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    SECCIONESEjercer el derecho a la lectura es tan importante como el de tomar un lpiz, un bolgrafo o un teclado para expresar las

    ideas y las emociones que nos envuelven. Por eso, entre maestr@sabre sus pginas no slo para que la explores, sinopara que te lances tambin a la aventura de escribir.Las secciones que contiene la revista seguramente te darn pistas para tu participacin. Estas secciones estn pen-

    sadas como espacios para suscitar la reflexin, el anlisis, la discusin y el intercambio de experiencias pedaggicas.

    DESDE EL AULAEn esta seccin encontrars artculos escritos por maestras y maestros que abordan temas relacionados con sus experienciasde investigacin, innovacin o animacin en la escuela y en sus aulas.

    DESDE LOS MESABANCOSEsta seccin echar un vistazo a las producciones escritas de nias, nios y los y las jvenes de educacin bsica, y que

    son resultado del trabajo desarrollado en el aula.

    PARA Y DESDE EL CONSEJO TCNICOEn esta seccin hallars artculos de fondo, escritos por docentes o especialistas. Su propsito es el de suscitar discusionesen torno a temas que estn presentes en el mbito escolar y social.

    ENCUENTARIOLas aportaciones escritas y grficas se ubican aqu, su propsito es recrear la vida cotidiana de la escuela y de otros lugares

    desde una ptica que nos haga reflexionar en el tiempo y espacio histrico: cuentos, poesa, relatos, fotografas, etctera.

    HOJAS DE PAPEL QUE VUELAN

    Aqu se comparten experiencias y anlisis pedaggicos de docentes o especialistas de otros pases que contribuyen a ladiscusin de temas nacionales.

    PARA LA BIBLIOTECA Y APRENDIENDO A TRAVS DEL CINEEn estas secciones se resean libros y pelculas que aportan nuevas perspectivas al trabajo docente, y tambin se abrenal mundo de la novela universal y, en particular, la iberoamericana.

    REDESEsta seccin tiene la intencin de dar a conocer diversos proyectos de grupos acadmicos magisteriales y los niveles decoordinacin entre s que se estn logrando.

    CARTAS DEL LECTORentre maestr@sabre un espacio ms para el intercambio de las palabras de las y los lectores. Esta seccin estar dedicadaa la publicacin de todas las cartas de sus lectores ocupados en la conversacin escrita.

    PARA PRACTICARRepresenta un anexo didctico sugerente, se trata de diversas actividades que maestras o maestros han llevado a cabo ensus salones de clase con objetivos muy especficos y cuyo fin es compartir y enriquecer la enseanza en el aula.

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    DIRECTORIO UPN

    Sylvia Ortega SalazarRectora

    Aurora Elizondo HuertaSecretaria Acadmica

    Jos Luis Cadenas PalmaSecretario Administrativo

    Adrin Casteln CedilloDirector de Planeacin

    Mario Villa MateosDirector de Servicios Jurdicos

    Fernando Velzquez MerloDirector de Biblioteca y Apoyo Acadmico

    Adalberto Rangel Ruiz de la PeaDirector de Unidades UPN

    Juan Manuel Delgado ReynosoDirector de Difusin y Extensin Universitaria

    Mayela Crisstomo Alcntara

    Subdirectora de Fomento Editorial

    Coordinadores de rea Acadmica

    Dalia Ruiz vila1. Poltica Educativa, Procesos Institucionales y Gestin

    Gisela Victoria Salinas Snchez2. Diversidad e Interculturalidad

    Joaqun Hernndez Gonzlez3. Aprendizaje y Enseanza en Ciencias, Humanidades y Artes

    Mara Estela Arredondo Ramrez4. Tecnologas de la Informacin y Modelos Alternativos

    Mnica Anglica Calvo Lpez5. Teora Pedaggica y Formacin Docente

    CONSEJO EDITORIAL

    DirectorJorge Alberto Chona Portillo

    Director fundadorRoberto Pulido Ochoa

    Asistentes de direccinPatricia Ruiz NakazoneMarco Esteban Mendoza Rodrguez

    Consejo EditorialDiana Violeta Solares PinedaRigoberto Gonzlez Nicols

    Mara de Jess Lpez CervantesDaniel Lara SnchezAnglica Jimnez RoblesElosa Gutirrez SantiagoAdn Jimnez AquinoYolanda de la Garza de LaraCarlos Anaya RosiqueCarmen Ruiz Nakasoneere Garduo Rubio

    Valentina Cantn ArjonaRosa Isela Barrera SalgadoMartha laseca PonceMara Guadalupe Correa SotoMarco Esteban Mendoza Rodrguezeodora Olimpia Gonzlez BasurtoGerardo Ortiz Moncada

    Alicia vila StorerMara Luz Lpez Morales (Monclova, Coahuila)Liliana Ochoa (Argentina)Rafael Porln Ariza (Espaa)Jos Martn oscano (Espaa)Mara del Pilar Unda (Colombia)Martha Crdenas (Colombia)Ernesto Gmez (Espaa)Josette Jolibert (Francia)

    ColaboradoresRed de Lenguajes por la ransformacin de la Escuelay la Comunidad. MxicoRed de maestras y maestros animadores de la lectura y escrituraen Iztapalapa, Distrito FederalJess R. Anaya RosiqueMara de los ngeles Huerta AlvaradoJuan Manuel Rendn E.

    Diseo grfico original y portadaMargarita Morales Snchez

    FormacinMargarita Morales SnchezMara Eugenia Hernndez Arriola

    Diseo de encarte, formacin y diagramacinMargarita Morales Snchez

    TraduccinResmenes: Csar Makhlouf Akl

    Del portugus: Silvina Julia Fernndez

    FotografaLourdes Salas Ramrez y autores de los artculos

    EdicinArmando Ruiz Contreras

    entre maestr@s es una publicacin trimestral de la UniversidadPedaggica Nacional, Carretera al Ajusco nm. 24, col. Hroesde Padierna, CP 14200, lalpan, Mxico, DF. el. 5630 97 00.

    www.upn.mx

    entre maestr@s es una revista indexada en Latindex, folio 14091,desde 2004. Certificado de reserva de derechos al uso exclusivo ante elInstituto Nacional del Derecho de Autor 04-2011-010512582300-102.Nmero de certificado de licitud de ttulo 11483.Nmero de certificado de licitud de contenido 8065. 1405-8774. Editor responsable: Juan Manuel Delgado Reynoso.

    Las opiniones expresadas en los artculos son responsabilidad del autor.

    Preprensa e impresin: esta publicacin se imprimi en LitografaMier y Concha, ubicada en Pablo Garca nm. exterior 245-A,nm. interior 2, local 12, col. Juan Escutia, CP 09100, Iztapalapa,Mxico, DF, tel. 5443 0452.

    El tiraje consta de 1000 ejemplares.

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    DESDE EL AULA

    Pedagoga por proyectos. Un encuentro de oficiosPatricia Ruiz Nakazone

    El mundo de las y la educacin: dos apuestas, un mismo retoMa. Guadalupe Correa Soto

    Un da en la vida de los bomberosOlga Martnez Velarde

    DESDE LOS MESABANCOS

    Nios en proyectos

    PARA Y DESDE EL CONSEJO TCNICO

    Breve elogio a la lecturaJorge Borja

    Perspectiva semitica de la enseanza de la literatura para docentes de educacin bsica

    Arturo Santana

    Recursos digitales y aprendizaje de las matemticas en primariaEdda. N. Jimnez de la Rosa y Barrios

    Ivonne Twiggy Sandoval Cceres

    Autoestima: necesidad y condicin de la formacin docenteDelia Garca Campuzano

    ENCUENTARIO

    La letra con hambre no entraEduardo Bretn

    res poemasAna Rosa Gonzlez Matute

    20

    28

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    HOJAS DE PAPEL QUE VUELAN

    Escribir sobre la propia prcticaCarmen Sanches Sampaio

    Denise Lima TardanKtia Ferreira MoreiraGisele de Oliveira Silva

    Dina Maria Amorim VieiraTiago Ribeiro

    REDES

    Algunas miradas de hacer docencia

    Ilda Irene Vsquez HuitrnWilfredo Hernndez Guzmn

    PARA LA BIBLIOTECA

    Nuestros pasos por la escuela. Lo que queda y lo que cambiaJorge Alberto Chona Portillo

    CARTAS DEL LECTOR

    Ma. Guadalupe Correa Soto

    PARA PRACTICAR

    Ocasiones para escribir. Nu shu:escritura secreta

    Anglica Jimnez Robles

    80

    90

    95

    94

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    EDITORIAL

    E n Entremaestr@s se tejen historias, voces que narrandesde la experiencia, que inquieren desde las ideas, quese posicionan en y desde la escritura. Voces que desvelan

    los conflictos, las dificultades, los inciertos y aciertos, las

    intervenciones y las transformaciones del aula, de laescuela y del contexto social; que dan cuenta de una y

    mil maneras de esa realidad compleja que denominamos

    mundo escolar. En este terreno no existen frmulas infa-libles, recetas y procedimientos garantizados, de hecho,

    la escuela, su mundo y sus prcticas es un descubrir

    constante, una duda pertinente, una mirada atenta quenos permita comprender sus relaciones y significaciones

    para encontrarnos y reencontrarnos en ese otro mun-

    do posible que es la esperanza de cambiar las formasy procesos del desarrollo de competencias cognitivas,

    del uso apropiado de las tecnologas de la informacin yla comunicacin y, sobre todo, del da a da del saln de

    clases como un espacio para la formacin humana.

    Con meritorio acierto Elsie Rockwell escribe Nues-tros pasos por la escuela. Lo que queda y lo que cambia,

    una lectura imprescindible. A la par, y con el propsito

    de narrar el saber de la experiencia, Patricia Ruiz, OlgaMartnez y Guadalupe Correa nos permiten entrar en el

    aula e identificar las aspiraciones, deseos, limitaciones e

    infortunios de sus actores principales: nios, jvenes,maestras y padres de familia, principalmente, as como

    las interacciones afectivas y de conocimiento que ah seproducen. La experiencia de las dos primeras, adems,

    nos muestra cmo trabajar desde la Pedagoga porProyectos. Nios en proyectoses una experiencia que losnios y su maestra viven tambin desde este enfoque.

    En su contribucin a este nmero, Jorge Borja nos

    invita a mirar la lectura como un espacio para construirla pasin, la creatividad y la imaginacin, al igual que

    los procesos cognitivos. En otro sentido, Arturo Santana

    da cuenta de la enseanza de la literatura en educacin

    bsica desde una perspectiva semitica, para que losdocentes adquieran otras herramientas en su oficio de

    ser maestro.

    Hablar de autoestima en la formacin docente esun acierto de Delia Garca, quien desde algunas pers-

    pectivas terico-prcticas introduce esta discusin tan

    necesaria en este mundo cambiante.Recursos digitales y aprendizaje de las matemticas en

    primaria, es una propuesta de Edda Jimnez e IvonneSandoval que enriquece el aula docente.

    La letra con hambre no entrade Eduardo Bretn y

    Tres poemasde Ana Rosa Gonzlez, son claves escritaspara recreacin del alma humana.

