elena martín vivaldi - unos labios dicen

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Unos labios dicen

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Poesía

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  • Unos labios dicen

    * Libro poemas 13/5/08 12:07 Pgina 3

  • De esta edicin: Consejera de Educacin de la Junta de Andalucay Universidad de Granada De los textos: Sus autores

    De los poemas: Herederos de Elena Martn Vivaldi De las ilustraciones: M Teresa Martn Vivaldi

    Diseo: Claudio Snchez Muros

    Fotomecnica:Imprime: La Grfica, S.C.And.

    I.S.B.N.: 84-338-3972-1Depsito Legal: 2.599/2006

    En la pg. 116 :Retrato de Elena Martn Vivaldi

    (Dibujo de Manuel Maldonado, 1953)

    Este libro ha sido coeditado por laConsejera de Educacin de la Junta de Andaluca y la Universidad de Granada

    CONSEJERA DE EDUCACIN Universidad de Granada

    * Libro poemas 13/5/08 12:07 Pgina 4

  • ELENA MARTN VIVALDI

    Unos labios dicen[ A N T O L O G A ]

    Seleccin, edicin y prlogo de ANDREA VILLARRUBIA

    Ilustraciones de M TERESA MARTN VIVALDI

    G R A N A D A 2 0 0 7

    CONSEJERA DE EDUCACIN Universidad de Granada

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  • 7Presentacin

    S e celebra este ao el centenario del nacimiento de la poeta grana-dina Elena Martn Vivaldi y la Consejera de Educacin de laJunta de Andaluca, en gozoso cumplimiento del mandato recibido decuidar y difundir el patrimonio cultural de nuestro pueblo, pone enmanos del alumnado andaluz una muestra representativa de la obra deesta mujer singular que, por su comportamiento social, laboral y arts-tico, es modelo de creatividad, de constancia y lealtad. Discretamente,ella supo elegir la difcil vida universitaria en tiempos en que el accesode las mujeres al nivel educativo superior ni era fcil ni cmodo ni bienvisto. Haba que tener inteligencia y tenacidad, deseo de saber y afnde superacin para abrirse camino en aquel mundo tan poco frecuen-tado por las mujeres. Aprobadas las oposiciones de Archivos yBibliotecas, anduvo por distintos destinos que la pusieron en contactocon diversas corrientes de nuestra frtil tradicin artstica y literaria yfueron decisivas en la configuracin de su voz potica: la villa deOsuna, con sus nobles edificios y los ecos del sabio investigador del fol-clore que fue Francisco Rodrguez Marn; la Huelva hondamente vivi-da y cantada por Juan Ramn Jimnez; la Sevilla no slo de Fernandode Herrera, excelente poeta y no menos ilustre comentador de la obra deGarcilaso de la Vega, sino de los imprescindibles Gustavo Adolfo Bcquery Antonio Machado. De la lrica popular, de los ecos de Herrera, deldolorido sentir de Garcilaso, del Bcquer husped de las nieblas, de laprofunda sensacin del tiempo en Machado, hay mucho en esta antolo-ga. Hay mucho ms del ideal esttico de Juan Ramn Jimnez y su sen-tido depurador de la obra, todo ello enriquecido con el ejemplo, mscercano a ella, de Federico Garca Lorca. Recal definitivamente en

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  • 8Granada como bibliotecaria de su Universidad. All, inserta en su tra-bajo, en una familia de alto nivel intelectual, en una tertulia de cafdonde su discrecin y elegancia ponan el acorde suave de sus observa-ciones de lectora de la mejor literatura europea (lea, al menos, en cua-tro idiomas), fue elegida por los mejores poetas e investigadores jvenescomo ejemplo y gua. Supo ocupar ese espacio apenas permitido a lasmujeres con la sabidura y la sutileza que slo una mujer singular podahacer en aquellos momentos histricos tan poco propicios a reconocer elmrito de las mujeres. Elena Martn Vivaldi forma parte de ese grupode sabias mujeres que no lo tuvieron fcil, que hubieron de mante-nerse en la discrecin y el formal segundo plano, mientras que su obrase agrandaba con resultados de excepcional vala. Como lluvia suave yconstante, cal hondamente y fertiliz su entorno. Ahora nos correspon-de reconocer, disfrutar y dar a conocer su obra entre los jvenes anda-luces que se forman en nuestros Institutos de Educacin Secundaria.Sola y seera, el contacto con sus versos enriquecer a quienes los reci-ban con la leccin suprema del saber decir de la mejor manera unhondo sentir de la vida difcilmente expresable.

    CNDIDA MARTNEZ LPEZConsejera de Educacin de la Junta de Andaluca

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  • A los alumnos que hacen a sus profesores orgullosos de serlo,a los profesores que hacen a sus alumnos felices de serlo.

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  • 11

    S i el entusiasmo bastara para justificar un encargo como el que he reci-bido de la Consejera de Educacin de la Junta de Andaluca, no mesentira preocupada, porque la alegra con la que he trabajado difcilmentepuede superarse. Pero s que ese sentimiento no es suficiente para empren-der una tarea tan comprometida. Por eso, a la vez que afortunada y agra-decida, he trabajado con el temor de malograr la oportunidad de hacerque la poesa de Elena Martn Vivaldi llegara a los lectores ms jvenescon la consideracin que ellos merecen y con la dignidad que exige la cele-bracin del centenario de su nacimiento.

    Soy profesora en un instituto de enseanza secundaria y durantemuchos aos he hecho de la poesa mi particular instrumento pedaggi-co. Mis alumnos saben que he empezado mis clases cada lunes con la lec-tura de un poema que, adems, apareca luego adherido en las paredes delas bibliotecas de los centros en los que he trabajado. Amo la poesa ypienso que la mejor forma de transmitir ese amor es leyndola en voz alta,haciendo que la reciban como un don gratuito y primordial. Es lo que hevenido haciendo en mis clases desde que recuerdo. Estoy convencida deque a los alumnos hay que acercarlos a la poesa sin ningn artificio niafn didctico. Defiendo la necesidad de una educacin que inculque lapasin por lo intil, por aquellas cuestiones que afectan a la vida y no sloal estudio. Aunque los conozca como alumnos, los considero antes quenada ciudadanos, seres sociales, y lo que trato de evitar es que lo que fueescrito para la vida sea percibido por ellos como una materia muerta. Esa ese conocimiento descargado de utilidad inmediata o escolar, ms aptopara el mundo ntimo que para el brillo acadmico, al que me refiero.Viene bien recordar al respecto un aforismo de E. M. Cioran: Mientrasle preparaban la cicuta, Scrates aprenda un aria para flauta. `De qu teva a servir, le preguntaron. `Para saberla antes de morir . Con ese afnhe realizado asimismo esta antologa.

    Prlogo

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  • A los jvenes hay que transmitirles la idea de que la poesa no hay queleerla por deber, por respeto, porque forma parte de los programas esco-lares, ni siquiera por su oportunidad. No hay que engaarlos. Tenemosque darles a entender que, pese a las dificultades, la lectura de un poemapuede hablarles del mundo y de los seres humanos de un modo intenso ynico. Y que por esa razn merece la pena leerlos. Y que en la superacinde los escollos encontrarn el placer de lo que se consigue con esmero.Hay que transmitirles, en fin, la necesidad de leer, de pensar, de escribir.

    Porque he comprobado tambin que a esa edad es cuando la poesapresenta su rostro ms puro y deslumbrante. An no ha llegado el tiem-po de las imposturas y las vanidades y ya estn lejos los das en que slodisfrutaban con las rimas y los juegos de palabras. Es ahora cuando laintensidad de las emociones ntimas es ms extrema y la poesa les da laoportunidad de reconocerlas y les ofrece el modo de expresarlas. Como selee la poesa en estos aos tal vez nunca ms se vuelva a hacer.

    En las aulasHe escogido los poemas de Unos labios dicen imaginando que son mis

    alumnos, tan iguales a los que pueblan los centros de enseanza secunda-ria de Andaluca, los que leern este libro. Conozco algo de sus gustos ysus inquietudes y s que algunos de lo temas perennes de la poesa elamor, la tristeza, la soledad, la alegra, la naturaleza, el paso del tiempo...pueden llegar a descubrirlos a travs de Elena Martn Vivaldi. Algunos delos poemas de esta antologa han pasado previamente por sus manos. S,por tanto, cmo los leen, cmo reaccionan, y eso me anima a presentar-los ante otros ojos:

    El poema me ha hecho reflexionar sobre la vida porque consiguetransmitir muy bien lo que la autora quera, que la vida sigue igual, aun-que las personas vayamos muriendo. La forma en que expresa que todosigue igual tras la muerte me parece muy acertada porque va enumeran-do multitud de cosas relacionadas, sobre todo, con la naturaleza y con lossentimientos que son los que en realidad no cambian y nos importan.

    Me gusta la forma en la que se expresa la autora, la sencillez en ellenguaje y el sentimiento en el que se envuelve el poema, un ambiententimo y melanclico.

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  • El poema me parece que est escrito con mucho sentimiento y demanera muy ntima. Tambin me ha gustado el hecho de que sea unpoema lleno de esperanza y el contraste que hace entre lo oscuro que repre-senta la desesperacin y la amargura y la luz, representacin de la esperan-za. En cuanto a la estructura es sencillo, no utiliza recursos estilsticos muycomplejos y es fcil de entender. Creo que es un poema que transmitemucho, lo cual es muy importante a la hora de valorar un poema.

    Se desprende de su poesa una fuerza (clamor, grito) que te incitaa continuar luchando, para que se alivie el dolor, para atenuar las penas.Nos anima a seguir a pesar de las adversidades.

    Me ha llamado la atencin la delicadeza con que la autora habla delos rboles, llegando a hacerlos suyos, llegando a dotarlos de vida como sifueran humanos.

    El mensaje de esperanza es lo que ms me ha gustado, en la pri-mera lectura no me gust del todo, pero en las siguientes lecturas que hehecho he comprendido que en realidad siempre hay esperanza.

    Refleja cmo nos hemos sentido alguna vez de una manera exacta yprecisa.

    Los colores transmiten belleza, paz, armona, sosiego y grandeza.

    Sus respuestas me hacen confiar en que frente a la sobreabundancia demensajes que nicamente proclaman el valor de lo efmero, la banalidad,el dinero, el xito, el espectculo, el individualismo..., la poesa, que esuna apuesta por la palabra esencial, por lo perdurable de la vida, an tengasentido para ellos. No pienso que por s sola pueda erradicar completa-mente algunos de esos vicios o reducir la pobreza lingstica que se mani-fiesta a diario en las aulas, pero sera suficiente si la poesa les abriera losojos a otras dimensiones del lenguaje, si diera la oportunidad de vislum-brar imgenes inditas del mundo. Y en ese sentido, hago mas las pala-bras que George Steiner dirigi a la profesora Ccile Ladjali por haberlogrado que sus conflictivos alumnos de un instituto de la periferia dePars apreciaran la poesa y la escribieran apasionadamente: Y es posibleque ser profesora de poesa, tratar de inculcar el amor por la poesa, como

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  • en su caso, Ccile, no sea ms que una manera un poco ms concisa, unpoco ms compleja, de hacer comprender a los alumnos en qu consistela maravilla constante de tener un futuro por delante. Pienso, en efecto,que uno de los territorios ms frtiles para cultivar la poesa puede ser elaula y que es ah donde habra que enraizarla. No est de ms recordarlo.

