el mercado de bonos de carbono en mexico
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ
FACULTAD DE ECONOMÍA
“EL MERCADO DE BONOS DE CARBONO EN MÉXICO;
GENERALIDADES Y PERSPECTIVAS DE DESARROLLO”
TESIS PROFESIONAL QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LIC . EN COMERCIO
EXTERIOR
PRESENTAN:
BUSTAMANTE PEREZ DIEGO
GALLEGOS SANTILLÁN EMMANUEL
SINODALES:
DIRECTOR TESIS: MTRO. FLAVIO RAFAEL GONZALEZ AYALA
SECRETARIO: ING. JAIME MARTINEZ GARCIA
VOCAL: MTRO. CUAHUTEMOC MODESTO LOPEZ
SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P. JULIO DE 2009
Introducción
Capitulo 1 – Antecedentes
1.1 – El Cambio Climático
1.2 – El Protocolo de Montreal
1.3 – El Protocolo de Kyoto
1.4 – Instrumentos
Capitulo 2 – Bonos de Carbono
2.1 – ¿Que son y cómo funcionan los Bonos de Carbono?
2.2 – Aplicación Conjunta
2.3 – Mecanismo de Desarrollo Limpio
2.4 – Comercialización de Bonos
Capitulo 3 – Regulación para los Bonos de Carbono
3.1 – Regulación Internacional
3.2 – Regulación Mexicana
3.2.1 – Algunos proyectos aprobados e implementados
3.2.2 – Proceso de aprobación de proyectos
Capitulo 4 – El Mercado Internacional de Bonos de Carbono
4.1 – La Bolsa Climática de Chicago
4.1.1 – Características Principales y Operación
4.2 – Otros Organismos Bursátiles y Principales Indicadores
4.3 – China, India y Brasil
Capitulo 5 – México como Mercado Potencial para los Bonos de Carbono
5.1 – México y las Energías Limpias
5.2 – Panorama Mexicano respecto a las Emisiones de Carbono
Conclusiones y Recomendaciones
Glosario
Bibliografía
Anexos
INTRODUCCION
A través de los años hemos visto como la humanidad avanza a pasos agigantados en todos
los aspectos que nos podamos imaginar. El desarrollo y las habilidades humanas para crear
nuevas tecnologías parece que no tienen fin.
Por primera vez en la historia, el ser humano como civilización moderna, está presenciando
fenómenos que jamás se pensaron. Muchas variables tienen que ver en este proceso. Uno de
ellos es, sin lugar a dudas, el incontrolable crecimiento demográfico.
La capacidad de la tierra para sostener a los seres humanos no queda determinada solo por
nuestras exigencias alimenticias más básicas, sino también por nuestros niveles de consumo
de diferentes recursos, por la cantidad de residuos que generamos y por las tecnologías que
escogemos en las diversas actividades que realizamos.
Estas alertas sobre la capacidad de carga se han producido debido a que, desde mediados
del siglo XX, han existido tres tendencias, todas ellas de crecimiento, que han contribuido
directamente al exceso de presión que han de soportar hoy en día los sistemas naturales de
la tierra y que, en consecuencia, nos ayudan a percibir la existencia de limites:
- La duplicación de la población mundial a partir de 1950. Actualmente es de
unos 6000 millones1
- La quintuplicación de la producción económica de la tierra, acompañada por un
crecimiento aun más rápido del comercio mundial. Las tecnologías que se han
utilizado, las cantidades de recursos que se han consumido en el proceso y los
residuos que se han generado han provocado un aumento proporcional del
deterioro del medio ambiente.
- La desigualdad en la distribución de los ingresos, es decir, los desequilibrios
sociales, es otras de las causas del declive ecológico. En otras palabras, junto
con el crecimiento económico también crecen la pobreza y el desempleo. La
falta de cohesión social es una gran dificultad a la hora de hacer frente a los
retos planteados.
1 www.prb.org
Si hay crecimiento económico, hay mayor utilización de recursos que deriva en una mayor
generación de residuos. Sobre un conjunto de recursos no renovables, tenemos más o
menos los mismos plazos previstos para su agotamiento. Pero esto preocupa menos que la
contaminación o el efecto invernadero. Se esta llevando a termino una gran presión sobre
los recursos materiales y energéticos, ya que como el sistema económico crece, también
esta creciendo el consumo de material y energía.
Por eso, es imprescindible establecer políticas de desarrollo que garanticen la satisfacción
de necesidades del mundo en desarrollo.
La vida en la tierra es posible en parte a que muchos gases, como el dióxido de carbono y el
vapor de agua, el cual naturalmente ocurre en la atmósfera de la tierra, atrapan el calor
como un invernadero. El CO2 liberado por el uso de combustibles fósiles (como gasolinas,
gas natural, carbón, etc.) es el que se encuentra en mayor cantidad de los gases de efecto
invernadero creados por el hombre al igual que otros gases (metano, clorofluorocarbonos y
sus sustitutos actualmente en uso).
La atmósfera se contamina cuando se emiten, de forma natural o por acción de la actividad
humana, sustancias ajenas a su composición normal o cuando varían las proporciones de los
componentes habituales.
Esta contaminación puede ser generada ya sea por fuentes naturales como erupciones
volcánicas, incendios forestales, tormentas de arena, polvo y por causas provocadas por el
hombre como los medios de transporte, procesos industriales en general, generación de
calor y energía eléctrica, calefacciones domesticas y gases provocados por la actividad
agrícola.
De todo esto, los mayores contaminantes son los compuestos gaseosos, los de azufre,
óxidos de carbono, de nitrógeno, hidrocarburos, oxidantes, halogenados y metales, entre
otros.
Muchos de los impactos sobre la atmosfera son de carácter global, esto es, que inciden
sobre todo el conjunto del planeta y acaban teniendo efectos sobre el propio
funcionamiento del planeta y los recursos básicos indirectos.
Cuando se produce un aumento desmesurado de los gases de efecto invernadero,
especialmente del CO2, se altera la forma en que el clima mantiene la energía incidente y la
irradiada produciendo el calentamiento global de la tierra. Este calentamiento esta creando
actualmente un cambio climático, que ha generado desprendimientos glaciares, aumento en
los niveles del mar, y aumento de calor en lugares que se creía que nunca llegarían a sentir
temperaturas altas.
Hoy en día nadie duda que el aumento en la concentración de los gases de efecto
invernadero consolidara y aumentara el aprisionamiento de calor, con lo cual el clima se
hará mas calido. Del pasado geológico al histórico llegan pruebas circunstanciales que
apoyan la relación entre el cambio climático y las fluctuaciones de gases de efecto
invernadero.
Los problemas que esto nos ha traído se viven año con año y, si no se actúa rápido y
conscientemente, estos se irán acrecentando. Escasez de alimentos y recursos naturales,
deficiencias sanitarias y servicios de salud, educación e infraestructura básica son solo
algunos de los problemas que países en desarrollo, como México, se enfrentan con el paso
del tiempo.
Imaginemos por un momento que vivimos en un vecindario tranquilo y normal de un
vecindario bien ubicado, determinado como “casa A”.
En algún momento, los dueños de la casa más grande de la calle, “casa B”, que esta
contigua a “A”, decide vender. La casa “B” por su ubicación y tamaño es perfecta para un
negocio grande.
Al poco tiempo de que se publicara en venta, la casa “B” es comprada por un empresario
que decide utilizar la vivienda para abrir un restaurante-bar, cocina asiática y cocteleria
internacional en un ambiente agradable.
Al principio la curiosidad de todo el vecindario es evidente y esperan con ansia la
inauguración, pero pasado el tiempo después de esta, empiezan los problemas.
Obviamente la casa más afectada es la casa “A” que está junto y eso no deja muy tranquilo
a los dueños que deciden actuar legalmente. Las autoridades revisan el caso y determinan
que no hay nada que hacer, el dueño de “B” es propietario de la casa y puede hacer con ella
lo que quiera y fallan a favor de él, pero deja la opción abierta a un acuerdo entre las 2
partes, ya sea para que exista una convivencia cordial o en el peor de los escenarios, que
uno de los 2 tenga que irse.
Los vecinos están dispuestos a tolerar las molestias del restaurante a cambio del pago de
una indemnización anual por el tiempo que dure el negocio. Este dinero se utilizara en
mantenimiento de “A”. El dueño de “B” se percata de que el monto de la indemnización no
afecta de manera significativa a los ingresos producidos por su negocio y decide aceptar,
viéndolo como una inversión a largo plazo, que le permitirá seguir triunfando y creciendo,
pensando que en un futuro posiblemente y tendrán que tratar con el vecino del vecino para
llegar al mismo acuerdo.
Por otra parte, al ser pagada la indemnización, estamos recibiendo el pago de la renta de la
tranquilidad de nuestro espacio, de la limpieza y hasta de la privacidad, y así obligamos al
empresario a tomar en cuenta este tipo de gastos para su próxima inversión (costes de
transacción), en la que posiblemente busque un lugar que no le de tantos problemas y que el
fruto de su ingreso sea solamente destinado a el desarrollo de su negocio y no a apaciguar
el enojo de sus vecinos.
¿Qué tiene que ver esto con el ambiente? Simple. El mundo crece muy rápido, y con él
lleva procesos que contaminan el ambiente y lo hacen más difícil de habitar. Como es
sabido la naturaleza tiene procesos que le permiten “repararse” a ella misma, buscando
siempre la resiliencia 2, pero estos procesos se hacen más complicados por medio de la
intervención del hombre.
Existen países industrializados que dominan procesos productivos que generan ganancias
millonarias y enormes cantidades de productos para toda necesidad. Sin embargo, muchas
veces sus procesos no son tan limpios que debieran ser, y al ser tan productivos es muy
complicado que suspendan sus procesos solo por el daño que le causan al ambiente.
2 Habilidad o capacidad de un ecosistema para restituirse a su condición original o mantener el potencial productivo mediante la recuperación de sus atributos estructurales y funcionales que han sufrido daño producto de una alteración o disturbio.
A esto surge una alternativa. Sus emisiones tienen un impacto a nivel global,
principalmente las emisiones de gases se trasladan a todo el globo por las corrientes eólicas
y afectan a naciones que poco tienen que ver.
Pero estas regiones afectadas pueden beneficiarse con este impacto contaminante, ¿cómo?
Muy sencillo. Las grandes naciones no pueden parar sus procesos productivos, por ende no
dejan de contaminar, y las naciones no industrializadas tienen espacios óptimos para la
captura de contaminantes y la justificación de los mismos.
El ejemplo anterior, es conocido como Teorema de Coase3, el cual estipula que pueden
resolverse los problemas de las externalidades reasignando derechos de propiedad. Con
estos, debidamente diseñados, los mercados podrían hacerse cargo de las externalidades, y
el Estado asignaría correctamente estos derechos, con lo que su intervención sería
prácticamente esa. Lo demás lo haría el mercado.
Entendiendo lo establecido por el Protocolo de Kyoto, su funcionamiento y objetivos,
determinamos el Teorema de Coase como sustento teórico. Éste, estipula que pueden
resolverse los problemas de las externalidades (contaminación ambiental) reasignando
derechos de propiedad. Con estos, debidamente diseñados, los mercados podrían hacerse
cargo de las externalidades, y el Estado asignaría correctamente estos derechos, con lo que
su intervención sería prácticamente esa. Lo demás lo haría el mercado a través de
negociaciones entre las partes afectadas por dicha externalidad.
El Teorema de Coase es bastante atractivo, asignando un papel mínimo al Estado. Pero es
muy difícil saber los costes causados al medio ambiente, por lo que su aplicación es muy
limitada. Por tal motivo, actualmente algunos autores están de acuerdo en exigir una mayor
intervención del Estado. De tal modo que se identifican 3 principales tipos de intervención:
• Imposición de sanciones económicas (impuestos ecológicos)
• Subvenciones a las medidas correctivas (subsidios ecológicos)
3 Ronald Harry Coase, Londres, 1910. Economista estadounidense de origen británico, experto en la corriente del nuevo
institucionalismo americano. Conocido por sus investigaciones en torno a los derechos de propiedad y los costes de transacción, fue galardonado con el Premio Nobel de economía en 1990.
• Creación de un mercado de permiso comercializable (extracción, utilización o
descarga)
Teorema de Coase (grafico) www.ecoage.it (con elaboración y traducción propia)
En el presente trabajo, nos centraremos en la regulación como un todo, comentando la
necesidad que exigirá el mercado de bonos de carbono en México, el cual tendrá que
aplicar una fuerte legislación al respecto. Se abundará más sobre el tema en el capítulo 3. A
lo largo también, veremos el Teorema de Coase aplicado en los mecanismos que plantea el
Protocolo de Kyoto así como su manera de alcanzar sus objetivos.
El objetivo que se busca en la realización del presente documento, es revisar la necesidad
que se tiene en México de expandir los horizontes del mercado de bonos de carbono
además de la ya mencionada legislación. Si bien se cuenta con una importante competencia,
tal es el caso de India, China y Brasil, México presenta características que lo distingue de
estos. Por tal motivo, partimos de la hipótesis en la cual creemos que en el mediano-largo
plazo, existen suficiente motivación para que México logre posicionarse en el plano
internacional como un importante mercado para la comercialización de bonos de carbono,
desarrollando incluso, su propia bolsa climática4.
En el capítulo 1 se habla sobre los antecedentes de las diversas organizaciones
internacionales y de cómo estas deciden aplicar planes de acción, sus mecanismos e incluso
las primeras reuniones en las cuales se habla sobre la importancia de preservar el medio
ambiente y los recursos naturales. Revisaremos desde la Convención de Berlín, Summit
Earth (Río de Janeiro), hasta el Protocolo de Montreal y el más importante documento
firmado hasta la fecha, el Protocolo de Kyoto.
En el capítulo 2 se da una amplia explicación sobre los bonos de carbono, su
funcionamiento, sus ventajas y desventajas, su potencial en los mercados mundiales,
objetivos de países comprometidos y algunos proyectos de inversión para su ejecución.
Los temas sobre el deterioro ambiental y el desarrollo sustentable han despertado un
importante interés en los últimos años. Ahora los países tienen la necesidad de reducir sus
emisiones contaminantes debidas, en gran parte, por la latente amenaza del cambio
climático y al cumplimiento de compromisos adquiridos ante organismos internacionales.
Debido a la creciente preocupación por parte de los diversos organismos internacionales, se
han creado programas que ayudan a comprender la importancia del óptimo
aprovechamiento de recursos y que abren la posibilidad de convertir estas acciones en
negocios rentables.
Las opciones de acción también están diversificadas, porque si bien es cierto que las
emisiones de gases contaminantes pueden reducirse en su fuente de origen, una opción
adicional es contribuir con reducciones de gases en otras partes del mundo, a través de la
adquisición de créditos de carbono de proyectos desarrollados para ese efecto.
Además de definir las primeras metas internacionales para reducir las emisiones de gases
que provocan el efecto invernadero, el Protocolo de Kyoto estableció, por primera vez, un
4 Sistema bursátil por medio del cual las empresas con altas emisiones contaminantes, buscan colocar las
mismas en el mercado por medio de mecanismos de compra-venta a un precio determinado por la oferta y
la demanda mundial con un portafolio limitado de emisiones (CO2 principalmente).
medio para lograr que los países en vías de desarrollo participaran en la mitigación del
cambio climático, permitiendo además que se generara una solución con bases financieras
para aspirar a solucionar un problema ambiental, lo que claramente llevó también este tema
a ser materia obligada en la planificación de la energía limpia.
En la conferencia de la ONU sobre el medio ambiente, en Estocolmo, 1972, ya se hizo
notar que el modelo occidental de desarrollo tiene asociados efectos ambientales negativos,
es decir, crecimiento económico basado en presión sobre los recursos y, en consecuencia,
generación de residuos. Esta conferencia fue un antecedente a la más conocida y famosa de
Río (Junio 1992), que tuvo lugar veinte años después.
En el mismo año, el informe al Club de Roma (Los límites del crecimiento) de los
profesores Meadows, constataba el error que se cometía al ignorar los limites en la manera
de entender el desarrollo. Esta preocupación por los límites en el entorno físico que impone
al crecimiento económico no era nueva en economía, aunque estaba marginada.
Con la crisis del petróleo de principio de los años 70, éste como recurso se estaba acabando,
y se iniciaron los primeros discursos sobre la existencia de los límites. Se empezaron a
utilizar términos que apuntaban en la dirección al desarrollo sostenible: ecodesarrollo,
desarrollo intensivo, crecimiento orgánico5. El Marxismo de los años 60-70 hablaba de
crecimiento cero y en 1996 Pearce ya hablaba del desarrollo sostenible.
Por tanto, históricamente hablando, se puede asociar el nacimiento del concepto de
desarrollo sostenible a dos constataciones importantes que empieza a tener la humanidad
hacia los años 70 del siglo XX6:
1. El incremento de los crecimientos y los desequilibrios.
2. La existencia de límites y los impactos medio ambientales.
5 Segundo informe al Club de Roma del profesor Mesarovic en 1972
6 Xercavins Josep, Cayuela Diana, Cervantes Gemma. Desarrollo Sostenible. Aula Politécnica-Ciencia, cultura y sociedad. Pág. 75. México. 2005
Estos dos elementos, ponen de manifiesto el gran número de interrelaciones que tienen. El
llamado Informe Brundtland, de 1987, vincula definitivamente el desarrollo y medio
ambiente como interdependientes e imprescindibles y utiliza, por primera vez de forma
popular, el concepto de desarrollo sostenible.
Dadas las exigencias por parte de organismos internacionales y compromisos contraídos
por países desarrollados, sin dejar de fuera el gran potencial que tiene la comercialización
de bonos de carbono y la producción de energías limpias, nos centraremos, principalmente,
en el análisis de mecanismos establecidos en el Protocolo de Kyoto, tales como MDL,
implementación conjunta y comercialización de bonos de carbono.
Las regulaciones internacionales ponen en claro el trabajo conjunto entre naciones
participantes. De esto habla el capitulo 3, donde se analiza la regulación de los bonos de
carbono tanto a nivel nacional como internacional, programas gubernamentales y proyectos
de MDL implementados en México.
Se revisaran diversas cuestiones, tales como el concepto de desarrollo sostenible y las
diferentes aproximaciones a la sustentabilidad; análisis del panorama global ante soluciones
en disminución de contaminantes; revisar el estado actual de toma de decisiones a escala
mundial a través de las principales organizaciones internacionales, así como la presentación
de bases teóricas y legales, al igual que propuestas futuras coherentes con el desarrollo
sostenible y fortalezas y debilidades para México frente al cambio climático.
La importancia que tienen estos mecanismos a nivel mundial, hacen que México, así como
el resto de Latino América, sea de gran atractivo para países signatarios. Se pretende
demostrar que la comercialización de bonos de carbono y la producción de energías
limpias, pueden llegar a hacer en unos años más, un gran potencial económico para el país
debido a la exigencia y crecimiento del mercado mundial.
Es de destacar en el capítulo 4, el mercado internacional de bonos. China, India y Brasil son
naciones que han levantado la mano en la competitiva lucha que se tiene por atraer tanto
proyectos de MDL como la producción de energías limpias. Mencionaremos los diversos
proyectos implementados, la capacidad de captación de estos y los grandes beneficios
económicos que les ha generado.
Ante esta evidencia el Instituto Nacional de Ecología, (INE) ha estimado que México tiene
un potencial de reducción y captura de emisiones cercano a los 81 millones de toneladas de
CO2 por año entre el 2008 y 2012.
En el mercado de los Mecanismos de Desarrollos Limpios, esto podría traducirse en
ingresos de más de 480 millones de Euros anuales. Estos ingresos ayudarán a promover el
desarrollo de proyectos en los sectores energético, industrial, agrícola y forestal. Aunque, es
importante buscar diversas alternativas en el Mercado Internacional, es un mercado volátil
en desarrollo.
En algunos casos, esos recursos son para financiar la metodología del proyecto, que implica
elevados costos. Si la idea del proyecto es buena, hay varias instituciones dispuestas a
financiar todo el proceso a cuenta de los créditos de carbono, que se obtendrán a futuro y en
precios descontados.
El Protocolo de Kyoto abre la oportunidad a la industria mexicana que emite a la atmósfera
gases de efecto invernadero, a reducir su contaminación con una inversión propia menor, y
a la vez eficientar y modernizar sus procesos productivos.
Las toneladas que dejan de emitir son compradas por empresas de países industrializados
con los bonos de carbono, con lo cual las empresas de los países ricos evitan sanciones
económicas por no reducir sus contaminantes, y los países pobres obtienen recursos para
modernizar sus procesos industriales.
Sobre esto se abunda en el capítulo 5, en donde se menciona la importancia que tiene para
México la comercialización de bonos, panorama en el país, los proyectos MDL
implementados (captación de gases y producción de energías limpias), riesgos, tendencias y
perspectivas a futuro. La participación conjunta y compromiso ante los problemas
ambientales existentes entre los sectores público y privado se ve reflejada en estas acciones.
Veamos pues, como todos estos mecanismos se complementan para lograr los objetivos
para los cuales fueron creados.
CAPITULO 1
ANTECEDENTES
1.1 El Cambio Climático
Desde hace algunos años hemos escuchado, leído o comentado sobre el calentamiento
global, el cambio climático e incluso el desarrollo sustentable. Temas que pueden sonar sin
relevancia entre tantos más que se suscitan a diario en la vida de los mexicanos. Para
muchos son temas de moda, parte de alguna campaña publicitaria de grupos ecológicos o
políticos, otros no han escuchado sobre ello y a muchos más ni siquiera les interesa. El
hecho de que estos temas estén tomado mayor interés año con año no es casualidad.
En países como México y el resto de Latinoamérica, hasta hace relativamente poco tiempo,
se han tomado más en serio estas cuestiones. Se podría decir que estamos un tanto
rezagados con el resto del mundo en cuanto a temas ambientales se refiere, ya que el
número de profesionales especializados en el tema es aun menor que en otras áreas, hay
pocas publicaciones y el interés en la sociedad sigue siendo escaso. Sin embargo esto no
nos hace ajenos a la problemática.
En años pasados, no era muy común hablar sobre medio ambiente en México. Siempre se
pensó (e incluso se sigue pensado) que nuestro ritmo de vida, tomando en cuenta nuestros
hábitos de consumo, no impactaría en el medio ambiente y mucho menos en un cambio en
el clima. Las grandes urbes en México, como el Distrito Federal, fueron las primeras en
darse cuenta del problema al sentir los efectos de la contaminación ambiental. Hoy en día,
es una de las ciudades más contaminadas del planeta.
El cambio climático es una realidad que nos está afectando en diversos sectores,
principalmente económicos y sociales. En el presente punto se destacan los más
importantes, dando una breve explicación sobre las consecuencias actuales y futuras,
identificando los principales agentes contaminantes y presentando algunos planes de acción
alternos para su solución.
Este fenómeno ha sido definido por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático como un cambio en el clima, atribuible directa o indirectamente a la actividad
humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad
climática natural observada durante períodos de tiempo comparables7.
El aumento de los niveles de los gases de efecto invernadero ya está cambiando el clima.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM)8 explica dicho efecto: El clima de la
Tierra está dirigido por un flujo de energía continuo desde el Sol. Esta energía llega
principalmente en la forma de luz visible. Aproximadamente un 30 % es devuelto al
espacio en forma inmediata, pero la mayoría del restante 70% pasa a través de la atmósfera
para calentar la superficie terrestre. La Tierra debe enviar esta energía de vuelta al espacio
en la forma de radiación infrarroja. Estando mucho más fría que el Sol, la Tierra no emite
energía como luz visible. En cambio, emite radiación infrarroja o radiación térmica. Esta
radiación es similar al calor que arroja una estufa eléctrica antes de que las barras o
resistencias comiencen a ponerse rojas. Los gases de efecto invernadero en la atmósfera
bloquean la radiación infrarroja y no le permiten escapar directamente desde la superficie al
espacio. La radiación infrarroja no puede pasar directamente a través del aire como la luz
visible. En su lugar, la mayor parte de la energía que sale de la tierra es transportada hacia
afuera de la superficie por las corrientes de aire, escapando finalmente hacia el espacio
desde las alturas por sobre las capas más gruesas del manto de gases de efecto invernadero.
Los principales gases de efecto invernadero son el vapor de agua, el dióxido de carbono, el
ozono, el metano, el óxido nitroso y los halocarbonos y otros gases industriales. A
excepción de los gases industriales, los demás se producen en forma natural. Juntos,
constituyen menos del 1% de la atmósfera. Esto es suficiente para producir un efecto
invernadero natural que mantiene al planeta unos 30ºC menos frío de lo que estaría si no
existieran, siendo entonces esencial para la vida tal como la conocemos.
Los niveles de todos los gases de efecto invernadero clave (con la posible excepción del
vapor de agua) están creciendo como resultado directo de la actividad humana. Las
emisiones de dióxido de carbono (principalmente proveniente de la combustión de carbón,
petróleo y gas natural), metano y óxido nitroso (debido principalmente a la agricultura y a
7 http://www.greenfacts.org/es/glosario/abc/cambio-climatico.htm
8 http://www.wmo.ch
los cambios en el uso de la tierra), el ozono (generado por los escapes de gases de los autos
y otras fuentes) y los gases industriales de larga vida están cambiando la forma en que la
atmósfera absorbe la energía.
