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EL MARXISMO Henri Lefebvre Edición: EUDEBA, Buenos Aire 1961.

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Henri Lefevbre

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EL MARXISMO

Henri Lefebvre

Edición: EUDEBA, Buenos Aire 1961.

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Índice

Advertencia. ....................................................... 1Introducción. ...................................................... 1Capítulo I. La filosofía marxista. ....................... 6 a) El método dialéctico. ................................. 6 b) La alienación de hombre. ........................ 10Capítulo II. La moral marxista......................... 14Capítulo III. La sociología marxista omaterialismo histórico. .................................... 17Capítulo IV. La economía marxista. ................ 22Capítulo V. La política marxista. ..................... 27Conclusiones. ................................................... 31 a) El dominio filosófico. .............................. 31 b) El dominio económico............................. 33 c) El dominio sociológico. ........................... 35 d) El dominio político. ................................. 36Bibliografía sumaria. ....................................... 37

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EL MARXISMO

Advertencia. Este libro trata de condensar en un númeroreducido de páginas, lo esencial de una doctrina muyvasta y compleja. Numerosos puntos importantes fueron omitidos oapenas considerados. Rogamos al lector, pues, que no busque aquí másque una introducción al estudio del marxismo,aligerada de todo detalle, igual que de todo aparatode citas y referencias. Para completar esta lectura conviene, por lo tanto,dirigirse preferentemente y ante todo a los textosmismos. Esta exposición sobre el marxismo es la obra deun marxista. Ello significa que el marxismo serápresentado en toda su amplitud y en toda la fuerza desu argumentación. ¿Es necesario destacar que, altratar de responder a los argumentos de losadversarios, nos esforzaremos por situar la discusiónen el nivel más elevado, en el nivel de lainvestigación objetiva, racional y desapasionada de laverdad? En otras obras el autor de este estudio se esforzópor presentar la formación del pensamiento de CarlosMarx, la teoría de la libertad en Marx, la aplicaciónde su método a diversos problemas. Aquí se permiteremitir a esos trabajos más desarrollados al lectorinteresado en ellos.

Introducción. Poco antes de la última guerra, la revista católicaArchives de philosophie dedicó al marxismo ungrueso volumen (nº XVIII de esa publicación). Desdeel comienzo de su exposición, los redactores de esarevista advertían a sus lectores que no se debeconsiderar al marxismo como una simple actividadpolítica o un movimiento social más. “Una visión tanestrecha falsearía las perspectivas. El marxismo no essolo un método y un programa de gobierno, ni unasolución técnica de los problemas económicos;menos todavía un oportunismo vacilante o un temapara declamaciones oratorias. Se presenta como unavasta concepción del hombre y de la historia, delindividuo y de la sociedad, de la naturaleza y deDios; como una síntesis general, teórica y práctica ala vez; en resumen, como un sistema totalitario." Ya en esta declaración eliminar la hostilidad se

revelaba en ciertas palabras (“se presenta..."), perosobre todo en la confusión deliberada entre doctrinacompleta y “sistema totalitario". Poco importa eso aquí; lo que no se debe pasarpor alto es que sus enemigos más encarnizadosreconocen actualmente que el marxismo es unaconcepción del mundo. Las polémicas de nivelinferior dirigidas contra él miden la trascendencia deesa declaración de importantes teólogos y escritorescatólicos. ¿Qué es una concepción del mundo? Es unavisión de conjunto de la naturaleza y del hombre, unadoctrina1 completa. En cierto sentido, unaconcepción del mundo representa lo que se denominatradicionalmente una filosofía. Pero posee un sentidomás amplio que la palabra "filosofía". En primerlugar, toda concepción del mundo implica unaacción, es decir, algo más que una “actitudfilosófica". Y esa acción existe inclusive cuando noes formulada y relacionada expresamente con ladoctrina, cuando su conexión queda sin formular yno da lugar a un programa. En la concepcióncristiana del mundo la acción no es otra que lapolítica de la iglesia, sometida a la decisión de lasautoridades eclesiásticas; y aunque esa acción carecede conexión racional con una doctrina racional, nopor ello deja de ser muy real. En la concepciónmarxista del mundo la acción se defineracionalmente, en relación con el conjunto doctrinal,y da lugar, abiertamente, a un programa político.Bastan estos dos ejemplos para mostrar que laactividad práctica, social, política, desdeñada orelegada a segundo plano por los filósofostradicionales, es parte integrante de las concepcionesdel mundo. En segundo lugar, una concepción delmundo no es necesariamente la obra de tal o cual"pensador". Es más bien la obra y la expresión de unaépoca. Para comprender plenamente una concepcióndel mundo se requiere estudiar las obras de quienesla formularon, pero sin prestar atención a los matices,a los detalles; hay que esforzarse por captar elconjunto. Pero si nos ocupamos de filosofía

Cf. CLAUDE BERNARD: "Cuando la hipótesis se hallasometida a la verificación experimental se convierte enuna teoría; pero si solo está sometida a la lógica seconvierte en un sistema" (Médecine expérim., ed. Gibert,285).

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propiamente dicha o de historia de la filosofía en elsentido tradicional de esa palabra, buscaremos por elcontrario los menores matices que distinguen a los“pensadores" y expresan su originalidad personal. ¿Cuáles son las grandes concepciones del mundoque se postulan actualmente? Son tres, y solo tres. 1) La concepción cristiana, formulada con granrigor y claridad por los grandes teóricos católicos. Reducida a lo esencial, se define por la afirmaciónde una jerarquía estática de seres, actos, “valores",“formas" y personas. En la cima de la jerarquía sehalla el Ser Supremo, el puro Espíritu, el Señor-Dios. Esta doctrina, que trata, en efecto, de dar unavisión de conjunto del universo, fue formulada conmáxima amplitud y rigor en la Edad Media. Lossiglos posteriores agregaron poco a la obra de SantoTomás. Por razones históricas que requerirían unestudio especial, la teoría de la jerarquía se adecuabaparticularmente a la Edad Media (no porque lajerarquía estática de personas haya desaparecidodesde entonces, sino porque era más visible, másoficial que posteriormente).2

Esta es la concepción medieval del mundo, cuyavalidez se postula aún en nuestros días. 2) Viene a continuación la concepciónindividualista del mundo. Aparece con Montaigne, afines de la Edad Media, en el siglo XVI; durantecerca de cuatro siglos, hasta nuestros días, muchospensadores han formulado o refirmado estaconcepción con numerosos matices. No agregaronnada a sus rasgos fundamentales: el individuo (y noya la jerarquía) aparece como la realidad esencial;poseería la razón en sí mismo, en su propiainterioridad; entre esos dos aspectos del ser humano -lo individual y lo universal, es decir, la razón-existiría una unidad, una armonía espontánea, lomismo que entre el interés individual y el interésgeneral (el de todos los individuos), entre losderechos y los deberes, entre la naturaleza y elhombre. El individualismo trató de sustituir la teoríapesimista de la jerarquía (inmutable en sufundamento y cuya justificación se halla en un “másallá" puramente espiritual) por una teoría optimistade la armonía natural de los hombres y las funcioneshumanas. Históricamente, esta concepción delmundo corresponde al liberalismo, al crecimiento delTercer Estado, a la burguesía de la bélle époque. Espues esencialmente la concepción burguesa delmundo (aunque la burguesía declinante la abandoneactualmente y se vuelva hacia una concepciónpesimista y autoritaria, y por lo tanto jerárquica, delmundo). 3) Por último viene la concepción marxista delmundo. El marxismo se niega a establecer una

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jerarquía exterior a los individuos (metafísica)3, pero,por otra parte, no se deja encerrar, como elindividualismo, en la conciencia del individuo y en elexamen de esa conciencia aislada. Advierterealidades que escapaban al examen de concienciaindividualista: son éstas realidades naturales (lanaturaleza, el mundo exterior); prácticas (el trabajo,la acción); sociales e históricas (la estructuraeconómica de la sociedad, las clases sociales,etcétera). Además, el marxismo rechaza deliberadamente lasubordinación definitiva, inmóvil e inmutable, de loselementos del hombre y de la sociedad entre si; perono por eso admite la hipótesis de una armoníaespontánea. Comprueba, en efecto, la existencia decontradicciones en el hombre y en la sociedadhumana. Así, el interés individual (privado) puedeoponerse, y se opone con frecuencia, al interéscomún; las pasiones de los individuos, y más todavíade ciertos grupos o clases (y por lo tanto susintereses) no concuerdan espontáneamente con larazón, el conocimiento y la ciencia. Para expresarlocon mayor generalidad: no existe la armonía quegrandes individualistas como Rousseau creyerondescubrir entre la naturaleza y el hombre. El hombrelucha contra la naturaleza; no debe permanecerpasivamente a su nivel, contemplarla o sumergirserománticamente en ella; debe, por el contrario,vencerla, dominada mediante el trabajo, la técnica, elconocimiento científico, y es de este modo comollega a ser él mismo. Quien dice contradicción dice también problemapor resolver, dificultades, obstáculos -por lo tantolucha y acción-, pero también posibilidad de victoria,de paso adelante, de progreso. En consecuencia, elmarxismo escapa tanto al pesimismo definitivo comoal optimismo fácil. El marxismo ha descubierto la realidad natural,histórica y lógica de las contradicciones. Con elloaporta una toma de conciencia del mundo actual,donde las contradicciones son evidentes (tanto que elmundo moderno es arrojado irremediablemente en elabsurdo, si no situamos la teoría de lascontradicciones y de su superación en el centro denuestras preocupaciones). El marxismo apareció históricamente en relacióncon una forma de actividad humana que hizoevidente la lucha del hombre contra la naturaleza: lagran industria moderna con todos los problemas queplantea. Se formuló, además, en relación con una realidadsocial nueva, que sintetiza en ella las contradiccionesde esa sociedad moderna: el proletariado, la claseobrera. Ya en sus obras de juventud, Marx comprobó

La palabra "metafísica" adquiere para los marxistas unsentido peyorativo, que involucra una crítica del sentido"clásico" del término. (Cf. especialmente Logique, 1, pág.1., etcétera.)

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Cf. en el estudio sobre Descartes ("Hier etAujourd’hui"), pág. 60 y siguientes, algunas indicacionesmás precisas.

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que el progreso técnico, el poder sobre la naturaleza,la liberación del hombre respecto de ella y elenriquecimiento general provocaban en la sociedad“moderna", es decir, capitalista, esta consecuenciacontradictoria: la servidumbre, el empobrecimientode una parte cada vez mayor de esa sociedad, o seadel proletariado. Durante toda su vida continuó elanálisis y siguió el proceso de esta situación; mostróque esa contradicción implicaba una sentencia demuerte contra una sociedad determinada: la sociedadcapitalista. De manera que el marxismo surgió con lasociedad “moderna", con la gran industria y elproletariado industrial. Aparece como la concepcióndel mundo que expresa ese mundo moderno, suscontradicciones y sus problemas, para los que aportasoluciones racionales. Son tres y solo tres las concepciones del mundo,dijimos más arriba. Ello significa que ciertas teoríaspropuestas actualmente como concepciones delmundo no tienen ningún derecho a ese nombre. Elexistencialismo, por ejemplo, hoy de moda, sitúa enel centro de sus preocupaciones la conciencia y lalibertad del individuo, tomadas como absolutos.Desde este punto de vista, el existencialismo no esmás que un ersatz tardío y degenerado delindividualismo clásico. Se sabe que repudia el optimismo fácil delindividualismo clásico; se sabe también que a vecesse reviste de un barniz de marxismo, con el objeto de“modernizarse" y hacer pasar de contrabando temasya envejecidos. Eso no cambia en nada lo esencial,que consiste en el esfuerzo por extraer una pretendidaverdad absoluta de una descripción de la “existencia"y la conciencia individuales4. Tres y solo tres concepciones del mundo. Ellosignifica que el fascismo y el hitlerismo, a pesar desus pretensiones ridículas, no han podido ofrecer una“concepción del mundo". Quisieron dar la ilusión deuna renovación espiritual. Por encargo, los ideólogosdel fascismo italiano intentaron escribir una"enciclopedia fascista". Por encargo, los ideólogosdel hitlerismo, como Rosenberg, ensayaron una"interpretación" de la historia. Si examinamos más decerca estas mixtificaciones, no encontraremos másque un montón de detritus ideológicos. Así, losideólogos hitlerianos tomaron del más antiguojudaísmo la “idea" de pueblo elegido y de raza, que“perfeccionaron" en nombre de consideracionesbiológicas discutibles. Tomaron del marxismo lanoción de “proletariado", pero tergiversándola enforma fraudulenta y hablando de pretendidas“naciones proletarias" (Alemania, Italia, Japón)destinadas a vencer a las democracias capitalistas. Yasí sucesivamente. Un fárrago de nociones tomadasde otros y deformadas, una acumulación de temas

Cf. L'existentialisme, por H. LEFEBVRE, ed. Saggittaite,París, 1946.

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demagógicos sin conexión racional (se trata, por elcontrario, de una conexión afirmada con desprecio dela razón): he ahí lo que fue la pretendida “concepcióndel mundo" que trajo el fascismo5. Tres y solo tres concepciones del mundo. Parajuzgarlas conviene desprenderse previamente de laatmósfera confusa y pasional que rodea confrecuencia estos problemas, y plantearlos en el planode la Razón. Por ser reciente, el marxismo no goza todavía deesa especie de prestigio sentimental alimentado porsiglos de expresión estética y filosófica. Posee elatractivo de la novedad, de la “modernidad" en lamejor acepción del término. Pero las largasmeditaciones acerca de la muerte y del “más allá",incorporadas en tantas obras, la prolongadaexaltación del individuo como valor único ysupremo, crearon en torno del cristianismo y delindividualismo un conjunto de sentimientos confusosy poderosos. Antes de juzgar se deben dejan ensuspenso esas apreciaciones sentimentales, esosjuicios de valor que permiten todas las confusiones,justifican todos los errores y son el refugio irracionalde todos los que rechazan la Razón. Es evidente que el individualismo está muriendo,aunque deje en la sensibilidad supervivenciasprofundas. La historia del individualismo mostraría alos grandes representantes de esta doctrinaretrocediendo, cediendo terreno, comprobando condisgusto la naturaleza antagónica, contradictoria, delas relaciones naturales y humanas. Respecto de estepunto fundamental, la obra de Nietzsche essignificativa. Más todavía: el individualismo literalmente ha“estallado" debido a sus propias contradiccionesinternas. La unidad armoniosa que sus grandesrepresentantes clásicos (Descartes, Leibniz, porejemplo, después Rousseau) creyeron descubrir entreel pensamiento individual y el pensamiento absoluto,entre la conciencia individual y la verdad, entre loindividual y lo universal, se reveló inexistente. Entodas las formas del anarquismo: literarias,sentimentales y políticas, lo individual se disoció delo universal para oponerse a él. Recíprocamente, louniversal no pudo mantenerse en esta tradición depensamiento más que destruyendo lo individual; semantuvo bajo la forma de "imperativos categóricos"(Kant), del Estado considerado como encarnación dela Razón (los hegelianos de derecha), etcétera. Se sabe por otra parte que todo el aspectoeconómico, jurídico y político del individualismo -elliberalismo clásico, la doctrina del laissez faire- hafracasado práctica y teóricamente. Y ello a pesar de

5 Cf. La conscience mystifiée, por N. GUTERMAN y H.LEFEBVRE, París, 1936. Cf. también el escritoclandestino de GEORGES POLITZER, difundido en enerode 1941 y reeditado en 1946 en Ed. Sociales: Révolution etcontrerévolution au XXe siecle, respuesta a Rosenberg.

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los desesperados esfuerzos de los "neoliberales". Debido a sus contradicciones internas y a suincapacidad para comprender las contradicciones engeneral, el viejo racionalismo, el viejo liberalismo yel viejo individualismo se han descalificado. Quedan frente a frente, al menos en Francia, elcristianismo (el catolicismo no "contaminado" por ellibre examen individualista protestante) y elmarxismo. Nadie se atrevería hoy a negar -ni se esforzaría enprobarlo- que el catolicismo es una doctrina política;en otros términos, que la iglesia tiene una política.Pero no se hace notar suficientemente la naturalezade la conexión entre esa política y la doctrina.Insistamos sobre esto. ¿Se trata de una conexiónracional? No. A partir de proposiciones sobre lamuerte, la espiritualidad del alma y el más allá, esimposible deducir racionalmente proposicionesrelativas al Estado y a la estructura social; lo mismoocurre si se pretende realizar esas deducciones apartir de proposiciones abstractas (metafísicas) sobrela jerarquía de las “sustancias". La conexión no es nipuede ser más que una conexión de hecho, que dejalas aplicaciones políticas fuera de los principiosmetafísicos. De hecho, la jerarquía abstracta es aptapara justificar abstractamente una estructura socialjerárquica actualmente dada, y sobre todo parajustificar el esfuerzo y la acción que consolidan laestructura de esa sociedad. Una conexión indirecta, y,en el fondo, irracional, se establece, pues, entre lateoría metafísica y la práctica a la cual ofrece unvocabulario justificativo. A la recíproca, sin estaacción práctica la teoría permanecería puramenteabstracta, simplemente especulativa, y por lo tantoineficaz. En otros términos, y para decirlo conclaridad, la concepción cristiana del mundo es hoyesencialmente política; no vive más que como tal, yde ello depende su eficacia6. Y, sin embargo, la teoríase sitúa en otro plano que el de la práctica (política):el de la abstracción teológico-metafísica. Entre losdos planos no existe ninguna relación que puedadeterminarse abierta y racionalmente, lo que por otraparte tiene la ventaja de permitir una gran libertad demaniobra. Para el marxismo, como se verá más claramenteen lo que sigue, la relación de la acción con la teoríaes por completo diferente. El marxismo aparece antetodo como expresión de la vida social, práctica yreal, en su conjunto, en su movimiento histórico consus problemas y sus contradicciones, lo que incluyetambién, por consiguiente, la posibilidad de superarla estructura actual. Las proposiciones referentes a laacción política dependen abierta y racionalmente delas proposiciones generales. Son teorías políticas

Los esfuerzos de los cristianos progresistas por elaboraruna nueva teología, libre de las viejas nocionesjerárquicas, merecen seguirse con interés y simpatía, perono sin algún escepticismo...

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subordinadas a un conocimiento racional de larealidad social, y por lo tanto a una ciencia. Desdeeste punto de vista el marxismo se presenta, pues,como una sociología científica con consecuenciaspolíticas, mientras que la concepción del mundo quese opone a él es una política justificadaabstractamente por una metafísica. Es conveniente disipar las confusiones relativas aeste importante punto. Entre los tantos errores que secometen acerca del marxismo, uno de los másdifundidos consiste en afirmar que el marxismo es,esencialmente una política justificada a posteriori poruna tentativa de interpretación del mundo. Ocurreque no es precisamente el marxismo el que puededefinirse de este modo. Si aceptamos la definición amplia de "marxismo"como concepción del mundo y como expresión de laépoca moderna con todos sus problemas, se veclaramente que el "marxismo" no se reduce a la obrade Carlos Marx y que no debemos concebido comoel "pensamiento de Marx" o la "filosofía de Marx". En efecto: la elaboración racional (científica) delos datos de la experiencia y del pensamientomoderno comienza, según el mismo Marx, muchoantes que él: 1) Las investigaciones sobre el trabajo comorelación activa y fundamental del hombre con lanaturaleza, sobre la división del trabajo social, sobreel cambio de los productos del trabajo, etcétera,fueron iniciadas a fines del siglo XVIII, en el paísque en ese momento había alcanzado mayordesarrollo industrial (Inglaterra), por una serie degrandes economistas: Petty, Smith, Ricardo. 2) Las investigaciones sobre la naturaleza comorealidad objetiva, como origen del hombre fueroniniciadas y proseguidas por los grandes filósofosmaterialistas D'Holbach, Diderot, Helvetius, y mástarde Feuerbach, y también por los sabios,matemáticos, físicos y biólogos que durante lossiglos XVIII y XIX descubrieron cierto número deleyes naturales. 3) Las investigaciones sobre los grandes grupossociales, las clases y sus luchas, fueron comenzadaspor los historiadores franceses del siglo XIX Thierry,Mignet y Guizot, en el transcurso de estudios sobrelos acontecimientos revolucionarios o influidos porellos. 4) La ruptura con la concepción de un mundoarmonioso ocurrió a mediados del siglo XVIII. Sehalla virtualmente en la obra de Voltaire (Candide),en la de Rousseau (La Société opossée à la nature) yen la de Kant. La influencia de Malthus no puede sersubestimada (teoría de la competencia y de laStruggle for life) a pesar de todos sus errores; mástarde Darwin dará el golpe de gracia al optimismofácil. Pero, en lo que a esto se refiere, la obra esencialfue y sigue siendo la de Hegel. Solo él reveló y puso

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a plena luz la importancia, el papel, la multiplicidadde las contradicciones en el hombre, en la historia yhasta en la naturaleza. El año 1813 (Fenomenologíadel espíritu) debe considerarse una fecha capital en laformación de la nueva concepción del mundo. 5) Los grandes socialistas franceses del siglo XIXplantearon problemas nuevos: el problema de laorganización científica de la economía moderna(Saint-Simon); el problema de la clase obrera y delporvenir político del proletariado (Proudhon); elproblema del hombre, de su porvenir y de lascondiciones de la realización humana (Fourier). 6) Finalmente, conviene no olvidar que la palabra"marxismo", que ha pasado a ser de uso corriente,contiene una especie de injusticia; el "marxismo"7

fue desde sus comienzos el resultado de un verdaderotrabajo colectivo en el que se desplegó el geniopropio de Marx. La contribución de Federico Engelsno puede ser silenciada y puesta en segundo plano.Fue Engels en particular quien llamó la atención deCarlos Marx sobre la importancia de los hechoseconómicos, sobre la situación del proletariado,etcétera. Todos estos elementos múltiples y complejos sevuelven a encontrar en el marxismo. ¿Cuál fue por lo tanto el aporte de Marx, sucontribución original? 1) Los más audaces descubrimientos delpensamiento humano del siglo XVIII y la primeramitad del siglo XIX permanecían dispersos, aisladosentre sí. Además, cada una de esas doctrinas tenía uncarácter limitado y tendía a inmovilizarse en un"sistema" incompleto, unilateral. Así, el materialismoinspirado en las ciencias de la naturaleza, elmaterialismo francés del siglo XVIII, tendía hacia unmecanicismo, es decir, hacia una reducción de lanaturaleza a elementos materiales siempre y en todaspartes idénticos a sí mismos. En Hegel, en cambio, lateoría de las contradicciones tendía a fijarse en unidealismo abstracto que definía todas las cosas, deuna vez para siempre, por la presencia en ellas de lacontradicción en general. Y los trabajos de loseconomistas clásicos se hallaban detenidos en uncierto punto, precisamente allí donde para continuarel análisis se hacía necesario tomar en cuenta lascontradicciones reales de la estructura económica ysocial, esas clases recientemente descubiertas por loshistoriadores franceses. Incapaces, en fin, de dar unfundamento teórico y práctico a sus aspiraciones, lossocialistas seguían siendo utopistas, y construíanimaginariamente una sociedad ideal. El genio de Marx (y de Engels) consistió enaprehender todas esas doctrinas en sus relacioneshasta entonces ocultas, en ver en ellas las

Es evidente que algún día no se dirá más "marxismo",como no se dice "pasteurismo" para designar labacteriología. ¡Pero nosotros no hemos llegado todavía aeso!

