el pasuk semanal

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-El pasuk semanal A modo de presentación Este sefer, el cuarto de la serie es particularmente distinto a los anteriores. Necesito que sea distinto. “Jadesh...” era mucho de lo que un Baal Teshuvá que traía un bagaje de conocimientos del mundo exterior (más lo que había aprendido en sus primeros años de Abrej) tenía por decir. “Ze zijrí...” fue un acercamiento mayor a la forma de comunicarse más propia de los benei Torá, de aquellas personas que nos dedicamos todo el día (o gran parte de él) al estudio de Torá. “Iagdil...” nos habla de las haftarot sin “escabullir el bulto” a los problemas cotidianos, a aquellas noticias que se nos dificultan para el entendimiento y que todos hemos ido viviendo a medida que cada semana transcurría. Aquí una necesidad interna me hace enfocar el tratamiento desde un aspecto totalmente diferente, más que nada por respeto a las personas que semana tras semana nos honran con su visita a nuestro hogar cada shabbat. 1

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-El pasuk semanal

A modo de presentación

Este sefer, el cuarto de la serie es particularmente distinto a los anteriores. Necesito que sea distinto.

“Jadesh...” era mucho de lo que un Baal Teshuvá que traía un bagaje de conocimientos del mundo exterior (más lo que había aprendido en sus primeros años de Abrej) tenía por decir.

“Ze zijrí...” fue un acercamiento mayor a la forma de comunicarse más propia de los benei Torá, de aquellas personas que nos dedicamos todo el día (o gran parte de él) al estudio de Torá.

“Iagdil...” nos habla de las haftarot sin “escabullir el bulto” a los problemas cotidianos, a aquellas noticias que se nos dificultan para el entendimiento y que todos hemos ido viviendo a medida que cada semana transcurría.

Aquí una necesidad interna me hace enfocar el tratamiento desde un aspecto totalmente diferente, más que nada por respeto a las personas que semana tras semana nos honran con su visita a nuestro hogar cada shabbat.

Todavía recuerdo una anécdota que fue el “disparador” de este libro.

Allá por el año 5755 (1994-95 de la cuenta occidental) en Or Sameaj, el Mashguiaj Rujaní, Rab Betzalel Blidstein Shlit”á nos comentaba que cada Shabbat Koddesh en Ponizveh tenían que poder preparar en cinco minutos una drashá completa sobre un pasuk completo que, en absoluta ignorancia algún integrante de la mesa sugiriese.

La idea me gustó por el simple y sencillo hecho de que es muy igualitario, así como el invitado solo sugiere un pasuk

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y un perek, sin saber de cuál se trata, de la misma manera me presento yo.

Así que de esta manera comenzamos esta aventura, de la que por lo menos mis invitados superarán el asimétrico trámite de escuchar algo que ya estaba previamente diseñado y tal vez poco tuviese que ver con la vida y el interés del lector.

Hoy cambia todo, me impongo sobre mí la obligación de traer “nuevo material” que tenga que ver con ellos, cada uno de mis invitados, sobre el pasuk que en el mismo momento me informen sin ninguna posibilidad de preparación previa.

En la medida que tenga éxito con invitados que superen este trance escuchando mis palabras sin dormirse y, quién sabe hasta ¿con cierto interés?, este libro habrá llegado a buen puerto.

Por lo tanto, ¡manos a la obra! (y que H” me ayude).

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Parshat Bereshit: ¿Jesed o compromiso?.

¡Ufa, ya estoy cansado!¡Pero! ¿no puede venir otro a seguir con toda esta

historia?.¿Siempre tengo que estar al frente de todo?.

Podría seguir con expresiones como est lista hasta hacerla tan extensa que resulte insoportable, pero creo que lo que se intenta dejar en claro no requiere de mayores precisiones.

Por un lado tenemos todo lo referido a las mitzvot de maaser y las vinculadas con la tierra de Eretz Israel, donde el requerimiento desde el texto escrito de la Torá, se cumple con la mitzvá con la menor medida (inclusive hay veces en las que su cumple con una sola espiga) y, por el otro, muchas otras en las que uno quisiera ayudar en todo lo que pueda y, sin embargo, Jajamim ponen un límite; ya que de hecho en la mitzvá de Maaser el Shulján Aruj el límite se establece en el 20% de los bienes, para que la persona no se termine volviendo pobre. ¿Entonces, cuál es el justo límite?.

Todo lo dicho en el párrafo anterior puede llegar a entenderse desde el aspecto halájico o legal, pero puede llegar a costar algo más en lo referente a lo racionalmente entendible.Cada vez parecería haber menos gente dispuesta a tender una mano al prójimo, con lo que uno termina sintiéndose el único tonto que tiene que ayudar al compañero o, tal vez que toda su educación fue a contramano de la de todo el mundo.

Entonces, ¿de dónde aprender la lógica de todo el tema del Jesed?.

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¿Por qué acudir a algo tan antinatural como perder algo de lo mío para que otro gane?.

“Una bruma (nube) subía desde la tierra y regaba toda la superficie1”.

Bereshit 2-6. Desde que la acción de dar no es natural, ya que la

persona es naturalmente posesiva, todo el procedimiento que nos lleva a deshacernos de algo que nos puede ser útil y que sentimos como propio para dárselo a otro tiene que reconocer un origen en el Creador mismo.

Por consiguiente, este pasuk nos “viene a mano” para concluir que, perfectamente la constitución del mundo con el agua al alcance del hombre era más que suficiente. Sin embargo, no.

Hashem quiso dejarle bien en claro al hombre que este no es el ideal, que darle todo lo que necesita es Su Voluntad.

Desde este lugar nosotros tenemos que entender el concepto de Jesed, aunque salvando las distancias de saber que nosotros somos falibles y no todo está a nuestro alcance y nos es superfluo como al Creador.

Sin embargo, aún me queda una pregunta supérstite:¿Para qué introduce la Torá toda esta descripción del

Gan Eden?.Un indicio de esta cuestión podría llegar a ser la de dar

un testimonio para las generaciones posteriores, para que no decaigamos en nuestra emuná.

Otro es ver cómo Él mismo tomó a su cargo la manutención del hombre, dejando todo al alcance de su

1La discusión en este caso es entre la traducción de Artscroll y la de Onkelos, aunque para el caso no altera el significado.

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mano, sin tener que esforzarse en salir a buscar lo necesario en las proximidades, al igual que ocurriría años más tarde con los tzaddikim al momento de la caída del Man, lo que ocurría justo frente a sus tiendas, sin demandar esfuerzo alguno de su parte.

Finalmente, para tener siempre presente que a la hora de dar debemos ver lo que el compañero objetivamente necesita, y no lo que me queda cómodo o “a mano” darle; sobre todo cuando tenemos que hacer un Jesed con nosotros mismos, especialmente en aquellos momentos en los que nos facilitamos las cosas “haciendo lo fácil y no todo lo que necesitamos”.

Sirvan estas cortas líneas para que tengamos siempre presente que, por difícil que pueda parecer el tema, la Torá confió en nosotros para permitirnos llegar a la excelencia en nuestras acciones, brindando siempre lo mejor a nosotros mismos y a nuestros semejantes.

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Parshat Noaj: “Lo más lindo de las peleas son las reconciliaciones”

“Y olió H” el aroma el agradable y dijo, D”s a su corazón (v.g.: en su entendimiento, en intención) no volveré a maldecir más la tierra por causa del hombre porque el instinto del hombre es malo desde su juventud y no volveré a castigar a todo lo viviente como hice”.

Bereshit 8,21.

Habíamos hablado del jesed de H” en las primeras palabras, pero ahora trataremos de ahondar un poco más en su lógica interna, pero aclaro desde el vamos que no debemos ser excesivamente pretenciosos en el alcance de esta frase, toda vez que como seres falibles tenemos que resignarnos a no llegar al objetivo, dado que lo creado nunca puede comprender a su Creador. Por consiguiente, buscaré hacer lo mejor posible hasta donde mi humilde alcance y conocimiento permita.

En primer lugar, preguntaré: ¿para qué necesitaba D”s la ofrenda aromática que le presentó Noaj tras el diluvio que casi acaba con el mundo?.

¿Qué, acaso pensaba sobornarlo, o algo por el estilo?.

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Si D”s sabe que todo lo que el hombre puede hacer de malo tiene origen en su misma creación desde sus más mozos años, ¿para qué someterlo a prueba?.

En todo caso, ¿por qué recibe castigo la tierra si el culpable es el hombre?

Y finalmente (eso espero), ¿qué vio para cambiar tan drásticamente de opinión y pasar de estar casi dispuesto a destruir el mundo y decidir que nunca más volvería a plantear una idea como la del Diluvio?.

Como se darán cuenta, no me resulta demasiado sencillo el trabajo que tenemos por delante,

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PARSHAT LEJ-LEJÁ: ¿Desde cuándo el conflicto árabe israelí?.

“Y te daré a ti y a tu descendencia posterior esta tierra de peregrinaje y toda la tierra de C´naan como herencia eterna y seré para Uds. Elokim”.Bereshit 17-8.

Este pasuk que nos convoca hoy (por elección al azar de mi señora) es de vital vigencia y me alegra sobremanera al permitirme tomar debida cuenta que los temas que nos convocan siguen el ritmo concreto de los problemas acuciantes, para notar que la Hashgajá Pratit llega hasta este libro, no ya para inspirar al autor de lo escrito, sino para hacerlo con los lectores y facilitar la profundización en los temas y la elaboración de propias conclusiones útiles para transitar los complicados días actuales, a partir de una vista judía tradicional.

Al respecto, cabe que conversemos un poco sobre el conflicto árabe- judío desde sus orígenes bíblicos.

La incorporación de este pasuk es por demás indicativa toda vez que eventualmente podría llegar a servir como base para la reivindicación tanto de los unos cuanto de los otros sobre Eretz Israe-l.

Para alcanzar un entendimiento sobre el tema debemos analizar el pasuk, tal como se está haciendo ya tradicional a esta altura del partido. Según el mismo, se entiende claramente que la tierra de Eretz Israel (que todavía no reconoce tal nombre, toda vez que responde al nombre de “C

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´naan”) devendrá en heredad de su descendencia; considerando que tanto Ishmae-l cuanto Itzjak pertenecen a dichos grupos, podría ser reivindicada tanto por el fundador o antecesor de dicha nación o por nuestro Patriarca.

Entonces, ¿cómo saber cuál de los dos tiene razón?.¿Cómo saber que los árabes no son los legítimos

poseedores de Israe-l y que nosotros no somos los intrusos invasores?.

A priori, hasta pareciera ser que suena más coherente la posición de los ishmaelim que la nuestra.

En el momento en el que dicho pasuk surge, todavía no había nacido Itzjak, pero si Ishmae-l, con lo cual nos induce a pensar que ni siquiera habría muchas posibilidades de defender exitosamente nuestra posición.

De hecho, al final de la historia, si bien Abraham había expulsado de su casa a Hagar y su hijo Ishmae-l, según el midrash, éste se reconcilió con su padre, con lo que no nos da para pensar que en verdad lo haya excluido de su vida y herencia.

El contexto histórico, de todas formas, nos ayudará en gran medida para darnos cuenta de la verdad.

En primer lugar, deberemos volver unos cuantos psukim atrás, al momento en el que H” le informa sobre su descendencia y el exilio y, un poco más adelante (ya no en el marco de nuestra parshá) el tema de la Akedá de Itzjak

Cuando ocurre “Brit ben ha betarim”, ver Bereshit 15-4 al 202, (“Pacto entre las partes), D”s le promete a Abraham Avinu que sus hijos serán incontables como las estrellas del Cielo y que serán llevados al exilio en una tierra que no es la suya y que de allí serán redimidos por el Creador con gran riqueza.

2 Preferí omitir las citas textuales de psukim, para concentrarme en los contenidos, dejando a los lectores la posibilidad de adentrarse en los textos en su Jumash.

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Si se tratase de política, podríamos ser insinuados de tratar los temas en forma espúrea o maniquea, pero como se trata de Torat Emet (la Torá de la verdad), no debemos temer decir todo lo digno de ser dicho, nos convenga o no.

Tanto el pueblo judío cuanto los árabes se convirtieron, con el paso del tiempo en naciones multitudinarias, por lo que dicho pacto no es todavía indicativo de preferencia alguna por uno u otro.

Sin embargo, ¿cuándo escuchamos hablar en la historia que los descendientes de Ishmae-l hayan estado en exilio y salido de allí con un grado de riqueza comparable al dicho en el pasuk respectivo?.

Y aunque digamos que dicha predicción no tendría por qué haberse cumplido hasta la fecha, en la que “el pueblo palestino está exiliado a manos de los sionistas”, ¿acaso todo el pueblo está en tal estado? ¿Acaso la mayoría de los países árabes y musulmanes no están cómodamente instalados en su territorio, tal como la mayor parte de los pueblos del mundo?.

Este argumento es casi irrefutable de que no se trataba de los hijos de Ishmae-l cuando D”s mencionó “tu descendencia”.

Aunque dijéramos que esta prueba no es tal, ya la existencia de una segunda calmaría los nervios de cualquiera, por lo que pasaremos a lo referente a la akedá.

Según el midrash, cuando H” le exigió a Abraham la entrega de su hijo, éste sencilla y escuetamente le preguntó a cuál de los dos se refería (con lo que nos da la idea de que tal vez ambos podrían ser tomados en forma equivalente por éste).

“Le dijo: Toma, por favor, a tu hijo, al único, al cual amas, a Itzjak e ir irás a la tierra de Moriá y subirán allí una ofrenda olá en uno de los montes que les diré allí”.

(Bereshit completar).

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Según el midrash, tanta explicación resulta redundante, ya que con nombrar directamente a Itzjak por su nombre hubiese sido más que suficiente; entonces ¿para qué tantos prolegómenos?.

Según el midrash, nuestro Patriarca, tratando de salvar la vida de Itzjak, base de toda la descendencia del Am Israe-l, (que no es otra cosa que intentar por todos los medios posibles que no desaparezca la Torá del mundo) trató de presentar como ofrenda a su otro hijo. De esta forma se produjo un diálogo similar al presente:

D”s:_¡Abraham, Abraham!, presentame como ofrenda a tu hijo.

Abraham: _¿Cuál?. Los dos son mis hijos.

D:Al único.A: Cada hijo es único.D: Al que amás.A: ¿Es que acaso conocés un padre que ame a un hijo y

no al otro?. D: A Itzjak.Inclusive, según el midrash, la conversación también

pasó por la primogenitura, siendo que Abraham también aquí presentó un reparo válido, todo tiempo que así como Ishmae-l era el primogénito de Hagar la egipcia, Itzjak lo era de su madre Sará (con lo que nos queda claro hasta qué punto este tzaddik tenía presente el sufrimiento por la eventual pérdida de un hijo de cada una y una).

Esta puede considerarse en gran medida la prueba de la que habremos de utilizar cual ancla para nuestros razonamientos.

Aún que vayamos a decir, pensar o tan siquiera insinuar que Abraham realmente prefería a Ishmae-l (hipótesis árabe), queda claro que no ocurrió así en el diseño Di-vino, ya que el elegido para la ofrenda fue Itzjak.

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En caso contrario, ¿habremos de decir que D”s pidió aquello que realmente no era de su preferencia?.

Por el contrario, si vamos a decir que Abraham era un tzaddik perfecto (punto en el que ni siquiera disienten los mahometanos ni los cristianos), tendremos que concluir que seguro que su voluntad estaba subyugada a la de D”s. Por ende, si D”s prefirió a Itzjak, ¿a quién eligió Abraham? ¿a qué se refiere el pasuk cuando dijo “tu descendencia”?

De aquí surge que Abraham estaba sometido completamente a la Voluntad Di-vina y que, si decimos que Él conoce los deseos secretos de la persona, cabe concluir que la preferencia tanto del Creador cuanto la del Profeta era clara en pro de Itzjak.

De todas formas, cabe un punto llamativo sobre el que tenemos la posibilidad de detenernos para el análisis y consideración, pero reconozco que aunque va a completar el tema, cabe la posibilidad de que ciertas personas se vean afectadas en su sensibilidad, por lo que les ofrezco la posibilidad de saltear las líneas que restan hasta completar lo referente a nuestra parshá y “terminar la fiesta en paz” y sino, habré de decir lo mismo que dijo una vez una recepcionista de equipaje de una línea aérea a un pasajero cierta vez que éste pretendía pasar el doble de la carga permitida: “El riesgo es suyo”3.

La primer mitzvá de la Torá aparece en nuestra parshá, cual es la de Brit Milá, que fue ejecutada en primera instancia por Abraham y su hijo Ishmae-l y solo años más tarde por Itzjak.

¿Cuál de los dos hijos tuvo más mérito al respecto?.

3 Así y todo, no me gustaría que se entienda lo escrito como una mera provocación, sino que sencillamente entiendo que el que ve un problema y tiene la posibilidad de influir para su solución, tiene la obligación de intentarlo.

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El midrash es por demás significativo al respecto. Si bien el de Itzjak fue más completo, toda vez que fue realizado en su tiempo exacto, tal como prescribe la Torá, Ishmae-l, el hijo de la esclava Hagar. Pero, a su vez, la entrega, el mesirut nefesh de someterse voluntariamente a una “cirugía sin anestesia” sin pronunciar queja u objeción alguna no es un dato menor, precisamente.

Esto es, precisamente, lo que estaban discutiendo años más tarde Ishmae-l y su medio hermano menor, según el midrash y que provocó que Nuestro Patriarca dijera más o menos algo así:

“¿Y qué? ¿Tanto mérito por eso? ¡Seguro que si D”s me lo pidiera no dudaría en ofrecerle todo mi cuerpo si fuese necesario!”.

Esto fue bastante para que se decidiera desde Arriba la ofrenda de la Akedá.

Hasta aquí llega el midrash, ahora es cuando debemos tomar decisiones tras realizar el análisis respectivo.

Cada uno de los jóvenes tuvo a su cargo la realización del mismo acto, uno desde los ocho días y otro desde los trece años, dejando esto como heredad para las generaciones futuras.

El desafío fue proporcional al de cada uno y a simple vista, seguramente ninguno de nosotros podría decidir quién hizo más o mejor que el otro.

Cuando Itzjak Avinu decidió que él podría superar lo actuado por su “medio hermano y contrincante” enunciando que si fuese necesario, él no solo practicaría el brit milá sobre su cuerpo sino que se ofrecería en forma ínttegra como korban u ofrenda, desde el Shamaim se decidió el decreto sobre la Akeidá,

Pues bien, va siendo hora de que volvamos a nuestra compleja y cotidiana realidad y que re-vinculemos todas las fuentes citadas con el bombardeo informativo al que constantemente nos vemos sometidos.

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“Observa desde el Cielo y mira...”D”s que estás en los Cielos, ahora que llega la hora de

cumplir aquello que predijiste en tu Torá, no dejamos de presenciar todas estas situaciones sin tener ningún punto de entendimiento, aunque sea mínimo al respecto.

Sabemos que el premio a los musulmanes de un siglo por cada año que pasó hasta la circuncisión de Ishmae-l (13 fueron en total) fue de un siglo de dominio sobre Eretz Israe-l. Como consecuencia de todas las fuentes vistas está claro que tendríamos que ser nosotros los felices poseedores de nuestra tierra para dar cumplimiento del pasuk, o sea de la palabra que enunciaste.

Mas, de todas formas, es harto evidente que las cosas no funcionan de ese modo; entonces debo preguntarme ¿por qué? Una y otra vez hasta dar con la respuesta, aunque sea como quien se topa imprevistamente con un viejo conocido por la calle cuando venía justo con la mirada perdida, clavada en la nada...

Dijimos que uno y otro tuvieron la misma “mitzvá” (brit milá) y que ambos por igual la cumplieron.

Pero, ¿qué pasa hoy en día?¿Acaso seguimos nosotros haciéndola como nuestro

“zeide Itzjok”? ¿no sabemos de subterfugios, de “que no crezca acomplejado”, de “no seas tan estricto, dejá que la haga un cirujano”, de ”¿para qué necesitás que le salga sangre”?, por no hablar del drama acuciante de la asimilación que no escapa a lugar alguno en el mundo, inclusive a Eretz Israe-l.

No sé cuál es exacta la decisión que se toma en el Shamaim ni cuales son los motivos que inclinan la balanza, pero en estas angustiantes horas que vivimos en que la sangre judía se derrama a diario, en pequeñas pero diarias, dolorosas e incesantes cantidades es hora de anoticiarnos que los hijos de Ishame-l siguen tal vez más firmes sus propias tradiciones y mandatos que nosotros los nuestros. No

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porque nos interese revisarlos a ellos, pero la pregunta surge toda vez que la comparación surge como algo evidente, ya que vemos que cada vez que se proponen dañarnos lo consiguen de una forma lindante con la impunidad.

Lo sencillo de comprender que, mucho o poco, mejor o peor, multitudinariamente ellos cumplen con su legado. Creo que, lamentablemente no hay latitud donde nosotros podamos decir otro tanto.

Las cosas no ocurren por casualidad, no portarnos como es debido no es gratis, aunque nosotros no podemos señalar una relación de tipo “causa - consecuencia” pero si la concurrencia de ambos factores, lo que lleva a pensar que no es por casualidad que estas situaciones como las presentes ocurran.

Ser herederos no es gratis, ni para bien ni para mal, tenemos que saber que todo depende de nuestras acciones, que el rol principal nos impide hacernos los distraídos mirando para otro lado y que la única forma de afincarnos en la promesa del pasuk es únicamente si observaremos la conducta de Abraham e Itzjak.

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PARSHAT VAIERA: “OLAM SHEL TORÁ, EL HESPED”.

“Y dijo Abraham: Elokim nos mostrará el cordero como olá, mi hijo y fueron los dos juntos”.

Bereshit 22,8.

Rash”í –siguiendo la línea del Targum Ionatán- explica que en primer lugar, D”s garantizará el animal necesario para ser ofrecido y, en caso contrario , “vos serás mi ofrenda, hijo”.

Ahora bien, se puede entender que Abraham haya tenido dicha determinación, pero ¿cómo se entiende que hayan seguido juntos el camino, lo que implica que su hijo Itzjak lo aceptó y obedeció?.

JINUJ, QUE ES MUCHO MÁS QUE EDUCACIÓN ES LA RESPUESTA.

SEGUIR UN CAMINO,MARCAR UNA LÍNEA, SER COHERENTES.

Cuando el hijo vio que el camino que el padre había encarado era de absoluto con la verdad, sin tapujos ni “relativismos”, se dio ánimo para seguir adelante sin preguntas ni cuestionamientos.

Para nuestros ojos, que están acostumbrados a otra cosa, al mundo donde la verdad es la del “si, es cierto pero...” se nos hace muy difícil (por no decir imposible) entender situaciones como las aquí descriptas, ya que estamos permanentemente sobornados por nuestros intereses y entendimiento temporales.

Inclusive en casas que la gente puede llegar a llamar “religiosas” como las nuestras, no logramos escapar a estas tentaciones.

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Pero no todo tiene por qué ser así.También en nuestra época todavía algún mérito nos

cabe que podemos llegar a ver ejemplos distintos. En un triste mundo en el que “también” hay Torá, nos encontramos con los líderes, aquellos verdaderos genios inconformistas, que nos muestran que otro camino es posible y que nadie le puede ni le debe determinar al Am Israe-l el nuevo camino a seguir.

La rebeldía de volver a la pureza de los orígenes. Así como Abraham e Itzjak buscaron un camino

completo de Torá, idéntico al de la ofrenda de olá que se quema completo, los Guedolim, líderes auténticos de cada generación, cuyo poder es tan real que nadie lo puede infravalorar en unas elecciones, viven y nos dan la oportunidad de que sepamos que una vida completa de Torá es posible, aún hoy en día, con todas las dificultades del mundo moderno y asimilado.

Nadie vive tan lejos ni aislado para decir “yo no”; todos podemos.

Tuvimos un zejut de vivir al lado de alguien tan grande que hizo de toda su vida Torá; hasta el menor de los temas, al llegar a sus manos encontraba su importancia y dignidad para ser tratado acorde a la Torá de H´. Donde otros solo veían temas mundanales, él sabía buscarles sus consecuencias al pí Torá y desde ese aspecto tratarlo, ya que de otro modo sería imposible que lograse su atención.

Cargó sobre sí la educación y el ejemplo de varias generaciones, batallar día a día en pro de que los judíos vivamos en el camino de nuestros patriarcas.

No tuve el mérito de conocerlo personalmente, pero su obra habla por sí misma.

En cambio, si H´me hizo el jesed de ser talmid de dos de sus alumnos más directos y queridos que, oportunamente me

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recibieron y de los cuales pude hacer shimush. De lo que vi de ellos me puedo dar una idea de su grandeza.

Para explicarlo de otra manera: cuando nos deslumbramos con la “luz” de la luna, que solo refleja la luz del sol nos deslumbra, nos podemos imaginar qué fuerte debe haber sido la del sol que la originó, aunque no la hayamos visto directamente.

Si este ejemplo no alcanza, les voy a dar otro:Había una persona que vivía en una casa que creía

conocer perfectamente: allá estaba el horno prendido, ¡ojo con las quemaduras!.

Más allá, el enchufe roto.Así cada una de las cosas.Claro que, un cierto día hubo un corte de luz que lo dejó

completamente a oscuras.La verdad no tardó en surgir: comenzó a llevarse por

delante las cosas, a quemarse y recibir patadas eléctricas, sin hablar del infortunado gato que se supo llevar por delante...

Señores: esta es nuestra realidad.Tuvimos al lado un grande que nos iluminó duarnte

décadas el camino.Si bien es estrictamente cierto que para su alma llegar al

Shamaim va a ser un descanso y una aliá y que para nosotros una capará (expiación), también lo es el hecho de que podemos esperar de aquí en adelante tropezarnos con las cosas como aquél hombre del relato.

Todo esto no es traído para que nos sintamos mal, sino para cuidarnos y crecer, para reforzarnos en mitzvot y vivir aprendiendo cada día de nuestras vidas,aprendiendo de su ejemplo, tratando de llegar a vivir todo buceando siempre en lo profundo, buscando solo lo que tenga un fondo de Torá e ignorando el resto. De esta forma, el pasuk llega a cobrar otro sentido, como veremos ahora:

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“Pero Uds., los apegados a H´, Vtro. D´s, todos

Uds. están vivos hoy”.Devarim 4-4.Ahora nos damos cuenta que el tzaddik fallecido tiene

más vida en sus obras que nosotros en nuestra propia respiración.

A partir de allí, nos damos cuenta por que no había miedo a la muerte: vida es servir a H´, no meramente respirar y otras funciones biológicas que nos asemejan a otros animales.

No estamos haciendo una apología de la muerte: de Abraham Avinu sabemos que el camino debe ser el natural, pero sino, también está el otro.

Por último, quiero decir que el Gadol nos enseñó que si el camino se pone más difícil, no debemos dejarlo y decir “esto no es para mí”, sino que debemos redoblar esfuerzos hasta encontrar el aspecto de Torá en el que podamos triunfar4-5.

4 L”N, Ha Gadol Hador, HaRav Elazar Menajem Man Shaj, zatza´l. 5 Si bien en shabbat no se pueden decir hespedim (discursos fúnebres), intenté mantener al máximo posible la identidad de las palabras dichas en la mesa sabática.De no haberlo logrado, quiero recordar que obviamente, estas líneas fueron escritas en motzae shabat, donde no rige tal prohibición.

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“Jaie Sará: ¿Naturaleza o milagro?.

Un grito, un estertor.Una charla trunca y la adrenalina que sube sin límite, alocada en una carrera sin fin que quién sabe a dónde conduce.¿O es que sí queremos saber?.En medio de una semana tan trágica, donde se va el Gadol HaDor junto con el padre de cuatro criaturas que, prácticamente van a aprender a decir la palabra “huérfano” antes que “papá”.En sociedades cada vez más violentas en las que la vida humana vale un poco menos que nada.¿Quién se hubiese dado cuenta?.¿Y quién lo hubiese recordado?.Y aunque digamos que algunos, pocos, lo hubiesen hecho: ¿cuánto les habría durado el recuerdo?.Sin embargo, no es así: yo recuerdo y si D”s me dio vida para enfrentar la computadora y escribir las presentes líneas es porque debo ser testigo.Una casa llena de luz, cantos de shabbat, deliciosas comidas aromáticas, una más tentadora que la anterior que harían olvidar cualquier dieta, creada o por inventarse, chicos correteando y disfrutando uno del otro, los padres dialogando en paz y tranquilidad; en síntesis, el mapa de una familia feliz.Mas de todas formas la superposición de imágenes que componen este collage no coincide, ¿de qué se trata?.Simple, esta semana vimos un nacimiento en el seno de la familia.¿Cómo, la señora estaba embarazada? ¿no era que tiene una bebé de seis meses?

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Sí, es verdad, pero hay nacer y también hay renacer, cosa que ocurre todos los días pero solo muy de vez en cuando nos damos cuenta y esta fue una de dichas oportunidades.Cuando estaba toda la familia de regreso, casi llegando a casa, sin que reste más que cruzar la calle, nos habíamos dividido en dos grupos.Yo procedía en la formación, cargado de paquetes, viniendo tan solo unos pasos más atrás mi señora que llevaba el cochecito con el bebé y mis dos hijos mayores que iban asidos al manubrio del mismo, uno a cada lado. Nada hubiese sido relevante, de no ser que en el momento justo, mi hija Shimrit se desplegó de su grupo para intentar alcanzar a su padre para acompañarlo, quedando sola en mitad de la calle, sin ninguna defensa de lo que eventualmente le pudiere llegar a pasar......y que efectivamente le pasó: un par de señoras venían circulando despaciosamente mientras conversaban, sin calcular que a mitad de la cuadra podrían encontrarse con un obstáculo de dicha índole.De poco valieron los gritos de la madre y, de hecho, este escriba que venía de espaldas a toda la situación, no atinó a hacer otra cosa que proferir un grito que, B”H, sobresaltó suficientemente a todos como para que el coche frene justo a menos de un palmo de su pollera que ingenuamente y desconocedora de todo (al igual que su dueña) seguía oscilando con la suave brisa de la tarde primaveral.¿Qué considerar: lo que fue o lo que pudo ser?.Según lo que efectivamente ocurrió, todo este escrito sería evitable, toda vez que podemos decir que efectiva y “afortunadamente” nada llegó a ocurrir. Pero, si medimos (con instinto de padre) lo que pudo haber llegado a pasar, todo el relato se tiñe de color de tragedia. Por todo esto, la decisión fue unánime: había que agradecer a H´ el jesed otorgado.