Los modelos climáticos pronostican que la temperatura global aumentará entre 1.4 y 5.8 ºC
para el año 21009. Este cambio sería mucho mayor que cualquier otro cambio climático que
haya ocurrido por lo menos en los últimos 10.000 años. Esta proyección se basa en una
amplia gama de hipótesis sobre las principales fuerzas que inciden en las futuras emisiones
(tales como el aumento de la población y el cambio tecnológico) pero no refleja los
esfuerzos que puedan realizarse para controlar las emisiones.
El cambio climático tendrá probablemente un impacto significativo sobre el medio
ambiente global. En general, cuánto más rápido el cambio climático, mayor es el riesgo de
daños. Se prevé un aumento del nivel medio del mar de 9 a 88 cm. para el año 210010. Esto
determinaría la inundación de las zonas de costas bajas y otros daños importantes. Otros
efectos podrían incluir un aumento de las precipitaciones a nivel global y cambios en la
frecuencia de los eventos extremos. Las zonas climáticas podrían sufrir un movimiento
hacia los polos y en forma vertical, lo que significaría una distorsión de bosques, desiertos,
praderas y otros ecosistemas no manejados. Como resultado, muchos de estos ecosistemas
se verían reducidos y podrían extinguirse distintas especies individuales.
La sociedad humana enfrentará nuevos riesgos y presiones. Es improbable que se ponga en
riesgo la seguridad alimentaria a nivel mundial, pero es probable que algunas regiones
experimenten escasez de alimentos y sufran hambruna. Los recursos hídricos se verán
afectados en la medida en que los patrones de precipitación y evaporación cambien en todo
el mundo.
9 Secretaría sobre el Cambio Climático (CMNUCC), http://www.unfccc.de
10 Secretaría sobre el Cambio Climático (CMNUCC), http://www.unfccc.de
La infraestructura física será afectada, en particular por el aumento en el nivel del mar y por
la presencia de eventos climáticos extremos. Las actividades económicas, los asentamientos
humanos y la salud humana, sufrirán efectos directos e indirectos. Los pobres y los menos
privilegiados son los más vulnerables a las consecuencias negativas del cambio climático.
Los pueblos y los ecosistemas deberán adaptarse a los futuros regímenes climáticos. La
adaptación a estos cambios requerirá una comprensión adecuada de los sistemas
socioeconómicos y naturales, su sensibilidad al cambio climático, y su capacidad de
adaptación.
Existen muchas opciones disponibles para limitar las emisiones en el corto y mediano
plazo. Es posible a través de las políticas que se apliquen, fomentar la eficiencia energética
y otras tendencias favorables al clima tanto en la demanda como en el consumo de energía.
Entre los consumidores clave de energía se incluyen las industrias, los hogares, las oficinas,
los vehículos y la agricultura.
La eficiencia puede mejorarse en gran parte si se proporciona un marco regulatorio y
económico adecuado para consumidores e inversores, las mejores tecnologías presentes y
futuras, y soluciones siempre aceptables que tengan sentido en el plano económico y
ambiental independientemente del cambio climático. Medidas como impuestos, normas
regulatorias, permisos de emisiones comerciables, programas de información, programas
voluntarios y un largo etcétera. Los cambios en las prácticas y estilos de vida, desde una
mejor planificación del transporte urbano hasta los hábitos personales como apagar las
luces, también son importantes.
Se prevé un aumento de las precipitaciones globales pero las tendencias a nivel local son
mucho menos ciertas. Para los trópicos los modelos sugieren que algunas áreas de tierra
verán más precipitaciones, y otras menos. Australia, Centro América y África del Sur
muestran un consistente descenso en las precipitaciones invernales.
Los modelos climáticos muestran también que los eventos de precipitaciones extremas se
volverán más frecuentes en muchas áreas y que el riesgo de sequía será mayor en los
veranos de las áreas continentales. También hay evidencias que muestran que los huracanes
podrían ser más intensos (con fuertes vientos y más precipitaciones) en algunas áreas a
consecuencia del aumento de temperatura en lo océanos.
Los ecosistemas naturales y las sociedades humanas serán sensibles, tanto a la magnitud,
como a la velocidad de estos cambios. Por ende, si bien es vital controlar las emisiones,
esto debe combinarse con esfuerzos para minimizar el daño a través de la adaptación.
Los sistemas ecológicos y socioeconómicos más vulnerables son aquellos que tienen una
mayor sensibilidad al cambio climático y menor capacidad para adaptarse. La sensibilidad
es el grado en el cual un sistema responderá a un cambio dado en el clima; mide, por
ejemplo, en qué grado la composición, estructura y funcionamiento de un ecosistema
responderá a un aumento dado de la temperatura. La adaptación es el grado en el cual los
sistemas pueden ajustarse en respuesta al cambio de las condiciones o en anticipación al
mismo. La vulnerabilidad define la extensión en la cual el cambio climático puede dañar o
afectar un sistema; depende no solamente de la sensibilidad del sistema sino también de su
capacidad de adaptación.
Muchos ecosistemas son sensibles a las prácticas de manejo por el ser humano y a la
creciente demanda de recursos. Por ejemplo, las actividades humanas pueden limitar el
potencial de los ecosistemas de bosques para adaptarse naturalmente al cambio climático.
La fragmentación de los ecosistemas también complica los esfuerzos humanos por ayudar a
la adaptación, por ejemplo, al crear corredores de migración.
Los sistemas sociales y económicos tienden a ser más vulnerables en los países en
desarrollo y con economías e instituciones más débiles. Además las personas que viven en
tierras áridas o semiáridas, zonas costeras bajas, áreas propensas a inundaciones, o en
pequeñas islas corren más riesgos. La mayor densidad de población de algunas partes del
mundo ha convertido algunas áreas sensibles más vulnerables a los riesgos de algunos
eventos como las tormentas, las inundaciones y las sequías. En México, basta con revisar
los últimos acontecimientos en el estado de Tabasco y las recurrentes inundaciones en
Veracruz y otros estados.
La adaptación al cambio climático puede ser espontánea o planificada. Los individuos, las
empresas, los gobiernos, y la propia naturaleza a menudo se adaptan a los impactos del
cambio climático sin ninguna ayuda externa. En muchos casos las personas necesitarán
planificar cómo minimizar los costos de los impactos negativos y cómo maximizar los
beneficios de los impactos positivos. La adaptación planificada puede lanzarse antes,
durante o después del comienzo efectivo de las consecuencias del cambio.
La capacidad de incorporar los temas del cambio climático a los planes de desarrollo puede
ayudar a asegurar que nuevas inversiones en infraestructura incorporen las condiciones
futuras probables.
Aumentar los esfuerzos para adaptarnos a estos eventos podría ayudar a reducir los daños
en el corto plazo, independientemente de cualquier cambio que pueda sufrir el clima en el
largo plazo. En forma más general, muchas políticas que promueven la adaptación, por
ejemplo mejorando el manejo de los recursos naturales, también son vitales para promover
un desarrollo sostenible. Sin embargo está claro que la adaptación también involucra costos
reales y no podrá impedir todos los daños previstos. Países en desarrollo se verán afectados
drásticamente por falta de recursos al momento de hacer frente a estos factores. El periodo
de transición hacia una adaptación les resultara muy costoso.
La agricultura mundial enfrentará muchos desafíos en las próximas décadas. La
degradación de los suelos y los recursos hídricos determinan serias dificultades para lograr
la seguridad alimentaria de las poblaciones en crecimiento. Estas condiciones pueden
empeorar por el cambio climático y podrían reducir los suministros de alimentos a nivel
global y contribuir al aumento de sus precios.
Algunas regiones agrícolas serán amenazadas por el cambio climático en tanto otras
podrían beneficiarse del mismo. El impacto en los resultados de las cosechas y la
productividad variarán considerablemente. Las temperaturas más altas incidirán en los
modelos de producción. El crecimiento y la salud de las plantas pueden resultar
beneficiados por menores cantidades de heladas y frío pero algunas cosechas pueden
resultar dañadas por las altas temperaturas, en particular si éstas se combinan con escasez
de agua. Existe también evidencia de que la expansión hacia los polos de insectos y pestes
acrecentará los riesgos de pérdida de cosechas.
Más dióxido de carbono en la atmósfera podría impulsar una mayor productividad.
En principio, los niveles más altos de CO2 deberían estimular la fotosíntesis en algunas
plantas. Esto es particularmente cierto en cuanto a las plantas denominadas C3 (el trigo, el
arroz, la cebada, la soya y la papa). Estas constituyen la mayoría de las especies a nivel
mundial, en particular en los hábitats más fríos y húmedos, e incluyen a la mayor parte de
las especies que se cosechan.
La productividad de las praderas y las pasturas se vería afectada. Por ejemplo, el ganado
aumentaría sus costos si la distorsión de la agricultura lleva a aumentos en el precio de los
granos. En general, parece que los sistemas de manejo ganadero intensivo se adaptarán con
más facilidad al cambio climático que los sistemas de cultivo. Sin embargo, esto puede no
ser así en el caso de los sistemas de pasturas, en los que las comunidades tienden a adoptar
nuevos métodos y tecnologías más lentamente, y en los que el ganado depende en una
medida mucho mayor de la productividad y la calidad de las praderas, que pueden resultar
degradadas.
El rendimiento global de la pesca marina no variaría a causa del calentamiento global. Los
principales efectos se sentirán a nivel nacional y local en la medida en que cambie la
mezcla de las especies, y esto sea respondido con una reubicación de la pesca. Estos
posibles efectos locales podrían amenazar la seguridad alimentaria de los países que son
altamente dependientes de la pesca.
En general, algunos efectos positivos del cambio climático podrían incluir zafras (cosechas
de caña de azúcar) más prolongadas, menor mortalidad natural en el invierno, y mayores
tasas de crecimiento en las latitudes altas. Los efectos negativos podrían incluir problemas
relativos a los patrones reproductivos, las rutas de migración y las relaciones entre los
ecosistemas.
Los riesgos en la seguridad alimentaria se ubican principalmente en los niveles local y
nacional. Sin embargo, los efectos regionales podrían variar ampliamente, y algunos países
podrían experimentar una reducción de su producción, incluso tomando medidas de
adaptación. Esta conclusión toma en cuenta los efectos beneficiosos de la fertilización del
CO2, aunque no otros efectos posibles del cambio climático, entre ellos los cambios en las
plagas y suelos agrícolas.
Los más vulnerables son los pobres, los sin tierra y los pueblos aislados. Las malas
condiciones para el comercio, una infraestructura débil, carencias en el acceso a tecnología
e información y conflictos armados, son condiciones que pueden hacer más difícil a estos
pueblos superar las consecuencias del cambio climático sobre la agricultura. Muchas de las
áreas más pobres del mundo, dependientes de sistemas agrícolas aislados en regiones
semiáridas y áridas, enfrentan los riesgos más grandes. Muchas de estas poblaciones en
riesgo viven en el África Sub-Sahariana; el Sur, el Este y el Sudeste de Asia; las áreas
tropicales de América Latina; y algunos países insulares del Pacífico11.
La aplicación de políticas efectivas puede ayudar a mejorar la seguridad alimentaria. Los
efectos negativos del cambio climático pueden limitarse a través de cambios en los cultivos
y las variedades de cultivos, mejoras en el manejo del agua y los sistemas de irrigación,
adaptación de los cronogramas de siembra y las prácticas de cultivo, un mejor manejo de
los cursos de agua y la planificación del uso de la tierra. Además de la respuesta fisiológica
de plantas y animales, las políticas pueden apuntar a ayudar a los sistemas de producción y
distribución.
Los cambios en los patrones de precipitación ya están afectando los recursos hídricos. Ha
aumentado la intensidad de las lluvias y las nevadas que caen en las latitudes medias y altas
del Hemisferio Norte, en tanto han disminuido las lluvias en los trópicos y sub-trópicos de
ambos hemisferios. En extensas zonas del este europeo, el oeste de Rusia, el centro de
Canadá y California, los flujos picos de los cursos de agua se han trasladado de la
11 Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), http://www.unep.ch
primavera al invierno, ya que caen más precipitaciones como lluvias en vez de nieve, y por
tanto el agua llega a los ríos más rápidamente.
El cambio climático puede tener consecuencias para la salud humana. La salud pública
depende de la existencia de suficientes alimentos, agua potable, vivienda, buenas
condiciones sociales y una estructura ambiental y social adecuada para controlar las
enfermedades infecciosas. Todos estos factores pueden ser afectados por el clima.
Las olas de calor se asocian a enfermedades cardiovasculares, respiratorias y otras. Es
previsible que las enfermedades y muertes por estas causas aumenten, especialmente entre
los más viejos y la población pobre de las ciudades. Si bien se pronostica un aumento
mayor de calor para las ciudades de las latitudes medias y altas, los inviernos más leves en
los climas templados podrían probablemente reducir las muertes por frío en algunos países.
Una frecuencia mayor del tiempo cálido o caluroso, las inversiones térmicas (un fenómeno
meteorológico que puede demorar la dispersión de contaminantes) y los incendios pueden
empeorar la calidad del aire en muchas ciudades.
Al reducir las reservas de agua dulce, el cambio climático puede afectar los recursos
hídricos y sanitarios. Esto a su vez podría reducir la disponibilidad de agua potable para
beber. También podría empeorar la eficiencia de los sistemas de desagüe, provocando
mayores concentraciones bacterianas y otros microorganismos en las reservas de agua sin
tratar. La escasez de agua puede forzar a las personas a utilizar recursos de agua dulce de
menor calidad, como los ríos, que a menudo están contaminados.
Cualquier aumento en la frecuencia o intensidad de los eventos climáticos extremos
significaría una amenaza. Las olas de calor, las inundaciones, las tormentas, y las sequías,
pueden causar muertes y accidentes, hambre, el desplazamiento de poblaciones, brotes
epidémicos y desórdenes psicológicos. Si bien los científicos no están seguros sobre cómo
afectará el cambio climático la frecuencia de las tormentas, proyectan que en ciertas
regiones aumentarán las inundaciones y sequías.
La seguridad alimentaria puede causar estragos en las regiones vulnerables. La disminución
en la producción local de alimentos llevaría a un aumento de la malnutrición y el hambre,
con consecuencias a largo plazo sobre la salud, en particular en los niños.
Las temperaturas más altas pueden alterar la distribución geográfica de las especies que
transmiten enfermedades. La transmisión y distribución estacional de muchas otras
enfermedades transmitidas por los mosquitos (dengue, fiebre amarilla, malaria) u otros
insectos pueden también ser afectadas por el cambio climático. Además, los cambios
inducidos por el clima en la formación y persistencia de polen, esporas y ciertos
contaminantes, podrían promover el asma, las alergias y las enfermedades cardio-
respiratorias.
Las personas tendrán que adaptarse o intervenir para minimizar estos aumentos en los
riesgos de la salud. Existen muchas medidas posibles. La más importante, urgente y
rentable es reconstruir la infraestructura de salud de los países en los que ésta se ha
deteriorado en los últimos años. Las estrategias de adaptación pueden incluir la vigilancia
de las enfermedades infecciosas, programas sanitarios, preparación para enfrentar desastres,
mejores controles sobre el agua y la contaminación, educación pública dirigida a las
conductas personales, capacitación de investigadores y profesionales de la salud e
introducción de tecnologías protectoras como mejoramiento de viviendas, aire
acondicionado, purificación de agua y vacunación.
La demanda de energía es sensible al cambio climático. Los requerimientos de calefacción
en las latitudes y altitudes medias y altas disminuirán, pero los requerimientos de
enfriamiento aumentarán. Los impactos netos totales de estos cambios sobre el uso de la
energía dependerían de las circunstancias locales. Por ejemplo, si los aumentos de
temperatura tienen lugar fundamentalmente en la noche y durante los meses de invierno, la
demanda de calefacción será menor, en tanto la demanda generada por el aire
acondicionado y la irrigación crecerá. Entre tanto, los sistemas de suministro de energía
serán vulnerables a los cambios resultantes del calentamiento global. Por ejemplo, el
aumento del déficit de agua, menos nieves invernales para alimentar los cursos de agua en
el verano y una mayor demanda de las reservas de agua dulce podrían afectar la generación
hidroeléctrica.
La capacidad local es un elemento crítico para una adaptación exitosa. La capacidad de las
comunidades locales para adaptarse tiende a tener una fuerte correlación con su grado de
riqueza, capital humano y fortaleza institucional. Las soluciones sostenibles más efectivas
son aquellas que son fuertemente apoyadas, y a menudo desarrolladas, a nivel local. El
papel de los organismos de mayor nivel es entonces proporcionar asistencia técnica y apoyo
institucional. Un mensaje claro para los responsables de políticas consiste en anticiparse
siempre a los probables impactos futuros del cambio climático cuando se toman decisiones
respecto de los asentamientos humanos y se realizan inversiones en infraestructura.
El sistema climático es extremadamente complejo. Tanto que no existe una forma simple de
determinar cuánto cambiará el clima en respuesta al aumento de los niveles de los gases de
efecto invernadero. Ni siquiera un corte inmediato y drástico en las emisiones de gases de
efecto invernadero podría impedir completamente los impactos del cambio climático.
La comunidad internacional aborda este desafío a través de la Convención sobre el Cambio
Climático. Adoptada en el año 1992 y contando actualmente con 185 miembros, la
Convención busca estabilizar las concentraciones atmosféricas de gases de efecto
invernadero a niveles seguros. Compromete a todos los países a limitar sus emisiones,
reunir la información relevante, desarrollar estrategias de adaptación al cambio climático y
cooperar en la investigación y en los temas tecnológicos. También compromete a los países
desarrollados a tomar medidas que apunten a que las emisiones retornen a los niveles de
1990.
El Protocolo de Kyoto exigiría a los gobiernos tomar medidas aún más severas. En 1997,
las Partes de la Convención acordaron por consenso que los países desarrollados deberían
aceptar un compromiso legalmente vinculante de reducir sus emisiones colectivas de seis
gases de efecto invernadero en al menos un 5% tomando como base los niveles de 1990 en
el período del 2008-2012. Se abundará más sobre el tema en el punto 1.3 del presente
capítulo.
1.2 El Protocolo de Montreal.
Para entender mejor los conceptos del Protocolo de Montreal, es necesario hacer referencia
a su antecedente más inmediato que es el Convenio de Viena. Desde un principio, El
Programa de Naciones Unidas para el medio ambiente (PNUMA), busco un enfoque
mundial al problema del ozono, creando conciencia entre los gobiernos y promoviendo la
investigación y la recolección de información. Ya para 1977, en una reunión
intergubernamental realizada en los Estados Unidos, se planteo por primera vez el control
universal.
Pero para 1980, el sentido de urgencia que existía disminuyo de manera considerable
debido a que muchos líderes políticos así algunos científicos consideraron, con base a
resultados de estudios más detallados a los anteriores, que todo el problema que se había
planteado en torno al ozono se había exagerado. Por otra parte el consumo de
Clorofluorocarbonos 12 (CFC) disminuyo en parte por una declinación económica. Sin
embargo, el PNUMA inicio negociaciones en 1982 para controlar el uso de gases que
afectan y agotan el ozono.
Gracias a estas negociaciones, la gran mayoría de los gobiernos comenzaron a plantear la
necesidad de una convención como un acuerdo para cooperar en la investigación y no para
establecer regulaciones internacionales.
Es así, y a pesar de todas las dificultades, que para marzo de 1985 un total de 43 países
firmaron la convención de Viena, en el cual se planteo la meta de disminuir el uso de
productos nocivos para el ozono y de igual manera instituir controles sobre las sustancias
que lo agotan.
12 Clorofluorocarbonos: (CFCs) Toda una familia de compuestos orgánicos sintéticos derivados del metano o del etano, en que los
átomos de hidrógeno han sido sustituidos, parcial o totalmente, por átomos de flúor, cloro y/o bromo. Las sustancias de mayor incidencia sobre el ozono estratosférico son determinados freones -grupo que incluye clorofluorocarbonos (CFCs) e hidroclorofluorocarbonos (HCFCs)-, halones -bromoclorofluorocarbonos, bromofluorocarbonos e hidrobromofluorocarbonos- y determinados derivados del metano -halometanos o metilcloroformo- o del etano -tricloroetano-. http://calidaddelaire.navarra.es/calidadaire/contaminantes_cfcs.cfm
El Convenio de Viena, consta de 21 artículos y dos anexos que están referidos a la
investigación y observaciones sistemáticas y al intercambio de información
respectivamente. En el anexo I se contempla en su cuarta parte una lista de las sustancias
químicas de origen tanto natural como aquellas desarrolladas por el hombre, que tienen el
potencial de modificar las propiedades físicas y químicas de la capa de ozono, entre las que
se encuentran: las sustancias compuestas de carbono, las sustancias nitrogenadas y las
sustancias cloradas.
Este convenio contempla como materia la protección de la salud humana y el ambiente
contra los efectos adversos de las actividades realizadas por el hombre que tengan
incidencia en la capa de ozono. Su alcance va hacia todas las empresas involucradas con el
uso de CFC y halones13. En el artículo 2, señala que las partes cooperarán en campos como
la investigación, las observaciones sistemáticas y el intercambio de información, a fin de
obtener mayor información sobre los efectos de las actividades humanas en la modificación
de la capa de ozono.
En fin, con todo esto podemos señalar que el Convenio de Viena es el punto de partida para
una cooperación internacional para la protección de la capa de ozono; en el momento de su
creación, el 22 de marzo de 1985, fue adoptado por 20 Estados y la Comunidad Europea;
entra en vigor el 22 de septiembre de 1988 y seis años después ya había sido ratificado por
113 Estados. Entre sus características más importante se encuentran que es un convenio
marco, que trata principalmente sobre la investigación y el control del agotamiento del
ozono, intercambio de información, transferencia de tecnología, elaboración de protocolos
y anexos para desarrollar el Convenio y facilitar su aplicación, por tal razón sirve de base
para el Protocolo de Montreal.
Gracias al trabajo preparatorio patrocinado por PNUMA, la negociación formal del
Protocolo tomó solamente nueve meses. Los protagonistas principales fueron Estados
13 Halones: Familia de agentes extintores halogenados de acción anticatalítica y pequeña toxicidad. Fueron profusamente usados hasta
que su gran efecto destructor de la capa de ozono (su ODP, Ozone depletion potential, llega a alcanzar la cifra de 10, valor elevadísimo) hizo que su producción fuese prohibida por la convención de Montreal.
Unidos y la Comunidad Europea. La posición de la Comunidad Europea fue de esperar por
más evidencias científicas, debido a que los modelos existentes no mostraban una
reducción significativa de la capa de ozono antes de dos décadas. En un principio la ex-
URSS y Japón apoyaron esta posición, pero la comunidad Alemana Occidental y otros
plantearon su desacuerdo a medida que las negociaciones continuaban.
Por su parte, Canadá, Estados Unidos, Noruega, Suecia, Finlandia, Suiza y Nueva Zelanda,
apoyaban las reducciones importantes de los CFC, con base en que, dado el período tan
largo de vida de los CFC (aproximadamente cien años), era necesario actuar antes que el
volumen acumulado fuera crítico.
A través de sus embajadas alrededor del mundo, Estados Unidos desarrolló un gran
esfuerzo diplomático para establecer un diálogo bien fundamentado con los gobiernos de
los países de acreditación, en favor de la posición norteamericana. Así fue, como misiones
diplomáticas con asesores científicos visitaron las capitales de Europa Occidental, Moscú y
Tokio, además de las conferencias, ruedas de prensa y entrevistas de radio y televisión, en
Europa, Asía y América Latina.
Es así que ya en 1987 los Estados Unidos y otros 23 países firmaron el Protocolo de
Montreal, por el cual las partes se comprometieron a reducir el uso de los CFC en 20% a
mediados de 1994 y en 50% a mediados de 1999 14.
En 1990 se reunieron por segunda vez los firmantes del Protocolo y se les presentaron las
primeras observaciones de la pérdida del ozono en el mundo. Ellos respondieron con las
Enmiendas de Londres15 al Protocolo, en las que se dispuso la suspensión gradual del uso
de los CFC, halógenos y el tetracloruro de carbono en el año 2000. El uso de cloroformo
metilo se suprimiría de forma gradual en el 2005. Para ayudar a las naciones en desarrollo
durante la transición a tecnologías sin CFC, los Estados Unidos y otros países
industrializados han accedido a crear un fondo voluntario especial.
14 http://ozone.unep.org/spanish/Ratification_status/evolution_of_mp.shtml
15 Enmiendas de Londres, artículos 2C, 2D y 2E http://ozone.unep.org/spanish/Ratification_status/london_amendment.shtml
Estados Unidos ha sido el líder principal para la firma de este Protocolo, y ha tomado una
serie de medidas unilaterales como las Enmiendas de 1990 a la ley (Federal) del Aire
Limpio, la cual ha acelerado la supresión de varias sustancias que agotan el ozono. Así
también, han sido pioneros en el uso de estímulos de tipo mercantil, tales como descuentos
negociables e impuestos de consumo sobre la producción, para lograr que la reducción
gradual se haga en las fechas previstas, o aun antes, a un costo mucho menor que en otras
condiciones.
