en la comarca de tierra del pan zamora, 20 de ......te ajeno al movimiento de la figura mater-na....

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delfinario DELFÍN RODRÍGUEZ El sobaco prodigioso Rutas a pie por tierras DE ZAMORA Hasta las pilas de Almaraz Aunque fue el contacto con el mundo de Lobo en París el que cambió a Abrantes, las obras de ambos evolucionaron de forma distinta Baltasar Lobo (a la izquierda) junto a Ramón Abrantes (derecha) en un homenaje al escultor de Cerecinos tras la donación de su obra a Zamora a través de la entonces Caja de Zamora () Foto Archivo Abrantes Coetáneos, pero divergentes Ignacio Izuzquiza «En España somos de bofetón, no de caricia; este es un país grueso y muy poco sutil» Catedrático de Filosofía de la Universidad de Zaragoza Descubrimos una espectacular cascada en la comarca de Tierra del Pan ZAMORA, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2009 dominical

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Page 1: en la comarca de Tierra del Pan ZAMORA, 20 DE ......te ajeno al movimiento de la figura mater-na. Las diferencias se acentúan más en las últimasetapasdesusvidas.ALobo,lapro-gresiva

delfinarioDELFÍN RODRÍGUEZ

El sobacoprodigioso

Rutas a pie por tierras DE ZAMORA

Hastalas pilasdeAlmaraz

Aunque fue el contacto con el mundo de Loboen París el que cambió a Abrantes, las obras

de ambos evolucionaron de forma distinta

Baltasar Lobo (a la izquierda) junto a Ramón Abrantes (derecha) enun homenaje al escultor de Cerecinos tras la donación de su obra aZamora a través de la entonces Caja de Zamora

(●) Foto Archivo Abrantes

Coetáneos, pero divergentes

Ignacio Izuzquiza

«En Españasomos debofetón, no decaricia; este esun país grueso ymuy poco sutil»

Catedrático de Filosofía de la Universidad de Zaragoza

Descubrimos una espectacular cascadaen la comarca de Tierra del Pan

ZAMORA, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2009

dominical

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✒ Ricardo Flecha

En el verano de 1962 el escultor BaltasarLobo volvió a Zamora por primera vez des-de 1936. Había llegado en su pueblo, Cere-cinos de Campos, después de 25 años deestancia en Francia. En la capital zamoranapaseó por sus calles como un forastero más.Alguien extraño para todos los que esosdías se cruzaron con él: se había acercadohasta Zamora, para saludar a sus primos quetenían un establecimiento en la calle Corti-nas de San Miguel, Droguería Anta.

Ramón Abrantes era entonces un jovenescultor de 30 años que estaba saboreandolos primeros triunfos. En esos días, deam-bulaba entre diversas formas de expresión,e intentaba encontrar su sitio en el pobre pa-norama artístico de la ciudad. Acababa deabrir, en la calle de las Doncellas número 2,el que durante muchos años fue el único ta-ller de escultura de la ciudad y donde, porfin, había podido realizar una de las activi-dades que marcarían toda su obra, la talla enpiedra.

Abrantes se encontraba buscando, entrela piedra, un nuevo mundo en el que expre-sarse. El realismo decimonónico con ciertabase romántica que había sido hasta enton-ces su modo de expresión dentro de la es-cultura no llenaba su ego creativo. Por aque-

llas le atraían las formas arcaicas del romá-nico y se encontraba trabajando sobre unnuevo tipo escultura.

Ramón y Baltasar Lobo se encontraron enla droguería.

—¡Mira Ramón!, este es mi primo Balta,el escultor que está en Francia.

—Monsieur Abrantes.Baltasar Lobo era entonces un extranjero

en nuestra ciudad, lo mismo que lo había si-do en el París de 1939 y Ramón hablaba suidioma. El idioma de los escultores de oficio,raros ejemplos en el mundo del arte que, le-jos de todo academicismo o enseñanza, venen la profesión de escultor, sobre todo en eldialogo mantenido con la materia en la tallade la escultura en piedra, el camino, la únicaenseñanza para ser escultor.

Lobo es un escultor de oficio. Aunque conuna formación académica en sus primerosaños de estancia en el taller de Ramón Núñezen Valladolid. Pronto renegó de esa forma deentender la escultura, para irse a Madrid con16 años con la disculpa de ingresar en la Es-cuela de Bellas Artes de San Fernando.

Allí, lejos de toda tutela, abandonó la es-cuela al año siguiente para encontrarse con laescultura en el oficio de escultor, no en el aca-demicismo ecléctico que dominaba la ense-ñanza esos años. Abrió un taller de escultura,cerca de la Casa de Campo que tuvo que

abandonar durante la guerra civil. A diferen-cia de otros exiliados, cuando Baltasar Lobomarcha de España, carece de una obra madu-ra. Su estancia en París le puso en contacto, através de Picasso, con Henri Laurens, cuya in-fluencia va a ser decisiva. Laurens es algomás que otro escultor de oficio, es uno de losgrandes artistas cubistas que en los últimosaños de su vida estaba intentando descubrirnuevos caminos de expresión dentro de lapráctica de la escultura.

Laurens «adoptó» artísticamente a Balta-sar Lobo. Tanto es así que compartieron du-rante muchos años un mismo taller y que enel periodo entre 1945-1953 la obra de estosdos artistas corrió paralela en ideas y estilos,adoptando Lobo toda la carga y el saber es-cultórico que atesoraba él que sin duda algu-na es el mejor escultor francés de mediadosde siglo, y principal innovador de la escultu-ra moderna; Henri Laurens

Cuando Lobo se encontró en Zamora conRamón, un escultor intentaba encontrar un lu-gar en la escultura y que su obra pedía a gri-tos una dirección que tomar. Baltasar Lobo,hombre taciturno y reservado donde los haya,entablo amistad con Abrantes.

Indiscutiblemente, a Ramón, para quien nohubo sitio en la Escuela de Bellas Artes enMadrid, el saber de Baltasar Lobo le debió deimpactar. Su obra no volvió a ser la misma

Ramón Abrantes«versus»Baltasar Lobo

Abrantes (izquierda), Lobo y Piedad Isidro, la compañera de Ramón, en la visita al estudio de París

(●) Fotos Archivo personal de Ramón Abrantes

Decir que la obrade Abrantes es una

repetición delconcepto

escultórico del deCerecinos es,

además de ignorarcompletamente laobra de estos dos

autores, noentender el

proceso creativo deuna obra

escultórica

Dos iconos del arte zamorano del siglo XX

II / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 20 de septiembre de 2009

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desde ese encuentro. A Lobo encontrarse conRamón ese día, no sólo fue encontrase conZamora, fue encontrarse con él mismo, conel escultor que podía haber sido si no se hu-biese ido a París hacia 25 años.

La visita de Lobo al taller de Ramón, lamerienda de escabeche entre las primerasobras, los vinos en la taberna, crearon unafructífera relación que se mantendría duran-te muchos años y modifico sin lugar a dudasla manera que tenia Ramón Abrantes de en-tender la escultura. Además surgió una amis-tad sentida y si no fue mas profunda fue de-bido a la distancia. Todas las navidades lle-gaba al estudio de Ramón una carta con elmatasellos de París. Abrantes fue el vínculoque unió a Baltasar Lobo con esta ciudad.Una ciudad donde todos desconocían su obray donde posiblemente en esos momentos laridiculizasen. La obra de Lobo tuvo, en la fi-gura de Ramón, su más firme defensor.

Ramón recibió los catálogos firmados ydedicados de todas las exposiciones que Bal-tasar Lobo iba realizando por medio mundo.La de Albi, la de Düsseldorf, la de Berlín, lade Zurich. Incluso le envió el catálogo de laexposición en la Galería Theo (Madrid, 2 demarzo al 2 de abril de 1970) la primera enEspaña después del «exilio» y que pasó to-talmente desapercibida en Zamora.

La obra de Abrantes y de Lobo discurrie-ron parejas pero en dos mundo diferentes yantagónicos. Lobo, en París rodeado de unasociedad abierta y libre con grandes posibi-lidades para cualquier creador. Desarrollán-dose en un mundo donde toda obra de artedebía, sino adorarse, sí respetarse y ser arro-pada por un mercado artístico dominado yrendido a la maquinaria galerística de su pro-tector Pablo Picasso.

Abrantes en Zamora, en una sociedad ce-rrada cuya vida artística pasaba siempre porEducación y descanso. Una ciudad con unrancio gusto artístico institucional que nin-guneaba la obra de Ramón en cualquier con-curso público. En una ciudad que nuncaaprobó su modo de vida ni sus vanas excen-tricidades.

Baltasar Lobo, en Montparnasse, bebien-do de las fuentes creativas de la nueva es-cultura Europea, al lado de Braque y JeanArp. Incluso llego a conocer a Maillot. Ra-món Abrantes, en Zamora, si quería beber al-go, tenía que ir a la taberna de «El Rejo».

El encuentro definitivo ocurrió en Parísen julio de 1976. Ramón Abrantes viajócon su mujer Piedad y dos amigos, por va-rios países de Europa, visitando, en la ciu-dad de París, el estudio del escultor Balta-sar Lobo. Esa mañana fueron juntos a visi-tar el Museo de Rodin. Y fue allí, en esavisita, paseando junto a Baltasar Lobo porlos jardines del Hôtel Biron, donde un Ra-món de casi 50 años, toma conciencia de laprodigiosa experiencia de ser escultor. Igualque Lobo encontró en la obra de Henri Lau-rens el camino para desarrollar su mundocreativo. Abrantes, vio en Lobo, el aire fres-co que necesitaba su obra y supo buscar enlos mismos orígenes, para crear una escul-tura personal y propia.

La obra de Ramón experimentó un cam-bio definitivo partir de 1977. Ya que trascomprar mármol, se encierra literalmente ensu estudio, entre dibujos y bocetos para con-cluir en diciembre de 1979 con una de lasexposiciones más importantes surgidas enesos años en la ciudad en la sala de exposi-ciones de la antigua caja de ahorros de Sala-manca. Allí se expusieron, y se vendieron,casi cuarenta obras en mármol, granito, ma-dera y bronce. Obras que marcaron definiti-vamente el nuevo mundo escultórico al queRamón Abrantes se asomaba.

En esos años, pocos escultores tenían untaller abierto en la ciudad. A Baltasar Lobolo conocía el círculo de amigos que teníaAbrantes y poco mas. Un Ramón que repe-tía una y otra vez las excelencias de la obrade su amigo Balta en París.

