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EL PATRIMONIO URBANO EN LOS DOCUMENTOS INTERNACIONALES María del Carmen Fuentes El primer documento internacional y normativo que aunque indirectamente hacía referencia al urbanismo histórico, fue la Carta de Atenas, suscrita en la “Conferencia internacional de expertos para la protección de monumentos de arte e historia” realizada en Atenas del 21 al 30 de octubre de 1931. La resolución 7 señalaba: “La Conferencia recomienda respetar, al construir edificios, el carácter y la fisonomía de la ciudad, especialmente en la cercanía de monumentos antiguos, donde el ambiente debe ser objeto de un cuidado especial.[…]” 1 La situación de los conjuntos urbanos históricos fue asimismo preocupación de los arquitectos modernos, quienes reunidos también en Atenas en el IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna CIAM 2 , abordaron en 1934 esta problemática. La carta del Urbanismo moderno, conocida igualmente como Carta de Atenas, publicada en 1942 por Le Corbusier y José Luis Sert, indicaba en la segunda parte dedicada al patrimonio histórico de las ciudades: “Los valores arquitectónicos deben ser salvaguardados (edificios aislados o conjuntos urbanos). […] Esos testimonios preciosos del pasado serán respetados, en primer lugar, por su valor histórico o sentimental; también porque algunos de ellos contienen en sí una virtud plástica en la que se ha incorporado el genio del hombre en el más alto grado de intensidad. Forman parte del patrimonio humano, y quienes los detentan o están encargados de su protección tienen la responsabilidad y la obligación de hacer cuanto sea lícito para transmitir intacta esa noble herencia a los siglos venideros. (Cláusula 65) Sin embargo agregaba: Los testimonios del pasado serán salvaguardados si son expresión de una cultura anterior y si responden a un interés general. […] No todo el pasado tiene derecho a ser perenne por definición; hay que escoger sabiamente lo que se debe respetar. Si los intereses de la ciudad resultan lesionados por la persistencia de alguna presencia insigne, majestuosa, de una era que ya ha tocado a su fin, se buscará la solución capaz de conciliar dos puntos de vista opuestos: cuando se trate de construcciones repetidas en numerosos ejemplares, se conservarán algunos a título documental, derribándose los demás; en otros, casos, podrá aislarse solamente la parte que constituya un recuerdo o un valor real, modificándose el resto de manera útil. […]”(Cláusula 66) Estos criterios dieron lugar a demoliciones de monumentos y ambientes urbanos o a la musealización” de otros. Si en los documentos citados se hablaba de conjuntos urbanos, fue en la Convención 1 http://ipce.mcu.es/pdfs/1931_Carta_Atenas.pdf [Consulta: 03.03.16] 2 http://www-etsav.upc.es/personals/monclus/cursos/CartaAtenas.htm [Consulta: 03.03.16] 1

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EL PATRIMONIO URBANO EN LOS DOCUMENTOS INTERNACIONALES

María del Carmen Fuentes

El primer documento internacional y normativo que aunque indirectamente hacía referencia al urbanismo histórico, fue la Carta de Atenas, suscrita en la “Conferencia internacional de expertos para la protección de monumentos de arte e historia” realizada en Atenas del 21 al 30 de octubre de 1931. La resolución 7 señalaba:

“La Conferencia recomienda respetar, al construir edificios, el carácter y la fisonomía de la ciudad, especialmente en la cercanía de monumentos antiguos, donde el ambiente debe ser objeto de un cuidado especial.[…]”1

La situación de los conjuntos urbanos históricos fue asimismo preocupación de los arquitectos modernos, quienes reunidos también en Atenas en el IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna CIAM2, abordaron en 1934 esta problemática. La carta del Urbanismo moderno, conocida igualmente como Carta de Atenas, publicada en 1942 por Le Corbusier y José Luis Sert, indicaba en la segunda parte dedicada al patrimonio histórico de las ciudades:

“Los valores arquitectónicos deben ser salvaguardados (edificios aislados o conjuntos urbanos). […] Esos testimonios preciosos del pasado serán respetados, en primer lugar, por su valor histórico o sentimental; también porque algunos de ellos contienen en sí una virtud plástica en la que se ha incorporado el genio del hombre en el más alto grado de intensidad. Forman parte del patrimonio humano, y quienes los detentan o están encargados de su protección tienen la responsabilidad y la obligación de hacer cuanto sea lícito para transmitir intacta esa noble herencia a los siglos venideros. (Cláusula 65)

Sin embargo agregaba:

“Los testimonios del pasado serán salvaguardados si son expresión de una cultura anterior y si responden a un interés general. […] No todo el pasado tiene derecho a ser perenne por definición; hay que escoger sabiamente lo que se debe respetar. Si los intereses de la ciudad resultan lesionados por la persistencia de alguna presencia insigne, majestuosa, de una era que ya ha tocado a su fin, se buscará la solución capaz de conciliar dos puntos de vista opuestos: cuando se trate de construcciones repetidas en numerosos ejemplares, se conservarán algunos a título documental, derribándose los demás; en otros, casos, podrá aislarse solamente la parte que constituya un recuerdo o un valor real, modificándose el resto de manera útil. […]”(Cláusula 66)

Estos criterios dieron lugar a demoliciones de monumentos y ambientes urbanos o a la “musealización” de otros.

Si en los documentos citados se hablaba de conjuntos urbanos, fue en la Convención

1 http://ipce.mcu.es/pdfs/1931_Carta_Atenas.pdf [Consulta: 03.03.16] 2 http://www-etsav.upc.es/personals/monclus/cursos/CartaAtenas.htm [Consulta: 03.03.16]

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para la protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado, aprobada en La Haya en 1954, cuando se introduce el concepto de centros monumentales, como “los centros que comprendan un número considerable de bienes culturales”3 constituyéndose en bien cultural en sí mismos, compartiendo esta tipología con los bienes muebles e inmuebles y los edificios que albergaban los bienes culturales.

La Carta de Gubbio4, producto de la Convención Nacional para la Salvaguarda y Restauración de Centros Históricos, celebrada en la ciudad de Umbría, Italia del 17 al 19 de setiembre de1960, marca el inicio de la extensión de la idea de patrimonio del edificio individual al conjunto monumental denominado entonces centro histórico.