Los temas discutidos en el Protocolo fueron principalmente tres: las sustancias químicas
que serían reguladas, los parámetros que serían controlados, tanto en la producción como
en el consumo, y en qué medida y tiempo habría la disminución. Bajo el Protocolo de
Montreal, el consumo global de CFC ha descendido de 1.3 billones de kilogramos en 1988
a unos 510 millones de kilogramos en 199316, lo cual ha constituido uno de los logros más
claros de un protocolo en materia ambiental.
Es necesario destacar que el Protocolo de Montreal tiene rasgos de carácter novedoso en
cuanto a formulación, diseño e implementación. Se introduce por primera vez en un
acuerdo internacional el procedimiento denominado "Incumplimiento", fuera del ámbito de
la solución de controversias prevista en la Carta de las Naciones Unidas.
Otra de las innovaciones del Protocolo fue el sistema diseñado para su ratificación, el cual
previó que no podía entrar en vigor a menos que lo ratificaran por lo menos 11 partes que
en conjunto representaran por lo menos 2/3 del consumo estimado de las sustancias
controladas. Esto significó, en la práctica, la necesaria ratificación por parte de los Estados
Unidos y por lo menos 4 de los 6 grandes consumidores (Francia, Alemania, Japón, Italia,
la Ex-URSS y Reino Unido).
Entre las controversias que se originaron para la firma de dicho Protocolo, estuvo la
actuación de la Comunidad Europea, la cual actúa de manera conjunta o individual, según
sean sus intereses. Esto se dejó ver claramente cuando ésta pide un tratamiento especial
16 MARTIN ARRIBAS, Juan José: "La degradación de la capa de ozono: un enorme desafío para la comunidad internacional". Revista
Española de Derecho Internacional.Madrid (España): Universidad Carlos III de Madrid y Boletín Oficial del Estado.Vol. XLVI- 1994 Num. 2. Julio-Diciembre, 1995.
como una unidad en el cumplimiento de sus obligaciones de control, pero manteniendo
cada país su condición de Partes al momento de votar. Este planteamiento fue rechazado
por los Estados Unidos y otros países, sobre la base que la reducción de un país, por
ejemplo Alemania, podía ser usada por otros países de la Comunidad dejando sin efecto la
reducción deseada.
En todo caso, lo que se logró fue que la Comunidad se considerase como una unidad en
cuanto a las metas de consumo, pero los miembros de la Comunidad Europea serían
considerados individualmente con respecto a los límites de producción. Además se
establece un mecanismo financiero para cumplir con las obligaciones de los países en
desarrollo; se crea un fondo que recibirá aportes sólo de los países desarrollados, y se
acuerda la transferencia de tecnología a dichos países en condiciones justas y términos
favorables.
El Protocolo establece límites para la producción y el consumo de CFC y halones
perjudiciales, reconoce que los países en desarrollo tienen una responsabilidad limitada en
el agotamiento de la capa de ozono. En base a esta circunstancia establece en su artículo 5
que, los países en desarrollo, Partes del Protocolo, cuyo consumo anual de sustancias
agotadoras sea inferior a 0.3 Kg. per capita, al momento de la entrada en vigor de Protocolo
tendrán derecho a aplazar por diez años el cumplimiento de las medidas de control de dicho
Protocolo. Este artículo es uno de los que más controversias han causado cuando
observamos las distintas realidades que existen en las relaciones Norte-Sur. Estamos en
presencia de un aspecto que algunas veces se descuida, las tensiones entre el Norte y el Sur,
y que entorpece el progreso internacional hacia la protección de la atmósfera.
Aunque la posición de los países del Tercer Mundo haya sido tomada en consideración en
el Protocolo, determinadas naciones en vías de desarrollo rehúsan aún adherirse a este
acuerdo. Se estima que los países que todavía no son signatarios del Protocolo representan
más del 65% de la población mundial, de la cual 40% (es decir, más de dos mil millones de
habitantes) viven en países que disponen de la tecnología de producción de CFC 17. Cabe
mencionar entre este grupo a China, India, Brasil, Corea del Sur, Taiwán, entre otros.
En la conferencia de Londres para la protección de la capa de ozono, la República Popular
de China y la India rehusaron nuevamente a unirse al Protocolo de Montreal, alegaron que
el Protocolo es una carga desproporcionada sobre los países en desarrollo, decididos en
gran escala a utilizar las mismas sustancias o productos sujetos a control.
A saber, la India y China ocupan una posición particular: como consecuencia de la
importancia de sus poblaciones, estos países disponen de un mercado interior potencial
suficiente como para ofrecer una salida a una industria que aún esta en pleno crecimiento.
El objetivo de conseguir la adhesión del 90% de la población mundial, necesario para que
sea una eficaz una política de lucha contra la disminución de la capa de ozono, no será
alcanzado si uno de estos dos países rehúsa a largo plazo a firmar el Protocolo.
El hecho es que los esfuerzos internacionales para proteger la atmósfera se percibe con
frecuencia como insensibles a los intereses del Tercer Mundo, ciertamente contrario a la
equidad o a la justicia distributiva entre Estados. Para algunos la cuestión de equidad ha
llegado a integrarse con la defensa del principio de soberanía.
Es así como uno de los puntos que aún se perciben vacíos dentro del Protocolo, es
precisamente la brecha de las relaciones Norte Sur. A pesar de que los logros han sido
satisfactorios, las soluciones no se podrán apreciar de forma global hasta que no se actúe de
la misma manera. El diálogo Norte-Sur se hace más complejo y se transforma en una
confrontación entre los países del Sur y las firmas multinacionales, que son quienes
realmente ostentan las nuevas tecnologías de los sustitutos de CFC.
En primera instancia, estas empresas no parecen dispuestas a deshacerse fácilmente de
semejante monopolio y preferirían dedicarse a exportar sustitutos a esos países. Al margen
de que estas tecnologías no estén todavía a punto, las firmas productoras rehúsan exportar
las tecnologías de las sustancias sustitutas, aduciendo que estas producciones no
17 http://www.unep.ch/ozone/spanish/ratif-sp.shtml
encontrarían salida en los países del Tercer Mundo. Así pues, la negociación que afecta a la
transferencia tecnológica se encuentra en una situación de impasse, ya que pone en litigio a
dos tipos de actores, Estados y empresas que tienen lógicas diferentes.
A pesar de que el interés popular por el medio ambiente está provocando un cambio en el
mundo de la empresa y que somete a ésta, cada día más, a la regulación del gobierno y a
mayores responsabilidades, aún queda mucho camino por recorrer. En el contexto del
cambio ambiental las empresas multinacionales son un elemento del problema. Es
inevitable que esas firmas se dediquen a una amplia gama de actividades peligrosas, e
intensivas en lo que toca a la contaminación.
Las empresas multinacionales son, por lo general, productoras de elementos contaminantes,
y gracias a los cambios del espectro internacional ambiental, han tenido que adaptarse con
responsabilidad a la búsqueda de nuevas tecnologías menos degradantes hacia el ambiente.
Esto se debe a que la moralidad ecológica ya ha empezado a afectar la legislación, y cuando
la regulación, el control y los litigios pueden ser muy problemáticos, pocas firmas podrán
soportar la mala fama de que son hostiles a la naturaleza y la consecuente pérdida de la
buena voluntad del público. Estos factores están transformando el mercado internacional y
sobre todo en el Norte, donde se han implementado nuevos canales y estrategias para
proteger el ambiente sin dejar de obtener los acostumbrados beneficios económicos.
Hay una tensión fundamental -incluso una guerra- entre las tecnologías y los ecosistemas.
Así pues, en realidad se llama ambientalmente benigno a lo que parece menos nocivo y el
buen empresario debe reconocer este hecho. En el mejor de los casos, las compañías
mundiales pueden tratar de mitigar los efectos más severos y encauzar a las demás en una
dirección aceptable.
La disonancia existente entre la implementación eficaz del Protocolo, entre los países del
Norte y el Sur, tiene de trasfondo el problema de la transferencia tecnológica. A saber, el
acceso a la tecnología es algo que cuesta, ya que difícilmente el que la posee la regala. Así
mismo pasa con las industrias que tienen patentes a muy altos costos y secretos
tecnológicos de difícil acceso. ¿Cómo se puede entonces hablar, en términos reales, de
ayuda y transferencia tecnológica? A decir verdad, esto sigue siendo más que un ideal que
una realidad, pesar de que a la larga lo que esta en juego es el futuro de la humanidad.
Si bien es cierto, el Protocolo de Montreal ha sido uno de los más eficaces en su
implementación: ha logrado un descenso en el uso y la producción de CFC de los países
Partes, ha introducido elementos innovadores tanto en su diseño y formulación como en su
implementación, amén de que ha servido de modelo, ya que se ha podido apreciar que un
problema ambiental global puede ser regulado con un cierto grado de efectividad, siendo
esto un avance para el trabajo conjunto de la comunidad internacional.
Pero aun así tenemos que solventar problemas como los de la transferencia tecnológica y
las relaciones asimétricas Norte-Sur, ya que si no se emplean medidas más rigurosas, todos
los esfuerzos hechos hasta ahora no serán suficientes, ante la magnitud de los problemas.
En el tema de la amenaza de la capa de ozono surge de manera inevitable el problema de la
equidad internacional, y aún bajo los pronósticos más optimistas, respecto a la estrategia de
control, los países en desarrollo tendrán que soportar la carga más pesada en términos de
costos de oportunidad. A pesar de lo que se contempla en los artículos del Protocolo.
En algún momento tendremos que pensar y actuar en conjunto, mientras los intereses
económicos y políticos interfieran, los problemas globales ambientales seguirán y, con
ellos, la posibilidad de salvar al planeta de nosotros mismos. 18
18 LIZARRALDE, Alberto: "Algunas consideraciones sobre los acuerdos para• proteger la capa de ozono". Traducción libre y resumen del capítulo "Protecting the Ozone Layer New Directions in Diplomacy" por el Embajador Richard F. Benedick, negociador principal por los Estados Unidos de América, en el libro Preserving the Global Environment. Jessica Tulhman Matwes, Editor.
1.3 El Protocolo de Kyoto
Muchos son los programas avalados y regulados por organismos internacionales, pero
pocos son los que involucran un compromiso conjunto global. El Protocolo de Kyoto es
uno de ellos y ninguno de nosotros imaginó la efectividad e influencia que el mismo
llegaría a desarrollar. Su importancia ha trascendido, innovado y desarrollado mecanismos
que por primera vez se han usado, todo esto con el fin de lograr su principal objetivo (entre
muchos otros): reducir el total de emisiones de gases de efecto invernadero a un nivel
inferior en no menos de 5% al de 1990 en el período de compromiso comprendido entre el
año 2008 y el 2012. Este tratado es el primer instrumento legalmente vinculante entre el
desarrollo económico y el medio ambiente. Esto significa que si un país fallara en cumplir
este mandato podría ser forzado a reducir su producción industrial.
La Primera Conferencia Mundial sobre el Clima reconoció el cambio climático como un
problema grave en 1979. Esta reunión científica estudió cómo podría afectar el cambio
climático a la actividad humana. La Conferencia emitió una declaración convocando a los
gobiernos del mundo a controlar y prever potenciales cambios en el clima provocados por
el hombre que pudiesen resultar adversos al bienestar de la humanidad. También dio su
aval a los planes para establecer un Programa Climático Mundial (WCP por sus siglas en
inglés) bajo la responsabilidad conjunta de la Organización Meteorológica Mundial
(OMM), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el
Consejo Internacional para las Ciencias (ICSU).
A fines de los 80 y comienzos de los 90 se realizaron algunas conferencias
intergubernamentales que se centraron en el cambio climático. Estas conferencias,
conjuntamente con la creciente evidencia científica, ayudaron a aumentar la conciencia
internacional sobre el tema. Los participantes incluyeron funcionarios gubernamentales,
científicos y ambientalistas. Las reuniones abordaron tanto temas científicos como políticos
y convocaron a la acción a nivel mundial. Los eventos clave fueron la Conferencia Villach
(Octubre 1985), la Conferencia de Toronto (Junio de 1988), la Conferencia de Ottawa
(Febrero de 1989), la Conferencia de Tata (Febrero 1989), la Conferencia y Declaración de
La Haya (Marzo 1989), la Conferencia Ministerial de Noordwijk (noviembre de 1989), el
Acuerdo de El Cairo (diciembre 1989), la Conferencia de Bergen (mayo de 1990) y la
Segunda Conferencia del Clima (noviembre de 1990).
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó su
Primer Informe de Evaluación en 1990. Creado en 1988 por el PNUMA y la OMM, el
Grupo fue establecido con el mandato de evaluar el estado de conocimiento existente sobre
el sistema climático y el cambio climático; los impactos sobre el medio ambiente,
económicos, y sociales del cambio climático; y las posibles estrategias de respuesta.
Aprobado luego de un riguroso proceso de revisión por pares, el Informe confirmó la
evidencia científica sobre el cambio climático. Esto tuvo un fuerte efecto sobre los
responsables de políticas y también sobre el público en general y proporcionó las bases para
las negociaciones de la Convención sobre el Cambio Climático.
En diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el comienzo de
las negociaciones para elaborar un tratado. El Comité Intergubernamental de Negociación
para la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CIN/CMCC) se reunió en cinco
sesiones entre febrero de 1991 y mayo de 1992. Enfrentados a una fecha tope (Junio de
1992, la Cumbre de la Tierra en Río) los negociadores de 150 países debieron concluir la
Convención en solamente 15 meses. La misma fue adoptada en Nueva York el 9 de mayo
de 1992.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático fue firmada por
154 países (además de la Comunidad Europea) en Río de Janeiro. Veinte años después de la
Declaración de Estocolmo de 1972 que estableciera los primeros cimientos de la política
ambiental contemporánea, la Cumbre de la Tierra se transformó en la mayor reunión de
Jefes de Estado realizada hasta la fecha. Otros acuerdos adoptados en Río fueron la
Declaración de Río, la Agenda XXI, el Convenio sobre Diversidad Biológica y los
Principios Forestales.
La Convención entró en vigencia en marzo de 1994. La siguiente fecha crítica fue en
Septiembre cuando los países desarrollados Parte comenzaron a enviar sus comunicaciones
nacionales, describiendo las estrategias adoptadas para el cambio climático. Entre tanto, el
CIN continuaba su trabajo preparatorio, reuniéndose en otras seis sesiones para analizar los
problemas relativos a los compromisos, disposiciones para el funcionamiento de un
mecanismo financiero, apoyo técnico y financiero para los países en desarrollo, y otros
temas institucionales y de procedimiento. El CIN fue disuelto después de su sesión número
11, la última, en febrero de 1995, y la Conferencia de las Partes (COP) se transformó en la
autoridad máxima de la Convención.
La Conferencia de las Partes celebró su primera sesión en Berlín de marzo a abril de 1995.
En la COP-1 participaron delegados de 117 países Parte y 53 países Observadores. Se
acordó que los compromisos contenidos en la Convención para los países desarrollados
eran inadecuados y se lanzaron las conversaciones del Mandato de Berlín sobre
compromisos adicionales. También revieron la primera ronda de comunicaciones
nacionales y terminaron buena parte de los medios institucionales y financieros para apoyar
la acción de la Convención en los años siguientes. La COP-2 se realizó en el Palacio de las
Naciones en Ginebra entre el 8 y el 19 de junio de 1996.
El IPCC terminó su Segundo Informe de Evaluación en diciembre de 1995. Publicado a
tiempo para la COP-2, el Segundo Informe de Evaluación fue escrito y revisado por 2.000
científicos y expertos de todo el mundo. Fue ampliamente difundido por sus conclusiones
de que el balance de la evidencia sugiere que existe una influencia humana discernible en el
cambio climático mundial. Sin embargo, el Informe hizo mucho más que esto, por ejemplo,
confirmar la disponibilidad de las llamadas opciones siempre aceptables, y otras estrategias
costo-efectivas para combatir el cambio climático.
El Protocolo de Kyoto fue adoptado por la COP-3 en diciembre de 1997. Unos 10.000
delegados, observadores y periodistas participaron en este destacado evento en el mes de
diciembre del mismo año. Debido a que no hubo suficiente tiempo para finalizar todos los
detalles operativos de cómo funcionaría el Protocolo, la COP-4 celebrada en Buenos Aires
en noviembre de 1998, acordó un Plan de Acción bianual para terminar la normativa de
Kyoto. La agenda de la COP-5 que se desarrolló en Bonn en noviembre de 1999, se basó en
este Plan.
La COP-6 alcanzó un acuerdo político sobre la normativa operativa del Protocolo. Esta que
funcionó entre el 6 y el 25 de noviembre de 2000, realizó grandes avances, pero no pudo
resolver todos los temas en el tiempo que dispuso. La reunión fue suspendida y se reanudó
entre el 16 y el 27 de julio de 2001 en Bonn. En la sesión de reanudación se logró un
acuerdo político sobre la normativa operativa del Protocolo de Kyoto. Este acuerdo abordó
el sistema de transacciones de emisiones, el Mecanismo para un Desarrollo Limpio, las
reglas para contabilizar las reducciones de emisiones de los sumideros de carbono, y el
régimen de cumplimiento. También estableció un paquete de apoyo financiero y
tecnológico para ayudar a los países en desarrollo a contribuir a la acción global sobre el
cambio climático. Los delegados también comenzaron el proceso de traducir el acuerdo
político en textos legales detallados. Muchos de estos textos de decisiones fueron
terminados para su adopción en la siguiente COP. La COP-7, que se realizó en Marruecos
de octubre a noviembre de 2001, tuvo a su cargo la finalización de las decisiones
pendientes.
El IPCC terminó su Tercer Informe de Evaluación a comienzos de 2001. El informe
concluye que la evidencia de la influencia humana en el cambio climático es actualmente
más fuerte que nunca antes, y presenta la imagen más detallada a la fecha de cómo el
calentamiento global afectará a las distintas regiones. También confirma que existen hoy
muchas soluciones costo-efectivas para enfrentar el aumento de las emisiones de gases de
efecto invernadero; en muchos casos, sin embargo, los gobiernos deberán superar distintas
barreras institucionales, de conducta y otras, antes de que estas soluciones puedan realizarse
en todo su potencial.
El Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático reforzará la respuesta internacional al cambio climático. Contiene metas de
reducción de emisiones legalmente vinculantes para los países del Anexo I (países
industrializados). Con el fin de detener y revertir la tendencia al aumento de las emisiones
de gases de efecto invernadero que comenzara hace 150 años en estos países, el Protocolo
plantea el compromiso de hacer avanzar a la comunidad internacional hacia el logro del
objetivo último de la Convención de impedir interferencias de origen humano peligrosas en
el sistema climático.
Este objetivo colectivo será alcanzado a través de una reducción de las emisiones del 8% de
Suiza, la mayoría de los estados de Europa Central y del Este, y la Unión Europea (la
Unión Europea cumplirá con el objetivo colectivo distribuyendo porcentajes diferentes
entre sus miembros); 7% de los Estados Unidos; y 6% de Canadá, Hungría, Japón y
Polonia. Rusia, Nueva Zelanda y Ucrania deben estabilizar sus emisiones y Noruega podrá
aumentar sus emisiones hasta en un 1%, Australia hasta en un 8% e Islandia hasta en un
10%. Los seis gases se combinan en una única canasta, con reducciones en los gases
individuales que se traducirán en CO2 equivalentes y que luego se sumarán para obtener
una cifra única.
El objetivo planteado para cada país debe lograrse en el período 2008 al 2012. Se calculará
como promedio en los cinco años. Se deben lograr avances demostrables para el 2005. Las
reducciones en los tres gases más importantes, dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y
oxido nitroso (N2O), se medirán contra la base de 1990 (con las excepciones de algunos
países con economías en transición). Las reducciones en los tres gases industriales de larga
vida (hidrofluorocarbonos19, perfluorocarbonos20 y hexafluoruro21 de azufre) se pueden
medir contra una línea de base de 1990 o de 1995. (Uno de los principales grupos de gases
industriales, los clorofluorocarbonos, están controlados por el Protocolo de Montreal sobre
Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono de 1987.)22.
Las reducciones reales de las emisiones serán mucho mayores que el 5%. Si se comparan
con los niveles previstos para el año 2000, los países industrializados deberán reducir sus
emisiones colectivas en aproximadamente un 10%. Esto se debe a que muchos de estos
19 Hidrofluorocarbonos: Los hidrofluorocarbonos (HFCs) son hidrocarbonos en los que algunos de los átomos de hidrógeno, pero no
todos, han sido reemplazados por flúor. Los átomos de flúor no catalizan en estos compuestos la destrucción del ozono, por lo que los
HFCs no dañan la capa de ozono.
20 Perfluorocarbonos: Compuestos derivado de un hidrocarburo donde los átomos de hidrógeno han sido reemplazados por átomos de
flúor Son gases extremadamente potentes y fomentan el efecto invernadero, además son un problema a largo plazo puesto son activos hasta en 50.000 años
21 Hexafluoruro de azufre: Es un gas causante de efecto invernadero, pero dada su gran densidad no asciende a las capas altas de la
atmósfera. Unido eso a su escasa presencia en la atmósfera, su contribución al calentamiento global es mínima
22 Ver capítulo 1.2
países no han logrado cumplir con sus metas no vinculantes de retornar a los niveles de
emisión de 1990 en el año 2000 y, en los hechos, sus emisiones por el contrario han
aumentado desde 1990. En cambio, los países con economías en transición han
experimentado una caída de emisiones desde 1990, tendencia que actualmente se está
revirtiendo. Por este motivo, para los países desarrollados en conjunto, el objetivo del
Protocolo del 5% representa una reducción efectiva de un 20%, si se la compara con los
niveles de emisiones que se proyectan para el 2010 si no se adoptan medidas de control.
Los distintos países tendrán cierta flexibilidad en el modo de obtener y medir las
reducciones de emisiones. En particular, se establecerá un régimen de comercio de
emisiones que permitirá a los países industrializados comprar y vender créditos de
emisiones entre ellos. También podrán adquirir unidades de reducción de emisiones
financiando ciertos tipos de proyectos en otros países desarrollados. Por otra parte, la
existencia de un mecanismo para un desarrollo limpio para promover el desarrollo
sostenible permitirá a los países industrializados financiar proyectos de reducción de
emisiones en los países en desarrollo y recibir créditos por esto. El uso de estos tres
mecanismos es complementario a las medidas tomadas a nivel nacional. Se explicarán cada
uno de ellos en el siguiente capítulo.
Se buscará reducir las emisiones en un amplio espectro de sectores de la economía. El
Protocolo alienta a los gobiernos a cooperar entre sí, mejorar la eficiencia energética,
reformar los sectores de energía y transporte, promover las formas de energía renovable,
eliminar las medidas fiscales inapropiadas y las imperfecciones del mercado, limitar las
emisiones de metano provenientes del manejo de desechos y de los sistemas de energía y
manejar los sumideros de carbono, entre los que se encuentran bosques, cultivos y tierras de
pastura. Las metodologías para medir los cambios en las emisiones netas (calculadas como
emisiones menos captura de CO2) originadas en el uso de sumideros son particularmente
complejas.
El Protocolo avanza en la implementación de los compromisos contraídos por todos los
países. En el marco de la Convención, tanto los países en desarrollo como los desarrollados
acordaron: tomar medidas para limitar las emisiones y promover la adaptación a los futuros
impactos del cambio climático; presentar la información sobre sus inventarios y programas
nacionales para el cambio climático; promover la transferencia de tecnología; cooperar en
la investigación científica y tecnológica; y promover la conciencia en la opinión pública, la
educación y la capacitación. El Protocolo también reitera la necesidad de proporcionar
recursos financieros nuevos y adicionales para cubrir los costos totales acordados en los
que incurrieran los países en desarrollo al llevar adelante estos compromisos23; se
estableció un Fondo de Adaptación del protocolo de Kyoto en el año 2001.
La Conferencia de las Partes (COP) en la Convención también servirá como la reunión de
las Partes para el Protocolo. Se espera que esta estructura permita reducir los costos y
facilitar el manejo de los procesos intergubernamentales. Las Partes en la Convención que
no son Partes en el Protocolo podrán participar de las reuniones relativas al Protocolo como
observadores.
El nuevo acuerdo será revisado periódicamente. Las Partes tomarán las medidas indicadas
sobre la base de la mejor información científica, técnica y socioeconómica disponible. Las
conversaciones sobre los compromisos para el período posterior a 2012 comenzaron en el
año 2005. El Protocolo estuvo abierto durante un año para su firma a partir del 16 de marzo
de 1998.
Entrará en vigor 90 días después de que lo hayan ratificado al menos 55 Partes en la
Convención, entre ellas, los países desarrollados que producían al menos el 55% del total
de emisiones de dióxido de carbono del grupo de naciones industrializadas en 1990. La
falta de acuerdo político a fines del año 2000 y 2001 sobre cómo implementar el Protocolo,
ha demorado el proceso de ratificación. Entretanto los gobiernos continuarán llevando
adelante sus compromisos en el marco de la Convención sobre el Cambio Climático.
También trabajarán en muchos temas prácticos relativos al Protocolo y su futura
implementación en las reuniones regulares de la COP y de los órganos subsidiarios.
