el sermón del monte.doc

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El Sermón ¿de la Montaña o del Llano? Las dos versiones en Mateo y Lucas. El discurso de Jesús a sus discípulos, denominado el Sermón de la Montaña en Mateo, aparece también en el evangelio de Lucas en una versión más corta (solo 31 versículos en relación con los 107 versos de Mateo). En esta sección haremos una breve descripción de las similitudes y diferencias tal como aparecen en cada evangelio. Sin que esto afecte la esencia de su mensaje. En el siguiente cuadro, podemos apreciar con mayor claridad, las diferencias y similitudes entre una versión y la otra; entre paréntesis encontramos los textos que aparecen en otros pasajes distintos al orden que se sigue en Mateo, y en algunos pocos casos, los temas que aparecen formando el texto del discurso en Lucas, pero aparecen en otros párrafos en el evangelio de Mateo. Es necesario indicar que los versos entre paréntesis no son contabilizados como parte del Sermón en cada caso: Temas del discurso de Jesús San Mateo San Lucas Auditorio 5.1-2 6.20a Bienaventuranzas 5.3-12 6.20b-23 Ayes --- 6.24-26 Sal y Luz 5.13-16 (14.34-35; 11.33) Cumplimiento de la ley 5.17-20 Cumplimiento de la ley (ni una tilde…) 5.18 (16.17) Jesús y la ira 5.21-24 Ponerse de acuerdo con el adversario 5.25-26 (12.58-59) Adulterio 5.27-30 Divorcio 5.31-32 (16.18) Juramento 5.33-37 No resistáis al malo 5.38-42 6.29-30 Amor a los enemigos 5.43-48 6.27-28, 32- 36 Limosna 6.1-4 Oración 6.5-8 La oración modelo 6.9-15 (11.2-4)

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El Sermón ¿de la Montaña o del Llano? Las dos versiones en Mateo y Lucas.

El discurso de Jesús a sus discípulos, denominado el Sermón de la Montaña en Mateo, aparece también en el evangelio de Lucas en una versión más corta (solo 31 versículos en relación con los 107 versos de Mateo). En esta sección haremos una breve descripción de las similitudes y diferencias tal como aparecen en cada evangelio. Sin que esto afecte la esencia de su mensaje.

En el siguiente cuadro, podemos apreciar con mayor claridad, las diferencias y similitudes entre una versión y la otra; entre paréntesis encontramos los textos que aparecen en otros pasajes distintos al orden que se sigue en Mateo, y en algunos pocos casos, los temas que aparecen formando el texto del discurso en Lucas, pero aparecen en otros párrafos en el evangelio de Mateo. Es necesario indicar que los versos entre paréntesis no son contabilizados como parte del Sermón en cada caso:

Temas del discurso de Jesús San Mateo San Lucas

Auditorio 5.1-2 6.20aBienaventuranzas 5.3-12 6.20b-23Ayes --- 6.24-26Sal y Luz 5.13-16 (14.34-35; 11.33)Cumplimiento de la ley 5.17-20Cumplimiento de la ley (ni una tilde…) 5.18 (16.17)Jesús y la ira 5.21-24Ponerse de acuerdo con el adversario 5.25-26 (12.58-59)Adulterio 5.27-30Divorcio 5.31-32 (16.18)Juramento 5.33-37No resistáis al malo 5.38-42 6.29-30Amor a los enemigos 5.43-48 6.27-28, 32-36Limosna 6.1-4Oración 6.5-8La oración modelo 6.9-15 (11.2-4)El ayuno 6.16-18Tesoros en el cielo 6.19-21 (12.33-34)Lámpara del cuerpo 6.22-23 (11.34-36)Dios y las riquezas 6.24 (16.13)Afán y la ansiedad 6.25-34 (12.22-31)Juzgar a los demás 7.1-2 6.37-38Guías ciegos (15.14) 6.39Discípulos y maestros (10.24) 6.40La paja y la viga 7.3-5 6.41-42No echéis la perla a los cerdos 7.6El que busca halla 7.7-11 (11.9-13)La regla de oro 7.12 6.31La puerta estrecha 7.13-14 (13.23-24)Los falsos profetas 7.15

