el sacerdocio según lo que quiere dios y la iglesia necesita hoy

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SEMINARIO MAYOR SAN JOSÉ Orden Sacerdotal Pbro. Rory Humberto Gutiérrez EL SACERDOCIO QUE DIOS QUIERE Y LA IGLESIA NECESITA Ensayo Hermano Juan Elías de la Misericordia Divina

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Ensayo sobre el sacerdocio que Dios quiere y la Iglesia necesita

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El sacerdocio que dios quiere y la iglesia necesita

EL SACERDOCIO SEGN LO QUE QUIERE DIOS Y LA IGLESIA NECESITA HOY

Hoy el mundo necesita pastores segn el corazn de Cristo; Pastores que tengan un corazn que sienta como el de Jess, que piense, que acte y que ame como el de Cristo Jess. Pastores que tengan un proceso personal de exigencias, que no se conformen con dar la tnica sino tambin la capa; es decir, pastores que tengan el coraje de ir por aquellas ovejas extraviadas; pastores que sean capaces de creer en lo que para el mundo no cuenta, que tengan la pasin de salvar lo que para esta sociedad es imposibles y de ayudar lo que para muchos son objeto de indiferencia. Pastores que no callen su voz y que proclamen al son de la ctara y el arpa, que Dios est Vivo y que desde esa cruz de la indiferencia exclama: Tengo sed!Pastores que estn dispuestos a dar su vida, a pelear y a padecer aunque tan slo sea por una oveja. Pastores que no tengan asco de curar a la enferma, buscar a la descarriada; Pastores que den luz al ciego, sean apoyo del cojo, amigo del pobre y refugio seguro de la viuda. Pastores que refresquen la sed del sediento, y sacien al hambriento; Pastores que amn a la Iglesia de Jesucristo; Pastores que amn al Corazn de Cristo que tanto ha amado a los hombres. Hoy Dios quiere Pastores que huelan a ovejas, aunque esto implique sacrificio.Hoy como ninguna otra generacin se ve la necesidad de formar ntegramente a los candidatos que aspiren al sacramento del orden, con el propsito de responder a las exigencias y a las necesidades del mundo actual en que vivimos; pastores de firmes convicciones y que procuren tener una profunda experiencia de Dios que los lleve a colocar su corazn en la miseria del otro y as mostrar a esta sociedad que no es una desventaja dar otra oportunidad a aquellos que se sienten marginados y oprimidos, y por tanto ellos mismos vivan en santidad y la propongan con su ejemplo a los dems.Hoy en da el mundo tiene sed de hombres asiduos a la oracin y hambre de sagrarios, es decir, de sacerdotes que estn a los pies del Maestro, que no se conformen con orar lo debido sino necesario, que no se queden en la norma sino que vayan al espritu de la norma. Sacerdotes que procuren dar a Dios una oracin acompaada al son de la ctara y el arpa, es decir, una oracin digna, devota y respetuosa. En suma, una oracin comunitaria en la que se tenga en cuenta que Dios merece una alabanza armoniosa: en la que haya plena relacin entre las palabras que salen de la boca, con los sentimientos que salen del corazn.Sacerdotes que procuren estar unidos a un corazn que ha acostumbrado a transformar los desiertos en manantiales de agua y hacer de las piedras columnas talladas para un templo: El Corazn de Mara, donde su amor es como una antorcha de fuego que ilumina en la oscuridad y su intercesin es esa nube que da sombra en medio del extenuante calor del da.Sacerdotes que sean conscientes que, quien ha confiado en Mara, Madre de Dios y madre nuestra, no ha quedado defraudado, pues ella como en la primitiva Iglesia estuvo con los apstoles en oracin intercediendo por ellos, hoy sigue hacindolo con nosotros. Hoy necesitamos pastores que puedan ver el rezo del rosario no como un acto de piedad para cierto tipo de personas, sino como un acto de piedad por el cual le expongo todos mis problemas, limitaciones y temores.Sacerdotes , es decir que vivan en estado de gracia; que tengan un profundo deseo de santidad . Esto consiste en esforzarse cuantas veces sea necesario para estar al agrado de Dios; no importa cuntas veces sean las cadas, pues as tambin deben ser las levantadas.Que sean instrumentos de la misericordia, en medio de un mundo en que reina el egocentrismo, y para ello es indispensable haber tenido una experiencia personal con el Dios de la Misericordia, pues quien ha sido objeto de la Misericordia, se ve obligado por amor y gratitud, a ser l a su vez misericordioso; esto implica seguir creyendo y confiando aunque no se vean resultados aparentes o inmediatos, es necesario pastores que tengan la confianza puesta en el Seor, autor y consumador de nuestra fe y esperanza.Pastores que no han de ser excelentes o los mejores en su campo acadmico; sino que den lo mejor de s, siempre dando un kilmetro de ms, es decir, que conformen con lo aprendido con la vida, pastores que no dejen todo para ltimo momento, que no desperdicien el tiempo, que tengan un espritu investigativo y disciplina; dispuestos a asumir retos y exigencias. Sacerdotes bien preparados doctrinalmente, que no desprecien el magisterio de la Iglesia para proclamarse ellos y no a Jess y sus enseanzas, que tengan sentido de comunin con el presbiterio, su Obispo y el Papa. Deben ser conscientes de que , es decir, que forjen convicciones que los lleven a .Pastores que prediquen marcados por una experiencia profunda con el Seor, que les lleve a ser distinto de un hablador o informante, predicacin que compromete su forma de hablar, pensar, sentir y actuar. De modo que se vaya conformando a la medida del hombre perfecto: Jesucristo.Sacerdotes que no adapten su mentalidad y su forma de actuar a los criterios de este mundo, sino que se deje moldear y renovar en su mente y en su ser por la Accin del Espritu Santo. Pastores con entraas de misericordia para aquellos que se sienten solos y desamparados y que por distintas circunstancias sociales se encuentran en situaciones lmites y se comprometan en hacer de buen samaritanos con ellos como el mismo Jess que se hizo cercano y los cur, los puso sobre su cabalgadura y los has puesto a nuestro encargo. Esto hacindolo con humildad y de buen grado, no forzados u obligados.Pastores que tengan presente que en la vida ministerial se encontrarn muchas limitaciones que sern ms fciles vencerlas cuando stas se cargan entre dos, (en unin a otro hermano), necesitamos sacerdotes que no vean al otro como una amenaza, sino como un complemento, dispuesto a trabajar en equipo, ver al otro como un amigo, como aquel que est dispuesto a dar su vida por uno. Sacerdotes que sean reconocidos ms que por sus carismas y cualidades lo sean por su virtud, Sacerdotes que en sus relaciones con sus hermanos sacerdotes, sean ejrcito de defensa de la ciudad el hermano y que dejen que sus hermanos sean defensa de sus castillos y ciudades, que se corrijan con cario, nunca ahondando en la llaga sino que busquen curarla.En suma que traten al otro (sea quien sea), como Dios les ha tratado a ellos, es decir, con misericordia. Sean Siervos y no Seorones.