Se reconoció la importancia nacional de los problemas que afectaban a los centros históricos y se consideró que era urgente proceder con el reconocimiento y la clasificación de los asentamientos de valor histórico y del medio ambiente y las áreas que necesitaban ser preservados y rehabilitadas, como condición previa para el desarrollo de la ciudad moderna. Este documento fue importante porque propuso el criterio de restauración conservadora (“risanamento conservativo”) así como el inicio de la participación del estado en la conservación y restauración de los centros históricos.

Al año siguiente se fundó la Asociación Nacional de Centros Históricos-Artísticos que reúne a las regiones, provincias, municipios de Italia, además de instituciones universitarias, instituciones públicas y privadas, académicos y expertos.

3 http://goo.gl/TxYrsu [Consulta: 05.03.16] 4 http://www.ancsa.org/admin/contents/it/serie-storica-delle-pubblicazioni/pubblicazioni-links/1960-1964/doc2.pdf

[Consulta: 05.03.16]

La Carta de Gubbio proponía la conservación de la estructura social de los conjuntos históricos para los que deberían elaborarse planes especiales de restauración. En la imagen el centro histórico de Asís, Italia. Imagen: http://www.raccontailtuomuseo.it/public/resources/test/scuole-assisi-2-pagina.jpg [Consulta: 18..03.16]

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En 1962, UNESCO elaboró la “Recomendación relativa a la protección de la belleza y del carácter de los lugares y paisajes.” 5 Entre los principios generales se indicaba:

“La protección no se ha de limitar a los lugares y paisajes naturales, sino que se ha de extender también a los lugares y paisajes cuya formación se debe total o parcialmente a la mano del hombre. Así, convendría dictar disposiciones especiales para lograr la protección de ciertos lugares y paisajes tales como lugares y paisajes urbanos, que son en general los más amenazados, sobre todo por las obras de construcción y la especulación de terrenos. […]” (Artículo 5)

Si los documentos anteriores no tuvieron mayor difusión ni repercusión en nuestro país, si la tendría la “Carta internacional sobre la conservación y la restauración de monumentos y sitios” conocida como la Carta de Venecia6, adoptada en el II Congreso internacional de arquitectos y técnicos de monumentos históricos llevado a cabo en Venecia, del 25 al 31 de mayo de 1964, que tuvo como objetivo la reflexión sobre la reconstrucción de algunas ciudades europeas después de la Segunda Guerra Mundial. El Perú estuvo representado por el arquitecto Víctor Pimentel Gurmendi, firmante de la carta.

La Carta de Venecia, señalaba en el artículo primero:

“La noción de monumento histórico comprende la creación arquitectónica aislada así como el conjunto urbano o rural que da testimonio de una civilización particular, de una evolución significativa, o de un acontecimiento histórico. Se refiere no sólo a las grandes creaciones sino también a las obras modestas que han adquirido con el tiempo una significación cultural.”

El artículo 14° hacía referencia a los lugares monumentales (conjuntos histórico-artísticos) los cuales señalaba “debían ser objeto de atenciones especiales a fin de salvaguardar su integridad y de asegurar su saneamiento, su tratamiento y su realce”

Dos fueron los aportes de este Congreso, en primer lugar la adopción de una Carta Internacional de la Restauración, propuesta por Piero Gazzola y Roberto Pane y en segundo lugar la creación del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS.

Otros documentos internacionales que, complementando la Carta de Venecia, se ocuparon de los conjuntos históricos fueron:

La “Carta del restauro”7 propuesta en 1972 por el Ministerio de Educación italiano que intentaba establecer unas pautas en la labor llevada a cabo por la administración en materia de conservación del patrimonio, otorgándosele un valor normativo en ese país. Además de los artículos, contenía 4 anexos, el último de los cuales eran las “Instrucciones para la tutela de los Centros Históricos”.

Este documento, a pesar de que estuvo restringido a las ciudades italianas fue importante

5 http://goo.gl/sFOCOA [Consulta: 06.03.16]. UNESCO adoptó entre 1956 y 2015 un conjunto de recomendaciones que contenían una serie de principios que

los Estados miembros podían seguir al definir su política sobre el patrimonio cultural. Estas recomendaciones se hicieron sobre las excavaciones arqueológicas, museos, conservación de los bienes culturales, intercambio internacional de bienes culturales, salvaguardia de la cultura popular, etc. En 1976 se adoptó una recomendación específica para los conjuntos históricos.

6 http://www.icomos.org/charters/venice_sp.pdf [Consulta: 06.03.16] 7 http://ipce.mcu.es/pdfs/1972_Carta_Restauro_Roma.pdf [Consulta: 06.03.16]

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porque señalaba la finalidad de las intervenciones de restauración en los centros históricos, que debía garantizar la permanencia en el tiempo de los valores que caracterizaban estos conjuntos. Estas intervenciones a nivel urbanístico podían ser: reestructuración urbanística, reordenación viaria, revisión del mobiliario urbano. También se indicaban los instrumentos operativos de los tipos de intervención: planes generales de ordenación, que reestructurasen las relaciones entre centro histórico y territorio y entre centro histórico y ciudad en su conjunto, planes parciales relativos a la reestructuración del centro histórico en sus elementos más significativos y planes de ejecución sectorial, referidos a una manzana o a un conjunto de elementos agrupados de forma orgánica.

Un documento de vital importancia es la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural8, aprobada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO en su 17ª reunión llevada a cabo en París el 16 de noviembre de 1972.

Este tratado fue el resultado de la campaña que UNESCO lanzó en 1959 a raíz del traslado de los templos de Abu Simbel en Egipto, lograda con el apoyo de las donaciones de 50 países, por vez primera se toma conciencia de que el patrimonio era una responsabilidad compartida, y que correspondía a la comunidad internacional proteger este legado y transmitirlo a las generaciones futuras. UNESCO e ICOMOS elaboraron un proyecto de convención sobre la protección del patrimonio cultural.

