el sentido de los estudios de la filosofía en el contexto
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Universidad de La Salle Universidad de La Salle
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Filosofía y Letras Facultad de Filosofía y Humanidades
1-1-2009
El sentido de los estudios de la filosofía en el contexto de la El sentido de los estudios de la filosofía en el contexto de la
globalización globalización
Ángela Johana Olaya Lemus Universidad de La Salle, Bogotá
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EL SENTIDO DE LOS ESTUDIOS DE LA FILOSOFÍA EN EL CONTEXTO DE LA
GLOBALIZACIÓN
ÁNGELA JOHANA OLAYA LEMUS
Trabajo monográfico para optar por el título de Profesional en Filosofía y Letras
Director: Profesor Luis Enrique Ruíz
UNIVERSIDAD DE LA SALLE
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
BOGOTÁ
2009
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TABLA DE CONTENIDO
PÁG.
INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 4
CAPÍTULO I:
La globalización y los estudios de la filosofía en Colombia ................................... 14
CAPÍTULO II:
Un enfoque hacia los estudios de la filosofía en Bogotá: las consecuencias de la
globalización que tienen impacto sobre los estudios de la filosofía....................... 35
CAPÍTULO III:
El sentido de los estudios de la filosofía en Colombia: el sentido de filosofar en el
contexto de la globalización .................................................................................. 54
CONCLUSIONES .................................................................................................. 86
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 91
ANEXOS: CD de entrevistas informales ............................................................... 93
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INTRODUCCIÓN
La palabra globalización encierra muchas cosas. En su origen
significó la globalización de la economía. Pero esto no designa
solamente la mundialización de los intercambios económicos:
nos impone también una concepción de la vida (Borrero,
1999:4).
En este sentido, es evidente que ahora la globalización no significa sólo el auge de
la economía, es evidente que no sólo se globalizan productos, industrias, etc.;
pero es aún más evidente que la globalización se empeña en cambiar la
concepción de la vida. Y este cambio de concepción lo realiza desde todos los
ámbitos de ella misma, a saber, político, económico, cultural, social y pedagógico,
y, aunque todos estos ámbitos están estrechamente relacionados, me permitiré
centrarme en el pedagógico, sin desconocer la fundamental importancia e
influencia que tienen los otros sobre éste.
Se tiene que destacar que la globalización, y todo lo que ella nos exige, ejerce una
poderosa influencia sobre todos; no es un secreto que ahora importa más la
industria, la producción, el comercio, la tecnología, el trabajo, que el sentido de lo
que se hace. La verdad es que ella misma no nos da tiempo para plantearnos las
preguntas fundamentales que debe hacerse todo hombre acerca de su existencia
y el sentido de su propia vida; de tal forma que estas preguntas, que deben ser
fundamentales para el hombre, han sido reemplazadas por otras, que son
fundamentales para la globalización.
En el auge actual donde los valores son instrumentos de manipulación de las
masas, se dejan de lado las carreras de las Humanidades, para abrirle campo a la
conformación de institutos técnicos, que tienen como objetivo implantar el
supuesto conocimiento de alguna disciplina, de forma fácil, rápida y segura. Hay
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que reconocer que ellos no tienen toda la culpa, simplemente están respondiendo
a las necesidades que la globalización tiene, a saber, ¡que se produzcan personas
bien calificadas para mejorar la producción industrial, sin importar el problema que
tenga cada país, ni el contexto en el que esté viviendo la población!, esta
necesidad, que parece mas bien ser el lema de la educación de ahora, es el que le
quita sentido a toda labor de los humanistas. Aunque ellos no pasan
desapercibidos a estas ambigüedades que tiene en sí la globalización, sus aportes
no son tan significativos para una sociedad que ahora está preocupada y ocupada,
en los realites de la televisión, en la nueva novela, en el reinado, en los partidos de
fútbol; y siendo francos, éstos son solo distractores que pone la propia
globalización para no percatarnos o ignorar las consecuencias que ella trae.
Teniendo en cuenta, que la filosofía hace parte de las carreras humanísticas,
siendo ella pionera de toda reflexión de su época, además de su estrecha relación
con la educación, la preocupación va dirigida hacia su enseñanza, hacia las
universidades que la ofrecen para enseñarla, hacia sus facultades y en especial a
sus estudiantes. Se tiene que reconocer que aunque la filosofía sea por sí misma
trascendental, no significa que nos aleje de la realidad en la que estamos viviendo;
todo lo contrario, es la enseñanza de esa filosofía la que permite cuestionarse
sobre aspectos actuales, sobre nuestra época.
No se puede pretender ser como estudiantes de filosofía, un punto aparte con
respecto a la influencia de la globalización, bajo la excusa de estar ocupados en
cosas más trascendentales. Porque en primer lugar, cada día la mayoría de los
estudiantes de filosofía se debaten entre los libros y el dinero, entre los espacios
para reflexionar con el “regetton y la champeta”. Los estudiantes de filosofía son
unos de día y otros de noche; de día, trabajadores, empleados o desempleados
que se encuentran afanados para atender a la exigencia social y económica, de
ser empleados lo suficientemente aptos, competentes y capacitados para rendir
productivamente. De noche (para el caso de los programas nocturnos), se
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convierten en estudiantes de filosofía, que dicho por muchos no sirve para nada,
pero están ahí ocupados de entenderla, de estudiarla y de reflexionarla. Es como
si estuvieran en otro mundo, porque parece que solo de noche vale la pena
cuestionar sobre la vida.
Como resultado, si bien son estudiantes de filosofía, también son ciudadanos y un
factor importante dentro de la producción. Si bien es cierto, la filosofía permite
reflexionar sobre temas fundamentales de la existencia y del contexto y por ende
de la propia época, también es cierto que por ser estudiante de filosofía no se
puede desconocer, ni dejar de reflexionar, ni cuestionar sobre la influencia de la
globalización.
Frente a este desagradable contexto en el que nos encontramos los estudiantes
de filosofía, cuestionándonos sobre la posible pérdida de suplantar la profundidad
de la educación, la misión de la Universidad, y, encontrando con gran angustia
que el educar sea suplantado por el instruir, la sabiduría por el conocimiento y éste
por la información, además de la disolución del acto pedagógico y educativo. En
este marco, se ha llegado a plantear una pregunta problema, que encierra en sí la
gran y profunda preocupación, preocupación que concierne a todos los
estudiantes de filosofía y es la pregunta por el sentido de los estudios de la
filosofía, es decir, ¿Cuál es el sentido de los estudios de la filosofía en el contexto
de la globalización? Qué sentido podría tener estudiar filosofía, si la necesidad que
se debe satisfacer a la globalización, se hace cada día más poderosa,
desplazando de esta forma los espacios para una verdadera reflexión filosófica,
teniendo menos tiempo de dedicación a la lectura de libros filosóficos y por ende la
no realización de los nuestros. Pues bien, eso es precisamente lo que se
establecerá: el sentido de los estudios de la filosofía en el contexto de la
globalización.
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Se hace esta investigación, para todas las personas que encuentran en la filosofía
la fascinación por el análisis y la reflexión, y en especial para aquellos que les
preocupa el fenómeno de la globalización y su directa influencia sobre la
educación, la pedagogía y por supuesto los estudios de la filosofía. También para
aquellos estudiantes de filosofía que tienen dudas e incertidumbres con respecto a
su carrera, para aquellos que se cuestionan sobre el sentido de lo que hacen, de
su propia existencia como estudiantes de filosofía; en general, para aquellos que
se ocupan de la reflexión filosófica de su tiempo y que desde su preocupación,
quieran dar algún aporte.
Se espera que con esta investigación, se realice un gran aporte a la facultad
misma, ya que esta investigación incluye un profundo análisis de ella misma y de
su relación con el fenómeno de la globalización. Por ende, será útil para la propia
universidad, pues ella es la que ofrece este estudio, y además se cuestionará su
misión y responsabilidad que tiene en la educación de sus estudiantes. Pero, no
solamente será una investigación útil para esta universidad, sino para todas las
universidades que ofrezcan el estudio de la filosofía. En este sentido, sería de
gran utilidad a la filosofía misma, ya que es a partir de ella, en donde se llevará a
cabo la presente investigación.
Todo lo dicho hasta ahora explica por qué el desarrollo de este proyecto lleva a
identificar las posibles consecuencias ambiguas de la globalización que tienen
impacto sobre los estudios de la filosofía. Plantear en qué forma esas
consecuencias impacta los estudios de la filosofía para así determinar la
posibilidad de los estudios de la filosofía en ese contexto y finalmente establecer el
sentido de los estudios de la filosofía.
En consecuencia, la intención es dedicarse al quehacer del análisis filosófico en
torno a esta pregunta, y esto implica analizar el contexto de los estudios
filosóficos, las universidades que ofrecen estudios de filosofía, sus propias
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facultades, sus maestros, sus estudiantes y todo lo que se tope en el camino de
este análisis que sea pertinente señalar. Cabe concluir que el objetivo general del
proyecto de investigación es establecer el sentido de los estudios de la filosofía en
el contexto de la globalización, y que para ello es necesario tener unos objetivos
específicos: en primer lugar, se tendrá que identificar las consecuencias de la
globalización que tienen impacto sobre los estudios de la filosofía. En segundo
lugar, establecer en qué forma esas consecuencias impactan los estudios de la
filosofía. Y en tercer lugar, determinar la posibilidad de filosofar de manera
genuina en el contexto de la globalización.
El punto de partida de la investigación: “el sentido de los estudios de la filosofía en
el contexto de la globalización”, no es un tema nuevo, no es un problema que no
se haya detectado y analizado antes. Sin embargo, no he encontrado libros, ni
textos, ni comentarios, ni ensayos, entre otros, que hayan tratado este problema
específicamente como aquí se plantea. No obstante, he encontrado filósofos,
analistas de la educación y hasta la propia ley, que de alguna manera han tenido
la necesidad de responder al fenómeno de la globalización y su directa implicación
en la pedagogía y la educación. Ellos han tocado el problema de la educación en
la globalización de forma muy general.
Sobre este tema el libro El Proceso De Construcción De Las Bases De La
Educación Superior: una tarea inconclusa de la sociedad. Compilación Normativa
Comentada LEY 30, es el resultado que surge de la necesidad de introducir un
nuevo sistema de interpretación del derecho, dicho en otras palabras, la LEY 30
es ese nuevo sistema; esta nueva LEY surge tomando en cuenta lo dicho en el
artículo 1 de la constitución política, a saber, Colombia es un estado social de
derecho que propende por la realización de todos y cada uno de los individuos. En
este sentido, la LEY 30 tiene como objetivo fundamental, desarrollar los principios
constitucionales que en concordancia con el nuevo modelo de Estado,
reconocieron en la Universidad: 1) un espacio esencial para el logro de sus
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objetivos fundamentales y 2) la condición que le es inherente y la caracteriza, es
decir, su autonomía. Por tal motivo, esta ley consolida las bases de una educación
superior pertinente y de calidad, que contribuya eficazmente a los propósitos de
igualdad y desarrollo armónico. Este proceso de construcción, de las bases de la
educación superior, dicen sus autores, es una tarea inconclusa y es inconclusa
con el fin de que esta ley quede abierta para complementarla con ideas por parte
de los educadores y enriquecerla con la controversia que pueda surgir de ella. Por
ello, es pertinente estudiar esta ley y hacer un análisis filosófico de la evidente
relación con la globalización; es un referente fundamentalmente necesario para
entender nuestro problema educativo en la filosofía.
En este sentido, existen tres aportes fundamentales que nos amplían la visión del
problema de la universidad, hoy, en América Latina y específicamente en
Colombia. Uno de estos aportes lo realiza el Padre Alfonso Borrero, con su texto
universalidad de la universidad. Globalización; Marco Raúl Mejía, con su texto
globalización y educación en América Latina; y por último, la conferencia episcopal
de Colombia, con su texto globalización y enseñanza superior católica. Estos tres
aportes son de fundamental importancia para el presente proyecto de
investigación, ya que tocan con un profundo análisis la relación entre la educación
superior y la globalización. Haciendo evidente la problemática de esta relación, y,
aunque la manera de abordar esta problemática relación, se da de forma diferente,
los tres textos se dirigen hacia lo mismo, la universidad y la influencia que sobre
ella ejerce la globalización.
Otros aportes filosóficos que ayudarán a determinar la función de la filosofía en la
sociedad actual son: Método en Teología y Insight de Bernard Lonergan; La
filosofía y su sombra de Eugenio Trias y ¿Por qué filosofar? de Lyotard. Para ir
concluyendo el estado de la cuestión de este tema de investigación, se trae a
colación el libro Filosofía, Pedagogía y enseñanza de la Filosofía. Éste es un
volumen que lleva en sí las memorias de un seminario del mismo nombre que
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llevó a cabo la facultad de humanidades de la Universidad Pedagógica Nacional y
el Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia. Esta reflexión parte de las
consideraciones sobre perspectivas que la filosofía puede dar sobre el tema
central de la pedagogía, es decir, de la formación. Estudia tópicos que tienen que
ver con la enseñanza de la filosofía en diversas direcciones para su estudio.
Cabe señalar que, el diseño metodológico que permitirá el desarrollo y
conclusiones de la monografía sigue el método empírico generalizado de Bernard
Lonergan que incluirá un paso inicial documental- empírico. Así pues, las pautas
que se desarrollarán durante el proyecto son:
1. Revisión documental
2. Análisis hermenéutico de las fuentes de la revisión de la literatura.
3. Entrevistas informales a profesores y decanos.
4. Análisis filosófico del trabajo empírico que se realizó.
5. Confrontaciones entre aportes de las fuentes y resultado del trabajo
empírico
6. Conclusiones.
Se realizará de esta manera, por la congruencia de este pensador, en su enfoque
epistemológico, con la intención práctica de la monografía. Lonergan (1994: 12)
afirma: “un método es un esquema normativo de operaciones recurrentes y
relacionadas entre sí que producen resultados acumulativos y progresivos”. Este
concepto de método es bastante pertinente al proyecto de investigación porque
producirá de él resultados acumulativos y progresivos. Lonergan (1994: 12) llama
resultados progresivos a aquellos que se dan en una sucesión continuada de
descubrimientos, y acumulativos a aquellos que efectúan una síntesis de cada
intelección nueva que se dé con intelecciones anteriores válidas. En
consecuencia, esa es la intención de desarrollar este trabajo de grado, cada
investigación es un descubrimiento nuevo, cada etapa que se vaya cumpliendo, es
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un descubrimiento más que se va alcanzando, además de los resultados
obtenidos a través de cada descubrimiento con las entrevistas, etc. Esto permitirá
realizar una síntesis de cada intelección.
Este método va a permitir distinguir y cumplir con 4 niveles que sintetizan desde
dónde se debe partir y hasta dónde se propone llegar. El primer nivel según
Lonergan (1994:16) es el empírico, en el cual se va percibir, sentir, hablar; el
segundo es el intelectual, en el cual se llegará a entender, expresar lo que se ha
entendido, se elaborarán las presuposiciones e implicaciones; el tercero es el
racional, en éste se llevará a cabo una reflexión acerca de lo que se entendió, se
ordenarán las evidencias, realizarán juicios que permitirán saber la verdad o
falsedad de algunas presuposiciones o afirmaciones; y por último está el nivel
responsable en el cual se llegará a preocuparse e interesarse, por la meta a la que
se había llegado; se deliberará acerca de la acción que se va a realizar; ya
conociendo los resultados de la investigación, se evaluarán los resultados y
tomarán decisiones.
El método de Lonergan, es muy adecuado al campo de la investigación y el
análisis filosófico ya que es muy abierto a los posibles resultados de una
investigación. Este método tiende a lo trascendental. Ya que Lonergan (1994:18)
define esas categorías trascendentales, que sin duda son utilizadas por cualquier
tipo de análisis filosófico, como categorías que se hallan contenidas en las
cuestiones, antes a las respuestas, son irrestrictos porque las respuestas nunca
son completas, de tal forma que solo hacen surgir nuevas preguntas, aclaro que
mi intención jamás será generar un conocimiento nuevo, irá dirigida o a aclarar un
poco más el problema o a plantear nuevos interrogantes. De esta manera, este
método permite poder llegar a eso. Sin embargo, esto no quiere decir que por eso
vaya a ser menos significativo que otros, porque sin duda “este esquema no es
ciego sino clarividente; es atento, inteligente, razonable, responsable; es un
tender-a consciente que va siempre más allá de lo que se da o conoce, que se
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esfuerza por una aprehensión más plena y rica de la totalidad desconocida”
(Lonergan, 1994: 20). Gracias a este esquema se partirá del experimentar a
entender, del entender a afirmar y del afirmar al decidir, esto permitirá guiar el
proyecto de investigación con bastante seguridad, ya que la intención es tender- a
establecer el sentido de los estudios de la filosofía en el contexto de la
globalización.
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CAPÍTULO I
LA GLOBALIZACIÓN Y LOS ESTUDIOS DE LA FILOSOFÍA EN COLOMBIA
Se iniciará este capítulo con una reflexión respecto a una de las tantas maneras
de obrar del hombre: al parecer el afán del hombre por querer abrirse a mundos,
explorarlos, conocerlos, y traer de ellos lo que supuestamente le hacía falta; el
deseo de anhelar y tener lo ajeno, compartirlo y beneficiarse mutuamente, porque
de lo contrario se está condenado a estar en el olvido, es lo que ha generado el
fenómeno de la globalización. Éste encierra en sí el afán y la actividad de tener
todo de todos, sin barreras que limiten a participar no sólo de los banquetes sino
también de los conflictos de otros, hasta llegar al punto de querer manipularlo
todo.
Por tal motivo, la intención del presente capítulo es identificar las consecuencias
de la globalización que tienen impacto sobre los estudios de la filosofía. Para
cumplir tal fin, la globalización se analiza como un fenómeno omniabarcante, en
donde interactúan todos los ámbitos del hombre. Aunque no se puede desconocer
que durante siglos los hombres de distintas culturas y países han interactuado
entre sí de muchas maneras, en la actualidad estamos viviendo un auge de
interacción bastante grande y significativa. Por ejemplo, el auge de la Internet, las
telecomunicaciones y otros mecanismos complejos, que los procesos de
globalización han ayudado a aumentar. Esto ha ampliado el ritmo y la profunda
circulación internacional y global de productos, capitales, informaciones y
personas.
No es un secreto que ahora importa más la industria, la producción, el comercio, la
tecnología, el trabajo, que el sentido de lo que hacemos. La verdad es que ellos
mismos no dan tiempo para plantear las preguntas fundamentales que debe
hacerse todo hombre acerca de su existencia y el sentido de su propia vida. De tal
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manera, estas preguntas que deben ser fundamentales para el hombre, han sido
reemplazadas por otras, que son fundamentales para la globalización1.
Vamos a recordar una vez más que se dejan de lado las carreras profesionales y
más aún las Humanidades, para abrirle campo a la conformación de Institutos
Técnicos, que tienen como objetivo implantar el supuesto conocimiento de alguna
disciplina, de forma práctica, rápida y segura, respondiendo a las necesidades que
la globalización tiene: ¡Que se produzcan personas bien calificadas para mejorar
la producción industrial! Esta necesidad, que parece más bien ser el lema de la
educación de ahora, es el que le quita sentido a toda labor de los humanistas.
Aunque ellos no pasan desapercibidos a estas ambigüedades que tiene en sí la
globalización, sus aportes no son tan significativos para una sociedad, que ahora
está preocupada y ocupada en todo tipo de distractores que realiza los medios de
comunicación. Estos, reitero, son solo distractores que se han generado como
consecuencias del fenómeno de la globalización, para no percatarnos o ignorar las
consecuencias que ésta trae; consecuencias sobre todo en la educación superior.
Teniendo en cuenta que la filosofía hace parte de las carreras humanísticas y
siendo ella pionera de toda reflexión sobre su época, además de su estrecha
relación con la educación, la preocupación de esta monografía va dirigida hacia su
enseñanza, hacia las universidades que la ofrecen, hacia sus facultades y a sus
estudiantes.
