ernesto por rafael minvielle

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72 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE desahogo que mi llanto? (entra un criado por la puerta del jardín precipítadamente). CRIADo.-¡Señoral el coronel Fiercour y el señor de Gres- sey se hallan en el jardín prontos para batirse en duelo. MATILDE. - ¡Gran Dios! ¡socorro! ¡socorro! (se dirige hacia la puerta del jardín, el criado sale, se oye un tiro, y M atilde retrocede espantada). Ah! no existe ya (arro - dillándose). Perdonadle, Señor, yo soy la causa de su muerte, yo el asesino, yo le amé, y le descubrí mi amor. (Pasos y la voz de Dormand fuera de la escena): ¡Un médico! ¡un médico! ¡qué muere un hombre! (Entran por la puerta del jardín Dormand y en seguida Gressey sin sombrero y agitado, trae una pistola que arroja luego). ESCENA IV MATILDE, DORMAND Y GRESSEY MATILDE.-¡Gran Dios! ¿ qu é veo? (poniéndo se de pie y avanzando hacia Gressey). GRESSE r .Matilde! sois libre. MATILDE. - Nó: soy vuestra (ca e en brazos de Gressey). ERNESTO POR D. RAfAEL MINVIELLE 1800-1887 Drama en 3 actos. el ].o dividido en 2 cuadros, estrenado en el Teatro Santiago, el 9 de octubre de 1842

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Ernesto por Rafael Minvielle

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  • 72 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    desahogo que mi llanto? (entra un criado por la puerta del jardn preciptadamente).

    CRIADo.-Seoral el coronel Fiercour y el seor de Gres-sey se hallan en el jardn prontos para batirse en duelo.

    MATILDE.- Gran Dios! socorro! socorro! (se dirige hacia la puerta del jardn, el criado sale, se oye un tiro, y M atilde retrocede espantada). Ah! no existe ya (arro -dillndose). Perdonadle, Seor, yo soy la causa de su muerte, yo el asesino, yo le am, y le descubr mi amor. (Pasos y la voz de Dormand fuera de la escena): Un mdico! un mdico! qu muere un hombre! (Entran por la puerta del jardn Dormand y en seguida Gressey sin sombrero y agitado, trae una pistola que arroja luego).

    ESCENA IV

    MATILDE, DORMAND Y GRESSEY

    MATILDE.-Gran Dios! qu veo? (ponindose de pie y avanzando hacia Gressey).

    GRESSE r .-Matilde! sois libre. MATILDE.- N: soy vuestra (cae en brazos de Gressey).

    ERNESTO POR

    D. RAfAEL MINVIELLE

    1800-1887 Drama en 3 actos. el ].o dividido en 2 cuadros, estrenado en el

    Teatro Santiago, el 9 de octubre de 1842

  • PERSONAJES

    PEDRO DE GuzMN o

    JULIO.} CAMILA. SUS HIJOS ...... ... .. . ERNESTO DE GuzMN

    o ... ..... .

    EDUARDO VERGARA DEOGRACIAS EZPEL~;~ ...... .... . DIEGO, CRIADO DE D. p~~~~ sol~

    dado invlido ' ANTONIO, CRIADO D~ D. ~~~~~ CALESERO

    o o o o.

    ACTORES

    Carlos Fedriani Juan Velasco Toribia Miranda Mximo Jimnez Jos Alonso Victoriano Rendn

    Anselmo Silva Jos Allende A. Federico Milln

    La escena es en Valencia, medi'ados del ao de 1833.

    ACTO PRIMERO

    CUADRO PRIMERO

    La escena representa una de las puertas de Valencia que da entra-rlu. por el camino del Grao. Se pasa para entrar en la ciudad un puente, por debajo del cuAl corre el Turia, ro d e muy poca consideracin. flabr en la pa1te exterior del proscenio dos brmcos, uno de cada lado como los hay en los paseos alamedas. Al descorrer el teln se oir tl ruido de un carruaje que para; salen la escena los tres.

    ESCENA PRIMERA

    ERNESTO, EDUARDO, EL CALESERO

    CALESERO.-Ya estn ustedes en la puerta del mar de Valensia del Sit, la siudat mfl.s hermosa de Espaa_ Como su sielo, son las hembras de esta bendita tierra. No s que ha sido esta ocurrencia de no querer llegar montados en la calesa hasta su casa. . . en fin cada uno sabe su cuento ... (al darle Ernesto un duro). Gra-cias, seorito, La Virgen de los Desamparados y San Visente les d buena fortuna. Mi calesa y ' mi alasn estn su disposicin. (Vase).

    ESCENA II

    ERNESTO, EDUARDO

    EDUARDo.-Gracias buen hombre . . . Ernesto, diste al carretero las seas de la casa de tu to?

  • 76 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    ERNESTo.- Lo olvid ... Y qu extrao cuando todo lo he olvidado! ... Cuando el corazn quiere salirse del pecho!

    EnUARDo.-No importa , Je aguardaremos aqu sentados, 110 puede tardar mucho.

    ERNESTO.-S, Edardo, sentmonos un instante fin de calmar un tanto la conmocin que siento ... Cmo palpita el pobre corazn mo! tan inundado est de un deleite inefable que yo siento y no puedo explicar. Volver la patria qumida! volver los brazos del amante, despus de tantos aos de ausencia, res-pirar el aire nativo, ver realizados los ensueos que tantas veces halagaron mi fantasa! . .. los nicos goces en una vida sembrada de peligros y contrarie-dades, volver ver el teatro de mis infantiles jue-gos ... dormir bajo el techo que cobij los primeros das de una existencia despus tan azarosa ... Eduar-do, t no puedes juzgar cumplidamente lo que pasa en el interior de mi alma! ... Cuando, despus de p ermanecer algunos aos en Europa, vuelvas Chile ... cuando dr lejos, en el centro del mar vea?. sobre las nubes las nrvadas cspides de los Andes, las frtiles siereas de Arauco ... cuando en obscura noche divises el faro amigo de Valparaiso, cuando pises el vacilante muelle de su puerto, entonces po-drs saber lo que es este placer supremo ...

    EnUARno.-Lo concibo, Ernesto ... Porqu e apenas sepa-rado del hogar patrio ... ahora que esta idea atormen-tadora est en todo su vigor, ya siento un mgil'o y delicioso jbilo al pensar en mi vuelta .ChHe.

    ERNES1'o.-Pero no creas que este placer que yo siento sea puro, n; est acompaado de un secreto dolor, de un presentimiento vago y siniestro que el cielo permita que se disipe.

    EnuARDo. - No te comprendo ... pero tengo por locura dar cabida desvaros cuando la realidad es tan

    TEATRO DRA~ITICO l'ACIONAL 77 1

    halaO"iiea ... No ests en Valencia? No te espe,an dent;o de sus muros mil brazos querido.s para estre-charte en ellos? . .. 10s brazos de tu prima y aman~e que va ser tu esposa? ... As se hace el homb_re fehz pot su culpa. Cuando no sufre males, los sue~a y los

    da pero qu miro? t lloras? ... que causa aguar . . Produce tu llanto?

    , V ov revelarte un EnNESTo.-Lloro, y no sm razon. . . " to Voy a, hacerte parteipe de la causa de este secre .. . . .

    hondo dolor que ha acibarado siempre .mi: p~sa~e~as d o h T sabes que fu Colombia a prmCI piOS Ic as... l' t del ao 20 decapitan on uno de los cuer?os rea Is. ~s que el Gobierno mandaba contener la msurre?cwn de las colonias. Que muy poco tiempo despues de haber servido en las filas espaolas ... las abando-n ... me embarqu disfrazado en un buque mer?an~e que iba Valparaso. Llegado Chile ofreci mts

    al Gobi~erno de aquella Repblica ... Los serVICIOS . . t ,. combat en favor de la independenCia amert-acep o, , , . .

    cana porque mi conciencia se opoma a que esgrim~ese el acero contra los que peleaban por su emancipa-cin ... Sobre todo, servir al dspota Fernando, tra cooperar la ruina de la libertad; idlatra de ,esta diosa benfica, no poda menos de def~nderla. St; un deber de conciencia que nunca he podido desconocer mo impeli ponerme de parte ~e los que 1: defe~~ dan contra la opresin. Al partir de Esp.ana deJe

    . mis padres que despus han fallee1do. me VlVOS ' . t h queda un to, un primo y una prima d~ qmen e e hablado: Camila, la que fu mi prometida por e~~osa desde nuestra tierna edad, porque el amor nacl en nuestro pecho muy jvenes todava ... Cuando me arranqu de sus brazos, la dej anegada en ace~bo llanto ... nos juramos fidelidad eterna. y o cumph ~~ juramento ... ella tambin hasta el ao 3? ~u e d~J o de escribirme ... desde entonces no he rec1btdo smo

  • 78 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    una sola carta, bien fra, de m primo, noticindome la muerte de mi padre acaecida fines del 31. En ella me peda nombre de mi to poderes para cobrar y enajenar mi herencia, cuyo producto me mandara Chile, tu patria querida deca ... Las palabras de patria querida tarjadas, eran. un sarcasmo lleno de hiel que ha amargado mi existencia, eran un repro-che fro y cruel mi conducta militar ... ; desde aquel m?mento desapareci de mi carazn la calma, y de m1 rostro la alegra, porque vi perdida la esperanza de unirme Camila. He devorado en silencio la causa de mis penas, que por algunos intervalos han atenua-do su intensidad ... ; pero la vista de Valencia al

    ' acercarme mi to y mi prima, renace mi tormen-to, aumentado por la duda de cules sean ahora Jos. sentimientos que con respecto m profesar mi familia ... Sobre todo, Ca mil a ... Si me habr olvi-dado! ... si me aborrecer! si gozar en brazos de otro la dicha que me fu prometida!

    EnuARDo.-Qu motivo hay para alarmarte? ... para creer que ella te aborrezca, ni an para que te haya olvidado?

    ERNESTo.-Camila es mujer, y por lo mismo dbil.., su silencio le atribuyo un mandato paternal, y ste, las prfidas sugestiones de un oficial espaol que crea mi amigo: uno de los prisioneros en la batalla de Ayacucho, quien tratP. como hermano, en quien puse una entera y cordial confianza, entregndole cuando parti para Espaa una cai'La para mi to, y otra con mi retrato, para Camila. En la carta le reno-vaba mi juramento de ser suyo, y de volver Espaa en cuanto se rompiese la cadona de servidumbre que entonces arrastraba an; promesa que me apresur cumplir luego que supe que Fernando, las puertas. del sepulcro, encargaba su esposa los destinos del pueblo espaol. Ahora, me dije m mismo, la opi-

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 79

    nin va regenerarse, perder todas sus desmedidas y crueles exigencias. . . Todos seremos hermanos, ahora se me juzgar como yo me juzgu m mismo-, y se comprender fcilmente que yo no pele contra la Espaa1 sino contra los satlites del despotismo que la agoviaban; consiguiente esta creencia dis-puse aceleradamente mi viaje .. Te invit que me acompaaras; pero ya oste lo que se nos acaba de decir, Fernando vive; y entre sus variados caprichos, jams ha tenido el de hacer la felicidad del pueblo que se ha sacrificado por l.

    ltnuARDo.-Tus razones no me convencen ... tan larga distancia, las cartas se extravan se pierden. Por lo. dems, t eres extranjero los partidos en que la Espaa est dividida ... t sers querido de todos, al menos de los amigos de la libertad.

