el sábado universal y los cambios calendàricos en la historia
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El sábado universal y los cambios
calendáricos de la historiaDiseño: Jim Montalvo
C.Artículo: Saulo Cruz H.
¿Cuál fue la intención del sábado universal establecido por Dios?
¿Cuál es el trasfondo de la reforma del calendario romano por el
juliano? ¿De qué manera repercutió el
calendario gregoriano en el sábado? ¿Cuál es el motivo del calendario
mundial ‘ad portas’ de la venida de Cristo?
El Señor limitó los cambios de horario estableciendo su propio
calendario: el universal, y con un día de reposo.
Leer Génesis 1:14-15).
El sábado universal para los hebreos
Era el cuarto día de la semana y ya se notaban el día y la
noche. Además, Dios dijo: “Seis días se trabajará, mas el
séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún
trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera
que habitéis” (Lv 23:3).
Los hebreos fueron muy cuidadosos al medir los tiempos.
Ellos aceptaron, adoptaron y desarrollaron el calendario lunar,
porque era lo que más se ajustaba al tiempo divino. “Como es sabido, el orden del calendario hebreo fue estructurado sobre la base de los
meses lunares, o sea, según la rotación de la Luna alrededor de la
Tierra. ”.
Las lunaciones fueron referenciales para el inicio de los meses en diversos pueblos de la
antigüedad. “En hebreo el vocablo mes (hodes), significa luna nueva
y, por extensión, mes lunar. La raíz de la palabra mes en alemán
(monat), en inglés (month) y otros idiomas deriva de luna. En
vascuence es denominada illargui y el mes illa”. .
En los 160 idiomas más dispares se encuentra presente el término
“sábado”. El sábado no es patrimonio hebreo sino de la
humanidad entera. La observancia del séptimo día era común en toda
la antigüedad.El origen de la semana aún es inexplicable; aunque sí se han
explicado el origen del ciclo anual, mensual y diario.
El sábado universal y las civilizaciones
Muchos han aseverado que el sábado fue una copia de los
antiguos babilonios; tal como lo manifestara el famoso asiriólogo
Friedrich Delitzch en una conferencia presentada el 13 de enero de 1902 en presencia del emperador alemán Guillermo II.
Algunos mencionan que los babilonios tuvieron su día sábado
(Shabattu), que también puede escribirse como “shapattu”.
Génesis 26:5
La semana se ha introducido de manera natural en todos los
calendarios de los pueblos. Esto prueba la universalidad del sábado o por lo menos la existencia de un día
de reposo. Por ejemplo, en árabe es assabt; en
armenio, shapat; en el antiguo alemán, samntag; en afgano,
shamba; en catalán, dissapte; en eslavo; shamba; en latín;
sabbatum; en malayo, ari-sabtu; en persa, shambin; en polaco y bohemio, sobota; en turco,
yomessabt. Además, en francés, samedi; en inglés, saturday, etc.
Francis D. Nichol, respecto a la medición del tiempo, dice: “Los días
y los años están fijados por el movimiento de la tierra en relación
con el sol, que junto con el de la luna ha proporcionado a los
hombres de todos los siglos el calendario: lunar, solar, o una
combinación de ambos”.
Desde el tercer milenio antes de Jesucristo, la mayoría de las
religiones de Oriente siguen el orden del calendario lunar; pues los
días festivos son los novilunios (neomenia) y el plenilunio. El mes comienza cuando aparece la luna
nueva y cuando está llena (día decimoquinto) es el clímax.
El año 707 es la fundación de Roma, y el 47 a.J.C., Julio César hizo una reforma; para ello, había formado
primero el año de 445 días, conocido como el “año de la confusión” y
luego terminó estableciendo el año de 365 días; ahora, para recuperar el cuarto de día, se determinó que
cada cuatro años se añadiría un día después del 23 de febrero. La
división semanal, sin embargo, recién se dio con el emperador
Teodosio.
El calendario juliano y sus implicancias en el sábado
Calendario romano inicial:
1° Martius (31 días) dedicado a Marte
2° Aprilis (30 días) dedicado a Aperta
3° Maius (31 días) dedicado a Júpiter4° Junius (30 días) consagrado a
Juno5° Quintilis (31 días)6° Sextilis (30 días)
7° Septembris (30 días)8° Octobris (31 días)
9° Novembris (30 días)10° Decembris, (30 días)
Como desde el quinto mes, los meses no tenían nombres, fue Julio César quien realizó el cambio en un proceso muy engorroso. Por ello, el
año 47 a.C. se llamó el “año de confusión” porque el calendario
tenía 445 días. Esto causó que el emperador cambie el calendario; para eso, estuvo apoyado por el
astrónomo Sosígenes, quien adoptó el calendario egipcio de 365 días y ¼, y que cada 4 años se añadiría 1
día para reparar la pérdida del cuarto de día; llamado el año
bisiesto de 366 días.