    Investigar e innovar en y desde la escuela son dos

    propuestas que manifiestan ese vnculo tan lejano aveces, pero tan necesario entre docentes-investigadores

    de educacin superior y docentes de educacin bsica:

    la primera se origina en el contexto de Brasil, Escribirsobre la propia prctica: una experiencia compartida de

    formacin docentede Carmen Sanches Sampaio, DeniseLima, Ktia Ferreira, Gisele de Oliveira, Dina Maria

    Amorim y iago Ribeiro; la segunda experiencia esAl-

    gunas miradas de hacer docencia. Los colectivos de docentes

    en el estado de Zacatecas de Ilda Vsquez y Wilfredo

    Hernndez. Ambas propuestas son una construccin

    colectiva y de trabajo en red.Medianoche en Pars, una pelcula de Woody Allen

    a la que Roberto I. Pulido nos invita a disfrutar paradescubrir el vnculo creativo entre el cine y la literatura.Por ltimo, Nu shu. Escritura secretade Anglica Jimnez

    es una estrategia para escribir en el espacio ntimo del

    nosotros. @Jorge Alberto Chona Portillo

    [email protected]

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    Pedagoga por proyectos.

    Un encuentro de oficios* Patricia Ruiz Nakazone**[email protected]

    Habla para que yo te conozca

    Scrates

    P asaron muchos aos, 14 para ser precisa, antes de que regresara a dar clases con alumnosde carne y hueso. Nios con historias personales, con sueos, miedos, alegras, tristezas y ao-ranzas. Volver a la escuela signific reencontrarme con mis miedos, incertidumbres, asombros,extraezas, certezas

    Atravesar la puerta del saln de clases fue incursionar de nuevo en el mundo surrealista

    que la escuela ofrece a quien se aposta como espectador. Cuando el hombre quiso imitar laaccin de andar, cre la rueda, en nada parecida a una pierna. Del mismo modo ha creado,sin proponrselo, el surrealismo. Despus de todo, el escenario no se parece a la vida querepresenta ms que una rueda a una pierna. As es la escuela: vemos lo que no hay, o hay loque no vemos.

    Durante esos 14 aos, las nicas aulas que frecuent fueron aquellas en las que fui respon-sable de generar experiencias formativas con docentes de educacin bsica. El ltimo pizarrnque compart con alumnos de primaria, que por cierto eran de quinto grado, era un pedazode tablero pintado de color verde (valga decir que nunca tuve la suerte de contar con unonegro). El gis con el que escriba en l no slo apenas pintaba, sino que produca un atrona-

    dor rechinido cuando se deslizaba sobre la superficie de aquel remedo de pizarrn; recuerdo

    * Esta experiencia se desarroll en una escuela de la delegacin Iztapalapa. Agradezco profundamente el apoyo queme brindaron la directora de la escuela, Josefina Salgado, y las madres de familia, pero sobre todo, los alumnos del5A, quienes confiaron en la propuesta y pusieron lo mejor de ellos para llevarla a cabo.** Profesora de Educacin Primaria. Integrante de la Red Metropolitana de Lenguaje.

    Desdeelau

    la

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    con precisin casi enfermiza cmo el ruido que emanabade aquellos dedazos de yeso aparentemente inofensivosprovocaba irritacin a quienes lo escuchbamos y placeral que escriba.

    ambin recuerdo que resultaba ms fcil borrarlo escrito sobre ese improvisado pizarrn con un trapohmedo, que con el tradicional borrador de madera cu-bierto con un cojn de fieltro diseado para ello. Habraque agregar que borrar con el trapo era menos peligrosopara la salud de los que estbamos cerca del mencionadoborrador de fieltro. Este pequeo objeto poda convertirseen un arma letal cuando caa en manos de algn acome-dido (o acomedida) que solcitamente se ofreca a quitarleel exceso de yeso acumulado sobre el cojn de fieltro; lo

    sacuda con tal vigor que, de inmediato, se levantaba unaespesa nube de polvo que creca con cada golpe dado conel borrador sobre la pared. La nube nos produca, caside inmediato, una pertinaz tos que nos obligaba a salir delaula y hacer una pausa involuntaria en nuestra sesinde trabajo. Aquellas espectaculares sacudidas de borradoriban, inevitablemente, acompaadas de una risa burlona,inocente, un tanto perversa y un gesto de lo hice sin que-rer. Ahora, los pizarrones son tan diferentes a aquellos delos que hablo; para empezar, su superficie es lisa, brillosa

    y blanca, se escribe sobre ellos con marcadores hechoscon tintas solubles en agua, fciles de remover. Aunquedebo admitir que ambos pizarrones comparten dos cosas:lo mejor para borrar en ellos es el trapo hmedo y que laescritura siempre es efmera.

    Los recreos no cambiaron mucho en estos 14 aos.A la fecha, como en aquellos tiempos, durante la mediahora del recreo, los chicos cumplen con lo que se conocecomoguardia. Esta prctica consiste en que los alumnosa los que les toc la ceremonia salvaguarden, durante toda

    una semana, el orden preestablecido por los docentes yque tiene que imperar, permanentemente, en el patio de laescuela. Atrapar, o ms bien jalonear, a los infractores queno respetan las normas que permitan la sana convivenciaen ese espacio de esparcimiento, se convierte en un sueoanhelado para muchos nios. Cundo nos toca la guar-dia?,es una pregunta recurrente que los nios hacen.

    Cmo lograr que los alumnos le encuen-

    tren sentido a la escuela? Qu condi-ciones proponer al interior del aula y la

    escuela para que los alumnos tengan

    la posibilidad de proponer, discernir, deci-

    dir, enojarse, sentir, ser corresponsables

    del trabajo escolar? Los alumnos son

    capaces de tomar sus propias decisio-

    nes y hacerse responsables de ellas?

    Qu tan importante es para un alumno

    sentirse parte del grupo? stas son unas

    de las tantas preguntas que surgieronal revisar la propuesta La pedagoga por

    proyectos y que tuvieron respuesta, hasta

    que la viv con mis alumnos.

    Palabras clave:oficio, identidad, sentido de

    pertenencia, consenso, hablar, libertad,

    condiciones, respeto, responsabilidad.

    uuuuu

    How do you get students to make sense ofschool? What conditions can be put for-

    ward within the classroom and the school

    so that students have the opportunity to

    propose, discern, decide, be angry, feel

    and be co-responsible of schoolwork? Do

    students are able to make their own deci-

    sions and take responsibility for them?

    How important is for a student to feel part

    of the group? These are among the many

    questions raised in reviewing the proposalProject Pedagogy that went answered

    until I lived it with my students.

    Pedagoga por proyectos. Un encuentro de oficios

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    El recreo se convierte en un espacio donde losalumnos juegan a reproducir el esquema policiacoempleado por los adultos para preservar el orden pre-establecido por un grupo social: se convierten en poli-cas que vigilan lo que el otro hace para, como buenossabuesos, atrapar infraganti a los que corren sobre elconcreto. Posteriormente lo detienen, lo presentanante la autoridad competente y lo denuncian. Laespontaneidad de salir corriendo tras el nio queles agrade, o tras el atrevido que declar su amor,se censura. Son los efmeros paladines de la justiciaquienes se encargan de eso.

    Los infractores no slo tienen que forcejear tra-tando de zafarse de sus captores y tolerar los jaloneos

    a sus ropas y persona sino que, tambin, tienen queescuchar el regao de su maestro o del responsablede la guardia y si la falta se considera grave, hasta deldirector. No hay defensa para el acusado; no hay razo-nes ni explicaciones que justifiquen tan osada accin.El desacato se convierte en afrenta a la autoridad y,como no hay abogados de oficio dentro de la escuelaque defiendan el derecho a ser feliz, la sentencia paralos inculpados es inapelable: recoger 10 papeles (n-mero que vara segn la falta y el criterio de quien sea

    de responsable de la guardia), y si el desafo persiste,corren el riesgo de quedarse el resto del recreo en ladireccin, o parados a un lado de su maestro de grupoo el de la guardia.

    Bien vale la pena, para los alumnos, esperar aque llegue la semana en que les tocar su ceremo-nia. Ms all de los preparativos sobre lo que vana decir o hacer ese lunes, se trata de aprovechar laoportunidad que se les brinda para que paguen losinjustos y que los ajusticiados se hagan justicia por

    su propia mano.Recuerdo el caso de Luis, mi alumno de segun-do ao. l consider, en su momento, que habasido atrapado injustamente por la guardia. Ese da,el nio se acerc a preguntarme:

    Maestra, cunto falta para nuestra ceremonia?

    Como seis semanas, Luis, por qu? Lerespond.

    Porque ya le dije a ese nio (sealndolo con eldedo) que cuando me toque la guardia, va a levantar20 papeles Continu diciendo.

    Por qu va a levantar 20 papeles cuando tetoque la guardia? Volv a preguntar.

    Luis Enrique respondi en un tono airado:Slo estaba corriendo porque estbamos jugan-

    do a las atrapadas en un espacio chiquito, ese niolleg, me jalone y me puso a levantar 10 papeles.

    Dnde est la injusticia si estabas corriendo?Pregunt.

    Su gesto se transform, su mirada retadora, indignada,dejaba entrever que yo era una bruta porque no enten-da dnde estaba la injusticia. Su alegato no slo fuecontundente, sino que ratific mi apreciacin respectoa lo que, supuse, pens de m al hacerle la pregunta:

    No lastim a nadie, no tir a los chiquitos, noestaba haciendo nada malo

    Entend, entonces, que al no haber quin regule las

    injusticias dentro de la escuela, l hara lo que con-sideraba que era correcto: aplicar, sin reparo alguno,la milenaria Ley del alin (Ojo por ojo, dientepor diente).

    Los alumnos son como papalotes que sorteanla furia del viento. Vuelan, se desplazan, se muevenhasta que una mano insensible, y con licencia, demanera brusca, torpe, sin la menor consideracin,les jala el cordn para dejarles claro quin mandadentro de la escuela:

    A ver t, por qu corres?Cuntas veces te tengo que repetir que el patio

    no es para correr? Puedes provocar un accidente!Deja de patear ese boing, que no ves que hay

    nios chiquitos!No entiendes? e dije que te callaras!

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    Los nios detienen su vuelo, voltean y miran conasombro el rostro adusto que los acusa. Continan sucamino, abatidos. Unos recogen su cordn y lo guar-dan; los ms curtidos, al menor descuido, recuperansu espacio, vuelve a ser suyo y a volar se ha dicho!

    Muchas situaciones vividas en el pasado volvie-ron a adherirse a mi cotidiano. Los recuerdos quetena de las juntas de Consejo cnico Consultivo seavivaron; no son muy diferentes ahora de lo que eranentonces: mantienen su rigidez y hasta podra decir,que su olor a viejo.

    Escucho expresiones desconcertantes. Expresio-nes que se han ido acuando a lo largo de los aospor el magisterio y se han vuelto recurrentes en las

    reuniones de Consejo:

    Los alumnos no piensan y hay que ensearlesa hacerlo!

    Andan desatados en el recreo; hay que castigar-los porque si no vamos a tener un accidentado!

    La propuesta del director es buena, hay quetenerlos sentados a nuestro alrededor, durante elrecreo, para que no corran!