    ERNESTo.-Ojal!; pero aquel oficial habr pintado con cargados colores lo que l llamar mi defeccin, si no le da otro nombre ms odioso; y mi familia tambin, y Camila se habr creido libro del juramento tantas veces repetido, confirmado en todas sus cartas, y me arrojar de si. Ya lo ves, voy ser un paria en el sen; de mi familia.

    EnuARDO.- Para qu dar cabida temores que te su-giere una imaginacin acalorada? ... Ven, vamos al puente respirar ms de lleno este aire embalsama-do, a saciar la vista en el aspecto risueo y encanta-dor que ofrece la capital del Reino.

    ERNESTo.-N, Eduardo: todos estos objetos de novedad para ti, son otros tantos tormentos para m.~Conozco los espaoles; en las elevadas torres de los templos. de Valencia veo un remedo de la indomable .altivez espaola, del arrogante desdn con que tlas masas miran todo lo que no es propio y nacional. En las a()'uas del manso Turia ver reflejada la tristeza que

    o . ' . . me consume; por doqmera se presenta a m1s OJOS.

  • 80 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    co~o un espejo, imagen de la verdad mi fatal vemr. ' por-

    Enu~RD~--P~r la amistad que te profeso, por los recuer-os e Chile, desecha tan tristes pensamientos. Son

    estos los ~lac~res con que me brindabas? Estas son las gratas IlusiOnes en que te mecias y que end l la , d ' u zaron se~ar:ciOn e aquel pas que te di tan afable

    acogJ~a._ . : Da treguas tu dolor. . . entrgate la halaguen~ Idea de que vas abrazar t us deudos y tu Camlla.

    ERNESTo.-El cielo ms puro se cubre de negras y densas nubes; y donde luca un sol vivifican te y animad se fo_rman de improviso horribles tempestades q:~ despiden el rayo, y con l la muerte. Yo que no ha _m~cho me gozaba y slo vea reir en torno plcidas lmagenes , preveo ahora males sin fin.

    ESCENA III

    ERNESTO, EDUARDO y don DEOGRACIAS que sale por la puerta de la ciudad

    DEOGRACIAS -(Apa t ) E t . r e . s os parecen extranjeros ... La

    facha ... el modo de mirar, un no s qu de indefini-b_le;_esta es gente extraa; no me quedar con la cu-rJOsidad en el cuerpo.

    EDUARDO Por , fl" - , que nos IJa tanto la vista este figurn

    Y se acerca a nosotros? DEOGRACIAS -(Apa t ) p lJ

    r e ues a voy qu cuesta el in-formarse ? (a_lto). Caballeros, si he de juzgar por su traza, es decir por su talante ustedes t . , . . . son ex ran _ Jeros ... o forasteros cuando menos. De .Valencia no son ustedes ... A la legua se conoce . un lince!. . . Y ,yo que soy

    EDUARDO.- Tiene V. razn, acabamos de llegar de DEOGRACIAS.-No hay para qu de , l d . .'.

    . Cirme o . . e Gibral-tar, emigrados liberales que vuelven al h ogar pa-

    TEATRO DRAMTICO NACIO:-

  • 82 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    que falta, le pusieran el corbatn de Vizcaya, n() habrian tantos.

    En UARno.-(Interrumpiendo). Con que es V. amigo del general Guzmn, to de mi compaero y amigo D. Ernesto.

    DEOGRACIAs.-Su servidor; beso ustedes las manos ... Entonces fu mentira que V. se olvidase ... Si se-~iente por gusto, por aficin, vaya V. pues creer m ~a cuarta parte de lo que se dice! Pues, seor, acom-panar ustedes la casa; esL aqu un paso, en la plaza del Real, junto la del seor conde de Cerve-llon, mi grande amigo!

    ERNESTo.-Yo s muy bien la casa ... sin embargo, le-agradezco V ...

    EDUARno.-De todos modos no nos es posible movernos. porque no hemos dado al carretero las seas de la casa, y el cl'iado es extranjero.

    DEOGRACIAs.-Supuesto que el seor D. Ernesto sabela casa, yo me quedar aqu para acompaar al criado de ustedes.

    EDUARno.-Si V. no le conoce, cmo puede~ ... DEOGRACIAs.-Toma si lo conozco! ... No es un hombre

    alto, bl~nco, rubio, con bigote ... francs ... precisa-mente Siendo ol cocinero debe ser Francs ... adems el equipaje que vendr en diez doce carros cuando menos .. . los papagayos, el jockey.

    EaNESTO.-(Aparte). No eres t mal papagayo? (alto) N~tra.emos jockey ni cosa que lo valga ... El equi-paJeviene en un solo omro. DEOG~ACIAs.-Voy al decir, pero no importa, conozco al

    or1ado de V.:. Soy fisonomista de profesin, y rara vez m e en gano ... Y o le aguardar ...

    ERNESTO.-(Aparte) Qu cansada oficiosidad! este hom-bre es intolerable (alto) Podemos esperarle.

    En VARno.-Dice bien el seor D ... Cmo es la gracia de V.?

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 83

    DEOGRACIAs.-Me llamo D. Deogracias Ezpeleta (los sa-blda) servidor muy humilde de ustedes.

    EnuARno.-Dice bien el seor D. Deogracias, mejor es que nos vayamos, ya que el seor tiene la bondad de tomarse esta molestia.

    DEoGRACIAs.-Nada de molestia .... V. me confunde .. .. Es una complacencia .... un deber de hospitalidad, aqu somos por lo general muy hospitalarios.

    ERNESTo.-Antes de irme quisiera preguntar V. qu es de don Julio Guzmn, mi primo, est en Valencia?

    DEOGRACIAS.-Esta noche nos hemos de ver en una junta. EnuARno.-Segn eso el seor D. Deogracias es mdico. DEOGRACIAs.-Ni por pienso . .... yo no me he encarga-

    do de matar fuerza de recetas y sanguijuelas mis semejantes; al contrario, soy uno de los pocos hom-bres que se matan por dar la sociedad una existen-cia estable y feliz .... Ac para enLre nosotros (con misterio), soy individuo de una junta secreta revolu-cionaria, cuyo principal orador es D. Julio Guzmn. Ahora hablamos muy quedo; porque estamos algo resfriados (con irona) me comprenden ustedes! pero todo vendr, luego hablaremos recio, que es el modo de tener razn y de hacerse respetar (con nfasis); estas juntas, que pueden llamarse preparatorias, son un fuego oculto como el de un volcn sin crter, y cuando reviente ha de lanzar lavas de exterminio des-de Calpe Pirene. En estos mismos trminos lo dijo el seor Guzmn, una de estas noches, y fe ma que deca muy bien: porque segn Benjamn Constant, y no s qu otro caballero ....

    ER:NESTO.-( Eduardo y aparte). Porque segn voy vien-do, acabar con mi paciencia, que no es mucha en verdad

    EnuARDo.-Pues seor D. Deogracias hasta ms ver, V. queda con el encargo ... Vamos sin cuidados. ( Vanse).

  • 84 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    ESCENA IV

    DE DEOGRACIAS (solo) DEOGRACIAS.-Con entera confianza (los saluda) Y qu

    malas pulgas t iene el tal D. Ernesto! El otro es ama-bilsimo; y qu carctel' tan bello; he simpatizado con su genio .. . . Seguiremos el paseo y en el camino he de hallar lo que busco, toma $ lo hallar ! As fue-se tan fcil dar con la felicidad .

    CUADRO SEGU~ DO

    La. escena. representa. un salon amueblado con lujo: sofs, espejos etc., y algunos cuadros como de retratos en la pared.

    ESCENA PRIMERA

    ERN ESTO Y EDUARDO, y despus Duwo CJesdo de militar antiguo (llaman) (S ale D rE GO y se presentan en escena los tres).

    ERNESTO.-Est en casa el seor general? DIEao.-Est y no est .... Esto es, cAL. durmiendo y

    no est despierto. Es la hora de sn siesta, pero est la seorita doa Camila (aparte) Por qu se fija tan-to en los retratos? (Ernesto al mirar el retrato de su pa-dre llora, y se sienta en el sof con aire melanclico ) C-mo se parece don Ernesto... Calle! l es (alto). Voto bros! seorito, V. por uo. Al fin, al fin se ha acordado V. de nosotros, y pardiez que ya era t iempo!

    EnNESTo.-Diego, eres t? . . . El ayo de mi niez ... . cmo pude desconocerte? ests tan viejo!

    DrEGo.-No es que estoy viejo .... sino que lo soy, V. tambin est desconocido por qu tan plido? el mareo sin duda .... pero qu gozo va ' dat' V.

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 85

    seorito toda la familia . . . yo ya v V. lloro de alegra (se limpia los ojos con el faldn de la casaca), si viviera mi pobre mujer!. .. pero cmo: ha de viv1r si hace tanto tiempo que muri. . . me acuerdo co-mo si fuese ahora mismo, cundo le dbamos de ma-mar ... quiero decir, cuando mi Mara le daba V. de mamar... voy... voy corriendo llamar la seorita ... qu gusto tendr de ver V. ( Eduar-do) Caballero tenga V. la bondad de sentarse entre-tanto en ese sof (V ase).

    ESCENA II

    ERNESTO Y EDUARDO

    ERNESTO ( Dieg).- Cuidado! no le digas que yo estoy aqu. .. Dle solamente que unos amigos de su padre vienen verle y que le ruegan se sirva hacerles com-paa mientras se levanta el seor general. Quiero ver si me eeconoce ha olvidado mis facciones . .. quiero leer en su semblante el efecto que le causa esta primera inesperada entrevista, despus de tan larga y penosa ausencia; quiero ver en la sensacin que reciba y que demostrar su rostro al ver el mo acu-sador, su lealtad su culpa; s u culpa! porque yo no poda venir cuando un cetro de hierro imperaba en Espaa.

    EnuARDo.-S justo, Ernesto; culparas tu prima si al ver tu tardanza, que podra atribur diversos moti-vos, se hubiera credo olvidada y si instada por las paternales amonestaciones 6 mandatos, hubiese en-tregado su mano otro?

    ERNESTo.-E] motivo de mi tardanza lo saba . por mis cartas; yo no deba pisar el suelo espaol, mientras un Calomarde un padre Cirilo mandasen.

  • 86 BfBLIOTEC.-\ DE ESCRITOReS DE C HILE

    EDUARDo.- Y ella deba aguardarte hasta que la libertad renaciese en Espaa! y si esto no suceda en cincuenta aos, morirse esperando! Qu injustos somos con las pobres mujeres! se les exige fidelidad, constancia toda costa, sin trmino, sin restriccin, y nosotros renunciamos al cumplimiento de nuestras promesas por el ms leve motivo, por el menor contratiempo en nuestra fortuna, por cualquiera contrariedad en los sucesos ... A t te deban arredrar consideraciones polticas para no apresurarte hacerla feliz, ella debia alimentar vivaz una pasin sin esperanza y sin consuelo; t podas impunemente sacrificar el amor la opinin ... ella deba sacrificar la opinin al amor.

    ESCENA III

    Los dichos y DIEGO

    DIEGO.- Ya viene la seorita! ERNESTO.-(Con amargura). No se da mucha pr1sa en

    llegar, est visto; le dijiste que su primo Ernesto la aguardaba.