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Por sus frutos los conoceréis 7.16-20 6.43-44De la abundancia del corazón (12.34b-35) 6.45Nunca os conocí 7.21-23 6.46 (13.26-27)Los dos cimientos 7.24-27 6.47-49Fin el discurso 7.28-29 7.1a

De acuerdo a este cuadro de paralelismo podemos ver que muchos de los elementos de este discurso tal como aparece en Mateo se encuentran dispersos en el evangelio de Lucas, así como también podemos darnos cuenta que muchos elementos no tienen su contraparte en Lucas y solo aparecen en este evangelio. Esto nos lleva a recordar las hipótesis de las fuentes en la formación de los evangelios. De acuerdo a esta hipótesis tanto el evangelio de Mateo como de Lucas se formaron a partir de una fuente en común denominada la “Fuente Q” (“Documento Q” de la palabra en alemán “quelle” ó “Fuente Q” ó “Fuente sinóptica de dichos” ó “Colección de dichos de Jesús”, de cualquiera de estas formas podemos encontrarla en los textos exegéticos). Eso explicaría las diferencias que hay en los evangelios denominados sinópticos. Tanto en el evangelio de Mateo, Marcos como Lucas encontramos pasajes paralelos compartidos plenamente. A su vez, hay secciones del evangelio de Marcos que solo son compartidas por Mateo y no por Lucas, así como secciones solo compartidas por Lucas pero no Mateo. Sin embargo, hay otros textos que no aparecen en Mateo ni en Lucas, sino solo en Marcos. De esto se plantea que Marcos fue una fuente consultada tanto por Mateo como por Lucas, pero, no copiada igualmente ni totalmente. Asimismo, hay pasajes que tienen en común tanto Lucas como Mateo (en esta categoría entran las dos versiones del discurso de Jesús-documento “Q”), pero no aparecen en Marcos, e igualmente, tanto Lucas como Mateo, tienen fuentes que no comparten entre si.

Gráfico construido a partir del esquema en el libro “Los cuatro evangelios” de Santiago Guijarro1

Esto nos lleva a una segunda observación, en relación al contenido de los evangelios sinópticos. Si apreciamos el siguiente gráfico podremos entender mejor estas observaciones.

Los evangelios sinópticos (las fuentes en común)2

1 Guijaro, Santiago. Los cuatro evangelios. Ediciones Sígueme. Salamanca 2010. Pag. 79

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Evangelio versos versos en común

Mateo 1070 v

Marcos 661 v

Lucas 1160 v

330v 180v 100v 230v 330v 51v 500v

1. De los 230 versos que tienen en común el evangelio de Mateo y de Lucas, 68 corresponden a los temas del sermón que estamos estudiando, pero solo 28 versos tienen en común ambos discursos. Los otros versos aparecen en forma dispersa tanto en Mateo como en Lucas, no formando parte de la estructura del llamado Sermón del Monte.

Con respecto a la formación del discurso de Jesús, hay diversas explicaciones. La mayoría de autores plantean que la versión del discurso que se encuentra en el evangelio de Mateo fue el resultado de dos fuentes para su redacción. Por un lado, la fuente “Q”, lo que explicaría los pasajes en común con Lucas; y por otro lado, una fuente propia. Asimismo, la mayoría de intérpretes plantea que fue Lucas el que conservó más fielmente, tanto en el contenido como en la estructura, los textos del documento “Q”. También hay autores que plantean que es probable que, tanto Mateo como Lucas hayan contado con dos versiones del mismo documento “Q”, que tenían ciertas variantes entre sí.

