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El sistema de Puntos Críticos en la Actividad Apícola Extracción y Beneficio de la miel Ing. James Johnson Octubre 2008

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El sistema de Puntos Críticos

en la Actividad Apícola

Extracción y Beneficio de la miel

Ing. James Johnson

Octubre 2008

Introducción

La Organización Mundial para la Alimentación (FAO) dependiente

de Naciones Unidas, ha definido a la miel como "sustancia dulce

elaborada por Apis mellifera o por diferentes sub-especies, a partir

del néctar de las flores y de otras secreciones extraflorales, que las

abejas liban, transportan, transforman, combinan con otras

sustancias, deshidratan, concentran y almacenan en panales".

Toda esta definición sitúa a la miel como un producto natural que

tiene su origen en una secreción azucarada de las flores y de otras

partes extraflorales de un tipo específico de flora. En el primer caso,

la miel se denomina floral y en el segundo se llama miel de mielada.

La duración de la miel es el resultado complejo de una serie de

interacciones al interior de la colmena, que dependen del número de

abejas que intervienen, lo mismo que de la fortaleza de la colmena y

del volumen de néctar recolectado. A medida que es mayor el número

de abejas involucradas en la celda, mayor es el grado de

deshidratación o maduración que adquiere la miel y mayor es su

contenido de enzimas.

El néctar, cuando acaba de ser recogido de las flores, se compone

principalmente de una solución débil de azúcar en agua, fructosa y

dextrosa En un principio suele haber más sacarosa en el néctar que

fructuosa y glucosa, pero cuando este es transportado en el estómago

de las abejas, y posteriormente en la colmena. La enzima invertasa

actúa sobre los azúcares del néctar y durante el proceso de

maduración de la miel en el panal.

Debido a su facilidad de digestión, la miel es especialmente valiosa

para el consumo directo, su calidad depende de diversos factores,

entre los que se debe considerar no solo la flora sino su propia

composición. En la colmena durante la formación y maduración el

agua se evapora gradualmente hasta que desciende a un 17% de

humedad en el caso de mieles de origen estacional y hasta el 20–21%

en mieles tropicales donde el grado de africanización resulta

significativo.

Los azúcares mayoritarios corresponden en un 40% fructuosa, 34%

la glucosa y cerca de 2% o más. El 7% restante está constituido de

elementos tales como: hierro, calcio, sodio, magnesio, sílice, cloruros

potasio, fósforo, aminoácidos, restos de polen, manganeso, aluminio,

calcio, cobre, materiales albuminoides, dextrinas, ácidos, aminoácidos

y mas recientemente se han identificado fenoles, terpenos, aceites

esenciales y flavonoides, que le dan aroma y ciertas propiedades

medicinales.

Las abejas prefieren reunir el néctar de las flores de plantas que

crecen en el suelo fertilizado de modo natural y orgánico en lugar de

hacerlo en flores que crecen sobre suelos fertilizados químicamente.

Como cabe suponer, el tipo de flores de las que se recoge el néctar

tiene una gran influencia sobre el sabor y color de la miel, asi como

los minerales contenidos en ellas.

La presencia de vitaminas del complejo B y las hidrosolubles como la

C procede del polen de las flores o por formación durante la

maduración. Una miel con vitamina C, se asocia con un alto contenido

de polen, pero una que se ha sometido a filtración o se ha

sobrecalentado para remover el polen, pierde sus propiedades

haciendo que miel parezca turbia, atributo no apreciado entre los

consumidores.

Cuando una abeja esté recogiendo néctar normalmente se centrará

cada vez en una especie de flor. Elegirá una flor que abunde mucho

en el área que esté recorriendo, pues de ese modo ahorraría tiempo. Si

esa flor es muy abundante en la zona cercana a la colmena,

probablemente casi todas las abejas de ésta elegirán el mismo tipo de

flor y por tanto esa tanda particular de miel pertenecerá a una flor

reconocible.

El tipo de flor influencia a el color y el sabor de la miel, que pueden

variar considerablemente. Hay mieles que son más ligeras y delicadas,

mientras que otras son oscuras y muy fuertes.

La presencia de las abejas hace que el polen se extienda más

fácilmente, lo que significa mejores cosechas, que en tierras fértiles

puedan mejorar del 30% al 40%. En los actuales momentos en que se

vive escasez de alimentos y las condiciones de la distribución de

tierras ha generado problemas socioeconómicos además del

incremento de cultivos ilícitos en las zonas rurales del país.

