el silencio atronador

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EL SILENCIO ATRONADOR APUNTALAR EL CONOCIMIENTO: ¿EL VERDADERO RETO DEL PERIODISMO DIGITAL? Amanda Miler

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Edición Fantasma.Ensayo periodismo 2.0.

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  • EL SILENCIO ATRONADORAPUNTALAR EL CONOCIMIENTO: EL VERDADERO RETO DEL PERIODISMO DIGITAL?Amanda Miler

  • SOBRE LA EDICINEl presente escrito es el texto ntegro de la conferencia que la autora ley con motivo del LXXXII Aniversario de la asociacin de la Prensa de Almera, el 3 de mayo, Da Mundial de la Libertad de Prensa, de 2013 en el PITA (Parque Tecnolgico de Almera). A tal evento fue invitada como miembro doctor ms joven de la Asociacin de la Prensa de Almera, de la que era miembro aunque no ejerca como periodista desde haca bastantes aos. Aprovechando esta invitacin, decidi usarla para llevar a cabo el estudio crtico sobre los medios de comunicacin en su relacin con las Nuevas Tecnologas de la Comunicacin y la Informacin que tienes entre tus manos, y cuya versin reducida no deba dejar indiferente a nadie. Subestimamos sin embargo la capacidad de mutacin, o simulacin, de los altos cargos de la prensa almeriense y los polticos locales, que al trmino de la lectura se deshicieron en elogios. No obstante, los all presentes pudimos notar cmo la tensin se mascaba en el ambiente, en las miradas de los acompaantes fortuitos y ocasionales de Amanda en la mesa, en el silencio atronador que retumbaba en las mentes de los directivos y locutores en esos momentos reducidos a simples espectadores, como una pedrada tan certera que deja sin posible reaccin al golpeado. De ah surgi el ttulo de la publicacin, el original era el que aqu aparece como subttulo pero sin las interrogaciones de el verdadero reto del periodismo digital? que aqu hemos considerado oportuno aadir. Pocas semanas despus de esta lectura Amanda Miler (alias de la autora) abandonaba la asociacin de la prensa.

  • APUNTALAR EL CONOCIMIENTO: EL VERDADERO RETO DEL PERIODISMO DIGITAL

  • La objetividad no existe es lo primero que te ensean en la facultad de comunicacin. Y digo comunicacin, porque yo me licenci primero en audiovisuales y luego en periodismo. Los compaeros de la revista Ruptura (2010) diferencian los trminos informar, que significa dar noticia de algo y comunicar, que significa hacer a

    otro partcipe de lo que uno tiene. Sin embargo es habitual el uso de ambos conceptos sin atender verdaderamente a las connotaciones del uso del lenguaje, y de la profesin, que estamos haciendo.

    Un buen fotgrafo sabe que una fotografa nunca puede ser objetiva, por muy informativa que sea. Sin embargo en la facultad de periodismo nos venden la moto de que tenemos que ser objetivos. Como las madres nos venden aquello de que tenemos que ser buenos. Ambas apreciaciones se refieren a lo mismo, significa que hay que

    dejar de confiar en el propio criterio para dar la visin que ms

    se ajuste a la verdad. La verdad de las madres y de los dueos de los medios informativos, claro. Un buen fotgrafo, como dice Joan Fontcuberta, es aquel que miente bien la verdad. Es lo mismo un buen periodista?

    Personalmente pienso que el verdadero reto de cualquier profesin al servicio de la sociedad es promover el criterio propio y la autenticidad. Por eso voy a ser muy subjetiva en esto que escribo, lo que no quiere decir que no est profundamente documentado, contrastado, comprendido, reflexionado y luego expresado con

    sinceridad bajo mi propia perspectiva, habiendo tenido el tiempo y la voluntad suficientes como para abordar un amplio ngulo de

    visin. Sinceridad, criterio propio, tiempo y voluntad es lo que se echa en falta en el momento en el que escribir se convierte en un acto rutinario al servicio de intereses ajenos. Ese, creo, es el verdadero reto del periodista.

  • La revolucin meditica y el lectoautorEran muchos quienes, a comienzos de los 90, auguraban una revolucin meditica con la digitalizacin de los medios y la estandarizacin del uso de internet como herramienta cotidiana en nuestras vidas. Hoy nos damos cuenta de que esa unin cotidiana a la red es consecuencia del inters comercial de las empresas, ms que de la necesidad del ejercicio democrtico del usuario.

    Entre los aspectos ms revolucionarios de una red que se pretenda lugar de encuentro comunitario, se argumentaban como logros:

    -Integracin de la figura del receptor

    y emisor en una, en cuanto a que el receptor se pretende co-creador de mensajes en el proceso comunicativo.

    -Desaparicin de la estructura jerrquica de la comunicacin.

    -Libertad de acceso a la informacin, libertad de expresin.

    As, Marcial Garca Lpez y Francisco Javier Ruiz del Olmo (1997), escriben: Cuando los productos inviten a la transformacin y a la construccin en lugar de a las puras selecciones, la denominacin de lectoautor adquirir un sentido pleno.

    Para ellos, el concepto y el momento de creacin es inseparable del momento y el concepto de recepcin, de tal forma que la figura

    del creador y del receptor se confunden en beneficio de un creador

    colectivo y annimo. La consecuencia directa de esta condicin de emisor-receptor de las nuevas interacciones en las redes,

  • explican, Garca Lpez y Ruiz del Olmo, es la recuperacin de lo propio que se haba delegado: su creatividad y sus formas de expresin, ltima manifestacin de su autoridad y autonoma, ya delegadas a instituciones, organizaciones y grupos de poder al comienzo del desarrollo cientfico de la humanidad. La

    articulacin del debate internutico aparece como una comunin de intereses y un espacio real de debate democrtico que lleva a una verdadera comunicacin humana: (...) Tenemos ante nosotros -dicen- la posibilidad de huir del sujeto que opina y consume creatividad, al pueblo que piensa y crea, es protagonista y actor de su cultura.

