el periodista

4
8 E M A N A R I 0 M A L R I S T A SUSCRIPCIÓN: 1'50 PTAS. TRIMESTRE. DIRECTOR: FRANCISCO FERNÁNDEZ LÓPEZ. PAGO ADELANTADO. NUM. .7 — A N O II. SE PUBLICA LOS JUEVES DIRECCIÓN, REDACCIÓN Y ADMINISTRACION REINAS, 5 Y 7 \ ¡Viva la l i M ! Porque los republicanos lerru- xistas de Barcelona no han podido conquistar un solo puesto, al constituirse el ayuntamiento de la ciudad condal, como buenos timan- tes de los principios democráti- cos y de las más puras doctrinas liberales, comenzaron a tiros en el Salón de Ciento, pretendiendo su- plir con el terror, lo que la opi- nión, por la que tanto se desve- lan, les había negado. ¡Pobre libertad si no tuviera mas defensores que esos sempiternos parásitos en la patria! ¡Pobre opinión si no contara con más respetos que con los que a cada momento le tributan esos ambiciosos que a su nombre se nutren y que con ella medran. Al grito de libertad, Lerroux, de la noche a la mañana, sin pro- fesión ni ocupación alguna que justifiquen sus ingresos, se levanta sobre el pavés de la opulencia, deslumhrándonos a todos con sus fastuosos automóviles y con el lu- jo de sus viviendas. Al grito de libertad, esos lerru- xistas, incendian, roban, asesinan, profanan cadáveres, asaltan inde- fensos conventos, echan al arro- yo asilados enfermos y se burlan de esas madres de la candad que sor, el orgullo de todo pueblo ci- vilizado. Al grito de libertad, Lerroux, acepta la dádiva de Posadas, pro- ducto de indignos enturbenios, porque posada no le da la opinion en el campo de sus experiencias. Al grito de liberta!, esos le- rruxistas han tenido convertida la más hermosa capital de España, en ubérrimo manantial, donde han hocicado los más insaciables ape- titos. Al grito de libertad, y mientras dicha ciudad sufría el yugo de la infame tutela que por tanto tiem- po y sin razón alguna le ha regí- do, la exposición de doctrinas y opiniones, la . manifestación del pensamiento ha sido un mito, si no quería quien lo intentara verse espuesto al atentado. Díganlo Cambó, Salmerón y Melquiades Alvarez. Al grito de libertad, se honra al crimen, y se hace del criminal figura semidivina, en cuyo .honor periódicamente se le tributan los más ruidosos cultos. A impulsos de esos aullidos, en fin, de libertad, de fraternidad, de democracia, estallaba la dina- mita q v embraba el luto en cien- tos de familias, que llevaba el do- lor a cientos de corazones, que te- nia en estado de intranquilidad y alarma a un pueblo populoso y trabajador, con loque estaba ago- nizante su sin par riqueza pro- ductora. ¡Habría que ver a esta patria que- rida si esos ensayos locales pudie- ran llegar a toda ella! ¡Habría que ver a esta patria si un día se viera gobernada por esa caterva de foragidos, que tienen el crimen por dogma y al revolver por único argumento para implan- tar sus doctrinas! La España pudo conocer en épo- ca no lejana lo que dan de si esos amantes de la libertad, de la fra- ternidad y otras zarandajas por el estilo, que a zarandajas queden re- ducidas tan bellas ideas en manos de esos traficantes y tramoyistas. Y eso que entonces, no como ahora, al frente de aquellas agru- paciones encontrábanse hombres tan eminentes y de tan gran sen- tido moral como Castelar, Pi, Sal- merón, Figueras y otros. Hoy al frente de esas hordas, aparte el talento, que nada somos nosotros para medirlo, solo en- contramos la ambición, el egois- no, la falta de aquel sentido y la más refinada tiranía, cubierta, co- mo el grafo de la fábula, con las vistosas plumas de libertad, de- mocracia, igualdad y fraternidad. Y en lo más alto, en la cumbre, vemos al Creso improvisado, que ostenta como únicos blasones de sus sanas, desinteresadas y morales doctrinas, un auto de buena mar- ca y una medalla con la siguiente y pedantesca inscripción «Maura, no», ¡Y viva la libertad! L A C R U Z A D A AUDAZ El periodista ¿Nace? ¿Se hace?... ¿Nace el periodista? ¿Cualquiera será periodista en el estricto sentido del bo- cablo?... ¿«Se hace» el periodista'... Nosotros afirmamos rotundamente— y ahí queda nuestra opinión para ser compartida u hostilizada—que el perio- dista, la escuela del periodismo debe ser un complemento, un remate, una a modo de pulimentación; nada más. En manera alguna puede ser una inicia- ción, una revelación, una verdadera es- cuela. El periodista no se forma: a lo sumo, se moldea, se perfecciona. Jemas las vocaciones «se aprendieron« en los libros' ni fueron infundidas en las au- las. Nunca el temparamento tuvo maes- tros ni el instinto conoció educadores. Y el periodismo es eso en quien lo siente: vocación, temperamento, ins- tinto... Dadnos un temperamento de periodista, una vocación, un instinto periodístico,s y nosotros os devolvere- mos un periodista. Dadnos un cúmulo metodizado y hasta científico de prác- ticas periodísticas, de reglas, de cono- cimientos periodísticos y al encajarlos en una persona nosotros os ofrecere- mos la forma típica del pseudo perio- dista: a saber, un pedante con puntas y ribetes de literato... ¡Ah! los literatos. Esto ya merece punto y aparte. SIN «RETORICAS»... Un literato—en general—no puede ser un buen periodista. ¿Incompatibili- dad? Sí, palmaria... El periodista es un narrador ligero, alado, frivolo si quereis. Quien no lo sea, no es un verdadero periodista. No es su misión agotar los temas, ahondar en sus entrañas, alquilarar sus esencias ¡no! Es su cometido servir al lector el «golpe de vista», «enfocar» el asunto, iniciar el comentario.., nada más que iniciarlo, que ya se encargará el lector— y en la tarea está la salsa del periódi- co—de seguir caminando por la vereda abierta desde la mesa de redacción. Comprendereis que el literato no puede hacer otro tanto. Entendámonos. Hablamos del literato erudito que no sabe desvestirse de su túnica cultural. . Pero además, el literato—hombre de letras, ello lo dice—quizá moje su plu- ma en las exquisitas aguas de un cas- ticismo depurado; leer su prosa tanto quiere decir como obra de rebusca en los recovecos del Diccionario. ¿Puede un periódico—fogonazo de actualidad, flor de unas horas que a seguido se marchi- ta v fenece—ser objeto de una tal in- vestigación concienzuda y desmenuza- dora?... Idle a las muchedumbres con unas hojas de literatura. Cuando más exqui- sita sea esa literatura mayor énfasis pondrá la muchedumbre en las sacra- mentales palabras que son todo un re- proche: "eso son «gramáticas", eso es «retórica». ¡Ah! ¿Luego sobra la re- tórica? En cierto sentido claro está que sobra: es más, estorba. Lo que el vulgo llama «retóricas» hay que arrinconarlo al escribir el periódico. El arma de combate, ruda y tremante la habréis convertido en sutilísimo escalpelo di- seccionador; la pluma arisca, burlona y saja te, trocado la habréis en atil- dado cincel que primorosas obras rea- lice. tan primorosas que sólo la superior cultura las puede apreciar. El periódico no será periódico; será un boletín aca- démico o una revista de Ateneo. Y en un periódico sin <retóricas», sin «gramáticas»—las «gramáticas» y las «retóricas» que el vulgo rechaza porque no las entiende—no puede po- ner sus manos de alabastro el literato. En la viril traza de la hoja volandera, sería tanto ese rasgo de alba gentileza, como en el cuerpo recio de un atleta la aterciopelada piel de una damisela... Aparte otras consideraciones que va irán viniendo a la cuartilla. Luis DE GALINSOGA