23 Ver anexo Protocolo de Kyoto
Todos coincidimos en que las políticas ambientales deben basarse en conceptos científicos
sólidos. Las medidas a adoptar deben fundarse en el análisis riguroso, cuidadoso y
balanceado de la mejor información científica y técnica.
Finalmente, se ha demostrado que los pueblos del mundo pueden hacer frente a los
problemas globales en conjunto colaborando a través del sistema de las Naciones Unidas.
Una vez mostrados los resultados positivos del Protocolo, se tendrá la necesidad extender el
periodo y hacerlo exhaustivo a mas naciones. Ya que con este proceso mundial en marcha,
los gobiernos tienen que avanzar rápidamente en el diseño y la puesta en práctica de
políticas nacionales para el cambio climático.
1.4 Comando y Control e Instrumentos Basados en el Mercado
A partir de la Revolución Industrial cambiaron drásticamente las fuentes de emisión. Las
actividades productivas modernas condujeron a un enorme incremento en la extracción de
energía de combustibles fósiles, siendo primero el carbón y más adelante el petróleo y el
gas natural.
Los aumentos de temperatura en el último siglo no han tenido precedentes en los últimos
10000 años. Los seis años de mayores temperaturas del siglo XX ocurrieron en los últimos
diez años.
Se estima que la temperatura media global se elevaría entre 1.4 y 5.8°C entre 1990 y 2100,
e incluso podría incrementar en 6°C. Aunque esta cifra se podría tomar como poco
significativa, se debe considerar que para que el planeta haya abandonado la edad de hielo,
el clima terrestre solo debió aumentar en 5°C.
Tal aumento podría ocurrir, según lo que algunos científicos plantean, si es que se continúa
con la actual tendencia de acumulación de GEI.
Concentración de Dióxido de Carbono ( Azul ) y
Temperatura Media Global ( Rojo) en los últimos 1000 años (IPCC Informe 2007)
Dado que las emanaciones excesivas de gases de efecto invernadero (GEI), como el CO2,
no se relacionan con los mecanismos naturales de emisión, sino con actividades productivas
consideradas vitales para la generación de riqueza y empleo (producción industrial, plantas
termoeléctricas, industria automotora, calefacción , etc.), el problema del calentamiento
global va mucho más allá de lo puramente ambiental e involucra también a las esferas
económica y política.
Dado que los países desarrollados llevan por mucho la delantera en la producción y
consumo mundial, son los principales responsables de las emisiones excesivas de GEI.
China e India, con economías crecientes y poblaciones cuantiosas, están también entre los
principales contaminantes.
Estados Unidos es el mayor emisor de CO2 en el mundo y el que más privilegia sus
intereses económicos por sobre los ambientales. A pesar de que su población representa
menos del 5% del total mundial, produce el 25% de todas las emisiones.
Si consideramos en conjunto a EEUU, la Unión Europea, Rusia, Canadá, Japón, China e
India, cubrimos el 75% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) .
Incrementos en las emisiones de gases de efecto invernadero (IPCC Informe 2007)
De aquí la importancia vital de que las naciones desarrolladas, más los gigantes asiáticos,
asuman su responsabilidad en la salud del planeta y adopten urgentes medidas para la
reversibilidad del calentamiento global.
Se estima que el incremento constante de la temperatura del planeta
producirá un aumento general del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares y
presumiblemente el rompimiento de las capas polares. Si todo esto se hace efectivo, se
generarán enormes alteraciones sobre la vida humana.
Los medios de regulación ambiental que disponen los gobiernos para orientar el uso más
eficiente, equitativo y sustentable de los recursos naturales renovables, han sido
generalmente clasificados en dos grandes categorías24: instrumentos de comando y control
directo (command and control instruments) e instrumentos basados en el mercado (market
based instruments).
Los primeros corresponden a normas y estándares de calidad ambiental, mientras que los
segundos corresponden a medidas tales como impuestos, subsidios y permisos de
utilización (extracción y descarga).
En los países industrializados, los instrumentos de control directo fueron introducidos
inicialmente para la protección de la salud humana. Se establecieron estándares para la
24 Clasificación utilizada por Robert Stavins en su artículo “Environmental Policies”, publicado en Public Policies for Environmental
Protection, Resources for the Future. Editado en Washington en el año 2000.
calidad de agua y aire, generalmente aplicada a emisiones de empresas específicas, de tal
modo que aquellas que no cumplían con los estándares fijados eran multadas o clausuradas.
Diferentes gobiernos también han preferido los instrumentos de control en casi todos los
países, ya sean desarrollados o en vías de desarrollo. Estos les otorgan claramente un poder
bien definido e inmediato. Adicionalmente la desconfianza hacia las empresas ha jugado un
importante pape, en el sentido de que estas podrían manipular los instrumentos de mercado
en su propio beneficio, dejando de lado las consecuencias que pueden causar al medio
ambiente.
En muchos casos la aplicación de estos mecanismos de control ha sido inefectiva y de alto
costo para los contribuyentes. La evidencia demuestra que los controles han sido impuestos
con mayor vigor en los países desarrollados que en aquellos en vías de desarrollo, y que la
relación costo/efectividad ha sido menor en aquellos países que menos pueden permitirse el
ser ineficientes.
La ley debe especificar la distribución de derechos de contaminación entre los actuales
usuarios del recurso, el establecimiento de mecanismos institucionales con capacidad de
fiscalizar las transacciones de derechos de emisión o contaminación entre los actuales
usuarios y los que entrarán al mercado en el futuro y monitorear y ajustar los estándares de
calidad ambiental. Este principio es conocido como "el que contamina, paga".
Los instrumentos que corresponden al mecanismo de comando y control son los siguientes:
• Riesgo cero (zero risk).- Se basa en la adopción de estándares establecidos de
acuerdo a un nivel en que la salud o integridad de las diferentes formas de vida no
corren riesgo. El problema en el uso de este enfoque radica en la dificultad que
representa establecer estos estándares y en las limitantes administrativas que
significa su implementación.
• Mejor tecnología disponible.- Se trata del control de un proceso mediante la
adopción de la tecnología de punta disponible en el momento de su diseño. Su
adquisición por la entidad objetivo de control significa el cumplimiento de la
normatividad. La obsolescencia juega un papel crucial, ya que dicha tecnología en
poco tiempo carece de propiedades que puedan cumplir sus objetivos futuros, lo
cual representa costos de reemplazo.
• Balance costo-beneficio.- Considera la adopción de normas que establecen un nivel
de tolerancia respecto a la contaminación y el deterioro ambiental, asumiendo que
es compensado por los beneficios que se reciben. El problema que este enfoque
presenta es el sesgo en su utilización en contra de ciertas zonas u actividades,
derivadas de factores políticos y de la probable incertidumbre que representan las
actividades que sólo son evaluadas por sus impactos inmediatos.
Es evidente que el Protocolo de Kyoto basa los mecanismos que en ella se establecen bajo
estos principios. Mientras que análisis como el costo-beneficio son primordiales para las
empresas participantes, el comité del Protocolo marca las pautas para la adopción de
estándares que se crean convenientes.
Los instrumentos basados en el mercado animan a quienes contaminan a reducir sus
emisiones perjudiciales y son un popular elemento adicional de las herramientas de
elaboración de políticas medioambientales. El objetivo principal de estos instrumentos
apunta a remover aquellos incentivos que inducen a quien usa los recursos a un
comportamiento que degrada el medio ambiente.
Desde el comercio de derechos de emisión hasta los incentivos fiscales, estos instrumentos
complementan la normativa gubernamental y fueron elogiados por orientar la inversión del
sector privado. El régimen europeo de comercio de derechos de emisión de la Unión
Europea es, probablemente, el instrumento basado en el mercado más ambicioso del
mundo.
En los países desarrollados se utiliza simultáneamente instrumentos de regulación comando
y control e instrumentos basados en el mercado. EI caso de la regulación de países
latinoamericanos se caracteriza por el uso de instrumentos de tipo comando y control,
aunque ya existen algunos casos de aplicación de instrumentos basados en el mercado con
buenos resultados.
Mientras que el uso de instrumentos basados en el mercado es limitado debido a que no se
tiene experiencia en su diseño y puesta en práctica, su especificación y alcance son
demasiado pobres tanto en la Ley como en los diferentes Reglamentos, existiendo algunos
casos, realizados por instituciones privadas o no reguladas por el Estado.
Los instrumentos basados en el mercado son más eficientes que los instrumentos de
regulación comando y control ya que demuestran las preferencias de las personas por el uso
de los recursos naturales; es decir, algunos optarán cambiar a otro recurso y otros preferirán
pagar mayores costos para seguir utilizándolo. Resulta más eficiente que pague más el que
más está dispuesto a pagar por utilizarlo.
Dado que los mercados no reflejan el verdadero precio de los recursos naturales y no
brindan los incentivos adecuados para su administración, uso eficaz y conservación, la
regulación ambiental cobra importancia práctica al tratar de subsanar estas fallas de
mercado.
La regulación ambiental introduce incentivos para lograr un uso eficiente de los recursos
naturales por medio de diferentes instrumentos de política ambiental, entre los cuales se
tiene a las Políticas Descentralizadas ( Leyes de Responsabilidad, Derechos de Propiedad y
Persuasión Moral), Instrumentos de Regulación Comando y Control (Estándares, Permisos
y Licencias) y Instrumentos Basados en el Mercado (Impuestos ecológicos, subsidios
ecológicos, permisos de utilización, reducción en las barreras de acceso al mercado y
sistemas de información).
Paradójicamente, a pesar de su habitual tendencia a favorecer el libre mercado, los
empresarios de países desarrollados han tendido a preferir instrumentos de control directo
por sobre aquellos basados en el mercado, debido a una percepción de que los primeros
estarían menos sujetos a alteración por parte de las autoridades de gobierno que los
segundos.
CAPITULO 2
BONOS DE CARBONO
2.1 – ¿Que son y cómo funcionan los Bonos de Carbono?
Con el preámbulo del capítulo anterior, el lector debería estar más familiarizado con
algunos términos. Sin embargo, en este capítulo nos centraremos particularmente en uno
que poco se ha mencionado y es la parte medular del trabajo: los Bonos de Carbono.
Cuando nos decidimos a realizar este trabajo, teníamos un concepto muy limitado sobre qué
eran y cómo funcionaban. Más aún, la gente cercana a nosotros no tenía idea de lo que
íbamos a hablar. Y es normal, ya que es un área de estudio poco revisada en nuestro país. Si
bien los temas ambientales están tomando mucha fuerza en los últimos años, los Bonos de
Carbono se mencionan relativamente poco. Hoy en día hemos visto que es un tema de
interés mundial que está generando miles de millones de dólares anuales en donde se ven
involucrados generalmente los gobiernos de los países e instituciones internacionales y
particularmente las empresas de los mismos, cuya capacidad de respuesta ante sus propios
niveles de emisión corresponde a sus propios intereses.
Como ya hemos mencionado en el capítulo anterior, cada país que haya ratificado el
Protocolo de Kyoto tiene asignadas unas cuotas de emisión de gases con efecto invernadero
que no deberá sobrepasar25. El objetivo para el período 2008-2012 es reducir las emisiones
en un 5,2 por ciento respecto a los índices de 1990. Para ello, cada país diseña un Plan
Nacional de Asignaciones para distribuir los derechos de emisión. Cuando un país o una
empresa superan el límite asignado se ponen en funcionamiento otros mecanismos como
los MDL o el comercio de emisiones. Ninguna de estas medidas son el resultado del texto
original del Protocolo sino de las negociaciones posteriores celebradas en 2001 en Bonn y
Marrakech y que hicieron posible la aplicación del acuerdo.
Tras los Acuerdos de Marrakech, el cual define el marco regulatorio e institucional para la
puesta en marcha de los Mecanismos de Desarrollo Limpio, se establecieron los
lineamientos necesarios para la implementación de un plan que desarrollara el comercio de
emisiones contaminantes, con el principal argumento de “el que contamina simplemente
tiene que pagar”.
25
Ver anexo Protocolo de Kyoto, artículo 3, párrafo 4.
El Protocolo de Kyoto fue aceptado en México el 9 de junio de 1998, ratificado por el
Senado el 7 de septiembre de 2000 y entró en vigor el 16 de febrero del 2005. Diversos
debates no se hicieron esperar, principalmente porque los países industrializados serían los
primeros obligados en reducir sus emisiones, mientras naciones como China e India
tendrían mayor tiempo para aminorar el bióxido de carbono que producen y, por ende, su
economía no sería tan impactada (como argumentó Estados Unidos al no ratificar el
Protocolo). En tanto, la única alternativa para los países desarrollados sería comprar bonos
de emisiones de bióxido de carbono a las naciones en desarrollo que no ocupan todo su
margen de emisiones, para reducir éstas de manera paulatina.
El nombre de Bonos de Carbono se ha dado como un nombre genérico a un conjunto de
instrumentos que pueden generarse por diversas actividades de reducción de emisiones26.
Los Bonos de Carbono y el comercio de emisiones son de llamar nuestra atención para
diversos análisis en particular, ya que presenta cuestiones innovadoras, con mucho carácter
para ser aplicadas y con gran potencial para nuestro país.
Los Bonos de Carbono funcionan de la siguiente manera. El sistema otorga incentivos
económicos para que empresas privadas contribuyan a la mejora de la calidad ambiental y
se consiga regular la emisión generada por sus procesos productivos, considerando el
derecho a emitir bióxido de carbono (CO2) como un bien canjeable y con un precio
establecido en el mercado (en el capítulo 4 hablaremos mas sobre cómo se determinan los
precios, como se cotiza y que instituciones los manejan). Se expiden Certificados de
Reducción de Emisiones (CER´s por sus siglas en inglés) los cuales se calculan en
volúmenes equivalentes a metros cúbicos o toneladas de CO2 que no fueron emitidos a la
atmósfera. Los CER’s son otorgados en una cuenta electrónica a favor de los
desarrolladores de los proyectos (MDL) una vez que se hayan realizado las respectivas
reducciones. Los CER’s generarán elementos comercializables, sujetos a la ley de la oferta
y demanda.
26
http://cambio_climatico.ine.gob.mx/sectprivcc/mercadobonoscarbono.html
La generación de CER’s requiere del cumplimiento de los requisitos establecidos por la
administración de registros de Mecanismos de Desarrollo Limpio de la Convención Marco
de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, representada en México por la SEMARNAT
a través de el análisis de la metodología y la verificación del proyecto.
Un proyecto que no cumple con los requisitos del MDL podrá generar otro tipo de créditos,
sin embargo su trato es distinto y su reconocimiento depende de los potenciales
compradores.
La transacción de los bonos de carbono permite mitigar la generación de gases de efecto
invernadero, beneficiando a las empresas que no emiten o disminuyen la emisión y
haciendo pagar a las que emiten más de lo permitido.
Estas tendrán la opción de invertir en mejores procesos productivos, proyectos para
producir energías limpias, energías renovables tales como combustión de masa, solar,
eólica, proyectos de energía tales como cambio de combustible de carbón a gas natural y
combustión de gas metano para generar energía, proyectos de eficiencia energética,
forestales, de transporte como implementación de tecnologías más limpias en motores o
simplemente lo que crean conveniente y esté dentro de sus propias capacidades de
innovación y desarrollo para cumplir con dicho límite. Finalmente el balance general de sus
emisiones, les mostrará si tendrán que comprar CER´s de otras empresas que estuvieron por
debajo de sus límites o no.
Desde la entrada en vigor del acuerdo, cualquier ciudadano, empresa o institución puede
invertir en contaminación. Cualquier negocio que utiliza los combustibles a base de fósiles
o emite gases de efecto invernadero, posiblemente podrá crear nuevos focos de ganancia al
incrementar la eficiencia del uso de la energía y reducir sus desechos. Es altamente
probable que estas oportunidades sigan presentándose a pesar de la situación de las
negociaciones para finalizar el Protocolo de Kyoto en el 2012. Diversos expertos en el tema
argumentan que, de ser positivo el resultado pretendido, se tendrá que convocar a una
nueva ronda de negociación para así establecer nuevas metas para los próximos años.
Los compromisos contraídos en virtud del Protocolo varían de un país a otro. El objetivo
global del 5.2% para los países desarrollados debe conseguirse mediante recortes (con
respecto a los niveles de 1990) del 8% en la Unión Europea, Suiza y la mayor parte de los
países de Europa central y oriental; 6% en el Canadá; 7% en los Estados Unidos (aunque
posteriormente los Estados Unidos han retirado su apoyo al Protocolo), y el 6% en Hungría,
Japón y Polonia. Nueva Zelanda, Rusia y Ucrania deben estabilizar sus emisiones, mientras
que Noruega puede aumentarlas hasta un 1%, Australia un 8% (posteriormente retiró su
apoyo al Protocolo) e Islandia un 10%.
La UE ha establecido su propio acuerdo interno para alcanzar su objetivo del 8%
distribuyendo diferentes porcentajes entre sus Estados Miembros. Estos objetivos oscilan
entre recortes del 28% en Luxemburgo y del 21% en Dinamarca y Alemania a un aumento
del 25% en Grecia y del 27% en Portugal.
Así, se puede decir que existen diferentes tipos de Bonos de Carbono, dependiendo de la
forma en que éstos fueron generados27:
• Certificados de Reducción de Emisiones (CER’s)
• Montos Asignados Anualmente (AAU´s)
• Unidades de Reducción de Emisiones (ERU´s)
• Unidades de Remoción de Emisiones (RMU´s)
Certificados de Reducción de Emisiones (CER)
Los países del Anexo I que inviertan en proyectos bajo el Mecanismo de Desarrollo
Limpio, pueden obtener Certificados de Reducción de Emisiones por un monto equivalente
a la cantidad de bióxido de carbono equivalente que se dejó de emitir a la atmósfera como
resultado del proyecto. Para ello, el proyecto debió cumplir con los requisitos establecidos
por el Consejo Ejecutivo del Mecanismo de Desarrollo Limpio.
Montos Asignados Anualmente (AAU)
Corresponde al monto total de emisiones de gases de efecto invernadero que a un país se le
permite emitir a la atmósfera durante el primer período de compromiso (2008-2012) del
Protocolo de Kyoto. Cada país divide y asigna su respectivo monto a empresas localizadas
en su territorio a manera de límite de emisión por empresa.
27 http://cambio_climatico.ine.gob.mx/sectprivcc/mercadobonoscarbono.html
Unidades de Reducción de Emisiones (ERU)
Corresponde a un monto específico de emisiones de gases de efecto invernadero que
dejaron de ser emitidas por la ejecución de un proyecto de Implementación Conjunta.
Unidades de Remoción de Emisiones (RMU)
Corresponde a créditos obtenidos por un país durante proyectos de captura de carbono.
Estas unidades o créditos solamente pueden ser obtenidas por países del Anexo I del
Protocolo de Kyoto y pueden obtenerse también en proyectos de Implementación Conjunta.
Las Unidades de Remoción de Emisiones solamente pueden ser usadas por los países
dentro del período de compromiso durante el cual fueron generadas, y son para cumplir con
sus compromisos de reducción de emisiones. Estos créditos no pueden ser considerados en
períodos de compromiso posteriores.
Las transacciones de bonos pueden ser desde una simple compra o venta de una cantidad
específica de bonos, hasta una estructura de compra-venta con diversas opciones. Algunas
de las opciones son las siguientes:
Compras Spot
El precio del bono y la cantidad de bonos se acuerdan en la fecha del acuerdo de compra-
venta pero la entrega y el pago del bono se realizan en una fecha futura cercana. Se puede
considerar como si la compra-venta ocurriera en el momento, aunque pasen unos días entre
el pago y la entrega. Esto se hace para asegurar un precio conveniente para ambas partes y
para reducir el riesgo de que el bono no se venda en el futuro.
Contratos de entrega futura
Se acuerda la compra-venta de una cantidad específica de bonos al precio de mercado
actual, pero el pago y la entrega se realizarán en fechas futuras, generalmente de acuerdo a
un cierto calendario de entregas.
Opciones
Las partes compran o venden la opción (el derecho a decidir) sobre si la venta se realizará o
no en una fecha y a un precio pactados. De esta manera, el comprador tiene el derecho a
comprar la cantidad de bonos ofrecida por el vendedor, pero no tiene la obligación de
comprarlos una vez llegada la fecha acordada. Las condiciones de precio, cantidad y fecha
de entrega de los bonos se acuerdan el día de elaboración del contrato, y también se acuerda
una fecha que marca la fecha límite para que el comprador mantenga su derecho de compra.
En este caso, el vendedor está a la expectativa y depende de la decisión del comprador, pero
si la compra-venta se realiza, el comprador le pagará una cantidad adicional denominada
Premium.
Todas las operaciones de compra-venta en el comercio de bonos de carbono están regidas
por un contrato entre el comprador y el vendedor.
No hay un valor “oficial” sobre el precio de una tonelada de CO2 reducida o no emitida.
Aunque algunas agencias multilaterales han establecido ciertos precios para los proyectos
de reducción de emisiones financiados por ellas mismas (por ejemplo, hasta 2005, el Banco
Mundial emplea un precio de $5 dólares por tonelada de CO2 equivalente no emitida), el
precio de la tonelada está sujeto a oferta y demanda de bonos de carbono en el mercado.
Dado que existen diferentes esquemas para el comercio de los bonos y diferentes sitios del
mundo donde se pueden comprar y vender, pueden existir precios diferentes por cada
tonelada de CO2.
Por ejemplo28:
• Chicago Climate Exchange: en operación desde diciembre del 2003; el precio ha
fluctuado desde $0.90 hasta los $2.10 dólares por tonelada de CO2 (datos a junio de 2005).
• European Climate Exchange Carbon: en operación desde abril del 2005; el precio ha
fluctuado entre $6.40 y $19.70 euros por tonelada de CO2 (datos a junio de 2005).
28 Fuente: Point Carbon 2005
Ejemplo de gráfica de precio y volúmenes de Ton CO2 comerciados en la Unión Europea
Tipos de bonos de carbono
Bonos de carbono en base a contratos
Motivación Reglas Tipo de bono Ejemplo
No aprobadas por el
Gobierno u otro
estándar
“Reducción de
Emisiones”
Intercambios iniciales
de bonos de carbono
entre compañías
Esquemas
Corporativos
Voluntarios y de
Comercialización
Verificaciones
aprobadas por el
Gobierno u otro
estándar
“Unidades de
Reducción
Aprobadas” o
“Reducciones de
Emisión Verificadas”
Programa
“Greenhouse
Friendly”
500 PPM
Pre-Cumplimiento del
Protocolo de Kyoto
Bonos de carbono en base a regulaciones
Motivación Reglas Tipo de bono Ejemplo
Esquema de
Intercambio y Tope
Obligatorio
“Derechos de
Emisión”
Derechos de Emisión
de la UE Creado bajo reglas
obligatorias (algunas
veces voluntarias) o
un marco regulatorio
Esquemas de Bonos y
Límites Máximos
Permisibles
“Certificados de
Reducción”, “Bonos
en base a proyectos” o
“Compensación”
CRE’s expedidos bajo
el MDL
Existen varias estructuraciones para transacciones de de CERs:
• Pagos por adelantado para una futura producción de CERs
• Contrato ‘forward’ sobre un futuro pago a precio fijo para una futura producción de CERs
• Contrato ‘forward’ sobre un futuro pago a precio variable para una futura producción de
CERs
• Prepago para la Opción de comprar a cierto precio para una futura producción de CERs
• Mercado actual de la bolsa (‘spot market’)
2.2 Aplicación Conjunta
La Aplicación Conjunta es un programa previsto en el Protocolo de Kyoto contenido en el
artículo 6 del mismo, que permite a los países industrializados cumplir parte de sus
obligaciones de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero pagando proyectos
que reduzcan las emisiones en otros países industrializados. En la práctica, ello significará
probablemente la construcción de instalaciones en los países de Europa oriental y de la
antigua Unión Soviética – las “economías en transición”– pagadas por países de Europa
occidental y América del Norte.
Los gobiernos patrocinadores recibirán créditos que podrán aplicar a sus objetivos de
emisión; las naciones receptoras obtendrán inversión extranjera y tecnología avanzada
(pero no créditos para conseguir sus propios objetivos de emisión; deben hacerlo ellos
mismos). El sistema presenta ventajas, como la flexibilidad y la eficiencia. Muchas veces
es más barato realizar obras de eficiencia energética en los países en transición, y
conseguir mayores recortes de las emisiones de esa manera. La atmósfera se beneficia
independientemente del lugar donde ocurran estas reducciones.
El funcionamiento del mecanismo de aplicación conjunta es semejante al del Mecanismo
para un desarrollo limpio, igualmente complicado. Para proceder con los proyectos de
aplicación conjunta, los países industrializados deben cumplir los requisitos previstos en
el Protocolo en lo que respecta a la presentación de inventarios precisos de las emisiones
de gases de efecto invernadero y registros detallados de las unidades y créditos de
emisión. Si se cumplen estos requisitos, los países pueden realizar proyectos y recibir
créditos a partir de 2008.