    Tendramos que preguntarnos hasta qu punto, como gestores culturales y de la comunicacin, los medios de comunicacin, agentes sociales creados, pretendidamente, para el bien comn, potenciamos o anulamos ese papel protagonista del pueblo como actor de su cultura. Quiz tendramos que preguntarnos de qu manera se limita esa participacin creativa en las redes en pro de beneficios corporativistas avalados por el especialismo

    cientfico, y si estamos siendo realistas y creativos nosotros

    tambin para idear un nuevo papel en el que la profesin se adapte a esta nueva sociedad.

    Sobre este aspecto, reflexiona Manuel Lpez: La informacin se ha

    democratizado. Las fuentes que antao contaban con una estructura difusora dbil se han convertido en poderosos instrumentos gracias a internet. Los periodistas debemos tomar nota de ello. (...) Por eso, el periodista de un medio digital debe entender que su misin ha cambiado porque las fuentes ms dbiles ya tienen capacidad para hacerse or. Esto va a significar que una buena

    parte de la informacin ya no va a estar en las manos exclusivas y exclusivistas de los periodistas.

  • Romn Gubern se pregunta: Estarn dispuestos los expertos a entregar sus saberes acumulados en largos aos de prctica profesional a la memoria colectiva de un ordenador socializado que acte como sistema experto de utilizacin pblica? En una sociedad basada en la propiedad privada de bienes (fsicos e intelectuales) no resulta jurdicamente fcil exigirles tal entrega.

    Zigmunt Bauman (2002), insiste en este papel de lectoautor y se refiere al paso del receptor-masa pasivo en lector activo: El

    acto de la creacin es la nica manera de que el hombre pueda controlar su existencia en el mundo, a saber, de que consiga culminar el doble proceso de asimilacin y acomodacin.

    Sin embargo, haciendo una lectura crtica de lo que hoy es un receptor pretendidamente activo en la red, nos damos cuenta de que el llamado Emirec no profundiza ni crea realmente, por lo que no tiene, en ningn momento, el control de su existencia. Sigue siendo mediatizado por el poder comercial, sigue siendo dirigido por el poder institucional y sigue siendo tutelado, en cuanto al contenido recibido, por periodistas y documentalistas en el proceso activo de seleccin y comprensin de informaciones.

    El nuevo paradigma de comunicacin, el que estudiamos desde hace dcadas en las facultades, contempla a un emisor que crea sus propios mensajes. Sin embargo, en el desarrollo cotidiano de la profesin no slo no se concibe, sino que adems se entiende como intrusismo y como un ataque, del mismo modo que se entiende, permitan el smil, al inmigrante como ataque al mantenimiento de los puestos de trabajo nacionales sin hacer un anlisis ms profundo que permita ver que el verdadero peligro no es ese, ni tampoco el origen del problema.

    La censura, en los tiempos que vivimos, pretendidamente

  • democrticos, es mucho ms sutil y va ms all del simple acto de cercenar la libertad de expresin, ya que slo con limitar el contenido, slo con ejercer de organizadores y selectores de informaciones en un contexto en el que todo el contenido es de libre acceso, estamos ya contribuyendo a ordenar ese caos informativo.

    Opino que cualquier criterio de orden que no se defina en comunidad

    sino desde arriba hacia abajo, puede ser considerado censura, puesto que se trata de priorizar un conocimiento en detrimento de otro, decidiendo a priori en qu se basa el inters pblico, y confundiendo el inters del pblico con el inters particular.

    Mi pregunta es la siguiente: es necesaria, ahora, en esta sociedad actual, esa funcin de estructuracin y seleccin de la informacin que se haca tan necesaria en el periodo de la comunicacin de masas?

    Personalmente, me resulta una gran responsabilidad seleccionar, filtrar, valorar y jerarquizar una informacin segn mi punto de

    vista particular. Lo reflexiono cada da en clase cuando tengo que

    hacer prevalecer unos contenidos con respecto a otros para ser sinttica en mi programa docente y me planteo hasta qu punto el receptor de los mismos podra estar interesado en otros que yo considero irrelevantes. O ms an, en un estilo de comunicacin que contempla al receptor como masa, cuntos modos de aprender (leer, escuchar, investigar) diferentes tiene en realidad cada individuo diferenciado de ese estandar estadstico al que nos dirigimos?. Decidir por otros es siempre decidir para otros?

    En la sociedad que yo quisiera contribuir a construir sera el propio individuo el que debera aprender a expresar, mostrar y compartir su propia informacin para ponerla a disposicin de otros, de quien quisiera acceder a ella, no toda la informacin

  • del mundo desde unas cuantas maneras de interpretarlo, siempre parciales, por muy objetivas que la buena voluntad de los profesionales lo pretendan. Cualquier seleccin previa (realizada unipersonal u oligrquicamente), a m, particularmente, me resulta reduccionista con respecto a la inmensidad que el mundo supone.

    Nuevas tecnologas: nuevo modelo de comunicacin?La preocupacin europea de no perder la carrera de la tecnologa frente al dominio estadounidense motiv que la UE impulsara y patrocinara a comienzos de los 90 el desarrollo de la edicin electrnica -dice M ngeles Cabrera- y explica: La capitalizacin que est experimentando internet pone de manifiesto que la red va

    en serio, se puede apostar por ella e invertir desde la bolsa en la tecnologa on-line.

    Esto me lleva a la pregunta: Hasta qu punto la viabilidad econmica y ese afn lucrativo de la carrera de las tecnologas de la informacin han sido el nico criterio que se ha seguido para asegurar la construccin de un proyecto, el de las redes informativas, lo suficientemente slido? La dictadura de la prisa

    por comprobar los resultados, cuanto y ms si la presin de la competencia o de las directivas europeas se encuentran detrs empujando, hace que no se fundamenten en la base esos saltos cuantitativos que nos venden a las mquinas sin que sepamos an acercarnos a su lenguaje ni comprendamos el alcance de su influencia en nuestras vidas.

