en busca de un enfoque común para el corredor biológico

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EN BUSCA DE UN ENFOQUE COMÚN PARA EL CORREDOR BIOLÓGICO MESOAMERICANO Kenton Miller Elsa Chang Nels Johnson WORLD RESOURCES INSTITUTE July 2001

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EN BUSCA DE UN ENFOQUECOMÚN PARA EL CORREDORBIOLÓGICO MESOAMERICANO

Kenton Miller

Elsa Chang

Nels Johnson

WORLD RESOURCES INSTITUTE

July 2001

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Carol RosenDirectora de publicaciones

Hyacinth BillingsGerente de publicaciones

Alfredo GarzónDiseño de portada

La ilustración de portada representa un paisaje donde las áreas protegidas marinas y terrestres estánconectadas mediante corredores de hábitats naturales y restaurados, los cuales se encuentran a su vezrodeados por zonas de amortiguamiento y de usos múltiples para asegurar la conservación de labiodiversidad en el largo plazo. Según esta visión, los paisajes se manejan para obtener sus serviciosecosistémicos, entre ellos la purificación del agua, la estabilidad de los suelos, la polinización de cultivos y elalmacenamiento de carbono atmosférico, los cuales benefician directamente a las poblaciones. Muchos de losresidentes continúan dependiendo de los bosques , la agricultura y la pesca para sobrevivir, aunque el incre-mento de actividades favorables a la biodiversidad como son la agroforestería, el cultivo de café de sombra, laproducción de madera certificada y el ecoturismo también contribuyen a mejorar sus condicionessocioeconómicas y ambientales.

Cada informe del Institute del Recursos Mundiales (WRI) trata un tema de interés público en forma erudita yoportuna. WRI asume la responsabilidad por la selección de los temas y por garantizar que sus autores gocende libertad de investigación. Asimismo solicita y responde a las orientaciones de consejos asesores y revisoresexpertos. Sin embargo, todo interpretación o hallazgo que aparezca en las publicaciones de WRI pertenece alos autores, a no ser que se indique lo contrario.

Título original: Defining Common Ground for the Mesoamerican Biological CorridorTraducción por: Patricia Ardila

Copyright © 2001 World Resources Institute. Todos los derechos reservados.

ISBN 1-56973-486-0

Ficha de control de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU.: 2001093058

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Índice

Referencias ............................................................................. 43

Recuadros

1. Mesoamérica: una herencia biológica sin par ............................ 12. Agricultura ecológica ............................................................ 103. Cómo vincular a los pequeños agricultores

al Corredor Biológico Mesoamericano .................................... 114. El movimiento Campesino a Campesino ................................ 165. Autonomía local para la planificación y

el manejo ambiental en el cantón San Ramón, Costa Rica ....... 196. Manejo colaborativo en el parque nacional

Sarstoon-Temash en Belice ..................................................... 207. Mapa de ordenamiento territorial ayuda a un grupo

indígena a reafirmar su derecho a la tierra en Honduras ........ 218. Temas de derechos de tierra y de propiedad en

la reserva de la biosfera del Río Plátano en Honduras ............. 259. Regímenes de tenencia de tierra y deforestación

en el Petén, Guatemala .......................................................... 2610.Ecoturismo y conservación comunitarios en

Belice: el santuario comunitario Baboon ................................. 2811.Potencial de fijación de carbono del CBM ............................... 2812.Un esfuerzo trinacional para conservar los

recursos costeros en el golfo de Honduras .............................. 3113.Servicios ambientales y subsidios

a la ganadería en Costa Rica .................................................. 32

Figuras

1. Estructura institucional de la iniciativapara el Corredor Biológico Mesoamericano ............................... 5

Mapas

1. El Corredor Biológico Mesoamericano ........................... portada2. El Corredor Biológico Talamanca-Caribe ............... contraportada

Cuadros

1. Bienes y servicios primarios aportadospor los ecosistemas mesoamericanos. ........................................ 3

2. Áreas protegidas de Mesoamérica ............................................ 93. Ejemplos de los resultados deseados por los

diversos grupos que tienen intereses en el CBM ..................... 14

Prólogo ....................................................................................... v

Agradecimientos ................................................................... vii

Acrónimos ................................................................................ ix

Resumen .................................................................................... x

I. Introducción ..................................................................... 1Antecedentes regionales ................................................... 1Génesis del Corredor Biológico Mesoamericano ............. 2

II. El Concepto del CorredorBiologico Mesoamericano ............................................... 7La lógica ............................................................................ 7

El mecanismo: zonas de ordenamientoterritorial diferenciadas ................................................. 8

Zonas núcleoZonas de amortiguamientoZonas de corredor (conectoras)Zonas de usos múltiplesCómo determinar la extensión de las zonas

III. Desafíos y OportunidadesEstratégicas .................................................................... 13Conciliar los intereses de los diversos grupos ................ 13

Fomentar la gobernabilidad democrática yposibilitar la participación de la sociedad civil .......... 18

Canalizar información para una tomade decisiones participativa .......................................... 21

Clarificar las funciones de las categoríasde ordenamiento territorial del CBM .......................... 23

Abordar los asuntos relacionados con losderechos de propiedad y tenencia de la tierra ............ 24

Captar los beneficios de los bienes yservicios de los ecosistemas ......................................... 27

Armonizar los marcos institucional y legal,y promover la cooperación intersectorial ................... 29

Definir prioridades de manejo e inversión .................... 31

IV. Conclusiones .................................................................. 35

Acerca de los autores ............................................................. 37

Anexo 1. Elementos más destacados de una década delogros ambientales en América Central .............................. 38

Notas ........................................................................................ 39

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Prólogo

En 1999, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) dióinicio a un esfuerzo colaborativo con organizacionesregionales y nacionales de conservación y desarrolloactivas en Mesoamérica, región que incluye los cincoestados del sur en México y los siete países de AméricaCentral, encaminado a evaluar opciones de política quecontribuyan a acelerar la construcción del CorredorBiológico Mesoamericano (CBM). El CBM es unainiciativa regional encaminada a conservar ladiversidad biológica y de ecosistemas de forma tal quese fomente un desarrrollo social y económico sostenible.Las metas del esfuerzo de WRI y nuestroscolaboradores son las siguientes: ampliar la base departicipantes que apoya y lleva a cabo en forma activael CBM; resaltar los beneficios económicos y socialespotenciales del CBM; facilitar el uso de informaciónprecisa en los procesos de planificación y toma dedecisiones; y por último, ayudar a los responsables porla toma de decisiones a evaluar prioridades de políticae inversión. Este esfuerzo se propone catalizar lasacciones necesarias para planificar y ejecutar el CBMmediante dos tipos de actividades: la publicación deuna serie de notas sobre políticas en torno a temasclaves surgidos de la iniciativa, y la realización de unaserie de talleres y sesiones informativas parafuncionarios públicos y otros actores vinculados a latoma de decisiones, de manera que puedan usar losdatos y análisis que se presentan en estas notas. Tantoen las publicaciones como en los talleres se abordaránlas siguientes tareas:

• Desarrollar una visión común para la iniciativadel CBM. Este tema introduce el concepto del CBM,examina cómo afecta el corredor a los diferentesgrupos de interés e identifica los asuntos que debenser tratados para obtener un mayor apoyo en laregión.

• Mantener los servicios de los ecosistemas. Aquí seexamina el potencial que tiene el CBM paramantener aquellos servicios de los ecosistemas comoson el flujo y la calidad del agua, la fijación de

carbono y la polinización. Asimismo se exploraránopciones para captar rentas de quienes se beneficiande los servicios de los ecosistemas con el fin deapoyar el desarrollo del CBM.

• Ampliar la participación y los beneficios sociales.Aquí se identificarán las estrategias para aumentar laparticipación pública en la planificación y ejecucióndel CBM y las opciones que éste ofrece paraaumentar los beneficios sociales y económicos.

• Mejorar la seguridad humana y ecológica. Seutilizarán los mejores datos posibles para proponerlas formas en que el CBM podría anticipar loscambios que surjan eventualmente en materia dedemografía, clima y distribución de especies(incluyendo las invasoras), con el fin de mejorar laseguridad humana y ecológica en Mesoaméricadurante el siglo XXI.

• Proporcionar información oportuna para la tomade decisiones. Se evaluarán los vacíos críticos deinformación, las necesidades de supervisión y lasestrategias para compartir esta información con el finde apoyar una mejor toma de decisiones por parte delos involucrados.

Se quiere que estas notas ayuden a los diferentes actoresen Mesoamérica (entre ellos residentes rurales yurbanos, asociaciones cívicas, empresas privadas,planificadores y otros funcionarios del gobierno, asícomo a los donantes internacionales con intereses en laregión) a entender mejor las implicaciones de lainiciativa en torno al CBM y las decisiones que seránecesario tomar para ponerlo en práctica. En esesentido esperamos que estas notas ayuden a los lectoresa articular sus propias expectativas sobre los resultadoseconómicos, sociales y ambientales que se esperan delCBM.

Esta primera nota se basa en entrevistas en el terreno yen análisis conducidos por un equipo de expertos

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centroamericanos y personal de WRI. Aquí seexaminan los componentes básicos del CBM y lasimplicaciones de la iniciativa para los intereses de losprincipales actores, al tiempo que se identificanalgunos de los desafíos inminentes que deben serabordados si se quiere que el CBM se traduzca en un

programa de acción que cuente con un apoyo amplio yse lleve a cabo en forma efectiva. El objetivo de losautores no es prescribir soluciones sino crearconciencia sobre los retos pendientes y clarificar lasopciones que existan para afrontarlos.

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Agradecimientos

documento sea de mayor utilidad para susdestinatarios. Específicamente queremos expresarnuestra gratitud a Lorenzo Cardenal y al equipo núcleode la Unidad Coordinadora de la Oficina Regional delCBM en Managua, a los ocho enlaces técnicosnacionales del CBM, al personal de la oficina del CBMen Costa Rica, a Ana Báez, Mario Boza, Carlos Brenes,Gerardo Budowski, Silvel Elías, Randall García, PascalGirot, David Kaimowitz, Alexander Kastl, Jan Laarman,Marta Marín, Felipe Matos, Ronald McCarthy, HuberthMéndez, Jorge Rodríguez, Karla Rojas y Alvaro Ugalde.Agradecimientos especiales para Lenin Corrales, quienproporcionó datos e información de la región y ofrecióextensos comentarios sobre el proyecto.

También queremos manifestar nuestro reconocimiento aquienes revisaron el borrador final de este documentopor sus comentarios y sugerencias: Mairi Dupar, JaimeEcheverría, Anthony Janetos, Jim Nations y DanTunstall. Lo mismo a Lucy Dorick, Paul Faeth, Tony LaViña y Frances Seymour, cuyas orientaciones y ayudapara obtener respaldo para el proyecto apreciamosmuy especialmente.

Agradecemos el apoyo brindado por la Summit Foun-dation y el Ministerio de Relaciones Exteriores de losPaíses Bajos, cuya generosa financiación estácontribuyendo a sacar adelante el proyecto de WRIsobre el Corredor Biológico Mesoamericano. Asimismoqueremos agradecer a la Agencia Suiza para elDesarrollo y la Cooperación por permitirnos construireste proyecto a partir de otra iniciativa regional de WRIencaminada a apoyar una mejor gobernabilidad en elárea de los recursos naturales.

Queremos dar las gracias a nuestra asistente deinvestigación, Amanda Ritchie, quien hizo una ampliarevisión de la literatura existente y nos ayudó a redactarlos textos de algunos de los recuadros. A Bret Bergst,Cecilia Blasco y Melissa Boness nuestrosreconocimientos por su invaluable apoyo investigativoy administrativo. Damos las gracias a Mathilde Snel por

Esta publicación ha sido posible gracias a lainformación, ideas, orientaciones y apoyoproporcionados por muchas organizaciones eindividuos. Agradecemos especialmente a nuestroequipo núcleo de consultores centroamericanosconfigurado por Galio Gurdián, Roger Morales y RaúlSolórzano por su ayuda en la preparación de losdocumentos de antecedentes, y a Juan Carlos Godoy—el enlace técnico nacional de Guatemala para elCBM—por sus sugerencias y continuas orientaciones.

Asimismo estamos en deuda con la Universidad parala Paz, el CATIE, el WWF-Centroamérica, la GTZ-Costa Rica, el PNUD en Nicaragua, y PROARCA/CAPAS de USAID. Sus aportes en materia de tiempo,oficinas, ideas y apoyo logístico para el proyecto hansido cruciales para nuestra investigación y para losviajes dentro de la región. También estamosagradecidos con todas aquellas organizaciones, colegasy amigos vinculados a proyectos de conservación ydesarrollo en Costa Rica y Guatemala(particularmente en el corredor Talamanca-Caribe, elárea de conservación Arenal, la reserva de la biosferaMaya en El Petén, así como en Quetzaltenango,Totonicapán y el lago Atitlán) por compartir susexperiencias, esperanzas y sueños en torno a lainiciativa del CBM. Sus conocimientos y entusiasmonos han ayudado a comprender mejor el CBM y areafirmar nuestro compromiso con la lucha por laconservación y el desarrollo sostenible enMesoamérica.

Los borradores iniciales de esta publicación fueronrevisados por una amplio espectro de actorescentroamericanos que participaron en los talleres deconsulta en octubre de 2000 en la Universidad para laPaz de Costa Rica. Entre ellos figuran representantes deorganizaciones no gubernamentales, institucionesacadémicas, grupos comunitarios y de agricultores,agencias gubernamentales, personal de proyectos y dela comunidad de donantes. Las ideas y sugerenciasaportadas durante los talleres han hecho que este

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reproducir y adaptar el mapa del CBM en nuestrolaboratorio de SIG, a Alfredo Garzón por el diseño eilustración de la portada, y a George Faraday y PatriciaArdila por su interés y apoyo editorial y de traducción.Finalmente queremos expresar nuestro reconocimientoa Hyacinth Billings y a Maggie Powell por su asistencia

en la etapa de producción, y al CATIE(particularmente a Carlos Manuel Rodríguez, PedroFerreira, y Eli Rodríguez) y a la oficina del WWF paraCentroamérica (Miguel Cifuentes, Oscar Brenes ySteve Gretzinger) por la colaboración y el patrocinioprestados para la impresión de esta publicación enCosta Rica.

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Acrónimos

IFAD International Fund for Agriculture DevelopmentFondo Internacional para el Desarrollo Agrícola

ILRC Indian Law Resource CenterCentro de Recursos Jurídicos para los Pueblos Indígenas

INBio Instituto Nacional de BiodiversidadNational Institute for Biodiversity, Costa Rica

IUCN World Conservation UnionUnión Mundial para la Naturaleza

MBC Mesoamerican Biological CorridorCorredor Biológico Mesoamericano

MOPAWI Mosquitia Pawisa, Honduras

PNUD Programa de las Naciones Unidas para el DesarrolloUnited Nations Development Programme

PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio AmbienteUnited Nations Environment Programme

PROARCA/ Programa Ambiental Regional para Centroamérica/CAPAS Central American Protected Areas System

PROARCA/ Programa Ambiental Regional para Centroamérica/COSTAS Coastal Zone Management Component

SATIIM Sarstoon Temash Institute of Indigenous ManagementInstituto Sarstoon Temash de Manejo Indígena

SICA Sistema para la Integración CentroamericanaCentral American Integration System

SICAP Sistema Centroamericano de Areas ProtegidaCentral American Protected Areas System

TNC The Nature Conservancy

UNDP United Nations Development ProgrammePrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo

UNEP United Nations Environment ProgrammePrograma de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

USAID United States Agency for International DevelopmentAgencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional

WCMC World Conservation Monitoring CentreCentro Mundial de Monitoreo de la Conservación

WCS Wildlife Conservation SocietySociedad para la Conservación de la Vida Silvestre

WRI World Resources InstituteInstituto de Recursos Mundiales

WWF World Wildlife FundFondo Mundial para la Naturaleza

ALIDES Alianza Centroamericana para el Desarrollo SostenibleCentral American Alliance for Sustainable Development

APPTA Asociación de Pequeños Productores de TalamancaSmall Farmers Association of Talamanca

CATIE Centro Agronómico Tropical de Investigación y EnseñanzaTropical Agricultural Research and Higher Education Center

CCAB-AP Consejo Centroamericano de Bosques y Areas ProtegidasCentral American Council on Forests and Protected Areas

CCAD Comisión Centroamericana de Ambiente y DesarrolloCentral American Commission for Environment and Development

CCC Caribbean Conservation Corporation

CEDARENA Centro de Derecho Ambiental y de los Recursos NaturalesCenter for Environmental Law and Natural Resources

CI Conservation InternationalConservación Internacional

CICAFOC Coordinadora Indígena Campesina de Agroforestería ComunitariaCoordinator of Indigenous Farmers for Community Agroforestry

CIDA Canadian International Development AgencyAgencia Canadiense para el Desarrollo Internacional

CIFOR Center for International Forestry ResearchCentro para la Investigación Forestal Internacional

CONAP Consejo Nacional de Areas Protegidas, GuatemalaGuatemala’s National Council for Protected Areas

CRAAN Comisión Regional Autónoma del Atlántico NorteNorthern Atlantic Autonomous Region Commission

CRAAS Comisión Regional Autónoma del Atlántico SurSouthern Atlantic Autonomous Region Commission

DESFIL Development Strategies for Fragile LandsEstrategias de Desarrollo para Tierras Frágiles

DGMA Dirección General del Medio AmbienteGeneral Directorate for the Environment

FAO Food and Agriculture Organization of the United NationsOrganización de las Naciones Unidas para la Agricultura y laAlimentación

FEMICA Federación de Municipios del Istmo CentroamericanoFederation of Central American Municipalities

FLACSO Facultad Latinoamericana de Ciencias SocialesLatin American Faculty of Social Sciences

GEF Global Environment FacilityFondo Mundial para el Medio Ambiente

GTZ Deutsche Gesellschaft für Technische ZusammenarbeitAgencia Alemana de Cooperación Técnica

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Resumen

políticas permanecen divididos, dudosos con respectoa las metas y beneficios del CBM, y preocupados porlos impactos que éste pueda tener en sus propiosintereses.

La lógica que subyace al CBM surgió de la concienciacada vez mayor de los biólogos conservacionistas de laregión sobre la necesidad de mantener la connectividadentre las áreas de hábitat biológico con el fin deasegurar la sobrevivencia de las especies. Talreconocimiento ha estimulado el desarrollo de unenfoque holístico aplicable a la relación entre losterrenos silvestres y aquéllos impactados por la acciónhumana. Este enfoque apunta a maximizar lasfunciones de conservación que cumplen las áreassilvestres mediante la promoción de formas de uso dela tierra en un paisaje ampliado que ofrezcan tanto laposibilidad de lograr beneficios de conservación comoformas sostenibles de ganarse la vida. Guiados por estalógica, los planificadores del CBM han apoyado lautilización de cuatro zonas diferenciadas deordenamiento territorial: zonas núcleo, zonas deamortiguamiento, zonas de corredor y zonas de usosmúltiple. En este documento se discuten lascaracterísticas de cada tipo de zona, así como loscriterios que se deben utilizar para acotarlas según elterreno.

Las zonas núcleo son aquellos lugares designadoscomo áreas protegidas, es decir, hábitats seguros para lafauna y flora silvestres. Las zonas de amortiguamientorodean a las áreas protegidas y operan como filtrofrente a los impactos negativos que lleguen y salgan deaquéllas. Las zonas de corredor conectan a las zonasnúcleo unas con otras, sea conservando su cubiertasilvestre original o bajo un manejo orientado a asegurarque las actividades humanas que allí se llevan a caboson compatibles con un alto grado de conectividadbiológica. Finalmente están las zonas de usos múltiplesque, aunque se dedican principalmente a lasactividades humanas, son manejadas con el fin defacilitar la creación de paisajes más amplios que acojan

El Corredor Biológico Mesoamericano es una iniciativalanzada en América Central y el sur de México, cuyoobjetivo es conservar la diversidad biológica de laregión, al tiempo que fomenta el desarrollo sostenible.Se trata de un esfuerzo particularmente significativopor el alcance y la complejidad de sus metas, y por elrango de instituciones y actores sociales que involucra.Estas características entrañan la gran promesa del CBM,pero al mismo tiempo presentan enormes desafíos quedeberán ser abordados si se quiere que la iniciativatenga un impacto positivo en la región.Específicamente, el éxito de este esfuerzo exige que sedesarrolle una visión común de sus metas y funciones,es decir, una visión que reconozca las necesidadesdivergentes que están en juego e identifique losintereses comunes de todos los actores en torno al logrode la sostenibilidad ecológica y socioeconómica. Enúltimas, la capacidad de despertar confianza entre losvarios grupos con intereses en el CBM determinará sudestino. Se espera que este documento contribuya adesarrollar esta visión común, pero no mediante laprescripción de soluciones sino proponiendo temas ysugiriendo procesos dentro de los cuales se puedanabordar tales temas.

Existe la necesidad urgente de dar una respuesta globala los problemas ambientales de Mesoamérica. Laregión figura entre las más ricas del mundo en materiade recursos biológicos, pero la viabilidad de estosrecursos se encuentra amenazada por la falta dedesarrollo económico, la ausencia de equidad y laspresiones demográficas. Se ha generado un círculovicioso de degradación ambiental y estancamientoeconómico. Sin embargo, durante la última décadaestos temas han sido objeto de atención por parte de losresponsables por la toma de decisiones a nivel regional,una tendencia que culminó precisamente con ellanzamiento del CBM. Esta iniciativa se ha convertidoen el foco de flujos significativos de ayuda financieraproveniente de las agencias donantes y ha inspiradomuchos proyectos en el terreno. Con todo, los gruposde interés y los responsables por la formulación de

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a las especies silvestres. Como parte de un sistemaintegrado de ordenamiento territorial regional, cadatipo de zona proporciona beneficios tanto ecológicoscomo socioeconómicos.

La planificación y puesta en práctica del CBM requeriráenfrentar una serie de desafíos estratégicos. Aquí seconsideran ocho de ellos:

1. Conciliar los intereses de los diversos actoressociales.

2. Fomentar la gobernabilidad democrática y posibilitarla participación de la sociedad civil.

3. Canalizar información para una toma de decisionesparticipativa.

4. Clarificar la función de las categorías deordenamiento territorial del CBM.

5. Abordar los asuntos relacionados a los derechos depropiedad y tenencia de la tierra.

6. Captar los beneficios de los bienes y servicios de losecosistemas.

7. Armonizar los marcos legales e institucionales ypromover la cooperación intersectorial.

8. Establecer prioridades de financiación y manejo.

1. Conciliar los intereses de los diversos actoressociales: Con el CBM se apunta a mejorar laconservación biológica de la región mesoamericana,al tiempo que sus beneficios se canalizan hacia unamplio rango de grupos sociales tanto rurales comourbanos. Por eso requiere que se forje un consensoentre las agencias públicas en los niveles regional,nacional y local, el sector privado, losconservacionistas, las organizaciones de la sociedadcivil y las poblaciones rurales e indígenas. Asimismose identifican los beneficios que cada uno de losprincipales grupos de interés quiere derivar delCBM, y se delinean las estrategias para forjaracuerdos cooperativos entre esos grupos.