Una fase piloto iniciada en 1995 permitía a los países conseguir experiencia en la
cooperación e intercambio de tecnología. La mayor parte de los numerosos proyectos
piloto llevados a cabo no se traducirán en créditos en el marco del Protocolo, pero los
planes iniciados después del 1 de enero de 2002 que reúnan todos los requisitos pueden
registrarse en el marco del programa de aplicación conjunta.
Si los países industrializados no han establecido todavía registros aprobados y sistemas de
inventario de los gases de efecto invernadero pueden realizar proyectos de aplicación
conjunta en el contexto del proceso de segundo nivel que supone una mayor supervisión
internacional. Esta supervisión, que puede asignarse a empresas privadas, garantizará que
las emisiones se reduzcan de hecho, y certificará hasta qué punto lo consiguen29.
2.3 El Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)
El Mecanismo de Desarrollo Limpio es un procedimiento contemplado en el Protocolo de
Kyoto en donde países desarrollados pueden financiar proyectos de mitigación de
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) dentro de países en desarrollo, y recibir a
cambio Certificados de Reducción de Emisiones aplicables a cumplir con su compromiso
de reducción propio (IPCC, 2001).
A través del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) las empresas tienen la
posibilidad de participar en el mercado de reducción de emisiones de gases de efecto
de invernadero.
29 http://unfccc.int/portal_espanol/essential_background/feeling_the_heat/items/3321.php
El propósito del Mecanismo de Desarrollo Limpio es, de acuerdo a lo establecido por el
Artículo 12 del Protocolo de Kyoto, ayudar a las Partes no incluidas en el anexo I del
mismo, a lograr un desarrollo sustentable y contribuir al objetivo último de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, así como ayudar a las Partes
incluidas en el anexo I (Partes a dar cumplimiento a sus compromisos contraídos en virtud
del artículo 3 del Protocolo sobre la limitación y reducción de las emisiones de GEI.
Mientras que el Mecanismo de Desarrollo Limpio reduce el costo de cumplimiento de
compromisos ente el Protocolo para países desarrollados, las economías en desarrollo se
benefician del incremento en los flujos de capital de inversión para proyectos de mitigación
y los resultados que estos ofrecen para las políticas de desarrollo sustentable.
El Mecanismo de Desarrollo Limpio es regulado y supervisado por el Consejo Ejecutivo de
MDL de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático30.
2.4 Comercialización de Bonos de Carbono
El comercio de bonos de carbono consiste en la compra y venta de certificados de
reducción de emisiones (CERs), permisos de emisión, montos asignados anualmente
(AAUs), o unidades de reducción de emisiones (ERUs).
El comercio de los bonos de carbono está basado en dos puntos:
No importa en qué parte del planeta se eviten las emisiones de GEI, el efecto es el mismo.
Evitar que una tonelada de carbono sea liberada a la atmósfera tiene el mismo efecto en la
mitigación del cambio climático, sin importar si la reducción de emisiones se hizo en
México, Venezuela, India o Europa.
30 http://cambio_climatico.ine.gob.mx/sectprivcc/elmdl.htm
En términos ambientales, no es tan importante si las emisiones se evitan hoy o en unos
años. Dado el tiempo de permanencia de los GEI en la atmósfera (el tiempo que duran en la
atmósfera), el efecto ambiental de evitar las emisiones el día de hoy o en unos años es el
mismo, siempre y cuando realmente se evite la emisión.
A través proyectos sobre Mecanismo de Desarrollo Limpio, un país recibe una cantidad de
reducciones certificadas igual a la cantidad de gases reducida por los mismos, pudiendo
utilizar estos certificados a efectos de contabilizar el cumplimiento de sus objetivos. La
compra-venta de bonos de carbono puede darse en cualquier parte del mundo; no existen
restricciones geográficas para este comercio.
La especulación como tal existe alrededor de los mercados y el de bonos de carbono no es
la excepción. En el caso de México, resulta un tanto complicado establecer los parámetros
de asignación de recursos para actividades relacionadas con el comercio de bonos de
carbono debido a que no existe un organismo que regule estas actividades y por lo tanto las
operaciones del mercado de carbono están repartidas en unas cuantas empresas con una
gran capacidad económica y que generan cantidades importantes de emisiones, aun cuando
el impacto social que generen sea dañino.
Las empresas que no coticen por medio de estos instrumentos tienen el panorama mas
complicado debido a que no cuentan con el apoyo del estado para desarrollar estrategias de
participación en el mercado que los puedan llevar a un crecimiento como empresa con
posibilidades de figurar.
Además las pequeñas empresas que por su producción no aporten significativamente a la
economía del país, no pueden competir ante los grandes, que por su capacidad productiva y
beneficios otorgados a la economía tienen una posibilidad mayor de recibir apoyos por
parte del gobierno para mantener sus niveles de producción y mejorar sus procesos
tecnológicos. Para esto, se sugiere establecer criterios en base a necesidades básicas de
bienestar social al momento en que las instituciones reguladoras establezcan las emisiones a
cada una de las empresas. Esto es, asignar las emisiones correspondientes dando prioridad a
aquellos sectores que no produzcan artículos de alto valor agregado, las cuales su consumo
es de primera necesidad para la población. Posteriormente, las empresas altamente
contaminadoras cuya característica principal es producir bienes con alto valor agregado
(industria acerera, automotriz, etc.) tendrán la mayor parte de dicha asignación dada su
importancia en la actividad económica, siempre y cuando no se comprometa, como ya
hemos comentado, el bienestar y la salud de la población.
De existir un organismo regulador, que asigne proyectos, evalué tecnologías, que decida el
otorgamiento de recursos y que vigile el buen uso de los mismos, seria posible una nueva
cultura sobre la reducción de emisiones en base a la mejora de procesos y estaría
acompañada por una industria variada y más competitiva día a día, esperando que en el
mediano o largo plazo sus costos de transacción sean los mínimos y las emisiones de GEI
también.
Los proyectos que pueden postular al MDL, deben reducir o capturar GEI y corresponderán
principalmente a:
• Proyectos Forestales y Agrícolas
• Proyectos de Transporte
• Proyectos Energéticos: -Eficiencia energética y energías renovables -Cogeneración
• Proyectos de Manejo de Residuos31.
31 “El negocio de limpiar el aire, los Bonos de Carbono”, Víctor Manuel Colina Rubio, BANOBRAS
CAPITULO 3
REGULACION PARA LOS BONOS DE CARBONO
3.1 Regulación Internacional
El siglo XX se ha distinguido, entre muchas otras cosas, por el impulso que se le dio a una
legislación protectora de ciertos recursos naturales, como los bosques y las aguas.
Paralelamente, se desarrollaron iniciativas para proteger la salud humana y mejorar la
calidad de la vida de las personas, que desembocaron en una legislación que se ocupaba de
los efectos indeseables de ciertas actividades que la afectaban.
Se define como derecho ambiental (o legislación ambiental) a la constitución del conjunto
de normas jurídicas que regulan las conductas humanas que pueden influir de una manera
relevante en los procesos de interacción que tienen lugar entre los sistemas de los
organismos vivos y sus sistemas de ambiente, mediante la generación de efectos de los que
se esperan una modificación significativa de las condiciones de existencia de dichos
organismos32.
Estamos frente a una naciente regulación ambiental, caracterizada por rápidos y
promisorios avances. Esto no debe hacernos olvidar, sin embargo, los muchos problemas
existentes, empezando por la carencia de un marco jurídico apropiado para el tratamiento
de los conflictos jurídicos de naturaleza ambiental, que sigue siendo una tarea legislativa
pendiente en la mayor parte de los países de América Latina. Esto ha permitido, entre otras
muchas novedades, que en algunas nuevas Constituciones figuren un número importante de
disposiciones que se refieren a la preocupación por la protección del medio ambiente y la
promoción de un modelo de desarrollo sostenible.
Muchas legislaciones ambientales en América Latina presentan diversas deficiencias,
siendo éstas algunas de las más importantes:
1) La escasa presencia de la idea del desarrollo sostenible en la legislación ambiental y en
el conjunto del sistema jurídico del que forma parte;
2) la insuficiente o equivocada consideración de los "datos" científicos y sociales que están
involucrados en el problema ambiental de que se trate;
32 Derecho ambiental mexicano, Fundación Universo Veintiuno, México
3) la carencia de los mecanismos necesarios para la aplicación de la legislación ambiental o
lo inapropiado de los mecanismos existentes; y
4) la heterogeneidad estructural de la legislación ambiental.
Las materias ambientales reguladas en la actualidad en las Constituciones Políticas son
muchas. Simplificando, puede decirse que los cambios constitucionales principales, que
incluso muestran una determinada progresión histórica, son los siguientes: primero, se
establece el deber del Estado de proteger el medio ambiente; luego, este deber se extiende a
la sociedad en su conjunto y se autorizan restricciones al ejercicio de los derechos
fundamentales; al mismo tiempo, se comienza a incorporar el derecho a un medio ambiente
apropiado junto con los demás derechos fundamentales y a garantizar su ejercicio; más
tarde, se inicia el establecimiento de la vinculación que existe entre el medio ambiente y el
desarrollo, sugiriendo que la economía debe orientarse hacia un modelo de desarrollo
sostenible; y, finalmente, se entra a establecer ciertas bases constitucionales en temas
específicos que serán desarrolladas por la legislación ambiental.
Entre estos últimos figuran, por ejemplo, la protección de ciertos componentes específicos
del medio ambiente, la flora y fauna silvestres, conservación de recursos naturales, ciertas
regiones específicas del territorio, la necesidad de evaluación del impacto ambiental, la
prohibición y control de residuos peligrosos, los efectos ambientales de la minería, la
localización de las industrias que tengan reactores nucleares, etc.
El Protocolo de Kyoto, siendo el máximo documento sobre el mercado de bonos de
carbono, es claro en cuanto a sus objetivos y lineamientos. En él se destacan las autoridades
responsables para su ejecución (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático y la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes como máximo
juez) y cada una de sus partes integrantes para cualquier decisión conveniente respecto al
protocolo, desde los sistemas nacionales de asignación hasta metodologías para calcular las
emisiones.
La propia Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático establece
las Autoridades Nacionales Designadas y Entidades Operacionales Designadas. Ambas
trabajan en conjunto facilitando información, llevando registros, controles, seguimientos,
asistencia técnica, etc. En nuestro país, la autoridad designada es el Comité Mexicano para
Proyectos de Reducción de Emisiones y Captura de Gases de Efecto Invernadero
(COMEGEI).
Aún con todo esto, ni la Conferencia de las Partes del Protocolo ni las autoridades
asignadas pueden tener regulación y/o control dada la extraordinaria complejidad
científico-técnica de los casos ambientales y su dificultad para cuantificar las emisiones.
De acuerdo con Larry Lohmann, investigador de la compañía británica Corner House y
editor de un libro que critica el comercio de emisiones, menciona que incluso en Europa
están lejos de estar en posesión de la tecnología y la ejecución necesaria para hacer un
respetable programa de Cap and Trade, el cual ya está supuestamente en operación.
La evidencia es clara. El Acta de Aire Limpio (Clean Air Act) de EE.UU. establece la
instalación de instrumentos en plantas de energía nuclear que registren la lluvia acida,
causando emisiones y reportándolas a la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Incluso
el sistema de comercio de emisiones de Europa no sugiere el uso de instrumentos de
monitoreo en sus transacciones. Ellos tienen permitido determinar sus emisiones de carbón
por cálculo. Sin embargo diversos auditores verifican el proceso.
Michael Wara, investigador y profesor de la Stanford Law School en el programa de
Energía y Desarrollo Sustentable de dicha institución, reconoce que hay razón para
preocuparse cuando las emisiones son hechas por los mismos contaminadores33.
La regulación ambiental internacional desempeña y seguirá desempeñando un papel muy
importante en el desarrollo del derecho ambiental nacional de todos los países del mundo.
La naturaleza internacional de los problemas ambientales ha determinado que muchas
iniciativas de regulación ambiental se hayan canalizado hacia el derecho ambiental
internacional, cuya evolución en las últimas décadas es verdaderamente sorprendente. En
un plano mundial, por ejemplo, los escasos tratados y otros acuerdos internacionales
ambientales existentes hasta hace no mucho tiempo, hoy suman muchas decenas. 33 Artículo “The Carbon Trap”. Discover Magazine. Diciembre 2008
Muchas de las iniciativas que hoy se están discutiendo en el interior de los países tienen que
ver con compromisos internacionales asumidos por los Estados en materia de cambio
climático, protección de la capa de ozono, conservación y uso racional de la diversidad
biológica, lucha contra la desertificación, movimientos transfronterizos de desechos
peligroso y su eliminación, y comercio internacional de flora y fauna silvestres
amenazadas, para citar algunos de los casos más conocidos, tienen que ver con las
transformaciones que está impulsando el marco regulatorio internacional.
Estos puntos son de particular interés para identificar cualquier ley ambiental y nos dejan
en claro sus características:
1) Que el derecho ambiental se ocupa de ciertas conductas humanas que pueden
considerarse de interés ambiental;
2) Que dichas conductas son aquéllas que pueden influir en los procesos de interacción
que tienen lugar entre los sistemas de los organismos vivos y sus sistemas de
ambiente (es decir, el conjunto de las variables que directa o indirectamente
interactúan con los sistemas de los organismos vivos) ; y
3) Que las mismas conductas interesan al derecho ambiental sólo en la medida en que
generan efectos importantes en las condiciones que hacen posible la vida y
determinan su calidad.
Un claro ejemplo de esto es que a raíz de la creación del Reglamento de la Ley General
para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, se ha dado una mayor participación a
los ciudadanos y sobre todo a los generadores de residuos, en aplicar planes de manejo más
eficaces en busca de una mejor valorización de los mismos, y su disposición como último
recurso, lo que ha generado en algunos puntos la concientización ciudadana del manejo
responsable de los mismos.
La estructura de estas leyes es más o menos similar: ellas establecen la política nacional
ambiental y los instrumentos jurídicos para su aplicación, entre los cuales prevalecen los
instrumentos de carácter preventivo, como es el caso de la evaluación del impacto
ambiental y otros específicamente ambientales, aunque también se suele incluir
instrumentos generales de la política de desarrollo. Esto sin perjuicio de los instrumentos de
carácter correctivo, como las sanciones administrativas y, en ciertos casos, las sanciones
penales.
En muchas oportunidades, estas mismas leyes regulan la protección del medio ambiente
desde la perspectiva de la protección de ciertos recursos naturales (el suelo, el agua y la
atmósfera, así como la vida silvestre y su hábitat), en lo que se refiere a su uso racional y a
la contaminación que pudiera afectarlos.
En el caso del acceso a la justicia ambiental, dos factores de ineficiencia parecen ser
especialmente importantes: el escaso desarrollo de la legislación ambiental y los
mecanismos inapropiados para su aplicación.
Hay algunos temas civiles que tienen una importante connotación ambiental, esto es, hay
algunos temas regulados por el derecho civil que son de interés para el derecho ambiental y
ocupan un lugar principal dentro de sus propósitos de contener el deterioro ambiental, lo
que ha determinado que hayan comenzado a ser tratados por el derecho ambiental.
La regulación ambiental debe ofrecer certidumbre a largo plazo para la inversión, abrir
nuevos cauces de desarrollo tecnológico y fomentar nuevos mercados y actividades
productivas en un marco de eficiencia y sustentabilidad. Entre más temprana sea la
regulación ambiental, mayores posibilidades hay de que se crean y consoliden ventajas
competitivas, especialmente si el esquema regulatorio es percibido como un factor
permanente de cambio estructural. Quién más rápido se adapte ganará ventajas en relación
a sus competidores, los cuales eventualmente tendrán que reconocer el liderazgo y
adaptarse a las nuevas condiciones.
Asumir estos criterios de regulación ambiental requiere construir una infraestructura
institucional donde se concentren, complementen e interactúen capacidades de diseño y
aplicación, tanto de instrumentos normativos o de regulación directa y coactiva, como
instrumentos económicos de mercado (mercados de derechos, sistemas de depósito y
reembolso, instrumentos fiscales, fianzas y seguros, contratos privados, etcétera), licencias
y permisos y la promoción, en su caso, de una autorregulación concertada y dirigida que
ofrezca también soluciones cooperativas.
3.2 Regulación Mexicana
"La Nación tendrá en todo tiempo el derecho de regular la propiedad privada y el
aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de
hacer una distribución equitativa de la riqueza pública y para cuidar su conservación..."34.
Con este preámbulo, creemos que en nuestro país es importante que exista una pertinente
regulación sobre los bonos de carbono. Si bien México forma parte de un acuerdo
internacional, bajo los principios del Protocolo de Kyoto, el Comité de dicho documento
debió expresar regulaciones a ciertas características presentadas en diversos casos a nivel
mundial. Una de ellas, que para nuestro criterio es el más importante, es la mala medición
que se tiene al momento de cuantificar las emisiones de los proyectos (tanto de empresas
como del sector privado).
En la actualidad, los instrumentos (con base en el mercado) que ofrece la ciencia
económica para ser considerados en los procesos de formulación e implementación de
políticas para la gestión sustentable de los recursos ambientales son diversos. A
continuación haremos mención de ellos:
• Impuestos ecológicos.- Dependiendo de la tasa empleada, la aplicación de una
contribución puede llevar a estimular o desincentivar una actividad económica.
• Subsidios ecológicos.- Similar al igual que en el caso de un impuesto ecológico, sólo que
mientras la contribución implica una captación de recursos para el gobierno, el subsidio
significa una erogación que el receptor puede utilizar para adquirir o desarrollar tecnología.
• Permisos de utilización.- Debido a que la mayoría de los recursos naturales no
cuenta con un mercado para efectuar su distribución, las dos funciones que asigna
Coase al Estado con: a) identificar, definir y asignar los derechos de propiedad de
34 Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, hoy reformado
estos recursos, y b) eliminar los costos de transacción o intermediación que
pudieran surgir entre los propietarios y comprador. Una vez asignada la propiedad
inicial, su poseedor tendrá el derecho de venderlo, usarlo o rentarlo. Si se llegase a
una completa regulación de bonos de carbono en nuestro país, el gobierno tendrá la
necesidad de asignar “cielo mexicano” a los inversores prospectos para proyectos
MDL, tal y como lo establece el Protocolo de Kyoto.
• Reducción en las barreras de acceso al mercado.- Mediante sus políticas y su
implementación, el gobierno puede actuar como regulador y promotor de las
actividades económicas.
• Sistemas de información.- Las instituciones gubernamentales responsables de la
gestión ambiental pueden promover directa o indirectamente la producción y
consumo de algún bien o servicio específico, al proporcionar información al
público, o al reglamentarla a través de la publicidad, embalaje o etiquetado. El
público consumidor hará su elección y se inclinará por el consumo de aquellos
bienes cuyo proceso de elaboración, utilización y desecho sean más favorables para
la sustentabilidad.
A partir de la Conferencia de Estocolmo (1972), la cual introdujo en la agenda política
internacional la dimensión ambiental como condicionante y limitadora del modelo
tradicional de crecimiento económico y del uso de los recursos naturales35, se inició un
desarrollo de la gestión ambiental, y se reforzó lo que ya existía en muchos países del
mundo. Esto ha implicado cambios en las políticas públicas y en los propios sistemas
jurídicos, dentro de los cuales se han insertado normas que tienen claramente el propósito
de proteger el medio ambiente y promover el desarrollo sostenible. Este tipo de normas es
lo que comúnmente se conoce como derecho ambiental.
El Instituto Nacional de Ecología manifiesta su importancia y objetivos sobre la regulación
ambiental:
35 www.oarsoaldea.net/agenda21
La regulación ambiental tiene por objeto promover la creación y mantenimiento de
los bienes públicos ambientales que se asocian con el desarrollo sustentable.
Transcurrida una etapa inicial de regulaciones uniformes y directas, enfocadas al
control individual de descargas y emisiones, es preciso adoptar nuevos principios de
política pública en materia ambiental, donde prevalezcan la eficiencia, la
internalización de costos sociales y el manejo de bienes públicos ambientales,
dentro de un marco de incentivos congruente con la competitividad y racionalidad
ecológica de los agentes productivos.36
La necesidad de solución rápida y completa en este tipo de casos hace pertinente un marco
jurídico que sea conveniente con la naturaleza de los intereses para los cuales se crearon y
que hasta ahora no existe, por lo menos en la forma que sería deseable. La ausencia de
dicho marco ha determinado una situación de inaccesibilidad al propio derecho ambiental y
ha contribuido de una manera importante a la ineficiencia de alguna regulación,
comprometiendo la protección del medio ambiente, la viabilidad del desarrollo sostenible y
la efectividad de operación del sistema de compensación de emisiones.
Una preocupación reciente del desarrollo en nuestro país se ubica en torno a la situación del
medio ambiente en general. Un hecho relevante del lento avance de la agenda ambiental es
que se trata de una política relativamente nueva. Además las condiciones de bajo
crecimiento de la economía en la última década no han hecho propicia la generación de
políticas económicas en dicha materia. Se tienen distintas prioridades en la agenda
económica nacional antes de revisar las condiciones ambientales del país.
Sin embargo, es importante resaltar el desarrollo de estrategias que han venido dándose con
el desarrollo sustentable en nuestro país y que a su vez ha generado recursos financieros a
los gobiernos locales, derivados de la intervención de consorcios privados o la banca
multilateral interesadas en participar en los mercados de gases ambientales.
36 http://www.ine.gob.mx/ueajei/publicaciones/libros/47/cap2.html
En nuestro país existen diferentes leyes (siendo bajo nuestro punto de vista, la Ley General
del Equilibrio y la Protección al Ambiente, Ley para el Aprovechamiento de Energía
Renovable y Ley para el Aprovechamiento Sustentable de la Energía las más importantes)
que se encargan de ver por el cuidado del medio ambiente, los energéticos y los recursos
naturales. Sin embargo, ninguna de éstas hace mención de los bonos de carbono. Esto no es
de extrañar, ya que dicho tema es relativamente nuevo en la agenda ambiental nacional.
La autoridad designada en México, es el Comité Mexicano para Proyectos de Reducción de
Emisiones y Captura de Gases de Efecto Invernadero (COMEGEI) la cual entre sus
atribuciones figura la responsabilidad de identificar oportunidades, facilitar y aprobar la
realización de proyectos de reducción de emisiones y captura de gases de efecto
invernadero en los Estados Unidos Mexicanos, para lo cual cuenta con el COMEGEI.
La Comisión cuenta con un Secretariado Técnico a cargo de la Subsecretaría de Planeación
y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La
Comisión está integrada además por representantes de las siguientes dependencias:
SEMARNAT, SENER, SE, SEDESOL, SCT, SAGARPA y SRE.
Como instancias judiciales, no existe en México institución de impartición de justicia
especializada en materia ambiental, sin embargo, se cuenta con órganos de defensa e
investigación en materia ecológica, así como un organismo de investigación y de ejecución
a nivel administrativo. En este último caso, encontramos a la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente, órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente,
Recursos Naturales y Pesca, encargada de recibir, investigar y atender y en su caso
canalizar las denuncias recibidas en materia ambiental, así como de verificar el
cumplimiento de la legislación ambiental y normas oficiales mexicanas; inicia
procedimientos administrativos en caso de incumplimiento de las disposiciones jurídicas
aplicables.
Existen diversas iniciativas de reformas a las leyes vigentes, así como de creación de
nuevas, sin embargo, no existe alguna que modifique de manera significativa el orden
jurídico ambiental; a la par, se está trabajando en modelos de reglamentos, como por
ejemplo el relativo a la contaminación de la atmósfera, en donde se pretende instaurar
mecanismos e instrumentos para la más eficaz protección y control de la contaminación
atmosférica; del mismo modo se elaboran normas Oficiales Mexicanas que dan un marco
más claro para el cumplimiento de las disposiciones en materia ambiental.
Sin embargo, no existe regulación alguna sobre bonos de carbono. Esto es por varias
razones. La principal de ellas es porque cuando México forma parte de algún tratado
internacional, automáticamente se rige bajo la legislación internacional correspondiente.
Por ejemplo, al firmar el TLCAN, México, Estados Unidos y Canadá están bajo el mismo
sustento legal comercial. Caso similar con los bonos de carbono, cuyo principal documento
es el Protocolo de Kyoto. Si bien México no es país signatario, adquirió compromiso al
participar en los Mecanismos de Desarrollo Limpio y trabaja bajo la legislación
internacional que le corresponde. Como señalamos en el punto anterior, el Protocolo asigna
a las autoridades competentes para el seguimiento y desarrollo de los mismos.
Creemos que, dado el rápido crecimiento en nuestro país en el tema, será necesario regular,
cuando menos, el cumplimiento de las cantidades que se dejan de emitir y la sana
producción de energías limpias. Esto es porque existen muchas discrepancias al respecto.
El margen de error por lo que se está contaminando es demasiado amplio para decir si son
emisores en el cumplimiento de la normativa. Y cuando las compañías dejan de hacer sus
reportes, ellos tienen una gran discreción en decir cuánto están emitiendo.