Mientras tanto, en algunos sectores evangélicos que tienen reticencias en el uso de la crítica bíblica, encuentran otro tipo de explicaciones, se dice, por ejemplo, que fue una recopilación de los dichos de Jesús, redactada en forma de sermón por el evangelista o una comunidad cristiana primitiva. Stott cita a Calvino acerca de esta posibilidad “El plan de ambos evangelistas fue recopilar en un lugar los puntos principales de la doctrina de Cristo que se relacionaban con una vida Santa y devota” es decir, es “un resumen breve… recopilado de sus muchos y variados discursos”3.

Según los comentaristas de sectores evangélicos, la diferencia de tamaño entre una versión y otra, puede deberse a una de estas tres opciones siguientes:

1. O son traducciones y selecciones individuales, habiéndolas tomado de una fuente común o de fuentes independientes,

2. O Lucas da un resumen más breve, omitiendo una buena parte, mientras Mateo registra más de él.

2 Guijarro, Santiago. Ibid. Pag. 70

3 Stott, John. Ibid. Pag 23.

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3. O Mateo trabaja en detalle un sermón originalmente más corto ampliándolo al añadir de otros contextos declaraciones auténticas y peculiares de Jesús4.

Pasando más específicamente a algunas observaciones puntuales de estas dos versiones, podemos identificar una primera observación que salta a la vista cuando se comparan estas dos versiones de este sermón, mientras que en el evangelio según San Mateo, el discurso es proclamado a inicios de su ministerio en la región de Galilea, antes de la elección de los doce apóstoles, en su versión más corta que aparece en el evangelio según San Lucas, es proclamado luego de la elección de los doce apóstoles. Asimismo, mientras el Sermón en Mateo encuentra su escenario en un Monte; en Lucas es en un llano, específicamente, bajando del monte. Para explicar esta contradicción, un comentarista evangélico como John Stott, explica que “puede haber sido no un llano o valle sino una meseta en un monte”5.

No hay que dejar de lado que en el imaginario del evangelio según Mateo esta su público prioritariamente Judío, el mismo que tiene siempre presente la figura de Moisés, el gran hombre que Dios utilizó como libertador del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto; así como la ley de Dios, tan importante para el pueblo Judío. Eso podría explicar porque para Mateo los sucesos se desarrollan en el Monte (lugar privilegiado para el encuentro con Dios para los Judíos), como cuando Moisés recibió la ley en el Antiguo Testamento. Algunos comentaristas explican también, para reforzar este argumento, que la presencia en el evangelio de Mateo de cinco grandes discursos, alrededor del cual gira el evangelio, podrían estar trayendo a la memoria de los judíos, la ley de Moisés (La Torah-pentateuco). Muchos otros elementos en el Evangelio comprueban el origen hebreo del autor y de su comunidad. Esta conclusión es fundamental cuando se quiere identificar el ambiente sociológico en que fue construido el texto objeto de nuestro estudio. El texto del Evangelio de Mateo refleja así la fe de una comunidad cristiana del primer siglo de que Jesús era el Mesías prometido en el AT. Prueba de esto es el uso sistemático que se hace del AT, con una frecuencia mucho mayor que en los demás evangelios (Mt. 1,1; 1,22; 2,15-17; 4,14-16; 8,17; 11,5)6.

Otra diferencia entre ambas versiones es que mientras que en el evangelio de Mateo el discurso empieza con 9 bienaventuranzas, en el evangelio de Lucas aparecen solo 4, a las cuales le siguen “Ayes” (“Ay de vosotros…”). Asimismo, en estas cuatro bienaventuranzas que aparecen en Lucas encontramos una diferencia en quienes son los beneficiarios, Lucas va mencionar a los pobres, los que tienen hambre, los que lloran, los odiados, excluidos, insultados y despreciados, mientras que Mateo añadirá a dos de los beneficiarios un adjetivo calificativo (pobres de espíritu, hambre y sed de justicia). Para algunos exégetas, “los añadidos que Mateo hace al texto …tal como se encontraba en la fuente Q… le da un tono más moral y espiritual a las bienaventuranzas, que

4 Stott, John. Ibid. Pag. 24.

5 Stott, John. Contracultura Cristiana. Editorial Certeza. 1984. Página 22.

6 Lockman, Paulo. Una lectura del Sermón del Monte. En RIBLA (Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana)N° 27.