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En el lugar y momento en el que las peores noticias se escuchan, el Creador se hace presente para otorgar sus mayores favores.No solo esto ocurrió, sino que la “coincidencia” de factores provocó que no tuviésemos en dicho momento el zejut de contar con orjim, razón por la que la drashá (que como sabemos, solo llega min ha shamaim), se debió al mérito de mi esposa.Hablamos de jesed y de tragedia, de dolor y de felicidad, de presencias y ausencias, de invitados y de dueños de casa. ¿Cómo se conjuga todo esto?.En primer lugar, debo destacar que todo lo que ocurre es porque el Ribonó Shel Olam quiere que aprendamos algo de ello, y sin duda que algo que tengamos al alcance de la mano.Baruj H”, cada semana tuvimos, tenemos y espero sigamos poder seguir teniendo, el mérito de poder recibir orjim, los que nos renuevan la casa, la vitalizan y la mejoran todo lo posible en mérito del Santo Shabbat y de esta importante mitzvá.Sin embargo, todo esto, según lo que aprendí del Rab Daniel Oppenheimer, Shlit”á con respecto al equilibrio de todas estas situaciones referente a darle a orjim e hijos lo que cada uno de ellos requiere, ya que el hecho de darle a uno no autoriza a quitarle al otro. Si bien humanamente es entendible que uno no llegue a atender a todos con igual calidad y eficiencia, desde el momento en el que H´ nos encomendó tales tareas por igual, debemos saber que tal grado de acción está en nuestra capacidad.Toda familia debe saber valorar a todos y cada uno de sus integrantes, en cada de sus capacidades y tal vez por ello haya ocurrido todo esto. Saber mirar a un hijo, aprender a ver no solo a través de él sino en él mismo, en sus necesidades y facultades esto no es un objetivo sencillo de alcanzar.

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Poner “del propio bolsillo”, invertir en el otro.¿De dónde se aprende todo esto?El pasuk nos será por demás explícito al respecto.

“Cuando finalizó de saciarlo dijo: También a tus camellos abrevaré hasta que terminen de saciarse´”.Bereshit, 24-19.

Un tema puede ser darle a una persona que puede llegar a reconocer un bien que se le haya hecho o inclusive a agradecer el bien concedido, pero ¿qué esperaba, que los camellos le tendiesen la pata en señal de amistad?.

De hecho, ya con el mero acto de darle agua para su propia supervivencia, sería acreedora de dicho agradecimiento, ¿acaso cabía esperar más?.

¿Cuántos camellos llevaba a lo largo de toda la caravana?.

¿Darle a todos y cada uno de ellos?.Este punto demuestra el concepto de jesed, que tiene

que ver con algo que supera el mero actuar del ser humano y si se vincula con la emulación de lo Di-vino, de dar por el solo acto de favorecer al otro, de mejorarlo en su situación, de quitarle un pesar o molestia de encima.

Con solo abastecer a Eliezer era suficiente, no tenía en si misma nada que demostrarle a otro, ni ventaja que obtener, de todas formas hizo más de lo requerido.

¿Dónde podemos encontrar algo similar a esto, cuando nos movemos entre seres humanos?.

Nunca, no nos engañemos, estamos acostumbrados que hasta la gentil persona que nos abre el ascensor cuando

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venimos cargados de paquetes del supermercado esté esperando algo de nuestra parte, aunque sea el agradecimiento, la sonrisa o que mañana le devolvamos el gesto. Y no es raro, es natural de este mundo y esta generación.

Por ello, lo actuado por Rivká es sorprendente, por extraordinario, por superar las reglas establecidas de lo “normal”, por tener la mejor rebeldía que no es cortarse el pelo o teñirlo de determinada forma, por vestir determinados ropajes o tener una remera con la cara de algún famoso estampada en ella, sino por haber creído al máximo en sus posibilidades sin empacho en mirar modelos “sobrenaturales”.

Dar mientras a uno le resulte cómodo, mientras los recursos sean sobreabundantes no es gran cosa en sí misma, nadie merecería mención particular por darle a aquel menesteroso casi desfalleciente del hambre aquella monedita que, de tan ínfimo valor la gente casi ni se agacha a levantarla cuando se le cae. Pero, ¿qué habremos de decir en aquellos casos en los que para dar, la persona sufre privaciones y angustias, debiendo esforzarse?. Seguro que casos como estos (es decir como el de Rivká Imenu) son de vital importancia ya que a través de su aparición en la Torá, podemos aprender.

Nadie dijo que fue un momento fácil, pero la dificultad no amilana cuando los conceptos están puestos en claro y la voluntad de seguir adelante se impone.

Inclusive más, el Kedushat Halevi trae que tanto esfuerzo se debió a que, por no ser injusta, trató a todos los camellos de igual manera, ya que no sabía cuál era merecedor en mayor medida y, a fuer de ser sinceros, cada cual cumplía su función con igual entrega.

Entonces, prefirió ser rigurosa consigo misma para notener que serlo con otros, esto se llama rajmanut. Fue

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dueña de casa para satisfacer a otros, no para darse importancia, no obstante, cuando la perashá próxima sea nuestro tema, vamos a ver como su casa pasa a ser su hogar, no solo para atender a otros, sino para ordenar y orientar a sus propios hijos.

En definitiva, esta es la síntesis de nuestro pasuk, que uno lleva para sí mismo (y que de paso aprovecha para compartir con Uds.): el equilibrio y cuidado entre dar a propios y ajenos, el tener cuidado en saber dar tanto cuanto en saber recibir, ya que ambas facetas hacen que nos completemos como personas.

Y por último, saber ver que detrás de cada tragedia está la mano de D”s, evitando siempre las cosas peores que en la misma situación pudieron haber pasado; pero a su vez que en cada alegría, un mayor o menor milagro está actuando en nuestro mérito, que hay Alguien que está confiando, está apostando por nuestro futuro y a quien no podemos ni debemos defraudar.

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Parshat Toldot: “Madre hay una sola”.

“Escucha hijo el musar de tu padre y desprecies la Torá de tu madre”, escribió en una carta el Ramba”n a su hijo, parafraseando el pasuk de Shlomó Hamelej.

¿Por qué cuando nos referimos al padre lo que se pone en juego es el hecho de escucharlo, pero al referirnos a la madre el punto a observar es el de no desdeñarla?.

Del progenitor uno destaca como línea preponderante cierto ímpetu masculino, una autoridad que directamente halla al hijo en la disyuntiva de escucharlo o no, pero una vez que esto ha ocurrido, no hay casi forma de pasar por alto lo que nos dijo.

Por algo es nuestro padre; de una u otra forma nos afecta, sea por acción o reacción, por respuesta u omisión, pero no una vez producida la comunicación, no hay forma de ignorarlo.

En cambio, la madre es la dueña del hablar suave y pausado: va a ser muy difícil que un hijo se niegue a escuchar a su madre, pero de ahí a que obre en consecuencia, ya hay un trecho mayor.

Antes de que se pueda dar lugar a los descomedidos de siempre que van a atacar con el tema del machismo y el feminismo, trataremos de poner cada cosa en su lugar.

Cada sexo tiene su punto fuerte y, por lógica consecuencia, el débil. Este es el equilibrio con el que D”s dotó a su creación.

Desde chicos, ya se ve a los chicos jugar a la lucha, al fútbol, a los disparos, etc., etc., todas actividades que se vinculan con el ímpetu masculino, mientras que las nenas juegan a las mamás, conversando durante un rato largo, a las muñecas, cantándoles y acurrucándolas tan suavemente como sea concebible.

En los orígenes de cada sexo chicos todos mostramos un perfil, una naturaleza hacia la cual nos orientamos, por lo

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tanto no tiene sentido alguno entrar en competencias que nos son ajenas y que todo lo que van a lograr es mostrar la desigualdad existente.

Caballero: más vale, si es esa la opción ser un “buen padre” que una mala madre, ya que la práctica demuestra que ese fue el orden natural, decisión manifiesta de H” y que la parshat Bereshit se encargó en poner de manifiesto explícitamente a partir de la conformación de la familia de Adám Harishón.

Otro tanto le podemos decir a las damas.Toda extrapolación de roles dará lugar a consecuencias

no solo imprevisibles, sino que, además serán indeseables.Por todo esto el comienzo de este encuentro, aunque

prolongado, no por ello es inexacto: al padre le puede costar llegar a ser escuchado, por su misma naturaleza de fortaleza, pero seguro que una vez que lo logra, cuenta con las mejores posibilidades de dejar una marca indeleble en los hijos y llegar, posiblemente, tarde o temprano (seguramente lo segundo) a la respuesta solicitada. Pero, por cierto que veloz no significa duradera: en un primer instante el hijo hará naturalmente lo que el padre le indica, aunque más no sea evitar el castigo o sacárselo de encima; pero nada garantiza que dicha conducta vaya a perdurar a lo largo del tiempo.

Obedecer de inmediato es una cosa que, cualquier padre normal debería conseguir (aunque hoy en día ya no se sabe qué es normal), pero lograr que esta influencia dure a lo largo de los meses, años y décadas, ya es más complicado.

Por ello, dada la natural rebeldía que los hijos presentamos, el desafío del padre es conseguir ser escuchado: algo que trascienda y no la mera “obediencia debida” pasajera. Y de allí podemos entender cuando dice:

“Escucha hijo el musar de tu padre”, solo cuando sea musar verdadero que el descendiente comprende como “su

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mejor negocio” tomará para hacerlo carne por el resto de sus días.

Pero vayamos ahora a la naturaleza de la madre que es la que nos interesa en mayor medida para el pasuk de la semana.

Todo el poder de la contraposición puede ser considerado en este caso.

El común de las madres (comparado con el padre) no pega, a lo sumo le recuerda al chico con la suave punta de los dedos que tienen mejillas.

Tampoco gritan, uno se puede dar cuenta que pueden llegar a subir el tono de voz, pero nada que deje paralizada a la criatura.

Si alguno de los dos merece ser considerado como símbolo de la suavidad, de la extensión de la etapa fetal, esa es la madre. Por dichas características, no es llamativo que ante el menor llamado de ésta, los niños acudan, pero a su vez que todo lo que escuchan tarde en ser efectivamente incorporado, o que inclusive nunca llegue a hacerse.

Todo está perfectamente equilibrado: aquello en que el uno observa mejores resultados es aquél lugar más flojo del otro progenitor y viceversa6.

Aún habremos de decir algo más osado, toda vez que comparamos a la madre con la Torá y al padre con el Musar.

Mucha gente dice que estudia y cumple “Torá”, pero no más allá de una cierta formalidad, que no llega nunca a afectar a la verdadera personalidad para ayudarla a mejorar. Inclusive hay ciertos “rabinos” o que se dicen tal, que no llegan a renegar en sus enunciados de la “Torá”, pero no falta la oportunidad en que se los ve en las actitudes más bajas de

6 No desconozco la existencia de cierto efecto simplificador en todas mis palabras, pero de todas formas no deseo dejar sentado aquí más de lo que responde a la mayoría de la gente y no a los caso excepcionales.

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las que una persona honesta se aleja con toda naturalidad (hacerle un barmitzvá o casamiento a un no judío, etc.).

No obstante, cuando este estudio intelectual, iniciado con a partir de una dinámica de “solo escuchar de qué se trata” se transforma en algo que supera al conocimiento de mitzvot en forma técnica, desconectado de toda práctica como quien asiste a una clase de botánica, se nota toda una transformación, una verdadera revolución interior dentro de la persona, que comienza una lucha que nunca abandonará a lo largo de su vida y que la transformará haciéndola irreconocible7.

Por esto es más sencillo y confiable escuchar a la madre, razón por la cual tenemos presente delante nuestro las palabras de Rivká:

“Y le dijo a él su madre: sobre mi tu maldición mi hijo, pues escucha mi voz, ve y tómala por mí” Bereshit 27,13.Toda la dulzura, toda.Todo el amor, todo.La única que está dispuesta a todo, que ofrenda todo lo que tiene por el bienestar de sus hijos, por su completa realización como iehudim, la que se sabe garante de sus futuro, aunque sabe que el “hecho técnico” de ser escuchada no es demasiado complicado, conseguir ése particular modo de atención por la misma suavidad con la que se acerca a dialogar con los hijos. Que la atiendan no

7 No obstante, siempre está presente el “pago” para quien estudia Torá, aunque sea de esta forma, lo que por cierto no incluye a dichos “rabinos”, que no hacen otra cosa que rebelarse contra D”s y enseñar a rebelarse a los hijos de Israe-l.

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es difícil, que pongan todos sus sentidos e incorporen en forma inmediata en función suya, sí.Por ello es que habla en este modo tan infrecuente, con una severidad inhabitual en la figura materna, siente que todo el objeto de su vida, que los objetivos que se planteó a lo largo del camino se están por desvanecer.¡Todas esas tefilot por tener hijos que había hecho en su momento!.¡Toda una vida abandonada en el marco de su familia para casarse con un tzaddik y tener hijos que no le vayan en zaga!.Y ahora, de repente ¡esto!.Uno, un perfecto malvado; el otro a punto de quedarse sin ninguna de las bendiciones del padre.¿Qué buscaba, acaso, un “acomodo”?.¡No!.Sin esa herencia, todo su futuro no tendría proyección ni mérito alguno para sobrevivir......más allá de su parte o no en el mundo venidero, todo el objetivo de su vida estaría perdido, sin encontrar su sucesor y todo lo que cabría esperar es un retorno a la idolatría.Un costo muy caro, un costo que hace que Rivká actúe en forma inusitada para su carácter.La mujer que le pide a su hijo que actúe con hombría que no es prepotencia, que defienda la bejorá (primogenitura), que no es otra cosa que el Bet Hamikdash de su generación8. Si

8 ¿Cómo se entiende esto?.Hasta el momento del Jet Haeguel, la primogenitura era el equivalente de lo que en el futuro sería la Avodá de los Cohanim en el Bet Hamikdash, la máxima pureza en el mundo, el único lugar de residencia Di-vina frente a un mundo idólatra por donde se lo mirase.Solo después del Jet Haeguel (pecado del becerro de oro), la primogenitura, con sus prerrogativas para el servicio en el Bet

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no hiciese eso, todo el mundo sería destruido, ¿o acaso no dijo D”s que si no fuese por la Torá, no mantendría al mundo?.¿Qué esperar, que el engañador de Esav viva de acuerdo a la verdad de la Torá? Ya que nada de esto es el objetivo para el que fundó su hogar y oró junto a su esposo es que interviene en un rol por demás infrecuente en una mujer.Por consiguiente, este es un aprendizaje que podemos y debemos tener en claro de Rivká Imenu:Saber cuándo, cómo y para qué intervenir, donde vencer nuestra naturaleza para mantener fieles los objetivos que nos planteamos, sin traicionarnos a nosotros mismos sintiendo al final del camino que los malos resultados equivalen a la propia muerte, como si uno no hubiese pasado por este mundo.

Hamikdash , sería transferida por mandato Di-vina a los Cohanim.

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Parshat “ Vaietzé”: Uno, ¡dos y....tres!

Los chicos suelen manejarse con una conciencia bastante limitada, que solo los tiene a ellos como protagonistas de la historia.Dado que solo entienden lo referente a sí mismos, no llegan a captar la esencia y problemática de otra generación que no sea la propia en la que se hallan inmersosNo crea el lector que me refiero a los pequeños, a aquellos que tal vez están en el jardín de infantes, en forma exclusiva. Por el contrario, esto se hace extensivo a los adolescentes, tan sometidos a sus propios cambios, tan a menudo y a su repentina socialización con sus pares (especialmente en las “sociedades modernas y occidentales” donde se apresuran a correr a buscar ...¿novios?, ¿”Amigovias”?) que no pueden asumir posición con respecto a otra edad que no sea la propia.Una sociedad planeada sobre la base de un modelo “horizontal” que solo puede mirar a los integrantes de su propia situación, y no a otros ¡ni que hablar de llegar a entenderlos!.Esto nos puede llegar a ayudar a entender los datos del reciente y tan famoso censo que se acaba de realizar en la Argentina y que demostró el escaso (por no decir ningún) crecimiento de la cantidad de habitantes. Se intentó desde los medios de comunicación explicar a partir de los datos referidos a la crisis económica, lo que no es del todo descartable; mas de todas formas hay otro dato que no veo que los psicólogos y sociólogos tomen en consideración suficientemente y que tal vez traiga a colación una raíz más de fondo, tal como es la adolescentización tardía y sus consecuencias.Desde que el modelo está orientado a hallar su referente y unidad de medida en el adolescente (casi diría en el pre-púber o lo sumo en el púber), que no toma sobre sí la

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creación de la familia, sino el disfrute de una naturaleza física que solo se da en esta etapa de la vida y nunca se repite, partiendo del concepto de que no es una edad para formar una familia, se llega a lo que pasa hoy en día y que el censo en cuestión no llega a captar: los adolescentes prolongan indeterminadamente este estadio, haciéndolo ver como una etapa que no tiene fin; formando parejas que están siempre “probando la convivencia” y que llegan hasta pasados los treinta de esta manera, tal vez todavía viviendo en la casa de los padres.Al final de cuentas, cuando la imposibilidad de procrear los alcanza, de alguna forma pasaron la parte más potente de sus vidas solos.Por tanto, nunca llegan a comprender a otra generación que no sea la propia (lo cual no es menor a la hora de preguntarnos por qué hay tantos geriátricos).¿Cuándo cambia esta concepción?.Con la paternidad (o maternidad en el caso de las damas).En estos momentos, la persona tiene que sacar adelante una cualidad que no es común, toda vez que nos estamos refiriendo al jesed, sacando de lo mío para darle al compañero; algo que a simple vista suena ilógico.Al actuar de esta forma, un padre o madre contraría su natural tendencia, pero al respecto tenemos la oportunidad de profundizar en su significado, ya que el mismo gesto de desprenderse de algo puede tomar otro significado, como por ejemplo para conseguir únicamente la soberbia sensación de ser acreedor de por vida de algo que nunca le podrá ser devuelto (por ejemplo, la vida, ya que sí el hijo se suicidase esto no obraría en beneficio del padre, sino todo lo contrario. Este jesed actúa de forma tal que provoca un doble efecto en lo que refiere a la comprensión del otro. Así como habíamos dicho que “la generación de los hijos” con muchas de sus características adolescentes es por propia constitución incapaz de captar la esencia de todos los que no

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sean sus propios pares, con el mismo carácter cuando cualquier integrante de este grupo pasa a ser un feliz progenitor, no solo consigue comprender a sus hijos, sino que también pasa a valorar e interpretar los esfuerzos que por sí hicieron oportunamente sus padres.Si esto funciona en el modo adecuado, ya vemos como se pasa de poder medir en una sola dimensión, a poder coordinar lo correspondiente a tres.

Es muy común (de hecho uno lo puede notar a diario) ver que la relación de los hijos con los padres mejora cuando los primeros pasan a ser ellos mismos padres.Es la sutil diferencia de quien tiene a otro inexcusablemente a su cargo del que no.A priori, ya es hora de que reconozcamos que todo lo hasta aquí dicho no aparentaría observar relación alguna con nuestra perashá. Entonces, aquí vamos para revisar dicha idea:

“Y Labán fue a esquilar su ganado y robó Rajel los terafim (idolatrías) de su padre”.Bereshit 31-19.

¡La relación entre padres e hijos!.Es muy frecuente que los progenitores asuman en forma automática y acrítica que los hijos repetirán el camino que ellos les marcaron, sin notaron que esto no tiene por qué pasar y que, aunque haya una conexión a partir de la educación que les brindaron, la misma existencia de dos personas con cuerpos y personalidades bien

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diferenciadas hace que siempre exista la posibilidad de revocar todo y que el hijo siga su propio camino. En realidad, se trata de dos personas y no de una con una vida que se continúa indefinidamente en la otra a lo largo de sus generaciones.Ésta fue la tranquilidad que le cupo a Labán, que plácidamente se fue a pastorear, pensando que el camino ya estaba marcado y que sus hijas le iban a respetar su voluntad al no meterse con sus artefactos de servicio a la idolatría.¿Respetó su hija su deseo?.¡No!.¿Qué se pudo haber preguntado Labán?:¿Acaso es eso una buena hija?.¿Qué clase de hija es esta que desobedece a los padres?

“Y estos son los que se salva sus vidas (al ejecutar de inmediato al transgresor): el que corre tras su compañero para ejecutarlo, el que persigue a un hombre (para sodomizarlo) o a una muchacha comprometida, pero el que corre tras una bestia, quien profana el shabat o realiza avodá zará (idolatría) no se lo ejecuta inmediatamente”.Talmud Bablí, Sanhedrin 73 a.Capítulo VIII.

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9“Pero el que corre tras una bestia: para zoofilia o quien quiere realizar idolatría o violar shabat y mucho más lo penado con excisión del Bet Din por cuanto no hay una vida por salvar”.Rash”í, idem, idem.

“...o que corre para hacer una tarea prohibida en shabbat o realizar avodá zará. Aunque se trata que el shabbat y (la prohibición de) avodá zará son fundamentos de la fe, no se COMPLETAR.Encima no se dan cuenta que son tan fundamentalistas que ni siquiera su propia religión los autoriza a hacer lo que pretenden con mi religión.Únicamente la entrometida de mi hija Rajel se pudo haber metido con mis queridos terafim cuando no tiene ni en su religión derecho a hacerlo. ¡Capaz que mañana me va a querer matar!.No se dan cuenta que si me llegó un yerno- trabajador barato fue por estos amuletos mágicos, ¿cómo puedo yo vivir sin ellos?.¡Ah, estos religiosos, estos baalei Teshuvá!.Después de todo, ¿quién es el pariente más cercano a Rivká Imenu y Abraham Avinu?

9 Agradezco la colaboración del Bajur Gabrie-l Cuan en el aporte de los mekorot pertinentes.

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¿Rajel o yo (Labán)?.Como podemos ver, no le faltaba fundamento a Labán y a simple vista no le resultará nada sencillo a Rajel Imenu contestar a tanta imputación.

“El alumno que desee ir a otro lugar del que está seguro que va a tener señales de bendición en su estudio delante del Rav que mora allí y su padre le reprocha porque teme que en dicha ciudad los gentiles se burlan, no necesita escucharlo en esto”.Shulján Aruj, Ioré Deá, 240, 25. Esta ley de respeto a los padres contesta perfectamente la posición de Rajel: existe un Shulján Aruj que pone un límite de cuándo, dónde y en qué escuchar a los padres y, si bien no es la descripta por el Shulján Aruj la situación exacta de Rajel Imenu, al menos podemos saber que hay un límite a qué se debe escuchar a los padres, y este era uno de ellos. Es rigurosamente cierto que de acuerdo a la Mishná, con su continuación en Rash”í y en el Ramba”m no hace falta que el castigo sea mortal, pero ¿acaso era eso lo que se propuso hacer Rajel?“Dijo R” bar Najman bar Itzjak: Es más grande el pecado realizado en honor de D”s que la mitzvá no efectuada en su honor”.

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Talmud Bablí, Masejet Nazir 23 b.Por el contrario, quien insinúa en el pasuk respectivo que habría estado dispuesto a matar a Iaakov y toda su familia pero no lo hizo solo en mérito de la prohibición explícita que D”s le dirigió, fue Labán.O sea que, en una palabra; todo muy lindo pero totalmente tergiversado: una perfecta falacia o sofisma, para llamarlo con su nombre más puntual10. No cabe duda alguna que, acorde a lo que el padre se planteaba, no había ninguna obligación de escucharlo, ya que era imposible que saliera de alguna forma un judío temeroso de D”s en presencia de un abuelo tan pérfido como el que nosotros tenemos aquí.Pero, es hora de reconectar todo en forma integrada y darnos cuenta que la maternidad no solo saca a resurgir la calidad moral de Rajel que no quiere esto para sus hijos (la segunda generación) sino también, como buena hija, al darse cuenta que toda esa práctica idólatra no trae nada bueno para el futuro. También sale a relucir el factor de buscar lo mejor para su propio padre, aún “jugando” con el riesgo de su propia vida, tal como ocurriría años más tarde cuando por todo este episodio lo terminara pagando en forma indirecta con su propia vida.Esta es la cualidad del jesed, que implica lo mejor para las dos generaciones lindantes, la pasada y la entrante, por más que a veces tenga que hacer cosas que a nadie le agradan en sí mismas.Buscar lo que para el otro es efectivamente bueno, no aquello que le viene en gana que quiere escuchar.

10 De aquí podemos indagar los prematuros orígenes del antisemitismo en lo que puntualmente remite a la lógica que este utiliza.

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Seguro que para ello hace falta un trabajo difícil como es el de salir del “uno mismo” y de la vida para la comodidad y no tener miedo en hacer lo que haga falta por su bienestar.En “buen criollo”, para eso hace falta trabajar las midot.Rajel lo hizo...

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Parshat Vaishlaj: “Pompa y circunstancia”.

El pueblo fue convocado a Plaza de Mayo para...Así se suele leer cada tanto por estas, playas pero dichas expresiones no son solo propias de estas playas. Desde la información que a uno le llega hasta la que cada uno puede procesar en el que esté leyendo estas líneas, puede aseverar estos dichos.La comunicación social entre gobernantes y gobernantes es una constante de toda sociedad. Siempre hubo un lugar en común en el que este mágico feedback debe producirse, en el que uno le comunica al otro sus novedades y la conducta que espera de su contraparte.Todo sirve a tal efecto: desde el estribillo partidario hasta la arenga discursiva.Más allá de épocas y circunstancias históricas, pasando por los distintos nombres de los lugares y personas en las que este fenómeno ocurre, todo esto es natural e inherente al ser humano como tal.Ahora bien, ¿qué tiene esto que ver con nuestra parshá?

“Y se acercó Jamor y Shjem su hijo a la puerta de la ciudad y hablaron a las personas de la ciudad, diciendo:”Bereshit 34, 20.Todo un gran acontecimiento, algo muy importante que comunicar necesita de todo el escenario necesario a tal efecto, de todo un marco imponente.Ya el secuestro y violación de Diná se habían consumado, ahora hacía falta que se legitime lo actuado, uno nunca sabe como pueden reaccionar estos irascibles judíos. “¡A ver si

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todavía se les ocurre anticipar unos miles de años lo que harán sus descendientes en Uganda!.No es este el momento de discutir si lo actuado estuvo bien o mal. Eso se puede hacer en otro momento: este es el momento de unir las filas nacionales para prevenirse de un ataque exterior, todo el que haga otra cosa es un traidor, ¡un vendepatria!, ¡un cipayo!. Por eso, hace falta congregar urgentemente a todos, nos tienen que apoyar ante un eventual golpe de afuera. Y si preguntan (¡siempre hay de esos malditos, intelectuales que preguntan!, ¿por qué no fusilarlos a todos de una sola vez?), ¡que se yo!, después les contestaremos.Lo primordial es conseguir una buena estrategia, una carnada lo suficientemente grande como para que se “traguen el sapo”.¡Listo!. El mejoramiento de la especie.No todos son los hijos del gobernante para secuestrar y someter a la princesa de los demás pueblos, si cada uno va a hacer esto, en poco tiempo terminamos en una guerra que va a acabar con todos nosotros.Lo que hizo Shjem ya está hecho, ahora hay que ver como zafamos de esta, y la respuesta es clara, el hombre corre detrás de sus impulsos y todos quieren pertenecer al grupo de los ricos y famosos por más que jamás lleguen a eso ni en sueños. Con ofrecerles “vidriecitos de colores”, va a estar todo bien. Lo importante es no quitarles la esperanza, no darles los elementos para que la lleguen a ver alguna vez consumada.Vamos a hacerles creer que se van a casar las hijas de los judíos, igual que va a hacer Shjem y con eso seguro que calmamos a estos brutos.¿Qué Shjem es un violador? ¿y quién puede acusar al príncipe?. ¡Está bien que yo soy in Jamor (burro) pero no soy tan tonto como para no saber eso”.

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Palabra más, palabra menos esta pudo haber sido la lógica interna de Jamor, el gobernante cuyo hijo secuestró a Diná.¿Convalidar?, ¿comunicarse?, ¿escuchar al pueblo?.¡ A quién le importa algo de todo eso!.¡Acá las ideas están muy claras: hay cosas que el gobernante puede (para eso está en el poder) pero que el gobernado solo las puede tener como un símbolo, como aquello con lo que va a soñar pero a lo que nunca podrá acceder!.¿Y la arena pública?¿Y el ágora?.¿Para qué sirven?.¡Vaya si es una buena pregunta!.Toda la vida el mundo se encontró y se manejó con situaciones como éstas, son un constitutivo del planeta, ¿y ahora vamos a descubrir que no sirven para nada?.¿Acaso los anarquistas tienen razón?.¿Los religiosos no recibieron la Torá en un acto público?.¿Y qué son las prédicas rabínicas?. ¿Acaso hay alguien que pueda prescindir de la legitimación en una discusión o enunciación pública?.Si hasta aquí fuese lo dicho por Jamor y no conociéramos lo ya actuado, lo que traía implícito y lo por venir, sería muy complicado contestarle11.

11 Esto me recuerda a lo que me venía a la mente cuando orillaba el secundario y discutía con mis amigos de por aquél entonces y concluíamos que las ideologías, a priori, no parecerían traer aparejadas contraindicaciones. El problema empieza a la hora de llevarlas a la práctica y dejan en descubierto las personas con sus debilidades a cargo de su ejecución; aunque por cierto, este mismo tema debe ser revisado a fondo, so pena de no quedar legitimando tanta locura hecha doctrina política, racial, social o económica que está dando vueltas por el mundo.

