ensayo familia

25
ESCRITO “La Importancia de laparticipacion de los padres en el desarrollo de las competencias sociales y afectivas de los niños en la etapa preescolar”. INTRODUCCIÓN- 1 PAGINA DESARROLLO- 5 PAGINAS CIERRRE- 1 PAGINA BIBLIOGRAFIA- 1 PAGINA SI RESPONDEN AL TEMA DE ARRIBA LO PONES Y DEJAS SU BIBLIOGRAFIA, SI NO PUES NO Y TIENES QUE IR METIENDO A AUTORES Bowman, Barbara T. (1999), [“Prácticas en el jardín de niños con hijos de familias de bajos recursos”] “Kindergarten practiceswithchildrenfromlow-incomefamilies”, en R. C. Pianta y M. C. Cox (eds.), TheTransitionto Kindergarten, Baltimore, Brookes Publishing Co., pp. 281-301. Windler, Rosa (2000), “El docente frente a esta realidad” y “La diversidad en el ámbito educativo”, en Ana Malajovich (comp.), Recorridos didácticos en la educación inicial , Argentina, Paidós (Cuestiones de educación), pp. 299-309. Greenfield, Patricia M. y Lalita K. Suzuki (1998), [“Las relaciones con los pares” y “Relaciones casa-escuela”] “Peer relations” y “Home-schoolrelations”, en Irving E. Sigel y K. Ann Renninger (eds.), Handbook of ChildPsychology, Nueva York, John Wiley&Sons, pp. 1085-1093 y 1099-1100. Díaz-Rico, Lynne T. y KathrynZ.Weed (1995), [“Socialización familiar: la estructura de la vida cotidiana”] “Familysocialization: Thestructure of dailylife”, en TheCrosscultural, Language andAcademicDevelopmentHandbook. A Complete K-12 Reference Guide, Boston, Massachusetts, Allyn& Bacon, pp. 240-249 y 255-260. New, Rebecca S. (1999), “Un programa integrado y prácticas adecuadas al desarrollo: es tiempo

Upload: zeroo-animeobsesion

Post on 27-Oct-2015

187 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Ensayo Familia

ESCRITO

“La Importancia de laparticipacion de los padres en el desarrollo de las competencias sociales y afectivas de los niños en la etapa preescolar”.

INTRODUCCIÓN- 1 PAGINA DESARROLLO- 5 PAGINAS CIERRRE- 1 PAGINA BIBLIOGRAFIA- 1 PAGINA

SI RESPONDEN AL TEMA DE ARRIBA LO PONES Y DEJAS SU BIBLIOGRAFIA, SI NO PUES NO

Y TIENES QUE IR METIENDO A AUTORES

Bowman, Barbara T. (1999), [“Prácticas en el jardín de niños con hijos de familias de bajos recursos”]“Kindergarten practiceswithchildrenfromlow-incomefamilies”, en R. C.Pianta y M. C. Cox (eds.), TheTransitionto Kindergarten, Baltimore, Brookes PublishingCo., pp. 281-301.

Windler, Rosa (2000), “El docente frente a esta realidad” y “La diversidad en el ámbito educativo”,en Ana Malajovich (comp.), Recorridos didácticos en la educación inicial, Argentina,Paidós (Cuestiones de educación), pp. 299-309.

Greenfield, Patricia M. y Lalita K. Suzuki (1998), [“Las relaciones con los pares” y “Relacionescasa-escuela”] “Peer relations” y “Home-schoolrelations”, en Irving E. Sigel y K. AnnRenninger (eds.), Handbook of ChildPsychology, Nueva York, John Wiley&Sons, pp.1085-1093 y 1099-1100.

Díaz-Rico, Lynne T. y KathrynZ.Weed (1995), [“Socialización familiar: la estructura de la vidacotidiana”] “Familysocialization: Thestructure of dailylife”, en TheCrosscultural, LanguageandAcademicDevelopmentHandbook. A Complete K-12 Reference Guide, Boston,Massachusetts, Allyn& Bacon, pp. 240-249 y 255-260.

New, Rebecca S. (1999), “Un programa integrado y prácticas adecuadas al desarrollo: es tiempode que los adultos decidan”] “Anintegrated curriculum and developmentallyappropriatepractices: Choice time forthegrown-ups”, en Carol Seefeldt (ed.), TheEarlyChildhood Curriculum. CurrentFindings in Theory and Practice, 3ª ed., Nueva York, TeachersCollegePress, pp. 271-282.

Liston, D. P. y K. M. Zeichner (1997), “Culturas minoritarias y escolarización mayoritaria”, enFormación del profesorado y condiciones sociales de la escolarización, Madrid, Morata, pp.120-129 [primera edición en inglés, 1990].

Díaz-Rico, Lynne T. y KathrynZ.Weed (1995), [“Manifestaciones de la cultura: aprender sobre

Page 2: Ensayo Familia

los estudiantes”] “Manifestations of culture: Learningaboutstudents”, en TheCrosscultural,Language and AcademicDevelopmentHandbook. A Complete K-12 Reference Guide,Boston, Massachusetts, Allyn& Bacon, pp. 229-240.

New, Rebecca S. (1999), [“Curriculum integrado para la infancia temprana: transición del qué y elcómoal por qué”] “Anintegratedearlychildhood curriculum: Movingfromthewhatandthehowtothewhy”, en Carol Seefeldt (ed.), TheEarlyChildhood Curriculum. CurrentFindings in Theory and Practice, 3ª ed., Nueva York, TeachersCollegePress, pp. 265-271.