Las abejas son buenas para el mejoramiento de la agricultura, sino

que esta industria puede significar el principio para una mejor

alimentación de los grupos económicos más bajos.

Se conocen diversos tipos de miel, que se diferencian por una serie de

cualidades que dependen principalmente de su origen floral,

geográfico o tecnológico. Por esas cualidades, dependientes de las

fuentes que suministran el néctar a las abejas.

Se conoce la miel monofloral, extraída solamente del néctar de una

sola especie de las planta melífera, las poliflorales extraída del néctar

de plantas melíferas diferentes y las mieles de mielada recogidas a

partir de plantas con nectáreos extraflorales y exudaciones de las

plantas.

En este trabajo se presentan los criterios básicos para el control en la

optimización del proceso de extracción y beneficio de la miel de Apis

mellifera.

Características de los tipos de miel

Por su carácter tecnológico, es decir, por el procedimiento que se ha

aplicado para su extracción y elaboración se conoce la miel en panal y

la centrifugada. La miel en panal es completamente estéril y la

centrifugada se obtiene con el monoextractor.

La calidad se determina por su aspecto, olor y sabor. Por el color,

aroma y sabor se puede determinar la variedad de que se trate. Existe

la miel clara, semiclara y obscura, muchas clases no sólo se

diferencian por su color fundamental sino que también por sus

propiedades fisicoquímicas.

La miel se extrae principalmente mediante operaciones de

centrifugación, pero en ocasiones se hace mediante prensado

manual, éste procedimiento es abordado por apicultores que no

disponen de materiales y equipos y a los cuales no se les ha prestado

asistencia técnica.

El sistema de puntos críticos

Un punto critico de control (PCC), dentro cualquier actividad puede

ser considerado como un procedimiento donde se establecen criterios

específicos que permitan el aseguramiento de calidad de cada uno de

los productos que intervienen en el proceso de transformación. En la

extracción de la miel tales controles deben seguir un estricto manejo

de los cuadros y del producto en general de manera que se eviten los

riesgos de fermentación y perdida de calidad del producto.

Ha de entenderse que la calidad final de la miel debe mantenerse

dentro de los criterios de control de calidad, como una actividad

industrial que persigue el mantenimiento de la calidad del producto a

niveles óptimos y que satisfaga las exigencias del consumidor,

mejorando la rentabilidad del producto.

El concepto de análisis de riesgos (HAZARD), de alguna manera esta

determinado por las buenas practicas de manofactura, que en el caso

de las mieles debe converger a cero defectos. En el caso de los PCC

donde se pueden controlar una serie de problemas determinados se

hace necesario discriminar entre los puntos de aseguramiento que

asegura el control de un riesgo peligroso PCC1 o que conduce a

reducir al mínimo un riesgo, sin que asegure su control PCC2.

En las condiciones de extracción de mieles en países de América, se

hace a partir de cuadros de 44.8x16.2x 3.5 cm completamente

operculados, dispuestos con miel madurada, con una humedad

cercanas al 20 %. Los cuadros descritos son típicos del sistema

definido por Langstroh.

El aseguramiento de la calidad del producto extraído, comienza con la

selección de los cuadros que se encuentran completamente

operculados, por lo que se hace necesario controlar los niveles de

humedad de los cuadros y asegurar niveles óptimos en la humedad

del producto madurado, evitando la extracción de miel a partir de

cuadros con cría, acción realizada por apicultores que se interesan

solo en la venta del producto y no en la calidad final de la misma

Mieles con humedad superior al 22% generan fermentaciones

indeseables y perdida final del producto en condiciones de

almacenamiento prolongado, con posibles nucleasiones y formación

de hidroximetil furfural e incremento en la actividad del agua con

elevación del contenido en levaduras hongos y mohos entre otros, por

ello este es un punto critico del tipo PCC1 cuadros que no cumplan

esta condición deberán ser retornados a la colmena hasta lograr la

maduración de la miel.