    DIEGO.- Ah Seorito . . . cmo le han puesto V. sus viajes y campaas por el otro mundo! Si la seorita supiese que era V. el que le hacia esLa visita , buen seguro que no se hiciera de esperar. N o se lo dije , porque asi me lo encarg V.; y harto Lrabajo he teni-do en contener los transportes do mi alegra, para que mi semblante no me vendiese (mirando adentro). Ya viene, pobrecita, qu alegria va tener!. .. Voy avisar mi amo, ya es hora que se levante, y sobre todo para abrazar su querido Ernes Lo. (V ase)

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 87

    ESCENA IV

    ERNESTO, EDUARDO Y CAMILA

    ( Doa Oarnila saludada por D. Eduardo, le contesta el saludo Ernesto se queda. de pie inmvil. fi.ia la vista en ella; ca: mila mira atentamente Ernesto quien reconoce, va arrojarse en sus brazos y retrocede con timidez. Ernesto, llevado del primer movimiento, se la11za en sus brazos, de los que no puede ella evadirse).

    CAMILA.-(Dando un grito) Ernesto! querido primo. ERNESTo.-D ms bien tu amante . . . Camila hermosa Ca-

    ' mila idolatrada ... pero qu es esto, qu tibieza ha . sucedido al primer arrebato del amor?.. . Dije mal ; esta palabra significa una idea, la de un sentimiento sublime, exclusivo ... una pasin, la nica ... y t no la conoces ... jams la has conocido ... vmentiste cuando me juraste amor, eres perjura si egaste al-gn da amarme!

    CAMILA.-Esto ms, cielos, esto ms, despus de tanto pa-decer ... despus de derramar tantas lgl'imas de des-pecho, y de celos? ... Dime, ingrato, los celos no na-can del amor? t que debias traer presencia de tu fiel amante la disculpa por defensa, traes en tus labios la ofensiva injuria. Yo perjura! yo desleaH yo tibia! si vi eras este corazn dilacerado por tu olvido, ator-mentado por los celos; pero al menos mira estos ojos enrojecidos y lastimados por el humor acre del llan-to ... este rostro aniquilado por la melancola al creer:.. me olvidada por t.

    ERNESTo.-Olvidada nunca! ~elo3, y de quin? CAMILA.- De quin? y me lo preguntas? ... Pregntalo

    esas Americanas, cuyos atractivos borraron de tu memoria tu prima amante, esas hijas dicho.,as de un mundo nuevo, juvenil y seductor, que ar1ancaron

  • 88 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    de tu corazn la imagen de una Espaola que te ha amado con delirio y que deba ser tuya. Pregntalo esas Chilenas, cuya defensa tomaste en contra de los hermanos, hijos y esposos de las Espaolas que te queran como hermano; pero no ... no quiero imitarte-en tus reconvenciones.. . no quiero acibarar el ins-tante ms precioso de mi vida, el nico; el que va anudar el roto hilo de mi existencia desde ahora tan

    . '

    vent_urosa como msera hasta hoy ... Pero que digo, desdiChada de mi!... puedo acaso usar este len-guaje? puedo alimentar esperanzas que sern acaso un sueo engaador? ... eres libre? no te has casado-en Amrica, una Chilena no es seora de tu corazn y de tu mano?

    ERNESTo.-N, Camila .. . cuando llegu Amrica ya no-poda disponer de este corazn que era tuyo como lo es ahora ... nuestros juramentos fuC't'On para m tan solemnes pronunciados sin tesLigos, como dichos de-lante de los alta1es; porque Dios los escuch y Jos aprob; porque Dios los bendijo, y la bendicin del cielo es una sancin soberana ... T Le precias de ser Espaola ... yo tambin soy Espniol.

    ESCENA V

    Los dichos y D. PEDRO

    D. PEnno.-(entrando) Pluguiera al ciolo que no lo fueras que al menos hubieses perecido unLos di} empuar el hierro fratricida!

    ERNESTo.-Tol mi querido Lio ... mi padre! (Se arroja en sus brazos, y despus le besaza mano; D. Pedro le reci-

    . be con ternura pesar de su esforzado despego) . D. PEDRO.-Naturaleza! quin puede comnrender tus.

    misterios? quin es capaz de pintar la horrible lu-cha que en este mismo instante agita mi pecho?.-

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 89

    Ernesto! sobrino que yo eleg por hijo ... Ernesto, el hijo predilecto del mejor de mis hermanos!. .. qu mal has pagado tu pobre familia lo mucho que te quiere . .. tu patria los honores con que te distingui en los primervs pasos ele tu carrera militar!. . . los laureles que tus tos cogieron en cien combates contra el hombre de los siglos, contra el hijo de la fortuna, lGs has marchitado t . .. mira el retrato de tu pa-dre ... el de tu to Anselmo, el de tu to Enrique ... eunta gloria brilla en torno snyo! pero t no puedes ver esa gloria; ese brillo no puede llegar hasta tus ojos ... El humo de la batalla de Ayacucho se inter-pone como una sombra siniestra, como el espectro de la culpa!

    EnNESTO.-(ConmMido) To! primal en mi primera emo-cin olviM presentar ustedes mi amigo y compa-ero D. Eduardo Vergara, natu1al de Santiago de Chile.

    EnuARDO.-Servidor de ustedes. D. PEDRo.-Caballero, yo le soy de usted con Loda la fran-

    queza y sinceridad ele mi carcter ... V. no debe ex-traar este desahogo entre indi vicluos de una familia. Adems he hablado como Espaol , y en este solo sentido repruebo que mi sobrino, que tambin lo es, combatiese en Ayacucho en las filas americanas ... si hubiese nacido en Amrica, fuera otra cosa ... sus de-beres en este caso no seran los mismos.

    EnuAnno.-Es muy difcil, seor, si no imposible, juzgar distancia de los sucesos, y de la posicin particular de cada uno. Ernesto siem pro ha amado su patria, yo. lo s.

    D. PEDRo.-Seor D . Eduardo, la amistad es veces in-dul!!ente en demasa, y V. me permitir que le diga que disculpando Ernesto me prueba V. su afecto para con l y su buen corazn; . pesar de e.So no pue-de V. quererle ms que yo; ya 1o ve V.! es mi sobri-

  • 90 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    no ... _lleva mi propio apellido, apellido de grandes recuerdos! la sangre de sus venas es la sanare aue en 1 ' 5 as m1as corre ... _por eso siento su extravo, por eso lam~nto su error 1m perdonable y sin reparacin. V. hub1era abandonado las filas d e los patriotas una vez comprometido dP.fender su causa y hubiera peleado en 1 as filas espaolas?

    EnuAnno.-Nunca, seor, soy Americano! D. -PEnno.-Esta prueba de lealtad merece un abrazo (le

    abraza) ~hora que_la lucha h a cesado, ahora que todo cuanto a ella conc1erne se juzga con imparcialidad; ahora ~ue volvemos ser h ermanos, no hay peligro en dec1r francamente su opinin.. . l a ma es que el que comb ate por su patria, venced or vencido, es leal; el que combate contra ella, vencedor vencido, es traidor.

    ERNE_sTo.-(Con entereza). Ahora que el vrtigo de las pa-swnes desencadenadas h a pasado, ahora que el hura-cn revolucionario ha m it igado sus rigores, la sana filos ofa aconseja que m iremos estns cuestiones bajo un punto d e vista social en pro do la humanidad. Yo o_~ino que la guerra exterior os o! azote y la expre-Slon de la crueldad de los pueblos; In oon(JUista el a bu. so y la idea de la i11moralidad de los hombres. No hay ms lucha que. entre la libertad y ol despotismo; y el hombre que p1ensa, el hombro ilusLrado, no vacila cul d e estos estandartes h a do seguir. CAMILA.-Pa~re ! Ernesto! dejon u~Lodes estas cosas que

    tanto l ast1man el corazn. l~s PsLr el modo de cele-br~r la llegada de ErnosLo? lu llegada de mi querido pr1mo? Luego, luego ha~la.rn ustedes co n ms cal-ma, y convendrn en Lodo como amigos.

    D. PE~no.~Tienes razn, hija mia ... ya conoces mi ge-mo . . . a veces no puedo con l. .. y en tocando cier-tas materias ,no lo puedo remediar ... s~lto al instante

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 91

    y soy capaz .de estar disputando das enteros. Pero no hablemos ya ms de eso ... (llama) Diego! Diego!

    ESCENA VI

    DIEGO y los dichos

    DrEGO.-Seor! D. PEDRO.-Mira, las p iezas que d an al jardn son para

    estos caballeros; que F lix te ayude arreglarlas. (A Ernesto) Y el equipaje; y los criados?

    EDUARDO.-Slo t raemos uno que bien pronto va llegar. DIEGO.- Ya lleg, seor ... Se me haba olvidado, abajo

    est un caballero que me dijo llamarse D. Deogra-cias . .. que ha venido acompaando al criado, y me manifest deseos de hablar con utedes.

    ERNESTO.-Le agradezco sus deseos . EDUARDO.-Yo ir ver que nos quiere ... al fi n l se ha

    tomado un trabajo que no le corresponda ... voy pues all ( A D. P edro) . Caballero, con su permiso de V.!. ..

    D . PEDRo.-Seor D. Eduardo, V . est en su casa ... don-de se le considera r como un individuo de mi fami-lia ... gusto poco de cumplimientos, pero s ser buen amigo (Se dan las manos). Diego, acompaa ~1 seor (V ase). T, Camila, vers lo que se debe de disponer, que nada les falte ...

    CAM ILA.-Voy al instante, pap! (V ase).

    ESCE NA VII

    DON PEDRO Y ERNESTO

    D. PEDRO.-Qu buen sujeto parece tu amigo! ERNESTO.- Y lo es en efecto. Muy poco t iempo despus

    de llegad o Chile, y por u na rara casualidad nos co-

  • 92 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    nacimos, contraje amistad con l y con toda su fami-lia; esta amistad que nunca se ha alterado ni momen-tneam-ente, se ha fortificado hasta el punto que t odos me consideran hermano de Eduardo: su honradez es proverbial, y su mrito poco comn.

    D. PEDRo.-Ya yo supona que debera de ser hombre de nobles prendas, puesto que te merece tanta conhanza y cario : pero veo con sentimiento que te has olvida-do de Julio , de tu primo hermano, del inseparable compaero de tu niez.

    ERNESTO.-Cierto, to; quise pregunta!' V. por l en cuanto llegu . .. y no lo hice no s por qu . .. sin em-bargo, merezco disc.ulpa .. . esta mezcla de jbilo y de tris~eza, esta emocin me sacan fuera de m. . . qu es de l? sigui la carrera del foro? siempre tan afecto la literatura como me lo deca en sus cartas?

    D. PEDRO.- Siempre!. .. yo no puedo hablar de l sin fal -tar la modestia; pero no podr menos que decirte que pasa por uno de los jvenes ms aprovechados de Va-lencia . . . lo que hay de positivo, es que difcilmente puede hallarse un hijo ms obediente y hermano ms. tierno; va ser el consuelo en mi vejez, el ser que va reproducirme y perpetuar con lustre el noble apelli-do de sus abuelos.

    ERNESTO.-(Aparte)Estos elogios son un pual agudo que me clavan en el corazn. (Alto) Cun ansioso estoy de abrazarle, cmo no viene ver su primo?

    D. PEnRo.-No sabe que has llegad o; hoy ha comido en casa del seor Conde de Parsent ; le mand llamar, y muy pronto estar aqu.

    ERNESTo.-Encarg V. que l e dijeran que yo le aguar-daba?

    D. PEnRo.-N , Ernesto: ni convena hacerlo. A lo que parece tu ignoras que te est prohibido pisar el t erri-torio espaol?

    ERNESTO.- Por cierto que lo ignoro. Pues qu la reina

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 93

    no di una amnista general? Las cartas de ~adrid de 8 y 12 de Octubre ltimo anunciaban esta libera disposicin por parte de Cristina.