Upload: others

Post on 04-Apr-2022

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

8 E M A N A R I 0 M A L R I S T A SUSCRIPCIÓN: 1 ' 5 0 P T A S . T R I M E S T R E . DIRECTOR: FRANCISCO FERNÁNDEZ LÓPEZ. P A G O A D E L A N T A D O .

NUM. .7 — A N O II.

S E P U B L I C A L O S J U E V E S

DIRECCIÓN, REDACCIÓN Y ADMINISTRACION

R E I N A S , 5 Y 7

\

¡Viva la l i M ! P o r q u e los r e p u b l i c a n o s lerru-

xistas de B a r c e l o n a no han p o d i d o

c o n q u i s t a r un s o l o p u e s t o , al

const i tu irse el a y u n t a m i e n t o de la

ciudad c o n d a l , c o m o buenos timan-tes de los p r i n c i p i o s d e m o c r á t i -

cos y de las más puras d o c t r i n a s

l iberales , c o m e n z a r o n a t i ros en el

Salón de C i e n t o , p r e t e n d i e n d o su-

plir c o n el t e r r o r , lo q u e la o p i -

nión, por la q u e t a n t o se desve-lan, les había n e g a d o .

¡Pobre l i b e r t a d si no tuviera mas

defensores q u e esos s e m p i t e r n o s

parásitos en la patr ia !

¡Pobre o p i n i ó n si no c o n t a r a

con más respe tos q u e c o n los q u e

a cada m o m e n t o le t r ibutan esos

ambiciosos q u e a su n o m b r e se

nutren y q u e c o n e l la m e d r a n .

Al g r i t o de l i b e r t a d , L e r r o u x ,

de la n o c h e a la m a ñ a n a , s in pro-

fesión ni o c u p a c i ó n a l g u n a q u e

justifiquen sus i n g r e s o s , se l e v a n t a

sobre e l pavés de la o p u l e n c i a ,

deslumhrándonos a todos c o n sus

fastuosos a u t o m ó v i l e s y c o n el lu-

jo de sus v iv iendas .

Al g r i t o de l i b e r t a d , esos lerru-

xistas, i n c e n d i a n , r o b a n , a s e s i n a n ,

profanan c a d á v e r e s , asaltan i n d e -

fensos c o n v e n t o s , e c h a n al arro-

yo asilados e n f e r m o s y se bur lan

de esas madres de la c a n d a d q u e

sor, el o r g u l l o de todo p u e b l o c i -

vilizado.

