el monetarismo friedmaniano
TRANSCRIPT
El monetarismo Friedmaniano: La escuela Chicago y Neoliberalismo.
Durante los últimos 25 años Milton Friedman ha sido el principal promotor de la rehabilitación de la teoría cuantitativa clásica, formulando la teoría cuantitativa moderna del dinero, la cual constituye la “piedra angular” de la argumentación de la teoría y política macroeconómica de este enfoque.
La teoría monetarista para una economía cerrada.
La rehabilitación de la teoría cuantitativa clásica.
Si bien el enfoque de la teoría cuantitativa del dinero no resulta adecuado para entender la problemática macroeconómica. El propio Friedman reconoce que para desarrollar el enfoque monetarista ha reformulado y rehabilitado la teoría cuantitativa.
La teoría cuantitativa del dinero.
En esta teoría se encuentra la esencia del enfoque monetarista y su formulación y análisis se deriva de la ecuación clásica de cambio:
MV = PQ = Y
Donde M es la oferta monetaria nominal; V es la velocidad ingreso del dinero; P es el índice general de precios, que en la práctica está representado por el deflactor implícito del Producto Nacional Bruto (PNB); Q es el producto real; esto es, el PNB a precios constantes, y por lo tanto, Y representa el valor monetario de producción, esto es, el ingreso nominal.
Los dos lados de la ecuación son iguales por definición (MV = PQ). Ya que el ingreso anual nominal (Y = PQ) es igual a la tasa de gasto anual en bienes y servicios (MV). Sin embargo, mientras que la ecuación de cambio es una tautología (MV = PQ), la teoría cuantitativa del dinero en que se basan los monetaristas no lo es.
La teoría señala que el nivel de precios, P, mantiene una relación proporcionalmente fija con la cantidad del dinero. Esta idea proviene del sentido económico común más elemental que sugiere que el valor de cualquier bien esta, inversamente relacionado a su oferta.
La teoría cuantitativa requiere que V y Q permanezcan constantes cuando M cambia.
La teoría cuantitativa en su versión moderna, utiliza la misma ecuación de cambio antes descrito, pero en términos de crecimiento porcentual para cada una de las variables.
m=MM,v=V
V
Asi, tendríamos:
m+v=p+q= y
La contrarrevolución monetarista en el centro.
La ecuación de cambio en su versión moderna nos dice que la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero (oferta monetaria) m, más el crecimiento en la velocidad de su circulación (tasa de inflación, p, más la tasa de crecimiento en el producto real q.
La proposición básica de la versión moderna de la teoría cuantitativa señala que: un aumento en la tasa de crecimiento de la oferta monetaria m, conduce a un incremento igual en la tasa de crecimiento de los precios, esto es, incremento igual en la tasa de crecimiento de los precios, esto es, p.
La proposición básica del enfoque monetarista para una economía cerrada se encuentra en el “aforismo” e Friedman de que la inflación es, en todo lugar y en todo momento, un fenómeno monetario. La raíz básica en que se fundamenta esta posición, es explicar los supuestos de que la velocidad ingreso dinero V, y la tasa de crecimiento del producto real q, son constantes.
La tasa de crecimiento constante del producto real, q, la intentan explicar bajo el supuesto de pleno empleo en la economía, pero con una argumentación teórica mucho más complicada que la de los clásicos, aunque en la práctica llegan a los mismos resultados.
Su argumentación se encuentra en una teoría de trabajos más elaborados, a través de la conceptualización de “tasa natural de desempleo” y de las expectativas racionales.
La teoría sobre la estabilidad de la demanda de dinero: el supuesto de que la velocidad – ingreso del dinero es
“constante”.
Los monetaristas argumentan que existe una relación funcional estable
entre la demanda por saldos monetarios y un número limitado de
variables. El argumento no señala que la velocidad sea constante, pero
sí que es lo suficientemente “estable” como para permitir predecir de
una manera satisfactoria la relación entre los cambios de la oferta
monetaria y de los cambios en el ingreso nominal. Los cambios n la
velocidad son considerados de menor importancia relativa respectos a
los cambios en la oferta monetaria. Suponen que el cambio en la
velocidad es en tal dirección que refuerza en vez de compensar los
cambios en la política monetaria.
La función de demanda de dinero depende, para Friedman, de las
siguientes variables (1956): el nivel de precios, la tasa de rendimiento
de los bonos y acciones, la tasa esperada de inflación, la proporción de
la riqueza humana sobre la no humana, la riqueza total, y los gustos y
preferencias de los individuos.
Primera: la demanda de dinero es inelástica respecto a las variables que
la determinan. De esta manera, el cambio porcentual en la cantidad
demandada de dinero debido a cambios porcentuales en las variables
que los determinan es muy pequeño, así que los movimientos en la
velocidad-ingreso del dinero también son muy pequeños.
m=p+q−v= y
Pero dado que v=o entonces
m=p+q= y
Significa que todo incremento en la cantidad de dinero se refleja
directamente en un incremento proporcional en el ingreso nominal.