2. Fomentar la gobernabilidad democrática yposibilitar la participación de la sociedad civil: ElCBM se va a llevar a cabo en un contexto políticoregional marcado por esfuerzos encaminados aconsolidar la democracia, descentralizar la toma dedecisiones que tiene lugar en el sector público, yaumentar las oportunidades de participación paralos grupos de la sociedad civil. Sus planificadoresdeben tener en cuenta estos procesos; al hacerlotendrán la oportunidad de ubicar al CBM como unmecanismo clave para profundizar lademocratización dentro de Mesoamérica.

3. Canalizar información hacia un proceso de toma dedecisiones participativa: El éxito del CBMdependerá de la recolección y difusión deinformación adecuada, relevante y precisa entre elamplio abanico de funcionarios y actoresinvolucrados. Actualmente existen limitacionesgraves en materia de información y de losmecanismos existentes para su difusión. Taleslimitaciones deben ser abordadas en los nivelestécnico y político si se quiere lograr una participaciónsignificativa de los diversos grupos de interés.

4. Clarificar las funciones de las categorías deordenamiento territorial del CBM: La utilización deun esquema integrado para una zonificaciónfuncional del uso del suelo constituye en verdaderonúcleo de la estrategia que se propone para el CBM.Por lo tanto, si se quiere que sean efectivas, estascategorías deben ser comprendidas y aplicadas enforma efectiva. La contribución particular de cadazona se definirá dé acuerdo con su función dentrodel esquema general de ordenamiento territorial.

5. Abordar los asuntos relacionados a los derechos depropiedad y tenencia de la tierra: El CBM sepropone abordar las cuestiones relativas al derecho ala tierra que por mucho tiempo han afectado a lasociedad mesoamericana. Los enfoques de largoplazo en cuanto al uso de la tierra sólo puedenprosperar sí se reconocen títulos seguros, un asuntode particular importancia para las poblacionesindígenas de la región. Con todo, la seguridad en latenencia de la tierra no es una panacea ecológica. Elproblema de las estrategias de explotación nosostenibles también debe ser abordado mediante elfortalecimiento de incentivos económicos másamplios para que se use la tierra en forma sostenible.

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6. Captar los beneficios de los bienes y servicios delos ecosistemas: Los ecosistemas mesoamericanosproducen un conjunto de bienes y servicios vitalespara las poblaciones humanas. Sin embargo,actualmente estos beneficios se encuentransubvalorados desde un punto de vista económico ypor lo general ni se los comparte con las poblacionesrurales ni se los reinvierte en el mantenimientomismo de los ecosistemas. Aquí se discuten algunasestrategias potenciales para enfrentar estosproblemas, entre ellas los créditos por fijación decarbono, el ecoturismo y la agricultura sostenible.

7. Armonizar los marcos legales e institucionales yfomentar la cooperación intersectorial: Larealización del CBM requiere la coordinación deacciones a lo largo de los diversos sectores depolíticas y en una variedad de niveles geográficos.Los marcos legales e institucionales vigentes seencuentran aislados y por lo general planteanenfoques contradictorios frente a problemasidénticos. Las agencias ambientales que están másdirectamente ligadas a esta iniciativa tendrán quedar respuestas unificadas para alcanzar las metas delCBM. Es por ello que existe la necesidad urgente deestablecer mecanismos para la cooperaciónintersectorial y para forjar alianzas. Además, muchosde los problemas ambientales de la región van másallá de las fronteras nacionales y por lo tantorequieren que se desarrollen esquemastransnacionales de gobernabilidad.

8. Establecer prioridades de financiación y manejo:Aunque ya se han destinado recursos significativospara la implantación del Corredor, éstos no sonilimitados. En cambio el rango de objetivospotenciales de inversión es vasto. Es así como seránecesario priorizar los recursos humanos yfinancieros de manera que se dé salida a losproblemas más importantes y en la forma máseficiente posible en función de los costos.Actualmente, por ejemplo, los temas costeros parecenhaber quedado marginados, y se deberían considerarlas oportunidades para promover actividadesecosostenibles sin costo alguno. Un ejemplo de elloes la transferencia de subsidios existentes en vez decrear otros nuevos.

Al final de este trabajo se delinea el escenario posiblepara lanzar un tipo de análisis del CBM que sea a la vezestratégico y dé cabida a las metas y prácticas que seproponen aquí para esta iniciativa. En cada paísmesoamericano se podrían iniciar planes de acciónparticipativos. Los diversos grupos de interés sereunirían para identificar un lugar en cada país dondese pueda conducir ese proyecto piloto, los principalesproblemas a tratar y la estrategia para abordarlos. Estaopción facilitaría un proceso de comunicación de doblevía: difundir el conocimiento sobre el CBM, y al mismotiempo obtener retroalimentación para losplanificadores con respecto a las necesidades y deseoslocales. El CBM se encuentra actualmente en un umbralcrítico entre concepto y realidad. Y no será posiblerealizar la visión que entraña a menos que la mayoríade la gente de la región entienda su propósito y secomprometa con sus metas y objetivos.

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I.Introducción

El Corredor Biológico Mesoamericano (CBM) es unainiciativa regional encaminada a conservar ladiversidad biológica y de ecosistemas de forma tal quese fomente un desarrrollo social y económico sostenible.Sus objetivos específicos son: (a) proteger sitios clavesde biodiversidad; (b) conectar esos sitios mediantecorredores manejados de tal manera que se permita elmovimiento y dispersión de plantas y animales; y (c)promover formas de desarrollo económico y socialdentro y alrededor de estas áreas que conserven labiodiversidad y a la vez sean socialmente equitativas yculturalmente sensibles. Pero la tarea de poner enpráctica esta visión es compleja y ambiciosa, además deque debe involucrar a un amplio rango de actoresincluyendo gobiernos locales y nacionales,organizaciones no gubernamentales (ONG),comunidades residentes y donantes internacionales.

Antecedentes regionales

Las razones para esta iniciativa son apremiantes. Laregión mesoamericana posee una de las concentracionesde diversidad de especies y ecosistemas más ricas delmundo (véase el Recuadro 1). Sin embargo, desde lospuntos de vista político, social y económico , la regiónha sido mucho menos afortunada. Si bien los conflictosciviles de décadas recientes llegaron a su fin, ladestrucción humana y material que desencadenaron haagudizado problemas milenarios como la desigualdadsocial, el subdesarrollo económico y el deterioroambiental. Actualmente, cerca de la mitad de lapoblación permanece bajo la línea de pobreza y muchoscarecen de acceso al cuidado básico de salud, a laeducación y al agua potable.1 Más aún, la poblaciónmesoamericana está creciendo rápidamente a una tasade más del 2% anual, y a pesar del ritmo acelerado deurbanización, la mayoría de los habitantes de la regióntodavía vive en el campo y depende directamente delos recursos biológicos para su subsistencia (State of theRegion 1999, INEGI 2000, World Bank 2000).2

Recuadro 1. Mesoamérica: una herencia biológica sinpar

La región mesoamericana tiene una extensión total de768.990 kilómetros cuadrados que abarcan los cincoestados del sur de México (Yucatán, Quintana Roo,Campeche, Tabasco y Chiapas) y los siete paísescentroamericanos (Guatemala, Belice, El Salvador,Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá). Susecosistemas naturales van desde arrecifes coralinos ybosques húmedos tropicales bajos hasta sabanas depinos, tierras leñosas semiáridas, praderas y bosquesmontanos, todo lo cual configura aproximadamente 22ecorregiones distintas, según los biogeógrafos. Si bienla región contiene sólo el 0,5 % de la superficie terrestredel planeta, debido a la variedad de sus ecosistemas y asu ubicación—como puente entre América del Norte yAmérica del Sur—Mesoamérica alberga una partedesproporcionada (cerca del 7%) de la biodiversidaddel mundo.

Panamá, por ejemplo, cuenta con 929 especies de aves,más que Canadá y los Estados Unidos juntos. Belice,una nación muy pequeña de 22.965 kilómetroscuadrados (la mitad de Dinamarca), alberga más de 250especies de mamíferos, 540 especies de aves y 152especies de anfibios y reptiles. México posee la mayorvariedad de reptiles del mundo (717) y 4.000 especiesde plantas usadas con propósitos medicinales. En lasmontañas centrales de Guatemala, el 70% de las plantasvasculares es endémico. El arrecife mesoamericano,cuya longitud alcanza los 1.600 kilómetros a lo largo delas costas de México, Belice, Guatemala y Honduras, esel segundo sistema de arrecife coralino más grande delmundo; la región también contiene el 8% de losbosques de manglares del planeta. Mesoamérica esconsiderada como la cuna de varios cultivos agrícolas;sus poblaciones indígenas también reprodujeron elmaíz, la calabaza y varios frijoles y chiles de especiessilvestres endémicas en la región.

Fuentes: INE/SEMARNAP 1996; CCAD 1998a, 1998b,

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El crecimiento demográfico, combinado con la con-tinua dependencia de la población de la agricultura ylos altos niveles de pobreza, ha dado lugar a laexplotación insostenible de los recursos naturales, a lacontaminación generalizada del agua, a la erosión delsuelo, sedimentación y deforestación. Para mediados delos años noventa se estimaba que la región estabaperdiendo anualmente el 2,1% de sus bosques, una delas tasas más altas de deforestación en todo el mundo(FAO 1999).3 Más de la mitad de los bosques deMesoamérica ha desaparecido y cerca del 90% de su“frontera” forestal de bosques primarios ha sido talada,convertida a la agricultura o reemplazada porplantaciones de árboles (Bryant et al. 1997). En losecosistemas se ha producido un pérdida similar dehábitat, incluyendo manglares costeros, arrecifes decoral, praderas y humedales (Burke et al. 2000,Matthews et al. 2000, Revenga et al. 2000). La escala yritmo de la pérdida y fragmentación de hábitats en unade las áreas biológicamente más ricas del mundo hallevado a muchos conservacionistas a considerar queMesoamérica es uno de los “sitios críticos” del mundoen materia de biodiversidad (Mittermeier et al. 2000).

Aún más, el impacto de las actividades humanas en losecosistemas de la región está poniendo en peligro losniveles—de por sí reducidos— de bienestar económicoy social alcanzados. Además de bienes como madera,leña y pescado, los principales ecosistemasmesoamericanos brindan a su gente una serie devaliosos servicios, entre ellos la purificación de agua, lafijación de carbono y la polinización de cultivos (véase elCuadro 1). Cuando estos sistemas se degradan en lo quehace, por ejemplo, a las funciones de calidad del agua,sería necesario invertir elevadas sumas de dinero enplantas de tratamiento y purificación de agua parareemplazar los “servicios ecosistémicos” que se hanperdido. La tendencia actual hacia unasobreexplotación y degradación cada vez mayores delos ecosistemas impondrá costos económicos másonerosos a la región, a medida que escasean las fuenteslimpias y confiables de suministro de agua, disminuyenlas poblaciones de peces, se agravan las sequías y lasinundaciones, y desaparece la vida silvestre.4

El huracán Mitch y los incendios forestales que seexpandieron a lo largo y ancho de Mesoamérica en 1998le asestaron otro golpe al medio ambiente y a las gentesde la región. Estos fenómenos cobraron un gran númerode vidas, destruyeron infraestructura, devastarontierras agrícolas, alteraron ecosistemas y paisajes en unaescala sin precedentes, además de que retrasarongravemente el desarrollo económico, especialmente enHonduras, Guatemala y Nicaragua (CCAD-PFA/EU

1998, Barraclough y Moss 1999, World Neighbors2000). Tal y como lo demostró el huracán Mitch, lavulnerabilidad humana a los desastres naturales hasido agudizada por las tensiones que el uso excesivo hacreado en la salud de los ecosistemas.

Génesis del Corredor Biológico Mesoamericano

Esta iniciativa surge del reconocimiento de que existe lanecesidad de desarrollar un enfoque regional integradopara afrontar los problemas ambientales deMesoamérica. El desarrollo de esta idea tomó un nuevoimpulso cuando los conflictos civiles llegaron a su findespués de la negociación del cese al fuego y de lainiciación de los procesos de paz a principios de ladécada de los años noventa. A medida que avanzabanlos procesos de paz, cuestiones como revertir ladegradación ambiental y conservar la biodiversidad seconvirtieron en una parte importante de la agenda depolíticas de la región. Con el aumento de la concienciapública sobre la importancia de la protección ambiental,los grupos conservacionistas nacionales einternacionales aceleraron los esfuerzos colaborativoscon los gobiernos de la región para detener el ritmo dedeforestación y proteger los hábitats amenazados.Asimismo creció el interés internacional por los temasambientales de Mesoamérica, lo cual resultó en elrespaldo financiero de las agencias de desarrollo ygrupos conservacionistas internacionales. Es así comose pusieron en práctica los planes de acción ambiental yde bosques tropicales, al tiempo que se crearon cientosde áreas protegidas que cubrían cerca de 11,5 millonesde hectáreas de tierra a medida que los gobiernosdesignaban nuevos parques nacionales, reservasforestales y biológicas, refugios de vida silvestre yreservas de la biosfera como parte del SistemaCentroamericano de Areas Protegidas (SICAP) (CCAD1998a, UICN 2000).

Los marcos legal e institucional que gobernaban lostemas ambientales también cambiaronsignificativamente durante ese período. A nivelnacional, los gobiernos establecieron agencias para quesupervisaran la gestión y formulación de políticasambientales. En el nivel regional, los presidentescentroamericanos firmaron el ConvenioCentroamericano para la Protección del Ambiente en1989, el cual dio lugar a la creación de la ComisiónCentroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD)(CCAD 1989). La CCAD encarna una visión unificadade lo que es la cooperación ambiental regional dentrode la cual se mejorará la calidad de la vida en AméricaCentral a través del uso racional de los recursos natu-

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rales, el control de la contaminación y el control deldeterioro ambiental con el ánimo de revertirlo.5

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre MedioAmbiente y Desarrollo de 1992 y la adopción delConvenio sobre Diversidad Biológica y de laConvención Marco sobre Cambio Climático inspiraron a

Cuadro 1. Bienes y servicios primarios aportados por los ecosistemas mesoamericanos

Ecosistema Bienes Servicios

Agroecosistemas • Cultivos alimentarios• Cultivos de fibra• Recursos genéticos de

cultivos

• Proporcionan hábitats para aves, polinizadores yorganismos del suelo importantes para la agricultura

• Desarrollan la materia orgánica del suelo• Fijan y almacenan el carbono atmosférico

Ecosistemascosteros

• Pescado y mariscos• Harina de pescado• Algas• Recursos genéticos

• Moderan los impactos de las tormentas (manglares; islasbarreras)

• Diluyen y tratan desperdicios• Proporcionan puertos y rutas de transporte

Ecosistemasforestales

• Madera• Leña• Agua de beber y para riego• Forraje para ganado• Productos no maderables

(lianas, bambú, hojas, etc.)• Alimentos (miel, hongos,

frutas y otras plantascomestibles, animales decaza)

• Recursos genéticos

• Remueven contaminantes atmosféricos• Reciclan nutrientes• Mantienen funciones de cuenca (infiltración, purificación,

control de caudales, estabilización del suelo)• Mantienen la biodiversidad• Fijan y almacenan carbono atmosférico• Moderan los extremos e impactos climáticos• Generan suelo

Ecosistemas deagua dulce

• Agua de beber y para riego• Pescado• Energía hidroeléctrica• Recursos genéticos

• Amortiguan los caudales (volumen y momento en quese libera el agua)

• Diluyen y transportan desperdicios• Facilitan el ciclo de nutrientes• Mantienen la biodiversidad• Proporcionan corredores de transporte

Ecosistemas depradera

• Ganado (carne/proteína)• Agua de beber y para riego• Recursos genéticos

• Mantienen las funciones de cuenca• Facilitan el ciclo de nutrientes• Remueven los contaminantes atmosféricos, emiten

oxígeno• Mantienen la biodiversidad• Generan suelo• Fijan y almacenan carbono atmosférico

Fuente: WRI 2000.

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los países centroamericanos para alcanzar una serie deacuerdos regionales en favor de la diversidad biológica,la protección de áreas naturales prioritarias y el manejode bosques (CCAD 1993, WRI 1995).6 En 1994, laCumbre Ecológica Centroamericana realizada enNicaragua culminó con la proclamación de la AlianzaCentroamericana para el Desarrollo Sostenible(ALIDES), un plan para promover la paz, consolidar lademocracia y proteger el medio ambiente (CCAD 1994).A través de la ALIDES, los gobiernos de la región secomprometieron a poner en práctica una serie demedidas ambientales, entre ellas la consolidación delSICAP y el establecimiento de un sistema completo decorredores biológicos. Con estos esfuerzos ambientalestambién se intentaba abordar las necesidadessocioeconómicas de la región.7

La iniciativa actual de Corredor BiológicoMesoamericano (CBM)8 se desarrolló a partir de unesfuerzo regional de conservación de tierras silvestresintroducido en 1994 por un consorcio de organizacionesconservacionistas internacionales.9 Este esfuerzo,conocido como el proyecto Paseo Pantera, buscabaconservar la biodiversidad mediante la protección deáreas desde el sur de México hasta Panamá utilizandocorredores de hábitats naturales y restaurados (Carr etal. 1994) (véase el Mapa 1). Durante los cinco añossiguientes se fue ampliando el alcance del concepto delPaseo Pantera hasta convertirse en la base del CBM, queahora se veía como un instrumento para integrar eldesarrollo sostenible con la protección ecológica en unaescala regional. Una vez se decidió la participación delos cinco estados del sur de México se procedió arediseñar el Corredor Biológico Mesoamericano, el cualfue públicamente respaldado por los jefes de Estado dela región en una cumbre realizada en 1997 después deuna serie de consultas nacionales promovidas por laCCAD.10 Esta declaración de apoyo representaba uncompromiso al más alto nivel político para desarrollarun sistema de ordenamiento territorial quecontribuyera a mejorar las condiciones de vida de loscentroamericanos, al tiempo que mantenía labiodiversidad y los servicios prestados por losecosistemas. El respaldo a la iniciativa tambiénrepresentaba un paso significativo por parte de losgobiernos de la región en lo que se refiere a honrar suscompromisos globales bajo el Convenio sobreDiversidad Biológica, y también—dadas lasimplicaciones del CBM para lograr un mayoralmacenamiento de carbono a través de la conservacióny regeneración de bosques—para la Convención Marcosobre Cambio Climático.

La responsabilidad de coordinar la planificación yestablecimiento del CBM a nivel regional fue asignada ala CCAD (véase la Figura 1). Con el apoyo financiero delFondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) vía elPrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD) y la Agencia Alemana de Cooperación Técnica(GTZ), la CCAD lanzó un proyecto regional a seis añospor varios millones de dólares: el Programa Regionalpara la Consolidación del Corredor BiológicoMesoamericano.11 Cuando se aprobó la financiación delproyecto en 1999, la CCAD creó la Oficina deCoordinación Regional del Programa para laConsolidación del CBM en Managua, Nicaragua. Éstaasumió la responsabilidad de trabajar con los enlacestécnicos designados en cada uno de los ocho paísesmesoamericanos para planificar, coordinar, supervisar yevaluar las políticas y acciones estratégicas para laconstrucción del CBM (CCAD 1999).12

Desde su establecimiento, la Oficina de CoordinaciónRegional ha trabajado con los enlaces técnicosnacionales para desarrollar planes operacionales y unaestrategia amplia para coordinar y movilizar accionesencaminadas a que el Corredor se convierta en unarealidad. La CCAD también ha promovido lacoordinación de los compromisos técnicos y financierosnacionales e internacionales en torno al CBM,incluyendo el desarrollo de planes de manejo y acciónpara áreas y sitios protegidos terrestres y marinos/costeros, fortalecimiento institucional, capacitación yeducación. El CBM ha recibido apoyo de un amplioespectro de organizaciones conservacionistas y dedesarrollo, las cuales están llevando a cabo unavariedad de proyectos relevantes a las metas del CBMque abordan un rico conjunto de temas en diversosniveles geográficos. Por ejemplo la Nature Conser-vancy, el World Wildlife Fund y la Universidad deRhode Island (financiada por USAID) se estánconcentrando en el manejo y conservación del SistemaMesoamericano de Arrecifes de Coral13 , mientras que elPrograma Regional Ambiental para Centroamérica(PROARCA) de USAID está apoyando un conjunto deactividades dirigidas a fortalecer el SistemaCentroamericano de Areas Protegidas (SICAP).Asimismo se han iniciado proyectos en los niveles localy nacional. En Costa Rica, la oficina nacional del CBMestá coordinando los esfuerzos de las ONG paraestablecer los corredores biológicos de Paso de la Danta(entre las áreas protegidas de la península de Osa y lacordillera de Talamanca) y el Corredor Barbilla, queconecta reservas indígenas, áreas protegidas,humedales y zonas costeras (CBM-CR 2000).Igualmente, el Banco Mundial está participando en eldesarrollo del Corredor Biológico del Atlántico en

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Secretaría General - Sistemapara la Integración

Centroamericana (SG-SICA)

Jefes de Estado

Ministros de Relaciones Exteriores

DirecciónEconómica

DirecciónSocial

Dirección deEducación

Cultural

Dirección del MedioAmbiente

Secretaría General

CCAD

Objetivos estratégicos y acciones

Agua ManejoAmbiental

ProducciónLimpia

Bosques yBiodiversidad

Consejo de Ministros deAmbiente y Recursos Naturales

Proyecto Regional CBM financiadopor UNDP/GEF-GTZ

Principales organizaciones quecontribuyen al CBM1

IniciativaCBM

Económico Ecológico

Social

Países Centroamericanos yMéxico

WWF

CATIE

GTZ

WB

IUCN

CICAFOC

WRI

TNC

USAID

WCS

GEF

UNEP - UNDP

CI

Nicaragua y Panamá, mientras que la Nature Conser-vancy, en colaboración con asociados centroamericanos,está trabajando para establecer corredores biológicosentre los parques nacionales Sierra de Lacandón yLaguna del Tigre en El Petén, Guatemala.

Pese a que se está realizando este conjunto deactividades, quedan pendientes algunas interrogantesentre los grupos de interés regionales en relación con laestructura, metas y efectos del CBM. La propuesta deproyecto para el Paseo Pantera, que fuefundamentalmente definida de acuerdo con losresultados biológicos esperados, creó preocupacionesentre los residentes, especialmente en los gruposindígenas que temían la expropiación de sus territoriosancestrales y la expansión de las áreas protegidasdentro de ellos. La ampliación del alcance del CBM detal manera que incorporara metas socioeconómicas fueuna respuesta parcial a esos temores. Sin embargo, a losconservacionistas les preocupa que el CBM estéocupándose de problemas sociales y económicos que no

puede resolver, creando así expectativas poco realistas.Mientras tanto, las agencias ambientales han sidoacusadas por otros sectores del gobierno y gruposindependientes de querer utilizar el CBMprincipalmente como palanca política y herramientade mercadeo para captar las inversiones de losdonantes.

Si el CBM quiere cumplir con sus objetivos, estosintereses y preocupaciones diversos tendrán que sertomados en cuenta. Muchos de los grupos de interéscuya participación en el Corredor es esencial al nivellocal—grupos indígenas, agricultores grandes ypequeños, los gobiernos locales y las empresasprivadas—condicionarán su apoyo a los beneficiossociales y económicos que esperan obtener (McCarthyy Salas 1998; Gurdián 2000; visitas en el terrenorealizadas por WRI, con contribuciones adicionales deRaúl Solórzano, Roger Morales y Juan Carlos Godoy1999-2000). De la misma manera, los compromisospolíticos y financieros que gobiernos y donantes

Figura 1. Estructura Institutional de la Iniciativa CBM

Fuentes: Earth Council et al. 1997; CCAD 2000a.