No se puede pretender ser estudiantes de filosofía, si se ignoran las
consecuencias de la globalización, excusándose de estar ocupados en cosas más
trascendentales o porque lo que aportamos no va a cambiar en nada al mundo,
1 Recientemente el Papa destacó esta situación en su encíclica sobre la Caridad en la verdad: “se
ha de reconocer -escribe- que el desarrollo económico mismo ha estado, y lo está aún, aquejado por desviaciones y problemas dramáticos, que la crisis actual ha puesto todavía más de manifiesto. Ésta nos pone improrrogablemente ante decisiones que afectan cada vez más al destino mismo del hombre, el cual, por lo demás, no puede prescindir de su naturaleza” (EV,21)
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ignorando que la filosofía es transformadora de la realidad del hombre. Porque, en
primer lugar, de día somos trabajadores, empleados ocupados por atender a la
exigencia social y económica, por ser empleados lo suficientemente aptos,
competentes y capacitados para rendir productivamente. De noche, -los
estudiantes de carreras nocturnas- nos convertimos en estudiantes de filosofía, lo
que a decir de muchos no sirve para nada, pero estamos ahí ocupándonos de
entenderla, de estudiarla y de reflexionarla. Es como habitar otro mundo, porque
parece que sólo de noche vale la pena cuestionar la vida, el mundo y el hombre, lo
que elimina la posibilidad de filosofar de manera permanente. No es posible
desconocer que, de la misma manera que se es estudiante de filosofía, también se
es ciudadano y, asimismo, se es un factor importante dentro de la producción. Por
lo tanto, los estudiantes de filosofía están involucrados dentro de la globalización,
siendo impactados por ésta; hacen parte de aquellos ciudadanos que ahora deben
responder a los procesos de la globalización.
Frente a este desagradable contexto en el que nos encontramos los estudiantes
de filosofía, la globalización engendra incertidumbres e inquietudes,
cuestionamientos sobre la posible pérdida de profundidad de la educación y de la
misión de la Universidad, y, encontrando con gran angustia que el educar sea
suplantado por el instruir, la sabiduría por el conocimiento y éste por la
información, pues una cosa es procesar y difundir información y otra garantizar la
comprensión de sus significados, que ciertamente sí los garantizan los libros
cuando “lentamente descifrados y entendidos, y las lecciones orales de padres y
maestros, han venido siendo connotada fuente de información, aprendizaje y
educación” (Borrero, 1999: 5). Si se tratara de limitar la educación a los cursos
virtuales, con el pretexto de que de esa forma todo el mundo tiene acceso a la
educación, es difícil lograr, por esos medios, que los jóvenes adquieran el hábito
intelectual de relacionar, inducir y deducir, y a su vez cuestionar y criticar. De esta
manera, se van desplazando los estudios serios de las humanidades en especial,
el de la filosofía.
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Para realizar una primera aproximación al proyecto de investigación, es pertinente
aclarar los conceptos que conforman el tema, y la forma como serán entendidos a
lo largo del desarrollo del mismo. En este sentido, es necesario explicar qué se va
a entender por estudios filosóficos y explicar los ámbitos en los que la
globalización interviene, con el fin de aclarar un poco más el problema de
investigación y limitarlo para facilitar el proceso de profundización en el mismo. A
continuación, se realizará una primera aproximación a estos conceptos, dando a
conocer su significado, y algunos filósofos y textos que ayudarán a comprenderlos.
A medida que se van desarrollando los conceptos se irán estableciendo las
consecuencias de la globalización que tienen impacto sobre los estudios de la
filosofía.
Los estudios de la Filosofía:
No es un secreto para los filósofos, los enseñantes de filosofía y, en general, para quienes
tienen contacto con el mundo de las así llamadas humanidades, que estas disciplinas han
perdido el protagonismo que ostentaban, desplazadas por las llamadas ciencias duras, por
la técnica y por otros saberes que parecen, a los ojos de la cultura contemporánea, más
atinados para responder sus urgencias próximas (Vargas/ Cárdenas, 2004: 9)
Lo que se va a entender en este proyecto de investigación, por estudios de la
filosofía, es mucho más que el currículo de una carrera universitaria, pues es
preciso insistir, que de acuerdo con el contexto de la globalización, la filosofía no
ha perdido su esencia, pues ella es la que ha llevado a plantear dicho problema. A
pesar de que la filosofía se encuentre desplazada, por las carreras que ahora
cumplen con los requerimientos de la globalización, no significa que haya
renunciado a formular constantemente las preguntas fundamentales acerca del
sentido del hombre, su labor y quehacer en el mundo, que sirven de cernidor de
estos problemas que no han sido resueltos ni por el más avanzado programa
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computacional, ni por la televisión, ni por medio de publicidad; aunque éstos
intenten de todas las formas ofrecer una solución. No se pretende afirmar que la
filosofía sea el saber o la disciplina que ofrece las respuestas definitivas, sino más
bien es la única que ofrece una perspectiva desde la cual puede mirarse el mundo
y construirse un horizonte de sentido.
En consecuencia, el saber (Vargas/ Cárdenas, 2004: 129) que debe surgir de los
estudios de la filosofía, es un doble saber que no tienen otras disciplinas, a saber,
la tarea de perfeccionarse a sí misma al tiempo que perfecciona a las demás, en
esto radica la naturaleza misma de su oficio. Es ella la que se encarga de
examinar los conceptos, tanto los suyos propios, como los de las otras ciencias, y
el de plantear problemas. En la etapa educativa, los estudios de la filosofía
coadyuvan a incorporar en la personalidad una actitud activamente crítica frente a
lo que constituye en la sociedad el flujo y la competencia de las ideas en toda
materia. De tal modo, se desarrolla en el alumno una verdadera autonomía en su
posicionamiento ante la vida y la sociedad, que le permita hacer efectivo del modo
más eficiente el ejercicio de su libertad, de su albedrío y de su conciencia de
responsabilidad en las consecuencias resultantes de sus conductas.
Los problemas de los estudios de la filosofía se refieren primariamente a la propia
realidad del hombre, la razón de su existencia, su origen, su naturaleza intrínseca,
la distinción entre su cuerpo y su alma, y su relación con el mundo que lo rodea.
Se plantea en qué consisten sus conocimientos, su libertad, y sus sentimientos.
Identificada el alma, se interroga la filosofía acerca de su naturaleza, se pregunta
si es material o no; si su existencia es temporal como la del cuerpo o inmortal y
eterna.
Los estudios de la filosofía tienen la pretensión de un modo de enseñar y de
aprender que está atravesado por la actitud filosófica, a saber, el afán por
preguntarlo todo y someter a permanente examen todas nuestras creencias,
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juicios, sentimientos, y valoraciones, entre otros (cfr. Vargas/ Cárdenas, 2004:
131). Tienen también la insistencia permanente en la búsqueda de mejores
razones para lo que decimos, sentimos, pensamos, actuamos; la sensibilidad
permanente hacia el lenguaje y sus diferentes usos o la permanente actitud crítica
y hasta escéptica de sospecha que nos lleva a considerar en cada una de
nuestras proposiciones sus presupuestos más profundos y sus consecuencias.
Los estudios de la filosofía, que generan esa actitud filosofante, no deberían
reducirse a un único saber, ni sería propio de un solo tipo de aprendizaje o
enseñanza. Entonces, los estudios de la filosofía son todos aquellos que ofrecen
la creación de esta actitud filosofante, sin desconocer, por supuesto, la
importancia de estudiar la carrera específica que ofrecen las universidades, a
saber, la filosofía. Lo ideal de estos estudios de la filosofía sería transferir su
aprendizaje a cualquier saber y disciplina posible, sin importar si es intelectual,
práctico, vital o profesional.
EL IMPACTO DE LA GLOBALIZACIÓN DESDE LA ECONOMÍA
Aunque se trate de ampliar el significado de la globalización a otros ámbitos, no se
puede dejar de lado su finalidad primera y donde a partir de ella surgieron las
otras. Es así como de la globalización netamente económica surgieron como una
especie de respuesta y ayuda los otros ámbitos de la globalización que hemos
estado señalando. Se debe considerar entonces que la globalización política,
cultural, social y educativa está al servicio de la económica, siendo ésta su origen.
La globalización entendida como una expresión del capitalismo, se manifiesta a
través de cuatro aspectos (cf. Mejía, 2004: 6):
1. Gracias a la alta tecnología y los desarrollos en la industria y las
telecomunicaciones, se desplaza la forma tradicional de producción de la
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mano de obra por asalariados del conocimiento que manejen tales
desarrollos. De ahí la importancia de las carreras tecnológicas y de las
ciencias duras.
2. Existe un predominio del capital financiero gracias a que la Internet
permite un control omniabarcante del dinero.
3. Existe un surgimiento de la industria trasnacional, que suplanta a la
industria multinacional, en la medida en que ya no va desde un país matriz
a otros países donde coloca sus sucursales, sino que va a través de los
países buscando las mejores condiciones laborales, de materias primas, de
impuestos, para hacer sus inversiones.
4. Se elimina la diferencia rígida entre el trabajador manual y el intelectual, ya
que hay una descomposición del proceso de producción artesanal en
movimientos muy precisos, estableciéndose los parámetros de perfección
de su ejecución. Se entrena a los trabajadores para que cada uno se
especialice, de esta forma se genera un solo trabajador, capaz de
responder a las necesidades del trabajo que le ha impuesto la
globalización.
En consecuencia, al parecer la pretensión económica de la globalización se
expande a otros ámbitos para ejercer mayor poder y cumplir el objetivo de hacer
un solo mundo. Es preciso aclarar, que no se trata de oponerse a la globalización
pues esto significaría ir en contra de la misma historia; de lo que se trata es de
determinar que todos los procesos históricos, en este caso en particular, la
globalización, no siempre son los mejores para la sociedad. Por tal motivo, como
cualquier circunstancia histórica, en la globalización se involucra la política para
que se generen las relaciones productivas; incluye por supuesto la parte social,
pues a ella pertenecen los trabajadores; también involucra la cultura para
transformarla, porque además de trabajadores son consumidores y por ende, se
debe adquirir la costumbre de consumir. Así mismo se extiende al ámbito
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educativo porque a partir de éste se educa a los futuros ciudadanos que ayudarán
a construir ese solo mundo, y muy probablemente estarán capacitados para
atender a las exigencias de los procesos globalizantes. En este sentido ya no se
hablaría de globalización sino de mundialización2.
La globalización (Mejía, 2004: 6) siendo primeramente económica, se origina a
partir de las potencias o países desarrollados, más conocidos como el grupo de
los 8. Estos precursores de la globalización buscan mantener su lugar y poder no
sólo económico sino político, haciendo que los países subdesarrollados respondan
a sus necesidades y se acomoden a sus políticas. Esto ocasiona que los estado-
nación se encuentren debilitados en la medida en que prepondere las políticas
exteriores, y en este sentido estoy de acuerdo con Mejía cuando afirma que hay
un debilitamiento del estado-nación, ya que la preocupación no consistirá en la
democracia o la autonomía del ciudadano sino en la formación de un ciudadano
globalizado. Ésta es la forma en que el ciudadano del estado-nación se vea en la
obligación de transformarse en un ciudadano global y mundial. El ciudadano
globalizado es aquel que cumple con las exigencias de la globalización, que
produce y actúa según el puesto que ocupe en la producción, y que tenga la
capacidad de adaptarse al mundo global.
Se tiene en cuenta que la economía internacional primero ubicó a los países
subdesarrollados, y de paso a América latina, como los productores de materia
prima cuya función es abastecer a los países-potencias. En su interés económico,
decidieron invertir en nosotros (los países subdesarrollados) porque es mucho
2 Una de las categorías que Derrida maneja en su libro, La Universidad sin condición, es la de mundialización, cuya pretensión es mantener la referencia a un mundo, que se podría entender como un mundo concreto, y en este caso en particular, al mundo de la globalización. Es preciso señalar, que la idea de mundialización en Derrida se asemeja al significado de lo que en esta monografía se entiende por globalización. Pues además de lo que se trataría es de una diferencia de término entre Europa y América, ya que en el primer continente el término mundialización es más utilizado para referirse a dicho fenómeno. De la misma manera en América se utiliza el de la globalización.
20
más barata la mano de obra, los impuestos, etc., haciendo mucho más fácil el
proceso de globalización. Para conseguir tal fin, los países a los que la
globalización abrazará para cobijarlos, tendrán que transformar políticas, leyes,
hasta su propia constitución que afectará a su economía, política, cultura y, por
supuesto, a todas las formas de su educación. De lo anterior se deduce que,
aunque la pretensión de la globalización sea crear un solo mundo, una aldea
global, y de esta manera posiblemente cerrar la brecha que durante muchos siglos
se ha mantenido entre los países desarrollados y los subdesarrollados, no
implicaría que realmente esté cumpliendo con tal objetivo. Lo único que está
generando es el aumento de la desigualdad entre países que se evidencia en la
siguiente cita de la UNESCO sobre la brecha entre el norte y el sur:
En las dimensiones y evolución de la pobreza en los países en desarrollo, se observan algunas mejoras globales, pero con una distribución muy desigual {…} los países asiáticos, con algunas excepciones, la situación está mejorando, pero todos los indicadores de pobreza empeoraron en el África, al Sur del Sahara y en América Latina {…} Esta situación significa un fuerte contraste con el despilfarro y la sobrealimentación de los países ricos del Norte y una gran presión sobre los recursos, que es también una presión sobre el espacio: las poblaciones se desplazan de sus zonas de origen en busca de lugares más seguros o más respetuosos con los derechos humanos, y con mejores condiciones de vida, abandonado el campo por la ciudad o persiguiendo en los países desarrollados el bienestar que no encuentran en los suyos de origen (UNESCO,
http://www.unescoeh.org/ext/manual/html/poblacion2.html) [fecha de consulta: 25 de abril de 2009]
Haciendo hincapié en la dependencia de los países subdesarrollados en los
desarrollados. En consecuencia, sería un mundo globalizado cuyo sistema
funciona de acuerdo a las decisiones y determinaciones de las grandes potencias.
A PROPÓSITO DE LA POLÍTICA
Es pertinente señalar el papel del neoliberalismo en la globalización. En primer
lugar, el neoliberalismo ha sido la base económica más importante de la
21
globalización capitalista lo que ha posibilitado que los países entren más fácil a la
globalización, pues sus políticas están dirigidas hacia el libre cambio e intercambio
entre los países. Una de las tesis que más se cuestiona, es la perspectiva de
hombre que tiene: el hombre es un ser independiente de los otros y en nada se
debe a la sociedad, cuya actividad humana principal es la económica, y ésta se
realiza en el mercado. Los hombres tienen solamente inclinaciones a consumir. Lo
anterior se evidencia cuando el CELAM afirma que América Latina y El Caribe
(Cfr. CELAM) viven una particular y delicada emergencia educativa. En efecto, las
nuevas reformas educacionales de nuestro continente, impulsadas para adaptarse
a las nuevas exigencias que se van creando con el cambio global, aparecen
centradas prevalentemente en la adquisición de conocimientos y habilidades, y
denotan un claro reduccionismo antropológico, ya que conciben la educación
preponderantemente en función de la producción, la competitividad y el mercado.
Lo anterior evidencia la manera en que la globalización a través de las políticas del
neoliberalismo incide también en el campo educativo, de hecho la política afecta
todos los ámbitos de la sociedad.
En este sentido, la globalización enfatiza las tesis del neoliberalismo en la medida
en que se involucra en la política propia de un Estado, pues demarca ciertas
restricciones a la regulación interventora del Estado en la economía, siendo una
forma de no confundir el ámbito social con el económico. Aunque se evidencia que
el neoliberalismo se involucra en este ámbito de las personas, ya que propone la
existencia de un mercado interno en la propia subjetividad de los individuos, en el
cual éstos, con su razón calculadora, compran el tiempo de descanso al sujeto de
deseos que llevan en sí mismos. De tal manera que el neoliberalismo convierte el
cálculo económico en el criterio básico para comprender la realidad humana,
personal y social, al igual que para la toma de decisiones.
Siguiendo con el papel del Estado dentro del neoliberalismo, para él cualquier
intento del Estado por rebajar los niveles de la desigualdad existentes en la
22
sociedad, limita la libertad de los hombres. De tal forma que el ámbito de ejercicio
propio de la libertad es el mercado, de allí que sea una libertad fundamentalmente
económica, que consiste en la capacidad de entrar o no en relaciones de
intercambio, que ya no es una capacidad sino un deber, una exigencia que realiza
la globalización a los hombres. Es así como determina la globalización al Estado
en su ejercicio político, que se subordina completamente a los organismos y
agencias multilaterales.
Debido a estas redefiniciones del hombre y del papel que desempeña su
existencia, éste debe acudir al llamado de la globalización, y ha de satisfacer sus
necesidades, a saber, que los sectores de producción se vean obligados a una
mayor competitividad en términos de eficacia y rendimiento, haciendo que los
sectores menos competitivos desplacen a sus trabajadores y realicen reajustes.
Por otro lado, la armonización normativa del mercado permite la facilitación para la
circulación de bienes, productos y personas y aún la solución de algunos conflictos
entre países, pero no hay que desconocer que así está perdiendo autoridad y
soberanía el papel del Estado-nación, como se ha establecido anteriormente, esto
sucede cuando acata las reglas generadas por acuerdos institucionales.
CULTURA Y GLOBALIZACIÓN
Los rápidos avances e innovaciones, en el campo de la informática y las
telecomunicaciones, son algunas de las más poderosas manifestaciones que tiene
la globalización. A través de la Internet, los habitantes del mundo entero reciben,
aparentemente, toda clase de información (Borrero, 1999: 5). Y es aparente
porque en el proceso de reparto de la información, se han quedado por fuera
personas, sectores, y hasta países con capacidades y recursos limitados,
ayudando de esta forma a incrementar las desigualdades sociales, económicas,
culturales y tecnológicas ya existentes; acentuando el desnivel de aquellos que
23
tienen recursos económicos para hacer parte de ella y, los que no tienen cómo
pertenecer a ella.
En este orden de ideas, Marco Raúl Mejía (Mejía, 2004: 1) señala que la
globalización es un fenómeno de revolución al interior del capitalismo,
transformando relaciones sociales y procesos productivos, hasta llegar a modificar
nuestro entorno cotidiano. Frente a esta perspectiva, la posición de la FIUC3
(FIUC, 2003:12), también, está de acuerdo con que debe analizarse no como una
mera expresión económica, sino como un fenómeno “multidimensional” donde
interactúan los ámbitos político, económico, cultural, social y educativo. En esta
perspectiva, la globalización teje los ámbitos ya mencionados como redes para
ejercer una influencia casi simultánea de cada uno.
Además, la FIUC afirma que este fenómeno es el resultado de innovaciones
científicas y técnicas que hicieron que el mundo se uniera para formar una
especie de sistema mundo, donde la sociedad termina por ser informatizada y
globalizada. Los países que participan en la globalización, responden estructural y
sistemáticamente a las exigencias que les sean impuestas. Sin embargo, no se
puede desconocer que la historia nos muestra que detrás de cada invento,
innovación científica, crecimiento de producción se esconden unas relaciones de
poder muy fuertes, ayudando a incrementar a través de la distribución de los
elementos anteriores, las desigualdades sociales, económicas, culturales y
educacionales ya existentes.
3 Congretatio de Institutione Católica Federatio Internationalis Universitatum Catholicarum CIC-
FIUC, durante el año 2003. Este texto es un documento preparatorio de la conferencia internacional “globalización y educación (enseñanza) superior católica: esperanzas y desafíos” que se celebró en la Ciudad del Vaticano del 2 al 6 de diciembre de 2002. Este documento, que está basado en varias fuentes bibliográficas citadas en las Actas de la conferencia, posee una innegable confiabilidad, ya que contó con la participación de más de 120 responsables de las Universidades y representantes de diferentes Episcopales y organizaciones internacionales.
24
De igual manera, la FIUC (2003: 13) reconoce que avances como la Internet por
ejemplo y en general en el campo de la tecnología de la información y la
comunicación, se excluyen a aquellos que tienen recursos y capacidades limitados
para adquirirlos. A diferencia de la FIUC y Borrero, Mejía desarrolla con mayor
precisión todos los ámbitos en donde se hace patente la globalización, que se
resumen en uno sólo, el cotidiano de las personas. Frente a este ámbito señala
que las relaciones sociales se empiezan a globalizar a partir de sus localidades,
acaso ¿éste no implica transformar sus costumbres para adaptarse a la
globalización? Por supuesto que sí. Lo que habría que preguntarse entonces es
¿cuál es el resultado de dicha modificación? Esta es una de las preguntas que se
irán aclarando durante el desarrollo de este texto. Además, señala al igual que
Borrero, que la globalización construye una especie de mundo intercomunicado e
interdependiente, gracias a que el fenómeno virtual produce en el lenguaje y la
cultura ciertas transformaciones; dichas transformaciones involucran por supuesto
a la educación.
Gracias a la globalización, ahora todo se convierte en “multi”, prefijo que
encontramos en Mejía pero refiriéndose a la multiculturalidad, en donde la
transformación de las costumbres propias a las impuestas por la globalización, no
llegan a ser transformadas totalmente, sino que se vuelven en una especie de
mezcla donde se confunde lo propio de lo adoptado. Si encontramos que una de
las consecuencias de la globalización según Mejía es la multiculturalidad, sería
pertinente señalar si existe también una multipolítica, multieconomía, inclusive una
multieducación.