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expresiones, fragmentarias pero inseparables, de lacivilización industrial moderna, de sus problemas yde las claridades nuevas arrojadas sobre la naturalezay la historia por esos tiempos nuevos. Marx supo destruir los compartimientos estancos,liberar tales doctrinas de sus limitaciones; captarlas,por lo tanto, en su movimiento profundo. Mientrasellas se oponían contradictoriamente (como elmaterialismo y el idealismo) y se contradecían a símismas (los historiadores que descubrieron la luchade clases en la Revolución Francesa fueron más bienreaccionarios; Hegel mismo cayó en estacontradicción, etc.), Marx supo resolver esascontradicciones y superar (es decir, transformarprofundamente y criticar integrándolas) esasdoctrinas incompletas. Supo elaborar a partir de ellasuna teoría nueva, profundamente original, pero deuna originalidad que no debe entenderse de manerasubjetiva, como expresión de la fantasía, laimaginación creadora y el genio individual de Marx.Su originalidad reside, precisamente, en el hecho deque se sumerge en la realidad, la descubre y laexpresa, en lugar de separarse de ella y disociar unfragmentoaislado.Asícontiene,perotransformándolas, todas las doctrinas que laprepararon y que, consideradas en sí, tenían uncarácter fragmentario. En este esfuerzo, brevemente resumido másarriba, del pensamiento marxista hacia la síntesis detodos los conocimientos, pueden ya presentirse todoslos caracteres de este pensamiento, los rasgosesenciales del método marxista. Sacar los hechos ylas ideas de su aislamiento aparente; descubrir lasrelaciones; seguir el movimiento de conjunto que seesboza á través de sus aspectos dispersos; resolverlas contradicciones para alcanzar (mediante unprogreso repentino) una realidad o un pensamientomás elevados, amplios, complejos y ricos. 2) Pero la obra propia de Marx (y de Engels) nose reduce a la realización de esta síntesistransformadora de sus elementos. Se le debe lacomprensión neta y clara de la importancia de losfenómenos económicos y la afirmación neta y clarade que esos fenómenos requieren un estudiocientífico, racional, efectuado metódicamente, acercade hechos objetivos y determinables. Esto sedenomina materialismo histórico, fundamento de unasociología científica (ambos términos sonequivalentes y designan dos aspectos de una mismainvestigación). 3) Igualmente pertenecen a Marx eldescubrimiento de la estructura contradictoria de laeconomía capitalista y el análisis del hecho crucial,de la relación esencial (y esencialmentecontradictoria) que constituye esta economía: elsalario, la producción de plusvalía. 4) Pertenecen también a Marx, finalmente, eldescubrimiento del papel histórico del proletariado,

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de la posibilidad de una política obrera independiente(respecto de la burguesía) y de una transformación delas relaciones sociales por medio de esa políticaindependiente. El materialismo histórico fue descubierto en1844-45. La teoría de la Plusvalía (del salario), lomismo que el claro empleo del análisis de lascontradicciones (método dialéctico) y la aplicaciónlúcida de este análisis al estudio del capitalismo,datan de 1857. Finalmente, la política independientedel proletariado fue definida por la experiencia delos años 1848-50, y profundizada más tarde por elanálisis de los acontecimientos de 1870-71 enFrancia (Comuna de París). El marxismo, constituido por el movimiento de unpensamiento sintético, unificador, jamás se hadetenido e inmovilizado en su desarrollo. Se presentade este modo como un conocimiento racional delmundo que se ahonda sin cesar, superándose a símismo. Este enriquecimiento no se ha interrumpidohasta nuestros días. Prosigue y proseguirá todavía.Cómo una ciencia, el marxismo se desarrolla sindestruir por eso sus principios. Difiere en ello de lasfilosofías clásicas. Sin embargo, como veremos, es almismo tiempo que una ciencia (la sociologíacientífica, la economía racionalmente estudiada, etc.)una filosofía (una teoría del conocimiento, de laRazón, del método racional, etc.). Unifica en símismo esos dos elementos hasta entonces separados,aislados, incompletos, del pensamiento humano: laciencia y la filosofía. Considerado en toda su amplitud, comoconcepción del mundo, el marxismo se denominamaterialismo dialéctico. Sintetiza y unifica, enefecto, dos elementos que Marx halló separados yaislados en la ciencia y en la filosofía de su tiempo:materialismo filosófico, ciencia ya avanzada de lanaturaleza, por una parte; y, por otra, esbozó de unaciencia de la realidad humana, dialéctica de Hegel, esdecir, teoría de las contradicciones. La denominación de “materialismo dialéctico" seajusta a la doctrina así designada más exactamenteque el término habitual de marxismo. Muestra mejor,en efecto, los elementos esenciales de esta vastasíntesis, y permite, sobre todo, captar mejor en estadoctrina la expresión de una época -no la de unindividuo- sin separarla por ello de la obra de Marxpropiamente dicha. La exposición que sigue deja expresamente delado la formación, la historia y la prehistoria delmaterialismo dialéctico (que se remonta alpensamiento griego, particularmente a Heráclito). En todo conocimiento racional, la exposición delos resultados alcanzados modifica y a veces invierteel orden según el cual fueron obtenidos. Aunque elresultado, el conocimiento efectivamente adquirido,no puede separarse del movimiento de pensamientoque lo obtuvo, no por ello deja de ser cierto que lo

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esencial se halla al final de ese movimiento; lasetapas intermedias no tienen otra importancia que lade haber preparado el resultado. Permitencomprender mejor el proceso del pensamiento, perola exposición puede prescindir de ellas, porque elconocimiento alcanzado las supera. Lo mismo se aplica al materialismo dialéctico. Escierto que el estudio de su prehistoria (de Heráclito alsiglo XVIII) y el de su historia propiamente dicha (elmaterialismo filosófico de los siglos XVIII y XIX; ladialéctica todavía idealista de Hegel; las etapas delpensamiento de Marx y de Engels, etc.) lo aclaransingularmente. Pero para hacer una exposicióndoctrinal no es necesario detenerse en esas etapasintermedias.

Capítulo I. La filosofía marxista. Considerado filosóficamente (es decir, en lamedida en que da respuesta a los problemastradicionalmente llamados filosóficos), el marxismoo materialismo dialéctico aparece bajo dos aspectosprincipales. El primero, considerado aquí como esencial, es elaspecto metodológico. Hegel retomó y desarrolló ensu Lógica algunas cuestiones ya tratadas porAristóteles, Descartes, Leibniz y Kant, concernientesal empleo metódico de la Razón. En el curso de sustrabajos científicos, Marx desarrolló la lógicahegeliana y continuó la elaboración del métododialéctico. Por otra parte, Hegel esbozó en su Fenomenologíadel Espíritu una historia general de la ConcienciaHumana. Marx continuó ese esfuerzo; de laFenomenología hegeliana conservó sobre todo, paratransformarla en teoría concreta, la célebre y oscuranoción de alienación. De acuerdo con lo dicho hasta ahora, laelaboración de esta última teoría fue de hechoanterior a la continuación por Marx de los trabajosmetodológicos. Pero en una exposición doctrinal esen rigor legítimo considerar el método comoprimordial. Este resumen del materialismo dialécticoconsiderado filosóficamente comenzará, pues, conuna breve exposición de la metodología dialéctica, ycontinuará con una presentación sumaria delconcepto de alienación.

a) El método dialéctico. Toda discusión, todo esfuerzo por avanzar en elconocimiento se realizan mediante la confrontaciónde tesis opuestas: el pro y el contra, el sí y el no, laafirmación y la crítica. Esto es suficientemente conocido, suficientementeclaro para que se lo admita sin mayores dificultades. ¿Pero de dónde provienen esas tesis opuestas quese enfrentan? Aquí la cuestión se hace difícil. Engeneral se admite sin profundizar que las

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divergencias entre individuos que piensan y seexpresan provienen de sus errores, de lasinsuficiencias de su reflexión. Si tuvieran lacapacidad necesaria, si fueran más lejos, si tuvieranlas facultades (la intuición o el genio) indispensables,aprehenderían de un golpe la verdad. Esta teoría, pues, adoptada por muchos filósofos ytambién por el sentido común, atribuye lascontradicciones en el pensamiento exclusivamente asus deficiencias, al carácter incompleto delpensamiento humano. ¿Es necesario rechazar estaexplicación? No, ciertamente; en muchos casos (y lapráctica, es decir, la menor discusión real, lomuestra) un examen más profundo permite llegar aun acuerdo y salir de las contradicciones. Sinembargo esta teoría no es satisfactoria, pues deja sinexplicar dos puntos importantes. Ante todo, las tesis que se enfrentan no son solodiferentes o divergentes. Son opuestas, y a vecescontradictorias. Y es en su conclusión de tales comose enfrentan. Para tomar un ejemplo muy simple: siuno dice "blanco" y otro "negro", se comprendenporque discuten acerca de una misma cosa, el colorde un objeto. Y es cierto que un examen del objetopermite decir si es blanco o negro; pero esto no essiempre fácil si el objeto es gris, o tiene sombras, ocambia, etc. ¡Además, para que haya discusióntambién es necesario que haya objetos negros yobjetos blancos! En consecuencia, las tesiscontradictorias en consideración no tienen su solo yúnico origen en el pensamiento de quienes discuten(en su conciencia "subjetiva", como dicen losfilósofos). En segundo lugar, la teoría en cuestión olvida queesta confrontación de tesis no es un simple accidentede la investigación del que podría prescindirse. Escierto que en la imaginación (es decir,metafísicamente) el filósofo puede introducirse degolpe dentro de las cosas mismas; puede soñar queconoce de golpe la verdad absoluta, como laconocería un puro espíritu que se trasladara alinterior de esas cosas. Pero no se trata más que deuna imaginación y de un sueño. En los hechos elfilósofo; como todo ser humano, está obligado abuscar la verdad, a tantear, a avanzar paso a pasoconfrontando las experiencias, las hipótesis, losconocimientos ya adquiridos, con todas suscontradicciones. Se llega así, muy simplemente, a un resultado deextraordinaria importancia. Las contradicciones en el pensamiento humano(que se manifiestan a cada instante y en todas partes)plantean un problema esencial. Se originan, al menosparcialmente, en las deficiencias de ese pensamiento,que no puede captar simultáneamente todos losaspectos de una cosa y debe destruir (analizar) elconjunto para comprenderlo. Pero esta unilateralidadde todo pensamiento no basta para explicar las

contradicciones; hay que admitir que lascontradicciones tienen un fundamento, un punto departida en las cosas mismas. En otros términos, lascontradicciones en el pensamiento y la concienciasubjetivos de los hombres tienen un fundamentoobjetiva y real. Si hay pro y contra, sí y no, es porquelas realidades no solo tienen aspectos diversos, sinotambién aspectos cambiantes y contradictorios. Yentonces el pensamiento del hombre que no lograaprehender de primera intención las cosas reales, seve obligado a tantear y a orientarse a través de suspropias dificultades, sus contradicciones, paraalcanzar las realidades cambiantes y lascontradicciones reales. Respecto de este problema fundamental,planteado por las contradicciones, dos actitudes sonposibles para la inteligencia y la razón. Una consiste en considerar absurdas todas lascontradicciones. Se resuelve que no son más queaparentes, superficiales; que solo tienen origen en lasdebilidades del pensamiento humano y en el hechode que no podemos alcanzar de golpe la verdad. Sesupone entonces necesariamente que esa verdadexiste como algo acabado antes del esfuerzo humanopor descubrirla; que el hombre podría o deberíallegar a ella mediante una intuición o una revelaciónmisteriosas; que esa verdad es eterna, inmóvil,inmutable. Ésta es la actitud metafísica. Se veclaramente que tiende a descuidar e inclusive a negarlas condiciones concretas del esfuerzo humano haciael conocimiento. La otra actitud admite simultáneamente que elpensamiento humano busca la verdad a través de lascontradicciones y que las contradicciones tienen unsentido objetivo, un fundamento en lo real. Se dejade considerar absurda o aparente toda contradicción;se convierte, en cambio, el estudio de lascontradicciones y de su fundamento objetivo en unapreocupación central. Se estima que los métodostradicionales del pensamiento reflexivo debendesarrollarse en este sentido; al establecer, másenfáticamente que nunca, la verdad y la objetividadcomo metas de la razón, se define una razón másprofunda: la razón dialéctica. Es evidente que el problema es hoy fundamental.Da lugar a un dilema, a un "o bien... o bien". Las dosrespuestas son incompatibles: ¡o bien la una o bien laotra! En rigor, sólo la razón dialéctica ofrece unasolución, porque solo ella se esfuerza porcomprender las condiciones concretas de lainvestigación y los caracteres concretos de lo real. Marx fue el primero en adoptar y emplear demaneracoherenteelmétododialéctico.Metódicamente, al estudiar una realidad objetivadeterminada, analiza los aspectos y los elementoscontradictorios de esa realidad (teniendo en cuenta,por consiguiente, todas las nociones contradictoriasentonces conocidas, pero en las que no se sabía ver la

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parte de verdad que contenían). Después de distinguirlos aspectos o elementos contradictorios sindescuidar sus conexiones, sin olvidar que se trata deuna realidad, la vuelve a hallar en su unidad, esdecir, en el conjunto de su movimiento. Importantes indicaciones metodológicas se hallaen los prefacios de El Capital. No hay más que unpunto importante, dice Marx: descubrir las leyes delos fenómenos estudiados; descubrir, no solo larelación que liga a los elementos del fenómeno en uncierto instante, sino la ley de sus modificaciones y desu evolución. Para ello es conveniente, según él, distinguir entreel método de investigación y el método deexposición. La investigación debe “apropiarse en detalle" lamateria, el objeto estudiado; debe analizarlos ydescubrir las relaciones internas que ligan a esoselementos. El método de análisis debe adecuarse alobjeto estudiado; es necesario evitar en economíapolítica el empleo de métodos que permiten descubrirleyes físicas o químicas. Más todavía: cada períodohistórico posee sus leyes propias; el análisis de loshechos sociales muestra que entre los organismossociales hay diferencias tan profundas como entre losorganismos vegetales o animales y que un fenómenose hallará sometido a leyes diferentes, según elconjunto del que forme parte. Estudiar científicamente, analizar la vidaeconómica, es pues descubrir en la formacióneconómica y social un processus naturel, aunque suigeneris, es decir, específico y diferente de losprocesos físicos, químicos o biológicos. Es también,por lo tanto, descubrir las leyes particulares que rigenel nacimiento, el desarrollo y la muerte de cadaconjunto social y su reemplazo por otro. Después del análisis viene la exposición. Una vezhecha, la vida del objeto considerado y elmovimiento de la materia estudiada se reflejan en lasideas expuestas. A tal punto que los lectores seimaginan a veces que se hallan frente a unaconstrucción a priori8. En el Discurso del Método, Descartes había dadoya las reglas para el análisis (llegar a los elementosde la cosa estudiada) y la síntesis (reconstrucción delconjunto). Kant, Augusto Comte y muchos otros habían yainsistido en la exigencia fundamental de lainvestigación científica y de la razón humana: noaislar el objeto considerado, buscar sus conexiones,sus relaciones constantes y regulares con otrosfenómenos.

Es precisamente lo que les ocurre a numerosos espíritusde buena fe con la exposición del materialismo dialéctico.Una teoría nueva no es jamás comprendida si se continúajuzgándola a través de las teorías antiguas einterpretaciones fundadas (sin que lo advierta el quereflexiona) sobre ellas.

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¿Qué aporta de nuevo, al inspirarse en Hegel, elmétodo marxista? 1) Afirma que el análisis suficientementeprofundo de toda realidad descubre elementoscontradictorios (por ejemplo, lo positivo y lonegativo, el proletariado y la burguesía, el ser y lanada, casos éstos que hemos tomado deliberadamentede los más distintos dominios). Esta importancia de la contradicción escapó aDescartes e inclusive a Kant (por no decir nada deAugusto Comte). Solo Hegel la percibió; despuésMarx, al aplicar la hipótesis hegeliana al análisis dela realidad social, económica y política, confirmó suverdad profunda. 2) El método marxista insiste mucho másnetamente que las metodologías anteriores sobre unhecho esencial: la realidad que debemos aprehender através del análisis y reconstruir mediante laexposición (sintética) es siempre una realidad enmovimiento. Aunque el análisis comienza por destruir esemovimiento para llegar a los elementos, y de estemodo sus resultados son, en cierto sentido,abstracciones (exactamente como el fisiólogo quesepara un tejido para estudiarlo, o inclusive unacélula para examinarla al microscopio), el métodomarxista afirma que la reconstrucción del todo y delmovimiento es posible. Es necesario, ciertamente,llegar por abstracción a los elementos, y para ellosepararlos, aislarlos. Pero cuando el análisis seefectúa de manera adecuada, no separa los elementosmás que para volver a hallar sus conexiones, susrelaciones internas en el todo. Y no compara nidescubre analogías más que para discernir mejor lasdiferencias. Así, la reconstrucción del conjunto, deltodo en movimiento, no es incompatible con elanálisis, con la disección anatómica de ese todo. Alcontrario. 3) Más claramente que los métodos anteriores, elmétodo marxista insiste sobre la originalidad(cualitativa) de cada especie de objetos estudiados einclusive de cada objeto. Como cada objeto posee sucualidad, sus diferencias, el sabio debe proponersedescubrir la ley propia de ese objeto: su devenir. Pero entonces -se dirá- este método abandonatodo principio universal y cesa por lo tanto de serracional: ¡se adapta a cada objeto! No es así en absoluto si admitimos que el análisis,al aplicarse específicamente a cada objeto, no porello deja de aplicar verdades universales, tales comoésta: "En todas partes, siempre, en toda cosa, haycontradicciones." Estas contradicciones pueden, enefecto, ser diferentes entre sí, originales, específicasen cada caso; mas no por ello dejan de estar ligadas auna teoría general, a una verdad universal y por lotanto racional. La aplicación del método universal y racional acadacasoparticularnopuedehacerse

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mecánicamente. La teoría lógica de lascontradicciones no permite decir qué contradiccionesse hallan en tal o cual objeto, en tal realidadparticular, en el núcleo de tal movimiento real. Nadaremplaza el contacto con el objeto, su análisis, lacaptación de realidad, de su materia. En esto es donde el método dialéctico empleadopor Marx difiere profundamente de la dialécticahegeliana. ¿Qué hizo, en efecto, Hegel? Después deadvertir la importancia fundamental de lacontradicción en todos los dominios (naturaleza ehistoria)9, creyó que podía definir abstractamente lacontradicción en general; y a continuación se esforzóen reconstruir las contradicciones reales, losmovimientos reales, mediante esa definición lógica(formal). Tal reconstrucción (aunque en el curso desus especulaciones Hegel tomó en cuenta muchosconocimientos adquiridos y hechos concretos) notenía sentido más que en la cabeza del filósofo; erauna reconstrucción especulativa, metafísica, de larealidad. Todo lo que existe y vive no existe y vivemás que por un movimiento, un devenir; pero Hegel,a fuerza de abstracciones, llegó a una fórmulapuramente abstracta, puramente lógica, delmovimiento en general; y entonces imaginó que enesa fórmula poseía el método absoluto, que explicabatodo e incluía el movimiento de todo. Marx, por el contrario (no hay que dejar de insistirsobre este punto esencial), afirma que la idea general,el método, no nos exime de aprehender cada objetoen sí mismo; provee simplemente una guía, un marcogeneral, una orientación para la razón en elconocimiento de cada realidad. Es necesariodescubrir las contradicciones propias de cadarealidad, su movimiento propio (interno), su calidady sus transformaciones bruscas; la forma (lógica) delmétodo debe por lo tanto subordinarse al contenido,al objeto, a la materia estudiada; permite, al captar laforma más general de esa realidad, abordareficazmente su estudio; pero nunca sustituye lainvestigación científica por una construcciónabstracta. Inclusive si la exposición de los resultadosobtenidos tiene el aspecto de una reconstrucción delobjeto, ello no es más que una apariencia: no hayconstrucción o reconstrucción ficticia, sinoencadenamiento de los resultados de la investigacióny del análisis a fin de reconstituir en su conjunto elmovimiento (la historia) del objeto estudiado, porejemplo la historia del capital. Así, las ideas que nos hacemos sobre las cosas -elmundo de las ideas- no son más que el mundo real,material, expresado y reflejado en la cabeza de loshombres, lo que equivale a decir que son elaboradasa partir de la práctica y del contacto activo con el

Esta importancia fue también reconocida por un ilustrecontemporáneo de Marx, el biólogo CLAUDEBERNARD. (Cf. Tesis del doctor Guibert, de próximaaparición.)

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mundo exterior, a través de un proceso complejo enque interviene toda la cultura. ¿Cuál será entonces el método de la ciencia nuevacreada por Marx, la sociología científica? Considera un conjunto, un todo concreto: tal paísdado. Este conjunto concreto aparece luego bajoaspectos diversos: distribución de la población en lasciudades y en los campos, producción y consumo,importación y exportación, etcétera. Una descripción,por ejemplo, del género de vida, o de los trabajos, ode la geografía humana, aporta ciertos conocimientossociológicos sobre ese país, pero no va muy lejos. Nonos muestra su historia, su formación. No nos revelala estructura económico-social, es decir, la esencia delos fenómenos descritos. Para profundizar esnecesario analizar. ¿Qué aporta el análisis? Descubre en seguidagrupos concretos de población (campesinos, obreros,artesanos, pequeños, medios o grandes burgueses), esdecir, clases. Pero tales clases no son más queabstracciones si el análisis no prosigue y llega a loselementos en los que se basan: el capital, el salario,etcétera. Y éstos, a su vez, suponen el cambio, ladivisión del trabajo, los precios, etcétera. El análisishalla, pues, en todas partes elementos a la vezcontradictorios e indisolubles (producción yconsumo, conjunto social y clases sociales. etc.) ydebe distinguirlos sin dejar advertir sus conexiones.Llega, además, a conceptos cada vez más simples,pero que se hallan por así decir comprometidos eincorporados en la textura compleja de la realidadsocial, de le que son por lo tanto los elementosreales: valor y precio, división del trabajo, etcétera. Muchos economistas y sociólogos se hanorientado en esta dirección (es sabido que de AdamSmith a Durkheim la división del trabajo ha sidoestudiada con frecuencia). Pero, en primer lugar, noeran dialécticos, y no advertían la conexión entre lascontradicciones; por ejemplo: estudiaban el consumo,la distribución de los productos (circulación,comercio, etc.) aparte de la producción, sincomprender que se trata de dos aspectos inseparablesdel mismo proceso social, entre los cuales el modo deproducción es, por otra parte, el esencial. Nollegaban a comprender, además, las relacionesexistentes entre la burguesía y el proletariado,relaciones dialécticas que implican un conflictoconstante; estos dos aspectos reales de la sociedadmoderna nacieron simultáneamente y soninseparables, de tal modo que los no dialécticos venuna simple simultaneidad, e inclusive una "armonía",allí donde, como en muchos otros casos, la relaciónsignifica también y simultáneamente: lucha,transformación, movimiento por saltos hacia unarealidad nueva. En segundo lugar esos economistas y sociólogos,al llegar a elementos simples (tales como la divisióndel trabajo, el valor de cambio y el valor de uso de

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los productos, etc.) no veían en ellos más que simplesconceptos abstractos. En este resultado detenían susinvestigaciones. No comprendían que su análisis noera más que la primera parte de la investigacióncientífica y que luego se hacía necesario –sinarbitrariedades, sin reconstrucción fantasiosa de larealidad- rehacer el camino en sentido inverso yvolver a hallar el todo, lo concreto, pero ahoraanalizado y comprendido. Esta exposición del todo concreto a partir de suselementos es según Marx el único método científico.El primer método, el del análisis abstracto, terminapor “volatilizar” el todo concreto en conceptosabstracto. Solo el segundo método permite reproducirlo real (su estructura y su movimiento) en elpensamiento. Sin embargo presenta un riesgo. Hegelcomprendía muy bien que lo concreto es concretoporque es complejo, ricos en aspectos diversos, enelementos, en determinaciones múltiples; de talmodo que, para el conocimiento, no puede ser másque un resultado obtenido mediante el análisis, através de él y después de él; y ello a pesar de que eltodo es el verdadero punto de partida, y suconocimiento el único fin del pensamiento. PeroHegel creyó que podría alcanzar este resultadomediante el pensamiento solamente, a través de lareflexión solitaria, por sus solas fuerzas, por su solomovimiento. Al error hegeliano del análisis abstractocorresponde el error de la síntesis abstracta. ¿Cómo opera pues el método dialéctico? Noconsidera abstractamente los elementos abstractosobtenidos por el análisis, Sabe que, como elementos,tienen un sentido concreto, una existencia concreta.Así, el análisis del capital llega a un elemento simpleentre todos: el valor (desde que hay cambio, losproductos toman una valor de cambio distinto de suvalor de uso). El método dialéctico vuele a hallar lascondiciones concretas de esta determinación simple,en lugar de aislarla y considerarla separadamente;consideradas en el movimiento real, esas condicioneshistóricas, el valor de cambio ha existidohistóricamente como categoría real y dominantedesde los comienzos del capital comercial, en losporos de la sociedad antigua y en la Edad Media. Enun momento dado, en ciertas relaciones determinadasde producción (artesanado, por ejemplo), con uncierto tipo de propiedad, de comunidad, de familia yde Estado -en tanto que aspectos entonces esencial deun todo viviente- el valor de cambio apareció, nocomo un concepto abstracto, sino como realidadconcreta. En el curso del desarrollo histórico el valor decambio fue incorporado, incluido en realidades ydeterminaciones más complejas. En el capitalismoindustrial y financiero no es más que una categoríaelemental, implicada, integrada pero modificada;lleva allí, como categoría económica, una existenciaantediluviana. El análisis lo vuelve a hallar bajo los

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sedimentos ulteriores, para emplear una metáfora porotra parte fácil de comprender; lo reencuentra en elbasamento de la formación económico-social actual;sigue luego el movimiento histórico en el curso delcual la producción simple de mercancías y el valor decambio como categoría dominante se desarrollaron,modificaron y transformaron en capitalismo. De estemodo el análisis permite volver a hallar elmovimiento real en su conjunto, y por lo tantoexponer y comprender la totalidad concretaactualmente dada, es decir, la estructura económica ysocial actual. El conocimiento de esta totalidad através de sus momentos históricos y de su devenir esun resultado del pensamiento, mas de ningún modoes una reconstrucción abstracta obtenida por unpensamiento que acumularía conceptos conprescindencia de los hechos, de las experiencias delos documentos10.

b) La alienación de hombre. Lo humano es un hecho: el pensamiento, elconocimiento, la razón, y también ciertossentimientos, como la amistad, el amor, el coraje, elsentimiento de la responsabilidad, el sentimiento dela dignidad humana, la veracidad, merecen sindiscusión posible tal calificativo. Se distinguen de lasimpresiones fisiológicas y animales: e inclusive siadmitimos la existencia de seres subhumanos hayque conceder al ser humano su dominio propio. En cuanto a la palabra "inhumano”, todos sabenhoy lo que designa: la injusticia, la opresión, lacrueldad, la violencia, la miseria y el sufrimientoevitables... No fue siempre así. Antaño estas nociones no erantan claras y formulables. Tanto en la vida como en laconciencia, lo humano y lo inhumano se confundíanpor completo. ¿A qué se debe que actualmente seandistinguidos por la conciencia cotidiana? Sin duda, a que el reino de lo humano pareceposible, al hecho de que una reivindicación profundaentre todas y fundada directamente sobre laconciencia de la vida cotidiana proyecta su luz sobreel mundo. Se plantea entonces el problema difícil de larelación entre lo humano y lo inhumano. Los metafísicos definían lo humano por uno solode sus atributos: el conocimiento, la razón. Por lotanto consideraban como inhumanos los restantesaspectos del hombre. Además su razón y suconocimiento, para no quedar en el aire, debíanvincularse con un pensamiento, una razón o unconocimientosobrehumanos.Deallíladesvalorización sistemática de lo humano (de la vida,de la actividad, de la pasión, de la imaginación, del

Los textos de Marx resumidos y comentados más arribase hallan en: Misère de la Philosophie. Gesamtausgabe,VI. pág. 178, etc. Eimlertung zu einer Kritik der Polit.Oekonomie, 1857. Kapital. prefacios.