Cuando el 31 de Mayo de 1976 BaltasarLobo dona a la Diputación una de sus obrasen reconocimiento a la beca que recibió, sunombre comenzó a resonar en boca de laprogresía artística de la ciudad, que le con-

virtió en un icono de sus frustracionescreativas. De hecho, sólo cuando en juliode 1984 Baltasar Lobo vuelve a la ciudadpara la inauguración de su escultura «Elhombre adámico» la ciudad lo recupera co-mo escultor.

Fue entonces cuando comadres maledi-centes, malogrados artistas locales y críti-cos provincianos, vieron entre las primerasobras de Ramón un poso de unión con Bal-tasar Lobo que les llevó a ningunear la obrade Abrantes y a tacharlo de imitador….. Nosabrán nunca lo lejos que se estaba de ello.Son dos autores muy diferentes.

Bien es cierto que los dos respiran por laobra de Henri Laurens, sobre todo Lobo,más cercano a él y a su última apuesta plás-tica, que a partir de los años 30, abandona,no de una forma sistemática, el mundo cu-bista para decantarse hacia la sensualidad

de las formas orgánicas. Fue en este con-texto, desarrollado entre 1940 y su muerteen 1953, cuando la figura femenina pasó aocupar el primer plano de su producción.Es en esta etapa, donde se rastrea con faci-lidad no sólo la huella de Picasso sino ladel arte africano. Pues bien, es en esta eta-pa cuando hay más de un encuentro entrela obra de Laurens con la obra de BaltasarLobo. Hay sobre todo un punto en comúnque une a estos dos escultores, la excesivafrontalidad de las formas escultóricas, par-ticularidad propia de la obra de Laurens,que proviene del mundo pictórico cubista.Elemento que a través de Lobo heredara laobra de Abrantes.

En cambio a la obra de Baltasar Lobo ya la de Ramos Abrantes, moviéndose en losmismos parámetros escultóricos, le sepa-ran conceptos abismales, en la percepción

de la forma y el volumen. La obra de Loboes dinámica, todas sus figuras, aun las quese muestran reclinadas, están en movi-miento alzando al aire sus miembros, do-minado el espacio. La obra de Abrantes esmás reposada e hierática, incluso sus bai-larinas, respiran una quietud casi solemne.

La obra de Lobo no es homogénea envolúmenes, en ella existe aun el poso cu-bista que la engendro, donde las aristas, losplanos y los huecos forman parte del dis-curso plástico de su obra. No hay conce-sión para la anécdota. La escultura deAbrantes, es cerrada, uniforme, y rítmicaen sus volúmenes y estructuras, no hay es-pacio para los huecos ni los planos. Tododiscurre con una obsesión casi enfermizapor la cadencia armónica de las formas. Ensus modelos existe la anécdota narrativa.La figura femenina es el eje casi único detoda su obra y entre ellas el tema de la ma-ternidad.

Los temas de Lobo son amplios y exten-sos. Se trata de un investigador de la formay de las formas, nada que le rodea le es aje-no. En su obra no sólo hay figuras femeni-nas, la masculina, el mundo animal, lo oní-rico, lo mitológico forman parte de su obra.El tema de la maternidad en Lobo es oca-sional, es parte de su universo femenino, elniño carece de importancia, no tiene movi-miento propio sino que depende de los mo-vimientos ejecutados por la madre. La ma-ternidad en la obra de Ramón es excelsa, lamadre y el niño forman una unidad plásti-ca donde las dos figuras tienen igual peso.El niño tiene un discurso propio, totalmen-te ajeno al movimiento de la figura mater-na.

Las diferencias se acentúan más en lasúltimas etapas de sus vidas. A Lobo, la pro-gresiva pérdida de los rasgos anecdóticosle conduce a una escultura más abstractaque derivó a formas angulosas y a figurasmás estilizadas. Abrantes a conceptos es-cultóricos más cerrados donde predomina-ban las formas redondas. Además en laobra de Ramón existe en estos últimos añosuna inclinación hacia un realismo oníricomás acentuado del que ya predominaba entoda su obra.

Y lo más importante, Lobo es más con-ceptual, posee una base cubista. Tienenobra con referencias a elementos abstrac-tos. Su creación es extensa, muy ampliacon abundantes temas. Parte de su produc-ción es obra de gran tamaño. RamónAbrantes, tiene una base clásica, nuncaabandono una referencia a la realidad. Suobra, es muy uniforme en contenidos, ape-nas dio concesiones a otras tendencias.Aunque su producción es abundante, com-parada con Lobo, es escasa, estamos anteun escultor humilde que necesitaba venderpara seguir produciendo, esta ciudad no diopara más y los materiales de escultura sonmuy caros. Apenas tiene obra de gran ta-maño, la que existe es debida a encargos

Decir que la obra de Ramón Abrantes esuna repetición del concepto escultórico deLobo, es, además de ignorar completa-mente la obra de estos dos escultores, noentender del proceso creativo que implicael desarrollo de una obra escultórica.

Ahora que toda esta vorágine de aconte-cimientos pretende ensalzar la obra de Bal-tasar Lobo, creando para él el mejor espa-cio donde ningún escultor soñó jamás ex-poner su obra. Habría que recordar lafigura de Ramón Abrantes, y buscarle unsitio en la ciudad, no solo por que sin Ra-món, seguramente ni Baltasar Lobo ni suproyecto museístico hubieran existido, si-no por que Ramón somos todos los que te-nemos que pegarnos y luchar en esta ciu-dad. Abrantes somos todos los zamoranosque nos quedamos en Zamora.

Que nuestro rancio provincianismo notrasmita que siempre es mejor lo que vienede fuera. Que haya sido necesario salir fue-ra para tener sitio en la memoria de la ciu-dad.Y que a nuestras futuras generacionesno dejemos la idea que vivir en Zamora seael menosprecio de tus ciudadanos y el ol-vido de los que te precedan.Lobo, en el Museo Rodin, fotografiado por Abrantes.

Ahora que toda esta voráginede acontecimientos pretendeensalzar la obra de BaltasarLobo, creando para él el mejorespacio donde ningún escultorsoñó jamás exponer su obra,habría que recordar también lafigura de Ramón Abrantes, ybuscarle un sitio en la ciudad

dominical / IIIDomingo, 20 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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✒ José Manuel García Rubio

Puesto que en el capítulo anterior habla-mos de importante tradición zamorana co-mo es la romería de La Hiniesta, finalizán-dolo con una celebración del lejano s. XIX,en espléndido día; no siempre existe igualsuerte en cuanto a eso. Pongo como ejem-plo la del año 1903, en que la constante llu-via parecía querer aguar la fiesta; pero no loconsiguió, pues según las crónicas, a pesarde todo el bosque de Valorio se vio muyconcurrido, si no para merendar, al menospara bailar al son de manubrios, gaita ytamboril, haciendo realidad el viejo dicho:

«Por la Cruz del Rey Don Sancho,juntas La Hiniesta y La Conchafueron regando los campos».Todo lo contrario sucedió once años des-

pués a juzgar por la curiosa crónica; suce-dió el día uno de junio, con primaveral ama-necer; la gente entonces estaba acostum-brada a madrugar; y a las seis de lamañana las campanas de San Antolínanunciaban la salida de la procesión: «Elpaso de la Virgen de la Concha fue pre-senciado por numeroso público, que des-pués se quedaron en Valorio para tomarchacolí y la tradicional chanfaina». Conti-núa la crónica: «A medida que avanzabala tarde Valorio resultaba pequeño paracontener tantísima gente; puede decirseque allí se encontraba toda Zamora, resul-tando encantador y pintoresco el cuadroque ofrecía el bosque en aquellos instan-tes, donde centenares de familias, sentadassobre el verde que la naturaleza ofrece,consumían suculentas meriendas; y el ele-mento juvenil bailaba al compás de orga-nillos».

Continuando con el calendario de tradi-ciones zamoranas; al día siguientes de LaHiniesta, acude puntual otra al barrio deSan Lázaro: Partiendo de su iglesia, la Vir-gen delYermo procesiona por diversas ca-lles de dicha barriada, de la que es patro-na. Siempre fue llevada en andas por lasbellas lazarinas que más habían pujado enla subasta celebrada previamente; en losviejos tiempos ofreciendo costales de gra-no, y finalmente dinero. Referente a estacuriosidad, perdura un viejo dicho que di-ce así: «La que con la Virgen carga, al añono está soltera; que es la del Yermo unaimagen que buscó novio a cualquiera».

Finalizada la procesión, era vieja tradi-ción que los vecinos del barrio cenaran unbuen plato de arroz con leche.

Durante muchas décadas, llegado el 13de junio se celebraba muy curiosamente lafestividad de san Antonio de la Florida; alcual, según la tradición, se encomendabanlas mocitas casaderas en espera que las fa-voreciese con un buen novio. En vísperade la fiesta, esa noche en la típica calle deLos Herreros, junto a un pequeño callejónsin salida, que existe a la derecha entran-do por Plaza Mayor, había una pequeñahornacina con la imagen del santo, a la cu-

al engalanaban con flores y abundantes ra-mas, por eso aquello de la Florida; siendoiluminada: con pequeños farolillos de te-nue llama toda su cercanía; así como decadenetas y banderitas; para una vez fina-

lizado el día, comenzar el baile al son dealgún organillo que atraía mozos y mozas,los cuales embelesados, olvidaban prontoel clásico perfume asnal que salía de lasmuchas posadas con cuadras que en tan tí-

pica calle había.Hoy aquella imagen de san

Antonio de la Florida se veneraen la muy cercana iglesia de SanJuan, cuya festividad y tradicióncelebraban pocos días después(24 de junio). Ese atardecer dela víspera, era esperado con im-paciencia para amontonar en to-das las plazuelas de la ciudadmaderas y muebles viejos, par-ticipando en ello pequeños ymayores. Era buen pretexto pa-ra deshacerse de los enseres in-servibles y por tanto, estorbo enel hogar. Y llegada la noche ar-dían en medio del regocijo, so-bre todo de los pequeños quehabían ayudado intensamentedurante la tarde con la naturalimpaciencia de contemplar lagran hoguera, además de ir a lacama más tarde de lo normal,

pues había que esperar a que dieran las do-ce en punto de la noche, ya que sus mayo-res les habían dicho (así lo aprendieronellos también), que a esa hora, escalfandoun huevo en un vaso de agua, y dejándolohasta la mañana siguiente, aparecía un bar-quito de vela. Como comprenderán se tra-taba simplemente de un producto de laimaginación con las pompas que formabala clara de dicho huevo.

Era típico vender los llamados «piñonesde san Juan», en puestos instalados en laPlaza Mayor: se conocían con ese nombrea unas pequeñas y olorosas florecillas quese ofrecían juntamente con manzanilla,mejorana, tomillo y romero.