Al g r i t o de l i b e r t a d , L e r r o u x ,

acepta la dádiva de Posadas, pro-

ducto de i n d i g n o s e n t u r b e n i o s ,

porque posada n o le da la o p i n i o n

en el campo de sus experiencias. Al gr i to de l i b e r t a ! , esos le -

rruxistas han t e n i d o c o n v e r t i d a la

más hermosa c a p i t a l de E s p a ñ a ,

en ubérrimo m a n a n t i a l , d o n d e han

hocicado los más i n s a c i a b l e s ape-

titos.

Al gri to de l i b e r t a d , y m i e n t r a s

d i c h a c iudad sufría el y u g o de la

i n f a m e tu te la q u e p o r t a n t o t i e m -

p o y sin razón a lguna le ha regí-

d o , la e x p o s i c i ó n de d o c t r i n a s y

o p i n i o n e s , la . m a n i f e s t a c i ó n del

p e n s a m i e n t o ha s ido un m i t o , si no

q u e r í a q u i e n lo i n t e n t a r a verse

e s p u e s t o al a t e n t a d o . D í g a n l o

C a m b ó , S a l m e r ó n y M e l q u i a d e s

A l v a r e z .

A l g r i t o de l i b e r t a d , se h o n r a

al c r i m e n , y se h a c e del c r i m i n a l

f igura s e m i d i v i n a , en c u y o .honor

p e r i ó d i c a m e n t e se le t r i b u t a n los

más ru idosos c u l t o s .

A impulsos de esos au l l idos ,

en f i n , de l i b e r t a d , de f ra tern idad ,

de d e m o c r a c i a , es ta l laba la d ina-

mita q v e m b r a b a el l u t o en c i e n -

tos de famil ias , q u e l levaba el d o -

l o r a c i e n t o s de c o r a z o n e s , q u e te -

nia en es tado de i n t r a n q u i l i d a d y

a larma a un p u e b l o p o p u l o s o y

t r a b a j a d o r , c o n l o q u e es taba a g o -

n i z a n t e su sin par r iqueza pro-

d u c t o r a .

¡Habría q u e ver a esta patr ia q u e -

rida si esos e n s a y o s l o c a l e s p u d i e -

ran l l egar a toda e l la !

¡ H a b r í a q u e v e r a esta patria si

un día se v iera g o b e r n a d a por esa

ca terva de f o r a g i d o s , q u e t i e n e n

el c r i m e n p o r d o g m a y al r e v o l v e r

por ú n i c o a r g u m e n t o para i m p l a n -

tar sus d o c t r i n a s !

La España pudo c o n o c e r en é p o -

ca no le jana lo q u e dan de si esos

amantes de la l i b e r t a d , de la fra-

te rn idad y otras zarandajas por el

e s t i l o , q u e a zarandajas q u e d e n re-

ducidas tan bel las ideas en manos

de esos t ra f icantes y t r a m o y i s t a s .

Y eso q u e e n t o n c e s , no c o m o

a h o r a , al f ren te de aque l las agru-

p a c i o n e s e n c o n t r á b a n s e h o m b r e s

tan e m i n e n t e s y de tan gran s e n -

t ido moral c o m o C a s t e l a r , P i , S a l -

m e r ó n , F i g u e r a s y o t r o s .

H o y al f rente de esas h o r d a s ,

aparte e l t a l e n t o , q u e nada s o m o s

n o s o t r o s para m e d i r l o , s o l o e n -

c o n t r a m o s la a m b i c i ó n , e l e g o i s -

n o , la falta de a q u e l s e n t i d o y la

más refinada t i ranía , c u b i e r t a , c o -

mo el gra fo de la fábula , c o n las

vistosas p l u m a s de l i b e r t a d , de-

m o c r a c i a , igua ldad y f ra ternidad.

Y en lo más a l t o , en la c u m b r e ,

v e m o s al C r e s o i m p r o v i s a d o , q u e

o s t e n t a c o m o ú n i c o s b lasones de

sus sanas , des interesadas y m o r a l e s

d o c t r i n a s , un auto de b u e n a mar-

ca y una medal la c o n la s i g u i e n t e

y p e d a n t e s c a i n s c r i p c i ó n « M a u r a ,

n o » ,

¡Y viva la l i b e r t a d !

L A C R U Z A D A A U D A Z

El periodista ¿Nace? ¿Se hace?...

¿Nace el periodista? ¿Cualquiera será periodista en el estricto sentido del bo-cablo?... ¿«Se hace» el periodista'...

Nosotros afirmamos rotundamente— y ahí queda nuestra opinión para ser compartida u hostilizada—que el perio-dista, la escuela del periodismo debe ser un complemento, un remate, una a modo de pulimentación; nada más. En manera alguna puede ser una inicia-ción, una revelación, una verdadera es-cuela. El periodista no se forma: a lo sumo, se moldea, se perfecciona. Jemas las vocaciones «se aprendieron« en los libros' ni fueron infundidas en las au-las. Nunca el temparamento tuvo maes-tros ni el instinto conoció educadores.

Y el periodismo es eso en quien lo siente: vocación, temperamento, ins-tinto. . . Dadnos un temperamento de periodista, una vocación, un instinto periodístico,s y nosotros os devolvere-mos un periodista. Dadnos un cúmulo metodizado y hasta científico de prác-ticas periodísticas, de reglas, de cono-cimientos periodísticos y al encajarlos en una persona nosotros os ofrecere-mos la forma típica del pseudo perio-dista: a saber, un pedante con puntas y ribetes de literato.. .