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tenían más bien un sentido más social7”.Sin embargo, para otros autores tanto uno como el otro conforman un mismo grupo socio-económico8.

Paulo Lockman dice al respecto “Hoy, razones literarias significativas nos hacen entender que el Sermón del Monte tiene una estructura sólida y ajustada en la vida de una comunidad judío-cristiana, y que tiene en su autor a alguien deseoso de traducir el ministerio de Jesús en categorías religiosas, sociales y económicas muy próximas a esta comunidad. Prueba de esto son las bienaventuranzas y las confrontaciones sobre el uso de la Ley, dado que cada sentencia de la Ley utilizada apuntaba a una restauración en el orden de las relaciones socio-económicas, pues ésta era la función atribuida a la Ley por los escribas. Así veremos que tanto los bienaventurados tienen lugar y rostro histórico, social y económico, como las sentencias de la Ley, corregidas en el Sermón, restablecen la justicia en la vida de una comunidad con rostro también conocido. No se trata entonces de un discurso religioso, sino del restablecimiento de la Justicia de Dios, a partir del ministerio de Jesús hasta la comunidad de Mateo.”9

El Sermón de la Montaña en la Historia de la Iglesia. En los padres de la iglesia. En la tradición Católica. En la Tradición Protestante10.

La interpretación del discurso de Jesús denominado el Sermón de la Montaña, siempre “ha inspirado… la vida y el pensamiento de la Iglesia”. Aunque también “la situación social y la visión religiosa de la época han influido, a veces de manera muy notable en la lectura del Sermón”. Ha continuación veremos una breve retrospectiva basada en el material preparado por Marcel Dumais en el cuaderno bíblico N° 94 de Editorial Verbo Divino. Donde apreciaremos las principales interpretaciones en la historia de la iglesia.

Los Padres de la Iglesia.

Antes del Concilio de Nicea en el año 325 (el primer concilio ecuménico convocado para combatir la “herejía arriana” que negaba la eternidad de Jesucristo11) ninguna parte de la escritura tuvo un trato tan especial como el Sermón del Monte. Las menciones al Sermón del Monte se encuentran

7 Dumais, Marcel. El Sermón de la Montaña. Cuaderno Bíblico 94. Editorial Verbo Divino. Navarra 1998.

8 Lokman, Paulo. Ibid.

9 Lokman, Paulo. Ibid.

10 Dumais, Marcel. Ibid.

11 Arrio dijo: “Si el Padre engendró al Hijo, aquél que fue engendrado tuvo un principio en cuanto a la existencia: y de esto se hace evidente que hubo (un tiempo) cuando el Hijo no existía. Por lo tanto la consecuencia necesaria es que él tuvo su subsistencia dela nada”. Milton Nelson. Diccionario de Historia de la Iglesia. Editorial Caribe. USA. 1989.

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en otros varios escritos cristianos, uno de los más antiguos es la Didajé (Didakhé)12. Este tratado de autor desconocido contiene 15 capítulos. La primera parte de ella (capítulos 1-6) conocida como “el tratado de los dos caminos” es donde más aparecen menciones al Sermón del Monte, sin embargo, también aparece en el resto del libro.

De acuerdo al final de esta sección de la Didajé, se deja entender que las exigencias del Sermón del Monte no fueran de cumplimiento obligatorio para todos los creyentes, sino para aquellos que han decidido una vida de perfección: “Por tanto, si puedes llevar todo entero el yugo del Señor, serás perfecto. Pero si no lo puedes, al menos haz lo que puedas”13. Sin embargo, para el conjunto de los Padres de la Iglesia las exigencias del Sermón del Monte son de obligatoriedad de aquel que quiera ser discípulo de Jesucristo. Así lo van a afirmar en el Siglo II, Justino Martir, Juan Crisóstomo, y un poco más tarde Agustín de Hipona.