Super, Charles y Sara Harkness (1997), [“La estructuración cultural del desarrollo del niño”]“The cultural structuring of childdevelopment”, enW. Berry, P. R. Dasen y T. S. Saraswathi(eds.), Handbook of Cross-Cultural Psychology, Olac Fuentes Molinar (trad.), vol. 2,Boston, Massachusetts, Allyn and Bacon, pp. 26-28.

Bennett, John (1999), [“Tomar en cuenta el concepto y las consecuencias del nicho de desarrollo”y “Crear coherencia entre el ambiente familiar y la escuela en las comunidades endificultades, a través del uso de contactos profesionales y para-profesionales”] “Takingintoaccountthe concept and consequences of developmental niche” y “Buildingcoherencebetweenthefamilymilieu and theschoolthroughthe use of bridgingprofessionalsand para-professionalsfromcommunities in difficulty”, en Culture, Childhood and PreschoolEducation. Report of theSeminar (Paris, 1-3 October, 1998) organizedbyUniversité Paris-Nord and INRP withthehelp of UNESCO, pp. 259-263.

Greenfield, Patricia M. y Lalita K. Suzuki (1998), [“La cultura y el desarrollo humano: implicacionespara los padres, la educación, la pediatría y la salud mental”] “Culture and humandevelopment: Implicationsforparenting, education, pediatrics and mental health”, enIrving E. Sigel y K. Ann Renninger (eds.), Handbook of ChildPsychology, Nueva York, JohnWiley&Sons, pp. 1071-1075 y 1078-1080.

Stratton, Peter (1988), [“La conceptualización parental de los hijos como organizadora de losambientes culturalmente estructurados”] “Parents’ conceptualizations of children astheorganizer of culturallystructuredenvironments”, en JaanValsiner (ed.), ChildDevelopmentwithinCulturallyStructuredEnvironments. Parental Cognition and Adult-ChildInteraction,ChristelKopp (trad.), Norwood, Nueva Jersey, Ablex Publishing Corporation, pp. 5-29.

Quinton, David (1994), [“Influencias culturales y de la comunidad”] “Cultural and communityinfluences”, en Michael Rutter y Dale Hay (eds.), DevelopmentThroughLife. A HandbookforClinicians, María Jiménez Mier y Terán (trad.), Oxford, BlackwellScience, pp. 159-185.

Page 3: Ensayo Familia

Importancia de la familia en el desarrollo socieducativo del niño – Vanesa Bermejo Minuesa – ISSN: 1989-9041, Autodidacta © 63

IMPORTANCIA DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO SOCIOEDUCATIVO DEL NIÑO Vanesa Bermejo Minuesa Maestra especialista en Educación Infantil La importancia de la familia en el proceso de socialización del niño es una realidad y no solo una pregunta teórica. La familia ha estado, está y estará muy presente en el desarrollo social del niño. Un ejemplo de lo importante que es lo podemos encontrar en la transformación de la función educativa de la familia a lo largo de la historia. Para ello intentaré hacer un recorrido a lo largo de la historia para ver el papel que ha tenido la familia en la socialización. Así en la sociedad preindustrial la familia era la unidad económica, el agente socializador y el encargado de la educación de los niños .Eran familias numerosas en las que vivían bajo el mismo techo varias generaciones con una estricta jerarquía y una disciplina que se tenía que seguir .La educación en esta época estaba guiada a fines utilitarios es decir se educaba para la incorporación al trabajo. A raíz de la industrialización del siglo XVIII, la familia ya no es el único agente socializador, compartiendo esta tarea con la escuela, la fábrica o empresa. Influyendo enormemente en esto la incorporación de la mujer almundo laboral, las funciones de la madre y del padre son ahora compartidos. La emancipación económica de la mujer, el cambio enlas relaciones sexuales, el retraso en la edad de contraer matrimonio, el emparejamiento sin vinculo matrimonial, la difusión de anticonceptivos, familias con una sola figura, las separaciones...han sido consecuencias directas del descenso del número de hijos. En la actualidad familia y escuela comparten responsabilidades educativas. Es en el colegio donde el niño pasa gran parte del tiempo y empieza a tener relaciones sociales con otras personas igual a él. En cambio otro factor importante es que ha evolucionado la comunicación entre padres e hijos, habiendo una actitud de mayor comprensión y entendimiento.

desarrollo

Page 4: Ensayo Familia

Los planteamientos y sentido de las relaciones familia escuela han ido evolucionando dotándolas de coherencia e incorporando progresivamente un discurso de colaboración cada vez más estructurado hasta el punto de que esta cooperación se ha convertido en uno de los ejes que definen la calidad educativa en la etapa 0-6 y uno de sus retos más importantes.

La participación de los padres en el planteamiento educativo de un centro de educación infantil es una garantía de eficacia de la acción educativa. Y en la educación de los más pequeños es uno de los criterios más claros de calidad de la oferta educativa debido a la especificidad de los aprendizajes antes de los seis años, a la necesidad de completar la acción educativa sobre el niño y al impacto de los programas compensatorios (Palacios y Paniagua, 1992).

La colaboración familia-escuela dirigida a orientar a las familias y a fomentar el acuerdo sobre los objetivos educativos, es una manera de promover el desarrollo infantil y, a la vez, de apoyar y hacer crecer la competencia educativa de las familias ya que, desde el acuerdo y la confianza mutuas, los profesionales de la educación pueden ayudar a las familias a reforzar determinadas prácticas educativas y a hacer ver los problemas implicados en otro tipo de actuaciones.

La atención en el momento evolutivo inicial del niño depende de las condiciones que el adulto le proporcione. La familia y la escuela son los contextos que contribuyen a crear el ambiente adecuado que propicie el desarrollo saludable del niño, es decir, que crezca física, psíquica y emocionalmente sano.

