habl a los suyos de esta manera: No os asuste su cantidad ni temis su encuentro.

    Sab 4:9 Acordaos del modo con que fueron librados nuestros padres en el mar Rojo, cuando el faran iba en su alcance con un numeroso ejrcito;

    Sab 4:10 y clamemos ahora al cielo, y YHWH se compadecer de nosotros, y se acordar de la alianza hecha con nuestros padres, y destrozar hoy a nuestra vista todo ese ejrcito;

    Sab 4:11 con lo cual reconocern todas las gentes que hay un Salvador y libertador de Israel.

    Sab 4:12 En esto levantaron sus ojos los extranjeros, y percibieron que los judos venan marchando contra ellos,

    Sab 4:13 y salieron de los campamentos para acometerlos. Entonces los que seguan a Judas dieron la seal con las trompetas,

    Sab 4:14 y habindose trabado combate, fueron desbaratadas las tropas de los gentiles; y echaron a huir por aquella campia.

  • Sab 4:15 Mas todos los que se quedaron atrs, perecieron al filo de la espada. Y los vencedores fueron siguindoles al alcance hasta Gezern, y hasta las campias de la Idumea, y de Azoto y de Jamnia; dejando tendidos en el suelo hasta tres mil muertos.

    Sab 4:16 Se volvi despus Judas con el ejrcito que le segua, Sab 4:17 y dijo a sus tropas: No os dejis llevar de la codicia del botn; porque an

    tenemos enemigos que vencer, Sab 4:18 y Gorgias se halla con su ejrcito cerca de nosotros ah en el monte; ahora,

    pues, manteneos firmes contra nuestros enemigos, y vencedlos, y luego despus cogeris los despojos con toda seguridad.

    Sab 4:19 En efecto, an estaba hablando Judas, cuando se descubri parte de las tropas de Gorgias, que estaban acechando desde el monte.

    Sab 4:20 Y reconoci Gorgias que los suyos haban sido puestos en fuga, y que haban sido entregados al fuego sus campamentos; pues la humareda que se vea le daba a entender lo sucedido.

    Sab 4:21 Cuando ellos vieron esto, y al mismo tiempo a Judas y su ejrcito en el llano, preparados para la batalla, se intimidaron en gran manera,

    Sab 4:22 y echaron todos a huir a las tierras de las naciones extranjeras. Sab 4:23 Con esto Judas se volvi a coger los despojos del campo enemigo, donde

    juntaron mucho oro y plata, y ropas preciosas de color de jacinto, y prpura marina, y grandes riquezas.

    Sab 4:24 Y al volverse despus, entonaban himnos, y bendecan a voces a YHWH, diciendo: Porque Adonay es bueno, y eterna su misericordia.

    Sab 4:25 Y con esta memorable victoria se salv Israel aquel da. Sab 4:26 Todos aquellos extranjeros que escaparon, fueron a llevar la nueva a Lisias de

    cuanto haba sucedido. Sab 4:27 Y as que lo oy, qued consternado, y como fuera de s, por no haber salido las

    cosas de Israel segn l se haba prometido, y conforme el rey haba mandado. Sab 4:28 El ao siguiente reuni Lisias sesenta mil hombres escogidos y cinco mil de a

    caballo, con el fin de exterminar a los judos. Sab 4:29 Y entrando en Judea sentaron los campamentos en Bet-Horn, y les sali Judas

    al encuentro con diez mil hombres. Sab 4:30 Conocieron stos que era poderoso el ejrcito enemigo, y Judas or, y dijo:

    Bendito seas, oh Salvador de Israel, t que quebrantaste la fuerza de un gigante por medio de tu siervo David, y que entregaste el campamento de los extranjeros en poder de Jonats, hijo de Sal, y de su escudero:

    Sab 4:31 Entrega hoy del mismo modo ese ejrcito en poder de Israel, pueblo tuyo, y queden confundidas sus huestes y su caballera.

    Sab 4:32 Infndeles miedo, y aniquila su osada, y coraje, y despedcense ellos mismos con sus propias fuerzas.

    Sab 4:33 Derrbalos, en fin, t con la espada de aquellos que te aman, para que todos los que conocen tu santo Nombre te canten himnos de alabanza.

    Sab 4:34 Trabada luego la batalla, quedaron en ella muertos cinco mil hombres del ejrcito de Lisias.

    Sab 4:35 Viendo ste la fuga de los suyos y el ardimiento de los judos, y que stos estaban resueltos a vivir con honor, o a morir valerosamente, se fue a Antioqua, y levant nuevas tropas escogidas para volver con mayores fuerzas a la Judea.

    Sab 4:36 Entonces Judas y sus hermanos dijeron: Ya que quedan destruidos nuestros enemigos, vamos ahora a purificar y restaurar el templo.

    Sab 4:37 Y reunido todo el ejrcito, subieron al monte de Sin, Sab 4:38 donde vieron desierto el lugar santo, y profanado el altar, y quemadas las

    puertas, y que en los patios haban nacido arbustos como en los bosques y montes, y

  • que estaban arruinadas todas las habitaciones de los ministros del santuario. Sab 4:39 Y al ver esto, rasgaron sus vestidos, y lloraron amargamente, y se echaron

    ceniza sobre la cabeza. Sab 4:40 Y se postraron rostro por tierra, e hicieron resonar las trompetas con que se

    daban las seales, y levantaron sus clamores hasta el cielo. Sab 4:41 Entonces Judas dispuso que fueran algunas tropas a combatir a los que estaban

    en el alczar, mientras tanto se iba purificando el santuario. Sab 4:42 Y escogi sacerdotes sin tacha, amantes de la ley de YHWH, Sab 4:43 los cuales purificaron el santuario, y llevaron a un sitio profano las piedras

    contaminadas. Sab 4:44 Y estuvo pensando Judas qu deba hacerse del altar de los holocaustos, que

    haba sido profanado. Sab 4:45 Y tomaron el mejor partido, que fue el destruirlo, a fin de que no fuese para ellos

    motivo de oprobio, puesto que haba sido contaminado por los gentiles; y as lo demolieron.

    Sab 4:46 Y depositaron las piedras en un lugar a propsito del monte en que estaba el templo, hasta tanto que viniese un profeta, y decidiese qu era lo que de ellas deba hacerse.

    Sab 4:47 Tomaron despus piedras intactas o sin labrar, conforme dispone la ley, y construyeron un altar nuevo semejante a aquel que haba habido antes.

    Sab 4:48 Y reedificaron el santuario, y aquello que estaba de la parte de adentro de la casa, o templo, y santificaron el templo y sus atrios.

    Sab 4:49 E hicieron nuevos vasos sagrados, y colocaron en el templo el candelero, y el altar de los inciensos, y la mesa.

    Sab 4:50 Y pusieron despus incienso sobre el altar, y encendieron las lmparas que estaban sobre el candelero, y alumbraban en el templo.

    Sab 4:51 Y pusieron los panes de proposicin sobre la mesa, colgaron los velos, y completaron todas las obras que haban comenzado.

    Sab 4:52 Y, hecho esto, se levantaron antes de amanecer el da veinticinco del noveno mes, llamado Casleu, del ao ciento cuarenta y ocho.

    Sab 4:53 Y ofrecieron el sacrificio, segn la ley, sobre el nuevo altar de los holocaustos que haban construido.

    Sab 4:54 Con lo cual se verific que en el mismo tiempo o mes, y en el mismo da que este altar haba sido profanado por los gentiles, fue renovado o erigido de nuevo al son de cnticos, y de ctaras, y de liras, y de cmbalos.

    Sab 4:55 Y todo el pueblo se postr hasta juntar su rostro con la tierra, y adoraron a YHWH, y levantando su voz hasta el cielo, bendijeron a YHWH que les haba concedido aquella felicidad.

    Sab 4:56 Y celebraron la dedicacin del altar por espacio de ocho das, y ofrecieron holocaustos con regocijo, y sacrificios de accin de gracias y alabanza.

    Sab 4:57 Adornaron tambin la fachada del templo con coronas de oro y con escudetes de lo mismo, y renovaron las puertas del templo, y las habitaciones de los ministros a l unidas, y les pusieron puertas.

    Sab 4:58 Y fue extraordinaria la alegra del pueblo, y sacudieron de s el oprobio de las naciones.