    D. PEDRO.-S, Ernesto: pocos das despus de haber to-mado las riendas del Est ado, que las dbiles manos del doliente F ernando pusieron en las suyas, di la Reina la amnista ofrecida; pero con r estricciones. En-tre otros , no comprende los Esp~oles que deserta-ron de las filas del Rey para serv1r en las de los Inde-pen dientef:..

    EnNESTo.-Siempre exclusivos! intolerantes siempre! nunca humanos! Y qu debo yo hacer en tan an-~ust.iada y peligrosa posicin? .

    D. PbEDRo.-Qu s yo! no acierto darte conseJO algu~~ Julio , que est ms al corriente de los asuntos pohti-cos, y que tiene esperanzas de una pronta regenera_ cin, podr ser un gua ms seguro q~e yo ..

    ERNESTO.-No importa ... mi permanencia sera solamen~ te el tiempo necesario par a arreglar los asuntos de m1 herencia pat erna. Despus de esto c~~plir c~n l a promesa hecha Camila porque es el umco ~edw de ser feliz. Mi corazn lo d osea con tierna ansiedad; Y mi honor tambin lo exige. _ _

    D. PEDRO.-( Con ternura y firmeza ). Imposible!. .. ImposJ-ble Ernesto! un mur o que no se puede salvar os sepa-ra.:. ya ella lo sabe ... hartas lgrimas ha derr.amado, hartos suspiros han llegado despedazar m1 p~ternal corazn antes de "esignarse renunciar la diCha que por tanto tiempo anhel. Yo la he visto langui-decer y acercarse lentamente al sep~lcro de~ que la ha librado un milagro de l a Providen cia . .. y s1 no estaba

    ~ontenta, al menos el tiempo y l a reflexin iban ?oco - poco r estableciendo su calma ... el honor m1 smo que t invoa.s re chaza este enlace (Ernesto se con-muePe). La opinin nos separa. . . n? cre~s ~rnest~ que no he padecido mucho antes de mduc1rla a hacer

  • 94: BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    este sacrificio ... t me juzgars quizs cruel, pero en mi lugar haras lo propio que yo hago.

    ERNESTO.-( Con amargnra y despecho). Yo en su lugar de V. fuera padre!

    D. PEDRo.-Sin dejar de ser ciudadano!. .. Tranquilzate-Ernesto ... por los cielos telo pido ... la imaginacin abulta siempre nuestr.os males .. . el tiempo y la dis-tancia son los mejores remedios ... T te consola-rs ... t logrars en otra parte la felicidad que una falta te priva de gozar aqu.

    ERNEST0.-0 Camila, la tumba! (Vase precipitada-mente).

    D. PEDRo.-Ernesto ... Ernesto ... Hijo mo, oye. (Cae el teln)

    FIN DEL PRIMER ACTO

    ACTO SEGUNDO

    El mismo saln que en el segundo cuadro del primer aoto.-Sentados Ernesto y Eduardo

    ESCENA PRIMERA

    ERNESTO Y EDUARDO

    EDUARDo.-No deja de hacer calor en Valencia. ERNESTo.- Uno que otro da estas horas ... luego refres-

    ca el ambiente la deliciosa brisa del mar. He pasado una noche fatal l. . . Julio quiere en vano sostener mis esperanzas ... se esfuerza en reprimir sus sentimientos y en ocultarme su opinin con respecto m; pero la descubro por entre su misterioso lenguaje.. . Cami-la ... la pobre Camila lucha entre4~dos opuestos pare--

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 95

    ceres ... Anoche se afligi mucho cuando trataba de justificarse dehaber dejado de escribirme.. . Fu pre-ciso discu lparla, ella no hizo ms que obedecer .

    EDUARDo.- Y qu hacen toda la vida las mujeres? pero. ella te ama ... y con ardor, y yo creo que despecho de todos te dar la mano.

    ERNESTo.-S, me ama; me lo han dicho ms que sus pala-bras sus ojos tristemente fijos en mi, pero creo que participa de las mismas opiniones que su padre, aun-que con menos calor ... Aqu el nacionalismo, co~o. dice un hombre clebre, es un segundo culto. Opma con respecto m poco ms menos como todos; pero-calla sus opiniones, las oculta como recata su amor .. . y mucho ms euando lejos de querer exasperar me .. . procura darme consuelos. Pero ten entendido que yo dudo que me d su mano si su padre se opone ello. Se precia de buena hija y lo es.

    EDUARno.-Lo mejor fuera partir y pronto. ERNESTo.-Partir pronto!. .. t me aconsejas que parta!;

    por qu no me aconsejas que muera? ... partir y de-jar Ca mil a? ... partir y renunciar la posesin de la que adoro, es exigir de m un sacrificio inmenso de que no me juzgo capaz ... es mandarme la huesa. es ms ... porque estoy ms dispuesto mori1 que renunciar Camila.. . mi corazn no resistira la dura prueba de dejarla, ni el de ella verme partir ... hartos pesares le ha costado mi ausencia .. . No la ves lnguida y marchita como dbil arbusto combatido por el cierzo? ... si ahora que empieza .recobrar l_a vida, la abandono, qu ser de ella!. .. pobre Cami-la ... mejor es que venga con nosotros .. ser tu nue-va hermana .. .

    EDUARDo.-Bien ... partiremos todos.

  • 96 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    ESCE A II

    Los dichos y ANTO~IO que trae un mate y se lo da ER-NEsTo.

    ERNESTo.- Dselo Eduardo. ANTONro.-No sabe V. que mi pattn no toma nunca el

    primero? ERNESTO.-No importa; no estoy para mates. ANTONIO.-(Dando el mate Eduardo y dirigindose Er-

    nesto). Y a veo qu e su tierra de V. no le prueba ... ms contento le vea en Chile. Ya so v, tantos aos all

    do~de cuenta V. con muchos amigos .. . Verdad es por otra parte que aqu esL V. en su casa, se puede decir ... y al lado de su prima ... que es bien dono-sa ... y con mi patrn que es su hermano. Pero ello es que V. est desfigurado de no conocerle.

    ERNESTo.- .:C::no p uedo hahor Lnnta mutacin en tan corto tiempo? ... l , Antonio, Lo engaas.

    ANTONIO.- Se engaarn Lodos; porque todos dicen que desde que lleg V. es La onsa no es el mismo . Diego dice tambin que cuando lo v i6 nyer estaba algo p-lido, pero que ahora est abalidsimo. Los otro~ cr~ados decan anoche que V. iba c~sarse con la senortta Camila; pero Diego dijo que n, que su patrn su amo, como l le llama, no consienLe en este casa-miento por no se qu de inferencia infidencia de V.; que no entendimos , ni l explic lo que era, porque no quiso supo.

    EnuARDO.-Toma el mate y djate de habladuras; no le eches tanto azcar (Vse Antonio).

    ! __

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 97

    ESCENA III

    ERNESTO Y EDUARDO

    E RNESTo.- ,Quieres mayor desgracia? Hasta los criados toman parte en esta clebre y siniestra cuestin. Eduardo, creme, va hacindose insoportable mi su-frimiento . Hoy tratar de resolver este problema, de que depende mi vida mi muerte; porque sin Camila, ms vale morir ... Sj ella obedece su padre y ste se obstina en su negativa, partiremos los dos ... no s adonde .. . lo mrjor fuera ninguna parte; porque donde quiera que vaya he de llevar conmigo la ima-gen de la que pierdo y en ella mi suplicio ... Y qu pierdo yo al morir? nada ... una v ida de dolores, una vida acompaada del mortal desasosiego que en m produce esa enemiga, esa zaa que todos me mani. fiestan.

    ESCENA IV

    L os dichos y DIEGO que entra con un papel pblico en la mano que d a D. EDUARDO.

    DmGo.-Si quieren ustedes entretenerse un rato l eyendo las noticias que trae El Eco. El seorito D. Julio est tomando su chocolate 6 primer desayuno, la seorita se esta peinando. . . el amo todava en cama; vaya por lo que ha madrugado por espacio de tantos aos!.. y veces no se levantaba de la cama y cmo haba de levantarse si no se acostaba en toda la noche? .. qu vigilante era! qu severo! .. todava tiene una firmeza que algunos mocitos l a tomaran para s. .. qu tiempos aquellos! Se acuerda Ud. seor it o 1 cuando era Ud. cadete del regimiento ele Asturias? el

    D RAlii. N~C. 7

  • 98 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    da que juraron las banderas qu placer reinaba en la casa! .. ya volaron aquellos tiempos felices.

    ERNESTO.- Para no volver jams! .. DIEGO.-Por supuesto para no volver. (V ase)

    ESCENA V

    ERNESTO Y EDUARDO

    EDUARDo.-(leyendo) "El Eco de Turia ... Noticias ex-tranjeras. Pars 15. . . Londrcs, copiamos del Times. lo siguiente ... Bruselas ... En estos ltimos das han tenido lugar varias quiebras de l as principales casas. de comercio, cuya ... (dando rmella al papel) Inte-rior ... S, M. sigue restablecindose en su importante salud ... Buen provecho le hngal Remitido ... Vea-mos que tal lo hacen aqui los corresponsales los. editores disfrazados ... " ~nace como cosa de seis me-ses que tomamos la plum a pura denunciar las au-toridades superiores d el reino, ln inobservancia que de las reales rdenes hacian los ornploados subalternos, y entre otros citamos como un oomprobante del njngn celo por parte de la policia, el no haber aprehendido, antes bien tolerado en la e apiLa!, ul traidor afrancesa-do" .. . estas son personalidades y nada ms.

    ERNESTo.-Prosigue, Eduardo. EnuARDo .- Para qu6 leer tonLorns? ERNESTo.-Suele sacarse provecho dr las tonteras. EDUARDO.-Pero hombre, qu puN1c hallarse de bueno

    en un artculo que empieza oon Lanta acrimona? (En este instante entra Antonio con el mate. Ernesto toma

    el papel que lee mientras Eduardo, que toma el mate,. habla con Antonio).

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 99

    ESCENA VI

    ERNESTO, EDUARDO Y ANTONIO

    AN'I'O~IO.-Me tard porque un criado, que crea que no se tomaba ms que un mate, sac el agua del fuego; est caliente?

    EDUARDo.-S, esta bueno ... Qu te parece esta tierra? AwrONIO.-Lo poco que de ella he visto muy bien, el cielo

    es muy alegre. El mercado, como llaman aqu, es muy grande y abundante de cuanto Dios eri, y bara-to ... me acordaba de la plaza de abasto de Santiago.

    EDUARDo.- Y qu es lo que ms ha llamado tu atencin te ha gustado ms?

    ANTONio.- La atencin me la ha llamado el paseo que hay dentro de una plaza, que se ve desde estos balcones y lo que me gusta ms ya se sabe. . . Ud. lo adivina; y cuando salga lo ver.

    EnuARDO. - (le da el mate) Toma, no me traigas ms ... (V ase Antonio).

    ESCENA VII

    ERNES'l'O Y EDUARDO

    ERNESTO.-Lee, lee Eduardo y compadece mi posi-cin ... aqu, aqu (le seala el papel) que fanatis-mo!

    EnuARDo.-(leyendo)

  • lOO BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

  • ;

    102 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    EDUA:RDo.-Luego V. condena Ernesto segn sus opi-niones?

    ERNESTo.-Pregunta Eduardo si hay alguno que me ab-suelva!