Importancia del contexto familiar en el desarrollo infantil

La responsabilidad de educar a los hijos ha recaído durante muchos años en el grupo familiar y progresivamente, la escuela y otros agentes educativos han ido asumiendo la tarea y la responsabilidad de satisfacer las necesidades que plantea el desarrollo de los niños y las niñas y de preparar su futuro en el seno de la sociedad.

La familia es para el niño su primer núcleo de convivencia y de actuación, donde irá modelando su construcción como persona a partir de las relaciones que allí establezca y, de forma particular, según sean atendidas sus necesidades básicas (Brazelton y Greenspan, 2005). Este proceso de construcción de su identidad se dará dentro de un entramado de expectativas y deseos que corresponderán al estilo propio de cada núcleo familiar y social.

Los padres como primeros cuidadores, en una situación “suficientemente” buena, establecerán un vínculo, una sintonía con el niño/a que les permitirá interpretar aquellas demandas de atención y de cuidado que precise su hijo en cada momento. Ellos serán los primeros responsables en la creación de unos canales y significación que favorecerán la construcción de la identidad del niño. López (1995, 9) a partir de sus investigaciones sobre las necesidades de la infancia y la atención que éstas precisan afirma que:“… Para la infancia no es adecuado cualquier tipo de sociedad, cualquier tipo de familia, cualquier tipo de relación, cualquier tipo de escuela, etc. sino aquéllas que le permiten encontrar respuestas a sus necesidades más básicas. El discurso de las necesidades es hoy

Page 5: Ensayo Familia

especialmente necesario, porque no todos los cambios sociales que se están dando en la estructura familiar y en la relación padres e hijos están libres de riesgos para los menores”.

Las prácticas educativas parentales no sólo son la primera influencia para el niño y la niña sino también la más significativa ya que muestran la manera en que los niños son educados y tratados por sus padres según algunas investigaciones como las de Ainsworth y Bell (1970); Schaffer y Crook (1981); Rodrigo y Triana (1985); Palacios y Oliva (1991); Goodnow (1996); Rodrigo y Palacios (1998); Hidalgo (1999); Palacios; Hidalgo; Moreno (2001); Sánchez (2001); Alonso García (2002); Barudy (2005).

Según Barudy (2005) los buenos tratos a niñas y niños aseguran el buen desarrollo y el bienestar infantil y son la base del equilibrio mental de los futuros adultos y, por tanto, de toda la sociedad. El punto de partida de los buenos tratos a la infancia es la capacidad de madres y padres para responder correctamente a las necesidades infantiles de cuidado, protección, educación, respeto, empatía y apego. La competencia parental en estos aspectos vitales permite que las niñas y los niños puedan crecer como personas capaces de tener una buena autoestima y de tratar bien a los demás.

Este autor ofrece una descripción precisa de los daños que pueden causar la falta de competencia y a menudo de conciencia de madres y padres que por diversos factores de tipo individual o contextual están demasiado ocupados con sus problemas profesionales o sentimentales para hacerse cargo de sus hijos y proyectan en éstos sus propias carencias e insatisfacciones. Esta clase de malos tratos, a menudo inadvertidos, pueden causar trastornos de apego y otros síntomas del comportamiento que manifiestan el sufrimiento invisible de los niños.

Es evidente que la familia juega un papel fundamental al ser el contexto en el que las niñas y los niños establecen sus primeros vínculos afectivos, en donde aprenden las primeras cosas y en donde el mundo comienza a cobrar sentido. También es cierto, que la red social de apoyo de la cual disponía la familia (abuelos, vecinos, ...) que de alguna manera ejercía una función de coparentalidad, ha ido mermando su presencia debido a transformaciones socioculturales de diversa índole como la pérdida de la primacía del modelo familiar, la incorporación de la mujer al mundo laboral extradoméstico, el retraso en la edad de la maternidad, el cambio en las tipologías familiares, el incremento en la esperanza de vida (Aparici, 2002). Y cada vez existe más conciencia social de que el cuidado de la primera infancia debe hacerse de forma diferente a como se realizaba tradicionalmente.

La desaparición de apoyos sociales en el propio ámbito familiar y la falta de otros nuevos en la organización de las sociedades modernas, hace que muchas familias se encuentren inseguras y desorientadas en cuanto a pautas de crianza adecuadas y modelos educativos coherentes y que, en consecuencia, acaben «delegando» la educación de sus hijas e hijos en los profesionales de la educación (Vila, 2000a, 2000zb). De ahí que la educación infantil aparezca cada vez más como una necesidad imperiosa de la vida moderna en relación con el cuidado de las niñas y niños.

Vila (2006) en su análisis de los nuevos contextos de crianza opina que quizás sea cierto que haya familias desorientadas respecto al ejercicio de sus responsabilidades, pero no lo es

Page 6: Ensayo Familia

tanto que deleguen la educación de sus hijos e hijas o que los abandonen a su suerte. Ante la nueva configuración social, este autor reclama la intervención del sistema educativo hacia esas familias que no pueden imaginar para qué mundo tienen que educar. Todo esto hace todavía más patente y relevante la necesidad de apoyo entre la escuela infantil y la familia, siendo en muchos casos la Escuela Infantil el único referente claro y estable que tienen los padres para contrastar y conformar su modelo de crianza.