    Ya no se les puede castigar! Ahora, slo porque

    los ves feo, te echan a *! Hay que tener muchocuidado, compaeros!Alejandro nunca debi estar en la escolta, es

    un desastre en su conducta!No! Yo no quiero trabajar por equipos, pierdo

    mucho tiempo!Maestro, ya no deje pasar al pap de Karen!

    Ese seor nada ms est de chismoso, atento paraver quin se sale de su saln!

    No s qu hice, pero los alumnos estuvieron

    muy trabajadores!Estoy sorprendida porque mi latoso ya trabaja!A los nios les gust el trabajo que hicimos, me

    preguntan que cundo vamos a volver a trabajar as.

    No todos son as. Algunos alumnos son bue-nos!

    En fin, podra llenar hojas y hojas con los sentires delos maestros. Lamentos, quejas, reproches no faltan,siempre llegan puntuales a las Juntas de Consejo.

    En cambio, las propuestas para solucionar losconflictos no fluyen de igual manera que los reclamos;hay demasiadas palabras y pocas respuestas traducidasen acciones. Dicen que las penas con pan son bue-nas, as que frecuentemente, la ansiedad, angustia ydesesperacin del magisterio son mitigadas con unabuena comida durante la junta.

    Para fortuna de los nios, y tambin de los

    maestros, nunca falta quien cree que, a pesar delas adversidades, los problemas y la falta de apoyode la institucin, los sueos en los que se arriesgatodo, algn da se harn realidad. Como Fito Pezafirma en una de sus canciones: Quin dice que todoest perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazn.Y aunqueesas voces, que parecen desdibujar las realidades im-perfectas, sean las que menos se escuchan y no tenganel mismo eco que las que enarbolan la desolacin, son,sin embargo, voces capaces de aminorar el vaco que

    se percibe en las mencionadas juntas. Logran, a fin yal cabo, que la desolacin ya no cale tan hondo, anpara los escpticos.

    Es el desencanto, el resentimiento, el enojo, laaoranza de que antes no estbamos tan mal. La in-certidumbre de si mi plaza es ma o no. El qu carajospasa con las nuevas leyes que se estn aprobando encontra del magisterio. La contratacin trimestral quelleva al docente a la incertidumbre laboral. El novalorar por parte de las autoridades lo que se hace

    dentro del grupo en condiciones desfavorables. Elno saber qu hacer con los alumnos que provienende familias violentas. La propia historia personal deldocente. En fin, hay tantas hiptesis como maestrosen las escuelas.

    A 14 aos de distancia hago un recuento delo que he vivido como docente, reflexiono y me

    Pedagoga por proyectos. Un encuentro de oficios

    * Unidad de Atencin al Maltrato y Abuso Sexual Infantil.

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    pregunto, cmo comprender la complejidad de loque sucede en la escuela y por, consecuencia, en lasaulas?

    Hoy me encuentro con dos escuelas que con-servan prcticas, costumbres, creencias, mitos yrituales similares, heredados de la vieja escuela.Reconozco maestros, indistintamente de la poca enque los conoc, con sueos, utopas, incertidumbres;profesores innovadores, tradicionalistas, eclcticos.Distingo alumnos que luchan, desde siempre, porser escuchados, respetados, porque se les considere.

    Alumnos deseosos y necesitados de ejercer su oficio,su oficio de ser alumnos. Oficio que mis alumnos dequinto grado, a pesar de los pocos meses que estuvi-

    mos juntos, ejercieron paulatinamente.Conoc a mis alumnos y a sus madres de familiaen el mes de abril. Desplac a la maestra Dianita,una compaera con escasos tres aos en el servicioque vena del estado de Guerrero y que, a decir de ladirectora, haba hecho tanto por esos alumnos queeran conflictivos, con historias difciles, desordenadosy que no queran trabajar.

    Nuestro primer encuentro formal fue un lunes.Los alumnos bajaron a su clase de Educacin Fsica

    con Meche, la maestra de deportes, como la llamabanellos. Era su primera actividad de ese da, as queaprovech que ellos estaban en el patio, para llevara cabo mi primera junta con las madres de familia yexplicarles cmo iba a trabajar. Las madres de familiase mantuvieron atentas, expectantes:

    Voy a trabajar por proyectos. Junto con losnios vamos a decidir qu quieren aprender en loque resta de este ciclo escolar. Dije en aquella que

    era mi primera junta.

    Fui de los planteamientos tericos y las bondades dela Pedagoga por proyectos a la importancia de que losnios se expresaran de manera oral y por escrito, queleyeran, discutieran, propusieran, que aprendieran aresolver sus conflictos.

    De esta manera transcurra mi monlogo hastaque fue interrumpido, bruscamente, por la seora

    Susana:

    Se va a ir o se va a quedar? me increp.

    La verdad es que nunca esper que, de maneratan abrupta, alguien me interrumpiera. En algnmomento pens que preguntaran qu era eso de laPedagoga por proyectos, pero no que me cuestio-naran mi permanencia con sus hijos. No comprendla pregunta que, adems de que result incmoda,

    me dej fra. Era como si las madres supieran queyo continuaba haciendo gestiones para regresar atrabajar a la universidad y que no tena la certeza dequedarme en la primaria.

    En ese momento, a las mams no les importa-ban los proyectos, ni la importancia de escuchar alos nios, ni el trabajo cooperativo. Lo urgente eraque no se volvieran a quedar sin maestro, ya que esegrupo haba tenido la mala fortuna de que, en variasocasiones durante el ciclo escolar, les cambiaran de

    maestro. La historia se repeta y yo me sent mal; porun lado, mi deseo de regresar a la universidad contiempo completo, y, por el otro, la posibilidad de quelos alumnos se quedaran sin maestro si yo me iba. Lacharla se prolong casi dos horas, as que los alumnosencantados, aprovecharon que el grupo que les precedano haba ido y se quedaron una hora ms, abajo.

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    Ante este panorama, todo lo que yo explicararespecto a la forma de trabajar, sobraba. Lo que nosobr fueron las explicaciones que tuve que dar sobremi situacin: la posibilidad de irme en breve, si meautorizaban nuevamente a irme con mis plazas a launiversidad. Hubo molestias y reclamos, era com-prensible que las mams se disgustaran y me exigieranque no me fuera hasta que terminara el ciclo escolar.El compromiso que establec con las madres de familiafue que en caso de que la comisin saliera, yo no meiba hasta que llegara un maestro. La reunin fue tensay de poco inters hacia la Pedagoga por proyectos.Por fortuna, a la directora, la maestra Jose, quien secaracteriza por ser una mujer abierta a las propuestas,

    le agrad la idea cuando se la coment, a tal grado queapoy dos proyectos y adems, revisamos con el restode los docentes la propuesta en una junta de Consejotcnico. Prcticamente slo tena dos meses, mayo y

    junio, para trabajar la propuesta.Al terminar la junta, los alumnos subieron al

    saln. Lo primero que hicimos fue cambiar el ordende las mesas derruidas, con la cubierta de made-ra despostillada, que estaban en fila. Pasamos lasmesas alrededor del saln y nos sentamos los nios y

    yo, en crculo. Perciba sus miradas de desconfianzahacia a m.rat de que conversramos un poco, quera saber

    cmo se llamaban, con qu nombre queran que leshablara, qu les gustaba, qu esperaban de la escuela.Mi sorpresa fue grande pues varios de ellos tenan dosnombres y, justamente, con el que les llamaban algunosmaestros y sus compaeros no les gustaba. Descubrque a Daniel no le gustaba que le llamaran Brayan;

    ngela prefera Michelle; Ricardo, Richard; Pamela,

    Pam; Monserrat, Montse; Yesenia, Yesi; Pamela, Dafne;y a Karen, Sherlyn.Subray que estaban en libertad de preguntar y

    que si queran comentar algo en particular, podanhacerlo. Si bien no fue un xito la charla, tampocofue el fracaso total. Supe sus nombres, dejaron clarocmo queran que les llamara, me enter que varios

    no queran que se fuera la maestra Dianita y a otrosles daba lo mismo quin estuviera con ellos. La ma-yora manifest su inters por llegar a la universidad,aunque no saban qu iban a estudiar. El resto dijono saber si queran estudiar. Pam fue la nica queasertivamente dijo: voy a ser paracaidista como mito que es militar.

    Me preguntaron que de dnde vena. Les plati-qu que estaba trabajando en la Universidad Pedag-gica Nacional; que participaba en un proyecto defomento a la lectura dirigido a maestros de preescolar,primaria y secundaria y que hacamos talleres paraque los maestros aprendieran a trabajar, junto consus alumnos, proyectos. Aprovech y les expliqu que

    nosotros bamos a realizar proyectos; que de maneraconjunta bamos a decidir qu bamos a hacer en el sa-ln de clases; les asegur que les iba a agradar trabajarde esta manera, pero al igual que a las mams, parecino entusiasmarles. Pam me pregunt el motivo porel cual se haba ido la maestra Diana. rat de serlo ms explcita posible, estaba convencida que losalumnos tenan derecho a saber lo que suceda dadoque eran ellos los directamente afectados. No huboms preguntas al respecto; as que proced a investigar

    si les gustara que fueran consideradas sus opinionesrespecto a lo que querran aprender en la escuela.Se hizo un silencio, intercambiaron miradas, rierondiscretamente, pero no respondieron.

    Despus del prembulo que tuvimos para iniciarnuestro breve ciclo escolar de dos meses y sin daroportunidad a que hubiera reclamo alguno, dije:

    Muchachos, quiero que sepan que hay algoque no negocio: el respeto; tanto de m hacia ustedes

    como de ustedes hacia m, y de todos para todos. Cadaun de nuestros actos tiene consecuencias, as que no voya llamar a sus mams, paps, abuelitas y al resto de lafamilia si se meten en un problema; si lo hacen, ustedestendrn que solucionarlo y asumir la responsabilidadde lo que hayan hecho. A menos que sea algo que nose pueda resolver, entonces vendrn sus paps.

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    La idea de que ningn familiar se presentara en laescuela cuando hubiera un problema, hizo que esbo-zaran una leve sonrisa, sobre todo Alejandro; con elpaso del tiempo descubr por qu le agrad la noticia.Sus miradas seguan cruzndose. A travs de ellas y desus gestos se comunicaban muchas cosas que yo noentenda. No pude entonces descifrar su cdigo.

    Cuando conoc a estos chicos, lo que me habadicho la directora sobre ellos, no concordaba con loque yo perciba. No se vean groseros, ni desafiantes.Ciertamente, apenas llevbamos unas horas juntos;sin embargo, estuvieron atentos y fueron respetuososese primer da de clases.

    Al da siguiente, despus de los saludos, co-

    menc la sesin con la pregunta ququieren hacer oaprender. Expliqu que yo anotara en el pizarrn laspropuestas, que posteriormente ellos argumentaranpor qu proponan eso y que tendramos que decidir,entre todos, cul de las propuestas sera el origen denuestro proyecto.