  • Dice Bauman que el cambio tecnolgico que tiene lugar con la revolucin digital no tiene por qu significar un cambio

    de civilizacin. En mi opinin, al igual que ocurre con otros mbitos de nuestra sociedad y nuestras vidas, cabra preguntarse estbamos preparados para esa nueva estructura de comunicacin?, lo estbamos para las consecuencias de la libertad de expresin y el desarrollo de un lectoautor que crea y vierte mensajes en la red?, estbamos preparados para determinar nuevos ritmos en las redacciones, nuevos conceptos en torno a los trminos `informacin, `comunicacin y `difusin, para saber diferenciarlos?, estbamos preparados para aprovechar las posibilidades de una herramienta que podra fundamentar un modo de comunicacin abierto y una sociedad horizontal?

    Es por eso por lo que insisto en que este cambio tecnolgico ha servido para apuntalar el viejo sistema en vez de promover un cambio hacia lo desconocido. Ese descontrol, ese caos del que habla Bauman ha sido el verdadero reto no aprovechado de la irrupcin del modelo de hipertexto en la comunicacin:

    Lo ms notable es que las redes conectadas entre s pueden servir para el establecimiento de clulas de dilogo absolutamente informales, no sometidas a ningn control y capaces de atravesar fronteras () Esta posibilidad de tener a millones de gentes hablando entre s, en crculos cuya composicin racial, nacional, social o cultural puede ofrecer infinitas variantes, es lo que

    permite imaginar que el sistema de ordenacin jerrquica de valores de la sociedad puede ser sustituido en gran parte por el caos.

    Anunciaban Garca Lpez y Ruiz del Olmo (1997) incluso una estructura de comunicacin horizontal: Estamos hablando de un espacio meditico en el que no hay un dueo, ni un consejo

  • de administracin, no hay jefes ni censores oficiales. Avisa

    Gubern: La utopa de la democracia directa y pluriparticipativa se habra realizado, segn Williams y Toffler, a travs de la

    democracia electrnica. Pero ese cambio de estructuras es quiz demasiado ambicioso para que llegara a ser cierto sin cambiar antes muchas ms cosas esenciales en la base.

    En mi opinin, ese modelo nuevo de comunicacin que se pretenda nunca ha llegado. En mi opinin, la mscara de progresismo y novedad que nos vendieron con el concepto de Nuevas Tecnologas que hoy ya no son tan nuevas, se ha quedado en un reformismo superficial, y por tanto reproduccin del sistema preexistente.

    Enfrentar una estructura social fuertemente jerarquizada a un modelo de comunicacin que resulta catico supone un choque cultural al que parece que nadie ha atendido. Y es por eso que no se ha pensado an en cul sera el mejor modelo de comunicacin para hacer frente a esta situacin.

    En palabras de Bauman: El tejido social bsico empieza a desintegrarse, las viejas leyes, estructuras, normas y planteamientos resultan completamente inadecuados. Mientras se desmoronan o son aplastados, no estn completamente claro qu debera sustituirlos.

    Desde LEnciclopdie des Nuissances se pretende poner de manifiesto

    el papel de los intermediarios en este modelo de comunicacin:

    La aparente inmediatez de las Nuevas Tecnologas de la comunicacin oculta que, en el conjunto de su funcionamiento, suponen una mayor dependencia de multitud de intermediarios que por lo general se hacen invisibles a lo largo de todo el proceso de produccin.

    La organizacin y exposicin de la informacin, entonces, se

  • convierte en el terreno de disputa por la autoridad, permitiendo as que todo hecho sea transformado en un punto de vista. La obligada pluralidad formal de la tecnocracia velar, ms tarde, porque todos esos puntos de vista coexistan pacficamente y, en

    cualquier caso, cada sujeto pueda elegir el suyo con la sensacin de estar participando de un dilogo. Su mayor xito consiste en fomentar una multitud de informaciones con un nico uso posible: reproducir el mismo orden social que las reproduce.

    Quiz lo ms difcil es ser conscientes de que en realidad la crisis radica esencialmente en la disyuntiva de si salimos o no de ese paradigma.

    Sobreinformacin, fragmentacin y caos: la cultura-mosaicoPero, frente a este panorama de multiplicidad de opiniones, desde el Instituto de Desingeniera de Oxford, se concibe esta estructura de mosaico como un instrumento caleidoscpico que se asegura de que nadie aprenda demasiado. Lo explican as: Gracias a la tcnica de compartimentacin y de discontinuidad, las noticias llegan de ningn lugar y desaparecen enseguida. Se evidencia de esta manera una cuasi realidad virtual, en la que las vivencias reales pierden su importancia porque se mezclan con un presente ilusorio (sin conexin con el pasado o el futuro) que nos ofrece los medios como si fuera la realidad, gracias a los estudiados principios de novedad, inmediatez, y fragmentacin de la realidad, pero no nos llevan a relacionar, abstraer, reflexionar

    ni a ser crticos. Me pregunto lo siguiente: De qu manera anulan la capacidad crtica de un espectador considerado activo, con todos los medios a su mano, de modo que no tenga intencin o

  • inters en ir a bucear ms all de la pantalla?

    Dice Cebrin: Si el corazn latiera con la exactitud de un cronmetro no podra afrontar sustos. Un corazn con un ritmo muy regular sera incapaz de ajustarse a los cambios. Sera muy peligroso para la persona. No es igualmente peligroso para la sociedad encontrarnos informaciones cada vez ms mediatizadas, con un ritmo cardaco cada vez ms homogneo?.

