el ruidn, el trabajo la higiene mental · braciones regulares,de carácter en ge neral agradable...

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POR EL DR. SAMUEL RAMIREZ MORENO El Ruidn, el Trabajo y la Higiene Mental ESTUDIANTES: MEXICO DE que pueden originar serios errores de conducta. La psicología y la física enseñan la diferencia teórica entre ruidos prima- rios y ruidos fusionados o compues- tos. Los primeros son aquellos que están formados por excitaciones acús- ticas que no son discriminados en el oído humano en vibraciones diferen- tes y, por tanto, son simples. Los ruidos s;ecundarios están inte- por grupos de vibraciones acús- t ¡e'as de los anteriores, que son dife- renciables entre sí merced a la coinci- dencia y al cruzamiento, y cuando son reconocidos por el sensorio, es decir, cuando toman el carácter de percepciones, se hacen desagrables y, molestos. Este último carácter, es de apreciación psicológica en lo general. con excepciones, como veremos ade- lante, pues la definición de la palabra ruido, que viene del latín rugitas, es: . 'sonido inarticulado y conf,uso más o menos fuerte." Cuando la fusión de excitantes ele- mentales acústicos se percibe en el oído sin fatiga y además es agradable, se origina el sonido. La voz sonido, di- fícil de definir, viene del latín soni· tus, y es, según la Real Academia Es- pañola, "la sensación que excita en el del oído el movimiento vibra- torio de los cuerpos transmitido pOr un medio elástico, como el aire". Simplificando y sin entrar en com- plejidades físicas; por la índole ,de es- te, trabajo, puede decirse. desde un punto de vista psicológico, que el so- nido "es la percepción acústica de vi- braciones regulares, de carácter en ge- neral agradable para el hombre", y el ruido es "la percepción acústica de vibraciones irregulares habitualmente de tonalidad afectiva desagradable". Es un hecho también de observa- ción y de experiencia general, que los ruidos son molestos cuando es posi- ble diferenciar sus componentes y ob- en forma aislada. "La per- de determinado ruido. de mo- do inconsciente, busca una orientación respecto qe aquél. para nuestra tran- quilidad", dice Sacristán. ' De manera automática, se analiza todo ruido que se percibe, pero cuan- do surge del medio ruidoso habitual TECNOLOGICO INSTITUTO UNIVERSIDAD DE MEXICO * '11 DE LA ASOCIACION MEXICANA DE CULTURA, A. C. Escuela Preparatoria 49 y 59 años Escuela de Economía 1 9 , 2 Q , 3Q Y 4 Q años Escuela de' Administración de Negocios 1 9 , 2 Q Y3 9 años Palma Norte, 518, 6Q piso. Tels.: 18-68-43 y 36-35-74 MEXICO, D. F. Director General: LIC. EDUARDO GARCIA MAYNEZ ren medios de defensa que puedan re- ducir al mínimo las serias consecuen- cias a que están expuestos. Como queda dicho, los ruidos in- tensos causan alteraciones auditivas de carácter orgánico, así como pertur- baciones psicológicas, y en la esfera intelectual o representativa, es la aten- ción la primera y más seriamente afectada. A este respecto se ha señabdo la diferencia entre el ruido continu·o. di- fuso, cualquiera que sea su .intensidad. como el producido por máquinas y el ruido, insólito, imprevisto y fuerte que atrae bruscamente la atención. El primero acaba por habituar a quien lo sufre, tal como acontece en muo chas oficinas y centros industriales. en los cuales obreros o empleados, se- gún ellos mismos relatan, llegan a 'acostumbrarse en tal forma, que ni siquiera se dan cuenta de su existen-' cia y aun creen que dejan de percibir- lo: mas ello sólo' es en apariencia, pues precisamente estos tipos de rui- dos constantes son los que provocan mayor fatigabilidad sobre las nes mentales, especialmente, como ya se indicó, disminuyendo la atención: en cambio, los súbitos o inesperados producen reacciones emocionales de miedo, 'sorpresa, angustia, etc., que no dejan huella, salvo en casos espe- ciales y en personalidades hiperemo- tivas. 