En la actualidad desde la perspectiva ecológica y sistèmica hay un amplio debate sobre qué tipo de cuidado es el óptimo en la primera infancia y cual es el impacto real en la educación infantil (Bronfenbrenner, 1985, 1987). Las aportaciones científicas de la psicopedagogía y la neurología sostienen que la construcción de la estructura emocional y cognitiva se produce durante los primeros años de la vida del niño, y que la atención educativa precoz es una condición para el desarrollo de los niños y las niñas. Y esta consideración es una finalidad más que suficiente para situar la atención infantil escolar en un lugar preeminente.

El origen sobre el que se fundamenta la capacidad de las conductas sociales y adaptativas se encuentra en la relación afectiva que el bebé establece, desde las primeras interacciones con la madre o persona que la sustituye. Este lazo afectivo fuerte y duradero, apego, permite al niño la adquisición de seguridad en el entorno, y más tarde la exploración de éste. Estas conductas adaptativas, facilitan la supervivencia del hijo o la hija mientras no son autónomos, y se refieren a las llamadas de atención que el bebé lanza a la madre a través de sonrisas, llantos, balbuceos, etc. y a los acercamientos y contactos físicos que realiza.

Las investigaciones que Bowlby (1969), Ainsworth y Bell (1970) llevaron a cabo con niños criados en instituciones y separados de sus familias, pusieron de manifiesto la importancia que la familia tiene para la salud mental de los hijos, y sobre todo, para la capacidad de establecer vínculos afectivos con posterioridad. Las experiencias de amor y seguridad, o por el contrario de temor y soledad, que los niños tengan en sus primeros años pueden ser determinantes para el desarrollo de su personalidad futura

Spitz (1972) observó también el desarrollo de los niños institucionalizados que habían sido abandonados por sus familias entre el tercer mes y el primer año de vida, y que eran cuidados sin suficientes estímulos afectivos, descubriendo así los importantes retrasos cognitivos y sociales que manifestaban estos niños, además de su mayor susceptibilidad a las enfermedades infecciosas. Según este autor el factor fundamental que capacita al niño para construir una imagen de sí mismo y su mundo procede de las relaciones entre madre e hijo, una relación privilegiada.

La parentalidad competente se caracteriza por un modelo afectivo de apego seguro, un estilo relacional centrado en las necesidades de los hijos y una autoridad afectuosa caracterizada por la empatía, pero con la capacidad de establecer límites. Según los autores, un clima familiar con estas características, se torna un factor protector importante y en una fuente esencial de resiliencia, lo que resulta clave, sobre todo, para los niños que viven en condiciones de pobreza y riesgo social. De ahí que el apego seguro y la parentalidad competente resulten particularmente cruciales en la primera infancia debido a que influyen de manera importante en el desarrollo de la personalidad, en aspectos tan esenciales, como

Page 7: Ensayo Familia

el desarrollo emocional, cognitivo y adaptación social, así como el desarrollo de comportamientos resilientes, entre otros (Marrone, 2001).

Conclusiones

Conclusiones

La atención en el momento evolutivo inicial del niño y la niña depende de las condiciones que el adulto le proporcione. La familia y la escuela son los contextos que contribuyen a crear el ambiente adecuado que propicie el desarrollo saludable del niño, es decir, que crezca física, psíquica y emocionalmente sano.

Si la educación infantil aparece cada vez más como una necesidad de la vida moderna en relación con el cuidado de las niñas y niños, podemos pensar en ella como en una de las formas de apoyo social más importantes de la familia para fomentar y aumentar su competencia educativa.

La escuela infantil resulta idónea para potenciar la cultura de crianza y reforzar las capacidades educativas de los padres y madres a través de múltiples recursos y canales de comunicación, espacios de acogida y encuentro...

Para poder incidir desde el contexto escolar en la mejora de las prácticas educativas familiares, es importante que familia y escuela mantengan canales de comunicación y unas relaciones de mutua confianza y comprensión.

Las relaciones familia-escuela no sólo deben ser cuidadas con esmero para garantizar acuerdos y continuidades que redunden en el desarrollo infantil tal y como predice la noción de mesosistema (Bronfenbrenner, 1987), sino porque la negociación y el establecimiento de dichos acuerdos y continuidades es una forma de apoyo a la labor educativa de las familias y, también, una manera de que las escuelas puedan adecuar su labor educativa a la diversidad presente en el aula desde el conocimiento del niño y de su familia.

Se plantea la necesidad de estimular la implicación familiar en el proceso de educación con modelos de participación, con un diálogo que haga emerger la necesidad de mejorar el proceso educativo.

Los estereotipos, los prejuicios, los objetivos educativos contrapuestos resultan poco útiles para construir unas relaciones familia-escuela adecuadas que fomenten la continuidad de las prácticas educativas en ambos contextos.

Es importante que las familias con escasas competencias encuentren los apoyos necesarios para modificar sus convicciones y sus comportamientos y que, para ello, existan unas relaciones de confianza mutua entre progenitores y profesionales de la educación que devengan en la posibilidad de negociar y construir proyectos educativos comunes.

Page 8: Ensayo Familia

Interesan preferentemente contextos de colaboración que propicien programas de asesoramiento familiar que faciliten la adecuación entre las primeras figuras de crianza y los niños pequeños.

El análisis de las interacciones dentro de la familia contribuye a valorar la necesidad de estudiar los primeros entornos sociales como fuertes predictores de la incipiente configuración del autoconcepto y del nivel de autoestima del niño pequeño.

Para garantizar el crecimiento y desarrollo de un niño y una niña es preciso prestar atención y colaborar con sus familias. La corresponsabilidad educativa se ha de plantear desde el inicio del proceso escolar porque es cuando las familias configuran su propio modelo de parentalidad y la escuela infantil puede potenciar y reforzar las capacidades parentales.