Entre los bailes que se celebraban esanoche cabe destacar el que durante mu-chos años organizó el Teatro Principal, elcual duraba hasta altas horas de la madru-gada; llegándose a tomar la costumbre deque una vez finalizado iban a Valorio paracontinuar la verbena, ver salir el sol, desa-yunar y continuar bailando.

Otra vieja tradición primaveral, delmes de junio, es el llamado día de Cor-pus. Basta con transcribir las palabras deaquel ilustre zamorano don Cesáreo Fer-nández Duro, para hacernos clara idea dela importancia que dicho día tuvo ennuestra ciudad. Decía así: «Desde que seinstituyó esta fiesta en el año 1264, vinoa ser la procesión más solemne, devota ya la vez alegre de todas las fiestas. Consuficiente anticipación se preparaba unaordenanza todos los años, para que losgremios u oficios se dispusieran, bajo pe-na por no asistir; debiendo concurrir uni-dos con sus estandartes y distintivos es-peciales; y con carros y curiosas inven-ciones en competencia. El Ayuntamientoofrecía como galardón seis ducados a lasque lo hiciesen mejor; dos al que presen-tase más ingeniosa invención; y por pre-mios menores, ciertas telas de terciopeloy raso, destinadas a los músicos que fue-ran tañendo y cantando y a las danza ho-nestas y buenas. Prohibida la intervenciónde mujeres».

Continuaremos con la procesión.

Aquellas curiosidades del pasado

SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS

CLI

Las mozas seencomiendan a sanAntonio de la FloridaEn vísperas de esta fiestas, en la calle de losHerreros, junto al callejón, había una pequeñahornacina con la imagen del santo a la cualengalanaban con flores por eso de la Florida

Gigantillas recién estrenadas en la plaza de Sagasta (año 1944).(●) Foto L. O. Z.

IV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 20 de septiembre de 2009

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Es nuestra intención concluir hoy con los ar-tículos que hemos venido dedicando a la ocu-pación de la villa por los franceses a lo largo dela llamada Guerra de la Independencia, y paraello aportaremos diversos documentos encon-trados como resultado de una completa investi-gación en los protocolos notariales que se en-cuentran en e1 Archivo Histórico Provincial deZamora.

En este caso nos referiremos a un soldadonatural de Fermoselle que resulta mutilado poracciones de guerra, así como a las justas y re-petidas reclamaciones que se ve obligado a ha-cer el Ayuntamiento para recuperar los cuan-tiosos gastos ocasionados. Veamos:

«En la villa de Fermoselle a 2 de abril de1818, ante mí el infrascrito escribano del nú-mero y Ayuntamiento de la misma y testigosque al final se expresarán, constituido perso-nalmente Domingo Gallego, de estado soltero,de esta vecindad dijo:

»Que desde principio de la pasada guerracontra la Francia ha servido a su Real Majestaden sus Reales Ejércitos hasta que consiguió sulicencia por haberse mutilado en dicha época,según consta de los documentos que se le hanconferido para acreditar sus hechos.Y por cuan-to le parece es acreedor a la Real Cédula de In-válido en clase de disperso, con destino al pue-blo de su domicilio, ha tenido a bien elegir unapoderado en la villa y Corte de Madrid paraque a su nombre haga la solicitud competente.

»Y en esta consideración otorga:»Que da todo su poder cumplido a don José

Rodríguez de la Presa, Agente de Negocios enla villa y Corte de Madrid, para que a nombre yrepresentación presente ante los señores del Re-al y Supremo Consejo documentos que para es-ta solicitud sean necesarios y personalmente ha-ga y practique cuantas diligencias sean precisaspara su consecución...». (1)

Con este documento pretendemos destacarque un fermosellano luchó desde el principio dela guerra en los Ejércitos del legítimo Rey con-tra la Francia, habiendo resultado mutilado, ypor ello solicita el reconocimiento como tal enclase de disperso con destino en su lugar natal.A este respecto recordamos que nuestro Ejérci-to mantenía en esos tiempos Compañías de In-válidos que atendían destacamentos y serviciosespeciales, como era el caso del castillo de Fer-moselle, que albergaba en su recinto defensivocomo guarnición una de esas compañías almando de un Gobernador Militar con gradua-ción de Teniente Coronel, el cual se mantuvohasta el primer tercio del siglo XIX, cuando seconsidera que el acuartelamiento ha dejado deser plaza fuerte ante los adelantos bélicos. Otrosmuchos soldados se alistaron con las tropas lea-les e incluso los hubo que pelearon en territorioportugués o formando grupos de guerrillas am-parados en lugares de fácil defensa.

Un segundo documento otorgado por el ple-no municipal, del que tan sólo transcribimos lomás importante, lleva fecha de 31 de julio de1818 y dice:

«Que confiere todo su poder cumplido, cuan-to en derecho se requiere a don Francisco Ber-zosa, para que a nombre de dicho Ayuntamien-to solicite en la citada Contaduría y demás ofi-cinas que sea necesaria la liquidación de losrecibos de suministros dados a las tropas espa-ñolas y aliadas en la pasada revolución, siendotambién extensivo este poder para que active la

misma liquidación de los suministros posterio-res a ésta que se halla en la Contaduría Generaldel Ejército y hasta que consiga la conclusiónde los dos objetos de este poder comparezca an-te el señor Intendente General del Ejército deCastilla y demás Autoridades que sea necesa-rio, y porte los memoriales y todos los docu-mentos que al intento sean vigentes». (2)

Queda clarísimo que Fermoselle aportó im-portantes cantidades de suministros a las tropasespañolas y aliadas (inglesas y portuguesas) entiempo de la revolución, según consta oficial-mente en la Contaduría de Zamora y por los re-cibos que obran en su poder, y para su cobrodan poder a don Francisco Berzosa para que an-te la Contaduría General y el Intendente delEjército de Castilla la Vieja, con sede en Valla-dolid, haga las gestiones pertinentes para suabono. Pero tampoco debemos olvidar las con-tribuciones impuestas y pagadas a los domina-dores franceses a lo largo de varios años en di-nero, suministro de víveres, pastos o alimentopara los caballos, vino para la tropa o los mu-chos objetos de valor de oro y plata que se lle-varon de la parroquia como cobro a sus cons-tantes amenazas.

Por último transcribimos un tercer docu-mento sin resumir o acotar por considerar in-teresante la publicación del nombre de loscomponentes del pleno Ayuntamiento y detodos los concejales que ostentaban la voz yvoto de los vecinos, y por entender que apor-ta más datos el propio documento que nues-tros comentarios:

«En la villa de Fermoselle a 27 de octubre de1818 congregados en sus casas consistorialeslos señores José Regidor Asensio y ManuelFernández de la Torre, alcaldes ordinarios deella y su partido, Manuel Mayor Martín y Mi-guel Mayor Ramos, regidores, Antonio Mar-cos González, diputado del común, IgnacioSeisdedos Labrador y Pedro Ramos Armen-teros, procuradores síndicos generales, y Jo-sé Regojo Funcia, mayordomo de sus pro-pios, todos de esta vecindad y quienes com-ponen el pleno Ayuntamiento de que yo susecretario doy fe, juntos con Pedro VaqueroVillarino, José Guerra González, Nicolás Cas-tro, Antonio Mayor Ramos, Manuel Francis-co Flores, Pedro Flores Puente, Manuel Seis-dedos Ramos, Francisco González Asensio,

Alonso Bartolomé, Francisco Ramos Calvo,Manuel de la Peña Vaquero. Gabriel Flores,Francisco Serrano García, Gregario Farizo yManuel Sánchez Guerra, diputados vocalesdel común, quienes componen la mayor par-te de los concejales y llevan la voz y voto detodos los vecinos de esta villa en virtud de Re-al Cédula, habiendo sido convocados a toquede campana, precedido aviso en el día ante-rior para tratar puntos o asuntos concernien-tes al público, y estando todos reunidos se ex-puso por el señor alcalde del primer voto queera de necesidad que el concejo diese una res-puesta terminante de si se renunciaba o no elabono de suministros hechos a nuestros ejér-citos y aliados en la época de la dominacióndel gobierno intruso. Y para mayor instruc-ción mandó el mismo señor alcalde que, sinembargo haberse leído ya repetidas veces elReal Decreto de 24 de agosto del año pasadode 1815, se repitiese su lectura y también delas órdenes posteriores concernientes al asun-to. Y habiéndose verificado lo mandado porel presente escribano y enterados de su con-tenido de común acuerdo dijeron:

»Que desde mediados de mayo del citadoaño pasado de 1815 resulta en la ContaduríaGeneral de esta provincia la relación de sumi-nistros hechos a nuestros ejércitos y aliados enla explicada época, de lo que se remitió a estavilla igual copia, como también a la Contadu-ría del Ejército General de Castilla la Vieja,con sus documentos justificativos como sonlos pasaportes con sus recibos y deduciéndo-se de éstos una cantidad exorbitante suminis-trados por este vecindario a nuestros Ejércitosen dicha dominación, y además haber solven-tado otra crecida suma por la totalidad de con-tribución directa proyectada por las Cortes Ex-traordinarias.

Desde que el Ayuntamiento trató de su li-quidación manifestó era su voluntad se abona-sen los suministros hechos a nuestros Ejércitosdurante la dominación de los enemigos, si esque esta villa puede llamarse dominado pues aella sólo éstos hicieron diferentes correrías, aexigirles contribuciones de dinero, vino (espe-cie de su aliciente) y otros artículos de su sub-sistencia, y por esta razón debiera conceptuar-se por pueblo libre como a los demás que se se-ñalan en el referido Real Decreto de 24 de

agosto por apoyar en las mismas razones queasisten a los considerados por libres en esta pro-vincia.

Y como esta villa, por su situación tan pró-xima al Reino de Portugal que sólo media el ríoDuero, al paso que sufría las contribuciones ysuministros que exigía el Gobierno legítimo, almismo tiempo tenía que aprontar lo necesario alos defensores del trono de S.M., de modo quese vio en la precisión no pocas veces de atender(aun estando en ésta los enemigos) a la manu-tención de nuestras tropas, que por no poder re-sistir a la fuerza de los enemigos se ocultabanhasta su salida en lo áspero de este terreno o pa-saban al Reino de Portugal en donde también seles suministraba lo necesario.