    Sab 4:59 Entonces estableci Judas y sus hermanos, y todo el pueblo de Israel, que en lo sucesivo se celebrase cada ao con gran gozo y regocijo este da de la dedicacin del altar por espacio de ocho das seguidos, empezando el da veinticinco del mes de Casleu.

    Sab 4:60 Y fortificaron entonces rodearon el monte Sin, y lo circuyeron de altas murallas y de fuertes torres, para que no viniesen los gentiles a profanarlo, como lo haban

  • hecho antes. Sab 4:61 Y puso all Judas una guarnicin para que lo custodiase, y lo fortific tambin

    para seguridad de Betsura, a fin de que el pueblo tuviese esta fortaleza en la frontera de Idumea.

    Capitulo 5 Sab 5:1 As que las naciones circunvecinas oyeron que el altar y el santuario haban sido

    reedificados como antes, se irritaron sobremanera. Sab 5:2 Y resolvieron exterminar a los de la estirpe de Jacob que vivan entre ellos, y en

    efecto, comenzaron a matar y perseguir aquel pueblo. Sab 5:3 Entretanto bata Judas a los hijos de Esa en la Idumea y a los que estaban en

    Acrabatane, porque tenan como sitiados a los israelitas, e hizo en ellos un gran destrozo.

    Sab 5:4 Tambin se acord de castigar la malicia de los hijos de Ben, los cuales eran para el pueblo un lazo de tropiezo, armndole emboscadas en el camino.

    Sab 5:5 Y los oblig a encerrarse en unas torres, donde los tuvo cercados; y habindolos anatematizado, peg fuego a las torres y las quem con cuantos haba dentro.

    Sab 5:6 De all pas a la tierra de los hijos de Amn, donde encontr un fuerte y numeroso ejrcito con Timoteo su caudillo.

    Sab 5:7 Tuvo diferentes choques con ellos, y los derrot e hizo en ellos gran carnicera. Sab 5:8 Y tom la ciudad de Gazer con los lugares dependientes de ella, y volvi a Judea. Sab 5:9 Pero los gentiles que habitaban en Galaad se reunieron para exterminar a los

    israelitas que vivan en su pas; mas stos se refugiaron en la fortaleza de Datemn; Sab 5:10 y desde all escribieron cartas a Judas y a sus hermanos, en las cuales decan:

    Se han congregado las naciones circunvecinas para perdernos; Sab 5:11 y se preparan para venir a tomar la fortaleza donde nos hemos refugiado, siendo

    Timoteo el caudillo de su ejrcito. Sab 5:12 Ven, pues, luego, y lbranos de sus manos, porque han perecido ya muchos de

    los nuestros; Sab 5:13 y todos nuestros hermanos, que habitaban en los lugares prximos a Tubn, han

    sido muertos, habindose llevado cautivas a sus mujeres e hijos, y saquendolo todo, y dado muerte all mismo a cerca de mil hombres.

    Sab 5:14 An no haban acabado de leer estas cartas, cuando he aqu que llegaron otros mensajeros que venan de Galilea, rasgados sus vestidos, trayendo otras nuevas semejantes;

    Sab 5:15 pues decan haberse coligado contra ellos los de Tolemaida, y los de Tiro, y de Sidn, y que toda la Galilea estaba llena de extranjeros, con el fin, decan, de acabar con nosotros.

    Sab 5:16 Luego que Judas y su gente oyeron tales noticias, tuvieron un gran consejo para deliberar qu era lo que haran a favor de aquellos hermanos suyos que se hallaban en la angustia, y eran estrechados por aquella gente.

    Sab 5:17 Dijo, pues, Judas a su hermano Simn: Escoge un cuerpo de tropas, y ve a librar a tus hermanos que estn en Galilea, y yo y mi hermano Jonats iremos a Galaad.

    Sab 5:18 Y dej a Jos, hijo de Zacaras, y a Azaras por caudillos del pueblo, para guardar la Judea con el resto del ejrcito;

    Sab 5:19 y les dio esta orden: Cuidad de esta gente, les dijo, y no salgis a pelear contra los gentiles hasta que volvamos nosotros.

    Sab 5:20 Se dieron, pues, a Simn tres mil hombres para ir a Galilea, y Judas tom ocho

  • mil para pasar a Galaad. Sab 5:21 Parti Simn para la Galilea; y tuvo muchos encuentros con aquellas naciones,

    las que derrot y fue persiguiendo hasta las puertas de Tolemaida, Sab 5:22 dejando muertos cerca de tres mil gentiles, y apoderndose del botn. Sab 5:23 Tom despus consigo a los judos que haba en Galilea y en Arbates, como

    tambin a sus mujeres e hijos, y todo cuanto tenan, y los condujo a la Judea con gran regocijo.

    Sab 5:24 Entretanto Judas Macabeo con su hermano Jonats pasaron el Jordn, y caminaron tres das por el desierto.

    Sab 5:25 Y les salieron al encuentro los nabuteos, los cuales los recibieron pacficamente, y les contaron lo que haba acaecido a sus hermanos en Galaad;

    Sab 5:26 y cmo muchos de ellos se haban encerrado en Barasa, en Bosor, en Alimas, en Casfor, en Maget y Carnam (todas ellas ciudades fuertes y grandes);

    Sab 5:27 y cmo quedaban tambin cercados los que habitaban en otras ciudades de Galaad, y les aadieron que los enemigos tenan determinado arrimar al da siguiente su ejrcito a aquellas ciudades, y cogerlos, y acabar con ellos en un solo da.

    Sab 5:28 Con esto parti Judas inmediatamente con su ejrcito por el camino del desierto de Bosor, y se apoder de la ciudad, y pas a cuchillo todos los varones, y despus de saqueada, la entreg a las llamas.

    Sab 5:29 Por la noche salieron de all, y se dirigieron a la fortaleza de Datemn; Sab 5:30 y al rayar el da, alzando los ojos vieron una tropa innumerable de gentes, que

    traan consigo escalas y mquinas para tomar la plaza, y destruir o hacer prisioneros a los que estaban dentro.

    Sab 5:31 Luego que Judas vio que se haba comenzado el ataque, y que el clamor de los combatientes suba hasta el cielo, como si fuera el sonido de una trompeta, y que se oa una gran gritera en la ciudad,

    Sab 5:32 dijo a sus tropas: Pelead este da en defensa de vuestros hermanos. Sab 5:33 Y en seguida marcharon en tres columnas por las espaldas de los enemigos;

    tocaron las trompetas, y clamaron orando en alta voz. Sab 5:34 Y conocieron las tropas de Timoteo que era el Macabeo el que vena, y huyeron

    su encuentro; sufriendo un gran destrozo, y habiendo perecido en aquel da cerca de ocho mil hombres.

    Sab 5:35 De all torci Judas el camino hacia Masfa, y la bati y se apoder de ella; pas a cuchillo a todos los varones, y despus de haberla saqueado, la incendi.

    Sab 5:36 Partiendo ms adelante tom a Casbn, a Maget, a Bosor y a las dems ciudades de Galaad.

    Sab 5:37 Despus de estos sucesos junt Timoteo otro ejrcito, y se acamp frente a Rafn, a la otra parte del arroyo.

    Sab 5:38 Judas envi luego a reconocer el enemigo, y los emisarios le dijeron: Todas las naciones que nos rodean se han unido a Timoteo, es un ejrcito sumamente grande.

    Sab 5:39 Han tomado tambin en su auxilio a los rabes, y estn acampados a la otra parte del arroyo, preparndose para venir a darte la batalla. Y enterado Judas de todo march contra ellos.

    Sab 5:40 Y dijo Timoteo a los capitanes de su ejrcito: Si cuando Judas con sus tropas llegue al arroyo, pasa l primero hacia nosotros, no le podremos resistir, y nos vencer infaliblemente.

    Sab 5:41 Pero si l temiere pasar, y pusiere su campo en el otro lado del arroyo, pasmoslo nosotros y lograremos la victoria.

    Sab 5:42 En esto lleg Judas cerca del arroyo, y poniendo a los escribanos o comisarios del ejrcito a lo largo de la orilla del agua, les dio esta orden: No dejis que se quede aqu nadie, sino que todos han de venir al combate.

