ENTREVISTA A RICARDO GERULA

“Me toman por el cura de otra religión”

Es un referente de la radiestesia en Latinoamérica. Tiene profundos conocimientos de geobiología y parapsicología. Un día, desafió a los brujos de todo un pueblo para que le hicieran un maleficio… y nadie se animó. Una charla íntima con un sacerdote fascinante.

Ricardo Gerula es escurridizo. Vive de viaje, con cursos de aquí para allá. Desde que nos enteramos de su existencia, quisimos entrevistarlo. Primero para un programa de televisión… luego, nos quedamos con las ganas de saber mucho más de él.

Lo soborné con unos pancitos integrales caseros y me recibió en su casa. Dicen que a los hombres se los conquista por el estómago: bueno, creo que Ricardo me terminó queriendo mucho, cada tanto se levantaba a buscar un bocado más. “Tres, sólo tres… por la Santísima Trinidad”, me prometía pícaro. Luego perdimos la cuenta.

Sacerdote. Profesor de Filosofía y Letras. Radiestesista. Geobiólogo. Especialista en energía humana. Maestro de reiki. Counselor. Coucher personal. Estudioso de la parapsicología. Es imposible definir a Ricardo Gerula con una sola palabra.

-¿Qué es la radiestesia?-La radiestesia es el arte de sentir las radiaciones… Todas las cosas emiten

partículas, y esas partículas son únicas en cada una de las cosas. Si alguien tiene la sensibilidad muy desarrollada, puede sentir las radiaciones de manera directa. Pero si no, se debe usar un instrumento para captar esas vibraciones tan sutiles que nuestro cuerpo, por haberse separado más de la naturaleza, no las siente.

-¿Qué tipo de instrumentos se pueden utilizar?-Tenemos péndulos, horquetas, varillas. Lo importante es establecer un código con

el inconsciente. Hay quienes utilizan un vaso de agua, cartas, la borra del café, el I-Chin… sólo basta que el código sea preciso. El inconsciente es muy importante, conoce todo a 200 años a la redonda, lee al derecho y al revés, conoce todos los idiomas… por eso, debe ser tomado en serio. No hay que jugar con esta energía. La radiestesia es un recurso excepcional para casos excepcionales. Por ejemplo, el caso del ingeniero agrónomo Néstor Vinelli, que ayudó a encontrar la cámara de José Luis Cabezas.

-Más allá de encontrar agua, objetos o personas perdidas, ¿qué otros usos se le puede dar a la radiestesia?

-Por ejemplo, tenemos la técnica de la compatibilidad. Podemos ver si un medicamento o un alimento son adecuados para cierta persona, si la tierra es apta para determinada planta y también si un nombre es el adecuado para un niño. También se puede aplicar la radiestesia para detectar fallas en circuitos electrónicos y el origen de pérdidas de agua y gas.

-¿Cuándo tuvo contacto por primera vez con la radiestesia?-Yo nací en Azara, un pueblo misionero. De chico veía a los hombres de campo con

la horqueta, en busca de agua. Y yo agarraba una ramita y me ponía a jugar… pero no

sentía nada. En realidad, me di cuenta de que la ejercía intuitivamente cuando conocí a un radiestesista cordobés, Valentín King, quien de algún modo me transmitió su energía.

-¿Cuándo fue consciente de que tenía una sensibilidad especial?-No hubo un momento preciso, fue algo paulatino. A mí siempre me atrajo lo

misterioso. Esa creencia en lo que se sale de lo normal hace que el inconsciente colabore con vos. Y mientras más te entregues al inconsciente, más te aporta. En parte influyó que sea hijo de ucranianos: me criaron con mentalidad oriental. Los orientales utilizamos más el hemisferio derecho del cerebro, vinculado a las imágenes, a la creatividad.

-¿Cómo entró en contacto con los temas paranormales?-Bueno, venía gente a la parroquia y me pedía ayuda porque creía que le habían

hecho un maleficio. “Padre, me dejaron sal en la puerta”, me decían. Y yo agarraba la sal, la disolvía en agua y me la tomaba. Y ellos, asombrados, me miraban y veían que no me pasaba nada. Empecé a estudiar parapsicología, los fenómenos de sugestión. En San Nicolás, una vez desafié a todos los brujos a que me hicieran un trabajo, pero que se atuvieran a las consecuencias… ¿Podés creer que ninguno se atrevió? Después, hice un curso de control mental… y mi aprendizaje siguió intuitivamente, con muchas lecturas.

-¿Alguna vez fue convocado para resolver algún caso?-Sí, cuando trabajaba con la técnica de pantalla mental. ¿Pero qué pasa? Vos podés

ver el lugar, pero no sabés dónde está. La mamá de un soldado de Malvinas, el teniente Miguel Ángel Giménez, me vino a ver porque no tenía noticias de su hijo. Yo en aquella época era medio brutito, no sabía las consecuencias de una respuesta. Y le dije: “Mire, un misil impactó contra la nave y la partió en dos, cayó en un arenal. Su hijo está muerto”. La mujer salió a los gritos. A veces, la gente pregunta, pero no está preparada para la respuesta. Nunca me creyó. Consultó con radiestesistas de Europa, y le decían que el joven estaba vivo, prisionero de los ingleses. Dos años después de la guerra, se removieron las arenas de un cerro y encontraron el cuerpo.

-¿Tuvo problemas con la Iglesia por estudiar estos temas?-Muchos me toman por el cura de otra religión, pero la radiestesia, la geobiología y

el reiki no contradicen en nada al dogma cristiano. Me ha pasado que algunos obispos quieran impedir que brinde mis cursos. Incluso llegó a aparecer un “arrepentido” de mis prácticas de reiki, diciendo que le había hecho un mal.

-¿En qué cree usted?-Creo en el Dios que describe Pablo en Hechos de los Apóstoles (17:28): “en Él

vivimos, nos movemos y existimos”. Fijate cómo el concepto que da coincide con la idea de la energía universal. En la vida cotidiana no me hago mucho problema si esto en presencia o no de Dios: yo vivo en Dios y ya está.

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