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Tema 17 Tema 17 Equipamiento, material didáctico y materiales curriculares en Educación Preescolar e Infantil. Selección, utilización y evaluación de los recursos materiales. Las tecnologías de la información y de las comunicaciones

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Tema 17Tema 17

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TEMA 17

ITEMS

17.1 El equipamiento, material didáctico y materiales curriculares en educación infantil.

17.1.1 Equipamiento de la institución. 17.1.2 Material didáctico. 17.1.3 Materiales curriculares en educación infantil.

17.2 Selección, utilización y evaluación de los recursos materiales

17.2.1 Aspectos a tener en cuenta en la selección del mobiliario y los materiales didácticos.

17.3 Criterios de selección y utilización de materiales audiovisuales y de las nuevas tecnologías en la educación infantil

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1. Sobre los materiales del aula de educación infantil 2. Importancia de las actividades, las experiencias y los

procedimientos 3. Los recursos didácticos. Las tecnologías de la

información y las comunicaciones. Criterios para su selección y utilización. La biblioteca como recurso organizado y lugar de aprendizaje.

4. Las tecnologías de la información y de la comunicación

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DESARROLLO DEL TEMA

17.1 El equipamiento, material didáctico y materiales curriculares en educación infantil.

17.1.1 Equipamiento de la institución. 17.1.2 Material didáctico. 17.1.3 Materiales curriculares en educación infantil.

17.2 Selección, utilización y evaluación de los recursos materiales 17.2.1 Aspectos a tener en cuenta en la selección del mobiliario y los materiales didácticos 17.3 Criterios de selección y utilización de materiales audiovisuales y de las nuevas tecnologías en la educación infantil. Introducción El equipamiento de la institución incluye no solo el mobiliario escolar, sino también aquel que resulta necesario para proveer a las diferentes zonas de trabajo del centro y que coadyuvan al desarrollo exitoso de la labor docente. Atendiendo a los servicios que brinda la institución, resulta el equipamiento que esta debe poseer. Existen centros donde se elaboran los alimentos de los niños y en los cuales, los mismos duermen la siesta y se les realiza, un aseo parcial o se les baña, por lo que los mismos requieren de un equipamiento especial. Si los centros poseen salas de lactantes, el equipamiento debe comprender todos los accesorios de una cocina dietética o pantry, así como aquellos destinados a garantizar la estancia de los niños en la institución durante el sueño y una vigilia activa. Corresponde también incluir en el equipamiento de la institución el mobiliario de la dirección y/o administración del centro, así como un local destinado a las actividades y reuniones metodológicas con el personal docente. Algunos centros poseen personal médico y paramédico, los cuales deben contar con un local con su correspondiente equipamiento. Al referirnos al mobiliario escolar tendremos en cuenta tanto el perteneciente a los salones, como el de las áreas exteriores, así como el equipamiento necesario para los locales sanitarios, de aseo y baño. Como es bien conocido el trabajo educativo constituye la tarea medular de la institución infantil, que se propone formar al niño acorde con los principios de la sociedad, y en la que se deben desarrollar al máximo todas sus posibilidades físicas, intelectuales, estéticas y morales que habrán de convertirse en características estables de su personalidad. El logro de tales objetivos implica una adecuada planificación y organización de todos los factores que de una forma u otra intervienen o actúan en el proceso educativo.

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Es decir, el desarrollo armónico de la labor educativa exige el organizar todos y cada uno de los procesos y actividades que intervienen en la labor de la institución infantil así como los factores materiales que coadyuvan a desarrollar eficazmente el programa educativo y su eficiente asimilación por parte de los niños. El presente tema tiene como objetivo normar y unificar aspectos relacionados con el equipamiento material de la institución, los materiales didácticos y curriculares así como, los requisitos a tener en cuenta en la selección, utilización y evaluación de los recursos materiales.

17.1.1 Equipamiento de la institución.

El ambiente del centro infantil se puede considerar desde dos puntos de vista:

1º. El ambiente humano, fundamentalmente dado por la relación entre los niños y las niñas y los adultos que los atienden y educan.

2º. El ambiente físico, que se relaciona directamente con la organización, distribución y funcionamiento de los factores materiales, principalmente el espacio.

El acondicionamiento correcto del centro infantil influye en los resultados del trabajo de la institución, porque cuando están garantizadas las condiciones mínimas para el mismo, este se realiza con más calidad y los resultados son mejores Para todas las dependencias del centro infantil existen factores y condiciones que se han de tomar en cuenta, y que por su significación toman el carácter de generales. Entre estos factores y condiciones tenemos:

El mobiliario. La iluminación. La ventilación. El cromatismo. El ornato y la estética.

El mobiliario tiene una importante significación dentro del diseño y organización del centro infantil, pudiendo constituir una ayuda o un impedimento para la realización del trabajo educativo. El mismo ha de facilitar la actividad del niño, y a su vez, la labor de los maestros y asistentes. Con respecto a estos últimos se señalan como aspectos positivos de un mobiliario adecuado:

a) Permite un mejor empleo de su actividad física, ahorrando esfuerzos

innecesarios para el cumplimiento de su tarea.

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b) Favorece la ejecución de los procesos de acuerdo con los programas establecidos, disminuyendo la posibilidad de accidentes durante su realización.

c) Posibilita la obtención de resultados más rápidos y efectivos en el

aprendizaje de hábitos higiénico - culturales de los niños y niñas.

El mobiliario del centro infantil requiere de un profundo estudio antropométrico, valorando diversos factores, tales como la talla, el peso, la conformación morfocorporal, entre otros aspectos, tanto de los niños como del personal, por lo tanto es necesario determinar el tamaño y volumen de cada de uno de los muebles y equipos, de los componentes de los baños, de los elementos mecánicos del área exterior de juego, de la longitud y altura de las cunas y camitas, de la separación de sus barrotes, etc.

A pesar de que el mobiliario puede ser muy diverso, se pueden señalar algunas consideraciones en cuanto a su uso y selección:

Ha de responder a las particularidades del desarrollo físico y motor, y

psíquico, de los niños y las niñas.

Ha de facilitar el trabajo del personal del centro infantil. Han de ser estructuras livianas, que posibiliten su fácil traslado, y

permitan a su vez su transformación para los distintos tipos de actividades que se realizan en los centros.

Unido a su ligereza han de ser, no obstante, fuertes para soportar el

uso constante, de colores firmes, sin bordes peligrosos ni partes desprendibles.

Han ajustarse a las particularidades y condiciones de cada local, de

acuerdo con la función que cada uno tiene, pero a su vez poder ser intercambiable entre uno y otro cuando sea posible.

No han de ser en extremo costosos, para posibilitar su sustitución por

deterioro o accidente. No ser excesivo en número, para facilitar salas y locales funcionales, y

donde los muebles y objetos no constituyan obstáculos para el desarrollo de las actividades y funciones de cada espacio.

Los locales de la institución infantil pueden dividirse en tres zonas:

Zona docente – administrativa y de salud. Zona de servicios. Zona de uso directo de los niños.

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Estas zonas o locales responderán a la forma que adopte el centro en su prestación de servicios. Zona docente – administrativa y de salud. Esta zona está integrada por: La dirección – administrativa y un vestíbulo. Un gabinete metodológico (lugar donde se reúne el equipo educativo para realizar las actividades metodológicas) La enfermería.

Cada local y aula, por su función, tiene un tipo de mobiliario específico, así por ejemplo, el local de la dirección ha de tener uno o dos escritorios pequeños, el archivo donde recopilar información y expedientes; algunas sillas para recibir personas, etc., y nada mas, puesto que la labor fundamental del director o directora no es permanecer en este local sino controlar el trabajo en toda la institución. El vestíbulo es el lugar ideal para brindar información a los padres de familia, por lo que en el mismo ha de situarse un tablero donde puedan colocarse las diferentes comunicaciones: avisos de reuniones, consejos sobre la educación de los hijos, el reporte de la alimentación diaria de los niños y niñas, fotos de niños y actividades, entre tantos. El mismo debe contar con el mobiliario adecuado para permitir la posible estancia de los padres en la espera de sus hijos o durante reuniones que se realicen con los docentes, así como por personas que acudan al servicio y esperen ser atendidos. Este local debe contar con diferentes muebles tales como butaca, sofá y mesa de centro.

En algunos centros suele colocarse un buzón para que los padres dejen por escrito cualquier solicitud, inquietud o sugerencia, así como un pequeño estante para libros y publicaciones sobre la educación de los niños de estas edades, asequibles y comprensibles, y que pueden consultar los padres de familia si tienen necesidad de permanecer durante un tiempo en la recepción. La ubicación de la zona de la dirección y de la administración debe permitir el acceso a los padres o personas que han de realizar alguna gestión sin necesidad de pasar a otras zonas de la institución. En ella realizan labores el director o directora y el administrador o la administradora. La dirección debe contar con el mobiliario adecuado para facilitar el trabajo de la directora o director y de la administradora o administrador por lo que debe poseer dos buroes de una torre, con sus correspondientes butacas ligeras, una computadora y en su defecto un archivo de gavetas, una vitrina para llaves, estantes cerrados y abiertos, un cesto para papeles con tapa y el teléfono.

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Deben existir al menos dos butacas más para ser utilizadas por las personas que acudan a la institución a entrevistarse con ellas. En la computadora o en el archivo se controlarán los expedientes de los niños y del personal; los documentos de planificación del trabajo; la documentación del director(ra) y de la administración de carácter limitado. En la vitrina para llaves se guardarán debidamente clasificadas todas las llaves de las distintas dependencias de la institución. Puede existir un mural que se utilice para la divulgación de la labor de la institución y la orientación de la familia para la continuidad del proceso educativo en el seno de la misma. El gabinete metodológico es el lugar donde se realiza la preparación metodológica del personal docente, por lo que debe estar provisto de una mesa con sus sillas alrededor de la cual puedan ubicarse los docentes para desarrollar sus sesiones de trabajo. Debe contar además con anaqueles para guardar la bibliografía de trabajo y de consulta, estantes abiertos donde situar los medios y recursos didácticos, el mural de avisos a los docentes sobre las diversas actividades metodológicas que se desarrollarán en el centro en una etapa determinada, etc. De esta manera, de acuerdo con la función del local se sitúa el mobiliario, tomando en cuenta los factores y condiciones generales anteriormente expuestos. El gabinete puede contar además con una computadora donde se almacene la bibliografía necesaria para la auto preparación y superación del personal docente, así como los datos relacionados con la caracterización de los niños. En su defecto constará con estantes para ubicar los letreros y materiales curriculares que garanticen la auto preparación y superación de los docentes. Poseerá otros equipos tales como una vídeo, equipos de música y televisor. Se incluirá en el equipamiento el franelógrafo y la pizarra, los cuales se utilizarán en las demostraciones y explicaciones pertinentes durante las sesiones de trabajo metodológicas del personal docente Otra dependencia importante de la institución es la enfermería, en la misma se realiza una gran parte de las tareas encaminadas al control y chequeo de la salud de los niños y trabajadores, así como las tareas preventivas encaminadas a ello. En la misma debe existir un servicio sanitario o baño para el uso de los niños que encuentren recibiendo atención médica.. En el local de la enfermería trabajan el médico y la enfermera, o uno de ellos, en dependencia de las condiciones de la institución. Este local debe estar equipado con el buró para el trabajo de los especialistas con sus correspondientes butacas. Debe contar además con:

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1 mesa de reconocimiento. 1 pesa tallímetro. 1 pesa de masa 1 espejo.

Para los niños que necesiten la atención y observación del especialista por afección presentada durante su estancia en el centro, se debe contar con una cuna para los más pequeños y con un catre, o una cama pequeña para los mayores. Debe existir una vitrina dotada de los medicamentos necesarios para dar los primeros auxilios, tanto a los niños como al personal docente. Ha de completar el equipamiento un mueble que permita archivar los expedientes de los niños y trabajadores y en el mejor de los casos una computadora para ser utilizada con estos fines La zona de servicio La zona de servicio estará en correspondencia con las tareas asistenciales que adopte la institución. Si en la misma se ofrece almuerzo a los niños y el mismo es allí elaborado, debe contarse con los locales y el equipamiento necesario para esto. Debe poseer una cocina general donde se elaborará los alimentos, la cual debe contar con equipos tales como: cocinas, hornos, máquinas para batir, pelar, jugueras, utensilios de cocina, vajillas, cubiertos, jarras o vasos y equipos de refrigeración. Deben existir estantes o anaqueles para el almacenamiento y protección de estos medios. De existir salón de lactantes, el centro debe contar con una cocina dietética o pantry que poseerá un equipamiento destinado a estos niños, donde se procesarán algunos de los alimentos de estos, así como las fórmulas de leche y el agua. Para esto, debe estar equipada con una cocina, un refrigerador, la vajilla para los lactantes y los anaqueles debidamente protegidos de todo tipo de vector Zona de uso directo de los niños. Esta zona resulta la de mayor importancia de la institución y sobre la que los docentes deben tener un mayor conocimiento. Sin embargo, es por esto, que vale la pena redundar en algunos específicamente, tales como la sala de lactantes y los salones de los grupos mayores, los cuales poseen determinados requerimientos.