1 Experimentalmente en algunos paí- ses como Rusia, Francia, Alemania, Estados Unidos, etc., se ha demostra- do de acuerdo con la racionalización de los métodos de trabajo que, si se disminuyen los ruidos mediante ada'p- taciones convenientes a máquinas y a obreros, el rendimiento de éstos es mu'y superior y su capacidad de tra- bajo se conserva íntegra o casi íntegra. El obrero en algunos oficios,' así como e! intelectual cuando labora, tienen que realizar gran esfuerzo de concentración y a veces es suficiente el más pequeño desvío de la para' que se altere su disposición al trabajo, y en las personalidades de constitución psiconeurótica se produz- can reacciones anormales que son ver- daderos episodios de irascibilidad con psicomotoras impulsivas, 1 La fonometría, o sea la ciencia que se dedica a la medición de la intensidad de los sonidos, ha tropezado con grandes obstácu- los, y ya Broca decía, desde el año de 1899, que para determinar la agudeza auditiva se- ría menester graduar el sonido como se gra- dúa la luz con el "fotometro" y declaraba como insoluble el problema, pues se desco- nocían los precisos métodos electrónicos ac- tuales. Distinguidos físicos y fisiólogos se han ocupado de este asunto, como: Galton, Koen- ing, Helmholtz, Hughes, Despretz, Lord Ray- leigh, Politzer, G. Weiss, A. Broca, C1audio Bernard, D'Arsonval, Weber, Fechner y des- de hace mucho tiempo se han venido inven- tando diversos tipos de '''acúmetros'' como los de Itard y Politzer, Magnus, Gaiffé. Hughes, D'Arsonval, etc. El aparato llamado '''Balanza de Torción", de Rayleigh, fué de los más empleados para medir la intens!c1ad del sonido, pero todos éstos han sido sllhs- tituídos por los aparatos actuales para me- dir la agudeza auditiva, que tienen como base los métodos electrónicos y son los "otoaudio- nes" o audiómetros que contienen un osci- lador de 'frecuencias audibles generadas por un sistema heterodino, controladas por IIn procedimiento preciso. El aparato usualmen- te empleado y de manejo sencillo es el "De- . cibelmetro". El fonio o el Bell y el decibell, que es la décima parte, son muy útiles, pues pueden valorizarse en vatios, lo que permi- te que los métodos de audiometría sean pre- cisos. ruido continuo' e intenso que produ- cen los disparos de rifles, ametralla- doras, cañones y bombas; pero ade- más, hay individuos cuya sensibilidad para los ruidos es extraordinaria, lo cual era ya citado desde hace tiempo por Schopenhauer, quien decía que . "son precisamente estas personas las mismas a quienes e! arte, la poesía y el puro pensamiento dejan insensi- bles, a causa quizá de la textura de su masa cerebral". El fonio, nombre que viene de la palabra inglesa phone, que después ha sido substituída por algunos por la palabra Bell, en homenaje a Ale- xander Graham Bell, descubridor del teléfono, es la unidad usada para me- dir la intensidad del sonido y del ruí- do y su empleo ha sido muy útil en la higiene de! trabajo, pues se ha de- mostrado que todo ruido cuya inten- sidad superior a 10 fonios, puede causar alteraciones del oído medio. Es una unidad subjetiva referente a la intensidad de la voz hablada con una altura media entre 500 y 1000 hertz (vibración doble por segundo) per- cibida claramente a 50 cms. del oíd6. Los fonios o Bells, pues, miden cual- quiera intensidad acústica con refe- rencia al límite inferior de la sensibi- lidad auditiva. 1 Los obreros industriales que están condenados a trabajar continuamente en medio de intensos ruidos, requie- Pachuca, Hgo, Te!. 2-44 Maestranza N9 1 Apartado 70 Para' sus e..xcursiones y trabajo diario prefieran el famoso, cal- zado TENERlA 'DE PACHUCA Everardo Márquez LA MARCA DE PRESTIGIO Pedidos C. O. D. Y Reembolso enviande el lOro del valor t"n cheque, giro postal, etc. Casas Distribuidoras en el Distrito Federal: I Palma 12-B, Argentina 32. Pino Suárez SO, Guerrero 30, Calz. México- Tacuba (Junto al Cine Tacuba), Av. Peralvillo 60-A, Av. Revolución 119-2, Tacubaya, Zapatería "Bufalo", Av. Brasil 41, Plaza Comonfort 3 "1". GUADALAJARA, JAL, Morelos NQ 484 PUEBLA, pUE. S de Mayo 803 "J". TAMPICO, TAMPS. Aurora N9 313 Sur El ruido de las ciudades en las ca- l1es y en las plazas y el ruido que acompaña al trabajo en las fábricas y en los talleres, origina un difícil problema cuya solución compete e interesa a la higiene psíquica, pues e! intelectual y el obrero son las victimas inmediatas. Es un hecho de observación que el ruido producido por algunas máqui- nas que manejan los trabajadores, disminuye la de rendimien- to de éstos y en muchas industrias se les producen alteraciones permanen- ' tes del oido, que revisten manifiesta seriedad, pues en ocasiones llegan has- ta la sordera. Los ruidos continuos que actúan es- pecialmente sobre personalidades neu- róticas o hiperemotivas, pueden favo- recer perturbaciones psíquicas de tipo emocional que se han designado por algunos psiquiatras con el nombre de "neurosis del ruido". Son citados por diversos auto'res, casos de perturbacio- nes mentales sufridas por los soldados en la guerra, como consecuencia del

