el mito de sísifo

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EL MITO DE SÍSIFO - CAMUS 1. UN RAZONAMIENTO ABSURDO 1.1. Lo absurdo y el suicidio - El suicidio es el problema filosófico más importante porque de esta se suceden todas las conductas humanas. De este también se supone una consideración, y posterior confesión, sobre si la vida vale la pena ser vivida o no. El suicidio es un problema principalmente individual; es el individuo donde hay que investigar, a través del buen sentido y la simpatía. Todos los hombres sanos han pensado alguna vez en su suicidio lo que dejaría en evidencia la relación entre el sentimiento y la aspiración a la nada. El filósofo debería dar el ejemplo; pero vemos que muchos que dicen que la vida no tiene ningún sentido no se suicidan. Camus cree a este respecto que considerar que la vida no tiene sentido no es equivalente a decir que la vida no merece ser vivida. 1.2. Los muros absurdos - La sensación de absurdo se da en el origen del pensamiento y de la acción. Es cierta y confusa, presente y lejana. Surge de imprevisto, la cadena con los gestos cotidianos se rompe, cuando descubrimos que pertenecemos al tiempo, cuando advertimos que el mundo nos es extraño, impenetrable, cuando sentimos malestar ante la inhumanidad del hombre mismo (la nausea), y sobre todo, la realidad de la muerte, su certidumbre matemática. - Camus enumera ahora aquello que en el mundo es irracional (fuera de la razón humana). El pensamiento busca distinguir entre lo cierto y lo falso, pero inmediatamente se encuentra con una serie de obstáculos: imposibilidad de distinguir entre lo verdadero de lo falso (cita a Aristóteles: "La consecuencia, con

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El Mito de Sísifo

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EL MITO DE SSIFO - CAMUS

1. UN RAZONAMIENTO ABSURDO

1.1. Lo absurdo y el suicidio

El suicidio es el problema filosfico ms importante porque de esta se suceden todas las conductas humanas. De este tambin se supone una consideracin, y posterior confesin, sobre si la vida vale la pena ser vivida o no. El suicidio es un problema principalmente individual; es el individuo donde hay que investigar, a travs del buen sentido y la simpata. Todos los hombres sanos han pensado alguna vez en su suicidio lo que dejara en evidencia la relacin entre el sentimiento y la aspiracin a la nada. El filsofo debera dar el ejemplo; pero vemos que muchos que dicen que la vida no tiene ningn sentido no se suicidan. Camus cree a este respecto que considerar que la vida no tiene sentido no es equivalente a decir que la vida no merece ser vivida.

1.2. Los muros absurdos

La sensacin de absurdo se da en el origen del pensamiento y de la accin. Es cierta y confusa, presente y lejana. Surge de imprevisto, la cadena con los gestos cotidianos se rompe, cuando descubrimos que pertenecemos al tiempo, cuando advertimos que el mundo nos es extrao, impenetrable, cuando sentimos malestar ante la inhumanidad del hombre mismo (la nausea), y sobre todo, la realidad de la muerte, su certidumbre matemtica. Camus enumera ahora aquello que en el mundo es irracional (fuera de la razn humana). El pensamiento busca distinguir entre lo cierto y lo falso, pero inmediatamente se encuentra con una serie de obstculos: imposibilidad de distinguir entre lo verdadero de lo falso (cita a Aristteles: "La consecuencia, con frecuencia ridiculizada, de estas opiniones es que se destruyen a s mismas. Pues al afirmar que todo es cierto afirmamos la verdad de la afirmacin opuesta y, por consiguiente, la falsedad de nuestra propia tesis (pues la afirmacin opuesta no admite que ella pueda ser cierta). Y si se dice que todo es falso esta afirmacin resulta tambin falsa. Si se declara que slo es falsa la afirmacin opuesta a la nuestra, o bien que slo la nuestra es falsa, se est, no obstante, obligado a admitir un nmero infinito de juicios verdaderos o falsos. Pues quien emite una afirmacin cierta declara al mismo tiempo que es cierta, y as sucesivamente hasta el infinito".), imposibilidad de comprender, es decir, de unificar, que nace de la nostalgia por lo absoluto (Parmnides afirma la realidad del uno, pero a la vez cae en la ridcula contradiccin de un espritu que afirma la unidad total y prueba con su afirmacin misma su propia diferencia y la diversidad que pretenda resolver.), el fracaso del conocimiento cientfico (donde todo termina en hiptesis, solo tiene carcter probable). Frente a esto nace lo absurdo. No se puede decir que este mundo es irracional, sino solamente de que no es razonable. Lo que resulta absurdo es la confrontacin de ese irracional y ese deseo desenfrenado de claridad cuyo llamamiento resuena en lo ms profundo del hombre. La lasitud esta al final de los actos de una vida maquinal, pero inicia al mismo tiempo el movimiento de la conciencia. La despierta y provoca la continuacin. La continuacin es la vuelta inconsciente a la cadena o el despertar definitivo. Al final del despertar viene, con el tiempo, la consecuencia: suicidio o restablecimiento. La vida cotidiana se hace repugnante porque se ha roto la identificacin de la conciencia con el ritmo automtico. Lo repugnante es bueno porque da movimiento a la conciencia que busca su liberacin. Todo comienza por la conciencia y nada vale sino por ella. Desde el momento en que se reconoce el absurdo, este se convierte en una pasin: todo consiste en saber si uno puede vivir con sus pasiones. Muchos filsofos se han dedicado a cerrar el camino real de la razn, partiendo de la certidumbre de un mundo contradictorio angustiante. Heidegger dice que la existencia esta humillada. La nica realidad es la inquietud en toda la realidad de los seres. Esa inquietud es un temor. Si ese temor adquiere conciencia de s mismo se convierte en angustia, clima perpetuo del hombre lucido en el que vuelve a encontrarse la existencia. La voz de la angustia exhorta a la existencia a que se recupere ella misma de su perdida en el se annimo. Heidegger busca su camino en medio de estos escombros. Jaspers sabe que no podemos llegar a nada que trascienda el juego mortal de las apariencias. En este mundo devastado donde est demostrada la imposibilidad de conocer trata de encontrar el camino que lo lleve a los secretos divinos. Chestov demuestra que el racionalismo siempre choca con lo irracional del pensamiento humano. Kierkegaard asegura de que ninguna verdad es absoluta y no puede hacer satisfactoria una existencia imposible en s misma. Rechaza los consuelos, la moral. No procura calmar el dolor, por el contrario, lo excita. Husserl, en el plano del mtodo, niega el poder trascendente de la razn. Niega el mtodo clsico de la razn, abre paso a la intuicin.