De acuerdo con lo que identifica Mejía, la globalización transforma las condiciones
de la democracia liberal y, por supuesto, de la ciudadanía, con base en una
especie de redefinición de ambas. Sin embargo, Mejía (2004: 8) expone algo
contradictorio y es que la globalización va a rechazar la idea de gobierno mundial
y expone las siguientes razones:
25
1. El liberalismo internacionalista, el liberalismo cuyas ideas económicas y
cuyos autores pertenecen a las potencias, plantea que el futuro seguirá
siendo de los Estados; de lo que se trata es de transformarlos de acuerdo a
las condiciones internacionales.
2. La democracia cosmopolita, donde la sociedad debe encontrar una
expresión transnacional, de hecho por eso es cosmopolita en el sentido en
que es común a todos los países; que tenga un lugar en el piso regional con
poder de decisión. Por ejemplo se propondría una democratización de la
ONU.
3. El comunitarismo radical. Gracias a tal idea, se acabarían por completo el
Estado-nación y el poder político centralizado, ello implica que exista un
poder desde múltiples sitios y coordinados entre ellos mismos por lo local
en la globalización.
Aún así, la globalización se manifiesta a través de la expresión “sociedad mundial”
(cfr. Beck, 1998: 34) siendo una de las tantas formas de hacerlo. En esta
expresión se refleja que dicha sociedad se puede comprender como una
pluralidad sin unidad que se refleja en muchas cosas diferenciadas, a saber:
formas de vida transnacionales, crisis y guerras percibidas desde un punto de
vista global, formas de producción transnacional y competencia de mercado. Por
su parte, “la globalización significa los procesos en virtud de los cuales los Estados
nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores
transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, orientaciones,
identidades y entramados varios” (Beck, 1998: 34). En consecuencia, se trata de
un gran imperialismo que teniendo como base lo económico pretende tener a su
merced (si es que puede hacerlo) la política, la sociedad y la cultura, bajo el cual
las empresas exigen las condiciones con las cuales poder garantizar y optimizar
sus fines.
26
A manera de ejemplo, es precisamente gracias a la política globalizada que existe
un desarrollo: un cambio en la ciudadanía; cuya transformación tendrá lugar en la
escuela. Este autor cree que en este siglo hay una pérdida de la ciudadanía social,
donde existe una fragmentación que produce un tipo de ciudadanía de derechos
individuales. En este sentido, empieza a vislumbrarse un ciudadano que es fruto
de la pérdida del Estado de bienestar y el regreso del mercado; un ciudadano
consumidor que intenta resolver sus necesidades en el consumo de masas y en la
sociedad del espectáculo; en últimas un ciudadano totalmente globalizado. Dicha
sociedad (Mejía, 2004: 8) es aquella a la que le encanta el mundo del espectáculo,
es decir, a la que hay que mantener ocupada, cuya tarea la asumen los medios de
comunicación, para disfrazar las pretensiones de la globalización.
A partir de lo anterior se deduce el surgimiento de unas tendencias a partir de esa
nueva ciudadanía. La primera tendencia consiste en que va a aparecer una
ciudadanía cosmopolita, en donde la transnacionalización produce una disociación
territorial que va a traspasar cualquier límite de lo nacional, causando una pérdida
de la dimensión local. La segunda tendencia está dirigida hacia el estado-nación y
la forma en que ellos no concentran ahora su soberanía, sino que la reemplazan,
mejor dicho la trasladan a organizaciones transnacionales o multilaterales en la
ejecución de políticas. En últimas, termina siendo una delegación de poderes
políticos a entes privados. Y la última tendencia, sugiere un surgimiento de una
ciudadanía global en la medida en que la globalización va a exigir una sociedad
civil internacional (cfr. Mejía, 2004: 8).
LA EDUCACIÓN SE GLOBALIZA
El texto de la Conferencia Episcopal de Colombia (FIUC, 2003: 12-13), indica que
el fenómeno de la globalización, afecta prácticamente todos los aspectos de la
vida humana y redefine de una forma significativa los papeles y las funciones que
27
los individuos y las instituciones, como las universidades desempeñan en la
sociedad y en el hombre mismo.
A pesar de que la educación no es el único factor por medio del cual opera el
contexto globalizador, sí es fundamental para la formación de pensamiento, de
ese que es globalizante. Pues bien, es precisamente ese aspecto el que quiero
tocar, cómo a través de la educación la globalización opera, reconociendo que
ésta es el origen del hombre que desea. Para tal fin, la globalización necesita de
una educación que se transforme para que realice una “adaptabilidad mental a la
forma de ser de la época” (Mejía, 2004: 7).
De acuerdo con lo que señala Mejía, la escuela empieza adquirir nuevamente su
papel principal y fundamental dentro de la sociedad en la medida en que ella es
centro de nuevos procesos de conocimiento, por ejemplo, el conocer cómo se
conoce desplazando el conocimiento enciclopédico. Pero no se puede perder de
vista, que ahora el conocimiento en la escuela está dirigido hacia la ciencia y la
tecnología.
En este sentido, Borrero señala una crítica muy fuerte frente al papel actual que
superficialmente se estableció en el párrafo anterior, afirmando que la educación
es un proceso humano, una cuestión de valores y acciones significativas, no de
simple información y de puro conocimiento. Sin embargo, eso no implica que la
globalización haya dejado de lado el tema de los valores en la escuela, de hecho
también le ha dado un papel, más bien, unos nuevos valores que la misma
globalización ha creado o transformado para dirigirlos hacia sus fines. Pero el
tema de la ética de la globalización es algo demasiado amplio para tratarlo ahora;
aunque es algo que estará latente en el desarrollo de este capítulo.
Es pertinente señalar que en un primer momento, el derecho a la educación, en la
idea liberal, consistía en asignarle a la educación el papel de producir la nueva
28
igualdad social, su papel democratizador de la escuela era central.
Posteriormente, en este capitalismo globalizado y neoliberal, aparecen en la
educación ciertas características desintegradoras de ese antiguo derecho a la
educación en la medida en que su objetivo es reestructurar la sociedad, una
sociedad que ahora se exige globalizada. En este marco, hay un retorno a
derechos individuales.
De otra parte, frente a la globalización, se construye una educación formal que
busca una calificación para la competitividad, para la reestructuración productiva,
pero sobre todo, para conseguir empleo. Este hecho causa una desintegración de
los elementos colectivos al derecho al trabajo donde la educación se convierte en
dotadora de competencias individuales (cfr. Mejía, 2004: 9).
Se establece, así, que la educación comienza a ser mucho más centrada en el
individuo, cuyo objetivo es permitir que se adhiera a la globalización para que se
vincule al mercado del trabajo. Por consiguiente, la educación en su formación
global que inicia desde la escuela y termina con la formación profesional no tiene
otra tarea que otorgar habilidades, competencias, para la producción, para que
aparezca un nuevo sujeto asalariado flexible, requerido por la globalización. Es así
como se inicia una verdadera privatización del aspecto de formación del capital
humano transformándose en responsabilidad del individuo, quien busca en el
mercado esas oportunidades para mantenerse competitivo y garantizar su
vigencia y actualización y, por ende, su condición de empleabilidad. Esto le
permite ir constituyéndose poco a poco en hábil para lo requerido por el mercado.
No obstante, al parecer, es una educación que no garantiza empleo, porque
posiblemente estamos asistiendo al surgimiento de un capital que anula el trabajo,
en el sentido en que la mano de obra del hombre ya no es necesaria, puesto que
su función probablemente será reemplazada por las máquinas y las tecnologías.
Primero, se anula como derecho y, luego, con productos que cada vez contienen
29
menos trabajo de mano de obra. Sencillamente, en los procesos de la
globalización se ha forjado un trabajo para que haya menos trabajo y para
garantizar que tampoco haya salarios para todos. Se es a la vez desempleado y
subempleado en potencia, precarizados, temporales, esto se evidencia en los
contratos laborales actuales, entramos en los vaivenes de un trabajo y un ingreso
discontinuo.
En el fondo la globalización como fenómeno, pretende ofrecer a la sociedad, sobre
todo a una subdesarrollada, el colocar a los individuos como posibilidad real para
salir de esa condición al entrar en las políticas educativas de la globalización; pero
los que conocen bien esa falsa teoría desarrollista saben que no es así, ya que
jamás los países subdesarrollados tendrán las mismas condiciones históricas que
le permitieron a los países desarrollados ser lo que son. Ellos fueron los grandes
colonizadores, condición que les permitió adquirir materias primas y recursos para
desarrollarse, esto es imposible de hacer para un país subdesarrollado. Ahora
bien, teniendo en cuenta que la exigencia de la globalización en términos de
educación se enfoca hacia un cambio de la misma, exige y reconoce además que
la única forma para lograr tal reestructuración es a través de los maestros, lo que
implica que se le exija a ellos ciertos conocimientos más técnicos, más
empresariales, comerciales, etc. es muy común en Colombia, que en el nuevo
estatuto del docente para los nuevos maestros que se vinculen, no sea necesario
acreditar pedagogía, sólo un título profesional y la pedagogía vendrá
posteriormente (cfr. Mejía, 2004: 12).
Frente a lo anterior, el hecho de que cualquier profesional tenga la posibilidad de
emplearse como profesor, probablemente significaría una baja calidad educativa,
pues una cosa es procesar y difundir información y otra garantizar la comprensión
de sus significados. Otra implicación es que se disminuiría la empleabilidad a los
que sí son licenciados, y se toma la educación como una opción de conseguir
dinero por falta de empleo. De ahí que esto sea uno de los tantos factores por el
30
que los estudiantes no presten atención y le quiten importancia al aprendizaje.
Todos estos cambios podrían ser el reflejo de “un reordenamiento de la acción, la
institucionalidad y de los sentidos y nortes que han sido trastocados por la manera
como el capitalismo globalizado necesitó reorganizar su escuela para que fuera
más coherente y útil a una reestructuración productiva fundada en una base
científica y tecnológica” (Mejía, 2004: 14)
Pero como el interés de este escrito se dirige hacia la educación superior,
entonces centrémonos en la globalización de la educación superior; ya que como
lo afirma la UNESCO “la educación superior tiene que desarrollar, con todos sus
asociados, una visión global de sus objetivos, sus tareas y su funcionamiento”
(FIUC, 2003: 4). Según esto, la universidad debe ajustarse a las necesidades de la
globalización, y a cambiantes escenarios sociales, otorgándole poca importancia a
las misiones que hubieran tenido las Universidades; tiene la responsabilidad de
llevar cabo sus funciones en torno a la persona, a la ciencia, y a la sociedad,
respondiendo a la clase de persona, a la ciencia y a la sociedad que requiera la
globalización.
Una característica clave de la globalización, cuya consecuencia afecta
enormemente la enseñanza superior, es el lugar predominante del saber en el
contexto actual de expansión económica (cfr. FIUC, 2003: 16). No es cualquier
saber, es un saber tecnológico, empresarial, de mercadeo, etc., que va a
predominar sobre cualquier otro saber. De tal manera que no es más que una
consecuencia entre las interacciones los progresos tecnológicos e industriales y la
exigencia de dichos conocimientos. Es así como se evidencia el papel o más bien
la misión que desempeñan los institutos técnicos (y ahora ha llegado a permear a
las universidades): formar mano de obra calificada para esta economía naciente
aportándole un nuevo impulso al crecimiento económico. Dicho en otras palabras:
generar nuevos conocimientos y formar mano de obra competitiva. ¿Lo anterior
implicaría un alejamiento de la enseñanza humanista?
31
Desde esta perspectiva, el proceso de redefinición del lugar y la forma de la
universidad actual comienza a llenarse de contenido, haciendo visibles
manifestaciones y consecuencias de ese cambio, que reflejan el nuevo rumbo. Las
principales serían:
1. La universidad debe estar al servicio de la globalización, entendiéndose ello
como cambio en la economía del conocimiento. En este sentido, la
universidad tiene como perspectiva la capacidad de dar respuesta a la
globalización.
2. A través de sus profesiones, la universidad debe reflejar el cambio en la
forma de producir y utilizar el conocimiento.
3. Estamos frente a un nuevo tipo de estudiantes, de base técnica. ¿Dónde
quedan entonces los estudiantes de humanidades como la filosofía?
4. Hay una fuerte diversificación de la demanda educativa, que se da por el
nuevo lugar de la tecnología. Frente a esto, se genera un nuevo
conocimiento cuya base es la tecnología “porque se está en el fin del
conocimiento fundado sobre un tipo de racionalización y discusión
especulativa” (Mejía, 2004: 26), dejando de esta manera las discusiones
críticas sobre la realidad, el análisis racional y reflexivo sobre los
acontecimientos de la sociedad.
5. Surgen los nuevos trabajadores del conocimiento, el trabajador flexible que
implica no sólo una capacidad de manejo tecnológico sino también una
capacidad de actualización de acuerdo a las necesidades del conocimiento
mismo.
6. Las universidades deben generar niveles de competitividad en sus
resultados académicos de acuerdo a estándares internacionales. Es decir,
la existencia de criterios internacionales para la acreditación de la idea de
calidad en las universidades.
32
7. Para la constitución internacional de estándares y competencias para las
distintas disciplinas del saber, se ha creado un organismo internacional en
la UNESCO quien crea el currículo internacional, afín con los
planteamientos de la OMC (Organización Mundial del Comercio), que
convierten a la educación en un servicio a partir de su internacionalización.
A partir de las anteriores manifestaciones de la globalización surgen preguntas
respecto a los estudios de las humanidades y en especial, de la filosofía: ¿Cuál
sería la mejor forma de utilizar el conocimiento de la filosofía en la globalización?,
¿dónde queda el conocimiento de la filosofía en el contexto y exigencias de la
globalización? Teniendo en cuenta, reitero, que su base es un conocimiento
tecnológico.
Frente a la exigencia que se genera a partir de la globalización, que le realiza a la
enseñanza superior, es decir, a las universidades, en nuestro país se constata
cómo la LEY 30 es el resultado de la necesidad de introducir un nuevo sistema de
interpretación del derecho educativo. Dicho en otras palabras, ésta es ese nuevo
sistema. Esta nueva ley surge tomando en cuenta lo dicho en el artículo 1 de la
constitución política de 1991: “Colombia es un estado social de derecho que
propende por la realización de todos y cada uno de los individuos”. Esto resulta
evidentemente paradójico, cuando al parecer la globalización profundiza y amplía
las desigualdades sociales (que se desarrollará con detalle más adelante) en la
medida en que no todos tienen las mismas oportunidades de adquirir esa
realización como individuos en todos los aspectos.
En este sentido, la LEY 30 tiene como objetivo fundamental desarrollar los
principios constitucionales que en concordancia con el nuevo modelo de Estado,
reconocieron en la Universidad: 1) un espacio esencial para el logro de sus
objetivos fundamentales y 2) la condición que le es inherente y la caracteriza, es
decir, su autonomía. Por tal motivo, esta ley consolida las bases de una educación
33
superior pertinente y de calidad, que contribuya eficazmente a los propósitos de
igualdad y desarrollo armónico. Este proceso de construcción, de las bases de la
educación superior, parece ser una contradicción respecto de la globalización;
pues como lo vimos en párrafos anteriores, el simple hecho de que la
globalización le exija a la universidad sacar determinados profesionales, le quita
su autonomía; además cuándo se puede hablar de igualdad cuando las
universidades de los países desarrollados tienen mayores ventajas en la medida
en que son ellas quienes deciden de qué forma educar. En consecuencia, en vez
de existir un propósito de igualdad, existen desigualdades educativas. Se
encuentra que la universidad en sí, no es otra cosa que la respuesta a la exigencia
de la globalización frente a la educación superior.
La globalización le lanza retos a la universidad, al mismo tiempo que plantea
problemas para su futuro, a través de llegar a cuestionar su principal valor, a
saber, el servicio que ésta brinda al bien común de sí misma y de la sociedad. Sí,
la globalización le sigue reconociendo teóricamente su autonomía, su libertad
académica, etc., pero siempre y cuando esté dentro del marco de la globalización
misma. A esto respondió la LEY 30, a manera de ejemplo, ya que fue la que
reformó la educación superior. Y si esto probablemente ocurre a la universidad
¿en qué forma esas consecuencias impactan los estudios de la filosofía?
34
CAPÍTULO II
UN ENFOQUE HACIA LOS ESTUDIOS DE LA FILOSOFÍA EN BOGOTÁ:
Las consecuencias de la globalización que tienen impacto sobre los
estudios de la filosofía
Los tiempos han cambiando de una vida sencilla a una vida competitiva y
compleja. Nos imponen ser mejores cada día; proyectar una acción con
excelencia, eficacia y eficiencia en búsqueda de prioridades para sobresalir. Es así
como la globalización es la responsable de estos cambios y de la exigencia que
ella hace a los hombres: que se produzcan personas bien calificadas para mejorar
la producción. Frente a estas exigencias, se pretende llegar a difundir que los
hombres vean su contexto real; proyecten sus vivencias para sobresalir del
conformismo, de la ignorancia, pobreza y miseria; desafíen el contexto globalizado
en el que están viviendo; reflexionen sobre sí mismos para ser pioneros del
cambio trascendental.
No obstante, los llamados a ser pioneros del cambio y de la transformación son los
estudiantes de filosofía, ya que además son ciudadanos y un factor importante
dentro de la producción y, por lo tanto, están involucrados dentro de la
globalización, recibiendo sus exigencias; hacen parte de aquellos ciudadanos que
ahora deben responder a ésta. Por tal motivo, este capítulo pretende profundizar
sobre las actitudes ante la globalización que tienen impacto sobre los estudios de
la filosofía, con el objetivo de establecer en qué forma los influyen.
En el anterior capítulo, se evidenció la forma en que la globalización estaba
presente en todos los ámbitos de la sociedad, a saber, la economía, la política, la
cultura y la educación, con el fin de dar a conocer las consecuencias que traía a
cada ámbito. Por esta razón, es pertinente señalar la manera en que dicha
presencia afecta o no, a los estudios de filosofía, remitiéndonos a las
35
universidades del Distrito Capital que ofrecen dichos estudios, específicamente a
los fundamentos, la visión y la misión de cada uno de ellas, además de sus planes
curriculares, para evidenciar si se está cumpliendo o no con los objetivos de la
carrera de filosofía al menos en Bogotá. Cabe señalar que esto no es suficiente,
por lo tanto, posteriormente se realizarán unas entrevistas que ayudarán a
evidenciar el panorama de los estudios de la filosofía. Aunque esto no signifique
que no sea aplicable al resto del territorio nacional, puesto que los planes de
estudio no se distancian unos de otros en las demás universidades de Colombia,
que también ofrecen la carrera de filosofía.
Las facultades objeto de estudio de este análisis pertenecen a las siguientes
universidades: Universidad de La Salle, Pontificia Universidad Javeriana,
Universidad de los Andes, Universidad Sergio Arboleda, Universidad Nacional de
Colombia, Universidad del Rosario, Universidad de San Buenaventura,
Universidad Libre y Universidad Externado de Colombia.
A continuación se realiza una exposición general sobre los fundamentos de la
carrera en dichas universidades, con el fin de identificar los motivos por los cuales
los estudiantes eligen estudiar filosofía.
1. VISIÓN, MISIÓN Y OBJETIVOS DE LA CARRERA DE FILOSOFÍA4
En general las facultades de filosofía de las universidades en cuestión, tienen
como objetivo, por un lado, ofrecer a los estudiantes las condiciones que le
permitan ejercer en forma adecuada y responsable, las funciones propias de la
filosofía al interior de la sociedad; tales funciones se cumplen a través de la
cátedra, la investigación, la producción escrita y las diversas actividades
4Las fuentes de donde se tomó la información sobre las facultades de filosofía, corresponde
directamente a las páginas web de las universidades.
36
profesionales que se potencian por los estudios filosóficos. Por otro lado, las
facultades buscan desarrollar, en los estudiantes la crítica y la reflexión de
diversos problemas de la filosofía y sobre todo de la sociedad actual. Con el
propósito de establecer las diferencias y semejanzas entre las facultades de
filosofía con respecto a sus objetivos, se iniciará con una descripción de éstas. Por
esta razón, hay particularidades en cada universidad que vale la pena mencionar.
Universidad de La Salle
(Cfr.http://www.lasalle.edu.co/pregrado/ppregrado_filos_letras.htm
[consulta: 13 de septiembre de 2007])
Uno de los objetivos de esta universidad es ofrecer un programa de excelencia
académica acorde con las exigencias del mundo contemporáneo, con el fin de
formar excelentes personas en el campo de la filosofía y las letras que sean
protagonistas e impulsores de los procesos de transformación que el mundo
necesita. Para cumplir con dicho objetivo, se ha establecido unos objetivos
específicos, entre los cuales se encuentran: seleccionar a los mejores candidatos
para recibir la formación en filosofía, así mismo, como a docentes con una
excelente calidad educativa, con el fin de que los estudiantes se destaquen por su
calidad académica y humana para aportar a la construcción de una sociedad justa.