    La participacin fue escasa: Pam, Daniel y JuanCarlos. Muy rpido me di cuenta que ellos eran losque generalmente participaban, y que el resto delgrupo consideraba que eran los ms inteligentes. Los

    dems no hablaron, se limitaron a escuchar a sus com-paeros. Ese da hubo, por lo tanto, tres propuestasque no convencieron ni a los que lo propusieron: razcuadrada, problemas difciles y matemticas. Los quehicieron las propuestas no lograron argumentarlas.Pam de plano dijo que era lo primero que se le habaocurrido y Daniel y Juan Carlos se quedaron callados.Ped la opinin del resto de los alumnos sobre lo quehaban propuesto los tres compaeros. ngel fuepreciso y convenci a los dems con lo que dijo:

    Mejor lo pensamos en la casa y maana deci-dimos. Si los ms listos no saben, pues yo menos quesoy bien burro.

    Hubo risas por el comentario de ngel. Al final,todos coincidimos que fue el ms listo pues era claroque no haba consenso para echar a andar un proyec-to, considerando alguna de esas propuestas.

    As que hicimos lo que ngel sugiri: se quedde tarea que todos pensaran qu les gustara haceren la escuela y que explicaran el porqu. Como noconcretamos qu proyecto queramos desarrollar, elresto del tiempo lo trabaj con lo que haba planeadoa partir de los libros de los alumnos del plan 93.

    Al da siguiente, ngel moder la participacinde sus compaeros, l era el que les daba la palabra.Hubo momentos en que me desesper, quera explicarpor ellos, pero logr respetar sus formas de expresarse.En esta ocasin hubo ms participacin, se juntaron15 propuestas de temas; entre ellas, las de Yareni,una alumna que tambin se destacaba por su prome-dio alto aunque era, como decan sus compaeros,

    un poco enojona y agresiva.Considerando que el grupo lo conformaban 25alumnos, fue realmente gratificante el hecho de quehubieran participado 12 nios ms que el da anterior.

    Aunque en realidad eran 24 alumnos los que asistanregularmente a clases, ya que Karla se ausentaba yno participaba como sus compaeros; su situacinpersonal obligaba a su mam a llevarla a otros lugarespara que la atendieran, tena la edad mental de unania de seis aos.

    De las 15 propuestas, no todas fueron argumen-tadas; hubo alumnos que no quisieron hablar; hubootros que, a pesar de que propusieron con inters loque les agradara hacer, se les vea opacados ante lasintervenciones de quienes, segn el grupo y maestrosde la escuela, eran los ms listos del saln. Cincoaos juntos haban sido ms que suficientes para quelos alumnos, orientados por los maestros, decidieranquines eran listos y quines no.

    El que hubiera muchos alumnos que se inhibie-

    ran para hablar por temor de ser censurados era preo-cupante. Lo de menos hubiera sido hacer una votaciny decidir lo que haramos, pero ese no era el punto.Para m, ese primer momento era fundamental; erala oportunidad de mostrarles, con hechos, que todoseran importantes, que tenan derecho a opinar, a serescuchados y a que se les tomara en cuenta. Les propu-

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    se, entonces, que pensaran bien su argumento y que,los que no haban participado, pensaran en algo; que

    maana continuaramos. Pam no estuvo de acuerdo,dijo que siempre era as, que los que participaban eranpocos. Le pregunt al grupo qu opinaba al respectoy Daniel, un alumno con promedio de 10 durante suestancia en la primaria, que gozaba de un gran reco-nocimiento entre sus compaeros, coment:

    Yo digo que todos tienen derecho a participar,que nos esperemos y cuando todos estemos de acuer-do hagamos el proyecto.

    ardamos ms de una semana en decidir lo que que-ramos hacer. De las 15 propuestas que se hicieron elsegundo da, algunas desaparecieron y otras se fueronincorporando a lo largo de los das.

    Lo ms grato de llegar al consenso para llevar acabo nuestro primer proyecto, fue el hecho de quelas voces que casi no identificaba: Yesi, Michelle,Sherlyn, Richard, Jocelin, Mariana, Andrea, Gustavo,

    Alejandro, Blanquita, David, Itzel, Dafne, Aurora

    y Paco, entre otros, fueron hacindose presentes.Comenzaron a atreverse a proponer y a tomar unapostura ante lo que decan los dems. Si bien nofueron todos, para ese momento, ya no eran los decasi siempre.

    ngel fue uno de los primeros que nos diolecciones acerca de lo que era defender su derecho a

    ser tomado en cuenta. A sus compaeros y a m nossorprendi que se inconformara enrgicamente alver que su propuesta no se consider. En su historiaescolar aparecen las calificaciones bajas, era uno de losalumnos que casi no participaba y a decir de sus com-paeros, de los maestros y de l mismo, era burro,le costaba trabajo la escuela. Plante que no era justoque su propuesta sobre la electricidad no se fuera aabordar; as que propuso que viramos una pelculay que despus decidiramos. Me qued estupefacta.

    En el libro Interrogar y producir textos autnticos,de Josette Jolibert que hemos revisado con gran in-ters quienes participamos en las sesiones de estudiode la Red para llevar a cabo la propuesta, no hay

    un apartado ni captulo alguno que hable sobre quhacer en casos de inconformidad.Dani, que se caracteriz por ser un buen media-

    dor, propuso que viramos la pelcula y que despuslo decidiramos. odos aceptamos, vimos la pelculaque estaba en dibujos animados y que pertenecea una serie que aborda diferentes temas de ndolecientfico.

    Fueron dos proyectos los que se disearon:Cmo se genera la electricidad? y El torneo de toa-

    llibol.La idea de realizar dos proyectos a la vez, fuede ellos. El detoallibolse desarroll en una semana,mientras que el de la electricidadfue de dos semanasaproximadamente.

    Cuando elaboramos el contrato colectivo, losalumnos se dieron cuenta que haba una columnaque deca responsables y que, por lo tanto, tenan queasumir una responsabilidad ante el proyecto. Estoayud mucho, ya que todos tenan que participar.

    Aunque provoc un gran conflicto a Pam, quien me

    recriminaba constantemente que yo no la dejabaparticipar en todo lo que ella quera. Le expliqu quetodos tenan derecho a realizar alguna actividad delproyecto, por lo mismo no poda darle tantas veces lapalabra o dejar que ella hiciera todo. Le argument quetodos tenamos igualdad de derecho para expresarnosy participar. Ella asociaba el que dejara participar a los

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    dems con el que no la quera. Varias veces manifestsu disgusto por mi llegada, a m me agradaba porquelo haca abiertamente. Una de tantas veces que pasesto, Mariana dijo a Jocelyn:

    Ahora s! Se acab el reinado de Pamela!

    Les ped a los nios que escribieran qu les parecaesta forma de trabajo, Mariana escribi:Me agrada

    porque es la primera vez que puedo levantar la mano yme hacen caso. Esta respuesta me llam la atencin.Mariana era una nia que, por lo menos en casi cua-tro aos de vida escolar, haba transitado en silenciopor la escuela.

    Le pregunt por qu haba decidido no participary su respuesta fue:

    Para qu participaba, maestra? odos los maes-tros me callaban cuando estaba mal y me ponan deejemplo a los listos, para que vieran cmo se tena quehacer. Pamela a veces se burlaba de nosotros. Adems,me confes que no le gustaba que la escuela fuera tanchiquita pues llevaba ya cinco aos con los mismosnios y nias y los maestros no los trataban igual.

    Pam era, para varios de sus compaeros, una niadesagradable: se burlaba de ellos, los callaba y, dif-cilmente, aceptaba ayudarlos cuando no entendanalgo. Pero con Pam pasaba algo que no s si muchosignoraban: en su casa, su mam la castigaba golpen-dola, si ella no sacaba 10 de calificacin en todo. Meenter por los compaeros de la escuela que la seoraera una mujer violenta. Era alta, morena y robusta.Posteriormente decid hablar con ella, aunque he deconfesar que con cierto temor. Cuando hablamos,

    Pam nos observaba, ella saba lo que yo iba a tratar consu mam, se le vea nerviosa. La mujer me escuchatenta, reconoci que lo haca y que consideraba quenecesitaba ayuda. Segn Pam, eso ayud un poco, sumam ya no era tan violenta.

    Pero, regresando a nuestro asunto, debo admitirque, a pesar de que haba una diferencia sensible entre

    el contenido de los dos proyectos, result interesantever cmo poco a poco se involucraron los alumnos.rabajaron individualmente, entre pares, en equipo yde manera grupal. Mi intervencin nunca fue arbitra-ria, intervena cuando consideraba que era necesariao cuando los alumnos lo pedan.

    En ambos proyectos discutieron, tomaronacuerdos, negociaron. No siempre fue fcil trabajaren equipo, haba momentos en que se tensaba lasituacin, ya que no todos aportaban de la mismamanera y eso desesperaba, sobre todo, a los quecumplan con su tarea. Cuando vea que no habaposibilidad de acuerdos, yo intervena, aunque esono garantizaba que quedaran todos conformes. Las

    evaluaciones que se hicieron del trabajo en equipoayudaron a que ste se regulara; sin embargo, las dis-crepancias siguieron existiendo. Al momento de eva-luar, no hubo concesiones para los que no cumplany esto se reflejaba al momento en que los integrantesdel equipo opinaban sobre su trabajo. Haba quienpeda que no se fuera tan duro con los que no cum-plan, pero esto no siempre disminua la evaluacin.Sin embargo y a pesar de las inconformidades que, ami parecer, cada vez fueron menos, trataron de que

    el trabajo que desempearon se hiciera siempre demanera respetuosa.El proyectoCmo se genera la electricidad?, ter-

    min con la elaboracin de varias antologas que seintegraron a su biblioteca de aula.

    El proyecto El torneo de toallibol culmin con unconvivio. Para el convivio, los alumnos se organizaronen equipos para arreglar el saln como cafetera ypreparar agua de limn. Pusieron rodajas de limnen sus vasos, algunos tomaron el agua con popotes y

    se dispusieron a charlar entre ellos. Pasaban de unamesa a otra y se convidaban de las aguas que cadaequipo prepar.

    Hubo, adems, otros proyectos cortos. Y deboadmitir que los que ms me agradaron fueron los l-timos que realizamos; para ese entonces, los alumnostenan ms experiencia en el trabajo por proyectos.

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    Dichos proyectos fueron el de laMuestra internacionalde tteresy una mesa redonda sobre La anorexia y labulimia.

    Cuando me enter de la posibilidad de ir alteatro, no estaba segura de que se lograra realizar; lainvitacin me lleg dos das antes de que la funcin sellevara a cabo y, para mi mala suerte, la invitacin nollegaba de manera oficial, me la hicieron de manerapersonal desde la Secretara de Cultura del Gobiernodel Distrito Federal. Esto implicaba hacer un trmiteadministrativo realmente engorroso y burocrticoque tardara por lo menos un mes. Se los plante alos alumnos e inmediatamente dijeron que, comoen el torneo de toallibol, le entregramos un oficio a

    la directora para que nos autorizara ir. Decid plan-terselo personalmente a la directora, para fortuna detodos accedi y nos dio las facilidades sin pensarlodos veces; coment que estos alumnos nunca habanido al teatro. La directora y la maestra Dora, apoyo dela direccin, inmediatamente hicieron los permisospara cada alumno y al da siguiente, a primera hora,se presentaron las madres de familia. Les expliqu lasituacin y cuatro de ellas se propusieron para acom-paarnos, pues nos iramos en transporte pblico.