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Toda vez que conocemos un poco más la historia, se facilita el panorama, tal como se comenzó a insinuar previamente.Aquí no cabe la pregunta del huevo o la gallina, queda por demás explicado que primero vino el deseo irrefrenable por la doncella judía (del que ya hablamos en “Jadesh” cuando refiriéramos a lo ocurrido con Avimelej) como sinónimo del amor por lo prohibido, por mostratrse a uno mismo que es poderoso, que puede llegar donde nadie puede hacerlo, de saberse impune de una u otra forma, sean cuales fueren las consecuencias.Después de lo actuado, queda por atenerse a las consecuencias , cuando ya se sabe que todo lo pasado puede tener consecuencias graves, pero ¿quién quita lo bailado? (como se suele decir).Ante el hecho consumado, hay que obtener apoyo, y pronto. Por esta razón es que se puede y se debe acudir a las masas, hacer una gran deliberación pública, llevarlas adonde uno ya lo había decidido de antemano y hacerles sentir que son los más inteligentes y afortunados del mundo por obrar de tal forma, aunque en rigor de verdad, nada de todo ello sea real.Un poco más de detenimiento en nuestro pasuk puede echar muchísima luz sobre el tema12 .Inicialmente dice el versículo que el gobernante Jamor se acercó donde la gente, siendo que su hijo solo figura cual si fuere su acompañante, solo más tarde éste último toma su rol de verdadero protagonista de la misma. Si no estuvimos, ¿cómo podemos razonar al respecto? .Habremos, pues, de tomar la estructura del versículo para orientarnos al respecto: al principio remite a la visita o viaje de

12 Y de paso, hacernos ver que no existen los psukim de relleno o de contexto, jas ve sholem. Uno de los supuestos en que nos basamos es que no hay nada de sobra y que de cualquiera de los mismos podemos profundizar sin fin.

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uno solo (el gobernante) cuando dice “y se acercó”. Solo más tarde pasa a hablar en plural (“y hablaron”).Pompa y circunstancia, habíamos dicho: cuidar las formas, respetar el protocolo.Aunque sea para defender el desenfrenado deseo del hijo, hay roles y lugares que defender y, por lo tanto, el rey tiene que ocupar su lugar y ser quien se dirija al pueblo. Lo que ocurre es que existe una fuerza interna que solo le corresponde a quien verdaderamente quiere llegar a un punto determinado: solo quien está convencido y motivado puede llegar a alcanzarlo, no sus emisarios aunque se trate del mismísimo rey13. Visto de esta forma, también se entiende cómo pudo ser que el príncipe haya tenido que terminar hablando y aún un paso más, como a continuación diremos.Ya hemos hablado del valor de la arena pública, de aquel lugar de encuentro de los ciudadanos donde se congregan a discutir las cuestiones públicas o aún de la “Plaza de mayo” o como se llame su sucedáneo en los distintos lugares del mundo, siempre yendo el pueblo en búsqueda de su líder.Aquí la situación es diametralmente distinta: ¡cómo habrán estado de urgidos que primero tuvieron que ir en búsqueda del consenso del pueblo, arriesgándose a constituir en estado deliberativo con tal de salvar la situación!.Y no es que fueron de leva como los señores feudales, sino que el pasuk da a entender que tuvo que haber todo un trabajo “de ablande” previo (“y hablaron”): ir y convencer a los ciudadanos.

13 Lo que no invalida lo dicho por R” Hirsch al respecto, pero aunque tuvieran una relación feudal que los unía a los habitantes de Shjem, por la que el vasallo tiene un vínculo “de labios y de manos” con el señor feudal, el consenso debe existir ya que si no el apoyo no llega, razón por la que igual tuvo que salir Shjem a complementar lo dicho por su padre.

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El prólogo de la nada: ¿cuál era la posible ganancia del pueblo?.Nada, prácticamente, solo un anzuelo de algo que nunca pueden llegar a conseguir: el sueño de la princesa rubia, el avance indefinido hacia una “nada fanatizada” tras el líder que no quiere dejar en evidencia a su hijo, codicioso de los placeres físicos, los que debe conseguir por las buenas, o no tanto.No, si el zeide de Bin Laden sabía lo que hacía y cómo convencer a los suyos para alcanzarlo.Inclusive, si vamos a prestar atención habremos de notar que, aunque hayan ido solo a legitimar una solución para un problema familiar, termina el pasuk llamando “personas” a los habitantes del lugar, lo que nos permite extraer dos conclusiones:-en primer lugar que, aunque se trate de un mero ardid para conseguir sus propios y espurios fines, no hesitan en subir a la a nada, a los siervos de la gleba a la calidad de personas cuando se trata de conseguir determinados fines personales, políticos y/o particulares.Esto puede ayudarnos a pensar que rol tomamos cuando, habitantes de las sociedades modernas del siglo XXI decidimos apoyar a alguien políticamente o al formarnos modelos porque nos tratan como personas o en forma “humanitaria”.Sobre todo, par muchos de nuestros hermanos que deciden abandonar, muy a menudo y mal que nos pese, la senda de la Torá para apoyar y embanderarse detrás de estos movimientos ”humanistas”14 .

14 Por supuesto que no debemos generalizar y reaccionar exacerbadamente ante mis dichos, pero por lo menos saber que, inclusive en el mejor de estos modelos humanistas siempre se deja traslucir un cierto tinte personalista.

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-En segunda instancia, notar que la Torá tiene un modo de tratar con grandeza a cada uno y uno, sin términos peyorativos ni necesidad de bajar la grandeza de cada y uno de los seres que habitan esta tierra, aún que sean secuestradores y violadores, lo que está prohibido aún para los pueblos que no recibieron más que las siete mitzvot de los hijos de Noaj y no la Torá en su integridad.Inclusive habremos de agregar un punto más: aunque digamos que el gobernante que avala y apaña a su inmoral hijo responde en el peor sentido de la palabra –o al menos al que se le da en forma peyorativa y no se porqué se meten con el pobre y noble animal- a su nombre (“Jamor”, burro), mientras el pueblo todavía no lo apoye, todavía merece el nombre de personas.

No se acusa a la persona por la degradación que todavía no cometió15. En definitiva, no bajar ni degradar a nadie si no hay necesidad de hacerlo: no mantener forma y dignidad humanas.Mucha gente cree que solo lo Di-vino mantiene un determinado nivel, toda vez que lo humano es el reino de lo falible y de lo seducido permanentemente por las pasiones.Si bien todo esto es cierto, no nos habilita a degradar delante de nuestros ojos la importancia que reviste a la grandeza de lo creado, que no es otra cosa que hablar del ser humano, llámese Jamor como en este caso o de otra manera.¿Y esta es nuestra preocupación principal, el lascivo Shjem y su padre, el ínclito Jamor?.

15 Inclusive en el caso del hijo “rebelde y contumaz”, la Guemará en Sanhedrín establece que la pena no busca, jas ve sholem ser degradante sino que está evitando ulterioridades insalvables en el futuro.

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No debería preocuparnos mucho todo esto, salvo que hay puntos que ahora observaremos.Si solo nos portásemos como Iaakov Avinu, buscando acercarnos a H” en cada gesto y gesto, todo esto no nos debería llamarnos la atención en lo más mínimo.Pero lo que me atemoriza es todas y cada una de las veces que corremos detrás de lo primero que aparece delante de nuestros ojos y que obra de tal talante que terminamos siendo los Jamor-im de nuestra generación, convenciendo a nuestros súbditos para que nos sigan en el camino de las pasiones, alejándonos de la senda que nos marcó Iaakov Avinu de una vida completamente dedicada al mejoramiento del mundo cumpliendo la Torá de H”.

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Parshat Vaieshev: “Vivir confortablemente, o la vida por el confort?.

Mientras uno tiene un coche cero kilómetros, todavía sin estrenar y en la puerta del concesionario, todavía vale su precio intacto. Sabido es que solo basta dar una vuelta manzana para que comience indeclinable e irreversiblemente a declinar su valor.No extraña, por lo tanto que cada uno y uno cuide en este mundo en el que nos toca vivir el valor de su patrimonio; nadie ve en esto algo erróneo u equivocado.Pero, la elección por azar de nuestro oreaj semanal provocó que nos toque interiorizarnos en lo ocurrido con Onán, el hijo de Iehudá, quien falleció en la forma que éste y los psukim precedentes se describe. No es sencilla, por consiguiente la captación de la esencia de este problema, razón por la cual tendremos que indagar en la verdadera historia para luego sí poder realizar la comparación pertinente con lo que apenas dijimos sobre el cuidado del valor monetario de los objetos materiales.Un mito debemos derribar ni bien comenzamos, ya que la cultura occidental atribuye equivocadamente a nuestro personaje en cuestión una práctica que nunca realizó o bien podemos decir que nunca fue su intención realizar, me refiero a lo que el mundo llama “onanismo”, que por razones de decoro y por no considerar que este sea el medio adecuado, evitaré involucrarme en esta oportunidad16.¿Qué fue lo que hizo Onán?.Sencillamente, se negó a consumar la relación matrimonial con la esposa de su hermano fallecido con la que se supone debía engendrar hijos en su memoria.¿Y es tan malo eso?.

16 Creo que lo mejor que cada uno puede hacer al respecto es preguntarle a su moré o rab.

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A priori, nada de lo que estamos hablando se entiende en su justa medida; supongamos que salimos ahora mismo a la puerta de calle y le preguntamos a la primer persona que pasa si el mundo acostumbra, o mejor dicho, ve como ético que una persona se allegue a la pareja de su hermano fallecido.Si bien sabemos que, en este triste mundo que nos tiene por protagonistas, este tipo de situaciones ocurren inclusive durante la vida de la persona en cuestión, entonces ¿qué tiene de malo hacerlo después de muerto?.No obstante, nadie duda en denostar una actividad como ésta y decir que es algo prohibido (¿entonces por qué siempre lo hacen?).Para entender algo de todo esto, debemos analizar la mitzvá de ibum desde su coherencia interna.Es muy difícil entender que haya una prohibición muy fuerte y explícita de vincularse con la pariente por vía del hijo en vida de este y, tras su muerte que pase a ser directamente una orden explícita. ¿Primero prohibido hacerlo, luego obligatorio de ser llevado a cabo?.Sinceramente, no se entiende.Esto es lo que se denomina un jok, una directiva del Creador, Quien entiende directamente lo que es bueno para la persona y lo que no lo es, por más que a menudo escape a nuestro entendimiento.Es el tipo de acción que se basa únicamente en una orden Di-vina y no en nada que se pueda entender racionalmente.No es poco por lo tanto, el margen de confusión que cualquiera puede llegar a tener al respecto, de no mediar la emuná.Ahora podemos pasar a la lógica interna de nuestro protagonista.¿Qué opinó al respecto la Torá?. “Lo que él hizo estuvo mal delante de los ojos de Hashem, y también a él lo mató”.

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Bereshit 38,10.Evidentemente, la Torá no ve con buenos ojos lo que hizo el protagonista, por no decir que D”s mismo no estuvo de acuerdo y por ello decidió terminar con su vida.¿Cómo se puede entender todo lo que estamos diciendo?.Nosotros difícilmente podemos llegar a entender es desde dónde miramos la muerte, si realmente llegamos a entender de qué se trata esto.En general, la gente suele entender que la muerte ocurre como una suerte de castigo, por haber vivido mal.Si bien desde algún punto es verdad y hay varios capítulos del Shilján Aruj que así lo demuestran, también vamos a decir que no es esta la verdad completa.Existe una cantidad de personas que, según nuestra tradición, murieron sin haber pecado a lo largo de toda su vida. Todos estos casos, según esta línea de pensamiento, serían incomprensibles, de no ser por el sencillo hecho de que le falta un dato, como ser el de que no entendemos la muerte.La misma también tiene su historia, tuvo un “antes” y un “después”.Antes de la entrega de la Torá existía la muerte (como en nuestro caso) fuese o no por castigo. Después de la misma, se suprimió la muerte, la que solo volvió luego del pecado del becerro.Pero, lo que la gente no sabe es que aún en aquellos casos en los que la pena de muerte se aplica como castigo por alguna acción incorrecta cometida, tiene siempre un efecto de piedad y de evitar males mayores.(Sé que para el lector poco versado en estos temas, una primera lectura al respecto puede sonar a cinismo, pero para evitar una lectura apresurada y equivocada, solicito leer en forma calmada lo siguiente para su correcto entendimiento).

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Para comprender esto debemos adentrarnos en lo que describe la Guemará en el capítulo que estudia todo lo referente al hijo rebelde y contumaz.Allí (Talmud Bablí, Masejet Sanhedrín, Capítulo VIII, especialmente página 68 b y ss.) se pregunta y responde cuál es la causa por la que se condena prematuramente a una persona a muerte, contestándose que “se lo juzga por su final”.Si habremos de creer que todo lo que una persona vive a lo largo de su paso por el mundo es en función pura y exclusiva de lo que en dicho paso vaya a atesorar en forma material y que la esencia de su vida estará en dicho nivel, entonces mucho si no todo lo aquí escrito le será inútil y también inentendible. Pero, en cambio, si tomaremos como punto de partida la idea de una cierta espiritualidad que rige el mundo y que nos enseña que, aunque existe un cierto paso necesario por la vida terrenal para dar lugar a la verdadera vida, que es la espiritual, lo que solemos conocer como Olam HaBá (Mundo Venidero).Desde esta concepción, todos los sufrimientos que la persona pasa a lo largo de su vida son el “costo” para llegar a disfrutar de su verdadera vida, que es la espiritual, en la que disfruta de la Presencia Di-vina17. Toda vez que captamos la esencia por la que el alma se desprende del cuerpo para pasar a habitar un “lugar” mejor, ya no podemos ver la muerte como algo que directamente conduce hacia el concepto de castigo: esta no es la estricta visión judía del tema.Desde esta concepción, todo el motivo por el que se puede llegar a castigar a una persona con la pena capital prevista

17 No debemos entender de estas cortas líneas que estemos haciendo una apología de la muerte prematura o mucho menos del suicidio, sino que todo lo dicho se aplica desde el momento en el que la persona fallece llegado el momento en el que H” así lo decide y nadie más.

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por la Torá es para evitar que termine teniendo un castigo peor que le quite su parte en el mundo venidero, dado que esta persona no se ocupa del “ishuvó shel olam” (“hacer del mundo un lugar habitable”).No pasar la vida en vano, dejar una marca que justifique haber pasado por ella, de eso se trata.Este es el meollo de la cuestión.A priori, no hay diferencia alguna entre quien cuida su coche del desgaste de quien no quiere que se afee su esposa con el fruto de su embarazo (como es el caso de Onán).Uno cuida su patrimonio, el otro también.Uno desea el máximo provecho, el otro también.Uno quiere ser el objeto de la envidia de los demás, el otro también.Entonces, ¿por qué uno desarrolla una vida plenamente normal mientras el otro es condenado con la pena capital?.El punto en cuestión es que Onán demostró con su actitud un poco apego por la sociedad que le cabe con el Creador, al vivir sintiendo que todo fue creado tomándolo como medida de todas las cosas, sintiendo que todo fue hecho para su disfrute material únicamente, para saciar sus instintos básicos, sin profundizar en lo más mínimo, sin preguntarse como puede ser posible que lo que hasta ayer era imposible y penado hoy lo tenga como misión.Por lo tanto, a este Onán racionalista y hedonista que viene a sentir placer en todo le surge H” para plantearle que no es ese el mundo que quiere, que no es el sentido con el que lo diseñó, ya que no tiene términos medios o grises.No existe el más o menos: “Bueno, un poquito mitzvot sí, pero el resto para mi disfrute material y, si no me gusta no lo hago”.“Si no me gusta como queda mi esposa, you know rabbi”...¿¡Quién te preguntó!?.H” hizo sobre una base espiritual y aunque no es sencillo adentrarse en ella, tras un esfuerzo y búsqueda por asentar el

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mundo, uno llega a afincarse en ella y disfrutar de las mitzvot (aunque no todas se entienden).No creas, querido lector, que el judaísmo entiende que el placer físico debe estar desconectado del espiritual; seguro que ambas deben existir pero no en igualdad de preponderancia; sin lugar a dudas que al menor esbozo de conflicto, la segunda debe tener prioridad por sobre la primera. Esto fue lo que vino a discutir de igual a igual Onán con H” ( y así le fue).Esto es lo que tenemos que tener presente para saber si queremos o no vivir como Onán: “no es lo mismo vivir con-fort que tener la fort-una de vivir” (disfrutando espiritualmente).

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Parshat Miketz: “Ministro de Economía se busca, abrejim18: inútil presentarse”.

Hay que ir a la universidad.Para manejar al economía hace falta saber, tener contactos, conocer los mercados.¿Estás loco, dejar todo a manos de los religiosos?.¡Si ellos todo lo que saben es rezar!.

“Y Iosef era el gobernador sobre la tierra, quien alimentaba a todos y se allegaron los hermanos de Iosef a tierra”.Bereshit 42,6.Lo que está pasando creo que no solo yo soy yo quien no llega a entender lo que está pasando hoy, sino que luego de preguntarles a varios entendidos en el tema, llegué a la conclusión de que ellos tampoco tienen demasiada captación de la situación, y no solo de la situación local, sino que el contexto mundial también mueve a mareos y pérdida de entendimiento.Todos hablan, pero nadie sabe qué ni qué decir.Otro tanto ocurrió en nuestra parshá donde nadie, desde el mayor al menor supo qué hacer con la crisis que se avecinaba.Entonces, perdido por perdido, ¿por qué no darle el poder a quien sabe interpretar los sueños?.¿Quién era?.¿Un egresado de Harvard?.

18 Estudiante de Torá que se dedica exclusivamente a dicha actividad en un kolel.

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¿Un experto del MIT?.¿Alguien venido de Oxford?.¡Un abrej!.¿Un abrej?.¿Es que ya no hay quien se haga cargo de semejante descalabro?.¿En base a qué lo designarán?.La calle sabe que algo pasa, hay rumores de que el faraón anda en algo raro, que ve cosas raras en sueños y que esto lo saca del gobierno.¿Uno de estos judíos raros?.¿Estos que andan en pleno verano egipcio con el saco y el sombrerito?.¿Y encima un ex convicto?.¡Dónde vamos a ir a parar!.Sea como fuere, este mismo Iosef es quien llega al gobierno, tal como el pasuk establece, que llega a gobernar a todo el país egipcio y doblega a su propia familia, cumpliendo el sueño que sus propios hermanos se negaron a ver.Todo lo que estamos escribiendo no provocaría más que una sonrisa si no fuese que la situación de “allá lejos y hace tiempo” no es sustancialmente distinta de la que hoy nos toca vivir.Aquellos años fueron de grandes movimientos económicos, estos también.En esa época se conformaban y derrumbaban fortunas, esta también.La crisis de la hambruna como efecto de la globalización no fue menor en dicho período que hoy en día (de hecho el Jumash nos relata el modo en el que Iaakov Avinu tuvo que irse hasta Egipto para poder comer).Tanto en aquella época como en esta la gente miraba por encima del hombro pensando de qué va a vivir este “pobre tipo” que no sabe “hacer otra cosa que estudiar Torá”.

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Y sin embargo, llegó al poder y triunfó.¿En base a qué?.¡A Torá!.¡Al poder de la pureza!.Cuando nadie sabía para dónde mirar, el abrej no dudaba, no duda ni dudará qué hacer ni cómo seguir. Esta “información codificada” se dio de generación en generación: cuando al Ramba”m le iban a preguntar sobre medicina, al Jazón Ish respecto a construcciones, cuando los médicos le preguntan a rabanim sobre las intervenciones quirúrgicas y los distintos tratamientos etc., etc., etc.¿Cuál es el sustento?.El capítulo 19 de los Tehilim (Salmos) nos va a traer la respuesta.Es muy común saber de caracteres disímiles acorde los tipos de personas que uno va encontrando, pero hay ciertos patrones que nos impiden las variaciones.Por ejemplo, la persona impulsiva es factible de ser hallada luego de su primer fuerza que lo hizo salir de su lugar en una depresión cuestionándose qué lo llevó a actuar en dicha manera y, mejor aún, más que cuestionándose, castigándose y tal vez con tendencia hacia algún flagelo al respecto.El lector puede (si le divierte) jugar a formar distintos tipos de dualidades combinadas como las que acabamos de nombrar, pero hay cierta combinación que casi diría que obligatoriamente me tendrá que reconocer que es casi sobrenatural, como a continuación reflexionaremos.La sabiduría.Se la suele considerar como un “producto asociado”, cada uno la suele unir a una causa anterior o a otra característica asociada.Hay quienes la atan al carro de la ancianidad (no dije vejez, que no es lo mismo), lo que no es erróneo. Otros, creen que el sabio tiene que ver con un carácter inquieto y de búsqueda

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permanente y como estos podemos encontrar muchos tipos de explicación.En todos los casos, siempre el mundo occidental tiende a ver en el sabio a la persona con muchas inquietudes, de carácter más bien inquieto y explosivo que en su juventud no pudo ser contenido por el sistema escolar que lo albergaba; en una palabra: un genio díscolo. Nunca nadie que tenga que ver con la calma.Oriente impone otra idea de sabiduría: más vinculada con una conducta de inmanencia, de falta de novedades, de meditación trascendental, de control mental, de yoga y budismo y otras yerbas por el estilo.Ideas contrapuestas frontalmente, una incompatible con la otra.Quien lea estas páginas con un cierto grado de profundidad se dará cuenta que ni siquiera el mundo exterior sabe cómo y por qué genera los sabios con los que se enseñorea. La Torá es totalmente distinta:

“La Torá de H´ es íntegra, apacienta el alma ,,,trae sabiduría al tonto”. Tehilim 19,8.Por un lado trae la calma, la paciencia y la tranquilidad necesarios, mientras que por el otro despierta ese interés, esa curiosidad, ese deseo de hallar la lógica oculta que hay en cada cosa y cosa, por ver el modo en el que H” conduce el mundo, de discutir cada limud (estudio) hasta conocer el fondo de verdad en cada tema y tema, sin correr de lugar en lugar para saber donde conseguir los fondos para pagar los préstamos conseguidos para pagar calmar el “efecto Nilo” que calme el “riesgo país” y aplaque al irascible faraón que, “¡vaya a saber cómo reacciona cuando venga la malaria!”.Alguien que está acostumbrado a vivir en forma modesta, sin tener que correr todo el día tras la ganancia puede llegar a

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manejarse con otra calma, otra profundización en los temas, más y más cuando pudo repasar todos esos años en la prisión las enseñanzas de su padre, reforzándose en la emuná y sabiendo que tanto su origen rico como su presente sin más que las grises paredes de su lúgubre encierro no reconocen otro motivo que la Decisión Di-vina.Este es el ministro de economía de H”, el que es reconocido por los mismos egipcios, que lo adornan con el título de ABREJ (Ab be Jojmá, Raj be Shanim: Padre en sabiduría, blando en años).¿Dónde aprendió?¿En la casa paterna de la que se fue a los 17?.¿En la cárcel?.¿Dónde se aprende todo eso?.En la emuná (fe) que provee de siata dishamia (ayuda del Cielo) para el limud Toire (estudio de la Torá).Ese es el Harvard de los judíos.Hoy que la gente anda triste y desencantada, tal vez tengamos que saber que este sea el planteo, que “de arriba” quieren saber si estamos cada vez más fuerte en nuestro estudio de Torá, tal como hizo Iosef, si ayudamos a que cada vez haya más abrejim y más estudio o, si por el contrario, queremos vivir supeditados a los ministros de economía de turno y al “efecto” que se ponga de moda, sin mirar Quién manda cada cosa, tanto la devaluación, cuanto la dolarización, o la brajá que traerá la llegada del Mashiaj, pronto en nuestros días.

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Parshat Vaigash: “Entre luces y sombras”.

“Y asentó Iosef a su padre y hermanos, dándoles lo mejor de la tierra de Egipto en la tierra de Raamsés como ordenó Paró (Faraón)”.Bereshit 47,11. Una asombrosa pregunta debe llamarnos sobremanera la atención: al principio pareciera como si Iosef ejecutase toda esta entrega de los terrenos de Raamsés como consecuencia de la ejecución de su poder y al final resulta ser que todo lo actuado en nombre del monarca.Entonces, ¿quién ordenó todo?.¿Cómo se entiende este pasuk?.La mejor forma de poder entender esta situación es comenzar a despejar desde lo entendible para llegar luego a lo mas complejo y contradictorio.En primer lugar, revisemos a quién le fue dada la tierra ya que no sabemos del todo quién la entregó. Al respecto vemos que Iosef cumplió totalmente lo que el Shulján Aruj establece al priorizar el lugar del padre antes que los hermanos y no por venganza, sino porque este es el orden que corresponde, tal como H” mismo ordenó.A priori, ya adentrándonos en nuestra pregunta, debemos concentrarnos al respecto: todo es posible de ser visto cuando uno observa en un prisma, tanto para un lado cuanto

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para el otro; siempre uno puede encontrar lo que quiere ver, sea lo que fuere.Lo esencial de encontrar lo que uno está buscando está en saber en épocas de crisis como las que estamos vivivendo es el poder de decodificar lo que nos rodea en los distintos aspectos de la vida y saber que siempre es posible que cada giro que se da nos puede orientar hacia el lado incorrecto, lo que siempre puede hacernos vivir en una permanente duda casi cartesiana acerca de si estamos obrando correctamente o no.Por eso es fundamental saber vivir siguiendo las orientaciones de Jajamim, para no tener la sensación de aquella persona que arrastrada por las olas siente que su cabeza se sacude como una coctelera y que, cuando finalmente logra poner un pie en la arena para intentar afirmarse y salir por encima de la superficie empieza a buscar desorientada la ansiada, lejana y querida tierra firme.En cada situación uno puede ver lo que quiere y posiblemente vea aspectos fraccionados de la realidad válidos y verdaderos, pero también los falsos o al menos los desorientadores.No hay nada que se parezca más al ocaso que la salida del sol misma; los grados de luminosidad son casi los mismos y los colores del cielo también, lo único que difiere es la posición del sol en el Cielo y hace falta un cierto grado de conocimiento astronómico para saber reconocerlo a simple vista. Pero, en una simple fotografía, ¿quién puede separar y diferenciar cada uno?.Esto es de importancia menor en el momento de decidir mirar un par de postales para saber si se trata de un amanecer o atardecer, pero es más grave cuando se trata de decisiones vitales19.

19 Tengo todavía presente el caso de una persona, estudiante de segundo año del secundario que había tenido una esquiva

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El tema que intentaremos desentrañar es el rol que le cabe a nuestro pasuk dentro del segmento histórico en la historia de nuestro pueblo.Si habremos de considerarlo como el principio del galut, de la sujeción al poder de un poder extranjero, ¿no habremos de considerar que el otrora jefe de gobierno decisor de riquezas y miserias de todo Egipto, teniendo para darles una simple parcela a sus parientes no es una gran pérdida de poder y el comienzo incipiente de la esclavitud?. E inclusive, ¿no podían ver los pérfidos egipcios, siempre dispuestos a condenar a los iehudim, como que aquí había un otorgamiento de prebendas a los parientes de Iosef, razón por la cual había que ponerle un cepo a tal situación, situación que solo podría ser destrabada mediante la intervención personal directa del faraón?.

suerte durante el año en el cursado de la asignatura “geografía”, de suerte tal que necesitaba un “10” (la máxima calificación) para aprobar. Llegada tal circunstancia, la dinámica imponía que cada grupo debía presentar un informe grupal sobre un país europeo.

El material estaba presto, los oradores también, sin embargo un “pequeño problema” los aquejaba: el país en cuestión era Austria y las fotos ilustrativas que tenían eran de...¡Suiza! (al fin y al cabo, los parientes habían viajado por ese país, ¿qué culpa tenían los pobres muchachos?).

La apuesta era contra el desconocimiento de la pobre profesora, después de todo ¿no los había obligado ella en cierta forma?.

Más allá de lo que cada uno de nosotros piense al respecto, al final los muchachos tuvieron suerte ya que una montaña alpina es esencialmente similar a su compañera, más allá de los límites, por lo que el 10 finalmente les llegó.

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Así como esta lectura es posible, debemos decir que esto tiene que ver con el punto de lanzamiento de todos los conflictos.Quien haya estudiado Guemará (especialmente en Iun o profundidad) sabe que básicamente una persona no le miente descaradamente al compañero sino que en el modo de seleccionar parte de los datos de la realidad surgen las grandes tensiones y enfrentamientos.No mentir, pero tampoco toda la verdad, solo el segmento que me conviene.Si solo iban a tomar como base o punto de partida que Iosef traía a su familia para conseguirles lo mejor de la tierra de Egipto, el reclamo por “corrupción” hubiese sido atendible, más aún cuando Egipto no había salido todavía del “efecto Nilo” y la hambruna despedazaba los hogares de todo el país, llegando inclusive al extranjero.Pero, ¿acaso esos eran todos los datos a considerar?.También (y no menos importante) existía el hecho de haber sido quien había salvado todo el conflicto mediante la interpretación del sueño del monarca y evitado la hecatombe alimentaria, tal como había ocurrido en C´ná´an (hoy Eretz Israe-l)20.Al ingresar este dato, todo el esquema cambia, ya que podremos preguntar: ¿quién le puede negar “algo” al dueño de “todo”?.¿Es esto corrupción?.¿No es una muestra de desagradecimiento para quien salvó al país?.Rabotai: solo ingresando los datos necesarios y pertinentes, sin olvidar ninguno se puede llegar al resultado.

20 Por cierto que por obra y gracia de H”, tal como el mismo Iosef admitió, “detalle” que no debemos dejar pasar por alto nosotros, pero que escapa al alcance de los idólatras egipcios.

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De más está decir que cualquiera me puede decir que esto se parece en demasía a aquél demonio que había diseñado un proto-científico de la época de Descartes que sostenía que si uno pudiese inventar un demonio de tal especie en el que pudiese ingresar todos los datos de loa realidad (sin olvidar ni modificar el valor de uno solo de los mismos), podría hacer previsible toda la realidad futura.Todo ello es verdad, pero lo que el intelectual en cuestión olvidó mencionar es que el único que puede hacer tal tarea es el Creador, todos los demás somos falibles y como tal, mal podríamos llevarla a cabo.Cada uno ve lo que quiere ver.Si vamos a sostener que por cuanto ya había que ir a pedirle permiso para cada tema al Paró, ya había comenzado el galut, no habremos de negarlo y apoyaremos el concepto. La esclavitud ya estaba en marcha, aunque todavía no se notase.Y los que por el contrario, habrán de decir que los Bnei Israe-l (que no son otros que los hijos de Iaakov) resguardaron un lugar en las llanuras de Egipto donde el mismo rey no iba a poder entrar, también están en lo cierto. Para corroborar este dato, diremos que los bnei Leví que nunca dejaron de estudiar, jamás fueron sometidos a la esclavitud, según enseñan Jaza”l.Aún en mitad de la esclavitud, ya estaba germinando la semilla de la libertad, de la Gueulá21.