Atento pues a lo expuesto el concejo a con-secuencia de la orden del señor intendente deesta provincia susodicha de 25 de septiembreúltimo declara ser su terminante voluntad sol-ventar todos los atrasos de contribuciones ordi-narias y extraordinarias y de guerra que esta vi-lla debió pagar en el tiempo del gobierno intru-so y que se le abonen los suministros hechos anuestras tropas en dicha dominación, pues ve-rificada su liquidación si el pueblo alcanzase nose aparta de condonar a S.M. (que Dios guarde)todo lo que sea compatible a las circunstanciasen que se halle este vecindario pues en el día sehalla agobiado con deudas procedentes de ade-lantos en la repetida época.

Así lo acordaron y mandaron se remita testi-monio literal según se proviene, a lo que fuerontestigos don Francisco Seisdedos, Manuel Cas-tro Montesinos y Tomás de la Peña, de esta ve-cindad, y firmaron los individuos concejalesque dijeron saber, y los que no uno de los testi-gos, y yo el escribano en fe de ello. Firmas. An-te mí: Manuel Regidor». (3)

Aquí concluimos. Por razones entendiblespoco se escribió en aquellos años y la mayoríade ello (las actas municipales) se perdió paramayor desgracia. Pero Fermoselle cumplió ybien. De ello doy fe. Cobrar, cobrar, no cobrónada, y eso le da más valor.

Fuente:(1) A.H.P.Z. Protocolo n.° 8.756. Folio n.° 104.

Año 1818.(2) A.H.P.Z. Protocolo n.° 8.756. Folio n.° 173.

Año 1818.(3) A.H.P.Z. Protocolo n.° 8.756. Folio n.° 280

Los años de la invasión francesa (y IV)Fermoselle en la historia

✒ Manuel RiveraLozano

El Ayuntamiento desea solventar todos los atrasos de contribuciones de guerra que la villapagó en el tiempo del gobierno intruso y que se le abonen los suministros hechos a nuestrastropas en dicha dominación

Puerta de Zamora o El Arco. Entrada al recinto amurallado.

dominical / VDomingo, 20 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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Se llamaba Feliciano Antón de la BellaMuerte, pero podía haberse llamado Trini-dad, porque era tres personas en una: lim-piacristales, político y músico. Político só-lo de vocación, aunque finalmente habíadecidido acceder al alto honor de lograruna concejalía por un partido primerizo,que la pela era la pela.

Trabajaba como limpiador de cristalesen el instituto de Secundaria de su ciudady aquello no le daba ni para pipas. En lapolítica buscaba una salida digna a sus as-piraciones económicas y sociales.

Cuando aterrizó en el partido político denuevo cuño, fue uno de los días más felicesde su existencia. San Juan Crisantemo, erael día, que jamás lo olvidará. A el las ideasle daban lo mismo. Aceptaría lo que le im-pusieran con tal de tocar pelo.

Para acceder al puestecillo le invitaron aparticipar en una entrevista. Querían sabersu preparación intelectual o, cuando me-nos, sus habilidades, que allí no entrabacualquiera.

Y es que si Feliciano no valía para la co-sa de los mítines porque no le gustaba en-gañar a la gente, a lo mejor era un fenóme-no para montar los escenarios, colocar apa-ratos de megafonía y esas cosas que,siendo dignas, tenían menos coste moral.

De la Bella Muerte llegó a la entrevistacon los nervios en las manos. Era una se-ñorita de buen porte la que le entrevistaba.Sobre la mesa tenía un cartelito hecho aganchillo, lo que denotaba su personalidadhacendosa, que rezaba: Aurorita Caballe-ro. Socióloga.

Nada más verle el hombro desnudo y larodilla supo que iba a hacer buenas migascon aquella socióloga encargada de reclutara los nuevos políticos. Para sus adentros in-cluso tuvo un pensamiento sucio que sólo seborró de su mente al fijarse en las cabras quetenía entre las rodillas y los tobillos. Esta,pensó, tiene sabañones en los pies.Y a él lossabañones le daban ictericia.

Lo primero que le preguntó es si sabía le-er. Feliciano le respondió que cómo le pre-guntaba aquello si él era la cultura en perso-na. Se había leído dos veces las obras com-pletas de Fenelón y Valladares y sabía recitarde memoria las obras de Campoamor. In-cluso comenzó a recitar: «Va una mariposabella / volando de rosa en rosa / y de una enotra afanosa / corre una niña tras ella…».

De la Bella Muerte quiso continuar con

su demostración, pero ella dijo que no eranecesario. Él, que no iba a dejarse ir elpuesto así como así, dijo que incluso sabíainterpretar el himno nacional de una formamuy original.

La señorita le dijo si necesitaba algúninstrumento para hacer tal prueba. Felicia-no respondió que no, que lo tocaba a pelo.Ella le pidió que hiciera una pequeñamuestra. El operario del instituto comenzóa desabrocharse la camisa y la señorita Au-rorita le dijo que no, que obscenidades no.

Feliciano, corrido y casi derrotado, no searredró. Sin desabrochar un botón más metióla palma de la mano hacia el sobaco y ele-vando y bajando acompasadamente el brazohizo brotar las notas del himno nacional.

Aquel hombre era un genio. Una mina.Con el aire del sobaco hacía maravillas.Aurorita quedó prendada de él. Felicianoiba a dar mucho juego en la política. Ya seimaginaba en los mítines a De la BellaMuerte. Ella misma le anunciaría:

—Compañeros, amigos, ahora un hom-bre del partido excepcional, un luchadorpor las libertades que de niño aprendió atocar en la soledad de su alcoba el himnonacional porque las hordas rojas le prohi-bían ser español…

Y saldría Feliciano convertido en héroe,pecho descubierto, porque tenía un bonitotorso moldeado con la limpia de los crista-les del instituto y, con el micrófono metidoen el sobaco interpretaría el himno nacio-nal. Seguro que los compañeros se volve-rían locos.

Las habilidades de Feliciano incluso ser-virían para la financiación del nuevo parti-

A LOS POLÍTICOS DE VOCACIÓN QUE TRABAJAN POR EL BIEN COMÚN Y NO VIVEN DE LA SANGRE DEL CURRA

La fraseNadie se hace

hombre sin habertriunfado en sus

fracasosJEAN RIMBAUD

(POETA FRANCÉS. 1854-1891)

DELFÍN RODRÍGUEZ

CON TAL DE GANARSE LA VIDA CONLA POLÍTICA, CASI TODO VALE. EL VE-RÍDICO CASO QUE AQUÍ SE NARRA LODEMUESTRA

Metió la palma dela mano en el

sobaco y elevandoy bajando el brazo

hizo brotar lasnotas del himno

nacional

La tomó por lacintura, levantó sufalda y la tendió

sobre un fardo depatatas que se ibaa sortear al final

del mitin

El sobacoprodigioso

delfinario

VI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 20 de septiembre de 2009

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do. Podrían grabar el himno nacionala sobaco y venderlo por veinte euros.Lo llevarían a televisión. Sin dudaaquello sería una mina. Y ni te digocuando el partido tuviera himno. Dela Bella Muerte lo aprendería a tocary lo grabaría para venderlo comochurros.

Fue aceptado en el partido con to-dos los honores y la socióloga diseñósu carrera. El día que iba a debutar enun gran mitin en un importante pue-blo de la zona de Villafáfila, inclusoen el cartel anunciador se puso conletras grandes: «Feliciano, el hombreque interpreta el himno con la brisaimperecedera de su sobaco».

El día que iba a debutar el limpia-cristales estaba como una vara verde.Se desalojó el corral de gallinas y sesentó a los ancianos en la primera fi-la sobre unas banastas de fruta. Másatrás las nuevas generaciones, de pie,dispuestos a comerse la comarca.

Feliciano no dejaba de mirar a sumentora y negar con la cabeza. Lasocióloga le creyó nervioso y no lehizo mucho caso. Ordenó que le lle-varan un Orfidal, que le adormeceríalos sentimientos y quedaría serenocomo un reló.

Cuando ella misma le anunció, elcorral donde se celebraba el mitin sevino abajo con los aplausos. Las ye-guas de las cuadras no paraban depiafar como si también quisieranaplaudir la ocurrencia.

Feliciano negó por última vez an-

tes de que su mentora le acercara elmicro y ella misma comenzara a de-sabrocharle la camisa. Feliciano ledijo, que no señora, que hoy no pue-do tocar. Pero era tarde. Aurorita ledejó el torso al aire que fue saludadocon una nueva salva de aplausos.

Le metió el micrófono en el soba-co y él comenzó a interpretar el him-no nacional en medio de un sepulcralsilencio. Cuando comenzó a levantary bajar el brazo, comenzaron a emi-tirse unos sonidos sordos, desacom-pasados y desagradables que heríanel oído y la sensibilidad de los sim-patizantes.

Sin desabrochar un botón más me-tió la palma de la mano hacia el so-baco y elevando y bajando acompa-sadamente el brazo hizo brotar lasnotas del himno nacional.

Que había comenzado a arrojarletoda clase de hortalizas de la ricahuerta local. Feliciano se marchó to-do abochornado detrás del telónmientras Aurorita se afanaba por cal-mar a la nutrida audiencia.

Aurorita, cuando el secretario ge-neral del partido cerraba el acto, en-tró tras el telón, agarró por el cuelloa Feliciano y quiso matarlo. Él seechó a llorar desconsolado viendocómo había arruinado su carrera an-tes de comenzar.

Viéndole tan triste Aurorita seechó sobre él y le dio un cálido besode ánimo. Un mal día lo tenía cual-quiera y seguro que habría un nuevo

amanecer para aquel prodigio que ibaa ayudar mucho al nuevo partido ensu difícil singladura.

Feliciano respondió a su beso. Quédigo respondió, la tomó por la cintu-ra y bajando su mano hasta sus boni-tas rodilla levantó su falda estrecha yla tendió sobre un fardo de patatasque se iba a sortear al final del mitin.

Allí la amó con intensidad de so-cios de partido hasta dejarla embara-zada. Al acabar, jadeantes y entre losaplausos que provenían del escena-rio, que era una carreta pintada conlos colores del partido, Aurorita lepreguntó que por qué era tan nervio-so. Él le respondió la cruda realidad,que no habían sido nervios.

Lo que había ocurrido es que elhimno no sonó porque no se habíaafeitado el sobaco. Que para que elaire saliera nítido necesitaba un so-baco pelado como el culito de un be-bé. Aurorita, viendo que venían díasde gloria porque ella misma se en-cargaría de afeitarle el arma musical,volvió a besarlo.

Tuvieron un bebé a los pocos me-ses al que, ya desde el primer bibe-rón, le dedicaron una hora diaria pa-ra hacer ejercicios de sobaco paraaprender el himno nacional y el delpartido. Hoy, limpia y socióloga, sonilustres diputados en Madrid y tienenuna foto en la mesilla delante de losleones de las Cortes.