Segunda: las variables que afectan la demanda de dinero están fijas o
determinadas fuera de las fuerzas monetarias.
La tesis sobre la inflación y el desempleo: el supuesto de “la
tasa constante de crecimiento del producto real”.
La tesis fundamental de la teoría monetarista es que todo incremento en
la tasa de crecimiento de la oferta monetaria m, se manifiesta en un
aumento en la tasa de inflación p, y en ningún aumento de la tasa de
crecimiento real del producto q. la teoría cuantitativa clásica suponía
que q era una constante, dado que la economía siempre se encontraba
en pleno empleo. Esto a su vez suponía que los salarios y los precios
eran perfectamente flexibles tanto al alza como a la baja, de tal manera
que en el corto y largo plazo el mercado de trabajo siempre estaba en
equilibrio y no existía la posibilidad de desempleo involuntario.
Según el análisis monetarista, la tasa natural de desempleo, y es el
pivote alrededor del cual gira la tasa real de desempleo, y, esta asociad
con el equilibrio en el mercado de trabajo y, por lo tanto, a la estructura
de la tasa de salario real. Afirman, la tasa natural no depende de la tasa
de inflación, sin embargo, cuando la cantidad de desempleo es la
correcta, la inflación permanecerá estable.
Para analiza la relación entre la tasa natural de desempleo y la inflación
en el enfoque monetarista, es conveniente recurrir al análisis de la curva
de Philips, que constituye el enfoque moderno del mercado de trabajo
para las economías avanzadas.
El análisis de Philips señala que existe una relación inversa entre la tasa
de desempleo y la tasa de cambio de los salarios monetarios.
Los monetaristas aceptan que el corto plazo el gobierno puede reducir el
desempleo a costa de una mayor inflación; empero, en el largo plazo
solo conseguiría una mayor inflación sin aumentar el empleo, por lo cual
no se justifica una política activa del Estado que intente reducir el
desempleo.
La nueva macroeconomía clásica: la teoría de expectativas
racionales.
El caso extremo en que se afirma que la curva de Philips es
perfectamente vertical, inclusive en el corto plazo, está representado
por los “nuevos” monetaristas, quienes reemplazan el esquema de
expectativas adaptativas por un esquema de expectativas racionales.
El supuesto de expectativas racionales para los nuevos monetaristas
viene a desempeñar “gratuitamente” el papeleo de un mercado con
ajuste instantáneo, automático y continuo.
El hecho de que la curva de Phillips se a vertical tanto en el largo como
en el corto plazo significa, en términos prácticos, que el gobierno,, a
través de una política económica expansionista, no puede afectar el
nivel de desempleo ni estimular el crecimiento económico ni siquiera en
el corto plazo, y solo provocará una mayor influencia.
el argumento establece que los postulados convencionales son
inconsistentes, en tanto que las premisas acerca del comportamiento
agregado están basadas en supuestos que resultan conflictos con el
comportamiento individual.
“El comportamiento agregado en los modelos keynesianos no
corresponde al comportamiento optimizador individual en todas las
condiciones”.
Los creyentes en la teoría de expectativas racionales presentan esta
teoría como una contrarrevolucio al neokeynesianismo al regresar a los
principios clásicos, anteriormente derribados por la revolución
keynesiana.
A la teoría de expectativas racionales se la ha llamado la “nueva
macroeconomía clásica”, porque en verdad está basada en los dos
supuestos fundamentales de la economía clásica: que los diversos
agentes económicos optimizan y que los mercados se ajustan
automáticamente, instantánea y continuamente.
La política económica neoliberal.
A partir de la teoría cuantitativa en su versión moderna los monetaristas
formulan que la expansión del crédito y del activismo económico del
Estado no es efectiva para aumentar la producción ni empleo. Tanto en
teoría como en la práctica, los monetaristas de hoy en día llegan a las
mismas conclusiones que los clásicos.
Los monetaristas afirman la ineficacia de la política fiscal y monetaria
para aumentar la producción y el empleo. Utilizan el argumento de la
formación de expectativas y la existencia de una tasa “natural” de
desempleo, con la que se determina el “equilibrio” en el mercado de
trabajo. La existencia de esta tasa natural, implica, en una última
instancia, la invariabilidad del nivel de producción.
Si v y q son constantes, entonces los cambios monetarios son la causa
dominante de la inflación y de los cambios en el ingreso nominal
(m+v=p+q ;m= y ;m=p)
Como la economía tiende a una “tasa natural” de desempleo intrínseco
al sistema de mercado, la política económica del Estado no puede
afectar dicha tasa y por supuesto tampoco la producción. Puesto que
precios y salarios son perfectamente flexibles, el Estado no debe
establecer ninguno tipo de regulación de mercado ni de control de
precios.