    JuLro.-Segn mis creencias tal vez te absolviera; pero an cuando as fuese, an cuando una ley vigente, que puedes muy bien llamar tirnica. no te condenase, la opinin te condenara, y sus decretos son inexorables. T necesitas rehabilitart.e para con la sociedad, necesi-tas probar con hechos nuevos que eres digno del nom-bre espaol, necesitas lavar con sangre la mancha que marca tu frente.

    ERNESTo.-Combatir contra los Americanos! JuLio.-Injusto! puedes suponer en m que aconsejase

    semejante infamia? ... una nueva falta no borrada la primera ... la ingratitud no seria la expiacin de tu extravo ... pelear contra los Americanos fuera prfi-do!. .. Y qu viene ahora esta lucha? no ha termi-nado ya? ... la independencia de la Amrica es un he-cho sancionado por el tiempo ... y por la conveniencia mutua, y un hecho fecundo en bienes para todos. Americanos y Espaoles pueden vivir amigos y hel'-manos; y el comn inters es un vnculo ms poderoso que el de la fuerza . .. los lazos q u o la guerra desat van unirse de nuevo y ni la espada de Alejandro podra romperlos; al menos c~Lo es mi deseo ms ar-diente.

    ESCENA TX

    ERNESTO, EDUARDO, JULIO, DON PEDRO Y CA)'!lLA (Don Pedro y Camila salndan y son correspondidos)

    EnUARDo.-Muy buenos das seorita .. . Seor Don Pedro cmo se ha pasado la noche?

    DoN PEDRo.-Regular, (!de qu se trata?

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 103

    ERNESTo.-De confundirme, de lanzarme en un mar de incertidumbres.

    JuLIO.-No aadas la amargura que tu situacin me causa, la injusticia de tus ac1iminaciones. Mi cario para contigo. no se ha disminuido, y te repito que sin absolverte m condenarte, deploro tu situacin.

    ERNESTO .- Y si fueras padre de Camila, como eres su hermano, no la daras por esposa al que la opinin h a anatematizado!

    JuLio.-No s . .. l o pensara ... yo respeto la opinin. Ahora slo me toca conformarme con la determina-cin de mi padre.

    DoN PEoRo.-Determinacin tomada despus de mil combates y angustias; pero determinacin Irrevo-cable.

    CAMILA.-Padre mo! Qu se hizo su ternura y su amo.r ? ... qu cr~el es la sociedad! Y quin puede gloriarse de una vida pura y sin mancha. . . particu-larmente en tiempos de revueltas? Nadie, absoluta-mente nadie.

    DoN PEDRO.-Tu padre, tus tos, tu abuelo y todos tus antecesores. Que tu amor absuelva Ernesto es cosa muy natu~al; pero no se me diga que tuvo jams el derecho, m la necesidad siquiera, de empaar el lus-tre de su noble estirpe. De herencia le viene la lealtad y el. herosmo .. . no me toca hablar de m: si necesidad tuviese de ello, las gloriosas cicatrices de mi cuerpo l~s sangrientas ruinas de Zaragoza, como padrn glo~ noso de la Espaa hablaran por mi ( Ernesto). Tu padre fu vanamente solicitado por cuantos medios ~uede~ imaginarse por el intruso rey que Napolen

    I~pu.siera la Espaa, para que desempease un des-t,Jno Importante cerca de su extico trono, y siempre

    ~?ntestaba sus repetidas instancias, con este laco-ms~o y esta energa: Soy espaol y leal. Yo respe-tare la fuerza porque ni soy joven ni militar, pero

  • 104 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    nunca traicionar los sentimientos de honor que me inspira mi conciencia.

    ERNESTO.-Mi conciencia me oblig abandonar las filas de un ejrcito que combata por subyugar un pue-blo hermano , y servir la cansa de su emanci-pacin.

    DoN PEDRo.-Pero en un oficial de honor, en un militar,. el deber ahoga la voz de la conciencia. Un ciudadano no debe, no puede desechar sus consejos; un militar no tiene conciencia. Cuando jura la faz de Dios y de los hombres ser fiel sus banderas, no tiene ya duda sobre sus deberes; fidelidad y consLancia hasta exhalar el ltimo aliento ... conciencia! El soldado no tiene conciencia, y si la tuviera, podria ver con compla-cencia una victoria comprada con la sangre y la vida de sus semejantes? Cul de ellos empuara la lanza para sostener intereses y cuestiones que no conoee, ni ha ventilado porque no es de incumbencia hacerlo? El hombre de estado, el gobierno , los representantes del pueblo, obrarn segn su conciencia al obligar la nacin hacer la guerra o Lra, porque ellos son los nicos responsables ante el ciclo y ante los pueblos. cuyos destinos rigen. El soldado es un instrumento pasivo que ejecuta, y si este es un mal por vida maf que mientras las sociedades no lleguen un estado de perfeccin ele que toda da disLan mucho, es un mal necesario y que no carece de uWidad; porque de}() contrario seran inmensos los males que se origina-ran. Supngase que cada individuo de los que forman un ejrcito se erige en juez do sus acciones materia-les; adis subordinacin milit.ar ... por mejor decir. adis milicia. Y si un oficial pudiese, por seguir lo que le dicta su conciencia, abandonar las banderas en que jur fidelidad, para combatir bajo el contrario pen-dn, adis honor, adis patriotismo, adis naciones,

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 105

    el cosmopolitismo estara en boga y la traicin sera premiada.

    ERNESTo.-Pues bien, esa poca llegar en que tanto el militar como el simple.ciudadano, no seguirn en sus acciones pblicas, ms que los que les dicte su cora-zn y sus opiniones, y l a tirana no contar con ins-trumentos ciegos que la sirvan. Yo, lo repito, conozco el imperio que tienen las preocupaciones de los pue-blos, soy una de sus vctimas; pero prefiero serlo, pre-fiero inmolarme en sus aras que renunciar mis propias convicciones. En cualquiera ocasin en que se. luche entre la libertad y la tirana, no vacilar un momento; volar en defensa de la primera combatir la tirana; porque la detesto.

    CAMILA.-Por qu tanta severidad con Ernesto? du-rante la lucha de la independencia y en la guerra civil, todos han sido sublimes y ridculos, no hay ms que leer la historia; todos han servido indistintamente en las filas amigas y contrarias, y todos han perdo-nado.

    DoN PEDRO.-Te engaas hija: la nacin no perdona jams. las ofensas que se le hacen. En la guerra civil ha habido algunos ejemplos de defecciones que no han excitado tanta animadversin; pero en la guerras nacional es. no es lo mismo.

    ERNESTo.- Y la guerra de la independencia americana era otra cosa que una guerra entre individuos de una misma familia; entre hermanos ... entre padres hijos?

    DoN PEDRO.-Era una guerra nacional, desde el momento en que se proclam J a independencia y l a emancipa-cion; pero esto no es del caso, porque yo pienso que an en )as guerras intestinas, el que abraza una opinin ... el que se alista en uno de los partidos que luchan, es un traidor si le abandona por senir en el partido opuesto.

  • 106 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    E RNESTO.- Luego no hay justificacin para m, en con-cepto de V? ... si es as, y creyndo que son inti-les cuantos argumentos pudiera yo emplear en vindi-carme, callar; pero deseo saber si las razones que V. acaba de alegar con tanto calor, han de darme entender que no debo contar con la mano de Camila, cuyo co1azn poseo.

    CAIIIILA.-S, este corazn es tuyo ... como lo ha sido siem-pre y lo ser .. . cielos! ... (est profundamente conmo-C!ida.)

    n. PEnno.-Camila, retrate por Dios ... djanos un mo-mento solos nosotros.. . ,!qu sacas co n oir estas agitadas y tormentosas discusiones que deseo ver ter -minadas cunto antes?

    CAMILA.-N, padre mo; n; por cruel que sea para m el resultado de esta controversias . .. por dura que sea la sentencia que contra m se fulmine, quiero escucharla de su boca de V ... de qu sirve beber tragos la copa del dolor s he de apurar hasta sus heces? . . . quiero saber mi muert e y quiero morir ... (aparte) justiciero Dios! por qu no terminas propicio esta contienda, entre el deber fili al y el amor? por qu me dist e un corazn sensible, si me estaba reser-vado pasar por tan ruda prueba? (alto) padre, acur-dese V. de lo que vale este dulce y tierno nombre, no olvide V. que se trala de mi felicidad; que se va decidir el porvenir de su hija; que de su resolucin depende todo, y que segn soa ella favorable adver-sa vivir una vida de felicidad on un mar de tribu-laciones (llora).

    D. PEnno.-S lo que me cumplo, hij a ma .. . no dilace-res ms mi paternal corazn con tus lgrimas. Esta escena es ya harto cruel; pero los deberes del ciuda-dano son muy se yeros y yo no los traicionar jams ... y an cuando yo transigiese con ellos, t me eres ne-cesaria para mi vivir y para mi felicidad. . . y mis

    TEATRO D RAMTICO ~ACIONAL 107

    das tocan ya su trmino. A Ernesto no se l e per-mite habitar ningn punto de la Pennsula, y yo no puedo salir de ella; retrate hija ma, retrate .. . des-pus hablaremos y veremos modo de arreglar!~ todo.

    CAMILA.-Bien, padre mo, puesto que V. lo ex1ge m e retirar (al retirarse Camila pasa cerca de Ernesto Y se hablan aparte lo q~~e sigue) .

    E RNESTO .-(aparte ) Debo hablarte solas . .. nos importa sobre manera.

    CAMILA.-(aparte) N o puede ser. . . cmo quieres? ERNESTo.-Es preciso .. . Camila, aqu las do~e de la

    noche; t ya conoces mi delicadeza, ven sm falta. (V ase Camila harto enternecida).

    ESCENA X

    L os mismos, menos CAMlLA

    D. PEDRo.-Pero Ernesto ... t que debas rriostrar ms firmeza y no aumentar el abatimiento y desespera-cin de la pobre Camilal .

    E RNESTO. - Y cul fuera entonces el lenitivo mi pade-cer? N o tengo otro que el saber que ella pe na por m ... llora!. .. y su llanto no es mi llanto? sus l -arimas no son mas tambin? Dichoso el ser que los

    ~abe derramar. Dichoso el que las ve brillar en los ojos de su amante, el que recibe dolor en pago de su dolor!!

    ESCENA XI

    Los dichos y D. DEOGRACIAS

    D. DEOGRACL\s.-(Que entra de impro()iso). Caballer~s, beso ustedes las manos ... V. S., seor general, dl~pensar que uno de sus amigos, esto es, de sus admt-

  • 108 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    radores se haya tomado la libertad de introducirse aqu en el seno de una familia consternada por un aco ntecimiento ciertamente terrible . . . deplorable . .. cosas de este mundo ... infeliz y ... mundanal.

    JuLio .-Aqu no hay consternacin ni acontecimiento al-guno que la produzca.

    D. DEOGRACIAs.-Tanto peor; pues la falta de consterna-cin me prueba que ustedes ignoran lo que pasa, y que yo como amigo de estos caballeros vengo parti-cipar! es.

    ERNESTO.-(Aparte) . Ser ste por ventura mensajero de tristes nuevas? (Alto). Hable V. seor D. Deogra-cias ... To, el seor es un amigo que ayer, antes de conocernos, nos prest un servicio importante por efecto de su corazn generoso.

    D. DEoGRACIAS.-Y que ahora va prestarle V. otro de ms subido precio, en circunstancias bien graves. V. lo merece ... y sobre todo siendo sobrino del seor general ... la calidad de ser como si dijramos foras -tero y un t iempo mismo compatriota . . . porque aun-que el pat riotismo es cosa muy despreciable para algunos, para m es lo primero.