[email protected]

ANTE

Hace tres días un amigo ha venido a llorarme enel hombro. Tiene una pequeña empresa en un pue-blo de aquí al lado con cinco trabajadores. Me diceque cierra. Con los ojos iluminados por un estanquede agua en el que se podría pescar, me cuenta queno lo siente por él. Su dolor es por esos cinco fielescompañeros con los que llevaba más de nueve años.

No puede más. Acuciado por la falta de trabajose quedará sólo ante el peligro para hacer cuatrochapucillas con las que ir tirando. Ha prometidovolver a dar trabajo a sus amigos si esto repunta, silos brotes verdes amanecen algún día.

Mi amigo es pesimista y llora. Sabe que no es lahora de ser flojo. Hay que tirar para adelante. Peroclaro, es muy fácil decirlo y muy complicado ha-cerlo.

Mi amigo reniega de los cuatrocientos euros za-pateros. Sus trabajadores también. No quieren li-mosnas. No quieren pasar a engordar la lista de lossubsidiados. Para ellos es una afrenta, una ignomi-nia. Ellos quieren el trabajo al que tienen derechoconstitucional.

Mi amigo había participado en la farsa de lasobras en los ayuntamientos. Levantaron unas ace-ras que no estaban para echar una jota, pero quetampoco estaban para el derribo y ahora han vueltoa quedarse con los brazos cruzados.

Mi amigo, que de tonto tiene lo justo, cree que sehan dilapidado miles de millones para nada. Pan pa-ra hoy y hambre para mañana.

El amigo con el que me encontré hace tres díases el padrino de uno de los hijos de un trabajadorsuyo. Me dice que el otro día se lo encontró y le pre-guntó que por qué dejaba a su papá sin trabajo. Ase-gura que eso es lo más duro que le ha pasado. Esmuy niño el chico y sólo atinó a decirle que sólo eraun tiempo, que luego volvería a trabajar…

Mi amigo no se cree lo que le decía a su ahijado.Tuvo que mentirle porque, en honor a la verdad, es-tá muy pesimista. Sabe que desde el Gobierno le en-gañaron ya desde la víspera de las elecciones. Iba aser la legislatura del pleno empleo, iba a ser la le-gislatura del despegue económico y lo cierto es queesta se ha convertido en la legislatura de la ruina to-tal.

No comprende mi amigo por qué los políticos nose bajan los sueldos, por qué se dejan pensiones vi-talicias, por qué a ellos no les llega la crisis, por quési hay despidos en todos los sectores, no los hay enlos políticos.

No entiende mi amigo que existan miles, cientosde miles de funcionarios, asesores, asesores de ase-sores, secretarios, subsecretarios, consejeros, ban-queros de bonus brutales…

No le cabe en la cabeza que venga el presidentecolombiano, que tiene en jaque a las empresas es-pañolas y se lleve una condonación de deuda zapa-tera de miles de millones. Somos, dice él, como elpobre que por darse el pote come una raspa de sar-dina y dice que está bailando la jota con una cento-lla.

Los que pueden no hacen nada por mi amigo ysus obreros. Yo, que puedo menos, me limito a in-vitarlo a una caña aprovechando que va al servicio.

Un amigo decapa caída

dominical / VIIDomingo, 20 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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Almaraz es una notable localidadperteneciente a la extensa Tierra delPan. Se sitúa al oeste de la capital dela provincia, en una posición un tan-to marginal, apartada de los grandesejes de comunicación. Los caracte-res más propios de la comarca, cua-les son las extensiones uniformessembradas de cereales, se diluyenparcialmente aquí, pues su término,en un gran trecho, queda accidenta-do por los barrancos de Los Arribes,que aunque son los iniciales de esagran escotadura orográfica no poreso dejan de ser ya muy escarpados.

El acceso desde Zamora puedehacerse por un desvío que se apar-ta, hacia el sur, de la carretera gene-ral de Alcañices. Sin embargo, tra-dicionalmente, la ruta más transita-da y directa fue la de la carretera dela Cárcel. Este angosto y sinuosotrayecto, después de atravesar Val-delaloba y la dehesa de Valverde, seasoma al curso del Duero en el pin-toresco paraje de Los Infiernos. Allí,agrestes cuchillones de pizarra ac-cidentan sobremanera las cuestasque se precipitan desde los cerros dela margen derecha del río. Cual-quier zona alta sirve de ventajosomirador para un paisaje espectacu-lar. Abajo, el curso acuático, que sa-le de una profunda curva, muestraen su lecho los recios muros del Ca-ñal de Charquitos, ingeniosa estruc-tura construida de antiguo para lacaptura de peces, cuyo propietariofue Obispado de Zamora. Más ade-lante, en un áspero rincón, y sobreel arroyo de Joyalada, perdura unadmirable puente antiguo de un so-lo arco. Este paso, posiblemente delsiglo XVII, sirvió al camino tradi-cional, cuya caja se aprovechó casipor entero para la actual carretera.

Desde aquí hasta el propio Al-maraz hemos de separarnos del río,dejando a un lado el pago de La Ve-ga, ocupada por fecundos viñedos.Si nos fijamos un poco divisaremos

a lo lejos las ruinas de una aceña.Después, tras subir por una ásperacuesta y superar su cima, se des-ciende hacia la hondonada en laque se emplaza el pueblo. Su cascourbano, bastante extenso, reposasuavemente a ambos lados del arro-yo que drena sus solares. A pesar dela intensa modernización de los edi-ficios, aún se percibe un fuerte ca-

rácter tradicional, una indefiniblerudeza. De entre medio de las casasasoma con energía su esbelta igle-sia.Ya junto a ella, comprobaremosque sus muros, protegidos con re-cios y potentes contrafuertes, as-cienden austeros, bien tramadoscon una perfecta sillería de piedraarenisca, dorada por el sol. En elcostado del naciente, tanta austeri-

dad se rompe con un gracioso ca-merino poligonal abierto con tresventanas. Sobre el hastial destaca laespadaña, alta y sobria. Bajo ella seabre la puerta, formada por un arcomoldurado con una hornacina sobrela clave. En ese nicho se cobija unaestatua pétrea del Salvador, titulary patrón de la parroquia. Si pode-mos penetrar en el interior, com-probaremos sus amplias dimensio-nes. En su cuadrado presbiterio per-manecen los arranques de unabóveda de crucería estrellada que siestuviera completa sería muy her-mosa. No sabemos si se derrumbóo nunca llegó a concluirse. Intere-sante es también el retablo mayorbarroco, dotado de ciertos destellosde originalidad.

A escasa distancia, unos pasoshacia el sur, llegamos hasta la anti-gua fuente local. Es una vetustaconstrucción formada por una reciabóveda de medio cañón, con la quese ampara el manantial y el depósi-to, y con una cubierta protectora ex-terna a doble vertiente. Todo fueconstruido con sillares de granitobien recortados, que muestran lashuellas del desgaste y de la erosiónde muchos siglos. Tradicionalmen-te se le han asignado orígenes ro-manos, aunque probablemente suhechura sea de la Edad Media o qui-zás de tiempos aún más cercanos.En todo caso es obra venerable,bien hermosa.

Conocidos los atractivos localesmás notorios, hemos de pensar enlos puntos de interés de su extensotérmino. Cerca de las casas se elevael cerro del Castillo o del Castro, enel cual se hallan fragmentos de ce-rámica y otros vestigios arqueológi-cos. Pero dos lugares existen de unaespectacularidad más acusada. Unoes el cerro de San Pelayo, a unostres kilómetros hacia el oriente, conlas ruinas de una ancestral ermitaasentada sobre los solares de un su-

puesto santuario precristiano y conventajosas panorámicas sobre elDuero. Otro enclave es el conocidocomo Las Pilas, que es el que en es-ta ocasión proponemos como metapara el trayecto a pie que describi-mos. Se halla al sur del pueblo, aunos cuatro kilómetros de las casasy con una buena pista de acceso.

Dispuestos a andar, salimos yade entre las calles locales por la ru-ta que pasa por delante de la ya ci-tada Fuente. El camino que de allíarranca cuenta con el firme de tie-rra, pero la marcha por él resultacómoda y sosegada. Discurre porparajes relativamente uniformes,dejando al lado izquierdo el arroyoque drena toda la zona. En un pri-mer tramo se dirige casi recto haciael mediodía, divisándose unas pa-norámicas sobrias, con sotos dis-continuos en los terrenos más bajosy húmedos. Tras recorrer unos doskilómetros llegamos a una bifurca-ción. Pese a que la pista más roda-da se desvía hacia la derecha hemosde seguir en frente. A partir de aquíel curso acuático que nos acompa-ña se troca en sinuoso, introducién-dose en una especie de incipientebarranco, con meandros encajona-dos muy acusados, parcialmenteocultos por lomas empinadas. Ini-ciamos el descenso con desnivelesaún poco pronunciados. Bajamoshasta un vallejo secundario, paraascender otra vez a zona alta. Haciael oriente el contorno se torna cadavez más agreste, con vegetación es-pontánea un tanto espesa, matorra-les sobre todo, y alguna casa o te-nada de aspecto tradicional ahorasin uso. Entrevemos ya el surcoprincipal del Duero, a la vez que elregato local se aleja bastante entresus marcadas curvas. Al avistar elrío en toda su realidad comproba-mos que se puede bajar hasta sumismo cauce por una pista muybien construida, trazada en diago-

Rutas a pie por tierrasDE ZAMORA✒ Texto y fotos: Javier Sainz

Ruinas del lavadero del miner

Distancia desdeZamora: 17 km

Longitud total deltrayecto: 8 km

Tiempo aproximado:3 horas

Dificultad: Media (despeñaderos, desniveles acusados)

Detalles de interés:Monumentos de interés, paisajes pintorescos, cascadas, ruinas mineras

AlmarazHasta las pilas

de

Iglesia de Almaraz.

(Tierra del Pan)

VIII / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 20 de septiembre de 2009

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Rutas a pie por tierrasDE ZAMORA

nal sobre la ladera. Hemos de saberque ese trabajo fue realizado por lasempresas que explotaron los yaci-mientos de estaño que aquí afloran.Conocemos la existencia de al me-nos dos minas, cerradas hace bas-tantes años. Una es la del Quiñón yla otra la de La Teresa. De las exca-vaciones realizadas sólo se aprecianciertas cicatrices y alguna ruina, yaque el paraje ha recuperado casi porentero su aspecto natural.

