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Universidad Artes y Ciencias SocialesARCIS
Marzo, 2014
El Niño como Actor PolíticoUna Experiencia Poblacional, Pudahuel 2012
Jessica Andrea Ruiz Alvarado
Profesor Alexis Chelme
Contexto e Introducción
Ya de hace algún tiempo, un par de décadas por lo menos, que se viene poniendo
sobre la mesa la discusión acerca del estudio de la niñez. En este sentido, variadas y hasta
contradictorias han sido las posturas de distintos autores. Lo cierto es que, tras firmada la
Convención sobre los Derechos del Niño, en el año 1989, que culmina un largo proceso que
había comenzado con la poco elaborada Declaración de Ginebra en 1924, se dejan sentados
ciertos principios al momento de observar la situación del niño en nuestra sociedad.
Uno de los grandes principios que se establecen en esta, es el de concederle al niño
su condición de sujeto de derechos, esto es, que gozan de derechos y deberes frente a su
familia, el Estado, y frente a la sociedad. Considerar a la infancia como sujetos es darle la
responsabilidad recíproca de ser actor en la construcción de la sociedad.
En el caso de Chile, en 1990 el Gobierno de Aylwin suscribe a la convención sobre
los Derechos del Niño. Desde ahí a la fecha se han efectuado una serie de cambios en
cuanto a políticas de infancia. Por ejemplo, de acuerdo al programa Gubernamental Chile
Crece Contigo 2001-2010, el niño para desarrollarse necesita tres factores fundamentales:
Los niños y niñas: requieren de servicios que apoyen directamente el despliegue de
habilidades, destrezas y competencias, en todas las áreas de desarrollo.
Familia: que cumple un rol de primera contención de los niños y niñas, y para esto
requiere el apoyo de políticas públicas que les brinden herramientas que faciliten el
cumplimiento de su rol de contención.
Comunidad: que como entorno de los niños y niñas, requiere de políticas públicas
en apoyo para la generación de condiciones favorables al desarrollo niños y niñas
junto a sus familias.
Ahora bien, como veremos más adelante, estas políticas públicas no alcanzan a
sustentar ni si quiera una retórica superficial que promueva en los niños su desarrollo como
sujetos sociales de derechos, ni mucho menos como actores políticos y agentes de cambio
en sus entornos directos y en el conjunto de la sociedad.
Por el contrario, asumir a la infancia como parte de la sociedad implica
necesariamente, entender que la infancia es un fenómeno social, y así, es correcto pensar a
la infancia como sujeto social y actor contribuyente en la construcción de la sociedad.
Desde este punto de vista se puede afirmar que la infancia no sólo le pertenece a los
individuos en particular, sino, que es de carácter social en la medida en que se constituye en
un segmento etareo del ciclo de vida de todas las personas, y por tanto, en una parte de la
filogenia social.
En este sentido, durante la presente investigación buscaremos dejar sentado que para
dar cabida a la constitución de los niños como sujetos sociales y actores políticos, no se
trata de aumentar o ampliar sus libertades individuales o su posibilidad legal de ejercer el
escrutinio o acceder a propiedades, sino especialmente de entender que su desarrollo pasa
por su intervención real sobre su entorno para transformarlo, siempre por medio de la
organización colectiva y la toma de consciencia de su propia contribución a una sociedad
mejor.
De ahí la importancia de estudiar y poder diagnosticar de manera efectiva la
situación política de la infancia. Ante esto último, nuestra intención no es levantar más
expectativas de las que ya realmente existen. Ni el conjunto de niños, ni algunos en
particular, asumen por sí mismos, ni el mundo adulto para con ellos, la iniciativa y la
posición de agentes políticos en la sociedad.
No obstante, son los porfiados hechos los que definen tendencias, y en este caso,
vienen a defender una posición de echo: hoy en día, en un puñado de poblaciones de Chile,
se han levantado y consolidado organizaciones de niños, jóvenes y adultos, quienes
trabajando unidos, han comenzado a nutrir una nueva concepción de sociedad.