Dicha construcción es la visión de la facultad. De igual manera, la misión consiste
en aportar con base en el pensamiento de Juan Bautista de La Salle, una
formación humanística acorde con las necesidades del mundo actual, cuyo fin es
aportar a la formación de una sociedad equitativa.
Frente a los propósitos por los cuales se ofrece la carrera de Filosofía y Letras, se
encuentra que un factor importante y determinante en esta universidad y, en
especial en la facultad, es su pretensión por hacer cumplir que sus egresados
tengan un papel transformador dentro de la sociedad actual.
37
Pontificia Universidad Javeriana
(Cfr. http://www.javeriana.edu.co/Facultades/Filosofia/facultad.html [consulta:
13 de septiembre de 2007])
Dentro de la presentación del programa de esta universidad, es particular la
referencia a los objetivos, que consisten en permitir que los estudiantes ejerzan las
funciones propias de la filosofía al interior de la sociedad, pero no especifican
cuáles serían dichas funciones. Esto sería positivo en la medida en que los
estudiantes son autónomos para adoptar la filosofía desde la perspectiva que
deseen y para utilizarla de acuerdo a sus intereses. Sin embargo, podría ser
importante que especificaran las funciones, pues sí se considera que los estudios
de la filosofía puedan tener una función referida a cierta responsabilidad social. Lo
que en cambio sí muestra de manera directa, son los elementos a través de los
cuales se ejercen tales funciones: la cátedra, la investigación, la producción
escrita, etc.
Respecto a su plan de estudios, es muy completo en la medida en que ofrece la
historia de la filosofía, y a la vez, varias disciplinas propias de su estudio, como
por ejemplo, la religión, la política, la cívica, la constitución, etc. No tiene nada en
particular respecto a su plan de estudios, ya que su formación cumple con los
requisitos propios de la carrera.
Universidad del Rosario
(Cfr. http://www.urosario.edu.co/FASE1/ciencias_humanas/pregrado2.html
[consulta: 13 de septiembre de 2007])
Respecto de la misión de la facultad, la universidad es explícita en mostrar que la
filosofía se debe ocupar en dar respuesta a su tiempo con el lema: "pensar el país"
desde la perspectiva de la filosofía aplicada. Es posible afirmar, que hay una
intención directa de reflejar el papel transformador de la filosofía dentro de la
38
sociedad actual, aunque en ocasiones pensar no signifique actuar. A diferencia de
las dos anteriores universidades, ésta tiene énfasis hacia el estudio científico, con
el propósito de establecer el papel de la filosofía en la ciencia, deseando crear
una tradición de reflexión sistemática sobre los orígenes de la problemática del
país y sus posibilidades de futuro.
Universidad de Los Andes
(Cfr. http://filosofia.uniandes.edu.co [consulta: 13 de septiembre de 2007])
En los objetivos de la Universidad de Los Andes, está el énfasis en que la filosofía
se vincule con otras disciplinas, como la política o el arte: si una persona tiene
interés por la filosofía del arte y por la estética, puede complementar sus estudios
con materias de las carreras de arte, literatura, o de música; y así con otras
disciplinas.
La carrera de filosofía pretende dar una formación más allá de escuelas o
tendencias filosóficas particulares para sentar las bases de un camino de reflexión
propio y cultivar una actitud crítica. Una de las formas de afrontarlo es a través de
distintos sistemas y formas de abordar preguntas y problemas filosóficos. Aquí, se
puede caracterizar a la filosofía como una actividad reflexiva sobre los distintos
asuntos humanos, sobre la forma de concebir la ciencia, la sociedad y el arte,
entre otros.
Dentro de las modalidades que ofrece la universidad, a saber, la filosofía y la
ciencia, estética y ética y sociedad, se evidencia la reflexión en torno a éstas, pero
no el papel transformador que se insiste, debe estar en todas las universidades
que ofrecen los estudios.
39
Universidad Externado de Colombia
(Cfr.http://www.uexternado.edu.co/socialesyhumanas/filosofia/index.html [consulta:
13 de septiembre de 2007])
Al igual que las universidades descritas hasta el momento, esta universidad tiene
el objetivo de evidenciar la forma en que la filosofía debe responder a su tiempo a
partir de la cultura, la sociedad, la política, la historia y la ciencia, a través de un
proceso de reflexión y crítica de su tiempo. Por tal motivo, su plan de estudios no
tiene particularidades en cuanto a materias.
Universidad de San Buenaventura
(Cfr. http://www.usbbog.edu.co/index.php?option=com_content&task=view&id
=165&Itemid=73 [consulta: 13 de septiembre de 2007])
A pesar de que esta universidad no le dé un papel transformador a la filosofía, su
interés gira en torno a la reflexión social, cultural, política de la sociedad actual,
reflexión con el objetivo de formar egresados críticos de su tiempo. Aunque sus
objetivos no son ajenos a los de las otras universidades, sí hay una particularidad
que es necesario mencionar: hay una clara intención de meditar en torno a la
educación, ya que en su plan de estudios se encuentran materias que reflexionan
y estudian la educación, no materias pedagógicas para formar profesores sino
críticas y reflexiones sobre la educación. Por ejemplo, sociología de la educación,
filosofía de la educación, etc.
Universidad Nacional de Colombia
(Cfr.http://www.unal.edu.co/dirnalpre/paginas/ciencias_sociales/filosofia_
bogota.html [consulta: 13 de septiembre de 2007])
40
Esta universidad tiene como objetivo proporcionar conocimientos que permitan al
profesional de filosofía, situarse respecto de la tradición filosófica y abordar con
rigor el estudio de los problemas planteados en ellas. También busca formar
profesionales que logren un buen desempeño y posean los instrumentos teóricos y
conceptuales necesarios para desarrollar nuevas áreas de la disciplina. En este
sentido, es evidente que para la universidad las reflexiones filosóficas tengan
como base la sociedad actual, por esto su plan de estudios cuenta con todas las
materias tradicionales de la filosofía y con seminarios que permiten su articulación
con problemas actuales.
Universidad Libre de Colombia
(Cfr. http://www.unilibre.edu.co/facultades/filosofia/filosofia.html [consulta: 13
de septiembre de 2007])
La Universidad Libre busca una filosofía como factor de desarrollo social, lo que
implica que haya puesto el énfasis en los órdenes político, jurídico y ético,
apelando a que es la forma en que los estudiantes de filosofía deben responder a
la actual realidad nacional e internacional. En consecuencia, su plan de estudio
ofrece materias dirigidas hacia la filosofía política, jurídica, del derecho,
geopolítica, sociología, y otras materias que complementan la intención de la
reflexión sobre el ámbito político y jurídico.
Universidad Sergio Arboleda
(Cfr. http://www.usergioarboleda.edu.co/pregrado_filosofia.htm [consulta: 13 de
septiembre de 2007])
Esta universidad busca formar profesionales capaces de continuar, profundizar,
proyectar y renovar la tradición cultural de Colombia en los campos de la filosofía,
el arte, la literatura, la filología, la educación y la historia con el interés de que
sean capaces de enfrentarse a los retos y desafíos de la sociedad
41
contemporánea, con suficiente bagaje. De ahí que su plan de estudios esté
dirigido hacia la reflexión en torno a la política, la cultura y la educación de
Colombia.
Es pertinente señalar que el objetivo de haber realizado una breve descripción de
lo que en general buscan las universidades que ofrecen la carrera de filosofía, es
la intención de evidenciar que son pocas las que se interesan por formar
egresados y profesionales transformadores de su tiempo, papel que se considera
fundamental para todos los estudiantes de la filosofía, y sobre todo para el impacto
de la globalización en nuestra sociedad. A pesar de que sea cuestionable el papel
que se pretende dar a la filosofía.
Por esto, en términos generales, todas las facultades apuntan hacia lo mismo, a
saber, hacia una formación crítica y analítica de los estudiantes para que
cuestionen la sociedad actual. Aunque son muchas las que forman en la crítica y
la reflexión, son pocas las que lo hacen en la acción, como por ejemplo la
Universidad de La Salle, que sí demuestra, al menos en teoría, la formación
transformadora del egresado; a propósito se afirma lo siguiente:
Ello supone formar profesionales en filosofía y humanidades con una
mentalidad abierta, universal, crítica y reflexiva, capaces de identificar y analizar
los problemas filosóficos, humanísticos e ideológicos del hombre y de la
sociedad de hoy, y aportarle elementos claros y seguros que permitan la
construcción colectiva de caminos y soluciones (Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de la Salle.
http://www.lasalle.edu.co/pregrado/preg_filos_let/que_es.htm)
En general, los objetivos por los cuales se fundamentan las carreras de
filosofía se convierten en su misión. En estas facultades la misión de la
carrera gira en torno a la formación de estudiantes críticos y analíticos de los
problemas fundamentales de la filosofía y del mundo actual, con el fin de
42
contribuir al análisis de los conflictos económicos, sociales, políticos y
culturales por los que atraviesa la nación. De esta forma se realizan
discursos, investigaciones y se elaboran nuevos campos de acción de la
filosofía. Ahora bien, parecería que la gran mayoría de misiones y visiones
de las facultades de filosofía, no pasan de ser formadoras de críticos y
analistas de la sociedad actual, sin cumplir de manera directa, algún papel
transformador dentro de la misma. Aunque es necesario aclarar, que el
análisis y la critica son los primeros pasos fundamentales para una función
transformadora.
Pese a esto, las únicas facultades que explícita y directamente tienen como
misión el aportar y colaborar en la construcción de una sociedad y un mundo
más humano, justo y equitativo -supuestamente ante el contexto actual de
globalización, pues este término no aparece-, mediante la formación de
estudiantes que se comprometan con la sociedad y cumplan un papel
constructor de la misma, son las facultades de la Universidad de La Salle y la
Universidad Sergio Arboleda. Su visión, además de formar críticos capaces
de renovar la tradición cultural de Colombia para mejorar la sociedad, tiene
como objetivo:
Un mundo más humano, más justo y más equitativo, reconciliado con la
naturaleza, respetándola y conviviendo en armonía con ella; una sociedad
pluralista y tolerante en la cual las diferencias sean fuente de
enriquecimiento colectivo y no soporte de exclusiones, discriminaciones ni
desigualdades; un ser humano que pueda maximizar sus potencialidades
como persona y como ciudadano, formado para el consenso, la solidaridad
y la cooperación con los otros (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
de la Salle. http://www.lasalle.edu.co/pregrado/preg_filos_let/que_es.htm
[consulta: 13 de septiembre de 2007]).
43
En este sentido, se evidencia que si bien se necesita de hombres que sean
capaces de cumplir un papel transformador a través de la filosofía, las facultades
sólo se refieren a la formación de críticos y analistas de la sociedad actual, que
puedan hacer discursos, investigaciones o dar cátedras, pero no con el objetivo
explícito de llevar a cabo una transformación. No obstante, es necesario que ellos
no se queden únicamente en la comunidad académica de los filósofos, sino que
sean capaces de llegar más allá, hasta la propia sociedad, con el fin de
transformarla.
2. Perfil profesional y ocupacional del egresado de la carrera de Filosofía
El perfil profesional y por tanto ocupacional, tiene la misma intención de la visión
de las facultades, aunque garantiza campos de acción de los egresados de
filosofía, en otras disciplinas. En general, frente al perfil profesional, los egresados
disponen de las herramientas conceptuales para el análisis de temas complejos en
los más diversos ámbitos, gracias a su sólida formación filosófica y al
conocimiento en las relaciones causales existentes entre la filosofía, la ciencia, la
teología y el arte. De igual manera, están en capacidad de reflexionar con rigor,
acerca de las escuelas filosóficas más importantes nacidas en diferentes
momentos de la historia del pensamiento. La carrera dota al estudiante de
conocimientos generales y habilidades intelectuales que le permiten:
Analizar críticamente situaciones problemáticas en diversos ámbitos desde
la perspectiva filosófica.
Argumentar correctamente de manera formal, informal y filosófica.
Escribir con claridad y fuerza.
Tener un profundo entendimiento de la cultura contemporánea y de sus
retos futuros.
44
Entender problemas morales y éticos en entornos reales. (cfr. Facultad de
Filosofía de la Universidad del Rosario,
http://www.urosario.edu.co/FASE1/ciencias_humanas/pregrado2.htm)
A partir de esto, se observa que el perfil del egresado busca basarse en el
análisis, la crítica, la comprensión y el cuestionamiento, no sólo de los problemas
tradicionales de la filosofía, sino además de la sociedad y realidad actual del país.
Lo anterior sugiere una pregunta que será necesario pensar más adelante: ¿Es
suficiente ese perfil profesional, para identificar y enfrentar las consecuencias de la
globalización en el mundo actual?
En otra dirección, se encuentra el perfil ocupacional que aborda diferentes
campos de acción, en donde los egresados de filosofía sí pueden cumplir un papel
transformador. Así, el egresado puede desempeñarse con excelencia en diversos
campos: En la educación, en materias como filosofía, literatura, pastoral,
democracia, español, historia y ética; en el diseño, la asesoría, dirección y gestión
de proyectos sociales, económicos y políticos; en el campo editorial, del
periodismo y de las comunicaciones; en el campo de la política; en la asesoría y el
desarrollo de organizaciones sociales, políticas, sindicales, comunales, así como
con organizaciones no gubernamentales. Todo lo anterior, se puede practicar
tanto en el sector público como en la empresa privada así como en organismos
internacionales (cfr. Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de La
Salle, http://www.lasalle.edu.co/pregrado/preg_filos_let/que_es.htm)
A pesar de que los anteriores campos de acción no se encuentren directamente
en todos los perfiles ocupacionales, sí hay un factor común en todos ellos, a
saber: El hecho de que el egresado de la carrera de Filosofía, se desempeñe
como profesor. Frente a esto, es necesario aclarar que la docencia no se
desempeña únicamente en las aulas de clase, ya sea en un colegio o una
universidad, sino que el ejercicio propio de la docencia se puede llevar a cabo
45
desde los campos antes mencionados, como la política, la asesoría de proyectos
sociales, económicos y políticos, etc. Ese tipo de visión, en el cual los egresados
de filosofía se proyectan como profesores únicamente en instituciones educativas,
es el que limita el papel del filósofo como transformador de la sociedad, en tanto
que éste enseña a la sociedad, su realidad y la manera en que puede ser
diferente.
En consecuencia, son pocas las universidades que sí muestran la importancia de
que sus egresados salgan con capacidad de desempeñarse en la docencia, como
la Universidad Nacional de Colombia, por ejemplo. Es irónico saber que la
Universidad de La Salle en una de sus líneas de investigación que ofrece, se
encuentre Filosofía de la educación pero que en su plan de estudios no se
encuentre ninguna materia que ayude de manera teoría y conceptual a entender
dicha línea. No se trata de materias de pedagogía, sino de aquellas que ayuden a
pensar, reflexionar y criticar la educación.
En este orden de ideas, se puede evidenciar que sí existen las herramientas para
que el filósofo cumpla su papel transformador de la sociedad, dentro de los
estudios de la filosofía; por ejemplo como docente habría una gran probabilidad de
ejercer dicho papel. Ahora bien, es preciso establecer a qué se están enfrentando
los estudios de la filosofía respecto a la globalización, es decir, aquí es importante
volver al contexto de la globalización, para evidenciar si las consecuencias de ésta
en la economía, la política, la cultura y la educación, afectan o no el objetivo
anteriormente mencionado de los estudios de la filosofía.
46
LAS CONSECUENCIAS DE LA GLOBALIZACIÓN QUE TIENEN IMPACTO
SOBRE LOS ESTUDIOS DE LA FILOSOFÍA
El término globalización ha sido signo de felicidad para algunos y de drama para
otros, y ha estado cargado de contradicciones y paradojas en su comprensión y
práctica. Una de las muchas contradicciones consiste en que la occidentalización
del mundo fusiona los ideales de la sociedad industrializada (las sociedades de las
potencias), haciéndolos parecer como aquellos que son convenientes para todo el
planeta, incluso para los países tercermundistas. Esto implica que la evocación de
esta idea sea, en sí misma, paradójica, produciendo tensiones y contradicciones.
Por ende, es necesario que se explique la forma en que cada ámbito de la
sociedad ha cambiado gracias a la globalización. Teniendo en cuenta que ya
fueron explicados en el primer capítulo, sólo se mencionarán en concreto los
cambios que realizó la globalización en cada ámbito y que tienen impacto en lo
educativo y, por tanto, en los estudios de la filosofía. A continuación se presentará
una tabla que permite una mayor comprensión de los cambios y los impactos:
CAMBIOS PRODUCIDOS POR LA GLOBALIZACIÓN
ÁMBITOS Y TIPOS DE CAMBIO
IMPACTO EN LOS ESTUDIOS DE LA
FILOSOFÍA
1. Cambio Económico:
- Se desplaza la forma tradicional de
producción de la mano de obra por asalariados
del conocimiento tradicional que maneje
desarrollos en la industria y
telecomunicaciones.
- Existe un surgimiento de la industria
trasnacional, que va a través de los países
1. Su impacto:
- Cobra importancia el estudio de las carreras
tecnológicas y de las ciencias duras,
desplazando el estudio de la filosofía.
- El campo laboral de los ciudadanos se
reduciría al trabajo en la industria transnacional,
47
buscando las mejores condiciones laborales.
- Entrena a los trabajadores para que cada uno
se especialice, generando un solo trabajador,
capaz de responder a las necesidades del
trabajo que le ha impuesto la globalización. No
hay distinción entre el trabajador manual y el
intelectual.
reduciendo el campo laboral de los filósofos.
Aunque quede el campo político, social y
educativo va a imperar el económico sobre
éstos.
- La exigencia de trabajo que hace la
globalización, está dirigida hacia la producción,
no a la reflexión ni al análisis, disminuyendo la
influencia de la filosofía en la sociedad.
2. Cambio político:
- Debilitamiento del estado-nación, ya que la
preocupación no consistirá en la democracia o
la autonomía del ciudadano sino en la
formación de un ciudadano globalizado.
-El neoliberalismo propio de la globalización
muestra la perspectiva de hombre que tiene: el
hombre es un ser independiente de los otros y
en nada se debe a la sociedad, cuya actividad
humana principal es la económica, y ésta se
realiza en el mercado.
- El papel del Estado dentro del neoliberalismo:
para él cualquier intento del Estado por rebajar
los niveles de la desigualdad existentes en la
sociedad, limita la libertad de los hombres.
2. Su impacto:
- Los egresados de filosofía entran a hacer
parte de la formación de ese ciudadano
globalizado, quien tendrá que cumplir con las
exigencias de la globalización en tanto son
productivas, relegando otras facultades del
ciudadano como su capacidad de crítica y
cuestionamiento.
- Aunque es posible la crítica en la
globalización, frente a esta ideología no valdría
la pena cuestionarse por la pobreza y miseria
en que viven los demás, aquí no cabría el
análisis ni el cuestionamiento, ni la elaboración
de discursos que critiquen la realidad, sólo
habrían protestas para exigir mayor apertura en
el mercado. De tal manera que la crítica de este
contexto no cumpliría ningún papel
transformador de la misma.
- Cualquier cuestionamiento o crítica que se
haga en torno a la desigualdad social, sería
sólo eso, discurso teórico, que no cambiaría
nada, pues es más fuerte la ideología de
libertad de la globalización que unos discursos
filosóficos.
48
3. Cambio Cultural:
- Todos los ámbitos en donde se hace patente
la globalización, se resumen en uno sólo: el
cotidiano de las personas.
-Empieza a vislumbrarse un ciudadano que es
fruto del regreso del mercado; un ciudadano
consumidor que intenta resolver sus
necesidades en el consumo de masas y en la
sociedad del espectáculo.
- Dicha sociedad es aquella a la que le encanta
el mundo del espectáculo, es decir, a la que
hay que mantener ocupada, cuya tarea la
asumen los medios de comunicación (cfr.
Mejía, 2004: 8).
3. Su impacto:
- La filosofía no está presente en el cotidiano de
las personas, a menos que sean filósofos o
estudiantes de filosofía, puesto que a las
personas, poco les importa el cuestionamiento
y la crítica; ya que sus preocupaciones se
resumen en el mercado y la economía. Esto
supone que haya un mínimo impacto de la
filosofía en la cotidianidad de las personas.
- A este tipo de ciudadano poco le importan las
críticas o cuestionamientos que realicen los
filósofos. Porque las personas encuentran al
mercado como una posibilidad para cubrir unas
supuestas necesidades que se han convertido
en vitales, a través de los medios de
comunicación. ¿Cuándo se ha visto que exista
un programa dirigido por filósofos? Lo que
implica que los discursos filosóficos dejen de
tomar importancia para la sociedad.