1.3. El suicidio filosfico

Ante todo no debemos olvidar los tres personajes del drama. Destruir uno de sus elementos es destruir el absurdo por completo. Si juzgo que una cosa es cierta debo preservarla (comentario personal: es eso necesario? no puede ser de otra forma?, considero que este es el punto clave de toda el pensamiento de Camus, si no cree en esto, en la coherencia de los pensamiento con los actos, toda su filosofa sonar antojadiza y martirizantemente intil. Camus parece responder a esto diciendo que es la sensacin absurda es innegable.) Ahora Camus emprende un anlisis de lo que para el esconden la filosofa existencialista. Vemos que el existencialismo nos proponen la evasin, divinizan lo que los aplasta y encuentran una razn para esperar en lo que les desguarnece. Esta esperanza es en todos de esencia religiosa. Jaspers: El fracaso no demuestra, ms all de toda aplicacin y de toda interpretacin posibles, la nada, sino la existencia de la trascendencia". A esta existencia que de pronto, y mediante un acto ciego de la confianza humana, lo explica todo, la define como "la unidad inconcebible de lo general y lo particular". As lo absurdo se convierte en dios (en el sentido ms amplio de esta palabra) y la impotencia para comprender en el ser que lo ilumina todo. Nada lleva lgicamente a este razonamiento. Un comentador de Chestov dice sobre l: la nica verdadera salida est precisamente ah donde no hay salida alguna para el juicio humano. Si no para que necesitaramos a Dios? No se vuelve hacia dios sino para obtener lo imposible. En cuanto a lo posible, bastan para ello los hombres. Chestov al descubrir lo absurdo dice a Dios es a quien hay que remitirse. Para Chestov la razn es vana pero hay algo ms all de la razn. Para el espritu absurdo no hay nada mas all de la razn vana. Chestov elude la lucha. El hombre absurdo reconoce la lucha, no desprecia absolutamente la razn y admite lo irracional. Para Kierkagaard tambin la antinomia se convierte en criterio de lo religioso. Kierkagaard reclama el sacrificio del intelecto. Dice en su fracaso el creyente encuentra su triunfo. Quiere curarse, escapar a la lucha. Da a lo irracional el rostro de lo absurdo y a su dios los atributos: injusto, inconsecuente e incomprensible. Vemos que hay reconciliacin porque la esta aunque a travs del escndalo es tambin reconciliacin. Esto le permite tener esperanza en la muerte. Kierkegaard dice que si el vacio sin fondo que nada puede llenar se ocultase bajo las cosas Qu sera la vida sino desesperacin? Este grito no puede detener al hombre absurdo. Buscar lo que es verdadero no es buscar lo que es deseable. La fenomenologa se niega a explicar el mundo y dice que no hay verdad, sino verdades. Cada cosa tiene su verdad. Es la conciencia la que la aclara con la atencin que se le presta. La conciencia pone en suspenso en la apariencia los objetos de su atencin, los asla. Estn desde entonces fuera de todos los juicios. Esta intencin est tomada en su sentido de direccin. a primera vista parece que nada contradice el espritu absurdo. Aspira a enumerar lo que no puede trascender. Pero Husserl habla tambin de las esencias extra-temporales. No se explican todas las cosas por una sola, sino por todas. No se quiere que estas ideas o estas esencias que la consciencia efecta al trmino de cada descripcin sean modelos perfectos, pero afirma que estn directamente presentes en todo dato de percepcin. Aqu el pensamiento se arroja en un politesmo abstracto. Las ficciones tambin son esencias extra-temporales. Que todo sea privilegiado equivale a decir que todo es equivalente. Dice: "Lo que es verdad es verdad absolutamente, en s; la verdad es una, idntica a s misma, cualesquiera que sean los seres que la perciban, hombres, monstruos, ngeles o dioses". No puedo negar que la Razn triunfa y toca el clarn por esta voz. De una verdad psicolgica Husserl pretende nacer una regla racional: despus de haber negado el poder integrante de la razn humana, salta mediante ese sesgo a la Razn eterna. En resumen, Kierkagaard suprime mi nostalgia y Husserl rene el universo. Todos de quienes se ha hablado eliminan un elemento del drama. No nos interesa aqu el suicidio filosfico sino el suicidio a secas. Vemos entonces que estos filsofos dan el salto. Su divorcio con el mundo solo es aparente. Lo que buscan es reconciliarse.