    Aprender a esperarEn una Potica escrita como introduccin a una antologa de sus poe-

    mas, Paisajes, Elena Martn Vivaldi escribi: El poema es siempre elresultado de una constante y anhelante espera. Vena a significar con esaafirmacin que la actitud propia de los escritores es una especial atencina las seales de la vida, a los sonidos de la calle, a los colores de un paisa-je, al recuerdo de una experiencia ntima o un estado de nimo, a las pala-bras que acuden de repente a los labios. Pero para captarlas hay que saberesperar, hay que desear que lleguen. Inculcar esa actitud de espera en losalumnos no afecta slo a la escritura, sino a la vida.

    Pero a veces la materia que desencadena el poema propio puede ser tam-bin un poema ajeno. Unos versos ledos tiempo atrs o unos minutos antespueden de pronto inspirar versos nuevos, a partir de los cuales comienza aconstruirse el poema. En la poesa de Elena Martn Vivaldi pueden rastrear-se los poetas que am y admir. Ocurre, por ejemplo, con Garcilaso de laVega a quien rinde homenaje en uno de sus libros, Materia de esperanza, apartir de unos versos de la gloga I: Materia diste al mundo de esperanza /de alcanzar lo imposible y no pensado...; y tambin con Pedro Soto deRojas, al que dedic un conjunto de siete sonetos agrupados bajo el nombrede Desengaos de amor fingido, remedando el ttulo de uno de los libros delpropio Soto de Rojas, Desengaos de amor en rimas. En efecto, en sus librospueden descubrirse sus lecturas y sus influencias. Los nombres de Ibn Hazm,Gngora, Quevedo, Bcquer, Machado, Juan Ramn Jimnez, Salinas,Garca Lorca, Aleixandre... estn presentes en ellos. Pero tambin poetascomo Shelley, Hlderlin, Mallarm, Eliot, Rilke, Valery... O Novalis, dequien Elena Martn Vivaldi toma unos versos de Himnos a la noche (Peroyo me vuelvo hacia la Noche...) para comenzar su libro Nocturnos, en el cualusa la noche como momento propicio para dialogar con los recuerdos(Ahora que es de noche, / oigo esa inmensa, muda lejana / de unos aosque fueron, que decan / la cancin de la dicha y la esperanza) o para cons-tatar la desolacin del paso del tiempo (Yo quisiera creer, y ya no creo. / Allme miro. Y era. All viva. / Hoy slo sombras luchan en mi frente).

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  • Esas referencias permiten comprender que la poesa se escribe siempreen dilogo constante no slo con la experiencia ntima sino con las vocesde otros poetas, contemporneos o muertos. Y es lo que hay que aconse-jar siempre a los jvenes lectores: que el mejor modo de acercarse a elloses con un bolgrafo (o un teclado) siempre a mano, por si de pronto algu-nos de sus versos los mueven a escribir, a dar voz a su mundo ntimo. Yde la misma manera que Elena Martn Vivaldi se sirvi de las lecturas deotros poetas para componer su propia poesa, as espero que ocurra ahoracon ella.

    En la Potica citada defenda asimismo la necesaria simbiosis entre laforma del poema y su contenido, sin el cual slo nos encontraramos anteun conjunto de palabras huecas. Los versos deben decir algo de quien loscrea y a la vez deben poder encontrar en el lector ecos de su propia expe-riencia. Cuando los sentimientos ntimos trascienden la mera ancdota oel espacio privado e ingresan en un mbito ms general y pblico, cuan-do el lector siente que lo que expresa el poema est en su interior y le con-cierne, se est cumpliendo el verdadero sentido de la lectura. Dicho conpalabras de la poeta argentina Alejandra Pizarnik: Y yo pens que tal vezla poesa sirve para esto, para que en una noche lluviosa y helada alguienvea escrito en unas lneas su confusin inenarrable y su dolor. Y es laforma del poema lo que permite que lo que se dice sea recibido con mso menos intensidad, con ms o menos claridad. La propia Elena MartnVivaldi era consciente de ello al declarar que nunca he pretendido seroscura en mi poesa, si alguna vez mi palabra fue poco comprensible allector, no sera de modo deliberado y querido, ni intentado voluntaria-mente. En su poesa es manifiesta la alternancia de la mtrica tradicionalcon las nuevas formas poticas propias de su tiempo, sobre todo el versolibre, con el que su poesa alcanza su mayor vuelo y le permite recrearseen el ritmo y la musicalidad del poema.

    Leer los poemas de Elena Martn Vivaldi significa descubrir las huellasde su vida, de sus gustos y sus disgustos, de sus pensamientos y sus emo-ciones. En ellos estn los rboles que adoraba, los colores que le agrada-ban, los libros que lea, los jardines que visitaba, las estaciones que la ale-graban, la msica que escuchaba, las lunas que observaba, las ausenciasque lamentaba..., pero tambin el sentimiento doloroso del paso del tiem-po, el amor a la vida, la llamada a la esperanza, la presencia de la tristeza,la rebelin contra el dolor (Si de un llanto final tienes deseo, / abre lagran ventana de la noche, / contempla las estrellas, / hmedas en su lecho,

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  • / navegantes / por un mar infinito de preguntas). Ese paisaje moral es elque merece la pena explorar al leer un poema, cualquier poema. La lectu-ra es siempre personal, cada cual la hace desde su propio modo de enten-der y estar en el mundo, pero enriquece extraordinariamente la lecturapropia prestar atencin a las lecturas de otros. Me ha parecido oportunopor ello agregar al final de la antologa seis lecturas de otros tantos poe-mas hechos por poetas que tuvieron una intensa relacin con ElenaMartn Vivaldi y la admiraron. La intencin es contribuir a que los lecto-res de este Unos labios dicen descubran otras formas de leer, que al con-frontar sus miradas con las de Rosaura lvarez, Antonio Carvajal, JosGutirrez, Rafael Guilln, Rafael Jurez y Aurora Luque puedan entendermejor la poesa, puedan amarla con ms intensidad.

    La poesa grande es aquella que vuelve a conmovernos cada vez queregresamos a ella. Mientras escoga los poemas para este libro me he vistoleyendo de nuevo sus poemas no con la inocencia de quien descubre unnuevo mundo sino con el placer del reencuentro con una voz y una mira-da comprometidas con lo ms hondo de la vida humana. Y he descubier-to ahora matices que antes pasaron desapercibidos, aristas donde anteshaba lisura, como slo sucede con los grandes poetas, con los autores queacaban convertidos en clsicos. Este Unos labios dicen, adems de un home-naje, es asimismo una invitacin a leer y una manifestacin de esperanzaen que las palabras de Elena Martn Vivaldi ayuden a alguien a encontrary a encontrarse.

    ANDREA VILLARRUBIA

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  • Poema inicial

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  • 18

    [NOCTURNOS]

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    Hay que nombrarlotodo, antes de que tardesea, y se quede sin sonido algunacosa soada

    ALFONSO CANALES

    QUE no se olvide nada.Que si yo no lo digo,si no escribo esta angustia,husped mo esta noche,solitaria contigo,libro o canto, denunciade frustrada esperanza,rota en tus letras agrias, implacables,agudascomo hierros candentes,como espadas.Si las manos no graban sobre el papel el miedo,la rpida, gil marcha sincopada del tiempo,de este tiempo impasible,presencia y negacin de tanta vida.Si yo no me derramo,si no siembro este pnico:terror del ya no-ser,espantode este polvo, no flor, no aroma. Viento, nada.

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  • 19

    Ay, si no me deshago,me des-hojo en palabras,y van mis hojas tristes alfombrando el otoo,todo ya ser olvido,se borrara su formacomo algo que no fuera jams,como un silencio.Y se perdera, intil, mi dolor en la noche.

    Hay que nombrarlo todo,la tristeza, la dicha,la sonrisa y el llanto,el amor, el olvido,el vaco y los nombres,aunque la voz se rompa trastornada de ausencias.

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  • La tristeza, el llanto

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  • SE me perdi un dolorentre la vida;qu pronto lo encontr!Fue una tarde;la lluvia se clavaba,montona y suave,entre las plantas mustiasy el naranjo sin flor.Como un cansado otoo,sin rosas, el jardn.Era Junio, y cantabael agua que caacon su secreta voz.Se me abrieron tus manos:envuelto entre verdades,all me lo traas.Cerr los ojos; era mi dolor.

    23

    ENCUENTRO CON MI DOLOR

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  • 24

    VIENTO TRISTE

    Lo dems es lo otro; viento triste,mientras las hojas huyen en bandadas

    FEDERICO GARCA LORCA

    NADIE sabe la penaque se queda en la rama,desnuda de su aroma,reseca de esperanza.No escucha nadie el viento,voz del viento que asaltalos muros de la nochey su tiniebla arrasa.No entiende nadie el pjarosi en la noche no canta.Ni adivina el doloroculto entre sus alas.

    No llega al hombre el gritodel mar, cuando se alzaagitando sus brazosde angustia hacia la playa.No saben de la lluvia,de su eterna palabra,del llanto que la nubele entrega, novia amarga.

    Pero el poeta sabede lo otro que pasacomo una brisa tristea sus hombros colgada.

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  • 25

    Sabe de ese quererarrancarse del almalos secretos que sonmsica, vientos y alas.

    * Libro poemas 13/5/08 12:07 Pgina 25

  • 26

    TILOS

    TILOS que sois la plaza y enhebris a la plaza,barreras entre el sueo y el toro de la vida.Sois verdes.Verdes, porque el cielo es azul.Ms verdes (porque llevo mi alma con ensea de luto).Verdes, porque es gris la maana,y las nubes restaan las heridas del cielo.Sois verdes.Infinitos abriles gritan en cada hojasus palabras nupciales.Tilos, mis verdes tilos,abriendo vuestros brazosa unos mundos posibles,a los cuerpos vencidos.Abrazo donde el alma se refugie cansada,donde escondasu rostro sin caricias,su cabello desnudo,sus ojos sin espejos,las manos desterradas.Sois verdes.Verdes, porque no hay primavera,porque fuisteis y estabaiscuando el mundo era ciego.Un mundo, donde el gozo era un velo de ensueoque borraba el perfume de vuestro verde agudo.Tilos. Y slo vuestro nombre.Y un himno lleva incienso hasta los cielos.Sois la plaza. Ah estis.Bajo los tilos hermosamente tristese ha quedado esperando,solitario, un sollozo.

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  • 27

    EN la gris tarde de un ocaso,mientras finge su voz la lluvia.

    En la rabia quieta del mar,y en su furia verde de espuma.

    All, en el viento cuando calla,escondido en su cueva oscura.En el aire cuando se encrespay de sus ramas se desnuda.

    Por las flores de las adelfas,con su rosa-blanca amargura.

    Hacia la noche, huido el sol,y en la sorpresa de la luna.

    Y en el corazn de los hombres,hechos de pan y levadura.Y en la pena de tierra y aguapara regar tu sepultura.

    LAS PALOMAS RESPONDEN AL POETA

    Por las ramas del laurelvi dos palomas oscuras,.................Vecinitas, les dije,Dnde est mi sepultura?

    FEDERICO GARCA LORCA

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  • 28

    LLUVIA

    SI la lluvia, manual de nostalgias,abre su gris presencia.Si la lluvia recorre los caminos,si llama con nudillos a las puertas,si gotea en los cristales,si acompaa, en silencio, a los amantes,si apacigua al que lloray deja su almohada a los enfermos;si consuela al que triste,si venda las heridas.Yo la pido

    y la llamo,aunque luego mi ensueose deshaga en cristales.