  • Sab 5:43 Dicho esto pas l primero hacia los enemigos, y en pos de l toda la tropa, y as que llegaron, derrotaron a todos aquellos gentiles, los cuales arrojaron las armas, y huyeron al templo que haba en Carnam.

    Sab 5:44 Judas tom la ciudad, y peg fuego al templo y lo abras con cuantos haba dentro; y Carnam fue asolada, sin que pudiesen resistir a Judas.

    Sab 5:45 Entonces reuni Judas todos los israelitas que se hallaban en el pas de Galaad, desde el ms chico hasta el ms grande, con sus mujeres e hijos, formando de todos ellos un ejrcito numerossimo de gente para que viniesen a la tierra de Jud.

    Sab 5:46 Y llegaron a Efrn, ciudad grande situada en la embocadura del pas, y muy fuerte; y no era posible dejarla a un lado, echando a la derecha o a la izquierda, sino que era preciso atravesar por medio de ella.

    Sab 5:47 Mas sus habitantes se encerraron, y tapiaron las puertas a cal y canto. Les envi Judas un mensajero de paz,

    Sab 5:48 dicindoles: Tened a bien que pasemos por vuestro pas para ir a nuestras casas, y nadie os har dao, no haremos ms que pasar. Sin embargo, ellos no quisieron abrir.

    Sab 5:49 Entonces Judas hizo pregonar por todo el ejrcito que cada uno lo asaltase por el lado en que se hallaba.

    Sab 5:50 En efecto, la atacaron los hombres ms valientes, y se dio el asalto que dur todo aquel da y aquella noche, cayendo al fin en sus manos la ciudad.

    Sab 5:51 Y pasaron a cuchillo a todos los varones, y arrasaron a la ciudad hasta los cimientos, despus de haberla saqueado, y atravesaron luego por toda ella, caminando por encima de los cadveres.

    Sab 5:52 En segida pasaron el Jordn en la gran llanura que hay enfrente de Betsn. Sab 5:53 E iba Judas en la retaguardia reunien-do a los rezagados, y alentando al pueblo

    por todo el camino, hasta que llegaron a tierra de Jud. Sab 5:54 Y subieron al monte de Sin con alegra y regocijo, y ofrecieron all holocausto

    en accin de gracias por el feliz regreso, sin que hubiese perecido ninguno de ellos. Sab 5:55 Pero mientras Judas y Jonats estaban en el pas de Galaad, y Simn su

    hermano en la Galilea delante de Tolemaida, Sab 5:56 Jos, hijo de Zacaras, y Azaras, comandante de las tropas, tuvieron noticia de

    estos felices sucesos, y de las batallas que se haban dado. Sab 5:57 Y Jos dijo a Azaras: Hagamos tambin nosotros clebre nuestro nombre, y

    vamos a pelear contra las naciones circunvecinas. Sab 5:58 Y dando la orden a las tropas de su ejrcito marcharon contra Jamnia. Sab 5:59 Pero Gorgias sali con su gente fuera de la ciudad, para venir al encuentro de

    ellos y presentarles la batalla. Sab 5:60 Y fueron batidos Jos y Azaras, los cuales echaron a huir hasta las fronteras de

    Judea; pereciendo aquel da hasta dos mil hombres del pueblo de Israel, habiendo sufrido el pueblo esta gran derrota,

    Sab 5:61 por no haber obedecido las rdenes de Judas y de sus hermanos, imaginndose que haran maravillas.

    Sab 5:62 Mas ellos no eran de la estirpe de aquellos varones, por medio de los cuales haba sido salvado Israel.

    Sab 5:63 Por el contrario, las tropas de Judas adquirieron gran reputacin, tanto en todo Israel, como entre las naciones todas a donde llegaba el eco de su fama.

    Sab 5:64 Y la gente les sala al encuentro con aclamaciones de jbilo. Sab 5:65 March despus Judas con sus hermanos al pas de Medioda a reducir a los

    hijos de Esa, y se apoder a la fuerza de Quebrn, y de sus aldeas, quemando sus muros y las torres que tena alrededor.

    Sab 5:66 De all parti y se dirigi al pas de las naciones extranjeras, y recorri la

  • Samaria. Sab 5:67 En aquel tiempo murieron peleando unos sacerdotes por querer hacer proezas y

    haber entrado imprudentemente en el combate. Sab 5:68 Judas torci despus hacia Azoto, pas de los extranjeros, y derrib sus altares,

    quem los simulacros de sus dioses, saque las ciudades, y con sus despojos volvi a tierra de Jud.

    Capitulo 6 Sab 6:1 Yendo el rey Antoco recorriendo las provincias superiores, oy que haba en

    Persia una ciudad llamada Elimaida, muy clebre y abundante de plata y oro, Sab 6:2 con un templo riqusimo, donde haba velos con mucho oro, y corazas, y escudos

    que haba dejado all Alejandro, hijo de Filipo, rey de Macedonia, el que rein primero en toda la Grecia.

    Sab 6:3 Y fue all con el fin de apoderarse de la ciudad y saquearla; pero no pudo salir con su intento, porque llegando a entender su designio los habitantes,

    Sab 6:4 salieron a pelear contra l, y tuvo que huir, y se retir con gran pesar volvindose a Babilonia.

    Sab 6:5 Y estando en Persia, le lleg la noticia de que haba sido destrozado el ejrcito que se hallaba en el pas de Jud,

    Sab 6:6 y que habiendo pasado all Lisias con grandes fuerzas, fue derrotado por los judos, los cuales se hacan ms poderosos con las armas, municiones y despojos tomados al ejrcito destruido;

    Sab 6:7 y de cmo haban igualmente ellos derrocado la abominacin o dolo erigido por l sobre el altar de Jerusaln , y cercado asimismo el santuario con altos muros, segn estaba antes, y tambin en Betsura, su ciudad.

    Sab 6:8 Odo que hubo el rey tales noticias, qued pasmado y lleno de turbacin, y se puso en cama, y enferm de melancola, viendo que no le haban salido las cosas como l se haba imaginado.

    Sab 6:9 Permaneci as en aquel lugar por muchos das; porque iba aumentndose su tristeza, de suerte que consinti en que se mora.

    Sab 6:10 Con esto llam a todos sus amigos, y les dijo: El sueo ha huido de mis ojos; mi corazn se ve abatido y oprimido de pesares,

    Sab 6:11 y digo all dentro de m: A qu extrema afliccin me veo reducido, y en qu abismo de tristeza me hallo, yo que estaba antes tan contento y querido, gozando de mi regia dignidad!

    Sab 6:12 Mas ahora se me presentan a la memoria los males que caus en Jerusaln , de donde me traje todos los despojos de oro y plata que all cog, y el que sin motivo alguno envi exterminar los moradores de la Judea.

    Sab 6:13 Yo reconozco ahora que por eso han llovido sobre m tales desastres; y ved aqu que muero de profunda melancola en tierra extraa.

    Sab 6:14 Llam despus a Filipo, uno de sus confidentes, y lo nombr regente de todo su reino;

    Sab 6:15 y le entreg la diadema, el manto real y el anillo, a fin de que fuese a encargarse de su hijo Antoco, y le educase para ocupar el trono.

    Sab 6:16 Y muri all el rey Antoco, el ao ciento cuarenta y nueve. Sab 6:17 Al saber Lisias la muerte del rey proclam a Antoco, su hijo, a quien l haba

    criado desde nio; y le puso el nombre de Euptor. Sab 6:18 Entretanto los que ocupaban el alczar de Jerusaln tenan encerrado a Israel

    en los alrededores del santuario; y procuraban siempre causarle dao y acrecentar el

  • partido de los gentiles. Sab 6:19 Resolvi, pues, Judas destruirlos y convoc a todo el pueblo para ir a sitiarlos. Sab 6:20 Reunida la gente comenzaron el sitio el ao ciento cincuenta y construyeron

    ballestas para arrojar piedras, y otras mquinas de guerra. Sab 6:21 Y salieron fuera algunos de los sitiados, a los que se agregaron varios otros de

    los impos del pueblo de Israel. Sab 6:22 Y se fueron al rey, y le dijeron: Cundo, finalmente, hars t justicia, y

    vengars a nuestros hermanos? Sab 6:23 Nosotros nos resolvimos a servir a tu padre, y obedecerle, y observar sus leyes; Sab 6:24 y por esta causa nos tomaron aversin los de nuestro mismo pueblo, han dado

    muerte a todo el que han encontrado de nosotros, y han robado nuestros bienes; Sab 6:25 y no tan slo han ejercido su violencia contra nosotros, sino tambin por todo

    nuestro pas. Sab 6:26 Y he aqu que ahora han puesto sitio al alczar de Jerusaln para apoderarse

    de l, y han fortificado a Betsura. Sab 6:27 Y si t no obras con ms actividad que ellos, harn an cosas mayores que

    stas, y no podrs tenerlos a raya. Sab 6:28 Se irrit el rey al or esto, e hizo llamar a todos sus amigos, y a los principales

    oficiales de su ejrcito, y a los comandantes de la caballera. Sab 6:29 Llegaron tambin tropas asalariadas de otros reinos, y de las islas o pases de

    ultramar. Sab 6:30 De suerte que junt un ejrcito de cien mil infantes con veinte mil hombres de

    caballera, y treinta y dos elefantes adiestrados para el combate. Sab 6:31 Y entrando estas tropas por la Idumea, vinieron a poner sitio a Betsura, y la

    combatieron por espacio de muchos das, e hicieron varias mquinas de guerra; pero habiendo hecho una salida los sitiados, las quemaron, y pelearon valerosamente.