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placer, etc.), confundido con lo inhumano. La religión (el cristianismo) se niega a situar en elmismo plano las virtudes humanas (la bondad, porejemplo) y los vicios. Sin embargo, a causa de suinspiración teológica, confunden una mismareprobación esos aspectos del hombre, y rechaza loque, por otra parte, su moral se ve obligada arehabilitar: las virtudes. Profunda contradicción quela teología no llega a resolver. Lo humano y loinhumano ya no se distinguen; lo humano en sutotalidad se halla afectado por una manchafundamental. Tanto la ciencia como la injusticia, larebelión como la violencia opresiva se sitúan entrelas consecuencias del pecado original. Lo humano ylo inhumano, aparecen como una alienación de laverdad eterna, como una decadencia de lo divino. La metafísica y la religión ofrecen, pues, unateoría de la alienación. Para un metafísico comoPlatón, la vida, la naturaleza, la materia, son “lo otro"de la pura Idea (del Conocimiento), es decir, sudecadencia. Del mismo modo, para los estoicos todapasión, todo deseo es una alienación de la pura razón;por la razón, en efecto, el sabio estoico reina sobre síy se desprende de todo lo que no depende de él, detodo lo que no es él mismo; pero por el deseo y lapasión, el hombre que no es un sabio se liga a "otro"distinto de sí mismo; depende de él; se aliena, esdecir, se vuelve loco, delirante, desdichado, absurdo,y por lo tanto inhumano o demasiado humano. Hegel retornó la noción filosófica de alienación,pero Marx le dio su sentido dialéctico, racional ypositivo. Es éste un aspecto filosófico esencial delmarxismo, poco comprendido a pesar de sucelebridad. Ante todo, el hecho de que el hombre modernodistinga lo humano de lo inhumano no prueba quepuedan definirse abstractamente, y menos aún que sepueda aniquilar lo inhumano mediante un acto depensamiento o de censura moral. Solo prueba que elconflicto entre lo humano y lo inhumano (sucontradicción) entra en un período de tensiónextrema, y se aproxima por lo tanto a su solución;penetra en la conciencia, y la conciencia urge, pide,exige esta solución. Para expresarlo con mayor generalidad, ladialéctica muestra que lo humano debe desarrollarsea través de la historia. ¿El hombre no hubiera podidocrecer "armoniosamente", adquirir nuevos poderespor el solo esfuerzo de la buena voluntad,desarrollando su historia sobre un plano porcompleto moral o intelectual? Esta hipótesis idealistano toma en cuenta la dialéctica. Aplica al pasado elmétodo de construcción abstracta y fantasmagóricaque los utopistas aplicaron al porvenir. Lo inhumanoen la historia (y en verdad toda la historia fueinhumana) no debe abrumarnos ni ponernos frente aun misterio como la presencia eterna del mal, delpecado, del diablo. Lo inhumano es un hecho, lo

mismo que lo humano. La historia nos los muestrainextricablemente mezclados, hasta la reivindicaciónfundamental de la conciencia moderna. La dialécticaviene a explicar esta comprobación, a elevarla a lacategoría de verdad racional. El hombre no podíadesarrollarse más que a través de contradicciones;por lo tanto, lo humano no podía formarse más que através de lo inhumano, primero confundido con élpara diferenciarse en seguida a través de un conflictoy dominarlo mediante la resolución de ese conflicto. Así es como la razón, la ciencia y el conocimientohumanos llegaron a ser y son todavía instrumentos delo inhumano. Así es como la libertad no ha podidoser presentida y alcanzarse más que a través de laservidumbre. Y así es también como elenriquecimiento de la sociedad humana no pudorealizarse más que a través del empobrecimiento y lamiseria de las más grandes masas humanas.Igualmente el Estado, medio de liberación, deorganización, fue también y sigue siendo un mediode opresión. Lo humano y lo inhumano se revelan entodos los dominios con la misma necesidad, comodos aspectos de la necesidad histórica, como dosfacetas del crecimiento del mismo ser. Pero estos dosaspectos, estas dos facetas, no son iguales ysimétricas, como el Bien y el Mal en ciertas teologías(el maniqueísmo). Lo humano es el elementopositivo; la historia es la historia del hombre, de sucrecimiento, de su desarrollo. Lo inhumano no esmás que el aspecto negativo: es la alienación, porotra parte inevitable, de lo humano. Es por ello que elhombre, al fin humano, puede y debe destruirla,rescatándose a sí mismo de su alienación. Al liberarla de interpretaciones místicas ymetafísicas, de toda hipótesis fantasiosa sobre la"caída", la “falta", la “decadencia", el “mal", etcétera,Marx dio pues un sentido preciso a la antigua yconfusa teoría de la alienación. Mostró que la alienación del hombre no se definereligiosa, metafísica o moralmente. Las metafísicas,las religiones y los sistemas morales contribuyeron,por el contrario, a alienar al hombre, a arrancarlo desí mismo, a desviarlo de su conciencia verdadera y desus verdaderos problemas. La alienación del hombreno es ideal y teórica, es decir, no ocurre solo en elplano de las ideas y de los sentimientos; es también ysobre todo práctica, y se manifiesta en todos losdominios de la vida práctica. El trabajo está alienado; sojuzgado, explotado, seha vuelto fastidioso, humillante. La vida social, lacomunidad humana, se halla disociada en clasessociales, enajenada, deformada, transformada en vidapolítica, falseada, utilizada por medio del Estado. Elpoder del hombre sobre la naturaleza, lo mismo quelos bienes producidos por ese poder, se hallanacaparados, y la apropiación de la naturaleza por elhombre social se transforma en propiedad privada delos medios de producción. El dinero, símbolo

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abstracto de los bienes materiales creados por elhombre (es decir del tiempo de trabajo social medionecesario para producir tal o cual bien de consumo),domina como amo a los hombres que trabajan yproducen. El capital, esta forma de la riqueza social,esta abstracción (que, en cierto sentido, y tomado ensí mismo, no es más que un juego de letrascomerciales y bancarias), impone sus exigencias a lasociedad entera e implica una organizacióncontradictoria de esta sociedad: la servidumbre y elempobrecimiento relativos de la mayor parte de susmiembros. De este modo los productos del hombre escapan asu voluntad, a su conciencia, a su control. Tomanformas abstractas: el dinero, el capital, los que enlugar de ser reconocidos como tales y de servir comotales (es decir, como intermediarios abstractos entreindividuos actuantes), se convierten, por el contrario,en realidades soberanas y opresivas. Y ello enbeneficio de una minoría, de una clase privilegiadaque utiliza y mantiene ese estado de cosas. Loabstracto se convierte así, abusivamente, en loconcreto ilusorio y sin embargo demasiado real queabruma a lo concreto verdadero: lo humano. La alienación del hombre se revela así en sutemible extensión, en su real profundidad. Lejos deser solo teórica (metafísica, religiosa y moral, en unapalabra, ideológica), es también y sobre todopráctica, o sea económica, social y política. En esteplano real, se manifiesta en el hecho de que los sereshumanos se hallan sometidos a fuerzas hostiles queno son, sin embargo, más que el producto de suactividad, pero que se han vuelto contra ellos y losarrastran hacia destinos inhumanos: crisis, guerras,convulsiones de toda clase. Resumamos ahora esta historia del hombre,considerada desde el punto de vista filosófico. Ante todo hay verdadera historia del hombre, esdecir desarrollo, formación activa, crecimiento haciala autorrealización. La especie humana sigue la leydel devenir, que se manifiesta ya en las especiesanimales: apareció, se desarrolló y quizá se dirija deeste modo hacia su fin. Pero en la actualidad esimposible preverlo, determinar las circunstancias enque tal fin ocurriría, y, por consiguiente, tenerlo encuenta. La antropología, ciencia de los orígenes y deldesarrollo primitivo del hombre, puede investigarcómo y por qué esta especie recibió el privilegiomagnífico y temible de actuar sobre la naturaleza enlugar de seguir pasivamente sus leyes. Puedeinvestigar cómo y por qué el devenir humano (eldevenir de la especie humana) es un devenir social,un devenir en el plano de la actividad y de laconciencia -es decir, una historia propiamente dicha-en lugar de seguir siendo un devenir biológico yfisiológico, en el plano de la naturaleza y de laevolución natural. Esta ciencia debe proseguir sus

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investigaciones sobre el papel del cerebro y de lamano, del lenguaje, de las herramientas primitivas,etcétera, libre de toda hipótesis especulativa ymetafísica. Cualesquiera que sean los resultados de estainvestigación, un hecho es indudable: el hombre (laespecie humana), que lucha contra la naturaleza y ladomina en el curso de un devenir propio, no puedesepararse de ella. La lucha misma es una relación yun vínculo, el más estrecho de todos. Debido a suactividad, a su trabajo creador, la especie humanamultiplicó las relaciones con la naturaleza, en lugarde romperlas para lanzarse hacia un desarrollopuramente espiritual. La relación del hombre con lanaturaleza es una relación dialéctica: una unidad cadavez más profunda en una lucha cada vez más intensa,en un conflicto siempre renovado que toda victoriadel hombre, toda invención técnica, tododescubrimiento en el conocimiento, toda extensióndel sector de la naturaleza dominado por el hombreviene a resolver en su provecho. El hombre no se desarrolla, pues, más que enrelación con este "otro" de sí que lleva en sí mismo:la naturaleza. No ejerce su actividad ni progresa másque haciendo surgir del seno de la naturaleza unmundo humano. Es el mundo de los objetos, de losproductos de la mano, y del pensamiento humano.Tales productos no son el ser humano, sino solo sus"bienes" y sus "medios". No existen más que por él ypara él; no son nada sin él, porque son el producto desu actividad; recíprocamente, el ser humano no esnada sin esos objetos que lo rodean y le sirven. En elcurso de su desarrollo el hombre se expresa y se creaa sí mismo a través de este "otro" de sí constituidopor las innumerables cosas elaboradas por él. Altomar conciencia de sí mismo, como pensamientohumano o como individualidad, el hombre no puedesepararse de los objetos, bienes y productos. Aunquese distingue de ellos e inclusive se les opone, tal cosano puede suceder más que en una relación dialéctica:en una unidad. Pero he aquí que, en el curso de este desarrollo,ciertosproductosdelhombreadquiereninevitablemente una existencia independiente.Inclusive lo más profundo y esencial de sí mismo; supensamiento y sus ideas le parecen originados fuerade él. Las formas de su actividad, de su podercreador, se liberan del sujeto humano, y éstecomienza a creer en su existencia independiente.Estos fetiches -que van desde las abstraccionesideológicas y el dinero hasta el Estado político-parecen vivientes y reales, y lo son en cierto sentido,ya que reinan sobre lo humano. El ser humano que se desarrolla no puede, pues,separarse de este "otro" de sí mismo constituido porlos fetiches. Además los bienes sin los cuales noexistiría ni por una hora, y que sin embargo no son"él", se hallan indisolublemente ligados al ejercicio

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de sus funciones y de sus poderes. La libertad nopuede consistir en la privación de los bienes, sino,por el contrario, en su multiplicación. La relación delhombre con los bienes no es, pues, esencialmente unarelación de servidumbre, salvo en una sociedaddonde los bienes son sustraídos a las masas humanasy acaparados por una clase que se apoya en unaorganización y un fetichismo adecuados. La relación del ser humano con los fetiches difierepor lo tanto de su relación con los bienes. La relacióndialéctica del hombre con los bienes se resuelvenormalmente, y en todo momento, mediante unatoma de conciencia del hombre como vida propia ygoce apropiado de su vida, como poder sobre lanaturaleza y sobre su propia naturaleza. Pero larelación del hombre con los fetiches se manifiestacomo enajenación de sí y pérdida de sí; es estarelación la que el marxismo llama alienación. Aquí elconflicto no puede resolverse más que mediante ladestrucción de los fetiches, mediante la supresiónprogresiva del fetichismo y la recuperación por elhombre de los poderes que los fetiches dirigieroncontra él: mediante la superación de la alienación. La historia humana aparece ahora en toda sucomplejidad. Es un proceso natural en el cual elhombre no se separa de la naturaleza y crece comoun ser de la naturaleza. Pero es el proceso de un serque lucha contra la naturaleza y conquista, a travésde este conflicto y en una lucha incesante, a través decontradicciones, obstáculos, crisis y saltos sucesivos,grados cada vez más altos de poder y conciencia. El hombre no se hace humano más que al crear unmundo humano. Llega a ser él mismo en y por suobra, sin confundirse con ella y sin embargo sinsepararse de ella. La producción activa por el hombre de su propiaconciencia interviene en el proceso natural de sucrecimiento, sin quitarle por eso el carácter deproceso natural, hasta el momento en que, medianteun saltó decisivo, el ser humano llega a ser capaz deorganizar su actividad de manera consciente yracional. En el curso de este desarrollo, de por sí complejo,surge otro factor de complejidad: el mundoinhumano (falsamente humano) de los fetiches. Porconsiguiente, la historia humana muestra lainterpenetración, e interacción incesantes de tresaspectos o elementos: el elemento espontáneo(biológico, fisiológico, natural); el elemento reflexivo(la conciencia naciente, débilmente diferenciada ensus comienzos, pero sin embargo ya real y eficaz); elelemento aparente, ilusorio (lo inhumano de laalienación y los fetiches). Solo el análisis (dialéctico) puede distinguir estoselementos, perpetuamente en conflicto en elmovimiento real de la historia. A quienes este análisis del devenir humano lesparezca ficticio se les puede responder con múltiples

ejemplos tomados precisamente de ese devenir.Consideremos aquí, a manera de ilustración, unhecho como el lenguaje. Es a la vez práctico (sirve) yteórico (expresa, permite pensar). El lenguaje, esdecir, un idioma determinado, nace, crece, sedesarrolla y muere por un proceso espontáneo,natural. Es verdad que el pensamiento y la concienciaintervienen en este proceso; pero aparecen en élnaturalmente; sin quitarle él carácter natural.Excepción hecha, sin embargo, del momento en que,en condiciones favorables, un lenguaje alcanza uncierto grado de desarrollo; entonces llega a un puntocrítico; se convierte en objeto de una elaboraciónconsciente por los escritores, los gramáticas, losjuristas y abogados, etc. Se halla entonces frente aproblemas difíciles. Si este lenguaje (es decir, loshombres que se sirven de él) resuelve esosproblemas, conserva e inclusive enriquece suscaracteres espontáneos y naturales, volviéndose almismo tiempo expresión consciente y racional; simantiene, superándose en el sentido de la razón y dela conciencia clara, su vitalidad y su frescura, alcanzaentonces un grado superior, a través de un salto y deuna prueba decisiva. De otro modo declina, ya seapor un proceso natural, ya por academismo yabstracción. Con este complejo devenir estánestrechamente ligadas las ilusiones ideológicas: la delos poetas que creen que la inspiración y las musassuscitan su verbo; la de los teólogos que, como deBonald, pretenden que su Dios es el creador de laspalabras; la de los metafísicos, para quienes esaspalabras corresponden a "ideas" puras y absolutas,etcétera. El mismo proceso complejo de triple aspecto -enel cual el elemento consciente llega siempre, en unmomento decisivo, a dominar el elementoespontáneo y criticar el elemento ilusorio- podríaseñalarse en todas estas realidades prácticas,históricas y sociales: la nación, la democracia, laciencia, la individualidad, etcétera. Dicho esto ¿qué es el comunismo, siempre desdeel punto de vista filosófico? No se define como unideal, como un paraíso sobre la tierra y en unporvenir incierto. No se define tampoco como unestado de cosas, ordenado y previsto por unpensamiento racional pero abstracto. Esasanticipaciones, esas utopías, esas construccionesimaginarias son excluidas por un método racional: eldel marxismo, o sea el de la sociología científica. El comunismo científico se determina por elmovimiento integral de la historia, por el devenir delhombre considerado en su totalidad. Es necesariocomprobar, objetiva y científicamente, que esedevenir se orienta hacia una etapa actualmenteprevisible (aunque probablemente no deba ser laúltima), etapa que por una definición justificable yjustificada lleva desde ya el nombre de comunismo. En primer lugar la especie humana (allí donde

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encuentra condiciones favorables o pude crearlas)tiende como toda especie viviente, pero con suscaracterísticas propias, y por un proceso espontáneoy natural, hacia un cierto grado de realización. Y elloa pesar de las dificultades y obstáculos y a pesar delos elementos de regresión, de decadencia, dedestrucción interna que se revelan durante esteproceso; es decir, a pesar de las contradicciones y lasformas de alienación o más bien a través de ellas. La conciencia y el pensamiento se integran en esteproceso; no lo condicionan, pues se ve claramenteque son, por el contrario, condicionados por él,aparecen y crecen naturalmente, en el curso delproceso natural. El conocimiento, la razón, nacen yson al principio inseguros, débiles, impotentes;después se afirman, se confirman, extienden el sectordominado, se formulan. Llega finalmente unmomento decisivo, un punto crítico, con complejosproblemas: el momento en que la razón debe y puededominar todas las actividades humanas, a fin deorganizarlas racionalmente. En el momento en que deben ser criticadas,denunciadas y superadas las múltiples ilusionesideológicas. Y con ellas todos los fetichismos, todaslas formas de la actividad humana alienadas y vueltascontra el hombre. El comunismo se define, pues: 1) Como el momento histórico en que el hombre,habiendo reencontrado conscientemente su conexióncon la naturaleza (material), se realiza en su actividadnatural, pero en las condiciones de un poder ilimitadosobre esa naturaleza, con todo el aporte a una largalucha y todo el enriquecimiento de una larga historia. 2) Como el momento en que la razón emergedecididamente, organiza el grupo humano y supera(sin suprimirlo sino conservando, por el contrario, loesencial de sus ricas conquistas) el largo procesonatural, contradictorio, accidentado, doloroso, quefue la formación del hombre. 3) Como el momento en que la alienaciónmúltiple (ideológica, económico-social, política) delo humano se halla poco a poco superada,reabsorbida y abolida (sin que por ello -repitámoslo-sea suprimida la riqueza material y espiritualconquistada a través de esas contradicciones). Esta definición filosófica de comunismo no puedesepararse de las otras determinaciones queencontraremos más adelante. La superación de la alienación implica lasuperación progresiva y la supresión de la mercancía,del capital y del dinero mismo, como fetiches quereinan de hecho sobre lo humano. Implica también la superación de la propiedadprivada: no la supresión de la apropiación personalde bienes, sino de la propiedad privada de los mediosde producción de esos bienes (medios que debenpertenecer a la sociedad y pasar al servicio de lohumano). La propiedad privada de los medios de

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producción entra, en efecto, en conflicto con laapropiación de la naturaleza por el hombre social. Elconflicto se resuelve mediante una organizaciónracional de la producción que quita a las clases y alos individuos monstruosamente privilegiados laposesión de esos medios. (Los textos de Marx sobrela alienación y sus diferentes formas se hallandispersos en toda su obra, a tal punto que su unidadpermaneció inadvertida hasta fecha muy reciente.)