Pues bien, son en estas organizaciones de vecinos, en las que se sustenta esta
investigación, es en la experiencia vivida trabajando en ellas, en donde surge la necesidad
de hacer una reflexión más profunda sobre su acción y poder educativo, en especial sobre
las nuevas generaciones.
Una nueva generación de niños se está gestando, una generación de niños pensantes
y actuantes, quienes están decididos a constituirse en un aporte real y consistente en la
construcción de una nueva sociedad.
Tema y Problema de Estudio
Partiendo de la premisa que el sujeto se construye siempre en relación con otros, es
decir, en el seno de procesos educativos de enseñanza-aprendizaje, y que el sujeto aprende
a ser individuo y a ser parte de un colectivo en su interacción cotidiana con la familia, en la
escuela, el grupo de amigos y la comunidad, nace mi necesidad de exponer el relato y la
relación de esta Tesis con la experiencia vivida durante los años 2012 y 2013 en la
población La Florentina de la comuna de Pudahuel, en la organización de niños “Taller de
Niños Recreando”, con la que enfrentaremos la problemática de la incidencia que tienen las
organizaciones infantiles en el desarrollo político y social del niño como sujeto.
Categorías de Análisis
Los niños como actores políticos.
Cuando hablamos de los niños como actores políticos nos referimos a aquellas
organizaciones infantiles, espacios colectivos populares y autónomos, que orientados en
forma ideológica hacia la toma de decisiones, luchan para alcanzar ciertos objetivos
interviniendo su entorno. De esta forma se constituyen en parte integrante de una
comunidad al ejercer poder sobre esta con la intención de resolver algún asunto de interés
común.
Una Nueva Educación para un Nuevo Sujeto Transformador.
Desde la labor pedagógica existe la necesidad de pensar en los aportes que los niños pueden
dar a la construcción de una nueva sociedad, lo que obligadamente nos hace preguntarnos
por el tipo de educación que conduzca este proceso. Una nueva educación es necesaria, una
educación política, que eleve los niveles de consciencia de los educandos, que dignifique y
que busque instalar en la sociedad los valores de la solidaridad, el trabajo y la
responsabilidad en la unidad, la disciplina consciente y la vocación de poder. Solo una
educación con estas ambiciones, con una intencionalidad abiertamente política, podrá
aportar a constituir un nuevo sujeto transformador.
La Organización Social como Instrumento de Intervención.
Desde el campo de la educación formal, se plantea que es en el aula donde se desarrollan la
gran mayoría de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Nosotros, si bien no excluimos al
aula de esta función, decimos que es la organización social el espacio pedagógico donde se
gestan los principales valores que una nueva educación debe proyectar. Esto suma y sigue
pues no solo se desarrollan estos valores en la abstracción de un tipo de discurso o modelo
teórico, sino especialmente en la práctica concreta de la acción de intervenir sobre el
entorno directo para transformarlo.
Construcción de un Lenguaje Nuevo y de un Discurso propio:
Al calor de la práctica político social y de la reflexión sobre la experiencia, en el diálogo y
en la acción conjunta entre los miembros de la organización social, se va construyendo un
discurso alternativo, el que valiéndose de su condición de instrumento contra –
hegemónico, aporta al desarrollo cognitivo de los sujetos incorporando en el pensamiento
de estos un lenguaje nuevo, una nueva forma de relacionarse entre iguales, un tipo de
comunicación para mujeres y hombres libres.
Fundamentación
Asumiendo lo anterior, nuestro proyecto de investigación busca sin más, ser un
aporte en los primeros acercamientos que se están dando en el estudio de la Infancia con
autonomía conceptual.
En primer lugar, si admitimos que la infancia es una construcción social, el tiempo
de la infancia es posible si hay, en primer lugar, prolongación de la vida en el imaginario de
una sociedad.