Simultáneamente, una Conferencia de la Casa Blanca en Washington, D.C, solicitó en 1965 se creara una Fundación del Patrimonio Mundial que estimulara la cooperación internacional para proteger “magníficos espacios naturales y escénicos del mundo y

8 http://whc.unesco.org/archive/convention-es.pdf [Consulta: 12.03.16]

Los templos de Ramsés II en Abu Simbel, Nubia, Egipto, cortados en grandes bloques para ser trasladados y reconstruidos 65 m. más arriba y cerca de 200 m. alejados del emplazamiento original. La campaña internacional auspiciada por la UNESCO permitió salvarlos de la crecida del Nilo por la construcción de la presa de Asuán en 1954. Imágenes: 1. http://goo.gl/0Eg9F8 2. http://goo.gl/i2AnSI [Consulta: 12.03.16]

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lugares históricos para el presente y el futuro de toda la ciudadanía mundial.”9 En 1968, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) elaboró propuestas que fueron presentadas a la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano en Estocolmo en 1972.

Resultado de ambos textos es la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, ratificada por 191 países. El Perú la ratificó el 24 de setiembre de 1982.

En la Convención, se define como patrimonio cultural además de los monumentos, a:

“los conjuntos, como grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un Valor Universal Excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia” y

”los lugares, como obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un Valor Universal Excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico”. (Artículo 1°)

La Convención introduce el concepto de Valor Universal Excepcional (VUE), el mismo que es definido en las Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial10, como:

“Valor Universal Excepcional significa una importancia cultural y/o natural tan extraordinaria que trasciende las fronteras nacionales y cobra importancia para las generaciones presentes y venideras de toda la humanidad. Por lo tanto, la protección permanente de este patrimonio es de capital importancia para el conjunto de la comunidad internacional. (Párrafo 49)

En las Directrices de 1987, a partir de las conclusiones de la reunión de expertos organizada por el ICOMOS, sobre ciudades históricas, celebrada en París del 5 al 7 de septiembre de 1984, se incluyó las categorías de conjuntos urbanos que podían incluirse en la Lista de Patrimonio Mundial, estas eran:

i. las ciudades que han quedado deshabitadas, testimonios arqueológicos del pasado que responden generalmente al criterio de autenticidad, y cuyo estado de conservación es relativamente fácil de controlar;

ii. las ciudades históricas que continúan estando habitadas y, que por su propia naturaleza, han evolucionado y evolucionarán como consecuencia de mutaciones socioeconómicas y culturales, lo que hace más difícil cualquier evaluación en función del criterio de autenticidad, y

iii. las ciudades nuevas del siglo XX que, paradójicamente, tienen algo en común con las dos categorías anteriores: su organización urbana original sigue siendo muy legible y su autenticidad es innegable, pero su futuro es impredecible puesto que su evolución es en gran medida incontrolable. (Párrafo 14)

9 Citado en: http://whc.unesco.org/en/convention/ [Consulta: 12.03.16] 10 Las Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, contienen una serie de

criterios para la inscripción de bienes en la Lista del Patrimonio Mundial. Este documento, revisado por el Comité del Patrimonio Mundial, ha ido modificándose desde 1977 para reflejar nuevos conceptos, conocimientos o experiencias. Las diferentes versiones pueden ser consultadas en: http://whc.unesco.org/en/guidelines/

5

La ciudad de Rabat, capital del Reino de Marruecos, es producto de una simbiosis de la tradición árabe-musulmana y del modernismo occidental. Abarca las zonas más antiguas de la ciudad histórica que datan del s. XII cuando fue capital del califato almohade y del s. XVII cuando fue ocupada por moriscos expulsados de España y la llamada “ciudad nueva”, proyectada y construida entre 1912 y el decenio de 1930, en tiempos del protectorado francés, y también algunas. Fue declarada patrimonio de la humanidad en 2012. Imagen: http://img.ev.mu/images/villesVol/6680/1605x642/6680.jpg [Consulta 22.03.16]

El Programa Patrimonio de la Humanidad, es administrado por el Comité del Patrimonio de la Humanidad fundado para la cooperación internacional en la protección de la herencia cultural y natural de la humanidad, adoptado por la Conferencia General de la UNESCO del 16 de noviembre de 1972. El Comité formado por 21 miembros, entre los que se encuentra el Perú, es responsable de la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial y del Fondo del Patrimonio Mundial, asignando la ayuda financiera a solicitud de los Estados.

Para ser incluido en la Lista del Patrimonio Mundial, los sitios deben tener un valor universal excepcional y cumplir al menos uno de los criterios de selección siguientes:11

i. Representar una obra maestra del genio creativo humano. ii. Ser la manifestación de un intercambio considerable de valores humanos durante

un determinado periodo o en un área cultural específica, en el desarrollo de la arquitectura o de la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana, el diseño paisajístico.

iii. Aportar un testimonio único o por lo menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización que sigue viva o que desapareció.

iv. Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de construcción, de un conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre una o más etapas significativas de la historia de la humanidad.

v. Constituir un ejemplo sobresaliente de hábitat o establecimiento humano tradicional o del uso de la tierra, que sea representativo de una cultura o de culturas, especialmente si se han vuelto vulnerable por efectos de cambios irreversibles.

11 Disponibles en: http://whc.unesco.org/en/criteria/ [Consulta: 22.03.16]

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vi. Estar asociados directamente o tangiblemente con acontecimientos o tradiciones vivas, con ideas o creencias, o con obras artísticas o literarias de significado universal excepcional (el Comité considera que este criterio sólo justifica la inscripción en la Lista en circunstancias excepcionales y en aplicación conjunta con otros criterios culturales o naturales).

En el marco del Programa del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS Europeo, el gobierno italiano organizó en Bolonia del 22 al 26 de octubre de 1974 una confrontación sobre el tema “Evaluación y comparación de los costos sociales y de las incidencias económicas de la conservación integrada de los sectores históricos por una parte y de la realización de nuevas zonas de expansión por otra parte, tomando en cuenta las posibilidades que ofrece la intervención de los poderes públicos”.

El Plan para el Centro Histórico de Bolonia, fue durante las décadas de los setenta y ochenta una referencia para las intervenciones en la ciudad antigua, “que desde su proclamado y radical contenido social, ofrecieron una rigurosa metodología de análisis morfológico, la determinación de tipos arquitectónicos, una exigente política de conservación o una decidida apuesta por la iniciativa pública.” (José Antonio Blasco)12 Uno de los temas más resaltantes de las conclusiones de la “Confrontación de Bolonia”13 fue el aspecto social.