    * Libro poemas 13/5/08 12:07 Pgina 28

  • 29

    LLUVIA CON VARIACIONES

    A Juan de Loxa

    Y estoy triste tambin,elenamente triste,con la lluvia, en la lluvia, por la lluvia,a travs de, debajo de la lluvia.Mi tristeza no es de hilo blanco,ni de noes desmayados de ajadas margaritas,ni de esa msica (Radio. Noche. Nocturno),ni de saber que el tiempobicfalo, contando dobles horas,(el tiempo del reloj, y yo te saludo Bergsonel tiempo tiempo)no es hora ya de juventud, de ses(ay, divino tesoro!)sino tiempo del no, del se acab que es tarde,que nada hay ya que hacer(La paz de los sepulcros.Y que haya un muerto ms qu importa al mundo.)

    Pues s, estoy triste. Triste.Cmo chorrea la lluvia en mi tristeza,goteando en mi paso impar y solitario.Cmo llora la lluvia por mis sienes,por mis manos, mis ojos y mis labiosque fueran elegidos por los diosespara hazaas de viday epopeyas de fiebre.Escogidas mis manos para alcanzar las cimas(mundo del tacto, cumbres de ternura),las palmas hacia arriba, suplicantes a un cielo.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 29

  • 30

    Preferidos mis ojos que alertaron distancias,profundidades, ros, mares insospechados,ojos vigas de auroras, parasos, crepsculos,cauces del amarillo.Nombrados boca y labios,reductos del amor,a empresas de aventuras y audacias destinados.

    Todo desbaratado, reprimido,hecho pedazos, roto entre la lluvia.(Detritus y pavesas, cscaras de ilusiones.)Nadie entiende este puzzle, este, dgase enredo.En el espejo turbio de la lluviaest todo, sangrante, reflejado.

    Es verdad que estoy triste.Elensimamente desesperada y triste.(Pero tengo razn. Malhadada mi suerte.)Pero bendita lluvia,pues que puedorecordar esos versosde un poeta francs por ms seas romntico:Le seul bien qui me reste au mondeest davoir quelquefois pleur.Y TRISTESSE se titula, en realidad, el poema.

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  • 31

    ESTA TRISTEZA

    ESTA tristeza es ma, slo ma,a nadie dejo entrar en su espesurahecha de soledades, en la oscuranoche no desposada con el da.

    No es la tristeza aquella que tenareflejos de esperanza en su amargura,no es la que fuera condicin segurapara cambiar la angustia en que sola.

    Esta de ahora es densa, acrisoladapor el dolor de ser, por la certezade que su nombre encierre la evidente,

    innegable verdad. Que despiadadahiere con mano aleve. No hay torpeza.Se llega al corazn derechamente.

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  • 32

    ESTA NOCHE

    A mis amigos de otra y de la ltima generacin

    A vosotros, amigos, esta noche,cuando ya no me siento desveladacomo esas noches hondasen las que yo escriba esta noche, esta noche,y dentro de la forma me temblaba la sangre,y entonces era yo toda una llama,incendiando los signos de mis ayes,y ellos ardan, dciles al fuego,sometidos de amor,y forjaban los nicos conceptos que mueven a la tierrabautizndola patria entre todos los mundos.Las palabras nacan desordenadas, brillantes, recientsimas,tan de pasin pulidas,espejos fieles, ciertos de mi alma.Y yo entonces sabaque eran otras, eternas, ya naciendo.Ah estn en mi verso,pregonando la angustiadel ltimo retazo de una viday de las tristes alas de un crepsculo.En fin,yo quiero, amigos, esta noche,seca de inspiracin, sin aventura,deciros que estoy triste cuando os dejo.La calle escucha el eco de mis pasosritmo de soledady ella es mi cmplice.No habis sentido nunca como vuestrala soledad desnuda de algn rbol,donde la luna intensa,

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  • 33

    nuestra luna, poetas,no encuentra ramas, hojas, donde ocultallegue a vaciar su sombra?Yo puedo daros fe de esa nostalgia,yo, cercenada roto ya mi vuelo,ausente de la luna,Eva sin Parasocon las manos an cidasdel aquel bblico zumo de manzana.Pero vosotros, mis amigos, soisos lo dir en lenguaje cotidianojvenes todava,y esperis en la puertaesa luz cegadora,asombro estremecido de los ojos,frente al sol del esto.Por eso yo esta noche, bajo el doble cuchillonivelador de glorias y desvelos,desde el principio de mi fin el lmitey el fin que es el principioquiero deciros que me siento triste.La tristeza no es mala,es la ceniza clida que aorael fuego hogar y amor perdidos por los maresde tanta eternidad,es el solo vestido del desnudo,la voz del que no oyela otra voz,y la epidermis hurfana del tactoy el vaco repleto hasta sus bordes;toda la ausencia en torno.

    Slo quera deciros esto slo,amigos, que estoy triste.

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  • La dicha, la sonrisa

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  • 37

    PRIMERA PALABRA

    PRIMER da.Primera palabra.

    Atrs qued el dolor, su mano alzadaque golpe en el rostro del ensueo,buscando las races, el germen de ilusionescrecido en esta tierra dura y seca

    de la carne cansada.Pero sus dedos torpes no han podidoromper esta corteza improbable y rebelde,su pujanza de espera.Primer da.Primera palabra.La lucha empieza ahoracon un rubor de llama.

    Detrs del dolor brillala rama verde y tallo.

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  • 38

    [DIARIO INCOMPLETO DE ABRIL]

    DA 1

    PRIMERO de abril, maanade bienvenida, te llevosobre mis ojos y buscoraces de tu secreto.Primero de abril.

    La tarderindi, vencida, su cuello.Se hizo el color malva, gris.Alas de pjaro en vuelo.

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  • 39

    NIOS VAN Y PJAROS

    A Charito, Juan Luis y Mara Teresa

    LOS tres de la mano.Son nios?No, pjaros.

    Los tres, dulce trino.Pjaros?No, nios.

    Los tres, la sonrisa.Nubes, sol.Qu anchanios la alegra.

    Los tres de la mano,ms suave la brisa.Nios, cielos. Fiesta.Las cosas sencillas.

    Los tres sonriendo.Pjaros deliciacantan, anunciandovoz del nuevo da.

    Nios van y pjaros.Tres mundos. Envidiade flores y aromas.Maana encendida.

    Los tres de la manopor la calle arriba.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 39

  • 40

    AMARILLOS

    1

    QU plenitud dorada hay en tu copa,rbol, cuando te esperoen la maana azul de cielo fro.Cuntos agostos largos, y qu intensoste han cubierto, doliente, de amarillos.

    2

    TODA la tarde se encendadorada y bella, porque Dios lo quiso.Toda mi alma era un murmullode ocasos, impaciente de amarillo.

    3

    SERENA de amarillos tengo el alma.Yo no lo s. Serena?Parece que entre el oro de sus ramasalgo verde me encienda.Algo verde, impaciente, me socava.Dios bendiga su brecha.Por este hueco frtil de mis ansiasun cielo retrasado me desvela.Ay, mi esperanza, amor, voz que no existet, mi siempre amarillo.Hazte un sol de crepsculos, ardiente:ponte verde, amarillo.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 40

  • 41

    A UNA ROSA QUE VIEN EL JARDN DE LA CAPILLA REAL

    SOLA y amarilla creces,te elevas llena de graciaen el jardn. Apareces.Total entrega tu audacia.Sola, rosa, bajo el cielo,cpula azul. Es tu vuelollama hacia el viento tendida.Aroma de una esperanzatu color jbilo alcanzala belleza prometida.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 41

  • 42

    FLOR Y ESTRELLA

    LA nia tiene en los ojoscandor y luz;la flor suspir una tarde:Yo soy t.La nia tiene en sus ojosluz y candor;la estrella brilla en la noche:T eres yo.La nia tiene en los ojosflor y estrella:la mira el sol y le dice:T eres ella.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 42

  • 43

    A Marta Lucrecia Llamas Martn-Vivaldi,en sus ocho aos.

    Maana ya tendrs quince,veinte alas.Y arrullars el amor,paloma libre del alba.

    RAFAEL ALBERTI

    OCHO aos. Pocos son.Pero te dan gracia y vida:una primavera,un nombre,una sonrisa.

    Ocho aos. Tuyos son.Qu lejos est la cima!Y qu cerca.(Cundo fueaquella edad de otra nia?Hubo un tiempo. Ya pas:oye su aroma en la brisa).

    T los tienes. Tuyos son.Ocho aos.Parabienes.Qu alegres corren y alados!Gurdalos, defindelos.Cetelos vida, rosas como un laurel a tus sienes.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 43

  • 44

    A UNA MUCHACHA

    A M Elena Martn Pozas

    NO des un paso ms.Es tu hora. No dejesque el invierno te aceche entre la nieblade los aos. No entreguesa la prisa del tiempoel infinito azul de tu belleza.Que no sepan tus ojos esa nochede soledad en la tierra.Tus manos, no las mires olvidadasde caricias, estriles,ramas sin ms raz ni primavera.Que tu sonrisa en florno la contemplescicatriz de esperanza, risa hueca,donde ya no transite por tus labiosuna visin y luz que los defienda.Qudate as, muchacha!Este momento es tuyo,no lo pierdas.En juventud y en vida lo mantienes,en maana lo creas.No lo dejes al vientointil de la tarde que te cerca.No des un paso ms,no avances. Qudate as, muchacha,estatua fiel de ti,fija en tu estela.No des un paso ms.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 44

  • 45

    Grtale al tiempo,vncelo,detn el giro loco de su rueda.Qudate as, muchacha.T,eterna.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 45

  • 46

    AMANECER EN EL MAR

    QU luz, tu luz.Todo en el aire era voz,grito azul, anunciacin,jbilo de tu llegada.Nubes alas te ponanrosado fondo aleluyasa tu dorada presencia.Nuevo, abierto sobre el mar,inundabas de tu llama,an plido,el cielo creciente.Salas t?O era esa tierra parsitala que te iba a buscar,a incendiarse de ti, sola,contigo, virgen, naciendo?Serenidad. La maana te recibe,sol constante,fiel a una cita de siglos.Eres reciente, inauguras la vida.Indito siempre. Luminoso sobre el mar.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 46

  • 47

    LA MSICA CALLADA

    A M Teresa Vivaldi

    SE qued el mundo solo, sin aroma,solo en su inmensidad,desposedo, sin dolor. Callado.Como sonido mudo,roto arpegio,apagndose, huyendo, desangrndose. Inerme.Sin un ritmo, en sigilo de palabras y voces.Solo.Slo qued el color arco iris, promesa.Oculta sinfona.

    Azul.Azul de los silencios imposibles,nocturno azul. Recuerdos.Inundacin de cielo y mar, entrelazados, vrgenes.Maanas transparentes,altos presagios. Ecos.Antorchas de la noche:oscuridad visible.Nombre y azul.El aire.

    Y el amarillo fue. Armona total,rama del entusiasmo,del llegar a la cima,de alcanzar la alegra.Gozo de la nostalgia y el nacer de un otoo.Amarillo triunfante.

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  • 48

    Y el verde.Llama de amor y sntesis ay azul y amarillo!.Y se abran las hojasde aquel rbol, llegando casi a un cielo perdido.Recientes primaveras, entre un bosque de brazostendidos a una altura.Verde.Toda la gracia nica de la tierra en tu nombre.

    El rojo. Intensidad.Gritos de plenitud, ascendiendo en su audacia.Palidecen los ocres, los rosas se deshacen,los morados se esfuman,a su fulgor vencidos.Rojo. Fuego escondido entre cuerpos desnudos,abrasando los miembros,alzados hasta un muro:y, nuevo, el blanco arda sosteniendo el espacio.

