Universidad de las Illes BalearsGrado de Geografía

Curso 1º

ENDOCARST, EL MOCHUELO ENDÉMICO, Y EL CALENTAMIENTO GLOGAL

Por: Miguel Angel Fariña de Jesús

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Índice

Portada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

Índice. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

1. Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

2. Antecedentes geomorfológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

3. El proceso cárstico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

4. Formaciones cársticas en Mallorca . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

5. Cuevas y galerías subterráneas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

6. Cova des Pas de Vallgornera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

7. Cuevas de la marina de Manacor. . . . . . . . . . . . . .. . . . . . 9

7.1 Interés antropológico y arqueológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

7.2 Interés climático. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

7.3 Interés geomorfológico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

8. Conclusión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

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1. Introducción

La presente memoria tiene como objeto analizar la importancia científica de diferentes sistemas endocársticos del SE de Mallorca, que va más allá de la admiración por la belleza de sus espeleotemas o formas asociadas, y abarca ámbitos y disciplinas tan diversos como la geología, la geomorfología, la biología, la espeleología, el espeleobuceo, la paleontología, la antropología o la climatología, por citar algunas.

El análisis comienza con un acercamiento a los fenómenos orogénicos, erosivos y cársticos que han conformado el paisaje balear, y terminará centrándose en algunos de los sistemas subterráneos más característicos del sur y el levante de la isla de Mallorca. No se buscará tanto realizar una descripción del aspecto físico y morfológico de la infinidad de cavidades que existen en esta parte de la isla, como de destacar ciertos valores específicos y no muy conocidos que algunas de ellas encierran, relacionados con distintos ámbitos de las ciencias humanas. Unos valores que han contribuido al desarrollo del conocimiento científico no solo a nivel local, sino también a escala global o planetaria.

Lo inaccesible de muchos de estos sistemas, o el hecho de no haber sido descubiertos hasta épocas recientes, encontrándose por lo tanto en un óptimo estado de conservación, hacen de ellos un elemento insustituible para llevar a cabo todo tipo de estudios relacionados con la historia natural del planeta en general, y de la evolución de nuestras islas en particular.

2. Antecedentes geomorfológicos

Dentro de los distintos procesos orogénicos que han ido conformando el relieve de la Tierra durante millones de años, el denominado plegamiento alpino es el responsable de buena parte de la actual morfología del Hemisferio Norte, en concreto la que caracteriza los continentes europeo y asiático, así como el norte de África.

Este proceso iniciado hace 50 ó 60 millones de años, durante la llamada Era Terciaria o Cenozoica, tuvo su origen en la dinámica de la deriva de los continentes, y se desarrolló en dos fases principales.

Por un lado, un gran trozo de corteza continental (la actual India), que ya se había desprendido del incipiente continente africano a finales de la Era Mesozoica, avanzó hacia el norte al encuentro de la placa euroasiática, a una velocidad que se ha estimado en 15 cm. por año, lo que bien puede considerarse todo un récord dentro de los desplazamientos tectónicos. El choque con Asia, que todavía hoy continúa, produjo un plegamiento que constituye la enorme cordillera del Himalaya.

Por otro, en los periodos oligoceno y mioceno de la era Terciaria, la placa africana también se desplazó hacia el norte, presionando a la euroasiática, y dando lugar a plegamientos que constituyen la mayor parte de las formaciones montañosas del continente europeo. Un ejemplo son las cordilleras Béticas de la península ibérica, en las cuales, en su extremo más oriental, se sitúa el actual archipiélago balear.

Durante estos plegamientos emergieron materiales sedimentarios mesozoicos que se hallaban en el fondo del mar que separaba ambas placas (el mar de Tetis), lo que explica que una parte importante del relieve de la isla de Mallorca sea de tipo calcáreo (calizas, margas, dolomías, arcillas...). La isla de Menorca acoge principalmente materiales del Paleozoico, más antiguos, porque está ligada al

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plegamiento que originó los Pirineos, mientras que el resto del archipiélago, con Mallorca incluida, está vinculado al plegamiento que levantó las sierras Béticas.