Los cuadros se transportan hasta las pequeñas plantas de

beneficio, donde se somete al procedimiento que se describe a

continuación:

1. En el área de almacenamiento se reciben los cuadros

conteniendo la miel, para luego entrar al proceso de

extracción. Este lugar de almacenamiento por lo general es de

alta ventilación y protegido con mallas para evitar tanto la

entrada de insectos como los desperdicios de la miel.

2. Área de desoperculado. En esta sección se procede a eliminar los

opérculos de cera contenidos en los cuadros, para facilitar

posteriormente su por centrifugación que se efectúa a

temperaturas entre los 28 y los 30ºC para facilitar la separación

de los desperdicios.

3. El área de centrifugación se dispone de tal manera que facilite la

apertura de la llave de la guillotina, y pudiendo hacerse encima del

colador o pasándola directamente a un recipiente odecantador.

La miel extraída se deja en un recipiente sin tapa para que salga la

humedad que contiene.

4. En el área de almacenamiento los pisos deben ser lavables y

presentar condiciones de frescura y sequedad

5. Una vez terminada la extracción, los estanques y extractores son

lavados con agua caliente. La miel es colada en frío lo que exige

más tiempo, aunque resulte mejor colarla tibia y todavía mucho

mejor caliente pero a una temperatura no mayor a 50ºC porque en

tales condiciones sufre transformaciones que la desvalorizan.

6. En el proceso de filtrado y decantado se busca que las burbujas e

impurezas suban a la superficie, buscando la eliminación de la

capa superior, para que la miel quede limpia y lista para ser

envasada. El Proceso toma entre 6 y 7 días, una vez filtrada se

procede con el envasado.

La línea de trabajo en la mayoría de los sistemas se lleva bajo estricta

vigilancia y conforme al diagrama de la figura 1, siguiendo

condiciones de control a través del sistema de puntos críticos tal como

se muestra en el diagrama de la figura 1

La miel debe ser envasada en buenas

condiciones para su comercialización, esto es

que haya sido cosechada y perfectamente

filtrada y colada; si la miel ha sido envasada

sin permitir la evaporación del agua que

contiene en el momento de extraerla se

cristaliza o se fermenta, sucediendo lo mismo

cuando las botellas son colocadas en sitios

húmedos y expuestos a los rayos solares. En

algunos casos no se lleva acabo todo el proceso

y esto puede ser causa de contaminación.

El equipamiento necesario para la atención de todas las actividades

apícolas implica una serie de materiales de protección compuesto por

overol, careta, guantes media caña; mientras que el equipo de manejo

consiste en espátula o palanca, cepillo barredor, ahumador (tan

necesario en sistemas altamente africanizados). El equipo

complementario va desde el desoperculador, hasta el extractor de

centrifuga y tanque de sedimentación, todo ello en la proporción del

sistema que se maneja.

Los criterios de calidad del producto final han de ser evaluados

dentro de las normativas nacionales a fin de garantizar no solo la

naturaleza del producto sino la certificación de su origen botánico y

geográfico. Las pautas que se consignan en el siguiente cuadro

permiten tipificar este importante producto de la colmena.

El néctar como se sabe consiste fundamentalmente de una solución de

varios azúcares. Los ácidos orgánicos, vitaminas, pigmentos y

sustancias aromáticas durante el periodo de maduración de la miel

marcan las propiedades finales del producto

Por lo general el néctar presenta un pH ácido entre 2.7 y - 6.4. En

condiciones de flora diversa las abejas prefieren mezclas de diferentes

azúcares a soluciones de uno de los componentes a la misma

concentración. Es posible que en la selección del tipo de flor, las

abejas se encuentren influenciadas no solo por la cantidad sino

también por el espectro de azucares que de alguna manera fijan la

evolución de los ácidos totales y la acidez lactónica en las mieles

cosechadas.

El espectro de azúcares del néctar no es uniforme, como tampoco lo es

el proceso de maduración desde la concentración hasta el operculado

final, el contenido de azúcares en el néctares de algunas especies de

plantas es como sigue: Bidens pilosa (24%), Caesalpinia sepiaria

(>50%) Caesaria silvestris (36%), Citrus sinensis (34-35%), Coffea

arabiga (25-37%), Eucalyptus sp (15 – 35%) y Persea americana (26-

44%) entre otras

La determinación del contenido de aminoácidos en mieles es frecuente

y en este sentido la prolina permite establecer la naturaleza y

autenticidad del producto. Las enzimas son uno de los componentes

más importantes en la miel, no por su significado nutricional para el

hombre, sino por el papel indispensable que desempeñan en la

transformación de néctar a miel, donde se ha comprobado la

presencia de invertasa, diastasa, glucosa oxidasa, catalasa y fosfatasa.