21 Cierta vez ocurrió algo por demás llamativo en un lugar inundable: el agua había llegado hasta aproximadamente un metro de altura, golpeando constantemente contra el vidrio de la puerta de entrada de dicho edificio.Uno de los habitantes del edificio, al ver luego el destrozo producido con la consiguiente inundación no dejó de maravillarse pensando: ¡Pensar que un vidrio tan grande no necesitó de más de un pequeño punto de debilidad para

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En épocas de crisis como las que nos toca vivir, donde la gente busca de cambiar de país para ver si de esa forma puede escapar a los problemas, donde los hijos más de una vez deben tener más de una seria discusión con sus padres para poder casarse; en momentos en los que llegar a cobrar el sueldo es casi una proeza, en los que la miseria rodea peligrosamente cada mesa y mesa, donde el que exhibe un billete de diez dólares corre con el riesgo de ser asaltado con peligro para su propia vida, debemos tener muy en claro esto: saber siempre que donde parece estar todo mal y sin posibilidades puede estar el comienzo de la solución y, por el contrario, donde está todo bien y sin problemas puede ser el inicio de la crisis y caídas.Nunca olvidemos lo que nos enseñó la profesora de geografía: una foto es una foto; el amanecer y el atardecer son iguales, solo basta poner la foto en espejo para poder ver todo lo contrario a la realidad.

generar el pequeño orificio con el que terminó su existencia!.De la misma forma, lehavdil ocurrió aquí, de a pequeños espacios que quedaron sin cubrir se forjó la libertad de todo un pueblo.Dominar el 99,9999...% es una gran cosa, pero no es el 100%.Del 0,0001 al 100 ya es solo una cuestión de cantidades pero va de lo “complicado casi imposible” a lo real y tangible; una cosa es lo que va del “no” al “sí” y otra lo que va de lo “difícil pero conseguible“.

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Parshat Vaiejí: “Señora violencia”.

“Maldecido sea su furor, pues es violento y su saña pues ha sido dura, los dividiré en Iaakov y los dispersaré en Israe-l”.Bereshit 49-7.Habíamos hablado de los tiempos de crisis la última vez que nos encontramos.Pero estos no vienen solos, sino que son acompañados de “efectos colaterales”, que es menester que los tengamos en cuenta, tal como min hashamaim nos ha tocado tratar en este pasuk semanal.¿¡Qué rabino, también pretende que me quede en el molde!?.Preguntas como esta se escuchan a diario, incesantemente repiqueteando sin cesar, de gente que parece no poder soportar más la presión que se cierne sobre sus hombros, y todavía tenemos “suerte” ya que, toda vez que se pregunta todavía hay tiempo de evitar algún tipo de decisión apresurada, de esas que suelen salir en la tapa de los diarios y que no son justamente buenas noticias.Desde ya vamos a dejar en claro que no habremos de juzgar en estas pobres líneas el comportamiento de nadie: si bien uno se ha hecho de cierta fama de “duro”, de decir lo que haga falta (o mejor dicho, lo que uno entiende hace falta sea dicho), siempre se ha efectuado desde lo que la Torá y Jajamim nos han enseñado que es lo correcto, pero nunca juzgando en forma personal a nadie.Aquí la situación es radicalmente distinta: entiendo que no nos está dado juzgar a nadie desde sus angustias y pesares.

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Al respecto ya nos han advertido nuestros Sabios: “no juzgues a tu compañero hasta llegar a su lugar”.Recesión mundial, violencia y atentados que a diario suceden, aparatos productivos que nos producen la duda de no saber si están estallando o derrumbándose, familias donde los problemas enormes se suceden incesante e invariablemente, repercutiendo en su seno de una u otra forma.¿Quién puede juzgar a la persona en medio de tanto dolor, de tanta impotencia?.Yo no, y si lo que a continuación escribiré fuese entendido, recomendaré al lector que ignore olímpicamente este escrito y no solo eso, sino que por favor me lo haga saber.Sin embargo, algunas cosas debemos tener en cuenta, especialmente los que pertenecemos a las generaciones “post- Shoá”.Nos tocó por Designio Di-vino vivir épocas de relativa calma, donde salvo sucesos puntuales no tuvimos (¡Baruj H”!) grandes presiones o persecuciones a nivel mundial y donde, quien mejor, quien peor, cada uno sobrevivía. Desde ese lugar nos permitimos juzgar con demasiada liviandad y falta de comprensión todos los problemas de las generaciones anteriores.Ahora somos nosotros los protagonistas y cada quien corre para otro lado sin saber dónde acudir en búsqueda de auxilio.¿Podemos juzgar a alguien?.No obstante, aunque nosotros no podamos Iaakov Avinu (que para eso era uno de los avot) tenía espaldas suficientes para hablarnos a nosotros de estas cosas. El momento en el que el desafío está instalado, es aquel en el que tenemos que superar la prueba; no es sencillo vivir en los distintos lugares del mundo que se nos presentan a la vista: cada cual viene con su “paquetito” adosado que debemos resolver.

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El punto es que no siempre se pueden resolver, y la persona siente que el techo se desploma sobre sí, lo que le genera mucha rabia, mucha furia.Si bien humanamente esto es humanamente comprensible, la Torá nos pide por boca de Iaakov Avinu que superemos estas situaciones; recién allí es donde el desafío comienzo.Es relativamente sencillo soportar dolores sencillos, lo difícil es abstenerse del acto recíproco cuando el dolor y la furia son insoportables.No recuerdo a esta altura si lo escribí en algún lugar o no, pero quienes me conocen personalmente saben perfectamente que suelo decir: “si el dolor es fuerte, mucho no va a durar. Si va a durar mucho, seguramente no va a ser demasiado grave”.Este es el equilibrio que hizo H”, para que las personas podamos vivir.Por está razón, Nuestros Sabios, nos enseñan que cuando queremos conocer a alguien, debemos observar una de las tres variables posibles (Caasó, cosó y kisó: su furia, cuando está tomado y cuando su bolsillo se ve afectado).Pero, ¿si es tan difícil de cumplir, por qué se exige tanto?.¿H” puede pedir un esfuerzo tan grande?.¿Qué es lo tan malo en tener reacciones humanas lógicas y comprensibles?.Aunque sepamos que no podemos contestar una pregunta así, algo podemos intentar razonar en conjunto (por supuesto que no intento tener una respuesta definitiva y quien quiera discutir conmigo al respecto, puede hacerlo desde ya, dado que voy a estar muy feliz de escuchar y difundir una idea mejor que la mía al respecto).Algo podemos llegar a ver despuntar en todos estos accesos de furia: quien se ve entrampado por ella, encuentra muy dificultoso salir de ella y, lo peor aún es aquello que se refleja en todo el tema.

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Saber que las cosas graves que ocurren tienen un origen “min hashamaim” nos hace saber que si pasaron fue únicamente porque desde Allí se decidió y, por lo tanto ¿para qué la reacción extemporánea?.¿Acaso se puede lograr torcer la voluntad Di-vina?.Particularmente considero que esto no se denomina “ishtadlut” la preparación y esfuerzo necesarios que H” requiere de cada uno de nosotros sino los esfuerzos desesperados para evitar que algo ocurra.¿Cuál es la diferencia? (ya que a simple vista no se nota).

Cuando uno hace ishtadlut, está reconociendo que todo viene “desde arriba”, solo que por la autoestima personal, Boré Olam nos da la oportunidad de sentirnos “socios” y no uno de esos parientes inoportunos que llegan justo a la hora de comer, trayendo en su bagaje solo el hambre acumulado de varios días.

En cambio, cuando la desesperación es la nota dominante, le estamos confiriendo un poder autónomo que en rigor de verdad no tiene de por sí. Aún diremos un paso más, le estamos confiriendo una parte aunque más no fuere de confianza a la obra que el ser humano puede llegar a realizar motivado por su desesperación, como si tuviese alguna posibilidad real fuera del alcance de lo que D”s decide.

No me habría de extrañar encontrarme con aquél que diga, sin poder llegar a entender lo que estamos diciendo, que todo esto es bueno al ser una lógica reacción humana. Será necesario, entonces, comenzar desde el principio, preguntando ¿qué es un ser humano?.

El común de la gente cree que tiene que ver con un conjunto de pasiones y sentimientos aglutinados en un cuerpo, cuando no es así.

Si bien es real que el hombre también se compone de estos, no por eso pasan a ser sus componentes esenciales.

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Lo que nos hace personas es la construcción sobre las pautas de Hashem, el seguir sus caminos en todas nuestras acciones y saber que ninguna de ellas sería posible sin Su previa aceptación.

Por ello, cuanto más dice la calle que es “algo personal”, menos persona se está siendo.

Claro está que los desafíos son realmente difíciles y que cada uno apenas los puede pasar con el mayor y mejor esfuerzo y dedicación personales de su parte, pero también debemos observar que este componente de furia en los tiempos tempestuosos fue puesto en nosotros por H” mismo para que lo superemos afirmándonos más en Él, mostrando así que ni por un segundo confiamos en nuestras fuerzas si no es en forma ligada al Creador.

Inclusive podemos llegar a ahondar un poco más en la situación, donde Shimón y Leví fueron objeto del reproche paterno por haber matado a los habitantes de Shjem como consecuencia de haber consumado éstos la violación de su propia hermana22.

Nuestro pasuk tiene (por así llamarlo) dos componentes:Por un lado se habla del enojo en sí mismo.En segunda instancia, de qué modo esta fuerza fue

tratada.Iaakov Avinu se percató que esta fuerza espiritual tenía

un origen Di-vino y que por lo tanto sería imposible llegar a destruírla. Pero, ¿para qué podría llegar a ser necesaria?.

22 Al respecto, cabe que observemos que el mismo que está condenando la acción es el mismo padre de la chica violada, lo que nos da una pauta de la altura moral y espiritual de Iaakov Avinu, que no encontró en esto obstáculo alguno ver desde afuera, tal como si el problema le estuviese pasando a un perfecto desconocido.

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(Antes de contestar debo aclarar que solo podré hacerlo hasta un cierto punto, de allí en adelante, solo podré sumarme a quienes pregunten).

Seguramente, nos sentiremos tentados de contestar del modo más sencillo y menos comprometido, diciendo “para nada”, mas no es así. Mal podemos pensar que H” Itbaraj creó algo que no sirva para nada.

Por lo tanto, si bien nos puede llegar a traer problemas derivados de nuestra conducta incorrecta, esta furia es la que permite que la persona mejore y se fortalezca al superar un obstáculo tan difícil como el control de la misma23.

Bien encaminada, llevada “leshem shamaim” puede darle fuerzas a la persona para sobreponerse a cualquier dificultad. Claro que la posibilidad de que esté regida por la venganza y/o la desesperación no es menor, razón por la cual solo unos pocos realmente grandes son quienes pueden recibirla sobre sí; los demás –comunes y corrientes- podemos tomar como mejor posibilidad la lucha por erradicar toda posible atisbo de furia o violencia.

El segundo aspecto del que hablamos es más sencillo de contestar una vez que logremos aceptar y hasta entender que una fuerza así debe existir y es como optar entre dos caminos posibles: de un lado está la de llevar la bomba a un

2312-Por cierto que no es desear que lo complicado ocurra y por esta razón maldijo Iaakov, pero una vez que ya ocurrió es grande el poder superarlo.De esta forma se templa y fortalece el carácter de la persona.Así y todo, debemos tener en claro que no es tan sencillo el punto, ya que hay mefarshim que explican que la ejecución de Shjem y sus coterráneos no fue sino conforme a la halajá (ver Ramba”m, “Moré Nevujim” al respecto; agradezco el dato al Rab Daniel Kahan, aunque aclaro que por no haber podido conseguir el mismo no lo pude chequear por mí mismo.

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descampado, enterrarla y esperar que nadie la encuentre, del otro, la de desarmarla al máximo posible en sus distintos componentes, guardarla y confiar en que nadie la vuelva a armar.

Shimón y Leví representan fuerzas ocultas a nuestros ojos pero existentes en el Am Israe-l, Iaakov maldijo esta fuerza, sobre todo por sus posibles consecuencias: así como mediante el estudio de la Torá nuestro pueblo mantiene el mundo de la misma forma estas fuerzas pueden llegar (D”s libre y guarde) a destruirlo.

Por consiguiente, sepamos (a modo de cierre) que este pasuk es imprescindible para nosotros hoy en día, donde la gente se siente débil, furiosa y con los problemas que parecen estrellarse contra nuestras cabezas.

Nuestro “zeide” nos habló fuerte pero con toda claridad, para que sepamos que todo lo que hoy ocurre es porque H” quiere demostrarnos que realmente podemos y somos capaces si vamos a trabajar sobre nosotros mismos, mejorándonos cada uno en emuná, jesed, paciencia, Torá y maasim tovim.

Por ello, en lugar de dejarnos venir abajo (y aprovechando la siata dishmaia que hemos tenido para terminar el sefer Bereshit) debemos decir y sobre todo sentir, más fuerte que nunca:

¡Jazak, jazak venitjazek! (¡Sean fuertes, sean fuertes y serán fortalecidos!)

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Parshat Shemot: “Venas y arterias; figuración y discreción”.

“Y los bnei Israe-l crecieron, se reprodujeron,

aumentaron y se fortificaron mucho, mucho y se llenó la tierra de ellos”.

Shemot, 1-7.

Shabbat a la mañana, mi hijo me pregunta: ”Tati, ¿qué es eso que tenés?, señalándome la vena que recoge la sangre proveniente de mi mano.

Una breve explicación alcanza para que sus tiernos cuatro años se anoticien sobre la existencia de la sangre en conjunción con el oxígeno y el alimento, de las aurículas y ventrículos (aunque no sean nombradas por su nombre), todos milagros de un Boré Olam que nunca se squivoca haciendo expulsar la sangre portando restos de alimentación hacia los órganos ni devuelve sangre pura hacia el corazón.

Un lento e inexorable camino que se repite a lo largo de días, semanas, meses, años, siglos y milenios. Una “rutina invisible” que no tomamos en cuenta y que no pudo ser dominada por los romanos, por Nabuconodosor, por los cruzados, por la “¿Santa? Inquisición, por los pogromos zaristas, por Hitler ni por Bin Laden.

Un destino que supera a Cavallo y su corralito, a los que diariamente recorren el camino directamente inverso al que hicieron sus antepasados tratando de escapar de la más absoluta miseria, otra vez por la misma razón.

Pero, ¿cómo funciona el sistema?.

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Si prestamos un poco de atención, la sangre que es recogida por las venas es la ya utilizada para el mantenimiento del cuerpo, está a nivel superficial y es fácilmente reconocible por su color azulado. En este momento se podría decir que está “en baja” y que su utilidad es futura, para el momento en el que sea purificada por el corazón y vuelva a alimentar y oxigenar. Pero, en este momento, su inutilidad es total, salvo que la necesitamos para mantener el caudal sanguíneo constante y para que vuelva a llevar su precioso contenido en la próxima vuelta.

El cuerpo que H” hizo es muy sabio, y las venas y arterias nos lo muestran.

Las primeras no tienen mayor problema en aparecer cuando la situación está “en baja”, mientras que sus hermanas, quienes transportan el más preciado continente, son invisibles a la simple vista humana.

Esto es la sapiencia que H” nos vino a enseñar y que es exactamente inversa a la conducta que nuestra querida kehilá ha venido manteniendo a lo largo de las últimas décadas.

Era muy común durante los años anteriores ver grandes manifestaciones de riquezas, de confort, lujo y grandeza. Prácticamente nadie se esforzaba por demostrar un cierto nivel de recato, de discreción sobre las bondades con las que “Jasdei H´” (la benevolencia del Hacedor) los había hartado. Vi con mis propios ojos los grupos de jóvenes cuya meta más importante era discutir desde marzo hasta junio dónde y cuándo serían sus vacaciones de invierno, para pasar a hacer otro tanto de julio en adelante para determinar sobre los tres meses “en Punta”.

Y como este ejemplo, muchísimos más: discusiones sempiternas sobre coches, bar y bat-mitzvá, etc, etc.

Hasta cuando se daba una donación se cuidaba (¿y no se cuida hasta hoy?) de que figurase bien grande y en letras de molde resaltadas el nombre de la persona que lo hacía

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(como suelo decir, muchas veces parecen reforzar más las placas que las propias columnas la estabilidad de las paredes de las instituciones, de tan gruesas que son)24.

Todo como la vena, que quede bien a la vista.Hoy, que la gente está tan vapuleada, que estamos tan

golpeados, que las oficinas de la Sojnut no dan abasto para atender los pedidos de los “nuevos sionistas” que lo único que tienen de tales es querer escapar de la miseria. Cuando la desocupación parece querer instalarse en decenas de hogares iehudim, donde las caras parecen no tener fin de tan estiradas que aparecen y en una situación en la que pareciera haber un tácito acuerdo de todos los rabanim sin excepciones en esforzarse por darle un jizuk y levantarle el ánimo a la gente, podemos intentar mirarnos un poco por dentro. No ha de ser sencillo, lo anticipo, requerirá una gran cuota de valentía, pero reportará la posibilidad de salir hiper-fortalecidos de la misma. Aún más, quienes conocen de cerca la propia situación precaria (por demás, B”H) del autor de estas líneas sabrá que está consolando a otro en un problema que no le incumba personal y directamente en primera instancia.

Ahora que los problemas nos agobian ¿qué hacemos?.La “moda” o respuesta unánime parece ser la misma:

con cada uno que se escucha hablar, se menciona la situación general, los problemas que tiene el otro, la otra kehilá, pero nadie del suyo propio.

Esfuerzos desesperados por tapar todo y poner cara de “aquí está todo bien”.

24 Y con esto no estoy pretendiendo quitar los méritos de todos aquellos que dieron, dar y darán a las múltiples causas de mitzvot que a diario ocurren, especialmente cuando lo hacen al límite de sus posibilidades y sin que nadie se entere de ello.

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Desde un aspecto humano se entiende, ya que existe un valor que se acepta como dignidad y que implica que nadie debe descubrir el secreto del propio problema; creo particularmente, que a nadie se debe juzgar al respecto, o que al menos, uno mismo estaría inhabilitado para hacerlo, dado que si vamos a mirarnos dentro nuestro, seguro que vamos a hallar que en momentos críticos hemos sido los primeros en asumir actitudes de este tipo.

Por supuesto que no estamos propugnando ni de lejos la asunción de una postura totalmente contraria al respecto. Ya es sabido que si hay algo sobre lo que nuestra Sagrada Torá y los Jajamim nos aleccionaron suficientemente es sobre descubrir la miseria ajena, la vergüenza ajena, ser impasibles ante el sufrimiento ajeno y todas las conductas por el estilo que uno pueda llegar a encontrar.

Seguro que si hay algo que tener en claro es el valor de la discreción y el recato. Si el iehudí pudiese tendría que ser “invisible” delante de los ojos de los pueblos del mundo y salir “ a la palestra” solo cuando las circunstancias así lo requieren y vivir para desarrollar su mundo interior en todas y cada una de sus habituales tareas (sin por ello dejar de vivir una vida normal). De hecho, una enorme cantidad de halajot nos describen el comportamiento que debemos observar al respecto (que van desde nuestras ropas hasta cómo deben ser nuestras lápidas después de los 120). Esto no establece demasiadas diferencias por sexo, edad o riquezas.

Otro aspecto (aunque no es el principal que observaremos ahora) es mantener una conducta similar con otros iehudim, acercándonos a ellos, interesándonos por sus problemas (y tratando de colaborar en la solución de los mismos), pero sin invadirle nunca su órbita privada ni digitarles la vida.

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“El delicado equilibrio” es muy difícil de procurar, aunque no por ello debemos dejar de intentar alcanzarlo, por lo menos para saber dónde está el norte al cual encaminarlos.

Las venas y arterias nos muestran que no puede siquiera en el cuerpo humano creador por el Señor de los mundos todo a un mismo nivel; unas están a nivel más superficial y las otras a mayor profundidad.

Pero, ¿cuál es cuál?.Con solo mirar el brazo, tal como lo hizo mi hijo, nos

podremos llegar a dar cuenta solos sin tener que estudiar enormes tratados de anatomía: preferentemente siempre tenemos que tender hacia la mayor discreción y anonimato posibles, pero si esto no nos fuera dado hacerlo, los puentes deben ser tendidos hacia la teoría de la vena: si no queda otra solución que dejarse ver, que sea en un momento de debilidad y no en uno de grandeza, que nadie tenga nada por envidiar de nosotros, al igual que las venas que solo mantienen constante el flujo de sangre y la llevan constantemente hacia el corazón para que éste la purifique.

Soy plenamente consciente de que se me podrá achacar que pese todo lo transcurrido todavía no ingresé al mundo de nuestro pasuk y es verdad, pero no por ello dejar de haber una clara intención al respecto.

Hasta aquí, cualquiera podría rebatir todo lo dicho con la sola mención de que son solo mis opiniones y que nada refleja en la realidad que esta sea la opinión de nuestra sagrada Torá.

Empecemos, entonces, por el inicio.El pasuk presenta dos partes muy bien diferenciadas. En

la primera de ellas, se nos relata el crecimiento numérico de los hijos de Iaakov a partir de seis expresiones similares. ¿Para qué tantas?.

Según el midrash, cada mujer era multípara en el mismo parto, razón por la cual, en cada embarazo engendraba seis

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hijos. ¿Esta es la demasiada exhibición?, ¿es esto lo que estamos criticando?.

Ni por asomo.Hagamos un poco de números y supongamos que el

temor fuese a verse superados en cantidad, a lo que preguntaremos si este temor era real o infundado25.

Con solo observar las cantidades existentes al final del período nos daremos cuenta que en el momento de la salida de Egipto el número era de tres millones de personas, cifra ostensiblemente inferior a la de la potencia mundial que representaba, por lo que podemos desechar que el aumento de la población haya motivado el problema.

Pero el punto álgido era el del lugar, haber desobedecido lo ordenado por Iaakov Avinu y lo pactado por Iosef Hatzadik.

El punto era no salir de Goshen, mientras estuvieran allí, nadie recordaría siquiera que los judíos estaban realizando una tarea tan indeseable para los egipcios como pastar y dedicarse a sus estudios religiosos de un D”s invisible.

No obstante, no pasó mucho tiempo hasta que superaron dicho cerco, dejándose ver en todo el vasto territorio.

La consecuencia se vincula con el impacto psicológico y la sensación de peligro que trae aparejada.

Un relato nos puede graficar mejor la situación: recuerdo que hace unos años, en una de las tantas asonadas militares que hubo en la Argentina en las décadas pasadas, cuando para instalar el concepto de una potencia militar, usaban un solo tanque en la negrura de la noche, haciéndolo aparecer únicamente en esporádicas oportunidades, alumbrándolo en

25 Aún hoy en día podemos llegar a pensar sobre la validez de todos quienes hace este tipo de cálculos para decidir sus políticas nacionales.

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cada momento y creando la percepción de que eran muchos más del único tanque.

Este miedo es el que motivó a los egipcios, que aunque eran unos malvados que vivían pensado todo el tiempo en la eventual invasión judía (¿mecanismo de proyección, tal como dicen los psicólogos?) encontraron demasiados iehudim fuera de sus áreas y ocupaciones específicos.

A la inversa de las venas, la tierra se llenó de ellos, por todos lados iban mostrando impúdicamente que les estaba yendo bien, que superaron tos los límites y estribos posibles. No se supieron mantener a resguardo como las arterias.

Ahora que los problemas y la angustia están a la orden del día, podemos planificar cómo habrá de ser el momento del resurgimiento.

Nuestra parshá nos enseña que no hay problema que no venga con su esperanza a cuestas, con una posibilidad de salir al final del camino y que tal vez H” esté probando a nuestra generación en momentos tan complicados como los presentes para saber si queremos vivir como las venas o como las arterias.

Post scriptum: Me tocó en suerte ver un ejemplo el otro día un suceso que no dejó de llamarme la atención.

Córdoba casi Pueyrredón, alrededor de las nueve de la mañana de un día de enero, de este particular y complejo enero que nos toca vivir.

Un grupo familiar (presumiblemente no iehudim) compuesto de padre, madre e hija, yendo todos a llevar a esta última a la colonia que funciona en el mismo lugar que el jardín de infantes. Cabe suponer que la nena debe pasar el resto del día allí y que los adultos, de contar con la fortuna de poder hacerlo, parten de allí a su trabajo.

Hasta aquí nada llamativo, pero lo que sigue sí lo es: la nenita iba de la mano de ambos progenitores que no paraban de discutir a los gritos limpios (sin obviar los insultos) sobre las dificultades económicas que aquejaban a la familia, no sin

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dejar siempre en claro que uno es quien se esfuerza y que “si estamos mal es por tu culpa”.

En medio de ese ambiente la despidieron.Si esas son las “venas” que les mostramos a nuestros

hijos, ¿cómo pretendemos que salgan?.¿Qué pautas suponemos que les inculcarán en su

momento a los suyos propios?.Venas y arterias, figuración y discreción...

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Parshat Vaerá: “Ser distintos, pero con un sentido”.

“Y dijo Hashem a Moshé: Andá a lo de Par´ó y le dirás a él: “Así dijo el D”s de los hebreos: envía a mi pueblo para que me sirvan”.

Shemot 9-1. Muchas presentaciones, ¿no?.Primero D”s se le presenta a Moshé, para que este

acuda a lo del faraón para que luego le muestre lo que dijo D”s.

Cada palabra que estamos leyendo cubre un sentido específico y una enseñanza para que podamos nutrirnos de ellas.

Sinceramente, creo que es tanto que no se por dónde empezar.

Posiblemente, lo más oportuno sea hacerlo por el principio como para tratar de mantener un orden en la explicación.

Las personas solemos creer en nuestras fuerzas oscilando entre las extremos de un péndulo sin encontrar un punto medio justo (creo que de esto ya he hablado en más de algún aspecto en “Jadesh” y “Iagdil”): pasamos de un optimismo desmedido al creer en nuestras posibilidades sin fin hasta encontrar una serie de obstáculos que nos llevan a creernos los seres más infortunados de la tierra y los incapaces más grandes que la historia haya soportado, siendo los responsables de todas y cada una de las crisis que puedan haber habido.

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Todo esto halla su correlato en la creencia única en las propias fuerzas, de que todo tiene su origen en lo que uno hace y nada más, como si uno viviese solo en el mundo, como si nadie pudiese ayudar o entorpecer los propios planes.

Esta es la delicadeza que tuvo D”s con Moshé al mostrarle sus caminos: si él hubiese pensado que todo iba a depender de sus propias fuerzas, posiblemente decaería en su autoestima y no podría encontrar dentro suyo las fuerzas como para enfrentar al Par´ó que tantos años antes lo había mandado a matar en su propio palacio para anunciarle la salida inminente de sus esclavos.

En cambio, el proceso mental es radicalmente distinto al saber que una fuerza espiritual tan poderosa está apoyándolo. Es otra la fuerza, el espíritu que lo anima.

Cuando H” lo manda en su propio Nombre, lo hace portador de la bandera de una causa que nunca podrá perder y de la que se sabe solo un eslabón más en la misma. Importante, sí; fundamental, también, pero solo un eslabón más.

Ahora ben, habremos de decir que podríamos preguntar si no sería lo mismo si dijésemos que Moshé y D”s habían hecho alguna especie de sociedad.

Desde lo lógico sería un logro en sí mismo, pero ¿qué pasaría ante el primer inconveniente? (como de hecho ocurrió cuando Par´ó rechazó a Moshé, tal como las cuatro veces anteriores).

Seguramente, el espíritu tendería a decaer y Moshé terminaría echándose la culpa de todo o, D”s libre y guarde, los socios terminarían discutiendo (como suele pasar en las mejores sociedades).

Al estar totalmente supeditado a H”, anulado frente a Su Presencia, entonces no hay obstáculo posible y por consiguiente, sin fracaso eventual a la vista.

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Aún en estas circunstancias, cualquiera de nosotros hubiese intentado llegar a un punto de encuentro, a una relación o acuerdo diplomático.

¿Fue este el camino intentado por Moshé?.Si miramos bien el pasuk nos daremos cuenta que nada

más alejado de esto que lo que hizo Moshé.La orden que recibió de H” fue la de marcar las

diferencias entre los distintos seres por el creados, sin intención de igualarlos más allá del mismo origen Di-vino, lo que se nota en el léxico “D”s de los hebreos”, que como todos sabemos encuentra su punto de partida en Abraham Avinu quien se diferenció de la idolatría imperante en su generación. Si bien todos son creados por H”, éste marca una clara diferencia o predilección por aquellos que se identifican con Su Proyecto. De allí que habló en nombre del “D”s de los hebreos”.

Todo un proyecto de liberación nacional, pero no en el sentido que erróneamente algunos “modernos” pretenden atribuirle.

No existe tal liberación si no es de la mano de un intencionamiento superior, de algo que conduzca a fines superiores: sino no estamos hablando de liberación, solo nos remitimos al “¡Viva la Pepa!”.

¿Salir?.¡Sí,claro, pero para algo!. Esto es lo que definió Moshé con su actitud al portar el

mensaje de Boré Olam.Hoy en día cualquier persona de la calle diría que seguro

que no obraría de dicha manera, que seguro que algo tendría que agregar de su propio acervo que todo el que repite las palabras que le dicen en modo automático es un robot.

Todo esto puede funcionar en lugares en los que no hay emuná y bitajón auténticos, donde uno es el “genio librepensador que sabe todo mejor”.

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Seguro que desde dicha forma de pensamiento, desde el razonamiento seco, no se entiende. El punto de clivaje se marca en el momento en el que se adosa una variable más que es el del sentimiento.

Cuando estamos hablando de “maaminim benei maaminim” (creyentes hijos de creyentes) que sienten un temor y admiración reverenciales por su Creador, no hay ningún sentiemiento de pérdida por obedecer a pies juntillas los dictámenes de H”. Por el contrario, una sensación de mejora y crecimiento, de desarrollo de la propia inteligencia y capacidad se genera al saber que uno pudo aceptar y nutrirse de saber que hay Alguien que a uno lo supera en forma infinita y del que se puede nutrir.