“[…] El concepto más amplio de la conservación que de ello resulta, debe ser el punto de partida de la política de urbanismo y de ordenación del territorio. La dimensión social de este concepto se ilustra en forma concreta en el plan de Bolonia en el cual se prevé reducir el desarrollo de la ciudad en la forma siguiente:

12 http://goo.gl/wlbc9y [Consulta: 22.03.2016] 13 http://goo.gl/SoLIl2 [Consulta: 22.03.2016]

La ciudad del Cusco, Perú, integra la Lista de Patrimonio Mundial desde 1983. Los criterios que cumplía para la designación según la UNESCO, además de la integridad y autenticidad, fueron el (iii) y (iv): Es un testimonio único de la antigua civilización Inca y un ejemplo representativo y excepcional de la confluencia de dos culturas distintas: inca y española. Imagen: http://www.getmetravelled.com/wp-content/uploads/2015/07/vista-panoramica-cusco1-798x350.jpg [Consulta 22.03.16]

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La intervención del centro histórico de Bolonia, Italia, (1969-1972) es considerada como un paradigma en la rehabilitación de los centros históricos europeos. En ella los inmuebles y ambientes urbano-patrimoniales volvieron a cumplir una función compatible con la regeneración del área histórica. Imagen: http://goo.gl/ReCEPt [Consulta: 22.03.2016]

limitación de la expansión periférica, mejoría del hábitat y del equipamiento de la zona urbana existente, rehabilitación del centro histórico - núcleo de esta zona - con objeto de mejorar los servicios a sus residentes y al resto de la población de Bolonia. Se pretende conservar así tanto el tejido arquitectónico como el social y las actividades tradicionales del centro histórico. (Cláusula 2)

En 1975, año del patrimonio arquitectónico europeo, en Bélgica, ICOMOS adoptó las “Resoluciones de Brujas sobre la conservación de las pequeñas Ciudades Históricas”. Este documento se refería en general a la conservación de las ciudades históricas, y específicamente a las pequeñas, las mismas que estaban expuestas a similares peligros que las primeras.

Ese mismo año el Congreso de Ámsterdam, al que asistieron delegados de todas partes de Europa, acogió la “Carta europea del Patrimonio Arquitectónico” o Declaración de Ámsterdam”14 promulgada por el Comité de Ministros del Consejo de Europa, el que reconocía que la singular arquitectura de Europa era el patrimonio común de todos sus pueblos y que declaraba la intención de los estados miembros de trabajar entre sí y con otros gobiernos europeos para su protección.

Organizada en diez principios, los más importantes en relación a la evolución de la nomenclatura fueron:

14 http://ipce.mcu.es/pdfs/1975_Carta_Amsterdam.pdf [Consulta: 22.03.16]

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“El patrimonio arquitectónico europeo está formado no sólo por nuestros monumentos más importantes, sino también por los conjuntos que constituyen nuestras ciudades y nuestros pueblos tradicionales en su entorno natural o construido.” (Principio 1°)

“La estructura de los conjuntos históricos favorece el equilibrio de las sociedades. Estos conjuntos constituyen, en efecto, el medio apropiado para el desarrollo de un amplio abanico de actividades. En el pasado ellos han evitado, generalmente, la segregación de las clases sociales. De nuevo pueden facilitar un buen reparto de las funciones y la integración más amplia de las poblaciones. (Principio 4°)

El documento describía también el peligro al que estaba expuesto el patrimonio, el mismo que continúa hasta la actualidad especificando:

“Está amenazado por la ignorancia, por la vetustez, por la degradación bajo todas sus formas, por el abandono. Determinado tipo de urbanismo favorece su destrucción cuando las autoridades son exageradamente sensibles a las pasiones económicas y a las exigencias de la circulación. La tecnología contemporánea, mal aplicada, arruina las estructuras antiguas. Las restauraciones abusivas son nefastas. Finalmente, y sobre todo, la especulación territorial e inmobiliaria saca partido de todo y aniquila los mejores planes. (Principio 6°)

La Declaración de Ámsterdam es importante entre los textos sobre el patrimonio urbano, porque consideraba que la conservación del patrimonio sólo sería posible si inmuebles y áreas históricas eran integrados en el marco de la vida de los ciudadanos y de su consideración en los planes de ordenación del territorio.

La “Recomendación relativa a la salvaguarda de los conjuntos históricos o tradicionales y su función en la vida contemporánea”15 aprobada en la 19a Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, celebrada del 26 de octubre al 30 de noviembre de 1976 en Nairobi, Kenia, hacía más explícita la definición de conjunto histórico o tradicional:

“Se considera “conjunto histórico o tradicional” todo grupo de construcciones ,y de espacios, inclusive los lugares arqueológicos y paleontológicos, que constituyan un asentamiento humano tanto en medio urbano como en medio rural y cuya cohesión y valor son reconocidos desde el punto de vista arqueológico, arquitectónico, prehistórico, histórico, estético o sociocultural. Entre esos “conjuntos”, que son muy variados, pueden distinguirse en especial: los lugares prehistóricos, las ciudades históricas, los antiguos barrios urbanos, las aldeas y los caseríos, así como los conjuntos monumentales homogéneos, quedando entendido que estos últimos deberán por lo común ser conservados cuidadosamente sin alteración.”

A partir de las definiciones, en todo el documento se hace referencia a “los conjuntos históricos y su medio”.

Si los documentos anteriores, trataban sobre el patrimonio y conjuntos históricos europeos, el Proyecto Regional de Patrimonio Cultural Andino con el auspicio de la

15 http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13133&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html [Consulta: 24.03.16]

9

Vista del centro histórico de Quito, considerado el mejor conservado y menos alterado de América Latina. Junto al centro histórico de Cracovia, fueron los primeras en ser declarados Patrimonio de la Humanidad el 18 de setiembre de 1978. Imagen: http://goo.gl/1RKuZW [Consulta: 24.03.16]

UNESCO y el PNUD celebró en marzo de 1977 en América, y específicamente en Ecuador, el “Coloquio sobre la preservación de los centros históricos ante el crecimiento de las ciudades contemporáneas” que completaba y organizaba de forma más coherente los principios enunciados diez años antes en las Normas de Quito.16

En las conclusiones del coloquio17 se definía a los Centros Históricos como:

[…] todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por una estructura física proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evolución de un pueblo. Como tales se comprenden tanto los asentamientos que se mantienen íntegros desde aldeas a ciudades, como aquellos que a causa de su crecimiento, constituyen hoy parte de una estructura mayor. Los Centros Históricos, por sí mismos y por el acervo monumental que contienen, representan no solamente un incuestionable valor cultural sino también económico y social. Los Centros Históricos no sólo son patrimonio cultural de la humanidad sino que pertenecen en forma particular a todos aquellos sectores sociales que los habitan”

Las conclusiones además, revisaban la situación y las medidas de acción operativas para la conservación integral de los centros históricos. Un aspecto importante que se destacaba era, además de la revitalización de los inmuebles, la calidad de vida de los pobladores. Un año después se inscribe la Ciudad de Quito en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

16 Las Normas de Quito, recogían el Informe final de la Reunión sobre conservación y utilización de monumentos y lugares de interés histórico y artístico, convocada por la Organización de Estados Americanos en 1967. En este documento se denominó al patrimonio urbano como zona urbana de interés histórico y zona histórica ambiental. Disponible en: http://www.icomos.org/charters/quito.htm [Consulta: 27.03.2016]

17 http://goo.gl/ENSrK6 [Consulta: 24.03.2016]

10

La Mediateca Carré d’art, de Nimes, Francia, obra del arquitecto inglés Norman Foster, fue construida en 1993 como parte de un proyecto para remodelar la plaza, y proporcionar un nuevo escenario para el antiguo templo romano del s. I a.C. Imágenes: [Consulta: 25.03.2016] 1. http://www.fosterandpartners.com/media/1685772/img6.jpg 2. http://www.fosterandpartners.com/media/1685747/img1.jpg

1 2

El mismo año de 1977, en el Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos en Monumentos Históricos-CIAM, reunido en Cusco, Perú, se redactó la “Carta de Machu Picchu”18 sobre ciudades históricas. En ella, sobre la base de la Carta de Atenas, firmada en 1933, se pretendió actualizar los aspectos en aquella marcados. Esta carta abordó los aspectos de vivienda, transporte, preservación y defensa de los valores culturales y patrimonio histórico monumental. Aquí se señalaba también la importancia de la integración al proceso vivo del desarrollo urbano. Además se consideraba la posibilidad de construir en las áreas monumentales, edificios de arquitectura contemporánea de gran calidad.

La “Carta Internacional para la Conservación de las Poblaciones y Áreas Urbanas Históricas”, producto de la reunión organizada por el Comité español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) celebrada en la ciudad de Toledo en 1986 y adoptada en la Asamblea General del ICOMOS en Washington D.C, en octubre de 198719 señalaba en el preámbulo:

“este nuevo texto define los principios, objetivos, métodos e instrumentos de actuación apropiados para conservar la calidad de las poblaciones y áreas urbanas históricas y favorecer la armonía entre la vida individual y colectiva en las mismas, perpetuando el conjunto de los bienes que, por modestos que sean, constituyen la memoria de la humanidad”

El artículo 2 indicaba los elementos materiales y espirituales determinantes de la imagen de las poblaciones históricas:

a. la forma urbana definida por la trama y el parcelario b. la relación entre los diversos espacios urbanos, edificios, espacios verdes y

libres c. la forma y el aspecto de los edificios (interior y exterior), definidos a través de

18 http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/archivosadjuntos/2013/05/iiidocumentosfundamentales.pdf p. 141 19 Denominada también Declaratoria o Carta de Washington http://www.icomos.org/charters/towns_sp.pdf

[Consulta: 25.03.2016]

11

su estructura, volumen, estilo, escala, materiales, color y decoración d. las relaciones entre población o área urbana y su entorno, bien sea natural o

creado por el hombre e. las diversas funciones adquiridas por la población o el área urbana en el curso

de la historia.

La carta de Washington concernía a todos los núcleos urbanos, independientes del tamaño o tipo y valoraba la participación de los habitantes para quienes debía destinarse, en primer lugar, la conservación del área urbana histórica.

La “Carta de Veracruz”20aprobada en Ciudad de México en mayo de 1992, estableció los Criterios para adoptar una política de actuación en los centros históricos de Iberoamérica. Este documento perfeccionaba la definición de centro histórico:

“Entendemos como centro histórico un conjunto urbano de carácter irrepetible en el que van marcando su huella los distintos momentos de la vida de un pueblo, formando la base en la que se asientan sus señas de identidad y su memoria social. El valor irrenunciable de estas señas lo convierten en un bien patrimonial, su pérdida significa la ruptura del anclaje de la sociedad con sus orígenes, hipotecando su porvenir. Es, por tanto, un bien que es obligatorio conservar y transmitir al futuro, para que un pueblo sepa quién es, donde está y a donde va.” (Criterio 1: Introducción)

Entre los firmantes de la Carta de Veracruz, se encontraba el arquitecto José Correa Orbegoso, en ese momento, Director del Plan de Revitalización de Trujillo, quien asistió representando al Perú.

Uno de los aportes de la carta fue la exigencia de una "oficina de gestión" del centro histórico que:

A. Elabore el planeamiento necesario para dicho centro dentro del marco del planeamiento general de la ciudad y del territorio.

20 http://www.ilam.org/ILAMDOC/resultados/16.htm [Consulta: 27.03.2016]

El Palacio de los capitanes alberga desde 1967 la Oficina del Historiador, encargada de la gestión de la Habana Vieja (Cuba). Imagen: https://goo.gl/XpfIEp [Consulta: 27.03.2016]

12

B. Proponga un plan de etapas con un presupuesto por anualidades, donde se establezcan las prioridades de actuación conforme a las directrices del plan, y en el que se asigne a cada organismo su inversión correspondiente.

C. Vigile y garantice el cumplimiento del plan y la correcta asignación y aplicación de los recursos.

D. Realice el seguimiento y la evaluación periódica del plan de etapas, e E. Informe a la comunidad y promueva su participación. (Criterio 5)

Otro documento internacional que se ocupó de los centros históricos es el que contiene los “Principios para la Conservación y Restauración del Patrimonio Construido”, conocido como la “Carta de Cracovia”21, producto de la Conferencia Internacional sobre Conservación llevado a cabo en Cracovia, Polonia, en el año 2000.