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La sala o salón de lactantes debe contar con un número de cunas que se corresponda con la capacidad de atención de niños que esta posea. Las mismas deben ser ubicadas en el salón por subgrupos de edades y estar debidamente rotuladas con el nombre de los niños y niñas, el subgrupo al que pertenece así como el tipo de leche que toman.Este procedimiento permitirá agrupar a los niños y las niñas de iguales edades que deben dormir en los mismos horarios y además facilitará el trabajo del docente en la identificación y alimentación de los niños y las niñas. El área en que se ubiquen las cunas, será la más tranquila y aislada del salón, de manera que se garantice las condiciones higiénicas necesarias para el sueño reparador. Los niños y las niñas que ya han iniciado el desarrollo de la marcha pueden ser acostados en catres o esteras, por lo que la sala debe contar con estos. En dependencia del clima, esta área de sueño debe contar con ventiladores o equipos de aire acondicionado o calefacción. El salón de actividades de la sala de lactantes debe poseer el siguiente equipamiento: un corral colectivo y uno individual, en el primero se ubicarán varios niños y niñas de los subgrupos menores que aún no gatean, los niños y niñas que si lo hacen, se ubicarán en la zona de gateo del interior del salón. El personal que trabaja con los niños y niñas deberá permanecer en esta zona con zapatillas las cuales están destinadas a preservar las condiciones higiénicas necesarias para ese lugar, ya que en la misma los niños gatean apoyando sus manos, las cuales pueden llevarse a la boca.. Los niños y las niñas más pequeños serán ubicados en el corral individual. En los casos en que exista coincidencia en el horario de los niños mayores y menores, estos últimos deben ser ubicados en el corral individual. Dentro de esta área pude ubicarse una mesa con bordes, puertas y gavetas que sirvan de apoyo al niño al caminar y para abrir y cerrar dichas puertas y gavetas también debe ubicarse una rampa escalera, sillas bajas, carros estímulos así como juguetes apropiados para la edad, los cuales pueden estar ubicados en un depósito plástico de 50 cm x 50 cm de diámetro y de 10 a 15 cm de alto, de manera que sea posible para los niños alcanzar los juguetes de forma independiente Durante el proceso de alimentación los niños y niñas más pequeños son alimentados en el regazo del adulto, pero una vez que son capaces de sostenerse sentados deben hacerlo en una mesa particularmente diseñada para permitir que se alimenten sin que se caigan, esta mesa llamada mesa duplex posibilita que una misma educadora alimente a dos niños a la vez y que se encuentran sentados de forma oblicua a la posición que ella ocupa en su propia silla..

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Pueden también ser utilizadas mesa y sillas bajas para el desarrollo del proceso de alimentación y para la realización de actividades pedagógicas, con los niños y las niñas que ya se mantienen firmes sentados y han iniciado el desarrollo de la marcha erecta Este salón de primer año debe contar con un baño, el cual posea las condiciones necesarias para efectuar el aseo sistemático de estos niños, así como sillas sanitarias, orinales, los cuales estarán discretamente rotulados para garantizar su uso individual, los mismos serán usados por los niños y niñas que ya se sostienen sentados, existirán estantes para colocar la ropa limpia y un depósito o contenedor para la ropa sucia. La sala debe contar con un mural de documentación en el cual se exponen los horarios de vida o rutina diaria así como la frecuencia de actividades docentes de cada uno de los subgrupos, también se puede exponer la relación de niños intolerantes a algunos alimentos. A partir del segundo año de vida el equipamiento de los grupos posee cierta similitud en cuanto al tipo de mobiliario. En este sentido, el mobiliario escolar no tan solo se refiere al mueble del aula común el pupitre o mesa y silla, sino también a todo el equipamiento de un local docente especializado incluyendo por supuesto, salones de música y las áreas de juego. Este mobiliario del centro infantil desempeña una función destacada en el proceso educativo y no puede considerarse como un factor aislado, independiente del contexto en que está situado el salón, ya que en conjunto facilitan el cumplimiento de las tareas y el logro de los objetivos educacionales. . El salón de los niños y las niñas de segundo y tercer año de vida (1-2 y 2-3 años) debe poseer sillas, mesas y catres en cantidades que se correspondan con la matrícula del grupo y que se adecuen a la talla de los mismos Contar con un espejo, ubicado a la altura de los niños y las niñas resulta un elemento que contribuye al desarrollo de la conciencia del yo en los mismos. El equipamiento de este salón comprende una tabla de equilibrio, una tabla acostillada, un banco de equilibrio, todos los cuales resultarán indispensables para el dominio de la marcha de los niños y niñas al culminar la etapa. El equipamiento de los salones de los grupos de cuarto quinto y sexto años de vida (3-4, 4-5 y 5-6 años) han de poseer igualmente sillas, mesas y catres suficientes para cubrir las necesidades de todos los niños y las niñas. Este mobiliario debe corresponderse con la norma establecida sobre el mobiliario para los niños y niñas de estas edades. Contar con los medios necesarios para el desarrollo de la actividad física, tales como: banco gimnástico, viga de equilibrio, espalderas, colchones y otros que permitan la realización de los más variados ejercicios físicos.

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Resulta común para todos los salones de la institución el contar con estantes abiertos y de tamaños adecuados a la talla de los niños que permitan a los mismos la libre selección de juguetes y medios didácticos . Cada salón debe contar además con un mural de documentación donde se exponga lo anteriormente explicado. Se incluye además en el equipamiento de estos salones, los franelógrafos, los porta láminas, las pizarras magnéticas y las convencionales, así como un espejo para que los niños y las niñas se identifiquen con su imagen corporal. En los centros debe existir televisor y video casetera, los cuales, en dependencia de las posibilidades materiales, serán ubicados en un salón de uso común o en los respectivos salones de los niños y las niñas. De igual manera se comporta la ubicación de las computadoras, las cuales pueden centralizarse en un local y sean los niños y las niñas los que roten por el mismo. Cada salón debe poseer su servicio sanitario, el cual debe estar más cercano al salón del grupo en la medida en que los niños y las niñas sean más pequeños. El equipamiento de este local lo componen los estantes para colocar los cepillos de dientes y los peines, los cuales deben estar rotulados. Contará además, con un toallero para el aseo. El rótulo con el nombre del niño o la niña puede acompañarse con una silueta de un objeto o animal, el cual previo, convenio con el niño o la niña lo identificará De esta forma el niño o la niña podrá independientemente hacer uso de estos útiles para su aseo personal. En los centros infantiles en los que los niños y las niñas reciben aseo y baño debe existir además el taquillero para guardar la ropa de los mismos, así como contenedores para el depósito de la ropa sucia.. Las áreas exteriores de la institución resultan un espacio que debe ser ampliamente utilizado por los niños y las niñas las mismas deben contar con el equipamiento siguiente: arenero, pileta, laberintos, aparatos mecánicos tales como: columpios, toboganes, canales para deslizarse, botes para balancearse, tiovivos y equipamiento para la actividad física gruesa como son: escaleras, neumáticos coloreados, laberintos, casas de muñecas etc.. También pueden ubicarse implementos para la trepa, la escala y otros ejercicios físicos Debido a que en los niños y las niñas de estas edades se encuentra en plena formación su sistema óseo muscular, estos no deben permanecer durante tiempos prolongados en una misma posición por lo que en las áreas exteriores deben colocarse bancos, sillas y mesas, esteras y todo tipo de mobiliario que facilite a los niños y las niñas sentarse o tenderse para la realización de diversas actividades a productivas, tales como dibujo, modelado, construcción y el desarrollo de los diferentes argumentos de los juegos de roles.

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Existen centros infantiles, especialmente en países cálidos, que tienen una alberca o piscina en el área exterior para la realización de actividades de natación por los niños y las niñas. 17.1.2 Material didáctico Los medios de enseñanza son todos aquellos componentes del proceso educativo que le sirven de soporte material a los métodos, para posibilitar el logro de los objetivos planteados En la educación infantil resulta muy frecuente y necesaria la utilización de medios de percepción directa ya que estos niños y niñas se inician en el conocimiento del mundo y sus relaciones, por lo que necesitan ir formando sus propias representaciones de los objetos y fenómenos de la realidad que los circunda. El uso de estos materiales didácticos reduce el tiempo de aprendizaje, haciéndolo más efectivo, pues al objetivar el proceso se aprovecha al máximo la participación de los sistemas sensoriales, logrando una mejor formación y permanencia de las representaciones en la psiquis infantil. Los materiales didácticos integran la categoría de medios de percepción directa, con su uso el educador puede elevar la efectividad del sistema educacional al asumir los niños y las niñas una posición activa y directa en la asimilación de los contenidos. Otra característica que distingue a los materiales didácticos es la que para su uso no necesitan recursos técnicos, sino que solo requieren de los mecanismos sensoperceptuales. Estos materiales se caracterizan por ser fácilmente manipulables, es decir, que los niños y las niñas pueden operar con ellos, obtener información variada sobre los mismos, cambiar la posición de sus partes para crear nuevas situaciones, aspectos estos que propician una conducta activa en la construcción del conocimiento en los mismos. Al seleccionar los materiales didácticos debe tenerse en cuenta la etapa de la vida de los niños y las niñas con los que se trabajará, así como el nivel de desarrollo que estos poseen. Por lo que el educador debe desarrollar la habilidad de seleccionar aquellos materiales didácticos que potencien el desarrollo de sus niños y niñas y que en la interacción con los mismos provoquen el surgimiento de emociones positivas que contribuyan al desarrollo cognitivo de los infantes. A continuación se relacionan algunos materiales didácticos de uso frecuente en la educación infantil. Los más comúnmente utilizados en este nivel son los objetos tridimensionales, estos constituyen representaciones volumétricas de objetos reales, los cuales resultan medios muy efectivos para la asimilación del

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patrón sensorial forma. Entre estos se encuentran los tableros excavados de figuras geométricas, los mismos pueden ser diferentes en la forma, o de igual forma, pero de diferentes tamaños, también se utilizan excavados con siluetas de objetos, animales, fenómenos naturales y otros. Estos objetos tridimensionales pueden representar casas, medios de transporte, animales, así como a diversos objetos que resulten familiares a los niños y las niñas. Los mismos poseerán excavados, con sus correspondientes piezas para insertar. Este tipo de material didáctico da la posibilidad a los niños y las niñas de operar libremente con las piezas y encontrar así las relaciones entre cada una de ellas y su excavado correspondiente así como también establecer relaciones espaciales. El uso de materiales didácticos para el conocimiento del color y sus matices resulta muy importante en estas edades. Por lo que pueden utilizarse tableros de colores muy bien definidos, los cuales deben acompañarse de piezas de diferentes tipos pero de igual color para que los niños sean capaces de asociarlos. Los juegos de dominó de colores, y/o de forma resultan materiales didácticos muy beneficiosos para lograr la asociación y la identificación de estos patrones sensoriales. Otros materiales que permiten trabajar la identificación es el juego de lotería de colores, los saquitos maravillosos que contienen objetos de diferentes forma y color y otros muchos. Para el tratamiento del patrón sensorial tamaño, pueden utilizarse juegos de inclusión y pirámides con piezas de diferentes formas pero de tamaños contrastantes. Igualmente pueden suministrarse a los niños y niñas objetos de una misma naturaleza pero de diferentes tamaños para que estos realicen la seriación, en orden ascendente, descendente o sobre la base de la selección de los elementos más contrastantes por el tamaño. Existen materiales didácticos que tienen usos multipropósitos, ya que un mismo material puede ser utilizado por niños y niñas de diferentes edades y con diferentes objetivos didácticos, planteándoles además tareas con diferentes niveles de complejidad. Por ejemplo una pirámide de seis aros de diferentes tamaños puede ser utilizada con niños de 1 a 2 años, solo con el propósito de que estos ensarten 2 ó 3 piezas sin atender al tamaño, en cambio con niños de 3 años puede pedírseles que ordenen estas tres piezas en orden ascendente o descendente. A niños de 4 a 6 años, pueden aumentárseles progresivamente el número de piezas a ensartar en un determinado orden y también cambiarle el orden de la colocación. Si se atiende al criterio de que el material didáctico debe elaborarse atendiendo a las características psicológicas de la edad, puede suponerse que los

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materiales didácticos para los niños de la edad temprana, deben estar encaminados a desarrollar acciones simples de correlación tales como: armar rompecabezas sencillos (2 piezas) e irlos complejizando según el nivel de desarrollo de los niños, así como acciones de tapar y destapar objetos, enroscar tapas a pomos u objetos que le correspondan, unir piezas para formar un todo sencillo y otras. En estas edades los materiales didácticos deben además, contribuir a la asimilación de las acciones instrumentales, por lo que se deben utilizar, objetos donde la relación entre ambos está dada a partir de un instrumento tomado en la mano del niño. En cambio, en las edades de 4 a 6 años deben utilizarse objetos variados que promuevan en el niño el desarrollo de la función simbólica de la conciencia, o sea la sustitución de un objeto real por otro que se utilice con la función del primero. Las láminas, tarjetas, filminas y videos que se utilicen con los niños deben variar de una etapa a otra del desarrollo. Resulta necesario en las primeras edades presentar a los niños ilustraciones donde los objetos, animales y fenómenos de la naturaleza, se presenten de manera clara y completa, sin otros atributos que puedan dispersar la atención de los niños sobre el mensaje que se pretende trasmitir. Posteriormente y con el avance en el desarrollo perceptual y del pensamiento representativo, las ilustraciones pueden ser más completas, complejas y variadas, presentando diferentes aspectos de la realidad en sus relaciones. Igual fundamentación recibe la elaboración y/o utilización de siluetas para el desarrollo de escenificaciones, teatro de títeres. Los materiales didácticos utilizados en las seriaciones y en la formación de conjuntos con los niños y las niñas de edades mayores deben poseer las diferencias requeridas en cuanto a las proporciones de tamaño y forma así como con la propiedad color. Los juguetes cuando son adecuadamente seleccionados por el adulto, atendiendo a las necesidades e intereses de los grupos evolutivos, resultan materiales didácticos muy efectivos en el proceso educativo. El juego constituye para el niño la esencia de la infancia y el juguete su instrumento mediante el cual adquiere experiencias y comienza a conocer el mundo circundante. El juguete favorece la interrelación de los niños y activa y desarrolla su lenguaje; contribuyendo a que reproduzca más completamente las impresiones recibidas y se expresen, no sólo con acciones, sino además, con palabras lo que les da la oportunidad de poner en práctica la habilidad y les ayuda a incorporar los elementos necesarios para un buen desarrollo físico e intelectual.