Los procesos erosivos que siguieron al plegamiento alpino propiciaron el modelado del relieve de Mallorca que hoy conocemos, y que se gestó por medio de cuatro procesos principales: el modelado fluviotorrencial (asociado a torrentes y barrancos), el modelado de vertientes (laderas, acantilados, “rossegueres”), el modelado litoral (calas, acantilados) y el modelado cárstico, de carácter químico, ampliamente representado en la orografía de la isla.

3. El proceso cárstico

Gráfico con las distintas formas de erosión generadas por el proceso kárstico

Las rocas calcáreas, que constituyen buena parte de las montañas y plataformas marinas de Mallorca, aunque pueden erosionarse también por procesos mecánicos (ríos, raíces), habida cuenta de la ausencia de cauces fluviales estables en nuestra isla, son principalmente modeladas por lo que se conoce como proceso de disolución cárstica.

El componente principal de las rocas calcáreas propias de Mallorca (calizas, dolomías, margas) es la calcita o carbonato cálcico. Se trata de un mineral no especialmente fuerte (grado 3 en la escala de Mohs, que otorga a la máxima dureza el valor 10), pero que no se disuelve con el agua pura. Por contra es especialmente reactivo en presencia de ácidos, aunque estos sean débiles. Y es precisamente una reacción química, por presencia de ácido carbónico, la que en determinadas condiciones genera las formas de erosión y modelado, a veces espectaculares, que caracterizan el relieve cárstico de Mallorca.

Hay una serie de condicionantes que facilitan que este tipo de erosión tenga lugar, y que se relacionan con las circunstancias físicas, meteorológicas y ambientales del entorno donde se encuentren las rocas. Estos factores son: la abundancia de agua,

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la concentración de dióxido de carbono (CO2) en el agua, las bajas temperaturas, la acción de seres vivos emisores de CO2, la propia naturaleza de la roca (composición, presencia de fisuras), y un prolongado tiempo de contacto de las rocas con el agua.

Cuando se da la combinación adecuada de estos factores, se producen reacciones químicas que en primer lugar generan ácido carbónico (a partir del agua y del dióxido de carbono presente en la misma). Se trata de un ácido muy débil (en realidad solo sería estable en ausencia total de agua), que por lo tanto se crea y se disuelve de nuevo en el agua, generando dos aniones que reaccionan con el carbonato cálcico que compone las rocas, y lo convierten en bicarbonato cálcico, una sal que si es fácilmente soluble en agua.

Gracias a esta reacción química la superficie de la roca se va gastando, y con el paso del tiempo se van formando grietas, aristas, surcos y rugosidades, según las zonas donde la reacción incida con mayor intensidad. Tras miles de años, el proceso cárstico puede llegar a crear chimeneas verticales o simas, y galerías o cuevas en las que las corrientes de agua discurren por el subsuelo o configuran lagunas subterráneas. El techo de muchas de estas cavidades termina colapsándose, dando lugar a cañones cársticos y valles u hondonadas abiertas denominadas poljes.

A las diversas formas de modelado cárstico que ocurren en el exterior de la superficie se las denomina exocarst, y a las que ocurren subterráneamente, endocarst. Dentro de estas últimas están las mencionadas galerías y cuevas, en muchas de las cuales la ausencia de vegetación y el escaso intercambio de aire con el exterior hacen que la concentración de dióxido de carbono disminuya. Esta disminución facilita que el bicarbonato cálcico precipite y que, con cada gota que se desprende, se vaya acumulando calcita en ciertos lugares del techo o las paredes de la cueva, así como en los puntos del suelo donde terminan cayendo las gotas. De ese modo se va formando una costra calcárea tubular de desarrollo habitualmente vertical (también hay formaciones horizontales) , que recibe el nombre de estalactita cuando crece desde el techo hacia abajo, y de estalagmita cuando lo hace desde el suelo hacia arriba. De hecho, hay procesos en los cuales ambos tramos llegan a juntarse, dando lugar a llamativas columnas de tamaños y grosores diversos.