    JuLio.-En fin, D. Deogracias, sepamos lo que nos va V. decir .

    D. DEOGRACIAs.-Anoche l as diez y media, estando en el caf del Sol, oi que en un grupo de oficiales y paisa-nos se hablaba del seor D. Ernesto en los t rminos siguientes, poco ms 6 monos:

  • 110 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    que no parece sino que sea un paquete de vapor. tenga V. la bondad de dejarnos en paz.

    ERNESTo.-Djalo Julio ... todo es ya intil. El seor D. Deogracias no es ms que el eco de lo que mil veces dirn por ah. El dice ingenua y bruscamente lo que otros dirn con afectada y perversa compasin, quizs con insolente desprecio. Est ya visto, es preciso abandonar la patria ... No habr necesidad

    t

    seor D. Deogracias, que esos caballeros patriotas, y que tal vez se llamarn liberales y tolerantes y filn-tropos, empleen sus bullanguerias para excitar la autoridad ninguna medida coactiva: yo partir.

    D. DEOGRACIAS.-Siento haber causado V. esta pequea desazn, que con el tiempo pasar; pero la amistad, mi deseo de ser til un semejante en la desgra-cia ... pero an hay rE:medio. Dir que me he equivo-cado; que V. no ha venido, que era otro que se le pareca, y por ltimo dir que si V. ha venido se volver por el mismo camino, y santas pascuas.

    ERNESTo.-Diga V. lo que le diere la gana. D. DEOGRACIAS.-Seores, beso ustedes las manos

    (aparte yndose). Apostemos qne yo lo he echado todo perder?

    ESCENA /XII Los mismos, menos D. DEOGRAcus

    EnuARDo.-Por lo qne he visLo, usLedes no conocan este personaje singular, aunque l nos asegur ayer en la puerta del Mar, que era muy ntimo amigo del seor general.

    D. PEDRo.-No recuerdo haberle visto en mi vida . . quizs le conozca, y estar trascordado.

    JuLio.-Yo le conozco, es bueno en el fondo, pero capaz de echar perder la mejor fiesta por sus indiscreciones.

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 111

    En todas partes est; con tal de dar la mano en p-blico, cuando todo el mundo le v ... con tal de faro-lear y acompaarse con todo extranjero aunque sea un lacayo, con tal de dar entender los del pas. que tiene estrechas conexiones con los recin llega-dos, y estos que todos los del pas son sus amigos, se dejar matar. En todas partes, no slo en Valencia,.. hay algunos de estos originales; hombres noveleros Y' noticiosos, tiles muy pocas veces, perjudiciales las. ms. Dios nos libre de que uno de estos le vea V. cometer un desliz; ya lo sabe todo el mundo; y lo peor es que no hay como evadirse de estos argos, porque estn en todas partes, porque todo lo saben, todo lo ven con sus ojos escudriadores; verdaderos agentes. de negocios de todo el mundo.

    EnUARDo.-El ha credo hacer un bien dndonos este aviso, y es disculpable.

    J uLio.- No crean ustedes, D. Deogracias no es de los per-judiciales, porque l cuenta las cosas como las oye, Y' casi siempre por el furor de servir y hacer papel; otros hay que lo hacen por efecto de una infatigable ansiedad de saber las vidas ajenas, y lo que es mil veces peor, por el vil placer de hacer mal.

    ERNESTo.-A m D. Deogracias me ha hecho un impor-tante servicio ... me ha confirmado en la resolucin que tena tomada de partir pronto de Espaa. . . No s an .donde me dirigir. ( D. Pedro) Ya lo ve V. to, es fuerza partir. Ser ma Camila? ... antes de sepa-rarnos podramos desposarnos ... partir Gibral-tar ... all aguardar un poco de tiempo: Quizs las. circunstancias varen dentro de algunos .meses.-. y entonces el horizonte poltico de Espaa estar ms despejado, lucir el sol de la libertad, de la tolerancia,. sin esos negros nubarrones que ahora mitigan sus. rayos; entonces volver por Camila.

  • 112 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    O. PEDRo.-Parte Ernesto ... parte libre ... despus, tu vuelta ... si vuelves, algn da ... cuando yo, que ya estoy pisando la losa del sepulcro est debajo de ella, si la opinin con respecto tu falta ha variado ... y Camila insiste en amarte, ser tuya, ... ahora, l o repi -to, Ernesto, ahora n; y no me atormentes ms, no exijas de m ninguna explicacin porque esta zozobra

    , que siento me priva hasta de la libertad de hablar. ( V ase y Diego entra)

    ESCENA XIII

    (Ernesto se arroja en el sof. y permanece en l en ademn melanclico y meditabundo)

    ERNESTO, EDUARDO, JULIO Y DIEGO

    DrEGo.-Una carta para V., seorito: el portador espera ' la respuesta (Lee y despus de leda dice):

    Juuo.-Dile que voy inmediatamente. (V ase Diego)

    ESCENA XTV

    Los dichos, menps, D~EGO

    EDUARDO.-(Aparte Julio) Hay alguna novedad? JuLro.-(del mismo modo) S, amigo. El secretario del ca-

    pitn general me sup 1ica le indique la hora que po-dr ir su casa para tratar un negocio importante y urgente, que interesa mi familia.

    EDuARDo.-(Siempre aparte) No presume V. que sea algo de lo quedijo D. Deogracias?

    JULIO.-Mucho lo t emo. Voy al instante, hasta luego (V ase).

    TEATRO DRAMATICO NACIONAL 113

    ESCENA XV

    ERNESTO Y EDUA RDO

    EnuARDo.-Ernesto, Ernesto, ru viene ese decaimien-to de nimo?.. . dnde est tu corazn?.. . piensa que tienes que emprender un viaje largo, y que para ello necesitas buena salud; vamos tu cuarto tratar de la partida, que es Jo que importa.

    ERNESTO.-T arrglalo como quieras, yo no puedo ayu-darte en nada ... soy presa do mil angustias que me despedazan el alma ... ya oste mi to, . .. mi mal es cierto ... mi bien, mi dicha ... todava no son ms que una ilusin ... una duda ... una mentira ... crey mi tio engaarme (con irona) ~veremos cuando vuelvas ,;i ella te ama,> ... lu ego podr no amarme ... ah! ha-blaba como un profeta ... tal vez no me ame maa-na .. . pone en duda si yo volver; no quiero nuestra

    un~n . . . S, Camila y yo nos juntaremos algn da . .. despecho suyo.. . pesar de Lodo nos juntaremos all en la morada de los justos ... en el cielo . .. donde no reina la falsa y la perversidad que tanta cabida tienen en este infierno abreviado ... en este in~ondable abismo de miserias . .. si, Eduardo... crelo; all a rriba es donde nos ser permitido Camila y m gozar la dicha que en la tierra nos niegan la injusticia y crueldad de los hombres!!!

    (Cae el teln)

    Fl:'-l DEL ,\CTO SEGU?\DO

    :J.l:RAM. NAC. - 8

  • 114 BIBLIOTECA DE ESCRITOR ES DE CHILE

    ACTO III

    La misma decoracin del acto 2.0 Ernesto apatece ~entado en el sof. 11mmergido en una profunda melancola.

    ESCENA PRIMERA

    ERNESTO (solo)

    ERNESTO.-Qu agitacin tan terble! qu hot'rendos fantasmas giran en derredor mo! qu proyectos tan siniestros crea mi loca fantasa! Qu es esto cora-zn? ... ya no puedo resistir ms .. . El cielo tiene se-alado un t rmino todos los males, del cual el hom-bre no puede pasar (se le"anta y recorre la escena). A dnde dirigir mis inciertos pasos? dnd e buscar los consuelos que tanto he de menester? dnde hallar una simptica mirada . .. una sonrisa que calme este tormento?... n los labios de Camila!. .. Camila adorada!. .. no responde ... ni un eco en este desierto de la vida!.. . (~Camila ha bajado la Lum ba sin m ? ... ingrata! no debamos ir juntos los dos? ... aguarda, yo te acompaar la. tierra de promisin.. . yo te llevar en mis brazos . .. el camino es largo . . . pero all descansaremos ... all no me disputarn tu pose-sin ... all no reina la maldad y la perfidia ... all no-se conocen las distinciones ... la muerte todo lo igua-la ... el noble y el plebeyo, el grlnde y el chico, el ri-co y el pobre son hermanos ... son unos los ojos del Ser Omnipotente!. .. Eduardo! amigo!!. .. t no me oyes tampoco ... t eres cruel como todos ... Eduar-do!. . . Intil llamar! (cae anonadado por la fatiga en el sof) .

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 115

    ESCENA li

    EHNES'l'O Y EDUARDO

    EnuARDO.-Ernesto!. .. me llamabas? ... no oyes?; est dUI'miendo sin duda!

    EHN ESTO.- Ojal fuera el sueo eterno! EDUA RDO.- S hombre al fin. ERNESTo.- Hombre, es decl' fiera ... no ; tambien los hay

    buenos y compasivos . .. t por ejemplo lo eres y com-placiente.. . y mi amigo .. . ,~no es verdad ? (le abra-za}. .

    EnuARDo.- Pero qu abatimiento es ste? no veomotivo para t anto ... t comprometes imprudentemente t u vida.

    ERNESTO.- (con amarga irona) Temes sin dnda que se pierda una vida tan preciosa!. .. esto no es vida .. . es la muerte, y la muerte de un condenado con t odos sus horrores y tormentos ... la vida sin posee1' la que se ama es una noche prolongada y t empestuosa ... es el calvario!. .. t si que tienes vida, t que vuelto a tu patria encontrars anhelosos de estr~charte. en-tre sus brazos tus padres, hermanos y am1gos; mien-tras que m una arraigada preocupacin, un honor mal entendido me priva del afect o de los mos, y lo que me es ms insoportable, de la posesin d~ ~i adorada Camila . .. Si las intolera:r;ttes Ideas de m1 tw, de que todos participan, no me robasen el dt~lce obj eto de mis ansias, qu me importaran?.. . lmp.otente de luchar con ellas no les opondra ms que m1 tran-quila conciencia; pero sin Camila, prefiero la muerte, y crelo Eduardo, yo morir. .

    EnuARDo.-Si prevs qu~ no te es dado poseerla, sustraete los sinsabores y peligros que te cercan. Salgamos de esta horrible mansin. Volvamos Chile, donde halla-

  • 116 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    rs lo que en tu patria se te niega. All se trocar tu dolor en alegra y quizs con el t iempo logrars mil dichas.

    ERNESTo.-Dichas? ... para m se acaba1'on! EnuARao.-Por qu ?

    ESCENA III

    ERNESTO, EDUA HD O, JULIO

    Juuo.- Buenas noches amigo T odava no te retiras Er-nesto? El estado de tu salud exige que t e recojas tem-prano y van da1 las once y media (sacando el reloj).

    ERNESTo.- Todava no tengo sueo . Juuo.-No obstante en la cam a estars mejor .. . como

    te promet, he vuelto hablar con el capitn general ; todo est arreglado, permanecers algunos da s oculto y luego partirs ...

    ERNESTO.-Como si fuera uo criminal! Juuo.-QJt quieres? ... Como t al te ju zgan . He habla-

    do con algunos amigo.s y con otros que no lo son ... he moderado s'us pretencones ... me han ofrecido respetar tu desgracia: . te d ar cartas de r ecomendacin para donde vayas. Creo que h abr s desist ido de ir Ali-cante? . . . En Gibraltar las ocasiones de buque para el extranjero son ms frecuentes.