    Sin aromasSlo vibra el color.La msica callada.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 48

  • 49

    SI ESTA NOCHE

    SI esta noche llueve,yo suplicara

    fuera mi corazn rama de un rbol.Si lloviera esta noche,que mi sangre gritarasobre los troncos,

    tallosy las hojas sumisas,

    perforando el silencio,alzndome, crecindome,

    hasta alcanzar, despiertas, las ventanas,luces resplandecientes,

    desveladas.Si lloviera esta noche,ser sonido quisiera,

    repique del asfalto,canto de los tejados,

    rumor apaciguado, prisionero de sombras,misiva

    y su ternura hacia noches y amigos.Si llovieraque mis labios gozaran del sabor de la tierra,que mis ojos un ancho cauce de luces fueran,mis manos los estanques que sus tallos le siembran,mis odos se alzaran, altas torres de asombro.

    Si esta noche llueve,si la lluvia llegara,se abra su nombre gris en ramas amarillas,

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 49

  • 50

    me acoja y me dilate las venas y los nervios,me hable y me responda con su boca enraizada,humedezca mis huesos

    y me encienda los sueosen la aridez

    nublados.

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  • 51

    ABRE LA GRAN VENTANA

    He cerrado mi balcnporque no quiero oir el llanto

    FEDERICO GARCA LORCA

    SI de un llanto final tienes deseo,abre la gran ventana de la noche,contempla las estrellas,hmedas en su lecho,

    navegantespor un mar infinito de preguntas.Deja que el gran silencio, la presenciade mundos donde late la agonase haga sol en la sima de lo oscuro.Clava tu mano, apoya tu cuidado

    en un rayo de sombra,enciende tu miradacon el clamor despierto por tu grito.Si el dolor se hace carne en tu garganta,si no sabes dnde est el fin,ni escuchas

    una voz jubilosa como llamaque alumbre las tinieblas;si no sabes cul ser el da,

    ni el tiempoen que descubras la verdad,si no entiendes,

    no esperas,si un hmedo temblor hiere tus ojos,y te cubre gris tierra la mirada;

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 51

  • 52

    si todo es ya pasadosin horas ni futuro,

    abre la gran ventana de la noche,confndete en su lmite.No dejes

    que el llanto te alucine las pupilas.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 52

  • 53

    PUENTE DE SOLEDADES

    HAY tantas realidades escondidas,ocultas por la niebla de las horas sin tiempo.Hay una, dos palabras, millones de palabrasque esperan la sorpresa de unos labios.Pjaros que no encuentranla mano, casi rama,que les seale el nido.Hay murmullos sin bosquespara aquietar sus lenguas divididas;calles sin ese rbolque les siembre una antorchade amarilla nostalgia,ros preguntando un cauce,mares, que no descubren, eterno, un horizonte,con la antigua sospecha de sus olas.Vientos desheredados, sin refugio,en busca de veletas y balconesdonde dejar su aliento y su llamada.Estrellas sin un cielopara clavar su asombro errante y mudo.Hay caminos perdidos,que ignoran el destino de sus pasos.Y hay corazones que se quedan solos,llama encendida, nombres sin respuesta,suplicando a la vida.

    Hay voces en la tierrarecorriendo esperanzas.

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  • El amor, los nombres

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  • 57

    PORQUE UNOS LABIOS DICEN(Homenaje a Vicente Aleixandre)

    Mi nombre fue un sonidopor unos labios

    VICENTE ALEIXANDRE

    PORQUE un nombre es un nombre,slo existecuando madura, fruto, en otra boca,y se hace aroma, se hace sabor. Y crece.Completa el mundo.

    Nace.Y ya es un hombre, una mujer. No smbolo.El crculo cumplido.Alguien que existe porque lo han nombrado los presentidos labios.Y tras el nombre, siente,

    oye y suea,asiste a la creacin, contempla, atiendela luz al desvelarse.Escucha el viento,

    mirala luna entre la acacia,acaricia la lluvia y la recibe,cree en el dolor y vive de amarillos.Toca, y sus manos saben de la dura corteza y del ufanoresplandor de la carne.

    Y vive y mira, ve. Siente en su pulsoel ro desbocado de la sangre.Las cosas tienen rasgos. Se perfila aquel rostro,lneas que redondean la esperanza.

    Porque ya empieza un nombre.Y andan de nuevo todos los relojes,

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 57

  • 58

    las horas se extasan de minutosreales y tangibles.Y se abren los minutos en segundos,latiendo en cada uno total vida.Que ahora son verdad todas las slabas,una a una brillante en sorpresa y asombro,significando, siendo.

    Porque ahora es ya un sonidolo que antes fuera sombra en un silencio:porque unos labios dicen.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 58

  • 59

    PRESENCIA EN SOLEDAD

    Porque el no tiene un revs,quien lo dice no lo sabe,

    PEDRO SALINAS

    T puedes decir que no, y esconderte,tapiar todas las puertas,suprimir las rendijas por donde intente, plido,filtrarse el sol desnudo de mi vida.T puedes huir del fondo de mi sueoy evadirte de la sincera magia del recuerdo imborrable,mientras todas las manos se tienden al vaco.

    T puedes decir que no.Leer un largo libro y, sin pensarme,quitar el polvo gris de mi otra sombra,estrujarme, crujirme entre los dedosfieles de tu memoria,dejando slo el polen de mi ausencia,junto con la ceniza y el despojo final de tu cigarro,muerto en tu cenicero.

    Bien. T puedes decir que no,pensar que no fue nada,que t y yo nunca fuimos esa msicaoculta en los rincones de la ciudad dormida.No creer en mi beso,figurrtelo lvido, sin vida,sin or que, fantasma, te humedece los labiosy te los hace mos cuando hablas.

    T puedes unir todas tus cariciasy formar una cadena sola

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 59

  • 60

    que rodee y acaricie el cuello que es de ella.Tambin, si acaso por qu no?puedes rerte y decir: Pobre Elena, con una voz distintanacindote del surco trasplantadocon la semilla frtil de tu olvido.

    T puedes decir que no,que no es mi sangreel tic-tac del reloj de tu mesa de noche,ni son mis ojos todas las estrellas,ni que mis manos son todos los ros,que ni mi llanto son todas las puertastemblando por la noche.

    T puedes decir que no.Pero yo s que soy ese ritmo que de pronto estremecetu voz cuando la besas,y que estoy en la mirada errante de tus ojos,apartados de la sonora curva de su boca.Pero t puedes andar por las calles,las calles donde nunca habr estadousar tu misma voz y la sonrisa,leer el mismo libro o quizotro libro cualquiera,mientras mi sangre se finge una luz ltimasobre el silencio ntimo de la nieve en mi tarde.

    T puedes decir que no, y sin decirlo,tener un no redondo en tus palabras.Las palabras que dices ahora cuando vas y la miras,esas palabras que le vas entregando una a unacubriendo su almohada de azahares cumplidosy tejiendo con ellas tu amor ay! s, por ella,desnudando a tu noche de lunas y pasiones.Pero dentro del no cerrado y en su crculoestarn las palabras otrasque nunca me ofreciste.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 60

  • 61

    Pero t ya no puedes,yo s que t no puedesborrar todas las letras de lo que ya est escritosobre los almanaques de una fecha.T puedes decir que no,negar, negar tres veces,tres veces multiplicadas por tres veces,y de todas las sumas,saldr un nmero exactoy se quedar siempre aqu en tus manos,sin que puedas restarle la evidenciade lo que fue y es tiempo.Un tiempo que es el mismo,un ahora despierto, un s que te persiga,haciendo de tu sombrala doble circunstancia de tu paso.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 61

  • 62

    DESDE UNA SOLEDAD

    TE llamaba con el sol,con la luna te llamaba,con la lluvia: cielo gris,sospecha de una esperanza.Por el viento, por la flor,por la brisa, por las ramasdel almendro, por la nievede las cumbres y montaas.

    Te llamaba.

    Te persegu por la tierra,balcones, calles y plazas;por la noche, por el dapor torres y por campanas.Te busqu con mi sonrisa,con mi llanto, tras la vagaluz de una aurora indecisa,despertando mi nostalgia.

    Te buscaba.

    Te espi desde la nube,desde el ruiseor, la acacia;desde el llorado jacinto,la azucena colegiala.Con la hormiga, el caracol,con el gallo de alborada;y con el grillo que insiste:sueos que a la noche clava.

    Te espiaba.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 62

  • 63

    Te pens cuando seguanmis pasos rutas de infancia,junto a los libros de texto,por latitudes y mapas.Entre el otoo amarillo,el invierno, y desde cadaprimavera, que a la cita,fiel y constante, no falta.

    Te pensaba.

    Te nombr con tantos nombres:s, no, s. Dnde la exactadefinicin de ti mismoesconda la palabra?Desde el umbral del dolorla dicha ya te anunciaba.Ay, ganado amanecer,horizonte de mi llama!

    Te nombraba.

    Te esper desde lo inmensode mi soledad. Qu largaausencia de no sabertesabindote por mi alma!

    Te esperaba.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 63

  • 64

    HABLO AL HIJO

    NO has conocido el mundo.Ven:tu mano entre mi mano.Te ensear la tierra, la luna, el sol,los ros,los mares, las montaas.Ven,nos aguardan los pjaros,las flores, las estrellas,las nubes, el ocaso,la roca, el mineral,los jardines, los rboles;aquel rbol de otoodonde la luz es casiamarilla esperanza,y ese de primavera, engalanado,rbol de amor,respuesta.Y la lluvia la lluviaLa lluvia, claridad,voz y llanto sonrisa;siembra, semilla, brotede inquietud, de preguntas,nombres, horas, hallazgosde perdida esperanza.La lluviaLa lluvia hacia la tarde,la noche, la maana.Grito, asombro, arco iris,realizacin de un sueo.Lluvia en el campo, vagopaisaje, y tiemblan

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 64

  • 65

    los colores: azul,verde, gris, amarillo,fundindose, creandocrepsculos inciertos,difuminados, vrgenes.La lluvia, mientras clavasu reja aguda, hirientepor la sedienta tierra,dejndole a los hombressu noticia de cielos,su caricia sin tacto.

    Ven,las cosas ya te esperan,transparentando alegres,ufanas, desveladas,su realidad, su norma,su plenitud en el gozo.

    Vamos. El universo existepara ti.Yo tu gua:tu mano entre mi mano.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 65

  • 66

    CANCIN DE BODAS

    A Marichu y Pepe

    ALEGRE va la garza,alegre va y ligera.Verde y azul, la tardeen la luz se recrea.

    rboles vigilantespinos en la arboleda,profundo espejo, el agua,fiel, su imagen refleja.

    Vuela rauda la garza,fugaz, segura vuela,sobre el aire refulgeinvisible su estela.

    All lejos tan prxima!,alta cumbre, la Sierra,esplendor en la nieve,el horizonte incendia.

    Se detiene la vista.La garza ms se eleva,sus alas giro y ritmouna esperanza llevan.

    Asombro del paisaje,cielo, visin serena.Armona en la tardecuando un amor se estrena.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 66

  • 67

    ETERNIDAD

    Y qu? Si el mismo sepulcromantiene lo incorruptible.Eterniza el ser

    JORGE GUILLN

    OH mis huesos! si llegisa ser blanca flor de almendro,cuando florezca, contadla angustia de mi secreto.Que los ojos que me mirenque vean la flor de mis huesosreciban su confidencia:aroma de amor y eterno.