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La importancia del juguete radica fundamentalmente en que el niño; en su afán de conocer lo que le rodea, aprende mediante estas leyes naturales y sociales; el juguete sirve además de fuente de entretenimiento al niño, encontrando en la actividad elementos para un buen desarrollo emocional, y por último, el juguete tiene a su vez un valor terapéutico. Los juguetes para lactantes en su manipulación deben ofrecer seguridad y deben eliminarse todos los que ofrezcan peligro, como juguetes terminados en punta, de pequeñas piezas desprendibles, etcétera. Además deben ser ligeros, no muy grandes, irrompibles, ya que los niños deben manejarlos de continuo, de colores atractivos y sonidos; el juguete también debe motivar en el niño el interés por descubrir y crear nuevos usos, lo que enriquece su imaginación, por lo que en estas edades deben acercarse lo más posible a la realidad. Los juguetes para los niños de otras edades deben ser objetos comprensibles para estos en su utilización y ser portadores de valores sociales y humanos que contribuyan a la formación de la naciente personalidad infantil y a su identidad personal. 17.1.3-Materiales curriculares en educación infantil. Cuando hablamos de currículo debemos hacernos los siguientes cuestionamientos: ¿ Para qué?, ¿En qué?, ¿Cómo? y ¿Cuándo? se educa a los niños. Las respuestas a estos cuestionamientos deben encontrarlas los docentes en los materiales curriculares que conforman el currículo de un nivel de enseñanza determinado, ya sea a nivel nacional, regional o institucional. Todo currículo en su concepción y en dependencia del sistema social a que responde, debe poseer una fundamentación filosófica, sociocultural y antropológica, biológica, psicológica, pedagógica, ecológica y ambientalista, y en algunos sistemas educacionales, religiosa. Este planteamiento infiere la necesidad de un documento curricular que explique a los docentes en ejercicios, los puntos de partida de su posición educativa. Debe plasmarse en los documentos curriculares el fin de la educación que se persigue con los niños de este nivel educacional, por lo que además deben plantearse en dichos documentos los objetivos y propósitos generales en cada ciclo o etapa y los logros que deben alcanzarse por los niños. Lo antes expuesto puede formar parte del programa o proyecto. Deben también estar presentes los contenidos a trabajar con los niños en los diferentes momentos del curso y/o de la etapa. Forman parte de los documentos curriculares las orientaciones metodológicas para el desarrollo del proceso educativo, donde se particularice como desarrollar el mismo en cada uno de los ciclos.

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Es bien sabido que existen métodos generales que pueden utilizarse con los niños de estas edades y métodos particulares imprescindibles para determinadas edades, tanto en la actividad docente, como en las actividades libres y en el juego con los niños, por lo que los documentos curriculares deben recoger los mismos. El centro infantil ha de tener un reglamento higiénico - sanitario que norme, entre otras cosas, los procedimientos de higiene de la cocina general y la dietética, para evitar el desconocimiento o la introducción de criterios desacertados en su labor, el cual ha de ser de estudio constante del personal manipulador de alimentos. A su vez ha de tener igualmente un reglamento que establezca la forma de manipular y preparar los distintos alimentos, y el uso de procedimientos para su cocción y servido. Por supuesto, la existencia de un manual de dietas que señale los distintos menús a preparar para la alimentación de los niños, científicamente concebido para satisfacer todos los requerimientos nutricionales de los niños, es también de absoluta necesidad. Lo más importante de estos tres documentos es que regulan la labor de la alimentación y su realización, y que impiden que las cosas se hagan por libre criterio, los cuales pueden ser a veces muy apartados de lo técnicamente aconsejable. Algunos currículos consideran necesario realizar un proceso de adaptación de los niños y las niñas a las nuevas condiciones de la institución, por lo que deben contar con un documento que rija, oriente y norme el mismo. Todo currículo debe tener su concreción en un tiempo y un espacio determinado, por lo que deben existir, formando parte de los documentos curriculares, las rutinas diarias u horarios de vida, así como las frecuencias de actividades docentes. La estructuración, distribución y utilización del espacio interior y exterior de la institución, debe ser normado en un documento curricular. La utilización de materiales didácticos, equipamientos, juguetes y otros medios, como ya se ha explicado en este tema se corresponde con las características de las edades de los niños, por lo que resulta indispensable que el currículo posea un material donde se explicite al docente el cómo utilizar estos materiales, con cuáles niños deben utilizarse y cuál es el objetivo que se persigue con su uso. La concepción de la evaluación, y las vías que utilizará el docente para materializarla deben constituir una parte importante de los materiales curriculares, pues la misma permite medir la eficiencia del programa trabajado, constituyendo así una validación del mismo, dando además una prueba del desempeño profesional de los docentes.

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Resulta necesario además considerar como materiales curriculares aquellas circulares, reglamentaciones, orientaciones emanadas de las instancias superiores o de niveles centrales de la educación que completen, modifiquen o adicionen aspectos necesarios a la documentación curricular existente. Es bien sabido que la velocidad y continuidad del desarrollo social supera en actualidad al currículo, por lo que en ocasiones resulta necesario hacer uso de estos documentos para lograr una más efectiva concreción del mismo. 17.2 Selección, utilización y evaluación de los recursos materiales 17.2.1 Aspectos a tener en cuenta en la selección del mobiliario y los materiales didácticos. Como ya ha sido explicado en un epígrafe anterior de este tema, el adecuado mobiliario contribuye al desarrollo exitoso del proceso pedagógico y, a propiciar comodidad y bienestar a los niños y las niñas. A la hora de seleccionar el mueble para cada niño, deben tenerse en cuenta las normas higiénicas para la confección del mobiliario infantil. Es importante considerar además, que las dimensiones humanas varían con el sexo, la edad, el grupo racial y otros factores, por lo que difícilmente se encontrarán en dos niños las mismas dimensiones. Por lo tanto, en el momento de la dotación de muebles deben analizarse detenidamente las dimensiones antropométricas de los niños, para distribuirlos en función de las características somatométricas de estos y no tan solo en función de la edad. Cuando se emplean muebles de iguales dimensiones para todos los niños de un mismo año de vida, solo una parte de estos estará en condiciones de aprovecharlos óptimamente; para otros, los muebles serán altos, bajos, anchos o estrechos. Este problema resulta menos frecuente en los niños de edades tempranas, los cuales poseen dimensiones antropométricas bastante semejantes. El mobiliario debe ser lo suficientemente flexible para que permita el desarrollo de todas las actividades que implica la enseñanza: el mueble debe guardar una concordancia muy estrecha con su función. Pero el mueble no solo debe ser el adecuado para el proceso educativo, sino que debe ser ante todo cómodo para el niño y la niña Si el mueble se construye sin tener en cuenta las dimensiones y proporciones corporales de los educandos, es indiscutible que no desarrollará adecuadamente la función para la que fue concebido. Un niño sentado durante mucho tiempo en una silla que no sea la adecuada para su tamaño se ve afectado notablemente en su salud, así como en su aprovechamiento docente: analicemos el por qué.

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Los niños de estas edades están atravesando los períodos más importantes de su desarrollo físico, y si el mobiliario no se ajusta a las demandas de ellos, aparecerán progresivamente numerosos trastornos. Los problemas más evidentes son los posturales, que en muchos casos, cuando no son tratados a tiempo son irreparables. Algunas dimensiones del mueble escolar que resultan fundamentales para propiciar la comodidad de los niños y las niñas son:

1. Altura de la mesa o superficie de trabajo. 2. Altura del asiento. 3. Longitud del asiento. 4. Ancho del asiento. 5. Ancho y alto del respaldo.

Además, el mobiliario de la institución infantil es óptimo cuando posibilita al niño que:

1. Los muslos estén en ángulo recto con las piernas. 2. Los pies estén bien apoyados en el suelo. 3. Los muslos no se opriman con la superficie de trabajo. 4. Exista un espacio libre entre la parte posterior de la pierna y la parte

delantera del asiento. 5. El asiento no presione la parte distal de los muslos. 6. Los codos queden a nivel o ligeramente `por debajo de la superficie de

trabajo 7. La espalda esté en contacto con el asiento desde la región subescapular

hasta la zona lumbar. 8. La altura de la superficie de trabajo permita al niño trabajar sin que tenga

que encorvarse. El asiento debe dar comodidad al niño en los puntos de apoyo fundamentales: la espalda y los glúteos, los muslos, pies y antebrazos. Los problemas fundamentales con el mueble se presentan cuando la superficie de trabajo es demasiado baja o demasiado alta, la superficie de trabajo está demasiado lejos del asiento o muy cercana, el asiento es demasiado alto o bajo, y el asiento es demasiado largo o corto. Cuando los aspectos anteriores inciden sobre el niño, pueden aparecer alteraciones como la inclinación del tronco, que determina en gran medida la compresión de los órganos abdominales y del diafragma, lo cual dificulta la respiración: la excesiva inclinación de la cabeza, que obliga a ver de cerca y provoca miopía, cifosis, escoliosis, fatiga etc. Un asiento adecuado propicia una buena postura al niño sin causar demasiado esfuerzo en algún grupo de músculos; además facilita el cambio de posición a

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intervalos con el objetivo que los diferentes músculos se releven en el trabajo continuado. El niño o la niña adopta una postura inadecuada cuando busca sentirse cómodo en el asiento, debido a que le resulta muy grande o muy pequeño. Resulta también indispensable hacer la selección del equipamiento de otras dependencias de la institución infantil, por lo que en el servicio sanitario correspondiente a cada uno de los salones, deben ubicarse inodoros o tazas sanitarias cuyo tamaño se adecue a las dimensiones de los niños a quiénes corresponde utilizarlo. Los mismos deben existir en cantidades suficientes para cubrir las necesidades de los niños matriculados en ese grupo. La proporción de inodoros debe ser de 1 por cada 8 ó 10 niños, estar separados por paredes pequeñas con un espacio de 0.90 por 1.20m Al seleccionar las mesas del comedor debe tenerse en cuenta que las mismas posean una superficie impermeable, libre de grietas y fácilmente lavable La vajilla debe ser de material sólido, lavable y de fácil limpieza.Los estantes para guardar la vajilla y los demás utensilios de cocina deben poseer las mismas características antes mencionadas y estar además recubierto por una malla milimetrada que impida la entrada de vectores. Materiales Didácticos. Consideramos materiales todos aquellos recursos que pueden ser utilizados en el aula con una finalidad educativa, entendiendo que la finalidad lúdica es por supuesto una finalidad educativa a la vez que un recurso educativo. La selección de materiales didácticos para los diferentes niveles educacionales debe ser objeto de estudio y trabajo de un colectivo de expertos, entre los cuales se encuentran especialistas de todas las asignaturas, pedagogos, psicólogos, técnicos y economistas, los cuales trabajan en común, aportando las experiencias y los conocimientos de sus especialidades correspondientes para determinar cuáles resultan más eficientes en el logro de la labor pedagógica. Es muy importante el análisis psicopedagógico del material que se usa en el centro: qué objetivos se plantean con él al introducirlo, qué objetivos plantean los materiales por sí mismos, qué papel hace cumplir al docente, qué grado de autonomía pretenden de los niños y niñas, qué nivel de socialización, cómo promueven sus procesos de construcción del conocimiento. Sin querer entrar a un estudio exhaustivo, es importante tener en cuenta:

1. Accesibilidad y visibilidad. Lo que el niño ve, a medida que se va

desplazando por la clase, es lo que va formando sus ideas y planes a

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la hora de realizar una actividad. Se Intentará que los materiales estén a la vista y al alcance de los niños, salvo los que encierran peligrosidad o son frágiles. Si estos no están a la vista y alcance de los niños será el docente el que tenga que proporcionárselos, desaprovechando la posibilidad de desarrollar la autonomía del niño y el que tome sus propias decisiones con respecto a la actividad a realizar. Para hacer visible el material es aconsejable guardarlos en recipientes transparentes o hacerles una abertura de forma que pueda verse el interior de los mismos. Es indispensable poner los materiales al alcance de los niños, utilizando el suelo, estantes y mesas bajas.

2. Clasificación y etiquetaje. En el lugar en el que se encuentran

ubicados los distintos materiales, debemos poner códigos o etiquetas para que una vez utilizado el material por el niño, pueda devolverlo a su lugar de origen. Estos códigos deben ser conocidos por todo el grupo y comúnmente aceptados.

Un buen etiquetaje y clasificación de los materiales favorece hábitos

de orden, promueve ejercicios constantes de clasificación por parte de los niños, facilita el control y el conocimiento del estado del material por parte del grupo y del adulto, lo que permite un análisis periódico y la toma de decisiones por parte del grupo para mejorar la organización y la distribución de tareas. Así, el uso del material constituye un elemento educativo básico, y debe entrar a formar parte de la vida del aula o salón.

3. Contenedores. Es importante la elección de contenedores para cada

tipo de material. La forma de estos depende del material que contenga. Estos elementos pueden ser: bandejas, cajas, botes de plástico, cestos, etc. Un buen contenedor resalta el material y lo hace visible.

4. Distribución. La distribución del material en el aula dependerá de

cada caso en particular. En líneas generales podemos decir, que la distribución puede realizarse de una manera centralizada o descentralizada. En el primer caso, el material se encuentra en dos o tres núcleos (la estantería, la mesa,...), con tal motivo el acceso de los niños al material se dificulta, ya que en multitud de ocasiones se producirán aglomeraciones. En el segundo caso se sitúa el material al alcance de la mano de los niños y niñas cuando lo necesitan. Se subdividen los objetos repetidos y se distribuyen en zonas distintas del aula. Cada área de rincón o trabajo tendrá los materiales necesarios para llevar a cabo las actividades, y, si tiene que compartir material se sitúa en las zonas cercanas.