1 Además de las instituciones mencionadas en la lista, tambien hay muchas organizaciones nacionales y locales quecontribuyen a la consolidacion del CBM.

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internacionales han hecho en torno al CBM surgen desu confianza en que esta iniciativa tiene la capacidadde abordar un conjunto amplio de problemas a travésde un “paquete de servicios de desarrollo impulsadospor preocupaciones ambientales”(CCAD 2000b).

La colaboración de estos actores es vital si se quiereque la iniciatica del CBM tenga un impacto positivo en

el bienestar humano y la seguridad ecológica de laregión. Así que el principal desafío actual es lograr quese comprenda desde una óptica holística y común dequé manera la iniciativa del corredor puede beneficiartanto a la gente como a la naturaleza. El objetivo deeste trabajo es facilitar ese proceso.

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II.El Concepto del CorredorBiológico Mesoamericano

poblaciones de especies que se encuentran aisladastambién tienen una menor capacidad de adaptarse alcambio ambiental debido al rango limitado devariación presente en su conjunto de genes. Losbiólogos especializados en poblaciones handemostrado que aquellos sitios en los que se proponemantener la biota de una región deben ser losuficientemente grandes como para retener unapoblación mínima de 50 a 5.000 individuos de cadaespecie (Barbault y Sastrapradja 1995). A medida quelos fragmentos de hábitat se reducen y quedan cadavez más aislados entre sí, se acelera la tasa local deextinción (Bennett 1999). Ya hay evidencia de que elcambio de clima ocasionado por las actividadeshumanas está agudizando estos fenómenos.

Reconociendo que existen problemas prácticos y éticoscuando se trata de crear bloques de hábitats contiguospara contrarrestar los efectos adversos de lafragmentación, los biólogos de la conservación venahora el uso de corredores entre áreas protegidas comoun mecanismo promisorio para reducir las extincioneslocalizadas (Rosenburg et al. 1997).15 Existe un númerocada vez mayor de estudios empíricos y experimentalesque han confirmado el valor que tiene esta estrategia(Bennett 1999).16 Es posible utilizar varios medios parafomentar la conectividad biológica entre las principalesáreas de hábitat, entre ellos el mantenimiento decorredores bajo una cubierta natural contigua o lapreservación de pequeños hábitats que sirvan como“piedras de paso”, promover diversos patrones decultivo en aquellas tierras ya intervenidas, y conservarárboles grandes tanto vivos como muertos en claros debosque circunvecinos.17 El CBM se propone lograr queesta estrategia funcione.

El concepto del CBM también entraña una serie debeneficios socioeconómicos significativos para lasgentes de la región. Por ejemplo, la red regional decorredores que se prevé bajo esta iniciativa protegeríaextensas áreas de bosque que pueden retener carbonoatmosférico, un servicio susceptible de ser

La lógica

Si se planifica y se pone en práctica correctamente, elCBM constituye un medio para maximizar losbeneficios de la conservación a la vez que mejora lasoportunidades económicas y sociales para laspoblaciones rurales. A diferencia de los enfoquestradicionales de la conservación, que han tratado lasáreas silvestres aislándolas de aquéllas que las rodean yque están cultivadas o colonizadas, el CBMoperacionaliza el enfoque “biorregional” en lo que haceal ordenamiento territorial y al manejo del uso delsuelo. Bajo esta óptica, las comunidades y sus gobiernosdesarrollan estrategias para el uso de la tierra y delagua que comprendan ecosistemas o biorregionesenteros,14 buscando protegerlos y restaurarlos para quesimultáneamente se pueda conservar la biodiversidad ysostener la agricultura, el aprovechamiento forestal, laspesquerías y otras actividades humanas (Miller 1996).

Este enfoque, aplicado a la planificación ambiental, secompenetra con el nuevo énfasis que se le da dentro dela biología de la conservación al mantenimiento de laconectividad entre las poblaciones biológicas. En todoel mundo, la expansión agrícola, el desarrollo vial, laurbanización, la tala indiscriminada, la minería y laexplotación petrolera han dejado divididas muchasáreas de hábitat extensas en fragmentos cada vez máspequeños (Bennett 1999). A medida que esos hábitats sereducen y comienzan a quedar rodeados por paisajesdominados por los humanos, muchas especies nativasquedan confinadas o aisladas en áreas demasiadopequeñas como para que puedan encontrar losalimentos, el agua, las parejas o los refugios apropiadoscontra sus predadores. Es por ello que estas “islas” dehábitats naturales pierden especies a lo largo deltiempo. Los primeros en desaparecer son los mamíferosy aves más grandes (especialmente los predadores).Incluso si el parche de hábitat es lo suficientementegrande como para mantener una población pequeñade especies particulares en condiciones normales, talespoblaciones son vulnerables a la extinción en ese sitiopor el efecto de los huracanes, las sequías, lasenfermedades o por la acción de especies invasoras. Las

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comercializado en los mercados internacionalesemergentes de compraventa de permisos decontaminación. La red del CBM también podría ayudara proteger los suministros de agua de los cualesdependen los residentes de Mesoamérica. La protecciónde bosques y cuencas bajo el CBM podría ayudar areducir el impacto de futuros desastres naturales,facilitaría la preservación de sitios de importanciaarqueológica y cultural crítica, y ayudaría a difundir elturismo de naturaleza más allá de Costa Rica y Belice,donde esta actividad se concentra actualmente. Porúltimo ofrece nuevas oportunidades para que lascomunidades indígenas y los residentes ruralescompartan tanto los beneficios como lasresponsabilidades que conllevan los recursos naturalesen la región.

Si bien en principio estos recursos podrían fluir desdecualquier iniciativa de conservación en gran escala, elconcepto que subyace al CBM tiene la ventaja particularde que reconoce y utiliza la contribución que hacen losvarios tipos de usos de la tierra a la conservación de labiodiversidad. Igualmente implica menoresrequerimientos en cuanto a la cantidad de tierra quehay que dejar libre de actividades humanas que lo quetendría un enfoque que se apoya en la creación degrandes áreas protegidas aisladas, lo cual resultaría enmenos costos de oportunidad para los habitantes de laregión.

El mecanismo: zonas de ordenamiento territorialdiferenciadas

El centro mismo de la iniciativa del CBM esprecisamente un esquema de ordenamiento territorialque consta de cuatro categorías: zonas núcleo, zonas deamortiguamiento, zonas de corredor y zonas de usosmúltiples.18

Zonas núcleo

Las zonas núcleo son lugares designados como “áreasprotegidas”.19 Su propósito es lograr que los bosques,los humedales, estuarios costeros, arrecifes de coral yotros hábitats silvestres continúen manteniendo labiodiversidad y generando servicios ambientales parala gente que vive dentro de ellos o en sus alrededores yaún más allá. Típicamente estas zonas incluirían losnacimientos de los ríos que abastecen de agua a lospueblos, el riego, los proyectos hidroeléctricos y laindustria. Es posible que contengan humedales que soncríticos para el suministro de nutrientes para los suelosde los alrededores, así como estuarios aguas abajo queson vitales para las pesquerías. También pueden

albergar insectos importantes para el control biológicode plagas y enfermedades en las áreas circunvecinas.Las especies silvestres son un recursos crítico para labioexploración relacionada con nuevos alimentos,medicamentos y materiales industriales. Tanimportante como lo anterior es que estas zonas puedencontener paisajes silvestres y sitios históricos que sonesenciales para la identidad cultural y espiritual de lagente.

Mesoamérica ya tiene numerosas áreas protegidas quefuncionarían como las zonas núcleo del CBM, aunqueen su mayoría se trata de áreas pequeñas con unpromedio de sólo 18.400 hectáreas; apenas 18 de ellastienen más de 100.000 hectáreas (véase el Cuadro 2). Entotal las áreas protegidas de Mesoamérica contienencerca del 11% de la superficie terrestre de la región,pero la proporción varía para cada una de las 22ecorregiones que allí existen. Las investigacionessugieren que las zonas núcleo deberían cubrir por lomenos el 10% de una región ecológica dada y queidealmente deberían cubrir un terreno mucho mayor(Soule y Sanjayan 1998).

Zonas de amortiguamiento

El segundo tipo de designación de tierras dentro de lainiciativa del CBM está configurado por las zonasgeográficas que rodean las áreas protegidas y que seconocen como zonas de amortiguamiento. Su propósitoes crear un espacio físico entre aquellas zonasprotegidas que contienen principalmente tierrassilvestres, y las áreas adyacentes que exhiben fincas,bosques aprovechados y otras actividades humanas.Estos anillos de tierras y aguas alrededor de las zonasnúcleo se manejan con el objetivo de que filtren oabsorban los efectos negativos que se manifiestan encualquier dirección. Por ejemplo, la aspersión aérea deplaguicidas en cultivos agrícolas aledaños puededesplazarse por cientos de metros y tener efectos gravesen la biodiversidad silvestre; de la misma manera, sinembargo, los animales salvajes pueden salirse de lazona núcleo y dañar las fincas adyacentes y suscultivos. En efecto, las zonas de amortiguamientosirven como áreas de transición dentro de las cuales losusos del suelo se manejan para reducir y controlar losimpactos intrazonales.

Algunos países de la región como El Salvador cuentancon legislación que determina la creación de zonas deamortiguamiento. En otros, como Guatemala, estaszonas han sido establecidas como categoría de manejo;tal es el caso de la reserva de la biosfera Maya (CONAP1999a). Aun así, las zonas de amortiguamiento que ya

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han sido creadas por lo general no están claramentedemarcadas y muy pocas han sido designadasespecíficamente para filtrar los efectos negativos quefluyen entre las áreas protegidas y las tierras que lasrodean. La experiencia internacional señala laimportancia de designar zonas de amortiguamientopara que operen a la medida de las condicionesespecíficas de cada lugar (UNEP 1996). Si se quiere quelas zonas de amortiguamiento protejan las zonasnúcleo, se debe ofrecer a los residentes un conjunto deincentivos y regulaciones equitativos que promuevancambios en el uso del suelo, al tiempo que secompensan costos como aquellos incurridos por el dañode cultivos.

Zonas de corredor (conectoras)20

El tercer tipo de zona que se propone en la iniciativadel CBM es la zona de corredor. Su propósito esproporcionar senderos de tierra o agua que unan laszonas núcleo, permitiendo así la dispersión de plantas yla migración de animales, así como la adaptación a laspresiones de un hábitat y clima cambiantes.Idealmente, la tierra que se use para los corredoresdebe retornarse a su “estado silvestre” medianteprocesos de restauración. En la práctica, sin embargo,es posible que las tierras que quedan entre las zonas

núcleo ya hayan estado sujetas al uso o asentamientohumanos. En tales casos, se animará a los residentes y/o usuarios de las tierras a que adopten prácticas demanejo apropiadas tales como los cultivos mixtos eintercalados o el cultivo de café de sombra, los cualescrecen en un medio ambiente relativamente inocuo ala biodiversidad, al tiempo que proporcionan a lagente una forma de ganarse la vida. La meta central esasegurar que los patrones de uso del suelo dentro delos corredores imiten a la naturaleza silvestre lo máscercanamente posible, exhibiendo una variedad decultivos, parches de bosque y hábitats silvestres. Desdeun punto de vista social y económico, con loscorredores se pretende mantener y/o mejorar elsustento de los residentes al tiempo que se protegen losflujos de agua y otros servicios ambientales que tienenvalor para los lugareños y los habitantes de toda laregión. El concepto de corredores también ha sidousado más generalmente dentro de la planificaciónpara el desarrollo con el fin de incrementar el valor dela inversiones conectando franjas territorialesasignadas a funciones económicas específicas. Sinembargo, los corredores desarrollados bajo estarúbrica—urbanos, de transporte, de energía—secaracterizan generalmente por paisajes totalmentedomesticados que crean barreras al movimiento deflora y fauna silvestres.21

Cuadro 2. Áreas Protegidas de Mesoamérica

Número Total Pequeñas Grandes Area Total (Categorías de UICN I-VI1) (<10,000 ha) (>100,000 ha) (ha)

% Territorio Nacional

No. de personal3 Trabajando en las AP

México2 41 30 5 1.914.000 8,3 NA Belice 32 20 2 479.000 20,9 67 Guatemala 38 10 4 1.827.000 16,8 218 Honduras 70 54 1 693.000 6,0 166 El Salvador 2 2 0 5.000 0,2 126 Nicaragua 70 48 1 908.000 7,0 144 Costa Rica 85 26 1 723.000 14,2 864 Panamá 30 17 4 1.422.000 18,8 272

Total 368 207 18 7.951.000 10,7 1857

1UICN tiene seis categorías de áreas protegidas que incluye: Categoría I (Reserva Natural Estricta / Area Natural Silvestre), Categoría II (Parque Nacional), Categoría III (Monumento Nacional), Categoría IV (Area de Manejo de Hábitat / Especies), Categoría V (Paisaje Terrestre y Marino Protegido), y Categoría VI (Area Protegida con Recursos Manejados). 2 Areas Protegidas en México incluyendo el CBM están localizadas en los cinco estados del sur: Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, y Yucatán. 3 Significa el número de empleados que trabajan en las áreas protegidas, en todas las categorías de manejo de UICN. CCAD 1998a: 134.

Fuentes: WRI 2000, WCMC 2000.

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Zonas de usos múltiples

El cuarto tipo de zona prevista por el CBM se usa paradistinguir aquellas áreas que exhiben tierras silvestresde las dedicadas a actividades agrícolas,aprovechamiento forestal manejado y asentamientoshumanos. Estas zonas de usos múltiples puedenestablecerse dentro de las zonas de amortiguamiento ode corredor, en algunos casos para denotar áreas

geográficas que serán dedicadas a la ocupación y usohumanos. La categoría de usos múltiples tambiénpuede ser aplicada a áreas más amplias que seextienden más allá de estas tres zonas; esto con el finde promover la diversidad en las prácticas de uso de latierra en general. Esta designación reconoce que lasformas de uso del suelo o asentamientos humanos quemejor conducen a la conservación de la biodiversidadexhiben un mosaico de parches distintos como son lastierras de cultivo, bosques y humedales (véase elRecuadro 2). En las zonas costeras este mosaico puedeincluir áreas pesqueras, arrecifes de coral,instalaciones turísticas y criaderos de camarones.

Dentro de esas zonas es necesario dar incentivos a losresidentes para que adopten prácticas de uso del suelofavorables al medio ambiente, mediante mecanismoscomo los pagos por servicios ambientales. Un ejemplode esta política puede ser la utilización de concesionescomunitarias para el aprovechamiento de productos nomaderables del bosque—como el xate,22 las frutillassilvestres y la pimienta gorda—en la selva Maya23

(Primack et al. 1998; Prins 1998; Somos UNO 1998;CONAP 1999a, 1999b; UICN 2000). De la mismamanera, el cultivo del cacao en el corredor biológicoTalamanca-Caribe constituye un hábitat efectivo paramuchas especies, al tiempo que proporciona medios desustento e ingreso a los productores locales (véase elRecuadro 3). Otra estrategia efectiva ha sido promovertécnicas de cultivos en asocio o intercalados en que losárboles productores de madera crecen por encima defrutales, cafetales de sombra y vegetales, tal y como sepractica en San Lucas Tolimán, un pueblo situado en unárea de uso múltiple en los alrededores del lago Atitlánen Guatemala (visitas en el terreno del equipo de WRI,enero-febrero de 2000).

Cómo determinar la extensión de la zona

El tamaño relativo de cada zona variará según elcontexto social, económico, biológico e institucionaldentro del cual se sitúe. Una variable particularmentecrítica es la intensidad de uso y patrón de asentamientoexistentes. En aquellos lugares donde todavía quedanbastantes terrenos silvestres y la densidad de poblaciónes baja será posible establecer zonas núcleorelativamente grandes; allí los corredores tambiénpueden exhibir tierras silvestres. Sería posible exportarbienes y servicios de esos ecosistemas a las biorregionesadyacentes con el fin de que puedan mantenerpoblaciones más numerosas y proyectos deinfraestructura grandes, como por ejemplo obras deriego y de generación eléctrica. El ingreso provenientede esos bienes y servicios puede reciclarse nuevamente

Recuadro 2. Agricultura ecológica

Las siguientes prácticas pueden ayudar a mantener eincrementar la biodiversidad en tierras agrícolas:

• Los sistemas agroforestales que dan importancia alcultivo de árboles peremnes, intercalados concosechas anuales o pastos;

• Los sistemas de siembra mixtos que exhiben elcultivo mezclado en el mismo terreno de productosque son complementarios (como por ejemplofrijoles, calabazas y maíz);

• Las tecnologías para la producción de cosechasorgánicas y el manejo integrado de plagas, las cualeseliminan o minimizan el uso de los plaguicidas yherbicidas químicos;

• Las zonas de amortiguamiento cercanas a un río oarroyo con cubierta boscosa nativa restaurada oprotegida para que filtren las escorrentías queprovienen de los cultivos antes de que éstas lleguenal agua y para que faciliten la migración de losanimales en corredores a lo largo de los ríos;

• La protección de franjas de bosque natural dentro defincas privadas para que sirvan de hábitat a especiesque favorecen la polinización o son predadoras deinsectos causantes de las plagas;

• La protección de las áreas de humedales dentro defirncas privadas para mantener el nivel freático delagua durante la estación seca, minimizar lasinundaciones durante la estación lluviosa y ofrecerresidencia a las especies de los humedales;

• La restricción de actividades que interfieren oviolentan las áreas de sensibilidad ecológica durantelos períodos críticos de migración o anidamiento deaves;

• El mantenimiento de la variedad en los cultivostradicionales y especies de animales.

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hacia las zonas núcleo para ayudar a cubrir sus costosde operación.

En las áreas densamente pobladas la extensión de losterrenos silvestres será reducida. La agricultura, elpastoreo, el aprovechamiento forestal o, si se trata deáreas costeras, la pesca, ocuparán la mayor parte delpaisaje. En este caso las zonas núcleo y los corredorestendrán una extensión limitada. Inicialmente puedenexhibir fincas pequeñas, pastos para ganado y bosquesaprovechados. En el corto plazo, es posible que losresidentes de los alrededores deban seguir usando losrecursos que tradicionalmente han extraído de la zona

núcleo hasta tanto no haya fuentes de sustentoalternativas. Los gobiernos pueden apoyar latransición asegurando que esas comunidades puedencaptar una proporción del ingreso generado por laszonas núcleo, por ejemplo a partir del suministro deagua y del ecoturismo, a cambio de que esascomunidades vayan eliminando paulatinamente susactividades agrícolas y de aprovechamiento forestal.En áreas de particular importancia para laconservación, es posible que sea necesario comprartierras y proporcionar incentivos económicos parahacer que la gente se aleje de las zonas núcleo y seestablezca en otros lugares.

Recuadro 3. Cómo vincular a los pequeños agricultores al Corredor Mesoamericano

Hace poco menos de 10 años, don Luis Rodríguez compróuna finca de 20 hectáreas cerca del corredor biológicoTalamanca-Caribe, establecido recientemente en elsuroeste de Costa Rica. Debido a la degradación de suspastos y a sus suelos gravemente erosionados, la gente dellugar dudaba que la finca de don Luis pudiera volver a serproductiva. Pero éste tenía la idea de que podría restaurarla tierra permitiendo el rebrote de árboles nativos, altiempo que sembraba toda una variedad de cultivos ycriaba animales domésticos. A punta de sudor, don Luisha logrado hacer una finca que ayuda a garantizar lasnecesidades de corto y largo plazo de su familia. Losárboles que han rebrotado, al igual que los plantados,están estabilizando y enriqueciendo el suelo yproporcionarán el ingreso futuro para la educación de loshijos y la jubilación de los mayores. Los árboles de cacaoorgánico, palmas y otros frutales están comenzando aproducir cultivos para nutrir la “cuenta de ahorros anualde la familia”. Y ahora que el suelo se ha estabilizado y escada vez más fértil, la familia puede cultivar piñas,tomates, yuca, otros vegetales y plantas medicinales,además de criar pollos, pavos, peces y cabras para susnecesidades inmediatas de alimento y dinero efectivo.Don Luis no ha mejorado solamente la condicióneconómica de su familia, sino que su finca ahoraconstituye un hábitat de flora y fauna. Gracias a su éxito,don Luis ha sido nombrado coordinador de la Asociación

de Pequeños Productores de Talamanca (APPTA), de lacual hacen parte 1.500 agricultores –muchos de ellosindígenas— que utilizan prácticas agrícolas innovadoras ymanejo integrado de plagas para producir banano yjengibre orgánico, así como el 20% del cacao orgánico delmundo.

Si se quiere que el CBM salga adelante, es necesario quemuchos otros productores de la región sigan el caminoadoptado por don Luis Rodríguez. Es posible que lamayoría no posea su misma visión extraordinaria ycapacidad de compromiso. Pero si se trabaja con líderescomo don Luis, los planificadores del corredor puedenidentificar las políticas e incentivos de mercado quemotiven a otros productores a seguir su ejemplo. Al crearun mayor número de oportunidades para que lascomunidades residentes participen en la planificación ymanejo del CBM, quienes respaldan esta iniciativa puedenayudar a integrar a miles de pequeños productores altejido de la red de corredores que se extenderá por todaMesoamérica.

Fuente: Visita del equipo de WRI a la región de Talamancaen Costa Rica, y entrevista personal con don LuisRodríguez y otros representantes de APPTA, febrero 2000;UICN 2000: 92-93.

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III.Desafíos y Oportunidades Estratégicas

• Armonizar los marcos legales e institucionales ypromover la coordinación intersectorial.

• Establecer prioridades de manejo e inversión.

A continuación se discutirá la importancia de cada unode estos retos en lo que hace a establecer un terrenocomún para la construcción del CBM. Para ello sepresenta un conjunto de preguntas en cada sección conel fin de ayudar a los grupos de interés a identificarrespuestas efectivas para el desafío en cuestión.

Conciliar los intereses de los diversos grupos

Los diversos intereses y aspiraciones de los grupos quehacen parte del CBM estarán determinados por elacceso con que cuentan actualmente a los recursosnaturales, sus condiciones socioeconómicas y susvalores y creencias culturales. Así pues, para losconservacionistas el CBM representa una de las pocasopciones disponibles para garantizar la supervivenciade miles de especies que se extinguirán definitivamentesi continúan las tendencias hacia la pérdida de hábitat.Para los migrantes sin tierra y los grupos indígenas, laexpansión de las áreas protegidas y corredoresparecería disminuir sus prospectos de reclamar sustierras y controlar sus destinos. Para los residentesurbanos el CBM podría significar un suministro deagua más limpio y la reducción de los flujosmigratorios hacia las ciudades más grandes a medidaque mejoran las condiciones socioeconómicas en lasáreas rurales. Mientras tanto, es posible que lasindustrias maderera y pesquera perciban que el CBMva a poner límites a sus tasas futuras deaprovechamiento. La manera como estos grupospuedan mitigar sus diferencias—si logran hacerlo—determinará los enfoques, políticas y prácticas demanejo que configuren el CBM, y en últimas el éxito ofracaso general de esta iniciativa. Los prospectos paraque se produzca esta conciliación de intereses seránmejores si este esfuerzo procede a través de tres etapas

Pese a que existe un elevado nivel de compromisopolítico y respaldo financiero para el CBM, quedanvarios desafíos estratégicos que deben ser abordados sise quiere que su ejecución tenga éxito. El CBM, tal comoha sido articulado y respaldado por los líderesregionales, puede representar una visión compartidapor ministerios del Medio Ambiente y biólogos de laconservación, pero todavía no ha logrado una acogidaamplia por parte de funcionarios gubernamentales, elsector privado y la sociedad civil. En razón a su alcancey a sus metas, el futuro del CBM depende mucho másde la movilización de complejas redes institucionales,sociales y de información, de lo que han exigido lasiniciativas de conservación. Dada la diversidad internade las sociedades mesoamericanas, el diseño del CBMrequiere que se comprenda plenamente todo el espectrode intereses en funcionamiento en los niveles local ynacional. Su construcción efectiva no exigirá solamentela aprobación de grupos de interés claves, sino tambiénsu voluntad de movilizarse activamente en favor de lainiciativa. Por estas razones, el proceso de planificacióny ejecución debe incorporar oportunidades de diálogo yque estos grupos hagan parte de una toma dedecisiones participativa.