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POR EL DR. SAMUEL RAMIREZ MORENO

El Ruidn, el Trabajo yla Higiene Mental

ESTUDIANTES:

MEXICODE

que pueden originar serios errores deconducta.

La psicología y la física enseñan ladiferencia teórica entre ruidos prima­rios y ruidos fusionados o compues­tos. Los primeros son aquellos queestán formados por excitaciones acús­ticas que no son discriminados en eloído humano en vibraciones diferen­tes y, por tanto, son simples.

Los ruidos s;ecundarios están inte­gr~dos por grupos de vibraciones acús­t ¡e'as de los anteriores, que son dife­renciables entre sí merced a la coinci­dencia y al cruzamiento, y cuandoson reconocidos por el sensorio, esdecir, cuando toman el carácter depercepciones, se hacen desagrables y,molestos. Este último carácter, es deapreciación psicológica en lo general.con excepciones, como veremos ade­lante, pues la definición de la palabraruido, que viene del latín rugitas, es:. 'sonido inarticulado y conf,uso máso menos fuerte."

Cuando la fusión de excitantes ele­mentales acústicos se percibe en el oídosin fatiga y además es agradable, seorigina el sonido. La voz sonido, di­fícil de definir, viene del latín soni·tus, y es, según la Real Academia Es­pañola, "la sensación que excita en elórga~o del oído el movimiento vibra­torio de los cuerpos transmitido pOrun medio elástico, como el aire".

Simplificando y sin entrar en com­plejidades físicas; por la índole ,de es­te, trabajo, puede decirse. desde unpunto de vista psicológico, que el so­nido "es la percepción acústica de vi­braciones regulares, de carácter en ge­neral agradable para el hombre", y elruido es "la percepción acústica devibraciones irregulares habitualmentede tonalidad afectiva desagradable".

Es un hecho también de observa­ción y de experiencia general, que losruidos son molestos cuando es posi­ble diferenciar sus componentes y ob­jetivarl~s en forma aislada. "La per­cepció~ de determinado ruido. de mo­do inconsciente, busca una orientaciónrespecto qe aquél. para nuestra tran-quilidad", dice Sacristán. '

De manera automática, se analizatodo ruido que se percibe, pero cuan­do surge del medio ruidoso habitual

TECNOLOGICOINSTITUTO

UNIVERSIDAD DE MEXICO * '11

DE LA

ASOCIACION MEXICANA DE CULTURA, A. C.

Escuela Preparatoria49 y 59 años

Escuela de Economía19, 2Q, 3Q Y 4Q años

Escuela de' Administración de Negocios19, 2Q Y 39 años

Palma Norte, 518, 6Q piso. Tels.: 18-68-43 y 36-35-74MEXICO, D. F.

Director General:LIC. EDUARDO GARCIA MAYNEZ

ren medios de defensa que puedan re­ducir al mínimo las serias consecuen­cias a que están expuestos.