1.4. La libertad absurda

No puede negar lo absurdo; debo mantenerlo por ser cierto. Solo puedo mantenerlo a travs de la consciencia perpetua, constantemente renovada y tensa. El hombre ahora tiene que entrar nuevamente en el mundo, pero ahora lo hace con su rebelin y su clarividencia. Este infierno del presente es por fin su reino. Lo que se exige a s mismo es vivir solamente con lo que sabe, arreglrselas con lo que es y no hacer que intervenga nada que no sea cierto. Le responden que nada lo es. Pero eso, por lo menos, es una certidumbre. Con ella es con la que tiene que ver: quiere saber si es posible vivir sin apelacin. Con respecto al suicidio, abolir la rebelin es eludir el problema. Vivir es hacer que viva lo absurdo. La rebelin es una de las nicas posturas filosficas coherentes. Es una confrontacin perpetua con del hombre con su propia oscuridad. Vuelve a poner al mundo en duda en cada uno de los segundos. Ahora, el suicidio resuelve lo absurdo, la arrastra a la misma muerte. Lo contrario del suicida es el condenado a muerte. Se trata de morir irreconciliado y no de buena gana. El problema de la libertad en si no tiene sentido. La nica libertad que conocemos es la libertad de espritu y de accin. Ahora bien, si lo absurdo aniquila todas mis probabilidades de libertad eterna, me devuelve y exalta, por el contrario, mi libertad de accin. Cuando la muerte se presenta como la nica realidad El hombre descubre de que no era realmente libre en la medida que esperaba una manera de ser (se creaba barreras para su vida), porque siempre est frente a la posibilidad de la absurdidad de una muerte posible. Lo absurdo nos dice: no hay maana; esta ser ahora la razn de mi libertad profunda. Abismarse en esta certidumbre sin fondo, sentirse en adelante lo bastante extrao a la propia vida para aumentarla y recorrerla sin la miopa del amante es el principio de una liberacin. Esta independencia nueva tiene un plazo, como toda libertad de accin. No es eterna. El hombre absurdo entrev as un universo ardiente y helado, transparente y limitado en el que nada es posible pero donde todo est dado, y ms all del cual slo estn el hundimiento y la nada. Entonces puede decidirse a aceptar la vida en semejante universo y sacar de l sus fuerzas, su negacin a esperar y el testimonio obstinado de una vida sin consuelo. pero qu significa la vida en semejante universo? Por el momento la indiferencia por el porvenir y el ansia de agotar todo lo dado. La creencia en lo absurdo equivale a reemplazar la calidad de las experiencias por la cantidad. Si me convenzo de que esta vida no tiene otra faz que la de lo absurdo, lo que cuenta no es vivir lo mejor posible, sino vivir lo ms posible. Vivir lo ms posible en un sentido amplio es una regla de vida que no significa nada. Batir todos los records es ante todo, y nicamente, estar frente al mundo con mayor frecuencia posible. Pero cmo es eso, alguien puede preguntar, si por una parte, lo absurdo ensea que todas las experiencias son indiferentes y, por la otra, impulsa la mayor cantidad de experiencias. El error de esta pregunta consiste en pensar que esta cantidad de experiencias depende de las circunstancias de nuestra vida, cuando solo depende de nosotros. Sentir la propia vida, su rebelin, su libertad, y lo ms posible, es vivir lo ms posible. El nico obstculo ahora es la muerte prematura. Lo absurdo y el aumento de vida que implica no dependen, por lo tanto, de la voluntad del hombre, sino de su contrario, que es la muerte. Si se pesan bien las palabras, se trata nicamente de una cuestin de suerte. El ms puro de los goces es el sentir. El presente y la sucesin de presentes ante un alma sin estar consciente (aadamos: creo que Camus trata de decir que la conciencia esta y no esta, desaparece ante la sensacin, pero subyace a la sensacin), tal es el ideal del hombre absurdo. De esta manera se saca de lo absurdo tres consecuencias, que son nuestra rebelin, nuestra libertad y nuestra pasin. Hay una contradiccin dice Robert de Lupp- en el paso del instante de conciencia al derroche de sensaciones, de la calidad a la cantidad? No. Pues se pregona la sucesin ininterrumpida de sensaciones, pero exige al mismo tiempo la presencia subyacente de la conciencia. Presencia que adems dar a la sensacin su intensidad. Casi todos tenemos el mismo lote de experiencias, pero no todos somos conscientes. Podemos decir entonces que en Camus la cantidad depende de la calidad, pues si la consciencia no est presente un instante, este instante no es gustado y se recae en la monotona de cotidiana.