Entre los desafíos claves que enfrenta el CBM figuran:

• Conciliar los intereses de los diversos grupos.

• Fomentar la gobernabilidad democrática yposibilitar la participación de la sociedad civil.

• Canalizar información para una toma de decisionesparticipativa.

• Clarificar las funciones de las categorías deordenamiento territorial del CBM.

• Abordar los asuntos relacionados a los derechos depropiedad y tenencia de tierra.

• Captar los beneficios de los bienes y servicios de losecosistemas.

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principales: (1) identificación de puntos de acuerdo ydesacuerdo entre los grupos; (2) creación de un procesode comunicación entre los grupos de interés quepermita negociar diferencias y compartir los acuerdos aque se ha llegado; y (3) aplicación de aquellosproductos y políticas que se han diseñado para lograr elcompromiso de los grupos de interés a la luz de losprocesos previos de evaluación y comunicaciones.

El primer paso hacia la conciliación de las diferentesperspectivas de los grupos de interés es que losplanificadores identifiquen esos intereses y la forma enque se contradicen o coinciden. En el Cuadro 3 seresumen los tipos de resultados que tres gruposprincipales—los conservacionistas, las poblacionesrurales y el gobierno/gran empresa privada—podríanesperar del CBM. Estos resultados se basan en

entrevistas extensas con representantes de estosgrupos de interés en la región.

Existen contradicciones potenciales significativas entreestos intereses. Por ejemplo, la expansión de las áreasprotegidas en ecosistemas en peligro podría producirseen zonas que comúnmente son centros de culturasindígenas y de biodiversidad. A menos que la políticadel gobierno logre que las comunidades indígenasparticipen en el comanejo de las áreas protegidas, esposible que esta expansión entre en conflicto con eldeseo de esos grupos de que sus reclamos de tierrassean oficialmente reconocidos. Por otro lado, puede queel interés de que aumente la inversión en transporte einstalaciones de turismo por parte de losurbanizadores vaya en contra de la meta de losconservacionistas de proteger las especies en peligro.Además, el hecho de que la responsabilidad por las

Cuadro 3. Ejemplos de los resultados deseados por los principales grupos con intereses en el CBM Conservacionistas

• Mejor representación en las áreas protegidas de aquellos ecosistemas que se encuentran en

peligro • Restauración de corredores de hábitats naturales • Creación de paisajes favorables a la biodiversidad alrededor de áreas núcleo naturales y

corredores • Estabilización y recuperación de poblaciones de especies en peligro • Expansión de los servicios de los ecosistemas y reducción de las amenazas humanas a la

biodiversidad Poblaciones rurales

• Mayor acceso a la planificación de recursos y a la formulación de políticas • Mayor participación en la toma de decisiones • Reconocimiento y legitimación de los derechos de los indígenas a la tierra • Reconocimiento del conocimiento ambiental tradicional y de una variedad de prácticas

alternativas y sostenibles de manejo de recursos • Protección de tradiciones culturales y sitios sagrados • Mejor abastecimiento de agua y salud pública • Menor vulnerabilidad a las inundaciones y otros desastres • Mayor empleo e ingreso para los residentes • Mayor acceso al crédito • Mayor acceso a los mercados internacionales de bienes y servicios producidos en forma

sostenible Gobiernos/sector privado

• Surgimiento de mercados domésticos e internacionales para bienes y servicios ambientales • Nuevos incentivos tributarios y de política para fomentar prácticas sostenible de uso del suelo • Desarrollo de infraestructura de transporte e instalaciones turísticas • Mayor integración económica regional • Mayores niveles de educación y disminución de la migración a los centros urbanos • Pago o reconocimiento justos por los bienes y servicios ambientales que se proporcionan

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políticas y el manejo de los recursos naturales recaigacada vez más en las autoridades locales puedecomplicar los esfuerzos encaminados a fortalecer laintegración económica de la región.

Con todo, no es difícil encontrarcomplementariedades. Los conservacionistas quierenla protección y restauración de ecosistemas vitalescomo los humedales y las cabeceras de los ríos dondehay bosques riparios. Entre tanto, a los habitantes delas áreas rurales y urbanas en toda la región lesgustaría tener un abastecimiento de agua de mejorcalidad y más confiable. Al centrarse en talesecosistemas, el CBM puede conservarsimultáneamente hábitats importantes por subiodiversidad, mejorar la calidad del agua y reducir elpotencial destructivo de las inundaciones. De la mismamanera, la descentralización de la autoridad y lacapacidad de manejar los recursos naturales deberíaincrementar las oportunidades de empleo en el nivellocal, al tiempo que fomenta el desarrollo de lasdestrezas necesarias para conservar la biodiversidad ymanejar los recursos naturales en forma sostenible.Esto bajo el supuesto de que los gobiernos localesposeen los recursos suficientes para desempeñar susnuevas funciones. Los ingresos de los pequeñosproductores podrían mejorar si se mejorara el acceso alos mercados para productos ecológicos como el café yel cacao orgánicos (PROARCA /CAPAS 1999, IUCN2000). A medida que los agricultores comienzan acambiarse a esos productos, habrá toda una variedadde aves y mamíferos pequeños que se beneficien con laexpansión de su área de hábitat efectiva.

El segundo paso hacia la formulación de una visióncomún del CBM es crear confianza entre los variosgrupos involucrados, invitándolos a participarampliamente en las discusiones relativas a sus políticasy planificación en todos los niveles: regional, nacional ylocal. A medida que el proceso de planificación delCBM sale de las capitales y comienza a realizarse en elterreno, puede ser benéfico crear una vía que permita alos grupos identificar los resultados esperados. Estodebería ayudar a clarificar cuáles son las accionesnecesarias para llevar a cabo el CBM en una localidaddada.

El tercer paso hacia la conciliación de las diferentesperspectivas en torno al CBM tiene que ver con laejecución de políticas y proyectos que ofrezcan unamezcla equilibrada de beneficios biológicos ysocioeconómicos, teniendo en cuenta las necesidadesexpresadas durante el proceso de planificación (En elRecuadro 4 se describe un modelo para llevar a cabo tales

actividades). A medida que procede la ejecución, esimportante que los planificadores y los grupos deinterés reconozcan que las actividades que sepromuevan a través del CBM variarán con el tiempo;ciertamente, dada la escala de los problemas es muyposible que el logro de las metas del CBM tomedécadas. La estrategia más efectiva para establecer lasecuencia a seguir dará prioridad a aquellos proyectosque busquen aumentar el respaldo hacia la iniciativa ensus etapas tempranas, antes de proceder a abordarnecesidades de conservación y económicas de más largoplazo.

A continuación aparece un resumen de una estrategiaefectiva para determinar la secuencia de actividades delCBM.

Futuro inmediato: 1 a 3 años. La asignación de fondospara el despegue de los componentes del CBM puedeayudar a crear oportunidades de empleo y programassociales, y a fortalecer las áreas protegidas, todo lo cualpuede beneficiar a la gente relativamente rápido. Sepueden crear empleos en viveros de plantas y proyectosde reforestación, áreas protegidas, iniciativas debioexploración y empresas de ecoturismo. Entre losprogramas sociales figura la demarcación de losterritorios indígenas, crédito para vivienda rural ymantenimiento de caminos. Las áreas protegidas másimportantes pueden ser fortalecidas de inmediatodemarcando sus límites, colocando signos y realizandoreuniones de divulgación con los residentes.

Durante esta etapa se deben priorizar políticas yproyectos que ofrezcan una combinación balanceada debeneficios biológicos y socioeconómicos a todos losgrupos de interés, en vez de centrarse en un solo tipode tales beneficios. Por ejemplo, uno de los primerosproyectos podría enfocarse en la restauración de unacuenca hidrológica municipal que esté localizada entredos áreas protegidas. Un esfuerzo de ese tipoproduciría los resultados biológicos esperados (larestauración de un hábitat natural que vincula dos áreasprotegidas previamente aisladas), resultados de caráctersocial (mayor acceso al agua limpia) y resultadoseconómicos (incentivos tributarios para lospropietarios de tierras que apliquen prácticassostenibles de uso del suelo). Es así como los diversosgrupos de interés confiarán cada vez más en que elCBM merece su apoyo y así crecerá la participación.

Mediano plazo: 4 a 10 años. Una vez que se ha creadoconfianza entre los diferentes grupos y ciudadanos, lasiguiente fase de inversiones puede centrarse enprogramas más complejos. Si se asigna tiempo para

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ampliar las consultas y la planificación de losproyectos se abrirán más opciones en las esferaseconómica, social y de conservación. Por ejemplo, esposible desarrollar programas educativos que atraigana la gente a las áreas protegidas, permitiéndolesapreciar la manera en que éstas se benefician de susformas de sustento y cómo podrían ayudar acomanejarlas. Es así como se podrán establecer nuevosesquemas de manejo y capacitar a la gente para queconfigure los equipos que estarán a cargo. Al mismotiempo se pueden promover prácticas agrícolas y demanejo de bosques en las zonas de amortiguamiento yusos múltiples que sean favorables a la biodiversidad,fijen carbono y conserven agua. Esto implica crearasociaciones con universidades y centros agrícolas yforestales para ayudar a probar y aplicar la tecnologíaapropiada y los esquemas de cultivo. Los corredores sepueden definir en el terreno después de consultar enforma adecuada con residentes y vecinos. Senegociarían acuerdos con los habitantes de las áreas de

corredor para establecer los esquemas más apropiadosde cultivo y uso de agua y suelos. En esta fase se puedeofrecer a los residentes de las áreas núcleo y decorredor la posibilidad de reestablecerse en otroslugares a cambio de una compensación inmediata yjusta. A partir de los análisis de leyes, regulaciones ypolíticas gubernamentales existentes se puede sugerirla manera de modificar tales normas para fomentaractividades económicas favorables al medio ambienteen las zonas de amortiguamiento, de corredor y deusos múltiples. Cuestiones como incentivos tributarios,crédito, estándares de salud y seguridad, y códigossobre prácticas ecológicas pueden ser utilizadas parafomentar inversiones y empleo, al tiempo que seprotege el ambiente y se promueven estándaresrelativos al carbono, la salud y la calidad del agua. Enesta etapa se podría instar a otras fuentes de asistenciapara el desarrollo a que se hagan cargo de la inversiónsocial necesaria. Los programas económicos podríanautofinanciarse captando rentas a partir de los servicios

Recuadro 4. El movimiento Campesino a Campesino

Campesino a Campesino (CAC) es un movimientodescentralizado y liderado por los pequeñosproductores para promover la agricultura sostenible enMesoamérica. Aparentemente se originó entre loskaqchikel mayas de Guatemala quienes, para hacerfrente al deterioro de sus condiciones socioeconómicas yecológicas, se organizaron con el fin de experimentarcon técnicas agrícolas simples en sus propias tierras.Cuando esas técnicas comenzaron a producir beneficiosvisibles en sus parcelas—se dice que los rendimientos delmaíz y los frijoles aumentó entre un 100 y un 200% enapenas unos años, y que las ganancias reportadas por elajo, la cebolla, el café y las papa aumentaronostensiblemente—los vecinos comenzaron a interesarse.Es así como, con el apoyo de las ONG, los productoreskaqchikel fundaron una cooperativa de 900 miembroscon el propósito de propagar sus técnicas de agriculturasostenible. La situación de descontento político enGuatemala a principios de los años ochenta condujo a ladesaparición de la cooperativa y al desplazamiento demuchos agricultores kaqchikel hacia Honduras yMéxico, donde establecieron docenas de proyectosagrícolas. Durante ese proceso nació un proyectotransnacional, a medida que los agricultores de todaCentroamérica comenzaban a aprender y a transmitirlas prácticas y méritos de la agricultura sostenible.

El movimiento CAC ha producido una combinación debeneficios sociales, económicos y ambientales enaquellas áreas donde se ha arraigado. Entre losbeneficios sociales del CAC figuran el reconocimiento y

legitimación de las prácticas sostenibles de estosagricultores, un mayor orgullo y entusiasmo entre losproductores a medida que comparten susconocimientos con sus pares, un apoyo mucho másamplio para los proyectos agrícolas liderados por lospropios campesinos, y mayor comunicación y vínculosentre estos últimos. Desde el punto de vista económico,el CAC ha permitido incrementar la producción (en elnorte de Honduras, estas prácticas han probado ser30% más rentables que los sistemas que requiren unnivel elevado de insumos) y mayor diversificación decultivos, procesamiento y comercialización. Entre losbeneficios ambientales figuran la regeneración dedecenas de miles de hectáreas de suelos agotados, laposibilidad de revertir procesos agroecológicosdegenerativos, y el abandono paulatino de prácticasagrícolas que requieren de grandes cantidades deagroquímicos.

La participación de estos productores y susinnovaciones, junto con los imperativossocioeconómicos y ecológicos vigentes, son factoresclaves en la duplicación y continuación del movimientoCAC. Su capacidad ya probada de producir beneficiosecológicos, sociales y económicos en forma simultáneaha hecho que el CAC sea un modelo relevante para lasiniciativas futuras de conservación y desarrollosostenible en Mesoamérica.

Fuente: Bunch y López 1994; Holt-Giménez 1996; Holt-Giménez, comunicación personal, febrero de 2001.

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de los ecosistemas (protección de fuentes de agua,fijación de carbono y ecoturismo), mientras que lafinanciación para la conservación de la biodiversidad(como la proveniente del GEF), podría dedicarse a losprogramas biológicos.

Largo plazo: 10 a 30 años y más allá. En muchas partes dela región los elementos básicos del CBM podrían estarfuncionando al final del período definido como demediano plazo:

• Las zonas núcleo claves han sido demarcadas,aprobadas, cuentan con personal y han establecidorelaciones de cooperación con las poblacionesvecinas.

• Las comunidades que viven alrededor de las zonasnúcleo y sus corredores conectores ofrecen mejoresoportunidades de empleo y subsistencia, así como unmejor acceso a vivienda adecuada, educación einstalaciones de salud.

• Se han expandido las oportunidades para lasempresas mediante la creación de un entorno legal,regulatorio y de políticas favorable a su desarrollo.

Dados los antecedentes de inequidad en los gruposétnicos, los efectos de la guerra y la consecuentedegradación de las condiciones socioeconómicas yambientales, es muy posible que los primeros 10 añosdel programa se vayan en establecer un clima deconfianza entre los grupos de interés de la región. Estetrabajo preparatorio permitirá que las inversiones delago plazo generen una mayor rentabilidad. Porejemplo, las nuevas empresas de ecoturismo que seestablezcan pueden ser en copropiedad y comanejo conlas comunidades residentes y grupos indígenas, demanera que parte de las ganancias vayan a apoyar lasnecesidades relativas al desarrollo y la conservación. Larestauración gradual de los bosques puede promover lacreación de empresas productoras de madera y leña depropiedad local. Las comunidades pesqueras puedendiversificarse hacia el ecoturismo manejando empresasde buceo en los arrecifes coralinos de la región. Lascomunidades rurales más alejadas pueden obtenerenergía a partir de pequeñas unidades hidroeléctricas.Las zonas núcleo claves tendrán límites definidos yseguros, de manera que disminuyan la caza furtiva, elcorte de árboles y plantas, así como los nuevosasentamientos. La erosión habrá disminuido y el aguade los arroyos será más limpia, además de que éstostendrán un caudal regular durante todo el año. Lospueblos costeros y las comunidades que habitan en lasmontañas estarán mejor protegidas contra el daño de

las tormentas, incluyendo inundaciones y avalanchasde lodo. Asimismo, los programas de inversiónorientados hacia la equidad social atraerán a loshabitantes asentados en sitios biológicamente delicadoshacia poblados y otras áres que ofrezcan formas desustento más productivas.

Las siguientes preguntas pueden ayudar a losparticipantes en el proceso de planificación dentro deuna localidad particular a identificar aquellosresultados deseados que tengan mayor trascendenciapara ellos, y a desarrollar un sentido colectivo de lo queles gustaría obtener del CBM:

• ¿Cuáles de los sistemas degradados en el área deberíanser restaurados y por qué?

• ¿Cuáles de los servicios de los ecosistemas deberíanconvertirse en el foco de los esfuerzos del CBM en el área(véase el Cuadro 1)?

• ¿Cuáles de las poblaciones de especies que se encuentran enpeligro deberían ser priorizadas en los esfuerzos deconservación?

• ¿De qué manera pueden contribuir al CBM los habitantesrurales y urbanos?

• ¿Cuáles de las necesidades básicas del área (por ejemploempleo, seguridad alimentaria, acceso a un suministro deagua limpio y seguro) deben ser satisfechas por el CBM?

• ¿Cómo puede el CBM proteger a los residentes del áreacontra inundaciones y otros desastres naturales?

• ¿Cuáles de las tradiciones sociales y herencia cultural delárea deberían ser protegidas por el CBM?

• ¿Cómo puede el CBM mejorar la participación pública enla política relativa al manejo y gobernabilidad de losrecursos naturales?

• ¿Qué tipo de beneficios económicos y oportunidadesdebería generar el CBM en el área y quiénes deberíanrecibirlos?

• ¿Cómo podría compensar el CBM los costos y pérdidaseconómicos causados por las actividades del programa?

• ¿Cuáles de los negocios que tienen lugar en el áreadeberían beneficiarse más del CBM?

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Fomentar la gobernabilidad democrática y posibilitar laparticipación de la sociedad civil

La manera en la cual las autoridades estatales ejercensus responsabilidades y rinden cuentas por lasdecisiones que toman tiene una influencia marcada enel desarrollo político, económico y social de un país. Laparticipación de la sociedad civil en el debate y lasacciones públicas constituye la piedra angular de lagobernabilidad democrática y el establecimiento de unentorno que conduzca a un crecimiento y desarrolloeconómico de base amplia. A medida que los gobiernosdescentralizan sus responsabilidades y autoridad sobrelos recursos naturales, es importante que lascomunidades respectivas tengan derecho a que se lesrindan cuentas y a que la toma de decisiones seatransparente.

El fin de los conflictos regionales ha permitido queCentroamérica dé inicio a una serie de reformasimportantes en el campo institucional, político,socioeconómico y ambiental. La integración económica,junto con la consolidación de la democracia, larevitalización económica, la privatización y ladescentralización, se ha convertido en el marco para lamodernización de las naciones centroamericanas. Estaspolíticas son el resultado del reconocimiento por partedel gobierno de sus fracasos pasados, de las presionesinternacionales y de los llamados de la sociedad civil yel sector privado para que se lleven a cabo las reformasnecesarias. El Sistema para la IntegraciónCentroamericana (SICA) y la AlianzaCentroamericana para el Desarrollo Sostenible(ALIDES) son las dos instancias más significativasdesde las cuales se ha hecho un llamado para que seforje un nuevo orden en la región. Dentro de estosmarcos, la restauración de hábitats degradados y laconservación de los ecosistemas se han convertido enespacios críticos para la aplicación de reformas decarácter legal, institucional y de política ambiental enla región.

A medida que los países de la región amplían susdemocracias, a nivel local se van creando nuevasoportunidades para que las organizaciones sociales yprivadas, el sector empresarial y aún grupos que se hanmantenido tradicionalmente apartados –comunidadesindígenas, mujeres y campesinos—expresen susnecesidades y preocupaciones. Los esfuerzos portransferir autoridad al nivel municipal han estimuladola inversión en el fortalecimiento de las capacidades delos gobiernos locales,24 pero estos esfuerzos han sidopor lo general insuficientes cuando se trata de llenar elvacío dejado por el retiro del gobierno central de

muchos sectores donde se toman decisiones. Esto esparticularmente cierto en el caso del desarrollo yaplicación de normas y políticas ambientales.25 Es asícomo las autoridades locales, con muy pocasexcepciones (véase el Recuadro 5), no han logradocapitalizar sus nuevas responsabilidades.

La capacidad de los gobiernos locales para cumpliruna función constructiva en el manejo ambiental se vereducida por todo un conjunto de debilidadesinstitucionales, entre ellas la corrupción, la ausencia dedestrezas administrativas, financieras y técnicas,26 y laincapacidad de resolver los conflictos surgidos entre losgrupos de interés local en torno al uso de los recursosnaturales. Sin embargo, estas debilidades nodisminuyen su papel potencial en la planificación ygobernabilidad del CBM. Por el contrario, los gobiernoslocales deben ser actores importantes en lo quecorresponde a facilitar los procesos de participación yconcientización ciudadanos, y en garantizar laaplicación y cumplimiento de las nuevas normas sobreuso del suelo.

En muchas partes de Mesoamérica, las agencias delgobierno central han tendido a retener un controlpráctico sobre el manejo de los recursos naturales; así,la devolución efectiva de la toma de decisiones es laexcepción y no la regla. En Honduras y Nicaragua, porejemplo, las concesiones madereras y mineras han sidonegociadas en secreto entre agencias del gobiernocentral y compañías privadas. Lo mismo sucedió conlos planes para permitir la realización de perforacionesde petróleo en la reserva de la biosfera Maya en Guate-mala, y con el proyecto dirigido a completar la parte dela Carretera Panamericana correspondiente al tapón delDarién en Panamá (Native Forest Network 1997, HEED2000, IGC 2000). Las poblaciones residentes han tenidomuy pocas oportunidades de expresar sus necesidadesy preocupaciones.

Lo mismo ocurre en las relaciones entre el gobiernocentral y las comunidades indígenas. Algunos países dela región han reconocido oficialmente la existencia desistemas de gobierno indígenas y han concedidoautonomía territorial a esas comunidades (González1996, Currle et al. 1999, ILRC 1999,27 Kaimowitz et al.1999). No obstante, las actuales políticas de desarrollorural, reforma agraria y adjudicación de concesionesforestales y mineras frecuentemente se contraponen aestos compromisos. Por esta razón, aun cuando tienenautonomía legal, los grupos étnicos siguen estando enconflicto con invasores y otros grupos locales.

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Muchos esfuerzos de conservación con impacto en losgrupos indígenas se han caracterizado por utilizar unenfoque vertical. En Nicaragua, la Ley de Autonomíade la Regiones de la Costa Atlántica de 1987 estableciódos regiones autónomas separadas a lo largo de la costaatlántica, que abarcan un 43% del territorio nacional.Ambas están gobernadas por órganos con autoridadlegal considerable sobre los problemas, las tierras, losbosques y las aguas de la región. Si bien esta leyreconoce formalmente los derechos de propiedadcomunal de los grupos indígenas, sus territorios nuncahan sido formalmente titulados o demarcados. Cuandoen 1991 el gobierno estableció la reserva nacional derecursos naturales de Bosawas en una extensión de8.000 kilómetros cuadrados, los grupos indígenas y suslíderes comunitarios no fueron consultados (Kaimowitzet al.1999). Este tipo de actitudes ha dado lugar aconflictos y tensiones en torno a quién es dueño de losrecursos y a la dirección se le debe dar a los esfuerzosde conservación en muchas partes de la región.

