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Durante el día, la mayoría de las personas realizan una cantidad considerable de actividades, a las cuales, dependiendo de los intereses individuales, se les asignan distintos niveles de importancia. En el nivel más alto, para muchos, probablemente se encuentren actividades como la asistencia a un concierto de música, la participación en una reunión de trabajo ,ó, algún acontecimiento familiar, llámese, cumpleaños, bautizo, matrimonio, aniversario, etc. Lo cierto, es que aparte de estas actividades, también existen otras que la mayor parte del tiempo no se cuestionan, pero que no dejan de ser importantes para la vida de los seres humanos, y en general para todos los seres vivientes, como por ejemplo las relacionadas con la higiene y el metabolismo. Estas actividades, hoy en día, suceden en una habitación con funciones específicas; el baño. Esto, no siempre ha sido así, ya que al hacer una revisión histórica de la evolución del baño resulta interesante comprobar que sus tres elementos físicos; el retrete (toilet), el sistema de drenaje (sewage system) y la bañera (bathub) (fig. 1), por mucho tiempo estuvieron disociados, al igual que sus características principales como la higiene y el confort, es decir, antes de la modernización del baño; cuyo mayor hito es la invención del inodoro con sifón hecha por Alexander Cummings en 1775, el cuarto de baño existía sin uno de sus más icónicos componentes, el retrete; debido lógicamente, a la imposibilidad de incorporar esta habitación dentro de una casa sin un sistema que filtrase el olor de las heces y la orina. Los mejores modelos de esta disociación de los objetos del cuarto de baño se pueden constatar en las antiguas letrinas comunitarias romanas (año

120 D.C.) construidas solo para la excreción de desechos, los lujosos baños públicos de Caracalla construidas entre los años 212 y 219 A.C. por el emperador Marco Aurelio Antonino, especialmente para la limpieza corporal y la vida en comunidad. En cuanto a la disociación de las características del baño, el mejor ejemplo es la concepción de higiene que existía en la edad media, en donde tomar un baño no era algo usual y necesario como lo entendemos hoy.

Lo llamativo que surge respecto al baño a partir de algunas investigaciones y/o reconstrucciones históricas, como por ejemplo “Toilet”, en “elements of architecture” (Koolhaas, 2014), “History of Bath” (Warner, 1801), “Kitchen and Bath, Design Principles” (Wolford, 2015), “The Bathroom” (Kira, 1976), es que la reconstrucción histórica del cuarto de baño ha estado focalizada en el desarrollo de los objetos que lo componen, en el impacto social del desarrollo de estos objetos, y en la elaboración de principios de diseño que aseguren el confort en la experiencia de los baños, como sucede en las dos últimas publicaciones. Lo que trato de decir es que considerando lo presente que esta el baño en nuestras vidas, no existen abundantes trabajos, como “The Bathroom the Kitchen and the Aesthetics of waste” (Lupton & Miller, 1992), que traten la historia del baño desde el punto de vista del arte, específicamente de cómo el ornamento del baño, entendido como habitación, se ha visto modificado por el desarrollo de las culturas que conviven en el mundo. Es éste hecho, sumado a la vaga categorización de estilos que existe hoy respecto al baño, entre Minimalista y Maximalista, hecha en “Ultimate Bathroom Design” (Asencio, 2005), y “Toilet” (Koolhaas, 2014), el factor detonante que da origen a la reflexión que viene a continuación. En ella, a través de la mirada de algunos teóricos, más casos del diseño local, explicaré; el porqué del despojo ornamental experimentado por el cuarto de baño en el siglo pasado, la relación que guarda el revestimiento cerámico con el Minimalismo, la higiene y la modernidad, y por último abordaré el punto de inflexión en el desarrollo de los elementos del baño y sobre como éste hecho repercute en los diseños de los baños de hoy.

El Revestimiento de los Baños en Chile:

Los residuos del Ornamento trás el

paso de la Modernidad.

Matías Espinoza López

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Fig 1. Trajectories of The Toilet: Unification and Divergence, obtenida de: Elements of Architecture,

(pp.4-5), Rem Koolhaas. (2014).

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Esta transformación, es descrita como un proceso de eliminación por Lupton y Miller (1992), que toma lugar entre 1890 y 1930, en la forma de un gradual declive de los recintos decorados y los accesorios esculturales. Además de esto, precisan que la higiene, al menos tras el paso de la modernidad, ha estado por sobre la comodidad en la determinación de la estética del baño, esto queda en evidencia sobretodo en el uso de los materiales, al respecto, Lupton y Miller (1992) precisan: “Las grietas y huecos, así como los ornamentos tallados de los primeros baños, fueron eliminados; en su lugar, aparecieron las superficies lisas, con adornos impermeables al polvo y a la humedad. Accesorios de porcelana blanca fueron liberados de sus cajas de madera oscura, se limpio el suelo y también las paredes. El baño de porcelana blanca y dura, rindió, el polvo y la suciedad se hicieron visibles inmediatamente.”