2. EL HOMBRE ABSURDO

El hombre absurdo se substrae a todo juicio excepto el suyo. No se puede disertar sobre la moral (seguro de rebelin sin porvenir prosigue su aventura). Consideramos por esto al hombre absurdo como inocente. Esta inocencia es temible. Todo est permitido. Tambin esto parece absurdo, pero con la condicin de que no se entienda en un sentido vulgar. Lo absurdo no libera, no autoriza todos los actos. Todo est permitido no significa que nada est prohibido. Lo absurdo da solamente su equivalencia a las consecuencias de esos actos (yo: lo actos absurdos, las consecuencias tambin). Todas las morales se fundan en la idea de que un acto tiene consecuencias que lo justifican o lo borran. Para un espritu empapado de absurdo juzga que si bien pueden haber responsable, no hay culpables. El hombre absurdo no puede buscar reglas ticas, sino solo ilustraciones de las vidas humanas. Las siguientes imgenes no son, entonces, modelos: un supernumerario de correos es igual a un conquistador si la consciencia le es comn. Se ha elegido nicamente a hombres que solo aspiran a agotarse. El nico pensamiento que no es mentiroso es, por lo tanto, un pensamiento estril. En el mundo absurdo, el valor de una nocin o de una vida se mide por su infecundidad.

2.1. El donjuanismo

Cuanto ms se ama tanto ms se consolida lo absurdo. don juan no es triste porque sabe y no espera. Eso es el genio: la inteligencia que conoce sus fronteras. Vuelve a encontrar en la boca de una mujer el gusto amargo y reconfortadle de la ciencia nica. Don Juan busca la saciedad. Si abandona a una mujer no es porque no la desee ya, sino porque dese a otra que no es lo mismo. Don Juan usa siempre la misma frase para todas, pero para quien busca la cantidad de los goces solo cuenta la eficacia. Sera un error considerarlo un inmoral pues tiene la moral de su simpata. Es un seductor ordinario, salvo que es consciente y por ello absurdo. Don Juan no busca coleccionar a las mujeres porque eso supone ser capaz de vivir del pasado propio, de la aoranza, otra forma de esperanza. Don Juan es egosta, pero a su manera. A aquellos a quienes un gran amor aparta de toda la vida personal, se enriquecen, pero empobrecen a aquellos que han elegido su amor. En cambio don Juan se multiplica. se puede hablar de egosmo? Para don Juan no constituye una sorpresa la vejez. Tampoco el ridculo, pues era parte del juego y acepto todas las reglas.

2.2. La comedia

El hombre absurdo comienza donde dejando de admirar el juego, el espritu quiere intervenir en l. Penetrar en todas esas vidas, experimentarlas en su diversidad es propiamente representarlas. El actor reina en lo perecedero. Entre todas las glorias, la suya es, como se sabe, la ms efmera. Pero todas las glorias son efmeras. Esta idea (todo perecer) dirige nuestras preocupaciones hacia lo ms seguro, es decir, hacia lo inmediato. De todas las glorias, la menos engaosa es la que se vive. El actor ha elegido, por lo tanto, la gloria innumerable, la que se consagra y se experimenta, la que se agota. Su arte consiste en fingir absolutamente, en penetrar lo ms posible en vidas que no son la suya. El actor, mimo de lo perecedero, no se ejercita ni se perfecciona sino en la apariencia. La ley de este arte quiere que todo tome cuerpo y se traduzca en carne. El actor tiene la silueta nica del personaje absurdo que pasea a travs de todos sus protagonistas. El actor se contradice: es l mismo y, no obstante, tan diverso, tantas almas resumidas por un solo cuerpo. Lo que se contradice se une, no obstante, en l. Cmo no iba a condenar la Iglesia semejante ejercicio en el actor? Repudiaba la pretensin escandalosa de un espritu que se niega a no vivir ms que un destino. "Lo que importa dice Nietzsche no es la vida eterna, sino la eterna vivacidad." Todo el drama est, en efecto, en esta eleccin. Los comediantes de la poca saban que estaban excomulgados. El actor saba el castigo que se le prometa. Pero qu sentido podan tener tan vagas amenazas en comparacin con el ltimo castigo que le reservaba la vida misma? La muerte.