Empero, las cambiantes condiciones políticas y socialesde la región están creando oportunidades para una

mayor participación de actores no gubernamentales enla consecución de las metas del CBM. Los convenios deasociación pueden crear un sentimiento de propiedadcompartida de los recursos, lo que a su vez puedecontribuir a proteger las tierras públicas. Los gobiernospueden involucrar a los residentes en la formulación deregulaciones de protección y asegurarse de que cuentancon mecanismos legales adecuados para sufiscalización. Las agencias del Estado pueden fortalecerlos derechos consuetudinarios de las comunidadesrurales en cuanto al acceso a la utilización de losbosques adjudicando títulos de propiedad de la tierra,proporcionando asistencia en la demarcación de límites,y facilitando el acceso a la información y al crédito. Porotra parte, los esquemas de manejo colaborativo entreagencias del Estado y organizaciones locales, junto conacuerdos de servidumbre ecológica con propietariosprivados, pueden dar lugar a una estrategiaimportante para el manejo y uso sostenible y efectivode los recursos. (CONAP 1999b, Borrini-Feyerabend etal. 2000, Mejías 2000) (véase el Recuadro 6).

Recuadro 5. Autonomía local para la planificación y el manejo ambiental en el cantón San Ramón, Costa Rica.

responsabilidades de manejo y regulación ambientales,entre ellas la organización de talleres destinados aaumentar la participación pública en la solución deproblemas ambientales locales.

Sin embargo, la descentralización del manejo ambientalen San Ramón desató problemas de competencia entrelos esfuerzos de la municipalidad y los de las agenciasdel gobierno central, principalmente el ministerio deAmbiente y Energía (MINAE). Con el propósito de llegara una solución, en 1996 el ministerio y el gobiernomunicipal firmaron un acuerdo en el cual se reconocenlas responsabilidades de este último en la toma dedecisiones ambientales y se prevé una mayorparticipación de las organizaciones de la sociedad civil.

El mayor mérito de esta iniciativa es su origen local, locual demuestra la contribución clave que los gobiernossubnacionales pueden hacer al manejo ambiental.También sirvió para fortalecer la confianza en laadministración local y crear más oportunidades departicipación y cooperación por parte de los gruposafectados.

Fuente: Chaves y Loría 1998.

Los 60.000 habitantes del municipio de San Ramón, CostaRica, dependen de la base local de recursos naturales parala agricultura (en particular el café, pero también caña deazúcar, hortalizas y plantas ornamentales) y la ganadería.Entre los principales problemas ambientales que enfrentaesta localidad se encuentran la degradación del suelo, laerosión, la deforestación de tierras de ladera y lacontaminación por agroquímicos.

A principios de los años noventa, la municipalidadcomenzó a trabajar en cooperación con la AsociaciónRamonense para la Conservación Ambiental (ARCA), ungrupo de estudiantes, y con personal de la Universidad deCosta Rica en San Ramón. Juntos emprendieron un exitosoesfuerzo dirigido a proteger de la minería a la cercanareserva biológica Alberto Manuel Brenes, lo cual estimulóa la municipalidad a movilizar mayores recursos para elmanejo ambiental.

En 1996, la municipalidad creó la Comisión AmbientalMunicipal y más tarde la Oficina de Recursos Naturales dela Municipalidad, con el fin de vigilar los problemasambientales y trabajar para garantizar la utilizaciónsostenible de los recursos naturales. A la Oficina deRecursos Naturales de la Municipalidad, que obtuvoautorización oficial de la Ley Forestal, le fueron asignadas

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Los recursos naturales se encuentraninextricablemente insertos en un contexto políticocaracterizado por la competencia por ejercer controlsobre ellos. En la medida en que los grupos de interésponen a prueba nuevos regímenes de manejo yexperimentan con diferentes mecanismos de toma dedecisiones, el CBM también puede brindaroportunidades para la capacitación en manejo deconflictos.

Si han de participar de modo determinante en laplanificación y el manejo del CBM, los grupos yorganizaciones locales—incluidos gobiernosmunicipales, ONG, asociaciones civiles, empresas yresidentes urbanos—necesitan un ambiente políticodonde prevalezcan los derechos humanos y el imperiode la ley. La movilización social en apoyo del CBM va adepender del sistema democrático que se construyapara gobernar el capital natural de Mesoamérica.

Los siguientes interrogantes pueden ser útiles enestablecer una participación local determinante en laplanificación y el manejo del CBM:

• ¿Cuáles son los problemas y oportunidades degobernabilidad ambiental más importantes en el diseño,ejecución y supervisión del CBM?

• ¿Quiénes deberían participar activamente en la toma dedecisiones locales de planificación y manejo?

• ¿Qué poder tienen los grupos afectados y de qué modoson responsables de sus decisiones?

• ¿Qué tipo de políticas—implícitas o explícitas—impiden una participación significativa de quienestienen intereses en el CBM?

• ¿Cómo se puede hacer efectiva la descentralización delmanejo de recursos en las áreas de corredor?

Recuadro 6. Manejo colaborativo del Parque Nacional Sarstoon-Temash en Belice

varios donantes internacionales. El Fondo Internacionalde Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Fondo de DesarrolloEcoLógico les otorgaron una donación conjunta pararegistrar su comité con el gobierno como InstitutoSarstoon-Temash de Gestión Indígena (SATIIM).Actualmente SATIIM se encuentra a la espera de unadonación del Banco Mundial/Fondo Mundial para elMedio Ambiente (GEF) dirigida a crear un plan demanejo para el parque, documentar sus recursosbiológicos, registrar el conocimiento ecológico tradicionaly mejorar su propia capacidad de gestión.

En el marco de la propuesta de SATIIM, los gruposindígenas desempeñarán un papel central en laadministración del parque trabajando como guíasturísticos, administradores de recursos, custodios delparque e investigadores ecológicos. Sus actividades yaestán teniendo un impacto en la práctica. Sin esperar a laformalización de los acuerdos, la gente de la zona hacomenzado por sí sola a regular la agricultura y el uso derecursos. La meta máximo de SATIIM es demostrar queconferir responsabilidad a las comunidades indígenas enmanejo formal de sus recursos tradicionales puede servirsimultáneamente para cumplir objetivos ecológicos,económicos y culturales. SATIIM espera que sus logrosestimulen la difusión de esquemas similares en otraspartes de la región.

Fuente: Caddy et al. 2000.

El parque nacional Sarstoon-Temash de Belice contienebosques húmedos y humedales de importancia mundial,así como numerosas especies de aves, anfibios, peces yreptiles. Está localizado en Toledo, un distrito aislado ysubdesarrollado que además alberga a la mayorproporción de grupos indígenas del país. Aunque lacreación del parque por parte del gobierno en 1994 implicótomar territorios de cinco asentamientos indígenas—cuatrode ellos q’eqchi’ maya y uno garífuna—tal paso se llevó acabo sin previa consulta con las comunidades afectadas.

La primera reacción de estos grupos fue exigir eldesmantelamiento del parque, argumentando que losprivaba de la tierra y los recursos de los que dependíanpara sobrevivir. En 1997, sin embargo, los representantesde cinco aldeas decidieron procurar un acuerdo con elgobierno para manejar el parque conjuntamente. Taldecisión representaba una movida arriesgada, dado que lascomunidades no tenían experiencia en el manejo derecursos ni existían antecedentes de algún acuerdo similarpara tomar como base en la preparación de éste.

Desde entonces las cinco comunidades, con la asistencia deagencias gubernamentales y grupos ambientales, hanhecho progresos significativos hacia su meta de mejorar subienestar material mediante su participación enactividades de conservación. En la actualidad tienen elrespaldo de todos los ministerios pertinentes para llevaradelante su plan y han asegurado el apoyo financiero de

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• ¿Cómo pueden contribuir los derechos consuetudinariosque derivan de las estructuras de gobernabilidadtradicionales—ejidos, territorios autónomos o comarcasy tierras comunitarias—a lograr un mejor manejo ocontrol de los recursos naturales de los corredores?

• ¿Qué papel cumple la cultura tradicional de laspoblaciones étnicas—conocimientos, tradiciones yvalores—en la conservación de la biodiversidad?

• ¿Cómo afectan los patrones de poblamiento y migración lossueños y esperanzas de los pobladores rurales del corredorcon respecto a su desarrollo?

Canalizar información hacia una toma de decisionesparticipativa

Planificadores y administradores del CBM necesitanun amplio rango de información de carácter social,económica y ambiental en los niveles regional, nacionaly subnacional. En particular se requiere informaciónsobre la importancia de los bienes y servicios queofrecen los ecosistemas, con el fin de movilizar el apoyodel público hacia el CBM y para potenciar suparticipación significativa en las decisiones queafectarán sus vidas (véase el Recuadro 7).

La integración de datos socioeconómicos y ambientalespermitirá adquirir nuevas perspectivas sobre el uso

Recuadro 7. Mapa de ordenamiento territorial ayuda a un grupo indígena a reafirmar su derecho a la tierra en Honduras

Mosquitia, una región en el nordeste de Hondurascubierta de bosque tropical y sabana, alberga a más de35.000 habitantes de los grupos miskito, garífuna, tawahkay pech. El ritmo de desplazamiento de las corrientesmigratorias hacia la Mosquitia es tal que está poniendo enpeligro tanto sus culturas tradicionales como su seguridadecológica. Los conservacionistas sostienen que, para frenareste proceso, es fundamental fortalecer los derechosindígenas de propiedad de la tierra. En el presente, sinembargo, los títulos de propiedad de los indígenas estánmal definidos y sus tierras no gozan de una protecciónadecuada por parte del gobierno.

Una respuesta creativa a este problema ha sido la dealentar a los grupos indígenas para que elaboren unacartografía de ordenamiento territorial mediante unproceso participativo, fortaleciendo de este modo elreconocimiento de sus derechos territoriales. En 1993 lospueblos de la región eligieron representantes para quereúnan información sobre la manera en que los habitantesde la Mosquitia utilizan la tierra. Los encuestadorestrabajaron en aproximadamente 200 aldeas, realizandoencuestas acerca de las tierras que se utilizan paraagricultura, caza, pesca, aprovechamiento de materialesde construcción, exploración de oro y recolección deplantas medicinales. A menudo los encuestadores fueronrecibidos con hostilidad y sospecha por parte de lospobladores, quienes temían que empresas privadas o elgobierno mismo fueran a utilizar la información para supropio beneficio. Uno de los encuestadores recuerda: “Enuna aldea me dijeron que me darían la información sólo

porque me conocían, y que por lo tanto si yo lostraicionaba, ellos sabrían dónde encontrarme”.

Un geógrafo cultural y profesor de la Universidad delSur de Louisiana, quien había vivido en la Mosquitia,utilizó la encuesta inicial para elaborar el primerborrador de un mapa de aprovechamiento de la tierrapara cada una de las 22 regiones, que posteriormente losencuestadores devolvieron a las comunidades para quelos revisaran. Según los encuestadores, las personasentrevistadas reaccionaron mucho mejor frente alproyecto una vez que pudieron ver los resultadostangibles en la forma de mapas. En el Primer Congresosobre Tierras Indígenas de la Mosquitia, losrepresentantes indígenas y el grupo hondureño quelucha por el derecho a la tierra, MOPAWI, presentaronlos mapas resultantes al Vicepresidente de Honduras, alos ministros de Gobierno y oficiales militares.

Poco después del congreso, el ministerio de Defensa seopuso a los planes de una compañía maderera radicadaen Estados Unidos de expandir su producción en laMosquitia, lo que constituyó un alejamiento significativode las prácticas normales de la institución militarhondureña. Hasta el momento, ni el mapa ni el congresohan marcado ninguna diferencia en la situación delderecho a la tierra de los indígenas de Mosquitia, aunquesí los han ayudado a exponer una visión independientede sus necesidades actuales y de sus aspiracionesfuturas.

Fuente: Swenarski 1993.

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sostenible y la conservación del agua, el suelo y labiodiversidad en el CBM. Los cambios de políticaspueden aumentar la demanda y disponibilidad deinformación, convirtiéndola a la vez en unaherramienta más útil para todas las partes interesadas.La autoridad y responsabilidad de proporcionar datospueden asignarse a organismos específicos. Además, alos ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civilse les podría ofrecer información para que vigilen elprogreso logrado y cuente con vías para actuar en casode que no se cumplan las obligaciones.

En varios proyectos de conservación y desarrollo se hanrecolectado datos y analizado información, pero lacarencia de evaluaciones integradas a partir de datossociales, económicos y ambientales combinadoscontinúa siendo un problema para los planificadoresdel corredor y otros responsables por la toma dedecisiones. Los grupos de interés en los niveles nacionaly regional requieren más información sobre el valor delos servicios ecológicos, y sobre las preferencias deconsumidores y mercados de productos naturales notradicionales o certificados. Los grupos de interés en losniveles departamental o de provincia están interesadosen contar con mejor información sobre la clase deopciones tecnológicas de que se dispone paraminimizar el impacto negativo en su medio ambiente, olos incentivos fiscales que existen para los productosagrícolas orgánicos. La integración de la informacióntodavía sigue siendo una deficiencia grave, pese a loscompromisos regionales en este sentido28 y a lasinversiones hechas por donantes y organismos degobierno para mejorar el acceso a ésta por parte losgrupos interesados.

La falta de estándares comunes de recolección ydocumentación dificulta tanto la integración de datosprovenientes de fuentes diversas de toda la región,como su interpretación en diferentes países. Porejemplo, las tasas de deforestación y los índices depobreza de cada país son estimados mediantemetodologías distintas, que tampoco se utilizan enforma consistente a lo largo del tiempo. Esta falta determinología uniforme para las mediciones einterpretaciones impide la comparación de tendenciasentre naciones (Lenín Corrales, comunicación per-sonal, agosto de 2000).

Las instituciones públicas y privadas de la regióntienen un rico acervo de datos sobre biodiversidad,áreas protegidas, recursos forestales, suelo yagricultura, y otros recursos naturales (CATIE/IUCN1997). Sin embargo, en su mayor parte estainformación está orientada a sectores específicos y

carece de la perspectiva analítica y holística que hacefalta para planificar el CBM. Por ejemplo, lasestadísticas y la información gráfica para laconstrucción de una carretera en un área forestalremota pueden brindar a quienes toman decisiones losdetalles de los costos y beneficios económicos de dichaobra, pero no los ilustran sobre su impacto social ybiológico. Por otra parte, en aquellos países que hansido devastados por guerras civiles y conflictos socialescomo Guatemala y Nicaragua, la información sobretenencia y propiedad de la tierra no está disponible porser políticamente delicada.

El éxito del CBM dependerá de que los interesadosestén conscientes sobre la manera en que la Iniciativalos afectará y de que sepan participar en su diseño y enla vigilancia de su ejecución. Una manera en que losproponentes del CBM pueden incrementar la demandade información por parte del público es dando aconocer los ecosistemas de la región y los beneficiosambientales, culturales y económicos que ofrecen.Pueden además respaldar esfuerzos encaminados alograr que las consultas públicas y la divulgación deinformación formen parte de las evaluaciones deimpacto de los proyectos de desarrollo. En la medida enque las tareas de planificación del CBM sedescentralicen, los administradores de recursos natu-rales van a requerir información más compleja sobre lamanera en que el CBM va a proteger los serviciosecológicos y los recursos biológicos que afectan elbienestar humano y económico. Sin esta informaciónserá difícil, si no imposible, obtener el apoyo necesariopara construir el CBM.

A continuación se formulan algunas preguntas quepueden ayudar a clarificar el papel de la informaciónen la planificación, ejecución, fiscalización y evaluacióndel CBM:

• ¿Cuál es la información socioeconómica que más necesitanlos grupos con intereses en el CBM?

• ¿Qué tipo de datos ambientales (biológicos, físicos yquímicos, entre otros) son más necesarios para los gruposafectados por el CBM?

• ¿Qué instituciones regionales, nacionales y localesreúnen y administran esta información en la actualidad?

• ¿Cómo acceden a la información los grupos de interéslocales?

• ¿Cuáles son las principales leyes y políticas que afectan elacceso a información del gobierno y la participación

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pública en la toma de decisiones?

• ¿En beneficio de quiénes se está usando la informaciónsobre medio ambiente y desarrollo?

• ¿Cuáles son los costos de introducir nuevas políticas enmateria de información, incluyendo el aumento en larecolección de datos, la mejora en el análisis y unadivulgación más amplia entre los grupos afectados?¿Cuáles son las opciones existentes para cubrir esoscostos?

Clarificar las categorías de ordenamiento territorial delCBM

En la actualidad hay confusión y desacuerdo acerca delas funciones de las diferentes zonas de ordenamientoterritorial en el CBM. Dado que esto hace más difícildiscutir, planificar y ejecutar acciones prioritarias, esimportante hacer mayor claridad y lograr consenso enrelación con los papeles y funciones esenciales de cadauna de las zonas.

Zonas núcleo. Actualmente hay en Mesoamérica cerca de400 áreas protegidas establecidas legalmente, las cualescubren alrededor de 11% de la superficie terrestre de laregión. Se han propuesto 300 áreas protegidasadicionales, con las cuales la superficie protegidaaumentaría en más del doble (García 1996b, CCAD1998a, UICN 2000, WCMC 2000). El elevado número deáreas protegidas existentes y propuestas podría crear laimpresión de que hay suficiente hábitat protegido comopara mantener la biodiversidad de la región. Noobstante, lo que determina el potencial de conservaciónde la biodiversidad no es el número de sitios sino másbien su tamaño, su cobertura de hábitats y la eficaciacon que se manejan dichos hábitas. Como se observa enel Cuadro 2, la mayoría de los sitios abarca menos de100.000 hectáreas; más aún, si los recursos humanos yfinancieros asignados a ellos no son suficientes paramanejar las áreas existentes, con menor razón lo seránpara manejar las áreas protegidas propuestas. Losgobiernos de la región no poseen el presupuesto, losrecursos humanos y/o los conocimientos necesariospara manejar por sí solos y eficazmente las zonasnúcleo. Esta realidad se traduce en la continuadegradación de esas áreas debido a las incursionesagrícolas y a la tala, minería y caza ilegales, y el poco onulo aprovechamiento del ecoturismo u otras formasposibles de obtener beneficios (Primack et al. 1998).

Dos medidas podrían mejorar el funcionamiento de laszonas núcleo en el CBM. Primero, los países de laregión podrían priorizar sus áreas protegidas y trabajar

en el largo plazo para consolidar un número menor dezonas núcleo más extensas que permitan afianzar elCBM. Idealmente debería haber varias zonas núcleo losuficientemente vastas como para cubrir al menos el10% de cada ecorregión (incluidos los hábitats costerosy marinos). Tal consolidación hará necesaria unaestrategia de largo plazo con participación degobiernos, ONG y el sector privado. Segundo, losgobiernos deberán ofrecer un papel más amplio a ONG,comunidades residentes, universidades y el sectorprivado en el manejo de las zonas núcleo. Mediante suparticipación en esquemas innovadores de comanejocon organizaciones locales, los gobiernos podríanexpandir efectivamente la capacidad de manejo de laszonas núcleo a nivel nacional. Esta iniciativa requeriráque los gobiernos se concentren en facilitar laplanificación y las negociaciones, brindandooportunidades de educación y adiestramiento, creandofondos ambientales y de inversión, y supervisando lacalidad del manejo. Al mismo tiempo, los gobiernosdeberán limitar su papel como administradores directosen el terreno. Como es natural, las opciones yoportunidades para aplicar esquemas de comanejo congobiernos locales, campesinos y comunidadesindígenas variarán de un país a otro (CONAP 1999b,Borrini-Feyerabend et al. 2000, Caddy et al. 2000, UICN2000).

Zonas de amortiguamiento y de usos múltiples. Por logeneral las funciones de las zonas de amortiguamientoy de usos múltiples no están bien definidas ni son biencomprendidas. La función de las zonas deamortiguamiento es proteger a las zonas núcleo de losefectos negativos provenientes de actividades externasy minimizar los daños que la fauna silvestre que habitaen las zonas núcleo pueda provocar en la agricultura yotras actividades. En contraste, la función de las zonasde usos múltiples es ofrecer un espacio diverso, unmosaico en el que se combinen cultivos y usos de latierra que favorezcan la biodiversidad y ofrezcan unmedio de vida a los residentes del lugar. Las zonas deamortiguamiento, aun cuando están sujetas al manejode usos múltiples, presentan una serie de restriccionesdirigidas a asegurar una transición serena entre la vidasilvestre y aquella domesticada que existe por fuera dela zona núcleo. Por ejemplo, en el contorno de loslímites de la zona núcleo y dentro de las zonas deamortiguamiento no debería haber actividades dedesmonte ni permitirse el uso de plaguicidas. Al mismotiempo, una zona de amortiguamiento podría ser ellugar ideal donde situar instalaciones para visitantes,albergue para ecoturismo y espacios para educaciónambiental. En cambio las zonas de usos múltiplesestarán conformadas por granjas, bosques manejados,

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poblados e infraestructura, donde las restriccionespueden limitarse a la proteger ciertas especies,asegurar el equilibrio de carbono y cuidar las fuentesde agua.

Otro problema radica en que las zonas deamortiguamiento y las zonas de usos múltiples suelenestar demarcadas en el terreno en forma deficiente,situación que genera conflictos entre los residentes y losadministradores de las áreas protegidas. Sin unadescripción clara de las funciones que tienen quecumplir las zonas de amortiguamiento y de usosmúltiples, a los planificadores les resulta difícilnegociar con otros usuarios de la tierra la ubicación realde estas zonas en el terreno.

Zonas de corredor. Para mucha gente, el CBM representasolamente una serie de senderos forestales contiguosque comunican una zona núcleo con otra. Laimportancia real, sin embargo, reside en la conectividadbiológica, estos es, la medida en que la biota de laregión puede dispersarse y responder al cambioambiental. Los planificadores del CBM deberánconsiderar una serie de herramientas que lleven aincrementar la conectividad biológica, dependiendo delas circunstancias biológicas, sociales y económicas.Entre éstas figuran: ¿Qué clases de plantas y animalesmigrarán y se dispersarán? ¿De dónde a dónde?¿Necesitan senderos contiguos o se desplazan de una“piedra de paso” a otra? (A los quetzales se los haobservado volando de un árbol de sombra a otro, entanto que los mamíferos grandes necesitan senderoscontiguos.) ¿Cuál es el modelo prevaleciente de uso ytenencia de la tierra? ¿La tierra está dividida enparcelas o explotaciones extensas? ¿El área está ocupadapor agricultores en pequeña escala o por grandesexplotaciones propiedad de las comunidadesindígenas? Cada una de estas distinciones provocarámodificaciones en el diseño de los corredores en toda elárea.

Las siguientes preguntas pueden ayudar a losplanificadores y a los grupos con intereses en el CBM aponer en claro las funciones de las zonas núcleo, deamortiguamiento, de usos múltiples y de corredor:

• ¿Qué criterios biológicos y sociales se están utilizandopara planificar la red de zonas núcleo, deamortiguamiento, de usos múltiples y de corredor?