    Encontrar en las pantallas de televisin la misma noticia, desde puntos de vista casi idnticos, es ya cotidiano para nosotros. Encontrar el mismo mensaje repetido en portales y redes, viene

    siendo, tambin, la tnica en un medio, como es Internet, que se pretenda plural. Es por eso que creo que los periodistas deberamos reflexionar sobre qu ocurre con esa cantidad ingente

    de informacin que ahora todo el mundo tiene a su disposicin, si es realmente funcin nuestra ordenar ese caos, preguntarnos al servicio de quines lo estamos haciendo y si deberamos evolucionar como comunicadores o como informadores, siendo conscientes de que un trmino es, como deca al principio, muy diferente a otro.

    As que, por una parte, tenemos un conocimiento especializado que se pretende comprometido con la profundizacin pero que, bajo los dictados del medio, no hace ms que reiterar el mismo cmulo de noticias estandarizadas en cada publicacin, como

  • dicen los compaeros de Ekinza Zuzena en su anlisis: una estructura de informacin dirigida al consumo de masas que tiene un enfoque elitista centrado en los que saben y son conocidos por ser conocidos. Por otro lado, tenemos un medio que nos capacita para estar presentes en cualquier instante decisivo de la informacin, con mltiples opciones de acceso a diferentes puntos de vista que no llegan a colmar la necesidad de consumir informacin de un espectador que tampoco llega a ser partcipe, que tampoco llega a ser activo, que no sabe, por lo tanto, hacer propia la informacin recibida: Podemos conocer casi al instante acontecimientos que pueden estar sucediendo en pases a miles de kilmetros de nosotros, pero qu podemos estar seguros de saber de lo que acontece all?, por qu estamos consumiendo esa informacin y qu vamos a hacer con ella?.

    Dice Antonio Linde: Nuestro consumo mecnico e instintivo de los medios no ha generado un mayor conocimiento y comprensin de sus lenguajes, sino ms bien todo lo contrario. Es otra de las caractersticas esenciales del medio que no hemos contemplado a priori y del que no hemos analizado las consecuencias.

    Respecto al problema de la sobreinformacin, me parece muy grfico el trmino aturrullar que utilizan los compaeros

    de LEnciclopdie des Nuisances (2007): Las informaciones no llegan a ser legibles, no enlazan entre s. Con slo examinar los medios modernos a su disposicin (...) quedamos vagamente atnitos por la multiplicidad de emisores que contribuyen con ruidos de todo tipo al aturdimiento presente, a la prdida de conciencia de nuestro tiempo. La informacin abundante es precisamente la invasin de la abstraccin (...) La verdad es hoy casi imposible de comunicar Hablan de una realidad palpable desde la llegada de dispositivos electrnicos que son la base,

  • hoy por hoy, de la comunicacin en red: Cuando se est perdiendo hasta el mismsimo uso del lenguaje, no para de hablarse de comunicacin.

    Una informacin que va en contra de un juicio crtico cuando, en vez de en estado puro, se presenta filtrada, interpretada, completada

    y deformada por el acompaamiento de otras muchas informaciones, como explica Juanma Agulles: El incremento sin precedente de informacin posibilitada por el desarrollo tecnolgico, lejos de ser un aliciente para la reflexin, se convierte en la mejor

    expresin del totalitarismo: genera individuos incapaces de emitir un juicio de valor sobre aquello que se debe o no se debe hacer, sobre las condiciones en las que se desarrolla su vida y sobre la posibilidad de elegir un futuro distinto (...) porque el lenguaje de la eficiencia comunicativa y la mentalidad del

    archivo es incompatible con la reflexin. Y es precisamente

    esa posibilidad de acceso libre a la informacin la que tapa, como una cortina de humo, la verdad: En tanto este lenguaje del no lenguaje siga dando forma a la mentalidad sumisa de nuestro tiempo, los hechos seguirn velados precisamente porque todo el mundo los conoce de sobra y de manera inmediata.

    Romn Gubern habla de la omnipresencia, mundialismo, continuismo y reiteracin de las informaciones en los medios de comunicacin de masas, lo que Abraham Moles llam la cultura del mosaico: Unos medios remiten a otros medios, unos programas o espacios a otros programas y espacios, mezclndose los contenidos. Es eso lo que sucede en una red sobreinformada, saturada de estmulos en los que es difcil concentrarse. La falta de concentracin es la base de la falta de reflexin documentada. Y eso sucede como

    consecuencia del ritmo trepidante en el que nos entrenan. El tiempo es la herramienta ms importante que tenemos para poder

  • pensar. Por eso nos lo arrebatan.

    La ilusin de las autopistas de la informacin nos lleva a pensar que contar con una infinitud hipertextual de posibilidades de

    eleccin nos hace libres. Internet es slo una estructura, una herramienta que depende de unos contenidos. Si esos contenidos son pobres, aislados, restringidos, manipulados y se reproducen y se reiteran, multiplicndose en diferentes canales, puede darnos la impresin de una pluralidad que en realidad no existe. Igual que deca el anuncio de una marca de alimentacin infantil, hay que crecer a lo alto, no a lo ancho. Cantidad no es calidad. Producir informacin de verdadera calidad en redes no es ms que lo que siempre ha sido producir informacin de verdadera calidad. El resto no es ms que la manera de distribuirla.

    El problema de los contenidosEl paso del periodismo analgico al digital no se caracteriza precisamente por la creacin de nuevos medios, al menos en sus inicios, sino que pretende rescatar la vigencia y predominancia del diario en papel, reproduciendo casi ntegramente su modelo en sus versiones digitales.

    Tal y como dice M ngeles Cabrera (2000), los primeros ttulos accesibles a travs de la red eran el resultado de un simple trasvase facsimilar de las ediciones en papel. Para la autora, la debilidad de esa primera era del periodismo digital es la debilidad de los contenidos, y explica:

    La corta historia de la llamada era digital est marcada por el resplandor del posibilismo tecnolgico, por la capacidad persuasiva, seductora, gratificante y hasta hedonista del medio,

    como valores en s mismos, por encima de la debilidad de sus

  • mensajes.