Por último, nos queda analizar la última sección de “nuestro” pasuk en el que Moshé le informa al monarca egipcio sobre la unión en un solo gesto de la salida de Egipto y el servicio a H”.

Nuevamente podemos intentar comparar con los “esclarecidos pensadores” de nuestra época.

Hoy hay una “necesidad” imperiosa de “hacer la paz”. Más allá de todo contenido ético o moral, lo pricipal es “tener la fiesta en paz”,no importa a qué costos. Tal vez para ello sea necesario hipotecar el futuro de unas cuantas de las generaciones venideras, pero lo importante es no encontrarse hoy con conflictos a la vista.

Moshé aprendió otra cosa, como que la aprendió de H” mismo: no hay paz para mañana si no la hay para hoy y si no hay verdad de por medio.

Cuando uno tiene su hoja de ruta en claro, comienza a recibir el respeto de los demás y cuando éste no llega, ¿no será que no la formulamos correctamente (es decir, que no tenemos los objetivos a los que apuntamos) ?.

No temer ser “el distinto”, hacer cosas que los demás no hacen y dejar sin efectuar muchas otras que el mundo lleva a cabo con un criterio acrítico.

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Guiarse por el ser y no por el tener, mucho menos por el parecer.

Todas estas son enseñanzas que H” le inculcó a Moshé y que siguen pendientes para que nosotros las llevemos a cabo hoy en día, ya que lejos de haber quedado perimidas están vigentes más que nunca.

La época de las plagas no fue sencilla, precisamente. Con todas las dificultades que nos agobian, todavía

podemos tomar perspectiva y tratar de medir todo en su real medida.

Ellos veían todo en la dimensión de un exilio largo y doloroso, que consumía generaciones en el dolor, la deseperación y la muerte. No olvidemos nunca que muchos de nuestros antepasados nacieron, vivieron y murieron en Egipto, que vieron la luz y fueron llevados al Shamaim (Cielo) como esclavos, pero siempre seguros de que algún día saldrían de tan agoboante opresión, y sino, sus hijos, o tal vez sus nietos. Pero saldrían, seguro que saldrían.

Aún cuando hoy en día escuchamos el parte diario de los atentados en Israe-l, que más allá de la postura que cada quien tenga con respecto a la política, nos desgarran a todos por igual.

Por encima de los secuestros que ocurren en cada lugar en el que los iehudim gozan, B”H, de un cierto bienestar.

Más allá de que los argentinos sean la “prioridad número 1” en las listas de la Sojnut.

(La lista podría seguir infinitamente con las desgracias incontables que en cada lugar del orbe ocurren incesantemente).

Con todo ello, tenemos el privilegio y la obligación de ver todas las otras cosas que también definen nuestras vidas y de las que, al estar tan acostumbrados, ya casi ni las reconocemos ni mucho menos damos las gracias por ellas (lo que también nos define de algún modo).

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Comemos, gracias a D”s, tenemos buenas escuelas a las que mandar a nuestros hijos, podemos profesar libremente nuestra religión casi sin problemas, andar por la calle con una kipá en la cabeza, estudiar Torá, etc,etc, etc.

Cada una de estas cosas tienen un valor intrínseco y es una pena que se nos pasen por alto y no podamos llegar a valorarlas.

Con todas las dificultades y aunque nuestras capacidades sean muy menores a la del generación del desierto, tenemos que saber (y de hecho podemos hacerlo) que el pasuk sigue vigente y que la indicación que Boré Olam le dio en su momento a Moshé no cambió de lo que nosotros debemos hacer hoy en día y que las instrucciones de cómo superar todas las dificultades y verdaderamente triunfar fueron escritas en su momento, solo basta que repasemos el libro y lo pongamos en práctica.

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Parshat Bo: “La unica verdad es la realidad...¿o la vergüenza?”.

La maestra parecía muy enojada.Esta vez, mucho más que las anteriores.Siempre se la veía muy pálida, demasiado. Pero ahora,

¡ahora!, la cara estaba tan roja que parecía hacerle juego con el color de la bufanda.

Si, sí, ¡estaba furiosa!. ¡Qué miedo!.Ya habían llamado a la dirección a papá y mamá para

decirles que era la última oportunidad, una más y ¡chau Alex, a otra cosa porque al cole no volvés!.

Pero, ¿dónde había comenzado la historia?.¿En el chico que vivía en la otra cuadra y pescó “de

rebote” que la seño le tenía pánico a los ratones?.¿O tal vez en “el malo”, ese que siempre tiene ideas de

cómo molestar pero que nunca aprece “pegado” en ninguna cuando dijo: “¡ché! ¿Y si le ponemos un ratón en el escritorio, así se asusta de una vez por todas y renuncia?.

¿O en aquél lejano primer “1” que le puso desde el primer día de clase?.

La suerte estaba sellada, el grito (¿alarido?) diciendo: ¡Alexaaander! (con esa bendita “a” que no terminaba nunca) que era el prolegómeno a la expulsión.

¡Adiós a todo!.¡Nunca más el líder del grupo!.¡Qué vergüenza en casa!Chau country, vacaciones, chau,chau.

¡Rodriguez, venga a mi despacho!.Todos sabían que hoy era el cumpleaños de Rodriguez,

inclusive al pobre Rodriguez, al repudiado, tomado a befa de Rodriguez, le había tocado en suerte ver al menor de sus hijos correteando por la oficina. Pero, claro, Rodriguez, el tonto y fiel Rodriguez no tiene ni un minuto para atenderlo. Es

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fiel a su trabajo, tanto que todos lo burlan a sus espaldas: el jefe que disfruta de ver como hace tareas inútiles, la esposa que se libera de su tonta y molesta presencia para hacer lo que mejor le venga en gana y todos sus “compañeritos” de oficina.

¿Qué no le hicieron en todos estos años?.Pero, tal vez se arrepintieron y optaron por hacerle una

fiestita de cumpleaños, no digamos un homenaje, pero por lo menos no humillarlo tanto más en público.

Llegar a la oficina “de una”,tan rápido como el siempre vituperado Rodriguez puede únicamente hacerlo.

¿Fiesta de cumpleaños?.Una copia del balance quién sabe de dónde extractada,

de ese balance general que el jefe le pidió cuando ya se estaba por ir a la casa, por el que se tuvo que quedar hasta pasada la medianoche y del que nunca le pagaron una miserable hora extra.

¿Una sola vez?.Ni que hablar, ¡casi todos los días le pasaba al pobre de

Rodriguez!.Ya en el despacho, en lugar de la fiestita de cumpleaños,

ahí estaba “él”. Impertérrito y blanco como una hoja.Igual que como lo había dejado, solo que con un círculo

marcado con rojo:“¡Digame Rodriguez!: Usted, ¿es tonto o se hace?.¿Quieren que nos echen a todos?.¿Usted quiere fundirnos?.¡Yo ya me dí cuenta para quién trabaja: Usted se

hace el pobrecito y por eso acepta calladito cualquier trabajo que le mande y se manda de las suyas. Pero esta fue demasiado, ¿entendió bien? ¡De- ma-sia-do!.

Mirá vos si vamos a tener diez millones de déficit, ¡menos mal que conozco bien los números!.

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Y sepa que lo traje para despedirlo delante de su familia, para que nunca me pueda arrepentir y volver a contratar”.

Rodriguez no cabía en su desconsuelo, ¿cómo explicar todo?.

¿Cómo explicar que fue un error: que solo había puesto un “0” (cero) de más después de 15 horas de trabajo ininterrumpidas?.

¡Qué vergüenza!.¿Y Alex?.¿Le puede pedir perdón a la maestra después de que lo

“incineró” delante de sus compañeros, padres y directivos?.Vergüenza, que no es lo mismo que teshuvá, y sino

miremos lo que dice nuestro pasuk:

“Y dijeron los esclavos (sirvientes), ¿Hasta

cuándo será un tropiezo para nosotros? ¡Envía fuera a los hombres para que sirvan a H”, su D”s! ¿No sabes que Egipto está perdido?”.

Shemot 10,7. No era común en Egipto encontrar un trato hacia el

faraón distinto que el que se le dispensaba a un dios, un mito viviente con el que nadie se metía.

¿Quién iba a animarse a dirigirle la palabra directamente sin pedirle previa autorización?.

Sin embargo, esta situación era totalmente distinta.Cuando comienza a quedar claro que la crisis invade

todos los campos posibles, que el orgullo constitutivo del ser

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comienza a desvanecerse, entonces todas las formalidades quedan de lado.

El esclavo que teme hablar delante del rey comienza a hacerlo por miedo a morir, del mismo modo en que puede “atreverse” a disentir con un sistema absoluto. Aquí queda en claro aquel refrán que dice que todo sistema absoluto engendra caídas absolutas.

De hecho, en ningún momento nos queda claro que los esclavos hayan dejado de compartir el modo de pensamiento nacional que encaramaba el faraón. Por el contrario, todo el punto de rebelión es por el “orgullo de ser egipcio” (¿habrán cantado en el himno “über alles” o “o juremos con gloria morir”?; ¿golpearían las vasijas y los objetos de alfarería en lugar de las cacerolas?).

Crítica sí, ¡pero desde adentro!.Siempre debe quedar en claro que los judíos son “esos

locos” que quieren servir a su D”s y que solo ellos deben hacerlo; los egipcios están para “otra cosa más elevada”, como por ejemplo ser los primeros en esclavizar a toda una nación, siendo el primer antecedente en el que se pueden fundamentar los nazis, imaj shemam.

Esto no es teshuvá ni nada que de lejos se le pueda llegar a acercar.

No hay un hombre buscando dentro suyo para revisar y encontrar qué hizo bien y qué no.

Lejos, muy lejos están de mirarse por dentro y de reconocerse como parte de un proyecto que surge de un Creador que decide todo con una visión más lejana: por el contrario, el único interés que los une es el aquí ya ahora, desembarazarse cuanto antes del problema y no llegar a la causa, para a partir de allí, tratar de resolverlo y crear el antídoto como para que no vuelva a ocurrir.

Son de esas rebeldías del momento que, lejos de presentarse contra el sistema, todo lo que hacen es afirmarse más en el mismo, solo discutiendo alguna

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consecuencia indeseable, sin llegar nunca a percatrse donde está la raíz misma como para extirparla.

Perros que ven el palo que los castiga pero no a Aquél que está atrás del palo.

El lector bien puede preguntarse en momentos como estos, ¿es que acaso nos debemos ocupar de los esclavos egipcios?.

Y no dejaré de reconocer que, en cierto punto habré de reconocer algún grado de razón de no ser, en primer lugar que fue el pasuk que en suerte nos tocó y, en segunda instancia que inclusive los esclavos egipcios pueden y deben ser un espejo en el que reflejarnos para encontrar una cauce más idóneo para nuestros días.

Ya hemos hablado de todas las crisis que nos vienen rodeando y que, B”H, nos siguen castigando. Tan grandes que la lógica humana indica que en el momento en el que este opúsculo salga a la luz del día todavía estará su recuerdo indeleble sobre nosotros.

Muchas veces veo a la gente (y crean que no me excluyo) como si estuviésemos buscando soluciones lejos, en otro lado, pero con nuestra “hashkafá” (cosmovisión) auto engañándonos, haciendo creer que está todo bien y que se trata solo de cuestiones de distancias y de medio ambiente, que con solo insertar una brecha entre nosotros y el problema, ya todo estará bien y aquí no pasa nada.

De esta forma comienza la carrera alocada por zafar, por encontrar el refugio, el “ir hamiklat”26 que nos salve, como si el problema radicase en el lugar y no en las personas que cometemos acciones concretas.

¿Qué, acaso pretendemos escondernos de H” como Caín y Adan?.

26 Ciudad de refugio en la que según la Torá, los asesinos no intencionales encontraban refugio.

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Volvemos, entonces, a nuestros conocidos Alexander y Rodriguez, que se vinculan tan de cerca con nuestro pasuk. ¿Creen Uds que en medio de tanto bochorno, ellos pueden reconocer algún error cometido?.

Seguro que no, que la vergüenza poco y nada tienen que ver con la Teshuvá y que, por el contrario, que cuanto menos condenas explícitas haya, tanto mejor podrá aparecer esta.

Por consiguiente, nos queda el cuidado del uno para su compañero, sabiendo que de los grandes problemas solo se sale sumando de a pequeñas soluciones y sin transferirle los problemas otros, asumiendo las propias responsabilidades y sin otro compromiso que el de la verdad.

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Parshat Beshalaj (I): “Los dos dioses”.

“D”s no puede ser tan malo”.“Algo así no puede venir de D”s”.“¿Ud. cree que D”s se ocupa de cosas como estas?”

Frases tan “ocurrentes” como estas se suelen escuchar muy a menudo, de personas que creen así defender al Creador (como si este lo hubiese solicitado).

Todo tipo de intenciones se esconden detrás de planteos como los que estamos mencionando:

Por un lado están aquellos que creen que D”s solo es el “buenito” que tiene control para mandar cosas que la persona vea como buenas, pero que no entromete mandando lo que ve como malas.

En segunda instancia nos encontramos con quienes prefieren creer que H” está muy ocupado en sus propios asuntos como para determinar los pequeños detalles que rodean a la vida cotidiana de cada uno de los mortales.

No solo este tipo de planteos existe, sino que creo que podemos concluir esta lista con los que dudan de la existencia de un Creador y lo manifiestan solo como una pauta “ética” creada por el imperio de la necesidad para que el hombre sea bueno (y lo triste es reconocer que hay quienes afirman cuestiones como estas utilizando el mote de “rabinos”, que ni siquiera tienen una fe completa en H”, usando y abusando de la buena fe de los crédulos iehudim que no llegaron a tener contacto con verdades concretas) y ven en toda manifestación religiosa algo así como una “poesía alegórica” (como si se tratase de filósofos griegos y no de partícipes necesarios y obligatorios de la salida de Egipto y del cruce del Mar Rojo)27.

27 En todos los casos, no es esta la idea de analizar quien deseó tomar un camino así no está esperando escuchar las palabras de este libro, por lo que prefiero concentrarme en

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¿Cuál es el sustento de todas estas posiciones?.A priori, habremos de decir que se basan en una

falsa igualdad originaria, lo que la gente suele denominar “tratar de igual a igual”, cuando no lo es tal.

El preconcepto de que lo creado puede juzgar, entender y analizar a su Creador, lo que es imposble.

También siguiendo la misma línea de pensamiento, debemos colegir que una relación que no es de igual a igual. Por consiguiente, tenemos delante de nuestros ojos tres posibilidades, las que evaluaremos sin prejuicios de ningún tipo:

La primera, sospechar que la persona trata de igual a igual con D”s.

La segunda, entender que hay una relación de inequivalencia entre D”s y las personas, donde la persona ocupa un lugar superior.

La última, donde la relación de fuerzas es totalmente la inversa.

Comencemos a indagar la primera posibilidad: por simple lógica habremos de darnos cuenta que tal secuencia es imposible.

Si alguien crea algún tipo de objeto, lo medianamente pensable es suponer que el creador conoce los alcances y limitaciones de su producto, de la criatura que conformó. Como consecuencia de ello, la relación debe ser jerárquica y no la inversa.

Toda otra opción sería atentatoria contra la mera lógica.Un ejemplo de esta posición es posible de ser

encontrada en la generación de la torre de Babel, la que pretendió discutir de igual a igual con el Creador.

quienes plantean todas estas ideas a partir de sus mejores intenciones y no de quienes ya obtienen un lucro de la misma.

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Su misma historia nos pone en evidencia que tal posición era insostenible toda vez que el único alcance de dicha posición era evitar conflictos internos, pero de ninguna forma la entronización del ser humano como un controlador de todo. La prueba radica en el hecho de poder ver que apenas estuvieron a solas consigo mismos no pudieron evitar enfrentarse mortalmente unos contra otros, siendo presa de sus pasiones y no una muestra de conductas morales dignas de la divinidad.

Otro posible ejemplo es el de los griegos que, en la medida en que se sentían a nivel de sus dioses, no podían componer otra imagen de los mismos como seres absolutamente imperfectos y viciosos como ellos mismos.

Para el segundo caso, donde los seres humanos se sienten o se quieren creer seres superiores ("y sereís como dioses”), la historia nos presenta las peores aberraciones cometidas, toda vez que el hombre cree sentir que nadie le antecede ni le precede, siendo que se plantea como medida de todas las cosas. A partir de dicha concepción, en la medida en que una necesidad lo impone, va conformando nuevos esquemas morales y éticos, como para justificar su nueva situación.

Un claro ejemplo de lo que estamos mencionando está a la vista en el caso de los nazis, quienes se pretendieron erigir en árbitros de todo, lo que –además de lo nefasto de su paso por la historia para nuestro pueblo y la humanidad toda- ayudó a su propia caída a partir de una soberbia solo comparable con su necedad.

Una vez que queda en claro que dichas posiciones no solo carecen de toda lógica, podemos afirmar que además de no ser convenientes, son absolutamente contrarias a nuestra fe.

El tercer paso es el que suena más lógico a nuestros oídos: suponer que, siempre siguiendo la lógica del razonamiento, si hay un D”s, este necesariamente debe

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dominar todo lo existente a partir de ser su Creador y es el responsable (en el mejor sentido de la palabra) de todo.

Ahora bien, muchas veces nos solemos encontrar con gente bien intencionada (y también de la otra) que no ve así las cosas y se conformó la imagen de un H” que solo manda las cosas buenas, o peor aún, las cosas que ellos entienden como tales28.

La consecuencia de tal concepción es la de llegar a un D”s que lejos, muy lejos, queda de ser Omnipotente u Omnisapiente; por el contrario, una deidad muy debilitada sometida a otras fuerzas.

Pero, ¿quiénes son y qué poder tienen dichas fuerzas?.Todavía un paso podemos dar más adelante: ¿qué

tendría eso de no judío, toda vez que sabemos que también nuestra liturgia habla del Satán que tiene influencia sobre los judíos?.

La esencia nos enseña que si bien es verdad que el Satán tiene un cierto margen de acción, este no es autónomo ni independiente, sino que es generado por H” mismo quien le encomienda que actúe de determinada forma, tal como ocurre con cualquier otro ángel que es un sirviente de D”s para manejar los asuntos de los seres humanos.

Nuestra parshá nos trae a colación un pasuk por demás significativo:

28 Lo cual es más grave todavía si recordamos que muy a menudo las personas solemos cambiar de idea al tomar una distancia que nos hace cambiar de opinión sobre los distintos temas y especialmente sobre las vivencias, o peor aún, nos encierra acríticamente en nuestros viejos prejuicios y rencores.

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“Y dijo Moshé a Aarón : decile a la congregación de Israe-l: acerquense delante de D”s porque escuchó vuestros lamentos”.

Shemot 16-9.Es verdad que hacerse “un D”s a imagen y semejanza”,

idéntico en carencias, limitaciones y defectos que cualquier ser humano resulta por demás cómodo y atractivo para cualquier persona, toda vez que no implica una obligación de “contraprestación” o reciprocidad de nuestra parte. A partir de ello todo concepto de obligación queda anulado, una vida perfectamente cómoda y descomprometida. Pero, ¿qué pasará cuando las cosas no ocurran acorde a nuestra voluntad, deseo e intención?.

Los antiguos persas creen que nos pueden aportar una solución al respecto, y nosotros por respeto habremos de analizarla pormenorizadamente.

Ellos partían desde la base de la creencia de dos deidades, una del mal y la otra del bien. Todo muy bien, pero ¿cómo saber a cuál de ellas rezarle?.

Si una de esas fuerzas tiene poder, entonces ¿para qué está la otra?.

Supongamos que una persona obra realizando una buena acción, ¿cómo sabemos que el dios del mal no obrará en venganza por no haberle rendido culto?. Por el contrario, supongamos que una persona hace algo malo, por lo que el dios del mal decide “premiarlo” a tal efecto, en tal caso, ¿el dios bueno lo va a castigar?.

Queda por demás claro que este sistema no puede funcionar, carece de toda lógica y sustento. Por cierto, que los meros mecanismos racionales nos obligan a entender que la única forma de dominio y control del mundo es a partir de un H” tal como nosotros lo conocemos, por encima de toda otra criatura que se le pretenda enfrentar y siendo el Único capaz de ejercer control sobre cada cosa que pueda llegar a ocurrir sobre la faz de la tierra.

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Queda mucho por resolver al respecto, muchas preguntas van a asaltarnos sobre un tema por demás conocido () –el justo que fracasa y el malvado que prospera- y que no serán sencillas de responder para nosotros, y menos para este mero modesto escriba.

Simplemente, una línea de pensamiento que intentaremos desarrollar: vemos que el Creador escuchó los lamentos del pueblo cuando deambulaba por el desierto y comenzaban a temer acerca de su alimento para los días subsiguientes.

Cuando el reclamo es válido y fundado, H” lo atiende en forma inmediata, tal como sabemos que soluciona el problema aún antes que la generación del mismo, solo que sin hacérnoslo saber previamente, de tal forma que podamos acercárnosle mediante tefilá y teshuvá. El punto es que muchas veces nos confundimos en descifrar la respuesta, el diseño del mundo de H” como aquél cuento (mas gracioso y entendible en iddisch que en castellano) que a continuación relataremos:

Cierta vez un mitpalel se acercó a su rebbe con un reclamo:

“Rebbe, rebbe, yo le pido a D”s y Él no me contesta”.La respuesta no tardó en salir de la boca del Jajam:“No se trata de que D”s no te contesta a vos, sino que te

dice: a vos no”.Muchas veces creemos que lo nos viene a la mente es lo

mejor que nos puede pasar y que conocemos perfectamente lo mejor que nos puede llegar a pasar, cuando realmente ya hemos hablado suficientemente en los libros anteriores sobre todas y cada una de las oportunidades en las que vamos cambiando de opinión a lo largo de nuestros días, dándonos cuenta de nuestros viejos y repetidos (¿inveterados?) errores. Allí tomamos cuenta que es imposible ocupar determinados roles Superiores y que, por lo tanto, solo un Ser Superior puede determinar todo lo existente, más allá de que en un

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primer momento lo lleguemos a ver como lo veamos como algo difícil o sencillamente malo. El caso del rebbe nos puede venir a cuenta para darnos cuenta que H” siempre contesta, mas no siempre en el modo en el que esperamos.

Si la respuesta que brindamos no fuese suficiente, podemos agregar que el problema es una consecuencia y no una causa: a medida que D”s ve que nos “olvidamos” de Su Presencia, Él se presenta para recordarnos que está esperándonos, que volvamos a Su Presencia, con tefilot y teshuvá.

Esto es esencialmente claro e importante en nuestros días, donde la gente busca respuestas a sus múltiples problemas siempre a través de las consecuencias y no desde las causas.

El monstruo bifronte no existe, no es tal: no hay tal cosa, ni hay un manejo autónomo, como tampoco alguien con capacidad de manejar los destinos de la historia. Por el contrario, en la medida en que nos esforzamos en abarcar roles que nos resultan inasequibles, solo generamos angustias poco contactadas con las soluciones prácticas que necesitamos para desarrollar en la mejor forma nuestros días.

Toda buena obra de teatro tiene un director que detrás de bambalinas dirige a los actores, aunque desde la platea no resulte visible.

Bienvenida entonces, la hora de conocerlo.

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Parshat Beshalaj (II): “Armados hasta los dientes pero, ¿con qué armamento?

Tiempos de guerra, de sangre de dolor y de locura.Los cadáveres esparcidos a diario por las calles de

Eretz Israe-l, sembrando de dolor y de pérdidas a diario.Un atentado seguido de otro, incesablemente con un

enemigo que aparece y desaparece por todos lados, escondiéndose entre nosotros.

No es la primera vez en la extensa y profunda historia de nuestro pueblo que hechos luctuosos nos rodean, que la inseguridad es la nota dominante. Por el contrario, nuestra generación solo repite como una melodía monocorde un deseo de paz y seguridad propio de quien nació en la posguerra y que poco tiene que ver con la milenaria trayectoria.

Si solo hubiésemos estudiado los hechos, nos daríamos cuenta que no hay prácticamente datos que justifiquen tales deseos más allá que en su carácter de tales.

Inteligencia también consiste en saber diferenciar una circunstancia coyuntural favorable de una constante histórica.

Pero comencemos desde el principio, aunque antes debamos aclarar que este encuentro habrá de ser polémico, por lo que espero que el lector sea lo suficientemente inteligente y desprejuiciado para entender que solo intento reflejar las palabras de Jajamim al respecto y no un estudio de política o estrategia militar al respecto.

Es estrictamente cierto que mayoritariamente cada día en mayor medida pertencemos a una generación que nació después de la shoá, en medio de un estado de Israe-l que parecía avanzar acorde al paradigma del “progreso indefinido” del siglo anterior , sin obstáculos aparentes a la vista y creciendo como el gigante civilizado humanista en medio de la barbarie de Medio Oriente.

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Parecía que la panacea universal había llegado y que el futuro era seguro para todos. Aún más, la ola secularista que había comenzado en Europa antes de la masacre y que parecía haberse paralizado con el horror volvía a cobrar impulso de la mano de un estado conectado con la Torá solo a través de un status quo que había que negociar con “los de siempre”: esos recalcitrantes religiosos demodée que nunca entienden nada y que parecen haberse quedado en la historia.

Inclusive, con el paso del tiempo, cada vez más los datos parecían dar el aval necesario y suficiente para tales creencias.

Los periódicos de todo el mundo asistían a diario para ver el milagro de los kibbutzim, el socialismo hecho realidad sin lucha de clases.

Cada guerra era un nuevo triunfo arrollador para el avance, gloria y prestigio de las fuerzas armadas israelíes, que encima gozaban de buena prensa, ya que no eran golpistas como estaba de moda en todo el mundo en desarrollo.

Solo de tanto en tanto aparecían pequeños mojones de desilusión: La guerra de Iom Kipur, las Olimpíadas de Münich, Entebbe, etc,etc.

Todo lo suficientemente fuerte como para que el trazo quede indelebe con su secuela de dolor y frustración; todo lo suficientemente débil como para poder dar vuelta la cara, acerse ilusiones y fingir que “acá no pasa nada”.

No obstante, el tiempo fue pasando y la intifada comenzó con una serie de atentados cada día más usuales y cruentos.

Los “iordim” (israelíes que buscan ir a vivir al exterior al finalizar su compromiso militar) están a la órden del día.

Las viejas glorias militares llevadas a la cumbre política (Rabin, Netanyiahu y Sharón) revivieron ilusiones pero no

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lograron trastocar la realidad par generar la sensación de confianza y seguridad.

La pujante y creciente economía de otrora, impulsada por el turismo que se repetía a diario, dejó paso a una crisis económica nunca vista.

Este es el mapa de la época.¿Qué pasó?, ¿qué motivó esta situación?.No puedo decir que no se por no ser el analista político

adecuado para hacerlo, pero si que estamos lejos para entender, por un lado y por estar convocado a otro efecto, por el otro.

Lo que si podemos y debemos hacer es tratar de estudiar el pasuk en cuestión (elegido por mi hijo Iosi) para analizarlo en profundidad:

“Y dijo Moshé a Iehoshúa: elegí para nosotros personas y salgan a guerrear a Amalek, mañana yo me pararé en la cima de la montaña con el bastón de de Elokim en mi mano”.

Shemot 17,9.Muchos temas vienen a cuento de este pasuk.En primer lugar, la palabra “personas” resulta un poco

extraña en este contexto.Lo que el común de la gente entiende como un ser

capacitado para la guerra pasa por la instrucción militar, la aptitud física y la sangre fría para no tener miedo a ver caer un compañero muerto al lado de donde está.

Nadie se anima hoy en día a ver las cosas de otra forma que esta. Tal vez por esta razón sea que la Torá nos marca la tónica exácta que debemos entender al respecto, tal como en

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el rezo del kiriat shemá de la noche, donde refiere a los sesenta guerreros valientes.

Sobre ese punto explican Jajamim que su valentía se refiere a la que desempeñaban con un libro de estudio de Torá en las manos.

La personalidad se demuestra en el momento de demostrar un apego con el Creador que sea único, que demuestre un reconocimiento de los roles de cada uno y uno y en el cabal conocimiento del Creador como fuente de vida y muerte, vinculado con las mitzvot, que no son otra cosa que las obras transformadas en creaciones espirituales que nos unen con Él29.

29 Al respecto, cabe hacer una digresión al respecto, ya que sin intentarlo hemos abierto una puerta involuntaria a una pregunta muy coherente.A simple vista pareciera ser que D”s premia con vida a quien no realiza pecados y la muerte en sentido contrario (tal como dijo Abaie cuando tomó a la serpiente que lo había mordido en el talón jugueteando con ella cual si se tratase de una inofensiva culebra).Me imagino que más de una persona podrá llegar a “saltar” literalmente de la silla pensando: “¡Ah, claro!. Si yo conozco uno que era re-bueno y re-religioso y se murió igual”.En primer lugar habremos de repetir lo que ya le hemos dicho a los deudos en tantas oportunidades que son imposibles de ser contadas:El único que sabe realmente cuánto bueno y de lo otro hizo el/la fallecido/a en vida es él mismo. Sus mayores, cabe pensar que se fueron antes y no pudieron ver todo.Los que lo sobrevivimos, tampoco conocemos el inicio de la historia, por lo que tampoco podemos erigirnos en jueces.Desde este lugar, toda especulación resulta ridícula.Aún así, habremos de decir que no solo con vida H” paga las mitzvot, por lo que un cálculo conductista de este tipo no

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A esto se refería Moshé en su pedido-órden a Iehoshúa y que nosotros no entendemos en nuestra generación, por encima de todo cálculo o especulación táctica militar.

Otro punto similar nos habla de la planificación de la guerra: así como hemos visto con respecto a Abraham avinu quien, antes de la akedá u ofrenda de su hijo Itzjak durmió toda la noche (tal como aprendieron Jajamim del pasuk que dice ”y se levantó Abraham a la mañana”, dando a entender que si se levantó fue como producto de que previamente durmió toda la noche, haciendo caso omiso de lo que iba a pasar al día siguiente), de la misma forma necesita de guerreros que no teman morir por sus averot al día siguiente.

Si bien la guerra reconoce un punto físico, una cuestión material; no es esta la materia que para un pueblo único, con una relación singular e irrepetible con el Creador debe seguir. Entonces, debemos saber al respecto que es hora de elegir si pensamos que somos una potencia militar que hace pasear orgullosa a sus fuerzas armadas en cada fiesta cívica o decidimos ser “el pueblo del libro”, el de las realizaciones espirituales hechas materia.