La creciente confianza en la higiene del siglo pasado tenía una razón de ser, las ciencias fueron capaces de demostrar que una habitación con muros y suelos, lisos y blancos era mucho más fácil de limpiar por el simple hecho de que la suciedad era visible y considerablemente más removible, en otras palabras; el aseo significaba mantener alejadas las enfermedades y naturalmente las personas buscaban esto. Un buen ejemplo del antes y el después en esta lógica del despojo ornamental entendido como la Estética de los Residuos propuesta por Lupton y Miller (1992) se puede hallar en

de la arquitectura. También se puede mencionar el trabajo de Jean Michel Frank, quien, al igual que Le Corbusier, También tuvo la oportunidad de exponer su trabajo en la misma exposición, en una tónica similar al despojo ornamental propuesto por Le Corbusier, con la diferencia en el enfoque interiorista que marco gran parte del trabajo de Michel Frank. En este momento, el buen gusto en la arquitectura, tanto interior como exterior, comenzó a manifestarse a través de formas simples, muros lisos y blancos y por una reducción de la cantidad de mobiliario dentro de los espacios entre otras cosas.

Probablemente, una de las primeras pistas que da Le corbusier respecto a la nueva estética refiriéndose abiertamente al baño, es la descripción que hace del hogar moderno en “Towards a New Architecture” del año 1923, en donde lo caracteriza como aquel que adopta los estándares higiénicos del baño. El siguiente extracto de uno de los trabajos investigativos de Ellen Lupton y Abbott Miller (1992) es bastante clarificador respecto al significado de la estética del baño para la modernidad, dice así:

“Mientras el estilo moderno y el art deco “expresaban” la modernidad, la estética del baño la encarnaba. Como tal, el baño era visto más allá del estilo, lo que explica por qué diseñadores tan distintos entre sí, como walter Dorwin Teague y Le Corbusier lo valorizaran como una expresión pura de la forma al servicio de la función” (p.26).

Durante el siglo pasado, grandes cambios tomaron lugar en la vida de las sociedades más desarrolladas, todo, como consecuencia de la revolución industrial y los grandes descubrimientos científicos. Esta nueva forma de pararse frente al mundo, interpretada como la modernización de las sociedades, contagia todos los ámbitos de la existencia humana, incluso al cuarto de baño, específicamente a través de la creación del primer retrete con una válvula atrapa olores, también conocida como sifón, en el año 1775, por el relojero escocés Alexander Cummings. Cierto es, que éste avance repercutió fuertemente en la configuración del hogar ideal, a partir de ese momento, el cuarto de baño se comenzó a pensar ,no como el lugar con mal olor que se debía mantener alejado de los espacios más frecuentados dentro de un hogar, sino como una unidad que se acopla y convive junto al resto de las funciones de una casa en un mismo sistema.

Por un lado, el desarrollo de nuevas tecnologías, es la expresión misma del cambio que se estaba llevando a cabo en Europa. Sin embargo, este cambio no solo se expresa en las ciencias, sino también, en el surgimiento de una nueva expresión estética, a través de las vanguardias en el mundo del arte y, principalmente en la arquitectura, a través del movimiento moderno. Le Corbusier con su, “Espirit Nouveau Pavilion” expuesto en la Exposición de Artes Decorativas, realizada en París, en el año 1925, es reflejo del cambio en la estética

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dos representaciones: la primera de ellas (fig. 2) corresponde a un baño de lujo exhibido en un catálogo del año 1888 de la empresa “J.L. Mott Iron Works”. Las instalaciones, aparentemente, están dentro de un gabinete de madera, y construidas de hierro fundido esmaltado con porcelana. Según Lupton y Miller (1992) correspondería a un baño estilo “Eastlake”. La segunda imagen corresponde a otro cuarto de baño lujoso, exhibido en el catálogo de 1910, de la empresa “National Sanitary Manufacturing Company” (fig. 3) . Icónica, en el sentido de que es ilustrativa del cambio a favor de la higiene, según Lupton y Miller (1992):

“Los gabinetes de madera que cerraban aparatos aplomados desaparecieron con la creciente conciencia de la higiene. El cambio de los gabinetes de madera en instalaciones expuestas, implicaba un cambio de oscuro a claro, poroso a no poroso, suave a fuerte y ornamentado a no ornamentado” (p.27).