Una decisión a tener en cuenta iría encaminada a consensuar el modelo educativo que debe guiar las respuestas familiares y dar coherencia a las actuaciones que se hagan tanto en el seno del grupo familiar como en las relaciones con el centro educativo. A menudo se plantea la conciliación familiar y laboral para dar más satisfacción a las necesidades de los adultos que a las de los niños.

Las relaciones afectivas entre los adultos y los menores como base de toda la convivencia. Se trata de garantizar que el afecto pueda favorecer la confianza, y mantener la intensidad de las relaciones, por encima de las situaciones conflictivas y las dificultades. En este sentido los buenos tratos pueden romper el círculo vicioso de la violencia que se perpetúa entre generaciones y crear una cultura general de convivencia (del buen trato) en la sociedad.

El equilibrio y estabilidad emocional del adulto frente a posibles respuestas es otro factor clave del proceso educativo. La tranquilidad, aunque en algún momento pueda ser difícil de mantener, es la clave para que los niños comprendan que los adultos están seguros de lo que exigen y que, a la vez, es inevitable cumplir con las normas propuestas.

Los contextos de colaboración no se limitan exclusivamente al binomio familia-escuela, sino que requiere un planteamiento multisectorial que aborda la coordinación con otros contextos como el familiar, el laboral, el comunitario, y un planteamiento multidisciplinar que incluye diferentes áreas. De ahí que resulte esencial la reflexión conjunta, la comprensión, la cooperación y la convergencia interdisciplinar.

Debido a lo anteriormente expuesto y a la influencia de las figuras de crianza, vemos necesario que, desde el ámbito de los profesionales que trabajan en torno al bienestar y desarrollo de la familia y de sus miembros, se produzcan investigaciones y desarrollos teóricos que estudien a la familia desde todas sus dimensiones y, sobretodo, que profundicen en las aptitudes, actitudes, cualidades y comportamientos que los padres y las madres realizan habitualmente y como este proceso ejerce su influencia en los comportamientos futuros y en la conformación de la personalidad de sus hijos/as. De esta manera se podrían mejorar las actitudes de los/as padres/madres, y sobretodo, desde otras intervenciones sociales, educativas, etc., se podría formar, ayudar y apoyar a los/as padres/madres y a las familias en sus tareas educativas con los/as niños/as.

Page 9: Ensayo Familia

 

El desarrollo del niño, que comprende la incorporación de una cultura mediante la inducción llevada a cabo por los miembros más capaces, es inseparable de las circunstancias culturales en las que el niño está inmerso (Cole, 1984) y del contexto donde se ubica. Así, la sociedad proporciona diferentes contextos, con distintos tipos de experiencias, que van a condicionar el desarrollo de los nuevos miembros de la sociedad (Lacasa y Herranz, 1989), estando relacionados con los valores de la cultura del contexto social (Lacasa, 1989). Las dimensiones sociales del contexto están determinadas por quienes participan en una situación y por lo que hacen (el qué, el cuándo y el dónde), por las relaciones establecidas entre los objetos y las personas y entre las personas.

Vygotski (1986) enfatiza que el desarrollo no puede ser concebido como una característica del individuo independiente del contexto en el que éste piensa y actúa; por el contrario, se ve determinado por el entorno sociocultural a dos niveles: por una parte, la interacción social proporciona al niño información y herramientas útiles para desenvolverse en el mundo; por otra parte, el contexto histórico y sociocultural controla el proceso a través del cual los miembros de un grupo social acceden a unas herramientas u otras.

Son cuatro los factores de acuerdo a los cuales la cultura condiciona el desarrollo del niño:

1. La cultura organiza la presencia o ausencia de entornos problemáticos básicos a los que el niño ha de enfrentarse y que están incorporados a las prácticas culturales.

2. La frecuencia con la que los niños realizan ciertas actividades, que se consideran básicas en un grupo social, están culturalmente organizadas.

3. La cultura determina también las pautas de acuerdo con las cuales ciertos sucesos se presentan conjuntamente.

4. La cultura regula el nivel de dificultad de las tareas que han de realizarse en un determinado contexto.

1. El proceso de socializaciÓn

El niño, en principio, desconoce las pautas culturales, son los adultos los que incorporan a los nuevos miembros a la cultura de su entorno a través del proceso de socialización, consistente en la adquisición de los hábitos, las normas y los valores característicos de la cultura donde debe insertarse el individuo, con el objetivo de conseguir la adaptación social. Esta transmisión se produce a través de procesos de interacción.

Page 10: Ensayo Familia

Definimos la socialización como “un proceso de interacción entre la sociedad y el individuo, por el que se interiorizan las pautas, costumbres y valores compartidos por la mayoría de los miembros de la comunidad, se integra la persona en el grupo, se aprende a conducirse socialmente, se adapta el hombre a las instituciones, se abre a los demás, convive con ellos y recibe la influencia de la cultura, de modo que se afirma el desarrollo de la personalidad” (Fermoso, 1994, 172). Podemos afirmar, de acuerdo con Ovejero (2003, 19) que “más que seres biológicos somos seres culturales; no es el instinto el que nos marca los caminos a seguir, sino la educación”.

