el perfil del alumno adolescente de educación media superior
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El perfil del alumno adolescente de educación
media superior
Figura 1
El Nivel Medio Superior recibe a jóvenes en un rango de edad que va
de los 15 a 18 años; es una población de adolescentes que comienza
a definir sus opciones de vida, carácter, personalidad y trayectorias
profesionales o de actividad general.
La adolescencia es la etapa de la vida humana que tiene su inicio
aproximadamente a los 12 ó 13 años hasta la conclusión de la
segunda década de vida. De acuerdo con Jesús Palacios y Alfredo
Oliva, se le considera como un período de transición en el que ya no
se es niño, pero donde tampoco se tiene estatus de adulto, en
palabras de Erickson (citado por Palacios y Oliva) “es un compás de
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espera que la sociedad da a
sus miembros jóvenes
mientras se preparan para
ejercer roles de adulto”.
Figura 2
Juan Manuel Sauceda considera que la adolescencia es una etapa de
cambios físicos, intelectuales y emocionales que se relaciona con la
edad de transición entre la niñez y la vida adulta, ya que se trata de un
periodo de crecimiento rápido y de cambios mayores calificados como
una revolución tanto en lo fisiológico, en lo psicológico y social,
condicionados por un nuevo balance hormonal y nuevas experiencias
sociales.
En esta etapa de la vida, los jóvenes requieren recursos más amplios
y personales que les permitan determinar el sentido significativo de lo
que aprenden, esto en términos del desarrollo de su propia
personalidad y en cuanto a la orientación de su actividad futura. Es
aquí donde destaca el papel preponderante del aprendizaje
significativo, pues los contenidos escolares deben estar vinculados al
entorno del estudiante, sólo así podrá apreciar la importancia de su
estancia en instituciones educativas
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Figura 3 Figura 4
De acuerdo con Craig, en cuanto al desarrollo físico, hay incremento
del tamaño de los órganos reproductores y aparición de características
sexuales secundarias; la cabeza deja de crecer; manos y pies casi
alcanzan su talla adulta, hay un aumento en el largo de los brazos y
las piernas; el estiramiento físico provoca que el adolescente se sienta
torpe.
Hay un incremento en la atracción sexual; los cambios hormonales
pueden alterar el equilibrio emocional del adolescente, que puede
llegar a sentirse triste y a buscar la soledad, o evitar las relaciones
sociales y familiares.
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Figura 5
En cuanto el desarrollo afectivo-
emocional, Craig señala que avanza su
sensibilidad en intensidad, amplitud y
profundidad: fácilmente es rebelde,
colérico y entusiasta; por tanto, su humor es variado; manifiesta
inconformidades; brotan rivalidades y luchas para obtener el poder y
ejercerlo sobre los demás.
El adolescente tiene que afrontar y superar dos problemáticas: a)
lograr cierta independencia y autonomía de sus padres, y b) la
formación de una identidad. La independencia o autonomía es la
autorregulación e implica la capacidad de hacer uno mismo sus
propios juicios y regular la conducta.
En el desarrollo social, el contacto con la comunidad incrementará su
conocimiento real de los problemas sociales; la conciencia hacia los
demás y su pertenencia a una clase social; se presenta la búsqueda
de un estatus con sus compañeros; se desea la emancipación de la
familia; hay una búsqueda de amigos más selectiva; hay una
oscilación de la personalidad: excitación y depresión; sociabilidad e
insociabilidad; desconfianza de sí mismos.
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Figura 6
De acuerdo con la tipificación de Craig, en el aspecto afectivo, los
adolescentes prefieren buscar el apoyo de sus compañeros para
afrontar transformaciones físicas y crisis emocionales.
El trabajo con los compañeros es esencial para el desarrollo de
destrezas sociales. En esta etapa, se establecen citas entre amistades
y compañeros, las cuales tienen las siguientes funciones: diversión,
socialización, estatus, elección de compañeros y pareja.
Figura 7
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María del Pilar Trinidad Navarro en su investigación advierte que “el
adolescente busca nuevas maneras de divertirse que van desde ir al
cine, al billar, a las fiestas, a los „antros‟ o de vacaciones en grupo.
Las formas de divertirse se consideran una práctica que los identifica
como iguales y es con los amigos de la escuela con quienes se
prefiere asistir a tales lugares”.
Figura 8
Según Craig, en el desarrollo moral, de valores y proyecto de vida, los
adolescentes se comprometen en la búsqueda de la imagen ideal de
sí mismo, pues ponen a prueba su fuerza de voluntad; desarrollan
valores como el honor, la sinceridad, valentía y lealtad; los
adolescentes realizan introspección y son autocríticos.
Respecto al desarrollo intelectual, madura el pensamiento lógico
formal; toma como objeto de su propio pensamiento y razona sobre sí
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mismo; considera varias posibilidades de respuestas a un problema;
genera hipótesis sistemáticas; distingue entre el pensamiento y la
realidad; puede manejar metáforas; piensa de forma más abstracta y
nueva con pensamientos filosóficos.
Figura 9
En relación con el aprendizaje de temas sociales, por ejemplo, los
adolescentes hablan de la existencia de privilegios, injusticias o
discriminación. En las explicaciones ofrecidas comienzan a ser
importante el papel de las instituciones sociales y la acción de factores
ligados a las características del sistema social, así como el inicio de
una conciencia de desigualdades sociales.
Figura 10
8
Por las características específicas de los adolescentes, la educación
media superior tiene como función contribuir en la formación y el
desarrollo integral de los estudiantes en los distintos ámbitos de su
vida como el personal, social, profesional, laboral, afectivo, cívico,
artístico y cultural.
La acción formativa está centrada en jóvenes adolescentes condición
que por un lado los separa de su infancia y de la total dependencia
familia; y por otro, los encauza a la mayoría de edad, a la
autosuficiencia y a su incorporación al mundo de los adultos y del
trabajo, o bien, deben seleccionar una licenciatura.
CRAIG, G. (1996), Desarrollo Psicológico, 6 ed., México, Editorial
Prentice Hall.
MEDINA MARTÍNEZ, S. R. (1996), Educación y Modernidad. El
Bachillerato en México ante los desafíos del Tercer Milenio, México,
Editorial Universitaria Potosina.
TRINIDAD NAVARRO, M. P. (2003), “Adolescencia y bachillerato” en
Rompan filas, núm. 64.
SAUCEDA GARCÍA, J. M. (1994), “¿Existe la adolescencia normal?”
en Rompan filas, vol. 4, núm. 14.
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Figura 1
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Figura 2
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Figura 3
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Figura 4
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Figura 5
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Figura 6
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Figura 7
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Figura 8
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Figura 9
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Figura 10
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