4. Formaciones cársticas en Mallorca

La naturaleza calcárea de buena parte del relieve de Mallorca ha posibilitado que el modelado cárstico aparezca tanto en zonas que están situadas por debajo o al nivel del mar, como en las partes más altas y abruptas de la sierra de Tramuntana.

En la sierra son características sobre todo las formaciones de lapiaz, como ocurre en las zonas de “ses Monges” y “es Pixarells” en Lluc, o cañones kársticos de la contundencia del Torrent de Paréis. También se han formado cuevas, como las de Campanet, dolinas, sumideros, simas o “avencs”, surgencias y otras formas menores de modelado.

A día de hoy se han topografiado miles de cuevas y simas, pero es en el litoral de Llevant y de Migjorn donde abundan algunos de los tipos más llamativos de endocarst de la isla: enormes y complejos sistemas de cuevas y galerías subterráneas y/o submarinas, y lagunas asociadas a las mismas.

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Lapiaces en Es Camell, Lluc

5. Cuevas y galerías subterráneas

En Mallorca son de sobra conocidas, al menos en lo que hace referencia a su existencia y localización, aquellas cuevas que han sido explotadas turísticamente, como las del Drach o Hams en Portocristo o las de Artá en Capdepera, que suman entre todas millones de visitas al año, y en las que ya no parece factible hallar un hueco en el tiempo para hacer más estudios que los balances contables de caja. Se trata realmente de cavidades extensas de un gran volumen interior, con varias salas comunicadas, y en algunos casos con lagos tanto de agua dulce como salobre o salada, y espectaculares espeleotemas (estalactitas, estalagmitas y columnas de acreción, entre otros). La gran magnitud, la estructura anárquica y la multitud de derrumbes y colapsos que sufrieron algunas de ellas, como las del Drach, han hecho difícil unificar las teorías acerca del origen y proceso de formación de las mismas. En este sentido, Ángel y Joaquín Ginés, en un trabajo publicado en la revista ENDINS, nº 17-18 de 1992, concluyen que estas grandes cuevas se conformaron en varias fases que combinaron los propios procesos cársticos (infiltraciones de agua dulce desde superficie, disoluciones de bloques de rocas subterráneas), con la erosión directa del mar, que permitió la entrada de agua salada (generando derrumbamientos por oscilaciones en el nivel freático y tensiones mecánicas de las incipientes bóvedas), y procesos de precipitación de la calcita, que generaron la variedad de espeleotemas que hoy existen.

Además de estas cuevas que pueblan los catálogos turísticos, tanto en la plataforma marina de Llucmajor como en la de Manacor existen formaciones subterráneas cársticas de un gran interés, no ya tan solo geológico o geomorfológico, sino también antropológico, biológico y hasta climático.

A diferencia de la base litológica de las sierras de Mallorca, donde las rocas calcáreas predominantes son las calizas, dolomías y margas originadas durante el Mesozoico, las plataformas tabulares de Migjorn y Llevant, en las que nos

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centraremos, así como algunos sectores del Pla, están constituidos principalmente por calcarenitas, calcilutitas, y calizas de origen coralino, que son rocas más propensas a sufrir procesos cársticos intensos y desgastes agresivos por erosión.

Analizaremos a continuación algunas de las cuevas o sistemas endocársticos más relevantes de estas zonas de la isla.