¡Ah! los literatos. Esto ya merece punto y aparte.

SIN « R E T O R I C A S » . . . Un literato—en general—no puede

ser un buen periodista. ¿Incompatibili-

dad? Sí, palmaria... El periodista es un narrador ligero,

alado, frivolo si quereis. Quien no lo sea, no es un verdadero periodista. No es su misión agotar los temas, ahondar en sus entrañas, alquilarar sus esencias ¡no! Es su cometido servir al lector el «golpe de vista», «enfocar» el asunto, iniciar el comentario.. , nada más que iniciarlo, que ya se encargará el lector— y en la tarea está la salsa del periódi-co—de seguir caminando por la vereda abierta desde la mesa de redacción.

Comprendereis que el literato no puede hacer otro tanto. Entendámonos. Hablamos del literato erudito que no sabe desvestirse de su túnica cultural. . Pero además, el literato—hombre de letras, ello lo dice—quizá moje su plu-ma en las exquisitas aguas de un cas-ticismo depurado; leer su prosa tanto quiere decir como obra de rebusca en los recovecos del Diccionario. ¿Puede un periódico—fogonazo de actualidad, flor de unas horas que a seguido se marchi-ta v fenece—ser objeto de una tal in-vestigación concienzuda y desmenuza-dora?...

Idle a las muchedumbres con unas hojas de literatura. Cuando más exqui-sita sea esa literatura mayor énfasis pondrá la muchedumbre en las sacra-mentales palabras que son todo un re-proche: "eso son «gramáticas", eso es «retórica». ¡Ah! ¿Luego sobra la re-tórica? En cierto sentido claro está que sobra: es más, estorba. Lo que el vulgo llama «retóricas» hay que arrinconarlo al escribir el periódico. El arma de combate, ruda y tremante la habréis convertido en sutilísimo escalpelo di-seccionador; la pluma arisca, burlona y saja te, trocado la habréis en atil-dado cincel que primorosas obras rea-lice. tan primorosas que sólo la superior cultura las puede apreciar. El periódico no será periódico; será un boletín aca-démico o una revista de Ateneo.

Y en un periódico sin <retóricas», sin «gramáticas»—las «gramáticas» y las «retóricas» que el vulgo rechaza porque no las entiende—no puede po-ner sus manos de alabastro el literato. En la viril traza de la hoja volandera, sería tanto ese rasgo de alba gentileza, como en el cuerpo recio de un atleta la aterciopelada piel de una damisela...

Aparte otras consideraciones que va irán viniendo a la cuartilla.

Luis DE G A L I N S O G A

EL DISTRITO

Al Uustrísimo Señor Obispo de esta Diócesis Muchas vueltas hemos venido dando

para no llegar a ocuparnos del asunto

que da materia para este y otros artí-

culos sucesivos; pero a tal punto van

llegando la cosas, que por fuerza he-

mos de dar una solución de continuidad

a nuestro silencio, ya que el d i c h o

asunto afecta, como veremos, honda-

mente al interés público.

Y hemos dado aquellas vueltas, por

que, pensando como debíamos, tenía-

mos la esperanza que la serenidad y la

prudencia se sobrepusieran a toda pa-

sión. a todo insano estímulo, a todo

ilegítimo propósito, para así, y sin ne-

cesidad de llegar a este caso y a los que

sean precisos, poder ver rematada una

cuestión, latente desde hace ya algunos

años y que no debió salir del estrecho

recinto en que no han querido o no han

podido mantenerla los que en ella, sin

aquellas derivaciones que no debió

alcanzar, únicamente son interesados.

Y nos dirigimos al Uustrísimo S r .

Obispo, porque la índole del asunto, en

susorígenes, ylaspersonas que lo agitan,

bajo su jurisdicción están; no siendo

aventurado esperar, antes por el contra-

rio, en ello tenemos la mas absoluta

confianza, de que la respetabilísima au-

toridad del Pre lado, su reconocido

amor a la justicia y su paternal cariño

a sus diocesanos, le harán intervenir

eficazmente en la ya añeja y emponzo-

ñada cuestión, que trae a este vecinda

rio en un estado de violencia e intran-

qwilidad insuperables.

Y nos vamos a ocupar de ello, como

lo hacen siempre las personas seguras

de la legitimidad de su conducta, sin

testaferros, sin alquilar plumas insol-

ventes con el honor, con la dignidad y

hasta con la material responsabilidad,

sin anónimos y sin comodines p s e u d ó -

nimos. Y vamos a la cuestión.

Regía esta Parroquia D. P ió Navarro

Moreno, cuando el citado señor Obispo

tuvo a bien anunciar unas oposiciones

a curatos, en las que había de cubrirse el de esta villa.

Entre los opositores al mismo figu-raban dicho D. Pió Navarro y el actual y respetable cura párroco de aquí D. P e d r o Cervantes Pérez .

Dicho señor Obispo no es difícil que recuerde el interés que hubo por parte de alguien en que este curato se adjudi-cara al S r . Navarro Moreno; interés manifestado por recomendaciones del que a la sazón era representante en Cortes de este Distrito, D. Procopio Pignatelli de Aragón, quien a su vez hacía las recomendaciones a estímulos «le nuestros amigos D. Andrés y D. Francisco Fernández López, con los que entonces vivía el S r . Navarro en franca comunidad de intereses políti-cos . puesto que todos defendían, con el

mismo entusiasmo, con el mismo fer-vor, la política del S r . Pignatell i .