Dentro de las clases de patrimonio edificado, en este documento se consideraron las ciudades históricas y los pueblos en su contexto territorial, además del patrimonio arqueológico, los edificios históricos y monumentos en contextos urbanos o rurales, las decoraciones, esculturas y elementos artísticos que forman parte del patrimonio construido.

El principio octavo, señalaba:

“El proyecto de restauración del pueblo o la ciudad histórica debe anticiparse la gestión del cambio, además de verificar la sostenibilidad de las opciones seleccionadas, conectando las cuestiones de patrimonio con los aspectos económicos y sociales. Aparte de obtener conocimiento de la estructura general, se exige la necesidad del estudio de las fuerzas e influencias de cambio y de las herramientas necesarias para el proceso de gestión. El proyecto de restauración para áreas históricas contempla los edificios de la estructura urbana en su doble función: a) los elementos que definen los espacios de la ciudad dentro de su forma urbana y b) los valores espaciales internos que son una parte esencial del edificio.”

La carta retoma el concepto de los paisajes como patrimonio cultural, ya señalado en la Recomendación relativa a la protección de la belleza y del carácter de los lugares y paisajes, del año 1962. La carta de Cracovia en 2000 los señalaba como:

[…] resultado y el reflejo de una interacción prolongada a través de diferentes sociedades entre el hombre, la naturaleza y el medio ambiente físico. Son el testimonio de la relación del desarrollo de comunidades, individuos y su medio ambiente.

El “entorno”, mencionado en la Declaración de Ámsterdam, es considerado en la carta de Cracovia como el “medio” de los conjuntos históricos y vinculados espacialmente o por vínculos sociales, económicos y culturales.

El 20 de octubre de 2000, en Florencia, Italia, los Estados miembros del Consejo de Europa, suscribieron el Convenio Europeo del Paisaje.22 En este documento, se entiende por “paisaje” cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos. (Art. 1)

21 http://ipce.mcu.es/pdfs/2000_Carta_Cracovia.pdf [Consulta: 27.03.2016] 22 http://ipce.mcu.es/pdfs/convencion-florencia.pdf [Consulta: 27.03.2016]

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Ocho años antes, en el año 1992, el Comité de Patrimonio Mundial aprobó un texto elaborado por un grupo de expertos en paisajes culturales y se incluyeron en las Directrices Prácticas para la inclusión de la categoría en la Lista de Patrimonio Mundial. En el Anexo III, los define y señala las diferentes categorías.

“Los paisajes culturales reflejan a menudo técnicas concretas de utilización viable de las tierras, habida cuenta de las características y los límites del entorno natural en el que están establecidos, así como una relación espiritual específica con la naturaleza. La protección de los paisajes culturales puede contribuir a las técnicas modernas de utilización viable de las tierras, conservando al mismo tiempo, o realzando, los valores naturales del paisaje. La existencia duradera de formas tradicionales de utilización de las tierras sustenta la diversidad biológica en numerosas regiones del mundo. Por consiguiente, la protección de los paisajes culturales tradicionales es útil para mantener la diversidad biológica.

En el año 2005, se celebró el encuentro internacional sobre “El Patrimonio Mundial y la arquitectura contemporánea. Cómo gestionar los paisajes urbanos históricos” que, en respuesta a la solicitud hecha por el Comité del Patrimonio Mundial, se llevó a cabo del 12 al 14 de mayo de 2005 en Viena, Austria, bajo el patrocinio de la UNESCO. De esta conferencia surgió el documento, conocido como Memorando de Viena23.

Este documento propone una nueva categoría dentro del patrimonio urbano: el paisaje histórico urbano, tomando como base la Recomendación de la UNESCO relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la vida contemporánea, de 1976. El paisaje histórico urbano se refiere a:

23 http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/archivosadjuntos/2013/05/iiidocumentosfundamentales.pdf (p.475) [Consulta: 29.03.2016]

El paisaje cultural del café en Colombia, refleja una tradición centenaria consistente en cultivar en pequeñas parcelas de bosque alto adaptando el cultivo a las condiciones difíciles de la alta montaña. Las zonas urbanizadas, en su mayoría situadas en las cumbres de las colinas, se caracterizan por una arquitectura de influencia española creada por los colonos procedentes de la región de Antioquia. Imagen: David Bonilla Abreu http://paisajeculturalcafetero.org.co/images/uploads/casass.jpg [Consulta: 29.03.2016]

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Paisaje histórico urbano de Sevilla, España El río Guadalquivir y su ubicación sobre una llanura aluvial, han sido, entre otras, condicionantes ambientales y topográficas que determinaron los procesos de urbanización de Sevilla, que ostenta un rico patrimonio cultural, material e inmaterial. Monumentos como la Catedral, La Giralda, El Alcázar y el Archivo de Indias forman parte del patrimonio mundial. En primer plano, el edificio de arquitectura contemporánea Metropol Parasol, inaugurado en 2011. Imagen: Fernando Alda https://goo.gl/oRwFEf [Consulta: 29.03.2016]

“[…] conjuntos de cualquier grupo de edificios, estructuras y espacios abiertos, en su contexto natural y ecológico -lo que incluye sitios arqueológicos y paleontológicos- que constituyan asentamientos humanos en un ambiente urbano a lo largo de un período considerable de tiempo, y cuya cohesión y valor sean reconocidos desde el punto de vista arqueológico, arquitectónico, prehistórico, histórico, científico, estético, sociocultural o ecológico. Este paisaje ha conformado la sociedad moderna y resulta de gran valor para ayudarnos a comprender cómo vivimos hoy en día.”

Este nuevo concepto de paisaje histórico urbano pretende ir más allá de los términos a los que hemos hecho referencia anteriormente: lugares, conjuntos, conjuntos urbanos, conjuntos históricos, centros históricos, empleados en los diferentes documentos internacionales, incorporando además al paisaje.

“El paisaje histórico urbano adquiere su significación excepcional y universal merced a un desarrollo territorial gradual, evolutivo y planificado que, a lo largo de un período de tiempo considerable, y mediante procesos de urbanización, no sólo incorpora condiciones ambientales y topográficas, sino que también expresa valores económicos y socioculturales propios de las distintas sociedades. Por tanto, la protección y conservación del paisaje histórico urbano comprende las relaciones significativas, ya sean físicas, funcionales, visuales, materiales o asociativas, junto con las tipologías y morfologías históricas.” (Cláusula 12)

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En el mismo año 2005, la XV Asamblea General del ICOMOS reunida en Xi’an, China, del 17 al 21 de octubre, adoptó La Declaración de Xi’an sobre la conservación del entorno de las estructuras, sitios y áreas patrimoniales24.