Capítulo II. La moral marxista. El marxismo (materialismo dialéctico) aporta enprimer lugar una crítica de los sistemas morales delpasado, y contribuye luego con indicacionesprácticas y teóricas para la creación de una nuevamoral. 1) Los sistemas morales del pasado que loshistoriadores reconstruyen, expresaban, en ciertosentido, condiciones de existencia dadas einevitables. Mientras las condiciones de larealización humana no estaban dadas o no eranalcanzables, mientras el poder humano sobre lanaturaleza permanecía restringido, era necesario quelos seres humanos limitasen sus deseos. Como erandébiles frente a la naturaleza, había que convertir lanecesidad en virtud y dar un valor moral a lainevitable impotencia frente a la muerte, elsufrimiento y los problemas insolubles de la vida.Los deseos de los individuos franqueaban sin cesarlos límites permitidos por las condiciones deexistencia; el individuo pasaba de la moderación alexceso. Por lo tanto se hacía necesario dar a estehecho -la moderación, el límite impuesto a losindividuos por las condiciones de existencia y elnivel de desarrollo- el valor de una regla y el sentidode una disciplina social. Los individuos que violabanla regla se hallaban tanto entre los mejor dotadoscomo entre los menos dotados, los más violentos ylos más brutales. Criminales y genios cayeronsiempre bajo la misma reprobación moral, queexpresaba el promedio social: el nivel de desarrollo“medio” alcanzado (material y espiritualmente) porla sociedad considerada. Sin embargo los sistemas morales y lascostumbres no expresaban las condiciones deexistencia más que bajo una forma indirecta, confusa,alienada; o expresaban, si se quiere, las condicionesde la existencia humana alienada. Por lo unto lasreglas, las disciplinas, las sanciones y las represionesinevitables nunca aparecieron en su verdad práctica ycon su sentido real. Siempre se relacionaron (esdecir, fueron relacionadas por los individuos que laspromulgaban) con decretos misteriosos, conpotencias oscuras. Los sistemas morales ycostumbres del pasado, con algunas pocasexcepciones (la moral epicúrea, por ejemplo) fueron,pues, teológicos o metafísicos. La regla práctica sepresentó siempre como el resultado de un imperativo

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trascendente. La acción concorde con la disciplinaadquirió el prestigio misterioso del mérito, de lagracia y de la virtud. En cuanto a la acción noconcordante con ella, fue igualmente valorada segúnun baremo de origen oscuro y recibió los curiososnombres de pecado, falta, mancha, entidades difícilesde definir claramente, a la vez materiales(brutalmente materiales) y místicas. Y ahora el mecanismo de la alienación moral sehalla desarmado. En primer lugar, los hábitos y lossistemas morales tendían siempre a fijar einmovilizar la sociedad, pues condenaban loexcepcional y lo nuevo. Al rechazar toda iniciativa,la del criminal y la del genio, la del destructor y ladel creador, la moral y las costumbres reinantessancionaban necesariamente el status quo, ya setratara de las virtudes del ciudadano antiguo, delguerrero feudal o del comerciante capitalista. Frentea la moral, las iniciativas criminales o creadoras seconfundían necesariamente, en una confusión quedura todavía. La reprobación moral comenzó siemprepor castigar al individuo audaz, alcanzándolo confrecuencia en lo más íntimo de su pensamiento,llenándolo de escrúpulos, de duda, de malaconciencia. Tanto la historia de los actos como de lospensamientos humanos pueden dar prueba de ello. En segundo lugar, los sistemas moralesconfirieron a las acciones y a los pensamientos uncoeficiente ilusorio, una resonancia mistificadora.Por ejemplo, la simple paciencia ante los límites de laactividad individual o ante el sufrimiento tomó laapariencia de una virtud: la resignación estoica ocristiana. Una situación muy simple, una pasividadinevitable adquirieron entonces, para el moralista ypara el individuo de formación moral, unaimportancia y un valor enormes. De allí a sufrirvoluntariamente o limitarse para experimentar estaimpresión de importancia moral, no hay más que unpaso, dado rápida y frecuentemente. El hombre seprecipita entonces hacia sus cadenas, creyendoencontrar allí su libertad. Y cuando tropieza con suslímites y experimenta dolorosamente el carácterfinito y limitado de su ser, cree hallar el infinitomoral. La expresión "grandeza moral" es engañosa,porque la moral no hace nunca más que codificar ylegalizar -en lo interior del individuo, bajo la formade conciencia moral; en lo exterior, bajo la forma desanción y predicación- la práctica social media en unmomento dado. En el curso de la historia, pues, todo progreso soloha podido realizarse a pesar de los sistemas moralesreinantes o contra ellos. Cuando las condiciones deexistencia cambiaban, la moral vigente trataba defrenar o disimular esos cambios. Hasta el día en quealguien, creador en el terreno moral, trataba deadaptar los valores aceptados a las condicionesnuevas, exponiéndose por ello a la persecución, apesar de que hacía a esos valores el servicio de

salvarlos (Sócrates, etc.). En tercer lugar, y sobre todo, los sistemas moralesrelacionados con un decreto o imperativo misteriosopodían ser utilizados por quienes pretendíanpromulgar tal decreto y representar ese podermisterioso. En otros términos, los sistemas moralesfueron siempre, o se transformaron siempre, eninstrumentos de dominación de una casta o clasesocial. Marx mostró de mil maneras que nunca hubouna moral de amos y una moral de esclavos, sinosistemas morales establecidos por los amos para losesclavos. Las condiciones de existencia legitimadaspor los sistemas morales permitieron siempre estadominación, que la formulación moral venía enseguida a coronar, sancionar y perfeccionar (de igualmodo que la formulación jurídica y religiosa).Cuando los dominados llegaban a introducir en lascostumbres y los sistemas morales sus valorespropios (por ejemplo, el respeto y el culto del trabajoen la época moderna), éstos se transformaban prontoen instrumentos de explotación. Los amos no sepreocupaban demasiado por ajustarse a las normas;sabían interpretar las obligaciones morales o violarlassin vacilaciones cuando les molestaban. Es por elloque todos los sistemas morales del pasadoterminaban en el fariseísmo o en la inmoralidad puray simple. La moral ha creado la inmoralidad;primero, considerando inmoral todo acto excepcionalu obligándolo a realizarse en la sombra, en la zonamaldita de lo anormal; y después porque las clasesdominantes prescindían perfectamente de los valoresque destinaban al uso de las clases oprimidas. Tanto el derecho como la moral sancionaronsiempre las relaciones y condiciones existentes, a finde inmovilizarlas e inclinarlas en el sentido de ladominación de las clases económicamenteprivilegiadas y políticamente reinantes. Por lo tanto la alienación moral no se hallaseparada –histórica, social o prácticamente- de lasotras formas de alienación: la ideología general, elderecho. la religión, etcétera. 2) Pero seda absolutamente falso no atribuir almarxismo más que una posición negativa y críticafrente al problema moral. Sería calumnioso atribuir alos marxistas una especie de cinismo inmoralista,cuando la crítica dialéctica se aplica simultáneamentea la moral y al inmoralismo pasados, mostrandocómo uno engendra al otro. El cinismo inmoralista sehalla en los representantes (literarios, ideológicos,políticos) de la burguesía decadente, o también enciertos individuos desclasados que rechazan todamoral al mismo tiempo que la moral establecida. El marxismo afirma que actualmente es necesariocrear una nueva ética, liberada de la alienación moraly de la alienación ideológica; se niega a establecervalores fuera de lo real. Y por lo tanto busca en loreal el fundamento de las valoraciones morales. Ante todo, en la sociedad moderna dividida en

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clases una de ellas juega un papel privilegiado, en elsentido profundo de esa palabra. Es el proletariado.Solo él puede, mediante su acción, poner fin a laalienación humana, porque la vive y la sufre porentero. Solo él puede liberar a la sociedad y alhombre liberándose a sí mismo, porque soporta todoel peso de la opresión y de la explotación. En sucondición de clase oprimida, el proletariado aceptólargo tiempo los valores morales que le fueronimpuestos y lo mantenían sometido: resignación,humildad, aceptación pasiva, etcétera. Como parteintegrante de la clase sojuzgada, el proletariadohallaba en la moral una compensación ficticia y unarecompensa ilusoria: era un pobre “meritorio", un"bravo y honesto trabajador", siempre que aceptarasin discusión los estrechos límites de su actividad. Elproletariado no llegaba, como clase oprimida, a crearsus valores propios, y menos aún a hacerlos admitir.El trabajo, y sobre todo el trabajo material, eradespreciado. De igual modo, y en un plano análogoaunque un poco diferente, las mujeres continuabansojuzgadas o explotadas, y por lo tanto la maternidadno fue jamás reconocida plenamente como funciónsocial y como valor, ni el trabajo doméstico como untrabajo social. El proletariado ascendente se comporta de unmodo por completo distinto. Marx y los marxistascomprobaron este hecho y mostraron sus razones, esdecir, su racionalidad profunda. La clase ascendentese libera de los valores ilusorios y crea sus valorespropios, su heroísmo, sus virtudes. Como trabajadorexplotado y oprimido, el proletario solo necesitapaciencia y resignación. Pero como individuoconsciente de su clase, y por lo tanto del papelhistórico de esta clase, tiene necesidad de coraje, desentido de las responsabilidades, de entusiasmo; debeadquirir conocimientos múltiples y considerar comovalores, la lucidez en la acción y la comprensión delas situaciones. Oprimido y sumiso, el proletario considera laobediencia como una virtud. Pero cuando actúa -en lalucha económica y política- la iniciativa, ladisciplina, el sentido de las responsabilidades seconvierten para él necesariamente en valores. Debeadquiridos; para él es una cuestión de vida o muerte.Tiene así acceso a una esfera superior de actividad;su aporte consiste especialmente en una ética nueva,que resuelve -sea dicho al pasar- problemas enapariencia insolubles; por ejemplo, la necesidad deunir la disciplina colectiva con la iniciativaindividual resuelve prácticamente, en el dominiolimitado pero profundamente real de la acción, elviejo conflicto entre lo individual y lo social. Marx afirmó, en un artículo acerca de estosproblemas, que para el proletariado estas virtudesnuevas son aún más necesarias que el pan cotidiano. 3) Abordemos ahora el problema general. ¿Esposible fundar sobre lo real valores humanos? ¿Es

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posible no dejarlos caer fuera de lo real, en lo idealabstracto? Marx y el marxismo responden que sí. Solo elidealismo tradicional, esta forma ideológica(metafísica) de la alienación humana, colocaba loideal fuera de lo real: en el vacío, en lo abstracto, enlo irreal.

Lo real no es inmóvil, dado y acabado. Esdevenir, y por lo tanto posibilidad. Lo posible, quesurge actualmente en el horizonte y que implica eldevenir actual, es la realización del hombre. Si la resignación ya no tiene sentido y lapasividad no puede ya pasar por una virtud, esporque otra cosa llega a ser posible. El poder delhombre sobre la naturaleza es lo suficientementefuerte para que desde ahora toda resignación serelegue por sí misma en lo irracional y lo absurdo. El marxismo no trae un humanismo sentimental yquejumbroso. Marx no se ocupó del proletariadoporque se halla oprimido, para lamentarse de suopresión. Mostró cómo y por qué el proletariadopuede liberarse de la opresión y abrir el camino haciatodas las posibilidades humanas. El marxismo no seinteresa en el proletariado en la medida en que esdébil11, sino en la medida en que es una fuerza; noporque es ignorante, sino porque debe asimilar yenriquecer el conocimiento; no porque la burguesíalo haya sumido en lo inhumano, sino en la medida enque lleva en sí mismo el porvenir del hombre, yrechaza como inhumana esta vanidad burguesa. Enuna palabra, el marxismo ve en el proletariado sudevenir y su posible. Lo ideal sin idealismo se halla en la idea dehombre: en la idea de su total desarrollo y de surealización. La idea del hombre total, que se sumergeen lo más profundo del devenir real, funda la nuevaética de dos maneras: a) El estudio científico -fisiológico, psicológico,pedagógico, etc.- del ser humano permitirádeterminar las condiciones objetivas de surealización. Las leyes de este devenir humano setransforman sin discusión posible y sin dificultadesteóricas en reglas de acción, en normas. El hechohumano así determinado y tomado en su movimientono puede oponerse al derecho; la regla técnicafundada en la observación y la experiencia no puedeoponerse al valor. Una técnica pedagógica, porejemplo, que permite orientar el desarrollo del niño,adquiere por eso mismo un valor destacado. b) ¿Cómo avanzar hacia el hombre total?Mediante superación de las condiciones de existenciaactuales (superación que se ha hecho posible debidoa las contradicciones internas y a los problemas queéstas plantean). Respecto del sentido dialéctico,bastante complejo, de la palabra "superación", que

Como ocurre en el caso de las personas "caritativas", decienos utopistas, de los "paternalistas", sinceros o no...

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significa a la vez abolir esas condiciones y elevar aun nivel superior lo real que ellas limitan, convieneconsultar los tratados especiales de lógica yremontarse a las fuentes del pensamiento dialéctico:Hegel y Marx. La superación concebida de este modo implica unimperativo social, y también un imperativo -es decir,una ética- en la escala individual. ¡Que el individuo,que cada individuo, se supere! Esta superacióndialéctica en nada se parece a una libertad arbitraria;el individuo que creyera sobrepasar sus límitesmediante su propia fantasía se encerraría, por elcontrario, más estrechamente en ellos (como ocurrecon demasiada frecuencia en la fantasía, en laespeculación abstracta y en la invenciónfantasmagórica). Superarse es ir en el sentido deldevenir, hacia el hombre total. Es, por lo tanto,participar cada vez más ampliamente en estedevenir, en sus posibilidades en todos los dominios.La superación implica por lo tanto un imperativo deconocimiento, de acción, de realización creciente.Así concebido, el imperativo no interviene en la viday en lo real. Emerge de la realidad; no es más que laexpresión ética del devenir. Es un ideal sin ilusiónideológica o idealista12. El individuo, como la especie humana, sedesarrolla, y ello en un doble sentido. Laindividualidad se desarrolla en el individuo mismo,durante el curso de su vida; pero la individualizacióndel hombre se desarrolla en la historia; es un hechosocial e histórico. Cada época tuvo su tipo dominantede individualidad. En este desarrollo social del individuo vuelven ahallarse el entrelazamiento y los conflictos de tresaspectos o elementos: un elemento natural, vital yespontáneo(herencia,raza,"temperamento"fisiológico y psicológico, dones naturales, etc.); unelemento reflexivo (cultura, educación, formación,experiencia individual y social), y finalmente unelemento ilusorio (errores respecto de sí mismo,compensaciones morales y metafísico-religiosas,consuelos, trasposiciones ideológicas, imaginación,quimeras, abstracción, etc.). En cada época elelemento ilusorio, particularmente moral, completaen apariencia la realidad y da a los individuos laimpresión de una realización total que no es más queun engaño. ¿Qué es lo que hubo hasta ahora? Esbozos deindividualidad plenamente humana, esbozos más omenos logrados según las épocas, las circunstancias,los dones espontáneos. En el individualismo de origen burgués, enparticular, la ilusión ideológica, moral, metafísica yreligiosa tomó proporciones inquietantes. Elindividuo se cree realizado, y continúa siendo, más

Cf. Especialmente el Manuscrit économico-philosophique, escrito por Marx en 1844, Euvres Phil., éd.Costes, t. VI.

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que nunca un esbozo precario. La sociedadindividualista (burguesa) exalta al individuo y lalibertad del individuo; pero hace un siglo que laliteratura, la novela, la poesía, confiesan sin cesar elfracaso de la individualidad y se lamentan de ello. Laburguesía exalta la individualidad en apariencia, paradestruirla de hecho. Es ésta una de sus más profundascontradicciones. Este individualismo corresponde en primer lugar aun hecho histórico: libre competencia, que aparecióen los orígenes de la sociedad capitalista; y ensegundo lugar a una ideología mistificadora: laburguesía utiliza su individualismo natural paradesintegrar a las demás clases, y particularmente a laclase para ella amenazante, el proletariado, en unapolvareda de individuos y conciencias separados. La verdadera individualidad tenderá hacia elhombre total, vitalidad natural en expansión y lucidezcompleta, capaz de acción práctica y de pensamientoteórico, que ha superado las actividades mutiladas,incompletas (los trabajos parciales y divididos). Éste será, dice Marx, el individuo libre en unasociedad libre. Desde este punto de vista elcomunismo, que fue ya definido como la superaciónde la alienación humana en general, se definetambién como la superación de la alienación y de losconflictos internos del individuo. En esta direcciónaparecen ya las primeras figuras del hombre nuevo,que supera el conflicto de la teoría y de la práctica,de la vida espontánea y de la vida reflexiva, parareunir en sí mismo, en una síntesis más alta, esosaspectos opuestos. De este modo el marxismorenueva la idea del hombre y del humanismo dándoleun sentido plenamente concreto. Ha subvertido,revolucionado la vieja filosofía. Ha eliminado el pensamiento abstracto,contemplativo, especulativo, en una palabra,metafísico. Pero al mismo tiempo realiza -transformándolasprofundamente- las ambiciones de esta viejafilosofía, sus investigaciones sobre la Lógica, elMétodo, la Teoría del conocimiento, la Razón y elHombre.

Capítulo III. La sociología marxista omaterialismo histórico. Como sociología científica el marxismo lleva unnombre que se hizo clásico: el de materialismohistórico. Solo existen, sociológicamente hablando, losindividuos y sus relaciones. La Sociedad comoentidad general, no posee ninguna especie deexistencia aparte de los individuos que la componen.No hay ser colectivo, alma de los pueblos o de losgrupos. Son ésas cualidades ocultas, imaginadas porsociólogos que se creían científicos y eranmetafísicos. Bajo el nombre de “Sociedad" engeneral elevaban al rango de verdad absoluta ciertos

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caracteres, o todos los caracteres de la sociedadexistente. Por lo tanto eran de hecho, y a veces conlas mejores intenciones del mundo, los apologistas deesta sociedad, sus ideólogos. No comprendían eldevenir de la sociedad concreta, ni su estructura real,ella misma cambiante. Los seres humanos hacen su vida (social), suhistoria, y la historia general. Pero no hacen lahistoria en condiciones elegidas por ellos,determinadas por un decreto de su voluntad. Es ciertoque desde los orígenes de la humanidad el hombre(social e individual) es activo, pero de ningún modose trata de una actividad plena, libre y consciente. Enla actividad real de todo ser humano hay una parte depasividad más o menos grande, que disminuye con elprogreso del poder y la conciencia del hombre, perojamás desaparecerá por completo. En otros términos,es necesario analizar dialécticamente toda actividadhumana. Actividad y pasividad se consignan en ella.El individuo modifica, mediante su acción, lanaturaleza y el mundo que lo rodean, pero soportacondiciones que de ningún modo ha creado: lanaturaleza misma, su propia naturaleza, los demásseres humanos, las modalidades ya establecidas de laactividad (tradiciones, herramientas, división yorganización del trabajo, etc.). Debido a su mismaactividad los individuos entran pues en relacionesdeterminadas, que son relaciones sociales. Nopueden separarse de estas relaciones: su existenciadepende de ellas, de igual modo que la naturalezamisma de su actividad, sus límites y susposibilidades. Lo que equivale a decir que suconciencia no crea esas relaciones, sino que está, porel contrario, comprometida en ellas, y por lo tantodeterminada por ellas (aunque la concienciainterviene realmente y puede a veces liberarse deesas relaciones, no lo hace más que para precipitarseen lo imaginario y la abstracción). Así, las relacionesen las cuales entra necesariamente, ya que no puedeaislarse, constituyen el ser social de cada individuo;y es el ser social quien determina la conciencia, no laconciencia quien determina el ser social. Elcampesino tiene conciencia e ideas de campesino; esevidente que ni su conciencia ni sus ideas creaníntegramente su relación con la tierra, la organizaciónde su trabajo, sus instrumentos, sus relaciones consus vecinos, con su comuna, su región, su país, etc.Los ejemplos se podrían multiplicar. Aunque esverdad que en el curso de su desarrollo la concienciay el pensamiento se liberan de las relacionesinmediatas y locales (relaciones simples con elmedio), jamás se separan de ellas. ¡Admitido seríaaceptar la ilusión ideológica e idealista! La extensióny la profundización de la conciencia, la aparición y elfortalecimiento del pensamiento racional se hallantambién condicionadas por las relaciones sociales(por el desarrollo de las comunicaciones y el cambio,por la vida social que se organiza y se concentra en

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las grandes ciudades comerciales e industriales,etcétera). ¿Pero qué son esencialmente esas relacionessociales? Ciertamente son, y así se nos presentan,sobre todo en nuestra época, extremadamentecomplejas. ¿Es posible separar de su entrelazamientorelaciones fundamentales? ¿Es posible distinguir,para usar una metáfora, pisos o sedimentos sucesivossobre una base? Marx y los marxistas afirman que sí. Hayrelaciones fundamentales; el edificio de todasociedad reposa sobre una base. En una casa,ciertamente, lo que importa son los pisos, las piezashabitables. ¿Pero es ésta una razón paradespreocuparse de la base y de los cimientos, paraolvidar que estos cimientos determinan la forma, laaltura, la estructura del edificio, es decir, las grandeslíneas esenciales (aunque dejando indeterminados losmúltiples detalles y más aún las ornamentaciones?Pensar de otro modo es creer que se puede completaruna casa por el techo y terminada por la base. Pensarque en una sociedad las ideas son fundamentales, escreer que porque las ventanas son necesarias y danluz a las piezas constituyen la causa de la casa. Las relaciones fundamentales para toda sociedadson las relaciones con la naturaleza. Para el hombrela relación con la naturaleza es fundamental, noporque siga siendo un ser de la naturaleza(interpretación falaz del materialismo histórico) sino,por el contrario, porque lucha contra ella. En el cursode esta lucha, pero en las condiciones naturales,arranca a la naturaleza lo que necesita para mantenersu vida y superar la vida simplemente natural.¿Cómo? ¿Por qué medios? Por el trabajo, mediantelos instrumentos de trabajo y la organización deltrabajo. Así y solo así los hombres producen su vida, esdecir superan la vida animal (natural), aunque nopueden evidentemente liberarse de la naturaleza porun decreto soberano. Los hombres no superan lanaturaleza más que dentro de ciertos límites, y en lascondiciones determinadas por la naturaleza misma(clima, fertilidad del suelo, flora y fauna naturales,etc.). Las relaciones fundamentales de toda sociedadhumana son por lo tanto las relaciones deproducción. Para llegar a la estructura esencial deuna sociedad, el análisis debe descartar lasaparienciasideológicas,losrevestimientosabigarrados, las fórmulas oficiales, todo lo que seagita en la superficie de esa sociedad, todo eldecorado: debe penetrar bajo esa superficie y llegar alas relaciones de producción sea las relacionesfundamentales del hombre con la naturaleza y de loshombres entre sí en el trabajo. ¿Qué es lo que revela este análisis? Ante todo,condiciones naturales, más o menos profundamentemodificadas por el hombre. Es éste el dominio de la

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ciencia que se denomina con frecuencia geografíahumana, ciencia que tiene un objeto real y solo seengaña cuando aísla ese objeto y deja de lado lahistoria. El análisis estudia entonces el suelo, elclima, los ríos y las aguas, su influencia sobre elpoblamiento, el subsuelo, la flora espontánea oimportada, etcétera. Luego el análisis estudia las técnicas, losinstrumentos. Es éste el dominio de una ciencia quese denomina con frecuencia tecnología, ciencia quetambién tiene un objeto real, pero se equivocacuando lo aísla. La herramienta, el instrumento, nopuede, en efecto, separarse de su empleo. Ladescripción tecnológica del instrumental no debehacer olvidar que implica una división del trabajo, yque, además, esta organización del trabajo puede encierta medida evolucionar de manera autónoma yreaccionar sobre el empleo, el rendimiento, elperfeccionamiento de ese instrumental. Por consiguiente las relaciones de producciónrevelan al análisis tres factores o elementos: lascondiciones naturales, las técnicas, la organización yla división del trabajo social. Es evidente que laestructura de una sociedad, la actividad de losindividuos que la constituyen, su distribución, sussituaciones recíprocas, no pueden comprenderse si nose comienza por este análisis. Estos tres elementos constituyen lo que elmarxismo llama las fuerzas productivas de unasociedad determinada. Es igualmente claro que cada uno de estoselementos puede perfeccionarse, desarrollarse. Las fuentes naturales de una región pueden sercada vez más explotadas; se descubren recursosnuevos, o, inclusive, objetos naturales que no eransusceptibles de ser usados por el hombre llegan aserlo; es así como todas las materias primas de laindustria han sido descubiertas, dadas a conocer,utilizadas en el curso del desarrollo económico. De igual modo, el instrumental se perfecciona. Laconciencia interviene incesantemente en la invencióntécnica, sin poder por otra parte separarse del procesototal porque la invención no hace nunca otra cosa queresolver los problemas planteados por la técnicaexistente. El nuevo instrumental reacciona sobre lasrelaciones sociales. Exige una nueva distribución delas fuerzas humanas que lo animan. Además estasexigencias de la técnica tienen continuamenteconsecuencias imprevistas que escapan a laconciencia, a la voluntad, al control de los hombres;lo mismo ocurre con toda modificación en losproductos cuando, por ejemplo, hay un lanzamientode mercados y centros de producción, individuos oregiones enteras quedan arruinados, etcétera. Estehecho no tuvo, sin duda, poca relación con el horrornatural que hasta el período moderno sintieron loshombres por los cambios, y con el mantenimiento del

statu quo por medios ideológicos. Aquí es necesario observar que un instrumentalsolo es adoptado cuando corresponde a unanecesidad. La tecnología debe así distinguir entre lainvención o la introducción de un instrumento, suadopción, el área de su extensión, las necesidades alas que responde y los hábitos (ideologías) que seoponen a su adopción. El factor técnico -repitámoslo-no es único ni aislable; Marx precedió a lostecnólogos y les abrió el camino al llevar más lejos elanálisis. Ello significa que la división del trabajo y lasrelaciones que implica deben considerarse como unelemento distinto pero no separable. La división deltrabajotienesusconsecuenciaspropias,particularmente desde que establece la división entreel trabajo material y el trabajo no material (funcionesde dirección, de mando, de administración; funcionesintelectuales). Estas consecuencias se desarrollan engran parte fuera de las previsiones, del control y de lavoluntad de los hombres. El hecho de que losindividuos mejor dotados dirijan la actividad de losdemás individuos, en un grupo social dado,representa un progreso. Y que las condiciones quepermiten este progreso permiten también que unacasta o clase acapare las funciones de dirección, esun hecho que la historia muestra con frecuencia; unhecho cuyas consecuencias debieron asombrar másde una vez a los contemporáneos. Resulta de este análisis que las fuerzasproductivas se desarrollan; en el curso de la historia;de modo tal que cada uno de sus elementos sigue unproceso propio en el seno del conjunto, más sin podersepararse de él. Resulta también que este desarrollo de las fuerzasproductivas (es decir, del poder humano sobre lanaturaleza) conserva en el curso de la historia lascaracterísticas de un proceso natural. En efecto: sudesarrollo escapa al control, a la conciencia, a lavoluntad de los hombres, y ello aunque se trata de suactividad y de los productos de su actividad. ¿No eséste el sentido de toda la historia de los pueblos, delas instituciones y de las ideas? No es que la conciencia humana sea irreal eineficaz. Muy por el contrario. Como lo hemos vistoen la parte filosófica de esta exposición, laconciencia misma nace, crece y se desarrollanaturalmente en el curso de este proceso natural.Pero solo en y por el marxismo se convierte enconciencia plena, en conocimiento racional capaz dedominar y dirigir el proceso. El crecimiento de las fuerzas productivas y delpoder del hombre sobre la naturaleza pasa porgrados, por niveles. Este poder es más o menosgrande; las fuerzas productivas más o menosdesarrolladas no están desvinculadas del nivel decivilización alcanzado por una sociedad dada. Lejosde ello. Si toda cultura presenta una originalidad