El río se presenta poderoso, for-mando un amplio recodo. Lo limi-tan cuestas rocosas, a tramos corta-das en vertical y por lo tanto inac-cesibles. En nuestros días el caucemuéstrase quieto de continuo, muyancho, al quedar embalsado por lapresa de Villalcampo. A la vista, nolejos de la margen izquierda, emer-gen las ruinas de una aceña, aso-mando como si una barca pétrea hu-biera quedado varada allí para siem-pre. En general el paisaje posee unasolitaria grandeza, predominando lanaturaleza apenas alterada, sobre laque la acción humana sólo ha oca-sionado breves arañazos.

Abajo del todo el camino sigueparalelo al cauce fluvial. En un bre-ve e imperfecto rellano hallamos lasruinas de una de las factorías mine-ras, o mejor de los edificios del la-vadero y almacenaje. Una punzanteespesura, zarzas sobre todo, prote-ge y defiende tales despojos, muño-nes de muros y pilares desprovistosde cualquier resto de tejados. Unpoco más adelante llegamos al pun-to donde el arroyo local se entregaen el río. Para poder cruzarlo existeun pequeño puente peatonal. Al otrolado hemos de subir a una peña pa-ra contemplar la principal atracciónde la ruta.

Allí mismo las aguas que bajandel pueblo se precipitan sonorasdesde lo alto de una pared rocosa,formando una espectacular cascada.Se origina así un precioso chorroque tras deslizarse primero por unplano inclinado cae después libre-mente hasta un profundo cadozo in-ferior. Las gotas que desvía el vien-to humedecen los alrededores parapermitir el verdor intenso de unacinta de algas y musgos. Se intuye

además la existencia de otro saltosimilar por arriba, oculto por la es-cabrosidad del paraje. El rumor delagua al precipitarse suena como unasuave melodía que reconforta el al-ma. Hemos de quedarnos un largorato admirando la tremenda bellezadel encuadre. Y en esa contempla-ción surge siempre una inquietuddifusa, una especie de indefensión,de precaria seguridad ante naturale-za tan poderosa.

Al continuar hacia adelante, he-mos de ascender por una roca aga-rrados a escalas de hierro allí clava-das. Por encima queda alguna de laspilas, en las que se lavaba el mine-ral de estaño, y que ahora dan nom-bre al paraje. Si dominamos bien elvértigo hemos de asomarnos a lacortada para intentar contemplar lascascadas desde arriba, esa superiortan escondida o la otra ya vista. Sino nos atrevemos con tal osadía se-guiremos hasta lo alto sin sendasverdaderas que orienten nuestrospasos. A final, sobre terreno menosescabroso hemos de acceder hastael curso del arroyo antes de su caí-da. Comprobaremos allí que existeun largo túnel por el que se desvia-ron los caudales al servicio de lasminas inmediatas. Ahora tal galeríaestá en seco, pero impacta su exis-tencia. Cerca veremos otra peña ho-radada con el mismo fin. Subidostemerariamente sobre un berruecodivisamos la oscura poza que se for-ma entre las dos cascadas a modode escalón intermedio, con fondo enel lecho del río.

Ni que decir tiene que la mejorépoca para visitar este enclave escualquiera de aguas abundantes. Enmarzo, o antes si el otoño y el in-vierno han sido lluviosos, el espec-táculo que podemos admirar es deuna espléndida belleza. Con los ca-lores veraniegos cesa la escorrentíay se mengua así en mucho el atrac-tivo. Ahítos ya, decididos al regre-so, por un sendero secundario lle-gamos pronto al camino principalpor el que vinimos. En el retornovolveremos a contemplar los mis-mos parajes desde otros puntos devista. El pueblo se divisa como me-ta deseada. Desde media distanciasu iglesia muestra toda su grandeza,dominando a todos los edificios ycampeando sobre los sotos que seinterponen con su verde realidad.Yaentre las casas, si el cansancio aprie-ta, podemos reponer fuerzas en al-guno de los establecimientos hoste-leros locales.

ral.

Cascada de las Pilas.

A la izquierda, vista paisajísticacon la poza entre las doscascadas. Arriba, un túnel.

❜❜Hemos de subir a una peña paracontemplar la principal atracción de laruta. Allí mismo las aguas que bajandel pueblo se precipitan sonoras desdelo alto de una pared rocosa, formandouna espectacular cascada. Se originaasí un precioso chorro que trasdeslizarse primero por un planoinclinado cae después libremente hastaun profundo cadozo inferior

RECORRIDO

dominical / IXDomingo, 20 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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✒ Eduardo García

—Los críticos dicen que Bolonia seacabará cargando las Humanidades.

—Bolonia es un ataque al modo tradi-cional de la enseñanza y supone hacer dela Universidad una especie de empresacon réditos inmediatos: y eso se puedehacer con facultades que generan paten-tes, oficinas y despachos, pero las Huma-nidades se resisten a este sistema. Anadie se le ocurre abrir en plena calleUría, en Oviedo, una consultoría filosófi-ca.

—¿Tendría clientela?—Alguien acudiría, sin duda. Se

puede aplicar la teoría de Aristóteles a lavida real, o la de Spinoza para resolverproblemas sentimentales. Para la gentesería toda una sorpresa. Pura filosofíaaplicada.

—¿El filósofo convertido en algo asícomo un psicólogo de altos vuelos?

—Eso sería terrible. El filósofo es unser decadente pero orgulloso de su deca-dencia. Alguien que está fuera de sutiempo. Como las señoras que toman elcafé en el Rialto, aquí al lado de la Uni-versidad. La decadencia entendida deesta manera es un valor que hay que rei-vindicar.

Ignacio Izuzquiza (Zaragoza, 1948) escatedrático de Filosofía de la Universi-dad de su ciudad natal, especialista en losgrandes filósofos del siglo XIX y unareferencia nacional de primer orden ensu ámbito de docencia e investigación.Es autor de numerosas obras de ensayo ydivulgación («La filosofía como formade vida», «Filosofía del presente: unateoría de nuestro tiempo», entre otras).

—Hablábamos del Plan Bolonia ysus retos.

—Eso de entrar a clase, explicar e irsese ha acabado. El Espacio Europeo va aexigir un cambio de mentalidad de losprofesores pero también de los alumnos,pero lo que ahora sirve en la Universidadespañola seguirá sirviendo con Bolonia,de eso no tengo la menor duda.

—¿Introducir criterios, vamos a lla-marlos empresariales, en la Universi-dad no es un riesgo histórico?

—Es tremendo pero porque la Univer-sidad es uno de los pocos espaciosmedievales que nos quedan.

—Medieval, ¿en qué sentido?—En el sentido de mantenimiento de

privilegios estamentales. Hay profesoresque hacen y deshacen, que se sientendioses.

—Las Humanidades se quedan sinalumnos. Lo dicen las estadísticas.

—Cada vez hay menos, es verdad,pero quizás en algún aspecto se ha mejo-rado cualitativamente. Sigue habiendoun porcentaje del alumnado que se acer-ca a las Humanidades buscando lo aca-démicamente fácil, pero también haymás alumnos bien formados que quierencompletar estudios, gente crítica, escép-tica y que sabe cosas. Yo llegué a tenerclases de 300 jóvenes en Filosofía yLetras. Era todo muy complicado porqueyo hablaba con ellos, les preguntaba.Soltar la teoría mirando al infinitivo esmucho más sencillo. Ahora ese númerode alumnos lo encontramos en Derecho oen Administración y Dirección deEmpresas.

—El descenso de alumnado, ¿notiene que ver con el clamoroso déficitde cultura general?

—Y con el déficit de eso que se llamagran cultura: saber hablar, saber leer ycomprender... Saber estar. Eso no tieneprecio, no se compra ni se vende. Porotra parte, vivimos unos tiempos en losque se coarta al joven al que se le ocurreestudiar, por ejemplo, Filosofía. ¿Perodónde vas tú con eso? A veces la coac-ción viene de los propios padres porquehay mucho miedo al resultado inmediato.Terminas la carrera, ¿y qué?

—Eso, ¿y qué?—Profesionalmente hay mil alternati-

vas, se lo aseguro. Ahí tenemos el ejem-plo de muchos otros países de nuestroentorno.

—¿Aseguraría que sus alumnos uni-versitarios de hoy llegan sabiendomenos que los de hace veinte años?

—No quiero yo rendirme a ese discur-so recurrente. Llegan sabiendo otrascosas aunque es evidente que vivimosunos tiempos en los que el esfuerzo deleer a Dostoyevski no se fomenta y quehay un cercenamiento de la capacidadlectora y crítica. Pero en todo casoconozco gente que está enganchada al«Fausto», de Goethe, o a «La MontañaMágica», de Thomas Mann, que ya esdecir.

—Los vándalos de Pozuelo, enMadrid, de Humanidades andan másbien flojos, supongo.

—Los sucesos de Pozuelo llaman laatención porque por primera vez inter-viene en ellos gente con dinero, gente debarrio rico. Es que en apenas dos décadashemos pasado de ser un país «pobre»,entre comillas, a vivir una nueva riqueza

que no sabemos utilizar. Este es un paísmuy paradójico, con una medicina pun-tera en el mundo o grandes bancos inter-nacionales... y sin embargo nuestras ciu-dades se están quedando sin un hotel detradición para tomarse un café en silen-cio. No es el lujo lo que importa, sino elambiente, un modo de ser y de estar.

—Niñatos bien asaltando comisarías,¿la culpa es de la crisis de autoridad?

—Distingamos. Una cosa es el poder yotra, bien distinta, la autoridad. El pro-blema es que ahora hay mucho poder ymuy poca autoridad. En el mundo roma-no la potestas la tenían quienes dabancaña, pero la autoritas sólo la poseíanalgunos. Y hay un tercer elementomucho más impresionante: la majestad.Esa que a veces te encuentras en el mine-ro sabio y que te deja helado. La autori-dad y la majestad nunca pueden sermediáticas.

