ensayo, trabajo por proyectos de aula
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¿QUÉ CONCEPCIONES EPISTEMOLÓGICAS Y PEDAGÓGICAS POSIBILITAN LA COMPRENSIÓN DEL TRABAJO POR PROYECTOS DE
AULA?
Las concepciones epistemológicas del Trabajo por Proyectos se encuentran desde la
primera mitad del siglo xx, teóricos y prácticos tanto de la escuela nueva como de la
escuela progresista con autores tan trascendentes como John Dewey y María Montessori!
defenderían apasionadamente el postulado de una formación escolar sintonizada con las
necesidades vitales de los alumnos. Jhon Dewey como pionero de la Escuela Activa con
su discípulo William Kilpatrick fueron uno de los primeros en proponer la enseñanza por
proyectos de aula que partieran de las necesidades, intereses e inquietudes de los
estudiantes donde se tuviera en cuenta el contexto sociocultural de medio donde se
desenvuelve y en donde el trabajo en equipo, cooperativo, el trabajo científico y el
“Aprender haciendo”, el maestro como guía del proceso fueran los principios básicos para
la construcción del conocimiento significativo en los niños. Según Dewey, “la escuela tiene
que estructurarse en torno a determinadas formas de cooperación social y vida
comunitaria, de forma tal que a través de una participación democrática en las actividades
sociales del grupo surja la autodisciplina a partir del compromiso en una tarea constructiva
y con base en la propia decisión del individuo” (Apel, 1979), para ello el trabajo por
proyectos es una estrategia pertinente que favorece el desarrollo y aplicación de todos
esos principios educativos.
La teoría sociocultural de Lev Semionovich Vygotsky al considerar que el individuo es el
resultado del proceso histórico y social del medio o el contexto donde se desarrolla y
donde el lenguaje desempeña un papel esencial muy importante en ese proceso de
formación. Al sustentar Vygotsky que el conocimiento es un proceso de interacción entre
el sujeto y el medio desde el cinco conceptos fundamentales como son:
las funciones mentales, las habilidades psicológicas, la zona de desarrollo próximo,
las herramientas psicológicas y la mediación; fundamenta y da un mayor sustento teórico
al trabajo o pedagogía por proyectos porque sólo desde el proceso educativo
contextualizado, problémico y que exija el desarrollo de habilidades, capacidades,
actitudes y destrezas en los estudiantes desde una práctica pedagógica con sentido se
puede garantizar el aprendizaje significativo en los niños y niñas.
El trabajo por proyecto también encuentra su soporte epistemológico y pedagógico en
Ausubel (1978) cuando propone el aprendizaje significativo, que consiste en la adquisición
al relacionar la nueva información con los conocimientos previos que el sujeto dispone en
su estructura cognitiva. De allí es importante que “el aprendizaje guarda una relación
sustancial con los contenidos existentes en los esquemas cognoscitivos del sujeto; de este
modo el nuevo contenido que construirá el estudiante, le permitirá enriquecer, expandir y
por tanto modificar los conocimientos que dispone en su mente. Por tanto aprender
significativamente quiere decir poder atribuir significado al nuevo contenido de aprendizaje
dicha atribución solo puede efectuarse a partir de lo que ya se conoce”, y es aquí donde el
trabajo por proyectos es propicio para estimular estructura de nuevos esquemas
cognoscitivos en los estudiantes a través estrategias que lleven a problematizar y
reflexionar el conocimiento.
La reciente propuesta de Phillipe Perrenoud donde aboga por una construcción de
saberes y competencias desde un profesor que sea organizador de una pedagogía
constructivista, garante del sentido de los saberes, creador de situaciones de aprendizaje,
gestionador de la heterogeneidad y regulador de los procesos y de los caminos de la
formación; también hace su aporte epistemológico y pedagógico al trabajo por proyectos
caracterizada por una Práctica reflexiva necesarias en las sociedades en transformación
con la capacidad de innovar, negociar y reflexionar sobre la experiencia, lo que favorece la
construcción de nuevos saberes; y con una Implicación crítica donde los profesores y
estudiantes se comprometan en el debate político sobre la educación, a nivel de los
establecimientos, de las colectividades locales, las regiones y del país.
Desde la parte legal colombiana ley general de educación o ley 115 y su decreto
reglamentario 1860 del 1994 impuso los proyectos pedagógicos de aula y los define como
“una actividad dentro del plan de manera planificada ejercita al educando en la solución de
los problemas cotidianos seleccionados por tener relación directa con el entorno social y
cultural; activando de esta manera los conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y
valores logrados en el desarrollo de diversas áreas, además expresas que es necesario
que se desarrollen de manera obligatorio proyectos de educación para la sexualidad,
democracia, tiempo libre y educación ambiental evidenciándose como la misma ley
educativa colombiana orienta el sustento pedagógico y epistemológico al trabajo por
proyectos.