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cualitativa, no deja de suponer también una ciertacantidad de riquezas. La relación del hombre con lanaturaleza, es decir, su poder sobre ella, condicionasu independencia relativa respecto de ella, tanto sulibertad como su manera de gozar de la naturaleza.Las relaciones superiores y complejas que seexpresan en la cultura implican y presuponen lasrelativamente simples relaciones de producción; esasrelaciones complejas no pueden introducirse desdeafuera en la estructura de una sociedad; no puedenpor lo tanto separarse de ella y estudiarseaisladamente. El desarrollo de las fuerzas productivas, susgrados, los niveles alcanzados, tienen por lo tantouna importancia histórica fundamental: constituyenel fundamento del ser social del hombre en unmomento dado, y, por consiguiente, de lasmodalidades de su conciencia y de su cultura. Examinemos ahora en sí mismo este hecho cuyaimportancia fue ya demostrada: la división deltrabajo. Determina una consecuencia inmediata o, másexactamente, se vincula con un fenómeno social degran importancia. Al establecerse en el curso deldesarrollo histórico, la división del trabajo implica lapropiedad privada. Marx ha mostrado que ambostérminos son correlativos. En efecto: losinstrumentos, los medios de producción caen, aldiferenciarse, en poder de grupos o individuostambién diferenciados. El territorio y la tierra, comomedios de producción, siguen la misma suerte. Enesta etapa, además, la división del trabajo significadesigualdad de los trabajos. Las funciones de mando,por ejemplo, se distinguen de los trabajos materiales. Esta diferenciación de los trabajos en "superiores"e "inferiores" no involucraría ningún inconvenientegrave si se tratara de un desarrollo individual, si lasfunciones superiores pertenecieran a los individuosmejor dotados para tales trabajos (lo que todavíaocurre con frecuencia en las sociedades llamadasprimitivas). Pero estando unida la diferenciación delos trabajos a la formación de la propiedad privada,ambos fenómenos actúan el uno sobre el otro en elcurso del desarrollo histórico. Las funcionessuperiores permiten el acaparamiento de los mediosde producción; se hacen hereditarias y se transmitencomo la propiedad misma y junto con ella. Lostrabajos inferiores (materiales) se hallan excluidostanto de la propiedad como de las funcionessuperiores. En cuanto a éstas, ya no pertenecen a losindividuos de acuerdo con sus dones naturales ocultivados, sino a los grupos (y a los individuos quelos integran) según su lugar en la organización de lapropiedad. Lo que equivale a decir que los individuosya no tienen acceso a las funciones intelectuales,políticas, administrativas (que se diferencian cadavez más) en razón de su valor social, sino de suriqueza. Entonces aparecen las clases.

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La estructura social, considerada ya no en surelación con la naturaleza (fuerzas productivas), sinocomo organización de la propiedad, de las funcionesy de las clases sociales, es llamada por Marx modode producción. De acuerdo con lo que acabamos de ver, lasfuerzas productivas y el modo de producción nopueden separarse. Históricamente, las fuerzasproductivas determinan el modo de producción; así,el instrumental (la técnica) y la división del trabajo sehallan indisolublemente ligados. Y sin embargo estosaspectos o elementos del proceso total no seconfunden; su determinación recíproca no es enmodo alguno mecánica; poseen una independenciarelativa y actúan sin cesar los unos sobre los otros.De igual manera que la división social del trabajoevoluciona en cierta medida independientemente delinstrumental técnico, el modo de producción cambia(o no cambia), en cierta medida y hasta cierto punto,independientemente de las fuerzas productivas. Sobre la base del desarrollo progresivo de lasfuerzas productivas, y analizando la estructura de ladivisión del trabajo, de la propiedad, de las funcionessociales y de las clases, Marx mostró la sucesiónhistórica de cierto número de modos de produccióndeterminados: 1) Dejemos de lado el comunismo primitivo.Vemos aparecer en seguida, en el curso de laprehistoria y de la historia, el modo patriarcal deproducción, caracterizado ya por una formadeterminada de propiedad (propiedad de la familia enun sentido muy amplio) y por una diferenciación defunciones y de clases (dominación de los hombres,autoridad del patriarca o del padre de familia, etc.). 2) Viene luego la economía fundada sobre laesclavitud y condicionada por un progreso técnicoque permite la utilización rentable de los esclavos. Seorienta por lo tanto hacia la formación de una clasede amos, hacia la transmisión hereditaria, en unasociedad ya compleja, de las funciones de mandomilitar y político, de las funciones intelectuales,etcétera, al mismo tiempo que de la propiedad. 3) La economía feudal implica la explotación poruna clase militar (guerrera) de una masa deproductores aislados y vinculados al suelo(servidumbre). 4) La economía capitalista merece un estudioespecial, objeto principal de la economía política. No es éste más que un esquema extremadamentegeneral. Modos de producción mixtos o aberranteshan existido en todos los momentos de la historia.Este orden de sucesión, que representa el progresoeconómico a través de convulsiones espantosas, solose ha desarrollado teóricamente y en las mejorescondiciones históricas, o sea en Europa occidental.Los modos de producción siempre coexistieron ycoexisten todavía, actuando y reaccionando los unossobre los otros, sin límites estrictos, aun siendo

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diferentes. Y un modo de producción puede presentarmatices y variantes innumerables como ocurre, porejemplo, con el feudalismo: el feudalismo asiáticodifiere de feudalismo europeo. etc. Cada modo de producción tuvo un período decrecimiento, de apogeo, de declinación, y sufrió unacrisis final (sin contar las crisis internas,momentáneas o más profundas, en el curso de estedesarrollo). En el análisis de las fuerzas productivas unacontradicción, una lucha, un conflicto se coloca enprimer plano: la lucha del hombre contra lanaturaleza. En el análisis de los modos de producciónaparecen múltiples conflictos y contradicciones;primero y sobre todo los conflictos entre clasessociales. Aquí lo que llama la atención y se revelacomo el fenómeno esencial es la lucha del hombrecontra el hombre y la explotación del hombre por elhombre. La historia de cada modo de producción se hadesarrollado, pues, de manera dramática, a través demúltiples conflictos. En cada época los individuosactuaron, inventaron, vivieron su vida individual,realizaron ciertas posibilidades, quedaron en retrasoo superaron el nivel medio de su tiempo y de suclase, etc., pero siempre en el marco del modo delproducción, en las condiciones que les ofrecía laestructura social. De las interacciones de lasiniciativas individuales (que, en general, y salvo elcaso de los grandes hombres, se neutralizan en unconjunto global y estadístico) resulta la historia. Marx llama formación económico-social alproceso concreto que se realiza sobre la base de uncierto desarrollo de las fuerzas productivas. Elestudio de cada formación económico-social revela laacción eficaz -política, administrativa, jurídica,ideológica- de los grandes hombres, pero en lascondiciones y límites del tiempo y del lugar, es decir,del modo de producción y de la clase. Nos quedan todavía por señalar algunos puntosimportantes, puestos en evidencia por la sociologíacientífica. El proceso histórico tiene un carácter natural yobjetivo (aunque la conciencia humana, o sea laindividualidad, consciente, se forme y se manifiesteen él). En todos los momentos de la historia lasfuerzas sociales y las realidades escapan al control ya la voluntad de los hombres. Las consecuencias desus actos sobrepasan a los hombres, sobre todo a losmás grandes, Este carácter objetivo condiciona el fetichismo,pero no se confunde con él. El fetichismopropiamente dicho solo aparece cuando existenabstracciones que escapan al control, al pensamientoy a la voluntad de los hombres. Así, el valorcomercial y el dinero no son en sí mismos más queabstracciones cuantitativas: expresiones abstractas de

relacionessociales,humanas;peroestasabstracciones se materializan, intervienen comoentidades en la vida social y en la historia y terminanpor dominar en lugar de ser dominadas. El procesonatural y objetivo adquiere entonces un sentidonuevo. La historia del dinero, del capital, sólo es encierto sentido la historia de una abstracción; y sinembargo es también un proceso histórico objetivo,objeto de una ciencia. Al examinar filosóficamente el materialismodialéctico hemos mostrado tres aspectos del procesototal: un aspecto natural, vital y espontáneo, unaspecto reflexivo y un aspecto ilusorio. Estos tres aspectos los volvemos a encontrar en elanálisis sociológico. El aspecto vital y natural estáconstituido aquí por la relación práctica del hombrecon la naturaleza y el poder del hombre que crececon el desarrollo de la especie humana. El desarrollode la técnica, la formación del conocimientocientífico, de la razón y de la cultura constituyen elaspecto reflexivo. Finalmente, la división del trabajoda lugar a las ilusiones ideológicas. Es, en efecto, apartir del momento en que, con la división deltrabajo, aparece el trabajo intelectual en vías deespecialización, cuando la conciencia (el individuoconsciente) se libera de lo real, imagina ser otra cosaque la conciencia del mundo humano (de la prácticasocial) y se lanza hacia las nubes ideológicas. Estailusión acompaña a los otros fenómenos sociales, yaunque posee características propias, no puedesepararse de ellos. Actúa y reacciona sobre ellos. Losfetiches ideológicos, las abstracciones realizadas,toman así una especie de vida independiente yobjetiva, particularmente en las religiones, en lossistemas morales y en las metafísicas. Los fetichesintervienen en la historia, en la vida de la formacióneconómico-social; se convierten, a través de la acciónde los individuos y de las clases, en factores activos,esenciales en apariencia, subordinados de hecho. Deeste modo se determina sociológicamente, comoproceso humano que escapa al control de loshombres, lo que hemos llamado filosóficamentealienación. Marx llama superestructura al conjunto de lasinstituciones y de las ideas que resultan de losacontecimientos y de las iniciativas individuales (dela acción de los individuos actuantes y pensantes) enel marco de una estructura social determinada. Lasuperestructura involucra, pues, especialmente: lasinstituciones jurídicas y políticas, las ideologías yfetiches ideológicos, etc. La superestructura es laexpresión (a través de las interacciones complejas delos individuos) del modo de producción, es decir, delas relaciones de propiedad. Las ideologías expresanestas relaciones, inclusive, y particularmente, cuandolas apariencias ideológicas cumplen la función dedisimuladas. También aquí, pues, existen tres elementos:

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fuerzas productivas, modo de producción,superestructura. Estos aspectos o elementos de todaformación económico-social son distintos aunque sehallan ligados, es decir, en conflicto e interacciónpermanentes. El derecho moderno, por ejemplo,elabora las relaciones capitalistas de propiedad eintenta deducidas a partir de principios abstractos,morales, ilusoriamente superiores y universales,confundiendo ahorro y capital, propiedad privada ypropiedad de los medios de producción, libertad detrabajo y libertad de explotación el trabajo,explotación del hombre y explotación de lanaturaleza, etc. Codifica las relaciones que se dan eneste modo determinado de producción; tiene así unacierta vida propia y reacciona sin cesar sobre laestructura de la que forma parte. ¿De dónde procede el devenir que conduce a cadamodo de producción, a través de contradicciones,conflictos e interacciones complejas, hacia sucrecimiento, su apogeo y su declinación? Los elementos del proceso total no son iguales.No se trata solo de tres aspectos, cada uno de loscuales, aunque diferente, estaría en el mismo planoque los otros. Entre esos aspectos o elementos hayuno que es el esencial, y constituye la razón deldevenir. Es la relación del hombre con la naturaleza,el grado de su poder sobre ella, es decir, el desarrollode las fuerzas productivas. El modo de producción noes más que modo de organización, en un ciertomomento, de las fuerzas productivas. Lasuperestructura elabora, codifica o transpone(ideológicamente) las relaciones humanas en unmodo de producción dado; reacciona sobre lasrelaciones de producción, ya sea para hacerlasavanzar (por ejemplo, mediante el Estado político);ya sea, por el contrario, para conservarlas (política"reaccionaria"), pero nada crea por sí misma;presenta una maraña contradictoria de conocimientose ilusiones sobre la realidad, pero no es una realidadautónoma. Durante todo el proceso de su crecimiento, lasfuerzas productivas proveen la base sobre la cual seestablecen las relaciones de producción y se elaborala superestructura. Cuando las fuerzas productivas(debido especialmente a los progresos técnicos) danun salto hacia adelante, es superado el modo deproducción correspondiente. ¿Desaparecerá éste demanera natural? Sí, y sin embargo no. Sí, en unsentido: entra entonces necesariamente, por unproceso objetivo, natural, que escapa a lasconciencias y a las voluntades, en la decadencia y lacrisis final. Y sin embargo, no, porque lasuperestructura y la ideología muestran entonces suindependencia relativa. En la medida en que losindividuos actuantes y pensantes de las clasesprivilegiadas toman conciencia del proceso, luchancontra él; retardan y detienen el movimiento;mantienen, con la correspondiente superestructura,

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un modo de producción caduco. ¿Por qué medios?Mediante la ideología, que revela entonces su papel:enmascarar, disimular bajo las apariencias lo esencia,del proceso histórico; disimular las contradicciones;ocultar las soluciones, es decir, la superación delmodo de producción existente, bajo soluciones falsas. De este modo ha funcionado, por ejemplo, laideología feudal. Así funciona la ideologíacapitalista. Desde este punto de vista el comunismo se definecomo: el desarrollo sin límites internos de las fuerzasproductivas; la superación de las clases sociales; laorganización racional, consciente, controlada por lavoluntad y el pensamiento, de las relaciones deproducción correspondientes al nivel alcanzado porlas fuerzas productivas. Al dominar el conjunto del proceso, elconocimiento racional resuelve finalmente lascontradicciones sociales.

Capítulo IV. La economía marxista. El capitalismo, esta formación económico-socialen cuyo seno vivió Marx y en la cual nosotrosvivimos todavía, revela al análisis su prodigiosacomplejidad. Se trata de una complejidad que no semuestra por sí misma al conocimiento racional. Muypor el contrario. Presenta de entrada una aparienciahecha de simplicidad, de claridad, de familiaridadengañosas. Para el hombre a quien su vida, suexperiencia o sus estudios no lo llevan a analizar ydevelar el misterio del capitalismo, nada más claro ynatural: hay dinero, riqueza, bienes, máquinas, genteque trabaja, otros que no trabajan, etc. Todo esoparece simple y claro a causa de su carácter familiar. En cuanto a los economistas profesionales nomarxistas, logran describir ciertos fenómenos delcapitalismo; perciben bastante bien su amplitud ycomplejidad, pero en general permanecen en elumbral del conocimiento racional. La crítica de suobra exigiría un largo desarrollo. Diremos, ensíntesis, que sus tratados presentan brillantesfragmentos de geografía humana (descripción de lasindustrias, de las fuentes de materias primas); depsicología (descripción de los estados de alma delcapitalista); de matemáticas (estadística), pero muypoco de economía política y de ciencia económica.Oscilan, dudan entre dos concepciones. Unosdescriben más o menos correctamente un caos dehechos económicos desvinculados, separados entre síy de las restantes actividades humanas, y por lo tantoinertes y sin vida. Otros (escuela liberal o neoliberal),por el contrario, buscan obstinadamente una armoníay una ley de armonía entre estos hechos. Todos, porotra parte, tienden a describir el capitalismo desdeadentro, sin dominarlo, como un hecho dado,inevitable e insuperable; todos tienden a atribuir unaimportancia determinante a los fenómenos"económicos" subjetivos: las iniciativas de los

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individuos (particularmente la de los capitalistas), lasintenciones de los compradores o vendedores, lasnecesidades y los deseos de los individuos, lossacrificios que hacen para satisfacer sus deseos,etcétera. Se ve claramente, sin embargo, que si un objetoeconómico, un bien, suscita iniciativas, deseos,preferencias, esos estados psicológicos no han creadoel objeto. Además, la necesidad y el deseo mismosdeben explicarse y se explican por la historia socialdel hombre. Todo idealismo se origina en el hecho de que elpensamiento no dialéctico aísla y separa el sujeto delobjeto, el pensamiento de la naturaleza, la razón deldevenir, la conciencia de sus condiciones objetivas.Los economistas de la escuela idealista aíslan laeconomía y la ciencia económica; la desvinculan nosolo de toda metodología general, sino también delresto de lo humano, y de la historia humana. Y esprecisamente porque aíslan "hechos económicos",mediante una descripción o un análisis superficial,que su labor tiene tan poco que ver con la economíapolítica científica. El marxismo afirma, por el contrario, que no hayhechos económicos aislables, definibles como tales, ypor lo tanto psicología económica. Según Marx (yaunque ello sea muy distinto de las ideas que se leatribuyen generalmente), la economía política notiene ningún derecho al título de ciencia autónoma,independiente, que se ocuparía de pretendidos hechoseconómicos. ¿Qué es la economía política? Es unaciencia histórica, que descubre leyes históricas (esdecir, leyes del devenir), y estudia una formacióneconómico-social determinada, el capitalismo, en suestructura y su devenir. Si el capitalismo no es más que un fragmento deuna trayectoria más amplia recorrida por loshombres, si es un proceso histórico, social, objetivo,se comprende por qué la descripción psicológica delos individuos no pasa de la superficie y de laapariencia. No es falsa, sino solo superficial. Llega aser falsa cuando pretende y cree tener valorexplicativo. Se comprende también por qué esta formacióneconómico-social particular solo puede ser conocidaracionalmente por quienes la vuelven a situar en eldevenir, en la historia; es decir, por quienes estudiansu nacimiento, su crecimiento, su apogeo, sudecadencia, su desaparición, y por lo tanto ladeterminan en el conjunto (la totalidad) de suproceso. La estructura dialéctica (contradictoria) delcapitalismo se descubre desde el momento en quedejamos de aislar ciertos hechos, bautizándolos connombres pomposos: hechos económicos, factoreseconómicos, actividad económica, etcétera. Tomemos un ejemplo simple y preciso. Sea uncapitalista industrial que mejora la maquinaria de su

fábrica; compra máquinas, invierte capitalesacumulados mediante sus ganancias u obtenidos enpréstamo. La economía política no marxistaaprovecharía la ocasión para describir la actividadeconómica de este individuo, su libre iniciativa, lavalerosa abstinencia que revela al no consumir latotalidad de sus ganancias, la armonía de interesesque le permite hallar prestamistas en el momentomismo en que desea obtener dinero en préstamo,etcétera. Dejemos de separar este hecho y de describir susmodalidadespsicológicassuperficiales.Comprobaremos con Marx que el capitalista quemejora la maquinaria de su empresa solo muyraramente lo hace por libre iniciativa individual. Engeneral la libre iniciativa del capitalista se reduce alhecho de que, en la medida en que puede hacerlo,aumenta el rendimiento de la maquinaria e intensificael trabajo y la explotación de sus obreros. Si renuevay moderniza su maquinaria es porque se ve obligadoa ello. ¿Por qué? Por la resistencia de sus obreros auna intensificación del trabajo, por la competencia deotros capitalistas (al menos en la época de la librecompetencia, es decir, mientras no se trate delcapitalismo monopolista)13. En otros términos, lalibre iniciativa del capitalista no es más que elaspecto subjetivo, superficial y aparente de unproceso más amplio, objetivo y contradictorio(contradicciones entre clases, y, puesto que existecompetencia, contradicciones internas en el seno dela clase capitalista). Consideremos ahora las consecuencias de estanecesidad, que toma para él capitalista individual laforma ilusoria de “libre" iniciativa. Moderniza sumaquinaria, lo que significa que va a producir lomismo con menos mano de obra, o más con igualcantidad de mano de obra. Va a arruinar a suscompetidores o bien éstos se verán obligados amodernizar también su maquinaria. En este casohabrá "progreso” económico, desarrollo de lasfuerzas productivas, pero a través de los descalabros,las quiebras, el paro forzoso que son susconsecuencias, es decir, a través de múltiplescontradicciones. Esto no es todo. El o los capitalistas queperfeccionan los medios de producción detentadospor ellos tienden a saturar el mercado. Tienden a esteresultado tanto más cuanto que producen (sus obrerosproducen) lo mismo o más empleando menos trabajoviviente, menos personal. Por lo tanto el poder decompra y de consumo del personal tiende a noaumentar proporcionalmente al crecimiento de laproducción, o inclusive a disminuir. Es cierto que elcapitalista que ha perfeccionado su maquinaria yobtenido un sobrebeneficio momentáneo puede, aveces, aumentar los salarios. Pero el capital invertido

El cual conduce al estancamiento o el "malthusianismoeconómico".

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aumenta, y por lo tanto la imperiosa necesidad derendimiento. Además, cuando sus competidores loalcanzan el capitalista en cuestión pierde elsobrebeneficio momentáneo. En este momento, siconsideramos el conjunto de los capitalistas, elcapitalglobalinvertidohaaumentadoconsiderablemente, y por lo tanto han desaparecidolos sobrebeneficios; para mantener al mismo nivelsus beneficios medios los capitalistas se hallaránfrente a la misma necesidad que al principio:intensificar el trabajo o perfeccionar de nuevo lamaquinaria. Y así, sucesivamente. Es éste un aspectodel verdadero "ciclo infernal" (infernal debido a sucarácter contradictorio) del capitalismo, que no es elciclo infernal de los salarios y de los precios, cuyainexistencia fue probada por Marx, sino el cicloinfernal de la carrera por la obtención de ganancias. Este proceso se revela a la investigación que,abandonando el punto de vista del hecho o delindividuo aislado, considera el conjunto, el devenir,el proceso objetivo. No se revela, pues -repitámoslo-más que al análisis dialéctico, que penetra bajo lasapariencias subjetivas y las ilusiones ideológicas. Notemos primeramente, al pasar, que nunca setrata más que de tendencias, es decir, de procesos, dedesarrollos particulares en el conjunto del procesototal. Esta noción de tendencia, de devenir que llevaen sí mismo su orientación y su ley, es una nociónesencial y completamente extraña a los nodialécticos. Notemos también que el ejemplo anteriorcorresponde a un análisis del capitalismo normal,clásico: el del período ascendente o del capitalismoen su apogeo. El capitalismo monopolista presentafenómenos originales; los marxistas muestran cómosurgió necesariamente del capitalismo de la librecompetencia, y por qué es un capitalismo endeclinación, o, más exactamente, la declinaciónnecesaria del capitalismo. Dicho esto, abordemos el problema más general,al que ya nos hemos referido en la partemetodológica de esta exposición. El análisis del todo complejo considerado (elcapitalismo) descubre en él una forma celular, laforma mercancía del producto del trabajo, o la formavalor de la mercancía. Esta forma entra en seguida en procesos que latransforman y la modifican, pero que, sin embargo, lapresuponen y la implican. El capital trata defuncionar como una entidad absolutamenteindependiente cuando el dinero produce directamentedinero y el capital produce capital: en el capitalfinanciero y la especulación. Sin embargo a pesar desus esfuerzos (de los esfuerzos de los capitalistas) elcapital no puede llegar a separarse metafísicamente afuncionar en sí, en estado puro. Implica laproducción de objetos y el valor comercial de talesobjetos de consumo.