Cueva cárstica, con desprendimiento del techo original. Cala Varques

6. Cova des Pas de Vallgornera

En el año 1968, durante la excavación de un pozo negro para un hotel del litoral de Cala Pi, enclavado en la plataforma marina de Llucmajor, se descubrió accidentalmente lo que se creyó era una cueva típica de dimensiones definidas, y que se bautizó con el nombre de cueva del Pas de Vallgornera. Se tardaron bastantes años en comenzar a topografiar el interior de la misma, y en el año 1992 se llevó a cabo un estudio exhaustivo que estimó que el desarrollo de la misma era de unos 2 kilómetros. Pero con cada regreso a la cueva de equipos de espeleólogos que se interesaban por el lugar, se descubrían nuevos tramos que incrementaron paulatinamente el tamaño de la misma. Hoy por hoy, el apelativo “cueva” ya no hace mención a las características de lo que se está descubriendo, pues en realidad se trata de un enorme sistema cárstico de cuevas, galerías, lagos, salas y canales subterráneos, distribuidos en distintos sectores y niveles, que todavía se están catalogando, y que por el momento ya superan los 60 kms. de recorrido total, convirtiéndolo en uno de los sistemas de este tipo más grandes de Europa. Precisamente, desde el año 2000 está protegido por la Unión Europea como Lugar de Interés Comunitario.

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La diversidad morfológica de Vallgornera es notable, con numerosas tipologías de depósitos de minerales que se caracterizan por su belleza y fragilidad, y una gama variada de formas de erosión y precipitación que se relacionan con medios geoquímicos donde se mezclan aguas dulces y saladas, escasamente documentados en la bibliografía geológica. Perlas de las cavernas, septarias, vermiculaciones, o techos moteados son algunos de los espeleotemas que se han encontrado en este sistema cárstico. Pero también se han hallado algunas formaciones que en contra de lo que tradicionalmente se considera (que los espeleotemas son de origen químico inorgánico), podrían estar originados por la influencia de cierta actividad bacteriana: los pool fingers y los U-loops. Estos últimos han aparecido en gours o pequeños charcos, y se han desarrollado dentro del agua, alineados bajo la cornisa que limita la charca.

Flor de yeso. Cova des Pas de Vallgornera Perlas. Cova des Pas de Vallgornera

La inaccesibilidad del laberíntico complejo de galerías que conforman el sistema posibilita que todos estos elementos estén en un perfecto estado de conservación, ya que han permanecido aislados de influencias externas durante millones de años, y constituyen un registro de valor incalculable a la hora de estudiar el pasado de nuestras islas.

Además hay que añadir el interés paleontológico que estas cuevas han despertado, al haber sido hallados fósiles de especies diversas (mamíferos, reptiles, anfibios y aves), algunas ya extinguidas, como el Miotragus balearicus, un caprino endémico que evolucionó en las islas adquiriendo una características particulares gracias la falta de enemigos naturales (altura reducida, cuerpo robusto, y vista estereoscópica entre otras), que le permitieron sobrevivir durante millones de años, hasta que la llegada de los primeros pobladores humanos a las islas hace unos 5000 años desembocó en la rápida extinción de la especie.

Más interesante aún, si cabe, es el último hallazgo fósil catalogado en el lugar. Un equipo de científicos que visitó la cueva en 2010 acaba de hacer público, en el número de abril de 2012 de la revista Journal of Ornithology, el hallazgo de una nueve especie de mochuelo fósil de hace más de 2 millones de años, que a falta de nuevos descubrimientos que lo desmientan, ya se considera la primera especie de ave de presa nocturna endémica de las Illes Balears. Su nombre científico es Athene vallgornerensi, y se considera que fue el antepasado de algunas variedades actuales de mochuelos, que evolucionaron de forma distinta en respuesta a las diferentes condiciones que encontraron las islas mediterráneas que colonizaron.

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7. Cuevas de la marina de Manacor

7.1 - Interés antropológico y arqueológico

La plataforma marina de Manacor, formada en el Mioceno superior, está constituida básicamente por materiales calcáreos porosos (calcarenitas tortonienses) de origen coralino, y acoge una de las mayores densidades de cavidades cársticas de Mallorca.

Son muchas las cuevas que desde antiguo se conocen, sobre todo en el área costera de Cala Varques, y ya en el siglo XIX se acondicionaron, para ser visitadas por la población, las cuevas del Pont y del Pirata, en las cuales se encuentra el denominado lago Victoria. La entrada de estas cuevas, en localizaciones no especialmente cómodas, ha evitado que hoy en día las mismas sean objeto de explotación turística masiva, y solo sean frecuentadas por expedicionistas o espeleólogos interesados en su observación y estudio.