    Hicimos nuestro contrato colectivo e individual.Incorporamos a las mams en las diferentes tareas.La cita era a las ocho de la maana, slo faltarontres alumnos: Karla, que no haba ido a la escuela;

    Jocelyn, su mam acept en la junta pero su pap yano la dej asistir; y Richard, que se qued dormidopues estaba acostumbrado a levantarse tarde porquea la escuela se iba en el turno vespertino y no en elmatutino. Lament mucho que no asistiera Jocelyn.ena un gran talento para expresarse a travs del len-

    guaje plstico. Era introvertida. En su casa, su abuelano se cansaba de decirle que estaba gorda y que erafea por eso. No fue fcil convencer a ella y a Dani deque se quitaran su chamarra en la clase de EducacinFsica, an en das calurosos.

    enamos los equipos organizados, las mamssaban quines eran de su equipo, nos enfilamos a la

    base de los microbuses que van al metro asquea,slo faltaba Blanquita, pero ya no podamos espe-rarla. Casi al llegar a la base, una voz desesperada,gritaba, maestra no me deje, ya llegu!. Era Blan-quita, que lloraba porque su mam no tena cambiode un billete de 200 pesos y no poda drselo pues sequedara sin dinero para hacer la comida. Iba con suhermana mayor, as que me pidi que la esperara paraver si se lo cambiaban en la tienda. Para no perderms tiempo, acordamos que yo pagara los gastos deBlanquita y que luego me lo reembolsaran. Se hacatarde y corramos el riesgo de no llegar.

    Llenamos un microbs. Los alumnos ibanfascinados, las mams preocupadas y el resto de los

    pasajeros, los miraban complacientes. No es muycomn ver a un grupo de alumnos viajar en trans-porte pblico. A pesar de que iba tranquila porquesaba que en esas salidas los alumnos se cuidan entres no era la primera vez que haca algo como estocon alumnos, estaba atenta y constantemente lespreguntaba: venimos todos? No falt el gracioso quedijera: No, ya se perdi la mam de Alejandro.

    Al llegar al paradero del metro asquea, Yarenise baj unos metros antes y tuvo que correr detrs del

    microbs, se espant mucho y se puso a llorar porquesi su mam se enteraba le iba a pegar. Yo la abrac y ledije que le dira que su hija era muy inteligente, puesnunca perdi de vista al microbs. Llegamos al metroy no fue fcil subir, era una hora en que hay muchagente. bamos un poco retrasados, hicimos ms tiempode lo previsto debido a las obras de la lnea 12. Al llegara la estacin Revolucin, corrimos para llegar al eatroBenito Jurez, frente a l hay un parque, ah estaba Je-ss, de la Secretara de Cultura, esperndonos; lo not

    un tanto preocupado por nuestra tardanza porque yahaban entrado todas las escuelas invitadas. Las lucesde la sala ya se haban apagado cuando entramos. As,nos dirigimos hacia los lugares que nos haban asigna-do. Caminbamos en la sala rumbo a nuestros lugarescon cierta dificultad debido a la ceguera momentneaque experimentamos cuando pasamos de un lugar

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    fuertemente iluminado a uno casi en la penumbra. Depronto ngel grit: prendan la luz que no veo, a suscompaeros les caus gracia, pero los espectadores queya estaban sentados, de inmediato, lo callaron.

    Nos acomodamos y dio inicio la funcin. Sobreel escenario estaba un titiritero argentino que hacagala de su destreza para manejar unas expresivas ma-rionetas de hilos. Haban transcurrido apenas unosminutos cuando, de repente, el titiritero detuvo lafuncin, nos hizo saber que se senta mal; entonces,las luces de la sala se prendieron y el artista abandonel escenario. En ese momento no hubo comentariosal respecto por parte de mis alumnos. Poco des-pus, el titiritero regres al escenario; pareca que

    todo iba a continuar pero no fue as porque unoscuantos minutos despus volvi a interrumpir lafuncin, el hombre se vea realmente mal. Las lucesvolvieron a prenderse y una voz inund la sala delteatro comunicndonos que la funcin se cancelabaporque el hombre que daba vida a esas maravillosasmarionetas estaba indispuesto. Las dems escuelas selevantaron y comenzaron a retirarse. Mis alumnos,incrdulos y esperanzados en que ocurriera un mi-lagro, permanecieron sentados. Comentaron entre

    ellos cosas como:

    Chin! Pero por qu? No tuvo chiste quecorriramos.

    Qu malo que se enferm, estaba bien chido!Que salga otro titiritero, maestra!Que nos preste sus muecos el seor y nos

    subimos a manejarlos!

    Las mams me vean desconcertadas y con cara de

    venir tan lejos para nada. Y no era para menos,habamos hecho cerca de dos horas de camino desdede la escuela hasta el teatro. Nos mirbamos unosa otros, estbamos desconcertados; sin duda, com-partamos un mismo sentimiento de frustracin.Sobre todo yo, esta salida al teatro con mi grupome haba generado muchas expectativas. En ese

    momento sent que no haba tenido ningn casohacer tantas cosas, en tampoco tiempo, para lograresta salida. En eso estaba cuando nos avisaron queel titiritero regresara, que iba a ser un esfuerzo porterminar la funcin.

    La gente que organizaba en el teatro a los alum-nos, sali corriendo por las escuelas que ya se habanretirado. Mis alumnos aplaudieron y uno de elloscoment en voz alta que habamos sido muy listosporque no nos habamos movido de nuestros asien-tos. As las cosas, volvieron a dar tercera llamada y elespectculo continu.

    Los alumnos estaban maravillados. Era sorpren-dente cmo este hombre les daba vida a las marione-

    tas; era conmovedor escuchar a la viejita, al chango, al mismo y a todos sus acompaantes, las marionetas.Ninguno de mis alumnos haba ido al teatro y tam-poco haban visto un espectculo de marionetas. Alterminar nos fuimos al parque a comer; los alumnosy las mams no dejaban de comentar sobre las ma-rionetas: que cul les gust ms, cul fue la historiams bonita, que si estaban bien padres las marionetas,que cmo le haca el seor para moverlas y cmohaca tantas voces... Las preguntas eran muchas, y

    las emociones eran ms. Estas preguntas daban paraotro proyecto.Al terminar de comer, los alumnos solicitaron

    que nos quedramos un rato ms para que jugaran.Como era temprano, tenamos tiempo para ello.David fue el nico que no esper a saber si era po-sible jugar, en cuento llegamos, empez a correr sinrumbo fijo por los andadores del parque. Se suba alas bancas, gritaba, corra. Yo lo vea y me daba ungusto enorme ver cmo se estaba divirtiendo, se le vea

    feliz. Slo le ped que no se fuera tan lejos, que no sele olvidara que entre todos nos tenamos que cuidar.Una de las mams no tard en comentar: quin loviera; y su mam que presume de que es muy serio ybien portado. Las dems mams la secundaron conotros comentarios. Esa situacin me molest por loque, de inmediato, decid intervenir:

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    Les pido, de favor, que no critiquen a David.Para m es importante que se sienta feliz en estasalida.

    rat de aminorar mi ofuscacin dicindoles que, aveces, como mams somos muy estrictas y no nos

    damos cuenta que eso perjudica a los nios. Quinsabe cunta cosa ms dije; aunque, la verdad, no te-na ganas de dar explicaciones. Lo hice porque sabaque no fue correcta la forma en que me dirig a ellas.Las mams se quedaron calladas y ya no comenta-ron ms. Probablemente lo hicieron con las otrasmams y, seguramente, la mam de David se enterque su hijo se haba portado mal; sin embargo,la vez que le pregunt a David si su mam le habacomentado algo sobre la salida; me contest que no,

    que no le haba dicho nada. Alguna vez la directorame coment que la mam de David tuvo problemasde depresin mayor y que, al parecer, haba tenidointento de suicidio.

    Regresamos a la escuela casi a las cuatro de latarde; los alumnos estaban cansados, pero no dejabande platicar. Y como haba un acuerdo con las mams

    respecto a que respetaramos la hora de salida, las seis ymedia, entramos a la escuela y esperamos a que llegarla hora de salir. La directora nos recibi con su gransonrisa. Los alumnos muy contentos y emocionadoscomenzaron, de inmediato, a platicarle su aventura:el viaje en el microbs y en el metro; lo que vieron en el

    teatro; el lugar en el que comieron su refrigerio y lo quehicieron despus de comer. Ya en el saln, platicamossobre las historias que narr el titiritero; las preguntasque se hicieron al salir del teatro resurgieron.

    Uno de los comentarios que ms llam mi aten-cin fue el que hizo Blanquita:

    Sabe maestra? Lo que yo aprend hoy es quesomos un gran equipo y que si nos lo proponemos,podemos hacer grandes cosas.

    rale! Respondi, sorprendido, Daniel.

    Blanquita se ruboriz; se le vea contenta, no slopor la salida, sino por el comentario que hizo Da-niel sobre su persona. Blanquita tena una historiafamiliar difcil: su hermana y ella encontraron a suhermano ahorcado en su habitacin y tena, adems,

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    una hermana con esquizofrenia. Blanquita fue nodalpara la integracin de Gaby a lo largo de esos dosmeses de trabajo. Gaby era una nia hipoacstica quetena cierto rezago acadmico en comparacin conlos dems compaeros; asista, a la par, a una escuelade educacin especial.

    Debo decir que Blanquita no hablaba muchocuando llegu, pero hacia el final de los dos meses queestuve con ellos, cada vez que lo haca, me sorprendacon lo que deca. Es una nia muy inteligente.

    Alejandro coment lo sucedido con Yareni. Elrostro de la nia se descompuso, pues todos sabamosque su mam le pegaba si haca cosas que para ella es-tuvieran mal. Yo aprovech para felicitarla en pblico

    porque reaccion muy bien; sigui al microbs y nosalcanz en donde ste se par y se integr al grupo ygracias a eso, no se perdi. ngel dijo:

    Ah, fue bien poquito lo que se baj antes! Yome he perdido ms lejos y no lloro!

    A partir de esa salida, los alumnos pidieron quehiciramos ms; pero en transporte pblico, que noalquilramos camiones.

    Para el Proyecto de la Mesa Redonda, el tema atratar fue:Anorexia y bulimia. Los alumnos investiga-ron para hablar sobre ese asunto. Lleg el da en quetenan que compartir lo que haban investigado y darsu opinin al respecto. La moderadora fue Blanquita,el grupo la eligi. De un tiempo a la fecha, Blanquitatena intervenciones que nos dejaban con la bocaabierta; eso le haba hecho ganarse el respeto de suscompaeros. Para realizar la mesa redonda, entre todosprocedimos a acomodar el mobiliario del saln. Maria-

    na ayud llevando el cronmetro para medir el tiempode las participaciones; se acord que cada intervencintendra una duracin mxima de tres minutos.

    El primer tema fue Anorexia.La participacinno estuvo nutrida, a pesar de que la mayora s habainvestigado. Yo esperaba que ms alumnos dieran suopinin al respecto. Al terminar la discusin sobre

    este tema, Pamela conmin a Blanquita para que lepidiera a los dems compaeros que participaran:

    Antes de continuar con el siguiente tema, quie-ro hacerle una sugerencia a la moderadora.