- Los filósofos poco tienen acceso a los medios
de comunicación, lo que implica que sus
cuestionamientos no tengan mayor divulgación
hacia la sociedad, y de esa manera mucho
menos a pretender transformarla.
4. Cambio Educativo:
- la globalización necesita de una educación
que se transforme para que realice una
“adaptabilidad mental a la forma de ser de la
época” (Mejía, 2004: 7).
- Ahora el conocimiento en la escuela está
dirigido hacia la ciencia y la tecnología.
- El objetivo de la globalización es reestructurar
la sociedad, una sociedad que ahora se exige
4. Su impacto:
- Una forma de esa adaptación a la época es el
predominio de los estudios en carreras
tecnológicas y en ciencias duras, vendiendo la
idea de que las carreras humanistas como la
filosofía no sirven en la actualidad.
- Razón por la cual, la mayoría de los
egresados del bachillerato se inclinen por
estudiar carreras tecnológicas.
- Una sociedad globalizada es competitiva
frente al puesto que desempeña en la
49
globalizada.
- Frente a la globalización se construye una
educación formal que busca una calificación
para la competitividad, para la reestructuración
productiva, pero sobre todo, para conseguir
empleo.
- La reestructuración de la educación es a
través de los maestros, lo que implica que se le
exija a ellos ciertos conocimientos más
técnicos, más empresariales, comerciales, etc.
- Un saber tecnológico, empresarial, de
mercadeo, etc., que va a predominar sobre
cualquier otro saber, es el que se exige en la
enseñanza superior.
- La universidad debe estar al servicio de la
globalización.
-A través de sus profesiones, la universidad
debe reflejar el cambio en la forma de producir
y utilizar el conocimiento para la globalización.
-Las decisiones sobre el cómo educar y qué
enseñar las toman los países industrializados.
producción, poco le va a interesar educarse o
formarse en una mentalidad crítica y analítica y
menos transformadora de la sociedad. Si
transforma algo es para la producción.
Nuevamente el papel del filósofo queda en
segundo plano.
-Dentro de esa educación formal no está la
educación en filosofía, ya que no califica para la
competitividad en términos de producción.
-Para la educación va ser mucho más
importante un excelente profesor de gestión
empresarial o comercio, técnicos industriales,
etc, que el profesor de filosofía, esa materia
puede ser dictada por el licenciado en ciencias
sociales. Además, hay una disminución del
campo laboral para los filósofos.
- Va haber un desplazamiento de los estudios
de la filosofía y, por ende, del saber de la
filosofía puesto que es inútil para la
globalización, además de inconveniente.
- ¿las facultades de filosofía también?
-Es posible afirmar que las universidades sí le
dan mayor importancia a sus carreras
tecnológicas y de las ciencias duras en tanto
que, por ejemplo, sus facultades son más
grandes, y hay mayor asistencia cuando hay un
evento de esas carreras, que cuando se da en
filosofía.
-¿Será que estas decisiones Incluyen a la
enseñanza de la filosofía?
50
Frente a este contexto, vale la pena señalar que sería ingenuo preguntarse quién
enseñó los contenidos de la globalización, en qué currículo y en qué programa
escolar estaban incluídos. En verdad, se podría decir que no los enseñó nadie (en
el sentido fuerte de una acción pedagógica formal e institucionalizada) y, sin
embargo, han sido aprendidos y asumidos por la mayoría. En la medida en que,
estos contenidos se aprendieron a través de la experiencia de la vida, el trabajo, la
posición que se ocupa, etc. Los medios masivos de comunicación han hecho el
resto: convirtieron las experiencias de vida que ofrece la globalización, en una
doctrina, lo cual refuerza la inculcación al racionalizarla, al convertirla en un
conjunto sistemático de razonamientos, de argumentaciones, de principios,
repetidos insistentemente hasta configurarlos como la única realidad plausible.
Así las cosas, el anterior cuadro evidencia una ausencia de la libertad de los
filósofos para desarrollar su papel transformador de manera genuina (Marcuse,
1999: 31) razonable y democrática, que no es más que una señal del progreso
técnico que prevalece en la globalización. De esta manera, una sociedad cuyos
individuos satisfagan sus necesidades por medio de la forma en que está
organizada, priva la independencia y, por tanto, la libertad de pensamiento, la
autonomía que debe caracterizar a los filósofos y, sobre todo, el derecho de
oposición política de su función crítica más básica. Gracias a que la globalización
opera a través de la manipulación de las necesidades por intereses creados,
impide la verdadera y legítima función de la filosofía dentro de la sociedad; “impide
el surgimiento de una oposición efectiva contra el todo” (Marcuse, 1999: 33).
Por tal motivo, el hombre unidimensional que establece Marcuse (cfr. 1999: 39),
no está muy desconectado de la realidad colombiana, claro está que hay
excepciones; sin embargo, en esta sociedad la gente se reconoce en las
mercancías y se encuentra realizada con los bienes materiales que da la
globalizacion. Esto, por supuesto, tiene impacto sobre los filósofos como hombres
concretos que hacen parte de dicha sociedad, ya que la finalidad de ésta se
51
encuentra predeterminada porque la globalización genera formas de vida que
incluyen aptitudes, habilidades, nuevas formas de estar en el mundo, exigencias
no sólo económicas sino políticas, culturales y educativas como lo observamos
anteriormente.
La globalización impide que los fundamentos de la carrera de filosofía cobren
vigencia o se realicen totalmente, que la misión sea una misión imposible, y que la
visión se planee en un futuro muy lejano. Lo anterior se puede comprobar a través
del análisis de los fundamentos de la carrera de filosofía anteriormente señalados,
ya que muestran una fundamentacion teórica cuya aplicabilidad se encuentra en la
comprensión de filósofos y problemas filosóficos tradicionales, sin cumplir con el
papel transformador que el filósofo debe cumplir en la sociedad, y aún más en el
contexto de la globalización.
Además, son pocas las universidades que le dan una tarea importante a la
filosofía de la educación, desconociendo que a través de la educación es que se
están formando los hombres y por tanto la sociedad. El interés de reflexionar
sobre la educación, es precisamente porque a través de ella la globalización entra
con más fuerza transformando la vida y mentalidad de los hombres, pero qué
papel transformador podría cumplir el profesional de filosofía si desde su estudio
hay un rechazo hacia la educación. Ahora bien, ¿cómo filosofar genuinamente
desde este contexto, que puede llegar a determinar la vida de los filósofos,
coartando su libertad de pensamiento y transformación?, ¿en realidad tienen
aplicabilidad en la práctica, los fundamentos, visión, misión y perfiles de los
egresados de las carreras de filosofía? En últimas, ¿cuál es el sentido de los
estudios de la filosofía en el contexto de la globalización?
52
CAPÍTULO III
EL SENTIDO DE LOS ESTUDIOS DE LA FILOSOFÍA EN COLOMBIA:
El sentido de filosofar en el contexto de la globalización
En el capítulo anterior, se revelaron las consecuencias de la globalización en cada
uno de los ámbitos de la vida de los hombres, y la forma en que esas
consecuencias tienen impacto en el ejercicio de la filosofía o en la práctica de los
estudios de la filosofía. Se evidenció la forma en que la filosofía deja de tener
importancia para las exigencias laborales y competitivas de la sociedad actual, y
se planteó una pregunta: ¿Tiene algún sentido la filosofía en la actualidad
colombiana cuando las exigencias de algunos procesos de la globalización son
unos y el fin de la filosofía al parecer es otro? ¿Cuál es el sentido de los estudios
de la filosofía en el contexto de la globalización?
Con el propósito de determinar el sentido de los estudios de la filosofía en el
contexto de la globalización y la posibilidad de filosofar de manera genuina en
dicho contexto, es pertinente señalar el significado de lo que en esta disertación se
va a establecer como sentido y sentido de filosofar. Comencemos con el sentido:
aclarar la categoría de sentido es un poco difícil, pues existen muchos significados
para ella, al igual que se mira este concepto desde varios puntos de vista.
Según Blumenfeld, citado por Ferrater Mora (1994: 3232-3233), hay varios tipos
de sentido entre los que se encuentra uno que sirve para el propósito de la
monografía, a saber, el sentido de motivación, que consiste en la relación entre el
comportamiento y la situación. Empero, de lo que se tratará será de determinar el
sentido del comportamiento, de las acciones de aquellos que se dedican a la
filosofía y sus estudios frente a la situación en la que se encuentran, esto es,
frente al contexto de la globalización.
53
En relación con el significado de filosofía, es prudente advertir que a lo largo de la
historia se ha tergiversado éste, ocasionando que se pierda el rumbo de este
saber, tal como ocurre en la época actual. Sin embargo, cuando se pretende dar el
significado de filosofía es necesario referirnos directamente a la acción de
filosofar, puesto que es lo verdaderamente significativo de la filosofía con lo que
ésta adquiere sentido. Por esta razón, es necesario establecer qué es filosofar, ya
que al mismo tiempo que identificamos el sentido de los estudios de la filosofía en
el contexto de la globalización estaremos estableciendo el papel de la filosofía en
éste.
El sentido del filosofar
Con el objetivo de establecer el sentido de filosofar en el contexto de la
globalización se considera necesario referirse a Lyotard, exponente de la filosofía
postmoderna, pues este filósofo francés criticó la sociedad actual postmoderna por
el realismo del dinero, que se acomoda a todas las tendencias y necesidades,
siempre y cuando tengan poder de compra. Desde esta perspectiva, Lyotard (cfr.
1987) afirma que la filosofía5 se enfrenta a un problema y que gracias a ese
problema es que adquiere sentido su función; el problema gira en torno a la
pregunta: ¿qué significa filosofar hoy en día? Que significa otra pregunta ¿cómo
es posible transmitir las preguntas de la quietud? Las anteriores preguntas surgen
en un contexto de una coyuntura muy complicada, que consiste en guardar
relación entre la filosofía con el imperio de la industria cultural : el periodismo, la
Tv, el consumismo, etc. todo eso ha desequilibrado la institución universitaria y la
escolaridad, los objetos de cultura que se compran y se venden en la industria;
palabra, imagen, sonido, pensamiento que están sometidos a la norma industrial a
la competitividad; estas normas son incompatibles con el pensamiento. Ahora
bien, se complica aún más cuando la filosofía en la actualidad deja de ser la
palabra- norma que demarca qué es lo justo o lo bueno. Y ahora empieza a
5 Entrevista realizada a Jean Francoys Lyotard publicada en la revista de filosofía META, vol 1, N° 2 en
mayo de 1987.
54
preguntarse sobre las cosas en sí mismas, qué es pensar, qué es aquello desde la
tecno-ciencia que requiere una larga reflexión que no se encuentran en los
programas académicos y que no se haya pensado a penas en eso, en eso radica
el desequilibrio. En este sentido, los filósofos están totalmente desfasados porque
tienen tiempos de trabajo que no pueden guardar relación alguna con los que no
son exigidos por la industria cultural.
Continuando con esta línea de pensamiento, es preciso profundizar en las
concepciones que establece Lyotard sobre la filosofía y sobre todo su función.
Dentro de las ideas que él expone, resulta apropiada para la intención de este
capítulo: sobre el deseo de la filosofía y aunque sea abierto al no ser concreto
sobre cuál es ese deseo, se asumirá para la intención de esta monografía, que es
el deseo de transformar. En primer lugar, es necesario tener en cuenta la
definición que Lyotard da al filosofar: “Es la posibilidad para la filosofía de estar
presente” (Lyotard, 1996: 80). En este marco, gracias al filosofar es que la filosofía
cobra vigencia y sentido; pero ¿cómo saber si a pesar de los impactos de la
globalización sobre ésta se esté filosofando de manera genuina en este contexto?
¿Cuál es la pretensión de estudiar filosofía en este tiempo? Frente a estas
inquietudes, sin duda alguna el acto de filosofar está relacionado con el deseo, tal
y como lo concibe Lyotard, como aquel movimiento de algo que va hacia lo otro,
como hacia lo que le falta a sí mismo, puesto que no lo tiene o no lo conoce (cfr.
Lyotard, 1996: 82). Por esta razón, se podría afirmar que frente a la pregunta por
qué filosofamos se responde porque es lo que deseamos hacer, ese deseo hacia
lo otro o hacia lo que nos falta como hombres y mujeres que estudiamos filosofía.
Por tanto, es necesario señalar que ese otro que deseo podría ser, aunque
Lyotard no lo mencione, la crítica y la reflexión, lo que se desea como filósofo es la
necesidad de filosofar, la ausencia del filosofar genuinamente, es decir, la
ausencia de transformación. Pero para ello hay que empezar con cuestionar,
dudar para poder determinar qué necesita ser transformado. En consecuencia, es
55
necesario que la ausencia de la filosofía en la globalización sea reconocida por
otros, esos otros no filósofos, he ahí el primer indicio del por qué filosofar, porque
se pretende evidenciar la ausencia de la filosofía, de la transformación en la
sociedad por parte de ella misma, puesto que “lo que quiere el filósofo no es que
los deseos sean convencidos y vencidos, sino que sean examinados y
reflexionados” (Lyotard, 1996: 95).
Ahora bien, lo que se requiere es identificar el sentido de filosofar. De esta
manera, se señalaría que filosofar no es desear la sabiduría, aunque haga parte
del ejercicio propio del filósofo, filosofar es desear el deseo, es decir, desear la
existencia de la filosofía y al mismo tiempo, la existencia del filosofar mismo, pero
entre quienes no estudian filosofía. El objetivo es poder lograr esto en los que no
estudian propiamente filosofía. Al respecto Lyotard afirma: “La filosofía no tiene
deseos particulares, no es una especulación sobre un tema o en una materia
determinada. La filosofía tiene las mismas pasiones que todo el mundo, es la hija
de su tiempo” (Lyotard, 1996: 96).
Es así como en el contexto de la globalización, el filósofo no tiene la función de
inventar problemas, él debe permitir que el mundo globalizado se comprenda en
su discurso para poder analizarse y cuestionarse, con el fin de llegar a determinar
lo que quiere ser transformado de su contexto. Puesto que el deseo que conforma
la filosofía no es menos irreprimible que cualquier otro deseo, pero se amplía y se
interroga en su mismo movimiento, en el mismo deseo de filosofar (cfr. Lyotard,
1996: 98).
Teniendo en cuenta que el filosofar es dejarse llevar por el deseo, es pertinente
cuestionarse ¿por el deseo de qué? Como ya se ha mencionado, por el deseo
propio de querer filosofar cuyo fin es transmitir la filosofía para transformar una
realidad. Si bien es cierto que una justificación para estudiar filosofía podría ser
porque se quiere, porque deseamos hacerlo, podría también asumir algún tipo de
56
responsabilidad al estudiarla, es que ¿no hay acaso una responsabilidad casi
moral de filosofar por algo más que por el simple deseo de hacerlo? En este
sentido, quienes estudian filosofía deberían reflexionar que tal vez ese querer se
convierta en el deseo de transformar. Es claro que frente a la pregunta ¿por qué
estudia filosofía? Es válida la respuesta del simple hecho de querer hacerlo pero
cuando se ha estudiado y comprendido a la filosofía no es posible dejar de sentir
cierta responsabilidad con el mundo y el contexto en el que nos encontramos.
Es pertinente señalar que además de que filosofar signifique la pretensión de
transformar algo, se filosofa porque se ha perdido algo, porque se desea algo que
no se tiene y ya es claro que lo que no se tiene con eficacia es la filosofía como
agente activo de transformación, y ello se debe a que ha perdido la unidad (cfr.
Lyotard, 1996: 101), en la medida en que ha dejado de tener relevancia para las
exigencias económicas, políticas y sociales del mundo globalizado, y ello se
encuentra reflejado en la pérdida de su sentido, es decir, la muerte del sentido de
la filosofía.
Por lo tanto, el motivo que debe existir para filosofar es permanente, actual, pues
la división y la discordia es la fuente de la necesidad de la filosofía (cfr. Lyotard,
1996: 102). Es así, como el filosofar contiene oposiciones, contradicciones tal y
como es el mundo globalizado y es ahí donde empieza adquirir sentido. Por
consiguiente, la filosofía “es lo que crea necesidad cuando las oposiciones pierden
fuerza, cuando caemos en la escisión” (Lyotard, 1996: 109). Pero, si lo que crea la
necesidad de filosofar es la división y la falta de unidad de las posturas y
perspectivas filosóficas es necesario preguntar: ¿qué sería entonces la unidad de
la filosofía?, y para ello Lyotard muy acertadamente señala que la razón es el
factor común de la filosofía, la razón representa la unidad. Con este propósito, se
evidenció en el capítulo anterior que una de las pretensiones y, por ende, impacto
de la globalización sobre la filosofía, es la fragmentación del pensamiento de los
hombres, la importancia de tener una especialización del conocimiento, pues lo
57
que se requiere es un ciudadano globalizado con razones particulares y no
generales, aunque ello signifique una contradicción por sí misma, pues se supone
que un ciudadano globalizado debe pensar siendo coherente con las ideas
generales de la política de la globalización que busca una uniformidad del
pensamiento.
En esta medida, el filosofar tiene el mismo signo que todas las demás actividades,
lleva las señales de su tiempo y su cultura para poder actuar genuinamente, las
expresa y las manifiesta a la vez. Es como la arquitectura, la política, una parte
necesaria de ese todo que es el mundo. Por tal motivo, un filósofo ( Lyotard, 1996:
114) no es el heredero de un patrimonio al que intenta hacer fructificar; frente a
las tradiciones que aprende a lo largo de los estudios de la filosofía, sólo debe
sondear e interrogar la manera en que se formulan las preguntas y responden sus
predecesores, en el que él ha sido educado. Pues quien critica a los filósofos,
quienes lo hacen con la pretensión de cuestionarlos hasta el punto de querer
desbaratar su filosofía, solo están demostrando querer ser como ellos, repetirlos
sin aportar nada a lo que realmente exige el mundo globalizado.
Es pertinente señalar que uno de los motivos porque los estudiantes de filosofía
dentro del contexto de la globalización deben convertirse en no repetidores de los
planteamientos de otros filósofos, es por el poder de la palabra (Lyotard, 1996:
116) que tiene en sí el filósofo, porque es su fuerza activa de conversión, del
sentido articulado en discurso. Puesto que se debe tener en cuenta que la
humanidad es lo que aún no es, lo que de manera confusa intenta ser y esos
intentos se reflejan en el discurso del filósofo. Ahora bien, en lo que debe
ocuparse el filósofo es en encontrar la forma en que se debería expresar para que
ese discurso genere acciones y con ellas el poder de transformación. Esa
transformación a la que quiere llegar la humanidad: a la justicia, la igualdad, la
verdadera democracia, en fin a lo que ella misma considere que es lo mejor. De
esta manera, sería impreciso afirmar que hay una única transformación, de hecho
58
sería equivocado de plantear una transformación, pues puede haber muchas en
los diferentes ámbitos que constituyen a la sociedad.
Es así como la acción transformadora no puede dejar de ser una teoría, una
palabra o un discurso que se arriesga a decir, a cuestionar; que desea realmente
transformar la realidad, a pesar de que el mundo no se dé cuenta que necesita ser
transformado. Ahora bien, si existen oposiciones y contradicciones en el mundo
globalizado, es necesario que el filósofo esté alerta para responder a los cambios
que exige la humanidad, porque si es verdad que el mundo pide ser transformado
es porque hay un sentido en la realidad que pide acontecer; pero si es verdad que
ese sentido pide eso, es que su advenimiento se ve impedido de alguna forma.
En este sentido, la interpretación de la realidad, la comprensión del discurso
filosófico de lo que desea realmente la sociedad, al parecer está separado de la
práctica por las ideas dominantes de la globalización en su pretensión de generar
un pensamiento único; esto no significa que las ideas filosóficas no sean
dominantes, lo que ocurre es que tienden a minimizar su impacto cuando a través
de los medios de comunicación se difunden las ideas de la globalización. Pensar
para transformar (Lyotard, 1996: 161), filosofar de manera genuina implica luchar
contra lo que separa y lo que impide al deseo tomar la palabra y con la palabra el
poder. En cuanto al filósofo (Lyotard, 1996: 162), su exposición y responsabilidad
de decir lo que hay, qué decir y hacer lo lleva a la responsabilidad de escuchar y
transcribir, por su cuenta y riesgo, el significado latente del mundo sobre el cual
quiere el filósofo actuar.
Como primera conclusión, frente a la pregunta ¿por qué filosofar? Se responde
entonces: porque existe el deseo, porque hay ausencia de la filosofía en la
presencia de los estudios de la filosofía, y porque tenemos la capacidad para
articular lo que aún no lo está; y también porque existe la alienación, la pérdida de
lo que se creía conseguido, el filosofar de manera genuina en el contexto de la
59
globalización. De esta manera, el filosofar es el deseo de hacer presente la
filosofía donde se encuentra ausente; es el deseo de transformar su contexto para
mejorar a la sociedad; es el motor de la transformación de la sociedad; es la
respuesta que la sociedad necesita, aunque no lo pida, frente a sus cambios
sociales; es la acción de la filosofía, su praxis.