El concepto fue precisado del modo siguiente:

“El entorno de una estructura, un sitio o un área patrimonial se define como el medio característico, ya sea de naturaleza reducida o extensa, que forma parte de - o contribuye a - su significado y carácter distintivo. Más allá de los aspectos físicos y visuales, el entorno supone una interacción con el ambiente natural; prácticas sociales o espirituales pasadas o presentes, costumbres, conocimientos tradicionales, usos o actividades, y otros aspectos del patrimonio cultural intangible, que crearon y formaron el espacio, así como el contexto actual y dinámico de índole cultural, social y económica” (Artículo 1°)

Dentro de las escalas del patrimonio, en este documento se considera a las ciudades históricas y los paisajes urbanos.

El encuentro internacional sobre Conservación y Gestión de Centros Históricos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, celebrado en San Petersburgo, Federación de Rusia, del 29 de enero al 3 de febrero de 2007, propuso la Recomendación sobre la Conservación y gestión de Centros Históricos Inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial25

Uno de los temas de debate en el encuentro fue si los paisajes históricos urbanos eran un tipo de paisaje cultural, concluyéndose que lo eran, porque:

“[…] pueden tender un puente más sólido sobre la laguna aún existente entre los conjuntos urbanos contenidos en un Paisaje Cultural y la categoría de “grupos de construcciones” …, viniendo así a constituir el tipo más generalizado a la hora de clasificar a las ciudades o poblaciones (en su conjunto, o sólo en una parte de las

24 http://www.icomos.org/xian2005/xian-declaration-sp.htm [Consulta: 27.03.2016] 25 http://conservacion.inah.gob.mx/normativa/wp-content/uploads/Documento25.pdf [Consulta: 27.03.2016]

“Las tradiciones culturales, los rituales, las prácticas espirituales y los conceptos, así como la historia, la topografía, los valores del medio natural, los usos y otros factores contribuyen a crear el conjunto de valores y dimensiones tangibles e intangibles del entorno.” (Declaración de Xi’an: art.4) Celebración de la Fiesta del Corpus Christi en la Plaza Mayor de la ciudad del Cusco, Perú. Imagen: María del Carmen Fuentes, 2010.

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La construcción de la estación de trenes y centro comercial Wien-Mitte en el área de amortiguamiento del centro histórico de Viena, patrimonio mundial desde el 2001, obligó a las autoridades de la ciudad a presentar al Comité de Patrimonio Mundial, un plan de acción corrigiendo en el proyecto original número de torres y alturas para no dañar el entorno. Imagen: http://goo.gl/kIxw4t [Consulta: 27.03.2016]

mismas) como Patrimonio Mundial.

En la Convención de 1972 y las Directrices Prácticas, se definen a los conjuntos, como grupos de construcciones aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un Valor Universal Excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.

En las Directrices, también se definen los paisajes culturales, como “bienes culturales que representan las “obras conjuntas del hombre y la naturaleza” citadas como lugares en el Artículo 1 de la Convención. En las Directrices se agrega:

“[…] Ilustran la evolución de la sociedad humana y sus asentamientos a lo largo del tiempo, condicionados por las limitaciones y/u oportunidades físicas que presenta su entorno natural y por las sucesivas fuerzas sociales, económicas y culturales, tanto externas como internas.” (Directriz 47)

Los otros temas se centraron en los conceptos del Patrimonio Mundial sobre valor universal excepcional, autenticidad e integridad. Sobre el VUE, en el encuentro de San Petersburgo, se completa la definición contendida en las Directrices Prácticas de 2005.

El Valor Universal Excepcional debe ser tan extraordinario como para trascender los valores nacionales y ser de importancia común para las generaciones presentes y futuras de la humanidad en su conjunto. Las cuestiones clave consisten en proteger los valores en su totalidad, a partir de un sistema de valores naturales y geológicos. Los valores no son solamente físicos y arquitectónicos, sino también intangibles.

Un aspecto que se desarrolla en el encuentro, es la zona de amortiguamiento que debía establecerse para los sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial. La evaluación del paisaje histórico urbano debe incluir el estudio de su carácter a través de un análisis de la morfología urbana y de la jerarquía de las perspectivas visuales.

“Las zonas de impacto visual y estético requieren una especial atención puesto que representan puntos estratégicos en la visión de la imagen de la ciudad, del genius loci o espíritu del lugar, de su carácter intangible y de su conservación.”

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Es importante la referencia al espíritu de lugar, tema sobre el que se trató al año siguiente en la 16ª Asamblea General de ICOMOS, quienes aprobaron la Declaración de principios y recomendaciones para preservar el espíritu del lugar, Quebec, Canadá, 2008.

En esta misma asamblea se ratificó otro documento preparado por ICOMOS, la Carta para Interpretación y Presentación de Sitios de Patrimonio Cultural26 cuyo objetivo era definir los principios básicos de Interpretación y Presentación como elementos esenciales de los esfuerzos de conservación del patrimonio y como una herramienta básica para la apreciación y comprensión del público de los sitios culturales patrimoniales.

En noviembre de 2011, la XVII Asamblea General de ICOMOS celebrada en París, adoptó los “Principios de La Valeta para la salvaguardia y gestión de las poblaciones y áreas urbanas históricas”27, adoptado el 28 de noviembre de 2011. El objetivo principal del documento fue proponer principios y estrategias aplicables a las intervenciones en poblaciones y áreas urbanas históricas, los mismos que debían salvaguardar los valores materiales e inmateriales de las poblaciones históricas y de sus entornos territoriales, así como su integración en la vida social, cultural y económica propia de nuestro tiempo.