5. Conservación de los materiales. El establecer con el grupo normas

sobre la conservación del material, constituye un elemento educativo a tener en cuenta. Para ello se pueden tener presente las siguientes sugerencias:

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a) No sacar todos los materiales a la vez a principio de curso. b) Progresivamente el docente irá sacándolos y explicando a los

niños qué características tiene, sus posibilidades, su uso y conservación.

c) Recordar por medio de carteles, dibujos o símbolos, las normas de conservación del material. Periódicamente se revisarán estas normas.

d) El docente o un niño o niña al que se hace responsable de la tarea revisa periódicamente el material

e) El material deteriorado se retira. Es importante que el grupo sea consciente del nivel de deterioro del material, ya que a partir de este conocimiento podrá poner medidas para que esto disminuya.

f) Integración en el horario. Dentro del horario de actividades diarias se debe determinar un tiempo para recogida y distribución del material.

En esta selección debe tenerse en cuenta también las condiciones económicas y materiales del sistema educacional, ya que puede representar una inversión de grandes sumas de dinero, tanto en el momento de la adquisición, como en la producción de materiales. Dentro del proceso de selección se debe atender, especialmente, la que el educador debe hacer antes de desarrollar una actividad docente con los niños y las niñas y en la que toma como base los recursos a su disposición. Los medios de enseñanza y materiales didácticos deben ser seleccionados por los docentes una vez que estos han determinado el método, ya que estos constituyen su soporte material. Resulta en la práctica difícil separar la selección del método de enseñanza y del medio, ya que estos forman una unidad dialéctica, están estrechamente relacionados y por ello, ocurre que en la práctica los dos se seleccionan sobre la base de las realidades objetivas Finalmente, es necesario señalar que es función de todo el personal docente, evaluar sistemáticamente los resultados que proporcionan los materiales didácticos en la consecución de los objetivos que se han planteado en su labor Esta evaluación, debe ser una tarea de primer orden de los directivos docentes al realizar el control de las actividades tendientes al aprendizaje en los infantes..

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17.3 Criterios de selección y utilización de materiales audiovisuales y de

las nuevas tecnologías en la educación infantil El establecimiento de materiales curriculares en el Proyecto Curricular del Centro Infantil supone el primer paso para conocer y analizar los distintos medios de los que se puede disponer para tomar decisiones que permitan aumentar la actuación con los recursos didácticos. Entre estas actuaciones cabría destacar:

o Una selección que esté adecuada a los objetivos del Proyecto curricular buscando el material más adecuado para cada ocasión.

o Utilización y uso de aquellos materiales que, tanto por observación como por experiencia, ofrece el propio Centro y su entorno.

o Utilización integrada de varios materiales, con objeto de aumentar la potencialidad y funcionalidad de su uso, por ello conviene combinar los medios disponibles, según las necesidades.

Es en la fase de selección donde se decide el medio o conjunto de ellos que resulten factibles para los propósitos a alcanzar. Resulta necesario tener en cuenta algunos requisitos didácticos, tales como:

-Características del educador y los niños y niñas -Objetivo, contenido, métodos y las tareas de aprendizaje -Condiciones materiales existentes y/o a crear -Dominio del lenguaje del medio

Todos ellos deben verse en sistema para lograr una correcta selección, sin embargo, el conocimiento profundo de las posibilidades y limitaciones de cada medio a partir de los códigos que este emplea constituye un elemento que todo educador debe dominar y por tanto capacitarse en este sentido. Para realizar un proceso de selección de los medios, debe tenerse en cuenta que su finalidad se sitúa justo en los procesos y en las estructuras cognitivas que han de ser activadas. Es importante, a la hora de elegir los materiales didácticos considerar que deben estar adecuados a la edad, madurez y entrenamiento de los niños y niñas a los que se va a formar. También debe estudiarse tanto el grado de ajuste a la función que tenga encomendada en la programación como la forma en que posibilita, por sí mismo, el aprendizaje y las características técnicas del propio medio. Por ello, antes de establecer criterios de selección comunes es preciso conocer y compartir, a través de las experiencias de los propios compañeros o de los profesionales de otros centros, los materiales curriculares que se elaboran para el trabajo del aula. La educación por la imagen ocurre fundamentalmente con uso de los medios de enseñanza que reflejan imágenes visuales. No por conocidos, son menos

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valiosos los datos de investigaciones que fundamentan cómo intervienen los distintos órganos de los sentidos en la adquisición de los conocimientos. Si el 83% de los conocimientos se adquiere por la vista y el 11% por el oído, se evidencia la ventaja de utilizar los medios que combinen la imagen con el sonido, los llamados medios audiovisuales, en el proceso docente educativo. Además, se ha demostrado cómo la retención del aprendizaje es mejor si se utilizan métodos apoyados en este tipo de medios. Los medios audiovisuales, en general han devenido de los medios de comunicación, que utilizados con fines educativos, adecuadamente seleccionados y diseñados, han contribuido al mejoramiento de los procesos de educación y enseñanza. Se hará referencia a los siguientes: Montajes audiovisuales: Combinando los registros sonoros con las imágenes se pueden organizar montajes sobre guiones de contenido. Actualmente han sido desplazados por el uso del vídeo comercial, en especial la venta de películas de cine que se pasan a este formato. Muchas de ellas continuamente son vistas por los niños, en sus casas. Materiales de nuevas tecnologías de la Información. Algunos materiales, se han desarrollado de una manera espectacular como el CD-ROM y el software informático que permite a los usuarios acceder a mayor información y a gozar de una presentación más motivadora. La capacidad productiva del ordenador hace que cada vez sea más fácil crear, acceder y manipular una gama de sonidos e imágenes gráficas. Esta capacidad ha sido ampliada con la unión del ordenador y la televisión en el vídeo disco interactivo y con el desarrollo del vídeo digitalizado que pueden ser almacenados en el ordenador. El impacto del ordenador en la educación, como bien señalan Kozma y Johnson (1991) no puede ser valorado aisladamente, desligado de las exigencias cognitivas de las metas curriculares y tareas instruccionales de nuestros niños, así como de sus intereses, habilidades, capacidades y deficiencias que éstos manifiestan que van unidos a las demandas físicas, sociales, del hogar, el tipo de escuela, el aula, etc. Durante los últimos años se han generalizado estas nuevas tecnologías en un gran número de centros, aunque el problema actual sigue siendo el escaso aprovechamiento didáctico de ambos, el escaso número de aparatos, la dificultad de software adaptado a las unidades didácticas, y la mentalidad de los docentes que siguen viendo estos aparatos, como auxiliares de su trabajo. Pero más crítico aún el hecho de que estos software, particularmente en la educación infantil, no se ajustan a las particularidades de la primera infancia, o introducen procesos intelectuales por encima las potencialidades de los niños y niñas, o tratan funciones psíquicas separadas del contexto educativo o el proyecto curricular. A continuación un resumen de algunas consideraciones útiles sobre los medios audiovisuales:

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Cine, televisión y vídeo

Potencialidades didácticas

o Traer al aula objetos no disponibles por su lejanía. o Permite visualizar el objeto en movimiento sincronizado con sonido. o Posibilita integrar otros medios para estudiar el objeto. o Presentación simultánea en varios lugares (televisión y vídeo). o Permite el trabajo individual, grupal e independiente de los niños a partir

de la observación del material. Funciones:

o Desarrollar la capacidad de observación o Concentrar la atención (en el caso del cine, por períodos largos de

tiempo) o Permitir los procesos de socialización del contenido. o Contribuir al desarrollo de los valores y la cultura del niño o niña que

aprende. o Cumple con otras funciones didácticas presentes en los restantes

medios. Limitaciones:

o No permite la observación tridimensional del objeto de estudio. o No propicia una interactividad completa con los niños y niñas o Necesidad de equipamiento en buen estado técnico.

La posibilidad de fatiga visual ante presentaciones prolongadas. Multimedia

Potencialidades didácticas

o Traer al aula objetos no disponibles por lejanía o Permite visualizar objetos en movimiento sincronizados con sonido. o Posibilita integrar otros medios para estudiar el objeto. o Permite la presentación simultánea en varios lugares (intra-Internet y

viceversa). o Permite la observación tridimensional del objeto de estudio superando la

calidad de la imagen de los medios anteriores. o Simula procesos interactivos. o Almacenaje de gran cantidad de información en un solo soporte. o Permite explotar diferentes canales de comunicación.

Funciones

o Desarrolla la capacidad de observación. o Concentra la atención. o Facilitar procesos de socialización.

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o Contribuye al desarrollo de valores, gustos estéticos y en general a la cultura del niño o niña que aprende.

o Puede emplearse en cualquier momento del proceso de enseñanza aprendizaje.

o Permite como ningún otro medio la individualización del contenido, ajustándolo al ritmo de apropiación de cada niño y niña..

o Cumple con otras funciones didácticas presentes en otros medios.

Limitaciones:

o El chequeo del trabajo del niño de manera “abierta”. o Requiere desarrollar habilidades manuales y experimentales en el niño y

la niña o Tendencia al individualismo de no diseñarse su uso en el contexto de

diferentes formas de trabajo metodológico para lograr interactividad socializadora.

o Mal concebida puede lograr efectismo lo que atenta contra la concentración de la atención.

o Da la posibilidad de fatiga visual y en general corporal ante un uso prolongado.

Todos estos medios audiovisuales, que descansan en la imagen, tienen, por lo tanto, un uso mucho más limitado en la educación infantil que en otros niveles de enseñanza. No obstante, ello no implica su eliminación en el trabajo educativo. En realidad, los educadores son los primeros que perciben la influencia que estos medios ejercen en los niños y niñas, y a la vez se percatan de la pérdida de su relevancia anterior frente a sus educandos. Ello hace que la televisión, el vídeo, los multimedia, sean vistos como un enemigo que ejerce siempre una influencia dañina, cuando no es así. Realmente, la televisión, el cine, el video, deben ser llevados al trabajo educativo del aula y analizarlos, comprenderlos, criticarlos y aprovechar lo que ofrecen de positivo a los objetivos pedagógicos. Los medios audiovisuales están en la vida cotidiana del niño: en su casa, en la calle, en el trabajo de sus padres, en los sitios de diversión, y el centro infantil no puede ser una excepción. Esta influencia se observa en las actitudes, maneras de hablar, juegos, intercambios, en los hábitos de aprendizaje, en sus intereses y opiniones. La imagen y el sonido están actuando sobre el niño y la niña en cada momento del día. Entonces, ¿por qué no utilizarlos de manera creadora, como apoyo al proceso educativo, como factores del desarrollo? Lo educativo no puede concebirse de una manera rígida, en que solo lo instructivo parece tener importancia, y los medios audiovisuales, que descansan en el aprendizaje y la lectura de imágenes, pueden concebirse también como una fuente de aprendizaje, porque, aunque ellos de por sí no eduquen, quiérase que no, los niños y niñas aprenden de ellos.

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Al respecto. :Dewey señalaba “si lo que el alumno aprende fuera del aula incide en su desarrollo en la escuela, es obligación del maestro tomar en cuenta este aprendizaje”. Si la imagen es parte de la vida diaria del niño y la niña, hay que usarla en beneficio de su educación, y usar los medios mediante los cuales ella se expresa. Así, concibiéndolos de esta manera, estos medios audiovisuales: el cine, el video, la televisión, los multimedia, pueden convertirse en importantes auxiliares del maestro en su labor pedagógica diaria, y esto no le resta el papel hegemónico que el mismo tiene que jugar en el proceso educativo de sus niños y niñas.

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Bibliografía:

1. AMEI. El proyecto Educativo y Curricular. Ejemplificación. Madrid, 1998

2. Coll, C., J Palacios y A. Marchese. Desarrollo psicológico y educación. Compilación. Editorial Alianza y Psicología, Madrid, 1992.

3. Desarrollo del niño. Consultor de psicología infantil y juvenil. Editorial

4. Enciclopedia de la Educación Preescolar. Editorial Diagonal/Santillana,

Madrid, l986.

5. Enciclopedia de Educación preescolar. Editorial Libros Educativos, S. A., México D. F., 1987.

6. MEC. Dirección de Educación Básica. El espacio, los materiales y el

tiempo en la Educación Infantil. Madrid.

7. Zabalza, M.A. Calidad en la educación infantil. Editorial Narcea, Madrid, l996.

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LECTURAS RECOMENDADAS

1 Sobre los materiales del aula de educación infantil

Lógicamente ha de ser:

Higiénico No tóxico No peligroso Polivalente Adaptable a las características psicoevolutivas de los niños y

niñas Fomentador de la creatividad

Consideramos materiales todos aquellos recursos que pueden ser utilizados en el aula con una finalidad educativa, entendiendo que la finalidad lúdica es por supuesto una finalidad educativa a la vez que un recurso educativo. Es muy importante llevar a cabo un análisis psicopedagógico del material que usamos en el centro: qué objetivos nos planteamos con él al introducirlo, qué objetivos plantean los materiales por sí mismo, qué papel hacen cumplir al docente, qué grado de autonomía pretenden de los niños, qué nivel de socialización, cómo promueven sus procesos de construcción del conocimiento… Sin querer entrar a un estudio exhaustivo, es importante tener en cuenta una serie de criterios a la hora de utilizar los materiales que introducimos en el aula. Algunos de ellos son:

1.- Accesibilidad y visibilidad Lo que el niño ve, a medida que se va desplazando por la clase, es lo que va formando sus ideas y planes a la hora de realizar una actividad. Intentaremos que los materiales estén a la vista y al alcance de los niños, salvo los que encierran peligrosidad o son frágiles. Si estos no están a la vista y alcance de los niños será el docente el que tenga que proporcionárselos, desaprovechando la posibilidad de desarrollar la autonomía del niño y el que tome sus propias decisiones con respecto a la actividad a realizar. Para hacer visible el material es aconsejable guardarlos en recipientes transparentes o hacerles una abertura de forma que pueda verse el interior de los mismos. Es indispensable poner los materiales al alcance de los niños, utilizando el suelo y estantes y mesas bajas. 2.- Clasificación y etiquetaje. En el lugar en el que se encuentran ubicados los distintos materiales, debemos poner códigos o etiquetas para que una vez utilizado el material por el niño, pueda devolverlo a su lugar de origen. Estos códigos deben ser conocidos por todo el grupo y comúnmente aceptados.