• ¿Los corredores quedarán en terrenos silvestres o serán“transformados en silvestres” mediante restauración? ¿Oconsistirán más bien en parcelas agrícolas, tierras

indígenas u operaciones forestales, y por lo tanto seráncategorizados como zonas de usos múltiples?

• ¿Alguna de las zonas núcleo extensas cruza fronterasinternacionales? Si es así ¿existen mecanismos paracoordinar el manejo con países vecinos?

• ¿Qué especies podrían desplazarse hacia afuera de laszonas núcleo, requiriendo una consideración especial en laplanificación de zonas de amortiguamiento?

• ¿Cuál será la función de las zonas de amortiguamiento ensu área? ¿Están bien demarcadas en el terreno?

• ¿Qué tipos de usos de la tierra existen en las zonasnúcleo, de amortiguamiento y de corredor en su región?¿Es posible que dichos tipos persistan por períodosprolongados, haciendo necesaria la clasificación de usosmúltiples en el futuro previsible? O más bien, ¿es posibleque tales áreas sean convertidas en silvestres en un futuromás lejano? Si ha de ocurrir esta transformación, ¿qué tipode trabajos de restauración serán necesarios?

Abordar los asuntos relacionados con los derechos depropiedad y tenencia de la tierra

La existencia de derechos de propiedad claros y de unatenencia de tierra segura son requisitos típicos para quese apliquen prácticas de manejo responsables y seconserven los recursos naturales. La compleja tarea defortalecer la tenencia de la tierra y los derechos depropiedad desempeñará un papel importante en eldesarrollo del CBM. Esto es especialmente cierto en loque concierne a las comunidades indígenas de losejidos29 de Quintana Roo en México, de las tierrascomunitarias de Momostenango en Guatemala, de lastierras miskitas de Honduras e incluso para los colonosde la región del Darién en el sur de Panamá (véase elRecuadro 8). Los derechos de propiedad y una tenenciade tierra segura son dos de los problemas máscontrovertidos en Mesoamérica, y han estado en la raízmisma de los conflictos étnicos y del descontento civil ypolítico por décadas. Los problemas son complejos enrazón de que la propiedad de la tierra es una expresiónde poder socioeconómico y político sujeta a una fuertecompetencia por parte de muchos grupos quefrecuentemente tienen conflictos de intereses.

Si bien durante los últimos 50 años la mayoría de lospaíses de la región han llevado a cabo programas dereforma agraria y redistribución de la tierra, el acceso aésta sigue siendo marcadamente desigual. En Guate-mala, Honduras y Panamá, las políticas de losgobiernos han dado lugar a la concentración de vastas

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extensiones de tierra ociosas en manos de unos pocos.Estos latifundios, que antes eran bosques o áreastradicionales de cultivos, se han convertido enpastizales. De este modo ha quedado limitada la ofertade tierra disponible para los campesinos pobres,forzando a muchos de ellos a instalarse en tierrasmarginales, lo cual a su vez contribuye a degradar elmedio ambiente. Los efectos ambientales negativos delas migraciones producidas por desplazamientos degente cuya tierra ha sido expropiada, así como lasinvasiones, los esquemas de reasentamiento y elclientelismo político han sido ampliamentedocumentados en gran parte de Mesoamérica (Williams1986; Heckadon 1992; Strasma y Celis 1992; Pasos 1994;Kaimowitz 1995, 1996; Sunderlin y Rodriguez 1996;Jaramillo y Kelly 1997; Segura et al. 1997; Youth 1998).

La mayoría de los pequeños propietarios de tierras lasadquirieron cuando fueron traídos a trabajar para loslatifundios y les fueron dadas parcelas para cultivo. Loscolonos se han establecido formal o informalmente entierras públicas que son por lo general frágiles eimproductivas, y para establecer sus derechos sobreesas tierras han desmontado el bosque. Muchos tienenun título provisional o parcial, o simplemente no lotienen. En Panamá, por ejemplo, el 46% de lasexplotaciones agrícolas no tiene título legal, en particu-lar aquéllas ocupadas por pequeños propietarios(Segura et al. 1997). Sin título de propiedad, losagricultores no tienen muchos incentivos para protegery manejar los recursos de sus tierras con objetivos delargo plazo. La mayoría son pobres y residen en áreasremotas, por lo cual su acceso al crédito es casiimposible. Sin derecho legal, tampoco califican paraprogramas de subsidios o incentivos. Esto los priva delos programas que están disponibles a los grandespropietarios para reforestar o de los pagos que se leshacen para que protejan los servicios ambientales.

No obstante, puede decirse que ha habido inversionesimportantes en programas de titulación de tierras enCentroamérica, particularmente desde que acabaron losconflictos regionales y los gobiernos, con la asistenciade los donantes, han procurado establecer la pazmediante el traspaso legal de tierras públicas a la gentepobre, mejorando además su acceso a tierras privadaspor medio de mecanismos de mercado (World Bank1998).

Si bien la existencia de derechos de propiedad y detenencia claros son condiciones necesarias para el usosostenible de la tierra, éstos por sí solos no puedenconsiderarse una garantía de que los recursos naturalesserán bien manejados; por el contrario, en ciertos casos

podrían motivar incluso una explotación mayor.Hacen falta reformas institucionales y de políticaadicionales. Por ejemplo, las instituciones queadjudican y fiscalizan los derechos de propiedad—lossistemas de catastro, registro, judicial y normativo—suelen funcionar de manera poco transparente.Además hay otros factores, tales como las gananciaseconómicas que ofrecen ciertas prácticas de cultivo nosostenibles, que pueden brindar fuertes incentivos parala conversión de bosques aun cuando la tenencia de latierra esté asegurada (véase el Recuadro 9). Estudiosllevados a cabo en Guatemala y Brasil sugieren que noestá muy claro si la provisión de mayor seguridad en latenencia de la tierra reduce la deforestación o mejora el

Recuadro 8. Derechos de tierra y de propiedad en lareserva de la biosfera del Río Plátano en Honduras

La reserva de la biosfera del Río Plátano, localizada enla región de la Mosquitia de Honduras, fue establecidacomo área protegida en 1980 y ampliada a su tamañoactual de 800.000 hectáreas en 1992. Esta reserva cubreel 7% de los bosques tropicales, manglares, bosquesinundados y sabanas que quedan en Honduras, y estáhabitada por varias especies de fauna silvestre enpeligro de extinción, incluidos el jaguar (Panthera onca),lapa o guacamaya roja (Ara macao), la garza (Jabirumycteria) y el tapir o danta (Tapirus bairdii).

Entre los habitantes tradicionales de la reserva hayunas 16.000 personas pertenecientes a cuatro gruposétnicos – miskitos, tawahka-sumus, pechs y garífunas–a quienes se les ha unido un creciente número decampesinos ávidos de tierra. Dado que los límitesgeográficos de la reserva todavía no están marcados yque el ordenamiento territorial dentro de losasentamientos indígenas y ladinos1 propuestos no hasido definidos legalmente, y menos aún regulados,estas poblaciones se encuentran permanentemente enconflictos territoriales. Los habitantes indígenas de lareserva no tienen derechos sobre las tierras que hanocupado tradicionalmente, ni medios legales paraexpulsar a los ocupantes ilegales. Los reclamosindígenas para que les adjudiquen títulos de propiedadno han sido solucionados.

Fuente: Youth 1998.

1 Ladinos es un modo popular de referirse tanto aindividuos descendientes del cruce de españoles eindígenas, como a individuos de origen indígenaque han perdido su identidad cultural.

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manejo de los recursos naturales. Por tal razón, laseguridad en la tenencia debe estar precedida por laeliminación de sesgos de política que fomenten laconcentración de tierras, suprimiéndose además lasprovisiones legales que amenazan a los agricultorescon la expropiación por “subutilización” de tierrasproductivas, así como los programas que estimulan lamigración de campesinos sin tierra hacia zonas noproductivas (Kaimowitz 1995; Jaramillo y Kelly 1997).

Se debería instar a los gobiernos y a las organizacionesde la sociedad civil para que exploren regímenes depropiedad y esquemas de manejo alternativos, envirtud de los cuales los derechos consuetudinarios y lasestructuras de poder locales permitan una mayorparticipación de la sociedad civil y promuevan laresponsabilidad cívica. Entre las opciones figuran lalegalización de tierras reclamadas por comunidadesétnicas, así como el desarrollo de intrumentos legales yeconómicos para la conservación de propiedadesprivadas mediante acuerdos de servidumbre ecológica.

El interés creciente de los propietarios de tierraprivados en la conservación y el manejo sostenibleofrece una oportunidad a los organismos públicos yorganizaciones de la sociedad civil para trabajar conellos en forma mancomunada. Por ejemplo, en 1995 ungrupo de propietarios privados de tierras en Costa Ricaestableció una red de reservas naturales para protegerremanentes de áreas boscosas primarias y secundarias,y de vida silvestre. Al desarrollar estrategiaseconómicas alternativas favorables al medioambiente—tales como ecoturismo, criaderos demariposas y cultivos de plantas medicinales—estospropietarios se han beneficiado económicamente de laconservación en sus propias tierras. En la actualidad lared tiene más de 100 miembros, con propiedadesseparadas como reservas que varían en tamaño desdeocho a 23.000 hectáreas (Martha Marín, DirectoraEjecutiva, Red Costarricense de Reservas NaturalesPrivadas, comunicación personal, septiembre 2000).

En los casos en que la estructura social y cultural lopermite, otra clase de iniciativa de política puede ser lade adjudicar títulos legales y establecer demarcacionesterritoriales claras dentro de tierras comunes ocomunitarias30 . Por ejemplo, en el departamento deTotonicapán en Guatemala, la mayor parte de las áreasboscosas que quedan se encuentra bajo un régimen depropiedad comunal indígena que se remonta aprincipios del período colonial31 . Estos grupos (k’iches)tienen sólidas estructuras sociales tradicionales quepermiten controlar efectivamente los derechos de losmiembros de la comunidad a explotar los recursos de

Recuadro 9. Regímenes de tenencia de tierra ydeforestación en El Petén, Guatemala

Durante las últimas décadas el departamento de ElPetén, en el norte de Guatemala, ha experimentado unarápida deforestación debida a la expansión de laagricultura, la extracción comercial de madera, laconstrucción de carreteras por parte del gobierno y lascompañías petroleras, y el influjo y asentamiento decolonos que abren tierras para la agricultura a base detala y quema. Hacia mediados de los años noventa, eldepartamento había perdido más del 60% de sucubierta boscosa.

En un estudio del Banco Mundial (World Bank 1995)sobre la influencia de los regímenes de tenencia de latierra en la explotación forestal en El Petén seidentificaron cuatro tipos principales de regímenes depropiedad en la región: público, municipal (o ejidal),cooperativo y privado. Tanto en las tierras públicascomo en las municipales—que abarcan la gran mayoríadel departamento—la extracción de madera y eldesmonte ilegales se realizan prácticamente sin serregistrados, debido a la falta de control sobre el accesoa esas tierras por parte de las autoridades propietarias.

Desde una perspectiva ecológica, sin embargo, lasituación de las tierras privadas y cooperativas no esmucho mejor. Durante los años sesenta y setenta elgobierno respaldó la creación de cooperativas con el finde alentar la migración hacia la región. No obstante, nose construyeron vías ni se proporcionaron serviciosagrícolas y sociales, por lo cual los nuevos residentesdebieron recurrir a la explotación de los recursosmadereros. De igual manera, los propietarios privadosde El Petén, tanto los grandes ganaderos como lospequeños agricultores, han desmontado bosques a unritmo insostenible dado que el rendimiento de laagricultura supera al del manejo forestal.

El caso de El Petén sugiere, por lo tanto, que incluso laseguridad en la tenencia de la tierra no basta paraprevenir la deforestación si las ganancias inmediatas dela agricultura y la explotación de bosques naturales sonsuperiores a las que provienen del manejo forestalsostenible, y si los actores económicos se benefician dealtas tasas de descuento y carecen de experiencia enestrategias de manejo sostenible de recursos.

Fuente: Jaramillo y Kelly 1997.

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sus territorios ancestrales. Es así como previenen ladeforestación y se aseguran los beneficios quenecesitan, incluyendo leña, materiales de construcción,fibras para productos de artesanía, plantasmedicinales y agua (Elías 1997b, Reyes 1998).

A continuación se plantean algunas preguntas quepueden ser útiles para clarificar los asuntosrelacionados a los regímenes de tenencia de la tierra yderechos de propiedad en áreas de corredor:

• ¿Qué incentivos económicos y legales pueden promoveruna custodia responsable de la tierra bajo regímenesdiferentes de tenencia?

• ¿Qué oportunidades de conservación y desarrollopueden crearse al garantizar la tenencia de la tierra agrupos indígenas?

• ¿Cómo pueden garantizar los organismos de gobiernolos derechos de uso en tierras que han sido adjudicadaslegalmente o reconocidas formalmente como autónomas ocomunales?

• ¿Qué políticas pueden ayudar a que los propietariostengan oportunidades claras y seguras de obtenerganancias?

Captar los beneficios de los bienes y servicios de losecosistemas

Mesoamérica está dotada de territorios ricos enmadera y minerales, suelos volcánicos fértiles, aguadulce en abundancia y hermosos y variados paisajescontinentales y marinos. Los beneficios económicosprovenientes de estos recursos pueden proveer ingresoy empleo a las poblaciones rurales y constituirse enfuente de fondos para desarrollar y mantener el CBM.En la actualidad los recursos naturales de la región amenudo no proporcionan beneficios suficientes paraque los pobres puedan obtener un sustento decente dela tierra. Al mismo tiempo, muy poco del valorpotencial de la madera, minerales, agua y ecoturismo sereinvierte para mantener parques nacionales, reservasforestales, cuencas y los corredores propuestos quecomponen el CBM. Estas áreas, siempre escasas defondos, confieren a la región un valor inmenso ymerecen mayores inversiones. En este sentido,promover una mayor participación de los beneficiariosde los recursos naturales e invertir una pequeña partede las ganancias en áreas protegidas, zonas deamortiguamiento, corredores y manejo sostenible de losrecursos ayudarán a garantizar que el CBM pueda serestablecido y mantenido en las próximas décadas.

Las tendencias en agricultura, turismo yaprovechamiento forestal demuestran los beneficiospotenciales que tanto la población como el CBMpueden derivar de un manejo sostenible de los recursosnaturales, así como los obstáculos que se plantean paraconseguir dichos beneficios. La rápida expansión de losmercados internacionales de café de sombra y cacaoorgánicos, por ejemplo, podría ayudar a generar cientosde millones de dólares en ganancias para la región ymejorar sustancialmente los ingresos de pequeñosagricultores y grupos indígenas. Y lo que es másimportante para el CBM, el café de sombra y el cacaoorgánicos además proveen hábitat para una mayorvariedad de especies que los cultivos convencionales deestos mismos productos. Desafortunadamente, laspolíticas gubernamentales como las destinadas asubsidiar los plaguicidas tienden a favorecer el cultivoconvencional, al tiempo que la falta de esfuerzos deinvestigación y extensión demoran la adopción decultivos de sombra por parte de los agricultores.

El ecoturismo también está creciendo rápidamente enMesoamérica, siendo la principal fuente de divisas enCosta Rica y progresando con fuerza en Belice, Panamá,Guatemala y otros lugares (véase el Recuadro 10). Elecoturismo tiene el potencial de mejorar las condicionesde vida en comunidades rurales y generar los ingresosque se necesitan con urgencia para manejar las áreasprotegidas y para actividades de conservación. Aunasí, son principalmente las compañías grandes,muchas de ellas extranjeras, las que obtienen estosbeneficios. Más aún, sólo una proporciónrelativamente pequeña de los ingresos del turismo sereinvierte en la conservación de los espectacularesparques nacionales y áreas silvestres que constituyenla principal atracción turística.

Los nuevos mercados para productos y serviciosforestales podrían contribuir sustancialmente aldesarrollo del CBM. Por ejemplo, en el Sur de México yCentroamérica más de 650.000 hectáreas de bosqueshan sido certificadas por su manejo sostenible por elConsejo Mundial de Bosques (FSC por sus iniciales eninglés) (FSC 2001). Si bien esto representa menos del 1%de la cubierta forestal de la región, los compromisosrecientes de comprar productos de madera certificadapor parte de grandes compañías internacionales comoIKEA, Home Depot, Lowe’s y B&Q demuestran unamarcada expansión en la demanda de maderasproducidas de modo tal que generan beneficiossociales para las comunidades locales al tiempo que seprotege la biodiversidad.

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Mesoamérica ha sido además una región líder en elmanejo de bosques orientado a preservar sus serviciosambientales. La contribución que tales enfoques puedenhacer a las metas del CBM quedó demostrada en 1995cuando un consorcio de compañías estadounidenses deelectricidad financiaron un proyecto de fijación decarbono por US$5,6 millones en el Área deConservación y Manejo del Río Bravo de Belice (Niiler2000). Un estudio reciente indica que el CBM podríabrindar a la región buenas oportunidades de atraerinversiones para la fijación de carbono (véase el Recuadro

11). En Costa Rica, un fondo de servicios ambientalesfinanciado por un impuesto a la gasolina paga a lospropietarios de tierras US$50 por hectárea al año paraque restauren bosques en zonas degradadas. Otroejemplo de la misma perspectiva está dado por los

Recuadro 10. Ecoturismo y conservación comunitariosen Belice: el Santuario Baboon1

El Santuario Baboon (por sus siglas en Inglés CBS),fundado en 1985 por los residentes de BermudianLanding en Belice, es un innovador experimento enecoturismo y conservación comunitarios en tierrasprivadas.

El CBS comenzó como un programa comunitario deconservación dirigido a proteger el hábitat de monosaulladores negros. Con el tiempo giró hacia actividadesde ecoturismo con el fin de generar ingresos a susparticipantes. En 1996 llegaban anualmente unos 4000visitantes. Más de 120 propietarios privados manejansus tierras para asegurar la conservación de especiesdentro del santuario, el cual trabaja en colaboración conla Sociedad Audubon de Belice y recibe apoyofinanciero del Fondo Mundial para la Vida Silvestre deEstados Unidos (WWF-US).

Sin embargo, el proyecto no ha estado exento dedificultades. Como no se creó una entidad localencargada de administrarlo se generaron problemasorganizacionales; al mismo tiempo, la distribucióndesigual de los ingresos del turismo ha provocadotensiones entre los miembros de la comunidad. Noobstante, el ejemplo del CBS ha alentado a otrascomunidades de Belice a emprender iniciativas deecoturismo. El proyecto ha estimulado el orgullo local yproporcionado un mecanismo para que la comunidadparticipe en decisiones de manejo de recursos natu-rales. Esto prueba que cuando se consideran desde unprincipio las necesidades y opiniones de lascomunidades rurales, éstas tienen la capacidad departicipar y administrar esfuerzos de conservación yecoturismo.

Fuente: Horwich y Lyon 1998.

1 Del inglés creole para identificar al saraguate omono negro aullador (A. palliata).

Recuadro 11. Potencial de fijación de carbono del CBM

Dadas sus extensas dimensiones potenciales y su vastacubierta forestal, el Corredor Biológico Mesoamericanodesempeña un importante papel en la fijación dedióxido de carbono y en la reducción del cambioclimático global. Conforme a un estudio realizado porel Programa Ambiental Regional para Centroamérica/Central American Protected Areas System (PROARCA/CAPAS), se estima que más de 20 millones de hectáreasdel CBM han almacenado 5.721 millones de toneladasde dióxido de carbono. Allí se afirma además que si serestaura la cubierta forestal en áreas que han sidointensamente cultivadas, el CBM tiene la capacidadpara capturar aproximadamente 32 millones detoneladas de dióxido de carbono por año.

Dentro de la zona de usos múltiples de la reserva de labiosfera Maya se evaluó el potencial para reduciremisiones de gases de efecto invernadero en cincoconcesiones forestales comunitarias. El estudiodeterminó que 115.703 hectáreas de bosque en lasconcesiones fijaron 8,7 millones de toneladas métricasde carbono, un servicio ecosistémico estimado en másde US$63 millones.1 Además del carbono almacenadoactualmente en el área, se calcula que durante lospróximos 25 años un manejo forestal apropiado en lasconcesiones podría reducir las emisiones futuras decarbono en 716.061 toneladas métricas. Las concesionesforestales comunitarias en la reserva de la biosferaMaya ofrecen un valioso servicio ecosistémico, altiempo que generan un ingreso para sus residentes y laoportunidad de participar en la autogestión de losrecursos naturales.

La CCAD ha apoyado el diseño de proyectos concomponentes de energía renovable y fijación decarbono, actividades éstas que pueden ayudar a mitigarel cambio climático global. En el futuro próximo, estosproyectos proporcionarán además recursos económicospara promover el desarrollo sostenible enCentroamérica.

Fuentes: PROARCA/CAPAS 2000, Tattenbach et al.2000

1 Basado en un valor de mercado de US$7,31 portonelada métrica de carbono.

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esfuerzos que se llevan a cabo en el área metropolitanade San José para invertir una parte de las tarifas deagua en mejorar las prácticas de manejo de cuencas porparte de agricultores y comunidades locales.

Sin embargo, todavía queda pendiente el aporte de unamplio abanico de actores en lo que hace a promoveractividades agrícolas, turísticas y forestales favorables ala biodiversidad y que a la vez garanticen que laspoblaciones locales van a recibir una proporciónequitativa de los beneficios. Los gobiernos nacionales ylocales pueden introducir incentivos tributarios,créditos a bajo interés y actualizar los procesosregulatorios a fin de establecer un marco más propiciopara prácticas agrícolas, forestales y turísticasambientalmente sostenibles. Los gobiernos nacionalespueden establecer tarifas a usuarios y visitantes,impuestos a la madera en pie y regalías por extracciónminera para obtener montos equitativos a la “ganancia”producida por la venta o uso de recursos naturalespropiedad del Estado. Una proporción de estos fondosdebería ser reinvertida en el manejo de esos recursos.Las instituciones de investigación y capacitación, encooperación con organismos de agricultura, turismo yrecursos naturales, pueden promover mejoresprogramas de extensión en agricultura orgánica,ecoturismo y manejo de bosques. Tales esfuerzos debendirigirse a áreas de corredores importantes. Por su partelas asociaciones agrícolas, turísticas, forestales yempresariales y de campesinos de la localidad puedencumplir un papel de gran utilidad al ayudar a conectarcon éxito a individuos emprendedores pioneros conaquellos que desean ingresar al mercado de bienes yservicios producidos con métodos ambientalmentesostenibles. Las organizaciones internacionales deconservación pueden a su vez ayudar a desarrollar enAmérica del Norte y Europa mercados para productosmesoamericanos producidos con métodosambientalmente sostenibles. Asimismo pueden ayudara reformar las leyes de comercio para permitir que estosproductos compitan equitativamente en sus propiospaíses.

Los siguientes interrogantes pueden ser útiles cuandose evalúen las opciones que permitan obtener beneficiosde los recursos naturales para ayudar a desarrollar elCBM:

• ¿Qué recursos naturales son (o tienen el potencial de ser)económicamente importantes en su área?

• ¿Quién posee y quién usa esos recursos naturales?

• Si los recursos son propiedad del gobierno, ¿quéingresos percibe por su utilización?

• ¿Qué proporción de las tarifas a usuarios, impuestos ala madera en pie, regalías mineras y otros pagos sonreinvertidos en el manejo de los recursos?

• ¿Hay servicios de extensión disponibles para ayudar alos agricultores y propietarios a adoptar prácticasagrícolas y forestales sostenibles?