La filosofía en el contexto de la globalización
A este respecto, se tendrá en cuenta la posición de Eugenio Trías, por la novedad
de su enfoque también postmoderno, en su libro La filosofía y su sombra. A esta
obra se le consideró la filosofía de una nueva generación que daba expresión a
formas de pensar propias de finales de los años sesenta. Ya en el título del libro
está inscrita la orientación más característica de Trías: el diálogo constante que
abre entre la razón y sus sombras. Frente a un racionalismo de estrechas miras,
como el que era característico en esos años entre positivistas lógicos, filósofos
analíticos o marxistas, Trías propone abrir la razón a aquellos espacios que le
resisten, pero que en cierto modo pueden fecundarla. Es así como se establecerá
la manera en que la filosofía debe actuar dentro de la globalización y no como algo
ajena a ella, pues si bien es cierto que los impactos de la globalización la resiste,
pueden ayudar a fecundar una filosofía que cobre sentido en la globalización.
La filosofía (Trías, 1983: 36) no se limita a ese quehacer que se traduce en un
texto o grupo de textos; por ejemplo, los textos de fenomenología o lógica,
metafísica, filosofía del lenguaje, etc., toda ella produce una problemática, que se
convierte en su gemelo en la medida en que se halla relacionada con el reverso de
lo que enuncia y que ella misma articula, en ocasiones, sin darse cuenta. Aquí el
gemelo es aquello que produce con una intención.
60
La pregunta sobre la función que cumple la filosofía insinúa la pregunta por
legitimar cuáles discursos, textos, formas de expresión consideramos filosóficos
en el contexto de la globalización. En consecuencia, ¿cuál es la unidad del
discurso filosófico en la actualidad o cuál podría ser en el contexto de la
globalización? Para determinar la unidad de discursos y textos filosóficos es
preciso identificar la problemática que se contiene en estos. Problemática que se
ha mantenido en discursos y textos de otras épocas, en la llamada historia de la
filosofía.
Al respecto la perspectiva de Eugenio Trías (Trías, 1983: 36) muestra que el
problema consistiría en el de la demarcación, que consiste en indicar los discursos
en que se hace visible la marca del saber estipulado por determinada
reglamentación. Así, por ejemplo, están los discursos pertenecientes a la
literatura, al otro extremo, el de las ciencias y en la mitad está el de las ciencias
humanas que incluye a la filosofía.
Trías propone que la tarea de la filosofía está en convertirse y ser un semáforo del
saber, en donde la luz amarilla señalaría el despegue de algunos discursos o la
detención de seudo-saberes, la luz verde la marcha de discursos, y la luz roja la
detención de discursos no marcados. Sin embargo, se considera que la filosofía
tendría la tarea de ser semáforo del saber, siempre y cuando las reglas y normas
por las cuales debe guiarse dicha demarcación consistan en que los discursos
sean “transformadores” –empleo la noción de Lyotard, ya que Trías no le propone
dicha tarea-. En mi entender, la marca ha de ser que sean discursos
transformadores de la realidad, pero no cualquier discurso transformador, porque
vale la pena aclarar que los discursos filosóficos no son los únicos
transformadores, de hecho se ha evidenciado que los de los procesos de la
globalización también lo son. Esto también implica que existan discursos que no
tienen el objetivo de transformar, y se podría pensar que se hace necesario en
61
este contexto, que los discursos filosóficos sean transformadores más que
descriptivos, analíticos o interpretativos.
Por consiguiente, la filosofía (Trías, 1983: 50) no sólo analiza, sino que legisla,
escinde, detiene, permite circular otro tipo de saberes, el de la técnica, la ciencia
que pretende relegarla, pues ella determina qué es ciencia, seudo-ciencia o no-
saber. Cuando la filosofía pretende incluir o excluir algún saber en su práctica
legisladora, está transformado, a pesar de que Trías afirme que la filosofía no
pueda ser revolucionaria sino reformista, lo que quiere decir que puede plantear
algunas reformas desde la filosofía pero no la transformación total del orden
establecido. Por un lado, el sentido de la filosofía en el contexto de la
globalización, según Trías, es el de dar signos de interpretación del presente,
convirtiendo al filósofo en aclarador de problemas filosóficos ya planteados. Por
otro lado, Trías presenta a la filosofía como hábito, y con ello los estudios de la
filosofía deben servir para adquirir el hábito de filosofar, pero cumpliendo con el
objetivo de que el filósofo pueda realizar discursos transformadores y convertirse
en el semáforo del saber, que elimine aquellos discursos que no generan un
cambio, o ni siquiera aclaren el problema para llegar a determinar la forma de
transformar algo.
En consecuencia, es pertinente señalar la forma en que se deben adelantar los
estudios de la filosofía en el contexto actual. Para hacer esto es de nuevo
pertinente referirnos a Bernard Lonergan con su método filosófico, que sirve para
guiar la acción de los estudiantes de filosofía y de quienes se consideran o quieren
llegar hacer filósofos genuinos, y sobre todo quienes quieran aprender el hábito de
filosofar. Al respecto, se empezará por señalar que cualquier estudio requiere de
un método de aprendizaje, en este caso, un método para que al mismo tiempo en
que se estudie filosofía se aprenda a filosofar de forma genuina, es decir, con la
pretensión de transformar algo.
62
El concepto de método de Lonergan es bastante pertinente para saber la manera
en que se debe filosofar de manera genuina, es decir, de poder aplicar en el
mundo globalizado los estudios de la filosofía, porque producirá de él resultados
acumulativos y progresivos. En este sentido, Lonergan (1994: 12) llama resultados
progresivos a aquellos que se dan en una sucesión continuada de
descubrimientos y acumulativos que se efectúan a través de una síntesis de cada
intelección nueva que se dé con intelecciones anteriores válidas. Se podría afirmar
que cada conocimiento y aprendizaje que se adquiere en los estudios de la
filosofía es un descubrimiento nuevo, cada etapa que se vaya cumpliendo es un
descubrimiento más que se va teniendo, cuyos resultados permitirán realizar una
síntesis de las intelecciones anteriores.
Ahora bien, se podría pensar que un acto de intelección en filosofía es esa
inteligencia filosófica que se adquiere a partir del método, y que usa para
transformar. Un método para llegar a transformar algo desde la filosofía es sin
duda, la enseñanza, puesto que ésta es la comunicación del acto de intelección de
la filosofía. Se trata de producir una comunicación (Lonergan., 1999: 224)
permanente que difunde, comprueba y mejora a la vez que avanza. Es así que el
filosofar debe causar que quien lo escuche, comience a indagar de manera
espontánea y se comunique de la misma manera.
Es preciso señalar que el conocimiento adquirido a partir de los estudios de la
filosofía, no es igual al de las ciencias o las matemáticas, es mucho más
enriquecedor, pues mientras que el conocimiento de las anteriores requieren
respuestas abstractas, cerradas y generalizadas, el conocimiento de la filosofía de
acuerdo con Lonergan, siempre deja abierto nuevas posibilidades de conocimiento
e indagación filosófica. Por lo anterior, es necesario referirse al sentido común,
pues a pesar de que sea diferente de la inteligencia filosófica y científica y nunca
aspire a la universalidad, siendo concreto y particular, se hace necesario para la
63
filosofía pues la complementa, ya que el sentido común es la forma práctica de
adquirir el conocimiento.
Es por ello, que el sentido común (Lonergan, 1999: 226) aplicado y siendo
complemento a la filosofía es una especialización de la inteligencia y el
conocimiento en circunstancias particulares y concretas, cuyo objetivo es controlar
cada situación en el momento en el que se presenta, tal y como al parecer lo hace
la filosofía que responde a su tiempo en circunstancias históricas y hechos
particulares. El reto entonces de los estudios de la filosofía consiste en lograr
influir en el sentido común, porque éste es el desarrollo de la inteligencia, en este
caso en particular, la inteligencia filosófica, pues es en ésta donde la filosofía se
desarrolla. El sentido común consiste en “un conjunto de intelecciones que
permanece incompleto, mientras no se añada al menos un nuevo acto de
intelección acerca de la situación presente; y una vez que la situación desaparece,
la intelección añadida ya no es pertinente, por lo cual el sentido común vuelve de
inmediato a su estado incompleto” (Lonergan, 1999: 226). En este sentido, a mi
modo de entender, las indagaciones filosóficas que deben tener como
complemento al sentido común, porque serían incompletas pues siempre van a
generar nuevas cuestiones cuando sean respondidas, ese es el ejercicio del
filosofar. La filosofía debe apoyarse en esta concepción del sentido común,
porque no requiere de un lenguaje técnico y no propende a un modo formal de
hablar, esto significa, que el lenguaje filosófico debe ser claro y coherente, no sólo
expresa lo que quiere dar a entender sino que lo expresa a alguien, de esta
manera averigua lo que el otro comprende y determina qué nuevos actos de
intelección hay que comunicarle.
De esta manera, el sentido común se ciñe al mundo cotidiano de las personas y
no se limita únicamente a la academia (cfr. Lonergan, 1999: 229); sus preguntas a
través de las cuales acumula intelecciones, están basadas en los intereses y
64
preocupaciones de la vida humana, en las tareas cotidianas; se restringe al ámbito
de lo concreto y lo particular, de lo inmediato y práctico.
Puede ocurrir que de la pretensión de realizar actos de intelección que le puedan
ser útiles a la filosofía a través del sentido común, surja una represión hacia lo que
tenemos que comprender; ocurre que puede existir cierta pretensión por rechazar
la filosofía, los motivos son múltiples y varían de acuerdo con la concepción de
filosofía que tengan las personas. Consecuentemente, se genera un rechazo a su
comprensión. Frente a esto, el objetivo principal y urgente del filosofar sería
transformar la filosofía, es decir, su práctica filosófica se debe trasladar a la
cotidianidad de las personas y de esta manera se transformaría una filosofía que
adquiere valor en la academia hacia una filosofía que tiene incidencia en el
contexto de las personas. Además que contribuya mejor al rechazo de aquellos
actos de intelección que pretendan aislar la filosofía o rechazarla, todos aquellos
que no le permitan a las personas plantearse cuestiones y preguntas; por ejemplo,
un rechazo a las exigencias ideológicas no convenientes para la sociedad, de la
globalización.
Se insiste en los actos de intelección porque de acuerdo con Lonergan la
comprensión de algo determina una forma de actuar; sin embargo, esto no implica
que ni siquiera se piense en otras ideologías diferentes a la filosofía, de lo que se
trata es que las piensen de manera crítica. Ahora, lo que es necesario dejar claro
es que definitivamente se rechacen todas las propuestas ideológicas que limiten el
pensamiento y vaya en contra de la filosofía porque: “La función de censura y su
aberración difieren tanto de la advertencia consciente a un modo posible de
conducta como de un rechazo consciente a comportarse de esa manera”
(Lonergan, 1999: 245), que se vería reflejado en una desviación del esfuerzo, el
interés y la preocupación.
65
La pretensión de lograr que la filosofía se apoye en el sentido común que plantea
Lonergan, no es solamente una transformación en el sujeto, también implica un
cambio en su objeto. Además, allí la filosofía tendrá como objetivo usar el
conocimiento para producir y actuar a favor de una transformación del hombre y
su entorno. Es por ello que se hace necesaria una cierta represión, entendida
como el ejercicio de la función de censura que se ocupa de impedir el acto de
intelección. La filosofía tendría la función de lograr que frente a su comprensión y
por ende aceptación, no haya una represión y adicionalmente, ayudar a la
construcción de una posición crítica que tal vez pueda lograr hacer una represión
en el sentido de interés y preocupación hacia las exigencias de la globalización
que hace el mismo ejercicio disminuyendo el estudio y la práctica de las
humanidades y por ende, la filosofía. De esta manera, tendría que inhibir ciertas
demandas de afectos si están asociadas a las imágenes no deseadas, es decir,
“los actos de intelección son indeseables, no porque confirman nuestros puntos de
vista y nuestra conducta actuales, sino porque nos llevan a corregirlos y revisarlos”
(Lonergan, 1999: 246).
El sentido común en cuanto objeto, según Lonergan es práctico, no busca el
conocimiento por el placer de la contemplación, sino para usar el conocimiento en
producir y actuar, y ése es precisamente el papel de la filosofía: se filosofa
genuinamente cuando se usa el conocimiento para producir y actuar ya que
implica una transformación del hombre y su entorno. Además que está inmerso,
genera y mantiene estructuras ingentes de tecnología, economía, política y
cultura, añadiendo niveles o dimensiones nuevas en lo real de las relaciones
humanas, es así que la inteligencia filosófica debe ser práctica.
La función de que la filosofía tenga un desarrollo del sentido común en ella y se
practique es porque permite que surja una acumulación incompleta de actos de
intelección filosóficos que se hace necesario completar y modificar con nuevas
intelecciones que surgen de la situación de la época, y que además, abarque una
66
comprensión de la industria y el comercio. Es por esto que la filosofía debe estar
en el mundo práctico, para discernir cuándo hay que impulsar a una realización
cabal y cuándo hay que negociar, cuándo es sabio dar tiempo, cuándo hay que
emprender una acción a pesar de la oposición. La filosofía es capaz de atraer la
atención y ganar la confianza, de presentar lo esencial, de tomar decisiones y
garantizar el consenso de los demás; de comenzar y llevar a cabo una parte de
esa serie de respuestas sociales que salen de los retos, porque los actos de
intelección, difundidos por la comunicación y la persuasión, modifican y ajustan las
mentalidades en orden a determinar el curso de la historia de entre las alternativas
que ofrece la probabilidad emergente (cfr. Lonergan, 1999: 267).
Sin embargo, es necesario aclarar que el sentido común utilizado como el único
medio para solucionar los conflictos es inapropiado para la comunidad, pues
podría generar una desviación general en ésta. Para Lonergan La desviación
general (cfr. López, 2002:77) es el error que consiste en absolutizar el sentido
común considerándolo como el único camino para conocer y transformar la
realidad. Esto lleva al proceso social a fracasar pues no considera la importancia
del conocimiento científico ni mucho menos el filosófico como caminos generales
para mejorar el mundo. Aunque también la desviación general, puede ser el
resultado de considerar un campo disciplinario o profesión como el único camino
útil para tomar decisiones con relación a la organización social tal como sucede
hoy con la visión hegemónica de la globalización. La combinación de la desviación
general e individual que se refleja en el egoísmo por obtener el bien particular, es
lo que produce la ventaja de unos grupos dominantes sobre otros y provoca una
distorsión del proceso de intelección, propuesta, acción, nueva intelección y nueva
situación que es propio del progreso excluyendo ideas fructíferas como resultado
de compromisos o componendas de poder y deseos grupales o intereses
particulares. Por los anteriores motivos, es importante ser cuidadoso al utilizar el
sentido común como complemento de la filosofía y nada más.
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Lonergan propone tres elementos para la reversión de la desviación general (cfr.
López, 2002:78): libertad como principio del progreso, unas ciencias humanas más
críticas y normativas y tercero la cultura como la capacidad de preguntar, de
reflexionar, y alcanzar nuevas y mejores respuestas y propuestas. Así, la
utilización del método de Lonergan por la filosofía hace que ella adquiera sentido
en el contexto de la globalización porque ahí la filosofía y la comunidad entrarían a
ejercer una dialéctica entre la multiplicidad de exigencias y de actos de intelección
que realizan, una dialéctica entre el esfuerzo por comprender filosóficamente y los
temores, deseos, esfuerzos y satisfacciones que le vienen de lo ordinario. En
especial, las exigencias de la globalización, que se empiezan a masificar, ya no
son el rechazo y la dialéctica de una persona sino de un grupo, de una comunidad.
Es por esta razón que se hace necesario un orden social que no sólo reúne a la
gente en grupos funcionales, sino también consolida sus logros, y hace expeditas
sus operaciones al orientar hacia sus propios fines los recursos de la imaginación
y la emoción, el sentimiento y la confianza, la familiaridad y la lealtad humana, y es
allí donde debe funcionar la filosofía. El proceso dialéctico (cfr. López, 2002:77)
consiste en la posibilidad del funcionamiento o no de los esquemas de recurrencia
que facilitan los modos concretos de la cooperación humana. Es la lucha entre los
deseos subjetivos e individuales y el deseo general de un bien común inteligente.
En este orden de ideas, el progreso social (Lonergan, 1999: 281) es una sucesión
de cambios; en ese sentido, la globalización refleja un progreso social, pero en
campos, ámbitos y sociedades muy limitadas, pues se le reconoce los avances
técnicos y tecnológicos, el desarrollo de la medicina y de las ciencias. Sin
embargo, es necesario un progreso social referido a una evolución de todos los
ámbitos de la sociedad, un progreso de toda la sociedad, con el fin de que ésta
sea mejor, para hacer de los procesos de la globalización más justos e iguales. Es
así como cada nueva idea surgida del ejercicio filosófico modifica gradualmente la
situación social, en función de crear más ideas y provocar modificaciones. Éstas
son prácticas, se aplican a situaciones concretas y se les ocurren a quienes están
68
comprometidos en las situaciones sociales a las cuales han de ser aplicadas,
estos son los filósofos. La filosofía debe tener la capacidad de distinguir entre
actos de intelección que no son sino meras ideas brillantes carentes de
importancia práctica, y los actos de intelección que responden directamente a las
exigencias de la situación concreta: la globalización. Además, esos actos deben
ser eficaces, pues encuentran resistencia en el grupo y obtienen el consenso de
grupos socialmente poderosos.
La aberración aplicada por la globalización se manifiesta en una serie de ventajas
para un grupo en particular que son desventajas para otro, por esta razón los
grupos difieren en oportunidades, iniciativas y recursos, haciendo que la sociedad
termine por estratificarse creando sentimientos profundos de frustración, rencor,
amargura y odio, propias características de la globalización. Las ideas allí poseen
una secuela de ideas complementarias que añaden ajustes y mejoras pero fueron
sometidas a la censura de los intereses de un grupo.
Así las cosas, la filosofía debe cumplir un ciclo de la siguiente manera: hacer una
propuesta que se evidencie en una acción y genere una nueva situación creando
una intelección y conduzca a otra y mejorada propuesta. Todo conlleva a que las
ideas fructíferas de la filosofía generen cambios en políticas económicas exigiendo
cambios técnicos y materiales y a su vez excluyendo algunas políticas de la
globalización que no son beneficiosas para la sociedad, y modificando otras tantas
para hacerlas más justas . Este ciclo sería el deber ser de la filosofía, aunque
demore muchísimo tiempo en hacerlo.
Se ha llegado al punto en donde Lonergan expone su más profundo sentido
filosófico, y en donde radicaría la función concreta de la filosofía, a saber la idea
de la Cosmópolis. Todo lo anterior no tendrá sentido si no se concluyera y
apuntara a la construcción de la Cosmópolis (cfr. López, 2002:77) pues en ella se
armonizan los tres elementos que se mencionaban anteriormente, para la
69
reversión de la desviación y el ciclo general. Lo cual implica la reversión de la
decadencia de la sociedad. Cosmópolis (cfr. Lonergan, 1999: 263) es la
integración de la cultura en su sentido auténtico, con una ciencia humana critica y
normativa en un ejercicio libre que haga posible mantener operando la inteligencia.
Cosmópolis (cfr. López, 2002:88) es una invitación al compromiso con la
inteligencia a través de la cooperación del sentido común práctico y del
entendimiento filosófico en la construcción de un mundo más progresivo para
todos. Podemos entender que Cosmópolis (cfr. Lonergan, 1999: 265) no es una
utopía en el sentido de un nuevo gobierno ni un modelo económico, ella está
arriba de toda política pero está más allá de una solución simplista a los
problemas de la sociedad. Podemos participar de ella en la medida en que como
estudiantes y amantes de la filosofía mejoremos nuestra capacidad de ser atentos
a las exigencias de la realidad, inteligentes, razonables y responsables para
“proteger el futuro en contra de la racionalización de abusos en la creación de
mitos” (Lonergan, 1999: 265) por ejemplo el mito de que el cumplimiento de las
exigencias de la globalización es necesario para el progreso de todos.
Cosmópolis es “una dimensión de la conciencia” (Lonergan, 1999: 266) y la
condición para estar ahí es la búsqueda genuina de la autenticidad de la filosofía,
la suposición genuina de la dialéctica personal y del compromiso genuino con el
drama del vivir humano en la historia. También es un acercamiento critico a la
historia humana, un compromiso con el futuro, viviendo auténticamente el
presente y empezando a ser consciente del pasado, para que la filosofía tenga
sentido en el contexto de la globalización, trascendiendo la visión inmediata de la
realidad. Construimos Cosmópolis posiblemente con las exigencias normativas de
nuestro deseo de conocer y elegir bien, la constante e inmanente capacidad que
deberían tener los estudiantes o amantes de la filosofía de cuestionamiento,
entendimiento, reflexión, juicio, valoración y elección. Finalmente, Cosmópolis (cfr.