En esa misma vía desde la Pedagogía, un aporte muy destacado ha sido el de los
estudios sobre la integración curricular o currículo globalizado donde se traspasen las
barreras de los disciplinario y el conocimiento parcializado del saber, permitiendo explorar
estrategias inter y transdisciplinarias donde los profesores de las distintas áreas se
encuentre a repensar, planear y articular el aprendizaje para un conocimiento escolar más
actualizado y que responda a la necesidad de la realidad familiar, escolar y social, donde
los estudiantes le encuentren sentido a un conocimiento para la vida.
Lo anteriormente expuesto exige un tipo de docente según Phillipe Perrenoud que le
apunte a “una transposición didáctica fundada en el análisis de las prácticas y de sus
transformaciones, un referencial de competencias que identifique los saberes y
capacidades requeridos, un plan de formación organizado en torno a competencias, un
aprendizaje a través de problemas, una verdadera articulación entre teoría y práctica, una
organización curricular diferenciada, una evaluación formativa fundada en el análisis del
trabajo, la determinación tiempos y dispositivos de integración y de movilización de lo
adquirido, una asociación negociada e intercambio de saberes con sus pares
profesionales y una selección de los saberes acorde a los intereses y necesidades de los
estudiantes.
La educación situada es otro soporte epistemológico y pedagógico para el trabajo por
proyectos porque precisamente sus autores “sostienen que el conocimiento es situado,
porque es parte y producto de la actividad, el contexto y la cultura en que se desarrolla y
utiliza”1. Desde la perspectiva de la enseñanza situada o contextualista, el aprendizaje
1 DIAZ, Barriga. Frida. La enseñanza situada. 2006.
debe comprenderse como un proceso multidimensional de apropiación cultural, pues se
trata de una experiencia que involucra el pensamiento, la afectividad y la acción. Se
destaca la importancia de la actividad y el contexto para el aprendizaje y se reconoce que
el aprendizaje escolar es ante todo un proceso de enculturación mediante el cual los
estudiantes se integran de manera gradual en una comunidad o cultura de prácticas
sociales. En esta misma dirección, se comparte la idea de que aprender y hacer son
acciones inseparables. En consecuencia, un principio nodal de este enfoque plantea que
los alumnos deben aprender en el contexto pertinente (Diáz Barriga. 2016) principios
pedagógicos básicos del trabajo por proyectos que reafirman la coherencia entre este tipo
de enseñanza y esta estrategia fundamental para dinamizar el aprendizaje significativo en
el aula de clase.
Todas estas ideas planteadas llevan a reinvidicar el compromiso pedagógico del trabajo
por proyectos con la investigación como una estrategia pedagógica articuladora de
saberes más que interdisciplinaria que promueve la práctica pedagógica reflexiva,
intencionada y problémica en el aula. Según Pérez Marrugo la investigación exige la
articulación de saberes y conocimientos, en estos momentos es la alternativa que
satisface en forma pertinente, una educación autentica, en la medida que a través de
aprender y enseñar investigando, el estudiante “no recibe los saberes y conocimientos” ya
elaborados sino que son construidos por él mismo acompañado de sus pares académicos.
Para finalizar se resaltan los aportes de El trabajo por proyectos según Hugo Cerda, quien
afirma que “es un proceso de enseñanza y aprendizaje donde se genera un estímulo y
desarrollo del trabajo grupal, colectivo y cooperativo; desde la interacción y comunión
pedagógica entre docente y alumno; donde se promueve la autonomía e independencia
del estudiante durante el proceso de construcción de conocimiento, el desarrollo de una
capacidad creadora e investigativa que busca, en la indagación, el descubrimiento y la
experimentación, el camino para la aprehensión del saber, la planificación y ejecución
efectiva colectiva de las acciones y los proyectos curriculares”; enseñanza estratégica
como fórmula para identificar la naturaleza competencias de los alumnos, los medios a
utilizar y los criterios de evaluación; flexibilidad curricular para adecuarse a las exigencias,
necesidades, intereses y problemas de los estudiantes y de su contexto; vínculo estrecho
con la realidad externa como camino para articular la teoría con la práctica y la realidad
académica con la social.
Esp. PEDRO MEJÍA ARDILA
Docente. Normal Superior Montes de María.
Email: [email protected]
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS El proyecto de aula: el aula como un sistema de investigación y construcción de
conocimientos. (Este libro debe comprarse- Editorial Magisterio). Hugo Cerda La pedagogía por proyectos vs la pedagogía según programas estandarizados.
Fabio Jurado. Los proyectos de aula más allá de una estrategia didáctica. Dino Segura. Los proyectos de aula y la enseñanza y el aprendizaje del lenguaje escrito. Gloria
Rincón Bonilla El método por proyectos. Rudolf Tippett - Hans Lindeman.