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El análisis llega, por lo tanto, al valor como formaelemental; esta forma no es, por otra parte, evidente ysimple, como los elementos que pretende alcanzar elanálisis cartesiano. Muestra, por el contrario, diceMarx, una complejidad y una sutileza teológicas. Elelemento no se muestra ni simple ni aislable delproceso histórico y social, también complejo. Delmismo modo la célula biológica no se aísla delorganismo ni del proceso evolutivo; y sin embargotiene, para el análisis, una existencia elemental real. La forma valor muestra en seguida unmovimiento dialéctico. Es doble: valor de uso y valorde cambio. Un solo y mismo objeto presenta estosdos aspectos, cada uno de los cuales excluye al otro,sin dejar de implicarse mutuamente. Como valor deuso el objeto es deseado, preferido a otros, utilizado,consumido. Como valor de cambio, no es deseadomás que por el dinero que contiene virtualmente; sedesvincula tanto del trabajo productivo como de losestados psicológicos que suscita en su condición devalor de uso; adquiere otra existencia, una existenciasocial: la de la mercancía en el mercado. Su valor deuso pasa a segundo plano, si no es olvidado, durantetodo el tiempo que dura su existencia mercantil,mientras dura el proceso de cambio. ¿Qué representa durante ese tiempo el objetocambiado? ¿Qué quedan de sus cualidades iniciales yfinales, las que posee como bien deseable y útil? Solole queda una propiedad: la de ser el producto de untrabajo y ser, debido a ello, comparable,conmensurable con otros productos de ese trabajo.Porque esa propiedad del objeto en una cantidad. Eltrabajo, considerado no ya en su aspectoestrictamente individual (habilidad del productor,iniciativa, fatiga, etc.), sino en su aspecto social, esun tiempo de trabajo. El objeto representa un tiempode trabajo, pero no un tiempo de trabajo individual,pues las características individuales pasan a segundoplano y son dejadas de lado en el proceso social delcambio. El objeto representa un tiempo de trabajosocial medio14. Dada la productividad del trabajo enun momento dado (histórico), cada objeto representa,encarna o incorpora una cierta parte de estaproductividad media, una cierta porción del trabajototal suministrado por la sociedad. Y es precisamenteesta parcela del trabajo total lo que se hallarepresentado en el valor, es decir, en la valoracióndel producto en dinero. Hagamos notar ante todo que quienes describenlos estados psicológicos del productor, delconsumidor o del comerciante se quedan en lasuperficie del fenómeno. Lo que describen es real,pero llega a ser falso en la medida en que pretendencaptar el conjunto del fenómeno, pues lo esencial, o

14 Se ve claramente que se trata aquí de objetosreproducibles socialmente, y no de objetos de arte o delujo, cuyo valor se aprecia efectivamente por motivos"psicológicos".

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sea el proceso social, se les escapa. En segundo lugar, el valor no representa untiempo de trabajo individual, sino un promediosocial, global y estadístico, en un momento dado, enuna sociedad dada, con cierto grado de desarrollo delas fuerzas productivas, es decir, con unaproductividad media del trabajo, determinada por elconjunto de las técnicas empleadas, por laorganización del trabajo, etc. Quienes atribuyen aMarx la determinación del valor por el tiempo detrabajo individual del artesano o del obrero realizan(concientemente o no) una falsificación de su teoría;la caricaturizan con el objeto de refutada, lo que lescuesta poco, ya que comienzan por convertirla en unateoría absurda. Se dirá entonces: "¡Pero este tiempo de trabajosocial medio no es más que una abstracción, unacantidad pura!" Precisamente: Marx ha mostrado endetalle cómo la mercancía, en su condición de tal, sedespoja de sus cualidades para adquirir unaexistencia abstracta y cuantitativa; cómo el trabajosocial medio no es más que una abstraccióncuantitativa; pero cómo estas abstraccionescuantitativas se forman necesariamente y adquierenuna existencia independiente en el curso del procesosocial de cambio. Esta especie de existenciaindependiente no es más incomprensible que lospromedios estadísticos globales que la cienciadescubrió en todas partes después de Marx; se tratade cantidades, y existen en cierta medidaindependientemente de los procesos individualeselementales, sin poder, por supuesto, separarse deellos. Marx, finalmente, ha mostrado cómo estaabstracción cuantitativa se realiza, se materializa enel dinero (la moneda). Desde entonces el producto dela mano del hombre (la mercancía) y el producto delcerebro humano (la valoración) adquieren en formadecidida una existencia de apariencia independiente.Volvemos a hallar aquí, desde el punto de vista delanálisis económico, la teoría general del fetichismo. Sin embargo la producción de mercancías (elcambio) no puede aislarse. Supone un cierto grado dedesarrollo social, y por lo tanto sólo aparece en uncierto momento de la historia. Implica másprecisamente una división del trabajo; para que hayacambio se requiere que los productores estén yaespecializados en el empleo de técnicas diferentes;necesitan entonces intercambiar los productos de sutrabajo. Por el cambio, el trabajo social dividido en elinterior de un grupo dado, de un país, de unasociedad, se restablece como totalidad bajo la formade un trabajo social medio. Por el cambio, por lacompetencia entre los productores, (que arruina a losmenos hábiles y a los peor equipados), la sociedadfundada sobre el cambio y el comercio distribuye laproductividad de que dispone, la reparte entre lasdiferentes ramas de la producción, según el conjunto

de necesidades existentes y las posibilidades delmercado. Este proceso escapa al control y a lavoluntad de los hombres; se cumple objetivamente,como un proceso natural; y se traduce objetivamente,brutalmente, mediante la ruina económica,eliminaciones y quiebras. Quién dice división del trabajo dice tambiénpropiedad (propiedad de los medios de producción).Desde este punto de vista, ¿qué implica y quésignifica el valor mercantil? Los productores ya no forman parte de unacomunidad social; se hallan aislados, separados de lacomunidad, en primer lugar por un trabajofragmentario (dividido), y después porque losinstrumentos (medios de producción) pertenecen aindividuos en propiedad privada (el hecho de queesos individuos sean los productores mismos, comoocurre con los artesanos, o no, es aquí secundario).Entonces el conjunto social se restablece a través delvalor, la mercancía, el dinero, el mercado. El trabajono pierde nunca el carácter social; es siempre elconjunto del trabajo, de la productividad media deuna sociedad dada lo que se manifiesta en losproductos. Pero en el seno de toda sociedad fundadasobre el cambio, el productor se hallasimultáneamente aislado y en relación con los otrospor intermedio del mercado. El trabajo es social y sehalla, al mismo tiempo, separado de la sociedad(privado y fundado sobre la propiedad privada). Elcarácter social que el trabajo no puede perder serestablece de un modo que escapa al control y a lavoluntad; se restablece como promedio, de unamanera indirecta, global, estadística, y por lo tantobrutalmente objetiva y destructora de los individuos.Para decido con palabras de Marx, el conjunto deltrabajo social se establece como cambio privado delos productos del trabajo. Por consiguiente: 1) La forma que reviste el valor (mercancía ydinero) implica relaciones sociales determinadas, queson en sí mismas hechos históricos, momentos delproceso histórico y del desarrollo humano. Sinembargo este conjunto de relaciones implicadascomo contenido histórico y social de la forma delvalor es al mismo tiempo enmascarada, disimuladapor la forma misma. En el dinero, por ejemplo, quedacompletamente olvidado el hecho de que se trata detrabajo social medio "cristalizado" en moneda o enbilletes de banco. El dinero, y por lo tanto el capitaladquieren la forma y la apariencia de una cosa,cuando en realidad se trata de relaciones humanas. 2) Tales relaciones humanas son por otra parteprofundamente contradictorias. La contradicciónfundamental, raíz de las restantes, es la contradicciónentre el carácter necesariamente social del trabajohumano y la propiedad privada de los medios deproducción. Debido a que esta contradicción existe,de manera inconsciente y objetiva, las relaciones

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sociales adquieren una forma en sí misma exterior ala conciencia y brutalmente objetiva; escapan alcontrol del hombre, aun siendo la obra del hombreactivo y creador. 3) De este modo se determinan positivamente, enel plano de la ciencia económica, el fetichismo y laalienación del hombre. Es el proceso social en su totalidad lo queconserva una realidad natural, objetiva, exterior a laconciencia y a la voluntad, y eso en el momentomismo en que el poder acrecentado del hombre sobrela naturaleza, en que el progreso en la técnica y laorganización del trabajo permiten el progreso delconocimiento y de la conciencia. Es éste un procesoinevitable, históricamente necesario: una ley internadel devenir humano. La existencia independiente adquirida por lasabstracciones prolonga y continúa el dominio de lanaturaleza exterior sobre el hombre, en el momentoen que se afirma el poder del hombre sobre lanaturaleza. Dicho esto, ¿cuáles son las consecuenciasespecíficamente capitalistas del valor, consecuenciasque se desarrollan con un carácter objetivo,determinado, fuera de la conciencia y de la voluntadde los hombres, incluidos los capitalistas? La formadel valor apareció con el cambio (con la economíamercantil); ¿qué modificaciones y transformacionestrajo a ella la economía capitalista? Marx ha mostrado en el tomo I de El Capital (vol.1 a 4 de la traducción Molitor) cómo los precios delas diferentes mercancías oscilan alrededor de susvalores (determinados por el tiempo de trabajo socialmedio necesario para su producción), según lasfluctuaciones de la oferta y de la demanda. El valorde un producto representa pues el promedio social(estadístico) de los diferentes precios, y el productono es vendido jamás en su valor, aunque el valordetermina el precio, salvo en el caso excepcional enque la oferta y la demanda se equilibran. Marx muestra igualmente en el tomo I que elcapitalista compra en su valor en el mercado -y por lotanto honesta y normalmente en la estructuracapitalista- una mercancía particular: la fuerza detrabajo del asalariado. El asalariado (la clase de losasalariados) se halla privado de los medios deproducción y separado de ellos aunque juega unpapel importante en el proceso del trabajo social, yno tiene más recurso que vender al capitalista sufuerza de trabajo. El capitalista (la clase de loscapitalistas) compra esta mercancía en su valor (alprecio del mercado, que oscila alrededor del valor),el que está determinado, como ocurre con todas lasmercancías, por el tiempo de trabajo necesario parasu producción. En lo que se refiere al asalariado y asu fuerza de trabajo, la producción y la reproducciónde esta fuerza representan los costos de sumantenimiento y del mantenimiento de su familia, en

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condiciones históricas y sociales determinadas(diferentes según el país, pero que tienden a reducirla competencia entre los asalariados y la presióncapitalista). El salario representa por lo tanto eltiempo de trabajo socialmente necesario para elmantenimiento del obrero (es decir, el tiempo detrabajo social, entregado por el obrero, durante elcual éste trabaja para sí mismo). Pero este tiempo detrabajo es necesariamente inferior al tiempo detrabajo (social medio) que puede ofrecer elasalariado; sin lo cual la productividad de ese trabajosería débil o nula, y el capitalista no obtendría ningúnprovecho ni tendría interés alguno en emplearlo. Ladiferencia entre el salario o tiempo de trabajo (socialmedio) necesario para el mantenimiento del obrero15,y el tiempo (social medio) ofrecido por él,pertenecen, en el régimen capitalista, al capitalistaque lo emplea. Es el sobretrabajo ofrecido por elobrero, única fuente de la ganancia capitalista, yúnica explicación posible de esta ganancia. Alcomprar fuerza de trabajo, el capital adquiereplusvalía. En el tomo II de El Capital (vol. 5 a 8 de latraducción Molitor) Marx muestra cómo laproductividad general de la sociedad se distribuyeentre las diferentes ramas y sectores de la producción(sector I, producción de medios de producción; sectorII, producción de bienes de consumo). Demuestraque la venta de los productos y la acumulación delcapital exigen el mantenimiento de ciertasproporciones definidas entre los sectores, las que sonconstantemente violadas debido a la falta de un planeconómico racional. De allí las crisis desuperproducción (relativa), inevitables, por unaparte, a causa de la permanente falta de proporciónentre las ramas de la producción, y por otra, debido alhecho de que los asalariados no pueden consumirmás que una parte relativamente pobre de sus propiosproductos. La ley interna del capitalismo no es por lotanto una ley de armonía y de orden, sino unafatalidad de contradicciones y de desorden, aunque latendencia del capital hacia la concentración hayalogrado hacer creer lo contrario16. En el tomo III (vol. 9 a 14 de la traducciónMolitor) Marx analiza la distribución de la rentanacional según las clases; muestra también que elsistema no ha podido mantenerse más que por laformación, en su caos interno, de ciertos promediossociales globales, estadísticos, que aparecenespontáneamente. Tal es la tasa media del beneficioque cada capitalista agrega normalmente a sus costosde producción para calcular el precio de venta al quedesea ceder la mercadería producida por su empresa.Marx analiza minuciosamente las relaciones entre el

En las condiciones prácticas variables según elmomento, el país, y sobre todo según la resistencia delproletariado a las tentativas de disminuir su nivel de vida.16A los teóricos del "superimperialismo", etcétera.

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valor de los productos, los costos de producción y latasa media del beneficio. Establece que el "precio deproducción" capitalista no es más que unaconsecuencia del valor, pero traducida en el lenguajede las apariencias capitalistas, que disimulan elorigen real de la ganancia, es decir, la plusvalía.Establece también que la carrera por la obtención deganancias, el aumento de la maquinaria, de laproductividad y del total de ganancias, provocan, ysimultáneamente disimulan, la tendencia hacia ladisminución del beneficio medio. Esta últimacontradicción, que es una de las más profundas,condena al capitalismo, no a un hundimientoautomático, sino a una agravación de suscontradicciones internas, a una crisis generalinevitable. De modo que en la sociedad capitalista latendencia hacia el equilibrio se halla en perpetuoconflicto con la tendencia opuesta, que busca suruptura. Esta última tendencia predominamomentáneamente durante las crisis cíclicas clásicas,y después decisivamente en la crisis general. Lacrisis general sacude al capitalismo en el momentomismo en que la concentración del capital (losmonopolios) producen la apariencia y la ilusiónideológica de una organización interna delcapitalismo. La sociedad burguesa se formó, pues, en unmomento dado de la historia, sobre la base de uncierto desarrollo de las fuerzas productivas. Laburguesía tuvo una misión histórica: desarrollar lasfuerzas productivas quebrando las trabas del modo deproducción anterior. Luego el modo de produccióncapitalista se convirtió a su vez en una traba para eldesarrollo de las fuerzas productivas; entra con ellasen un conflicto permanente que debe resolverse. Lamisión histórica de la burguesía ha terminado ya;clase en decadencia, solo se defiende mediante laviolencia y la astucia; las condiciones quepermitieron su dominación desaparecen y sonsuperadas. Le corresponde al proletariado activo lamisión histórica de resolver el conflicto: poner elmodo de producción de acuerdo con el desarrolloprodigioso de las fuerzas productivas. Desde este punto de vista, el comunismo restituyeel carácter social del trabajo, el cual aunque no puedeperderse, entra en contradicción con la propiedadprivada de los medios de producción. Supera la división parcelaria del trabajo; o, másbien, esta división parcelaria que condiciona lapropiedad privada de los medios de producción sehalla ya superada por el maquinismo moderno y lagran industria; tiende hacia nuevas formas, que solola acción liberadora del proletariado puede descubriry realizar. Es así cómo las leyes internas del capitalismo sonleyes históricas y dialécticas, las leyes del devenirque conducen a la sociedad moderna, a través de

múltiples conflictos, hacia una superación decisiva.

Capítulo V. La política marxista. Marx no profesó jamás el igualitarismo sumarioque se confunde tan frecuentemente, ya sea paraexaltarlo, ya para denigrarlo, con el espíritudemocrático y con el comunismo. Acepta ladesigualdad de las funciones, pero establece unadistinción entre las funciones de dirección, demando, de organización, y las funciones políticas. Las primeras son funciones técnicas y aparecenespontánea y necesariamente. En todo grupo actuantese impone una organización, a cuya cabeza secolocan ciertos individuos. Nada hay de criticable si,como resultado de un proceso espontáneo o de unaselección, éstos son los mejor dotados. En ciertassociedades primitivas o muy antiguas, el mejorguerrero se convertía en jefe de guerra y regresaba enseguida a la comunidad; este proceso espontáneo deorganización no afectaba en forma alguna el carácterdemocrático de esas sociedades. En la sociedadsocialista, la atribución de funciones dirigentes a losindividuos mejor dotados no afecta en nada lademocracia: realiza la democracia, dejando comoúnica jerarquía la jerarquía cambiante de los talentosindividuales. Una selección organizada y reflexivadeberá, en la sociedad racional, hacer consciente elproceso natural por medio del cual toda acción social(colectiva) revela a ciertos individuos como capacesde tomar la dirección. La infelicidad (la alienación) no se origina en esteproceso natural o consciente, sino en el elementoilusorio que se le superpone. Las funciones dirigentes (mando, organización yadministración) se desvincularon de las necesidadesconcretas a las que correspondían; se han fijadoaparte, y por consiguiente se erigieron, fuera y porencima de la sociedad. Se convirtieron en funcionespolíticas. El proceso de fijación que acabamos demencionar acompañó en la historia la división deltrabajo, la separación entre los trabajos material eintelectual, la formación de la propiedad privada y delas clases. En ciertas condiciones históricas lasfunciones dirigentes se hacen hereditarias, porqueestán ligadas a la situación de los individuos en laestructura social, a su riqueza individual, y no a sutalento. Una vez fijadas, estas funciones seconvierten en propiedad de las castas y de las clasesdominantes. De este modo se ha formado el Estado;"las funciones políticas se separaron de las otrasfunciones, fijadas aparte; entonces, las castas o claseseconómicamente dominantes las acapararon ointentaron hacerlo, y libróse una lucha encarnizadapor apoderarse de los honores y de los beneficiosparticulares vinculados a las funciones políticas. ¿Qué representa por lo tanto el Estado? A ladescripción o al análisis superficial aparece como

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una emanación de la sociedad entera; pero es éste unerror grave, una confusión entre las funcionesdirigentes y las funciones políticas. Solo en ciertascondiciones ocurre que las primeras suscitan lassegundas. ¿Cuáles son esas condiciones? Cuando las clases se separan y se oponen se hacenecesaria la aparición de un poder superior e interior,al menos en apariencia, situado sobre ellas. Paraimpedir que la clase dominante abrume a la claseoprimida y la haga desaparecer, suprimiendo así lascondiciones de su propia dominación; para proteger alos oprimidos contra los excesos de algunosopresores; para mediar en los conflictos entre losindividuos y los grupos, se requiere el poder delEstado. Este poder se erige por encima de lasociedad, pero solo porque la comunidad social sehalla dividida en clases. Parece superior a lasociedad y, sin embargo, emana de ella, pero solo esasí debido a la escisión de la sociedad. Se presentafácilmente como juez, representante de una justiciasuperior, árbitro imparcial, etc. De hecho, el Estadoque expresa una sociedad dada, la expresa tal comoes, es decir, traduce y sanciona su estructura declases, y por lo tanto la dominación de una clase.Inclusive cuando parece proteger a los oprimidos oexplotados, y cuando realmente los protege contraciertos excesos, conserva las condiciones de ladominación de clase. En la formación del Estado político intervienen,pues, tres elementos: 1) Un elemento espontáneo: el proceso natural através del cual aparecen funciones dirigentes. 2) Un elemento reflexivo: cuando la sociedad sediferencia y se complica, las funciones de direcciónexigen un cierto conocimiento (empírico hasta eladvenimiento del marxismo) de la estructura social,de las necesidades, de los intereses existentes, de lasobligaciones y derechos recíprocos; en síntesis: delconjunto social. Mediante este conocimientoconfuso, las funciones espontáneas de dirección seelevan a la categoría de funciones administrativas,jurídicas, etcétera. 3) Un elemento ilusorio, de importancia capital.Siempre bajo el velo de humo de la ideología, elpoder del Estado se ejerció en un sentidodeterminado,aparentandoimparcialidadeindependencia. Las funciones administrativas yjurídicas se realizaron de acuerdo con los intereses dela clase dominante. Las necesidades del conjuntosocial eran perpetuamente desviadas, interpretadas enese sentido, bajó la máscara de una imparcialidadsuperior. (De este modo los reyes que oprimían yexplotaban a sus pueblos pasaban por "padres delpueblo", y así se autotitulaban con frecuencia.) Hay que observar que, a través de la historia, loshombres políticos de las clases dirigentes creyeroncon frecuencia, si no casi siempre, en las ideologías.El marxismo distingue la apariencia ideológica del

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cinismo político. Fue Maquiavelo el primero endevelar los procedimientos de ese cinismo. Agreguemos en seguida que reconocer aMaquiavelo como el creador de la lucidez en materiapolítica no significa adherirse al maquiavelismo,sino, por el contrario, traer la verdad política yponerla en lugar del maquiavelismo. El Estado político, pues, ha reflejado siempre laestructura de clases y la dominación de una clase enla sociedad que gobernaba. Además, solo reflejaba ladominación de una clase cuando ésta encontrabadificultades, obstáculos. Lo que significa que elEstado reflejaba también la resistencia de la clase ode las clases oprimidas, y a veces sus victorias.Objeto de la lucha de clanes, castas o clases, suhistoria resume la diversa fortuna de esas luchas, loscompromisos y victorias, los acontecimientos, lastransformaciones, las luchas civiles y las guerras. Espor lo tanto una historia prodigiosamente compleja,en que las instituciones no se separan de losindividuos actuantes, de las funciones reales de lasmistificaciones ideológicas o de los esbozos deconocimiento real. Es una historia diplomática,jurídica, financiera, administrativa, pero también ysobre todo la historia de las fuerzas actuantes -clases-lo que se resume en la historia del Estado político.¿Cómo estudiar la formación del Estado y delderecho romanos sin estudiar los conflictos entre laplebe y los patricios y los levantamientos deesclavos? El Estado democrático, en particular, reflejasiempre la resistencia de la clase o clases explotadas.Implica un compromiso entre las clases. Ello nosignifica que en la democracia moderna la clasedominante pierde automáticamente su supremacíaeconómica, abandona espontáneamente las funcionesacaparadas y deja que el velo ideológico se disipe.De ningún modo. El Estado democrático tiene undoble carácter, dialéctico y contradictorio. Comoentraña la existencia de clases y la lucha entre ellas,fue por una parte la expresión de una dictaduraefectiva, la de la clase dominante; y por otra se vioobligado a permitir la expresión de los intereses y delos objetivos políticos de las clases dominadas; fueobligado a tolerar la organización de los trabajadores(sindicatos, cooperativas, etc.). El compromisodemocrático no suprime la lucha de clases: por elcontrario, la expresa. Históricamente no pudo ocurrirde otro modo, pues la burguesía necesitaba laadhesión del pueblo en su propia lucha contra elfeudalismo, y además su propia ideología la obligabaa admitir la libertad de opinión, de expresión, depensamiento e inclusive de organización: La acciónpopular consistió solo en ponerla entre la espada y lapared y constreñirla a no relegar esas teorías a laesfera ideológica; esta acción, en síntesis, vuelvecontra la burguesía -legítimamente, según Marx- lasideas lanzadas por ella misma durante su ascensión