    Sab 6:32 A este tiempo levant Judas el sitio del alczar de Jerusaln , y dirigi sus tropas hacia Betzacara, frente del campamento del rey.

    Sab 6:33 Se levant el rey antes de amanecer, e hizo marchar apresuradamente su ejrcito por el camino de Betzacara. Preparndose para el combate ambos ejrcitos, y dieron la seal con las trompetas;

    Sab 6:34 mostraron a los elefantes vino tinto y zumo de moras, a fin de incitarlos a la batalla;

    Sab 6:35 y distribuyeron estos animales por las legiones, poniendo alrededor de cada elefante mil hombres armados de cotas de malla y cascos de bronce, y adems quinientos hombres escogidos de caballera cerca de cada elefante.

    Sab 6:36 Se hallaban estas tropas anticipadamente en donde quiera que haba de estar el elefante, e iban donde l iba, sin apartarse de l nunca.

    Sab 6:37 Sobre cada una de estas bestias haba una fuerte torre de madera, que les serva de defensa, y sobre la torre mquinas de guerra; yendo en cada torre treinta y dos hombres esforzados, los cuales peleaban desde ella, y adems un indio que gobernaba la bestia.

    Sab 6:38 Y el resto de la caballera, dividido en dos trozos, lo coloc en los flancos del ejrcito para excitarlo con el sonido de las trompetas, y tener as encerradas las filas de sus legiones.

    Sab 6:39 As que sali el sol e hiri con sus rayos los escudos de oro y de bronce, reflejaron stos la luz en los montes, resplandeciendo como antorchas encendidas.

    Sab 6:40 Y una parte del ejrcito del rey caminaba por lo alto de los montes, y la otra por los lugares bajos, e iban avanzando con precaucin y en buen orden.

    Sab 6:41 Y todos los moradores del pas estaban asombrados a las voces de aquella muchedumbre, y al movimiento de tanta gente, y al estruendo de sus armas; pues era

  • grandsimo y muy poderoso aquel ejrcito. Sab 6:42 Y se adelant Judas con sus tropas para dar la batalla, y murieron del ejrcito

    del rey seiscientos hombres. Sab 6:43 Y Eleazar, hijo de Saura, observ un elefante que iba enjaezado con una regia

    cota de malla, y que era ms alto que todos los dems; y juzg que ira encima de l el rey.

    Sab 6:44 E hizo el sacrificio de s mismo por libertar a su pueblo y granjearse un nombre eterno.

    Sab 6:45 Corri, pues, animosamente hacia el elefante por en medio de la legin, matando a diestra y siniestra, y atropellando a cuantos se le ponan delante;

    Sab 6:46 y fue a meterse debajo del vientre del elefante, y lo mat; pero cayendo la bestia encima de l, lo dej muerto.

    Sab 6:47 Mas los judos viendo las fuerzas e impetuosidad del ejrcito del rey, hicieron una retirada.

    Sab 6:48 Entonces las tropas del rey fueron contra ellos por el camino de Jerusaln , y llegando a la Judea acamparon junto al monte de Sin.

    Sab 6:49 El rey hizo un tratado con los que estaban en Betsura; los cuales salieron de la ciudad, porque estando sitiados dentro de ella, no tenan vveres de repuesto, por ser aquel ao sabtico, o de descanso para los campos.

    Sab 6:50 De esta suerte el rey se apoder de Betsura, dejando en ella una guarnicin para su custodia.

    Sab 6:51 Asent despus sus campamentos cerca del lugar santo, donde permaneci muchos das, preparando all ballestas y otros ingenios para lanzar fuegos, y mquinas para arrojar piedras y dardos, e instrumentos para tirar saetas, y adems de eso hondas.

    Sab 6:52 Los sitiados hicieron tambin mquinas contra las de los enemigos, y se defendieron por muchos das.

    Sab 6:53 Faltaban vveres en la ciudad, por ser el ao sptimo, o sabtico, y porque los gentiles que haban quedado en Judea haban consumido todos los repuestos.

    Sab 6:54 Con eso qued poca gente para la defensa de los lugares santos; porque los soldados se hallaron acosados del hambre, y se dispersaron, yndose cada cual a su lugar.

    Sab 6:55 En esto lleg a entender Lisias que Filipo (a quien el rey Antoco, estando an en vida, haba encargado la educacin de su hijo Antoco para que ocupase el trono)

    Sab 6:56 haba vuelto de Persia y de la Media con el ejrcito que haba ido con l, y que buscaba medios para apoderarse del gobierno del reino.

    Sab 6:57 Por tanto fue inmediatamente, y dijo al rey y a los generales del ejrcito: Nos vamos consumiendo de da en da; tenemos pocos vveres; la plaza que tenemos sitiada est bien pertrechada; y lo que nos urge es arreglar los negocios del reino.

    Sab 6:58 Ahora, pues, compongmonos con estas gentes, y hagamos la paz con ellas y con toda su nacin;

    Sab 6:59 y dejmosles que vivan como antes segn sus leyes, pues por amor de sus leyes, que hemos despreciado nosotros, se han encendido en clera y hecho todas estas cosas.

    Sab 6:60 Pareci bien al rey y a sus prncipes esta proposicin; y envi a hacer la paz con los judos, los cuales la aceptaron.

    Sab 6:61 La confirmaron con juramento el rey y los prncipes; y salieron de la fortaleza los que la defendan.

    Sab 6:62 Y entr el rey en el monte de Sin, y observ las fortificaciones que en l haba; pero viol luego el juramento hecho, mandando derribar el muro que haba alrededor.

    Sab 6:63 Parti despus de all a toda prisa, y se volvi a Antioqua, donde hall que

  • Filipo se haba hecho dueo de la ciudad; mas habiendo peleado contra l, la recobr.

    Capitulo 7 Sab 7:1 El ao ciento cincuenta y uno, Demetrio, hijo de Seleuco, sali de la ciudad de

    Roma, y lleg con poca comitiva a una ciudad martima y all comenz a reinar. Sab 7:2 Y apenas entr en el reino de sus padres, cuando el ejrcito se apoder de

    Antoco y de Lisias, para presentrselos a l. Sab 7:3 Mas as que lo supo, dijo: Haced que no vea yo su cara. Sab 7:4 Con esto la misma tropa les quit la vida, y Demetrio qued sentado en el trono

    de su reino. Sab 7:5 Y vinieron a presentrsele algunos hombres malvados e impos de Israel, cuyo

    caudillo era Alcimo, el cual pretenda ser sumo sacerdote. Sab 7:6 Acusaron stos a su nacin delante del rey, diciendo: Judas y sus hermanos han

    hecho perecer a todos tus amigos, y a nosotros nos han arrojado de nuestra tierra. Sab 7:7 Enva, pues, una persona de tu confianza, para que vaya y vea todos los estragos

    que aqul nos ha causado a nosotros y a las provincias del rey, y castigue a todos sus amigos y partidarios.

    Sab 7:8 En efecto, el rey eligi de entre sus amigos a Bquides, que tena el gobierno de la otra parte del ro, magnate del reino y de la confianza del rey; y lo envi

    Sab 7:9 a reconocer las vejaciones que haba hecho Judas, confiriendo adems el sumo sacerdocio al impo Alcimo, al cual dio orden de castigar a los hijos de Israel.