López, 2002:83) no es un fin sino una búsqueda permanente y progresiva. Una
70
invitación para los filósofos al compromiso con la inteligencia a través de la
cooperación del sentido común práctico y del entendimiento científico y sobre todo
filosófico en la construcción de un mundo humano mejor y progresivo para todos y
todas.
Si la filosofía no cumpliera con el papel práctico y no apuntara a la Cosmópolis
traería unas consecuencias sociales significativas (Lonergan, 1999: 287). En
primer lugar, la situación social se deterioraría de manera acumulativa, ya que se
ejercería una exclusión reiterada de ciertas ideas oportunas, ideas filosóficas que
impediría que las funciones e iniciativas sociales entren en conflicto. Y en segundo
lugar, la irrelevancia creciente de la inteligencia filosófica y desinteresada, donde
la filosofía brilla sin ningún propósito práctico. La posibilidad de filosofar
genuinamente tendrá que obtener actos de intelección que sintonicen
exactamente con la realidad que hay que enfrentar y en cierta medida controlar y
transformar. Se necesita una filosofía que se atiene a las cosas tal como son, lo
que llevaría a una libertad filosófica y se obtendría un progreso, puesto que ella es
inteligencia teórica, práctica y crítica.
Si se quiere ser filósofo en el contexto de la globalización, el método empírico
generalizado permite distinguir y cumplir con cuatro momentos que sintetizan
desde dónde hay que partir y hasta dónde se propone llegar. Según Lonergan
(1994: 16), el primero es el empírico, en el cual el filósofo va a percibir, sentir,
hablar; el segundo es el intelectual, en el cual se llegará a entender, expresar lo
que se ha entendido, para elaborar las presuposiciones e implicaciones; el tercero
es el racional, en éste se llevará a cabo la reflexión acerca de lo que se entendió,
ordenará las evidencias, realizará juicios que permitan saber la verdad o falsedad
de algunas presuposiciones o afirmaciones; y por último está el nivel responsable,
en el cual llegará a preocuparse e interesarse por sí mismo, por la meta a la que
había llegado, deliberará acerca de la acción que va a realizar ya conociendo los
resultados de su investigación, evaluará los resultados y tomará decisiones.
71
En este sentido, la idea de que la filosofía debe impulsar el cambio social, y aún el
que esto la define tiene gran posibilidad en el contexto de la globalización porque
los estudios de la filosofía como cualquier profesión, tiene que tender a la
realización de un bien, a lo que es verdaderamente bueno y valioso. Si a
cualquier profesional le exigen un deber moral con cierta responsabilidad social,
esto debería enfatizarse en la filosofía y aún cuando se ha de utilizar el método de
Lonergan para hacer práctica y concreta la función de la filosofía. No hay que
olvidar que su función radica en la construcción de la Cosmópolis.
Las nociones de Lonergan se basan en el dinamismo de la intencionalidad
consciente que conducen al sujeto a la plena consciencia, a sus objetivos a
criterios que permiten saber si está alcanzando los objetivos. Lo anterior genera la
auto trascendencia como fruto de la intencionalidad trascendente; de todos los
desarrollos de ésta (Cfr. Lonergan, 1994: 41) el de la deliberación, la evaluación,
la decisión y la acción es posible conocer y hacer no únicamente lo que agrada,
sino lo que es verdaderamente bueno y valioso. Cuando el hombre logra llegar a
auto trascenderse moralmente puede ser juez de la bondad humana en toda su
amplitud; no consiste únicamente en saber sino sobre todo en hacer cuando
adquiere sentido la auto trascendencia moral, es decir, en lograr ser bueno. Lo
anterior se amplía cuando se tiene claro que el bien humano es a la vez individual
y social (cfr. Lonergan, 1994: 52) esto implica que los filósofos deben tender al
bien de los demás, y en este caso, al de la sociedad. Determinar qué es el bien, lo
bueno o lo malo es muy amplio y no se profundizará en ello. Sin embargo, el
filósofo debe ser capaz de hacer el bien, pero de querer el bien para la sociedad y
eso implica ayudar a determinarlo, a corregirlo. Determinar de los procesos de
globalización cuáles son buenos para la sociedad.
Por lo anterior se necesita de la idea de Cosmópolis pues ésta se interesa por
hacer operativas las ideas oportunas y fructuosas, por ejemplo la filosofía podría
72
hacer más justas y equitativas las políticas e ideologías de la globalización. Es
necesario aclarar que la Cosmópolis (cfr. Lonergan 1999: 299) no es un grupo
activista, como tampoco lo podría ser la filosofía, porque no pierde su tiempo
condenando el egoísmo individual que se rebela contra la sociedad. Por otra parte,
está decidida a impedir que los grupos dominantes engañen a la humanidad
mediante la racionalización de sus pecados, es decir, de lo que no les conviene,
tal y como lo debería hacer la filosofía, por esto tiene que ridiculizar repudiar y
destruir aquellos engaños de la globalización impidiendo la formación de los
recuerdos encubridores, mediante los cuales un ascenso al poder oculta su vileza
(cfr. Lonergan 1999: 299).
De igual manera la filosofía siguiendo la pretensión de la Cosmópolis, encara los
problemas de los cuales la gente se da cuenta; convoca a las vastas
potencialidades a contribuir a su solución mediante el desarrollo de un arte, una
literatura, un teatro, un periodismo, una escuela, una universidad, una interioridad
personal y una opinión pública, que se resume en la interdisciplinariedad que la
filosofía debe tener.
El método de Lonergan es muy adecuado para el campo de la investigación y el
análisis filosófico ya que es muy abierto. Tiende a lo trascendental, porque
Lonergan (1994:18) define categorías trascendentales, que sin duda son utilizadas
por cualquier tipo de análisis filosófico, como categorías que se hallan contenidas
en las cuestiones, antes a las respuestas, son irrestrictas, es decir, ilimitadas,
porque las respuestas nunca son completas, de tal forma que sólo hacen surgir
nuevas preguntas. Aunque en ocasiones no se llegue a respuestas, servirá para
crear nuevos interrogantes o aclarar los problemas, para que sea correcta la
transformación. Sin embargo, esto no quiere decir que por eso vaya a ser menos
significativo que otros, porque sin duda “este esquema no es ciego sino
clarividente; es atento, inteligente, razonable, responsable; es un tender-a,
consciente que va siempre más allá de lo que se da o conoce, que se esfuerza por
73
una aprehensión más plena y rica de la totalidad desconocida” (Lonergan, 1994:
20). Gracias a este esquema, el filósofo partirá del experimentar a entender, del
entender a afirmar y del afirmar al decidir, esto permitirá guiar su deseo, su
objetivo de filosofar con bastante seguridad. Conviene que el filósofo se guíe por
este método, porque la filosofía es en sí misma trascendental. Es necesario tener
claro el sentido que Lonergan le da a lo trascendental; el campo de lo
trascendental (Lonergan, 1994: 30) lo define como aquel en donde el hombre
puede preguntar, cuestionar, y no por lo que el hombre de ante mano conoce ni
por lo que puede conocer. Lo trascendental es donde la consciencia se eleva para
poner de manifiesto nuestras operaciones conscientes e intencionales.
EL SIGNIFICADO DE FILOSOFAR DE MANERA GENUINA EN EL CONTEXTO
DE LA GLOBALIZACIÓN
Es interesante examinar el problema sobre la posibilidad de filosofar de manera
genuina en el contexto de la globalización, también desde la experiencia de
aquellos que han realizado estudios de filosofía y que además se han
desempeñado como maestros en universidades, que la han enseñado y que han
experimentado el filosofar en el contexto de la globalización. Es por ello que se
realizó la selección de filósofos que fueran magíster y se desempeñaran en el
campo de la educación superior. Con este propósito, se eligieron profesores de la
Universidad de La Salle, no sólo por su proximidad física, sino porque ellos son
ejemplo de genuinos filósofos con un gran sentido de responsabilidad social tal y
como lo promueve la universidad, por esta razón es que sus perspectivas sobre la
filosofía logran ser objetivas y coherentes con su quehacer filosófico y educativo.
Estos son: Decano Carlos Hernán Marín Ospina, Secretario Académico: Carlos-
Germán van der Linde y los profesores: Mauricio Montoya Londoño, Enzo Rafael
Ariza De Ávila, Germán Bula, Lida Villa, Diego Barragán, Sebastián González y
Luis Enrique Quiroga,
74
En consonancia con lo anterior, los profesores de la Universidad de La Salle,
dieron su concepto sobre las siguientes preguntas, que sintetizan el
cuestionamiento del presente proyecto: ¿qué es filosofía?, ¿qué es filosofar?,
¿qué caracteriza a un buen profesional de filosofía, es decir, filósofo?, ¿qué papel
cumple el filósofo dentro de la sociedad?, y en últimas ¿cuál es el sentido de los
estudios de la filosofía en el contexto de la globalización? Es necesario señalar
que la manera en que los filósofos respondieron a estas preguntas fue a través de
entrevistas de audio informales que se anexarán al final de este proyecto.
A continuación se presentará un cuadro comparativo con cada una de las
percepciones, con el objetivo de tener una visión panorámica de las respuestas y
generar conclusiones:
75
Profesores
de
Filosofía
¿Qué es filosofía?
¿Qué es
filosofar?
¿Qué
caracteriza a
un buen
filósofo?
¿Qué papel
cumple el
filósofo dentro
de la
sociedad?
¿Cuál es el
sentido de los
estudios de la
filosofía en el
contexto de la
globalización?
Dr. Carlos
Hernán
Marín6
Una reflexión teórica
acerca de la realidad
desde distintas
perspectivas con el fin
de construir
relaciones, identificar
caminos, elaborar
recomendaciones que
incidan en la realidad
y puedan ser
agenciadas
fundamentalmente
por los ciudadanos.
Es la
dedicación
profesional al
análisis de las
distintas
dimensiones,
perspectivas
que
configuran la
realidad en
todas sus
esferas.
Desde
distintos
puntos de
vista de una
manera
interdisciplinar
pero
manteniendo
como hilo
conductor la
disciplina
filosófica.
Debe dar razón
de su disciplina,
que sepa dar
cuenta de las
principales
corrientes
filosóficas, los
filósofos, las
ideas y métodos
filosóficos.
Debe ser capaz
de producir
conocimiento,
que sea de
capaz de
relacionar,
constatar,
construir
conceptos
nuevos a partir
de diálogo
interdisciplinar,
se deben saber
adecuar
correctamente y
Trabajo en
diferentes
ámbitos,
embajadas,
periódicos,
comunicaciones,
en ONG, en el
gobierno,
alcaldía, en
teatro. Estar
inmerso en los
ambientes
económicos, de
la
administración
de las
ingenierías con
el objetivo de
transformar la
realidad.
El principal
sentido es
poder aportar
visiones
holísticas,
concepciones
globales que
muestran la
posibilidad de
articulación de
distintos
discursos,
concepciones y
prácticas con
el fin de
enriquecerlas a
todas y
plantearles
nuevas
perspectivas a
las demás
disciplinas y
profesiones.
Respecto a los
estudios de
6 Filósofo y magíster de la Pontificia Universidad Javeriana. Además es magíster en economía de
la Universidad de los Andes. Tiene experiencia como docente universitario por más 15 años y lleva ocho años siendo decano de la facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de la Salle. [Fecha de entrevista: 2 de abril de 2009- facultad de filosofía y letras/forma: oral]
76
combinar con
otras
disciplinas.
Ser capaz de
llevar a la
práctica, de
diseñar
procedimientos,
metodologías
susceptibles de
ser llevados a la
práctica con el
fin de aportar a
la solución de
los principales
problemas de la
sociedad
contemporánea.
filosofía, están
teniendo un
crecimiento en
demanda
laboral, es
normal ver a
un filósofo
trabajando en
una empresa,
porque han
evolucionado
este tipo de
profesiones, es
decir, han
tenido que
vincular en sus
procesos
productivos
procesos
humanísticos.
Calos-
Germán
van der
Linde7
Es poder enrolar a
una persona en su
propia vida, que
entienda que está en
el mundo y que tome
conciencia saber qué
está de trasfondo de
las cosas que están
ahí. Es saber hacer
algo con esas cosas
que se aprenden
sobre la historia de la
Es pensar y
eso significa
saber criticar,
reflexionar y
como
cualquier
persona tiene
esa
capacidad,
cualquier
personar lo
puede hacer.
Debe tener una
responsabilidad
ética y social,
saber que lo
que se hace
tiene unas
implicaciones.
Debe generar
mentalidades
respetuosas,
críticas,
honestas.
Hacer sistemas
de significado y
pensamiento.
Sin embargo,
debe entender y
preocuparse
sobre lo que
está sucediendo
en la sociedad,
preguntarse por
su origen. Debe
ser responsable
Ni la filosofía ni
las
humanidades
como
formación
profesional van
a llegar a
desaparecer
por la
globalización;
porque van a
ser muy
7 Licenciado en Filosofía de la Univalle, licenciado en español y filología clásica de la Universidad
Nacional, magíster en Literatura Hispanoamericana del Instituto Caro y Cuervo. Secretario Académico y profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de La Salle. [Fecha de entrevista: 2 de abril de 2009- facultad de filosofía y letras/forma: oral]
77
filosofía. Sin embargo,
no todo
pensar sería
filosofía. El
punto de
partida del
filosofar se
encuentra en
lo común.
No debe
insertar un
pensamiento
sino acompañar
a la
construcción del
pensamiento
propio.
El filósofo como
todos los
profesionales
podrían ser
transformadores
de la realidad,
aunque esto es
una tarea muy
ambiciosa y no
debe
convertirse en
el sentido de la
filosofía. Sin
embargo, sí
puede empezar
por modificar
realidades
inmediatas.
con lo que crea,
pues sirve
también para
hacer cosas
inmorales.
Puede generar
tendencias a
través del
discurso.
Debe ser una
conciencia para
asumir una
crítica y
entender a la
sociedad. En
últimas,
desenmascarar
qué es lo que se
está dando en la
sociedad, de tal
manera que la
sociedad
construya su
propio criterio y
pudiera ser
respetado.
importantes
porque son un
punto de
desahogo, ya
que la salida
frente a la
crisis va a ser
humanista pero
relacionada y
trabajando con
otras
disciplinas.
Respecto al
sentido de los
estudios de la
filosofía, es el
mismo sentido
de estudiar
cualquier
carrera, está
guiado por lo
que se esté
buscando,
cuáles son los
intereses. En
últimas es para
buscarle el
sentido a la
propia vida.
Germán
Bula8
Lo que yo hago (y
que sería, también,
filosofía) es 1) darle
curso a una
depende del
sentido que
se de a
"filosofía"
Siempre
cuestionarse y
preguntarse
sobre su
Es importante
aclarar que si
bien la filosofía
puede ayudar al
Para mí,
enseñar
filosofía es
empoderar a
8 Filósofo y magíster de la Pontificia Universidad Javeriana. Profesor de la Facultad de Filosofía y
Humanidades de la Universidad de La Salle. [Fecha de entrevista: 16 de mayo de 2009- correo electrónico/forma: escrita]
78
curiosidad ilimitada,
tanto en su ambición
como en el sentido de
que no es limitada por
lo que puede
conseguirse por el
método científico, o el
método lógico, etc; 2)
Intentar comprender
mi presente (tanto
personal como en
cuanto parte de la
humanidad) como una
totalidad, esto es, no
resolver este o aquel
problema práctico
sino entender mi
situación (existencial,
política, etc) en
cuanto tal.
entorno pero sin
dejar de cerrar
el horizonte, es
aquel que se
compromete
con sus ideales
y posiciones
críticas.
activismo, no
son la misma
cosa. El filósofo,
en cuanto
filósofo, piensa.
Ese pensar
puede llevarle a
comprometerse
con causas o
no.
En general, creo
que la filosofía
debe justificarse
por sí misma, en
lugar de decir
que es útil para
esto o esto otro.
Esto porque la
filosofía no debe
limitar nunca su
horizonte de
preguntas (ej. la
física responde
preguntas sobre
el movimiento
de los cuerpos),
sino al contrario
estar en busca
de nuevas
preguntas e
inquietudes. Si
se dice, por
ejemplo, "la
filosofía sirve
para defender
los alumnos
para pensar de
manera
rigurosa y
profunda, y
para articular
dicho
pensamiento
de
manera clara
en la escritura.
Esto vale por sí
mismo, y
depende de
cada alumno
como quiera
usar dichas
habilidades.
79
los derechos
humanos" o
"sirve para
conservar la
tradición del
pensamiento
occidental" se
cierra dicho
horizonte.
Lida Villa9
Es saber pensar bien. Saber pensar
sobre las
problemáticas
que aquejan
al país y a la
cotidianidad,
para que
desde allí se
pueda
problematizar.
Pensar desde la
vida cotidiana y
problematizar la
realidad
concreta del
filósofo
Debe ser parte
de la sociedad y
no estar
sumergido en
un mundo
paralelo.
Debe abrirse a
las otras
disciplinas y
establecer
El filósofo de
hoy dejó de
hablar solo para
empezar un
diálogo con las
ciencias
sociales, tiene
que interactuar
para
problematizar y
con la
pretensión de
transformación
social pero que
no es inmediata.
Debe estar al
encuentro de
muchas
disciplinas con
el fin de crear
una
normatividad
que permita los
Las ciencias
duras han
adquirido una
relevancia pero
es claro que
hay un nuevo
paradigma
donde el sujeto
no es
maquinizado
sino que es
una persona
autónoma y
creativa.
Frente al
sentido,
depende de la
formación y de
la universidad
como quiere
que sean sus
egresados.
Tiene que
9 Economista de la Universidad de Manizales, licenciada en filosofía de la Universidad de Caldas;
magíster en filosofía de la Universidad Javeriana y en la actualidad está cursando estudios de doctorado. [Fecha de entrevista: 12 de mayo de 2009-Universidad de La Salle/forma: oral]
80
procesos de
globalización
menos
exclusivos y
más
transparentes
responder a su
época.
Enzo Ariza
de Ávila10
Es aquella rama del
pensamiento que
analiza las primeras
causas de todas las
cosas tanto
materiales como lo
que tiene que ver con
el hombre mismo. Ella
se divide en varias
disciplinas, para
legitimar el deber ser
de las mismas. Busca
el sentido último de
las cosas.
Es una
posición
crítica, con el
objetivo de
desmontar los
engaños, a
partir del
análisis dela
política y la
economía.
Estudia y
analiza todo el
transcurrir de la
filosofía a lo
largo de la
historia
teniendo en
cuenta sus
problemáticas.
Relacionar el
saber filosófico
con otras
actividades
prácticas del
hombre.
Ser riguroso en
el análisis y en
la utilización de
los métodos
filosóficos
Saber
diferenciar los
campos y
especializarse
en uno de ellos
in perder la
Debe saber
hacer conocer
sus ideas y
llegar a la
población
contribuye hacer
claridad
conceptos,
categorías,
objetivo de la
ciencia, finalidad
del
conocimiento,
etc.
Estudiarla para
que no nos
engañen en
términos
económicos,
políticos.
Ella averigua
por el sentido y
el fin último de
las
investigaciones
científicas y en
general, de las
otras ciencias.
Aunque va
siendo
arrinconada
desde
comienzos del
siglo XX, con el
neopositivismo
y la redujera al
papel del
análisis de
discursos y
lenguajes de
10
Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en ética de la Universidad minuto de Dios y tiene estudios de doctorado en filosofía social y política de la Universidad Javeriana. Actualmente es profesor de historia y filosofía política de la Universidad de La Salle. [Fecha de entrevista: 13 de abril de 2009- facultad de filosofía y letras/forma: oral]
81
mirada global
del mundo y el
hombre.
postulados
científicos.
Incluso en la
actualidad con
el
neoliberalismo
también se
tiende a
arrinconar la
filosofía sobre
todo cuando
ella es crítica.
Y en este
sentido, debe
desmontar la
ideología que
propende por
un
pensamiento
único el que
impone la
globalización.
La filosofía
puede abrir el
camino para
comprender la
vida y su
finalidad.
Diego
Barragán11
Es una manera de
existir, es un modo de
ser, de asumir la
Como
ejercicio debe
ir
El filósofo se
debe asumir
como la forma
Transformación
de la sociedad.