Esas recomendaciones, esas expre-siones de interés en aquel sentido, fue-ron baldías, y el Tr ibunal de oposicio-nes, inspirándose, como no se debe du-dar, en altos principios de justicia v rectitud, adjudicó la vacante de que se trata al S r . Cervantes Pérez , designan-do a D. Pió Navarro para el curato de San Sebastián de Almería , que en la

actualidad ocupa.

Así las cosas, llega el momento en

que ha de tomar posesión de este cura-

to el designado, v el S r . Cervantes , co-

mo después pudimos comprobar , no

cesó un día de rec i l i r anónimos, en los

que, aparte de otras muchas cosas que

no son para la publicidad, se le signifi-

caba que su toma de posesión constitui-

ría un día de luto para este pueblo; que

el pueblo sólo consentiría que el curato

lo d e s e m p e ñ a r a su amado hijo, del

pueblo, D. P ió Navarro Moreno; q j e

su vida corría peligro, ante la firme

resolución del vecindario, si osaba venir

aquí, y que las mismas autoridades, de

todos los órdenes, eran los que dirigían

el movimiento de protesta v de desa-

fección a su persona. A tal punto se

matizó de negro el dicho acto de pose-

sión. que las personas más significadas

de Purc'nena, de donde era Párroco el

S r . Cervantes, dando a este una prueba

del cariño y respeto qne sus feligreses,

hasta entonces, le prodigaban, vinieron

a acompañarlo a aquí, todos lo recor-

dareis. uniendo sus tristes destinos al

amenazado de muerte.

Se continuará

P L A G A S S O C I A L E S

El Parásito

a la

Otra de las plagas más perjudiciales sociedad humana es la constituida

por esos seres que habituados a vivir a costa de otros, pueden v deben lla-marse con todo rigor, Parási tos de la sociedad. ¡Oh! ¡qué plaga, Dios mío!

El Parás i to social tiene muchos pun-tos de contado y afinidad con el adu-lador, hasta el extremo de que no hay Parási to que no sea Adulador, aun cuando pueda darse Adulador que no

sea Parás i to . Así pues, todos los caracteres que

señalábamos para distinguir y conocer

al tipo adulador, convienen también al

Parási to social, si bien hay que añadir

otros que le especifiquen más y lo den

a conocer de una manera clara y pre-

cisa.

Y los caracteres peculiares y más

principales de la plaga que hoy trato

de describir son los siguientes: inepto

para administrar los bienes de su casa,

se juzga suficientemente capaz para

censurar y regir los negocios a jenos.

De aquí el encontrarlo siempre fuera

de la órbita de sus verdaderos deberes,

abandonada su misión sagrada de pa-

dre o esposo, y andando, cual inquieta

mariposa que vuela de flor en tlor, de

acá para acullá, de tertulia en tertulia,

de tienda en tienda, olfateando siem-

pre, siempre rastreando, para pasar el

t iempo de una manera divertida y dar

pasto a su insaciable curiosidad.

Ocioso por profesión y vago por

idiosincrasia, conseguido a fuerza de

adulaciones el mezquino salario de una

nómina que cobra con escándalo y per-

juicio de los que verdaderamente pres-

tan sus servicios sin recibir por ellos la

más pequeña remuneración, se dedica

a la intriga que él t rama para halagar

al amo que le sustenta, para predispo-

nerlo contra el vecino honrado que con

el sudor de su rostro procura subvenir a

las necesidades perentorias de la vida,

para hundir el puñal de la traición en

el corazón del enemigo político, que

hace justicia a la fidelidad en el ideal

y en la rectitud en el proceder, o para

manchar con el asqueroso escupinajo

de sus labios la acrisolada virtud e in-

tachable conducta de aquella persona

que por no hacer traición a los dictados

de su conciencia no quiso hacerse ins-

trumento suyo en el negocio ilícito que

le propusiera.

C o m o asiste de gratis a los espec-

táculos que la sociedad ofrece, a nin-

a U n o falta y de todos saca r e t i d o , ha-

blando le ellos no cornos* • sino co-

mo su mala intención, que siempre

quiere el mal del vecino, procura pre-

sentarlos. P o r ésto observaréis que el

Parási to se ocupa de todo lo que pasa

en el pueblo, aunque todo lo que ocu-

rre lo debe tener a él sin cuidado: De

todo diserta, en todo se mete y nada le

importa.

C o m o la oficina en que trabaja y el

taller donde suda el pan que le ali-

menta , lo tiene en la calle, no saldréis

una vez a ella que no os lo encontréis

cigarro en boca, bastón en mano, y

vergüenza e n . . . los tacones gastados de

s u s zapatos, marchando siempre a

paso acelerado. CA dónde camina? S e -

guidle y si es temprano lo veréis en-

trar a la casa donde se alberga la pode-

rosa. y allí va para dar los buenos días

al dueño de la situación ante quien hace

mil curvaturas espinales en señal de

reverencia, y a quien entre mil zale-

mas, cuenta cuatro enredos que ha in-

ventado en las horas de vigilia y que

dicen mal de los enemigos del señor.