    Sab 7:10 Se pusieron, pues, en camino, y entraron con un gran ejrcito en el pas de Jud; y enviaron mensajeros a Judas y a sus hermanos para engaarlos con buenas palabras.

    Sab 7:11 Pero stos no quisieron fiarse de ellos, viendo que haban venido con un poderoso ejrcito.

    Sab 7:12 Sin embargo, el colegio de los escribas pas a estar con Alcimo y con Bquides para hacerles algunas proposiciones justas o razonables.

    Sab 7:13 Al frente de estos hijos de Israel iban los asideos, los cuales le pedan la paz. Sab 7:14 Porque decan: Un sacerdote de la estirpe de Aarn es el que viene a nosotros,

    no es de creer que nos engae. Sab 7:15 Alcimo, pues, les habl palabras de paz, y les jur, diciendo: No os haremos

    dao alguno ni a vosotros ni a vuestros amigos. Sab 7:16 Dieron ellos crdito a su palabra; pero l hizo prender a sesenta de los mismos,

    y en un da les hizo quitar la vida, conforme a lo que est escrito en los Salmos: Sab 7:17 Alrededor de Jerusaln arrojaron los cuerpos de tus santos y su sangre; ni hubo

    quien les diese sepultura. Sab 7:18 Con esto se apoder de todo el pueblo un gran temor y espanto, y se decan

    unos a otros: No se encuentra verdad ni justicia en estas gentes; pues han quebrantado el tratado y el juramento que hicieron.

    Sab 7:19 Y levant Bquides sus campamentos de Jerusaln , y fue a acampar junto a Betzeca, desde donde envi a prender a muchos que haban abandonado su partido; haciendo degollar a varios del pueblo, y que los arrojaran en un profundo pozo.

    Sab 7:20 Se encarg despus el gobierno del pas a Alcimo, dejndole un cuerpo de tropas que le sostuviera, y volvi Bquides a donde estaba el rey.

    Sab 7:21 Haca Alcimo todos sus esfuerzos para asegurarse en su sumo sacerdocio; Sab 7:22 y habindose unido a l todos los revoltosos del pueblo, se hicieron dueos de

    toda la tierra de Jud, y causaron grandes estragos en Israel. Sab 7:23 Viendo, pues, Judas las extorsiones que Alcimo y los suyos haban hecho a los

    hijos de Israel, y que eran mucho peores que las causadas por los gentiles,

  • Sab 7:24 sali a recorrer todo el territorio de la Judea, y castig a estos desertores de la causa de la patria; de suerte que no volvieron a hacer ms excursiones por el pas.

    Sab 7:25 Mas cuando Alcimo vio que Judas y sus gentes ya prevalecan, y que l no poda resistirles, se volvi a ver al rey, y los acus de muchos delitos.

    Sab 7:26 Entonces el rey envi a Nicanor, uno de sus ms ilustres magnates y enemigo declarado de Israel, con la orden de acabar con este pueblo.

    Sab 7:27 Pas, pues, Nicanor a Jerusaln con un gran ejrcito, y envi luego sus emisarios a Judas y a sus hermanos para engaarlos con palabras de paz,

    Sab 7:28 dicindoles: No hay guerra entre m y vosotros, yo pasar con poca comitiva a veros y tratar de paz.

    Sab 7:29 En efecto, fue Nicanor a ver a Judas; y se saludaron mutuamente como amigos; pero los enemigos estaban prontos para apoderarse de Judas.

    Sab 7:30 Y llegando Judas a entender que haban venido con mala intencin, temi y no quiso volverlo a ver ms.

    Sab 7:31 Conoci entonces Nicanor que estaba descubierta su trama; y sali a pelear contra Judas junto a Cafarsalama,

    Sab 7:32 donde quedaron muertos como unos cinco mil hombres del ejrcito de Nicanor. Judas y los suyos se retiraron a la ciudad o fortaleza de David.

    Sab 7:33 Despus de esto subi Nicanor al monte de Sin; y as que lleg, salieron a saludarle pacficamente algunos sacerdotes del pueblo, y a hacerle ver los holocaustos que se ofrecan por el rey.

    Sab 7:34 Mas l los recibi con desprecio y mofa, los trat como a personas profanas, y les habl con arrogancia,

    Sab 7:35 y lleno de clera les jur diciendo: Si no entregis en mis manos a Judas y a su ejrcito, inmediatamente que yo vuelva victorioso, abrasar esta casa, o templo. Y se march sumamente enfurecido.

    Sab 7:36 Entonces los sacerdotes entraron en el templo a presentarse ante el altar, y llorando dijeron:

    Sab 7:37 YHWH , t elegiste esta casa a fin de que en ella fuese invocado tu santo Nombre, y fuese un lugar de oracin y de plegarias para tu pueblo.

    Sab 7:38 Haz que resplandezca tu venganza sobre este hombre y su ejrcito, y perezcan al filo de la espada. Ten presentes sus blasfemias, y no permitas que subsistan sobre la tierra.

    Sab 7:39 Habiendo, pues, partido Nicanor de Jerusaln , fue a acamparse cerca de Bet-Horn, y all se le junt el ejrcito de la Siria.

    Sab 7:40 Judas acamp junto a Adarsa con tres mil hombres, e hizo oracin a YHWH en estos trminos:

    Sab 7:41 YHWH, cuando los enviados del Sennaquerib blasfemaron contra ti, vino un ngel que les mat ciento ochenta y cinco mil hombres.

    Sab 7:42 Extermina hoy del mismo modo a nuestra vista ese ejrcito, y sepan todos los dems que Nicanor ha hablado indignamente contra tu santuario, y jzgalo conforme a su maldad.

    Sab 7:43 Se dio, pues, la batalla el da trece del mes de Adar; y qued derrotado el ejrcito de Nicanor; siendo l el primero que muri en el combate.

    Sab 7:44 Viendo los soldados de Nicanor que ste haba muerto, arrojaron las armas, y echaron a huir.

    Sab 7:45 Los persiguieron los judos toda una jornada desde Adazer hasta Gzara, y al ir tras de ellos tocaban las trompetas para avisar a todos la huida del enemigo.

    Sab 7:46 Con esto salan gentes de todos los pueblos de la Judea situados en las cercanas, y cargando sobre ellos con denuedo, los hacan retroceder hacia los vencedores; de suerte que fueron todos pasados a cuchillo, sin que escapara ni uno.

  • Sab 7:47 Se apoderaron en seguida de sus despojos, y cortaron la cabeza a Nicanor, y su mano derecha, la cual haba levantado l contra el templo, y las llevaron y colgaron a la vista de Jerusaln .

    Sab 7:48 Se alegr sobremanera el pueblo con la victoria, y pasaron aquel da en gran regocijo:

    Sab 7:49 Y orden Judas que se celebrase todos los aos esta fiesta a trece del mes de Adar.

    Sab 7:50 Y la tierra de Jud qued en reposo algn poco de tiempo.

    Capitulo 8 Sab 8:1 Y oy Judas la reputacin de los romanos, y que eran poderosos, y se prestaban

    a todo cuanto se les peda, y que haban hecho amistad con todos los que se haban querido unir a ellos, y que era muy grande su poder.

    Sab 8:2 Haba tambin odo hablar de sus guerras, y de las proezas que hicieron en las Galias, de las cuales se haban enseoreado y hcholas tributarias suyas;

    Sab 8:3 y de las cosas grandes obradas en Espaa, y cmo se haban hecho dueos de las minas de plata y de oro que hay all, conquistando todo aquel pas a esfuerzos de su prudencia y constancia.

    Sab 8:4 Que asimismo haban sojuzgado regiones sumamente remotas, y destruido reyes, que en las extremidades del mundo se haban movido contra ellos, habindolos abatido enteramente, y que todos los dems les pagaban tributo cada ao;

    Sab 8:5 cmo tambin haban vencido en batalla, y sujetado a Filipo y a Perseo, rey de los ceteos, o macedonios, y a los dems que haban tomado armas contra ellos;

    Sab 8:6 que Antoco el Grande, rey de Asia, el cual los haba acometido con un ejrcito sumamente poderoso, en donde iban ciento veinte elefantes, muchsima caballera y carros de guerra, fue asimismo enteramente derrotado;

    Sab 8:7 cmo adems lo cogieron vivo, y lo obligaron tanto a l como a sus sucesores a pagarles un gran tributo, y a que diese rehenes, y lo dems que se haba pactado,

    Sab 8:8 a saber, el pas de los indos, el de los medos y el de los lidios, sus provincias ms excelentes; y cmo despus de haberlas recibido de ellos, las dieron al rey Eumenes.