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político y su propia revolución. La historia de lademocracia muestra este doble aspecto del Estadodemocrático, y solo por él puede ser explicada. Entodos los países y en la historia de cada país, lasinstituciones democráticas reflejaron la formamomentánea del compromiso, es decir, lamomentánea relación de fuerzas en el interior de lanación (y también en el plano internacional). Resulta de ello que la democracia burguesa es unrégimen inestable. Involucra la existencia de unaderecha y de una izquierda que luchan por el poder.Es un régimen de partidos. Éstos representan lasclases existentes: propietarios territoriales feudales,capitalismo industrial, capitalismo financiero, clasemedia, pequeña burguesía, campesinado, claseobrera. Pero esta clasificación de los partidos nopuede considerarse de manera estática. Losfenómenos políticos son más complejos. Entre lasclases, y sin que ello las prive en absoluto de sucarácter real, existen zonas de transición,formaciones intermedias que encuentran su expresiónen hombres, matices políticos y pequeños partidos.Las grandes crisis provocan reagrupamientos. El grancapitalismo, sobre todo, tiende a reunir bajo su égidaa los representantes de la burguesía y a reagrupar -nosin hallar resistencias- a los partidos feudales con losde las clases medias, de la pequeña burguesía einclusive de la aristocracia proletaria. Por otra parte,los partidos proletarios constituyen un polo deatracción para los representantes de todas las clasespopulares (campesinos, pequeña burguesía, etc.).Surge así una vida política compleja, agitada ypolarizada cada vez más claramente, que Marxdescribió y analizó en sus obras específicamentepolíticas. La democracia burguesa se dirige, pues, más omenos rápidamente pero de manera necesaria, haciauna crisis de transformación. La forma, el momento yla salida de esta crisis dependen de acontecimientosexteriores o interiores, de los individuosrepresentativos -de su inteligencia, de su habilidad,de su prestigio- pero también y sobre todo de larelación de fuerzas en el momento decisivo. La crisis se resuelve o bien de manerareaccionaria, o bien por un salto hacia adelante endirección al socialismo y el comunismo. En el primercaso tiene lugar un retorno a la monarquía, o másfrecuentemente al bonapartismo (analizado por Marxa propósito de Napoleón III). Se trata siempre de unadictadura más o menos declarada, más o menosbrutal y corrompida, sobre las masas, las clasespopulares y el proletariado (el fascismo, porejemplo...). En el segundo caso la democracia cambiadecididamente de sentido; la clase dominante comotal es eliminada; el Estado deja de ser el órgano de sudictadura, oculta bajo el disfraz de la imparcialidad yel camuflaje ideológico. Caen las ilusiones y las

apariencias políticas. El pueblo y su vanguardiaproletaria toman abiertamente la dirección de losasuntos públicos y los administran de acuerdo consus intereses, que coinciden con los de la nación, laque ya no está representada por los grandescapitalistas monopolistas. ¿Es este el fin de lademocracia? Sí y sin embargo no. Es el fin de lademocracia burguesa, de su ideología, de sus partidospuestos directa o indirectamente al servicio delcapitalismo. Es la liquidación más o menos rápida yviolenta (según la intensidad de la "reacción") de unaclase (la burguesía), al mismo tiempo que de unsistema económico (el capitalismo) y de un Estadopolítico determinado (el Estado burgués con suaparato, su alta burocracia, su sistema policial yjurídico, etc.). Pero es, simultáneamente, la gestión de losasuntos públicos de la nación en el sentido reclamadomás o menos claramente por la gran mayoría. Es unafiscalización nueva; es la institución de organismosdemocráticamente controlados que toman laspalancas de mando de la industria, del comerciointernacional, de la agricultura, para desarrollar lasfuerzas productivas y organizarlas racionalmente(planificación). Es la formación de un tipo nuevo deEstado, el Estado socialista, cuya fórmula debedescubrir cada nación en función de sus tradiciones,de sus experiencias, de su estructura, de las fuerzasactuantes y de las acciones recíprocas. Esta transformación es por lo tanto la realizaciónde la democracia. Dictadura del proletariado (sobre la burguesía:);fin de la democracia burguesa; florecimiento de lademocracia; cumplimiento de las promesas hechas,pero jamás cumplidas, por los demócratas burgueseso pequeños burgueses, son términos equivalentes. Sihay dictadura, es la dictadura de la cienciaeconómica y sociológica, que sustituye comoregulador del conjunto social a los promediosoriginados ciegamente en las iniciativas privadas, sincontrol y sin ley, que caracterizan el inestableequilibrio capitalista. A través de esta crisis, más o menos larga yconvulsiva, la democracia, dice Marx, se convierte endemocracia socialista; el proceso de transformaciónes un proceso histórico, y ocupa un período histórico.Ello significa que podemos representarnos el puntode partida (la democracia burguesa-capitalista) y elpunto de llegada (la democracia socialista); pero elproceso intermedio no puede ser esquematizado deantemano; depende de múltiples interacciones, de losacontecimientos, de los hombres, de las relaciones defuerza en escala mundial. Es inevitablemente unproceso accidentado y sinuoso (dialéctico) aunque lasgrandes etapas sean necesarias. Marx ha disipado, respecto de un punto capital,una confusión muy extendida en su tiempo (y quizásaún en nuestros días): el socialismo no es todavía el

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comunismo. Involucra un estado, un aparato de Estado, y porlo tanto también una burocracia, un aparato represivoy un aparato jurídico. Aunque el sentido del Estadohaya cambiado, arrastra todavía en rededor de él -como la sociedad entera- las supervivencias deépocas concluidas. La influencia de la clase antañodominante continúa, y por lo tanto la lucha contraella. Subsisten diferencias (trabajo intelectual ymaterial; campesinado y proletariado, etc.). Desde el punto de vista político el comunismo sedefine por la liquidación definitiva de esassupervivencias, de esa prolongación. Como muchaspersonas ignoran este axioma del pensamientomarxista, es necesario decir y repetir que la expresión"Estado comunista" carece de sentido. Elcomunismo, en efecto, se caracteriza por la supresióndel Estado, por su superación17. Durante el período socialista, período detransición hacia el comunismo, el Estado setransforma progresivamente. La función políticadesaparece tal como apareció. Las funciones degestión, espontáneas y necesarias en toda sociedad,se sitúan de nuevo en primer plano. Un sistemaselectivo cuyas modalidades deben determinarsesegún los países, permite que surjan y se formen losindividuos mejor dotados para tales funciones. Lasmasas mismas son llamadas a proveer esosindividuos, a comprender los mecanismos de lasociedad y las técnicas administrativas. Entonces elEstado como tal se debilita; no es que degenere, perose reabsorbe en la sociedad por desaparición de lafunción política, después de haber elevado a lasociedad entera -en la persona de los individuos máscapaces- al nivel de conciencia y conocimiento queimplican las funciones de organización. La desaparición del Estado anuncia la sociedadcomunista. Implica, por lo tanto: 1) La desaparición completa de las clases y de sussupervivencias. 2) Un prodigioso desarrollo de las fuerzasproductivas (la "era de la abundancia” yatécnicamente posible en el siglo XIX). 3) La desaparición de la división del trabajo entrabajos subordinados (materiales) y trabajossuperiores (intelectuales). 4) Un florecimiento del individuo libre en unasociedad libre, donde lo individual, en lugar deoponerse a lo social, halla en él las condiciones de sudesarrollo total, de manera que los dones naturales yespontáneos de cada uno son racional yconscientemente cultivados (en el sentido profundode la palabra cultura).

La URSS es un Estado dentro de cuyo marco seconstruye el socialismo. No solo la transición con todossus problemas, sino también el cerco capitalista queprovocaron allí el mantenimiento y el reforzamiento delEstado.

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A los períodos históricos y formas sociológicasesbozados anteriormente hay que agregar: a) la democracia, en un momento más o menosavanzado de su desarrollo, de su profundización, desu transformación; b) el socialismo, él mismo forma de transiciónhacia otra forma; c) el comunismo. El análisis de estas formas corresponde a lapolítica, pues hemos llegado al momento de lahistoria en que esas transformaciones se hacennecesarias y se efectúan. No son fatales, sino necesarias, exactamente comopara un ser vivo es necesario crecer y alcanzar lamadurez, si es que no muere o languidece porenfermedad crónica. Se trata aquí de una necesidaddel devenir, lo que significa que supone ciertascondiciones reales, al mismo tiempo que la actividadrequerida para realizar las posibilidades. Es unaacción dialéctica, y no mecánica, de la necesidad.Dadas las contradicciones y los problemas del mundomoderno, hay una y solo una solución: el devenir enéste sentido. Pero no es "fatal" que los problemassean efectivamente resueltos. Marx no dijo nunca que el comunismo es unparaíso terrestre. Se negó a formular predicciones. Elcomunismo implicará un género o estilo de vidaacerca del cual no tenemos todavía ninguna idea. Laépoca comunista, creará un estilo de vida de acuerdocon sus condiciones, es decir, de acuerdo con ungrado completamente imprevisible de libertadhumana respecto de la naturaleza y de suscondiciones materiales. Al tener por condición elpoder desarrollado del hombre sobre la naturaleza, elcomunismo implica, pues, una libertad humana muygrande en relación con esas condiciones. De ladialéctica no puede obtenerse ninguna anticipaciónque no sea prematura. No podemos prever cómoresolverá la sociedad comunista los problemas de lavida, del amor, del arte, etcétera. Cada problema,cada solución llegan en un cierto momento -en sumomento- en el devenir histórico. El marxismoexcluye el utopismo. Marx no dijo nunca que el comunismo es elperíodo final de la historia humana. Muy por elcontrario. Sólo que nada exacto podemos deciracerca de lo que vendrá después. De lo que precederesulta evidentemente que hoy día (1947) no existeaún en el mundo ninguna sociedad comunista, deacuerdo con el sentido preciso dado por Marx a estapalabra. Al abandonar el análisis de las formacioneseconómico-sociales del pasado para abordar lasperspectivas (y por lo tanto los problemas) de laacción, el marxismo no abandona la razón, elconocimiento, el dominio científico. Estos dos puntosde vista -el del conocimiento y el de la acción- sóloson separados por una doctrina estática y no

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dialéctica. El análisis de las formaciones económico-socialesdel pasado es ya un análisis del devenir histórico. Yes también de este análisis que la dialéctica marxistaobtiene previsiones, apreciaciones y consignas. Para la dialéctica lo posible no se separa de lorealizado, ni los valores se separan de lo real, ni elderecho del hecho. Esos aspectos diferentes se hallancontenidos en el devenir; lo posible no es más que latendencia profunda de lo real. Así la política marxista se funda en elconocimiento. Las normas de acción se basan en elanálisis de las situaciones. Si cambian es porque lasituación, siempre cambiante, no es ya la misma. Se trata, finalmente, de una ciencia política, la quela burguesía había anunciado y a veces presentido,pero que, aprisionada en sus justificaciones eilusiones ideológicas, no pudo alcanzar. Quien dice ciencia política dice también yrecíprocamente "política científica", es decir;fundada en un método racional: el método dialéctico. Al término de esta breve exposición, y desde unpunto de vista nuevo -concreto, práctico- volvemos aencontrar el comienzo: el método.

Conclusiones. Hace un siglo que Carlos Marx -poco antes de larevolución de 1848 y en estrecha relación con lafermentación revolucionaria de Europa- percibió lasgrandes líneas de este vasto sistema teórico quellevaría el nombre de marxismo. La historia del marxismo, de su desarrollo, de suinfluencia, de las polémicas respecto de él, sería temasuficiente para una larga obra. Primero Marx desarrolló y profundizó sus tesisfundamentales, en medio de una indiferencia casigeneral y en un aislamiento casi absoluto.Particularmente durante los trabajos preparatorios deEl Capital y mientras realizaba el descubrimiento dela plusvalía (1852-1859), Engels fue casi el único ensostener a su amigo, material y espiritualmente. Desde que la influencia y el reinado del marxismocomenzaron a imponerse, desde la época de laPrimera Internacional, se multiplicaron lasinterpretaciones erróneas o tendenciosas. He aquí, por ejemplo, un divertido fragmento delartículo dedicado a Marx en el Larousse du XIXsiècle, aparecido alrededor de diez años antes de lamuerte de Marx. Contiene una descripción animada ybenévola de la persona del "Doctor Marx" y de suvida patriarcal en el seno de su familia:

"...desde esa época (1847) Marx, el verdaderopadre de la doctrina comunista denominadalassallismo, tenía doctrinas muy definidas.Rechazando a la vez las teorías de Saint-Simon, deFourier, de Cabet, de Proudhon, de Louis Blanc. etc.,pretendía fundar una escuela científica, según él hay

que considerar el pasado como si no hubiera existido,y dejar libradas al experimentalismo las leyes de lasociedad del porvenir. El socialismo científico debetomar como punto de partida los trabajos de losBückner (sic), de los Darwin, los descubrimientos dela filosofía médica, y la edificación de la nuevasociedad debe basarse científicamente en el estudiode la constitución del ser humano, en la anatomía, lasociología y la antropología. En una palabra, segúnesta teoría el hombre no es un ser de facultadescomplejas, de necesidades contradictorias, sino unaespecie de máquina de movimientos determinados einvariables, de donde se sigue que la ley delindividuo debe formularse según el examen de susórganos, y el derecho público e internacional segúnlos caracteres de las razas humanas."

Esta primera edición del Larousse se hallabaimpregnada de cierto espíritu liberal; es evidente queel autor del artículo realizó un cierto esfuerzo decomprensión. Estaba trabado, no por su malavoluntad o su interpretación tendenciosa, sino por loslímites de su pensamiento. Comprende que Marx fundó un “socialismocientífico", pero para él el carácter de ciencia solocorresponde a las ciencias de la Naturaleza. No llegaa comprender, pues, que el "socialismo científico" -que él confunde con el lassallismo, doctrina deFerdinand Lassalle, discípulo extravagante de Marx-se basa en una sociología científica, en una historia,en una teoría económica y política. ¡Reduce elmaterialismo histórico a un materialismo vulgar,biológico o fisiológico, y finalmente a una especie deracismo! Además, mientras el método dialécticoinsiste precisamente sobre los múltiples aspectoscontradictorios de la realidad humana, el autor deeste artículo excluye toda complejidad y todacontradicción de la máquina humana cuyadescripción “científica" atribuye a Marx. Si un comentarista relativamente sincero yobjetivo llega a tales absurdos y les da el nombre de"marxismo", es fácil imaginar lo que puedenelaborar, para preparar así aplastantes refutaciones,los intérpretes tendenciosos y los adversarios delmarxismo. He aquí, a título documental (porque, repitámoslo,una exposición aun incompleta de esas polémicasocuparía un largo volumen) algunos ejemplos deinterpretaciones tendenciosas y de refutacionesdemasiado fáciles del marxismo en diferentesdominios:

a) El dominio filosófico. El error más extendido (voluntariamente o no)consiste en la confusión entre el materialismohistórico (dialéctico) y el materialismo vulgar(mecanicismo). Este último, reduce la naturaleza a lamateria brutalmente definida por sus propiedades

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mecánicas (volumen, densidad, elasticidad, etc.);reduce los seres de la naturaleza a combinacionesmecánicas de esas propiedades elementales(combinaciones de partículas, de corpúsculos;atomismo). Reduce el pensamiento a una secreción, yla conciencia a un epifenómeno de los procesosfisiológicos o fisicoquímicos. Reduce lo humano anecesidades elementales (comer, beber, etc.). Estareducción de lo complejo a lo simple, de lo superior alo inferior, termina en una concepciónextremadamente pobre del mundo y del hombre. Es necesario observar que esta teoría, superadahace mucho por la física, por la ciencia de lanaturaleza, es aún sostenida en ciertas cienciashumanas (el conductismo de Watson, el organicismosociológico de Spencer, Schaefflé y sobre todo RenéWorms. Históricamente el materialismo vulgar fue el delsiglo XVIII. Pero desde esa época los grandesmaterialistas como Diderot, d'Holbach, Helvétius,trataron oscuramente de superar el mecanismoelemental, aunque hayan vuelto a caer en él casisiempre; a veces concebían la naturaleza como untodo infinitamente complejo, más bien que como unasuma o un conglomerado de partículas aisladas ydefinidas mecánicamente. Aunque esto no eratodavía claro para él, y (aunque la influencia deLucrecio se encuentra en su obra tanto como la deSpinoza) d'Holbach vio ya en la naturaleza un "grantodo"; según él el hombre es también un todo,caracterizado por una esencia, una organización, loque lo sitúa "en un orden, en una clase aparte, distintade la que corresponde a los animales" por laspropiedades que se descubren en él; porque "lasnaturalezas particulares" tienen su organizaciónpropia, aunque dependan "del sistema general, de lanaturaleza universal" de la que forman parte y "con lacual todo lo existente se halla necesariamenteligado"18. Más claramente todavía, Diderot ha escrito:"Todo cambia, todo pasa, sólo el todo permanece. Elmundo comienza y termina sin cesar; a cada instantese halla en su comienzo y en su fin. Nunca fue elmismo ni volverá a serlo. En este inmenso océano demateria no existe una molécula que se parezca a otramolécula, ni una molécula que se parezca a sí mismaun instante. Rerum novus nascitur ordo, he aquí suinscripción eterna19". De su materialismo, que ya presentaba pormomentos y por partes elementos de dialéctica,Diderot extrae una doctrina de la sociabilidad, de lafelicidad general, y no una apología del egoísmo."Recordaremos sin cesar a nuestros niños que lasleyes de la naturaleza son inmutables y que nada,puede escapar a ellas; y veremos germinar en sus

D'HOLBACH, Système de la ature, I, pág. 11, ed. deLondres, 1780.19Rêve de d'Alambert, ed. de la Pléiade, pág. 924.

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almas el sentimiento de bienestar universal queabraza a toda la naturaleza... Dorval, me habéis dichocien veces que un alma tierna no podría considerar elsistema general de los seres sensibles sin desearintensamente su felicidad y sin participar en él", diceConstance a Dorval en Le Fils aturel (acto IV, 3).Un estudia sobre el materialismo de Diderotmultiplicaría las citas igualmente características. Si el materialismo de los grandes pensadores delsiglo XVIII superaba a veces el materialismo vulgaral considerar la inmensa naturaleza como un todoorgánica y viviente, y lo humano como una esencia,un orden, una totalidad distinta, con sus leyes, peroinseparable del todo, con mucha más razón elmaterialismo dialéctico... Mucho antes que Nietzche, y más concretamenteque él, por poseerlo de un modo más social, Marxtuvo el "sentido de la Tierra". Su materialismo tomaal hombre terrestre y carnal, y lo acepta tal como es,en la multiplicidad de sus aspectos. Toma en cuentalos datos de la biología, de la antropología, de lafisiología. Para él el hombre es un ser natural, dadocomo tal. ¿Significa ello que para el materialismo dialécticoel pensamiento y la conciencia, el espíritu humano,no existen a no son más que "epifenómenos"? ¡Deningún modo! El pensamiento es una realidad; yprecisamente porque es una realidad es que nace,crece, se desarrolla, y quizá languidecerá y morirá,como la especie humana y con ella... En el individuoy en la especie, en el hombre, el pensamiento aparececomo una propiedad natural y específica; no puedesepararse de los otros caracteres y particularidades dela especie humana (cerebro, mano, posición vertical,etcétera). El hecho de que el pensamiento se afirme, seconsolide y se confirme en la lucha contra lanaturaleza, de la cual emerge, no autoriza a afirmarque puede separarse de ella. Corresponde a laantropología general estudiar en los hechos lascondiciones en que surge el pensamiento en laespecie humana; e incumbe a la psicología y a lapedagogía estudiar este proceso en el individuo. ¿Porqué el hombre prolonga el desarrollo orgánico en undesarrollo social, de modo tal que la evoluciónpropiamente orgánica parece detenida con él y porél? ¿Por qué prolonga su cuerpo medianteinstrumentas (mientras las herramientas del animalforman parte integrante de su cuerpo)? ¿De quémodo la conciencia humana se convierte enpasibilidad de acción, dominio sobre la naturaleza,actividad creciente, alejándose así cada vez más de lapasividad ante la naturaleza? He aquí nuevamente elproblema general de la antropología. La metafísicapretende resolverlo mediante un decreto absoluto ypostula una sustancia espiritual; el materialismo secontenta con el estudio de los hechos, y, aquí comoen otros dominios, toma los hechos en sus relaciones,

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en su mutua conexión y en su devenir. Sin embargo el pensamiento es real, real hasta elpunto que aparece desde el principio como funciónde ilusión al mismo tiempo que como función deverdad. El número y la variedad de las metafísicas,de las religiones, de los sistemas morales, de lasdoctrinas políticas, muestran con suficiente claridadque existió en el hombre una verdadera funciónideológica, una función social cuyo nacimiento,desarrollo y desaparición también conviene estudiar. ¿Cómo se forma la razón? En una doble lucha:por una parte contra la naturaleza exterior y laexistente en el hombre mismo, contra el instintoprimario, contra la espontaneidad; y por otro contrala ilusión, contra la ideología, desde la magia hasta laimaginación metafísica. Este conflicto no es, sinembargo, eterno: se resuelve por una parte mediantela victoria de la razón sobre la ilusión ideológica, ypor otra mediante su victoria sobre la reconciliacióncon ella. La razón no domina la naturaleza existenteen el hombre y fuera de él más que conociéndola yreconociendo su propia ligazón con ella, de la cualsurgió en el curso de un desarrollo natural. El materialismo dialéctico muestra así de quémodo une la dialéctica (estudio de los conflictos y delas contradicciones en la relación interna de lostérminos considerados) y el materialismo. Los uneindisolublemente, y los vuelve a hallar en los hechos,en el desarrollo del hombre, desarrollo cuyo caráctera la vez material (condiciones orgánicas, técnicas,económicas) y dialéctico (conflictos múltiples) serevela a toda investigación que evite metódicamenteaislar los hechos entre sí o separados de la totalidaddel proceso. El materialismo dialéctico continúa el antiguoracionalismo, pero superándolo, eliminando susaspectos limitativos y negativos. Abandona laconcepción estrecha de la razón universal comointerior al individuo, y la presenta en suuniversalidad concreta, como razón humana,conquista histórica y social del hombre. Deja deseparar la razón de la naturaleza, de la práctica, de lavida. Se niega a conferir preeminencia a tal o cualaspecto del hombre total y a definir lo humano poruno solo de sus aspectos. ¿Qué es una ciencia? Es elhombre tomando conciencia de la naturaleza exteriory de su propia naturaleza, y descubriendo un aspecto,un elemento, un grado de realidad. ¿Qué es por lotanto el hombre total? No es de naturaleza física, nifisiológica, ni psicológica, ni histórica, económica osocial exclusiva y unilateralmente; es todo eso, y mástodavía que la suma de esos elementos o aspectos: essu unidad, su totalidad, su devenir. El hombre sedefine por el conocimiento, por las ciencias, por loque las ciencias descubren; pero las ciencias sólo sedeterminan a través del hombre actuante y pensante.Mientras el viejo cientificismo se limitaba, o bien adar a tal o cual ciencia una importancia abusiva

concibiendo todo físicamente, por ejemplo, omatemáticamente, o biológicamente, o bien aconsiderar una suma de los resultados adquiridos porlas diferentes ciencias, el materialismo dialécticositúa al hombre en el centro de sus preocupaciones;pero se trata del hombre en devenir, formándose através del conocimiento y conociéndose en suformación.