Mas como nada hace por amor y sí por

egoísmo, y el cacique de hoy,-el que le

regala el pan, puede venir a tierra por

el cacique de mañana, cumplido su pri-

mer deber con el señor actual, corre

presuroso a la casa del contrario, y allí,

con aire de santón. respirando mora-

lidad, lleno de celo por la cosa pública,

denuncia con pasmosa ingratitud los

defectos que ha observado en el que

acaba de visitar, le acusa de proteger

á los que carecen de mérito en la trac-

ción política, y, en el co lmo de su refi-

nada maldad, le hace reo de todos los

dichos con los que poco há deleitaba

los oidos del incauto protector .

De criterio tan Jijo como veleta en

tiempo revuelto, no lo encontraréis por

mucho tiempo defendiendo la misma

doctrina, sustentando los mismos prin-

cipios y conversando con los mismos

amigos; los que hoy encumbre eon hi-

pócritas alabanzas, serán postergados

mañana con sus dicterios injuriosos; si

ayer se llamaba convencido tradicio-

nalista, hoy se presentará como furi-

bundo partidario de las modernas li-

bertades, y si antes oraba al pie de los

altares con los brazos en cruz, ojos en

blanco y sollozos de arrepentido, ahora

lo veréis lejos de las Iglesias, apartado

de toda práctica religiosa y formando

coro con los que no admiten la exis-

tencia de lo sobrenatural

Tal es. a grandes rasgos, la ruin y

sombría figura del Parás i to . Sanear el

ambiente de estos mortíferos micro-

bios es obra digna y laudable, y la

autoridad que tal hiciera, demostrando

con radicales medidas que es muy hon-

roso y muy digno ganar el pan con el trabajo. industria o profesión propios, adquiriría grandes e indiscutibles mé-

ritos ante la conciencia de los hombres

honrados. A

De uuestra colaboración

JOYAS HISTÓRICAS

EL CASTILLO DE m M « IV v último

No fué sólo el autor de este rápido

bosquejo histórico-descriptivo quien de

terminó esa protesta de la prensa espa

ñola por el ultraje inferido a las glorio

sas reliquias del histórico alcázar vele

zano. A poco de consumado el despojo,

mi amigo dilectísimo el insigne arqueó

logo y académico numerario de la Real

de Buenas Let ras de Barcelona D Juan

Rubio de la Serna , escribía también

propósito de este castillo y con dejo

sincero de patriótica amargura, lo si-

guiente, en la Revista de la Socieid

Artístico-Arqueología a Barcelone-sa (i):

«Si aquellos aguerridos y novilísi

mos magnates que con tanta gloria hi-

cieron famoso el apellido Fajardo, y

poster iormente el título de Marqués de

los Vélez unido al más antiguo de Ade-

lantado de Murcia, surgieran de sos

sepulcros y contemplaran el desastroso

abandono y punible expoliación a que,

en manos de sus últimos dueños, se -e

reducido el castillo y señorial palacio

que con regia esplendidez y arte mo-

numental levantaron en su villa de Vé-

lez-Blanco, correrían presurosos, rebo-

íl) Volumen IV, pág. 535, Julio-Septo-

bre de 1904.

EL DISTRITO

sando indignación y vergüenza, a hun-dirse de nuevo en sus tumbas, execran-do a los que de tal suerte olvidaron y ofendieron los timbres de su inmarce-sible memoria.

«Bien podía ufanarse la provincia de Almería, la más pobre, quizá, entre las de la península ibérica en monu-mentos históricos y artísticos, de po-seer uno tan solo que, como el de que nos ocupamos, reuniese en tan alto gra-do estos dos aspectos, y bien pudo y debió su Comisión provincial de mo-numentos artísticos haber mostrado su celo por la conservación de aquella joya del siglo X V I , en ia que abundaban y eran deadmirar primores de! másrefina-do estilo del Renacimiento, al tiempo que evocaba el recuerdo de acciones y empresas heroicas realizadas en el trans-curso de varios siglos por diez genera-ciones, salidas de un mismo linaje.»

Dos años antes, otro culto arqueólo-go. D. Federico de Motos, hubo va de lamentarse en un sentido artículo pu-blicado en El Corven, de Madrid, de 16 de Junio de 1902, del abandono y de-plorable estado en que entonces se ha-llaba monumento tan magnífico, v con-cluía excitando el celo del Excmo. Sr . Ministro del Ramo y el de los Repre-sentantes en Cortes, hijos del distrito a la sazón, para que evitaran la com-pleta ruina y desaparición de tan bello y característico ejemplar del Renaci-miento.

¡Cu.1n ajeno estaría de suponer el citado articulista que su laudable ges-tión, lejos de mover el ánimo de las entidades y personas llamadas princi-palmente a procurar el remedio, había de servir, como escribía el antes ¡citado Sr. Rubio de la Serna comentando aquel grito de patriótica alarma, «de reclamo revelador de tesoros ocultos e ignorados h¿sta entonces», para des-pertar la codiciosa idea de convertirlos en pingüe granjeria, hasta concluir por ser desmontado todo aquel conjunto de obras primorosas v llevadas a Francia «para enriquecer algún Museo o deco-rar el palacio de algún Rotchschild o improvisado Creso, lo que hace toda-vía más vituperable tan ignara prota-nación»!...