Como queda dicho, los ruidos in­tensos causan alteraciones auditivasde carácter orgánico, así como pertur­baciones psicológicas, y en la esferaintelectual o representativa, es la aten­ción la primera y más seriamenteafectada.

A este respecto se ha señabdo ladiferencia entre el ruido continu·o. di­fuso, cualquiera que sea su .intensidad.como el producido por máquinas y elruido, insólito, imprevisto y fuerteque atrae bruscamente la atención. Elprimero acaba por habituar a quienlo sufre, tal como acontece en muochas oficinas y centros industriales.en los cuales obreros o empleados, se­gún ellos mismos relatan, llegan a

'acostumbrarse en tal forma, que nisiquiera se dan cuenta de su existen-'cia y aun creen que dejan de percibir­lo: mas ello sólo' es en apariencia,pues precisamente estos tipos de rui­dos constantes son los que provocanmayor fatigabilidad sobre las funcio~

nes mentales, especialmente, como yase indicó, disminuyendo la atención:en cambio, los súbitos o inesperadosproducen reacciones emocionales demiedo, 'sorpresa, angustia, etc., queno dejan huella, salvo en casos espe­ciales y en personalidades hiperemo­tivas.

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Experimentalmente en algunos paí-ses como Rusia, Francia, Alemania,Estados Unidos, etc., se ha demostra­do de acuerdo con la racionalizaciónde los métodos de trabajo que, si sedisminuyen los ruidos mediante ada'p­taciones convenientes a máquinas ya obreros, el rendimiento de éstos esmu'y superior y su capacidad de tra­bajo se conserva íntegra o casi íntegra.

El obrero en algunos oficios,' asícomo e! intelectual cuando labora,tienen que realizar gran esfuerzo deconcentración y a veces es suficienteel más pequeño desvío de la a~nción

para' que se altere su disposición altrabajo, y en las personalidades deconstitución psiconeurótica se produz­can reacciones anormales que son ver­daderos episodios de irascibilidad conde~cargas psicomotoras impulsivas,

1 La fonometría, o sea la ciencia que sededica a la medición de la intensidad de lossonidos, ha tropezado con grandes obstácu­los, y ya Broca decía, desde el año de 1899,que para determinar la agudeza auditiva se­ría menester graduar el sonido como se gra­dúa la luz con el "fotometro" y declarabacomo insoluble el problema, pues se desco­nocían los precisos métodos electrónicos ac­tuales.

Distinguidos físicos y fisiólogos se hanocupado de este asunto, como: Galton, Koen­ing, Helmholtz, Hughes, Despretz, Lord Ray­leigh, Politzer, G. Weiss, A. Broca, C1audioBernard, D'Arsonval, Weber, Fechner y des­de hace mucho tiempo se han venido inven­tando diversos tipos de '''acúmetros'' comolos de Itard y Politzer, Magnus, Gaiffé.Hughes, D'Arsonval, etc. El aparato llamado

'''Balanza de Torción", de Rayleigh, fué delos más empleados para medir la intens!c1addel sonido, pero todos éstos han sido sllhs­tituídos por los aparatos actuales para me­dir la agudeza auditiva, que tienen como baselos métodos electrónicos y son los "otoaudio­nes" o audiómetros que contienen un osci­lador de 'frecuencias audibles generadas porun sistema heterodino, controladas por IInprocedimiento preciso. El aparato usualmen­te empleado y de manejo sencillo es el "De-

. cibelmetro". El fonio o el Bell y el decibell,que es la décima parte, son muy útiles, puespueden valorizarse en vatios, lo que permi­te que los métodos de audiometría sean pre­cisos.

ruido continuo' e intenso que produ­cen los disparos de rifles, ametralla­doras, cañones y bombas; pero ade­más, hay individuos cuya sensibilidadpara los ruidos es extraordinaria, locual era ya citado desde hace tiempopor Schopenhauer, quien decía que

. "son precisamente estas personas lasmismas a quienes e! arte, la poesía yel puro pensamiento dejan insensi­bles, a causa quizá de la textura de sumasa cerebral".