    Ay, mis huesos! Si en un sauceos doblis como un lamento,reflejados en las aguasde aquel ro: vida espejo;que mis ramas al besarlodejen rumor, casi un vueloun suspiro fiel que fue.Por su corteza subiendo.

    Si en hoja de otoo alzisvuestra esperanza en el viento,derramad mis amarillosa otro corazn sediento.Que mi color, su nostalgia,la certidumbre de un sueo,agua sean para la sed,lo enciendan, rojo, en su fuego.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 67

  • 68

    LA LLUVIA EN EL INSOMNIO

    A Antonio Carvajal

    LLUEVES, la noche, llueves reclamandomi atencin, la mirada,mi entrega a tu constante, entraada,

    pasin.Llueves y llueves, lluvia de la noche,lluvia que te proclamas vencedorade la estrella ms alta,que pregonas, abates el silencio,repitiendo tu nombre y tu destinode palabra insaciable.Llueves y llueves ms,cuelgas tus hilosde un cielo recobrado

    en tu sombra y acento.Llueve tu acompasado ritmo sobre el tejado,

    el rbol,por las ramas,

    la tierra,en la carne,

    en la ausencia.Iluminas la noche y la oscureces.Hablas y dices tu hmeda preguntaal que insomne te espa.Pero yo no respondo.

    Qu me tienela frente dolorida, y sin espejosdonde encontrar el corredor que llevehasta el hondo lugar que se extiende en lo oscuro,revelador de un sueo?

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 68

  • 69

    Por qu tu voz no es hoybrillante azul,

    liviana,alegre, triste,

    desvelada, ma?Por qu no es puente, aroma,trayndome el asombro por tus manos?

    Por qu me dejas sola, con mis ojosciegos a la verdad que t le siembrasal corazn sencillo,al hombre que te escucha sintindose ms tierra,ms rbol, ms deseo,

    ms rama, ms razy ms humano?

    Djame de tu nombre la inquietud,guardada en el temblor de tu insistencia.Que maana la encuentre,cuando el sueohaya borrado este desasimiento,y amanezca yo en ti,

    ya luz y llama.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 69

  • 70

    [NOCTURNOS]

    2

    Esla hora en que la noche huye del mar desnuda

    GABRIEL CELAYA

    VA la noche buscando una palabra,donde esconder el fro de sus prpados,despiertos, vigilantes en la sombra.Va sonmbula y sola tras los nombres,las rectas y los ngulos de las constelaciones.Insiste por los huecos, las esquinas,deja el cielo, se aparta, entre calles transcurre,libertando deseos,pasiones escondidas y ocultas taladrando.Desnuda va. Ya libre, hacia un rumor se alerta,hasta un dolor alcanza,azul, enfebrecida su mirada.Desnuda, libre, intensa,tiende manos antiguascon un temblor de vida.Todo el espacio es suyo.Hay una luna fiel, indiferente,ventana de su asombro,sabidura inmensa,aprendida entre el vuelo de sus largos silencios.Desde la luna sabe,sorprende las incgnitas,el secreto que lleva urgencia de un destino.Recorre corazones,dejando una respuesta indita a los hombres.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 70

  • 71

    ECOS I

    A mi hermano Victorianodescubridor del Satlite Ecos I

    TIENDE hasta el cielo el hombre su mirada.Sombra de una verdad, feliz querella;hacia el espacio sube, altiva estrellapor siglos de esperanza contemplada.

    Barco de una ilusin, nave llevadaen velas de su audacia. Si ms bellaVenus clava su luz, Ecos destellacon voz ya desde siempre pronunciada.

    Mundos innumerables su presenciaadmiten en brillante celosa.Tendida red adonde amor y ciencia

    renen sus mensajes. Como hermanadel total universo, la poesacanta, en la noche, eterna y sobrehumana.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 71

  • 72

    [DESENGAOS DE AMOR FINGIDO]

    huyendo voy de amor y sus antojos.

    PEDRO SOTO DE ROJAS

    ACASO fuera de mi amor locurahuir de ti, cuando sin esperanza,aguardaba entre nieblas la mudanzaque iluminara sol mi noche oscura.

    Acaso como Dafne, en la espesura,oyendo de tus pasos la asechanza,por escapar de amor, que no se alcanza,verde laurel vistiera mi figura.

    En llanto se torn mi desatino,si en ms ausencia, ms presencia anhelo:doble el afn crucial de mi destino.

    Lograr tu desamor, negar mi vida,incgnita es del alma, torpe celode quien emprende por llegar la huida.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 72

  • 73

    NEVERMORE

    Aguda espina dorada

    ANTONIO MACHADO

    EL camino se acaba, y la maanaya no enciende la antigua melodacon el nacer la aurora tan temprana,trayendo la noticia fiel de un da.

    Ya no habr de las rosas la fragancia;senderos en jardines otoales.Ni los das azules de la infanciase inundarn de sol. Tras los cristales

    no llamar la lluvia, persistente,con sus hmedos dedos, en la tardetriste y gris de un invierno. Ni doliente,

    aquella aguda espina, si dorada,llegar al corazn, de un dios alarde,hirindole: en el pecho amor! clavada.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 73

  • 74

    MI CANCIN

    Y te dir mi cancin:Se canta lo que se pierde

    ANTONIO MACHADO

    1

    ESTABA mi coraznsentado hacia la esperanza,y el viento dijo que no.

    2QUIN escuchar mi canto,si el mundo quiere, real,tmido pjaro en mano?

    Y yo los dej en su vuelo.Cien esperanzas aladasme descubren todo el cielo.

    3DESDE mi voz a la tuya,largo puente de esperanza,mares de imposible, cruza.

    4AY, hijo, qu larga esperaaguardarte aqu en lo incierto,donde es verdad la quimera.

    Luz, alma,esprame all en lo eterno.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 74

  • 75

    5LA noche que fuiste sueode mi esperanza,

    qu alegresospecha de mil estrellasentr despierta en mi casa!

    6ASOMADA al coraznde mi sueo,

    te esperaba.Qu implacable nieve, el rastrode mi calle te borr,cuando tus pasos sonaban.

    7PUSE mi esperanza en ti,alta torre, azul testigo.Y un manotazo del vientoech al suelo mi castillo.

    8LSTIMA que no supiera,cuando una noche te o,que era tu voz grito y sea.

    Lstima que no entendiera!

    Lstima que la esperanzase me quebrara en las manos,derramndose tu siembra.

    9NI lo supiste siquiera.Te di mi beso ms limpio,robndoselo a la tierra.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 75

  • 76

    Te di mi beso de madre,para que no se perdiera,ni se lo llevara el aire.

    10HIJO sin vida eres t.Hace tiempo que esa estrellano es realidad, pero es luz.

    11RBOL que fuiste mi norma,tus ramas sin fruto dabanla roja flor de su aroma.

    12QU alegre va al mar el ro,sin sospechar que le aguardala negacin de s mismo.

    13CAMINO de cualquier parte!All va mi corazn,gaviln de amor y sangre.

    14Y que nadie me preguntepor qu!Lo que nunca ha sido,vale como lo que fue.

    y 15ME fue creciendo en las manoshonda caricia.

    Despus,se hizo palabra cumplida.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 76

  • 77

    [NOCTURNOS]

    12

    Si alguien llora en el mundo,sin motivo llora el mundo,llora por m.

    RAINER MARA RILKE

    ME he asomado a la nocheporque llueve.Y llueve, llueve,tan dentro del silencio,tan lejano, tan prximo,que he sentido su mano,hmeda, ritmo clido, en m,cerca de m.

    Oigo la lluvia y pienso en la tristeza,en la tuya, en aqullade cuando nia (y nadie me decapor qu llova la noche,y llueve, lluevepor qu el jardn llorabay las celindas, los jazmines, rosas,no se quejaban, solas, deslunadas,sin nada que cubrierasu desnudez de mayo y vegetal).

    Siento la lluvia y dejo que acariciela sinrazn del mundo,los frustrados deseos,y ese ignorado llanto,

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 77

  • 78

    lluvia que crece, inunda, se desborda,ros de suelo y callesdespliega su aventura,entrndose en las almas,eco, msica, aliviopara una soledad.

    He abierto los postigos de la noche,afuera est la incgnita,todo el misterio ancladoen las hmedas playasde arenas y tejados,de nombres, esperanzas,de nombres signos, ndicesde una vida despierta de otro ensueo,con la lluvia, la lluviaoyendo caer las gotaslentas de eternidad.

    Me he asomado ventanas entreabiertasporque llueve la noche.Llueve por m.

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  • El olvido, el vaco

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  • 81

    [DIARIO INCOMPLETO DE ABRIL]

    DA 23

    TE peda tan poco, abril, mi vida.O es que te peda tanto?Y me dejaste sola,con las manos abiertasy el llanto desolado en las pupilas.

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  • 82

    CUANDO SE ANUNCIA LA PRIMAVERA

    HOY es de los dasen que yo escribira una larga carta,y tambin dara un largo paseo.Una carta donde dijeraalgo que es imposible.Quiero decirlo que he sentido esta maanaal mirar a la calle, nublada, sin fro y con el melocotn en flor.Porque otros das yo no siento lo mismo,y, sin embargo,parece que nada ha cambiado.Ya s que en esa cartanunca podra decir todo lo que he sabido hace pococon mis cinco sentidos.Adems, yo ya no puedo escribir cartas de amorni tampoco escribrselas a un amigo.No debemos engaarnos,un buen amigo es siempre un posible enamorado.Slo el amor y el odio unen y hacen girar los mundos.(An recuerdo a mi inolvidable profesor de Filosofa.)Y Dios hizo a la mujer para que sirviera al hombre de compaera.Y no es bueno que el hombre est solo.As es que yo ya no tengo amigos. Por eso estoy sola,y tengo que escribir una larga carta,y decir lo que nunca dir, porque yo no he aprendido las palabras.(Pero ahora pienso si le leer esto a mis amigos.)Aunque comprendo lo que me ha venido con la maanay me ha hecho un habitante de la tierra:eso que est ocultoy que slo un gran poeta podra contaro, a lo mejor, lo sabe un doctor o un licenciado en medicina;

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  • 83

    o el annimo oficinista que esta maana odiar sus oficios,y, puede, que hasta el jefe de oficina,que, todo es posible, al mirar los renglones cortos de un oficio,sospeche que all est camuflada una poesa.Una poesa que hoy, Mircoles de Ceniza, tiene un color de rosaso un aroma de flores de almendro.No s cmo voy a decirloporque cuando los sentimientos se expresanlentamente se deshojan yqu difcil es luego reunirlosaunque nos quede su perfume y los busquemos intilmentedetras de todos los rinconesy encima de todas las blancas cuartillas.Nadie puede entenderlo.Por eso, y nada ms, yo tengo que escribir una carta.Pero ya he dicho que no tengo ni un amigo, ni, la verdad,puedo tenerlo. Ni sirvo ya para eso que se llama una gran pasin

    /en las novelas.(Aunque algunos ingenuos piensen otra cosa.)Entonces, slo puedo dar un largo paseo,y luego por la noche, si Dios quiere,llorar un silencio de esperanzas,que no he podido arrancar a esta maana,con todo, y la lluvia, y todas esas cosas que me callo.Pero, adnde puedo dar este paseo?Tan cansada de horizontesgastados entre las horasy terminados hace tanto tiempo.Yo creo que debo escribir una cartay, despus de romperla,arrojar sus ptalos por esas tristes ventanas de caf cerradas.

    S, yo creo que debo escribir esta carta.