2.3. La conquista

Consciente de que no puedo separarme de mi poca, he decidido formar cuerpo con ella. Porque s que no hay causas victoriosas me gustan las causas perdidas: stas exigen un alma entera, igual en su derrota como en sus victorias pasajeras. Entre la historia y lo eterno he elegido la historia, porque me gustan las certidumbres, y cmo negar esta fuerza que me aplasta? Llega siempre un tiempo en que hay que elegir entre la contemplacin y la accin. Eso se llama hacerse un hombre. Si elijo la accin, no se crea que la contemplacin es para m una tierra desconocida. Pero no puede drmelo todo y, privado de lo eterno, quiero aliarme con el tiempo. Los conquistadores saben que la accin es en s misma intil. Slo hay una accin til, la que rehara al hombre y a la tierra. Yo no rehar nunca a los hombres. Pero hay que hacer "como si", pues el camino de la lucha me hace volver a encontrar la carne. Aunque humillada, la carne es mi nica certidumbre. Por eso estoy del lado de la lucha. La poca se presta para ello. La grandeza de un conquistador era geogrfica; ahora, est en la protesta y en el sacrificio sin porvenir. Pero no es por complacencia en la derrota. Slo hay una victoria y es eterna. Es la que no conseguir nunca. S, el hombre es su propio fin. Y es su nico fin. Si quiere ser algo, tiene que serlo en esta vida. Los conquistadores pueden con lo ms, pero no pueden ms que el hombre mismo cuando lo quiere. Por eso no abandonan nunca el crisol humano. Encuentran all a la criatura mutilada, pero eso es a la vez su miseria y su riqueza. Morir al mismo tiempo que este cuerpo. Pero su libertad consiste en saberlo. El amante, el comediante o el aventurero encarnan lo absurdo. Pero tambin, si lo quieren, el casto, el funcionario o el presidente de la repblica. Basta con saber y no ocultar nada. No tratan de ser mejores, sino consecuentes. Este mundo absurdo y sin dios se puebla entonces con hombres que piensan con claridad y ya no esperan. Y todava no he hablado del ms absurdo de los personajes, que es el creador.