    Se esperaba, eso s, una evolucin a medio plazo en la que la atraccin del soporte pudiera amortiguar la limitada creatividad de los contenidos.

    Bernardo Daz Nosty, apoyando la tesis de su compaera, opina: Slo el buen manejo de los elementos y la capacidad intelectual de quienes trabajan sobre los contenidos podr distinguir a los nuevos medios de periodismo en la red.

    Sin embargo creo que, en este anlisis, se est equivocando la verdadera raz del problema de los contenidos y opino que es un error hacer recaer la responsabilidad en la capacidad de trabajo del periodista cuando la responsabilidad est y ha estado siempre, sin embargo, en su capacidad de ejercer el libre albedro.

    Manuel Lpez habla tambin del problema de la profundizacin en la elaboracin de los contenidos en esta primera evolucin del periodismo de papel con respecto al electrnico: Una de las bases comunes de todas ellas es que sus pginas digitales se sustentan en el volcado a la red de las ediciones impresas y se refiere a la labor de la documentacin en la red en detrimento de

    las versiones electrnicas: Parece que casi todo lo que emiten es obtenido en la red. Pero quin nutre la red?

    Juan Luis Cebrin se refiere a la responsabilidad del periodista

    al utilizar la red como infraestructura de aprendizaje: Como la nueva economa es una economa del conocimiento, el aprendizaje forma parte de la actividad econmica cotidiana y de la vida. Y tanto las empresas como los individuos han descubierto que tienen que asumir la responsabilidad de aprender, simplemente, si quieren funcionar.

    En una sociedad en la que el aprendizaje es tambin moneda de

  • cambio y la cantidad, que no calidad, de la formacin, entendida sta como la acumulacin de titulaciones y diplomas ms que como la capacidad crtica y de discernimiento, esa determinada manera demostrable de capacidad intelectual se percibe como la nica manera de dar verdadera profundidad a los contenidos que se crean. Pero eso no es cierto.

    Mi pregunta es la siguiente: es lo mismo intelectualidad que inteligencia? y es lo mismo formacin que sensibilidad y consciencia?, qu tipo de formacin estamos dando y/o recibiendo?. Me resulta paternalista pensar que los cientos de licenciados que salen al ao de las Universidades no tienen la capacidad intelectual ni el discernimiento suficientes como

    para escribir con estilo y criterio propio en las redes, y voy ms all, posiblemente el criterio propio y el discernimiento desaparezca en las Universidades.

    Comunicar es educar, dice Jos Ignacio Aguaded, director del Grupo Comunicar, en el prlogo del libro del compaero Antonio Linde: Los medios de comunicacin influyen directamente en los

    hbitos, comportamientos, estilos de vida e incluso maneras de pensar de las personas y las sociedades. Le parece a Aguaded llamativo que la indiscutible omnipresencia y casi omnipotencia (de los medios de comunicacin) no vaya acompaada de mayores cotas de calidad y responsabilidad y alude a unos espacios informativos atiborrados de propaganda, chismorreos, estereotipos y clichs, superficialidad cuando no banalidad. Dice as: Podemos hablar

    hoy de una degeneracin moral de los medios de comunicacin, con races en la estructura empresarial de los medios y, por qu no decirlo, de la propia sociedad que hemos creado. Aguaded habla de la necesidad de aprender a consumir los medios de comunicacin. En mi opinin, sin embargo, seguir concibiendo

  • a los medios de comunicacin como educadores da cuenta de la sociedad infantilizada y paternalista en la que nos movemos, y por tanto sigue evidenciando una cultura jerrquica en la que unos saben ms que otros y se sitan siempre en situacin preferente y privilegiada.

    El mismo Antonio Linde habla en su libro El periodista moral de la falta de formacin tica de los periodistas. Yo sin embargo opino que precisamente la tica es aquello que permanece innato en la persona antes de la formacin. La formacin adoctrinadora y pro-sistema de los centros docentes, las universidades, la formacin empresarial y funcional, en vez de humanista, que antepone la competitividad, la rutina y la apariencia a los valores esenciales como el tiempo, la salud y la persona, no es ms que el resultado de la reproduccin de un Sistema al que no se nos permite cuestionar, y en el que no se nos permite participar, en el que las decisiones siempre las toma otro y la libertad de expresin sirve para poder hablar, pero nunca para que te escuchen. La degeneracin moral del periodismo no es ms que la degeneracin moral del individuo en una sociedad que muere y contamina de muerte a cada da que pasa.

    Aunque no comparto la tesis que defiende Linde, s estoy de acuerdo

    con l cuando dice que En el seno de una sociedad plural donde la sustitucin de unos modos de vida por otros es vertiginosa y la continua aparicin de nuevas tecnologas supone un reto a viejas concepciones, la pregunta por la direccin y sentido de nuestras acciones ha cobrado una extraordinaria relevancia y urgencia.

    Opino que el verdadero reto del periodismo depender del tipo de sociedad en la que se desenvuelva, no de las herramientas tecnolgicas que tenga a su disposicin. Y, por supuesto, del tipo de sociedad que se quiera construir. Habr de preguntarse,

  • qu tipo de intermediario quiero ser?, para qu va a servir esta manera de comunicarme y estos contenidos que comunico?, a quines?

    Dice Gubern: El periodista profesional, como experto en comunicacin masiva, puede verse en entredicho y ver reducidas sus funciones en esa sociedad de la informacin dominada por las redes telemticas y las infovas, pero tambin puede ocurrir lo contrario: que su actividad como intermediario entre los sucesos y los pblicos resulte insustituible y sea cada vez ms necesario contar con personas dedicadas a seleccionar, filtrar,

    valorar, jerarquizar y distribuir las informaciones, no slo las de inters general, sino tambin las dirigidas a segmentos de audiencia.