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  • 84

    ES TARDE YA

    A Andrs Soria

    ES tarde ya para decir palabras,es tarde ya para mudar los ros.Es muy tarde. Mirndose a la luna,la noche se desnuda de su noche.

    Todas las primaveras se han dejadoltimas golondrinas disecadassobre viejas repisas. Ya no vuelveninguna, de su vuelo arrepentida.

    Qu tarde es ya para sembrar poemasy aguardar su blancura ni su fruto.Ya es tarde, s, para gritar estrellasque el cielo entre su luz nos arrebata.

    Ya es tarde. Siempre es tarde, aunque la dichaponga banderas de color y antorchas,y una lrica marcha nos aclameal llegar nuestro tren,mientras sentadosnos esperan, abriendo sus preguntas,todos los que, si alegres, no comprendenque nunca hay estacin cuando ya es tarde.

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  • 85

    MADRUGADA

    ESTA es la hora ltima,cuando el alma se esconde entre las sombrasde un da donde la muerte no abri el surco,pero donde la vida cerr todas las puertasy se quedaron las palabras solas,al margen de una orilla que no tienedulces manos de espumas,ni se encienden los faros nicas estrellas,ni vuelven barcos con respuestas blancas,ni tiene el viento voz de rama inquieta;ni hay lunas sealando por los charcosazules melodas de trasnoche.Ni los hombres despiden con sonrisas,levantando y bebiendo, su esperanza.

    Esta es la noche ltima,cuando nada se siente,cuando el tacto no busca las esquinasdonde apagar su rabia de desierto.Esta es la hora ltima,cuando nada se dice,cuando la voz se callay el poeta, cansado, no escucha su mensaje.

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  • 86

    LA SOMBRA DE UNA SOMBRA

    DETRS de m.Acaso el muro, la pared, la tapia.Miro detrs de m,por si an me siguela sombra, aquella sombra.

    Fue mi sombra.No recuerdo su rostro, ni me atrevoa calcular los metros de su altura,a sospechar el fin de su mirada.Si es la misma de siempre,le ha cambiadola forma de su voz

    y el color de la risa,se ha transformado el gestode su cabello ramaorientado hacia el viento.Y no dicen sus manos las preguntas antiguas.Pero es la misma.

    Desde luego, entiendola cicatriz de hasto por sus labios.Tiene alado y cercano el dolor de los hombrosy se le transparentan los huesos del insomnio.Debajo de las sienes se le adivinan lunas,y en el pelo le brillandestinos deshojados.

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  • 87

    OTRO DOMINGO

    (Leyendo un libro de Virginia Woolf )

    Y es de nuevo domingo.Y la tarde envejece,y tiene un corazn lastimado de nombres,herido de renuncias,y un silencio despierto por annimos pasos,pulso gris de la casa.Y estoy sola

    y leoun libro:

    almaque se desnuda,que dice del recuerdo,de la vida que pasa,de los hombres que existen, a pesar de su historia;de problemas y nimios sucedidos,de cosas que, sin embargo,ponen su temblor hacia el labio.

    Y estoy sola,y quisieraque el telfono hablara,que hablaran los extraos,que cruzaran imgenes,las prximas y ausentes.Imagen,

    compaa,voces que se entrelazan.Y es domingo.Y como siempre es tarde.Debo negarle al llantosu alivio de almohada,

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  • 88

    su consuelo prohibidopor leyes de esta hora.Y debo estar en pie,desviar la mirada,arrinconando el fcil peligro a la tristeza,negndome a su astutamaquinacin,

    su trampa.Pero ya es noche. Escriboy estoy sola y el mundogime. Existen calles, trfico,enamorados, gentes,

    las ciudades.Hay un hombre,

    otro hombre,ms dolor,

    risas, luces.Hay crmenes, angustias.

    Y chocanpor el aire palabras sin sentido.

    Y estoy sola, es domingo,un cigarrillo, otro,un contener las manosque descubren, apresan la soledad.Es la vida. Pgina densa, en blanco,colmada,

    rota,sucia de barro;

    alucinante,limpia,

    manantial, casi ro.Vida.

    Ya no hay tarde. Es domingo,y escuchootra vez el silencio.

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  • 89

    EL ALA DE UN RECUERDO

    COMO un aire suave que el veranonos deja entre la carne y acaricia,trayndonos, ausente, la primiciade un otoo amarillo y ms cercano.

    Como un agua que llega hasta la mano,sedienta de esperanza, y la deliciade su frescura por la sangre inicia,y calma el corazn. As, lejano,

    en brisas de nostalgias florecido,el ala de un recuerdo, silencioso,ha rozado mi alma, y, suavemente,

    desde el umbral oscuro del olvido,un sueo, de su noche, milagroso,llega claro a mi sed con voz ausente.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 89

  • 90

    NOCHE

    AMIGA noche,amiga de todos los infortunios,amiga de todas las soledades,de todas las casas vacas,de tantas ventanas olvidadas,y de calles sin luna

    ni esperanzas.De pasos que se pierden a lo lejosquieto el silencio gris de hombres y horas.Amiga,

    cmplice de presencias lejanas,de sucesos que fueron y no fueron,de amantes que se enlazan en su engao,los cuerpos

    separadospor intil abrazo.De sollozos ya tibios de almohadas.Noche, que quieres apagar, inmunes,los gritos del dolor,

    de agonas,de muerte,

    de pensamientos araando techos,de palabras atravesando corredores de espejosque ren en la noche,palabras

    y preguntas,recuerdos

    y deseos.Inclemente es tu voz, dura tu mano.

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  • 91

    LAS VENTANAS ILUMINADAS

    SE abren y se cierran las estrellas,y la calle est sola.Torpe luna menguante, en su hueca ignorancia,sin vida ya su llama,no sabe de nosotros

    y en las pupilas deja,plido, aquel recuerdode otras noches iguales, separadas,distantes del ahora por un rastro del tiempo,por sigilos de aosque atraviesan, sagaces,

    el corazncon sinuosa y enconada herida.

    Hay una luz. Enfrente.La ventana defiende, iluminada, del que vela,

    la incgnita.Alguien no duerme. Un libro lee. Piensa,o desnuda su alma entre la noche,o sufre y alimenta su dolor,oculto,

    arrinconado entre las horasen que un sol indiscreto anulara, exigente,borrara sus matices.Ventanas en la noche. Iluminados mundos.Abiertos aposentos, donde habitan

    esos desconocidospensamientos ardientes,ilusiones que encienden su luz de espera

    roja,cuando las sombras nicas,protegen su verdad, su desvaro.

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  • 92

    Por todas las ventanas y balcones del mundo,habitantes de todos los confines,

    de todos los misterios,huspedes convergentes de tantas soledades,de una ventana a otra,

    de un enigma a otro enigma,vuestras manos se unennuestras manos se estrechan,amistades sin tacto,

    presentidos ausentes.

    No lo saben. Ignoran su lejana presencia,pero algo inusitado se diluye en el aire,se perfila en la sombra;reciben, casi sientenimpalpable el mensajeque lleva fiel noticia de un corazn a otro,de unas manos a otras,de esta ciudad hasta aqulla,de una ventana iluminada a otra.si se escucha en la noche, dentro de su silencio,si se atiende,penetran,

    se aproximan,llegan a nuestro odo,hasta dentro del pecho,palabras,

    signos,voces,

    secretos,nombres,

    sueos,pensamientos, recuerdos,

    sollozosaquel grito.

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  • 93

    Y otras voces:las dudas,

    inquietudes,temores;

    alegras,anhelos,

    ausencias,la tristeza

    Todo viene impulsado,cruzando los espacios del silencio,de una ventana a otra iluminada,desvelada en la noche.

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  • 94

    CANCIN

    La primera vezno te conoc.La segunda s.

    FEDERICO GARCA LORCA

    NI la primera,ni la segunda.(Corre sin voz un agua profunda).

    Ni la segunda, ni la primera.No te conoc.No te conoc.(La sombra de un llantoniebla todo abril).

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  • Ausencias

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  • 97

    JARDN QUE FUE

    I

    La lluvia celebra cantos ltimos

    SALVADOR LPEZ BECERRA

    ESPERANDO la lluvia como un llanto.Aguardaba la lluvia:viento y dolor ceido.

    Por la tapia la yedra, su callado,humilde resbalar.Todo es infancia.

    Larga distancia. Un patio.Cristalera, dejndole a la lluvia,nico el gris sonido.Mrmoles, azulejos. El tiempo le ha prohibidoexistir. Un da fue.Slo un rastro: aquel nombre.

    Todo era flor y era pjaro.Niez. Jardn. La maana.Vencejos sombra y luzen zigzag sueos. La tarde.Y una mano (Tempo adagio)lleva el compsde una msica requiem trascendidade una cancin eterna,sin notas.

    Blanca pgina.Nombrarte, no. Pero tienes un nombre.

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  • 98

    Conduce hasta el finaldel corredor. Sin aire,sin ventanas.Tienes un nombre. Siegas.Y eres sola.

    II

    Es la sonrisa un silencio

    SALVADOR LPEZ BECERRA

    1

    Todo era silencio. Estrellas.Techo de constelaciones.Leyenda. Pas. Fantasmaescondido entre el cemento.

    2

    Alguien atiende en la noche.Qu suceso lo desvela?Un suspiro? Revivila sonrisa. Entre paredes,aprisionados, despiertan.

    3

    Cuadricularon el cielo.Tapiaron aroma y voces,oculto est aquel vivir.Rosal. Senderos. La acacia.

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  • 99

    y 4

    En tropel qu largo ro!se desbordan:

    son recuerdos.Entre las ondas grabadosdel aire.Retornarn?Que ya nunca,jardn que fueBreve ensueo.

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  • 100

    CUARTO MENGUANTE

    Y qu da, hoy s, qu da ms y ms piedray triste.Me inst tanto la muerte!Y no puedo. No he podido comprender por qu se muere,ni he querido adivinar por qu se vive,para luego volverse irremediablemente nada.Ni tampoco entiendo ese no-amor (no-vida).Vivir en soledad de amor: primera muerte.

    Porque la luna sale. Sale y crece. Luna,la luna llena, alta, sola.

    Y decrece.Pero vuelve, renace, grande y llena,qu inmensa en su mirada.Pero la muerte es muerte. Y nadie explicapor qu, aqu, estoy pensando, escribo, mirola luna, y otro da, otro da,todo termine y siga, siga, no estando yo,siga la vida, y siga recta, ciega en su ritmo.Igual la luna, igual amor, el beso, la nostalgia,igual la voz, el agua, ro, el viento;los rboles, la luz. La ramay amarilla.

    Nubes, cielo.Igual la estrella, mundo, labios, aire.Igual todo, la risa, lluvia, el llanto.(Y haya quien diga fue.Signo implacable, ausencias, negaciones.)

    S, qu da ms gris,gris-triste, triste y gris,desconsoladamente inmenso, negativo.

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  • 101

    Y puede que la lunaay, esta noche!sienta,mecida en su menguante,un temblor de recuerdoinexplicable.

    * Libro poemas 13/5/08 12:08 Pgina 101

  • 102

    [NOCTURNOS]

    8

    AHORA,y antes de que llegue la maana,de que el alba descubra el horizonte,inundando tinieblas, anchos mares,antes que hacia la tierra se derrameluz esplendente, llama de osada,iluminando el mundo con resplandor de aurora;antes, ahora, adentro de la noche,sumergida en sus aguas,oyendo lluvia y llanto,voces antiguas, pasos que se pierden,por oscuros rincones, pastos de la memoria,ahora que es de noche,porque es de noche,quiero decir lo que secreto, en lunas,tantas y tantas noches escondido,oculto estuvo entre tinieblas, nubesdensas, desdibujadas,cambiante su figura, trastornado su rostro,hacindose presente en su enigma entreabierto.