3. LA CREACIN ABSURDA

3.1. FILOSOFA Y NOVELA

La conquista o el juego, el amor innumerable, la rebelin absurda son homenajes que el hombre tributa a su dignidad en una campaa en la que est vencido de antemano. No se niega lo absurdo: se trata de respirar con l. A este respecto, el goce absurdo por excelencia es la creacin. "El arte y nada ms que el arte dice Nietzsche. Tenemos el arte para no morir de la verdad." Es la obra la nica probabilidad de mantener la propia conciencia y de fijar en ella las aventuras. Crear es vivir dos veces. La bsqueda titubeante y ansiosa de un Proust, su meticulosa coleccin de flores, de tapices y de angustias no significan otra cosa. Todos tratan de imitar, repetir y recrear su propia realidad. Terminamos siempre por tener el rostro de nuestras verdades. La creacin es la gran imitacin. No se trata ya de explicar y de resolver, sino de sentir y describir. Todo comienza con la indiferencia clarividente. Describir, tal es la ltima ambicin de un pensamiento absurdo. La explicacin es intil, pero la sensacin subsiste. La obra de arte seala a la vez la muerte de una esperanza y su multiplicacin. Sera un error ver en ello un smbolo y creer que la obra de arte puede ser considerada, al fin y al cabo, como un refugio de lo absurdo. Ella misma es un fenmeno absurdo y se trata solamente de su descripcin. No ofrece una solucin al mal del espritu. Es, por el contrario, uno de los signos de ese mal que repercute en todo el pensamiento de un hombre. Pero, por primera vez, hace que el espritu salga de s mismo y lo coloca frente a otro, no para que se pierda en l, sino para mostrarle con un dedo preciso el camino sin salida en que se han metido todos. Ahora bien es posible una obra absurda? Para que sea posible una obra absurda es necesario que se mezcle con ella el pensamiento bajo su forma ms lcida. Pero es necesario, al mismo tiempo, que no aparezca en ella sino como la inteligencia que ordena. La obra de arte nace del renunciamiento de la inteligencia a razonar lo concreto. Es el pensamiento lcido el que la provoca, pero en ese acto mismo se niega. No ceder a la tentacin de agregar a lo descrito un sentido ms profundo que sabe ilegtimo. La obra absurda exige un artista consciente de estos lmites y un arte en el que lo concreto slo se describa a s mismo. La verdadera obra arte es la que tiene siempre la medida humana. La obra absurda ilustra la renuncia del pensamiento a sus prestigios y su resignacin a no ser ya ms que la inteligencia que hace funcionar las apariencias y que cubre con imgenes lo que no tiene razn. Si el mundo fuese claro no existira el arte. No hablo ahora de las artes de la forma o del color, en las que slo reina la descripcin en su esplndida modestia. Bajo otro aspecto, sucede lo mismo con la msica. Si hay un arte privado de enseanza, es precisamente se. No existe sensacin ms pura. El hombre absurdo reconoce como suyas esas armonas y esas formas. Pero yo querra hablar aqu de una obra en la que la tentacin de explicar sigue siendo la mayor, en la que la ilusin se ofrece por s misma, en a que la conclusin es casi inevitable. Me refiero a la creacin novelesca. Me preguntar si lo absurdo puede mantenerse en ella. Pensar es, ante todo, querer crear un mundo (o limitar el propio). Es partir del desacuerdo fundamental que separa al hombre de su experiencia para encontrar un terreno de armona conforme a su nostalgia, un universo encorsetado con razones o aclarado por analogas que permitan resolver el divorcio insoportable. El filsofo, aunque sea Kant, es creador. En las grandes novelas ya no se cuentan "historias"; se crea el universo propio. Los grandes novelistas son novelistas filsofos, es decir, lo contrario de escritores de tesis. El hecho de que hayan preferido escribir con imgenes ms bien que con razonamientos revela cierta idea, que les es comn, de la inutilidad de todo principio de explicacin y convencida del mensaje de enseanza de la apariencia sensible. Consideran que la obra es al mismo tiempo un fin y un principio. Es el resultado de una filosofa con frecuencia inexpresada, su ilustracin y su coronamiento. Que un poco de pensamiento aleja de la vida, pero mucho lleva a ella. Como es incapaz de sublimar lo real, el pensamiento se limita a imitarlo. En la creacin la tentacin de explicar es ms fuerte, se puede superar esa tentacin? Se examinar un tema favorito de Dostoievski. Este paralelismo servir para la explicacin.

3.2. Kirilov

Todos los personajes de Dostoievski se interrogan sobre el sentido de la vida. En las novelas de Dostoievski se plantea la cuestin con tal intensidad que no puede traer aparejadas sino soluciones extremas. La existencia es engaosa o es eterna. Ilustra las consecuencias que pueden tener esos juegos del espritu en una vida de hombre. Entre esas consecuencias, la que le interesa es la ltima, a la que en el Diario de un escritor llama l mismo suicidio lgico. El mismo tema se encarna, pero con la amplitud ms admirable, en Kirilov, personaje de Los posedos partidario tambin del suicidio lgico. El razonamiento es de una claridad clsica. Si Dios no existe, Kirilov es dios. Si Dios no existe, Kirilov debe matarse. Por lo tanto, Kirilov debe matarse para ser dios. Esta lgica es absurda, pero es lo que debe ser. La divinidad de que se trata es enteramente terrenal. "He buscado durante tres aos dice Kirilov el atributo de mi divinidad y lo he encontrado. El atributo de mi divinidad es la independencia". Ahora se advierte el sentido de la premisa kiriloviana: "Si Dios no existe, yo soy dios". Hacerse dios es solamente ser libre en esta tierra, no servir a un ser inmortal. Pero si este crimen metafsico basta para la realizacin del hombre, por qu aadirle el suicidio? Los hombres no lo saben. Necesitan que se les muestre el camino y no pueden prescindir de la predicacin. Por lo tanto, Kirilov debe matarse por amor a la humanidad. Nadie como Dostoievski ha sabido dar al mundo absurdo prestigios tan prximos y tan torturantes. Sin embargo, cul es su conclusin? Dostoievski desarrolla su posicin: "Si la fe en la inmortalidad le es tan necesaria al ser humano (que sin ella llega a matarse) es porque se trata del estado normal de la humanidad. Siendo as, la inmortalidad del alma humana existe sin duda alguna". Aliocha dice a su vez: "Ciertamente, volveremos a vernos, nos contaremos alegremente todo lo que ha ocurrido". Quien nos habla no es un novelista absurdo, sino un novelista existencial. Tambin en este caso al salto es conmovedor. Aqu no se trata de una obra absurda, sino de una obra que plantea el problema absurdo. La respuesta de Dostoievski es la humillacin; la "vergenza". Una obra absurda, por el contrario, no proporciona respuesta alguna, y sta es la diferencia. Lo que contradice a lo absurdo en esta obra no es su carcter cristiano, sino el anuncio que hace de la vida futura. Se puede ser cristiano y absurdo.