    Blanquita le dio la palabra y creo que todosnos sorprendimos porque no entendamos en esemomento la intervencin de Pam.

    No es justo que participemos unos cuantos. Sesupone que entre todos escogimos los temas y sloestamos participando unos cuntos. As que le quierosugerir a la moderadora que pida su participacin atodos los compaeros. Si no, para qu elegimos el

    proyecto?

    Yo no me esperaba ese argumento. Entonces, se hizoun silencio un tanto pesado. As las cosas, decid queera momento de intervenir, pero Blanquita respondiantes:

    Yo respeto tu opinin, Pamela; pero tengo querespetar a los que no quieren participar, estn en suderecho de quedarse callados.

    De nuevo el silencio en el saln; as que ped lapalabra y trat de mediar diciendo:

    A m me parece que las dos participaciones sonvaliosas. Por un lado, si participamos ms compa-eros, se enriquece la discusin y, por otro, la gentetiene derecho a no participar; el que no hablen, noquiere decir que no les interese.

    Yareni intervino:

    Yo no particip conAnorexia porque me inte-res ms el tema de la Bulimia.

    Mir el contrato y prosigui:Ah no pusimos que tenamos que hablar sobre

    los dos temas.Gustavo continu:

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    A m no me gusta hablar mucho, pero s meest gustando lo que dicen.

    Lo encuentras interesante o por qu te estgustando? Pregunt.

    En ese momento, Mariana me record que tena quepedir la palabra.

    Gustavo respondi que le gustaba lo que decande los comerciales: te hacen creer cosas que no sonciertas.

    Para terminar la discusin que se gener en tor-no a la participacin de todos en la mesa redonda,David dijo:

    Yo digo que hay que seguir y que quien quierahablar, que hable. A m me da lo mismo; yo digo que,de todas maneras, todos aprendemos.

    Al parecer, la propuesta de David gener consensopues nadie coment algo ms.

    La mesa continu con el tema de la Bulimia.La participacin estuvo un poco ms nutrida. Enuna de mis participaciones me exced en el tiempoy Mariana acot:

    Maestra, ya cierre su participacin, ya se pasde los tres minutos.

    No tuve ms remedio que pedir disculpa y, como biendijo Mariana, cerrar mi participacin.

    Los alumnos hicieron conclusiones interesantesque realmente me sorprendieron:

    Los programas que pasan en la televisin y los

    comerciales tienen mucha culpa, todo el tiempo teestn diciendo que si no eres alta, gera y delgada,no sirves.

    En las telenovelas, las morenitas slo son sir-vientas.

    Los hombres, si no tienen un carro o tomancerveza, tampoco valen.

    Pedagoga por proyectos. Un encuentro de oficios

    enemos que querernos como somos; si no,sufrimos mucho.

    Hay que cuidarnos para estar bien.Muchas de las artistas se operan las bubis y

    no saben que ponen en peligro su vida.

    Blanquita concluy la mesa redonda, agradeciendola participacin de todos.

    En alguna parte de su libro, Josette se hace lapregunta: Por qu una Pedagoga por proyectos?Desde mi experiencia, puedo decir que permite alos nios y nias ejercer su oficio de alumnos y a m,el mo, de maestra. Qu quiere decir esto? Que losalumnos le encuentran sentido a la escuela porque

    tienen la posibilidad de proponer, discernir, decidir,enojarse, sentir. Son corresponsables del trabajoescolar, realizan las tareas necesarias que entre todosplanificamos, toman sus propias decisiones y se hacenresponsables de ellas. Aprenden a trabajar en equipo,las relaciones interpersonales se favorecen y su auto-estima se fortalece al darse cuenta que todos sonparte del grupo. La identidad individual y colectivase construye.

    Para finalizar, creo que generar condiciones

    que permitan a los alumnos construir un sentido depertenencia es fundamental para su formacin. Losalumnos tienen el derecho a vivir respetndose a smismos como condicin para respetar a los demsy sin perder la idea que, con su actuar, contribuyena que este mundo sea mejor. @

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    El mundo de las TICy la educacin:

    dos apuestas, un mismo retoMa. Guadalupe Correa Soto*[email protected]

    APRENDER LAS TIC, UN CAMBIO DIFCIL PERO IMPRESCINDIBLE

    C uando inici mi tesis de la Licenciatura en Pedagoga en aquellas mquinas elctricas queaunque novedosas en relacin con las mecnicas, estaban muy lejos de igualar la increblefuncionalidad y rapidez de los procesadores de textos; no imagin jams que aos ms tar-de en mi desempeo como maestra de la Benemrita Escuela Nacional de Maestros (),esa experiencia les pareciera a mis alumnos tan ajena e increble. Ellos no pueden imaginar la

    vida sin una computadora y mucho menos sin internet, el recurso ms utilizado actualmentepara obtener informacin de cualquier tipo.En definitiva no es necesario sorprendernos ante estos cambios vertiginosos e inevitables

    que conlleva la tecnologa, sino asumirlos, enfrentarlos e incorporarlos a nuestros esquemasanteriores y paulatinamente acomodarlos de la mejor manera.

    Realmente significa poco o para algunos nada, que en nuestros aos de estudiantes, enaquellas prcticas educativas recurriramos al famoso y eficiente (como refiere Sartre) PequeoLarousse o a alguna enciclopedia como la alternativa ms inmediata, fidedigna y valiosa paraencontrar el significado de las palabras nuevas o desconocidas para nosotros.

    En fin, hay un momento en que estos pesados pero maravillosos amigos (tabiques in-

    formativos) de nuestros desvelos, se van haciendo menos importantes ante la llegada de laherramienta del siglo: internet, donde podemos buscar lo que sea, en cualquier lugar en donde

    * Maestra en ecnologas aplicadas a la educacin y en Comunicacin y tecnologas educativas por la FundacinArturo Rosenblueth y el Instituto Latinoamericano para la Comunicacin Educativa. Acadmica de la BenemritaEscuela Nacional de Maestros y de la .

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    estemos, slo necesitamos una computadora y una co-nexin. La computadora, aunque un poco fra y ajena alprincipio, de pronto se vuelve una fiel compaera, sobretodo para nosotros que venimos de otros momentos y deotras escenografas.

    Nosotros, los del diccionario y las enciclopedias, noshemos incorporado al uso de estas tecnologas bajo dife-rentes circunstancias: por necesidad, orgullo, dignidad,desesperacin, o lo que es ms, porque no nos queda deotra, cuando en definitiva ya no podemos seguir negandoque las computadoras llegaron para quedarse y esto nosempuja a renovarnos o quedarnos rezagados.

    Estas formas de incorporacin han representado paranosotros un sinnmero de inusitados encuentros y, por

    qu no, desencuentros y sinsabores, sobre todo cuandodescubrimos que para nuestros alumnos adems de fciles tan comn usar computadoras, celulares, ipod o ipad.Voltear y verlos en un escenario escolar, tan distintoal nuestro, no slo nos preocupa, sino que trastoca todonuestro esquema, y entonces se hace urgente modificar,adaptar y actualizar nuestros modelos y estilos e inclusonuestra propia participacin dentro del aula, cosa pordems nada fcil.

    LAS TIC EN LA EDUCACIN, UNA FORMADE CONCEBIR DEL DOCENTEEl uso de las tecnologas en el mbito educativo ha generadodiversas reflexiones desde distintas perspectivas, tanto paramaestros como para alumnos, por ejemplo, sobre la impor-tancia de apoyarse en recursos tecnolgicos para favorecerel proceso dentro del aula; si internet es o no adecuadapara el apoyo de las actividades escolares; si los alumnosslo cortan y pegan informacin; si los maestros nos de-bemos capacitar para estar en condiciones de acompaar

    a nuestros alumnos en su proceso de formacin; si comoprofesores nos sentimos rebasados por nuestros alumnos;si las computadoras van a sustituir al maestro; y muchosms planteamientos, algunos slo producto de rumoresy creencias, pero otros verdicos y reales, que adems decuestionar nuestra prctica docente, nos empujan a cambiary a revolucionar la figura del maestro.

    La figura del maestro con el arribo de

    las nuevas tecnologas a la educacin,

    est cambiando, nuestros procesos de

    intercambio con los alumnos son dife-

    rentes dentro del aula, hay afuera una

    sociedad que exige cambios constantes.

    Es urgente que el maestro reconsidere

    su prctica y la modifique, que se ac-

    tualice en el uso de las tecnologas pero

    tambin mire, como una oportunidad

    para enriquecer sus estrategias, a esos

    alumnos colgados siempre de un aparato

    tecnolgico y con horas de chat e inter-

    net. Juntos podemos construir nuevos

    escenarios educativos.

    Palabras clave:tecnologas, computadora,

    maestro, alumno, aula, internet, estrate-

    gias, educacin, recurso.

    uuuuu

    The role of the teacher is changing with

    the arrival of new technologies in edu-

    cation; our processes of exchange with

    students are different in the classroom;

    outside there is a society that demands

    constant change. It is urgent for teachers

    to reconsider and modify their practice, to

    be updated in the use of technology, but

    also to look at those students who are al-

    ways hung at a technological device and

    with hours of chat in the Internet, as anopportunity to enrich their strategies.

    Together we can build new educational

    settings.

    El mundo de las TICy la educacin: dos apuestas, un mismo reto

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    Sin embargo, por ahora, nosdetendremos en lo que comomaestros nos ocupa al enfrentareste hecho. Los maestros requeri-mos no slo de capacitacin paraoperar computadoras y programasde apoyo, sino que necesitamoscambiar nuestros modelos de en-seanza, estilos y, por supuesto, lavisin de lo que significa nuestraprctica docente para redefinirnuestro rumbo al compartir es-pacios con esos muchachos quedependen del celular, que llevan

    siempre un auricular conectadoal odo, que chatean varias horas alda y a los que les es imposible vivirsin internet.

    Es importante mencionar yreconocer a todos aquellos docen-tes de los distintos niveles educa-tivos que se han dado a la tarea de

    acercarse al uso de las tecnologas yconstruir nuevas estrategias y alter-nativas dentro de su saln de clasey en la interaccin con sus grupos,asumiendo todo lo que esto signi-fica: capacitacin, actualizacin ysobre todo actitud y ganas de estarcerca de sus alumnos.

    Para estos alumnos, la pre-sencia de las nuevas tecnologasaunque representa un lugar co-mn, un territorio propio dondetransitan cotidianamente y conmucha habilidad, tambin ha

    significado un gran reto en susprocesos, al ser bombardeados connuevas versiones de aparatos encada momento y estar expuestosal constante cambio y a una din-mica de informacin que no paranunca y que tienen que alcanzar deuna o de otra manera, y por qu

    Los maestros

    requerimos no slo

    de capacitacin para

    operar computadoras

    y programas de

    apoyo, sino que

    necesitamos cambiar

    nuestros modelos de

    enseanza, estilos

    y, por supuesto,

    la visin de lo que

    significa nuestra

    prctica docente

    para redefinir

    nuestro rumbo al

    compartir espacios

    con esos muchachos

    que dependen del

    celular

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    no decirlo, bajo el riesgo de dejarde soar; una nueva dinmicacon nuevas representaciones enel lenguaje, en las escrituras, en lasnarrativas y mucho ms all.