    La transmisin de la cultura popular a lo largo de la historia de la humanidad ha llevado intrincada la transmisin de una serie de valores y modos de vida, de ah que este tipo de cultura se haya llamado moralizante. Creo que en este punto coincide la labor periodstica, puesto que tiene mucho que ver en la colaboracin con el Estado o los medios productivos para el mantenimiento del sistema de vida y de valores en el que nos movemos.

    Dice Luis Navarro: Los contenidos informativos del medio on-line deben aportar ms y nuevos temas a los que ya ofrece la prensa en papel, la radio y la televisin. Se esperaba de los medios on-line que fueran capaces de profundizar en el contenido, en el debate, en el contraste reposado de opiniones. Ese reto no se ha cumplido. No se ha cumplido porque, como opinan los compaeros de LEnciclopedie de Nuisances, nunca vamos a ser capaces de profundizar para otros, nunca vamos a ser capaces de pensar por otros. Cuando las realidades vividas y los problemas nunca son gestionados por los individuos afectados sino por otros que

  • escapan a su control habr que informarse incesantemente. De esta manera, considero que el papel del periodista en la sociedad actual, de no reinventarse, contribuye ms al adoctrinamiento y al paternalismo que a la creacin de un verdadero inters por el anlisis crtico en el lector, que, como he dicho, sigue sin ser actor ni gestor de sus propios intereses.

    Hablar de la crisis del periodismo nos lleva a hablar de la

    crisis de la sociedad, del sistema de valores del individuo, y por supuesto a preguntarnos por qu. La respuesta es la falta de criterio y de pensamiento libre. Segn Luis Navarro, se necesitan ideas y capacidad de discutirlas.

    Escriba Jos A. Miranda respecto a la manera de relacionarnos en esta sociedad que vivimos, que la mantis religiosa slo devora al macho despus del apareamiento cuando se observa en un hbitat en cautividad, comportamiento que no reproduce en libertad. Cabra preguntarse hasta dnde llegara la capacidad intelectual, moral y de discernimiento del periodista en una sociedad libre en la

  • que la actividad imperante en su trabajo no fuera reproducir discursos y modelos sociales orientados desde la dictadura del capitalismo en el que se halla inmerso, donde la informacin es mercanca y la ideologa se vende o se impone.

    Ms que apuntalar el conocimiento, opino ahora que el verdadero reto estriba en apuntalar los cimientos de la responsabilidad humana. Las buenas personas sern las nicas que puedan cifrar una verdadera comunicacin moral. Y no es moral anteponer intereses particulares, ni mezclar el bien comn ni el servicio a la comunidad con el beneficio econmico. Conozco a periodistas que

    son muy responsables, pero ocurre que la profesin en s acaba consumindote si lo eres. Como el Sistema capitalista en el que vivimos acaba consumiendo al individuo a no ser que acabe convirtindose en mquina, en masa, para formar parte de l. Mantener el espritu crtico en una sociedad colapsada no es fcil, aunque es absolutamente necesario.

    La informacin como mercanca o como entretenimientoDeca Nietzche que nuestros tiles de escritura participan en la formacin de nuestros pensamientos. Neil Postman apunta incluso ms lejos, al hablar de cmo las mquinas llegan a pensarnos, imponiendo un mensaje global y autoritario. Nicholas Carr est de acuerdo; piensa que los medios de comunicacin, Internet en particular, estn alterando los patrones sociales de comportamiento, e incluso los procesos mentales de los individuos. Ya deca McLuhan aquella famosa frase: el medio es el mensaje, avisando de cmo los efectos de los media alteran los patrones de percepcin continuamente y sin resistencia. Es por eso que el Sistema pretende la estandarizacin y reiteracin del mensaje informativo, conseguido esto gracias a las nuevas tecnologas de

  • la informacin. Porque as, a fuerza de aislar, filtrar y repetir

    una informacin, en su condicin de verdad simblica acabar restando veracidad incluso a la realidad pura y dura. Tal es el juego que seguimos y en el que nos enredamos. Sin hablar de los procesos de concentracin y globalizacin empresarial y social que acentan la carencia de las comunidades: la relacin con lo que est cerca, el hecho de que se conozca ms lo lejano que lo cercano nos imbuye en una burbuja muy alejada de la verdadera realidad.

    Explica Miquel Amors que la tecnociencia, origen de la globalizacin, ya a partir de la I Guerra Mundial, deviene en ideologa dominante y provoca y dirige los cambios construyendo un mundo que solamente obedece a sus leyes: La conexin del individuo con la sociedad ha cambiado, las nuevas necesidades en las que se reconoce son producto de la tcnica. (...) La tecnologa es la tcnica con soporte cientfico (y se dira que

    ideolgico). Estas tesis apuntan a corroborar que estamos bajo la dictadura de las mquinas que creemos poseer. Pero cmo hemos llegado hasta este punto y qu papel tiene en esto el periodismo?

    Siendo la tecnologa el centro de gravedad de la sociedad, Amors, para quien la diversin se concibe en estos medios como evasin y anula el pensamiento, opina: La nueva cultura es entretenimiento. Se trata de distraer, de matar el tiempo, no de educar y menos liberar el espritu. Para l, los internautas son seres infantiles, incapaces de distinguir entre distraccin banal y actividad pblica. Una distraccin banal que no es nada inocente. Ya lo dicen Adorno y Debord: El tiempo libre es ocupacin constante. Es una prolongacin del tiempo de trabajo y adopta las caractersticas del trabajo: la rutina, la fatiga, el hasto, el embrutecimiento. Al individuo la diversin le viene

  • impuesta no ya para reparar los tiempos gastados en el trabajo, sino para emplearlos de nuevo en el consumo.

    Dice Antonio Linde: Se ha hablado mucho sobre el potencial de las tecnologas de la informacin y la comunicacin (...) sin embargo la estrategia actual apunta ms bien hacia el desarrollo de un gigantesco sistema de entretenimiento electrnico listo para atender a las demandas de una sociedad cada vez ms infantilizada, ya que los grandes grupos multimedia consideran que sta es la inversin ms segura y rentable.