3.3. La creacin sin maana

El arte no puede ser servido por nada tan bien como por un pensamiento negativo. Sus maneras de proceder oscuras y humilladas son tan necesarias para la inteligencia de una gran obra como lo es el negro para el blanco. Trabajar y crear para nada. Realizar dos tareas, negar por un lado y exaltar por el otro, es el camino que se abre al creador absurdo. Se considera con demasiada frecuencia que la obra de un creador es una serie de testimonios aislados. Se confunde entonces al artista con el literato. Un pensamiento profundo est en devenir continuo, abraza la experiencia de una vida y se amolda a ella. La serie de sus obras no es sino una coleccin de fracasos. Pero si todos esos fracasos conservan la misma resonancia, el creador ha sabido repetir la imagen de su propia condicin, hacer que resuene el secreto estril que detenta. La voluntad humana no tena ms finalidad que la de mantener la conciencia. Pero eso no se podra hacer sin disciplina. La creacin es la ms eficaz de todas las escuelas de la paciencia y de la lucidez. Es tambin" l testimonio trastornador de la nica dignidad del hombre: la rebelin tenaz contra su condicin, la perseverancia en un esfuerzo considerado estril. Pero no nos confundamos de esttica. Lo que invoco aqu no es una tesis. Estos creadores son filsofos vergonzantes. Aquellos de quienes hablo son pensadores lucidos, de un pensamiento limitado, mortal y rebelde. Todo pensamiento que renuncia a la unidad exalta la diversidad. Y la diversidad es el lugar del arte. El nico pensamiento que libera al espritu es el que lo deja solo, seguro de sus lmites y de su fin prximo. Por lo tanto, yo exijo a la creacin absurda lo que exiga al pensamiento: la rebelin, la libertad y la diversidad. Repitmoslo. Nada de todo esto tiene sentido real.

4. EL MITO DE SSIFO

Los dioses haban condenado a Ssifo a subir sin cesar una roca hasta la cima de una montaa desde donde la piedra volva a caer por su propio peso. Haban pensado con algn fundamento que no hay castigo ms terrible que el trabajo intil y sin esperanza. Ssifo es el hroe absurdo. Al final de largo esfuerzo alcanza la meta. Ssifo ve entonces cmo la piedra desciende en algunos instantes: habr de volver a subirla hasta las cimas, para que baje de nuevo a la llanura. Ssifo me interesa durante ese regreso, esa pausa. Esta hora que es como una respiracin y que vuelve tan seguramente como su desdicha, es la hora de la conciencia. Este mito es trgico porque su protagonista tiene conciencia. Las verdades aplastantes perecen al ser reconocidas. Toda la alegra silenciosa de Ssifo consiste en que su destino le pertenece. Si hay un destino personal, no hay un destino superior, o, por lo menos, no hay ms que uno al que juzga fatal y despreciable. Por lo dems, sabe que es dueo de sus das. En ese instante sutil en que el hombre vuelve sobre su vida, como Ssifo vuelve hacia su roca, en ese ligero giro, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierte en su destino, creado por l, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte. As, persuadido del origen enteramente humano de todo lo que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, est siempre en marcha. La roca sigue rodando. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazn de hombre. Hay que imaginarse a Ssifo dichoso.