    Cuando llega internet a lasociedad y el acceso inmediato atodos o a casi la mayora de losque estn en proceso educativo ode formacin, todo cambia. Unapalabra, el simple golpeteo de unascuantas teclas y el obligado enter,viajan a una velocidad increble,recogiendo cual si fueran partculas

    en el espacio miles y miles de defi-niciones, de significados, de pers-pectivas, relacionados con nuestrabsqueda, y ante este arsenal depalabras algunas veces uno no sabequ hacer.

    Pero lo mejor es cuando enesa espesa masa de informacin, te-rriblemente excesiva, necesitamosrecursos, referentes, habilidades

    para seleccionarla, no es suficienteentonces la palabra como tal o eltema o un concepto, sino saber concerteza qu queremos encontrar deella. Y es aqu en donde nuestroacompaamiento se vuelve im-portante, pero para eso tambinnecesitamos estar ah en el mismolugar que nuestros alumnos, o almenos lo ms cerca posible del uso

    de estos recursos.Algunas veces, como maes-tros, no tenemos ni los recur-sos, ni tampoco la disposicinque se requiere para iniciar estaaventura con nuestros alumnos,nos negamos a entender que son

    y darle el uso ms adecuado a lainformacin, seleccionar, analizary reflexionar la informacin bus-cada. Por otro lado se enfatiza enque la tecnologa es slo un medioy no el fin como tal, entendiendoque ensear tecnologa implicaincorporarla como un recurso y unapoyo para el maestro sin dejar decontemplar el papel tan importan-te de nuestra participacin.

    Esta condicin le da a nuestraasignatura una tesitura peculiar,una planta docente muy limitada

    y con una visin operativa de laaplicacin de las nuevas tecnolo-gas en la educacin, y por partede los muchachos poca importan-cia al espacio, dado su continuocontacto con estas herramientas,aunado a la falta de aulas equipa-das al interior de la escuela. Sinembargo, para m la experienciaha sido tan extraordinaria como

    inesperada, y me ha puesto en unlugar distinto y muy importantepara mi formacin como maestray como docente de las ecnologasde la Informacin y la Comunica-cin ().

    Esto porque en mis procesosanteriores haba impartido clases anivel primaria, secundaria y prepa-ratoria, personas de la tercera edad

    e incluso a maestros en servicio,pero nunca a jvenes, muchachosentre 18 y 23 aos que estn enuna efervescencia constante y quehacen todo por no quedar fuerade ese mundo de informaciny de recursos tecnolgicos: compu-

    El mundo de las TICy la educacin: dos apuestas, un mismo reto

    diferentes y reclamamos de ellosvalores, participacin, atencin,pero nos olvidamos de que nodejan de ser sujetos vidos deatencin y de cobijo y que estncada vez ms solos, que an contoda esa tecnologa que los define,podemos encontrar formas paraacompaarnos y lograr juntosprocesos favorables. Y que, claroest, nuestras prcticas deben irdirigidas a encontrar esas respues-tas que permitan incorporar lastecnologas de la informacin y la

    comunicacin a nuestras aulas.

    LA APROPIACIN DE LASTIC EN EL ESPACIO DETRABAJO BENMDurante el primer semestre de laLicenciatura en Educacin Pri-maria de la , los alumnosdeben cursar dos semestres deecnologas de la Informacin

    y la Comunicacin, asignaturallamada complementaria (juntocon otras como Educacin fsica,Educacin artstica e Ingls) porel nmero de crditos y, en conse-cuencia, tiempos asignados; unavez por semana en un horario de 1hora 40 minutos, con un total de12 o menos sesiones, por las prc-ticas, conferencias o alguna otra

    actividad de otras asignaturas.Los objetivos de la asigna-tura radican principalmente enel uso bsico de la paquetera

    Word, Excel, Power Point, parasus trabajos escolares, as comobuscar adecuadamente en internet

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    tadora, internet, redes sociales,celular y muchas ms cosas, ungran reto, todo un desafo para mitrayectoria como maestra.

    Al ingresar a la , estabaaterrada y con mucha incertidum-bre, esperaba alumnos con un granconocimiento tecnolgico, no slode la paquetera bsica de Office,sino de muchas otras herramientas.Me preguntaba a cada momento,cules son las expectativas deaprendizaje de tecnologas en es-tos jvenes?, realmente les podr

    compartir algo?, es decir, estabasegura de que saban mucho msque yo del manejo de todos estosrecursos, eso que ni qu.

    Sin embargo estaba realmenteentusiasmada con esa nueva expe-riencia, cmo sera mi encuentrocon esos muchachos que se forma-rn como maestros y que a su vezse enfrentarn a nios con chip

    integrado. Cmo podra guiar-los o qu tendra que hacer paramantenerlos atentos en una clasede tecnologas, cmo hacer paracaptar su atencin.

    Mis primeros encuentros conlos siete grupos asignados fueronmuy sorprendentes, al encontraren el examen diagnstico resul-tados muy desconcertantes. La

    mayora de los alumnos contabacon un manejo bsico de Word, unpoco de Power Point y casi nada deExcel, programas por dems coti-dianos para los distintos trabajosescolares. Es decir, en general ssaben usarlos pero bajo las ms

    bsicas circunstancias y coman-dos, sin un manejo adecuado nisuficiente de los paquetes, y algu-nos de ellos sin siquiera estos ma-nejos bsicos y con pocos recursospara hacer bsquedas en internet;slo en casos muy especiales uno odos alumnos con conocimiento dealgunas otras herramientas, algnpaquete de diseo por ejemplo.Eso s, todos con varios correoselectrnicos, con muchas horas eninternet y en el chat, con muchaparticipacin en redes sociales,

    pero nada ms, qu alivio.Despus del asombro, me vinouna gran tranquilidad, porque aslas cosas, s podra ensearlesalgo; part de que efectivamenteestn mucho ms involucrados queyo, pero dado los intereses de suedad, hay mucho que compartiren relacin a cmo incorporar lasherramientas a sus necesidades aca-

    dmicas, a la seleccin de la infor-macin, al anlisis, a la reflexin,y con la intencin de aprovecharsus habilidades y destrezas en elmanejo de estos recursos, buscarcanalizarlas hacia un uso adecuado,pero sin coartar ni su libertad, nisu creatividad, ni su energa.

    DE CMO LAS TIC

    ENTRARON EN MI AULAComparto aqu la experiencia conuno de los grupos con los que aten-d, formado por 25 alumnos, de lasedades citadas con anterioridad ycon nivel socioeconmico mediobajo o bajo; con circunstancias

    extremas, pocos de ellos cuentancon una computadora lap top, perootros acuden a un caf internetpara realizar sus actividades.

    Nuestros primeros trabajosconsistieron en investigar en casa, apropsito del nombre de la asigna-tura, conceptos de tecnologas dela informacin y la comunicacin,ventajas, desventajas y principalesusos educativos de manera in-dividual en tres diferentes sitiosde internet, con la condicin detomar la direccin correctamente

    y cuidar que las fuentes fueranfidedignas, y cmo podramos sa-ber esto?, por principio de cuentasrevisando el autor, la fecha y hastael formato.

    En el saln de clases, trabajary discutir el tema por equipos du-rante 35 minutos, sacar las ideasprincipales y luego en los siguien-tes 30 minutos anotar en una hoja

    esas ideas, para luego aprovecharesta informacin e indagar sus ha-bilidades en el uso de Power Pointy hacer una presentacin en esteprograma. La presentacin deberacubrir las siguientes caractersticas:entre cinco y siete diapositivas,concepto, caractersticas, venta-

    jas, desventajas y principales usoseducativos de las tecnologas de la

    informacin y la comunicacin,sin haber revisado el uso de esepaquete, con la experiencia quecada uno tiene de su manejo.

    Adems se acord que dicha pre-sentacin se trabajara a distancia,es decir, cada integrante del equi-

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    po le pondra sus consideracionesy observaciones y lo pondran en elfacebook, o la enviaran por correo, oen un blog, o en el recurso que ellosdecidieran, slo con la condicin deque la presentacin fuera revisada,corregida y aumentada por todos losintegrantes del equipo.

    En la siguiente sesin, cada unode los equipos comparten su trabajoen un tiempo determinado, en ple-naria con el grupo, para analizar yreflexionar acerca de los elementosque debe contener una presentacin

    en cuanto a: contenido, diseo, es-tructura, diapositivas y animacin,recibiendo comentarios y sugerenciasdel grupo en general.

    Convenimos tambin que duran-te las exposiciones, los equipos trata-ran de ir considerando la informacin

    El mundo de las TICy la educacin: dos apuestas, un mismo reto

    que ya fuera repetitiva y obviarla, obien, comentarla rpidamente. Hayun relator que va anotando todos loselementos que vamos recuperandodurante las exposiciones y al final secomparten, para ir puntualizando enplenaria los elementos idneos quedebe contener una presentacin y suexposicin ante el pblico; al com-partir grupalmente, los resultados sonmuy reconfortantes: los alumnos sabenoperar el programa y algunas cuestio-nes muy elementales de cmo se haceuna presentacin de manera adecuada,

    pero todo de modo emprico. La dis-cusin y el intercambio fueron muyinteresantes. Primero, algunos equiposdieron ms importancia al diseo ypusieron colores muy llamativos, ani-maciones muy impresionantes perosiempre cuidando que la informacin

    los resultados

    son muy

    reconfortantes:

    los alumnos saben

    operar

    el programa

    y algunas

    cuestiones muy

    elementales de

    cmo se hace

    una presentacin

    de manera

    adecuada, pero

    todo de modo

    emprico

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    fuera adecuada, y lo ms importan-te es que el grupo iba identificandomuy bien tanto las fortalezas comolas debilidades de cada una de laspresentaciones, eso fue muy enri-quecedor.

    La discusin fue verdadera-mente rica, sorprendentementenuestras sesiones de exposicinde conceptos se prolongaron, porun lado, se comentaban los ele-mentos de la presentacin comotal, y por otro el contenido quese presentaba. En cada exposicin

    los muchachos opinaban acerca detemas importantes, como el riesgode volvernos intiles con el usoexcesivo de las tecnologas, otroscomentaban de su experiencia ensu reciente visita de observacin alas primarias donde maestros j-venes no estn interesados en uti-lizar las computadoras para apoyarsu clase, tambin se habl de los

    riesgos de comunicarse por internety establecer vnculos con personaspor ese medio. De cmo el uso deinternet y sus herramientas nos ale-

    ja de nuestra realidad, y hasta de lagente que nos rodea. Y, como algomuy relevante, se discute la im-portancia de considerar la compu-tadora como un medio y no comoun fin en el aula de clases.

    Discutimos ampliamente va-rios elementos, la importancia decompartir informacin con otros,de cmo elaborar un concepto convarias participaciones, de cmoir seleccionando la informacin quese va a colocar en la diapositiva.

    En los casos donde las diapo-sitivas estaban llenas de informa-cin y con letras pequeas y pocoentendibles tambin se coment.