    Manuel Lpez, citando a Saramago, se cuestiona: el peridico del S.XXI debe ser un producto comercial?, un bien cultural?. Puesto que la industria fabrica cosas, tendremos que admitir que la informacin est dejando de transmitir lo que existe y tambin ha empezado a producir hechos.

    Por lo tanto, estamos ante una sociedad que debe adaptarse a unas rutinas y modos de vida dictados por una nueva realidad: el desarrollo tecnolgico. Por otra parte, nos encontramos con otra adaptacin: la del periodista a las rutinas de un nuevo modelo comunicativo y empresarial, que contina concibiendo la informacin y la cultura como mercanca. Juan Luis Cebrin habla de adaptarse a nuevos tipos de trabajo que conllevan una nueva base de conocimientos, articulando ambientes laborales nuevos como en el caso del teletrabajo. Precisamente esa labor de adaptacin del periodista a ritmos ajenos evidencia el carcter productivo de eficiencia que se exige bajo imperativos econmicos

    y empresariales hace llevar un ritmo frentico, aspecto que ha criticado Cebrin:

  • Una tarea de la importancia social del periodismo debe, sin embargo, realizarse siempre bajo la presin de plazos muy cortos, lo que inevitablemente provoca errores, inexactitudes y arbitrariedades Imperativos econmicos, laborales, empresariales que inciden en la competencia, homogeneizacin de contenidos y hacia el sensacionalismo.

    Romn Gubern considera que el desarrollo de las Nuevas Tecnologas obliga a la redefinicin de las relaciones comunicativas entre

    los informadores, las fuentes de informacin y la audiencia (...) Internet acenta esa tendencia, la sociedad irrumpe en los procesos de produccin y reclama su sitio all donde se negocia el control de los acontecimientos.

    Romn Gubern, que destaca como una de las mentes crticas en el panorama del advenimiento de la red de redes, evidencia esta dependencia: El universo que nos ofrecen los medios no deja de ser un producto manipulado, por muy objetivo que honradamente se procure fabricar. La noticia es inevitablemente una imagen y un producto y apunta entre los retos que deba afrontar el periodismo digital:

    -Alteracin honda de la vida del discurso noticioso.

    -Prdida de la exclusividad informativa organizada por parte de las empresas de comunicacin masiva.

    Hablaba ya Marcuse en 1964 de la nocin de neutralidad en la tecnologa. No puede pretenderse neutral, lo inclua el informe McBride para la UNESCO en 1965, una herramienta tecncrata que surge en el seno de democracias altamente industrializadas, propuestas a partir de realidades sociopolticas preexistentes. Explica Gubern: En el diseo de las tecnologas por parte del hombre (por unos hombres concretos, productos de su poca, de su

  • sociedad y de su clase), se hallan inscritas sus formas de uso, o sus formas ptimas o ms adecuadas de uso, y por ello mismo, su estela de efectos y consecuencias. Las tecnologas no son abstracciones cadas del cielo, sino proyectos humanos concretos de actuacin y de formas de productividad determinadas, que favorecen unos usos y funciones y desfavorecen otros.

    Tanto Cebrin: El problema es que hoy el medio es exclusivamente negocio. Como Antonio Linde: El trabajo intelectual de los periodistas est sucumbiendo bajo los criterios de la produccin industrial. evidencian algo que, por otra parte, todos conocemos ya. Yo me inclino ms a pensar que es este ritmo de imperativos ajenos, de intereses ajenos, el problema radical de los contenidos, ms que la responsabilidad del propio periodista. Nadie parece haberse parado a pensar, adems, en cmo influyen

    esas exigencias en las personas que se dedican a esta profesin. Cebrin, quiz de manera inocente, apuntaba en los inicios: En realidad este periodista multifuncional acabara con su salud en cuatro das si de cada noticia tuviera que hacer cuatro versiones para otros tantos medios; Es bastante improbable que se conviertan en mquinas multimediticas. Quienes conocen la realidad del periodista, sabrn que s se les ha convertido en mquinas y ni siquiera as, al lmite de sus posibilidades, han podido completar las espectativas que se pretendan al considerar internet una medio diferente a la prensa escrita donde, por tanto, el contenido y el estilo de comunicacin deban ser diferentes. S que conocemos la imagen del periodista multimeditico que compone textos e imgenes y vincula en multiplicidad de redes el trabajo realizado, eso s, un slo contenido duplicado y reiterado.

    No hace falta que Pascual Serrano nos avise de que los nuevos

  • soportes y formatos estn desarrollando un modelo informativo superficial y simplista de la realidad y del pensamiento, ya

    que en la red siguen siendo desproporcionadamente poderosos los mismos que fuera de ella. La influencia de esas empresas sobre

    el contenido de internet, a travs de colaboradores pagados en foros y webs, mediante influencia de buscadores, inversiones en

    diseos y tecnologa hacen que los nuevos formatos se conviertan en nuevos elementos de ideologizacin, con un sesgo muy marcado en este nuevo patrn informativo: sus criterios priman lo mayoritario, lo popular, el consenso dominante, no slo a la hora de priorizar las temticas, sino tambin las tesis sobre esos temas, los autores, los portales informativos.

    Serrano advierte tambin de la incongruencia que supone ir contra la censura y utilizar medios que censuran, los cuales actualmente todos los medios de comunicacin utilizan y priorizan: Se considera a redes sociales como Facebook y soportes como YouTube ejemplos de logros en la democratizacin de la informacin sin percibir que se trata de empresas privadas que (...) pueden eliminar un contenido dscolo y hacer desaparecer a un usuario con la resignacin de una sociedad que nunca se plantea que estamos ante un ataque a la libertad de expresin.