    Y ahora que es de noche,porque es de noche,puedo contar los mudos soliloquios,apagados murmullos,reflejos de un asombro,del alma estremecida,arrebatada,presa en ese silenciocon la esperanza de escuchar el ritmo,

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  • 103

    los giros de una tierra deslunada,tembloroso el misterio.

    Ahora que es de noche,oigo esa inmensa, muda lejanade unos aos que fueron, que decanla cancin de la dicha y la esperanza.

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  • 104

    AUSENCIA

    Y este dolor de ti, dado a mi suerte,despus de mi agona ms oscura.Escrita estaba en sangre tu figura,y te perd a la vida y a la muerte.

    Mis ojos que nacieron para verte,para apagar en ti fuego y locura.Mis labios donde arda la ternurapara saciar la sed de conocerte.

    Mis manos de preguntas ya colmadas,preparndote el tacto y la caricia,sentirse de tu carne abandonadas.

    Fuiste norma y deseo. Tu presenciacrece, huida de m toda noticia,y slo tengo el rayo de tu ausencia.

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  • 105

    ELEGA A CELIA VIAS

    YO nunca o tu voz.Nunca, Celia, escuch tu clida pregunta, clara ventana abierta

    /al ro de mi asombro.Y ahora que ya no ests pero ests muerta?yo quisiera decirte, hablarte de esas cosasque pasan un da y otro en nuestra vida;esas cosas que nos rompen y empujan,y unas veces nos dejan toda el alma baada de tristeza,pero que ms la limpian con su lluvia para que sea un espejo

    /de la dichacuando nueva y reciente nos llega la maana.

    T sabrs escucharme y comprendermey sonreirs un poco de mis penas, y me dirs:Pero si ests con vida.Ay, perdname, Celia; t no sabescmo duele la vida, cmo a vecesel verso se nos quiebra en un tibio sollozo partido en dos mitades;y queremos hablar y estn los labiosmudos, sellados por el fro beso de las horas intiles y ausentes.Yo s que es egosmo quererte hablar de m, cuando la gente dice

    /que te has muerto.Pero eso no es verdad.Nosotros te escuchamos. Cmo ibas a morirte sin decirnosese tu ltimo adis, hondo de despedidas?Cmo el mar tuyo el mar pudo dejarte plida,sin que nos avisara con la voz de sus playas?Y el viento y los trigales y la lluvia y la estrella.

    El mar era tu amigo,te habra dado sus velas y sus remos,inquietas gaviotas escribiendo telegramas azules por los campos del cielo.

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  • 106

    El viento era tu amante, te dejara sus alas,agitando banderas de tus versos ms ntimos,y se enredara el trigo, laurel sobre tu frente;la lluvia se tejera en fanal para tu cuerpo,transparente tu voz, como dormida;y la estrella, su camino abrira de luz para tu planta,peregrina hacia el hijo de tu amor y tu carne.

    No: lo dicen las palabras. Son vanas las palabras.Nadie puede entenderlas;nadie, ningn poeta puede cantar tu nombrepensndolo tan slo en el recuerdo,ni creer, ya hecho mrmol, tu caminar alegre y entregado,buscando y descubriendo auroras y horizontes;ni imaginar tus ojos, ciegos de mar y luz reverdecida.Tus ojos que vean a las cosas nacer con el impulso

    /de la creacin primera.

    Nios siempre tus ojos para rimar las cosas, difciles al tacto/del ensueo,

    viva antorcha tus ojosde tantas manos hacia ti tendidas.

    No puede ser verdad.Nosotros te negamos a la muerte.Estars con nosotros mientras tiembleun verso entre las manos de un poeta.

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  • 107

    DISTINTA NOCHE

    (En la muerte de Carlos Villarreal)

    COMO eriales, mis ojos desdecan la vida,desterrados del goce,resecos de la pena y del dolor:sin alma.Y hoy, renacidos, hmedos,fueron lluvia a la sed vida de mi verso,su aridez aliviando, en su aliento crecidos.No imagino el motivo, la causa de este nicodolorido sentir,de este llorar sin lgrimas,de esta tristeza ntimaamarga su razque se enreda en mis sienes,ni el por qu escucho, nuevo,un resurgir del hondo sentido de mi angustia.Acaso, fue el sonido lejano de aquel versoadentrando en la noche su claridad de asombro,o la fra indiferencia, materia del olvido,de lo que fuera un da principio de mis sueos.

    Envuelta en mi dolor estaba tu partida,la irrazonable marcha,sbita, del amigo.Y unido a este desgarro la herida inexplicablevan otras voces, ecos. Antiguos gestos, nombres:huecos en el silencio de los mundos astrales.Despus de tanto tiempo,he llorado esta noche.La garganta enmudece, negndose al gemidoy de toda la tierra asciende la preguntade un imposible acentoque desvele la noche.

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  • 108

    GINKGO BILOBA(rbol milenario)

    HOMENAJE A JORGE GUILLN

    UN rbol. Bien. Amarillode otoo. Y esplendorosose abre al cielo, codiciosode ms luz. Grita su brillohacia el jardn. Y sencillo,libre, su color derramafrente al azul. Como llamacrece, arde, se iluminasu sangre antigua. Dominatodo el aire rama a rama.

    Todo el aire, rama a rama,se enciende por la amarillaplenitud del rbol. Brillalo que, slo azul, se inflamade un fuego de oro: oriflama.No bandera. Alegre fuentede color. Clava ascendentesu ureo mstil hacia el cielo.De tantos siglos su anhelonos alcanza. Luz de oriente.Amarillo. An no imaginael viento, la desbandadade sus hojas, ya apagadasu claridad. Se avecinala tarde gris. Ni adivina

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  • 109

    su soledad, esa tristezade sus ramas.

    Fue certeza,alegra otoo!. Farode abierta luz.

    Desamparodespus. Dnde tu belleza?

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  • 110

    [NOCTURNOS]

    14

    TAN lejos va el recuerdo, tan lejanala imagen esta noche del pasado,tan parece mentira lo soadocomo la realidad de fiel maana.

    Esfumndose va, materia vana,aquello que en mi mente est grabado,y no s si es real o imaginadotodo aquel mundo donde anduve ufana.

    Instantes son de angustia, cuando veocmo se me deshace lo que un dafuera luz y verdad resplandeciente.

    Yo quisiera creer, y ya no creo.All me miro. Y era. All viva.Hoy slo sombras luchan en mi frente.

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  • 111

    NOSOTROS

    A mi hermano Gonzalo

    NO eran, no son los mismos, los que, entonces,los que ahora contemplo tan distantesdentro de su refugio-jardn, yedra: Las caas.Un pas ignorado donde los nios piensan,una casa escondida donde la voz del mundono llegaba, doliendo.All ramos nosotros, all nadie saba.Todo estaba tan lejos del amor, del olvido.

    Aqu estamos nosotros. Nios ramos. Fuimos.Estamos? Y me acerco. Toco el tiempo, su sombra,su dura sinrazn,su lento transcurrir de pez y ro.Qu cerca, a veces, otras, qu lejano!Pero no son los mismos.Ay, no somos los mismos.Qu extraos nos miramos dentro de nuestras casas,(fro cemento y ladrillo) aprisionadospor la cal, muros altos que nos cierranel corazn antiguo. Mundo nuevo.Qu viejo nuestro mundo!

    ramos: ya no somos aqullos.bamos: detenidos, gritamos en las sombras.Vivamos: cada da morimos.Fuimos:distinta la mirada, la voz y las preguntas,sorprendiendo las horas de asombro en la maana.Nos miramos extraos. Seres nuevos, perdidos.Quisiramos llegar hasta la tapia,lmite gris del tiempo,

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  • 112

    gritar que era verdad, que fue, que erarealidad todo, aquello, su presencia.Pero debajo de la acacia, huida,slo brilla una luna impasible al silencio,sin nuestras voces muda.

    El espejo se ha roto y de la noche,donde el aroma de celindas fueramayo azul de esperanza,slo queda el vaco y los recuerdos, negados al retorno.Ya no estamos. No somos.Hemos perdido el rostro. Y el camino es tan largo.S. Miro un camino all. Nosotros no podemos.Esfumado contorno se deshace en lo oscuro.

    All estaba la vida, ignorancia del tiempo,de esa espera, entre nieblas, aguardando impacientela llegada curiosa y estreno de los das.No encuentro nuestras voces, ecos, palabras; breves los adioses.Las maanas, las tardes y las noches que, en sueos,auroras son, dormidas.La lluvia. Un entusiasmo de pjaros, sus alas,reflejos de la luz por un cielo sin forma.

    Fuimos.Ciega mano, sin tacto, que busca, a tientas, torpenuestros nombres. Preguntando a los rboles:magnolio, cinamomo, la higuera, los naranjos:acacia, el limonero, manzanos. Madreselva,y el jazmn amarillo que se enredaba alegresubiendo descuidado la escalera.

    (Ya no estamos. No somos.)Nosotros, los que fuimos, hacia el final del lienzoun horizonte en brumas traspasamos.Qu extraos nuestros rostros. Ya nadie les respondey nadie sabe en dnde se esconde el ser, las risas,dnde la ausencia, el gesto,la evidencia de un mito.

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  • 113

    CON MI DOLOR A SOLAS

    No es el amor quien mueresomos nosotros mismos

    LUIS CERNUDA

    PORQUE no puedo decir nada.Porque hace tiempo que acab la horaaquella, donde la luna fue el espejo,aquella la manera de mi vida,aquellas las preguntas de mi noche,aquellos los caminos del ensueo,sombras de realidades, largo eclipseaquellos los deseos de mi sangre.

    Porque nada es verdadsiendo tan ciertosino ese tiempo desbocado, acrrimoenemigo. Implacable. Acechando.Robador de minutos,abriendo y, ay, cerrando, cuantas puertasllevaban a lo oscuro,cuantas puertasdaban al viento, al aire que traasemillas de esperanza, largamente esparcidas,sin que la mano, intil, lograra rescatarlas.Ese tiempo que, estando, mueve y barre, dispersahojas desnudas, sangre del otoo.Tiempo que, espada, deja larga heridasobre lunas y nubes, que otro da s existieran.Porque no puedo decir nada.Digo esta nochemi dolor a solas.

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  • 114

    REVERSO

    Vous serez au foyer une vieille accroupie

    PIERRE DE RONSARD

    CUANDO yo sea la anciana que cantaraRonsard, en sus Sonetos para Elena,evocar los das en que plenade una ilusin mi alma se colmara.

    Sentada junto al fuego oh luz ms clara!,revivir el dolor y aquella penaque un amor desleal y su cadenaen imposible lazo nos atara.

    Ir la noche entrando en mi aposento,roja la llama danzar en la sombra,dando a mis ojos una luz mentida,

    y escuchar una voz que con tu acento,urgindome, dir, mientras me nombra:Coge, hoy mismo, las rosas de la vida.

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  • 117

    Toda literatura es autobiogrfica, finalmente.Todo es potico en cuanto nos confiesa un destino,en cuanto nos da una vislumbre de l.

    JORGE LUIS BORGES

    ELENA MARTN VIVALDI naci en Granada el 8 de febrero de 1907y muri en su ciudad natal el 9 de marzo de 1998. Creci en el seno deuna familia defensora de los valores liberales, estimulada desde pequea aser abierta e independiente. Su padre, Jos Martn Barrales, catedrtico deGinecologa y primer alcalde de su ciudad al proclamarse la II Repblica,siempre la anim a estudiar, cuando tan pocas mujeres lo hacan.