5. LA ESPERANZA Y LO ABSURDO EN LA OBRA DE FRANZ KAFKA

Todo el arte de Kafka consiste en obligar al lector a releer. Pero sera un error querer interpretar todo detalladamente en Kafka. En el proceso Kafka vive y le condenan. Se entera de ello en las primeras pginas de la novela que l vive en este mundo, y aunque trata de remediarlo, lo hace, no obstante, sin sorpresa. Nunca se asombrar bastante de esa falta de asombro. En estas contradicciones se reconocen los primeros signos de la obra absurda. El castillo es quizs una teologa en accin, pero ante todo la aventura individual de un alma que reclama a los objetos de este mundo su secreto real. La metamorfosis simboliza la horrible imaginera de una tica de la lucidez. Es tambin producto de ese incalculable asombro que experimenta el hombre al sentir la bestia en que se convierte sin esfuerzo. El secreto de Kafka reside en esta ambigedad fundamental. Estas oscilaciones perpetuas entre lo natural y lo extraordinario, el individuo y lo universal, lo trgico y lo cotidiano, lo absurdo y lo lgico. un smbolo supone dos planos, dos mundos de ideas y de sensaciones, y un diccionario de correspondencia entre uno y otro. En Kafka esos dos mundos son el de la vida cotidiana, por una parte, y el de la inquietud sobrenatural, por la otra. Hay en la condicin humana una absurdidad fundamental al mismo tiempo que una grandeza implacable. Las dos coinciden, como es natural. Por eso Kafka expresa la tragedia mediante lo cotidiano y lo absurdo mediante lo lgico. El protagonista de la metamorfosis es un viajante de comercio a quien todos los cambios solo le generan un ligero fastidio. En el castillo, en la que nada termina y todo recomienza, se simboliza la aventura esencial de un alma en busca de su gracia. Si Kafka quiere expresar lo absurdo, se sirve de la coherencia. El mundo de Kafka es, en verdad, un universo inefable en el que el hombre se permite el lujo torturante de pescar en una baera sabiendo que no saldr nada de ella. En el proceso el logro es total. Nada falta: ni la rebelin inexpresada, ni la desesperacin lucida y muda, ni esa sorprendente libertad de proceder que los personajes de la novela respiran hasta la muerte final. Sin embargo en este universo sin progreso va a introducir Kafka la esperanza bajo una forma singular. El Proceso y El Castillo se complementan. El proceso plantea un problema que resuelve El castillo en cierta medida. El proceso diagnostica y El castillo imagina un tratamiento. Pero el remedio que se propone en l no cura. Lo nico que hace es que la enfermedad entre en la vida normal. Ayuda a aceptarla. En cierto sentido (pensemos en Kierkegaard) la hace querer. Este remedio sutil que nos hace amar lo que nos aplasta, este "salto" brusco mediante el cual todo cambia, es el secreto de la revolucin existencial y de El castillo mismo. En El castillo a K le nombran agrimensor del castillo y llega a la aldea. Pero desde la aldea es imposible comunicarse con el castillo. K se obstinar en encontrar su camino, no se enfadar nunca y, con una fe desconcertante, se empear en ejercer la funcin que se le ha confiado. Cada captulo es un fracaso. Cuando K... telefonea al castillo oye voces confusas y mezcladas, risas vagas, llamamientos lejanos. Eso basta para alimentar su esperanza. Esos autmatas inspirados que son los personajes de Kafka nos dan la imagen de lo que seramos nosotros privados de nuestras diversiones y entregados por completo a las humillaciones de lo divino. En El castillo se convierte en una tica esta sumisin a lo cotidiano. La gran esperanza de K... es conseguir que el castillo le adopte. Como no puede conseguirlo solo, se esfuerza por merecer esa gracia hacindose habitante de la aldea. Quiere un oficio, un hogar, una vida de hombre normal y sano. El episodio de Frieda a este respecto es significativo. Toma de ella algo que le supera, al mismo tiempo que tiene conciencia de lo que le hace para siempre indigna del castillo. La familia Barnab es la nica de la aldea que est completamente abandonada por el castillo y por la aldea misma. Amalia a rechazado a un funcionario del castillo. La maldicin inmoral que ha seguido la ha apartado para siempre del amor de Dios. La verdad contrara a la moral. El que va de Frieda a las hermanas Barnab, es el mismo que va del amor confiado a la deificacin de lo absurdo. La ltima tentativa del agrimensor consiste en volver a encontrar a Dios a travs de lo que lo niega, en reconocerlo, no de acuerdo con nuestras categoras de bondad y belleza, sino detrs de los rostros vacos y horribles de su indiferencia, de su injusticia y de su odio (Kierkegaard). Kierkeggard dice: "Se debe herir mortalmente a la esperanza terrestre, pues solamente entonces nos salva la esperanza verdadera" y que se puede traducir as: "Hay que haber escrito El proceso para escribir El castillo". Veo solamente que la obra absurda misma puede conducir a la infidelidad que quiero evitar. El nico personaje sin esperanza de El castillo es Amalia. A ella es a quien el agrimensor se opone con ms violencia. Kafka niega a su dios la grandeza moral, la evidencia, la bondad, la coherencia, pero es para arrojarse mejor a sus brazos. Lo Absurdo es reconocido, aceptado, el hombre se resigna a l y desde ese instante sabemos que no es ya lo absurdo. En esto se ve, en todo caso, en qu tradicin de pensamiento se inscribe la obra de Kafka. Pero que eso no nos prive de ver su grandeza y su universalidad Pero que eso no nos prive de ver su grandeza y su universalidad. Estas proceden de que ha sabido simbolizar con tanta amplitud el paso cotidiano de la esperanza a la angustia y de la sensatez desesperada a la obcecacin voluntaria. Su obra es universal (una obra verdaderamente absurda no es universal) en la medida en que en ella se simboliza el rostro conmovedor del nombre que huye de la humanidad, que saca de sus contradicciones razones para creer. Es universal porque tiene una inspiracin religiosa. Pero s que no busco lo universal, sino lo verdadero. Ambos pueden no coincidir. Digamos algo aclarador: la obra trgica podra ser la que, una vez desterrada toda esperanza futura, describiera la vida de un hombre dichoso. Nietzsche parece ser el nico artista que haya sacado las consecuencias extremas de una esttica de lo Absurdo, pues su ltimo mensaje reside en una lucidez estril y conquistadora y en una negacin obstinada de todo consuelo sobrenatural.