    Al inicio de la era digital del periodismo, y con la llegada de medios de difusin tan populares como las redes sociales, las posibilidades de acceso del usuario y de comunicacin global con el periodista nos hizo olvidarnos de que en realidad se estaba reproduciendo un sistema caduco con herramientas nuevas porque no fuimos capaces de evolucionar a la par ni en el mundo de la tica y la responsabilidad ni en el mundo de las ideas. Quiz sea as y el uso racional, no econmico, no comercial, de estas herramientas sea recuperable. O quiz sea cierto que el medio es

  • el mensaje y tengamos que dar la razn al antidesarrollismo para poder hablar a boca llena de verdadera democracia y libertad de expresin.

    Pero si se utilizan estos nuevos medios slo para promocionar y difundir lo ya publicado y no para debatir y cotejar; si no se le da la posibilidad al protagonista, al afectado, de rebatir la verdad meditica, no estamos hablando en realidad de una informacin para la sociedad, sino slo para mantener la buena imagen de la empresa, institucin o persona que informa, quienes aparecen como infalibles e irrefutables en un proceso que, sin embargo, siempre es cambiante, sujeto a mltiples puntos de vista, subjetivo, como es la comunicacin.

    Mientras la infromacin no deje de ser un objeto de consumo y mercantilismo, mientras no dejen de estar detrs de este proceso de intercambio intereses de poder, no podr hablarse ni de una verdadera independencia del periodista, ni de una verdadera autonoma del receptor como elemento activo participante del proceso de creacin de noticias. Hasta que las personas no evolucionen de manera integral en su forma de relacionarse y comunicarse no podremos hablar de un verdadero proceso de intercambio, porque los fantasmas del egocentrismo, el paternalismo y el afn de demostrar quin tiene o no tiene la razn evitarn un verdadero proceso de aprendizaje en comn y de cooperacin para construir una informacin veraz y comprometida.

  • Bibliografa:

    1. Bibliografa Consultada

    DERRICK DE KECKHOVE. Inteligencias en conexin. Hacia una sociedad de la web. GEDISA Ed. Bna. 1999. El futuro de las noticiasENRIQUE DANS. Todo va a cambiar. Tecnologa y evolucin: adaptarse o desaparecer. Ed. Deusto S.A. 2010. GUY DEBORD. La sociedad del espectculo Pre-Textos, Valencia 2010. JAIME SEMPRUN Que la neolengua se impone cuando las mquinas se comunican, en Defensa e ilustracin de la neolengua francesa. Pars 2005. LANGDOM WINNER Internet y los sueos de una Renovacin Democrtica. Revista Cul de Sac. N2, noviembre 2011. Internet y las nuevas tecnologas: la desposesin culminada?M BELLA PALOMO TORRES. El periodista on line: de la revolucin a la evolucin Introduccin a la red. La neutralidad de la red. (pg. 97) Comunicacin Social ediciones y publicaciones. Sevilla 2004. MARA RUBIO LACOBA. Documentacin informativa en el periodismo digital. Parte II: La documentacin informativa en los medios digitales. Cap.4: Anlisis del emisor: el documentalista digital. Pg. 100-117. Ed. Sntesis. Madrid. 2007. PASCUAL SERRANO. Periodismo canalla. Los medios contra la informacin. (En Revista Rebelin, 2012)

  • PASCUAL SERRANO. La batalla de la izquierda y las redes sociales Pascual Serrano (En Revista Rebelin, 2012) PASCUAL SERRANO, en Mundo Obrero y Rebelin (http://rebelion.org/noticia.php?id=166460) (Intervencin en el II Taller Internacional Las redes sociales y los medios alternativos, nuevo escenario de la comunicacin poltica en el mbito digital)PEDRO ANTONIO ROJO VILLALBA. Produccin periodstica y nuevas tecnologas. Estrategias de la prensa ante la convergencia meditica Comunicacin social ediciones y publicaciones. Sevilla 2003. (pg. 10)PEDRO LOZANO BARTOLOZZI. El tsunami informativo. Panorama comunicativo del siglo XXI Eds. Universidad de Navarra S.A. EUNSA Astrolabio. Baraain (Navarra) 2006. ROLAND JACQUARD. La desinformacin: una manipulacin del poder Espasa Calpe. 1988.ZYGMUT BAUMAN. Modernidad lquida. Fondo de cultura econmica. Mxico. Buenos Aires, 2009. Dossier Els Mitjans de comunicaci alternativs. Prensa, web, radio. Revista Enciclopedic Octubre 2010. N36. IV poca.

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    desde la vida en ruinas. Revista Cul de Sac. N2, noviembre 2011. Internet y las nuevas tecnologas: la desposesin culminada?LUIS NAVARRO (Coord.) Industrias mi cuerpo: un proyecto de gestin cultural independiente. Literatura gris, Traficantes de Sueos. Madrid.

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  • (pg.11) MIQUEL AMORS. Tecnologa y sociedad de control en Las armas de la crtica (Pg. 109). Ed. Muturreko Burutazioak, Bilbao 2000. NEIL POSTMAN La ideologa de las mquinas: Tecnologa informtica. Revista Cul de Sac N2, diciembre 2011.PASCUAL SERRANO La comunicacin jibarizada. Cmo la tecnologa ha cambiado nuestras mentes. Pascual Serrano, La Habana 2013. ROMN GUBERN. El simio informatizado Fundesco. Madrid. 1987. pg.115-218.ZIGMUNT BAUMAN La cultura como praxis Paids Bna 2002 pg 324El que se mueve no sale en la foto Revista Ruptura n6. 2010. pg.4 www.klinamen.org/rupturaTelevisin, Mitoinformacin y Control Social (Extracto del Instituto de Desingeniera Social de Oxford) Revista Ekintza zuzena 34, 2007. Una tica intelectual para Internet? (A propsito del libro Superficiales: qu est haciendo Internet

    con nuestras mentes? Nicholas Carr, Taurus (2011). Revista Cul de Sac N2, diciembre 2011.

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