Entrando de lleno, en la manifestación más local y contemporánea de la estética higienista originada en el siglo pasado, vale la pena reflexionar antes sobre dos situaciones atingentes al caso, la primera de ellas, es que hoy en día no existe una intención por clasificar los estilos de la decoración de los baños más que en Minimalista y Maximalista. Esto queda bastante patente, luego de la Publicación “Elements of Architecture” hecha por Rem Koolhaas en la bienal de Venecia del año 2014, específicamente en el apartado que se titula “Toilet”. Esto puede ser tomado como una clara señal de que en la actualidad, aparentemente, no existen estilos al momento de diseñar cuartos de baño, lo cual es bastante dudoso considerando que una publicación coetánea, como ”Kitchen and Bath Design Principles: Elements, form, Styles” (Walford, 2015), reconoce en su mismo título la existencia de estilos a la hora de diseñar baños, cuyo uso se puede extender hasta hoy. Volviendo al impacto de la estética higienista, la segunda situación que es posible verificar, es la protagónica, y preferente durante el tiempo, utilización de materiales cerámicos en el revestimiento de algunas de las líneas de diseño de baños más reconocidas de Chile. La diferencia entre este nuevo revestimiento y el de uno de los baños de la Villa Savoye (fig. 4) por ejemplo, radica en que las baldosas cerámicas se han convertido en

fig.2 A deluxe bathroom as despicted in the J. L. Mott Iron works Catalogue of 1888, de: the Bathroom the Kitchen ande the

Aesthetics of waste (pp 25-40) Lupton E. Miller,J. (1992).

fig.3 A deluxe bathroom as despicted in the J. L. Mott Iron works Catalogue of 1888, de: the Bathroom the Kitchen ande the

Aesthetics of waste (pp 25-40) Lupton E. Miller,J. (1992).

fig.4 Vista de una baño de la Villa Savoye, de: http://www.stepienybarno.es/blog

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materiales dóciles para el mercado, ahora se dispone de más facilidades para el acceso a este tipo de materiales y por otro lado, el mercado ha expandido la variedad de texturas y colores de los revestimientos cerámicos. Es así como por ejemplo, las líneas de mamparas de la empresa “CHC” (fig. 5) presentan en sus catálogos muros que en apariencia están lejos de ser blancos y lisos, sin embargo, en su apariencia demuestran que la esencia higienista proveniente de los inicios del siglo pasado aún persiste, ya que se utiliza un material que en teoría mantiene alejada la suciedad, me refiero, nuevamente a los materiales cerámicos. Lo mismo sucede con las superficies que exhibe la empresa “Matte Chile” en sus catálogos (fig. 6).

Lo interesante respecto al revestimiento cerámico es que no solo existe en las más lujosas líneas de diseño en Chile y en el mundo, sino que también se extiende a contextos menos lujosos, como por ejemplo el revestimiento de los baños en una casa en el barrio Pedro de Valdivia Norte (fig. 7). En donde se puede ver que la baldosa que cubre la pared comienza a tener una variación en su forma y color, como una especie de residuo de la ornamentación, que ya no se expresa en accesorios que forman parte del baño, sino en diseños que surgen del propio revestimiento cerámico. (fig. 8).

La universalización del uso de la cerámica, sumado a la aparente inexistencia de más estilos que el Minimalista y el Maximalista al momento de diseñar baños, son el reflejo de una decantación de la idea inicial del despojo ornamental, aplicada por Le Corbusier en sus diseños de casas, hecha palabras por Adolf Loos en su Libro “Ornamento y delito”, y llevada al interior del hogar por Jean Michel Frank a través de sus Interiores Mínimos (Merwood-Salisbury, 2009). Esta idea, de forma incríble, persiste hasta hoy, descansando sobre el mismo argumento inicial, cuya principal validez yace en el diseño a favor de los espacios con apariencia Higiénica. El mejor ejemplo de esta persistencia en el tiempo son los textos descriptivos que acompañan los productos que comercializan las líneas lujosas de diseño. La empresa “Matte Chile” describe sus productos de la siguiente forma:

fig. 5 Mamparas CHC, de: http://www.grupochc.cl

fig. 6 Las Superficies Sólidas Staron® de Matte Chile, de: http://www.mattechile.cl/

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“CARACTERÍSTICAS: Higiene AbsolutaStaron® impide el crecimiento de hongos y bacterias, transformándose en un producto 100% higiénico y atóxico, lo cual se encuentra acreditado en su certificación Greenguard.”

