el psicópata sin principios

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El psicópata sin principios El psicópata sin principios es el que más frecuentemente se ve en conjunción con los patrones de personalidad narcisista. Estos individuos a menudo tienen éxito en mantener sus actividades dentro del límite de las leyes, y no entrará frecuentemente dentro del tratamiento clínico. Los psicópatas exhiben un sentido arrogante de autoestima, indiferencia al bienestar de otros, maneras sociales fraudulentas. Es allí, su deseo de explotar a otros, o al menos espera reconocimientos especiales o consideraciones dentro de la asunción recíproca de responsabilidades. Es evidente una deficiente conciencia social y la tendencia es el precio al desprecio por lo convencional, se involucra en acciones que elevan cuestionamientos de la integridad personal, que muestra el desprecio de los derechos de los demás. Su irresponsabilidad social y los logros deficitarios, son justificados por sus fantasías expansivas para francos engaños. Descriptivamente, hemos caracterizado a este psicópata como desprovisto del superego qué es, la evidencia del ser inescrupuloso, amoral, y acercamiento engañoso a las relaciones con otras personas. Más que solamente desleal y explotador, los psicópatas pueden encontrarse a través de la sociedad tal como artistas y charlatanes, muchos de quienes son rencorosos y despectivos con sus víctimas. El psicópata sin principios a menudo evidencia una buena voluntad imprudente de arriesgar el daño, es por lo general intrépido ante las amenazas y la acción punitiva. Sus tendencias malévolas, son proyectadas frecuentemente en dificultades hacia su familia y personas externas, así como problemas legales ocasionales. Su satisfacción vengativa, a menudo la obtiene por otros humillantes. Los psicópatas narcisistas actúan como si no tuvieren principio alguno, además de la explotación de otras personas para su ganancia personal. Carecen de un sentido de culpa genuino y poseen poca conciencia social, son oportunistas que disfrutan del proceso de estafar a otros, burlándose en un juego que disfrutan jugar, donde pueden ser seducidos. Sus relaciones sólo sobreviven mientras este tipo de psicópatas tengan algo que ganar. A las personas las abandonan sin pensar en la angustia que pueden experimentar como consecuencia de los comportamientos irresponsables del psicópata. Estos psicópatas muestran una indiferencia a la verdad que, si atrajo su atención, como elicitar una actitud de despreocupada indiferencia. Son hábiles en las rutas de la influencia social, y son capaces de fingir un aire de justificada inocencia, son expertos a engañar a otros con su encanto y falta de sinceridad. Careciendo de cualquier sentimiento profundo de la lealtad, pueden tramar con éxito bajo una fachada de educación y cortesía. Su principal orientación es burlar a otras personas: “Hago a otros antes de que ellos me hagan a mi”. Muchos de estos psicópatas intentan presentar una imagen de fría fortaleza, actuando de manera arrogante e intrépida. Para demostrar su coraje, puede provocar al peligro y castigo. Pero el castigo sólo verifica su reconocimiento inconsciente de que probablemente merece ser castigado por su comportamiento sin principios. Más bien que tener un efecto disuasivo, esto sólo refuerza sus comportamientos explosivos. En muchas formas, el psicópata sin principios es similar al psicópata falso, que se describe después. Ambos comparten un estilo falso y engañoso, conspirador e intrigante en sus cálculos para manipular a otros. Sin embargo, el psicópata falso, una variante de la personalidad histriónica, continuamente persigue la fuerte necesidad de atención y aprobación características que no se presentan en el psicópata sin principios, quien exhibe un básico egocentrismo y una total indiferencia a las actitudes y reacciones de los demás. El psicópata sin principios, se alimenta del débil y vulnerable, disfrutando de su consternación y cólera, los psicópatas falsos, por el contrario, procuran sostener el respeto y el afecto de aquellos que dejan de lado en su búsqueda de nuevas fuentes de amor y admiración. Del libro: Psychopathy: Antisocial, Criminal, and Violent Behavior edited by Theodore Millon, Erik Simonsen, Morten Birket-Smith, and Roger D. Davis. New York, Guilford Publications, 1998, 476 pp.