    Adems se discuti la importanciade considerar la versin en que seelabora una presentacin, ya quecuando la versin es distinta yse convierte el formato se modificay los colores y estilos de letra noson los mismos.

    ambin acordamos sobrelos colores ms adecuados y qutipos de fondos pudieran ser los

    mejores dependiendo no slo deltipo de informacin de que setrate, sino del pblico a quien vadirigido. Cmo las animacionesy los tiempos asignados a las dia-positivas deben cuidarse muchoen funcin de nuestra exposicin.Con todo esto se pudo llegar a es-tas conclusiones en la elaboracinde una presentacin Power Point.

    En general, cuidar la cantidad dediapositivas, el tiempo contem-plado para su exposicin, evitarla sobrecarga de informacin, noprogramar tiempos de transicin,cuidar las animaciones y sonidosincluidos, contemplar la estruc-tura y argumentacin, prepararun guin de la exposicin, cuidarlas tipografas y los colores que

    se utilizan, no usar las plantillaspredeterminadas. En cuanto a laexposicin, mirar a los presentes,ser ameno, interactuar con la au-diencia, no permanecer en su lugary cuidar bien nuestro lenguajeentre otras cosas.

    Claro que no en todos losequipos se sostuvo la misma din-mica, hubo un equipo, comosiempre, que arras con todo,cuid la informacin, que fuemuy completa y bien organizadaal presentarla, bien distribuida enlas diapositivas, adems con undiseo adecuado y atractivo, alparecer por la opinin del grupouna presentacin casi idnea. Otroequipo, de tan concreto, tambinfue sealado y recibi sugerencias.Pero en general la discusin y la

    participacin fueron muy fluidas yconstantes, con muchas opinionesexpresadas y un gran inters porel tema.

    Ante este panorama, no ten-go ms que afirmar que en estassesiones los muchachos investi-garon, seleccionaron informacin,trabajaron en equipo, utilizaronsus recursos tecnolgicos, reflexio-

    naron, expresaron sus opinionesrespetando la voz de los otros,analizaron informacin, discu-tieron y, sobre todo, obtuvimosconclusiones concretas resultadodel trabajo de todo el grupo.

    En algunos grupos la parti-cipacin es muy efervescente, endonde las actividades van flu-yendo con mucha facilidad. Hay

    otros en donde el proceso va mslento, hay menos inters, un pocode apata y por qu no decirlo hastaun poco de aburrimiento manifes-tado por algunos de los alumnos,pero todos sabemos que esto esparte del proceso. Sin embargo, en

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    El mundo de las TICy la educacin: dos apuestas, un mismo reto

    todos los grupos se recogen resulta-dos importantes, lograr compartirla importancia de usar un recursotecnolgico o, en este caso espec-fico, un paquete computacional,pero de manera adecuada, con unpropsito bien definido y, sobretodo, sin olvidar que siempre elrecurso del pensamiento y la crea-tividad es el ms importante, ylograr hacerlo juntos, pero ms quetodo estar pendientes de nuestrosalumnos, de sus dinmicas, de susinquietudes, de sus necesidades.

    omarlos en cuenta, hacerlessaber que ellos tienen el recurso,que es posible usar las herramien-tas con objetivos planteados, con-fiar en ellos y en lo que son capa cesde hacer, luego poder dar riendasuelta a su creatividad y a su estilo,ese hganlo como quieran es undetonante que les permite expre-sarse y utilizar sus recursos y su

    pensamiento ms libremente; estoes muy importante para el trabajoen clase, es crucial para comuni-carnos con nuestros alumnos, eslo que yo pienso como maestra, yclaro que tiene sus riesgos.

    Sin embargo, siempre confoen lo que los alumnos pueden hacer,que tienen iniciativa, siempre en susposibilidades, en su energa, en su

    juventud. Me permito aqu anotarque en la an se dan prcti-cas muy rigurosas dentro del aula,y an hay docentes con prcticasrgidas, estrictas, autoritarias y hastame atrevera a decir que demasiadoplanas para esta poblacin con

    exigencias tan especificas, de talmanera que los muchachos pocasveces tienen libertad de expresarsus necesidades o sus preferenciaso hasta sus opiniones acerca dealgn planteamiento; para m estapoblacin, segn mi punto de vista,requiere de atencin, de acompaa-miento y de ser escuchados, aunqueparezca paradjico porque siempreestn conectados.

    NUEVOS ESCENARIOS,NUEVAS EXIGENCIAS

    El escenario que nos reclama noes sencillo de abordar, un sistemaeducativo que atraviesa por mu-chos conflictos, alumnos que estasociedad ha tornado mediticosa fuerza de sus exigencias, y unafigura del maestro cuestionada ycon reclamos cada vez ms severos,mediador, gua y de manera espec-fica: maestro en la era digital.

    No basta con resignificar sufigura, sino reforzar su papel demediador entre la cultura y las nue-vas generaciones, que le permitaseguir jugando un rol clave en laproduccin del conocimiento y enel desarrollo de las sociedades. Re-tomando y dando vida a sus estra-tegias, incentivando el poder de lapregunta al interior del aula, vivir

    la pregunta, recuperando el valorde la interpelacin, escuchando asus alumnos, reconociendo la ne-cesidad de no dar por cerradoel conocimiento, motivando aaprender con alegra, propiciandocuriosidad en nuestros alumnos,

    haciendo notar que internet noensea lo ms importante, que esaprender a aprender, a evaluar, adiscutir, a rescatar el valor humanodel conocimiento.

    Mostrar que an en este espa-cio tan inestable, dominado por lastecnologas y la comercializacin,los maestros podemos ser anfitrio-nes de un escenario vigente, quepermita construir vnculos en losque valores como el amor, la liber-tad, la identidad, cobren vida y nospermita, juntos, formar hombres

    y mujeres afiliados al respeto, ala conservacin del medio am-biente, al respeto a la diversidad;en donde la reflexin nos permitareestablecernos como personasms humildes, menos prejuiciosasy ms ticas, y me parece que aquen este territorio s podemos estarlos maestros. @

    REFERENCIASBacher, S. (2009). Tatuados por losmedios.Dilemas de la educacin

    en la era digital. Buenos Aires,

    Argentina: Paids.

    Carneiro, R., oscano, J. y Daz, .

    (2009). Los desafos de las TIC

    para el cambio educativo. Mxico:

    y Santillana.

    Dede, C. (comp.) (2007).Aprendien-

    do con tecnologa. Buenos Aires,Argentina: Paids.

    McFarlane, A. (2001). El aprendizaje

    y las tecnologas de la informa-

    cin. Mxico: -Santillana

    (Biblioteca para la actualizacin

    del maestro).

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    28

    Un da en la vida de los bomberosOlga Martnez Velarde*

    [email protected]

    L leg el da! Asignacin de grupos en la escuela primaria Ramn Lpez Velarde turnovespertino. Me correspondi el cuarto grado. Nuestra escuela es pequea. Se ubica a orillas dela ciudad, en una comunidad de transicin. Los alumnos son hijos de madres solteras, madrestrabajadoras; en su mayora, de escasos recursos econmicos.

    El da de las inscripciones los padres de familia hacan fila con gusto para inscribir a sus

    hijos conmigo; algunos alumnos llegaron a inscribirse acompaados de sus mams. Caritasllenas de alegra en unos, de susto en otros; saban que su maestra sera yo.Mam, mam! Me toc con la maestra Olga! se escuch una vocecita a lo lejos, era

    Cristina.En la fila, Jazmn comenta en voz muy alta:Ya vern! Este ao s voy a trabajar. Les apuesto que vamos a llevar taller de arte.

    La seora Silvia se alegra al ver que ser la maestra de su hijo Vctor Alejandro, quien, un pocosorprendido, le dice a su mam:

    Mam! Ya viste quin ser mi maestra?

    Por otro lado, Jessica, Esmeralda y Alejandra sonren al entregar sus documentos para lainscripcin.

    * Profesora de Educacin Primaria. Actualmente trabaja en el Estado de Mxico, municipio de Huixquilucan,Escuela Primaria Ramn Lpez Velarde. Coordinadora Escolar del (). Asesora cnica Pedaggica, en laZona Escolar 301, Direccin Operativa No. 3 del . Integrante de la Red Metropolitana de Lenguaje.

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    Un cambio en mi prctica docente

    La reforma educativa, trabajar por pro-yectos, innovar, dejar que los alumnos

    elijan sus propios temas de estudio,

    tanta libertad me asustaba. El proyecto

    de los bomberos surgi desde la voz de

    los alumnos con la intencin de trabajar

    proyectos pedagoga en el ciclo escolar

    2009-2010 aceptando los riesgos que

    esto implicaba por la no autorizacin de

    las autoridades escolares. El trabajo

    de equipo con el grupo de 4, la cola-boracin, el entusiasmo, el compromiso

    de las comisiones adquiridas permiti el

    xito de este proyecto.

    Palabras clave:Reforma educativa, prc-

    tica docente, proyecto, libertad, educa-

    cin, nios, sueo, alegra, tolerancia,

    compartir.

    uuuuu

    A change in my teaching ... The edu-

    cational reform, project based work,

    innovate, let students choose their own

    topics of study: such freedom scared

    me. The firefighters project came from

    the voice of the students when intend-

    ing to work with project pedagogy in

    the 2009-2010 school year accepting the

    risks entailed because of the rejection

    of school authorities.Teamwork in group4, cooperation, enthusiasm, commitment

    with acquired tasks: all these ensured the

    success of this project.

    De repente, empec a recordar las caritas de todosmis alumnos de segundo A, del ao antepasado. Meacord que a ellos les impart un taller de arte, unode cocina, otro de pintura, una visita a la comunidad,un da de tacos, una tarde de actividades acuticas, unatarde de Da de Muertos y nuestra tradicional pastorelade Navidad. S, efectivamente, estos nios de cuartogrado fueron mis alumnos hace dos aos y ahora estarnnuevamente conmigo.

    Durante la ltima semana de agosto y las dos pri-meras de septiembre, les coment a mis alumnos queaunque no nos tocara trabajar en este ciclo escolar porproyectos, como a los alumnos de primero y sexto y se-gundo y quinto grados, me agradara que iniciramos con

    un proyecto pequeo. A continuacin, se escuch la vozde Leticia, que acapar la atencin de todo el grupo:Qu es trabajar por proyectos, maestra?

    Hugo intervino en la conversacin:Mi pap habla de los proyectos de su jefe, y el seor

    es arquitecto.

    Agreg ngel:Maestra, yo tampoco s lo que son los proyectos.

    Entonces, para integrar a todos los alumnos en esta con-versacin, agregu:

    Bueno, qu les parece si investigamos juntos lo quees un proyecto? Busquemos el significado de proyecto.

    Y el grupo empez a buscar en su diccionario.

    Repentinamente, Ivn salt como chapuln desde sulugar y dijo:

    Maestra, ya encontr la definicin de proyecto: es

    un conjunto de actividades coordinadas.

    Al fondo del saln, se vio una manita levantada muy an-siosa. Claro!, no poda faltar la participacin de Jovannaquien, con voz bajita, aadi:

    Oiga, maestra, en mi diccionario dice que debe seralcanzado en un periodo de tiempo.

    Un da en la vida de los bomberos

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    entre maestr@s

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    Entonces, se es