    EDUARDo.-Me acaba de decir D.Doogracias, que de M-laga saldr muy en breve un buque con direccin Mjico, que hace escala en Val paraso.

    ERNESTO.--Todo es lo mismo para mi. .. Gibraltar M-la~a ... Alicante decas ... s; hubiese querido dar el ltimo adis mis amigos de Ali cante . .. con ellos he pasado algunos aos de venturosa existencia ... Aquel pueblo tena un encanto para m; su recuerdo me acompa sin cesar en mi variada peregrinacin ...

    . Ahora me sirviera de martirio el ver trocados en adver-

    ~ 1 TE .o\.TRO DRAlllTICO NACIONAL 117 sarios ti mis amigos ... ahora ya no hay am1gos ... p uedo yo tenerlos?

    l:u UARDO .- Y sinceros, (le abraza). .IJJI.!O.-(Le toma la mano y se la estrecha con amor). Ingra-

    t.o! puedes dudar del cario de tu primo? yo soy tambin t u amigo y lo scl' mientras respir P. l~nN ESTO.--Por compasin . .. llevados sin dud a pot ese

    cor.azn benigno que os di el cielo; y qu otra cosa puedo yo reclamar? El reo que v al suplicio lanza una le t al m irada al ansioso gento que p resencia el lance terrible en que v abandonar el mundo ... sus ojos buscan una l grima de ternura ... sus odos un ay! de.dolor y de piedad , ya que no un eco de perdn ... yo qne sin ser reo, la soc iedad me condena, imploro vuestra amistad y vuestro amor al partir ... y des-pus ... U~ recuerdo li bre de amargura y de encono, el recuerdo del corazn!!

    .1 ULIO .-Esta ausencia no ser tan larga como imaginas; porque no debes salir de Euro pa: y cuando vuelvas gozaremos dr. las fruiciones de la amisLacl, sin est a mor tal agona qu e nos atormenta a hora. l~nuAnno .- No 'es como todos te aman? I~RNESTO.-Yo tambin amo. .JULIO.-re aconsejo que vayas Francia, ese pas centro

    del saber y d e la civilizacin, esa Francia donde el sol de la filosofa y rle la tolcrnncia har renacer en t la alegra y el bienestar que has perdido.

    EnNESTo.-A esa Francia que despus de enarbol ar el estandarte de la regenerac in, prestando un apoyo la libertad europea , dej perecer en designa} y deses-per ada lucha la invicta y desventurada Polonia?

    JuLro.-Pues por qu no vs Itali a? ... Roma, la ciudad cristiana; la ciudad d e los monumentos, do nde se vive una vida de recuerdos.

    ERNES'I'O .- A esa insolente paro dia de la antigua Roma, esa Roma que del brill ante papel de dominadora

    ,

  • 118 1

    BlBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHII'-E >

    universal ha bajado la triste conrlici,1 de esclava envilecida del Austria, donde el bullicio ~' la algazara republicana se han Lrocado en el fro silencio de la servidumbre? . . . Pero do quiera no veo ms que opresin ... Amrica y all slo Chile es el asilo para

    m~ EnuARDo.-Dices bien, vamos Chile. Renuncio mis

    proyectos de viajes ... t me importas ms que todo. JuLro .-( Ernesto) Bien: si vas consolado, si das tregua

    tu dolor. . . si logras olvidar un amor desgracia-do ... el Jugar dondes va y as es in deferente. Decdete y dme para donde quieres las cartas de recomenda-cin. En cuanto tus asuntos intereses, te r epito que yo quedo hecho cargo de todo; ya sabes mi celo y mi afact o para contigo ... tranquilzate, procura dor-mir ... hasta maana .. . S1. D. Ednardo deseo V. muy buenas noches.

    EnuA RDo. - Muy felices se las deseo V. (V ase J u lo) . ERNES'l'O.-Adis, querido .Jnlio ( lJ'duardo) Oste que

    olvide est e desgracia do Amor. 1 'unca, nunca!

    ESCENA 1 \ '

    ERNESTO, ED lJA IIDO

    En uARDo.- Ahora que estnmos solos t~ reiteJ'O mi spli-ca, salgamos de Valencia cuanto antes ... t sufres demasiado ... la navegacin repondr tus perdidas fuerzas, t no te mareas ... l a v ista del mar que tan-tas ideas sugiere una imaginacin viva, te distraer y te consolar ... luego en Chile ya sabes que tienes en mi familia la tuya.

    ERNESTo.-Pobre Eduardo! cunto te hace padecer mi amistad! cmo podr pagar tu tierno afn? Has visto Valencia~ qu e cielo tan alegre!. .. aqu reina una primavera perp etua ... pas priYilegiado d el cie-

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 119

    lo ... le llaman, y con razn, el jardn de Espaa .... la campia es deliciosa . . . es un vasto vergel. . . no respondes nada?

    E DUARDo.-Valencia ser bella cual ninguna otra ciudad de 1 ~ Pennsula; pero mis ojos la ven triste y descolo-rida como tu semblante ... ya sabes que los pesares

    - de tu co.razn reflejan en el mo ... Nada me importa que la naturaleza se haya esmerado en ostentar aqu un paraso, t padeces injustamente y esto basta pa-ra que m me parezca una mazmorra.

    ERNESTo.- Injustamente! t lo crees as! t no me con-denas? t, caro amigo, no me crees culpado? .. . yo tamb:n me juzgo inocente, y sin embargo, sufro al ver que nadie me comprende .. . Ahora, Eduardo, aho-ra ves en toda su fuerza la injusticia con que en Chi -le se trata los que estn en mi mismo parecido caso; ahora vers si yo , ni ninguno de ellos merecemos ese epteto que se nos da y con el que se quiere significar el a pego las rancias doctrinas y la adhesin al desp 0 -tismo; m que he derramado mi sangre y he expues-Lo la vida por s u independencia! m que combatien-do contra el pendn de Castilla, me he inmolado vo-luntaria y gust.osament~ en las aras de la opinin ! . m que he sacrificado cuanto hay que sacrificar en el mundo en que vivimos!

    EDUARno .-Noconfundas injustamente la opinin de unos cuantos hombres vulgares, con la mayora de un pue-blo culto ilustrado. En los principios de nuestra lu-cha era necesario emplear ciertos medios, que ahora, sobre intiles, son generalmente reprobados. Todo ha cambiado ya . Espaoles y Americanos somos unos, y los Chilenos no podemos menos de amar con predilec-cin los que han defendido su independencia bajo la tricolor bandera; los que se interesan por su pros-peridad y los que le consagran su talento y sus ser-vicios. T lo sabes muy bien.. . Cuando vin e estaba

    ' .

  • 120 BIBLIOTECA DE E SCRITORES DE CHJI,E

    escribiendo Santi-ago ... \~no qu iCl'es h acerlo tu' mi familia?

    ERNESTO.-No estoy para nada . . . tal vez maana ... da todos mis cordiales recuerdos, dles q us nunca los. olvido.

    EnuARDo.-Ni mi madre que te quiere como si fueses c;u hijo?

    ERNESTO.-Y como mi madre la amo ... No t engo ot1'a .. . La muerte me arrebat m is queridos padres. El atroz destino m e robar quizs mi Camila ... pero t me quedas ... me qu eda Lu amistad... Julio Lam-bin me ama no es cierto?

    EnUARDo.-S .. y Camila tambin .. . No lo crees? ERNESTO.-- Qu importa que lo crea? ... ~ser po1 eso

    ma? No has visto la obs Linaein de mi to . . . no ob-servaste cuanto padeca Camila colocada entre el res-pew filial y el amor para conmigo~ . . . Pero todo pa-sar ... s; este viaje pondr trmino tantas agita-ciones . . . la tolerancia, esa furia brutal pide una ex-piacin .. . un gran sacrrficio . .. este corazn es la YC-Lima . .. el al tar no s donde ser ...

    EnuARDO.-Qu dices, Ernesto? qu palabras son esat' que me llenau de esp anto? ... Proclll'a desviar de Lu meJ{te esas ideas.. . Qu es de Lu antiguo valor? Qu se hizo in religin, esa religin augusta, ese presente s ublime del cielo dado al hombre como el consu elo m~ eficaz en sus inforLunios ... como la pa-nacea. en todas s us dolencias morales? No 2nc has di-cho siempre que tus crocnC"ius teligiosas bastaban dulciflcar las amarguras de la vida?.. . Invoco ahora toda tu energa . . . el impe1'O que en el alma de un eatlico tiene l a idea de UJI Dios ll

    ERNESTo .-Fueras capaz de d.ndar de m? .. . no,Eduar-do, aborrezco los hombres; . . . ms bien ... compa-dezco sus miserias; pero respeLo l a oculta mano de la providencia y bendigo sus designios ... No ibas es-

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 121

    ctibir 6 acostarl e? ... dj ame solo, va venir Ca-mila, neees.ito recoger todas mis fuerzas, harLo desfa-llecidas para est e fatal y ltimo adis; porque ya n

  • J22 BIBLl_OTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    la resistencia, peligr osa la lucha, el vencimiento cier-to . .. fantasma invisible que hiere de muert e sus v ctimas, y que re con risa sa t nic a al cont empla1' sus triunfos! la opinin! q ue ve indiferent e las angus -tias de los que condena con sns anat emas .. . qu e se m uestr a sorda los lastimero~ gemidos d e Jos que ljaen baj o sus golp es .. . y y o el m s infeliz de los mor-tales podra sustraerme su malhech~r in fluj o? .. . yo, pobre h urfano d e la fortuna, que j ams logr n i

    u no solo d e sus m entidos halago.:;? ... yo, un ped azo de tierr a que la p reocu pacin h a salpi cado d e lodo? . .. Los h ombres son mu y injustos y crueles . . . el p odero -so p uede ocultar sus cr m enes bajo el brillo fascinador de su opulencia; pero el dbil no p uede sustraerse al j uicio de la socied ad ; y si su cond uct a no est acor de con las creenc.ias que en ella prevalecen , do quiera no enc0ntrar ms que acusador es y j ueces implacables. Ay rle m!. . . (dan las doce ) Qu voz fat dica me lla-ma? ah! es el l gub r e acento d e la m uer te que pide su presa .. . y voy ... aguard a un mom ento!. . . toda -va no ha llegado su ocaso el sol de m i esperan-za !. .. en el obscuro ho rizont e brilla n an sus ltimos r ayo s . . . dbil es inciertos!. . . d entro de m uy breves ins t a ntes se habrn apag ado para siempre .. . vo lve-r renacer m aana su v ivifica lum bre!. . . esp era, to-dava no he d eliberado n ad a .. . (una pausa com o fati-gado ). Cmo tarda Camila l. .. se habr olvidado de la cita y de quien la di tam bin! Dormir en sueo tranquilo, el sueo de la inocencia!.. . pero dormir amando?.. . do rmir cuando le aguarda su amant-e q ui zs para darle el l timo a brazo? .. . cmo no vela su pasin? ... sabe ella am ar ? . .. esta in certeza cesar p ronto. . . cmo late mi pobr e corazn !.. . de .am or ? . . . d e sobresalto? .. . d e terror? .. . y a llega .

    TEATRO DRAMTICO NAClONAL 123

    ESCENA Vl

    ERt\ES'l'O Y CAl\IlLA

    (Ernesto se le()anta y se arroja en sus brazos)

    EnNr~sTo .-Camila . . . djame m ori r de placer en tus bra-zos .. . ser cierto que eres ma, par a siempr e? ven y todo lo olvid ar... qu me impor tan los hombr'es y sus absurdas opiniones? t me bastas para mi feli ci -dad. . . ven Camila, bebamos juntos la copa del pla-uer con que amor nos brinda.