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Un buen etiquetaje y clasificación de los materiales favorece hábitos de orden, promueve ejercicios constantes de clasificación por parte de los niños, facilita el control y el conocimiento del estado del material por parte del grupo y del adulto, lo que permite un análisis periódico y la toma de decisiones por parte del grupo para mejorar la organización y la distribución de tareas. Así, el uso del material constituye un elemento educativo básico, y debe entrar a formar parte de la vida del aula. 3.-Contenedores. Es importante la elección de contenedores para cada tipo de material. La forma de estos depende del material que contenga. Estos elementos pueden ser: bandejas, cajas, botes de plástico, cestos, etc. Un buen contenedor resalta el material y lo hace visible. 4.-Distribución. La distribución del material en el aula dependerá de cada caso en particular. En líneas generales podemos decir, que la distribución puede realizarse de una manera centralizada o descentralizada. En el primer caso, el material se encuentra en dos o tres núcleos (la estantería, la mesa,...), con tal motivo el acceso de los niños al material se dificulta, ya que en multitud de ocasiones se producirán aglomeraciones. En el segundo caso se sitúa el material al alcance de la mano de los niños cuando lo necesita. Se subdividen los objetos repetidos y se distribuyen en zonas distintas del aula. Cada área de rincón o trabajo tendrá los materiales necesarios para llevar a cabo las actividades, y, si tiene que compartir material se sitúa en las zonas cercanas. 5.-Conservación de los materiales. El establecer con el grupo unas normas sobre la conservación del material, constituye un elemento educativo a tener en cuenta. Para ello podemos tener presente las siguientes sugerencias: a) No sacar todos los materiales a la vez a principio de curso.

Progresivamente el docente irá sacándolos y explicando a los niños qué características tiene, sus posibilidades, su uso y conservación.

b) Recordar por medio de carteles, dibujos o símbolos, las normas de

conservación del material. Periódicamente se revisarán estas normas. c) El docente o un niño o niña al que se hace responsable de la tarea

revisa periódicamente el material d) El material deteriorado se procura arreglar y si no es posible, se retira.

Es importante que el grupo sea consciente del nivel de deterioro del material, ya que a partir de este conocimiento podrá poner medidas para que esto disminuya.

e) Integración en el horario. Dentro del horario de actividades diarias

debemos determinar un tiempo para recogida y distribución del material.

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LECTURAS RECOMENDADAS

2 Importancia de las actividades, las experiencias y los procedimientos

El papel del educador en la Educación Infantil no consiste en transmitir contenidos al niño o la niña para que éste los aprenda como fruto de esa transmisión, sino en facilitar la realización de actividades y experiencias que, conectando al máximo con las necesidades, intereses y motivaciones de los niños y las niñas, les ayuden a aprender y desarrollarse. El educador debe asegurar que la actividad del niño o la niña sea una de las fuentes principales de sus aprendizajes y su desarrollo, teniendo un carácter realmente constructivo en la medida en que es a través de la acción y la experimentación cómo el niño y la niña, por un lado, expresa sus intereses y motivaciones y, por otro, descubre propiedades de los objetos, relaciones, etc. Es de todos conocido que la forma de actividad esencial de un niño y la niña sano consiste en el juego. Jugando, el niño o la niña toma conciencia de lo real, se implica en la acción, elabora su razonamiento, su juicio. Pocas veces, como ocurre con los juegos, se cumplen tan cabalmente las condiciones exigidas por la verdadera actividad didáctica. Se ha definido el juego como «proceso sugestivo y substitutivo de adaptación y dominio», y de ahí su valor como instrumento de aprendizaje, puesto que aprender es enfrentarse con las situaciones, dominándolas o adaptándose a ellas. El juego tiene, además un valor «substitutivo», pues durante la primera y segunda infancia es tránsito de situaciones adultas: por ejemplo, al jugar a las tiendas, a las muñecas, etc. Marginar el juego es privar a la educación de uno de sus instrumentos más eficaces; así lo han entendido Manjun, Föebel, Montessori, Decroly, creadores de un importantísimo material lúdico destinado, sobre todo, a estas edades. Esto no quiere decir, naturalmente, que las demás edades deban quedar excluidas del juego; lo que ocurre es que éste cambia al compás de la madurez general del sujeto y de la evolución de los intereses infantiles. El juego es, en definitiva, una actividad total; por ello, hacer en la Centro de Educación Infantil una distinción entre juego y trabajo, entendiendo por éste una actividad seria y por aquél una actividad informal o un puro pasatiempo, está fuera de lugar; y es que nada hay más serio para el niño que el juego. A él debe, en buena parte, el desarrollo de sus facultades. Según Götler un «juego o un material de juego es tanto más valioso cuanto más numerosas y elevadas son las energías que pone en actividad, y tanto menos estimable cuanto menos espacio concede al ingenio y a la destreza». El juego es un recurso creador, tanto en el sentido físico (desarrollo sensorial, motórico, muscular, coordinación psicomotriz), cuanto en el mental, porque el niño pone a contribución durante su desarrollo todo el ingenio e inventiva que posee, la originalidad, la capacidad intelectiva e imaginación; tiene, además un claro valor social, puesto que contribuye a la formación de hábitos de cooperación y ayuda, de enfrentamiento con situaciones vitales y, por tanto, a un conocimiento más realista del mundo; por otra parte es un medio de expresión afectivo-evolutiva, lo que hace de él una técnica

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proyectiva de gran utilidad al psicólogo y educador, sobre todo a la hora de conocer los problemas que afectan al niño. Dado que la forma de actividad esencial de un niño es el juego, emplearemos éste como recurso metodológico básico, incorporándolo como base de la motivación para los aprendizajes y como forma de favorecer aprendizajes significativos El juego es la fuente de aprendizaje, estimulando la acción, reflexión y la expresión. Es la actividad que permite a los niños y niñas investigar y conocer el mundo que les rodea, los objetos, las personas, los animales, las plantas e incluso sus propias posibilidades y limitaciones. Es el instrumento que le capacita para ir progresivamente estructurando , comprendiendo y aprendiendo el mundo exterior. Jugando, el niño desarrolla su imaginación, el razonamiento, la observación, la asociación y comparación, su capacidad de comprensión y expresión contribuyendo así a su formación integral. Estos conocimientos que adquiere a través del juego le dirigen a reestructurar los que ya posee e integrar en ellos los nuevos que adquiere. El juego proporciona el contexto apropiado en el que se puede satisfacer las necesidades educativas básicas del aprendizaje infantil. Puede y debe considerarse como instrumento mediador dada una serie de condiciones que facilitan el aprendizaje:

Su carácter motivador estimula al niño o niña y facilita su participación en las actividades que a priori pueden resultarle poco atractivas, convirtiéndose en la alternativa para aquellas actividades poco estimulantes o rutinarias.

A través del juego descubre el valor del “otro” por oposición a sí mismo, e interioriza actitudes, valores y normas que contribuyen a su desarrollo afectivo-social y a la consecución del proceso socializador que inicia. La actividad lúdica permite el ensayo en una situación en la que el fallo no se considera frustrante.

Así, las actividades y experiencias presentadas tendrá un carácter básicamente lúdico, basadas en el juego como elemento globalizador, sin olvidar que deben de satisfacer la necesidad que los niños y niñas a partir de los 2-3 años tienen de sentir que están trabajando. Con ello, hemos elaborado las actividades teniendo en cuenta los siguientes principios:

Han de ser motivadoras y significativas para los niños/as de forma que supongan un reto para su competencia personal.

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Favorecerán la interacción de los niños y el adulto en un clima

acogedor, seguro y cálido. Han de considerar todos los ámbitos de experiencias, los intereses y

necesidades de los niños y niñas. Y ello sin olvidar que han de tener un carácter individualizado, dentro del inevitable y deseable carácter grupal de la educación infantil Teniendo en cuenta estos principios, las actividades a desarrollar para los niños y niñas, serán del tipo que enumeramos a continuación. No se tratan de actividades distintas desde el punto de vista formal, sino desde la perspectiva para la cual le sirven al educador en cada momento.

Motivadoras: Se propondrán actividades que susciten el interés y participación hacia los contenidos a trabajar. Dichas actividades nos servirán también para recoger información sobre los intereses, conocimientos previos y nivel de desarrollo alcanzado por los mismos. Dependiendo del Centro Motivador estas actividades podrán ser: cuentos, canciones, construcción de un mural colectivo, proyección de un vídeo, etc. De Desarrollo: Se presentan un conjunto de actividades con las que se pretenden que el niño/a descubra, organice y relacione la información que se le dá. De consolidación. Son diseñadas por el educador con el fin de que los niños y niñas afiancen el grado de desarrollo en los distintos tipos de capacidades que se pretenden alcanzar, en función de sus peculiares necesidades y ritmos de aprendizajes.

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LECTURAS RECOMENDADAS

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Los recursos didácticos. Las tecnologías de la información y las comunicaciones. Criterios para su selección y utilización. La biblioteca como recurso organizado y lugar de aprendizaje.

Introducción La selección de los recursos didácticos resulta un importante elemento a tener en cuenta en la planificación de la clase, por muy buena estructuración metodológica que esta tenga en cuanto a contenidos, métodos, procedimientos, etc.; si no se han seleccionado adecuadamente los recursos que darán sostén al método y mediante los cuales se va a auxiliar el docente para cumplir los objetivos propuestos, la clase será un fracaso. Por todo lo anteriormente expuesto podrá comprobarse la necesidad de que los docentes tengan una buena información sobre los recursos didácticos en general y dentro de ellos se ha de hacer énfasis en las tecnologías de la información y las comunicaciones; así como los criterios para su selección y utilización, no solo por lo novedoso que esto resulta para los maestros; sino por el auge cada vez mayor de estas nuevas tecnologías en la educación. Los recursos didácticos Los medios de enseñanza o recursos didácticos como también se les llama, constituyen distintas imágenes y representaciones de objetos y fenómenos que se confeccionan especialmente para la docencia; también abarcan objetos naturales e industriales, tanto en su forma normal como preparada, los cuales contienen información y se utilizan como fuente de conocimientos. Son todos aquellos componentes del proceso educativo que le sirven de soporte material a los métodos, para posibilitar el logro de los objetivos planteados Importancia de los recursos didácticos y requisitos para su uso En la educación infantil resulta muy frecuente y necesaria la utilización de estos medios, ya que estos niños y niñas se inician en el conocimiento del mundo y sus relaciones, por lo que necesitan ir formando sus propias representaciones de los objetos y fenómenos de la realidad que los circunda. El uso de estos medios didácticos reducen el tiempo de aprendizaje, haciéndolo más efectivo, pues al objetivar el proceso se aprovecha al máximo la participación de los sistemas sensoriales, logrando una mejor formación y permanencia de las representaciones en la psiquis infantil. Estos materiales se caracterizan por ser fácilmente manipulables, es decir, que los niños y las niñas pueden operar con ellos, obtener información variada sobre los mismos, y cambiar la posición de sus partes para crear nuevas

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situaciones, aspectos estos que propician una conducta activa en la construcción del conocimiento en los mismos. Son requisitos importantes de los recursos didácticos:

La accesibilidad y visibilidad.- Lo que el niño y la niña ven, a medida que se van desplazando por la clase, es lo que va formando sus ideas y planes a la hora de realizar una actividad, por lo que se ha de promover que los materiales estén a la vista y al alcance de ellos, salvo los que encierran peligrosidad o son frágiles. Si estos no están a la vista y alcance de los alumnos será el docente el que tenga que proporcionárselos, lo que desaprovecha la posibilidad de desarrollar su autonomía y el que tomen sus propias decisiones con respecto a la actividad a realizar. Para hacer visible el material es aconsejable guardarlos en recipientes transparentes o hacerles una abertura de forma que pueda verse el interior de los mismos. Es indispensable poner los materiales al alcance de los educandos, utilizando el suelo, estantes y mesas bajas.

La clasificación y etiquetaje: En el lugar en el que se encuentran ubicados los distintos materiales, se deben poner códigos o etiquetas para que una vez utilizado el material, el niño y la niña puedan devolverlo a su lugar de origen. Estos códigos deben ser conocidos por todo el grupo y comúnmente aceptados.

Un buen etiquetaje y clasificación de los materiales favorece hábitos de orden, promueve ejercicios constantes de clasificación por parte de los alumnos, facilita el control y el conocimiento del estado del material por parte del grupo y del adulto, lo que permite un análisis periódico y la toma de decisiones por parte del grupo para mejorar la organización y la distribución de tareas. Así, el uso del material constituye un elemento educativo básico, y debe entrar a formar parte de la vida del aula o salón.

Los contenedores: Es importante la elección de contenedores para cada tipo de material. La forma de estos depende del material que contenga. Estos elementos pueden ser: bandejas, cajas, botes de plástico, cestos, etc. Un buen contenedor resalta el material y lo hace visible.

La distribución: La distribución del material en el aula dependerá de cada caso en particular. En líneas generales se puede decir, que la distribución puede realizarse de una manera centralizada o descentralizada. En el primer caso, el material se encuentra en dos o tres núcleos (la estantería, la mesa,...), con tal motivo el acceso de los niños y niñas al material se dificulta, ya que en multitud de ocasiones se producirán aglomeraciones. En el segundo caso se sitúa el material al alcance de la mano de ellos cuando lo necesita. Se subdividen los objetos repetidos y se distribuyen en zonas distintas del aula. Cada área de rincón o trabajo tendrá los materiales necesarios para llevar a cabo las actividades, y, si tienen que compartir material se sitúa en las zonas cercanas.