Las expediciones más recientes, favorecidas por el desarrollo del espeleobuceo, han demostrado que algunas de las cuevas de Cala Varques que se creían independientes están en realidad comunicadas a nivel subacuático, formando parte de un mismo sistema de cavidades. Por contra, algunas de las cuevas y galerías de la zona que no están directamente conectadas, a pesar de una cercanía física que a veces no supera los 50 mt, han llevado a los geólogos a concluir que en el pasado si pudieron formar parte de sistemas cársticos comunes, pero que distintos procesos clásticos de desprendimientos y reajuste estructural terminaron por sellar los conductos que las comunicaban.

Una de las cuevas de la zona, la Cova des Moro, es la que presenta un mayor interés antropológico y arqueológico, ya que se han encontrado pruebas de que la misma ha sido habitada en distintas épocas, desde el inicio del poblamiento humano de la isla hasta su ocupación por parte de los árabes, que se escondían del asedio de los conquistadores cristianos durante el siglo XIII. Este último episodio, desafortunadamente, ha propiciado que en épocas recientes la cueva haya sido expoliada en busca de posibles tesoros u objetos de valor, resultando afectados varios estratos de la estructura interna de la misma.

La Cova des Moro es uno de los yacimientos arqueológicos de la isla de Mallorca que se encuentra ahora mismo en curso de excavación. El hallazgo de un hueso humano, junto con cerámicas y huesos de caprinos domesticados, y las pruebas de datación del carbono-14 a las que han sido sometidos, han impulsado un cambio importante en las teorías acerca de la cronología de la llegada del ser humano a Mallorca. Los sucesivos trabajos que habían indagado en este tema hasta entrado el siglo XXI, aportaban dos modelos temporales que fechaban los primeros poblamientos en 7-8 mil años a.c (modelo Lewthwaite de 1989 y Guerrero de 1997), o alrededor de los 5 mil años a.c. (modelo Waldren de 1982). Las últimas investigaciones sobre diferentes restos hallados en Mallorca, como los de la Cova des Moro, proponen un nuevo modelo (Alcover y Ramis de 2001) que considera que la llegada del ser humano a la isla es bastante más reciente, y que debió ocurrir alrededor del tercer milenio a.c. Paralelamente, esta nueva teoría echa por tierra otra anterior que establecía que el ser humano había convivido unos miles de años con el Miotragus balearicus, antes de que éste se extinguiera por completo. La desaparición de este caprino se ha datado alrededor de los años 2.200-2.300 a.c, por lo que todo parece indicar que su extinción se consumó con relativa rapidez, una vez llegaron los primeros pobladores a la isla.

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7.2 - Interés climático

Una de las características más definitorias de las distintas cuevas y sistemas endocársticos del este de Mallorca, es la abundancia de lagos de aguas salobres que inundan las cotas más bajas de las cavidades, cuyo nivel freático se corresponde con el nivel que ahora mismo tiene el Mar Mediterráneo. La presencia de cloruros en estas aguas ha generado espeleotemas freáticos característicos en cuevas como las de la marina de Manacor, formaciones que, por lo tanto, coinciden con el nivel actual del mar.

A partir de la constatación de este hecho se han descubierto y analizado formaciones similares que se encuentran a diferentes cotas de altitud, positiva o negativa, en relación a las actuales, lo que proporciona, sin lugar a dudas, una valiosa información sobre la historia del nivel del Mediterráneo durante el Cuaternario, habida cuenta de las oscilaciones que ha sufrido como consecuencia de las distintas épocas de glaciación.

Un equipo internacional de científicos y espeleólogos, del que formaron parte 3 mallorquines en representación de la UIB (Joan J. Fornós y Joaquín y Angel Ginés) llevaron a cabo durante el año 2009 un interesante estudio sobre las variaciones del nivel del mar en Mallorca durante los últimos 81.000 años. El resultado del mismo fue publicado en el número 327 de la revista Science, de fecha 12 de febrero de 2010, y se basó, en gran medida, en el análisis de las mencionadas estructuras freáticas observadas en el interior de las cuevas de la zona de Cala Varques.