Pensar la infancia supone previamente la posibilidad de que el niño devenga un
sujeto social que permanezca vivo, que pueda imaginarse en el futuro, que llegue a tener
historia. En la actualidad, a pesar de los avances científicos y del reconocimiento jurídico
de los derechos del niño, su vida sigue estando amenazada por las políticas de ajuste y la
desresponsabilización del Estado de su rol público.
Los acelerados cambios científico-tecnológicos que incluyen las nuevas condiciones
para la procreación y el nacimiento, los reposicionamientos de los adultos frente a
horizontes de desempleo y exclusión, con el consecuente impacto sobre las prácticas de
crianza y de educación, de transmisión, en suma, y la ruptura cultural de los lazos
intergeneracionales y sociales, inciden en el sentido de la vida que la sociedad modula.
En segundo lugar, la posibilidad de ese tiempo de la infancia requiere pensar un tipo
de vínculo entre adultos y niños en el que la erosión de las diferencias y de las distancias no
devenga obstáculo epistemológico o material para la configuración de una nueva mirada
pedagógica que permita la construcción de otra posición del adulto educador.
Basil Bernstein llama el "derecho al crecimiento", que es condición de lo que
denomina "la confianza", a la que se suman el derecho a la inclusión y el derecho a la
participación. Educar en la sociedad contemporánea requiere en buena medida volver a
considerar al niño como un sujeto en crecimiento, como un sujeto que se está
constituyendo, que vive, juega, sufre y ama en condiciones más complejas, diversas y
desiguales.
Como consecuencia de ambos aspectos, definimos el presente trabajo como una
Experiencia pues sabemos que el estudio de la niñez politizada causa incomodidad. Pero
desde un punto de vista político, en la medida que la infancia es una construcción histórica
y social de relaciones de poder, creemos es necesario relatar esta experiencia vivida para
aportar a constituirlo en un estudio con autonomía conceptual, siendo un tema
relativamente nuevo en las aulas académicas.
Aunque en este sentido es un trabajo de reflexión teórica, esta se aloja en la práctica
política del desarrollo de la organización de niños “Taller de Niños Recreando”, en la
comuna de Pudahuel en la población La Florentina, entre los años 2012 y 2013.
Experiencia que conduje como monitora de la organización de niños y como vecina de la
población.
Por último, no podría terminar de fundamentar esta Tesis sin citar a Antonio
Gramsci, político marxista, filósofo y periodista italiano, quien representa mi pensamiento
y esta investigación con una claridad política que en la actualidad nos hace falta…
Toda práctica política que pretendiese aspirar a transformar la realidad de raíz, amerita
ser concebida sí o si en términos pedagógicos, vale decir profundamente educativo. Solo
así es posible pensar en una verdadera emancipación del género humano.
Preguntas que Orientan la Investigación
¿De qué manera influye la participación de niñas y niños en organizaciones sociales
en sus procesos educativos?
¿Cómo pueden los niños ser considerados agentes transformadores de su entorno
social?
¿De qué manera influye la escuela, la familia y la comunidad en los niños?
¿Pueden los niños constituirse en actores políticos en una sociedad en la que se
define su existencia como sujetos dependientes?
Objetivos de la Investigación
Objetivo General.
Evidenciar a partir de la experiencia práctica de la organización infantil “Taller de
Niños Recreando” de la población La Florentina de la comuna de Pudahuel durante los
años 2012 y 2013, que la organización social es un instrumento de intervención pedagógica
que aporta de forma real y consistente en el desarrollo político de los niños para que estos
se constituyan en agentes transformadores de su entorno y con consciencia de la necesidad
de construir una nueva sociedad.
Objetivos Específicos.
1) Proponer una forma distinta de mirar a la Infancia, asociada directamente con sus
propios intereses, aspiraciones y concepciones de la vida al interior de su población.
2) Observar de qué forma la Organización Infantil contribuye a construir vida digna.