    CAMILA.-Baja la voz, Ernrs lo, mi pad re no se h a recogi-do an . . . est en su cuarto ... le he dejado tan aba-tido que causa compasin . .. en vano le r ogu que se acostase tran quilo .. . al despedirme de l me dijo con yoz interrumpida por sus sollozos, que tena en el co-razn un negro presentimiento y me pidi que le jura-se no d esobedecerl e. ER~ESTo .-Y lo jm as'Le? CAMILA.-Con el r ostro baado en lgrimas. . . es tan

    b ueno!. . . m e ama .con tanta t ernura, su ed ad, sus achaques necesitan ms que de pesares , de consuelos y de miramientos.

    ERNESTO.-Yo no merezco nada d e todos vosotros! ya se ve qu soy yo? .. . un grano de arena en est e vasto ocano . .. un m iserabl e que ha credo que deba arre -glar sus proced eres lo que le dict aba el corazn sin curarse d e los dems!

    CAMILA.-No habr un med io de con ciliad o todo? .. . t. que. encen diste la pr.imera chispa del amor que vive en est e p ech o, t que eres el ngel de mi dicha, no hallas un medioi1 el amor qu e es t a n fecundo in-genioso n o te sugier e ningun o? ... E rnesto, m i idola-trado Ernesto, te lo pido, te lo suplico de r:odillas (se

    \

  • 124 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    hinca) por piedad mira este corazn combatido por contrarios afectos: ya lo sabes, te amo con frcnesi, con la pasin de que soy capaz, como se ama los cielos . .. co mo queremos las Espaolas .. . pero por amarte t me es vedado respetar y amar .

    EnNESTO.-(interrumpimjola) A quin? ~ ese hombre exclusiYo intolerante.

    CAMILA.- (se levanta). Ernes~o, t no s:tbes quin es ese hombre que ultrajas? EnNJ~STO . --Si lo s, es ... CAMILA.-(con energa) Es mi padre! y como padre tiene

    sobre m los dereehos que le dan Dios, la naturaleza, las leyes y mi amor; (cambia-ele tono) pero Ernesto te ador o con tanta vchemeneia ... ; qu con nieto Dios mio! {llora)

    ER)IESTO.- En ,ano, mujer cruel, piensas alur.inmmr con con tus falaces caticias, con tus lg timas emb uste-ras ... los hechos con~radicen tus palabras y todo te veo dispuesta m enos probarme Lu amor ... co-rresponder una pasin abrasadora inextinguible, (con irona) Bien te esL decie que amas corno una Espaola! como si do quiera no hubiese mujeres fal -sas y volubles .. . sexo vestil y 1'unes~o, srxo en-gaador y homicida.

    CAMILA.- Hay ms tormentos, cielos? .. . pero por qu me qu ejo? no soy muj et? mujer y desdicha no es una misma cosa? Ah! no le bas~a nti sexo infeliz su debilidad fsica, la posicin mezquina en que las leyes las preocupaciones le colocan ... los males y privaciones que la naturaleza le condena ... ; para sello de su infortunio era fu er 7.a que el hombl'e, ec;e ser privilegiado de la CJ'eacin, ese !

  • 126 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    menester ... y an cuando venga ... la opinin queda con su frente erguid a!

    CAMILA.-Qu me importa mi.. . viviremos una vida aislada de todo el mundo ... en el campo, en la paz. de l os campos ... no es verdad?

    ERNESTO.- Dbiles consuelos!. .. locas esperanzas! . . . impotentes reflexiones!.. . no hay ms que un me-dio ... te lo propongo ... el salva todos los inconve-nientes. 4 el pone :fin todas nuestras penas: partir los dos .. . Quieres venir conmigo maana, ahora mismo?

    CAMILA .. -Imposible, Ernesto! y mi padre? ERNESTo.- El se consolar ... CAMILA.- Mul'iendo!! ERNESTO.- Luego est.s resuelta obedecer tu padre. CAMILA.- (con ternura) Soy su hij a!! EnNESTo.- (aparte) Pues queda an oLro medio ms ex-

    pedito; (alto) oye pues mi resolucin ... es un secretO> importantP ... pei'O c too que nlguien nos escucha .. . me parece que he odo algunos pasos.

    CAMILA.-N, es aprensin tuya ... estamos solos ... EnNESTo.-Sin embargo , bueno fuera ver si alguien nos.

    pudiera oir ... de este momento depende mi Yida,. lo oyes?

    CAMILA.-Bien, voy ver (mientras Camila recorre la escena y sale un momento para ver si hay quin escuche, Er-nesto toma ~m (Jeneno y esconde el jrasqzlo) . No hay nadie; ya puedes confiarme ese secr eto de que me hablabas.

    ERNESTO.-(afectandu serenidad). Cmo tengo la cabeza, tan perturbada ... le he olvidado! maana lo sa-brs ... luego ms tarde, es lo mismo ... un cuarto. de hora antes despus no importa ... los instantes. vuelan con tanta rapidez cuando estamos juntos!. dame tus brazos Camila. . . no es cierto que me amas? ... yo tambin te idolatro. . . y lo juzgars.

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL 127

    por el sacrificio que estoy resignado ... por ti sola ... por t. .. porque t eres todo mi universo.

    CAMILA.-S bien mo ... adorado Ernesto, te amo ... cun contenta estoy al verte tan tranquilo y tan enamorado! ya yo lo esperaba ... todo pasar ... esta crisis poltica tambin pasar .. . dentro de poc~ mudar de aspecto ... la libertad, dice Julio, va re-nacer en Espaa y con ella la tol erancia y la concor-dia enLre Lodos los Espaoles ... y enLonces volvers. inmediatamente los brazos anhelantes de tu Cami-la, para no separal'te de ella y ser felices.

    ERNESTo.-S, lo seremos ... yo al menos. CAMlLA.- T solo? ingrato! y puedes ser feliz sin qne-

    yo lo sea: En;.; EsTo.- Quieres venir conmigo? ... pero yo no v oy ..

    Francia, voy ms l ejos ... CAmLA .-Bien sabes que sin mi padre te acompaara al

    fin del mundo, y vas volver luego no es cierto?- muy luego. l~ nNESTo.- Volver? Pregntalo al cielo! CAMILA.-No te entristezcas otra vez ... (mirando al bal-

    cn) ven Ernesto, ven y vers, qu9 noche tan apaci-ble, .qu silencio! ...

    ERNES'l'O .-(van al balcn). Valencia est dormida ... de da tan bulliciosa y animada, es la imagen de la v ida .. . por la noche tan tranquila, es la imagen del sepulcrot

    CAM lLA.- Que luz tan plcida esparce la luna! ERNESTo.- Es verdad, la iuna es la antorcha funeral ..

    la esLrella de Orie11te que gua al viajero al mundo de-Dios ... vamos sentarnos al sof . .. estoy algo de-sazonado .... la fatiga. . . Mira , Camila, cuando nos. volvamos ver ...

    CAJ\liLA .- Qu palabras de consuelo! cuando nos volvamos. ver! (le toma las manos) cmo arden tus manos! l ~ n N ESTo.-Estoy abrasndome ... es la lucha entre la

    vida y la muerte que esLn disputando la presa (tose

  • 128 BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE

    de "ez en cuando) ... estas manos estarn fras de aqu unos instantes ... cuando est ms sosegado ... qu calor tan grande! ... Camila, te olvidars algn da de m?

    CAMILA.-Nunca, nunca y t? . .. me escribirsi' ERNESTo.-No hay otros medios de comunicacion sino el

    de los recuerdos, consg1ame uno en mi ausencia. 'CHtrLA.-No h ay medios de comunicacin; y por qu? ERNESTO.-( sacando el retrato de Camita). No s . .. l'vira,

    t no has querfdo acompaarme en mi v aje ... t u ret.rato vendr conmigo . . . no me abandonar ni en la huesa; all le tendr8 col ocado donde est el bello orignal , aqu. .. aqu, Camila (tocndose el corazn), pero no podr besarle como ahora (le besa) porque se -r (se quita la corbata ) nada ... un cadver yerto ...

    CAi.ULA.-Ernesto, qu tienes? qu ideas t an lgubres; no pienses en eso ... Ahora pocos inst antes estabas tan contento.. . pensando en nuestros amores, en tu vuelta, en nuestro porvenir, y ahora ... no te afli-jas .. . ni aflijas tu aman Le (le toma las manos con entusiasmo y amor) qu man,os tan fras Dios mio!. .. cmo han podido en tan corto tiempo ...

    ERNESTo.-Es que la lu cha ya ces ... uno de los enemi -migos ha triunfado .. . era muy natural. . . el ms fuer-te .. . las luchas no son eternas .. . t ampoco, lo es el hombre ... axioma sublime!. .. su vida es un meteo -ro ... un paso comparado con la etermidad (se desa-brocha el chaleco ).

    C AMILA.-Qu languidez en los ojos !. .. Ernesto , t us la-bios se descoloran. . . qu angustias veo retratadas en tu semblante! voy llamar.

    iERNESTo.- No Camila .. . esto no dura1 ... no es nada ... una congoja pasa~era ... despus me vers tranqui -lo ... yo no te engao (se esfuerza en estrechar Ca-m iZa y las fuerzas le abandonan) te he dicho que iba . partir, t no quisist e acompaarme . .. ir solo.

    1

    TEATRO DRAMTICO NACIONAL

    AMtLA.-Y D. Eduardo tu amigo? fi:IIIU!:RTO.- No debe venir ... l es dichoso! (:utrLA.-Y dnde vas solo? lr.nN:sro.-A la tumba!!!

    129

    C:AMtLA.-(se desase de Ernesto y recorre agitada la escena) li:rnesto ... oh cielos! padre ... Julio ... amigos, so-corro, socorro, Ernesto muere! ("uelve apoderarse de las manos de Ernesto y se arroja deshecha en lgrimas) Nadie viene . .. socorro!

    ESCE NA VIl

    (),PEDRO Y D. DIE GO por un lado , JULIO, EDUARDO Y AN -TONIO por otro, todos muestran su pesar y procnran bus-car algn socorro).

    1 ). PEDRO.- Qu escena de horror! 1>. En U ARDo.-( consternado) Ernesto. . cruel Ernes to!

    qu has hecho? ... infeliz! .1 ULIO.-Voy corriendo en busca de un facultativo, y t,

    Diego, por otro ... algn elixir Camila. CAMILA.-Bscale t, yo no le abandono . .. cielos! en

    qu os pude ofender? ERNESTO.- T en nada ngel mo, en nada... todo es

    intil, este filtro que corre por mis v 'enas conduce la felicidad .. . Camila inocente, adis. Yo t ambin lo soy ... E duardo, Julio .. to ... y todos, adis. El cielo me llama. . . ya se ha terminado la e uestin; en el sepulcro no hay preocupaciones . .. hasta all no lle-gan lo.s odios ... un recuerdo, amigos, un recuerdo .. . Ay! Ay ! Camila. Patria ... Chile (expira) .

    (Cae el teln)

    FIN DEL ACTO TERCERO Y LTIMO

    D&Al!l'. N .l.C. 9

    Scan0001Scan0002Scan0003Scan0004Scan0005Scan0006Scan0007Scan0008Scan0009Scan0010Scan0011Scan0012Scan0013Scan0014Scan0015Scan0016Scan0017Scan0018Scan0019Scan0020Scan0021Scan0022Scan0023Scan0024Scan0025Scan0026Scan0027Scan0028Scan0029