Pues bien, todo aquel cúmulo de preciosidades artísticas, verdadero de-rroche escultórico a que alude el ilustre arqueólogo y escritor barcelonés, e;; el que f ié vendido en ¡if).000 duros! se-gún dijo la Prensa, a un extranjero ne-gociante en antigüedades (i).

,l ruando la Prensa regional y la de Madrid .se ocupó, en Junio tie 1904, de la venta de los relieves y artesonados de tan suntuoso edifi-cio, la extracción de estos preciosos objetos estaba ya consumada e iban todos camino de Marsella. En la operación sólo intervino, según parece, uno de los copartícipes de la testamentaria del Excelentís imo Sr. Duque de Medinasidonia, de forma que, cuando se ultimó la partición de bienes de dicha Exce-lentísima casa y el Castillo, con otras fincas radicantes en los Velez, vino a poder de su

De tentos innámeros y espléndidos atavíos como exornaron la opulenta cuanto infortunada mansión señorial que fué joyero augusto de glorias inbo-rrables artísticas e históricas, sólo que -dan ya unos cuantos muros y torreones almenados e inccesibles a la piqueta demoledora... Por eso quizás perduran mudos, tétricos, solitarios, como sober-bia esfinge reivindicadora de aquella extirpe de proceres hidalgos y aguerri-dos que, al legar su sangre y sus blaso-nes a lo más alcurnioso y florido de la aristocracia española, dejaron saturada también de páginas inmarcesibles la historia general de nuestra patria.

El pueblo de Velez-Blanco, el afor-tunado poseedor de esa jcya histórica y arquitectónica, cuya sensible devas-tación, ya irremediable, deploran aún con acentos de indignación y amargura los buenos compatriotas; la presunta Heliopolis ( i ) d e los griegos focenses, cuya fundación la hacen remontar al -gunos historiadores al siglo VIII antes de la Era Cristiana; la celebrada Ege-lesta de los Romanos, citada en sus es-critos por Plinioy Fstrabón: 1k fastuosa Velad-Alaliad de los árabes, que fué codiciado baluarte fronterizo del terri-torio de los Monarcas Nazaritas. v re-sidencia accidental del Zagal y el Rey Chico en sus repectivos periodos de proscripción; la ponderada villa, en fin, de los Fajardos que s i n i ó de cabeza feudal al vasto marquesado y señorío de los Vélez y de regio aposento a excel-sos caudillos y magnates de acrisolada fama que brillan con nimbos áureos en los ciclos más esplendorosos de la in-victa pujanza española, no ha de per-donarse nunca seguramente el haber dejado trasponer impasible a país ex-tranjero aquellas preciadas reliquias exornativas del alcázar famoso que constituía su legítimo patrimonio his-tórico v el signo invunerable de sus gloriosas tradiciones. F . P A L A N Q U E S

Juzgando a Maura S ó l o un h o m b r e tan n o b l e c o -

m o ese pudo h a b e r m e i n d u l t a d o . — J o s é N a k e n s .

L o ú n i c o q u e le p ierde al S r . Maura es su c o n c i e n c i a ; es un h o m b r e incapaz de una « h a b i l i -d a d . — G o n z á l e z Besada.

A l repe ler a Maura , el r é g i m e n ha des t ru ido por su propia m a n o el más f irme baluarte del t r o n o . — Pab lo I g l e s i a s .

Maura es un gran e s t a d i s t a . . . un h o m b r e i n t e g r o , a q u i e n 110 es

actual poseedor, el interior del histórico mo-numento se hallaba ya totalmente desmante-lado, resultando, por consiguiente, tardías e inaficaces las gestiones que según parece, se practicaran por este ilustre señor para recu-perar en todo o en parte lo objetos enajena dos.

(1) Pequeña morada del sol saliente.

pos ib le c o m b a t i r en ese t e r r e n o . — G i n e r de los R í o s .

E l p r o g r a m a de M a u r a , tal y c o m o l o def iende é s t e , es el ü n i c o q u e puede salvar al p a í s . — S a l i l las .

E n la semana de J u l i o , Maura r e s p e t ó todos los d e r e c h o s . — A z c á -ra te .

E l s e ñ o r Maura no es un reac-c i o n a r i o . . . ¡ni m u c h o ¡menos! L o s mauristas han d e m o s t r a d o , auxi-l iados por el p u e b l o , q u e ese in -j u s t o veto de « M a u r a , n o » , ni es p o p u l a r ni es u n á n i m e . C u a n d o el b l o q u e , v i n i e r o n a s o l i c i t a r mi c o -l a b o r a c i ó n , y y o me n e g u é resuel-t a m e n t e a c o o p e r a r en a q u e l l a a n t i p a t r i ó t i c a c a m p a ñ a . A c u a n -tos se les podría d e c i r c o n m u c h o más m o t i v o ¡us ted, no! M a u r a no es un e l e m e n t o del cual se pres-c i n d e tan f á c i l m e n t e c o m o han c r e í d o m u c h o s . E l j u i c i o q u e de él t i enen en el e x t r a n j e r o , c u y a base han s ido las ins idiosas campañas de los e s p a ñ o l e s , está c o m p l e t a -m e n t e e q u i v o c a d o . — L a b r a .

t e a t r o d e Qhirivel

Con un lleno completo, como viene aconteciendo, y con el fin benéfico que ya conocen los lectores de ese valiente semanario, anoche se representaron en nuestro teatro los números siguientes:

1 .* El disparate cómico arreglado del francés, en un acto y en prosa, por D. Antonio J . Onieva, titulado «Un pelma de ordago», representado magistral-mente por los señores D. Andrés Sola González y D. Arturo Pérez Reche, los cuales rayaron a gran altura, tenien-do momentos felices, que fueron muy celebrados. 2.0 El monólogo cómico, original de D. Felipe Pérez Capo «¡Se m'ha perdió la costilla!», a cargo del Sr . Pérez Reche, que sin cesar fué ova-cionado; pues hizo un baturro delicioso, perfectamente estudiado y vestido. 3." El divertido juguete cómico «Sangre gorda», cuya obra no se puede negar que es hija legítima de los hermanos Alvarez Quintero, por los chistes que en ella abundan, y que el público los ríe con gana. ¿Los heroes en ella? El Sr. Sola González y D. Pedro Reche Soriano, que demostraron ser muy ex-celentes artistas. Y 4." A petición de! público se puso en escena también «El ojito derecho», entremés de los herma-nos Quintero, que obtuvo una brillante interpretación. Los señores Sola Gon-zález, Pérez Reche y Liria Pérez, en sus respectivos papeles de «vendedor», «comprador» v «chalán», hicieron una labor meritísima, demostrando una vez más las excepcionales aptitudes que le adornan para el arte que con tanta hon-ra v provecho están cultivando, en be-neficio del S . C. de Jesús.

La fama de que ios artistas vienen precedidos hicieron que las localidades se agotaran.

En breve se pondrán oirás bonitas y variadas obras, cuyos ensayos han comenzado.

Reciban autores, actores v señoritas que componen el qninteto con el que se amenizan las funciones, mi sincera en-horabuena. E L CORRESPONSAL

Con este número se pondrán al cobro los recibos del 1 t r i m e s t r e de suscrip-ción a E L D I S T R I T O .

Ha vuelto a encargarse de la direc-ción de este semanario D. Francisco Fernández López.

En Valencia, en el Teatro Eslava, según vemos en «El Mercantil Valen-ciano», de aquella hermosa ciudad, aca-ba de estrenarse la comedia «El Colo-so», producción de nuestro paisano D. Enrique Puente, Médico distinguido.

El estreno ha sido de un éxito reso -nante para su autor, a quien por ello felicitamos muy sinceramente, deseán-dole nuevos triunfos en sus aficiones li-terarias.

Los Reyes pasaron por aquí, sin de-jar una huella que merezca el relato. Los chicos encontraron sus botas reple-tas de golosinas y juguetes, pero ¿ay! los políticos que prevenidos las habían puesto con una anticipación desusada, esos... gracias que encontraron las bo-tas.

Veremos el bienico que viene; por que esos políticos son de año y vez.

Hechas las obras de reparación en nuestro antiguo Teatro, ha comenzado actuar en él la compañía de zarzuela que dirige el primer actor D. José Ma-ría Galván.

Todas las noches de representación ha sido un lleno completo, lo que de-muestra el agrado con que el público recibe el trabajo de los artistas.

Hemos tenido el gusto de saludar en esta al Profesor dentista, nuestro buen amigo D. José Suaver.

m s

©Bux/ó de QV. (SÓL ( P r e m i a d a s en p ú b l i c o c o n c u r s o )

Los últimos di'is de un escéptico.—Üonfiden-dencias de un creyente, escritos en ho-menaje a la memoria de un insigne pu-blicista sevillano. A.lrneria, 191*2. Pre-cioso tomito en 8." de 52 páginas y una lámina, O'oO pesetas.

Zoraida, peema histórico-caballeresco.—Basado en una interesante tradición murciana anterior a la reconquista de (íranada. Barcelona, 1911. Elegante folleto de 40 páginas en 4." con cubiertas a dos tintas, 1 peseta.

Para los suscriptores de Ei. Disrimo, a mi-tad de precios. Do venta en Velez-Rubio: en casa del autor, Correa, 1. En Madrid: librería de los Bibliófilos Españoles, Travesía del Arenal, 1 y Pontejos, 8.

" " T i p . de E L D I S T R I T O

EL DISTRITO

V E L E Z - R U B I O i n c o r p o r a d o a ! J t j s f i f u f o $ e q e r a l y t é c n i c o d e J í I n j e r í a .

d i r i g i d o p o r e l p r e s b í t e r o J ) . J o s é j t í a u r a n d i J t f i e l i .

Este centro, tan acreditado ya por los relevantes éxitos obtenidos en los exámenes de prueba <le curso, que cuenta con un selecto y com-petente cuadro de profesores y que se halla lioy instalado en amplio e higiénico local, admite las siguientes clases de alumnos:

Internos.

Permanentes 1. y 2. grupo: 3.° al 6.°

Externos 1.° y 2.° 3.° al 6.°

ri

65 pesetas mensuales 45 " 2 0 "

M

25 15 20

El funcionamiento legal de tan acreditado centro de enseñanza le pone en condiciones de que los exámenes de sus alumnos se veri-fiquen aquí por la Comisión examinadora de dicho Instituto, como ocurrió en el próximo pasado curso, desde el que viene incorporado oficialmente.

Su Director envía reglamentos a quien lo solicite.