Dichas formaciones se muestran como engrosamientos cristalinos, de tipo horizontal, que se desarrollan sobre las paredes o alrededor de otros espeleotemas aéreos que se internen dentro del agua de los lagos subterráneos. Para formarse necesitan periodos más o menos largos de tiempo en los que el nivel del mar haya permanecido estable, y el mayor engrosamiento de cada formación corresponde con el nivel medio del mar durante ese periodo. La presencia de carbonatos permite datarlos con bastante exactitud.

Espeleotemas freáticos, en este caso en la Cova des Pas de Vallgornera

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Es sabido que el nivel global del mar y el clima de la Tierra están estrechamente ligados. Cuando desaparecen los glaciares y se funden los casquetes polares, en épocas cálidas, el nivel del mar sube, y cuando los glaciares y los casquetes polares se vuelven a formar por enfriamiento del planeta, el nivel del mar baja.

En las cuevas de la marina de Manacor se han observado formaciones freáticas en decenas de niveles diferentes por debajo o sobre el nivel actual del mar, y los científicos han determinado, entre otras cosas, que hace unos 81.000 años el mar estaba 1 metro y medio por encima del nivel actual, cuando hasta ahora se creía que debía encontrarse muy por debajo de esa cota. Esto implica que los hielos del planeta pueden fundirse o acumularse mucho más rápido de lo que se creía.

Otra curiosidad llamativa es que se han observado cambios de nivel bruscos, de hasta 20 metros, en los espeleotemas de las cuevas y en periodos de tiempo que rondan el milenio, lo que permitiría concluir que el planeta ha sufrido cambios climáticos importantes no relacionados estrictamente con la cantidad de CO2 presente en la atmósfera. Esto hace dudar del origen antropogénico de dichos cambios, y viene a añadir más polémica a los debates que actualmente existen entre ecologistas, gobernantes e industrias acerca de las causas del llamado calentamiento global del planeta.

El equipo de investigadores se ha comprometido ahora con el estudio de las causas climáticas que pudieron originar esa oscilación tan marcada en el nivel de los mares, y lo llevan a cabo a través del análisis de los elementos isotópicos existentes en las cristalizaciones de los espeleotemas de las cuevas de Migjorn y Llevant de Mallorca.

7.3 - Interés geomorfológico

Una última conclusión paralela a las anteriores, obtenida por el equipo de la UIB dirigido por el Dr. Joan J. Fornós, ha surgido a raíz de las comparaciones que hicieron entre espeleotemas freáticos de diferentes cuevas (a lo largo de la costa de levante de Mallorca), pero que estuvieran datados con la misma edad geológica. Las diferencias de inclinación y altitud observadas les permiten deducir que la isla de Mallorca no es tan estable como pudiera suponerse, ya que ha sufrido un cierto basculamiento que ha significado un hundimiento desde la zona de Artá hacia el archipiélago de Cabrera.

8. Conclusión

La situación de la isla de Mallorca, protegida por un mar tranquilo y cerrado, y la ausencia de cauces de ríos significativos que pudieran hacer variar el equilibrio de las aguas subterráneas cercanas al litoral, hacen posible que la infinidad de cuevas y parajes cársticos del subsuelo de la isla representen un registro absolutamente fiable de la evolución de los niveles del mar durante los últimos miles de años de historia de la Tierra, de los procesos geológicos sufridos, de la biodiversidad histórica del archipiélago, y hasta de la aparición del ser humano en las islas.

Un registro que puede permitir a la comunidad científica profundizar en el conocimiento de las causas y consecuencias de los procesos que rigen la evolución de nuestro planeta, y ayudar a la humanidad a enfrentarse a retos futuros, relacionados precisamente con el grado de conocimiento que se tenga de las mismas.

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BIBLIOGRAFÍA

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