El origen proporción en que se encuentran las enzimas ha sido

ampliamente estudiada. Se ha determinado que mieles de flujo

rápido, generadas en colonias con intensa actividad en el pecoreo

presentan bajos contenido de enzimas respecto de las mieles

colectadas por abejas en condiciones de bajo flujo de néctar.

Los néctares de alto contenido de azúcares necesitan menos

manipulación por parte de las abejas para ser convertidos en miel que

los néctares más diluidos. Por lo tanto las mieles procedentes de

néctares más concentrados tienen menor nivel de enzimas. Se ha

encontrado también que la miel obtenida alimentando las abejas con

sacarosa sin diluir tienen un nivel más alto de enzimas ya que las

abejas deben humedecer con saliva la sacarosa antes de almacenarla.

La fracción de azucares en la miel por lo general representan niveles

que oscilan entre 95 al 99% de los sólidos totales, otorgándole a cada

tipo de miel propiedades físicas entre las que vale mencionar el índice

de refracción, la actividad de agua, higrospicidad, tendencia a la

granulación, lo mismo que su poder rotatorio.

Los azúcares mayoritarios de la miel corresponden a la fructuosa que

puede alcanzar niveles hasta del 38 % de una parte y glucosa de otra

en proporción del 31 %. Otros azucares compuestos denominados

minoritarios han sido motivo de investigación

La composición en azucares es útil para valorar el grado de pureza de

la miel. Durante mucho tiempo se pensó que la fracción de azucares

estaba compuesta básicamente por glucosa y fructosa, con algo de

sacarosa y dextrina en cantidades menores. Sin embargo, los nuevos

métodos de análisis y separación de azucares han puesto en evidencia

la presencia de mas de 30 azúcares diferentes.

Varios autores han encontrado una correlación entre la composición

en azúcares y el origen botánico de la miel, pero la gran variedad de

los métodos analíticos empleados hace difícil la comparación directa

de los resultados.

En general los azúcares mayoritarios son fructosa y glucosa que

representan el 85 al 95% del total, estando la fructosa en mayor

concentración en un 38% por término medio y la glucosa con un

31%. Solo algunas excepciones como la miel de diente de león

(Leontodon autommalis), de colza (Brassica napus) presentan un

contenido en glucosa mayor que en fructosa..

La composición en azúcares puede ser usada para diferenciar mieles

de flores de las de mielada y sus mezclas. La concentración de la

sacarosa es muy variable, dependiendo del tipo de miel y de su estado

de maduración. Altos contenidos en sacarosa pueden ser debidos a

una maduración inadecuada, presencia de mielatos o alimentación

artificial de las abejas con jarabe de sacarosa durante mucho tiempo.

Los niveles de glucosa y la fructosa en las mieles de Apis mellifera, lo

mismo que las condiciones ácidas del medio p.H (3.6-4.8), por lo

general resultan ser un excelente medio en la evolución de productos

de b -deshidratación, acompañadas de reacciones de enolización. Los

protones del medio condicionan la formación de compuestos de fácil

desproporción, que convergen hasta análogos estructurales de furano

tales como 2-hidroxiacetilfurano(2HAF),3-hidroxi-2-metilpiran-4-ona

(Maltol) y 2-Acetil-3-hidroxifurano (Isomaltol).

La presencia de hidroximetil furfural (HMF), en miel, es el resultado

de las condiciones de manipulación y manejo del producto en la fase

posterior a su extracción y almacenamiento. La normas de calidad

para la miel destinada al consumo nacional en Colombia no admite la

presencia de HMF, pero las normas de control para mieles en otros

países han reglamentado los niveles máximos hasta en 40 mg Kg-1 y

como un criterio en el nivel de frescura.

La recolección de néctar o polen por lo general depende de las

necesidades específicas de la colonia y de las condiciones

predominantes en el tiempo. El análisis polínico es un procedimiento

de control habitual. El estudio del polen como guía de la calidad de la

miel desde el punto de vista botánico es frecuente, pero se ha

intensificado con el uso de nuevas herramientas analíticas de trabajo

tales como la microscopia electrónica y la microscopia de barrido.