—Y el poder sí.—Ahí tenemos a Obama. El presiden-

te de los Estados Unidos es un productomediático, y él es muy consciente de ese

Ignacio IzuzquizaCatedrático de Filosofía de la Universidad de Zaragoza,

● «El cambio de Bolonia es tremendo porque la Universidad es uno de los pocosespacios medievales que quedan, aquí se mantienen privilegios estamentales»

«En España somos de bofetón,no de caricia; este es un paísgrueso y muy poco sutil»

● «En apenas dos décadas hemos pasado de ser un país “pobre” a una nuevariqueza que no sabemos utilizar, y así pasan cosas como las de Pozuelo»

❜❜Existe el riesgo defrivolizar la esenciamisma del poder:gente que mandamucho rodeada deasesores jóvenes ylistillos en buscade una palmadita

Ignacio Izuzquiza. / FOTO JESÚS FARPÓN

X / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 20 de septiembre de 2009

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valor. El riesgo implícito es que acaba-mos frivolizando la propia esencia delpoder. Gente que manda mucho rodeadade asesores jóvenes y muy en la onda,enchufados a todo tipo de electrodomés-ticos de nuevas tecnologías. Todos esosinstrumentos, comenzando por el móvil,que se han convertido en muletas falsas,que nos proporcionan información queno sabemos manejar y nos aseguranausencia de preguntas importantes.Usted está tomando notas de esta entre-vista, papel y bolígrafo, sin grabadora ninada de eso. Si le ve uno de estos listi-llos se echaría las manos a la cabeza. Nosé si ha visto la foto de Barack Obamacon una de sus hijas escondida tras unsofá en el despacho Oval en la CasaBlanca, recordando a la del presidenteKennedy con su hijo John bajo la mesa.Eso estoy seguro de que se le ocurrió aalgún asesor en busca de una palmaditadel presidente, y es todo tan simple...

—Vivimos de ser vistos. El que noaparece no existe.

—Es verdad. El rey Carlos I buscabaentre sus asesores a aquellos de los que

estaba seguro que su máxima aspiraciónera la de pasar desapercibidos. Genteorgullosa, pero sin vanidad.

—Todos tenemos vanidad.—Y en un momento dado aflora, cier-

to. Es inevitable. Conozco a muchas per-sonas de gran valía que de repente acep-tan cargos importantes de poder. ÁngelGabilondo, el ministro de Educación,por ejemplo. Es filósofo y le tengo enalta consideración. Creo que es capaz dedar un tono distinto a la acción políticapero sinceramente me pregunto cuántodurará en el cargo. ¿Por qué se meten enesto, con lo bonito que es ser un ciuda-dano anónimo al que todo el mundo dejaen paz? En fin, algo tendrá la política.

—Ponga nota al perfil de la políticaespañola.

—Hay un nivel muy bajo y me damucha pena. Echo de menos un granpacto que supere la idea del voto inme-diato. En este sentido la transición fueuna época mucho más generosa. Vivimosuna política de meter el dedo en el ojo alcontrario, de luchas infantiles y de ideo-logías cutres. Y así nos va. Los políticoshacen juego con el país, en España somosde bofetón, no de caricia. Somos un paísgrueso, muy poco sutil. Yo entiendo lasHumanidades como una escuela de suti-leza, que es algo que al poder no le inte-resa en absoluto. Por eso nuestras fiestasson tan tremendas: maltrato, comida ybebida. Debe de tener mucho que ver connuestra historia de hambres.

—Un país poco pensado.—Sí, y encima, facilón. Aquí es muy

sencillo abrir una cuenta corriente o unatienda, o conseguir la nacionalidad, quees algo mucho más profundo que pagarimpuestos. Y llega la gente como corrien-do, sin que nadie se preocupe de planifi-car. Las clases están llenas de niños inmi-grantes que llegan sin saber una palabrade español. Es todo complicado, y redun-da en la desconfianza del profesorado,que no puede más. No hay una cultura devaloración del esfuerzo, España siguesiendo el país del «pelotazo».

«Uno de los problemas de lasHumanidades en España esque sufren complejos»

✒ E. G.—¿Humanidades versus Ciencias?—En Gran Bretaña hay mucho nivel

técnico pero las enseñanzas de Humani-dades tienen un nivel tan alto que sin élno se entendería la sociedad británica.Yo creo que uno de los problemas de lasHumanidades en España es que sufrencomplejo, que creen que se han quedadosin sitio, con el valor de un florero, locual es horroroso. Y es lamentable por-que las Humanidades son siempremáquinas de distancia, de perspectiva.Vivimos una cultura de portada de libro,de periodismo fácil.

—¿Será que las Humanidades sevenden mal?

—En general es así, me parece quepor un sentido de la erudición malentendida, que no es otra cosa que un

refugio para evitar el miedo a interpre-trar la realidad actual.

—Las televisiones están llenas decolegas suyos interpretando realida-des en las tertulias.

—Hay gente que está siempre dandoopinión, es sorprendente. Piensan quizáque están creando algo pero la mayoría delos foros de opinión son mierda removida.

—Tengo la impresión de que lasHumanidades se quedan para lagente que quiere ir a contracorriente.

—¡Pero si siempre ha sido así!—¿Con la Filosofía se combate el

pesimismo?—Lo que la Filosofía puede hacer es

refinar el pesimismo. Ojo, que refinarno es aquí sinónimo de reducir. El pesi-mismo español siempre es una mezclade orgullo y mala leche.

❜❜Tenemos un nivelpolítico muy bajo, yme da mucha pena.Vivimos una época demeter el dedo en elojo del contrario, deideologías cutres yluchas infantiles

dominical / XIDomingo, 20 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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XII / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 20 de septiembre de 2009

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dominical / XIIIDomingo, 20 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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✒ Tino Pertierra

Parece que fue ayer cuando Nintendopuso mandos arriba el mercado de lasvideoconsolas con una propuesta tanrevolucionaria como sencilla: llevar lainteractividad de los juegos al mismísimomovimiento del jugador. Nacía así la Wii,y nada volvió a ser igual. De pronto, lossalones de casa se convertían en canchasde tenis, boleras, campos de golf o ringsde boxeo y al jugador no le bas-taba con apretar botones, eranecesario «saltar» al terreno dejuego, arremangarse y sudarcomo nunca para darle a la bola o esqui-var los puños. La joya de la corona fueWii Sports, con la que la compañía japo-nesa se hizo con un hueco creciente en unmercado dominado por la Playstation y laXbox 360. A partir de unos planteamien-tos de extremada sencillez en el apartadográfico, y apostando por el entretenimien-to puro y duro, Nintendo vendió más de40 millones de unidades en todo elmundo, un hito que sirvió para que unpúblico nuevo se interesara por el mundodel videojuego.

En pleno verano, adelantándose al restode rivales que esperaban el otoño para suslanzamientos más potentes, Nintendodesembarca sin armar jaleo con la espera-da continuación. Y lo hace a lo grande.Como debe ser. Wii Sports Resort aciertade pleno en sus mejoras técnicas: adiós alas ralentizaciones, las texturas sonmucho más elaboradas y los escenariostienen, sin olvidar el toque «simpático»de las figuras, una gran cantidad de deta-lles que les dan más personalidad. Sobre-saliente es el apartado del agua, queencharca el juego de arriba abajo y aportauna frescura notable. Y lo más destacado:llega el juego acompañado del periféricoWii MotionPlus, que perfecciona el siste-ma de control de la consola y convierte elmando en una precisa prolongación denuestras manos.

Con nuestro aterrizaje en la isla Wuhutras un vuelo de reconocimiento (lamisma que se patea con la Wii Fit cuandohacemos running) empezamos una aven-tura deportiva de primer orden y muchomás imaginativa y variada que el original,como no podía ser de otra forma). Docedesafíos dan rienda suelta a la energía y lacapacidad de superación. Las disciplinasdeportivas que se plantean tienen comonovedad la posibilidad de encararlas condistintos estilos. Un hallazgo. Todasarrancan con una breve historia del depor-te más las indicaciones para usar elmando sin perder el control, lo cual sehace especialmente útil en el caso de laespada para la esgrima japonesa o delarco.

Wii Sports Resort se moja a fondo conlos deportes acuáticos, con el piragüismo,la moto acuática y el esquí acuático comoatracciones para tirarse al agua. Una vezganamos en soltura, lo que no es tan sen-cillo a veces, sólo con movernos entreolas ya es una garantía de diversión por lologrado que están los movimientos y susconsecuencias en el líquido. Ya secados,nada mejor que poner a prueba la punteríacon el tiro con arco, lo que exige un total

dominio tanto del wiimote como suexpansión, el nunchuk. Y una vista delince.

Destaca entre las nuevas modalidadesel Frisbee, o disco volador para los ami-gos. Y aunque al principio parece fácilcon el perrito de aliado, luego es ende-moniadamente difícil meterlo en lacanasta de marras. Aquí no vale tirarlo decualquier manera, se exigen una preci-sión y una habilidad totales. Y ahí elnuevo periférico saca a relucir sus mejo-res prestaciones, lo que se agradece sobretodo en el caso del golf o de los bolos,dos propuestas que se quedaban un pococortas antes. Otro deporte novedoso res-pecto al título original, y que responde alas expectativas, es el baloncesto, aunqueel ciclismo no le va a la zaga y se ruedaque da gusto.

Hay que ponerse serios cuando llega la

hora de jugar al ping pong, que es como eltenis pero a ritmo frenético y en un espa-cio mucho más reducido. Nervios fuera.Ideal para quemar calorías pero mejorcalentar antes, para evitar asustar a lasmuñecas.

Y como remate insólito después detanto frenesí, terminamos saltando enparacaídas. Con dos narices. Pensadosmás para disfrutar del alarde del nuevojuego que como actividad deportiva, estossaltos son un buen epílogo para una expe-riencia que no sólo permite al jugadorhacer deporte sin salir de casa (aunque nollegue a la sofisticación de otras propues-tas deportivas que te meten un auténticogimnasio en casa, con el periférico wii fit)sino que asegura diversión a raudales ensolitario o en compañía.

Lo importante es participar... más quenunca.

Bienvenidos a la isla de los deportesNintendo perfecciona y amplía con Wii Sports Resortlas virtudes de un videojuego que marcó un antes yun después en las consolas, y presenta un nuevo yespectacular sistema de control

❜❜Doce desafíos danrienda suelta a laenergía y capacidadde superación, conla novedad de poderencarar cada disciplinacon distintos estilos

Distintas disciplinas deportivas que pueden practicarse en Wii Sports Resort, desde la moto acuáticay ping pong hasta el piragüismo y el paracaidismo, pasando por el frisbee y el tiro con arco. NINTENDO

Una de las grandes bazas de Wii Sports Resort, y que ya de por sí garantizan el saltode calidad del título, es el periférico Wii MotionPlus. Las voces críticas con el anteriorsistema de control de la videonconsola de Nintendo (que, como pionera que era nopodía ser perfecta) se acallarán en su mayor parte con esta virguería en la que se hancentrado casi todos los esfuerzos de la compañía japonesa. El juego no existiría sin estanecesaria evolución, y se nota. Todos los giros de muñeca son cazados por el WiiMotion y se trasladan a la pantalla en tiempo real. El mando funciona con un sensorgiroscópico que puede detectar nada menos que 1.600 ángulos de giro por segundo(cinco veces más que los otros dispositivos). Es decir, que si giramos la muñeca cua-tro vueltas y media en un segundo, Wii MotionPlus está preparado para la detección decada uno de los ángulos. Así como suena. Y la experiencia es sencillamente pasmosa.