Sobre la relación de la ética que proclama la ley mosaica y la ética del Reino que proclama el Sermón del Monte, se presenta la primera gran discusión herética. Ireneo en sus escritos se empeña en demostrar que la enseñanza de Jesús no abroga las leyes anteriores, sino que les da una mayor extensión. Sin embargo, Marción, un creyente acaudalado del Ponto, para el 140 miembro activo de la comunidad ortodoxa de Roma, fue excomulgado el año 144 a raíz de sus enseñanzas. Marción postulaba “una total discontinuidad entre el AT y el NT, entre Israel y la Iglesia, e incluso entre el Dios del AT y el del NT. Para Marción el Dios del AT era un ser inferior creador del mundo material sobre el cual reinaba… no era bueno en el mismo sentido que el Dios y Padre de Jesús, Dios de amor y gracia”14. Así, la posición de Marción respecto a Jesús y la ley de Moisés, era de una ruptura total. Las respuestas vinieron de Tertuliano primero y de Juan Crisóstomo después y más tarde de Agustín, Todos defenderían la tesis de que Jesús no corregía la Ley antigua sino que la hacía más estricta”.

La Tradición Católica

Hay un factor sociológico que marca un cambio en la interpretación del SM. El cambio operado en la composición eclesial tras las conversiones en masa que siguieron a la adhesión del emperador Constantino al Cristianismo. Llegaron entonces a concebirse, con mayor o menor claridad, dos niveles de adhesión a Jesucristo y a su evangelio. Por una parte está el número restringido de aquellos para los que la conversión significa conformarse rigurosamente con las exigencias de Jesus, lo cual condujo muchas veces a vivir retirados del mundo. Luego, está la masa de los bautizados en la Iglesia, llamados a vivir las exigencias cristianas esenciales, aunque permaneciendo comprometidos en el mundo.

12 La fecha de composición no es del todo segura, las propuestas varían desde antes del año 70 hasta el siglo tercero. Pero la fecha más probable oscila entre finales del siglo primero y principios del siglo segundo. Historia del Pensamiento Cristiano. Tomo I. Justo Gonzales. Editorial Caribe. Usa 2002

13 Didajé. VI. 2.

14 Marción. En el Diccionario de la Historia de la Iglesia. Justo Gonzales. Página 693

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Santo Tomás de Aquino formuló con claridad lo que se convertiría en la posición común de la tradición escolástica: todos están obligados a vivir según los preceptos o mandamientos necesarios para la salvación; un cierto número, llamados al estado de perfección, son invitados a seguir los consejos evangélicos, que el Señor añadió a los preceptos de la Ley y que se dejan a la libre opción de cada uno (Suma Teológica 1-11, qq. 107-108). Posteriormente la tradición católica interpretará cada vez más muchas de las exigencias del Sermón del Monte como “consejos evangélicos”.

Es así, como a lo largo de la Edad Media la distinción entre preceptos y consejos evangélicos va a cambiar la interpretación que la iglesia hace del Sermón del Monte, subrayando que la ética de Jesús formulada en el Sermón del Monte va más allá de la tradición mosaica, que contiene los preceptos de base necesarios para la salvación.

La Tradición Protestante

En la tradición protestante encontramos por lo menos tres vertientes. La interpretación Anabaptistas, que planteaban que el Sermón del Monte imponía una ética de sociedad y, para poner literalmente en práctica su enseñanza, por ejemplo sobre evitar el juramento o la fuerza, predicaban la formación de una sociedad cristiana al margen de la sociedad civil. Una segunda vertiente es la interpretación dada por Lutero que es más contestataria. Sus sermones sobre Mt 5-7 están muy marcados por la polémica contra los anabaptistas. Lutero reaccionó contra ellos distinguiendo por un lado entre el reinado «secular del mundo» y el reinado «espiritual de Cristo», y por otro entre la «función» y la «persona» del creyente. Debido a su función, por ejemplo de jurista o de soldado, un cristiano tiene que obedecer las leyes necesarias para el buen funcionamiento del reino secular, lo cual puede llevarlo al empleo de medios violentos. Sin embargo, en su corazón, tiene que conformarse con las exigencias del Sermón del Monte y no desear ningún mal al prójimo. En sus relaciones personales, está obligado a conformarse con las enseñanzas de Jesús. Así, las exigencias del Sermón del Monte deben vivirse continuamente en el «corazón» del cristiano, donde se construye el reino espiritual.