“Las poblaciones y áreas urbanas históricas se componen de elementos materiales e inmateriales. Los materiales comprenden, además de la propia estructura urbana: los elementos arquitectónicos, los paisajes interior y exterior de la ciudad, los vestigios arqueológicos, las vistas, los perfiles, las perspectivas y los hitos urbanos. Los elementos inmateriales comprenden: las actividades, los usos simbólicos e históricos, las prácticas culturales, las tradiciones, los testigos de la memoria y las referencias culturales que constituyen la substancia del valor histórico de las poblaciones o áreas urbanas históricas.” (Cláusula 1a)

Se define también el medio como:

“[…] los contextos espaciales naturales y/o construidos por el género humano (en los que se ubica el patrimonio urbano histórico) que influyen en la manera estática o dinámica con la que se perciben, viven y aprecian las áreas históricas urbanas; o que están directamente ligados a ellas desde el punto de vista social, económico o cultural. (Cláusula 1b)

Los Principios de La Valeta, es uno de los documentos sobre el patrimonio urbano más completo. Además de considerar las áreas históricas en el contexto territorial señala la necesidad de incluir el respeto al patrimonio intangible. Además introduce y completa definiciones contenidas en documentos internacionales anteriores, y examina algunos aspectos del cambio como la referencia al proceso de gentrificación. 28

26 http://www.icomos.org/charters/interpretation_sp.pdf [Consulta: 26.03.2016] 27 http://www.icomos.org/charters/CIVVIH%20Principios%20de%20La%20Valeta.pdf [Consulta: 26.03.2016] 28 Proceso a través del cual un barrio habitado por población de bajos ingresos es modificado y ocupado por población

de clase media y alta, quienes a su vez –ya sea por cuenta propia o por inversión privada (agentes inmobiliarios) – renuevan las viviendas. De esta manera, son dos las condiciones para hablar de un proceso de gentrificación clásica: desplazamiento de población y reinversión económica en las viviendas del barrio.

Citado en: Salinas, José Luis. Gentrificación en la ciudad latinoamericana. El caso de Buenos Aires y Ciudad de México, p. 285. En: Geographos (revista digital), Vol. 4. Nº 44, Año 2013 p.285

Disponible en: http://goo.gl/mkcsWR [Consulta: 26.03.2016]

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La Recomendación sobre el paisaje urbano histórico, con inclusión de un glosario de definiciones29 aprobada por la 36ª Conferencia General de la UNESCO el 10 de noviembre de 2011, respondía a:

“la necesidad de integrar y articular mejor las estrategias de conservación del patrimonio urbano respecto de los objetivos más amplios de desarrollo sostenible global, a fin de sustentar las medidas públicas y privadas de preservación y mejora de la calidad del medio humano. En ella se propone un planteamiento paisajístico de selección, conservación y gestión de conjuntos históricos en su contexto urbano general, que se caracteriza por tener en cuenta las interrelaciones entre las formas físicas, la organización y las conexiones espaciales, las características y los entornos naturales, y los valores sociales, culturales y económicos de estos conjuntos.” (Párrafo 5)

En la Recomendación, se define paisaje urbano histórico como: “[…] la zona urbana resultante de una estratificación histórica de valores y atributos culturales y naturales, lo que trasciende la noción de “conjunto” o “centro histórico" para abarcar el contexto urbano general y su entorno geográfico.” (Párrafo 8)

Este contexto general incluye otros rasgos del sitio, principalmente su topografía, geomorfología, hidrología y características naturales; su medio urbanizado, tanto histórico como contemporáneo; sus infraestructuras, tanto superficiales como subterráneas; sus espacios abiertos y jardines, la configuración de los usos del suelo y su organización espacial; las percepciones y relaciones visuales; y todos los demás elementos de la estructura urbana. También incluye los usos y valores sociales y culturales, los procesos económicos y los aspectos inmateriales del patrimonio en su relación con la diversidad y la identidad. (Párrafo 9)

Este nuevo concepto, es aún complejo y polémico para algunos, necesita una mayor definición sobre algunos aspectos ausentes a los que ya hicieron referencia los documentos internacionales anteriores. La claridad y delimitación del concepto es necesaria para evitar que pueda interferir o ser confundido con otras categorías como la de paisaje cultural o incluso la de itinerario cultural.

Para finalizar este recorrido por los documentos internacionales investigando la forma en que los conceptos referidos al patrimonio urbano se ha ido modificando desde el conjunto y el paisaje hasta su integración en el nuevo concepto paisaje urbano histórico, cito el párrafo 11 de la Recomendación:

“La noción de paisaje urbano histórico responde al objetivo de preservar la calidad del medio en el que viven las personas, mejorando la utilización productiva y sostenible de los espacios urbanos, sin perder de vista su carácter dinámico, y promoviendo la diversidad social y funcional. En ella confluyen los objetivos de la conservación del patrimonio urbano y los del desarrollo social y económico. Es un planteamiento basado en una relación equilibrada y sostenible entre el medio urbano y el medio natural, entre las necesidades de las generaciones presentes y venideras y la herencia del pasado.”

29 http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=48857&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html [Consulta: 26.03.2016]

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Bibliografía Carrión, Fernando (editor). Desarrollo cultural y gestión de centros históricos. Quito: FLACSO, 2000. Disponible en: https://www.flacso.edu.ec/docs/sfdescultch.pdf [Consulta: 03.03.2016]

González-Varas, Ignacio. Conservación de Bienes culturales. Teoría, historia, principios y normas. Madrid: Ediciones Cátedra, 2000. [Consulta: 03.2016]

Instituto Nacional de Cultura. Documentos Fundamentales para el Patrimonio Cultural. Textos internacionales para su recuperación, repatriación, conservación, protección y difusión, Lima: INC, 2007 Disponible en: http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/archivosadjuntos/2013/05/iiidocumentosfundamentales.pdf [Consulta: 03.03.2016]

Lalana Soto, José Luis El Paisaje Urbano Histórico: modas, paradigmas y olvidos. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3720255.pdf [Consulta: 26.03.2016]

UNESCO. Centro del Patrimonio Mundial. Comité Intergubernamental de protección del Patrimonio Mundial cultural y natural Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, 2005. Disponible en: http://whc.unesco.org/archive/opguide05-es.pdf [Consulta: 10.03.2016]

Nueva vida para las ciudades históricas. El planteamiento de los paisajes históricos, 2013 Disponible en: http://whc.unesco.org/document/124144 [Consulta: 27.03.2016]

World Heritage List Disponible en: http://whc.unesco.org/en/list/ [Consulta: 10.03.2016]

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