Un mando que lo detecta todo

XIV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 20 de septiembre de 2009

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En forma

✒ Martín CaicoyaMédico

Decía Lavoisier, el químico francés queapoyó la revolución y sin embargo acabó enla guillotina, que nacer es incendiarse. Expli-caba así cómo en cada una de nuestras célulasvivas se produce un incendio al quemar la glu-cosa, y otros sustratos, gracias al oxígeno quelleva la sangre desde los pulmones. Si no fue-ra porque hay mecanismos para controlar eseincendio, vivir sería imposible. Es sólo difícil.Porque a un mineral le basta con estar ahí, no-sotros tenemos que buscar alimentos, y esosiempre es un riesgo. Incluso hoy día, que nohay que salir de caza.

Según la Agencia Europea del Medio Am-biente hay unas 100.000 sustancias químicasen uso; algunas son muy beneficiosas, otrasson perjudiciales y de muchas no sabemos na-da. Dentro de todas esas sustancias hay ungrupo denominado compuestos tóxicos per-sistentes (CTP) y en particular los orgánicos(COP) que pueden ser inquietantes.

En los COP, además del carbono que es elque los hace orgánicos, hay átomos de haló-genos, de ahí que se llamen halogenados: or-ganoclorados, por ejemplo. Esos átomos tie-ne para ellos la ventaja de darles estabilidad ypara nosotros la desgracia de que los hace per-sistentes, poco solubles en agua y muy solu-bles en grasas. Aman las grasas. Que se acu-mulen en el tejido graso preocupa porque hoysabemos que allí hay más actividad de la quecreíamos y estas sustancias pueden interferircon ella. Pero que elijan el cerebro como unode sus lugares preferidos nos inquieta muchomás. Y es que los sesos, como saben los quegustan la casquería, son tejidos muy grasos.

Tenemos que comer y no precisamente

piedras. Los seres vivos que nos alimentan senutren de las sustancias que hay en la tierra.Allí también están esos COP que nosotrosproducimos. Da igual dónde, son muy volá-tiles. Viajan con las corrientes de aire, o conlos flujos del mar. En la recóndita pradera, le-jos del mundanal ruido, una nube precipitasu carga de COP que la hierba tenaz absorbepara entregarse en un sacrificio incruento alas fauces de la vaca: empieza el ciclo de bio-magnificación bucólica. La hierba concentralo que hay en la tierra, la vaca lo que hay enla hierba y nosotros lo que hay en la vaca. Es-tá claro, cuanto más graso sea el alimento,

más probabilidades de que tenga COP.Incluido el pescado.

Los pescados grasos son muy alabadosdesde que se descubrió que podían ser bene-ficiosos para el aparato circulatorio. Son lasgasas que llamamos omega 3, que se vendenincluso en pastillas, o se añaden a ciertos ali-mentos como la leche. El problema es que hayestudios que demuestran que algunos de esospescados, de algunas zonas, pueden estar car-gados de COP. Durante muchos años la in-dustria vertió sus residuos a ríos, que van a pa-rar al mar, o a los grandes lagos. El pescadode esa región es poco recomendable.

Hay sustancias sobre las que no hay dudasrespecto a su potencial nocividad de algunoscomo el DDT, los PCB o las dioxinas. LosPCB se han usado mucho como fluido ais-lante en equipos eléctricos. Las dioxinas sonsubproductos de la combustión de residuos,incluida la quema doméstica de madera, ytambién se forman en ciertos procesos de fa-bricación como cemento o blanqueo de pa-pel.

Hace muchos años que animales y plantasestamos absorbiendo y acumulando sustan-cias químicas que pueden ser perjudiciales.Sus efectos, hasta la fecha, no tiene la reper-cusión de otras exposiciones, como puede serel tabaco. Pero la teoría es que actúan lenta ygradualmente, quizá en generaciones, y que laexposición es difícil de controlar porque estáahí, en la tierra, en los acuíferos, en todo. Al-gunos atribuyen a estas sustancias enfermeda-des de perfil difuso y fisiología incomprensiblecomo la fibromialgia, la fatiga crónica o la sen-sibilidad a múltiples sustancias químicas. Tam-bién sostienen que son responsables, en parte,de la diabetes, del Parkinson y de algunos tu-mores como los del sistema nervioso central.Faltan pruebas contundentes pero la sospechaestá suficientemente justificada.

Creo que fue Goethe, con sus singularesideas sobre la evolución, el primero que pen-só en la tierra como un ser vivo. Hay pruebasde que como sistema se autorregula, hastacierto punto: tiene mecanismos de retroali-mentación que sirven para mantener algunascaracterísticas constantes. Pero sus tiemposde reacción, geológicos, se escapan, en mu-chos casos, a la minúscula vida del ser huma-no, quizá incluso a la de la especie. No sécuánto lograremos modificar esa pequeña ca-pa de la tierra sobre la que tenemos capacidadde actuar, para bien y para mal. A las genera-ciones futuras les dejamos grandes cosas. Nocabe duda. Y grandes problemas derivadosprecisamente de esos avances.

Los riesgosde estar vivoHacer abdominalesno adelgazapreferentementela barriga

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✒ María José Iglesias

Es tan cordial y cercano como contun-dente. Todo un «gentleman» catalán acos-tumbrado a mandar sin necesidad delevantar la voz. Isak Andic (Estambul,1955) es una de esas personas que siempremira a los ojos de su interlocutor. Observa,escucha y se forma una opinión, eso sí,difícil de cambiar.

La moda no tiene secretos para él. Talvez por eso, es reacio a compartirlos connadie. Ha creado un imperio que protegecon celo. Lo mismo hace con su vida priva-da. Hasta 2007 no se dejó fotografiar. Elescenario no se eligió al azar. Fue en unconsejo de administración del Banco Saba-dell. Posee el cinco por ciento de las accio-nes. El inventor de Mango también es ban-quero.

Gracias a él, en muchos aeropuertos yciudades del mundo resulta fácil sentirsecomo en casa. Los carteles de Mango soncomo de la familia. Andic ideó uno de los«milagros» textiles que pasean el nombrede España en el planeta. El presidente deMango, con una fortuna estimada en 2.000millones de euros, posee diez sociedades deinversión, con activos valorados en unos240 millones de euros. Es uno de los doceespañoles que forman parte de la «lista For-bes». Figura en el puesto 296. Siempre hallevado una filosofía diferente a la de suscompetidores.

Su empresa comenzó a forjarse hace 25años, con un pequeño almacén de ropa alpor mayor en Barcelona. Isak y su hermanomenor traían prendas de Asia, entre ellas

abrigos bordados en Afganistán, para ven-derlas en tiendas de la ciudad condal.

El balance marea. Cerca de 1.000 esta-blecimientos en más de 80 países y ventasque sobrepasan los 1.200 millones deeuros. El secreto de Mango fue venderprendas de última moda a precios muy ase-quibles. La firma inauguró en marzo de2007 el centro de diseño más grande deEuropa, con más de 14.000 metros cuadra-dos. A Andic no le resultó fácil tomar ladecisión. Asegura que pasó muchas nochessin dormir. El tiempo demostró que fue otroacierto.

En las escasas declaraciones que ofrece ala prensa ha dejado caer que sus pautas deactuación se basan en pasión, ilusión y dis-ciplina, un cóctel perfecto que sigue a raja-tabla. También aconseja tener buen humor,hace las cosas mucho más fáciles.

Al empresario, de origen judío sefardí,patrono de la Fundación Príncipe de Astu-rias, no hay cosa que más le moleste que sele compare con Amancio Ortega, fundadorde Zara, la competencia directa.

Aunque a él no le guste, resulta inevita-ble establecer paralelismos. A los dos lesfascina el mar, pero con diferencias. Elhombre Zara navega en barco a motor.Andic prefiere el velero. Sueña con dar lavuelta al mundo en él. Se siente feliz en lasaguas de Baleares.

Está divorciado y tiene tres hijos. Losdos mayores, Johathan y Judith, trabajan enlos negocios familiares.

Dicen que Sarah, la más pequeña, es suojito derecho. Le organiza las fiestas decumpleaños. A una de las últimas invitó a

ochenta personas entre las que él no faltó.La familia es una de sus prioridades.

En 1984, y bajo el rótulo de Mango,abrió en el Paseo de Gracia su primeratienda al público. En el año 1994, los her-manos Andic, que ya contaban con 100tiendas en España, decidieron pegar elsalto al exterior. La apuesta, cimentadasobre el sistema de franquicias, se convir-tió en una auténtica sorpresa que catapultóel nombre de Mango por el mundo, tras laalargada sombra de Inditex. Andic supoimprimir a la marca un aire joven e inno-vador que sin duda constituyó una de lasclaves de su éxito. Los productos y la ima-gen conectaban con el público, lo que per-mitió que año tras año la empresa catalanaaumentara sustancialmente sus cifras defacturación.

Otro gran acierto de la marca fue laventa a través de internet, que contribuyó adarla a conocer todavía más. Para elempresario, los errores son otro valiosocomponente del éxito. ¿Aprendes de tuserrores? No estaríamos donde estamosactualmente sin ellos.

No le asusta el desafío de seguir crecien-do durante la crisis económica actual. Si notienes miedo de trabajar más, siempre eresinvencible. Lo dijo ante los alumnos delmáster del IESE el hombre que cuandotenía dos locales creó su propia marca undía de verano, mientras comía un mango.

Nació en Turquía y mantiene estrechoslazos con su país natal. Forma parte delAdvisory Council of Turkey, un organismopara fomentar las inversiones en Turquía.También pertenece a las juntas directivasdel Círculo de Economía y del Instituto dela Empresa Familiar.

Quienes le conocen lo definen como unapersona franca y directa, tanto en su vidaprivada como en los negocios. Su últimofichaje ha sido la rubia Scarlet Johanson,sustituta de Penélope Cruz y compañera dereparto de la española en «Vicky, Cristina,Barcelona».

Pasión, ilusión y disciplina son los mimbres conlos que el dueño de Mango ha forjado uno de losgrandes imperios textiles, desde el que se haaupado hasta el consejo del Banco Sabadell

Isak Andic, presidente de Mango. / FOTO LUISMA MURIAS

❜❜Saber escuchar, tenerbuen humor yaprender de los erroresson algunos de losconsejos de Andicpara triunfar en losnegocios y en la vida

Isak Andic, del telar a la banca

Andic. / FOTO LUISMA MURIAS

XVI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 20 de septiembre de 2009