Y es que el instrumento para insertar al individuo en la cultura es la educación. Por eso siempre se ha pensado que la educación es necesaria para la vida humana, para formar en el individuo aquello que le hace falta para vivir con plenitud y eficacia. Pero existe también otra dirección, la educación también es necesaria para la sociedad, para mantener el orden establecido y asegurarse su supervivencia. Sin olvidar, que una correcta socialización pasa también por el desarrollo de un espíritu crítico con las normas y valores impuestos, tratando de transformar los que no sean válidos, con el objetivo de “resistirse a aceptar lo inaceptable” (Quintana, 1988, 102). Esta idea refleja el concepto de educación de Freire (1971) que la concibe como comprensión de la realidad desde un conocimiento crítico. Martín Baró (1986) reafirma el concepto de socialización como proceso favorecedor de la transformación social y del progreso de los individuos y de los pueblos. Existe pues, como afirma Moscovici (2000), una paradoja en las instituciones educativas, ya que tienen como finalidad la transformación, a la vez que el mantenimiento de la tradición.Vista desde esta perspectiva, la educación es básicamente socializadora, en cuanto que su objetivo es la incorporación progresiva del individuo a la sociedad. Y debemos entender, también, que se extiende a lo largo de toda la vida siendo múltiples los agentes socializadores que pueden influir en ese proceso. En este sentido, Yubero (2002, 23) afirma: “... cada una de las personas con que interactuamos en nuestra vida es un agente socializador; alguien que posee la capacidad de influir en nuestro comportamiento”.

Trilla (1993), en función de la intencionalidad del agente educativo y del carácter del proceso, diferencia tres categorías educativas: educación formal, educación no formal y educación informal. La educación formal es la que se realiza bajo un sistema normativo y con procesos intencionados orientados a la consecución de títulos; la educación no formal está sistematizada pero se realiza fuera de las instituciones escolares; y educación informal se denomina a la que no tiene definido el marco educativo, siendo en los sectores no formales e informales donde la educación social adquiere una especial relevancia. No obstante, acudir a esta taxonomía no significa que segmentemos la educación en realidades separadas, la educación es sólo una: “educación en la sociedad y a través de la sociedad” (Petrus, 2003, 65).

Petrus (1998) estructura el proceso de socialización en tres etapas:

1. Socialización primaria, supone el inicio de la socialización, tiene lugar en la familia y en la escuela; ésta última completa y amplia la socialización como principio de la intervención educativa.

2. Socialización secundaria, es la prolongación de la primera etapa, finaliza y corrige el proceso fortaleciendo las normas y hábitos adquiridos en la familia y en la

Page 11: Ensayo Familia

escuela, representando valores sociales específicos del marco cultural. Tiene lugar en los grupos de amistad, asociaciones, instituciones no escolares y medios de comunicación.

3. Socialización terciaria, que se produce con el desplazamiento de cultura o con el proceso de reinserción ante individuos mal socializados, con el objetivo de conseguir una adecuada integración social. Ya que uno de los mayores problemas que tiene que enfrentar un grupo es que los nuevos miembros adquieran las conductas apropiadas para la consecución de la conformidad social (Morales y Huici, 2000).

De esta manera, la socialización implica un concepto de educación diversificada, no agotándose con la escolarización (Puig y Trilla, 1990), sino que abarca desde la familia, a los grupos de amigos y a los medios de comunicación. De hecho, “... conforme avanza el siglo XXI se comprueba que la institución educativa por excelencia, como es la escuela, ha perdido poder de influencia y se muestra incapaz de satisfacer determinados tipos de demandas educativas y llegar a determinados destinatarios. Es por lo que debemos considerar que, cada vez más, la influencia educativa ejercida por sectores externos a la escuela, es tanto más potente que la que procede de ella y que, en muchas ocasiones, interfiere en la propia dinámica educativa de la escuela. La escuela sólo es un elemento más, aunque sin duda importante, de los que la sociedad utiliza entre una múltiple variedad de medios, para ejercer su influencia educativa” (Yubero, 2003a, 12), entendiendo, por tanto, que los agentes de socialización son todas las personas e instituciones que se ocupan de hacer efectiva la interiorización de la estructura social. Cada uno tendrá distinta posibilidad de influencia en función de las relaciones establecidas con el sujeto y del momento de actuación en el proceso. En las sociedades menos desarrolladas los modelos sociales están próximos al entorno del sujeto, pero en las sociedades industrializadas es posible la observación de modelos lejanos en el tiempo y en el espacio.

La televisión nos permite entrar en esas otras realidades (Borrego, 1997), en muchas ocasiones alejadas de nuestra propia realidad, abriendo las opciones de lo que es posible observar y ofreciendo modelos distantes al propio contexto sociocultural del sujeto. Ejerce su papel socializador reforzando y creando pautas de conducta a partir de los comportamientos que realizan los modelos observados en la pantalla y las consecuencias que obtienen de ellos, funcionando como motivación para la realización de unos comportamientos y eliminación de otros. La televisiónse ha convertido en “la principal y más común fuente de cultura cotidiana” (Gebner, Gross, Morgan y Signorielli, 1990, 72), mostrando nuevas formas de comunicación y de interpretación de la realidad (Ferrés, 2000). Su impacto es generalizado por el “gran poder de fascinación y penetración” (Ferrés, 1996, 15) que posee, lo que la ha convertido en el eje de organización familiar en la distribución del tiempo y del espacio, pasando a ocupar gran parte de los momentos de ocio. Su fuerza como agente socializador la obtiene por el gran número de sujetos a los que llega y por la significación que la audiencia le presta.

El producto de la socialización es la adquisición de un estilo de vida característico de la sociedad en la que vive el individuo (León, Cantero y Medina, 1998). Entendiendo el estilo de vida como el conjunto de pautas de conducta y hábitos cotidianos, basado en las preferencias y necesidades del individuo que refleja los valores del contexto sociocultural,

Page 12: Ensayo Familia

concebido como un conjunto coordinado de conductas y actitudes que determinan la actuación del sujeto; engranándose como un todo construido socialmente (Yubero, 2003b). La socialización exige adoptar el estilo de vida como propio, llegando a la autorregulación de la conducta, de tal manera que el desarrollo implica pasar del control externo de los adultos a la independencia, para lo que es imprescindible la interiorización de las pautas culturales determinantes de su entorno.