Julio César había preparado su calendario con tanto esmero, que no le cabía la menor duda de que sería
perpetuo. La verdad fue, sin embargo, que los cálculos de
Sosígenes no eran absolutamente exactos, sino que excedían al año
real. El valor asignado entonces al año civil era de 365 días y 6 horas,
cuando el valor exacto de una traslación completa de la tierra en
torno del sol es de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45.5 segundos, que es la duración del año trópico.
Esa diferencia anual de 11 minutos y 13.5 segundos, significaba un
exceso de 24 horas cada 128 años y un trimestre. Por ello, era necesario realizar otro cambio. En los concilios
de Nicea (325), Constanza (414), Basilea (1436), Letrán (1511) y el de
Trento (1563), se sugería una reforma. Debido a esto, el Papa
Gregorio XIII (1572-1585), realizó tal ansiada reforma. Este detalle hacía
que los años retrocedieran
Se sabe que los etruscos computaban el tiempo en forma de meses lunares que dividían en dos
partes iguales mediante un día que llamaban Idus. Los otros calendarios
de la península itálica eran excesivamente arbitrarios. Los
primitivos romanos contaban con un calendario que carecía de valor
astronómico, siendo que sus seis meses de 30 días, más los cuatro
meses de 31 días sumaban un año de 10 meses que significaban sólo
304 días.
Los romanos adoptaron un calendario de 12 meses y no
permitieron que ninguno contara con treinta días. El año fue formado
por siete meses de 29 días, cuatro de 31 y uno de 27; pero como la
suma de todos esos cómputos constituía un año de sólo 354 días,
para no contar ese número par, añadieron un día al mes más breve.
El año resultaba con 355 días.Julio César adoptó el año de 365 y ¼ días de los egipcios. Para reparar la
pérdida anual de ¼ de día se añadiría un día cada cuatro años;
conocido como el año bisiesto. Esta práctica de añadir un día al año de 365 días era conocida también en China desde hace 2000 años; así
como por los Mayas, unos dos siglos antes.
Para completar la reforma calendárica, Julio César admitió el
ingreso del ciclo semanal; cuyas fuentes fueron los egipcios, persas y
hebreos. De todo este proceso se intuye que
existe un calendario natural y preciso establecido en los
movimientos lunares o solares; pero los hombres son los que lo alteran.
Aunque los judíos eran respetuosos de sus festividades, de alguna
manera se vieron afectados por él.
En todo esto estaba el pagano imperio romano; mientras que en la segunda reforma calendárica fue el
poder papal quien alteró los tiempos, justamente cuando la
reforma se había encendido y se ingresaba a la época
contemporánea. Se sugiere que el imperio romano,
de alguna manera, estaba preparando el camino no sólo para
posteriores modificaciones calendáricas, sino también para
alterar las festividades religiosas; entre ellas, el día de reposo; es
decir, el sábado.
Leer Daniel 7:25
Este texto está en referencia al papado; cuyo poder aplastó al
mundo desde el año 538 hasta 1798 d.C.; asimismo, el poder romano estatal había cambiado el día de
reposo por otro pagano: el domingo.
Elena G. White comenta al respecto: “El cambio
introducido en el cuarto mandamiento cumple
exactamente la profecía. La única autoridad que se invoca para dicho cambio es la de la iglesia. Aquí el
poder papal se ensalza abiertamente sobre Dios”.
En la primera reforma, el poder descansaba en el imperio romano
estatal, mientras que para la segunda, el poder era
absolutamente religioso y político. Si bien el calendario juliano se había empleado durante varios siglos, sin
embargo, en el transcurrir de la historia se hacía necesaria su
reforma; a pesar de tener aceptación y oficialidad.
El calendario gregoriano y sus implicancias en el sábado
Julio César había sido muy inteligente al estructurar su
calendario. Pero los cálculos de Sosígenes dijeron lo contrario: había un excedente al año real. El año civil
era de 356 días y 6 horas; mientras que el valor de la traslación
completa de tierra en torno al sol era de 365 días, 5 horas, 48 minutos
y 45.5 segundos; que era la duración del año trópico. Esta
diferencia de 11 minutos y 13.5 segundos repercutían en un exceso
de 24 horas cada 128 años y un trimestre.
El 24 de febrero de 1582, el Papa Gregorio XIII publicó su bula en la
que ordenaba que desde el 5 de octubre de ese año se suprimieran
diez días, de modo que el equinoccio cayera en el 21 de marzo, donde
había estado cuando se realizó el concilio de Nicea en el año 325.