b) El dominio económico. He aquí un ejemplo de refutación del marxismo,tomado de un curso que se dictó en 1947 en una granciudad del Sud-Oeste: “Supongamos una copa de oro cincelado y unacopa de hierro que hayan exigido el mismo trabajo.Si Marx tuviera razón, ambas copas tendrían elmismo valor, lo que es absurdo; por lo tanto la teoríamarxista del valor es absurda..." Como esta argumentación se halla muy difundida,merece una breve respuesta. Descuida algunospuntos esenciales: 1º) Marx eliminó expresamente de su teoría delvalor los productos del trabajo artístico, los productosde la actividad individual y cualitativa. En lo que serefiere a estos productos, su "valor" se halladeterminado por su rareza, su carácter excepcional,su cualidad estética, la estimación subjetiva que hacede ellos el comprador eventual; se halla determinado,pues, por los motivos psicológicos del comprador (elmargen de sacrificios que se impondrá para lacompra del objeto, etc.). Respecto de estos objetos, ysolo en lo que a ellos se refiere tiene fundamento lateoría psicológica del valor. Los adversarios delmarxismo extienden abusivamente la zonarestringida de producción cualitativa, para la cualtiene sentido esta teoría psicológica. (¡Resultabastante ridículo, para la economía política oficial,que esta teoría puramente psicológica se aplique tanbien al mercado negro!) La teoría marxista según lacual el valor está determinado por el tiempo detrabajo social medio necesario solo se aplica -Marxlo ha dicho y repetido- a los objetos que resultan deun trabajo social, y por lo tanto a la producción parael mercado, a la producción de objetos reproductiblesen serie. 2º) Marx insistió mucho, tanto en la Critique del'economie politique como en el primer tomo de ElCapital, sobre el hecho de que el valor mercantil delobjeto no se determina por el tiempo de trabajoindividual (el tiempo cualitativo, o sea el del obreroindividual más o menos hábil, más o menos bienequipado), sino por el tiempo de trabajo social medionecesario para producir el objeto. Dados el equipo yla organización de un grupo social, y la habilidadmedia de los individuos que lo constituyen, estegrupo considerado en su conjunto dispone de unacierta productividad. Los recursos naturales (riquezao pobreza del suelo, del subsuelo, fuentes naturales

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de energía) entran igualmente en esta noción deproductividad. Hemos analizado ya estos tresaspectos (el natural, el técnico, el social). Cadaobjeto representa un fragmento del tiempo de trabajosocial, un resultado de la productividad del grupoconsiderado en su conjunto. La teoría marxista del valor solo se aplica, pues,cuando el carácter social del trabajo se une con suaspecto individual y cualitativo. No es una teoríamecánica, aplicable según sus promotores a noimporta qué objeto, producido en no importa quécondiciones. Es una teoría histórica, que se aplicaparticularmente a la producción industrial, al mostrarcómo nace y se desarrolla, a partir de la producciónfamiliar, artesanal, etcétera. He aquí por qué losadversarios del marxismo extraen sus argumentos dela producción artística o de la pequeña producciónfamiliar y artesanal, en las cuales el carácterindividual y cualitativo del trabajo se destaca o esmás perceptible que su carácter social, cuantitativo ygeneral. Pero mientras los teóricos puros se obstinan enoponer al marxismo concepciones psicológicas delvalor, en los países de gran producción industrial loshombres prácticos y los técnicos no se engañan.Aplicando, probablemente sin saberlo, los resultadosdel análisis marxista, hallan en el tiempo de trabajomedio (tiempo de trabajo socialmente necesario parala producción de tal o cual objeto) la medida comúnaplicable a los diferentes trabajos y productos. Deeste modo comparan y calculan las relaciones entrelos productos. He aquí lo que puede leerse en unlibro reciente sobre la economía americana: "Tengoante mis ojos un estudio sobre la industria delautomóvil en EE.UU... En cuadros muy completos, elautor compara el precio por kilo de las principalesmaterias en los dos países (América y Francia), delmismo modo que nosotros lo hacemos continuamentepara los gastos de la vida diaria, en minutos-trabajo..." Este procedimiento permite calcular ladiferencia entre la productividad del trabajo enEE.UU. y en Francia. La relación es a veces de 5 a 1(en lo que se refiere a las materias primas, en cuyaextracción juegan un gran papel la riqueza natural yel perfeccionamiento de la maquinaria). "Si dirigimosnuestra atención a los productos manufacturados,vemos que las diferencias se atenúan... El kilo deautomóvil necesitaba en 1939, 2 h. 25 de trabajo enFrancia contra 0 h. 68 en EE.UU., o sea una relaciónde 3,3, que en 1946 pasó a ser de 6,15." En esteúltimo dominio, indica el autor, la diferencia deproductividad del trabajo entre EE.UU. y Francia nose debe a la riqueza natural, ni inclusive, sólo a unadiferencia en los procedimientos técnicos; se debetambién a una diferencia en la organización deltrabajo (y aquí vemos aparecer el papel de losfenómenos ideológicos, que explican el hecho de queen Francia haya cierta resistencia a la organización

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científica del trabajo...)20. Sea como fuere, los autores de estos estudios seasombrarían quizá mucho si supieran que piensancomo marxistas. No son, por otra parte, marxistas,porque no deducen las consecuencias de la teoría delvalor: la teoría de la plusvalía (del sobretrabajo), esdecir, de la venta, por la clase de los asalariados, desu fuerza de trabajo a la clase de los que poseen losmedios de producción en propiedad privada. Seríainteresante calcular en "minutos-trabajo" los mediosde subsistencia consumidos por el obrero en lascondiciones mencionadas más arriba; determinar el"valor-trabajo" de su propio salario; descubrir de estemodo qué promedio de tiempo trabajan esos obrerospara sí mismos y cuánto tiempo para la clase de loscapitalistas; comparar así el valor de la fuerza detrabajo21 con el valor creado por el trabajo;determinar de igual modo lo que Marx llama la tasade explotación. Pero los autores de estos estudios nopiensan en eso. Cuando calculan en minuto-trabajo elobjeto producido, dividen una suma de horas detrabajo medio por un peso, el peso total de losobjetos producidos. Cuando estudian el costo de lavida dividen el salario global, calculado en dinero,por el precio de tal o cual objeto, y dicen: "Unvestido que vale tal suma equivale a la enésima partedel salario mensual, y por lo tanto vale tantas horasde trabajo." Estos economistas no advierten que hanescamoteado un problema fundamental, que el"minuto-trabajo" o la "hora-trabajo" no tiene elmismo sentido en el primer cálculo que en elsegundo; porque en el segundo no toman en cuenta laproductividad del trabajo del obrero, mientras que enel primero sólo se ocupan de ésa productividad. Nosaben que Marx mostró que la forma- dinero delsalario "oculta la relación real" implicada en elsistema de salarios “disimula" el sobretrabajo delasalariado22, y que solo “en la superficie de lasociedad burguesa", en su ideología, en susfenómenos superficiales y en su aparienciapsicológica "el salario del obrero aparece como elprecio del trabajo", de modo tal que todo su trabajo"aparece cómo, trabajo pagado" y la división de lajornada de trabajo en sobretrabajo y trabajo necesario(para la subsistencia del obrero) desaparececompletamente. 3º) Volvamos a la objeción extraída del valor dela copa de oro cincelada. Marx mostró como losmetales preciosos representan precisamente el valoren general, se convierten en el equivalente general detodos los valores mercantiles. ¿Por qué? Porque ellos

Cf. P. B. WOLFF. Usines U.S.A., París, 1947. Los marxistas sólo emplean esta expresión. Laexpresión "valor-trabajo" o "valor del trabajo" no esmarxista precisamente porque no muestra la venta de lafuerza de trabajo como una mercancía con su valor en elmercado, en el curso del proceso de producción capitalista.22Cf. El Capital, III, pág. 240.

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mismos tienen un valor. Y no lo tienen por ser belloso raros, sino porque son el resultado de un trabajosocial. La extracción de un gramo de oro, sutransporte, etcétera, representan más trabajo socialmedio que la extracción y el transporte de un gramode hierro. (La contraprueba de este análisis puedehallarse en el estudio de la variación de los valoresmercantiles, expresados en oro, como consecuenciade las variaciones en la productividad del trabajo enlas minas de oro.) Señalemos al pasar una confusión muy frecuenteentre el dirigismo y la planificación en el sentidomarxista de la palabra. El dirigismo económico esatribuido con frecuencia al marxismo, lo queconstituye un error. La planificación se aplica a laproducción; implica la supresión de la propiedadprivada de los medios de producción, su integraciónen el Estado, y, sobre todo, la gestión del Estado enel sentido de los intereses de la clase trabajadora. Tales, según Marx, la noción marxista de planificaciónen una economía socialista que desarrollaracionalmente las fuerzas productivas y laproductividad del trabajo al mismo tiempo que elpoder de compra de las masas. Se sabe, por elcontrario, merced a una costosa experiencia, que eldirigismo se limita a organizar burocráticamente ladistribución; que integra en un Estado administrado ycontrolado de manera no democrática un aparato decontrol de la distribución; que termina sometiendo ladistribución a los intereses privados, y por lo tantoorganizando la escasez y la carestía de los productosen detrimento de los que trabajan y producen.

c) El dominio sociológico. Los adversarios del marxismo oscilan entre dosposiciones contradictorias que no llegan a formularclaramente, y aún menos a probar. Unos reducen la realidad social a las relacionessubjetivas entre las conciencias individuales; es lainterpsicología (representada particularmente porTarde); otros se representan la realidad social comouna realidad objetiva, y por lo tanto independiente, oinclusive independiente respecto de las concienciasindividuales, es decir, como una sustancia, un sermetafísico; es la concepción de Durkheim. Ahorabien: el marxismo plantea correctamente y resuelveracionalmente el problema de la realidad sociológica.Analiza las relaciones prácticas de los hombres conla naturaleza y de los hombres entre sí. Como son decarácter práctico, tales relaciones no dependen de laconciencia de los individuos; no son subjetivas; perono poseen, por otra parte, la objetividad elemental ycompletamente exterior de una cosa, de unasustancia. No son extrañas a los individuos actuantesy vivientes (en la medida en que llegan a serlo, lateoría de la alienación explica esta exterioridadrelativa). Esas relaciones resultan de la interacciónreal entre los individuos, en las condiciones de su

actividad. Por lo tanto pueden ser científicamenteestudiadas no escapan a la razón ni como estadostransitorios y subjetivos ni como realidadestrascendentes o substancias. En lo que se refiere a lahistoria, muchos historiadores la conciben como unconglomerado de hechos individuales, como un caosde anécdotas sin unidad y sin ley. Otros se esfuerzanpor introducir en el caos una unidad, de acuerdo conesquemas o axiomas preestablecidos que imponendesde afuera a los hechos. El marxismo, por elcontrario, muestra cómo nace, de la interacción entreindividuos actuantes en cierto momento, un efectoglobal, o sea social e histórico; y de qué modo esteproceso social se desarrolla según las leyesuniversales del devenir, como un proceso natural. Elmarxismo escapa, pues, a las dificultades con quetropiezan las dos concepciones unilaterales de lasociedad y de la historia. El método dialécticopermite estudiar los hechos históricos y sociales talcual son; sin deformarlos, los concibe como"inteligibles", accesibles a la investigación metódicay racional. No establece otro axioma que el de laconexión de los hechos en sus contradicciones, ensus interacciones y en su devenir. ¿No es esta laevidente condición de inteligibilidad de los hechossociales e históricos, condición que el marxismo noles impone desde afuera a priori, sino que ladescubre y reconoce en ellos mismos? En este dominio la polémica, extremadamentecompleja, utiliza contra los marxistas dos series deargumentos contradictorios. Se afirma, por una parte,que la realidad histórica y social -la realidad humanaen general- es demasiado compleja, demasiadocambiante, demasiado individual para seraprehendida por una ciencia, y por lo tanto elmarxismo, al pretenderse científico, la dejaríaescapar. Se afirma también, por otra parte, que larealidad humana puede o podría ser comprendidaracionalmente (científicamente), pero que elmarxismo fracasa en esta empresa porque no es unaciencia, sino una posición política, una toma deposición activa, según algunos un "mito" político.Quizá el estudio que antecede muestresuficientemente, a pesar de su brevedad, cómo pasael marxismo entre estos dos sistemas contradictoriosde objeciones. Escapa a ellas precisamente porqueresuelve esta contradicción. A quienes no sonmaterialistas o dialécticos la realidad histórica ysocial aparece, o bien como reduciéndose a hechosindividuales, anecdóticos, cambiantes, demasiadocomplejos para ser aprehendidos racionalmente, obien como una realidad sustancial, exterior,brutalmente objetiva, que escapa a la acción, si no ala razón. El marxismo escapa a este dilema y resuelve lacontradicción. Aporta una noción más elevada y másprofunda de la objetividad. La objetividad delconocimiento no implica la eliminación del hombre

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actuante y pensante; al contrario. Es en y por surelación activa con las realidades que el hombre laspenetra, las capta en su devenir integrándose en él ycomprende las cosas transformándolas. De hecho, lanoción primaria de objetividad corresponde a unmecanicismo, a un determinismo simplista; da lugar,en la búsqueda del hombre viviente, a todas lasfantasías especulativas, por el solo hecho de excluirla conciencia del hombre de un mundo científicoreducido a un mecanismo muerto. Esta concepciónfue ya superada por las ciencias de la naturaleza. Elmaterialismo dialéctico lo comprueba, y extiende a lahistoria y a la sociología esta conquista delpensamiento moderno.

d) El dominio político. En el plano político las polémicas son demasiadoapasionadas, demasiado actuales, demasiadoimportantes para que resulte útil considerarlas aquí.Es en verdad toda la historia política de los últimossetenta y cinco años lo que debería estudiar el lectorque quisiera ponerse al tanto de las discusionesacerca del marxismo. Una sola observación: en general los adversariosde la acción política inspirada en el marxismoconsideran esta acción aisladamente y solo rara vezintentan comprenderla en función de sus argumentosdoctrinarios. Este error de métodos vicia casi todaslas discusiones. Por ejemplo: la dialéctica (teoría del devenir) diceque las realidades cambian, y por lo tanto lassituaciones históricas: muestra que la acción que nose inserta en el devenir, en un momento dado,tomando en cuenta la situación, es una accióndestinada al fracaso. Por consiguiente la acciónpolítica inspirada en el marxismo presenta por unaparte una profunda continuidad en el método deanálisis y en los fines (se trata siempre de actuarsobre las relaciones humanas, en el sentido de sudevenir y de sus posibilidades, para transformarlas yorganizarlas racionalmente); pero muestra, por otraparte, una variación permanente en los medios, en lasconsignas momentáneas… El historiador sabe quetodo hombre de acción procedió siempre de estemodo, con más o menos sutileza en la comprensióndel devenir y de las situaciones cambiantes; sabetambién qué muchos fracasos se explican por laincomprensión, por la rigidez ante el devenir, por elmantenimiento de directivas superadas por losacontecimientos: Continuamos admirando enNapoleón o en Richelieu su comprensión, suflexibilidad: y censuramos -demasiado tarde- suserrores, su rigidez, sus inadaptaciones. Pero estoshombres de Estado solo conocían empírica yconfusamente la dialéctica de la acción del devenir.En el marxismo este conocimiento se hace racional;el dialéctico marxista dice abiertamente: "Actúo paraobtener los mismos fines, pero cambio los medios.

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¡Yo no me comporto a las seis de la tarde en inviernocomo a las seis de la tarde en verano!" Ocurre que sereprocha a los marxistas por hacer abiertamente, demanera consciente y racional, lo que todo el mundoha hecho y hace todavía de manera confusa yempírica. Como no captan el vínculo -que según elmarxismo es racional- entre la doctrina y la acción,se sienten lastimados en su conciencia de lamovilidad de las cosas. Se los acusa fácilmente de "maquiavelismo"; sesospecha que disimulan los peores designios (¡comosi los fines, los objetivos de la acción, no estuvieranaclarados y bien definidos desde Marx!): finalmente,se plantean oscuros e insolubles problemas sobre larelación, sin embargo racional, entre los "medios" ylos "fines", sin querer comprender que para unmarxista el fin juzga los medios. ¿Es necesario repetir que estas cuestiones exigenun examen especial y detallado y que el lector nohalla aquí más que un esquema general que lepermitirá examinados imparcialmente y quizáresolverlos? ¿Es necesario decir que el método marxistapretende ser racional, lo que no significa que seainfalible; que los errores y los fracasos son posiblespara la razón humana tanto en el dominio del hombrecomo en el de la naturaleza, y que también en estedominio se requiere que la experiencia forme larazón, que los hechos y el pensamiento cooperen y seunan en un mismo movimiento? ¿Hay que repetir queel conocimiento de las relaciones humanascontradictorias y la acción sobre ellas -las solucionesa los problemas que plantean- progresan a través deensayos; que si el hombre de acción marxista quiereser un ingeniero de las fuerzas sociales, su esfuerzopor adquirir mayor conciencia y eficacia no leconfiere ningún poder milagroso, y que, finalmente,ni sus éxitos y fracasos deben interpretarse enfunción de no se sabe qué poderes ocultos? ... Losadversarios del marxismo han tratado a veces derefutar tal o cual punto (por ejemplo, la teoría delvalor, o la del Estado). Raramente atacan el conjunto,es decir, el marxismo como concepción del mundo.¿Por qué? Sin duda porque lo ignoran. No se lespuede reprochar esta ignorancia. Para los marxistasmismos, solo lentamente ha revelado el marxismotoda su amplitud. Marx nunca expuso en formadoctrinaria la nueva concepción del mundo. Confrecuencia no ha dado más que indicaciones acercade problemas esenciales. Desarrolló puntosimportantes (como la teoría del capital), pero que nide hecho ni racionalmente pueden separarse decuestiones más generales de lógica y metodología.Como es obvio, hay que buscar el marxismo primeroen Marx; pero no se deben tomar los textos de Marxliteralmente, como textos muertos; no se debe buscaren Marx un sistema cerrado y acabado. Laconcepción del mundo a la cual Marx dio su nombre

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está ella misma en desarrollo, en un proceso deenriquecimiento permanente y de profundización. Yes precisamente así que no aparece como unacorriente aparte de la cultura en general y de lasdiversas culturas del mundo actual. Además, los adversarios del marxismo hanabandonado actualmente la idea de refutarlo partepor parte, fragmento por fragmento. El proyectoactualmente de moda es superar el marxismo. Este proyecto significa ante todo que la épocamisma de las polémicas fragmentarias está superada.Lo que ahora debe ser examinado es el marxismocomo conjunto, como concepción del mundo. ¿Qué se quiere decir con la fórmula: superar elmarxismo?" No basta con lanzarla. Sería tambiénnecesario realizar el proyecto. ¿Dónde se encuentrala concepción del mundo que superaría el marxismo?No se la ve por ninguna parte. Solo la concepcióncristiana del universo tiene una amplitud que lepermite oponerse doctrinalmente al marxismo. ¡Perono se ve bien en qué y cómo el tomismo supera elmarxismo! De hecho, los que prometieron superar elmarxismo han comprendido una necesidadideológica: la de terminar con las chicaneriasrespecto de los detalles; pero no han podido realizarsu programa y en los hechos han vuelto a laspolémicas fragmentarias... ¿Pero acaso quiere decirse con ello que no todo hasido dicho por Marx? Solo se puede estar porcompleto de acuerdo con esta afirmación. Porejemplo, Marx analizó el capital; pero quedaron yquedan todavía por analizar los capitalismos en losdiferentes países del mundo, con sus estructurasparticulares, sus caracteres concretos, su grado dedesarrollo, sus diferentes sectores, las formas deEstado con que van unidos, etc. Queda todavía poranalizar, en la situación presente, la crisis delcapitalismo, esta crisis que Marx anunció pero cuyasmodalidades concretas no pudo describir ycomprender, porque la previsión científica no seconfunde con no se sabe qué don de profecía. Por lo tanto, si es en este sentido que se quiere"superar" el marxismo -mediante el análisis de losfenómenos y acontecimientos nuevos- no puedehacerse objeción alguna. ¿Pero cómo analizar eldevenir del mundo moderno, en lo que tiene deoriginal, sin partir de Marx, sin emplear su método,mientras no se descubra un método nuevo, lo que noparece haberse hecho, ni en vías de realizarse? El proyecto de superar el marxismo no tiene quizáni mucho sentido ni mucho porvenir, porque elmarxismo es la concepción del mundo que se superaa si misma. Se supera, no en lo superficial de estetérmino -con una revisión incesante y apresurada delos principios y el método-, sino en el sentido válido,profundizándose y enriqueciéndose. Así, superándosea sí misma, se desarrolla toda ciencia; lo cualsignifica trastrocamiento y caos solo para los

enemigos superficiales de la ciencia. Superaciónsignifica, por el contrario, integración perpetua en laobtención de adquisiciones nuevas, comprensión delos hechos nuevos en función del saber adquirido ydel método elaborado, continuación más o menosrápida según los momentos de esta elaboración. Eneste sentido, y para terminar con una paradojaaparente, se puede plantear el siguiente problema:"¿Cómo superar una concepción del mundo queincluye, en sí misma una teoría de la superación, queexpresamente se pretende cambiante por ser unateoría del cambio y que, si se transforma, setransformará según la ley interna de su devenir?"

Bibliografía sumaria. A) principales-obras de Carlos Marx. Différence entre la philosophie de la nature deDémocrite et celle d'Epicure, tesis de doctorado,1841, publicada por Franz Mehring en "litterarischeNachbss", trad. Franc. Molitor, ed. Costes, CEuvresphil. de Marx, t. 1. La question juive (1843), id., ibíd. Critique de la philosophie du droit de Hegel(1844), (id.; cf. trad. Molitor, ed. Costes, t. I. y t. V). Manuscrit économique-politique de Marx de1844, hallado y publicado por Riazanov en los"Marx-Engels Archiv", Francfort, 1928-32, trad.Molitor, id., t. V. La Sainte Famille, critique de la critique critique(1845), publicado en el "Lit. Nachlass"; trad. Molitor,íd. t. II y III. L'idéologic allemande (1845-46), publicado porRiazanov, trad, Molitor, íd., t. VI a IX. Misere de la philosophie. Rèponse a laphilosophie de la Misere de Proudhon, trad. franc.,Ediciones Sociales, nueva ed., 1945. Manifeste du Parti Comunista (1848) (numerosaediciones y traducciones). Le Dix-huit brumaire de Louis Bonaparte (1852).trad. Ediciones Sociales, nueva edic. 1945. Introduc. a la Critique de l’Economie Politique(1857), publicado por Kautski, trad. Franc. Giard.,edit. Salaires, prix et profit (1865), trad. franc.Ediciones Sociales, nueva edición, 1945. Le Capital, t. I (1867), t, II (1893), t. III (1894).Los dos últimos tomos editados por Engels despuésde la muerte de Marx. Trad. franc. Molitor, ed.Costes, 14 vol. (trad. Roy; 1872-75, de próximareedición). La guerre civile en France (1871), trad. Ed. Soc.,nueva ed., 1945. Les luttes de clase en France (1848-1850). Théories sur la plus-value (última parte de ElCapital, publicada por Kautski, 1910, Stuttgart; trad.Molitor con el título de Histoire des doctrineséconomiques, 8 vol. (ed. Coste).

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B) estudios sobre Carlos Marx. El mejor instrumento de trabajo sobre elmarxismo sigue siendo Morceaux choisis, Gallimard,1934, introd. por N. GUTERMAN y H. LEFEBVRE,desgraciadamente agotado. El mejor estudio de conjunto sobre el marxismoes hasta ahora el Anti-Dühring de ENGELS (trad.Molitor, Costes). Será útil consultar el estudio de A. CORNU sobrelas Euvres de jeunesse de Marx (PressesUniversitaires de France). Para proseguir la iniciación en el marxismo, leer: LENIN, K. Marx et sa doctrine. ENGELS, Socialisme scientifique et socialismeutopique. STALIN, Mat. dial. et mat. Hist. Etc., etc.

La mayor parte de las obras sobre marxismopublicadas en Francia o traducidas soninterpretaciones limitadas o unilaterales si nomalintencionadas. Entre las buenas obras francesas recientes,mencionamos: V. LEDUC, Les marxisme ese-il dépassé (Ed."Raison d'etre"). G. FRÉVILE, Les briseures de chaines (Ed.Sociales). G. CASANOVA, Matérialisme dialectique etmathématiques (Ed. Sociales).

Henri Lefebvre