El último punto a saber es que el mismo bastón es el que presentó oportunamente Moshé delante de Par´ó, el que viene en nombre del atributo de justicia y no del de

nos dará el resultado justo.Pongamos en claro algo: H” no me designó su abogado ni la persona encargada de ejercer su defensa, no solo por no necesitarla sino que aunque así fuere, no sería yo el más adecuada para hacerlo.De todos modos, el Todopoderoso tiene muchos modos y caminos de pagar cada acción de quien hace Su Voluntad; no siempre en vida, sino que también puede hacerlo con Mundo Venidero.También la muerte puede ser un premio para que no tenga que pasar por sufrimientos innecesarios.

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generosidad: las guerras presuponen toda una evaluación de los que en ella participan, el cuidadoso proceso de sopesar cada uno de los méritos y defectos de los combatientes.

Casi puedo llegar a ver a aquellas personas que se fuerzan en no entender y que me van a acusar de poco patriota, de antisionista, de no valorar los esfuerzos de los soldados que heroicamente ofrecen a diario su sangre para que los iehudim podamos vivir en Eretz Israe-l.

Nada más lejos de ello, por el contrario, debemos tener en claro que a cada guerra debemos concurrir pertrechados de nuestras armas.

En los viejos duelos, el combatiente puede elegir sus armas, aquellas con las que sabe que mejor se va a desempeñar; es hora de reconocerlas, de elegirlas y de saber manejarnos con destreza al respecto. Esa será la mejor manera de poder llegar a ganar la guerra, sin embarrarnos en pantanos de arenas movedizas ni confundir inconvenientes con dramas. Esa será la mejor solución.

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Parshat Itró: “ Luces, láser y lámparas”.

Hay muchas clases de luces: de distinta potencia y colores.

Cada una tiene un uso específico, para las cuales fueron creadas.

Si se respeta el destino original, mucho bueno se puede obtener de las mismas, desde su obvio uso para iluminar, hasta para llegar a las mas impensadas investigaciones científicas y los usos medicinales; todo sin hablar de la capital importancia del sol.

Hay un ejemplo por demás sintomático para ambos lados del camino, como es el del láser.

Sí, si, el laser. Ese desconocido hasta hace un par de años que hoy en día cayó en manos de cualquier chico de escuela primaria.

En el comienzo era utilizado para dos fines madres: el primero era el medicinal, el otro se orientaba hacia lo medicinal, especialmente hacia lo quirúrgico.

Luego, con la popularización de los punteros láser, se hizo más cómodo para los oradores y expositores realizar demostraciones en público, pero a su vez los chicos comenzaron a abusar de dicha luz, haciendo peligrar el sentido de la vista de aquél que tenía de ser apuntado por dicho objeto.

La luz es neutral, depende del uso que del mismo hagamos.

Esto ocurre con respecto a la luz natural, pero hay otras luces que debemos oservar y tener en cuenta.

Oraitá:Este es el nombre que en hebreo recibe nuestra Torá,

que halla directa conexión con la expresión “Or” que no es otra cuestión que la luz.

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Si uno se acerca demasiado a una fuente de luz se enceguece y no puede llegar a ver, ya sea a partir de una ceguera momentánea o bien de una definitiva.

Todo esto tiene estrecha relación con la distancia que se toma con respecto a ella.

Algo similar ocurre con respecto a la entrega de la Torá, que como todos sabemos es aquello que leemos esta semana en los distintos batei knesiot.

Antes, dado que a los distinguidos lectores les agrada, vamos a intentar relatar una historia que tiene como protagonista al Ariza”l.

Cierta vez, este tzaddik convocó a sus talmidim, indicándoles que deberían presentarse delante suyo para que les fueran instruídos ciertos conocimientos de Torá profundos en unos días, razón por la que deberían separarse de sus esposas durante tres días e sumergirse en la mikve (baño ritual).

La expectativa era enorme.¿Cuál sería la novedad?.¿Qué secretos de kabbalah les develaría?.El silencio era inmenso, se podría decir que se podía

“cortar el ambiente con un cuchillo”.“Yo soy tu D”s...”.Uno tras otro fue repitiendo todos y cada uno de los diez

mandamientos.¿Ésta era la tan grande novedad?.¿Estos eran los secretos de kabbalah que tenía para

relatarles?.Nosotros sabríamos contestarle que cualquier chico que

haya pasado por el jeider podría repetirlos de memoria casi sin posibilidad alguna de error.

De todas formas, vamos a ver que no es tan así, la perspectiva de la Torá es totalmente otra, tal como el tema del que venimos hablando:

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“Y le dijo al pueblo: Esténse preparados por tres días no se arcequen a alguna mujer”.Shemot 19-15.

La luz tiene que estar a la distancia adecuada, debe estar ubicada en su dimensión exácta, caso contrario no nos permitirá ver y por el contrario, tal como hemos descripto, nos puede llegar a dañar. Para llegar a ver, es imprescindible desligarse de todo aquél obstáculo que se interpone.

Los apetitos materiales, la diaria distracción en cada tema y tema, más que concentrarnos, nos quitan perspectiva de vista, nos impidan llegar a tener el contacto y apego a una visión global de la realidad.

Esto es entendible en un caso cualquiera de la vida cotidiana donde, si viniese cualquier amigo a pedirnos un consejo sobre un problema “equis”, ¿cuál sería el punto que nos habilita para hablar de algo más lejano a nosotros mismos que al propio interesado (que en definitiva está más habituado al mismo que nosotros mismos)?.

Normalmente, el mismo que está acostumbrado tendría que ser quien llegue a una respuesta conclusiva válida. Sin embargo, vemos que no es así: la misma distancia nos facilita una globalidad visual en el mismo.

Esto que estamos diciendo se comprende más que adecuadamente en un tema común, ¿qué habremos de decir en un caso como el que tratamos?.

La entrega de la Torá es un caso especial, dado que la captación de H” mismo en su esencia es algo inasequible a la mente humana, algo extrasensorial, que nuestra mente no llega a entender. De esta manera, pensamos que podemos llegar a entender ciertas cuestiones como lógicas, las que denominamos como “mishpatim” (órdenes racionales),

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cuando en mérito de la exactitud debemos converger en la conclusión de que no es tan así.

Si habremos de preguntar nos daremos cuenta que cualquier persona a la que interroguemos nos dirá que “obvio, por supuesto” que no hay que robar o que es obligatorio el respeto a los padres.

Ahora bien, solo bastará que encontremos un conflicto suficientemente álgido para que nos repreguntemos muchas cosas, a saber:

Sobre la base de un padre golpeador, ¿no hallará cualquiera la excusa para entender e inclusive explicarle a los demás que seguro que a tan execrable persona no debemos honrar?.30

Ya en este punto el entendimiento se complica y lo que diremos en estas líneas es que, justamente, cuando una mitzvá supera nuestro punto de entendimiento, es la esencia misma de H”, la que nos refleja en su dificultad el grado de pureza reflejado, y por consiguiente, el mismo apego con H”, el hacer para obedecer Su Voluntad, aún por encima de nuestra mente.

Para alcanzar a vivir en este nivel de cosas es que H” nos indica en este pasuk algo que se hace extensivo a cada día de nuestras vidas: la midat haprishut (la capacidad de alejarse de las cuestiones materiales). Por supuesto, tal como lo hemos considerado en “Jadesh Iameinu Kekedem”, que el punto nodal no es vivir recluido en un monasterio, apartado de toda necesidad material. En cada momento en el que nos reconocemos en una base material no podemos ignorar que de ella dependemos y que por lo tanto, ignorarla (tal como

30 Sin por ello comenzar a considerar si la halajá diría qué debemos hacer al respecto, ya que como los distinguidos lectores saben, en estas páginas intentamos reflexionar y no venir a innovar en materia de halajot.

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hacen otras culturas de este universo) resulta ilógico y hasta dañino.

Los tres días de separación de lo material, de purificación por única vez señalaron el camino hacia el perfeccionamiento espiritual de nuestros ancestros, claro que solo porque H” así se lo indicó a Moshé.

Entonces, ¿para qué nos puede llegar a servir un aprendizaje de este tipo a personas como nosotros que no recibimos un mandato de este nivel?.

Para tener en claro en todo momento que no somos aquello que consumimos sino que todo lo que necesitamos sirve para propósitos espirituales.

En la medida en que logramos un mayor desapego a aquellos factores y apetitos materiales, mejor perspectiva logramos tener de la vida.

Esto es lo que Moshé y el Ariza”l significaron y que nosotros debemos tener en cuenta para poder vivir con un mayor apego a H” y seguramente, aprendiendo a disfrutar más cada cosa que nos llega.

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Parshat Mishpatim: “La motosierra y el cincel”.

Cada herramienta tiene su uso específico, aquél que la distingue y que nos brinda confort a partir de su uso correcto, tal como hemos comenzado a ver a partir de nuestro último encuentro.

Aunque creo (y sobre todo, espero) haber sido suficientemente claro, no creo que esté de más volver sobre la línea temática del mismo.

Iojanán era una persona muy empecinada, pero cuando decimos empecinada nos referimos a muy empecinada, que quería hacer una escultura.

No, no me equivoqué: no quería tallar, quería hacer una escultura.

¿Qué cuál es la diferencia entre ambos conceptos?.Cada implemento que uno utilice implica caracteristícas

muy acotadas, con sus ventajas y limitaciones.Normalmente, no solo las personas inteligentes aceptan

esto, sino que las de sentido común también lo aceptan así. Pero no era el caso de nuestro querido Iojanán, quien no

es de malos sentimientos, pero muy testarudo en hacer todo lo que se le cruzaba por la cabeza.

La velocidad era su tema, todo tenía que ser resuelto en forma muy veloz, ¡ya! Tal vez era su lema.

De resultas de esta posición, se decidió a hacer una hermosa escultura, como aquella que había visto en la enciclopedia y que lo había deslumbrado.

Había contratado un profesor que le había brindado unas cuantas clases, pero todo resultaba tan tedioso, con ese cincel que parecía no poder consumir toda la madera que hacía falta para terminar a tiempo para regalarle a su querida esposa para su cumpleaños que ya se avecinaba.

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Ya casi fastidiado, vio un documental sobre ciertos trabajadores que sistemáticamente procedían a talar un bosque validos de una motosierra a una velocidad increíble.

La “asombrosa” capacidad de asociación de nuestro querdio personaje no tardó en aparecer y decidió, por lo tanto, de repente que tardaría mucho menos si reemplazara al vetusto cincel por una rauda y moderna motosierra.

Los resultados quedaron enseguida a la vista: llegó a los resultados mucho más rápido de lo esperado...

Enseguida arruinó la escultura, se hizo varios cortes y “min hashamaim” que no se arrancó de cuajo varios de ellos.

Aprendemos de esta historia que, más allá de nuestra opinión particular, en este mundo existen realidades objetivas que en mucho superan nuestra opinión31.

Cada objetivo tiene caminos conducentes a él y la porfía al respecto no nos ayuda, todo por el contrario.

Este es el orden con el que H” creó el mundo.Nuestra parshá nos cuenta en el pasuk que el oreaj en

cuestión eligió (como siempre al azar) un tema muy significativo y vinculado con estos conceptos:

“Porque mi ángel ira frente a Uds y los llevaré al amorreo, al jitita, al periseo, al kenaneo, al jivita y al jevusita y yo los aniquilaré”.Shemot 23,23.

31 Si bien sabemos que todo es opinable en estas generaciones “libres” y que “cada uno de su vida hace lo que quiere, “detalles” como estos nos hacen ver que la realidad tiene límites concretos. Muy concretos.

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¿Cuál es la diferencia entre un ángel y el Creador mismo?.

El primero es una creación espiritual que se desprende de H” mismo, una manifestación de Su Presencia, pero no ella misma. Sé bien que esto no es por demás significativo para las personas poco habituadas a tratar con este tipo de entidades, las que no se manifiestan en forma descubierta delante de las personas, siendo para los seres humanos de la época del exilio y la poca claridad conceptual algo casi imposible de entender. De hecho, la emuná de nuestros días no puede llegar a más allá de la percepción de las manifestaciones de D”s a partir de Su Obra, pero no de Él mismo.

De todas maneras, creo que cualquiera puede llegar a diferenciar entre algo inconmensurablemente grande y otro ser grande, muy grande pero increíblemente inferior.

Dicha diferencia no es meramente circunstancial: cuando fue la entrega de la Torá, donde el pueblo judío “firmó” el Pacto que lo une inextricablemente con Boré Olam, la potencia tenía que ser total, de forma tal que nadie se pudiera hacer el desentendido, sosteniendo que dicho acuerdo no lo incluía;resulta de ello que era necesario que Él en toda su expresión se presentase, como para que nadie en el fututro pudiese argumentar que no estaba incluído. Por ello, un ángel era una expresión de Di-vinidad insuficiente. Allá estaba Él junto a nosotros, sin ningún intermediador, como para que nadie pueda intentar un camino similar en el futuro (como otros pueblos hacen).

En cambio, la guerra es totalmente distinta: en Su diseño, calculó que la misma observe una trayectoria lógica, que racionalmente sea concebible (aunque ya hemos discurrido sobre este aspecto en el encuentro pasado), aunque sobre la base de la siata dishmaia (ayuda Celestial). Para que ello ocurriese de dicha forma, la expresión debía ser

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distinta, con el apoyo de un malaj o ángel por un lado, pero con la lógica terrenal por el otro.

Esto es lo que Iojanan no quiso, no supo o no pudo entender, pero lo más importante es que nosotros podamos entender dicho sutil equilibrio, dado que cuando se descalibra el fiel de una aguja de la balanza tal sensible como este, podemos llegar a cometer grandes errores.

Diferenciar entre un cincel y una motosierra es sencillo, reírse de Iojanan no demuestra inteligencia en grado sumo de nuestra parte, pero el desafío consiste en profundizar en estas líneas, inspirarnos y saber hasta cuando y dónde es cuestión de actuar con emuná y desde qué punto comenzar a realizar los preparartivos necesarios, iguales a las guerras descriptas en el pasuk.

Que H” nos de la inteligencia para lograrlo...

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Parshat Trumá: “Detrás de las paredes”.

“Y hareis tablones para el Tabernáculo, veinte tablones para el lado sur”.

Shemot 26-16. Nuestro pasuk es muy especial, toda vez que nos

menciona la construcción del mishkán, el Santuario móvil que acompañó al pueblo judío en su tránsito por el desierto a lo largo de cuarenta años y hasta la inauguración del Bet Hamikdash.

No creo que esté al alcance de esta generación llegar a entender todo lo referente a la conformación física de un lugar destinado a albergar la espiritualidad existente en el mundo y, en el mejor de los casos, no me cabe la menor duda que este modesto escriba no es la persona adecuada para describir estos profundos planos metafísicos.

Vamos a hablar de paredes (de los tablones que las conforman). Del sentido de las paredes.

Ellas, por encima del sentido físico, tienen un profundo valor espiritual.

El común de la gente suele entender las paredes como el lugar de la intimidad, aquellos rincones aptos para realizar lo que a cada quien le venga mejor en gana, sin tener que rendirle cuentas a nadie.

La Torá encuentra un sentido completamente distinto a la privacidad, pero antes de entrar en lo especificamente nuestro, completemos las ideas.

No solo el mundo lo ve así, sino que todo lo que tenga que ver con las paredes remite a lo oculto, a lo prohibido y lo avergonzante.

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Nada de todo ello funciona de dicha manera para nuestra Sagrada Torá.

No hay tal divergencia entre lo que ocurre detrás de las paredes y lo que hay alrededor de ellas. Lo que hay son ámbitos específicos, aunque la conducta entre ellos no sea contradictoria.

El judío debe comportarse como tal, tanto en público cuanto en privado.

Entonces, ¿para qué las paredes?.Ellas sirven para separar lo evidente de lo sutil, aún

cuando no se trate de secretos de estado, hay determinadas cosas que cada quien desea guardar para el ámbito de lo privado, atesorarlas para sus seres más allegados.

Cuando hay algo valioso, no se lo hace “barato”, cotidiano, mostrándoselo a cada uno y uno, a quien mejor quiera.

Saber que no es tan usual hace que se lo valore, que se prepare muy especialmente la persona que va a acceder a él.

Las paredes captan lo que en el espacio interior que ellas demarcan fue ocurriendo, lo cual es importante para aquellas personas que demarcan ámbitos muy diferenciados entre lo público y lo privado, describiendo conductas muy distintas según se trate, para un lado o para el otro, a saber:

Por un lado hallamos a aquellos que se portan como verdaderos tzaddikim en público, mientras que sus casas son un verdadero desastre. Lo más tristes de dichos casos es que creen gozar de la impunidad, pero no se percatan de que hay ciertos gestos o tics imperceptibles para uno mismo pero no para los demás, al igual que ocurre en los casos personales: ¿cuántas veces nos encontramos con personas que están “en pose” fingiendo una personalidad que no les es del todo propia?.

Actúan casi a la perfección, pero el buen observador se dará cuenta en algún punto de algún detalle que quien lo efectuó ni se dio cuenta, de tan natural que le resulta, no

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obstante, será suficiente para que su verdadera personalidad quede revelada al instante.

Por el otro, están aquellos que en público dejan mucho que desear, sin embargo en sus casas son un templo del shalom bait (paz hogareña), aunque afuera desdeñen a cada uno que no pertenezca a su familia o ideología. Este tipo de personas suelen ser comparables a Sdom y Amorá, que eran muy dadivosos para los propios, pero no para con los extraños32.

Seguro que hay otros dos grupos: aquellos que no fingen nada y cuyas vidas son igualmente de defectuosas tanto en privado que en público, ora porque no les interesa ser buenos, ora porque creen ser “liberados” y estar más allá de todo tipo de presión social.

Pero no todo es tan malo, existe un cuarto grupo que es transparente en su accionar y virtuosa, lo cual no es poco decir en los días que corren.

Debemos, en todos los casos, diferenciar la actitud real, por un lado y lo que se le muestra a la gente, por el otro.

Obviamente, no preconizamos en estas páginas ponernos a observar insidiosamente cómo viven los demás para después restregarnos las manos comentando con nuestro compañero cada error o transgresión que hayamos podido observar. El punto de interés para nuestra óptica es el de observar el impacto que causa sobre la gente: quien se comporta en forma privada en forma correcta pero en público hace lo contrario, es lo que se llama “mekarer daat habriot” (enfría a los demás), provocando que

32 Por supuesto que ex profeso no me incluí en ninguno de los grupos, esperando que aquellas personas que me conocen identifiquen a cuál de ellos puedo llegar a pertenecer, no por atribuirme una perfección de carácter que, por cierto, no me pertenece, sino para no verme viciado de parcialidad y por lo tanto, quedar vedado de poder expresarme con libertad.

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permanentemente se vean reflejados en su mala conducta y se auto-autoricen a realizar actividades prohibidas.

Quien, por el contrario, se muestra en una actitud correcta en público pero en privado deja mucho que desear puede llegar a ser un “gozel daat habriot” (que roba el entendimiento de los demás, dándoles a conocer una imagen engañosa de sí mismo que poco tiene que ver con su esencia.

Si bien esto dista de ser bueno, por lo menos sabemos que tiene la ventaja de no provocar que el público se debilite en su cumplimiento de mitzvot (de los dos males, el menor).

Pues bien, así y todo nos resta por preguntarnos, ¿dónde encontramos un indicio que nos señale que puede llegar a ser algo así: que la casa absorba la impureza que nuestras acciones generen?.

Por supuesto que no estamos hablando con efectos de establecer la halajá práctica (lo que escapa a nuestras capacidades), pero si basados en nuestras fuentes:

En las perashot referentes al tzara´at, se señala que quien hablaba lashón hará primero lo sufría en el castigo que recaía sobre los objetos, para luego en su propia piel.

Lo que en primera instancia ocurría era que recaía sobre las vestimentas y la casa, objetos sobre los que aparecían las manchas, para solo luego pasar a estar sobre la piel del pecador.

Si bien no tenemos el mérito de poder recibir el castigo ante averot como estas por haber perdido la sensibilidad al respecto, de todas formas, el aprendizaje queda y podemos ratificar que: las paredes de nuestras casas absorben la pureza o la falta de ella en cada una de las acciones que emprendemos.

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Es plausible de ser pensado que así como la kedushá (santidad) del Mishkán era “selectivamente permeable”, permitiendo que los efectos de las acciones que dentro se realizan lleguen hasta cada uno y uno de los integrantes, no ya del pueblo judío sino del mundo. No obstante, la intimidad del hecho mismo quedaba a resguardo de cualquier fisgón que no tenía ninguna pertenencia con lo que allí se estaba realizando.

Cada acto tiene relación únicamente con los directamente implicados en él, lo que _como ya hemos dicho- nos señala el valor de lo que allí se realiza.

Si bien cada uno y uno tiene derecho a realizar una vida privada en su mayor intimidad acorde a su voluntad, es deber que señalemos que estos efectos colaterales (para un lado o el otro) existen, ya que de una forma u otra estamos influyendo sobre nuestra educación y la de nuestros hijos y las generaciones próximas, lo que no es poco decir.

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Parshat Tetzavé: ¿Cuáles son las piedras preciosas?.

Estamos en momentos de inestabilidad económica. No solo a nivel nacional, sino que como consecuencia de los atentados de las Torres Gemelas todo el mundo ha visto resentida toda su estructura económica.

Momentos como éstos son los que sirven como prueba a cada uno y uno, pero sobre todo a aquellos que todavía tienen un fondo de reserva.

El famoso “corralito” ha dejado un trasfondo de desconfianza, recelo, temor y furia entre las distintas personas que nos cruzamos que ya no saben en qué y en quien confiar los pocos fondos que no le han sido esquilmados.

Si bien esta no es una página de información y asesoramiento económica, un consejo podemos tomar de nuestro pasuk a la sazón:

“Y tomarás dos piedras de Shoam y grabarás

sobre ellas los nombres de los Benei Israe-l”.Shemot 28,9.¡Las piedras preciosas!.Esa es la idea, aquello que tiene el valor

intrínseco que escapa a cualquier circunstancia temporal y que siempre va a mantener su capacidad.

Esta es la idea que trasmite nuestra parshá, aunque tenemos que aclarar más los conceptos.

El efod o peto era la “piedra comunicacional”, por la que el Cohén Gadol podía contestar las preguntas esenciales que a hacían a la continuidad del pueblo judío, por las que el Todopoderoso se comunicaba con

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nosotros, diciéndonos aquellas conductas concretas que debíamos llevar a cabo en aquellos momentos en los que teníamos el mérito de contar con un Cohen ungido y todos los elementos del Bet Hamikdash.

¡Un Profeta!.¡Un comunicador!.¡Un movilizador de masas!.¡Esto es lo que hace falta!.Muy a menudo se escuchan expresiones como

éstas, en los momentos particularmente soy muy receptivo a las miradas que buscan hallar un eco en mi persona, a través de preguntas demasiado grandes, demasiado “pesadas” seguramente como para que alguien tan humilde como yo pueda llegar a contestar.

No obstante, la búsqueda está intacta.Todos queremos las soluciones ¡ya! y

preferentemente predigeridas.El punto a observar es el de la comparación,

ponernos frente a un espejo y nos refleje, mostrándonos nuestra verdadera personalidad.

Para ello, debemos tener muy presente dos puntos referenciales: en primer lugar, la definición judía de “profeta”, para solo luego ver de qué se trata la realidad que los distintos pueblos del mundo consideran para el mismo punto.

Entonces, pasemos ahora al primer punto: Los gurúes, tan de moda hoy en día. El mundo

requiere de ellos cotidianamente, para todo tipo de acción.

Los hay de tipo económico, político y religioso; deben ser aquellas personas que deben descifrar en lo oculto, explicándonos lo coyuntural y dándonos la exacta respuesta a cada una de nuestras preguntas, calmándonos y quitándonos de encima todo dolor y carga de pesar.

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Queremos y necesitamos que puedan contestar a cada uno de nuestros interrogantes, tal como si no se tratase de verdaderas personas de carne y hueso a las que no les cortan el teléfono dejándolos incomunicados sin no realizan el pago respectivo antes del último vencimiento.

Deben estar en pose y no permitirse ninguna respuesta que los delate en su verdadera postura persona, actuar de dicha forma es impensable, directamente les “quita rating”.

La adivinación de lo que vendrá es su fuerte, por ello son tan valorados y la gente les aporta tanto dinero para su “humilde causa”, y encima, gozan de una ventaja más, cual es la de no inmiscuirse en la vida del otro: no decirle qué debe hacer ni mucho menos comentar o criticar lo que ya haya hecho.

Debemos convenir que un profeta así es por demás adecuado y cómodo (¿será eso lo que hoy en día insisten en llamar “políticamente correcto” y que este viejito demodée de ¡35 años! desconoce? ), cualquiera se ve tentado de acudir en búsqueda de los servicios de alguien así de quien solo puede obtener evidentes beneficios.

Pero (¡¿siempre hay un pero?!), cabe que nos preguntemos si ese es el modelo de Profeta que H” designó para nuestro pueblo.

Desde Moishe Rabeinu en adelante, nos cabe aceptar enfáticamente y rotundamente que no fue la fuerza del orador. Quien haya estudiado Tana”j sabe que los profetas no siempre fueron bien aceptados y que por el contrario, varios de ellos fueron perseguidos y vituperados a lo largo de extensos períodos por su inveterada costumbre de decir justo aquello que la gente menos deseaba escuchar.

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¡Ah!, ¿entonces eran “resentidos sociales que se sacaban las ganas gritándole todo lo que querían a la pobre gente?.

¡D”s libre y guarde!.La prueba está en que muchas veces no deseaban

salir a decir todo lo que sabían que iba a caerles mal o, también que, pese a querer dar las admoniciones necesarias, el mismo Todopoderoso se los prohibía expresamente porque consideraba que no era llegado el momento para tal aviso.

Profeta es aquél que dice y obra acorde con las visiones diferentes que D”s le hace llegar y solo cuando obra una orden en tal sentido solo en beneficio del klal (conjunto) Israe-l y no en beneficio de uno solo de sus integrantes, mucho menos que hablar de él mismo.

Algún tipo de indicación al respecto podemos llegar a encontrar al respecto en torno a nuestro pasuk, cuando nos enseña que todo el “enganche” que tenemos con la kedushá, el único medio por el que el Creador puede llegar a contestar nuestras preguntas es cuando el beneficio y conjunto de todo el pueblo depende de dicha pregunta. De esta manera queda por demás claro que el modo de unirnos con estas respuestas es cuando estamos todos juntos y unidos (que no es lo mismo, pese a lo que gente cree), tal como ocurre con las piedras del Shoam, que contienen el nombre de las doce tribus.

Cuando hoy en día pareciera ser que todo el mundo corre en busca del valor económico que le brinde la salvación, la solución a todos los problemas, en momentos en los que daría la impresión que cuanto más se busca menos se encuentra, tal vez sea que estamos buscando donde no debemos o, peor aún, buscamos objetos que son totalmente inútiles.

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En circunstancias como éstas, las piedras preciosas nos vienen a enseñar que no hay profecía, no hay proyección al futuro ni identidad alguna si no es de la mano de todo un pueblo Unido en torno a un Único Creador y una única Torá con sus mitzvot, que es el mejor cofre que podamos atesorar.

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Parshat Ki Tisá: ¿Quién se esconde detrás de la máscara?.

¿Para qué sirve una máscara?.¡Para disfrazarse!, ¿verdad?.Bueno, dado el estado de cosas y aunque no pueda

dejar de reconocer que la respuesta que seguramente brindaron es verdadera, está obviamente influenciada por la cercanía del Purim recién dejado atrás, aunque tendré mucho trabajo para llegar al punto de interés para nosotros, a vista de nuestro pasuk. No solo para ello dicho artefacto es de suma utilidad, según la historia del arte occidental, ya los antiguos griegos las utilizaban en sus representaciones teatrales para señalar de esa forma las diferentes expresiones de la tragedia clásica.

Mucho tiempo más adelante nos encontramos con los payasos, quienes procedían y aún lo siguen haciendo a pintarrajearse sistemáticamente la cara.

Pero ninguna de estas máscaras serán las que a priori tomemos en consideración; la más llamativa es la de Moshé, que surgió como consecuencia indirecta del pecado del becerro de oro, el cual se formó a partir de la desazón que les cupo a los bnei Israe-l cuando vieron que parecía cumplirse el tiempo estipulado para el retorno de Moshé, pero el mismo no ocurría.

Hasta dicho momento, ellos no hallaron inconveniente alguno en mirar de frente a su líder, sin percatarse (o al menos, sin que les molestara nada de su presencia). Tras este pecado, de singular gravedad, no solo se dieron cuenta del brillo que emanaba de su rostro, sino que este mismo resplandor les impedía mirarlo frente a frente.

Por esta razón, el pasuk nos ilustra que Nuestro Maestro tenía que ponerse dicha máscara para estar frente a nuestros antepasados, digámoslo así, para no abrumarlos.

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“Cuando Moshé se acercaba delante de D”s para hablar con Él, se removía la máscara hasta su partida, luego salía y decía a los Bnei Israe-l aquello que le era comandado”.

Ahora, el uso de la máscara debe ser revisado, ya que adquiere características y connotaciones distintivas.

Como hemos dicho, en los griegos podía traer a colación la escenificación de representaciones que poco podían llegar a tener que ver con el ánimo particular de cada uno y uno, otro tanto para el payaso.

Para MoIshé Rabeinu el significado era muy otro: si bien él –de más está decirlo- no había mandado a realizar el pecado del becerro de oro a su pueblo, se cuidaba muy mucho en realizar algo que pudiese afectarlos o mucho menos hacerles sentir vergüenza o humillación.

No obstante, aunque para el pueblo significaba un límite de algo que ellos mismos no habían podido superar, hablaba a las claras del cuidado que el líder se había encargado de tener para con ellos, de no herir su susceptibilidad y hacerlos sentir mal, abochornados por la vergüenza que les causaba su pecado.

Para quien no pecó no había vergüenza, no así para los que lo habían hecho.

Lo importante para nosotros es saber determinado aprendizaje para la vida diaria, aquella que nos tiene por protagonistas excluyentes.