    Fue, en palabras de Antonio Carvajal, nia de jardn propio, es decir,nia de infancia feliz y entretenida en los caminos y los caaverales de lavega de Granada. Los jardines seran siempre para ella lugares de encuen-tro, el centro del mundo.

    Estudi Filosofa y Letras y fue profesora durante un corto periodo detiempo en el Instituto ngel Ganivet de Granada, como tambin lo fueen el instituto de Osuna (Sevilla). En 1942 gan por oposicin una plazaal cuerpo de Bibliotecas, Archivos y Museos y estuvo destinada en Huelvay Sevilla. Poco tiempo despus regresara a su ciudad natal, donde ejercicomo bibliotecaria en la Universidad de Granada hasta su jubilacin.

    Su amor por los libros y las historias en alguna ocasin declar que a mme hubiese gustado escribir novelas, pero he escrito poesa por necesidad.La poesa es lo que yo he sentido, mi forma de hablar y de pensar, lo queha llenado muchas soledades en mi vida fue permanente. Quienes laconocieron bien recuerdan que en las largas siestas de los veranos pasadosen Almucar (Granada) acostumbraba a reunir a la chiquillera que habi-taba el hotel donde se hospedaba su familia para contarles cuentos y reci-tarles poemas mientras los padres descansaban.

    Fue una de las primeras mujeres que en la Granada conservadora de laposguerra utiliz pantalones, fum en pblico y form parte de grupos

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    literarios, gestos que aunque parezcan insignificantes para los jvenes dehoy suponan entonces rotundas actitudes de rebelda. Particip en las ter-tulias culturales de la Casa de Amrica, donde entabl amistad con lospoetas del grupo Versos al aire libre, o del Caf Suizo, donde se la podaver en compaa de los escritores ms jvenes que siempre la admiraron yrespetaron. Gran conversadora, no escatimaba palabras de aliento paraquienes se acercaban a ella en busca de un consejo o de una aprobacin.

    Amaba profundamente la msica y el eco de ese amor es evidente ensu poesa.

    A pesar de que ella se defini en un poema como elenamente triste,fue una mujer vital, amante de los placeres, bromista, gustadora de lanaturaleza y la amistad. Su discrecin, no obstante, la hizo un tanto invi-sible y es en su obra donde es necesario buscarla.

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    LIBROS DE POESA DE ELENA MARTN VIVALDI

    Escalera de luna, Granada, Vientos del Sur, 1945.El alma desvelada, Madrid, nsula, 1953.Cumplida soledad, Granada, col. Veleta al Sur, 1958.Arco en desenlace, Granada, col. Veleta al Sur, 1963.Materia de esperanza, Granada, Albaycn, 1968.Diario incompleto de abril, Mlaga, A. Caffarena, 1971.Durante este tiempo, Barcelona, El Bardo, 1972.Cumplida soledad (1954-1976), 2 ed., Granada, Silene, 1976.Primeros poemas (1942-1944), Mlaga, A. Caffarena, 1977.Los rboles presento, Granada, Universidad de Granada, 1977.Nocturnos, Granada, Don Quijote, 1981.Y era su nombre mar, Mlaga, Jarazmn, Cuadernos de Poesa, 1981.Tiempo a la orilla (1942-1984) 2 vols., Granada, Ayuntamiento de Granada,col. Silene, 1985.Jardn que fue..., Madrid, El Crotaln, 1985 y Mlaga, A. Caffarena, 1987.Desengaos de amor fingido, Mlaga, A. Caffarena, 1986.Paisajes (Antologa), Mlaga, I.B. Sierra Bermeja, col. Tediria, 1989.Elena Martn Vivaldi, Mlaga, Diputacin Provincial de Mlaga, 1989.Con slo esta palabra (Homenajes a Federico Garca Lorca), Fuente Vaqueros, col.Soto de Roma, 1990.La realidad soada, Madrid, M ms M ediciones, 1993.Poemas, Granada, Fundacin Rodrguez Acosta, 1944.Lejanas, Motril, Cuadernillos Torre de la Vela, 1996.Ginkgo biloba, Granada, Universidad de Granada, Papeles del Jardn Botnico, 1996.Las ventanas iluminadas (Antologa), Madrid, Diputacin de Granada,Hiperin, 1997.Nios van y pjaros, Granada, Asociacin de Padres de Alumnos Torres Bermejas,Instituto Alhambra, col. Espada de luz, 1998.Distinta noche, Coleccin Literaria Extramuros, 1999.En soledad, Granada, Colegio Mayor San Jernimo, 1999.Como lluvia, Crdoba, Los Cuadernos de Sandua, 2000.En plenitud de asombro, Granada, Silene, 2002.Honda es la herida (Antologa general), Granada, Universidad de Granada, 2003.Sonetos, Granada, Ayuntamiento de Granada, col. Granada Literaria, 2004.

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  • Seis lecturas de poemasde Elena Martn Vivaldi

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    Dejo todo. Me concentro con nimo trascendente. S bien que leer poesa esintentar penetrar el misterio, pues entiendo el arte como milagro humano.

    De Nocturno 2 (prescindir de terminologa retrica por considerar que enestudios medios aprender los trminos resta tiempo para ahondar en su belleza), leolos dos primeros versos: Va la noche buscando una palabra, / donde esconder elfro de sus prpados. Qu hermosura en el decir! La noche una dama con fro ensus prpados con dolor que busca el calor ms humano: la palabra. Esta dama,como en una representacin teatral, nos hablar a lo largo de todo el poema. Poemaesplndido e inslito: la poeta se ha olvidado del yo tan presente en su obra paraexpresar que la oscuridad, el dolor, como la esperanza, es patrimonio de todos uni-versaliza. La noche insomne es espacio potico en Elena Martn Vivaldi, casiobsesivo, para expresar una desgarrada soledad. Dir en el poema Noche: amigade todas las soledades (contexto necesario para percibir en profundidad el miste-rio de su noche son los Nocturnos o Las ventanas iluminadas). En este poema lanoche se despliega (con forma narrativa y espritu lrico) en bsqueda fascinante dela esperanza, desde la inmensidad del cosmos hasta lo cotidiano lenguaje riqusi-mo en imgenes, ms que decir, sugiere: tras los nombres, / las rectas y los ngu-los de las constelaciones. Y la noche, el espacio ptimo para la reflexin, imagina-cin, crea el ser que se quiere ser: libertando deseos, / pasiones escondidas y ocul-tas taladrando. / Desnuda va. Todo el espacio es suyo. La densidad de estevibrar nocturno se comunica en justa adjetivacin: sola, libre, enfebrecida...Seductora imagen de la dama-noche, que tiende manos antiguas perenne bs-queda del amor? con un temblor de vida. En esta vigilia azarosa hace su apari-cin la luna, la luz: hay una luna fiel, indiferente. Entiendo que en s la lunacomo astro es indiferente; fiel, en cuanto a su estar como referente potico:desde la luna sabe. Es en esta luz de luna, esperanzada luz del alma, cuando, traspurificador insomnio, sorprende las incgnitas, / el secreto de un destino, enque cada ser humano halla una respuesta indita se eleva a lo absoluto?Nocturno, por tanto, que va de la sombra a la luz, con preciso oficio, musical decir.

    Pero adems hallo una segunda lectura, donde la noche azul que va bus-cando una palabra, que va sola tras los nombres, que ya libre la mayor liber-tad es la creacin artstica busca entre todo lo viviente y hacia un rumor

    Nocturno 2

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    potico? se alerta; con una luna, ventana de su asombro, que posee sabi-dura inmensa, que sorprende las incgnitas / dejando una respuesta indi-ta a los hombres. Esa noche puede ser dolor, y, a la par, encuentro con la pala-bra: noche dichosa en que se da a luz una obra de arte.

    Los poemas densos y ste lo es tienen mltiples lecturas. Yo aconsejara atodos los jvenes que leyeran otras noches poticas y se metieran en su hondn,y buscaran conexiones o diferencias, pues la poesa nos regala inditos univer-sos ntimos; aconsejara, en principio, Noche oscura de S. Juan de la Cruz.

    ROSAURA LVAREZ

    ROSAURA LVAREZ es granadina. Licenciada en Historia y Ciencias de la Educacin,ha ejercido la docencia en Historia del Arte. Miembro de nmero en la Academiade Buenas Letras de Granada. Tiene publicados ocho poemarios. Obra traducidaal francs, ingls y chino. Premio Antonio Machado en 2006. ltimos libros:Alrededor de la palabra, 2005, Alhulia. Mirto Academia. El spid, la manzana,Hiperin, 2006.

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    En el Diccionario de la Lengua Espaola de la Real Academia, se lee de la ele-ga: Composicin potica del gnero lrico, en que se lamenta la muerte de unapersona o cualquier otro caso o acontecimiento digno de ser llorado, y la cual enespaol se escribe generalmente en tercetos o en verso libre. Entre los griegos ylatinos, se compona de hexmetros y pentmetros, y admita tambin asuntosplacenteros. Como tantas veces ocurre, nos quedamos sabiendo menos de lo quenos interesa que antes de consultar el diccionario. Quien redact la definicin deelega confundi la forma interna y la forma externa, mezcl ambas y nos deja sinsaber. Formalmente, la elega de griegos y latinos se escriba en series de versosemparejados, un hexmetro seguido de un pentmetro, y tal emparejamientoreciba el nombre de dstico elegaco, fuera cual fuera el tema que se tratara; erasu ritmo, la sensacin de cojera, lo que impona un aire de cosa rota o inacabaday de ah que pasara a predominar la idea triste de lo malogrado; de ah, tambin,el chiste maligno de Gngora contra Quevedo que, al ser cojo, tena los pies deelega. Curiosamente, el acadmico redactor seala los tercetos (usados porGarcilaso de la Vega y, modernamente, por Miguel Hernndez en la suya a RamnSij) o el verso libre (por ejemplo, el de la Cancin a una muchacha muerta deVicente Aleixandre) como formas de la elega en espaol, pero las elegas msfamosas entre nosotros son la de Jorge Manrique a la muerte de su padre, encoplas de pie quebrado; la cancin a las ruinas de Itlica de Rodrigo Caro, com-binacin rigurosa de endecaslabos y heptaslabos rimada en consonante, y elLlanto por Ignacio Snchez Mejas de Federico Garca Lorca, cuyas cuatro seccio-nes son: una serie de endecaslabos que alternan con un verso que se repite comoestribillo o bordn, un romance, una serie de endecaslabos sin rima y otra seriesemejante rematada con un conjunto de alejandrinos. Lo que tienen en comntodos los poemas citados es la expresin del dolor que produce la destruccin delos seres amados, sean personas o cosas, que los poetas tuvieron en mucha esti-ma, y la sensacin de prdida irreparable. Aqu se instala Distinta noche, escri-to en una especie de versos de pie quebrado, alejandrinos y heptaslabos, ms unendecaslabo ocasional y un trislabo (versos 3 y 4, que, en realidad, formanotro alejandrino, con las pausas dislocadas para dar ms relieve a las palabras fun-damentales), poema donde el hecho irreversible de la muerte se enuncia en un

    Distinta noche

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  • paratexto, que sirve como dedicatoria a la persona concreta que suscita el poema,pero se evita nombrar la muerte en el texto, aludida como tu partida, la irra-zonable marcha y el desgarro la herida inexplicable. El ya ausente suele tenercondiciones personales de gran valor, cuya enum