Debe dialogar
La racionalidad
moderna
fundada en la
11
Licenciado en filosofía de la Universidad San Buenaventura, tiene una especialización en pedagogía y docencia universitaria, magíster en desarrollo educativo y social. Obtuvo el premio compartir al maestro en 2004 en la categoría gran maestro. [Fecha de entrevista: 30 de abril de 2009- facultad de formación lasallista/forma: oral]
82
propia existencia en
donde se transforma
los sentidos, debe ir
acompañado de la
academia
acompañado
por la
academia, y
el crecimiento
como
persona. Esto
se asume y
se hace con
años de
experiencia.
de transformar
su propia
existencia para
la
transformación
social.
Debe ser capaz
de mantener un
diálogo con
otras ciencias
pero para decir
y proponer
cosas prácticas.
con todas las
ciencias y otras
disciplinas
ilustración, en
la razón
instrumental,
nos ha
mostrado que
no tenemos un
mejor mundo ni
una sociedad,
es
precisamente
esas carreras
que tienen que
ver con lo
humano
cobran
importancia,
pero deben
competir con
herramientas
que puedan
decir algo a
una sociedad
técnico
científica, hay
que ponerla a
dialogar con
las ciencias
sociales,
métodos
pertinentes a
situaciones
particulares.
Hay un
reavivamiento
y ahí es donde
83
hay que ser
competitivos.
Creando
nuevas
competencias
donde se
valore lo
humano por un
mundo mejor.
Luis
Enrique
Quiroga12
Hace referencia a
unos discursos y
prácticas con la forma
en que se asume la
vida, la existencia del
sujeto y la
construcción de la
subjetividad. Es el
estudio riguroso
donde se adquiere
herramientas
estructurales, teóricas
que pueden ser
llevadas a la práctica
para cuestionar
estructuras vigentes.
Como discurso y
práctica permite
involucrase con
muchos ámbitos del
saber
Es el ejercicio
riguroso de
auto reflexión
y auto crítica
que le permite
a la vez una
crítica extra
de los
campos y
contextos
donde se
desarrolla.
Su capacidad
de indagar con
rigor todo
aquello que sea
de su interés.
Debe ser capaz
de entrar en
diálogo con
otras
disciplinas, para
que su visión no
sea
parcializada.
Puede trabajar
en campos
sociales.
Debe ser
acompañado
por su facultad
para poder
desempeñarse
en otros
campos de
Cumple el papel
fundamental de
resistencia y de
crítica reflexiva
de todos los
sistemas que
olvidan el
componente de
lo humano, por
ejemplo, el de la
globalización,
está llamada a
reformular y
configurar todo
lo humano. Con
el objetivo de
plantear
propuesta y
alternativas a
estos sistemas
El sentido se
encuentra en
generar
propuestas de
acción y
alternativas
para configurar
lo humano en
el sistema de
la
globalización.
El sentido se
encuentra en la
manera en que
le filósofo en
su propia
existencia,
asume su
época y
contexto y la
posición clara
que asume
frente a esta
12
Filósofo de la Universidad de San Buenaventura y magíster en docencia de la Universidad de La Salle. Actualmente Coordinador del departamento de Formación Lasallista de la Universidad de La Salle. [Fecha de entrevista: 30 de abril de 2009- facultad de formación lasallista/forma: oral]
84
acción
diferentes a la
educación.
Debe estarse
actualizando
todo el tiempo,
para abrir la
visión y entablar
un nivel de
contactos
mayor para
desempeñar
diferentes roles.
El puede
desempeñar un
papel
transformador
pero no sólo
debe estar en
diálogo con
otras
disciplinas.
realidad. No es
posible hablar
de un sentido
universal.
Mauricio
Montoya13
Es la disciplina de
formación profesional
que tiene una
responsabilidad ética
y profesional.
Se trata de la
reflexión
rigurosa a
través de un
método
filosófico
sobre la
sociedad con
el fin de
construir
Que genere
mentalidades
respetuosas,
críticas y
honestas.
Acompañar y
desarrollar en
los otros el
pensamiento
crítico, honesto
y respetuoso,
con el fin de
transformar
realidades y
entornos.
Su sentido se
encuentra en
acompañar a
los otros para
la construcción
de
mentalidades
que lleguen a
transformar
realidades y
13
Filósofo de la Universidad del Quindío. Magíster en Filosofía y candidato al título de Doctor de la Pontificia Universidad Javeriana. Profesor de filosofía de la Universidad de La Salle. [Fecha de entrevista: 11 de mayo de 2009- facultad de filosofía y letras/forma: escrita]
85
pensamiento. entornos.
Sebastián
González14
Es investigación
teórica sobre
problemas prácticos.
Pero además,
reflexión del modo de
ser en la vida
asociado a problemas
éticos y sociales.
Es la creación
y el análisis
de conceptos
Crea conceptos
y los inventa,
además los
analiza. Hay
una distinción
entre el
profesional de
filosofía y el
filósofo. El
primero es una
perspectiva
académica del
estudio de la
filosofía, de su
historia, de su
tradición y a
cierta
investigación
que aplica
conceptos de
filosofía a
fenómenos y
situaciones
particulares. El
filósofo es la
manera de
idealizar el
gran pensador y
el genio que
crea sistemas.
En la actualidad
Hay que hacer
una distinción
entre el filósofo
y el profesional
de filosofía.
Respecto a la
pedagogía del
concepto y
problemas
prácticos lo que
implica cierta
responsabilidad
al reflexionar
sobre problemas
que nos
competen.
temas que nos
compete
Las ciencias
humanas han
tenido un papel
fundamental a
la hora de
reflexionar a
fenómenos
sociales y
políticos. El
filósofo tiene el
reto de pensar
más allá de la
historia de la
filosofía no
tiene sentido
que el filósofo
reproduzca
alguna
tradición o
tendencia. El
filósofo tiene la
obligación de
ajustar su
reflexión
contextual a
fenómenos que
afectan el
diario convivir
de los
individuos en
todos los
14
Filósofo y magíster de la Universidad del Rosario. Actualmente realiza estudios de doctorado de filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana. [Fecha de entrevista: 11 de mayo de 2009- Universidad de la Salle/forma: oral]
86
hay que hablar
de profesional
de filosofía que
crea conceptos
y los analiza.
ámbitos. La
exigencia de la
globalización
implica que el
filósofo piensa
problemas y no
tanto repita
sistemas. A
ello debe
responder las
facultades, los
programas y
los profesores
de filosofía. A
veces la
filosofía es
demasiado
abstracta como
para lograr un
impacto y
transforme
algo; sin
embargo, las
teorizaciones
pueden ser
tomadas para
aplicarlas a la
práctica.
87
Debe quedar bastante claro que la conclusión a la que se llega a partir de las
perspectivas de los filósofos anteriormente citados, consiste en definir la filosofía
no solamente como una reflexión teórica sobre los problemas fundamentales del
hombre sino además como una manera de existir, de asumir la vida, de la posición
a través de los discursos sobre la conciencia frente a todo aquello que está ahí en
el mundo. En ese sentido, el filosofar se convierte en la acción de crítica, de
reflexión empezando consigo mismo para luego ejercerlo hacia lo demás, y que
tiene como objetivo no dejarse engañar; es dar cuenta sobre los problemas de la
sociedad que se encuentran en su cotidianidad; pero sobre todo, es la capacidad y
habilidad que se tiene de mantener un diálogo interdisciplinario para generar
propuestas y soluciones prácticas frente a los problemas de la sociedad.
Siguiendo esta línea de pensamiento, lo que hace un buen filósofo es
precisamente ser consciente de lo que pasa en su sociedad y de una manera
interdisciplinar (Facultad de Filosofía Universidad de La Salle. Redimensión
Curricular, 2009: 63) tener la competencia y capacidad para generar soluciones
concretas y prácticas, cabe advertir que no lo hace solo sino con ayuda de otras
disciplinas, éste es el papel que desempeña el filósofo dentro de la sociedad pero
si no tiene la pretensión de transformar los escenarios de ésta, su función sería
una construcción en la arena, que se debilitaría y se destruiría con facilidad.
Entonces, debe analizar su sociedad manteniendo un diálogo interdisciplinar para
luego generar discursos, que desengañen y desenmascaren los fines y
significados de la globalización y ofrecer propuestas de acción. Aunque debe
respetar el pensamiento de las personas, pues el filósofo debe enseñarle a la
sociedad a tener su propio criterio para que ella misma tome posición y dé
respuestas a su contexto, en este caso al de la globalización.
De acuerdo a lo anterior, es preciso señalar que no todas las posturas de los
profesores de filosofía entrevistados, están enfocadas a otorgarle el papel
transformador a la filosofía. Se puede asumir la filosofía desde una posición
88
existencial, para comprender el presente personal, entendiendo su situación
individual sin la necesidad de resolver un problema actual, y aunque es válida
esta posición, no es útil para el sentido del objetivo de este trabajo de
investigación, puesto que sostiene que como resultado de los estudios de la
filosofía, se debe tener un nivel de responsabilidad con las cosas que en la
sociedad están mal.
Ahora bien, una de las posiciones con respecto al papel de la filosofía en la
sociedad es bastante transgresora frente a la intención de este proyecto, puesto
que menciona que otorgarle un papel fijo a la filosofía es cerrarle su horizonte y
limitarla. Sin embargo, se podría ampliar dicha visión porque el papel
transformador de la filosofía es tan fuerte que no se limita a un solo campo, sino
que puede preguntarse y cuestionarse en otras disciplinas y ciencias. De hecho,
cuando afirma que ésta debe estar en busca de nuevas preguntas e inquietudes,
nos podemos referir a que de hecho esa es su función, plantearse nuevos
interrogantes e inquietudes pues los procesos de globalización no son únicamente
económicos o políticos, de hecho hay muchas manifestaciones de la globalización
en la sociedad. Por ello, se tomó el método de Lonergan pues es así de abierto.
89
CONCLUSIONES
Con respecto a los principales resultados, objetivos de la evaluación de los planes
de estudio y de las entrevistas, se puede concluir que aunque en la mayoría de
los planes de estudio de filosofía no se encuentre una pretensión directa de que
los egresados y futuros filósofos cumplan un papel transformador de la sociedad,
sí se encuentran unas labores y herramientas que generarían dicho papel. Por
ejemplo, un común denominador de los planes de estudio pero que no se encontró
en las entrevistas, es el hecho de que los filósofos se desempeñen en el campo de
la educación, y es paradójico que la mayoría de los filósofos hablen de
interdisciplinariedad con otras ciencias pero ellos estén vinculados al campo
educativo. Aunque se evidencia una posición de que el filósofo puede ocuparse de
otros ámbitos distintos al de la educación.
Por tal motivo, si al principio de esta monografía se creyó que el campo donde se
podría cumplir un papel transformador de la sociedad, es decir, una
transformación del comportamiento social frente a la globalización, es el educativo.
Ahora y después de las entrevistas, se evidencia que no solo es éste; ya que la
filosofía en su práctica puede transformar desde otros ámbitos. Por lo tanto, la
manera en que la filosofía debería ser transformadora, sería cumpliendo un ciclo
de la siguiente manera: hacer una propuesta que se evidencie en una acción y
genere una nueva situación creando una intelección y conduzca a otra y mejorada
propuesta. Todo conlleva a que las ideas fructíferas de la filosofía generen
cambios en políticas económicas exigiendo cambios técnicos y materiales y a su
vez excluyendo algunas políticas de la globalización que no son beneficiosas para
la sociedad, y modificando otras tantas para hacerlas más justas . Este ciclo sería
el deber ser de la filosofía, aunque demore muchísimo tiempo en hacerlo.
90
Claro que se necesitan filósofos en la educación, de hecho la filosofía debería ser
la base de la educación en Colombia. Pero también se requieren de filósofos que
a través de su profesión dialoguen con otras disciplinas, y por ende con otros
ámbitos. Por ejemplo, un filósofo que dé seminarios sobre calidad de productos,
que cree políticas de desarrollo, que haga los procesos de globalización más
justos y equitativos, entre otras cosas. En últimas, un filósofo que sea
interdisciplinar que pueda trabajar en empresas, en hospitales, colegios,
universidades y grandes industrias, es más que trabajen en multinacionales; que
se encuentre entre las redes de poder de la globalización. La manera en que el
filósofo lo puede hacer, sería promoviendo la humanización de los procesos de
producción, de distribución. Aportando al desarrollo humano, en cada uno de los
ámbitos, generando conciencia sobre los errores y debilidades de las políticas de
los hospitales, las universidades, las industrias, etc. Pero a su vez generando
estrategias de solución frente a las dificultades que impiden que los procesos de la
globalización sean más justos, pues como se mencionó el objetivo no es
exterminarla ni pelear con ella pues eso significaría pelear con la historia. En fin,
todas las maneras que encuentre el filósofo para aportar a la solución y por ende,
transformación de algún aspecto la realidad concreta.
Como resultado del entendimiento que queda del conjunto de la investigación
empírica, de los filósofos y de las entrevistas, se plantea que a pesar de que en el
primer y segundo capítulo se estableció un panorama pesimista frente a los
estudios de la filosofía, pues son reales los impactos de la globalización sobre los
diferentes ámbitos de la sociedad, con Lyotard, Trías y Lonergan se abre una luz
sobre el actuar de la filosofía, sobre el filosofar de manera genuina en este
contexto. Hoy más que nunca, la globalización necesita de los filósofos y de los
humanistas para que en un diálogo consensuado promuevan la humanización de
los avances técnicos, los procesos industriales, las políticas económicas, entre
otras cosas.
91
a
La evaluación, juicio y crítica sobre la filosofía en la globalización que podemos
concluir es que ha llegado el momento de que los filósofos dejen a un lado las
solas disertaciones abstractas sobre los filósofos clásicos y las corrientes
filosóficas, al menos aquellas que no sean útiles para analizar y reflexionar sobre
la realidad de la globalización. Deben ser conscientes de que la globalización
tiene consecuencias evidentes dentro la sociedad colombiana, y tiene también
implicaciones dentro de la filosofía. Aunque en capítulos anteriores se evidenció
que ésta tiende a arrinconar los estudios y el papel de ésta, cabe advertir que no
lo ha logrado, que los estudios de la filosofía sirven como resistencia para las
exigencias de la globalización.
Los estudios de la filosofía sirven para la autocrítica y la autoreflexión; de nada
sirve un amante de la filosofía, si no le es útil para mejorar como persona y
hacerse mejor ser humano, pues cuando ocurre esto se deja de filosofar. Además,
el ejercicio del filosofar no debe quedar en un ámbito subjetivo. Estos estudios
deben servir para asumir la existencia y la vida con todo lo que ella trae, su
sociedad y en este caso en particular, los impactos de la globalización.
De esta manera, la función que desempeñaría un filósofo profesional no debe
quedarse en la reflexión y la crítica. La forma de operar del filósofo sería
incompleta si no plantea y propone acciones, propuestas concretas y prácticas. El
filósofo debe olvidarse de que la filosofía es la madre de todas las ciencias y que
ella por sí misma puede cambiar el mundo, pues éste es un ideal demasiado
utópico. Debe ser consciente de que necesita de las otras disciplinas para
entender mejor su presente y trabajar con ellas para que sus propuestas
funcionen. Además, debe convencerse de que sí puede transformar su realidad al
menos comenzando en situaciones locales y particulares.
92
El filósofo debe entender que sí tiene una responsabilidad social de ayudar a
construir pensamiento y crítica, para no dejarse engañar por las intenciones
globalizantes y desenmascarar aquellas propuestas y exigencias de la
globalización que son perjudiciales para la sociedad.
Es pertinente indicar que sí es posible filosofar de manera genuina dentro del
contexto de la globalización siempre y cuando el filósofo sea consciente de lo que
tiene que hacer. En este sentido, se filosofa de manera genuina cuando se da
cuenta de los problemas de la sociedad y en este caso en particular de los
impactos y exigencias de la globalización; se filosofa cuando se sale del círculo de
la filosofía como diálogo con ella misma, y se recurren a otras disciplinas y
ciencias para mejorarlas y formular propuestas más concretas y prácticas. Se
filosofa de manera genuina cuando se cree que es posible transformar nuestra
realidad a través de la idea de Cosmópolis en el sentido de Lonergan
Es significativa la importancia que tienen las universidades, y especialmente las
facultades de filosofía, en este proceso de aprender a filosofar pues ella debe
exigir a los futuros filósofos que aporten a la sociedad, que sus estudios arrojen
resultados prácticos y concretos con miras a resolver un problema de la sociedad.
Y no por el contrario, a formar enciclopedistas de la filosofía que conocen muy
bien a los filósofos que hacen parte de la historia de la filosofía y a sus corrientes
pero que no tienen la capacidad de aplicar ese conocimiento, que es necesario, a
su realidad, y a la solución de los problemas tanto estructurales como
coyunturales que trae los procesos de globalización. Dado que los problemas
estructurales son los que pertenecen al orden social, político y económico ya
establecido dentro de la sociedad, y que necesita de un fuerte cuestionamiento,
porque además se agudizan e intensifican con la globalización. Y que además, los
problemas coyunturales son los que van ocurriendo circunstancialmente, los que
se desenvuelven y reflejan el impacto y las consecuencias de la globalización. Y
93
que sin duda alguna al ir transformando estos últimos vamos cambiando poco a
poco los ya establecidos y organizados.
Ahora también es necesario concluir que la responsabilidad, que se convierte en la
propuesta sobre lo que debe ser la filosofía en la globalización, se halla implícita
en la acción del filósofo, pues una filosofía se hace porque hay filósofos que la
hagan. En este sentido, un buen profesional de filosofía y letras debe responder a
su tiempo y utilizar los aprendizajes y comprensión de los filósofos de la historia de
la filosofía con sus problemas y saberlos aplicar para la resolución de propios
problemas colombianos. A la filosofía no le basta con ser juzgadora, determinar lo
que está mal dentro de la sociedad, lo que le hace daño a ésta.
Ante todo, rectifiquemos la idea sabida de que el sentido de los estudios de la
filosofía en el contexto de la globalización consiste en determinar las
consecuencias e impactos de dicho fenómeno que le hacen daño a la sociedad.
No se trata de exterminar la globalización ni de decir que ella es mala u ofrecer
juicios de valor a este fenómeno, aunque sea indispensable para despertar y
desenmascarar sus intenciones como ideología política y económica de las
grandes potencias, de lo que se trata es de poder lograr que los procesos
globalizantes sean más equitativos y que en vez de perjudicar, ayuden a la
sociedad colombiana. Cierto es que en esta monografía se evidenció claramente
los malos y dañinos impactos de la globalización sobre los ámbitos de la sociedad
colombiana, incluyendo los estudios de la filosofía, ahora es tiempo de proponer
cuál es la manera en que podemos evitar o mejorar dichos impactos y
consecuencias, en este sentido se evidencia que la propuesta de Lonergan es
bastante pertinente y es un excelente método para que el filósofo sea
genuinamente filósofo. En últimas, el método de Lonergan que se propuso seguir
para que los estudios de la filosofía en el contexto de la globalización tuvieran
sentido, es el camino más coherente y práctico para lograr la función de la filosofía
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en el contexto actual. Si los estudiantes de filosofía incluso los que ya terminaron
aplicaran dicho método estarían comenzando a formarse como genuinos filósofos.
Cabe señalar que es un alivio y un orgullo que la Facultad de Filosofía y
Humanidades de la Universidad de La Salle coopere con esta propuesta, que está
demostrado en la Redimensión curricular que se realizó este año. Pues allí
justifican el sentido de los estudios de la filosofía en el contexto de la
globalización. En éste se refleja la urgencia de que los filósofos necesiten y deban
involucrarse en la economía, en la política, en las ingenierías, en todos los campos
y disciplinas para ser la conciencia de los procesos globalizantes. Los filósofos
pueden y deben desempeñarse no sólo en la educación sino en las grandes
empresas, en las multinacionales, en la industria, en el gobierno. Porque se
necesita configurar lo humano en medio de tanta tecnología e industria y éste es el
papel del filósofo. Es él quien debe ser llamado por parte de las grandes
compañías para realizar disertaciones y reflexiones sobre la calidad en la
producción, sobre el beneficio o perjuicio de las decisiones económicas y políticas
para una sociedad concreta, sobre los procesos de urbanización, sobre los
conflictos y la manera en que se está resolviendo, sobre las políticas de
educación, y sobre todos los ámbitos.
El filósofo no es como cualquier profesional, porque en su estudio particular no se
especializa como el médico o el ingeniero en una sola cosa, sino que profundiza
en todos los aspectos de la vida, de la realidad y la sociedad, y eso es algo que
ninguna disciplina ni ciencia tiene. Entonces, ese privilegio le debe servir para
transformar a partir del diálogo con otras disciplinas. Si los estudios de la filosofía
no tienen todos estos aspectos ni intenciones, no tienen entonces ningún sentido.
Se necesita una crítica a la filosofía antes de que pueda haber una orientación
inteligente de la misma.
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