.

2. La familia como agente de socializaciÓn

Aunque el papel educador de la familia ha ido variando conforme ha evolucionado la sociedad, sigue siendo una de las funciones fundamentales que debe cumplir. Antiguamente, la educación corría a cargo exclusivamente de la familia; más tarde, las funciones educadoras pasaron a ser también responsabilidad del Estado, fundamentalmente, de la escuela; en la actualidad, el papel de la familia es incuestionable, siendo su contribución más importante la socialización de los nuevos miembros, con la transmisión de valores y actitudes, aunque en vinculación con el conjunto de la sociedad.

La familia representa el primer contexto social que acoge al individuo e interviene en primera instancia en su inmersión social en el contexto sociocultural. Es el primer agente de la transmisión cultural, aunque no siempre exista una intencionalidad explícita, seleccionando el repertorio cultural relevante de su contexto y generando comportamientos precisos –en contra de comportamientos azarosos- que le llevan a anticipar las consecuencias de sus actos sobre la realidad y sobre los agentes sociales.

El proceso de socialización comienza desde el momento del nacimiento (López, 1981, sitúa su inicio en la vinculación afectiva diferencial del bebé con la figura de apego) y continúa a lo largo de toda la infancia, debiendo ser un proceso gradual, secuenciado, sincronizado con el desarrollo del individuo y con su participación activa en el contacto social continuado, adecuando la organización de los estímulos sociales al nivel evolutivo del niño. Los padres ejercen su papel socializador, fundamentalmente, por dos vías de actuación: como modelos (atractivos y afectuosos) y mediante las prácticas educativas que llevan a cabo. La educación familiar se realiza por medio de la imitación y de la identificación con los padres a través de los lazos afectivos y de la convivencia. Berge (1981, 27) afirma: “Se aprende compartiendo normas, comportamientos, salidas, distracciones, tiempo libre …”. Schaeffer (1994), en la misma línea, destaca que lo importante en la educación familiar no es tanto lo que los padres hacen a sus hijos, sino lo que hacen con ellos.

Froufe (1995) señala también la importancia de la educación familiar en la transmisión de los valores sociales. En el proceso de educación social de valores podemos diferenciar dos dimensiones, una de contenido –qué se transmite- y otra formal -cómo se transmite-. La primera hace referencia a los valores inculcados a los hijos, y depende de los valores de los padres y del sistema de valores dominante en el entorno sociocultural. Aunque más que los valores reales de los padres, actúan como predictores las percepciones y atribuciones que hacen los hijos respecto de los valores y las actitudes de los padres, ya que se trata de un

Page 13: Ensayo Familia

proceso cognitivo de interpretación, categorización y transformación de los contenidos de la  socialización. Aprenden más de lo que ven, que de lo que oyen. La segunda dimensión se corresponde con la disciplina familiar. Musitu y Gutiérrez (1984) proponen tres dimensiones del componente formal: disciplina de apoyo, disciplina coercitiva y disciplina indiferente. La disciplina de apoyo se basa en la afectividad, el razonamiento y las recompensas, correspondiéndose con un comportamiento educativo democrático. La disciplina coercitiva se define por la coacción física, la coerción verbal y las privaciones; se corresponde con padres autocráticos. La disciplina indiferente se conforma con la permisividad y la pasividad, característica de padres permisivos. Los hijos de padres democráticos son los que muestran las características sociales más positivas: persistencia en la tarea, niveles altos de autocontrol y autoestima, hábiles en las relaciones sociales, independientes y afectuosos.

Se puede afirmar que lo fundamental es la calidad de la relación, unas interacciones familiares de cariño y aceptación, basadas en la habilidad de situarse en la posición del otro para responder adecuadamente a la estimulación de la interacción, creando afectos de seguridad personal, confianza, integración, estabilidad, cohesión y progreso permanente. Maccoby (1992) considera que los patrones de éxito de la socialización familiar son la seguridad del vínculo afectivo, el modelaje de los padres y la capacidad de respuestas de la interacción entre padres e hijos. Palacios, Marchesi y Coll (1991) unen a estos dos agentes (el niño y los padres) la relevancia de los factores situacionales relativos al contexto donde se ubica el individuo, diferenciando entre factores sociales, económicos y culturales.

Conforme se incrementan los contextos sociales en los que actúa el individuo, aumenta la influencia de los otros agentes socializadores externos a la familia. La escolarización supone un hito importante en el proceso de socialización, por lo que supone de apertura contextual y de interacción con otros agentes sociales. Los compañeros van a constituir entramados de relaciones sociales en los que tienen lugar los aprendizajes y la construcción de emociones y valores. La transición de los hijos a la adolescencia constituye un cambio importante en la dinámica familiar introduciendo novedades en las relaciones sociales, pero sin separarse de la vinculación familiar (Palacios y Moreno, 1994).

………………………………………………………

Page 14: Ensayo Familia

Encuentra más de Cromos en

Publicado por Cromos, Martes 3 enero 2012, a las 23:13 horas Categorías: Destacados, Exclusivas Web, Salud, Sin categoría, Vivir Bien Etiquetas: estimulación, estimulación temprana, Gymboree, padres

La familia es el grupo humano primario más importante en la vida de un hombre. El niño o niña recibe de los padres el amor, los cuidados, los valores y las normas de comportamiento necesarias. No cansa decir que ser padre o madre es uno de los desafíos más difíciles que nos plantea la vida, pero a la vez más gratificante.