    Sab 8:9 Supo tambin Judas cmo haban querido los griegos ir contra los romanos para destruirlos;

    Sab 8:10 y que al saberlo stos enviaron en contra uno de sus generales, y dndoles batalla les mataron mucha gente, y se llevaron cautivas a las mujeres con sus hijos, saquearon todo el pas y se hicieron dueos de l; derribaron los muros de sus ciudades, y redujeron aquellas gentes a la servidumbre, como lo estn hasta el da de hoy;

    Sab 8:11 y cmo haban asolado y sometido a su imperio los otros reinos e islas que haban tomado las armas contra ellos;

    Sab 8:12 pero que con sus amigos, y con los que se entregaban con confianza en sus manos, guardaban buena amistad; y que se haban enseoreado de los reinos, ya fuesen vecinos, ya lejanos, porque cuantos oan su nombre los teman:

    Sab 8:13 que aquellos a quienes ellos queran dar auxilio para que reinasen, reinaban en efecto; y al contrario, quitaban el reino a quienes queran: y que de esta suerte se haban elevado a un sumo poder;

    Sab 8:14 que sin embargo de todo esto, ninguno de entre ellos cea su cabeza con corona, ni vesta prpura para ensalzarse sobre los dems;

    Sab 8:15 y que haban formado un Senado compuesto de trescientas veinte personas, y que cada da se trataban en este consejo los negocios pblicos, a fin de que se

  • hiciese lo conveniente; Sab 8:16 y finalmente, que se confiaba cada ao la magistratura o supremo gobierno a un

    solo hombre, para que gobernase todo el Estado, y que as todos obedecan a uno solo, sin que hubiese entre ellos envidia ni celos.

    Sab 8:17 Judas, pues, en vista de todo esto, eligi a Euplemo, hijo de Juan, que lo era de Jacob , y a Jasn, hijo de Elezaro, y los envi a Roma para establecer amistad y alianza con ellos,

    Sab 8:18 a fin de que los liberasen del yugo de los griegos; pues estaban viendo cmo tenan stos reducido a esclavitud el reino de Israel.

    Sab 8:19 En efecto, despus de un viaje muy largo, llegaron aqullos a Roma y habindose presentado al Senado, dijeron:

    Sab 8:20 Judas Macabeo, y sus hermanos, y el pueblo judaico nos envan para establecer alianza y paz con vosotros, a fin de que nos contis en el nmero de vuestros aliados y amigos.

    Sab 8:21 Les pareci bien a los romanos esta proposicin. Sab 8:22 Y he aqu el escrito que hicieron grabar en lminas de bronce, y enviaron a

    Jerusaln para que lo tuviesen all los judos como un monumento de esta paz y alianza:

    Sab 8:23 Dichosos sean por mar y por tierra eternamente los romanos y la nacin de los judos, y aljense siempre de ellos la guerra y el enemigo.

    Sab 8:24 Pero si sobreviniere alguna guerra a los romanos, o alguno de los aliados en cualquier parte de sus dominios,

    Sab 8:25 los auxiliar la nacin de los judos de todo corazn, segn se lo permitieren las circunstancias,

    Sab 8:26 sin que los romanos tengan que dar y suministrar a las tropas que enve, ni vveres, ni armas, ni dinero, ni naves, porque as ha parecido a los romanos; y las tropas les obedecern sin recibir de ellos la paga.

    Sab 8:27 De la misma manera, si primero sobreviniese alguna guerra a los judos, los auxiliarn de corazn los romanos, segn la ocasin se lo permitiere;

    Sab 8:28 sin que los judos tengan que abastecer a las tropas auxiliares, ni de vveres, ni de armas, ni de dinero, ni de naves, porque as ha parecido a los romanos; y las tropas aquellas les obedecern sinceramente.

    Sab 8:29 Este es el pacto que hacen los romanos con los judos. Sab 8:30 Mas si en lo venidero los unos o los otros quisieren aadir o quitar alguna cosa

    de lo que va expresado, lo harn de comn consentimiento, y todo cuanto as aadieren o quitaren permanecer firme y estable.

    Sab 8:31 Por lo que mira a las injurias que el rey Demetrio ha hecho a los judos, nosotros le hemos escrito, dicindole: Por qu has oprimido con yugo tan pesado a los judos, amigos que son y aliados nuestros?

    Sab 8:32 Como vengan, pues, ellos de nuevo a quejarse a nosotros, les haremos justicia contra ti, y te haremos guerra por mar y tierra.

    Capitulo 9 Sab 9:1 Entretanto, as que Demetrio supo que Nicanor con todas sus tropas haban

    perecido en el combate, envi de nuevo a Bquides y a Alcimo a la Judea, y con ellos el ala derecha o lo mejor de su ejrcito.

    Sab 9:2 Se dirigieron por el camino que va a Glgala, y acamparon en Masalot, que est en Arbelas; la cual tomaron y mataron all mucha gente.

    Sab 9:3 En el primer mes del ao ciento cincuenta y dos se acercaron con el ejrcito a

  • Jerusaln ; Sab 9:4 de donde salieron y se fueron a Berea en nmero de veinte mil hombres y dos mil

    caballos. Sab 9:5 Haba Judas sentado su campo en Laisa, y tena consigo tres mil hombres

    escogidos. Sab 9:6 Mas cuando vieron las tropas enemigas, se llenaron de temor, y desertaron

    muchos del campamento; de suerte que no quedaron ms que ochocientos hombres. Sab 9:7 Viendo Judas reducido a tan corto nmero su ejrcito, y que el enemigo le

    estrechaba de cerca, perdi el nimo, pues no tena tiempo para ir a reunir las tropas, y desmay.

    Sab 9:8 Con todo, dijo a los que le haban quedado: Ea!, vamos contra nuestros enemigos, y veamos si podemos batirlos.

    Sab 9:9 Mas ellos procuraban disuadirlo de eso, diciendo: De ningn modo podemos: pongmonos ms bien a salvo, yndonos a incorporar con nuestros hermanos, y despus volveremos a pelear con ellos; ahora somos nosotros muy pocos.

    Sab 9:10 Lbrenos YHWH, respondi Judas, de huir de delante de ellos, si ha llegado nuestra hora, muramos valerosamente en defensa de nuestros hermanos, y no echemos un borrn a nuestra gloria.

    Sab 9:11 A este tiempo sali de sus campamentos el ejrcito enemigo, y vino a su encuentro: La caballera iba dividida en dos cuerpos; los honderos y los arqueros ocupaban el frente del ejrcito, cuya vanguardia componan los soldados ms valientes.

    Sab 9:12 Bquides estaba en el ala derecha, y los batallones avanzaron en forma de media luna, tocando al mismo tiempo las trompetas.

    Sab 9:13 Los soldados de Judas alzaron tambin el grito, de suerte que la tierra se estremeci con el estruendo de los ejrcitos, y dur el combate desde la maana hasta la cada de la tarde.