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La conservación: El establecer con el grupo normas sobre la conservación del material, constituye un elemento educativo a tener en cuenta. Para ello se pueden tener presente las siguientes sugerencias:

a. No sacar todos los materiales a la vez al principio del curso. El

educador ha de presentarlos progresivamente y explicar a los alumnos qué características tienen, sus posibilidades, su uso y conservación.

b. Recordar por medio de carteles, dibujos o símbolos, las normas de conservación del material. Estas normas se han de revisar de manera periódica.

c. El docente, o un niño o niña al que se hace responsable de la tarea, debe revisar periódicamente el material.

d. Retirar el material deteriorado. Es importante que el grupo sea consciente del nivel de deterioro del material, ya que a partir de este conocimiento podrá poner medidas para que esto disminuya.

e. Integración en el horario. Dentro del horario de actividades diarias se ha de determinar un tiempo para recogida y distribución del material.

Clasificación de los recursos didácticos: Existen diversas clasificaciones de los recursos didácticos: unas atienden a sus funciones, otras a sus características morfológicas, y aun a otros elementos que definen su identidad. Convencionalmente los medios de enseñanza pueden dividirse en cuatro sub-grupos: Objetos naturales e industriales. Pueden tener su forma normal (animales vivos y disecados, herbarios, colecciones entomológicas y de minerales, máquinas industriales, agropecuarias, etc.), o presentarse cortadas en sección, a fin de mostrar su estructura interna Objetos impresos y estampados. Se confeccionan de forma plana: láminas, tablas, gráficos, guías metodológicas, libros y cuadernos de trabajo, etc., así como también medios tridimensionales representativos, como modelos, maquetas, entre otros. Medios sonoros y de proyección. Se subdividen en audiovisual: filminas y diapositivas; y auditivos: grabaciones magnetofónicas en placas o discos Materiales para la enseñanza programada y de control. Aquí se incluyen las máquinas para enseñar y las destinadas a controlar la adquisición de conocimientos, así como los libros de enseñanza programada. La aplicación de

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estos medios en estos momentos aún requiere de la necesidad de realización de investigaciones sobre su uso. También se conoce la clasificación que agrupa los medios de acuerdo con: La transmisión de información, como la película didáctica o el libro de texto La experimentación escolar, como la máquina electrostática o los reactivos químicos. El control del aprendizaje, que incluye desde las variantes de pruebas impresas para su evaluación hasta una máquina electrónica de control. La programación de la enseñanza, elaborados para la enseñanza programada. Los de entrenamiento, que agrupan simuladores y otros equipos que se emplean para reproducir situaciones que requieren habilidades manipulativas. Por supuesto, en el caso de la educación infantil la posibilidad de utilización de las anteriores clasificaciones es mucho más limitada, pero no por ello reviste una importancia menor, y su selección está estrechamente relacionada con las particularidades del desarrollo de los niños y niñas en esta etapa. Entre los recursos didácticos existe una unidad que se determina porque forman un conjunto y se caracterizan por una función común: contribuir a la enseñanza y educación de los alumnos. Los recursos son producidos e integrados mediante las necesidades generales, las tareas de la enseñanza y la educación, y el contenido y la metodología de la enseñanza, por lo que forman un sistema relativamente autónomo en el proceso educativo. Para aprovechar racionalmente los medios se requiere planificar su utilización. El educador debe seleccionar y combinar los recursos más eficaces para cada contenido y actividad del proceso pedagógico, de acuerdo con los objetivos propuestos, y planificar adecuadamente su explotación Esta planificación debe tener en cuenta algunas condiciones fundamentales:

No se les puede emplear como algo independiente de los demás componentes del proceso docente-educativo.

Los programas, sus objetivos y los métodos que han de utilizarse

constituyen la base para la selección de lo medios.

Deben atenderse a las condiciones en que se van a utilizar

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Selección y empleo de los recursos La selección de los recursos didácticos debe ser objeto de estudio y trabajo de un colectivo de expertos, entre los cuales se encuentran especialistas de todas las áreas o asignaturas, pedagogos, psicólogos, técnicos y economistas, los cuales trabajan en común, aportando las experiencias y los conocimientos de sus especialidades correspondientes para determinar cuáles resultan más eficientes en el logro de la labor pedagógica. Es necesario el análisis psicopedagógico del material que usamos en el centro: qué objetivos se plantean al introducirlo, qué objetivos abordan los materiales por sí mismos, qué papel hace cumplir al docente, qué grado de autonomía pretenden de los alumnos, qué nivel de socialización, cómo promueven sus procesos de construcción del conocimiento. En la selección y empleo de los recursos didácticos, los principios didácticos desempeñan el papel rector. Por muy bien elaborado que esté un medio desde el punto de vista técnico, carece de validez si no responde a los requisitos científicos pedagógicos y psicológicos que posibilitan a los alumnos asimilar la información. Así, por ejemplo, una lámina puede tener una buena combinación de colores, una proporción correcta de sus partes, un tamaño adecuado, pero resultaría inútil como vehículo portador del conocimiento del proceso docente educativo si no está concebida y estructurada pedagógicamente en función de la capacidad cognoscitiva del alumno. Al seleccionar los materiales didácticos debe tenerse en cuenta la etapa de la vida de los niños y las niñas con los que se trabajará, así como el nivel de desarrollo que estos poseen. Por lo que el educador debe desarrollar la habilidad de seleccionar aquellos materiales didácticos que potencien el desarrollo de sus alumnos y que la interacción con los mismos provoque el surgimiento de emociones positivas que contribuyan al desarrollo cognitivo de los infantes. Los recursos didácticos deben ser seleccionados por los docentes una vez que estos han determinado el método, ya que ellos constituyen su soporte material. Resulta en la práctica difícil separar la selección del método de enseñanza y del medio, ya que estos forman una unidad dialéctica, están estrechamente relacionados y por ello, ocurre que en la práctica los dos se seleccionan sobre la base de las realidades objetivas Ha de tenerse en cuenta el contenido que va a desarrollarse. El momento de la clase en que van a utilizarse. Los conocimientos que se han de seguir desarrollando después de emplear el medio de enseñanza. El empleo que se hace del recurso: si ha de servir para demostrar un fenómeno, ilustrar la exposición del maestro, o si los alumnos deben realizar |con él ejercicios independientes.

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En esta selección debe tenerse en cuenta también las condiciones económico materiales, ya que puede representar una inversión de grandes sumas de dinero, tanto en el momento de la adquisición, como en la producción de tales materiales. Finalmente, es necesario señalar que es función de todo el personal docente evaluar sistemáticamente los resultados que proporcionan los materiales didácticos en la consecución de los objetivos que se han planteado en su labor. Esta evaluación, debe ser una tarea de primer orden de los directivos docentes al realizar el control de las actividades tendientes al aprendizaje en los alumnos. Los recursos didácticos en la educación infantil. Los recursos didácticos utilizados en la educación infantil son muy variados a continuación se relacionarán los de uso frecuente: Los objetos tridimensionales, estos constituyen representaciones volumétricas de objetos reales, los cuales resultan medios muy efectivos para la asimilación, por ejemplo, del patrón sensorial forma, entre estos se encuentran los tableros excavados de figuras geométricas, que pueden ser diferentes en la forma, o de igual forma, pero de diferentes tamaños, también se utilizan excavados con siluetas de objetos, animales, fenómenos naturales y otros. Estos tableros excavados con sus correspondientes piezas para insertar, dan la posibilidad a los niños y las niñas de operar libremente con las piezas y encontrar así las relaciones entre cada una de ellas y su excavado correspondiente, así como también establecer relaciones espaciales. Para el conocimiento del color y sus matices pueden utilizarse tableros de colores muy bien definidos, los cuales deben acompañarse de piezas de diferentes tipos pero de igual color, para que los niños y niñas sean capaces de asociarlos. Los objetos tridimensionales pueden representar casas, edificios, medios de transporte, animales, así como diversos objetos que resulten familiares a los niños y las niñas. Los juegos de dominó de colores, y los de forma resultan materiales didácticos muy beneficiosos para lograr la asociación y la identificación de estos patrones sensoriales. Otros materiales que permiten trabajar la identificación es el juego de lotería de colores, los saquitos maravillosos que contienen objetos de diferentes forma, color, textura, tamaño y otros muchos. Los juegos de inclusión y pirámides con piezas de diferentes formas pero de tamaños contrastantes, son muy efectivos para el tratamiento del patrón sensorial tamaño. Igualmente lo son los objetos de una misma naturaleza pero de diferentes tamaños para que los niños y niñas realicen seriaciones, en orden ascendente, descendente o sobre la base de la selección de los elementos más contrastantes por el tamaño.

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Los materiales didácticos multipropósitos, llamados así porque un mismo material puede ser utilizado por alumnos de diferentes edades y con diferentes objetivos didácticos, y para tareas de diferentes niveles de complejidad. Por ejemplo, una pirámide de seis aros de diferentes tamaños puede ser utilizada con niños y niñas de 1 a 2 años, solo con el propósito de que estos ensarten dos ó tres piezas sin atender al tamaño, en cambio con aquellos de 3 años puede pedírseles que ordenen estas tres piezas en orden ascendente o descendente. A los de 4 a 6 años pueden aumentárseles progresivamente el número de piezas a ensartar en un determinado orden, y también cambiarles el orden de la colocación. Según el criterio metodológico que establece que el material didáctico debe elaborarse atendiendo a las características psicológicas de la edad, puede suponerse que los materiales didácticos para los niños de la edad temprana, deben estar encaminados a desarrollar acciones simples de correlación tales como: armar rompecabezas sencillos (2 piezas) e irlos volviendo mas complicados según el nivel de desarrollo de los niños y niñas, al igual que las acciones de tapar y destapar cajas, frascos, etc., enroscar tapas a pomos u objetos que les correspondan, unir piezas para formar un todo sencillo y otras. Los materiales didácticos en estas edades deben además, contribuir a la asimilación de las acciones instrumentales, por lo que se deben utilizar objetos donde la relación entre ambos está dada a partir de un instrumento usado en la mano del niño o niña, por ejemplo, un jamo para pescar objetos o pececitos de un recipiente, una palita para echar arena en un cubito, un martillito para incrustar trocitos de madera en un orificio, etc. Las láminas, tarjetas, filminas y videos que se utilicen con los niños y niñas deben variar de una etapa a otra del desarrollo. Resulta necesario en las primeras edades presentarles ilustraciones donde los objetos, animales y fenómenos de la naturaleza se presenten de manera clara y completa, sin otros atributos que puedan dispersar su atención sobre el mensaje que se pretende trasmitir. Posteriormente y con el avance del desarrollo perceptual y del pensamiento representativo, las ilustraciones pueden ser más completas, complejas y variadas, presentando diferentes aspectos de la realidad en sus relaciones. Igual fundamentación recibe la elaboración y utilización de siluetas para el desarrollo de escenificaciones, teatro de títeres, dramatizaciones, etc.. Ya, en las edades de 4 a 6 años deben utilizarse objetos variados que promuevan en el niño y la niña el desarrollo de la función simbólica de la conciencia, o sea, la sustitución de un objeto real por otro que se utilice con la función del primero., como pueden ser una varillita corta y bien fina usada como un termómetro, un bloque usado como jabón, etc. . Los materiales didácticos utilizados en las seriaciones y en la formación de conjuntos con los niños y las niñas de edades mayores deben poseer las

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diferencias requeridas en cuanto a las proporciones de tamaño y forma, así como con la propiedad color. El juego constituye para el niño la esencia de la infancia y el juguete su instrumento mediante el cual adquiere experiencias y comienza a conocer el mundo circundante. Los juguetes cuando son adecuadamente seleccionados por el adulto, atendiendo a las necesidades e intereses de los grupos evolutivos, resultan materiales didácticos muy efectivos en el proceso educativo. Estos favorecen la interrelación de los niños y niñas, y activa y desarrolla su lenguaje; contribuyendo a que reproduzcan más completamente las impresiones recibidas y se expresen, no sólo con acciones, sino además, con palabras, lo que les da la oportunidad de poner en práctica la habilidad y les ayuda a incorporar los elementos necesarios para un buen desarrollo físico e intelectual. Su importancia radica fundamentalmente en que el niño y la niña, en su afán de conocer lo que les rodea, aprenden mediante los juguetes, leyes naturales y sociales; el juguete sirve además de fuente de entretenimiento, encontrando en la actividad elementos para un buen desarrollo emocional, y por último, tienen a su vez un valor terapéutico. En el primer año de vida los juguetes para su manipulación deben ofrecer seguridad y deben eliminarse todos los que ofrezcan peligro, como aquellos terminados en punta, de pequeñas piezas desprendibles, de colores y sonidos atractivos, etcétera. Además deben ser ligeros, no muy grandes, irrompibles, ya que los lactantes deben manejarlos de continuo, el juguete también debe motivarles el interés por descubrir y crear nuevos usos, lo que enriquece su imaginación, por lo que en estas edades deben acercarse lo más posible a la realidad. Para los niños de otras edades los juguetes deben ser objetos comprensibles para estos en su utilización y ser portadores de valores sociales y humanos que contribuyan a la formación de la naciente personalidad infantil y a su identidad personal. Otros recursos usados con frecuencia en la educación infantil son los destinados al desarrollo de las habilidades motrices, como son: los aros, cuerdas, tablas apostilladas, escaleras, colchonetas, pelota, etc. Estos recursos tienen especificidades metodológicas, entre otras, las referidas a sus dimensiones con respecto a la edad de los niños. Para la educación musical se usan instrumentos musicales de cuerda, de percusión, de viento y.otros, cuyo uso también tiene sus recomendaciones metodológicas que deben ser cumplidas por el educador, por ejemplo en cuanto la altura del sonido, etc.