• ¿De qué modo promueve el área su potencial en elmercado de agricultura orgánica, ecoturismo yactividades forestales sostenibles?

• ¿Qué políticas del gobierno entorpecen las prácticasagrícolas, turísticas y forestales sostenibles?

• ¿Qué condiciones del mercado limitan la inversión en laproducción sostenible de recursos naturales?

Armonizar los marcos institucional y legal, y promover lacooperación intersectorial

Tal como está concebido actualmente, el CBMconstituye una de las estrategias de conservación ydesarrollo sostenible más ambiciosas del mundo. En esesentido, la construcción del Corredor es a todas lucesun desafío multisectorial que requerirá no sólo lacolaboración de todos los organismos de gobiernocuyos intereses y funciones se verán afectados por lainiciativa, sino una transformación fundamental de susestructuras institucionales y marcos legales.

En este momento, las instituciones regionales ynacionales de conservación y gestión de recursosnaturales no son suficientemente idóneas para cumplircon el papel que exigirá el CBM, debido a que no tienenenfoques multisectoriales, carecen de mandatos claros ypor lo general no tienen el poder o la autoridad paratomar decisiones. Es así como sus esfuerzos estándispersos, se duplican, o están en desacuerdo con losmandatos o provisiones legales de otros órganos,creando así conflictos jurisdiccionales permanentes(Chang et al. 1996; Earth Council et al. 1997; Segura etal. 1997; CCAD 1998a, 1999). Por ejemplo, en El Petén,Guatemala, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas(CONAP) y el Ministerio de Energía y Minas diseñaronpolíticas que asignan las mismas tierras paraconservación y extracción de petróleo (Ponciano1998:108). Ni la política para las concesiones petrolerasni la de conservación han podido conciliar sus metascontrapuestas, y ningún organismo de gobierno tienela autoridad suficiente para negociar una solución. En

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Costa Rica, la Ley Forestal y la Ley de Titulación enBaldíos Nacionales32 señalan los procedimientos para lacoordinación entre el Instituto de Desarrollo Agrario yel Ministerio de Recursos Naturales, Energía y Minas(MIRENEM)33 en la adjudicación de títulos depropiedad a campesinos y en la creación de reservasforestales (Johnston y Lorraine 1994). Sin embargo, pesea la existencia de este marco legal, el IDA haadjudicado títulos de tierras en áreas protegidas sin laaprobación de la Dirección Forestal en el MIRENEM.La desconfianza y la competencia por recursosfinancieros y poder entre los organismos en los niveleslocal, nacional y regional, amenazan con minar losesfuerzos de cooperación, el cumplimiento y larendición de cuentas en la construcción del CBM.

Los ministerios más poderosos, tal como los deReforma Agraria, Agricultura, Comercio y Transporte,pueden fácilmente frustrar los intentos de losministerios del Medio Ambiente de construir el CBM.Un ministerio de Transporte, por ejemplo, decidedónde hay que construir una nueva carretera. Si noestá vinculado al proceso de planificación delCorredor, y ni su mandato legal ni sus políticasrespaldan las metas del CBM, es poco probable quevaya a integrar en sus planes la ubicación de loscorredores o las zonas de amortiguamiento propuestos.

Los organismos regionales, nacionales y locales tienenque establecer estructuras organizacionales y estilos deadministración capaces de procurar la gama completade objetivos sociales, económicos y de conservacióncontemplados en el CBM. El Corredor BiológicoMesoamericano brinda a la región la oportunidad derepensar la relación entre el gobierno y la sociedadcivil, así como de modificar las responsabilidadessectoriales de los organismos existentes, haciéndoloscompatibles con las metas del CBM. Desde conferirlegitimidad a las estructuras de gobierno que estánfuera del Estado, hasta desarrollar mecanismos deinversión, financiamiento y rendición de cuentas para laplanificación y ejecución del CBM, el desafío de lassociedades mesoamericanas es reformular y armonizarlos actuales marcos institucionales y legales de formatal que den coherencia y uniformidad a las políticas.

El CBM requiere el trabajo conjunto de las autoridadesresponsables por los recursos naturales, el medioambiente, agricultura, transporte y obras públicas,turismo, sector forestal y planificación económica, dadoque estos organismos tienen el conocimiento, la periciay autoridad esenciales para sacar adelante la iniciativa.Es fundamental introducir un enfoque intersectorial decooperación horizontal y resolución colaborativa de

problemas. Por ejemplo, el ministerio de Transportepuede diseñar puentes, alcantarillados y túneles quefaciliten el desplazamiento de peces y fauna silvestre através de vías que de otro modo aislarían a laspoblaciones. De la misma manera, el ministerio deAgricultura y los programas de extensión puedendirigir sus recursos a promover, por ejemplo, el cultivode café orgánico de sombra en espacios conectoresprioritarios entre áreas protegidas. Las entidadesresponsables por el suministro de agua y energíapueden valerse de su experiencia en hidrología para asu vez orientar a los planificadores del CBM para quediseñen corredores que no sólo mantengan labiodiversidad sino que además protejan las fuentes deagua. El CBM no puede ser construido exitosamentepor ningún sector que actúe aisladamente. En últimainstancia, el éxito del Corredor dependerá de la solidezcon que se comprometan los organismos no ambientalescon la iniciativa.

Las asociaciones y alianzas entre autoridades del sectorpúblico también son importantes para facilitar laprotección, el manejo y la regulación de los ecosistemastransnacionales (véase el Recuadro 12). El CBM estáconstituido por especies, tierras y recursos hídricos quetrascienden los límites políticos, lo cual significa que losgobiernos deben trabajar mancomunadamente paraproteger una herencia natural que pertenece a todos.

Las estrategias para articular los marcos legales einstitucionales que facilitarán la cooperaciónintersectorial variarán sustancialmente entre un lugar yotro. Una de ellas consiste en procurar oportunidadespara intercambiar información, identificar interesescomunes y posibles conflictos, y planificar esfuerzoscolaborativos en el nivel subnacional. Es posible que lasáreas de conservación regional designadas en CostaRica, Guatemala y Nicaragua constituyan la escala idealpara promover la cooperación intersectorial. Allí lostemas, las oportunidades y los problemas son másespecíficos que aquéllos en la escala nacional.Asimismo, las tendencias descentralizadoras ya hantransferido muchas de las responsabilidadespertinentes al nivel local. Finalmente, la organizaciónanual de talleres con participación de organismos delsector público para examinar el progreso y laplanificación del CBM podría ayudar a construir lacooperación intersectorial.

A continuación se presentan algunas preguntas quepodrían ser útiles en la evaluación de opciones paraarmonizar los marcos legales e institucionales demanera tal que faciliten la construcción del CBM:

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• ¿Qué organismos y políticas no ambientales (porejemplo agricultura, minería, energía, transporte yobras públicas) son más pertinentes en relación con laconstrucción del CBM?

• ¿Cómo se pueden armonizar los mandatos,responsabilidades y funciones de cada organismo con losrequisitos de ejecución, cumplimiento y vigilancia delCBM?

• ¿Hay regiones administrativas locales superpuestas quepodrían ser útiles en la organización de la cooperacióninteragencial para la construcción del CBM?

• ¿Qué incentivos pueden atraer a otros actores del sectorpúblico y no público a la mesa de planificación?

• ¿Qué organizaciones del sector privado podríancontribuir al CBM? ¿Cuáles serían sus posiblesintereses en el CBM?

• ¿Qué tan activas son las agencias no ambientales en laplanificación del CBM? ¿Qué tan activas son las entidadesdel sector privado?

Definir prioridades de manejo e inversión

Gobiernos, organismos donantes y ONG hancomenzado a forjar compromisos financierosimportantes para desarrollar el Corredor BiológicoMesoamericano. Por lo pronto Estados Unidos, algunosgobiernos de Europa, fundaciones privadas yorganismos internacionales de desarrollo ya hanadquirido compromisos estimados entre US$85millones y US$600 millones, mientras que los gobiernosde la región han asignado recursos humanos, técnicos yfinancieros adicionales (Burnett 1998; Entrevistas en elterreno realizadas por WRI 2000, 2001). De cualquiermodo que se lo mire, este es un compromisoextraordinario para la conservación y el desarrollosostenible. Aun así, queda el desafío de invertir estosrecursos sabiamente. Muchos de los compromisos se

Recuadro 12. Un esfuerzo trinacional para conservar los recursos costeros en el golfo de Honduras

El golfo de Honduras abarca las costas caribeñas deHonduras, Guatemala y Belice, por lo que contiene unagran variedad de hábitats costeros y marinos y sostienealtos niveles de biodiversidad y productividad marinas. Elgolfo alberga la población más numerosa de manatíes (300a 700 individuos), sustenta el mayor rodal de manglares entodo Belice y la costa de Guatemala, e incluye la barrera dearrecifes de Belice, la cual fue clasificada en 1996 como Sitiode Patrimonio Mundial. La elevada productividad del golfoy del hábitat costero que lo rodea da origen a una variedadde actividades económicas, entre ellas la pesca comercial ydeportiva, el cultivo de banano, el transporte marítimoindustrial y el ecoturismo. Los habitantes de la costapertenecen principalmente al grupo étnico garífuna, cuyaocupación del área precede la demarcación de los límitesnacionales.

Actualmente el golfo de Honduras está registrando undeterioro en la salud de sus recursos naturales, incluyendola calidad del agua, las existencias comerciales de peces ylas poblaciones de manatíes. Hace falta una coordinacióninternacional que garantice el manejo sostenible de losrecursos costeros y marinos, promueva el desarrolloeconómico ambientalmente sostenible, aborde el problemade la migración transnacional de especies comercialmenteexplotadas, haga frente a las contribuciones internacionalesa la degradación de la calidad del agua, y resuelva losconflictos la superposición de responsabilidades por partede diferentes actores gubernamentales dentro de cada país.

Aún con la legislación y las autoridades fiscalizadorasexistentes, la habilidad de estos tres países para hacercumplir efectivamente las regulaciones es insuficientedada la carencia de recursos, la falta de coordinacióninstitucional y la existencia de conflictos en torno a losderechos de uso en el golfo que se originan en lasuperposición de las Zonas Económicas Exclusivas en lasaguas territoriales de los tres países.

Sin embargo, aun con estas limitaciones, los gobiernos deBelice, Guatemala y Honduras están firmementecomprometidos en el desarrollo y manejo de áreasprotegidas costeras y marinas de usos múltiples, las cualespromoverán el desarrollo del ecoturismo, la protección yvigilancia ambientales, la gestión pesquera y la educaciónambiental marina. Con apoyo técnico e institucional dePROARCA/Costas1 y varias ONG locales, la meta de estosgobiernos es establecer un sistema trinacional de áreascosteras y marinas protegidas que sirvan tanto a losobjetivos de protección ambiental como a los de desarrollosostenible.

Fuente: PROARCA/Costas 1996.

1 PROARCA/Costas está abordando varios asuntoscosteros y marinos transfronterizos en varios lugaresde Centroamérica, incluyendo el golfo de Fonseca, lacosta Miskito y la región de Gandoca/Bocas del Toro.

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han hecho a escala regional y nacional. El reto ahora estraducirlos en acciones específicas que haganprogresar el proyecto en el terreno. ¿Qué ecosistemasestán más amenazados? ¿Cuáles son los incentivosmás necesarios para el sector privado? ¿Quéinversiones en el CBM derivarán mayores beneficiossociales? Estas son sólo algunas de los interrogantesque deben ser resueltas a la luz de las necesidades ycircunstancias locales.

Son varias las consideraciones generales que podríanayudar a orientar el uso de recursos de la manera másefectiva posible. Por ejemplo, hasta el momento losfondos comprometidos están muy sesgados enbeneficio de áreas terrestres, aun cuando los hábitatsmarinos y costeros son vitales para la biodiversidad y lavida humana en Mesoamérica. El proyecto Costas,financiado por la USAID y ejecutado por un consorciode organizaciones, y el Proyecto Sistema de ArrecifesMesoamericano están ayudando a integrar ecosistemascosteros en el CBM. Será necesario considerar otrasnecesidades y oportunidades de integrar las zonascosteras y marinas al CBM.

Otro asunto para sopesar es el balance y la oportunidadde las inversiones en áreas protegidas, frente a aquéllasdirigidas a regiones de nuevos corredores. En laactualidad Mesoamérica cuenta con más de 700 áreasdeclaradas y/o propuestas (WCMC 2000). Esta realidadplantea la interrogante de si se están destinando o nosuficientes recursos directamente a salvaguardaraquellas zonas protegidas y silvestres que son clavespara el CBM.

Otro aspecto de vital importancia es determinar lacombinación apropiada de inversiones financierasdirectas, reforma y desarrollo de políticas y focalizaciónde programas de incentivos y subsidios. Por ejemplo, laintroducción de nuevos incentivos para cultivosfavorables a la biodiversidad tales como el café desombra y el cacao orgánicos, son a veces consideradoscomo necesarios para el desarrollo de los corredores.Sin embargo, podría ser más efectivo eliminar lossubsidios que ya existen para cultivos incompatiblescomo la caña de azúcar y para la ganadería, otrasladarlos hacia cultivos y usos del suelo favorables ala biodiversidad (véase el Recuadro 13). Otro aspectoimportante es el papel de las inversiones en el sectorpúblico versus sector privado. Las inversiones directas,¿deberían dirigirse principalmente a mejorar recursosdel sector público tales como personal e instalacionesbásicas, mientras que las reformas de política, losincentivos tributarios y las inversiones destinadas aproyectos de demostración se convierten en la principalherramienta para alentar una mayor participaciónprivada en el CBM?

Una proporción sustancial de los recursoscomprometidos para el CBM serán utilizados endesarrollar capacidades humanas e institucionales parael proyecto. Sin duda estas inversiones son muynecesarias, pero ¿cuáles son las capacidades ydestrezas que más se necesitan? La construcción delCBM requerirá la utilización de una gran cantidad de

Recuadro 13. Servicios ambientales y subsidios a laganadería en Costa Rica

En 1996 el gobierno de Costa Rica emprendió unprograma de pagos por servicios ambientales dirigido aprevenir la tala de árboles mediante incentivos enefectivo a propietarios de bosques. En principio elprograma se consideró como un modelo exitoso demanejo forestal y conservación, y está siendo aplicadoen otros países de América Latina como Guatemala,Nicaragua y Paraguay. Los bajos ingresos de laproducción ganadera, combinados con subsidios delgobierno a aquellos propietarios dispuestos a volver aforestar sus tierras, convencieron a muchos ganaderossobre los méritos de aceptar las cuotas de reforestacióny participar en el programa.

Sin embargo, el programa de pagos por serviciosambientales se encuentra ahora en peligro dedesaparecer. Para los grupos forestales, la culpa de queel futuro del programa esté amenazado recae en elgobierno del Costa Rica por no haber sido capaz deinvertir en él los ingresos de un impuesto a los combus-tibles, tal y como lo prescribe la ley. Estos gruposreclaman que el gobierno ha venido invirtiendosolamente un 40% del total de fondos asignados alprograma, lo cual ha limitado drásticamente suefectividad. El presidente de la Cámara ForestalCostarricense señaló que si bien desde 1996 se hanincorporado a programas de conservación y manejocasi 235.000 hectáreas de tierras forestales privadas, lospropietarios de otras 500.000 hectáreas de bosquestambién han manifestado interés en participar en elprograma. Si el gobierno de Costa Rica hubiera venidoinvirtiendo los fondos estipulados, esta demandapodría haber sido satisfecha, permitiendo así que unamayor proporción de las áreas boscosas del país sebeneficiaran de mejores prácticas de manejo yconservación.

Fuentes: Dulude 2000, Kaimowitz 2000.

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capacidades y conocimientos diferentes en campos quevan desde las ciencias biológicas, sociales y económicasbásicas, hasta el trabajo práctico en el terreno, análisisde política, gerencia empresarial, manejo de conflictos,organización comunitaria y extensión rural.

Todas estas destrezas son pertinentes, pero lacombinación exacta de capacidades necesarias variarásegún la localidad y la etapa de ejecución en que seencuentre el CBM. Un paso importante será desarrollarla capacidad de evaluación, que será aplicada una vezque se haya ejecutado el plan o la estrategia para elCorredor. La evaluación permitirá identificar lashabilidades necesarias para ejecutar componentesclaves de la estrategia, determinar las destrezas que yaexisten y cómo se pueden aprovechar mejor, y tambiénproponer modos de desarrollar nuevas habilidades. Sinembargo, no se debe olvidar que el desarrollo decapacidades es un proceso costoso y que toma tiempo.Por ejemplo en Costa Rica, para mejorar la limitadacapacidad taxonómica con que cuenta el país seimpartió capacitación básica a las comunidades y selas empleó en el Instituto Nacional de Biodiversidad

(INBio) para ayudar llevar a cabo un inventario delacervo biótico del país. Sin embargo, el costo decapacitar, emplear y respaldar a cada parataxónomoasciende a US$50.000 en un período de 10 años (Janzenet al. 1993). Queda claro que las inversiones en eldesarrollo de capacidades deben escogersecuidadosamente y en respuesta a las necesidades másurgentes.

Por último, al establecer prioridades para usar losrecursos del CBM habrá que considerar toda lainformación sobre necesidades y oportunidadeslocales. Las siguientes preguntas podrían ser útiles alexaminar las opciones para dirigir los recursos haciadonde más se necesitan:

• ¿Se han identificado en su área las prioridadesecológicas, sociales y de proyectos para el CBM? ¿Seestán utilizando esas prioridades para asignar recursoshumanos, financieros y otros recursos?

• ¿Hay vacíos obvios en las actuales inversiones para elCBM (e.g. áreas costeras, áreas protegidas, extensióncomunitaria)? ¿Hay planes para abordar estos vacíos? Sino, ¿cómo pueden ser abordadas?

• Además de hacer inversiones financieras, ¿se estánconsiderando reformas de política como trasladar subsidiosde cultivos no favorables a la biodiversidad a otros que sí loson en áreas del corredor?

• ¿Cuáles son las capacidades humanas e institucionales másnecesarias en su área para construir el CBM?

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IV.Conclusiones

El CBM es un esfuerzo visionario para salvaguardaruna región crítica para la biodiversidad mundial, altiempo que se satisfacen las necesidades sociales yeconómicas de las poblaciones locales. Si bien losgobiernos y donantes han contraído importantescompromisos financieros y políticos en favor del CBM,todavía son bastante limitadas las actividades desensibilización pública y respaldo local, así como laparticipación en la iniciativa por parte de organismos yotras entidades públicas y privadas. Entre la gente y lasinstituciones que están al tanto del CBM, a menudo hayexpectativas diferentes y a veces conflictivas acerca desus metas y objetivos y sobre cómo proceder paraponerlo en marcha. Esto refleja, por un lado, diferenciasmuy reales en valores y opiniones, mientras que porotro demuestra también que las funciones y metas delCBM en las áreas social, económica y de conservacióntodavía no se comprenden. En este momento, el CBM seencuentra en un umbral crítico entre concepto yrealidad. El paso hacia la realidad solamente seráposible cuando la gente de la región entienda supropósito y se comprometa con sus metas y objetivos.

En última instancia, lo que determinará el destino delCBM será la habilidad de sus promotores para generarseguridad y confianza entre las diferentes partesafectadas por la iniciativa. La identificación y aplicaciónde estrategias para desarrollar tales conviccionesdeberían ser componentes principales de los esfuerzosiniciales para construirlo. Tales esfuerzos deberánasegurar a la gente que el CBM mejorará sus vidas y almismo tiempo preservará la riqueza biológica de laregión. Las acciones iniciales tendientes a abordar lasprioridades sociales y económicas en los niveles local ynacional deberían proveer incentivos para que losresidentes participen activamente en el diseño y gestióndel CBM. Además, la aplicación temprana de medidaspara hacer frente a prioridades importantes deconservación tendrán el efecto de reasegurar a losconservacionistas que en el largo plazo el CBMproducirá beneficios en favor de la biodiversidad. Si seda una atención amplia y equitativa a las prioridades

sociales, económicas y de conservación en las fasesiniciales de ejecución, será posible generar el respaldopúblico que haga falta para los asuntos máscomplicados en fases posteriores. Aun así, será funda-mental efectuar negociaciones y resolver los conflictosque surjan entre los grupos afectados y los proponentesdel CBM. De este proceso dinámico podría emerger unavisión amplia y compartida que sirva para redefinir laestrategia general y ordenar actividades particularessegún las prioridades establecidas.

Para generar confianza y seguridad en el CBM sepodría llevar a cabo un esfuerzo deliberado, a nivel decada localidad para lograr la participación de todos losafectados por aquél. Para tal fin, cada país de la regiónpodría desarrollar un plan de acción piloto encaminadoprecisamente a estimular esa participación, entre cuyosobjetivos figure el desarrollo de capacidades paraplanificar y construir el CBM. Los conocimientos y laexperiencia adquiridos mediante el plan de acciónpiloto de participación pueden ser compartidos entrelos países y utilizados para promover la planificación yejecución de proyectos de corredor en otras regiones decada país. La adopción de esta estrategia podría incluirtres etapas principales:

Primero, habría que diseñar un marco preliminar quesirviera para orientar a los países en el establecimientode sus planes piloto de acción participativa. Este marcopodría ser preparado por la Oficina de CoordinaciónRegional del CBM (dependiente de la CCAD) y suequipo de enlaces nacionales, en colaboración coninstituciones regionales tales como el CATIE, la UICN-Mesoamérica, la Universidad para La Paz, la EscuelaAgrícola Panamericana El Zamorano, y organizacionesinternacionales tales como el WWF, Nature Conser-vancy y el Banco Mundial. El marco incluiría aquellasopciones o cuestiones que cada país desee considerar enrelación con asuntos de planificación y ejecución en elárea piloto. También contendría información yherramientas para ayudar a los países a hacer frente adichos asuntos. Por ejemplo, podría incorporar

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metodologías para promover el diálogo y el debateentre los grupos afectados; estrategias participativaspara identificar y evaluar necesidades sociales;conjuntos de datos sobre características ecológicas,sociales y económicas en las áreas piloto; criterios paraidentificar zonas de corredor, de amortiguamiento y deusos múltiples deseables; mapas que muestren labiodiversidad, las existencias de carbono y otros valoresde servicios ambientales, y registros de los efectos delos diferentes cultivos y métodos de cultivo en labiodiversidad. El marco estaría constituido por una listade asuntos y opciones. acompañada de un conjunto deherramientas y datos que ayuden a cada país aorientarse en la ejecución del plan piloto. Cada paísadaptaría el marco a sus circunstancias locales. Almismo tiempo se los instará a que registren y expliquenlas modificaciones introducidas, y a que identifiquenaquellas partes que fueron de mayor y de menorutilidad.

Segundo, cada país seleccionaría un lugar para elcorredor piloto propuesto, donde el gobierno y losgrupos afectados puedan desarrollar un plan de acciónparticipativa para el CBM. Tal proceso permitiría a losproponentes del CBM poner a prueba y evaluaropciones para seguir adelante con la ejecución. Lostemas abordados durante el desarrollo de este plan deacción serían similares a los identificados en la secciónanterior: participación pública; acceso y uso compartidode la información y la custodia de los recursos;perfeccionamiento de criterios para definir las zonas decorredor, amortiguamiento y de usos múltiples;tratamiento de cuestiones relativas a la tenencia de latierra; generación y distribución de beneficioseconómicos; promoción de la cooperación intersectorial,y establecimiento de prioridades de inversión y manejo.El orden en el cual se aborden y los esfuerzos dedicadosa los distintos asuntos variarán entre las áreas pilotoconforme a las circunstancias locales.