El fonio, nombre que viene de lapalabra inglesa phone, que despuésha sido substituída por algunos porla palabra Bell, en homenaje a Ale­xander Graham Bell, descubridor delteléfono, es la unidad usada para me­dir la intensidad del sonido y del ruí­do y su empleo ha sido muy útil enla higiene de! trabajo, pues se ha de­mostrado que todo ruido cuya inten­sidad ~ea superior a 10 fonios, puedecausar alteraciones del oído medio. Esuna unidad subjetiva referente a laintensidad de la voz hablada con unaaltura media entre 500 y 1000 hertz(vibración doble por segundo) per­

cibida claramente a 50 cms. del oíd6.Los fonios o Bells, pues, miden cual­quiera intensidad acústica con refe­rencia al límite inferior de la sensibi­lidad auditiva. 1

Los obreros industriales que estáncondenados a trabajar continuamenteen medio de intensos ruidos, requie-

Pachuca, Hgo,

Te!. 2-44

Maestranza N9 1

Apartado 70

Para' sus e..xcursiones y trabajodiario prefieran el famoso, cal­zado

TENERlA 'DE PACHUCAEverardo Márquez

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LA MARCA DE PRESTIGIOPedidos C. O. D. Y Reembolsoenviande el lOro del valor t"n

cheque, giro postal, etc.

Casas Distribuidorasen el Distrito Federal:

I

Palma 12-B, Argentina 32. PinoSuárez SO, Guerrero 30, Calz.México-Tacuba (Junto al CineTacuba), Av. Peralvillo 60-A,Av. Revolución 119-2, Tacubaya,Zapatería "Bufalo", Av. Brasil

41, Plaza Comonfort 3 "1".

GUADALAJARA, JAL,Morelos NQ 484

PUEBLA, pUE.S de Mayo 803 "J".

TAMPICO, TAMPS.Aurora N9 313 Sur

El ruido de las ciudades en las ca­l1es y en las plazas y el ruido queacompaña al trabajo en las fábricasy en los talleres, origina un difícilproblema cuya solución compete einteresa a la higiene psíquica, pues e!intelectual y el obrero son las victimasinmediatas.

Es un hecho de observación que elruido producido por algunas máqui­nas que manejan los trabajadores,disminuye la c~pacidad de rendimien­to de éstos y en muchas industrias seles producen alteraciones permanen- 'tes del oido, que revisten manifiestaseriedad, pues en ocasiones llegan has­ta la sordera.

Los ruidos continuos que actúan es­pecialmente sobre personalidades neu­róticas o hiperemotivas, pueden favo­recer perturbaciones psíquicas de tipoemocional que se han designado poralgunos psiquiatras con el nombre de"neurosis del ruido". Son citados pordiversos auto'res, casos de perturbacio­nes mentales sufridas por los soldadosen la guerra, como consecuencia del

12 * UNIVERSIDAD DE MEXICO

" e A LID R A ", S. A.FERROOARRILES NAOIONALES 155. OOL. ANAHUAC, D. F.

Eric. 17-32-23 ., 17-39-65; 38·29-46. Ap. Postal,l. Suco Mariano Escobedo. D, F

cesidad de suprimir o atenuar en 10posible la influencia de estos factoresen la vida de los obreros de fábricasy talleres, o en los que manejan ene! campo y a la intemperie instrumen­tos y herramientas ruidosos. pues tó­dos sabemos e! tormento que signifi­can, en las horas de trabajo o de des­canso. el barullo callejero. las bocinasde los automóviles, e! rodar de los'tranvías y camiones. los gritos de losvendedores y los no menos molestosruidos provocados por sinfonolas, ra­dios, etc., que han originado tantasprotestas en todos los países. las cua­les llegaron a ser escuchadas en al gu­nos. y así vemos que una ciudad como ­Roma, por ejemplo. antes de esta úl­tima guerra, prohibió terminantemen-te se hicieran muchas de estas clasesde ruidos callejeros, lo cual tambiénse ha logrado en varias otras: en losEstados Unidos, de manera principal.En México está prohibido. bajo san­ción severa, sonar las bocinas de losautomóviles después de las 10 de lanoche.

Entonces. ¿cómo no comprender el'ruido perturbador de! trabajo en unapersona que durante ocho horas dia­rias, o más, está sujeta a chirridos, agritos, a máquinas sonoras. a marti­lleos, a ruidos metálicos? Esto, porcompensación, en muchos casos favo­rece que e! obrero subconscientemente.busque en el alcohol y en el libertina­je algo que contraste con su molestotrabajo. El ruido le fatiga de maneraintensa sus facultades mentales y enesas condiciones está' expuesto a erro­res y accidentes.