Por lo tanto, dado que no somos los seres inefables que nos gustaría –y hasta nos jactamos de ser- debemos tener en claro qué hacer cuando el bochorno

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motivado por nuestra conducta aparece claramente delineado en el horizonte.

De aquí en más, es sumamente importante poder llegar a diferenciar el cuidado de la dignidad, por un lado de ocultar nuestro rostro a ver la realidad, por el otro. De Moshé Rabeinu tenemos muy en claro que él era quien se ocultaba el rostro, pero no la gente.

Nada obtenemos de negar la cara a la realidad, de ocultar lo que pasa.

No obstante, esto pareciera estar muy en boga en los tiempos que corren; si bien no hay máscaras la difusión del error está muy vigente. Pero no “difusión” en el sentido de “promoción”, sino en el de dejar algo sin un perfil claro, sin un contorno evidente, como figuras difusas que apenas se divisan en el horizonte.

Hoy todos somos culpables, todos inocentes.Quien haya estudiado algo de filosofía y de lógica

sabe que “todo” y “nada” son términos equivalentes y con el mismo alcance y profundidad.

Donde “todos” somos culpables, “nadie” es culpable, y donde nadie lo es, no hay solución a la vista posible.

Así, no hay crecimiento posible: dos máscaras, dos sentidos distintos. No el de acusar al culpable, humillarlo y avasallarlo sino el de rehabilitarlo a partir de darle la oportunidad de reflexionar sobre su proceder y retornar sobre el mismo. Desde dicha posición es posible entender el mundo, sabiendo que alternativamente somos víctimas y victimarios en el diario accionar en el mundo, y que desde dicha posición podemos tanto dañar cuanto ser dañados. La única forma de solucionar estos problemas es la de encontrar específicamente nuestras culpas, señalarlas y constreñirlas, como para encontrar soluciones concretas. A su vez, otro tanto pasa cuando el culpable es el compañero, donde cuanto

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más lo acusemos y menos lugar le demos, más correrá a esconderse detrás de su careta, alejando las distintas posibilidades de que supere el problema.

A veces ayudar es dejar actuar al otro, es insinuar y no indicar.

La máscara puede ser muy útil, depende como se decida usar...

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Parshat Vaiakhel: “Construyendo, pero ¿cómo se construye?

“El arca, su techo, su cobertura, sus ganchos, sus tablones, sus barras, sus pilares y sus arandelas sockets”.

Shmois 35,11

¿Cómo se hacen las construcciones?Si no alcanzase todo lo ya descripto sobre la

construcción del mishkán, una vez más la Torá detalla sus partes, las que nos son por demás conocidas, el orden en el que está desarrollado, no es aleatorio.

Poniéndonos a prestar atención detalladamente nos anoticiaremos que no es un detalle menor ni una casualidad: una línea vertical se extiende a lo largo del pasuk, iniciándose en lo alto del mishkán hasta llegar a sus partes inferiores.

No creo que se trate sino de algo pleno de sentido para nuestras vidas diarias.

Es muy habitual encontrarnos con que la gente toma como la base esencial de su existencia todos los datos que la vida material, la cotidianeidad y la rutina, dejando la idea de futuro y la planificación que para ese momento se haga a partir de las bases.

Esto es llamado usualmente como “realismo”, no vivir más allá de las condiciones imperantes (por no decir determinantes, tal como les gustaría decir a los marxistas). Desde un cierto punto, no podemos decir que esto sea malo, sino todo lo contrario: es la esencia

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necesaria para no vivir en torno a fantasías que no provocan otra cosa que grandes conflictos cuando se choca contra el duro piso de la realidad, estrellando todas las fantasías que pueden llegar a ser peligrosas.

Es real que las fantasías

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Parshat Pekudei:

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Parshat Vaikrá: “Porque es un buen compañero”.

“Presentarás a H” una ofrenda de minjá que será

preparada de esos, el se la traerá al Cohen quien la llevará (acercará) al Altar”.Vaikrá 2,8.

A priori pareciéramos estar en presencia de un “pasuk técnico” que solo nos habla de cómo se hacían las ofrendas voluntarias en el Mishkán. Inclusive habremos de decir más, ya que de todas las que integran esta clase, la que la elección del oreaj (invitado) de turno hizo fue la de la más humilde de todas. Nada más alejado de ello.

Hoy en día hay muchos iehudim que creen que no tienen determinadas obligaciones y que todo lo que hacen es efectuado solo en función de su bonhomía. Sin ir muy lejos, recuerdo la gran dificultad en diferenciar adecuadamente entre “mitzvá” y “zejut” que había recibido como fruto de una educación basada más en cierto folklore más que en el conocimiento en aquellos tiernos años de mi infancia.

Dado que tal vez no quede del todo claro a qué me refiero, pasaré a relatar un poco: cuando se necesitaba que alguien hiciese alguna obra de bondad para con el compañero se le solicitaba que hiciera una “mitzvá”.

¿Por qué decimos que esto es incorrecto?.Realmente el concepto para definir tal situación es el de

“zejut” el de realizar una actividad que no le es exigible pero que la hace como una manifestación de jesed o generosidad de su parte.

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Mitzvá es totalmente otra cosa, que no se diferencia solo en el concepto sino que básicamente la realidad que trasunta es diferente por completo.

Mitzvá tiene que ver con una orden, con algo impuesto con una fuerza mayor detrás del ejecutor, tal como ocurre con aquello que el Creador impuso sobre nosotros, sus creados.

Pero no será desde estas páginas donde el lector pueda hallar una explicación y extensión al respecto, aquí solo hablaremos de los zejuiot.

¿Qué son éstos?.A priori los habremos de definir como aquellas acciones

que no son directamente exigibles a quien las realiza, pero que sin lugar a duda ennoblece el carácter de quien las lleva a cabo y le confieren un cierto mérito delante de las demás personas y sobre todo, de Boré Olam.

Pongamos un par de ejemplos sencillos y usuales entre tantos otros posibles:

El primero es el de la tefilá.Sin entrar del todo en disquisiciones halájicas, podemos

decir que hay quien entiende que la realización de la misma en presencia de un tzibur no es obligatorio33. Ahora bien, ya llegada esta persona al shil se dedica a charlar durante toda la tefilá.

Segundo caso:Una persona que dona una cierta cifra a una ieshivá y

que a cambio de ello espera los honores “esperables” (que muchas veces son rayanos en la pleitesía).

¿Qué conducta debe ser observada?.

33Aunque no es tan sencillo, por lo que solicito al lector que solo tome el ejemplo como tal y que, antes de sacar conclusiones al respecto consulte con su Rab y estudie las halajot pertinentes.

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En cada caso nos pondremos a suponer que estamos de “cada lado del mostrador” para ayudarnos a desarrollar y ampliar los escasos límites de nuestras estrechas mentes.

Digamos que somos aquella persona que acaba de llegar al shil y que les “hace el favor de perder el tiempo, después de todo yo podría estar haciendo tefilá en casa que tardo mucho menos”.

¿Es del todo ilógico lo que plantea?.Pasemos, ahora sí, a lo que opina el “local”, aquel que

es habitué del bet hakneset.“¿Qué, encima tengo que aguantar esta invasión?.Si ya tengo bastante organizado, ¿por qué pueden venir

a arruinarme todo personas que nunca vienen?.Si quieren aceptar como nos manejamos nosotros, bien,

si no ¿por qué no se van a hablar tranquilos a sus casas?”.Bien fundamentado, ¿verdad?.En el medio de todo este conflicto estamos nosotros que

tenemos que “determinar” el punto justo (cuando sabemos que en rigor de verdad, nadie mandó a pedir nuestra ayuda, solo que lo estamos utilizando como un mero ejercicio intelectual).

Vayamos ahora al segundo de nuestros casos a la sazón: aquella persona que donó dicha suma y que pretende que se actué al respecto en la forma adecuada, con los “honores necesarios”.

“Yo sé cuánto trabajé y me esforcé al respecto, ¿quien me puede llegar a negar el derecho al respecto? ¡Yo quiero manejar todo, si soy el que lo mantiene!”.

Llega –otra vez- el momento de pasar al “otro lado del mostrador” y de ver lo que dice la persona que está habitual y casi permanentemente en la Ieshivá:

“¿Qué, porque trajo unos pesos ahora quiere manejar nuestros días?

¿Quién es el para manejar nuestros estudios?”.Otra vez complicado, verdad.

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Nuestro compromiso debe ser con la verdad, aunque nadie nos haya llamado como jueces al respecto, pero no por nada nos ha tocado nuestro pasuk para descifrar la enseñanza al respecto.

No es redundante el contenido del mismo, mucho más allá de todo posible contenido “técnico” al respecto.

Allí tenemos bien en claro que la obligación es mutua, tanto quien da cuanto quien recibe tienen cada uno y por cuerda separada su obligación propia, que no es menor ni separada de sus derechos.

Así como quien recibe tiene derechos también tiene obligaciones implícitas, también quien da debe hacerlo siguiendo su parte del “contrato”.

Vemos que el donante debe acercarse, realizar el gesto que trasciende el mero gesto económico del aporte en lo económico, para llegar al compromiso personal con la acción, donar no solo una porción de harina y aceite de su propio patrimonio en forma voluntaria sino también su corazón, sintiendo que uno crece y mejora a partir de dicha situación, que es el verdadero beneficiario, sintiéndose por lo tanto el principal beneficiario del gesto que acaba de realizar, llegando a expresar –por lo tanto- agradecimiento por la oportunidad de crecer y de tener una parte en el Kodesh, en la parte de mayor santidad del mundo en vez de ir a parar a manos de inescrupulosos herederos, ladrones o gobiernos siempre prestos a generar nuevos y gravosos impuestos que provoquen la pérdida de los ahorros conseguidos a lo largo de la vida.

Pero esto no solo ocurre con respecto a las ofrendas materiales, sino que también ocurre otro tanto en lo referente al caso del tiempo utilizado en pro de realizar tefilá.

Obviamente no voy a ser yo quien defienda el valor de concurrir a un Bet Hakneset, inicialmente porque “D”s no necesita defensores”, pero podemos llegar a otra conclusión por demás interesantes.

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Muy frecuentemente la gente se encuentra con distintas oportunidades que les insumen una gran cantidad de tiempo al cabo del cual uno no sepa realmente para qué hizo todo, sin tener ningún provecho de lo realizado: encuentros inoportunos con vecinos que nos llevan un precioso tiempo en hablar de cosas que, en el fondo, seguramente no son del absoluto interés suyo ni nuestro, películas -quienes las miran- y libros que solo dejan como conclusión haber perdido lastimosamente el tiempo, etc,etc,etc.

Lástima que solo después de dichas oportunidades las personas solamos decir ¿¡por qué no habré aprovechado mejor el tiempo!?, pero que para la próxima oportunidad nos olvidemos con tanta velocidad nos olvidemos de lo ocurrido como para poder engancharnos otra vez para la próxima, auto engañándonos al decir: “bueno eso fue la vez pasada, la próxima va a ser mejor”.

La ganancia es para uno, en ello se juega gran parte del trabajo personal al respecto, en ser sanamente egoísta, en buscar el beneficio espiritual en cada gesto que uno hace, el factor en el que puede crecer.

Este egoísmo no es malo para los demás, uno arrastra a los compañeros hacia el crecimiento.

Otro tanto ocurre en lo referente a aquel que recibe el aporte de su compañero, tanto en lo referente a su tiempo y voluntad cuanto a su dinero, sin variar un ápice, ya sea que se trata de uno u otro. La cuenta de nuestro compañero es para él y no para que nos rinda cuenta de ellos a nosotros. Por el contrario, debemos manifestarle todo nuestro agradecimiento, el hakarat hatov por la facilidad que nos brinda para poder realizar mitzvot o, aunque más no fuere, facilitar su realización.

Es verdad que tal vez su posición no sea todo lo buena que debiera y que tendría que revisar bastante de lo referente a la cualidad de la humildad, pero de hecho no nos ha encomendada la ardua tarea de ser su rab o mashpía

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(influyente), lo que también es muy dudoso que pudiéramos llegar a hacer en forma adecuada. Cada cuestión es lo suficientemente delicada para que sea considerada por separado. Nuestro pasuk nos enseña a actuar en referencia a esta pauta, enseñándole a cada quien a ocupar su propia parcela, mirando lo que es su propia obligación y no la de su compañero al reconocer su parte en el mundo, que no pasa por invadir el rol u y lugar del compañero. De esta manera, quien hace una ofrenda no está exento de su esfuerzo personal, además del aporte material, al igual que el Cohen que recibe el beneficio material igual debe realizar su actividad específica sin pasarle cuentas a los demás.

No me cabe duda alguna que el día que sepamos reconocer dichos límites y nos encarguemos de mirar qué aporte podemos hacer en lugar exigir todo de los demás, seguramente nuestras vidas van a ser mucho más agradable que la presente situación en la que es más fácil para cada quien mirar y exigir de los demás, olvidándose de sus propias obligaciones, lo que no creo que sea el objetivo esencial para el que fuimos creados.

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Parshat Tzav: “¿Usurpación de honores?

“ Moshé lo faenaba y salpicaba su sangre alrededor del Mizbeaj (Altar)”.

Vaikrá 8,19. Al iniciar a los Cohanim en el ciclo de los korbanot,

notamos algo por demás llamativo: es sabido por todos nosotros que los únicos hermanos del mismo padre que encontramos a lo largo de toda la Torá y que, no obstante integran distinto linaje eran Arón y Moshé; no obstante un dato no menor viene a colación de la información del pasuk.

Lo usual es que la tarea de los korbanot en el mishkán en primera instancia y luego en el Bet Hamidrash debía ser efectuada por los Cohanim y no por un Leví, tal es el caso de Moshé Rabeinu.

No podemos dejar de indicar una pregunta por demás llamativa, toda vez que el rol de los Cohanim fue obviado.

¿Qué puede haber llevado a algo así?.¿No era mucho el riesgo, pudiendo llegar a entenderse

que algo malo ocurría con los Cohanim o que Moshé había usurpado el honor de su hermano mayor?.

Inclusive tendremos que decir más: cuando H” ordenó todo lo referente al mishkan, según el Midrash, Nuestro Maestro no llegó a entender qué se pretendía de su persona sino hasta que vio las formas representadas en un esquema en el Cielo.

O sea que no se trata de una capacidad de imaginación mayor de por medio.

El punto en cuestión es otro, y para explicar el tema tendremos el honor de abstecernos de las explicaciones,

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lehavdil ben jai le jai (salvando las distancias), del Gur Arié y del Rab Shteinman Shlit”á.

El primero de ellos explica sobre toda esta cuestión que Moshé no solo realizó esta tarea (sobre la cual hay que revisar precisamente hasta cuánto y donde no le correspondía realizarla, ya que de hecho, cualquiera podía realizar la shejitá, estando solo vedado para alguien que no sea un Cohen el vertido ritual de la sangre, pero no el faenamiento), sino que también utilizó las prendas propias de los Cohanim.

¿A qué se debía?.Justamente explica el Gur Arié que reflejaba el éxtasis

espiritual en el que se hallaba compenetrado, solo comparable al de un Cohen al realizar su avodá o tarea sagrada en el Beis Hamikdosh.

Por otra parte, el Rab Shteiman, Sheijié, en sus palabras de Jizuk o fortalecimiento nos explica cuál fue la importancia del relato que le formuló a su suegro Itró sobre la salida de Egipto y la apertura de las aguas en beneficio del pueblo judío, basado en Rash”í.

El punto nodal que quiere destacar es que, si bien todo ello era de conocimiento mundial, poco podía suponerse que se había agregado a la información de la que disponía para que valorase toda la obra y los milagros de H”.

No obstante, un “detalle” lo diferenciaba en modo sustantivo, cual era haber sido protagonista principal y por lo tanto, quien más convencimiento cargaba y podía transmitir a su suegro.

Esto es fundamental a la hora de realizar cualquier actividad que requiera de un cierto liderazgo.

Muchas veces nos encontramos con que el esfuerzo que intentamos llevar a cabo no condice con los resultados obtenidos, sino todo lo contrario y no sabemos qué es lo que falló. Revisamos una y otra vez los datos sin llegar a encontrar el error por ninguna parte. No solo esto, sino que

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detrás nuestro viene alguien que aparentemente está haciendo todo lo contrario a lo indicado y, no obstante, triunfa rotundamente.

¿Qué pasó?.Es muy sencillo acordarnos aquí de nuestra

“religiosidad”, pasando a hablar sencillamente de “siata dishmaia” (ayuda Celestial).

Pero esto no es más que una tautología o concepto cerrado sobre si mismo, donde uno refiere al otro34, donde diciendo todo no aclaramos nada y todo lo que hacemos es “echarle de todo la culpa a D”s”. Justamente en base a esto es que es necesario aclarar suficientemente los conceptos.

Seguro que el mundo requiere de la Asistencia Di-vina y que sin ella el mundo no sobreviviría ni siquiera una sola hora y que la base de toda la posibilidad de la existencia se encuentra en torno al Jesed o generosidad Di-vinos. Mas de todos modos, describir todo en términos genéricos no ayudaría sino que, por el contrario, solo nos haría desgastarnos más buscando justo allí donde no hay nada.

Las personas necesitamos encontrar las respuestas que encuentran un correlato entre las conductas que desarrollamos y los resultados consecuentes. De este modo, podemos decir que la Asistencia Di-vina viene en ayuda de quien está convencido de la capital importancia de la tarea que estamos desarrollando. En la medida en que nos sentimos “embajadores del Shamaim”, las cosas cambian y cobran otro sentido.

Para ello es necesario actuar del mismo modo que Moshé Rabeinu, que dejó de lado todo tipo de interés personal para actuar en torno a su embajada. Claro queda

34 Para entenderlo en términos sencillos, podemos volver a los viejos y queridos conceptos geométricos como los de recta y punto (“una suma infinita de puntos” y “la menor expresión de una recta) donde uno no se entiende sin el otro.

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que la misma no confiere los blasones o prestigio con que se revisten los representantes modernos de los países delante las potencias del orbe. Con todo ello, nuestro maestro y conductor no presentó ninguna objeción en hacer lo que era correcto y oportuno, sin mirar hacia los costados.

Esto puede llegar a explicarnos por qué D”s le permitió hacer tareas que a otro les estaban vedadas a punto tal de poder llegar a perder su vida al realizarlas.

Es verdad que el hecho técnico podría haber sido enseñado a los Cohanim, evitando de tal forma el paso de que un ”zar” (extraño) realizase dicha tarea. Pero, no se hubiese llegado a aprender el ejemplo de la elevación espiritual, que es la verdadera base sobre la que se sustenta el mizbeaj.

Otro tanto, salvando las distancias, es lo que ocurre hoy en día: la siata dishamaia no está en decir las cosas cómodas y agradables, sino todo lo contrario: sin tener intención de convertirnos en sujetos agresivos ni en buscapleitos, en aquellos momentos en que a pies juntillas tenemos que aferrar las manos al timón para hacer aquello que es menester y que nadie –o pocos- valoran y que por nuestros medios no parecen alcanzar las fuerzas, ése y no otro es el momento de Gracia Di-vina donde su Asistencia se hace evidente, para diferenciar el resultado que unos y otros obtenemos.

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Parshat Sheminí: “Se me murió entre las manos”.

Esto es una confesión:“La historia es conocida.Si, la verdad es que me quería deshacer de ella.La vida entre nosotros era imposible.La convivencia entre ambos era cada día más

complicada.Encima la crisis económica que, lejos de ayudar cada

día complicaba más y más las cosas.Sé bien que van a decir que soy una bestia, un monstruo

sin corazón ni sensibilidad, pero espero que entiendan que ya no podíamos seguir así.

Era ella o yo.Entonces decidí obrar como era indicado hacerlo en

esos casos, elegí la herramienta adecuada a tal efecto para llevar a cabo la “tarea”.

Un cuchillo, un frío y silencioso cuchillo, ¿qué otra cosa podía llegar a utilizar?.

Yo no desconozco que sabía que no iba a ser un trabajo limpio, cada vez que iba a producirse una enorme mancha de sangre, pero de todas formas, el código de procedimientos no me autorizaba a usar métodos más modernos como un arma de fuego. Tampoco el envenenamiento me sería útil, ya que dejaría vestigios que, tarde o temprano se volverían en mi propia contra.

Una vez que decidí todo, no hice más que llevarlo a cabo.

¡Y así y todo, terminó todo mal!.¿Cómo pensar que cuando ya estaba casi cortado su

cogote por completo se iba a hacer esa pequeña melladura que me iba a anular el trabajo?.

Si había visto en sus ojos pidiéndome clemencia, que terminara de una vez por todas el trabajo, casi recriminarme por haber arruinado la tarea.

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Ahora, además de ser responsable por su vida derramada en vano, era considerado “el impuro”.

“Si un animal de los que ustedes deben hubiere

muerto, quien toque su nevelá estará impuro hasta la noche”.

Vaikrá 11-39.

¿De qué asesino me hablan?.No se por qué me querían acusar de asesino serial, me

parece que los lectores están demasiado influenciados por la presencia de lecturas de libros de suspenso, de diarios y de películas.

No traje ningún testimonio sobre la vida marital, solamente a aquél pobre judío que estaba decidido a comer una vaca, una pobre vaquita, para poder hacer un asado, un sencillo asadito con sus amigos, que le iba a hacer shejitá y que se encuentra que cuando estaba por terminarla, una pequeña “trabita”, un casi nada, le forzó el cuchillo sobre el cuello del animal produciendo una pequeña muesca que invalidó todo el proceso.

Antes de adentrarnos más en el tema, debemos diferenciar dos categorías que la gente suele confundir: nevelá y trefá.

Lo común es escuchar únicamente hablar de comida (carne en nuestro caso específico) “casher” y “taref”, sin distinguir más allá de ello; siendo que la primera es la que nos está permitida a los iehudim, siendo absolutamente prohibida la segundo para nuestro consumo35. Dicha

35 No es ocioso aclarar una vez más que este no es un libro de halajot y que, quien quiera conocer más sobre el tema deberá

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información es necesaria, pero insuficiente, ya que poco conocemos lo que tiene que ver con la dinámica interna del proceso de la faena.

El proceso no solo incluye matar al animal en la forma prescrita por la Torá, sino que también el animal tiene que cumplir determinadas características.

Si el mismo fuese sano y matado en la forma que la halajá determina, entonces habrá de ser casher o apto.

Haberlo matado en el modo indicado pero se hallase en el un defecto o enfermedad que le hubiese indicado la muerte prematura, entonces estaremos en presencia de una terefá.

Si fuese sano pero matado en una forma prohibida (mazazo en la cabeza, como hacen los pueblos del mundo, etc), entonces se tratará de una nevelá, que es lo que describe nuestro pasuk.

Entonces, cabe que nos preguntemos, si este es el caso, ¿por qué habrá de estar signado por el concepto de impureza aquel que se encontró con un problema que le transforme en fallida la faena?.

¿Acaso no fue min hashamaim?¿Qué culpa le cupo como para ser considerado impuro?.Ante todo debemos tener bien en claro a qué se

considera de tal forma, ya que no significa para la Torá lo mismo que para el mundo exterior. Por ello, podemos comenzar conociendo cuánto es el valor en Guematria:

estudiar sobre el tema, además de consultar sobre el tema con un rabino.

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Un total de cincuenta, ¿verdad?.Y esto, ¿qué significa?El midrash nos enseña que los Bnei Israe-l habían

descendido 49 niveles de impureza antes de la salida de Egipto: un paso más en esa dirección y el problema hubiese resultado insoluble, siendo de ello que la esclavitud hubiese sido definitiva. (El cincuenta es un número definitivo).

Cuarenta y nueve días fueron los necesarios para llegar desde Pesaj hasta Shavuot, siendo que en el día quincuagésimo se produjo la entrega de la Torá, dejando de ser “los hijos de” para ser un pueblo con un valor por sí mismo, con una vinculación única con el Creador.

Otro cambio irreversible.El mismo perek de Tehilim que decimos tres veces por

día (“Ashrei”) también saltea el pasuk que empieza por la letra36 “nun”.

Un esclavo que se vende por primera vez no excede los siete años (shmitá), mientras que la segunda alcanza un período de siete shmitot (49 años, iovel), lo que se llama una venta “Olamit” o definitiva, siendo que en el próximo caducan todas las ventas, como así también las deudas.

Es el último paso.Como podemos ver el número cincuenta nos habla de un

cambio sustancial, que afecta a la esencia de la cuestión.Esta impureza tiene que ver con un cambio radical en el

sujeto y no solo en el objeto, que se transfiere desde el objeto hacia el sujeto que tomó a su cargo la faena.

Desde ese lugar es mucho más sencillo intentar comprender por qué le paso este inconveniente,

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seguramente tiene que ver con la esencia misma de la persona que le pasó, ya que min hashamaim por algo le pasó y seguramente toda esta impureza es el límite para darse cuenta cuál es el/los punto/s a arreglar.

De hecho, no se trata de un animal que estaba con una enfermedad preexistente, con un animal enfermo que ya estaba predestinado a su muerte, tarde o temprano. Aquí el factor humano es esencial, si no hubiese habido de por medio una mala acción humana, algo que no ocurrió por sí mismo, que así como estuvo mal también pudo estar perfectamente bien.

Todo esto viene a cuento ya no de las leyes de shejitá con las que el lector tiene poco contacto hoy en día, ya que me propongo que el lector se pueda nutrir de una respuesta válida para sus problemas de todos los días.

Muchos problemas afectan a diario a nuestra gente, tanto a nivel individual cuanto nacional, generando dudas y angustias, con preguntas concretas que requieren solución.

Sin lugar a dudas todos queremos deshacernos de ellos, llegar a sentir como si no existieran, pero eso no es posible.

Debemos enfrentarlos, aprender de la nevelá a ver cómo fue que un animal apto para su ingestión se echo a perder, solo por un error humano que termina afectando a la propia estructura personal de quien cometió dicho error.

Esto mismo es lo que cada día y día es nuestra función llevar a cabo: una introspección que nos sirva para revisar donde estuvieron nuestros errores y qué es lo que desde Arriba se nos quiso señalar para que solucionemos.

Podemos, opción que siempre está a nuestro alcance, hacernos los desentendidos, creer que los problemas tienen poco y nada que ver con nuestra

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conducta, que la desgracia se vino en forma injusta sobre nosotros; aunque la persona sensata debe saber que esto no es real.

En cambio, quien tiene los pies sobre la tierra, sabe que causa y consecuencia, que premio y castigo son pautas vigentes en nuestros días.

Sirvan entonces, las líneas que escribimos a partir de nuestro pasuk para que cada uno se revise bien dentro suyo (ya que nadie nos conoce más que nosotros mismos, salvo cuando nos queremos autoengañar mediante pretextos) y así podamos encontrar las soluciones que necesitamos para nuestros acuciantes problemas de hoy.

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Parshat Tazria: “Hay que usar la cabeza”.

A confesión de parte relevo de culpa: si bien suelo escribir normalmente en motzaei Shabat, una vez ya atravesada la circunstancia de comentar el pasuk delante de mi familia y de los infaltables invitados, la temática particular de esta semana hace que tenga que preavisar que todo lo que de aquí en adelante escriba solo tenga un carácter reflexivo y especulativo y no de descripción y/o explicación tan complicados como los del metzorá.

“El hombre o mujer que tuviera una mancha en la

cabeza o cabello”.(Vaikrá 13-29).El modo como fue constituido el presente trabajo en su

exacta estrictez hace que ni siquiera podamos acudir a la ayuda del pasuk siguiente.

Como el lector podrá percatarse, todo lo que ocurre con la afección cutánea de origen ritual que nos convoca, tiene directa vinculación con la cabeza, lo cual no es casual.

Sabemos que estas manchas no son una enfermedad que le llega a la persona “porque sí”, sino que tiene estrecha relación con la conducta que la misma ha venido desarrollando, o para decirlo más concretamente y para andarnos sin rodeos: como un castigo.

Pero, ¿por qué en la cabeza?Sugiero que hagamos como habitualmente hacen los

médicos que buscan en los antecedentes qué es lo que puede haber motivado que la cabeza esté afectado en este proceso?

Ahora bien, ¿qué puede ser aquello que habitualmente las personas hacemos con nuestra cabeza?.

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Aquí debemos diferenciar dos aspectos: afuera y adentro de ella (aunque hoy en día le importa mucho más lo que ocurre en el primer ámbito y no en el segundo).

Sabido es que el pelo tiene una íntima vinculación con la estética de la persona (repasar al respecto todo lo que tiene que ver en las halajot de tzniut), tanto para los hombres cuanto para las mujeres.

Sin ir más lejos, tenemos el relato en el primer perek de la Guemará en Nazir que nos relata lo ocurrido con aquél joven que se encontró con su propio cabello y que, al darse cuenta de su excesivo atractivo que lo alejaba de todo lo espiritual, decidió ser un nazir, dejándose crecer excesivamente el cabello de modo tal que aquello que era un impedimento que lo desvinculaba de la Torá, de todo valor real espiritual quedase anulado, lo que fue aprobado por los Jajamim de su momento.

Otra cuestión, que es la que me interesa tratar es la del aspecto interior, dentro de la cabeza.

A priori, no se entiende qué es lo que puede haber ocurrido en aquél ámbito, dado que no es lo más frecuente que allí ocurra.

Si castigamos una averá o pecado como el de lashón hará, que se vincula con la maledicencia, con aquello que se habla del compañero, tendría que recaer la sanción en aquél sector del cuerpo en el que se generó, es decir, la lengua, más allá de la cabeza.

No obstante, el castigo pasa por otro sector del cuerpo: por “la fábrica“. El sector en el que se generó todo el proyecto, allí donde se ideó todo lo que finalmente fue llevado a la práctica37.

37 No quiero que se entienda de mi parte como una renuncia a tratar la importancia de la lengua, pero creo que ya lo hemos hecho adecuadamente en Jadesh.

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Y esto es lo que debemos analizar hoy en día, toda vez que momentos de extrema crudeza nos rodean a cada paso que damos, en cada momento y lugar y que no puedo ver más que la búsqueda de soluciones espasmódicas, de solo atender a los síntomas, a los emergentes, pero nunca a las causas.

No encuentro la búsqueda de las verdaderas causas, las que están profundas en cada uno y uno, las que uno sabe que están y que no hace falta demasiado trabajo para encontrar. Pero claro, es más fácil quejarse, buscar la solución mágica y decidir que si nos declaran “impuros”, poder echarle la culpa al Cohen, como se dice en la calle, si las noticias son malas, se mata al cartero.