La función del padre no solo se trata de nutrir y cuidar a los hijos, si no también ofrecerles la protección y educación necesarias para que se desarrollen en personas buenas, sanas y

Page 15: Ensayo Familia

solidarias. Es por eso que los padres se convierten en los primeros educadores de sus hijos. El ajuste emocional de un niño depende mucho del balance entre la disciplina y el amor que los padres les brindan, y sobre todo el tiempo compartido y disfrutar de juegos juntos, lo que crea un vínculo emocional más fuerte.

El padre tiene una “tarea” especial que hacer con sus hijos, que muchas veces ha sido ignorada, y que a través de los tiempos se ha ido descubriendo más y más los beneficios. Hablamos del rol que el padre juega en la exploración a través del juego y la estimulación del niño que empieza desde el vientre de la madre y debe nutrirse hasta la edad de los 6 años.

El juego explorativo es importante porque le permite conocer el mundo en el que vive, y esas vivencias son las que le ayudan a comprender su entorno, los hace más conscientes de sus capacidades y así llegan a sentirse más seguros y felices y esto les ayuda adaptarse con mayor facilidad e incluso a portarse mejor. La estimulación temprana se define como un conjunto de acciones que potencializan al máximo las habilidades físicas, mentales y psicosociales del niño, mediante estimulación repetitiva, continua y sistematizada.

La estimulación temprana comprende un conjunto de acciones que proporcionan al niño las experiencias que necesita desde el nacimiento para desarrollar al máximo su potencial intelectual. Esto se logra a través de estímulos adecuados para su edad cronológica mediante acciones y objetos que generen en el niño una buena relación con su medio ambiente y faciliten el aprendizaje. Pero para lograr esto, es esencial comprender que el rol activo del padre es requerido.

Muchas personas, en especial los padres, se preguntan cuál es el objetivo de estimular a sus hijos, y más aún, porqué tienen que participar ellos. Pues, la estimulación al niño, junto con los padres, optimizan el desarrollo del niño normal. Muchas personas creen que la estimulación temprana es solo requerida por los niños con algún déficit, pero no es así.

Imagínense comprar una computadora nueva, con la memoria y funciones estándar. La computadora funciona perfectamente bien, tiene una velocidad adecuada y la capacidad de guardar la información necesaria. Pero, alguna vez se han preguntado porque se vende memoria por aparte? Las palabras Gigas y RAM se vienen en mente, pero como dijimos, si la computadora funciona adecuada porqué a la gente le interesa que trabaje más rápido, o guarde más memoria? Lo mismo pasa con la estimulación, como se mencionó, es para optimizar el desarrollo. Así como una computadora trabajaría más rápido y eficiente con todo lo que se ofrece aparte de sus funciones estándar, el niño trabajaría de la misma forma, por decir.

Otro objetivo de la estimulación temprana es prevenir la aparición de déficit asociados a un riesgo biológico, psicológico o social como así mismo aminora los efectos de una discapacidad.

La estimulación en fin tiene el beneficio de ayudar a mejorar las habilidades motrices, del lenguaje y las adaptivas. Mucha persona se pregunta dónde puede llevar a su hijo a recibir la estimulación temprana, y para esto existen dos posibilidades.

Page 16: Ensayo Familia

Cuando se habla de un niño normal en la que los padres únicamente quieren potencializar las capacidades, los mismos padres pueden proporcionar la estimulación en casa o en algún centro donde se lleven programas de estimulación. Y basta aclarar que una vez persona por 45 minutos, son suficientes para estimular al niño, ya que por un periodo más de 45 minutos, es muy difícil que el niño responda a más estímulo.

Cuando hablamos de niños que ya tienen factores de riesgo para daño neurológico, se debe llevar a cabo en un centro especializado y con personal altamente capacitado y con preferencia bajo la supervisión de un rehabilitador.

Para concluir el tema de la estimulación temprana, recordamos que la estimulación es para reconocer y promover el potencial de cada niño, recordando que no todos los niños son iguales y no responden de la misma manera. Y sobre todo, recordar que la participación del padre es importantísima ya que la estimulación para que sea efectiva se necesita incorporar el afecto, ya que sin ella no funciona la estimulación. De igual manera el adulto debe ser sensible a la respuesta del niño para saber hasta dónde y cómo administrar los estímulos, y se debe mantener el contacto visual para brindar más confianza y seguridad al niño.

Quién mejor que el padre o la madre para llevar a cabo estos dos puntos? El mejor terapista se encuentra en casa y es en el hogar donde empieza la estimulación temprana. Si estas razones no han sido suficientes para convencer que la estimulación temprana y el juego explorativo junto con sus padres es un gran beneficio, les dejamos con este comentario.

“Cuando los niños juegan en un ambiente seguro, sano, lleno de estímulos correspondiente a sus edades, realizan actividades en donde la mente, el cuerpo y el alma se sumergen completamente en lo que están haciendo y como recompensa el cuerpo produce endorfinas en el torrente sanguíneo que le producen sensación de bienestar, pasión, interés y alegría. Y si este juego o actividades de aprendizaje se hace en compañía de los padres, el niño estará mucho más motivado a emprender en actividades, se concentran más y estarán más dispuestos a enfrentar nuevos desafíos que aumentarán su confianza”.

Page 17: Ensayo Familia

UN RESUMEN EN WORD Y PRESENTACIÓN EN POWER POINT DE UNAS FOTOS QUE TE VOY A MANDAR