"¿Es el ruido -dice Lessing- ac­cidente casual o mero síntoma del des­engaño del alm~ moderna. expresiónde un instinto humano imposible demodificar?' .

Para este autor, lo que él llama ins­tinto del ruido no puede ser vencidomediante órdenes y disposíciones ad­ministrativas o policíacas, sino enmuy limitada p.arte. Tras el ruido sehalla un impulso, un proto-instintoen el cual radica e! positivo carácterde placer del mismo. El ruido es parael hombre una especie de narcosis dela conciencia, e! estupefaciente másprimitivo. Sirve como éste para limi­tar, amortiguar, reprimir las funcio­nes subjetivas ante nuestro espíritu,es decir, intelectuales. racionales yconscientes. Dígalo, si no, esa mal lla­mada música de jazz, de congas, debuzui bugui, propia de cabarets y si­tios donde el hombre busca aturdirse,análoga a los ruidos de tambores mo­nótonos y gritos de los pueblos sal­vaJes.

Ello, sin embargo, está en oposiciónevidente entre este proto-instinto deLessing y la tendencia a superarse delhombre culto. o de otro modo, entreel ruido. y 'la cultura. Ya decía Leo·nardo de Vinci que "donde se grita'

no har.¡ verdadera ciencia".

tor Hugo y Zola, fueron muy sensi­bles al ruido.

Sanz del Río, citado por el propioSacristán. a quien hemos señalado va·rias veces por sus estudios acerca de!ruido. tapizaba con mantas su cuartode trabajo en busca d~ silencio, y Mar­cel Proust pasó gran parte de su vidacncerrado en un cuarto tapizado decorcho, así como Ricardo Wagner.quien colocaba bajo su ventana, quedaba a la calle, cascos de botella y gui­jarros para :tlejar a los chiquillos delas cercanías de su casa, cuando llega~

ban haciendo algarabía.Tengo catalogados numerosos ca­

sos de esta "neurosis de! ruido", ~ntre

ellos el de un escritor americano queha buscado en numerosos países delmundo un lugar de verdadera quietudy tranquilidad y quien con frecuen­cia va a refugiarse a una casa aisladay silenciosa en las afueras de Cuer­navaca. Ha bastado a este individuo.en alguhas ocasiones, oír los ladridosde un perro durante la 'noch¡:, paraalejarse no sólo de la casa donde ha­bitaba, sino de la ciudad y aun delpaís.

Otro caso curioso es el de dos ari­cianas señoritas, que buscaban siem­pre habitación en las calles más apar­tadas y silenciosas de la ciudad de Mé­xico, y no conformes con esto, cl:lbríanlas paredes con capas de paja sosteni­das con costales y hacían dobles puer­tas para impedir la llegada de los rui­dos hasta ellas.. Estos casos son simplemente ejem­

plos, que ponen de manifiesto la ac­ción que e! ruido puede producir ~ndeterminadas personalidades' huma­nas; pero limitándonos a la acciónpura, fisiológica,' del estímulo acústi­co de! ruido, independiente del modode reacción psíquica, se 'puede afirmarque basta éste por sí solo para que ene! órganismo humano se verifiquenvariaciones y alteraciones cuantitáti:vas, secretoras y excretoras, fuera dela acción de la voluntad, y que en mu­chos casos la conciencia no percibe queexisten, como ya ha sido señalado porPavlow, merced a sus experimentos so­bre los reflejos condicionados.

Hace siglos se pensaba que deter­minados tonos ejercían gran influen­cia sobre algunos órganos, de dondenació en la Edad Media una curio~a

terapéutica, .la cual .pretendía curarcieitas enfermedades mediante' la ac­c;ón de instrumentos musicales, y así,[or ejemplo, se intentaba sanar hi hi-

/

c'ropesía con el sonido de una flauta¿e madera; la fiebre. mediante los<'ca/des menores de una flauta de ca­ña, ett'.