Se observará que la interpretación de Lutero conduce a hacer del Sermón del Monte una moral puramente individual, sin alcance social y eclesial. Esto explica en gran parte que las Iglesias de la reforma hayan fundamentado poco la práctica cristiana en sus enseñanzas.

La tercera vertiente la encontramos en la interpretación Calvinista. Calvino critica igualmente la interpretación literalista y radical del Sermón del Monte que daban los anabaptistas. Demuestra que, debidamente comprendidas en el contexto de toda la Escritura, las exigencias del Sermón del Monte son practicables, incluso para los que tienen una responsabilidad social. En La institución de la religión cristiana, Calvino se opone al concepto de «consejos evangélicos» desarrollado por «las gentes de escuela». Por otra parte, tanto para él como para Lutero, las enseñanzas del SM se imponen a todos. Pero, dada la debilidad humana, estas exigencias sólo pueden cumplirse con la gracia del Señor.

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En la tradición vinculada a la Reforma luterana se han llegado a interpretar las exigencias del SM en términos de Ley en sentido paulina. El Sermón se comprende como una Ley que nadie puede observar por completo (“teoría del precepto imposible”). Si Jesús la proclamó, fue para que cada uno, intentando conformarse a ella, tenga la experiencia de su condición de pecador y, encerrado en la desesperación, se abra por la fe a la gracia que salva. El «canon paulina» se convierte así en la clave de lectura del Sermón del evangelio de Mateo.

Después de la Reforma, diversos grupos, entre los que cabe destacar a los cuáqueros y a los metodistas, no han dejado de insistir en la puesta en práctica rigurosa de las enseñanzas del SM y de intentar traducirlas en la vida social. Pero hay dos hombres en particular que han ejercido con sus escritos una gran influencia que dura aún en nuestros días. A finales del siglo XIX, L. Tolstoi reprochó con virulencia a la Iglesia ortodoxa preocuparse por el Credo y los sacramentos, y no por la práctica del SM. Éste, asegura, tiene que tomarse al pie de la letra, especialmente en su enseñanza sobre la no-violencia, que viene a contestar las instituciones sociales, exigiendo la abolición del juramento y la disolución de las fuerzas armadas.

La obra que D. Bonhoeffer publicó en 1937 sobre el seguimiento de Cristo, traducida con el título de El precio de la gracia, ha adquirido una autoridad particular por el testimonio de vida de su autor, mártir de su fe. La mitad de este volumen es un comentario seguido del SM. El autor vuelve incansablemente sobre la necesidad de conformar toda la vida con las exigencias del Sermón, lo cual es posible para cada uno si se entrega al poder de la Cruz de Jesús. Quedémonos con esta afirmación: «Desde un punto de vista humano, existe un número infinito de posibilidades de comprender y de explicar el Sermón de la montaña. Jesús no conoce más que una sola posibilidad: partir y obedecer»15

Por otra parte, en el protestantismo liberal, influido por la filosofía idealista, se ha desarrollado y ha tenido sus comentaristas cualificados una lectura muy distinta del SM, de tipo interiorizante e intimista. El acento se ha puesto en la búsqueda del Reino dentro de la persona humana. Considerado irrealizable como ética de la acción, el SM tiene que comprenderse como mandando una «ética de sentimientos». Jesús, escribía un representante de esta tendencia, el teólogo alemán W. Hermann, está más interesado por lo que deben ser los hombres que por lo que deben hacer.

15 Bonhoeffer, Dietrich. El Precio de la Gracia. El seguimiento. Ediciones Sígueme. Salamanca 1986.