Si realmente queremos que las tristezas y afecciones del hoy se vean revertidas, no tenemos más que buscar allí donde el pasuk nos enseña, en nuestras cabezas, en nuestro tzniut y en nuestros pensamientos, para poder llegar a las soluciones.

Y después no digan que no avisé...

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Parshat Metzorá: “El dadivoso”.

Yo soy muy chico para eso.¿A quién le puede importar?.Frases como éstas se pueden escuchar a diario en boca

de gente común, como el que escribe estas líneas, como el que las lee.

La cuenta que la gente puede llegar a realizar es por demás común y no debemos desdeñarla: Si tanta gente tan grande no puede dar vuelta los problemas, ¿ por qué podrían hacerlo ellos?.

Si los Guedoilim no pueden, ¿por qué yo sí?.Si los baalei tzedaká no logran superar la gran crisis y la

miseria, ¿cuánto puede ayudar mi pequeño aporte?.¿A quién le importa mi nivel de estudio cuando nuestros

hermanos en Israe-l caen como moscas?.Cada una de estas preguntas parecen estar muy bien

fundamentadas y muy poco improvisadas, razón por la cual debemos contestar.

A priori, dos y solo dos respuestas pueden llegar a ser las posibles:

La primera nos señala que toda esta sensación de ieush o de abandono está originada en el ietzer hará.

Esto es conocido y aceptado, muchas veces escuché esta postura de boca de gente mucho más grande que el humilde escriba de estas líneas.

No obstante, ¿cómo convencer a tanta gente tan rodeada por dolores y frustraciones, que a diario los rodean?.

La segunda es la que a continuación brindaremos.

“El sobrante del aceite de sobre palma, se lo dará al Cohen completar”.

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Vaikrá 14,17.La Torá valora cada pequeño componente de todo el

proceso de santificación y purificación del mundo, aún de lo necesario para la rehabilitación del pecador. Cualquiera podría haber llegado a pensar que todo esto es un detalle menor, que D”s no observa ni valora estas nimiedades, que “está demasiado ocupado para interesarse por estos detalles”.

Y como no lo hace, lo que está demostrado por las tantas desgracias, esto concluye con que H” no existe.

Este argumento es por demás conocido, todo lo que estamos agregando hasta ahora es el factor de escribirla sobre la hoja, solo que el punto es que cuando se trata de algo tan potente y poderoso en contra de la Torá, debe ser que estamos en presencia de algún mecanismo falso, basado en estructuras tan irreales como poderosas.

Todo está muy bien, pero el pasuk nos muestra que existe un mecanismo básico, que es el retzón H”, la Voluntad del Creador, que dirige al mundo.

Es verdad que en ciertas oportunidades nos resulta complicado ver esta dirección orientada a ver como el máximo provecho de todo, por ejemplo al ver como permanentemente las mismas gotas de lluvia se reciclan permanentemente para alimentar cada brote de pasto, planta, flor y lo que nosotros llamamos “yuyos inservibles”38.

38 Inclusive, un interesante comentario que me viene a la mente en el momento de estar escribiendo, pero que creo que es casi exclusivo para las señoras: ¿Se dieron cuenta que los “yuyos inservibles” crecen merced al Jesed de H” cuando uno espera que la sola inacción determine su final, mientras que aquél tan caro delicado y hermoso rosal a quien uno le dedicó los mejores esfuerzos, inevitablemente no soporta el menor inconveniente.

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D”s valora y pondera cada uno de nuestros esfuerzos, al igual que hace cuando se trata del metzorá.

Los resultados que no aparecen a simple vista no desaparecen del mundo, sino que tienen que retornar en otro momento futuro.

Esta es la esperanza en el peor momento de la crisis, en “el ojo de la tormenta”.

Tenemos, por qué no reconocerlo, un criterio sumamente cortoplacista y utilitario, que requiere de resultados inmediatos, que nos condiciona y nos hace creer que todo resultado que no esté a la vista en el período y condiciones que requerimos, no existe.

Saber que hay una inversión a futuro, que hace que siga en el futuro, en las generaciones futuras, al igual que ocurrió en la Shoá, donde el “Shemá Israe-l” de los masacrados de H” se junta con el que cada baal teshuvá cada día comienza a pronunciar.

Cada esfuerzo tiene su valor, la pequeña gota de aceites está esperando ser valorada, siendo el ejemplo de cada uno y uno de nosotros.

Cuando creemos que nada de lo que podemos llegar a hacer parece tener sentido alguno, debemos recordar que la minúscula gota de aceite sobrante tiene un valor intrínseco.

Reconozco que lo que lógicamente uno puede llegar a ver a simple vista nos indica que todo parece a punto de perderse. Pero, una última reflexión nos puede servir de estímulo:

Nosotros no sabemos si en el mar de las desgracias, los esfuerzos de los guedolim, de los tzadikim y de los anshé maasei no cubre el 99,99 % de lo que se esperaba, pero la solución no llega a hasta que los más pequeños hagan lo suyo, pero que tal vez ese esfuerzo que nos cuesta cada paso y paso (como los que da el bebé que recién está aprendiendo a caminar, pero que termina agotado al final de cada una de sus pequeñas enormes

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caminatas), pero me da pánico pensar la posibilidad de aquí ocurra y que nosotros no hallamos hecho nuestro pequeño aporte por una mínima cuestión de fe y creencia.

De hecho, una cuestión que comenzamos a tratar en el encuentro último (también de este shabat) que hace a las respuestas y soluciones que tanto necesitamos como espasmos que solo sirven para reacciones momentáneas, para puras respuestas rayanas en el cinismo, que solo sirven para limpiar la conciencia, pero no para una búsqueda real de soluciones.

Entonces, pareciera surgir una contradicción entre lo que dijéramos al principio y lo que ahora estamos enunciando.

Primero dijimos que hasta el menor esfuerzo tenía su valor y ahora pareciera ser que no es tan así. Entonces, ¿cómo se entiende?.

Sencillo, la constante entrega no debe ser espasmódica, pareciendo una mera respuesta a tientas, como el ciego que busca algo que ni siquiera sabe qué es lo que busca.

El pequeño aporte, por pequeño que sea debe ser serio y consistente, sabedor de que integra una cadena milenaria, de la que tiene el privilegio de pertenecer y de hallar su parte en todo un vasto proyecto, el mayor de la Historia de la Humanidad y dirigido al crecimiento y desarrollo personal, a partir de un trabajo serio, donde el aporte del “dadivoso” pasa a ser una inversión, de la cual los primeros que vamos a ver los frutos seremos nosotros, aquellos minúsculos que hoy parecemos desfallecer, sin tener en cuenta qué hay más allá de la gotita de aceite sobrante del metzorá...

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Parshat “Ajarei Mot”: Al maestro con cariño.

El pasuk que nos congrega esta semana es bastante conocido por todos aquellos que con algún grado de continuidad nos acercamos en Iom Kipur a escuchar la lectura del sefer Torá en minjá.

Justamente en dichos momentos es cuando toda la extensa lista de las uniones físicas prohibidas son enunciadas. Ahora bien, es bastante conocida la pregunta que formula por qué justamente en el momento en el que el pueblo está ayunando es cuando debemos ponernos a pensar en temas tan bajos para el ser humano como éste.

¿Acaso en el momento de mayor debilidad de la persona es cuando tenemos que pensar en estos temas?.

La inclusión de este tema nos sirve para tener en todo momento presente que el ietzer o instinto corre otra suerte completamente distinta de lo que ocurre con lo corporal, contrariamente a lo que nuestro sentido común parecería indicar: nadie tendría por que pensar algo distinto a que un instinto físico sigue al otro y no que aún en un momento de máxima debilidad el ietzer encuentra su espacio para probar al hombre. Y debemos ponernos a revisar concienzudamente si está mal del todo este tipo de planteo.

De ocurrir todo en un sentido contrario al que estamos mencionando, estaríamos en presencia de un esquema que tiene que ver con algo no judío, sino que tiene su impronta en el cristianismo (“los ricos están sometidos a sus impulsos, bienaventurados los pobres...”).

No quiero decir con esto que haya que hacer alharaca de las riquezas que uno posee39, lo que ya fue advertido en Pirkei Avot en sus consecuencias adversas. Pero si, estoy tratando de aclarar que las oportunidades de hacer averot no

39 Que, aunque nos cueste creerlo, todavía hay muchas personas de esas hoy en el día en el mundo.

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desaparecen en los momentos de mayor debilidad, en cuyo caso solo pecarían los pobres, lo cual –aparte de ser falso- atentaría contra la libertad de elección, que es uno de los pilares del judaísmo.

“Ningún hombre debe acercarse a su carne a descubrirla, pues es su desnudez, Yo soy D”s”.

Vaikrá 18-6.Ahora bien, es considerable el factor del respeto a los

parientes y mayores, tanto que cualquier persona podría perfectamente llegar a preguntarse si realmente sería necesario un pasuk escrito en la Torá toda vez que el mero razonamiento humano puede llegar a captar por sí mismo.

Una objeción es planteable al respecto: estamos muy acostumbrados a pensar en el respeto a los padres, por lo menos en no descubrir normalmente en nuestra adultez la desnudez de nuestros progenitores, por lo que podemos llegar a preguntarnos si esta muestra de respeto es tal o solo se trata de un aspecto más del acostumbramiento humano.

Una prueba al respecto es perfectamente ubicable en lo que respecta a los animales: no solo desconocen sobre su desnudez y la de sus padres, sino que ni siquiera tienen una idea del paradero de sus padres: los únicos que seguimos vinculados con sus progenitores y con su historia somos los seres humanos.

Con este punto de referencia, sabemos que no es obligatorio pensar en el respeto a los padres, sino que tuvo que venir la Torá a enseñarnos al respecto.

Pero, aún así (y obviando todo lo respectivo al desarrollo de esta mitzvá, que excede el marco del presente encuentro),

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podemos conjeturar qué tiene que ver el Creador en todo este tema.

Un razonamiento nos ayudará al respecto: hoy en día nos encontramos con una igualdad entre padres e hijos que no condicen con los datos de la realidad: madres que intentan vestirse como sus hijas adolescentes, padres con planteos y ambiciones impropios para su edad. Desde este lugar encontramos que no se convalida en la práctica mediante el esfuerzo el valor y lugares que se reclaman.

La teoría que quiere impulsar un igualitarismo va directamente en contra de lo que nuestra Sagrada Torá nos enseña: si somos iguales por todos lados, grandes y chicos, hombres y mujeres, ¿por qué aquí habría que establecer una diferenciación?.

Cualquiera diría, a priori, que esto responde a un criterio arcaico que poco tiene que ver con una sociedad dinámica.

Pero, hay un factor que estuvimos obviando ex profeso para mostrar que de no ser así no hay forma posible de entenderlo:

H” Itbaraj.Él nos enseña en cada momento que, el solo hecho de

habernos dado una vida y de las necesidades que para ella tenemos nos marca que hay toda una relación de desigualdad que se nos impone desde nuestro origen, por lo que no hay forma de devolverle toda la gentileza que nos brinda.

De la misma forma, nuestros padres a diario se privaron de unas cuantas cosas, nada más que por darnos la vida y todo el bienestar respectivo hasta el último día de su vida. No me cabe ninguna duda que si para nosotros, todos por igual (religiosos o no) hay hoy en día algo parecido a la Presencia Di-vina en la Tierra, eso es la figura de los padres, especialmente en lo referido a la honra que les debemos. Desde este punto, se facilita mucho entender el punto en cuestión de nuestro pasuk.

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Desde este lugar, se entiende mucho mejor que todo el punto tiene poco y nada que ver con el acostumbramiento, sino con la verdadera esencia del Jesed, de sacarse algo que le es propio para dárselo al compañero, solo por su bien.

Se perfectamente que hay mucha gente que cree que todo lo que estamos planteando en estas líneas es algo arcaico o “pasado de moda”, pero así como ellos pueden argumentarme puntos como éstos, también podemos llegar a contestarles que a todos nos gustan los gestos de Jesed o Bondad, que nos nutrimos de ellas a diario y que las necesitamos para vivir.

En la medida en que tomemos en cuenta de esto, podemos comenzar a refinar un poco nuestro carácter, a tomar conciencia que no solo vinimos a este mundo para recibir de los demás, sino que también para dar, permanentemente dar, así como hace H”.

Justo es este uno de los pesukim que leemos en Iom Kipur, donde comenzamos a ver que no solo se trata del tema del ietzer, sino que también podemos ver que estamos pidiendo en el momento en el que solo somos deudores y que, de realizarse en forma por demás estricta el juicio sobre nuestra conducta, no cabría ninguna duda de que no soportaríamos el Juicio.

No obstante, el Creador se acerca a seguir dándonos todo lo que necesitamos, lo que fue emulado por nuestros padres y, lo que es más importante aún en el punto en el que nos planteamos nuestro objetivo de crecer y en lo referido al trato que les brindamos a los demás.

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Parshat Kedoshim:

“Al prosélito –converso- que mora entre ustedes, deberá ser como un nativo entre ustedes, lo amarás como a ti mismo, porque Ustedes fueron extraños en la tierra de Egipto- Yo soy H”, Vuestro D”s”.

Vaikrá 19-34.Recordar de donde uno viene, el punto desde el cual

todo surgió alguna vez, no hace tanto tiempo atrás. ¿Por qué?.

¿Acaso no sería mejor no tener que llegar a extremos tales?.

Seguro que lo bueno y deseable es pensar que cada uno tendría que aceptar naturalmente al converso que quiere agregarse a nuestro pueblo. No obstante, la realidad está muy lejana a dicha situación.

Esto no es del todo ridículo, toda vez que entendemos que nadie acepta darle a otro con toda facilidad el rol al cual está aclimatado de llevar a cabo, de compartir con otro todo aquello que alguna vez hizo con exclusividad.

Y si no creemos en la veracidad de aquello que estamos diciendo, no tenemos más que observar las respuestas de aquellos chicos que de pronto reciben la llegada de un hermanito menor. ¿Son todos dulces y amables con el recién llegado?

Desde esta óptica nos resulta mucho más sencillo entender toda la problemática en torno al natural egoísmo que conforma al ser humano, desde la defensa de las posiciones conseguidas.

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Entonces, ¿cómo conciliar ambas posiciones?.¿Por qué pedir algo tan complejo de llevar a cabo?.Justamente, por la gratuidad del mismo hecho, por venir

casi a cuento de nada, por el simple hecho de dar, al igual de lo ocurrido en torno a la salida de Egipto. Sabemos que el pueblo judío no salió exactamente por sus logros, sino por haber caído en la máxima impureza posible sin llegar a la asimilación total. Con todo ello, porque la esencia del Todopoderoso es dar, por encima de lo que oportunamente pudimos llegar a hacer. De la misma manera, ahora recibir a quien de corazón sincero desea ingresar a nuestro pueblo, ¿quién tendrá fuerzas morales para oponerse?.

Aun más, él esta mostrando algún mérito en la decisión que quiere llevar a cabo, nosotros no salimos de Egipto con las mejores condecoraciones, salvo en lo que hablamos del Amor Di-vino pese a nuestro cuantiosos defectos.

Para poder llegar a demostrar que estamos a la altura de las circunstancias, tenemos delante nuestro este desafío, llegar a aceptar con amor a quien se acerca a nosotros. No solo ello, sino que también debemos ser capaces de generar cariño, igual que el que oportunamente recibiéramos.

Otro tema a considerar que acude al lado del que estamos tratando es el de actuar en base a la generosidad, al darle al otro en base a lo que busca.

Valorar todo lo que dejó de lado para acercarse a una cultura y forma de vida totalmente extraños, nada más que por devoción al Creador, sin considerar alteridades ni tipo alguno de especulación.

Así como D”s nos dio un forma gratuita, cuando no estabamos –seguramente- a la altura de las circunstancias, en condiciones de retribuir todo aquello que recibimos, de la misma manera es el momento en el que esta particular cobra un particular significado y valor de desafío, no para quien se quiere sinceramente y de todo corazón (lo que excluye a aquellas conversiones pro

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forma de ciertos “rabbis” que nada tienen que ver con el judaísmo de H”) convertir al judaísmo, sino para nosotros, para aquellos que nacimos de un vientre judío, para ver si estamos en condiciones de brindarnos, de darle al compañero, a aquél que viene a buscar un espacio de espiritualidad y de búsqueda de verdad.

Tal vez el lector no tenga a diario la oportunidad de tratar con casos como los que tratamos, pero seguramente sí la de recordar que en cada momento y momento podemos bucear dentro de la frondosa personalidad, de la importante neshamá pura que el Todopoderoso implantó dentro nuestro para que podamos ejercer el poder de la emulación y de “imitar” la capacidad de dar y de brindarnos.

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Parshat: Emor: “Los regalitos”.

A todos nos gusta recibir regalos, pero a la hora de darlos...cada uno marca una impronta, un estilo.

Seguro que la idea es quedar lo mejor posible, que el presente sea muy valorado y, dada la crisis actual (que no excluye, por cierto, al corralito) que no sea muy caro. O por decirlo más precisamente, que sea lo más económico posible.

De esta forma, el concepto de racionalizar todo, lo que incluye básicamente la posibilidad de reducir al máximo los costos, es lo preferido por los raídos bolsillos de muchos, sino de todos.

Ahora bien, ¿es exactamente esto lo que condice con el proyecto del Todopoderoso?.

“Para que les sea favorable: (deberá ser) sin defecto, macho, de ganado vacuno, ovino o caprino”.

Vaikrá 22-19. La idea, el concepto central que nos marca los pasos a

seguir, el modelo del cual partir pasa por la ofrenda completa, por lo inmaculado, lo que no tiene defecto alguno.

Justamente, el factor de llevar adelante un proyecto de entrega total, lo que es en sí mismo una revolución total, como a continuación describiremos.

En el mundo en general, siempre se está con el concepto de la devolución a futuro.

Por igual, se trate de lo que damos o de lo que recibimos, siempre queda abierta la posibilidad y/o obligación de devolver uno aquello que el otro le dio.

Siempre quedan deudas impagas, lo que tiene que ver con nuestras características de baalei Jizronot (seres pletóricos en faltas).

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Totalmente distinto es el tema cuando entra el concepto de un D”s Omnipresente que no le debe nada a nadie, que todo lo que da es solo en base a la generosidad, a querer otorgar un bien que el otro no puede devolver en forma alguna.

La lógica indica que esto no puede ocurrir cuando se trata de una relación entre personas, ya que siempre uno puede recibir una bondad y devolverla en un futuro, ora se trate de que la retribución sea para quien nos dio la bondad, ora sus sucesores.

La única diferencia es a partir del momento en el que cada uno se encarga de la emulación de D”s, de cargar sobre sus propios hombros el proyecto con el que designó el mundo.

En dicho momento, la mayor muestra de agradecimiento está presente delante nuestro, toda vez que decidimos hacer otro tanto con nuestro compañero, que no tiene que ver con el bien que nos pueda haber hecho (el que seguramente habrá de ser imperfecto) sino que en el perfeccionamiento de nuestro carácter y conducta demostramos seguir a un Líder Perfecto.

No disponemos hoy de Bet Hamikdash como para presentar ofrendas como las descritas en el pasuk, mas nuestra conducta permanente puede y debe buscar la perfección, la entrega total, tanto en lo que refiere al Creador como en lo respectivo a sus servidores, los seres humanos.

Así como el no nos condena por nuestras imperfecciones y nos renueva permanentemente la posibilidad de que mejoremos, así podemos y debemos regir nuestros pasos por este mundo.

Por último, una idea que no sé de dónde la aprendí pero es anterior a mi retorno en teshuvá y que creo que es buena que la tengamos en cuenta para conceptualizar la idea de

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hacer las cosas tratando de dejar todos los defectos fuera de nuestra tarea:

Si devolvemos el mal que otro nos hace con otra acción incorrecta solo que tardía, únicamente podremos demostrar que no tenemos un nivel superior al de nuestro compañero, sino que somos igualmente de perversos, solo que habremos empezado un rato más tarde.

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Parshat Behar- Bejukotai: “¡Esto es mío, mío!”

“Entonces el reconocerá los años de su venta y retornará el resto al hombre a quien se la vendió y el volverá a su antigua herencia”.Vaikra 25-27.

“Tu trilla durará hasta la vendimia, y la vendimia

durará hasta la siembra; comerás tu pan hasta la saciedad y vivirás seguro en tu tierra”.

Vaikrá 26-5.

Hemos estado hablando a lo largo de la presente obra del tema del Jesed y la conjunción de los psukim que componen esta entrega pareciera no tener demasiado que ver con dichos temas. Sin embargo, ya habremos de ver que no es del todo así.

En primer lugar, tratamos la cuestión de la venta de las tierras en todo lo referente al año 50 o de Iovel (jubileo), mientras que el segundo nos habla de la bondad que nos cabe como pueblo cuando obramos acorde a la voluntad del Creador.

Además de tratar de desentrañar cuál puede llegar a ser la relación entre ellos, con el contexto de nuestra obra.

Saber que no es nuestro ni todo nos corresponde con carácter de automático es una enseñanza válida para nuestros días.

Un par de relatos al respecto nos servirán para ilustrar el significado de mis palabras.

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Cierta vez una persona de alta dignidad fue a ver al rabino más importante de toda la ciudad de Ierushalaim, Rab Jaim Sonnenfeld z”l.

Grande fue su sorpresa al notar que, lejos de vivir en un lugar acorde al rol de tal dignatario, la vivienda en la cual la recibió era un lugar por demás humilde.

Tanta era la sorpresa que no pudo dejar de preguntarle cómo podía ser todo así, a lo que el tzaddik respondió secamente, abriendo la ventana de la pieza que daba al Kotel, diciéndole:

“Si Él puede vivir en un “palacio” así, yo bien puedo hacerlo en este lugar”.

Otra historia: Para sentir la fuerza del galut, el Jajam Suli z”l no aceptaba comprar una casa, sino que para sentir que somos pasajeros en tránsito siempre alquilaba.

De esta manera, D”s nos hace sentir que no volvimos todavía a nuestro lugar.

Inclusive en lo referido a la venta de la tierra, tal como es nuestro pasuk, D”s desea que sepamos que la tierra le pertenece, que nosotros no hemos hecho nada por crearla, no hemos sufrido ni nos hemos esforzado por ella.

Considerando estos datos, mal podemos llegar a ensoberbecernos si tenemos siempre presente que todo el concepto de “posesión” es relativo y que, la mejor definición al respecto de la que debemos partir es la del Jesed de H”, la bondad por la que nos dio como pueblo la capacidad de detentar algo que es solo suyo. Por ello, ahora si bien entendemos que ni el dueño original sea tan dueño que ni siquiera pueda llegar a venderla definitivamente y que, a su vez el nuevo dueño pueda comprarlo para siempre.

Aun diremos más, si habremos de mirar todo lo que nos rodea y que solemos denominar “nuestras posesiones”, sobre las que nos enorgullecemos tanto y cuidamos de mil maneras distintas, podremos llegar a pensar que también estas tienen,

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de una manera u otra un dominio Di-vino, que poca relación tienen con nuestro trabajo y esfuerzo.

Este es el momento en el que podemos comenzar a vincular el primer pasuk con el segundo: dado que el Todopoderoso pone todo a disposición nuestra y todo lo que “requiere” de nuestra parte es nada más que se lo reconozcamos (aunque en rigor de verdad ni siquiera ello necesita), entonces es fácil para nuestro entendimiento que cuando actuamos de tal manera, de modo u otro, se nos otorgue un estímulo para seguir adelante y no nos desanimemos en el esfuerzo. Acaso, salvando las distancias, ¿no hacemos nosotros otro tanto con nuestros hijos?.

También al respecto, sería pensable que nada de todo esto nos corresponde, materia por la cual nadie tendría nada por criticar al respecto.

Un ejemplo puede ilustrar mis palabras: Cuando se habla de gente rica, cualquier tipo de exabrupto es considerable toda vez que se lo llama excentricidad y se acepta cuando proviene de un poderoso (lo que no sería así si lo hiciese alguien que carezca de fortuna)40, después de todo, haga lo que haga con su plata, la gente va a decir: “Bueno, ché, es su plata y para eso se rompió tantos años, que haga con ella lo que quiera”.

Cabe entonces conjeturar que realmente si el dueño que es tal puede hacer lo que mejor le plazca, cuánto más el Verdadero Dueño de todas las cosas.

Una última ilustración que para mucha gente puede llegar a ser conocida: Cuando los chicos nacen, vienen con los puños cerrados, como queriendo llevarse todo. Al fallecer, todos nos vamos con los puños abiertos, quedando claro que no nos podemos quedar con nada que no nos pertenezca. Todavía habremos de decir más: el kitel que usamos en Iom

40 Lo que no debiera ser así, pero aquí solo lo describo, sin calificativos al respecto.

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Kipur y con el que nos entierran al final de nuestros días no “casualmente” viene desprovisto de bolsillos en los que podamos llegar a atesorar cosas.

Por último, y para concluir el presente escrito, cabe que reflexionemos un poco más a la hora de presentar los reclamos que siempre tenemos prestos a flor de labios si realmente estamos capacitados para hacerlo o si bien tenemos que ejercitarnos un poco más en el arte del agradecimiento y en la emulación que presupone la capacidad de dar.

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Parshat Bamidbar: “La redención”.

Uno en lugar del otro. Pero como, ¿no era que cada uno tiene su lugar propio

y que nadie puede ocupar el lugar del otro?.¿Qué pasó aquí?.La historia es más complicada de lo que parece.A priori, el decreto de exterminio sobre los primogénitos

era atingente a todos, incluyendo a egipcios y bnei Israe-l por igual, sin ningún tipo de distingos entre ellos.

Esto tiene que ver con aquello que, entre otros, describía el Rab Eljonon Wasserman zatza”l : cuando el Creador toma una decisión tiene que ver con toda una generación.

Empecemos entonces desde el principio41.Hay una pregunta básica en el judaísmo, que nos habla

del sufrimiento del justo y el triunfo del malvado.Dentro de las muchas vías de respuesta que al respecto

se conocen basadas en la Torá, hay una que tiene que ver con nuestra situación. La misma es la de las grandes tendencias o el juicio según el estado espiritual en el que esté la mayoría.

D”s juzga según sea la conducta de la mayoría de la población de la generación, aún por encima de ciertos individuos que vayan contra la corriente42: una mayoría

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“ Dado que (D”s) le dio permiso al destructor no diferencia entre tzaddikim (justos) y reshaím (malvados) y no solo ello, sino que comienza por los tzaddikim primero”.Talmud Bablí, Tratado Babá Kamá 60.42 Un ejemplo de esta forma de juicio encontramos cuando, en el Sefer Bereshit, tuvo que juzgar a S´dom y Amorá y solo se

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buena inclina para el lado de los premios; una mala, para el otro platillo de la balanza.

Sabemos que al llegar la redención de Egipto, la mayoría del pueblo había caído hasta el máximo tolerable, por lo que aún así hubiese sido lógico que los primogénitos también quedasen allí enterrados.

No obstante, la Generosidad Di-vina (Jesed) hizo que, como el pueblo en su mayoría tenía la capacidad suficiente como para salir de Egipto, los primogénitos no habían sido desplazados de su lugar.

De esta forma, llegaron a esta oportunidad. Pero, pese a que no habían logrado impulsar una sociedad de justos, un subgrupo de liderazgo había dentro de la sociedad.

¿Quiénes sí lo habían hecho?.Una sola tribu, la de Leví, que nunca se sometió a los

dictámenes de Egipto, razón por la cual jamás se vio afectada por el sojuzgamiento y la esclavitud del Faraón, por haber seguido la indicación de su Rab (Iaakov Avinu) de no mezclarse entre las ciudades gentiles.

Como vivieron siempre fuera de la esclavitud, supieron siempre pensar como seres libres, aún en medio de la más grande dominación que haya sufrido nuestro pueblo.

No quitaron el lugar del otro: ganaron el derecho que les correspondía a los primogénitos por el lugar que ellos dejaron libre como fruto de la defección originada en sus pecados. Nadie le sacó a su compañero; ellos ya habían perdido dicha prerrogativa con anterioridad. Justamente por ello pudieron llegar a realizar la tarea que estaba asignada a los

planteó la posibilidad de salvarlos cuando se pudo llegar a una sociedad virtuosa dentro del contexto de otra pecadora.El simple factor de un virtuoso soluciona algún problema, pero no tiene fuerza para anular todo un decreto.

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primogénitos: por actuar a la altura de las circunstancias. Por no perderse cuando los demás “hacían fila” para asimilarse.

Ahora podemos poner en claro nuestro tema específico, tuvieron el valor de ir a contramano de las tendencias dominantes para hacer lo que era adecuado, sin mirar quién estaba acompañando para actuar.

“Y darás el dinero a Aarón y sus hijos, como

redención de los adicionales entre ellos”.Bamidbar 3-48.Los privilegios materiales.Nuestro pasuk refiere a los aspectos materiales de todo

lo vinculado con la redención de los primogénitos, que en lugar de ocupar un lugar en el Bet Hamikdash pueden desarrollar una vida civil como la de cualquier otro judío.

El pago por la redención de los mismos era un privilegio de los Cohanim, aquellos integrantes que no se preocuparon por los beneficios materiales con que habían intentado “seducir” los egipcios para convertirlos más tarde en mano de obra esclavizada. Midá kenegued midá.

Desde ese lugar pudieron disfrutar de los beneficios materiales sin obnubilarse, pudiendo evitar los castigos generalizados (cuando fue la oportunidad) y liderar al pueblo, ayudándolo a mejorar, a adquirir los niveles de espiritualidad necesarios que pasaron desde Pesaj hasta la entrega de la Torá en el Har Hasinaí en Jag Hashavuot.

A modo conclusivo, debemos tener en claro que, más allá de lo que la situación intrínsecamente nos enseña, el significado de la misma pasa por la oportunidad de autoevaluarnos, de decidir si estuvimos a la altura de las circunstancias, guiándonos solo por lo que es correcto y no por lo que el contexto señala,

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sabiendo que mientras hagamos ello y seamos fieles únicamente a lo que el Creador espera de nosotros, nada ni nadie puede alejarnos de dicho lugar.

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Parshat Nasó

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