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Trastornos de personalidad, psicopatía secundaria, psicópata exitoso, maltrato

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Page 1: El psicópata sin principios

El psicópata sin principios El psicópata sin principios es el que más frecuentemente se ve en conjunción con los patrones de personalidad narcisista. Estos individuos a menudo tienen éxito en mantener sus actividades dentro del límite de las leyes, y no entrará frecuentemente dentro del tratamiento clínico. Los psicópatas exhiben un sentido arrogante de autoestima, indiferencia al bienestar de otros, maneras sociales fraudulentas. Es allí, su deseo de explotar a otros, o al menos espera reconocimientos especiales o consideraciones dentro de la asunción recíproca de responsabilidades. Es evidente una deficiente conciencia social y la tendencia es el precio al desprecio por lo convencional, se involucra en acciones que elevan cuestionamientos de la integridad personal, que muestra el desprecio de los derechos de los demás. Su irresponsabilidad social y los logros deficitarios, son justificados por sus fantasías expansivas para francos engaños. Descriptivamente, hemos caracterizado a este psicópata como desprovisto del superego –qué es, la evidencia del ser inescrupuloso, amoral, y acercamiento engañoso a las relaciones con otras personas. Más que solamente desleal y explotador, los psicópatas pueden encontrarse a través de la sociedad tal como artistas y charlatanes, muchos de quienes son rencorosos y despectivos con sus víctimas. El psicópata sin principios a menudo evidencia una buena voluntad imprudente de arriesgar el daño, es por lo general intrépido ante las amenazas y la acción punitiva. Sus tendencias malévolas, son proyectadas frecuentemente en dificultades hacia su familia y personas externas, así como problemas legales ocasionales. Su satisfacción vengativa, a menudo la obtiene por otros humillantes. Los psicópatas narcisistas actúan como si no tuvieren principio alguno, además de la explotación de otras personas para su ganancia personal. Carecen de un sentido de culpa genuino y poseen poca conciencia social, son oportunistas que disfrutan del proceso de estafar a otros, burlándose en un juego que disfrutan jugar, donde pueden ser seducidos. Sus relaciones sólo sobreviven mientras este tipo de psicópatas tengan algo que ganar. A las personas las abandonan sin pensar en la angustia que pueden experimentar como consecuencia de los comportamientos irresponsables del psicópata. Estos psicópatas muestran una indiferencia a la verdad que, si atrajo su atención, como elicitar una actitud de despreocupada indiferencia. Son hábiles en las rutas de la influencia social, y son capaces de fingir un aire de justificada inocencia, son expertos a engañar a otros con su encanto y falta de sinceridad. Careciendo de cualquier sentimiento profundo de la lealtad, pueden tramar con éxito bajo una fachada de educación y cortesía. Su principal orientación es burlar a otras personas: “Hago a otros antes de que ellos me hagan a mi”. Muchos de estos psicópatas intentan presentar una imagen de fría fortaleza, actuando de manera arrogante e intrépida. Para demostrar su coraje, puede provocar al peligro y castigo. Pero el castigo sólo verifica su reconocimiento inconsciente de que probablemente merece ser castigado por su comportamiento sin principios. Más bien que tener un efecto disuasivo, esto sólo refuerza sus comportamientos explosivos. En muchas formas, el psicópata sin principios es similar al psicópata falso, que se describe después. Ambos comparten un estilo falso y engañoso, conspirador e intrigante en sus cálculos para manipular a otros. Sin embargo, el psicópata falso, una variante de la personalidad histriónica, continuamente persigue la fuerte necesidad de atención y aprobación –características que no se presentan en el psicópata sin principios, quien exhibe un básico egocentrismo y una total indiferencia a las actitudes y reacciones de los demás. El psicópata sin principios, se alimenta del débil y vulnerable, disfrutando de su consternación y cólera, los psicópatas falsos, por el contrario, procuran sostener el respeto y el afecto de aquellos que dejan de lado en su búsqueda de nuevas fuentes de amor y admiración. Del libro: Psychopathy: Antisocial, Criminal, and Violent Behavior edited by Theodore Millon, Erik Simonsen, Morten Birket-Smith, and Roger D. Davis. New York, Guilford Publications, 1998, 476 pp.