Los hechos psicológicos y fisioló­-sicos nos revelan que la sensación acús­tica produce cambios y modificacio­nes en el organismo. muchos de loscuales son .conocidos. como los cita­dos por Pavlow y otros muchos ig­norados, pero desde el punto de vistade la higiene menta!, se impone la ne-

?tz, SOLIDOPRESTIGIO flúIZaUNA SOLIDACONSTRUCCION

excepcionales. pues la regla general.como dice Sacristán. la constituyenlos casos contrarios, "aquellos quebuscan el paraíso de las ideas puras dePlatón en la región del silencio jamásquebrantado" .

Schopenhauer. en su campaña fi­losófica contra el ruido. aludía con­tinuamente. tomando como punto deap;)yo las biografías de grandes hom­br:'s, a las eternas quejas de éstos con­tra el ~uido.

y muy curioso a este respecto es elcaso de Carlyle. considerado como unode ]os más típicos de la llamada "neu­rosis del ruido": para su esposa, comojo expresa en su diario y en su co­rr:sponJencia, la continua preocupa·ción era encontrarle un lugar silenciosode trabajo. Er la vida de él, todo de­p2ndía de cómo hubiese pasado la no­che. pues era suficiente un ligerísimoruido, el lejano cantar de un gallo. e!rodar de un coche, e! suave tic-tac dcun reloj, para provocarle insomnio ymal humor.

Retirado a ·una solitaria casa deChelsea. su mujer' tuvo que comprartodos los gallos y gallinas de los alre­dedores para evitar que pasara malasnoches. Su cuarto estaba provisto dedoble pared de turba. y aun así, anun­ciaba a los suyos que escribiría susnuevos libros en el desierto o en unbarco en" medio del mar.

. El matemático inglés Babbage notoleraba a los organillos que en sutiempo se tocaban en algunos pueblosde Inglaterra.

El mismo Goethe no podía habi­tuarse al ruido de la ciudad de Estras­burgo y marchaba alIado de los tam­bores en las paradas militares para en­durecer su oído, como él plismo decía.pero en toda su vida no pudo lograrlo'y en los últimos años compró en Wei-

.mar una casa junto a la suya para te­nerla deshabitada y así preservarse delruido ~ue provocarían sus vecinos.

Muchos otros, como Schiller, Bee­thoven, Byron. Shelley. Musset. Víc-

"".I.R. PAT. 38405

donde actuamos. 6teo diferente cuyanaturaleza y origen se desconocen. en­tonces se sufre grandemente. debido aque se desajusta nuestra adaptación. Esevidente que los ruidos son muy des­agradables para la mayor parte de lasgentes, y esto explica que muchas bus­quen, para vivir, sitios tranquilos ysilenciosos.

Sin embargo hay excepciones. puesse cita que Mozart, por ejemplo. cuan­do trabajaba requería hallarse rodea­do de sus hijos entregados al juego,sin que el ruido que ellos producíanle originase la menor molestia, perosi a ese ruido se añadía otro aisladodiferente. perdía la atención necesariapara continuar su trabajo.

Otro caso curioso es el que se rc·fiere a Stuart Mili, quien necesitaba,para sacudir su apatía y obtener es·tímulo. que en la habitación contiguaa la suya alguien tocara insistentemen­te el tamBor, pero en cambio no podí.lsoportar otra clase de ruido.

y dentro de estos casos raros, hayaún otros más en los c'Jales el ruidofavorece e! trabajo mental, como elmuy conocido del filósofo alemán'Hegel, quien terminó su mejor obradurante la noche de la batalla de Je­na, amparado por el estampido de loscañones y e! fuego de los fusiles, yaque después aseguraba "que tales rui­dos estimulaban y afinaban su pensa­miento".

~essing. en su interesantísimo en­sayo sobre el' ruido, señala que la ac­tividad del pensamiento ejercitada enel momento de "gran intensidad afec­tiva o agotamiento mental" necesitade cierta excitación anormal indispen­sable para labora.r y conseguir la ener­gía adecuada.

.Algo parecido sucede a ciertos in­dividuos acostumbrados a la vida ur­bana, a quienes el campo o las mon­tañas sumergen en un estado especialde desánimo y tristeza. que alguienha lla'mado "neurosis del silencio".Pero tales casos son evidentemente