“El cambio del calendario Juliano al Gregoriano fue hecho un viernes 5
de octubre de 1582. El día era viernes, pero en lugar de ser viernes 5, llegó a ser viernes 15”. El cambio
quedaría de la siguiente manera:Octubre de 1582
D L M M J V S1 2 3 4 15 16
17 18 19 20 21 22 2324 25 26 27 28 29 3031
Creemos que una reforma más moderada y sensata hubiera sido
también cambiar el nombre de los meses. Además, lo más saltante es
que a pesar de haber hecho el salto de 10 días, no significó ni la más
mínima alteración del ciclo semanal, porque su uso era una práctica en
toda la cristiandad; es decir, el 5 de octubre fue considerado como el 15
del mismo mes.
Lo resaltante de esto, es que no se alteró el ciclo semanal. Aunque al
inicio, el calendario no fue aceptado por los países europeos o asiáticos;
en el proceso histórico fueron adoptándolo cíclicamente. Turquía lo
adoptó en 1917; Rusia en 1918; Rumanía y Serbia en 1919;
finalmente, Grecia lo hizo en 1923. En todo el proceso cambiario, sólo el
ciclo semanal permaneció incólume e invariable.
La Revolución Francesa había abierto el ingreso hacia una nueva
etapa de la historia de la humanidad; sin embargo, en su
enconado rechazo al papado, había llegado a ensalzar la razón.
La Revolución francesa y el cambio del calendario
La Revolución Francesa fue dirigida por mentes ateas; por ello, cuando
el pueblo dirigido por los jacobinos y girondinos llegó al poder, “el culto
de la Deidad fue abolido por la asamblea nacional. Se recogían las
Biblias para quemarlas en las calles haciendo cuanta burla de ellas se
podía. La ley de Dios fue pisoteada; las instituciones de la Biblia abolidas; el día de descanso
semanal fue abandonado y en su lugar se consagraban un día de cada
diez a la orgía y a la blasfemia”.
Este calendario duró desde 1793 hasta 1806. Fue una época en la que
el ateísmo se impuso. Además, “el 24 de noviembre de 1973, la
Convención francesa aprobó el calendario republicano, según el
cual el año empezaba el 22 de setiembre, (equinoccio de otoño); estaba dividido en doce meses de
treinta días cada uno, más cinco días que se reservaban para las
fiestas republicanas”.
En la Revolución Francesa se hizo un cambio en el calendario con la única
intención de suprimir al cristianismo. Cambiaron los
nombres de los meses; todos eran de 30 días; los últimos 5 ó 6 se
llamaron suplementarios. La semana fue cambiada a 10 días cada una, el
último era día de fiesta. La hora tenía 100 minutos, el minuto 100
segundos, el día 10 horas que comenzaba a la medianoche. Este
calendario funcionó desde 1793 hasta 1810, pues luego se regresó al
calendario gregoriano.
Lamentablemente, ha habido intentos constantes por cambiar el calendario como si fuera cualquier
cosa, porque cuando los emperadores romanos, Julio César y Augusto reformaron los calendarios,
llevados por su vanidad imperial modificaron los días de los meses de
julio y agosto, que hasta entonces tenían 29 días cada uno y los
aumentaron a 31.
Al enaltecer el culto a la razón y al reemplazar el calendario gregoriano
por el republicano, Francia estaba desterrando cualquier forma de
culto y festividad cristianos; esto afectó, obviamente al sábado.
En 1928 hubo un intento de distribuir el año en trece meses de
28 días cada uno a fin de que las semanas sean exactas; pero no
tuvo ningún resultado. Aunque se argumente que podría tener relación con los planetas o simplemente sean
una forma de cultura de acuerdo a los calendarios de los distintos pueblos es como si fueran una
proyección del calendario mosaico.
Intentos de cambios calendáricos modernos y el sábado
Así como Francia, que en 1792 había reemplazado el
calendario Gregoriano; estableciendo una semana de diez días, Rusia hizo lo suyo, pues el 6 de octubre
de 1923 (día de la revolución) creó su propio
calendario, al cual llamaría “Calendario Eterno”, que
tenía una semana de 5 días; en total 73 semanas al año. Había doce meses,
pero cada uno tenía 6 semanas; en total eran 360
días, pero con 5 feriados.
Lo más confuso llegó en 1931,
cuando se estableció una
semana de 6 días; este
calendario duró hasta 1940; en
que se restableció
nuevamente la semana de 7
días. Lo risible de esto es que
en Rusia se manejan,
actualmente 4 calendarios
para calcular los acontecimientos
históricos.