El segundo problema preocupa la validez de las compensaciones, una característica
existente en casi todos los sistemas de comercio de emisiones. Bajo un programa de Cap
and Trade, los expertos dicen que las compensaciones ayudan a los participantes a conocer
sus regulaciones. Si las compañías necesitan emitir menos carbón, se pueden cambiar
procesos productivos, cambiar el combustible o localizar a otra compañía que pueda reducir
esas toneladas requeridas. Eso es lo que normalmente sucede en el proceso de compra de
compensaciones. Por ejemplo, una empresa que necesite disminuir 1000 toneladas de
emisiones, pagaría por un proyecto que plantaría suficientes árboles para absorber esa
cantidad de CO2.
Creemos que para mostrar que un proyecto de reducción de emisiones funcione, se tiene
que argumentar que será menor la reducción de las que habría en caso de que el proyecto
no existiera. Ese tipo de mediciones están mal realizadas desde un principio. Hay casos en
muchas compañías que han tenido ingresos altos por concepto de reducción y estas ni
siquiera son ciertas. Esto es en gran parte, a que no existe regulación al respecto.
Otro problema observado es la naturaleza de los intereses en juego, que habitualmente son
colectivos y por lo tanto no muy claros. Esto es claro al existir una gran cantidad de
instituciones financieras que ofrecen servicios de compra-venta de bonos de carbono, que si
bien lo hacen por las grandes cualidades que presentan, muchas de ellas no presentan
compromiso alguno con el medio ambiente. Sin duda esto puede mermar los resultados de
las propias emisiones y por consiguiente, su impacto. Muchas personas que se están
involucrando en el mercado de carbono piensan que puedes vender compensaciones
solamente diciendo que vas a hacer algo en el futuro. Creemos que el mercado en efecto va
a demandar más que eso. La sociedad y el medio ambiente exigirán compensaciones reales.
En estos procesos, por otra parte, suele estar comprometido un interés social, lo que a su
vez exige la participación de un órgano que represente ese interés. A todo lo anterior se
añade que estos casos exigen una preparación especial de sus operadores, tanto jurídicos
como científicos, que por lo general no es proporcionada por la enseñanza que reciben los
profesionales de sus respectivas áreas.
Creemos importante que México debe tomar la delantera en este tema, ya que al generar
especialización en derecho ambiental, tecnología en medición de emisiones y una
regulación objetiva y responsable, tomará ventaja competitiva con el resto de América
Latina, mercado emergente en proyectos MDL. Los escasos cambios que se han dado en
algunos países han permitido que en dicha región se inicie un proceso de intervención en
materias ambientales de suma importancia, que si bien carece de expertos en materia
ambiental, se están tomando importantes casos en cuenta.
Cuando una norma legal establece que queda prohibido contaminar la atmósfera, por lo
general sus prescripciones no determinan con la precisión necesaria los casos en que se
considerará que existe una situación de contaminación atmosférica. En efecto, lo más
probable será que dicha norma legal se remita a los reglamentos y normas técnicas que
deberán calificar cada uno de los casos de contaminación de la atmósfera. Mientras no se
expidan tales reglamentos y normas técnicas, la norma legal que establece la prohibición de
contaminar la atmósfera quedará sin aplicación porque no establecerá, con la precisión que
es necesaria, lo que es lícito y lo que es ilícito. En este caso, estaremos ciertamente frente a
una situación de ineficacia, esto es, de falta de acatamiento de la norma por sus
destinatarios; pero en el fondo de las cosas esta situación de ineficacia no será sino la
consecuencia necesaria de una situación de ineficiencia.
Es el caso de algunas leyes ambientales en México, tal como la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente que desde el año de 1988 fue creada como marco
legal para la protección, conservación y restauración del medio ambiente, teniendo sus
principales logros el establecimiento de criterio e instrumentos de la política nacional para
la protección y el mejoramiento del ambiente y la biodiversidad, que marca los límites de
actuación tanto de los gobiernos en sus tres ámbitos de competencia, como en las
legislaciones relacionadas como la penal, administrativa y hasta para los propios
particulares. Establece que le compete a la autoridad La formulación, aplicación y
evaluación de los programas de ordenamiento ecológico general del territorio
3.2.1 Algunos proyectos aprobados e implementados.
Dentro del marco del Protocolo de Kyoto se define en el artículo 12 el Mecanismo de
Desarrollo Limpio, el cual busca ayudar a los países en desarrollo a la consecución de su
crecimiento sostenible mediante la implantación de proyectos en su territorio que permitan
obtener Reducciones Certificadas de Emisión y, al mismo tiempo, ayudar a los países
desarrollados en el cumplimiento de sus compromisos cuantificados de limitación y/o
reducción de emisiones.
Si bien es cierto que existen diversos programas gubernamentales en la actualidad, estos
están más enfocados a la industria en general, parques vehiculares, reforestación, manejo de
residuos, conservación ambiental y de recursos naturales, entre otros.
Bajo este panorama, existen una gran cantidad de proyectos en nuestro país que cuentan
con una carta de aprobación. Entre ellos destaca el Metrobús del Distrito Federal, el cual
permitirá que se dejen de emitir a la atmósfera 26 mil toneladas anuales de bióxido de
carbono. Las reducciones certificadas serán vendidas por el Gobierno del Distrito Federal al
Fondo Español de Carbono por 10 años, y con los recursos obtenidos se podrá continuar
reinvirtiendo en proyectos ambientales.
Entre otros proyectos ambientales, donde el sector privado ha sido socio fundamental,
destaca el que Sistemas de Energía Internacional firmó con el Banco Mundial para la
compra-venta de reducciones de emisiones derivadas de sus proyectos de captura y
utilización de metano en los rellenos sanitarios de las ciudades de León, Guanajuato, y
Guadalajara, Jalisco. También el de la empresa Quimobásicos, del Grupo Cydsa, que
consiste en la recuperación y destrucción técnica del hidrofluorocarbono 23 (refrigerantes),
un gas inerte con potente efecto invernadero. Este proyecto es único en Latinoamérica y
generará reducciones de emisiones aproximadas a los 2 millones de toneladas en su primera
fase, con la posibilidad de incrementarse en la segunda.
Empresas como Petróleos Mexicanos tienen identificados más de 70 proyectos para reducir
hasta 6 millones de toneladas de bióxido de carbono anuales, además de que la Comisión
Federal de Electricidad cuenta con importantes proyectos de energía eólica.
Otro proyecto de inversión a destacar, es el que la firma italiana Angelantoni Industrie SPA
está dispuesto a realizar en territorio nacional. Se trata de una planta productora de tubos
receptores solares. Con un capital de 20 millones de euros, buscando socios comerciales
nacionales y ser el proveedor más importante del suroeste de Estados Unidos (California,
Nevada, Arizona y Nuevo México), el interés de los italianos por México no es de
sorprender, ya que en estas zonas es en donde se concentran los mayores índices de
irradiación solar. El gobierno mexicano está dispuesto a impulsar aún más las energías
renovables con la llegada de este tipo de empresas que ayudarán a que exista transferencia
de tecnología.
El Fondo Mexicano de Carbono es ya una realidad, con él se podrán intercambiar bonos
para una inversión de 330 millones de pesos en el primer año (2006), equivalentes a 33
millones de toneladas del contaminante.
Otros proyectos MDL en México son:
• CEMEX, uso de material calcinado en la producción de Clinker.
• Codelco, primer proyecto registrado en mercado voluntario.
• Campo Tres Hermanos, PEMEX Exploración y Producción.
• Proyecto Hidroeléctrico Minera Autlán.
• Relleno Sanitario, Hasars.
• Proyecto de Recuperación y Descomposición de HFC de en Quimobásicos.
Actualmente en México la lista de proyectos que están ligados a la captura y
comercialización de carbono según la SEMARNAT es la siguiente:
• Proyectos forestales
• Programa nacional para la modernización del auto transporte y de sustitución de
motores eléctricos.
• Incineración de HFC-23 proveniente del proceso de manufactura de CFC
• Eficiencia energética y reingeniería de proceso
• Transporte
• Secuestro de carbono en subsuelo
• Aprovechamiento o quema de metano en minería
• Aprovechamiento de metano en rellenos sanitarios
• Gestión de desechos orgánicos
• Generación de energía eléctrica con viento
• Mini hidroeléctricas
A continuación veremos una síntesis de una nota periodística que se público el pasado 23
de febrero del 2006 en Finsat por Ma. Luisa González, en la cual destaca los beneficios que
ha obtenido el Municipio de Aguascalientes en su experiencia en proyectos de bonos de
carbono:
“A prácticamente un año de que puso en marcha el proyecto de captura y
aprovechamiento del biogases generados en el relleno municipal de San Nicolás,
con el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), el consorcio EcoMethane entregó
al alcalde de Aguascalientes, cien mil dólares en regalías por la venta de bonos de
carbono en el mercado internacional.
El municipio de Aguascalientes se erige así en el primero de México en recibir
recursos por ese concepto y como virtual punta de lanza para la vinculación del
país con las estrategias del Protocolo de Kyoto dirigidas a combatir los efectos del
cambio climático en el mundo.”
EcoMethane, conformado por las firmas inglesas EcoSecurities y Biogas Technology,
concedió a ese sistema un gran futuro en el país, por las ventajas financieras y ambientales
que representa para los municipios en específico.
Estos no aportan capital a la inversión requerida, según EcoMethane, y en cambio reciben
fuentes de recursos adicionales por la venta de bonos de carbono acreditados por la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) y, además, la posibilidad de resolver
problemas ambientales generados en las respectivas localidades por los basureros
municipales.
EcoMethane maneja en México proyectos de captura y aprovechamiento de gases de efecto
invernadero, particularmente el metano, en rellenos sanitarios del Estado de México,
Aguascalientes y Durango.
Proyectos mexicanos del MDL con Cartas de Aprobación
Tipo de Proyectos Num. Proyectos Ubicación
Reducciones de CO2 equivalente
(Ktons/año)
MANEJO DE RESIDUOS EN GRANJAS PORCÍCOLAS
88
AGS., CHIH., CHIS., COAH., DGO., EDO. MEX., GTO., JAL., MICH., NL., NAY., PUE., QRO.,
SIN., S.L.P., SON., OAX., TAMPS., VER., YUC.
2,507
MANEJO DE RESIDUOS EN ESTABLOS DE GANADO VACUNO
55 AGS., B.C., CHIH., COAH., GTO.,
DGO., JAL., N.L., PUE., QRO., SIN.,TLAX.
983
METANO DE RELLENOS SANITARIOS
14 AGS.,B.C., CHIH., DGO., EDO.
MEX.,GTO., JAL., MOR., N.L.,SIN., YUC.
1,968
MANEJO DE AGUAS RESIDUALES
3 SON., OAX., PUE. 36
ENERGÍA EÓLICA 8 B.C. y OAX. 2,264
HIDROELÉCTRICOS 5 GRO., JAL., MICH., OAX. y VER. 191
INCINERACIÓN HFC-23 1 N.L. 2,155
MITIGACIÓN DE N2O EN LA INDUSTRIA QUÍMICA
1 VER. 103
COGENERACIÓN Y EFICIENCIA ENERGÉTICA
11
B.C., COAH.,EDO. MEX., HGO., JAL., MICH.,N.L., PUE., SIN.,
S.L.P., SON., TAB., TAMPS., Q. ROO., VER., YUC.
696
EMISIONES FUGITIVAS 2 COAH., VER. 665
TRANSPORTE 1 D.F. 24
TOTAL 189 11,592
Fuente: COMEGEI. Actualización 27 de febrero del 2008
Algunos criterios para analizar la contribución de un proyecto al desarrollo sustentable del
país son los siguientes:
• Ambiental.- Biodiversidad, uso de suelo y del agua, manejo de residuos y de
emisiones
• Económico.- El proyecto debe mejorar la situación económica y competitiva de
México a través de la inversión, la generación de riqueza, de empleo y de
transferencia de tecnología
• Social.- El proyecto debe mantener o mejorar la calidad de vida de las comunidades;
por ejemplo, creando empleos permanentes y bien remunerados, promoviendo la
igualdad de género, mejorando la infraestructura local.
3.2.2. Proceso de Aprobación de Proyectos
37
37 Fuente: Proyectos de MDL, Comité Mexicano para Proyectos de Reducción de Gases de Efecto Invernadero, (COMEGEI), Ing.
Miguel Ángel Cervantes Sánchez
DISEÑO (PDD)
CARTA DE APROBACION
CONSULTAS CON PARTICIPANTES Y
POSIBLES INTERESADOS
VALIDACION
REGISTRO
IMPLEMENTACION
MONITOREO Y REPORTE
VERIFICACION
CERTIFICACION
PASOS PARA REGISTRAR
UN PROYECTO MDL Y
OBTENER CER’s
PARTICIPANTES DEL
PROYECTO
ENTIDADES OPERACIONALES
DESIGNADAS (DOE’s)
JUNTA EJECUTIVA DEL MDL
PARTES INVOLUCRADAS,
ONG’s ACREDITADAS etc.
AUTORIDAD NACIONAL
DESIGNADA (DNA)
CAPITULO 4
EL MERCADO INTERNACIONAL DE BONOS DE CARBONO
4.1 Introducción al Mercado Internacional de Bonos de Carbono
El mercado de bonos de carbono busca que los sectores industriales limiten sus emisiones
de CO2 por medio de la asignación de Certificados de Reducción de Emisiones (cuotas
estimadas en toneladas de CO2). La meta es que dada la escasez de permisos y la libertad
de las empresas para comprar o vender bonos, lentamente irá surgiendo un nuevo mercado,
y como consecuencia contaminar ya no será gratis.
Un ejemplo de esto es la ciudad holandesa de Ámsterdam que puede considerarse como el
“Wall Street del mercado del carbono”, ya que allí funciona la Bolsa Climática de Europa
(ECX por sus siglas en inglés), una institución que depende de la pionera Bolsa Climática
de Chicago (CCX por su siglas en ingles), dedicada a la compra y venta de derechos de
emisión por parte de las empresas que deben cumplir con los compromisos adquiridos en la
firma del Protocolo de Kyoto, misma en la que ahondaremos mas adelante.
El planteamiento detrás de esta estrategia, es que las compañías que no requieran de todos
sus certificados, ya sea porque son eficientes en el uso de la energía o porque usan
tecnologías limpias, podrán vender sus bonos de carbono en el mercado. En tanto, las
compañías que necesiten exceder sus cuotas podrán comprar bonos adicionales.
También es posible que las empresas que superen sus cuotas de emisión compren
compensaciones, invirtiendo en sumideros de CO2 como los bosques tropicales que
capturan el carbono e impiden que llegue a la atmósfera.
Financiando un programa de reforestación en la Selva Lacandona, por ejemplo, es posible
lograr esta compensación a través de un gobierno u organización autorizado para participar
en los mercados de carbono.
Las principales empresas interesadas en participar en las Bolsas Climáticas son aquellas
que por su actividad han contribuido al cambio climático: plantas de combustión, refinerías
de petróleo, plantas metalúrgicas y de acero, y fábricas de cemento, vidrio, cal, ladrillos,
cerámica, pasta y papel.
Sin embargo lo que realmente se espera es que las empresas realicen una inversión
tecnológica fuerte, en el mediano plazo, con el fin de reducir sus emisiones contaminantes a
la atmósfera, lo cual deberá resultar a la larga mucho más rentable que “pagar por
contaminar”.
4.2 La Bolsa Climática de Chicago
La institución que hoy se conoce como la Bolsa Climática de Chicago (CCX) comenzó
como una concesión de parte de la Fundación Joyce 38 en 2000, institución líder en
filantropía establecida en Chicago conocida por su innovador acercamiento a las
necesidades populares, que auspicio la apertura, creación, viabilidad y diseño de la CCX. El
patrocinio fue provisto como parte de una serie de concesiones especiales elaboradas por la
Fundación para catalizar, apoyar y reforzar ideas, conceptos o instituciones de duración
intergeneracional.
Se realizo una concesión inicial de $347,000 USD a la Escuela de Dirección de Graduados
Kellogg en la Universidad de Northwestern para proveer de soporte técnico al Dr. Richard
Sandor 39 y colegas para examinar, la posibilidad de si un mercado de Cap-and-Trade 40 en
Estados Unidos era viable, para facilitar significativas reducciones de GEI, utilizando
voluntariamente un modelo regional “Midwest” con el que las enseñanzas a niveles
nacional e internacional pudieran ser dadas a la luz.
Una segunda concesión de $760,000 fue provista en 2001 para proceder a la fase de
diseño, que da inicio en 2002 y que involucra mas de un centenar de profesionales en los
sectores corporativo, publico, no gubernamental y académico, quienes trabajaron con el Dr.
Sandor, con su colega el Dr. Michael Walsh 41 y otros tantos para desarrollar un compendio
38 Joyce Foundation fue establecida en 1948 por Beatrice Joyce Kean, sus objetivos principales son la conservación en el área de los grandes lagos, el combate a la pobreza y a la violencia en la región, apoyo a la educación y al empleo en la zona. http://www.joycefdn.org/AboutUs/Default.aspx
39 Dr. Richard Sandor, fundador y CEO de CCX, mas información en anexo
40 Cap and Trade, sistema de comercio de emisiones que a su ves ayuda a regular las cantidades de emisiones y costos de las mismas
41 Dr. Michael Walsh, Vicepresidente Ejecutivo de CCX, mas información en anexo
de reglas, protocolos y elementos diseñados que pudieran apuntalar y dar forma a un diseño
piloto de reducción y comercio.
Ya para 2003, CCX lanzo sus primeras operaciones comerciales, contando con 13
Miembros:
• American Electric Power
• Baxter International Inc.
• City of Chicago
• DuPont
• Ford Motor Co.
• International Paper
• Manitoba Hydro Corp.
• MeadWestvaco Corp.
• Motorola Inc.
• STMicroelectronics
• Stora Enso North America
• Temple-Inland Inc.
• Waste Management Inc.
A través de la membresía de la CCX, las organizaciones listadas fueron las primeras en el
mundo en establecer contratos de compromiso para reducir todos los seis GEI, en el primer
mercado multinacional multisector para la reducción y comercio de GEI en el mundo.
La CCX es una corporación estadounidense y hasta hoy es la única en resguardar el sistema
de comercio y reducción de todos los seis GEI y también de el único sistema de cap and
trade en Norteamérica. La CCX tiene cerca de 300 miembros de todos los sectores y
proyectos de compensación a nivel mundial.
Para 2005, la CCX lanzo la Bolsa Climática de Europa (ECX) que domina las operaciones
de intercambio en el escenario de de comercio de emisiones en la Unión Europea. CCX
también lanzo el Intercambio de Futuros de la Bolsa de Chicago (CCFE por sus siglas en
ingles), que ofrece estandarizar y aclarar futuros y opciones de contratos sobre permisos y
otros productos ambientales, el primer intercambio de derivados ambientales en el mundo.
La CCX, lanzada en 2003, es el primer sistema de intercambio integrado, legalmente
comprometedor y activamente voluntario único en Norteamérica para reducir emisiones de
los 6 principales gases de efecto invernadero (GEI), con proyectos de compensaciones a
nivel mundial.
Los miembros de la CCX son líderes en el manejo de GEI y representan a todos los
sectores de la economía global, así como al de los innovadores del sector público. Las
reducciones logradas a través de CCX son los únicos logrados en Norteamérica a través de
un régimen de cumplimiento legalmente comprometedor que aporta verificación a terceras
partes a través de la Autoridad Regulatoria de la Industria Financiera (FINRA 42 por sus
siglas en ingles). El fundador, Presidente y Jefe Ejecutivo de CCX es el economista e
innovador financiero Dr. Richard L. Sandor, quien fue nombrado como Héroe del Planeta
por la revista Time en 2002 por haber fundado la CCX, y en 2007 se le designo como
“Padre del comercio del Carbono”.
4.2.1 Características principales y Operación
Los miembros emisores de CCX llevan a cabo un voluntario pero legalmente
comprometido esfuerzo para cumplir con los compromisos de reducción de GEI
anualmente. Aquellos que lleguen a reducir debajo del objetivo, tendrán excedentes para
poder comerciar o tramitar a través del banco; aquellos que tengan emisiones por encima de
lo establecido deberán adquirir contratos llamados Instrumentos de Financiamiento de
Carbono (CFI por sus siglas en ingles) de la CCX.
42 FINRA, el mayor regulador independiente de empresas de valores que realizan negocios en Estados Unidos, mayor información en http://www.finra.org/index.htm
La CCX, como toda organización, esta dividida en sectores operativos o en este caso
comités, cada uno encargado de una función distinta para beneficio de los miembros. Los
comités son 6 y son los siguientes:
- Comité Ejecutivo
- Comité de Consentimiento Ambiental
- Comité de Operaciones de Comercio y Mercado
- Comité de Compensaciones
- Comité de Membresías
- Comité Forestal
La adhesión a la CCX se realiza solicitando una membresía según las características del
emisor. Se otorgan 6 diferentes tipos de membresía y se clasifican de la siguiente manera:
Miembros – Son entidades con emisiones directas de GEI (empresas petroleras,
mineras, automotrices, papel, concreto, entre otras). Estos miembros se atañen a un contrato
que los compromete con el Programa de Reducción de Emisiones de la CCX y son sujetos
a revisiones anuales de emisiones por parte de la FINRA. Estos miembros son clasificados
según su giro en 30 categorías diferentes, con la particularidad de que todas corresponden a
generadores directos de GEI.
Miembros Asociados – Son negocios establecidos o instituciones con niveles de
emisión directa de GEI insignificantes. El compromiso de los miembros asociados a
reportar y a compensar el 100% de emisiones indirectas asociadas con la obtención de
energía, los viajes de negocios desde el año de adhesión hasta el 2010 y los datos de las
emisiones son verificados por FINRA. A su vez también son clasificados en 32 categorías,
según la especialización de la asesoría otorgada para el manejo de emisiones.
Proveedores de Compensaciones – Son propietarios de terrenos que califican
como proyectos de compensación que secuestran, destruyen o reducen emisiones de GEI.
Los proveedores de compensaciones registran y venden las compensaciones directamente
en la CCX. Esta clasificación comprende cantidad de propietarios de terrenos con alta
captación de GEI, que mediante estudios de captación, se reportan como útiles para
compensar enormes cantidades de CO2 a nivel global, zonas boscosas, extensiones
selváticas, pantanos, manglares, que son propuestos tanto como particulares como por
entidades ambientales de diferentes países en el mundo.
Compensadores Agregados – Entidades que sirven como representantes
administrativos, en beneficio de los propietarios de proyectos de compensación, de
múltiples proyectos de generación de compensación. Los proyectos de compensación que
involucran menos de 10 000 toneladas métricas de CO2 equivalente por año deben ser
registrados y vendidos a través de un compensador agregado.
Proveedores de Liquidez – Entidades o individuos que comercian en la CCX, sin
mas propósitos que los de cumplir con el Programa de Reducción de Emisiones de la CCX,
como creadores de Mercado y propietarios de grupos de comercio.
Participantes de Intercambio – Entidades o individuos quienes adquieren
contratos de CFI y retiran las compensaciones de emisiones asociadas con eventos
especiales u otras actividades específicas.
Beneficios de la Membresía:
• Estar preparados: mitigar los riesgos de reputación, operacionales y financieros
• Reducir emisiones usando las normas de cumplimiento con los más altos estándares
con la verificación de terceras partes.
• Comprobar acción concreta sobre el cambio climático a los accionistas, agencias de
arbitraje, a los clientes y a la población en general.
• Establecer un sistema de manejo de emisiones a costo efectivo
• Promover desarrollos en políticas basadas en la experiencia sobre trabajo practico
• Ganar reconocimiento como lideres en tomar acciones de compromiso creíbles y
tempranas en el abordaje con respecto al cambio climático
• Establecer registros en las reducciones y en la experiencia con el Mercado de GEI y
del carbono que se encuentra actualmente en desarrollo.
Metas de la CCX:
• Facilitar la transacción del intercambio permitido de GEI con transparencia de
precio, excelencia en el diseño e integridad ambiental.
• Desarrollar las habilidades y las instituciones necesarias para administrar a costo
efectivo los GEI
• Facilitar la capacidad de construcción tanto en sectores privados como públicos para
facilitar la mitigación de GEI
• Fortalecer la infraestructura intelectual requerida para una reducción valida y
efectiva de costos de GEI
• Ayudar a informar al debate publico respecto al manejo del riesgo del cambio
climático global
Contratos CFI, los Commodities de comercio de la CCX
Como ya referimos anteriormente, el commodity que se usa para negociar ante la CCX es el
contrato CFI, cada uno representa el equivalente a 100 toneladas métricas de CO2. Los
contratos CFI son compuestos por Permisos de Intercambio y Compensaciones de
Intercambio. Los Permisos de Intercambio se otorgan a los miembros de acuerdo a sus
lineamientos base de emisiones y al Programa de reducción de Emisiones CCX. Las
Compensaciones de Intercambio son generadas mediante Proyectos Compensatorios que
califiquen.
Los miembros de la CCX tienen un lineamiento base de emisiones que según su capacidad
de contaminación. Cada miembro tiene igual cantidad de permisos de emisión como
objetivos de reducción de las mismas de acuerdo con el Programa de Reducción de
Emisiones de la CCX.
En una primera fase, los miembros se ven comprometidos a reducir sus emisiones en un 1%
por año, para un total de reducción de 4% por debajo de su lineamiento base. En una
segunda etapa, los miembros se comprometen con el programa de reducción que requiere
que para 2010 las emisiones se reduzcan en un 6% por debajo del lineamiento base como
mínimo.