El análisis polínico de las mieles de Apis mellifera tiene interés pus

permite identificar los tipos de plantas visitadas por las abejas, al

mismo tiempo informar sobre su pureza o sobre posibles causas de

toxicidad pero mas sobre sus condiciones fitogeograficas.

Como producto de origen natural las mieles de Apis mellifera,

presentan una flora microbiana propia, al igual que el resto de los

productos alimentarios, pero con un comportamiento microbiológico

característico.

La flora microbiana se puede dividir en dos grupos, que en principio

reúnen a los microorganismos propios de las mieles y en segunda

instancia a los microorganismos secundarios ocasionales o

accidentales. En este orden, en la miel se encuentran bacterias del

género Bacillus, que se presentan en estado esporulado, aunque en

mieles recientes se pueden encontrar formas vegetativas.

Se trata de microorganismos que no tiene acción negativa sobre la

miel y no son peligrosos para la salud humana. Bajo algunas

circunstancias pueden encontrarse algunos patógenos para las abejas,

como Bacillus larvae, responsable de la Loque americana, y Bacillus

alvei, agente relacionado con la Loque europea.

Los mohos que se encuentran en algunas mieles, pertenecen a los

géneros Penicillium y Mucor, se han reportado casos de

contaminación con Bettsya alvei o moho del polen, se encuentran en la

miel en forma de esporas, pero no crean problemas a no ser que la

miel gane humedad en su superficie, por un mal almacenamiento,

pudiendo entonces desarrollarse y alterar el producto.

Existe la posibilidad de contaminación de la miel a partir de

hongos del tipo Acosphaera apis (Orden Acosphaerales ), además de la

acción de Acosphaera major.

Las levaduras, son del tipo osmófilo, pertenecientes al género

Saccharomyces, responsables de la fermentación de la miel, cuando las

condiciones de humedad lo permiten. Dentro de este género las

especies más frecuentes son Saccharomices bisporus variedad mellis,

Saccharomices rouxii, Saccharomices bailii variedad osmophilus.

También se pueden encontrar levaduras banales; Esta flora propia de

la miel es introducida por la abeja en la colmena, con el néctar, polen

o mielato, o por las mismas abejas durante las operaciones de

limpieza, al vehicularlos sobre o dentro de su organismo.

Otros microorganismos considerados como ocasionales o accidentales,

es introducida en la miel de manera fortuita o por manipulaciones

poco higiénicas durante la extracción o procesado de la miel. Si estas

manipulaciones se realizan con higiene, no estarán presentes en la

miel, y si aparecen en niveles muy bajos o despreciables.

Las fuentes de esta contaminación reside en la manipulación

incorrecta de la miel, el uso de material con deficientes

procedimientos de desinfección, locales no apropiados incidencia del

viento, presencia de insectos y permanencia de animales de

compañía..

Entre estos microorganismos existen diferentes géneros,

pertenecientes a la familia Enterobacteriaceae y algunos otros

patógenos de las abejas.

La carga microbiana de la miel, en principio, se puede considerarla

baja, si se compara con otros productos de origen animal como la

leche por ejemplo.

Al ser un medio hostil, que se opone a la proliferación de los

microorganismos debido a su concentración de sólidos, aunque

pueden permanecer bajo la condición de viables durante largo

tiempo, desarrollándose bajo circunstancias favorables.

La miel de por sí no es un medio estéril, es susceptible de

contaminación al manipularse sin observar las normas de higiene.

Algunos estudios han demostrado que determinados géneros de

Salmonella, son capaces de resistir 34 días en la miel, cuando ésta se

mantiene a 10º C, con lo que existiría un riesgo si el producto

contaminado se emplea como ingrediente en la industria alimentaria o

en el hogar.

En la Norma de Calidad para la miel destinada al mercado en España y la

Unión Europea, se hace referencia a la Norma microbiológica aplicable a

mieles, especificándose la condición máxima de 1.104 col g-*1 para el

recuento de colonias aerobias mesófilas (31 1º C) y ausencia para

Enterobacteriaceae total, específicamente ausencia en 25 g de miel para el

caso de Salmonella – Shigella, mientras que en el caso de los mohos un

máximo de 1.102 UFC g