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En la educación infantil se utilizan con frecuencia medios audiovisuales. Los más comúnmente utilizados en este nivel son, los televisores, vídeos, reproductoras, proyector de vistas fijas o filminas, ordenadores, entre otros. Estos recursos audiovisuales se usan con fines instructivos y de entretenimiento, en el primer caso con fines didácticos planificados según las actividades contempladas en el programa, como son, por ejemplo, las clases, actividades libres, festivas y culturales. Existen sistemas educativos en diferentes países donde se dan tele-clases y programas radiales con fines didácticos, como parte del desarrollo de la programación. Al seleccionar los medios audiovisuales debe tenerse en cuenta la etapa de la vida de los niños y las niñas con los que se trabajará, así como el nivel de desarrollo que estos poseen, Por lo que el educador debe poseer la habilidad de seleccionar aquellos medios audiovisuales que potencien el desarrollo de sus alumnos. Con fines de entretenimiento pueden ser usados en las actividades libres de los educandos, siempre teniendo en cuenta que todo lo que se muestre estará acorde con las características y posibilidades de la edad y con un fin educativo, por tanto todo material que se exhiba o se escuche debe ser cuidadosamente seleccionado teniendo en cuenta lo anteriormente planteado. Otro requisito importante para su uso es que los mismos se ubiquen en el salón de forma tal que todos los niños y niñas puedan verlos de frente y a una distancia que no afecte la vista, y que al escucharlos no exceda los niveles de ruido recomendables para la edad. Resumiendo, todo recurso didáctico que se utilice en la educación infantil debe potenciar el desarrollo de los niños y niñas, y que en la interacción con los mismos estos contribuyan al surgimiento de emociones positivas y al desarrollo cognitivo de los infantes, procurando que no ofrezcan peligro para la salud de los pequeños. Nos hemos referido a los recursos didácticos más tradicionales, pero la educación, haciéndose eco del auge cada vez mayor de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (NTIC) ha introducido en el proceso pedagógico los ordenadores, que resultan un recurso didáctico que inteligentemente usado con fines educativos, puede revolucionar el campo de la enseñanza Las tecnologías de la información y las comunicaciones. Criterios para su selección y utilización El impacto social de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (NTIC) incluye también a escuelas, propiciando modificaciones en las formas tradicionales de enseñar y aprender.

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El reto de los centros educacionales radica en prepararse como institución y preparar su vez a sus educandos, para lograr que el uso de estas nuevas tecnologías ayude como un recurso de avanzada a que el aprendizaje se convierta en un proceso natural y permanente. Si se tiene en cuenta que la utilización de las nuevas tecnologías no garantiza con su sola presencia el éxito pedagógico, es necesario diseñar con mucho cuidado el programa educativo donde serán utilizadas. Un requisito importante para la utilización del ordenador en el trabajo educativo es la necesidad de que haya un diseño, una organización, un uso apropiado y un conocimiento cabal de sus posibilidades. El ordenador es un instrumento, un medio en manos del educador, que es quien dirige el proceso educativo, ello conlleva que el docente tiene que conocerlo, y saber usarlo en la consecución de sus objetivos educativos. El uso del ordenador como recurso didáctico está estrechamente ligado a la concepción y elaboración del software educativo, los cuales han de elaborarse teniendo en cuenta las posibilidades intelectuales, intereses y motivaciones de los niños y niñas, según la edad y las habilidades que se quieren desarrollar. Como recurso didáctico el ordenador ha de formar parte del sistema didáctico general y no constituir algo ajeno al programa de educación. Desde este punto de vista, permite plantear nuevas formas de actividad con los mismos objetivos, para enriquecer la experiencia y posibilitar actividades más ricas y creadoras. Se ha visto que el uso del ordenador como medio de enseñanza facilita crear sistemas de tareas que pueden utilizarse como formas de estimulación y demostración de determinados contenidos del currículo, y que pueden servir para apoyar las actividades colectivas, con la participación directa del educador que trabaja con sus alumnos. Un aspecto de suma importancia es que el uso del ordenador debe ser un medio del desarrollo intelectual y no una respuesta mecánica a estímulos de una cierta significación, por lo tanto debe ayudar al niño y a la niña a trabajar con sus mentes, no a responder de manera automática. De esta forma se convertirá en un magnifico recurso didáctico, no solo para el aprendizaje de conceptos y técnicas del campo específico de la informática, sino para el desarrollo de destrezas más generales y valiosas de tipo heurístico y en el cual el papel que juega el docente es clave a dichos fines y propósitos. El uso del ordenador en la edad infantil ha de ajustarse a las características del desarrollo psicológico y fisiológico de los niños y niñas de estas edades, las particularidades del funcionamiento de su sistema nervioso y de la actividad nerviosa superior, su capacidad de resistencia y rendimiento mental, la motricidad fina, la percepción, el pensamiento, su atención, su memoria, su imaginación, en fin todo aquello que entra en relación con la acción de este equipo electrónico, hay que considerar también los factores emocionales por la estrecha imbricación que existe con los intelectuales.

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Lo que no puede suceder en el uso del computador es que el niño y la niña, pasen la mayor parte de su tiempo diario con juegos electrónicos que limitan su participación activa en otras actividades tan importantes para su desarrollo como el juego con sus compañeros. En la educción infantil el uso de la computadora, considerarlo solamente como recurso metodológico, constituye una reducción notable de sus posibilidades, por lo que, si bien se está de acuerdo que esta es una dirección importante, no es la única ni la más significativa, sino concebirla como un medio de desarrollo del niño y la niña. Esto hace que la computación en la edad infantil tenga dos funciones que están estrechamente interrelacionadas.: La utilización de la computadora como medio de enseñanza y su utilización como medio del desarrollo infantil El uso del ordenador como medio de enseñanza dentro del proceso educativo en la educación infantil implica reconocer sus posibilidades dentro de la labor educativa del programa, por una parte y por la otra, asignarle lo que es su más importante función: contribuir al desarrollo general de los niños y niñas en estas edades. Para que el ordenador se convierta en un medio de desarrollo, lo cual lo trasciende como simple medio de enseñanza, implica considerar aspectos tales como la preparación motriz, intelectual y afectiva que el niño y la niña han de tener para poder realizar la actividad de computación; la determinación de los requisitos higiénicos y ergonómico-funcionales para realizar la misma sin perjuicio al organismo; y el establecimiento de la metodología operativa más adecuada para realizar la actividad. Esto puede lograrse cuando la tarea computarizada posibilite que el niño y la niña planifiquen su propia acción, elaboren un plan mental para obtener un resultado y permita la auto-evaluación de lo que hacen, para poder modificar su acción de acuerdo con los resultados. Esto es algo que el software educativo no puede dejar pasar por alto. El uso del ordenador debe estar debidamente reglamentado, ya que, además de ajustarse a las normas que se proponen para otros recursos y de las cuales ya se ha hablado, es necesario y muy importante que tener en cuenta las recomendaciones ergonómicas sobre su uso. Algunas de ellas son: El tiempo de exposición continuado no debe exceder los 25 minutos, ni el

total a mas de un tercio del designado para la actividad pedagógica en el día. En ese período deben incluirse intervalos de descanso.

El ambiente luminoso no debe ser mayor de 300 lux. Las luminarias han de

estar emplazadas de forma que no deslumbren a los alumnos y no provoquen reflejos en la pantalla, ni sobre el teclado. Además las pantallas

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deben colocarse paralelas a las ventanas, a las fuentes de luz y las divisiones de cristal.

En los últimos años se ha propuesto como la mejor manera de eliminar los reflejos de las pantallas, la utilización de filtros. En efecto, los filtros, debidamente instalados, contribuyen en mayor o menor medida a atenuar reflejos, mejorando el confort visual del alumno. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la instalación de filtros siempre es una última medida, pues primero debe procederse a una correcta ubicación de dichas pantallas. Si el ambiente luminoso y la orientación de las pantallas no es el más adecuado, pueden originarse relaciones de luminancia inadecuadas, con repercusión en la salud, tales como fatiga visual, dolor y enrojecimiento de los ojos, cefaleas, escozor y sensación de arenisca. Cromatismo: Para contribuir a proporcionar una luminosidad adecuada de

los locales se recomienda la utilización de tonos claros para las paredes y las cortinas, el blanco para el techo y el gris fundamentalmente para el suelo.

El ambiente sonoro del local es muy importante. El ruido puede influir sobre

la carga mental y la disminución de la atención, así como que los niños y niñas se distraigan fácilmente. Es por lo que se recomienda como nivel sonoro adecuado un máximo de 45 Db.

El ambiente micro climático ha de garantizar un correcto bienestar físico de

los niños y niñas, esto depende también del número de alumnos trabajando en el local, y aumenta con el número de máquinas instaladas. Es necesario que los locales en donde se coloquen los ordenadores (caso de que se designe un salón especial para estos) posean una temperatura seca de alrededor de 20-25º C y de 30-70% de humedad relativa.

Las dimensiones del mobiliario deben estar de acuerdo con las medidas

antropométricas de los niños y niñas, para que se sientan cómodos, no se produzcan posturas viciosas o deformidades de la columna, y fatiga. Las mesas y sillas deben tener una pintura mate para evitar la reflexión de la luz.

Los caracteres de la pantalla deben estar bien definidos y configurados de

forma clara, tener una dimensión suficiente, disponiendo de espacio adecuado entre los caracteres y renglones. La imagen debe ser estable sin destellos ni centelleos ni otras formas de inestabilidad. La pantalla debe ser orientable e inclinable a voluntad, para adaptarse a las necesidades de cada alumno, y su colocación debe proporcionar una posición adecuada de la cabeza, la misma ha de procurar que el centro de la pantalla forme un ángulo de 200 con la línea de visión o ligeramente superior, de lo contrario ocasionará dolor o molestias en la nuca. Para evitar realizar frecuentes acomodaciones visuales el niño o la niña se situarán a una distancia no menor de 50cm.

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El teclado debe ser independiente de la pantalla, inclinable, colocado al

alcance mínimo de los brazos para permitir que el niño o la niña adopten una postura cómoda, que no provoque cansancio en los brazos o en las manos. La superficie debe ser mate para evitar los reflejos, los símbolos de las teclas deben resaltarse suficientemente y ser legibles desde la posición normal.

Si los requerimientos ergonómicos no son cumplidos pueden provocar alteraciones a la salud de las niñas y niños, por lo que los criterios para la selección y utilización de los ordenadores han de tomar bien en cuenta estos factores además de los metodológicos. La biblioteca como recurso organizado y lugar de aprendizaje. La biblioteca constituye una vía de primer orden para estimular el desarrollo intelectual de los niños y niñas, y fomentar el hábito de la lectura, así como otros aspectos del proceso de enseñaza-aprendizaje. Resulta de gran utilidad que los niños y niñas participen en actividades dirigidas en las bibliotecas, ya sea la de la escuela o la de la municipalidad, pues esto resulta un buen recurso para el desarrollo de hábitos de lectura y de trabajo independiente, y al surgimiento de intereses artísticos, literarios, científicos, etcétera. Es importante que el educador coordine, planifique y organice adecuadamente estas actividades en la biblioteca y logre incorporar a la totalidad de los alumnos, de manera que el proceso de su formación integral se realice sobre bases sólidas. En la biblioteca se pueden organizar talleres literarios, realizando lecturas de obras infantiles, previamente seleccionadas por los niños y niñas, y posteriormente realizar conversaciones, escenificaciones o juegos dramatizados sobre el argumento de la obra, también pueden realizarse dibujos, modelados y construcciones sobre lo concerniente a los personajes, al lugar donde se desarrolla, etc. En la biblioteca también se pueden organizar concursos como por ejemplo, El mejor lector, o el mejor narrador, entre otros, para estimular el hábito hacia la lectura y la interpretación de lo leído De esta forma la biblioteca comienza desde edades tempranas a irradiar cultura, que es su fin principal La afición a la lectura comienza desde las edades más tempranas, y es algo que hay que motivar y estimular. Ella comienza cuando el niño y la niña observan las primeras imágenes expresadas en una lámina, una foto, un libro.

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En la medida en que ellos descubren que aquello tan bello que narra el educador está plasmado en lo que se lee, empiezan a despertarse su interés por el libro, y consecuentemente, por la lectura. En este sentido, ellos necesitan de un espacio en el aula, con un clima apropiado, que fomente el goce de entrar en contacto con los libros. Existen proyectos educativos y curriculares, en los cuales está predeterminado el lugar que ha de ocupar la biblioteca, como sucede en la organización del modelo constructivista, que organiza el aula en rincones o áreas, entre las cuales se encuentra la de la biblioteca. Otros modelos curriculares no preestablecen un área determinada, y dejan a la creatividad del educador como organizarla. Y aún hay otros que, aunque no organizan áreas, plantean la necesidad de que el niño y la niña se aproximen a la obra escrita, que se les lee o narra en las actividades cotidianas. Ello lleva al criterio de la necesidad de crear en el aula un área o espacio dedicado a la biblioteca, que motive y promueva en los niños y niñas el interés por conocer los libros, a partir de su manipulación y visualización, lo que no elimina la posibilidad de usar la biblioteca general de la escuela, o la biblioteca municipal, donde las haya Este rincón de biblioteca en el aula ha de ser agradable y confortable, y debe ser ubicado en el lugar más tranquilo posible, separado de ser posible de las otras áreas o rincones de mayor actividad. Al igual que con los otros espacios, los niños y niñas podrán acudir libremente, pero la educadora ha de evitar el hacinamiento, por lo que ha de controlar que no coincidan muchos de ellos, a lo sumo tres o cuatro cuando más, no es de olvidar que la biblioteca se clasifica como una zona tranquila, en la cual el silencio y la actividad sedada deben predominar. Se pueden plantear como objetivos a trabajar en la biblioteca: Aprender a leer imágenes Despertar el interés por la lectura. Saber como manipular los libros y materiales Intercambiar con sus compañeros respecto a los cuentos que “leen” Enseñarles normas de trabajo conjunto tranquilo. Desarrollar la atención, la imaginación, el lenguaje.

Los niños y niñas se interesarán por la biblioteca en la misma medida en que el educador sepa despertar en ellos el interés por las narraciones, y destaque en su actividad pedagógica la función que tiene el libro. Los materiales destinados a este rincón han de ser cuidadosamente seleccionados, pues no todo lo que se narra tiene que tener una presencia en el área, y los mismos han de ser regularmente renovados, a fin de que se mantenga el interés de los niños y niñas.