Ahora, los miembros emisores deben incluir todas las emisiones directas y pueden optar por
las indirectas. Las emisiones directas de la combustión de combustibles fósiles en la
residencia del miembro, ya sea gas natural para operaciones industriales y gasolinas para
maniobras con vehículos. Las emisiones indirectas resultan de la obtención de energía,
como la electricidad y sus correspondientes emisiones, que si bien el miembro no las emite,
si consume el producto final que tiene en su proceso índices de emisión. Una ves
contempladas, se puede optar por incluirlas o no.
Para poder llevar un control de las acciones de los miembros, las emisiones son
cuantificadas utilizando monitores de emisión continuos (cuando están disponibles) o a
través de los diferentes protocolos desarrollados por la CCX y aquellos que desarrollaron
en conjunto el Instituto Mundial de Recursos y el Consejo de Negocios Mundial para el
Desarrollo Sustentable. Todas las emisiones son reportadas anualmente y son sujetas a una
auditoria externa por parte de la FINRA.
Todos los intercambios ocurren en la Plataforma de Comercio de la CCX en Internet, y
están directamente vinculadas con el Registro de la CCX. El registro comprende las
cuentas de los miembros y es el que oficialmente resguarda los archivos y los mecanismos
de transferencia para la CCX.
4.3 China, India y Brasil
Dentro de toda esta problemática del cambio climático en el mundo, es alentador
ver que potencias industriales se preocupan por mejorar su desempeño productivo y
generador de energía para colaborar con lo que puedan en mejorar las condiciones
ambientales tan deplorables que existen, con planes de acción nacional que permitan
optimizar el uso de energías y combustibles encaminados a disminuir sus índices de
contaminación y a la ves desarrollar nuevas tecnologías y crear mercados que les permitan
crecer como nación y cooperar con la conservación ambiental.
Ejemplo de lo anterior son los planes de acción en contra del cambio climático que plantean
3 países con altos índices de contaminantes como lo son China, India y Brasil, que con sus
propuestas buscan marcar pautas en el aprovechamiento energético y mejoramiento de las
condiciones de vida de su población en general, creando cultura ambiental, nuevos
mercados, tecnología, cooperación internacional, investigación, etc., todo enfocado a
mejorar como país y colaborar con el cuidado del ambiente.
China.
Al hablar del cambio climático, Hu Jintao, Presidente de China indicó: El cambio climático
atañe al desarrollo sostenible de toda la humanidad. China atribuye suma importancia a la
protección del medio ambiente y al control de la emisión de gases con efecto invernadero.
China cumple concienzudamente las convenciones internacionales y está tomando una
serie de políticas y medidas para impulsar el reajuste de la estructura económica, cambiar
el modelo de crecimiento económico, ahorrar la energía, elevar la eficacia energética,
desarrollar energías renovables y realizar obras ecológicas, habiendo hecho así dinámicos
esfuerzos por atenuar el cambio climático global. Para enfrentar mejor al cambio
climático, el gobierno chino ha elaborado y promulgado el "Programa Nacional de China
para Hacer Frente al Cambio Climático43" y lo ejecutará con seriedad. Al actuar así,
estamos asumiendo la responsabilidad ante nuestro pueblo y haciendo a la vez
contribuciones al desarrollo sostenible del mundo. China está dispuesta a desarrollar una
43 Programa Nacional de China para Hacer Frente al Cambio Climático, 4 junio de 2007
amplia cooperación con la comunidad internacional, incluidos los países en desarrollo.
Dentro del marco de la cooperación Sur-Sur, China está dispuesta a intensificar el
intercambio con otros países, promover el aprendizaje recíproco y proporcionar a los
demás países en desarrollo asistencia que esté dentro de nuestro alcance. .44
Según cálculos realizados por el gobierno chino, si todos los objetivos del programa
fueran cumplidos (generación de energía nuclear e hidroeléctrica, mejora de la producción
de energía térmica, desarrollo de la explotación del metano contenido en los yacimientos
carboníferos, uso de energías renovables, reforestación y ahorro de energía), el país con
mayor población del planeta emitiría 1.500 millones de toneladas de dióxido de carbono
menos en 2010, manteniendo al mismo tiempo su rápido crecimiento.
El mismo día del lanzamiento del Programa, China publicó el "Plan General de Trabajo
para la Conservación de Energía y la Reducción de las Descargas Contaminantes"45, con el
que el gobierno mantiene su compromiso con la eficiencia energética y la reducción de las
principales descargas de contaminantes en un 10%.
El plan señala a los departamentos gubernamentales por su escasa sensibilización sobre la
importancia de la eficiencia energética y la reducción de las emisiones.
El gobierno reformará de este modo el mecanismo de evaluación de los gobiernos locales
y sus responsables incluyendo en éste la aplicación de objetivos ecológicos. Asimismo,
contiene instrucciones para los diferentes departamentos gubernamentales para la
elaboración de medidas detalladas destinadas a esta reforma.
Según el plan, los distintos organismos y oficinas del gobierno central tomarán la
iniciativa en la adquisición de productos eficientes desde el punto de vista energético e
hidrológico y respetuosos con el medio ambiente, entre ellos ordenadores o aparatos de aire
acondicionado.
44 http://www.embajadachina.org.mx/esp/
45 http://www.elpais.com/articulo/internacional/primer/plan/chino/cambio/climatico/evita/compromisos/concretos/reduccion/CO2/elpepuint/20070604elpepuint_8/Tes
El gobierno fomentará que las instituciones financieras concedan créditos para apoyar
proyectos de protección ambiental y reducción de emisiones, que se verán también
beneficiados con medidas preferenciales de carácter fiscal.
Entre las medidas que se pretenden adoptar se encuentra también la reforma del sistema de
precios de los recursos, como el petróleo, el gas natural o la electricidad, restringiendo al
mismo tiempo las exportaciones de productos que requieran un gran consumo de energía o
importantes emisiones de contaminantes.
El uso de energía en industrias de alto consumo de energía como las siderúrgica,
petroquímica o cementera, será optimizado para lograr una reducción del consumo de 50
millones de toneladas de carbón estándar en 2007 y de 240 millones en 2010. Asimismo,
las autoridades han adoptado medidas para reducir el uso de combustibles fósiles.
Los combustibles no fósiles supondrán un 30% del consumo energético de China en
2050, cifra que en al actualidad se sitúa en el 10%, de acuerdo con Yan Luguang,
investigador de la Academia de Ciencias de China.
A pesar de que las emisiones de gases de efecto invernadero Per cápita son en China
inferiores a las de Estados Unidos o Australia, su fuerte dependencia del carbón la
convierte en uno de los principales contaminadores y emisores de los gases responsables
del cambio climático.
En 2050 el carbón supondrá una proporción mucho menor del 70% actual del consumo
total, de acuerdo con Yan, quien sostiene que el consumo de petróleo supondrá en torno a
un 20% del total y sumará 800 millones de toneladas en 2050, del que un 75% provendrá
del extranjero.
La demanda de gas natural, y energía hidroeléctrica y nuclear se elevará, mientras que la
energía solar, eólica y de biomasa supondrá en 2050 un 15% del consumo total de China.
India
Por su parte el gobierno de la India también lanzo un Plan Nacional de Acción sobre el
Cambio Climático, esto el 30 de junio de 2008, mas enfocado a la canalización de energía
renovable que a los objetivos de restricción de emisiones
El plan de acción abarca ocho misiones prioritarias que promoverán el desarrollo de los
objetivos de la India con el co beneficio de atacar el cambio climático.
Las ocho misiones son: energía solar, aumento de eficiencia energética, hábitats
sustentables, conservación del agua, sustentabilidad del ecosistema del Himalaya,
desarrollo de una India verde, agricultura sustentable y la construcción de una plataforma
de conocimiento estratégico sobre cambio climático.
Con todo esto, India espera que con el paso del tiempo, y esperan que no sea mucho,
puedan ser pioneros en cambiar las actividades económicas basadas en combustibles fósiles
a las actividades con combustibles no fósiles a la ves de minimizar el uso de energías no
renovables y desarrollar nuevas fuentes de energía renovable. Claro esta que todas estas
acciones serán manejadas por los ministerios correspondientes y con los programas
específicos en base a las misiones propuestas en el plan.
De todas las misiones, la energía solar es la que recibe mayor atención puesto que India por
su situación geográfica recibe el equivalente de 5,000 trillones de kilo watt horas de energía
proveniente del sol por año, ya que cuenta con un clima en el que alrededor de 250 a 300
días al año son soleados.
La misión que abarca la energía solar pretende llevar a su máximo el aprovechamiento del
recurso natural y lograr que la industria de la energía solar sea tan competitiva como la
industria del combustible fósil, estableciendo un nuevo centro de investigación,
cooperación de investigadores y aumentando la transferencia de tecnología.
El plano no habla de objetivos en cuanto a emisión de GEI se refiere, pero establece que sus
emisiones Per capita trataran de no exceder los niveles que tienen los países
industrializados. India es el cuarto emisor mas grande de GEI en el mundo, pero se queda
atrás de Estados Unidos y Europa en cuanto a emisiones anuales per cápita se refiere (1.2
ton comparadas a las 20 y 9.4 tons respectivamente)46
Aun y cuando la iniciativa ha sido bien recibida por la mayoría, la organización
Greenpeace47 habla acerca de ella y también la aprueba aunque cree que es necesario que se
enfoquen un poco mas en las actividades políticas para no dejar de lado los estándares de
emisiones marcados en los acuerdos internacionales y que sobre eso reformen lo suficiente
como para lograr objetivos mas parecidos a los que estos acuerdos marcan.
Brasil
Según el diario español El País48, Brasil, que pretende ser un interlocutor de prestigio y de
peso en los foros internacionales, cuenta por primera vez con un ambicioso Plan de Cambio
Climático, considerado por los analistas mucho más avanzado que el Protocolo de Kyoto.
Es la primera vez que el Gobierno de Luís Ignacio Lula da Silva ha decidido, con la
movilización de 18 ministerios, elaborar un proyecto de defensa del medio ambiente para
disminuir drásticamente la emisión de CO2, principal gas causante del efecto invernadero.
El Plan de Cambio Climático, fue presentado a la conferencia de la ONU en Poznan
(Polonia), y ha sido bien acogido incluso por los ecologistas más críticos, aunque algunos
se limitan a dar su opinión debido a que Brasil se distingue por contar con leyes muy
avanzadas que después acaban por no dar las soluciones esperadas a los problemas
planteados.
El Plan de Cambio Climático se ha hecho público justamente cuando se ha conocido que la
destrucción de la Amazonía aumentó un 3,8% entre agosto de 2007 y julio de 2008, con un
46 Cifras dadas por el ENVIS, Enviromental Information System, India, http://www.india.gov.in/outerwin.htm?id=http://envis.nic.in/, y
por http://www.scidev.net/es/
47 Greenpeace, organización ecologista y pacifista internacional, política y económicamente independiente. www.greenpeace.org
48 El País, diario español, www.elpais.com, edición global
total de 11.968 kilómetros cuadrados de selva devastados, después de tres años de
reducción de la deforestación.
Como es sabido, Brasil, con 20.000 incendios de selva amazónica por año, es uno de los
países que más CO2 lanzan a la atmósfera. Es exactamente el cuarto país que más dióxido
de carbono produce en el mundo. La Amazonía es responsable del 75% de los gases
emitidos en todo el país.
El Plan de Cambio Climático abarca tres campos bien definidos: la lucha contra la
destrucción de la Amazonía; el ahorro de energía y la alternativa al petróleo en los
transportes. En este último campo se trata de aumentar un 10% el consumo de etanol en un
año y evitar hasta 2017 la emisión de 500 millones de toneladas de CO2.
En lo referente a la deforestación de la Amazonía, el plan pretende reducirla entre el 20% y
el 40%, evitando así la emisión de 4.000 millones de toneladas de dióxido de carbono y
llegar a la meta de cero área destruida en 2015, plantando millones de árboles, tantos como
se destruyen, en lugares hoy destinados a la ganadería y a la agricultura. Los productores
que dejen de deforestar la selva permitiendo que pueda ser renovada serán indemnizados
por el Gobierno.
También será abordado en el plan el asunto de la energía eléctrica, que pretende acabar con
el desperdicio de un millón de megawatts anuales y reducir la emisión de CO2 en 120.000
toneladas a partir de 2009 y en 30 millones de toneladas hasta 2030. Se evitará la emisión
de un millón de toneladas de CO2 mediante el cambio de un millón de calentadores
eléctricos por otros que funcionan con energía solar.
Ahora aun cuando Brasil es el país que cuenta con más agua dulce del planeta, con el mejor
etanol, estaba hasta ahora en una posición defensiva y conservadora, mientras que, a partir
de este Plan de Cambio Climático, todo eso va a cambiar. El presidente da Silva ha pedido
que se reúnan los 32 alcaldes de los municipios que más destruyen la Amazonía y a los
gobernadores de los Estados involucrados para definir acciones conjuntas. Una de las
iniciativas a discutir con ellos es la de estimular la conservación de la Amazonía con
grandes incentivos del Gobierno para quienes se comprometan a dejar de destruirla.
En la redacción del plan han participado 18 ministerios, inclusive Hacienda y Asuntos
Exteriores. Dichos ministerios seguirán ahora actuando para su realización. La secretaria de
Cambio Climático, Suzana Kahn, recordó el lunes que el plan brasileño contra la
contaminación ambiental va a realizar lo que nunca se había hecho en este país y que
supera todas las expectativas. Según Kahn, entre los países en desarrollo sólo China e India
cuentan con un plan semejante, pero el de Brasil, según ella, es el más concreto y
consolidado.
CAPITULO 5
MEXICO COMO MERCADO POTENCIAL PARA LOS BONOS DE CAR BONO
5.1 México y las Energías limpias
Un campo que si bien no ha sido explotado, muestra grandes posibilidades de inversión,
desarrollo y por supuesto crecimiento en nuestro país. Pese a su potencial de sol, viento y
agua, México ha desaprovechado el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) para ampliar
su matriz de fuentes renovables de energía.
En el mediano plazo México podría convertirse en un referente internacional en generación
de tecnologías de energías limpias49. El liderazgo de México en cuanto al cuidado del
medio ambiente y el combate al cambio climático, podría convertirse en un referente sobre
la forma de enfrentar ese fenómeno en el mundo.
El hecho es que en México hay una conciencia muy clara de lo que significa ese problema
y que por ser responsable de la generación del 1.5 por ciento de los gases de efecto
invernadero en el mundo y el mayor en América Latina es uno de los países que ha tomado
medidas más ambiciosas.
Hoy en día, nuestro país cuenta con análisis precisos y ha iniciado un diálogo muy
importante con las industrias para establecer un programa de reducción de las emisiones
contaminantes, el cual puede tomarse como base para acuerdos internacionales de amplio
alcance.
Como parte importante del esfuerzo que se está realizando, se creó El Programa de Energía
Renovable, una iniciativa del gobierno federal que tiene por objetivo mejorar la calidad y
reducir el costo de las tecnologías de energías renovables, sus componentes, sistemas y
servicios mediante la expansión de los mercados para la industria de energías renovables de
Estados Unidos y México, aportándoles la debida retroalimentación. Además de
potencializar el aprovechamiento de fuentes de energía limpia para combatir el cambio
climático global, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y protegiendo
nuestro medioambiente natural al reducir los contaminantes. Elevar los índices económicos,
sociales y de salud en las comunidades y los hogares rurales remotos sin acceso a la red
49 Arnaud Peral, representante residente adjunto del Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo
eléctrica, aprovechando los sistemas de energía renovable para aplicaciones productivas
igualmente es una de sus prioridades.
A pesar de todos estos buenos objetivos, expertos en el tema opinan que México carece de
elementos fundamentales para que este tipo de proyectos prosperen, ya que no considera
ningún tipo de subsidio como se hace en otras partes del mundo y la figura de
abastecimiento, bajo la cual se podrían desarrollar proyectos renovables, está saturada. Sin
embargo cuenta con el apoyo del financiamiento del Departamento de Energía de los
Estados Unidos (USDOE) a través de su Oficina de Tecnologías de Energía Solar, y de la
Oficina de la Misión Mexicana de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID).
De igual manera, el sector exterior y los acuerdos de los que México forme parte juegan un
rol muy importante. El gobierno de nuestro país en conjunto con el de Canadá y Estados
Unidos, suscribió el primer acuerdo de cooperación trilateral en ciencia y tecnología, a fin
de promover el uso de energías limpias. Con este convenio se impulsará la eficiencia
energética para motores vehiculares, y se fortalecerá la cooperación en materia de
investigación para incorporar nuevas tecnologías en una amplia variedad de áreas,
incluyendo biocombustibles, hidratos de gas, hidrógeno, captura y almacenamiento de
carbono, carbón limpio y transmisión de electricidad.
El último dato oficial de emisiones de gases de efecto invernadero, de 2002, indicaba que
este país lanzaba a la atmósfera 643 millones de toneladas de dióxido de carbono. 61%
corresponden al consumo y generación de energía, 22% a la industria y 14% a la
deforestación. La electricidad, que depende sobre todo de centrales a hidrocarburos, aporta
unos 114 millones de toneladas de carbono por año.
De esa cuenta, México podría aprovechar más el MDL para desarrollar las fuentes eólica,
solar y geotérmica, la eficiencia energética y la sustitución de combustibles fósiles, lo que
le permitiría reducir sus emisiones en unos 130 millones de toneladas50. México registró
50
Fuente: Fondo Mexicano del Carbono (Fomecar)
115 proyectos ante el MDL, pero sólo 10 están en ejecución. Para mayo del 2002, se habían
emitido 5,7 millones de Certificados de Reducción de Emisiones de Carbono.
Pero el MDL está en una etapa de transición. Según la opinión de varios expertos, en el
caso de México, ha sido un tanto decepcionante por el número de proyectos y la cantidad
de bonos emitidos. Sin embargo, existe un gran potencial en la eficiencia energética dado a
que se consume mucha energía. El MDL se ha convertido en una forma de comercializar
bonos, y no se ha cumplido el objetivo de promover el desarrollo sustentable como se está
dando en otros países.
El informe del Banco Mundial "Estado y tendencias del mercado del carbono 2009", estimó
que en 2008 se realizaron transacciones por 705 millones de dólares, con certificados
equivalentes a 123 millones de toneladas de carbono. América Latina tiene 4% de ese
mercado.
Un bono emitido en México se cotiza en las plazas internacionales entre $11 a $14 dólares,
casi la tercera parte del valor de julio de 2008. En este país sólo 45 empresas informan
voluntariamente sus emisiones y 27 transan sus reducciones en el mercado.
Como ejemplo de cooperación, con el apoyo del PNUD está en marcha un proyecto para
crear la primera turbina eólica ciento por ciento mexicana, trabajo en el cual colaboran
instituciones académicas, el sector productivo, organismos financieros y la Secretaría de
Energía (Sener).
La CFE, por ejemplo, está por definir nuevas tecnologías que se adoptarán para cumplir con
el compromiso del gobierno federal hacia el 2012 de que 25% de la energía provenga de
fuentes renovables. México no ha descartado la instalación de nuevas plantas núcleo
eléctricas para generar energías limpias.
En el Programa de Obras e Inversiones para el Sector Eléctrico (POISE) se plantea la
necesidad de poner en operación 47 nuevas centrales en los próximos 10 años, lo que
significará una inversión de 22 mil millones de dólares, para agregar al sistema 22 mil 105
megawatts51.
Los primeros pasos ya se han dado con la construcción de La Yesca, Nayarit y el amparo
ganado por CFE para iniciar la construcción de La Parota, Guerrero, además de que están
en licitación nuevos proyectos eólicos en La Venta, Oaxaca.
El margen de reserva está en proceso operativo y se ajustará a las metas para 2011, las
cuales estarían fijadas de acuerdo con el crecimiento de líneas de transmisión y
subtransmisión, así como nuevas subestaciones eléctricas.
En la actualidad se tiene cubierto 97% de fluido eléctrico en el país y se llegó al 100% de
suministro de electricidad en 2007 a 711 comunidades indígenas y en 2008 se dotó del
servicio a mil comunidades más. Se ahorraran siete mil millones de pesos con el programa
de ahorro que ha puesto en práctica la paraestatal.
La Comisión Reguladora de Energía (CRE) argumenta que este programa engloba todas las
acciones que de todas formas iban a emprenderse en materia de renovables, pero sin
considerar que el esquema bajo el que los privados pueden invertir prácticamente está
agotado, pues grandes empresas interesadas en este tipo de proyectos, como Wal Mart, ya
tienen comprometidos sus requerimientos en proyectos de autoabasto.
De acuerdo con el borrador del Programa, no se incluyen incentivos fiscales adicionales a
la deducibilidad de 100% de las inversiones en infraestructura, siempre y cuando se
comprometan a mantenerlas por periodos de 5 años. Incluye aumentar la participación de
fuentes renovables en la generación de electricidad en apenas 1.7%, bajo cinco tecnologías
de generación eléctrica: eólica, solar, mini hidráulica, geotérmica y biomasa.
A nivel internacional se ha probado que las energías renovables no funcionan si no se
ofrecen incentivos, ya sea fiscales o subsidios, lo cual debe incluirse en el reglamento de la
Ley de Energías Renovables y de la Transición Energética.
51 Fuente: Comisión Federal de Electricidad.
La primera planta fotovoltaica instalada por la Universidad Autónoma Metropolitana, la
cual opera con energía solar, de nueve kilovatios, con capacidad de producir energía
eléctrica para el consumo de una edificación completa (12 cubículos y tres laboratorios) es
única en su tipo en México. Tiene como objetivo, además, demostrar la factibilidad técnica
de desarrollar un sistema híbrido, ya que no sólo se producirá electricidad con la energía
solar, sino que en una segunda etapa será posible generar hidrógeno que será almacenado
para que con una celda de combustible también produzca electricidad, lo que sería único en
el país.
El Centro de Investigación de Energía (CIE) de la UNAM, es el principal centro de
investigación en energías renovables en México, participa en la formación de recursos
humanos de alto nivel y en docencia en programas de la UNAM y de otras instituciones de
educación superior del país. En el CIE se realizan además acciones de relevancia en la
vinculación y divulgación con los sectores público, privado y social.
Entre algunos de sus proyectos e investigaciones más importantes esta la creación de
prototipos de horno solar para la cocción de alimentos, un secador solar térmico-
fotovoltaico para el tratamiento de granos, un motor termoacústico solar y, un sistema de
refrigeración capaz de generar 10 kilogramos de hielo por día sólo con el uso de energía
solar, así como la inauguración de la planta para la producción de vidrios laminados con
depósito químico para control de la radiación solar con fines de ahorro de energía eléctrica
en casas habitación52.
Este último proyecto permite la producción de recubrimiento de semiconductores sobre
hojas de PET y policarbonato celular para el control de la radiación solar en ventanas y
techos, lo que permite un ahorro hasta de 30 por ciento de la carga térmica en interiores, lo
que genera menos consumo de electricidad en sistemas de enfriamiento e iluminación.
Es evidente que en nuestro país se están realizando importantes esfuerzos para seguir
impulsando proyectos de ciencia y tecnología en el campo de energías renovables. Gracias
al apoyo de diversas instituciones, tanto académicas como financieras, centros de
52 http://xml.cie.unam.mx/xml/
investigación como el CIE realizan actividades que están trascendiendo en los campos más
importantes para el futuro y la sustentabilidad de nuestro país.
5.2 Panorama Mexicano respecto a las Emisiones de Carbono
Sin duda, con el paso de los años México se ha convertido en uno de los mayores emisores
de dióxido de carbono en el planeta.
Nuestro país ocupa la posición 14 en el ranking de naciones emisoras y genera entre 1.5 y
1.8% del total mundial53. Si estuviéramos hablando de países desarrollados estos datos
serian preocupantes por lo que representaría en cuestión de “ensuciar el cielo” pero como
estamos tratando el caso mexicano y por tratarse de una economía emergente, nuestro país
todavía puede utilizar su cielo, infraestructura y recursos naturales para ayudar a empresas
y gobiernos de naciones industrializadas a disminuir sus niveles de emisiones y limpiar el
aire mediante el esquema de los bonos de carbono.
Según cifras arrojadas por el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), México
emite al aire 643 millones de toneladas métricas de CO2 al año. Aun con todo eso su
potencia de reducción se calcula en un poco más de 100 millones de toneladas métricas.
Sin embargo, por medio de la Junta Ejecutiva de las Naciones Unidas, que es el organismo
que certifica las iniciativas para dar forma al mercado de bonos de carbono solo se han
aprobado los suficientes como para representar reducciones mas o menos de entre 17 y 20
millones de toneladas.
Un ejemplo de empresa comprometida con estos proyectos seria PEMEX que dice que su
potencial de reducción es de 200 millones de toneladas de CO2 por año gracias a que tiene
13 proyectos que podrían reducir las emisiones en 14 millones de toneladas de carbono.
53 Datos del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) www.wri.org
Dado que México no está obligado a cumplir con cuotas nacionales de reducción de gases
de efecto invernadero, su potencial crece en la medida en que diversas naciones
industrializadas buscan compensar sus propias emisiones.