Tercero, una vez que cada país haya puesto en marchasu plan piloto de acción participativa, todos los paísesse reunirán para comparar experiencias. Esteintercambio ayudará a planificadores y encargados detomar decisiones a entender las interacciones ycontraprestaciones que tendrán lugar en diferentessituaciones, a medida que el CBM avanza en suejecución. A partir de las experiencias piloto, la CCADy las instituciones regionales efectuarán una revisióndel marco preliminar. Cada país podrá entoncesadoptar y adaptar el marco de planificación paradesarrollar planes de acción de corredores en otraspartes de su territorio.

Si bien los proyectos pilotos constituyen una opciónpara iniciar el proceso de desarrollo y ejecución delCBM en el largo plazo, es obvio que tiene que haberotras. Se deberá alentar a participantes y gruposafectados para que continúen efectuando otros análisissobre los retos a los que debe hacer frente la puesta enpráctica del Corredor. Es fundamental queplanificadores y encargados de tomar decisionesexaminen las distintas estrategias requeridas segúncada contexto particular.

Sea cual sea el modo que se elija para obtenerseguridad y confianza, éste es el desafío másapremiante que se les plantea a los gobiernos y otrosproponentes del CBM. La falta de confianza yentendimiento de la Iniciativa puede demorar suejecución tanto como podría hacerlo la escasez dedinero o de personal. De ahí el énfasis en el enfoqueparticipativo y en que éste se adapte a cada situaciónconcreta. De esta manera, el CBM puede convertirse enun mecanismo vital para el logro de las metas deconservación y desarrollo a largo plazo enMesoamérica.

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Los Autores

Programa de Recursos Biológicos del WRI. Practicó laarqueología en Mesoamérica y luego obtuvo unamaestría en Política de Desarrollo Internacional delInstituto Sanford de Política Pública de la UniversidadDuke.

Nels Johnson es Director Adjunto del Programa deRecursos Biológicos del WRI. En la última década sustrabajos de investigación se han concentrado en manejoforestal sostenible y conservación de la biodiversidaden Asia, el Caribe y los Estados Unidos. El Sr. Johnsontiene una Licenciatura en Biología del Reed College yuna maestría en Ciencias Forestales de la Escuela deEstudios Forestales y Ambientales de la Universidad deYale.

El Dr. Kenton Miller es Vicepresidente para elDesarrollo y la Conservación Internacional del WRI.Entre los trabajos realizados por el Dr. Miller encumplimiento de sus funciones figuran varios análisisexhaustivos del manejo de la biodiversidad y manejobiorregional en todo el mundo. Asimismo dirigió elequipo internacional que formuló la Estrategia Mundialpara la Biodiversidad. El Dr. Miller se graduó enManejo Forestal en la Universidad de Washington ytiene un doctorado en Economía Forestal de laUniversidad del Estado de Nueva York, Syracuse.

Elsa Chang es Asociada Principal y Directora delproyecto del Corredor Biológico Mesoamericano en el

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Anexo 1. Principales logros en una década de trabajo ambiental en Centroamérica y evolución de la iniciativa delCBM

1989 –Se crea la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) como mecanismo regionalintergubernamental que ayuda a sus países miembros a promover la cooperación y la coordinación de políticas yacciones ambientales, a proteger el medio ambiente, manejar y conservar los recursos naturales, y a controlar lacontaminación.

1990–91 –Se desarrolla el Plan de Acción Forestal Tropical para Centroamérica (PAFT-CA) con el propósito de hacer frente a ladeforestación y proporcionar directrices para otorgar concesiones y formular políticas forestales.

1992 –Se prepara y presenta a la CNUMAD la Agenda Centroamericana de Ambiente y Desarrollo ; ésta representó elprimer manifiesto regional concertado en el cual se promueve la sostenibilidad.–Los gobiernos firman el Convenio Centroamericano de Biodiversidad y Áreas Protegidas; es así como se crea elConsejo Centroamericano de Áreas Protegidas (CCAP) en el marco de la CCAD.–Los gobiernos firman el Convenio Centroamericano para el Manejo y Conservación de Ecosistemas Forestales y elDesarrollo de Plantaciones Forestales

1993 –La ratificación del convenio forestal establece el Consejo Centroamericano de Bosques (CCAB) con el fin de reunir alos directores de los servicios forestales nacionales con los coordinadores nacionales del PAFT–El Sistema para la Integración Centroamericana (SICA) inicia sus operaciones como nueva estructura institucionalregional y marco para la toma de decisiones y cumplimiento de compromisos regionales en favor de la paz, lademocracia, el desarrollo socioeconómico y el medio ambiente.

1994 –Se lanza el proyecto regional para la conservación de fauna silvestre Paseo Pantera, con el propósito de establecercorredores biológicos naturales a lo largo de la costa caribeña.–Se establece la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible (ALIDES) como agenda regional para lacooperación y el desarrollo económicos, la equidad social, la protección del medio ambiente y la conservación de losrecursos naturales; esto con el fin de fortalecer el Sistema Centroamericano de Áreas Protegidas (SICAP) mediante elestablecimiento del Corredor Biológico Centroamericano. Se designa a la CCAD para que supervise y dirija la puesta enpráctica de la iniciativa en torno al Corredor.

1995–96 –El gobierno mexicano se une a la CCAD en respaldo a la creación del Corredor Biológico Mesoamericano.–La CCAD, con apoyo de la GTZ y el PNUD/GEF, dirige la fase de planificación de un proyecto regional para elestablecimiento del CBM.–Se realizan evaluaciones técnicas al nivel nacional.

1997 –Los jefes de Estado de Centroamérica apoyan el establecimiento del CBM mediante el fortalecimiento del SICAPcomo prioridad regional para la conservación y el desarrollo sostenible.–Los gobiernos de México, Belice, Guatemala y Honduras firman la Declaración de Tulúm, a través de la cual secomprometen a conservar y manejar el Sistema de Arrecifes del Caribe Mesoamericano de manera sostenible.

1998 –La CCAD finaliza una propuesta para un proyecto regional que se titula “Programa para la Consolidación delCorredor Biológico Mesoamericano”, la cual es remitida al PNUD/GEF-GTZ para su financiamiento.–La Coordinadora Indígena y Campesina de Agroforestería Comunitaria Centroamericana (CICAFOC), un organismoregional, presenta una posición unificada confirmando la función del CBM y considerándolo como una opción dedesarrollo sostenible local para la población indígena, negra y campesina.

1998 –Se aprueba el proyecto regional de la CCAD para el CBM, que será financiado por el PNUD/GEF-GTZ; se establecenlos enlaces y oficinas técnicas nacionales.

2000 –Se establece en Nicaragua la oficina regional CCAD-PNUD/GEF-GTZ de coordinación para el proyecto CBM.

Fuentes: WRI 1995; Page y Schwarz 1996; Earth Council et al. 1997; CCAD 1998a, 1998b, 1998c, 2000a, 2000b;CICAFOC 1998, 1999.

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Notas

radicado en la Dirección General para el Medio Ambiente(DGMA) dentro de la Secretaría General del Sistema parala Integración Centroamericana (SICA) en El Salvador. LaCCAD promueve la cooperación y coordinación deaquellas políticas y acciones por parte de los paísesmiembros encaminadas a proteger el medio ambiente,manejar y conservar los recursos naturales, y controlar lacontaminación.

6. Entre ellos figuran el Convenio sobre Diversidad Biológicay la Convención para el Manejo y la Conservación deEcosistemas Forestales Naturales y el Desarrollo dePlantaciones Forestales. Junto con el establecimiento deestos tratados regionales se creó un nuevo grupo deinstituciones bajo el marco de la CCAD, entre ellas enConsejo Centroamericano de Bosques (CCAB) y elConsejo Centroamericano de Areas Protegidas (CCAP).

7. Con la firma de la ALIDES se creó un marco decooperación internacional para Centroamérica. Los paísesde la región buscaron asistencia técnica y financiera de lasagencias multilaterales y bilaterales (USAID, el BancoMundial, CIDA y otras) para llevar a cabo proyectos deconservación y proyección ambiental.

8. En este documento, el término “iniciativa” se usa parareferirse al Corredor Biológico Mesoamericano como unconjunto de actividades realizadas en los niveles regional,nacional y local con el fin de establecer corredores quepermitan la conservación de la biodiversidad y elmejoramiento de las condiciones socioeconómicas.

9. La Wildlife Conservation Society (WCS) y la CaribbeanConservation Corporation (CCC) con apoyo finaciero deUSAID.

10. Originalmente ALIDES dio su respaldo al CorredorBiológico Centroamericano. Sin embargo, después de quelos jefes de Estado de la región se reunieron a instanciasdel gobierno mexicano en las negociaciones de Tuxtla II,acordaron incorporar a los cinco estados del sur deMéxico dentro de la iniciativa, que ahora se conoce comoel Corredor Biológico Mesoamericano (McCarthy et al.1997).

1. El PIB promedio de la región es de US$1.900, suma que haaumentado muy poco durante la década pasada (INEGI1997, 2000; World Bank 2000). Una proporciónsignificativa de la población de la región (40%) carece deacceso a los servicios básicos de salud (CCAD 1998a).Dado que las enfermedades transportadas por el aguarepresentan el 80% de los casos reportados, es posibleprevenirlas si se amplía el acceso al agua limpia (CCAD1998a). El analfabetismo en la región es relativamenteelevado si se compara con los estándares internacionales:21% para las mujeres y 17% para los hombres (WRI 2000).La tasa de analfabetismo es aún más elevada en losgrupos de mayor edad.

2. El ingreso proveniente de la agricultura representa el 16%del PIB de la región, y el 27% de la poblacióncentroamericana en promedio se encontraba empleada enel sector agrícola entre 1990 y 1996 (Inter-AmericanDevelopment Bank 2000; World Bank 2000). Más de unaquinta parte de los mesoamericanos vive en áreas costerasdonde la pesca es fuente importante—cuando no laúnica—de ingreso y sustento; su valor se calcula en unmínimo de US$750 millones al año (CCAD 1998a). La leñasigue siendo una fuente importante de energía en laregión, donde se estima que el 92% de la producción demadera se destina a ese combustible (CCAD 1998a).

3. Esta figura representa la deforestación en América Centraly por lo tanto no contiene datos sobre México.

4. En un estudio que se llevó a cabo en Costa Rica se estimóque el valor de los servicios ambientales que proporcionansus ecosistemas forestales (incluyendo la preservación dela calidad del agua y de la biodiversidad, así como lafijación de carbono) oscila entre US $29 y $87 por hectáreapor año para los bosques primarios, y entre US $20,88 y$62,64 para los secundarios. Esto se traduce en un valoreconómico anual de entre US $17,8 millones y $87,6millones para los bosques de Costa Rica (Carranza et al.1996).

5. La CCAD es el foro regional intergubernamental de lossiete ministros de Medio Ambiente y Recursos Naturalesde Centroamérica. México participa en este foro comoobservador. El secretariado ejecutivo de la CCAD está

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11. Nos referimos a las actividades de la oficina regional decoordinación del CBM radicadas en la CCAD y a susenlaces técnicos nacionales (financiadas por el PNUD/GEF y la GTZ) como “el Programa”.

12. Las funciones principales de la oficina regional decoordinación son: coordinación de programas yplanificación estratégica, movilización de recursos,información y vigilancia de la biodiversidad, educación yparticipación ciudadana, adiestramiento y otros esfuerzostendientes al desarrollo de capacidades, comunicación ydivulgación, y armonización de marcos legales y depolíticas.

13. Se trata de una iniciativa aparte respaldada por los jefesde Estado de México, Belice, Guatemala y Honduras enQuintana Roo, México, el 5 de julio de 1997 bajo laDeclaración de Tulúm. Este respaldo conlleva laincorporación de los humedales y del manejo yconservación de áreas marinas y costeras al CBM (CCAD1998d, PROARCA/COSTAS 1999).

14. Una biorregión es “el espacio geográfico que contiene unoo varios ecosistemas. Se caracteriza por su topografía,cubierta vegetal, cultura humana e historia tal y como lasidentifican las comunidades residentes, los gobiernos y loscientíficos” (Miller 1996).

15. Sin embargo, se ha dado un debate muy intenso sobre losbeneficios que reportan los corredores a la conservación.Algunos críticos han señalado su papel potencial comovectores de enfermedades, especies invasoras y otrasperturbaciones, y el costo que tienen en relación con otrasopciones de conservación como lo puede ser la creaciónde nuevas áreas protegidas (Simberloff et al. 1992, Bonner1994).

16. Por ejemplo, a principios de los años ochenta, lospastizales para la ganadería que surgieron de laconversión de bosques amenazaban con rodear la estaciónbiológica La Selva en las tierras bajas de la zona atlánticade Costa Rica, un área biológicamente rica perorelativamente pequeña, y famosa en el mundo comoreserva dedicada a la investigación y a la educación.Algunas especies como por ejemplo el jaguar (Pantheraonca), el tucancillo verde (Aulacorhynchus prasinus), elpájaro sombrilla cuellinudo (Cephalopterus glabricollis), elermitaño verde (Phaethrinis guy), y el tangara dorada(Tangara icterocephala) se desplazan con regularidad entrela reserva y el parque nacional Braulio Carrillo que quedaa unos 30 kilómetros de distancia. Algunos investigadoresestiman que si la reserva quedara totalmente aisladadesaparecería el 90% de las especies de aves que allíhabitan (Pringle et al. 1984). Para salvaguardar labiodiversidad en la estación biológica, a finales de los añosochenta se estableció un corredor de bosques primarios ysecundarios que uniera a La Selva con Braulio Carrillo.

17. Por ejemplo el quetzal resplandeciente (Pharomachrusmocinno) que está en peligro de extinción se reproduce enlos bosques montanos de la Reserva Monteverde de CostaRica. Sin embargo, esta ave pasa la mitad del añoalimentándose en lo que queda de los hábitats de bosquesmontanos bajos de las ondulaciones del Atlántico y elPacífico que están por debajo de la reserva Monteverde.Dado que todas las tierras que la rodean corresponden afincas de propiedad privada, no es posible tener uncorredor contiguo. Es por ello que los esfuerzos se estánconcentrando en desarrollar una especie de “colcha”formada por fragmentos de bosque interconectados a lolargo de arroyos y laderas que en su conjunto puedenfuncionar como un hábitat apropiado para el quetzal(Powell y Bjork 1995).

18. Los jefes de Estado de la región reconocieron estas zonascuando respaldaron el CBM en 1997 (XIX ReuniónOrdinaria de Presidentes Centroamericanos, julio de 1997).

19. Un área protegida es “una zona terrestre o marinaespecialmente dedicada a la protección de la diversidadbiológica y de los recursos naturales y culturales,manejada a través de intrumentos legales u otros mediosefectivos” (IUCN 1994).

20. A lo largo de este documento el término “corredor” se usapara mantener la coherencia con la terminología adoptadapor la iniciativa del CBM. Sin embargo, desde unaperspectiva biológica, el asunto pertinente es la“conectividad” de un paisaje, es decir, más que una formaespecífica de ligar hábitats, la forma en que esto coadyuvao impide el desplazamiento de especies entre hábitatsdeseables. Es posible lograr un elevado nivel deconectividad a través del uso de varios diseños de paisaje,entre ellos corredores, piedras de paso y mosaicos dehábitats (Bennett 1999).

21. Algunos corredores de desplazamiento, como el delBraulio Carrillo en Costa Rica, se caracterizan por elmantenimiento de sus valores paisajísticos, mientras queotros corredores en los que hay desarrollo pueden incluirelementos naturales como alamedas, jardines, zonasarboladas urbanas y pasos inferiores para fauna.

22. Palma del género Chamadorea nativa de América Centralque se exporta y se usa localmente en arreglos florales.

23. La selva Maya constituye una de las extensionesremanentes más grandes de bosque tropical en Américadel Norte y Central. Ésta se extiende desde el estadomexicano de Chiapas, pasando por el norte de Guatemalahasta el sur de la península de Yucatán y luego por Belice.La región es rica en recursos biológicos y sitiosarqueológicos.

24. Las Constituciones de América Central por lo generalespecifican que el gobierno municipal es autónomo tanto

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política como financieramente, lo cual ha conducido a quelos alcaldes hagan una fuerte presión para que se lesasignen mayores ingresos y se les otorgue control sobrelos recursos. Las asociaciones nacionales demunicipalidades en El Salvador, Honduras y Nicaraguahan cumplido un papel determinante en hacer que losintereses municipales formen parte de la agendalegislativa en sus respectivos países (USAID 1999). Juntocon la Federación de Municipios del IstmoCentroamericano (FEMICA), estas asociaciones hancontinuado luchando por la descentralización del podermediante la coordinación de acciones y políticasencaminadas a fortalecer la autonomía municipal y alograr una mayor independencia de la política partidistanacional. La FEMICA fue creada en 1991 y estáconfigurada por las seis asociaciones nacionales demunicipalidades (Belice no hace parte), lo cual representaun total de 1.185 gobiernos locales municipales.

25. La mayoría de los gobiernos municipales asigna laproporción principal de sus presupuestos a los problemasurbanos, esto es, saneamiento, recolección de basuras,mejoramiento del suministro de agua y construcción deobras públicas. Es así como sus reclamos en torno a lareforma política y autonomía municipal se han limitado alas decisiones que tienen que ver con los problemasmencionados y no sobre los relacionados con concesionesforestales, conservación de la biodiversidad o manejo decuencas.

26. Las municipalidades pueden establecer y ajustar lastarifas de usuarios pero no pueden crear sus propiosimpuestos ni recaudar sus propias rentas. Además, en lamayoría de los países de la región el sistema actual depresupuestación, contabilidad y rendición de cuentassobre ingresos y egresos municipales es deficiente y nocumple con los estándares internacionales de manejofinanciero (USAID 1999).

27. Entre los antecedentes principales citados en ILRC 1999figuran la Constitución de Nicaragua (1987), Artículos 49,89, 180, 181; el Estatuto de Autonomía de las Regiones de laCosta Atlántica de Nicaragua, Ley No. 28 (7 de septiembrede 1987); y Panamá: Sobre el Régimen Especial de la ComarcaKuna Yala, Artículos 3, 11, 12, 20.

28. Tal como ALIDES y el acuerdo CONCAUSA, firmadoentre los gobiernos de Estados Unidos y Centroamérica enla Cumbre de las Américas en 1994, y luego durante un

evento regional similar en 1996 en Santa Cruz, Bolivia.Los países de la región convinieron en establecer un centrode intercambio de información y un sistema deinformación ambiental (CCAD 1994, Corrales 2000).

29. El término “ejido” se refiere a la tierra colectiva ocomunitaria utilizada principalmente para la agricultura.En México un ejido—régimen de propiedad que seestableció depués de la Revolución Mexicana de 1910—esuna cesión de tierras administrada por un grupo deejidatarios, quienes disfrutan del derecho de usufructo delejido que les ha sido cedido por el gobierno federal(Ericson et al. 1999). Por lo menos un 80% de las tierras debosque en México son de propiedad comunal (Santos et al.1998). Mientras que en Guatemala estas tierrascomunales—creadas durante la Colonia para controlar ladistribución de las poblaciones indígenas y recolectarimpuestos—son usadas por la comunidad en formaparecida, están administradas bajo disposiciones yordenanzas municipales y se les conoce más bien comoejidos municipales (Elías 1997).

30. Investigaciones llevadas a cabo por Ostrom y otrosacadémicos sugieren que los regímenes de propiedadcomún pueden constituir un esquema institucionaladecuado para el manejo efectivo de los recursosforestales. Ellos señalan que esta clase de tenencia suelefuncionar mejor en zonas con pocas presiones migratorias,donde no hay mucha desigualdad económica ypredomina una organización social sólida, y cuando talesesquemas administrativos reafirman derechos milenariosen el acceso al uso de los bosques por parte de lascomunidades residentes (Jaramillo y Kelly 1997).

31. Los títulos de estas tierras fueron dados a estos grupos porlos españoles durante la Colonia, pero su importanciaradica más en su valor histórico que en su capacidad deservir como garantía legal de derechos sobre las tierras(Elías 1997a, Reyes 1998).

32. La Ley de Titulación en Baldíos Nacionales (#5064) fuedeclarada inconstitucional por la Sala Constitucional de laCorte Suprema, por lo que cualquier referencia en estemateria se rige actualmente por la Ley de Titulación deTierras Ubicadas en Reservas Nacionales (#7599) (LeninCorrales, comunicación personal, mayo 2001).

33. En la actualidad Ministerio de Ambiente y Energía(MINAE).

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El Instituto de Recursos Mundiales (WRI) es un centro deideas sobre el medio ambiente que va más allá de lainvestigación para crear formas prácticas de proteger laTierra y mejorar la vida de la gente.

El programa de WRI responde a los desafíos mundialesutilizando el conocimiento para: ·Catalizar la acciónpública y privada ·Revertir el daño de los ecosistemas·Ampliar la participación en las decisiones relativas almedio ambiente ·Prevenir un cambio de clima peligroso y·Lograr una mayor prosperidad, al tiempo que se mejorael medio ambiente.

Por cientos de años, la expansión de las empresas y elcrecimiento de las naciones se han producido mediante eluso de una mayor cantidad de recursos y energía, ycreando cada vez más desperdicios. Este crecimientoeconómico ha mejorado enormemente el bienestarhumano a través del suministro de un mayor número debienes y servicios, la creación de nuevas oportunidades decomercio y empleo, y garantizando más inversiones entecnología y educación. Pero el proceso histórico delcrecimiento también ha degradado los recursos biológicos,mermando el suministro de energía y contaminando elagua, la tierra y el aire. El Instituto cree que el remediopara los problemas ambientales no consiste en reducir elcrecimiento, sino en romper la conexión entre una mayorprosperidad y la reducción de la base de recursos. Sutrabajo con gobiernos, empresas y la sociedad civil estádirigido a encontrar formas más eficientes de utilizar losrecursos y de aprovechar las nuevas tecnologías ymercados.

WORLD RESOURCES INSTITUTE10 G Street, N.E. Suite 800Washington, DC 20002, USAhttp://www.wri.org/

Junta Directiva de WRI:William D. Ruckelshaus, PresidenteJulia Marton-Lefèvre, VicepresidenteFrances G. BeineckeDavid T. BuzzelliDeb CallahanMichael R. DelandSylvia A. EarleAlice F. EmersonJosé María FigueresDavid GergenJohn H. GibbonsPaul GormanWilliam M. Haney, IIIDenis HayesCynthia R. HelmsSamuel C. JohnsonCalestous JumaYolanda KakabadseAditi KapoorJonathan LashMahmood MamdaniWilliam F. MartinJeff MillerQian YiPeter H. RavenFlorence T. RobinsonJose SarukhanScott M. SpanglerJames Gustave SpethRalph TaylorPieter WinsemiusWren Wirth

Jonathan LashPresidenteMatthew ArnoldVicepresidente Principal y Jefe de OperacionesAnthony JanetosVicepresidente Principal y Jefe de ProgramasMarjorie BeaneVicepresidente de Administración y Jefe de FinanzasLucy Byrd DorickVicepresidente de DesarrolloKenton R. MillerVicepresidente de Desarrollo y Conservación Internacional

Instituto de Recursos Mundiales