    Sab 9:14 Habiendo conocido Judas que el ala derecha del ejrcito de Bquides era la ms fuerte, tom consigo los ms valientes de su tropa,

    Sab 9:15 y derrotndolo, persigui a los que la componan hasta el monte de Azoto. Sab 9:16 Mas los que estaban en el ala izquierda al ver desbaratada la derecha, fueron

    por la espalda en seguimiento de Judas y de su gente; Sab 9:17 y encendindose con ms vigor la pelea, perdieron muchos la vida de una y otra

    parte. Sab 9:18 Pero habiendo cado muerto Judas, huy el resto de su gente. Sab 9:19 Recogieron despus Jonats y Simn el cuerpo de su hermano Judas, y lo

    enterraron en el sepulcro de sus padres en la ciudad de Modn. Sab 9:20 Y todo el pueblo de Israel manifest un gran sentimiento, y lo llor por espacio

    de muchos das. Sab 9:21 Cmo es, decan, que ha perecido el campen que salvaba al pueblo de Israel! Sab 9:22 Las otras guerras de Judas, y las grandes hazaas que hizo, y la magnanimidad

    de su corazn no se han descrito, por ser excesivamente grande su nmero. Sab 9:23 Y sucedi que muerto Judas, se manifestaron en Israel por todas partes los

    hombres perversos, y se dejaron ver todos los que obraban la maldad. Sab 9:24 Por este tiempo sobrevino una grandsima hambre, y todo el pas con sus

    habitantes se sujet a Bquides; Sab 9:25 el cual escogi hombres perversos, y los puso por comandantes del pas. Sab 9:26 Y andaban stos buscando, y en pesquisa de los amigos de Judas, y los

    llevaban a Bquides, quien se vengaba de ellos, y les haca mil oprobios. Sab 9:27 Fue, pues, grande la tribulacin de Israel, y tal que no se haba experimentado

    semejante desde el tiempo en que dej de verse profeta en Israel.

  • Sab 9:28 En esto se juntaron todos los amigos de Judas, y dijeron a Jonats: Sab 9:29 Despus que muri tu hermano Judas, no hay ninguno como l que salga contra

    nuestros enemigos, que son Bquides y los enemigos de nuestra nacin. Sab 9:30 Por tanto te elegimos hoy en su lugar, para que seas nuestro prncipe, y el

    caudillo de nuestras guerras. Sab 9:31 Y acept entonces Jonats el mando, y ocup el lugar de su hermano Judas. Sab 9:32 Sabedor de esto Bquides, buscaba medios para quitarle la vida; Sab 9:33 pero habindolo llegado a entender Jonats, y Simn su hermano, con todos los

    que lo acompaaban, huyeron al desierto de Tecua e hicieron alto junto al lago de Asfar.

    Sab 9:34 Lo supo Bquides, y march l mismo con todo su ejrcito, en da de sbado, al otro lado del Jordn.

    Sab 9:35 Entonces Jonats envi a su hermano, caudillo del pueblo, a rogar a los nabuteos, sus amigos, que les prestasen su tren de guerra, que era grande.

    Sab 9:36 Pero saliendo de Madaba los hijos de Jambri, cogieron a Juan y cuanto conduca, y se fueron con todo.

    Sab 9:37 De all a poco dieron noticia a Jonats y a su hermano Simn, de que los hijos de Jambri celebraban unas grandes bodas, y que llevaban desde Madaba con mucha pompa la novia, la cual era hija de uno de los grandes prncipes de Canan.

    Sab 9:38 Se acordaron entonces de la sangre derramada de Juan su hermano y fueron, y se escondieron en las espesuras de un monte.

    Sab 9:39 En este estado, levantando sus ojos, vieron a cierta distancia una multitud de gentes, y un magnfico aparato; pues haba salido el novio con sus amigos y parientes a recibir a la novia, al son de tambores e instrumentos msicos, con mucha gente armada.

    Sab 9:40 Entonces saliendo sbitamente de su emboscada, se echaron sobre ellos, y mataron e hirieron a muchos, huyendo los dems a los montes; con lo cual se apoderaron de todos sus despojos;

    Sab 9:41 de suerte que las bodas se convirtieron en duelo, y sus conciertos de msica en lamentos.

    Sab 9:42 Y vengaron de este modo la sangre de su hermano, y se volvieron hacia la ribera del Jordn.

    Sab 9:43 Luego que lo supo Bquides, vino con un poderoso ejrcito en un da de sbado a la orilla del Jordn.

    Sab 9:44 Entonces Jonats dijo a los suyos: Ea!, vamos a pelear contra nuestros enemigos; pues no nos hallamos nosotros en la situacin de ayer y dems das anteriores.

    Sab 9:45 Vosotros veis que tenemos de frente a los enemigos; a la espalda, hacia derecha e izquierda, las aguas del Jordn, con sus riberas y pantanos, y bosques, sin que nos quede medio para escapar.

    Sab 9:46 Ahora, pues, clamad al cielo, para que seis librados de vuestros enemigos. Y se trab el combate;

    Sab 9:47 en el cual levant Jonats su brazo para matar a Bquides; pero evit ste el golpe, retirando su cuerpo hacia atrs.

    Sab 9:48 En fin, Jonats y los suyos se arrojaron al Jordn, y lo pasaron a nado, a la vista de sus enemigos.

    Sab 9:49 Y habiendo perecido aquel da mil hombres del ejrcito de Bquides, se volvi ste con sus tropas a Jerusaln .

    Sab 9:50 Y en seguida reedificaron las plazas fuertes de Judea, y fortificaron con altos muros, con puertas y barras de hierro las ciudades de Jeric , de Ammaum, de Bet-Horn, de Betel, de Tamnata, de Fara y de Topo.

  • Sab 9:51 En ellas puso Bquides guarniciones, para que hicieran correras contra Israel. Sab 9:52 Fortific tambin la ciudad de Betsura, y la de Gzara, y el alczar de Jerusaln

    , poniendo en todas partes guarnicin y vveres. Sab 9:53 Tom despus en rehenes los hijos de las primeras familias del pas, y los tuvo

    custodiados en el alczar de Jerusaln . Sab 9:54 En el segundo mes del ao ciento cincuenta y tres mand Alcimo derribar las

    murallas de la parte interior del templo, y que se destruyesen las obras de los profetas Ageo y Zacaras. Comenz en efecto la demolicin;

    Sab 9:55 pero lo hiri Adonay entonces, y no pudo acabar lo que haba comenzado. Perdi el habla, sin poder pronunciar una palabra ms, ni dar disposicin alguna en los asuntos de su casa.

    Sab 9:56 Y muri Alcimo, atormentado de grandes dolores. Sab 9:57 Viendo Bquides que haba muerto Alcimo, se volvi adonde estaba el rey, y

    qued el pas en reposo por dos aos. Sab 9:58 Pero al cabo los malvados todos formaron el siguiente designio: Jonats,

    dijeron, y los que con l estn, viven en sosiego y descuidados; ahora es tiempo de hacer venir a Bquides y de que los sorprenda a todos en una noche.

    Sab 9:59 Fueron, pues, a verse con l, y le propusieron este designio. Sab 9:60 Bquides se puso luego en camino con un poderoso ejrcito, y envi

    secretamente sus cartas a los que seguan su partido en la Judea, a fin de que pusiesen presos a Jonats y a los que le acompaaban; mas no pudieron hacer nada, porque stos fueron advertidos de su designio.

    Sab 9:61 Entonces Jonats prendi a cincuenta personas del pas, que eran los principales jefes de aquella conspiracin, y les quit la vida.

    Sab 9:62 En seguida se retir con su hermano Simn y los de su partido a Betbesn, que est en el desierto; repararon sus ruinas, y la pusieron en estado de defensa.

    Sab 9:63 Tuvo noticia de esto Bquides, y juntando todas sus tropas, y avisando a los partidarios que tena en la Judea,

    Sab 9:64 vino a acampar sobre Betbesn, a la cual tuvo sitiada por mucho tiempo, haciendo construir mquinas de guerra.

    Sab 9:65 Pero Jonats, dejando en la ciudad a su hermano Simn, fue a recorrer el pas y volviendo con un buen cuerpo de tropa,

    Sab 9:66 derrot a Odarn, y a sus hermanos, y a los hijos de Fasern en sus propias tiendas, y comenz a hacer destrozo en los enemigos y a dar grandes muestras de su valor.

    Sab 9:67 Simn y sus tropas, salieron de la ciudad, y quemaron las mquinas de guerra; Sab 9:68 atacaron a Bquides y lo derrotaron, causndole grandsimo pesar por ver

    frustrados sus designios y tentativas; Sab 9:69 y as lleno de clera contra aquellos hombres perversos que le haban

    aconsejado venir a su pas, hizo matar a muchos de ellos, y resolvi volverse a su tierra con el resto de sus tropas.

    Sab 9:70 Sabedor de esto Jonats, le envi embajadores para ajustar la paz con l, y canjear los prisioneros.

    Sab 9:71 Los recibi Bquides gustosamente, y consintiendo en lo que propona Jonats, jur que en todos los das de su vida no volvera a hacerle mal ninguno.