Es curioso que por aproximadamente cien años, la higiene siga teniendo el papel protagónico que tiene ahora en el diseño, considerando que por pasajes varios de la historia no siempre fue así. Tratando de dar una opinión personal más un pronóstico respecto de esta situación, pareciera que a pesar de los episodios de desconfianza históricos que han generado las ciencias a través de la modernización de las ciudades, la fe en lo higiénico (validado científicamente), sigue existiendo, y al parecer será por muchos años más el mayor argumento para diseñar los espacios que para la mayor parte de las sociedades occidentales son de gran intimidad; los cuartos de baño. La razón de este pronóstico es que actualmente no existe nada que tenga más validez que las ciencias, y por otro lado, si estas aseguran que un grupo determinado de materiales “son mas higiénicos” que otros, la gente obviamente los preferirá porque les interesa mantener alejadas las enfermedades y en el fondo extender lo más posible su existencia en esta vida. La única razón que veo para la existencia de un nuevo baño que no se adscriba a los criterios higienistas es la existencia de algo que vaya más allá de las ciencias (que por el momento no existe), ó, en el peor (o mejor quizás) de los casos, mediante un retroceso en la confianza que se le ha dado al método científico.

Respecto a los estilos de la decoración de baños, es evidentemente que tras el paso del modernismo, el color ha vuelto a tener sentido en los espacios, asimismo la decoración con objetos que escapan de lo utilitario. Reflejo de ello es el extenso catalogo de imagenes de baños expuesto en el libro “Ultimate Bathroom Design” (Asencio, 2005), en donde destacan baños Maximalistas, que resaltan por una utilización de colores basada en el diseño gráfico de los años setenta, tanto como algunos cuartos de baño, que con la intención de generar espacios de mayor calidez utilizan revestimientos de maderas resistentes a la humedad.

fig. 8 Detalle revestimiento baño, casa en av. el cerro, Provi-dencia, Santiago de Chile, Fotografía del autor (2015)

fig. 7 Baño, casa en av. el cerro, Providencia, Santiago de Chile, Fotografía del autor (2015)

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¿En qué se está ahora? esa es la pregunta que valdría la pena responder para finalizar esta reflexión. Analizando los ejemplos, tanto de los autores encontrados como también de los casos de las empresas fabricantes de productos para el diseño de baños en Chile, se puede verificar que aún, como sociedad que se sustenta en bases occidentales, se transita por un proceso de asimilación del despojo del ornamento, en donde existe aún, una cierta predominancia del Minimalismo por sobre el Maximalismo, a pesar de la existencia del posmodernismo, esto, porque a simple vista el Minimalismo sigue expresando con mayor fuerza los principios del diseño higiénico, ya que siempre va a ser más fácil de limpiar un lugar físicamente más despejado, que uno con un par de accesorios más. A modo de síntesis, se puede decir que el despojo ornamental en los baños sigue siendo protagónico, sigue siendo sinónimo de lujo, y considerando lo que señala Johana Merwood Salisbury en su ensayo “On luxury” del año 2005, el lujo, es el factor determinante del gusto por el arte de las personas. Por lo tanto, entendiendo lo anterior, el buen gusto de los sectores más acomodados de la sociedad se sigue inclinando por el diseño de baños con interiores mínimos.

Wolford, N. (2015). Kitchen and Bath Design

Principles: Elements, Form, Styles. Recuperado de: https://books.google.cl/books/thebathroomdesignhistory.

Warner, R. (1801). The History of Bath.

Recuperado de: https://books.google.cl/books+the+history+of+bath+ornament&source.

Reagan, A. (2015). A Brief History of

the Bathroom. Recuperado de: http://www.porch.com/advice/brief-history-bathroom.

Alter, L. (2011). The history of the bathroom

Part 5: Alexander Kira and Designing for People,

Not Plumbing. Recuperado de: http://www.treehugger.com/bathroom-design/the-history-of-the-bathroom-part-5.

Kira, A. (1976). The bathroom. Recuperado de: http://hdl.handle.net/2027/mdp.39015006321601.

Merwood-Salisbury, J. (2009). On Luxuty.

Recuperado de: http://www.jstor.org/stable/29544709.

Le Corbusier. (1923). Hacia una Arquitectura.

Recuperado de: http://www.academia.edu/6468653/Le_Corbusier_-_Hacia_Una_Arquitectura_PDF.

Lupton E. & Abbott Miller, J. (1992). The Modern Bathroom: Ornament and Grime. En, Lupton E. & Abbott Miller, J. (Eds) the Bathroom the Kitchen ande the Aesthetics of

waste (1a ed., pp 25-40) New York, NY : Studley Press.

Koolhaas, R. (2014). Elements of Architecture.

(1a. ed., Vol: Toilet) Venecia, Italia.