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Para los niños y niños en la primera infancia que aún no leen, los libros que se ubiquen en la biblioteca han de priorizar aquellos con bellas imágenes y poco texto, y ser los mismos que el educador utiliza en su práctica cotidiana, esto persigue que el pequeño descubra que aquello que el educador contó, estaba en el libro que leía, y que ahora está en sus manos, ello lleva a prestar interés al texto escrito y solicitar al educador que les lea lo que dice, y que muchos suelen aprenderse de memoria. Se procurará que existan los siguientes: Libros de cuentos con imágenes y de imágenes con texto, folklóricas y

generales.

Libros con imágenes relacionados con los ejes temáticos o contenidos de las actividades pedagógicas que se están trabajando.

Libros de cuentos de la literatura infantil universal, preferentemente con abundancia de imágenes (Caperucita Roja, Los Tres Cerditos, Blanca Nieves, etc.)

Ha de procurarse el buen estado de conservación del material, por lo que los libros deteriorados por el uso deben ser sustituidos. La cubierta de los libros ha de quedar a la vista de los niños y niñas. El rincón ha de ser cómodo, por lo que algunos cojines no vienen mal, a su vez podrán colocarse motivos de los protagonistas de cuentos y ser periódicamente cambiados. En el rincón de la biblioteca, los niños y niñas han de ser enseñados a compartir y a cuidar el material, de esta forma se fomentarán hábitos como pasar bien las hojas, trabajar en silencio, no arrebatar los libros, entre otros. El educador podrá realizar diversas actividades en este rincón, tanto referentes a la lengua materna como a la propia literatura infantil, algunas de las cuales han sido sugeridas en este material o en otros afines. Es importante relacionar a los padres con la actividad de la biblioteca, para ello el educador ha de sugerirles diversas acciones a realizar en el hogar que apoyen esta tarea educativa.

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8. Parmegiani, Claude-Anne, Libros y bibliotecas para niños, Fundación Germán Sánchez Ruipérez-Pirámide, Madrid, 1985.

9. Tucker, N. El niño y el libro, Fondo de Cultura Económica, México D.

F.,1985

10. Zabalza, M. A. Calidad en la educación infantil. Editorial Narcea, Madrid, l996.

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LECTURAS RECOMENDADAS

4 Las tecnologías de la información y de la comunicación

La introducción de las nuevas técnicas de información y comunicación en el proceso educativo es un reto que se plantea a la educación, porque el rápido desarrollo científico-técnico de la sociedad actual así lo requiere. El intercambio de la información se ha convertido en una acción creciente en todas las actividades humanas En la medida en que la sociedad plantea nuevos retos tecnológicos al hombre, asimismo se los plantea a su capacidad de dar respuesta a los mismos y obliga a la formación de nuevas capacidades mentales para enfrentar estos retos. Hoy en día en día nadie se cuestiona la inclusión de la informática en el currículo escolar como un contenido que no puede faltar en un programa educativo bien concebido, porque, el devenir de la sociedad, su progresivo desarrollo, va planteando al hombre requisitos indispensables para dar respuesta a tales demandas. En el mundo actual, la utilización de la informática se va volviendo algo cada vez más usual e indispensable, y ya es prácticamente imposible concebir una actividad humana en que la misma no esté presente, en una u otra medida. Esto hace que se haya convertido en parte habitual de la vida, lo mismo cuando se trabaja, se aprende, se juega o se descansa. Sobre la necesidad de la informática en el proceso educativo, existen criterios divergentes desde posiciones muy a favor del uso de ella hasta otras posiciones que, si bien no totalmente opuestas, son en cierta medida escépticas en cuanto a la utilidad de su uso y a sus posibilidades. Para muchos, el vínculo que se crea entre el niño y la máquina no siempre presenta un carácter positivo, la “pasión” por los ordenadores puede limitar la comunicación social. En este sentido, S. Turkle plantea: En especial existe el riesgo de establecer con el ordenador una relación que cerrará, en lugar de abrir, oportunidades de desarrollo personal. Se señalan algunas críticas, por los efectos nocivos que la utilización excesiva del ordenador puede causar en el estado de salud, pero cuando las mismas se utilizan de manera racional y científica no se ha probado que signifiquen un daño al desarrollo de los niños y niña, por lo que hay que hacer es buscar las vías más apropiadas para su uso y generalización en el proceso educativo. El criterio más acertado parece ser de que el ordenador es de gran utilidad en el proceso educativo, no por esto se debe obviar el análisis de aquellos que consideran que su utilización es irrelevante o no trascendental en alcanzar determinados logros en el aprendizaje y consecuentemente, en el desarrollo mental de los educandos.

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Concebir las posibilidades de la informática dentro de la educación implica un estudio riguroso de la utilización del ordenador en estas edades, sobre la base de una evidencia experimental sólida, y así evitar que se apoyen en la experiencia empírica que, como se sabe, en más de una ocasión conduce a lamentables errores. En las primeras edades, por estar todos sus sistemas neurológicos, sensoriales y motrices en plena formación y maduración, se hace un requisito importante el valorar de manera bien sopesada y crítica las posibilidades reales de la introducción de la informática con fines educativos, so pena de causar un daño irreparable con una acción que se pretende beneficiosa y que en otras edades mayores, por haberse conformado y madurado ya las estructuras biofisiológicas y las formaciones psicológicas, pueden no ser tan lesivas como en los años tempranos del desarrollo. Es por ello que se hace indispensable conocer profundamente el transcurso evolutivo del desarrollo físico y psicológico de los niños y niñas comprendidos en estas edades y de las condiciones en que se propicia de manera más efectiva, en particular, en aquellos procesos y propiedades que más directamente tienen que ver con el aprendizaje electrónico: Las particularidades del funcionamiento de su sistema nervioso y de la actividad nerviosa superior, su capacidad de resistencia y rendimiento mental, la motricidad fina, la percepción, el pensamiento, su atención, su memoria, su imaginación, en fin todo aquello que entra en relación con la acción del ordenador. Sucede a veces que la familia, considera que el hecho de que los niños y niñas accionen ordenadores les garantiza de por sí un mayor desarrollo intelectual y sobrevaloran estas técnicas o procedimientos y se les da un rol en el proceso educativo que están muy lejos de cumplir. Pero, es obvio que la escuela no puede negar que sus alumnos, desde las más tempranas edades, lleguen a ponerse en contacto en el hogar con variados y complejos juegos electrónicos o que utilicen el ordenador como un juguete más. Incluso para algunos padres, el juego computarizado se ha convertido en la panacea familiar que mantiene tranquilos a sus hijos durante horas, algo que se comparte con la televisión y los vídeos infantiles. Ante estas cuestiones anteriormente señaladas el papel de la escuela no es obviar una realidad evidente, sino actuar para que se mantenga el lugar que debe ocupar en el aprendizaje de los alumnos y en el desarrollo de su creciente personalidad. Así, la tecnología educativa, concebida como el uso de técnicas dirigidas a propiciar cambios en los alumnos y a validar métodos, teorías y condiciones que favorezcan dichas transformaciones, constituye hoy día una ciencia en pujante desarrollo, que asume estas nuevas metodologías de la información y la comunicación para sus fines y propósitos.

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Dado lo anteriormente expresado, hay que definir qué objetivos pedagógicos y qué fines didácticos se pretenden lograr con estas nuevas técnicas de información, y cómo deben utilizarse en las diferentes situaciones educativas. Lo más difícil es que, como estas técnicas han surgido inicialmente en la industria del entretenimiento y la recreación (fundamentalmente como juegos electrónicos en el caso del ordenador), se requiere de un estudio científico profundo para adecuarlos a las condiciones específicas de la didáctica. Si bien es importante que los niños y niñas tengan oportunidades de jugar sin peligro con estas tecnologías e incorporar las mismas en sus juegos imaginativos. Pero lo que no es justificable es que por relacionarse con dichos medios, se pierda la posibilidad del juego, de entrar en contacto con otros niños y niñas, con los objetos y materiales más diversos, aprender y experimentar con las cosas más comunes de la vida diaria, esta cuestión tiene necesariamente que tener su contrapartida en la escuela, que no puede estar a la zaga del devenir social. Como quiera que la educación no podía estar ajena al desarrollo tecnológico, y es así que se comienza a hablar de una informática educativa, que en su sentido más amplio consiste en una ciencia encargada de dirigir la selección, elaboración, diseño y explotación de los recursos informáticos vinculados al proceso docente educativo. Esto implica la utilización del ordenador en la enseñanza y su aplicación general en la administración docente. En el caso que nos ocupa, la educación, esto se concreta en múltiples cuestiones, tales como: Estudio e investigación de las relaciones de la informática y su repercusión

en el desarrollo infantil. Fundamentos pedagógicos y didáctica de la enseñanza asistida por

computadoras. Selección, diseño, elaboración y evaluación de software educativos. Estudio e investigación de los usos de la computadora en el ámbito escolar:

como objeto de estudio, como medio de enseñanza y como instrumento de trabajo.

Capacitación de maestros y educadores para utilizar la computadora en su actividad pedagógica.

Y muchas otras aplicaciones que surgen cada día, en la misma medida en que se desarrollan nuevas tecnologías. La utilización del ordenador en el trabajo educativo exige un diseño, una organización, un uso apropiado y un conocimiento cabal de sus posibilidades. Este medio es un instrumento en manos del educador, que es quien dirige el proceso educativo. Esto conlleva que el docente tiene que conocerlo y saber de lo que éste es capaz y de lo que no facilita, y saber usarlo en la consecución de sus objetivos educativos.

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Si bien es un medio facilitador del aprendizaje, su alcance depende del modelo de enseñanza y del papel que se le otorgue en el proceso educativo, en el cual el docente mantiene y ha de mantener, el rol principal. Es también importante considerar aquellos factores emocionales y motivacionales que están imbricados en el proceso del aprendizaje electrónico, pues, como ha afirmado Piaget enfáticamente, no es posible concebir un acto intelectual, como es utilizar ordenador, que no tenga presente un componente afectivo, al igual que es imposible considerar un hecho afectivo desprovisto de un componente cognoscitivo, en una estrecha unidad y relación de lo emocional y lo intelectual. Al considerar el uso de la informática en el proceso educativo, hay que tomar en cuenta: 1. La informática para las edades infantiles y primaria ha de tomar

necesariamente en consideración las condiciones, leyes y principios del proceso educativo.

2. La informática en la educación infantil y primaria tiene que partir de un

conocimiento cabal y profundo del desarrollo de los alumnos en estas etapas de la vida.

Aceptar esto es validar las potencialidades que pueden tener el ordenador como medio para la asimilación de conocimientos, la formación de hábitos y habilidades, la consecución de diferentes capacidades y en suma, para contribuir a su desarrollo. Esto hace que la escuela tenga un papel importante en esta dirección, pues son los únicos que pueden organizar de una manera verdaderamente científica el sistema de influencias que puede ejercer la computación y a su vez influir en los padres para un uso adecuado de los juegos electrónicos. EI ordenador independientemente de la importancia y significación que tiene para el desarrollo, no hay que olvidar que es un instrumento, una máquina, que no puede asumir la responsabilidad de lo que hace. Esa responsabilidad es del educador. Para esto ha de comprender las características básicas de instrumento, sus potencialidades y limitaciones y saber usarlas dentro del contexto educativo y en dependencia de las necesidades docentes. Claro está que esto requiere de una capacitación que le permita un mínimo de conocimientos para discernir los usos educativos de la misma, lo cual es mucho más relevante en este período del desarrollo infantil en que poco se conoce de cómo organizar el proceso educativo con el apoyo de estos artificios electrónicos. Concluyendo al enfocar la informática dentro del proceso de la enseñanza y el aprendizaje, el análisis de los teóricos y estudiosos de la tecnología educativa, plantean fundamentalmente la inserción de la informática desde dos enfoques fundamentales: como objeto de estudio y como medio de enseñanza.

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Como objeto de estudio, es importante que los alumnos conozcan cómo es y cuales son sus elementos, así como la utilización de los mismos para poder luego utilizar el ordenador desde el otro enfoque: como medio de enseñanza dentro del proceso educativo en la educación infantil y primaria, implica reconocer sus posibilidades dentro de la labor educativa del programa, por una parte y por la otra, asignarle lo que es su más importante función: contribuir al desarrollo general de los niños y niñas en estas edades. Existen criterios de que el uso del ordenador como medio de enseñanza facilita crear sistemas de tareas que pueden utilizarse como formas de estimulación y demostración de determinados contenidos del currículo, y que pueden servir para apoyar las actividades colectivas, con la participación directa del maestro que trabaja con sus alumnos. En cualquiera de estos casos su función básica es la de ser un medio de enseñanza novedoso y diferente, que bien dirigido puede facilitar la asimilación de los más variados fines que se plantee el educador. Los logros de la informática en la enseñanza dependen en gran medida del método de su introducción en el proceso educativo, de la calidad de la técnica utilizada y de la metodología de su aplicación, en correspondencia con las necesidades y particularidades del grupo de niños y niñas a los que se dirigen. Por lo tanto hay que crear programas de software cuya estructura responda a la estructura intelectual de la actividad del niño y la niña, y cuando esto se logra, se promueve el desarrollo. Ello obliga a que tales programas computarizados tengan un carácter desarrollador, sean afines a los intereses de aquellos a los que se dirigen y satisfagan su afán de creación y experimentación. Para que el ordenador sea un medio de enseñanza que impulse el desarrollo , es necesario tener en cuenta muchos aspectos, tales como: La preparación motriz, intelectual y afectiva que el niño y la niña han de

tener para poder realizar la actividad de computación. La determinación de los requisitos higiénicos y ergonómico-funcionales para

realizar la actividad de computación sin perjuicio al organismo del niño y la niña.

El establecimiento de la metodología operativa más adecuada para realizar la actividad.

En resumen más que en otros terrenos, en el campo de la enseñanza estamos obligados a responsabilizarnos con la introducción de los ordenadores, que ya se están utilizando en la educación de forma masiva en muchos países.