El calendario que usamos actualmente es el gregoriano. Pero
en 1949 hubo un intento de cambiar el calendario común y establecer uno llamado Calendario Mundial.
Este intento tuvo el respaldo de la Asamblea de las Naciones Unidas y
la Conferencia Panamericana de Bogotá pues se propuso hacer un Calendario Mundial. Aunque este
detalle alteraría al cristianismo, el judaísmo y el mahometismo.
Por ejemplo el Comandante Willard E. Edwards, había creado el
Calendario Perpetuo y la Asociación del Calendario Mundial, había hecho
lo mismo: crear un Calendario Mundial. Ambos tenía las cosas en común: violar la semana histórica
con la introducción de un día cero o día en blanco.
La propuesta incluía que cada año se eliminara un día, es decir, el
domingo sería sábado; el sábado, viernes, y así.
En los últimos 60 años se han dado cambios sustanciales en todo el
mundo, que pasan por los problemas ambientales,
cronológicos, temporales, etc., porque el nuevo calendario debería haber entrado en vigencia desde el
primer día de 1950, el cual comenzaría en el domingo.
Supuestas ventajas de un nuevo calendario:
Fijará en año en forma perpetua.Conservará e igualará los doce
meses.Fijará e igualará los semestres.Fijará e igualará los trimestres.Agrupará los meses de manera
uniforme dentro de los trimestres.Proporcionará 13 semanas
completas en todo trimestre y agrupará de manera uniforme esas
semanas.Reducirá la desigualdad existente
entre los meses de tres días a uno, establecerá un mes hábil siempre
igual.
Características de ese nuevo calendario:
a) Cada año tendría 364 días; solución parecida para el calendario
de 13 meses o de 12.b) Si fuera de 12 meses; los
trimestres serían de 91 días, 31 días cada primer mes y los otros dos de
30.c) Las fechas coincidirían en el
mismo día cada año. Cada mes contaría con 26 días sin los
domingos; la semana siempre debería comenzar en domingo y
terminar en sábado.d) Cada cinco años se debería
añadir una semana completa para que la contabilidad sea normal.
Este asunto sería perjudicial porque cada año en realidad, se estaría
evadiendo el ciclo normal de 365 días; lo cual, sistemáticamente,
estaría suprimiendo un día al año; haciendo más confuso la
observancia del séptimo día. Por ello, es importante estar advertidos
contra los cambios repentinos de los tiempos.
La astronomía guía solamente las medidas para el año, los meses y los
días; e incluso las estaciones; pero con respecto a la semana no hay.
Eso ha sido establecido únicamente por el Señor. Se analizamos con
detenimiento veremos que el año no puede ser dividido en porciones
iguales puesto que el año tiene 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,68
segundos. Lo cierto es que la semana de siete días se ha
mantenido incólume a lo largo de la historia. Es más, no hay argumento
bíblico ni científico para decir que los movimientos de la luna, el sol,
las estrellas, corroboren el ciclo semana.
1. El sábado universal fue establecido por Dios para toda la
humanidad; esto se evidencia en las afinidades festivas de los diferentes
calendarios de las grandes civilizaciones, por tanto, es
innegable aceptar otro día como día de reposo, puesto que el séptimo
día hebdomadario es y será el verdadero día de reposo para el
hombre.
Conclusión
2. Julio César realizó el cambio del calendario romano por el juliano;
bajo la asesoría de Sosígenes, adoptó el ciclo anual de 365 días y
¼ que cada cuatro años se añadiría un día más que sería un año
bisiesto; sin embargo, este nuevo calendario tendría falencias que
devendría en su posterior cambio. Asimismo, generaría una serie de
confusiones, todo esto con la intención de alterar los ciclos de
adoración de los pueblos.
Conclusión
3. Gregorio XIII, en 1582; después de revisar el calendario juliano y
encontrar vacíos decidió reformar el calendario el cual sería llamado el
Calendario Gregoriano que permanece hasta nuestros días; sin
embargo el ciclo semanal permaneció invariable
Conclusión
4. Así como la Revolución Francesa impuso un calendario de
diez días semanales; también, en el siglo XX hubo un intento fallido de
establecer el Calendario Mundial reduciendo el ciclo anual de 365
días a 364; de ello se puede decir, que la intención no era favorecer al
hombre, sino, sutil y sistemáticamente, desterrar los días
de adoración.
Conclusión
5. No es coincidencia que detrás de los grandes intentos por cambiar
el calendario universal, hayan estado los opositores de Dios; desde
Roma estatal con el Calendario Juliano, Roma papal con el
Gregoriano y El Calendario Mundial bajo los intereses ecuménicos; por
ello, es vital mantenerse advertidos respecto a los sucesos.
Conclusión