    Sab 9:72 Le entreg asimismo los prisioneros que haba hecho antes en el pas de Jud; despus de lo cual parti para su tierra y no quiso volver ms a la Judea.

    Sab 9:73 Con esto ces la guerra en Israel, y Jonats fij su residencia en Macmas, donde comenz a gobernar la nacin, y extermin de Israel a los impos.

  • Capitulo 10 Sab 10:1 El ao ciento sesenta Alejandro, hijo de Antoco el Ilustre, subi a ocupar

    Tolemaida, y fue bien recibido, y empez all a reinar. Sab 10:2 As que lo supo el rey Demetrio, levant un poderoso ejrcito, y march a pelear

    contra l. Sab 10:3 Envi tambin una carta a Jonats llena de expresiones afectuosas y de

    grandes elogios para l. Sab 10:4 Porque dijo l a los suyos: Anticipmonos a hacer con l la paz, antes que la

    haga con Alejandro en dao nuestro; Sab 10:5 pues l se acordar sin duda de los males que le hemos hecho tanto a l como

    a su hermano y a su nacin. Sab 10:6 Le dio, pues, facultad para levantar un ejrcito y fabricar armas; lo declar su

    aliado, y mand que se le entregasen los que estaban en rehenes en el alczar de Jerusaln .

    Sab 10:7 Entonces Jonats pas a Jerusaln , y ley las cartas de Demetrio delante de todo el pueblo y de los que estaban en el alczar.

    Sab 10:8 Y se intimidaron stos en gran manera al or que el rey le daba facultad de levantar un ejrcito.

    Sab 10:9 Se entregaron luego a Jonats los rehenes, el cual los volvi a sus padres. Sab 10:10 Fij Jonats su residencia en Jerusaln , y comenz a reedificar y restaurar la

    ciudad; Sab 10:11 y mand a los arquitectos que levantasen una muralla de piedras cuadradas

    alrededor del monte de Sin, para que quedase bien fortificado; y as lo hicieron. Sab 10:12 Entonces los extranjeros que estaban en las fortalezas construidas por

    Bquides huyeron; Sab 10:13 y abandonando sus puestos se fue cada cual a su pas. Sab 10:14 Slo en Betsura quedaron algunos de aquellos que haban abandonado la ley y

    los preceptos de YHWH; porque esta fortaleza era su refugio. Sab 10:15 Entretanto llegaron a odos de Alejandro las promesas que Demetrio haba

    hecho a Jonats, y le contaron las batallas y acciones gloriosas de Jonats y de sus hermanos, y los trabajos que haban padecido.

    Sab 10:16 Y dijo: Podr haber acaso otro varn como ste? Pensemos, pues, en hacerle nuestro amigo y aliado.

    Sab 10:17 Con esta mira le escribi, envindole una carta concebida en los trminos siguientes:

    Sab 10:18 El rey Alejandro, a su hermano Jonats, salud: Sab 10:19 Hemos sabido que eres un hombre de valor y digno de ser nuestro amigo. Sab 10:20 Por lo tanto te constituimos hoy sumo sacerdote de tu nacin, y queremos

    adems que tengas el ttulo de Amigo del Rey, y que tus intereses estn unidos a los nuestros, y que conserves amistad con nosotros. Y le envi la vestidura de prpura y la corona de oro.

    Sab 10:21 En efecto, en el sptimo mes del ao ciento sesenta, Jonats se visti la estola santa, en el da solemne de los Tabernculos, y levant un ejrcito, e hizo fabricar gran cantidad de armas.

    Sab 10:22 As que supo Demetrio estas cosas, se entristeci sobremanera, y dijo: Sab 10:23 Cmo hemos dado lugar a que Alejandro se nos haya adelantado a

    conciliarse la amistad de los judos para fortalecer su partido? Sab 10:24 Voy yo tambin a escribirles cortsmente, ofrecindoles dignidades y ddivas,

    para empearlos a unirse conmigo en mi auxilio.

  • Sab 10:25 Y les escribi en estos trminos: El rey Demetrio a la nacin de los judos, salud:

    Sab 10:26 Hemos sabido con mucho placer que habis mantenido la alianza que tenais hecha con nosotros; y que sois constantes en nuestra amistad, sin haberos coligado con nuestros enemigos.

    Sab 10:27 Perseverad, pues, como hasta aqu, guardndonos la misma fidelidad, y os recompensaremos ampliamente lo que habis hecho por nosotros.

    Sab 10:28 Os perdonaremos adems muchos impuestos, y os haremos muchas gracias. Sab 10:29 Y desde ahora, a vosotros y a todos los judos os eximo de tributos, e

    impuestos sobre la sal, las coronas, la tercera parte de la simiente; Sab 10:30 y la mitad de los frutos de los rboles, que me corresponde, os la cedo a

    vosotros desde hoy en adelante; por lo cual no se exigir ms de la tierra de Jud, ni tampoco de las tres ciudades de Samaria y de Galilea, que se le han agregado, y as ser desde hoy para siempre.

    Sab 10:31 Quiero tambin que Jerusaln sea santa o privilegiada, y que quede libre con todo su territorio, y que los diezmos y tributos sean para ella.

    Sab 10:32 Os entrego tambin el alczar de Jerusaln , y se lo doy al sumo sacerdote para que ponga en l la gente que l mismo escogiere para su defensa.

    Sab 10:33 Concedo adems gratuitamente la libertad a todos los judos que se trajeron cautivos de la tierra de Jud, en cualquier parte de mi reino que se hallen, eximindolos de pagar por s, y tambin por sus ganados.

    Sab 10:34 Y todos los das solemnes, y los sbados, y las neomenias, y los das establecidos, y los tres das antes y despus de la fiesta solemne sean das de inmunidad y de libertad para todos los judos que hay en mi reino;

    Sab 10:35 de modo que en estos das nadie podr proceder contra ellos, ni llamarlos a juicio por ningn motivo.

    Sab 10:36 Tambin ordeno que sean admitidos en el ejrcito del rey hasta treinta mil judos, los cuales sern mantenidos del mismo modo que todas las tropas reales, y se echar mano de ellos para ponerlos de guarnicin en las fortalezas del gran rey.

    Sab 10:37 Igualmente se escogern de stos algunas personas, a las cuales se encarguen los negocios del reino que exigen gran confianza; sus jefes sern elegidos de entre ellos mismos, y vivirn conforme a sus leyes, segn el rey ha ordenado para el pas de Jud.

    Sab 10:38 Considrense asimismo en un todo, como la misma Judea, las tres ciudades de la provincia de Samaria incorporadas a la Judea, de suerte que no dependan ms que de un jefe, ni reconozcan otra potestad que la del sumo sacerdote.

    Sab 10:39 Hago donacin de Tolemaida con su territorio al templo de Jerusaln para los gastos necesarios del santuario;

    Sab 10:40 y le consigo todos los aos quince mil siclos de plata de los derechos reales que me pertenecen.

    Sab 10:41 Y todo aquello que ha quedado atrasado, y han dejado de pagar mis administradores en los aos precedentes, se entregar desde ahora para la reparacin del templo del YHWH;

    Sab 10:42 y por lo que hace a los cinco mil siclos de plata que aqullos recaudaban cada ao por cuenta de las rentas del santuario, tambin pertenecern stos a los sacerdotes que estn ejerciendo las funciones de su ministerio.

    Sab 10:43 Asimismo, todos aquellos que siendo responsables al rey, por cualquier motivo que sea, se refugiaren en el templo de Jerusaln , o a cualquier parte de su recinto, quedarn inmunes, y gozarn libremente de todos los bienes que posean en mi reino.

    Sab 10:44 Y finalmente, el gasto de lo que se edifique o repare en el santuario, correr de cuenta del rey;

  • Sab 10:45 como tambin lo que se gaste para restaurar los muros de Jerusaln y fortificarlos por todo el contorno, y para las murallas que deben levantarse en la Judea.

    Sab 10:46 Habiendo, pues, odo Jonats y el pueblo estas proposiciones de Demetrio, no las creyeron sinceras, ni las quisieron aceptar, porque se acordaban de los grandes males que haba hecho en Israel, y cun duramente los haba oprimido.

    Sab 10:47 Y as se inclinaron ms bien a complacer a Alejandro, pues haba sido el primero que les haba hablado de paz, y en efecto, le auxiliaron constantemente.