A todo esto México desaprovecha una oportunidad importantísima. Incluso con todas las
polémicas incluidas, el mercado internacional de bonos de carbono genera transacciones
por 30,000 millones de dólares anuales aproximadamente, cifra que cada ves se incrementa
más y más debido a la necesidad de compensación y reducción de emisiones por parte de
los países industrializados adscritos al protocolo.
El comportamiento del mercado de bonos de carbono es sumamente volátil, por poner un
ejemplo, el precio de la tonelada de CO2, esto bajo los esquemas de la CCX, llego a cotizar
en diversos mercados internacionales más o menos a 41 dólares para de buenas a primeras
cotizar a 1.4 dólares.
En contraste, los CER observaron más estabilidad, promediando entre 8 y 15 dólares por
tonelada de CO2. Bajo este esquema, se operaran más de 5,500 mdd, más de una tercera
parte del mercado global total de bonos de carbono.
En México, como nación en desarrollo, sólo aplican los proyectos para emitir CER
mediante los programas de MDL, con los que se busca invertir en proyectos que reducen
emisiones.
Aunque las partes involucradas se niegan a describirlo así, estos esquemas básicamente se
definen como la compra por parte de las economías industrializadas de permisos para
compensar las emisiones de CO2 de sus empresas y sistemas energéticos. Como ejemplo de
esto podemos decir que uno de los grandes compradores de los bonos de carbono es Japón,
cuyo Banco Japonés de Cooperación Internacional (JBIC) tiene asignados millonarios
fondos para adquirir esos créditos en países en desarrollo donde sus empresas tienen
operaciones.
En México, el JBIC tiene destinados más de 100 millones de dólares en proyectos de
desarrollo, que incluyen apoyos para los Mecanismos de Desarrollo Limpio. Uno de estos
proyectos es el del relleno sanitario del municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde el
banco comprará 700,000 toneladas de CO2 por año.
Aunque la mayoría de los MDL mexicanos que califican para entrar al mercado de los
bonos de carbono tienen que ver con la gestión de residuos en granjas, proyectos de energía
renovable o de transporte, un modelo que está en boga en muchos países es la captura de
carbono en bosques y selvas. Si bien el protocolo es engorroso y hasta despreciado por
algunas partes lo cierto es que algunos programas de captura llevan funcionando varios
años en México.
Mientras en 1997 nacía el Protocolo de Kyoto, en Chiapas arrancó un proyecto pionero en
la captura y comercialización de carbono. Scolel Té (“El árbol que crece”, en tojolabal54) ha
colocado 98,755 toneladas de carbono en el mercado de reducciones voluntarias de
emisiones en 10 años. Esto es, no entra al mercado sancionado por Naciones Unidas, pero
la captura de carbono está monitoreada por métodos aprobados por el Banco Mundial y
cualquier entidad pública o privada del mundo los puede adquirir para, en su momento,
manifestar la reducción de su impacto ambiental.
Scolel Té, una iniciativa de la Universidad de Edimburgo y El Colegio de la Frontera Sur,
agrupa los esfuerzos de 400 trabajadores provenientes de 30 comunidades de Chiapas.
En 2006, el proyecto logró colocar 21,055 toneladas de CO2 y consolidó su
autofinanciamiento por séptimo año consecutivo (su punto de equilibrio son 10,000
toneladas anuales). El precio de venta por tonelada oscila entre 11 y 18 dólares,
dependiendo de la negociación con el comprador, por lo que Scolel Té pudo agenciarse más
de 250,000 dólares en 2006. Sus clientes más leales son la Fundación FIA (organizadora de
la Fórmula 1); Carbon Neutral Company, una consultora e intermediaria; el Banco
Mundial, y la banda de rock Pink Floyd (un solo concierto masivo en un estadio genera
hasta 2,400 toneladas de CO2, equivalentes a lo que 300 familias rurales emitirían en un
año con sus fogones).
54Tojolabal es la lengua indígena hablada por la etnia del mismo nombre que habita en la zona centro oriental del Estado Chiapas, México. Es una de las aproximadamente 30 lenguas mayas que se reconocen actualmente.
La cantidad de carbono que puede obtenerse de cada árbol equivale a 50% de su peso seco
tanto en sistemas forestales como agroforestales por lo que se le esta apostando a las
maderas duras como el cedro, la caoba y el pino. Generando así un mayor interés por la
creación de bonos de reforestación como de captación. Esto asegura que los productores
estén haciendo una inversión a futuro y lo vean como una posibilidad más de ayudar a sus
comunidades. También se busca incentivar a las empresas mexicanas a que inviertan en
este tipo de proyectos.
Especialistas en el Protocolo de Kyoto, afirman que el mercado de compra voluntario se ha
duplicado en todos los sectores en el último año y va a ser atractivo debido a los
movimientos e investigaciones que Estados Unidos ha realizado acerca de captura en
cultivos agrícolas y conservación. Así mismo la Comisión Nacional Forestal, dice que la
mayoría del capital de la iniciativa privada en el sector forestal se ha canalizado en los
programas de plantación y reforestación.
Por otro lado existe la cuestión de los establos y la generación de emisiones de los mismos.
Aunque criadores de cerdos, dueños de establos y de bosques no deberían creer que están
sentados en pilas de dinero, la volatilidad del mercado de los bonos de carbono hace que los
beneficios suenen atractivos.
Bancomext, como fiduciario FOMECAR, tiene trazada una metodología con la que los
candidatos a entrar al mercado de los bonos de carbono podrían vender sus mecanismos de
desarrollo limpio.
Se quieren promover iniciativas en proyectos de eficiencia energética y reingeniería de
procesos, que usen menos electricidad porque la generación eléctrica en México se basa en
el carbón.
FOMECAR tiene entre su agenda diversas actividades a las cuales destina sus recursos
principalmente serian:
1. Capacitación para empresas sobre proyectos MDL
2. Organización de talleres para la elaboración de anteproyectos (Project Idea Note
“PIN”)
3. Asistencia técnica sobre la viabilidad de proyectos MDL
4. Asesoría para la obtención de financiamiento para el proyecto MDL
5. Pago del PIN y/o Documento de Diseño del Proyecto
6. Asesoría para la venta de bonos de carbono ó Reducciones Certificadas de Emisiones 55
Así mismo tanto Bancomext como Nafin actualmente cuentan con diversas líneas de
crédito otorgadas por distintos bancos de desarrollo de países industrializados con el fin de
apoyar en el financiamiento de proyectos MDL, tanto de eficiencia energética y energías
renovables. Esto se convierte en un arma muy competitiva ante otras alternativas de fondeo.
El Fomecar ya autorizó nueve proyectos por unos 1.000 millones de dólares, equivalentes a
unos 2,7 millones de bonos de carbono, e identificó 80 proyectos potenciales por 13.382
millones de certificados anuales. El fideicomiso busca crear un mercado nacional de
carbono, alentando a más empresas mexicanas a participar.
Con este respaldo no es difícil pensar que se pueden lograr grandes cosas a futuro, creando
conciencia en que tanto el sector publico como el privado tienen la necesidad de
incrementar sus capacidades de desarrollo tecnológico que colaboren en la reducción de
emisiones, esto también es posible de lograr si se fortalecen las alianzas y las estrategias
conjuntas que ya existen en cuanto al financiamiento del carbono se refiere apoyando la
participación de los sectores público y privado, las instituciones financieras, intermediarios
y otros actores importantes en el mercado, incluyendo a SEMARNAT, SENER, PEMEX y
CFE, así como los principales actores en los sectores de cemento, químico y de manejo de
55 http://www.bancomext.com/Bancomext/publicasecciones/secciones/11318/Inicio.htm
residuos, mediante la capacitación constante en el desarrollo de proyectos, la creación de
alianzas, el constante dialogo entre los involucrados, abarcando todos los aspectos
(tecnológicos, financieros, bursátiles, de desarrollo, etc.,) y no solo por la intervención de
instituciones nacionales, también buscar el apoyo de organismos y fuentes de
financiamiento internacionales que compartan la experiencia obtenida y faciliten el camino
para el mercado del carbono en México.
Conclusiones y Recomendaciones
Tanto el cambio en el clima como las emisiones contaminantes parecen no tener fin. De
hecho no lo tienen mientras las actividades humanas continúen a cualquiera que sea su
nivel o ritmo. México debería tomar parte importante no solo en la generación de MDL´s,
sino también en la especialización de ciertos tópicos importantes para ello. A lo largo del
capítulo 2 y 3, se hizo hincapié en que nuestro país debe tomar ventajas sobre los demás
países de Latino América en cuanto a instrumentos y/o cálculos de medición de emisiones
se refiere. Ya hemos comentado las consecuencias que una mala cuantificación puede
ocasionar, y si no se toman los ajustes necesarios para solucionarla, con el paso del tiempo
nos daremos cuenta que no han servido de nada los esfuerzos realizados hasta el momento.
Se dice que nuestro país no ha aprovechado del todo su potencial para producir energías
limpias. Tampoco se está haciendo el esfuerzo necesario para atraer e impulsar proyectos
que produzcan dichas energías. Olvidándonos un poco del beneficio que podrían generar
estos proyectos en cuanto a bonos de carbono se refiere, se está perdiendo la oportunidad de
crecer en un sector actualmente con mucho potencial y de suma importancia para el
desarrollo y la sustentabilidad del país. Desde la transferencia de tecnología hasta las
nuevas técnicas en procesos productivos, son factores en los cuales sin duda se debe
apostar.
Actualmente, la mejor arma ambiental que tiene nuestro país es la “renta de cielo”, ya que
países industrializados que no tienen la suficiente tecnología para la reducción de emisiones
necesitan justificar todos sus contaminantes mediante la captación de carbono y México
posee un ambiente idóneo para estos propósitos, la ventaja de esto es que nuestro cielo no
se contamina y la ganancia derivada de esa renta es posible utilizarla en reforestación,
mejora de procesos, apoyo reciproco con las autoridades ambientales, por mencionar
algunas.
Sin embargo, todos estos beneficios son mínimos si los comparamos con los obtenidos por
otras naciones mediante el mercado de bonos de carbono y la cultura de reducción de
emisiones que tienen.
México al ser país no anexo 1 es un gran beneficiador de los proyectos MDL, ya que las
empresas del país pueden cosechar múltiples beneficios de emprender un proyecto MDL,
incluyendo el aprovechamiento del incentivo financiero para modernizar su proceso
productivo, el mejoramiento de su competitividad la imagen de empresa responsable, la
reducción de los impactos ambientales de sus actividades, la anticipación de futuras
regulaciones sobre emisiones de GEI en México o la contribución al desarrollo sustentable
del país.
Uno de los problemas observados es que el incentivo financiero que representan los bonos
no es un financiamiento integral. Son pocas las instancias donde los bonos de carbono por
si solos, representaran una fuente de ingresos que sea suficiente para rentabilizar un
proyecto. En la mayoría de los casos, los bonos de carbono serán el elemento adicional que
puede volver rentable un proyecto que no lo era.
La buena regulación y legislación de los bonos de carbono en nuestro país es algo que
parece ser inminente. No solo por la creciente aprobación de numerosos MDL´s los cuales
presumen generar energías limpias, sino por la visión que los privados han tenido al darse
cuenta que este mercado vale millones de dólares. Puede llegar a ser preocupante si no se
regulan de una manera pertinente y apropiada, ya que puede haber proyectos que no estén
cumpliendo con los fines para los cuales fueron creados.
Todo esto puede traer consecuencias para el mercado de bonos de carbono en México.
Pensamos que es muy posible que se den nuevas negociaciones una vez terminado el
período comprendido por el Protocolo de Kyoto (2008-2012). Una vez realizado esto, las
alertas en el mercado interno comenzarán a sonar en lo que parece ser una importante área
de ingresos para el sector energético en México. Nuevas estructuras e incluso reestructuras
no se harán esperar, tanto a nivel regional como global.
¿Por qué no pensar en la creación de una bolsa especializada en México, tal como las que
ya existen en Chicago y Ámsterdam? No suena descabellada la idea si nos ponemos a
pensar en la gran capacidad ambiental que tiene México por su situación geográfica. En los
últimos años la industria en México ha crecido con la llegada de empresas multinacionales
que se instalan en nuestro país generando empleos, comunicaciones, infraestructura
industrial, tecnología, etc., pero sobre todo aprovechando el ambiente favorable para la
reducción de emisiones que sus procesos requieren y que México es capaz de ofrecer.
La evolución del MDL depende de la negociación del acuerdo que sucederá al Protocolo de
Kyoto, y que debería culminar en una reunión a celebrarse en diciembre del año en curso en
Copenhague. Así mismo, México tendrá que asumir compromisos obligatorios en el nuevo
tratado, lo que contribuirá a potenciar su mercado de carbono.
Consideramos lamentable que no se apoye un sector que será indispensable para la
población y el desarrollo del país, pues la energía solar que se usa en México es mucho
menor a 1% de todo lo que se consume, incluyendo los hidrocarburos fósiles.
Se ha padecido en cómo visualizar de forma integral el problema de los energéticos, pues se
sabe que a escala mundial las fuentes de petróleo se agotarán en 50 años, el gas en 70 y el
carbón en 165. La era de los combustibles fósiles está terminando.
La crisis energética que el país podría enfrentar también se debe a una falta de visión de los
operadores energéticos que no siempre han entendido la complejidad del problema, a pesar
de que nuestro país se ubica entre las naciones localizadas en la franja solar, es decir, que
somos una región rica en energía solar, con potencial de desarrollo mayor que cualquier
otra alternativa energética.
Si bien se han hecho esfuerzos por desarrollar nuevas aplicaciones utilizando energías
renovables, lo estamos haciendo un poco tarde, y por eso es tan importante que se tome
conciencia de su valor energético; naciones como China e India nos han invadido con sus
productos vinculados a energías renovables en unos pocos años.
Por lo que respecta al desarrollo de las energías renovables, ante el desarrollo de nuevos
campos energéticos, PEMEX no puede ser sólo una empresa petrolera, debe diversificar su
visión sobre la energía y no limitarse a ver sólo los problemas del petróleo, porque las
grandes petroleras a nivel mundial ya están cambiando su perspectiva, y ahí está la
bioenergía como un ejemplo.
Es necesario impulsar un programa de desarrollo integral tanto a escala de políticas
públicas como de aplicación de una nueva normatividad que incentive al consumidor y a las
constructoras a instalar en las nuevas edificaciones sistemas energéticos más eficientes, e
inclusive aquellos que puedan aprovechar energías renovables, como los calentadores
solares.
Se trata de un esfuerzo que no sólo es financiero, aunque se requiere mucha más inversión
para seguir desarrollando proyectos como los que hoy presentamos, sino de una nueva
visión cultural y social, en el que seamos responsables en el uso y consumo energético, y
aprendamos a responder sobre qué mundo queremos tener.
Uno de los grandes obstáculos que enfrenta nuestro país es el elevado costo de esta
tecnología, pues a diferencia de la electricidad que se genera con combustibles fósiles a un
costo de ocho centavos de dólar por hora kilovatios ($.08 USD h/kw), la obtenida por
energía solar tiene un precio promedio de un dólar, es decir, 10 veces más, pero que en
países donde ya se ha asimilado el costo ambiental hay más iniciativas para asumir el costo
y desarrollar una tecnología más eficiente.
Competir contra las potencias mundiales no es tarea fácil. China tiene planeadas grandes
inversiones en la producción de energías solar y eólica durante la próxima década, y para
2020 podrían llegar a niveles de producción de energías renovables similares a los que
Europa se ha fijado para entonces, a pesar de que el producto interno bruto per capita en la
Unión Europea es 6 veces mayor que el del gigante asiático.
Si consideramos que la superficie de bosques en México es de 64.4 millones de hectáreas
(33% del territorio nacional), y que aproximadamente una hectárea es capaz de capturar
entre 75 y 200 toneladas de carbono, es evidente que existe un beneficio muy grande que
no está siendo aprovechado por la economía de nuestro país, aún sin contar con otras
extensiones como las selvas húmedas, que también contribuirían a ganancias considerables.
Creemos que parte del éxito en que se logren situaciones positivas para el país radica en
que la industria, los organismos financieros, los investigadores y los gobiernos caminen en
la misma línea y sean congruentes para responder de manera eficaz a los retos que plantea
el cambio climático.
Si México no propone iniciativas e invierte en investigación y desarrollo para aprovechar
los recursos de la energía renovable, en particular la solar y eólica, la crisis generada por el
agotamiento de yacimientos de hidrocarburos fósiles nos encontrará desarmados y sin la
posibilidad de desarrollar nuestras propias soluciones, condenándonos a importar
tecnología extranjera y convirtiéndonos en un país cada vez más dependiente del exterior.
El efecto dominó no se hará esperar. El hecho de que nuestro país tome la delantera en
diversos aspectos ambientales como el desarrollo e investigación de energías renovables,
traerá como consecuencia un mercado de bonos de carbono tan importante, que se
financiarán proyectos por sí solos.
Es por eso que la creación de un mercado para los bonos de carbono en México es
inminente, la capacidad de captura y los beneficios aplicados a la tecnología y desarrollo de
nuevas técnicas de producción y aprovechamiento de recursos nos podrán colocar en un
primer plano en cuanto a conciencia ambiental y desarrollo sustentable que necesita el
planeta.
Glosario
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).- Agencia
federal independiente responsable de planificar y administrar la asistencia económica y
humanitaria exterior de los Estados nidos en todo el mundo.
Bolsa Climática de Chicago.- Corporación estadounidense única en resguardar el sistema
de comercio y reducción de todos los seis GEI y también del único sistema de cap and trade
en Norteamérica. Tiene cerca de 300 miembros de todos los sectores y proyectos de
compensación a nivel mundial.
Bonos de carbono.- Mecanismo internacional cuyo fin es reducir las emisiones
contaminantes al medio ambiente. Es uno de los tres mecanismos propuestos en el
Protocolo de Kyoto para la reducción de emisiones causantes del calentamiento global o
efecto invernadero.
Centro Mario Molina.- El Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía
y Medio Ambiente, A.C. es una organización independiente sin fines de lucro. Fue creada
en el 2004, para dar continuidad y consolidar en México las actividades que durante su vida
el Dr. Mario Molina (Premio Nobel de Química en 1995) ha llevado a cabo, no sólo para
estudiar los problemas del medio ambiente y la energía, sino también para generar los
consensos que permiten la instrumentación de las medidas que los resuelven. Se ha creado
para contribuir a encontrar respuestas prácticas a los múltiples desafíos que plantea el
Desarrollo Energético Sustentable.
Certificados de Reducción de Emisiones.- Los países del Anexo I que inviertan en
proyectos bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio, pueden obtener Certificados por un
monto equivalente a la cantidad de bióxido de carbono que se dejó de emitir a la atmósfera
como resultado del proyecto, asegurándose de que los beneficios ambientales sean reales,
medibles, verificables y de largo plazo.
Comisión Nacional Forestal.- Es un Organismo Público Descentralizado cuyo objetivo es
desarrollar, favorecer e impulsar las actividades productivas, de conservación y
restauración en materia forestal, así como participar en la formulación de los planes,
programas, y en la aplicación de la política de desarrollo forestal sustentable.
Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía.- es un órgano administrativo
desconcentrado de la Secretaría de Energía, que cuenta con autonomía técnica y operativa.
Tiene por objeto promover la eficiencia energética y constituirse como órgano de carácter
técnico, en materia de aprovechamiento sustentable de la energía.
Conferencia de las Partes.- Es la primera autoridad de la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático que evalúa anualmente el estado del cambio climático y
la efectividad del tratado. Trabaja conjuntamente con el Panel Intergubernamental de
Cambio Climático (IPCC), considerando los nuevos avances científicos y evaluando la
reducción de emisiones de cada país. En ella participan todos los estados miembros, o
“parte”, como también organizaciones de la sociedad civil y la prensa.
Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.- Convención
creada para lograr la estabilización de las concentraciones de gases de Efecto Invernadero
para permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible. Ha sido ratificada
por 188 países, incluido México en 1993.
Cumbre de la Tierra.- En Río de Janeiro, 172 gobiernos, incluidos 108 Jefes de Estado y
de Gobierno, aprobaron tres grandes acuerdos que habrían de regir la labor futura del medio
ambiente: el Programa 21, un plan de acción mundial para promover el desarrollo
sostenible; la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, un conjunto de
principios en los que se definían los derechos civiles y obligaciones de los Estados, y una
Declaración de principios relativos a los bosques, serie de directrices para la ordenación
más sostenible de los bosques en el mundo.
Departamento de Energía de los Estados Unidos (USDOE).- Organismo cuya función es
administrar programas relacionados a recursos de energía, seguridad nuclear nacional,
medio ambiente y ciencias. La misión del Departamento es manejar de la manera más
eficiente la producción de energía nacional, mantener el sistema de energía sostenible y
garantizar la seguridad de las armas nucleares para proteger la seguridad nacional.
Efecto Invernadero.- Fenómeno por el cual determinados gases, que son componentes de
la atmósfera planetaria, retienen parte de la energía que el suelo emite por haber sido
calentado por la radiación solar.
Energías limpias.- Son aquellas que nunca se agotan y se alimentan de las fuerzas
naturales, no generan residuos como consecuencia directa de su utilización.
Fondo Mexicano de Carbono.- Fidecomiso creado con la finalidad de contribuir a la
Estrategia Nacional de Cambio Climático, con objeto de crear un mecanismo de captación
y canalización de recursos orientados hacia la promoción e identificación de potenciales
proyectos que se desarrollen en México elegibles para el Mecanismo de Desarrollo Limpio
(MDL), proporcionar asistencia técnica y financiera relacionada con proyectos que
pudieran desarrollarse en México elegibles para el MDL y/u otros mecanismos que por sus
características generen reducciones de emisiones de Gel e implementar acciones que
permitan la difusión de una cultura de reducción de emisiones de GEI en México.
Gases de Efecto Invernadero.- Gases cuya presencia en la atmósfera contribuye al efecto
invernadero. Los más importantes están presentes en la atmósfera de manera natural,
aunque su concentración puede verse modificada por la actividad humana, pero también
entran en este concepto algunos gases artificiales, producto de la industria. Estos son vapor
de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxidos de nitrógeno (NOx), ozono
(O3) y clorofluorocarbonos (artificiales).
Informe Brundtland.- Informe socio-económico elaborado por distintas naciones en 1987
para la ONU, por una comisión encabezada por la doctora Gro Harlem Brundtland.
Originalmente, se llamó Nuestro Futuro Común (Our Common Future)
Instituto Nacional de Ecología.- Instituto encargado de generar, integrar y difundir
conocimiento e información a través de investigación científica aplicada y el
fortalecimiento de capacidades, para apoyar la formulación de política ambiental y la toma
de decisiones que promuevan el desarrollo sustentable.
Mecanismo de Desarrollo Limpio.- Procedimiento contemplado en el Protocolo de Kyoto
en donde países desarrollados pueden financiar proyectos de mitigación de emisiones de
gases de efecto invernadero dentro de países en desarrollo, y recibir a cambio Certificados
de Reducción de Emisiones aplicables a cumplir con su compromiso de reducción propio.
Organización Meteorológica Mundial.- Organismo especializado de las Naciones Unidas
autorizado para informar acerca del estado y el comportamiento de la atmósfera terrestre, su
interacción con los océanos, el clima que produce y la distribución resultante de los
recursos hídricos.
Países Anexo I.- Países comprometidos completa y absolutamente a reducir en 5.2% sus
emisiones de GEI tras firmar el Protocolo de Kyoto.
Países No Anexo I.- Países que no adquirieron compromisos cuantitativos. Deben formular
inventarios e implementar programas de mitigación de emisiones (MDL), teniendo la
oportunidad de aprovechar el mercado de reducción de emisiones.
Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).- Se trata de un grupo abierto a
todos los Miembros de las Naciones Unidas y de la OMM creado por la Organización
Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) en 1988. Consiste en analizar, de forma exhaustiva, objetiva, abierta y
transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender
los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las
actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y
atenuación del mismo
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).- Principal
autoridad ambiental mundial que establece las actividades mundiales en pro del medio
ambiente, promoviendo la aplicación coherente de los aspectos ambientales del desarrollo
sostenible en el sistema de las Naciones Unidas y actuando como defensor autorizado del
medio ambiente a nivel mundial.
Protocolo de Kyoto.- Acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones
de los seis gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global. Este
instrumento se encuentra dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático (CMNUCC), suscrita en 1992 dentro de lo que se conoció como
la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro.
Protocolo de Montreal.- Tratado internacional relativo a Sustancias Agotadoras de la Capa
de Ozono que tiene como objetivo proteger la capa de ozono mediante el control de
producción de las sustancias degradadoras de la misma. El tratado fue firmado el 16 de
septiembre de 1987 y entró en vigor el 1 de enero de 1989.
Secretaría de Medio ambiente y Recursos Naturales.- Dependencia de gobierno que
tiene como propósito fundamental fomentar en México la protección, restauración y
conservación de los ecosistemas y recursos naturales, y bienes y servicios ambientales, con
el fin de propiciar su aprovechamiento y desarrollo sustentable.
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